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Traducido por Juan Romero y revisado por Alfred Sola, marzo 2000
Sin duda. En mi último libro, Kil ing Rage: Ending Racism (‘Matar el
odio: acabar con el racismo’), una de las cuestiones principales que trato
es el grado en que se presenta el capitalismo como respuesta. Cuando la
gente se concentra en la obsesión que tienen los medios de masas blancos
con Louis Farrakhan, piensan que los medios odian ferozmente a
Farrakhan. Pero no es así. Les encanta. Una de las razones por las que les
encanta es porque es totalmente pro-capitalista.
Creo que necesitamos una visión mucho más sofisticada de qué significa
tener una conciencia política radical. Esa es la razón por la que pongo
tanto énfasis en la necesidad de que los afroamericanos adopten el
lenguaje político del colonialismo. Tenemos una deuda inmensa con gente
como CRL James y con los grandes pensadores de la Diáspora Africana
que nos han animado a enmarcar
Creo que también necesitamos que los hombres negros sean profesores
feministas que eduquen hacia una conciencia crítica. En realidad, estoy a
favor de una división más comunal del trabajo. Si tenemos una comunidad
en la que parece que la gente está más animada por el género, pero que no
le importa mucho la clase, entonces creo que estratégicamente
necesitamos dirigirnos a ese marco de entendimiento que se está dejando
de lado, en lugar de asumir que debemos centrarnos siempre en el otro
marco.
Creo que las mujeres negras son muy sensibles al consumismo hedonista
burgués porque son los objetivos principales de los medios de masas. Por
tanto, es claramente necesaria una gran cantidad de pensamiento acerca
del materialismo en nuestras vidas para animar a las mujeres negras a la
lucha revolucionaria. De modo que la clase reaparece de nuevo y no hemos
tenido suficientes líderes negras.
Para las mujeres negras, también es más fácil muchas veces hablar sobre
el género e ignorar la clase, porque muchas de nosotras no nos hemos
desposeído de nuestro apoyo al capitalismo y de nuestro anhelo de lujos.
Creo que una cosa es disfrutar de la buena vida, de la belleza y de las cosas
y otra muy distinta sentir que una acepta apoyar el asesinato de otra gente
en otros países para poder tener un bonito coche y otros caprichos.
Sin duda creo que estamos asistiendo a grandes cambios entre los hombres
negros. Pero creo que un gran problema es que no se ve a los
homosexuales negros --estoy pensando especialmente en Essex Hemphill,
Joseph Bean y Marlon Riggs--, que han estado al frente de la crítica del
sexismo, como líderes de nuestra comunidad, como debería ser. Cuando
Marlon Riggs realizó la película Tongues Untied (‘Lenguas desatadas’),
donde habla del silencio en la construcción de la identidad de la
masculinidad negra (continuamente se repite la frase "el silencio es mi
pistola, el silencio es mi escudo"), no sólo está hablando de los
homosexuales que utilizan el silencio. Cuando observamos a los hombres
negros, en general, en sus relaciones íntimas y personales, nos damos
cuenta de que su incapacidad para comunicar los sentimientos y
emociones hacia las personas que les importan es un problema. No se me
ocurre nada que haya hecho un hombre negro que intente hablar de la
necesidad de atravesar el muro de silencio y del abanico de cuestiones que
afecta a sus vidas de manera tan profunda como Marlon en Tongues
Untied. Y sin embargo, aunque se ha emitido en PBS, la mayoría de los
hombres negros piensan "homosexual", y no miran más allá.
Por lo que respecta a nuestra posición en los 90, ¿es usted optimista? ¿Ve
en el horizonte la semil a de una regeneración futura del radicalismo
político negro?
Por otro lado, cuando doy una charla hay más hombres negros que nunca.
Hay mucha más gente negra, lo que me hace pensar que también existe un
grupo creciente que está preparado para educarse con una conciencia
crítica de manera más poderosa y revolucionaria. La cuestión es ¿cuántos
de nosotros nos alzaremos como intelectuales negros, insurgentes y
revolucionarios para ser los líderes y los profesores y para ser quienes
hagamos ciertos sacrificios para desarrollar nuevas ideas? Tenemos que
pensar en las ideas políticas como en un recurso que ofrecemos a nuestras
diversas comunidades negras y a nuestras vidas.
Usted es también una crítica cultural. Ahora mismo hay muchas películas
de negros ¿cree que esas películas están tratando los problemas actuales
de los negros?
Mucha gente negra me dijo, por ejemplo, "Oh, tienes que ver Sankofa" la
película de Haile Gerima. Fui a verla y pensé, este guión sobre la
esclavitud viene directamente de Lo que el viento se l evó. Hay momentos
en los que se afirma la autodeterminación de los negros, pero resulta tan
sentimental cuando trata las cuestiones de género. Tenemos a esa
sacrificada madre negra que, si en realidad
Creo que es mucho mejor discutir lo útiles que puedan resultar estas
narrativas sobre la esclavitud en una cultura en la que la gente desconoce
su historia real.
Estoy mucho más interesada en que los estudiantes lean y conozcan los
discursos y los textos de Malcolm X, la persona, que en que vayan a ver
esa versión amañada y colonizada de Spike Lee. Hasta que la gente no
haya estudiado las enseñanzas concretas de Malcolm X o Martin Luther
King me parece peligroso que la ficción se convierta en el primer paso de
aprendizaje.