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Pontificia Universidad Javeriana

Teorías Clásicas I
Catalina Isaza
Noviembre, 2019

Introducción

En el texto de Paula Sibilia “La intimidad como espectáculo” nos podemos encontrar con
varias reflexiones y estudios acerca de las transformaciones en la subjetividad
contemporánea, cuando millones de usuarios de internet se lanzan a la aventura de hacerse
presentes en el nuevo “espacio público” de la web, mediante blogs, chats, cámaras y
plataformas de redes sociales, siendo esto también y claramente, una nueva forma de
relacionarse con el otro.

“La sobreexposición de la vida personal, tanto en la televisión como en internet, es el


resultado de un cambio sustancial de los valores que rigieron en la modernidad, y que ahora
las tecnologías de la comunicación vienen a posibilitar. Si en épocas anteriores la
megalomanía, el egocentrismo y la excentricidad fueron expresiones consideradas
anormales, hoy son parte de los fenómenos emergentes de la cibercultura, en la que el
anonimato se convierte en una especie de anormalidad que debe evitarse a toda costa”.
Sibilia, P. S. (2008). La intimidad como espectáculo. Recuperado de
http://cmap.javeriana.edu.co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1J2SK927M-22DBXQG-
1TB

Resalto este párrafo del texto para dar cuenta de todos los valores y características
particulares que abarca el fenómeno de las redes sociales. Subimos únicamente lo que se
nos apetece, dejamos atrás lo que probablemente no gustará a los demás, o sencillo, lo que
no quiero mostrar de mí, lo que de algún modo e inevitablemente nos impulsa a mostrar
una faceta de la vida egocéntrica, excéntrica y megalómana. Nuestros perfiles en las redes
sociales terminan reduciéndose al alter-ego. Podría estar generalizando, claramente; pero
desde lo que me ha tocado vivir dentro de ellas y lo que escucho y conozco es todo lo que
siento que es.

Considero importante resaltar esto para luego articularlo con el tema que planteo en este
trabajo: el vínculo emocional con las redes sociales, Instagram y Facebook. Claramente,
las redes no tienen nada más para ofrecernos que personas exhibidas, más que vínculos
entre lo mejor de cada uno. De esto surge una pregunta que me hago constantemente,
siendo evidente lo apegados que estamos actualmente a las redes sociales, algo deben estas
causar en nosotros, más allá de una dependencia física, y considero que el daño que causan
es aparente. Por ejemplo, puedo ver repetidas veces que la gente cierra temporalmente sus
cuentas de Instagram o Facebook para “concertarse” o “estar más tranquilos”, incluso lo he
hecho yo. Considero que es importante no desconocer los efectos que las redes sociales
tienen en nosotros emocionalmente y a partir de ello poder llegar a poner algunos limites y
pensarse como sujeto social dentro de estas plataformas. También, recientemente Instagram
actualizó sus políticas de seguridad y quitó una de las herramientas que permitía ver los
“me gusta” de los demás, justificando esto bajo la explicación de que esto nos hacía
“inseguros”. También podemos ver como las recientes políticas de estas redes sociales
comienzan a censurar cualquier contenido que pueda llegar a ser “incomodo” para otras
personas. Como, por ejemplo, la exhibición de los senos, el pene o la vagina, como por
ejemplo las críticas políticas, artísticas o sociales que se consideren controversiales o
irrespetuosas, e incluso el contenido grafico explicito de cualquier marcha, abuso policial, o
denuncia publica acerca de cualquier cosa. A este punto nos afectan las redes, a tal punto de
que estas tengan que censurar por nuestro “bienestar”. La corrección política obliga a estas
plataformas a actuar de tal manera, poniendo en duda a los sectores progresistas dentro de
las mismas, pues son quienes, políticamente, “más incomodan”.
El simple hecho de ver y vivir como comenzamos a necesitar de las redes sociales, y como
nos adaptamos a las dinámicas que estas mismas manejan para vivir de otro modo las
formas en las que nos relacionamos y vivimos con los otros, nos demuestra que las redes
tienen algún efecto, físico y emocional. Pero ¿cuáles podrían ser estos efectos? ¿a qué se
deben? Son preguntas a las que pretendo responder con las investigaciones que he
encontrado al respecto.

Hipótesis

Las redes sociales, como Instagram o Facebook nos hacen en mayoría mas ansiosos y
tristes. Dado las perfectas vidas, ideas, y personas que encontramos allí. Quizás no se trate
solo de encontrarse con cosas perfectas, sino también con cosas incomodas, nos
relacionamos constantemente con gente y con opiniones de todo el mundo, que en un clic
pueden convertir un día que venia bien, en un día quizás no tan bueno. Nos enteramos de
un montón de cosas que nadie hubiese imaginado podríamos encontrar en un solo lugar.
Las redes sociales nos hacen inseguros, incomodos y aislados.

Investigaciones encontradas

1. Un estudio del 2017 de más de medio millón de estudiantes de octavo a doceavo


grado encontró que el número que exhibía altos niveles de síntomas depresivos
aumentó en un 33 por ciento entre 2010 y 2015. En el mismo período, la tasa de
suicidio para las niñas en ese grupo de edad aumentó en un 65 por ciento.

Los teléfonos inteligentes se introdujeron en 2007 y para el 2015, el 92 por ciento de los
adolescentes y jóvenes poseían un teléfono inteligente. El aumento de los síntomas
depresivos se correlaciona con la adopción de teléfonos inteligentes durante ese período,
incluso cuando coinciden año tras año, observa el autor principal del estudio, el psicólogo
Jean Twenge de la Universidad Estatal de San Diego.
Durante el mismo período de tiempo, hubo un fuerte aumento en los reportes de estudiantes
que buscaban ayuda en los centros de orientación de las facultades y universidades,
principalmente para la depresión y la ansiedad. Las visitas aumentaron un 30 por ciento
entre 2010 y 2015.

Algunos expertos ven el aumento de la depresión como evidencia de que las


conexiones que los usuarios de los medios sociales forman electrónicamente son menos
satisfactorias desde el punto de vista emocional, por lo que se sienten socialmente
aislados.

“Mientras menos estés conectado con los seres humanos de una manera profunda y
empática, menos obtendrás los beneficios de una interacción social”

2. El estudio incluyó a 3.826 estudiantes de séptimo a undécimo grado de 31 escuelas


en el área de Montreal en Canadá. Entre 2012 y 2018, se les pidió a los estudiantes
que completaran encuestas durante la clase para evaluar sus comportamientos de
tiempo de pantalla y los síntomas de depresión.

El tiempo de la pantalla se midió preguntando a los alumnos cuánto tiempo por día pasaban
jugando videojuegos, usando redes sociales, viendo televisión y usando una computadora.

Los síntomas de depresión se midieron pidiéndoles a los estudiantes que indicaran en una
escala de cero (nada) a cuatro (mucho), hasta qué punto experimentan siete síntomas
conocidos de depresión, como sentimientos de soledad, tristeza o desesperanza. Esos
síntomas fueron medidos en unidades.

Los investigadores encontraron que los altos niveles de uso de las redes sociales
durante cuatro años se asociaron con un aumento de la depresión, y cada aumento de
una hora en el tiempo promedio que los estudiantes dijeron que pasaron en las redes
sociales se asoció con un aumento en la gravedad de los síntomas de depresión dentro
de ese mismo año.

3. Un nuevo estudio de investigadores de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de


Johns Hopkins ha comprobado que los adolescentes que pasan más de tres horas al
día en las redes sociales tienen más probabilidades de altos niveles de conductas
internalizantes, con ansiedad o depresión, en comparación con los adolescentes que
no las usan.
El estudio, publicado en la revista JAMA Psychiatry, examinó el tiempo que los
adolescentes informaron haber pasado en las redes sociales y dos tipos de comportamientos
que pueden ser indicadores de problemas de salud mental: internalización y externalización.
“Muchos estudios existentes han encontrado un vínculo entre el uso de medios digitales o
sociales y la salud de los adolescentes, pero pocos miran esta asociación a lo largo plazo”,
resalta la autora principal Kira Riehm, del Departamento de Salud Mental de la Escuela
Bloomberg.
“Nuestro estudio muestra que los adolescentes que pasan largos periodos de tiempo en
las redes sociales tienen más probabilidades de reportar problemas de internalización
un año después, explica. No podemos concluir que las redes sociales causen problemas
de salud mental, pero creemos que disminuir el tiempo en las redes sociales sería
mejor para la salud de los adolescentes”.
Para su estudio, los investigadores utilizaron una muestra representativa a nivel nacional de
adolescentes estadounidenses de 13 a 17 años del Estudio de Evaluación de la Población
del Tabaco y la Salud (PATH). El estudio recogió datos durante tres años y el análisis
involucró a 6.595 encuestados.
Cada año, se preguntó a los participantes cuánto tiempo pasaron en las redes sociales, así
como preguntas relacionadas con los síntomas de problemas de salud mental internos y
externos.
El estudio encontró que el uso de las redes sociales durante cualquier cantidad de tiempo se
asoció tanto con un mayor riesgo de informar problemas de internalización solos como con
síntomas concurrentes de problemas de internalización y externalización. No se encontró
una asociación significativa con el uso de las redes sociales y los problemas de
externalización solos.
La internalización puede implicar retraimiento social, dificultad para afrontar la ansiedad o
la depresión o interiorizar los sentimientos. La externalización puede incluir agresión,
actuar, desobedecer u otros comportamientos observables
El estudio no encontró vínculos entre el uso de las redes sociales y los problemas de salud
mental y género.
“Las redes sociales tienen la capacidad de conectar a los adolescentes que pueden ser
excluidos en su vida diaria.”
Necesitamos encontrar una mejor manera de equilibrar los beneficios de las redes sociales
con posibles resultados negativos para la salud, afirma Riehm. Establecer límites
razonables, mejorar el diseño de las plataformas de redes sociales y centrar las
intervenciones en la alfabetización mediática son todas formas en que potencialmente
podemos encontrar este equilibrio”.
4. Un estudio de 2017 de la Royal Society of Public Health de Reino Unido, con 1.500
jóvenes de 11 a 25 años, concluyó que Snapchat e Instagram eran las redes sociales
que con mayor probabilidad inspiraban sentimientos de ansiedad y de ser
inadecuado.

Siete de cada diez dijeron que Instagram les hacía sentirse peor sobre su imagen corporal, la
mitad dijo que Instagram y Facebook exacerbaban su ansiedad y dos tercios que Facebook
empeoraba el ciberacoso.
Shirley Cramer, que lideró el estudio, concluyó que las redes sociales ahora están
"intrínsecamente vinculadas a la salud mental".

"Se han convertido en el espacio en el que formamos y construimos relaciones, nos


expresamos y aprendemos del mundo que nos rodea".

Aunque Facebook, Twitter e Instagram oficialmente prohíben cuentas de menores de 13


años, en la práctica no pueden verificar la edad de sus usuarios, y ese es uno de los
problemas que las autoridades británicas de la salud le han planteado a las redes sociales.
Según un estudio de 2017 de la entidad británica que regula los medios de comunicación, la
mitad de los niños del país de 11 y 12 años tenían un perfil en alguna de esas redes
sociales.

Reflexión y conclusiones
Las tres investigaciones hablan de personas desde los 15 hasta los 25 años, refiriéndose a
años escolares y universitarios. Se refieren únicamente al adolescente, punto que no tuve en
cuenta a la hora de formular mi hipótesis pero que se hace más que obvio. Hablan
recurrentemente de temas como la ansiedad y la depresión, y llegan a la conclusión de que
quienes pasan mas tiempo en estas redes y quienes adaptan las dinámicas típicas de estas,
son quienes más adquieren síntomas ansiosos y depresivos. Anteriormente, mencionaba que
es importante no desconocer de qué forma nos afectan las redes sociales a los jóvenes y
como podemos establecer esos límites, hoy solo pude responder a la primera pregunta, y a
partir de ello, he sacado dos conclusiones: lo positivo y lo negativo basándome en los
síntomas y las situaciones que mencionan las investigaciones.
Lo negativo: percibimos que estar en redes sociales puede afectarnos creando problemas
relacionados con ansiedad y depresión, falta de sueño, percepción de nuestro cuerpo, ciber
acoso y FOMO (fear of missing out, es decir, temor a perderse las cosas, planes que hacen
nuestros amigos y comparten, fiestas a las que no somos invitados). También podríamos
decir que son muchos los aspectos positivos de las redes sociales: podemos acceder a
mucha información (incluyendo temas de salud), sentimos apoyo emocional de los demás,
construimos nuestra propia comunidad, podemos participar activamente a la hora de crear
nuestra identidad y expresarnos, mejoramos y mantenemos las relaciones con sus nuestras
amistades.
Bibliografía (sin los textos del curso)

* Dania Santana, D. S. (2019, 18 febrero). ¿Causan depresión las redes sociales?


Recuperado 14 noviembre, 2019, de https://childmind.org/article/causan-depresion-las-
redes-sociales/

* Sibilia, P. S. (2008). La intimidad como espectáculo. Recuperado de


http://cmap.javeriana.edu.co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1J2SK927

* Jacqueline-howard, J. H. (2019, 16 julio). El uso creciente de las redes sociales está


relacionado al aumento de síntomas depresivos en adolescentes, dice estudio. Recuperado
14 noviembre, 2019, de https://cnnespanol.cnn.com/2019/07/15/el-uso-creciente-de-las-
redes-sociales-esta-relacionado-al-aumento-de-sintomas-depresivos-en-adolescentes-dice-
estudio/

* Aumenta el riesgo de depresión en adolescentes que usan las redes sociales más de 3
horas al día - El médico interactivo. (2019, 16 septiembre). Recuperado 14 noviembre,
2019, de https://elmedicointeractivo.com/aumenta-el-riesgo-de-depresion-en-adolescentes-
que-usan-las-redes-sociales-mas-de-3-horas-al-dia/

*Jane Wakefield, J. W. (2018, 13 febrero). Los preocupantes efectos negativos de las redes
sociales sobre la salud mental de los niños y adolescentes. Recuperado 14 noviembre, 2019,
de https://www.bbc.com/mundo/noticias-43032001

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