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Las nuevas herramientas del social learning

Jérôme BRUET
VP Learning Talentsoft
  EL AUTOR:
Jérôme Bruet inició su trayectoria profesional como docente en el ámbito de la pedagogia
multidisciplinar en el IUFM de la Universidad de Nantes. A lo largo de esta experiencia
profesional, desarrolló un verdadero know-how en ingeniería pedagógica. A continuación,
se especializó en el campo de la formación a distancia, y dirigió varios proyectos multimedia
para editoriales.

Gracias a sus conocimientos como pedagogo, en 2002 fundó la empresa e-doceo/Talentsoft Learning,
que dirige desde entonces. Tan solo 10 años más tarde, e-doceo/Talentsoft Learning se convierte en
líder del software y los servicios destinados a la formación blended learning (presencial y virtual) en
Francia y en uno de los principales actores del sector a escala internacional.

En la actualidad, la experiencia en materia de formación de Jérôme Bruet no necesita demostración


alguna, y él se dedica a transmitir sus conocimientos a través de diversos estudios. Este libro blanco
constituye un excelente ejemplo.

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Las nuevas herramientas del social learning

 SUMARIO
El autor p.02

¿Cómo definir el social learning? p.04

01 - Una novedad p.04

02 - El modelo 70.20.10 p.05

03 - Y en línea, ¿qué fórmula adopta lo informal? p.07

Las nuevas herramientas del social learning p.08

01 - El aula virtual p.08

02 - El ejemplo de SkillCatch p.09

03 - La plataforma LMS p.10

Implementar
01- el social
Animer l’informel learning p.11
p.12

01-
02 - Animar lo informal
Social learning, le nouveau remède de la formation ? p.11
p.14

Ce-qu’il
02 ¿Es elfaut
socialretenir
learning el nuevo remedio de la formación? p.15
p.13

Lo que hay
A propos que recordar
d’e-doceo p.14
p.16

Acerca de Talentsoft p.15

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Las nuevas herramientas del social learning

  ¿CÓMO DEFINIR EL
SOCIAL LEARNING?

  Una novedad
La definición

Desarrollar conocimientos y aptitudes relacionándose con los demás a través de los medios
electrónicos.

¿Es realmente una novedad el social learning? No parece que eso sea cierto. El aprendizaje
colaborativo existía mucho antes de la era digital. Es, por ejemplo, el que se da cuando se conversa
con algún compañero de trabajo ante la máquina del café, o cuando no se consigue hacer algo
en Excel, y un compañero da con la solución. Aunque no siempre seamos conscientes de ello, la
cantidad de formación que se imparte y adquiere por ese medio es muy considerable.

Hoy en día, cuando se define el social learning, se asimila ampliamente al uso de redes sociales
como Facebook, Twitter o Linkedin, y se excluye por completo el ejemplo de la máquina del café. Sin
embargo, el social learning no nació con las redes sociales, que son meras herramientas nuevas que
facilitan el desarrollo del aprendizaje a través de medios digitales y, consiguientemente, a distancia.
Pero, ¿son estas redes realmente adecuadas para la formación?

Ciertamente no, porque en ellas no se encuentran los códigos que se utilizan habitualmente en
el campo de la enseñanza. Además, sencillamente no están pensadas para ello. Presentan otras
muchas ventajas, pero no necesariamente las que requiere la formación.

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  El modelo 70.20.10
¿Existe un auténtico espacio para el aprendizaje colaborativo dentro de la formación? Los científicos
Morgan McCall, Robert W. Eichinger y Michael M. Lombardo del Center for Creative Leadership
sintieron interés por esta cuestión a mediados de la década de los noventa del siglo pasado. La
finalidad de este estudio era comprender cómo aprenden las personas. El modelo, denominado
«70.20.10», divide en tres campos distintos nuestra manera de aprender y formarnos: un 70% de
nuestro aprendizaje depende de la experiencia y la práctica diarias, un 20%, de nuestras interacciones
sociales, y un 10%, de un mecanismo de formación consciente y formal, y por lo tanto, del experto
hacia el alumno.

Esto equivale a decir que el 90% del aprendizaje procede del ámbito informal, de la experiencia
individual, y de las interacciones que uno mantiene con sus compañeros, sus iguales, lo que lleva a
una pregunta verdaderamente importante: si sólo un 10% del aprendizaje depende del ámbito formal,
¿es realmente útil desarrollarlo?

La primera lección que sacamos de nuestra experiencia es que resulta imposible desarrollar lo informal
sin una estructura formal. No se puede poner en marcha una comunidad si no se le proporciona un
incentivo como punto de partida. Y la única forma posible de hacerlo es con el material formal. Pero,
¿cómo elaborarlo?

Las herramientas digitales de creación, como por ejemplo los LCMS, las herramientas de autor o las
herramientas de rapid learning permiten generar ese material didáctico formal, que es el elemento en
torno al cual van a pivotar las comunidades de aprendizaje.

Como editores de software que somos, llevamos metodologías estratégicas de integración del digital
learning a las empresas, y sabemos que cualquiera que sea la herramienta, y por muy sencilla de
utilizar, pertinente y funcional que resulte, no se puede alcanzar el objetivo de implementar el social
learning si no se dispone de una auténtica metodología de integración. Para ello, hemos desarrollado
un esquema en cuatro fases del proceso de aculturación sobre los espacios de digital learning que
deben experimentar los alumnos. Veamos estas cuatro etapas.

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Las nuevas herramientas del social learning

- Fase 1: Uso esporádico del digital learning. En el contexto del arranque de un proyecto de
digital learning, el primer reto para la dirección y los jefes de proyecto consiste, por una parte,
en elegir bien la materia, y por otra, que es la principal, en hacer mucho hincapié en ella. Esta
fase de inicio es clave.

- Fase 2: Uso regular. En esta segunda etapa, el objetivo es conseguir que los alumnos utilicen
con más frecuencia la formación digital. Se busca un ritmo regular, y aumentar la frecuencia
de consumo.

Durante estas dos primeras etapas, los agentes del proyecto van a tener un papel muy activo para sentar
las bases necesarias para motivar al alumnado, por lo que podemos hablar de acciones de «push».

- Fase 3: Uso espontáneo. Finalmente, se va a desarrollar el uso espontáneo, que se intensificará


desde el momento en que el alumno perciba que el espacio al que accede, es decir, su espacio
digital de formación (LMS, SPOC, MOOC, etc.), tiene volumen suficiente como para que
encuentre enseguida la respuesta a sus preguntas. El reto de esta fase está claro: consiste
en aumentar el volumen de los recursos formales. Existen muchas técnicas, que veremos a
continuación, para llenar este espacio de contenidos. En este punto, abandonaremos por fin
las acciones «push», y entramos en una etapa de acciones de «pull», en la que los alumnos se
conectan de manera espontánea.

- Fase 4: Interacciones entre alumnos. El reto aquí es desarrollar la interacción entre los propios
alumnos. Realmente, podemos considerar que hasta que no se aborda esta última etapa no se
está haciendo social learning.

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Las nuevas herramientas del social learning

Respecto a estas cuatro etapas, estaremos de acuerdo en que una comunidad no se crea en una caja
vacía, sino que va a hacer falta apoyar al alumnado en todas las fases de su aculturación.

Sabemos por experiencia que si no se respetan estas fases, la eficacia del proyecto de digital learning
será mínima, e incluso inexistente. Los proyectos mal ordenados incluso corren el riesgo de ser
literalmente abortados para reconducirse en la dirección correcta.

  Y en línea, ¿qué fórmula adopta lo informal?


Ante todo, están las fórmulas tradicionales que encontramos en las interacciones entre personas,
gestionadas por wikis, foros o micro-blogging. Estas herramientas, mayoritariamente textuales,
llevan años existiendo. Sin embargo, la experiencia nos enseña que facilitar exclusivamente esas
herramientas no basta para que se desarrolle el social learning.

Los motivos son diversos:

- El primero, al que ya hemos aludido, es la metodología y su cronología, ambas muy importantes.

- El segundo es el volumen. Es evidente que cinco personas no bastan para formar una comunidad.

- El tercer motivo son los formatos. ¿Son realmente adecuados los formatos (foros, wiki, etc.) para el
aprendizaje digital?

No necesariamente. Las interacciones deben modernizarse y adaptarse a los retos didácticos.

Pese a que los formatos tradicionales se puedan adaptar en ocasiones al aprendizaje social, esto no
es cierto para la mayoría de las necesidades. Por eso, existen nuevos canales.

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  LAS NUEVAS
HERRAMIENTAS DEL
SOCIAL LEARNING

  El aula virtual
¿Qué es un aula virtual? Sin duda, la conoce usted en su versión tradicional: un formador habla a
sus alumnos, comparte la pantalla y la webcam, y puede interactuar con ellos, si lo desea, por chat
o vídeo.

En la actualidad, es mucho más oportuno contemplar una nueva manera de utilizar las aulas virtuales:
permitir, no sólo interacciones entre el formador y sus alumnos, sino convertir el aula virtual en
una herramienta al alcance de los alumnos para que también interactúen entre ellos. En ese caso,
hablamos de formación «P2P» (es decir, entre iguales).

En este contexto, la herramienta se debe integrar por completo en el espacio de formación. En todo
momento, un alumno debe poder activar su webcam, si quiere, para conversar con alguien de su red.
Aquí nos acercamos cada vez más a nuestro ejemplo de la máquina del café y el aprendizaje informal.

La digitalización nos permite dotar de herramientas a lo informal, para desarrollar y fomentar la


interacción social y formativa. Sin lugar a dudas, el esfuerzo que hay que realizar para escribir y
publicar una pregunta en un foro, y el que hay que hacer para pulsar el botón de arranque de la

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cámara y el micro para preguntar algo a un compañero, que puede estar en el otro extremo del
planeta, no es el mismo. Es un ahorro de tiempo muy considerable.

Esta sencillez debe ser un elemento imprescindible para la elección de una plataforma de formación.
Se deben poder incorporar tanto bloques formales e interacciones de videoconferencia como bloques
informales. Cuando todas estas funciones están disponibles en una misma herramienta, el uso del
social learning se convierte en algo natural para todos los usuarios. Se entra en una lógica totalmente
comunitaria.

  El ejemplo de SkillCatch
En cuanto a uso social, la aplicación SkillCatch es una herramienta realmente innovadora, y conviene
estudiar con detenimiento la metodología que comporta, permitiendo captar conocimientos y talento
a través del vídeo. En unos segundos, la aplicación permite captar la manipulación de un técnico en
una máquina o los argumentos ofrecidos por un director comercial. Después, es posible enriquecer
esos vídeos con fotografías, textos, pictogramas, etc. Con esta aplicación convertimos a cualquiera
que sepa hacer algo o que cuente con algún microconocimiento en un creador de recursos que se
van a poder compartir al instante con la comunidad. Desde el momento en que el recurso se crea, la
persona que inicia el proceso sólo tiene que pulsar un botón para compartirlo con quien desee. Así
pasamos de lo que en origen era formal, a lo informal.

Por otra parte, la creación de un vídeo lleva normalmente bastante tiempo: se precisa un escenario,
darle el visto bueno, rodar el vídeo, montarlo, emitirlo, etc. Aquí, se transpone esta clase de recurso a
un uso social, porque todo el mundo tiene la posibilidad de llevar la iniciativa y abrir juego.

En el marco de nuestro puesto, todos somos expertos en una multitud de microconocimientos que
ahora podemos captar y compartir sin necesidad de conocimientos informáticos. La producción de
recursos de formación se populariza, y deja de ser una prerrogativa exclusiva de los formadores o
especialistas en formación.

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Por lo tanto, podemos decir que esta clase de recursos facilita el social learning: nos acercamos a
su definición tradicional como sinónimo de difusión en las redes que conocemos todos (como por
ejemplo Youtube o Dailymotion). Aquí nos encontramos en un lugar virtual donde todo el mundo puede
crear de una manera sencilla un tutorial en su espacio de formación, y donde todos pueden comentar
las publicaciones de sus compañeros.

  La plataforma LMS
La plataforma LMS es el canal digital central que va a permitir acceder a estas nuevas funciones
específicamente dedicadas al aprendizaje informal: los recursos de vídeolearning desarrollados con
SkillCatch y las interacciones en aula virtual.

Por otra parte, los usuarios cada vez muestran más voluntad de aprender sobre nuevas herramientas
de comunicación digitales parecidas a las que ya utilizan a diario. Para el aprendizaje social, el
simple texto no basta. Las herramientas de origen social, Facebook y Twitter, ya forman parte de
nuestro día a día y no dejan de evolucionar y modernizarse, incorporando por ejemplo funciones de
videoconferencia (parecidas al aula virtual) o micro-vídeos y gifs animados.

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 IMPLEMENTAR
EL SOCIAL LEARNING

  Animar lo informal
En torno al espacio digital, están las personas. Las herramientas son importantes y tienen mucha
influencia, pero por supuesto son las personas las que hacen el trabajo: los alumnos son el corazón
del sistema del social learning. Sin embargo, si los alumnos están solos, la implementación del social
learning está condenada al fracaso. Para que el proyecto tenga éxito, es imprescindible disponer de
varios actores dedicados al social learning.

El primero es el tutor. Es necesario disponer de tutores que dominen los contenidos y los conocimientos,
para que respondan las preguntas formuladas, animen los campos de experiencia, o incluso un
webinar en el LMS para incitar al debate.

El segundo es capital, se trata del community manager, que es quien dará ritmo y animará a los
alumnos para que se sientan cómodos, con gente alrededor con la que poder comunicarse. Es lo que
yo denomino el ejemplo del restaurante vacío, donde nadie va a querer entrar. Mientras que, si hay
muchas personas en el interior, el que pase por delante va a pensar que se trata de un buen sitio, y
lógicamente querrá pedir mesa. Este mismo principio se aplica a la animación de una comunidad. Si
está vacía, las personas no tendrán ganas de participar en ella.

¿Puede una comunidad autoalimentarse? La respuesta es no, y en ningún caso durante su arranque.
El reto consiste en contar con un buen seguimiento de las de las fases descritas anteriormente. El
papel que desempeña el community manager será crucial al principio: luego, con el paso del tiempo,
será menos importante.

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El primer freno que solemos oír se resume en la afirmación «No tengo a nadie que se encargue de
moderar y seleccionar las preguntas y las respuestas ofrecidas». Se trata de un falso debate, porque
ese reto llegará cuando la comunidad ya esté madura. No debemos preocuparnos de esto al principio.

Cuando se empieza, el reto es sencillo. Se trata simplemente de tener preguntas y de disponer


de respuestas. El papel que desempeña el community manager es crear una caja que se vaya
llenando, para ello es altamente recomendable que sea él mismo quien vaya formulando preguntas
y las responda. Esta función es crucial. Si no se integra esta etapa en la dinámica, el fracaso está
garantizado. A medida que pasa el tiempo, las personas de la comunidad van a participar y plantear
sus propias preguntas. Se producirá un efecto de bola de nieve.

Este papel debe circunscribirse a un largo periodo de arranque. Luego, pasará a ser marginal para la
animación de la comunidad. A continuación, el community manager evolucionará a moderador. Pero
al principio debe concentrarse en dinamizar el arranque de la comunidad.

¿En cuánto tiempo se puede crear una comunidad? La respuesta depende, por supuesto, del volumen
de la comunidad y de varios parámetros propios de cada estructura. En cualquier caso, unas semanas
nunca serán suficientes. Construir una comunidad activa y duradera requiere tiempo: varios meses
por lo general.

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  ¿Es el social learning el nuevo remedio de la formación?


La formación no es una moda, ni una nueva tendencia que sustituye a otra (el marketing de la formación
hace eso). Nuestra visión es que la formación debe ser multimodal. La innovación surge de la capacidad
de mezclar las modalidades pedagógicas. Se equivocan quienes pretenden que el serious game o la
formación presencial sirven para formar mejor o que son más pertinentes que el e-learning.

La verdadera pedagogía es la capacidad de elegir el o los métodos según un contexto determinado,


los objetivos perseguidos y las necesidades observadas. La respuesta a «¿cómo formar mejor?»
se encuentra en uno o varios métodos que se van a elegir en función de todos esos parámetros.
La innovación no radica en ningún método, sino en la capacidad de que una estructura se dote de
herramientas informáticas que utilizar, como por ejemplo el LMS o el LCMS, para poder mezclar estos
métodos.

El reto consiste en contar con la posibilidad de elegir los métodos en función de las necesidades.
Lo social ya no es un remedio mejor que lo presencial o que el serious game. Todos los métodos
tienen su aspecto bueno, pero en cuestión de didáctica, lo mejor es adaptar las elecciones a nuestros
medios y necesidades.

Es preciso estructurar estos elementos para que tengan sentido.

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  LO QUE HAY QUE


RECORDAR

Lo que debe usted retener es que el social learning es un proyecto que se construye a largo plazo,
además de estos cuatro puntos cruciales.

  El social learning sólo es un método como cualquier otro. Su implementación, por sí sola, carece
de sentido.

  No hay que olvidar nunca que es preciso alimentar la comunidad. Intentar implementar una
comunidad sin una persona específicamente dedicada a animarla conducirá al fracaso.

  Hay que respetar las cuatro etapas: elegir bien la materia, dar ritmo, contar con volumen, y
animar la comunidad.

  Existen nuevas herramientas que simplifican la creación de material informal.

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  ACERCA DE
TALENTSOFT
Talentsoft, líder europeo de aplicaciones cloud de gestión de talentos y de digital learning,
dibuja el futuro de los recursos humanos a través de soluciones que vinculan la gestión de
competencias con los itinerarios de empleos y los cursos de formación.

El equipo de Talentsoft Learning, acompaña a las empresas de todos los tamaños y sectores
en la valorización de sus conocimientos y el desarrollo de las competencias de sus empleados.

Las soluciones de Talentsoft Learning permiten crear, difundir y gestionar formaciones blended
learning (presencial y a distancia). Su aplicación móvil SkillCatch ofrece a cada persona la
posibilidad de capturar en vídeo sus conocimientos o su talento, enriquecerlos y compartirlos
con sus empleados.

Más de 1500 clientes y 8 millones de usuarios se conectan a las aplicaciones de Talentsoft


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es/learning

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