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“Nuestras emociones están allí para ser sentidas, pero no para dominar nuestra vida, porque,
de hacerlo, se volverán tóxicas”.
En este capitulo comprendí que la ansiedad no es mas que visualizar el futuro de manera
negativa, la reacción de defensa ante cualquier situación que se esta viviendo. Comprendí la
importancia de ponerse más atención a mis pensamientos, para poder identificar cuáles son los
que me están provocando las emociones negativas, los cuales, con el paso del tiempo pueden
ser veneno para nuestro cuerpo.
Como seres humanos que somos tenemos derecho a sentir un bajón nunca permanecerá en el
tiempo, sin embargo, si estos sentimientos permanecen en nuestro interior y no se van, quiere
decir que nos encontramos en una angustia tóxica, entonces debemos reconocer y aprender
todas las cosas buenas que tenemos y no permitir que aquellas que no lo son nos dominen tanto.
Pongámosle freno a la angustia, superémonos a nosotros mismo y aprendamos a ser felices,
porque somos personas que tenemos un destino, una meta por alcanzar, nuestra vida no es
absurda, en lo absoluto, nuestra vida es única.
Todos tenemos dominio propio, autoridad sobre nosotros mismos y sobre nuestras reacciones.
Cuanta más frustración hay en la persona, habrá más agresión. Al enojo y la bronca hay que
dejarlas salir.
Reconoce tu enojo, pero no vivas con él, suéltalo sanamente. En la mente y en el alma del que
está en paz consigo mismo, no hay tiempo para la violencia. La gente agrede para que seas como
ellos, pero nadie puede ir hacia el futuro mirando hacia atrás.
La envidia en una emoción que intoxica en nuestras relaciones interpersonales, nuestra forma
de conectarnos con quienes nos rodean. Sufrimos nosotros y las personas que nos rodean. El
presente libro nos propone formas sencillas para salir de la envidia, pues nos dice que debemos
empezar por tener confianza en nosotros mismos, aprender de no fijarme en los demás,
descubrir y explotar mi singularidad, no hablar mal de mí competencia, expandir mi arsenal de
recursos y diseñar mi propia estrategia, no compararme, dejar de competir. Por ello es
importante empezar por uno mismo.
El que teme sufrir, sufre de temor. FOBIA= miedo persistente y excesivo, exagerado. Se da frente
a emociones no sanadas que viene arrastrando desde hace tiempo atrás. El miedo indica que
estás haciendo algo nuevo, que estás saliendo de tu comodidad y estás aceptando un desafío
nuevo para tu vida. Sólo reconociendo los miedos podremos superarlos. Miremos a nuestro
miedo de frente, no los tapemos. Si huyes de ellos, te acompañarán toda tu vida.
El miedo tóxico no tiene nada de positivo: nos paraliza y nos impide sacar todo nuestro
potencial.
Cuando somos objetos de burla empezamos a sentir vergüenza toxica y empezamos a creer que
somos deficientes y que hay algo malo de nuestro ser. Así es como nace esta emoción toxica.
Debemos intentar realizar pasar adelante y hacer el discurso arriesgarnos y no hacerlo bien o
que salga mal sino probar nuestra vulnerabilidad al máximo sintiendo ciertas reacciones y no
sentirnos muy cómodos no debe importarnos ya que a veces algunos discursos no son buenos y
pueden salir algo grande de ahí simplemente debemos seguir intentándolo.
El bajón que se siente es momentáneo pero la depresión persiste pero si deseamos vivir felices
debemos superar estos bajones.
Cualquier persona como de cualquier edad pueden padecer esta emoción toxica de la depresión,
el 20 de la población mundial la padece con un buen porcentaje de síntomas suicidas. Pero
existen alternativas y salidas psicológicas para ayudar a los que la padecen. Debemos saber que
todas las emociones son pasajeras que no necesitamos revivirlas porque tenemos que dejarlas
salir. Cerremos el pasado para abrir el presente y dejar que el futuro se acerque.
Cada emoción y cada sentimiento pueden ser vividos de diferentes maneras y con distinta
intensidad. Es preciso cuidar nuestro interior de manera que ahora, en el momento del dolor,
podamos tener las fuerzas necesarias para superarlos y no permanecer allí evitando que se
convierta en una emoción toxica. Todos en algún momento atravesamos diferentes tiempos. Y
todos sin excepción, atravesamos por dos ciclos vitales: un momento de nacer y un momento
de partir. Nacemos y crecemos, y en todo este proceso nos transformamos en personas, con
sentimientos y potencial que debe ser soltado para vivir y ser felices y no solo sobrevivir.
Nosotros somos los responsables de la forma en que elegimos vivir nuestra vida.
Todos hemos vivido en alguna oportunidad una o varias perdidas emocionales distintas. Por eso,
cuando perdemos a un ser querido, sentimos que algo de nosotros mismos se ha ido con esa
pérdida. Cuanto más amor, más dolor. El duelo describe el momento en que una persona tiene
un combate entre sus dos partes: una que acepta la pérdida y otra que no la acepta. Aunque no
nos cause placer el tener que vivirlo, necesitamos hacer el duelo. Ante la pérdida de un ser
querido, el duelo es un proceso normal.
El Rechazo toxico
El ser humano busca aceptación, tiene miedo hacer rechazado, ya sea por como es, por su físico,
no se siente contento consigo mismo y siempre está buscando la aceptación de los demás. Este
rechazo es como una hemorragia emocional, si lo experimentamos, sangramos a donde quiera
que vayamos, y la muestra es que buscamos siempre la aceptación de todos y eso sale de
nosotros mismo.
Cuando una persona se siente rechazada, no disfruta ni de una salida, ni de un coche, ni de nada
de lo que pueda lograr. Lo más importante es tener paz interior, porque si es así, nuestro
entorno tendrá paz, la pareja, el trabajo, la familia, porque es algo que vamos a generar en los
demás.
Conclusión
En conclusión puedo decir que todos los seres humanos tenemos sentimientos y emociones que
debemos saber sobre llevarlos según a cada situación que nos toque vivir, debemos aprender
de cada situación, siempre sacar lo mejor de nosotros mismos a ver y lado bueno de las cosas,
porque de todo ello vamos a aprender cotidianamente y saber convivir con ellos para así
mejorar nuestras emociones y dejar esa toxicidad para poder alcanzar la paz interior.