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Todo fundamento teórico acerca de una disciplina científica o filosófica tiene, en última
instancia un fundamento ontológico. Esto quiere decir las disciplinas tienen una base primordial en
las categorías, entendidas como las características más generales de las cosas. Por tanto, al
analizar los actos éticos, encontramos que éstos están determinados por reglas normativas, que a
su vez, están regidas por principios más generales referidos a un tipo de objetos muy especiales
que se llaman valores.
b) Posibilidad: Esta categoría permite afirmar que los entes valóricos no están pero
pueden llegar a estar. Esto significa, por ejemplo, que la Justicia no existe, pero que
puede llegar a existir gracias a la acción humana, realizando acciones justas. Este es el
aspecto más importante del valor, pues está ligado a la acción humana que busca un
determinado fin. Al llegar a ser una realidad, se transforman en bienes, por ejemplo,
leyes que administren justicia, acciones justas. Ello no quiere decir que la Justicia sea
algo que existe, sino que se ha producido un tipo de ente diferente al valórico: un ente
real espiritual.
d) Volitivos: Estos entes pueden llegar a existir, a estar presentes, mediante la voluntad.
Sin ella, es muy difícil llegar a realizar el valor y producir un bien.
Estas categorías del valor permiten afirmar que, por su naturaleza, están estrechamente
ligados a la acción humana. Ellos no son posibles en un mundo abstracto, sino que están
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Los valores éticos son los valores que se aplican a la conducta humana. Así por ejemplo, la
libertad que guía la conducta democrática de los seres humanos que buscan el mejor orden social
y político que garantice la realización de este valor. La disciplina filosófica que estudia este tipo de
valores se llama Ética. Por tanto, para este Curso Elemental de Ética Profesional, la Ética es la
disciplina filosófica que estudia los valores aplicados a la conducta humana. Además
distinguiremos, con propósitos puramente didácticos, entre Ética y Moral. Entenderemos por
Moral a la disciplina que estudia la aplicación histórica del valor ético. De este modo, la Moral
estudiará sistema valóricos éticos específicos, como Moral cristiana, moral musulmana, etc.
Los valores estéticos son aquellos aplicados al Arte. Por ejemplo, la Belleza. La disciplina
filosófica que estudia estos entes se llama Estética.
Los seres humanos somos constitutivamente sociales. Vivimos en sociedad donde nuestras
acciones aparecen reguladas convencionalmente. Esto significa, que nos hemos dado un conjunto
de reglas mediante las cuales condicionamos nuestros actos.
Entendemos por acto convencional a lo que hacemos regulado por reglas. Por ejemplo,
reglas jurídicas, reglas sociales, reglas éticas, reglas de convivencia social. Clasificaremos las
reglas en: constitutivas y normativas.
Las reglas constitutivas son aquellas reglas mediante las cuales constituimos algo
institucionalmente. Por ejemplo, el juego de ajedrez, los actos de habla.
Las reglas normativas son aquellas reglas que condicionan acciones reguladas por
mandatos. Entre ellas tenemos:
Las reglas convencionales normativas tienen algunas características que son importantes
para determinar con más detalle las reglas éticas.
a) El criterio veritativo está dado por las reglas. Si se acatan, entonces las acciones son
correctas y si no se acatan, son incorrectas.
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c) La condición esencial de las reglas está dada por la posición de autoridad que ocupa
quien la emite. Éste puede ser Dios, el pueblo, el rey, el gobernante, etc.
De acuerdo a lo anterior, las reglas éticas o reglas morales cumplen con cada una de estas
características. Ello significa que nuestras acciones individuales y sociales están normadas de
acuerdo a normas que nos hemos impuesto o que nos han impuesto.
A pesar de estas semejanzas, hay algunas características que son propias de las acciones
morales.
El carácter imperativo del mandato ético emana de la autoridad del Hablante o de quien
ordena. Generalmente, el Hablante de los sistemas éticos es un Hablante perfecto, que no se
equivoca, omnipotente, omnisciente (para que pueda saber si se ha acatado la norma). El Hablante
Perfecto es Dios. Por eso, en los sistemas morales concretos, generalmente provienen de la fuente
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religiosa y el mandato de un Dios. En el caso del Sistema Moral Cristiano, los mandatos o
Mandamientos fueron entregados por Dios a Moisés, quien a su vez, la entregó a los hombres por
orden de Dios.
En los Sistemas Morales cuya fuente no es religiosa, los mandatos surgen mediante el
consenso. Así por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este carácter
consensual de los preceptos morales permite solucionar el problema de la relatividad de las
normas. Si seres humanos, representando a naciones o pueblos de distinta religión, ideología,
sistema político o social llegan ponerse de a cuerdo, entonces significa que todos adoptarán las
normas consensuadas.
Otra característica de estas normas éticas es que están determinadas por valores éticos
como el Amor, el Bien, la Verdad, la Sabiduría, la Prudencia, etc. que se ordenan jerárquicamente.
Así por ejemplo, se afirma que el Código moral cristiano coloca al Amor como uno de los valores
supremos.
Además de entender el acto ético como una acción regida por normas éticas, debemos
intentar distinguir los componente de un acto moral.
a) El Sujeto de la acción.
b) La acción.
c) Los medios.
d) El objetivo ético.
Debe existir uso de razón, es decir, los actos deben ser realizados en
estado de vigilia y con conciencia psicológica que el acto realizado es
bueno o es malo. Así, una persona anestesiada, sonámbula no es consciente
de sus actos, pues no está haciendo uso de razón.
Los actos deben ser ejecutados con uso de razón, es decir, racionalmente,
conscientes de las reglas morales adoptadas.
Deben ser ejecutadas sin coacción, es decir, libres, sin presión alguna.
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Den ser ejecutados de acuerdo a las reglas morales del medio o a las
adoptadas por su conciencia o cultura.
C. Los medios: Los medios de la acción están constituidos por los elementos que
permiten la realización del acto moral. Estos medios pueden ser naturales o sociales.
Son naturales por ejemplo aquellos medios que son productos del libre juego de las
fuerzas naturales. Por ejemplo, un madero, un árbol, un fruto. Son sociales por
ejemplo, casamiento, bautizo, un regalo. Por sí mismos, los medios no son morales.
Son tales, cuando están en función de las reglas morales. Si los medios utilizados
atentan contra las normas morales, entonces los medios son moralmente malos. Si
respetan las normas morales, entonces son moralmente buenos.
D. El objetivo ético: El objetivo ético está en función de los valores. Así por
ejemplo, los valores pueden ser positivos o negativos. Los primeros, se llaman
simplemente valores, por ejemplo: el Bien. Los segundos, se llaman antivalores; por
ejemplo: Mal, Opresión, Injusticia. La finalidad valórica es la nota constitutiva de los
actos morales, pues ella se logra mediante las normas.
Ejercicio 2.: Dadas las siguientes acciones, determine si ellas son morales o no.
Fundamente.
Por tanto, los actos morales son aquellos que están regulados por normas y ejecutados por
personas que reúnen ciertos requisitos.
Además, se deben distinguir los actos moralmente buenos de los actos moralmente malos.
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Fines buenos
ACTOS MORALMENTE Acciones buenas
BUENOS Medios buenos
Circunstancias buenas
Efectos buenos
Primeramente “bueno” es aquello que está referido al cumplimiento de las normas. De este
modo se dice que un acto bueno es aquel que respeta los diez mandamientos. En este sentido, es
sinónimo de ‘correcto’.
En segundo lugar, “bueno” está referido al conjunto de todos los valores positivos, en
oposición a los antivalores o valores negativos. Así por ejemplo, la bondad, la justicia, la libertad,
la justicia, el amor son valores que guían acciones buenas.
En tercer lugar, “bueno” está asociado al valor de Bien. De este modo, toda acción buena
es aquella que persigue el Bien.
En cuarto lugar, “bueno” es una noción valórica obtenida por consenso, es decir, es un
valor que permite guiar y calificar los fines, los medios y las circunstancias. Así por ejemplo,
“bueno” es aquello que está especificado en los Derechos Humanos. Todo aquello que no esté de
acuerdo con estas disposiciones, causará que el acto moral sea moralmente malo.
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Entre estos sentidos, en nuestro curso adoptaremos por “bueno” el criterio normativo
constituido por las normas éticas. Por tanto, para que un acto moral sea bueno debe cumplir con
los siguientes requisitos:
a) Los fines deben ser buenos. Eso quiere decir que estén de acuerdo con las normas
éticas establecidas ya sea por autoridad divina, por adopción social o por consenso. Por
ejemplo, cuando cumpla con los mandamientos, cuando cumpla con las normas de la
conciencia individual y libre.
Si una persona ayuda a otra con el fin de obtener popularidad y así obtener un cargo
político, realiza un acto de beneficencia pública para la víctimas de un incendio en la Plaza
de Armas de la ciudad.; el acto es moralmente malo, porque: aunque la acción en sí es
buena, es decir, ayudar a los necesitados, el fin no es bueno, porque persigue obtener
popularidad para un cargo público. Este acto moral es calificado de “bueno” de acuerdo a
las normas que rigen una moral cristiana.
b) Las acciones deben ser buenas en sí. Esto quiere decir que las acciones de robar,
matar, mentir son consideradas moralmente malas porque no acatan las normas morales
convenidas. En el caso de nuestra cultura, reiteradamente se ha sostenido que es
mayoritariamente cristiana occidental. En este marco normativo, las acciones son buenas
en cuanto son correctas, es decir, cumplen las normas morales cristianas
Para el caso de las acciones realizadas por personas que no practican la religión cristiana ni
pertenecen a nuestra cultura cristiana occidental, las acciones deberán ceñirse al conjunto
normativo adoptado mayoritariamente. Con el objeto de no caer en un relativismo en este
punto, adoptaremos para todos los casos generales, la Declaración de los Derechos
Humanos como un criterio válido para calificar de buenas o malas las acciones morales.
c) Los medios deben ser buenos. El siguiente caso: Una persona reúne fondos para
solventar los gastos médicos de personas indigentes, empleando como medio la
prostitución. El fin es bueno. La acción es buena, pero el medio no lo es (prostitución).
Por lo tanto, el acto es moralmente malo porque el medio utilizado es malo. Este ejemplo
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permite establecer que los medios empleados para ejecutar una acción deben ajustarse a las
normas éticas.
Cada una de estas condiciones puede acarrear un sinnúmero de problemas filosóficos que
son difíciles de resolver de un modo satisfactorio para todas las partes. Por tal motivo, hemos
preferido remitirnos al conjunto de normas del código moral cristiano y a la Declaración de los
Derechos Humanos. Por tanto, las condiciones determinantes de un acto moralmente bueno están
establecidas por los criterios ya mencionados.
Ejercicios 3
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1. Dados los siguientes casos, determine si son actos moralmente buenos. Fundamente la
respuesta de acuerdo a los criterios establecidos.
a) Un Contador debe realizar una declaración de impuestos a un hermano llamado
Pedro. Éste le solicita que falsee unos datos para obtener una mayor devolución
de dinero, aduciendo que debe llevar a su esposa al Hospital para someterla a
una operación quirúrgica muy costosa. El Contador afirma que no puede hacer
falsas declaraciones porque sería un engaño. Decide no hacerlo.
b) Un profesor coloca un 4.0 como nota mínima de aprobación a un alumno sin
que éste hubiese realizado el curso, porque necesitaba esa calificación para
obtener una Beca de Estudios.
c) Un psicólogo trata a Federico, un estudiante de 16 años, por problemas
conductuales. El joven le revela un episodio al psicólogo en el marco del secreto
profesional. El terapeuta considera que lo revelado serviría para hacer entender
a los padres acerca de la conducta de Federico. En una sesión, con los padres,
revela a los padres lo contado por el joven.
4. El problema de la finalidad ética.
Los actos moralmente “buenos” aparecen determinados por un conjunto de valores que
permiten catalogar de tales. Aquí surgen las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que hace que un
comportamiento sea “bueno”? ¿Cuál es el fin de la conducta moral? La finalidad del acto moral
depende de las perspectivas que se adopten para formularla. Estos puntos de vista están
señalados por las escuelas éticas.
2. El epicureísmo. Surge a fines del siglo III A.C. y su fundador fue Epicuro. El principio de la
conducta moral es el placer espiritual. Rechaza los placeres inmediatos del cuerpo y la
sensibilidad. Afirma que los placeres más elevados son aquellos que provienen del alma.
Mediante estos placeres, gobernados por la prudencia, el ser humano debe buscar la paz
interior, el equilibrio y la ataraxia (tranquilidad, indiferencia) para obtener la felicidad.
3. El eudaimonismo. Surge aproximadamente en el siglo V A.C. Esta escuela ética sostiene que
lo moralmente bueno es obtener la felicidad (eudaimonía) que es un estado de placer
duradero. Aquí radica la diferencia con el hedonismo, porque el placer sensible es efímero.
También se diferencia del epicureísmo, porque no rechaza el bienestar corporal. La felicidad
es un estado placentero, permanente. La máxima felicidad es la sabiduría, entendida como
‘saber práctico’, es decir, saber ubicarse en la sociedad, con los amigos, la familia, los hijos,
los padres, instituciones. Por eso, no se rechaza la riqueza, el poder, la gloria. Los griegos,
especialmente Platón y Aristóteles, son partidarios de una felicidad social, es decir, la
felicidad de la polis. Esto significa que la felicidad individual debe coincidir con la felicidad de
cada uno, por tanto de la ciudad.
4. El utilitarismo. Aparece en el siglo XIX en Inglaterra. Sus principales representantes son
Jeremy Bentham (1784 - 1832) y John Stuart Mill (1806 - 1873). El bien moral es lo útil. Es
decir, aquello que es bueno para el ser humano es lo útil. Así por ejemplo, no matar es bueno
porque es útil que no estemos aniquilándonos mutuamente hasta desaparecer como especie.
Prima la utilidad social. Es decir, el bien colectivo está sobre el bien individual. Por lo tanto,
una acción es moralmente buena cuando es útil para la sociedad.
5. El naturalismo. Según esta escuela los principios morales provienen de la dimensión natural
del ser humano. Los valores morales son valores vitales. Éstos provienen de la misma
condición humana. El ser humano se ha impuesto a su medio natural y social, llevado por su
voluntad de poderío. Bueno es todo lo sano y fuerte. Lo malo es lo enfermo y lo débil. Uno
de los principales filósofos que plantean estos valores es Federico Nietzsche quien, con sus
obras, se opuso a los valores cristianos por considerarlos antinaturales.
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6. El perfeccionismo. Afirma que el ser humano es un ser natural y espiritual al mismo tiempo.
Lo bueno propiamente es lo espiritual. Lo bueno radica en perfeccionar la esencia espiritual y
lo malo es aquello que atenta contra lo espiritual. Por tanto, los valores de Justicia, Saber,
Libertad, Espíritu son los fines propios de la conducta humana y a los cuales se debe tender.
7. El espiritualismo. La esencia de lo moral radica en la espiritualidad. Se entiende por
espíritu el más alto nivel ontológico que pertenece exclusivamente al ser humano. Es el plano
cultural y social. Es por tanto, una ética de la humanidad, antes que de la individualidad. Un
acto es moralmente bueno cuando fomenta la cultura, el bienestar de la humanidad.
8. El formalismo. El término formal lo debemos entender en el sentido de ‘sin contenido’,
‘independencia’, ‘autonomía’. Por tanto, una ética formal es autónoma a diferencia de otras
que son heterónomas (dependen de castigos y recompensas sociales o sobrenaturales). De
este modo, según esta escuela, el ser humano no actúa moralmente porque esté sometido a
reglas emanadas por un Dios, sino por reglas dictadas por su conciencia: los imperativos
morales. Estas reglas son formales, no están sujetas a premio o castigo. Importan la
intención, la buena voluntad, el cumplimiento del deber. La sentencia kantiana: “Actúa de tal
modo que la máxima de tu voluntad, en cada caso, pueda valer como principio de ley
universal”, refleja este tipo de escuela. Así por ejemplo, si una persona mata a otra, no querrá
que su acción sea un principio universal, convirtiéndose en un Matarás, causando mal para sí
mismo. Por tanto, la norma emana de la conciencia individual en función de lo racional. De
acuerdo a este principio, la ética formal es una ética del deber. El imperativo categórico es el
cumplimiento de aquello que para la razón es lo más adecuado y necesario. La norma,
principio formal, nos obliga a actuar de una determinada manera, aunque su cumplimiento
nos provoque dolor.
y lo moralmente bueno puede ser aquello que produce placer sensible, placer espiritual,
felicidad, utilidad, vitalidad, perfección, cultura o acción autónoma. De acuerdo a lo anterior,
¿Cómo podremos saber cuando un comportamiento es moralmente bueno si todo depende de las
perspectivas valóricas y por tanto, de las escuelas éticas?
Etimológicamente, el término ‘virtud’ significa ‘fuerza’. Por tanto, las virtudes son las
fuerzas morales que sostienen la voluntad para la realización de los actos en función de las normas
éticas. Entenderemos por Voluntad a la capacidad para el cumplimiento de la norma ética. Ella
emana del firme propósito y la interiorización de la conciencia en llevar a cabo acciones reguladas
normativamente. Así como necesitamos fuerza de voluntad para dejar el cigarrillo, así necesitamos
fuerza de voluntad para el cumplimiento de los imperativos éticos que nos obligan a actuar de una
determinada manera. Así, para cumplir con la norma de No robar, y por tanto, ser honesto, se
necesita fuerza moral1 para cumplir el mandato en cualquier circunstancia.
1
En el caso de Kant, la ética del deber es la voluntad de cumplimiento. Sin embargo, este deber debe ser
complementado con el valor, es decir, todo deber es en función del valor. Así el deber pasa a ser una deseabilidad
de las cosas .
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a) La Prudencia: Ella está entendida como una sabiduría práctica, un saber comportarse
sabiamente ante sí mismo y ante los demás. Es un saber hacer. El hombre prudente
realiza acciones de acuerdo a su proyecto que se adecúa a la realidad. Este principio de
realidad que guía las acciones tiene que ver con la acción guiada por principios.. No
debe confundirse la prudencia con la “conveniencia”. El hombre prudente actúa de
acuerdo a principios positivos. En cambio quien actúa por conveniencia busca el
provecho personal e intereses que pueden ser incompatibles con valores positivos. El
principio de realidad le permite actuar sin rigidez ante la realidad, permitiéndole
adaptarse a nuevas situaciones. Es por tanto, la virtud de la realidad.. Hay dos
componentes muy importantes en la prudencia: a) intelectiva, b) pragmática.
El aspecto intelectivo permite recopilar la máxima información acerca de la
realidad, acerca del modo de vida, normas, situación política, social, económica,
ideológica, etc. de tal modo que permitan al hombre prudente tomar la decisión más
adecuada.
El aspecto pragmático2 está dado por la acción, es decir, por lo que hace el hombre
prudente de manera adecuada, de acuerdo a las circunstancias. Es una acción realista. En
este punto, no debe confundirse la acción prudente con la acción morigerada o interesada.
El buen consejo, el buen juicio, la moralidad forman parte de esta acción y permiten
diferenciarla de otras.
hombre es responsable, significa que cumple la norma a pesar de las dificultades que
tenga. En este sentido, está asociada a la conciencia moral. La responsabilidad es la
conciencia moral del cumplimiento regulativo y la conciencia del deber. Así, cuando un
funcionario cumple público es responsable no sólo significa que tiene conciencia de sus
actos, sino que también tiene conciencia de su deber y la firme voluntad de cumplir los
compromisos establecidos.
d) Honestidad: Esta virtud está asociada a las virtudes de la honradez, rectitud, probidad.
La honestidad es la virtud del cumplimiento normativo en función del valor. No hay
búsqueda del provecho personal, ni del provecho colectivo. Es el estricto apego al
valor. Es un actuar sin dobleces, sin pretensiones escondidas. Es el comportamiento
cristalino. Esta virtud implica el fiel cumplimiento de los imperativos morales. Así, un
hombre honesto es aquel que actúa de acuerdo a la norma, a la rectitud. Por esta razón,
la rectitud, entendida como acción moral ajustada a la norma y a la justicia, acompaña a
la honestidad.
e) Probidad u honradez. Esta virtud, propia del funcionario público, implica cumplimiento
estricto de la norma moral y una acción ajustada a principio. Ello implica una gran
fuerza moral con el fin de dar cumplimiento a los imperativos morales. Así, un
funcionario probo será aquel honrado, honesto, cuyo comportamiento no admite réplica
moral.
f) Fortaleza: Ella es la síntesis de la hombría (andreia) y la grandeza del alma o
magnanimidad (megalopsykhia). Esta virtud permite soportar las vicisitudes que
depara el mundo: el dolor, la enfermedad, la miseria, la desgracia, la muerte. Por eso, el
martirio sea el acto principal de la fortaleza. Además, se asocia a la verdad y la libertad.
El ser humano que posee la fortaleza busca la verdad y aspira a la libertad como el
pleno desenvolvimiento de la acción. Además se le asocia la magnanimidad, es decir, la
generosa clemencia hacia el enemigo. Por ello va acompañada de seguridad y
confianza.
Estas virtudes, que son las condiciones valóricas fundamentales de la acción moral y que
permiten caracterizar una acción individual y apreciar una conducta dada, se fundan en algo
primordial: el sujeto que realiza la acción.
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6. La conciencia moral.
Generalmente el término de conciencia va asociado a las significaciones de reflexión, es
decir, la de volver sobre sí mismo para encontrar los diversos sentidos del concepto. Así, decimos
que la conciencia es capaz de registrar los errores de una percepción. En este sentido, es sinónimo
de intelección racional.
También el término significa lo opuesto a cosa, Es el modo en que las cosas quedan
en intelección. De este modo, conciencia es sinónimo de intelección, es decir, aprehensión.
Sin embargo, el sentido que tiene importancia para nosotros es la aptitud humana
de aprehender el valor. Por tanto, la conciencia moral es la aprehensión del valor. No debemos
confundir entre la conciencia moral y la intelección. Esta última es impresión sensible, judicación e
intelección racional. En cambio, la primera, es primordialmente aprehensión afectante,
sentimiento. El valor se aprehende por medio de la afección.
La conciencia moral, como juez individual de las acciones individuales en función de las
normas morales, acompañada de la fuerza moral, la voluntad de cumplimiento normativo permite
decidir cuál elección es la más adecuada. Así, cuando un contador auditor debe decidir entre
cumplir su deber de ajustarse a derecho o mentir para ayudar a un hermano que ha infringido la
norma de no robar, es su conciencia moral que le permitirá cumplir con su deber. Es ella quien le
dirá que lo que hizo es bueno o es malo. Sin embargo, no debe creerse que la conciencia moral es
una especia de Superconciencia que por sí sola puede decidir. Ella necesita de parámetros y ellos
están constituidos por el código moral que regula sus acciones.
Las acciones, desde el punto de vista de la causa y del efecto, presenta dos aspectos: el
antecedente y el consecuente. Es una causalidad moral. Así por ejemplo, una persona tiene
hambre. Esta situación puede servir de antecedente de una posible acción de robar que vendría a
ser el efecto o consecuencia de lo anterior. HAMBRE ROBO
antecedente consecuente
Por tanto, podemos encontrar una conciencia moral del antecedente que permite juzgar de
un acto antes de realizarlo. En este caso, si se tiene hambre entonces si es moral robar.
En este punto, la conciencia calcula de acuerdo a las normas morales, las consecuencias
de sus acciones.3
3
Esto es lo que Jerry Fodor, en otro contexto, ha llamado la mente computacional, es decir, la conciencia de
determinar las posibilidades o consecuencias de una acción antes de ejecutarla (El lenguaje del pensamiento).
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Un aspecto importante relacionado con la acción moral es el juicio de la acción. Los seres
humanos viven en sociedad y por tal hecho las acciones individuales son calificadas por las demás
personas quienes evalúan las acciones ejecutadas en función de normas conductuales que rigen a
una determinada organización. Muchas veces, resulta difícil determinar si una acción es
moralmente buena o moralmente mala. Muchos aspectos influyen, tales como costumbres,
ordenación jurídica, normas, circunstancias. Pareciera que un cierto relativismo impera al
momento de la calificación. Sin embargo, hay ciertos acuerdos a nivel planetario que permiten
solucionar, en parte, esta situación. Por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos que constituye un hito en nuestra sociedad.
El juicio moral, producto de una evaluación, debe tomar en cuenta las costumbres de un
grupo social. Así puede ocurrir que en un país el aborto, el divorcio o la homosexualidad estén
legalizados y las acciones realizadas en estos sentidos no sean consideradas moralmente malas.
Sin embargo, a pesar de estas legalizaciones jurídicas, no siempre coinciden los imperativos
morales con los imperativos jurídicos. Hay muchos actos que no han sido jurídicamente
castigados, pero sí, moralmente. Del mismo modo que hay acciones castigadas jurídicamente, hay
acciones que moralmente han sido aprobadas. Los imperativos morales tienen mayor fuerza que
los imperativos jurídicos. Consideradas así las cosas, a pesar de la diversidad de normas jurídicas,
hay acciones que están regidas por normas morales universales que permiten determinar cuando
un acto es moralmente malo o bueno. Así por ejemplo, el asesinato, el robo, la mentira, el engaño
están castigados moralmente. Hay aspectos normativos inclaudicables que no dependen de las
costumbre ni las legislaciones. Esas condiciones son constitutivas a la acción moral. Ellas
constituyen la base fundamental de las acciones morales.
Los juicios morales que realizamos los hacemos en función de acciones individuales,
fácticas que pueden ser determinadas y analizadas. Desde esta perspectiva las acciones colectivas
no pueden ser excusa para ser eximidas de responsabilidad moral, puesto que ellas están
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constituidas por individuos. El juicio moral descansa sobre acciones realizadas por personas
determinadas. Es la persona quien debe responder por sus acciones. De este modo, no hay excusa
moral cuando alguien quiere resguardarse en una institución o el grupo. Su responsabilidad moral
le compete en tanto sujeto que por participación directa o por omisión en una acción que merece
sanción. Así por ejemplo, la excusa de los nazis en el juicio de Nuremberg de haber cometido
crimen porque había realizado la acción cumpliendo órdenes de un superior y por tanto,
resguardándose en la institución es moralmente incorrecta. La acción la ejecutan las personas. No
los grupos. Los grupos no tienen conciencia moral. Son solamente ficciones culturales que han
sido hipostasiadas. Los que existe es la persona individual. Por lo tanto, el juicio moral alcanza a
todas las acciones realizadas por las personas.
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7.1. Definición.
El término Deontología proviene del término griego to déon (lo conveniente, lo
debido) y logos4 que significa, en traducción latina, ‘estudio’, ‘tratado’. Por tanto,
etimológicamente Deontología es ‘el estudio o ciencia de lo que debe hacerse’. Fue Bentham
(1748-1832) quien introdujo el término en su obra Deontología o Ciencia de la Moral (1834).
De acuerdo a este filósofo del utilitarismo, este término se aplica a las acciones que no están
sometidas al control de la legislación pública. De este modo, los códigos deontológicos de las
diferentes profesiones vienen a suplir legislaciones públicas que permitan delimitar cada función
profesional. Cada deontología es un código de los deberes prácticos de cada profesión. Este
primer sentido, según Bentham, implica que el deber práctico está basado en la acción libre de
cada persona y en un conocimiento de los medios para aspirar a fines éticos. Según este sentido,
cada código de ética profesional es un conjunto normativo que permite el cumplimiento de los
fines morales en el ejercicio de una determinada profesión.
a) Teleologismo. ¿El fin justifica los medios? Esta tendencia explica la acción moral en
términos de fines morales. Así una acción será buena, si el fin que se quiere obtener es
bueno. Así por ejemplo, un profesor quiere que sus alumnos salgan bien en la P.A.A. y
obtengan un buen puntaje para que tengan posibilidades de mejor vida profesional al
4
en griego significó ‘palabra’ y ‘pensamiento’. Es decir, es el ‘pensamiento que se expresa por la palabra’, ,
Sin embargo, la traducción latina del término la restringió al ámbito del ‘estudio’.
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Ética Profesional o moral profesional se suele definir como “ciencia normativa que estudia
los deberes y los derechos de los profesionistas en cuanto tales” 5
5
Menéndez, Aquiles: Ética Profesional, Herreros Hnos. Editores, México, 1970, p.12.
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Esta definición toma en cuanta las acciones normativas, las normas, el carácter imperativo
de los mandatos, las condiciones ilocucionarios de los mandatos y los valores.
De este modo, la Deontología sigue preocupada del valor ético, de la norma moral, de las
virtudes, de los fines, del acto moralmente bueno o malo. La única diferencia con la Ética General,
es que está restringida al ámbito del ejercicio de una profesión.
7.3. Metodología.
La metodología utilizada por la Deontología dependerá de la tendencia filosófica de un
determinado autor o de la metodología empleada por el especialista deontólogo. En nuestro
caso, adoptaremos la descripción que consiste en caracterizar las acciones reguladas
convencionalmente mediante normas morales. Además, nuestro enfoque es pragmático, en un
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sentido muy especial. Nuestro enfoque pragmático no es el utilizado por John Dewey o Williams
James. Sino más bien, nuestro enfoque pragmático corresponde a que sigue la línea de Austin,
Searle, Habermas o Apel. Esto significa, que nuestra descripción tomará en cuenta, como punto
de partida, las acciones y no los productos. Es decir, nos interesan las acciones y en especial, las
acciones reguladas por las normas éticas. En el caso, específico de la Deontología, nuestro
enfoque toma como punto de partida la acción social de ejercer una profesión de acuerdo a
normas morales. Así, se deberán tomar en cuenta lo que es una profesión, el secreto profesional,
la vocación e interés, las deontologías regionales o profesionales (del profesor, del psicólogo, de
la enfermera, del periodista, del contador auditor, etc.). Por tanto, nuestra primera tarea, será
delimitar el concepto de ‘Profesión’.
Por tanto, ¿ Podrá una Ética, nacida en la antigüedad griega, que no tenían
computadores, satélites, maquinarias complejas, inteligencia artificial, servir para ofrecer una
solución a estos candentes problemas morales de nuestro tiempo? Estas interrogantes pueden
obtener algunas respuestas que señalan que los principios universales de la conducta humana,
regida por normas morales son aplicables en toda época. Del mismo modo, como la geometría
plana de Euclides sigue vigente en la geometría plana de hoy. Además, la Ética general
proporciona los aspectos generales de los cuales se servirán las diferentes éticas especiales. Así
por ejemplo, la Bioética se enfrenta a problemas como la clonación, inseminación artificial, la
elección del sexo del feto, la eutanasia; mediante principios generales que entrega la Ética.
Con respecto a la primera relación, la ética cristiana aparece como la ética general que
otorga los principios generales, basándose en el acto de fe acerca de la existencia de Dios. En
cambio, la Deontología, acepta el fundamento dado por la ética general - en este caso, la ética
cristiana - planteándose como problema el fundamento del deber, es decir, dónde se genera la n
norma. Una vez esclarecida esta cuestión, acepta por consecuencia, lo originado.
En cuanto a la tercera relación, Dios es la fuente de toda norma moral. Es Dios el Emisor
Perfecto, incuestionable que impone el mandato con toda verdad y la fuente de la virtud y la
Verdad. Este aspecto general , traspasa a la Deontología cristiana. Aceptando la fuente, la
Deontología cristiana asume que las normas generales, emanadas de Dios, determinan las acciones
específicas del ejercicio profesional. Así, si un médico cristiano practica el aborto sin
circunstancias atenuantes, la acción realizada es inmoral y anticristiana, porque atenta contra el
mandamiento de no matar.
Con respecto a la cuarta relación, el amor por la libertad implica que ella se realiza en Dios
y por tanto, es la LIBERTAD (con mayúsculas). No importan las coacciones terrenas, ni la
intolerancia de los otros. Dios es encuentro y el lugar pleno de libertad. En la deontología
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cristiana, la libertad señala que el libre albedrío del ser humano posibilita la elección y la
conciencia moral. No es Dios quien obliga, sino es el hombre quien elige libremente entre el bien y
el mal. De este modo, si un cristiano elige matar, su acción es responsable. Es decir, Dios lo hace
responsable de haber elegido lo contrario de la norma.
La primera relación se basa en el hecho que los interlocutores, en el acto de habla, aceptan
varios presupuestos, como por ejemplo que son interlocutores válidos, es decir, que ambos tienen
los mismos derechos a proponer contenidos proposicionales, que tienen por finalidad el
entendimiento mutuo. Esto trae como consecuencia que la deontología discursiva atienda
preferencialmente a las condiciones de la comunicación y la igualdad de derechos. Así por
ejemplo, el comportamiento moral de un psicólogo estará determinado por convenciones
establecidas entre sus pares con una participación y aceptación. La norma que regula su
comportamiento profesional se basará en el entendimiento, es decir, en el consenso regulativo.
6
Las principales obras son las siguientes: Apel, K.O: La transformación de la Filosofía, Taurus, Madrid, 1984;
Estudios éticos, Alfa Barcelona, 1986; Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidós, Barcelona, 1991.
Habermas, Jürgen: Conciencia moral y acción comunicativa, Península, Barcelona, 1985; Ética comunicativa y
democracia, Crítica, Barcelona, 1991.
29
Las pretensiones de validez de los interlocutores son las siguientes: inteligibilidad (el
interlocutor debe entender lo que se le dice. Es el objetivo ilocucionario), veracidad (dice lo que
piensa), verdad (lo que dice es verdadero. No hay intenciones ocultas. No hay fines
perlocucionarios), corrección (se comporta de acuerdo a las normas). Deontológicamente, estas
condiciones implican que la comunicación establecida privilegia el entendimiento, es decir, que el
receptor entienda al emisor. En definitiva que el acto de habla cumpla su fin ilocucionario:
comprender lo que se le dice. Así, un Contador Auditor entenderá lo que dice la norma, emanada
democráticamente. También implica que lo que afirma corresponde a lo que piensa. De este modo,
cuando se le pide que realice una Auditoría en forma adecuada y afirma que sí, lo que dice es así,
o sea, es aceptado de buena fe, su aceptación es sincera. Cuando, un profesor afirma que no es
partidario del castigo físico a los estudiantes, lo que dice es sincero, sin dobleces. Además que lo
comunicado entre sí es verdadero. O sea, lo que se dice corresponde a lo que debe hacerse. Y su
acción se guiará por las normas. Ese será el criterio de corrección.
De acuerdo a estas reglas, puede establecerse el siguiente principio, dado por Habermas:
30
Una norma será válida cuando todos los afectados por ella puedan aceptar libremente
las consecuencias y efectos secundarios que se seguirán, previsiblemente, de su
cumplimiento general para la satisfacción de los intereses de cada uno.7
Con respecto a la segunda relación, podemos afirmar que la convivencia social y la razón
es esencialmente dialógica. Ello quiere decir que la conciencia solipsista y monadológica es
inaccesible al Otro. Para que haya conocimiento de las cosas es necesario que las conciencias se
comuniquen entre sí mediante actos de habla. De este modo, puede lograrse la intersubjetividad y
la constitución ratificativa del mundo. Así, todas las filosofías, las éticas tienen un fundamento en
la razón dialógica, es decir, la razón que conversa con otra razón. Esta comunicación permite la
convivencia humana y fundamenta, por tanto, el sistema democrático. Deontológicamente tiene
consecuencias importantes con respecto a la formulación de las reglas. Éstas deben comunicarse y
plantearse dialógicamente. De este modo, un Código de Ética Profesional no puede imponerse
autoritariamente, ya sea por amenaza o por intimidación. Las reglas se fundan en una razón
dialógica y no monológica.
7
Habermas, J: Conciencia moral y acción comunicativa, p.116.
31
8. La Profesión.
8.1. Introducción.
El concepto de ‘profesión’, en sus orígenes, según Weber8, tiene una raíz religiosa
asociada a la misión encomendada por Dios, según la cual cada ser humano ha de seguir su
llamado (vocación) en las tareas de su trabajo con un fuerte contenido religioso-moral. El
protestantismo le dio este carácter al cumplimiento laboral. Es un deber moral cumplir en el
trabajo, porque Dios lo había conducido hasta allá. Así, el trabajo adquiría un carácter sagrado y
moral. El mostraba el amor a Dios y al prójimo, un servicio hacia los demás.
8
Weber, Max: La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Península, Barcelona, 1979.
32
Española de la Lengua define a la profesión como “Empleo, facultad u oficio que una persona
tiene o ejerce con derecho a retribución”.
8.2. Definición.
Debido a la complejidad de las funciones, competencias requeridas por la vida
contemporánea resulta difícil llegar a una definición que satisfaga todas las condiciones. No hay
una sola definición. Ella depende de autores, tendencias.
9
Hortal, Augusto: “Ética de las Profesiones”, Diálogos Filosóficos, N° 26, 1993, p.207.
33
La siguiente definición:
Profesión es una capacidad cualificada requerida por el bien común con peculiares
posibilidades económico-sociales. 10.
a) Capacidad: Son las competencias requeridas para ejercer una determinada actividad.
Éstas deben estar certificadas por una institución reconocida por la sociedad y
acreditada para otorgar esas certificaciones.
b) Cualificada: Son las competencias especializadas y certificadas socialmente.
c) Requerida por el bien común: Entendemos el Bien Común como el bienestar de todos
los componentes de la sociedad. Es lo contrario del bien particular. El egoísmo,
exclusivismo, sectarismo es contrario al Bien Común11. En esta aspiración común, el
bien individual no se contradice con lo común. Más bien, se complementa y se
desarrolla en el sentido de contribuir al perfeccionamiento de la vida social. De este
modo, sólo se aceptan profesiones en este sentido. No hay profesiones de gángster,
usurero.
d) Con peculiares posibilidades : Es decir, con la posibilidad de desarrollo personal y
colectivo a fin de obtener lo necesario para el bienestar social requerido en una
determinada sociedad.
auditores quienes tienen un título profesional que está determinado por las normas jurídicas de un
determinado país. Chile, por ejemplo. Por tanto, cada país tiene disposiciones legales que norman
el ejercicio profesional. En nuestro país, los profesionales extranjeros deben acreditarse para
ejercer.
Desde un punto de vista moral, lo que caracteriza una profesión es el servicio o sea, el
carácter altruista12 a la sociedad. De este modo, el interés personal, el lucro o la obtención de
beneficios egoístas y mal avenidos, suelen conducir a la degeneración y la corrupción en el
ejercicio de la profesión. Este carácter de servicio público es lo que concede, a la profesión, su
verdadero carácter moral y el fin último de la actividad. Aquí está el verdadero sentido de la
profesión pues ella permite realizar una actividad de servicio público, reconocida y certificada
social y jurídicamente.
Las profesiones presentan algunos fines. Entre éstos, tenemos la producción de bienes y la
prestación de servicios a la comunidad. La producción de bienes debemos entenderla como la
obtención de los medios que posibilitan la satisfacción de las necesidades humanas. De acuerdo, a
la terminología hartmanniana, se producen bienes espirituales tales como alimentos, vestuario,
ciudades, puentes (que satisfacen necesidades de sobrevivencia) que constituyen el espíritu
objetivo. También está el espíritu objetivado (obras de arte, ciencia, tecnología).
Sin embargo, la dimensión más importante es la prestación de servicios sociales, esto es, la
función que cumple el profesional en la sociedad. Así los contadores auditores, los profesores, los
psicólogos, enfermeras, periodistas, ingenieros y otros cumplen determinadas funciones dentro de
la sociedad. Esa función social es la que fundamenta la dignidad de la profesión.
En este punto debemos distinguir la dignidad variable que le viene del status social
otorgado a ciertas profesiones. Por ejemplo, la profesión de médico es más digna que la de
barrendero dentro de la consideración de un grupo social. En cambio, la dignidad profesional
invariable es inherente a la misma naturaleza de la profesión y que no depende del status. Ni del
rol, ni de los méritos personales.
13
Desde esta perspectiva, el ser humano es un ser real espiritual, es decir, un ser social que alcanza su plenitud en
la sociedad, en la cultura.
36
El otro componente, el principal, la del sentido social significa que la plena realización
humana es social. Ya Platón señalaba en la República que el fin último de todo ser humano, es la
vida política, es decir, la vida social. Ese sentido no debe entenderse como una sensibilidad social
hacia los problemas sociales tales como drogadicción, hambre, prostitución, enfermedad, etc..
Debe entenderse como una objetiva responsabilidad del profesional frente a los demás, frente a la
sociedad. Así por ejemplo, la dignidad profesional de un médico no radica en que, de repente se
conmueva ante los casos de deprivación social, sino de la clara responsabilidad social como
persona que debe sanar a los enfermos y prevenir de las enfermedades. Cuando notamos que este
sentido altruista queda de lado para dedicarse a ganar dinero, decimos que es indigno de ejercer la
profesión de médico.
Por tanto, la profesión es una función necesaria e indispensable para el sistema social, y
que los individuos, determinan, mediante acuerdos, las condiciones y funciones para el desarrollo
de la organización. Este es el punto más importante de la profesión y su dignidad: la ética del
compromiso.
Entenderemos por ética del compromiso al cumplimiento sincero de las reglas sociales y
de los deberes y responsabilidades adquiridos en el consenso social y en la aceptación libre y
consciente. De este modo, un psicólogo que ejerce su profesión debe cumplir su compromiso
social adquirido al elegirla. Esa responsabilidad de cumplir el compromiso social es lo que funda
la dignidad de la profesión. Si el profesional, al jurar como tal, lo hace insinceramente, comete un
acto insincero y por tanto, su promesa esta viciada y es infortunada y por tanto, inmoral. Esta
ética del compromiso permite crecer a una organización social pues sus componentes cumplen sus
funciones, independientemente de sus intereses personales. En el caso, de los sistemas sociales,
cada componente debe cumplir su función. Por tanto, el compromiso esencial de la profesión es
la de servicio público.
bienestar. De este modo, el compromiso moral del profesional es lograr el mejor servicio que
pueda otorgar a la sociedad, poniendo en juego sus mejores habilidades y competencias con el
fin de lograr el bienestar de las personas. Ese compromiso de logro permitirá el ejercicio libre,
voluntario, eficiente y moral de la profesión. Quizá, esto podría posibilitar la elección de los
mejores en los puestos de responsabilidad de dirección.
b) Compromiso moral con la persona y consigo mismo: El compromiso moral de servir a los
demás implica buscar el bienestar de la persona dentro de las reglas morales. Esto implica, dar
cumplimiento de las normas morales generales del Código moral general. Por tanto, la
búsqueda de lo bueno, en el ejercicio profesional aparece determinado por las normas morales
y por la conciencia moral. De esta manera, un contador no podrá utilizar una información
confidencial para dañar a su cliente, puesto que hay normas morales que regulan el secreto
profesional e impiden el daño a otras personas. Del mismo modo cuando un médico tortura a
una persona, haciendo uso de su profesión. Su acción es indigna de la profesión médica. O
cuando el profesor abusa de su alumna para cometer actos deshonestos, aprovechando su
ejercicio profesional. Esta condición, no sólo es hacia otras personas, sino hacia sí mismo.
Como profesional no puede procurar daño hacia sí mismo. Debe cuidar su salud, su
integridad psicológica. Este cuidado consigo mismo y la procura del bien de la sociedad y de
sí mismo es lo que constituye una condición del compromiso profesional.
c) Compromiso formativo: Ello significa que el comportamiento moral en el ejercicio
profesional debe servir de modelo a los jóvenes y de orientación en el cumplimiento
profesional. Este cumplimiento de este compromiso dignifica la profesión, pues permite la
educación y la formación profesional.
Además de estas condiciones morales, hay otro tipo de requisitos para ejercer una
profesión. Estos requisitos son dados por las competencias requeridas para el ejercicio de una
38
determinada profesión y que están dadas, en general, por el perfil del profesional. Estos
requisitos se clasifican en: Físicos, psicológicas, intelectuales y éticos.
Requisitos físicos: Para el ejercicio de ciertas profesiones se requieren requisitos
físicos generales y especiales. Entre los requisitos generales, salud física compatible con
el ejercicio profesional. Entre los requisitos físicos especiales tener una visión sana, sin
necesidad de usar lentes, buenos reflejos o buena presencia.
Requisitos psicológicos: Por ejemplo, estabilidad emocional, seguridad en sí mismo,
confianza, salud mental, aparecen como los requisitos generales. Algunas profesiones
requieren de personas muy cuidadosas y detallistas (por ejemplo, en armadurías
electrónicas), don de mando, iniciativa, capacidad para trabajar largo tiempo solo.
Requisitos intelectuales: Entre los requisitos generales se encuentra la competencia o
idoneidad entendida como el conjunto de competencias necesarias para ejercer una
determinada profesión. En general, esa competencia está refrendada por el título
profesional, otorgado por una institución educacional reconocida por la sociedad, por
el Estado. Esta idoneidad es adquirida mediante un proceso de aprendizaje que dura
varios años. Además de esta competencia, se requieren, en ciertas profesiones,
competencias intelectuales adicionales como coeficiente intelectual alto, saber
computación o programación, o uso de determinado software.
Estas competencias dependen de cada profesión. Son saberes teórico-prácticos
necesarios para desempeñar una determinada profesión. Las variables que intervienen
en el incremento de estas competencias pueden ser externas o internas. Entre las
externas se cuentan los medios de información: libro, revistas especializadas,
información computacional, juicio de expertos. Entre las internas, tenemos la
inteligencia, la paciencia, la voluntad de estudiar, el esfuerzo y la responsabilidad.
amamos lo que hacemos o nos sentimos obligados a ejercer una profesión por dinero, por status
social, fama u otro motivo. Este principio de realidad permite establecer la realidad de nuestra
vocación.
No hay reglas específicas que nos permitan establecer cuando tenemos vocación o cuando
no la tenemos. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, se pueden señalar algunas
características:
a) Es experiencial. La vocación se forja mediante la experiencia y en contacto directo con la
sociedad, los demás. Una persona alejada de su prójimo es muy difícil que adquiera
conciencia acerca de los roles y funciones de una persona individual dentro de la sociedad.
Deber que tienen los miembros de ciertas profesiones, como médicos, abogados,
notarios, etc. de no descubrir a tercero los hechos que han conocido en el ejercicio de su
profesión.16
15
Menéndez, Aquiles: Op.Cit., p.110.
16
R.A.E. : Diccionario de la Lengua Española, Madrid 1995, p.1853.
41
El derecho al secreto procede del carácter mismo de la persona quien puede confiar en un
profesional con el objeto de encontrar alivio físico, psicológico o moral. Este derecho constituye
uno de los patrimonios respetado por todas las culturas.
El aspecto moral emana del contacto social (personas, familias, instituciones) que tiene
una persona en el ejercicio de su profesión. La confianza que deposita un cliente en un
profesional, permite a éste informarse de intimidades conyugales, comerciales, sociales, etc. La
obligación de guardar la discreción y el secreto es parte de la confianza profesional.
42
Además de este tipo de secretos, las nuevas situaciones profesionales, debido al aumento
de la competencia, están el secreto técnico y científico.
Entenderemos por secreto técnico a la obligación que tienen la persona que labora en una
determinada empresa de no difundir información acerca de la explotación, negocios de los
empresarios durante la vigencia o caducidad de sus contratos, para provecho personal o de
terceros. En este punto se deben reconocer dos sentidos del secreto técnico. El primero, que tiene
relación con la propiedad de los medios de producción (maquinarias, materias primas, clientes,
proveedores, productos, etc.) que no se incorporan a las habilidades del profesional. En este
aspecto, hay obligación moral de no revelar la información. El segundo sentido, comprende a la
habilidad adquirida por el profesional en la empresa. En este caso, el profesional es libre de ejercer
la destreza adquirida.
a) El profesional debe guardar los secretos obtenidos por el ejercicio directo o indirecto
de la profesión.
b) Debe guardar discreción acerca de la forma como tuvo acceso al secreto. No debe
abusar del ejercicio profesional para obtener revelaciones o la entrega de secretos
profesionales. Debe tener como norma: Nunca violentar la entrega de secretos
íntimos.
c) Los archivos o fuentes de información que contengan datos confidencial y secretos
deben ser guardados cuidadosamente de tal modo que no sean accesibles a terceras
personas.
d) Debe mantenerse discreción en el empleo del secreto.
e) Si en el ejercicio de su profesión recibiere la revelación de un secreto profesional por
otro colega, queda ligado al sigilo del secreto.
f) Si el secreto fuese revelado por otras personas, el profesional debe mantener
invariablemente su silencio.
17
La imputabilidad recaería en el jefe directo quien no ha cumplido su deber de fiscalizar el buen cumplimiento
del trabajo y en asegurarse del estado de salud física y mental de sus subordinados.
45
a) Que se hayan previsto las consecuencias de la acción realizada. Así por ejemplo, cuando un
contador auditor, a sabiendas, realiza una falsa declaración de impuestos. Sabe que lo que hace
está contra las normas y sabe las consecuencias que traerá la acción.
b) Que no se cumplan conscientemente las normas que determinan específicamente el rol que
debe cumplir y para el cual ha sido contratado. Por ejemplo, la puntualidad en el trabajo.
c) Negligencia en el desempeño de sus funciones, especificado en un contrato o en el detalle del
rol.
A modo de indicación, se señalan los casos en que se actúa con irresponsabilidad:
Ejercer una profesión para la cual no está habilitado. Por ejemplo, es el caso de la persona que
falsifica títulos, o que se arrogan cargos o méritos que no se poseen. Un falso médico actúa
irresponsablemente.
Quien exige pago de sus servicios en forma anticipada sin asegurar resultados positivos de su
acción. Por ejemplo, un profesional que subordina su obligación social al dinero.
Cuando se ejerce una profesión no atendiendo a sus obligaciones, provocando
incumplimientos. Por ejemplo, demorando innecesariamente la realización del trabajo;
actuando con desgano y sin consideración por las demás personas.
Quien oculta información o retiene las comunicaciones para provecho personal. Por ejemplo,
cuando un Jefe intermedio oculta información para que sus subordinados puedan acceder a
proyectos, acciones, beneficios y saca provecho para beneficio personal.
El que no cumple cabalmente su obligación para la cual fue contratado.
46
TERCERA SECCIÓN.
A. ÉTICA DEL CONTADOR AUDITOR.
La profesión de Contador, en nuestro país, cumple las condiciones siguientes que son
propias de toda las profesiones:
a) Posee un conjunto común de conocimientos y competencias que se obtienen mediante un
proceso formal educativo, ya sea impartido por una Universidad, Instituto Profesional, Centro
de Formación Técnica o Instituto Comercial.
b) El ingreso al ejercicio profesional mediante un sistema de colegiatura controlada.
c) Hay una actitud personal de cada uno de sus miembros por el interés común sobre los intereses
personales.
d) Autonomía individual de sus componentes.
e) Existe un conjunto normativo moral del ejercicio profesional que constituye el Código de
Ética Profesional.
f) Además tiene una agrupación gremial que permite velar por los intereses laborales de los
integrantes y por el crecimiento profesional.
Sin embargo, en la realidad, según el análisis realizado por Werner y Quilodrán 18, el
ejercicio profesional de los contadores presenta dificultades y contradicciones. Así por ejemplo,
con respecto a la característica (a) - existencia de un conjunto de conocimientos y competencias
comunes - no hay una formación homogénea debido a las cuatro instancias educativas que
dispone nuestro país. Por esta razón el Colegio acordó, hace un tiempo, que la formación
profesional debe ser exclusiva de universidades o institutos profesionales.
18
Werner, Luis y Quilodrán, Wildner: “Normas deontológicas, una complementación al Código de Ética
Profesional”, Area V de Comisión de Ejercicio Profesional, X Congreso Nacional del Colegio de Contadores de
Chile, A.G., 24, 25, 26 septiembre de 1992, Boletín N°2, p.2
47
11. Código de Etica Profesional del Colegio de Contadores de Chile A.G .19
Las normas morales son aquellas establecidas por la sociedad y por la persona
individual, de acuerdo a su conciencia moral, cultura, creencias. En nuestra sociedad chilena,
mayoritariamente corresponde a la cultura cristiana occidental.
En el título III, sobre Actuaciones con sus colegas se establecen normas relativas a las
relaciones personales con los demás contadores. Así por ejemplo, debe ser leal y cordial, no
inmiscuirse en asuntos que no son de su competencia, abstenerse de formular críticas infundadas,
deferencia con los colegas, cuidar de no desacreditar a un colega con el fin de quitarle el cliente,
no deberá hacer publicidad para ofrecer sus servicios, etc.
El título IV, que se refiere a las Sanciones se establecen las sanciones por haber
transgredido el Código de Ética Profesional, actuaciones desdorosas, abandono de su función
profesional, no cumplimiento de la veracidad. Luego se establecen las sanciones correspondientes.
49
En general, este Código de Ética Profesional cuenta con un conjunto de normas que
regulan en forma general. Además se establecen las obligaciones, las actuaciones profesionales,
las actuaciones con sus colegas y las sanciones.
Código de Etica Profesional, conforme a lo dispuesto por el D.L. N° 3621 de 1981 que establece
que este organismo es el sucesor legal del Colegio de Contadores, persona jurídica de derecho
TITULO 1
NORMAS GENERALES
Debe actuar con sujeción a normas de estricta equidad y moral, y absoluta técnica
en el ejercicio de su desempeño profesional, cuidando la inviolabilidad de los intereses que le sean
confiados, respetando las normas legales vigentes y, en especial, las consignadas en el Código de
Etica Profesional dictado por el Ministerio de Justicia.
OBLIGACIONES
legislación vigente;
c) Considerar que su palabra y su firma tienen idéntica equivalencia, lo que le obliga a cumplir
fielmente los compromisos que contraiga;
g) Tener presente que las actuaciones en que le corresponde intervenir y las opiniones e
informes que emita, deben estar revestidos de completa independencia, ajustados a la más
estricta veracidad y exigencia de la técnica contable. Si se desempeña en el campo de la
Auditoría Externa, no deberá tener relación directa o indirecta alguna de tipo económico o
de otra índole con sus clientes que afecte su independencia y juicio;
h) Cumplir y hacer cumplir las disposiciones estatutarias del Colegio de Contadores de Chile
A.G., sus reglamentos y los de este Código de Etica,
i) Mantenerse informado de las pautas referenciales que señale el Colegio de Contadores de Chile
A.G. sobre remuneraciones en su actuación profesional.
TITULO II
ACTUACIONES PROFESIONALES
c) Mantener una actitud digna y respetuosa, sin desmedro de su personalidad, ni de las normas
de ética, cuando le corresponda actuar ante cualquier organismo o tribunal;
contador dependiente;
h) La responsabilidad por los Informes emitidos bajó nombre del contador y su firma,
permanecerá en éste, no obstante que en la ejecución del trabajo hayan participado sus
socios y/o dependientes;
i) Deberá ser justo y honesto con sus clientes y/o mandantes y servirles en la mejor forma que su
capacidad le permita, con preocupación profesional por sus mejores intereses en la medida
que ellos sean compatibles con sus obligaciones profesionales y responsabilidades hacia el
público.
TITULO III
ACTUACIONES CON SUS COLEGAS
Artículo 4°.- En su relación con los demás contadores deberá:
a) Ser leal y cordial con sus colegas, a los que deberá prestar toda clase de ayuda moral,
material y profesional, para que dentro del común objetivo de ofrecer primordialmente a sus
clientes el servicio profesional del más alto nivel, se respete y proteja a la vez el prestigio de
la profesión y cada uno de los colegas que la practican;
b) Evitar inmiscuirse, sin autorización previa, en asuntos que deban resolver exclusivamente
otros profesionales o colegas;
d) Tener para con sus colegas todas las deferencias y consideraciones a que son acreedores,
especialmente cuando deba reemplazarlos.
e) No provocar dificultades ni hacer gestiones para obtener el término de los servicios que esté
prestando un colega, con intervenciones ante su cliente, destinadas a desacreditarlo o
conseguir su desplazamiento;
f) Al ofrecer sus servicios profesionales sólo lo hará. con indicación de su nombre, dirección y
especialidades;
No podrá efectuar ningún tipo de publicidad ofreciendo sus servicios en cualquier medio de
difusión, Los boletines técnicos, cartas circulares y otros medios de comunicación dirigidos
por el Contador, Firmas o sociedades de contadores independientes a terceras personas, no
debe hacerse con fines propagandísticos ni en forma indiscriminada.
1 - Avisos solicitando personal para la oficina del contador o para sus clientes;
2.- Avisos comunicando el cambio de domicilio profesional del contador o firmas de
contadores;
54
3.- Avisos comunicando el cambio de razón social cuando se trate de una firma de
contadores, o de asociación o complementación profesional;
4.- Las inscripciones en la guía de teléfonos y otras similares, limitadas a nombre o razón
social, al tipo de servicios y a domicilio y número de teléfono; y
5.- En todo caso los avisos que se contemplen para tos números 1) a 4) anteriores, deberá
ceñirse estrictamente a as disposiciones del Reglamento de Corresponsalías Extranjeras,
g) Otorgará a sus colegas y personal que le preste colaboración, las consideraciones y respeto a
que son acreedores, y
TITULO IV
SANCIONES
Artículo 5°.- Sin perjuicio de las facultades que les corresponda a las Instituciones o Tribunales
de Justicia, autorizados por la Ley para cuidar el cumplimiento de la Etica de los Profesionales, el
Colegio de Contadores de Chile A.G. podrá aplicar sanciones a sus asociados en los siguientes
casos:
ejercicio, que signifiquen su descrédito o que sean incompatibles con la dignidad y cultura
de profesionales;
Artículo 6°.- Las sanciones conforme al Reglamento sobre la materia, serán las siguientes:
a) Amonestación Privada
b) Amonestación Pública
c) Censura
d) Suspensión temporal del Colegio de Contadores de Chile A.G. por el plazo
determinado.
e) Expulsión
f) Denuncia a las autoridades competentes, de las violaciones a las leyes que rijan el
ejercicio profesional”.
56
B. DEONTOLOGÍA DOCENTE
Desde la Grecia Antigua, la figura del maestro ha ejercido una gran influencia en las
generaciones futuras. Basta con recordar a Sócrates, Platón, Aristóteles quienes a través del
diálogo en la Academia o en el Liceo han formado la cultura occidental. La Profesión Docente es
una de las más importantes dentro de la sociedad, pues mediante su ejercicio se forman los
ciudadanos, se preserva una nación, el espíritu de un pueblo y su futuro. Las personas que aspiran
a ejercer esta profesión, además de cumplir los requisitos técnicos, deben poseer condiciones
morales que avalen su condición de formadores en esta delicada profesión. Las principales
condiciones son las siguientes:
a) Poseer las competencias técnicas necesarias para el ejercicio de la profesión docente y tener
una formación ética que le permita actuar con corrección moral dentro del ámbito
educacional..
b) Poseer vocación docente.
juegan un rol importante dentro de la comunidad, especialmente en los sectores rurales donde se
constituye en autoridad y, en muchas ocasiones, ejerce puestos públicos de elección como lo son
los Alcaldes, diputados, senadores y hasta presidentes de la República.
El profesor debe tener presente que es, ante nada, un educador y que, por lo tanto, la esencia de
su deber profesional y moral es dedicar lo mejor de su esfuerzo para lograr que el alumno que le
ha sido encomendado llegue a ser una persona responsable, digna, habilitándolo para actuar como
ciudadano eficiente al servicio de la Patria.
58
Es deber imperativo del profesor, prestar, con entusiasmo y dedicación, su concurso personal para
el mejor éxito de los fines del Colegio de Profesores. Los encargos o comisiones que se le pueden
confiar - por razones de buen servicio - deben ser aceptados y cumplidos. Procede la excusa sólo
por causa justificada.
Prometo poner mi esfuerzo y voluntad de servir en la obra de formar, para el mañana, a hombres
sanos de espíritu, de carácter firme, respetuosos de la justicia y la libertad, conscientes de su
responsabilidad, virtuosos y eficientes, amantes de su Patria y de sus nobles tradiciones.
Prometo respetar los estatutos de la Orden, colaborar con lealtad a 1a acción de mis superiores
jerárquicos y permanecer invariablemente adicto a los altos postulados de las Instituciones
Superiores de la Nación.
El profesor debe obrar con corrección y buena fe. No ha de permitir ni menos alentar
actos fraudulentos, afirmar o negar con falsedad, ni realizar acto alguno que constituya una
afirmación de ética para quienes lo rodean, especialmente sus alumnos.
Ningún docente debe permitir que se usen sus servicios profesionales o su nombre, para
facilitar o hacer posible el ejercicio de la profesión por quienes no están legalmente autorizados
para ejercerla. Amengua la dignidad de su profesión, el docente que firma actas o documentos
correspondientes a exámenes o situaciones análogas en los que no intervino y que, de algún
modo, presta su nombre para cumplir exigencias legales. Asimismo, falta gravemente a la ética
profesional, el profesor que ampara a los que así procedieren.
Guardar el secreto profesional constituye un deber y un derecho del. profesor. Hacia los
alumnos es un deber que perdura hasta después que hayan dejado de serlo. Es un derecho del
profesor ante las autoridades y colegas: no podría ser obligado a revelarlo.
La formación decorosa del prestigio del profesor debe estar cimentada en su reputación,
su capacidad profesional y honradez. Toda publicidad provocada directa o indirectamente por el
profesor con fines de lucro o en elogio de su propia situación, menoscaba la dignidad de la
profesión.
Cuando haya fundamento serio de queja, con pruebas objetivas contra miembros de la
Orden, el profesor podrá presentar acusación ante el Colegio de Profesores.
En el caso que la Comisión de Etica estimare que los cargos no constituyen infracción al
Código de Etica, los acusadores deberán atenerse a su dictamen.
El profesor debe impartir con el mismo rigor científico - técnico e interés pedagógico la
enseñanza tanto en las Escuelas Fiscales como en las Particulares.
No es lícito que el profesor emplee la tribuna que le da su condición de guía para exponer
problemas personales, influir en asuntos de política partidista o desarrollar actividades no
formativas en la personalidad del alumno.
Es deber ineludible del profesor conocer la estructura del Ministerio al cual pertenece, el Estatuto
Administrativo que le afecta, las disposiciones del Colegio Profesional al cual pertenece y diversos
aspectos de la ley orgánica de la institución a la que presta sus servicios. Se incluye en esto, al
conocimiento, respeto y mantención de las tradiciones que con justicia enorgullezcan al
establecimiento en que ejerce su profesión.
Estas características (lealtad, adhesión y colaboración) no han de ser ejercidas pasivamente, sino
que deben manifestarse en una actitud de crítica elevada que posibilite constantemente el
mejoramiento y puesta al día de la institución; la creación de los organismos necesarios; la
cesación de los ya caducos; adecuar dinámicamente la escuela a las necesidades tecnológicas y
profesionales que impone el tiempo y, antes que nada, a los alumnos: centro del interés
educacional.
Es deber del profesor conocer íntegramente los reglamentos vigentes y aplicarlos con
ecuanimidad y justicia. Del mismo modo, debe conocer el manejo de instrumentos
administrativos, para poder usarlos correcta y eficientemente.
Es deber del profesor conocer, guiar, respetar y tratar de desarrollar, por todos los medios
a su alcance, al estudiante como persona, no incurrir en actos que atenten contra la moral
basándose en su ascendiente sobre los alumnos o alumnas. El conocimiento del educando no se ha
de limitar al que le ofrezca la sala de clase, sino que debe utilizar diversos medios como la
observación, la entrevista, el estudio de la ficha pedagógica, el intercambio con otros colegas,
orientadores o psicólogos, etc.
El ejemplo del profesor y las condiciones profesionales que posea, serán decisivos a su
labor. En este empeño, la asignatura que enseña se deberá considerar siempre como un medio,
importante en sí, pero cuya significación sólo puede ser estimada en la medida en que propenda al
desarrollo integral del alumno.
65
Las relaciones entre el profesor y sus alumnos deben ser personales, por lo que no ha de
delegar sus funciones específicas en terceros; salvo casos señalados como problemas que deben
ser tratados por psicólogos, orientadores y otros profesionales integrados a la labor educativa.
Es deber primordial del profesor y, por lo tanto ineludible, centrar todo su interés y
esfuerzo en promover actitudes, valores e ideales de solidaridad social, de respeto al ser humano,
de progreso individual y colectivo, de consideración por los demás y por sí mismo. El profesor
debe tratar de impulsar actividades que fomenten estos aspectos de la personalidad del educando
y estimular su desarrollo paulatino.
Por motivo alguno, el profesor debe cobrar honorarios especiales por trabajos relacionados con
los alumnos, como pruebas realizadas en horas extraordinarias, interrogaciones en fechas distintas
a la fijada primitivamente y similares.
Es deber del educador atender su ejercicio profesional con la mayor eficiencia, hacer valer
sus derechos y respetar los ajenos sin temor a la antipatía e impopularidad que su justo deber
debiera ocasionarle.
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Sin perjuicio de lo que pudieran disponer los aranceles de la profesión para la estimación
del monto de los honorarios, el profesor debe fundamentalmente atender los siguientes aspectos:
Respecto a las clases particulares remuneradas, el profesor debe evitar toda controversia con el
alumno o sus padres y/o apoderados, hasta donde esto sea compatible con su dignidad profesional
y con su derecho a recibir adecuada retribución por sus servicios. Debe tomar las providencias y
las precauciones para no verse obligado a demandar al padre y/o apoderado del alumno.
No debe el profesor asegurar a sus alumnos, sea este particular o no, que el resultado de
sus clases tendrán buen éxito, por la influencia de numerosas circunstancias imprevisibles.
Es imprescindible que el profesor tenga plena conciencia del papel que le corresponde
frente a los alumnos que te han sido encomendados. Su deber moral es darles la mejor educación
y obtener de ellos óptimo resultado.
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VI. RELACIONES CON LOS COLEGAS, CON LOS PADRES Y/O APODERADOS Y
COMUNIDAD.
Entre tos profesores debe haber fraternidad que enaltezca la profesión y recíproco respeto
Se abstendrán cuidadosamente de. expresiones malévolas o injuriosas y de aludir a antecedentes
personales. El profesor debe ser deferente con sus colegas y facilitarles la solución de
inconvenientes momentáneos, cuando por causas plenamente justificadas, están imposibilitados de
atender sus labores docentes.
Es deber del profesor ofrecer una justa solidaridad gremial y mantener una actitud social
de acuerdo con su condición de profesional para con sus colegas, sean éstos de Educación Fiscal
o Particular; de los niveles Parvulario, Básico, Medio y Universitario, ya que todos están unidos
por un interés común: la Educación de la Persona.
El profesor debe interpretar y usar los escritos (trabajos) de otros y los descubrimientos de
la investigación educacional con honradez intelectual (citando la fuente de origen).
Todo profesor tiene algo que aportar para enriquecer y aumentar. el acervo cultural,
pedagógico o de especialidad de sus colegas. Es un deber del educador procurar que exista un
continuo intercambio de experiencias y conocimientos destinados a facilitar el perfeccionamiento
profesional de los docentes.
Tanto la familia como e! profesor tiene el deber ineludible de efectuar el mayor esfuerzo
mancomunado para dar a los alumnos la mejor educación posible. Para que ello sea factible, debe
existir la más abierta colaboración y respeto mutuo en el conjunto FAMILIA-PROFESOR,
Ambas partes deben estar conscientes que las desavenencias que pudieran producirse, el mal
ejemplo dado por alguno de ellos o falta de colaboración, ya sea de la familia o del profesor,
hacen que la educación sea incompleta e incluso expuesta al fracaso.
El profesor debe prestar su colaboración, en cuanto le sea posible, a las actividades extra -
escolares o curriculares organizadas por las Instituciones de la comunidad y que están inspiradas
por el progreso 1 perfeccionamiento, efemérides, Patria o recreación (Conferencias, Concursos,
Conciertos, etc.).
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El profesor debe destacarse como un patriota ejemplar que motive en los niños y juventud
el deber de superación permanente y la noble ambición de que la Patria se engrandezca, no sólo
por sus riquezas naturales, sino por la calidad intelectual y moral de sus hijos.
Falta a la ética profesional la autoridad docente que otorga en forma dolosa certificados a
personas que se lo soliciten para regularizar sus estudios o inscribirse en el Colegio de Profesores
sin los requisitos exigidos.
SOLUCIONARIO DE EJERCICIOS.
Ejercicio 1.
Acusación ante tribunales de justicia: no es ente valórico.
La Verdad: ente valórico ético.
Armonía: ente valórico estético.
Responsabilidad: ente valórico ético.
Un Tribunal de Ética Médica: no es ente valórico.
Bondad: Ente valórico ético.
Ejercicio 2.: Dadas las siguientes acciones, determine si ellas son morales o no. Fundamente.
d) La acción de atropellar a alguien, estando ebrio o drogado: es moral, porque hay uso
de razón cuando se ingirió alcohol o droga. Además, hay responsabilidad, porque al
haber elegido beber alcohol o consumir drogas, lo hace responsable de sus
comportamientos ulteriores.
e) La acción de robar, presionado por el hambre: Es una acción moral porque hay uso
de razón, hay libertad de elegir entre hacerlo o no hacerlo, puesto que hay posibilidad
de saciar el hambre trabajando, pidiendo, acudiendo a centros humanitarios, etc.
Ejercicios 3.
a) El acto realizado por el Contador es moralmente bueno porque tiene por objetivo
cumplir la norma moral de no mentir o engañar. Además, los medios utilizados para no
realizar la acción es la negativa de hacerlo, hecho que no provoca daño. Además, las
circunstancias de su acción son buenas, porque puede ayudar a su hermano a conseguir
un préstamo u otro medio honrado para obtener el dinero necesario para operar a su
esposa.
En este mismo contexto, el hermano, Pedro ejecuta un acto moralmente malo porque la
acción misma de solicitar la realización de una acción dolosa es mala en sí misma. El
objetivo es bueno: Ayudar a su esposa. Las circunstancias son moralmente malas,
puesto que hay necesidad de tener dinero, pero la presión ejercida contra el hermano
Contador para que haga un acto moralmente malo no es correcta. Hay una consciente
inducción a cometer un acto doloso.
.
b) La acción es moralmente mala por lo siguiente:
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