Sei sulla pagina 1di 3

Jesús, Piénsalo tú.

Una oración del Siervo de Dios Don Dolindo Ruotolo

¿Por qué os confundís agitándoos? De-


Jesús a las almas:
jad a mí la cura de vuestras cosas y
todo se calmará. En verdad os digo que
cada acto de verdadero, ciego y com-
pleto abandono en mí, produce el
efecto que deseáis y resuelve las si-
tuaciones espinosas.

Abandonarse a mí no significa ator-


mentarse, trastornarse y desesperar-
se, volviendo luego a una oración agi-
tada para que yo os ayude, y cambiar
así la agitación en oración. Abandonar-
se significa cerrar plácidamente los
ojos del alma, transferir el pensa-
miento de la tribulación, y confiarse a
mí para que sólo yo opere, diciendo:
piénsalo tú. Es contra el abandono,
esencialmente contra la preocupación,
la agitación y el querer pensar en las
consecuencias de un hecho.

Es como la confusión que traen los ni-


ños que pretenden que la mamá piense
en sus necesidades, y quieren pensar-
las ellos, obstaculizando con sus ideas
y sus fijaciones infantiles, su trabajo.

1
Cerrad los ojos y dejaos llevar por la el Padre: Santificado sea tu nombre,
corriente de mi gracia, cerrad los ojos esto es, sed glorificado en esta nece-
y no pensad en el momento presente, sidad mía; venga a nosotros tu reino,
transfiriendo el pensamiento del futu- esto es, todo concurra a tu reino, en
ro como de una tentación, reposad en nosotros y en el mundo; hágase tu vo-
mi creyendo en mi bondad, y os juro luntad así en la tierra, como en el cie-
por mi amor que, diciéndome con estas lo, esto es, dispón tú en esta necesi-
disposiciones: piénsalo tú, yo lo pienso dad como mejor te parezca para nues-
de lleno, os consuelo, os libero, os con- tra vida eterna y temporal.
duzco.
Si me decís de veras: hágase tu volun-
Y cuando debo llevaros por una vía di- tad, que es lo mismo que decir: piénsa-
ferente de aquella que veis vosotros, lo tú, yo intervengo con toda mi omni-
yo os adiestro, os llevo en mis brazos potencia y resuelvo las situaciones
haciéndoos hallar, como niños adorme- más cerradas. He aquí, ¿Tú ves que la
cidos en los brazos maternos, la otra enfermedad apremia en vez de de-
orilla. Lo que os trastorna y os hace caer?, no te agites, cierra los ojos y
daño inmenso es vuestro razonamien- dime con confianza: Hágase tu volun-
to, vuestro pensamiento, vuestro tor- tad, piénsalo tú.
mento, y el querer a toda costa procu-
raros aquello que os aflige. Te digo que yo lo pienso y que inter-
vengo como médico, y llevo a cabo un
Cuantas cosas yo realizo cuando el al- milagro cuando ocurre. ¿Tú ves que el
ma, tanto en sus necesidades espiri- enfermo empeora? No te trastornes,
tuales como en aquellas materiales, se sino cierra los ojos y di: piénsalo tú.
vuelve a mí, me mira y diciéndome: Te digo que yo lo pienso, y que no hay
piénsalo tú, cierra los ojos y reposa. medicina más potente que una inter-
Obtenéis pocas gracias cuando os vención mía de amor. Lo pienso sólo
atormentáis por producirlas, tenéis cuando cierras los ojos.
muchísimas cuando la oración es aban-
dono pleno a mí. Vosotros en el dolor Vosotros sois insomnes, vosotros que-
oráis para que yo realice, pero para réis evaluar todo, escudriñar todo,
que yo realice como vosotros creéis... pensar en todo, y os abandonáis así a
No os dirigís a mí, sino queréis que yo las fuerzas humanas, o peor, a los
me adapte a vuestras ideas; no sois hombres, confiando en su interven-
enfermos que piden al médico la aten- ción. Es esto lo que obstaculiza, impide
ción, sino que se la sugieren. No hagáis mis palabras y mis miradas. Oh, como
así, sino orad como os he enseñado en yo deseo de vosotros este abandono

2
para beneficiaros, y ¡cómo me entris- Jesús, piénsalo tú. Y distráete, porque
tezco al veros agitados! Satanás tien- tu mente es aguda... y para ti es difícil
de precisamente a esto: a agitaros ver el mal y tener confianza en mí dis-
para apartaros de mi acción y arroja- trayéndote de ti. Haz así para todas
ros como una presa de las iniciativas tus necesidades, haced así todos, y
humanas. veréis grandes, continuos y silenciosos
milagros. Os lo juro por mi amor. Y yo
Confiad por eso sólo en mí, reposad lo pensaré, os lo aseguro.
en mí, abandonaos a mí en todo. Yo
hago milagros en proporción del pleno Orad siempre con esta disposición de
abandono en mí, y del ningún pensa- abandono y tendréis gran paz y gran
miento vuestro; ¡yo derramo tesoros fruto, incluso cuando yo os concedo la
de gracia cuando vosotros estáis en la gracia de la inmolación de reparación y
plena pobreza! de amor, que importa el sufrimiento.
¿Te parece imposible? Cierra los ojos
Si tenéis vuestros recursos, aunque y di con toda el alma: Jesús, piénsalo
pocos, o si los buscáis, estáis en el tú. No temas, lo pensaré y bendecirás
campo natural y seguís por lo tanto el mi nombre humillándote.
recorrido natural de las cosas, que es
a menudo frecuentemente obstaculi- Mil oraciones no valen un solo acto de
zado por Satanás. abandono: recuérdalo bien. No hay
novena más eficaz que esta:
Ningún razonador o ponderador ha
hecho milagros, ni siquiera entre los
Santos; opera divinamente quien se ¡Oh Jesús me abandono en Ti,
abandona a Dios.
Piénsalo tú!
Cuando veas que las cosas se compli-
can, di con los ojos del alma cerrados:

Potrebbero piacerti anche