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Pedro de Alvarado y Contreras (Badajoz, Extremadura, Corona castellana, 1485 -

Guadalajara, Virreinato de Nueva España, Imperio español, 4 de julio de 1541) fue


un adelantado y conquistador español que participó en la conquista de Cuba, en la
exploración por Juan de Grijalva del golfo de México y de las costas de Yucatán, y en
la conquista del Imperio azteca dirigida por Hernán Cortés. Puede considerársele como
conquistador de gran parte de América Central —Guatemala, Honduras y El Salvador— y
pudo haberlo sido también del Perú, pero renunció a ello tras enfrentarse primero, y
negociar después, con el adelantado Diego de Almagro. En el virreinato de Nueva
España los indígenas lo llamaban Tonatiuh que significa el Sol,12 por su aspecto físico ya
que al parecer era rubio y de elevada estatura, lo que lo convertía en caso típico para la
deificación, que inicialmente hicieron los mexicas de los españoles, considerándolos las
"gentes rubias y barbadas" anunciadas como signo del retorno de Quetzalcóatl.

egada a América y conquista de Cuba (1509-


1511)[editar]
En 1512, con 27 años, desembarcó en La Española, junto a sus hermanos (Gonzalo,
Jorge, Gómez, Hernando y Juan). Formaba parte del séquito del virrey Diego Colón.3 Un
año después, a las órdenes de su tío Diego Velázquez, participó en la conquista de Cuba.

Expedición de Grijalva (1518)[editar]


En 1518 acompañó a Juan de Grijalva como capitán de un navío en su viaje de
exploración por las costas de Yucatán y el Golfo de México, en el que se produjo el
descubrimiento de Cozumel. Fue el primero en navegar el río Papaloapan, razón por la
cual la población cercana a la desembocadura del río se le bautizó con el nombre
de "Alvarado".

Conquista de México (1519-1521)[editar]


Varios hermanos Alvarado se unieron a Cortés en el puerto de la Trinidad, cuando iniciaba
su viaje, entre ellos Jorge, Gonzalo y Gómez, y Juan, Pedro fue el primer capitán
de Hernán Cortés durante la conquista de México.
Participó en la batalla sostenida contra los tlaxcaltecas dirigidos principalmente
por Xicothéncatl. Una vez que los conquistadores españoles vencieron y pactaron una
nueva alianza con los tlaxcaltecas, en muestra de paz les regalaron mujeres a los
principales capitanes. Una de ellas fue Tecuelhuetzin, la propia hija de "Xicothéncatl el
viejo", a quien se le bautizó como doña Luisa y era destinada para Hernán Cortés, quien la
cedió a Pedro de Alvarado. Siendo soltero, Pedro de Alvarado tuvo un hijo con doña Luisa
a quien bautizó con su propio nombre y una hija a la cual bautizó con el nombre de Leonor.
Leonor se casó con Francisco de la Cueva primo del duque de Alburquerque.4
Realizó una inspección de avanzada junto con Bernardino Vázquez de Tapia hacia las
inmediaciones de Tenochtitlan con el fin de observar y determinar la mejor ruta; Vázquez
de Tapia cayó enfermo de calenturas en el camino y Alvarado tuvo que completar la
misión, ambos regresaron a Cholula para informar a Cortés los pormenores. Fue entonces
cuando los indígenas le pusieron el apodo de Tonatiuh.5

La matanza del Templo Mayor[editar]


En 1520, en ausencia de Cortés, que había ido al encuentro de Pánfilo de Narváez, Pedro
de Alvarado, que había quedado al mando, ordenó la matanza del patio del Templo
Mayor que precedió a la derrota de los españoles conocida como la Noche Triste.
Recriminado por Cortés, que se vio obligado a volver apresuradamente a Tenochtitlan a
socorrerlo, alegó que los aztecas estaban preparando sacrificios humanos para la fiesta
del Tóxcatl (quinto de los dieciocho meses del calendario mexica), incumpliendo su
promesa de no hacerlo, y que con la fiesta se preparaba una trampa para atacar a los
españoles.
Desde la perspectiva de los españoles, Bernal Díaz del Castillo justifica la agresión contra
la nobleza mexica en el Templo Mayor, puesto que según se había él enterado, los
mexicas se habían propuesto asesinar a Pedro de Alvarado, que como se ha dicho, había
quedado a cargo de las tropas españolas en México-Tenochtitlan. El asesinato sería
efectuado en el contexto de la celebración de Tóxcatl. A ello habría que añadir el disgusto
de los españoles por la celebración de un rito considerado pagano por ellos, que implicaba
la remoción de la efigie de la Virgen María y la Cruz que los españoles habían colocado en
el Templo de Huitzilopochtli, con el propósito de la celebración indígena.
Muchas fuentes coinciden en denunciar que Alvarado ordenó sin previo aviso que se
atacara a los danzantes de la fiesta, asesinando a personas desarmadas. Los testimonios
aztecas recogidos por Fray Bernardino de Sahagún describen una cruel
carnicería.[cita requerida] Este hecho provocó una fuerte reacción por parte de los ciudadanos
temerosos de mayores barbaridades y el conflicto desembocó en plena batalla campal con
considerables pérdidas para las tropas castellanas.
Durante la huida de Tenochtitlan se le atribuye haber salvado la vida, pese a estar rodeado
de enemigos, saltando un canal apoyado en su lanza, hincada en el barro; el gesto ha
tomado su nombre, "Salto de Alvarado", nombre también de una céntrica calle de Ciudad
de México (Puente de Alvarado) situada en la zona donde pudo ocurrir el hecho.
Podría citarse como precedente del salto con pértiga, igual que se hace con Filípides para
la maratón, pero el salto muy probablemente no existió: la referencia procede de Francisco
López de Gómara, que no fue testigo ocular, y es desmentida con gran rotundidad
por Bernal Díaz del Castillo, que sí estuvo allí, y que esgrime contundentes argumentos:
ningún testigo se hubiera percatado del salto, ocupados como estaban en salvar sus vidas;
la profundidad del agua y la anchura del canal salvado descartan la viabilidad de la
acrobacia y, finalmente, el mismo Bernal no oyó a nadie mencionar el salto hasta mucho
después de la conquista, con ocasión de la edición de unos libelos laudatorios para
Alvarado.[cita requerida]
Sin embargo, el hecho pudo haber tomado forma y atribuírsele a Pedro y en tal ocasión,
partiendo de una peculiar particularidad propia a él o de alguno de sus hermanos conocida
por los demás de las tropas a los que debieron de haber visto practicando su destreza o
jugando a ello; al ser todos ellos miembros de familia procedente de la Cantabria oriental
donde hasta hoy se práctica el denominado Salto pasiego, anteriormente más común y
usado tanto por hombres como mujeres desde muy jóvenes, lo cual debieron aprender los
Alvarado en familia en Extremadura o visitando durante la crianza familiares en Cantabria.

Conquista de Guatemala y El Salvador y San Pedro


Sula (1521-1527)[editar]
Véanse también: Conquista de Guatemala, Conquista de El Salvador y Batalla de Acajutla.

Tras la toma de Tenochtitlan en 1521, Cortés lo comisionó para otras expediciones más al
sur, lo que le permitió pasar a la historia también como conquistador de Guatemala y El
Salvador junto a su hermano Gonzalo de Alvarado y, aunque siguiendo a Cortés, también
concluyó la conquista en Honduras.
En 1524, Pedro de Alvarado ordena la fundación de la primera capital colonial de
Guatemala: Santiago de los Caballeros inicialmente en Iximché (Tecpán), luego refundada
en 1527 en el valle de Almolonga (hoy el barrio de San Miguel Escobar en Ciudad
Vieja, Sacatepéquez) tras una revuelta indígena.
En 1525 ordenó a Gonzalo de Alvarado la fundación de una villa con el nombre de San
Salvador en el Señorío de Cuzcatlán, para dominar los naturales de esas tierras. Ambas
localidades llegaron a tener tanta preponderancia en sus respectivas provincias
jurisdiccionales que terminaron por convertirse en capitales de las repúblicas
de Guatemala y El Salvador, respectivamente; aunque ninguna está en su emplazamiento
original hoy en día.
En 1527 viajó a España y se entrevistó con Carlos V. Es este su momento de mayor gloria,
al recibir del emperador los nombramientos de gobernador, capitán general y adelantado
de Guatemala, más de lo que conseguiría nunca Cortés de Nueva España. Sin embargo, a
su vuelta a América, en 1529, el gobernador de la Nueva España lo encarceló y lo
procesó; solo pudo librarse del cautiverio por la intervención de Cortés.

Fallido intento de intervenir en la conquista de los


incas (1534)[editar]

Retrato de Pedro de Alvarado.

Las noticias sobre las riquezas de los incas y la conquista que emprendió Francisco
Pizarro llegaron a oídos de Alvarado en Guatemala. Solicitó y consiguió permiso del Rey
de España para hacer descubrimientos y conquistas en las tierras de la provincias de
Quito del Imperio Inca que estuvieran fuera de los límites asignados a Francisco Pizarro.
Construyó su flota en el Pacífico Sur, donde fundó el Puerto de Iztapa (en Guatemala). A
principios de 1534 se hizo a la vela con una flota compuesta por ocho navíos, en los
cuales se embarcaron 500 infantes bien armados, 227 caballos y un número de indígenas
de Guatemala. Bartolomé de las Casas, en su Brevísima Relación, recuerda la mortandad
de indios que generaban estas expediciones, tanto por obligarlos a transportar hasta el
Mar del Sur los materiales con los que se construían los barcos, como por las condiciones
de viajes y trabajos.
El 25 de febrero de 1534 Alvarado desembarcó en la bahía de Caráquez; pasó luego a
Charapotó, donde fundó la Villa Hermosa de San Mateo de Charapotó; de ahí a Jipijapa, a
Paján y al río Daule. Volvió a retroceder hacia los bosques de Paján, donde se detuvo
algún tiempo. Sus fuerzas avanzaron por el sur hasta mucho más arriba de Chonana, y por
el norte bajaron tanto que llegaron hasta el territorio de Nono, en la actual provincia de
Pichincha, a pocos kilómetros de Quito.
Desde Nono, desandando muchas leguas, tornaron a los bosques pantanosos
de Chimbo en la región occidental, por donde, ya juntándose de nuevo toda la expedición,
empezaron a ascender la cordillera de los Andes hasta salir a las alturas de Ambato.
Como Alvarado anduvo perdido en las provincias del litoral durante los meses de febrero,
marzo y abril, sufrió las molestias de las lluvias de invierno, cuando en la costa los llanos y
todo el suelo en general se convierten en anegadizos y pantanos intransitables; y saliendo
a la planicie interandina, en agosto, pasó la cordillera precisamente en la época de los
mayores vientos y de las más fuertes nevadas.
Llegó Pedro de Alvarado a las llanuras de Ambato, actualmente en Ecuador, con un
ejército completamente débil, ya que llevaba muchos meses padeciendo las inclemencias
de la selva costanera, en la que se perdieron, porque los guías indígenas que habían
retenido a la fuerza lograron huir. Por esta razón, no estaban en condiciones de
enfrentarse con Diego de Almagro y Sebastián de Belalcazár y prefirieron llegar a un
arreglo amistoso el 26 de agosto de 1534, que consistió en que Pedro de Alvarado
recibiría una indemnización por los gastos que había hecho en tan malhadada expedición
y, a cambio, Diego de Almagro y Gonzalo Pizarro consiguieron que Pedro de Alvarado les
cediera los barcos, caballos y hombres que quisieran quedarse. Pedro de Alvarado,
finalmente, regresó a Guatemala. Francisco López de Gómara, en su Historia General de
las Indias, cifra la indemnización en cien mil pesos de oro, que fueron pagados,
cumpliendo la palabra de Almagro.

Mala acogida en Ecuador-Quito[editar]


En las actas del cabildo colonial de San Francisco de Quito se revela tajantemente la mala
acogida y descontento general que Pedro de Alvarado provocó en las empresas
conquistadoras encabezadas por Diego de Almagro y que estaban vinculadas a las
expediciones de los actuales territorios del Ecuador continental o del entonces Reino de
Quito, de acuerdo con las provisiones entregadas por Francisco Pizarro como gobernador
de la Nueva Castilla. He aquí unos de los primeros documentos originales del cabildo
colonial de Quito donde se expresa los “pareceres” a los que tuvo que recurrir el propio
mariscal Diego de Almagro para negociar con Alvarado y no fomentar una demostrada e
impopular acogida que originó su estadía en las tierras del norte del Pirú, apenas oída su
llegada desde Guatemala. El documento edilicio relata lo siguiente con la respectiva
respuesta de los cabildantes:
Acerca de lo que se debía hacer con don Pedro de Alvarado
paresçer que pydio don dyego de almagro a los del cabildo (de Quito) si debya rresistir o dexar
pasar o estar en esta tierra al adelantado don pedro de alvarado.
myercoles XIX días del de dicho mes (de agosto de MDXXXIII 1534).
Entraron en su cabildo los dichos señores justiçia e rregidores conbiene a saber Diego de tapia e
gonçalo ffarfan alcaldes, e xrispoual de ayala e martyn alonso de ángulo e Fernando gamarra e
ffernando de prado e marcos varela e lope Ortiz, rregidores para entender en cosas conplideras al
seruyçio de dios nuestro señor e de su magestad e vyen e pro desta dicha çibdad, vezinos e
moradores della segund que lo an de costunbre e estando juntos en el dicho cabildo el byno a el
magnífico señor don Diego de almagro mariscal en estos rreynos de la nueva castylla por su
magestad e thenyente de governador e capitán general en ellos por el mui magnífico señor
comendador don françisco piçarro adelantado e governador e capitán general destos dichos rreynos
e dixo a los dichos señores justiçia e rregidores que vyen saben E les consta de los daños e
escándalos que con su benyda e estadía en esta tierra a cavsado el adelantado don pedro de
alvarado e la dañada yntençion que trae e como a dicho e publicado que a de atravesar e andar
porn toda esta gouernaçion contra voluntad de la justiçia della, por ende que pide a los dichos
señores justiçia e rregidores le den su paresçer de lo que se debe hazer por que mejor se açierte lo
que conbyene al seruicio de su magestad e byen desta tierra e que si será byen estorvalle e
rresestille que no pase ny ande por esta dicha gouernaçion para excusar los daños que a hecho e
podía hazer andando por ella o sy le dexara pasar e se yra delante con alguna gente dexando
poblada esta cibdad como agora esta o después del pasado y que gente de pie y de a caballo será
bien que quede en esta dicha cibdad para la guarda e sutentaçion e buen recabdo della y en todo lo
que debe hazer le den el dicho paresçer.

Respuesta del cabildo:


Respuesta del alcalde Tapia
E luego el dicho Diego de Tapia alcalde dixo que le paresçe que el dicho señor mariscal no debe
yrse desta probynçia syno estarse en ella con la gente que al presente tiene por que si se fuese o
dexaje la dicha gente el dicho albarado con el poder que trae de gente podrya venyr a esta çibdad e
hallándola desmanparada del dicho señor mariscal podrya estarse en ella y en toda la tierra synque
nadie le pudiese yr a la mano y estar rrefformando en ella su gente e podrya ser que en este medio
tiempo le bynyese la gente que dize que espera con la qual y con la que al presente tiene y con los
que atraerya a su proposyto de los que en esta çibdad quedasen el dicho señor mariscal ffuese y
bynyese el dicho albarado acabarya de conquystar la tierra e habryan mucha suma de oro que en
ella ay como es notorio lo qual repatirya entre su gente de suerte que todos los tubyese muy
contentos para hazer lo que él les mandase e demás desto la justiçia e rregimyento que en esta
cibdad quedase no heran parte para se sostener por quel dicho alvarado atraerya a sy los señores e
caçiques destas probynçias y especialmente a este señor quel dicho mariscal en su poder tiene al
qual y a los demás hará entender como el dicho señor mariscal se ba a huyendo del e que no hay ay
otro capitán ny señor destas partes sy el no e terna manera como no se trayga a esta cibdad
bastimentos ny comyda ny otra cosa por manera que de neçesidad que todos los que en esta cibdad
quedaren sean les sea forçado yrse a meter devaxo de su mano.
E demás desto es notorio que mucha parte de la gente quel dicho alvarado al presente tiene esta
muy descontenta del e an dicho e publicado que en byendo lugar e tiempo muchos dellos se
bendryan a esta dicha cibdad donde el dicho señor mariscal esta e ansy mismo el dicho albarado
podrya enbyar aquy a poblar las probynçias de puerto viejo y teniéndolas pobladas podrya rrecojer
ally toda la gente que a estas partes bynyese y a la que traya el dicho señor governador tod lo qual
çesarya no dexando el dicho señor mariscal la tierra por que estando él en ella con el poder que
para la governar tiene e con tener como tiene poblada esta cibdad y con la voluntad que la gente
quel dicho alvarado con sigo trae tiene y con los muchos amygos naturales de la tierra el dicho
señor mariscal en nombre se su magestad puede defender el paso al dicho albarado e mandalle lo
que byere que conbyene al servyçio de su magestad e byen destas partes e que esto daba e dio por
su paresçer e lo firmo de su nonbre. Diego de Tapia.
Respuesta del alcalde Gonçalo Farfan.
El dicho gonçalo ffarfan alcalde suso dicho dixo que le paresçe quel dicho señor mariscal debe yrse
delante y rrecojer la gente questa en san myguel para con ella dar la buelta al camyno a donde
quyera que topare al dicho albarado para le defender e rresystyr que no haga daño en la tierra por
que si fuese delante podrya recoger la gente e rehazerce e quytar e hebytar que no bynyese al dicho
albarado nyngun socoroo de gente ansy por puerto byejo como por otra parte e que aquy le paresçe
no haçe fruto su estada por que no tiene posybilydad para rresystyr ny offender ny estorbar en cosa
alguna al dicho albarado e que esto daba e dyo por su paresçer. Gonçalo Farfán.
Respuesta
El dicho Xrispoual del ayala rrgydor dixo que le paresçe quel dicho señor mariscal debe hazer lo
quel dicho gonçalo ffarfan alcalde dize con tanto que dexe su merced la gente que le paresçiere que
conbyene para la guarda e anparo desta cibdad e que esto da por su paresçer.
Xrispoual de ayala (Cristóbal de Ayala)
E luego los dichos Hernando de gamarra e Lope Ortiz e marcos barela e martyn alonso dangulo e
Hernando de parado regidores dixeron que son del paresçer de lo que el dicho gonçalo ffarfan dixo e
que aquello les paresçe debe hazer el dicho señor mariscal e lo ffirmaron.
Marcos Varela
Martyn Alonso de ángulo
Lope Ortiz
Hernando de Gamarra
Hernando de Prado.

Proyecto de expedición a las Molucas (1539-


1540)[editar]
Luego que en 1533, la reina Juana I de Castilla emitió una real cédula otorgándole
a Francisco de Montejo la gobernatura del territorio comprendido desde el
río Cupilco en Tabasco hasta el río Ulúa en Hibueras, Montejo se trasladó
a Centroamérica para realizar campañas militares en contra de los lencas, pero también
Pedro de Alvarado había sido enviado con el mismo propósito por el virrey Antonio de
Mendoza y Pacheco. Debido al conflicto de intereses, en 1539 se realizó una permuta del
territorio de Chiapas que pertenecía a Alvarado por el territorio de Hibueras; ante esta
perspectiva Montejo se trasladó a Ciudad Real de Chiapa.6
Alvarado no soportó mucho tiempo la inactividad como gobernador de Guatemala y
Honduras, antes de solicitar y obtener de la corona otro encargo de exploración, esta vez a
las inasibles islas de la Especiería. Estaba preparando esta expedición y deambulando con
su flota por el Pacífico mexicano cuando fue requerido por el virrey Antonio de Mendoza y
Pacheco, que quería participar en la empresa. Pero antes le haría a Alvarado un encargo
militar que habría de ser el último: sofocar la rebelión de
indios caxcanes y chichimecas que había estallado en Nueva Galicia (en lo que hoy es el
estado de Jalisco, México).

Muerte en Nochistlán (1541)[editar]

Muerte de Alvarado, tal y como aparece representada en el Códice Telleriano-Remensis. Junto a su


cabeza aparece su nombre en (en idioma náhuatl: Tonatiuh, ‘Sol’)?.

En esa última acción militar, que a veces se conoce como Guerra del Mixtón, Alvarado fue
arrollado por el caballo de un compañero inexperto que huía del contraataque de los indios
chichimecas, que estaban parapetados en el Cerro del Mixtón (gato) y eran comandados
por Francisco Tenamaxtle, un caxcán bautizado que se había levantado en armas.
Sucedió en Nochistlán, en el sur de lo que hoy es el estado de Zacatecas.7
Tras unos días de agonía, murió el 4 de julio de 1541. Su cuerpo fue enterrado primero en
la iglesia de Tiripetío, Michoacán, y trasladado en 1568 por su hija, Leonor Alvarado
Xicoténcatl, a una cripta de la catedral de San José de Santiago de
Guatemala (hoy Antigua Guatemala), junto al de su mujer, Beatriz de la Cueva, llamada la
sinventura, no sin motivo: enviudó menos de un año después de suceder a su hermana
como mujer de Alvarado, y luego sobrevivió a su marido solo otro año.8
El cuerpo del conquistador y fundador de la ciudad sigue en dicha iglesia después de que
fracasara el intento de enterrarlos en un monumento levantado en su memoria debido a la
presión popular9
Luego de la muerte de Pedro de Alvarado en la Guerra del Mixtón, al quedar vacante la
gobernatura de Hibueras, la Real Audiencia de los Confines solicita a Francisco de
Montejo ejercer nuevamente el cargo en Hibueras, entre 1542 y 1544. No obstante, deja el
nombramiento y las gobernaturas de Tabasco y Chiapas, presentando sus
respectivos juicios de residencia.

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