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MONICIÓN AMBIENTAL:

Quince años es una edad para creer: es la vida que se abre llena de sorpresas, que se
renueva como un don cotidiano y las invita a participar con sus vidas vigorosas, poniendo
al servicio los talentos que Dios les ha regalado.
 Quince años para ustedes queridas jóvenes Karol Lizeth y Karen Giset , es una edad
para esperar: En el cumplimiento de sus anhelos, en el triunfo del bien, en el
florecimiento de los dones que han recibido durante esta corta vida que han vivido
hasta hoy.
 Quince años para ustedes, es una edad para amar: con un corazón juvenil, libre,
entusiasta y puro. Para amar a todos especialmente a sus familias que tanto las aman,
a sus amigos, y todos los que se acercan a ustedes, viendo en todo y en todos, la
huella del creador.
Sean bienvenidas queridas jóvenes a esta celebración de acción de gracias a nuestro
Creador por el don de la vida que les ha concedido y por el don de sus familias que las
han albergado durante estos primeros 15 años de sus vidas.
Ingresan las quinceañeras mientras se escucha una canción. Al terminar su entrada, se
entona el canto de entrada.
SALUDO DEL PRESIDENTE:
La gracia y la paz de Dios Padre, que nos concedió el don de la vida y
nos hizo sus hijos por el Bautismo, estén con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES:
Vivir quiere decir crecer, y crecer quiere decir madurar. Una persona
madura es la que es capaz de tomar decisiones y hacer compromisos y ser
fiel a ellos, aunque llegue a ser difícil cumplirlos. En este espíritu de fe,
entonces, vamos a ponernos en la presencia de Dios, para reflexionar en la
necesidad que tenemos de la misericordia divina y pedir al Señor se renueve
en nosotros y especialmente en estas dos jovencitas, la gracia bautismal para
el perdón de nuestros pecados y la renovación de nuestra vida:

Un momento de silencio
- Señor, tú no has creado a tu propia imagen, pero hemos deformado esta imagen
tuya por el pecado: Señor, ten misericordia de nosotros.
- Cristo, tú llegaste a convivir con nosotros para compartir nuestra naturaleza
humana con todas sus debilidades menos el pecado. Cristo, ten misericordia de
nosotros.
- Señor, tú nos mandas al Espíritu Santo para llevar a cabo tu obra de amor y
reconciliación en nosotros: Señor, ten misericordia de nosotros.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados, y nos lleve por su Palabra y Eucaristía a la vida eterna.
Luego rocía un poco de agua sobre la cabeza de las jóvenes, mientras se entona el
canto penitencial.

Al terminar recita la siguiente oración sobre las jóvenes.


En este curso de la vida de estas hermosas jóvenes Maira, Marianne y Suanny, acéptalas oh, Dios,
como tus hijas muy amadas. En su quinceavo cumpleaños en esta tierra en que les has permitiste
nacer, ellas te piden que les otorgues tu gracia, todos nosotros te imploramos se lo concedas.
Han vivido, por tanto, han crecido y madurado, y Tú, Eterno, le has servido siempre de ejemplo
y consuelo; les has mostrado en tus mandamientos la manera correcta de conducirse en su vida,
ellas han contado con la compañía y el apoyo de sus padres y las personas que las aman para
ayudarlas a conocerte.
Han recibido las costumbres y la fe de tu Iglesia y han demostrado ser unas buenas hijas. Por todo
ello, Señor, Creador, te pedimos les concedas la oportunidad de fortalecer su espíritu y su fe en
cada día que viva y renovar ahora su consagración bautismal.
Las quinceañeras reciben una pequeña vela y luego el presidente tomando luz del Cirio Pascual,
se acerca a ellas y enciende sus velas, se acompaña con música de fondo, al terminar, se entona
el himno del Gloria.
ORACION COLECTA:
Padre santo, te pedimos que mires con bondad a tus hijas Karol y Karen, aquí presentes
al pie de tu Altar. Ellas han venido a celebrar la vida que tú le has dado a través de sus
padres. Confírmalas en aquella fe que las trae aquí. Por medio de los dones de tu
Espíritu Santo, guía sus pasos por la vida, como guiaste a tu hija favorita, María de
Nazaret; así también que estas jóvenes siempre te agraden y animen a otros a conocerte,
amarte y servirte por la vida cristiana que ellas viven plenamente. Te lo pedimos por
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del Profeta Isaías. 43, 1-6
"Y ahora, así habla el Señor, el que te creó, Jacob,
el que te formó, Israel:
No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre, tú me perteneces.
Si cruzas por las aguas, yo estaré contigo,
y los ríos no te anegarán; si caminas por el fuego,
no te quemarás, y las llamas no te abrasarán.
Porque yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu salvador.
Porque tú eres de gran precio a mis ojos,
porque eres valioso, y yo te amo.
No temas, porque yo estoy contigo:
traeré a tu descendencia desde Oriente
y te reuniré desde Occidente.
Yo diré al Norte: "¡Dámelo!",
y al Sur: "¡No lo retengas,
trae a mis hijos desde lejos
y a mis hijas desde el extremo de la tierra:
a todos los que son llamados con mi Nombre,
a los que he creado para mi gloria,
a los que yo mismo hice y formé! “
Salmo Responsorial: Salmos 41, 2.3; 42, 3.4
Como el venado busca el agua de los ríos,
así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío.
R. Estoy sedienta del Dios que da la vida.
Del Dios que da la vida está mi ser sediento.
¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo?
R. Estoy sedienta del Dios que da la vida.
Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía
y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas.
R. Estoy sedienta del Dios que da la vida.
Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría,
y al mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara.
R. Estoy sedienta del Dios que da la vida.
Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 35-39
¿Quién nos separará del amor de Cristo?
¿Acaso las pruebas, la aflicción,
la persecución, el hambre,
la falta de todo, los peligros o la espada?
Como dice la Escritura:
Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte,
nos tratan como ovejas destinadas al matadero.
Pero no;
en todo eso saldremos triunfadores
gracias a Aquel que nos amó.
Yo sé que ni la muerte ni la vida,
ni los ángeles ni las fuerzas del universo,
ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales,
ya sean del cielo o de los abismos,
ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios,
manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Evangelio según san Lucas 1: 26-38:
El sexto mes envió Dios al ángel Gabriel
a una ciudad de Galilea llamada Nazaret,
a una virgen prometida a un hombre llamado José,
de la familia de David; la virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde estaba ella y le dijo:
—Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Al oírlo, ella quedó desconcertada
y se preguntaba qué clase de saludo era aquél.
El ángel le dijo: —No temas, María,
que gozas del favor de Dios.
Mira, concebirás y darás a luz un hijo,
a quien llamarás Jesús. Será grande, llevará el título de
Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre, para que reine
sobre la Casa de Jacob por siempre y su reino no tenga fin.
María respondió al ángel: —¿Cómo sucederá eso
si no convivo con un hombre?
El ángel le respondió: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti
y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso,
el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios.
Mira, también tu pariente Isabel ha concebido en su vejez,
y la que se consideraba estéril está ya de seis meses.
Pues nada es imposible para Dios.
Respondió María: —Yo soy la sirvienta del Señor:
que se cumpla en mí tu palabra.
El ángel la dejó y se fue.
Homilía.
Profesión de fe
Creo, Padre, ayuda mi poca fe.
Creo en Ti, el Padre con quien puedo contar siempre.
Creo en Jesús, Camino estrecho, Verdad segura, Vida verdadera.
Creo en el Espíritu, que me libera de la tierra.
Creo en la Iglesia que dice sí a Jesús
y camina desde sus pecados construyendo el Reino.
Creo en la bondad y en la limpieza de corazón,
creo en la exigencia y en la pobreza,
creo que el perdón es mejor que la justicia,
creo que es mejor dar que recibir,
creo que servirte es servir a los hermanos,
creo que mi vida tiene valor y sentido,
creo que me quieres y me ayudas,
creo en Ti Padre, ayuda mi poca fe.

Ceremonia de entrega de los símbolos del amor


ENTREGA DEL ANILLO (si lo han presentado)
Un anillo es símbolo de Alianza. Hoy en los quince años de estas tres jóvenes, el anillo
quiere simbolizar el paso de niña a mujer de una vida de sueños y fantasía, a una vida de
ideales y compromisos.
Reciban pues estos anillos, que simbolizan la alianza de responsabilidad que las une con
Dios y con la comunidad.
ENTREGA DE LA CORONA (si la han presentado)
Queridas jóvenes, corremos en la vida como los atletas; pero los cristianos no lo hacemos
para llegar primero o para conseguir una corona de gloria temporal y terrena, lo
hacemos con la esperanza de una gloria mayor, una gloria eterna. Al ponerte esta corona
te comprometes a recibir la llamada a recorrer los caminos de la vida teniendo como
meta la vida eterna, y a buscar siempre la corona de la gloria de la santidad.
ENTREGA DE UN DON
en nombre sus familiares, amigos y conocidos y los demás presentes les entrego este don
secreto; él simboliza nuestras oraciones hoy por ustedes. Damos gracias a Dios por sus 15
años, por su familia, por su juventud, por su belleza, por su alegría, por todo lo que son y
significan para quienes las aman y le pedimos a Él que las siga bendiciendo, te conceda
larga vida y que en el caminar de su existencia siempre las acompañe, las fortalezca y las
consuele.
ENTREGA DE LA BIBLIA
Cuando ustedes eran niñas la voz de sus padres era para ustedes la voz de Dios que les
hablaba; ahora que han crecido es bueno que por sí mismas escuchen esa voz sin
intermediarios. Les entrego la Sagrada Escritura que contiene la Palabra de Dios, que ella
las oriente, las aconseje, las guie, las ayude y las corrija. Escuchen siempre, en su vida, la
voz de Dios, así como han sabido escucharla a través de su mamá.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
Presidente: Encomendando nuestros cuidados y preocupaciones a Dios, por medio de la
persona de Cristo, al decir: Señor escúchanos.
1. Por nuestro Santo Padre, N., por nuestro obispo N., y todos los que han dedicado su
vida al servicio del pueblo de Dios, para que sigan fielmente su vocación, roguemos
al Señor:
2. Por Karol y Karen, quienes celebran su cumpleaños hoy, para que sigan el camino
de Jesús con alegría y generosidad, roguemos al Señor:
3. Por los jóvenes, particularmente por los amigos y familiares las quinceañeras, para
que tengan la fuerza necesaria de vivir según sus principios cristianos, roguemos al
Señor:
4. Por los enfermos y los pobres de nuestra comunidad, para que sientan el amor de
Dios por ellos a través de los que alivian sus necesidades, roguemos al Señor:
5. Por todos nuestros parientes difuntos, para que gocen de la visión de Dios en el cielo,
roguemos al Señor:
6. Por todas nuestras intenciones personales que están en lo íntimo de nuestro corazón
y por todos aquellos por quienes debemos orar, para que reciban las gracias que
necesitan, roguemos al Señor:
Presidente: Dios de amor, a Ti nos acercamos con estas peticiones que te ofrecemos porque
te necesitamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
OFERTORIO
Quinceañera: Este pan y este vino, ofrendas para el sacrificio, “son frutos del trabajo del
hombre”. Presentemos al Señor igualmente nuestros ideales, nuestras alegrías, nuestros
fracasos, seguros de que Él los transformará en fuente de energía para seguir de frente en
la lucha para definir nuestra personalidad.
Oración sobre las ofrendas:
Padre Santo, colocamos en el altar los dones de pan y vino; son las ofrendas que tú nos
pides para el sacrificio eucarístico. Te las ofrecemos con la segura esperanza de que tu
Espíritu Santo las va a cambiar en el cuerpo y sangre de Jesucristo, tu hijo amado. También
junto con ellas te presentamos a estas jóvenes quinceañeras, tus hijas. Que el ofrecimiento
que ellas hacen de su juventud sea agradable y merezca un crecimiento continuo de fe y
caridad, Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

LITURGIA EUCARISTICA

PLEGARIA PARA LA MISA CON NIÑOS II

PADRE NUESTRO.
Con Karol y Karen, unámonos en oración al Padre como Jesús nos enseñó.
Terminando el Padre Nuestro, el presidente invita a las quinceañeras arrodillarse para realizar el
rito de la bendición de las quinceañeras.
BENDICION DE LAS QUINCEAÑERAS.
Señor, Dios nuestro, que buscas la alabanza de tu Nombre en toda la Creación, mira con
bondad a tus hijas N. N. N . en este día de sus quince años, a quienes la fe de la Iglesia
encomienda a tu providencia y protección y, así como tu Hijo, nacido de la Virgen, al
compartir con agrado con los jóvenes, los miraba con cariño, así también, Padre, derrama

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sobre ellas tu bendición , para que, cuando lleguen a mayores, por su buena conducta
en la sociedad, y con la fuerza del Espíritu Santo, sean testigos de Cristo ante el mundo y
enseñen y defiendan la fe que profesan.
Que los caminos se abran a su encuentro,
que el sol brille sobre sus rostros,
que la lluvia caiga suave sobre sus campos,
que el viento sople siempre a su espalda.
Que guarden en su corazón con gratitud
el recuerdo precioso
de las cosas buenas de la vida.
Que todo don de Dios crezca en ustedes
y les ayude a llevar la alegría
a los corazones de cuantos aman.
Que sus ojos reflejen un brillo de amistad,
gracioso y generoso como el sol,
que sale entre las nubes
y calienta el mar tranquilo.
Que la fuerza de Dios las mantenga firme,
que los ojos de Dios las miren,
que los oídos de Dios las oigan,
que la Palabra de Dios les hable,
que la mano de Dios las proteja,
y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
otro las tenga, y nos tenga a todos,
en la palma de su mano.
Ahora, entonces, se invita a las quinceañeras a ponerse de pie. Y es presentada a la comunidad como
la joven que ha celebrado su fiesta ante el altar del Señor.
Presidente: Hermanos y hermanas, aquí les presento ante ustedes a Karol y Karen,
nuestras jóvenes hermanas que en este día acaban de celebrar sus quince años en presencia
de todos ustedes. Expresemos nuestro agradecimiento al Señor por el don de la vida
dándoles un caluroso aplauso.
SALUDO DE PAZ
Compartimos ahora la alegría de estas jóvenes, dándonos fraternalmente un signo de la
paz y del amor de Cristo.
Rito de la comunión
Antífona de la Comunión
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, fieles a tu mandato, acabamos de compartir alegremente este banquete eucarístico.
Es la señal de nuestra unidad contigo y con nuestros hermanos y hermanas. Ahora, cuando
nos despedimos de tu templo para celebrar otro banquete, te pedimos que tú y tu Madre
santa nos acompañen en nuestra fiesta, como lo hiciste en las bodas de Caná. Que nos
preserves firmes en la fe, siempre llenos de esperanza y unidos en el amor verdadero, tú
que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo. Amen.
BENDICIÓN FINAL

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