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SANIDAD FINANCIERA

BOSQUEJO BÁSICO DEL TEMA

Tiempo: 1 Hr. (Incluida la ministración)

Objetivo: Que las personas entiendan las causas que traen pobreza y escasez a su vida y sepan como
romper esas maldiciones. Llevar a cada uno de los asistentes a ser conscientes que ahora que Dios
ha traído libertad en el área productiva, financiera y económica es responsabilidad de ellos
mantenerse limpios y buscar la bendición que se encuentra en el ofrendar, diezmar y más que nada
en el pactar con Dios.

Enseñanza
PARTE 1
El plan original de Dios para el hombre era que este viviera en abundancia. En los primeros
capítulos de génesis vemos que Dios diseñó un huerto de bendición para que el hombre viviera
rodeado de toda abundancia, allí no le haría falta nada. Pero la desobediencia ocasionó que el
hombre fuera expulsado del huerto y la pobreza y escasez vinieron a ser parte de la vida del hombre.
Dios envió a Jesús para traernos vida en abundancia (Jn 10:10). El plan de Dios sigue siendo que
nosotros seamos prosperados en todo así como prospera nuestra alma. (3 Jn. v2)

Causas que traen pobreza y escasez financiera.

Pecados personales.

Deshonrar a nuestros padres (Deut. 5:16), Prov.20:20). Maneras de deshonrar a los padres
incluye: Olvidarse de ellos, guardar odio, hablar mal, en algunos casos golpear a los padres, robarles,
desobediencia constante y todo aquello que les cause dolor y tristeza. Si uno deshonró a sus padres
y ellos aún están vivos deben buscarlos y pedirles perdón. También empezar a honrarlos y pedirles
que te den su bendición.

Si tus padres ya están muertos debes pedir perdón a Dios por este pecado y después ir a tu
pastor (como padre espiritual) y pedirle su bendición para que te vaya bien.

Idolatría (Deum. 4:23-31, 5:7-10). Toda idolatría acarrea pobreza y escasez, si tu dedicaste
tu casa, negocio, hijos o familia a ídolos debes pedir perdón a Dios y renunciar a este pecado. Pide
a Dios que sea Él quien bendiga tu vida, familia y negocio.

Robo (Prov.4:17-18, 19:26). Las cosas robadas traen pobreza a nuestra casa. Si uno ha
cometido este pecado es necesario pedir perdón a Dios y sacar de la casa todo objeto robado. Puede
parecer duro pero a la larga traerá gran bendición.
Pereza (Prov.19:15, 6:6-11). La flojera y pereza es un pecado muy grave. Si este pecado a
dominado tu vida es necesario que reconozcas que es pecado, que renuncies a el y cambies tu estilo
de vida siendo trabajador diligente. Recuerda: Dios promete bendecir toda la obra de tus manos.

Deudas o salir como fiador (aval) de otros. (Prov. 11:15, 17:18, 22:26-27). Hay personas
que han hecho el contraer deudas o pedir prestado dinero a otros un estilo de vida. Peor aún si
pides prestado y no pagas. También el salir como aval de otros a llevado a la ruina a muchas
personas. Si uno debe es necesario pagar (Rom. 13:8). Debes pedir perdón a Dios por este pecado y
evitar seguir pidiendo prestado constantemente, aprende a depender de Dios.

Robarle el diezmo a Dios ( Malaquías 3:6-12). Si eres evangélico de años y no haz obedecido
con este mandamiento debes pedir perdón a Dios por este pecado. Si apenas estás conociendo de
este mandamiento debes prestar atención a lo que enseña la Biblia. Dios promete prosperar a
aquellos que le honran con sus diezmos. Cuando uno no diezma, el devorador (así lo llama la Biblia)
se encarga de destruir el fruto de nuestro trabajo. ¡Prueba a Dios a través de tu diezmo!

Romper maldiciones que otros nos han dado. (Prov. 18:21)

Maldiciones que nuestros padres nos han dado. (Gen. 9:20-25).- En ocasiones cuando
nuestros padres se enojan por nuestras actitudes o nuestras acciones, el enojo puede hacer que
ellos no piensen lo que dicen, o que sea tanto lo que sienten y sueltan palabras en contra de sus
hijos. Palabras como nunca serás o lograras nada porque eres un flojo, nunca aprenderás nada, o
palabras de ese estilo, son las que marcan la vida de los hijos. Cuando una persona de mayor rango
de autoridad suelta una palabra sobre ti tiene poder en tu vida para hacerte prosperar o arruinarte.

Principalmente cuando tus padres sueltan la palabra esa palabra trae una fuerte carga
espiritual pues son las personas con la mayor autoridad sobre tu vida. Pero como hemos aprendido
Dios quiere que seamos prosperados y por eso es que el poder de su sangre nos ha liberado.

Maldiciones que dan líderes espirituales. (Josué 9:22-23)

Maldiciones que nos dan personas que nos quieren dañar o dañar a nuestra familia. (Núm.
22:5-6)

Si Dios te trae a la memoria maldiciones que otros te han lanzado, es necesario renunciar a
ellas y romperlas en el Nombre de Jesús. Si es necesario pide la ayuda de tu líder espiritual.
Estableciendo un pacto financiero con Dios. (Gen. 28:20-22).
Cuando Jacob hizo este pacto con Dios estaba arruinado, sin embargo el pidió a Dios
protección, prosperidad y paz y prometió darle a Dios el diezmo de todo lo que Él le diera. Años más
tarde Jacob era un hombre muy rico (Gen. 32:9-16). Cuando le mandó un regalo a su hermano le
dio 200 cabras, 20 machos cabríos, 200 ovejas, 20 carneros, 30 camellas paridas con sus crías, 40
vacas, 10 novillos, 20 asnas y 10 borricos ¡Y eso era un pequeño regalo! ¡Imagínate la cantidad de
dinero que tenía!

Tú como Jacob puedes hacer un pacto financiero con Dios, donde le pides que te bendiga
con aquellas cosas que necesitas y a cambio le das una promesa financiera. Dios es un Dios de pactos
y si tú crees esto puedes hacer un pacto hoy con nuestro Dios. ¡Dios quiere cambiar tu escasez en
abundancia!

El plan de Dios nunca ha sido tenernos viviendo en promesa, para empezar debemos
entender que Él es dueño del oro y la plata, en Joel nos habla de la gloria del segundo templo,
cuando venga el amado de las naciones y hace la declaración de su riqueza y que llenará la casa (Joel
2: 7-9). El Deseado de las naciones ha venido y ahora nosotros somos ese templo, y Dios anhela
cumplir su plan de darnos esa abundancia que planeo para la humanidad en el huerto del Edén.

Es verdad que Dios nos incita a no amar al dinero, pues Él mismo declara que amar el dinero
la raíz de todos los males (1 Timoteo 6:10), por eso es el área en donde más nos pide, pero también
donde nos promete tantas cosas tales como:

Reprender por nosotros al devorador (Malaquías 3:11)


Nuestra vid o nuestro trabajo no será estéril (Malaquías 3:11)
Seremos tan prosperados que las naciones nos llamarán bienaventurados,
Nos convertiremos tierra deseable, o sea que las personas desearan conocernos
porque como José el soñador, todo lo que hagamos será prosperado. (Malaquías
3:12; Génesis 39:3)

Muchos piensan que Dios no quiere que seamos ricos, que vivamos limitados, que no
tomemos parte de las riquezas porque ellas te alejan de Él. Pero esa es la mentira más grande que
Satanás pudo haber inventado con la única finalidad de limitar que el reino de Dios se expanda en
la tierra.

¿Cómo pagar los viajes a otras naciones, o la impresión de biblias o folletos?, ¿cómo
mantener a los misioneros en otras naciones? Satanás ha engañado a tanta gente haciéndoles creer
que lo que el dinero es malo, cuando lo que es malo es amarlo, lo malo es querer conservarlo o
aferrarse a él como si nunca más fuésemos a tenerlo.

Dios nos dice que si damos, en la medida que demos en esa misma medida recibiremos y
aquí es donde se aplica la ley de la siembra y la cosecha. Siembras una semilla y nunca cosechas una
semilla, siempre cosechas más de lo que sembraste. Y esa es la cuestión por la que Dios nos invita
a dar y no poco, para que cuando recibamos, recibamos en sobre abundancia.

El apóstol Pablo nos habla en la segunda carta a los corintios exhortándonos a dar en
abundancia, nos dice que si sembramos poco, cosecharemos poco, si sembramos mucho,
cosecharemos mucho, y también nos enseña a no hacerlo con dolor en el corazón pues Dios ama a
quien da con alegría (2 Corintios 9:6-7). Seguido nos habla y dice que Dios es poderoso para hacer
que abunde en nosotros toda gracia o regalo a fin de que podamos dar para toda buena obra;
también que Dios quien es el que nos da la semilla, es quien nos proveerá y multiplicará y aumentará
los frutos de nuestra justicia, aclarando que cuando damos a los pobres o necesitados eso se toma
como justicia, esos son los frutos de justicia, tener para dar (2 Corintios 9:8-10).

Dios nos dice que seriamos enriquecidos en todo para poder dar con libertad sin pensar que
comeremos, con que compraremos lo necesario, sino que haya libertad en nuestra forma de dar. Y
que con nuestra generosidad podamos hacer que otros den acción de gracias a nuestro Dios por la
provisión dada a través de sus hijos y muchos más lleguen al arrepentimiento (2 Corintios 9:11).

Con todo lo anterior es bueno que crees en ti la convicción de que Dios anhela que tus
finanzas sean sanas y tengas en sobre abundancia. Y después de haber aplicado la sangre de Jesús
causada por la corona de espinas, tu economía y ha sido restaurada, ahora tienes que tomar el
compromiso de no fallar para que el enemigo vuelva a tomar parte de ellas. Por lo tanto te invito a
que seas una persona íntegra en tus ofrendas, tus diezmos, tus primicias y que tomes la
determinación de pactar con Dios.

Pactar con Dios como vimos anteriormente en el caso de Jacob, es de gran bendición, Dios
siempre rebasará tus límites, tus sueños y dará más abundantemente de lo que puedas imaginar. Y
cuando tu pactas con Dios por la salud, sea tuya o de algún familiar o conocido, suceden milagros;
así también cuando pactas por alguna bendición, los estudios, trabajo, etc., pactar con Dios abre las
puertas de bendición, pues pones tu fe en que aun y sin la parte que dispusiste para dar en el pacto,
Dios es lo suficientemente poderoso para proveer más y aparte cumplir con su parte del pacto.

Aplicación

No pierdas la oportunidad y medita que te gustaría pactar con Dios y por cuanto, no tengas
dolor en tu corazón y hazlo, prueba a Dios y verás cómo te sorprende con su poderosa mano y
sobreabundancia de bendición.

Mantente limpio, libre de toda atadura y pecado que pueda robar tu bendición. Esfuérzate
por mantener lo que has obtenido durante este encuentro.

Ministración

Guíe a cada participante a:

Reconocer aspectos que le había robado bendición económica


A comprometerse a no recaer en ellos
A renunciar a los paradigmas mentales que les ataban a la pobreza
A reconocer que como hijos de Dios no deben vivir en la miseria
A tomar su lugar como parte de ese linaje de reyes, o sea, como parte de ese linaje
de gente prosperada o con abundancia de bienes materiales y económicos
A tomar la decisión de guardar su corazón de amar el dinero, sino al contrario ser
generoso y liberal para dar, pues en el dar esta la bendición.
A hacer un pacto económico con Dios por algún motivo o necesidad que tenga.

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