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pequeño que es el ser humano, lo grande que es la fe católica y cómo el primero puede
alcanzar una vida plena gracias a ella. Esto con el objetivo de motivar al lector a que, así
como varios personajes se transforman a una vida religiosa, él también adopte esta postura.
sobre lo insignificante que es su existencia (la calavera y las reflexiones sobre la muerte);
el uso de distintas formas narrativas le otorga espacios de reflexión sobre los temas de
los que se han hablado y varios niveles narrativos que desembocan en el encuentro con
la vida religiosa. En este ensayo realizaré un análisis de cómo el autor presenta los elementos
Consideraciones previas:
En este apartado voy a destacar algunos conceptos y aspectos necesarios para el estudio del
desierto y el contexto en el que se desarrolla. En primer lugar, es necesario destacar que los
conceptos para designar a cierto tipo de escritores y sus obras aun no eran utilizados en la
época. Lo que llamamos novelista, cuentista, o poeta se reúnen en el término escritor. Los
sujetos que entregaban su vida a las letras se consideraban a sí mismos como escritores. Por
eso llamar la obra de Solís y Valenzuela una novela no es apropiado, pues este término es
posterior a la escritura de El desierto. Por esta razón, en este ensayo utilizaré el término obra
En segundo lugar, hay que destacar el carácter misceláneo de la obra. Solís y Valenzuela
utiliza diversos géneros en su texto, lo que hace que este sea una mezcla de formas literarias
como la poesía, la novela, textos historiográficos y relatos breves similares a las historielas
de El carnero. Sin embargo, esta construcción disforme de la obra no resulta atípica para la
época. Ficher resalta la situación de la literatura española, en la que las formas tradicionales
habían perdido su fuerza original, como una de las razones principales para la forma en la
Es cierto que en el S. XVII obras misceláneas, fueran de carácter religioso o no, florecieron
tanto en España como en sus colonias, mientras las formas novelescas de los siglos anteriores
se estaban disolviendo. En este sentido El desierto prodigioso no sale de lo típico. A partir
del ideario barroco de engaño y desengaño, hace gala de su conciencia aguda de los problemas
de realidad y ficción, de escribir y vivir, de tradición literaria y experiencia religiosa, sin
aspirar a una integración completa de los materiales narrativos (486).
En este fragmento, Ficher, además de inscribir la obra en una escritura típica, resalta varios
de los aspectos que analizaré en este ensayo. Sumado a lo anterior afirma que no hay una
intención de uniformidad. Solís y Valenzuela no aspira a una obra perfecta, uniforme, sino
que, por medio de la unión de varias formas literarias, aspira a apoyarse en ellas para cumplir
responde a la época, es una de las características que Bakhtin le atribuye a la novela barroca.
Para él este tipo de escritura sintetiza toda la tradición literaria y la utiliza explotando su
máximo potencial:
El significado histórico de la novela barroca es enorme. Casi todas las categorías de la novela
moderna tienen su origen en uno u otro de sus aspectos. La novela barroca, heredera de todo
el desarrollo precedente de la novela, y utilizando esta herencia al máximo (la novela
sofistica, el Amadís, la novela pastoril), fue capaz de unificar dentro de si todos los siguientes
elementos: problemática, aventura, historia, sicología, lo social; elementos que luego
figurarían como categorías independientes de novela. La novela barroca llegó a ser en tiempos
posteriores una enciclopedia de información de motivos novelísticos para la novela moderna
[...] (Dialogic 388). 1
que, en ella, el autor desarrolla aspectos primordialmente sociales. Por esto es necesario tener
en una enciclopedia, pues a parte de dar cuenta de varias tradiciones literarias, también está
inscrita en el ámbito social. De ahí que la obra de Solís y Valenzuela tenga un carácter
a transformarse a ella.
Esta última intención responde directamente a la contra reforma, hecho social que modifica
y determina la obra. Esta es escrita por un cura que hizo parte de la inquisición, por lo tanto,
embargo, no está promoviendo una fe a la institución religiosa, sino a la religión en sí. Por
esta razón, el lector puede apreciar que varios personajes se exilian a si mismos para llevar
una vida de ermitaños, alejados de toda institución social. También está el caso de los que se
ordenan curas en un monasterio. No obstante, llegan a hacer esto gracias a las meditaciones
1
Utilizo la traducción de Rodríguez Arenas en la página 470 de su artículo.
que han tenido como individuos. Solís y Valenzuela defiende una religión fundada en la
todo, en el que el ermitaño Arsenio vive su exilio voluntario. En este lugar, los 4 jóvenes
división temporal de las mansiones, los cuales dan pista de las herramientas utilizadas por el
En primer lugar, llaman la atención las descripciones espaciales del narrador. De ellas las
más importantes son las que describen el amanecer al inicio de las mansiones. En ellas el
narrador construye un espacio propicio para las divagaciones que realizan el ermitaño y sus
importancia de la naturaleza y de un espacio propicio para tratar los asuntos más profundos
de la vida: “Lustrosamente apacible, con luces cariñosas, con afectuosos rayos, salió el
planeta más bienhechor de los astros y desembozándose de tinieblas, con su apresurado curso
dio cortesano las pascuas a las flores llorosas con su ausencia” (105). En esta descripción el
narrador enfatiza en la relación entre las flores y el sol, y cómo este ilumina al mundo
Valenzuela. Como si fuera necesario un lugar ameno para que los asuntos más
naturaleza para esto recuerda a la figura del Locus amoenus de la tradición medieval. En ella
el agua, los árboles, el prado, los animales y el sol cumplen un papel fundamental para el
placer del ser humano. En este lugar era que se encontraban los personajes enamorados de
los primeros poemas que inauguran la tradición española (jarchas, cantigas de amigo, etc.).
De forma que la naturaleza desarrolla una relación estrecha con el placer. En el caso de El
para diálogos, monólogos o lecturas sobre los asuntos trascendentales. Solís y Valenzuela
describe un nuevo Locus amoenus para entablar una nueva relación, por medio de las
meditar lo tratado en esa mansión para poder iniciar con la siguiente. Aunque no tienen la
misma extensión, las mansiones comparten esta estructura, dando fuerza al carácter
pedagógico de la obra. Esto último porque la narración adopta una forma de curso de
catequesis, dividido en varias sesiones, como si el lector estuviera asistiendo a una serie de
clases en las que adquiere un conocimiento determinado. Por eso la necesidad de un descanso
al final, pues el objetivo de Solís y Valenzuela no es desarrollar una trama que atrape al
lector, sino alternar la trama con lecciones que requieren ser digeridas. De esta forma, al
terminar el día también termina la lección y es hora de que el lector medite sobre lo aprendido.
Por esta forma de proceder también podríamos pensar que el autor le da la oportunidad al
lector de tomar lo que quiera, de escoger en qué creer o no. Sin embargo, las lecciones son
la duda. Por esta razón, los descansos más que un espacio de reflexión y meditación, vienen
vendiendo la idea de que la relación con Dios puede ser sumamente hermosa y beneficiosa
para la vida. Pues, por un lado, es posible llegar a encontrar a Dios en los lugares más
hermosos y por el otro lado, Solís y Valenzuela, en cada mansión, realiza una o varias
enseñanzas que buscan afectar al lector, pero que no le permiten la duda. De esta forma
convence al lector de que existe una relación entre Dios y lo hermoso, y no le permite dudar
El aspecto moralizante es explícito en las pequeñas narraciones que introduce el autor a los
discursos de los personajes. En este apartado estudiaré la forma en que el autor presenta
ejemplificación, motivar tanto al lector, como a los cuatro jóvenes a la conversión. Para esto
tomaré solo dos de esas historias por no gastar más espacio del necesario y porque resultan
lo suficientemente esclarecedoras respecto al tema. Las historias que estudiaré serán la del
La primer historia tiene en común varios elementos con algunas de las narraciones que utiliza
Solís y Valenzuela para llevar a cabo su objetivo moralizante. En primer lugar, el personaje
(Arsenio) es pecador (hurta a su prima Casimira) para luego vivir varios sucesos que lo hacen
apreciar lo corta que es la vida y lo próxima que esta la muerte. Luego se encuentra con la
religión (el primer ermitaño, también llamado Arsenio, y la lectura de las divagaciones de
Casimira) para finalmente introducirse en la vida religiosa. Este también es el caso de Andrés,
quien no piensa en la vida religiosa hasta que se encuentra con Arsenio. Esta estructura en
las historias son ejemplificaciones de lo que tanto el lector como los cuatro jóvenes deben
En la segunda historia, el labrador Pedro Porter viaja al infierno en busca del notario que no
había hecho entrega de un papel que saldaba su deuda. En el viaje él ve los castigos más
terribles que viven los pecadores y al regreso, además de saldar su deuda gracias al papel que
el difunto notario le ayudó a encontrar, se vuelve predicador del horror del infierno, invitando
a todo sujeto con el que se encontraba a que tuviese cuidado de pecar. En esta historia, por
medio de Pedro Porter, Arsenio da cuenta de lo que le espera al pecador. De forma que en el
oyentes. Todos los textos que se mezclan con la trama de El desierto cumplen con esta
función moralizante, sea por medio del terror o por medio de una visión que funda su
esperanza en Dios.
En ambas historias resulta importante la palabra escrita. En la primera es gracias a ella (las
conflicto se desarrolla porque es necesario el papel que confirme que Pedro Porter saldó su
Palabra escrita:
ella se encuentra la verdad y el medio para la transformación católica. Ella inspira las
meditaciones de todos los personajes y ellos, por medio de esta, admiten su fe católica.
Andrés empieza a reflexionar sobre su vida religiosa en cuanto lee las inscripciones en la
cueva. La palabra escrita es la que recoge todo el conocimiento religioso y les permite a los
todos tienen acceso a la lectura y a la escritura. De forma que la palabra escrita no puede
La ideología subyacente de la voz autoral en El Desierto implica que aquellos que pueden leer y
escribir, están mejor preparados para alcanzar la salvación, que quienes son iletrados. Si la
escritura permite la creación de un mundo nuevo con mensajes que al ser interpretados ayudan al
logro de mejores niveles de vida, la lectura da acceso a información, a ideas, a la diversión,
estimula, produce controversia, como lo demuestran las tertulias que se producen en el mundo
narrativo de El desierto, a medida que se descifra el contenido de los cartapacios del ermitaño
Arsenio y de la lectura de los diferentes poemas que los participantes escriben e intercambian,
comentan y critican. (Rodríguez Arenas 473)
que el hombre puede alcanzar una relación plena consigo mismo y con Dios. Arsenio es
consciente del valor de la palabra escrita, por eso escribe todas sus meditaciones, que luego
comparte con sus discípulos. De la misma forma ellos también son conscientes de este valor
y por eso responden de forma escrita a las meditaciones del ermitaño. Solo las meditaciones
más profundas pueden ser llevadas a la escritura. Por eso podemos percibir que los sucesos,
los problemas individuales y el contexto social muchas veces es ignorado por los personajes.
Es por medio de la interacción del sujeto con lo escrito que se puede llevar a cabo una
cueva del ermitaño una intención moralizante, al afirmar que él piensa su lugar de meditación
Este intérprete aporta su conocimiento social y cultural, lo que le permite relacionar lo leído
con su época. Por esta razón, al desarrollarse en la época de la contra reforma, los personajes
son conscientes de la situación en que se encuentran y por lo tanto pueden entender todo el
conocimiento que el ermitaño les transmite. Partiendo de esto podemos afirmar que los
personajes, el narrador y el autor, se valen del conocimiento que tienen sobre sus discípulos-
moralizante del autor. Uno de ellos, el más tratado en la obra, es la imagen de la muerte
representada con una calavera y un crucifijo. En toda la obra son varios los momentos en que
se hace una mención de una calavera acompañada de un crucifijo. La calavera simboliza una
de las meditaciones que más afectan a los jóvenes: la muerte. En toda la obra se entablan
varias divagaciones sobre la brevedad de la vida terrenal y lo próxima que está la muerte, sin
embargo, siempre es recurrente que esté acompañada por un crucifijo: “porque vio [en la
cueva], aunque con ornato pobre, un aseado y curioso altar, en el cual, sobre el roto casco de
una calavera estaba pendiente de un madero la efigie hermosa del Crucificado Dios” (95). En
esta imagen doble, Solís y Valenzuela representa una de las divagaciones que más motivan
conceptista de la obra, que también se vale de alegorías como esta, entabla una estrecha
relación con la intención del autor, en este caso, representar la desgracia colectiva junto a la
Arsenio perseguía con la estructura y disposición de los signos y símbolos gráficos y pictóricos,
y con la serie de objetos contenidos en la cueva: el valor pasajero de la existencia mortal y la
eternidad de la vida después de la muerte. (Rodríguez Arenas 474)
De esta forma, estas imágenes y acertijos apoyan la intención moralizante del autor. Pues, en
primer lugar, causan terror al lector por la proximidad de la muerte y después le ofrece una
solución: la fe.
Por último, voy a destacar un aspecto de la narración que termina de convencer al lector. Lo
cercana que resulta la narración y el uso de palabras cotidianas. Estos dos aspectos hacen que
el lector sienta confianza hacia el narrador, ocasionando que sea más fácil convencer al
discípulo de lo que se está enseñando. Rodríguez Arenas, después de hacer una lista de los
Las estructuras de la oralidad que se hacen presentes con este tipo de conceptos situacionales
sirven para traducir las ideas a términos más cercanos a lo cotidiano. Un elemento propio de la
naturaleza se convierte en dos peculiaridades de lo humano: "monte" = "berruga", "lunar", etc.
Este tipo de ordenación discursiva proporciona más dramatismo a lo descrito, para hacer el
mensaje más perceptible y por tanto más fácil de grabar en la memoria. (480)
narrador busca aproximarse al lector para poder abordarlo de forma sencilla. Otro ejemplo
de la búsqueda de proximidad por parte del narrador es la referencia al propio lector, lo que
de los lechos y, tú, lector, le puedes tener también hasta que la Segunda Mansión, ojalá que,
con provecho y gusto, te despierte” (104) Al final de cada mansión el narrador se dirige al
lector y le invita a descansar. En este punto el narrador entabla una relación con el lector,
haciéndolo parte de la obra. Esto causa en el lector la impresión de que puede confiar en el
Conclusiones:
A pesar de no haber mencionado todos los aspectos que soportan la intención moralizante de
fondo algunas de las herramientas de las que se vale Solís y Valenzuela para convencer al
espacio temporal, en la cual vi cómo el autor conecta la idea de Dios con lo hermoso y cómo
hace sentir al lector que está asistiendo a una clase, en la que debe digerir todo lo que se le
enseña. En segundo lugar, la labor moralizante que cumplen las historias inmersas en la
narración, pues todas terminan con una transformación, gracias a la cual todo termina bien.
que los personajes deciden entablar una relación más profunda con Dios. En cuarto lugar,
estudié una de muchas imágenes que se repiten a lo largo de la obra y que, por medio de una
construcción alegórica, representa una de las divagaciones más importantes. Y por último vi
cómo el narrador busca aproximarse al lector para crear un ambiente de confidencia en el que
carácter moralizante claro, sin embargo, hay varios aspectos ocultos que apoyan esta
BIBLIOGRAFÍA PRIMARIA
Solís y Valenzuela, Pedro de, and Héctor H Orjuela. El Desierto Prodigioso Y Prodigio Del
Desierto. Instituto Caro Y Cuervo, 1984.
BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA
Bakhtin, M.M. Dialogic Imagination. Austin: University of Texas Press, 1981.
Bechara, Zamir. "El otro mundo en El desierto prodigioso y prodigio del desierto de Pedro
de Solís y Valenzuela: procedencia de la leyenda de Pedro Porter". Hispanic Review, vol. 65,
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Cárdenas Baracaldo, Alejandro Nicolás. "«El desierto prodigioso y el prodigio del desierto:
criollismo y subversión discursiva en el proyecto institucional de un letrado santafereño».
una mirada desde el barroco neogranadino". Pontificia Universidad Javeriana, 2009.
Fischer, Sibylle María. “El desierto prodigioso y el prodigio del desierto (1650) del
neogranadino Pedro de Solís y Valenzuela: los espacios en la literatura”. Revista
Iberoamericana, vol. LXI, no. 172-173, Julio- diciembre 1995.
Rodríguez Arenas, Flor María. “Escritura y oralidad en El desierto prodigioso y el prodigio
del desierto (Circa 1650), novela de Solís y Valenzuela”. Revista Iberoamericana, Vol. LXI,
no. 172-1173, Julio-diciembre 1995.