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DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA
Desarrollos en Psicoanálisis II
Trabajo Práctico
Síntoma y Fantasma
Alumno:
Turno Mañana
Sede Piedras
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Síntoma y Fantasma.
Miller, siguiendo a Lacan retoma los conceptos de Síntoma y Fantasma desde la clínica
psicoanalítica, sitúa cuales son las diferencias entre ambos y en donde se articulan de
que tienen funciones diferentes en el sujeto, en donde podemos situar que el síntoma
está del lado del displacer, en donde en sujeto cuando acude a su análisis habla del
con sus síntomas, los cuales a lo largo de la terapia se irán trabajando para poder
encontrar una interpretación posible de su lado inconsciente. Por esta razón de habla
Como bien sabemos el síntoma también se relaciona con una articulación significante, a
mismo se relaciona mas bien con un tipo de placer para el sujeto, lo consuela, lo
experiencia clínica como sus pacientes neuróticos, de su Fantasma nada hablan, incluso
algunos llegan al fin de análisis sin haber incluso hablado del mismo. Por esta razón se
dice que el Fantasma del sujeto esta también relacionado en cierto modo con un
del sujeto, se habla de una “travesía del Fantasma”. Cuando se habla del Fantasma se
trata más bien de ir a ver lo que está por detrás, pero detrás en verdad no hay nada, una
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nada que en cierto modo puede asumir muchos rostros diferentes, en la travesía,
encuentran en dos vertientes diferentes, la del displacer para el Síntoma y la del placer
para el Fantasma. Por otro lado se puede decir también que el Fantasma esta relacionado
no solamente con el consuelo del sujeto, también es una forma que el sujeto “cubre” la
angustia que aparece ante el deseo del Otro, un deseo en donde el sujeto no sabe que
quiere ese Otro, el Fantasma viene en cierto modo a transformar ese displacer, ese goce
que puede aparecer desde el Otro, con una forma de placer, de consuelo, ante esa falta
contradicción con sus valores morales. Toma del discurso de la perversión el contenido
de sus fantasmas, pero que el neurótico tenga fantasmas perversos no quiere decir que lo
sea. Otro punto a destacar, es donde Miller ubica al Fantasma en relación con el goce
del sujeto, el Fantasma es como una máquina para transformar el goce en placer, para
domar el goce, pues por su propio movimiento el goce no se dirige hacia el placer sino
hace el displacer. Como sabemos cuándo Freud habla del Mas allá del principio del
placer, habla específicamente de que hay una dimensión de un goce en ese mas allá, el
fantasma aparece como un medio para articularla con la correspondiente al principio del
fantasma funciona como maquinación para obtener placer. En este sentido el Fantasma
tiene una función semejante a la del juego, y que es, a partir de una situación tanto de
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En esta maquinación podemos decir entonces que el fantasma, es una maquina que se
Por otro lado sabemos que con respecto al fantasma nunca se interpreta,
Por último podemos decir que de todas las dimensiones que tiene el fantasma, la
analítica es como decir también que es un residuo que no puede modificarse, para Lacan
cambiar, por eso para Lacan el fin de análisis es el logro de una modificación de la
relación del sujeto con lo real del fantasma. Otra diferencia entre síntoma y fantasma es
reduce cada vez más a un instante esencial, al punto del instante, no tiene pues
verdaderamente una dimensión temporal. Por ende se puede decir que el fantasma no
Por último se puede decir que tanto en la obsesión como en la histeria encontramos un
hay fantasma, se la toma como algo anterior a una estructuración clínica determinada,
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Conclusiones:
Con esta relación de síntoma y fantasma, se concluye como están entrelazados los
mas allá de trabajar los síntomas que lleva el paciente, se debe tratar de construir el
transforma, acota, algo del goce del sujeto. Como bien dice Lacan, habrá que trabajar
como el sujeto se posiciona ante esa relación con su fantasma, tratar de que el sujeto
cambie su relación en lo real con el mismo, para poder mediatizar mejor el goce del
Otro. Podemos afirmar que tanto el síntoma como el fantasma del sujeto, cumplen una
función bien definida en el psiquismo de la persona, mas allá que uno le trae displacer y
bien a nivel del soma del sujeto, sin simbolismo alguno. De esta manera la dimensión
articulación alguna entre síntoma y fantasma, y así casi al no haber síntoma en el orden
simbólico, tampoco da lugar a que se pueda construir algo del fantasma, o que el sujeto
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Referencia Bibliográfica
Miller, J. Alain (1984) Dos dimensiones clínicas: Síntoma y Fantasma. Bs. As.
Manantial. Capítulos I y II