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Canto infantil educativo en la enfermedad

CANTO INFANTIL EDUCATIVO EN LA ENFERMEDAD


ANÁLISIS Y DOCUMENTOS EDUCATIVOS
PABLO BENSAYA, bensaya@gmail.com, presencias@hotmail.com
INTERNET, presencias.net, R. ARGENTINA, SEP-2013
ORIGINAL

Canto infantil educativo en la


enfermedad

Que la música nos ayude efectivamente en


nuestros momentos delicados tiene que ver con la
voluntad de hacerlo y de la música elegida

Hace años me debía el encarar más públicamente estos temas, fuera de


clases cerradas, conferencias o en escritos específicos y técnicos. Las
siguientes líneas hablan de mis propias obras educativas y desarrollos a
través del tiempo aunque muchas ideas y planteos podrán ser empleados
bajo diferentes situaciones y materiales.

El título requería que en pocos caracteres se instalara el tema, la


palabra "enfermedad" nos ubica aunque no sea del todo exacta, pueden
ser cuidados paliativos durante convalecencia, acompañamiento durante
estados generales de abatimiento o angustia, música directa en el
quirófano o en sala de cuidados intensivos. Es decir, el canto infantil
educativo al lado del sufrimiento humano. Y si bien nuestro interés mayor
es el niño, quedan aquí abarcadas todas las edades.

Gracias a un estado de extrema debilidad nerviosa que atravesé


durante unos meses en mi adolescencia, pude observar en detalle cómo
actuaban las diferentes músicas en mi estado anímico, resultaba evidente
que las que tenían pocos sobresaltos resultaban excluyentemente las
mejores para ayudar a la tranquilidad y al buen desarrollo de los
pensamientos. También observé como volvía a determinadas obras en
momentos de similares condiciones.

El tiempo pasó y a aquellas vivencias se sumó la de dirigir por breve


lapso las actividades recreativas y artísticas de una clínica
neuropsiquiátrica, un impactante hito profesional y de vida que me permitió
mirar de cerca determinadas alteraciones mentales. Muchos alumnos
particulares me dejó esta incursión, eran personas de clase alta con
extremos problemas de ansiedad y afecciones diversas. Mi metodología
académica era insuficiente y recurría a trabajos musicales en los que lo
regular, parejo y calmo fueran las bases. Si bien en aquellos tiempos mi
interés no era más allá que el de reforzar ingresos económicos, tomé
debida nota de todo lo que había experimentado y cuyo primer objetivo era
el de satisfacer las expectativas de quienes habían depositado su
confianza en este educador.

Lo cierto es que toda la vida pensé, al igual que millones de personas,


que la música podía hacernos una vida muchísimo mejor en los momentos
aciagos, a sobrellevarla, a valorarla, y tal vez, dentro del dolor, a disfrutarla

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Canto infantil educativo en la enfermedad

lo más posible.

El problema no es ponernos de acuerdo en que la música obra


maravillas, eso ya se sabe desde que el hombre habitaba en la cueva; el
asunto es determinar qué tipo de música es la requerida, qué
características debe tener. Allí está el meollo de la cuestión, no en si
funciona o no.

Y aquí es donde aparecen los cantos infantiles educativos. Para el


lector que desconoce las definiciones será algo más engorroso entender
eso de "infantiles" y peor aún lo de "educativos", sobre todo porque no
aparece un nexo inmediato entre lo infantil-educativo y un estado de
alteración psicológico o físico. Sintéticamente diré que lo deben asimilar
como un género y no como un dato descriptivo vinculante, para ser más
claro, el nombre no debe aportar confusión alguna, es una denominación
real pero que en este caso personifica material que empleamos con fines
terapéuticos.

El canto infantil educativo posee todas las características para


situarse en una región prominente de la ayuda (musical) terapéutica. Es
parejo, carente de sobresaltos, breve, puede alojarse en cualquier
dispositivo móvil en mínimo espacio (en este punto hablo de experiencia
personal concreta por haber asistido a gente amiga al ir a la sala del
hospital con mi propio celular abarrotado con esta música), posee letra -
aquí como valor opcional- y es originalmente para niños, es decir, la
máxima representación de la vida. Posee virtudes que para estados
delicados de salud podrían colaborar: diatónicos, de escasa tesitura,
alegres dentro de un ambiente sin estridencias, cumple con la norma
internacional karaoke, aporta una cantidad de objetos musicales totales
marcadamente por debajo del estándar y con baja densidad, letra pensada
con detenimiento en la que nunca aparece lo violento, lo discriminatorio o
lo impulsivo. Resulta evidente que por todas sus característica puede ser
aplicado desde el neonato hasta bien entrada la adultez; no son palabras,
justamente estamos dando datos precisos que fundamentan plenamente lo
vertido.

Una apreciación que surge es qué ocurre si los responsables del


sistema de salud o simplemente quien tiene a su cargo el cuidado de la
persona convaleciente, no ven viable que la música pueda colaborar con
una mejor calidad de vida en horas de dolor; pues nada, no ocurre nada ni
con los cantos infantiles educativos ni con otra música. Las personas
negadas existen por doquier, sobre todo con la música, de la que suelen
afirmar respecto de sus bondades aunque sin una praxis que acredite
mínimamente tales postulaciones. O caen en el remanido tema de
valorarla al extremo pero sus hijos son "vagos si se dedican a cultivarla".

***

Quienes quieran trabajar con la metodología del canto infantil


educativo tienen que proveerse de unos cuantos cantos y cargarlos en sus
dispositivos móviles, son formato midi que sube a cualquier operativo y
suena muy bien en casi cualquier sistema. Luego aprenderlas, cantarlas,
tararearlas, vivirlas -son de pocas notas y concebidas para ser cantadas
por todos, sin excepción-; ya con ellas en su dominio interno y móvil en
mano comenzará a trasladarlas al paciente, tanto a él como a su móvil. Sí,
se requiere que el mismo paciente las pueda reproducir todo el tiempo que
quiera, que lo necesite. Tenga las letras prolijamente escritas en el mismo
móvil, una tablet o en un cuaderno. Haga categorías: las más sueltas y
movidas; las lentas; las nostálgicas, etc. Cuando inicie la actividad indique
claramente, sin vergüenza ninguna, algo así como: "bueno, hoy nuestra
breve actividad será cantar unas canciones muy tranquilas que he traído".

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Con el tiempo usted notará que la actividad no sólo funciona sino que
es solicitada con frecuencia, esto además de que el paciente tiene en su
poder las canciones y usted se ocupará en indagar si recurre a ellas -es
evidente que si no lo hace o si se manifiesta contrario a las prácticas, el
camino es otro-. Ya será tiempo de anotar cuándo se solicita uno u otro
canto, es decir, la vinculación entre una música y un estado de ánimo.
Usted tendrá registro de cuando el paciente esté contento y recurra a
determinadas obras, así, cuando esté de ánimo caído podrá recurrir a ellas
con la intención de traerle al recuerdo aquellos buenos momentos.

Mientras se escuchan estos cantos, al no haber situaciones de


sobresalto en ellas ni fuera de contexto, se genera tranquilidad y calma.
Usted lo advertirá desde el primer momento en su ayuda al paciente. Un
gran logro de los dispositivos actuales es que no ocupan espacio y las
personas podemos escuchar materiales de bienestar debajo de las
sábanas sin molestar a nadie, mejorándonos la calidad de vida.

La música tiene la inmensa ventaja de que puede hacer del compartir


una concreta realidad. Hoy las posibilidades son elevadísimas, con una
conexión a internet se pueden ejecutar docenas de instrumentos virtuales
usando como acompañamientos los cantos infantiles educativos, en todos
los casos estos cantos se aportan con sus notas bien claras y con los
acordes correspondientes. También los pequeños teclados musicales de
una o dos octavas son completamente accesibles para ser adquiridos por
una sala de hospital. Insisto en que los cantos infantiles educativos aportan
todo el material de apoyo necesario como para no tener temor de
implementar estas propuestas.

¿Cómo sería una sesión entre la enfermera o cuidador y el paciente?


Como ya dijimos, las posibilidades son profusas en calidad y en cantidad
pero podríamos decir que una simple es ir señalando la sílaba pertinente
mientras se comparte el canto que podrá ser isócrono o alternado (juntas
las dos personas o alternando frases, estrofas o aún palabras ya en un
nivel más pronunciado de juego). Otra de las posibilidades es la del relato
asistido compartido. Consiste en decir en voz alta lo que sugiere la música,
mientras hacemos sonar esa música indefinidamente, cada uno irá
enriqueciendo el cuento con la consigna de no destruir ni modificar
negativamente lo colocado por el otro (por ejemplo, comienza la
enfermera: venía la nieta con su abuela caminando por el centro de la
plaza... ahora es el turno del paciente que emitirá una frase no muy larga
que amplíe la escena, y así hasta que tengan ganas de concluir la historia
o seguirla en otro momento).

Imaginemos a un paciente solo en la sala, con su teléfono móvil


canturreando cantos como "Vuela, palomita", "Niños de paz" o "Cuando
veo amanecer", ¿no le parece elocuente la escena? Además, no sólo tiene
las músicas dentro del listado sino que las letras son de la brevedad y
contundencia conceptual que se necesita. Respecto de las letras,
específicamente, cabe recordar que se trata de contenidos educativos de
tipo curricular o general pero siempre con la óptica de la educación seria
que honre y favorezca el desarrollo psicoevolutivo del niño, que jamás
desentonará en un adulto. Aún en condiciones de aislamiento y dolor, los
seres humanos merecemos tener oportunidad de seguir aprendiendo, a
nadie le gustaría que lo radiaran y que siquiera le acercaran herramientas
de mejoramiento.

Si el paciente niño o adulto tiene fatiga o algún impedimento que no le


permita fonar puede recurrirse al método "Canto en silencio" que creé allá
por 2005, consiste en aprender bien el canto, tal como de ordinario se
haría, y cantarlo mirándose ambas personas a los ojos llevando el ritmo
apoyados en la música que está sonando y concentrándose

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Canto infantil educativo en la enfermedad

exclusivamente en decir internamente la letra. A los pocos segundos de


práctica llega a percibirse el sonido cantado a la perfección, cuando lo
realice podrá sacar sus propias conclusiones y verificar estas
aseveraciones.

Un aspecto fundamental del trabajo terapéutico con los cantos


infantiles educativos es dentro y antes del quirófano. Supongamos que
están por operar a un niño (o adulto, claro está), con anticipación la
enfermera o encargado familiar habrá desarrollado con el niño un esquema
de varios cantos tal como venimos diciendo, haciendo mucho hincapié en
unos pocos, seguramente, no más de tres, éstos nos servirán de
bastoneros. Cada bastonero debe ser trabajado cuando el ánimo está en
suba, sin interferencias, es decir, de muy buen ánimo, esto es para que se
asocie sin mayores inconvenientes los buenos momentos con esas obras;
si el niño no está del mejor humor en una sesión tiene que evitarse el
trabajo con un bastonero. El niño tendrá un móvil cargado con los
bastoneros (con el resto también, obviamente) y durante su traslado a la
mesa de operaciones y durante ella, aunque esté anestesiado, sonarán. El
niño gracias a esa música, que aquí adquiere un significado de música
especial, estará más tranquilo y vinculado con los pensamientos y
sentimientos que previamente se habían trabajado en soledad y junto a su
encargado; estará muchísimo más acompañado, menos solo y con menor
sensación de abandono, lo que, sin dudas, habrá de actuar en favor de un
mejor proceso clínico. Una vez el niño en la sala de cuidados regulares se
seguirá con los cantos infantiles educativos dejando a buen recaudo, tal
vez, a los bastoneros, sobre todo si está la idea de más intervenciones
quirúrgicas. Aquí entenderíamos a los bastoneros como los portadores del
bienestar, pero no cualquier bienestar sino aquel relacionado con el
quirófano. Esto no quiere decir que los cancelemos, no, simplemente
emplearlos en los momentos en que entendamos que el juego de
asociaciones es favorable para la salud del niño. Claro que si el niño
insiste en trabajar con ellos, cosa probable, (después de todo él los tiene
en su propio móvil y su decisión personal debe ser considerada soberana),
accederemos.

Conviene ahora recuperar algunos conceptos. Los cantos infantiles


educativos están diseñados exclusivamente para mejoramiento educativo
concreto de los niños, educativo en la mayor extensión de la palabra; se
atiende a la precisión de las letras y conceptos allí vertidos, a las tesituras,
a la orquestación, a los parámetros métricos y rítmicos, a los manejos
razonados de alteraciones temporales como la síncopa, al tratamiento de
una armonía estructural base y clara, al uso de la baja densidad de
contenidos, al respaldo inseparable de partituras convencionales y
complementarias, absoluta sujeción a los modelos internacionales de midi
f1 y a la norma karaoke, etc. Cualquier música que cumpla con este tipo de
requisitos será apta para nuestros cometidos de carácter terapéutico.

Por experiencia personal y de los miles de educadores


latinoamericanos que emplean estas obras, uno está convencido que un
mundo mejor es posible para quienes padecen y sufren, los cantos
infantiles educativos están listos para activarse y colaborar con nuestras
buenas intenciones de bienestar.

Proyecto páginas educativas

Una producción de Presencias de Música, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


R. Argentina, http://presencias.net

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