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3D> E C X A V E,
Y PRINCIPIOS
DE HARMONÍA.
POR D. BENITO BAILS,
Director de Matemáticas de la Real Academia de S. Fernando,
Individuo de las Reales Academias Española, de la Historia,
y de las Ciencias naturales y Artes de Barcelona.
MADRID.
Por D . JOACHIN IBARRA , Impresor de Cámara de S. M .
M.DCC.LXXV.
CON PRIVILEGIO DE S. M.
A LA EXC. SEÑORA
MA
CONDESA DE FUENTES,
&c. &c. &c
Èxc MA
SEÑORA.
: Exc. MA
SEÑORA.
SEÑORA.
A los pies de V . E.
Benito Bails.
ÍNDICE
BE LAS LECCIONES.
^ LECCIÓN PRIMERA
JtíiNseña los nombres de las t e c l a s , lo que es tono , s e m i t o n o , e s -
cala , octava ó modulación ; lo que es tono mayor y tono menor;
los intervalos de la e s c a l a , así d i a t ó n i c a , como c r o m á t i c a ; qué co-
sa es sustenido y b e m o l , c ó m o se señalan uno y otro , quál es su
d e s t i n o , c ó m o se originan, y quántos hay en una modulación de-
terminada j cómo se transforma una modulación que tiene muchos
sustenidos en otra que tiene menos bemoles , y al revés ; los n o m -
bres de los intervalos de la escala diatónica y de la cromática . . . . i
LECCIÓN SEGUNDA
D á á conocer las diferentes v o c e s , su estension , las llaves con que
se señalan , y dónde empiezan y acaban en el teclado j las figu-
ras , n o m b r e s , y valores de las n o t a s ; los diferentes compases que
se estilan , sus partes , y cómo se señalan , igualmente que el v a -
lor , nombre y signo de las pausas > las diferentes escalas , y los
dedos con que se han de tocar en cada una las teclas del instru-
mento 29
LECCIÓN TERCERA.
D i c e l o que es harmonía y melodía; enseña las harmonías consonan-
tes que corresponden á las doce modulaciones mayores y menores
mas u s a d a s , y cómo se egecutan con cada una de las dos manos. 99
LECCIÓN CUARTA.
Especifica las harmonías consonantes que se pueden egecutar en una
modulación ó escala determinada, así en m a y o r , como en menor,
y c ó m o se forma eon ellas una oración ó frase harmónica nr
LECCIÓN QUINTA.
T r a t a de la disonancia en g e n e r a l , de la disonancia de la quinta y
de la segunda en particular , manifestando su destino , y enseña
c ó m o se forma una oración harmónica con quatro consonancias y
dos disonancias , 133
LECCIÓN SEXTA.
Individualiza las posturas que se derivan de la perfecta ; las posturas
disonantes que se originan de la disonancia de la quinta y de la
segunda , sobre qué notas se dan , y cómo se salvan y c i f r a n ; y
.últimamente cómo se'acompañan subiendo y bajando las notas de
la escala diatónica 143
LEC-
LECCIÓN^ SÉPTIMA.
Propone varios modos de acompañar subiendo y bajando la escala
diatónica en mayor y menor con diferentes posturas consonantes;
diferentes modos de acompañar subiendo y bajando la escala c r o -
mática ; enseña lo que es postura de suspensión , y la aplicación
de todo lo dicho hasta aquí con diferentes egempíos 186
LECCIÓN OCTAVA.
Enseña c ó m o en mayor se pasa de la nota fundamental ó tónica de
la escala á su quinta , su q u a r t a , y á su tono relativo por una ó
dos disonancias 206
LECCIÓN NOVENA.
Manifiesta en qué consiste la postura disonante llamada de prestado,
y la que llaman pequeña sexta superflua , especificando cómo se
cifran , y las posturas que se originan de la primera , sobre qué no-
tas de la escala se dan , cómo se salvan y usan , aplicándolo á un
egemplo muy individualizado. Propone otros modos de acompa-
ñar subiendo la escala diatónica , y bajando la escala cromática ; y
algunas salidas de mayor de ut á menor de mi, á menor de re, á
menor de si b, á menor de sol 218
LECCIÓN DÉCIMA.
T r a h e todas las posturas con que se puede acompañar una misma
nota ; otras oraciones harmónicas con consonancias solas , y con
consonancias y disonancias. Enseña como se llaman todas las
c o n s o n a n c i a s , ó se salvan las disonancias en mayor y m e n o r , y
c o m o se acompañan subiendo todas las notas de la escala por m e -
dio de las seis harmonías consonantes y las siete disonancias , en
mayor y m e n o r ; cómo se usan todas las séptimas en mayor y m e -
nor ; cómo se p a s a , así en m a y o r , como en menor de un tono á su
r e l a t i v o , á su q u a r t a , á su quinta por tres , quatro , cinco , seis,
y siete disonancias 241
LECCIÓN UNDÉCIMA.
E s una recapitulación de todas las demás 268
COR-
CORRECCIONES.
dice. léase.
triple tiple.
dominante sol dominante en mayor de sol.
que encamina y encamina.
encamina á la harmonía encamina la harmonía.
E n la quinta En la quarta.
si formo si forma.
igualmente igualmente que.
9 6
5 5
3E=Í
7 9
9 7
BE
PRO-
PROLOGO.
0
PRINCIPIOS DE HARMONÍA.
L E C C I Ó N P R I M E R A .
2£, L , M , IV, O , P , g , R¿ A
/wi , y » , sol, /a , •« , ut, re ¿mi ¿fa.
Bajando.
¿ , # , C, B'¿ £ ' , F , G', i ? , R, üT, 7
sen-
24 LECCIONES
sensible, sigúese que en mayor el último sustenido
está en la sensible. Y como entre la sensible y la
octava no hay mas que un semitono, el último sus-
tenido en mayor de sol será fa sustenido , y no ha-
brá mas que este ; e n r ^ , será ut sustenido, con jfa
sustenido; en la , el último es sol sustenido, con
elfa sustenido y el ut sustenido.
Esto es por lo que toca al tono mayor ; en el
menor, el último sustenido es la segunda del tono.
A s í , según hemos visto antes, en el tono menor
de mi , no hay mas sustenido que fa, cuyo fa sus-
tenido es la segunda del tono. Luego el último sus-
tenido es sensible en mayor , y segunda en menor.
En la succesion de los bemoles el séptimo es
fa bemol. Y como la modulación mayor de siete
bemoles es ut bemol, yfa bemol es su quarta , si-
gúese que en mayor el último bemol está en la
quarta.
En menor es otra cosa. El tono menor de sol,
por egemplo , lleva dos bemoles , es á saber , si
bemol y mi bemol: mi bemol, que es el último, no
es la quarta de la escala en menor de sol, es la
sexta. Luego en menor el último bemol está en
la sexta. Luego el último bemol es quarta en ma-
yor , y sexta en menor.
De todo esto se deduce que la modulación ma-
yor de un bemol no mas ha de ser la mayor defa.
Porque una vez que no hay mas que un bemol, y
es-
DE CLAVE. 25
este ha de ser el si bemol, y la quarta de la es-
cala ; será indispensablemente la modulación ma-
yor de fa.
Y como la modulación menor lleva tres be-
moles mas que la mayor , tendremos en menor de
fa quatro bemoles; es á saber, si b , mi b , la b ,
re b , donde, según se echa de ver , el último be-
mol , esto es, re bemol, es la sexta del fa.
Y a que la modulación de ut tiene todas sus
notas naturales, la modulación de su quinta sol
lleva un sustenido , y la modulación de su quarta
fa lleva un bemol; hemos de inferir que quando se
pasa de la modulación de un tono á la de su quin-
ta , hay un sustenido mas, y quando se pasa á la
modulación de su quarta hay un bemol mas.
A s í , en mayor de la hay tres sustenidos, en
mayor de mi, quinta de la , habrá quatro. Luego
en mayor de si, quinta de mi, habrá cinco ; en
mayor de fa sustenido , quinta de si, habrá seis;
en mayor de ut sustenido , quinta de fa sustenido,
habrá siete. Esto es evidente , y eslo también que
el si sustenido será nota sensible , así como en la
modulación mayor de seis sustenidos ó defa suste-
nido , el mi sustenido será también la nota sensible.
Para averiguar quál es la modulación mayor
de seis bemoles , consideraremos que en la succe-
sion de los bemoles si, mi ,la , re , sol ,ut, el úl-
timo , es á saber , ut bemol, ha de ser la quarta;
D de
16 LECCIONES
de donde inferiremos que la modulación mayor de
seis bemoles es sol, pero sol bemol. Parece, pues,
que la modulación mayor de fa sustenido es la
misma que la modulación mayor de sol bemol, se
tocan unas mismas teclas blancas en ambas modu-
laciones , sin mas diferencia que la de considerar
-como sustenidos dichas teclas blancas en la modu-
lación mayor de fa sustenido , y como bemoles en
la modulación mayor de sol bemol.
Es , pues, una misma en ambas modulaciones
la tecla en que se toca la nota tónica ; pero se ha
de tomar por fa sustenido quando nos encaminan
•á ella los sustenidos , y se debe tomar por sol be-
mol quando vamos á parar á ella por bemoles.
De todo esto sacaremos una observación muy
importante.
L a modulación mayor de fa sustenido tiene
seis sustenidos , y la modulación de sol bemol tie-
ne seis bemoles ; seis y seis son doce.
L a modulación mayor de ut sustenido tiene
siete sustenidos , y la modulación mayor de re be-
mol tiene cinco bemoles ; siete y cinco son doce.
L a modulación menor de sol sustenido tiene
cinco sustenidos, y la modulación menor de la be-
mol tiene siete bemoles; cinco y siete son doce.
Luego la suma de los sustenidos y bemoles de
dos modulaciones mayores ó menores que tienen
ambas su tónica en una misma tecla , con dos nom-
i' - - bres
DE CLAVE. 27
bres diferentes, es doce. En algunas ocasiones el
fa , el ut y l ° l
e s s o n
doble sustenidos ; y el si, el
mi y el la, doble bemoles.
Por medio de esta observación se ha reducida
muchísimo el número de las modulaciones , y por
lo común no se usan mas que doce, que como pue*
den ser mayores ó menores , componen en todo el
número de veinte y quatro modulaciones. Porque*
si las vamos sacando todas por quintas, echaremos
de ver , que en llegando á la escala de ut susteni-
do , tendremos siete sustenidos ; y como la escala
de mayor de re b e m o l , que tiene por tónica la
misma tecla del instrumento, no tiene mas que cin-
co bemoles , se convertirá la escala de ut sustenido
en la de re bemol. Como la quinta de ut susteni-
do es sol sustenido , cuya escala en mayor lleva
ocho sustenidos, siendo así que la mayor de la be-
mol que tiene su tónica en la misma tecla que la
de sol sustenido, no tiene mas que quatro bemoles,
en lugar de la escala mayor de sol sustenido se
substituye la escala mayor de la bemol. Prosiguien-
do á este tenor , la escala de re sustenido se trans-
formará en la de mi bemol; la mayor de la suste-
nido , en la mayor de si bemol; la mayor de mi
sustenido en la mayor defa; y la mayor de si sus-
tenido en la mayor de ut. Hallaremos por este ca-
mino que las modulaciones mayores no son mas
que d o c e ; es á saber las de
08 LECCIONES
ut, sol, re, la, mi, si,fa », re b , la b , mi b , si b ,fa,
las menores serán otras doce.
Si sacáramos las modulaciones por quartas,
hallaríamos
ut,fa, sib,mib,lab,reb,fa%, si, mi, la, re, sol
que son las mismas , solo que están al revés de las
que salen por quintas.
Si consideramos dos modulaciones mayores ó
menores , tomándolas en dos octavas distantes una
de otra un semitono , la suma de los sustenidos y
bemoles de ambas modulaciones siempre será siete.
Así,
En mayor de fa, un bemol; en mayor de fa
sustenido , seis sustenidos; seis y uno son siete.
En mayor de sol, un sustenido ; en mayor de
sol bemol, seis bemoles; seis y uno son siete.
En mayor de la bemol, quatro bemoles ; en
mayor de la, tres sustenidos ; tres y quatro son
siete.
En menor de mi bemol, seis bemoles; en me-
nor de mi, un sustenido ; seis y uno son siete.
En mayor de si bemol, dos bemoles ; en ma-
yor de si cinco sustenidos 5 dos y cinco son siete.
Verdad es que en mayor de sol hay un susteni-
do , y en mayor de sol sustenido ocho sustenidos,
por ser tifa doble sustenido; ocho y uno son nue-
ve. Pero esto no implica con lo que acabamos de
decir; porque no hemos dicho que se tome la suma
de
DE CLAVE. i 9
L E C C I Ó N S E G U N D A
DE CLAVE.
m
La misma llave dejfa ha bajado de la quarta raya á
la tercera ; todas las notas que están en esta ter-
cera raya se llaman fa,y subiendo desde fa se
di-
DE CLAVE. 31
uhi fa ¿ sol ¿la , « , «f , re ; y bajando desde el
mismo /a , se dirá fa ¿ mi ¿re ¿ ut ¿ si ¿la.
L a tercera voz se llama Tenor : su estension
coge desde el segundo ut del teclado , hasta el fa
de la octava siguiente. Se ha inventado para ella
el signo que se vé en la quarta raya , y se llama
Llave chut en quarta raya ;
liEEiii
chea
L a mitad de la seminima, se llama cor
• - r
A medida que el arte adelantó , y los de-
dos y la garganta se adiestraron mas, se usa-
ron signos de menor duración, y se subdivi-
dió la corchea en dos partes iguales que lla-
man semicorcheas ; la semicorchea en dos par-
tes iguales que llaman fusas - la fusa en dos
7
- L a figura de la fusa
La de la semifusa
No
4 o LECCIONES
No basta saber quántas voces hay y sus'nom-
.bres , es importante saber también cómo se escri-
ben y leen. Para lograrlo se debe reparar que la
voz barytono es una tercera mas aguda que el ba-
jo ; el tenor una tercera mas agudo que el baryto-
no ; el contralto una tercera mas agudo que el te-
nor ; el medio contralto una tercera mas agudo que
el contralto; el triple una tercera mas agudo que
él medio contralto ; y la séptima voz una tercera
mas aguda que el tiple.
Luego respecto del bajo las
cinco rayas son , empezando por
la de abajo sol, si, re,fa, la;
respecto del barytono son si, re,fa, la, ut;
las cinco del tenor..... re
-,f^ l<*-> üt,mi;
las cinco del contralto fa, la, ut, mi,sol;
las cinco del medio contralto, la, ut, mi, sol, si;
las cinco del tiple ut, mi, sol, si, re;
las cinco del medio tiple..... mi, sol, si, re, fa;
Una vez que se saben los nombres de las notas
que están en las rayas , se sacan con facilidad los
nombres de las que ocupan los espacios.
Para tocar con mas comodidad en el clave las
teclas peculiares á cada v o z , se debe tener pre-
sente que el fa de la llave siempre es el tercer
fa del teclado ; el ut de la llave siempre es el ter-
cer ut del teclado , el que está enmedio ; y el sol
de la llave siempre es el quarto sol del teclado.
El
BE CLAVE: 41
El mismo teclado está diciendo que la segunda
raya del bajo es la primera del barytono; la segun-
da del barytono , la primera del tenor ; la segunda
del tenor , la primera del contralto; la segunda del
contralto , la primera del medio contralto; la se-
gunda del medio contralto, la primera del tiple; la
segunda del tiple , la primera del medio tiple. Por
consiguiente la primera raya respecto de cada voz,
empezando por el bajo, es sol, si, re, fa, la,
ut, mi.
Es también fácil de saber cómo se llama la no-
ta mas baja de cada voz. Empezando desde el se-
gundo fa , que es la tecla mas baja del bajo, y su-
biendo por terceras acia el agudo , se saca/¿ , la,
ut, mi, sol, si, re , que son respectivamente las
notas mas graves de cada voz; y sus notas mas agu-
das son respectivamente si, re ,fa, la,ut, mi,,sol.
Queda , pues, declarado quanto importa saber
acerca de las rayas, las llaves y la estension de ca-
da voz.
No basta saber qué son dá cada tecla, ni los
nombres de las notas de las diferentes escalas que
se pueden formar ; el que desea tocar bien ha de
saber con qué dedos se han de tocar las diferentes
notas de cada escala, porque hay un modo de her-
manar los dedos con las teclas, que merece la pre-
ferencia respecto de todos los demás , y es aquel
que dá mayor facilidad para correr las diferentes
F es-
42 LECCIONES
escalas, sin que la mano ó los dedos tengan que
dar brincos , y estar en una posición ó penosa ó
desagradable á la vista. Como de esta marcha de
los dedos pende en gran parte el tocar con desem-
barazo y limpieza , con tal que no falte egercicio,
pondremos aquí las escalas con la marcha de los
dedos,que respecto de cada una nos parece la mas
natural.
E S C A L A EN MAYOR DE UT.
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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E S C A L A EN MAYOR DE UT.
Marcha de los dedos de la mano izquierda.
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DE CLAVE. 43
E S C A L A EN MENOR DE UT.
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44 LECCIONES
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E S C A L A EN MENOR DE SOL.
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Las
DE CLAVE. 45
Las cinco rayas señaladas desde la derecha á
la izquierda de la plana, se llaman una pautada,
porque se llama pauta el instrumento con que se
trazan.
Las dos lineas que atraviesan la pautada de
arriba abajo , sirven para separar la escala que su-
be de la que baja. Las colas ó plicas de las notas
se ponen acia arriba ó acia abajo, conforme viene
mejor , para que salga mas clara la nota.
Las escalas que siguen son las de re , que en
mayor lleva dos sustenidos y el uno en fa , el otro
en ut 5 en menor tiene el si bemol. ....
E S C A L A EN MAYOR DE RE. i
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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50 LECCIONES
E S C A L A EN MENOR DE SI.
Marcha de los dedos de la mano derecha*
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E S C A L A EN MENOR DE SI.
Marcha de los dedos de la mano izquierda.
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En mayor de /a sustenido, hay seis sustenidos,
que son/a, ztf, JO/ , re, la, mi; en menor dejfa sus-
tenido, no hay mas que tres sustenidos.
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BE CLAVE. 51
E S C A L A EN MENOR DE FA SUSTENIDO
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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E S C A L A EN MAYOR DE UT SUSTENIDO.
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52 LECCIONES
ESCALA EN MENOR DE UT SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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E S C A L A EN M A Y O R DE RE SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la mano derecha.
2 1 2 3 4 1 2 3 3 2 1 43 2 1 2
E S C A L A EN MAYOR DE RE SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la mano izquierda.
3 2 1 4 3 2 1 2 2 i 2 3. 4 1 2 3
ES-
54 LECCIONES
E S C A L A EN MENOR DE RE SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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E S C A L A EN MENOR DE RE SUSTENIDO.
Marcha de- los dedos de la mano izquierda.
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E S C A L A EN MAYOR DE LA SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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E S C A L A EN MAYOR DE LA SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la manó izquierda.
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DE CLAVE. 55
ESCALA EN MENOR DE LA SUSTENIDO.
Marcha de los dedos de la mano derecha.
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DE CLAVE. 57
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DE CLAVE. 59
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6o LECCIONES
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DE CLAVE. 61
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LECCIONES
6 4
MODULACIONES RELATIVAS DE UN SUSTENIDO,
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DE CLAVE. ¿5
MODULACIONES RELATIVAS DE DOS SUSTENIDOS,
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66 LECCIONES
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DE CLAVE. 07
MODULACIONES RELATIVAS DE QUATRO SUSTENIDOS,
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62 LECCIONES
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DE CLAVE. 6 9
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LECCIONES
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DE CLAVE. 71
MODULACIONES RELATIVAS DE QUATRO BEMOLES,
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7 2 LECCIONES
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74 LECCIONES
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DE CLAVE. 77
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78 LECCIONES
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82 LECCIONES
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DE CLAVE. 83
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86 LECCIONES
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9 8 LECCIONES
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312 3
En M. de fa. En m. de re.
31
J32 12 1234 3212 312 3
En
DE CLAVE. 99
En M. de ut.
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13 21 2 12 3+
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En mayor de ut ut, mi, sol.
m
y
Í
En mayor de solf sol, si, re.
En menor de sol; sol, si b , re.
Í
En mayor de re - re , fa * ,
y
En menor de re 5 re , fa , la.
Í
En mayor de la ; la ,ut * , mi.
En menor de /.? ; /# , #í, mi.
Í
En mayor de «?z; mi, JO/ * , « .
En menor de mi ; «i , ¿0/ , si.
Í En mayor de si $ si , re x ,fa x.
En menor de « ; si, re ,fa %.
Í
En mayor de la bemol; la b, ut, mi b.
En menor de la bemol; la b ,utb, mi b.
Í
En mayor de mi bemol ;mib, sol, si b .
En menor de mi bemol; mi b, sol b , si b .
Í
En mayor de si bemol; si b, re ,fa.
En menor de si bemol; si b, re b ,fa*
Í
En mayor de fa ;fa , la , ut.
En menor defa;fa,lab,ut.
Y como la quinta de fa es , hemos vuelto al mis-
mo punto por donde empezamos.
Estas harmonías son muy fundamentales , se
!
han
102 LECCIONES
han de tocar mucho, y sin que la mano dé brin-
cos. Si después de tocada en mayor de ut la har-
monía ut, mi, sol; en menor, la harmonía ut, mi b ,
sol, se muda la mano de lugar para tocar la har-
monía sol, si, re ; el brinco que diere la mano pa-
recerá mal á la vista igualmente que al oido. Es,
pues , del caso enseñar como se han de tocar estas
harmonías.
En mayor de ut, por egemplo , la harmonía
consonante es ut, mi, sol; pero esta harmonía no
pide indispensablemente que nos sugetemos á dar
la tónica, la tercera y la quinta; con tal que se
oygan los tres sones, lo mismo es tocar ut, mi¡
sol, que mi ,sol, ut, ó J O / , ut, mi; en mayor de
sol, los tres sones y las tres posiciones son sol, si,
re ; si, re, sol; re ,sol, si, y en todas tres sonará
igualmente bien la harmonía consonante. Todo con-
siste , pues , quando se pasa de una harmonía con-
sonante á otra, en escoger tal posición de mano
para dar la segunda harmonía después de la prime-
ra , que los sones se arrimen unos á otros. Así,
después de tocar ut, mi ,sol;ut ,mib , sol; en lu-
gar de. pasar á sol, tocando sol, si, re ; se tocará
si, re, sol; la vista quedará contenta y el oido
satisfecho.
Para escusar la confusión que podrian ocasio-
nar las tres posiciones diferentes de cada harmo-
nía , se podrá siempre decir ut ,mi, sol, aunque se
to-
DE CLAVE. 103
toque mi, sol, ut, ó sol,ut, mi; lo propio se prac-
ticará respectivamente en las demás modulacio-
nes. Es regla general que se ha de escoger para la¡
mano una posición que no sea , ni muy grave, ni
muy aguda ; en ut, por egemplo , toqúese mi, sol,
ut \ enfa toqúese fa ,la , ut; en sol, toqúese re,
sol si; el oido y la vista se agradan de esta regla.
5
por quinta,
en re,
3Ek
en mt. en sz,
21
en
104 LECCIONES
en fa sustenido, eaut sustenido,
en la bemol, en mi bemol,
-t>b—§— -bb Q -
-HFTT^—
-fe 3 —
b
en si bemol, en fa»
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Suc-
BE CLAVE. 105
SUCCESION DE LAS XXIV HARMONÍAS CONSONANTES,
por quinta,
en /¿r, en mí,
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en en/à s ustenido,
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en «í sustenido, en la bemol,
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en mi bemol, en «.bemol,
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en /¿1.
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loó LECCIONES.
A estas harmonías se las puede dar un compás;
se pueden barpegiar , quiero decir , que se pueden
tocar succesivamente unas después de otras, y no
todas á un tiempo las notas de que se componen,
como lo manifiesta el egemplo siguiente.
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Cada harmonía está duplicada para completar,
el compás , y se escriben negras las notas funda-
mentales para que sean mas perceptibles. .. n
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11Q LECCIONES
ORACIÓN HARMÓNICA DE QUATRO CONSONANCIAS.
En mayor de si.
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122 LECCIONES
ORACIÓN HARMÓNICA DE QUATRO CONSONANCIAS.
En mayor de mi bemol.
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DE CLAVÉ.
ORACIÓN HARMÓNICA DE QUATRO CONSONANCIAS.
En mayor de fa.
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Hemos empezado en la ; proseguiremos por
quintas; dé aquí nacerán los sustenidos, como
sucedió en mayor, empezando por uu
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DE CLAVE. 127
QRACION HARMÓNICA ; DE QUATRO CONSONANCIAS.;
En menor de mi. • -\
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2.8 LECCIONES
ORACIÓN HARMÓNICA DE QUATRO CONSONANCIAS.
En menor de ut sustenido.
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130 LECCIONES
ORACIÓN HARMÓNICA DE QUATRO CONSONANCIAS}
En menor de si bemol.
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DE CLAVE. 131
ORACIÓN HARMÓNICA DE QUATRO CONSONANCIAS.
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132 LECCIONES
Es provechosísimo tocar mucho estas veinte
y quatro modulaciones; no es ley inviolable su-
getarse á los harpegios que van escritos ; se pue-
den substituir otros en su lugar. Este egercicio
no estorva , antes requiere , que se toquen muy
amenudo las escalas, y las tres progresiones de
harmonías consonantes.
har-
i 4
3 LECCIONES
harmonía consonante, es sin embargo harmonía
disonante con ut, mi, sol., que es la consonancia
principal que ha de concluir la oración.
- La harmonía disonante de la quinta es una
misma en mayor y menor. Y así, re ¿fa *, la, ut
harmonía disonante de la quinta en mayor de sol,
encamina igualmente á sol, si b , re, que á sol, si,
re. Por. consiguiente.la harmonía disonante en me-
nor defa que lleva quatro bemoles, no es ut,
mi b, sol, si b , sino ut, mi, sol, si b; porque la
sensible, que en este caso es mi, siempre se debe
hallar en la disonancia principal para que la sal-
ve la tónica que es parte de la consonancia de la
misma tónica. En menor de si bemol reparará el
que quisiere, que la consonancia si b , re b,fa sue-
na grandemente después defa la^ut, mi b , que
es la disonancia de la quinta.
De todo lo que llevamos dicho acerca de la
disonancia se podría inferir que la quarta es la nota
mas disonante de la octava ; pues en ut el fa di-
suena en la harmonía disonante de^ la quinta; y
el mismo fa disuena con el mi y el sol de la con-
sonancia de la tónica ut. Pero como cada tono
del instrumento puede ser quarta , no hay tono
ninguno que no pueda llegar á ser el mas diso-
nante de todos.
La sensible se puede considerar como diso-
nante y consonante en una misma octava 5 es con*
so-
DE CLAVE. 135
sonante, quando se considera como parte de la
consonancia de la quinta ; y es disonante si se
la compara con la consonancia de la tónica.
Es provechoso egercitarse egecutando las har-
monías disonantes en todas las modulaciones, y
tañendo con ambas manos. Se guardará la posi-
ción mas acomodada, la que tiene un medio en*
tre el grave y el agudo. Pero por no desagradar
al oído con doce disonancias de seguida, se de-
berá salvar cada una con la harmonía consonante
de la tónica , así en mayor como en menor.
A s í , en ut diríamos ut 'mi sol y sol, si,
9 r
ORA-
DE C LA VE. 141
ZUL
Z0Z
El
la
v 4 ft LECCIONES
la disonancia de la segunda se toca la disonan-
cia de la quinta , se salva la primera al mismo
tiempo que con la segunda se prepara el reposo
de la tónica.
Digamos algo de las modulaciones menores.
;En estas , la harmonía disonante de la quinta es
la misma que en mayor; por manera que sol, si,
re ,fa se compone con ut, mi b , sol igualmente
<jue con ut, mi, sol. Pero la harmonía de la se-
gunda no es la misma en menor que en mayor;
como en menor ha de seguir también las notas
de la escala, en menor de ut la harmonía diso-
nante de la segunda será re ,fa , la b , ut.
Ya que la consonancia de la dominante es la
misma en menor que en mayor, se sigue que en
ut se puede ir al reposo de la dominante sol, si,
re por dos disonancias ; en mayor , por re , fa,
la ,ut; en menor , por re ,fa,lab,ut.Y quan-
do en ut se vá á este reposo por estos dos cami-
nos , parece mas señalado en menor que en ma-
yor ; porque en menor la bemol que disuena con
sol nota principal del reposo, forma con ella un
intervalo menor que la, que en mayor disuena con
el mismo sol. Pero el reposo de la dominante pre-
parado con la postura disonante de la segunda en
menor, nunca llega á ser tan señalado como el
de la tónica.
Es indispensable egecutar en todas las esca-
las
BE CLAVE. 143
las la consonancia de la dominante, llamándola
con las dos disonancias.
Hemos de prevenir que la harmonía disonan-
te de la segunda en menor, no resulta de la har-
monía consonante de la segunda, añadiéndola una
tercera al agudo , porque re ,fa , la b no es una
consonancia ; el la bemol la transforma en un in-
tervalo de quinta falsa. Pero esto de ningún mo*
do perjudica , y no deja de ser muy grata la con-
sonancia de la quinta después de esta disonancia
irregular.
Concluiremos con escribir la segunda oración
harmónica en menor de la.
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321
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-o-
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Re-
144 LECCIO NE S
''H "
SE
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• J.
n
'V ••• •
a (i.
i- a J
Engendran, pues , las quatro consonancias que
según llevamos dicho componen la oración harmó-
nica en cada modulación , doce posturas en cada
una - es á saber , quatro posturas perfectas , qua-
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En este egemplo es de reparar que
La primera y segunda postura disonantes se
salvan con la postura perfecta de la tónica.
La tercera con la sexta de la tercera , ó con
la postura perfecta de la tónica.
La quarta con la sexta de la tercera.
La quinta con la postura perfecta de la tónica.
La sexta con la sexta de la tercera mayor.
La
i o
5 LECCIONES
La séptima con la sexta de la tercera menor.
Declaremos las relaciones que hay entre los
bajos de estas posturas y las notas de la harmonía
disonante de la qual se derivan ; de cuyas relacio-
nes sacaremos los nombres que las corresponden.
El bajo de la primera es la quinta sol.
La harmonía sol, si, re, fa forma con este
bajo un unísonus sol, sol; una tercera mayor sol,
si; una quinta sol, re; y una séptima sol ,fa. Po-
dría , pues , llamarse tercera , quinta y séptima;
pero la llamaremos postura de séptima no mas.
Repárese que el bajo sol es la nota funda-
mental de la harmonía.
El bajo de la segunda postura es si.
La harmonía sol, si ,re ,fa forma con este
bajo una sexta menor si, sol; un unísonus si, si;
una tercera menor si, re ; y una quinta falsa si,
fa. Se podría , pues , llamar tercera , quinta falsa
y sexta ; pero la llamaremos quinta falsa no mas.
Repárese que el bajo si es la nota sensible.
El bajo de la tercera postura es re.
La harmonía sol, si, re , fa forma con este
bajo una quarta re , sol; una sexta mayor re , si;
un unísonus re ,re ; una tercera menor re ,fa. Se
podría, pues, llamar tercera, quarta y sexta; pero
la llamaremos pequeña sexta mayor.
Repárese que el bajo re es la segunda de la
octava.
El
DE CLAVE. 151
El bajo de la quarta postura es fa.
La harmonía sol, si, re , fa forma con este
bajo una segunda fa, sol ; una quarta superflua ó
tritono fa , si ; una sexta mayor fa, re ; y un uni-
sonus/tf , jfa. Se la podría , pues, llamar segunda,
tritono y sexta ; pero la llamaremos tritono no mas.
Repárese que su bajo fa es la quarta de la
octava.
El bajo de la quinta postura es ut.
La harmonía sol, si, re , fa forma con este
bajo una quinta ut, sol ; una séptima superflua ut,
si ; una novena ó segunda ut , re ; una oncena ó
quarta ut, fa. La podríamos, pues , llamar quar-
ta , quinta y séptima ; pero la llamaremos séptima
superflua no mas.
Repárese que su bajo ut es la tonica de la
octava.
El bajo de la sexta postura es mi.
La harmonía sol, si ,re ,fa forma con este
bajo una tercera menor mi, sol ; una quinta mi, si;
una séptima mi, re ; una novena diminuta mi ,fa±
Se la podría, pues, llamar tercera, quinta y no-
vena ; pero la llamaremos novena diminuta y sép-
tima.
Repárese que su bajo mi es la tercera mayor
del tono.
El bajo de la séptima postura es mi bemol.
La harmonía sol, si, re ,fa forma con este
ba-
152 LECCIONES
bajo una tercera mayor mi b ,sol; una quinta su-
perflua mi b , si; una séptima superflua mi b, re; y
una novena ó segunda mi b , fa. La podríamos,
pues, llamar segunda , tercera , quinta superflua,
y séptima superflua; pero la llamaremos quinta su-
perflua no mas.
Repárese que su bajo mi bemol es la tercera
menor del tono.
Aunque la aplicación que vamos á proponer
de estas diferentes posturas es por sí muy percep-
tible , sin embargo facilitará todavía mas su in-
teligencia la siguiente prevención. Dar una pos-
tura , pongo por caso una quinta superflua en sol,
no es lo mismo que darla en el sol; la primera
espresion significa que la quinta superflua se ha
de dar en la modulación, escala ú octava de sol;
la segunda significa que el bajo de dicha quinta
superflua debería ser sol. La diferencia que vá de
uno á otro es muy patente.
Esto supuesto , propongámonos con la mira de
aclarar todo lo dicho, hacer una quinta superflua en
sol. El bajo ha de ser la tercera menor de la octava;
luego será si bemol. La postura proviene de la har-
monía disonante de la dominante re ,fa *, la , ut;
luego el bajo será si bemol, y le tocaremos con
la mano izquierda ; y re, fax, la, ut serán las vo-
ces que tocaremos con la mano derecha. Esta pos-
tura se salva con la sexta sobre la misma nota del
ba-
DE CLAVE. 153
bajo; sol, si b , re , sobre la misma nota de bajo
si bemol, es una postura que consuela.
Si quisiéramos dar el tritono enfa,y salvar
le en menor, le salvaríamos con la postura de sex
ta sobre la tercera. Su bajo es la quarta. Por con
siguiente enfa será si b ; y como procede de la
harmonía disonante de la quinta, que en mayor y
menor es una misma, la mano derecha tocará ut,
mi, sol, si b ; el bajo de la sexta que salva este tri
tono será la bemol, pues se ha de salvar en menor, y
por consiguiente la mano derecha tocaráy^, la b, ut.
Toquemos ahora la harmonía disonante de la
segunda en mayor de ut con la mano derecha, y
démosla succesivamente por bajo las quatro notas
de que se compone.
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V 2 Es-
i$6 LECCIONES
Estas quatro posturas llevan los mismos nom-
bres en menor que en mayor, bien que en menor
no sea de todo punto la misma la relación éntre-
los sones.
En la primera, re ,fa , la b ,ut forma con el
bajo re , un unísonus re , re ; una tercera menor
re ,fa; y una séptima re, ut, como en mayor;
pero en lugar de una quinta re, la , que hay en
mayor, tenemos en menor una quinta falsa re, la b.
En la segunda postura , la tercera fa, la b es
menor; y en mayor es mayor.
En la quinta, la sexta ut, la b es menor; y en
mayor es ut ,la , y por consiguiente mayor.
En la tercera todo es distinto; la tercera la b,
ut, y la sexta lab ,fa son mayores; y la quarta
lab , re es superflua. No obstante , se escusan mu-
chas dificultades con dejarla á esta postura el
nombre de pequeña sexta.
Como la consonancia de la dominante es la
misma en mayor que en menor, las espresadas
posturas se salvan de un mismo modo en ambas
modulaciones.
Si resumimos todo lo dicho hasta aquí, echa-
remos de ver que hay
Dos especies de harmonías consonantes
La mayor ut, mi , sol; la menor la ,ut, mi.
Dos especies de harmonías disonantes de la
segunda
La
DE CLAVE. 157
La mayor re , fa , la,ut \ la menor re ,
la b , wí.
Una harmonía disonante no mas de la quinta
sol, si ,re fa.
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DE CLAVE. 159
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El
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i6o LECCIONES
El mismo egemplo se puede tocar con los har-
pegios; se puede duplicar una nota de las har-
monías , asi consonantes como disonantes ; escu-
samos advertir que sol ,si, re ,fa , y re ,fa, sol,
si, re son ambas la harmonía disonante ; lo sería
también aun quando no llevara mas que tres so-
nes dicha postura. Se pueden dar en el bajo cin-
co notas con la mano izquierda , es provechoso
adquirir este hábito.
Es muy del caso duplicar la nota del bajo;
y siempre que se omitiere alguna de las notas qué
la mano derecha ha de tocar , se procurará que la
nota omitida sea el unísonus del bajo.
Cada una de las posturas dé que hemos he-
cho memoria se señala con un signo particular.
Primero se escribe el bajo , y se señala con nú-
meros , y otros caracteres puestos sobre las notas
del bajo , la harmonía que la mano derecha ha de
egecutar.
Saber leer corriente estos signos , quando los
h a y , ó suplir los que hacen al caso, quando no
están escritos, es saber acompañar.
Sería muy del caso que para la postura per-
fecta mayor no hubiese mas que un carácter en
todas las modulaciones ; y otro no mas para la
postura perfecta menor, pero no sucede así.
Las
BE CLAVE. 161
Las posturas perfectas mayor y menor se se-
ñalan con estos
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i6z LECCIONES
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CON J 7
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ni-
DE CLAVE. 163
niñea que con la mano derecha se ha de dar la
séptima superflua si, y la novena re no mas , y
no toda la harmonía sol, si, re ,fa, de la qual di-
cha postura se deriva. A s í , para egecutar este
acompañamiento , todo estriba en tener muy pre-
sentes y en la uña los intervalos de la escala cro-
mática. Un sustenido puesto antes ó después del
guarismo señala una nota sustenido , y lo propio
se debe entender del bemol respectivamente ; * 5
sobre el bajo si, significa quinta , fa sustenido;
el mismo signo sobre ut, quinta superflua, sol sus-
tenido ; un bemol antes del 5 , unas veces quinta
y otras quinta falsa.
Entre todos estos métodos, si merecen este
nombre los caprichos de los escritores , hemos
guardado un medio, apuntando los números que
se usan sin introducir ninguno nuevo; pero sim-
plificando las cosas quanto nos ha sido posible.
Para escusar dudas, el * ó la + después del nú-
mero , señala lo superfluo ; los mismos signos an-
tes del número representarán lo mayor; así,
representa una pequeña sexta mayor, y 7* una
séptima superflua. Jamás usaremos sustenido ni
bemol antes de 2 , 4 , 5 y 8 ; aunque la segunda,
la quarta, la quinta ó la octava sean notas sus-
tenidos ó bemoles.
4 es siempre quarta superflua ó tritono.
$ siempre quinta falsa.
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164 LECCIONES
ft siempre séptima diminuta.
Nunca usaremos dos números distintos sino
para distinguir dos posturas que sin esta precau-
ción se podrían equivocar, dejando al arbitrio del
gusto que suprima en la harmonía lo que quisie-
se , encargando únicamente suprima con preferen-
cia la nota que formare unísonus con el bajo.
Quando se tocaren las harmonías , será bueno
variarlas , harpegiándolas de distintos modos ; en
muchas ocasiones podrá la mano derecha no tocar
mas que dos notas, esto es muy propio del ada-
gio , del andante, dos géneros de composición que
se llevan la atención de muchos aficionados , que
bien que no desdeñan el presto , le hallan al canto
grave y lento mas carácter , mayor espresion y
energía.
TABLA
D E LOS NOMBRES, SIGNOS, Y BAJOS DE LAS POSTURAS.
6 b6, *6.
y
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Nom-
DE CLAVE. 16$
Nombres. Signos. Bajos.
Séptima de segunda en mayor 7. 2
Séptima de segunda en menor] * 7
2
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6 , 6.
4
b,3.
Pequeña sexta en mayor 6
Pequeña sexta en menor \ * 6
Segunda en mayor..... 2. 8
Segunda en menor | ^ ' ^*
b
8
Séptima de dominante 1 7 ? 7 ? 7* w
Quinta falsa # y
Pequeña sexta mayor 2
Trítono 4 4
Séptima superflua 7*., 7+. 1
Novena diminuta y séptima.... í ^* 3 may.
Quinta superflua.... 5* , 5+. 3 men.
[ de novena diminuta.
En menor, acompañaríamos la tercera mi be-
mol , con ut, mi b , ¿o/; con la b , » í , m¿ b ; con
sol ,si,re ,fa,j concluiríamos con ut,mib, sol;
cuyas posturas son la de sexta, quarta sexta , y
quinta superflua. Para percibir la razón de esto
basta considerar que á la harmonía disonante de
la dominante la hemos dado por bajo la tónica,
la tercera mayor , y la tercera menor, además de
las notas de que se compone.
La quarta fa siempre se puede acompañar,
así en mayor como en menor, con su propia con-
sonancia y las dos disonancias.
La quinta sol con su propia consonancia, con
la consonancia de la tónica , y con su propia di-
sonancia.
Aunque podríamos decir aquí cómo se lla-
man las posturas que estas harmonías producen
con sus bajos fa y sol, y declarar por qué orden
se han de enlazar unas con otras , lo dejaremos
para quando después de haber declarado cómo se
acompañan las demás notas de la escala, las escri-
biremos en mayor y menor de ut , con los ca-
racteres que las corresponden , cuyos caracteres
puestos encima de cada nota dirán los nombres
de las posturas.
Prosigamos, pues, declarando cómo se acom-
Y2 pa-
i2
7 LECCIONES
pañan las demás notas de la escala.
La sexta nota se acompaña con su propia con-
sonancia, con la de la quarta, y con la harmonía
disonante de la segunda.
La sensible se acompaña con la consonancia
y la disonancia de la dominante.
En menor no se puede acompañar la sépti-
ma sino con la consonancia de la quinta , y aun
esto es una licencia.
EGEMPLO
De todas las harmonías que acompañan cada
nota de la escala en mayor de ut, con los sig-
nos de las posturas que dichas harmonías
forman con sus bajos, siguiendo el
orden natural.
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escala en menor de ut, por el orden natural.
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Como la séptima nota si bemol no se puede
acompañar sino con la harmonía consonante de la
quinta , sin licencia, y por lo mismo no necesita
de ninguna consonancia que salve su postura , he-
mos vuelto á tomar la nota sensible con las postu-
ras para volver á ut, mi b , sol.
: Este egemplo es tan fácil de entender como
el primero, enseña algunos nombres de posturas,
y algunos signos mas que el otro.
Importa muchísimo saber de memoria, y te-
ner en la uña estas dos succesiones de posturas.
Será también muy del caso egecutarlas en todas
las modulaciones ; y como es fácil sacarlas, es-
cusamos escribirlas.
Después de manifestado que cada nota de
la escala se puede acompañar con muchas postu-
ras , podríamos indagar con quales de dichas pos-
turas se podría acompañar la escala en mayor y
.menor , al subir y al bajar. Pero como esto nos
detendría mucho, nos ceñiremos a escribir las
dos escalas con su acompañamiento.
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DE CLAVE. 177
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acompañada subiendo y bajando.
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con posturas consonantes, en menor de ut.
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Si se nos preguntase por qué en menor acom-
pañamos al bajar la sexta con la postura perfecta,
y en mayor con la postura de sexta ; respondería-
mos que así nos suena mejor, y que en la Música,
como en las Bellas Artes , lo que mas agrada es lo
mejor.
Volvamos á ut, y subamos cromáticamente la
escala con la mano izquierda. Toquemos quatro
veces la primera nota ut, acompañándola con la
postura perfecta mayor que es ut, mi, sol; con la
postura perfecta menor ut, mi b , sol; con la sexta,
y últimamente con la quinta falsa. Como la har-
monía consonante engendra unapostura.de sexta,
Aa 2 po-
i88 LECCIONES
poniendo la segunda nota al bajo ; y esta segunda
nota es ut en el caso actual, pues ut ha de ser el
bajo , la postura de sexta podría ser la , ut, mi.
Pero como hemos dado la postura perfecta
menor de ut, que es ut ,mi b,sol,estamos por lo
mismo en una modulación de tres bemoles; luego
no sirve la postura la, ut, mi donde todo es na-
tural.
Busquemos, pues, otra postura de sexta que
venga mas al caso. Esta será lab, ut, mi b , que
también forma con ut una postura de sexta , y es-
taremos en la bemol, que tiene quatro bemoles,
uno no mas que el menor de ut.
Para dar la quinta falsa sobre ut, considera-
remos que como la quinta falsa se dá- sobre la no-'
ta sensible , hemos; de mirar ut como nota sensible
en esta postura, y estaremos por lo mismo en re
bemol que tiene cinco bemoles ; luego habremos
de dar con la mano derecha la harmonía disonan-
te de la dominante la b ,ut, mi b , sol b , y la sal-
varemos con la postura perfecta de re bemol.
Ya tenemos la postura perfecta mayor sobre
la segunda nota de la octava cromática. Se podra
proseguir con la postura perfecta menor , la sexta,
la quinta falsa, la,nota que la salva,y correremos,
de este modo toda la escala de los doce sones de
Isu octava cromática.
Pero, veamos si se puede, subir la octava ero^
má-
DE CLAVE. 189
mática de otro modo. Probemos sobre el pri-
mer son ut la postura perfecta menor; sobre el se-
gundo re bemol, la quinta y sexta en mayor; so-
bre el tercero re, la quinta falsa. La postura per-
fecta menor de ut es ut, mi b , sol. Para dar la
sexta quinta en re bemol, consideraremos que es-
tamos en la bemol, que tiene quatro bemoles, por-
que la postura de sexta y quinta se dá sobre la
quarta de la escala, y si re bemol es quarta , la
tónica ha de ser la . bemol. La disonancia de se-
gunda que engendra esta postura de sexta y quin-
ta es si b , re b ,fa, la b. Falta dar la quinta falsa
sobre re. Esta quinta falsa sobre re encamina á mi
bemol; la harmonía de donde proviene esta pos-
tura es la disonancia de la quinta de mi bemol; es
á saber, si b , re ,fa , la b. Prosígase caminando
siempre por postura perfecta menor , quinta y sex-
ta , y quinta falsa que se deberá salvar, y se salva
con efecto dando en la tónica la postura perfecta
menor. Aquí no salvamos la quinta y sexta; no
es regla general el que se deba salvar toda diso-
nancia inmediatamente después de darla, se pue-
den dar muchas de seguida.
Para bajar la misma escala cromática , acom-
pañaremos la primera nota ut, con la postura per-
fecta menor.
La segunda nota si, con la sexta.
La tercera si bemol, con la sexta.
La
io
9 LECCIONES
La quarta la , con la pequeña sexta mayor.
La quinta/d bemol, con la pequeña sexta.
La sexta sol, con la postura perfecta mayor.
Las demás notas de la octava se acompañarán
bajando diatónicamente hasta la tónica, con el
-acompañamiento de la escala en menor. i
Pero como es incompleto este modo de bajar
la escala cromática , daremos otro que es de todo
punto cabal. Daremos
Sobre la primera nota ut, la postura perfecta
•mayor.
Sobre la misma nota, el tritono.
Salvaremos el tritono sobre la segunda nota si.
Sobre la tercera nota si b , daremos la sexta.
Sobre la misma n o t a e l tritono.
Salvaremos el tritono sobre la nota siguiente.
Proseguiremos á este tenor hasta la tónica , sobre
la quai daremos la quarta sexta , después la sépti->
ma superflua que salvaremos con la postura per-
fecta.
Con la mira de facilitar la egecucion de es-
tos diferentes acompañamientos de la escala cro-
mática , subiendo y bajando , los escribiremos en
ut, de cuya modulación será fácil trasladarlos á
todas las demás.
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DE CLAVE. 15
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OTRO MODO DE SUBIR CROMATICAMENTE LA ESCALA.
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DE CLAVE. 111
•tado, y la harmonía superfina. Estas harmonías en-
gendran siete posturas en las modulaciones meno-
res. La harmonía de prestado proporciona salidas
sublimes, y muda la modulación de un modo tan
repentino y sencillo como maravilloso. Qualquiera
echará de ver que estas siete posturas no pueden
menos de introducir mucha variedad y embeleso
en las progresiones.
Estas dos harmonías nos servirán para ir dest-
de el mayor de la donde nos hemos quedado , al
menor de fa por donde empezamos, y que por
este motivo tiene preocupado el oido, al qual es
preciso dejar satisfecho.
Si no estuviésemos gustosos en mayor de la,
nos podremos poner de golpe en menor de la ; da-
remos la harmonía disonante de la dominante ; su-
biremos un semitono la primera nota mi de esta
disonancia , y entonces egecutaremos cabalmente
la harmonía que llamamos de prestado. Compon
nese esta harmonía, según se vé , de tres terceras
menores por lo menos en la apariencia; porque
fa, sol * es una segunda superfina, el mismo inter-
valo que una tercera menor. Esta harmonía viene
á ser la misma que la harmonía disonante de la
dominante, sin mas diferencia que la de haber
subido la dominante un semitono.
Esta harmonía llama y prepara el reposo de
la consonancia menor de la tónica. Llámase har-
mo-
. .222 LECCIONES
-monía de prestado , porque en ella sé substi-
tuye la sexta menor en lugar de la dominante,
aiota fundamental de toda disonancia que encami-
na al reposo de la tónica, así en mayor como en
menor.
/ Son , pues , fáciles de hallar todas las harmo-
aííás de prestado , y se consigue con tocar todas
las harmonías disonantes de la dominante; en ut,
•por egemplo, la harmonía disonante de la domi-
nante es sol, si, re,fa; luego la harmonía de presr
tado será lab, si, re , fa. Después de la harmo-
nía de prestado no se puede dar ut, mi, sol, igual-
mente ut ,mib, sol, como después de la disonan-
cia de la dominante sol ,,si, re ,fa.
Aunque la disonancia de la dominante en la
-bemol es mi b, sol, si b , re b ; no por esto la har^
monía dé prestado será en esta octava mi , sol,
xi b , re b , bien que la dominante haya subido un
semitono ; es menester á mas de esto substituir en
su lugar la sexta menor.
Porque una vez que por lo supuesto estamos
en la bemol, y la sexta menor de la bemol es fa
bemol, deberíamos decir fa bemol, y no mi. Ver-
dad es que para el que tañe lo mismo es mi que
fa bemol, pues ambos sones se dan en una mis-
ma tecla; pero vá mucha diferencia de uno á otro
para el que escribe y en señalar esta diferencia
«n lo escrito se distingue el compositor inteligen-
< i te
DE CLAVE. 223
te del que no sabe lo que se hace. No consiste la
regla en poner un sustenido al ladp de la domi-
nante ; sino en suprimir la nota misma , para subs-*
tituir en su lugar la sexta menor del tono.
Estando, pues , enfa, para buscar la harmo-*
nía de prestado, consideraremos que la disonan^
cia de la dominante es ut, mi, sol, si b; luego la
harmonía de prestado será re b , mi, sol, si b.
\ En re , será' si b, ut.» , mi, sol. ' '
En si, será sol ,lax, ut *, mi. -
Antes de pasar adelante pararemos la consfc
deracion en una cosa algo particular , y es que si
se egecutan en el clave las quatro harmonías de
prestado que acabamos de sacar; es á saber , en
la bemol, en fa, en re, y en si, se tocarán unas mis*
mas teclas. No por esto deja de haber mucha di-
ferencia entre cada una de ellas , y las demás. Con
escribirlas se hace patente.
en la b ? \ re b ,fa b , sol , si b.
La harmonía! enfa.. I I re b , mi , sol, si b.
de prestado j en re.. \ j si b ,ut * , mi, sol.
^en si ...y J^sol, la ut *, mi.'
.: Esto manifiesta que una misma harmonía dé
prestado sirve en el instrumento para quatro mo^
dulaciones , y esta es la razón porque no se pue-
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DE CLAVE. 227
Son seis , como se vé , las posturas escritas.
Sus bajos son la sexta menor , la sensible , la se-
gunda , la quarta, la tónica, y la tercera menor.
Por lo que mira á las posturas que las salvan , no
puede ocurrir duda ninguna, pues los números
-las están manifestando. Digamos como se llaman
estas seis posturas derivadas de la harmonía de
prestado.
La harmonía de prestado forma con la sexta
menor la b un unísonus lab,lab; una segunda su-
perflua lab, si; una quarta superfina lab,re; una
sexta mayor la b ,fa; y esta primera postura se
llama segunda superjlua.
La harmonía de prestado forma con la sensi-
ble si una séptima diminuta si, la b ; un unísonus
si, si; una tercera menor si ,re ; una quinta fal-
sa si ,fa; y esta segunda postura de prestado se
llama séptima diminuta junta con la quinta falsa.
La harmonía de prestado forma con la se-
gunda re una quinta falsa re ,lab; una sexta ma-
yor re, si; un unísonus re , re ; una tercera me-
nor re ,fa ; y esta tercera postura de prestado se
llama quinta falsa junta con la sexta mayor.
La harmonía de prestado forma con la quarta
fa una tercera menor fa , la b ; un trítono fa , si;
una sexta mayor fa,re ; un unísonus fa , fa; y
esta quarta postura de prestado se llama tercera
menor junta con el trítono.
Ff 2 La
228 LECCIONES
La harmonía de prestado forma con la tónica
ut una sexta menor ut, la b ; una séptima superflua
ut, si ; una segunda ó novena ut ,re ; una quarta
ú oncena ut, fa; y esta quinta postura de prestado
se llama sexta menor junta con la séptima superflua.
La harmonía de prestado forma con la terce-
ra menor mi bemol, una quarta mi b , la b ; una
quinta superflua mi b , si ; una séptima superflua
mi b , re ; una segunda ó novena mi b ,fa ; y esta
sexta y última postura de prestado se llama quarta
junta con la quinta superflua.
En quanto al modo de cifrar estas posturas,
se podría usar el siguiente.
La segunda superflua *2 ó 2+
La séptima diminuta jun-]#
ta con la quinta falsa.... j $ ° ^
La quinta falsa junta con")*6 , +6
la sexta mayor j # g
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Es
DE CLAVE. 229
Es de notar que todas las posturas de presta-
do , á excepción de Ta segunda superflua , nacen
de la harmonía disonante de la dominante. Dichas
posturas son la quinta falsa , la sexta mayor , el
tritono , la séptima superflua, la quinta superflua,
y la pequeña sexta menor de la modulación intrusa.
El la bemol en la segunda postura forma la
séptima diminuta.
En la tercera postura, la quinta falsa.
En la quarta , la tercera menor.
En la quinta , la sexta menor.
En la sexta , la quarta.
También es de notar que de estas posturas
de prestado y compuestas se hace el mismo uso
que de las posturas simples; por égemplo, la
séptima diminuta junta con la quinta falsa sirve
para lo mismo , y tiene el mismo bajo que la sim-
ple quinta falsa.
Prevenimos de camino que las dos últimas se
llaman posturas de prestado , y de suposición.
Esto manifiesta que de la harmonía superflua
no se origina mas que una postura ; porque una
vez que según digimos arriba , entre las dos har-
monías , es á saber , la de prestado y la superflua,
engendran siete posturas, y acabamos de hacer
patente que se originan seis de la harmonía de
prestado, sigúese que la harmonía superflua en-
gendrará una postura no mas.
Por
2 o
3 LE CCIO N ES
Por egemplo , pongámonos en menor de ut,
demos con la mano izquierda la sexta menor la
bemol, con la mano derecha la postura disonan-
te de la segunda , subiendo un semitono su se-
gunda nota fa 5 resultará la harmonía superfl.ua
que salvaremos con sol, si , r e , porque encamina
á la dominante del mismo modo que la postura
de segunda, de la qual se deriva. Véase el egemplo.
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Esta postura se podría cifrar en algunas
ocasiones de este modo.. ....í '*
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14
Es fácil de adivinar la razón, y el nombre
del signo de esta postura derivada de la harmo^
nía superflua que forma con la sexta menor la be-
mol , una quarta superflua ó tritono / a b , re ; una
sexta superflua la b , fa * ; un unísonus la b , la b;
y una tercera mayor lab, ut.
Pe-
DE CLAVE. 231
Pero es preciso hacer aquí una distinción
muy importante, y es que en la harmonía su-
perflüa se sube un semitono la segunda nota de la
disonancia de segunda 5 en menor de ut, por egem-
plo , re , fa se muda en re, fax, sin mudar el
nombre de la nota alterada; siendo así que en la
harmonía de prestado, el nombre de la nota al-
terada , esto es, de la quinta, se muda, y se subs-
tituye en su lugar el nombre de la sexta menor;
por manera que sol, si, re ,fa se transforma en
lab, si , re ,fa.
Ya sería tiempo de volver á la progresión de
bajo en menor de fa que dejamos empezada, si nó
tuviéramos por mas conducente hacer alguna apli-
cación de estas nuevas posturas. De nada serviría
haberlas dado á conocer , si no manifestásemos los
usos para que pueden servir ; nos ayudarán mu-
cho para subir y bajar la escala así diatónica co-
mo cromática. Veamos , pues , que salidas nos
suministran.
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LECCIONES
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hasta la quinta , y después diatónicamente
hasta la tónica.
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Desde á menor de si bemol.
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Es-
DE CLAVE. 235
Estas salidas cuya utilidad compite con su
hermosura, se han de egecutar en todas las mo-
dulaciones. Sobre cada tónica se podrá dar des-
pués de la consonancia mayor la menor, y á esta
la seguirá la harmonía de prestado que incluye
dicha tónica. La harmonía de prestado ofrecerá
sobre la marcha sus quatro modulaciones , según
se tomare la postura por segunda superflua , ó
por séptima diminuta y quinta falsa, ó por ter-
cera menor y trítono , ó por quinta falsa y
sexta mayor.
PROGRESIÓN DE BAJO.
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SE
Ya-
248 LECCIONES
Ya es tiempo de que volvamos atrás para con-
siderar dos consonancias de las quales no hemos
hecho todavía uso ninguno. Sabremos quales son
contándolas todas.
En mayor las consonancias son la de la tónica,
de la quinta , de la quarta, de la sexta , y tam-
bién las de la segunda y de la tercera ; en menor,
dejamos para otro lugar la consonancia de la ter-
cera y de la séptima.
Resumiéndolas todas, hemos contado seis con-
sonancias en cada modulación , cuyas consonan-
cias en mayor de ut son las
De la tónica ut, mi, sol,
De la dominante... sol, si, re,
De la quarta fa , la , ut,
De la sexta la , ut, mi,
De la segunda re ,fa ,la,
De la tercera mi, sol, si,
Las mismas consonancias en menor de la son las
De la tónica la, ut, mi,
De la dominante... mi, sol % , si,
De la quarta re ,fa , la,
De la sexta fa, la , ut,
De la tercera ut, mi, sol,
De la séptima sol, si, re.
Combinando como en el egemplo siguiente
las seis consonancias en mayor de ut, sacaremos
otra oración harmónica mas.
La
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DE CLAVE. 253
ORACIÓN HARMÓNICA EN MAYOR DE VT.
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LECCIONES
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junta con la postura perfecta mayor.
Si á la espresada disonancia la damos por bajo
su segunda nota mi, que en mayor de ut es ter-
cera , y en menor de la es quinta; la harmonía
formará con el bajo una sexta menor mi ,ut; un
unísonus mi ,mi ;• una tercera menor mi, sol; y
una quinta mi, si. Esta postura se puede llamaf
quinta sexta , con tal que no se equivoque con la
quinta y sexta derivada de la disonancia de la se-
gún-
LECCIONES
gunda, cuya sexta es siempre mayor , siendo así
que en esta es siempre menor.
Si hacemos que el bajo de la misma disonan-
cia sea su tercera nota sol, que es quinta en ma-
yor y séptima en menor ; la harmonía formará
con él bajo una quarta sol, ut; una sexta mayor
sol, mi; un unísonus sol, sol; y una tercera mayor
sol, si. La podremos, pues, llamar pequeña sexta
mayor ; pero esta pequeña sexta mayor es distinta
de la postura del mismo nombre derivada de la
disonancia de la dominante, porque la tercera es
menor en ésta última postura, y mayor en la otra.
Suponiendo finalmente que el bajo de la mis-
ma disonancia sea su última nota si, la harmonía
formará con este bajo una segunda ó novena di-
minuta si, ut; una quarta si, mi; una sexta me-
nor si, sol, y un unísonus si ,si. Podremos , pues,
llamar esta postura segunda , bien que se diferen-
cie de la postura de segunda derivada de la diso-
nancia de la segunda, en la nota que forma el in-
tervalo de segunda.
Esta harmonía disonante se puede considerar
como una falsa harmonía de dominante, y la po-
dremos dar por bajo tifa ó el la, que formará con
ella una especie de postura de séptima superflua,
y de novena y séptima.
Mas breve será escribir todas estas posturas
originadas de las nuevas harmonías disonantes; las
no-
DE CLAVE. 257
notas se entienden con mas facilidad y en nienos
tiempo que el discurso. Nos servirán de egemplo
las dos harmonías ut, mi, sol, si, y fa,la, ut,mi m
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25 & LECCIONES
Hablando coa rigor, la disonancia fa,
mi no forma una postura de séptima superflua con
el bajo si y por este motivo la hemos cifra-
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Todas estas posturas son muy irregulares , y
se deben usar pocas veces, y con mucha cir-
cunspeccion. Pero nada se pierde en conocerlas,
ya para saberlo todo, ya para no perder el tino
quando se hallaren en alguna obra. Están mejor
en el fervor del preludio , ó de un capricho, que
en una obra escrita con cuidado, y madurez.
Algunos egemplos que siguen enseñarán el
modo de usarlas. Sin embargo será de mucho
provecho meditar algún rato én la última oración
harmónica , y trasladarla á otras modulaciones.
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2 6-0 LECCIONES
Bien se podrían disponer en vista de esté
egemplo las posturas en la octava de la , porque
las harmonías escritas en el egemplo enseñan lo
que se ha de hacer , y sería dificultoso adivinarlo
sin este socorro. Sin embargo como la postura no
manifestaría ya la modulación ; tropezaríamos con
tanta quinta y sexta, tanta pequeña sexta , tanta
segunda , tanta séptima, quantas' fuesen las diso-
nancias ; con una caterva de séptimas y novenas;
y habría alguna dificultad. Es , pues, indispen-
sable que nos detengamos en individualizar todo
esto, dando á-, conocer, las posturas que acaba-
mos de egecutar.
. Las posturas que se derivan de la disonancia
de la dominante son las que principalmente se-
ñalan las mudanzas de modulación ; y para hallar
"con facilidad las quintas y sextas , las pequeñas
sextas , las segundas , las novenas y séptimas , y
otrasparémonos un, poco en considerar estas
posturas en mayor de ut, con la disonancia re,
fa , la , ut., y la disonancia sol, si, re , fa , y re-
paremos que la postura de séptima tiene por bajo
la misma nota que es fundamental de la harmo-
nía , y que la nota fundamental de la disonancia
que engendra la quinta y sexta , es una tercera
menor mas grave que el bajo de la misma pos^
tura.
Atendiendo á la pequeña sexta sobre la sex-
ta
DE CLAVE. 161
ta nota la , se repara la nota fundamental re , una
quarta mas aguda que el bajo la.
Y en la segundadla nota fundamental re de
la disonancia que la engendra, es una segunda
mas aguda que el bajo ut.
En la novena y séptima sobre la tercera mi,
la nota fundamental sol de la disonancia de don-
de se deriva dicha postura , es una tercera mas
aguda que el bajo mi.
Las quintas y sextas engendradas por las gran-
des disonancias ut, mi, sol, si, y fa , la , ut, mi,
son distintas de las que trahen su origen de las de-
más disonancias ; en las primeras , las quintas y
sextas tienen la nota fundamental una tercera ma-
yor mas grave ; y las otras la tienen mas grave
una tercera menor no mas.
La misma distinción se debe hacer en la pos-
tura de segunda. -
Se echa de ver que una pequeña sexta sobre
mi proviene de la disonancia la , ut, mi, sol; que
una sexta y quinta sobre sol nace de la disonan-
cia mi , sol, si, re , &c.
Por lo que mira á las grandes disonancias
que engendran dichas posturas , escusaremos con-
siderarlas. Bien se podrian distinguir en virtud
de lo dicho hasta aquí las dos quintas y sextas
sobre cada nota , porque yá sabemos que hay dos
especies de disonancias que engendran estas pos-
161 LE C CLONE S
turas, cuyos signos y nombres son los mismos. He-
mos declarado la diferencia que hay entre estas
quintas y sextas, estas segundas, estas séptimas su-
perfluas , y otras , y los productos de la segunda
y de la dominante. Baste esto ; el estudio suplirá lo
que faltare. Mas provechoso será escribir la esca-
la en menor acompañándola con todas las posturas.
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por quatro disonancias.
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SALIDA D E UT A SU RELATIVO LA,
por siete disonancias.
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1 P " ^—
El segundo bajo que hemos puesto es uno
de los muchos que se pueden poner. Una vez es-
crito el tiple ó puestas las harmonías en la pri-
mera pautada, no hay ninguna de las notas que
las componen, que no las pueda servir de bajo.
Esto manifiesta que serian infinitas las diferentes
combinaciones que de aquí resultarían , si la pre-
cision de prevenir y salvar no limitara esta liber-
tad , conforme lo mandan el arte, el oído y el gusto.
De donde se sigue que es de suma importancia
saber escoger , y que no es arbitraria la elección.
En general se han de preferir para el bajo las no-
tas que le dan un movimiento que tenga carácter,
fuerza, y forme un canto.
SA-
DE CLAVE. 267
SALIDA DE UT A FA SU QUARTA,
por tres disonancias.
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SALIDA DEL MENOR DE LA A su RELATIVO UT,
por cinco disonancias.
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adfc LECCIONES
L E C C I Ó N U N D E C I M A DE CLAVE,
Y OCTAVA DE HARMONÍA. >
D I A L O G O E N T R E E L M A E S T R O Y E L DISCÍPULO.
El Maestro. i .
¿ V / U E llama Vm. quinta superflua ?
El Discípulo.
Un intervalo de quatro tonos.
El M.
Será, pues,ut,la bemol una quinta superflua?
El D.
No señor : ut, la bemol es una sexta menor
que tiene la misma estension que la quinta super-
flua. La misma tecla del instrumento toca la quin-
ta superflua y la sexta menor/ Si guarda el nom-
bre de sexta, es sexta menor. Si toma ó guarda
el nombre de quinta, es quinta superflua. En la
octava de ut, ut,, sol sustenido es la quinta su-
perflua , y ut la bemol es la sexta menor.
y
El M.
¿Quál es la quinta superflua en la bemol?
El D.
La bemol, mi. :,
El M. , ^ , ..'
También hay una postura que se llama quin-
ta superflua.
El
DE CLAVE. 269
El D.
Es verdad. La postura de este nombre se ori-
gina de la disonancia de la dominante , y acom-
paña la tercera menor de la escala. En la octava
de ut , por egemplo, la harmonía disonante de la
dominante sol, si, re , fa forma una quinta su-
perflua con el bajo mi b , tercera menor de la
escala.
El M.
¿Quál es la nota de la harmonía que forma
la quinta superflua^ con la nota del bajo mi b ?
EID.
El si ; las demás sol ,re ,fa que forman con el
mismo bajo tercera mayor , séptima superflua , y
novena, son acompañamiento de la postura.
' El M.
Y por lo mismo menos esenciales en la pos-
tura, que no se alterará aunque se la quite un son,
ni aunque se la quiten dos. ¿ Cómo se cifra esta
postura ?
El D.
Con un cinco , y después una cruz : así 5+.
El M.
Dígame Vm. qual es la postura de quinta su-
perflua en sol.
El D.
En sol, la harmonía disonante de la domi-
nante re , fa * , la, ut forma una quinta super-
;
flua
2 o.
7 LECCIONES
flua con el bajo si bemol tercera menor de la es-
cala. El fa sustenido de la harmonía forma tam-
bién una quinta superfiua con el mismo bajo si be-
mol ; y esta postura se cifra con un cinco , y des-
pués un sustenido , y en ut con el cinco , y des-
pués una cruz ; porque en sol, la nota que forma
quinta superfiua con el. bajo si bemol, es una no-
ta sustenido ,/íi sustenido; y en ut, la nota que
forma quinta superfiua con el bajo mi bemol es
una nota natural, si. Se señala con un sustenido
6 una cruz después del número.; con un susteni-
do si la nota que forma con el bajo el intervalo
superfluo es sustenido ; con lina cruz si dicha
nota es natural.
El M.
Está muy bien. Ya puede Vm. dar quantas
quintas superfiuas quisiere. Veamos si respon-
derá Vm. con igual desembarazo acerca de las
modulaciones. ¿Quántas modulaciones diatóni-
cas hay, y en cada una quántos sustenidos ó
bemoles ?
El D.
Hay dos modos , es á saber, el mayor y el
menor.
La escala diatónica tiene siete sones , y siete
notas diferentes ; ú ocho , si se repite la primera
que se sigue después de la séptima.
Cada nota se puede tomar por natural, por
be-
DE CLAVE. 27i
>
quar-
DE CLAVÉ. 275
quartas fa,si , mi ,la , f ¿ , sol,ut ,fa &c.
4. Que saliendo de una modulación , para
0
El
278 LECCIONES
El D.
Yá se vé. Sol, un sustenido ; la, tres; si, cin-
co ; ut sustenido , siete; re sustenido, nueve ; mi
sustenido , once.
El M.
Bage Vm. ahora la octava de tono en tono,
empezando desde ut, y repare los bemoles.
El D.
En ut, nada ; en si bemol, dos bemoles; en
la bemol, quatro bemoles; en sol bemol, seis; en
fa bemol, ocho ; en mi doble bemol, diez ; en re
doble bemol, doce.
El M.
Bage Vm. empezando desde fa.
El D.
Sale lo mismo 5 1 , 3 , ^ , 7 , 9 , 1 1 bemoles.
Es sumamente socorrido y fácil este modo de sa-
car los sustenidos y bemoles.
El M.
Empiece Vm. por el menor de la, y tendrá
modulaciones menores en la misma progresión.
Puedo enseñar á Vm. otro camino mas corto, á
mi parecer, para hallar los sustenidos ó bemoles
de las modulaciones, cuya tónica es sustenido ó
bemol; consiste eñ añadir siete á los sustenidos
ó bemoles de la misma modulación natural; en
mayor de re, dos sustenidos; en mayor de re *?,
dos y siete son nueve ; en menor de sol, dos be-
mo-
DE CLAVE.
moles ; en menor de sol bemol , nueve bemoles.
El D.
Me presumo que combinando las dos reglas,
y bajando , y subiendo la octava por semitonos,
resultaría una regla general para sacar el número
de los sustenidos, y bemoles en qualquiera mo
dulacion.
El M.
Yá está hallada ; la acabo de decir ; siete sus..
tenidos mas subiendo un semitono ; siete bemoles
mas, bajando.
El D.
, Dice Vm. bien , y yo añado por razon del
número doce , cinco bemoles mas subiendo un
semitono; cinco sustenidos mas, bajando.
El M.
¿Y las harmonías ?
El D.
Hay en cada modulacion seis harmonías con..
sonantes.
El M.
¿Y por qué no han de ser siete , pues hay
siete . notas i
El D.
Porque en mayor la sensible , y en menor la
segunda no tienen consonancia.
El M.
¿Qué uso hace Vm. de / estas seis consonancias?
El
280 LECCIONES
El D.
Dispongo las consonancias de la tónica, de
la quarta , de la quinta y de la sexta , de modo
que formen una hermosa oración harmónica que
voy á tocar en las veinte y quatro modulaciones;
no toco siempre juntas todas las notas de las con-
sonancias. Los harpegios con que varío mis cláu-
sulas , le manifiestan á Vm. que tengo alguna
soltura en los dedos. De cada harmonía conso-
nante saco tres posturas , la postura perfecta , la
postura de sexta , la postura de quarta y sexta ; y
quahdo llegare el caso, usaré estas consonancias
para salvar las harmonías disonantes; ó lo que es
lo propio , usaré las harmonías disonantes para pre-
parar ó llamar estas harmonías consonantes ó re-
posos.
El M.
¿Y quantas harmonías disonantes egecuta Vm.
en cada modulación ?
El D .
Siete en mayor ; en menor , además de la di-
sonancia de cada nota de la escala , tengo la har-
monía superflua , y la harmonía de prestado.
El M.
Toque Vm. la harmonía de prestado en mi
bemol.
El D .
No hay cosa mas fácil. Las quatro notas de
que
DE
CLAVE. 281
que se compone son ut b ¿re¿fa ¿ la b. Ya vé Vm.
como la toco con ambas manos; y como la sal-
vo con mi b , sol b , si b ; porque esta harmonía
encamina al descanso de la tónica , particularmen-
te en menor ; bien que me parece haberle oido de-
cir á Vm. que algunos Autores la salvan con la har-
monía consonante de la tónica en mayor.
El M.
Quisiera pedirle á Vm. la harmonía de pres-
tado en la misma octava, tomándola por re sus-
tenido.
El £>.
Entonces las mismas teclas se llamarán si¿
ut ¿mi * , solx ¿ y la harmonía consonante que
dicha disonancia preparará , se llamará re «,
fa x ¿ la x.
El M.
¿Que usos hace Vm. de todas estas disonan-
cias?
El D .
Infinitos. 1.° Con las disonancias de la segun-
da y de la dominante , enlazadas con arte entre
las consonancias de la tónica, de la quarta , de
la quinta, de la sexta, compongo una oración har-
mónica que egecuto en todas las modulaciones.
2. Distribuyo las siete harmonías disonantes
0
El M.
Podría citarle á Vm. muchos egemplos, si no
fuera por el recelo de hacer quejosos.
El
*88 LECCIONES
El D.
Dégelo Vm. pues, y atienda. Dejo el menor
de si bemol para
El M.
Subir la octava cromáticamente , acompañan-
do cada son con la postura perfecta, con la sex-
ta , y la quinta falsa.
El D.
¿En qué octava ? Vamos en la octava de ut
sustenido. Vea Vm. otro modo de correr cromáti-
camente la octava al subir, sin valerme de mas
postura que la perfecta , la quinta y sexta , y la
quinta falsa. La bajo de muchos modos.
El M.
¿Y cómo hace Vm. para mudar de modulación?
El £).
Salgo de aquella donde estoy , egecutando ó
una postura consonante ó una postura disonante
que me encamine á una modulación de un suste-
;
FIN.