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La manera en los operadores jurídicos tiene que construir sus argumentos, premisas
y conclusiones está condicionada a una serie de factores derivados del tipo de
norma jurídica que se trate, ya sea que estén redactadas en forma de reglas o en
forma de principios, además de la importancia de los derechos humanos y los
estándares internacionales al respecto.
Es posible que el tema sea no argumentativo, por ejemplo, que se pidan las
causas de ciertos sucesos o una descripción de algún objeto.
Se responsable: investiga y cita las fuentes de las que tomas tus razones. Se
cuidadoso: analiza si tus razones realmente apoyan la posición a la que
quieres llegar, no caigas en una falacia de irrelevancia.
Debemos valorar aquí el rol que cumple el abogado en atención a que, si el mismo
materializa su deber de formular ordenadamente su pretensión, si desarrolla una
capacidad argumentativa que no solo recurra al esquema persuasivo, sino al mapa
conceptual del conocimiento suficiente y profundo de los hechos, entonces la tarea
motivadora del juez se beneficia enormemente, dado que ante una argumentación
insoslayablemente buena, y sobre todo fundamentada en el derecho y la prueba
aportada, no le queda al decisor racional sino conceder tutela respecto de la
pretensión propuesta.
Dimensión social.
Dimensión normativa.
Dimensión axiológica.
Ámbito de la argumentación.
Aplicación de la lógica.
Esta argumentación es llevada a cabo por el juez o tribunal que conoce de la causa
en determinada materia, su trascendencia se traduce en la resolución que tome
dicho tribunal o juez.
Argumentación por parte del abogado litigante:
Saber evaluar las fuentes: Usar fuentes confiables y mencionarlas. Pedir que las
fuentes sean expertas reconocidas, sin conflicto de intereses y en acuerdo entre
ellas. Pedir que las fuentes usen procedimientos establecidos y confiables, la
mínima inferencia, reportes actualizados, reportes directos, documentados y
corroborados, condiciones adecuadas de observación, incluyendo instrumentos.
La argumentación
Desde los inicios de las civilizaciones humanas, el hombre siempre ha hecho uso
de la argumentación en cualquiera de sus enfoques (política, jurídica o filosófica);
Aristóteles fue el creador de uno de los métodos más conocidos en las sociedades
actuales, la Mayéutica, que por medio de preguntas hacia el receptor, se procuraba
en alcanzar la verdad. Cicerón utilizaba un lenguaje connotativo (argumentos
jurídicos) y denotativo (inducción al sentimiento) con el objeto de ganar los juicios
que tenía asignados. En México, el Doctor Belisario Domínguez, con el argumento
jurídico que emanaba de la Constitución Política de la Nación, hacía que se
opusieran los Senadores de la República en contra de la usurpación Huertista, que
le hizo pagar con su vida el costo de la libertad de expresión. Es menester señalar
el grado de dificultad que puede llegar a alcanzar un discurso, sobre todo, que la
audiencia quede convencida de la idea que estas tratando de darles a conocer, toda
vez que los criterios varían de persona a persona, y estos en la mayoría de los casos
no tendrán el mismo punto de vista del que tú tienes; pero de ello se deriva la
importancia de la argumentación, el saber hablar con buenos argumentos, es decir,
que lo que digas tengan cimientos para que cuando se presente un argumento en
contra, no se derrumbe la postura que tienes y puedas sostener la idea con buenas
bases.
Con ello, se tiene especial consideración en el tipo de argumento que conviene usar
según en el tipo de receptor del mensaje, pues bien habrá argumentos que serán
muy convincentes para algunos y para nada convincentes para para otros. Por ello,
si el receptor es el pueblo, el argumento tiene una forma amena y hasta metafórica,
pero sí en cambio el receptor es un lógico matemático, este tipo de argumentos no
le convencerán sino que habrá que utilizar argumentos lógico formales y si el
receptor es el juez, entonces los argumentos necesariamente deberán ser
argumentos jurídicos expresados en un discurso persuasivo que siempre versan
sobre los hechos y el derecho, y precisamente En el encuadre legal, y precisamente
en el encuadre legal, jurídico, desde el derecho que se pretende dar a una situación
de hecho.