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Solidaridad humana y compañerismo cristiano

para afrontar un problema en Antilla.


Por JMTH.
El compañerismo cristiano y la solidaridad humana entre vecinos, ha
demostrado en el marítimo municipio de Antilla, Holguín, Cuba, que los
problemas, amén de parecer grandes, pueden encontrar soluciones
atenuantes o viables.

Con la nueva instalación del Acueducto este-oeste, muchos territorios se han


visto afectados con el suministro de agua a la población, a causa de que por
las limitaciones de recursos en diferentes aspectos, la obra no se ha podido
materializar en el tiempo previsto.

No obstante los lugareños que ya reciben el agua potable en sus viviendas, se


sienten alegres porque el sueño de años, se está materializando. Es bueno
resaltar la solidaridad humana entre vecinos y locales, porque a aquellos
circuitos que aún no les llega el agua de ninguna manera, reciben el apoyo de
carros-pipas estatales y de trabajadores por cuenta propia, acorde a las
disponibilidades de combustible, y a los que no reciben el agua en sus
hogares, por una razón u otra, los vecinos que ya reciben el preciado líquido,
les aportan gratuitamente un cubo con agua, galones con el líquido, etc. La
muestra más solidaria de este gesto, fue la de Carlos González, quien
compartió con su vecino medio galón de agua, del que había obtenido para

Envase de agua vacío en una


vivienda.

su vivienda.

Es de resaltar la obra cristiana del actuar de algunos seres humanos de hoy,


porque Jesucristo dijo, según el evangelio de: Mateo: 22:37-39: 37 Jesús le
dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Por eso, los Antillanos, confiados en la Promesa de Jesucristo, cuando dijo:


Juan, Capítulo 14:
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

En el verso 21, les dijo:


21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama;
y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él.

Por eso, esa obra humanitaria de los Antillanos de compartir el agua


que ya poseen con quienes no la poseen aún, de seguro, será premiada
por Dios, quien es dueño del Poder y del Hacer.

¡Que Dios Bendiga a los bienhechores y hacedores del bien a sus


semejantes!. Amén.

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