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LA INTIMIDAD CON DIOS SUCEDECUANDO LE PERMITIMOS A ÉLQUITAR TODO ESTORBO

¿Cómo trabaja Dios para quitar todo impedimento y estorbo en nuestra vida y así cultivarnos y desarrollarnos en
la intimidad con Cristo?
CONCEPTO 1: El ya hizo todo para limpiarnos y liberarnos de pecados, estorbos e impedimentos. A continuación,
algunos pasajes para recordar Su obra a favor nuestro:
 Romanos 8.3 “Por eso, a fin de darnos la salvación, envió Dios a su propio Hijo con un cuerpo humano
igual en todo al nuestro (pero sin pecado), y al entregarlo en sacrificio a causa de nuestros pecados,
destruyó el dominio que el pecado ejercía sobre nosotros”.
 Efesios 1.7-8 RV60 “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas
de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia”.
 2 Timoteo 2.21 RV60 “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra,
santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”.
 1 Juan 1.7 RV60 “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la
sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
 Juan 8.36 RV60 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. El Cristiano ya sabe todo
esto, pero falla en su aplicación diaria. Conocemos lo que Dios hizo por nosotros, lo que conquistó...
Sabemos lo que Él nos ha dado, pero lo olvidamos o nos enfocamos en otras cosas.
CONCEPTO 2: Dios anhela que, cada día, cumplamos nuestra responsabilidad de estar limpios y libres y así no
afectar nuestra relación de amor con Él:
• Dios espera que cumplamos y obedezcamos Su Palabra.
• Que le creamos: “Que vivamos por fe y no por vista o sentimientos”.
• Que apliquemos Su Palabra en cada instancia diaria de nuestra vida.
• Que cuidemos nuestro corazón por sobre todas las cosas.
• Que nos humillemos delante de Él cada día.
• Que practiquemos el amor, la misericordia y el perdón, cada momento.
Que cuando le fallemos o pequemos, volvamos de inmediato a Él.
• Que cada día nos presentemos a Él para que nos examine, corrija y enderece.
• Que cada día “nos bañemos” con la sangre del Cordero, para limpiarnos de toda inmundicia. Que hagamos
nuestra “higiene espiritual” a diario.
• Que cada día aprendamos más y más a “morir a nosotros mismos” (negarnos).
En función a mantener nuestra intimidad con Dios rebosante y floreciente, vamos a enfatizar lo siguiente: Como
cristianos, podemos vivir en la tierra de dos maneras:
a. Vida caída: Cuando no aplicamos lo que sabemos. Es decir, somos negligentes, olvidadizos y descuidados en
vivir las verdades liberadoras de Dios.
b. Vida victoriosa: Cuando aplicamos lo que Dios nos ha enseñado una y otra vez. No tenemos una vida
victoriosa porque hay cero errores, cero faltas, cero pecados... Es porque aplicamos el perdón y la sangre del
Cordero en nuestra vida. Para el cristiano, conocedor de la Palabra de Dios, todo esto es cuestión de DECISIÓN Y
COMPROMISO PERSONAL, de cómo vivir en la tierra.
HAGA UN ALTO, ORE Y CLAME HACIENDO PACTOS CON DIOS.
En la tierra, a diario, mínimamente experimentamos:
• Tentaciones.
• Errores.
• Faltas.
• Contaminaciones.
• Pecados.
Entonces, tenemos que aplicar –de inmediato– la Obra de Cristo a nuestras vidas.
La vida victoriosa sucede CUANDO vencemos todo tipo de tentaciones y pruebas... CUANDO reconocemos
nuestros errores y faltas y pedimos perdón... CUANDO nos lavamos con la sangre del Cordero de toda
contaminación... CUANDO practicamos a diario la humillación espiritual en el tratamiento de los pecados que
ofenden a Dios y rompen nuestra comunión con Él.
El cristiano victorioso siempre estará delante de tentaciones, errores, faltas, contaminaciones, opresiones y
pecados... El salmista escribía: “mi pecado está siempre delante de mí” (Salmo 51.3). Pablo dice:
“...Despojémonos de todo peso y del pecado que asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...” (Hebreos 12.1-2).
Nuestra victoria no está en que nos portemos bien. Hay ateos que se portan mejor que muchos cristianos...
Nuestra victoria no está en el conocimiento y la habilidad de manejar bien los conflictos y problemas diarios...
¡Es nuestra FE la que vence al mundo!
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra
fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5.4-5).
Por este escenario que mostramos, nos permitimos plantearles LA NECESIDAD ESPIRITUAL DIARIA de la limpieza,
la purificación, la sanidad y la restauración, como responsabilidades básicas de todo Cristiano para TENER Y
MANTENER UNA INTIMIDAD CON DIOS REBOZANTE Y FLORECIENTE, QUE TRAERÁ MUCHO FRUTO AL REINO DE
CRISTO.

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