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Universidad Politécnica Salesiana

Carrera: Ingeniería Mecatrónica. 2do Ciclo.


Autor: Edwin Astudillo Delgado
Asignatura: Ética
Resumen: Ética Para Amador

Introducción
Ética para amador trata uno de los temas más esenciales para la existencia humana. Consta
de nueve capítulos que va dirigido para su hijo Amador. En el texto se da una visión global
del cómo vivimos la ética, existe una infinidad de pensamientos, como humanos en el mundo,
esto nos lleva a pensar que asociaciones y reacciones en lo cotidiano varíen con cada persona.
Debemos entender y poner en práctica la ética, vivimos en sociedad en donde cada persona
es única e irremplazable, pero hay algo muy importante dentro de todo esto que es la vida en
relación con el otro, con los demás, con los que se encuentran en nuestro alrededor que de
una u otra forma se hacen parte de nuestro mundo y que al final nos conducen a acertar o
equivocarnos en la elecciones que hacemos como seres racionales pues la intención del autor
es sólo la de dar las herramientas necesarias para que cada individuo, con su propio criterio
e inteligencia, logre decidir el camino por el cual conducirá su vida.

Capítulo I: De que va la Ética


Hay ciencias que se estudian por simple interés de saber cosas nuevas; otras, para aprender
una destreza que permita hacer o utilizar algo; la mayoría, para obtener un puesto de trabajo
y ganarse la vida.
Lo que quiero decir es que ciertas cosas uno puede aprenderlas o no, a voluntad. Como nadie
es capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho
que ignoramos. Se puede vivir sin saber astrofísica, ni ebanistería, ni fútbol, incluso sin saber
leer ni escribir: se vive peor, si quieres, pero se vive. Se puede vivir de muchos modos, pero
hay modos que no dejan vivir.
En una palabra, entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible: el de
que ciertas cosas nos convienen y otras no. Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir
entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir por cuenta propia.
La ética se vincula a la palabra libertad y esto se debe a que los humanos tenemos elegir entre
una cosa y otra, pero no por esto podemos realizar todo lo que queramos, ya que en este caso
seríamos omnipotentes, sin embargo, podemos elegir lo que queramos entre las múltiples
posibilidades existentes. Para no equivocarnos en las decisiones que tomamos tenemos que
adquirir un “saber vivir” (ética) para así seguir el curso correcto de nuestras vidas. Esto es lo
que nos diferencia en gran parte de los animales, ya que ellos están predeterminados por la
naturaleza para hacer y dejar de hacer las cosas.
La libertad de elegir entre una cosa u otra nos lleva a pensar que lo que nos conviene es lo
que conceptualizamos como “bueno” y lo que no es lo “malo”. Pero a veces el mapa no está
bien trazado, existen ambigüedades, Savater nos muestra el ejemplo de las drogas, que, si
bien pueden aumentar nuestro ánimo y nos causan sensaciones agradables, a la vez su
consumo continuo puede ser perjudicial para nuestra salud. Pero para esto es que los humanos
poseemos el poder de la libertad, es así como construimos nuestra propia ética.
Se relaciona claramente en este aspecto de la vida como por ejemplo una adolescente de 17
años queda embarazada, tal vez lo conveniente es casarse con el padre del hijo para darle una
familia y tener estabilidad (gracias a la moral que se le ha inculcado), pero no es
necesariamente bueno para la madre ya que se saltará una etapa de su vida y probablemente
viva desdichada si no está enamorada. A esto el autor lo podría llamar ambigüedad tal como
el ejemplo de las drogas, pero presentamos el hecho de la “libertad” para que uno decida si
es bueno o no, y esto es finalmente lo que condicionará nuestra vida, las decisiones que
tomemos y cómo vamos formando nuestra propia ética para el vivir.

Capitulo II: Ordenes, Costumbres y Caprichos.


Tenemos la posibilidad de escoger ante situaciones que se nos plantea, la mayoría de las
cosas las hacemos en forma automática o por instinto, pues lo consideramos más cómodo,
porque obedecemos ordenes, tenemos la costumbre de hacer esa cosa o bien por cuestiones
funcionales. Las órdenes y costumbres se realizan porque creemos conseguir algo bueno para
nosotros y por ello obedecemos sin refutar. En cambio, con los caprichos ocurre que en
muchas ocasiones no podemos darnos el gusto, pues, aunque nos apetece, creemos saber que
no es bueno para nosotros, sino que solo es una apetencia que a la larga no nos beneficiará,
es por eso que optamos por no darnos ese capricho.
Por ejemplo, levantarte para ir a la universidad o al trabajo es más obligatorio que lavarte los
dientes o peinarte. Las órdenes son factores a seguir tal vez por tu bien o no. Las costumbres
en cambio vienen más de la comodidad no contraria a otros, y a las modas. Las órdenes y las
costumbres tienen una cosa en común: parece que vienen de fuera, que se imponen sin pedirte
permiso, los caprichos te salen de dentro.
Aquí también se toma en cuenta los cuatro principios de moral:
1. El filosófico: haz el bien por el bien mismo, por respeto a la ley.
2. El religioso: hazlo porque es la voluntad de Dios, por amor a Dios.
3. El humano: hazlo porque tu bienestar lo requiere, por amor propio.
4. El político: hazlo porque lo requiere la prosperidad de la sociedad, por amor a la sociedad
y por consideración a ti.

Capitulo III: Haz lo que Quieras.


Hay que ser consecuente con el uso de la libertad, hay que pensar dos veces antes de actuar,
haciendo uso de la reflexión, si las decisiones que vamos a tomar (sean ordenes, costumbres
o caprichos) son realmente buenas para nosotros o debemos plantearnos cambiar de
costumbre, desobedecer una orden o rechazar un capricho porque en realidad no son buenos,
pues no todas las ordenes, costumbres y caprichos son buenos por serlo. Pero a su vez, no
para todos son buenas las mismas cosas, todo depende de lo que uno prefiera y escoger
libremente ser o hacer.
La libertad no es sólo decidir sino darse cuenta qué se está decidiendo. Por ello sólo es válida
cuando se ha pensado dos veces: con la primera se descubre el motivo y con la segunda se
cuestiona el mismo. Nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una costumbre o un
capricho A veces con eso basta, pero casi siempre se necesita del razonamiento para
determinar si es o no conveniente algo. Todo esto forma parte de inventar nuestra propia vida
y no vivir de a acuerdo a lo que los otros inventan por nosotros. Moral son aquéllas reglas o
normas que consideramos válidas, mientras que la ética se encarga de cuestionar por qué lo
son.
Tal como muestra la visión del autor concebimos que la vida resulta ser tan compleja que no
parece lógico solo dejarse llevar por un capricho para decidir lo que haremos, una regla no
indica siempre lo que debo hacer, aunque su nombre lo diga así y las costumbres pueden
terminarse, somos libres de elegir lo que haremos, libres, pero no negados de responsabilidad.
Los prejuicios sociales que influyen y determinan tendencias son solo muestras de un
desarrollo efímero, un ser humano que rige su vida en este mundo, pensando solo linealmente
es un triste individuo con poco provecho de su intelecto.
Hay cosas buenas y malas que nada tiene que ver con la moral y de las cuales conocemos
concretamente su utilidad; tratándose de seres humanos, sin embargo, resulta difícil esta
clasificación, pues ignoramos para qué sirven. Lo único que se sabe es que la ética se basa
en una frase: Haz lo que quieras.

Capitulo IV: Date la Buena Vida.


No existe un manual en donde nos indique que es realmente bueno y que moralmente
debemos hacer, simplemente debe uno preguntarse a sí mismo, por eso somos libres, para
poder actuar consecuentes a la libertad. Sin embargo, no es lo mismo “hacer lo que
queremos” con “lo que nos viene en gana”, sino lo que en realidad queremos que no es lo
mismo que en el momento nos apetece. Y haciendo lo que queremos y no lo que nos apetece
en el momento (en momentos serios, pues no debemos negarnos de vez en cuando un
capricho que no nos suponga un cambio en lo que queremos) nos daremos a la buena vida,
que es muy subjetiva, pues como buena vida no entendemos todos lo mismo, cada uno tiene
su buena vida, pero esta tiene que ser sobre todo humana, una buena vida en la que nos
relacionemos, pues somos humanos y como tal debemos llevar una vida humana y como ya
he dicho para eso no podemos darnos a la soledad, pues los hombres nos hacemos humanos
los unos a los otros, y por eso nos necesitamos.
El autor da un ejemplo contando una historia de dos hermanos de la Biblia, en el que uno es
el primogénito y el otro se dedicaba a hacer cosas varias, entre ellas cocinar muy bien. Un
día el primogénito llega con mucha hambre y le pide a su hermano que le dé un poco de lo
que había cocinado que tenía un olor riquísimo. El mismo le contesta que le dará un poco de
lo que cocinó si renuncia a ser el primogénito y por ende pasaba a manos de él. El primogénito
después de pensar “Algún día me voy a morir, y quizás me muera antes que él y realmente
tengo muchas ganas de comer lo que cocino mi hermano”, y así mismo aceptó el trato del
que después se arrepiente. Entonces pensamos en si es lo que realmente quería o es lo que
quería en ese momento.
Si alguien nos dice “Haz lo que quieras” se está generando una contradicción, porque nos
están indicando que hacer aparte de lo que uno desea. Igualmente hacer lo que uno quiere
no se trata de pasar el tiempo, sino de vivirlo bien. Esta contradicción nos indica el
problema esencial de la libertad en sí: que no somos libres de no ser libres, es decir que no
podemos elegir libremente el no ser libres o no actuar de una manera libre.

Capitulo V: ¡Despierta Baby!


La vida está muy llena de complicaciones, no basta con querer “la buena vida” hay que saber
lo que esta implica, que no es algo muy simple. El dinero es algo material que tiene mucha
importancia en nuestra sociedad, se puede decir que es algo “fundamental” para poder
sobrevivir en nuestro mundo, por esto no es bueno desecharlo, pero tampoco colocarlo por
encima de todo.
Y esto también sería una de las razones por las cuales muchas personas son vistas como
cosas, ya que las personas con dinero creen que tienen el poder para dominar a los demás
pasando por encima de ellos. En cambio, si tratamos a las personas como lo que son (seres
humanos) lo mínimo que podríamos recibir seria amistad, respeto, amor por parte de ellos, o
por lómenos lograríamos respetarnos a nosotros mismos al defender el derecho de no ser
“cosas” para nosotros.
También nos habla con relación al capítulo anterior de la necesidad de los hombres ser
humanos, para ello necesitamos relacionarnos, que las cosas solo dan cosas, porque nadie ni
nada puede dar lo que no tiene, por eso a cada cual hay que tratarlo como lo que es, si tratas
a alguien como una cosa, solo obtendrás de él cosas y si solo tienes cosas en esta vida y no
te preocupas por humanizarte, nunca serás humano. Esto no quieres decir que recibirás lo
que tu estas dando, tú te estas ganando el derecho a exigir que te traten como tu estas tratando,
y siempre serás respetuoso contigo mismo.
Lo que nos intenta decir el autor en este capítulo es que debemos poseer un equilibrio. No
debemos dejar todo de lado, y conformarnos sólo con lo que nos complace en el momento,
dado que no se sabe lo que pasará a futuro, ahí está la muerte, como impedimento a mirar
más allá. Por otro lado, está bien querer cosas, y luchar por ellas, pero en el transcurso de
conseguirlas debemos advertir de no afectar a nadie para obtenerlas, y de no olvidarnos de
nosotros mismos por poseerlas. Como el autor menciona, las manos no sirven sólo para
poseer, sino que también que para rascarse y acariciar. Si nos llenamos de cosas no podremos
contenernos ni nosotros mismos. Las cosas, pierden su utilidad y se desechan, con las
personas es imposible hacer lo mismo. Por consecuente al no poder prescindir de las cosas y
menos de las personas, debemos aprender a manejar las cosas y a tratar a las personas.
En fin, los bienes materiales son solo medios para vivir mejor, hay que saber llevarlos en la
vida, hay que reflexionar y precisar lo que realmente nos impulsa hacia el fin de ser y sentir
que se es buena persona.

Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo.


Tomemos conciencia de dos conceptos, imbécil y egoísta, y las consecuencias que estos nos
pueden traer. La palabra imbécil, deriva de bastón, por lo tanto, lo asocia a una persona coja,
pero no de los pies, sino que, de ánimo, los tilda de un espíritu “debilucho”. Todo esto desde
el punto de vista moral. Menciona distintos tipos de imbéciles a los cuales debemos
diferenciar; aquellos que no quieren nada y todo les da igual, el que cree que lo quiere todo,
el que no sabe lo que quiere y tampoco se molesta en averiguarlo, aquel que tiene claro lo
que quiere, pero no tiene las intenciones de hacerlo hoy y por último aquel imbécil que desea
las cosas con tanta fuerza y veracidad, pero por conseguirlas se engaña y confunde la buena
vida con lo que lo destroza. Son personas débiles ya que necesitan apoyarse en cosas ajenas,
acaban mal, se fastidian a sí mismos por sus actitudes y no consiguen llegar a la buena vida.
Todos en algún punto de nuestra vida poseemos alguno de los síntomas de la imbecilidad.
Para evitar esto debemos aprender, dado que lo contrario a ser imbécil es poseer consciencia,
y con ésta no se nace, debemos aprender a desarrollar nuestro “oído ético” y “buen gusto
moral” a lo largo de nuestra práctica que es la vida. Para curarnos de esta imbecilidad, el
autor afirma que debemos tener conciencia que no todo da igual, fijarnos en que, si lo que
hacemos, es lo que realmente queremos y por sobre todo renunciar a la excusa para
despacharnos de nuestra libertad, hacernos responsable de ésta y de sus consecuencias para
nosotros y para el resto.
Por otro lado, el autor expone el tema del egoísmo, el pensar en nosotros mismos nos puede
llevar a perdernos inclusive a nosotros mismos, obtener las cosas a cualquier costa, por
nuestro bienestar. Es aquí cuando aparece vuelve a aparecer la conciencia, esta nos acarrea
culpa, responsabilidad y resentimiento. Me puedo arrepentir de algún acto, aunque nadie lo
haya notado, pero de todas formas es estropearme voluntariamente. El egoísmo, lleva a
perdernos. El autor nos hace una invitación a hacernos responsables de nuestra libertad, no
atribuirles nuestros actos a otros, somos libres para bien y para mal.
El título del capítulo nombra a “Pepito Grillo”, llegó el momento de tomar conciencia de lo
que hacemos y lo que queremos, muchas veces no notamos que nuestros actos repercuten
fuertemente en el resto y a la vez nosotros mismos nos vamos perdiendo. Con respecto a los
tipos de “imbéciles” mencionados por el autor suele ocurrir en diversas etapas, desde la
adolescencia en adelante, es difícil notar claramente lo que queremos o no, y únicamente
nosotros podemos tomar aquella decisión. El egoísmo por otra parte afecta en conjunto,
muchas veces pasamos a llevar a los demás por beneficio propio, y al obtenerlo, pocas veces
notamos lo que perdimos por llegar a él. Esto nos aleja de nuestra idea de lograr la
humanización, ya que no reconozco al otro como tal, sino que vuelvo a pensar solo en mi
bienestar. Cuando tomamos conciencia de que somos libres, que cada error que hemos
cometido, cada acto realizado, fue únicamente decisión de nosotros, pesa bastante el
remordimiento, la pregunta del porque lo hicimos y al vernos atrapados al último que
culpamos, es a somos nosotros mismos. Es vital tomar conciencia de nuestra libertad y
aprender a vivir con ella.
No existen excusas que valgan contra el remordimiento, ni echarle la culpa a nada ni a nadie
para tener una conciencia tranquila, cuando hemos hecho algo mal podríamos haberlo
evitado, tenemos la libertad de elegir hacer tal cosa o no hacerla. No se puede esperar a ver
qué ocurre antes de decidir y posteriormente actuar. Hay situaciones en las que no se puede
retroceder para repetir. Hay que ser consecuentes con nuestra libertad de decisión y no
traicionarnos a nosotros mismos, eligiendo en cada momento según nuestra concepción de
moralidad.

Capitulo VII: Ponte en su Lugar.


La ética intenta hacernos ver cómo llevar una buena vida, ya que si no sabemos la forma de
encaminarla perdemos la oportunidad de tenerla, habremos malgastado nuestra vida.
Todos los humanos somos muy diferentes, pero todos somos humanos, y tenemos que
humanizarnos, y aunque nada tenga en común con otros en cuanto a intereses o forma de
vida, siempre es bueno humanizarse. A los hombres debemos tratarlos como tal, y aunque
hay que tener cuidado porque no todos tenemos las mismas intenciones, no debemos tener
malicia o recelo hacia ellos, si no ellos nos devolverán lo mismo y así perderemos la poca, o
toda oportunidad de acercamiento.
Tratar a las personas como semejantes no es más que ponerse en su lugar, tomarle en serio,
tener en cuenta que podríamos perfectamente estar en su situación y no en la nuestra, aunque
no por ello darle la razón en todo.
Todos tenemos nuestros propios intereses, ya sabemos que hay que ser egoístas consecuentes,
y debemos a la vez ponernos en el lugar del otro, porque su realidad es tan real como la tuya,
y aunque no te guste, le necesitas, necesitas su humanidad.
Se ejemplifica el capítulo con la desventura de Robinson Crusoe el cual está solo en una isla,
debe sobrevivir para ello se equipa de ropas, comida y bebibles. Su vida de náufrago parece
ser cómoda hasta el momento en que este descubre huellas de otro humano (viernes, un
caníbal) y comienza el pensamiento de una difícil decisión, por un lado, seguir el camino del
instinto y actuar como una bestia más de la isla o comportarse como un hombre y tratar con
rival o un posible compañero (pensando en un semejante) he aquí el comienzo de un
problema ético.
Lo que hace humana a la vida es estar en compañía de otros humanos manteniendo cualquier
tipo de relación, la vivencia del hombre en sí se basa en el trato con los demás, se puede
llevar una vida sin personas cerca, pero esto sería privarnos de ser humanos. Pese a las
diferencias siempre habrá algo que nos haga semejantes, volviendo al ejemplo de la relación
entre Robinson Crusoe y Viernes, por mucha diferencia cultural que ellos tuvieran ambos
tenían la capacidad de valorar comportamientos de razonar entre lo que es bueno y lo que es
malo.

Capitulo VIII: Tanto Gusto.


Un gran porcentaje de las veces que se habla de moral y sobre todo de la inmoralidad es algo
referente al sexo, uno de los grandes errores es pensar que el sexo es algo inmoral, claro que
cuando hablamos de daño a otros este puede tornarse como negativo, en lo que hace disfrutar
a dos personas no hay nada malo, lo que sí está mal es creer que hay algo de malo en disfrutar
ya que somos un cuerpo y sin el bienestar de este no se llega a nada bueno.
No hay que avergonzarse de las capacidades de placer del cuerpo ya que ello forma parte de
nosotros. Una de las funciones más relevantes del sexo es la procreación, pero en el humano
es más que eso, de esto derivan consecuencias buenas y malas que ponen en juego la libertad.
Tantos tabúes con el sexo no vienen de otro sitio más que del miedo al placer, y de la
necesidad que había anteriormente de estar alerta sin poder distraerse para sobrevivir. Estos
miedos han quedado aun después de mucho tiempo sin hacer falta. Nada es malo simplemente
porque de gusto hacerlo.
Por otra parte, están las personas que tienen tanto miedo al placer que no hacen otra cosa que
meter el miedo al placer a los demás. Estas personas son los puritanos, cuya filosofía de vida
es que algo es bueno cuando no nos gusta hacerlo.
De modo que se habla del bienestar físico y psicológico que se busca en la vida, se debe
buscar un balance ya que si nos desviamos a los extremos de la balanza todo termina mal, en
la relación con el texto leído pensamos en como la búsqueda de la alegría nos mantiene en
pie con metas, a veces olvidando disfrutar el momento pensando en el futuro, sentimos que
es de gran relevancia destacar como personas que somos, el bienestar físico y emocional da
por hecho una vida plena.
Capitulo IX: Elecciones Generales.
Nunca se piensa en la política como algo ético, pues en la mayoría de los casos quienes la
ejercen piensan en reprender al vecino antes de mejorarse a sí mismos. Se les atribuyen
frecuentemente poderes sobrehumanos que conducen a la decepción de quienes los han
elegido.
La ética solo sirve para mejorar a sí mismo, no se puede generalizar diciendo esto o lo otro
es inmoral, o tal o cual cosa, pues cada persona y cosas son diferentes, no podemos meterlo
todo en el mismo saco. Por tanto, no podemos englobar a todos los políticos dentro de la
inmoralidad.
Sin embargo, en cuanto a su finalidad, la ética y la política están muy relacionadas, ya que el
objetivo de la política es organizar la convivencia social para permitir que, con la ética, cada
individuo elija lo que más le conviene. Pero la otra cara de la moneda consta en la diferencia
entre ética y política: la ética se ocupa de uno mismo, y la política del conjunto, de todos. En
la ética lo que cuenta es el querer hacer, en la política lo que cuenta son los resultados.
Para la ética es importante querer bien, para la política cuentan los resultados, nunca los
medios. La ética no puede esperar a la política y por ello en ningún orden político, por malo
que sea, habrá quienes ya no puedan ser buenos. En un estado utópico, todos serían
automáticamente buenos porque las circunstancias impedirían la presencia del mal. La buena
vida incluye, pues, un proyecto político basado en la libertad, la justicia y la asistencia en el
que la dignidad de los individuos sea respetada.
Yo pienso que para enfatizar el contenido del capítulo leído , muchas veces se tomamos a la
política como algo sucio pero en si la política nos pertenece a todos por lo cual todos somos
responsables de cómo esta se dé, sin embargo aún nos falta un gran camino por recorrer para
ser una sociedad algo más estable políticamente hablando , como en capítulos anteriores
leímos siempre deberá estar presente el trato con los demás hablando entonces del respeto
que debemos tener hacia nuestros semejantes, buscar de cierto modo una suerte de empatía
pero sobre todo un deber como futuros profesionales , tomando ejemplo de la política , siendo
profesionales de la salud cualquier injusticia que se dé con la gente que necesite ayuda nos
incumbe a todos.
Conclusión.
Luego de haber leído este libro, comprendí muchas cosas que nos los entendía con
anterioridad, nunca me había planteado cosas como los caprichos deseos o necesidades, ni si
mis deseos eran egoístas, si realmente hacia lo que quería, lo que debía, lo que era bueno o
malo para mí. Pero después de semejante anacronismo llegué a la conclusión de que lo más
importante es ser tú mismo, tener propio código moral y ético, comportarse y actuar de forma
que lo considere bueno para mí, siempre que mi accionar no dañe a nadie de mi alrededor.
Porque sé que nunca puedo hacer las cosas por lo que los demás quieran, ya que ellos no son
yo, y lo que sería bueno para ellos, no tiene por qué serlo para mí.
En la vida uno toma constantemente decisiones, muchas veces, la mayoría, equivocadas,
porque el hombre aprende de los errores, y pensar que el hombre no es capaz de equivocarse
es un error.
Considero que lo más importante es respetar a los demás, no imponer lo que a uno le parezca,
pero sí defender lo que uno cree y con respeto. La libertad, la capacidad de elegir, el libre
albedrío, es el aspecto que nos diferencia con los animales, pero ese principio no debe estar
basado en la muerte de los demás.
Lo ideal sería vivir en un mundo en el que la ética no fuera una asignatura sino un quehacer
diario, algo que se aprende desde el mismo momento del nacimiento, que crece con nosotros
mismos y que nos enseña otra forma de ser y de actuar. No debe ser algo relegado a la iglesia
o a la filosofía porque es parte de la vida, del día a día de cada uno.

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