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Resumen
nista total o desde una perspectiva dualista de cuerpo-alma en el ser humano. Sin embargo
destinos diferentes. Así que, adoptando una visión antropológica teológica, el presente ar-
tículo proporcionará una explicación a través de una búsqueda de la verdad bíblica para
Abstract
The search for the answer to the big question What is man? It has given rise to endless
answers. Some answers are expressed from a total reductionist naturalism or from a dual-
istic perspective of body-soul in the human being. However, the origin of man and his
characteristics shown in the Bible features different descriptions and destinies. Thus, adopt-
ing a theological anthropological vision, this article will provide an explanation through a
search for biblical truth to elaborate a consistent answer to this great question.
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INTRODUCCIÓN
mental evidence of the existence of such substance” (Hipótesis relativa a la sustancia del
alma junto con evidencia experimental de la existencia de tal sustancia). Esta investigación
fue realizada por Duncan McDougall en 1907, por supuesto el título le pertenece también,
¿en qué consiste? Verificar experimentalmente si el alma es una sustancia que puede ser
medida por la diferencia de peso que sufrían las personas al morir. La historia es también
interesante, Duncan McDougall colocó a varios moribundos en una báscula para verificar
si ocurre algún cambio de peso en el momento en el que la personas “muere”. “En su opi-
mismo dijo, pudiera encontrar ninguna otra explicación racional.”1 La prueba se realizó
Bueno, la conclusión parece ser clara, hay una sustancia que escapa del hombre al momento
de morir, ¿y qué más podría ser sino aquella entidad abstracta a la que tantas personas han
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Jordi Pereyra Marí, “Ciencia de Sofá”, https://cienciadesofa.com/2015/09/por-que-se-
dice-que-el-alma-pesa-21-gramos-tiene-algun-sentido.html (consultado: 14 de noviem-
bre, 2019)
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Ibíd.
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hecho referencia desde tiempos antiguos incluso hoy? de hecho la conclusión de
McDougall fue: existen evidencias experimentales claras que prueban la existencia del
alma. Cuando realizó experimentos similares con perros no consiguió medir tales cambios
semejantes a los de los cuerpos humanos, así que la conclusión también fue evidente para
él: los perros no tienen alma. ¿Qué decir al respecto? ¿Es el alma una sustancia que está
reservada a los seres humanos? ¿Los seres humanos tenemos un alma? ¿Es el cuerpo la
cárcel del alma como el conspicuo Platón sugirió? O de manera alternativa, en el extremo
del naturalismo científico abrigado por la mayoría de los biólogos evolucionistas, ¿Es el
¿QUÉ ES EL HOMBRE?
Es una antigua pregunta que aún permanece viva ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es su
naturaleza? ¿Posee un alma? O ¿Es producto del azar y la necesidad? Durante mucho
tiempo estas preguntas han sido y siguen siendo preguntas intrigantes y ha solicitado una
respuesta que dependiendo del enfoque metodológico que se le aplique a la pregunta po-
dríamos tener una posible respuesta. Tal y como señala Mario Veloso “Si el filósofo com-
y también la teología.” 3
3
Mario Veloso, El hombre (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1990), 14
3
Entonces, dado que la metodología aceptada originará respuestas diversas es necesario es-
coger una. Nuestro estudio abordará estas preguntas desde el enfoque antropológico teoló-
gico, esto es “el estudio del hombre desde un punto de vista bíblico” 4 No se deben escati-
una tendencia casi irresistible a seleccionar los temas de nuestras investigaciones más bien
por su facilidad técnica y su claridad que por su importancia”5 ¿Qué es el hombre? Bueno,
no es una pregunta que merezca una respuesta rudimentaria, las grandes preguntas merecen
respuestas excelentes.
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
de la realidad que pretende describir, este será el fundamento sobre el cual erigiremos una
respuesta. Así que, las Sagradas Escrituras no son indiferentes a temas humanos tan esen-
ciales como la antropología, esto es, el estudio del hombre. Existe un salmo que con asom-
Salmos 8 presenta dos puntos principales que son en cierto modo complementarios
4
Aldo D. Orrego, ed., Tratado de teología adventista del séptimo dia, (Argentina: ACES,
2009
5
Dr. Alexis Carrel, La incógnita del hombre (Talleres Gráficos de la Cía, impresora ar-
gentina: Buenos Aires, 1954), 58
4
a la temática presente en los primero capítulos de Génesis. En primer lugar, la expresión
asombro. En segundo lugar, la respuesta indica un examen que contrasta, sugiere inferio-
ridad pero exhibe majestad y dignidad del ser humano, el asombro expresado en la pregunta
¿qué es el hombre? no debe ser menor por la respuesta que sugiere la Biblia, la cual se verá
a continuación.
Ante todo, el ser humano se origina en la decisión conjunta de las tres personas de
la Deidad (Mat. 28:19), luego, las escrituras revelan una condición del hombre distinta a la
dor y lo que resulte de su actividad creadora es obra suya, por lo tanto, la humanidad es
semejanza; Dios creo al hombre con el poder de su palabra y lo puso como ser viviente
sobre tierra, para ser mayordomo de la creación, señoreando los peces del mar, en las bes-
tias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. La creación entera
“buena en gran manera”, tal y como lo describe el relato de Génesis responde a la voluntad
y actividad divinas.
El hombre es, por lo tanto, una criatura que fue “formado del polvo de la tierra”
(Gén. 2:7) cuya responsabilidad era señorear los variados animales, estos dos elementos
indican una jerarquía y modo de creación que son distintos a la de los animales cuyo origen
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obedece a la voz de Dios quien expresó una orden para que la tierra los “produzca” (Gén.
1:24) y que por supuesto, estarían luego bajo el señorío del ser humano.
a tal condición el cual pose rasgos y responsabilidades que le otorgan una dignidad notable.
La dignidad humana adquiere una trascendencia solo cuando posee estas dos con-
tante. Veámoslo detenidamente, primero el hombre fue formado del polvo de la tierra pero
es distinto de la materia, el aliento divino ocasiona una hazaña maravillosa, el hombre, que
previamente era solo materia, ahora adquiere vitalidad y llega a ser un “ser viviente” y ya
no más una materia inerte. Es incluso distinto de los animales, porque estos estarían bajo
el señorío del hombre, son parte de la creación pero poseen una jerarquía diferente a la de
la creación, los animales, las plantas y el ecosistema en general. Ahora bien, esta posición
no sería motivo de tiranía sino que Dios lo puso en esta posición para que “lo cultivara y
EL MONISMO BÍBLICO
nas como comer, dormir, etc. Ahora bien, ¿Enseña la Biblia una dualidad más allá de estas
distinciones evidentes? ¿Somos una dualidad compuesta por una parte carnal/externa y un
alguna entidad etérea siendo insertada en el cuerpo inerte de barro. Sin embargo, se puede
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ver que tal suposición es equivocada. El interpreter´s Dictionary of the Bible afirma: “Por
la comunicación de Yahveh del aliento vivificador al hombre de tierra que él había mode-
lado no debemos concluir que el hombre esté compuesto de dos entidades separadas,
cuerpo y alma; desde el punto de vista característico del orfismo y el platonismo. Para usar
la frase ahora clásica, el hebreo concebía al hombre como un cuerpo animado, no como un
alma encarnada”. ¿Y qué decir entonces del término alma que es usado en las traducciones
de la Biblia? ¿Qué significa? ¿Entiende el autor bíblico la palabra alma como habitual-
El ser humano tanto como los animales llegaron a ser un nefesh jayyah (Gen. 1:20,
24) “El adjetivo jayyah significa “vivo”. Aunque nefesh se traduce a menudo como “alma”
en nuestras versiones, su uso tanto para el hombre como para las bestias (vs 20, 24, 30;
2:19, 7:21) muestra que no hay nada inmortal o siquiera relativo a funciones superiores con
respecto a él.”6 Por lo tanto, el hombre es ser viviente holístico, ninguna evidencia bíblica
y unitaria.
la creación general pero debajo de los ángeles (Salm. 8:5) y subsecuentemente del Creador.
Sin embargo, el hombre fue hecho a “imagen y semejanza de Dios”, ¿Qué significa esto?
6
Aldo D. Orrego, ed., Tratado de teología adventista del séptimo dia, (Argentina: ACES,
2009
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Como se vio anteriormente, el hombre no se puede reducir a la materia de la cual
fue formada (Gén. 2:7) y tampoco se le puede emplazar con la creación restante, es distinta
de la materia de la cual fue formada y los animales sobre los cuales debe “señorear”, su
posición es diferente.
En Génesis 1:26 Dios dijo: “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nues-
tra semejanza.” Esta declaración señala una semejanza divina e inmediatamente le decreta
ejercer dominio, “y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias,
en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gen. 1:26), de este modo
la imagen divina parece ser necesaria para dicha función, ya que esta posición de señorío
y regencia demanda de cualidades físicas, morales e intelectuales las cuales son necesarias
para el cumplimento del propósito divino. Los seres humanos fuimos creados a imagen de
Dios, reflejamos características morales e intelectuales, sin embargo, no somos Dios, so-
rísticas iniciales. La condición degradada del hombre, profusamente visible durante la his-
toria humana, es el resultado del pecado (Gén. 3), su entrada y su inmediata destrucción
provocó cambios en las características semejantes a las divinas que habíamos ostentado en
un inicio. Los milenios que siguieron a tal trágico episodio son la consecuencia del pecado
que impregna este mundo, a cuyo problema Dios le pondrá fin cuando la “raíz y la rama”
del pecado sean destruidos, cuando “lo mortal sea vestido de inmortalidad y cuando la
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CONCLUSIÓN
consistencia y falta de rigurosidad al realizarlas y las soluciones que han sido presentadas
En el presente artículo se pudo ver que el hombre, al ser evaluado con un enfoque
antropológico teológico, muestra que el hombre es una criatura que ha sido hecho a imagen
por él, no existe evidencia bíblica alguna para suponer que somos una dualidad de cuerpo-
unitaria. El hombre es un “ser viviente” que merece valor y estima al ser una criatura que
posee rasgos que el mismo creador creyó conveniente proveerle, y porque ostenta capaci-