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SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN
Dirección de Gestión de Asuntos Docentes
Sociedad civil
Período agroexportador • Asociaciones y mutuales de nacionalidades
• Primeros sindicatos, anarquistas y socialistas
• Asociaciones de filantropía
Industrialización • Sindicalización
• Asociaciones de vecinos
• Politización de la participación
Crisis y ajuste neoliberal • “nuevos” movimientos sociales
• Territorialización de la participación
• Asociaciones comunitarias de base territorial, movimientos piqueteros y
asambleas populares Incorporación de organizaciones sociales en la gestión
de las políticas públicas
Recuperación del estado y • organizaciones de base territorial se consolidan y diversifican su accionar,
la inclusión social en intensa articulación con el Estado
• Inmersión en actividades productivas asociativas, de economía social
• Multiplicación de asociaciones de defensa de derechos
• Importancia del campo de la comunicación y la cultura
LIBERALISMO
El concepto liberalismo, apunta a una corriente ideológica de pensamiento que considera que las
personas deben gozar de completa libertad civil, opuesta a cualquier tipo de despotismo o absolutismo,
y se apoya en la primacía de las personas como individuos libres. Dicha palabra liberal, ha tenido
una multiplicidad de usos según las coyunturas y los contextos políticos, lo que hace que deba ser
necesario repasar brevemente la historia del liberalismo:
Como doctrina política, el liberalismo se deriva del racionalismo del siglo XVIII, por la singularidad
de diferenciarse de la arbitrariedad del poder absoluto, característica de muchos de los gobiernos
monárquicos de la época. El liberalismo aparece en un contexto que asigna gran importancia
al debate y la discusión, en un clima de tolerancia y libertad. En paralelo, la cuestión del progreso
derivada del uso de la razón surge en rechazo de los dogmas y el absolutismo religioso. El liberalismo,
entonces, se oponía a las ideas de jerarquía y autoridad, presentando las de libertad e igualdad a
partir de las doctrinas de Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
El medio con el que se podía llegar a esto, no podía ser otro que el de la revolución, y no tardó en
llegar con el llamado ‘ciclo de las revoluciones liberales’ durante las primeras décadas del siglo XIX.
Estos son los puntos salientes en lo que respecta a la faceta política del liberalismo. Con estas líneas se
funda el respeto a la democracia liberal y a la división del poder del Estado en muchos países.
La otra faceta importante es la que se da desde el costado económico y con la que durante siglos se ha
logrado legitimar al sistema capitalista de producción. El pensador Adam Smith, a partir de la
observación de una fábrica de alfileres, creyó encontrar las condiciones en las que se desarrollaba la
conducta humana en las decisiones económicas. Así es como formuló la teoría de la importancia
del libre juego entre la oferta y la demanda de cualquier bien y servicio, a partir de la base de que las
personas dejadas en total libertad para actuar terminarán yendo por el camino del bien común.
El primer fundamento del liberalismo económico es la no intromisión del Estado, ni de ningún
mecanismo coercitivo a la libertad absoluta de los agentes económicos. A partir de esto es como se
fueron formulando una serie de funciones y agregados que determinan la conducta de los agentes:
las leyes de oferta y demanda, los puntos de equilibrio y la competencia perfecta.
Es indudable que el liberalismo funcionó siempre a partir de una serie de principios filosóficos que lo
justifican, basados en primera instancia en la completa libertad de las personas. A esta libertad se la
consideraba como inviolable, y se creía que debía ser lo más grande que pudiera (incluyendo la tan
importante libertad de culto, con un Estado laico), con el único límite de no atacar la libertad ajena.
A partir de esto es que otra premisa es la igualdad, pero una igualdad en la relación de las personas
frente al Estado y a la Justicia. No se referían a la igualdad en el sentido de la distribución equitativa de
la riqueza, que solo sería responsabilidad del mercado: en el eventual caso de que se quiera repartir
las ganancias, sería únicamente debido a la caridad privada de los que obtienen la ganancia.
Sin embargo, aquella caridad privada se contrapone con uno de los principios fundamentales de esta
doctrina, que es el individualismo, entendido como las personas en ejercicio de su libertad, por fuera
de una pertenencia a un colectivo.
Sin embargo, el liberalismo ha variado un poco su sentido en el uso, llegando a representar una
posición de un país como Estados Unidos, y una muy distinta en Latinoamérica. Esto puede suceder
porque luego del proceso de globalización, el modelo que pregonaba la ausencia total del Estado
comenzó a mutar pidiendo su intervención a favor de las empresas transnacionales, y las políticas
económicas liberales comenzaron a tener rumbos claros: privatizaciones, políticas monetarias y
fiscales restrictivas, flexibilización laboral. A esto se le suele llamar hoy neoliberalismo.
En síntesis:
-En el socialismo se busca sobre todo satisfacer las necesidades sociales, repartir la riqueza generada
de la manera más equitativa posible, pero para ello primero hay que generar riqueza, para ello debe
lograrse también una economía rentable.
-El capitalismo busca sobre todo la rentabilidad y espera que la riqueza generada se distribuya de
alguna manera, pero la rentabilidad es la que manda, la economía capitalista gira en torno al beneficio
y logra cierta rentabilidad (entendiendo por rentable que genera riqueza) haciendo que cada individuo
busque obsesivamente el beneficio propio, haciendo que cada uno se busque la vida, tal como se hace
en la selva.
En el capitalismo, la búsqueda del beneficio es la prioridad, es un fin, el reparto de la riqueza es
secundario; pero también es necesario, al menos en parte, para que la sociedad capitalista no colapse,
para que la sociedad no se desintegre, no estalle en mil pedazos. Sin embargo, como los hechos van
demostrando poco a poco, que la búsqueda obsesiva del beneficio es contraproducente.
Se abre paso la idea de que es posible y necesario compaginar la creación de riqueza con su reparto.
En el socialismo, por el contrario, el beneficio es algo secundario, es un medio de generar
riqueza, la prioridad es el reparto de la riqueza generada.
En ambos sistemas, como en cualquier sistema económico, existen tanto la rentabilidad, la búsqueda
de generación de riqueza, como el reparto de la riqueza generada.
“El neoliberalismo y keynesianismo, son sólo la bota derecha y la bota izquierda del capitalismo. Es la
elección entre la inflación y la deflación; pero para el obrero, sólo es una elección: como desea morir.”