“No hay mejor música que escuchar a tu corazón latir”
¿Mi vida? Mi vida siempre ha estado llena de problemas, desde la infancia los he tenido. Crecí en una familia con una madre cálida, pero un padre infiel, me apena pensar que fue mi culpa que la relación haya ido en caída. La infidelidad de mi padre llevo a mi madre a la depresión, siendo hija única pase a convertirme en la “conexión” entre esos sujetos que se comenzaron a tratar como unos extraños. Es justo aquí cuando empezó todo… El sentimiento de culpa me llenaba, mi padre había sido infiel porque quería un hijo varón ¿Qué culpa tenía mi madre o yo? Al final de cuentas el destino me había hecho mujer y no podía hacer nada para cambiarlo. Así que intente cuidar lo que amaba, buscaba siempre animar a mi madre haciendo miles de cosas, a mi corta edad empecé a ser una “adulta”, comencé a trabajar para intentar contribuir a la casa, pero seguía siendo una niña, mi inmadurez me llevo a vivir una vida demasiada rápida. Termine por odiar a mi padre, y ¿Cómo no hacerlo? Si todo lo que pasaba se lo atribuía a él, incluso le di la espalda y un rechazo total. Cuando intentaba interactuar conmigo lo ignoraba, le daba importancia nula a lo que hiciera o simplemente me negaba. Tanto fue mi odio hacia el cuándo me enteré que tuvo un hijo con otra mujer que no pude darle el perdón cuando murió de una repentina enfermedad. Tras su muerte volví a sentir culpa, ahora por la partida de mi padre y por no haber podido cumplir su última voluntad, el perdón. Todo esto genero una gran cantidad de golpes en mi cabeza, tantos que todo lo que creía como cierto cambio de un día para otro. Comencé a tener vacíos existenciales y terminé por sentirme estancada y perdida… No sabía qué hacer. Todo esto lo cargue por algunas semanas, cada día el hueco que yacía en mi interior crecía mas y más, mi madre tenía demasiadas culpas y penas ya. Lo menos que quería era preocuparla y termine por deprimirme, pasar de estar perdida a sentirme aprisionada entre mis emociones, mi luz al final del túnel fue la salida fácil, el suicidio parecía la mejor opción en aquel instante lo cual me llevo a hacer lo que paso en esa mañana. Al haber tenido una noche de insomnio en donde mi mente no me dejo dormir decidí callar de una vez todas las voces que a mi vida atormentaban y a las 5:00 AM apenas al ver el alba Salí de casa llorando, solo buscaba escapar de todo, pero sin saber a dónde ir, solo corría como si mi pasado me estuviera siguiendo, no me tome la molestia de quitarme el pijama, solo avance hacia adelante hasta dar con un puente… Mi memoria se empezó a nublar y el tiempo se detuvo, no recuerdo cuanto tiempo estuve llorando sin parar, considere la posibilidad de aventarme, de hecho, lo iba a hacer, pero en el último instante cuando mi mente por fin se detuvo escuche algo… Mi mente estaba en blanco, por lo que ahora todo el sonido se escuchaba más nítido, pero había uno en particular que no dejaba de retumbar en mi cráneo, ese sonido era el de la música ¿Qué hacía tal sonido en mi cabeza? Fue lo que pensé, abrí mis ojos y sequé mis lágrimas para poder buscar de donde venía ese sonido. Provenía de una escuela que era reciente, jamás la había visto y el sonido era tan hermoso que olvide el motivo del por qué estaba ahí, baje y me acerque lo suficiente como para poder calmarme, mi cuerpo estaba vacío y lo único que retumbaba dentro de él era la música que se estaba tocando en aquel lugar. El sentimiento se apodero de mí, comencé a llorar de nuevo y termine por revelar mi presencia, todos pensaron que era una niña perdida, quizás me tomarían por loca y no los culpo, la psicosis se había apoderado de mí en su totalidad. Entonces apareció él, una persona que pasaría a ser parte importante de mi vida. Aquel día lo ignoraba, pero después termine por enterarme que él era en director de la escuela de música me dio consuelo y termino por llamar a mi madre, él le recomendó la escuela para aliviar mis dolores. La música me dio otra oportunidad de vivir. Por obras del destino termine en ese lugar, apareció el director académico y me acepto en un sitio que pasaría a ser mi segundo hogar, dirigiéndome a él después de clases y poco a poco recobrando lo que era, volviendo a reconocerme en el espejo y sentirme de nuevo parte de este hermoso mundo. Aun no logro explicarme como es que el Director estaba ahí precisamente ese día, cuando le pregunto me suele decir que esperaba a una niña en pijama… Quizás el realmente me estaba esperando y puso esa escuela ahí en ese preciso lugar para que pudiera escuchar el sonido de la vida.