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Miguel Ángel Rincón Andrade

Sentirse individuo

El fin máximo del fascismo es eliminar la noción de individuo, hacernos pensar en colectivo;
el cual es guiado por una persona superior - el caudillo carismático que encarna el “espíritu
del pueblo”- este tiene la autoridad de dictar una verdad sobre como debe ser el existir de las
personas, y cualquier intento de contrariar esa verdad, es violentada y censurada. Cuando se
habla de fascismo, recuerdo siempre la división de generaciones que nos han impuesto; me
refiero a cuando aseguran, de forma autoritaria, que los nacidos entre 1980 y el 2000 son
“Millennials”, y que por serlo tienen (tenemos, porque yo naci entre esos años) cierto tipo de
gustos y formas de pensar en común. Llamarnos millenials es una forma de categorizarnos,
hacernos pensar en colectivo, y así, matar nuestra individualidad (en el caso de las categorías
generacionales: millennials, centennials… tienen un fin publicitario guiado al acto de
consumir, ya lo dice Rita Laura Segato cuando afirma que las categorizaciones y la
racialización son “una articulacion estructurada de diversas lógicas históricas en torno de una
dominante, la del capital). Ahora cualquier intento de categorizar o de imponer una verdad
sobre la forma de vivir, la voy a considerar fascista, porque de hecho lo es.

¿Cómo matar al fascismo?, la lectura ​“Aníbal Quijano y la perspectiva de la colonialidad del


poder” ​dice “reconocer autoría no es afirmar propiedad sobre un discurso… es concederle su
debida importancia a la complejidad de la escena histórica que un autor captura y condensa
de manera singular en su personalidad y en su obra. Un autor es antena de su tiempo”. El
ejemplo que nos dan pensadores como Quijano y Mariátegui y otros que se mencionan en la
lectura: es la acción de emanciparse de formas de pensar extranjeras, de sentirse individuo y
con la capacidad de desarrollar pensamientos, estructuras y relaciones humanas diferentes a
las que nos impusieron los colonizadores. La cita del texto que referencie al principio de este
párrafo no es más que la definición de lo que yo denomino “pensamiento individual”. La
forma de pensar de un autor no debe ser nunca una verdad, solo es el reflejo de cómo su
personalidad interactúa con el mundo. Matar al fascismo es sentirse individuo, y desde
nuestra individualidad (nuestro mundo) tener la capacidad de comunicarse con otros mundos
(otros individuos). Todos deberían ser autores. Todos deberian, desde su ser, interpretar el
mundo, y a través de formas de expresión artística, comunicar cómo se sienten, y cómo
desean vivir.

¿Por qué la industria cinematográfica de Hollywood es fascista?, en una de las lecturas


definen el concepto de eurocentrismo como: modo distorsionado y distorsionante de producir
sentido, es exactamente así, como el cine gringo actúa en la mente de su público. No
solamente distorsiona la realidad, se adueñan de ella; la han moldeado y ajustado en
función de defender los “valores americanos” (por qué según ellos América es solo Estados
Unidos), hacen lo que Guy Debord llamó “objetivizar la realidad” en la sociedad del
espectáculo. El cine gringo es propaganda de las ideologías estadounidenses, de ahí su intento
de propagarlo a través del mundo y su resistencia a admitir otras cinematografías - otras
formas de concebir la realidad y de relacionarse con ella -. Están llegando al punto de impedir
la distribución de otras cinematografías en resto de lugares del mundo, como en Colombia,
donde producciones hollywoodenses asfixian en taquilla a producciones Colombianas. Los
gringos se niegan a escuchar y a permitir escuchar formas de pensar distintas.

Autoritariamente exigen, a través de su cine, adaptarse al estilo de vida americano: creer en


la democracia y el capitalismo, casa grandes, carros grandes, consumo en exceso,
comodidades absurdas e innecesarias (gracias a la tecnología), la idealización del amor y el
colocar a la familia como núcleo fundamental de la sociedad, y en una posición de ser
sagrada e incuestionable. Y el afán del resto de países por vivir como los gringos es lo que
está llevando a la destrucción ambiental.

¿La globalización nos va a salvar del fascismo Hollywoodense?, según la lectura ​“​Mercados
que desglobalizan” ​no. Pues la globalización no fue más que una ilusión de esperanza donde
artistas iban a tener acceso al mercado, y de esa forma encontrar su público. Esa opción de
acceso al mercado fue cooptada por las más poderosas industrias ( por el capital mismo).
Ellos restringen esa democratización del quehacer artístico, se la dan a esos artistas que a
través de su arte defiendan - seguramente de forma inconsciente - los valores del capital.
Como ejemplo pongo los cantantes de reguetón. ¿Que es el reguetón?, pues una apología al
consumo; a exhibir lujos y dinero, o sea, exhibir capacidad acomulativa.

¿Qué nos va a salvar del capital y del fascismo?, pues el individualismo (ya lo había
mencionado). Una cita en el texto me llamó mucho la atención, dice “habitar en el espacio de
lo no incluido”. El afán por entrar en la globalización, es el afán por sentirse parte del mundo,
sentirse parte de algo. Si nadie habla de nosotros, ya sea por nuestra presencia o nuestra
ausencia, no existimos. En la posmodernidad necesitamos ser vistos, y solo miramos para ver
cómo nos vemos, necesitamos que el mundo y las personas nos devuelvan una mirada que
nosotros no les damos - no hay una real comunicación -.

La categoría de los premios oscar a mejor película en lengua extranjera (que por cierto, este
año 2019 cambio de nombre), es una forma en que hollywood se adueña del cine que no es
creado por ellos (entiéndase también que los premios de la academia son un simbolismo al
poder de los gringos sobre el cine. Ellos se siente con la autoridad de enunciar cuál es la
mejor película del mundo), pues las películas nominadas allí o con fuertes opciones de quedar
nominadas, como: El abrazo de la serpiente y Pájaros de verano (la película que en la historia
de colombia ha tenido mayor proyección internacional), son filmes que nos recuerdan
quienes son los países desarrollados y subdesarrollados, películas que fácilmente entran a
servir a la ideología americana, películas que se jactan diciendo que hablan o retratan la
realidad, pero no son más si no una exotización de la misma.
El cine nos sirve para saber lo que otros - Europa y Estados Unidos - quieren ver de nosotros:
narcotráfico, subdesarrollo, pobreza, indios, selva… y así poder dárselo. El cine de los
colonizados ha reafirmado las categorías impuestas por los colonizadores.

Tenemos la necesidad de ser avalados por algo o por alguien, por el poderoso, por el
colonizador, por el que domina el mercado. El mensaje detrás de la categoría mejor película
extranjera es: existes, porque yo digo que existes. Ahí ya se perdió el individualismo.
“Habitar en el espacio de lo incluido” vendría siendo la capacidad de un autor de no necesitar
de premios, de gran público, de grandes retribuciones económicas, solo valerse de sus
habilidades comunicativas. El cine tiene un ejemplo de esa clase de autor, es Andréi
Tarkovsky, el autor que no se puede encasillar ni categorizar en ningún tipo de vanguardia o
movimiento cinematográfico, porque fue capaz de encontrar su individualidad y expresara.

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