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El Imperio Antiguo y el Imperio Medio representan una unidad política y cultural de Egipto,

previamente se había consolidado una forma de gobierno alcanzando la cúspide con la


Dinastía III y marcando el inicio de la civilización egipcia. Se pueden valorar luego de
siglos un periodo de inestabilidad atravesado por guerras civiles que darían por culminado
hacia el 2040 a.C. retornando a modelos semejantes como el Imperio Antiguo. Aun en el
presente el Imperio Antiguo es desconocido y en el no se puede profundizar al respecto
por las limitaciones en el plano arqueológico y documental para lograr una reconstrucción
histórica. Con la dinastía V el acceso a fuentes es más amplio y la organización tiende a
la complejidad y a la sofisticación.

El Imperio Antiguo se inicia con la dinastía III y culmina entre la IV - V, son sus vestigios
los que la colocan como una gran época que esta interiorizada en la mentalidad de los
egipcios y referente para la historia faraónica, de modo que, se consagran como sitios
sagrados - como lo es en la Dinastía XVIII - donde se desarrolla un culto a los
antepasados.
La grandeza de esta etapa del imperio será un fiel referente para las etapas de la
civilización egipcia, en atención, cuando estas se vean afligidas por una “crisis”
plasmándose en las artes plásticas y literarias.

La monarquía es un factor dominante en Egipto en todos los periodos, esta se manifiesta


mediante la construcción de pirámides de forma hegemonica en contraste con el resto del
Próximo Oriente, básicamente los atributos asignados al rey lo asemejan a la figura divina
celestial considerándolo “dios bueno”: hijo de Ra / dios - sol (aspecto incluido desde la
dinastía IV). Los lazos de la monarquía se remitían a Osiris - Horus - Set, dado que el
pensamiento egipcio justificaba las acciones del presente mediante la mitología que se
entrelazaban para sostener el cuerpo mítico y autoritario. Los dogmas fortalecieron las
razones del proceso histórico de un monarca como controlador de la política; la carga
teológica sobre el monarca relega su función como funcionario político durante el Imperio
Antiguo y Medio.
Los caracteres del faraón y la monarquía se pueden denotar en dos textos donde el
faraón aconseja a su hijo y donde se aconseja a un asesor y de dichos textos podemos
sostener la figura del faraón como expresa Sesostris I: “Él (el dios Haractes) me creó para
que hiciera lo que él había hecho, para que llevará a cabo lo que él ordenara que se
hiciera. Me nombró pastor de esta tierra, porque sabia que la mantendría en orden para
él”. (Trigger, B.G.1985 pág. 102).

La mentalidad egipcia veía en la figura del faraón el responsable de llegar al ideal del
estado en la sociedad, en el mundo de los hombres - referencia a la Diosa Maat -. Por su
parte, la sociedad caótica será una referente para la literatura. Durante el Imperio Medio la
monarquía presenta un grado notable de complejidad en contraste con el Imperio Antiguo.

En la temática de la familia real visualizamos un mayor conocimiento de la dinastía IV, con


atención a la linea masculina, durante la dinastía IV la linea masculina era encargada de
la construcción del faraón. La figura del príncipe aparece inadvertida en el Imperio Medio
mientras que en el Imperio Antiguo las referencias son escasas. Así, el príncipe favorece
en la estabilidad del gobierno. Simultáneamente se desarrollan cultos religiosos -
funerarios. La unión con el faraón respondería a vinculaciones políticas, no obstante, en
tal sentido no se hallan rastros en los imperios Antiguo y Media mediante un acuerdo
diplomático, aunque, resulta complejo el conocimiento de las reinas femeninas.

En referencia al faraón este fue considerado un mediador, dinastías III - IV, fragmentado
en los dos mundos, el faraón ocupa el trono y desempeña su función y en su origen se
relaciona con los dioses en la etapa mítica de Egipto, desde tal perspectiva esta figura es
un representante del Dios de aquí se fundamenta su naturaleza divina. Con su muerte la
consideración de este muta y se consagra como el padre o rey de reyes.

Durante el imperio Antiguo la capital fue Menfis, los restos arqueológicos y hallazgos
ponen en duda el carácter capital acuñado, los datos que tenemos son insuficientes para
poder desarrollar la evolución histórica de la estructura política de gobierno. En virtud de
las inscripciones halladas la sociedad egipcia estaba dividida en tres grupos: hombres
cultos – poder derivado del faraón -, funcionarios subordinados - soldados, canteros,
guardianes - y el campesinado alfabeto, grupos que se cristalizan en la producción escrita
como “La Sátira de los Oficios”. Sin embargo, se desconoce el alcance de la labor
administrativa por sobre los grupos.
A nivel administrativo podemos hacer mención de algunas figuras significativas tales como
el Superior de las Grandes Mansiones vinculado a los tribunales y administración de la
justicia, Supervisor de documentos reales (o decretos), encargado de la labor diplomática
del gobierno, así como la organización y custodia de los archivos; Jefe de obras (del rey),
esta frente a la actividad constructiva, principalmente al mausoleo del soberano y también
dicha función la desarrolla en empresas agrícolas, Superior de los Graneros asociado al
servicio del mismo hombre, ha de ocuparse de la explotación y rentabilidad de las tierras
del palacio. Superior de Tesoro y Visir, este último es la clave de la administración del
Imperio Antiguo aunque, se vincula a la supervisión de la gestión administrativa, gestor de
justicia - asociación a la Diosa Maat -; Canciller de Dios, puesto temporal nombrado para
una misión u objetivo especifico: expedición militar o búsqueda de materias primas, por
ejemplo.

La función vital del gobierno radicaba en la recaudación de recursos para el desarrollo de


proyectos, los recursos de Egipto se pueden dividir en propiedad de la corona, propiedad
del sector privado o particular y propiedades sujetas a impuestos. Con los impuestos se
estimaba la riqueza del país, a pesar de que, son los impuestos afectan a cualquier bien
llegando a obligar a una persona para trabajar para el gobierno y desempeñar labores
militares. Durante el Imperio Antiguo, Egipto goza de un cierto auge por la protección de
sus fronteras naturales que se plasman también en las relaciones internacionales, la
organización política – administrativa también es un medio para asumir el control de
dichas relaciones. Esta actividad no formará parte de la iconografía, sin embargo, es
evidente que Egipto tenía relaciones internacionales para proveer todas sus carencias
productivas. La documentación más conocida es la política de Snofru registrando para el
año 13 de su reinado un botín de 7000 prisioneros y 200.000 cabezas de ganado; 1100
cautivos y 13.100 animales - en otra ocasión -. A pesar de lo expuesto la apertura
comercial se registraría desde la dinastía V, el soberano se abrió paso por la
comunicación de Punt que alcanzaba el Mar Rojo, lugar del que Egipto es provisto de sus
carencias.

La actividad privada esta detallada para los imperios Antiguo y Medio ubicando al
propietario como monopolista de tierra, asociándolo en ocasiones al mercado incrustado
en un centro agrícola, los descubrimientos denotan la existencia de un sistema de
mercado amplio. La distribución de alimentos en base a fuente documental,
principalmente se desarrollaba con pan, cerveza, carne, hortalizas, pasteles de dátiles.
Las fundaciones piadosas eran parte significativa dentro del marco social antiguo tenían
por propósito asegurar la práctica y transgresión del culto de dioses, de los reyes y de los
individuos privados. Tomaban una donación inicial que aseguraban el ingreso de otras
fuentes. El fondo se lo dejaba intacto a no ser por excepciones legales. El impuesto -
donación se aplicaba a un conjunto de personas especificas que mantenían el culto, la
intensión fundamental recaía en la organización con el fin de sostener inmutablemente la
disposición y que esta atraviese toda la historia, no obstante, dicha disposición se valora
en la ley musulmana “waqf”.

Durante los imperios Antiguo y Medio las fundaciones piadosas correspondían a los
templos funerarios de las pirámides para el culto de la estatua real, si bien las pirámides
se las consideran “funerarias”, se las consideraba en primer término templos para las
estatuas reales con una tumba real reflejo del grado de autoridad en linea directa al culto
con los antepasados y un factor imprescindible para el mantenimiento del gobierno.
En el trazado de toda la historia egipcia la monarquía ha de ser la base de su
organización estatal y también se vincula al sistema religioso lo que incide directamente y
conforma una cosmovisión particular. Durante todo el Imperio Antiguo la presencia
faraónica se torna vitalicia a sobremanera atestiguada por las construcciones tales como
los mausoleos (autoridad y respeto), es el periodo en el que se presencia los elementos
que conformarán el status de la realeza.

En la mentalidad egipcia hay una conexión estrecha entre la relaciones - soberano y las
riquezas; la forma comúnmente de compensar económicamente es por medio de una
entrega directa de bienes adscribiéndole una renta. Será desde la dinastía V donde se
difunde una practica que seguramente precede de dinastías anteriores que deriva en la
renta de templos o patrimonio religioso (dependiente del soberano) para pagar a los
funcionarios, manteniéndose hasta el Imperio Medio. Fueron estas incesantes practicas
las determinantes para la aparición del declive faraónico y su materialización en el Primer
Periodo Intermedio, en un escenario y clima donde “La monarquía egipcia va a ser victima
de una sangría económica que la privará de buena parte de sus riquezas (…) Además, la
creciente autonomía de las familias gobernantes locales va a agudizar este conflicto. La
proliferación y acumulación de títulos a finales de la dinastía V puede significar que se
van vaciando de contenido, perdiendo su función específica y sirviendo simplemente para
acumular la mayor cantidad de rentas posibles”. (Serrano - San Martín pág. 270).
En una consideración general visualizamos una evolución sobre la idea misma de
monarquía en especial atención al faraón, de modo que, durante las dinastías
mencionadas con anterioridad, el faraón concentra una significación político - social,
mientras que durante las dinastías posteriores, final y durante las dinastías IV - V
respectivamente, el faraón disminuye el carisma y transversalmente se puede considerar
su autoridad idea que toma y se cristaliza en las edificaciones funerarias y en las
documentaciones escritas.

El fortalecimiento de la nobleza materializado en las edificaciones se hace más rico


provocando la representación visual de algún gran acontecimiento de especial relevancia
en relación con el monarca, se va progresando hacia autenticas plasmaciones de la vida y
trayectorias de un personaje, reflejo de un incipiente individualismo, hallando varios
ejemplares en la plástica.

Análisis de “La tumba del príncipe Chnemhotep”


1. Linaje: Su nombre fue Chnemhotep, administrador del desierto
oriental, príncipe de Menat Chufu, amigo íntimo del rey,
superintendente de los sacerdotes, sacerdote de Horus; sacerdote de
Anubis, jefe de todos los secretos divinos y señor de todas las túnicas.

Análisis:
En el lado izquierdo le vemos cazando aves con una especie de boomerang; acompañado
por su mujer Cheti, su concubina Jat y uno de sus hijos, en la parte inferior del friso vemos
unos pescadores a las órdenes del superintendente Mentuhotep cobrando una gran
redada. Sobre la puerta se ve nuevamente a Chnemhotep, esta vez atrapando aves
acuáticas con una red - método o ejecución : el cazador se coloca detrás de una pantalla
vegetal, sosteniendo una cuerda ligada a la malla abierta (está representada como vista
desde arriba); cuando las aves han acudido al cebo aquel tira de la cuerda y quedan
aprisionadas en la red.- Detrás de Chnemhotep se halla su primogénito Nacht y su
superintendente de los tesoros, quien era, al propio tiempo, responsable del ordenamiento
de su sepultura. En el lado derecho Chnemhotep, al que se dió el nombre de “grande en
peces, rico en aves, adorador de la diosa de la caza”, es visto arponeando peces, aquí
presenciamos los convencionalismos del artista egipcio que prescinde del agua por entre
las cañas para mostrarnos el lugar donde se hallan los peces.
En la parte inferior hay el divertido episodio de uno de los hombres que ha caído al agua
y es pescado por sus compañeros. La puerta refiere a los días en que tenían que llevarse
presentes al muerto.

La acción de las partes de los gobiernos varió a lo largo del tiempo, materializándose tales
variables en el pasaje del Imperio Antiguo al Medio. A través de los aspectos precedentes
se evidencia la capacidad política por parte de Egipto de gestionar los recursos, los
excedentes y el potencial humano del país, incluso la coyuntura económica que hacen
efectiva la afirmación de la etapa de esplendor de la civilización.

DINASTÍA III -

Se puede decir que el transito de la dinastía II - dinastía III fue pacifico afectando
unicamente a la familia real - como sucederá en los cambios de dinastía - dando lugar al
camino dinástico. El fundador del Imperio Antiguo es Djeser considerado por los propios
egipcios. La obra histórica de Djeser esta vinculado netamente a su conjunto funerario: la
pirámide escalonada de Sakkarah y construcciones que lo rodean.

Extraído de San Martín - Serrano, pág. 258: Reconstrucción del complejo de la pirámide
escalonada de Djeser en Sakkarah.

Es una obra relacionada a la figura de Imhotep, ministro y consejero de Djeser, que logro
alcanzar una fama y prestigio que lo colocaron en la divinización “(…) será una especie
de héroe civilizador que enseño a los egipcios la técnica de construir en piedra”. (San
Martín - Serrano pág. 259). En época tardía se lo relaciona a Ptah brindando protección a
los estudiosos y artesanos; por influencia grecorromana se lo relaciona con un dios griego
medico sanador.
El símbolo arquitectónico del Imperio antiguo es el mencionado recinto funerario siendo
un amplio espacio rectangular definido por un muro que presenta al exterior la típica
estructura de nichos propia de los monumentos de la Época Tinta, pero cuya organización
interna es innovadora en su grado de complejidad y simbolismo del espacio. La pieza
central es la pirámide escalonada de 60 metros donde se superponen mastabas. La forma
piramidal se relaciona vitalmente a la creencia de una asimilación y destino solar - estelar
del rey difunto. Se trata simbólicamente de la escalera o rampa de acenso al cielo, a la
inmortalidad celestial; desde este monumental conjunto se aprecia que el soberano, rey -
dios, ocupa la cúspide de un sistema de gobierno posiblemente absoluto y con una
solidez ideológica, los pilares que conforman los rasgos significativos del Imperio Antiguo.

DINASTÍA IV - (2625 - 2500)

La dinastía IV tiene asociada para sí las pirámides de Guizah, no se tiene un amplio


conocimiento de su historia política a raíz del mal conocimiento de este aspecto; la
evidencia artística reconoce la concentración de poder en los soberanos: la familia real
conforma los cargos altos de la administración y de gobierno. Snofru es el fundador de la
dinastía, los relatos de esté reflejan gran carisma y proximidad con las personas, desde
el aspecto constructivo es el mayor constructor de la historia de Egipto, adjudicándole el
modelo escalonado.

La carga teológica se hace manifiesta nuevamente del mismo modo que las dinastías
precedentes, de manera similar, presenta novedades por ejemplo es el cambio de sentido
en orientación de los templos de oeste - este. No es raro que aparezca en la iconografía
de los monumentos funerarios la temática de la embarcación.

Su sucesor fue Keops y la imagen de este nos remite a un soberano cruel, duro y
obsesionado por la construcción de su mausoleo y dispuesto a todo para alcanzar su
objetivo. En el presente se sostiene una cierta organización en torno a esta tumba real
donde las disposiciones sostienen el enterramiento de reinas, los hijos del rey,
funcionarios destacados y el edificador del mausoleo funerario.
DINASTÍA V - (2500 - 2350)

Userkaf fue el primer faraón de la Dinastía se cree estuvo casada con Jentjaus (hija de
Micerino); en dicha dinastía se cristalizan cambios trascendentes hacia una directriz
evolutiva en materia político-religiosa: se abandona la meseta de Guizah, se traslada la
necrópolis real hacia el norte - actual Abusir -, se produce el auge religiosa al culto solar
de Ra.
Los faraones acumulan ofrendas, donaciones y muestras de respeto y devoción a los
santuarios solares, así se pone de moda la creación por parte de los faraones de los
santuarios solares tomando como norma ciertos criterios “(…) la estructura básica es un
gran espacio rectangular delimitado por un muro, a cielo abierto, en cuyo interior, sobre
una estructura en forma de pirámide truncada, se levantaba el obelisco, emblema por
excelencia del sol, elemento vertical rematando por una punta piramidal de cuatro caras
pintadas de blanco o revestidas de metal para que los rayos solares brillen y destaquen
aun más, y delante del que se situaba el altar o ara en el que efectuaba la liturgia;
adosadas a las paredes se situaban las estancias sacerdotales y los almacenes, en tanto
que en el exterior, libre para poder continuar su curso eterno, se levantaba un modelo de
barca solar de gran tamaño”. (San Martín - Serrano pág. 263).

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