Sei sulla pagina 1di 2

EL METODO “NADIE GANA, NADIE PIERDE”

Necesariamente en la relación padres/hijos surgen conflictos y luchas de poder.


En cualquier relación humana existen este tipo de conflictos, en la medida en
que todos nos limitamos la libertad mútuamente y nos disputamos los espacios y los
recursos. Pero en mayor medida cuándo se da una relación desigual de autoridad en
la que corresponde a los padres establecer el marco de principios y valores en que se
desenvuelve la familia y ejercer el control de la conducta y las actitudes de los hijos.
Ante esta situación podemos adoptar básicamente tres actitudes:
El autoritarismo: Los padres establecen las normas.
Los padres sancionan.
Los padres solucionan los problemas.
Los padres toman todas las decisiones.
Las actitudes autoritarias provocan en el niño:
Rechazo, enojo, resentimiento, rabia, deseo de
“contraatacar”, o bien: Frustración, sentimientos de
inferioridad, sumisión, culpabilidad, dependencia,
incapacidad de pensar por sí mismos.

La permisividad: No existen normas ni sanciones.


En cada momento actuamos según nuestros impulsos.
Cada cual se tiene que resolver sus problemas.
Las actitudes excesivamente permisivas provocan en el niño:
Confusión, inestabilidad, nerviosismo, inseguridad,
agresividad, prepotencia, dificultad para controlar las
emociones y la conducta, falta de criterios para encontrar
soluciones a los problemas.

La educación democrática:
Existe un control firme y consistente, basado en la
comunicación, el afecto y la confianza.
Las normas se establecen de forma razonada con la
participación y la reflexión de todos. Teniendo en cuenta
las necesidades y los sentimientos de todos.
Entre todos determinamos las consecuencias que tendrá
un comportamiento inadecuado.
Pueden existir diferentes soluciones a los problemas.
Entre todos exploramos soluciones.
Todos podemos elegir dentro de unos límites.
Las actitudes democráticas permiten:
Mayor equilibrio personal, confianza en las propias
posibilidades, capacidad de ponerse en el lugar del otro,
capacidad de escucha, mayor comprensión y aceptación
de las emociones, capacidad de autorregulación, mayor
calidad en las relaciones afectivas.

Este es el marco de referencia que hace posible afrontar los conflictos


de forma enriquecedora.
El método “Nadie gana, nadie pierde” se basa inicialmente en la idea de no
entrar en un choque frontal de intereses que solo puede terminar con un
enfrentamiento, en el que necesariamente alguien tiene que imponerse.

Se fundamenta en la flexibilidad:

- Pueden existir diferentes soluciones a un problema.


- Siempre puede haber un margen de elección entre varias posibilidades
respetando unos límites: Elegir una comida, una ropa, un juego, a la hora
de realizar una tarea: En el tiempo, en la forma,..
- Si, a pesar de todo surge el conflicto, aplicamos los seis pasos:

1.- Identificamos y definimos el conflicto: Cada uno expresa sus


dificultades y sus sentimientos. Utilizamos los “mensajes yo” (Me
siento…)
2.- Generamos posibles alternativas para la solución. Mejor siempre que
sean varias.
3.- Evaluamos las alternativas, imaginamos las consecuencias de cada
una de ellas.
4.- Decidimos qué solución es la mejor.
5.- Determinamos cómo vamos a llevar a la práctica esta solución.
6.- Después de un tiempo comentamos cómo funcionó. Evaluamos la
solución.

No olvidemos que este método no se enseña con palabras. Podemos tener un


discurso democrático y practicar el autoritarismo en nuestra vida cotidiana. Podemos
creer que nos comunicamos con nuestros hijos y en realidad solo sermonearles.
Debemos impregnar nuestra vida cotidiana de actitudes de respeto, confianza y
tolerancia. Debemos ser los primeros en asumir nuestras responsabilidades y nuestros
errores y, sobre todo, debemos hacerles sentir que para nosotros es importante lo que
sienten y lo que piensan y que estamos ahí cuando nos necesitan.

Potrebbero piacerti anche