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Estamos en un mundo donde se construye todo, hasta nuestra realidad y sin embargo la
realidad del hombre no es la realidad natural y no compagina con las leyes universales; la
destrucción de nuestro entorno en pos de la “construcción” ha llevado al hombre a un camino
sin salida: su auto-destrucción.
¿Y qué tiene que ver con el teatro? TODO. Nosotros somos (o deberíamos ser) la conciencia de
los actos humanos, cosa extremadamente difícil en una época donde se privilegia el
individualismo, la competencia, el marketing, la fama y la fortuna, etc.
Hablo también por todas las artes, hablo del poder de la creación y de la ausencia de ese poder
(que bien podría equilibrar la balanza de la existencia) a causa del egoísmo impartido por el
CAPITALISMO, falsa doctrina de desarrollo, maquinaria de destrucción HUMANA.
Durante siglos: El hombre contra el hombre; roto el sistema natural alimenticio que planteaba
un equilibrio para la existencia de la vida, EL humano sobrepasa su posición y heréticamente se
convierte en depredador de la tierra. El egocentrismo en su máximo esplendor, la estupidez
infinita.
La unión hace la fuerza, dicho muy manoseado pero aplicado al pie de la letra por los grandes
corporativos, empresas trasnacionales, y en general por la élite multimillonaria. Ellos más
unidos y el pueblo resquebrajado (el pueblo incluye a la clase media y a algunos riquillos
ilusos).
En fin, la unión hace la fuerza, en 1er ECTI, esa fue la conclusión y aún hoy, a casi un año, la
tarea es titánica, pero avanza; como el tiempo (que es menor cada vez) para desarmar la
horrorosamente colosal maquinaria del capitalismo. Contra la estupidez macro-económica:
Revolución Artística, unión para la creación.