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Índice

I Presentación
II Introducción
III En el mismo mundo, ¿otra ciencia?
IV Modelos científicos
a) ¿Cómo concebían la ciencia los pueblos mayas?
b) Las ciencias del cielo: matemáticas, astronomía, astrología
1. Las evidencias principales: calendarios y códices
2. Matemáticas
3. Astronomía
4. Astrología
c) Las ciencias de la tierra: medicina, historia y adivinación
1. Medicina
2. Historia
3. La ciencia de la adivinación
V Bibliografía
La ciencia de los antiguos mayas

I. Presentación

Para los occidentales, comprender el concepto de ciencia de la antigua civilización


maya no es sencillo. La concepción modernista del mundo impuso la idea de que
lo civilizado era un estilo de vida bien preciso, fuera del cual todo era extraño,
exótico o propio de pueblos primitivos.

La primera barrera que aparece en una aproximación a la ciencia maya es la del


lenguaje. ¿Cómo hablar de la ciencia de una civilización que expresa sus ideas
fundamentales en lenguaje mitológico? ¿Cómo constatar el valor científico de un
hecho expuesto de una manera poética, gráfica, arquitectónica o profética? ¿A
que se puede llamar investigación en un sistema de conocimiento e interpretación
de la realidad heredado de generación en generación desde épocas sin
tiempo? La segunda es que no se encuentra una conexión muy clara entre
ciencia y tecnología. Su tecnología pertenece prácticamente a la Edad de Piedra,
pues si bien conocieron el metal lo utilizaron muy poco; no generaron máquinas ni
domesticaron animales de carga y su arquitectura monumental es bastante
tosca. Pero nadie duda de que sea una de las grandes civilizaciones del pasado.

Esta es una modesta aproximación a las ideas que fundamentaron la ciencia que
desarrolló este singular pueblo. En los inicios del siglo XXI es mucho lo que se ha
descubierto de este mundo pero es mucho más lo que se ignora. Quienes
estudiamos la tierra de los mayas o vivimos en ella, somos tocados por su
cosmovisión y aun lejanamente participamos de ésta; sus nahuales nos capturan y
nos dejan libres a ratos; sus tormentas eléctricas y sus cada vez más frecuentes
huracanes nos recuerdan que los Dioses están siempre encima de nuestras
cabezas, y bajo nuestros pies; Venus nos mira desde lo alto mientras el tiempo
pasa y los ciclos se cumplen. Somos pequeños. Somos los mismos humanos de
hace mil, dos mil, o diez mil años ante el abismo de lo desconocido.

II. Introducción

El interés por el mundo maya viene desde la época de la conquista española, en


los siglos XVII y XVIII. Cuando comenzaron los estudios de la civilización maya en
el siglo XIX, los productos aportados eran dibujos, reportes, relatos verbales y
crónicas de exploradores, expedicionarios y curiosos que visitaban sus ciudades
cubiertas casi totalmente por la vegetación selvática, en vista de la enorme pasión
que existía en Europa por los antiguos pueblos americanos. Finalmente en el siglo
XX termina la exploración e investigación a título personal y comienza una época
de investigación institucional de las monumentales ruinas y otros vestigios
materiales. Durante unos 60 años se acumuló una cantidad impresionante de
información y documentos, dibujos, mapas, levantamientos de monumentos, libros
publicados y otros, pero de allí no surgían respuestas a muchas preguntas: ¿Cuál
era la forma de vida de estos pueblos? ¿Cuál era la utilidad de los cientos de
objetos encontrados? ¿Qué significado daban a sus símbolos gráficos? ¿Qué
acontecimiento terminó con esta civilización o dispersó a sus habitantes? ¿Cuál es
su antigüedad? ¿Cuales fueron sus contactos culturales? ¿Quienes fueron sus
amigos, quienes sus enemigos, que normas regían sus vidas?

En esta época se surgen los arqueólogos de gran renombre Sylvanus Morley y


Eric Thompson, quienes elaboraron una explicación clara y articulada de este
misterioso mundo y que terminó por convertirse en el “modelo tradicional de la
civilización maya”. La visión del mundo maya que produjo fue un eco de la imagen
romántica del “buen salvaje”; un pueblo pacífico, aislado de influencias externas y
temeroso de sus extraños dioses; paciente, obediente de sus gobernantes y
sacerdotes, en perfecta armonía social que le permitió construir portentosas
pirámides y obras de arte, estudioso del cielo, obsesionado por el paso del tiempo
y víctima de un oscuro suceso que causó su desaparición. En los últimos años, a
la luz de la moderna investigación, el modelo ha sido debatido, corregido o
superado pues estuvo basado en premisas falsas o incorrectas cuyas raíces se
pueden encontrar en los exploradores y científicos del siglo anterior.

Los avances en el desciframiento de la escritura maya y la incorporación del


modelo de investigación multidisciplinaria cambiaron radicalmente muchas de las
interpretaciones de los vestigios materiales de ésta civilización y hoy se tiene una
idea más aproximada de lo que puede haber sido este pueblo. Actualmente se
conoce su cosmogonía, cosmología, algunos símbolos universales compartidos
con el resto de América precolombina y mucho de de su forma de vida.

¿Qué revela el nuevo modelo de interpretación? Los pueblos mayas estuvieron


sometidos a grandes presiones políticas, tuvieron que desplegar habilidad para
conservar sus rutas comerciales, practicaron la guerra, la diplomacia, el arte y la
ciencia. Enfrentaron problemas demográficos, habitaron las grandes ciudades que
otrora se creyeron únicamente centros ceremoniales, honraron a las divinidades
tradicionales, sus reyes derramaron sangre en los altares, escribieron miles de
códices, cultivaron el maíz y celebraron, como hoy, sus fiestas calendarias.

Conforme a este nuevo modelo se puede devolver la dimensión humana al pueblo


maya, que ha perdido bastante de su halo de romanticismo. Se puede indagar en
su concepción religiosa, artística y científica con más certeza y se puede ver
cómo, después de miles de años, persiste el tronco de la tradición en los mayas
actuales. Ya no se puede considerar a priori a sus sacerdotes tradicionales como
charlatanes ni a su ciencia como “primitiva”, “prelógica” o “pseudo ciencia” , pues
previo a desvalorizar esta esfera de acción del mundo maya habría que demostrar
que tanto sacerdotes como concepciones científicas no pudieron llenar el objetivo
por el cual fueron creados, esto es, tender un puente entre el mundo divino y el
mundo terrestre a través del ser humano para conocer y manejar la naturaleza y
para cumplir con el mandato mas claro que compete al ser humano: honrar a los
Dioses.
III. En el mismo mundo, ¿otra ciencia?

El ser humano crea una cultura y una civilización para sobrevivir como grupo y
para llevar a cabo sus sueños y realidades interiores; para lograrlo necesita, por
una parte, crear una comunidad de ideas que le permita direccionar la plasmación
y por otra, crear instrumentos para conocer el mundo y manejarlo. La ciencia es
una gran caja de herramientas, aunque no la única, al servicio de un grupo
humano que necesita modificar un entorno cambiante y mantener una forma
civilizatoria que terminará por desgastarse y fenecer cuando quienes la vitalizan
pierdan las ilusiones, los sueños, las imágenes mentales y la visión de grandes
ideales colectivos.

La diversidad de culturas y civilizaciones surge de la acción de un grupo humano


que crea soluciones adaptativas y novedosas ante un entorno singular que no
permanece constante, sino que cambia por virtud de la misma acción humana y el
paso del tiempo. Antes de la acción surge la inspiración o idea de lo que se quiere
hacer. Después comienza la búsqueda de los instrumentos que van a permitir la
plasmación de una forma de vivir, pensar, sentir, hacer y trascender.

En razón de lo anterior, es de suponer que todos los grupos humanos que han
llegado a constituir una civilización han conocido la ciencia, pero seguramente su
concepción científica ha sido acorde a su concepto de la vida, el ser humano, el
Universo y Dios, lo que equivale a decir que no la han concebido exactamente
igual que nosotros. No obstante es probable que si se pudiera seguir la pista a las
formas que ha tomado la ciencia en las diferentes civilizaciones, al final del camino
se puedan establecer puntos de convergencia que nos asombren, pues lo que ha
cambiado no es el mundo, sino el concepto del mundo que los humanos tienen en
un determinado tiempo y lugar y por consiguiente, el concepto de ciencia.

En el mundo occidental, la ciencia tal cual la concebimos hoy, comenzó a ganar


terreno a partir del siglo XVII. Tanto expandió su importancia y relieve que sus
acérrimos defensores la han presentado a muchas generaciones como la actividad
humana mas alta, incluso con vistas a reemplazar a la religión y a la filosofía. Es
conocido el modelo teórico del siglo XIX que resume la historia del conocimiento a
cuatro grandes etapas: animista, religiosa, filosófica y científica, siendo la última la
corona del conocimiento humano. Si bien este modelo pudo tomarse como cierto
en una época en que la ciencia prometía mucho, hoy en día y a la vista de las
verdades comprobadas por la misma ciencia, está devolviendo los espacios
usurpados a la religión y a la filosofía y procura, mas que reemplazarlas,
complementarlas con su aporte de análisis, objetividad y rigor en el conocimiento y
dominio del mundo.

IV. Modelos científicos

El concepto que un grupo humano tiene de la ciencia en un determinado tiempo y


lugar está encadenado a una concepción total de la vida, a una cosmogonía y
cosmología, a una idea del ser humano y su destino, del mundo y de Dios.
¿A qué se llama ciencia en occidente? Reducido a líneas muy gruesas, la ciencia
para el mundo occidental tiene su punto de partida en una concepción materialista;
es un proceso determinado para adquirir conocimientos objetivos del mundo y el
ordenamiento de estos conocimientos en cuerpos teóricos compuestos de
principios, leyes y teorías. Su finalidad es explicar mediante una relación causal el
comportamiento de un sistema y predecir los hechos futuros de ese sistema en
determinadas circunstancias. Uno de los grandes propósitos de la ciencia actual
es producir tecnología, como parte de toda una promesa de progreso para la
sociedad humana y para una buena parte de la humanidad, ciencia y tecnología
son sinónimas. Su método es experimental y objetivo, y su lenguaje es
especializado, lo mismo que su acción concreta, que está dividida en cientos de
especialidades.

Esta manera de concebir la ciencia apunta al conocimiento de una realidad


material que se ha de dominar y predecir, surge de una forma de concebir el
mundo fragmentaria y lineal donde sólo son comprensibles pequeños trozos de
actividad y vida suficientemente predecibles, donde se concibe como verdadero y
lógico lo que cabe dentro de alguna categoría analítica preexistente, limitada y
aceptada como correcta. Las diferentes especialidades operan circularmente y
muchas veces no llegan a tender puentes entre sí para predecir efectivamente el
comportamiento del sistema.

Los especialistas aprenden su oficio en una universidad o escuela técnica y rara


vez crean la ciencia que profesan, mas bien la ejercen por una vocación
manifiesta o necesidad.

a) ¿Cómo concebían la ciencia los pueblos mayas?

El concepto del mundo y de la ciencia está basado en una visión religiosa del
universo y de la vida, según la cual todo se origina en las energías sagradas que
se manifiestan en la multiplicidad de la naturaleza. La unidad entre lo celeste y lo
terrestre y los grandes conceptos cosmológicos aparecen continuamente y se
manifiestan en todas sus creaciones, desde sus ciudades hasta sus mitos, códices
e historia sagrada. Estos mitos, que son conocidos por una parte de la población
maya actual, explican el nacimiento del mundo y la moral humana. En ellos está
dicho que el hombre está integrado al universo por contener en su ser sustancias
vegetales, animales y divinas, es a la vez uno y múltiple, y tiene como misión
fundamental mantener a los Dioses. En alguna clave, soporta las fuerzas del
cosmos y de todos los humanos, el rey es quien está en el centro donde
convergen el cielo, la tierra y el infierno, en el punto central de la cruz y en su
base.

Dice la tradición que los Dioses crearon el cosmos con una sola finalidad: la
conservación de su propia existencia a cargo del hombre, que es a su vez
intermediario entre el cielo y la tierra. Pero ambos constituyen una unidad y el ser
humano esta en el centro, desde donde acata la voluntad de los Dioses como
creador de la vida, la suya propia y de aquella que se plasma a través de sus
actos cotidianos colectivos. Debe conocer el mundo y sobrevivir en el sin obstruir
el flujo de las fuerzas sagradas y sin oponerse al destino que esas mismas
potencias le han asignado.

Ante esta concepción unitaria del universo el conocimiento científico resulta difícil
de parcelar. Así, medicina, astronomía, matemáticas, física, arquitectura,
astrología, agronomía, política, historia, otras ciencias y diversas técnicas prestan
servicios al ser humano y actúan en continua interrelación, pues el mundo es uno
e integral, la ciencia es el conocimiento del mundo y su utilidad no cambia siempre
y cuando se aplique en el mundo terrestre conforme a la voluntad de los seres
divinos. Dice Mercedes de la Garza:

“Los conocimientos matemáticos, astronómicos y cronológicos de los mayas


pueden ser considerados como una ciencia objetiva según en concepto occidental
y convencional de ciencia, pero desde las perspectiva de sus creadores esas
ciencias son una manera de vincularse con lo sagrado, en tanto que los astros y el
propio devenir son energías divinas que influyen sobre el mundo y los hombres; y
esos conocimientos tienen la finalidad de proteger al hombre, ayudarlo a sobrevivir
materialmente y anticipar su futuro; por ello, forman parte de la religión. Las
fuerzas sagradas que se generan en cada uno de los lapsos actúan
benéficamente o maléficamente sobre el hombre; pero éste no está sometido
pasivamente a los dioses, pues como el movimiento de ellos es cíclico,
conociendo lo que ocurrió en el pasado puede saber lo que vendrá y buscar la
forma de mejorar ese destino. Así, los logros “científicos” implican una actitud
creativa y libre ante los dioses, que tiene como eje la preocupación por el destino
humano.” (1998: 104-105).

En la mente del maya ancestral no hay un límite preciso entre el individuo y la


naturaleza, tampoco entre lo natural y lo sobrenatural ni entre Dioses y los
humanos. Esta característica es común a muchos pueblos del pasado de la
humanidad que conciben la unidad con la naturaleza y la armonía del grupo como
lo más importante para la supervivencia. Por ello, el temor a la muerte y al futuro
son reemplazados por la confianza en un el sustrato Divino que lo sostiene, eterno
y siempre presente en los espirales de la Vida.

Sin especialización del trabajo no puede surgir una sociedad compleja ni mucho
menos una civilización, pero por su concepto unitario de la vida es probable que el
especialista haya sido mas bien un generalista, sobre todo en algunas profesiones
como la medicina y el sacerdocio. Sin duda conocían las ciencias y las técnicas
como lo demuestran sus creaciones materiales e inmateriales pero los límites de
los campos de acción eran más difusos.

Los oficios que aparecen claramente señalados en los testimonios hasta ahora
descifrados son el sacerdocio, cuya especialidad es hoy en día el conocimiento del
calendario pero que en época clásica estaba diferenciado en varias funciones, 2
músico y/o actor,3 médico, comerciante, pintor, tallador y el amanuense o escriba. 4
Diego de Landa reseña:

“El oficio de los sacerdotes era tratar y enseñar sus ciencias y declarar las
necesidades y sus remedios, predicar y echar las fiestas, hacer sacrificios y
administrar sus sacramentos. El oficio de los chilanes era dar al pueblo las
respuestas de los demonios y eran tenidos en tanto que acontecía llevarlos en
hombros. Los hechiceros y médicos curaban con sangrías hechas en la parte
donde dolía al enfermo y echaban suertes para adivinar en sus oficios y todas
cosas. Los chaces eran cuatro hombres ancianos elegidos siempre de nuevos
para ayudar al sacerdote a hacer bien y cumplidamente las fiestas. Tacones eran
dos oficios, el uno perpetuo y poco honroso porque era el que abría los pechos a
las personas que sacrificaban; el otro era una elección hecha de una capitán para
la guerra y otras fiestas, que duraba tres años. Este era de mucha honra.” (1978:
49)

Las mismas fuentes revelan actividades varias, sin que por eso hayan sido las
únicas que la persona desempeñaba. Tales son: jugador de pelota 5, orfebre,
carpintero, guerrero, cazador y labriego. En documentos de la conquista y colonia
española, de donde provienen muchas referencias, no se hace mención explicita a
los arquitectos, astrónomos y matemáticos.

En la siguiente tabla se presenta una suerte de esbozo comparativo de ambas


concepciones de la ciencia. Es de carácter general y refleja solo las grandes
líneas, pues hay mucho de la civilización maya que aun se desconoce por lo que
la dicha tabla puede y debe ser revisada.

Ciencia occidental Ciencia maya

· Construir un puente para


vincularse con lo sagrado y así
· Manejar una realidad material
crear en el plano
cuya causa está en la materia.
material conforme a la voluntad
· Previsión de los hechos
de los Dioses.
Objetivo futuros con apoyo en una Ley
· Predicción de los hechos
producto de la inducción, que
futuros por el conocimiento de
pronto se convierte en tradición.
una Ley revelada por la
· Crear tecnología
tradición.
· Crear entendimiento

· Método experimental, analítico


el inductivo del hecho a la Ley. · Método racional, sintético y
Método · Del mundo fenoménico al deductivo de la Ley al hecho.
mundo de la formulación teórica Del divino mundo de las causas
al mundo terrestre de los
acontecimientos

· Conocimiento provisional · Conocimiento definitivo


y/o parcial de las leyes que y/o total de las leyes que
rigen un mundo material que rigen un mundo material que
Conocimiento cambia y se renueva cambia y se renueva
continuamente. continuamente.
· El origen del conocimiento es · El origen del conocimiento es
conocido. desconocido.

· Especialidades que son útiles · Especialidades útiles en una


en una realidad urbanamente realidad rural y urbanamente
Especialidades compleja, fragmentada, simple, donde persiste el
parcelada y ajena a los ciclos contacto con los ciclos
naturales y al mundo sagrado. naturales y el mundo sagrado.

· Lenguaje técnico y simbólico


general y uno apropiado a cada · Lenguaje técnico,
Lenguaje especialidad, completamente simbólico, pictórico y poético,
cerrado para los externos al de difícil comprensión actual.
oficio.

b) Las ciencias del cielo: matemáticas, astronomía y astrología


1. Las evidencias principales: calendarios y códices

Aunque se encuentran evidencias astronómicas en todo vestigio que refleje la


cosmogonía maya, tales como vasos, pinturas murales, edificios, estelas
funerarias, los conocimientos astronómicos, astrológicos y matemáticos quedaron
plasmados en los calendarios, que a decir de modernos sacerdotes, eran 20 y
estaban todos relacionados. Fueron concebidos para abarcar un tiempo
total, circular y eterno, reflejo de la bóveda celeste. Hoy se utilizan solo tres, el
solar o Haab, de 365 días, compuesto de 18 meses de 20 días cada mes y un mes
de 5 días al final del ciclo; el Cholk’ij o sagrado de 260 días, que se forma de la
combinación de 20 días y 13 numerales y de la combinación de ambos
calendarios surge un período de 18, 980 días (52 años) tras el cual se repite el
ciclo. Este ciclo de 52 años se le llama la Rueda Calendarica.

Cada día estaba regido por uno de los nueve Señores de la Noche que se
sucedían en progresión a manera de nuestra semana de siete días. También se
contabilizaba en el calendario el crecimiento y decrecimiento de la luna y la
posición del planeta Venus, por lo que cada día tenía un mensaje personalizado e
inconfundible.
Para períodos mayores de tiempo se utilizaba la Cuenta Larga basada en eras.
Permitía contabilizar ininterrumpidamente el transcurso de los días en un sistema
de referencia temporal que podía adentrarse por igual en el tiempo pasado y en el
futuro. Su base unitaria era el tun o período de 360 días o un año; 20 tunes
conformaban un katun o 20 años, 20 katunes constituían un baktun o 400 años, 20
baktunes hacían un pictun de 8,000 años, 20 piktunes formaban un calabtun de
160,000 años y así sucesivamente.

Los cuatro códices mayas6 que se aceptan como originales contienen información
astronómica, en especial el Dresden, que contiene tablas calendarias que señalan
eclipses futuros, visibles o no desde el área maya, y tablas de visibilidad del
planeta Venus. Además contiene otras series de datas y tablas que describen
fenómenos importantes ocurridos en el cielo; ortos y ocasos heliacos de los
planetas y sus conjunciones. Los códices también contienen datos sobre
ceremonias religiosas y otras ciencias. Fray Diego de Landa, en el siglo
XVI, mandó quemar millares de ellos por lo que se perdió valiosa información
científica e histórica

También se encuentran evidencias de conocimientos astronómicas en las


estelas. Scheele menciona que en la estela de Cobá está registrada la fecha
13.0.0.0.0, 4 Ahau, 8 Cumkú, que es la fecha inicial de la “cuenta larga” y es el
principio de la era en que vivimos. Ese fue el día de la creación del mundo, que
corresponde al 13 de agosto de 3,114 a.C. En Quiriguá y Palenque se registra la
misma fecha de inicio de la nueva era, con pequeñas variaciones7.

2. Matemáticas

Aunque se reconoce universalmente que el sistema matemático maya es una


creación extraordinaria que opera hasta nuestros días y que permite una visión
tridimensional de las cosas, es mucho más lo que se ignora que lo que se
sabe. Es evidente su relación con la Astronomía y la elaboración del calendario,
mas se ignora hasta la fecha si permitía operaciones complejas algebraicas,
radicaciones, potenciaciones y cuáles serían los símbolos utilizados para efectuar
las operaciones simples.

Dice Diego de Landa:


“Que su contar es de 5 en 5 hasta 20, y de 20 en 20 hasta 100, de 100 en 100
hasta 400, y de 400 en 400 hasta 8 mil;”…”Tienen otras cuentas muy largas y que
las extienden ad infinitud contando 8 mil veinte veces, que son 160 mil, y tornando
a 20, duplican esas 160 mil, y después de irlo así duplicando hasta que hacen un
incontable numero, cuentan en el suelo o cosa llana”.(1978:41)

El sistema matemático maya era vigesimal y sus números se formaban a partir de


tres símbolos; un punto de valor 1, una raya de valor 5 y una concha de valor cero,
cuyo uso es desconocido en otras civilizaciones. Para expresar números mayores
de 20 se utilizaba un juego de posiciones verticalmente acumulativas que se
llenaban con múltiplos de 20. La explicación de la modalidad vigesimal del
sistema numérico se encuentra en el calendario. El mes maya de 20 días, uinic o
uinal designa también la palabra ser humano, que con sus 20 dedos conforman
una unidad que abarca 20.8 Esta afirmación recuerda aquella otra del mundo
clásico occidental y del Renacimiento europeo: “El hombre es la medida de todas
las cosas”.

Es un sistema que permite concebir tridimensionalmente las matemáticas, pues en


el paso de un nivel a otro opera la potenciación. Al igual que las demás ciencias,
esta concebido desde la Unidad, que se divide en ciclos que finalmente pueden
abarcar todo el universo mensurable.

3. Astronomía

Desde la época de E. Thompson se ha considerado a los mayas como los grandes


astrónomos de América antigua. Los actuales descubrimientos y nuevas
interpretaciones los confirman entre las civilizaciones más conocedoras del cielo,
sus movimientos, sus relaciones y lo que es aun más importante, intérpretes
cabales del significado y la influencia del mundo celeste en la esfera humana y
terrestre. Como las demás civilizaciones antiguas, el estudio de la
Astronomía estaba estrechamente relacionado con su cosmovisión, sus mitos y
su religión. La Astronomía era la ciencia que permitía el dominio de las
dimensiones del mundo: el tiempo y el espacio.

En el mundo maya, el tiempo esta íntimamente relacionado con el tránsito circular


del Sol por el firmamento. La ciclicidad del espacio – tiempo es una de las
características de su concepción cosmogónica. Pero el tiempo no es un concepto
abstracto sino evidente y permite que los seres tengan sus cualidades
propias. Estas ideas sobre el espacio- tiempo se perciben en sus rasgos
culturales, en sus conocimientos calendaricos y astronómicos, en sus mitos
cosmogónicos y también en sus textos sagrados, proféticos e históricos. Según
su cosmología, el universo un ser en continuo movimiento, incluso los Dioses no
son seres estáticos, son uno y muchos, masculino y femenino, vida y muerte,
celeste y terrestre. Este movimiento abarca al ser humano y lo hace participar de
lo divino al formar parte de la naturaleza toda.

Se enumeran a continuación algunos de sus conocimientos astronómicos, no los


únicos, evidentes y registrados en testimonios que se han estudiado y descifrado.

 Conocían la vía Láctea y la representaban como un cocodrilo o dragón


celeste. 9
 Conocimiento del sistema heliocéntrico y la elíptica.
 También conocían las constelaciones y las representaban en forma de
símbolos y animales diferentes a los nuestros salvo la constelación de
Escorpión, que se representa igual.
 Conocían los períodos orbitales, sidéreos y sinódicos de Venus, Júpiter,
Marte y Saturno y los otros de las estrellas.
 Conocían la estrella Polar, a la que llamaban Xaman Ek y las Pléyades o
Tzab.
 Daban al planeta Venus una importancia capital, según consta en los
códices y en las estelas hasta ahora estudiadas. Actualmente se
desconoce la influencia concreta de Venus sobre la tierra, la sociedad y el
ser humano.
 Elaboraron instrumentos para observar el cielo y predecir los eclipses que
no han llegado hasta nosotros.
 Construyeron calendarios de una precisión asombrosa y sus claves de
interrelación. Hoy conocemos solamente dos calendarios, que coinciden
cada 52 años.
 Conocían el valor exacto de las órbitas planetarias de manera que podían
corregir el calendario solar. Se ha demostrado que las correcciones que se
aplican al calendario maya para ajustarlo periódicamente a la duración real
de los movimientos siderales lo hacen un diezmilésimo de día más exacto
que el calendario gregoriano utilizado actualmente.

Conocían la influencia de los astros sobre la tierra, la sociedad humana y las


personas

4. Astrología

La anterior afirmación apunta a la ciencia Astrológica. Quien conoce a los


actuales pueblos mayas y su enorme sentido práctico no podría aceptar que el
conocimiento exacto hasta lo increíble que tenían de las posiciones astronómicas
de los planetas, estrellas, constelaciones y su cuidadoso registro en tablas y
calendarios haya sido por curiosidad o por el conocimiento en sí. En otras
palabras, por el placer de conocer el movimiento de los astros. Con los miles de
códices que se perdieron para el patrimonio científico de la humanidad, quedó
perdido el conocimiento que posiblemente revelara cuáles eran las influencias
específicas de cada planeta sobre la tierra y las virtudes y vicios de las grandes
conjunciones planetarias y los cuerpos celestes al actuar sobre la sociedad
humana y el individuo.

Hoy en día el conocimiento de los calendarios permite la celebración de los años


nuevos solar y sagrado, y otras fiestas menores.10 Como la vida terrestre es un
reflejo de la vida celeste, la Astronomía marca las posiciones siderales y la
Astrología codifica este lenguaje del cielo en ritos y objetos con significado para
los humanos. Se replica entonces en el plano terrestre lo que ocurre en el cielo y
se asegura la continuidad de vida y el renovado compromiso con los seres
divinos.

Todavía queda otro enigma. A la fecha ha sido imposible determinar como este
pueblo llego a realizar lo que Thompson llama la proeza intelectual: poseer tan
enormes conocimientos astronómicos pues la observación del cielo que se
concreta en ciencia es una tarea acumulativa de varias generaciones e implica el
uso de instrumentos sofisticados al máximo.

“No debemos olvidar tampoco las condiciones en las cuales trabajaron estos
astrónomos. En las primeras horas de la mañana la neblina es frecuente un la
selva húmeda de las tierras bajas del país maya y durante las largas estaciones
de lluvias lo obligado es un cielo lleno de nubes. Un tiempo tan traicionero debe de
haber frustrado completamente la observación de los ortos heliacos una y otra
vez…” “En tales circunstancias deben de haberse requerido muchas
generaciones de observadores para alcanzar finalmente la exactitud que lograron:
¡un error de un día en apenas algo mas 6000 años!” (1988:207)

c) Las ciencias de la tierra: medicina, historia y adivinación


1. Medicina

Cuando la correspondencia entre la esfera celeste y la esfera terrestre no tienen


perfecto equilibrio se suscitan males. El ser humano es muy sensible a la
alteración del equilibrio entre el cielo y la tierra y este fenómeno se conoce como
enfermedad, que se entiende como un estado transitorio de malestar o
desequilibrio causado por un agente sutil malévolo o por la violación de una ley
natural. Es por eso que se necesita de la persona del médico para restablecer la
armonía.

Actualmente se conoce muy poco acerca de la medicina maya prehispánica y


consiste en un conjunto de informaciones de diversas fuentes por lo que ha sido
muy difícil reconstruir el concepto de la enfermedad, así como los conocimientos
para combatirla. “El Ritual de los Bacabs”, tratado maya trascrito a caracteres
latinos en el siglo XVI recopila 68 textos curativos en forma de ritos, plegarias y
recetas. Se utilizaba para dirigirse a viva a voz a deidades menores encargadas
de curar males, pues la palabra del médico estaba dotada de fuerza para
traspasar los umbrales hacia el mundo sutil y apelar por la intervención divina en
asuntos humanos. En los códices Dresde y Madrid se hace referencia a
enfermedades y calamidades curiosamente calendarizadas; todas ellas aparecen
ligadas a la presencia de la diosa lunar Ixchel, patrona del parto y de la
adivinación. Los libros del Chilam Balam contienen referencias a infortunios,
curaciones, enfermedades y remedios.

Diego de Landa hace referencia a curaciones desde la función sacerdotal. Es muy


difícil establecer especialidades cuando se trata de devolver el equilibrio a los
seres humanos, por lo tanto el médico ejercía funciones sacerdotales,
psicopómpicas, terapéuticas y profilácticas. Tampoco los médicos eran iguales
entre sí, podían ser sacerdotes, médicos, curanderos o chamanes. No ejercían la
profesión por inclinación personal sino que eran llamados a la profesión desde su
nacimiento11 o a través de alguna señal, un sueño, un encuentro con la muerte u
otra experiencia extática. A lo largo de su vida se preparaban para llevar a cabo la
misión que el destino y los Dioses le habían encomendado.

Concebían las enfermedades como naturales las contraídas por efecto del “mal
tiempo” como la lluvia y los vientos fríos, por la ingestión de agua con parásitos, o
por el efecto del trabajo; y como sobrenaturales las relacionadas con “influencias”
o “vientos” producidos por personas, animales, plantas u objetos, o directamente
por los “seres sobrenaturales”. El Popol-Vuh describe admirablemente las
enfermedades que padecía la población maya por influencia de la corte infernal al
servicio de los jueces supremos del infierno, Hun-Came y Vucub-Came:

“Eran, pues, Xiquiripat y Cuchumaquic, Señores de estos nombres. Estos son los
que causan los derrames de sangre de los hombres. Otros se llaman Ahalpuh y
Ahalgan´a, también Señores. Y el oficio de estos era hinchar a los hombres,
hacerles brotar pus de las piernas y teñirles de amarillo la cara.”…”Otros eran el
Señor Chiamabac y el Señor Chamiaholom, alguaciles del Xibalba12, cuyas varas
eran de hueso. La ocupación de estos era enflaquecer a los hombres hasta que
los volvían solo huesos y calaveras y se morían y se los llevaban con el vientre y
los huesos estirados.”…”Otros se llamaban el Señor Ahalmez y el Señor
Ahaltogob. El oficio de estos era hacer que a los hombres les sucediera alguna
desgracia, ya cuando iban para la casa, o frente a ella, y que los encontraran
heridos, tendidos boca arriba en el suelo y muertos.”…”Venían en seguida otros
Señores llamados Xic y Patan, cuyo oficio era causar la muerte a los hombres en
los caminos, lo que se llama muerte repentina, haciéndoles llegar la sangre a la
boca hasta que se morían vomitando sangre. El oficio de cada uno de estos
Señores era cargar con ellos, oprimirles la garganta y el pecho para que los
hombres murieran en los caminos, haciéndoles llegar la sangre a la garganta
cuando caminaban”… (123-123:1947)

Para la curación de las enfermedades utilizaban con frecuencia la “medicina de


las similitudes” que busca la sanción con los parecidos, plantas medicinales y la
terapéutica religiosa consistente en oraciones y ofrendas tales como
vasijas, figurillas o miembros humanos de cerámica en calidad de exvotos para
obtener o agradecer la curación de ciertos males a las divinidades especificas de
la curación.13

Entre estas divinidades, la principal era Itzamna, Señor del Cielo, de la Vida y de
la fertilidad. Ixchel, su esposa, era considerada la diosa de la luna, del agua y de
las inundaciones; quizá la que más se acerca al honor de llamarse Diosa de la
Medicina, pues era su protectora así como de las parturientas, se le suponía
inventora del arte de tejer. Otros dioses de la medicina eran Cit Bolon Tun y Ahau
Chamahez. Dioses menores en medicina eran los llamados Bacabs, cuatro
hermanos que colocados en cada uno de los puntos cardinales sostenían el
universo, y que se asociaban a fenómenos naturales como la lluvia y el viento que
también podían traer enfermedades. En la parte opuesta, la de los dioses
malvados, destaca el llamado dios de la muerte Ah Puch (también llamado Cum
Hau, Hum Hau, Ahal Puch) y los antes mencionados Señores del Xibalba.

2. Historia

¿Es posible que un pueblo con tanta preocupación por el tiempo haya carecido
de sentido histórico? Nuevamente aparece la reflexión acerca de qué
llamaremos ciencia ¿Nuestro paradigma científico o la noción de utilidad para
navegar por el río de la Vida?

El concepto occidental de ciencia histórica como reflexión crítica, objetiva,


sistemática y verdadera de los hechos pasados y su registro no puede aplicarse
en este caso, pero sin duda los testimonios escritos que reflejan quehacer
histórico están a la vista.

Es un hecho que el testimonio escrito de los mayas es el único del mundo


precolombino que sobrevivió. Su elegante escritura estaba a cargo de
especialistas que no solo eran calígrafos sino verdaderos artistas. Oficio de
letrados, la escritura y su lectura no eran para el pueblo:

“… era una proposición sagrada con la capacidad de capturar el orden del


cosmos, de informar acerca de la historia, de dar forma al ritual y de transformar el
material profano de la vida cotidiana en algo natural” (Schele, Freídel 54:1999)

El nombre maya del oficio era Aj Dzib y quienes lo practicaban pertenecían a los
estratos sociales más altos de esta sociedad, como lo demuestra el estudio de un
vaso cilíndrico del sitio de El Naranjo, en que el amanuense además de poner su
firma, refiere su parentesco real.14 En el sitio de Copán, la fachada del edificio
principal del grupo residencial conocido como “Sepulturas” estaba adornada con
esculturas de escribas. El palacio fue propiedad de Mac Chanaal, la persona más
importante de ese grupo de construcciones, amanuense que vivió durante el
reinado de Yax Pac, último de los grandes reyes de Copan y que gobernó entre el
763 d.C. y probablemente el 830 d.C. 15

Los primeros textos datan del Preclásico Tardío, 300 a.C. al 100 d.C. y según
Schele, éste fue el principio de la historia para los mayas y el principio de la era de
los grandes reyes.16 Su escritura preservó no solo la historia de sus reyes sino el
significado que tenía para ellos el poder y el carácter sagrado de sus majestades.

La epigrafía demuestra el registro de entronizaciones, juegos de pelota, dinastías


reales, nombres de ciudades y gobernantes, nacimientos, muertes, fechas de
batallas y otros acontecimientos políticos con una exactitud asombrosa; relata una
historia de vencedores y vencidos en la que los grandes vencedores quieren
perpetuar su recuerdo y sus obras. ¿No son estos los temas de la historia de
Occidente?
Por lo que se sabe, la motivación principal del registro de los hechos responde a
la reafirmación del parentesco de los reyes con la esfera de lo divino,
especialmente en el caso de los gobernantes del Clásico. Sus sacerdotes
astrónomos podían interpretar el devenir cósmico y ver sus efectos en mundo
humano sin mucha dificultad pues en una concepción unitaria de la vida, no es
difícil descubrir el principio tan antiguo “Como es arriba es abajo”.

No solo en las estelas se aprecia el testimonio histórico; el memorial Tecpán


Atitlán, tratado post hispánico, relata hechos de la conquista desde la perspectiva
de los pueblos indígenas y el Popol-Vuh, trascrito al castellano en el siglo XVII se
refiere con toda claridad a los linajes quichés, a la fundación de ciudades y otros
hechos relacionados con la migración de este pueblo.

Los relatos míticos del Popol –Vuh reflejan nada menos que la historia de la
humanidad y sus sucesivas creaciones y destrucciones. En dichas
narraciones, que no contienen fechas absolutas y presentan la memoria de un
pueblo que se remonta al tiempo eterno, se distingue el poder de los Dioses por
sobre los humanos, que son su proyección. Esta actitud profundamente religiosa
los llevó a hacer esfuerzos por entender a los seres sin tiempo y sus
manifestaciones en la tierra.

Los testimonios escritos mayas sobre el pasado son referencias a los grandes
linajes y sus hazañas, a los orígenes de la comunidad, guerras, fundación de
ciudades y entronizaciones. Para lograr esta narración ha primado un criterio que
puede seleccionar ciertas experiencias pasadas como relevantes, lo
que implica reflexión sobre el pasado, aunque su grado reflexivo, sus
motivaciones y utilidad no sean conocidas por nosotros como para afirmar una
actitud científica como hoy se concibe. Se puede entonces afirmar una conciencia
histórica y un quehacer tendiente a formar una memoria colectiva que sustente la
identidad de una comunidad humana y que asegure sus vínculos permanentes
con los Dioses.

3. La ciencia de la Adivinación

Los movimientos del cielo se reflejaban en la tierra a través de los calendarios,


que abarcaban el tiempo en su totalidad: pasado, presente y futuro, y el significado
de esos movimientos era interpretado por los sacerdotes y expresado por medio
de adivinación de lo venidero y en algunos casos de profecías completas. El arte
de la profecía quedó registrado en los libros del Chilam Balam, que no sólo
contienen augurios sino temas históricos, religiosos, médicos, calendáricos,
astronómicos e incluso poéticos. Chilam (o chilan) es el nombre maya que se
daba a los sacerdotes que interpretaba los libros, la voluntad de los dioses y de
los astros. Balam es al parecer, el nombre del un famoso sacerdote
prehispánico. El arte de profetizar se apoyaba en la Astronomía y Astrología, esto
es, en el conocimiento del mapa celeste y el significado que puede tener para el
mundo terrestre.
Los libros del Chilam Balam,17 son un conjunto de escritos que posiblemente se
elaboraron en los siglos 17 y 18 d.C. en la región de Yucatán. Se conoce la
existencia de 18 libros y 8 se conservan. Cada uno de ellos recibe el nombre de
la ciudad donde fueron escritos y el más famoso es el Chilam Balam de
Chumayel. En algunos libros se narran hechos del siglo V d.C., incluso la llegada
de los españoles a la región. El contenido de los libros –como los de toda
profecía- resulta oscuro y enigmático pero muestra con toda claridad un vaticinio
del fin de los tiempos que ha cruzado las fronteras del mundo maya y se
encuentra en boca de muchos.

Modernos intérpretes han visto en allí el eclipse solar de 1999, el cambio climático,
el paso de cometas que ponen en peligro la vida humana, cambios que favorecen
la vida espiritual, y el fin del mundo…. Pero al estar contenido en un libro maya no
puede ser otra cosa que el fin de un gran ciclo y el comienzo de otro, en un nivel
más elevado. Dice la profecía que después de 4 soles, nace el quinto sol.

El ciclo que comenzó el 13 de Agosto del 3,114 a.C., según consta en la estela de
Cobá, Palenque y Quiriguá, llegará a su fin tras algo más de cinco mil años 18 el 21
de diciembre del año 2012. Será el día 4 Ajau, 3 Kankin, regido por el Sol, Noveno
Señor de la Noche. La luna tendrá ocho días de edad y será la tercera lunación de
una serie de seis. ¿Qué ocurrirá ese día?

(De la profecía del katún, del Libro del Chilam Balam de Tizimín (Coe.2001:296)

“Ca hualahom caan “Entonces se divide el cielo


Ca nocpahi peten se levanta la tierra entonces,
Ca ix hoppi y entonces empieza
U hum ox lahun ti ku el Libro de los 13 dioses
Ca uch i Entonces se produce
Noh hai cabil la gran inundación de la Tierra
Ca lik i Entonces se levanta
Noh Itzam Cab Ain el Gran Itzam Cab Ain
Tz’ocebal u than El fin del mundo
U uutz’ katun el repliegue del Katún
Lai Hun Yeciil es una inundación
Bin Tz’oce(ce)bal que pondrá fin
U than katun” a la palabra del Katún”

V. Bibliografía

Libros y artículos:

 Coe, M. (1995) El desciframiento de los grifos mayas. FCE: México.


 De la Garza, M., et. al. (1998) Los Mayas del Período Clásico. Lunwerg
Editores: Barcelona.
 __ (1985) Prólogo, introducción y notas de El libro de Chilam Balam de
Chumayel. SEP Cultura: México.
 Freídel, D.; Schele, L.; Parker, J. (1999) El Cosmos Maya. FCE: México.
 Freídel, D.; Schele. (2000) Una selva de Reyes. La asombrosa historia de
los Antiguos Mayas. F.C.E.: México.

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