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Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Ingeniería
Cátedra de Geotecnia I

Propiedades Índices de los Suelos


2013

Reedición Ing. Del Santo Matías


Corrección Ing. Sandoval Ramón
Facultad de Ingeniería U.N.L.P.
Cátedra de Geotecnia I

Índice
1. Introducción 2
2. Propiedades de los Granos 2
2.1. Tamaño de las partículas 2
2.2. Forma de las partículas 3
2.3. Composición mineralógica 4
3. Propiedades de los agregados 10
3.1 Estructura de los suelos 10
3.2 Relaciones básicas de los agregados 12
4. Ensayos para la determinación de las relaciones básicas 13
4.1. Determinación de la superficie específica de un suelo 13
4.2. Análisis granulométrico de un suelo 15
4.2.1. Análisis por tamizado 16
4.2.2. Análisis por sedimentación (hidrometría) 18
4.2.3. Representación del análisis granulométrico 24
4.3. Humedad y grado de saturación de un suelo 27
4.4. Contenido de materia orgánica 29
4.5. Límites de Atterberg 31
4.5.1. Límite liquido 32
4.5.2. Limite plástico 36
4.5.3. Índice de plasticidad 37
4.5.4. Límite contracción 37
4.5.5. Carta de plasticidad 39
4.6. Peso específico de las partículas de un suelo 41
4.6.1. Método de desplazamiento 42
4.6.2. Método de suspensión 45
4.6.3. Método del picnómetro 45
4.7. Densidad de un suelo en laboratorio 48
4.7.1. Método de sumersión en mercurio 48
4.7.2. Método de sumersión en agua 50
4.8 Densidad de un suelo in situ 51
4.8.1. Método del cono de arena 52
4.8.2. Método del volumenómetro de agua 54
4.8.3. Método del anillo de Oroville 56
4.9 Relación de vacios mínima y máxima 59
4.9.1 Determinación de la relación de vacíos máxima 59
4.9.2 Determinación de la relación de vacíos mínima 61
4.10 Índice de densidad 62
4.11 Sensibilidad de las arcillas y tixotropía 63

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1. Introducción
Los suelos son conjuntos de partículas agrupadas de diversas formas. Las características indivi-
duales de las partículas y su acomodamiento en el conjunto dependen de los procesos de me-
teorización de las rocas originales y de los procesos posteriores de conformación de los depósi-
tos. La naturaleza de estos procesos ha dado como resultado una gran variedad de suelos que
pueden ser identificados y caracterizados según una serie de propiedades elementales que
marcan sus diferencias y permiten el agrupamiento de los mismos según características simila-
res. A estas propiedades se las denominan "propiedades índices” y se determinan mediante la
ejecución de ensayos sobre muestras representativas.
El comportamiento de un suelo depende de las características de los granos que lo constituyen
y del acomodamiento de los mismos en el conjunto, pudiendo entonces separar las "propieda-
des índice" en dos grupos: propiedades de los granos y propiedades del conjunto de partículas
o agregado.

2. Propiedades de los granos


2.1. Tamaño de las partículas
Una de las primeras características que diferencia a los suelos es el tamaño de las partículas
que los componen. En una primera aproximación, se puede decir que algunos suelos poseen
granos de tamaño perceptibles a simple vista, como los granos de las gravas o arenas de mar, y
que otros suelos poseen granos tan finos que cuando son mojados se transforman en una pas-
ta, no pudiendo visualizarse las partículas individualmente.
La diversidad de tamaños de granos es enorme. No se percibe esto en un primer contacto con
el material, simplemente porque parecen todos muy pequeños respecto a los materiales con
los que uno está acostumbrado a tratar. Existen granos de arena con dimensiones de 1 a 2 mm
y existen partículas de arcilla con espesares de 10  (1 angstrom = 0,000001 mm). Esto significa
que si una partícula de arcilla fuese ampliada, de manera de caber en el tamaño de una hoja
de papel, el grano de arena arriba citado seria representado con diámetros del orden de 100 a
200 metros.

Granos de arena a simple vista (izquierda) y en detalle (derecha)

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En el suelo, generalmente conviven


partículas de tamaños diversos. No es
fácil identificar el tamaño de las partí-
culas por simple manipulación del sue-
lo, porque los granos de arena, por
ejemplo, pueden estar envueltos por
una gran cantidad de partículas arcillo-
sas, muy finas, apareciendo en una
primera impresión como una aglome-
ración formada exclusivamente por
una gran cantidad de estas partículas.
Al ser humedecidas, estas partículas,
se disgregan pudiendo diferenciarse
mejor las partículas de arena y las
partículas de arcilla. Denominaciones
específicas son empleadas para los
diversos tamaños de granos, sus lími-
tes dependen del sistema de clasifica- Fotografía de la estructura laminar de una arcilla
ción utilizado.
Desgraciadamente, las distintas clasificaciones no coinciden en la especificación de los límites
adecuados. Esto es, en cierto modo natural, pues cada ciencia mira el suelo desde un ángulo
distinto. Para el análisis de un suelo de acuerdo al tamaño de sus granos recurrimos al análisis
granulométrico, que básicamente es separar al suelo en partes formadas por granos de tama-
ños comprendidos entre determinados límites. Más adelante, volveremos a detallar las distin-
tas metodologías de análisis granulométricos.

2.2. Forma de las partículas


La forma de las partículas de un suelo tiene una influencia importante en sus propiedades físi-
cas. Las partículas se examinan a simpe vista o con una lupa, incluso con un microscopio para
las más finas. Se describen haciendo referencia a su configuración geométrica, la forma en sí y
a su redondeamiento, o sea el estado de la superficie. Las formas más comunes son las siguien-
tes:

a) Granos voluminosos: se corresponden a las fracciones gruesas de un suelo, pudiendo


ser descriptos como se muestra en la figura que sigue:

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b) Granos escamosos o lajosos, son partículas planas donde el ancho y el largo prevalecen
sobre el espesor, características de suelos de granos finos, generalmente, constituidos
por micas y minerales arcillosos.
c) Granos alargados y finos, son partículas donde una dimensión prevalece sobre las res-
tantes. Estas partículas están constituidas por minerales arcillosos, ciertas cenizas
volcánicas y por materiales orgánicos como las turbas.

Fotografía electrónica de ceniza volcánica


proveniente del volcán Chaitén, Chile (2008)

Existen índices numéricos que se obtienen relacionando las dimensiones extremas de las partí-
culas de granos gruesos, que son de utilidad particularmente cuando los materiales son utiliza-
dos como áridos para la preparación de hormigones de cemento o de mezclas asfálticas para
pavimento.

2.3. Composición mineralógica


Las fracciones gruesas están compuestas por granos de uno o más minerales, siendo fragmen-
tos de roca que conservan la composición original, o bien el residuo inalterable de la descom-
posición químicas, como lo son los granos de cuarzo. Las fracciones finas, en cambio, son en
general partículas de un solo mineral, principalmente de minerales arcillosos producto de la
descomposición química de la roca original.
Los minerales arcillosos son silicatos de Al, Fe, Mg, K u otros metales. Presentan estructuras
cristalinas bien definidas, con retículas desarrolladas en capas. Unas capas están formadas por
átomos de silicio, Si, vinculadas a átomos de oxigeno O. Otras capas están formadas por áto-
mos de un metal (Al, Fe, Mg, K, etc.) ligamos a átomos de oxigeno o grupos hidroxilos (OH).
Estas capas se juntan en formas de hojas o láminas, constituyendo una “unidad fundamental”,
un conjunto de estas unidades dispuestas en forma de pila, conforma una partícula. La disposi-
ción y composición de las capas en cada “unidad fundamental” determina el tipo de mineral
arcilloso.

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Los dos elementos fundamentales en la estructura de los minerales arcillosos son los tetrae-
dros y los octaedros. En el tetraedro cuatro átomos de oxígenos rodean a un átomo de silicio.
Los tetraedros forman capas, de modo que los oxígenos de las bases de todos ellos se encuen-
tran en el mismo plano y que cada oxígeno pertenezca a dos tetraedros.

Estructura de un tetraedro

Por otro lado en el octaedro un átomo de aluminio, hierro, magnesio, etc. esta rodeado por
seis átomos de oxigeno o iones hidroxilos (OH). También forman capas y de las distintas com-
binaciones de ellas y de los distintos cationes o aniones resultan la gran variedad de minerales
arcillosos.

Estructura de un octaedro

A continuación analizaremos rápidamente los minerales arcillosos más comunes y su estructu-


ra cristalina, como así también algunas de sus propiedades.

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a) Caolinita: como se puede ver en la imagen, la partícula de caolinita se compone de capas


de octaedros y tetraedros alternados. Su unidad fundamental tiene un espesor de 7,2
angstroms y se extiende indefinidamente en las otras dos dimensiones. Las sucesivas uni-
dades fundamentales se mantienen unidas mediante enlaces de hidrógeno. La partícula de
caolinita posee, debido a su fino tamaño, cargas positivas y negativas en los enlaces rotos
de los bordes, que puede adsorber iones.

Estructura cristalina de la caolinita

Fotografía electrónica cristales de caolinita

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b) Montmorillonita: la unidad fundamental de una partícula de montmorillonita está confor-


mada por dos capas de tetraedros que encierran una de octaedros. La unión entre cada
dos unidades es mucho más débil que el enlace de hidrógeno en las partículas de caolinita.
Como consecuencia, el agua puede penetrar entre ellas ocasionando una expansión de la
partícula en el sentido perpendicular a la capa. El diámetro medio de las partículas de
montmorillonita suele oscilar entre los 100 y los 5000  y al dispersarlas en agua se sepa-
ran las distintas unidades fundamentales. La bentonita se compone en su mayor parte de
montmorillonita.

Estructura cristalina de la montmorillonita

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c) Illita: posee una estructura similar a la montmorillonita con la diferencia en que las defi-
ciencias de carga son equilibradas casi en su totalidad por átomos de potasio que se sitúan
entre las diversas estructuras fundamentales. Su estructura no es expansiva pues no admi-
te la entrada de átomos de agua entre las capas.

Estructura cristalina de la illita

Fotografía electrónica cristales de illita, caolinita y cuarzo

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Las partículas de minerales arcillosos presentan una gran superficie específica por la cual las
fuerzas eléctricas que actúan en la superficie de las partículas prevalecen frente a las fuerzas
de gravedad.
Las diferencias en la conformación de la estructura de las retículas y las modificaciones que se
producen al ser sustituidos los átomos de silicio y aluminio por otros, producen diferencias de
intensidad en las cargas eléctricas de superficie que se manifiestan en el comportamiento de
cada grupo de minerales arcillosos.
En forma simplificada podemos decir que en las caras de las partículas se ubican cargas negati-
vas no compensadas en los enlaces estructurales, y en los bordes, cargas negativas y positivas,
estas últimas debidas a la interrupción de la cadena estructural. En el conjunto predominan
netamente las cargas negativas.
Al disociarse, por ionización si agua y las sustancias disueltas, los cationes (+) son atraídos por
las cargas negativas de las caras y bordes de partículas. Esto genera la formación de una capa
de agua, con otras sustancias disueltas, que en estado cuasi sólido queda fija a las partículas
por adsorción, denominándose entonces “capa adsorbida”.
La capacidad de adsorción dependerá entonces de la intensidad de las cargas eléctricas de
superficie. Las montmorillonita tienen gran capacidad de adsorción, siendo entonces muy ex-
pansivas, es decir que aumentan notablemente su volumen al ponerse en contacto con agua
por el importante espesor que adquieren las capas adsorbidas. Las illitas, si bien tienen una
estructura similar a la de las montmorillonita, son de baja expansibilidad pues los iones de Po-
tasio (K+) compensan la gran parte de las cargas negativas de superficie.
Las caolinitas, tienen una estructura muy estable, con cargas eléctricas compensadas, presen-
tando sólo algunas cargas positivas y negativas en los enlaces rotos de los bordes pudiendo
estas cargas adsorber algunos iones. Son arcillas de muy baja expansibilidad.
Los cationes adsorbidos pueden ser reemplazados por otros de mayor afinidad denominándose
a este proceso "intercambio catiónico". Por ejemplo, el catión Na+ se adsorbe fácilmente a la
superficie de una partícula de arcilla, pero puede ser reemplazado por iones K+, lo que se pue-
de probar colocando la arcilla en una solución de cloruro de potasio (KCl). Se puede entonces
forzar el intercambio catiónico por procedimientos adecuados para mejorar el comportamien-
to de un suelo arcilloso pues el espesor de la capa adsorbida depende también del tipo de ca-
tión adsorbido.
El reconocimiento directo de los minerales arcillosos se pueden hacer por medio del microsco-
pio electrónico, por difracción de rayos X y también por análisis térmico diferencial, método
este último basado en las reacciones químicas que se producen a determinadas temperaturas
características de cada mineral arcilloso cuando se calienta un suelo que contenga esos mate-
riales.

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3. Propiedades de los agregados


3.1. Estructura de los suelos
La forma en que están dispuestos los granos de un suelo, constituye la “estructura primaria” y
es el resultado de los proceso de meteorización que dieron origen al depósito.
Los procesos de transformación posteriores a la formación del depósito pueden producir dis-
continuidades que constituyen la “estructura secundaria”. Estas discontinuidades pueden ser
grietas por desecación, fisuraciones en arcillas duras por movimientos diferenciales y también
concreciones por acumulación de carbonatos o de óxidos.
Los tipos de estructuras primarias se muestran en las figuras que siguen y las describiremos a
continuación:

a) Estructura simple o granular: está constituida por granos


individualizables que se tocan entre sí dando estabilidad
al conjunto aunque no existan fuerzas de adherencia en
los contactos. El acomodamiento podrá ser suelto o
compacto, estando las propiedades del conjunto muy li-
gadas a la compacidad del mismo. Es una estructura
propia de los suelos de grano grueso.

b) Estructura floculenta: si la sedimentación de grano fino se produce en un medio elec-


trolítico, algunas partículas adsorben cationes (+) y quedan en condición de ser atraídas
por las cargas negativas de otras partículas. De esta forma por contactos entre cargas,
caras y bordes, o bordes contra bordes, se forman grupo de partículas o flóculos que al
sedimentar se juntan conformando una estructura muy abierta. La adición de nuevos
sedimentos o la acción de cargas externas produce la rotura estructural de los flóculos
reduciendo los espacios vacíos y originando asentamientos en la superficie.

Esquema de estructura floculenta

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c) Estructura dispersante u orientada: si las partículas finas sedimentan en un medio sin


electrolitos no se produce floculación ya que las partículas se repelen por tener cargas
eléctricas del mismo signo. Las partículas se depositan orientadas paralelamente debi-
do a sus formas achatadas. Los depósitos se presentan estratificados según tamaños
por la distinta velocidad de caída. Por su ordenamiento estructural presentan mayor
densificación que las estructuras floculentas, resultando por lo tanto poco compresi-
bles.

Estructura dispersa de un suelo

d) Estructura compuesta: cuando se produce la sedimentación simultánea de partículas fi-


nas y otras más gruesas, se forman estructuras con un esqueleto constituido por los
granos gruesos y con los flóculos de partículas finas actuando como nexos y rellenando
parcialmente los intersticios. Los flóculos de nexo entre partículas gruesas están alta-
mente comprimidas en los contactos con esos granos, confiriendo de esta forma la re-
sistencia al conjunto. El material que llena los vacíos del esqueleto se mantiene blando
y suelto pues soporta menores presiones. Si el conjunto se remueve, se destruye el es-
queleto resistente mezclándose con las partes no consolidadas haciéndose entonces
muy compresibles La destrucción de la estructura se puede producir, por ejemplo, por
el efecto de amasado que produce la hinca de un pilote, o el trabajo de una herramien-
ta de excavación.

Estructura compuesta propuesta por Casagrande, en formación a la izquierda y ya formada a la derecha

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3.2. Relaciones básicas de los agregados


Los suelos son sistemas de tres fases, esto comprende una fase sólida, una fase líquida y una
fase gaseosa. La fase sólida la constituyen las partículas minerales y la materia orgánica incor-
porada al asuelo; la fase líquida la constituye el agua libre, el agua adsorbida y eventualmente
otros líquidos; la fase gaseosa la constituyen principalmente el aire y, en algunos casos particu-
lares, otros gases originados por la actividad orgánica.
Por medio de relaciones entre la masa y el volumen de las fases componentes de una muestra
representativa podernos expresar cuantitativamente el estado de densificación y el contenido
de agua de los suelos. Para el planteo de estas relaciones en la figura que sigue se ha represen-
tado una muestra idealizada en la cual se han separado las tres fases. Si la sección de una
muestra es unitaria, la altura de cada fase se corresponde con el volumen de cada una de ellas
A los efectos prácticos y de notación, consideremos que la fase gaseosa está constituida ínte-
gramente por aire, y la líquida por agua. La suma del volumen de ambas fases constituye el
volumen de vacíos de la muestra.

Va Aire Wa

Vv
Vt Wt
Vw Agua Ww

Vs Sólidos Ws

g
Como se verá en la clase de “Relaciones Gravimétricas” con el esquema anterior y conociendo
algunos datos de la muestra, se pueden obtener parámetros característicos del suelo.

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4. Ensayos para la determinación de las relaciones básicas


Para la determinación de las relaciones básicas de los suelos es necesario conocer los pesos y
los volúmenes de las fases constituyentes.
Por medio de las balanzas se obtiene el peso total de las muestras (Wt) y luego de secar la
muestra en un horno, se obtiene el peso de los sólidos (Ws). El peso del agua (Ww) se obtiene
por la diferencia entre ambas pesadas.
Los volúmenes totales (Vt) y de los sólidos (Vs) se pueden determinar por medición geométri-
ca, por sumersión en un líquido o por reemplazo “in situ” del volumen de muestra extraída por
un volumen fácilmente determinable de otro material. El volumen de vacíos (Vv) y el volumen
de agua (Ww) se obtienen de fórmulas por deducción.
Con los pesos y volúmenes medidos se obtendrán por cálculo directo los pesos específicos y la
humedad, pudiéndose calcular otros parámetros por las relaciones gravimétricas conocidas.
A continuación se describen los procedimientos para efectuar las mediciones mencionadas,
que se combinan según el parámetro determinar, como así también algunos usuales y otros no
tan usuales en la geotecnia actual.

4.1. Determinación de la superficie específica de un suelo


La superficie específica Se es definida como la relación ente la superficie de una partícula Ap y
su masa m. Resulta una medida independiente y complementaria al análisis granulométrico. Su
valor determina el balance entre fuerzas capilares, eléctricas y gravimétricas actuantes sobre
las partículas.
Existen diferentes técnicas para la determinación de la superficie especifica en suelos, como
por ejemplo absorción de moléculas de una solución (método aconsejado en suelos expansi-
vos), absorción de moléculas en estado gaseoso, como por ejemplo nitrógeno, vapor de agua o
CO2; y otras técnicas basadas en propiedades termodinámicas, en difusividad de los patrones
de difracción de rayos X, o en propiedades eléctricas.
La técnica de absorción de azul de metileno corresponde al primer grupo. Es una técnica senci-
lla, económica y conveniente para cualquier laboratorio. Esta fundada en la adición de peque-
ñas dosis de disolución de azul de metileno a una suspensión de la muestra de ensayo, com-
probando la absorción de colorante por parte de la muestra y realizando una prueba de colora-
ción sobre papel de filtro.
El catión de Azul de Metileno, en adelante AM, tiene forma prismática de dimensiones 17 Å x
7,6 Å x 3,25 Å. La superficie máxima cubierta por un catión de AM es aproximadamente 130 Å2,
aunque puede ser menor dependiendo de la orientación del catión con respecto a la superficie
de la arcilla que lo absorbe. Los cationes de una solución acuosa de cloruro azul de metileno
(peso molecular 319,87 g/mol, Figura 3) son absorbidos por las cargas negativas de la superfi-
cie de las arcillas. La Se es computada con la cantidad del AM absorbido.
Para ejecutar el ensayo debemos preparar la solución acuosa de AM mezclando 1 gr. de polvo
seco de AM con 200 ml de agua destilada. Luego preparar una suspensión de suelo mezclando
10 gr. de suelo secado a horno con 30 ml de agua destilada. A continuación agregar la solución
de AM a la suspensión de suelo en incrementos de 0,5 ml y mezclar la suspensión durante 1
minuto para dar tiempo al catión AM de ser absorbido sobre la superficie mineral, reempla-
zando los cationes en la capa difusa.

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Posteriormente colocar una gota de la suspensión sobre papel de filtro, donde la gota se ab-
sorbe por capilaridad formando una marca circular.

La prueba de coloración puede dar como resultado


una mancha azul oscuro sobre el papel de filtro, ro-
deada de una aureola incolora. Si ello ocurre, entonces
se vuelven a añadir otros 5 ml de solución y se realiza
otra prueba, contando otro minuto de tiempo desde
dicha adición. Esto se repite tantas veces como sea
necesario hasta que aparezca sobre el papel de filtro
una aureola alrededor de la mancha con un tonalidad
azul más claro y un espesor de aproximadamente 1
milímetro. A partir de ese momento se hace referencia
al tiempo de la última adición de solución colorante
como tiempo cero. El ensayo se da por finalizado si la
aureola permanece durante 5 minutos, es decir, si en
el segundo, tercero, cuarto y quinto minuto desde la
última adición de solución colorante continúa apare-
Distintas pruebas de coloración
ciendo la aureola azul claro con un espesor de 1 mm
aproximadamente.
Para ello, en el minuto 2 se efectúa una segunda prueba de coloración, en el minuto 3 se
efectúa una tercera prueba, etc. Puede ocurrir que la aureola desaparezca al efectuar la se-
gunda, tercera o cuarta prueba de coloración (minutos 2, 3 ó 4). En ese caso, es necesario vol-
ver a adicionar otros 5 ml y volver a ejecutar la prueba de coloración.

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El ensayo se da por
finalizado si la prueba
de coloración mues-
tra una aureola de
color azul más claro
de aproximadamente
1 mm de espesor
durante los 5 minu-
tos posteriores a la
última adición de
solución colorante,
habiendo efectuado
su comprobación en
cada unidad de tiem-
po. Este “punto final”
indica exceso de AM
en el fluido, es decir,
saturación de la su-
perficie mineral.

Registrar el número N de incrementos o gotas de 0,5 ml de AM necesarios para alcanzar el


“punto final” y calcular la superficie específica mediante la expresión:

Donde:
Se = superficie específica total medida en m2/gr
NAv = es el número de Avogadro, 6,02 x 1023 moléculas/mol
AAM = es el área de la molécula de azul de metileno, 130 Å2

4.2. Análisis granulométrico de un suelo


Se denomina análisis granulométrico al proceso de separar un agregado en fracciones consti-
tuidas por partículas de tamaños comprendidos entre determinados límites.
Las fracciones de granos gruesos (gravas y arenas) pueden separarse haciendo pasar una
muestra de suelo por una serie normalizada de tamices de distinta abertura de malla, de ma-
nera tal que cada fracción estará constituida por partículas que habiendo pasado por uno de
los tamices quedan retenidas en el siguiente de menor abertura de malla.
Determinado el peso de cada fracción se expresa su participación en la muestra como un por-
centaje referido al peso total de esta última.

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La distribución de las partículas de tamaño mayor de 0,075 mm (fracción retenida sobre el ta-
miz Nº 200) se determina por tamizado, en tanto la distribución de las partículas de tamaño
menor a de 0,075 mm se determina por sedimentación.
La muestra se prepara dejándola sacar al aire y desmenuzando todos los terrones de grano fino
que pueda contener. Se prepara la muestra en dos fracciones por medio del tamiz Nº 10 (2
mm). La fracción retenida se lava sobre ese tamiz para liberarla de todo material fino que pue-
da haber quedado adherido a los granos gruesos.
La fracción retenida por el tamiz Nº 10 se analiza por tamizado, mientras que la fracción que
pasa el tamiz Nº 10 se ensayara primeramente por sedimentación y luego por tamizado entre
los tamices Nº 10 y Nº 200.
La cantidad de muestra a utilizar en el ensayo depende del tamaño máximo de las partículas.
Para la fracción retenida por el tamiz Nº 10 la cantidad será variable entre 0,50 kg y 5,00 kg.
Para analizar la fracción que pasa el tamiz nº 10 se emplean aproximadamente 100 grs. y si la
fracción es arenosa 50 grs. Distintas normas dan la cantidad de material a utilizar para el tami-
zado según el tamaño de las partículas que lo componen

4.2.1. Análisis por tamizado


Esta metodología se utiliza para obtener las fracciones correspondientes a los tamaños mayo-
res del suelo; generalmente se llega así hasta el tamaño correspondiente al tamiz Nº 200
(0,074 mm). La serie de tamices indicada por la norma ASTM D 422 se conforma de los siguien-
tes tamices, donde pueden prescindirse eventualmente de algunos tamices de acuerdo a las
características del suelo a analizar:

Tamiz Nº Abertura Tamiz Nº Abertura


(mm) (mm)
3´´ 75,000 Nº 40 0,425
2´´ 50,000 Nº 60 0,250
1 1/2´´ 37,500 Nº 140 0,106
1´´ 25,000 Nº 200 0,075
3/4´´ 19,000 Nº 8 2,360
3/8´´ 9,500 Nº 16 1,180
Nº 4 4,750 Nº 30 0,600
Nº 10 2,000 Nº 50 0,300
Nº 20 0,850 Nº 100 0,150

La muestra de suelo se hace pasar sucesivamente a través de un juego de tamices de aberturas


descendentes hasta el tamiz Nº 200; los retenidos en cada tamiz se pesan y el porcentaje que
representan respecto al peso de la muestra total, se suman a los porcentajes retenidos en to-
das las mallas de mayor tamaño. El complemento a 100% de esa cantidad da el porcentaje de
suelo que es menor que el tamaño representado por ese tamiz en cuestión. Así puede tenerse
un punto de la curva acumulada correspondiente a cada abertura.
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Para aberturas pequeñas de mallas se suele recurrir al tamizado por vía húmeda (Norma de
Vialidad Nación VN-E1-65), el cual utiliza agua para facilitar el tamizado de las partículas.

Dicho procedimiento consiste en tomar una muestra representativa del suelo a analizar, secar-
la a estufa a 105º C – 110º C y volver a pesarla para obtener el peso seco inicial de la muestra.
Luego se coloca la muestra en un recipiente, el cual se cubre con la cantidad de agua necesaria
para cubrir toda la muestra y se la deja en reposo por 24 hs. Posteriormente se vierte el conte-
nido del recipiente sobre un tamiz Nº 200 (0,074 mm) y se lo lava cuidadosamente con un cho-
rro de agua no muy fuerte hasta que se compruebe que el agua que se escurre del tamiz sale
limpia. El material así obtenido se lo recoge en una capsula y se lo seca en horno hasta obtener
peso constante. A continuación se lo pasa por los tamices Nº 10 (2,000 mm), Nº 40 (0,425 mm)
y Nº 100 (0,150 mm), y se obtienen las fracciones retenidas para cada tamiz.

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La cantidad de material que pasa por cada tamiz se obtiene restando al peso seco inicial de la
muestra, lo retenido por los tamices anteriores, o sea, restando sucesivamente lo retenido por
el tamiz anterior.

4.2.2. Análisis por sedimentación (Hidrometría)


Los tamaños menores de 0,074 mm requieren una investigación fundada en otros principios,
para ello analizaremos el método del hidrómetro. La ley fundamental de que se hace uso en el
procedimiento es debida a Stokes y proporciona una relación entre la velocidad de sedimenta-
ción de las partículas del suelo en un fluido y el tamaño de esas partículas. Stokes obtuvo una
relación aplicable a una esfera que cae en un fluido homogéneo de extensión infinita. Aún con
esa limitación importante (pues las partículas reales de suelo se apartan de la forma esférica),
es aplicable a análisis de suelos. Aplicando esta ley se obtiene el diámetro equivalente de la
partícula, que es el diámetro de una esfera del mismo peso específico que el suelo que sedi-
menta con la misma velocidad que la partícula real. Este diámetro es aproximadamente igual al
diámetro medio real de las partículas; pero en partículas laminares, el diámetro real puede ser
hasta el cuádruple del equivalente, recordemos que las arcillas poseen una forma laminar pre-
dominante en sus partículas.
La ley de Stokes se expresa de la siguiente forma:

Donde:
V = velocidad de caída de la esfera
D = diámetro de la esfera
gs = peso específico de la esfera
gw = peso específico del líquido
n = coeficiente de viscosidad del líquido

Dispersando la muestra de suelo en agua y dejándola sedimentar, se puede determinar la can-


tidad de partículas de tamaños menores que ciertos diámetros midiendo la concentración de
partículas hasta una profundidad Z en un tiempo T y aplicando las siguientes relaciones:

Donde:

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Cada determinación de la concentración a la profundidad Z a distintos tiempos T, nos permitirá


obtener un punto de la curva granulométrica.
Para aplicar las expresiones anteriores es necesario determinar la concentración de partículas a
una profundidad Z en distintos tiempos T. Cuando se inicia la sedimentación de las partículas,
se asume que la distribución de las mismas es uniforme en todo el volumen de la suspensión,
de esta forma será:

Donde:
Ws = peso de las partículas sólidas
V = volumen total de la suspensión

El peso inicial de la suspensión puede ser deducido a partir de los datos conocidos y utilizando
las siguientes expresiones:

Volumen de sólidos:

Volumen de agua:

Peso del Agua:

Peso especifico inicial:

En un tiempo T a la profundidad Z el peso específico de la suspensión será:

Despejando de esta expresión el peso de las partículas de tamaño menor que D, podemos re-
emplazar en la ecuación (2) este valor:

Reemplazando en (2) tenemos:

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De acuerdo a esta expresión, determinando el peso específico de la suspensión a a profundi-


dad Z a distintos tiempos t, obtendremos los valores de P correspondientes a los diámetros
dados por la expresión (1) que se reproduce a continuación:

Expresión que se simplifica de la siguiente manera:

Las normas de ensayo presentan tablas con valores de K para distintas temperaturas y pesos
específicos de los sólidos.
Los pesos específicos de la suspensión agua-
suelo a la profundidad Z pueden ser determi-
nados utilizando un “hidrómetro” (“densíme-
tro”). Estos instrumentos, que se utilizan para
medir la densidad de los líquidos, constan de
un cuerpo hueco de vidrio con la parte inferior
ensanchada (bulbo) y una parte superior delga- Escala
da (vástago) donde se encuentra la escala cali- graduada
brada de medición. En la figura que sigue se
muestra un hidrómetro del tipo de lo utilizados
para análisis sedimentométricos. La medición
con ellos consiste en introducirlos en el líquido
dejándolo flotar y leyendo en la escala del
vástago la densidad en correspondencia con la
superficie del líquido.
El bulbo tiene en su extremo inferior un balas-
tro para mantener el hidrómetro vertical. Los
Balastro
hidrómetros que se utilizan están normalizados
y son el ASTM 151 H que da la densidad del
líquido y el ASTM 152 H que esta calibrado para
dar directamente la cantidad de suelo en sus-
pensión en gramos por litro de suspensión
(gr/dm3). Hidrómetros

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El hidrómetro determina el peso específico de la suspensión agua-suelo en el centro del bulbo.


Todas las partículas de mayor tamaño que aquellas que se encuentren en suspensión en la zo-
na entre el centro de volumen del bulbo y la superficie del agua habrán caído por debajo de la
profundidad del centro del volumen y esto hace decrecer permanentemente el peso específico
de la suspensión en el centro de volumen del hidrómetro. Además, es obvio que como el
hidrómetro tiene un peso constante a medida que disminuye el peso especifico de la suspen-
sión, el hidrómetro se hundirá mas dentro de la suspensión (aumentando así la distancia al
borde del agua).
La lectura R que da el hidrómetro es la correspondiente a la profundidad a la que se sitúa el
centro de gravedad de la parte sumergida del mismo. Los valores de Zr de esa profundidad,
para cada lectura R, se podrán determinar por calibración. Antes de colocar la suspensión en la
probeta de sedimentación, la muestra debe ser enérgicamente dispersada. Para evitar la flocu-
lación de las partículas durante la sedimentación, se agrega al agua un compuesto desfloculan-
te o dispersante. El de mayor uso es el hexametafosfato de sodio.
Además, a las lecturas del hidrómetro se le deben efectuar una serie de correcciones propias
del ensayo, a saber:
a) Corrección por inmersión
Al colocar el hidrómetro se produce una elevación del nivel de la suspensión en la pro-
beta de sedimentación como se ve en la figura que sigue. La lectura R correspondiente
a una profundidad Zr, con el hidrómetro sumergido, corresponde a una profundidad
menor Z´r que será el valor real o corregido utilizado en los cálculos de D. Este valor de-
pende del tipo de hidrómetro y de la sección de la probeta de sedimentación. Para
hidrómetros y probetas normalizadas se dan, por calibración, las profundidades efecti-
vas para cada lectura, lo cual facilita la obtención de la lectura real del hidrómetro.

Elevación del
nivel del agua

Se puede apreciar en la figura de la derecha la elevación del nivel al colocar el hidrómetro

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b) Corrección compuesta
Se determina experimentalmente una única corrección compuesta que engloba las si-
guientes correcciones:
- Dispersante, las fórmulas para determinarla cantidad de suelo en dispersión están
basadas en el uso de agua pura. El dispersante incrementa en forma notoria la den-
sidad relativa de la solución resultante respecto de la del agua pura.
- Temperatura, los hidrómetros para suelos se calibran para 20º C, por lo tanto debe
introducirse una corrección para lecturas efectuadas a otras temperaturas.
- Menisco, los hidrómetros se gradúan para leer en el borde inferior del menisco que
forma el líquido del vástago. Dada la imposibilidad de poder efectuar las lecturas en
una suspensión se suelo en la base del menisco, se la realiza en el borde superior
aplicando luego la corrección correspondiente.
Para estos últimos tres casos mencionados se determina una única corrección prepa-
rando en la probeta de sedimentación un volumen de agua igual al de la suspensión
(1000 cm3) con dispersante en la misma proporción empleada para el ensayo. Se coloca
la probeta en un baño de temperatura constante y se coloca el hidrómetro haciendo la
lectura en la parte inferior del menisco formado sobre el vástago. Para el hidrómetro
graduado en densidades relativas (ASTM 151 H), la corrección compuesta es la diferen-
cia entre la lectura efectuada y el valor 1 correspondiente a la densidad del agua desti-
lada a la temperatura de calibración. Para el hidrómetro graduado en grs/dm3 de sus-
pensión (ASTM 152 H), la corrección compuesta es la diferencia entre la lectura hecha y
cero (0).

c) Corrección por diferente peso específico


Los hidrómetros graduados en grs/dm3 están calibrados para un peso específico relati-
vo de las partículas de suelo de 2,65 grs/dm3 por lo que se debe aplicar una corrección
(a) para otros valores. Para estos hidrómetros P será:

Donde:
Cc = corrección compuesta
a = Corrección por peso especifico
Para la ejecución del ensayo de hidrometría es necesario contar con una cierta cantidad de
material pasante del tamiz Nº 10. Cuando el suelo sea en su mayor parte arcilloso se puede
tomar una muestra de 50 grs, mientras que si el material es de características arenosas la
muestra deberá ser de 100 grs aproximadamente.
Se coloca la muestra en un recipiente con 125 ml de solución de hexametafosfato (40 grs/lt) y
se la agita hasta que la muestra esté completamente húmeda, para luego dejarla en reposo 1
hora (la norma ASTM sugiere 16 horas para suelos arcillosos pero esto generalmente es inne-
cesario).

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Colocar la mezcla en un agitador y agregar agua destilada hasta llenar 2/3 de la capacidad el
vaso. Mezclarlo por espacio de 1 minuto si se emplearon entre 10 y 16 horas en la preparación
de la muestra, o de lo contrario entre 3 y 5 minutos. Posteriormente llevar todo al cilindro de
sedimentación donde se agregara agua destilada hasta alcanza un volumen total de 1000 ml.
colocar el tapón correspondiente al cilindro de sedimentación y agitarlo cuidadosamente cerca
de 1 minuto.
Ahora si estamos en condiciones de tomar lecturas introduciendo el hidrómetro en la suspen-
sión, debemos colocarlo aproximadamente unas 20 segundos antes de la toma de la lectura asi
se estabiliza y podemos tomar la lectura sin errores. La norma ASTM sugiere tomar lecturas
cada 2,50, 15, 30, 60, 250 y 1140 minutos. Luego de cada lectura retiramos el hidrómetro de la
suspensión y tomamos la temperatura de la suspensión. Los intervalos sugeridos para tomar
lecturas después de 2 horas de comenzado el ensayo son solo aproximados, ya que en realidad
cualquier cualquier tiempo sería adecuado siempre y cuando sea tomado con suficiente espa-
ciamiento.

4.2.3. Representación del análisis granulométrico


Los resultados del análisis granulométrico de los suelos se presentan usualmente por medio de
una curva de distribución granulométrica que se construye llevando en abscisas los diámetros
de las partículas en mm (abertura de la malla del tamiz correspondiente) y en ordenadas los
porcentajes, en peso de las fracciones en forma acumulativa. Cada punto ubicado para el tra-
zado de la curva representa en ordenadas el porcentaje P en peso de las partículas de tamaño
menor (% que pasa) que el indicado por la abscisa. La forma más conveniente de representa-
ción es emplear una escala natural para las ordenadas y una escala logarítmica para las absci-
sas tal como se puede ver en la figura:

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Utilizando una escala natural para los tamaños de las partículas (aberturas de tamiz), las frac-
ciones finas se representan en un espacio muy pequeño, quedando muy exagerada la impor-
tancia relativa de las fracciones gruesas. Por otra parte, la ventaja más importante de la repre-
sentación semi-logarítmica es que las curvas granulométricas de suelos de igual uniformidad en
la distribución de tamaños de granos tienen formas idénticas, cualquiera sea el tamaño medio
de las partículas.
La forma de la curva es indicadora la composición granulométrica un suelo. Los suelos con gra-
nos de tamaño uniforme quedan representados por curvas casi verticales, en cambio los suelos
con partículas de diversos tamaños (bien graduados) presentan curvas en forma de S muy ex-
tendida abarcando un amplío intervalo en la escala logarítmica de las abscisas.
En la figura que sigue se han representado varías curvas típicas:
(a) Suelo de grano grueso (grava y arena)
(b) Suelo bien graduado con una amplia variedad de tamaños de partícula
(c) Suelo de grano grueso con una reducida variedad de tamaños de partícula
(d) Suelo con falta de graduación, no contiene un cierto rango de tamaños de partícula
(e) Suelo compuesto de partículas finas (limo y arcilla).

100 e

90 c
Porcentaje que pasa (%)

80 d
a
70

60

50

40 b

30

20

10

75 10 1 0.1 0.075

Tamaño de la partícula
(mm)
Las características granulométricas de los suelos pueden expresarse y compararse por medio
de algunos valores numéricos deducidos de las curvas de distribución. Los más utilizados son
los preconizados por A. Hazen (1892) que realizando ensayos con arenas para filtros de agua,
encontró que la permeabilidad de dichas arenas dependía fuertemente del tamaño de partícu-
la correspondiente al 10% de la curva granulométrica, D10 al que denomino “diámetro efecti-
vo”.

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La nomenclatura D10 significa que el 10% en peso de las partículas tienen diámetros menores
que ese valor y el 90% son más gruesas.
También Hazen definió un coeficiente de uniformidad dado por la siguiente relación:

Donde D60 tiene el mismo significado que el indicado para D10 siendo este caso el tamaño de la
partícula corresponde al 60% “que pasa” de la curva granulométrica.
Obsérvese que paradójicamente cuanto más uniforme es el suelo, menor es el coeficiente de
uniformidad. Por ejemplo, un Cu = 2 corresponde a un suelo muy uniforme como puede ser
una arena de playa, mientras que un Cu = 10 se corresponde con una granulometría extendida
como la de la curva (b) de la figura anterior.
Es posible que un suelo con una granulometría compuesta como la curva (d) de la figura ante-
rior, tenga un Cu grande indicativo de un suelo bien graduado, cuando en realidad se trata de
un suelo compuesto de dos fracciones muy uniformes. Para estos casos es útil el uso del “co-
eficiente de curvatura” definido de la siguiente manera:

Una grava o una arena estarán bien graduadas si Cc toma valores entre 1 y 3.
La forma de las curvas granulométricas puede dar indicios del origen geológico de un suelo. Por
ejemplo, los suelos residuales de formación reciente pueden tener curvas similares a la curva
(a) de la figura anterior. Al avanzar la descomposición, el tamaño medio de los elementos dis-
minuye y la curva se hace más suave, como la curva (b). Los suelos de origen eólico presentan
curvas extendidas que pueden mostrar cierta predominancia de las fracciones gruesas o finas,
como es el caso respectivo de la curva (e). Los depósitos fluviales pueden presentar valores de
Cu grandes con coeficientes de curvatura Cc fuera de los limites que indican una buena gra-
duación (figura (d)). Esto puede significar que la muestra es una mezcla de partículas de dos
capas de granulometría diferente producto de las variaciones de la velocidad del agua al ir
formándose el depósito. Cada capa tendrá un Cu mucho más pequeño y por lo tanto será pre-
ciso identificar cada una de ellas para evitar estimaciones erróneas del comportamiento del
conjunto. Sólo en el caso en el que se prevea excavar el suelo para usarlo mezclado como ma-
terial de construcción será válida la representatividad de la curva compuesta

4.3. Humedad y grado de saturación de un suelo


La humedad de un suelo representa en forma porcentual, la cantidad de agua que tiene una
masa de suelos comparada con el peso seco de la misma.
Para determinar el contenido de agua de una masa de suelos, se toma una muestra represen-
tativa del mismo, se la coloca en un recipiente con tapa hermética denominado “pesafiltro”, se
lo pesa, se retira la tapa y se coloca en el interior de un horno que mantenga la temperatura
constante entre los 105 °C y los 110 °C, durante un lapso de 12 a 18 horas, o hasta que se ob-

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tenga un peso seco constante, esto es que al pesarlo y volver a colocarlo por un período de-
terminado de tiempo en el horno, se obtenga el mismo peso seco.

Muestras de suelo antes del secado

Muestras de suelo post secado

Transcurrido el tiempo indicado para el secado, se retira del horno el recipiente con la muestra
y luego de dejarlo enfriar se pesa para determinar el peso seco de la muestra.
Por aplicación de la siguiente expresión se obtiene la humedad de la muestra:

Donde:
Wh = Peso de la muestra húmeda
Ws = Peso de la muestra seca

Existen situaciones donde no se dispone del tiempo necesario para secar la muestra en el hor-
no, ejemplos de esto se pueden ver en los controles de compactación realizados en obras via-
les. En estos casos el secado de la muestra se puede realizar colocando el pesafiltro sobre una
cama de arena, y esta misma colocarla sobre un mechero para que pierda humedad. El motivo

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de utilizar una cama de arena es evitar que la muestra se queme. Una vez obtenido un peso
seco constante se retira la muestra y se calcula la humedad

Cama de arena con mechero a gas

Se dice que un suelo esta “saturado” cuando todos sus vacíos están llenos de agua. Si parte de
sus vacíos contienen aire y el resto agua, se desdigan como “parcialmente saturado”, y si sus
vacios contienen solo aire, el suelo esta “seco”.
Las condiciones de saturación se cuantifican por medio de la siguiente relación:

Por debajo del nivel freático los suelos se encuentran saturados, excepto casos de ascensos
rápidos que dejan ocluido algo de aire en los vacíos. Arriba del nivel freático el contenido de
agua de los suelos se debe a la humedad higroscópica de las partículas y a las retenciones por
capilaridad, lo que significa que el grado de saturación en este caso depende del tamaño de los
granos y de la compacidad del agregado.
Las arenas gruesas sobre el nivel freático se encuentran en general ligeramente húmedas. Las
arenas pueden estar desde muy húmedas a saturadas. Las arcillas debido a su gran capacidad
de retención de agua y al hecho de que la mayor parte de los depósitos se han formado por
sedimentación de las partículas en agua, pueden llegar a estar completamente saturadas salvo
la capa superficial sujeta a la evaporación.
El grado de saturación de las arenas se puede expresar por medio de términos relacionados de
la siguiente manera:

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Condición de la arena Grado de Saturación Sr (%)


Seca 0
Ligeramente húmeda 1 a 25
Húmeda 26 a 50
Muy húmeda 51 a 75
Mojada 76 a 99
Saturada 100

Estos términos se deben aplicar sólo a arenas o a suelos arenosos, pues una arcilla desecada
puede mantener interiormente un grado de saturación muy elevado y sin embargo presentarse
tan dura que lleve a clasificarla como "seca".
El procedimiento normalizado para el cálculo de la humedad de una muestra se suelo puede
encontrarse en las normas IRAM 10519 y ASTM D 2216.

4.4. Contenido de materia orgánica


La composición del suelo está constituida por dos componentes, los orgánicos y los inorgáni-
cos. A su vez, la parte orgánica está formada por los residuos de vegetales y animales que se
encuentran en diferentes grados de descomposición, lo que es causado por la presencia de
microorganismos. Para determinar el contenido de materia orgánica de un suelo es necesario
conocer el contenido de ceniza de una muestra luego que esta es calcinada en un horno o en
un mechero. El contenido de ceniza de una muestra esta expresado en porcentaje del peso de
la muestra de suelo seco utilizada para el ensayo.
Para ejecutar el ensayo debemos disponer de una muestra seca a horno del suelo a estudiar y
colocarla en un recipiente de porcelana que tolera las temperaturas a las cuales será sometido
durante el ensayo. Se pesa el pesafiltro y el pesafiltro junto a la muestra de suelo, con lo que
obtenemos el peso de la muestra seca, se coloca el recipiente en el horno y gradualmente se
eleva la temperatura del horno hasta llevarlo a 450º C, donde se lo deja hasta que la muestra
este totalmente calcinada, esto quiere decir que luego de dos periodos consecutivos de secado
en el horno, la muestra no varía su peso. Una vez logrado lo anterior, se retira la muestra se la
deja enfriar colocándola en un desecador o en su defecto evitando que recupere humedad, y
una vez fría se pesa, con lo que obtenemos el peso de la muestra calcinada.

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Proceso de calcinación de la muestra

Muestra calcinada lista para ser pesada

Calculamos el contenido de ceniza como:

A continuación podemos calcular el porcentaje de materia orgánica como:

Este ensayo se encuentra descripto en las normas ASTM D 2974.

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4.5. Limites de Atterberg


Cuando un suelo arcilloso se mezcla con una cantidad excesiva de agua, este puede fluir como
un semilíquido. Si el suelo se seca en forma gradual, se comportará como un material plástico,
semisólido o solido, dependiendo del contenido de agua. Dicho esto, se define como limite
líquido (LL) al porcentaje de contenido de agua (humedad) con el que el suelo cambia de un
estado líquido a un estado plástico. Igualmente, se definen como limite plástico (LP) y limite de
contracción (LC) a los contenidos de agua (humedades respectivas), en porciento, con el que el
suelo cambia de un estado plástico a uno semisólido, y de uno semisólido a uno solido, respec-
tivamente. Estos tres parámetros de denominan límites de Atterberg en honor al científico
sueco que los introdujo en 1911. La diferencia entre el límite líquido y el límite plástico nos
define el índice de plasticidad de un suelo.

Agua

Suelo

Ws Wc Wp WL
Ip

Limite líquido WL
Límites de
Atterberg Limite plástico Wp

Índice de plasticidad IP

Atterberg hizo ver que, en primer lugar, la plasticidad de un suelo no es una propiedad de to-
dos los suelos; los suelos gruesos no la exhiben en ninguna circunstancia. En segundo lugar,
hizo ver que en los suelos finos no es una propiedad permanente, sino que depende del conte-
nido de agua con el que se analice la muestra.

4.5.1. Limite Líquido


Como definimos anteriormente, el límite liquido de un suelos se define como el contenido de
humedad, expresado en por ciento del peso del suelo seco, existente en un suelo en el límite
entre el estado plástico y el estado líquido del mismo. Este límite se define arbitrariamente
como el contenido de humedad necesario para que dos mitades de una muestra de suelo de 1
cm de espesor fluya y se unan en un longitud de 12 mm (1/2 pulgada), en el fondo de la mues-
ca que separa las dos mitades, cuando la capsula de Casagrande que las contiene golpea 25
veces desde una altura de 1 cm a la velocidad de 2 golpes por segundo. Un contenido de agua
menor haría que la ranura se cerrara con más golpes y el suelo se consideraría, por lo menos,
en estado plástico.
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El ensayo se realiza con una muestra de suelos que pasa por el tamiz Nº 40 (0.425 mm). No
debe utilizarse para el ensayo material secado previamente en horno pues en muchos suelos
los valores del límite líquido difieren considerablemente respecto de los que se obtienen de las
muestras sin secado previo. El secado en horno puede alterar la composición del suelo, aspecto
que debe tenerse en cuenta ya que los valores que se obtienen son utilizados para correlacio-
nar o estimar el comportamiento del suelo en su estado natural.

Muestra de suelo seca antes de tamizar. Muestra de suelo, tamizada por el T Nº 40.

La muestra se amasa agregando agua destilada hasta obtener una masa plástica exenta de
grumos. Una porción de la misma se coloca con una espátula en la capsula del aparato con un
espesor en el centro de 10 mm.

Cascador
Cápsula

Acanalador
Pesafiltro
Espátula

Instrumental para ejecutar limite líquido Calibración de la caída de la cápsula

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Muestra colocada en la cazuela


lista para ser ensayada

Con el acanalador se practica un surco separándola muestra en dos porciones y luego se gira la
manivela y se cuentan los números de golpes, hasta que el surco se cierre por fluencia del ma-
terial y no por deslizamiento sobre la superficie de la misma. Se toma una muestra de la zona
donde el surco se ha cerrado y se determina su humedad. Se repite la operación incrementan-
do el contenido de agua en cada caso y reduciendo el número de golpes.

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Efectuadas 3 determinaciones cu-


yos resultados deben estar com-
prendidos entre 10 y 40 golpes, se
representa en una grafica semi lo-
garítmica, en la cual la humedad se
ubica en escala natural en el eje de
ordenadas (Y) y el numero de gol-
pes en el eje de abscisas (X) en es-
cala logarítmica.
La humedad correspondiente al
punto donde la recta intersecta con
la ordenada de 25 golpes, es el va-
lor que se designa como limite li-
quido (LL), tomándose el número
entero más próximo.

Es práctica común emplear también el procedimiento denominado “de un solo punto” efec-
tuando una única prueba que requiera un número de golpes entre 20 y 30, realizando dos in-
tentos sin variar el contenido de humedad de la muestra para tener la seguridad de la calidad
de la prueba.
El límite líquido se calcula en este caso empleando la expresión:

Donde:
LL = Límite liquido
N = Número de golpes de la prueba
Wn = Humedad de la muestra para el número de golpes N
Esta expresión se basa en que si las determinaciones de humedad de la muestra Wn y numero
de golpes del ensayo N se representan en doble escala logarítmica, los puntos se alinean según
una recta con una pendiente aproximada de valor 0,12. Esta correlación no es válida para sue-
los con contenido de materia orgánica y para suelos de ambiente marino que contienen sales
solubles, ya que en ambos casos los valores del límite líquido están fuertemente afectados por
la presencia de elementos adicionales.
También se puede utilizar la fórmula propuesta por las normas de Vialidad Nacional, para cal-
cular el límite liquido con el procedimiento de un punto:

Donde:
LL = Límite liquido
H = Humedad de la muestra para el número de golpes N
N = Número de golpes de la prueba

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Para mayor comodidad se transcriben los valores del denominador de la expresión anterior,
para valores de N comprendidos entre 20 y 30:

N 1,419 – 0,30 . log N N 1,419 – 0,30 . log N


20 1,029 26 0,995
21 1,023 27 0,990
22 1,017 28 0,985
23 1,011 29 0,980
24 1,005 30 0,976
25 1,000

Si al realizar varias pruebas con distintas humedades, las dos porciones de la muestra se unen
siempre por deslizamiento sobre la superficie de la capsula, o si el numero de golpes necesa-
rios para cerrar el surco es siempre menor de 25, se identifica al suelos como “no plástico”, no
siendo necesarios en este ejecutar el ensayo de límite plástico.
Los procedimientos normalizados para ejecutar el ensayo del límite líquido pueden hallarse en
las normas IRAM 10501, ASTM D 4318 y, entre otros, en las normas de Vialidad Nacional VN-
E2-65.

4.5.2. Límite Plástico


Según lo que se definió anteriormente, el límite plástico es el contenido de humedad existente
en un suelo, entre el estado plástico y el estado sólido del mismo. Este límite se define arbitra-
riamente como el más bajo contenido de humedad con el cual el suelo, al ser moldeado en
barritas cilíndricas de menor diámetro cada vez, comienza a fisurarse cuando las barritas alcan-
zan a tener 3 mm de diámetro.
Para ello se toma una porción del
mismo material preparado para el
ensayo del límite líquido y se la
amasa agregando agua hasta ob-
tener una masa plástica y sin gru-
mos.
Con una pequeña porción de la
muestra amasada se forman pe-
queños cilindros de diámetro uni-
forma haciéndolos rodar con la
palma de la mano o con los dedos,
sobre una superficie lisa no absor-
bente (vidrio, mármol, etc.).

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El diámetro se va reduciendo lenta-


mente con el rodamiento hasta llegar
a 3 mm aproximadamente. Si al llegar
a este diámetro no aparecen fisuras
en los cilindros, se juntan los trozos y
se los amasa nuevamente. La opera-
ción se repite hasta que los cilindros
presenten resquebrajamiento en el
momento en que se llegue a los 3 mm
de diámetro.

La humedad que tiene la muestra en ese momento es la correspondiente al “límite plástico”.


Se efectúan varias operaciones bajo la condición establecida, hasta reunir en un pesafiltro unos
10 grs. de cilindros para determinar la humedad de la muestra contenida en el mismo. Si los
valores de las humedades no difieren en más de un 2% se promedian y ese valor se asigna al
“limite plástico”, de lo contrario se repite todo el ensayo.
Los procedimientos normalizados de este ensayo se pueden consultar en las normas IRAM
10502, ASTM D 4318 y en las normas de Vialidad Nacional VN-E3-65.

4.5.3. Índice de Plasticidad


El índice de plasticidad de un suelo es la diferencia numérica entre los valores del límite líquido
y del límite plástico de un mismo suelo

El valor anterior mide de un modo muy claro el intervalo plástico de un suelo, naturalmente
que para situar a este dentro de la escala general de humedades de un suelo, hace falto otro
valor, sea el límite liquido o el limite plástico. Por eso suele decirse que para definir la plastici-
dad de un suelo hacen falta dos parámetros.

4.5.4. Límite contracción


Se puede definir al límite de contracción como el contenido de agua abajo del cual el volumen
de suelo ya no disminuye cuando este se seca. El límite se manifiesta visualmente por un carac-
terístico cambio de color de un tono más oscuro a uno más claro, producido por una retracción
de los meniscos del agua hacia el interior de la muestra. En realidad, de todos los límites en uso
este es el único que está ligado a un hecho físico significativo y no es puramente convencional.
Representa dentro del secado gradual de una muestra de suelo, el momento en que la tensión

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capilar alcanza el valor máximo, de manera que cualquier evaporación produce la retracción
del agua hacia el interior del suelo.
El método para determinar el límite contracción se basa en conocer el volumen de vacios de
una muestra totalmente desecada ya que si los mismos estuvieran llenos de agua, la humedad
correspondiente sería el límite de contracción.
El ensayo consiste en amasar una muestra de suelo que pase el tamiz Nº 40 con una humedad
cercana la limite liquido, llenar una pequeña capsula y colocarla en el horno hasta lograr la de-
secación total. Luego de este proceso la muestra se habrá contraído como se muestra en las
imágenes.

Capsulas utilizadas para la determinación del


límite de contracción.

Muestras de suelo con la humedad del límite


liquido listas para el proceso de secado.

Muestras de suelos post secado donde se puede


apreciar la reducción del volumen de la pastilla.

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Se pesa la muestra seca y se determina su volumen sumergiéndola en mercurio, con el mismo


procedimiento indicado para conocer el peso especifico de un suelo. Conociendo el peso es-
pecífico de las partículas sólidas, se calcula el límite contracción de la siguiente manera:

Donde:
LC = Límite de contracción
H (%) = Humedad de la muestra antes del secado en horno
V = Volumen de la capsula donde se seca la muestra de suelo
Vs = Volumen de la muestra de suelo seco, obtenida con el método del mercurio
Ps = Peso de la muestra de suelo seco

4.5.5. Carta de plasticidad


Para fines de clasificación, los materiales que constituyen la corteza terrestre se agrupan en 3
divisiones: “suelos”, “fragmentos de roca” y “rocas”. El termino suelo se aplica a todas aquellas
partículas menores de 7,60 mm (3”), el termino fragmentos de roca se aplica a los fragmentos
mayores a 7,60 mm (3”) que no forman parte de una formación masiva y el termino roca se
aplica a las formaciones de roca más o menos continuas o masivas.
La base del Sistema Unificado de Clasificación de Suelos es la llamada Carta de Plasticidad re-
sultado de una investigación realizada por A. Casagrande. En esta investigación se vio que se
sitúan los suelos en un sistema de coordenadas que tenga como Limite Liquido el eje de las
abscisas y al Índice Plástico en el eje de las ordenadas, su agrupamiento no ocurre al azar sino
que se agrupan de manera que cada zona de la carta se sitúan suelos con características de
plasticidad y propiedades mecánicas e hidráulicas cualitativamente definidas; del mismo modo
que los suelos vecinos tienen propiedades similares, los más alejados las tienen diferentes. Con
base en esta observación, Casagrande pudo establecer en la gráfica líneas que separan a los
materiales finos en diferentes grupos con propiedades afines.
La carta está dividida en cuatro grandes sectores y un pequeño sector sombreado, identifica-
dos con las letras que tienen el siguiente significado:

C = arcilla (del inglés “clay”)


M = limo (del sueco “mo” y “mjala”)
O = orgánico
L = bajo (del inglés “low”)
H = alto (del inglés “high”)

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60
LIMITE PLÁSTICO

50 CH

40
Línea A IP = 0.73(WL-20)
30
CL
20
MH OH
10 CL-ML
7
4 ML OL
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
LIMITE LÍQUIDO 00

La línea A separa las arcillas (C) de los limos (M) y la recta correspondiente a WL-50 separa a los
suelos de bajo limite liquido (L) con los de alto limite liquido (H). La conjunción de las letras
empleadas identifica a los suelos de la siguiente manera:
CL = arcillas de baja plasticidad o baja compresibilidad
CH = arcillas de alta plasticidad o alta compresibilidad
ML = limos de baja plasticidad o baja compresibilidad
MH = limos de alta plasticidad o alta compresibilidad
En la zona sombreada se ubican los suelos arcillosos y limosos de bajo límite líquido, los cuales
se identifican con la doble nomenclatura CL-ML.
Los suelos con materia orgánica en forma coloidal (OL y OH) se ubican normalmente en los
sectores de los limos inorgánicos (ML y MH).
Para identificar un suelo orgánico, cuando se tenga dudas al respecto, se recurre al doble ensa-
yo de límite líquido. Una de las determinaciones de WL se realiza con la muestra preparada con
su humedad natura y la otra determinación con otra muestra secada previamente en el horno.
El secado con horno produce cambios en los componentes orgánicos que dan como resultado
la disminución del límite líquido. Si el límite líquido disminuye más un 25% respecto del obteni-
do en la prueba con la muestra no secada en horno, el suelo se identifica como “orgánico”.

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4.6. Peso específico de las partículas de un suelo


En geotecnia se define el peso específico como el peso por unidad de volumen, mientras que la
densidad de un suelo se toma como la relación entre la masa y la unidad de volumen. Se utiliza
con mayor asiduidad el peso especifico a pesar de que este parámetro se suele calcular usando
los valores que dan las balanzas, aunque la mayoría de estas lo que verdaderamente dan es la
masa del cuerpo, pues al comparar dos pesos en forma directa o por calibración previa, el re-
sultado es independiente de la aceleración de la gravedad.
Cabe destacar también que en geotecnia es habitual usar el término “densidad” como sinóni-
mo de compacidad (denso = compacto), o se como expresión cualitativa.
Dicho esto, podemos definir el peso específico de las partículas solidas de un suelo como el
peso unitario de los componentes sólidos:

Como valores medios de referencia se pueden tomar:


Arenas:
Arcillas:

Para la determinación del peso específico de las partículas, se utilizan distintos procedimientos
según el tamaño de las partículas. Si el suelo contiene partículas de diversos tamaños se prepa-
ra la muestra en dos fracciones por medio del tamiz Nº 4 (4,75 mm) ensayándose cada fracción
de acuerdo al método más indicado.
El valor del peso específico a asignar al suelo será en este caso el promedio pesado de los dos
valores obtenidos calculados de la siguiente manera:

Donde:

Los valores de se refieren normalmente a la densidad del agua a 20°C por lo cual al valor
obtenido a una temperatura X °C se lo debe corregir de la siguiente manera:

Antes de continuar con los distintos métodos para obtener la densidad de las partículas de un
suelo repasemos brevemente algunas condiciones de humedad de las partículas de un suelo.

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Los suelos gruesos presentan poros internos en sus granos, que se denominan como “abiertos”
cuando son accesibles al agua humedad exterior, sin requisito de presión. Diferenciándose de
la porosidad cerrada, en el interior del agregado, sin canales de conexión con la superficie, a la
que alcanza mediante fluidos bajo presión.
Cuando un suelo seco se introduce en un recipiente con agua, sus poros abiertos se llenan total
o parcialmente, a diferente velocidad, según el tamaño y disposición de los mismos. Esto se
aprecia mucho en suelos gruesos.
Si un suelo se colma en todos sus poros, se considera saturado y superficialmente seco. Si
además la humedad se mantiene en la superficie, se le conoce como saturado superficialmen-
te húmedo. En el caso de que se seque al aire, o artificialmente en horno, el contenido de
humedad disminuirá, denominándose agregado seco al aire, o completamente seco.
Como es de esperarse esto se puede apreciar mucho mejor en suelos gruesos donde las fuer-
zas de gravedad son mucho más significativas que las fuerzas capilares.

4.6.1. Método de desplazamiento


Se emplea para determinar el peso específico de gravas gruesas y rodados. Se utiliza un reci-
piente cilíndrico con un tubo de desborde. Se llena el recipiente con agua hasta que desborde
por el tubo Una vez que se estabiliza el nivel, se tapona el tubo.
Las partículas de la muestra deben estar lavadas y saturadas para desalojar el aire de los poros,
para lo cual se las sumerge durante 24 hs en agua; se las retira, se seca su superficie con un
paño y se determinan su peso saturado a superficie seca.
Se coloca la muestra en el recipiente, se quita el tapón del tubo de desborde y se recoge el
agua en una probeta graduada que nos dará el volumen del agua desplazada.
Este volumen incluye el volumen del agua contenido en los poros de las partículas y por lo tan-
to deberá ser descontado al efectuar los cálculos.
Finalmente, se retira la muestra y se seca en horno para determinar el peso seco (Ws).

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Llenado del recipiente hasta el desborde Muestra a utilizar saturada a superficie seca

Muestra colocada en el recipiente Agua que se recoge por desborde

El peso específico de las partículas sólidas se calcula de la siguiente manera:

Donde:
Ws = peso de la muestra secada en horno
Wsat = peso de las partículas saturadas a superficie seca
Vw = volumen de agua desplazada
= peso específico del agua
El peso específico de las partículas saturadas a superficie seca, será:

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Este procedimiento si bien no es de gran precisión, es muy sencillo y por lo tanto particular-
mente adecuado para determinaciones en campaña.

Muestra a utilizar Suelo agregado a la probeta

Probeta graduada con volumen de agua co- Por diferencia obtenemos el volumen
nocido

El procedimiento esta normalizado por el U. S. Bureau of Reclamation según la norma E-10-C.

4.6.2. Método de suspensión


Se emplea para determinar el peso específico de las partículas de la fracción retenida por el
tamiz N° 4 (gravas). La muestra se lava y se satura dejándola sumergida en agua durante 24 hs.
Se secan las partículas con un paño y se determina el peso saturado a superficie seca. Se coloca
luego la muestra en un cesto de malla de alambre que suspendido del brazo de una balanza, se
sumerge en un recipiente con agua tal como se esquematiza en la figura. Conociendo el peso
sumergido del cesto, se determina el peso sumergido de la muestra. Se retira la muestra del
cesto, se seca en horno y se determina el peso seco de las partículas (Ws).

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El peso específico de las partículas sólidas se calcula de la siguiente manera:

Donde:
Wsum = peso de la muestra sumergida en agua
Ws = peso de la muestra secada en horno
Vs = volumen de las partículas sólidas
= peso específico del agua
El peso específico de las partículas saturadas a superficie seca será:

Donde:
Ws sat = peso de las partículas saturadas a a superficie seca.
El método normalizado se puede consultar en las normas IRAM 10506 y ASTM C 127.

4.6.3. Método del picnómetro


Este método se utiliza para determinar el peso específico de las partículas sólidas de la fracción
que pasa el tamiz Nº 4 (4,75 mm). En este procedimiento el volumen de las partículas se de-
termina por diferencia entre el peso de un recipiente lleno de agua hasta el enrase y el peso
del mismo conteniendo la muestra sumergida con el nivel de agua también hasta el enrase.

Distintos tipos de picnómetros

Al recipiente utilizado se lo denomina "picnómetro" y puede ser un matraz con marca de enra-
se y tapón perforado, o también un frasco con tapa de vidrio perforada y bordes esmerilados,
como los que se muestran en la figura. El uso de uno u otro recipiente está sujeto a la cantidad
de muestra a ensayar de acuerdo al tamaño máximo de las partículas.

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En primer término se debe calibrar el picnómetro determinando el peso del mismo lleno de
agua hasta el enrase a distintas temperaturas. Cada determinación se realiza llenando el
picnómetro con agua destilada y colocándolo en un baño de agua, a una temperatura prede-
terminada durante un cierto tiempo. Se retira del baño de agua, se seca exteriormente y se
pesa. Se realizan varias determinaciones en un intervalo de temperatura acorde con la tempe-
ratura habitual de laboratorio. Los valores se vuelven en una gráfica como la presentada a con-
tinuación:

Peso del picnómetro


lleno de agua a distin-
tas temperaturas
Agua a T ºC

T ºC
Baño termométrico

Curva de calibración

La muestra se seca en horno y se determina su peso seco. Se vierte en el picnómetro agua has-
ta completar aproximadamente la mitad de su volumen y se agrega la muestra mezclando bien
el conjunto. Se puede colocar la muestra también con su humedad natural, determinando al
final del ensayo su peso seco por evaporación del agua.
Para eliminar las burbujas de aire que se puedan incorporar al agregar la muestra, se conecta
el picnómetro a una bomba de vacío. También se pueden eliminar las burbujas colocando el
picnómetro en un baño de agua hirviente.
Luego se agrega agua hasta enrasar el picnómetro y se coloca el mismo en baño termométrico
para estabilizar la temperatura del agua, la cual se toma colocando el termómetro en el inter-
ior del picnómetro. Se retira, se seca exteriormente y se pesa.
A continuación mostramos un esquema del procedimiento a seguir, gentileza del ingeniero
Augusto Leoni:

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Se pesa el picnómetro Se pesa para distintas tempe-


Se seca el picnómetro, se le
con la tapa capilar para raturas el picnómetro lleno de
adiciona un peso de suelos
poder enrasarlo agua destilada y desaireada seco del orden de 15 a 20 grs,
se le coloca agua destilada y
se lo conecta a una bomba de
vacio mientras se lo agita
suavemente

Se llena el picnómetro Se le coloca la tapa y


con agua destilada y se seca perfectamen-
desaireada te para pesarlo

El peso específico de las partículas sólidas se calcula de la siguiente manera:

Donde:
P1 = peso del picnómetro con agua hasta enrase T ºC, obtenido de la curva de calibración
P2 = Peso del picnómetro con la muestra y lleno de agua hasta el enrase, a T ºC
Ws = peso de la muestra secada en horno
= peso específico del agua

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4.7. Densidad de un suelo en laboratorio


La mayor dificultad es la determinación del volumen total de una muestra que debe permane-
cer inalterada durante el proceso de medición tanto en su forma como también en su conteni-
do de humedad. El peso total (W) se determina antes de la medición del volumen, y el peso de
los sólidos luego de secada la muestra en horno.

4.7.1. Método de sumersión en mercurio


Un trozo pequeño de muestra se sumerge en un recipiente lleno de mercurio y se mide el vo-
lumen de mercurio desalojado. Dado que la muestra flota sobre el mercurio es necesario pre-
sionarla, lo que se efectúa con una plaquita de vidrio provista de tres puntas metálicas El pro-
cedimiento se esquematiza en las figuras que siguen a continuación. La medición del volumen
de mercurio desalojado se puede efectuar vertiendo el mismo en una probeta graduada o
pesándolo y dividiendo este valor por su peso específico.

Recipiente para
pesar mercurio

Mercurio

Placa de
vidrio para
enrase
Recipiente para recolectar
mercurio derramado

1- Elementos a utilizar 2- Enrasado del mercurio con la placa de


vidrio

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4- Sobrante de mercurio derramado


3- Colocación de la muestra sobre el reci-
piente con mercurio

5- Mercurio a pesar el cual dividido por su peso es-


pecifico nos dará el volumen de la muestra de suelo

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4.7.2. Método de sumersión en agua


El ensayo consiste en determinar el volumen por diferencias de pesadas, de una muestra en
aire y sumergida en agua dentro de un cesto, de igual manera que en el ensayo descripto en el
suspensión en agua para determinar el peso específico de las partículas de un sólido. La mues-
tra se protege del agua recubriéndola con una capa de parafina. En la secuencia que sigue se
muestra el procedimiento a seguir:

1- Se pesa la muestra a estudiar 2- Se recubre la muestra con una delgada capa de parafina

3- Se pesa la muestra una vez recubierta con parafina 4- Se pesa la muestra sumergida

Las mediciones que se efectúan son las siguientes:


- Peso de la muestra: P1 = W
- Peso de la muestra parafinada: P2 = W + Wp
- Peso de la muestra sumergida: P3 = (W + Wp) – (V + Vp) . gw sin contar el peso del cesto

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Donde:
W = Peso de la muestra al aire
V = Volumen total de la muestra
Wp = Peso de la parafina
Vp = volumen de la parafina
gw = peso específico del agua
gp = peso específico de la parafina

El peso específico se calcula de la siguiente manera:

4.8. Densidad de un suelo in situ


La falta de cohesión en algunos suelos no permite el manipuleo directo de las muestra sin que
las mismas se alteren, por lo cual la determinación del volumen en el laboratorio solo se puede
efectuar en muestras extraídas por medio de tubos o cilindros saca muestras de dimensiones
desconocidas.
Las determinaciones "in situ" son particularmente útiles en el estudio de suelos sin cohesión
por lo difícil que resulta obtener muestras inalteradas de estos suelos.
El procedimiento consiste en excavar un hoyo en el suelo, determinar el peso del material ex-
traído, su humedad y el volumen del hoyo.
Para efectuar la excavación se alisa el terreno en el lugar escogido y se realiza la operación con
gran cuidado evitando la perdida de material excavado. El volumen del hoyo se puede deter-
minar por diversos métodos. Los más sencillos son el de llenar el hoyo con un líquido contenido
en un recipiente graduado que por diferencia nos permite conocer el volumen vertido. En sue-
los que no tengan vacíos muy grandes se puede emplear aceite para la medición. Se puede
usar también agua colocando previamente en el hoyo una membrana impermeable de goma o
plástico que se adapte perfectamente a las irregularidades sin rasgarse.
A continuación describiremos algunos de los métodos más utilizados en nuestro país:

4.8.1. Método del cono de arena


El método más utilizado es el que emplea arena seleccionada para rellenar el hoyo. Una arena
de granos de tamaño uniforme se acomodara prácticamente de igual manera si se la vierte
siempre bajo condiciones normalizadas. Conociendo el peso específico de la arena vertida en

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esas condiciones y el peso total de arena empleada para llenar el hoyo se obtendrá el volumen
del mismo.
El equipo de ensayo, en posición de trabajo, consiste en un recipiente cilíndrico con un doble
cono o embudos acopiados vinculados por una válvula de paso libre o robinete. En suelos de
granos muy gruesos es necesario tomar muestras de mayor volumen para que sean represen-
tativas y por ello se usan los equipos de dimensiones mayores.
El equipo se completa con una placa metálica con un orificio central del mismo diámetro que el
embudo.

Distintos tamaños de cono de arena

Cono de arena con su correspondiente placa metálica

La arena a utilizar debe ser convenientemente de granos redondeados y se gradúa su unifor-


midad seleccionando la fracción comprendida entre los tamices ASTM Nº 20 y Nº 30 (0,850
mm - 0,600 mm) o entre los Nº 40 y Nº 50 (0,425 mm - 0,300 mm). No es indispensable que se
utilicen estos tamices. Pueden elegirse dos cualesquiera tamices de la serie IRAM, siempre y
cuando que la arena obtenida cumpla con la condición de que dos determinaciones consecuti-
vas de su peso unitario no den variaciones mayores del 1%. Además no es conveniente utilizar
arena muy fina pues puede trabar el libre movimiento del robinete y provocar vibraciones que
modificarían el acomodamiento de la arena al caer en el pozo. La arena debe estar seca y lim-
pia.

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La arena deberá calibrarse para determinar su peso específico, operación que consiste en lle-
nar el embudo con arena abriendo el robinete estando apoyado el equipo sobre una superficie
lisa en posición de trabajo. Por diferencia de pesadas del recipiente se tendrá el peso de la are-
na que rellenó el volumen conocido del embudo. Se efectúan varias determinaciones y se pro-
media el valor de los pesos específicos secos (gd) calculados.
Para efectuar la determinación de g “in
situ", se alisa la superficie del terreno, se
coloca la placa y a través del orificio se ex-
cava el hoyo. La muestra se aloja rápida-
mente en un envase hermético o en una
bolsa impermeable para evitar la pérdida
de humedad y luego se determina su peso.

Se coloca el equipo con arena en posición, habiéndose pesado previamente. Se abre el robine-
te y se deja verter la arena hasta que llene totalmente el hoyo y el embudo. Se cierra el robine-
te, se retira el equipo y se pesa.

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El volumen del hoyo se calcula de la siguiente manera:

Donde:
P1 = peso inicial con arena
P2 = peso del equipo con arena luego de llenado el hoyo y el embudo
V = volumen del hoyo
Ve = volumen del embudo
peso específico de la arena calibrada

En el laboratorio se determina la humedad de la muestra, pudiéndose entonces calcular los


pesos específicos del suelos con su humedad natural y seco.
Los procedimientos normalizados se pueden consultar en las normas IRAM 10536, ASTM D
1556 y en las normas de Vialidad Nación VN-E8-66.

4.8.2. Método del volumenómetro de agua


También conocido como método del
balón o método del balón de caucho,
continúa con el mismo fundamento
del método del cono de arena, es
decir, excavar un hoyo en el suelo,
determinar el peso del material ex- Cilindro gradu
traído, su humedad y el volumen del
hoyo.
La diferencia respecto al método del
cono de arena radica en que aquí el
volumen de hoyo se encuentra mi-
diendo directamente el volumen de
agua bombeada a un balón o globo
de látex que llena el hueco. Este vo-
lumen se lee directamente de un
cilindro graduado el cual forma el Globo de látex
volumen del recipiente para el balón
o globo de látex. Válvula de control

Bomba manual

Platina de base

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Antes de comenzar el ensayo debemos determinar la lectura inicial. Para ello se sitúa la placa
de base sobre una superficie lisa y horizontal, fijamos el medidor de volúmenes en el agujero
de encaje de la placa. A continuación colocamos la pequeña bomba de goma en la boquilla de
aire, de modo que produzca presión dentro del cilindro cuando se accione. Abrimos la válvula
de control y bombeamos aire para que el globo de látex penetre en el hoyo, hasta que el nivel
del agua dentro del cilindro graduado alcance su punto más bajo. El medidor de volúmenes
debe mantenerse en posición, firmemente, a lo largo de la operación. Se toma nota del volu-
men marcado en el cilindro graduado y esa es nuestra lectura inicial. Se suelta la bomba de
goma del acoplador girando el anillo estriado de este, se invierte la pequeña bomba insertando
su extremo de vaciado en al acoplador y se bombea para que el látex vuelva dentro del cilin-
dro, momento donde se cierra la válvula de control. Ahora si estamos en condiciones de operar
en el campo.
Una vez en el lugar donde queremos determinar la densidad, colocamos la placa base bien ni-
velada sobre el material a ensayar y excavamos a través del agujero que la misma posee hasta
la profundidad deseada, conservando todo el material que se extraiga. A continuación coloca-
mos el medidor de volúmenes en el encaje de la placa base, abrimos la válvula de control y
bombeamos aire dentro del globo de látex para que este se introduzca en el hoyo excavado,
teniendo cuidado de anotar el punto más bajo que alcanza el agua en el cilindro, esta es nues-
tra lectura final.
El volumen del hoyo excavado de calcula como:

4
Este medio rápido de encontrar el volumen del hoyo, es a menudo una clara ventaja en térmi-
nos de tiempo sobre el método del cono de arena, el cual es más indirecto al necesitar de al-
guna determinación adicional como es el caso del peso de la arena remanente. Una de las des-
ventajas que presenta el método es respecto a las paredes del hoyo ejecutado las cuales no
deben quedar irregulares o con bordes muy agudos ya que estos puedes causar la rotura del
globo de látex, con la consecuente inutilización del equipo hasta el posterior reemplazo del
mismo.
Al igual que en el método del cono de arena, en el laboratorio se determina la humedad de la
muestra, pudiéndose entonces calcular los pesos específicos del suelos con su humedad natu-
ral y seco.
Los procedimientos normalizados se pueden consultar en las normas ASTM D 1556-64 o bien
en las normas AASHTO T205-64.

4.8.3. Método del anillo de Oroville


El objetivo de este ensayo es la determinación directa de la densidad in situ “gd” que poste-
riormente con los ensayos correspondientes de laboratorio (“gd max” y “gd min”) nos permi-
tirán obtener la densidad relativa “Dr (%)” del material que estamos estudiando. Este ensayo
se aplica especialmente en suelos granulares
La técnica de este ensayo consiste en aplanar o alisar una superficie de 1,00 m 2 aproximada-
mente tratando de no modificar la estructura original del terreno a ensayar. Para estas deter-

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minaciones se utilizara además, una platina o plato metálico con un aro en su parte media de
aproximadamente 50 cm de diámetro o más, dependiendo este valor del tamaño máximo de la
muestra a ensayar.

Preparación del terreno para el ensayo Colocación del plato de ensayo

Esta platina se colocará sobre la superficie del terreno a ensayar que previamente ha sido ali-
sado lo mejor posible y sin alterarlo, presionándola fuertemente contra la superficie a ensayar
y haciéndola girar en el plano horizontal, hacia un lado y hacia el otro, de manera de que el filo
del anillo penetre algunos centímetros en el terreno.
A continuación, se procederá a colocar sobre el anillo una manta de látex, de muy pequeño
espesor, con una dimensión no menor a 100 cm x 100 cm como se muestra en la figura. Poste-
riormente se volcará sobre ella agua limpia hasta lograr que toda la superficie del anillo este
cubierta por el agua, éste volumen de agua será medido y se lo anotará como el valor “V1”.

Medición del volumen “V1”

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Se medirá también la altura del agua volcada sobre la manta de látex, con una regla de compa-
ración que se apoya en ambos costados del anillo haciendo coincidir dos ranuras existentes en
el anillo y en la regla, de tal forma que la misma tenga una única posición y las sucesivas medi-
ciones puedan ser comparables entre sí. Este regla tiene adosado un tornillo roscado en su
parte media que nos permite avanzar con el vástago, roscándolo hasta tocar el pelo de agua,
en este punto se ajusta la contratuerca y la medida del pelo de agua queda fija.

Medición del nivel del pelo de agua


Posteriormente se retira la manta de látex junto al agua que se había vertido sobre ella tenien-
do cuidado de no volcarla sobre el suelo a ensayar.
En este punto comenzamos a retirar el suelo del interior del anillo, desde el centro del mismo
hacia los bordes y en una profundidad del orden del radio del anillo. El material que se retira se
guardará cuidadosamente en un recipiente que será remitido al laboratorio para determinar su
humedad “w(%)” y su peso “Ws”.
Finalmente se colocará nuevamente la manta de látex sobre el anillo, cubriendo el orificio rea-
lizado al extraer el material, se colocará la regla en su posición y se procederá a volcar nueva-
mente agua sobre la manta hasta alcanzar el extremo del vástago de la regla de comparación.
Este volumen será medido y anotado como volumen “V2”, la diferencia entre estos dos valores
medidos de volumen de agua “V2 – V1”, nos da el volumen de la muestra extraída que con el
peso del material retirado nos permite obtener el valor de la densidad que estamos buscando:

Posteriormente con las determinaciones hechas en el laboratorio de “gd max” y “gd min”,
podemos calcular la densidad relativa del suelo granular con la siguiente ecuación:

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4.9. Relación de vacíos mínima y máxima


Los procedimientos que se describen son aplicables a suelos en los que el 100% de las partícu-
las pasan el tamiz de 3” (75 mm) con una distribución granulométrica que asegura un buen
drenaje.

4.9.1. Determinación de la relación de vacíos máxima (eMAX)


Una muestra secada en horno se vierte en el interior de un molde cilíndrico hasta el enrase. Se
determina luego el peso del suelo alojado en el molde que dividido por el volumen conocido de
este ultimo nos dará el peso específico seco . Con el peso especifico de las partículas sólidas,
se calcula la relación de vacíos con la expresión:

El volumen del molde a emplear depende del tamaño máximo de las partículas de la muestra.
Esta provisto de un collar desmontable que se retira una vez que el suelo vertido supera el
borde superior, del molde, permitiendo así efectuar el enrase eliminando el exceso de material
por pasadas de una regla. En la secuencia que sigue se pueden apreciar los distintos pasos del
ensayo:

Molde

Bandeja
Embudo

Suelo seco

Collar del molde


Regla para enrase
Elementos a utilizar durante el ensayo

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Caída de
1” o 1/2”

Se vierte la muestra en el molde a Una vez lleno, se quita el collar del mol- Se enrasa el molde eliminando el
través del embudo con una caída de cuidando no perturbar demasiado el exceso de material
reglamentada molde

Una vez enrasado se pesa el molde con el suelo


y por diferencia se obtiene el peso de suelo

Los suelos con partículas de tamaño máximo de 3/8” (9,5 mm) se vuelcan en el molde emple-
ando un recipiente cilíndrico provisto de un embudo desmontable con un tubo de salida que se
dispone de modo que la caída libre de las partículas sea de 1/2” a 1” (13 mm a 25 mm), man-
teniendo un flujo continuo y una distribución uniforme.
Los suelos que contengan partículas de tamaño mayor que 3/8” (9,5 mm) se vierten emplean-
do una cuchara grande que se dispone de tal modo que las partículas caigan por deslizamiento
y no por caída libre.

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4.9.2. Determinación de la relación de vacíos mínima (eMIN)


Para la determinación de la relación de vacíos mínima de un suelo podemos utilizar dos meto-
dologías, por vía seca o por vía humada, explicaremos ambas a continuación.

4.9.2.1. Método seco


Se emplea el mismo molde que el utilizado para determinar la relación de vacíos máxima. El
molde se llena con suelo secado en horno, colocado siguiendo los procedimientos empleados
para determinar la densidad máxima, esto quiere decir controlando la altura de caída y utili-
zando un embudo. Luego del enrase se vuelve a acoplar el collar y se coloca el molde sobre una
mesa vibratoria, donde se lo fija a la misma. Se coloca sobre la superficie de la muestra una
sobrecarga preestablecida según norma y se hace funcionar la mesa vibratoria durante 8 minu-
tos.

Mesa vibratoria

Sobrecarga Molde

Collar del
Muestra molde
a ensayar
Instrumental para ensayo Molde y muestra colocados en la mesa para ensayar

Luego de finalizado el período de vibrado, se retira la sobrecarga y el collar, se determina el


volumen de la muestra que ocupa el interior del molde y el peso de la misma, pudiéndose cal-
cular el peso específico seco y la relación de vacíos correspondiente.

4.9.2.2. Método húmedo


Se efectúa con el suelo con su contenido natural de humedad o secado en horno. Se coloca en
el molde con una cuchara y a la vez se le adiciona agua. El llenado se realiza con el molde fijo
sobre la mesa vibratoria y haciendo funcionar la misma para lograr un buen acomodamiento.
Se coloca el collar y la sobrecarga y se hace vibrar la mesa durante 8 minutos. Se determina el

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volumen de la muestra y su peso húmedo. Luego se seca en el horno para obtener su peso se-
co y efectuar los cálculos correspondientes.
Para determinar la relación de vacíos mínima también se emplean otros procedimientos como
la colocación en capas compactadas por varilleo o empleando un martillo neumático.
Los procedimientos normalizados se pueden consultar en las normas IRAM 10525 y ASTM S
4253 y D 4254.

4.10. Índice de densidad (Id) o Densidad relativa (Dr)


El comportamiento de un suelo está fuertemente influenciado por su compacidad. Cuanto más
compacta sea su estructura, menor será su compresibilidad y más alta su resistencia. En los
suelos de granos gruesos con estructura simple, el comportamiento está ligado a la posibilidad
de reacomodamiento de las partículas, o eventualmente a la ruptura de las mismas cuando se
generan presiones extremadamente altas. En los suelos de grano fino el comportamiento de-
pende también de las fuerzas de adherencia entre partículas y al efecto de las capas adsorbi-
das.
La relación de vacíos, o la porosidad, no proporcionan por sí una indicación directa del estado
de densificación de un suelo que pueda a su vez relacionarse con su posible comportamiento
bajo un determinado estado de solicitación. Esa indicación puede obtenerse comparando la
relación de vacíos correspondientes con sus estados más denso y más suelto posibles.
La cuantificación del estado de densificación puede obtenerse mediante el denominado "Índice
de densidad" definido por la siguiente relación:

Donde:
emax = relación de vacíos en el estado más suelto
emin = relación de vacíos en el estado más compacto posible
e = relación de vacíos natural en el terreno

Por lo tanto, los suelos mas compactos tendrán un Id cercano al 100% y para los muy sueltos el
ld será alrededor de 0%.
El "Índice de densidad” se aplica exclusivamente a los suelos de granos gruesos ya que en los
suelos que contienen cantidades apreciables de granos finos pierden significación pues los va-
lores de emax y emin no pueden ser bien definidos dado que, como hemos visto, la estructura-
ción de los granos depende fundamentalmente de la compleja relación de fuerzas derivadas de
las cargas eléctricas de superficie.
En los suelos de granos gruesos los valores de emax y emin se obtienen mediante pruebas de la-
boratorio. El estado más suelto se puede obtener vertiendo desde una cierta altura dentro de
un recipiente una seca y suelta como se explico anteriormente. El estado más denso general-
mente se puede lograr compactando el suelo en el mismo recipiente por medio de una combi-
nación de carga estática y vibración. Las variantes en los procedimientos conducen a valores
numéricos no coincidentes de las relaciones de vacíos obtenidas, por lo que los valores de e max

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y emin no pueden precisarse en forma absoluta. En consecuencia el valor de Id queda algo inde-
terminado, siendo conveniente al reportar su valor indicar los procedimientos que se emplea-
ron para determinar emax y emin.
Según el valor numérico del ld, el estado de un suelo puede clasificarse de la siguiente manera:

Índice de densidad ID (%) Estado del suelo


0 a 15 Muy suelto
15 a 35 Suelto
35 a 65 Semi denso
65 a 85 Denso
85 a 100 Muy denso

4.11. Sensibilidad de las arcillas y tixotropía


El amasado de una arcilla a humedad constante produce normalmente una pérdida de resis-
tencia que puede ser evaluada relacionando esa resistencia con la que tenía originalmente.
Esta relación se denomina “sensibilidad” o también “susceptibilidad” y Terzagui la definió como
la relación entre la resistencia al corte sin drenaje de una arcilla en estado natural y después de
ser enérgicamente amasada con un contenido de humedad constante. Matemáticamente te-
nemos:

Para obtener los valores de qu (resistencia a compresión simple) correspondientes se debe en-
sayar una probeta de arcilla inalterada y otra probeta con la arcilla amasada con la misma
humedad que la muestra inalterada.

Muestra inalterada

Muestra amasada

Ejemplo típico de resultados de ensayos


de compresión simple

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Según los valores de sensibilidad se puede clasificar a las arcillas de la siguiente manera:

Sensibilidad St Clasificación
1 No sensibles
Entre 1 y 2 Baja sensibilidad
Entre 2 y 4 Sensibilidad media
Entre 4 y 8 Sensibles
Entre 8 y 16 Muy sensibles
Mayor a 16 Fluidas o rápidas

La mayoría de las arcillas saturadas son de sensibilidad media. Las arcillas fluidas son carac-
terísticas de depósitos de origen marino en los cuales el lavado de sales por el agua de lluvia las
ha hecho perder resistencia. Este proceso desarrollado durante mucho tiempo hace que la
pérdida de resistencia se acreciente hasta que es insuficiente para soportar taludes naturales,
aunque los mismos no tengan una gran pendiente. Es así que pueden sobrevenir deslizamien-
tos repentinos transformándose el suelo en una masa viscosa que fluye desplazándose, de allí
la denominación de "fluidas o rápidas” que es el nombre que se le asigna a estas arcillas. Cual-
quier excavación al pie de un talud o la adición de cargas puede provocar este tipo de despla-
zamientos. Estas arcillas son frecuentes en Escandinavia y Canadá.
El conocimiento de la sensibilidad de una arcilla resulta importante para las operaciones de
construcción por las consecuencias que puede acarrear una pérdida rápida de resistencia, fun-
damentalmente cuando se practican excavaciones.
La perdida de resistencia que produce el amasado en una arcilla se debe a la destrucción de la
estructura original y al debilitamiento de los vínculos de origen físico-químico debido al reor-
denamiento de las partículas. Estos vínculos, por su naturaleza, pueden reconstituirse gra-
dualmente si la arcilla queda en reposo a humedad constante, recuperando la misma parte de
su resistencia original. A este fenómeno se lo denomina “tixotropía” (del griego “thixis” = cam-
bio y “trepo” = cambio).
El efecto tixotrópico es intenso cuando el fenómeno de amasado se realiza con una humedad
cercana al límite líquido y de poca significación en el límite plástico. Si son amasadas se con-
vierten en un verdadero líquido y si se las deja en reposo se solidifican en pocos momentos,
alcanzando una notable cohesión. Un examen superficial induce a a creer que la arcilla se ha
secado, pero puede coprobarse que la perdida de agua ha sido nula o mínima.
Las arcillas con alto contenido de montmorillonita suelen presentar un alto efecto tixotrópico.
Este efecto se suele poner de manifiesto en la hinca de pilotes en arcilla. El amasado que pro-
duce el pilote al ser hincado, facilita su desplazamiento. Pero si esta operación se detiene
cuando el pilote se ha introducido en una longitud significativa y se reanuda la misma luego de
un cierto tiempo, puede ocurrir que, si la arcilla tiene una marca recuperación tixotrópica, el
hincado resulte dificultoso.

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Bibliografía

“Mecánica de Suelos en la Ingeniería práctica”; Terzagui, Karl y Peck, Ralph Brazelton (1975)
Editorial El Ateneo, Buenos Aires.

“Geotecnia y Cimientos I”; Jimenez Salas, José Antonio y de Justo y Alpaes, José Luis (1975)
Editorial Rueda, Madrid.

“Ingeniería de Cimentaciones”; Peck, Ralph Brazelton, Hason, Walter E. y Thornburn, Tomas H.


(1983) Editorial Limusa, México.

“Mecánica de Suelos”; Tschebotarioff Gregory P. (1967) Editorial Aguilar, Madrid.

“Principios Fundamentales de Mecánica de Suelos”; Taylor, Donald Wood (1961) Editorial


C.E.C.S.A., México.

“Mecánica de Suelos”; Juarez Badillo, Eulalio y Rico Rodriguez, Alfonso (1975) Editorial Limusa,
México.

“Manual de Tierras”; U.S. Bureau of Reclamation (1980) Editorial Bellisco, Madrid.

“La ingeniería de suelos en las vías terrestres”; Rico Rodriguez, Alfonso y Mejia del Castillo,
Hermilo (1994) Editorial Limusa Noriega, México.

“Curso básico de mecánica de suelos”; de Sousa Pinto; Carlos (2006) Editorial Oficina de Tex-
tos.

Normas IRAM mencionadas en los apuntes.

Normas ASTM mencionadas en los apuntes.

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