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Introducción al derecho

deportivo
Entes de supervisión
3.1 Ligas, sindicatos y entes
reguladores
3.1.1 Sindicatos
Como personas individuales, los atletas son potentes motores económicos
por mérito propio (algunos más que otros, por supuesto) y son capaces de
generar millones de dólares en salarios y respaldos. Sin embargo, como
unidad colectiva, cuentan con una cantidad de influencia y poder de
negociación todavía mayor; una influencia que eclipsa la capacidad de
influir de cualquier persona, sin importar cuán poderosa sea.

En consecuencia, los jugadores de las ligas deportivas estadounidenses más


importantes se han juntado con el fin de aunar su poder e influencia en
sindicatos, es decir, organizaciones que los empleados de una profesión en
particular (en este caso, los atletas) designan para que representen sus
intereses legales, financieros o de otro tipo. Estos sindicatos, que cuentan
con una gran protección por parte de las leyes laborales de los
Estados Unidos y que las ligas no pueden disolver ni obstaculizar, se pasan
años negociando las condiciones de trabajo correspondientes a sus
respectivos deportes. Una vez que se llega a un acuerdo respecto de esos
parámetros, estos se hacen constar por escrito en acuerdos de negociación
colectiva exhaustivamente detallados, los que se vuelven vinculantes para
ambas partes durante un período de tiempo acordado (p. ej., el acuerdo de
negociación colectiva de la Liga Nacional de Fútbol [NFL] tiene una vigencia
de 10 años y consta de 316 páginas). Los sindicatos se conocen
principalmente por su capacidad de organizar huelgas de jugadores, que
pueden detener el funcionamiento completo de una liga de un momento
para el otro. En muchas ocasiones durante el transcurso de la historia de
los deportes estadounidenses, los sindicatos de jugadores han realizado
huelgas con el propósito de conseguir condiciones de trabajo más
favorables. En 1994, una huelga de 232 días que ocurrió en las Ligas
Mayores de Béisbol (MLB) dio como resultado la cancelación de toda la
postemporada, incluida la serie mundial.

En Europa, los sindicatos y las asociaciones profesionales desempeñan un


papel importante, pero menos prominente, que sus equivalentes en los
Estados Unidos. Como señalan los destacados profesores en materia de
industria del deporte Scott Rosner y Kenneth Shropshire, “los sindicatos de
jugadores existen en las ligas deportivas europeas, pero ejercen un escaso

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efecto financiero general, ya que tienden a centrarse en proteger a los
jugadores de medidas disciplinarias severas (generalmente impuestas por
la liga y no por un club individual) y en garantizarles una compensación
adecuada en el caso de que tengan una lesión que ponga en peligro su
carrera. No se han tomado medidas de huelga en los últimos años”
(Rosner y Shropshire, 2011, pág. 432).

3.1.2 Ligas y entes reguladores


Frente a los atletas se encuentra una gran cantidad de asociaciones,
sindicatos, entes reguladores o federaciones. Por lo general, estos entes
no responden ante los atletas sino ante alguien o algo diferente (p. ej.,
dueños de equipos, comités olímpicos, universidades, etc.). Su trabajo
normalmente consiste en actuar como administradores del deporte, así
como también en maximizar los ingresos. Para hacer esto, a menudo
reúnen algunos de sus derechos televisivos de programas deportivos, o
todos ellos, y los venden en representación de los equipos para distribuir
los ingresos según una fórmula acordada (p. ej., como hacen la Real
Federación Española de Fútbol [RFEF], la NFL, la Asociación Nacional de
Básquetbol [NBA], la Liga Nacional de Hockey [NHL] y las MLB en los
EE. UU., la Fórmula 1, etc.). A veces, a los equipos se les permite vender
sus propios derechos televisivos, salvo excepciones a nivel nacional. Otros
entes, como la NFL y la Premier League (EPL), reúnen todos sus derechos
de transmisión de partidos y los venden exclusivamente como liga. Estos
ingresos a su vez se usan para compensar a los jugadores, a veces de
manera obligatoria según una fórmula específica.

Por otro lado, los sindicatos de jugadores defienden los intereses


financieros de sus jugadores, a menudo a expensas de los clubes o entes
reguladores. Estos pueden vender derechos de licencia grupales (p. ej.,
para videojuegos), controlar a los agentes (y poner un tope a sus tarifas),
representar a los jugadores en procedimientos disciplinarios (p. ej., en
procedimientos disciplinarios por sustancias prohibidas), y negociar
protecciones de trabajo para los jugadores (p. ej., para lo relativo a la
limitación de las duraciones de las prácticas, a los fondos de jubilación y de
asistencia al jugador, a las iniciativas de seguridad en los partidos, etc.).

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3.1.3 Dirección básica en el deporte
Aunque a menudo son los dueños u operadores de sus respectivos
deportes, las ligas y los equipos no poseen una facultad discrecional
absoluta, ni el sistema es intrínsecamente anárquico. Al contrario, estos
están sujetos a un conjunto de normas detallado y complejo con el que
deben cumplir. Si bien los principales documentos reguladores poseen
diferentes títulos a lo largo del panorama internacional del deporte
(“Constitution and By-Laws” [Constitución y Estatutos] en la mayoría de los
deportes estadounidenses, “Memorandum of Association” [Memorando
de Asociación] en la Premier League, y “Estatutos Sociales de la Liga
Nacional de Fútbol Profesional” en La Liga española) son similares en el
sentido de que constituyen documentos legales extensos y complejos que
disponen las funciones básicas, la dirección y la estructura de sus
respectivas ligas. En general, estos documentos principales relativos a la
dirección se complementan posteriormente de vez en cuando con
memorandos y mandatos.

En los Estados Unidos y otros países en que los jugadores y las ligas
participan en negociaciones colectivas, las ligas, los clubes y los jugadores
también están sujetos a sus respectivos acuerdos de negociación colectiva.
Estos extensos y detallados acuerdos abordan cuestiones tales como
compensaciones para jugadores y pautas de transferencia (p. ej., topes de
salarios, salarios mínimos, normas y restricciones de intercambios y
transferencias, políticas en materia de manipulación), normas y
regulaciones de trabajo, pautas disciplinarias, y mucho más.

Ya sea que partan de la base de los acuerdos de negociación colectiva, los


estatutos de la liga u otros, las normas disciplinarias que rigen el
comportamiento de los jugadores son a menudo severas e implacables, y
confieren a las ligas, con frecuencia mediante un único designado, como el
comisionado de la liga, una considerable libertad para imponer medidas
disciplinarias a los jugadores, desde suspensiones hasta prohibiciones de
jugar de por vida, muchas veces con recursos de apelación limitados para
el atleta.

Como se explica en el Premier League Handbook (Manual de la Premier


League), las normas y pautas dictadas, y las consecuencias que se imponen
cuando se infringen, tienen un solo propósito general: alcanzar el
“compromiso y objetivo de administrar [el deporte] según los estándares
más altos posibles de manera profesional y con la máxima integridad” (The
Football Association Premier League Limited, 2016-17).

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Aunque la forma en que se los expresa puede variar un poco de deporte
en deporte, la mayoría de las ligas y los entes reguladores han aprobado y
establecido objetivos similares de políticas en sus respectivos documentos
reguladores, y es en respaldo de estos objetivos que los jugadores,
entrenadores, ejecutivos y empleados se ven sujetos a medidas
disciplinarias en un sistema privado con posibilidades limitadas de recurrir
a los tribunales públicos.

Además, si bien los jugadores y las ligas a menudo no están de acuerdo


respecto de la severidad de las sanciones, comparten un deseo común de
“resolver las diferencias que existen entre ellos sin recurrir a la ley” y
reconocen que la certidumbre que proporciona un sistema que se ha
negociado meticulosamente es mejor que la incertidumbre que conlleva el
tribunal.
Analiza el siguiente extracto de una historia de la Associated Press
publicado en marzo de 2013:

Al jugador griego de fútbol Giorgos Katidis se le ha prohibido


jugar en su equipo nacional de por vida tras haber hecho el
saludo nazi mientras celebraba un gol en la liga de primera
división.

La federación griega de fútbol declaró el domingo que el


gesto del mediocampista del AEK Athens “representa un
grave insulto para todas las víctimas de la brutalidad nazi”.
Katidis, de 20 años de edad, hizo el saludo nazi luego de
marcar el gol de desempate en el partido del sábado en que
el AEK le ganó 2 a 1 al Veria en la liga griega. Este alegó que
no conocía el significado del gesto, que se realiza con el
brazo derecho extendido y la mano enderezada. Afirmó
también en su cuenta de Twitter que detesta el fascismo
(Associated Press Wire). (Business Insider, 2013,
http://goo.gl/peQeH6).

La torre se inclina aún más en favor de la liga en las Ligas Mayores de


Béisbol, en las que el comisionado tiene una amplia libertad de hacer lo
que considere que represente mejor “los intereses del béisbol”, desde
prohibir a 8 jugadores jugar de por vida a impedir la transferencia de un
jugador estrella y exigir a un equipo instalar luces en su estadio (Hirlsey,
2004, https://goo.gl/SpuJqf).

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Otros comisionados de ligas cuentan con libertades similares, lo que los
vuelve la persona que impone de facto las medidas disciplinarias en sus
respectivos deportes y, en consecuencia, a menudo los enfrenta a los
jugadores, los sindicatos e incluso los equipos, como en el caso del
escándalo de desinflado, en que la NFL investigó alegatos de que los New
England Patriots habían utilizado pelotas desinfladas para que su equipo
tuviera una ventaja y en que la investigación tuvo como resultado la
pérdida de candidatos seleccionados mediante draft y la suspensión
durante cuatro partidos del mariscal de campo estrella del equipo (Paul et
al., 2015,https://goo.gl/DKmlUj).

3.1.4 El escándalo “Deflategate” de Tom Brady


Tenga en cuenta que la opinión que figura en el extracto a continuación ha
sido resumida por motivos educativos. A medida que lees la información
sobre el caso, verás referencias a un anexo conjunto, una opinión
disidente, entre otras fuentes. Estos simplemente hacen referencia a
hechos y citas que figuran en el registro que las partes presentaron al
tribunal de apelación y que no son de naturaleza fundamental (p. ej.,
Anexo Conjunto, Informe de la Parte Apelada, etc.). No te confundas: estas
referencias simplemente están allí para que el lector pueda identificar su
fuente. A los fines de esta tarea de lectura, puedes ignorar las referencias
y concentrarte en el contenido de la decisión.

Cuestiona y analiza las siguientes cuestiones mientras lees:

1) ¿La asociación de jugadores debería haber acordado permitir que el


comisionado de la NFL actuara como árbitro en cuestiones
disciplinarias de jugadores?
2) Si piensas que no, ¿cómo se deberían haber resuelto estas
cuestiones? Las apelaciones disciplinarias de los jugadores, ¿se
deberían haber resuelto mediante un arbitraje o en un tribunal? ¿O
por un conjunto de árbitros neutrales? ¿Por qué?
3) ¿Qué cambios deberían hacerse en el próximo acuerdo de
negociación colectiva a fin de abordar las cuestiones respecto del
“principio fundamental de equidad” de las que se quejó Tom Brady
en este caso?
4) Los tribunales del mundo suelen ser muy deferentes con las
decisiones de los árbitros y, en general, solo llevan a cabo una
revisión limitada y anulan sus decisiones en el caso de que exista un
error flagrante. Por ejemplo, el tribunal establece que los criterios de
revisión “no necesitan ser perfectos en lo relativo a los laudos

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arbitrales”. Los tribunales, ¿deberían revisar más exhaustivamente
las decisiones de los árbitros? Ten en cuenta que algunos de los
argumentos más fuertes en favor del arbitraje son su eficiencia y el
hecho de que reduce la presión que se ejerce en el sistema judicial.
5) Como mencionó el tribunal, la presunta destrucción de evidencia y
los intentos de obstaculizar la investigación se citaron como motivos
por los que a Brady se le impusieron las medidas disciplinarias.
¿Crees que la conducta que pone en juego la integridad de una
investigación (en contraposición con la integridad del deporte)
debería ser punible en la misma medida y estar sujeta al mismo
proceso disciplinario que las violaciones relativas a la integridad del
deporte?
6) ¿Crees que la decisión del comisionado de comparar la manipulación
de Brady con el uso de esteroides fue adecuada para justificar la
duración del período de suspensión?
7) Notarás que las partes no participaron en una exhibición de pruebas
formal, lo que llevó a que Brady alegara que existía información que
estaba disponible para la NFL, pero que se le ocultaba a él. Si fueras
el comisionado, ¿cómo hubieras abordado el asunto de la exhibición
de pruebas (es decir, el intercambio de información) en este
arbitraje?

Consejo de Administración de la NFL contra Asociación de


Jugadores de la NFL,
820 F.3d 527 (2.º Circuito 2016)

Este caso incluye un arbitraje que surgió a raíz de la participación del


mariscal de campo de los New England Patriots, Tom Brady, en un plan
para desinflar pelotas a utilizarse durante el partido de campeonato de
2015 de la Conferencia de Fútbol Americano (AFC) a una presión por
debajo de lo permitido. Tras realizarse una investigación, la NFL suspendió
a Brady durante cuatro partidos. Brady solicitó que se llevara a cabo un
arbitraje, y el comisionado de la Liga, Roger Goodell, quien actuó como
árbitro, dictó un laudo que confirmó la toma de la medida disciplinaria. Las
partes solicitaron una revisión judicial y el tribunal de distrito invalidó el
laudo, con el argumento de que Brady no tenía conocimiento de que su
conducta estaba prohibida y era punible por medio de suspensión, y de
que la manera en que el procedimiento se había llevado a cabo lo había
privado del principio fundamental de equidad. La Liga presentó una
apelación y, ahora, revocamos esta decisión.

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El principio básico que fundamenta tanto nuestro análisis como nuestra
conclusión se encuentra bien establecido: una revisión por parte de un
tribunal federal de un laudo arbitral laboral es estrictamente limitado y
altamente deferente (sin duda se encuentra entre los más deferentes en el
ámbito de la ley). Nuestro papel no es determinar nosotros mismos si
Brady participó en un plan para desinflar pelotas o si la suspensión
impuesta por el comisionado debería haber durado tres partidos o cinco
partidos o ningún partido. Nuestro papel tampoco es cuestionar las
resoluciones procedimentales del árbitro. Nuestra obligación se limita a
determinar si el procedimiento y el laudo arbitrales cumplieron con los
criterios legales mínimos. Simplemente debemos garantizar que el árbitro
estaba “interpretando o aplicando el contrato y actuó dentro del alcance
de su autoridad, incluso cuestionablemente”, y no “ignoró el lenguaje llano
del contrato”. United Paperworks Int'l Union v. Misco, Inc., 484 U.S. 29, 38,
108 S.Ct. 364, 98 L.Ed.2d 286 (1987). Estos criterios no necesitan ser
perfectos en lo relativo a los laudos arbitrales. En su lugar, dictan que aun
si un árbitro comete errores respecto de hechos o leyes, no debemos
alterar un laudo siempre que este haya actuado dentro de los límites de su
autoridad negociada.

En este caso, dicha autoridad era especialmente amplia. El comisionado


estaba autorizado a imponer medidas disciplinarias por, entre otras cosas,
“conductas perjudiciales para la integridad del fútbol americano
profesional, o la confianza del público en este”. En su acuerdo de
negociación colectiva de hace muchos años, los jugadores y la Liga llegaron
a la decisión común de que el comisionado debe investigar las posibles
violaciones de normas, imponer sanciones adecuadas y presidir arbitrajes
en que se cuestionen sus medidas disciplinarias. Aunque este régimen
tripartito puede parecer un tanto ortodoxo, es el régimen que negociaron y
acordaron las partes, un régimen que podemos suponer determinaron que
era mutuamente satisfactorio.

Dada esta considerable deferencia, concluimos que este caso no es un caso


excepcional que justifica la desestimación del laudo. Nuestra revisión de los
registros da como resultado la firme conclusión de que el comisionado
ejerció adecuadamente su amplia facultad discrecional para resolver la
controversia interna entre la Liga y el jugador. De conformidad con esto,
REVOCAMOS la decisión del tribunal de distrito y DEVOLVEMOS el caso con
instrucciones para que se confirme el laudo.

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ANTECEDENTES
El 18 de enero del 2015, los New England Patriots y los Indianapolis Colts se
enfrentaron en el partido de campeonato de la American Football
Conference en el estadio de los Patriots ubicado en Foxborough,
Massachusetts, a fin de determinar qué equipo pasaría a jugar en el Super
Bowl XLIX. Durante el segundo tiempo, el apoyador de los Colts, D'Qwell
Jackson, interceptó un pase tirado por Brady y llevó la pelota a la línea de
banda, ya que sospechaba que podía estar inflada por debajo de la presión
mínima permitida de 86,2 kilopascales (12,5 libras por pulgada cuadrada).
Luego de confirmar que la pelota no estaba lo suficientemente inflada, el
personal de los Colts informó de esto a los funcionarios de la Liga, quienes
decidieron examinar todas las pelotas del partido durante el entretiempo.
Otras once pelotas de los Patriots y cuatro pelotas de los Colts se
examinaron utilizando dos medidores de aire, uno de los cuales se había
usado antes del partido para garantizar que las pelotas estuvieran infladas
dentro del rango permitido de 86,2 kPa (12,5 psi) a 93,1 kPa (13,5 psi).
Mientras que cada una de las cuatro pelotas de los Colts estaban dentro
del rango permitido en al menos uno de los medidores, las once pelotas de
los Patriots se encontraban por debajo de los 86,2 kPa (12,5 psi) en ambos
medidores.

El 23 de enero, la Liga Nacional de Fútbol Americano anunció que había


contratado a Theodore V. Wells, Jr., abogado, y a la firma de abogados
Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison para que llevaran a cabo una
investigación independiente acerca de si las pelotas se habían manipulado
deshonestamente antes o durante el partido. Dicha investigación dio como
resultado un informe de 139 páginas publicado el 6 de mayo, en el que se
concluyó que era “más probable que improbable” que dos funcionarios de
equipo de los Patriots, Jim McNally y John Jastremski, hubieran
“participado en un intento deliberado de sacar aire de las pelotas de juego
de los Patriots luego de que las pelotas fueran examinadas por el referí”.
Anexo Conjunto en 97.2 Específicamente, en el informe se concluyó que
McNally había quitado las pelotas de juego de los vestidores de los
funcionarios poco tiempo antes del partido, lo que violaba el protocolo
estándar, y las había llevado a un baño individual en donde se encerró y
utilizó una aguja para desinflar las pelotas de los Patriots antes de llevarlas
al campo de juego.

Además de examinar evidencia en forma de video y entrevistas de testigos,


el equipo de investigación también analizó mensajes de texto
intercambiados entre McNally y Jastremski durante el mes anterior al

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partido de campeonato de la AFC. En los mensajes, estos hablaron de la
predilección manifiesta de Brady por las pelotas menos infladas. McNally
también se refirió a él mismo como “el desinflador” y dijo bromeando que
“todavía no iba a ir a espn”, mientras que Jastremski acordó proporcionar a
McNally una “aguja” a cambio de “efectivo”, “zapatillas deportivas nuevas”
y recuerdos autografiados por Brady. Anexo Conjunto en 99-102. El
Informe también se basó en un estudio científico llevado a cabo por
Exponent, una firma consultora en materia de ingeniería y ciencia, que
llegó a la conclusión de que el hecho de que las pelotas no estaban lo
suficientemente infladas no podía “explicarse completamente mediante
principios científicos básicos, tales como la ley de los gases ideales”, en
particular porque la presión promedio de las pelotas de los Patriots era
considerablemente menor que la de las pelotas de los Colts. Anexo
Conjunto en 104-08. Exponent también llegó a la conclusión de que un
individuo con experiencia razonable podía desinflar trece pelotas con una
aguja en un período de tiempo mucho menor que el que McNally pasó en
el baño.

La investigación también analizó el posible papel de Brady en el plan de


desinflado. Aunque la evidencia de su participación era “menos directa”
que la de la participación de McNally o Jastremski, Wells concluyó en su
informe que era “más probable que improbable” que Brady haya estado “al
menos consciente en general” de las acciones de McNally y Jastremski, y
que era “improbable que un asistente de equipo y un encargado de
vestidores hubieran desinflado pelotas de juego” sin “el conocimiento”, “la
aprobación”, “la conciencia” y “el consentimiento” de Brady. Anexo
Conjunto en 112, 114. Entre otras cosas, el informe hizo referencia a una
conversación mediante mensajes de texto entre McNally y Jastremski, en
que McNally se quejaba de Brady y amenazaba con inflar de más las
pelotas de juego, y Jastremski contestaba que había “hablado con [Tom]
anoche” y que “[Tom] de hecho te mencionó y dijo que debías estar muy
estresado por lo que tratas de hacer”. Anexo Conjunto en 112. Los
investigadores también señalaron que Brady era “un punto de referencia
constante” en las discusiones de McNally y Jastremski sobre el plan, Anexo
Conjunto en 112, había expresado públicamente su preferencia por las
pelotas menos infladas en el pasado, y había estado “personalmente
implicado en un cambio de reglas llevado a cabo en 2006 que permitió a
los equipos visitantes preparar pelotas de juego según las preferencias de
sus mariscales de campo”, Anexo Conjunto en 114.

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Notablemente, el informe también observó que, luego de seis meses sin
comunicarse por teléfono o mensajes, Brady y Jastremski hablaron por
teléfono durante aproximadamente 25 minutos el 19 de enero, día en que
se anunció la investigación. Este inusual patrón de comunicación continuó
durante los siguientes dos días. Brady también había tomado la “medida
sin precedentes” de invitar a Jastremski el 19 de enero a la oficina del
mariscal de campo y le había enviado a Jastremski numerosos mensajes de
texto ese día que aparentemente tenían como propósito calmarlo. El
informe añadió que la investigación se había visto obstaculizada a causa de
la negación de Brady a “brindar acceso a documentos o información
electrónica (incluidos mensajes de texto y correos electrónicos)”, a pesar
de que los investigadores ofrecieron a Brady que sus abogados evaluaran la
presentación. Anexo Conjunto en 116.

En una carta con fecha del 11 de mayo de 2015, el vicepresidente ejecutivo


de la NFL, Troy Vincent, padre, notificó a Brady que Godell había
autorizado que se le impusiera una suspensión durante cuatro partidos en
virtud del Artículo 46 del acuerdo de negociación colectiva (CBA) entre la
Liga y la Asociación de Jugadores de la NFL (la “Asociación” o la “NFLPA”)
por tener “conductas perjudiciales para la integridad del fútbol americano
profesional, o la confianza del público en este”. Anexo Conjunto en 329.4
La carta sobre la medida disciplinaria hizo referencia a las conclusiones del
informe de Wells acerca de la conciencia y el conocimiento de Brady con
respecto al plan, como así también el hecho de que este “no había
cooperado plena y abiertamente con la investigación, e incluso se había
rehusado a proporcionar la evidencia electrónica relevante (correos
electrónicos, mensajes de texto, etc.) aunque los investigadores le habían
ofrecido salvaguardias excepcionales a fin de proteger su información
personal no relacionada”. Anexo Conjunto en 329.

Brady, por medio de la Asociación, presentó de manera oportuna una


apelación de la suspensión, y el comisionado ejerció su facultad
discrecional en virtud del CBA para actuar como funcionario de audiencia.
La Asociación buscó poner en cuestión las conclusiones de hechos a las que
llegó Wells en su informe, y también sostuvo que el comisionado había
delegado indebidamente su autoridad para imponer medidas disciplinarias
a los jugadores en virtud del CBA. Antes de la audiencia, la Asociación
presentó numerosas mociones, incluidas una moción para que se recusara
al comisionado, una moción para que se obligara al vicepresidente
ejecutivo y director jurídico de la NFL, Jeff Pash, a testificar acerca de su
participación en la preparación del informe de Wells, y una moción para

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que se forzara a Paul, Weiss a presentar sus notas de investigación
internas.

El comisionado denegó las mociones mediante decisiones emitidas el 2 y el


22 de junio de 2015. Argumentó que su recusación no sería justificada ya
que no había “delegado [su] autoridad disciplinaria al Sr. Vincent” y no
tenía “conocimiento de primera mano de los eventos en cuestión”. Anexo
Especial en 67-68. El comisionado también se negó a forzar a Pash a
testificar, ya que Pash no desempeñaba un “papel fundamental en la
investigación” y que el informe de Wells dejaba en claro que fue
“preparado en su totalidad por el equipo de investigación de Paul, Weiss”.
Anexo Especial en 63. El comisionado ofreció volver a considerar su
decisión “en el caso de que las partes presentaran evidencia de que el
testimonio de [Pash] era necesario para que la audiencia fuera plena y
justa”, Anexo Especial en 64, pero la Asociación nunca le pidió que lo
reconsiderara. En lo que respecta a las notas de investigación de Paul,
Weiss, el comisionado dictaminó que el CBA no exigía que se presentaran y
que, en todo caso, las notas no influenciaron su decisión disciplinaria.

El 23 de junio, el comisionado celebró una audiencia que incluyó más de


diez horas de testimonios jurados y argumentos, y aproximadamente
300 elementos probatorios. Poco tiempo antes de la audiencia, se reveló
que el 6 de marzo (el mismo día en que iba a ser entrevistado por el equipo
de investigación de Wells) Brady había “ordenado a su asistente destruir el
teléfono celular que había estado usando desde principios de noviembre
de 2014, un período que incluía el partido de campeonato de la AFC y las
primeras semanas del período en que se llevó a cabo la investigación
posterior”, aun sabiendo que los investigadores habían solicitado
información que se encontraba en el teléfono varias semanas antes. Anexo
Especial en 42. Aunque Brady testificó que siguió su práctica habitual de
deshacerse de teléfonos celulares viejos para proteger su privacidad, se
había quedado con teléfonos que había usado antes y después del período
relevante.

El 28 de julio, el comisionado emitió una decisión final en la que promulgó


la suspensión durante cuatro partidos. Sobre la base de la evidencia
recientemente revelada con respecto a la destrucción del teléfono celular,
el comisionado llegó a la conclusión de que Brady no solo no había
cooperado con la investigación, sino que “intentó de manera deliberada
asegurarse de que los investigadores nunca tuvieran acceso a la
información que le habían pedido que presentara”. Anexo Especial en 54.

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El comisionado posteriormente llegó a la deducción desfavorable de que el
teléfono celular habría contenido evidencia inculpatoria, y concluyó que:

 1 El Sr. Brady participó en un plan para manipular las pelotas de


juego luego de que los funcionarios de juego hubieran aprobado que
fueran utilizadas en el partido de campeonato de la AFC, y
 2 El Sr. Brady obstaculizó deliberadamente la investigación ya que,
entre otras cosas, se ocupó de manera intencional de que su teléfono
celular fuera destruido sabiendo que contenía información que era
posible que fuera relevante y que había sido solicitada por los
investigadores.

Anexo Especial en 54. Finalmente, el comisionado comparó la conducta de


Brady con la de quienes utilizan esteroides, quienes en su opinión buscan
obtener una ventaja competitiva sistemática similar, y posteriormente
afirmó que, desde su punto de vista, la suspensión durante cuatro partidos
que se impone comúnmente a quienes utilizan esteroides por primera vez
era igual de adecuada en este contexto.

La Liga inició una acción ese mismo día en el Tribunal Federal de Primera
Instancia del Distrito Sur de Nueva York (Berman, J.) en pos de la
confirmación el laudo en el marco de la Ley de Relaciones Obrero-
Patronales (LMRA). La Asociación inició una acción para que se invalidara el
laudo en el Tribunal Federal de Primera Instancia del Distrito de Minnesota,
que luego fue remitida al Distrito Sur.

El 3 de septiembre, el tribunal de distrito emitió una decisión y un mandato


en que aprobaba la moción de la Asociación de que se invalidara el laudo y
se denegara la moción de la Liga de que este se confirmara. Nat'l Football
League Mgmt. Council v. Nat'l Football League Players Ass'n, 125 F.Supp.3d
449 (S.D.N.Y.2015). El tribunal argumentó que Brady no tenía conocimiento
de que podía ser suspendido durante cuatro partidos porque las
disposiciones aplicables a su conducta establecían que solo se le podían
imponer multas. El tribunal también sostuvo que el laudo era deficiente, ya
que el comisionado había privado a Brady del principio fundamental de
equidad al denegar la moción de la Asociación de forzar a Paul, Weiss a
presentar sus notas internas y de obligar a Pash a testificar acerca de su
participación en el informe de Wells. La Liga presentó de manera oportuna
una apelación y, ahora, revocamos esta decisión.

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CRITERIOS DE REVISIÓN

Revisamos la decisión de un tribunal de distrito de confirmar o invalidar un


laudo arbitral de novo por cuestiones de derecho y por errores evidentes
en las determinaciones de hechos. Wackenhut Corp. v. Amalgamated Local
515, 126 F.3d 29, 31 (2d Cir.1997). Ya que esta controversia implica el
ejercicio de los derechos en virtud de un acuerdo de negociación colectiva,
nuestro análisis se encuentra regido por la sección 301 de la LMRA. Major
League Baseball Players Ass'n v. Garvey, 532 U.S. 504, 509, 121 S.Ct. 1724,
149 L.Ed.2d 740 (2001).

La LMRA establece una política federal de fomento de la “estabilización


industrial mediante el acuerdo de negociación colectiva” y hace hincapié
particularmente en el arbitraje privado en los casos de quejas. United
Steelworkers v. Warrior & Gulf Navigation Co., 363 U.S. 574, 578, 80 S.Ct.
1347, 4 L.Ed.2d 1409 (1960). La Ley encarna una “clara preferencia por la
resolución privada de controversias laborales sin interferencia por parte
del gobierno”. Int'l Bhd. of Elec. Workers v. Niagara Mohawk Power Corp.,
143 F.3d 704, 714 (2d Cir.1998).

Bajo este marco de autonomía, el acuerdo de negociación colectiva no es


solo un contrato, sino un “código generalizado que rige sobre un sinfín de
casos que los redactores no pueden anticipar completamente”. Warrior,
363 U.S. en 578. Los acuerdos de negociación colectiva no son impuestos
por legislaturas o agencias gubernamentales. En su lugar, las partes
negocian y perfeccionan estos acuerdos a medida que pasa el tiempo para
que reflejen mejor sus prioridades, expectativas y experiencia. De manera
similar, los árbitros son elegidos por las partes por sus conocimientos
especializados en la industria y su criterio de confianza para “interpretar y
aplicar [el] acuerdo en consonancia con el ‘derecho consuetudinario de la
industria’ y los diversos deseos y necesidades de las partes”. Alexander v.
Gardner-Denver Co., 415 U.S. 36, 53, 94 S.Ct. 1011, 39 L.Ed.2d 147 (1974).
El proceso de arbitraje es entonces “una parte esencial del proceso
continuo de la negociación colectiva”. Misco, 484 U.S. en 38.

Nuestra revisión de un laudo arbitral en el marco de la LMRA, por lo tanto,


se ve “muy limitada”. Garvey, 532 U.S. en 509. Por lo tanto, no estamos
autorizados a revisar la decisión del árbitro sobre el fondo de la cuestión,
pese a alegatos de que la decisión se basa en errores de hechos o
tergiversa el acuerdo entre las partes, y podemos investigar solo si el
árbitro actuó o no dentro del alcance de su autoridad según se define en el
acuerdo de negociación colectiva. Ya que las partes negociaron por el

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punto de vista del árbitro respecto de los hechos y el significado del
contrato, los tribunales no tienen permitido sustituirlo por el suyo propio.
Misco, 484 U.S. en 37-38. Son la interpretación del contrato y la evaluación
de los hechos del árbitro las que son determinantes, “ya sean buenas,
malas o desagradables”. Oxford Health Plans LLC v. Sutter, –––U.S. ––––, ––
––, 133 S.Ct. 2064, 2071, 186 L.Ed.2d 113 (2013). Al contrario de nuestro
colega disidente, no analizamos si la sanción impuesta fue la más
adecuada, ni si consideramos pertinente el razonamiento del árbitro. En
resumen, no nos corresponde a nosotros decidir cómo habríamos llevado a
cabo el procedimiento arbitral o cómo habríamos resuelto la controversia.

En cambio, nos corresponde simplemente garantizar que el árbitro estaba


“interpretando o aplicando el contrato y actuó dentro del alcance de su
autoridad, incluso cuestionablemente”, y no “ignoró el lenguaje llano del
contrato”. Misco, 484 U.S. en 38. Ni siquiera que no se haya “seguido el
precedente arbitral” es “razón suficiente para invalidar un laudo”.
Wackenhut, 126 F.3d en 32. Siempre y cuando el laudo “‘base su esencia
en el acuerdo de negociación colectiva’ y no constituya meramente la
‘versión propia de la justicia de la industria’ del árbitro”, corresponde que
sea confirmado. Niagara Mohawk, 143 F.3d en 714 (citando United
Steelworkers v. Enter. Wheel & Car Corp., 363 U.S. 593, 597, 80 S.Ct. 1358,
4 L.Ed.2d 1424 [1960]); véase también Garvey, 532 U.S. en 509; 187
Concourse Assocs. v. Fishman, 399 F.3d 524, 527 (2d Cir.2005).5 Si el
árbitro actúa dentro del alcance de su autoridad, la solución para la parte
disconforme “no es la interferencia judicial”, sino “que las partes redacten
el acuerdo de manera tal que refleje el alcance de poder que desearían que
su árbitro ejerciera”. United Bhd. of Carpenters v. Tappan Zee Constr., LLC,
804 F.3d 270, 275 (2d Cir.2015) (se suprimieron comillas internas) (citando
T.Co Metals, LLC v. Dempsey Pipe & Supply, Inc., 592 F.3d 329, 345 [2d
Cir.2010]). Frente a este telón de fondo legal, pasamos a la decisión a
continuación y a los argumentos que se presentaron en la apelación.

ANÁLISIS
El Artículo 46 del CBA brinda al comisionado el poder de tomar medidas
disciplinarias contra un jugador que “cree razonablemente” que haya
tenido “conductas perjudiciales para la integridad del fútbol americano
profesional, o la confianza del público en este”. Anexo Conjunto en 345,
353.6 Un jugador al que se le han impuesto medidas disciplinarias tiene el
derecho de apelar contra el comisionado y solicitar una audiencia de
arbitraje, y el comisionado puede designarse a sí mismo para actuar como
árbitro, o bien designar a otra persona. El Artículo 46 no formula normas

15
de procedimiento para la audiencia, excepto al establecer que “las partes
deben intercambiar copias de todo elemento probatorio en el que tengan
la intención de basarse a más tardar (3) días calendario antes de que se
celebre la audiencia”. Anexo Conjunto en 346.

En esta apelación, la Asociación no cuestiona las determinaciones de


hechos del comisionado. La Asociación tampoco discute que el
comisionado tenía derecho, según el Artículo 46, a determinar que la
“participación en un plan para manipular las pelotas de juego” por parte de
Brady constituía “conductas perjudiciales” que justificaban una suspensión
durante cuatro partidos. Las partes no están de acuerdo, sin embargo, en si
otros aspectos del CBA y la jurisprudencia pertinente justifican la
desestimación del laudo.

El tribunal de distrito definió tres fundamentos por los que se anuló la


suspensión de Brady: (1) el hecho de que no tenía conocimiento adecuado
de que el desinflado de las pelotas podía dar como resultado una
suspensión durante cuatro partidos, (2) el hecho de que se excluyó el
testimonio de Pash, y (3) el hecho de que se denegó acceso a las notas de
investigación de los abogados de Paul, Weiss que prepararon el informe de
Wells. Concluimos que cada uno de estos fundamentos es insuficiente para
justificar la desestimación, y que ninguno de los argumentos restantes de
la Asociación es aceptable.

I. Falta de conocimiento adecuado

Las partes están de acuerdo en que el “derecho consuetudinario de la


industria” exige a la Liga notificar a los jugadores por adelantado sobre
“conductas prohibidas y posibles medidas disciplinarias”. El tribunal de
distrito definió varios fundamentos por los que se concluyó que Brady no
tenía conocimiento ni de que su conducta estaba prohibida, ni de que esta
podía justificar su suspensión.

A. Políticas para jugadores

El fundamento principal de la Asociación para la desestimación del laudo,


en la cual se basó el tribunal de distrito, es que el comisionado suspendió a
Brady incorrectamente en virtud de la cláusula sobre “conductas
perjudiciales” del Artículo 46, ya que Brady solo tenía conocimiento de que
su conducta podía dar como resultado una multa en virtud de la sección
más específica “Medidas disciplinarias por conductas indebidas
relacionadas con el juego” de las Políticas para jugadores de la Liga (las

16
“Políticas para jugadores”). Estas Políticas, que se encuentran recopiladas
en un manual que se distribuye a todos los jugadores de la NFL al comienzo
de cada temporada, incluyen una sección titulada “Otras violaciones en lo
que respecta a uniformes/equipos”.

La Asociación sostiene que el comisionado no tenía permitido imponer una


suspensión durante cuatro partidos en virtud del Artículo 46 porque las
Políticas para jugadores solo autorizaban una multa por infracciones
relativas a equipos. La Asociación también afirma que el laudo es aún más
deficiente porque el comisionado no había tomado determinaciones de
hechos respecto de la aplicabilidad o interpretación de las Políticas para
jugadores. Véase Clinchfield Coal Co. v. Dist. 28, United Mine Workers, 720
F.2d 1365, 1369 (4th Cir.1983) (“En el caso de que un árbitro no analice
terminología contractual de naturaleza fundamental, la cual podría
justificar razonablemente un resultado opuesto, no puede considerarse
que el laudo basa su esencia en el contrato”).

Este argumento de la Asociación posee antecedentes procedimentales


distorsionados. Durante el arbitraje, la Asociación desestimó la
aplicabilidad de las Políticas para jugadores diciendo lo siguiente: “tampoco
creemos que esta política corresponda a este caso, porque aquí no dice
nada sobre las pelotas”. Anexo Conjunto en 956. Este cambio de postura es
en sí un fundamento para rechazar el argumento de la Asociación. Véase
York Research Corp. v. Landgarten, 927 F.2d 119, 122 (2d Cir.1991) (“[Una]
parte ‘no puede permanecer callada y no plantear objeciones durante el
transcurso del procedimiento arbitral y cuando se haya dictado un laudo
desfavorable para ella quejarse de una situación de la que tenía
conocimiento desde un principio’ ” [citando Cook Indus., Inc. v. C. Itoh &
Co. {Am.} Inc., 449 F.2d 106, 107–08 {2d Cir.1971}]). Sin embargo,
ejercemos nuestra facultad discrecional para abordar esta cuestión.
Concluimos que la disposición sobre equipos no corresponde y que, en
todo caso, las sanciones que se presentan por violaciones en lo que
respecta a equipos son sanciones mínimas que no excluyen las
suspensiones.

1. Aplicabilidad de las Políticas para jugadores


La Asociación se basa principalmente en una disposición de la sección
“Otras violaciones en lo que respecta a uniformes/equipos”, la que
establece que “las primeras faltas tendrán como resultado multas”. Esta
argumenta que las violaciones en lo que respecta a equipos incluyen
“manipulación de pelotas o equipos” y “manipulación de equipos, como el

17
hecho de desinflar pelotas”. Pero la Asociación encuentra términos en la
disposición de “Otras violaciones en lo que respecta a uniformes/equipos”
que nosotros no podemos ubicar. Esta disposición no dice nada sobre
manipular o preparar pelotas y, de hecho, no menciona en absoluto las
palabras “manipulación”, “pelota” o “desinflar”. Además, no existe otra
disposición en las Políticas para jugadores que se refiera a la manipulación
de pelotas o equipos, a pesar de que se brinda una lista exhaustiva de
violaciones en lo que respecta a uniformes y equipos, que van desde el
largo de las medias de los jugadores hasta el color de sus muñequeras.

Por otro lado, el Artículo 46 brinda al comisionado una amplia autoridad


para lidiar con conductas que considere que perjudican la integridad del
juego. El comisionado comprendió correctamente que una serie de normas
en cuanto a uniformes y equipos no revoca la autoridad que la Asociación
le confirió para proteger el fútbol americano de conductas perjudiciales.
No se nos hace difícil concluir que la decisión del comisionado de imponer
medidas disciplinarias a Brady en virtud del Artículo 46 “se basó
razonablemente en el acuerdo entre las partes”, que es todo lo que la ley
exige. Véase Wackenhut, 126 F.3d en 32.

2. Esquema de multas para 2014


Incluso si el tribunal de distrito y la Asociación estuvieran en lo correcto, y
no lo están, al decir que a Brady solo se le puede imponer sanciones en
virtud de las Políticas para jugadores y su disposición de “Otras violaciones
en lo que respecta a uniformes/equipos”, esto no significaría que la única
sanción disponible fuera el pago de una multa. Mientras que las Políticas
para jugadores sí especifican que, con respecto a las “Otras violaciones en
lo que respecta a uniformes/equipos”, “las primeras faltas tendrán como
resultado multas”, el Esquema de multas para 2014, que aparece cinco
páginas después y detalla las multas para estas violaciones, deja en claro
que “las sanciones que se presentan a continuación son sanciones
mínimas”. Anexo Conjunto en 384, 389. El Esquema de multas también
especifica que “otras medidas disciplinarias, incluidas las multas más
elevadas y las suspensiones, pueden ser impuestas según las circunstancias
de la violación en particular”. Anexo Conjunto en 389. Si se leen en
conjunto, estas disposiciones dejan en claro que incluso quienes cometen
una falta por primera vez no están exentos de recibir sanciones y que las
violaciones graves podrían tener como resultado una suspensión. No
obstante, incluso si fuera aceptable interpretar esto de otra manera, la
interpretación del comisionado de que esta disposición justifica una
suspensión soportaría con facilidad un escrutinio judicial, ya que esta

18
interpretación sería al menos “apenas válida”, que, nuevamente, es todo lo
que la ley exige. Véase en lo que se refiere a Andros Compañía Marítima,
S.A., 579 F.2d 691, 704 (2d Cir.1978).

B. Comparación con el uso de esteroides

El tribunal de distrito también estuvo en desacuerdo con la comparación


del comisionado entre la conducta de Brady y la de quienes utilizan
esteroides. En este laudo arbitral, el comisionado observó que la
suspensión durante cuatro partidos que se impone comúnmente a quienes
utilizan esteroides por primera vez representaba un punto de comparación
útil, ya que, al igual que la conducta de Brady, “el uso de esteroides
constituye un intento deshonesto de obtener una ventaja competitiva en el
juego y pone en peligro su integridad”. Anexo Especial en 57. Al considerar
dicha comparación inadecuada, el tribunal de distrito sostuvo lo siguiente:

Ningún jugador que presunta o efectivamente hubiera sido


consciente en general de las actividades inadecuadas de
desinflado de pelotas llevadas a cabo por otras personas o
que presuntamente hubiera planeado con otras personas
sacar aire de las pelotas de un partido de campeonato y que,
además, no hubiera cooperado durante la posterior
investigación podría tener conocimiento de que las medidas
disciplinarías que se le impondrían (o que se le deberían
imponer) serían las mismas que las que se le aplicarían a un
jugador que violó la Política sobre esteroides anabólicos y
otras sustancias de la NFL.

Nat'l Football League, 125 F.Supp.3d en 465.


La Asociación encara esta comparación de manera un poco diferente,
afirmando que el hecho de que el comisionado no haya sancionado a Brady
conforme a las Políticas para jugadores “se ve más recalcado dada que se
apoya en la Política sobre esteroides”. Informe de la Parte Apelada 45.

No tenemos ningún problema con la analogía del comisionado. Si


deferencia significa algo, es que el árbitro tiene derecho a expresar sus
conclusiones con una generosa libertad. No se nos hace difícil concluir que
la comparación con las personas que utilizan esteroides no violó ningún
“derecho” de Brady ni le impidió tener conocimiento de nada. Aunque

19
quizás tenía derecho a conocer el alcance de su sanción, esto no significa
que tenía derecho a conocer por adelantado las analogías que el árbitro
podría considerar pertinentes al seleccionar una sanción dentro de ese
alcance.

El disidente sostiene que debemos invalidar el laudo porque el


comisionado no analizó una política sobre el “stickum”, que el disidente
considera “un punto de partida natural para evaluar la sanción de Brady”.
Opinión Disidente en 7. No creemos que esta afirmación sea consistente
con nuestra obligación de brindar a los árbitros una deferencia
considerable y, al sugerir que la política sobre el stickum constituye una
analogía más apropiada, el disidente sopesa incorrectamente una pregunta
de naturaleza puramente deportiva: si el hecho de que un jugador use
stickum es similar al hecho de que se manipulen pelotas utilizadas en cada
partido. E incluso si la multa por el uso de stickum constituye la analogía
más adecuada para la conducta de Brady, nada de lo establecido en el CBA
o nuestra jurisprudencia exige que el árbitro hable sobre conductas
comparables simplemente porque se considere que dicha analogía es más
pertinente que otras o porque se crea que la analogía que el árbitro eligió
era “deficiente” o “inadecuada”. Además, el CBA tampoco exige que el
árbitro “explique a fondo su razonamiento”, Opinión Disidente en 6;
únicamente ordena que el funcionario de audiencia emita una “decisión
por escrito”, Anexo Conjunto en 346. El comisionado no solo hizo
exactamente eso, sino que también explicó por qué consideraba que la
comparación con el uso de esteroides era pertinente. Ni siquiera la
Asociación considera que existe una deficiencia en el laudo en lo que
respecta a este punto: la Asociación nunca planteó este argumento, ni en
una primera instancia ni durante la apelación. Aunque comprendemos que
nuestro colega disidente quizás considere severa la sanción impuesta a
Brady, no creemos que dicho punto de vista constituya un fundamento
suficiente para justificar la desestimación del laudo.

Por lo tanto, creemos que el comisionado se encontraba dentro de los


límites de su facultad discrecional al establecer una comparación útil,
aunque un tanto imperfecta, con quienes utilizan esteroides. En todo caso,
creemos que esta cuestión hace mucho alboroto por muy poca cosa, ya
que el comisionado podría haber impuesto la misma suspensión sin hacer
referencia a la política sobre esteroides de la Liga.

20
C. Consciencia general
El tribunal de distrito también llegó a la conclusión de que el laudo era nulo
porque “ninguna política de la NFL ni ningún precedente brindaba
conocimiento de que un jugador podía estar sujeto a medidas disciplinarias
por tener consciencia general de la presunta conducta indebida de otra
persona”. Nat'l Football League, 125 F.Supp.3d en 466. Esta conclusión
muestra que se malentendió el registro. En el laudo está claro que las
medidas disciplinarias contra Brady se confirmaron no porque este tuviera
conciencia general de la conducta indebida de otros, sino porque Brady
había “participado en un plan para manipular las pelotas de juego” y
“obstaculizado deliberadamente la investigación ․ ya que se ocupó de que
su teléfono celular fuera destruido”. Anexo Especial en 54.

La Asociación opina de un modo un poco distinto y sostiene que el


comisionado se apoyó en la conclusión limitada del informe de Wells de
que Brady estaba al menos “en general consciente” de las actividades
indebidas del personal de equipo de los Patriots. Pero la Asociación no
brinda respaldo pertinente para su afirmación de que el gran número de
hechos que el comisionado pudo considerar adecuadamente se vio
limitado por el informe de Wells. Nada de lo que consta en el Artículo 46
limita la autoridad del árbitro para examinar o revaluar los fundamentos de
hechos para una suspensión. De hecho, al sentar las disposiciones para una
audiencia, el Artículo 46 sugiere firmemente otra cosa. Ya que el propósito
de una audiencia en cualquier procedimiento es establecer un registro de
hechos completo, sería incoherente autorizar una audiencia y, al mismo
tiempo, insistir en que ninguna conclusión nueva podría basarse en un
registro expandido a raíz de una audiencia.

Además, ambas partes tenían en claro que un objetivo importante de la


audiencia era brindar a la Asociación la oportunidad de examinar las
conclusiones del informe de Wells, y la Asociación aprovechó esa
oportunidad. Véase el Anexo Conjunto en 952 (“Estamos a punto de
decirles por qué creemos que el informe de Wells no está en lo cierto”․;
“Creemos que al escuchar [el testimonio de Brady] llegará a la conclusión
de que no es responsable de nada”․), 953 (“Resulta que existen muchas
incógnitas que se incluyen en el informe de Wells”). Teniendo en cuenta los
intentos de Brady de poner en cuestión las conclusiones de hechos del
informe de Wells presentando evidencia exculpatoria, no tendría mucho
sentido aceptar la afirmación de la Asociación de que la presentación y el
análisis de evidencia inculpatoria infringe la amplia autoridad del
comisionado para administrar la audiencia.

21
El problema que se le presentó al comisionado era si las medidas
disciplinarias impuestas a Brady se justificaban en el marco del Artículo 46,
y sobre ese problema decidió. El comisionado no desarrolló un nuevo
fundamento para la suspensión ni privó a Brady de una oportunidad para
afrontar el caso en su contra. No encontramos nada en el CBA que sugiera
que al comisionado se le impedía concluir, según la información generada
durante la audiencia, que la conducta de Brady era más grave que lo que se
había creído en un principio.

Además, el informe de Wells no se limitó a una conclusión de “consciencia


general”. En este también se concluyó que era “poco probable que
[McNally y Jastremski] hubieran desinflado pelotas de juego sin el
conocimiento y la aprobación de Brady” o que estos “hubieran participado
de manera personal y unilateral en dichas actividades sin contar con la
conciencia y el consentimiento de Brady”. Anexo Conjunto en 114. El hecho
de que el comisionado pasara a hablar de “conocimiento y aprobación” a
“participación” no constituyó, tal como lo argumenta la Asociación, un
“gran salto”, sino que representó una razonable reevaluación de los hechos
que dieron lugar a las medidas disciplinarias iniciales contra Brady, los que
se complementaron con la información que surgió durante la audiencia.

Sin que la Asociación lo solicitara, nuestro colega disidente afirmó que,


debido a que el informe de Wells “nunca concluyó que era ‘más probable
que improbable’ que los regalos de Brady tuvieran como propósito
constituir recompensas o pagos por adelantado por desinflar pelotas en
contravención de las normas de la Liga”, Opinión Disidente en 3, el
comisionado impidió a Brady tener conocimiento al concluir que este había
“proporcionado incentivos y recompensas a fin de apoyar el plan”, Anexo
Especial en 51.

Sin embargo, el informe de Wells estableció claramente que sus


conclusiones se habían visto “considerablemente influenciadas por el gran
número de comunicaciones y eventos consistentes con estas, incluido el
hecho de que [McNally] ․ había recibido artículos de valor autografiados
por Tom Brady la semana anterior al partido de campeonato de la AFC”.
Anexo Conjunto en 108. Respecto de la participación de Brady en
particular, el informe de Wells observó que “Brady [era] un punto de
referencia constante en las discusiones de McNally y Jastremski sobre los
artículos que McNally recibiría”. Anexo Conjunto en 112-13. Y, tal como el
disidente admite, la Asociación interrogó a Brady acerca de este tema
durante la audiencia, y el comisionado determinó que el testimonio de

22
Brady no era creíble. El registro establece que Brady tenía conocimiento
desde un principio de que las conclusiones del informe de Wells se habían
visto “considerablemente influenciadas” por el hecho de que él había
proporcionado recuerdos autografiados a McNally. La Asociación hizo
frente a este alegato durante la audiencia, y el comisionado rechazó la
explicación de Brady. Brady sabía que las bases de hechos de sus medidas
disciplinarias (los mensajes de texto, las llamadas telefónicas, los recuerdos
autografiados, etc.) estarían en cuestión durante el arbitraje. El hecho de
que eligiera centrarse en algunos más que en otros simplemente refleja su
propia decisión estratégica en cuanto a cómo presentar su caso. Y,
nuevamente, la Asociación nunca discrepó sobre esto, ya sea ante nosotros
o ante el tribunal de distrito de primera instancia.

Por consiguiente, consideramos que el comisionado se encontraba dentro


de los límites de su facultad discrecional al concluir que Brady había
“participado en un plan para manipular las pelotas de juego”. Dado que las
partes están de acuerdo en que dicha conducta constituye lo que se llama
“conductas perjudiciales”, el tribunal de distrito se equivocó al concluir que
el hecho de que el comisionado se apartara de la conclusión del informe de
Wells sobre conciencia general justificaba la desestimación del laudo.

D. Medidas disciplinarias por falta de cooperación


El tribunal de distrito sostuvo que la suspensión de Brady no puede
apoyarse en el fundamento de que este obstaculizó la investigación del
comisionado, y la Asociación lo afirma. El tribunal argumentó que “ninguna
suspensión de un jugador en la historia de la NFL se ha apoyado en una
presunta falta de cooperación con una investigación de la NFL, o incluso en
una presunta obstaculización de esta”. Nat'l Football League, 125
F.Supp.3d en 465 (se suprimieron comillas internas). La Liga, por otro lado,
argumenta que no solo la obstaculización deliberada de una investigación
de la liga representa “conductas perjudiciales” en el marco del Artículo 46,
sino que también la destrucción del teléfono celular permitió al
comisionado llegar a una deducción desfavorable para Brady que respaldó
la conclusión de que este había participado en el plan de desinflado.

El argumento de la Asociación es, en esencia, procedimental. La Asociación


no discute que el comisionado utilizó correctamente la destrucción del
teléfono celular para llegar a una deducción desfavorable para Brady.
Frente a esta concesión, la Asociación insiste en que, debido a que el laudo
es nulo en vista de que el comisionado no impuso medidas disciplinarias a
Brady en el marco de las Políticas para jugadores, el laudo no puede

23
rescatarse sobre la base de la teoría alternativa de que Brady podría haber
sido suspendido por haber obstaculizado la investigación. En particular, la
Asociación afirma que “una vez que queda en claro que la falta de
cooperación de Brady dio como resultado la deducción desfavorable sobre
la manipulación de pelotas, volvemos al punto de partida: la única sanción
de la cual Brady tenía conocimiento era la multa negociada colectivamente
por violaciones en lo que respecta a equipos”. Informe de la Parte Apelada
51. Este argumento no es válido simplemente porque, como hemos
explicado, las Políticas para jugadores no corresponden y, en todo caso, es
posible imponer suspensiones por violaciones de las políticas de la Liga en
lo que respecta a equipos.

Durante el alegato oral, la Asociación sostuvo, por primera vez, que Brady
no tenía conocimiento de que la destrucción del teléfono celular siquiera
estaría en cuestión durante el procedimiento arbitral. Por lo general, un
argumento como este que no fue planteado en los escritos no tiene efecto
y, por lo tanto, no corresponde que sea considerado durante la apelación.
Littlejohn v. City of New York, 795 F.3d 297, 313 n. 12 (2d Cir.2015). Sin
embargo, dado que las partes analizaron esta cuestión de manera
exhaustiva durante el alegato oral, ejercemos nuestra facultad discrecional
para abordarla.

Por numerosas razones, la afirmación de la Asociación de que Brady no


tenía conocimiento de que la destrucción del teléfono celular estaría en
cuestión durante el arbitraje no cuenta con respaldo en el registro. La carta
que la Liga envió a Brady para notificarle su suspensión señalaba el hecho
de que este “no había cooperado plena y abiertamente con la
investigación, e incluso se había rehusado a proporcionar la evidencia
electrónica relevante (correos electrónicos, mensajes de texto, etc.)”.
Anexo Conjunto en 329. Ya que se le había informado claramente que su
cooperación con la investigación era tema de gran interés, nos resulta
difícil creer que tanto Brady como la Asociación se sorprendieran de que la
destrucción del teléfono celular constituyera un hecho importante para el
comisionado. La noción de que la deducción desfavorable del comisionado
tomó a Brady injustamente por sorpresa se ve aún más desmentida por el
alegato inicial de los abogados de la Asociación durante el arbitraje,
quienes defendieron la manipulación de evidencia electrónica por parte de
Brady:

También vamos a incluir la declaración de la persona que


brinda servicios forenses que se encargó de la cuestión de

24
los correos electrónicos y mensajes de texto. Y saben a
partir de su decisión que [esto] constituyó un factor para las
medidas disciplinarias․
No se ocultaron mensajes incriminatorios, ni correos
electrónicos, y nunca existieron mensajes o correos
electrónicos incriminatorios. Y ahora él ha cumplido y
presenta exactamente lo que Ted Wells le había pedido en
ese momento, lo que existía en ese momento y existe hoy.
Él seguía los consejos de sus abogados y agentes de ese
entonces. (Anexo Conjunto en 953).

Los abogados de la Asociación luego dieron un paso más y reconocieron de


manera directa la destrucción del teléfono celular, haciendo referencia a la
declaración de un experto presentada en apoyo de Brady. Lo que sea que
diga ahora con respecto a sus expectativas para la audiencia, la Asociación
contaba con al menos suficiente conocimiento de las posibles
consecuencias de la destrucción del teléfono celular como para contratar a
un experto antes del arbitraje para que este ayudara a los abogados a
explicar por qué no se debía llegar a una deducción desfavorable.

Durante el alegato oral, la Asociación también afirmó que el comisionado


estaba sancionando injustamente a Brady por destruir su teléfono celular,
ya que para ello debía iniciar una nueva acción disciplinaria (para que luego
Brady pudiera apelar contra toda determinación de que había destruido su
celular). Este argumento no es válido porque, como se estableció en la
carta original sobre la medida disciplinaria, a Brady se lo sancionó por falta
de cooperación, y la decisión del comisionado deja en claro que la
destrucción del teléfono celular por parte de Brady fue una parte esencial
de la afirmación más amplia de que Brady no había cooperado. Además,
como establecimos con respecto a la conciencia general, nada de lo que
consta en el Artículo 46 limita la autoridad del árbitro para reexaminar los
fundamentos de hechos para una suspensión mediante la celebración de
una audiencia. Asimismo, el comisionado no aumentó la sanción a causa de
la destrucción del teléfono celular: la suspensión durante cuatro partidos
no se amplió. En su lugar, la destrucción del teléfono celular simplemente
respaldó aún más la determinación del comisionado de que Brady no había
cooperado, y se utilizó como base para la deducción desfavorable en
cuanto a su participación en el plan para desinflar pelotas.

Finalmente, cualquier litigante razonable hubiera comprendido que la


destrucción de evidencia, revelada solo días antes de que comenzara un

25
procedimiento arbitral, sería una cuestión importante. Es bien sabido que
la ley permite a un juzgador de los hechos inferir que una parte que
deliberadamente destruyó evidencia relevante que dicha parte tenía la
obligación de presentar lo hizo con el objeto de ocultar información
adversa al mediador (se suprimieron comillas). Estos principios están tan
establecidos que no hay necesidad de mencionarlos de manera específica
en un acuerdo colectivo, y tenemos la certeza de que el hecho de que se
aplicaran no constituyó una sorpresa para Brady o la Asociación.

E. Política de integridad competitiva


El último fundamento para la desestimación del laudo relativo a la falta de
conocimiento adecuado definido por el tribunal de distrito fue la supuesta
falta de conocimiento por parte de Brady de la Política de integridad
competitiva, la cual autorizaba la investigación inicial. El tribunal de distrito
argumentó que Brady fue incorrectamente suspendido en virtud de la
Política de integridad competitiva, que solo se distribuye a los equipos, no
a los jugadores. Esta conclusión es incorrecta porque, como hemos visto, el
Artículo 46 proveyó adecuadamente el fundamento para la suspensión.

Claramente, la Asociación no defiende el análisis del tribunal de distrito


acerca de la apelación. Tanto la Liga en su sanción inicial como el
comisionado en su laudo arbitral dejaron en claro que a Brady se le
imponían medidas disciplinarias en virtud del Artículo 46, no de la Política
de integridad competitiva.11 La Política de integridad competitiva, que no
dice nada en materia de medidas disciplinarias para jugadores,
simplemente brindó al comisionado la autoridad para llevar a cabo una
investigación y solicitar la cooperación de los Patriots. La pregunta de
importancia para el conocimiento, tal como lo acuerdan las partes, es si
Brady estaba consciente de que su conducta podía dar lugar a su
suspensión. El Artículo 46 le brindó conocimiento antes del partido de
campeonato de la AFC de que todas las acciones que el comisionado
considerara “conductas perjudiciales” podían dar como resultado su
suspensión.

II. Exclusión del testimonio del director jurídico de la NFL


Antes de que comenzara el procedimiento arbitral, el comisionado denegó
la moción de la Asociación de llamar al director jurídico de la NFL, Jeff Pash,
a testificar durante el arbitraje con respecto a su papel en la preparación
del informe de Wells. El comisionado hizo esto sobre la base de que Pash
no desempeñaba un “papel fundamental en la investigación” y de que el

26
informe de Wells dejaba en claro que fue “preparado en su totalidad por el
equipo de investigación de Paul, Weiss”. Anexo Especial en 63. Como
fundamento independiente para la desestimación del laudo, el tribunal de
distrito sostuvo que era radicalmente injusto no forzar a Pash a testificar
porque era “lógico que este hubiera tenido conocimiento valioso para el
transcurso y resultado de la investigación y para la redacción y el contenido
del informe de Wells”. Nat'l Football League, 125 F.Supp.3d en 471. De
nuevo, no podemos aceptar esta conclusión.

Está bien establecido que las preguntas procedimentales que surgen


durante el arbitraje, tales como quiénes deben testificar y qué evidencia se
debe recibir o excluir, se dejan a la sensata facultad discrecional del árbitro
y no deben ser cuestionadas por los tribunales. Misco, 484 U.S. en 40. Los
árbitros no “deben cumplir con normas probatorias estrictas” y poseen
“una considerable facultad discrecional para admitir o excluir evidencia”
(se suprimieron comillas).

III. Denegación de acceso a los archivos de investigación


El tercer y último fundamento para la desestimación del laudo del tribunal
de distrito es el hecho de que, en el marco del CBA, Brady tenía derecho a
acceder a las notas y los memorandos de entrevistas creados por el equipo
de investigación de Paul, Weiss, y de que la denegación de acceso a dichas
notas lo privó del principio fundamental de equidad. La Liga sostiene que
esto no constituye un fundamento para la desestimación del laudo debido
a que el CBA no exige el intercambio de dicho tipo de notas.

Estamos de acuerdo. El Artículo 46 especifica que “en apelaciones en el


marco de la Sección 1(a), las partes deben intercambiar copias de todo
elemento probatorio en el que tengan la intención de basarse”. Anexo
Conjunto en 346. El comisionado interpretó razonablemente que esta
disposición no exigía una exhibición de pruebas más exhaustiva.
Notablemente, las partes acordaron en el CBA consentir una exhibición de
pruebas más extensa, como las que se establecen en el Artículo 15,
Sección 3, que posibilita una “exhibición de pruebas razonable y rápida a
solicitud de cualquier parte”. Anexo Especial en 65.

El comisionado también concluyó que a Brady no se lo privó del principio


fundamental de equidad debido a que el comisionado “no había revisado
ninguna de las notas internas de entrevistas de Paul, Weiss ni ningún otro
documento creado por Paul, Weiss que no fuera el informe final”, y a que
la Liga ya había “presentado todos los documentos de la NFL considerados
por los investigadores”. Anexo Especial en 65. El comisionado señaló que la

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Asociación ni siquiera había “identificado una importante controversia de
hechos que el producto del trabajo interno de Paul, Weiss ayudaría a
resolver”. Anexo Especial en 66.
Para llegar a estas conclusiones, el comisionado estaba “interpretando o
aplicando el contrato y actuó dentro del alcance de su autoridad”, como
mínimo, cuestionablemente. . y concluyó de manera razonable que no
exigiría que se presentara producto del trabajo de los abogados en el que
no se hubiera basado, y que ni siquiera hubiera visto. Si las partes hubieran
querido que se llevara a cabo una exhibición de pruebas más exhaustiva,
podrían haber negociado por ese derecho. No lo hicieron, y simplemente
no se puede quebrantar el principio fundamental de equidad al permitir a
las partes hacer exactamente lo que acordaron.

...

B. Parcialidad manifiesta
La última afirmación de la Asociación es que se ponía de manifiesto que el
comisionado era parcial con respecto a la cuestión de la delegación y
debería haberse recusado a sí mismo de al menos esa parte del arbitraje,
debido a que no era adecuado que él mismo juzgara la idoneidad de su
propia conducta. Este argumento no es aceptable.
Podemos invalidar un laudo arbitral “en el caso de que existiera una
parcialidad manifiesta ․ por parte del árbitro”. 9 U.S.C. § 10(a)(2). “Solo se
puede concluir que existe parcialidad manifiesta ‘en los casos en que una
persona razonable tuviera que llegar a la conclusión de que un árbitro es
parcial en favor de una parte del arbitraje’” (se suprimieron comillas).

...

En este caso, las partes acordaron en el CBA permitir específicamente al


comisionado actuar como árbitro en todas las controversias que surgieran
en virtud del Artículo 46, Sección 1(a). Lo hicieron sabiendo perfectamente
que solo el comisionado tenía la facultad de determinar qué constituye
“conductas perjudiciales” y, por lo tanto, sabiendo que el comisionado
desempeñaría un papel tanto en lo que respecta a las medidas
disciplinarias subyacentes como en cada arbitraje que surgiera en virtud de
la Sección 1(a). Si las partes hubieran querido limitar la autoridad del
comisionado, podrían haber redactado un acuerdo diferente.

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CONCLUSIÓN
Debido a las razones presentadas anteriormente, REVOCAMOS la decisión
del tribunal de distrito y DEVOLVEMOS el caso al tribunal de distrito con
instrucciones para que se confirme el laudo arbitral.

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Referencias
Rosner, S. y Shropshire, K. (2011). Capítulo 11: Sports Franchise
Valuations. En The Business of Sports (2.ª ed. 2011). Sudbury, MA: Jones &
Bartlett Learning.

The Football Association Premier League Limited (2016-17). Premier


League Chairmen’s Charter. En Premier League Handbook, Foreward (ed.
2016-17). Londres: The Football Association Premier League Limited.

Business Insider (7 de marzo de 2013). Greek Player Who Gave Nazi Salute
Banned from National Team. Obtenido el 29 de enero de 2017 de
http://goo.gl/peQeH6

Hirlsey, M. (18 de marzo de 2004). Best Interests Clause Has Benefited


Commissioners. Obtenido el 29 de enero de 2017 de https://goo.gl/SpuJqf.

Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison LLP (6 de mayo de 2015).


Investigative Report Concerning Footballs Used During the AFC
Championship Game on January 18, 2015. Obtenido el 29 de enero de
2017 de https://goo.gl/DKmlUj

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