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MANEJO FONOAUDIOLOGICO EN LOS REFLEJOS PRIMITIVOS OROFARINGEOS Y

POSTURALES

PRESENTADO POR: ESTEFANIA MORAN RIVERA – INTEGRAL II

JAIME DAVID CAMPOS - INDUCTIVA II

PRESENTADO A: FLGA. JEANETTE CAMPO AYALA

UNIVERSIDAD DEL CAUCA

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA DE FONOAUDIOLOGIA

PRACTICA INTEGRAL E INDUCTIVA II

POPAYAN – CAUCA

2019
ASPECTOS IMPORTANTES EN EL RECIEN NACIDO

Sí, el RNP está en buenas condiciones hemodinámicas y respiratorias es suficiente con monitorizar
la temperatura axilar, la saturación de oxígeno y la presión arterial no invasiva, para favorecer la
estabilidad térmica, respiratoria y hemodinámica. Se deben evitar manipulaciones innecesarias, así
como el exceso de luz y ruidos, se deberá favorecer la posición de flexión en línea media. Quiroga
A, 2010

Se recomienda la vigilancia estrecha por parte del médico y el personal de enfermería con las
siguientes acciones: La vigilancia será en las primeras 2 horas de vida cada 30 minutos y
posteriormente cada 2 - 4 horas en el primer día de vida, en cada evaluación se deberá registrar o
Frecuencia cardiaca o Frecuencia respiratoria o Saturación de Oxigeno o Temperatura corporal o
Presión arterial. Hurtado-Suazo J, 2014

Valoración de la temperatura en el RNP.

• Termómetro de mercurio. Gold Estándar para termometría, su medición precisa requiere de 3-4
min. La temperatura axilar es la recomendada por la AAP y la temperatura rectal queda restringida
exclusivamente para casos en los que se sospecha de hipotermia, la medición rectal conlleva a
riesgos como la perforación del recto y la capacidad de propagar contaminantes que se encuentran
en las heces (no forzar inserción, utilizar solo la ampolla). La temperatura timpánica no está indicada
en el RN.

• Sensores de temperatura. Tienen que estar bien adheridos a la piel, sobre una superficie lisa, no
ósea, procurando no cubrir el sensor con ropa o pañal y no recostar al RNP sobre el sensor. El retiro
accidental del sensor de la piel utilizado en servocontrol, puede originar sobrecalentamiento
accidental del RNP.

• Sitios recomendados de los sensores de temperatura: o Para temperatura cutánea o de piel en la


línea media abdominal entre apéndice xifoides y el ombligo.

• Para temperatura axilar se situará en el hueco axilar.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) y el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia


establecieron que en condiciones de ambiente térmico neutro la temperatura corporal del RNP que
se considera adecuada es:

 Temperatura axilar 36.5

 Temperatura rectal 37.5°C

 Temperatura de piel abdominal entre 36 y 36.5 °C

Las siguientes acciones favorecen que el RNP no pierda calor:

 Temperatura de la habitación donde nacerá entre 23 y 25°C


 Precalentar la cuna de calor radiante
 Colocar gorro en la cabeza del bebé
 Envolver al bebé hasta el cuello en la bolsa o manta de polietileno (en vez de secar su cuerpo
con toallas)
 Usar una incubadora calentada previamente para su traslado

Respiración Y Frecuencia cardiaca

Supervisar la frecuencia respiratoria y el trabajo de la respiración con inspección visual del RNP
durante la primera hora después del nacimiento. En presencia de algún dato de dificultad
respiratoria se deberá medir la saturación de oxígeno con oxímetro de pulso.

Se recomienda vigilancia clínica continua del RNP, siempre que sea necesario usar oxÍmetro de pulso
para asegurar niveles de SO2 entre 90-95% y frecuencia respiratoria entre 40 y 60 por minuto.

En el RNP los rangos establecidos como normales para las frecuencias respiratoria y cardiaca son.

 Frecuencia respiratoria entre 40 y 60 latidos por minuto

 Frecuencia cardiaca entre 100 y 160 latidos por minuto

Presión arterial

En los recién nacidos es difícil definir los valores normales de la presión arterial, debido a los cambios
que ocurren durante las primeras semanas de vida, estos cambios en la presión arterial son más
significativos en los recién nacidos prematuros, en quienes la presión arterial depende de una
variedad de factores como la edad gestacional, el peso al nacer y las afecciones maternas.

En el RNP se considera que el rango de presión arterial normal es el que asegura una adecuada
perfusión a todos los órganos y sistemas, sin embargo, definir este rango no es fácil. El percentil 10
de la presión arterial media (PAM) en las primeras 72 horas de vida corresponde con la edad
gestacional; una cifra menor a esta denotaría hipotensión.

El rango establecido para la presión arterial media en el RN es: 60- 90 (presión sistolica) - 30-
62(presión diastólica).

Glucemia

La hipoglucemia es una de las condiciones que se deben evitar en el RNP debido a las secuelas
neurológicas graves que ocasiona en el RNP. Se considera hipoglucemia cuando se tienen valores <
47 mg/dl de glucosa en sangre, a cualquier edad extrauterina, aun sin presencia de síntomas. Las
manifestaciones de hipoglucemia pueden ser:

 Dificultad para alimentarse


 Irritabilidad
 Letargia
 Hipotonía
 Llanto anormal
 Temblor
 Hipotermia
 Respiración irregular
 Quejido
 Apnea
 Cianosis
 Taquicardia o bradicardia
 Convulsiones y coma (con de glucocemia iguales o menores de 10 mg/dl en forma prolongada o
repetitiva)
En el RNP que presente datos sugestivos de hipoglucemia o que está en riesgo de desarrollarla., se
debe valorar la determinación de glucosa plasmática dentro de los primeros de 30-60 minutos de
vida.

Bilirrubinas

Aproximadamente entre el 80 y 90% de los RNP desarrollan ictericia en la primera semana de vida
y el 10% de los bebés que reciben lactancia materna desarrollan ictericia prolongada al primer mes
de nacido, sin embargo, el deber como médico es saber si se trata de una ictericia fisiológica o
patológica.

La bilirrubina indirecta es potencialmente tóxica para el tejido cerebral ya que puede causar
alteraciones neurológicas a corto y a largo plazo. Las manifestaciones agudas incluyen letargia,
irritabilidad, postura y tono musculares anormales, apneas y convulsiones (Encefalopatía
hiperbilirrubinemica).

El depósito de bilirrubina principalmente en el globo pálido ocasiona kernicterus (encefalopatía


icterica). Las complicaciones que se pueden presentar son parálisis cerebral (PCI), hipoacusia,
sordera y alteraciones visuales.

Se recomienda que a todos los RNP se realice una inspección visual durante al menos las primeras
48 horas de vida, en caso de observar ictericia se deben tomar niveles séricos de bilirrubinas.
REFLEJOS PRIMITIVOS Y POSTURALES

Los reflejos primitivos y posturales siguen una secuencia ordenada de aparición y desaparición,
iniciándose en el periodo fetal y extendiéndose hasta los primeros años de vida. Los reflejos se
controlan en el nivel subcortical. Primariamente fueron descritos por Rudoph Magnus (1873-1927),
quien recibió el premio nobel por sus esfuerzos. Estos pueden suministrar un método preciso para
determinar los grados de condición de prematuro de un infante o indicar disfunciones neurológicas.
Si no se registra un patrón reflejo normal o si un patrón reflejo persiste mas allá de la edad en que
normalmente desaparece, se considera que el recién nacido o infante corre riesgos al padecer de
lesión cerebral u otro problema neurológico. Algunos neurólogos pediatras afirman que las
anormalidades neurológicas en el nacimiento predicen una diagnosis de disfunción cerebral mínima
a producirse en edades posteriores pero otros investigadores han encontrado una asociación
limitada entre las anormalidades neonatales y los signos neurológicos subsecuentes
particularmente al años después. A pesar de las dudas acerca de la confiabilidad de predecir una
diagnosis de anormalidad neurológica mínima, la evaluación cuidadosa de los reflejos primitivos
iniciales y posteriormente el surgimiento de los reflejos posturales, ofrece una base para la diagnosis
y las terapias de funciones motoras alteradas. Pueden generalmente una prognosis locomotora que
sugiera en que momento y de qué forma podrá caminar un niño con parálisis cerebral el cuadro 12-
5 presenta un resumen de los reflejos primitivos y posturales registrados en el primer año. Si bien
el fonoaudiólogo puede estar más interesado en el estado neurológico de los reflejos orales y
faríngeos, es fundamental que conozca los reflejos primitivos y posturales para evaluar la madurez
neurológica del niño que posiblemente padece de lesión cerebral. Existen opiniones encontradas
en cuanto a la definición del estímulo y respuestas en las diversas pruebas de reflejos primitivos.
También ocurre lo mismo al determinar cómo varían las respuestas con el tiempo y el crecimiento.
Se analizan aquí seis reflejos. Comúnmente son evaluados por los neurólogos y los pediatras y son
típicos en el primer año de vida. Estos seis reflejos en el niño parecen ser anunciadores de funciones
motoras posteriores. De los muchos reflejos infantiles descritos por los neurólogos estos son los
más estudiados.

Cuadro 12-5. Reflejos primitivos y posturales infantiles del primer año

Reflejo Respuesta
Reflejo tónico asimétrico del cuello (RTAC) Extensión de las extremidades del lado del
mentón y flexión del lado occipucio al girar la
cabeza.
Reflejo tónico simétrico del cuello (RTSC) Extensión de los brazos y flexión de las piernas
cuando hace extender la cabeza.
Reflejo positivo de apoyo (RPA) El infante soporta el peso cuando se estimula
las partes inferiores del antepié.
Reflejo tónico laberintico (RTL) Retracción de hombro y extensión de cuello y
tronco, flexión de cuello.
Rotación segmentaria (RS) Se hace girar la cabeza o las piernas para
buscar una rotación segmentaria del tronco y
la pelvis.
Reflejo de galant El cuerpo se arquea cuando se causa algún
estimulo en la espalda cerca de la columna
vertebral.
Reflejo de Moro Aducción y proyección de brazos hacia
adelante, seguido de flexión de brazos y
extensión y flexión de piernas

REFLEJO TÓNICO ASIMÉTRICO DEL CUELLO

El Reflejo Tónico Asimétrico del Cuello se activa como resultado del giro de la cabeza a uno de los
lados. A medida que la cabeza se gira, se estirarán la pierna y el brazo del mismo lado, mientras que
se encojen las extremidades del lado opuesto. El reflejo debería estar inhibido a la edad de seis
meses en estado de vigilia.

Si el Reflejo Tónico Asimétrico del Cuello permanece activo en un niño de más edad, puede afectar
a:

 La coordinación mano-ojo –dificultades como la


capacidad de controlar la mano y el brazo al escribir.
 Habilidad para cruzar la línea media vertical. Por
ejemplo, a un niño diestro le puede resultar difícil
escribir en el lado izquierdo de la hoja.
 Discrepancia entre las actividades orales y escritas.
 El desarrollo de los movimientos oculares laterales,
como el seguimiento ocular, necesario para la lectura
y la escritura.
 Control automático del equilibrio.
 Integración bilateral –uso diferenciado e integrado de
los dos lados del cuerpo.
 Lateralidad cruzada o no ambigüedad de la lateralidad
pasados los 8 años.

En un escaso desarrollo motor, se sugiere que el cortical


de las neuronas motores superiores no está coordinado y
que el comportamiento motor todavía está controlado por niveles subcorticales. Lo reflejos
tónicos obligatorios del cuello que persisten en el segundo años de vida o después,
normalmente son incompatible con el equilibrio independiente del sujeto al estar de pies o con
el caminar; desaparecen posteriormente, sin embargo, y el niño puede aprender a caminar solo.
El reflejo tónico asimétrico del cuello puede observarse en varias clases de parálisis cerebral,
anunciado lesión encefálica, pero no sirve para distinguir entre las clases de espásticas o
discinéticas. Este es un indicador de lesión encefálica solamente, pero de ninguna manera es
totalmente diagnóstico para parálisis cerebral, o sus subtipos. Puede sugerir nuevamente
después de un problema tal como un paro cardiaco y también puede presentarse en
enfermedad progresiva. El reflejo tónico asimétrico del cuello tiene poco efecto o ninguno en el
desarrollo del habla y evidencia muy poca relación con los reflejos orales y faríngeos.

Reflejos tónicos simétricos del cuello (RTSC)

Este reflejo es análogo al reflejo tónico asimétrico del cuello, pero la cabeza es colocada en
flexión y extensión en la línea media del cuerpo en lugar de girarla lateralmente. Las respuestas
resultantes son las diferencias que se producen en las extremidades superiores e inferiores, en
vez de producirse entre las extremidades derecho-izquierdas. El reflejo normal es una extensión
de los brazos la flexión de las piernas si se lleva la cabeza en extensión a la línea media. La
flexión de la cabeza provocara el efecto opuesto: los brazos se flexionaran y las piernas se
extenderán.

Reflejo positivo de apoyo (RPA)

Magnus considero que la reacción positiva de apoyo era necesaria para el mantenimiento de la
postura erecta. Cando se estimula la parte inferior del antepié, de produce una contracción de
los grupos musculares opuestos para fijar las articulaciones de las extremidades inferiores de
modo que puedan soportar el peso.
Para probar el reflejo, se suspende al infante desde el tronco desde el tronco debajo de las
axilas, con la cabeza ubicada en la línea media del cuerpo. Se lo flexiona levemente. Se lo hace
saltar cinco veces sobre las partes inferiores del antepié. Se colocan los pies en contacto con el
suelo, y se evalúa el grado en el que el infante puede soportar su peso. Se observa el reflejo en
la vida fetal y se considera anormal si persiste más allá de los cuatro meses. Se ha asociado una
respuesta fuerte y resiste con la cuadriparesia espástica. No parece obtenerse reflejos orales o
faríngeos asociados.

REFLEJO TÓNICO LABERINTICO (RTL)

Este reflejo está relacionado con los cambios en el tono asociado con diferentes posturas. La
posición de las extremidades cambiará con respecto a la de la cabeza. Se debe a la orientación
de los laberintos del oído interno. Se prueba el reflejo tanto en una posición supina como prona.
Para evaluarlo en la posición prona, se lo mantiene en dicha posición. La cabeza se extiende
aproximadamente a 45º debajo del plano horizontal. Se examinan los cambios de postura y tono
en las extremidades, prestando mayor atención al área del hombro. Cuando se flexiona la
cabeza, una respuesta normal produce protracción de los hombros y flexión de las extremidades
inferiores. Los cambios de tonos deberán presentarse en al menos una extremidad superior e
inferior para determinar que el reflejo se ha registrado.

Al probar el reflejo en posición supina, se centra el apoyo entre los hombros para que la cabeza
permanezca extendida a 45º. Se evalúan la posición y tono de los hombros. Se busca una flexión
activa de cuello y presión en la línea media del cuerpo. Si no se observan respuestas de flexión
y presión, se flexiona la cabeza sosteniendo la espalda y se busca nuevamente la presión hacia
la línea media del cuerpo.

La respuesta normal es una retracción de hombro si ña cabeza está en extensión. La extensión


de tronco y pierna acompaña la retracción de hombro. La flexión del cuello tiene como resultado
una protracción de hombro durante segundos y la desaparición de una postura de extensión.

Una respuesta laberíntica tónica anormal puede estar acompañada de una hipertonía
extensora, y una respuesta anormal y persistente puede impedir que el niño se balancee
normalmente. Una respuesta patológica puede hacer que las piernas estén tan rígidas que
cuando al niño se lo ubica en posición de sentado, no parará.

El reflejo no se siempre en niños normales; es más común en niños con estado patológico. De
todos los reflejos estudiados, es el único que se acostumbrado asociar con reflejos orales.
Estando la cabeza inclinada a 45º, el niño atacado con parálisis cerebral puede muy fácilmente
presentar reflejo lingual.

ROTACIÓN SEGMENTARIA (RS)

El recién nacido normal, cuando se lo hace girar, responde rodando como “rollizo de madera”
lo cual es un reflejo asociado con la actividad propia del girar. Esta respuesta giratoria temprana
se convierte en respuesta giratoria segmentaria en la cual, cuan se intenta hacerle girar la
cabeza, él bebe trata de revertir la rotación que se le impone, torciendo el cuerpo en la cintura
y, de este modo dejando un segmento del cuerpo gire por vez. Esta reacción tipo tirabuzón
permite al bebe girar sobre sí mínimo de esfuerzo por cuanto un segmento del cuerpo gira por
vez. La repuesta anormal consiste en insistir él bebe en girar de una sola pieza (tipo rollizo de
madera), movimiento en el cual la rotación de la cabeza produce girar simultaneo de las
extremidades superiores e inferiores, sin control segmentario. Se observa este tipo de respuesta
en niños con parálisis cerebral, cuta facultad motora está deteriorada.

Para controlar la respuesta, se coloca el niño en decúbito supino y se testea la respuesta


mediante dos maniobras: en primer lugar, se hace girar la cabeza del niño, en segundo lugar, se
le hace girar las piernas. Para el giro de la cabeza primero se inclina la cabeza del bebe
aproximadamente a 45º y se hace rotar lentamente, de modo de girar los hombros. Se observa
a la rotación. Generalmente, se rota la cabeza del bebe teniendo el medico una mano en lado
de la cabeza cerca de la barbilla y la otra en el occipucio. Cuando se gira el niño hacia la derecha,
la mano izquierda del médico es la que se encuentra sosteniendo la cabeza del niño y la derecha,
el occipucio; posición que se revierte cuando se hace girar el niño hacia la izquierda.

Para testear la segunda respuesta, la de las piernas, se flexiona una de las piernas del bebe en
la cadera y en la rodilla. El medico sostiene la pierna flexionada debajo de la rodilla y se hace
girar a la criatura de modo de que la pelvis rote hacia la línea mediana. Se observan entonces
las pautas de rotación. Las respuestas rotatorias no han sido asociadas con los reflejos orales y
faríngeos.

EL REFLEJO DE GALANT

Es el modo que tiene el cuerpo del niño de arquearse cuando se le acaracia la piel de la espalda,
cerca de la columna. En general, el cuerpo se arquea hacia donde proviene el estimulo.
Arquearse en otra direccion indica que el niño tiende de evadir el estimulo. Las respuestas
pueden variar desde la ausencia total hasta una flexion exagerada de la cadera. En la mayoria
de los recien nacidos, la respuesta bilateral; se ha informado de respuestas unilaterales en casos
de paralisis cerebral atetoidea. Normalmente, la respuesta desaparece a los dos meses de edad
pero persiste en los niños afectaods de atetosis, mas alla de esa edad se piensa que la respuesta
tiene que ver con una domera en la estabilizacion del tronco y en el control de la cabeza, en ese
grupo. Se presume que la persistencia de esa repueta mas lla de los seis meses de edad puede
interferir con el equilibrio de la postura sentada. No se ha informado de asociacion con los
reflejos orales y faringeos.

EL REFLEJO DE MORO

El reflejo de Moro- junto con el reflejo asimetrico del tono del cuello- es uno de los reflejos
mejor conocidos y mas estudiados en neurologia pediatrica. Existe en casi todos los recien
nacidos con expecion de los prematuros muy pequeños. Al tirarles bruscamente de la cabeza,
hay una abdduccion rapida y simetrica de los brazos, que se levan. Las manos se abren y ocurre
una abduccion gradual y flexion de los brazos. Los miembros inferiores tambien presentan
extension y flexion. Se ha discutido si la respuesta de Moro y la repuesta de
sobresaltoconstituyen pautas continuas. Ambas respuestas existen en el recien nacido, de modo
que se considera que son discontinuas. Las respuesta de Moro alcanza su apice hacia los dos
meses de edad y disminuye hacia los cuatro. Las persistencia del reflejo ha sido asociada con la
paralisis cerebral y el retardo mental. Para probar el reflejo, se coloca al bebe en decubito
supino. Pueden usarse varios estimulos. Se puede levantar la cabeza a unos 3 centimetros de
una superficie acolchada y dejarla caer de repente. Otro tipo de estimulo consiste en pegarle al
alcochado a ambos lados del niño.

El aspecto mas significativo del estimulo reside en cuan repentinamente se produce el ruido o
se deja caer la cabeza. Se sabe que los reflejos posturales y primitivos refuerzan, a veces, reflejos
mas circunscriptos pero no hay prueba de que el reflejo primitivo de Moro tienda reforzar los
reflejos orales y faringeos en los niños atacados de paralisis cerebral. La persistencia del reflejo
de Moro tiene mucho menos valor para el neurologo, como señal de daño cerebral, que es
RTAC.

Resumiendo, la persistencia de reflejos primitivos y posturales en el niño sigue siendo la señal


clasica de disfuncion del sistema nervioso central. En particular, sigue siendo sumamente valiosa
para el diagnostico emprano de la paralisis cerebral. La conducta refleja infantiltambien se ha
agregado en los programas de tratamiento motor para criaturas atacadas de paralisis cerebral.
Hecho importante para el especialista en fonoaudiologia es que los reflejos corporales
(posturales y primitivos), con alguna excepcion, parecen tener influencia limitada sobre los
reflejos orales y faringeos. Debe tenerse muy claro que eso reflejos neonatales y tempranos son
importantes para evaluar demora en el desarrollo de la funcion motora antes de los doce meses
de edad y hata los dieciocho meses. Ahora bien, constituyen solo un aspecto limitado del
examen neurologico pediatrico en niño de mas edad. Las señales neurologicas mas tradicionales
como ser alteracion del tono muscular, relfejos anormales de extension muscular, reflejos
superficiles y los resultados de los test de neurodiagnostico objetivos son de igual valor para
que el neurologo pediatrico emita su diagnostico.
REFLEJOS ORALES Y FARÍNGEOS

En los últimos 50 años el estudio de los reflejos corporales en el niño normal y su relación con las
enfermedades del encéfalo ha urgido a los especialistas en Fonoaudiología, así como a otros
especialistas interesados en el tratamiento de la parálisis cerebral, a considerar otro conjunto de
reflejos: los orales y los faríngeos. Algunos especialistas del habla presumen que los reflejos orales
y faríngeos anormales habrán de desempeñar un papel significativo en el desarrollo del habla en
aquel niño atacado con parálisis cerebral, que es disártrico o desarrolle posiblemente una disartria
cuando comience a hablar. Argumentan que la persistencia de los reflejos (o, para el caso, su
ausencia) predicen disartria.

Los neurólogos, a su vez, son más al parecer que, cuando los reflejos orales y faríngeos integran una
pauta espontánea de alimentación, se vuelven, diagnóstica y pronosticamente, más significativos
de enfermedad neurológica. De modo similar, los especialistas en patologías del habla y lenguaje
comienzan a preguntarse si los reflejos aislados, artificialmente provocados, en los primeros cinco
meses de vida tienen importancia, diagnóstica y pronosticamente, con respecto al desempeño del
habla como la que revisten los síntomas disgráficos que, comúnmente, se observan en niños
afectados de parálisis cerebral.

El tipo, la cantidad y el grado de confiabilidad de los reflejos orales y faríngeos anormales que se
detectan en los sujetos con parálisis cerebral varían según las investigaciones realizadas. Los datos
actuales ( Love, Hagerman y Tiami, 1980) hacen pensar que hay poca o ninguna correlación entre la
presencia y cantidad de reflejos orales y faríngeos anormales y la gravedad de la disartria en la
parálisis cerebral, medida en términos de aptitud para la articulación. En realidad, la cantidad de
Síntomas de disfagia- anormalidad en: morder, chupar y deglutir un bolo alimenticio duro y otro
blando- permiten diagnosticar mejor la aptitud para la articulación de los "automatismos" orales y
faríngeos neonatales provocados. Ahora bien, tampoco es muy concluyente la correlación entre el
deterioro del habla y síntomas de la disfagia. Esta relación limitada entre el habla y la disfagia implica
de modo muy determinante que el control motor del habla y los reflejos alimentarios pueden
intervenir en distintos niveles del sistema nervioso. Hay pruebas de que existe intervención de los
reflejos alimentarios a nivel del tallo encefálico y que el habla voluntaria está controlada a niveles
cortical, subcortical y cerebeloso, siendo las fibras corticobulbares los tractos voluntarios primarios
del habla. Aparentemente, los tallos reflejos del tallo encefálico atienden sólo las funciones reflejas
vegetativas, y permanecen inactivos durante la ejecución del habla normal. Por lo tanto, es probable
que las acciones motoras teligannad del habla no estén directamente en la infancia y la niñez, aun
cuando algunos refinamientos y coordinaciones en la adquisición del habla guarden analogía con
algunas acciones de morder y masticar en la alimentación.

Si bien la conducta alimentaria motora puede guardar sólo un limitado parecido con las verdaderas
pautas motoras del habla, se ha dado comienzo a programas de tratamiento para mejorar la función
muscular y la coordinación al comer, como posible medida profiláctica en contra de una futura
disartria. Estos programas asumen que toda mejora de consiga a favor de la actividad motora de la
musculatura oral, mediante terapia alimentaria, tienen muchas probabilidades de mejorar las
actividades del habla por cuanto las actividades paralelas de hablar y alimentarse comparten- hay
que recalcar- la misma musculatura. En última consecuencia- y aunque esté fuera el único resultado-
la terapia alimentaria, muy probablemente, ayudará a que el alimentarse resulte más fácil y rápido
lo cual, por supuesto, tiene mucha importancia dentro del tratamiento global del niño afectado por
parálisis cerebral; factor este que no debe ser desdeñado por los neurólogos ni por los especialistas
en Fonoaudiología porque, de hecho, la disfagia puede resultar tan perjudicial como la disartria, en
la parálisis cerebral. El directo entrenamiento motor de los músculos al hablar - más que el
entrenamiento alimentario- parece ser el método más efectivo para corregir la disartria, ya que, las
actividades del habla, donde interviene la corteza cerebral, llevan los músculos a un ritmo más
rápido y más coordinado que lo hacen las actividades alimentarias reflejas, comandadas por el
tronco encefálico.

A veces, los especialistas en Fonoaudiología recurren diagnósticamente a los reflejos alimentarios


para trazar un programa de tratamiento destinados a niños con parálisis cerebral. Así mismo, se
utilizan los reflejos alimentarios repetitivos como uno de varios factores posibles como uno de
varios factores posibles para decidir por tal o cual sistema de comunicaciones aumentativo
destinado a un niño con problemas motores, que no habla. Un tándem de expertos ha afirmado "de
todos los factores investigados, la repetición sistemática de los reflejos orales puede, por sí sola,
puede influir en la toma de decisión al momento de elegir un sistema aumentativo de
comunicación" (Shane y Bashir, 1980). Considera que los reflejos orales retenidos indican una
prognosis muy pobre en cuanto a la evaluación de lenguaje oral. Esta creencia debe posiblemente
ser reevaluada a la luz de los descubrimientos mencionados que hacen correlación entre el
perfeccionamiento articulatorio y la cantidad de reflejos orales retenidos en aquellas personas que
padecen de parálisis cerebral ( Love, Hagerman y Tiami, 1980).

A pesar de la controversia suscitada acerca de los reflejos orales y el habla en la diagnosis,


tratamiento y prognosis, se ofrece una descripción de las pruebas de cinco reflejos orales para el
fonoaudiólogo que desea considerar el aspecto de las funciones motoras orales alteradas en el
infante o niño que padece de problemas cerebrales. En la evaluación típica motora infantil,
probablemente sea mejor provocar cada uno de estos automatismos infantiles artificialmente uno
por uno, en principio, con el fin de determinar si no se presentan o si persisten en forma anormal.
Luego, será apropiado evaluar las funciones espontáneas de masticación y deglución en el acto de
la alimentación para determinar de qué manera estos comportamientos de reflejos neonatales
llegan a integrarse en un patrón más complejo y voluntario de alimentación oral-faríngea. La
masticación y la deglución infantil utiliza los siete nervios craneales (V, VII, IX-X, XII) que son
importantes para el habla futura, así el examen de la alimentación inicial permite evaluar los nervios
craneales en el niño que es demasiado inmaduro para la prueba de los nervios craneales en
estándares. (Véase cuadro 12-17)

Cuadro 12-7 Función de los nervios craneales en la masticación y deglución

Nervio Craneal Funciones

V y VI nervio craneal ● cierra los labios.


● muerde y mastica
● pulveriza el bolo alimenticio, lo empuja
hacia la faringe: acción peristáltica de la
lengua

VII, IX, XII nervio craneal Deglución refleja, cierre velofaringeo:


movimiento supra e infrahioide, cierre glótico:
peristalsis.

Reflejo de búsqueda

Si se toca la región perioral, se producen dos respuestas combinadas que provocan el reflejo de
búsqueda. el reflejo de giro de cabeza de lado a lado se da normalmente golpeando suavemente los
ángulos de la boca o mejillas. La respuesta es un giro de cabeza alternativo hacia el estímulo y en
dirección correcta, y termina cuando los labios agarran el estímulo. a veces la respuesta se produce
sin la presencia del estímulo cuando el infante está enojado. Esta capacidad precede a toda
capacidad de mamar. La respuesta de giro de cabeza de lado a lado se registra en el bebé nacido a
término y en el infante prematuro. El reflejo desaparece al mes y es reemplazado por un giro de
cabeza directo, un movimiento simple de cabeza hacia al lado del estímulo. Los labios agarran el
estímulo, seguido de succión. Si el estímulo se aplica en los ángulos de la boca, el labio inferior y la
cabeza en conjunto con la lengua se orientan hacia el estímulo. La respuesta de la cabeza se define
al mes y desaparece al finalizar el sexto mes de vida. Su persistencia mucho más allá del primer año
puede indicar lesión central y la asimetría de la respuesta sugiere lesión en el lado del encéfalo. Los
nervios craneales que actúan en el reflejo son el V,VII,XI y puente, médula y médula espinal cervical
controlan el reflejo.

Reflejo de succión

Si se coloca en la boca de un infante un dedo o un pezón, se producirá una succión alternada con
periodos de descanso. El reflejo de succión antecede el nacimiento pero a los dos o tres meses la
acción se torna más maduro y la actividad mandibular se incorpora al patrón. La succión involuntaria
puede desaparecer entre los seis y doce meses. La succión que persiste más del primer año sugiere
una lesión encefálica. Lo contrario, es un signo de lesión cerebral. Los nervios craneales que actúan
en la succión son V, VII, IX Y XII. El reflejo está dado por el puente y la médula.

Reflejo de deglución

El reflejo de deglución se genera después del reflejo de succión generando un patrón total de
alimentación. Cuando se produce el reflejo de deglución puede observarse el movimiento visible del
hueso hioides y el cartílago tiroides de la laringe. El movimiento ascendente del cartílago tiroides
de la laringe puede también percibirse mediante palpación durante la deglución. A veces resulta
difícil separar la succión de la deglución, ya que la deglución puede preceder a una succión o
aparecer después de una primera o segunda deglución. En el acto de la deglución actúan los
músculos de la lengua, el paladar y faringe, y este acto depende de un patrón coordinado. Los
nervios craneales V, VII, IX, X y X actúan en el acto de la deglución. Una deglución inmadura se
observa aproximadamente hasta los dieciocho meses. Después se registra una deglución madura.
El reflejo es controlado a nivel del tronco encefálico en la protuberancia reticular medular. Los
problemas en la deglución son manifestaciones consecuentes de defectos neurológicos en el infante
y son el signo más importante del trastorno neurológico entre los reflejos de alimentación.
Reflejo de lengua

Este reflejo puede considerarse como parte de una reacción de succión-deglución en el que la
lengua empuja entre los labios. si se toca los labios o la lengua predomina el nervio craneal XII. Son
anormales las protrusiones excesivas realizadas más allá de los dieciocho meses. El reflejo
controlado a nivel de la médula.

Reflejo de mordedura

Una presión moderada en las encías provoca un cierre mandibular y una puesta de mordedura. Este
reflejo está presente en el nacimiento y en el infante normal desaparece aproximadamente entre
el noveno y decimosegundo mes cuando es reemplazado por un patrón más maduro de la
masticación. El reflejo puede ser exagerado en el caso de un niño con lesiones encefálicas y puede
interferir en la alimentación y el cuidado dental. Su persistencia impide los movimientos
mandibulares laterales de masticación que se observan en el patrón de masticación espontánea. Se
registran respuestas débiles en el caso de lesiones en el tronco encefálico. Lesiones corticobulbares
exageran la respuesta. El V nervio craneal inerva el reflejo.

Reflejo de arco

Un estímulo aplicada a la parte posterior de la lengua del infante o en la pared posterior de la faringe
estimula un cierre rápido velofaringeo, esta acción va acompañada de la apertura de la boca,
extensión de cabeza, extensión del piso de la boca con una elevación de la laringe y el diafragma.
Este reflejo está presente desde el nacimiento y se registra de por vida. El arco sirve como
mecanismo protector para el esófago. Los niños que padecen de lesiones encefálicas
frecuentemente revelan un arco hiperactivo. En el niño severamente afectado en su parte motora,
será difícil buscar este reflejo. En el niño atáxico el arco a veces es hipoactivo. Los nervios craneales
IX y X lo inervan y se controla a través del puente y la médula.
Reflejo Respuesta

Reflejo de búsqueda Se provoca el reflejo estimulando la mejilla


lateral de la boca, desde el nacimiento, el
infante gira la cabeza hacia el estímulo y luego
hará agarre con la boca. Es patológico si está
ausente o si se presenta más allá de cuarto mes

Reflejo de Succión Se busca colocando de 3 a 4cm el dedo índice


en la boca del infante. Desde el nacimiento, el
infante efectuará una sección rítmica del dedo.
Es patológico si no lo presenta o es exagerado.

Reflejo de Deglución El reflejo de deglución se genera después del


reflejo de succión generando un patrón total de
alimentación. Cuando se produce el reflejo de
deglución puede observarse el movimiento
visible del hueso hioides y el cartílago tiroides
de la laringe. los problemas de deglución son
consecuentes a daños neurológicos.

Reflejo de Lengua Este reflejo puede considerarse como parte de


una reacción de succión-deglución en el que la
lengua empuja entre los labios. Son anormales
las protrusiones excesivas realizadas más allá
de los dieciocho meses
Reflejo de Mordedura Una presión moderada en las encías provoca un
cierre mandibular y una puesta de mordedura.
Este reflejo está presente en el nacimiento y en
el infante normal desaparece
aproximadamente entre el noveno y
decimosegundo mes cuando es reemplazado
por un patrón más maduro de la masticación. El
reflejo puede ser exagerado en el caso de un
niño con lesiones encefálicas y puede interferir
en la alimentación y el cuidado dental.

Reflejo de Arco Se provoca el reflejo estimulando la mitad


posterior de la lengua del infante con un
bajalengua o estimulando la pared posterior
faríngea. Se presenta el reflejo desde el
nacimiento. Es patológico si se aumenta o si es
exagerado.

Caracterización de los reflejos orofaciales en prematuros

En el ámbito de los reflejos orofaciales no se han encontrado diferencias significativas en el


rendimiento entre prematuros y RN a término a los 3 y a los 6 meses de edad corregida (Bosnish,
Durán, Ponce & Valdés, 2010). Por otra parte, Aldunate, Munizaga & Úbeda (2012) encontraron que
los prematuros de 6 meses de edad corregida tuvieron peor rendimiento en los reflejos orofaciales
que los RN a término a la misma edad, sin embargo no existió diferencia significativa a los 9 meses
de edad corregida. Leal, Neira, Pérez & Villarroel (2013), encontraron que tanto RN a término, como
prematuros y prematuros extremos presentaron un rendimiento adecuado en reflejos orofaciales.
Sin embargo, en ambos grupos de prematuros el reflejo más alterado fue el de búsqueda. Lo
encontrado por González, González, Vargas, Vega & Vidal (2014) también indica que los recién
nacidos prematuros extremos presentan reflejos orofaciales en su mayoría adecuados, siendo los
más afectados el de protrusión lingual y el de búsqueda.

Funciones orofaciales El sistema estomatognático es la unidad orgánico-funcional donde se


integran los sistemas digestivo, respiratorio y fonoarticulatorio, el cual cumple con diversas
funciones de vital importancia para el ser humano (Borrás & Rosell, 2011; Fernández, 2011). Los
movimientos de esta región orofacial incluyen movimientos voluntarios, comandados por el sistema
nervioso central, y gran cantidad de movimientos reflejos, modulados por circuitos reflejos de
distinta complejidad (Gossard, Dubuc & Kolta, 2011). Estos movimientos actúan de manera
dinámica y conjunta en la realización de las Funciones Orofaciales. Estas funciones son: deglución,
succión, respiración, masticación y fono articulación. Algunas de ellas se presentan desde el
nacimiento y otras se van desarrollando a medida que el niño madura (Gossard et al., 2011). A
continuación se explicarán las funciones orofaciales antes mencionadas:

Deglución La deglución es un proceso complejo que implica la relación armónica de diferentes


estructuras. Consiste en el movimiento coordinado de los músculos de la boca, faringe y esófago, lo
cuales cumplen el papel de llevar los alimentos desde la boca al esófago (Villanueva, 2005). La
deglución es la primera función que se manifiesta en el feto. Esta comienza su desarrollo alrededor
de la semana 11 de gestación, constituyéndose como un mecanismo maduro en la semana 32 de
edad gestacional. Sin embargo, en esta semana el feto aún no es capaz de coordinar la deglución
con la respiración (Camargo, 2002; Fernández, 2011). Con el objetivo de comprender mejor este
fenómeno, la literatura ha dividido la deglución en diferentes etapas.

La primera se conoce como etapa preparatoria oral: en esta ocurre la masticación y formación del
bolo. Luego en la etapa oral tiene lugar la propulsión del bolo alimenticio.

En la etapa faríngea: ocurren los mecanismos de protección de la vía aérea, como el cierre del
esfínter velofaríngeo y la elevación de la laringe, mientras se inicia la peristalsis faríngea y se abre el
esfínter esofágico superior.

Finalmente, en la etapa esofágica: el bolo alimenticio pasa a través del esófago mediante los
movimiento peristálticos (Fernández, 2011; Napolitano, 2013). Durante los primeros meses de vida
todas las etapas de la deglución son reflejas, y más tarde las dos primeras se vuelven voluntarias.
Además, debido a que en el recién nacido su alimentación se constituye exclusivamente de líquidos,
no es posible distinguir la etapa preparatoria oral de la etapa oral (Fernández, 2011). Por otro lado,
en el neonato el velo palatino toca la epiglotis y el cartílago hioides y la laringe se elevan formando
un eficiente sistema de defensa de la vía aérea superior en la etapa faríngea (Villanueva, 2005). Es
posible observar tres patrones de deglución, según el momento en el cual se desarrollan: la
deglución infantil o visceral, la deglución en período de transición y la deglución adulta o somática
(Villanueva & Palominos, 2011). El patrón de deglución infantil se caracteriza por la interposición
lingual entre los rodetes alveolares y la contracción de la musculatura facial, lo que permite la
estabilización mandibular (Camargo, 2002). Este patrón se mantiene hasta entre el año y el año y
medio de edad, momento en el que erupcionan los primeros molares temporales superiores e
inferiores (Palomino & Villanueva, 2011).

En la deglución infantil, la mandíbula es estabilizada por los músculos inervados por el nervio facial
(VII par craneal), con ayuda de la musculatura suprahioidea y lingual, observándose contracción de
la musculatura perioral. En el patrón deglutorio adulto, la mandíbula es estabilizada por los
músculos masticatorios inervados por el nervio trigémino (V par craneal), sin actividad contráctil de
la musculatura perioral observable. En este momento la lengua se sitúa en el interior de los arcos
dentarios con su vértice en contacto con la parte anterior del paladar duro (Espina, Hoyos, Ramos,
Salcedo, Arango, Aguirre & Pérez, 2001). Por otro lado, Renault (2012) describe la deglución en
recién nacidos en tres etapas. La primera etapa es bucal y consiste en la acción combinada de los
músculos linguales la que permite comprimir el pezón contra la encía superior, generar un vacío en
la cavidad bucal y generar ondas de contracciones, las cuales permitirán llevar la leche hacia la parte
posterior de la faringe. En el neonato, la segunda etapa o etapa faríngea se desencadena de forma
refleja tras cada succión. En esta fase el velo se levanta, la base de la lengua proyecta la leche hacia
la hipofaringe y el esfínter esofágico superior se relaja. Al igual que en el patrón adulto de la
deglución, en esta etapa ocurren diferentes mecanismos para la protección de las vías aéreas.
Finalmente, tiene lugar la etapa esofágica la cual se presenta de igual forma que en el adulto.
Respiración: La respiración es una función primordial y necesaria para la supervivencia del
organismo, la cual consiste en el intercambio de sustancias con el medio aéreo (Borrás & Rosell,
2011). En el neonato, la faringe cumple un rol de mayor relevancia que en niños y adultos durante
la respiración. En ellos, faringe y laringe actúan conjuntamente como una cámara superior,
alargándose durante la inspiración y contrayéndose en la espiración. Estos movimientos faríngeos
disminuyen durante la respiración cuando ocurre la maduración y estabilidad posicional del área
cervical y faríngea (Fernández, 2011). La respiración del recién nacido es rápida, abdominal,
superficial y nasal, iniciándose un patrón torácico de respiración durante 3 a 4 meses. La respiración
por vía nasal, permite aportarle al aire que ingresa calor, humedad, además de filtrar impurezas. Sin
embargo, durante la primera infancia es común encontrar un patrón mixto de respiración, es decir,
el aire ingresa por vía nasal y bucal (Camargo, 2002; Fernández, 2011).

Masticación: Es un acto fisiológico complejo que implica actividades neuromusculares y digestivas.


La masticación corresponde a la acción de morder, triturar y masticar el alimento. Su objetivo
principal es fragmentar los alimentos en partículas cada vez menores con el fin de prepararlas para
la deglución y digestión. Además, favorece una acción bacteriana sobre los alimentos durante la
formación del bolo y ayuda al desarrollo normal de los huesos de la cara y la conservación de los
arcos dentarios, estabilizando la oclusión (Camargo, 2002). La masticación es una función aprendida,
por lo que requiere de estimulación para su adecuado desarrollo. Además, depende de la madurez
del sistema nervioso central, del desarrollo propioceptivo y de la erupción dentaria, ya que a medida
que aumenta la dentición, esta se hace más coordinada y eficiente (Fernández, 2011). Según
Fernández (2011) entre los 5 y 6 meses de edad, el menor es capaz de realizar movimientos de
masticación verticales y a los 7 meses movimientos laterales. La masticación se hace más efectiva
entre los 12 y 18 meses, con el inicio de la erupción dental, lo que facilita la incorporación de nuevos
tipos de alimentos. Durante esta etapa se considera que la masticación tiene un patrón adulto,
pudiendo realizar movimientos rotatorios (Camargo, 2002).

Para Fernández (2011) esta función consta de tres etapas, las cuales, como ya se ha mencionado, se
relacionan directamente con la dentición. Estas son:

- Etapa de incisión o de mordida, realizada por caninos e incisivos.

- Etapa de trituración, realizada por los premolares.

- Etapa de pulverización, a cargo de los molares.

Fonoarticulación La fono articulación es una función mediante la cual los sonidos son producidos
por las cuerdas vocales y luego controlados, modulados y articulados a través de los órganos
fonoarticulatorios (OFA) para producir el habla. Dentro de los OFA se incluye la laringe, faringe, el
paladar blando y duro, la lengua, los dientes, las mejillas, los labios y las fosas nasales (Camargo,
2002). Los movimientos orales que se necesitarán para la producción del habla comienzan
alrededor de los seis meses. La articulación de los sonidos está vinculada con el desarrollo y
maduración del sistema miofuncional oral y las otras funciones orofaciales (Camargo, 2002). Para
efectos de esta investigación, no se ahondará en esta función, debido a que es una función que aún
no se encuentra desarrollada y no se corresponde con los objetivos del presente estudio.
Succión La succión es una de las primeras y más complejas habilidades integradas sensorio-motoras
del recién nacido (Costas, Santos, Godoy & Martell, 2006). Para Camargo (2002), en un comienzo,
la succión es un acto reflejo que comienza a partir del quinto mes de gestación y su desarrollo se
encuentra completo en la semana número 32 de vida intrauterina. Es hacia el cuarto mes de vida
cuando se vuelve un acto voluntario. Este proceso debe iniciarse con facilidad, ritmo, sustentación,
fuerza, frecuencia y debe estar presente desde el nacimiento. En recién nacidos pretérmino el
número de movimientos de succión aumenta de 55 por minuto a las 32 semanas de gestación a 65
por minuto a las 40 semanas. Esto se compara con el nivel que alcanza el recién nacido de término
al mes de edad. Lo anterior implica que durante los primeros días, después del nacimiento, la
succión no sigue la curva de maduración (GuidoCampuzano et al., 2012).

Hitos relevantes en el proceso de maduración de reflejo de succión (Fernández, 2011). Hito Semana
de gestación Inicio succión. Puede observarse succión digital. Capacidad de coordinar succión y
deglución. Capacidad de coordinación entre la respiración, succión y deglución. 36 22 La succión
tiene dos variantes en su forma de acuerdo a la presencia o ausencia de líquido; succión nutritiva y
succión no nutritiva respectivamente (Fernández, 2011).

Succión Nutritiva: Es coordinada de forma refleja con la deglución a partir de las 32 semanas de
gestación, madura progresivamente entre la semana 32 y la 40 de gestación, y es la que permite la
alimentación del lactante (La Orden, Salcedo, Cuadrado, Herráez & Cabanillas, 2012). Ocurre en
presencia de líquido y su patrón es generalmente una serie de succiones de aproximadamente una
por segundo. Durante esta la respiración está secuenciada rítmicamente (Fernández, 2011).
Probablemente es el evento más relevante durante la alimentación al pecho materno; mediante
ésta el niño lleva leche desde el pecho a la cavidad oral al mismo tiempo que desencadena una serie
de reflejos que regulan la síntesis y el flujo de leche (Costas et al., 2006).

Este proceso consta de tres fases estrechamente relacionadas entre sí: la expresión/ succión (E/S),
la deglución (D) y la respiración (R). Durante el proceso de la E/S-D-R la secuencia de los diferentes
componentes es 1:1 en la etapa neonatal; es decir, una succión por cada deglución y respiración.
Sin embargo, la relación puede llegar a ser de 2 o 3:1:1 a partir de la sexta semanas de vida (Rendón
& Serrano, 2011). Durante la E/S el lactante genera una presión de extracción de un fluido contenido
en un reservorio externo hacia su cavidad oral. Una vez formado el bolo, el líquido es dirigido hacia
la vía digestiva donde se produce la fase de la deglución sin pasar por las vías respiratorias. Las fases
de E/S y de deglución deben coordinarse con la respiración (Rendón & Serrano, 2011). Para Rendón
y Serrano (2011) la eficacia de la succión depende de una adecuada integración y sincronización de
las estructuras de los labios, mejillas, lengua y paladar para la formación del bolo y su propulsión
hacia la parte posterior de la cavidad oral para su deglución. En los recién nacidos de término sanos
este proceso necesita ser rítmico y continuo para asegurar una ingesta suficiente de alimento y
cubrir sus demandas metabólicas, lo que se logra con una adecuada coordinación con la respiración.
Succión No nutritiva: Está presente desde la 18-24 semana de gestación, no está implicada en la
alimentación, es descoordinada con la deglución, y ayuda al desarrollo de la succión nutritiva y a la
adquisición de las habilidades de alimentación (La Orden et al., 2012). Ocurre en ausencia de líquido
y se caracteriza por series de salvas de corta duración y pausas, donde las salvas son similares y
ocurren a una frecuencia rápida de dos succiones por segundo (Costas et al., 2006; Fernández,
2011). Su importancia radica en que calma y organiza a los niños muy inmaduros y enfermos, e
independiente de su costo energético, es segura y muy compensadora (Mena, Mülhausen, Novoa
& Vivanco, 2005).

En recién nacidos prematuros tiene beneficios clínicos, ya que disminuye significativamente el


tiempo de la hospitalización y permite un cambio más rápido de sonda orogástrica a alimentación
por succión, así como un mejor rendimiento, sin tener consecuencias negativas a corto plazo (Guido-
Campuzano et al., 2012). La succión no nutritiva disminuye la agitación, mejora la oxigenación,
estabiliza la presión intracraneal, prolonga los períodos de sueño profundo y ayuda a disminuir los
efectos estresantes durante los procedimientos dolorosos (Tamez & Silva, 2010). Para esto el
chupete debe tener el tamaño y forma apropiada favoreciendo la evolución normal de la succión.
Los chupetes demasiado cortos pueden propiciar un movimiento anormal de la lengua que podría
resultar difícil de eliminar durante el paso a la lactancia materna o artificial (Lareé, 2003).

Suckling y Sucking Al nacer, el bebé tiene una mandíbula pequeña y retruida, acúmulo de grasa en
las mejillas y una lengua que ocupa toda la cavidad oral. En esta fase los movimientos linguales son
anteroposteriores, debido a la falta de madurez neurológica, y a la falta de espacio en la cavidad
oral, lo que impide los movimientos laterales de la lengua. Estas características se mantienen hasta
los cuatro meses, momento en el cual el bebé apoya la cabeza y la mandíbula inicia su crecimiento
hacia abajo y hacia adelante. Además, los depósitos de grasa de las mejillas son reabsorbidos y la
cavidad oral crece verticalmente, por lo que la lengua goza de mayor espacio para moverse. Hasta
este momento la succión tiene solamente el objetivo de nutrición, lo que en inglés se conoce como
“suckling” (Villanueva, 2005).
El suckling es un patrón de succión inmaduro, donde predomina el movimiento de retracción y
extensión de la lengua, la cual forma un surco central o canal durante la succión, generando una
presión positiva para la extracción del líquido. Esto ocurre antes de que la succión se vuelva un acto
voluntario (Fernández, 2011; Jacintha, 2002). Alrededor de los 6 meses, el bebé es capaz de sentarse
y pasa la mayor parte del día con la cabeza en posición vertical, lo que favorece la aparición de un
nuevo patrón de succión más maduro conocido como “sucking”, donde hay una mayor presión
intraoral y movimientos linguales de elevación y descenso (Jacintha, 2002; Villanueva, 2005). En este
patrón de succión hay presencia de presiones positivas y negativas, a través de las presiones
negativas ocurre la succión en sí y con las presiones positivas ocurre la extracción de líquido. Este
patrón requiere de un sellado eficiente y un acanalamiento lingual para ampliar el espacio intraoral
(Fernández, 2011).

Caracterización de succión nutritiva y no nutritiva en recién nacidos de pretérmino: En


investigaciones anteriores de la SN y SNN en RN de término y pretérmino, se ha encontrado que los
recién nacidos de pretérmino de 3 y 6 meses de edad corregida presentan un patrón de succión
nutritiva y no nutritiva débil, en comparación con los de término (Bosnish, Durán, Ponce & Valdés,
2010). Asimismo, en los recién nacidos prematuros extremos se observa con más claridad un patrón
de succión ineficiente, tanto en la succión nutritiva como no nutritiva, principalmente determinada
por los parámetros de ritmo y frecuencia (González, González, Vargas, Vega & Vidal, 2014). Leal,
Neira, Pérez & Villarroel (2013), agregan que en SN tanto prematuros como prematuros extremos
presentaron succión ineficiente, mientras que los RN de término presentaron succión eficiente. Sin
embargo, en SNN las diferencias no son significativas, ya que estos 3 grupos presentaron
mayoritariamente succión ineficiente en distintos porcentajes, siendo los parámetros más afectados
los de ritmo y fuerza.

Coordinación succión - deglución - respiración: Al momento del nacimiento el bebé se encuentra


capacitado para llevar a cabo las funciones de succión y deglución, las cuales ya ha practicado
durante el periodo intrauterino. Sin embargo, la función respiratoria pulmonar se inicia cuando se
corta el cordón umbilical. Por esto, con el primer amamantamiento se constituye un “tríptico
funcional” coordinado constituido por la succión, la deglución y la respiración (Vásquez, 2005). La
deglución y la respiración se suceden de tal manera de evitar la aspiración del alimento. La deglución
se realiza entre el final de la inspiración y el inicio de la espiración. La apnea que se suscita coincide
con la elevación del velo, de manera que la alimentación no interrumpa la respiración del neonato
(Renault, 2012).

La succión-deglución más que un reflejo, se constituye como un proceso motor complejo,


coordinado y adaptativo a cuya base se encuentra principalmente el centro bulbar, el cual recibe las
aferencias sensitivas de la lengua, la cavidad bucal, la faringe y la laringe y genera el automatismo
motor succión-deglución (Renault, 2012).

La alternancia entre succión y deglución es funcional desde el nacimiento en los recién nacidos de
término y también en prematuros de 34 y 38 semanas. Por otro lado, la coordinación succión-
deglución junto con la respiración suele ser funcional en el nacimiento a término. En el cual durante
los primeros días, la deglución puede realizarse durante la espiración antes de estabilizarse justo
antes de la espiración (Renault, 2012). La coordinación normal de estos 3 procesos se alcanza
cuando el niño toma leche sin atragantarse, sin apnea, y bradicardia, con una relación de una o dos
secuencias de succión-deglución por cada respiración. En los prematuros se pueden observar
secuencias de succión-deglución apneicas que alternan con ciclos respiratorios sin succión (Renault,
2011) La nutrición oral del prematuro depende y se inicia con la coordinación de los reflejos de
succión-deglución-respiración. Hasta entonces, se necesita emplear sondas de nutrición enteral
para su alimentación. (La Orden et al., 2012). Esto los limita de la estimulación sensorial afectando
su desarrollo motor oral, por lo que probablemente se altere la alimentación por vía oral aún más
(Bauer, Haëffner, Keske-Soares, Prade & Weinmann, 2008).

Evaluación de los Reflejos Primitivos y Posturales

1. Reflejo de Moro

Test de pie del reflejo de Moro para el reflejo de Moro activado vestibularmente (Clarke, Bennett y
Rowston).

Posición del test

El individuo está de pie con los pies juntos, los brazos doblados por los codos y los mantiene a 45
grados del cuerpo con las manos flexionadas en las muñecas.

Procedimiento del test

La persona que hace el test está de pie detrás del niño y le pide que lleve la cabeza hacia atrás como
si mirara el techo con los ojos cerrados. Comprueba si mueve los brazos de alguna manera o si pierde
el equilibrio como resultado de llevar la cabeza a la extensión. Una vez haya estabilizado su posición
(llevando la cabeza a la posición erecta de nuevo), pídele que se mantenga rígido y que caiga hacia
atrás “como una tabla” cuando oiga un sonido previamente acordado. La persona que hace el test
debe estar preparada para aguantar todo el peso del niño.

Observa

Abduce los brazos al caer hacia atrás y/o toma aire o grita al perder su centro de equilibrio. Observa
si ¿se sonroja notablemente o palidece, tiembla y “retrae” después del test?

Resultados
0 El sujeto cae hacia atrás sin alterar la posición de los brazos.
1 La piel enrojece o hay un leve movimiento de los brazos o las manos hacia fuera pero que controla
rápidamente.
2 Incapaz de caerse hacia atrás, movimiento de las manos y los brazos hacia fuera, no le agrada el
procedimiento.
3 Movimiento de los brazos dejándolos “estáticos” momentáneamente en esa
posición, respira con dificultad, se sonroja o palidece.
4 Completa abducción de los brazos y las manos hacia fuera acompañado por
respiración difícil y un posible grito. Desagrado o angustia visible.

2. Test Schilder para el reflejo tónico asimétrico cervical

Posición del test

De pie, con los pies juntos, los brazos se mantienen rectos hacia delante a nivel de los hombros,
pero con las manos relajadas en las muñecas.

Procedimiento del test

La persona que hace el test se pone de pie detrás del individuo y le da la pauta: “cuando gire tu
cabeza, quiero que mantengas los brazos rectos hacia delante, tal y como están ahora. Es decir,
quiero que los brazos permanezcan en la misma posición y que se mueva sólo tu cabeza”. La persona
que hace el test girará la cabeza del individuo hasta que la barbilla esté paralela con el hombro. Haz
una pausa durante 10 segundos. Vuelve la cabeza a la línea media. Haz una pausa otros 10 segundos.
Gira la cabeza hacia el otro lado y haz una pausa de 10 segundos. Repite este procedimiento hasta
4 veces.

Observa Cualquier movimiento de las manos o los brazos en el lado del cuerpo hacia el que

gira la cabeza. ¿Siguen los brazos automáticamente el movimiento de la cabeza?

Resultado
0 No hay respuesta.
1 Leve movimiento de los brazos en la dirección hacia donde gira la cabeza.
2 Movimientos de los brazos en la dirección de la cabeza unos 45 grados.
3 Movimientos de los brazos hasta 60 grados o flexión del lado opuesto.
4 Rotaciones de los brazos hasta 90 grados y/o pérdida del equilibrio como resultado
de rotar la cabeza.

3. Reflejo espinal de Galant / Incurvación de Galant

Posición del test

A gatas o de rodillas con cuatro puntos de apoyo.

Procedimiento del test

Utiliza un cepillo para frotar la espalda desde debajo de los hombros hasta la base de la zona lumbar
a una distancia de 1.5 cm. de la columna, primero un lado y luego el otro. Repite el procedimiento
hasta 3 veces (repetir más veces puede hacer que no haya reacción incluso cuando el reflejo esté
presente).

Observa
Movimientos de las caderas hacia fuera como respuesta a ese estímulo.

Resultado
0 No hay respuesta.
1 Ondulación o movimiento de las caderas hacia fuera unos 15 grados.
2 Ondulación o movimientos de las caderas hacia fuera unos 30 grados.
3 Ondulación o movimiento de las caderas hacia fuera unos 45 grados.
4 Movimientos hacia fuera más de 45 grados y esto puede afectar el equilibrio del
niño.

También puede haber hipersensibilidad, como cosquillas.

4. Reflejo tónico laberíntico (de pie)

Posición del test

De pie con los pies juntos, los brazos relajados a ambos lados del cuerpo. Procedimiento del test

Despacio lleva la cabeza del sujeto hacia atrás, en posición de extensión, pídele que cierre los ojos.
(Colócate detrás en caso de que pierda el equilibrio). Al cabo de 10 segundos pídele que lleve la
cabeza despacio hacia delante como si quisiera mirarse los pies y que mantenga esa posición 10
segundos. Repite la secuencia 6 veces.

Observa

La pérdida o alteración del equilibrio como resultado de la posición de la cabeza o del movimiento
de la cabeza de arriba abajo. También observa si hay algún cambio compensatorio en el tono
muscular en la parte de atrás de las rodillas como resultado el movimiento de la cabeza, o si encoge
los dedos de los pies como intentando agarrar al suelo. Pregúntale al individuo si ha experimentado
alguna reacción inmediatamente después del test. Recuerda que cualquier comentario sobre mareo
o náuseas sugiere un mal funcionamiento vestibular y/o una presencia residual del reflejo tónico
laberíntico.

Resultado
0 No hay respuesta.
1 Leve alteración del equilibrio como resultado de la posición o el movimiento de la
cabeza.
2 Alteraciones del equilibrio durante el test y/o alteración del tono muscular detrás de
las rodillas.
3 Casi pérdida del equilibrio, alteración del tono muscular y/o desorientación como
resultado del test.
4 Pérdida del equilibrio y/o gran alteración del tono muscular al intentar mantener el
equilibrio. Puede ir acompañado de mareo o náuseas, y en adultos, sensación de
pánico.

5. Reflejo de búsqueda
Posición del test

De pie.

Procedimiento del test

Utiliza un cepillo pequeño. Acaricia suavemente de la base exterior de la nariz hacia abajo pasando
el extremo de la boca. Repítelo dos o tres veces en cada lado.

Observa

Si hay algún movimiento o temblor de la boca como respuesta al estímulo, o si se aparta. También
observa si hay algún movimiento de las manos (sugerente de la respuesta Babkin).

Resultado
0 No hay reacción.
1 Ligero movimiento de la nariz.
2 Movimiento claro de la boca o demuestra sensación desagradable.
3 Movimiento o apertura de la boca y/o se frota en el área estimulada.
4 Movimiento de la boca como si sonriera, abre la boca y gira la cabeza en la dirección del estímulo.

Evaluación clínica de la succión

Antes de hablar de la evaluación clínica hay que considerar que siempre es fundamental realizar
una completa anamnesis para recabar los antecedentes relevantes del niño. Se debe realizar una
evaluación clínica que evalúe la alimentación según su eficacia y según la coordinación-seguridad
de la succión nutritiva. La primera tiene por objetivo que el consumo del alimento sea el necesario
para llenar los requerimientos metabólicos y de crecimiento del lactante, por lo que varios autores
han considerado como una succión anormal cuando el 26 volumen consumido por el lactante es
menor al 80% del indicado .La segunda se refiere al hecho de establecer que el proceso de la succión
nutritiva cumple con el objetivo de transferir el alimento de la cavidad oral hacia la vía digestiva, sin
causar daño a las vías respiratorias (Rendón & Serrano, 2011).

Gracias al conocimiento que se tiene del rendimiento de la succión nutritiva se pueden utilizar
terapias de rehabilitación orosensorial, así como de apoyo motor, las cuales tienen resultados
alentadores. Dada la importancia de la evaluación de la succión, se presentarán los parámetros más
relevantes que se utilizan para la evaluación de esta:

- Prensión: Se refiere a la compresión lograda por la contracción del músculo periorbicular de los
labios del niño junto a la mordida de sus encías por el movimiento de la mandíbula en sentido
antero-superior, la cual genera una presión positiva sobre el pezón (Rendón & Serrano, 2011).

- Movimiento lingual: Durante los primeros meses de vida, el lactante realiza movimientos linguales
en sentido antero-posterior durante la succión. Posteriormente, hacia los 4-6 meses, esto
evoluciona hacia movimientos en sentido vertical (Fernández, 2011).
- Movimiento mandibular: mayor movilidad en sentido antero-posterior y de elevación, hecho que
facilita la realización de movimientos ondulados en lugar de ser solamente verticales (Rendón &
Serrano, 2011).

- Acanalamiento lingual: Los bordes laterales de la lengua rodean al pezón y su movimiento hacia
atrás genera una cavidad intraoral formada, en su parte superior, por el paladar, a los lados por los
carrillos y hacia atrás por el paladar blando (Rendón & Serrano, 2011).

- Ritmo: Es la coordinación de succión-deglución-respiración, la cual debiese seguir con una relación


de 1/1/1 (Guido-Campuzano et al., 2012).

- Fuerza: Corresponde a la presión que ejerce la superficie de la lengua sobre el pezón o sobre el
dedo en caso de la succión no nutritiva (Woolridge, 1986).

- Longitud de pausa: Corresponde a un tiempo de reposo comprendido entre un tren de succión y


otro, cuya duración es mayor a 1,5 segundo, va disminuyendo con la edad hasta los 6 meses (Costas
et al., 2006).

- Número de succiones entre pausas: 10 y 30 succiones entre pausas indica una succión madura en
niños prematuros (Bleeckx 2004).

- Tiempo empleado en trenes de succiones: Aumenta significativamente con la edad hasta los 6
meses, contrario a lo que ocurre con el tiempo de pausas, que va disminuyendo hasta esta edad
(Costas et al., 2006)

- Frecuencia (succiones/seg): La succión no nutritiva es de dos succiones por segundo y la nutritiva


es de una por segundo (Fernández, 2011).

Tratamiento de rehabilitación

En conjunto, con la revisión de la literatura internacional, se ha observado que, aplicando el


tratamiento que se describe a continuación, los pacientes atendidos de manera oportuna logran
tener un proceso de alimentación satisfactorio en un lapso de 1 semana o semana y media, a
diferencia de los niños que por diversas circunstancias no reciben tratamiento a tiempo, quienes
tardan alrededor de 3 semanas en conseguir un proceso de alimentación adecuado.

Posicionamiento: Dentro del manejo adecuado de las alteraciones en la succión-deglución-


respiración, se sabe que muchas afecciones y mejoras en la tríada pueden tratarse con un
posicionamiento adecuado de la cabeza con respecto al tronco. Aunque la cabeza es de mayor
tamaño y peso que el tronco del niño, es de suma importancia que se encuentre alineada durante
el proceso de alimentación. Esta alineación se dará al sujetar la cabeza del niño por la base del
cráneo con los dedos índice y pulgar, y el resto de la mano entre las clavículas y las escápulas para
darle soporte. Se debe colocar al bebé sentado sobre las piernas de la madre o del terapeuta a cargo.
Con esta posición se logra mantener la cabeza alineada, ligeramente elevada, para permitir que el
paso del líquido por la orofaringe sea seguro, principalmente cuando el niño tiene disfunción velo-
palatina o alteraciones respiratorias que provocan desaturación de oxígeno y fatiga.

Aunque el niño sea alimentado al seno materno, es importante orientar a la madre sobre la postura
adecuada para favorecer la alimentación segura del RNP, una vez que se ha logrado evitar las
complicaciones respiratorias.

Sensibilidad y tono muscular: Debemos integrar el reflejo de búsqueda, el cual es parte


fundamental para el inicio de la succión, tanto del biberón como del seno materno. La manera en
que nosotros realizamos la estimulación para el reflejo de búsqueda es mediante golpeteo firme y
continuo alrededor de los labios. Esto ocasionará primero que el niño logre entreabrir la boca,
tratando de alcanzar el dedo con el cual estamos estimulando, y posteriormente que frunza los
labios y los apriete durante el tiempo que continúe el estímulo. Si el objetivo es mejorar el tono
muscular, el golpeteo debe continuar hasta las mejillas. En caso de que el RNP presente bajo tono
muscular para la succión, puede realizarse un masaje deslizando los dedos índice y pulgar desde el
lóbulo de la oreja hasta la comisura labial, ejerciendo cierta presión. Posteriormente, con los mismos
dedos, se realiza una presión vibratoria desde los lóbulos de la oreja hasta la comisura labial. De
este modo se favorece el incremento del tono muscular para que el RNP ejerza mayor fuerza al
momento de realizar tanto el sello labial como la presión en la. En el caso de tener un buen tono
muscular, se realizarán los mismos ejercicios, pero en sentido contrario; esto es, de la comisura
labial hacia los lóbulos de las orejas, de manera firme y continua. También se aplica por dentro de
la boca un masaje circular en las mejillas, deslizando el dedo índice de la comisura labial hacia las
mejillas. En algunos RNP con gran alteración sensitiva se puede aplicar la estimulación térmica, que
puede realizarse utilizando un chupón pacificador frío para que el RNP succione. Asimismo, se puede
emplear un dosificador de medicamentos con 10 ml de leche fría y 10 ml de leche caliente, para que
el RNP las succione, y de este modo trabaje con medios de contraste para mejorar las alteraciones
de sensibilidad.

Coordinación lingual: Como es bien sabido, el movimiento que hace el RNP al succionar es de abajo
arriba y de delante atrás. Este movimiento se ve alterado por la ante proyección o retroproyección
de la lengua, ocasionadas por el tiempo de intubación o colocación de sondas orogástricas y por
alteraciones en el tono muscular a nivel axial. Estas alteraciones se pueden trabajar realizando un
barrido con el dedo índice o meñique sobre la lengua del RNP, lo más atrás que se pueda sin
ocasionar reflejo nauseoso, y deslizar el dedo efectuando presión hasta la punta de la lengua.
Asimismo, al momento de ofrecer el biberón, ejercer presión contra el paladar con la tetina del
biberón para que se favorezca el bajar la lengua y se coloque en la posición adecuada para la succión.
Una vez que se consigue la posición adecuada de la lengua, es importante estimular el movimiento
mientras se da de comer al RNP con el biberón, y así seguir estableciendo una retroalimentación
sobre el movimiento adecuado de la lengua. Igualmente es importante trabajar las movilizaciones
lentas y sostenidas de los miembros superiores y disminuir el tono axial en caso de estar aumentado,
ya que también es un factor condicionante para la retropulsión de la lengua.

Cierre labial: El hecho de que, al succionar, el RNP tenga un adecuado cierre labial tiene como
objetivo que se fatigue menos durante el proceso de alimentación; esto facilitará la fuerza y la
posición con que la lengua realiza la compresión tanto del pezón como de la tetina al momento de
alimentarse. Al tener un adecuado cierre labial, habrá un menor derrame de leche al momento de
succionar. Por esto, es importante trabajar las técnicas acordes e ideales para que el cierre labial
sea el adecuado. El apoyo mandibular se realiza con los dedos medio y anular de la mano con que
se sostiene el biberón al momento de la alimentación. Mediante este soporte, se ayuda a que el
niño cierre mejor la boca al succionar y a que no tenga tanta entrada de aire o persista con la
mordida fásica. Este apoyo se aplica en niños con bajo tono muscular y con tono aumentado. Si es
necesario dar el soporte, se aplica el apoyo en las mejillas ligeramente por debajo de la comisura
labial, lo cual permite que la presión que realizan las bolsas de Bichat sea más efectiva para la
presión que requiere el niño junto con el movimiento lingual al succionar. En ciertos casos en que la
hipotonía es considerable se requiere soporte tanto de las mejillas como mandibular. Para ello, se
debe apoyar con la mano con que se sostiene la cabeza del RNP, y con el pulgar se presiona una de
las mejillas; con la mano que sostiene el biberón se realiza el soporte en la mandíbula y en la otra
mejilla cuando el RNP esté succionando. Esta técnica es de esencial apoyo para los niños con
síndrome de Down, prematuros que recién están iniciando su alimentación vía oral y que tienen
problemas respiratorios. Es importante que esta técnica se realice cuando el RNP es alimentado
principalmente con el biberón; una vez que se logre una adecuada succión, se podrá iniciar la
alimentación al seno materno. La rehabilitación de las alteraciones en la succión y deglución que el
soporte mandibular y el apoyo en las mejillas son mínimos.

Regulación del flujo de leche: Otra de las situaciones que pueden ocasionar problemas al momento
de alimentar al bebé es el flujo de leche, esto es, la cantidad de leche que sale del biberón o del
seno materno. En el caso del biberón, si no se puede cambiar la tetina y esta presenta un orificio
bastante grande, debemos ayudar a la regulación del flujo manteniendo el biberón a 90° respecto a
la cara del niño. De esta manera, a pesar de la ingestión ligeramente aumentada de aire, se favorece
que el bebé realice las salvas con mayor fuerza y se evita la sensación de ahogamiento por exceso
de líquido. En el caso de que la mama produzca demasiada leche, se recomienda que la madre
alimente al bebé estando sentado frente al seno y tras extraer previamente un poco de leche.

Control de la velocidad: Muchos niños pueden presentar una velocidad bastante marcada al realizar
las salvas, lo cual ocasiona problemas como fatiga, atragantamiento y dificultad respiratoria. La
manera adecuada para ayudar al niño a controlar la velocidad, aparte de mejorar el tono muscular
y la fuerza, es jalar ligeramente el biberón hacia afuera al momento de alimentar, para que el niño
realice las salvas más profundas y pausadas. De esta forma se logra que el niño se alimente a un
mejor ritmo y se evitan el atragantamiento y las dificultades respiratorias.

Selección adecuada de la tetina para el biberón: Dentro de los factores a considerar al alimentar
al bebé se encuentra el tipo de tetina. Para esto, después de la valoración en cuanto a tipo de
succión, ritmo, fuerza y velocidad, debemos valorar si debe usarse una tetina convencional o una
de tipo ortodóncico o para RNP (más largas y suaves). En caso de que el bebé sea alimentado al seno
materno, si el pezón de la mamá no está bien formado para lograr una succión adecuada, se deberá
utilizar una pezonera o una tetina sobre el pezón, y cuidar de realizar los ejercicios que previamente
se le indicaron a la madre para favorecer la formación del mismo, ya que el niño tendrá menos
dificultad para ser alimentado al seno materno. Desafortunadamente, en México se cuenta con poca
variedad de tetinas para biberón, aunque es importante indicar que es indispensable que la tetina
sea lo más parecido en forma a un pezón. Por ello, no son recomendables los biberones que cuentan
con tetinas planas y muy largas, o de silicón muy duro, ya que representarán una mayor dificultad
para el niño, sea cual sea el padecimiento que le esté ocasionando problemas.

Intervención

Las dificultades o trastornos de la alimentación provienen de una serie de problemas ocasionados


por un desequilibrio en el sistema orofacial. Uno de los métodos de intervención utilizados para
restaurar este desequilibrio es la terapia miofuncional, la cual consiste en la reeducación de hábitos
como la deglución atípica, respiración bucal, problemas de lenguaje, articulación y succión, entre
otros. Esta terapia busca a través de diversos ejercicios y maniobras de facilitación, alcanzar una
adecuada coordinación de la musculatura orofacial. La intervención relacionada con los procesos de
alimentación, se enfoca principalmente en los tipos de ejercicios y el tipo de estimulación que se
entrega al lactante, además del apoyo que se puede otorgar a los padres durante este proceso. Para
lograr una adecuada intervención, es necesario considerar diversos aspectos, como la
monitorización de la saturación de oxígeno y la frecuencia cardiaca, determinar el tipo de utensilio
a utilizar y cuánto flujo se va a entregar. Se debe definir también la posición del lactante utilizada
durante la alimentación, la cantidad máxima de “relleno” o leche materna que se provee y el tiempo
máximo de alimentación sin que este afecte el estado del neonato. Junto a esto, se debe determinar
el encargado de la alimentación y si la combinación del utensilio y lactancia es óptima.

En la actualidad no se cuenta con ningún protocolo de intervención en alimentación estandarizado.


Sin embargo, hay diversos programas que intentan mostrar la importancia de llevar a cabo una
intervención.

Uno de ellos es conocido como Método de Castillo-Morales, que establece que, para reeducar el
sistema orofacial, se deben tener en cuenta los músculos que serán estimulados y que de acuerdo
a cómo se disponen en el cuerpo, reciben cierta denominación. La primera cadena muscular es de
los hioideos, compuesta tanto por los músculos suprahioideos como infrahioideos, le sigue la
cadena muscular de la lengua, en la cual participan tantos músculos intrínsecos como extrínsecos
de ésta, luego está la cadena muscular del velo del paladar, siguiendo con la cadena muscular del
buccinador, que se conforma por el músculo orbicular de los labios, buccinador y constrictor de la
faringe. Y finalmente la cadena de músculos faciales, es decir, de ojos, nariz, labios, lengua, etc. Es
importante mencionar, que Castillo-Morales considera el cuerpo como una unidad, llegando a la
conclusión de que un segmento corporal influye sobre otro a través de las cadenas musculares que
las unen. A causa de esto es que antes de comenzar una terapia orofacial, se deben modificar estos
segmentos corporales para así alinear y potenciar la respuesta del grupo muscular que se desea
intervenir. Además, se deben considerar aspectos neurofisiológicos del desarrollo intrauterino
motor, sensorial y del tono, para poder iniciar el plan terapéutico adecuado al lactante. Dentro de
los recursos técnicos que se utilizan en el plan de intervención se encuentra el contacto manual, el
deslizamiento, la tracción, la aproximación, la vibración, la elongación y la presión. Todos estos
recursos son percibidos por los diversos mecanorreceptores, que captan la información
desencadenada por la estimulación mecánica.

El programa de tratamiento Castillo-Morales, consta de tres etapas; preparación calma motora,


activación de zonas de reacción y finalmente la reeducación. La preparación, busca principalmente
entregar condiciones óptimas para la reeducación posterior. En la etapa de activación, se preparan
los segmentos y se comienza con la utilización de estímulos. Por último, en la etapa de reeducación,
se encuentra la terapia de regulación orofacial, que es una terapia neurofisiológica integral
orientada a tratar dificultades sensoriomotrices orofaciales. Los objetivos principales a los que
apunta esta terapia son la regulación del tono muscular y de las funciones del complejo orofacial
junto con la integración del complejo orofacial, el control de los 32 movimientos y posturas
linguales, y desarrollar la comunicación verbal/no verbal al igual que la percepción. Para iniciar la
aplicación de ésta, es esencial poseer una postura corporal adecuada, para luego solucionar las
compensaciones existentes y controlar el tono. La aplicación de la terapia de regulación orofacial se
encuentra dividida en tres subetapas, orientadas a la preparación de la postura. Ya realizada estas
etapas se procede a estimular las zonas motoras o de reacción para el sistema orofacial. En último
lugar, está la reeducación que se basa en el progreso y desarrollo normal de este sistema.

APLICACIÓN TERAPIA DE REGULACIÓN OROFACIAL DE REGULACIÓN OROFACIAL

Preparación de Cabeza: Iniciamos los desplazamientos llevando la cabeza en una discreta


reclinación, luego se lleva a la flexión, posteriormente a la extensión. Se debe realizar una constante
tracción y vibración. Realizamos rotaciones, luego lateralizaciones y terminamos con constante
tracción y vibración. Realizamos rotaciones, luego Lateralizaciones y terminamos con movimientos
de circunducción.

Preparación de los Músculos de la Mímica: Movilizar la galea aponeurótica. Luego se movilizan los
músculos temporal y masetero; pasamos a la musculatura alrededor de los ojos, los paranasales.
Nos dirigimos luego a los bordes nasales efectuamos deslizamientos hacia abajo y afuera; llegamos
al orbicular de los labios siguiendo una dirección de adentro hacia fuera; pasamos al área del
zigomático y canino, buccinador y sartorio, continuamos con el cuadrado del mentón y el triangular
de los labios y al final con el elevador de la borla.

1.- Preparación: Los recursos técnicos que se van a emplear son: el contacto manual,
deslizamientos, presión, tracción y vibración. Antes de iniciar la preparación en sí, es recomendable
realizar una calma motora; es importante llevar al paciente a la verticalidad empleando tracción con
aproximación.

2. Activación: Se estimula los puntos motores o las zonas de reacción para el complejo orofacial.
Zona nasal superior, nasal inferior, del ala de la nariz, orbicular de los párpados, supra mentoniano,
de los labios e infra mentoniano.
3.- Reeducación: Se debe basar en la evolución normal del complejo orofacial. La succión se inicia
como un reflejo en la vida intrauterina en el segundo periodo de vida intrauterina, está presente en
el momento del nacimiento y es evocado durante los primeros meses de vida; luego se pone bajo el
control de la voluntad. 4 primeros meses de vida.

El reflejo de mordida: es normal hasta aproximadamente hasta el séptimo a décimo mes de vida,
luego es reemplazado por la masticación. Secuencia normal de las características de los elementos:
- Líquidos: Recién nacido - Semilíquidos: 3-4 - Semisólidos: 4-5 - Sólidos: 5-6

Existen también otros protocolos de intervención como el de Fucile ; este programa de


estimulación táctil de pre alimentación, se encarga de trabajar sobre diversas estructuras del
sistema orofacial como mejillas, labio superior e inferior, encía superior e inferior, cara interna de
las mejillas, bordes laterales de la lengua, etc. El tipo de estimulación consiste en frotar con el dedo
las diferentes estructuras durante 12 minutos en total, para luego pasar a realizar 3 minutos de
succión de chupete. El total de estimulación proporcionada son 15 minutos al día, 30 minutos antes
de una alimentación por sonda.

Además de los protocolos mencionados anteriormente, existe un programa motor oral


denominado PIOMI, el cual se encarga de proveer movimientos asistidos durante 5 minutos a recién
nacidos prematuros, con el objetivo de aumentar la respuesta funcional a la presión y el control de
movimientos en zonas relacionadas con la motricidad orofacial durante la succión y deglución, como
labios, mejillas internas y externas, mandíbula, lengua, encías y paladar. El propósito de todos estos
programas de intervención, es reducir la hipersensibilidad oral, mejorar la amplitud de movimiento
y la fuerza que es utilizada por los músculos al momento de succionar.
CONCLUSIONES

 De acuerdo al conocimiento que tienen las profesionales de fonoaudiología sobre las áreas
de su conocimiento, se asumen dentro de su quehacer el área de habla desde las funciones
estomatognáticas como lo son: succión, deglución y respiración, realizando actividades
estratégicas de evaluación, diagnóstico y tratamiento.
 Dichas actividades y estrategias planteadas por el profesional de fonoaudiología no solo
tienen utilidad en las funciones de alimentación sino también ayuda en las funciones del
lenguaje que posteriormente realizara el neonato.
 Al realizar la valoración a los neonatos se tienen en cuenta principalmente el área de habla
desde las funciones estomatognáticas (succión, deglución).
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Recomendaciones Catálogo Maestro de Guías de Práctica Clínica: GPC-IMSS-362-18.
Publicado por Instituto Mexicano del Seguro Social © Copyright Instituto Mexicano del
Seguro Social “Derechos Reservados”. Ley Federal de Derecho de Autor. Disponible en :
http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/362GER.pdf
● “EFECTIVIDAD DE LA TERAPIA MIOFUNCIONAL, ENFOCADA EN LAS FUNCIONES DE SUCCIÓN
Y DEGLUCIÓN, EN PACIENTES DE LA UPC NEONATAL PARA MEJORAR LA CONDUCTA
ALIMENTARIA.” CACERES, Vanesa.et.al. Temuco.2017

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