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Meditando en el Amor de Cristo

Un encuentro personal
Meditando en el Amor de Cristo
Un encuentro personal

Rev. Federico Elizondo Barrera


Meditando en el Amor de Cristo
Federico Elizondo Barrera

Copyright 2019 Federico Elizondo Barrera


Todos los Derechos Reservados

Este libro ha sido publicado en modalidad de autopublicación por el autor

reproducida en ninguna forma ni por ningún medio sin la autorización expresa


de su autor. Esto incluye pero no se limita a reimpresiones, extractos, fotocopias,
grabación o cualquier otro medio de reproducción.

ISBN: 9781093655643
Sello: Independently published

Autor:
Federico Elizondo Barrera
Pastor Evangélico

Meditando en el Amor de Cristo


Obra protegida bajo Derechos de Autor
Número de Registro: 03-2018-121814251800-01

federicoelizondob@gmail.com
https://www.facebook.com/Marmolatto
Dedico este libro a mis futuros
hermanos en Cristo.
Tabla de Contenidos

¿Qué enseña la Biblia? 13


El mandamiento de Jesús 35
El arrepentimiento 49
El perdón, camino de la felicidad 63
77
Alimentación de los cinco mil 91
Milagro del niño epiléptico 101
El Señor es mi pastor 119
La unción del Espíritu Santo 135
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece 147
Rendirnos a Dios para experimentar crecimiento 161
El camino al Padre 171
El Señor es mi luz y mi salvación 183
La agonía de Jesús 197
El arrepentimiento del rey David 209
La oración modelo dada por Jesús 227
Mandato de Dios 243
Jacob le propone un pacto al Altísimo. 255
Cómo vencer la ansiedad 269
Vivir bajo autoridad 279
La Cena del Señor 293
Meditando en el Amor de Cristo

Prólogo

Como la salida del sol en una hermosa alborada surge esta maravillosa
obra de divina inspiración. Meditando en el Amor de Cristo es, sin
duda alguna, una realización antológica de iluminación y excelencia
que resalta la belleza y la pureza del amor de Dios reflejado a través de
su amado Hijo Yeshua HaMashiach (Jesús el Mesías). El autor expone
los temas siguiendo una secuencia que, incuestionablemente, presenta
el beneplácito y perfecto plan de Dios para la desesperada humanidad,
y con un enfoque fundado en la infinita compasión y misericordia de
Dios para todos aquellos que desean encontrar respuestas a sus vidas.

Por más de dos décadas he tenido estudiantes de teología con


preguntas acerca del carácter de Dios y su misericordia respecto a la
raza humana. Las preguntas sobre el amor de Dios en un mundo de
tanto dolor y sufrimiento, es un tema que demanda fiables respuestas.
Por tal razón, es sumamente necesario conocer el pensamiento de
Dios y la verdadera definición de su amor. Como dijo el salmista
David, “Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he
puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a
ti elevo mi alma” (NVI Salmo 143:8). Y de esto, precisamente, trata el
enfoque de esta hermosa obra, depositar en Dios nuestra confianza
para conocer mejor su amor y el camino que debemos seguir.

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Federico Elizondo Barrera

Para los lectores que desean enriquecer su intelecto de la


Palabra de Dios, sin prejuicio y sin alteración, este libro le guiará a
comprender y fortalecer su relación con Dios de la forma más íntima
y trascendentalmente personal. Meditando en el Amor de Cristo es un
mensaje de Dios a través de su más preciado Tesoro, Jesucristo.

Dr. Juan Colón Muñoz


Presidente y Obispo del
Concilio Evangélico Internacional

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Meditando en el Amor de Cristo

¿Qué enseña la Biblia?

En este primer acercamiento hablaremos de ese momento de vida


que todos experimentamos cuando nos quebrantamos ante nuestro
creador. Ese instante en el cual la vida cambia para siempre, en el que
sentimos el amor más puro, el más infinito a través del cual Dios nos
llama para empezar a caminar juntos, en nuestra relación personal
con Él. Para poder entender esta circunstancia, habremos de empezar
contando lo que la Biblia nos enseña acerca de cómo ciertos personajes
han experimentado su encuentro con el Señor.

Sabemos que después de la caída en pecado de Adán y Eva


(el tropiezo original fue la desobediencia) muy pocas personas se
mantuvieron fieles a la verdad, en su gran mayoría, el hombre se
apartó de Dios. Al apartarse el hombre de su creador, cayó sobre
sus hombros, como un rayo fulminante, la sentencia dictada por el
Altísimo a Adán y Eva: 17(…) Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer,
y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita
será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu
vida. 18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19Con
el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de
ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (Génesis 3: 17-19,
RVR1960).

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Federico Elizondo Barrera

La vida era muy dura en toda la zona de Mesopotamia y al pasar


el tiempo el edén quedó en el olvido, motivándose así que una historia
de amor transmitida de padres a hijos fuera desapareciendo de la
tradición de los hombres. Del mismo modo, los humanos se fueron
apartando de su cercanía con Dios, nuestro creador.

En su estado de soledad espiritual y apartado de Dios, el hombre


enfrentó los miedos y peligros de la noche. En la obscuridad era
devorado por los lobos y encontraba la muerte en el aguijón de los
escorpiones. Sin embargo, al amanecer, salía el sol y con la luz del
día los peligros se apartaban de él. En su necesidad de protección y
en la urgencia de colmar el vacío que experimentaba en su corazón,
el hombre hizo del sol un dios, ya que esa bola de fuego que nacía del
oriente le permitía ver y escapar de los peligros, al pasar de la noche
incierta a la seguridad del día.

Sin embargo, al hombre no le duraba mucho el gusto y la noche


volvía a cubrir la faz de la tierra, esa sombra malévola que lo envolvía
en la incertidumbre era su enemiga; pero una vez al mes, la luna
brillaba en todo su esplendor y era su salvación y, por consiguiente,
se postró y la adoró. Así es como el hombre fue haciendo dioses de
cada fenómeno natural que le resolvía su vida y le ofrecía una relativa
seguridad. A este conjunto de dioses es a lo que llamamos politeísmo.

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Meditando en el Amor de Cristo

El resultado del politeísmo es una relación tríadica que se establece


entre el hombre, la naturaleza y los dioses que él creaba para sobrevivir.
Estos dioses falsos eran sobornados —ofreciéndoseles sacrificios— y el
hombre trataba de manipularlos para que la naturaleza estuviera a su
favor. Con esto se pretendía evitar las catástrofes, obtener las mejores
cosechas, así como ganar guerras, por lo que ellos consideraban la
intervención divina como necesaria y sagrada.

Las generaciones pasaban y el hombre seguía hundido en su


miseria. No había excusa para adorar a esos falsos dioses, porque la
existencia del verdadero y único Dios estaba al alcance de su vista,
tal y como lo enseña la Palabra a través de Pablo:

(…) lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios
se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos
invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad,
siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.
Romanos 1:19-20 (LBLA).

El tiempo pasaba y la maldad de los hombres se multiplicó, así


que el Señor decidió destruir a todo ser viviente sobre la tierra, no
obstante, había un hombre llamado Noé que se mantenía fiel a Dios.
En su infinita misericordia Noé y su familia fueron salvados de morir

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Federico Elizondo Barrera

y así continuó la humanidad. Dios selló con Noé una alianza eterna
entre él y todos los seres vivientes, esta alianza durará tanto como
dure el mundo: Cuando el arco iris esté entre las nubes, yo lo veré y me
acordaré de la alianza que he hecho para siempre con todo hombre y todo
animal que hay en el mundo (Génesis 9:16, DHH).

Sin embargo, el hombre no tardó mucho en volver a su naturaleza


pecaminosa y se corrompió. La tierra se pobló y surgió una vez más
la adoración a los dioses. Pero una vez más, también, buscando
reconciliarse con los hombres el Señor fijó sus ojos en un varón justo,
de la región de Ur de Caldea: Abram, hijo de Taré. Y el Señor dijo a
Abram: Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra
que te mostraré (Génesis 12:1, NVI).

La antigua promesa que recibió Abram (Abraham), cambió el


curso de la historia de la humanidad y aun hasta nuestros días, en
nuestra generación, sigue vigente. En el libro del Génesis se narra la
historia de él, un personaje que en obediencia a Dios partió en un viaje
que lo convertiría en un hombre famoso en todo el mundo, su historia
es conocida hasta el día de hoy:

2
Con tus descendientes formaré una gran nación. Voy a bendecirte y hacerte
famoso, y serás de bendición para otros. 3Bendeciré a los que te bendigan, y

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Meditando en el Amor de Cristo

maldeciré a los que te maldigan. ¡Gracias a ti, bendeciré a todas las naciones
del mundo! Génesis 12: 2-3 (TLA).

El pueblo nacido de Abraham fue el depositario de la promesa,


sin embargo, la bendición recibida no era solo para él, ya que también
se dice que todos los pueblos de la tierra serían benditos por medio de
Abraham.

Esta promesa nos incluye a nosotros porque, tú y yo, somos


parte de todos los pueblos de la tierra – sin importar nuestra creencia,
nuestro origen étnico, el lugar donde vivimos, nuestra condición social
o el idioma que hablamos. ¡El alcance de la promesa de esa bendición
nos envuelve a todos los que estamos vivos hoy en día!

Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre,
fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica
savia de la raíz del olivo, no seas arrogante para con las ramas; pero si eres
arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es
la que te sustenta a ti (Romanos 11:17-18 RVR 1960).

Lo sorprendente es que Abraham realmente no hizo nada digno en


términos humanos, para trascender. Su única grandeza fue ser obediente
a Dios y su recompensa ser del linaje de Jesucristo ¡Gloria a Dios!

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Federico Elizondo Barrera

El Señor eligió a Abraham y selló por medio de la circuncisión


una alianza con él y su descendencia. Después dio inicio a la etapa de
los patriarcas. Constituyó a Israel como su pueblo, salvándolo de la
esclavitud de Egipto. Estableció con él la alianza del Sinaí y le dio, por
medio de Moisés, su Ley para que lo reconociese y le sirviera como
al único Dios vivo y verdadero (revelación del monoteísmo ético).
Fue por los profetas que Dios anuncia a su pueblo en el Antiguo
Testamento la esperanza de la salvación, en la espera de una alianza
nueva y eterna destinada a toda la humanidad. Él en su sabiduría y
soberanía decidió revelarse a sí mismo por medio de Cristo, su Hijo
amado, nuestro Señor Jesucristo. Dios es el único que tiene inmortalidad
y habita en luz inaccesible; Él es a quien ningún hombre ha visto ni puede
ver. A Él sea la honra y el dominio eterno (1 Timoteo 6:16, BLP).

Dios es santo (íntegro, perfecto y libre de toda maldad) y el


hombre es pecador (no vive de acuerdo con el propósito para el
cual fue creado). Un gran abismo separa al hombre de su Creador,
lo que impide conocerlo personalmente o experimentar su amor. El
hombre ya no puede estar en la presencia de Dios, requiere de un
salvador.

El hombre fue creado para tener comunión con Dios; pero


debido a su voluntad terca y egoísta, escogió su propio camino y

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Meditando en el Amor de Cristo

la relación con su creador se interrumpió. A ese comportamiento


egoísta basado en los deseos de la carne, caracterizado por una
actitud de rebelión al no aceptar la voluntad de Dios es lo que la
Biblia llama pecado.

El hombre pretende alcanzar a Dios a través de sus propios


esfuerzos (obras), condicionando su relación con el Creador a
vivir una buena vida. Los seres humanos tenemos la tendencia
a buscar las cosas que nuestra naturaleza carnal exige y que solo
conducen a la vanidad: el dinero, el poder, la belleza de nuestro
cuerpo y las cosas materiales. Nuestro viejo hombre (la condición
que tenemos antes de aceptar a Jesucristo), el mundo y el diablo
siempre nos están alejando de Dios para ocuparnos de nuestros
propios placeres.

Muchos de nosotros sabemos lo que hay qué hacer para tener


paz espiritual, pero insistimos en hacer las cosas a nuestra manera.
Sin embargo, a los que Dios ama, los disciplina; por lo tanto, a veces
permite que eventos desafortunados se presenten en nuestra vida.
Esto con la finalidad de despertar en nosotros el deseo de buscarlo.
Es tan grande el amor que nos tiene nuestro Padre Celestial, que en
su deseo de vernos gozar de una vida plena, no toma en cuenta los
reveses momentáneos que podamos sufrir. Sin embargo, si no hay

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Federico Elizondo Barrera

una respuesta positiva a la disciplina divina, el Señor se desentiende


de nosotros lo que seguramente nos lleva a la condenación.

¿Quién es Dios?
Dios es el único ser eterno, supremo, infinito, perfecto, creador del
universo. Él es el comienzo y el final de todas las cosas. Como nos dio
la vida, solo Él se merece que le sirvamos y adoremos. Hay un solo
Dios verdadero y su nombre en el Antiguo Testamento es Yahveh que
traducido al griego es Jehová: yo soy el que soy (Salmo 83:18). Empero,
en el Nuevo Testamento, Jesucristo nos enseña que para los que lo
hemos aceptado como nuestro Señor y Salvador, el nombre de Dios es
Padre no Yahveh o Jehová. 5Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con
la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.6 He manifestado tu
nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y
han guardado tu palabra (Juan 17:5-6, LBLA).

Ningún ser humano lo ha visto jamás porque Él es un espíritu,


alguien muy superior a nosotros, que somos de carne y hueso: Nadie
ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le
ha dado a conocer (Juan 1:18, LBLA).

Pero a pesar de que no podemos verlo con nuestros ojos, nuestro


padre celestial nos da la oportunidad de acercarnos a Él mediante la

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Meditando en el Amor de Cristo

oración, porque se interesa por cada uno de nosotros (Salmo 65:2).


Además, está dispuesto a perdonarnos y reconoce nuestros esfuerzos
por hacer su voluntad, aun cuando no siempre lo logremos porque
somos seres imperfectos.

Dios es el creador del cielo y de la tierra. Él es amor, pero también


es fuego consumidor. Él es fuerte y valiente, poderoso en batalla,
nuestro creador, padre eterno, Señor, proveedor, protector, ayudador,
el rey de gloria y digno de toda honra y alabanza.

Nuestro Señor es santo y demanda santidad, aborrece el pecado


y siempre da oportunidad al pecador de que se arrepienta y cambie
de vida. Si uno se pone en las manos de Dios, Él nos hace nuevas
criaturas en Jesucristo, en donde todas las cosas viejas pasan y todas
son hechas nuevas.

¿Quién es Jesucristo?
En el tiempo propicio Dios se reveló al hombre a través de su Hijo
Jesús, quien dio a conocer al padre y vino a reconciliar a la humanidad
con Él. Para muchas personas, Jesucristo fue un carpintero de Nazaret,
un buen hombre, un gran maestro y un profeta de Dios. Estas facetas
son ciertas en la vida de Jesús, el hijo de José y María, pero en realidad
no definen quién es Él.

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Federico Elizondo Barrera

La Biblia nos enseña que Jesús (el Salvador) fue un ser 100%
humano como nosotros y además, lo maravilloso es que también
fue—y es—100 % Dios (el creador del universo) hecho carne.

Jesús vino a la tierra para enseñar, sanar, corregir y perdonar y,


aún más, para morir por nosotros. Jesucristo es Dios, el Creador, el
Señor soberano. El único camino para conocer a Dios es por medio
de su hijo Jesucristo. Él nos amó y nos sigue amando tanto que dio su
vida por nosotros. Fue capaz de morir de la forma más dolorosa que
narra la historia, solo para mostrarnos su amor. Eso es prueba más
que suficiente de que podemos confiar la vida en manos de Dios.

El hombre está tratando continuamente de alcanzar a Dios a


través de sus propios esfuerzos, tales como vivir una vida de lujos, la
filosofía o la religión, pero siempre falla en su intento. La expresión
“buscar a Dios” se refiere al deseo de conocerle, al hambre y a la sed
ardientes de tener una relación íntima con nuestro creador. Implica la
maravillosa sensación de desarrollar unidad con Él, donde Jesucristo
no es ya nuestro distante Salvador y Señor, sino un amigo íntimo que
camina con nosotros día tras día.

Al igual que los fariseos que buscaban señales y prodigios en


vez de buscar al Señor, hoy—2000 años después—vivimos en un

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Meditando en el Amor de Cristo

clima espiritual muy parecido. Las personas quieren demostraciones


del poder divino y al no encontrarlo se conforman con una simple y
superficial relación con Jesús:

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Al reunirse la multitud, Jesús dijo: «La generación actual es mala. Busca
una señal milagrosa, pero no se le va a dar ninguna señal, solamente la que se
le dio a Jonás. Lucas 11:29 (PDT)

¿Quién es el Espíritu Santo?


El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, por quien
el creyente es regenerado y transformado en una nueva criatura.
Vino al mundo con la finalidad de glorificar a Jesucristo y habilitar
a los hombres para que hicieran suya la salvación forjada por el
Mesías.

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,


él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

El Espíritu Santo es el medio para traer convicción de pecado al


hombre, así como para la regeneración de este. Al mismo tiempo que
suministra la salvación, el Santo Espíritu imparte vida nueva, bautiza
al creyente y lo aparta para el día de la redención.

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Federico Elizondo Barrera

El Espíritu Santo llena (dirige) a aquellos creyentes que se someten


a Él, los capacita para que fructifiquen y los fortalece para que vivan una
vida libre del dominio del pecado. También sabemos que el Espíritu
Santo imparte dones espirituales a los creyentes, con el propósito de
edificar a la iglesia de acuerdo con las enseñanzas de la Escritura.

Maneras de buscar a Dios


El secreto para desarrollar intimidad con Dios es actuar siempre
buscando a nuestro creador con un corazón sincero. Porque está
escrito que todo el que lo busque lo encontrará, ya que Él siempre
está dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos. Él, como padre
amoroso, jamás va a despreciar a un corazón contrito. Él nos hace esa
promesa a través del profeta:

Me buscarán y me encontrarán, si es que vienen a buscarme de todo corazón.


Jeremías 29:13 (BLPH)

Veamos las principales maneras a través de las cuales podemos


buscar a Dios:

1. Mediante la lectura de la Biblia


El estudio metódico y constante de la Palabra de Dios hará crecer
nuestra fe y nos dará lo que necesitamos para vivir en santidad. Su

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Meditando en el Amor de Cristo

divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia
gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para
vivir como Dios manda. (2 Pedro 1:3, NVI).

Por ejemplo, cuando nos enamoramos, anhelamos desarrollar


una relación para conocer más a la persona amada. Se produce la
intimidad verdadera, las barreras desaparecen y la ignorancia es
sustituida por un conocimiento profundo que va más allá de lo
físico o lo emocional. De esta manera logramos una conexión con
el espíritu de la otra persona. Por lo anterior, podemos comprender
que al leer la Biblia nuestro espíritu se conecta con el Santo Espíritu
de Dios.

2. Mediante la oración
El propósito de orar es conocer más a Dios y desarrollar una relación
con Él a través del Cristo. Orar consiste en tener una conversación
con el creador y esto incluye tanto hablar como escuchar y meditar.
Orar es dedicar algunos minutos no para pedir nada, sino solo
para agradecer y reconocer el amor de Dios. Él mandó a su hijo
Jesucristo a pagar con su vida en la cruz el precio de nuestros
pecados, abriendo así el cielo a la vida eterna. El dar gracias por
medio de la oración honra a Dios, produce alegría y nos hace más
parecidos a Jesús.

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Federico Elizondo Barrera

El apóstol Pablo nos enseña que debemos dar gracias a Dios, el


padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre y en todo lugar.
Porque la oración nos une a Dios y hacemos una declaración de fe,
estamos confesando que creemos que Dios quiere, puede y hará
todas las cosas que ha prometido. Cuando oramos en fe, Dios hará
su voluntad en nuestras vidas. Él realizará prodigios y señales en el
nombre de su Hijo Jesucristo.

La oración nos lleva al interior del corazón de Dios que nos creó
y sostiene. Allí podemos escuchar su voz, podemos conversar con Él,
darle gracias y solicitar las cosas que necesitamos.

3. Mediante la meditación de su palabra


Al meditar en la Palabra de Dios, llegamos a entender sus caminos y
su voluntad y nuestra relación con Él se fortalecerá. Si conocemos más
a Dios tomaremos decisiones correctas y eso llevará al éxito.

Meditar implica pensar en lo que leemos en la Palabra. Esto


significa asimilar cada pasaje de la Biblia y relacionarlo con el capítulo
y con el libro en donde está escrito. No podemos interpretar una
doctrina si solo estudiamos versículos aislados. Al terminar de leer
y meditar la Palabra es necesario orar, buscando la confirmación de
que entendimos el mensaje divino que llega a nosotros. Será mediante

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Meditando en el Amor de Cristo

la dirección del Espíritu Santo que llegaremos a comprender cómo


aplicar su enseñanza a nuestra vida.

A partir de estos tres caminos que hemos revisado, podemos


concluir que si Dios es lo primero en nuestra vida, Él nos concederá
los deseos de nuestro corazón: Deléitate en el Señor, y él te concederá los
deseos de tu corazón. (Salmo 37:4, BLPH).

Nuestro Señor está esperando que lo busquemos todos los días


en la oración y la meditación de la Palabra. A través del Espíritu
Santo podemos ser consolados por su presencia y esto nos llevará
a una vida bendecida con paz y gozo, no importando la situación
o las circunstancias en las que nos encontremos. Jesús quiere que
cada uno de nosotros busque la verdad por sí mismo: Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. (Mateo 7:7, RVR1960).

Como nuestro creador es omnisciente, el Señor nos conoce


mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos. Él está muy
consciente de nuestros anhelos más profundos, incluso de aquellos
de los que no nos hemos dado cuenta todavía.

Un corazón malo es tenebroso e impuro y en él se aloja un espíritu


rebelde. Pero cuando decidimos obedecer a Dios, nuestro corazón

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Federico Elizondo Barrera

se vuelve limpio, nuestra mente se aclara y nuestro espíritu se hace


obediente; de este modo, somos capaces de discernir lo que es bueno y
lo que es malo, sujetándonos a la voluntad divina. Ninguna otra cosa
satisface más nuestro espíritu que el estar a solas con el Señor Jesucristo.
Dios nos ama y nos creó para conocerlo y experimentar su amor.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.
(…)Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3 (LBLA).

Mediante la fe debemos recibir a Jesucristo (el único camino


a Dios), como Señor y Salvador, solo así podremos conocerle y
experimentar su amor. El recibir a Cristo significa volverse a Dios,
abandonando nuestra vida egocéntrica, mediante el arrepentimiento.
Esto demanda confiar en Él para que haga morada en nuestra vida y
perdone nuestros pecados. De esa manera seremos transformados en
la clase de personas que Él quiere que seamos.

Buscar a Dios por medio de su Hijo Jesucristo debe ser nuestro


principal objetivo. Eso requiere una actitud de entrega, diligencia,
perseverancia, confianza y humildad. Tan solo simpatizar y estar de
acuerdo intelectualmente con la doctrina de Jesús, no es suficiente

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Meditando en el Amor de Cristo

para lograr la salvación ni tampoco lo es tener una experiencia


emocional al escuchar alabanzas.

Es necesario recibir a Cristo por fe, como un acto de nuestra


voluntad y esto se logra mediante la oración (orar es hablar con Dios),
confesando con la boca a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador:
Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se reconoce
a Jesucristo para alcanzar la salvación. (Romanos 10:10, DHH).

Al escuchar y estudiar los mensajes basados en la Palabra,


empezamos a asimilar los principios bíblicos y se desarrolla en nosotros
el temor a Dios (miedo reverencial y respetuoso) y al mismo tiempo
adquirimos sabiduría. Entonces, podemos evaluar nuestras circunstancias
a la luz de su Palabra. El temor del Señor es el principio de la sabiduría;
los necios desprecian la sabiduría y la instrucción (Proverbios 1:7).

Dios no se esconde de nosotros. Si lo buscamos de corazón, Él


siempre nos permitirá encontrarlo y nuestra recompensa será obtener
un mayor entendimiento espiritual y sentir un gozo inexplicable:

Jeremías 29:13. Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo


corazón. (…) Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y
ocultas que tú no sabes. Jeremías 33:3 (NVI)

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Federico Elizondo Barrera

Nuestra fe nos llama a una vida de búsqueda continua de Dios


y debemos permanecer en esta actitud hasta nuestro último aliento
de vida: Dios mío, tú eres mi Dios. Con ansias te busco desde que amanece,
como quien busca una fuente en el más ardiente desierto. (Salmo 63:1)
LBLA

Muchos dejan que los maestros religiosos y otras personas


busquen por ellos. Parece que tales personas piensan que el estudio
es para los que enseñan; sin embargo, se debe buscar a Dios en todo
momento porque cada uno tendrá que dar cuenta de sí mismo.

No podemos culpar a Dios ni a nadie por el hecho de que nunca


investigamos la verdad divina por nosotros mismos. El pastor solo
muestra el camino y cada uno es el responsable de su propia vida.
Buscar al Señor es una tarea de toda la vida, es algo que tenemos que
hacer cada día en nuestros hogares, en nuestras oficinas, en nuestras
escuelas y en nuestros negocios.

La Palabra en el libro de Santiago nos enseña que debemos pedir


la sabiduría que emana de nuestro Señor, el único Dios verdadero. Este
es el conocimiento auténtico y no aquel que nace del entendimiento
humano. ¿Y qué es la sabiduría, sino la presencia de Dios en nuestra
vida? La sabiduría es Dios. Razón por la cual el apóstol Pablo decía: Ya

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Meditando en el Amor de Cristo

no soy yo quien vive, sino es Cristo que vive en mí. Al aceptar a Jesucristo
como el señor de nuestra vida, se nos ha dado su mente para discernir
lo siguiente:

1
Al maestro del coro. Salmo de David. 2Los cielos proclaman la grandeza del
Señor, el firmamento pregona la obra de sus manos; 3el día al día comunica su
mensaje, la noche a la noche anuncia la noticia: 4sin lenguaje, sin palabras,
sin que se escuche su voz, 5se difunde su sonido por toda la tierra, y por los
confines del mundo su mensaje. En ellos ha erigido una tienda para el sol
6
que recorre alegre su camino como atleta, como novio que sale de su alcoba.
7
Sale por un extremo del cielo y en su órbita llega hasta el otro: nada escapa
a su calor.

8
La ley del Señor es perfecta, reconforta al ser humano; el mandato del Señor
es firme, al sencillo lo hace sabio; 9los decretos del Señor son rectos, alegran el
corazón; el mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz; 10venerar al
Señor comunica santidad, es algo que permanece para siempre; los juicios del
Señor son verdad, todos ellos son justos.

11
Son más cautivadores que el oro, más que abundante oro fino, más dulces
que la miel, que la miel virgen del panal. 12Tu siervo está atento a ellos;
grande es el premio si se respetan. 13Pero, ¿quién conoce sus propios errores?
Perdóname los que ignoro.

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Federico Elizondo Barrera

14
Libra a tu siervo de la arrogancia, ¡que no me domine! Y entonces seré
íntegro, inocente de un gran pecado. 15Que te sean gratas mis palabras y
te deleiten mis pensamientos, Señor, mi fortaleza, mi redentor. Salmo 19
(BLP)

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Meditando en el Amor de Cristo

Notas

33
Federico Elizondo Barrera

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Meditando en el Amor de Cristo

Ámense los unos a los otros.


Juan 13:34-36
El mandamiento de Jesús

Base bíblica
34
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Juan 13:34-36
(RVR1960)

Contexto
El capítulo 13 del evangelio de Juan nos presenta los mensajes y
oraciones de la despedida de Jesús. Él era una persona que amaba
y mostraba su corazón sin reserva. El Padre había puesto todo bajo
su dominio y autoridad y ¿qué hizo Jesús con todo ese poder? Lo
sorprendente es que lo utilizó para servir y se humilló lavando los pies
de los discípulos. Jesús no necesitaba el poder para amasar riquezas,
manipular a la gente o sentirse importante. Conocía la plenitud de
la ley y a los profetas y sabía que lo substancial era el amor que se
desborda en compasión.

Jesús es, por tanto, el mediador designado para el nuevo pacto


(Hebreos 12:24) y al igual que la Alianza del Sinaí—mediada por

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Federico Elizondo Barrera

Moisés y que contenía los diez mandamientos como una parte


integral de la voluntad de Dios—ahora el nuevo pacto requiere un
mandamiento nuevo, como su ley fundamental. El maestro estaba
consciente que a su partida, el enemigo de la verdad buscaría la
manera de destruir su obra provocando la separación, la envidia y la
lucha por el poder. Entonces, dirigiéndose a sus discípulos les dijo:
34
Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que
como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. 35En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los
otros. (Juan 13:34-36, LBLA).

Las palabras de nuestro Señor hacen eco a través de la historia


y hoy, al igual que como lo hizo con sus discípulos, nos demanda
permanecer unidos en el amor. Nos llama a un estilo de vida en el amor
puro y verdadero apartado de palabras, de sentimientos efímeros; este
amor puro está basado en acciones sencillas de servicio para el bien de
los demás.

Los hebreos conocían algo en cuanto a la sabiduría de Dios, de


su persona y su poder, pero no sabían nada sobre su amor. Fue hasta
que la segunda persona de la Trinidad, el Señor Jesús, se hizo hombre
y murió en la cruz, que en la tierra hubo una manifestación del amor
de Dios.

36
Meditando en el Amor de Cristo

Versículos de estudio: Juan 13:34-36


¿Por qué sufre el hombre sobre la tierra? ¿Por qué soporta tantas
penas y tantos males? Sufrimos debido a que nos falta humildad. En
un alma humilde entregada al Cristo, vive el Espíritu Santo. ¡Él le da
la libertad, la paz, el amor y el gozo! Sufrimos porque desatendemos
el mandamiento y no amamos suficiente a nuestro hermano.

El amor de Dios es un don, es decir, un regalo y no se le conoce


plenamente si no es por el Espíritu Santo que nos convence de toda
verdad. Cuando confiemos en que Él satisfará todas nuestras necesidades,
seremos liberados y capacitados para humillarnos y compensar las
necesidades de nuestros hermanos en la fe y de nuestro prójimo.

En el evangelio de Jesús encontramos una nueva manera de


vivir que se debe manifestar en acciones concretas. Este estilo de vida
consiste en amarse unos a otros. Jesús ha derrotado al odio, la vida ha
vencido a la muerte, la luz ha dispersado la oscuridad. El Señor se ha
hecho servidor a fin de limpiar y purificar la vida de los hombres. El
hombre nuevo, redimido por la sangre del cordero, es un hombre que
ama. Él ha sido liberado para una existencia creadora al servicio de
los demás. En Cristo fuimos llamados a la libertad, no al libertinaje.
Libertad para amar, no para dar rienda suelta a nuestros instintos
mundanos. Andar en amor y seguir a Jesucristo es la misma cosa.

37
Federico Elizondo Barrera

El amor está enfocado en el inquebrantable deseo de servir,


compartir y proteger a las personas. Esto sin preguntarse a quién se
ama o cuál es su posición social, solo debemos atender a su necesidad
sin esperar recompensa alguna, pues no se trata de ofrecer un servicio
o una ayuda, sino de entregarse uno mismo.

Amar es ser un reflejo del carácter de Jesucristo, que nos presenta


un modelo de vida centrado en el servicio amoroso y rompe con los
patrones culturales de la jerarquía, el poder y la manipulación.

En Jesucristo somos hechas nuevas criaturas. El hombre viejo


ha quedado atrás, en el olvido; este es tan solo una sombra que va a
desaparecer a medida que reflejemos la luz del evangelio. En Cristo se
vive bajo autoridad. Ya no nos pertenecemos, es Jesús quien toma las
decisiones como el Señor de nuestra vida.

El apóstol Juan nos enseña que cuando la cena de la pascua había


terminado, Jesús hizo una pausa antes de instituir la Santa Cena. Él
tomó una toalla, llenó una vasija de agua y comenzó a lavarles los pies
a los discípulos. Él los lavó y los secó con amor y ternura, incluyendo
los pies de Judas, quien había de traicionarlo. Luego Él dijo: Yo les he
dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho (Juan
13:15, DHH). La cena continúo y más adelante el maestro adujo lo

38
Meditando en el Amor de Cristo

siguiente: 34»Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los
otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los
otros. 35De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos
a los otros». (Juan 34-35, NVI).

En el Antiguo Testamento la esperanza de los hebreos era la


promesa hecha a Abraham, de entregarles tierra y una descendencia
tan numerosa como las estrellas. Del lado de Israel, su pacto con el
Señor era obedecer los mandamientos con fidelidad, a cambio de que
el Señor siguiera protegiendo y guiando a su pueblo hasta la Tierra
Prometida.

La promesa divina consistía en el establecimiento de un reino


aquí en la tierra, en donde viviría el pueblo de Dios— los judíos—en
paz, en justicia y en el cumplimiento del propósito del Altísimo de
darles una morada eterna terrenal: «Ya elegí al rey que gobernará desde el
monte Sión, que es mi montaña santa» (Salmo 2:6, TLA).

En cambio, el nuevo pacto en Jesucristo elevó la condición del


hombre de lo material, a lo espiritual; de lo terrenal, a lo celestial.
Jesús abrió los cielos a la vida eterna y además nos enseñó el camino
diciendo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el
Padre si no es por mí (Juan 14:6, BLP).

39
Federico Elizondo Barrera

Cristo instituyó este nuevo pacto—el Nuevo Testamento—en su


sangre; judíos y gentiles fueron unificados no según la carne, sino en
el Espíritu. Así se constituyó el nuevo pueblo de Dios.

Sin embargo, el mandamiento nuevo no es completamente nuevo.


En el Antiguo Testamento, escrito en el libro de Levítico, 19:18 (NTV)
encontramos estas palabras: No busques vengarte, ni guardes rencor
contra tus hermanos israelitas, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo
soy el Señor.

En este versículo el mandamiento requería de los israelitas


que amaran solo a otros israelitas, pero más adelante se amplía su
alcance diciendo: Trátenlo como a un ciudadano más y ámenlo como a
sí mismos, pues ustedes fueron inmigrantes en Egipto; porque yo soy el
SEÑOR su Dios (Levítico 19:34). Entonces, ¿Por qué lo llaman nuevo
mandamiento del Señor Jesucristo? ¿En qué consiste el mandamiento
nuevo?

En la víspera de su muerte en la cruz, el Señor Jesús añadió algo


que hizo nuevo el antiguo mandamiento, al decir: como yo os he amado.
El nuevo mandamiento contiene una medida de amor totalmente
nueva. El israelita bajo esta ley debía amar a su prójimo como a sí
mismo—la medida del amor propio. El creyente de hoy debe amar a

40
Meditando en el Amor de Cristo

otros como Cristo lo amó a él—la medida de amor del calvario. Estas
palabras representan un modelo para nuestro amor por los demás.

Este nuevo pacto entre Dios y su pueblo elegido, fue profetizado


600 años antes de la venida al mundo del mesías. Jesús, el Cristo, en la
última cena cumplió la promesa que el Altísimo entregó a su pueblo a
través del profeta Jeremías: Deberá ser considerado como un nacido en el
país y lo amarás como a ti mismo, porque también ustedes fueron extranjeros
en el país de Egipto. Yo soy el Señor, su Dios. (Jeremías 31:31-33, BLPH).

El mandamiento consiste en la comunión con Cristo, así como el


vivir en Él. De esta forma lo expresa el apóstol Pablo: He sido crucificado
con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo
en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su
vida por mí (Gálatas 2:20, CST). Jesús se ha vuelto nuestro poder para
amar, al permanecer Él mismo en el Padre. De este modo, cuando
permanecemos en Él, se nos da el mismo amor del Padre con el cual
nos amamos unos a otros.

Jesús no solo presenta el mandamiento del amor, sino que enseña


también el modo de cómo llevarlo a cabo, cundo nos dice: amen como
Yo los amé. Esto significa amar hasta estar dispuestos a sacrificar la
propia vida por el otro.

41
Federico Elizondo Barrera

Para demostrar que amamos al prójimo, tenemos que procurarle


todo el bien que podamos, tanto para el alma como para el cuerpo,
orando por él y sirviéndole cordialmente. Porque la amistad que solo
consiste en bellas palabras no es gran cosa y eso no es amarse como
nuestro Señor nos ha amado, ya que Él no se contentó con decirnos
que nos amaba sino que fue más lejos extendiendo sus brazos en la
cruz.

En humildad debemos considerar a los otros como más


importantes que a nosotros mismos, buscando siempre el bienestar
de los demás. Este amor lo personificó Jesucristo, al entregar su vida
por sus ovejas (Filipenses 2:4). El apóstol Pablo nos pide en su carta a
los Efesios que tratemos a todos con amor, de la misma manera que
Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de
olor agradable a Dios (Efesios 5:2).

Nuestro Señor consideró a este como el segundo más grande


mandamiento en la ley porque, ciertamente, si un hombre realmente
ama a su prójimo como a sí mismo, nunca lo mataría, no abusaría de su
mujer, no le robaría, no le mentiría o codiciaría lo que le pertenece. Ya
que los mandamientos dicen: No cometas adulterio, no mates, no robes, no
codicies; pero estos y los demás mandamientos quedan comprendidos
en estas palabras: Ama a tu prójimo como a ti mismo. El que ama no hace

42
Meditando en el Amor de Cristo

mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley


(Romanos 13:8-10).

Hemos sido llamados a servir a los demás y se nos llama a ejercitar


el amor ágape—un amor total, abnegado, dador, que ni demanda
ni necesita ser correspondido por la otra persona—basado en la
responsabilidad, compromiso, voluntad y decisión. Es el amor que se
entrega a semejanza de Jesús que llega hasta las últimas consecuencias.

El amor es activo, ya que el verbo amar se manifiesta en una


serie de acciones concretas: honrar, respetar, hacer justicia, proteger,
restituir, liberar y trabajar por el bienestar de los demás. Implica
servir en las cosas sencillas y rutinarias de lo cotidiano, ayudando al
cónyuge, a los padres, a los hijos, al vecino; esto es hacer algo por el
otro aunque no se lo merezca teniendo gestos de amabilidad, bondad
y mansedumbre.

Hay una gran diferencia entre llevar a cabo acciones con amor y el
sentir amor por nuestro prójimo. Podemos obedecer este mandamiento
aun sin sentir afecto hacia algunas personas, nuestra acción amorosa
es un don de Cristo, que nos amó, nos enseñó el comportamiento
amoroso y que nos hizo un nuevo pueblo renacido en su imagen y
capaz de amar con su amor.

43
Federico Elizondo Barrera

El amor de Cristo por sus discípulos no era una emoción pasajera.


Era verdadero. Él se compartía a sí mismo con ellos, los cuidaba y
entregó su vida por ellos. El amor que Cristo nos pide que tengamos
unos por otros será la señal más grande que el mundo incrédulo
verá de que somos discípulos y seguidores de Jesús (Juan 15:10). El
amor y la unidad cristiana son pruebas al mundo incrédulo de que
nuestra fe es verdadera. Podemos predicar y testificar en las iglesias
y en las calles hasta que nos quedemos sin voz. Pero si los perdidos
no ven el amor cristiano y la unidad en nosotros, no conocerán que
el evangelio es verdad. Ellos no conocerán que Cristo los ha amado.

El amar a nuestro prójimo es un mandamiento muy exigente,


porque penetra al centro mismo del egoísmo humano. Demasiadas
veces nos amamos mucho más a nosotros mismos de lo que amamos
a nuestro prójimo y ponemos nuestros intereses por sobre los del
otro. La vivencia del mandamiento del amor, crea un ambiente
que favorece a la unidad en la diversidad y a las relaciones
interpersonales. Es sinónimo de hermandad y de amistad, de unión
y correspondencia entre hermanos, amigos y grupos de personas.
Jesucristo enseñó que cuando se está al servicio de sus semejantes
se está al servicio de Dios. El prestar servicio no solo nos llena de
gratitud, sino que somos bendecidos al poder participar de la obra
del Señor.

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Meditando en el Amor de Cristo

Oración

1
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a
ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y
entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal
manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese
todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para
ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

4
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; 5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor; 6no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios 13:
1-7 (RVR1960)

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Federico Elizondo Barrera

46
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

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Federico Elizondo Barrera

48
Meditando en el Amor de Cristo

Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.


Marcos 1:14-15

El arrepentimiento

Base bíblica
14
Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando
el evangelio de Dios, 15y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios
se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio. Marcos 1:14-15 (LBLA)

Contexto
Juan el Bautista fue un predicador de origen judío. Sabemos por la
Biblia y los historiadores de la época, que era contemporáneo y
pariente de Jesús de Nazaret. Nació a principios del siglo I a.C. en
el seno de unos padres justos y devotos, de linaje sacerdotal, en un
pequeño pueblo de Judea. Se cree que Juan fue seis meses mayor que
Jesucristo. El Nuevo Testamento describe al profeta Juan como a una
figura del mesías que habría de venir; sin embargo, el mesías esperado
sería un hombre mayor que Juan ante los ojos del Señor, creador del
universo.

El Evangelio de Marcos nos presenta a Juan como la persona en


la que se cumplió la profecía de Isaías (profecía que en realidad era la

49
Federico Elizondo Barrera

recopilación de frases escritas en el libro de Malaquías y en el libro del


Éxodo). Esta profecía habla de un mensajero que iba por delante del
mesías y de una voz que clama en el desierto:

3
Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada
en la soledad a nuestro Dios. 4Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y
collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5Y se manifestará la
gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha
hablado. Isaías 40:3-5 (RVR1960)

El evangelio de Marcos nos cuenta que Juan usaba un manto


hecho de pelo de camello y que se alimentaba de saltamontes y de
miel silvestre. Sin embargo, lo más relevante de su ministerio era que
proclamaba el bautismo del arrepentimiento para el perdón de los
pecados. Además anunciaba que vendría otro después de él que no
bautizaría con agua, sino con el Espíritu Santo.

Mateo describe a Juan como crítico de los fariseos y de los saduceos


y aparece predicando que el reino de los cielos se acercaba y un juicio
venidero estaba próximo, por eso la necesidad de arrepentirse. El
apóstol Juan describe a Juan el Bautista como a un hombre enviado
por Dios, pero aclara que no era el mesías esperado, sino que él fue el
encargado de dar testimonio de la venida de Jesús.

50
Meditando en el Amor de Cristo

El Señor comenzó y terminó su ministerio hablando del


arrepentimiento. Después de que Juan el Bautista fue encarcelado,
Jesús volvió a la región de Galilea proclamando el evangelio de
salvación. Él terminó su ministerio diciendo que el arrepentimiento se
debe predicar en su nombre a todas las naciones, cumpliéndose así la
profecía anunciada por el precursor de Cristo.

Versículos de estudio: Efesios 4:3.1-32


¿Qué es el arrepentimiento?
La palabra arrepentimiento significa cambiar de manera de pensar y
siempre implica un cambio de actitud que afecta al hombre hasta lo más
profundo de su ser. Esta nueva mentalidad nos lleva a dejar de hacer lo
que antes hacíamos—vivir en pecado—lo cual es dañino para nuestras
vidas. Arrepentimiento es la traducción al español de la palabra griega
metanoia que significa cambiar de mente o nuestra forma de pensar. No
obstante, esta definición está muy influenciada en el Nuevo Testamento
por la idea hebrea sobre el arrepentimiento, la cual enseña que hay que
apartarse del pecado para volver a los caminos del Señor:

Pueblos numerosos llegarán, diciendo: «Vengan, subamos al monte del Señor,


al templo del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y podamos
andar por sus senderos.» Porque de Sión saldrá la enseñanza del Señor, de
Jerusalén vendrá su palabra. Isaías 2:3 (DHH)

51
Federico Elizondo Barrera

El arrepentimiento es el reconocimiento voluntario del pecado y


la necesidad del perdón de Dios. Un pecador arrepentido experimenta
un sentimiento de pesar y tristeza al descubrir la gravedad de su caída
y se pone del lado de Dios y contra sí mismo, apartándose de sus
pecados con desprecio. Al hacerlo empieza a experimentar un cambio
de actitud que lo conduce a una nueva dirección de vida basada en la
fe. En el Antiguo Testamento era frecuente que la persona arrepentida
vistiera cilicio y se cubriera de cenizas como símbolos de luto y dolor.

¿Qué es el remordimiento?
El arrepentimiento no es una experiencia emocional; en cambio, el
remordimiento es un sentimiento de culpabilidad que tiene una
persona por algo que ha hecho y que la intranquiliza. El remordimiento
es una respuesta emocional a una conducta inapropiada, que da origen
a la vergüenza, a la ira o a la depresión profunda. Sin embargo, no hay
una intención sincera de apartarse de aquel comportamiento y en lugar
de pedir perdón, en ocasiones la persona se aleja de todo y de todos
llegando a poner en peligro su estabilidad emocional o su existencia.

En el remordimiento no hay un verdadero aborrecimiento por


el pecado. Uno puede estar lleno de remordimiento por algo que
ha hecho sin sentir demasiado dolor por el pecado mismo. El caso
de Judas Iscariote es un ejemplo en donde podemos observar la

52
Meditando en el Amor de Cristo

fuerza destructiva del enemigo de Dios—Satanás—utilizando el


remordimiento para envolver al discípulo de Jesús en culpa y llevarlo
hasta el suicidio:

3
Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús,
sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los
sacerdotes y a los ancianos. 4 ―He pecado —les dijo— porque he entregado
sangre inocente. ― ¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—.
¡Allá tú! 5Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego
fue y se ahorcó. Mateo 27:3-5 (NVI)

¿Por qué debemos arrepentirnos de nuestros pecados?


El hombre se apartó de Dios, sin embargo, el Altísimo en su inmenso
amor sigue extendiendo su misericordia sobre los pecadores y los busca
para invitarlos a su reino. Empero, para recuperar la relación perdida
con el Creador se requiere de la participación activa de cada persona.
Es necesario que cada uno de nosotros dé frutos de arrepentimiento—
estar dispuestos a dejar el pecado atrás—y se vuelva a Dios a través
de su hijo Jesucristo.

Sin arrepentimiento no hay perdón de pecados y se cierran todas


las puertas del reino de Dios y lo único que nos queda es una terrible
condenación que durará toda la eternidad.

53
Federico Elizondo Barrera

El pecado es una declaración de guerra contra el Rey, creador del


universo; es un desafío soberbio del hombre en su deseo de ser igual a
Dios y demuestra la intención de ocupar su lugar. El pecado es el arma
del enemigo para apartarnos de Dios. Contrario a la verdad, el ángel caído
engañó a Eva diciéndole que si comía del fruto prohibido se abrirían sus
ojos y ella y Adán serían como Dios y conocerían el bien y el mal.

Al pecar la criatura se levanta contra su creador en un acto de


rebelión, rechazando la voluntad de su hacedor para imponer la suya. El
pecador no toma en cuenta los mandamientos de Dios y hace prevalecer
sus propias ideas. Se atreve a proclamar su independencia eliminando
a Dios de su vida y de su familia. Escoge su propio camino, el de la
perdición, el camino que va directo al fracaso, colmado de violencia, de
drogadicción, de alcoholismo, de pecados sexuales y corrupción.

Dios toma muy en serio al pecado por ser un acto de enemistad y


de desprecio contra su persona y así lo manifiesta: El que no es conmigo,
contra mí es (Mateo 12:30). El pecado crea una barrera entre Dios y
las personas; rompe el orden moral que Él ha establecido desde la
fundación del mundo y conduce a la catástrofe moral y espiritual.

El arrepentimiento es un mandamiento de Dios.


Puesto que el arrepentimiento es un mandato del Dios, desobedecerlo

54
Meditando en el Amor de Cristo

tendrá graves consecuencias. El arrepentimiento abarca el intelecto,


las emociones y la voluntad; implica el abandono de la desobediencia
obstinada ante nuestro creador, para rendir nuestra vida a Cristo.
Tenemos que dejar de luchar contra Dios y rendirnos a su voluntad. Es
imprescindible entender que para disfrutar de la bendición del Señor
es necesario que antes haya en nosotros un genuino arrepentimiento.

Si alguien muere no arrepentido, ¿habrá alguna posibilidad de


que se arrepienta después de la muerte?

La promesa de salvación del evangelio se da a todos; no obstante,


si alguien cierra los oídos y da la espalda a la misericordia de Dios y
no se arrepiente, no podrá culpar a nadie más que a él mismo si perece
en sus pecados.

Hay personas que viven una vida descuidada, en pecado y


apartada de Cristo. Más adelante, cuando se encuentran a los bordes
del sepulcro, enfermos y cansados comienzan a clamar a Dios
pidiendo que tenga misericordia de ellos. La gracia de Dios es infinita
y no cabe ninguna duda de que muchos estarán en el cielo. Ellos
alcanzaron la salvación al aceptar a Jesucristo en su lecho de muerte.
Sin embargo, algunas personas que profesaron arrepentimiento
motivados por su condición terminal, se han recuperado y con la

55
Federico Elizondo Barrera

restauración de la salud vuelven a perder el miedo a la muerte y


reinciden en el pecado.

Cuando alguien muere en sus pecados se aparta para siempre


de la bondad de Dios. Puede haber remordimiento en la región de
los perdidos, pero no arrepentimiento. Al contrario, el llanto y la
lamentación van acompañados de crujir de dientes, cosa muy diferente
del arrepentimiento. No hay nada en el infierno para cambiar el corazón
del hombre. Las Escrituras nos enseñan que ahora es el día de salvación:

Ahora es el momento oportuno: ¡Busquen a Dios!; ¡llámenlo ahora que está


cerca! Isaías 55:6 (TLA)

En el evangelio según Lucas se nos muestra que el rico en el


infierno desea que sus hermanos sean advertidos. Dice él: si alguno
fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Los perdidos en el infierno
se dan cuenta de que su oportunidad para arrepentirse se ha desvanecido para
siempre. (Lucas 16).

Todos los seres humanos debemos reconocer que somos incapaces


de arrepentirnos por nosotros mismos, de ahí la necesidad de obtener
ayuda divina: solo el Espíritu Santo puede producir ese sentir en
nuestro interior.

56
Meditando en el Amor de Cristo

El arrepentimiento es el primer paso en el camino de la


salvación. El evangelio exige una respuesta y el acto de apartarnos
de nuestros pecados y volvernos a Dios es la única respuesta válida.
El arrepentimiento y el perdón están tan vinculados que es imposible
experimentar uno sin experimentar el otro. Ambos involucran al
intelecto, al corazón y a la voluntad. El intelecto entiende la justicia
y santidad de Dios, el corazón se abate ante la gravedad de haber
pecado y la voluntad lo lleva a pedir perdón para caminar con el Señor
y agradarlo.

Dios Padre abrió el mar rojo para salvar a su pueblo de la


destrucción, ahora Jesucristo abre el corazón de los pecadores, los
lleva al arrepentimiento, al quebrantamiento y al perdón. Algunos
corazones se funden bajo la dulce historia del amor de Jesucristo y
alcanzan la salvación.

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Federico Elizondo Barrera

Oración

Dios, apiádate de mí.


1
Al maestro del coro. Salmo de David. 2Cuando, tras haber mantenido
relaciones con Betsabé, lo visitó el profeta Natán.

3
Apiádate de mí, oh Dios, por tu amor, por tu gran compasión borra mi
falta; 4límpiame por entero de mi culpa, purifícame de mis pecados. 5Pues yo
reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado.

6
Contra ti, sólo contra ti pequé, yo hice lo que tú aborreces; así que serás
justo en tu sentencia, serás irreprochable cuando juzgues. 7Yo, en la culpa fui
engendrado, en pecado me concibió mi madre.

8
Tú amas la verdad en lo más íntimo, la sabiduría me muestras en lo oculto.
9
Rocíame con hisopo y quedaré purificado, límpiame y seré más blanco que
la nieve. 10Déjame sentir la alegría y el regocijo; que se gocen los huesos que
dañaste. 11Aparta tu rostro de mis pecados, borra tú todas mis culpas.

12
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu
firme. 13No me alejes de tu presencia, no apartes de mí tu santo espíritu.
14
Devuélveme el gozo de tu salvación, que un espíritu generoso me sostenga.

58
Meditando en el Amor de Cristo

15
Yo enseñaré tus sendas a los malvados y los pecadores regresarán a ti.
16
Líbrame de verter sangre, oh Dios, Dios que me salvas, y mi lengua cantará
tu justicia. 17Señor, abre mis labios y mi boca pregonará tu alabanza.

18
No te satisfacen los sacrificios, si te ofrezco un holocausto no lo quieres.
19
El sacrificio a Dios es un espíritu apenado, tú, Dios, no rechazas el corazón
dolorido y humilde. 20Favorece complacido a Sión, reconstruye los muros de
Jerusalén; 21entonces te agradarán los sacrificios justos, los holocaustos y el
sacrificio perfecto, entonces sobre tu altar te ofrecerán novillos. Salmos 51
(BLP)

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Federico Elizondo Barrera

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Meditando en el Amor de Cristo

Notas

61
Federico Elizondo Barrera

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Meditando en el Amor de Cristo

El perdón
Efesios 4:31-32

El camino de la felicidad

Base bíblica
31
Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los
insultos y toda clase de maldad. 32Sean buenos y compasivos unos con otros, y
perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios
4:31-32 (DHH)

Contexto
¿Qué significa perdonar? ¿Por qué es necesario perdonar? ¿Cómo
debemos perdonar? La palabra perdonar está formada por el
prefijo per, un superlativo que refuerza o aumenta el significado
de la palabra que le precede y a la cual está unido, dándose así
un efecto de intensidad. La palabra donar significa regalar o ceder
de forma voluntaria algo físico o espiritual. Entonces la semántica
de perdonar sería dar un regalo. En primera instancia es el acto
mediante el cual se restablece el favor divino, como una respuesta
a la súplica sincera por el perdón de los pecados. Así mismo, a
nivel humano, al pedir perdón se restituye la convivencia entre los
hombres.

63
Federico Elizondo Barrera

La palabra perdonar significa en el griego koiné—lengua común


que se formó a partir de los dialectos griegos y que dio lugar al griego
moderno—soltar o liberar al que dañó o dijo algo indebido.

La Biblia enseña que el perdón se basa en el amor sincero, ya


que el amor no lleva cuenta del daño recibido (1 Corintios 13:4-5).
Perdonar significa disculpar a alguien que nos ha ofendido, no tener
en cuenta su falta. Perdonamos a otros cuando dejamos de guardar
resentimiento y no insistimos en pedir una compensación por el daño
que nos hayan hecho o por la pérdida que hayamos sufrido. El perdón
es una decisión en la cual se renuncia al resentimiento, así como al
reclamo de un castigo; es una disposición que demuestra un deseo
sincero de buscar la paz y de establecer o mantener buenas relaciones
con otros.

Puesto que deseamos que los demás perdonen nuestros errores,


nosotros también debemos perdonar los suyos, sin embargo, lo que
más importa es que perdonar a los demás es imprescindible para que
Dios perdone nuestros pecados (Mateo 6:14-15).

Empero, perdonar no es aprobar una mala acción, minimizarla


o actuar como que no ha pasado nada. Perdonar no es olvidar. Es
recordar sin que te duela. Pero llegar a ese punto no es cosa rápida

64
Meditando en el Amor de Cristo

ni fácil en algunas ocasiones, pero tampoco es imposible deshacernos


de la carga emocional y del dolor que nos causan las heridas de
quienes nos han decepcionado, traicionado o herido. Sin embargo, en
algunos casos debemos perdonar y alejarnos de quien nos hizo daño,
atendiendo al mandato del Señor, tal como lo expresa Pablo en su
segunda epístola a los Tesalonicenses:

Ahora bien, hermanos, os mandamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,


que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la
doctrina que recibisteis de nosotros. 2 Tesalonicenses 3:6 (LBLA)

Para algunos, el perdonar es un acto de valentía; para otros, una


revelación de debilidad. No podemos olvidar que el perdón empieza
por uno mismo. ¡Sonríe, agradece y abraza tu vida!

Versículos de estudio: Efesios 4:31-32


Dios nos ha dado la capacidad de amar y ser amados, sin embargo,
el pecado nos lleva a fomentar y a alimentar el odio. La falta de
amor es una atadura en nuestra vida que causa enormes problemas
a nivel físico y espiritual. El rencor es un sentimiento hostil y auto
destructivo, alimentado por el recuerdo de una ofensa o daño recibido
y no perdonado, mientras que el perdonar nos permite sentir la paz
de Dios.

65
Federico Elizondo Barrera

El guardar resentimiento, rencor y odio producen el efecto


contrario al deseado, ya que mientras que anidas estas emociones en
tu corazón, la persona repudiada vive indiferente. Entonces, ¿cómo
debemos actuar si alguien nos trata de forma cruel y se niega a
disculparse o ni siquiera reconoce su error? La Biblia dice: Deja la ira y
abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo malo (Salmo 37:8). Aunque no
aprobemos lo que nos hayan hecho, no permitamos que nos consuma
la ira. Más bien, tengamos confianza en que nuestro Señor permitirá
que se haga justicia (Hebreos 10:30-31).

Dejar de sentirnos enojados o de guardar rencor, nos ayuda a


estar más calmados, mejora nuestra salud y nos permite ser más
felices (Proverbios 14:30). El que guarda una raíz de amargura
en su corazón está pecando directamente contra Dios, porque
deseamos un castigo de acuerdo a nuestra justicia y no de acuerdo
a la divina:

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados;
para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19
(RVR1960)

Perdonar no significa aprobar la ofensa ni actuar como si nunca


hubiera pasado. Dios perdonó al rey David y a Salomón sus graves

66
Meditando en el Amor de Cristo

pecados, pero no los libró de las consecuencias. Debemos perdonar y


evitar que nos vuelvan a lastimar.

Recordemos que nosotros también hemos sido perdonados. La


falta de perdón es una atadura que aprovecha el maligno: Perdonad
y seréis perdonados (Lucas 6:37), porque si vosotros no perdonáis, tampoco
vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas (Marcos
11:26, RVR1960).

No podemos perdonar con nuestras propias fuerzas, debemos


llevar ante Jesucristo nuestra necesidad y pedirle a Él que nos ayude a
perdonar. Aferrarnos a la ofensa recibida nos llevará al resentimiento que
envenenará cada aspecto de nuestras vidas. El no perdonar trae debilidad
espiritual y una pérdida de fe que no solamente nos amarga sino también
a todos los que nos rodean. Cuando una persona no ha aprendido a
perdonar sufre de rencor, resentimientos, amargura y dolor.

La vida no se detiene porque experimentamos dolor, solo nos


lastimamos cuando no perdonamos, mientras el ofensor ni se percata
de nuestros sentimientos, nosotros seguimos sufriendo por la ofensa
que nos hizo. Las ofensas de nuestros semejantes duelen mucho, más
aun cuando se trata de las personas cercanas, pero saber perdonar nos
llevará a la liberación de algo que nos esclaviza.

67
Federico Elizondo Barrera

Perdonar es difícil, en especial cuando creemos que tenemos la razón


e inventamos mil justificaciones para no hacerlo. Tendremos que superar
el dolor causado a nuestro orgullo y las emociones que demandan
venganza, para poder pronunciar desde el interior de nuestro corazón
una palabra sencilla, pero profunda, que nos libera: ¡Perdóname!

Acerquémonos al Señor rendidos en oración y dejemos los


rencores, el dolor pidiéndonos perdón. Dejemos toda amargura y
dolor en las manos de Dios; soltemos ese fuego que enciende la cólera
y que nos llena de rabia y de rencor.

Seamos libres, hoy, por el poder de la sangre de Cristo y


caminemos en libertad hacia los brazos de amor de nuestro Padre
celestial. Perdonemos como Jesús nos perdonó y sumerjamos el alma
en el amor de Dios, para encontrar la paz espiritual que solo el Santo
Espíritu nos puede dar.

Cuando alguien nos lastime, pensemos inmediatamente en cómo


responder a la agresión con un bien y pedirle a Dios por el alma del
agresor. Busquemos un lugar tranquilo donde podamos calmarnos
y orar y así percibir la situación desde un punto de vista realista.
En muchas ocasiones los problemas se suscitan debido a la falta de
entendimiento en la comunicación entre dos personas.

68
Meditando en el Amor de Cristo

La amargura es un veneno que terminará volviéndose contra uno


mismo. El resentimiento y el odio excluyen del corazón la paz y la
alegría. En cambio, quien perdona recibe la paz espiritual. El gozo
del Señor viene a nosotros al pedir perdón o al perdonar las ofensas
recibidas. Al hacerlo así se sufre menos ansiedad, estrés y agresividad,
por consecuencia mejora la salud física, la mental y la espiritual.

El perdón y el pecado están relacionados. Cada uno de nosotros


es también un pecador que comete ofensas y pecados contra Dios. No
obstante el pedir perdón nos libera del pecado y de la culpa, por tanto,
también del castigo. A eso le llamamos recibir misericordia, es decir,
no recibir el castigo merecido: Quien esconde su pecado jamás puede
prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón. (Proverbios 28:13,
TLA). Dios cumple su justicia una sola vez, por eso es que Él olvida el
pecado y no inculpa más al pecador: Yo, soy yo quien borra tus crímenes
y decido no acordarme de tus pecados (Isaías 43:25, BLP).

Debemos separar al pecador del pecado, hacerlo nos lleva a


perdonar como Cristo perdona: no viendo la ofensa cometida por
el pecador, sino entendiendo que el que ofende tiene un problema
con Dios. Porque, al final de cuentas, a eso se reduce el pecado, a un
problema con Dios. Nuestra obligación cristiana es amar al pecador
y odiar al pecado. Perdonar es importante porque nos enseña el

69
Federico Elizondo Barrera

verdadero sentido y camino del amor. Todo discípulo de Cristo debe


perdonar, ya que el hacerlo es el camino de la liberación espiritual,
mental y emocional.

Es con el poder de Dios que no solo escogemos perdonar sino


que logramos perdonar. Solo en Dios podemos encontrar la sanidad
interior que tanto necesitamos: porque esto es mi sangre, con la que Dios
confirma la alianza, y que va a ser derramada en favor de todos para perdón
de los pecados (Mateo 26:28, BLPH).

Lo que Dios hizo con nuestros pecados fue quitárnoslos de encima


y depositarlos en la persona de Cristo, donde fueron redimidos; el
castigo y la justicia se cumplieron en la persona de Jesucristo y el
pecador queda libre de la culpa.

Perdonar y ser perdonado transforma vidas, haciendo que las


ventanas del cielo se abran y seamos llenos de bendiciones espirituales,
con abundante paz, gozo y descanso en el Espíritu Santo. El perdonar
refleja la verdadera naturaleza de los hijos de Dios. Cuando perdonamos,
estamos revelando al mundo la naturaleza amorosa del Padre.

Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana


(Lamentaciones 3:23, NTV). Así, que no importa lo que hiciste ayer,

70
Meditando en el Amor de Cristo

o aun en esta misma hora, cuando lo confiesas y te arrepientes todo


queda sujeto a la sangre limpiadora de Cristo.

El perdón está basado en la obediencia a Dios. Perdonar es


renunciar y olvidar las ofensas recibidas, sin guardar resentimientos
ni rencor. Cuando se perdona se restauran los vínculos con la familia
y los amigos; esto hace posible que se pueda vivir en armonía. El
perdonar cuando te han ofendido y humillado evidencia la grandeza
de un corazón rendido al señorío amoroso de Jesucristo:

Y cuando estéis orando, si tenéis algo contra alguien, perdonadlo, para que
también vuestro Padre que está en el cielo os perdone a vosotros vuestros
pecados. Marcos 11:25 CST

Para disfrutar de bendición debes perdonar; para disfrutar de


paz interior y el gozo del Espíritu debes perdonar; para ser sanado
del enojo, la amargura y de la ansiedad, debes perdonar; para seguir
creciendo en el amor de Dios y en todo lo que Él ha preparado para
tu felicidad, debes perdonar. ¡Sé libre del pasado y prepárate para un
presente y futuro glorioso en Cristo Jesús!

La destrucción espiritual de las personas comienza cuando no son


capaces de perdonar. El perdón nos libera de los juicios, de la rabia,

71
Federico Elizondo Barrera

del pensar que las cosas pudieron haber sido diferentes y mejores.
Comprendemos, al perdonar, que lo que nos mantiene enojados es
nuestro ego herido, que no resiste haber perdido una batalla, que no
pudo imponer su razón o que las cosas no salieron como las teníamos
previstas.

Los débiles en la fe se lanzan a la ira y a la venganza y son


incapaces de sentir el placer de perdonar. Si sentimos que no podemos
alcanzar el perdón desde nuestro corazón, pidamos a Jesús que nos
quite los obstáculos del camino. Si en verdad deseamos perdonar, Él
nos ayudará y nos abrirá la vía hacia el perdón. El perdón sincero es la
mejor plegaria que podemos elevar a Dios.

Nunca olvidemos la recomendación del apóstol Pablo: No seas


vencido por el mal, sino vence con el bien el mal (Romanos 12:21, LBLA).
Ser el primero en pedir perdón es más importante que tener la razón.
Demos testimonio del proverbio español que reza: “El perdón es el
perfume que despide una flor después de ser pisada”.

72
Meditando en el Amor de Cristo

Alabanza

Perdóname Señor
Rendido me encuentro a tus pies,
postrado pidiendo perdón,
dolido por haberte ofendido,
te ruego y te pido
ven a mi vida, Señor.
En ti, mis ojos ven luz,
una esperanza, una cruz.
Señor del cielo y de la tierra
hoy creo y me entrego a ti,
Perdóname Jesús.
Con lágrimas abro mi corazón
ante ti, que das vida y aliento.
Te acepto en mi vida Señor,
perdóname ahora y siempre mi Dios.

73
Federico Elizondo Barrera

74
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

75
Federico Elizondo Barrera

76
Meditando en el Amor de Cristo

¡El justo por la fe vivirá!


Romanos 3:21-26

La justificación

Base bíblica
La justicia es por medio de la fe
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por
21

la ley y por los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para
todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23por cuanto todos pecaron,
y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso
como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia,
a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús. Romanos 3:21-26 (RVR1960)

Contexto
Una calurosa tarde de verano, Saulo marchaba camino a Damasco
ávido de justicia, refrendando una y otra vez las palabras del profeta
Jeremías: Oh Señor de los ejércitos, que pruebas al justo, que ves las entrañas
y el corazón, vea yo tu venganza sobre ellos, pues a ti he encomendado mi
causa. (Jeremías 20:12, LBLA)

77
Federico Elizondo Barrera

Su mente solo pensaba en la destrucción de los cristianos y en que


esos herejes que negaban la ley de Dios entregada a Moisés ¡debían
morir! Saulo era estudioso del judaísmo y aventajaba a muchos de sus
contemporáneos en el conocimiento de la Ley. Se había educado a los
pies del gran rabino fariseo Gamaliel y se creía mucho más celoso de
las tradiciones hebreas que sus propios padres.

Se consideraba a sí mismo un hombre justo por cumplir cabalmente


las exigencias de la ley entregada a Moisés, misma que se basaba en
obras. Estaba dispuesto a defender con su vida las tradiciones del
pueblo santo de Dios.

Con un ego hinchado por la levadura de los fariseos y una


soberbia intelectual descomunal, Saulo llevaba presta la espada para
destruir a los creyentes que profesaban ser seguidores de Jesucristo.
Cada vez que podía gritaba a los cuatro vientos: ¡Herejía, muerte a los
seguidores del falso mesías de Nazaret!

Entonces, ¿qué fue lo que hizo cambiar drásticamente a Saulo?


Al hombre que imaginaba ser en cuanto a celo, perseguidor de la
iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible (Filipenses
3:6). Fue la iluminación de Jesucristo resucitado lo que modificó
radicalmente la existencia del otrora hombre fuerte del Sanedrín. A

78
Meditando en el Amor de Cristo

partir de aquel momento Saulo cambió su nombre a Pablo. Comenzó


a considerar todos sus méritos anteriores como basura, frente a la
verdad del evangelio que se le entregó por revelación divina. Esta le
ofrecía una relación directa con Jesucristo, el Señor y creador de la
vida:

Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable
valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo
considero como basura a fin de ganar a Cristo. Filipenses 3:8 (LBLA)

Asimismo, Pablo modificó radicalmente su concepto de justicia,


mismo que se fundamentaba en la Ley de Moisés y en que solo se
alcanzaba a través de obras. Ahora el apóstol abraza la doctrina de
justicia divina que tiene su base en la fe en Cristo Jesús. La doctrina
de justicia divina enseña que cuando se nace de nuevo es necesario
vivir conforme a la Palabra, es decir, bajo el señorío de Jesucristo
(Juan, 3).

Jesucristo se convirtió en el centro de su existencia y el apóstol


de los gentiles dedicó el resto de sus días a evangelizar y a escribir.
En la Epístola a los Romanos, Pablo hace hincapié en la diferencia que
existe entre la interpretación judía del concepto de justicia (basada
en las obras de la Ley), en contraposición a la verdad que enseña la

79
Federico Elizondo Barrera

Biblia, de hacer justo (la justificación) al pecador por la gracia (regalo


inmerecido) de Dios como consecuencia de la fe en Cristo.

Para Pablo, la palabra ley significaba la Torá en su totalidad, es


decir, los cinco libros de Moisés (Pentateuco). La Torá implicaba, en la
interpretación farisea, un conjunto de comportamientos y observancias
rituales y culturales que determinaban la identidad del hombre
justo. De aquel cúmulo de restricciones y rituales (613 en total): la
circuncisión, la observancia acerca del alimento puro, las reglas sobre
el cumplimiento del Sabbath y la celebración de las fiestas judías se
consideraban entre las más importantes. Desde la perspectiva de la
Torá, no cumplir una sola de sus exigencias era fallar a su totalidad y
por consecuencia no se podía ser considerado justo ante Dios.

En el momento de su encuentro con Jesucristo, Pablo entendió que


con la resurrección de Cristo la situación había cambiado radicalmente.
En Cristo, el Dios de Israel, el único Dios verdadero, se convertía en
el Dios de todos los pueblos. Si estamos unidos a Jesucristo somos
declarados justos por nuestro Padre Celestial, porque el justo por la fe
vivirá (Romanos 1:17).

Versículos de estudio: Romanos 3:21-26


La mayor parte de las personas consideran que la justificación es un

80
Meditando en el Amor de Cristo

tema profundamente teológico y, por lo tanto, difícil de entender.


Sin embargo, el concepto básico es claro cuando examinamos y
escudriñamos las Escrituras.

Podemos confiar en el Señor Jesús y saber que por el poder de su


sangre estamos limpios de todo pecado. Sin embargo, todo creyente
debe conocer qué significa ser justo (ser justificado), ya que esto es la
base de nuestra fe.

A los culpables, a los pecadores y a los viles son a los que Dios
justifica cuando reconocen su condición y se vuelven a Él por la fe en
Cristo. Debido a esto, el apóstol Pablo se refiere a Dios diciendo que es
aquel que justifica al impío (Romanos 4:5).

Por otra parte, aquellos que se imaginan ser justos bajo la definición
de los hombres, se consideran a sí mismos como personas buenas por
sus obras. Para ellos el no tener fe no es importante y no sienten la
necesidad de arrepentirse y volverse a Dios. Estos, aunque se sientan
buenas personas por sus hechos, permanecen sin justificación y sin
bendición ante los ojos del Señor.

Es muy importante entender que, a diferencia del


arrepentimiento, el perdón es recibir la misericordia divina,

81
Federico Elizondo Barrera

esto significa no recibir el castigo merecido por nuestra falta. La


misericordia es la eliminación de la pena de nuestros pecados.

La justificación es la exclusión, por parte de Dios, del pago


por el pecado (muerte). El habernos quitado la muerte (justificado)
que merecíamos es un acto de misericordia por parte de Dios como
resultado de nuestra fe en Jesucristo.

La justificación en Cristo Jesús es el resultado de haber tomado


nuestro lugar en la cruz del calvario, Él pagó el precio de sangre que
demanda nuestro pecado.

Veamos un ejemplo: imaginemos a un joven acusado de robo que


es presentado ante el juez. Las pruebas son contundentes. Es hallado
culpable y debe pagar por su falta. Ante el peso de la falta cometida, el
joven se arrepiente mas no recibe el perdón, deberá pagar su condena.
La única esperanza que le queda es confiar en la intervención de sus
padres para salvarlo.

Al ser el acusado menor de edad y al no tener antecedentes


penales, los padres, por amor a su hijo ofrecen pagar los daños para
reparar la ofensa, producto de la insensatez de aquel joven. El juez
decide aceptar la propuesta, el daño fue cubierto y lo deja en libertad;

82
Meditando en el Amor de Cristo

no se le dicta ninguna pena y sale del juzgado libre de culpa. En


pocas palabras, ha sido justificado su comportamiento debido al pago
efectuado por sus padres.

Esta ilustración nos ayuda a entender nuestra justificación en


Cristo Jesús, la cual solo podemos lograr mediante la fe. Ya que ni los
votos ni las obras o las oraciones cuentan para ser justificados: Dios
justifica al que es de la fe de Jesús (Romanos 3:26).

Todos somos pecadores sujetos al juicio de Dios y merecemos


morir. La ley es muy clara, (…) El pago que da el pecado es la muerte,
pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor
(Romanos 6:23, DHH). No obstante en su infinito amor, Cristo se
ofreció como nuestro sustituto y fue en el Calvario en donde remedió
las demandas justas de la Ley.

Dios aceptó el sacrificio perfecto de Jesús en la cruz, como pago


de todas nuestras deudas por el pecado. Quedó saldada la cuenta,
antes de morir Jesús clamó: consumado es, Él dio su vida y su sangre
por nosotros.

Al salir Jesús vivo del sepulcro en la mañana del tercer día quedó
demostrado que había vencido a la muerte. La resurrección de Cristo—

83
Federico Elizondo Barrera

la tumba vacía—es la base de la justificación del creyente. ¡Jesucristo


resucitó para nuestra justificación! ¡Aquel que había tomado nuestros
pecados sobre sí mismo estaba libre, la deuda fue saldada ya no hay
cargos en contra nuestra, en Cristo Jesús, también nosotros quedamos
libres de culpa! Se consumó la justicia divina:

Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador,
para que en él recibiéramos la justicia de Dios. 2 Corintios 5:21 (NVI)

Sin embargo, los estudiosos de la Biblia enfrentan dos pasajes


que aparentan ser declaraciones contradictorias: justificación por la
fe y justificación por obras. Veamos la controversia a la luz de la
Palabra.

Pablo nos enseña en el libro de Romanos 3:28: (…) el hombre


es justificado por fe sin las obras de la ley, por otra parte, en el libro
de Santiago 2:24 leemos que el hombre es justificado por las obras y no
solamente por la fe.

Para nuestra edificación, el apóstol de Tarso aclara la controversia


al señalar que, si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué
gloriarse, pero no para con Dios (Romanos 4:2). Luego con base en la
enseñanza del apóstol, podemos concluir que la justificación de la que

84
Meditando en el Amor de Cristo

está hablando Pablo es ante Dios. Mientras que en el libro de Santiago


el tema de la justificación es ante los hombres, como una demostración
de gratitud por la salvación recibida por gracia.

No son los que edifican templos y los que son exitosos en sus
negocios los que logran la justificación divina, sino aquellos que
andan por los caminos del Señor: estos son justificados a la vista de
sus semejantes.

Pablo da mucho valor a la importancia de las buenas obras, pero


no como una ayuda para lograr la justificación ante Dios. Una vez que
hemos sido justificados, no es por los labios ni por las palabras, sino
por nuestro testimonio de vida, que podemos convencer a las demás
personas que somos lo que afirmamos ser: ¡Hijos de Dios!

4
Pero Dios es muy compasivo, y su amor por nosotros es inmenso. 5Por eso,
aunque estábamos muertos por culpa de nuestros pecados, él nos dio vida
al resucitar a Cristo. Nos hemos salvado gracias al amor de Dios. 6Dios, al
resucitar a Jesucristo, nos resucitó y nos dio un lugar en el cielo, junto a él.
7
Hizo esto para mostrar, en el futuro, la bondad y el gran amor con que nos
amó por medio de Jesucristo. 8Ustedes han sido salvados porque aceptaron el
amor de Dios. Ninguno de ustedes se ganó la salvación, sino que Dios se la
regaló. Efesios 2:4-8 (TLA)

85
Federico Elizondo Barrera

La gracia de Dios es la fuente de todas nuestras bendiciones; la


sangre de Cristo es el canal mediante el cual Él nos alcanza, mientras
que la fe es sencillamente nuestra apropiación de la promesa. ¡Qué
dicha cuando uno es sencillo y semejante a un niño para creer en la
palabra de Dios!

El propósito de Dios, desde la fundación del mundo era la


bendición del hombre y este propósito se ha cumplido. Pero Dios
demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros. (Romanos 5:8, LBLA).

El día de hoy debemos, por voluntad propia, aceptar a Jesucristo como


nuestro Salvador. Al hacerlo somos justificados, declarados justos, ¡es el
momento de nuestra salvación, la paz de Dios reinará en nuestras vidas!

El bautismo representa nuestra reunión con Cristo en su muerte


y sepultura, así también como en su resurrección a la vida. Aquellos
que simbólicamente sean enterrados en las aguas del bautismo y sean
levantados de nuevo para vivir en Cristo están existiendo en un estado
de justificación.

Pablo nos enseña que, al ser justificados en la fe, tenemos paz para
con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos

86
Meditando en el Amor de Cristo

entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gozamos en la


esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos
en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la
paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza,
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado. Restablecidos, pues, en la amistad divina
por medio de la fe, Jesucristo nuestro Señor nos mantiene en paz con Dios.
Romanos 5:1 (BLP)

87
Federico Elizondo Barrera

Oración

La dicha del perdón


Salmo de David.
1
Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su
pecado. 2Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y
en cuyo espíritu no hay engaño. 3Mientras callé, se envejecieron mis huesos
en mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en


4

sequedades de verano. 5Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije:


Confesaré mis transgresiones a Jehová. Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.

Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; ciertamente
6

en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él. 7Tú eres mi refugio;


me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás.

8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré
mis ojos. 9No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que
han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti.
10
Muchos dolores habrá para el impío; mas al que espera en Jehová, le rodea la
misericordia. 11Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos
vosotros los rectos de corazón. Salmos 32 (RVR1960)

88
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

89
Federico Elizondo Barrera

90
Meditando en el Amor de Cristo

Milagro de Jesús que va más allá


de lo que significa dar de comer al hambriento.
Juan capítulo 6:1-15

Alimentación de los cinco mil

Base bíblica
1
Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 2Y
le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos.
3
Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4Y estaba
cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que
había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan
para que coman éstos? 6Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que
había de hacer. 7Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían
para que cada uno de ellos tomase un poco. 8Uno de sus discípulos, Andrés,
hermano de Simón Pedro, le dijo: 9Aquí está un muchacho, que tiene cinco
panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10Entonces
Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se
recostaron como en número de cinco mil varones.

11
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los
discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los
peces, cuanto querían. 12Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos:

91
Federico Elizondo Barrera

Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13Recogieron,
pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada
sobraron a los que habían comido. 14Aquellos hombres entonces, viendo la
señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que
había de venir al mundo. 15Pero entendiendo Jesús que iban a venir para
apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo. Juan 6:1-15
(RVR1960)

Contexto
La alimentación de los cinco mil es una de las pocas enseñanzas de Jesús
que se encuentran escritas en la narración de los cuatro evangelistas.
Esto es debido a la importancia que tiene el compartir los dones y
los bienes que el Señor nos ha dado (Mateo 14:13-21, Marcos 6:35-44,
Lucas 9:10-17 y Juan 6:1-14).

Cada uno de los evangelistas relata este fascinante milagro desde


una perspectiva diferente, ya que al momento de llevarse a cabo, los
apóstoles Mateo y Juan se encontraban situados en distintos lugares
alrededor de Jesús; mientras que a Marcos y a Lucas así se les enseñó
y así transmitieron lo sucedido. Es asombroso que con tan solo
unos cuantos panes y peces Jesús haya alimentado a tanta gente. Si
agregáramos a las mujeres y a los niños, la multitud probablemente
sería entre 10,000 a 15,000 personas.

92
Meditando en el Amor de Cristo

Sin embargo, el propósito principal de este milagro es prepararnos


para el discurso del Pan de vida que encontramos en el evangelio del
apóstol Juan, capítulo 6.

Jesús mismo hace la conexión entre el milagro de la


alimentación de los cinco mil y el discurso del Pan de vida, de la
siguiente manera:

Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no


porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os
habéis saciado. Juan 6:26 (LBLA)

El milagro de la multiplicación de los panes y los peces es


similar a la provisión del maná en el desierto, efectuada por
Dios (Éxodo 16:35). La provisión del maná enseñaría al pueblo a
depender y a confiar en Dios. Sin embargo, la provisión de Jesús
va más allá de lo material que alimenta al cuerpo. Jesús es el pan
de vida que nos da la vida eterna. Así dice la Palabra:

Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá
para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del
mundo.» Juan 6:51 (DHH)

93
Federico Elizondo Barrera

Versículos de estudio: Juan 6:1-15


Al enterarse Jesús de la muerte de su primo Juan el Bautista, se marchó
a un sitio tranquilo y apartado en la ribera del mar de Galilea.

Los evangelistas enseñan que en aquellos días, muchas personas


seguían a Jesús, pues veían las señales y prodigios que el maestro realizaba
en los enfermos. No pasó mucho tiempo para que nuevamente fuera
seguido por una enorme muchedumbre de toda la comarca. La mayoría lo
seguía con el anhelo de escuchar su palabra y presenciar un milagro. Jesús,
en su predicación, les hablaba del Reino de los cielos y era tan amena la
enseñanza que pasaban las horas sin que la gente se diera cuenta.

Al atardecer los apóstoles interrumpieron al maestro para decirle


que ya era muy tarde, que era conveniente despedir a los presentes para
que se regresaran a las aldeas vecinas y se compraran algo de comer.

Entonces, Jesús se dirigió a Felipe y le preguntó:


(…) ¿Dónde compraremos pan para que coman éstos? Jesús sabía que era
una pregunta imposible de contestar, pero quería probar a sus discípulos,
sabiendo de antemano que no tenían dinero. (v. 5)

Felipe le respondió a Jesús: doscientos denarios no bastarán para


que cada uno reciba un pedazo de pan. Esta era una respuesta lógica,

94
Meditando en el Amor de Cristo

pues si no tenían el dinero, ¿cómo podían darle de comer a tantas


personas? Podemos suponer por el tono de la respuesta de Felipe,
cierta molestia o enojo ante la pregunta.

Sin embargo, Andrés el hermano de Simón, que también estaba


presente, intervino y entusiasmado señaló: hay un muchacho entre
la multitud que nos ofrece todo lo que trae para comer: cinco panes y
dos peces.

Pero eso, ¿qué era para tantos? ¡Una cantidad sumamente


irrisoria! ¡No era nada! Aun así, Andrés le entregó los panes y los
peces a Jesús.

El ofrecimiento de Andrés era totalmente ilógico y hasta un tanto


inocente. Sin embargo, él tenía fe en Jesús y en su corazón esperaba un
milagro. Después de un breve silencio, Jesús dijo:

(...) Haced que la gente se recueste. Y había mucha hierba en aquel lugar. Así
que los hombres se recostaron, en número de unos cinco mil. (v.8)

Los discípulos sabían que no tenían comida que darles, sin


embargo, le pidieron a la multitud que se sentara. Esto fue un acto de
obediencia a Jesús contra toda lógica humana.

95
Federico Elizondo Barrera

A continuación, Jesús tomó los panes y habiendo dado gracias, los


repartió a los que estaban recostados. Lo mismo hizo con los pescados,
dándoles todo lo que le pedían. La acción de Jesús de bendecir y partir
el pan es una señal de lo que habría de venir durante la Cena del Señor.

El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo. Juan 6:33 (NVI)

Jesús representa la generosidad de Dios que alimenta a todos.

Alimenta a toda su creación. ¡Dios nunca deja de amarnos! Salmos 136:25


(TLA)

Cuando todos se saciaron, Jesús pidió a los discípulos que


recogieran lo que había quedado y con eso, llenaron doce cestas con
los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron. Algunos
teólogos se cuestionan si las doce cestas representan a las doce tribus
de Israel. Sin embargo, las escrituras no lo mencionan.

Entre la multitud, seguramente había muchas personas que


llevaban consigo algo para comer, pero solo un joven había compartido
su alimento. En lo personal, pienso que Jesús pidió que se recogiera
lo que había sobrado y se lo entregó al muchacho que compartió sus
alimentos. Porque cuando se trata de dar nadie le gana a nuestro Señor.

96
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Gracias, Padre Santo, porque eres bueno y nunca nos abandonas.


Vayamos a donde vayamos, tu palabra nos guía y alimenta.
Tú sanas nuestras enfermedades y nos consuelas dando esperanza a
los corazones de quienes han aceptado a tu hijo como Señor y Salvador.
Jesucristo vino al mundo para darnos el verdadero pan del cielo. Ese
pan es su cuerpo que ha sido entregado en una cruz.
Su amor siempre nos espera con los brazos abiertos y siempre nos
sorprende.
Al igual que aquel humilde muchacho, dale a Jesús todo lo que eres y
tienes.
No importa que sea casi nada o prácticamente nada. Lo importante es
que lo des de corazón.
Pídele a Jesús que tu amor sea incondicional, auténtico y abundante,
que se base en la fe, la esperanza y el amor.
Que su amor llene tu corazón de compasión hacia el prójimo y te dé
deseos de compartir.
Con humildad y sencillez ofrece tus talentos y dones, consciente de
que los has recibido para darlos a los demás.
Al hacerlo, Jesucristo los tomará en sus manos y los bendecirá.
Después los multiplicará para el bien de todos.
Da con alegría tus bienes materiales y espirituales, comparte tu tiempo

97
Federico Elizondo Barrera

con los demás; pero, sobre todo, date a ti mismo.


Pon todos tus proyectos, tus inquietudes, tus preocupaciones, tus
miedos, tus deseos, tus sueños y tu familia en las manos de Dios.
¡No importa que solo tengas cinco panes y dos peces!
¡Jesús hará el milagro!

98
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

99
Federico Elizondo Barrera

100
Meditando en el Amor de Cristo

Jesús sana a un muchacho que tenía espíritu impuro.


Lucas 9:37-43

Milagro del niño epiléptico

Base bíblica
37
Al día siguiente, cuando bajaron del monte, mucha gente salió al encuentro
de Jesús. 38
De pronto, un hombre de entre la gente gritó:— ¡Maestro, por
favor, mira a mi hijo, que es el único que tengo! 39Un espíritu maligno se
apodera de él y de repente comienza a gritar; luego lo zarandea con violencia,
haciéndole echar espuma por la boca y, una vez que lo ha destrozado, a duras
penas se aparta de él. 40He rogado a tus discípulos que lo expulsen, pero no
han podido. 41Jesús exclamó:— ¡Gente incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo
habré de estar con vosotros y soportaros? Trae aquí a tu hijo. 42Cuando
el muchacho se acercaba a Jesús, el demonio lo derribó al suelo y le hizo
retorcerse. Jesús, entonces, increpó al espíritu impuro, curó al muchacho
y lo devolvió a su padre. 43Y todos se quedaron atónitos al comprobar la
grandeza de Dios. (BLP)

Contexto
Este pasaje establece un fuerte contraste con el de la trasfiguración
de Jesús. Sin duda, los discípulos percibieron esto inmediatamente al
bajar del monte en donde acompañaban al maestro. Después de haber

101
Federico Elizondo Barrera

presenciado el encuentro de Jesús con los profetas Moisés y Elías,


los tres discípulos enfrentan las discusiones estériles de los escribas
incrédulos.

Del esplendor y belleza de la transfiguración volvieron,


cuando bajaron, a las escenas de dolor, debilidad y miseria en el
valle. Después del gozo y la sensación de triunfo que sintieron los
tres discípulos en el monte Tabor, fueron al encuentro de los otros
nueve seguidores de Jesús que se encontraban en una situación
bochornosa de fracaso, al no haber podido sanar a un muchacho
endemoniado.

Pero si los discípulos vivieron este fuerte contraste al regresar a la


realidad después de bajar del monte, esto no fue nada comparado con
lo que debió haber sentido el Señor Jesucristo al dejar el trono de la
gracia de Dios en el cielo, para venir a este mundo perdido por causa
del pecado.

Al ver a Jesús descender del monte, la multitud se asombró.


Algunos estudiosos opinan que se debió a su llegada repentina e
inesperada. Otros, piensan que algo del resplandor de la transfiguración
todavía era visible en el rostro del Rabí y que esto fue lo que produjo
el asombro de la multitud. Recordemos que algo similar le había

102
Meditando en el Amor de Cristo

ocurrido a Moisés al descender del monte, después de recibir las tablas de la


ley: Moisés, al bajar del monte no se dio cuenta de que su cara resplandecía
por haber hablado con el Señor. (Éxodo 34:29, DHH)

Versículos de estudio: Lucas 9:37-43


Según esto, al descender del monte, el Señor trajo consigo algo de la
gloria eterna que allí se había manifestado, permitiendo de esta forma
que los hombres vislumbraran algo de la majestad de Dios.

Como ya se mencionó anteriormente, los nueve discípulos que no


subieron al monte con Jesús hablaban entre ellos, ya que no entendían
el por qué no habían podido echar fuera al espíritu maligno que
atormentaba a un pobre muchacho.

Este hecho no pasó inadvertido por los escribas, quienes siempre


estaban buscando alguna ocasión para ridiculizarlos y desacreditarlos
ante la gente y parece que por fin habían encontrado un punto débil
en los seguidores de Jesús.

Esto es siempre así, el mundo nos observa buscando nuestras


faltas. Debemos admitir que no siempre alcanzamos lo que el Señor
espera de nosotros. Al igual que los discípulos, también tenemos que
seguir aprendiendo del Señor y consagrarnos más a Él.

103
Federico Elizondo Barrera

Así que cuando Jesús les preguntó qué era lo que discutían con
los escribas, ellos estaban avergonzados y no contestaron nada. Fue
entonces cuando salió un hombre de entre la multitud que explicó
cómo había venido buscándole, pero al no encontrarle, trajo a su hijo
endemoniado a los discípulos con el fin de que lo sanasen, pero la
experiencia con ellos había sido frustrante.

Ahora vemos cómo en realidad ese espíritu era un demonio


que no quería dejar al hijo de aquel hombre y es así como Satanás no
quiere que nos arrepintamos; nos mete distracciones en la cabeza, no
nos permite pensar con claridad, nos pone atracciones en el mundo
para que no dejemos los placeres de la carne; pero sabemos que el
seguir con él sería nuestra perdición.

La misma experiencia de frustración que sintió el padre de aquel


muchacho, la han sentido muchas personas que en algún momento
han quedado desilusionadas por alguna iglesia o algún siervo de
Dios. Sin embargo, nadie podrá decir que ha ido a Jesucristo y ha sido
defraudado por él.

Ante la presencia de Jesús, con mucha angustia y ansiedad, el


padre le explicó cuál era la situación de su hijo: su penosa condición
física la había producido un espíritu inmundo. Es evidente que, en este

104
Meditando en el Amor de Cristo

caso, la enfermedad estaba relacionada con la posesión demoniaca.


Sin embargo, debemos ser cautelosos, porque no siempre hay una
relación entre enfermedad y la presencia de un espíritu inmundo. Sin
duda, aquellos que cada vez que tratan con un enfermo comienzan un
exorcismo, están equivocados.

No obstante, no es difícil entender la angustia del padre,


viendo el trágico efecto de la obra de Satanás en el muchacho,
quien había sido arrebatado por el maligno a su padre. Por
supuesto, también entendemos el dolor del propio joven, que
bajo la influencia de un poderoso demonio era arrastrado una
y otra vez a su autodestrucción. Tal vez, lo que más nos cuesta
entender es cómo el demonio había logrado tomar posesión de
este muchacho cuando aún era un niño, tal como lo explica su
padre.

Se puede llegar a suponer que el muchacho tenía un problema


de epilepsia. Seguramente los padres lo llevaron con varios
médicos para ser atendido. Es conocido a través de historiadores
que el pueblo de Dios no había desarrollado una buena medicina
en los tiempos de Jesús. Esto, unido a la creencia popular de que
las enfermedades eran el producto de haber pecado, complicaba
mucho las cosas.

105
Federico Elizondo Barrera

Al no encontrar consuelo en los médicos de la época, las personas


recurrían a magos y curanderos. Estos practicaban técnicas profanas,
como el hacer pactos con los espíritus. Muchas de estas prácticas habían
sido incorporadas al mundo hebreo, a causa de la contaminación
cultural que se dio durante la estancia de este pueblo en Egipto y
posteriormente en el exilio de Babilonia.

Por lo tanto, podemos suponer que aquel padre, en su


desesperación, debió consultar a un mago o hechicero. Esto abrió la
puerta o tal vez una pequeña rendija por donde se metió un demonio.
Al apartarse de Dios, la condición de su hijo empeoró, ahora tenía la
epilepsia y un demonio que lo atormentaba.

En cualquier caso, el pasaje sirve para ilustrar con claridad que


en un mundo caído ni siquiera a la infancia se le respeta. Pero si
Satanás puede llenar de maldad el corazón de un niño o de un
joven, de la misma forma, también puede el Espíritu Santo llenarlo
de amor; lo que nos debe animar a predicar el evangelio también a
los niños.

Retomando el pase bíblico, podemos mencionar que antes de


que Jesús atendiera al muchacho, era necesario que hiciera una seria
llamada de atención a todos los presentes:

106
Meditando en el Amor de Cristo

Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta


cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. Lucas
9:41 (LBLA)

¿A quién dirigió Jesús esta severa amonestación? Como veremos,


su indignación era contra la incredulidad que se había extendido en
toda aquella generación. Allí estaban los escribas, siempre buscando
una ocasión para desacreditar a Jesús y a sus discípulos con el fin de
desprestigiarlos. También se refería a la multitud, que a pesar de haber
presenciado tantas manifestaciones de la gloria y del poder de Dios,
no hacía sino curiosear sin creer que Él era el mesías.

Los discípulos, quienes a pesar de que en otras ocasiones habían


echado fuera demonios en el nombre de Jesús, en esta ocasión, por
resistirse a aceptar los planes del Señor y en especial el anuncio de su
muerte en la cruz, tuvieron poca fe y ésta no dio frutos.

Para no ser como los discípulos que no pudieron sanar al joven,


recordemos lo siguiente:

1. Debemos tener disciplina en nuestra vida. No podemos alcanzar


nuestras metas sin disciplina y sin orden.
2. Debemos tener clara la presencia de Dios en nuestra vida.

107
Federico Elizondo Barrera

3. Hay obstáculos que no se pueden vencer con la fuerza humana o


con la inteligencia o la voluntad. Solo se vencen con la presencia
de Dios en nuestra vida.
4. Confiar en los tiempos de Dios. Dios da las órdenes, Él nos va a
decir cuándo es el momento de hacer las cosas o dejar de hacerlas.
No podemos hacer las cosas a nuestra manera. Los humanos
batallamos para esperar y reconocer los tiempos de Dios. Cuando
Dios nos dice adelante, entonces nos movemos y cuando nos dice
ya fue suficiente, entonces nos paramos. Más vale obedecer.
5. La lógica humana no puede ayudarnos a resolver obstáculos
o problemas espirituales. Debemos aprender a escuchar y a
desarrollar sensibilidad ante la palabra de Dios.
6. Debemos consagrarnos al Señor, es decir, vivir en santidad, en
integridad, llevando una vida recta delante de él. No podemos
esperar que el Señor haga maravillas en nuestra vida si estamos
apartados del creador. Debemos estar conectados al corazón de
Jesús. Pasar tiempo con Cristo en oración y meditación. En una
palabra, tener una relación personal con Dios padre a través de
Jesús.
7. Tenemos que dar pasos de fe basados en la obediencia al Señor.
Pasos que no estén fundamentados en la lógica, en la sabiduría
humana. Pasos de fe basados en la confianza que le tenemos a
Jesucristo.

108
Meditando en el Amor de Cristo

No estoy hablando de la fe que tengo en mí mismo, en mis


capacidades, sino en la fe que tenemos en el poder de Dios. Creer en
su voluntad, creer en sus propósitos, en sus planes y creer que lo que
Él ha reservado para nosotros es lo mejor que nos puede pasar.

Retomo la historia del joven epiléptico: aunque los discípulos


habían fracasado en su intento de liberar al muchacho del poder
diabólico que lo dominaba, Jesús pidió que lo trajeran a su presencia.
Esto nos recuerda que siempre podemos acudir a Jesús cuando todo
lo demás ha fallado.

Una vez que el joven estuvo delante de Jesús, el espíritu comenzó a


sacudirlo con violencia, de tal manera que cayó en tierra revolcándose
y echando espumarajos. Sin duda era una escena terrible, pero a pesar
de esto, Jesús no hizo nada por el joven, sino que con toda tranquilidad
comenzó una conversación con el padre. Cabe preguntarnos, ¿por qué
se cree que Jesús actuó de tal manera?

Porque si bien era importante que su hijo fuera restablecido,


no eran menos importantes los problemas de fe que el padre
arrastraba. Esto quedó claro por la forma en la que el padre hizo su
petición al Señor: si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros
y ayúdanos.

109
Federico Elizondo Barrera

Tal vez el fracaso de los discípulos había llevado a este hombre a


dudar de Jesús, así que, cuando hizo su petición, parecía no estar muy
seguro de que Jesús realmente pudiera ayudar a su hijo. Recordamos
también cómo el leproso de Galilea se acercó a Jesús:

Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó: —Si quieres,


puedes limpiarme. Marcos 1:40 (CST)

Ninguno de los dos comprendía que Jesús quiere y puede salvar


a todos los que se acercan a Él con fe. Pero la cuestión era si en verdad
tenían fe.

Como ya hemos dicho, el padre de aquel muchacho había visto el


fracaso de los discípulos y tal vez por eso mismo estaba cuestionando el
poder de Jesús. Pero el Señor llevó el asunto al mismo centro del problema:
la propia falta de fe de aquel hombre. Por lo tanto, si no avanzamos más
en nuestra vida cristiana, es por nuestra falta de fe y no por culpa de
otros. El padre del muchacho gritó y dijo: E inmediatamente el padre del
muchacho clamó y dijo:Creo; ayuda mi incredulidad (Marcos 9:24, RVR1960).

La angustiosa contestación del padre reveló sus dudas. Con total


honestidad expresó su fe, al mismo tiempo que reconocía la flaqueza
de la misma. Es dramática, a la vez que conmovedora, la lucha que se

110
Meditando en el Amor de Cristo

percibe en el corazón de este hombre, entre la fe y la incredulidad. Sin


embargo, había algo de fe en el padre del joven epiléptico, tal vez tan
pequeña como una semilla de mostaza, pero al ser genuina, el Señor
se encargaría de robustecerla y hacerla crecer.

En cuanto a la frase bíblica al que cree todo le es posible, es probable


que se refiera no tanto a lo que podemos hacer mediante nuestra fe,
sino a lo que Dios nos dará en respuesta a esa fe, tal como le ocurrió
al padre del muchacho. Y por supuesto, no quiere decir que nos dará
cualquier cosa que le pidamos en oración, porque la verdadera fe se
somete siempre a la voluntad de Dios y a la confianza en él.

De esto debemos aprender también que la forma correcta de


enfrentar nuestra incredulidad es llevándosela a Jesús, igual que le
llevamos también todos nuestros pecados y debilidades.

Volviendo al pasaje, mientras Jesús hablaba con el padre, la


multitud como ya lo hemos visto en otras muchas ocasiones, se
amontonó rápidamente en torno a ellos con el fin de ver el resultado.
Aunque aquel espíritu maligno era poderoso y a pesar de que de
ninguna manera quería soltar a su triste presa, no pudo resistir el
poder divino del Señor, que no solo le mandó salir del muchacho, sino
que también le prohibió volver a él.

111
Federico Elizondo Barrera

Al salir, el espíritu le hizo al muchacho todo el daño que pudo,


dejándole tirado en el suelo como muerto. Pero el Señor, en un gesto
hermoso, le tomó de la mano y lo restauró, devolviéndole las fuerzas
y levantándolo a la vida.

Los discípulos, que habían permanecido todo el tiempo


observando cómo el Señor trataba este caso en el que ellos habían
fracasado, una vez que estuvieron a solas con Él, le preguntaron por
qué ellos no habían podido echar fuera al demonio.

Seguramente recordaban la ocasión en que Jesús los había enviado


solos y cómo habían echado a muchos espíritus inmundos, entonces,
¿qué había fallado en esta ocasión? La falta de fe era la causa de su
fracaso. Como el Señor le había dicho al padre del muchacho: al que
cree todo le es posible.

El problema de los discípulos era que si bien habían llegado


a entender quién era Jesús y lo habían reconocido como el Cristo,
no aceptaban todavía, que tuviera que morir en una cruz. Este
rechazo a la voluntad de Dios les estaba llevando a actuar al
margen de su poder, como ya se mencionó en párrafos anteriores.
En esas circunstancias no era de extrañar la derrota que acababan
de sufrir los discípulos que no habían subido al monte. Y Jesús

112
Meditando en el Amor de Cristo

les dijo: Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno (Mateo 17:21,
LBLA).

El Señor también les explicó que había diferentes géneros de


demonios, algunos más poderosos y malignos que otros. Y por sus
indicaciones, parece que éste era de la peor clase. En estos casos, se
precisa de una mayor potencia espiritual para que su obra se deshaga.
El problema fundamental de los discípulos es que habían ido a
enfrentarse con las fuerzas de Satanás sin estar revestidos de toda la
armadura de Dios.

Podemos ver que varias cosas habían sido descuidadas: primero,


como ya hemos indicado, les faltaba fe, pero también oración y ayuno.
Es por medio de todas estas cosas que entramos en comunión con
Dios y en dependencia de Él, lo que se traduce en ser instrumento de
Dios con poder para el servicio.

Tal vez los discípulos confiaron en sus éxitos del pasado, creyendo
que iban a repetirse automáticamente y como consecuencia, no
recurrieron a Cristo. Pero todos sabemos que, en términos espirituales,
no se puede vivir del pasado. Ellos habían recibido el poder y la
autoridad del Señor, pero necesitaban de la oración permanente para
mantenerlo.

113
Federico Elizondo Barrera

Sin fe, cualquier don que hayamos recibido, se seca y acaba por
morir. Quizá ellos habían comenzado a creer que podían llevar a cabo
estas poderosas obras por sí mismos, sin mantenerse en contacto con
Dios y su poder.

Así que, su fracaso fue la forma dolorosa en la que el Señor les


tuvo que enseñar la importancia de la fe, la oración y el ayuno. Todos
debemos aprender también esta importante lección: todo intento de
servicio al Señor, sin tener una comunión constante con Él, acabará
siendo estéril y vano.

Recordemos las palabras de Jesús y guardémoslas en nuestros


corazones: Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido
a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer
nada (Juan 15:5, DHH).

114
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Cristo, ayúdame, te lo ruego, a cerrar todas aquellas puertas que por


error he abierto y me alejan de tu presencia.
Ayúdame a fortalecer mi fe porque esa es la verdadera puerta que
abrirá las promesas que Dios tiene reservadas para mí.
Que yo pueda reconocer la mano de Dios en cada momento de mi
vida.
Libra mi alma del veneno de la incredulidad.
Que nunca deje yo de creer en ti, padre mío;
Porque al que cree todo le es posible.
Dame la paciencia para mantenerme fiel hasta que se cumplan las
promesas que tienes reservadas para mí. Fortalece mi fe porque esa es
la verdadera puerta que abrirá las promesas de Dios.
Que yo pueda reconocer la mano del Altísimo en cada momento de
mi vida.
Libra mi alma del veneno de la incredulidad, que nunca deje yo de
creer en ti.
Aunque mis ojos no te puedan ver, yo sé que estas aquí y me cubres
con tu manto.
Aunque mis manos no te puedan tocar, a mi lado siempre estás y
escuchas mi clamor, en ti pongo mi esperanza,
¡Porque al que cree en Jesucristo todo le es posible!

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Federico Elizondo Barrera

116
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

117
Federico Elizondo Barrera

118
Meditando en el Amor de Cristo

Tú, Señor, siempre estás a mi lado.


Salmo 23 del rey David

El Señor es mi pastor.

Base bíblica
1
El Señor es mi pastor; nada me falta. 2En verdes praderas me hace
descansar, a las aguas tranquilas me conduce, 3me da nuevas fuerzas y me
lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. 4Aunque pase por el
más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás
conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. 5Me has preparado un
banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza,
y has llenado mi copa a rebosar. 6Tu bondad y tu amor me acompañan a lo
largo de mis días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré. Salmos 23
(DHH)

Contexto
De entre todos los Salmos, el 23 es sin duda uno de los más conocidos
y apreciados por los cristianos. En sus versos los creyentes han
encontrado aliento y confianza para afrontar las diferentes etapas de
la vida. En este salmo también encontramos, hoy en día, el mismo
consuelo y fortaleza que los hebreos, hace miles de años, descubrieron
en él.

119
Federico Elizondo Barrera

El Salmo 23 nos habla de las experiencias del cristiano desde


el día en que llegó a ser beneficiario del supremo sacrificio de
Cristo, hasta el momento en el que participará de la gloria de
Dios.

En cuanto al fondo del salmo, podemos ver que se centra en dos


metáforas: Dios-pastor (Sal 23:1-4) y Dios-anfitrión (Sal 23:5-6).

El rey David, el autor de este hermoso texto, comienza


refiriéndose a Dios como su pastor. Todos recordamos que en su
adolescencia él había sido pastor de ovejas y había llegado a tener
experiencias que marcaron su vida.

Pero ahora David no está pensando en sí mismo como pastor, sino


que asume la posición de oveja que se siente cuidada por Dios mismo.
La Escritura nos enseña que David, en su juventud había protegido
con delicadeza a sus ovejas y las había defendido aun a riesgo de su
propia vida. Podemos suponer que ahora que era el rey de Israel, Dios
haría mucho más a favor de él.

Es interesante ver la confianza con la que David se refiere a Dios


como mi Pastor. Esto nos hace entender que se sentía parte de su
rebaño y bajo su protección.

120
Meditando en el Amor de Cristo

El aceptar a Jesucristo como nuestro pastor es la puerta de entrada


para disfrutar de todas las bendiciones que a continuación vamos a
encontrar en esta oración. Si Dios no es nuestro Pastor de una forma
personal, todo el salmo 23 no pasaría de ser un bello poema, pero de
ninguna manera lograría dar consuelo verdadero a nuestra vida.

Versículos de estudio: Salmo 23:1-6


1
El Señor es mi pastor; nada me falta. El título de pastor era habitual
para reconocer a los reyes y guías del pueblo en el Oriente antiguo, así
como en Grecia y en otros pueblos de la zona de Mesopotamia. En la
Biblia encontramos este vocativo empleado varias veces para referirse
a Dios: en los libros históricos, los proféticos, en los poéticos y en los
de sabiduría.

Dios padre, en el capítulo 34 del profeta Ezequiel, se compara a


sí mismo con un Pastor que quiere cuidar, proteger y alimentar a sus
ovejas. Porque así dice el Señor Dios: He aquí, yo mismo buscaré mis ovejas
y velaré por ellas. (Ezequiel 34:11, LBLA)

Y Jesucristo nos dice:

Yo soy el buen pastor. El buen pastor está dispuesto a morir por sus ovejas.
Juan 10:11 (TLA)

121
Federico Elizondo Barrera

Al escuchar la palabra pastor ésta nos remite a una imagen que


nos habla de un amor personal de Dios por su rebaño, que trata a
todos por igual, que sale a nuestro encuentro, respondiendo a las
necesidades y esperanzas concretas de cada uno de nosotros.

Tanto en Israel como en todo el Medio Oriente no abundan el


agua ni los pastos. Pasar hambre y sed es una experiencia ordinaria
cuando se atraviesan los amplios espacios desérticos. En este
contexto se comprende lo grande que es poder afirmar que no se
carece de nada porque estamos siendo constantemente guiados y
cuidados por Dios.

David, como una de las ovejas que era cuidada por el Señor
manifiesta su completa confianza en la bondad y misericordia de
Dios, para asegurar todo lo que le era necesario, tanto en el presente
como en el futuro.

Como veremos a lo largo del salmo, la provisión divina incluye


cosas tan variadas como alimento y bebida, descanso, protección,
restauración, compañía, aliento, dirección, consuelo, gozo, felicidad y
gloria. Sin embargo, David entiende que el hombre tiene necesidades
más profundas que las del cuerpo y sabe que solo en Dios pueden ser
satisfechas.

122
Meditando en el Amor de Cristo

El hombre es mucho más que un cuerpo, tiene también alma y


espíritu y la única forma de tener una vida en plenitud es volviéndose
a Cristo, porque solo en Él puede estar completo (Colosenses 2:9-10).

En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce.


(v. 2)

En las tierras desérticas de Judea, el pastor sabía lo agotador que


era para el rebaño andar kilómetros por zonas áridas, a menudo bajo
los rayos de un sol abrasador. Pero también conocía dónde estaban
los oasis y allí conducía a sus ovejas para proporcionarles descanso,
alimento y agua en un ambiente apacible.

Conseguir hierba en el desierto era una bendición, pero si la


hierba era fresca, el hallazgo se convertía en una fiesta. El sonido del
agua de la fuente relaja y hace olvidar las fatigas. Sin embargo, en
general, los lugares en donde hay agua son más peligrosos para los
rebaños y los pastores. Tanto los lobos como los malhechores saben
que allí vendrán las ovejas a beber y se esconden esperando a sus
presas.

El salmo subraya que las fuentes a las que nos conduce nuestro
pastor son tranquilas y seguras. La Sagrada Escritura usa muchas

123
Federico Elizondo Barrera

veces el símbolo de la sed para hablar del deseo de conocer a Dios y


relaciona el agua para indicar el don del Espíritu Santo.

Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.
Salmo 42:1 (NVI)

Los cristianos sabemos que Dios conoce nuestras circunstancias y


las dificultades por las que atravesamos en la vida; entonces, podemos
estar seguros de que en su tiempo Él nos conducirá en su sabiduría y
su bondad hasta su gracia reparadora.

Hoy en día vemos a muchos creyentes insatisfechos, agitados y


sin descanso. En estos casos, el problema no es que Dios haya fallado
como pastor, sino que la oveja se ha alejado de la comunión con Él. La
única forma de recuperar la paz perdida es volviendo al Señor.

El rey David había experimentado una y otra vez la obra de


restauración de parte de Dios, esto al arrepentirse por haberse salido
del buen camino y haber caído en el pecado. Ejemplo de esto lo
encontramos en los salmos 32 y en el 51.

Nos apartamos fácilmente de los caminos del Señor, no estamos


atentos a su dirección, desobedecemos, entramos en estados de letargo

124
Meditando en el Amor de Cristo

e indiferencia espiritual, perdemos la ilusión y dejamos de leer nuestra


Biblia y de orar.

El pastor que cumple bien su trabajo, que cuida de su rebaño, lo


alimenta, lo protege y lo guía por los caminos acertados, hace honor a
su nombre. El pastor va siempre delante de las ovejas para descubrir
los lugares de hierba más verde y conducir al rebaño por el camino por
donde hay menos piedras. A pesar de que la oveja no sabe a dónde es
llevada, confía en el pastor y le sigue.

Nosotros también deberíamos aceptar que necesitamos ser


guiados por el Señor. Y sabemos que esto es así porque cuando
elegimos nuestros propios caminos, esto termina normalmente por
causarnos muchos problemas. Nos cuesta aceptar que el sitio de
mayor bendición para nosotros es seguir a Cristo lo más cerca posible
y dejarnos guiar por Él.

Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque
tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. (v.4)

David nos enseña que aun en la circunstancia más sombría de la


vida, que sin duda es la muerte, se tiene plena confianza en que el mismo
Dios que nos ha iluminado el camino durante toda la vida, también

125
Federico Elizondo Barrera

lo hará en ese momento. Porque lo cierto es que en esta vida todos


atravesamos situaciones oscuras y peligrosas en las que necesitamos de
la protección y el ánimo del Señor. Y esto es así porque Cristo venció la
muerte y lo que ahora queda de ella es solo una sombra.

Con frecuencia la incertidumbre sobre el futuro es más difícil de


soportar que lo que estamos viviendo en el presente. Pero ya sea que
miremos al presente o hacia el futuro, nunca debemos olvidar que el
Señor nos ama y nos cuida y esto hará desvanecer todo temor. Nunca
podremos descansar si no aceptamos a Jesucristo en nuestro corazón,
Él es el único que puede satisfacer el hambre de nuestro espíritu y
apagar la sed que reseca el paladar.

Notemos que hasta este momento el salmista ha hablado del


Señor en tercera persona, pero cuando llega el momento de atravesar
el valle de sombra de muerte, David utiliza la segunda persona tú:
Porque tú estarás conmigo (v. 4). Estas palabras son el punto central
de la enseñanza en este salmo. Otro cambio que percibimos es que el
pastor ya no va delante, guiando al rebaño, sino que ahora se coloca al
lado de la oveja para atravesar por un lugar difícil.

La única razón válida para no temer a la muerte y a las dificultades


que puedan surgir en nuestro caminar por esta vida, se encuentra

126
Meditando en el Amor de Cristo

en el hecho de que el Señor está con nosotros. Él tiene todos los


recursos necesarios y está a nuestro lado. Además, Él ya ha pasado
por ese camino de muerte y ahora se coloca junto a nosotros para
acompañarnos para que no nos sintamos solos.

Asimismo, nos dice el salmista que el pastor lleva una vara y un


cayado. La vara era un arma que tenía el propósito de defender a las
ovejas, el cayado era usado como medio de apoyo y también para
guiar al rebaño y corregir a las ovejas. Estas dos cosas en las manos del
pastor nos inspiran confianza y aliento. Es la protección y dirección
que todos necesitamos y que encontramos en el Señor.

Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido
perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. Aderezas mesa delante
de mí. (v. 5)

En este punto del salmo nos encontramos con un cambio


de metáfora. Para David, Dios era mucho más que su Pastor y a
continuación pasa a describirlo como un anfitrión que ha preparado
un espléndido banquete al que somos invitados como huéspedes.

La ley de la hospitalidad era sagrada para los semitas. Cuando


alguien era invitado a comer, se convertía en intocable. Los enemigos

127
Federico Elizondo Barrera

no se podían acercar a él. Abrahám recibió la promesa definitiva cuando


acogió en su casa a unos peregrinos que resultaron ser enviados de
Dios (Génesis 18).

No echéis en olvido la hospitalidad pues, gracias a ella, personas hubo que, sin
saberlo, alojaron ángeles en su casa. Hebreos 13:2 (BLP)

Es difícil para nosotros entender a Lot cuando prefiere entregar


a sus dos hijas antes que a unos desconocidos—ángeles—acogidos en
su casa (Génesis 19).

El ungir a un huésped era la mayor manifestación de veneración


que se podía tener con él. Era un gesto de extremo afecto y consideración
para el que llegaba cansado por el calor del desierto. Los creyentes
hemos recibido por medio del Espíritu Santo esta unción que nos
confirma que somos de Cristo.

El salmista considera también su copa llena a rebosar, con lo


que parece querer indicar la plenitud de las bendiciones que estaba
recibiendo de Dios. Era un signo de la generosidad con que el huésped
era recibido. Lo que también debemos recordar es que en el mundo
del Antiguo Testamento comer y beber a la mesa de alguien era una
manera de establecer un vínculo de lealtad mutua.

128
Meditando en el Amor de Cristo

Nosotros somos invitados a la cena del Señor solo por su


misericordia. Pues éramos enemigos de Dios, éramos pecadores.
Ahora por el sacrificio de Jesucristo somos invitados a la mesa y allí
recibimos todos sus favores.

El Señor no solo quiere darnos vida, sino vida en abundancia


(Juan 10:10). Y no debemos olvidar que para poder disfrutar de estas
bendiciones y poder tomar la copa de la salvación (Salmos 116:13),
fue necesario que Cristo bebiera de la amarga copa del juicio y fuera
crucificado (Mateo 26:42).

Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh


Señor, por siempre viviré. El bien y la misericordia me seguirán todos los
días. (v.6)

Al terminar la cena debemos seguir nuestro camino, sabiendo que


afuera aún hay enemigos. Por lo que, entonces, el Señor nos ofrece una
escolta de dos hombres fuertes que nos acompañan y nos protegerán
a modo de guardaespaldas. Estos son “el amor y la misericordia”,
que permanecerán entre el Señor y nuestros adversarios, para que
nunca lleguen a lastimarnos. El amor es para proveernos de cuanto
necesitemos en el camino y la misericordia es para perdonar nuestros
pecados.

129
Federico Elizondo Barrera

Para el rey David la casa de Dios no era algo para la eternidad,


sino una realidad presente. Nosotros también deberíamos anhelar el
comenzar a vivir así en la casa de Dios, en este tiempo que nos ha
tocado.

El cristiano sabe que, al recibir a Jesucristo como Señor de su


vida, ya no está solo en este mundo y le espera la vida eterna. Lo que
nos mueve a desear estar en la presencia de Dios y entrar en su reposo.

130
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Gracias Señor por estar conmigo, por caminar a mi lado.


Padre mío, tú eres la verdadera razón que me hace sentir seguro.
Me das todo lo que necesito para vivir, pero el saber que estás a mi
lado es lo más importante en mi vida.
Tomado de tu mano no tengo miedo de pasar por el valle de la
oscuridad y de la muerte, porque tu vara y tu cayado me dan aliento.
Solo tú eres la resurrección y la vida;
la luz que brilla en las tinieblas;
la roca que se abre en el desierto para calmar mi sed;
el pan de vida que me alimenta;
el único y verdadero Pastor y Rey.
Me conduces a la fuente de agua viva.
Me guías al lugar de tu reposo y me das el pasto nutritivo de tu palabra.
Llámame por mi nombre, para que yo escuche tu voz y tu voz me dé
la vida eterna.
No puedo imaginar un amor más grande que el tuyo, pues diste tu
vida por mi salvación.
¿Cómo puedo dejar de amarte si tú has entregado tu vida por mí?

131
Federico Elizondo Barrera

132
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

133
Federico Elizondo Barrera

134
Meditando en el Amor de Cristo

El creyente y el regalo de la unción


Isaías 61:1-2

La unción del Espíritu Santo

Base bíblica
El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para
1

traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados
de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros;
para proclamar el año favorable del Señor. Isaías 61:1-2 (LBLA)
2

Contexto
En el evangelio de Lucas encontramos que Jesús, para dar inicio a su
ministerio, entra a la sinagoga y tomando el libro del profeta Isaías lee
el salmo 61, confirmando así que Él era el cristo, el ungido de Dios.
Nosotros al aceptarlo como nuestro Señor y Salvador somos partícipes
de esa unción. Esto es así porque Jesús es la cabeza de la iglesia y nosotros
que somos el cuerpo místico de Cristo compartimos esa unción.

¿Qué es la unción?
La unción es un rito que representa la habilidad, capacidad o poder
dado por Dios al creyente para desarrollar un propósito divino. Es
un don, un regalo que se retiene cuando permanecemos conectados a

135
Federico Elizondo Barrera

la cabeza que es Cristo. Este maravilloso regalo se debe manejar con


mucho cuidado, de lo contrario se perdería.

8
Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros,
sino que es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Efesios
2:8-10 (LBLA)

Es a través del poder del Espíritu Santo que se manifiesta la


unción. La unción viene sobre aquellos que tienen hambre y sed de
ella, sobre quienes la estiman y la valoran.

Esto queda demostrado bíblicamente al recordar que Eliseo no


quería irse hasta haber recibido el manto de la unción del profeta
Elías. Fue persistente y no se alejó de él hasta que recibió una doble
porción de su unción (2 Reyes 2).

Eliseo valoraba en gran manera la unción, mucho más que Sansón,


ya que este la recibió en la mano, porque se le dio desde su nacimiento.
Sansón no sabía lo que era no tener la unción. Llegó a tomarla como
algo que se da por descartado, sin valorarla. En cambio, Eliseo tuvo
que luchar, ser persistente e ir en pos de Dios para obtenerla.

136
Meditando en el Amor de Cristo

Cuando hablamos de unción estamos hablando de la plenitud


de Dios en nuestra vida. Dios nos da la unción, es decir, el poder para
que sirvamos de manera efectiva, pues nuestro Dios es sobrenatural y
nuestro servicio también debe serlo.

Versículos de estudio: Isaías 61:18-19


¿Cómo se recibe la unción del Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. Es igual en
esencia al Padre y a nuestro Señor Jesucristo y juntos forman una
sola deidad. A partir de la muerte y glorificación de Jesús, él nos
manda al Espíritu Santo para que Dios permanezca en la vida de los
creyentes.

Sin embargo, por ser Dios soberano, el Espíritu Santo no siempre


se manifestó al hombre de la misma manera, veamos algunas
manifestaciones mencionadas en la Biblia:

1. La anunciación de María
Esto lo vemos claramente cuando el ángel Gabriel le contesta a María,
al sorprenderse ella de que sería madre siendo virgen. El ángel le dijo:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios (Lucas
1:35 CST).

137
Federico Elizondo Barrera

2. El Pentecostés
El Espíritu de Dios se manifestó de modo muy especial en Pentecostés
al caer directamente sobre los apóstoles. Esta acción se repite
nuevamente al visitar Pedro a Cornelio y a los suyos. En el libro de
Hechos, se comenta que cuando Pedro presentó el evangelio de Jesús
en la casa de Cornelio, el Espíritu Santo que los apóstoles habían
recibido el día de Pentecostés desciende sobre los allí presentes sin
haber sido bautizados en agua:

»Apenas comencé a hablar, el Espíritu Santo cayó sobre ellos tal como nos
15

pasó a nosotros al principio. 16Entonces recordé lo que el Señor había dicho:


“Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.
Hechos 11:15-16 (PDT)

3. La imposición de manos
La imposición de las manos es una realidad que está presente tanto en
el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Normalmente, este acto va
acompañado de oración, de dar una palabra profética o de ambos. En
el Antiguo Testamento los sacerdotes y los Levitas fueron ordenados
mediante la imposición de manos. Josué, el sucesor de Moisés también
fue confirmado de esta manera (Números 27:23). Por la imposición
de las manos de los apóstoles muchas personas recibieron al Espíritu
Santo:

138
Meditando en el Amor de Cristo

Al ver Simón que cuando los apóstoles imponían las manos se impartía el
Espíritu, les ofreció dinero, Hechos 8:18 (BLPH)

4. El bautismo
En obediencia al mandato de Jesucristo, como señal de una muerte
simbólica para nacer a una nueva vida apartada de todo pecado, el
creyente debe ser bautizado.

1
¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia
abunde? 2¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Por
tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte,
a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. 5Porque si hemos
sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos
también en la semejanza de su resurrección, 6sabiendo esto, que nuestro
viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado
fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado. Romanos
6:1-6 (LBLA)

Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus


pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo

139
Federico Elizondo Barrera

para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu


Santo. Hechos 2:38 (NTV)

5. La asignación divina
La unción nos prepara para el ministerio o servicio a Dios, lo vemos
por ejemplo en el caso de Bezaleel y Aholiab quienes sin conocer a
Jesús fueron ungidos para construir el tabernáculo (Éxodo capítulo
31).

6. A través de un mensajero
Pablo recibe al Espíritu Santo antes de ser bautizado a través de un
enviado del Señor.

17
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre
él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el
camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista
y seas lleno del Espíritu Santo. 18
Al instante cayeron de sus ojos
como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.
Hechos 9:17-18

Debemos recordar que nuestro Dios es soberano y siempre tendrá


la última palabra y puede utilizar cualquiera de los caminos antes
mencionados para proveer el don del Espíritu Santo.

140
Meditando en el Amor de Cristo

Sin embargo, a partir de la glorificación de Jesús, el camino que


se nos dio para ser considerados hijos de Dios y recibir al Espíritu
Santo fue el de arrepentirnos de nuestros pecados y aceptar a Jesús
como nuestro Señor y Salvador. Una vez bautizados, si vivimos de
acuerdo con su palabra y respetamos los mandamientos, tenemos
la posibilidad de recibir alguno de los dones del Espíritu Santo para
cumplir con el plan trazado por Dios para nuestras vidas.

Mientras se manifieste en nosotros algún don, vivamos tranquilos


disfrutando el fruto del Espíritu en la conducta cristiana. Pablo nos
enseña en el libro de Gálatas que ese fruto es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio.

22
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,
bondad, fidelidad, 23humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas
cosas. Gálatas 5:22-23 (NVI)

La unción del Espíritu Santo no es dada para un beneficio egoísta


y personal, sino para bendición de otros. La unción es para sanar a
los enfermos, echar fuera demonios, predicar el evangelio, ministrar
milagros y ante todo glorificar a Cristo. La unción proviene de Dios y
fluye en un corazón quebrantado y humilde delante del Señor. Con la
unción vienen los milagros, las sanidades y los prodigios.

141
Federico Elizondo Barrera

El Dios todopoderoso es quien nos unge con su Espíritu Santo.


Este quiere revestirnos de su poder, renovar en nosotros la unción
para que le sirvamos con mayor eficacia, para caminar en un servicio
sobrenatural, Él multiplica nuestras fuerzas como las del búfalo y nos
unge con aceite fresco (Salmo 92:10).

En la antigüedad se ungía con aceite; en nuestros tiempos Dios


está interesado en ungir al hombre, cuando este pasa a ser hijo suyo
por creer en Jesucristo y no lo unge simplemente con aceite, sino con
el Espíritu Santo. Estar ungido por el Espíritu Santo equivale a tener
poder, autoridad, gracia y respaldo de Dios.

La unción no debe ser vista como una pócima mágica o un


privilegio exclusivo de pastores y ministros. Tampoco debemos pensar
que el aceite tiene poderes especiales, si lo usamos, es solo como un
símbolo de lo que Dios está haciendo.

La unción es un regalo que Dios tiene reservado para los creyentes


que viven en obediencia y santidad. Los ungidos son un regalo para
la iglesia; son instrumentos escogidos por Dios para llevar a cabo un
propósito específico y solamente Él es quien puede ungir a través de
su Santo Espíritu a una persona.

142
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Padre Santo, solo en ti he puesto mi confianza.


Tú que dices: Clama a mí y yo te responderé, bendice mi vida.
Dame el poder para que yo pueda servirte, pues lo anhelo con todo
mi corazón.
Que sea yo humilde para recibir enseñanza y corrección; para poder
vivir en santidad.
Cuando desmaye mi corazón ponme a salvo sobre una roca muy alta,
pues tú eres mi refugio y salvación.
Dame la autoridad para interceder por los enfermos para que ellos
reciban por tu amor el don de la sanidad y el poderío para liberar a los
oprimidos y llevar esperanza a los cautivos.
Equipa mi vida para que yo pueda salir a cumplir la gran comisión de
llevar el evangelio a todas las naciones.
Y cuando llegue el día de partir de este mundo caído, ten misericordia
de mí, pues quiero vivir en tu casa para siempre, protegido debajo de
tus alas. Amén.

143
Federico Elizondo Barrera

144
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

145
Federico Elizondo Barrera

146
Meditando en el Amor de Cristo

Nunca te dejaré ni te desampararé.


Filipenses 4:10-13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Base bíblica
10
Me alegré grandemente en el Señor de que ya al fin habéis reavivado vuestro
cuidado para conmigo; en verdad, antes os preocupabais, pero os faltaba
la oportunidad. 11No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir en pobreza, y sé
vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de
estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir
necesidad. 13Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:10-13
(LBLA)

Contexto
El contentamiento no es un estado natural del ser humano.
Generalmente pensamos que estaríamos mejor si nuestra situación
fuera diferente. Esta es una de las grandes mentiras que el enemigo ha
logrado sembrar en el corazón de las personas.

El estar deprimido, cansado, sin ánimo para seguir luchando


y dando la buena batalla, son evidencias de una condición más

147
Federico Elizondo Barrera

profunda del corazón: el descontento. Es fácil dejarnos llevar por


nuestras emociones negativas que llegan como reacción natural ante
una situación difícil o incómoda, pero la decisión de estar contento
y tranquilo tiene que producirse en nuestra mente y espíritu. Estas
emociones negativas pueden llegar a ser tan fuertes en tu vida que
arrasa con todo lo bello que Dios quiere edificar en ti. Si en verdad
creemos en Jesucristo, debemos disfrutar de paz en el corazón y en la
mente.

En nuestros tiempos, si no ejercemos una carrera exitosa, si


no contamos con más dinero, si no viajamos y acumulamos bienes
materiales y si no tenemos el cuerpo de modelo, entonces es casi
imposible sentirse realizado y contento. Incluso aquellos que son
exageradamente ricos continúan esforzándose por más dinero,
poder y niveles relativos de satisfacción, medidos en términos de
tener más.

Nuestro problema es que no entendemos la diferencia entre


“necesito y quiero”. Las necesidades básicas que todos tenemos son
comida, ropa y refugio. Y todas las cosas más allá de esto son buenas,
pero no completamente necesarias. Olvidamos que nuestra realización
no depende de las personas o las posesiones que nos rodean, sino de
nuestra relación personal con Jesucristo.

148
Meditando en el Amor de Cristo

¿Cuál es el secreto del contentamiento?


El experimentar el gozo es una sacudida espiritual, es un fruto del
Espíritu Santo, un regalo de Dios. El verdadero contentamiento es
sentirse satisfecho con lo que Dios nos da y eso no depende de nada
que podamos hacer nosotros en este mundo.

Cuando el apóstol Pablo escribió que la piedad, en efecto, es un


medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento,
no solamente hablaba filosóficamente (1 Timoteo 6:6). Él había
aprendido el secreto de estar contento en cada circunstancia de la vida
y nos estaba revelando el secreto para vivir tranquilos (Filipenses
4:11-12).

Debemos esforzarnos por vivir una vida llena de contentamiento.


Veamos lo que dice la Biblia sobre el descontento y el contentamiento.
Recordemos que el deseo de Dios para nuestra vida es para bien pues
no es su voluntad que vivamos descontentos y frustrados.

Versículos de estudio: Filipenses 4:10-13


1. Correspondamos siendo agradecidos.
Dar las gracias es una cuestión de obediencia, pero también es
característico de un creyente lleno del Espíritu Santo (1 Tesalonicenses
5:18; Efesios 5:18-20).

149
Federico Elizondo Barrera

2. Aprendamos a descansar en la providencia de Dios.


Si en realidad conocemos a Jesucristo, sabemos que cada día de
nuestra existencia Él está desarrollando su plan para nuestro beneficio
y su gloria. No deberíamos sorprendernos cuando pasemos por
pruebas, porque sabemos que todo lo que nos pase es para nuestro
bien (Romanos 8:28).

3. Aprendamos a estar satisfechos con lo poco.


Pablo había elegido estar satisfecho con lo poco y sabía que era
importante que otros aprendieran a elegir lo mismo. En 1 Timoteo
6:6-8, Pablo exhortó a un joven pastor con estas palabras: Pero
gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque
nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así
que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Pablo
entendía que la codicia y el contentamiento no podían coexistir
juntos.

4. Asimilemos vivir por encima de las circunstancias de la vida.


Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para
que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo
me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones,
en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. 2 Corintios
12:9-10

150
Meditando en el Amor de Cristo

Pablo no encontró placer en el dolor mismo, sino en el poder


de Cristo que fue manifestado a través del dolor en tiempos de
debilidad, reproches, persecuciones y angustias. Nosotros también
deberíamos de encontrar deleite en el poder de Cristo durante
tiempos de angustia.

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en


necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte. 2 Corintios 12:10 (RVR1960)

5. Debemos aprender a depender en el poder y la provisión de Dios.


Jesús dijo que nunca nos dejaría ni nos desampararía. Como Pablo,
nosotros también podemos aprender a depender de la promesa de
Cristo. Él fielmente infunde a cada creyente su propio poder y lo
sostiene en tiempo de necesidad hasta recibir la provisión de su mano
(Efesios 3:16).

6. Preocupémonos por el bienestar de otros.


Pablo nos enseña la importancia de vivir en armonía anteponiendo
las necesidades de los demás antes de las nuestras, así lo escribió en la
epístola a los Filipenses 2:3 (RVR1960): Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo.

151
Federico Elizondo Barrera

El hombre egoísta es un hombre descontento. Pero el alma del


hombre generoso, el hombre que vive por los intereses y el beneficio
de otros, tendrá bendición sobre bendición en su vida (2 Corintios 9:6).

7. Permanezcamos en oración.
Oremos diariamente al Señor con una mente abierta y un corazón
agradecido, dando gracias en todo momento por los bienes y dones
que se nos han confiado. Debemos tener siempre presente que todo
en este mundo le pertenece al Señor y en cualquier momento se nos
pedirá cuenta de lo recibido. Por tanto, usemos las cosas de este mundo
y nunca permitamos que ellas nos usen a nosotros.

Al orar nos dirigimos a Dios para ofrecerle palabras de alabanza,


para darle gracias por tantos favores, para hacer súplicas por la obra
del evangelio para la extensión del reino, por nosotros, por los seres
queridos, por los hermanos en Cristo, por los enfermos y por todos
los hombres. Al orar debemos pedir la protección ante los peligros
espirituales que nos rodean y que amenazan nuestras almas. Sin
embargo, sobre todo, debemos pedir que se haga la voluntad de Dios
en nuestra vida.

2
Manténganse constantes en la oración, siempre alerta y dando gracias a
Dios. 3Oren también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra las puertas

152
Meditando en el Amor de Cristo

para predicar el mensaje y anunciar el designio secreto de Cristo, pues por eso
estoy preso. Colosenses 4:2-3

8. Por nada debemos preocuparnos.


Cada uno de nosotros tenemos una lista enorme de tareas que
nos causan estrés: problemas en las relaciones con nuestra
pareja, dificultades financieras, niños traviesos, presión en el
trabajo o por no tener trabajo y así sucesivamente. Además de
todo esto, debemos sumar la ola de noticias que nos producen
incertidumbre económica, sobre peligros de guerra, estallidos
sociales, etc., a las que estamos expuestos las veinticuatro horas
del día. La Biblia nos enseña que debemos vivir confiados en el
Señor, así está escrito: No se inquieten por nada; más bien, en toda
ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias (Filipenses 4:6, NVI). Pero ¿cómo es posible que por nada
nos afanemos?

No tenemos que inquietarnos por nada, ya que al intentar no


afanarnos, nos estresamos con la sola idea de no hacerlo. Entonces
fracasamos y pensamos que este mandato de no afanarnos es
irrazonable. Sin embargo, cuando reconocemos la presencia del
Señor en nuestra vida, nos damos cuenta de que nuestro afán es
el irrazonable. Esto debido a que ponemos nuestra confianza en el

153
Federico Elizondo Barrera

Señor que está cerca y listo para socorrernos. En vez de preocuparnos,


debemos poner nuestro enfoque en Jesucristo para obtener lo
que más nos hace falta: la presencia de Cristo en nuestra vida.
Teniendo a Jesucristo en nuestro corazón, descubriremos que no
hay necesidad de permanecer preocupados. En cada circunstancia
o situación en la que nos encontremos, podemos orar y suplicar
con agradecimiento, dando a conocer nuestras necesidades ante el
trono de la gracia.

¿Cuál es pues la diferencia entre la felicidad y el gozo?


La primera y gran diferencia entre estos dos conceptos es que la
felicidad es un sentimiento. Es el producto de las circunstancias que
nos rodean, de las cosas materiales y de eventos, hechos o momentos
que vienen y se van a lo largo de la vida.

Alcanzar una meta nos permite sentir felicidad, sin embargo, esta
es efímera. La felicidad en el mundo es circunstancial y depende del
mundo; mientras que el gozo es un estado de plenitud que implica
estabilidad y consistencia, es decir, que a pesar de que las circunstancias
no sean las mejores, podemos confiar y creer que van a cambiar
para bien en el nombre de Jesús. Es el sentimiento de plenitud que
experimentamos al estar en la presencia de Dios. Es poder disfrutar de
lo que Dios hace con nosotros.

154
Meditando en el Amor de Cristo

El fruto del Espíritu que se manifiesta en la conducta cristiana


incluye el vivir en gozo. Los sentimientos pueden cambiar gracias
a cualquier circunstancia, mientras que el gozo es estabilidad, paz,
seguridad y confianza en el Señor:

22
En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre
alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar
bien a los demás, tener confianza en Dios, 23ser humildes, y saber controlar
nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto. Gálatas
5:22-23 (TLA)

El gozo es un don de Dios. Es el regalo que recibimos por aceptar


a Jesucristo en nuestra vida. Regalo que se traduce en bienestar
permanente, en sanidad, en experiencias positivas; y esto no depende
ni del tiempo ni del lugar ni de las personas que nos rodean, sino
solo de la presencia de Dios en nuestra vida. La gran diferencia entre
felicidad y gozo es que mientras la felicidad es temporal, el gozo
depende de mi relación con Jesucristo y es permanente.

Cuando el apóstol Pablo habla del contentamiento, nos está


enseñando a depender de Cristo y a estar alegres sin importar lo que
estemos viviendo. El gozo verdadero depende del contentamiento,
no de sueños hechos realidad o de las metas logradas. Se trata de estar

155
Federico Elizondo Barrera

alegre, satisfecho y fiel aun en las situaciones más duras de la vida. Se


trata de confiar en el poder de Dios para estar contento en medio de
circunstancias que no podemos cambiar.

¡Apartados de Dios nada podemos hacer!

156
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Padre Santo, no permitas que yo caiga en la mentira del enemigo.


Defiéndeme Señor, que los vapores de la envidia no envenenen mi
alma y me roben el gozo de mi salvación.

Dame Señor un corazón agradecido. Que no me abata la soberbia


de pensar que todo lo que tengo y todo lo que soy, es únicamente
producto de mi trabajo.

Que pueda descansar en tu misericordia y estar satisfecho con lo que


me has dado, contento porque tú me amas aun siendo yo un pecador.

Quiero aprender a depender de tu poder y provisión, reconociendo


que eres tú la riqueza en mi pobreza. Vivir siempre por encima de las
circunstancias de la vida, amando a mi prójimo, sintiendo compasión
por su bienestar y compartiendo con él mi bendición.

Deseo permanecer en oración y que nada turbe mi corazón porque Tú


eres la luz en la oscuridad de mi camino, la Vida de mi vida, eres mi
todo…

¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

157
Federico Elizondo Barrera

158
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

159
Federico Elizondo Barrera

160
Meditando en el Amor de Cristo

Rendirnos a la voluntad de Dios.


Romanos 12:1-2

Rendirnos a Dios para experimentar crecimiento.

Base bíblica
Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que
1

presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que
es vuestro culto racional. 2Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos
mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad
de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto. Romanos 12:1-2 (LBLA)

Contexto
Por lo general, cuando se habla de adoración, en lo primero que
pensamos es en las alabanzas que cantamos los domingos en la iglesia.
Sin embargo, nos olvidamos que la verdadera adoración a Dios tiene
que ver con la obediencia; obediencia y rendición al Señor es lo que
se espera de un verdadero creyente en Jesucristo. Adorar significa
obedecer en todo, rendir toda nuestra vida para poder ser parte de los
propósitos mayores de Dios.

Guardar la perfecta voluntad de Dios es un asunto de gran


importancia, recordemos lo que el mismo Jesús dijo: Porque el que me

161
Federico Elizondo Barrera

envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo


que le agrada (Juan 8:29, RVR1960)

Ahora bien, existe una vasta diferencia entre someterse a


la voluntad de Dios y aceptar su voluntad. Someterse significa
sujetarse o rendirse a condiciones impuestas. A menudo uno
piensa el concepto de someterse en términos de castigo o disciplina.
Muchos cristianos se imaginan que Dios les exige que se rindan a
un grupo de reglas y condiciones humanas, sin reparar que el reino
de Dios es espiritual.

Abraham fue elegido para guiar al pueblo escogido y amado por


el Altísimo; pero primero debió someterse a su voluntad y renunciar
a su país, a su pueblo, a sus tradiciones y a su familia. Confió en
Dios e hizo lo que él le ordenó y hasta el día de hoy Abraham es
considerado el padre en la fe de muchas naciones.

Sin embargo, Abraham no era un hombre perfecto y al igual que


nosotros también pecó. Había recibido la promesa de tener un heredero.
Abraham dudó debido a que él y Sara eran de edad avanzada. Esto
lo llevó a aceptar la sugerencia de su esposa, de que se apegara a la
tradición hebrea y tomara a su sierva Agar para tener un hijo fuera de
la promesa. De esta unión nació Ismael.

162
Meditando en el Amor de Cristo

No obstante, a pesar de haber pecado, Dios fue fiel a su promesa


y Sara dio a luz a un hijo llamado Isaac. Abraham prosperó y fue muy
feliz. Empero, un día Dios le pide a Abraham que sacrifique al hijo de
la promesa, a su amado Isaac.

En Génesis 22:3, vemos que Abraham se levantó muy de mañana,


se fue al monte que Dios le mostró y se preparó para sacrificar a su
hijo. Abraham se rindió ante el Señor en obediencia. Dejó de insistir
en escribir su propia historia de vida; en cambio, sacrificó sus deseos
para seguir a Dios. Estaba dispuesto a entregar a su hijo en obediencia
y rendición, porque había entendido que adorar al Altísimo era más
importante que adorar el regalo que le había concedido.

Todos luchamos por tener que renunciar a algo. Dios está


despertando nuestros corazones y animándonos para que confiemos
en él. Tal vez, quiere que dejemos de aferrarnos a nosotros mismos
y permitamos que tome el control de nuestra vida. Debemos creer
que los planes de Dios son mejores, que su tiempo es perfecto y con
esa confianza y seguridad, debemos estar dispuestos a sacrificar
nuestros sueños cuando Él lo requiera. Al igual que Abraham
recibiremos las bendiciones de nuestro Señor cuando nos rindamos
y hagamos su voluntad, será entonces cuando podremos bendecir
a otros.

163
Federico Elizondo Barrera

Nos rendimos a Dios porque reconocemos que nosotros solos no


podemos cambiar, que ya lo hemos intentado muchas veces y que no
lo podemos lograr. Este es el momento de permitir que sea Dios quien
nos impulse y nos dé la capacidad para hacer su perfecta voluntad.
Para lograrlo, hemos de volver nuestra mirada a Jesucristo, él es el
camino para restablecer nuestra relación con Dios.

Versículos de estudio: Romanos 12:1-2


Uno de los mayores problemas del ser humano es rendirse a la
voluntad de Dios, a pesar de que hacerlo es considerado como la mayor
demostración de amor y gratitud que le podemos tributar. Rendirse a
la voluntad de Dios es permitir que él tome el control de nuestra vida.

Nos rendimos a Dios porque reconocemos que él es el dador de la


vida y de todo cuanto somos y tenemos. Rendirse a Dios por completo
implica renunciar al mundo y vivir conforme a su voluntad; demanda
decir no al yo y sí a Dios. Es una entrega absoluta. Rendirse a Dios es
tomar la cruz e ir tras el Señor Jesús cada día de nuestra existencia.

Por mucho tiempo fuimos guiados por nuestro propio


entendimiento, deseos y sentimientos, lo cual sin duda nos llevó a
cometer incontables errores. Vivíamos una vida en la cual a nadie
le dábamos cuenta, éramos nuestro propio jefe y hacíamos lo que

164
Meditando en el Amor de Cristo

queríamos y deseábamos. Pero eso se acaba cuando aceptamos a


Jesucristo y el creyente conoce la gloria de hacer la voluntad del Señor
y la acepta con gozo y esperanza.

Podemos estar seguros de que Dios tiene un plan perfecto para cada
uno de sus hijos. Él no deja ninguna vida a la casualidad. Es muy fácil para
cualquiera decir: ¡Sí, yo quiero la perfecta voluntad de Dios en mi vida!,
pero lo cierto es que la mayoría de los creyentes entran a su voluntad
después de librar una gran lucha, de haber pasado por un desierto.

No puedes vivir en la voluntad de Dios hasta que mueras a toda


voluntad propia de la naturaleza humana. El hecho es que no nos
pertenecemos; fuimos comprados a un precio muy alto, pagado con
sangre en el calvario. Ahora, en Cristo, somos nuevas criaturas para
hacer la perfecta voluntad del Padre.

Pero no importa qué tan espiritual seas, llegará un tiempo en el


cual tengas que decidir de una vez por todas, cuál voluntad prevalecerá
en tu vida: si la tuya o la del Padre. Entonces al igual que Abraham,
serás probado.

Ahora es el momento de preguntarnos: ¿Cuál es el Isaac que Dios


te está pidiendo sacrificar?

165
Federico Elizondo Barrera

Quizá las cosas no están bien en tu familia. ¿Tienes una esposa


que no te entiende, problemas financieros, etc? Cuando te doblegue
el dolor, ante cada argumento de la carne, cada engaño del enemigo,
¡no temas!

Mientras tengas la paz de Jesús y la perfecta voluntad de Dios,


puedes soportar cualquier cosa, en cualquier lugar, en cualquier
momento. Puede ser que tus circunstancias no cambien ¡pero tú
cambiarás!, Jesús llenará tu alma de gozo y sanará todas tus heridas y
todo tu dolor. Tu vida será llena, bendecida ¡porque Él será todo para ti!

Nuestro Señor fue a la cruz con pleno gozo, porque él ya estaba


muerto para el mundo. Él murió a todo lo que era su humanidad. Jesús
se aferró a la voluntad del Padre y lo levantó por encima de todos los
sufrimientos que le esperaban. Si nosotros hemos de ser como Cristo,
también tendremos nuestro Getsemaní cuando seamos enfrentados a
nuestra humanidad, a nuestra naturaleza pecaminosa. Pero al hacer la
voluntad de Dios sucede algo increíble: ¡Jesús se manifiesta en tu vida!
Te pone más allá del alcance de los hombres y los demonios.

166
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Padre Santo que estás en los cielos, te doy gracias por cada una de tus
bondades y la misericordia hacia mi vida.

Señor, reconozco que mi relación personal contigo está deteriorada,


porque yo lo he provocado, me he alejado de ti en pos de mis deseos
o decisiones y esto a la larga me ha afectado.

Reconozco que no puedo más, que he intentado una y otra vez


cambiar, pero no he podido; estoy cansado, débil, sin fuerzas, ya no
quiero intentarlo más en mis propias capacidades.

No importa lo que me pidas, oro para que mis manos sean abiertas y
poder así cederte el control. Toma todo lo que quieras y las bendiciones
que tú derrames en mi vida, las usaré para bendecir a otros.

Hoy me rindo a ti, rindo todo mi ser, rindo mis pensamientos, mis
sentimientos, mis planes, todo lo que soy; sé tú en mí, porque siento
que ya no puedo más. Dame la capacidad de salir adelante, dame la
fortaleza que necesito, pon en mí una pasión muy fuerte por ti y que
el deseo de mi corazón sea siempre agradarte.

167
Federico Elizondo Barrera

Gracias, Señor, gracias porque puedo sentir tu presencia en este


momento, gracias porque sé que tú vas a actuar de formas maravillosas
en mi vida, gracias porque sé que tienes cuidado de mí y tu misericordia
es nueva cada mañana…

Amén.

168
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

169
Federico Elizondo Barrera

170
Meditando en el Amor de Cristo

Jesús es el camino, la verdad y la vida.


Juan 14:6

El camino al Padre

Base bíblica
6
Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al
Padre si no es por medio de mí. Juan 14:6 (NTV)

Contexto
El cristiano se centra en Jesucristo, pues está convencido de que
él es el único camino para llevarnos al cielo ante la presencia
del Padre. Cristo es la verdad encarnada y sus palabras: Yo soy
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí,
forman parte de las siete declaraciones bíblicas en donde Jesús
afirma ser el Yo Soy. ¡El camino es una persona viva y no hay otro
nombre bajo el cielo dado a los hombres, ante el cual podamos
ser salvos!

Moisés fue el guía utilizado por el Eterno para liberar a su


pueblo de la esclavitud y la servidumbre de Egipto. Israel encontró la
salvación física, sin embargo el cielo permanecía cerrado y la muerte
dominaba al hombre.

171
Federico Elizondo Barrera

Al quedar Israel atrapado entre el ejército del Faraón y el Mar


Rojo, el Eterno le dijo a Moisés: toca las aguas. Y he aquí que todo
Israel fue testigo de cómo se apartaron las aguas y el fango del
fondo del mar y de cómo este se secó. Al terminar de pasar todo
el pueblo, las aguas se cerraron atrapando al ejército del Faraón y
todos murieron.

Entonces el Altísimo le indicó a Israel la vía a seguir mediante


fuego o nube. Dios acompañaba al pueblo. Después de pasar Israel
por un periodo de purificación de 40 años en el desierto, el Altísimo
cumplió su palabra e Israel recibió la tierra prometida.

Sin embargo, a diferencia de Moisés, Jesús no es un guía sino el


camino. Es como una rampa hasta el cielo; Jesús mismo declaró ser la
puerta de las ovejas.

Ciertamente les aseguro que ustedes verán abrirse el cielo, y a los ángeles de
Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre. Juan 1:51 (NVI)

Dios es nuestro Padre y es bueno; por eso también nos ha dado


el consuelo y la seguridad de que seremos salvos espiritualmente y
gozaremos de la vida eterna. Cumpliendo su promesa, en el tiempo
propicio, mandó al mundo a su hijo Jesucristo. Él construyó el puente

172
Meditando en el Amor de Cristo

que une al abismo que conduce a la muerte, con el paraíso que ofrece
la vida eterna.

Jesús vino y con su muerte y resurrección abrió las puertas del


cielo. Esto lo convierte en el camino y mediador entre Dios y los
hombres.

Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre
Dios y los hombres: Cristo Jesús. 1 Timoteo 2:5 (DHH)

Versículo de estudio: Juan 14:6


(…) Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por
medio de mí. Juan 14:6 (NTV)

Jesús dijo estas palabras porque sabía de la persecución y


los sufrimientos que iban a pasar sus discípulos. Cristo nos pide
que en medio de los dolores y confusión, no se turbe nuestro
corazón, simplemente debemos confiar y él nos va a ayudar
a sobrepasar nuestras dificultades y desvelos. A lo largo de
la palabra, en repetidas ocasiones el Señor nos pide que no
tengamos miedo, que confiemos en él. Nos pide que oremos y
solicitemos a Dios todo lo necesario, pero sobre todo nos pide
que seamos agradecidos.

173
Federico Elizondo Barrera

¿Por qué hemos de temer? La manera de no confundirse y turbarse


es entregando nuestra fe al creador del universo y a su hijo Jesucristo.
¿Acaso hemos olvidado que Dios es nuestro amparo y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en la tribulación? Jesús, el dador de la vida y el
dueño de nuestro corazón, nos dice que estará con nosotros hasta el
fin del mundo.

Jesús nos promete que él va a preparar moradas para nosotros


en la casa de su Padre. ¡En qué mejor lugar podemos estar! Ahora
debemos aprovechar mientras estemos en el cuerpo para hacer la obra
que nos corresponde.

Debemos invertir bien el tiempo porque lo que sembramos aquí


en este mundo, cosecharemos en el día final. No nos cansemos, pues,
de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Así que según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos y
mayormente a los de la familia de la fe (Gálatas 6).

Para entrar en las moradas que nos tiene separadas Jesús en el


cielo, debemos primeramente preparar nuestras vidas de acuerdo con
la voluntad de Dios. Jesús nos promete que vendrá por nosotros. En un
instante, en un abrir y cerrar de ojos, la trompeta tocará y los muertos
serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados.

174
Meditando en el Amor de Cristo

Él nos tomará para que donde esté, nosotros estemos con él.

Uno de sus discípulos, Tomás, quería que Jesús fuera


absolutamente claro y nos dijera cómo podemos conocer el camino. Y
al respecto Jesús nos dice: El que me envió está siempre conmigo; nunca me
abandona, porque yo siempre hago lo que le agrada (Juan 8:29). No vivan
ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su
manera de pensar y actuar para que así cambie su manera de vivir y
lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que
le es grato, lo que es perfecto. Porque es imposible para el hombre subir
al cielo por medio de ofrendas, oraciones, lágrimas y lamentaciones.

Cristo construyó el puente con su cuerpo sobre la Cruz. Como


hijo de Dios, él puede atravesar los extremos de la maldad del hombre
y la justicia de Dios y nos ofrece la esperanza del perdón y la vida
eterna. Jesucristo es la revelación final y completa de Dios; es la verdad
encarnada, es más que una manifestación de Dios; él es Dios hecho
carne.

No hay ningún otro camino porque Jesucristo es la única persona


que puede liberarnos de la condenación. Cristo es el cordero, el
sacrificio perfecto que tomó nuestros pecados sobre él y murió. Él es
nuestro substituto y todos nuestros pecados fueron puestos sobre él y

175
Federico Elizondo Barrera

pagó nuestra deuda. Cristo murió llevando en su propio cuerpo la ira


de Dios que nos correspondía a nosotros.

Jesús ha abierto el camino a la presencia de Dios y nunca más


estará cerrado para el creyente. Todo esto gracias a la misericordia del
padre, que no tomando en cuenta nuestros pecados, nos reconcilió
consigo mismo por medio de su hijo Jesucristo. Nada hay que hacer,
excepto creer en él, lo recibimos por fe.

La verdad de Dios es una realidad que se revela en Jesús y


tener la verdad es tener la vida eterna. El trabajo del Espíritu Santo
es tomar las cosas de Cristo y mostrarlas al creyente. Los hombres
sin Cristo están bajo el poder y la influencia del acusador, que es el
padre de la mentira. El hombre que lo escucha está espiritualmente
muerto.

Jesucristo es el único camino por el cual los hombres y las


mujeres pueden venir al Padre; no hay ningún otro camino.
Cuando se contempla a Cristo, se contempla a Dios. Si no tenemos
fe en Cristo, no tenemos fe en Dios. Él es el primogénito de toda
creación, el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su
naturaleza y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder
(Hebreos 1:3).

176
Meditando en el Amor de Cristo

En el paraíso hay lugar para todos. El paraíso está destinado


para todos los hombres. Jesucristo es el salvador universal y todos
los hombres que nacen en este mundo, de cualquier raza y religión,
pueden entrar en el cielo. Debemos depender de nuestra fe en el único
Dios verdadero y permitir ser salvados por su gracia. Solo por la
revelación que nos viene de Jesús, podemos tener paz en el espíritu y
una relación íntima con nuestro creador. El primero y más importante
misterio que Jesús nos ha revelado es que Dios es padre y es amor.

Jesús es el hijo del Padre, es la imagen perfecta de él, la forma


visible de la invisible divinidad de Dios. Con su muerte y resurrección
nos hace hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Jesús siempre dijo
ser quien era, Él declaró y afirmó ser Dios, pero la misma Biblia dice:
a los suyos vino y los suyos no le recibieron.

Cuando Jesús dijo: yo soy la verdad, el mensaje era el siguiente:


aprendan de mí que soy manso y humilde, íntegro, recto, justo, santo
y puro delante de Dios. Esa es la forma de vida que Dios quiere que
reflejemos poniendo su palabra por obra, que seamos más hacedores
que decidores.

Jesús te ofrece una vida eterna, junto a él en su reino. Solo él


nos puede guiar paso a paso hasta llegar a la vida que quiere para

177
Federico Elizondo Barrera

nosotros. El evangelio de Jesucristo habla de la verdadera vida, no


una vida llena de tinieblas, miedos y temores por los afanes de este
mundo. Jesús resucitó para darnos vida, él es el único que ha muerto
y resucitado para probar que es cierto que hay vida en Dios a través
de su sacrificio en la cruz del calvario. Jesús es nuestro guía, ¡Bendito
camino! En él hay salvación. Su muerte y resurrección son el camino
mediante el cual nos reconciliamos con el Padre.

La Biblia dice que el que ha visto a Jesús, ha visto al Padre. La


pregunta que nos viene a la mente es la siguiente: ¿Cómo podemos
ver a Jesús? Lo vemos con los ojos del alma, lo sentimos en nuestro
corazón cuando oramos, cantamos alabanzas y estudiamos la Biblia,
en una palabra, lo vemos a través de los ojos de la fe.

Hemos sido comprados con la sangre de Cristo, somos su posesión


y a pesar de ser débiles, humanos y llenos de miserias y escándalos,
somos hijos de Dios…

178
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Señor mío y Dios mío, tú me conoces y sabes lo que hay en mi corazón.


Sostenme con tu gracia, muéstrame el camino que lleva a la salvación.
Te pido que me ayudes a ser tierra fértil ante tu palabra.

Dame sabiduría para entender la verdad, quiero ser dócil y obediente


a tu palabra, que yo pueda hacerla vida en mí, ¡Ilumíname Señor!

¡Que no se turbe mi corazón! Nútreme con el alimento de tu espíritu


y fortaléceme en mi combate diario, ya que por mis propias fuerzas
no puedo.

Gracias Señor por salir a mi encuentro. Gracias por tu abrazo.

Gracias por ser el camino que me lleva al encuentro del Padre; gracias
por ser la verdad que me revela el misterio del hombre y del mundo;
gracias por ser la auténtica vida que le da sentido a mi existencia.

Te pido que me ayudes a servirte con alegría y cuando pasen mis días
en esta tierra, dame el gozo de la vida eterna…

Amén

179
Federico Elizondo Barrera

180
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

181
Federico Elizondo Barrera

182
Meditando en el Amor de Cristo

Confianza absoluta en Dios


Salmo 27

El Señor es mi luz y mi salvación.

Base bíblica
1
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza
de mi vida; ¿de quién tendré temor?... (v. 1 al 14) (LBLA)

Contexto
El Salmo 27 es una oración que enfatiza la relación entre Dios y el
hombre, en un sentido profundamente espiritual. El contenido del
salmo nos habla del hombre que en momentos de persecución y
desgracia, recurre con todas sus fuerzas a su creador.

El primer verso lo dice todo, Dios es mi luz. Esto significa que


nuestro creador no solamente nos dio la vida, sino que también
nos guía a través de la luz de la palabra y renueva nuestro ser de
profundos temores, tristezas y limitaciones. Al estudiarlo recibimos
aliento, estímulo y sustento para nuestra vida.

El rey David se refiere al Altísimo como un Dios santo que dirige y


guía nuestra vida por medio de la luz de su Palabra. Palabra que lleva

183
Federico Elizondo Barrera

a la salvación en la persona de su hijo Jesucristo. David se pregunta,


¿de quién temeré?

El temor nos asalta muchas veces. En esos momentos nos haría


bien repetir en oración las palabras de este hermoso salmo, con la
certeza de que el Señor está con nosotros si es que hemos depositado
en él nuestra confianza.

Versículos de estudio del Salmo 27


Versículos del 1 al 6
En la primera parte de este salmo poético y espiritual, encontramos
una declaración de seguridad y las bases de la confianza que
llevan a superar las dificultades de la vida. Sin embargo, no
debemos darle rienda suelta al miedo. Esta es una emoción que
paraliza e impide actuar. En su lugar debemos depositar nuestra
confianza en Dios, él es la única fuente de protección y esperanza
que tenemos.

Nada debe angustiaros; al contrario, en cualquier situación, presentad a Dios


vuestros deseos, acompañando vuestras oraciones y súplicas con un corazón
agradecido (Filipenses 4:6, BLP). El Espíritu Santo siempre nos motiva
a buscar el rostro de Dios y a tener comunión con él.

184
Meditando en el Amor de Cristo

Por el contrario, el engañador y sus demonios siempre intentarán


mantenernos alejados de Dios. Nos tienta para no orar, no leer la
palabra y no ir a la iglesia. El tentador siempre proveerá un sinnúmero
de actividades y distracciones para mantenernos apartados de nuestro
creador.

No debemos olvidar que gracias a Jesús, que derramó su sangre


en la cruz, tenemos acceso al trono de la gracia. Cristo ha preparado
ese lugar reservado para nosotros, allí él nos esconde y podemos
recibir la misericordia de Dios.

Cuántas veces nos hemos sentido acosados, rodeados de enemigos


que buscan nuestra destrucción. Es el momento de clamar a Dios y
nuestra oración encontrará respuesta. En este mundo caído cuando
oramos podemos ver la bondad de Dios.

Podemos confiar en Cristo en nuestros días de angustia. Si hemos


caído en desgracia, perdido nuestro trabajo o a la pareja con la cual hemos
compartido nuestra vida, empieza un tiempo de gran soledad. Entonces
al igual que el rey David debemos decir: El Señor es mi luz y mi salvación.

Cuando luchamos con problemas de todo tipo, nuestro mayor


temor es que nuestra soledad dure toda la vida. Pero si de verdad

185
Federico Elizondo Barrera

conocemos al Señor por medio de Jesucristo, sabemos que Él se ha


comprometido con nuestro bienestar. Contemplar a Jesucristo por la
fe es la prioridad frente a nuestros temores y nuestra soledad.

Las cosas que tememos: la enfermedad, el rechazo, la separación


de la familia, los accidentes, el fracaso son el fruto de la maldición
del pecado sobre el mundo. Jesucristo llevó toda la maldición sobre
sí mismo en la cruz y sufrió más intensamente que ninguno de
nosotros, cuando se quedó solo en Getsemaní. Por lo tanto, entiende
perfectamente cómo duele la soledad.

Tú puedes encontrar paz en el Señor a pesar de tus temores.


Jesucristo es tu salvación. Es la fortaleza de tu vida en tiempo presente.
No es una historia del pasado, sino una realidad actual.

Versículos del 7 al 14
Al estudiar estos versículos, encontramos que el rey David afirma
su propósito de querer ser reflejo del perfecto rostro del Señor. En
el caso de los seres humanos, el rostro es una ventana abierta a su
alma. Por lo que una persona que ha pecado endurece su rostro. El
apóstol Pablo afirma que sin el velo del pecado que nos cubría la cara,
seremos como un espejo que refleja la gloria del Señor. Al conocer
a Jesús nos vamos transformando en su imagen, porque cada vez

186
Meditando en el Amor de Cristo

tenemos más de su gloria y esto gracias a la acción del Espíritu Santo


(2 Corintios 3:18).

Nuestra relación con Dios tiene que estar basada en el amor y


si no es así, no es nada. El pecado nos aparta del creador y el gozo
desaparece.

Cuando una persona cree en Jesucristo, se produce un cambio


dramático en el interior de su ser. Los gustos cambian, los deseos son
otros. Hay un apetito de ir a Dios, de escuchar su palabra, de agradarle.
Los mundanos no piensan así. Les da miedo la muerte, porque eso
significa un encuentro con su hacedor. Huyen de Dios, no quieren
pensar en cosas eternas. Sus preocupaciones son enteramente de este
mundo: poder, trabajo, familia, amigos, etc.

David sabía que aun si existiera la posibilidad de que lo


abandonaran sus padres, el Señor lo recogería. No es cosa normal
que un padre y una madre abandonen a su hijo. Pero en ocasiones las
personas más cercanas a nosotros pueden fallarnos, incluso los propios
padres. Si así fueran las cosas, nunca dudes de la fidelidad de Dios en
tu vida. En la soledad y en la pérdida de los afectos más entrañables,
el que hace oración nunca está solo, porque recibe la misericordia de
Dios.

187
Federico Elizondo Barrera

Esta parte del salmo nos recuerda las palabras del profeta Isaías,
que atribuye a Dios sentimientos de mayor compasión y ternura que
los de una madre: ¿Se olvida una madre de su criatura, deja de amar al hijo
de sus entrañas? Pues aunque una madre se olvidara, yo jamás me olvidaré
(Isaías 49:15, BLPH).

La soledad nos entristece, sin embargo, un paso en falso puede


complicarnos la vida enormemente. Cuando estamos tristes, débiles y
desanimados nos preguntamos: ¿Cómo podemos salir de este estado?
Es entonces que debemos pedirle al Señor: enséñame tu camino,
guíame por senda de rectitud.

Dios quiere que busquemos su reino y su justicia por encima


de cualquier otra cosa. El salmista nos dice que hay malignos,
angustiadores y enemigos que se unen con el propósito de destruir
nuestra vida, pero Dios los hará tropezar y caer.

Contemplar la hermosura del rostro de Dios es poder sentir su


amor, su compasión y su paz. Es gozar de su favor con un corazón
lleno de esperanza, gracia, justicia y santidad. Dios quiere que
estudiemos su palabra porque quiere darnos a conocer a su hijo
Jesucristo. Él dará la dirección correcta a nuestra vida y a la vida de
los que amamos.

188
Meditando en el Amor de Cristo

El Señor nos oculta bajo la sombra de sus alas, esta es la forma


poética de decir que él nos libra de los planes malvados del hombre;
bajo su techo estamos a salvo de los ataques del enemigo. La roca es
símbolo de estabilidad y no hay nada mejor que sentir la seguridad
que Dios puede y quiere traer a nuestra vida. Él levantará nuestra
cabeza sobre los enemigos y sobre las circunstancias que nos rodean.
Nos dará la victoria y nuestros enemigos lo verán y nuestro triunfo
será su derrota.

Es fácil tomar el camino incorrecto si no confiamos en Dios.


Quizá hay enemigos maquinando destruirnos o peor aún, nosotros
podríamos ser nuestro peor enemigo. Sin embargo, aun siendo
pecadores, el Señor es nuestra luz y salvación.

Los enemigos existen, reales e imaginarios. En ocasiones son


el producto de nuestra mente y es el miedo quien los engendra. El
peor enemigo que nos lleva a pecar es la soledad. Pues esta equivale a
sentirse desvalido e impotente y esa sensación produce un estado de
incertidumbre e inseguridad que llamamos miedo. Ahora bien, si el
miedo es removido, los enemigos desaparecen.

Solo en Jesucristo hay libertad porque él rompe esta cadena.


Cristo no solo nos libera del miedo, sino que también termina con la

189
Federico Elizondo Barrera

raíz de este: la soledad. El miedo desaparece porque la soledad queda


cubierta por la presencia de Dios.

El Dios todopoderoso levanta mi cabeza por encima de mis


enemigos. Y no es que los enemigos, reales o imaginarios hayan sido
fulminados por un rayo o pasados a espada. Ellos aún están ahí,
insolentes y disparando, pero estamos de tal manera arropados por la
presencia divina, que no sentimos miedo por nada, ¡somos libres en
Cristo Jesús!

El que ha experimentado el amor de Dios no puede callar.


Sintiéndose libre y feliz necesita explotar en llanto, en danza y
música. En adelante su vida será un canto de alabanza para el gran
libertador. Habitar en el templo de Dios hay que entenderlo en un
sentido espiritual. Es vivir en la presencia del Señor, cultivar su
amistad, gozar de su dulzura, es decir, experimentar el favor del
Padre.

En el lenguaje de los salmos, buscar el rostro del Señor es


sinónimo de entrar en el templo para celebrar y experimentar la
comunión con el Dios de la creación. Este salmo hace referencia al
Dios personal, vivo y verdadero, a Dios mismo percibido en la fe y
en la oración.

190
Meditando en el Amor de Cristo

En la oración se nos concede la gracia de intuir ese rostro que


nunca podremos ver directamente durante nuestra existencia terrenal.
Cristo nos ha revelado al Padre como en un espejo antiguo y borroso;
mas un día lo veremos cara a cara.

Gozar de la dicha del Señor significa vivir, simplemente vivir,


ni más ni menos. Mucha gente no vive, solo existe. Agoniza entre
fantasmas, miedos y angustias. Pero ahora que somos de Jesucristo
podemos respirar, sentirnos libres, felices. ¡A esto se llama vivir!

La confianza en Dios y la oración son nuestro refugio, nuestro


lugar secreto tanto en el día de la alegría como en el tiempo del miedo.
No estamos solos y conservamos en nuestro corazón la paz interior.
Pero la serenidad y la fortaleza del espíritu son dones que se obtienen
refugiándose en el templo, es decir, recurriendo a la oración.

La fortaleza es sinónimo de una ciudad amurallada, impenetrable


por los enemigos. Es la fuente de protección, de aliento y esperanza. La
luz es la fortaleza que está en contraposición a las tinieblas, representa
la verdad, la santidad y el conocimiento. Mientras que las tinieblas
representan la mentira, la maldad y la ignorancia. El Señor Jesucristo
nos dejó estas palabras:

191
Federico Elizondo Barrera

(…) —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino
que tendrá la luz de la vida. Juan.8:12 (CST)

192
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

¡Señor mío y Dios mío! Gracias por ser mi luz, por haberme rescatado
de la obscuridad… de las tinieblas.

¡Oh Jesús mío! Mírame postrado en tu presencia; te ruego, no apartes


de mí tu rostro. Te necesito, solo tú eres capaz de calmar mis penas.

Señor mío, tú conoces mi corazón y los vacíos de mi ser, vacíos que


solo pueden ser llenados por tu gracia y tu presencia.

Te entrego mis miedos, mis preocupaciones, mis dolores, mis


confusiones, acompáñame, dame el valor para enfrentar esas
circunstancias que ponen a temblar mis rodillas.

Toma mi vida Señor, toma mi mente y mi corazón. Todo miedo


que hay dentro de mí se desvanece cuando te acepto y mi boca dice
confiado: ¡Creo en ti, Señor mío!

En ti, Señor, deposito mi confianza ¡Líbrame conforme a tu justicia!


Dame la fuerza y tu poder para vencer los miedos y estar libre de
angustias. Guía mi mente y mi corazón para servirte con cada aliento
de mi vida.

193
Federico Elizondo Barrera

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, bendíceme Señor,
santifícame y ayúdame a perseverar en la fe, hasta el día que me llames
a tu presencia. Te lo pido en el nombre de tu hijo Jesucristo.

Amén

194
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

195
Federico Elizondo Barrera

196
Meditando en el Amor de Cristo

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?


Mateo 27:46, Salmo 22.

La agonía de Jesús

Base bíblica
Y desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí,
¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Mateo 27:45-46 (RVR1960)

Contexto
Los evangelios enseñan que cuando Jesús agonizaba en la cruz,
presintiendo que su muerte era inminente, lanzó un grito desgarrador,
con una de las frases más incomprensibles que haya pronunciado
durante su estancia en la tierra, clamando a gran voz dijo: Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Los estudiosos de la Biblia, por siglos se han preguntado: ¿fueron


estas palabras de Jesús un grito de lamento o fue una plegaria al Padre?

Recordemos que Jesús fue entregado al Sanedrín por uno de sus


discípulos, lo arrestaron mientras oraba en el huerto de Getsemaní.

197
Federico Elizondo Barrera

Después de juzgarlo y condenarlo injustamente, le arrancaron su


ropa y lo golpearon casi hasta la muerte. Le enterraron una corona de
espinas en su cabeza; se rieron y se burlaron de él cuando arrastraba la
cruz por las calles. Clavaron sus manos y pies al madero y lo alzaron
desnudo sobre la cruz. Su cuerpo estuvo colgado mientras le gritaban
palabras de burla. Jesucristo se quedó solo en el calvario, el hijo de
Dios murió…

Al contar el terrible desierto que sintió Jesús en el huerto de


Getsemaní, los evangelistas relatan que el maestro hizo a sus
discípulos esta confidencia: Mi alma está muy afligida, hasta el punto
de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo (Mateo 26:36 (RVR1960). Lo
anterior ratifica las palabras del Salmo 42:6: Dios mío, mi alma está
abatida en mí. Sin embargo, a pesar de esta petición, a los discípulos
los venció el sueño y la fría, la dura y desgarradora soledad cubrió
al Cristo.

Dos mil años después de la muerte y resurrección de Jesucristo,


los estudiosos de la Biblia todavía se preguntan el significado de la
escalofriante frase: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

La pregunta sería la siguiente: ¿Cristo había sido abandonado por


Dios o esperaba confiado su muerte, elevando una oración al Padre? A

198
Meditando en el Amor de Cristo

continuación, estudiaremos los dos escenarios y cómo éstos se enlazan


entre sí para poder entender el maravilloso regalo de la salvación.

Versículo de estudio: Mateo 27:46 – El Cristo es desamparado por Dios

Jesús era al mismo tiempo Dios y hombre en una sola persona. A


pesar de que los evangelios no lo dicen, podemos deducir, estudiando
el resto de la Escritura, que Jesús se sintió abandonado por cargar el
pecado del mundo en la cruz.

Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro


Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no
escucharos. Isaías 59:2 (LBLA)

El pecado causó la ruptura entre Dios y Jesús hombre.


Empero, Cristo, el hijo de Dios no puede estar separado del Padre
Celestial—Yo y el Padre uno somos (Juan 10:30) —porque ellos
son una misma persona. Dios no puede abandonarse a sí mismo,
pero sí puede esconder su rostro de Jesús el hombre, lo que sería
extremadamente doloroso, el peor castigo de todos. Las tinieblas
descendieron y la ira de Dios cayó sobre Jesucristo. ¡Cristo pagó
la pena del pecado de la humanidad! Y Él mismo llevó nuestros
pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y

199
Federico Elizondo Barrera

vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados (1 Pedro


2:24, LBLA).

Versículo de estudio: Mateo 27:46 – Jesús esperaba su muerte


elevando una oración al Padre

Abandonado por los suyos, traicionado y negado por los


discípulos, rodeado por los que le insultan, Jesús está bajo el peso
aplastante de la humillación y el aniquilamiento.

Jesús, al igual que lo hizo en muchas ocasiones, está citando al


Antiguo Testamento. Ante el silencio de Dios y su aparente ausencia,
clama al cielo orando el salmo 22 que empieza precisamente así: Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (vid. Infra. Salmo 22). Pide
socorro, dando un grito que abre los cielos, porque proclama una
fe, una seguridad que va más allá de toda duda, del dolor y de toda
desolación. Al igual que como está escrito en el salmo, en Jesús vemos
la figura de un justo perseguido y rodeado de adversarios que quieren
su muerte y Cristo recurre a Dios en la certeza de la fe.

Para demostrar que Jesús era el mesías esperado por los judíos,
los primeros cristianos buscaron en el Antiguo Testamento la razón
por la cual a Cristo le tocó sufrir una muerte tan cruel como injusta.

200
Meditando en el Amor de Cristo

Descubrieron que en los salmos, se anunciaban todos los sucesos de la


pasión que sufrió Jesucristo.

Su muerte ha venido a cumplir las profecías de ese justo que


aparece en el Salmo 22, sufriendo injustamente, cargando el peso del
odio de sus enemigos, pero con toda su confianza puesta en Dios.

El Padre estaba con él cuando era juzgado; el Padre estaba con él


cuando estaba siendo azotado y lo acompañaba cuando lo clavaron
en la cruz. Pero en esas tres últimas horas, Cristo presentó su alma
y encomendó su espíritu como ofrenda por el pecado y el Padre lo
quebrantó y Jesús sufrió. Su sangre derramada fue el pago por nuestros
pecados. Jesús fue abandonado por un breve instante, mientras nuestro
Padre celestial estaba reconciliando al mundo consigo mismo.

Cristo hombre estaba cargando con los pecados del mundo. Como
dijo el profeta Isaías en el capítulo 53:7, como oveja, enmudeció ante
su trasquilador. Cuando lo azotaron no dijo nada; cuando lo clavaron
en la cruz, no gimió, pero cuando Dios lo abandonó, gritó como ruge
un león ¡Fue un grito de dolor!

El Salmo 22 revela el corazón de nuestro Salvador cuando se


convirtió en una ofrenda por nuestros pecados.

201
Federico Elizondo Barrera

Salmo 22 - Grito de angustia y canto de alabanza.


Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
1
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor? 2Dios
mío, de día clamo y no respondes; y de noche, pero no hay para mí reposo.
3
Sin embargo, tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel. 4En
ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste. 5A ti clamaron, y
fueron librados; en ti confiaron, y no fueron decepcionados.

Pero yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del


pueblo. 7Todos los que me ven, de mí se burlan; hacen muecas con los labios,
menean la cabeza, diciendo: 8Que se encomiende al Señor; que Él lo libre,
que Él lo rescate, puesto que en Él se deleita. 9Porque tú me sacaste del seno
materno; me hiciste confiar desde los pechos de mi madre.

10
A ti fui entregado desde mi nacimiento; desde el vientre de mi madre tú eres
mi Dios. 11No estés lejos de mí, porque la angustia está cerca, pues no hay
quien ayude.

12
Muchos toros me han rodeado; toros fuertes de Basán me han cercado.
13
Ávidos abren su boca contra mí, como león rapaz y rugiente.

14
Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados; mi
corazón es como cera; se derrite en medio de mis entrañas.

202
Meditando en el Amor de Cristo

15
Como un tiesto se ha secado mi vigor, y la lengua se me pega al paladar, y
me has puesto en el polvo de la muerte.
16
Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malhechores; me
horadaron las manos y los pies.
17
Puedo contar todos mis huesos. Ellos me miran, me observan; 18reparten mis
vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.
19
Pero tú, oh Señor, no estés lejos; fuerza mía, apresúrate a socorrerme. 20Libra
mi alma de la espada, mi única vida de las garras del perro.
21
Sálvame de la boca del león y de los cuernos de los búfalos; respóndeme.
22
Hablaré de tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te
alabaré.
23
Los que teméis al Señor, alabadle; descendencia toda de Jacob, glorificadle,
temedle, descendencia toda de Israel.
24
Porque Él no ha despreciado ni aborrecido la aflicción del angustiado, ni le
ha escondido su rostro; sino que cuando clamó al Señor, lo escuchó.
25
De ti viene mi alabanza en la gran congregación; mis votos cumpliré delante
de los que le temen.
26
Los pobres comerán y se saciarán; los que buscan al Señor, le alabarán.
¡Viva vuestro corazón para siempre!
27
Todos los términos de la tierra se acordarán y se volverán al Señor, y todas
las familias de las naciones adorarán delante de ti. 28Porque del Señor es el
reino, y El gobierna las naciones.
29
Todos los grandes de la tierra comerán y adorarán; se postrarán ante Él

203
Federico Elizondo Barrera

todos los que descienden al polvo, aun aquel que no puede conservar viva su
alma.
30
La posteridad le servirá; esto se dirá del Señor hasta la generación venidera.
Vendrán y anunciarán su justicia; a un pueblo por nacer, anunciarán que Él
31

ha hecho esto. Salmo 22 LBLA.

204
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

¡Oh Dios, no guardes silencio, no calles, ten misericordia de mí!

¿Dios mío, en dónde estás? Sufro porque no te veo, no te siento a mi


lado, aunque presagio que estás ahí, tal vez acariciando mi cabello…

Jesucristo, ¡líbrame de sentirme abandonado, que yo siempre goce del


calor protector de tu presencia!

Hazme sentir que tú me rescatas de las garras del enemigo que busca
destruirme; que yo abrace en mi corazón tu promesa de salvación sin
permitir que las voces engañosas de la duda me hagan creer que estoy
abandonado.

Ven a mí, Señor, sé mi escudo y mi roca fuerte, dame sabiduría para


apreciar y aceptar tu voluntad en mi vida.

Señor mío, quiero sentir que tu presencia recorre cada gramo de mi


existencia y me va llenando de tu poder, de tu bondad y de todo tu
amor. ¡Levanta, te lo ruego, mi cabeza en alto una vez más!

Amén

205
Federico Elizondo Barrera

206
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

207
Federico Elizondo Barrera

208
Meditando en el Amor de Cristo

Hay perdón para el corazón arrepentido


Salmo 51:5

El arrepentimiento del rey David

Base bíblica
5
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
Salmo 51:5 (RVR1960)

Contexto
Los salmos fueron escritos por inspiración del Espíritu Santo;
de ahí que a pesar de que algunos datan de 1000 años antes de
Cristo, su resonancia ha perdurado a lo largo de la historia de la
cristiandad.

Los salmos son la esencia de la adoración al Señor. El creyente


encuentra en ellos muchas promesas que le brindan consuelo tanto
en momentos de necesidad, como en tiempos de agradecimiento
por las bendiciones recibidas. En ellos encontramos palabras de
aliento que nos ayudan a enfrentar con valentía los desafíos de
la vida, haciendo realidad en nosotros el mandato que nuestro
Señor le da a Josué para dirigir al pueblo de Dios hacia la tierra
prometida:

209
Federico Elizondo Barrera

Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo,


porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas. Josué 1:9
(TLA)

La mayoría de los salmos en el Antiguo Testamento fueron


escritos por el rey David. En ellos él nos cuenta las experiencias que
tuvo en su vida como pastor de ovejas y años más tarde como rey de
Israel. Cada salmo cuenta una historia que era transmitida en forma
de cántico a las siguientes generaciones. Uno de ellos es el salmo 51:
un salmo de arrepentimiento y de perdón a Dios.

De este salmo, el versículo cinco ha generado entre los


estudiosos de la Biblia, opiniones e interpretaciones encontradas.
Esto debido a que el salmista recuerda con dolor el momento en
que fue concebido por su madre, generando opiniones de que había
un gran y oscuro secreto en la vida de rey David. La incógnita es
la siguiente: ¿Por qué el rey David afirma que fue concebido en
pecado?

Unos estudiosos de la Biblia opinan que David se está refiriendo


al llamado pecado original. Algunos otros sostienen la creencia de
que el acto sexual, aun dentro del matrimonio es pecado; otros han
sugerido que el rey nació fuera del matrimonio, por lo que sería un hijo

210
Meditando en el Amor de Cristo

ilegal producto de una aventura de Isaí. Otros expertos más atrevidos,


opinan que el rey David fue concebido en adulterio por su madre.

Estudiaremos, en esta ocasión, de forma objetiva cada una de las


posibles interpretaciones; primero, a la luz de la Biblia Reina Valera.
Posteriormente, cotejaremos la conclusión alcanzada, a la luz de lo
que nos dice el estudio del Antiguo Testamento en las Escrituras
hebreas.

Versículo de estudio: Salmo 51:5 (Reina Valera)


Con el propósito de entender lo que motivó a David escribir el salmo
51 y la controversial frase del versículo cinco, es necesario que primero
veamos el contexto histórico en el que vivió el rey de Israel.

Después de participar en muchas batallas, David decidió que


su ejército podía salir a la guerra sin él; entonces envió a Joab al
frente de la tropa con la orden de destruir a los amonitas en Rabá
y esto le permitió quedarse en casa, sin nada qué hacer. Una tarde,
cuando caminaba sobre la terraza de su casa, vio a una hermosa
mujer bañándose y en aquel momento la codició, la tomó y cometió
adulterio con ella. La mujer era Betsabé hija de Eliam, la esposa de
uno de sus más valientes soldados llamado Urías, quien no era judío
sino heteo.

211
Federico Elizondo Barrera

Al enterarse David que Betsabé había quedado embarazada y,


tratando de cubrir su pecado, con engaños mandó llamar al esposo
que se encontraba en el frente de batalla. Después de platicar con
Urías sobre asuntos militares, le pidió que pasara unos días con su
mujer, pero Urías se negó ya que él no creyó justo que, mientras
él dormía en la comodidad de su casa, sus compañeros lo hicieran
en las trincheras. Entonces, ante el peligro de ser descubierto en
adulterio, David mandó con Urías una carta para Joab, ordenándole
que provocará la muerte de Urías colocándolo en el punto más
intenso del campo de batalla.

Cuando Betsabé cumplió sus días de luto, el rey se casó con ella.
Pasaron días y meses y David continuaba viviendo en su pecado.
Podemos entender que Dios le dio suficiente tiempo para rectificar su
hecho pecaminoso, mas viendo el Señor que David no se arrepentía,
mandó al profeta Natán para que lo reprendiera.

Cuando Natán le indicó que él era culpable, David confesó


inmediatamente su pecado. Natán pronunció la sentencia: su
hijo, producto del adulterio iba a morir. Además, el profeta le
dijo que su pecado sería perdonado, pero que las consecuencias
las tendría que sufrir, pues de su propia casa se iban a levantar
sus enemigos.

212
Meditando en el Amor de Cristo

El sistema de sacrificios establecido por Dios para el pecado no


daba lugar a ofrecer animales por el yerro del adulterio o del asesinato.
La pena era la muerte, vida por vida, así que a David solo le quedaba
clamar por la gran misericordia de Dios, pues él sabía que el Señor es
justo en su juicio.

Cubierto de silicio David reconoció que había pecado, él había


cometido adulterio y después homicidio al quitarle la vida a Urías, a
quien hizo matar por mano de los enemigos. Era necesario confesar la
magnitud de su pecado. Él era culpable de codicia, de pereza, adulterio
y homicidio. David veía su pecado como una lepra horrible y deseaba
que Dios lo limpiara a tal grado que no quedara en él la tendencia
de pecar. Dios en su misericordia lo perdonó, ¡Ningún pecado es
demasiado grande para que no reciba perdón cuando es confesado!

El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia. Proverbios 28:13 (RVR1960)

El Salmo 51 es la confesión de David después de un evento


trágico en su vida. Sin embargo, aunque Dios nos perdona, no borra
las consecuencias naturales de nuestro pecado, por tanto, la vida y
la familia de David nunca fueron las mismas como resultado de su
tropiezo.

213
Federico Elizondo Barrera

Ahora bien, una vez que hemos analizado el contexto, examinemos


las interpretaciones más discutidas sobre este versículo, entre los
expertos de las escrituras.

I. Enseñanza sobre el pecado original


Cada persona nace con lo que algunos teólogos llaman el pecado
original. La doctrina del pecado original enseña que la raíz de nuestro
problema no es que seamos pecadores por cuanto pecamos, sino
que pecamos por causa de nuestra naturaleza: somos pecadores.
En otras palabras, esto significa que el pecado actual no es más
que la expresión concreta de una inclinación maligna, poderosa
y profunda que hay en nuestro ser, a la cual se ha denominado
pecado original.

Estos teólogos sostienen que el acto sexual—aun dentro del


matrimonio—es pecado. Sin embargo, este argumento no tiene mucho
sustento bíblico, pues fue Dios mismo quien ordenó al hombre y a la
mujer procrear.

Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la


tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves
del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. Génesis
1:28 (LBLA)

214
Meditando en el Amor de Cristo

II. El rey nació fuera del matrimonio como resultado de una aventura
de Isaí
Teólogos en esta línea afirman que la madre del rey de Israel sería una
sierva que fue seducida por Isaí, por lo que ello rebajaría a David a
un Mamzeret—es quien nace de una relación ilícita o prohibida— Sin
embargo, tampoco tienen ningún fundamento bíblico, pues para ser
rey de Israel, David debía ser hijo de padres judíos y además debía
ser hijo legítimo. Esto nos lleva también a la conclusión lógica de que
Dios no hubiera escogido el linaje de David para que de ella naciera el
mesías prometido.

Estos estudiosos fundamentan su doctrina en el hecho de que los


hermanos comenzaron a llenarse de celo y desprecio hacia David y lo
consideraban un bastardo, fruto del adulterio de su padre. David se
refiere a este desprecio que sufrió por años en uno de sus salmos:

Soy como un extraño para mis hermanos; soy un extranjero para los hijos de
mi madre. Salmos 69:8 (NVI)

III. Adulterio de la madre del rey David


En ningún lugar dentro de las Escrituras es mencionada por su nombre
la madre de David. Esto es un poco inusitado, ya que las madres de
varios antiguos profetas y patriarcas no solo se mencionan, sino que

215
Federico Elizondo Barrera

muchas veces se escribe sobre ellas– como la madre de Moisés, Jocabed


(Éxodo 6:20), la madre de Samuel, Ana (1 Samuel 1:1-20) y la madre de
Salomón, Betsabé (1 Reyes 1:11).

Sin explicar su fundamento basado en la escritura, algunos


estudiosos afirman que la madre de David lo concibió en un acto
de pecado. En este escenario, David sería el producto de una
infidelidad. Argumentan su teoría en el pasaje bíblico en donde
Dios acababa de rechazar a Saúl como rey de Israel y comisionó al
profeta Samuel a ungir a uno de los hijos de Isaí de Belén como el
siguiente rey.

Samuel se acercó a los ancianos de Belén y organizó la reunión.


Una vez que Isaí y sus hijos se habían reunido, Samuel rápidamente
se dio cuenta de que ninguno de los muchachos que estaban delante
de él era el que Dios había elegido. Perplejo, Samuel preguntó si había
otros hijos y se le dijo que el más joven, David, estaba asistiendo al
rebaño. Samuel ordenó que trajeran a David delante de él y ungió al
joven pastor como el siguiente rey de Israel.

Al no aparecer la madre de David en el relato, concluyen que era


hijo producto del adulterio de la esposa de Isaí y que él habría decidido
criar al joven en su casa en condición de criado y no considerarlo como

216
Meditando en el Amor de Cristo

hijo, pero ni él ni sus hijos mayores creyeron su paternidad. Para no


desacreditar públicamente a su esposa y que fuera apedreada, Isaí lo
crió, pero haciendo siempre una gran diferencia entre él y sus otros
hijos. El conflicto entre David y sus hermanos indica que pueden
haber sido los hermanos que exigieron que David no fuera incluido
en la reunión con Samuel.

Una vez que hemos expuesto las posibles explicaciones que se dan
sobre el versículo 5 del Salmo 51, a la luz de la Reina Valera, veamos
ahora lo que nos dice la Biblia La Corona de Jerusalén. Esta versión es
la más nueva, revisada y precisa Biblia hebrea publicada. Fue editada
en la primavera de 2001 como un fiel testimonio del Códice de Alepo
y la última versión ha sido editada por el Rabino Mordechai Breuer.
Así mismo, para nuestro estudio, es importante saber que esta Biblia
es reconocida como la Biblia Oficial de la Universidad Hebrea de
Jerusalén y el Parlamento Israelí.

Versículo de estudio: Salmo 51:5. (La Corona de Jerusalén)


Estudiemos la diferencia semántica que existe entre la redacción del
versículo en la Biblia La Corona de Jerusalén y en la versión de la
Reina Valera 1960:

Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre. [CJ]

217
Federico Elizondo Barrera

He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.


[RVR]

En la versión hebrea, el énfasis se centra en la palabra pecador. Lo


que nos lleva a pensar que David no sufre porque Adán haya cometido
pecado, sino que sufre las consecuencias de ese pecado, ya que estas se
heredan a los hijos. Por lo tanto podemos deducir que la consecuencia
del pecado de Adán es que somos pecadores por heredad.

Los padres no podrán ser condenados a muerte por culpa de lo que hayan
hecho sus hijos, ni los hijos por lo que hayan hecho sus padres, sino que cada
uno morirá por su propio pecado (Deuteronomio 24:16, DHH)

La Reina Valera, como es sabido, no es una traducción directa del


hebreo y del griego. A causa de esto es posible que se haya perdido el
sentido original de algunas palabras debido a la falta de concordancias
lingüísticas al momento de traducirla, alterándose el sentido del texto
original.

En la Reina Valera se entiende que es la madre del rey David


quien vivía en pecado—apartada de Dios—al momento de concebir
a David, ya que el énfasis se centra en ella, al mencionar que (…) en
pecado me concibió mi madre.

218
Meditando en el Amor de Cristo

La Biblia hebrea no dice mucho sobre la madre de David,


pero la tradición judía— el Talmud—cuenta que la madre del rey
David era una mujer llamada Nitzevet, hija de Adael. El padre de
David, Isaí, era hijo de Obed, hijo de Booz, que se casó con Rut, la
mujer moabita. La ley tradicional judía prohibió explícitamente a
las mujeres hebreas casarse con hombres moabitas debido a cómo
los moabitas trataron a los israelitas cuando estaban vagando
en el desierto, después de huir de Egipto. Pero la ley no estaba
clara acerca de si un hombre hebreo podía casarse con una mujer
moabita.

Booz creía que la ley permitía tal matrimonio, por lo que se


casó con Rut. Sin embargo, según la tradición judía, Booz murió en
la noche que él y Rut se casaron. Muchos creyeron que su muerte
probó que Dios había condenado el matrimonio de Booz con Rut
y lo había castigado en consecuencia. Empero, aunque Booz y Rut
solo habían tenido intimidad aquella noche, ella concibió y dio a
luz a Obed.

Obed fue entonces visto como ilegítimamente nacido, al igual que


su propio hijo, Isaí. Sin embargo, ambos trabajaron duro en aprender
la Torá y fueron aceptados como parte de la comunidad del pacto.
Años más tarde Isaí se casó con una judía llamada Nitzevet.

219
Federico Elizondo Barrera

Isaí engendró siete hijos con Nitzevet y ganó honor como un


hombre justo y líder espiritual en la comunidad. Pero las dudas
comenzaron a llenar su mente acerca de si su línea y semilla fueron
contaminadas permanentemente por su sangre de moabita. Fue en
este punto que decidió cesar todas las relaciones sexuales con su
esposa Nitzevet. Hizo esto por amor a ella, porque ella, al ser una
israelita pura, estaría pecando por haberse casado con alguien que era
de ascendencia moabita.

Isaí también dudó sobre la legitimidad de sus siete hijos. Si era


impuro, entonces sus hijos eran ilegítimos e impuros también. Así
que Isaí, queriendo un heredero legítimo, se le ocurrió un plan para
tener un hijo de la misma manera que lo había hecho su antepasado
Abraham: por medio de las relaciones con la sierva cananea de su
esposa. Isaí pensaba que un hijo de esta unión sería reconocido por
todos como heredero legítimo, asegurando así la línea de la familia
de Isaí.

Cuando la cananea fue informada de este plan, no quiso participar,


porque amaba a Nitzevet y había visto el dolor que había sufrido al
estar separada de su marido. Entonces ella le dijo a Nitzevet acerca
del plan de Isaí y las dos decidieron hacer lo que Labán había hecho
tantos años antes con Lea y Raquel. Así que la noche que Isaí tenía

220
Meditando en el Amor de Cristo

relaciones con la sierva cananea, ella cambiaba de lugar con Nitzevet.


Esa noche, Nitzevet concibió e Isaí permaneció ignorante de lo que
había ocurrido.

Pero varios meses más tarde, Nitzevet comenzó a demostrar que


estaba embarazada y sus siete hijos, así como su marido, todos creyeron
que había cometido adulterio. Los hijos querían matar, por lapidación,
a su madre adúltera—como pedía la ley—y a su hijo ilegítimo con
ella, pero por amor a su esposa, Isaí intervino. Nitzevet no reveló a su
marido que el niño era suyo, porque no quería avergonzarlo revelando
la verdad de lo que había sucedido. En lugar de eso, eligió soportar la
vergüenza de su hijo.

David creció en una familia en la que fue despreciado, rechazado y


marginado como se describe en el Salmo 69. Fue tratado con desprecio
y burla. La comunidad siguió el ejemplo de la familia y asumió que
David estaba lleno de pecado y culpa. Si algo desaparecía, creían que
él lo había robado y lo obligaban a reemplazarlo. A menudo era objeto
de bromas, como, por ejemplo, cuando llenaban su plato con hiel y su
copa con vinagre.

Se decía que todas las grandes cualidades de Booz se encontraban


en Isaí y sus siete hijos, mientras que todos los rasgos despreciables de

221
Federico Elizondo Barrera

Rut la Moabita se concentraban en David. La tradición enseña que el


supuesto adulterio de la madre de David fue lo que causó la decisión
de mandar al joven a ser pastor en el campo, pues esperaban que un
oso o un león pudieran matarlo.

Finalmente, esto también puede explicar el por qué David,


cuando confesaba su propia relación adúltera con Betsabé, dice: Mira
que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.

El joven hijo de Nitzevet fue tratado como un siervo hasta que


el profeta Samuel lo ungió como el futuro rey de Israel, probando
la legitimidad de la conversión de Rut y de la paternidad de David,
porque un niño nacido de una unión ilícita no podía ser elegido como
rey.

Conclusión
No es prudente desarrollar una doctrina a partir de la lectura de
un versículo, sino que es necesario estudiar el contexto bíblico en el
cual fue escrito. Debemos revisar y estudiar varias versiones de las
Sagradas Escrituras, con la finalidad de tener una visión completa de
lo que la Palabra nos enseña.

222
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

¡Padre Santo, ten piedad de mí según tu misericordia!


Por tu inmenso amor y ternura borra mi pecado,
lávame de mi culpa y de mi pecado, purifícame.
Pues yo reconozco que te he fallado.
Hice lo malo ante tus ojos y me avergüenzo,
me arrepiento y mi pecado sin cesar atormenta mi conciencia.
Dios de mi salvación,
no retires de mí tu Santo Espíritu.
Abre Señor mis labios para adorarte.
Devuélvele a mi corazón
el gozo y la alegría de tu salvación,

Amén

223
Federico Elizondo Barrera

224
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

225
Federico Elizondo Barrera

226
Meditando en el Amor de Cristo

El Padre Nuestro
Mateo 6:9-13

La oración modelo dada por Jesús

Base bíblica
9
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre. 10
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo,
así también en la tierra. 11
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12
Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores. 13Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo
es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Mateo 6:9-13
(LBLA)

Contexto
En algún lugar alto, cercano al mar de Galilea o Tiberiades—Kinneret
en hebreo—rodeado de montañas en tonos verdes y ocres, Jesucristo
se dirige a la multitud. Desde ese monte, Jesús derramó el amor de su
corazón a sus discípulos en el llamado sermón de la montaña o de las
Bienaventuranzas.

El monte que se eleva detrás de Cafarnaún y Tabgha fue testigo


del sermón más hermoso pronunciado por Jesús. Aquella tarde, uno

227
Federico Elizondo Barrera

de sus discípulos le pidió al nazareno que les dijera cómo orar y él lo


hizo, enseñándoles la oración del Padre Nuestro.

Les instruyó diciendo que cuando oraran no fueran como los


hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas para que la gente los viera, pues al ser vistos ya
tienen su premio. También dejó claro que al orar al Padre se hiciera en
privado, en lo secreto de nuestro corazón, así nuestra oración llegará
a nuestro creador y él nos dará nuestra recompensa.

A través de la oración modelo vamos a hablar con nuestro Padre


Dios. Se trata de vivir las palabras de esta oración, no solo de repetirlas
sin fijarnos en lo que estamos diciendo. Por lo tanto, no es necesario
corear palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan
que cuanto más hablan más caso les hará nuestro Señor.

Jesús nos enseñó el Padre Nuestro como un modelo de oración.


Quería que supiéramos qué cosas podemos pedir y cuáles tienen
prioridad; por eso, muchas personas la llaman oración modelo. Orando
entramos a la presencia del Padre. Tenemos un acceso constante al
trono de Dios por medio de la oración, la alabanza y la adoración.
Donde quiera que estemos dispuestos a orar y alabar a Dios, él acudirá
y establecerá su reino (Salmos 22:3).

228
Meditando en el Amor de Cristo

Versículos de estudio: Mateo 6:9-13


Veamos cada una de las partes de esta oración a la luz de la Sagrada
Escritura. Para empezar, diremos que el Padre nuestro está formado
por un saludo y siete peticiones.

Saludo
Padre nuestro que estás en el cielo (v.9)
La oración comienza diciendo Padre Nuestro, no Padre mío. Esto nos
recuerda que pertenecemos a una iglesia de Jesucristo. Los cristianos
que tienen la esperanza de ir al cielo llaman a Jehová, Padre, ya que
realmente son sus hijos; él los ha adoptado (Romanos 8:15-17). Cristo
enseñó con el Padre Nuestro a mirar a Dios como un padre amoroso,
ya que era común en los hebreos dirigirse a Dios como padre.

Gracias al espíritu de adopción, todo creyente nacido de nuevo se


puede acercar a Dios diciéndole Padre:

(…) Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros


corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre! Gálatas 4:6 (LBLA)

Al llamarle Padre, reconocemos ser hijos suyos y manifestamos


nuestro deseo y compromiso de portarnos como hijos de Dios. Cuando
oramos, todas nuestras necesidades son atendidas por la benevolencia

229
Federico Elizondo Barrera

de un padre amoroso. No todos los seres humanos somos hijos de


Dios. Las personas tienen la creencia de que todos los seres humanos
son hijos de Dios y que por consiguiente todos somos hermanos.

Pablo les dice a los atenienses que todos los humanos somos linaje
de Dios, pero eso es desde el punto de vista en el cual todos estamos
hechos a la imagen y semejanza de Dios. Tenemos un espíritu, tenemos
conciencia moral de lo bueno y lo malo y tenemos cierta libertad de
actuación y control para funcionar y tomar decisiones. Ahora bien,
desde el punto de vista de la Biblia se nos indica lo contrario: solamente
aquellos que creen en Cristo y le reciben como su Señor y Salvador,
son hechos hijos de Dios:

Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de


llegar a ser hijos de Dios. Juan 1:12 (DHH)

El apóstol Pablo dice a los romanos que solo los que son guiados
por el Espíritu son hijos de Dios: Los hijos de Dios se dejan guiar por
el Espíritu de Dios (Romanos 8:14, PDT).

Lo más interesante de esto es que Dios dice que él no oye a los


impíos. Él solo oye a sus hijos. La única ocasión cuando Dios oye al
impío es cuando este clama a él arrepentido pidiendo perdón por su

230
Meditando en el Amor de Cristo

pecado: Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso
de Dios, y hace su voluntad, a ese oye. (Juan 9:31, NTV).

Debemos reconocer que, por medio de la sangre expiatoria de


Cristo Jesús, tenemos una relación con el Padre. Dios está en los
corazones que confían y creen en él.

La Biblia nos enseña que Dios es omnipresente, él está en todas


partes, no hay un lugar en donde el hombre pueda esconderse y que
Dios no esté presente. No solamente está Dios en todas partes, sino
que mora individualmente en cada uno de nuestros corazones: Jesús
contestó: —Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará,
y vendremos para vivir con cada uno de ellos (Juan 14:23, NTV)

En los Salmos leemos: Nuestro Dios está en los cielos (Salmos 115:3).
Esta es una forma de expresar la grandeza y santidad de Dios en
contraste con la pequeñez e imperfección del hombre.

Dios no está a nuestro nivel, su morada está en los cielos, aunque


se diga que Dios mora en nuestro corazón. A pesar de que Dios se
nos presenta como un Padre que está a nuestro alcance y que desea
comunicarse con nosotros sus hijos, también nos deja saber que está
por encima de nosotros. El hijo de Dios debe mantener siempre en su

231
Federico Elizondo Barrera

mente que, aunque Dios es su padre y está dispuesto a ayudarlo en


todo, debe ser tratado con respeto, pues está por encima de él.

Las siete peticiones


Después de ponernos en presencia de Dios, desde nuestro corazón
solicitamos siete peticiones, es decir siete bendiciones. Las tres
primeras son para dar gloria al Padre y son los deseos de un hijo que
ama a su padre por sobre todas las cosas. En las cuatro últimas le
pedimos su ayuda, su gracia.

I. Santificado sea tu nombre. (v.9)


Dios tiene nombre y ese nombre debe ser santificado, es decir, debe
ser tratado como santo. Con esto manifestamos nuestro deseo de que
Dios sea alabado, santificado en cada nación por todos los hombres.
Expresamos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo
conozcan y le estén agradecidos por su amor.

Santificarlo es darle una adoración de corazón, es además


reconocer la cualidad divina de su santidad. Es darle a Dios el lugar
especial que merece como objeto de suprema y absoluta reverencia:
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre
preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que
hay en ustedes (1Pedro 3:15, LBLA).

232
Meditando en el Amor de Cristo

Debemos pedirle que nos ayude a no hacer o decir nada que pueda
manchar su santo nombre. El apóstol Pablo les dijo a sus discípulos: La
gente (...) Por vuestra causa se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles
(Romanos 2:24, NVI).

Expresamos nuestro deseo de que el nombre de Dios sea


pronunciado por todos los hombres de una manera santa, para
bendecirlo y no para blasfemar contra él. El nombre de Dios ha de
tenerse siempre en alta estima, pues él no dejará de castigar a quién
tome su nombre en vano.

El quinto mandamiento dice: No pronunciarás en vano el nombre del


Señor tu Dios, porque el Señor no dejará sin castigo al que tal haga (Éxodo
20, RVR 1960).

Debemos recordar que él merece toda la gloria y toda la


honra. A Dios se le debe adoración pues solo él la merece. Dios
desea adoradores que dediquen tiempo para adorarlo en sus
oraciones.

II. Venga a nosotros tu reino. (v.10)


¡Cristo es Rey! Él es Rey del mundo y del universo, él tiene todo el
poder.

233
Federico Elizondo Barrera

(…) Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Mateo 28:18


(LBLA)

La Iglesia tiene la responsabilidad de que el reino invisible de


Cristo se haga visible en la tierra. Anunciamos que su reino será
establecido en nosotros, en nuestros seres amados, en su iglesia y en
nuestra nación. Dios desea reinar en todas las situaciones que nos
conciernen. Al hablar del Reino de Dios, pedimos el avivamiento
del Espíritu de Dios en nuestras vidas y el retorno de Cristo al
mundo.

III. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo (v. 10)


Es una petición para que se establezca la voluntad de Dios en los
corazones de los hombres. Es una petición también por un avivamiento
espiritual que traiga a los corazones un sincero arrepentimiento de
pecado y una visitación poderosa del Espíritu Santo (Habacuc 3:2,
Hechos 2:18). Solo así podremos entender y hacer la voluntad del
Padre.

Hágase tu voluntad es la petición de estar sujeto a lo que Dios


desea. Es la aceptación del hecho de que la voluntad divina es mejor
que la voluntad humana. Cristo nos dio el ejemplo orando: No se haga
mi voluntad, sino la tuya (Lucas 22:42).

234
Meditando en el Amor de Cristo

El hacer la voluntad de Dios es sumamente importante. El deseo


de cada creyente en la oración debe ser que la voluntad de Dios sea
hecha tanto en su vida como en la de los demás; que sus mandamientos
sean guardados; que el evangelio del reino sea predicado y que el
pueblo sea edificado.

El creyente debe activamente buscar la voluntad de Dios. El


hacer la voluntad de Dios es lo que hace la diferencia entre uno que es
verdaderamente un hijo de Dios y uno que no lo es. Jesús mismo dijo:
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mateo 7:21, RVR 1960).

La Biblia está llena de instrucciones acerca de cómo debemos


conducir nuestra vida. Es importante oír la Palabra, pero mucho más
importante es ser hacedores de ella. Esa es la voluntad de Dios: que
seamos hacedores de la Palabra. No podemos orar diciendo “hágase
tu voluntad” si no estamos viviendo en esa voluntad. No hay ningún
misterio en esto. Lo que Dios manda se hará en la tierra a medida que
las personas estén dispuestas a obedecer.

El que acepta mis mandamientos y los cumple, es el que me ama de


verdad; y el que me ama será amado por mi Padre, y también yo lo amaré y
me manifestaré a él. Juan 14:21 (BLPH)

235
Federico Elizondo Barrera

IV. Danos hoy nuestro pan de cada día. (v. 11)


Dios nos ha dado el día de hoy como un presente, mañana quizá no
llegue, confiemos en Dios, quien es poderoso para darnos nuestro
pan cada día. Al pedir nuestro pan nos referimos tanto al sustento
para satisfacer nuestras necesidades materiales, como al pan del
alma—la Palabra—para satisfacer nuestras necesidades espirituales.
Sin embargo, Dios ya nos ha dado respuesta a nuestra más grande
necesidad espiritual, enviando a Jesús a morir por nosotros.

(…) Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en


gloria en Cristo Jesús. Filipenses 4:19 LBLA

V. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a


los que nos ofenden. (v. 12)
Los pecados son deudas ante Dios que no podemos pagar y solamente
pueden ser perdonados (Mateo 18:27). Dios no perdona a quien no
puede perdonar. Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios,
cualquier mínimo pecado es grande delante de él, por eso es necesario
pedir perdón cuando lo ofendemos.

Para poder recibir el amor de Dios necesitamos un corazón limpio


y puro, no un corazón duro que no perdone a los demás. Es imposible
que una persona llena de amor de Dios, que tiene el Espíritu Santo y

236
Meditando en el Amor de Cristo

que haya nacido de Dios no pueda perdonar al que le ha hecho mal.


El creyente debe pedir constantemente perdón a Dios por sus faltas (1
Juan 1:5-10).

VI. No nos dejes caer en tentación (v. 13)


El pecado es el fruto de consentir la tentación, de decir sí a las
invitaciones que nos hace el demonio para obrar mal. El Espíritu Santo
nos ayuda a decir no a la tentación.

11
Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra
las insidias del diablo. Efesios 6:11 LBLA.

VII. Y líbranos del mal (v. 13)


Le pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio con la
armadura del evangelio (Efesios 6:14-18). Podemos traducir “líbranos
del mal”, como líbranos del diablo o Satanás. Es una petición de
ser protegido no tanto del mal sino del diablo mismo y sus agentes
(Efesios 6:12).

237
Federico Elizondo Barrera

238
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Soberanía y poder del Señor


1
El Señor reina[a]; regocíjese la tierra; alégrense las muchas islas.
2
Nubes y densas tinieblas le rodean, justicia y derecho son el fundamento de
su trono.
3
Fuego va delante de El, y quema a sus adversarios en derredor.
4
Sus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra vio y se estremeció.
5
Como cera se derritieron los montes ante la presencia del Señor, ante la
presencia del Señor de toda la tierra.
6
Los cielos proclaman su justicia, y todos los pueblos han visto su gloria.
7
Sean avergonzados todos los que sirven a imágenes talladas, los que se glorían
en los ídolos; adórenle todos los dioses.
8
Oyó Sion esto y se alegró, y las hijas de Judá se han regocijado a causa de tus
juicios, oh Señor.
9
Porque tú eres el Señor, el Altísimo sobre toda la tierra, muy excelso sobre
todos los dioses.
10
Los que amáis al Señor, aborreced el mal; el guarda las almas de sus santos;
los libra de la mano de los impíos.
11
Luz se ha sembrado para el justo, y alegría para los rectos de corazón.
12
Justos, alegraos en el Señor, y alabad su santo nombre Salmos 97 (LBLA).

239
Federico Elizondo Barrera

240
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

241
Federico Elizondo Barrera

242
Meditando en el Amor de Cristo

¡Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente!


Josué 1:9

Mandato de Dios

Base bíblica
¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes,
porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. Josué 1:9
LBLA

Contexto
Es común para un cristiano pasar por tiempos de temor y de angustia.
En esos días de oscuridad nos sentimos atrapados en el pantano de la
ansiedad y podemos llegar a dudar o hasta perder la confianza en las
promesas de Dios. Entonces buscamos una salida fácil y abrimos puertas
falsas y nos inclinamos a oír otras voces, en lugar de oír la voz del Señor.

Sería irreal pensar que las enfermedades, los problemas


económicos, los desastres naturales, los sueños frustrados, las
relaciones rotas no causen dolor y generen desaliento y temor. Pero
por más difícil que nos parezca, debemos recordar que ser cristiano
no es una vacuna contra los infortunios de la vida. Jesús dijo a sus
discípulos: Es inevitable que vengan tropiezos (Lucas 17:1).

243
Federico Elizondo Barrera

Ante esta realidad hay un ejemplo bíblico que, a manera de


consuelo, nos ayuda a poner nuestro pensamiento en la perspectiva
correcta.

Josué, un gran general hebreo, nació como esclavo en Egipto.


A los 40 años, junto con el pueblo de Dios, fue liberado de la
esclavitud de Faraón en el tiempo del éxodo de Egipto. Fue uno
de los doce espías que entró a la tierra prometida y junto a Caleb
sobrevivió los cuarenta años en el desierto por haber creído en
la promesa de Dios. Tenía 80 años cuando recibió su comisión y
110 años cuando murió. Fue sucesor de Moisés, era un hombre
de oración, de valor, de confianza en Dios, de fe, de liderazgo, de
entusiasmo y de fidelidad.

Con todo a su favor, Josué en un momento determinado,


estuvo ante una circunstancia que lo hizo sentir temor y desaliento:
se sentía derrotado antes de comenzar la batalla. Entonces el
Señor lo exhortó a ser fuerte y valiente en su liderazgo para
continuar la promesa divina dada a Abraham. El éxito de Josué
dependía de su obediencia al libro de la ley de Moisés y para
lograr su misión él debía tener siempre en mente las palabras del
Shema Israel, así como meditar en ellas continuamente:

244
Meditando en el Amor de Cristo

Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro
1

Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual
pasáis vosotros para tomarla; 2para que temas a Jehová tu Dios, guardando
todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo
de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. 3Oye,
pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra
que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus
padres. 4Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Deuteronomio 6:1-4

Versículo de estudio: Josué 1:9


Iniciamos con una pregunta que connota una reprimenda que nuestro
Dios le hace a Josué: ¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No
temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que
vayas (Josué 1:9, LBLA).

Por alguna razón que desconocemos, Dios le recuerda a Josué


que ya le había dado este mandato por boca de Moisés, para el pueblo
de Israel: Sed fuertes y valientes. No temáis ni os asustéis ante esas naciones,
pues el Señor vuestro Dios siempre os acompañará; nunca os dejará ni os
abandonará. (Deuteronomio 31:6, CST).

Este mandato no solo fue para Josué y para el pueblo escogido


de Dios, sino para todos los creyentes de Jesucristo. Esto se debe a

245
Federico Elizondo Barrera

que muchas personas con un criterio errado creen que el éxito en


la vida se puede alcanzar con poco esfuerzo, que con solo pedirle
a Dios es suficiente y que las cosas caerán del cielo. La realidad no
tarda en hacerse patente, ya que muchas veces en la vida nos damos
por vencidos con facilidad y nos hacemos para atrás ante la primera
sospecha de enfrentar una dificultad. Nos rendimos sin ni siquiera
haber iniciado la batalla. Olvidamos que nuestro Señor nos pide coraje
y fortaleza ante la adversidad.

Nuestro Señor nos manda que al enfrentar las circunstancias de la


vida seamos valerosos, esforzados, dispuestos a desafiar el peligro y a
hacerle frente con valentía. Nunca debemos permitir que el miedo se
apodere y tome el control de nuestra existencia, sino más bien debemos
mostrar confianza sin temor a las sombras ante un futuro incierto. Esta
actitud es un mandato de Dios, no una propuesta, él no está diciendo:
si quieren sean fuertes y valientes y no tengan miedo. ¡No, él nos está
ordenando! ¡Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente!...

Sin embargo, muchos le creen al enemigo que con engaños les


hace pensar que el éxito es imposible de alcanzar y siembra en el
corazón de ellos temores ante situaciones que quizá nunca lleguen a
prosperar, pero estos siempre están ahí intimidando y perturbando
tanto la paz física como la mental.

246
Meditando en el Amor de Cristo

La cobardía siempre es la ausencia de fe y de confianza en Dios;


la cobardía nos lleva a echarnos hacia atrás sin siquiera empezar o aun
peor, nos lleva a abandonar de manera abrupta una acción iniciada. ¡Y
ante este temor, olvidamos la presencia de Dios en nuestra vida!

Dios con amor y gran ternura nos pide que seamos fuertes,
valientes y que dejemos atrás el temor y la cobardía. Obedecer este
mandato puede transformar por completo toda nuestra existencia, ya
que, ante nuestra valentía, ante nuestro coraje y ausencia de miedo, el
Santo de Israel promete que estará con nosotros y nos acompañará en
todo lo que hagamos.

Para Josué el reto era grande. La promesa consistía en que Dios


ya les había entregado a los judíos la tierra, así se los dijo: todo lugar
que pisare la planta del pie será de ustedes. Eso significaba que la
meta la ponían ellos, los límites los ponían ellos. Si miraban hacia
el sur tenían el desierto de Arabia; si se dirigían al norte, tenían al
imponente Líbano; si cruzaban al este, encontrarían el río Éufrates
y hacia al occidente el Mar Mediterráneo. Tenían todo para ganar la
tierra prometida.

Sin embargo, también era una realidad que Israel estaba


en desventaja física ante su poderoso enemigo. Sus armas eran

247
Federico Elizondo Barrera

rudimentarias para la guerra y no tenían los medios para poder destruir


las ciudades amuralladas de sus enemigos, incluso, los hebreos eran
inferiores en estatura. Ante este escenario solo podían confiar en Dios
para vencer.

Los heteos eran en aquel entonces los dueños de Canaán,


eran los gigantes y fuertes del momento, los poderosos.
Dominaban la tierra que Dios entregaría a Israel; conquistarla
era una gran motivación para Josué, no solo por el territorio
que Dios daría a su pueblo, sino por la fortaleza del enemigo
que debían despojar. En su mente, Josué sabía que no había
forma de perder esa guerra ya que Dios así lo había prometido
a sus antepasados hacía mucho tiempo, pero ahora lo debía
creer en su corazón.

Josué debía entender que esforzarse implicaba una combinación


de fortaleza moral y física. Tres veces Dios le había pedido que se
esforzara y que fuera valiente (Josué, cap., 1 v.6.7.9). Aun así, Josué—
el buen espía—cuando Moisés lo envió a reconocer la tierra junto
con Caleb, cuando fue escogido para remplazar a Moisés, fue un
hombre temeroso al que le faltaron las fuerzas. Josué, el valiente líder
de Israel, el hombre esforzado, lleno de experiencia y conocimiento,
temió al fracaso. Sin embargo, nuestro Dios era el mismo, el creador

248
Meditando en el Amor de Cristo

y sustentador del universo y le había dado una promesa. ¿Cuál temor


había que tener?... Ninguno.

Dios se especializa en dar fuerzas al que no tiene ninguna. De


hecho, sus ojos andan buscando a quién fortalecer. La Biblia en 2
Crónicas: 16-9, así nos dice: Porque los ojos de Yahvé recorren toda la
tierra, para fortalecer a los que tienen corazón entero para con él. La verdad
que nos queda de esto es que Dios se complace en buscar a quién
fortalecer.

La promesa para Josué era que nadie le haría frente en todos sus
días (v.5). Dios le promete que estará con él, le asegura su presencia
diariamente: no lo dejará ni lo desamparará.

Como representante y jefe del pueblo, la promesa incluía no


solo a Josué sino a todos los que somos llamados hijos de Dios. Las
frases estaré contigo, no te dejaré, ni te desampararé son una misma
promesa dicha en tres modos diferentes: el Señor nos asegura la
certeza de su presencia en nuestra vida. Debió ser una tranquilidad
para Josué saber que Dios estaba comprometido a estar presente
siempre en su vida, de una manera constante. Dios estaría con Josué
cada vez que lo necesitara y en dónde lo necesitara. Él siempre
estaría allí.

249
Federico Elizondo Barrera

No hay otro pan que sostenga y nutra más nuestra vida que el
alimento de la palabra de Dios, misma que nos ordena: No te apartes
de ella ni a diestra ni a siniestra (v.7). Si meditamos en su palabra y
guardamos su ley, podremos seguir adelante en cualquier camino,
podremos enfrentar dificultades y extender aún más nuestro territorio.

Si obedecemos el mandato, Dios permanecerá con nosotros y


pasaremos victoriosos por todos los momentos y desafíos de la vida
hasta encontrar el lugar que él tiene para nosotros. ¡Conquistaremos
nuestro Canaán, la tierra en donde fluye leche y miel!

La promesa de Dios es que nadie nos podrá hacer frente en todos


los días de nuestra vida (v.5). ¡Pero debemos recordar que no será
gratis! Y esta es la parte más importante del mensaje a Josué: el valor,
la fe y la esperanza de victoria, dependen de la obediencia firme e
inalterable del evangelio de Jesucristo.

Dios hace exigencias fuertes para nuestra carne: morir a nuestros


deseos puede resultar muy doloroso, pero debe ser la meta del
creyente. Necesitamos oír en nuestro corazón la voz de Dios que nos
ordena: Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo
ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que
vayas (Josué 1:9, DHH).

250
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

Creo en Ti, Señor y Dios mío,


toma mi vida, toma mi mente,
toca mi corazón, sánalo, libéralo del miedo.
Padre, ayúdame a ser valiente,
alivia mi miedo y calma mi inseguridad,
que vea luz en donde solo veo sombras,
que sienta paz en donde exista desasosiego,
que sea valeroso al enfrentar al miedo.
Dame el poder para vencer las dificultades.
Rompe con todas las cadenas que me tienen atado a la desesperanza,
que yo dé una buena batalla hasta exhalar el último aliento.
Señor, si yo me olvido de ti, Padre mío tú no te olvides de mí...

Amén

251
Federico Elizondo Barrera

252
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

253
Federico Elizondo Barrera

254
Meditando en el Amor de Cristo

Dios hizo pactos con Noé, Abraham y Moisés,


¿qué impide que haga un pacto conmigo?
Génesis 28:18-22

Jacob le propone un pacto al Altísimo.

Base bíblica
18
Al día siguiente Jacob se levantó muy temprano, tomó la piedra que
había usado como almohada, la puso de pie como un pilar, y la consagró
derramando aceite sobre ella. 19
En ese lugar había antes una ciudad
que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
20
Allí Jacob hizo esta promesa: Si Dios me acompaña y me cuida en
este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer y con qué vestirme,
21
y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será
mi Dios. 22
Esta piedra que he puesto como pilar, será casa de Dios;
y siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.
Génesis 28:18-22 (DHH)

Contexto
Jacob, el hijo de Isaac se vio obligado al exilio, puesto que su hermano
Esaú lo quería matar debido a que le había sido robada la bendición
de la primogenitura. Sin embargo, antes de partir, su padre lo bendijo
una vez más. La bendición de Isaac consistía en confirmar a su hijo la

255
Federico Elizondo Barrera

promesa divina de tierra y descendencia que el Altísimo le había dado


a su abuelo Abraham.

Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó lo siguiente: No tomarás


mujer de entre las hijas de Canaán, ve a Padán-aram, a casa de Betuel,
padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán,
hermano de tu madre. Jacob obedeció.

Parecía irónico que el hijo de Isaac, que ya habitaba en la tierra


prometida (Canaán), tuviera que salir al exilio, mientras que su hermano
Esaú se quedaba. Esto era necesario ya que la promesa tenía un orden,
primero debía haber descendencia y después Jacob habitaría en la tierra
prometida. Jacob regresó 20 años después colmado de hijos, mientras que
Esaú abandonó Canaán y se estableció al otro lado del Río Jordán, en
donde la tierra era más adecuada para la crianza de ganado y la cacería.

Mientras Jacob iba camino a Harán, tuvo un encuentro personal


con Dios. Hasta entonces, para Jacob, el Altísimo era el Dios de
su abuelo Abraham y su padre Isaac. Él aún no había tenido una
experiencia personal con Dios hasta ese día. Sucedió que Jacob acampó
y pasó la noche a cielo abierto, porque el sol se había puesto; tomó una
de las piedras del lugar, la puso de cabecera y se acostó. En el acto
quedó profundamente dormido y tuvo un sueño, he aquí lo que vio

256
Meditando en el Amor de Cristo

en él: había una escalera apoyada en la tierra, cuyo extremo superior


alcanzaba hasta el cielo; y los ángeles de Dios subían y bajaban por
ella. Entonces escuchó al Señor que le dijo: Yo soy el Señor, el Dios de
tus padres Abraham e Isaac. La tierra en la que estás acostado te la
daré a ti y a tu descendencia.

Continuó diciendo: tu descendencia será como el polvo de la


tierra y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el
norte y hacia el sur y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las
familias de la tierra. A ti te daré la tierra de Canaán como porción de
tu heredad. ¡Dios mismo le confirmó a Jacob la bendición que Isaac le
acababa de dar, antes de partir!

Para Jacob fue muy importante recibir esta confirmación en ese


preciso momento, ya que no tenía nada: no tenía descendencia y estaba
huyendo de la tierra de la promesa. Seguramente se preguntaba si se
casaría, si tendría hijos y si algún día volvería a la tierra donde nació
y si volvería a ver de nuevo a sus padres. Ante esto la respuesta de
nuestro Señor que conoce el corazón del hombre fue terminante:

He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré


volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he
prometido. Génesis 28:15 (LBLA)

257
Federico Elizondo Barrera

Despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente el Señor está en


este lugar y yo no lo sabía. Se dio cuenta que el lugar donde durmió
era un lugar especial y se dijo: esto no es más que la casa de Dios y esta
es la puerta del cielo. Entonces tomó la piedra que había puesto de
cabecera, la erigió por señal y le derramó aceite por encima. Y a aquel
lugar le puso el nombre de Betel—Beit-El, Casa de Dios—aunque
anteriormente el nombre de la ciudad había sido Luz.

Luego de señalar el lugar con la piedra, Jacob levantó sus brazos


e hizo un voto diciendo:

(…) Si Dios está conmigo y me guarda en este camino en que voy, y me da


alimento para comer y ropa para vestir, 21y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre,
entonces el Señor será mi Dios. 22Y esta piedra que he puesto por señal será casa
de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo. Génesis 28:20-22 (LBLA)

Jacob le puso una condición a Dios: si el Señor lo cuidaba y le


permitía regresar con su familia, entonces él le prometía a Dios
fidelidad. La promesa se cumplió en Jacob.

Versículos de estudio: Génesis 28:18-22


Entonces, tomando como base este relato del Antiguo Testamento,
nosotros que aceptamos a Jesucristo como Señor y Salvador y en Él

258
Meditando en el Amor de Cristo

somos más que vencedores, ¿tenemos también derecho, al igual que


Jacob, de solicitar un pacto personal con Dios? ¡De ningún modo! ¡Eso
sería renunciar al evangelio de Jesucristo!

Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los
hombres, Cristo Jesús hombre. 1 Timoteo 2:5 (LBLA)

Recordemos que Jesucristo es el único camino al Padre. Un


pacto divino se define como una alianza establecida por Dios con los
hombres, a través de un rito. La palabra hebrea berít y la griega diatheke
nos dan el sentido, ya que el significado de estas palabras es el mismo:
testamento. Sin embargo, la palabra berít, también quiere decir, cortar
pacto. Esto se refiere a que es necesario sacrificar a un inocente para
ratificar un pacto divino.

El hombre fue expulsado del jardín del edén a causa del pecado y
perdió su comunicación directa con Dios. Fue mediante las enseñanzas
orales de los profetas y posteriormente a través de las Escrituras,
que se estableció la comunicación entre el hombre y el único Dios
omnipotente, creador del universo. Dios estableció su relación con el
hombre por medio de pactos. La Biblia registra todos los pactos que
Dios forjó con la humanidad y cada uno de ellos fue sellado con un
derramamiento de sangre (cortar pacto):

259
Federico Elizondo Barrera

Por eso, aun el primer pacto fue puesto en vigencia con la sangre de un
animal. Hebreos 9:18 (NTV)

Los mandamientos de Dios fueron entregados a través de Moisés


y al no haber ni un solo justo que cumpliera con lo que demandaba la
ley, todos los hombres fueron condenados. Sin embargo, en su inmenso
amor y misericordia, nuestro Padre celestial anunció por boca del profeta
Jeremías que vendría el día en el que se establecería un nuevo pacto:

No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para
sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un
esposo para ellos, declara el Señor. Jeremías 31:32 (NBLH)

Cumpliendo su palabra, Dios padre mandó a su hijo Jesucristo


al mundo, en el tiempo propicio. Cristo hombre vivió entre nosotros
haciendo la voluntad del Padre, sin cometer pecado alguno, siendo el único
hombre en cumplir fielmente la ley mosaica. Para vencer la esclavitud del
pecado, Jesús se ofreció en sacrificio perfecto, tomando nuestro lugar en
la cruz, estableciendo así, un pacto eterno con la humanidad.

De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta


copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros. Lucas
22:20 (LBLA)

260
Meditando en el Amor de Cristo

El autor del libro de Hebreos enseña en el Nuevo Testamento que


un nuevo pacto invalida el anterior:

Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y
se envejece, está próximo a desaparecer. Hebreos 8:13 (RVR1960)

Los pactos en el Antiguo Testamento eran sellados por medio de


los sacrificios de animales. En el Nuevo Testamento, cumpliendo la
profecía, Jesús fue entregado en sacrificio expiatorio siendo su obra
perfecta una vez y para siempre. Esto estableció un pacto eterno. No
podemos tener otros pactos sin invalidar el sacrificio de Jesús. No
podemos crucificar a Jesús de nuevo:

4
Pues es imposible lograr que vuelvan a arrepentirse los que una vez fueron
iluminados —aquellos que experimentaron las cosas buenas del cielo y fueron
partícipes del Espíritu Santo, 5que saborearon la bondad de la palabra de Dios
y el poder del mundo venidero— 6y que luego se alejan de Dios. Es imposible
lograr que esas personas vuelvan a arrepentirse; al rechazar al Hijo de Dios,
ellos mismos lo clavan otra vez en la cruz y lo exponen a la vergüenza pública.
Hebreos 6:4-6 (LBLA)

El apóstol de Tarso en su Encíclica a los Gálatas, nos enseña que


no es posible cambiar un pacto entre hombres después de haber sido

261
Federico Elizondo Barrera

ratificado, por lo tanto sería más que imposible tratar de cancelar un


pacto establecido con Dios. Hermanos, voy a ponerles un ejemplo: aun en
el caso de un pacto humano, nadie puede anularlo ni añadirle nada una vez
que ha sido ratificado (Gálatas 3:15, NVI).

El hecho de buscar un nuevo convenio o pacto, quiere decir


que el que se tiene es insatisfactorio. Si nuestra relación es sana y
estamos recibiendo los beneficios que esperamos, estamos contentos.
Pero si esperamos más de esta relación, tratamos de negociar con
Dios ofreciendo sacrificios en forma de ayunos, oraciones y rituales
religiosos. Sin embargo, es imposible tratar de cambiar o cancelar
un pacto de Dios sellado con sangre, esto significa que no podemos
alterar los documentos bíblicos en donde están plasmados los pactos
divinos con el hombre, por lo tanto, estamos limitados a lo que está
escrito en la Santa Biblia.

No tenemos la posibilidad de hacer un pacto con Dios. No


podemos convocar a Dios para que haga un pacto con nosotros. El
nuevo pacto en Jesucristo es la única manera de relacionarnos con
Dios. Si decimos que no estamos contentos con el nuevo pacto que
Dios selló con la muerte de su hijo y queremos hacerle modificaciones,
estamos rechazando las bendiciones espirituales que están reservadas
para nosotros:

262
Meditando en el Amor de Cristo

Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las bendiciones
espirituales que Cristo nos trajo del cielo. Efesios 1:3 (TLA)

Dios es fiel y nos sostiene y bendice cuando le obedecemos, pero


no hace trueques ni acepta sobornos; no podemos darle nada a Dios
para recibir un favor especial, modificar la naturaleza o cambiar su
voluntad.

La conclusión es clara: solamente añadimos maldición o


quitamos bendición a nuestras vidas cuando modificamos las
Escrituras. El nuevo pacto en Jesucristo es el único camino a la
salvación. Si uno está buscando otro pacto tendrá que ser a través de
otro sacrificio u otro cristo. Cualquier otro pacto con Dios es falso y
representa un rechazo al evangelio de Jesucristo. No hay otro camino
a la salvación, no hay otro camino al Padre, la vida eterna solo es a
través de Cristo Jesús:

18
Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este
libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas
que están escritas en este libro. 19Y si alguno quitare de las palabras del
libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la
santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Apocalipsis
22:18-19 (RVR1960)

263
Federico Elizondo Barrera

A pesar de que el llamado a conocer el evangelio sea el mismo


para toda la humanidad, el peregrinaje, el proceso y el tiempo son
diferentes para cada persona. Es obligación de todo cristiano estar
siempre atento a la voluntad de Dios. La Biblia nos enseña que cada
persona debe tener una experiencia personal con Dios a través de
Jesucristo, la cual es única y es parte del plan de salvación de nuestro
creador.

264
Meditando en el Amor de Cristo

Reflexión

Que tus despertares, te despierten.


Y que, al despertarte, el día que empiece te entusiasme.
Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol[sic] que se filtran
por tu ventana, en cada nuevo amanecer.
Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada
persona que se cruce en tu camino.
Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque “sólo”[sic]
se trate de pan y agua.
Y que encuentres algún momento durante el día, aunque sea corto y breve,
para elevar tu mirada hacia lo Alto y agradecer, por el milagro de la salud, ese
misterioso y fantástico equilibrio interno.
Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.
Y que tus abrazos, abracen.
Y que tus besos, besen.
Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de maravillarte.
Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer, por la tarea satisfactoria
realizada durante el día.
Y que tu sueño sea calmo, reparador, y sin sobresaltos.
Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco al valor de las cosas,
con su precio.
Y que no te creas más que nadie, porque, sólo[sic] los ignorantes desconocen

265
Federico Elizondo Barrera

que no somos más que polvo y ceniza.


Y que no te olvides, ni por un instante, que cada segundo de vida es un
regalo, un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, deberíamos bailar
y cantar de alegría al tomar conciencia de ello.
Como un pequeñísimo homenaje al misterio de la Vida, que nos acoge, nos
abraza y nos bendice.
F. Daniel Karpuj

266
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

267
Federico Elizondo Barrera

268
Meditando en el Amor de Cristo

¡Libertad en Cristo!
Filipenses 4:5-9

Cómo vencer la ansiedad

Base bíblica
4
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo ¡Regocijaos! 5Vuestra
gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús. 8Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad. 9Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en
mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. Filipenses 4:5-9
(RVR1960)

Contexto
Desde hace muchos siglos el hombre descubrió que su naturaleza es
una unidad tripartita compuesta de cuerpo, alma y espíritu. El cuerpo
es el medio finito y temporal utilizado por la mente, la cual es parte del
alma, para comunicarse con su entorno terrenal. El espíritu es el canal

269
Federico Elizondo Barrera

mediante el cual el alma, representada bíblicamente por el corazón,


una vez vivificada por el Espíritu Santo se logra comunicar con Dios.

En perfecta armonía, la mente controla las funciones del cuerpo


y este a su vez la retroalimenta informando la condición que guarda
el entorno. Esto se logra a través de los cinco sentidos, puente entre
cuerpo y mente. Al recibir la mente la sensación de frío, calor, dolor,
olor, etc., la convierte, según sea el caso, en una imagen o en una
emoción. Esta emoción será transformada por el cuerpo en una acción
o respuesta.

Por ejemplo, si el cuerpo detecta olor a quemado, manda una señal


a la mente y esta puede transformar ese indicio en una indicación de
peligro y da la orden al cuerpo de huir de ese lugar.

Cuando se presenta una situación de disonancia cognitiva entre


la mente y los estímulos que recibe del cuerpo, se pierde el equilibrio.
Las fallas en la comunicación entre el cuerpo y la mente provocan un
estado inestable de las funciones del organismo, pues este ha quedado
sin la instrucción correcta para responder a los estímulos externos, así
como para realizar las funciones autónomas (respiración, digestión,
etc.) que mantienen al cuerpo en condición saludable. A este estado
de desorden se le conoce como ansiedad; el daño físico y emocional

270
Meditando en el Amor de Cristo

que este desorden pueda causar al cuerpo dependerá del grado de


disonancia que se experimente en el estado de ansiedad.

La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una gran


inquietud, una intensa excitación y una extrema sensación de inseguridad.
Si la ansiedad se convierte en angustia pudiera provocar un estado
destructivo del cuerpo, tales como ataques de pánico, arritmias y neurosis.

El hombre ha descubierto medicamentos y terapias que pueden


controlar la ansiedad, pero es muy difícil curar esta enfermedad.
Sin embargo, el Señor nos creó con un sistema de auto reparación
para enfrentar las enfermedades de nuestro cuerpo físico y también
para poder gozar del amor que él nos da. Quienes hemos aceptado
a Jesucristo como el Señor de nuestra vida, tenemos el privilegio
de contar con un manual para vivir, la Biblia; en ella podemos
encontrar la respuesta para no caer en estados de ansiedad y poder
vivir plenamente, gozando de nuestra salvación aquí en la tierra. No
obstante, aunque esta puerta esté disponible para toda la humanidad,
solo aquellos que tienen fe en Jesucristo la abrirán.

Versículos de estudio: Filipenses 4:4-9 (RVR1960)


4
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo ¡Regocijaos! 5Vuestra gentileza
sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca…

271
Federico Elizondo Barrera

El Apóstol Pablo nos enseña a estar siempre gozosos en el


Señor. Insiste en solicitar que nuestro gozo sea testimonio de la fe
que hemos depositado en Jesucristo. Ante la inminente segunda
venida de Jesús, el apóstol desea que nuestro estilo de vida refleje
que somos personas bondadosas, esto como resultado de entender
que el gozo, a diferencia de la alegría, se lleva en el corazón y no
es producto de las circunstancias. El gozo es uno de los frutos
del Espíritu Santo que nos anima a vivir en contentamiento ante
cualquier situación.

Nuestro Dios no quiere que lo adoremos con un semblante serio o


sombrío, Él desea vernos felices. La enseñanza del apóstol Pablo sobre
el bienestar emocional consiste en regocijarse en el Señor. Debemos
aprender a estar satisfechos con menos de lo que creemos merecer.

6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante
de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:6
(RVR1960)

No debemos perder el control de nuestras emociones. Nada ni


nadie vale lo suficiente para caer en ansiedad; el apóstol de Tarso nos
instruye e insiste, en su carta a los Filipenses, que por nada estemos
afanados. Es imposible transitar por esta vida sin tener problemas. En

272
Meditando en el Amor de Cristo

un mundo caído, la lucha contra el mal es inevitable. Entonces, ¿cómo


debemos enfrentar las dificultades?

La respuesta la encontramos en la segunda parte del versículo que


nos ocupa: presenta ante Dios todos tus problemas en oración. La fidelidad
de nuestro Señor es eterna, la compasión divina no se ha agotado y para
siempre es su misericordia. La oración es el remedio para la preocupación,
pero se requiere tener fe y entregarle a Jesucristo nuestros problemas.

7
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7 (LBLA).

El Señor conoce nuestros problemas, sin embargo, a él le place


que se los confesemos. Al hacerlo nos da su paz, la cual está más allá
del entendimiento humano; y esta paz, por medio de Cristo Jesús,
cuida nuestros corazones y pensamientos. Solo a través de Jesucristo
se puede restablecer la armonía entre el cuerpo y la mente, dando
como resultado la paz y la santificación que está al margen de la
comprensión del hombre. Si nosotros no ponemos todas nuestras
angustias y problemas a los pies de Jesucristo, jamás tendremos paz.

8
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay

273
Federico Elizondo Barrera

virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 9Lo que aprendisteis
y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con
vosotros. Filipenses 4:8 (LBLA)

Debemos dar espacio y libertad al Espíritu Santo para actuar en


nuestra vida. Los pensamientos negativos, el vivir de los recuerdos que
han dejado heridas en el corazón y el no perdonar bloquean la bendición.
Como lo enseña el apóstol Pablo debemos cambiar de manera de pensar
y actuar, buscar solo lo bueno, lo que es digno de respeto, pensar en todo
lo recto, en todo lo puro y en todo lo agradable. Pensar en toda clase de
virtudes, en todo lo que merece alabanza y gratitud nos dará paz.

Esto solo es posible si nuestra mirada está puesta en la cruz y si


buscamos que Jesucristo sea el centro de nuestra fe. Este acto da al
Espíritu Santo la libertad de acción para ayudarnos.

Pablo presenta el evangelio de la cruz y nos pide que sigamos


practicando lo que él nos enseña sobre Jesucristo, quien es la fuente
inagotable del amor. Recordemos que la ansiedad solo puede ser
vencida por la fe en Cristo, al hacerlo así, nos apropiamos de la
promesa y la justicia de Dios que nos dice: enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28:20, RVR1960)

274
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

1
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion, éramos como los que
sueñan.
2
Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de gritos de alegría;
entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Señor con ellos.
3
Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros; estamos alegres.
4
Haz volver, Señor, a nuestros cautivos, como las corrientes en el sur.
5
Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo.
6
El que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá
con gritos de alegría, trayendo sus gavillas. Salmos 126 (LBLA)

275
Federico Elizondo Barrera

276
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

277
Federico Elizondo Barrera

278
Meditando en el Amor de Cristo

Someterse los unos a los otros


2 Crónicas 30:8

Vivir bajo autoridad

Base bíblica
Y no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres, sino someteos al
Señor y entrad en su santuario, que Él ha santificado para siempre, y
servid al Señor vuestro Dios para que su ardiente ira se aparte de vosotros.
2 Crónicas 30:8 LBLA

Contexto
Veamos al cuerpo de Cristo como un tren de alta velocidad que cruza
los valles y desiertos, escala montañas y apacibles praderas. A su paso
va esparciendo la palabra del evangelio, que al igual que las flores
primaverales embellece el paisaje, sin importar lo árido que parezca
el camino. Así la poderosa palabra de Dios, va cambiando el corazón
de las personas, sin tomar en cuenta qué tan tormentoso haya sido su
pasado.

El tren va colmado de creyentes en Jesucristo y muchos de


ellos por falta de asiento, se encuentran parados. Ante la vibración,
sacudidas y empujones, lo único que tienen para no caer son las barras

279
Federico Elizondo Barrera

del evangelio de Jesucristo, localizadas sobre sus cabezas. Si se sujetan


con todas sus fuerzas, su seguridad está garantizada; sin embargo, tal
vez no sea así con el que está parado a su lado, ya que pudiera estar
enfermo, cansado o debilitado por los golpes de la vida. Me inquieto
al pensar que eso me pudiera pasar a mí…

La decisión requiere valor; debemos sostenernos firmes con tan


solo una mano y dejar libre la otra para ayudar a los hermanos en
Cristo. Esto nos lleva a guardar siempre, en el corazón, la esperanza
de saber que otros hacen lo mismo por nosotros. Así, unidos en un
solo propósito, sujetándonos unos a otros, es decir sosteniéndonos en
el evangelio de Jesucristo, seremos su iglesia.

Versículo de estudio - 2 Crónicas 30:8


Nuestra obligación cristiana es someternos unos a otros, es nuestro
deber obedecer a nuestros pastores como nos enseña la biblia: (…)
sométanse a ellos, porque ellos cuidan sin descanso de ustedes, sabiendo que
tienen que rendir cuentas a Dios. Procuren hacerles el trabajo agradable
y no penoso, pues lo contrario no sería de ningún provecho para ustedes.
Hebreos 13:17 (DHH)

Todo creyente en Jesucristo debe entender lo que estas palabras


significan, porque todo lo que limita, controla o sujeta la libertad de

280
Meditando en el Amor de Cristo

una persona, no es de Dios. El sostenernos a la autoridad es un acto de


amor y por lo tanto voluntario.

Efesios 5:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Someteos los unos a los otros.

Hebreos 13:17 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Obedeced a vuestros pastores,


y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de
dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os
es provechoso.

La mayoría de las personas tiene problemas con la autoridad.


Esto se hace más evidente cuando se decide vivir bajo una autoridad
moral, tal y como lo es la palabra de Dios.

El sueño de toda persona sería vivir en el desorden o bajo su


propio criterio de orden moral. La autoridad no fue inventada por la
humanidad, sino que es algo decretado por Dios. Si no hay respeto
hacia la autoridad, no puede haber orden, no puede haber avances, no
puede haber coordinación, no puede haber bendición, no puede haber
unidad, no puede haber trabajo en equipo, etc.

Necesariamente tiene que respetarse la autoridad. Si esta


no existiera el país sería un caos, la sociedad y la iglesia serían un

281
Federico Elizondo Barrera

desorden, ya que cada quien haría lo que se le pegara en gana. No


sería posible dar una predicación, una alabanza o la adoración a Dios,
porque cada quien querría hacer su voluntad. La noción de autoridad
es indispensable para poder vivir en sociedad y sobre todo es un
concepto del reino de Dios.

Si no hubiera autoridad a la cual sujetarnos, nuestras vidas


no podrían crecer, no podrían madurar y nuestra relación con los
demás sería un desorden. Cuando se obedece la autoridad, se está
reconociendo no solo a la persona sino lo que esta representa. Tenemos
que vivir en el orden de Dios y tiene que haber respeto hacia las
personas que él ha designado como autoridades. Como enseña Pablo:
porque no hay autoridad sino de parte de Dios. Y las que hay por Dios han
sido establecidas. Romanos 13:1 (LBLA)

Cada vez que resistimos a una autoridad ya sea nuestro padre o


nuestra madre, nuestro maestro, nuestro jefe, el policía de la calle, el
gobernante, el presidente o nuestros pastores, nos estamos oponiendo
a la voluntad de Dios, estamos resistiéndonos a él. De manera que dice
el apóstol Pablo: y los que resisten a la autoridad, acarrean condenación para
sí mismos. Y esto es causa de que muchas veces nuestra vida no vaya
bien. El resistir a las autoridades que tenemos es causa de que nuestra
vida tenga problemas; es causa de que haya enfermedades; es causa

282
Meditando en el Amor de Cristo

de que no fluya la bendición; es causa de que aun los que están debajo
de nosotros en autoridad no nos obedezcan, porque nosotros mismos
no estamos obedeciéndola. Entonces aquel que vive de acuerdo a su
voluntad, se acarrea condenación y debe poner en orden su propia vida.

Nuestro trabajo como cristianos es aceptar la voluntad de Dios


y vivirla a cada momento; es decir, aceptar su potestad implica
someternos a las autoridades que están a nuestro alrededor:

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y


en la tierra. Mateo 28:18, LBLA

Jesús tiene toda potestad en el cielo y en la tierra. Por eso dice


la Palabra que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que
Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre. Nosotros como padres,
como esposos, como maestros, como jefes, como líderes espirituales
tenemos una autoridad limitada y algún día tendremos que rendir
cuentas al Señor sobre lo que hicimos con la autoridad que él nos
delegó. En especial si se tiene un ministerio en la iglesia, cuidando al
pueblo de Dios, nuestra responsabilidad es mayor.

Debemos respetar a la autoridad aun cuando estemos en


desacuerdo con sus lineamientos; cuando las autoridades nos pidan

283
Federico Elizondo Barrera

algo contrario a lo que Dios desea, aún en ese momento habrá que
respetarlas pero podemos no obedecerlas; esto quiere decir que
tenemos la libertad de no estar de acuerdo, pero esto no presupone
que debamos agredirlas, sino por el contrario, es necesario buscar
siempre la conciliación.

Nuestra obligación es obedecer la voluntad del Señor, aun cuando


no entendamos el por qué se nos ha impuesto a tal persona como líder
a seguir. Simplemente debemos obedecer y recibiremos la bendición.
Porque así nos dice Jesús: aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón (Mateo 11:29).

La mansedumbre y la sujeción a la autoridad generan descanso al


alma. Estar bajo autoridad y tener mansedumbre y humildad hace más
sencilla nuestra existencia evitando así, el desgaste físico y emocional.
Como enseña la palabra, hay bendición en la obediencia a nuestras
autoridades:

Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por


vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con
alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Hebreos 13:17
(LBLA)

284
Meditando en el Amor de Cristo

Sin embargo, cada mandamiento de sumisión a nivel humano


está condicionado por la más alta obligación de obedecer a Dios
antes que al hombre. Cuando la autoridad se sale del marco bíblico,
desde donde puede y debe gobernar, no hay obligación de tributarle
obediencia.

¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! Hechos 5:28-30 (NVI)

La autoridad es un atributo esencial del liderazgo, cada líder


ya sea de ministerio, de la comunidad o cabeza de familia, necesita
comprender el valor de vivir bajo autoridad para poder ejercerla. Como
toda autoridad es delegada, esta solo puede ser usada por aquellos
quienes mantienen una relación obediente con la fuente del poder. Se
requiere entender el principio bíblico, las limitaciones y el propósito
por el cual se le ha otorgado el liderazgo a determinada persona, para
poder así incorporar en su vida personal y en el ministerio la tarea
asignada.

La verdadera autoridad es de origen espiritual. Si los hombres


han de servir a Dios, la sujeción a la autoridad es una condición
absoluta. La obediencia y la autoridad están íntimamente ligadas y
jamás pueden ser separadas. Tener a Cristo en el corazón es vivir en
obediencia a su palabra.

285
Federico Elizondo Barrera

5
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de
hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre
de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es
el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:5-11 Reina-Valera
1960 (RVR1960)

La fuerza espiritual que viene del ministerio jamás se impone sobre


el pueblo. Cuando los pastores declaran que ellos tienen la verdad en
asuntos morales o espirituales y no permiten el diálogo, están usando
mal el poder espiritual. El pastor no puede ser la conciencia de otra
persona, no puede ocupar el lugar de Dios. La autoridad debe estar
bajo autoridad.

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad


sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2 De modo
que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que
resisten, acarrean condenación para sí mismos. Romanos 13:1-2 (LBLA)

286
Meditando en el Amor de Cristo

Sujetémonos con fuerza a la fe de nuestros pastores y al evangelio


de Jesucristo, sin olvidar que también ellos requieren sujetarse y
descansar en nuestra fe en Cristo.

287
Federico Elizondo Barrera

288
Meditando en el Amor de Cristo

Oración

65
Bien has hecho con tu siervo, Oh Jehová, conforme a tu palabra. 66Enséñame
buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído. 67Antes que
fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra. 68Bueno
eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.

69
Contra mí forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón
tus mandamientos. 70Se engrosó el corazón de ellos como sebo, Mas yo en tu
ley me he regocijado. 71Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda
tus estatutos.

72
Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata. 73Tus manos me
hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
74
Los que te temen me verán, y se alegrarán, porque en tu palabra he esperado.

75
Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad
me afligiste. 76Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que
has dicho a tu siervo. 77 Vengan a mí tus misericordias, para que viva, porque
tu ley es mi delicia.

78
Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado;
pero yo meditaré en tus mandamientos. 79Vuélvanse a mí los que te temen y

289
Federico Elizondo Barrera

conocen tus testimonios. 80Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para que
no sea yo avergonzado. Salmo 119:65-80 (RVR 1960)

290
Meditando en el Amor de Cristo

Notas

291
Federico Elizondo Barrera

292
Meditando en el Amor de Cristo

Una celebración que honra a Dios.


1 Corintios 11:23-26

La cena del Señor

Base bíblica
23
Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: Que el
Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan, 24 y, después
de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por
ustedes entrego; hagan esto en memoria de mí». 25
De la misma
manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: «Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella,
en memoria de mí». 26
Porque cada vez que comen este pan y beben
de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga. 1
Corintios 11:23-26 (LBLA)

Contexto:
La Pascua—Pesaj— es una fiesta sagrada de la religión judía
que tiene lugar solo una vez al año, el día 14 de nisán (mes
del calendario judío). Según la tradición hebrea la fecha de la
Pascua se calcula a partir del equinoccio de primavera, es decir,
del día en que hay aproximadamente doce horas de luz y doce
de oscuridad. El mes de nisán comienza cuando puede verse

293
Federico Elizondo Barrera

por primera vez la luna nueva más cercana al equinoccio de


primavera. El día de la Pascua empieza catorce días después,
tras la puesta del Sol.

En ese día se conmemora la última plaga en Egipto, cuando


los primogénitos de los egipcios murieron y los israelitas fueron
perdonados por la sangre del cordero que fue rociada en los postes
de sus puertas. Esto permitió que el pueblo judío fuese liberado de la
esclavitud y saliera de Egipto para buscar la tierra que Dios les había
prometido a sus antepasados.

La Pascua es una celebración dada a Israel para recordar


su liberación. En cambio la Cena del Señor es un mandato para
todo el que pertenece a la iglesia que es el cuerpo de Cristo. La
pascua se celebra bajo tres elementos: hierbas amargas, panes sin
levadura y el cordero. El cordero era asado y comido con pan
sin levadura. El mandato de Dios era que esta festividad fuera
celebrada a través de todas las generaciones futuras. En el Nuevo
Testamento la Cena del Señor se celebra bajo dos elementos del
mundo: el pan y el vino. Sin embargo hay un tercer elemento, y el
más importante, recordar que Jesucristo es ahora el cordero y su
sangre derramada en el Calvario pagó y sigue pagando el precio
de nuestros pecados.

294
Meditando en el Amor de Cristo

La Pascua requería la muerte de un cordero y con el nuevo pacto, Jesús


tomó el lugar del cordero y fue sacrificado (1 Corintios 5:7; Hebreos
8:8-13).

Los israelitas miran los eventos de la Pascua como un momento


definido en su historia, el tiempo cuando su identidad como nación
empezó. Ellos recuerdan cuando llevados por Moisés, escaparon de la
muerte y la esclavitud a través de la mano poderosa de Dios y fueron
liberados espiritualmente para servir al Señor. En la iglesia cristiana,
la Cena del Señor es una conmemoración de los eventos que rodean a
la crucifixión; en tanto la resurrección de Jesús es considerada como
el momento en el que fuimos liberados de la muerte y de la esclavitud
del pecado, para servir a nuestro creador.

Guardando la antigua tradición de celebrar la Pascua, Jesús cenó


con sus apóstoles y al terminar despidió a Judas Iscariote para después
establecer el nuevo pacto en su sangre.

26
Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus
discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y
habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28porque esto es
mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los
pecados. Mateo 26:26-28 (RVR 1960)

295
Federico Elizondo Barrera

Versículos de estudio: 1 Corintios 11:23-26


Participar en la Cena del Señor es una experiencia que estremece
el alma y nos recuerda el gozo de nuestra salvación. Este acto de
obediencia de conmemorar a Jesús mediante el vino y el pan es
llamado también un sacramento. En el mundo evangélico—con
excepciones—se consideran los sacramentos como una ordenanza
dada por Dios en la Biblia. Estos sacramentos fueron confirmados
como imperativos para el cristiano en el momento mismo en el que
Jesucristo participó de ellos. Bajo esta premisa podemos afirmar que
la Santa Cena y el Bautismo por inmersión en agua son sacramentos
bíblicos.

Jesús utilizó un pan que sobró de la cena de la Pascua, un pan


que había sido horneado sin levadura. En la Biblia la levadura
simboliza el pecado o la corrupción; debido a esto el pan sin
levadura representa el cuerpo perfecto y libre de pecado que
Jesús sacrificó por nosotros. El pan representa su palabra que nos
alimenta y nos sostiene en nuestro caminar cristiano en la vida
terrenal.

El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino


de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4:4, LBLA).

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Meditando en el Amor de Cristo

32
Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino
que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo. 33Porque el pan que
Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.

35
Y Jesús les dijo: Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá
hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed. 36Pero como ya les dije, ustedes
no creen aunque me han visto. 37Todos los que el Padre me da, vienen a mí;
y a los que vienen a mí, no los echaré fuera. Yo soy el pan que da vida. 49Los
antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello
murieron; 50pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no
muere. 51Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan,
vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida
del mundo. Juan 6: 26-27, 32-33., 35-37, 48-51. (DHH)

El vino simboliza la sangre de Jesús, la cual da validez al nuevo


pacto. Aquella noche Jesús reveló que derramaría su sangre para
perdón de pecados. Gracias a su sacrificio, los que reciben a Jesús
como su Señor y Salvador son considerados puros a los ojos de Dios—
justificados— y entran en el nuevo pacto con Él

Celebrar el memorial de nuestro Señor Jesucristo es cumplir con


su voluntad de mantenernos unidos como su iglesia. Confesamos
que los deseos de nuestro salvador son mandamientos para nosotros.

297
Federico Elizondo Barrera

Por tanto, el cumplir con un mandamiento corresponde a un acto


de obediencia en fe; y a todo acto de obediencia a la ley de Dios le
concierne el cumplimiento de una promesa.

Todo pacto celebrado ante Dios es sellado con sangre. Al


consagrar el vino—bendecir y ofrecer nuestra obediencia a Dios—
se está recordando el sacrificio de Jesús quien derramó su sangre en
señal del pacto de vida eterna con nosotros.

De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Hebreos 9:18
(RVR1960)

Celebramos la Cena del Señor orando, cantando alabanzas y


comiendo el pan y bebiendo de la copa. Sin embargo, la verdadera
comunión con Jesucristo es cuando vamos a Él y lo recibimos como
nuestro Salvador; es en ese momento que comemos el verdadero pan
que bajó del cielo.

Si no lo recibimos de corazón y no creemos en Él entonces


nunca hemos celebrado la Comunión. Por eso Pablo les escribe a los
Corintios y a nosotros que no debemos tomar del pan y de la copa
inconsideradamente, sin discernir lo que estamos recordando y
agradeciendo.

298
Meditando en el Amor de Cristo

Durante la celebración, Jesús y sus discípulos cantaron juntos


salmos. Al final de la cena Jesús tomó la hogaza de pan y dio gracias
a Dios. Mientras partía el pan y se los daba, dijo, Tomad, comed; esto
es mi cuerpo que por vosotros es partido. Asimismo tomó también la
copa, se las dio y bebiendo de ella, dijo: Esta copa es el Nuevo Pacto en
mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis en memoria de
mí. Después Él concluyó la fiesta cantando un himno y todos salieron
esa noche al Monte de los Olivos. Fue ahí donde Jesús fue traicionado
por Judas, como se predijo. Al día siguiente, fue llevado a juicio y
condenado a ser crucificado.

El apóstol Pablo escribió sobre la Cena del Señor, misma que le


fue mostrada por revelación divina. Esto fue porque Pablo no estuvo
presente cuando Cristo la instituyó. Pablo incluye una declaración
que no se encuentra en los Evangelios: De manera que cualquiera que
comiere de este pan o bebiere de esta copa del Señor indignamente,
será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese
cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque
el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe para sí (1 Corintios 11:23-29, LALB).

Para guardar la instrucción de Pablo, cada uno debe examinarse


a sí mismo antes de comer del pan y beber de la copa, tomando en

299
Federico Elizondo Barrera

cuenta la advertencia. Otra declaración que hace Pablo y que no está


incluida en los evangelios es, Así, pues, todas las veces que comiereis este
pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga
(1 Corintios 11:26, RVR 1960).

La Cena del Señor es algo más que una conmemoración de su


muerte, no es el acto de recordar su muerte sino el triunfo que obtuvo
sobre esta y los beneficios adquiridos: Que por Gracia somos salvos
(Efesios 2:5-10).

Jesús entrega su vida a Dios como ofrenda de sacrificio cumpliendo


las demandas de la ley.

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido
de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la
ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos,
Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba,
Padre! Galatas 4:4-11 (LBLA)

La Santa Cena es el tiempo cuando Cristo derrama su gracia


sobre los presentes para traer sanidad, consuelo y esperanza. Cuando
recibimos un regalo de gran valor, un regalo que involucró un sacrificio
personal, ¿cómo debemos recibirlo? ¿Con lamento y pena? No, eso no

300
Meditando en el Amor de Cristo

es los que el Dador quiere. Más bien, debemos recibirlo con gratitud,
como una expresión de gran amor. Si por ello derramamos lágrimas,
deben ser lágrimas de alegría.

Así que la Cena del Señor, aunque es un recordatorio de una


muerte, no es un funeral, como si Jesús todavía estuviera muerto.
Es realmente lo contrario, nosotros observamos esto sabiendo que la
muerte de Jesús solo duró tres días.

Sabiendo que la muerte no nos sujetará para siempre, nos


regocijamos de que Jesús la ha conquistado y ha librado a todos los
que fueron esclavizados por miedo (Hebreos 2:14-15).

La Cena del Señor configura nuestra relación presente con


Jesucristo ¡Podemos recordar la muerte de Jesús con el conocimiento
y el gozo de que Él ha triunfado por encima del pecado y la muerte!
Jesús dijo que nuestro llanto se convertirá en la alegría (Juan 16:20).

Por fe creemos que al obedecer y reunirnos a orar, a consagrar y a


recordar el memorial de la muerte, resurrección y próxima venida de
Jesucristo, Él cumple su palabra y se hace presente para acrecentar la
unión con sus fieles, perdonar los pecados, traer sanidad y fortalecer
la unidad de la Iglesia:

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Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio
de ellos. Mateo 18:20 (LBLA).

Recordemos la muerte y resurrección del Señor, mirando hacia el


futuro, esperando su regreso en gloria.

302
Meditando en el Amor de Cristo

Oración Final

Juan 6:32-35 (LBLA)


32
Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es Moisés el que
os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan
del cielo. 33Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo.
34
Entonces le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35Jesús les dijo:

Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre,


y el que cree en mí nunca tendrá sed.

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Ilustraciones de Gustave Doré

Paul Gustave Doré, artista alsaciano francés, pintor, escultor e


ilustrador, considerado en su país el último de los grandes ilustradores.

Nació el 6 de enero de 1832 en Estrasburgo, Francia y murió el 23 de


enero de 1883 en París, Francia. Sus restos se encuentran ubicados en
el Cementerio del Père-Lachaise de París.

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Meditando en el Amor de Cristo

Bibliografía

Dios Habla Hoy (1996). Sociedades Bíblicas Unidas, (DHH).


La Biblia de las Américas (1997). The Lockman Foundation, (LBLA).
La Biblia (200). Traducción en lenguaje actual: United Bible Societies,
(TLA).
La Palabra (2010). La Palabra (versión española): Sociedad Bíblica de
España, (BLP).
La Palabra (2010). Versión Hispanoamericana: Sociedad Bíblica de
España,(BLPH).
La Santa Biblia (2015). Nueva Versión Internacional: Biblica Inc, (NVI).
La Santa Biblia (2010). Nueva Traducción Viviente: Tyndale House
Foundation, (NTV).
Palabra de Dios para Todos (2012). Centro Mundial de Traducción de
la Biblia,
Reina-Valera (1988). Sociedades Bíblicas en América Latina (RVR1960).
(PDT).

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