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Plan de Estudio de la Carrera Técnico Universitario en Educación de Párvulos, UCSC-IT

Curriculum II ciclo
Profesora: Ivonne Torres Sanhueza

EL JUEGO COMO UNA METODOLOGÍA DE TRABAJO EN


EDUCACIÓN PARVULARIA
Un bebé necesita jugar desde los primeros meses, encontrando como delicioso juguete sus
pies y manos. Los adultos hemos de ayudar a descubrirlos y usarlos. Tan grave es que un
niño no duerma como que no juegue, porque el juego contribuye al buen desarrollo
psicomotriz, que es la base de un aprendizaje adecuado. El juego es una educación
temprana, pero necesaria y positiva, que no le podemos negar.

Los niños, menos comer y llorar, lo ha de aprender todo; por lo tanto, puesto que el juego
es el aprendizaje de la vida, ha de jugar mucho hasta que llegue a la edad de poderse llamar
hombre o mujer.

Los bebés no necesitan trabajar para vivir, pero si jugar, el juego es su trabajo profesional
del que depende su desarrollo total por medio de esta estimulación temprana de sus
sentidos, algo de importancia vital para su futura vida física y espiritual. Los niños juegan
de acuerdo con sus posibilidades y en forma limitada, balbuceando, haciendo burbujas con
la saliva, moviendo manos y pies. Con el tiempo lo irá perfeccionando hasta llegar a hablar
o a coger y tirar cosas con las manos.

El tacto la vista y el oído son partes del cuerpo humano qué precisan de una paciente y
sabía labor de educación. Los juegos sensoriales son muy recomendables porque ayudan
notablemente al temprano desarrollo general del pequeño.

El sonajero o el oso de peluche son objetos sin sentido si no hay alguien que les dé vida.
Jugar para los bebés, depende casi totalmente de la capacidad de dedicación que le puedan
dar los mayores. De esta manera, además, estamos desarrollando y fortaleciendo el espíritu
de la familia.

De manera general se puede decir que la infancia, el juego y el juguete guardan entre sí una
estrecha relación, y en el desarrollo histórico-social del hombre tienen una misma
ontogénesis, de ahí que sea imposible separar unos de otros.

De esta manera, la infancia, el juego y el juguete surgen al unísono en el devenir evolutivo


del hombre, y van a caracterizar la primera fase de preparación para la acción productiva
que los niños han de tener cuando alcancen la edad adulta.
CONSTRUCTIVISMO SOCIAL

El paradigma en que está situado este proyecto corresponde al constructivismo social de


Vygotski. Desde esta postura se han considerado relevantes especialmente los conceptos de
mediación, zona de desarrollo próximo y las relaciones planteadas entre desarrollo y
aprendizaje y entre pensamiento y lenguaje.

EL PROCESO DE MEDIACIÓN : Para Vygotski, mediar un estímulo significa


representarlo en otro lugar o en otras condiciones (Álvarez y del Río, 1990) y para esto la
persona ocupa lo que él llama Instrumentos psicológicos, que “son todos aquellos objetos
cuyo uso sirve para ordenar y reposicionar externamente la información” (Alvarez y del
Río, 1990:97). Esto le permite representar los estímulos cuando él desee y no sólo cuando
estén presentes en la realidad. Vygotsky le da así al lenguaje el rol de ser el instrumento
psicológico que actúa como medio para desarrollar la mediación.

Así, encontramos dos tipos de mediación: la mediación instrumental, descrita en el párrafo


anterior y la mediación social. Esta última se refiere a un tipo de mediación instrumental
que se realiza entre dos o más personas. Es, entonces, una mediación interpersonal en la
que los individuos cooperan en una actividad conjunta o colectiva (Alvarez y del Río,
1990). Así se construye el proceso de mediación que el sujeto paulatinamente podrá
emplear en forma individual (Vygotsky, 1996).

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO EN EL DESARROLLO INFANTIL


En la actualidad existe cada día mayor conciencia sobre el papel del juego en el sano
desarrollo de los niños. Tanto los padres como la comunidad reconocen en el juego una
actividad irremplazable para desarrollar la capacidad de aprendizaje del niño(a), un medio
de expresión y de maduración en el plano físico, cognitivo, psicológico y social. La
reflexión actual sobre la actividad lúdica gira en torno a los juegos y su papel en cada
cultura, la creación de nuevos juguetes cada vez más adaptados a las necesidades del niño y
la recuperación de los ya existentes, la creación de espacios dedicados al juego, así como el
rol participativo que deben asumir los padres y adultos en las actividades lúdicas.
La actividad lúdica ha estado presente desde siempre y cuando profundizamos en sus
fundamentos podemos comprender por qué. El juego es la herramienta a través de la cual el
ser humano “aprehende” el mundo. No podemos olvidar que el proceso de desarrollo
infantil y la conquista de la autonomía se resume en una progresiva comprensión y
adaptación al mundo. Este proceso natural es a la vez difícil y complejo.
Las habilidades necesarias para “descifrar” el funcionamiento y las reglas del mundo se van
adquiriendo de manera paulatina. A través de la imitación el niño se esfuerza por
comprender al adulto como persona y al entorno que lo rodea. A partir de la magia de los
disfraces y de los juegos de roles, el niño vive de una manera intensa y simbólica su
asimilación a la imagen de los adultos, al mismo tiempo que descubre sus múltiples
posibilidades y comienza a interactuar con la sociedad en la cual se deberá insertar.
En síntesis, al jugar, el niño se encuentra en el momento ideal y decisivo para establecer el
puente entre sí mismo y la sociedad que lo rodea, entre su propio mundo interno y la cultura
a la cual pertenece. Por esto, en las diferentes etapas del juego infantil, encontramos el
momento preciso para ayudar a los niños a adaptarse e integrarse, para prepararlos a
adquirir las habilidades necesarias para enfrentar el proceso de aprendizaje en su vida.
Para llevar a cabo este planteamiento, consideramos necesario modificar la organización
tradicional del espacio educativo y la estructura del grupo tradicional, donde todos los
niños(as) realizan la misma tarea bajo la supervisión del adulto. Trabajar por rincones
quiere decir organizar la clase en pequeños grupos que efectúan simultáneamente
actividades diferentes. Más aún, organizar la clase por rincones es una estrategia
pedagógica que responde a la exigencia de integrar las actividades de aprendizaje a las
necesidades básicas del niño(a), o dicho de otra forma, es un intento de mejorar las
condiciones que hacen posible la participación activa del niño(a) en la construcción de sus
conocimientos.
Los niños y niñas desarrollan su vida con una actividad eminentemente lúdica y a través de
las distintas etapas lo van desarrollando con algunas características propias de su edad. Es
así como desde el nacimiento aparece libremente y también se ha propuesto una forma de
abordarlo y apoyarlo mejor.
Jean Piaget describe minuciosamente las etapas del juego, inicia su descripción entre los 0 a
2 años con el juego de ejercicios sensoriales y motores desde los reflejos hasta antes de la
aparición del lenguaje.
Entre los 2 y los 7 años él describe el juego simbólico, donde se representan la realidad, el
lenguaje y la socialización, en este período se acrecienta el desarrollo de la imaginación, a
través del juego el niño asimila a las personas y situaciones, aprendiendo a utilizar
combinaciones simbólicas.
Por otro lado, en los primeros dos años de vida se propone una forma de trabajo particular,
esta nueva concepción de juego es creada en Inglaterra por la especialista en Infancia Elinor
Goldshmied.

• El juego del descubrimiento


Goldshmied y Jackson (2000) plantea una propuesta innovadora para el juego de los niños
de 0 a 2 años basada en la selección de materiales y en una estratégica presentación y
participación de los adultos. Los niños evolucionan a través de la interacción con las
personas y las cosas. Si no se recibe una educación de calidad desde pequeños, se
desaprovecha sus capacidades y la etapa en que se consolidan mejor las conexiones
neuronales.
• Juego en Rincones
Los rincones para nosotros son una estrategia metodológica que responde a un modelo
didáctico basado en el constructivismo. La práctica educativa a través del juego en
rincones, no sólo supone una distribución de aula, sino que implica un planteamiento
intencionado de actividades educativas donde el punto de partida de esta propuesta
metodológica es el aprendizaje en interacción. Está demostrado que los niños(as) aprenden
más y mejor junto con otros/as. Además pueden resolver situaciones problemáticas con
material concreto, manipulando elementos que les favorecerán la organización temporal y
espacial del pensamiento.

EL APRENDIZAJE EN EL JUEGO
Para ser verdaderamente educativo, el juego debe ser variado y ofrecer problemas a
resolver progresivamente más difíciles y más interesantes. En el juego, se debe de convertir
a los niños en protagonistas de una acción heroica creada a medida de su imaginación
maravillosa. Su desbordante fantasía hará que amplíe lo jugado a puntos por nosotros
insospechados.

El niño explora el mundo que le rodea. Realmente ha de explorarlo si quiere llegar a ser un
adulto con conocimientos. Los padres han de ayudarle en su insaciable curiosidad y
contestar a sus constantes porqués.

Los niños, aunque tengan compañeros de juegos reales, pueden albergar también uno o
varios compañeros imaginarios. No será raro ver a los niños hablar en tonos distintos de
voz y tener una larga y curiosa conversación consigo mismo, está jugando.

La óptica del niño sobre el juego es totalmente distinta a la del adulto, ninguno de los
motivos que mueven a éste a jugar interviene en el juego del niño.

Para educar jugando, hemos de ser capaces de hacer propiedad e idea de los pequeños
cualquier iniciativa u orientación que les queramos dar, como si la idea hubiera surgido de
ellos. Sus «inventos» les encantan.

Para el niño no existe una frontera claramente definida entre el sueño y la realidad, entre el
juego y la vida real. El procura seleccionar, comprender e interpretar aquello que más le
interesa.
Con experiencias logradas con el juego, el niño puede aprender con vivacidad y sencillez
las complejidades de causa y efecto. Es muy importante que vaya conociendo una buena
gama de juegos y materiales para enriquecer mejor sus experiencias. Los niños no tienen
las facilidades de aprender que tienen los mayores al tener a su alcance el teatro la radio, la
lectura, etc.

La imaginación que podemos desarrollar y educar en los niños por medio del juego es la
misma que el día de mañana utilizará para proyectar edificios, diseñar piezas industriales o
de decoración, etc. Necesita de esta gimnasia.

El niño, al jugar, imita, lo cual es un producto secundario de la curiosidad. El pequeño sólo


seleccionará para su realización, al que capte su interés, en lo cual, su imaginación juega un
gran papel. Y si imita, le hemos de poner cosas buenas delante, empezando por nuestro
comportamiento.

Si los padres y educadores son capaces de observar a su hijo teniendo en cuenta que el
juego es su vida, empezarán a ver el juego de una forma bien distinta a su creencia de que
éste es pura diversión o una enfermedad del propio hijo.

Jugar ha de ser divertido. Un juego educativo que hayamos comprado, puede no ser
divertido y, si no hay diversión, difícilmente habrá aprendizaje. El niño sabe bien lo que le
gusta y lo que no, y no le convenceremos de lo contrario.

Un niño que necesita conocer el mundo desde sus posibilidades, y un docente que necesita
conocer al niño, tienen en el juego un espacio que permite actos conjuntos, integradores.
Este espacio favorece, además, la vivencia y la reflexión.

El juego ocupa, dentro de los medios de expresión de los niños, un lugar privilegiado. No
se puede considerar sólo como un pasatiempo o diversión. Es, más que nada, un
aprendizaje para la vida adulta. El mundo de los juegos tiene una gran amplitud, existiendo
en cantidad inagotable.

Jugando, los niños aprenden las cualidades de las cosas que maneja; ve cómo el papel se
deshace en el agua, cómo el carbón ensucia, que las piedras son más duras que el pan, que
el fuego quema, etc.

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