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Introducción.

La argumentación, parafraseando al maestro español Manuel Atienza, contribuye a


que los juristas sean más conscientes de su propio quehacer, esto es, dentro de
una faceta descriptiva de la argumentación. Así mismo, una perspectiva prescriptiva
nos lleva a concluir como deberían decidir los jueces en los casos difíciles. Lo
anterior implica que, si el caso puesto en nuestro conocimiento no es complejo,
bastara que hallemos la solución al conflicto en el sentido previsiblemente literal de
la norma jurídica.

El tema de la argumentación jurídica es uno de los aspectos más discutidos y que


mayor interés comienza a generar entre estudiantes de Derecho y quienes ya son
abogados, puesto que se enfrentan a la situación de que el aprender la parte teórica
del Derecho no lo es todo para un ejercicio exitoso de su profesión.

Existen situaciones donde ocurre un debate y para participar en este debate,


sosteniendo una tesis o refutando una tesis, necesitamos Argumentar. Para
argumentar de manera eficaz debemos entrenarnos en el uso de diversas técnicas
y también, si solo quisiéramos ser espectadores, es necesario este entrenamiento
para juzgar con mejor criterio cual tesis esta mejor o peor defendida.

Puesto que argumentar en términos generales es dar razones para apoyar


afirmaciones que se hacen, siendo una actividad que se hace a diario, y en el
Derecho es una actividad central, por lo que es de gran importancia que estudiantes
y profesionales lleven a cabo en buen manejo de la argumentación en el aspecto
jurídico.
La importancia argumentación jurídica

Tanto en nuestra vida en general como en la vida profesional de los abogados, la


argumentación es una actividad omnipresente. Cuando argumentamos, lo que
hacemos en realidad es comunicarnos con los demás a través del ofrecimiento de
razones.

La argumentación es un proceso comunicativo cuyo objetivo es persuadir. Una


buena argumentación se basa en razones, razones válidas y legítimas, para
demostrar que lo que decimos es correcto, para lograr convencer a las demás
personas sobre cierto punto, o para que actúen como queremos que lo hagan.

Para los abogados, la capacidad argumentativa es indispensable y quizá la cualidad


más relevante para distinguir entre los buenos abogados y los abogados mediocres,
sin embargo, saber argumentar bien requiere ciertas características y reglas que
han venido cambiando y evolucionando en años recientes.

La manera en los operadores jurídicos tiene que construir sus argumentos, premisas
y conclusiones está condicionada a una serie de factores derivados del tipo de
norma jurídica que se trate, ya sea que estén redactadas en forma de reglas o en
forma de principios, además de la importancia de los derechos humanos y los
estándares internacionales al respecto.

Una de las características más relevantes de los ordenamientos jurídicos actuales


consiste en que la mayoría de normas jurídicas se encuentran redactadas en forma
de principios, lo que exige nuevas pautas argumentativas y mayores retos para la
construcción de buenos argumentos. Estas exigencias superan la forma tradicional
de la subsunción, concentrándose en el juicio de ponderación y el principio de
proporcionalidad.

A continuación dejamos a su disposición libros, artículos, videos y enlaces


relacionados con los temas más relevantes de la argumentación jurídica, como el
principio de proporcionalidad, el juicio de ponderación, las falacias, la inferencia,
entre otros
¿Cómo preparar una argumentación jurídica?

1. Identifica el problema general que se pretende discutir.

Es posible que el tema sea no argumentativo, por ejemplo, que se pidan las
causas de ciertos sucesos o una descripción de algún objeto.

Un desacuerdo porque hay quien considera que no debe permitirse, y hay


quien considera que sí.

2. Determina tu posición con respecto al problema.

La posición que tomes con respecto al problema discutido será la conclusión


más general que debes defender.

3. Determina tus principales razones.

Se responsable: investiga y cita las fuentes de las que tomas tus razones. Se
cuidadoso: analiza si tus razones realmente apoyan la posición a la que
quieres llegar, no caigas en una falacia de irrelevancia.

4. Arma tu argumento uniendo las partes mediante algún marcador


argumentativo, de manera que sea fácil para los oyentes identificar tu
punto de vista y tus razones.

Aunque en algunos casos la ambigüedad puede jugar a tu favor, también


puede jugar en tu contra, pues tal vez los demás malinterpreten tu punto de
vista o no le den la importancia que se merece por culpa de que tus
argumentos son confusos.

5. Pregúntate si algún de las razones que apoyan tu conclusión ha sido


cuestionada o no es aceptada por la otra parte.

Si la respuesta es afirmativa, hay un posible su problema que se debe


resolver. En tal caso, debes dar razones en defensa de tu premisa, de
manera que está armando un sub-argumento. Para preparar este, es
conveniente volver al punto 2.
Momentos en los que argumenta el jurista

La demanda es la primera oportunidad del abogado para argumentar y desde el


inicio se debe plantear una estrategia a seguir y por ello es importante tomar en
cuenta: el tipo de juicio, civil o penal, el tipo de tribunal civil, penal, laboral, familiar,
porque en cada caso se regirá por distintos principios procesales, el contenido de
argumentación jurídica, si son cuestiones de hecho o de derecho, las pruebas con
las que se cuentan: favorables, desfavorables, equilibradas; el derecho que apoya
nuestra posición o es adverso a ella, todo esto es importante para saber cómo
argumentar a fin de obtener una solución favorable. La contestación de la demanda
es una oportunidad para plantear estrategias argumentativas que permiten refutar
los cargos y los argumentos de la parte contraria, en la que se pueden seguir las
siguientes líneas de defensa:

 Negar los cargos confutando las pruebas o la coherencia lógica de la


hipótesis acusatoria.
 Exposición de contra hipótesis que debiliten las hipótesis acusatorias.
 Exposición desagregada de las pruebas para restarles valor probatorio a las
pruebas de la parte contraria.
 Comprometerse a demostrar su teoría del caso con las pruebas que cuenta.
 Presentar los hechos con claridad y su relación con el derecho; y no hacer
conclusiones.
 Reservarse las opiniones.
 Presentar las pruebas objetivamente.
 Anticipar las propias debilidades y explicarlas razonablemente.
 Identificar a los principales involucrados en el caso.

De acuerdo con el sistema penal acusatorio o adversario la refutación de que los


alegatos es la oportunidad que tienen los abogados para contradecir los argumentos
del adversario, la cual puede consistir:

 Negando la narración de los hechos en su totalidad.


 Aceptando con carácter general la verdad del enunciado factico, pero
indicando que se produjo en condiciones diferentes a las sostenidas por el
demandante o denunciante.

Estableciendo un enunciado factico acerca del hecho x, hecho que es incompatible


con la verdad del enunciado factico que afirma la existencia de Y. En este sentido
puede sucedes que, en base a alguna razón de orden general, física o jurídica, la
existencia de X excluya la existencia de y viceversa.

Alegando un hecho extintivo, modificativo o impeditivo de los efectos que derivan


del hecho constitutivo, en este caso la hipótesis sostenida por el actor no se niega
ni se contesta por el demandado, quien se defiende aleando un hecho diferente Y
no incompatible con X pero que incide sobre las consecuencias jurídicas.

La argumentación del juez y el defensor.

La argumentación, contribuye a que los juristas sean más conscientes de su propio


que hacer, esto es, dentro de una faceta descriptiva de la argumentación. Así
mismo, una perspectiva prescriptiva nos lleva a concluir cómo deberían decidir los
jueces en los casos difíciles. Pero ¿qué se argumenta? Según el maestro español,
significa exponer las premisas, normativas o no, de una inferencia práctica, es decir,
de un razonamiento cuya conclusión es una norma. Nos dice, también, que no es
posible estudiar la argumentación jurídica aisladamente, sin ninguna atención a la
razón práctica, así como que la argumentación jurídica nos va servir para resolver
conflictos de envergadura compleja. Y en efecto, prevemos que es así. Los casos
sencillos no nos van a exigir más allá de la aplicación de la subsunción como
procedimiento de resolución directa.

El producto de estos estándares no se resume sino en una argumentación


suficiente, válida e idónea que ya no necesita solo del concurso de los abogados en
la formulación de la pretensión, sino que va a requerir medir todas las destrezas y
fuerzas del juez para hallar una solución equilibrada, justa y razonable al problema.

Debemos valorar aquí el rol que cumple el abogado en atención a que, si el mismo
materializa su deber de formular ordenadamente su pretensión, si desarrolla una
capacidad argumentativa que no solo recurra al esquema persuasivo, sino al mapa
conceptual del conocimiento suficiente y profundo de los hechos, entonces la tarea
motivadora del juez se beneficia enormemente, dado que ante una argumentación
insoslayablemente buena, y sobre todo fundamentada en el derecho y la prueba
aportada, no le queda al decisor racional sino conceder tutela respecto de la
pretensión propuesta.

Es conveniente diferenciar, que en tanto la intervención del abogado respecto a la


solución del conflicto es de valoración, elección y decisión, y fundamentalmente de
persuasión, la tarea del juez difiere por cuanto representa una actividad de
conocimiento.

En efecto, el abogado valorará la dimensión de solución del problema de su


patrocinado desde la óptica de atender a la defensa de la posición de su cliente, a
lo cual debemos agregar que ello es razonablemente legítimo.

Tridimensionalidad de la argumentación jurídica.

 Dimensión social.
 Dimensión normativa.
 Dimensión axiológica.

Ámbito de la argumentación.

La experiencia en el ejercicio de la ocupación jurídica así como la teoría de la


argumentación jurídica conducen a identificar las áreas en las que se requiere del
empleo de esta, en el ejercicio de la magistratura en la defensa, en el procedimiento
judicial o administrativo o arbitral, en la asesoría jurídica a personas jurídicas
públicas o privadas, en el ejercicio de la potestad de legislar, en la enseñanza del
Derecho, en la investigación jurídico-social o socio jurídico, y en los estatutos y
exposiciones de los juristas.

Presupuestos para la argumentación jurídica idónea.

 Dominio cognitivo del argumentante sobre el objeto de la argumentación


jurídica.
Es necesario conocer que es lo que se trata de demostrar o refutar. Ese nivel óptimo
de conocimientos del problema se refleja en el planteamiento y razonamiento
estricto e inequívoco de la tesis que se defiende o se refuta. Es también necesario
que los interlocutores conozcan plenamente aquellos que es objeto de la
argumentación. En el caso de los órganos colegiados deben establecer una
metodología adecuada que permita a cada integrante conocer y evaluar cada
argumento de la decisión de adoptar. Por eso, es censurable, por ejemplo, que
algún magistrado firme resoluciones sin leerlas, o sea, sin saber de qué trata, tal
actitud es una irresponsabilidad que equivale a abdicar de una de las exigencias
porque y para que se ha de decidir, porque y para que dé ha de decidir; dicha
omisión es una actitud negativas que implica infracción al deber jurídico de motivar
la resolución, ya que suscribe argumentos y decisiones que no conoce y de esa
manera también incurre en un grave atentado contra la seguridad jurídica.

 Aplicación de la lógica.

Conocimientos y aplicando puntual de los principios de la lógica general, así como


las categorías y cánones de la lógica jurídica, son inevitables para el rigor en la
argumentación.

 Aplicación de conocimientos de mayor grado de abstracción.

Es muy importante para lograr eficiencia cognitiva como resultado de la


argumentación, la aplicación puntual, en caso necesario de conocimientos de
Ontología, Epistemología, Deontología jurídica, etc., igualmente importante es la
aplicación de la doctrina jurídica de la especialidad pertinente, así como de las
categorías de Teoría General de Derecho.

Tipos de argumentación jurídica.

Argumentación por parte del juzgador:

Esta argumentación es llevada a cabo por el juez o tribunal que conoce de la causa
en determinada materia, su trascendencia se traduce en la resolución que tome
dicho tribunal o juez.
Argumentación por parte del abogado litigante:

Este tipo de argumentación es aquella que desarrollará el abogado de la causa ante


juez o tribunal que este conociendo de la misma, para esto el abogado habrá de
valerse de sus habilidades como buen orador, así como de sus herramientas de tipo
lingüístico para poder obtener resolución o sentencia favorable.

Reconstrucción informal de argumentos

Saber analizar un argumento: Identificar el tema, clarificar los términos claves


(Eliminar ambigüedad y vaguedad, distinguir extensión e intensión de un concepto,
manejar los distintos tipos de definición (nominal, real, normativa, descriptiva) y sus
reglas); identificar la conclusión y las premisas mediante partículas indicadoras;
eliminar material: Repeticiones, Digresiones, Ilustraciones, Retórica.

Saber pasar en limpio un argumento: Uniformar expresiones, tal vez parafraseando.


Diagramar argumentos y debates complejos: Divergentes, Convergentes y
Encadenados (seriales). Añadir premisas implícitas. Añadir conclusiones implícitas.
Identificar consecuencias teóricas y prácticas.

Evaluación informal de argumentos

Saber evaluar las premisas: Verdad (Probabilidad, Plausibilidad, Aceptabilidad),


Pertinencia, Suficiencia (cuándo vale un ejemplo o un contraejemplo).

Saber evaluar las fuentes: Usar fuentes confiables y mencionarlas. Pedir que las
fuentes sean expertas reconocidas, sin conflicto de intereses y en acuerdo entre
ellas. Pedir que las fuentes usen procedimientos establecidos y confiables, la
mínima inferencia, reportes actualizados, reportes directos, documentados y
corroborados, condiciones adecuadas de observación, incluyendo instrumentos.

Saber evaluar las inferencias: Distinguir verdad de validez. Reconocer tipos de


argumento (y de evidencia): deductivos, inductivos, adictivos, por analogía,
probabilísticos, estadísticos. Reconocer las relaciones entre partes de un
argumento: causales, temporales, retóricas, lógicas. Reconocer las más comunes
falacias Formales, Materiales y Probabilísticas.
Reconstrucción de argumentos.
Normalmente, quien identifica y reconstruye un argumento lleva a cabo cuatro pasos
de manera intuitiva. Estos pasos u operaciones son: supresión, permutación,
sustitución y adición.
Supresión.
Consiste en la eliminación de todos los elementos que no son directamente
relevantes para formar el argumento, tales como repeticiones, información
redundante, información superflua o meramente explicita.
Permutación.
Consiste en el reordenamiento de los elementos del discurso original de una manera
que clarifique las razones dadas por el argumentante. La permutación tiene más
sentido cuando estamos ante muchos argumentos que organizar, especialmente si
esos argumentos son complejos.
Sustitución.
Consiste en cambiar las expresiones ambiguas por expresiones más claras.
También implica la estandarización de las expresiones. Por ejemplo, si el
argumentante usa dos expresiones para referirse a lo mismo, el analista puede
sustituir ambas por una tercera expresión más clara.
Adición.
Este es el paso más complejo y problemático de todos. Consiste en hacer expresos
los elementos del argumento que han sido dejados implícitos por el argumentante.
Es decir, la adición en este caso es una operación que toma un argumento de
expresión incompleta y lo convierte en un argumento completo con todos sus
elementos argumentativos explícitos.
La adición de los elementos explícitos en el argumento es una tarea delicada que
requiere comprender el contexto donde se inscribe el argumento. Siempre es
importante guiarse por el principio de caridad al momento de añadir cosas.
Es posible que un argumento necesite solo alguna de las operaciones. Pero se debe
tener cuidado al reconstruir, especialmente al añadir elementos, pues es posible
que la otra parte no haya querido decir lo que se cree que dejo implícito.
Argumentar, es sin duda una de las habilidades (si no es que la más importante)
que todo buen abogado ha de saber desarrollar y llevar a la vida de la práctica
forense, es por ello que hemos de estar los suficientemente preparados para poder
llevar a buen término los asuntos que se encuentren bajo nuestro patrocinio.

Concepto de Argumentación Jurídica

Hemos de entender por argumentación jurídica al conjunto de razonamientos de


índole jurídico que sirven para demostrar, justificar, persuadir o refutar alguna
proposición que va encaminada a la obtención de un resultado favorable a favor del
litigante y su cliente o para la resolución de un caso controvertido por parte del
juzgador o tribunal de determinada causa.

Durante el desarrollo de este ensayo, expresaré la forma en que el medio político


se ve envuelto por argumentación jurídica, y que uno sin el otro no pueden
concebirse, hablando meramente desde el punto racional, lógico y en
epistemológico, es decir, con bases de conocimiento y no simplemente argumentos
burdos o que solo la gente falta de cultura pueda apreciar.

Comencemos pues en el estudio según mi perspectiva de la argumentación, y no


desde el estudio doctrinal, porque podríamos hacer alusión a demasiados
esquemas y conceptos que componen a la argumentación, sino desde el plano
realista, desde la realidad social, desde los hechos sociales y la forma en que un
discurso con buenos argumentos o una buena argumentación en coadyuvancia con
una buena técnica de disertación, pueden penetrar la atención de las personas y
cambiar su perspectiva adecuando la de ellas en nuestra posición.

La importancia de la argumentación en la política

La argumentación

Desde los inicios de las civilizaciones humanas, el hombre siempre ha hecho uso
de la argumentación en cualquiera de sus enfoques (política, jurídica o filosófica);
Aristóteles fue el creador de uno de los métodos más conocidos en las sociedades
actuales, la Mayéutica, que por medio de preguntas hacia el receptor, se procuraba
en alcanzar la verdad. Cicerón utilizaba un lenguaje connotativo (argumentos
jurídicos) y denotativo (inducción al sentimiento) con el objeto de ganar los juicios
que tenía asignados. En México, el Doctor Belisario Domínguez, con el argumento
jurídico que emanaba de la Constitución Política de la Nación, hacía que se
opusieran los Senadores de la República en contra de la usurpación Huertista, que
le hizo pagar con su vida el costo de la libertad de expresión. Es menester señalar
el grado de dificultad que puede llegar a alcanzar un discurso, sobre todo, que la
audiencia quede convencida de la idea que estas tratando de darles a conocer, toda
vez que los criterios varían de persona a persona, y estos en la mayoría de los casos
no tendrán el mismo punto de vista del que tú tienes; pero de ello se deriva la
importancia de la argumentación, el saber hablar con buenos argumentos, es decir,
que lo que digas tengan cimientos para que cuando se presente un argumento en
contra, no se derrumbe la postura que tienes y puedas sostener la idea con buenas
bases.

Teorías de la argumentación jurídica.

Estas aparecen a mediados del siglo XX de resulta del desengaño de algunos


autores con el rendimiento de la lógica para el derecho y ante su insatisfacción ante
las tres doctrinas jurídicas dominantes: realismo, normativizo y humoralismo. Con
las teorías de la argumentación jurídica hay un cambio de paradigma en el
pensamiento jurídico y el derecho empieza a verse antes que nada como praxis
argumentativa. Dentro de esa orientación común, hay tres tipos de teorías de la
argumentación: descriptiva, normativa débil, y normativa fuerte.

 Consideraciones cobre el marco teórico en el que aparecen las teorías de la


argumentación jurídica: La teoría moderna viene debatiendo sobre varios
tipos de relaciones normativas. Se llama relaciones normativas a aquellas en
las que importa alguna forma de calificación normativa, de calificación a tenor
de normas.
 Dilemas y divergencias en la teoría de la argumentación jurídica: Lo que se
puede llamar el núcleo duro de la teoría de la argumentación jurídica es muy
importante para la teoría del derecho, pero no es absolutamente peculiar de
lo jurídico.
Conclusión.

Gracias al presente trabajo, he podido comprender que asimismo en el argumento


cobra importancia la persona ante quien se desarrolla el argumento puesto que, a
este, se trata de convencer o más bien persuadir. En este sentido la argumentación
toma en cuenta los tres elementos de la comunicación: emisor, receptor y el
mensaje o argumento.

Con ello, se tiene especial consideración en el tipo de argumento que conviene usar
según en el tipo de receptor del mensaje, pues bien habrá argumentos que serán
muy convincentes para algunos y para nada convincentes para para otros. Por ello,
si el receptor es el pueblo, el argumento tiene una forma amena y hasta metafórica,
pero sí en cambio el receptor es un lógico matemático, este tipo de argumentos no
le convencerán sino que habrá que utilizar argumentos lógico formales y si el
receptor es el juez, entonces los argumentos necesariamente deberán ser
argumentos jurídicos expresados en un discurso persuasivo que siempre versan
sobre los hechos y el derecho, y precisamente En el encuadre legal, y precisamente
en el encuadre legal, jurídico, desde el derecho que se pretende dar a una situación
de hecho.

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