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HISTORIA DE ESPAÑA

Bloque 3. La formación de
la Monarquía Hispánica y su
expansión mundial (1474-
1700).
Bloque 4. España en la
órbita francesa: el
reformismo de los primeros
Borbones (1700-1788).
Estándares de aprendizaje

Felipe de Juan

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1. Define el concepto de “unión dinástica” aplicado a Castilla y
Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las
características del nuevo Estado.
El reinado de los Reyes Católicos ha sido considerado como el punto de partida de la Edad
Moderna en España. Sin embargo, la unión (1469) entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón fue
de tipo matrimonial; esto es, era una unión dinástica, por cuanto ambos reinos van a tener desde
ahora los mismos monarcas, pero conservando su peculiaridades medievales. En 1475 se produce la
unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón mediante la Concordia de Segovia, acuerdo por
el que cada reino mantenía sus leyes, instituciones y fronteras. No es, pues, una unidad
institucional de los dos reinos, es solo una unión personal, y no un estado centralista y unificado.
Todos los reinos tendrán idénticos soberanos, pero los distintos reinos no formarán un solo Estado.
Sin embargo, esta unión contribuyó a la creación de la denominada Monarquía Hispánica. Castilla,
por su mayor tamaño, población y poder económico, era hegemónica dentro de la Monarquía
hispánica.

En estas circunstancias, los Reyes Católicos se marcaron el objetivo de transformar una


monarquía de carácter feudal (donde el poder político estaba fragmentado por los señoríos
jurisdiccionales) en una monarquía moderna y autoritaria (con un poder cada vez mas centralizado
en la monarquía), para ello iniciaron una reorganización del Estado adoptando una serie de
medidas para reforzar la autoridad de la monarquía. Estas medidas fueron:

 Se limitó el poder de la nobleza. la nobleza que apoyó a Juana “la Beltraneja” vio confiscada
sus señoríos que fueron dados como señoríos territoriales (no jurisdiccionales) a la nobleza
afín. Por lo que se refiere a la Iglesia, los reyes lograron del Papa Sixto IV la ampliación del
Patronato real en la provisión de cargos, esto es, las personas propuestas por los reyes para
ocupar los altos cargos serían, de hecho, nombrados por Roma. Esto permitió a los reyes
controlar indirectamente todos los señoríos eclesiásticos al colocar personas leales a los
monarcas.

 Se controló a las Órdenes Militares. Se presionó a las Órdenes Militares para que nombrasen
al rey como su gran maestre cuando el cargo quedase vacante.

 En cuanto a las Cortes, mantuvieron su estructura medieval.

 El instrumento esencial de gobierno fueron los Consejos, puramente consultivos. El Real


Consejo de Castilla llegó incluso a invadir funciones legislativas de las cortes castellanas. A su
lado aparecieron otros: el Consejo de Aragón, el de la Inquisición, el de Órdenes, etc.

 Se creó un ejército permanente. Así se crearon tropas a sueldo lo que permitió eliminar la
dependencia que los monarcas tenían de las tropas de la nobleza. También se creó una
diplomacia igualmente permanente.

 Por último, se empleo la religión como nexo de la unidad territorial. La religión contribuyó a
hacer de la fe cristiana el elemento común y definidor de la “esencia” última de la Península
(con exclusión, por ello, de judíos y musulmanes). Comenzó, así una dura política contra las
dos minorías religiosas: judíos y musulmanes. Se decreta así la expulsión (1492 expulsión de
los judíos) o conversión forzosa. Para vigilar a los supuestos falsos conversos establecen la
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Inquisición o Tribunal del Santo Oficio en 1478. El Tribunal del Santo Oficio estaba bajo la
autoridad directa de los reyes, que lo utilizaron como instrumento de su política autoritaria.

En suma, el reinado de los RRCC, desde un punto de vista político, representa un estadio de
monarquía autoritaria, como etapa de transición a la monarquía absoluta característica de la Edad
Moderna, puesto que establecieron las primeras bases de un Estado moderno que desarrollaron
después sus sucesores.

2. Explica las causas y consecuencias de los hechos más


relevantes de 1492.
Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, presiden una época decisiva
de la historia de España (1479-1516). La unión de Castilla y Aragón fue mucho más que una
vulnerable unión personal: iba, al menos, a cristalizar en numerosas instituciones y proyectos
comunes. En este proceso el año 1492 fue significativo pues en él se producen los siguientes
acontecimientos: la rendición de Granada, el descubrimiento de América por Colón y la expulsión
de judíos, con el fin de cohesionar España en torno a la fe católica.

1º.- La conquista de Granada: La idea de la Hispania romana-visigoda, como superior


integración peninsular, perduró durante la Edad Media. Basándose en esta idea los Reyes Católicos
orientaron su política hacia la consecución de la unidad ibérica. Esto implicaba anexionarse el reino
musulmán de Granada. La guerra de Granada duró once años (1481-1492) en el transcurso de los
cuales los RRCC esgrimieron conjuntamente las armas y la diplomacia. Granada capituló en 1492
incorporándose al reino de Castilla. Los RRCC garantizaron a los musulmanes la libertad religiosa y
la conservación de sus bienes y costumbres. Sin embargo, en 1499 el cardenal Cisneros dejó de
respetar las capitulaciones y obligó a los musulmanes a convertirse al cristianismo o a abandonar
Castilla. Con esta conquista finalizan ocho siglos de presencia musulmana en España y la sustitución
de una política tolerante que permitió la convivencia pacífica de cristianos, musulmanes y judíos
(salvo algunos períodos) por otra política de conversiones forzosas y expulsiones que conllevó una
política de intransigencia religiosa.

2º.- La expulsión de los judíos. En la sociedad española de fines del siglo XV existían grupos
marginados: judíos y musulmanes. Estos grupos planteaban al nuevo Estado un problema pues la
convivencia de tres religiones, unido a la existencia de lenguas, tradiciones, legislación diferentes
hacían difícil la convivencia en un nuevo Estado que necesitaba nexos de unión. Ambos monarcas
decidieron que la unidad religiosa era necesaria y actuaron duramente contra las dos minorías
religiosas. La religión contribuyó a hacer de la fe cristiana el elemento común y definidor de la
“esencia” última de la Península (con exclusión, por ello, de judíos y musulmanes). Así, en 1478,
obtuvieron del Papado el permiso para el establecimiento de la Inquisición con el fin de perseguir a
los supuestos "falsos conversos" y, a finales de abril de 1492, los Reyes Católicos decretaron la
expulsión de sus reinos de todos aquellos judíos que no se bautizaran. La Inquisición sería un
instrumento de control político de la monarquía, con jurisdicción, además, sobre ambas coronas,
por encima de los distintos ordenamientos de estas. La Inquisición o Tribunal del Santo Oficio se
convirtió, entonces, en un sistema de información y represión que permitió silenciar las voces
contrarias a los intereses de la monarquía. La intolerancia se abatió pronto sobre España y acabó
definitivamente con el mestizaje surgido en los siete siglos de vida en común. La expulsión de los
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judíos supuso una gran pérdida, además de cuantitativa, cualitativa, pues se trataba de un grupo
laborioso que desempeñaba actividades económicas de gran utilidad (comerciantes, prestamistas,
etc.). Además se generó entre la población una actitud de rechazo hacia las actividades comerciales
(mentalidad antiburguesa).

3º.- El descubrimiento de América.- Por último el gran acontecimiento de 1492 fue, sin duda, el
descubrimiento de América. Con la desaparición del Imperio Bizantino, al ser conquistada
Constantinopla por los turcos en 1453, y la aparición del imperio Otomano se incrementan las
dificultades para llegar a Asia por el Mediterráneo, lo que obliga a los europeos a buscar rutas
alternativas para conseguir los productos de las Indias: especias y metales preciosos. En este
contexto, las rutas atlánticas exploradas por castellanos y portugueses adquieren una nueva
dimensión. El objetivo de portugueses y castellanos era encontrar nuevas rutas para acceder a los
centros de producción orientales de forma directa, eludiendo al amenazante Imperio Otomano. De
esta manera la expansión española por el Atlántico se convierte en eje fundamental de la política
exterior de los RRCC.

El desarrollo de los acontecimientos fue el siguiente: Cristóbal Colón pretendía llegar a la


India por la ruta inexplorada del oeste (pensaba que la distancia era más corta de lo que es en
realidad). Rechazado su proyecto por varios países europeos fue aceptado por los RRCC, alcanzando
un acuerdo con Colón que se plasmó en las Capitulaciones de Santa Fe, donde Colón obtuvo una
serie de concesiones. Así el 12 de octubre de 1492 se descubrió América. Colon realizó en total
cuatro viajes a Las Indias sin saber que, en realidad, había llegado a un nuevo continente.

Para acabar con la rivalidad entre Castilla y Portugal por el control del Atlántico se
establecieron varios tratados entre ambas monarquías que consiguieron resolver los conflictos
relativos a los límites de su expansión. El más importante fue el Tratado de Tordesillas que
establecía una línea de separación entre las dos grandes potencias y que reservaba para Portugal la
ruta que bordea África y una pequeña área en América que se convertiría en el futuro Brasil, para
Castilla quedaba el resto de América.

3. Compara los imperios territoriales de Carlos I y el de Felipe II,


y explica los diferentes problemas que acarrearon.
A la muerte de Fernando el Católico ocupó el trono de la monarquía hispana Carlos I de
España y V de Alemania. Heredó por parte de Maximiliano de Austria los territorios patrimoniales
de Austria, pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico; por parte de María de Borgoña los
Países Bajos y el Franco Condado; por parte de Isabel la Católica la Corona de Castilla con Navarra y
América y por parte de Fernando el Católico, la Corona de Aragón y los territorios italianos.

Carlos I: El Imperio Universal (1517-1556): La múltiple herencia de Carlos I pareció


concentrar en este monarca, elegido Emperador en 1519, el ideal medieval del imperio: restaurar la
Monarquía Universal o Universitas Christiana. Se conoce con este nombre al ideal del emperador
Carlos V, que pretendía la unidad religiosa en Europa y la defensa del cristianismo frente a las
amenazas de protestantes y el Imperio Turco. Es la idea de toda una Europa unida bajo la fe
cristiana, en la dualidad Papa-Emperador. A ello se le opondrían los príncipes alemanes y todas la
naciones europeas que no admitían la vieja unidad y menos en un momento en que surgen los
"Estados nacionales" en Europa. A todo ello viene a sumarse un nuevo problema: la aparición del

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protestantismo que proporcionará la base ideológica para el enfrentamiento entre Carlos I y los
príncipes alemanes. Esta compleja trama se desarrolla en tres etapas:

1ª.- Carlos I obtuvo grandes victorias en Italia frente a Francia y al Papado (Pavía 1525) que
le permitieron ocupar el Milanesado.

2ª.- Tuvo que enfrentarse contra la alianza formada por Francia y los príncipes alemanes
luteranos (asociados en la Liga de Smalkalda)

3ª.- Intenta solucionar el problema alemán en sus dos aspectos: militar y religioso. En el
primero logrando la derrota de la Liga de Smalkalda en la batalla de Mülhberg (1547). El segundo,
logrando convocar el Concilio de Trento en un claro intento de reconciliar a la Iglesia católica con
los reformados. Pero no fueron soluciones definitivas en ninguno de los dos campos. En el religioso,
porque ambas posturas se radicalizaron. En el militar, porque Francia acudió en auxilio de los
príncipes luteranos. Al final de su reinado, Carlos I tuvo que reconocer el fracaso de su idea
imperial firmando el Acuerdo de Augsburgo (1555) donde se reconocía la potestad de cada príncipe
para elegir su propia religión. Supone, por tanto, la consagración jurídica de la escisión religiosa.
Carlos I finalmente abdicó en su hijo, Felipe II.

Felipe II: El Imperio hispano. Frente a la idea del Imperio Universal de Carlos I, la época de
Felipe II será la del período de hegemonía española (el Imperio hispano). Felipe II aspira a entregar a
España el dominio sobre Europa. Sin embargo, todos los países de Europa lucharán para impedir el
dominio español. La política exterior de Felipe II se desarrolla en las siguientes etapas:

1ª.- Control de Francia, al obtener los ejércitos españoles la victoria de San Quintín (1557).
Esta victoria convierte a Felipe II en el árbitro de la política francesa hasta finales de siglo.

2ª.- Choque contra el Imperio turco-otomano en el Mediterráneo: El poderío de los turcos


era cada vez mayor. Esta amenaza provocó la reacción cristiana con la formación de la Liga Santa
formada por España, Venecia y el Papado y dirigida por Felipe II. Esta liga tuvo un éxito con la
victoria de Lepanto (1571), asestando un fuerte golpe a la supremacía turca en el Mediterráneo.

3ª.- La cuestión de los Países Bajos: Heredados de la casa de Borgoña, los Países Bajos no
aceptaban el dominio de un rey extranjero, que se muestra ferviente católico en unos territorios
cuya parte norte (Holanda) ha aceptado unánimemente el calvinismo. Además en esta zona se
produce el enfrentamiento entre una mentalidad centralista-absolutista, representada por Felipe II,
y otra parlamentaria, defendida por Holanda. La sublevación comienza en 1566, y aunque los
tercios españoles obtuvieron éxitos militares importantes, no lograron dominar la resistencia
holandesa que contó con el apoyo británico y de los reformados alemanes.

4ª.- Incorporación de Portugal (1580): Felipe II hereda el reino de Portugal a la muerte del
rey portugués enarbolando sus derechos dinásticos (su madre pertenecía a la familia real
portuguesa). En 1581 las Cortes de Tomar reconocen soberano a Felipe II, que jura respetar todas
las libertades portuguesas. Con esta incorporación une, también, a su corona todo el imperio
colonial portugués con sus bases en América (Brasil), África y Asia.

5ª.- Enfrentamiento hispano-británico: Al llegar al trono Isabel I, Inglaterra inicia su política


de expansión por el Atlántico, creando una poderosa marina, fomentando la piratería contra las
naves españolas que vienen de América y apoyando la rebelión de los Países Bajos, para impedir un
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poder hegemónico en el continente. Felipe II mandará la Armada Invencible contra Inglaterra
sufriendo un estrepitoso desastre (1588).

Durante los últimos años del reinado de Felipe II la guerra se generalizó y el rey se vio
envuelto en un triple enfrentamiento: en Francia que reinicia su política tradicional antiespañola;
con los Países Bajos y contra Inglaterra. Estos tres países firmaron el Tratado de Greenwich. Felipe II
mantuvo, con grandes dificultades, la supremacía de España, pero ahora el imperio pasaba a la
defensiva.

4. Analiza la política respecto a América en el siglo XVI y sus


consecuencias para España, Europa y la población americana.
Durante el reinado de Carlos I se procedió a la exploración y colonización sistemática del
continente americano. Entre las numerosas campañas que se emprendieron destacaron por su
importancia las conquistas de los dos grandes imperios del Nuevo Mundo: el imperio azteca de
México, conquistado por Hernán Cortés (entre 1519 y 1521), y el Imperio inca de Perú, conquistado
por Pizarro entre 1531 y 1533. A estas empresas siguieron otras que fueron completando el
conocimiento o la ocupación del nuevo continente. Entre 1540 y 1550, se había explorado casi toda
América, desde California hasta el Río de la Plata.

CONSECUENCIAS PARA AMÉRICA

A la par que la conquista, comienza la colonización, es decir, la fundación de ciudades, la


administración, la explotación de recursos y el comercio. La colonización de América convirtió a la
monarquía española en una gran potencia económica y colonial, que intentó sacar el máximo
beneficio de aquellas tierras. Sin embargo, esta colonización trajo consigo consecuencias fatales
para la población indígena entre las que cabe destacar:

 el fuerte descenso demográfico fruto tanto de las enfermedades de origen europeo como de la
dureza del trabajo al que fueron sometidos; para compensar la pérdida de mano de obra se
importaron esclavos negros procedentes del continente americano
 la aculturación impuesta sobre todo a través de un severo proceso evangelizador que acabó con
las formas de vida y creencias tradicionales de los indígenas.
Tanto es así que desde bien pronto voces críticas con los métodos empleados, en especial
desde órdenes como la de los dominicos, que denunciaban prácticas como el requerimiento
(invitación forzosa a aceptar la soberanía del conquistador bajo amenaza de sometimiento por las
armas); y la encomienda: a un encomendero colonizador se le asignaba una partida de
encomendados indios que trabajaban la tierra y pagaban tributos a cambio de protección y
evangelización. Se trataba de una forma encubierta de explotación del indio en condiciones
similares a la esclavitud. Bartolomé de las Casas y otros protagonizaron en la primera mitad del
siglo XVI un debate en torno a la legitimidad de la conquista que tuvo como resultado la
promulgación de unas Leyes Nuevas para América (1542-43), las cuales, pese a su relativo
cumplimiento, se concibieron con la intención de evitar prácticas abusivas. Esta situación fue la que
dio origen a la “leyenda negra”.

CONSECUENCIAS PARA ESPAÑA Y EUROPA

Por otra parte, a lo largo de los siglos siguientes se establecieron intensas relaciones
comerciales entre España y los colonos instalados en América. España enviaba a América toda clase
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de productos (alimentos, vestidos, etc.) y América enviaba a España oro y plata. Estos metales
aumentaron de forma inmediata la circulación monetaria que se tradujo en un aumento de la
demanda de bienes. Esta demanda desembocó en un fuerte aumento del precio de los productos
(inflación). Se desencadenó, así en España y en toda Europa, la revolución de los precios.

Sin embargo, este aumento en la demanda de bienes también repercutió en un fuerte


crecimiento del comercio internacional y un abaratamiento del crédito, debidos a la mayor
abundancia de moneda circulante. Esto provocó, como ya hemos visto, una inflación continua cuya
magnitud no tenía precedentes en toda la historia europea. Sin embargo, esta subida de precios,
por otro lado, estimuló a los productores a aumentar su producción ante la perspectiva de vender
las mercancías cada vez más caras. Se inició, así una fase de fuerte crecimiento económico en toda
Europa. Sin embargo, España desaprovechó la posición privilegiada que le ofrecía el monopolio
comercial con América y empezó a quedar relegada como potencia económica. Los motivos de este
fracaso económico español son varios:

 Los gastos de las guerras de Carlos I y Felipe II acabaron provocando la ruina de la Hacienda
Real, el endeudamiento de la Corona con la banca extranjera y el aumento de la presión fiscal,
que arruinó a los sectores productivos españoles, dado que los impuestos no estimulan la
inversión.
 El carácter arcaico de los gremios que no supieron evolucionar adaptándose a la competencia.
 La mentalidad antiburguesa de la mayor parte de la población española que rechazaba el
comercio y los negocios por considerarlos propios de judíos.
 La superioridad industrial de los Países Bajos, Inglaterra y Francia les permitió producir más y a
menor precio y así competir sin dificultad con la escasa producción española
En suma, el hecho colonial español fue agente decisivo en la transformación económica de
donde nace el mundo moderno. Este hecho creó el primer “mercado mundial” y ofreció al
desarrollo de la producción europea una cobertura monetaria cada vez más abundante y barata. A
partir de entonces y progresivamente el eje económico mundial pasó del Mediterráneo al Atlántico.
Sin embargo, este mismo mecanismo concluyó excluyendo a España de este desarrollo del
capitalismo.

5. Representa una línea del tiempo desde 1474 hasta 1700,


situando en ella los principales acontecimientos históricos.
 1469: matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón.
 1474-79: guerra civil castellana.
 1479: unión de Castilla y Aragón bajo los Reyes Católicos.
 1492: conquista de Granada. Descubrimiento de América. Expulsión de los judíos.
 1496: incorporación de las islas Canarias a la corona de Castilla.
 1497-1511: conquista de enclaves en el norte de África.
 1505: incorporación a España del reino de Nápoles.
 1506 y 1516: regencias del cardenal Cisneros.
 1512: anexión de Navarra.
 1513: descubrimiento del océano Pacífico.
 1517-56: reinado de Carlos I Habsburgo (Carlos V tras su elección como emperador).
 1521: conquista de México por Hernán Cortés.
 1521-38: guerras con Francia en Italia.
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 1522: viaje de circunvalación de la tierra (Magallanes-Elcano).
 1533: conquista de Perú por Pizarro.
 1535: virreinato de Nueva España.
 1556-98: reinado de Felipe II.
 1566: rebelión antiespañola en Flandes (hasta 1648).
 1571: batalla de Lepanto.
 1580: unión con Portugal (hasta 1640).
 1588: desastre de la Armada Invencible.
 1598-1621: reinado de Felipe III; “valimiento” (gobierno) del duque de Lerma.
 1609-21: tregua de los Doce Años en los Países Bajos.
 1618-48: guerra de los Treinta Años en Europa.
 1621-65: reinado de Felipe IV; “valimiento” del conde-duque de Olivares (1621-43).
 1626: Olivares proyecta la unión de armas.
 1631-59: guerra entre Francia y España por la hegemonía europea.
 1640: rebeliones de Portugal y Cataluña.
 1643: derrota de los tercios españoles en Rocroi.
 1648 y 1659: tratados de Westfalia y Pirineos: fin de la hegemonía española.
 1665-1700: reinado de Carlos II. Fin de la España de los Austria.

6. Explica los principales proyectos de reforma del Conde


Duque de Olivares.
Entre 1621 y 1665 ocupó el trono Felipe IV, quien continuó la práctica del valimiento. El
nuevo favorito fue el Conde Duque de Olivares. El ideario del Conde-Duque se apoyaba en dos
principios fundamentales:
a) La reputación, que obligaba a restaurar la tradición imperial de prestigio y a recuperar el
protagonismo en el exterior. Su consecuencia inmediata fue una activa participación en
los conflictos europeos (Guerra de los Treinta Años).
b) La reformación, que se plasmó en una serie de ambiciosos proyectos, cuyo objetivo
último era fortaleces la monarquía española y evitar su decadencia.
Finalmente estos proyectos se concretaron en las siguientes actuaciones:
1. Proyecto de un banco estatal: Olivares pretendió fundar una red nacional de erarios que
liberase a la Corona de su dependencia de la banca extranjera. Los erarios actuarían
como bancos: pagarían un interés a quienes depositaban su dinero en ellos y
concederían préstamos a la Corona, que así obtendría la ayuda de sus súbditos y no se
endeudaría con bancos extranjeros. No obstante, este proyecto fracasó.
2. Unificación jurídica e institucional de la monarquía: Para Olivares, el asunto político
más importante era la unificación de la monarquía bajo unas mismas leyes e
instituciones, siguiendo el modelo de las de Castilla. En su opinión, una monarquía
unitaria facilitaría el gobierno de todos los territorios y la solidaridad entre sus
habitantes. Así en un Memorial secreto Olivares pensaba que Felipe IV debía convertirse
en rey de España y no de una suma de reinos. Sin embargo, este ambicioso proyecto
político no se intentó siquiera, ya que era demasiado arriesgado en un contexto de
guerra y amenaza exterior constante.
3. Unión de Armas: Pretendía ser un ejército permanente reclutado en todos los reinos de
la monarquía, en proporción a su población y riqueza. Con ello se pretendía crear un
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poderoso y eficaz ejército cuyo coste se repartiría entre todos los territorios de la
monarquía, descargando así a Castilla de un peso que llevaba prácticamente en solitario.
La Unión de Armas fracasó por la oposición de las Cortes de la Corona de Aragón, pues
recelaban de una monarquía a la que consideraban ajena y poco respetuosa con sus
leyes e instituciones. Además la Unión de Armas chocaba con la fórmula institucional y
política establecida por los Reyes Católicos (Unión dinástica), que aseguraba la
autonomía de los distintos reinos.
Las necesidades financieras de la monarquía a causa de la Guerra de los Treinta Años
obligaron a aplazar las reformas. En consecuencia, el descontento y la oposición a Olivares se
generalizaron. Los reinos periféricos (Portugal, Aragón, Valencia y Cataluña) rechazaron las
pretensiones unitarias y centralistas del valido. El momento más crítico para la monarquía se
alcanzó en 1640, año en que estallaron las rebeliones independentistas de Cataluña y Portugal.
La impopularidad del valido fue en aumento y en 1643 Felipe IV le apartó de la política. Olivares,
murió dos años después, desencantado por el fracaso de todos sus proyectos.

7. Analiza las causas de la guerra de los Treinta Años, y sus


consecuencias para la monarquía hispánica y para Europa.
Durante el reinado de Felipe IV (1621-1665), su valido el Conde-Duque de Olivares reorientó
su política interior y exterior hacia una implicación mucho mayor en los asuntos europeos. Olivares
llegó al poder con un verdadero proyecto político: el reforzamiento y renovación de la hegemonía
española para lo cual era necesario una intervención decidida en los asuntos europeos.

El Conde-Duque de Olivares puso a prueba su nueva política en la guerra de los Treinta Años
(1618-1648), el gran conflicto que, iniciado como un conflicto exclusivamente alemán, entre
protestantes y católicos liderados por el emperador Fernando II, católico intransigente de la
dinastía de los Habsburgo en Austria, derivó en una guerra religión entre católicos (agrupados en la
Liga Católica) y protestantes (agrupados en la Unión Evangélica) y acabó convirtiéndose en una
guerra general cuando intervienen España, los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Francia, que a
pesar de ser una monarquía católica no tuvo escrúpulos en aliarse con los protestantes alemanes y
holandeses. La Guerra de los Treinta Años que empezó siendo un conflicto religioso, termina siendo
una lucha por la hegemonía europea, que hasta ahora habían ostentando los Habsburgo. Confluyen
en ella las tensiones existentes entre las naciones católicas y las reformadas, entre los príncipes
alemanes y el emperador (recuérdese que era un Habsburgo y, por tanto, católico), entre los
Habsburgo y la dinastía francesa regida por los Borbones.

En realidad, durante la Guerra de los Treinta Años se enfrentaron dos concepciones de


Europa. Los Habsburgo de España y Alemania representaban una visión tradicional. Querían
imponer la reforma católica y la validez de la idea imperial: Europa unida por una fe y bajo un
emperador. Frente a esta visión, los países protestantes del Norte y la católica Francia,
principalmente querían un ordenamiento nuevo, basado en las ideas renacentistas: individualismo,
racionalismo y triunfo de un incipiente nacionalismo. Es decir, Europa dividida en una serie de
Estados soberanos que fueran independientes entre sí. Ambas concepciones eran irreconciliables.
El Conde-Duque de Olivares no pretendía una política de conquistas y agresiones, pero sí deseaba
que se reconociera el papel preponderante de la Monarquía española en el conjunto europeo.

Los inicios de la guerra fueron favorables a las tropas católicas hispano-austriacas (Breda).
Pero pronto la situación interna de la monarquía española se agravó, no ya sólo en lo demográfico y
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económico, sino también en lo político con una serie de revueltas internas ocasionadas por el
Decreto de Unión de Armas (Cataluña, Portugal, etc.). Así, en poco tiempo las tropas protestantes
pasaron a la ofensiva. Además la Francia del cardenal Richelieu se alió con los protestantes y
terminó derrotando a las tropas españolas en la batalla de las Dunas y en Rocroi.

La guerra de los Treinta Años acabó finalmente con la Paz de Westfalia (1648), que tuvo
para España dos consecuencias importantes:

1. El reconocimiento de la independencia definitiva de las Provincias Unidas (Holanda), aunque


los Países Bajos católicos siguieron bajo la dominación de la monarquía española.
2. La pérdida de la hegemonía en Europa. En su lugar Francia se erigió como la nueva potencia
europea.
España continuó la guerra en solitario contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659), que
confirmó el declive de la monarquía hispánica y supuso la cesión a Francia del Rosellón y la Cerdaña
y que las mercancías francesas tuvieran paso libre en nuestro territorio.
En conclusión, en Westfalia termina la contienda nacida en el siglo anterior con la Reforma
luterana. Los protestantes adquieren definitivamente, en sus estados, completa soberanía. El ideal
de Carlos I de una Cristiandad unida ha muerto. Nace la Europa moderna, conjunto de naciones en
que predominan las del norte, y que están unidas por el común acatamiento a valores nuevos:
laicización del pensamiento, confianza en la razón y en la ciencia, en lo que se llamará en el siglo
siguiente el progreso y la civilización. En los asuntos internos el reinado de Felipe IV dejó arruinado
al país en un estado de agotamiento económico y postración.

8. Compara y comenta las rebeliones de Cataluña y Portugal de


1640.
El Estado creado por los Reyes Católicos era una federación de reinos que sólo tenían en
común los mismos monarcas. A partir de esta base aparecieron dos concepciones diferentes: la de
los que quisieron establecer una monarquía autoritaria y centralista (Castilla) y la otra tendencia era
la de los que querían mantener la monarquía no absolutista, pactista y federal. Su mayor fuerza
estaba en los reinos de la periferia (Aragón, Portugal, etc). Pues bien, a lo largo del siglo XVII se
produjeron varios choques muy violentos entre ambas concepciones y que alcanzó su punto
culminante en la crisis de 1640.

Desde Carlos I Castilla se había convertido en el sostén de la monarquía y en la principal


fuente financiera de su política exterior. Sin embargo, desde 1600, Castilla estaba pasando por una
grave crisis demográfica y económica. Por su parte la Corona de Aragón y Portugal habían
permanecido muy apartados de la política imperial y habían conservado sus fueros y su autonomía
(fundamentalmente sus Cortes). Para acabar con la situación de crisis, el conde duque de Olivares
intentó una serie de reformas cuyo objetivo era distribuir los gastos del Imperio entre todos los
reinos. Para ello creó el Decreto de Unión de Armas). Se trataba de distribuir los costes del ejército
entre los diversos reinos de acuerdo con sus posibilidades respectivas en cuanto a número de
hombres y riqueza. Pero la Unión de Armas chocaba con la fórmula institucional y política
establecida por los Reyes Católicos (Unión dinástica), que aseguraba la autonomía de los distintos
reinos. Para evitar este inconveniente Conde-Duque intentó impulsar un cambio profundo en las
estructuras de la monarquía que permitiera construir un país unido y compacto (unitario y
centralista). Esta pretensión chocó con la oposición de los reinos periféricos, para quienes los
fueron representaban su libertad.
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En Cataluña el Conde-Duque expuso su proyecto en las Cortes de Barcelona de 1626 y 1632,
ante la negativa catalana, el conde-duque decidió llevar la guerra contra Francia (guerra de los
Treinta Años). Olivares desplazó el frente de batalla contra Francia a Cataluña, con la esperanza de
que ésta, sintiéndose amenazada por el vecino del norte, acabara integrándose en los proyectos de
la monarquía. Sin embargo, el resultado no fue el esperado: los continuos abusos de las tropas
reales despertaron la ira de los campesinos hasta provocar una sublevación general del Principado
en 1640. La revuelta catalana de 1640 recibe también el nombre de guerra de los Segadores, pues
fue un grupo de estos, con su irrupción en Barcelona y el asesinato del virrey, el conde de Santa
Coloma, el que provocó el conflicto. De entonces data un romance, Els segadors (himno de
Cataluña). Olivares optó por la represión militar para arrancar de raíz el problema. Finalmente, la
rebelión de Cataluña desembocó en la separación de parte de Cataluña de la monarquía hispánica y
su incorporación a Francia. Aunque la causa castellana tuvo importantes apoyos en la propia
Cataluña (Tarragona no se separó; Lérida fue recobrada ya en 1644), España no pudo lograr la
reintegración de Cataluña hasta 1652. La caída del conde-duque y el aumento de las cargas exigidas
por la ocupante Francia para alimentar a sus tropas abrieron la posibilidad de un acuerdo entre
Cataluña y la corte de Madrid. El mismo Felipe IV marchó al frente de su ejército con una promesa
de reconciliación basada en el respeto a la tradición foral. Finalmente, en 1652, Barcelona se rindió
con la condición de que se respetaran sus antiguos fueros.

La rebelión portuguesa tuvo desde el principio un marcado carácter nobiliario,


anticastellano e independentista. La rebelión de Portugal fue secundada y apoyada primero por
Francia y enseguida por Inglaterra y finalizó con la restauración de la independencia portuguesa
tras la proclamación de Juan IV, un Braganza, como rey, en 1640. La rebelión portuguesa fue
irreversible; sus ejércitos rechazaron los intentos españoles de restaurar por la fuerza la unión, y en
1668 España reconoció, por el tratado de Lisboa, la independencia de Portugal. Esta circunstancia
arruinó definitivamente el sueño de una Iberia unida bajo la égida de los Habsburgo, a la vez que
consumió las últimas fuerzas de la monarquía. Ese mismo año, Felipe IV murió y dejó su decadente
y empobrecido trono en manos de un niño enfermo, Carlos II.
La ocupación francesa de Cataluña y la rebelión portuguesa consumaron el desprestigio de
Olivares y Felipe IV, a tal punto que en 1643 el rey decidió prescindir de su valido. Además, la
monarquía de los Habsburgo no se atrevió a aprovecharse del triunfo allí donde lo había
conseguido: Felipe IV mantuvo la estructura foralista de sus Estados.

9. Explica los principales factores de la crisis demográfica y


económica del siglo XVII, y sus consecuencias.
A la crisis política del siglo XVII se le añadió una profunda depresión económica y un
notable descenso demográfico. Los factores específicos de la crisis española fueron
fundamentalmente dos, que se reforzaron entre sí:

• Descenso demográfico, por el que España acabó el siglo XVII con menos población
que en el siglo anterior.
• El agotamiento económico que afectó a todos los sectores económicos.
Desde el punto de vista demográfico la población española pasó de 8 millones en 1600 a 7
millones en 1700. Este descenso afectó especialmente a Castilla, reino que más población perdió.
Entre las causas de la crisis demográfica destacan las siguientes:

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 Las grandes epidemias de peste cuya intensidad recordó a la peste de 1348. Podemos
distinguir tres grandes oleadas (a principios, a mediados y a finales de siglo). Las malas
cosechas, la desnutrición y las malas condiciones higiénicas contribuyeron a que la
mortandad de las epidemias fuera aún mayor.
 Descenso en las tasas de natalidad: las guerras ocasionaron la muerte de muchos varones
jóvenes en edad de procrear, que provoca, de manera inmediata un aumento de la
mortandad, y provocan, a la larga, una disminución de la natalidad. Además, la crisis
económica retrasaba la edad de los matrimonios. Esto unido al aumento del número de
eclesiásticos no favoreció el aumento de la población.
 La expulsión de los moriscos (unos 300.000 entre 1609-14), que perjudicó sobre todo a
Aragón y Valencia. A esta salida se une el incremento de la emigración.
Desde principios del siglo XVII la economía en España, en especial en la Corona de Castilla,
se hundió en una profunda decadencia:

1. Problemas agrarios: La actividad agraria quedó muy afectada por el descenso de población
(sobre todo la expulsión de los moriscos), que provocó despoblamientos y abandonos de tierras
cultivadas. Los nobles vieron disminuir sus rentas debido al descenso de la producción y el
aumento de los salarios ante el descenso demográfico.
2. Actividad artesanal y comercial: La actividad artesanal quedó paralizada debido a los efectos de
la revolución de los precios y al descenso demográfico. La competencia de los productos
extranjeros, más baratos que los productos nacionales, afectó a la rentabilidad de estos
sectores. Estos extranjeros actuaban a través de agentes españoles para burlar el impedimento
legal que el monopolio castellano imponía en América. De esta manera, se produce el
acaparamiento del comercio con América por extranjeros. En estas condiciones la actividad
mercantil disminuyó tras el descenso demográfico. Además, el mercado interior seguía siendo
pequeño y difícil. Las aduanas interiores y el aumento de los impuestos sobre las mercancías no
incitaban a la inversión. El capital buscaba inversiones más seguras como la deuda del Estado.
Por otro lado, la decadencia de la minería americana provocó un notable descenso de estos
minerales; y, además, siguieron utilizándose para compensar el déficit comercial y para financiar
las continuas guerras de la Monarquía.
3. La Hacienda pública: El esfuerzo bélico realizado durante los siglos XVI y XVII para el
mantenimiento del Imperio provocó en la Hacienda Real un fuerte endeudamiento, que se
financió con el oro y plata americano. La disminución en el volumen de metales preciosos al
inicio del s. XVII empeoró aún más la situación. Ello originó hasta seis suspensiones de pagos de
la Corona a sus acreedores por falta de medios. A ellas seguía siempre una negociación con los
banqueros afectados, que solía consistir en sumar a la deuda principal los intereses no pagados,
con lo que el endeudamiento de la monarquía era cada vez mayor. Para resolver esta situación
se recurrió a la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos que afectaron sobre todo a Castilla:
a. Las alteraciones monetarias como la acuñación de las monedas de vellón de cobre puro
(sin contenido en plata). Así se reducía su contenido metálico pero se aumentaba su
valor legal. La Hacienda se beneficiaba de la diferencia entre el valor legal de la moneda
y el valor (muy inferior) de su contenido metálico. Esto produjo una inflación galopante
que desorganizó toda la economía del país.
b. El aumento de impuestos tradicionales y la creación de nuevos impuestos, lo que
desincentivaba la inversión en sectores productivos.

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c. La venta de cargos públicos, en especial los municipales; o la venta de títulos nobiliarios
(que eran adquiridos por burgueses que, en el momento de convertirse en nobles,
dejaban de pagar impuestos.
Todos estos recursos solo sirvieron para poder afrontar las necesidades inmediatas de la
Corona, sobre todo los gastos militares y el pago de los crecientes intereses a sus acreedores, pero
no fueron suficientes para atajar el progresivo endeudamiento de la Hacienda Real

En suma, la crisis económica que se produjo en el s. XVII supone el traslado del centro de
gravedad económica desde el centro (Castilla) a la periferia. Castilla quedó agotada en su
mantenimiento del Imperio.

10. Explica las causas de la Guerra de Sucesión Española y la


composición de los bandos en conflicto.
Tras las paces de Westfalia (1648) y de los Pirineos (1659), España había perdido su
hegemonía en Europa, pero en el reinado de Carlos II (1665-1700) se convirtió en la víctima favorita
de las potencias europeas, en especial de la poderosa y emergente Francia. Además, cuando Felipe
IV murió Carlos II era un débil niño de apenas cuatro años de edad. A lo largo de su reinado Carlos II
se casó dos veces, pero no obtuvo descendencia con ninguna de ellas. Al finalizar el siglo nadie
dudaba de la necesidad de elegir un sucesor para el trono español y se fueron perfilando dos
candidatos posibles:

1. El archiduque Carlos de Austria, de la línea austriaca de la Casa de Habsburgo.

2. Felipe de Anjou, de la Casa de Borbón y nieto del rey francés Luis XIV.

A pesar de sus problemas económicos, sociales, administrativos y estructurales, la Corona


española era apetitosa para el resto de potencias, sobre todo para Francia y Austria, que no dejaron
de intrigar en las cortes para intentar imponer sus candidatos al trono. La Corte española se
convirtió en un auténtico hervidero de intrigas y luchas por el poder entre facciones rivales. Carlos
II, poco antes de su fallecimiento, nombró como heredero a Felipe de Anjou con la intención de
asegurar la monarquía española con el apoyo de Francia (cuya hegemonía en Europa era
indiscutible) y evitar así su desmembración territorial. Sin embargo, el peligro de unión de las dos
Coronas, española y francesa, llevó al resto de potencias a crear en 1701, la Gran Alianza de la
Haya. Inglaterra y el Imperio Austriaco declararon la guerra a Francia y a la Monarquía española de
Felipe V, provocando la Guerra de Sucesión española. Esta guerra fue al mismo tiempo una
contienda europea y una guerra civil española:

1. Como guerra europea se enfrentaron el bando francoespañol y la Gran Alianza


antiborbónica (Inglaterra, Austria, Holanda y otros).

2. Como guerra civil española, se puede afirmar que la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña y
Valencia) fue mayoritariamente partidaria del candidato austriaco, mientras que la Corona
de Castilla apoyó a Felipe V.

Todos los bandos en conflictos participaron en esta contienda en la defensa de sus


intereses:

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 Francia: Las aspiraciones de Francia, bajo el reinado de Luis XIV (el “Rey Sol”) eran seguir
arrebatando territorios europeos a España y la eliminación de toda posibilidad de cercamiento
por unas u otras potencias (lo que le oponía a la dinastía Habsburgo, presente en Viena y
Madrid). Además con la candidatura al trono español Luis XIV obró como si fuera el rey efectivo
de España. Esto podría conducir en un futuro a la unión en una misma Corona de dos grandes
potencias, Francia y España, cuya hegemonía sería indiscutible.

 Austria: El mantenimiento de la Corona Española en manos de una Habsburgo, suponía


mantener la hegemonía dinástica que esta familia había desarrollado en Europa a lo largo del
siglo XVI y parte del XVII. Esto conllevaba la defensa del catolicismo como principio rector en la
política europea. Esta hegemonía de los Habsburgo suponía mantener el cerco sobre Francia y
la posibilidad de iniciar nuevamente las guerras de religión.

 Inglaterra y Holanda: Recelosos tanto de la hegemonía territorial de Francia como de la


hegemonía dinástica de los Habsburgo, abogaban por una política de equilibrio continental
(balance of power), más acorde en la defensa de sus intereses comerciales tanto continentales
como marítimos.

 España: El interés de Carlos II fue mantener la integridad del imperio o al menos salvar la mayor
parte de lo que quedaba del mismo (en algunos casos las potencias europeas llegaron incluso a
plantear el reparto de los reinos españoles).

 Aragón: Tras la crisis de la Unión de Armas, los Habsburgo habían vuelto a la estructura foral
que mantenía intactas las estructuras administrativas de los reinos periféricos (incluidas sus
Cortes). El temor a que el candidato francés impusiera en España la política centralista y unitaria
que se practicaba en Francia hizo que los países de la Corona de Aragón se inclinaran por el
candidato austriaca por cuanto se creía que otro Habsburgo en el trono español sería
respetuoso con los fueros.

 Castilla: El argumento esgrimido por los castellanos para apoyar al candidato francés era justo
el contrario que el de Aragón. Castilla esperaba que el nuevo candidato impusiera una
estructura centralista que obligara a los reinos periféricos a contribuir a la Hacienda Real de la
misma manera en que hasta ahora lo había hecho Castilla.

La guerra de Sucesión española (1702-1714) que estalló como consecuencia, fue una guerra
europea, larga, extenuante. En Europa, las grandes victorias inglesas obligaron a Francia a buscar
una salida negociada. En España, la guerra estuvo indecisa durante algunos años aunque finalmente
se inclinó el bando franco-español. La Guerra de Sucesión española finalizó con la firma de la Paz
de Utrecht (1713).

11. Detalla las características del nuevo orden europeo


surgido de la Paz de Utrecht y el papel de España en él.
A pesar de los desmembramientos del s. XVII España era, a principios del siglo XVIII
cuando se produce la muerte de Carlos II (1700) una importante potencia territorial. Austria, con
un Habsburgo en su trono, quería seguir conservando su tradicional potencia dinástica. Holanda e
Inglaterra, potencias marítimas y comerciales, deseaban, por encima de todo, un equilibrio
continental que impidiese cualquier hegemonía sobre Europa. Francia, tras aceptar el testamento

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de Carlos II, quien dejó como heredero al candidato francés Felipe de Anjou frente al candidato
austriaco el archiduque Carlos, rompe los pactos previos con las anteriores potencias (repartirse el
Imperio español) e inicia una serie de gestos agresivos (pretende utilizar los territorios españoles
para su propio beneficio). Las potencias europeas entonces se unen a Austria en la Gran Alianza, en
abierta oposición al candidato francés, Felipe de Anjou. Esto supone el inicio de la guerra de
Sucesión española.

Dentro de la perspectiva interna española, la elección de Felipe V como rey de


España presentará el temor de los reinos de Aragón a que el centralismo borbónico, ya ejercido en
Francia, suprima sus tradicionales instituciones forales. La Corona de Aragón se aliará, por tanto,
con la potencias de la Gran Alianza, en contra del candidato borbónico. Castilla y el resto del
territorio peninsular (Navarra) apoyarán, por el contrario, al candidato francés.

La guerra de Sucesión (1701-1713/15) acabará con la Paz de Utrecht (1714), que


confirma a Felipe V como Rey de España, a cambio de reducir al territorio peninsular los dominios
de la Corona española. Por el Tratado de Utrecht, todos los territorios españoles en Italia pasan a
Austria (excepto Sicilia que pasa a Saboya). Austria recibe también los territorios españoles de los
Países Bajos (Bélgica y Luxemburgo fundamentalmente). Holanda consigue una serie de plazas
defensivas para prevenir ataques de Francia y diversas concesiones mercantiles. No obstante, la
gran beneficiada de Utrecht será Gran Bretaña. Conseguido el equilibrio continental, queda libre
para montar un gran imperio comercial que abarcará todos los continentes. Conseguidos los
territorios españoles de Gibraltar y Menorca; dominará, con estas dos bases estratégicas, el
Mediterráneo y las rutas del Próximo Oriente. Además obtiene de España la exclusividad en el
comercio de esclavos negros ("Asiento de negros") y el llamado "Navío de permiso", un barco de
500 toneladas que podrá comerciar una vez al año con América; esto significa el inicio de la ruptura
del monopolio comercial que España mantenía respecto a América. Francia, por su parte, cedió a
Inglaterra grandes territorios e islas en América del Norte (como Terranova). En el plano peninsular,
el fin de la guerra y la llegada de los Borbones al trono español, supuso la imposición, en la Corona
de Aragón, de los denominados "Decretos de Nueva Planta”, donde se impuso el centralismo
político. Los países de la Corona de Aragón perdieron sus instituciones de gobierno, incluyendo sus
Cortes. Triunfa, pues, el absolutismo centralista y uniformista que ya existía en Francia.

En el plano internacional Utrecht impone un nuevo orden internacional basado en el


equilibrio continental que defendía Inglaterra. Aparece un nuevo mapa político donde España
resultó ser la gran perdedora al perder todos sus territorios europeos. Utrecht acabó también con
la hegemonía ejercida por Francia en la segunda mitad del siglo XVII. El nuevo sistema se basó en el
equilibrio entre tres grandes potencias: Francia, que sale agotada por las guerras impuestas por
Luis XIV. Austria, que se convertirá en el territorio más extenso y poblado de Europa pero carente
de unidad. Inglaterra, se convertirá en la gran potencia del siglo, sobre la base de su creciente
fuerza marítima y su desarrollo comercial. España, que había sido la gran potencia hegemónica
desde el siglo XVI, quedó relegada a potencia de segundo rango, como aliada de Francia y rival de
Inglaterra y Austria.

El objetivo fundamental de los Borbones españoles, a partir de estos momentos, en materia


de política exterior fue sin duda la recuperación de los territorios perdidos en Utrecht (1713/15). En
líneas generales el gran aliado en esta empresa será Francia (Pactos de Familia) y el principal
enemigo Gran Bretaña. Las directrices de la política exterior española durante el siglo XVIII, serán
las siguientes:
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• Intentos de recuperación de Gibraltar y de Menorca (recuperada en 1783).
• Una alianza con Francia, a través de los "Pactos de Familia".
• Una política atlántica, inaugurada por Carlos III, en competencia con Inglaterra, para
asegurar el dominio del imperio americano. Frente al ascenso del imperialismo inglés.
En suma, la política exterior borbónica si bien supuso la pérdida de algunos territorios
europeos logró mantener los reinos hispánicos unidos y mantener para España la posesión de los
territorios americanos.

12. Define qué fueron los Decretos de Nueva Planta y explica


su importancia en la configuración del nuevo Estado
borbónico.
La toma del poder político por Felipe V trajo a España un intento de solucionar los
problemas políticos del país, heredados del s. XVII, según las fórmulas francesas propias del
absolutismo de Luis XIV: unificación y centralización del poder político. La reorganización político-
administrativa del nuevo Estado fue obra de los tres primeros borbones: Felipe V (1700-1724),
Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788), cada uno de los cuales contribuyó de alguna
forma al establecimiento de una monarquía fuerte, centralista y unificada, según el modelo francés.

La modificación más importante fue la unificación jurídica e institucional de la monarquía,


sobre todo con los Decretos de Nueva Planta, promulgados por Felipe V. Debido al apoyo prestado
al archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión, Felipe V suprimió los fueros e
instituciones particulares de los territorios de la Corona de Aragón: primero los de Valencia y
Aragón (1707) y después los de Cataluña (1714). Estos decretos establecían:

• La abolición de los fueros y las Cortes de cada reino. En lo sucesivo sería Cortes únicas para
toda la monarquía y además sin poder vinculante.
• La sustitución del virrey de los Habsburgo por un Capitán General, al frente de una
Audiencia
• La imposición del castellano como lengua de la administración de justicia en Cataluña.
Con esta unificación se intenta la regeneración del país a base de una administración
racional, eficaz, un control de los recursos hacendísticos y la eliminación de la diversidad jurídica y
jurisdiccional. Si la Corona de Aragón pierde su autonomía política, Castilla pierde el monopolio
económico ejercido sobre América. Así se suprimen aduanas interiores, lo que fomenta el comercio
y desarrolla la economía, se establece la libertad comercial con las colonias y se unifican muchos
aspectos legislativos.

La creación de un modelo único de administración territorial para todos los reinos de España
(excepto Navarra y provincias vascas, que se mantuvieron fieles al candidato francés en la guerra de
Sucesión), consistió en la imposición dentro de todo el territorio peninsular del modelo jurídico e
institucional de Castilla. Cada reino, a partir de ahora, será gobernado por un Capitán General con
funciones militares, políticas y administrativas, y las Audiencias, máximos órganos jurídicos
sometidas al control del Capitán General. Por lo que respecta al régimen contributivo y fiscal, todo
el país quedó unificado también según el modelo castellano.

Esta nueva organización territorial anulaba la existencia de cualquier centro de decisión


política situado fuera de la capital del estado: Madrid. Este proceso supuso una reorganización del
poder del estado basado en la centralización del poder político. El rey gobierna con un carácter
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absoluto. Se suprimieron las Cortes particulares de cada reino, en lo sucesivo serían Cortes únicas
para toda la monarquía y su poder será similar al que tenían las Cortes castellanas. La modificación
más importante que se introdujo en el poder central fue la tendencia a sustituir los Consejos por
Secretarías de Despacho. Su número y competencias sufrieron variaciones con el tiempo. A su
frente estaban los secretarios (el más claro precedente de los modernos ministros), que
despachaban directamente con el rey. Por otro lado, crearon las intendencias que eran divisiones
administrativas (equivalentes al concepto actual de provincias) que los Borbones crearon siguiendo
el modelo francés, en su afán de controlar desde el poder central todo el territorio. A su cabeza
estaban los intendentes, hombres de confianza que actuaban como delegados territoriales del
gobierno.

La nueva monarquía impulsó también desde muy pronto la educación, el establecimiento de


instituciones académicas, la investigación científica (Biblioteca Real, 1712; Real Academia Española,
1713; etc.); y la creación de reales fábricas para la introducción de nuevas técnicas de fabricación y
el impulso a sectores decaídos o inexistentes (Real Fábrica de Paños en Guadalajara, 1717; de
tapices en Madrid; etc.). De la labor de ilustrados como Patiño, Campillo y Ensenada emergió una
verdadera obra de gobierno: reformas en la administración y la hacienda, impulso al comercio con
América y a la construcción naval, fortalecimiento militar de España. A Ensenada, también, se debió
la ordenación de carreteras y caminos reales, esto es, el inicio de la construcción de una red vial
nacional con centro en Madrid, y el comienzo igualmente de la construcción de una red de canales
navegables en Castilla y Aragón.

En suma, con los decretos de Nueva Planta España pasa a ser un Estado unitario, centralista
y absolutista, dejando atrás la concepción pactista-federal de los siglos anteriores.

13. Explica la política industrial de la monarquía y las


medidas adoptadas respecto al comercio con América.
Durante la primera mitad del s. XVIII los Borbones procuraron estimular la actividad
industrial y comercial según las directrices de la teoría económica del Mercantilismo: intervención
del estado en la economía para favorecer su desarrollo. Así se reorganizó el monopolio del
comercio con América, se protegió la producción industrial española mediante la prohibición de
importaciones o mediante la fijación de aranceles fuertemente proteccionistas.

El campo español continuaba con los problemas heredados del sistema señorial medieval.
Estos problemas agrarios fueron recogidos en informes que conjuntamente formaron un
Expediente General. A partir de este expediente se apuntan diversas soluciones a los problemas del
campo. Entre ellos destaca el Informe de la Ley Agraria de Jovellanos. Además se adoptaron algunas
medidas reformistas. Así, se intentan repoblar regiones despobladas como la zona de Sierra
Morena mediante colonos alemanes (La Carolina). Surgen canales de riego (Canal de Castilla).

Por otro lado, los Borbones crearon multitud de fábricas (“Reales Fábricas” de seda, de
tapices, cristalería, etc.), con el fin de que sirvieran como escuela de obreros técnicos, para lo que
se trajeron técnicos de toda Europa; al tiempo que aplicaron innovaciones técnicas de todo tipo,
traídas particularmente de Inglaterra. Su control corría a cargo de representantes del Estado y el
objetivo era satisfacer con productos del país la demanda de artículos de lujo (tapices, cristal, etc.)
de los estamentos privilegiados e, incluso, exportarlo. De esta manera se dejarían de importar del
extranjero y el dinero no saldría de España. Sin embargo, acabaron fracasando por el excesivo
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control burocrático y por no aplicar técnicas de producción avanzadas, por lo que sus productos
resultaban excesivamente caros. No obstante, se trató de una auténtica revolución industrial
incipiente que se extiende sobre todo por la periferia: Valencia, Málaga, Cádiz, Barcelona,
Santander, Bilbao, etc. Paralelamente, se desarrolló el fomento de la construcción naval en
astilleros reales, para facilitar el comercio por mar y la flota de guerra.

Hacia 1760, por primera vez en la historia, y en un proceso imparable hasta nuestros días,
las regiones del litoral superan a las del interior en población, recursos y nivel de vida. Es un fuerte
cambio de gravedad económica del centro a la periferia.

En cuanto al comercio, se suprimen las aduanas interiores, se construyen nuevas carreteras


y puentes, se construyen puertos marítimos, se organizan compañías de transporte, etc. Esto
contribuyó a un aumento en el nivel de intercambios peninsulares. Con el fin de fomentar la
industria y el comercio Carlos III crea el Banco de San Carlos, futuro germen del Banco de España.

Por lo que respecta a América, en el siglo XVIII con la nueva dinastía, se instauró una
explotación económica de tipo colonial; esto es, América se convierte en exportadora de materias
primas (y no sólo metales preciosos) como tabaco, cacao, azúcar, etc., e importadora de productos
manufacturados peninsulares. Para ello se adoptaron diferentes medidas:

 En un primer momento, se imitaron las prácticas de ingleses y holandeses, y se crearon


compañías comerciales privilegiadas y monopolísticas a las que se les cedía, a cambio de pagar
una cantidad al Estado, el monopolio sobre ciertas rutas o ciertos productos. Así se fueron
organizando varias Compañías Comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas, C. de la
Habana, etc.). El sistema de las Compañías tropezó con la competencia del comercio británico.

 Más adelante, se adoptaron medidas liberalizadoras del comercio con América que permitieron
aumentar los intercambios. Así varios decretos autorizaron el libre comercio directo de los
puertos peninsulares con los americanos y suprimieron definitivamente el monopolio del
puerto de Cádiz. Esto fue un gran estímulo, especialmente para Cataluña.

En conclusión, el comercio con América aumentó notablemente a lo largo del siglo, pero
América era un mercado excesivo para la escasa capacidad productiva de la industria peninsular.
En consecuencia, la mayoría de las manifacturas enviadas a América eran extranjeras, y en la
exportación propiamente española predominaban los productos agrícolas. Por otra parte, se calcula
que el volumen de contrabando o mercado negro era superior al del comercio legal.

14. Especifica las causas del despegue económico de Cataluña


en el siglo XVIII.
Ya a fines del siglo XVII se registraron en la economía española los primeros síntomas de
recuperación en la periferia peninsular. Barcelona, paradigma de esta recuperación aumenta sus
beneficios, triplica el volumen de su comercio, mientras en el interior de Cataluña se instala la
nueva industria del hilado y el tejido de algodón. Será el inicio de la Revolución industrial en
Cataluña.

La población española inicia en el siglo XVIII una fase de crecimiento que se advierte
principalmente en las regiones periféricas donde se produce un aumento superior al promedio
nacional (incluso superior al 100 %). Este crecimiento se convierte en parte en crecimiento de las
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ciudades costeras (principalmente Barcelona) que experimenta un importante aumento de la
población.

Por otro lado España presenta una estructura agraria que encaja dentro del modelo feudal
propio de la Europa Occidental. Sin embargo, el campesino catalán suele disfrutar de una situación
favorable debido a que:

 Disponía de una extensión de tierra suficiente porque las tierras del patrimonio familiar
no se dividían entre los hijos sino que pasaban íntegras al hijo mayor.

 Su derecho sobre la tierra era muy amplio: podía comprarla, venderla, heredarla,
cultivarla o dejar de hacerlo sin permiso del señor; éste, por otra parte, no puede
arrebatarla al campesino ni aun en el caso de que fuera arrendatario.

 Una vez descontado de la cosecha lo que tenía que pagar al Estado, debía entregar al
señor una cantidad fija (como derecho señorial o como arrendamiento) que el señor no
podía ni modificar ni aumentar caprichosamente.

A esto se une la introducción de mejoras técnicas que aumentan la productividad agraria.


Estos nuevos cultivos intensivos (ampliación de regadíos) permiten una mayor variedad en la
producción introduciéndose cultivos como el arroz, lino, cáñamo, maíz, etc.

Asimismo, en el ámbito industrial junto a las “manufacturas reales”, se organizan las fábricas
de estampados de algodón (“indianas”) creadas a mediados del siglo XVIII en Cataluña.
Especialmente importante es su crecimiento en Barcelona.

En cuanto al comercio, sus progresos son muy sólidos en gran parte por la extinción de las
aduanas interiores y la abolición del monopolio de la Casa de Contratación en el comercio indiano.
Así, a lo largo del siglo XVIII se inicia un proceso de integración de las distintas tierras de España en
un único mercado. No obstante, esta integración es lenta e incompleta en el interior y más extensa
en zonas costeras. Así, en la segunda mitad del siglo XVIII Cataluña ha constituido un mercado
regional integrado y en comunicación marítima intensa con los mercados europeos y americanos.
El comerciante de Barcelona representa un nuevo tipo distinto al resto de la península. Por una
parte fueron los que estimularon el movimiento comercial en Cataluña ayudando a la integración
de su mercado regional, además practicaron el comercio de importación – exportación con Europa,
lentamente fueron penetrando en el americano e incluso lograron abrirse camino en el comercio
del interior de la Península, especialmente en la zona de Madrid.

Con la implantación del comercio libre de España con América, el tráfico experimentó un
auge muy fuerte. Se comienzan a aplicar las ideas de los economistas mercantilistas con la
organización de Compañías Privilegiadas a las que se cedía, a cambio de pagar una cantidad al
Estado, el monopolio sobre ciertas rutas o ciertos productos. Así, en 1755 se creó la Real Compañía
de Barcelona, para el comercio en las Antillas: Puerto Rico, Santo Domingo, Margarita.

De esta manera la apertura del mercado americano estimuló la industria en las regiones de
la periferia peninsular. La burguesía española se fortalecía así a la sombra de la Corona. Y la más
beneficiada fue Cataluña. Sus productores agrícolas y textiles conquistaron el amplio mercado
interior de Castilla y los puertos americanos, hasta los que navegaban barcos catalanes cargados de

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manufacturas o aguardiente. Fue así como la burguesía de la región consiguió acumular los
capitales necesarios para abordar con éxito la revolución industrial de la centuria siguiente.

15. Comenta las ideas fundamentales de la Ilustración y define


el concepto de despotismo ilustrado.
A lo largo del s. XVIII, sobre todo durante el reinado de Carlos III, los Borbones llevaron a
cabo un programa reformista cuya base intelectual fue la Ilustración. La Ilustración hunde sus raíces
en el humanismo renacentista, y sus antecedentes más inmediatos son el racionalismo (Descartes)
del s. XVII y el auge alcanzado por las ciencias de la naturaleza, la investigación y la técnica (método
científico con Newton a la cabeza). La Ilustración se basó en el culto a la razón, ya que esta no solo
podía explicar las leyes de la naturaleza sino también a la sociedad y al hombre. En consecuencia la
sociedad se debía organizar racionalmente rechazando la tradición y muchas viejas creencias y
prácticas sociales. Progreso y felicidad fueron las dos grandes consignas de este siglo XVIII,
expansivo y optimista.

Los partidarios de la Ilustración en España consideraron que los objetivos políticos,


económicos y sociales de la Ilustración eran la base adecuada para sacar a España de su decadencia.
Estos ilustrados españoles formaban una pequeña minoría donde destacan los siguientes nombres:
Feijoo, Campomanes, el Conde de Floridablanca, el Conde de Aranda, Jovellanos, etc.,
pertenecientes en su mayoría a la nobleza, pues España carecía de una burguesía capaz de hacer
suyos estos ideales. La reflexión a la que llegan estos ilustrados es la siguiente: la decadencia de
España tiene como causa principal la mala situación económica. Sólo dando un nuevo tono a la
actividad económica se podrá dar nueva vitalidad al país. De ahí que algunos de los puntos básicos
de su pensamiento fueran:

 La necesidad de desarrollar en España el cultivo de las “ciencias útiles” (matemáticas, física


moderna, química, mineralogía...), consideradas como base de una renovación técnica en la
apoyar el resurgir económico.
 En muchos ilustrados se manifestó un interés evidente por las nuevas teorías políticas que
se abrían camino en Europa (fundamentalmente el despotismo ilustrado).
Los ilustrados españoles formaron un grupo con una actuación bastante coherente cuyos
aspectos principales eran:

a) Actuaban agrupados en las “Sociedades Económicas de Amigos del País”


b) En la divulgación de sus ideas chocaron con el Tribunal de la Inquisición que resultaba
un excelente instrumento de control ideológico
c) Se enfrentaron con el poder de la Compañía de Jesús puesto que monopolizaba casi por
completo la Enseñanza Media
d) Sus proyectos de reforma social y económica tropezaron con los intentos de buena
parte de la nobleza y el clero.
Finalmente, en cuanto a las figuras de intelectuales y artistas de signo ilustrado del período
podemos destacar: 1.) Intelectuales ilustrados como citado Feijoo y Jovellanos; 2.) Científicos y
expedicionarios como C. Mutis y 3.) Artistas y literatos.

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El despotismo ilustrado fue la teoría política dominante en Europa durante el siglo XVIII y se
basaba en dos principios fundamentales: el poder absoluto de la monarquía y el ideal del rey
filósofo, quien asistido por las minorías ilustradas, sabía lo que convenía a sus súbditos y estaba en
condiciones de impulsar la reforma necesaria para lograr la felicidad de su pueblo.

En España, junto a una minoría ilustrada aparece un nuevo monarca: Carlos III (1759-1788),
cuyo absolutismo había adoptado una nueva forma de expresión: el "Despotismo Ilustrado". Ahora
el Estado se va a concebir como el encauzador del progreso humano. La función del monarca, que
detenta todo el poder, es proporcionar la felicidad a los súbditos, aunque sin su participación
("Todo para el pueblo, pero sin el pueblo"). Carlos III se rodeó de ministros y consejeros reformistas
como el conde de Aranda, del conde de Floridablanca y sobre todo Campomanes

El sistema de gobierno del Despotismo Ilustrado y la ideología de la Ilustración


plantean los siguientes objetivos, que, según ellos, servirán para sacar a España de su decadencia:

1. Centralización político-administrativa, prosiguiendo la labor iniciada por Felipe V.


2. Educación racionalista y enseñanzas técnicas para el pueblo: se confiscaron los colegios
de los jesuitas y se crearon algunas instituciones modelo como los “Reales Estudios de S.
Isidro, donde se introdujeron materias como matemáticas, física experimental.
3. Afirmación de las "regalías" (defensa de los derechos del rey para intervenir en las
cuestiones eclesiásticas) del Estado frente al poder de la Iglesia.
4. Reformismo económico y social. Elaboración del “Expediente General”, a partir del cual
se elaboraron una serie de informes entre los que destacan el del Floridablanca,
Campomanes y, sobre todo, el “Informe de la Ley Agraria” de Jovellanos. Asimismo se
colonizó áreas de Sierra Morena.
5. Una apertura ideológica hacia Europa que conlleve la modernización del país.
6. Una cierta laicización social que elimine el fanatismo religioso (Inquisición).
7. Una preocupación por el avance de la ciencia, considerada como la base de una
renovación técnica en la que apoya el resurgimiento económico.
En suma, el período del Despotismo Ilustrado con sus planteamientos críticos despejo el
camino, sin pretenderlo a las grandes transformaciones liberales del siglo XIX.

16. Representa una línea del tiempo desde 1700 hasta 1788,
situando en ella los principales acontecimientos históricos.
 1700-46: reinado de Felipe V (dinastía Borbón).
 1702-14: guerra de Sucesión española.
 1707-16: centralización y reforma de la administración territorial española.
Creación de las secretarias de estado.
 1714: fin de la guerra de Sucesión. España cede los Países Bajos y sus territorios en
Italia a Austria, Sicilia a Saboya, y Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña.
 1733-61: pactos de familia con Francia.
 1733-38: guerra de Sucesión polaca. España recupera militarmente Nápoles y
Sicilia.

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 1738-54: etapa de gobierno reformista de José del Campillo y del marqués de la
Ensenada.
 1746-59: reinado de Fernando VI.
 1749 y ss.: construcción de una red vial de carreteras y de canales navegables.
 1756-63: guerra de los Siete Años. España obtiene Luisiana.
 1759-88: reinado de Carlos III. Plena Ilustración española.
 1765-86: creación de sociedades económicas de amigos del país.
 1766: motín de Esquilache. Expulsión de los jesuitas.
 1769-75: colonización de Sierra Morena.
 1776-83: guerra de Independencia estadounidense. España recupera Menorca y
Florida.
 1777-92: gobierno de Floridablanca.
 1777-89: expediciones científicas a Chile, Perú, Nueva Granada y Nueva España.
 1778: decreto de libre comercio para América.
 1788-1808: reinado de Carlos IV; Godoy, jefe del gobierno, 1792-1808.

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