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Morfología y sintaxis del español

Semestre B-2010
Profesor: Félix E. Suárez

El modo

Nota: Este material tiene fines exclusivamente didácticos y no pretendemos usarlo fuera
de las aulas con otros propósitos.
El modo1

El modo, como el tiempo, se realiza con frecuencia por flexión del verbo o por su
modificación a base de “auxiliares”. Se le define mejor en relación con una clase “no
marcada” de oraciones que expresan simples situaciones de hecho, sin cualificar respecto a la
actitud del hablante hacia lo que está diciendo. Las oraciones simples declarativas de este tipo
son, estrictamente hablando, no modales (o “no marcadas” en cuanto al modo). No obstante,
si una determinada lengua dispone de un conjunto de uno o más recursos gramaticales para
“marcar” oraciones de acuerdo con la postura del hablante respecto a la situación factual de lo
que está diciendo (su certitud enfática, su incertidumbre o duda, etc.), se acostumbra a
considerar a las oraciones “no marcadas” (por cortesía, como si dijéramos) como dotadas
asimismo de “un determinado modo”, en cuyo caso, el término tradicional corresponde a
indicativo (o declarativo).
Hay dos clases de oraciones que tienden a permanecer aparte de todas las demás en virtud
de su modalidad. La primera comprende las oraciones imperativas, que no expresan en
absoluto situación, sino órdenes o instrucciones (¡Venga aquí!, ¡Ponte el abrigo!, etc.). Desde
el momento en que, por lo general, las órdenes y las instrucciones se expiden directamente al
oyente, lo que podríamos llamar la clase “central” de las oraciones imperativas está asociada a
la “segunda persona”. También es un hecho más bien sorprendente el que en muchas lenguas
que flexionan el verbo según la persona, el número, el tiempo, el modo, etc. (incluidas las
lenguas indoeuropeas) la forma del verbo que aparece en las oraciones imperativas con la
“segunda persona del singular” se mantiene sin flexionar para todas estas categorías (es decir,
es idéntica a la raíz). Muchos lingüistas han tomado este hecho como una prueba evidente de
que dar órdenes, en vez de formular explicaciones, es la función más “básica” del lenguaje. Y
ya que no está claro lo que implica “básico” en este contexto, dejaremos de entrar en la
cuestión. En cualquier caso, la distinción entre dar órdenes y formular explicaciones no puede
establecerse con precisión. Quiero que vengas aquí se clasificaría normalmente como una
oración declarativa, y sin embargo, la correspondiente expresión, en el contexto real, podría
comprenderse como que expresa una orden no menos perentoria o autoritaria que ¡Ven aquí!
También las oraciones interrogativas se hallan en contraste con las oraciones declarativas en
virtud de su modalidad. Tradicionalmente, no se han considerado modales, a causa de que en
muchas lenguas (entre ellas el latín, el griego, el inglés, el español, etc.) la distinción

1
Extraído de Lyons, John. 1979. Introducción a la lingüística teórica. Versión española de Ramón Cerdá.
Barcelona: Teide, págs. 319-321.
sintáctica entre las oraciones declarativas y las interrogativas no se funda en una diferencia de
flexión verbal o de selección de un determinado auxiliar, sino en el empleo de diversas
partículas o pronombres interrogativos, en una diferencia en el orden de palabras o en la
entonación junto con el “modo indicativo”. Los lingüistas no hablan habitualmente de un
“modo interrogativo”, si no es en relación con aquellas lenguas donde las preguntas se
distinguen de las oraciones modalmente “no marcadas” por el mismo tipo de recursos
sintácticos que caracterizan a otras oraciones modalmente “marcadas”. Ahora bien, desde un
punto de vista más general, las oraciones interrogativas son muy claramente modales, y
pueden caracterizarse por medio de modalidades adicionales que indican las expectativas del
hablante. Por ejemplo, comúnmente se reconocen tres tipos de pregunta “si”-“no” en la
descripción del latín:

I) preguntas “abiertas” (que no indican si el hablante espera “si” o “no”) con el sufijo
-ne;
II) aquéllas que esperan la respuesta “si”, introducidas por la partícula nonne; y
III) aquéllas que esperan la respuesta “no”, introducidas por num.

En español hay un contraste algo similar entre una pregunta “abierta” como ¿está aquí?, por
una parte, y está aquí, ¿no es así? o ¿verdad que no está aquí? (Por una pregunta de “sí-“no”,
no se entiende que a ella hay que responder con “sí” o “no”, sino que pueda responderse así.
¿Vendrá Juan? Pongamos por caso, es una pregunta de “sí”-“no”, pero no ¿Quién vino?).
Si volvemos ahora a otras modalidades aparte de las órdenes y la interrogación,
encontramos una extensa variedad de procedimientos por los que la “actitud” del hablante se
marca gramaticalmente en distintas lenguas. Por lo menos son tres las “escalas” pertinentes de
modalidad. La primera es la escala de “deseo” o “intención”. La vamos a ilustrar con el
epitafio Requiescat in pace, “[que] Descanse en paz”: en latín el “subjuntivo” requiescat está
en contraste modal con el “indicativo” requiescit, “[él] descansa”. (El “optativo” griego,
distinto del “subjuntivo”, debe su nombre al hecho de que una de sus principales funciones, se
suponía, era la de expresar deseos). La segunda escala es la de “necesidad” y “obligación”:
Debo ir a Londres la próxima semana, etcétera. Y la tercera es la de “certidumbre” y
“posibilidad”: Debían de ser las once. Puede que haya llegado, etcétera. He utilizado el
término de “escala” para estas diferentes modalidades, porque pueden categorizarse en un
número más grande o más pequeño de subdistinciones (p. ej., “certidumbre”, “probabilidad”,
“posibilidad”, o bien “obligación” y “necesidad”, “fuerte” y “débil”, o de otros tipos; y así
sucesivamente). Por lo demás, determinadas lenguas pueden fundir dos o las tres escalas de
modalidad mencionadas, o no darles ningún reconocimiento gramatical específico. Conviene
notar también que hay una afinidad entre las oraciones imperativas y las modalidades de
“deseo” y “necesidad”, por una parte, y entre las oraciones interrogativas y la modalidad de
“posibilidad”, por la otra. En realidad, una oración evidentemente interrogativa como
¿Quieres venir aquí? (omitiremos ahora la posibilidad de diferencias de entonación) puede
equivaler semánticamente a la imperativa Ven aquí, ¿quieres? (o simplemente ¡Ven aquí!), de
modo que con mucha dificultad llegaríamos a decidir a qué modalidad pertenece.
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25.1 El concepto de modo2

25.1.1 Modo y modalidad

25.1.1a El modo constituye una de las manifestaciones de la modalidad […]. De acuerdo con
la tradición, el modo revela la actitud del hablante ante la información suministrada, es decir,
su punto de vista sobre el contenido de lo que se presente o se describe. Se suele reconocer
hoy, sin embargo, que aun siendo útil, el concepto de ‘actitud’ es impreciso. También son
útiles --se piensa--, pero tal vez demasiado abarcadoras si se han de aplicar a todos los
contextos sintácticos, las oposiciones semánticas que se han establecido para explicar la
diferencia entre el indicativo y el subjuntivo: certeza /incertidumbre, realidad /virtualidad o
irrealidad, actualidad /no actualidad, compromiso del hablante con la veracidad de lo que
afirma /ausencia de la aserción. Así, en ciertos contextos sintácticos que dejan en suspenso la
veracidad de la información proposicional se prefiere el indicativo, a diferencia de lo que sería
de esperar, como sucede en Depende de si hace o no buen tiempo; Cabría pensar que el
gobierno oculta algo; Quiero suponer que has obtenido una buena calificación. Por otro lado,
se expresan hechos considerados reales (en el sentido de no hipotéticos) en oraciones con
verbo en subjuntivo, como en No me gusta que se porte así; Siento mucho que te hayas roto el
brazo; Le dieron el premio aunque no se lo mereciera, entre otras muchas similares.

25.1.1b La categoría del modo se caracteriza por presentar una amplia gama de valores
gramaticales. En efecto, se usa para establecer ciertos actos verbales, como muestra el
contraste entre No se molesta, que describe un estado de cosas, y No se moleste, que
constituye una petición. También se emplea para determinar el grado de compromiso del
hablante con lo que afirma (Sé que escribe frente a Dudo que escriba), y para marcar
obligadamente el régimen que corresponde a las oraciones que complementan a determinados
predicados, como en Sé que {escribe ~ *escriba} o Me pide que le {*escribo ~ escriba}. Con
el modo se indica también la (IN)ESPECIFICIDAD del grupo nominal indefinido: un diccionario
que me {resulta ~ resulte} útil, así como el ÁMBITO de la negación y, por tanto, también su

2
Tomado de RAE (2010). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa, págs. 473-5.
FOCO: No aceptó el trabajo porque le {hicieron ~ hicieran} otra oferta económica. Estos
factores presentan características gramaticales muy diferentes que con dificultad podría
abarcar un solo concepto, sea el de ‘actitud’ u otro distinto.

25.1.1c Es polémica la cuestión de si el modo es una categoría informativa. Lo es, en efecto,


cuando existe alternancia modal, como indica la diferencia de significado entre las dos
opciones que se presentan en lo que tú {digas ~ dices} o en aunque no {estoy ~ esté} de
acuerdo. Es menos clara la respuesta en los casos en que el modo está regido sin posibilidad
de alternancia: Le pedí que me {escribiera ~ *escribía}. Aun así, el régimen constituye una
forma de compatibilidad o de congruencia semántica. En Deseo que me escriba, el estado de
cosas inexistente que la oración de subjuntivo designa está en consonancia con la naturaleza
irreal, no factual y generalmente prospectiva que caracteriza lo que se desea.

25.1.2 Los modos del verbo español

En su sentido estricto, los modos representan paradigmas flexivos, aun cuando sean a veces
defectivos o incompletos, o puedan coincidir con elementos de otros paradigmas. Este criterio
permite delimitar en español tres modos: IMPERATIVO, INDICATIVO Y SUBJUNTIVO.

25.1.2a El imperativo ha sido considerado una variante del SUBJUNTIVO INDEPENDIENTE o NO

REGIDO, pero varios argumentos indican que constituye un paradigma modal diferenciado.
Así, si bien algunas formas del imperativo tienen correspondencia en el subjuntivo, como
Venga usted aquí inmediatamente, otras son exclusivas de ese modo (sal, ven, ten, vamos,
salid o salí). Las oraciones que presentan ambos modos se distinguen también en la posición
del sujeto y de los pronombres átonos, así como en el comportamiento de la negación. El
imperativo, por otra parte, no aparece en contextos de subordinación, debido a que otorga
FUERZA ILOCUTIVA de orden, petición o ruego al enunciado.

25.1.2b Los llamados USOS MODALIZADOS DE LOS TIEMPOS no se consideran aquí modos
distintos, aunque tales usos de los tiempos verbales conllevan rasgos de naturaleza modal. Por
ejemplo, el llamado futuro de conjetura se interpreta como presente de incertidumbre: Serán
las tres de la tarde equivale, de manera aproximada, a ‘Son probablemente las tres de la
tarde’. El condicional presenta un uso semejante en Serían las tres de la tarde (‘Eran
probablemente las tres de la tarde’), y también puede expresar cortesía (¿Tendría usted
cambio de mil pesos?), además de otros contenidos modales. Se considera, sin embargo, que
estos tiempos siguen perteneciendo al indicativo y no constituyen modos distintos.

25.1.2c La flexión de modo está asociada estrechamente a la de tiempo, número y persona.


Los tiempos del subjuntivo carecen de algunas de las distinciones morfológicas propias de los
del indicativo. Así, el pretérito del subjuntivo CANTARA o CANTASE cubre los contenidos que
en el indicativo se expresan por la oposición “CANTÉ - CANTABA”, y la forma CANTE del
presente del subjuntivo neutraliza la de “CANTO - CANTARÉ”. También las personas del
subjuntivo están más restringidas que las del indicativo. La referencia de la tercera persona
del singular de regresará (indicativo) en Dice que regresará pronto puede coincidir o no con
la del sujeto de dice (puede, pues, hablarse de dos individuos distintos o de la misma
persona). Por el contrario, la referencia de la tercera persona de regrese (subjuntivo) en Desea
que regrese pronto corresponde necesariamente a un individuo distinto del designado por el
sujeto de desea.
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TIEMPOS DEL SUBJUNTIVO3

132. El carácter de irrealidad que corresponde a las acciones expresadas en subjuntivo, hace
que las relaciones temporales de los distintos “tiempos”, o formas, sean mucho menos claras
que en el indicativo. Por otra parte, a nueve tiempos del indicativo corresponden
prácticamente cuatro en el subjuntivo, puesto que han caído en desuso los dos futuros. Así
resulta que a cada uno de los tiempos del indicativo corresponden por lo menos dos del
subjuntivo. Por ejemplo: no creo que llegue es la expresión dubitativa de las oraciones creo
que llega (presente) y creo que llegará (futuro). Esta reducción de formas subjuntivas ha dado
lugar a que la concordancia temporum, que a veces era ya en latín más teórica que efectiva, se
observe en español con muy poco rigor. La regla de la concordancia temporum dice que si el
verbo principal está en pasado, el subordinado debe estar siempre en pasado: le mandaron que
estudiase. Pero se dice igualmente le mandaron que estudie, refiriendo el acto de estudiar al
presente o al futuro.
Todos los tiempos del subjuntivo son relativos, y si esa relatividad podía multiplicar las
significaciones temporales del indicativo, en el subjuntivo la complicación habrá de ser
mucho mayor, y hará inseguras las relaciones de anterioridad, posterioridad y coexistencia.
Por todos estos motivos la denominación de “tiempo” es, con frecuencia, inadecuada para
explicar los usos y significado de las distintas formas del modo subjuntivo. En cambio el
carácter imperfecto de las formas simples y el perfecto de las compuestas, se mantiene con
todo vigor. En el siguiente cuadro resumimos los significados más generales:

Forma Aspecto Significado Equivalencia con el


temporal indicativo
Cante Imperfecto Presente Canto
Futuro Cantaré
Cantara o cantase Imperfecto Pretérito Cantaba
Canté
Futuro Cantaría
Haya cantado Perfecto Pretérito He cantado

3
Extraído de Gili Gaya, Samuel (1970). Curso Superior de Sintaxis Española. Barcelona: Bibliograf, págs. 175-
84.
Futuro Habré cantado
Hubiera o hubiese Perfecto Pretérito Había cantado
cantado Futuro Habría cantado

Hube cantado no tiene equivalencia en subjuntivo. De las formas cantare y hubiere cantado,
apenas usadas en la actualidad, trataremos más adelante.

133. Presente. Dado el carácter irreal del subjuntivo y el necesariamente eventual de las
representaciones temporales del futuro, es natural que el presente y el futuro se confundan en
una sola forma. Cuando decimos no creo que hablen, lo mismo podemos referirnos a que no
creemos que la acción de hablar se esté produciendo ahora, como a que no se producirá en
tiempo venidero. Me han rogado que hable puede decirlo un orador en el momento de
pronunciar su discurso, o antes de levantarse a pronunciarlo, como anunciando un hecho
futuro. Por tratarse de un tiempo relativo, la acción se mide desde el momento que anuncia el
verbo principal (me han rogado, me ruegan, me rogarán que hable) y se dirige hacia el
futuro; pero como se trata también de un tiempo imperfecto, no importa el momento presente
o futuro en que se produzca la acción de hablar. Si ésta se produce en pasado, habría que decir
me han rogado que hablase o hablara. El límite temporal de hable, frente a hablara o
hablase, consiste en que el primero no puede ser pretérito.
Esta identificación del subjuntivo con el futuro ha sido también la causa de que en las
oraciones temporales el presente de subjuntivo sustituye al futuro absoluto de indicativo […]:
cuando llegue el tren serán ya las once (en vez de cuando llegará). También el futuro de
probabilidad establece contacto entre ambos tiempos: estará enfermo equivale a supongo que
está enfermo o es probable que esté enfermo.

134. La significación moderna más general de las formas cantara y cantase podría definirse
del modo siguiente: El imperfecto de subjuntivo expresa una acción pasada, presente o futura,
cuyos límites temporales no nos interesan. Corresponde principalmente al pretérito perfecto
absoluto, al pretérito imperfecto y al futuro hipotético de indicativo: En Deseaba que me
escribiese, la acción de escribir parte del pasado deseaba y marcha hacia el futuro en que se
realice el acto de escribir.
Su diferencia esencial con el presente de subjuntivo consiste en que éste expresa acción
necesariamente presente o futura, pero no pretérita. En cambio la acción del imperfecto de
subjuntivo puede realizarse en cualquier tiempo. Ejemplos:
Me alegré de que no hablara o hablase (pretérito).
Convendría que vinierais o vinieseis (futuro).
¡Ojalá llegaran o llegasen! (presente y futuro).
Le han rogado que hablara o hablase (pretérito, presente y futuro).

El significado temporal depende enteramente de su relación en la oración y de la intención del


que habla. Cuando el tiempo expresado por el imperfecto coincide con el que en su lugar
expresaría el presente, no hace más que aumentar el carácter problemático propio del
subjuntivo. Entre ¡Ojalá lleguen! (presente y futuro) y ¡Ojalá llegasen! (presente y futuro) no
hay más diferencia que la mayor incertidumbre de la segunda frase.

135. La forma en -ra y la forma en -se no siempre pueden sustituirse entre sí. La primera
procede del pluscuamperfecto de indicativo latino (amaveram); la segunda, del
pluscuamperfecto de subjuntivo (amavissem). Una y otra absorbieron además significados
propios de otros tiempos del indicativo y del subjuntivo respectivamente. Al fundirse amara y
amase en el imperfecto de subjuntivo, los significados de ambas formas han quedado
identificados; pero amara ha conservado además algunos empleos procedentes del indicativo
originario, en los cuales no se identifica con amase. Veamos ahora los pormenores de esta
evolución que sean indispensables para comprender con claridad el uso moderno de las
formas -ra y -se.
Amara como pluscuamperfecto de indicativo equivalente al moderno había amado,
predomina en los textos literarios primitivos: “Fizo enbiar por la tienda que dexara allá”
(CID, 624). A medida que va adquiriendo significación subjuntiva, es sustituido en indicativo
por el pluscuamperfecto perifrástico había + participio, el cual, como tiempo compuesto
hacía más visible el carácter perfectivo de la acción. Parece que el número de casos de
subjuntivo se equilibra con los del indicativo en el siglo XIV. En el siglo XV, aunque con
muchas vacilaciones, predomina en general el empleo subjuntivo. Como pluscuamperfecto va
haciéndose menos frecuente, hasta que llegua a ser prácticamente esporádico en el siglo XVII.
Los escritores de fines del siglo XVIII y los románticos, por imitación de los textos antiguos y
especialmente del Romancero, restauran el uso primitivo en muchos casos, sin que por ello se
debilite el uso subjuntivo fuertemente consolidado. Esta restauración literaria, ajena a la
lengua hablada, persiste más o menos hasta nuestros días, especialmente en escritores
gallegos, cuya lengua regional conserva vivo, como el portugués, el sentido latino de
amaveram.
Ya en latín se encuentran ejemplos de amaveram usado como un simple pretérito, no
pluscuamperfecto, de indicativo. El romance hereda esta significación, la cual va creciendo a
expensas de la de pluscuamperfecto, y contribuye a debilitar este valor y a hacer más
necesaria la perífrasis había amado como antepretérito mediato. Al restaurarse en el siglo
XIX el antiguo pluscuamperfecto en -ra, toma a menudo el carácter descolorido de simple
acción pasada; p. ej.: el acuerdo que ayer se tomara en la reunión ha sido ratificado (en vez
de tomó). Se trata hoy de un mero artificio literario que algunos escritores emplean, ya por
afectar arcaísmo, ya con el afán de distinguirse del lenguaje corriente. En el siglo XIX y
comienzos del actual se extendió mucho esta práctica, tanto en España como en América; hoy
parece que tiende a disminuir.
Otro valor indicativo de la forma en -ra es su empleo en la apódosis de las oraciones
condicionales, como equivalente del futuro hipotético cantaría: Si tuviese buenos valedores
conseguiría (o consiguiera) el cargo que solicito. De la apódosis pasó a la prótasis,
haciéndose equivalente de -se: Si tuviera (o tuviese) buenos valedores, etc. El uso literario y
las gramáticas definen el empleo moderno de estas formas según la regla siguiente: -ra
equivale a -se en la prótasis de las oraciones condicionales. -Ra equivale a -ría en la apódosis.
De hecho, sin embargo, -ra se usa cada vez menos en la apódosis, especialmente en el
lenguaje corriente, a pesar de haberse iniciado en ella su uso en las oraciones condicionales.
En estilo literario su frecuencia es mucho menor que en la época clásica. Frases como Si fuera
o fuese conveniente lo dijera se sienten hoy como afectadas; lo más frecuente es diría. En
cambio en los clásicos se usaba con preferencia a -se: Aunque no hubiera cielo yo te amara / y
aunque no hubiera infierno te temiera.
En el capítulo anterior [ver páginas 16-30 del material sobre los tiempos verbales] quedó
explicado el valor indicativo de -ra equivalente a -ría, con significado potencial o de
modestia.
Fuera de los casos que acabamos de mencionar, la identificación entre -ra y -se es completa;
lo cual equivale a decir que ambas formas pueden sustituirse entre sí siempre que sean
subjuntivas.

136. Ahora bien: la forma en -se procede, como hemos dicho, del pluscuamperfecto de
subjuntivo latino amavissem. Al pasar a ser imperfecto, sustituyó al imperfecto latino
amarem; pero arrastró consigo reminiscencias de su primitivo significado pluscuamperfecto.
Esto explicaría frases como Si estuviese en mi mano ya lo hubiera hecho, donde lógicamente
esperaríamos Si hubiese estado en mi mano, etc., puesto que la prótasis es un pasado anterior
al pasado de la apódosis, es decir, un pluscuamperfecto. Sin perjuicio de que esta explicación
histórica sea exacta, hay que pensar más bien en que el aspecto imperfectivo de las formas
simples se neutraliza en el contexto, como ya hemos indicado en el imperfecto de indicativo y
en otros tiempos. BELLO (696) dice que en las condicionales es muy común en nuestros
buenos autores emplear por las formas compuestas las simples, cuando se habla de cosa
pasada en sentido de negación implícita, y cita este ejemplo del P. ISLA: “Esta noticia me
desazonó tanto, como si estuviera enamorado de veras”, donde en rigor debiera decirse
hubiera o hubiese estado enamorado. Otro ejemplo: “Sancho dijo que sí hiciera, si le dejara
el temor” (Quijote, I, 20).
Por otra parte, el desuso creciente de los futuros de subjuntivo (amare, hubiere amado) ha
hecho que buena parte de su significado haya pasado al imperfecto y al pluscuamperfecto de
subjuntivo respectivamente, los cuales han adquirido así un valor de futuro que
históricamente no tenían: si acaso vieses o vieras (también ves) que mi enfermedad se agrava,
no me lo ocultes; Si para fin de año no hubiera o hubiese pagado, denúnciale. En estas
oraciones nuestros clásicos hubieran preferido Si acaso vieres, Si no hubiere pagado,
respectivamente.

137. Cuando las formas -ra y -se son equivalentes, existen evidentemente preferencias
regionales, y aun personales, en favor de una u otra. CUERVO opina que entre los españoles
predomina el uso de -se, en tanto que en Colombia -se es de raro uso en el habla ordinaria, y
en lo escrito sólo la emplean los que imitan adrede el lenguaje de libros españoles. BELLO
(655) había dicho que en conjunto parece predominar la forma en -se, sin especificar países;
pero LENZ le contradice en lo que se refiere a Chile. Nosotros creemos que en España
predomina actualmente -se en la conversación ordinaria; pero -ra se usa mucho entre personas
cultas y en la lengua escrita, sin que sea posible trazar una línea divisoria fija. Mirando al
conjunto de los países hispánicos, no parece desacertada la opinión de LENZ al decir que
cuando en una región o país predomina una de las dos formas en el uso corriente, la otra
tiende a extenderse en el lenguaje culto y literario.
Por lo que se refiere a la lengua literaria del Siglo de Oro, creemos que CUERVO definió
bien los empleos de -ra y -se del modo siguiente: “En nuestros clásicos, la forma en -se
predomina (lo que no quiere decir que sea exclusiva) como verdaderamente subjuntiva
después de verbos que rigen este modo, en frases finales, optativas, adversativas, concesivas,
etc. (para que, aunque, ojalá lo oyese, etc.), y en la hipótesis de las oraciones condicionales
(si lo supiese, lo diría); la en -ra en la apódosis, y en frases que pudiéramos llamar
potenciales, en las cuales se representan los hechos como meramente posibles, y que son en
cierto modo oraciones condicionales incompletas por faltarles una hipótesis vaga, que varía
según los casos”. Notemos, sin embargo, que en los casos en que nota predominio de -ra es
fácil ver su carácter indicativo, y lo que importaba era señalar la preferencia por una de las
formas cuando ambas son plenamente subjuntivas. Cuando así ocurre, es también evidente el
predominio de -se en la lengua clásica, con lo cual sigue en pie la opinión de CUERVO, aunque
ligeramente corregida en su última parte. El hecho es perfectamente explicable, puesto que -se
ha sido siempre subjuntivo, en tanto que -ra ha ido adquiriendo esta función a lo largo de la
vida del idioma, y es natural que cuanto más retrocedamos en la historia de -ra, menos han de
ser sus valores subjuntivos.

138. Perfecto. Su significación temporal es pretérita o futura, y expresa asimismo acción


perfecta, con lo cual se diferencia de los tiempos que hemos estudiado hasta ahora en este
capítulo. Corresponde en el indicativo al pretérito perfecto actual y al antefuturo:

Creo que ha llegado


No creo que haya llegado
Creo que habrá llegado

Observa BELLO (656) que a menudo empleamos el mero futuro cuando por las relaciones de
tiempo pudiera tener cabida el antefuturo, p. ej.: Estamos aguardando a que se levante (se
haya levantado) el bloqueo para poner nuestros equipajes a bordo. Lo mismo ocurre entre el
imperfecto y el perfecto usados con valor de pretéritos: Es dudoso que Marco Antonio fuera
(o fuese, o haya sido) un hombre tan disoluto y abandonado como Cicerón lo pinta. En ambos
casos, la preferencia por la forma simple o por la compuesta está determinada por el interés
que pongamos en enunciar la perfección del acto, puesto que el sentido temporal es el mismo.
Se trata, pues, de una neutralización de aspectos.

139. Pluscuamperfecto. Indica en el subjuntivo las mismas relaciones de tiempo que en el


indicativo expresan el pluscuamperfecto y el antefuturo hipotético:
Creía que había llegado
No creía que hubiera o hubiese llegado
Creía que habría llegado

Su uso en las oraciones condicionales se rige por la misma norma que el imperfecto, es decir:
hubiera o hubiese + participio en la prótasis, hubiera o habría + participio en la apódosis, p.
ej.: Si hubieras o hubieses estudiado te hubieran o habrían aprobado. Así como en el
imperfecto el uso de -ra en la apódosis es hoy poco frecuente fuera de la lengua literaria, en el
pluscuamperfecto se usan indistintamente hubieran o habrían aprobado en el habla usual. Se
siente hoy como arcaico decir si estudiases te aprobaran; pero no ocurre lo mismo en Si
hubieses estudiado te hubieran aprobado. La progresiva indeterminación temporal del
imperfecto en -ra, en contraste con -ría, que es siempre futuro en relación con el verbo de la
prótasis, ha facilitado en la apódosis el predominio de -ría. En cambio, el carácter perfectivo
de hubieran aprobado señala con precisión el tiempo en que la acción se produjo y asegura su
persistencia.
Acerca del empleo de hubiese cantado en la apódosis como equivalente de hubiera o habría
cantado, véase lo que dijimos sobre el antefuturo hipotético de indicativo en el capítulo
anterior (131).

140. Futuros hipotéticos. Expresan acción venidera posible, imperfecta en la forma simple,
cantare; perfecta y antefutura en la compuesta, hubiere cantado: v.gr.: Cuando pudiere y
debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente (Quijote, II,
42); Si alguien infringiere esta disposición, será castigado con arreglo al daño que hubiere
producido. El empleo de estos dos tiempos es tan raro en la lengua moderna, que
prácticamente puede decirse que han desaparecido de la conjugación española, aunque los
siguen estudiando los gramáticos por la frecuencia con que aparecen en los autores del Siglo
de Oro. Hoy sólo se usan algo en la lengua literaria y en algunas frases hechas como sea lo
que fuere, venga de donde viniere, y refranes: adonde fueres, haz lo que vieres. Aun en la
época clásica su uso estaba limitado a las oraciones condicionales y a las temporales y
relativas a ellas equivalentes. El portugués ha conservado los futuros de subjuntivo hasta
nuestros días mucho mejor que el español.
Todos los tiempos del subjuntivo son aptos para expresar acción futura, y por consiguiente
han ido haciéndose innecesarios los futuros hipotéticos. El presente y el imperfecto han
tomado las funciones de cantare; el perfecto y el pluscuamperfecto las de hubiere cantado.
El presente de indicativo se emplea, como es sabido, en la prótasis de las oraciones
condicionales con si. Por estos motivos el idioma ha ido abandonando el empleo de los
futuros de subjuntivo, cuyo significado se confundía con algunos de los tiempos
mencionados.
Sin embargo, la R. Academia Española desatiende el uso real de la lengua moderna hablada
y escrita, y reprueba expresamente la sustitución de los futuros de subjuntivo: “Es reprensible
incorrección --dice-- emplear [como futuro contingente en las oraciones condicionales] la
segunda forma del pretérito imperfecto de subjuntivo, en vez del futuro. Así, no puede decirse
si hubiese toros esta tarde, iré a verlos, ni tampoco si hubiese venido Pedro mañana, iré a
verle, sino si hubiere toros, etc.; si hubiere venido Pedro, etc.”. Parece que la desaprobación
no alcanza a la forma en -ra del imperfecto de subjuntivo, a pesar de que en estos ejemplos
equivale a la forma en -se. No es aventurado predecir que la recomendación académica, por
muy bien fundada que esté en la lengua literaria clásica, no podrá restaurar un uso tan
manifiestamente arcaico.
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24.1 Los tiempos del modo subjuntivo4

24.1.1 Características generales. El presente (CANTE) y el pretérito perfecto compuesto


(HAYA CANTADO)

24.1.1a El español establece menos distinciones temporales en el modo subjuntivo que en el


indicativo. Así, los nueve tiempos del modo indicativo se reducen a cuatro en el modo
subjuntivo en virtud de otros tantos procesos de neutralización. El primero es CANTO –
CANTARÉ > CANTE y muestra la neutralización de un presente y un futuro. El segundo es HE

CANTADO – HABRÉ CANTADO > HAYA CANTADO. Afecta, por tanto, a los tiempos compuestos
paralelos a los tiempos simples anteriores, ya que –como se señala en el § 23.4.2 [en el
material sobre tiempo]– HE CANTADO puede funcionar sintácticamente como presente
perfecto, a pesar de que se lo clasifica tradicionalmente entre los pretéritos. La tercera
neutralización es CANTÉ – CANTABA – CANTARÍA > CANTARA o CANTASE. Se aplica, pues, a
dos pretéritos y al condicional (pospretérito en la terminología de Andrés Bello). La cuarta y
última neutralización es HABÍA CANTADO – HABRÍA CANTADO > {HUBIERA ~ HUBIESE}

CANTADO. Como puede verse, este proceso afecta a algunos pretéritos de anterioridad:
ante(co)pretérito y antepospretérito en el sistema de Andrés Bello. En el cuadro siguiente se
muestran, de manera más resumida, las diferentes correspondencias entre las formas
temporales del modo indicativo y las del modo subjuntivo. Se presentan los tiempos en
oraciones subordinadas para facilitar la correspondencia de las formas indicativas con las
subjuntivas.

INDICATIVO SUBJUNTIVO
presente Creo que Arturo viene Presente No creo que Arturo
futuro simple Creo que Arturo vendrá venga
pretérito perfecto Creo que Arturo ha pretérito perfecto No creo que Arturo
compuesto venido compuesto haya venido
futuro compuesto Creo que Arturo habrá
venido
pretérito perfecto Creí que Arturo llegó pretérito imperfecto No creía que Arturo

4
De RAE (2010). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa, págs 455-460.
simple {llegara ~ llegase}
pretérito imperfecto Creí que Arturo llegaba
condicional Creí que Arturo llegaría

pretérito Creí que Arturo había pretérito No creí que Arturo


pluscuamperfecto llegado pluscuamperfecto {hubiera ~ hubiese}
condicional Creí que Arturo habría llegado
compuesto llegado

Todos los tiempos del subjuntivo pueden expresar acciones futuras en algunas de sus
interpretaciones. Los usos del subjuntivo independiente o no regido (Que te vaya bien; Sea
quien sea; Venga o no) no tienen correspondencia directa con ninguna forma del modo
indicativo, pero son igualmente prospectivos.

24.1.1b El PRESENTE DE SUBJUNTIVO (CANTE) abarca tanto el presente como el futuro. El que
dice Espero que digas la verdad puede referirse a una situación actual (‘que la estés diciendo
ahora’) o a una venidera (‘que lo hagas en el futuro’). La elección entre la interpretación
actual y la prospectiva puede estar determinada léxicamente por el predicado de la oración
principal, como sucede en Es imprescindible que digas la verdad, donde digas se refiere al
futuro. Los verbos factivos5 en futuro, no así en presente, admiten las dos interpretaciones,
Así pues, en No le molestará que duerma en el despacho, espero (Soriano, A sus plantas
rendido un león) se puede entender ‘que esté durmiendo ahora’, pero también ‘que vaya a
dormir’. Los complementos temporales de localización seleccionan una u otra en función de
su propio significado: No creo que esté aquí {en este momento ~ mañana}.

24.1.1c El presente de subjuntivo CANTE es aspectualmente imperfectivo, al igual que lo es


CANTO, por lo que está sujeto a las interpretaciones que induce este rasgo aspectual
(progresiva, cíclica, etc.). La doble interpretación de HAYA CANTADO es paralela a la variante
correspondiente del modo indicativo (HE CANTADO ~ HABRÉ CANTADO). Así, la oración No
creo que haya estado bien constituye la negación de Creo que ha estado bien, de forma que
HAYA CANTADO equivale en ella a HE CANTADO. Esta interpretación retrospectiva está
asimismo presente en Extraño nos parece que hayamos podido construir alguna vez nuestras
casas, chozas y apriscos (Lledó, Días y libros). Ilustran la interpretación prospectiva las

5
Los verbos factivos son aquellos que introducen un complemento cuya información, en el proceso
comunicativo entre los participantes, ya se conoce. La Academia, en el parágrafo 25.3.2, da el siguiente ejemplo:
“Me alegro de que ocurriera como No me alegro de que ocurriera implican ‘Ocurrió’”. En ambos casos, la
información aportada con la proposición que ocurriera ya es conocida por los participantes del acto
comunicativo; lo que aporta el enunciado es la “valoración emotiva” de lo ocurrido.
oraciones No creo que haya terminado el próximo lunes o Añadió que espera que en un futuro
próximo Irán haya resuelto el problema de los rehenes (El País [Esp.] 17/12/1980), en las
que se haya subrayado con trazo discontinuo el complemento temporal que la induce.

24.1.1d En la interpretación prospectiva, tanto CANTE como HAYA CANTADO alternan con las
variantes respectivas del modo indicativo, es decir, CANTARÉ y HABRÉ CANTADO, con los
cambios de significado correspondientes: la situación que {vean ~ verán} al llegar; aunque lo
{sepan ~ sabrán}; No sé si te {guste ~ gustará} este platillo o bien, con el pretérito perfecto:
La casa que {hayan visto ~ habrán visto} cuando lleguemos… Estos contextos de alternancia
se oponen a los CONTEXTOS DE SUSTITUCIÓN, en los que se rechazan las formas CANTARÉ y
HABRÉ CANTADO, al menos en la lengua actual: Te llamaré cuando lo {sepa ~ *sabré}; en
caso de que {regrese ~ *regresará}; en caso de que {hayan llamado ~ *habrán llamado}. Se
emplea también cante en los imperativos de entonación interrogativa, como ¿Mande? o
¿Diga?

[…]

24.1.2 El pretérito imperfecto (CANTARA o CANTASE) y el pretérito pluscuamperfecto


(HUBIERA o HUBIESE CANTADO)

24.1.2a El pretérito imperfecto posee dos formas: CANTARA y CANTASE. Es el tiempo más
complejo del modo subjuntivo, tanto por los contextos sintácticos en los que se usa como por
la variedad de los significados que expresa. La variante en -ra (CANTARA) procede del
pluscuamperfecto de indicativo latino (amavĕram ‘había amado’), mientras que la variante en
-se (CANTASE) deriva del pluscuamperfecto de subjuntivo (amavissem ‘hubiera amado’),
forma que sustituyó a su vez al pretérito imperfecto de subjuntivo originario amārem. En el
español americano se ha observado una preferencia marcada por CANTARA, pero las formas en
-se se registran también ampliamente en la lengua escrita: ¿Debía hacer algo para que se
retirase? (Aguilera Malta, Una pelota, un sueño y diez centavos); Durante todo el tiempo que
estuviesen allí, todos se llamarían por números (Belli, La mujer habitada). En el español
europeo la alternancia es hoy prácticamente libre.

24.1.2b Son escasos los contextos sintácticos que excluyen una de las dos formas a favor de la
otra. Así, no alterna CANTARA con CANTASE cuando lo hace con CANTARÍA. Es el caso del
verbo poder: {Podría ~ Pudiera ~ *Pudiese} ser como dices, y también de otros verbos
modales: querer, deber, parecer: Esta es una película que no {querría ~ quisiera ~ *quisiese}
perderme. Fuera de estos contextos, la alternancia CANTARA ~ CANTARÍA es rara: Me parece
que te {vendría ~ *viniera} bien descansar un poco. La pauta “si TUVIERA, DIERA” es
característica de la lengua clásica –en la que CANTARA adquiere el valor de CANTARÍA–, y hoy
persiste en la lengua popular de Venezuela, la República Dominicana y, con pujanza algo
menor, también en la de Cuba y Puerto Rico, además de en Costa Rica, Honduras y otros
países centroamericanos: Me comprara un carro si tuviera dinero. La forma vieras, ya
lexicalizada, es de uso común en muchos países americanos: ¡Vieras cómo canta la
muchachita!

24.1.2c Las formas CANTARA y CANTASE corresponden hoy a tres tiempos del indicativo:
CANTÉ, CANTABA y CANTARÍA. En efecto, No creí que {llegara ~ llegase} es, según la tabla
del § 24.1.1a, la negación de Creí que llegó, de Creí que llegaba, y de Creí que llegaría. Los
predicados atélicos favorecen, cuando CANTARA equivale a CANTARÍA, la interpretación de
simultaneidad entre las dos situaciones. Así, en Nunca pensé que fuese tan grande (Landero,
Juegos de la edad tardía), el pensar se incluye dentro del intervalo designado por el predicado
ser tan grande.

24.1.2d Comparten CANTARA y CANTASE con CANTARÍA la propiedad de no especificar la


relación temporal entre la situación que se designa y el momento de la enunciación (§
23.8.2a), de manera que la situación puede ser anterior, simultánea o posterior al acto del
habla: Le pedí hace semanas que me enviara la documentación {hoy ~ anteayer ~ pasado
mañana}. Una diferencia notable, por otra parte, entre No creí que Arturo llegara a tiempo y
No creo que Arturo llegara a tiempo es el hecho de que solo la primera oración implica
‘Arturo llegó a tiempo’. En el primer caso, el pretérito imperfecto llegara corresponde al
condicional (Creí que llegaría). En el segundo, llegara es la forma de subjuntivo que induce
la negación anticipada, de forma que lo que se niega en No creo que llegara a tiempo no es
exactamente una creencia, sino más bien el suceso pasado de llegar alguien a tiempo.

24.1.2e El uso de CANTARA por HABÍA CANTADO es etimológico, como se ha explicado en el §


24.1.2a. Esta es la interpretación que predomina en los textos medievales, de manera que en el
ejemplo El rey que oyó bien lo que dixera su nieto, no le plugo de ello (Silva, F., Lisuarte de
Grecia), dixera significa ‘había dicho’. El empleo de CANTARA por HABÍA CANTADO es hoy
frecuente en la lengua literaria –y más aún en la periodística y la ensayística– de casi todos los
países hispanohablantes. Se suele entender que CANTARA pertenece aquí propiamente al
paradigma del indicativo. Los textos que siguen ilustran este uso en oraciones de relativo:

Había contado con el éxito de operaciones bien preparadas, y con las posiciones
que adquirieran sus hijos (Galdós, La familia de León Roch); La oscuridad y el
silencio producían en su ánimo una congoja, una tristeza, parecida a la que
sintiera ese mismo día por la siesta (Casaccia, La Babosa).

Esta equivalencia no se da en las subordinadas sustantivas, por lo que convenciera no


equivale a había convencido en Me dijo que la convenciera, salvo en algunas variantes del
español hablado en el noroeste de la Península Ibérica. El uso de CANTARA por HABÍA

CANTADO está relacionado, por otra parte, con los contextos temáticos, de manera que en Yo
no creo lo que dijo Cereijo, el que fuera ministro de Economía y organizador de la
Fundación Eva Perón (posee, La pasión según Eva) la forma fuera favorece la interpretación
en la que se presenta como conocida del interlocutor la condición de ministro de Economía de
Cereijo. El uso de CANTARA por CANTÉ es, como el de CANTARA por HABÍA CANTADO, propio
del lenguaje periodístico: el discurso que pronunciara [‘pronunció’] ayer el candidato.

24.1.2f El PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO DE SUBJUNTIVO (HUBIERA o HUBIESE CANTADO)

neutraliza dos tiempos del indicativo: el pretérito pluscuamperfecto y el condicional


compuesto. Así pues, tanto a la oración Creí que Arturo había llegado, cuya subordinada
denota una situación pasada, como a Creí que Arturo habría llegado, cuya subordinada
expresa una situación irreal, les corresponde la variante negativa No creí que Arturo {hubiera
~ hubiese} llegado. Para diferenciar estos dos usos de hubiera o hubiese cantado, es útil
acudir a la distinción entre SUBJUNTIVO INDUCIDO (también PROPIO o CANÓNICO) y NO

INDUCIDO (también IMPROPIO o INDICATIVO ENCUBIERTO). En el primer caso HUBIERA o


HUBIESE CANTADO no alterna con HABRÍA CANTADO y solo aparece si es seleccionado o
inducido por algún elemento gramatical: Lamentó que a su jefe no le {hubiera ~ *habría}
gustado el trabajo; Me sentí feliz de que hubiera ocurrido algo tan grave que hiciera pasar
inadvertida mi ausencia (Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor), en ambos casos con
predicados factivos.
24.1.2g Como subjuntivo no inducido, HUBIERA o HUBIESE CANTADO admite libremente la
alternancia con HABRÍA CANTADO, como en Me {habría ~ hubiera} gustado trabajar con él.
Si bien la preferencia de HUBIERA por HABRÍA es mayor en el español americano que en el
europeo, se admiten ambas formas en uno y otro. Por otra parte, HUBIERA CANTADO posee
ciertas propiedades modales de las que carece CANTARA. Así, CANTARA es la única forma
verbal excluida en la serie Arturo {pediría ~ habría pedido ~ hubiera pedido ~ pudiera pedir
~ debiera pedir ~ quisiera pedir ~ *pidiera} un aumento de sueldo. HUBIERA CANTADO

alterna con varias formas de contenido modal en ¡{Hubieras ~ Haber} esperado un poco
más! o en Le hubieras [‘deberías haberle’] visto cómo abrazó a un jorobadito (Aguilera
Malta, Una pelota, un sueño y diez centavos). La alternancia que se muestra en Si la canción
llega a tener éxito, {hubiera sido ~ fuera} una gran sorpresa se registra en las áreas
mencionadas en el § 24.1.2b.

24.1.3 El futuro simple (CANTARE) y el compuesto (HUBIERE CANTADO)

24.1.3a El FUTURO SIMPLE DE SUBJUNTIVO (CANTARE) procede del latín, aunque su etimología
es hoy discutida. Se ejemplifica su uso en la lengua antigua y clásica a continuación:

Si lo que digo fiziéredes saldredes de cativo (Cid); Quien otra cosa me dijere,
yo me mataré con él (Lazarillo); si por ventura vierdes aquel que yo más quiero
/decilde que adolezco, peno y muero (San Juan de la Cruz).

CANTARE comenzó a perder su vitalidad a partir del siglo XIV. Hoy ha caído en desuso en la
lengua oral de todas las áreas lingüísticas y ha sido reemplazado por CANTARA, pero también
por CANTE. Se registra, en cambio, como rasgo arcaizante, en textos jurídicos y
administrativos: Quedarán prohibidas las prácticas de precios que tuvieren por objeto
asegurar a determinados usuarios una posición privilegiada (Código de la Unión Europea).
Quedan asimismo restos del futuro de subjuntivo en fórmulas rituales (Si así no lo hiciereis,
Dios y la patria os lo demanden), en algunos refranes (Adonde fueres, haz lo que vieres) y en
otras expresiones fijas (o lo que fuere), así como en muchas fórmulas reduplicadas de sentido
concesivo: sea cual fuere.
24.1.3b El FUTURO COMPUESTO DE SUBJUNTIVO (HUBIERE CANTADO) expresa una situación
contingente anterior a otra que es posterior a algún punto de referencia. Estos rasgos
coinciden con los de HUBIERA CANTADO, que es la forma por la que se sustituye
mayoritariamente en la lengua actual. Con HUBIERE CANTADO se describen situaciones
pasadas (En el improbable caso de que hubiere acudido…) o futuras (Si en el plazo de diez
días no se hubiere presentado alegación alguna…), que se consideran hipotéticas. El futuro
compuesto de subjuntivo presenta la misma distribución que CANTARE. Se limita
principalmente a los textos jurídicos (para recuperar la fianza que se hubiere depositado),
pero también se registra ocasionalmente --asimismo con intención arcaizante-- en textos
literarios o ensayísticos.

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