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Historia de la Estética

Notas de las ideas estéticas modernas que se distinguen de las del medievo.

Parece hoy predominar la opinión de que el arte es difícil, y su crítica fácil, que lo difícil en el
arte es la práctica, y no la teoría, que es mucho más fácil crear teorías de arte que llevarlas a la
práctica, es decir, que es más fácil ser estético que artista. Pero antaño no se compartía esta
opinión. La prevaleciente y ya clásica fórmula francesa: La critique est aisée, i ’art est difficile,
acuñada en el siglo XVIII, proviene de una obra del dramaturgo Felipe Destouches (Le
Glorieux, 1732). Pero en épocas anteriores —en la Antigüedad, en el Medievo y todavía en el
Renacimiento— se creía otra cosa bien diferente. Así, en pleno Renacimiento, unos 150 años
antes de Destouches, Montaigne sostenía que la poesía es más fácil de hacer que de conocer:
Il est plus aisé de la faire que de la conoistre. Y aunque lo dijo de la poesía, se refería con ello
a todo el arte. p.11

Es decir, el arte moderno provocó el nacimiento de una teoría imponiéndole sus tesis, y con el
tiempo dicha teoría produjo un arte determinado, imponiéndole también sus imperativos. La
historia moderna pone de manifiesto esta recíproca dependencia: la teoría depende del arte^y
el arte depende de la teoría. p.12

2. Conceptos generales. Tanto Petrarca como Boccaccio emplean términos como «belleza»,
«arte» y «poesía», es decir, los mismos que la estética posterior; ello no obstante, tras de los
mismos términos hay conceptos diferentes.
Así el concepto de belleza, conforme a la tradición antiguo-medieval, era mucho más amplio y
a la vez mucho más restringido que el actual. Más restringido porque en general designa bajó
lo 1 a belleza humana, y no solía aplicarse respecto a la naturaleza ni el arte. Y más amplio
porque en el hombre designaba no sólo la belleza de su cuerpo, sino también las virtudes del
alma.
También, el arte lo entendían ambos de modo antiguo y medieval, o sea, más ampliamente
que en su uso presente. El arte para ellos consistía en la capacidad de producir cosas, no sólo
cuadros o poemas, sino toda creación basada en reglas y principios. Pero Boccaccio,
sirviéndose de distinciones escolásticas, tenía ya un concepto más claro del arte (ars) y lo
distinguía de la sabiduría (sapientia), de la ciencia (scientia) y de las habilidades puramente
prácticas (facultas).

Por lo demás tanto Petrarca como Boccaccio se interesaron casi exclusivamente por el arte de
la palabra, pues era ésta su profesión. Mas advertían en él ciertas características que dicho
arte tiene en común con los demás y que habían pasado desapercibidas en épocas anteriores.
De ahí que su estética constituya un anuncio de la estética nueva.

3. Definición de la poesía. Los griegos de la era clásica no tenían a la poesía por un arte,
estando convencidos de que era cuestión de inspiración y no de reglas, y como no era cuestión
de reglas, no podía ser arte—La. situación cambió con Aristóteles, quien fue el primero en
señalar que la poesía también estaba sujeta, a ciertas reglas, así que se parecía a las artes y
debería considerarse como tal. Los siglos medievales heredaron esta convicción, Así, pues, en
la historia del pensamiento europeo hubo una época en la que la poesía era un arte como los
otros. Luego, a umbrales del Renacimiento, empezó un tercer período, en el cual la poesía era
considerada como arte, pero un arte distinto, diferente a los demás. p.13

4. Poesía y verdad, Para los poetas del siglo XIV lo más problemático de la poesía era su
relación con la realidad, ya que la poesía" trataba —a su modo de ver— cosas reales y
cosas«inauditas»: Más aún. la poesía «revela la verdad»; es decir, cuando representa la
realidad, lo hace conforme a la verdad. Aquello de que la poesía «revela» la verdad debió
constituir un tópico, al menos desde Macrobio, significando al mismo tiempo una revelación
mediante metáforas (alieniloquium), porque de lo contrario Petrarca no la hubiera
considerado como poesía. Sea como fuere, a Petrarca le parecían infundadas las disquisiciones
medievales sobre el carácter falaz de '] la poesía, creyendo que en ella precisamente «la
verdad resplandece». Y sostenía, en cambio, que el poeta, otorga a la verdad una forma
distinta: la verdad en la poesía deja de ser una verdad corriente, accesible a cualqquiera,
una"verdad vulgar, «plebeya», y se convierte en una verdad exquisita, extraordinaria, difícil.
p. 15
TESIS DE LA ESTÉTICA MEDIEVAL RECHAZADAS EN LA ÉPOCA MODERNA

Dividiremos estas tesis en dos grupos: las emanadas de la metafísica medieval y las
independientes de la misma.

A. Tesis emanadas de la metafísica


1. La belleza es una cualidad «transcendental», es decir, una cualidad propia de todo ser. Todo
lo que existe es bello: ens el pulchrum convertuntur. Y una aserción afín a ésta; en el mundo
reina la pankalía; el mundo natural, en su totalidad, es bello. Ambas tesis respondían a la
teología y filosofía medievales: el mundo ha sido creado por Dios, por lo que no puede ser sino
bello.

2. Además y por encima de la belleza «ordinaria», accesible para los sentidos, existente en la
naturaleza y el arte, hay una belleza más perfecta, que es sobrenatural y sobrehumana.
Aunque esta tesis no derivara necesariamente de la metafísica teocéntrica, concordaba con
ella. Y hasta la belleza del mundo natural —en esta metafísica— era explicada como un reflejo
de la belleza sobrenatural.

3. Lo bello y el bien son ideas afines y están vinculadas entre sí. Esta aseveración dimanaba de
la convición de que tanto lo bello como el bien consisten en la idea de perfección.

4. La naturaleza es más bella y más perfecta que el arte, porque es obra de Dios, y no puede
ser más perfecta una obra del hombre que la obra de Dios.

5. Un gusto excesivo por lo bello es síntoma de concupiscencia sensorial y, por tanto,


condenable. Igual que lo es el arte cuando sirve para fines que no sean religiosos o didácticos.
Esta condena de lo bello y del arte no fue, empero, en el siglo XIII, una condena usual en
todos los ámbitos; especialmente los franciscanos no compartían este punto de vista.

B. Tesis no emanadas de la metafísica


1. El arte es un tipo de conocimiento, una pericia (scientia) puesto que se basa en principios y
reglas generales. En la teoría medieval las bellas artes figuraban entre las habilidades
mecánicas, y la poesía y la música entre las artes liberales.
2. La belleza consiste en la estructura adecuada de las cosas. Esta interpretación de lo bello
conducía a la convicción de que todo arte, la artesanía incluida, puede ser bello, y, por tanto,
no se hacía distinción alguna entre las artes y la artesanía, lo que a su vez constituía un
impedimento para separar las artes de la artesanía, de la técnica y de la ciencia.

3. Los designios primordiales del arte son de carácter didáctico y moral, pero también se le
atribuían otros, como la creación de objetos bellos (bellas paredes, venustas parietum).

4. El arte exige la verdad. Fue ésta una convicción aceptada sin objeciones a nivel teórico, pero
la práctica del arte gótico parece haber sido distinta, debido a que este arte deformaba la
realidad. Pero sólo deformaba su aspecto corriente para presentarla con mayor veracidad.

5. El arte está regido por cánones. Esta convicción dio origen a las proporciones canónicas del
cuerpo humano, a la triangulación en la arquitectura, a los cánones en la música y a las formas
fijas en la poesía.

6. Hay una jerarquía de las artes. A la luz de esta aserción se solía parangonar las diferentes
artes, especialmente las bellas artes, con la poesía, y tratar de establecer cuál de ellas era más
perfecta.

El origen de las tesis presentadas en ambos grupos era distinto, a pesar de que todas
provenían de la Antigüedad. Las del primer grupo procedían, en su mayoría, del sistema
platónico y plotiniano, cobrando un sentido teológico con la doctrina de Seudo-Dionisio, y
recibiendo forma definitiva en la filosofía escolástica. Las del segundo grupo provenían del
acervo conceptual de los antiguos griegos, y fueron conservadas y desarrolladas en las teorías
medievales de la música, la poesía y la arquitectura.

Los tiempos modernos rechazaron parte de estas tesis, pero otras fueron conservadas, y
algunas, como el afán renacentista por trazar parangones, incluso se consolidaron.

Las tesis medievales conservadas completa o parcialmente por la estética moderna también se
dividen en dos grupos, mas en base a otro criterio. Presentaremos en un grupo aquellas tesis
que contaron en el Medievo con aceptación general, y en otro las defendidas sólo por algunos
escritores.
II. TESIS DE LA ESTÉTICA MEDIEVAL ASUMIDAS EN LA ÉPOCA MODERNA

A. Tesis típicas del Medievo


1. La definición de lo bello, que restringía la antigua y muy divulgada en el Medievo tardío, fue
obra de los escolásticos del siglo XIII, de santo Tomás en particular. Su fórmula pulchra sunt
quae visa placent contenía sólo dos elementos: el de contemplación de la belleza por el sujeto,
y el del placer producido por la misma en él.

2. La tesis de que lo bello consiste en proporción y claridad, commensuratio, claritas, fue una
fusión típica del Medievo de dos tesis antiguas opuestas: la helénica, según la cual la belleza
consiste en la proporción, y la helenística de que lo bello consiste en un «resplandor».

3. La tesis de que lo bello contiene un elemento subjetivo y que la belleza del objeto depende
de las cualidades del mismo así como de las exigencias del sujeto, dio origen a la teoría de que
la belleza es una relación entre el sujeto y el objeto.
Esta tesis fue causa de que en los siglos medios se fuera abandonando la clásica interpretación
objetiva de lo bello, y que los tiempos modernos se alejaron más aún del objetivismo estético.

4. La convicción de que, aparte de la belleza que consiste en las proporciones de las formas
(commensuratio), existe también una belleza consistente en la adecuación de la forma a la
finalidad (aptum, decorum) había sido ya profesada por los estoicos; luego en el Medievo, se
hizo más hincapié en este segundo tipo de belleza (a partir de san Agustín).

5. La restricción del concepto imitativo del arte (imitatio), complementándolo con el factor
imaginativo (imaginatio), también debe ser considerada.

6. La tesis de que lo bello y el arte son fenómenos compuestos, siendo preciso en ellos
distinguir entre el contenido y la forma (verba politaen la poesía). Esta teoría dio pie a
diversas interpretaciones de lo bello y del arte, de su forma, su contenido, sus argumentos, sus
símbolos, sus modelos, etc.

7. Realización de diversas divisiones del arte, pero sin lograr la esencial división de las artes en
bellas y artesanales.
8. Indicación de ciertas condiciones indispensables para la percepción de lo bello, como, por
ejemplo, la «simpatía» del que contempla hacia el objeto contemplado.

No se puede afirmar que estas ocho tesis contaran en la Edad Media, o incluso en el siglo XIII,
con plena y general aprobación. No obstante, habían sido aceptadas por los escolásticos más
influyentes como san Buenaventura o santo Tomás y, por tanto, podemos considerarlas como
típicas del agustinismo o del tomismo del siglo xm.

B. Tesis profesadas por sólo algunos pensadores medievales

1. Elaboración de un «inventario» de distintos tipos de belleza (Vitelio).

2. Realización de varias distinciones: distinción entre la belleza de la estructura


y la belleza de los adornos; distinción entre la belleza sensible y la simbólica, entre
la belleza de las cosas y su bella representación.

3. Cierto acercamiento de los conceptos de lo bello y del arte, que, en parte, se realizó por vía
teológica, comparando a Dios con un artífice y tratando a la naturaleza como obra de arte
divino.

Tras este breve repaso de las principales tesis de la estética medieval pasamos a anticipar las
modernas, ajenas a los siglos medievales. (Como éstas fueron numerosas, nos limitaremos a
presentar las más importantes).

III. TESIS DE LA ESTÉTICA MODERNA DESCONOCIDAS EN LOS SIGLOS MEDIEVALES

1. La belleza no es sino una reacción subjetiva del hombre (la estética medieval sólo admitía
que en la belleza existe un factor subjetivo).

2. La belleza puede tener diversas variedades y el arte, diversos estilos.

3. Las bellas artes difieren tanto de la artesanía como de la pericia.


4. El arte (en sentido moderno, no artesanal) es una necesidad espontánea del hombre y no
tan sólo un medio para alcanzar una u otra finalidad.

5. En sus obras más logradas el arte es creativo, individual y libre, teniendo derecho a aspirar
a la perfección, originalidad y novedad.

6. El arte no es sólo fruto de las reglas, sino —sobre todo— del talento, la imaginación e
intuición y, por tanto, en gran medida, es imprevisible e incalculable.

7. El arte tiene su propia verdad artística, que no es la misma que la verdad a que aspira la
ciencia.

8. El arte puede interpretar libremente la realidad, y tiene derecho a transformarla.

9. Cada una de las artes respectivas posee sus valores propios, y no hay por
qué tratar de establecer entre ellos parangón alguno.

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