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Sanando Heridas, Arturo Forzán

3 de junio de 2012 a las 14:44

Si, la vida te va haciendo heridas y depende de ti de como las curas, de cómo te recuperas
incluyendo el tiempo, te hacen más fuerte o más débil en el proceso, hay que aprender a sanar
heridas porque es parte de la vida, alegrías, penas, satisfacciones, los problemas son parte de la
vida, la actitud que tienes ante ellas es lo más importante para poder lograr que tus nuevas
decisiones sean buenas y así puedas dirigir tus sentimientos, tu puedes sanar las heridas de
alguien que te haya hecho algo o que hayas causado a los demás, tienes que ir sanando poco a
poco, primero hay que enfrentar la realidad, cuando tienes una herida te vuelve loca o loco pensar
que eres vulnerable y peor aún que los demás se den cuenta que eres vulnerable, sin embargo,
adaptarte a una nueva situación refleja tu propia fortaleza, es como templar un metal, cada
cambio de temperatura lo hace más fuerte.

Date cuenta de qué causo el daño; mezquindad, traición, terquedad, deshonestidad, tal vez
imprudencia, envidia, celos, ignorancia, cobardía hasta arrogancia por no decir prejuicios,
fanfarroneo, discriminación o abuso, no eres una blanca paloma tampoco, tu egoísmo o tus
chismes pueden crecer y todo se revierte en la vida, hay que aprender de la experiencia para
orientar tu vida y cambiar de actitud.

Perdona; te vas a sentir liberada, vas a evitar que las circunstancias controlen tu vida, vas a ocupar
tu tiempo en sanar, ganando tiempo y energía cuando no los ocupes en vengarte o ver con odio a
quien te hirió, no olvides pero perdona y date tiempo; pero en serio date tiempo, levántate para
recuperarte y seguir adelante, nunca dejes que el desánimo sea más grande que tu entusiasmo,
levántate, recuerda que a Dios no le gusta verte caer y te puedo asegurar que le encanta ver como
te levantas.

Nunca pierdas tu valor con una persona que no sabe lo que tiene, si tú sabes lo que vales, busca lo
que mereces...

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