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“Elyse Fitzpatrick nos ha dado un libro útil, alentador y vivificante que nos
muestra el impacto práctico del gran amor de Dios para Su pueblo en cada
aspecto de la vida cristiana. Su rico entendimiento de la verdad revelada de
Dios, cuando es entendida y aplicada, ciertamente equipará e inspirará a los
cristianos para que cumplan de la mejor manera su fin principal: ¡glorificar y
gozar de Él por siempre!”.
– Carol J. Ruvolo, autor de Grace to Stand Firm: Grace to Grow y No
Other Gospel: Finding True Freedom in the Message of Galatians
“El Espíritu de Dios parece estar iniciando una amplia recuperación del evan-
gelio y sus implicaciones. Cada vez hay más personas que están redescubrien-
do, proclamando y disfrutando la centralidad del evangelio en el ministerio
de la iglesia local y en la vida de un cristiano. Porque Él me ama es otro indicio
de que las brisas frescas del evangelio están soplando. Si amas el evangelio de
Jesucristo, amarás lo que Elyse Fitzpatrick ha escrito en este libro”.
– Donald S. Whitney, profesor de Espiritualidad Bíblica
en The Southern Baptist Theological Seminary y autor
de Disciplinas espirituales de la vida cristiana
“Elyse Fitzpatrick nos recuerda por qué el evangelio es tan buena noticia—no
solo cuando lo escuchamos por primera vez, sino aún después de pasarnos
toda una vida oyendo el mismo mensaje. Esta es una exposición conmovedora
de la verdad del evangelio, mostrando cómo el contenido doctrinal de nuestra
fe no es algo seco y académico, sino una verdad maravillosamente personal y
práctica. Y el mensaje del evangelio no es solo el fundamento de nuestra nue-
va vida en Cristo, sino que también constituye los ladrillos y el mortero. Por
tanto, no solo es relevante al principio de nuestro caminar con Cristo, sino
cada día a partir de ahí. Esa verdad simple, pero crucial, suele olvidarse hoy
en día en las iglesias”.
– Philip R. Johnson, director ejecutivo de Gracia a Vosotros
Una vez más, Dios le ha dado a Elyse el don de explicar y aplicar el evangelio
de Jesucristo al caminar y a las luchas del cristiano. Ella ayuda al lector a ver
que el evangelio no es solo para la salvación, sino que también es vital en el
diario vivir del creyente. Mientras que muchos libros enfatizan el mensaje
del evangelio y descuidan sus implicaciones prácticas, Elyse une ambas cosas
como lo hacen las epístolas del Nuevo Testamento, continuamente apuntan-
do a los lectores hacia Jesucristo y su identidad en Él. ¡No se pierdan este libro
edificante!
– Stuart W. Scott, profesor de Consejería Bíblica en
Southern Baptist Theological Seminary
Porque Él me ama
Porque
Él me ama
Elyse Fitzpatrick
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#PorqueÉlMeAma
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas han sido tomadas de
La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional (NVI) © 1986, 1999, 2015
por Biblica, Inc. Las citas bíblicas marcadas con la sigla NTV han sido
tomadas de La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente © 2010 por Tyndale
House Foundation; las marcadas con la sigla NBLH, de La Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy ©2005 por The Lockman Foundation; las marcadas
con la sigla RVC, de La Santa Biblia, Versión Reina Valera Contemporánea ©
2009, 2011 por Sociedades Bíblicas Unidas; las marcadas con las sigla RV60,
de La Santa Biblia, Versión Reina Valera 1960 © 1988 por Sociedades Bíblicas
Unidas; las marcadas con la sigla TLA, de la Traducción en Lenguaje Actual ©
2000 por Sociedades Bíblicas Unidas
Poiema Publicaciones
info@poiema.co
www.poiema.co
Prefacio ������������������������������������������������������������������������������ 11
Reconocimientos ��������������������������������������������������������������� 13
Introducción: ¿Se te olvida algo? ���������������������������������������� 15
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Porque Él me ama
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Reconocimientos
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Porque Él me ama
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Introducción
¿ Alguna vez has tenido esa sensación incómoda de que se te está ol-
vidando algo importante, pero sencillamente no eres capaz de acor-
darte de lo que es? Yo tuve esa experiencia hace unas semanas, cuando
mi esposo y yo salíamos de la iglesia el domingo por la mañana. Sabía
que algo se me estaba olvidando, pero no tenía ni idea de lo que era. ¿El
bolso? No. ¿La Biblia? La tengo. Al rato, cuando ya íbamos por la calle
principal que llevaba hacia la autopista, de repente empecé a gritar:
“¡Los niños! ¡Los niños! ¡Se nos olvidaron los niños!”. Como podrás
imaginarte, mi esposo le dio la vuelta al carro inmediatamente y voló
de regreso a la iglesia. Yo salté del carro y corrí a buscarlos. Se me había
olvidado que mi hija me había pedido que me llevara a los nietos a
casa, y después que supo que por poco los dejamos, estoy segura de que
se lo pensó dos veces antes de pedírnoslo de nuevo. Me imagino que
esto es algo con lo que muchos de ustedes se pueden identificar, ¿no?
Todos sabemos lo que es olvidarnos sin querer de alguien que amamos.
En el Evangelio de Lucas, leemos una historia similar. Habiendo
terminando su peregrinaje anual para celebrar la Pascua en Jerusalén,
María y José emprendieron su regreso a Nazaret. Cuando ya llevaban un
día de camino, comenzaron a buscar a su hijo entre sus parientes y amis-
tades. Asumían que andaba por ahí con alguien del grupo, pero pronto
descubrieron que no estaba por ningún lado. Regresaron inmediata-
mente a Jerusalén y, después de buscarlo como locos durante tres días,
lo encontraron en el templo, hablando con los maestros (Lc 2:41-45).
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Porque Él me ama
Creo que muchas veces somos como los padres de Jesús. Permí-
teme explicar lo que quiero decir. Se supone que, como cristianos,
celebramos con gozo nuestro Cordero de Pascua (la salvación que te-
nemos en Jesús), pero después, al igual que Sus padres, regresamos
ansiosamente a nuestro Nazaret (a tratar de vivir nuestra fe sin ser cons-
cientes de Su presencia). Por supuesto, asumimos que no está lejos, pero
ni nos hemos dado cuenta de Su ausencia porque estamos demasiado
pendientes de vivir para Él.
Por favor, no me malentiendan. No estoy diciendo que nos ha
dejado atrás. No, Él ha prometido nunca hacerlo. Lo que estoy dicien-
do es que después que somos salvos, una vez que hemos entendido y
aceptado el mensaje del evangelio, la persona y la obra del Redentor
pasan a un segundo plano porque ahora estamos enfocados en otra
cosa: en vivir la vida cristiana. Nos encanta recordarlo en Navidad y
en Semana Santa. Lo adoramos como el bebé en el pesebre; nos rego-
cijamos de la tumba vacía. Pero cualquier otro día, nuestra atención
está enfocada primariamente en nosotros mismos, en nuestra actitud,
en nuestro crecimiento espiritual. Sabemos que la encarnación y la
resurrección son verdades importantes de nuestra salvación, pero hasta
ahí llega su impacto.
Permíteme ilustrar lo que quiero decir. Si yo te preguntara: “¿En
qué manera la encarnación de Jesucristo afectó tu vida en el día de
ayer?”, ¿tendrías alguna respuesta? Todos sabemos que la crucifixión
es importante para nuestra salvación inicial, pero ¿cómo te afectó esta
mañana? Cuando estás esperando en la fila del supermercado o escu-
chando malas noticias de tu doctor, ¿dirías que la cruz consuela tu
corazón? Cuando te das cuenta de que acabas de pecar de la misma
forma otra vez, ¿sientes gratitud y descanso por Su obediencia perfecta?
En otras palabras, ¿dirías que Cristo es sumamente relevante para ti en tu
diario caminar con Él?
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I Introducció
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Porque Él me ama
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Parte uno
C ómo el amor de
D ios transforma
nuestra identidad
Capítulo uno
Recordando Su amor
A ntes de empezar, es vital que sepas hacia dónde vamos con este
libro, así que, en caso de que te hayas saltado la introducción,
por favor tómate un momento para leerla. ¡Gracias!
En este capítulo veremos el amor de Dios en el evangelio, y des-
pués vamos a considerar por qué es importante que lo recordemos.
Sé que probablemente piensas que has escuchado todo esto antes. De
hecho, asumo que ese es el caso. Sé que estas buenas noticias no serán
nuevas noticias para ti. Aun así, te suplico que prestes mucha atención
mientras recorremos este viejo camino una vez más, en busca de nues-
tro Salvador.
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Cómo el amor de Dios transforma nuestra identidad
de nosotros tiene una definición propia del amor, no importa qué tan
ingenuos o sofisticados seamos.
Aunque nuestras definiciones sean diferentes, este libro te recor-
dará lo que es el amor verdadero: que se dio de forma sacrificial, que
transforma poderosamente y que durará por toda la eternidad. En po-
cas palabras, el amor verdadero fue personificado de forma profunda y
perfecta en Jesucristo, el Dios-Hombre que se encarnó, vivió una vida
perfecta, fue ejecutado en una cruz romana, se levantó de los muertos y
ascendió al cielo —en Su cuerpo humano— para allanarle el camino a
los que amó. El amor verdadero fue personificado en el evangelio, y vi-
vir a la luz de esta realidad es fundamental para nuestra transformación.
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R Recordand Re R R Reco
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Cómo el amor de Dios transforma nuestra identidad
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R Recordand Re R R Reco
No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán
motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha naci-
do… un Salvador, que es Cristo el Señor (Lc 2:10-11).
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Cómo el amor de Dios transforma nuestra identidad
Vino a lo que era Suyo, pero los Suyos no lo recibieron (Jn 1:11).
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R Recordand Re R R Reco
“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, afirmó Simón Pe-
dro. “Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás”, le dijo Jesús, “porque
eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el
cielo” (Mt 16:16-17).
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Cómo el amor de Dios transforma nuestra identidad
“Es tal la angustia que me invade, que me siento morir”, les dijo.
“Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo” (Mt 26:38).
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R Recordand Re R R Reco
Eres tú quien dice que soy Rey. Yo para esto nací, y para esto vine
al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de
parte de la verdad escucha Mi voz (Jn 18:37).
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R Recordand Re R R Reco
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Mt 27:46).
Sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y
al instante le brotó sangre y agua (Jn 19:34).
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roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la entrada del sepul-
cro, y se fue (Mt 27:59-60).
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¿Quién nos apartará del amor de Cristo? (…) Pues estoy conven-
cido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demo-
nios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo
profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos
del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro
Señor (Ro 8:35, 38-39).
… dichosos los que no han visto y sin embargo creen (Jn 20:29).
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R Recordand Re R R Reco
… Dios nos resucitó y nos hizo sentar con Él en las regiones ce-
lestiales, para mostrar… la incomparable riqueza de Su gracia, que
por Su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús (Ef 2:6-7).
A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también
los justificó; y a los que justificó, también los glorificó (Ro 8:30).
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Cómo el amor de Dios transforma nuestra identidad
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R Recordand Re R R Reco
Por esta razón me arrodillo delante del Padre… Y pido que, arrai-
gados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con to-
dos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor
de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro
conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios (Ef
3:14, 17-19).
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Cómo el amor de Dios transforma nuestra identidad
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R Recordand Re R R Reco
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Capítulo dos
Olvidando
nuestra identidad
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Esperamos que hayas disfrutado de esta
pequeña muestra del libro Porque Él me ama:
Cómo Cristo transforma nuestra vida.