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Discipulado familiar lunes 10 de junio del 2019

Teología Propia
El Ser de Dios.

Tenemos tres cuestiones:

A) Algo implícito: Que existe un Dios.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,
y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6)

La creencia en la existencia de Dios es el fundamento de toda adoración religiosa.

1. Por el libro de la naturaleza: La noción de que existe una deidad está grabada en el corazón
del hombre, y se puede demostrar a la luz de la naturaleza. Me parece difícil que alguien
sea ateo por naturaleza, tal vez desea que no hubiera un Dios o discute el hecho que
exista una deidad pero en su mente no puede creer que no haya un Dios. A no ser que
por la acumulación de pecados, su conciencia haya quedado cauterizada y haya perdido
todo juicio y razón.

2. Por sus obras: y estas son una demostración tan evidente de la Deidad que aun los más
ateos, al considerar dichas obras, se han visto obligados a reconocer que hay algún
hacedor sabio y supremo de estas cosas.

Empezando con la creación del glorioso tejido de los cielos y la tierra. Ciertamente tiene
que haber algún arquitecto o primera causa de estos. El mundo no pudo hacerse a sí

mismo. ¿Quién sino el gran Dios podría suspender la tierra en el vacío? ¿Quién sería
capaz de amueblar tan ricamente los cielos con sus gloriosas constelaciones y salpicar el
firmamento de luces tan rutilantes? Vemos la gloria de Dios fulgurando en el sol,
titilando en las estrellas. ¿Quién sino solo Dios hubiera podido proporcionar a la tierra
su vestido, cubrirla de hierba y de grano, adornarla con flores, o enriquecerla con oro?
¿Quién sino Dios habría sido capaz de crear la dulce música de los cielos y de hacer que
los ángeles se unieran en concierto y cantaran las alabanzas de su Hacedor? Leer Job 38.
Si un hombre viajara a un país lejano y viera allí unos edificios imponentes, jamás
imaginaría que estos se hubieran construido a sí mismos, sino que algún poder mayor
los había edificado. Imaginar que la obra de la creación no haya sido concebida por Dios
es como pensar que una pintura de un paisaje detallado pudiera haber sido plasmada
únicamente por un pincel sí que la mano de algún artista lo sostuviera.

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo

y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,” (Hechos 17:24)

Dios es el gran superintendente del mundo, quien sostiene en sus manos las doradas
riendas de su gobierno, guiándolo todo del modo más metódico y armonioso para su
propio fin. La providencia es la reina y gobernadora del mundo, la mano que hace girar
la rueda de toda la creación, la que impone al sol su carrera y sus límites al mar. Si Dios
no guiara el mundo, las cosas caerían en el caos y la confusión. La armonía del universo;
el sol, la gran luminaria, dispensando su luz y su calor al mundo, sin los cuales este no
sería más que una tumba o prisión; los ríos, enviando sus arroyos plateados para refresca
los cuerpos de los hombres y prevenir las sequías; y cada criatura actuando dentro de su
ámbito y respetando sus debidos límites. “Cuando ponía al mar su estatuto,

Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;

Cuando establecía los fundamentos de la tierra,” (Proverbios 8:29)

La excelente contextura y estructura de su cuerpo está elaborada en detalle como un


bordado. “No fue encubierto de ti mi cuerpo,

Bien que en oculto fui formado,

Y entretejido en lo más profundo de la tierra.” (Salmo 139:15).


Este cuerpo ha sido dotado de un alma noble. ¿Quién sino Dios podría llevar a cabo tal
unión de esencias diversas como son la carne y el espíritu? “Porque en él vivimos, y nos
movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho:

Porque linaje suyo somos.” (Hechos 17:28). “Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y

no nosotros a nosotros mismos;

Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.” (Salmo 100:3)


3. Por nuestra conciencia: La conciencia es el asistente de Dios, su delegado, el testigo
de que existe una deidad. Si no tuviésemos la Biblia para decirnos que hay un Dios la
conciencia lo haría. “mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando
testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,”
(Romanos 2:15). “En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de
hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del
palacio real, y el rey veía la mano que escribía. Entonces el rey palideció, y sus
pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una
contra la otra.” (Daniel 5:5-6).

La conciencia nos acusa, cuando actuamos en contra de la luz, sentimos el gusano de la


conciencia, cuando pecamos esta escupe fuego contra nosotros, llevándonos a la vergüenza y el
horror. ¿Qué podría angustiar tanto la conciencia de un hombre sino la impresión de la
existencia de una Deidad y el temor de enfrentarnos ante un juicio próximo? El alma, consiente
de su naturaleza inmortal, tiembla ante Aquel que nunca deja de vivir.

4. Por el consenso de las naciones: Por la común opinión de todos los hombres. Nulla
gens tam barbara cui non insideat hæc persuasio Deum esse. (Ninguna nación es tan bárbara
que no crea que hay un Dios) dice Tully. “porque pasando y mirando vuestros santuarios,
hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al
que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.” (Hechos 17:23). Aun
los paganos sabían que debían adorar a un Dios aunque no supieran cual. Siempre han
buscado adorar algo aunque no sea el Dios verdadero, lo prefieren antes de no adorara
nada.

5. Por sus predicciones de sucesos futuros: Aquel que puede anunciar de antemano
cosas que ciertamente se cumplirán es el Dios verdadero. “Por tanto, el Señor mismo os
dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre
Emanuel” (Isaías 7:14) predijo que una virgen concebiría y prefijo el momento en que se
quitaría la vida al Mesías. “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el
santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones.” (Daniel 9:26). Dios mismo utiliza este argumento “ Dadnos nuevas de lo
que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced
bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos.” (Isaías
41:23).

6. Por su poder y soberanía ilimitados: Aquel que puede actuar sin que nadie sea capaz
de estorbarle es el Dios verdadero.” Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de
mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?” (Isaías 43:13). Nada sino un poder
superior podría impedir su acción pero no hay nada superior a Dios, todo el poder que
existe proviene de ÉL y está bajo su autoridad. “Tuyo es el brazo potente;
Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.” (Salmo 89:13). “y quitó las ruedas de sus carros,
y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel,
porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.” (Éxodo 14:25). “que deshago las
señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y
desvanezco su sabiduría.” (Isaías 44:25).

7. Por los demonios: al haber demonios también hay Dios, los ateos no pueden negar que
existan demonios. Si hay espíritu malo también existe un espíritu bueno, Dios.

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