Sei sulla pagina 1di 84

CRISTIANISMO

Aproximadamente un tercio de la población mundial se denomina


cristianos, orientando sus creencias y vida en torno a Jesucristo. Incluso
el calendario que usamos está determinado en base al nacimiento de
Jesús. Pero ¿quién es Jesús? ¿Qué dice la historia acerca de él? ¿Y por
qué ha sido tan perdurable su influencia?

1. ¿Qué es la Biblia?

¿Es la Biblia más que un libro lleno de polvo en un estante al lado de una
foto vieja de la abuela?

La Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos. Los historiadores


están de acuerdo en que desde que surgieron las técnicas modernas de
imprenta en el Siglo XV, la Biblia se ha traducido, imprimido, distribuido
y vendido más que cualquier otro libro en la historia.1

Pero, ¿qué es la Biblia? ¿Cómo la describirías?

Opiniones de la Biblia en la Actualidad

A pesar de su pasada popularidad, muchas personas en la actualidad son


escépticas en cuanto a su fiabilidad y relevancia. Consideran que el
contenido de la Biblia es obsoleto, inconsecuente, limitado y,
sencillamente, que no merece la pena leerlo. Es un documento antiguo
con relatos supersticiosos que no tienen nada que ver con la vida
moderna. O es un libro arcaico de reglas para fundamentalistas religiosos
-una lista negra y blanca de qué hacer y qué no hacer que es arbitraria,
anticuada, restringida y simplemente irrazonable. Tanto como el
mismo cristianismo.

Nadie quiere leer un libro como ese.

Esas opiniones tienen algo de razón: la Biblia es sin duda un libro antiguo
con algunas historias extrañas y muchas veces, absolutamente increíbles.
Y ciertamente contiene algo de lo que podemos llamar "reglas".

Sin embargo, esas descripciones se encuentran en peligro de limitar el


texto único que se encuentra en la Biblia, intercambiando lo que
verdaderamente es por lo que la gente ha interpretado. ¿Será probable
que la Biblia suponga mucho más que reglas y relatos? Para poder
contestar esa pregunta honestamente, debemos entender primero lo que
es la Biblia verdaderamente.
Una Compilación Diversa

En primer lugar, la Biblia es una compilación de libros diversos. En


palabras sencillas, al contrario de la mayor parte de la literatura, la Biblia
no es un libro escrito por un sólo autor durante un periodo de tiempo,
sino que la Biblia es una compilación de sesenta y seis libros particulares
redactados por muchos escritores durante siglos.

Mientras reflexionas en la Biblia como una compilación o biblioteca de


libros diferentes, debes reconocer que cada libro se escribió bajo
circunstancias singulares y a partir de razones específicas. Esto significa
que los estilos de redacción y los tipos de literatura incluidos son
sumamente diversos. De hecho, los estudiosos clasifican los diferentes
tipos de géneros literarios en la Biblia:2

 Relatos históricos: relatos acerca de personalidades y sucesos


históricos
 Poemas o canciones: letra, canciones y plegarias que expresan
emociones e ideas mediante el uso de lenguaje particular, estilos
literarios y ritmo
 Profecías: mensajes poéticos que comunican bendiciones divinas o
juicios de personas, pidiendo respuestas de ellos
 Epístolas: cartas escritas por una o más personas a otras personas.
Frecuentemente, estas cartas abarcan asuntos específicos
 Proverbios y libros de sabiduría: sentencias o discursos breves acerca
de vivir bien la vida y tomar decisiones sabias
 Códigos jurídicos: leyes—tanto generales como específicas—para el
orden de una sociedad justa
 Parábolas: narraciones fantasiosas relacionadas con la vida y prueban
una postura
 Literatura apocalíptica: escritos que tratan de los últimos tiempos,
entre los que se incluyen representaciones gráficas de la batalla
cósmica entre el bien y el mal

La Biblia contiene fragmentos de textos y libros enteros en cada uno de


estos géneros particulares, lo que explica por qué algunas partes son
aburridas (los códigos jurídicos) y otras son bellas (los poemas). Pero
entonces, ¿cómo pueden ir todos juntos?

En la superficie, esta colección de documentos nos cuenta la historia de


Israel desde el año 2000 AEC aproximadamente, hasta la vida de Jesús y
el movimiento que fundó en el primer siglo de la Era Común (EC). Sin
embargo, a partir de una perspectiva más amplia, revela un segundo
aspecto importante para entender este libro más vendido en el mundo.
Un Importante Relato Sobre Dios

Cuando se mira en su conjunto, la Biblia nos narra un importante relato


sobre Dios y la humanidad. Empieza con un Dios que creó el mundo y la
humanidad, en su imagen; termina con un Dios que vive con la
humanidad durante una eternidad. En el medio, la Biblia relata la historia
de la redención de Dios y restauración de una creación dañada por el
pecado y el quebrantamiento.

El plan de Dios para la humanidad incluye, en gran parte, la nación de


Israel, un pueblo que Él rescató de la esclavitud en Egipto, para que fuera
un ejemplo universal, un pueblo conocido en la actualidad comúnmente
como los judíos. La totalidad del Antiguo Testamento—también conocido
como la Biblia Hebrea—está dedicada a la historia de los israelitas.

Los códigos jurídicos ordenan a la sociedad de Israel a ser misericordiosa


y próspera. Los relatos históricos revelan sus éxitos y fracasos en su
intento de cumplir con la voluntad de Dios. Los sabios ofrecían su
sabiduría, mientras que las canciones nacionales se cantaban de
generación en generación, en las que se reflejaban los más crudos
sentimientos de quebranto y redención. Los profetas hacían llamados al
pueblo y predecían las consecuencias, de ignorarse su mensaje,
consecuencias que los relatos históricos ciertamente documentan haber
ocurrido.

Al centro del plan de Dios para la humanidad está el Mesías, el agente de


Dios para restaurar a su pueblo y reparar su mundo. El Antiguo
Testamento está lleno de profecías que predicen la venida del Mesías,
mientras que el Nuevo Testamento relata cómo Jesús vino, como el
Mesías, a ser el camino de la salvación de Israel y toda la humanidad.

Los relatos históricos del Nuevo Testamento—particularmente los cuatro


evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan—nos cuentan cómo Jesús
pudo hacer esto durante su vida, muerte y resurrección. Estas y algunas
de las epístolas también narran cómo un número mayor de personas
ponían su confianza en Jesús y empezaron a cambiar el mundo mediante
un movimiento que después se conocería como cristianismo. Las epístolas
reflejan el nuevo entendimiento del plan de Dios para la humanidad y
cómo se debería vivir la vida. El libro final de la Biblia, Apocalipsis, nos
dice cómo se ejecutará ese plan.

Tu Historia
Una cosa que la Biblia no hace es defenderse. Hace declaraciones sobre
la naturaleza de las Escrituras—que son inspiradas por Dios, eternas y
útiles—pero, aparte de esto, la Biblia deja que el texto se destaque por
su cuenta. La Biblia nunca realmente justifica la existencia de Dios; eso
lo presume. Tampoco se involucra en preguntarse si sus relatos son
verdaderos o fiables en términos históricos; eso también lo presume.
Otras personas han debatido tales inquietudes y han proporcionado su
sabiduría y sus opiniones, pero hay algo más significativo que la calidad
de la Biblia que debes considerar.

La Biblia es realmente una gran historia, pero en última instancia—y


quizás más importante—la Biblia habla de ti. No reclama ser sólo acerca
de las obras de Dios en el mundo. Es más personal que eso. La Biblia es
la historia de la obra de Dios para rescatarte a ti de tu pecado y
quebranto.

Por eso es que mucha gente llama a la Biblia la Palabra de Dios. “Y cuando
leas la Palabra de Dios”, sugirió el filósofo Soren Kierkegard, “necesitas
decirte constantemente, ‘me está hablando a mí y está hablando de mí’ .

2. ¿Cuál es la Historia de la Biblia?

¿Cómo obtuvimos la Biblia que tenemos hoy en día? ¿Cuál es su historia?

Libros recientes, como El Código Da Vinci de Dan Brown, han propuesto


que los que creen en la Biblia son víctimas de un elaborado encubrimiento
sobre su verdadera creación y carácter.1 ¿Alguien debería tener confianza
en el proceso histórico y aparentemente humano que culminó en esta
colección de libros llamada la Biblia?
La historia de la formación del libro más vendido de todos los tiempos es
una historia fascinante que abarca no solo siglos sino milenios.
Quién Escribió el Antiguo Testamento
Los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento de hoy fueron
compuestos en un período de alrededor de mil años por cuarenta
diferentes autores. Sin embargo, narran una historia completa y
unificada: la historia de los hijos de Israel, el pueblo escogido de Dios.
Los escritores antiguos no compartían nuestra preocupación moderna por
la documentación detallada. Sin embargo, el carácter literario de estos
libros demuestra que estaban compuestos por personas con habilidades
extraordinarias. Además, las personas, los lugares y períodos que se
relatan a menudo son autenticados por otras fuentes antiguas fiables de
la historia y la arqueología.
Quién Escribió el Nuevo Testamento
Poco después de la crucifixión y resurrección difundida de Jesús de
Nazaret, alrededor del 60 al 90 de la era cristiana, comenzaron a circular
varios relatos escritos de su vida y ministerio (algunos de las cuales se
conocen como los evangelios). Estos fueron compuestos por algunos de
sus primeros seguidores.
Sin embargo, décadas antes, un erudito judío llamado Saulo, que había
perseguido a los seguidores de Jesús, había llegado a creer que Jesús era
en realidad el Mesías prometido (en este punto llegó a ser conocido como
Pablo). A partir de aproximadamente el 40 al 60 de la era cristina, escribió
muchas cartas a las primeras iglesias cristianas con el fin de enseñarles,
animarlos, y abordar problemas concretos que estaban enfrentando.
Varias de estas cartas están incluidas en el Nuevo Testamento.2
Los restantes libros del Nuevo Testamento fueron escritos en la segunda
mitad del primer siglo de la era cristiana.3 La evidencia interna y externa
bíblica sugiere que fueron escritos por los discípulos de Jesús Pedro y Juan
y otros seguidores conocidos como Santiago y Judas.
Los debates sobre la autoría y las fechas de los libros del Nuevo
Testamento todavía se producen en la actualidad. Sin embargo, el
objetivo de cada libro del Nuevo Testamento es el de explicar y transmitir
las enseñanzas de Jesús y sus primeros seguidores.
La Preservación de la Biblia
El Profesor Bart D. Ehrman ha dicho: "Aunque Dios haya inspirado las
palabras originales, no tenemos las palabras originales”.4 Muchos han
afirmado que siglos de traducción y la edición pueden haber influido en el
contenido, que nos deja con algo que se parezca a los escritos originales.
Entonces, ¿cómo fueron preservados los libros de la Biblia? ¿Cómo
podríamos saber de alguna manera lo que decía el texto original?
Los libros que componen el Antiguo Testamento fueron copiados
cuidadosamente a mano durante siglos. Hay algunas variaciones en los
manuscritos disponibles, pero estas implican en su mayoría pequeños
detalles.
Echemos un vistazo a los Rollos del Mar Muerto, por ejemplo. Escritos y
copiados durante el siglo II aC y descubiertos en 1947 de la era cristiana,
los Rollos del Mar Muerto son testigos invaluables para la historia de los
manuscritos del Antiguo Testamento. En concreto, examinemos las dos
copias del libro de Isaías que se incluían en los rollos.
Cada copia de Isaías era casi mil años más antigua que la copia más
antigua conocida previamente. Sorprendentemente, si no milagroso, el
texto más moderno fue el 95 por ciento, palabra por palabra, idéntico a
las copias que se incluyen en los Rollos del Mar Muerto. Y las diferencias
que se encuentran en este otro 5 por ciento son variaciones ortográficas
y obvios errores de pluma. Cuando se los compara, estos ejemplares
demuestran la diligencia de los escribas en la preservación de la redacción
de la Biblia.
El método de copiar a mano también fue utilizado en la preservación del
Nuevo Testamento.5 También allí hay variaciones
y contradicciones aparentes en algunos manuscritos, pero hay un acuerdo
sustancial en lo esencial. El erudito de los textos en griego del Nuevo
Testamento, Bruce Metzger, ha concluido, "Incluso en detalles
incidentales se observa la fidelidad de los escribas”.6
Los Libros de la Biblia
Pero, en primer lugar ¿de dónde vienen los libros de la Biblia? Los judíos
y los primeros cristianos creían que estos libros eran el resultado de la
guía que Dios brindaba a los autores y editores humanos. Una diferencia
fundamental entre la Biblia y la literatura sagrada de la mayoría de las
otras grandes religiones es la afirmación de que la Biblia fue una creación
cooperativa entre Dios y los múltiples autores humanos.
Sin embargo, es justo preguntar cómo los concilios humanos de la iglesia
primitiva podrían decidir con autoridad qué libros pertenecen a la Biblia.
El canon bíblico es la lista reconocida y oficial de las Sagradas Escrituras
que se cree es el producto de la divina revelación.12 Los expertos han
consensuado que los actuales veintisiete libros del Nuevo Testamento
eran usados por la Iglesia Cristiana ya en el 150 dC.
Aunque más tarde llegó una decisión oficial sobre el canon, la mayoría de
las iglesias operaron con un canon relativamente fijo desde el siglo
segundo de la era cristiana.
La Traducción de la Biblia
En los últimos dos mil años, la traducción a numerosos idiomas de todo
el mundo ha caracterizado el legado de la Biblia. Una versión griega de la
Biblia hebrea fue preparada en etapas largas y desiguales que comienzan
alrededor del 250aC. Originalmente creada para judíos de habla griega
que vivían en Egipto, esta versión griega, conocida como la Septuaginta,
se convirtió en la "Escritura" utilizada por los primeros cristianos.7
A medida que el cristianismo ganaba fuerza, la Biblia, tanto el Antiguo
como el Nuevo Testamento, comenzó a ser traducida a otros idiomas. La
primera traducción al inglés fue creada en el siglo XIV.
Aunque cada versión es creada con mucho cuidado, preparación e
investigación, ninguna traducción puede retener perfectamente el
significado del texto original. Por lo tanto, se alienta a los cristianos
a seleccionar una Biblia con cuidado. También se recomienda que los
lectores de la Biblia utilicen más de una traducción en su estudio con el
fin de conseguir una presentación más completa de la interpretación
bíblica.8
Relevancia de la Historia en la Biblia
El contenido de la Biblia por si solo prueba su carácter como un libro único,
y su desarrollo histórico apoya esta caracterización. Por supuesto, pueden
plantearse preguntas legítimas acerca de la naturaleza de la Biblia.
Ciertos pasajes de la Biblia siguen dejando perplejos hasta a los más
grandes eruditos. E incluso para los fieles cristianos, sigue siendo un
misterio cómo Dios pudo decir su Palabra a través de personas falibles.
Sin embargo, la propia historia de la Biblia y su influencia duradera en el
mundo nos obliga a echar un vistazo más de cerca a su mensaje. Su
impacto exige que su contenido no sea ignorado.

3. ¿Cuáles son los Libros de la Biblia?

La Biblia puede ser confusa. ¿Acaso hay más de un sólo libro en ella?

Al hojear la Biblia por primera vez, puede quedar abrumado, confundido,


o ambos. Su lenguaje y contenido son difíciles para leer. Contiene
números inusuales de capítulos y versículos que otros libros no contienen.
Pero quizás más difícil aún, es que la Biblia no es un sólo libro, es una
colección de sesenta y seis libros diferentes. ¡Leerla en su totalidad en un
año sería como leer más de un libro a la semana durante todo un año!1

Para hacer las cosas aún más complicadas, no todos los libros de la Biblia
fueron escritos por el mismo autor. Tampoco fueron todos escritos en el
mismo período de tiempo. Tampoco fueron puestos en un orden
cronológico perfecto. ¡Uf!

Pero tan diversos y complejos como son los libros de la Biblia, en conjunto
cuentan una historia arrolladora de un Dios que crea, ama, juzga, enseña,
y en última instancia redime al mundo. Durante miles de años, miles de
millones de personas en todo el mundo han encontrado
consuelo, propósito y verdad en los libros de la Biblia. Por supuesto,
también hay muchos que desconfían sobre las afirmaciones de la Biblia.
Pero para todos los que están en un camino de fe, esta colección de
sesenta y seis libros no puede ser ignorada.

Entonces, ¿cuáles son los libros de la Biblia? ¿Y qué historia cuentan?

El Antiguo Testamento

Comencemos con el Antiguo Testamento, que es alrededor de tres cuartas


partes de la Biblia. El Antiguo Testamento tiene mucho que ver con la
historia, los escritos y los profetas de Israel.

Los primeros cinco libros son llamados el Pentateuco, que significa "cinco
rollos". Estos libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio,
incluyen historias de cómo Dios creó el mundo y estableció la nación de
Israel de la descendencia de Abraham. Describen cómo Dios sacó a los
israelitas de la esclavitud en Egipto, les dio las leyes de su nación en el
Monte Sinaí, y cubrió sus necesidades mientras viajaban hacia la tierra
prometida. Estos libros también contienen en sí los códigos jurídicos,
incluyendo los Diez Mandamientos.

La siguiente sección del Antiguo Testamento se compone de los libros


históricos—un título apropiado, como puedes ver. Josué, Jueces, Rut, 1 y
2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester revelan
la dramática historia de la nación de Israel. Estos libros hablan del
establecimiento de los israelitas en la Tierra Prometida y su división en
dos reinos diferentes. También registran la derrota, destrucción y exilio
posteriores de Israel a manos de los asirios y los babilonios, así como el
regreso de un remanente de israelitas para reconstruir su nación.

Los siguientes cinco libros del Antiguo Testamento son muy diferentes.
Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares no son
obras de la historia en sí. Por el contrario, consisten principalmente en
poesía y literatura de sabiduría. Estos libros incorporan poemas,
canciones, proverbios, y discursos sobre la manera de vivir una vida justa
y sabia. Estos cinco libros fueron compuestos y recopilados durante el
mismo período de tiempo que los libros históricos.

Cerrando el Antiguo Testamento están los libros de los profetas. Estos


libros también coinciden con la tumultuosa historia de Israel y por lo tanto
tratan de temas relacionados con el exilio de la nación. Isaías, Jeremías
(quien también escribió el libro de las Lamentaciones), Ezequiel y Daniel
son denominados a menudo los profetas mayores, dada su influencia y la
longitud de sus libros. Los doce finales: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás,
Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías, a
menudo son denominados los profetas menores. Sin embargo, sus
escritos no eran menos importantes o impactantes para el rebelde pueblo
de Israel.

En total, el Antiguo Testamento cubre aproximadamente del 2000 AC al


400 AC.

El Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento retoma cuatrocientos años después con el


nacimiento de Jesús. Los Evangelios y el libro de los Hechos registran los
acontecimientos y las enseñanzas de la vida de Jesús, así como los
primeros años del nuevo movimiento que Jesús inició.

A los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento, Mateo, Marcos, Lucas
y Juan, se les da el nombre de "evangelios", que significa simplemente
"buenas nuevas". Son en esencia biografías, aunque no en un sentido
moderno, sino un sentido antiguo.2 Debido a que se han extraído de
algunas de las mismas fuentes, muchas de sus historias sobre Jesús se
sobreponen. Pero cada autor incluye detalles diferentes y por lo tanto
presenta una perspectiva única de Jesús como el Mesías esperado por
Israel. Una gran parte de cada biografía se centra en la muerte y
resurrección de Jesús y su significado para todas las personas.

Uno de estos biógrafos, Lucas, también escribió un segundo libro: los


Hechos de los Apóstoles. Relata cómo la noticia de la vida, muerte y
resurrección de Jesús inició un movimiento, comenzando con los judíos
de Jerusalén y extendiéndose hasta el corazón del Imperio Romano.

Veintiún libros más pequeños conocidos como cartas siguen a los


Evangelios y los Hechos. El orden de las cartas en la Biblia se basa en la
longitud, de la más larga a la más corta, no en la cronología. El contenido
a menudo se ocupa de cuestiones o problemas específicos que cada iglesia
o individuo estaba enfrentando.

Las primeras trece cartas: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios,


Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y
Filemón, se atribuyen a un líder cristiano primitivo llamado Pablo (su
historia se cuenta en Hechos). Él escribió muchas cartas a varias iglesias
e individuos acerca de Jesús y sus enseñanzas, era uno de los miembros
más influyentes de la iglesia primitiva.3 Las siguientes ocho cartas:
Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro, 1, 2 y 3 Juan y Judas, fueron escritas por
otros autores a los primeros cristianos explicando la naturaleza de la vida
cristiana, a la vez que abordando problemas específicos.

El último libro del Nuevo Testamento puede que sea el más famoso y el
menos comprendido: el Apocalipsis de Juan. Como obra de la literatura
apocalíptica, es única en el género y la perspectiva. Utiliza imágenes vivas
y una narrativa cósmica para describir la forma en que, en última
instancia, se realizará el plan salvador de Dios para toda la creación.

Una Historia Grandiosa

Este breve resumen de los sesenta y seis libros de la Biblia apenas rasca
la superficie.4 Hay otras cuestiones que explorar, por ejemplo, cómo se
formó la Biblia, por qué algunos libros no fueron incluidos, y, por
supuesto, la forma de leer todos estos diversos libros de la Biblia. Sin
embargo, los estudiosos y los cristianos están de acuerdo: estos sesenta
y seis libros son especiales. Y cuentan una historia grandiosa. Echa un
vistazo y descubre por ti mismo.
4. ¿Qué es un Ser Humano?

El poeta le preguntó a Dios: "¿Qué es el hombre para que te acuerdes de


él?"

Cierren los ojos e imagínense solos por la noche, fuera de los límites de
la ciudad, donde nada los separa del cielo lleno de estrellas, salvo una
extensión de aire claro y nítido. En la quietud tranquila, se sienten más
conscientes de sí mismos y comienzan a reflexionar sobre su lugar en el
universo.

Miles de años antes, un poeta hebreo miró al mismo cielo de la noche y


se encontró a sí mismo asombrado ante los miles de estrellas en el cielo.
Sin conocimientos de astrofísica, ninguna medida de años luz en la mente,
sin concepto de espacio profundo, él, sin embargo, se sentía
empequeñecido por todo y planteó una de las grandes interrogantes de
la vida:

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú
formaste, digo: ¿qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el
hijo del hombre, para que lo visites?1

Por lo que sabemos, los seres humanos son las únicas criaturas en la
tierra que poseen un cerebro desarrollado hasta tal punto que pueden
hacerse esta pregunta: ¿Qué soy exactamente—qué es un ser humano?
Resulta difícil imaginar que un perro reflexione sobre su “canidad”. Pero
nosotros, como personas, estamos obligados a preguntar y responder a
la pregunta significativa de la condición humana, porque la forma en que
vivimos nuestras vidas proviene, en gran medida, de la respuesta que le
demos.

Históricamente, a lo largo de los siglos ha habido tres respuestas


principales, que han surgido en diversas formas, a esta pregunta. Estas
respuestas pueden encontrarse a través de tres narrativas culturales
diferentes que las personas han utilizado para dar sentido a lo que, como
seres humanos, somos.

La Narrativa Material

Por un lado está la opción física o material. Los seres humanos son los
habitantes más evolucionados de los ecosistemas de la tierra. Como todo
lo demás en el planeta, somos el producto del tiempo y el azar, de la
evolución y la supervivencia. Cuando se llega a esto, los seres humanos
no tienen nada especial, salvo nuestro cerebro altamente evolucionado.
Pero incluso esos cerebros—aunque capaces de imaginación, lenguaje,
creatividad, arte, música, auto-reflexión y razón—son simplemente el
funcionamiento de procesos bioquímicos e impulsos eléctricos. C. S. Lewis
una vez ponderaba si, desde esta perspectiva, se podría proceder a
razonar en absoluto. No confiamos en los pensamientos que creemos
provenir de fuentes irracionales. Pero si esta respuesta materialista es
correcta, al parecer todos los pensamientos se originan en fuentes
irracionales, incluso este.2

En última instancia, ¿qué distingue, los pensamientos de un eminente


científico de los de un animal? Ambos son simplemente reacciones
bioquímicas. Y al morir, ambas criaturas dejan de pensar. Para muchas
personas, esta es su respuesta a la pregunta: “¿Qué es un ser humano?”3

Vale la pena reflexionar lo que tal respuesta podría implicar para las
relaciones humanas. Si un conjunto de procesos de pensamiento es todo
lo que un ser humano es, ¿qué razón hay para la compasión, el amor, el
altruismo o el sacrificio? ¿Por qué tratar a otra persona como algo valioso
o sagrado? La respuesta proporcionada por esta opción narrativa parece
llevarnos a preguntas más apremiantes.

La Narrativa Espiritual

Una segunda narrativa que se ha ofrecido se basa en una perspectiva que


se encuentra principalmente en las culturas orientales. En esta
perspectiva, los seres humanos son seres esencialmente divinos,
espirituales, que han encarnado en cuerpos físicos durante un tiempo. La
muerte puede liberar el alma del cuerpo para volver a lo divino o, después
de la muerte, el alma puede reencarnar en un cuerpo de otro tipo. Este
punto de vista se encuentra en diversas formas en el pensamiento
religioso del hinduismo, el budismo y otras religiones orientales.4

De acuerdo con algunas versiones de esta narrativa, los seres humanos


comparten lo divino de alguna manera y, por ello, deben ser tratados con
especial cuidado. Sin embargo, los estrictos sistemas de castas también
se han construido sobre la base de esta narrativa, relegando a grandes
cantidades de personas a vivir en la pobreza y el sufrimiento.

La Narrativa de la Biblia

Las fes “bíblicas”, el judaísmo, el cristianismo y sus ramificaciones,


ofrecen una tercera narrativa. En el relato bíblico, los seres humanos son
la creación intencional de un Dios personal. Algunos piensan que Dios
puede tener procesos evolutivos supervisados para lograr la raza humana.
Otros piensan que Dios nos creó de alguna manera más directa e
inmediata. Pero lo que tienen en común todos quienes creen esta
narrativa es la creencia de que los seres humanos son creados “a imagen
de Dios”, es decir, con la capacidad de relación con Dios y la capacidad
de amar y de comunión con los demás.5

Esta narrativa, cuando se escucha plenamente, requiere la valoración y el


respeto de la vida humana. Todos los seres humanos tienen la imagen de
Dios, por lo que todos son infinitamente valiosos y dignos de ser amados
y servidos. Aunque las personas religiosas a menudo han pasado por alto
este hecho, no obstante, es una parte de la narrativa.6 Hombres, mujeres
y niños deben ser todos igualmente valorados. Todas las razas, todas las
edades y todos los géneros son igualmente amados por Dios. Las
categorías que los seres humanos—en nuestros miedos y egoísmos—han
construido para separarnos unos de otros se disuelven ante esta
narrativa.

Más concretamente, la versión cristiana de esta tercera narrativa


establece que Dios se hizo un ser humano en la persona de Jesucristo.
Dios entró en nuestro mundo, afirmando además la medida en que Dios
valora su creación y la vida humana. Dios puso a disposición a través de
Jesús el ofrecimiento de una relación con él que se extiende más allá de
la experiencia de la muerte.

Las Grandes Preguntas

En una u otra forma, nuestras curiosas, reflexivas y meditadoras mentes


se ven obligadas a luchar con algunas grandes preguntas. Estas
interrogantes simplemente no tienen respuestas como los problemas de
álgebra que se pueden comprobar de forma definitiva. Nuestras
“respuestas” a estas preguntas se encuentran más a través de una
historia que creemos y en la que vivimos dentro y fuera.

¿Hay un Dios? Si es así, ¿puede Dios ser conocido? ¿Qué es un ser


humano? ¿Cuál es mi responsabilidad para con los que me rodean? ¿Qué
significa esta vida?

En estos días, ¿cuál es la historia en la que ustedes vives dentro y fuera?


¿Haz pensado en otras narrativas que puedan ayudar a sacar el máximo
sentido de estas grandes preguntas? ¿Qué, exactamente, eres tú?

5. ¿Por qué hay tantas Traducciones de la Biblia?


Hay un sinnúmero de traducciones de la Biblia: del Rey Jacobo, Nueva
Versión Internacional, El Mensaje, etc. ¿Por qué?

Digamos que tienes el deseo de leer la Biblia por primera vez. Así que vas
a tu librería local o buscas en línea una versión gratuita. Pero en lugar de
encontrar simplemente un ejemplar de la Biblia, te encuentras con cientos
de opciones. Te sientes abrumado. ¿Quién sabía que había tantas
versiones de la Biblia?

Te encuentras con las Biblias de estudio, las Biblias arqueológicas, las


Biblias devocionales, las Biblias para mujeres, las Biblias patrióticas, las
Biblias para adolescentes, e incluso Biblias para patinadores.1 ¡¿Biblias
para patinadores?!, piensas. Finalmente encuentras las Biblias "lisas y
llanas" y te prepara para elegir una.

Entonces te das cuenta de que hay docenas y docenas de diferentes


traducciones de la Biblia, a menudo conocidas por sus abreviaturas:
versión del Rey Jacobo (KJV), Nueva Versión Internacional (NVI); Versión
Estándar en Inglés (ESV), Nueva Versión Estándar Revisada (NRSV) ,
Nueva Traducción Viviente (NTV); la lista sigue y sigue.2

¿Cómo elegir una Biblia? ¿Cuál es la diferencia entre todas estas


traducciones? ¿Por qué hay tantas?

Los Manuscritos Originales: Hebreo y Griego

La respuesta a estas preguntas se puede comenzar a encontrar en primer


lugar comprendiendo que los libros de la Biblia fueron escritos
originalmente en hebreo y en griego (con algunas secciones en arameo).
Así es como comienza el Génesis, el primer libro de la Biblia:

El fragmento de manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento que


tenemos ahora se llama p52 (papiro número 52). Contiene unas palabras
del Evangelio de Juan:
A menos que conozca estas lenguas, no podrá leer ni siquiera una frase
de cualquiera de esas imágenes. Por lo tanto, no se puede leer la Biblia.
Las traducciones hacen posible que podamos leer y entender la Biblia por
nosotros mismos.

Esta necesidad de traducción fue reconocida hace más de dos mil años.
El Antiguo Testamento, escrito originalmente en hebreo, fue traducido al
griego mucho antes de la época de Jesus. A medida que el movimiento
cristiano fue creciendo, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento
fueron traducidos a otros idiomas, incluyendo el copto, siríaco, etíope y
armenio. Debido a la influencia del Imperio Romano, una traducción latina
(llamada la Vulgata) se convirtió en la versión más utilizada de la Biblia
durante los siguientes mil años.

Traducciones Inglesas de la Biblia

En el siglo XIV, un hombre llamado John Wycliffe produjo la primera


traducción completa de la Biblia al inglés (traducida de la Vulgata Latina,
no de los escritos originales en hebreo y en griego). En el siglo XVII, el
rey de Inglaterra autorizó a académicos de Oxford y Cambridge a realizar
una nueva traducción oficial al inglés a partir de las lenguas originales
griega y hebrea, que se conoció como la versión del Rey Jacobo (King
James Version - KJV) o Versión Autorizada (AV).3

La versión King James sigue siendo popular entre muchas personas de


habla inglesa. Sin embargo, ha aparecido en los últimos años una
variedad de traducciones, por tres razones importantes.
En primer lugar, los estudiosos y arqueólogos han hecho descubrimientos
sorprendentes en los últimos dos siglos. Hoy en día, tenemos manuscritos
hebreos y griegos, que son mucho más antiguos y más cercanos a los
originales que los disponibles para los eruditos que tradujeron
inicialmente la versión King James.

En segundo lugar, el propio idioma inglés ha evolucionado en los últimos


cuatrocientos años. Mientras que la prosa de Shakespeare de la versión
King James puede sentirse más tradicional, elocuente y sagrada, no
representa la forma de comunicarse hoy en día (ni en los tiempos de
Jesús).

En tercer lugar, hoy en día existen numerosas versiones en inglés,


simplemente porque los diferentes equipos de investigadores toman
diferentes enfoques para la traducción de los textos. Estos enfoques se
describen generalmente en una escala de equivalencia formal
(traducciones palabra por palabra) hasta una equivalencia funcional
(traducciones pensamiento por pensamiento o significado por
significado). Para ser exactas y comunicarse bien con la audiencia a la
que están dirigidas, las traducciones tienen que mezclar elementos
formales y dinámicos.4

La traducción de la Biblia del hebreo y el griego al inglés no es tarea fácil.


Es lenta y tediosa. Los eruditos admiten que ninguna traducción puede
jamás expresar plenamente lo que pretende el idioma original. Por
ejemplo, hay algunas palabras y expresiones en hebreo y griego que
simplemente no tienen equivalentes en inglés. Por lo tanto, cada equipo
de traducción debe ser creativo en sus esfuerzos para transmitir el
significado de la Biblia a través de la distancia cultural y lingüística.

Por ello, los más estudiosos de todo el mundo se reúnen para producir
versiones de la Biblia que sean fáciles de leer y precisas. Los editores son
cuidadosos en hacer revisar y volver a revisar sus traducciones con varios
expertos, ya que sus reputaciones profesionales están en juego cuando
se produce una nueva versión de la Biblia. Como resultado, podemos
confiar en que las traducciones actuales al inglés que leemos son fieles
en comunicar el significado global del mensaje original de la Biblia.

Traducciones Específicas

Aquí hay algunas traducciones inglesas recientes y sus respectivos


enfoques de la traducción:5
 La Nueva Versión Internacional [The New International Version] (NVI,
1978, revisada en 2011) trata de transmitir el significado del texto con
precisión en inglés fluido y contemporáneo (traducción pensamiento
por pensamiento). Es la traducción moderna al inglés más utilizada en
el mundo.6
 La Nueva Biblia Americana [The New American Bible] (NAB, 1970;
revisada en 2011) es una publicación de la Iglesia Católica Romana.
Se esfuerza por equilibrar los temas para que sea precisa y de fácil
lectura.
 La Versión Estándar en Inglés [The English Standard Version] (ESV,
2001) es una revisión de la Versión Estándar Revisada 1971 (RSV,
1971). Trata de ser lo más literal posible (una traducción palabra por
palabra), al mismo tiempo que comunicar claramente a un público
contemporáneo.
 El Mensaje [The Message] (2002) es una paráfrasis creativa que utiliza
expresiones y vocabulario modernos para evocar la misma respuesta
que el público original habría tenido hacia los escritos originales.
 La Nueva Versión Estándar Revisada [The New Revised Standard
Version] (NRSV, 1989) es una revisión de la Versión Estándar
Revisada (RSV, 1952) que utiliza un enfoque no sexista.
 Nueva Versión del Rey Jacobo [The New King James Version] (NKJV,
1979–1982) mantiene la belleza, la elegancia y la cadencia de la KJV,
a la vez que actualiza algo de su lenguaje arcaico.

Cada una de estas traducciones es valiosa. Algunos lectores de la Biblia


aprecian el enfoque formal de la ESV o la RJV. Otros se han vuelto hacia
El Mensaje para obtener una nueva perspectiva sobre la antigua colección
de libros que componen la Biblia. Muchos encuentran más atractiva la
exactitud y la legibilidad de la NIV. Cualquiera que sea la traducción que
elijas, las palabras serán bastante fáciles de entender. ¡Es el significado
de esas palabras con el que tendrás que lidiar!

6. Cómo Leer la Biblia

La Biblia puede ser confusa y complicada. ¿Cómo se supone que debes


leerla?

Estaba pensando en cómo la gente parece leer mucho más la Biblia a


medida que envejece. Entonces me di cuenta. . . que están estudiando
para su examen final.George Carlin

Tal vez muchos de nosotros no leemos la Biblia actualmente porque la


vida es lo suficientemente ajetreada, porque hay otras cosas más
importantes, porque simplemente no lo necesitamos en este
momento. No obstante, muchas personas tratan de leer la Biblia, pero a
pocas páginas de comenzar tienen dificultades. Si es un libro tan
importante, ¿por qué es tan difícil de leer?

Si tú nunca antes haz leído la Biblia, es fácil suponer que es como


cualquier otro libro, solo que más largo y más aburrido. Sin embargo, la
Biblia es única; es una colección de diferentes libros escritos por
diferentes autores que vivieron en un tiempo y una cultura diferentes.

Algunos leen la Biblia y la ven como solo un libro de reglas o un depósito


de dichos inspiradores: bendiciones o promesas de Dios. Pero veamos
pasajes bíblicos como los siguientes:

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan
lejos de mi salvación, y de las palabra de mi clamor?"Salmo 22:1
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e
injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad." Romanos
1:18

¿Qué reglas o bendiciones obtenemos de estos versículos? Hasta ahora


nadie ha publicado un estudio bíblico sobre la Ira de Dios o un Calendario
Diario de Advertencias.1 Hay mucho más en la Biblia que solo códigos
legales y bendiciones. Ya sea que tu recién estés comenzando a leer la
Biblia, tengas un profundo conocimiento de ella, o estés "estudiando para
el examen final", es importante entender cómo leer la Biblia
correctamente.

Introducción

La Biblia contiene sesenta y seis libros diferentes de diferentes longitudes


escritos por una variedad de autores. Hay en la Biblia dos divisiones
principales: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Los libros en
sí están divididos en capítulos y versículos.2 Por ejemplo, Mateo 11:28 se
refiere al libro de Mateo, capítulo once, versículo veintiocho.3

La mayoría de los libros llevan el nombre de su autor (por ejemplo,


Lucas), un personaje principal (por ejemplo, Ruth), los destinatarios del
texto original (por ejemplo, Gálatas), un evento importante (por ejemplo,
Éxodo), o una descripción general del contenido (por ejemplo,
Proverbios). Los nombres de algunos libros se distinguen por un número.
Por ejemplo, 1 Corintios y 2 Corintios son dos cartas diferentes que Pablo
escribió a la misma audiencia, la iglesia de Corinto.

El Panorama General
Al comenzar a leer la Biblia, es imprescindible que mantengas el
panorama general en mente. La Biblia no es solo una colección de libros
individuales, es una colección de historias que cuentan una Historia
grandiosa y central.

Por supuesto, los relatos individuales de la Biblia, como los de Adán y Eva
comiendo del fruto prohibido, los israelitas huyendo de la esclavitud en
Egipto, David matando a Goliat, Jesús sanando a los enfermos, y los
Apóstoles predicando el Evangelio; nos hablan acerca de la vida, las
consecuencias, la redención y la esperanza. Integrados dentro del
panorama general de la historia de la Biblia están las leyes, canciones,
proverbios, mensajes proféticos, y las cartas; cada uno de ellos revela
algo de la justicia y el amor de Dios hacia el mundo.

Tal vez esta es la razón por la que el autor Eugene Peterson dijo: "Dios
se revela a nosotros, no en una formulación metafísica o con fuegos
artificiales cósmicos, sino en el tipo de historias que utilizamos para
compartir con nuestros hijos, quiénes son y cómo crecer como seres
humanos; decirles a nuestros amigos quiénes somos y lo que significa ser
un ser humano."4

En conjunto, estas historias de la Biblia muestran cómo Dios está


trabajando para corregir las cosas en nuestro mundo roto, un mundo lleno
de dolor. Esta es la trayectoria épica de la Biblia, el arco narrativo hacia
el que apuntan todas las historias individuales de la Biblia.5 Manteniendo
este panorama general en mente, he aquí algunos consejos específicos
sobre cómo leer la Biblia.

Audiencia Original

El primer paso para la lectura y la comprensión de un pasaje específico


de la Biblia es descubrir lo que significaba el texto para su audiencia
original. Podrías hacerte las siguientes preguntas:

 ¿Quiénes fueron los primeros lectores de este libro? ¿Dónde vivieron?


¿Qué costumbres practicaban? ¿Qué estaba sucediendo a su
alrededor? ¿Qué pensaban que estos libros les decían?
 ¿Qué tipo de literatura es esta? ¿Es narrativa histórica? ¿Ley?
¿Canción? ¿Carta? ¿Proverbios de sabiduría? ¿Parábola? ¿Mensaje
profético? ¿Se utiliza algún recurso literario? ¿Hay metáforas,
símbolos, figuras del lenguaje, o elementos poéticos que tengo que
entender?
 ¿Cuál es el contexto histórico y cultural de este pasaje? ¿Cómo encaja
este pasaje en su contexto más amplio? ¿Qué dicen los pasajes
anteriores y posteriores a este? ¿Cuál es el propósito general del libro
en el que se incluye este pasaje? (Al igual que con cualquier libro, si
se sacan frases aisladas de su contexto, puede cambiar el sentido por
completo).

Muchas Biblias hoy incluyen introducciones para cada uno de los libros.
Estas introducciones contienen información de referencia útil sobre el
contexto histórico y cultural de cada libro. Asegúrate de consultarlas.6 Si
prefieres algo más instructivo, muchas iglesias ofrecen cursos
introductorios y grupos de estudio de la Biblia. O considera pedir a un
amigo que lea junto contigo. El leer y discutir la Biblia y su mensaje con
otras personas es una buena manera de asegurarse de que la estás
leyendo correctamente.

Aplicación Personal

El segundo paso consiste en aplicar su mensaje a la actualidad. Contesta


esta pregunta: ¿Qué comunica esta historia que sea aplicable a mí en la
actualidad?

Usa el sentido común. Si hay un Dios, no está tratando de engañarnos u


ocultar significados secretos en la Biblia. Por supuesto, algunas partes de
la Biblia son difíciles de entender, pero en la mayoría de los pasajes el
significado básico se puede distinguir fácilmente.

Toma en cuenta las diferencias culturales entre los tiempos de la Biblia y


la actualidad. Algunas verdades y principios que la Biblia enseña pueden
vivirse hoy en formas que son muy diferentes de las del mundo antiguo.

Toma en cuenta el punto culminante de la historia de la Biblia: la vida,


enseñanzas, muerte y resurrección de Jesús. Toda la Biblia nos señala
hacia Jesús.

Encuentra Tu Lugar en la Historia

Por último, cuando apliques el mensaje de un pasaje a tu vida, considera


tu lugar en la grandiosa Historia de la Biblia. Considera rezar esta oración:
“Dios, si existes y has inspirado las palabras e historias que estoy leyendo,
¿me inspirarías a mí también?”

Lleva un diario de las cosas que aprendes y de las preguntas que surgen.
Cuando un determinado pasaje te desafía o condena, sigue la trayectoria
de esos sentimientos. ¡Si te sientes compelido a hacer algo, hazlo
(siempre y cuando eso no haga daño a nadie)!
Al leer cada vez más de la Biblia, comienza a verte a ti mismo como un
participante activo en la historia más amplia de cómo Dios está
trabajando para corregir las cosas en nuestro mundo roto. Como dijo un
teólogo: "La respuesta a la pregunta '¿Quién soy yo?' solo puede darse si
preguntamos '¿Cuál es mi historia?' y eso solo se puede responder si hay
una respuesta a la otra pregunta: '¿Cuál es la historia completa de la cual
mi historia es una parte?'

7. Cómo elegir una Biblia

Autor: Creig Marlowe, Ph.D. Cuatro consejos para elegir una Biblia.
No existe tal cosa como una traducción perfecta, ideal o ‘correcta’. El
traductor siempre trata de ampliar sus conocimientos y mejorar sus
medios de expresión, siempre está persiguiendo hechos y palabras.Peter
Newmark, Manual De Traducción / A Textbook of Translation

“¿Cuál traducción de la Biblia debo usar?” Es una pregunta de quienes


desean leer y estudiar la Biblia. El Baby Boom (la explosión de la
población) fue seguido por un boom de la Biblia; como resultado, hay
muchas traducciones e intentar elegir una versión puede llevar a la
parálisis del análisis, como cuando se trata de elegir una caja de cereal,
un sabor de helado o un coche nuevo. Las opciones son abrumadoras.

Entonces, ¿cómo tomar una decisión informada? Aquí hay cuatro consejos
útiles para el momento de elegir.

Buscar una Publicación de Fecha Reciente

Elegir una traducción que haya sido hecha o revisada en los últimos diez
años.1 Las traducciones más recientes pueden servirse de los últimos
avances en los conocimientos de la Biblia, ya
sean históricos, arqueológicos o lingüísticos.2

Las traducciones más antiguas sólo son tan precisas y apropiadas como
podrían serlo en su época. Esto no significa que deban ser ignoradas. A
veces, las versiones anteriores contienen interpretaciones que las nuevas
traducciones han oscurecido. Recuerde que cualquier traducción refleja
las expectativas de la comunidad de fe para las cual se hizo en ese
momento de la historia. Si bien se necesita una traducción estándar y
reciente para el uso regular, es beneficioso tener varias traducciones de
diferentes épocas a la mano, con el fin de comparar y contrastar al
momento de hacer un estudio personal de la Biblia.
Buscar una Creación hecha por un Equipo de Traducción

Seleccionar una traducción realizada por un equipo diverso de eruditos


bíblicos y creyentes, y no por un individuo o denominación.3

Una traducción creada por una sola persona o un grupo dentro de una
denominación se verá afectada por los estrechos intereses particulares y
la idiosincrasia interpretativa de esa persona o del grupo. Un comité plural
de traducción significa que habrá controles y equilibrios contra los
prejuicios individuales o institucionales. El enfoque del traductor o el del
comité de traducción normalmente se identifican en el prefacio de la
mayoría de las Biblias.

Elegir una Traducción que sea Legible y Cercana al Texto Original

Si se busca una traducción para su uso regular, elegir una cuya filosofía
de traducción esté entre lo rígidamente literal (palabra por palabra) y un
enfoque altamente interpretativo y de paráfrasis.4

Una traducción palabra por palabra tiene la limitación de tratar de


representar cada palabra del texto fuente (el Antiguo Testamento en
hebreo o el Nuevo Testamento en griego) con una palabra en el texto
receptor (el idioma en el que el texto bíblico será traducido). A primera
vista, esto parece muy útil. Pero ya que las lenguas como el hebreo y el
inglés son tan diferentes, una traducción estrictamente literal es a
menudo difícil de entender. Además, en una traducción palabra por
palabra, los aspectos técnicos del texto original, a veces, pueden tener
prioridad sobre el significado global del texto.

Al mismo tiempo, aunque una traducción a partir de la paráfrasis es más


fácil de entender, la naturaleza misma de la paráfrasis puede transmitir
al lector más la interpretación del traductor que el significado real del
texto.

Por el contrario, una traducción “significado por significado” sigue el texto


original, pero no demasiado rígidamente.5 Realiza ajustes para que el
lector moderno puede experimentar el contenido y la esencia del texto de
la misma manera en que la antigua audiencia lo haría. Lo que dice el texto
tiene prioridad sobre su estructura. Sin embargo, un inconveniente de
este enfoque es que puede tomar decisiones de interpretación en cuanto
al significado del texto.

En lugar de tratar de encontrar la Biblia “correcta”, de nuevo recomiendo


conseguir dos o tres versiones diferentes, con el fin de comparar y
contrastar las interpretaciones. Otra opción sería obtener lo que se llama
una “Biblia paralela”, que presenta el mismo texto bíblico en diversas
traducciones una al lado de la otra.

Asegúrate de que no exista una Teología Específica o Tema


Asociado con la Traducción

Aunque una Biblia con notas extensas puede ser útil, es mejor elegir como
tu primera Biblia, una traducción que no tenga comentarios añadidos. Las
notas críticas que ayudan a comprender los aspectos técnicos de la lengua
y la cultura son valiosos, pero los comentarios adicionales pueden afectar
significativamente tus propios pensamientos, casi haciendo la
interpretación por ti mismo, en algunos casos. Es mejor leer el texto y
hacer tu propio estudio con oración que arriesgarse a ser controlado por
el comentarista.

Además, un comentario general no puede, debido a las limitaciones de


espacio, ofrecer una visión de los debates interpretativos, sino que sigue
una sola escuela de pensamiento.6 Estas Biblias tienen un lugar en el
mundo más amplio del estudio de la Biblia y dentro de las iglesias con
creencias y teologías específicamente acordadas. Pero cuando se trata de
elegir una traducción principal para la lectura y reflexión personal, es
necesario una que tenga claridad y exprese lo que el texto significa. 7 En
particular, evita usar como Biblia principal, una Biblia que tenga
comentarios de una sola persona.

Tu Biblia

Por supuesto, siempre hay que recordar que la traducción de la Biblia es


una obra humana. Por definición, todas las traducciones son en algún
grado imperfectas. Entonces, el uso de una sola versión en todo momento
puede ser limitante. Afortunadamente, la tecnología ahora nos permite
disfrutar de una versión seleccionada, a la vez que, fácilmente y a bajo
costo, puede comparase con otras.

Los textos completos de muchas versiones de la Biblia están disponibles


en línea.8 Existen varias plataformas que nos permiten comparar
diferentes versiones de forma rápida y sencilla; incluso, algunos
productos de software resaltan con un código de color las diferentes
lecturas al instante.

Al final, la Biblia que elija tendrá lo que los cristianos creen que es la
Palabra de Dios. El objetivo es adquirir una Biblia que les proporcione una
traducción lo más precisa y confiable de la esencia y el significado del
texto original como sea posible, dejando espacio para llevar a cabo tus
propias ideas e interpretaciones.9

8. ¿Cuándo nació Jesús?

¿Por qué marcar el nacimiento de Jesús el día 25 diciembre? ¿Cómo es


que la gente concluyó esa fecha? ¿Acaso es correcta?

Muchas personas celebran Navidad. Incluso si tu no eres una persona


religiosa, es difícil escapar de las escenas del nacimiento y los villancicos
que nos recuerdan esa "noche de paz" de hace tanto tiempo.

Pero la ocasión que se toma por asalto cada Diciembre no se pierde el


resto del año. De hecho, cada vez que haces un cheque, pagas tus
impuestos, haces una reserva o simplemente haces una cita, sigue ahí.

Ya sea el 2012, el 2013, o el 2020, se nos recuerda sutilmente que el


mismo número del año ha sido establecido por algo que tuvo lugar hace
más de dos milenios. Los años, décadas y siglos de historia humana están
todos marcados por un evento: el nacimiento de Jesucristo.

El Nacimiento de Jesús y el Calendario Gregoriano

Si bien algunas culturas usan un calendario distinto, el esquema de más


amplia aceptación en la actualidad es el calendario gregoriano. En el siglo
VI D.C., los académicos cristianos propusieron numerar los años
utilizando el nacimiento de Jesús de Nazaret como punto de partida. Hacia
fines del siglo VIII, la propuesta había sido ampliamente aceptada.

La era previa al nacimiento de Jesús se conoce (ah, de manera tan


creativa) como A.C., o “Antes de Cristo”. La era posterior (nuestra época
actual) se denomina D.C., que viene del término latino Anno Domini, que
significa “en el año del Señor”.1

Así que si Alejandro el Grande nació en el 356 A.C., nació 356


años antes del nacimiento de Jesús. Y si alguien te dice que naciste en el
año 1992 significa que naciste 1,992 años después que Jesús.

El Nacimiento de Jesús y el Año Cero

Todo esto da pie a una serie de preguntas interesantes: ¿Cómo sabemos


cuándo nació Jesús? ¿Estamos seguros de que tenemos la información
correcta? ¿Cuándo nació Jesús exactamente?
De partida, tenemos que reconocer que en este sistema de fechas no hay
año cero. Los primeros cristianos que crearon el calendario basado en el
nacimiento de Jesús establecieron que el año inmediatamente precedente
al nacimiento era el año 1 A.C. y que el año inmediatamente posterior era
el año 1 D.C.

¿Entonces Jesús nació exactamente en la mitad entre el 1 A.C. y el 1


D.C.? Bueno, no es tan fácil de determinar.

De hecho, la mayoría de los académicos ahora concuerdan en que Jesús


probablemente nació entre el año 7 y el 4 A.C. A principio de la Edad
Media, cuando el monje cristiano Dionisio el Exiguo trató de calcular el
año del nacimiento de Jesús y por consiguiente desarrolló nuestro
esquema de numeración de fechas, que equivocó por algunos años.2

El Nacimiento de Jesús y el Evangelio de Mateo

¿Por qué los académicos piensan que Jesús nació entre el año 7 y el 4
A.C.? Para comenzar, uno de los documentos históricos más antiguos que
registra el nacimiento de Jesús fue generado durante el reino de Herodes
el Grande, que regía Judea con aprobación de los romanos.3

De acuerdo con el evangelio de Mateo, los magos -hombres sabios-


vinieron a Judea a visitar al bebé Jesús. Cuando Herodes escuchó un
rumor de los magos de que había nacido un "rey" en la ciudad de Belén,
sintió celos. Con el deseo de eliminar cualquier posible desafío a su
autoridad, Herodes le preguntó a los magos cuándo había nacido
exactamente el bebé. Después, basándose en la información que le
dieron, ordenó secretamente el asesinato de todos los niños varones de
hasta dos años de edad en Belén.4

Recorriendo los detalles de este decreto, podemos ver que los magos
probablemente visitaron a Jesús cuando él tenía uno o dos años de edad,
no cuando estaba en el pesebre como se piensa tradicionalmente.

Poco después de esto, Herodes el Grande murió. Aquí es donde resultan


útiles otros historiadores de la antigüedad. Por el historiador judío Josefo
y otras fuentes, sabemos que Herodes el Grande murió el año 4 A.C.5 Por
tanto, Jesús nació con seguridad antes del año 4 A.C., posiblemente
incluso el año 7 A.C. si damos un margen de un año entre la visita de los
magos y la muerte de Herodes.

Desgraciadamente, el monje cristiano Dionisio no tuvo acceso a las


fuentes y a la información que usan los académicos modernos. En
consecuencia, cometió un error al calcular el reinado de Herodes el
Grande en unos cuantos años. Pero este cálculo errado del nacimiento de
Jesús, observa el historiador del Nuevo Testamento Craig Blomberg, “a la
larga quedó tan arraigado que cambiar el calendario resultó imposible”.6

El Nacimiento de Jesús y el Evangelio de Lucas

El evangelio de Lucas brinda contexto histórico adicional: “Sucedió que


por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se
empadronase todo el mundo. (Este era el primer censo que se realizó
mientrasQuirinio era gobernador de Siria).”7

El relato de Lucas continúa describiendo la historia familiar de cómo José


y María viajaron a Belén para el censo, que es por el motivo que se
encontraban ahí para el nacimiento de Jesús.8

Sin embargo, hay un problema. Otras fuentes antiguas citan a Quirinio


como gobernador de Siria en una época posterior al tiempo que estamos
discutiendo, y lo sitúan entre los años 6 y 9 A.C. en vez de durante el
reinado de Herodes.

¿Acaso Lucas ajustó mal sus reglas? Tal vez. Pero otros registros romanos
dan otra posibilidad. Otras fuentes “también hablan de Quirinio dirigiendo
expediciones militares en las provincias orientales del Imperio Romano
una década antes de una manera que se explica más naturalmente si él
tuviera un cargo oficial en Siria”.9

En efecto, se han encontrado otras dos inscripciones antiguas que parecen


confirmar el ejercicio del cargo por parte de Quirinio en una época previa,
en el lapso 7–4 A.C.10 Al final, nos queda más evidencia que sustenta la
fecha más temprana.

El Nacimiento de Jesús y la Gran Estrella

Hay una evidencia más que vale la pena explorar. El relato de Mateo
describe una estrella inusual que brilló en el cielo no mucho después de
que Jesús nació. Algunos lo aceptan como un milagro sobrenatural. Otros
lo rechazan como una leyenda. Y hay otros que adoptan una tercera
postura: tal vez hubo una estrella notoria en el cielo que se pueda explicar
de manera natural.

De acuerdo con los astrónomos, hubo una conjunción de los planetas


Júpiter y Saturno entre el 7 y el 6 A.C. en la constelación Piscis, que habría
sido inusualmente brillante.11 Y en el 5 A.C., hay relatos de lo que puede
haber sido una estrella en explosión, o supernova, en el cielo.12 Aunque
no podemos tener seguridad de que uno de estos fenómenos físicos
explica la "estrella de Belén", son posibilidades interesantes.

El Nacimiento de Jesús y el Veinticinco de Diciembre

Pocos dudan que Jesús of Nazaret nació entre los años 7 y 4 A.C. Pero
queda una última pregunta por explorar: ¿El nacimiento tuvo lugar el
veinticinco de diciembre de uno de esos años?

Es casi seguro que no.

La fecha Real del nacimiento de Jesús se desconoce, pero los cristianos


en el Imperio Romano cientos de años después comenzaron a celebrarlo
el veinticinco de diciembre o seis de enero, días que coincidían con las
festividades romanas y el solsticio de invierno. Y una vez que esa tradición
comenzó, el resto—como dicen—es historia.

El Nacimiento de Jesús y Su Importancia

Por último, lo que hace importante al nacimiento de Jesús no es el día o


el año en que sucedió efectivamente. Lo que lo hace importante es que
haya sucedido. El nacimiento de Jesús detonó una revolución. Y desde
entonces miles de millones de personas en el mundo han celebrado una
nueva en la historia: la era del “Emmanuel”, una palabra hebrea que
significa “Dios con nosotros”.

9. ¿Qué es Adviento?

Seguro conoces acerca de la Navidad y la Pascua, pero ¿qué sabes del


Adviento?

Adviento es una palabra bastante extraña; no es una palabra que


escuches a menudo en conversaciones cotidianas. Algunos pueden usarlo
para decir "comienzo", como en la aparición de una enfermedad. Otros lo
conocen sólo como adjetivo antes de la palabra "calendario" durante la
temporada navideña.

Pero para los cristianos, Adviento significa mucho más.

La palabra inglesa Adviento viene de la palabra latina adventus, que


significa "venida" o "visita." El tiempo de Adviento es un tiempo en que
los cristianos se centran en la venida de Cristo,
cuyo nacimiento celebramos en el mes de diciembre.1
Entonces, ¿hay más acerca del Adviento que sólo un calendario
bonito hecho a mano?

Si lo hay. Los cristianos observan el Adviento como una temporada de la


iglesia o año litúrgico. Este "año" incluye los períodos de Adviento,
Navidad, Epifanía, Cuaresma, Semana Santa, Pascua, Pentecostés,
tiempo ordinario y otras fiestas religiosas.

La Biblia no prescribe estas temporadas litúrgicas, pero los cristianos las


han estado observando como parte de la tradición de la iglesia durante
siglos, a partir de los siglos sexto o séptimo AC. El año de la iglesia está
conformado por la vida y Ministerio de Jesucristo, especialmente su
nacimiento, muerte y resurrección.

¿Cómo funciona el Adviento?

Raramente son cuatro semanas de duración exactas; de hecho, el


Adviento puede variar en su duración de un año a otro. La temporada
siempre comienza cuatro domingos antes de la Navidad (25 de
diciembre), pero como cada año la Navidad cae en diferentes días de la
semana, el Adviento puede iniciar en cualquier día, desde el 27 de
noviembre hasta el 3 de diciembre. El Adviento es seguido por doce días
de Navidad, culminando con el día de la Epifanía.2 (Y sí, la canción se basa
en la tradición, ¡no al revés!)

Una generación atrás pudiste haberte visto en apuros al querer encontrar


evidencia de tradiciones de Adviento que estuvieran fuera
de denominaciones altamente litúrgicas, como las de las iglesias
anglicana, luterana y católica romana. Sin embargo, hoy en día muchas
iglesias no-litúrgicas incorporan las tradiciones y celebraciones del
Adviento en sus servicios de fiestas religiosas.

¿Cómo Son las Tradiciones del Tiempo de Adviento?

No hay alguna prescripción absoluta de cómo observar correctamente el


tiempo de Adviento, pero sí existen algunas tradiciones. Una de ellas es
la corona de Adviento. Muchas iglesias comienzan la temporada de
Adviento mostrando una corona con cinco velas—a menudo cuatro del
mismo tamaño y una vela más alta.

Cada una de las cuatro velas, normalmente colocadas alrededor de la


circunferencia de la corona, conmemora temas de Adviento relacionadas
con la expectación, esperanza, amor o alegría. La Quinta vela representa
a Cristo y se suele colocar en el centro de la corona. Todos los domingos
de Adviento, la iglesia enciende una de las velas pequeñas antes de
encender la vela final—la vela de Cristo—el día de Navidad.

¿Qué Pasa con el Rojo y el Verde?

Los colores relacionados con el Adviento son los que son más
comúnmente asociados con la Pascua. En lugar de los ya conocidos rojos
y verdes de las celebraciones navideñas seculares, los colores del
Adviento son el azul real o púrpura, rosado y blanco.

¿Por qué? Porque el color púrpura generalmente se asocia a la penitencia,


solemnidad y realeza. Púrpura es también el color estándar para
la Cuaresma, una temporada que hace hincapié en el arrepentimiento,
sacrificio y sufrimiento. El Rosa significa alegría y felicidad, temas
comunes para la tercera semana de Cuaresma.

Algunas iglesias protestantes no usan púrpura durante el tiempo de


Adviento para poder distinguirla de la temporada de Cuaresma. Pueden
más bien optar por el color azul real para representar el nacimiento del
Rey de Reyes, o azul brillante para acentuar los cielos de los cuales los
Ángeles proclamaron el nacimiento del Salvador. La Corona de Adviento
usualmente contiene tres velas de colores púrpura o azul y una vela
rosada, con una vela de Cristo color blanca en el centro. Los colores no
son obligatorios—o mágicos. Pero están teñidos de significado.

¿Cómo Puedo Celebrar el Adviento?

Tomando unas pocas semanas para centrarte en la esperanza de la venida


de Cristo puedes hacer de la Navidad una celebración más alegre y más
significativa. El Pastor y autor Mark Roberts confiesa que él no observaba
el Adviento sino hasta la edad adulta, pero ha crecido en atesorar su
significado: "Cuanto más sentía anhelo por la presencia de Dios durante
el Adviento, más estaba encantado con su venida a habitar entre nosotros
en Jesús. Entre más me contactaba con mi propia necesidad de un
Salvador, más me regocijaba en el nacimiento del Salvador."3

Si la iglesia a la que asistes observa el Adviento, presta mucha atención


a estos temas dentro de tu propia tradición de adoración. Inclusive si tu
iglesia no observa formalmente el Adviento, entonces puedes escuchar
sus temas haciendo eco en la música de la época, o quizás a través de
himnos como "O Come, O Come, Emmanuel", "Come Thou Long Expected
Jesus" o "Joy to the World".
Además, puedes celebrar el tiempo de Adviento con tu familia o con un
grupo de amigos. ¡No necesitas un líder de la iglesia "oficial" a la mano
para hacerlo! Puedes decidirte a incorporar una corona de flores y velas
en tu celebración, junto con las lecturas de la Biblia y oraciones.
Cualquier comunidad se puede reunir cada semana para observar el día
del nacimiento de Jesús.

Si te gusta la música, puedes explorar obras que apuntan a la venida de


Cristo, como por ejemplo Advent Cantatas de Bach, la primera parte de
“El Mesías” de Handel, o incluso un trabajo moderno como el del “Cordero
de Dios” de Andrew Peterson.

Toma ventaja de algunos de los muchos libros devocionales maravillosos


que están disponibles durante la temporada. Algunas sugerencias pueden
ser Watch for the Light: Readings for Advent and Christmas escrita por
diversos autores; God Is in the Manger: Reflections on Advent and
Christmas por Dietrich Bonhoeffer; Let Every Heart Prepare Him Room:
Daily Family Devotions for Advent por Nancy Guthrie; y The Greatest Gift:
Unwrapping the Full Love Story of Christmas.

Por último, busca oportunidades para compartir con otros tu necesidad


personal del Señor Jesucristo, la esperanza de los hombres y las Naciones.
Considera la idea de esperar a un Salvador en las muchas oportunidades
que la temporada de festividades religiosas te permite esperar — mientras
haces fila, en medio del tráfico, en la anticipación de los niños por las
vacaciones y en el tiempo de espera de regalos y fiestas.

El tiempo de Adviento nos ayuda a recordar nuestra necesidad y el anhelo


por la Luz del Mundo, el Salvador que es Cristo nuestro Señor. "El pueblo
que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en
densas tinieblas la luz ha resplandecido.”4

10. ¿Es la Biblia Confiable?

Los Cristiamos creemos que la Biblia habla la verdad acerca de Dios. Pero,
¿es la Biblia confiable?

Casi dos mil millones de personas en el mundo se llaman a sí mismos


cristianos. Pertenecen a miles de grupos y subgrupos de los cuales cada
uno difiere significativamente en la doctrina y en la práctica. Sin embargo,
un común denominador en todos estos grupos, es la convicción de que
la Biblia es una fuente de autoridad y es confiable. Solo hay que
considerar lo que dice el catecismo católico:
Los libros inspirados [la Biblia] enseñan la verdad. “Entonces por lo tanto,
todo lo que afirman los hagiógrafos, o autores inspirados, debe
considerarse como afirmado por el Espíritu Santo, debemos admitir que
los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad
que Dios hizo consignar en dichos libros para nuestra salvación”.1

Todas las principales denominaciones del cristianismo afirman un


compromiso similar con la autoridad y la inspiración de la Biblia. Pueden
hacerlo con diferentes palabras y énfasis, pero al final todos los cristianos
consideran la Biblia como una fuente de verdad acerca de Dios, de sí
mismos y de lo que deben hacer, con el fin de estar en una relación
correcta con Dios. ¿Esta bien fundada la confianza de los cristianos en la
Biblia? ¿Es la Biblia confiable?

Dependencia Completa

Veamos primero lo que significa confiar plenamente en alguien o algo.


Cada día confiamos en cosas que no conocemos o no entendemos
completamente. De hecho, con regularidad, ponemos nuestras vidas en
un hilo sobre la base de confianza.

En los últimos dos años, probablemente he tomado un centenar de vuelos.


Puse mi vida en las manos de ingenieros, mecánicos, pilotos,
controladores de tráfico aéreo y otras personas que no conozco. ¿Por qué?
Porque muchas personas de confianza me dicen—en el lenguaje religioso,
“dan testimonio”—que el transporte aéreo es la manera más segura de
llegar del punto A al punto B.

Yo no realizo una inspección previa al vuelo para


asegurarme personalmente de que el avión esté en buenas condiciones.
Confío en los pilotos. No me aseguro de que el combustible no esté
contaminado. Confío en el fabricante. No verifico los credenciales de los
pilotos. Confío en la empresa que los contrata.

¿Está mi confianza bien depositada? Bueno, me alegra informar que he


tenido cien despegues y aterrizajes seguros.

No es descabellado decir que cuando se trata de los temas más


importantes en la vida, nos basamos en pocos testigos. Por ejemplo, no
tengo ninguna prueba de que mi madre es verdaderamente mi madre.
Tan importante como esto sea en la formación de lo que soy, yo creo que
mi madre es mi madre, basado en sólo unas cuantas personas fieles en
las que confío. No he tenido pruebas de ADN que demuestren tal
afirmación, vivo mi vida todos los días dependiendo de lo que algunos
testigos me han dicho.

Del mismo modo, no tengo ninguna prueba de que mi esposa me ama.


Ella me dice que sí y actúa de manera coherente con el amor, pero podría
ser un engaño. Pero aún así, sigo viviendo cada día como si fuera verdad.
Dependo de ello. Confío en ella.

Mi punto es el siguiente: cada día dependemos de unas pocas personas


de confianza cuando se trata de los asuntos más importantes de la vida.
Ponemos nuestra vida y felicidad en ellos y lo hacemos sin ninguna prueba
científica ni objetiva; mejor, simplemente confiamos en que otros nos
dicen la verdad.

El hecho que consideres la Biblia como fiable depende probablemente de


las personas de tu confianza. Hay dos mil millones de cristianos que
confían en que la Biblia les dice la verdad acerca de Dios: ellos han
depositado su vida en ella; “dan testimonio” de que es cierto.

Pero no están solos. Hay académicos, historiadores y arqueólogos que


han estudiado la Biblia en profundidad y dan testimonio de que es digna
de confianza. Vamos a considerar lo que sólo uno de estos campos -la
arqueología bíblica- tiene que decir.

Arqueología Bíblica

Ron Hendel, especialista en la Biblia hebrea define la arqueología bíblica


como una “rigurosa correlación de los datos textuales de la Biblia y las
pruebas materiales de la arqueología”.2 Esta correlación no sólo es
posible, sino que ayuda a dar sentido tanto a los textos bíblicos como a
la evidencia material. De hecho, cuando los arqueólogos recuperan los
restos de una cultura humana, se hace mejor cuando los resultados
pueden estudiarse junto con otros textos antiguos, más o menos
contemporáneos.

Decenas de revistas y periódicos se dedican a la arqueología


bíblica.3 Estas publicaciones no existirían si no hubiera una gran cantidad
de datos que se correlacionan con los restos de las culturas materiales.
La arqueología ayuda a aclarar y confirmar mucho de lo que encontramos
en la Biblia y la Biblia ayuda a aclarar y confirmar mucho de lo que los
arqueólogos descubren.

Los arqueólogos han excavado en Egipto, Siria, Palestina y Mesopotamia


durante cientos de años; han recuperado y analizado innumerables
artefactos de la cultura humana. Sin embargo, sólo el 5 por ciento de los
sitios mencionados en la Biblia se han estudiado y ninguno de ellos se ha
agotado. Todavía hay mucho trabajo por hacer. Esto significa que hay
límites a lo que la arqueología puede decirnos, aunque corroboran partes
del texto bíblico.

Por ejemplo, la arqueología confirma que los camellos eran realmente


domesticados durante la época de Abraham, como lo indica el Génesis
(Génesis 24:10-64), pero no puede afirmar que Dios le habló a Abraham
para a establecer un pacto con él (Génesis 12:1-3).4 La arqueología
confirma que los pueblos de Galilea tenían sinagogas durante el tiempo
de Jesús (por ejemplo, Lucas 4:16-305), pero no puede afirmar que en un
día determinado Jesús predicó este o aquel sermón.

Este hecho es la razón por la cual los textos escritos son exclusivamente
importantes. En pocas palabras, la arqueología no puede desenterrar todo
lo que sucedió en el pasado, y ciertamente no puede desenterrar a Dios.
Ya que la Biblia trata fundamentalmente acerca de Dios y sus acciones
para rescatar y reparar el mundo, la arqueología, por naturaleza, debe
permanecer en silencio respecto de las partes más importantes.

Pero si bien, por más que excavemos, no se puede probar ni refutar


completamente la Biblia, la verdad de la existencia de las personas, los
lugares y las costumbres de la Biblia se hace evidente.

La Confiabilidad de la Biblia

Al final, podemos decir que la Biblia es tan confiable como Dios lo quiso.
Para reconocer esto, hay que considerar también lo que no estaba
destinada a ser. No es una guía completa de la flora y fauna de la Tierra
Santa. No es un manual de medicina para el tratamiento de enfermedades
y lesiones.

Si tratamos de convertir la Biblia en lo que no es, entonces, no cumplimos


con el propósito para el cual Dios nos la dio. Decir que la Biblia es confiable
es una declaración de fe. No podemos demostrarla como tampoco
podemos demostrar el amor de una madre. Como la mayoría de las cosas
importantes en la vida, las tomamos en la fe.

Esto quiere decir que la Biblia es confiable para lo que dice ser. No más.
No menos. Puede ser vista como lo hacen miles de millones de personas
que confían en ella: una colección de libros inspirados por Dios y “útil para
enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia”.6
11. ¿Es la Biblia todavía Relevante?

La Biblia tiene miles de años de antigüedad. ¿Cómo podía ser relevante


hoy en día?

En lo que respecta este gran libro, tan solo me queda decir que, la Biblia
es el mejor regalo que Dios ha dado al hombre. Todo lo bueno que el
Salvador dio al mundo se comunicó por medio de ese libro.Abraham
Lincoln, décimo sexto presidente de los Estados Unidos1
Afrontemos la realidad. La Biblia y las personas que la produjeron eran
bárbaras y supersticiosas. Las únicas características redimibles de la
Biblia o la tradición cristiana son las cosas con que la gente civilizada está
de acuerdo y, por tanto, son irrelevantes para la gente instruida en las
ciencias.John W. Loftus, autor y ateo2

¿La Biblia es todavía relevante? Aparentemente, Abraham Lincoln


pensaba que sí lo era a mediados del siglo XIX. ¿Se hizo obsoleta de
alguna manera durante el siguiente siglo, como creía Loftus?

Algunas personas dicen que la Biblia es una reliquia de una época ya


pasada, un remanente de una sociedad antigua. Voltaire, el filósofo
francés del siglo XVIII, supuestamente hacía alardes de que la Biblia
prácticamente desaparecería de la vida pública en un periodo de cien
años, pero la Biblia todavía se sigue leyendo mientras la influencia de
Voltaire va desapareciendo.

¿Es todavía la Biblia una fuente de dirección útil y confiable para el mundo
moderno o está anclada en el pasado? ¿Contiene la Biblia evaluaciones
realistas de nuestros retos y ofrece soluciones para el éxito?

Una Verdad Eterna

Cuando la gente habla de la Biblia, algunos piensan inmediatamente en


un documento obsoleto con una lista enorme de reglas que reflejan
puntos de vista premodernos. Sin embargo, es un hecho que la Biblia
guarda un almacén de sabiduría y explora preguntas eternas: ¿Por qué le
pasan cosas malas a personas buenas? ¿De dónde sale el diablo? ¿Cuál
es el significado de la vida?

Estas preguntas siguen dejando perplejas hasta a las mentes más sabias.
Es irónico que la Biblia nunca intenta “contestar” estas profundas
interrogantes a nombre nuestro; acepta que las respuestas a algunas
preguntas pueden estar más allá del entendimiento humano. Lo que sí
nos ofrece son maneras de pensar sobre estos asuntos de una manera
más profunda.

Por otro lado, el libro de Proverbios está lleno de sabiduría franca y


práctica. Contiene refranes breves y sucintos diseñados para ser
recordados fácilmente. Los proverbios tienen consejos tan relevantes hoy
día como lo fueron hace tres mil años. Quizás hayas oído a tus padres o
abuelos decir: “Acostarse temprano y levantarse temprano hacen al
hombre sano, rico y sabio”.

Bueno, hace casi tres mil años, un proverbio bíblico trasmitía un mensaje
similar, enfatizando el valor de la disciplina y el trabajo duro:

¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere


sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni gobierne; con
todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge
alimentos. Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado? ¿Cuándo
despertarás de tu sueño? Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño
descanso, cruzado de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
y la escasez como un hombre armado!3

La pereza y la falta de disciplina eran problemas hace tres mil años y


todavía existen hoy día. Más aún, la promesa de riquezas y la amenaza
de la pobreza continúan motivándonos, tal y como motivaba a la audiencia
antigua.

Viendo otro ejemplo, considera la canción de Don Henley, “The Heart of


the Matter”.4 La letra refleja el tipo de soledad y dolor que todos sentimos
después de que termina una relación importante. Cuando llega a la raíz
del asunto, sin embargo, se da cuenta de que todo se reduce al perdón.

Bueno, el siglo XX no produjo corazones rotos. Han existido desde antes


de que se escribiera la primera palabra de la Biblia. La Biblia es totalmente
franca acerca de cuán profundo pueden ser el sufrimiento y los defectos
de las personas. Muestra el dolor y la soledad de corazones rotos y
amistades perdidas.

No obstante, no nos deja solos en nuestro dolor; nos guía sobre cómo
recuperarnos con promesas de reconciliación e integridad que todos
deseamos. Cualquier evaluación sincera de las Escrituras revela que tiene
el perdón en su esencia; no solo el perdón que recibimos de Dios, sino el
que recibimos de los demás.

Una Perspectiva Realista


Quizás de forma inesperada, la Biblia presenta una propuesta realista y
balanceada ante los retos de la vida. En el Antiguo Testamento, el libro
de Eclesiastés continúa siendo uno de los documentos más relevantes del
mundo antiguo. En el mismo, “el maestro” examina asuntos como la
educación, la vocación, la pereza, el patriotismo, la política, el
materialismo, el comportamiento discriminatorio hacia la mujer, la
futilidad y el envejecimiento.

El Rey Salomón, considerado por muchos el autor del libro, es conocido


por su sabiduría. Tuvo muchas esposas, concubinas, esclavos y una
riqueza inmensa. Experimentó con cada placer y filosofía disponible en un
intento de dar sentido y propósito a su vida. Hubo momentos en los
cuales se sintió escéptico y desilusionado.

Las palabras de Eclesiastés provienen de un “hombre de mundo”. Trató


el dinero, sexo y poder y no se sintió satisfecho con ninguna de estas
cosas. Como dicen los Rolling Stones, no pudo obtener satisfacción
alguna.5 Frustrado, el maestro clama: “Lo más absurdo de lo absurdo, lo
más absurdo de lo absurdo, ¡todo es un absurdo!”6

No obstante, Salomón finalmente descubre que es solo al estar lejos de


Dios que todo en la vida parece absurdo. Mediante el conocimiento de
Dios, finalmente encuentra sentido a la vida. Nos insiste a que
aprovechemos cabalmente las oportunidades y a disfrutar la vida, sin
olvidar la dirección que Dios nos ofrece. Se da cuenta de que hay un
balance en la vida: “…Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo
para todo lo que se hace bajo el cielo”.7

La Biblia, aquí y donde quiera, proporciona un panorama saludable de la


vida, uno que conduce al bienestar mental y emocional.

Apoyo Psicológico

Como se ha sugerido anteriormente, los personajes bíblicos no son


perfectos. Hemos leído de sus éxitos mediante la puerta trasera del
fracaso.8 Son hombres y mujeres que han encontrado un propósito para
su vida a pesar de ser gente insegura, despiadada o egoísta. Los
poderosos y los impotentes, los ricos y los pobres, los piadosos y los
perversos pueden igualmente encontrar satisfacción, valentía y confianza
con el favor de Dios.

Dentro de las páginas de la Biblia, un asesino se convierte en líder; una


prostituta, en antepasado de un héroe espiritual; un cobrador de
impuestos deshonesto, en benefactor; un tipo tímido, en instructor y un
fanático cruel, en un embajador de la fe. Mujeres estériles se convierten
en madres de hijos importantes; pescadores cobardes se convierten en
voceros de la reforma; gente con impedimentos graves se convierten en
mensajeros de Dios.

La realización de que Dios usa gente imperfecta nos inspira y nos llena de
seguridad; después de todo, ciertamente no hay nadie perfecto. Este
valioso conocimiento bíblico nos puede ayudar a seguir adelante y
enfrentar circunstancias decepcionantes y la tentación de creer lo peor de
nosotros mismos.

Un Efecto Duradero

Contrario a lo que muchos creen, la Biblia no es sencillamente una lista


de cosas que no se deben hacer, pero las reglas que sí contiene en
realidad forman gran parte de los fundamentos de la ética y el derecho
modernos. “No matarás”, “no hurtarás” y “no prestarás falso testimonio”,
por ejemplo, son considerados tan correctos y justos que los hemos
codificado en el derecho.9

Aunque no hemos consagrado las directrices de la Biblia en leyes, muchas


personas piensan que son igual de importantes para establecer la vida
diaria. Por ejemplo, puede ser que cometer adulterio no sea un delito
penal, pero la mayoría de las personas están de acuerdo en que la
infidelidad en el matrimonio no es lo correcto.

La Biblia ha conformado gran parte de nuestra sociedad y cultura. Camina


por cualquier museo de arte y verás imagen tras imagen inspiradas por
las historias de la Biblia. Escoge muchos libros escritos durante los últimos
cuatrocientos años y oirás ecos de las Escrituras. Pasea por las calles de
cualquier ciudad importante y encontrarás hospitales llamados El Buen
Samaritano, San Francisco o La Divina Misericordia. El impacto de la Biblia
sobre nuestro mundo no se deberá olvidar, ignorar ni minimizar.

El Contexto Cultural

Aún, muchas partes de la Biblia permanecen extrañas y distantes.


Después de todo, fue escrita hace mucho tiempo por personas que vivían
en culturas muy diferentes a la nuestra. Refleja el lenguaje, las normas y
la visión mundial de sus primeros autores, editores y audiencias, como es
de esperar de cualquier obra literaria.

Las personas que juzgan la Biblia fundamentadas en normas modernas


se creen superiores a esta gente primitiva y supersticiosa. Razonan que
la sociedad bien educada y civilizada tan solo surgió, pero debemos tener
cuidado en pensar que de alguna manera hemos “arribado” por nuestra
cuenta.

De aquí a dos mil años, nuestro conocimiento científico de hoy será


considerado anticuado. ¿Cómo nos gustaría que se juzgaran nuestras
costumbres, ideas, política y ciencia conforme a estándares del Siglo
XXIII?

Es necesario ser humilde a cualquier edad. Para poder leer bien la Biblia,
debemos dejarla asentarse cómodamente en su época original antes de
insistir que hable en términos de la nuestra.

Así es que cuando encontremos en la Biblia puntos de vista diferentes a


los nuestros, es solo justo tratar de entender el momento en el cual se
escribieron. Si hacemos ese viaje al pasado, descubriremos que las
enseñanzas de la Biblia exploran fronteras culturales. Muy
frecuentemente, encontraremos profetas ejerciendo gran presión sobre la
gente y las agendas poderosas para poder adecuarlas a la misericordia de
Dios. Muy frecuentemente veremos que se le quita el filo áspero a las
realidades crueles del mundo.

En un mundo que todavía se caracteriza por la ira, ansiedad, discordia y


desilusión, la Biblia contiene un mensaje de esperanza, paz y prosperidad.
Permanece—independientemente de nuestro punto de partida teológico—
una fuente inagotable de sustento espiritual. Puede haberse
escrito para una sociedad antigua, pero está hecha para todas las
generaciones.

12. ¿Quiénes son los evangélicos?

Oímos hablar de los evangélicos en los medios de comunicación, pero


¿quiénes son realmente?

Tal vez ningún grupo en América del Norte es más propenso a provocar
aversión o más difícil de entender que los cristianos evangélicos. Esto
puede deberse a lo que escuchamos en los medios de comunicación
acerca de algunos grupos fanáticos.

Las reacciones a la expresión "evangélicos" pueden ser muy fuertes:


“¿Acaso no odian a las mujeres y a los homosexuales?” “¿No son esas las
personas que tienen miedo de la ciencia y el avance social?” "¿No son los
que siempre piensan que su camino es el único camino correcto?”
Es cierto que algunos de los que llevan la etiqueta de "evangélico" a
menudo encajan en el estereotipo negativo que ha llegado a estar
asociado con el término. Y con demasiada frecuencia, voces que dicen
hablar en nombre de todos los evangélicos difunden un mensaje que se
parece menos al de Jesucristo y más al de un programa político o una
cruzada cultural. Es comprensible que estas personas hagan que algunos
se pongan nerviosos o se enojen, y dejen a muchos preguntándose
quiénes son exactamente los evangélicos.

En una entrevista de 1987, al reverendo Billy Graham, posiblemente el


más prominente predicador evangélico del siglo XX, se le preguntó qué
era un evangélico. "En realidad, esa es una pregunta que me gustaría
también hacerle a alguien", le dijo Graham al reportero de religión Terry
Mattingly. “Las líneas se [han] desdibujado. . . . Todo el tiempo vamos de
los fundamentalistas extremos a los liberales extremos, y en algún lugar
en el medio, están los evangélicos”.1

El Movimiento Evangélico

El evangelismo comenzó entre los protestantes de Gran Bretaña en la


década de 1730. El movimiento se extendió a raíz de una serie de
"Grandes Despertares" en los siglos XVIII y XIX.

Una plétora de nuevas denominaciones cristianas y nuevas ramas dentro


de las denominaciones existentes surgió a raíz de estos movimientos
religiosos, cada uno enfatizando la difusión del evangelio. Estas
denominaciones tienden hacia el fundamentalismo y compartieron lo que
el historiador David W. Bebbington de la Universidad de Stirling llama el
"cuadrilátero de prioridades", la base del evangelismo.2

1. La necesidad de nacer de nuevo (una conversión personal)


2. La supremacía de la autoridad bíblica
3. La salvación a través de la muerte y resurrección del Hijo de Dios
4. El compartir activamente el evangelio a través de la evangelización

Las iglesias evangélicas han tendido históricamente a ser protestantes, a


pesar de que los movimientos evangélicos en ocasiones surgen dentro del
catolicismo romano y el anglicanismo-episcopalismo.

El Objetivo Evangélico
Aunque a veces los esfuerzos de algunos individuos han sido equivocados,
los evangélicos en su conjunto han buscado la manera de afectar a la
sociedad de manera positiva a través de la expresión tangible de su fe
cristiana. Por ejemplo, un gran número de hospitales de Estados Unidos
(como el Vanderbilt) e instituciones de educación superior (como las
universidades de Princeton y Brown) fueron fundados por los
evangélicos.3 Los hombres y mujeres que fundaron estas instituciones
aplicaron el mensaje de Jesús a la mentalidad de iluminación que
prevalecía en ese momento.

El cristianismo evangélico, como todos sabemos, se basa en el odio.Henry


Louis Mencken4

El pensamiento evangélico ha afectado a prácticamente todos los rincones


de la sociedad occidental moderna. Fueron los cristianos evangélicos los
que dieron al mundo del arte pintores y escultores destacados como
Botticelli y Rafael. La música clásica occidental continúa siendo instruida
e inspirada por "La Pasión según San Mateo" de Bach y "El Mesías" de
Händel.

El sociólogo Rodney Stark, admite: "El mundo moderno surgió solo en las
sociedades cristianas. . . toda la modernización que se ha producido
desde entonces fuera de la cristiandad fue importada de Occidente, a
menudo traída por los colonizadores y misioneros”.5

Los Evangélicos Más Jóvenes en la Actualidad

Desde el comienzo de este siglo, ha surgido una rebelión entre los


evangélicos jóvenes contra lo que el autor Roland D. McCune llama "las
innovaciones drásticas, las terapias de autoestima y el mercantilismo
burdo de los pragmáticos bumer”.6

El ritual y la liturgia han tenido tradicionalmente poco lugar en la mayoría


de las iglesias evangélicas. Sin embargo, los evangélicos jóvenes han
comenzado a adoptar las prácticas de la iglesia del pasado, incluidos los
credos ecuménicos, liturgias antiguas, la iconografía y los símbolos de la
antigua iglesia.

Y a pesar de que conservan el "cuadrilátero de prioridades", los


evangélicos más jóvenes suelen tener una postura más liberal en temas
sociales que las generaciones anteriores.

Los Evangélicos y la Política


A menudo se piensa que la comunidad evangélica en los EE.UU. es
uniformemente conservadora, pero este no es el caso. Hoy en día los
políticos se enfrentan a una tarea casi inútil cuando se trata de conseguir
el apoyo político de los evangélicos en su conjunto.

Ronald Reagan, tal vez el mayor éxito político de la época en congregar a


los evangélicos detrás de su candidatura, nunca fue capaz de
comprometer a una parte significativa de las iglesias evangélicas negras,
que, aunque posiblemente más política y socialmente conservadoras que
los evangélicos blancos, siempre votaron abrumadoramente a favor de
los demócratas.

Los evangélicos no son un grupo homogéneo políticamente, ni mucho


menos. Para entender verdaderamente lo que significa ser "evangélico",
hay que desconectar este término de sus vínculos con la política
estadounidense.

Los evangélicos pueden encontrarse en los "estados rojos", así como en


los "estados azules”. Todos los partidos políticos incluyen a algunos
devotos seguidores de Jesús. Y todos creen que el gran unificador no es
la filiación política, raza, sexo o condición social, sino el mensaje de la
muerte y resurrección de Jesús.

¿Qué Creen los Evangélicos?

Los evangélicos creen en la Trinidad y en la divinidad de Cristo. Siempre


la salvación es solo por la fe. Ningún esfuerzo o logro humanos pueden
hacernos ganar nuestro lugar en el cielo.

A lo largo de la historia, los evangélicos han tratado de mejorar y hacer


progresar a la civilización a través de los principios que creían que se
encontraban dentro de la revelación de Dios acerca de sí mismo en las
Escrituras y en la naturaleza. Ese mismo espíritu impregna la mentalidad
evangélica de la actualidad.

Estas aspiraciones están motivadas por las creencias fundamentales del


cristianismo evangélico: la creencia en la Biblia como la fuente última de
la verdad, el papel de la iglesia en la sociedad, y la urgencia de las
misiones mundiales y la labor humanitaria. Mucho más importante, la
acción evangélica se basa en la convicción de que Dios mismo se ha
revelado plena y finalmente a toda la humanidad en la persona de
Jesucristo.
En el fondo, los evangélicos son simplemente portadores de la buena
noticia de Jesucristo. Esta noticia es que Jesús amaba a la humanidad lo
suficiente como para entrar en nuestro mundo y hacer lo necesario para
traernos la curación y la comprensión, y ofrecernos la oportunidad de
una relación genuina con él.

De ninguna manera los evangélicos siguen siempre a Jesús en forma


perfecta, pero más que nada, su deseo es que el mundo vea el amor de
Jesús a través de sus palabras y acciones.

13. La Diferencia entre el Protestantismo y el Catolicismo

Como Cristianos, Protestantes y Católicos, ellos comparten creencias


diferentes. Aprende 5 diferencias fundamentales.

A menudo se escucha a la gente decir: “Los Cristianos creen X”, o “El


Cristianismo dice Y”. O tal vez has excuchado decir algo más específico,
como, “Los Católicos creen X, pero los Bautistas creen Y y los Metodistas
creen Z”.

¿Qué significa todo esto? ¿Acaso hay diferentes tipos de Cristianos?

Para Todos Los Gustos

Hay muchas formas de cristianismo y aunque existen similitudes entre


ellos, también hay diferencias significativas. De las tres divisiones
principales—Ortodoxos, Católicos y Protestantes—el protestantismo y el
catolicismo romano, así como la relación entre ambos, parecen obtener
la mayor atención en el occidente.

Los elementos culturales y geográficos han jugado un papel importante


en el desarrollo del cristianismo, y como tal, no debemos descartar las
identidades étnicas y culturales, al comparar una persona católica de
Perú con una persona protestante de Estados Unidos.1 Pero dejando a
un lado los factores culturales por un momento, consideremos algunas
de las diferencias fundamentales entre el protestantismo y el catolicismo
romano.

Antecedentes Históricos

En los siglos subsecuentes a la muerte de Jesús, la mayoría de los


cristianos promovió lo que se llamó “El cristianismo católico”, lo que los
antiguos apóstoles (circa 150 dC) profesaba como "una santa iglesia
católica”.2
El término “católico” viene de la palabra griega katholikē, lo que
significa, literalmente, “de acuerdo con el todo” o “universal”. El término
llegó a designar la forma más aceptada de la fe trasmitida desde los
primeros seguidores de Jesús. No se trataba de una institución: “se
trataba de una visión espiritual, una convicción de que todos los
cristianos deberían ser un sólo cuerpo.”3

En aquella época, la cultura romana y la lengua latina dominaban el


occidente, por lo que el cristianismo en esa región adquirió un sabor
decididamente romano. En consecuencia, el término “catolicismo
romano” se convirtió en sinónimo de la Cristiandad Occidental.4 Desde
los primeros siglos D.C. y a través de la Edad Media, las creencias
católicas romanas, sus tradiciones, prácticas e instituciones fueron la
forma normativa del cristianismo.

En el siglo XVI, comenzó la Reforma Protestante. Líderes de la iglesia


como Lutero, Zuinglio, Calvino y otros protestaron contra algunas de las
prácticas y los abusos de la iglesia católica.

Aunque los manifestantes querían reformar la iglesia desde dentro, con


el tiempo se hizo evidente que su movimiento era incompatible con la
iglesia madre en Roma. Así que se separaron y crearon sus propias
estructuras y organizaciones de la iglesia, anunciando así el nacimiento
del protestantismo.

Hoy en día, muchas denominaciones y grupos diferentes componen el


protestantismo en todo el mundo. Anglicana, Luterana, Presbiteriana,
Metodista, Bautista, Evangélica Libre, Pentecostal y muchas iglesias sin
denominación ahora caen bajo la categoría general del protestantismo.

Diferencias Fundamentales

Aunque los individuos pueden, por supuesto, tener sus propias creencias
específicas, hay cinco diferencias esenciales entre protestantes y
católicos.

La Autoridad del Papa

Los católicos romanos creen que el Papa es la cabeza de la Iglesia en


todo el mundo. Como “Vicario de Cristo”, el Papa toma el papel del
representante terrenal de Cristo y actúa en su lugar para dirigir la
Iglesia en la determinación de lo que es verdad, correcto y adecuado
para todos los católicos. De acuerdo con las enseñanzas de la iglesia, el
Papa se preserva de cualquier posibilidad de error cuando habla sobre
asuntos de la fe y de la moral que deben ser seguidos por toda la
Iglesia.5

Según esta tradición, el apóstol Pedro fue ordenado el primer


“Papa”,6 cuando Jesús dijo: “Y yo os digo que tú eres Pedro y sobre esta
piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella.”7 La tradición dice que Pedro se convirtió en el obispo de
Roma. Los católicos creen que esta autoridad continúa aún hoy en día.8

Los Protestantes, en cambio, no creen en una estructura jerárquica que


culmina en una persona que podría hablar de manera definitiva y
proclamar la verdad sin error.9

María, la Madre de Jesús

María juega un papel diferente para los católicos y para la mayoría de


los Protestantes. Porque María es el instrumento a través del cual Dios
trajo a su Hijo al mundo, los católicos honran a María con los títulos de
“Madre de Dios” y “Madre de la Iglesia”.

Los católicos la consideran un ejemplo de fe y santidad. Según la


tradición, María fue concebida y nació sin la mancha del pecado
original y permaneció sin pecado durante toda su vida.

Aunque los católicos tienen una devoción especial a María, no la adoran


o alaban como lo hacen con Dios y el Verbo Encarnado. Ellos oran a
María—como rezan a otros santos—pidiendo su intercesión o mediación
por ellos ante su Hijo, con quien ella está en perfecta comunión. Dicho
de otra manera, piden a María que ruegue por ellos de la misma manera
que todos los cristianos se piden orar unos por otros.10

Por diversas razones, aunque los protestantes pueden tener un alto


concepto de María, no la tienen en el mismo sentido. En general, no le
rezan a María ni la convierten en un punto focal de la obra artística o la
iconografía de la misma manera en que los católicos romanos lo
hacen.11

La Doctrina de la Justificación

Tanto los protestantes como los católicos están de acuerdo en que uno
está justificado—constituido justamente y puesto en una relación
honesta con Dios—por medio de la gracia. Las diferencias en sus
creencias son una cuestión de grado.
Los católicos romanos creen que las acciones de una persona juegan un
papel importante en su situación con Dios, porque las acciones son
expresiones externas de la fe interna. Para los católicos, las buenas
acciones pueden lograr la penitencia por los pecados o limitar el tiempo
en el purgatorio después de la muerte.

Los protestantes creen que la justificación por la gracia mediante la fe


es la única manera para que una persona disfrute de una posición justa
ante Dios. Desde este punto de vista, las buenas obras se hacen por
gratitud y son vistas como resultado de la fe, pero solas no pueden
ganar ningún mérito con Dios.12 Los católicos también creen en esto,
pero hacen hincapié en las obras como manifestaciones de la fe.

Culto

Los católicos romanos abrazan el misterio, la jerarquía, los rituales, la


liturgia, la estructura y acciones más simbólicas en su culto. Los
protestantes, por su parte, desarrollaron cultos claros y sencillos,
centrándose en las Escrituras.

Para los católicos, el centro de la Misa es la Eucaristía o la Sagrada


Comunión. Para los protestantes, el momento central del culto viene con
el sermón, cuando el ministro predica desde la Biblia.13

Es cierto que lo anterior es una generalización en aras de la claridad y


simplicidad. Sin embargo, un servicio de culto protestante evangélico
actualmente podría consistir, casi completamente, en canciones
modernas con instrumentos modernos en un auditorio con pocos
símbolos religiosos. Pero un servicio católico probablemente contenga
numerosos elementos complejos, elaborados y profundamente
significativos para los participantes.

El Papel de la Tradición de la Iglesia

La mayoría de las variaciones entre protestantes y católicos romanos se


basan en una diferencia más fundamental: el papel de la tradición de la
iglesia.

Los protestantes creen que la autoridad central para la fe y la práctica


se encuentra en las Escrituras.14 Aún y cuando la tradición, la razón y la
experiencia son importantes, los protestantes tienden a pensar que
todos deben ser comparados—y en última instancia sustituidos—por las
enseñanzas de la Biblia.
Por otra parte, los católicos romanos se adhieren a muchas creencias y
prácticas que no están explícitamente establecidas en las Escrituras.
Estas tradiciones, junto con las Escrituras, constituyen un depósito de la
fe que ha sido transmitido desde los primeros apóstoles a través del
Magisterio de la Iglesia, es decir, el Papa, los obispos y los Concilios de
la Iglesia.15 La autoridad se encuentra en el conjunto de la Biblia, la
razón y la tradición, estos tres factores se ven como complementarios y
no en tensión.16

Por lo tanto, los católicos romanos consideran ciertas prácticas y


creencias—como la infalibilidad papal, la Inmaculada Concepción de
María, la doctrina del Purgatorio, el celibato de los sacerdotes y la
distinción entre pecados mortales y veniales—importantes para su fe,
mientras que los Protestantes no están necesariamente de acuerdo.

Muchas Religiones, un Sólo Dios

Estas diferencias son extremadamente importantes; siguen siendo la


fuente de fructíferos, y a veces no tan fructíferos, debates entre
protestantes y católicos romanos. Sin embargo, no hay que descuidar
las creencias centrales sobre las que prácticamente todos los
protestantes y los católicos están de acuerdo.

Hay un sólo Dios, el Creador, que envió a su único Hijo, Jesús, al mundo
para vivir como un ejemplo, para enseñar acerca de la venida del Reino
de Dios, a morir en la cruz y resucitar de entre los muertos. A través de
la fe en Jesús, cualquiera puede encontrar esperanza, paz y la
restauración con Dios.17

14. ¿Qué es la Trinidad?

La Trinidad es un concepto extraño. ¿Acaso existe un sólo Dios o existen


tres dioses?

Tal vez has escuchado hablar de "la Trinidad": El Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. ¿Alguna vez te has preguntado qué puede significar eso?

La mayoría de la gente cree en algún tipo de Divinidad. Judíos y


musulmanes son monoteístas; creen en un solo y verdadero Dios.
Hindúes, budistas y adherentes a la mayoría de las regiones tribales
ponen su fe en muchos dioses distintos: son politeístas.

Y en el medio quedan los peculiares cristianos. Por casi dos mil años, los
cristianos han sostenido que sí, hay un solo Dios, pero que existe en tres
personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Juntos, forman la
Trinidad.

Qué extraño.

¿Cómo funciona eso? ¿Acaso eso no se parece más a creer en tres dioses
y no en uno? ¿Y por qué los cristianos creen en Dios como una Trinidad
en primer lugar?

La palabra "Trinidad" no aparece en ninguna parte en la Biblia. No hay


pasajes bíblicos que expliquen explícitamente a Dios como un ser trino
(tres en uno). Dado que el cristianismo deriva sus posturas sobre Dios de
la Biblia, esto es extraño. Todo se reduce a una pregunta simple: ¿Qué
es la Trinidad?

Un Solo Dios Verdadero

La Biblia afirma inequívocamente que hay un solo Dios, respaldando el


monoteísmo de los israelitas antiguos. Ellos creían en un solo Dios; todos
los otros ídolos, afirmaciones de divinidad y denominados dioses eran
considerados falsos.1

En tanto judíos devotos, los primeros seguidores de Jesús -que


eventualmente fueron conocidos como cristianos- profesaban su fe en un
Dios también.2 Los cristianos posteriores incluso utilizaron categorías
filosóficas del pensamiento griego para explicar que Dios tiene una sola
naturaleza, una sustancia y una esencia que nunca se divide.3

En otras palabras, Dios no es esquizofrénico. Él no cambia de forma ni es


la cabeza de un panteón de dioses. Como los cristianos en el mundo
siguen afirmando el día de hoy: existe un solo Dios.

Dios Como Tres en Uno

Pero algo cambió entre aquellos primeros seguidores de Jesús.

Aunque siguieron siendo monoteístas, también vieron a Jesús como Dios.


Hacían oraciones para él, le cantaban himnos y se reunían en su nombre.
Se relacionaban con Jesús como uno podría hacerlo con Dios. En vista de
las enseñanzas, los milagros y la resurrección de Jesús, todo ello
asombroso, se convencieron de que Dios se había transformado en un ser
humano en la persona de Jesús.

Y sin embargo Jesús oró a Dios como su Padre. Él habló y actuó como si
Dios fuera distinto de él. Jesús también habló de otro “Ayudador”: el
Espíritu Santo (un término que a veces se encuentra en el Antiguo
Testamento para describir a Dios). Cuando Jesús dejó la tierra, dijo que
su Espíritu vendría y habitaría en los corazones de sus seguidores,
llevando la presencia real de Dios y guiándolos en la verdad y la vida.4

Para coronar todo esto, Jesús dio a sus seguidores poco antes de
marcharse. Los instó a ayudar a otros a convertirse también en creyentes.
Como un símbolo del cambio de vida de cada uno, les instruyó que
bautizaran a esos nuevos seguidores en agua “en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo”.5 Esta fórmula de tres partes se volvió la
clave para la comprensión de los cristianos de quién es Dios: un Dios, que
existe en tres personas distintas.

Analogías de la Trinidad

La idea de Dios como tres en uno es en realidad un concepto misterioso,


difícil de comprender. A menudo las analogías se quedan cortas.

Uno piensa en Dios como en H2O, que a veces es sólida (hielo), a veces
líquida (agua) y otras veces gaseosa (vapor). Otros comparan a Dios con
un huevo, que es en parte cáscara, parte clara y parte yema.

El teólogo Agustín ofreció una analogía sicológica. Reflexionó sobre cómo


la mente humana tiene tres facultades—memoria, entendimiento y
voluntad—pero sigue unificada.6 Aun así, otros han sugerido personas
como ejemplos. Así, una mujer puede tener distintas funciones en su
vida—empleada en el trabajo, amiga en el gimnasio y esposa en el
hogar—pero sigue siendo una persona.

Todas estas analogías tratan de explicar cómo una entidad puede ser
constantemente tres personas. Ahora bien, Dios -como lo entienden los
cristianos—no decide ser como un Padre un día, como Jesús al otro día y
como un Espíritu al siguiente. Él no cambia roles o formas sencillamente.

Más bien, Dios siempre es una sustancia que comparten tres "personas"
independientes donde cada una tiene una voluntad y una personalidad
únicas, y cada una es igualmente Dios. De hecho, la enseñanza cristiana
dice que el Padre es plenamente Dios, Jesús es plenamente Dios y el
Espíritu Santo es plenamente Dios.7

Los teólogos ofrecieron maneras más sofisticadas y teológicas para


entender la Trinidad.8 Algunos pueden querer considerar estas
explicaciones antes de decidir si creen o no en ellas.
Otros sencillamente describen a la Trinidad como un misterio
incomprensible que no se puede entender completamente. La lógica está
limitada por sus extremos y el lenguaje humano a menudo es inadecuado.
Sin embargo, cuestionan, ¿deberíamos esperar algo distinto de un Dios
trascendente que creó el universo? Si pudiésemos comprender todo
acerca de él, ¿realmente sería un Dios digno de adoración?

El Amor Está en el Centro

Tal vez la mejor explicación viene de un sencillo versículo en la Biblia:


“Dios es amor.”9 El término "amor" con frecuencia se asocia con afectos
y emociones. Pero hablando de un punto de vista práctico, el amor
requiere un sujeto, un objeto y una acción: una persona que ame, un
objeto que reciba el amor y el acto de amar. Por ejemplo, piense en
donarse a sí mismo y su amor a alguien más.

El amor genuino no puede ser expresado por ti mismo; requiere de otros


a quienes puedas entregarlo. Entonces, Dios no empezó sencillamente a
experimentar “amor” solo después de haber creado el mundo y a los
humanos (objetos a los que él podía amar). Dios es amor.

Como explica el teólogo Jonathan Edwards: “La esencia misma de la


realidad de Dios está en el amor intratrinitario del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.”10 Su existencia eterna está enraizada en un amor
compartido experimentado dentro de él mismo.

Además, Edwards sostuvo que nosotros somos los beneficiarios: “La única
razón posible para que un ser como este creara el universo fue extender
ese amor a otros, seres, imperfectos...Toda la realidad creada es como
una explosión de luz prototípica desde el sol del amor intratrinitario de
Dios.”11

15. ¿Jesús es Dios?

¿Jesús estaba simplemente loco? ¿O podría ser que Jesús realmente era
Dios?

De acuerdo con estudios recientes, la mayoría de la población del mundo


cree en Dios o en una deidad universal.1 Naturalmente, la gente describe
a Dios de maneras muy distintas: deidad personal, divinidad
trascendente, poder superior o espíritu universal. Como sea, creemos que
algo o alguien está por sobre la humanidad y el universo como lo
conocemos. Entonces, cuando una persona en particular profesa ser Dios,
es una gran cosa. Y Jesús — el maestro judío que vivió en el primer siglo
CE — hizo precisamente eso.

Hay razones más que suficientes para creer que Jesús no era y no es
verdaderamente Dios. Para los principiantes, es difícil imaginar a
cualquier ser humano encarnando verdaderamente a Dios. ¿Cómo se
vería eso? ¿Cómo es que Dios se convierte en una persona? ¿Acaso este
Dios-persona va y viene entre espíritu y ser humano? ¿Puede este Dios-
persona enfermarse y morir como un humano? Eso no sería muy digno
de Dios.

Además, ¿acaso el cristianismo no cree en un solo y verdadero Dios?


¿Entonces cómo Jesús podría ser Dios? ¿Acaso esto tiene algo que ver
con la Trinidad? ¿Y para empezar por qué Dios se iba a convertir en una
persona?

Estas son fuertes preguntas. Pero, supongamos por un minuto que Dios
puede hacerse humano. Después de todo, él es Dios.2 Si puede crear el
universo, ciertamente puede entrar en él. Si se convirtió en un humano,
¿cómo actuaría? ¿Qué haría? ¿Qué diría? Y las cosas que Jesús dijo e hizo,
¿acaso son el tipo de cosas que nosotros esperaríamos de Dios?

¿Jesús es Dios? Miles de millones de personas así lo creen. Y ciertamente


su vida alteró el curso de la historia humana. Exploremos la posibilidad.

Personalidad de Jesús

Lo primero que hay que tomar en cuenta es la personalidad. ¿Cómo era


Jesús? De las páginas que dan cuenta de su vida sobresalen dos
características: autodisciplina y compasión.

Jesús demostró una tremenda autodisciplina con miras al logro de su


tarea, haciendo esfuerzos para no distraerse por este mundo. Rehuyó las
multitudes para pasar tiempo orando a solas, se negó a ser coronado rey
por seguidores entusiastas pero desorientados, y guardó silencio delante
de sus intrigantes acusadores. Su compasión quedó ejemplificada en su
actitud amable hacia los marginados; su asociación con samaritanos,
gentiles y romanos, todos ellos despreciados por los judíos; su opción por
los pobres y los impuros desde la perspectiva de los rituales; y su perdón
para aquellos que lo ejecutaron.3

Pero si bien estas son cualidades admirables, todavía no demuestran


nada.
Milagros de Jesús

La Biblia da cuenta de que Jesús realizó muchos milagros asombrosos,


que se describen como “signos a través de los cuales reveló su
gloria”.4 Jesús sanó personas física y psicológicamente, convirtió agua en
vino, apaciguó tormentas intensas, multiplicó alimentos, caminó sobre el
agua e incluso resucitó a personas que habían fallecido.5 Pero su mayor
milagro fue su propia resurrección.6

Los seguidores de Jesús afirmaron literalmente haber visto a Jesús de


regreso de entre los muertos. Siempre es posible que estuvieran
alucinando o que todo fuera un fraude. Pero todavía nos queda la
pregunta de por qué entonces la tumba de Jesús estaba vacía. ¿Qué pasó
con el cuerpo de Jesús y por qué nunca ha sido encontrado?

Si la muerte y resurrección de Jesús fue una conspiración armada por sus


discípulos, ¿por qué los cuatro recuentos de la resurrección en la Biblia
tienen incongruencias aparentes? Mateo, Marcos, Lucas y Juan se habrían
asegurado de uniformar sus historias. ¿Y por qué muestran a las mujeres
como los primeros testigos de la resurrección de Jesús? En el mundo
antiguo, las mujeres no eran consideradas como testigos creíbles. Nadie
que estuviera inventando esta historia habría pasado por alto ese detalle.

Naturalmente, nadie puede probar que la resurrección o alguno de los


milagros de Jesús verdaderamente sucedieron, pero la evidencia es
apremiante y vale la pena considerarla.

Afirmaciones de Jesús

No obstante, lo más provocador es el hecho de que Jesús en realidad


afirmó ser Dios. Por ejemplo, Jesús usó los siguientes títulos para
describirse: Hijo de Dios, Mesías, Señor e Hijo del Hombre, todas
designaciones con implicancias divinas en la cultura judía.7

Él también hizo declaraciones explícitas acerca de su divinidad. De hecho,


Jesús difícilmente podría haber sido más directo: “Yo y el Padre somos
uno.” dijo.8 “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.”9

Consideremos algunas otras acciones radicales. Jesús aceptó adoración,


oración y fe de sus seguidores. Jesús perdonó pecados cometidos contra
Dios, una capacidad tradicionalmente reservada solo a Dios. Mientras los
profetas del Antiguo Testamento asentaron su autoridad en Dios—“Así
dice el Señor”—, Jesús a menudo sienta su autoridad en sí mismo: “En
verdad les digo.” Y Jesús afirmó que la respuesta de una persona al mismo
Jesús determinaba el destino eterno de esa persona.10

No es de sorprenderse que Jesús provocara tal alboroto, uno


suficientemente grande como para que tú y yo sigamos hablando de él
casi dos mil años más tarde.

Un Maestro de gran Moral

Mucha gente sugiere que Jesús simplemente era un maestro de gran


moral, y en verdad la personalidad, las enseñanzas y las buenas obras de
Jesús dan sustento a eso. Pero ningún maestro de gran moral (por
ejemplo, Buda, Mahoma o Gandhi) profesó ser Dios.

El autor C. S. Lewis resume nuestro desafío:

Aquí estoy tratando de impedir que alguien diga la locura que la gente
dice a menudo sobre él: “Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un
maestro de gran moral, pero no acepto su afirmación de que es Dios”.
Eso es algo que no debemos decir. Un hombre que hubiese sido
simplemente un hombre y hubiese dicho el tipo de cosas que Jesús dijo
no sería un maestro de gran moral. Habría sido un lunático — del nivel
del hombre que dice que es un huevo hervido — o bien habría sido el
diablo del infierno. Tú debes hacer tu propia elección. O bien este hombre
fue, y es, el Hijo de Dios, o entonces es un loco o algo peor. Tú podrías
tacharlo de loco, puedes escupirlo y matarlo como un demonio o puedes
caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero no vengamos con la tontera
condescendiente de que es un gran maestro humano. Él no nos dejó esa
opción abierta.11

Entonces, ¿qué opinas? ¿Lunático, demonio o Dios?

16. ¿Cómo puedo conocer a Dios?

La mayoría de la gente quiere conocer a Dios, pero ¿cómo podemos


conocerlo? Explora la idea aquí.

Muy bien, entonces quizá Dios existe. Pero incluso si eso es cierto, ¿cómo
lo podemos conocer? Obviamente, no es tan simple como decidir a
invitarlo a tomar un café—¿o sí?

La mayoría de nosotros—ateos, budistas y cristianos por igual—hemos


experimentado el sentimiento de querer creer que haya algo más, el
anhelo de pertenecer a algo más grande que nosotros mismos. Después
de un día particularmente difícil, una semana decepcionante o un año
devastador, algunas veces nos encontramos involuntariamente deseando
que estos malos mementos o temporadas no sea el punto final.

Estos pensamientos han llevado a muchos de nosotros no solo a


cuestionar la existencia de Dios, sino también a preguntarnos cómo es
que podemos conocer a dicha entidad. Para bien o para mal, puede haber
tantas opiniones sobre cómo conocer a Dios como hay granos de arena
en el mar.

Pero, ¿tú crees que hay un Dios que conocer? Muchas personas
simplemente no lo creen. Quizá la ciencia es todo lo que sientes que
necesitas; la razón y la lógica proveen respuestas suficientemente
satisfactorias para las preguntas más grandes de la vida. También, Dios
parece ser como un comodín para describir eventos que aún no pueden
ser explicados por la ciencia. Como sugirió Carl Sagan: “Lo que sea que
nosotros no podamos explicar últimamente se le atribuye a Dios…y
entonces, después de un tiempo, lo explicamos, y esto ya no es parte del
reino de Dios”.1

O quizá piensas que es posible que haya un ser supremo que diseñó este
universo, pero no puedes imaginar que esa entidad quiera tener algo que
ver contigo. Es, después de todo, un concepto difícil de aceptar: lo
pequeño que seguramente parecemos en comparación con un ser
suficientemente grande como para crear un mundo completo. Albert
Einstein dijo alguna vez, "No trato de imaginar un Dios personal; es
suficiente con maravillarme por la estructura del mundo en la medida en
la que permite que nuestros sentidos inadecuados lo aprecien." 2 Así que
dejémoslo así.

Pero digamos que hay un ser así de magnífico e incluso la ligera


posibilidad de que lo podamos conocer en un nivel íntimo. ¿No valdría la
pena por lo menos intentarlo? Yo, al menos, tengo que admitir que siento
un poco de curiosidad.

A lo largo de la historia, el humano ha creído en la existencia de un Dios


conocible—un Dios que existe no solo a gran escala, sino también a nivel
personal. Personas prueban todo tipo de cosas para sentirse más cerca
de un ser superior o para encontrar la iluminación. Algunos usan drogas
u otros métodos, pero la mayoría han seguido a alguna forma de religión
en un intento de conocer y comprender a Dios.3
Las personas de casi todas las religiones conocidas por el hombre han
tratado de conocer a Dios viviendo un estilo de vida monástica, separados
del mundo y negándose algunas comodidades. Por miles de años, adeptos
a religiones como el hinduismo, jainismo y budismo han practicado yoga—
una forma de meditación física, mental y espiritual—para buscar el
conocimiento de Dios.4 Otros, incluyendo a muchos judíos, musulmanes y
cristianos, han buscado conocer a Dios a través de la adherencia estricta
a reglas y rituales religiosos, creyendo que podían ganarse el favor de
Dios al distinguirse de las masas a través de la práctica religiosa.

¿Podría ser, sin embargo, que a pesar de los mejores intentos de la


humanidad, la clave para conocer a Dios no tiene nada que ver con ser
religioso? Quizá el deseo de Dios no es que sigamos reglas o llevemos a
cabo rituales, sino que simplemente busquemos una relación con Él.

Ya sea que creamos o no en Dios, los humanos somos, por naturaleza,


adoradores. Todos elegimos algo como el objeto de nuestra más grande
devoción.5 Puede ser un ser amado, una banda, un equipo deportivo, un
trabajo, o incluso nosotros mismos, pero cada uno de nosotros
seleccionamos nuestros propios objetos de adoración y enfocamos
nuestro tiempo, energía y dinero allí.

¿Será esta predisposición a adorar en realidad un anhelo interno de


conocer a Dios? ¿Y que Dios creó dentro de la humanidad un profundo
deseo de conocerlo?

C.S. Lewis, el famoso erudito, novelista y ateo convertido en


cristiano, ilustró este punto: “Si encuentro en mí mismo un deseo que
ninguna experiencia en este mundo puede satisfacer, la explicación más
probable es que fui hecho para otro mundo.”6

Según lo entienden los adeptos a los sistemas de creencias cristianas y


judías, Dios creó al humano con mucho cuidado y gran preocupación por
cada uno de nosotros individualmente. Dios se preocupa por la felicidad,
bienestar y camino único de vida de cada persona.7 Hace miles de años,
el salmista hebreo se regocijó en esto, cantando el gran amor de Dios por
él.8

Los cristianos creemos que, porque Dios nos ama, anhela que busquemos
una relación con él—incluso si hemos hecho mal en el pasado.

Porque, ¿qué meta puede ser más alta, más exaltada, más convincente
que conocer a Dios?J.I.Packer
¿Alguna vez has escuchado la parábola del hijo pródigo? Había un joven
que exigía su herencia de su padre; al recibirla, se dedicó a despilfarrarla.
Después de haber tocado fondo, regresó a casa, lleno de remordimientos,
vergüenza y disculpas. ¿Pero qué fue lo que hizo su padre? No rechazó a
su hijo, ni se burló de él. En lugar de esto aceptó el arrepentimiento de
su hijo sin dudar y se regocijó de que su hijo perdido había regresado a
él.9

Así es como los cristianos entienden que es con Dios. Cada uno de
nosotros estamos desechos, marcados por el mundo y sentimos culpa por
herirnos unos a otros con nuestro egoísmo. Pero, así como al
reconciliarnos con cualquier persona, el primer paso para avanzar en esa
relación es simplemente reconocer que hemos hecho algo mal, pedir
perdón y seguir creciendo juntos a través de la comunicación.

Imagino que todos hemos escuchado la palabra “oración.” ¿Pero qué


significa esto en realidad? En su forma más básica, la oración es solo otra
manera de tener una conversación con Dios, hablar con Él—la forma
principal para conocer a alguien.

Esto puede sonar intimidante, ¿no? Pero ya tenías la idea de pedir la cita
en el café. Además, si Él ya te ama, ¿qué tienes que perder?

17. Cómo conocer la Voluntad de Dios

La voluntad de Dios. Tú has escuchado al respecto. Pero, ¿cómo sabes


cuál es en sí la voluntad de Dios?

Así que has decicido seguir a Cristo. ¡Fantástico! Sin embargo, pronto—
quizás muy pronto—después de haber hecho esa decisión, es probable
que te asalten otras varias dudas: ¿Me dedico a lo que se supone que me
dedique? ¿Debería unirme a esta iglesia o a la otra? ¿Debería casarme?
¿Con quién debería casarme? ¿Cuándo?

¿Qué decisión le agradaría más a Dios?

El teólogo J. I. Packer ha manifestado: “Ninguna otra inquietud demanda


más interés u ocasiona más ansiedad [entre los evangélicos] en la
actualidad que descubrir cuál es la voluntad de Dios”.1 Está en lo correcto.
Los que siguen a Cristo están ansiosos de agradarle—respecto de las
decisiones importantes y no tan importantes que debemos tomar en
nuestra vida diaria. Queremos “hacerlo bien” y estar confiados de que
hacemos lo que Dios quiere que hagamos.
Conoce a Dios

El primer paso en conocer a Dios es sencillamente ir a conocerlo.

Imagínate que has ido al matrimonio con una total ceguera: no conoces
nada sobre tu cónyuge, nada más el hecho de que es la persona que tu
familia ha escogido para ti. ¿Cómo es posible que sepas lo que prefiere tu
cónyuge respecto de cualquier tema? ¿Prefiere el café negro o con leche
y azúcar? No lo sabes. No puedes saberlo, porque en realidad no conoces
a esta persona. Claro, con el tiempo podrás darte cuenta de estas cosas,
pero solamente según conoces a tu cónyuge.

De la misma manera, puedes llegar a conocer los fundamentos básicos


de cuál es la voluntad de Dios para ti conociéndolo a Él mejor. Lee su
palabra—La Biblia—para que aprendas sobre su naturaleza y carácter.
Descubre lo que Él dice que le agrada y lo que no le agrada. “La manera
normal en la que Dios nos demuestra lo que nos pide que hagamos es por
aplicación adecuada de las verdades reveladas de una vez y por todas en
la Biblia”.2

Sin embargo, según vayas aprendiendo sobre Dios, recuerda lo siguiente:


tu relación con Él está basada en su desempeño, no el tuyo. Ninguna
alternativa que escojas ni decisión que tomes hará que Él te ame más—o
menos—de lo que ya te ama.

¿En Búsqueda de un Tesoro Cósmico?

Un punto de vista comúnmente divulgado es que discernir cuál es la


voluntad de Dios es ir en búsqueda de un tesoro cósmico. Nos imaginamos
que Dios tiene un solo plan perfecto para nuestra vida (que, claro, está
escondido), el cual debemos descubrir, reconocer y entonces seguir al pie
de la letra.

El autor Bruce Waltke llama a este punto de vista “una versión del viejo
juego estratégico de tres cáscaras de nuez”.3 ¿Cuál de las cáscaras de
nuez esconde la voluntad de Dios? ¿Qué pasa si pierdo de vista de todas
las piezas en movimiento? ¿Cómo asegurarme de cuál es su voluntad y
dónde se encuentra?

Este punto de vista implica que en cada asunto, Dios tiene un Plan A
específico. No descubrirlo resulta en una sentencia de vida en el Plan B.

No obstante, nada puede estar más lejos de la verdad.


Hace años, un hombre muy conocedor de la Ley Judía le hizo una pregunta
importante a Jesús sobre “hacer lo correcto” para poder agradar a Dios.
Le preguntó: “Maestro, cuál es el mandamiento más importante de la
ley?” Jesús le contestó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con
todo tu ser y con toda tu mente. Este es el primero y el más importante
de los mandamientos. El segundo se parece a este: Ama a tu prójimo
como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los
profetas”.4

Dicho de otro modo, a Dios le agrada cuando lo amamos con todo nuestro
corazón y cuando amamos a otros como a nosotros mismos. Esta es su
voluntad para todos los creyentes—y ciertamente no se encuentra
escondida de nosotros. Jesús la puso ahí para que todo el mundo la viera.

No Se Trata de Ti

Como dijo el pastor Rick Warren, como es bien sabido, en su libro Una
vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?: “No se trata de
ti”.5 El propósito de Dios, claramente, se trata de Dios. Mientras te
encuentres en la búsqueda de su voluntad, esfuérzate por ver más allá
de tus preguntas o deseos urgentes y enfócate en darle gloria a Dios a lo
largo de toda tu vida.

Dios tiene un plan para su reino—pero tú no eres la única parte del plan.
Está complacido y satisfecho contigo a partir del sacrificio de Cristo, no
en tu desempeño.

De hecho, muchas de las decisiones que se te hace difícil tomar pueden


resultar en tu propio bien y para la gloria de Dios de muchas maneras. Su
deseo principal es que lo ames—y a los demás—bien.

Obedece Lo Que Conoces, Confía y Sigue Adelante

“No podemos predecir ni controlar lo que no ha pasado todavía, ni


podemos cambiar el pasado, pero Dios es soberano sobre ambos”, dice
Gerald Sittser. Sugiere que en vez de preguntarle a Dios si debes ser un
maestro o contador, “una mejor pregunta sería ‘Dios, ¿qué quieres que
haga ahora, hoy? ¿Qué te agradaría y te honraría respecto de esta
circunstancia actual?’ De alguna manera u otra, estas decisiones parecen
ser menos paralizadoras y son más fáciles de discernir”.6

En vez de paralizarte y enfocarte en ti mismo con cada decisión individual,


sería más sabio estudiar la Palabra de Dios con detenimiento, pedir
consejos a los creyentes maduros, considerar las puertas que Dios te
pudiera abrir o cerrar respecto de oportunidades y entonces sencillamente
obedecer lo que erez capaz de discernir con fe.

Dios es sabio, poderoso y bueno. Puede hacer que todo funcione en


conjunto “para el bien de los que le aman, quienes han sido llamados
según su propósito”.7 Una vez hayas considerado tus opciones,
pensándolo bien y orando para ello, sencillamente obedece lo que
conoces, confía en Dios y sigue adelante.

Sé Flexible

Por último, en tu búsqueda de la voluntad de Dios, sé flexible. Aceptar


una situación no presupone un sí eterno, ni tampoco significa que una
pregunta similar no surgirá nuevamente en condiciones diferentes. Las
circunstancias pueden cambiar, pero Dios no cambia.8 Siempre es fiel a
sus hijos que prometen seguirle.

“Esta semana”, escribe el pastor Gregg Matte, “una intersección relacional


podría cambiar el curso de tu vida. Una conversación de rodillas podría
ser el punto decisivo en tu vida de oración. Al mismo tiempo, una llamada
telefónica no esperada podría hacer que te hincaras de rodillas por el
dolor. La vida no es siempre fácil. Su curso puede cambiar en segundos,
hasta cuando intentamos planificarla completa a lo largo de los años”.9

El Norte Verdadero

Un escalador de montañas sabe que, no importa el destino, tiene que


poder orientarse al norte verdadero. Si puede mantener esta constante
ante sí, puede encontrar su camino. El norte verdadero para el creyente
que busca la voluntad de Dios es la respuesta a estas preguntas: ¿Podré
glorificar a Dios si tomo esta decisión? ¿Demuestra esto mi amor por Él y
los demás?

Si puedes contestar que sí, tu decisión está en armonía con Dios y puedes
estar confiado según continúas tu camino, dejándote llevar por la fe.

18. ¿Dios es Personal?

¿Existe un Dios personal a quien la gente pueda conocer y pueda


experimentar? Algunos dicen que sí. Obtén más información y decide por
ti mismo.

Supongamos que le pides dinero a un amigo, una cantidad que le


permitirá sobrevivir hasta que reciba el cheque de pago prometido. Tu
amigo acepta el compromiso amablemente, y ambos acuerdan los
términos. Acaban de realizar lo que se podría denominar un
préstamo personal .

¿Qué lo hace personal? El préstamo fue hecho entre dos personas: tú y


tu amigo. Tú lo conoces a él y él a ti. Existe una relación entre ustedes
dos. El préstamo ofrece contexto para cierta interacción permanente
entre ustedes.

De esta forma, su arreglo puede catalogarse como personal.

Ahora supongamos que sientes un gran respeto y conoces mucho a una


figura histórica; por ejemplo, Martin Luther King Jr. Has estudiado los
escritos del Dr. King, has leído libros sobre él y tal vez incluso has hablado
con personas que lo conocen. Puedes citarlo y contarle a otros acerca de
su vida y su obra.

Entonces, ¿es personal tu relación con Martin Luther King? En realidad no.
¿Por qué no?

Nunca interactuaste con el Dr. King en el pasado y es imposible que lo


hagas ahora. Tu conexión a él no podría catalogarse como personal.
Informada, sí. Inspiracional, tal vez. Pero personal, no.

¿Qué significa “Personal”?

Antes de enfrascarnos en la pregunta de si Dios es o no algo personal,


primero debemos comprender el término en sí mismo.

Decimos que algo es personal cuando involucra una relación, en particular


una relación vinculante, transaccional o socialmente reconocida. Además,
si algo involucra la presencia real o la interacción con otro individuo,
entonces se considera personal. De esta manera, una relación personal
es imposible con un objeto inanimado, una fuerza intangible o una idea
abstracta.

Para que algo sea personal, debe ser particular y conocible. Una tetera de
té no es personal, ni tampoco una lluvia de meteoritos ni la “educación
superior”.

También podemos describir algo como personal si involucra nuestra vida


privada, nuestros pensamientos más íntimos o nuestras emociones, algo
que nos toca en un nivel muy profundo. Esa definición es la que está en
juego cuando respondemos a una pregunta particularmente indagatoria
con la frase: “Eso es personal”.

El Entendimiento Cristiano de Dios

De las muchas religiones del mundo, solo tres declaran una sola deidad
específica: el islamismo, el judaísmo y el cristianismo. Cada uno de estos
credos estima que Dios es un ser (no solo una fuerza de la naturaleza) al
que se puede conocer.

Pero de estas religiones, solo el cristianismo proclama a Dios que es


relacional dentro de él mismo. Los cristianos entienden a Dios como un
Dios en tres personas.

Creen en un Dios que se hizo carne para redimir a la humanidad


restableciendo la relación con él. La Trinidad y la encarnación son
exclusivos del cristianismo; y ambos son en efecto conceptos personales.

El Dios Que Nunca Está Solo

El Dios trino que los cristianos adoran es tres personas distintas, en un


solo ser, revelado en la historia y en las páginas de la Biblia como el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.

Debido a esto, Dios estuvo, está y estará siempre en relación. Nunca está
solo y nunca es solitario. Su amorosa apertura a la humanidad en
sencillamente el desbordamiento del amor que ya existe dentro de él,
para él.

La salvación personal que los cristianos experimentan “es la reconciliación


con Dios el Padre, realizada a través de Dios el Hijo, en el poder de Dios
el Espíritu Santo”.1 La naturaleza trina de Dios demuestra el tipo de
relación personal que él anhela compartir con el hombre.

El Dios Que Sale al Encuentro

Los cristianos adoran un Creador que entra proactivamente en relación


con sus seres creados: un Dios que incluso se refiere a sí mismo en el
contexto de sus relaciones humanas. “Yo soy el Dios (...) de Abraham, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob”, dice, identificándose con la gente a
quienes hizo—y cumplió- grandes promesas.2

Los cristianos creen que las promesas de Dios a su pueblo demuestran su


deseo de tener relaciones personales y de amor con ellos. Él no quería
solo regirlos ni controlar al milímetro su conducta.
Dijo una y otra vez que su deseo era que ellos fueran su pueblo y que él
fuera su Dios.3 Un Dios como ese es “amorosamente leal y lealmente
amoroso con la creación de Sus manos. Ama aquello con lo que se ha
comprometido; tiene el compromiso con aquello que Él ama”.4

El Dios Que Se Hizo Hombre

El quid del cristianismo es este: la “buena nueva” de que Dios se hizo


hombre para salvar a los hombres. Los cristianos creen que “la Palabra
se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su
gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de
verdad”.5

¿Qué mejor manera de relacionarse con los hombres que hacerse un


hombre? Según la creencia cristiana, Jesucristo fue Dios pleno y hombre
pleno. Por consiguiente, no hay situación o emoción humana que Dios no
pueda entender por completo o a la cual no pueda mirar con empatía.
Jesucristo hace que Dios sea personal para el hombre.

Blaise Pascal, filósofo del siglo XVII, lo describió así: “No solamente no
conocemos a Dios más que a través de Jesucristo, sino que sin Jesucristo
no nos conocemos a nosotros mismos”.6

El Dios Que Busca al Pueblo

A través de las épocas, las amorosas aperturas de Dios a la humanidad


han motivado respuestas individuales. Incluso ateos autoproclamados y
escépticos han respondido por la fe al Dios que los busca amorosamente.

Francis Collins, el ex director del National Human Genome Research


Institute y actual director de los National Institutes of Health, recuerda su
respuesta personal a Dios hace más de treinta años, después de leer el
libro de C. S. Lewis Mere Christianity:

Era muy feliz con la idea de que Dios no existía y que no tenía interés en
mí. Y sin embargo, simultáneamente, no podía preocuparme de otra cosa.
Tenía que seguir hojeando esas páginas. Tenía que seguir tratando de
entender esto. Tenía que ver a dónde llevaba.

Me debatí en eso por muchos meses, en realidad resistiéndome a esta


decisión: seguir adelante o volver sobre mis pasos. Al final, después de
casi un año (...) en una hermosa tarde que hacía senderismo en la
Cordillera de las Cascadas, donde la notable belleza de la creación que
me rodeaba era tan abrumadora, sentí: "No puedo resistirlo ni un
momento más. Esto es algo que verdaderamente he anhelado toda mi
vida y no lo he concretado, y ahora tengo la oportunidad de decir sí”.

Entonces dije sí. Tenía 27. Nunca miré hacia atrás. Ese fue el momento
más significativo de mi vida.7

Historias Personales Acerca de un Dios Personal

Experiencias como la de Francis Collins brindan la evidencia más sólida


de un Dios personal. Han surgido testimonios similares de millones de
hombres y mujeres en los últimos dos mil años que han experimentado
una relación personal con Dios a través de Jesucristo. Aquellos que
comparten esta experiencia dan testimonio de que Dios es real y que
conocerlo es la aventura de toda una vida.

Pregúntale a cualquiera que sea seguidor de Cristo sobre cómo llegó a


conocer a Dios. Luego, explora tú mismo a este Dios que te conoce y que
quiere ser conocido por ti.

19. ¿Es Jesús el único camino hacia Dios?

¿Acaso todas Las religiones son creadas igualmente? ¿En verdad es Jesús el
único camino para conocer a Dios?

Todos sabemos que el mundo está repleto de una amplia variedad de religiones.
Aunque no todas las religiones son iguales, a veces las similitudes pueden ser
impactantes.

La mayoría de las religiones reconoce un ser o seres divinos; para simplificar, a


esa entidad la vamos a llamar Dios. Además, gente de todos los sectores
religiosos tiende a creer que hay una barrera entre Dios y los humanos.

Esta barrera se ha identificado como una variedad de cosas: falta de fe, finitud
humana, necesidad de iluminación, sufrimiento, pecado. Pero la afirmación
común a la mayoría de las religiones es que podemos superar esta barrera en
nuestra búsqueda para conocer y experimentar a Dios.

¿Pero es posible que cada religión represente de una manera distinta al mismo
Dios?

En la Cumbre de la Montaña

Algunos se lo representan así: Dios está en la cima de una montaña con muchas
laderas. En una está el islamismo. En otra, el hinduismo. Y en otra más, el
camino del cristianismo. Así con el judaísmo, el confucionismo, las religiones
tribales (...): ya se puede hacer una idea. Cada ladera representa una ruta
igualmente legítima hacia el mismo destino.

En contraste con esta imagen optimista, muchos cristianos afirman que el único
y verdadero camino hacia Dios es a través de Jesús, afirmación muchas veces
considerada intolerante y demostrativa de estrechez mental.

¿Entonces cuál es? ¿Todas las religiones conducen al mismo lugar? ¿O


verdaderamente es Jesús el único camino hacia Dios?

Afirmaciones Exclusivas Acerca de Qué Hay en la Cima

Desgraciadamente, el panorama del Dios en la cima de la montaña no es tan


sencillo como parece. De partida, muchas religiones son exclusivas en sus
definiciones de quién es el Dios en la cima de la montaña.

Ciertas formas de budismo y confucionismo no conciben que exista un Dios en


absoluto. Por otro lado, los hindúes creen en varios y diversos dioses. También
son distintos los cristianos, los judíos y los musulmanes, que afirman que hay
un solo Dios verdadero.

Con diferencias tan fundamentales, no todas las religiones pueden estar en lo


correcto. O existe Dios, o no existe. O hay muchos diosos, o solo hay uno. Solo
uno de estos puntos de vista corresponde a la realidad; la respuesta no puede
ser “todas las anteriores”.

En otras palabras, un panorama más preciso de las percepciones religiosas de


Dios sería una vasta cadena montañosa con incontables cimas distintas.

Afirmaciones Exclusivas Acerca del Camino

Un segundo problema es que las religiones también son exclusivas cuando se


trata de cómo la gente recorre el camino en ascenso a la montaña donde está
Dios. Los recorridos hasta la cima son tan diversos como las mismas cimas.

Incluso si nos limitamos a las tres religiones monoteístas dominantes—


cristianismo, judaísmo e islamismo—sus caminos hacia Dios entran en conflicto.

Para los musulmanes, el conocimiento de Dios proviene del profeta Mahoma y


sus escritos sagrados en el Corán. Pero ni los judíos ni los cristianos consideran
a Mahoma como vocero de Dios.

Para los judíos observantes, el conocimiento de Dios se logra a través del


cumplimiento de sus mandamientos expresados en la Torá y en la identificación
con su pueblo elegido. Pero aunque cristianos y musulmanes respetan la
herencia judía de sus credos, ambos creen que el judaísmo está incompleto.
Para ellos, el Nuevo Testamento y el Corán -respectivamente- enseñan un
camino más completo hacia Dios.
Para los cristianos, el conocimiento de Dios se logra a través de la fe en Jesús
como el Mesías y el hijo de Dios y en creer en su muerte y resurección. Pero los
judíos rechazan la creencia cristiana de que Jesús es el Mesías, y los musulmanes
no creen que Jesús era el Hijo de Dios.1

Agregue a esto la innumerable cantidad de otras ideas religiosas y el resultado


es una masa confusa de afirmaciones y credos en su mayoría incompatibles.

Afirmaciones Exclusivas Acerca de Cómo Ascender

Un tercer problema surge de las enseñanzas específicas de cada religión acerca


de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Si tuviéramos que enumerar todas
las prácticas y conductas que cada religión incentiva y prohíbe, encontraríamos
otra larga lista de elementos irreconciliables.

Consideremos solo un ejemplo: Si hay un Dios en la cima de la montaña, ¿por


qué prohibiría ciertas prácticas (como beber alcohol o adorar imágenes) a
algunas personas y permitiría hacerlo entre otras?

La única manera de que estas enseñanzas en contraposición tengan sentido es


concebir un Dios así de incoherente (como mínimo), si no esquizofrénico. Pocos
dirían que ese fuera un Dios que valiera la pena buscar.

Afirmaciones Exclusivas de los Libros Guía

Después tenemos el hecho de que la mayoría de sus religiones tienen sus


propios—y a menudo exclusivos—textos religiosos particulares. Cuando se trata
del cristianismo, los mayores obstáculos para una mentalidad universal—la
perspectiva de que todas las religiones llevan al mismo lugar—son las
afirmaciones exclusivas de la Biblia.

Los autores del Nuevo Testamento enseñan que los humanos están separados
de Dios por su naturaleza pecadora. Cuando Jesús murió en la cruz, asumió los
pecados de la humanidad a través de su sacrificio. Después, ofreció el perdón
de los pecados a todos quienes confiaran en él.

La Biblia también afirma que Jesús resucitó de entre los muertos, conquistando
por completo al pecado y a la muerte para todos quienes lo siguieran. El apóstol
Pablo lo describió así: “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador
entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí
mismo como rescate por todos”.2

Las implicancias de estas afirmaciones del Nuevo Testamento tienen grandes


repercusiones: hay un solo Dios; hay un solo camino de quedar restaurado ante
Dios; ese camino pasa por Jesús y su muerte por nuestros pecados; el camino
quedó completo cuando Jesús resucitó en su sepulcro.
Si Jesús no murió por nuestros pecados y resucitó en su sepulcro, entonces la
fe cristiana es un engaño. A muchas personas puede darle un propósito en la
vida (aunque uno erróneo), pero eso no conduce a Dios. Pero si la Biblia está en
lo cierto y las afirmaciones que contiene son verdaderas, entonces todos los
otros caminos religiosos hacia Dios alejan del único camino verdadero.

En otras palabras, si hay otros caminos hacia Dios, entonces la vida y la muerte
de Jesús fueron innecesarios y su enseñanza acerca de la necesidad de creer en
él era falsa.

Su Ascenso

Por último, depende de ti decidir qué crees y si aceptas o no la enseñanza de


la Biblia. Tal vez tienes buenos motivos para adoptar otro sistema de creencia y
rechazar el relato que hace la Biblia acerca de Jesús.

En cualquier caso, para confiar en nuestras creencias, estas deben ser racionales
y coherentes. Y eso comienza con suprimir la noción de que afirmaciones
religiosas exclusivas sencillamente presentan distintos caminos hacia el mismo
Dios.

20. ¿Jesús fue Resucitado?

La idea de un hombre muerto que regresa a la vida no se ajusta en nada


a lo que conocemos acerca de la realidad.

Supongo que tengo una inclinación casi invencible a no creer toda la


historia de la resurrección (...) porque me parece tan ampliamente
incoherente con todo lo demás que sucede en el universo.Antony Flew1
El 3 de enero de 2003 en la California Polytechnic University, dos
destacados filósofos sostuvieron un diálogo público centrado en la
pregunta “¿Realmente sucedió la resurrección de Jesús?”
Uno de estos pensadores era un ex escéptico que había escrito su
disertación doctoral sobre el tema. El otro era el brillante filósofo británico
y ateo de todos los tiempos el Dr. Antony Flew.2 Ambos académicos
habían sido amigos por más de veinticinco años, y la discusión fue abierta
y transparente.
Durante el debate, Flew confesó su "nula inclinación" a creer que la
resurrección de Jesucristo podría ser un evento histórico y plausible. En
cierto sentido, Flew estaba declarando lo evidente: la idea de un hombre
que estuvo muerto por tres días y volvió a la vida no corresponde con
nada de lo que conocemos acerca de la realidad.
Nuestra experiencia con la muerte nos indica que es definitiva. No
conocemos excepciones a esa regla. Nuestra ciencia no tiene un lugar
para la reversión de la muerte en un cuerpo que ha estado muerto por
más de cuarenta y ocho horas.
En el caso de la resurrección de Jesús, ¿no es más probable que estemos
lidiando con una historia elaborada hace dos mil años? ¿Por qué
deberíamos darle alguna credibilidad?
Y ya que estamos en eso, ¿cómo puede alguien adoptar la idea de que la
resurrección tuvo lugar realmente? ¿Alguna persona reflexiva ha sido
capaz de hacer eso sin renunciar por completo a su capacidad de razonar?
Hacerlo requeriría que el evento sea situado en una categoría propia.
¿Qué fundamentos tiene la gente inteligente para garantizar una creencia
en la resurrección de Jesús?
La Importancia de la Pregunta
Cuando consideramos las implicaciones de la afirmación que han hecho
los cristianos, entendemos que hay mucho en juego. Los cristianos
afirmaron que sucedió un evento singular: Jesús de Nazaret—que había
sido crucificado por soldados romanos—estaba vivo de nuevo tres días
después y se apareció a muchos de sus seguidores.
Si la afirmación es cierta, entonces sucedió una cosa genuinamente única,
que posiblemente distingue a Jesús de todos los otros maestros y líderes
religiosos de manera muy clara. Si la afirmación es falsa y la resurrección
nunca ocurrió, el mensaje cristiano carece de sentido.
El primero de los escritores cristianos, el apóstol Pablo, reconoció esto y
escribió esto alrededor del año 56 DC, apenas unos veinticinco años
después de la muerta de Jesús:
Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también
vuestra fe (...) Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: estáis todavía
en vuestros pecados. Por tanto, también los que murieron en Cristo
perecieron. Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra
esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los
hombres!... Si los muertos no resucita, "comamos y bebamos, que
mañana moriremos".3
La validez de toda la fe cristiana reposa verdaderamente sobre este tema:
¿Sucedió realmente la resurrección de Jesús?
Pero independientemente de que seas cristiano o no, esta pregunta
histórica vale una evaluación bien pensada.
Armando el Rompecabezas
Es obvio que la resurrección de Jesús no es un “hecho” en el sentido de
que tengamos recuentos fotográficos o grabaciones de video del evento
mismo, pero está rodeado por un grupo de hechos históricos. Estos
hechos son piezas de un rompecabezas histórico que uno debe juntar al
contemplar la resurrección.
La primera pieza es esta: Jesús de Nazaret murió fuera de Jerusalén por
crucifixión por orden de Poncio Pilato, un gobernador romano en Judea,
alrededor del año 30 DC. Fue sepultado en Jerusalén. Estos hechos rara
vez son cuestionados por historiadores.
Además, una presencia persistente de cristianos en Jerusalén desde la
muerte de Jesús virtualmente asegura la identidad de la Iglesia del Santo
Sepulcro como el sitio de la tumba de Jesús.4 Esa no es una parte de
conocimiento que los cristianos habrían olvidado o habrían dejado de
traspasar de una generación a otra.5
Aquí hay otra pieza para el rompecabezas: En el tercer día después de la
crucifixión de Jesús, se informó que su tumba estaba vacía. Esto no
prueba nada si se lo considera de manera aislada: se lo debe contemplar
junto con la evidencia.
Si el cuerpo hubiese estado en el sepulcro, habría sido relativamente fácil
para las autoridades religiosas opositoras al movimiento de los primeros
cristianos silenciar a los creyentes mostrando el cuerpo de Jesús. Si el
sepulcro no hubiese estado vacío, de seguro alguien lo habría sabido. Las
primeras proclamaciones de la resurrección de Jesús comenzaron a poca
distancia de donde había sido sepultado; el sepulcro pudo haber sido
revisado con bastante facilidad.
Una explicación que se dio al principio para el sepulcro vacío fue que los
discípulos de Jesús habían robado su cuerpo para poder proclamar que
había resucitado de entre los muertos. Esta teoría se puede encontrar
incluso en literatura cristiana de los primeros tiempos.6
El problema que han encontrado algunos con esta explicación es que los
primeros seguidores de Jesús vivieron vidas radicalmente cambiadas
sobre la creencia de su resurrección; incluso algunos sufrieron martirio a
cuenta de su fe. Esta no parece ser una conducta coherente con gente
que estuviera a sabiendas perpetrando un fraude.
Notablemente, el hecho de que esa teoría fuera propagada sirve en primer
lugar como indicador de que el sepulcro realmente estaba vacío.
Además se tienen los reportes de muchos de los primeros seguidores de
Jesús que realmente lo habían visto y pasaron tiempo con él después del
descubrimiento del sepulcro vacío. De acuerdo con escritos cristianos
producidos solo veinticinco años después más o menos de la muerte de
Jesús, se afirmó que Jesús se había aparecido a varios individuos y a
grupos de personas de entre diez a quinientos a la vez.7
Tal vez estas afirmaciones podrían ser descartadas por falsas, pero uno
se quedaría tratando de comprender por qué un gran número de personas
moriría de buena gana en vez de admitir el fraude.8
El origen del movimiento cristiano mismo es inclusive otra pieza del
rompecabezas que debería ser considerado. La iglesia cristiana remonta
su historia a Jerusalén en los días inmediatamente consecuentes a la
crucifixión de Jesús. Las historias que relatan este origen describen a esos
primeros cristianos como comprometidos con la creencia de que Dios
resucitó a Jesús de entre los muertos, creencia que era la base del inicio
del movimiento.
La verdadera pregunta es: ¿Cómo hacer encajar todas estas piezas del
rompecabezas?
¿Una Explicación Divina?
Recurrir a la intervención divina nunca debería ser nuestra primera opción
para explicar un evento.
Sin embargo, en este caso, las explicaciones naturales de estos hechos
no han sido capaces de hacer corresponder las piezas del rompecabezas
de manera coherente con lo que conocemos de la conducta humana. Esto
ha llevado a algunas personas reflexivas e inteligentes a concluir que la
única manera de explicar adecuadamente cada aspecto de la historia es
aceptar que la resurrección de Jesús efectivamente sucedió.
Considera tú mismo las piezas del rompecabezas. ¿Cómo puedes hacer
que correspondan mejor?

21. ¿qué es el cristianismo?

¿De dónde viene el cristianismo? ¿Cómo comenzó? ¿De qué se trata?

El cristianismo es el mayor sistema intelectual que la mente del hombre


jamás haya tocado.Francis Schaeffer
El cristianismo fue desde el principio, esencial y fundamentalmente,
náusea de la vida y disgusto con la vida, simplemente ocultos detrás,
enmascarados por, disfrazados como, la fe en 'otra' o una 'mejor'
vida. Friedrich Nietzsche, The Birth of Tragedy [El nacimiento de la
tragedia]

El cristianismo es uno de los movimientos más fuertes y tal vez más


incomprendidos del mundo. Las percepciones de la religión y sus
seguidores van desde Nietzsche, que raya con lo militante, a Schaeffer,
que celebra el cristianismo como el punto culminante de la humanidad.

De hecho, como lo atestiguan los últimos dos mil años de historia, el


cristianismo ha sido, al menos, un movimiento de polarización.

En el Principio

Muchas personas colocan el comienzo del cristianismo hace unos dos mil
años con la vida de Jesús. En realidad, el cristianismo comenzó como un
movimiento de reforma dentro del judaísmo, que se había establecido
cerca de dos mil años antes. Para comprender el cristianismo, hay que
remontarse a las raíces del judaísmo.
Nos encontramos con aspectos de la historia de los israelitas en la Biblia,
que es en última instancia, una colección de escritos que dan a conocer
la historia de la relación de Dios con la humanidad. "En el principio", dicen
las Escrituras, "Dios creó los cielos y la tierra”.1

Sin embargo, poco después de la creación de la humanidad, las cosas


empezaron a ir mal. La gente eligió desafiar el mandato de Dios, y
el pecado entró en el mundo.

Rebelión

Como resultado directo de esta desobediencia, desde entonces los seres


humanos han estado luchando con las relaciones rotas con Dios, con ellos
mismos, con los demás y con la creación.2 Peor aún, a través de ese acto,
la muerte se introdujo en el mundo.

Con el fin de restaurar la relación eterna con su creación, Dios escogió a


una persona justa, Abraham, y puso en marcha un plan de redención. A
través de la familia de Abraham, un pueblo se convirtió en una nación que
estaba destinada a ser una luz, una bendición, y un modelo para el mundo
entero: Israel.3

Aunque hubo momentos en los que se olvidaron quiénes eran y


descuidaron los mandamientos de Dios, con el tiempo los israelitas
lograron ser el pueblo fiel de Dios, a pesar de las amenazas y los ataques
formulados contra ellos por las naciones circundantes. En la concepción
cristiana, la presencia de los israelitas en el mundo y su mensaje del único
Dios verdadero prepararon a los pueblos de la tierra para la siguiente fase
del plan de Dios.

Esperanza por una Resolución

A través de sus profetas, Dios predijo una resolución definitiva de la


relación rota entre Dios y los seres humanos: Dios mismo entraría en el
mundo en la forma de un ser humano. Él experimentaría lo mismo que
nosotros. Él sufriría el dolor que sufrimos, padecería las tentaciones que
padecemos, sentiría las emociones que sentimos.

Pero más que eso, sería golpeado, quebrado y aplastado.4 A su muerte


habría de hacerse cargo de todos los pecados del hombre, hasta que "por
sus heridas nosotros [seríamos] sanados" y liberados de la esclavitud del
pecado.5 Y al final, rehabilitaría a su pueblo disperso y desanimado,
marcando el comienzo de una era de paz eterna.
¿El Prometido?

Aparece Jesús. Carpintero judío que vivió hace dos mil años, Jesús es
llamado el Hijo de Dios.6 Los cristianos creen que Jesús es plenamente
hombre y plenamente Dios, igualmente humano y divino.

Al principio de su vida, Jesús se distinguió como un niño inusualmente


precoz, demostrando una tremenda sabiduría y madurez
espiritual. Cuando Jesús percibió que el momento era el correcto, dejó
7

su casa y se embarcó en un nuevo camino. Comenzó a predicar, enseñar,


hacer milagros, y reunir a su alrededor a un grupo de discípulos
harapientos. Finalmente, lo reconocieron como el Mesías esperado.

De lo que sus seguidores no se dieron cuenta fue que el plan de Dios iba
a tomar un giro no esperado. Él iba a restablecer la nación de Israel, como
lo esperaban, pero lo haría en una de las formas más inesperadas; no a
través de espectáculos de poder ni de la opresión de los enemigos, sino a
través del amor desinteresado y la compasión.

Según los cristianos, Jesús, el Hijo de Dios, fue crucificado, murió


y resucitó de entre los muertos. Conquistó el pecado y la muerte con el
fin de restaurar la relación rota de la humanidad con Dios, el Padre. Jesús
hizo lo que nosotros no podemos: vivió una vida perfecta y sin pecado y
pagó el precio por nuestras transgresiones.

Los cristianos creen que el sacrificio de Jesús por la humanidad nos ha


salvado de la consecuencia permanente de nuestros pecados: la
separación eterna y el aislamiento de Dios. A través de Jesús, podemos
alcanzar la vida eterna en parentesco con Dios. En efecto, Jesús dijo: "Yo
soy el camino, la verdad y la vida,"8 y que los que "crean en [él] vivirán,
aunque mueran.”9

Un día, prometió Jesús, volvería a reinar sobre sus fieles seguidores en


un reino de paz donde "no habrá más muerte, ni lamentos, ni llanto, ni
dolor”.10 En el ínterin, ha enviado al Espíritu Santo para vivir con sus
seguidores, llevándolos por el camino de la verdad.11

En la Actualidad

El cristianismo hoy en día se practica en tres formas


principales: católicos romanos, ortodoxos orientales y protestantes.
Dentro de cada una de estas tres ramas, existen numerosos subconjuntos
y denominaciones. Sin embargo, cada grupo está de acuerdo en la
historia general y los propósitos descritos anteriormente; principalmente
se diferencian en los detalles de cómo deberían aplicarse los principios en
la práctica.

Con los años, el cristianismo ha tenido su parte justa de los gloriosos y


honrosos momentos y demasiados momentos vergonzosos y humillantes.
Pero esto es menos una acusación hacia Dios, Jesús, o el cristianismo de
lo que lo es hacia sus seguidores.

Se dice que Mahatma Gandhi una vez dijo: "Me gusta tu Cristo, no me
gustan tus cristianos. Tus cristianos son tan diferentes de tu Cristo”.
Expresó la contradicción comprobada entre el Hijo de Dios y los que
pretenden seguir sus pasos.

Y, sin embargo, ¿debería eso sorprender a alguien? La Biblia cuenta una


historia tras otra de los que no pudieron vivir como Dios los llamó a vivir.
Esto no solo es cierto para los cristianos sino para todas las personas. Es
por eso que necesitamos un mesías, un redentor, un salvador.

La Historia de Cada Uno

Chuck Colson dijo una vez: “El cristianismo es una explicación de toda la
realidad”. En pocas palabras, todos sabemos que el mundo está roto.
Todo el mundo, incluidos tú y yo, necesitamos ser reparados. Y no importa
cuántos métodos diferentes de reparación probemos, ya sea la auto-
ayuda o el sexo, el trabajo misionero o el dinero; ninguno de ellos puede
llenar el vacío que todos sentimos.

El cristianismo, desde la creación hasta la restauración de la obra de Dios


en Jesús, es a la vez la explicación y la solución a ese vacío. En última
instancia, el cristianismo es la historia del amor poderoso y redentor de
Dios por su pueblo.

22. ¿Es el Cristianismo demasiado limitado para nuestra


Cultura?

¿Es el Cristianismo tan obsoleto y cerrado como para ser relevante?

No necesitamos historiadores que nos digan que la cultura occidental ha


sufrido enormes cambios durante el último siglo. Piensa solo en las cosas
nuevas de la tecnología—la manera en que hoy viajamos, cómo nos
comunicamos o la información y las oportunidades disponibles al toque
de un dedo, haciendo una búsqueda rápida por Google.
Considera los avances culturales que hemos alcanzado con los derechos
civiles. Los afroamericanos no están ya segregados en nuestos sistemas
escolares ni en la sociedad. Las mujeres pueden votar y cualquier
persona, con empuje y determinación, puede perseguir el sueño
americano.

Reflexiona sobre las opciones que tenemos hoy—dónde vivimos, lo que


hacemos, con quién nos asociamos, lo que compramos y el estilo de vida
que creamos para nosotros mismos. No es un secreto que, al menos en
la cultura occidental, hemos alcanzado estar en un lugar que nuestros
antepasados ni hubieran soñado.

Esto, claro está, plantea una situación: ¿Por qué hay personas en nuestra
cultura moderna que sienten apego a las reliquias del pasado? Para las
personas del Siglo XX, ¿cuán convenientes pueden ser las supersticiones
antiguas y las restricciones de gente de mente cerrada encerradas en un
libro escrito por campesinos del Medio Oriente hace dos mil años?
¿Representa el cristianismo—con sus creencias obsoletas y rigurosas—un
paso hacia atrás, no hacia adelante? En palabras planas: ¿No es el
cristianismo muy rígido para nuestra cultura de progreso?

El Camino Angosto

Es cierto que el cristianismo podría ser etiquetado como “angosto”. En


palabras sencillas, el cristianismo es confiar y seguir a Jesús—un hombre
que vivió y murió hace miles de años. Y él mismo dijo: “Entren por la
puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que
conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la
puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la
encuentran”.1

Suena un poco como un sermón sobre el infierno y la condenación, ¿no


es así? Parece querer decir que muchos de nosotros estamos en el camino
a la destrucción, pero el camino hacia Jesús es angosto, exclusivo y difícil
de caminar.

En un nivel, esto puede ser cierto, pero muchos de los que se llaman
cristianos podrían dar una perspectiva diferente. A veces, seguir a Jesús
supone ir en contra la fibra de nuestra cultura, dirían ellos, pero no es
exclusivo, obsoleto, restrictivo ni irrelevante en nuestra vida actual. De
hecho, muchos creyentes dicen que seguir la vida y enseñanzas de Jesús
es lo único que les brinda verdadero significado y se sienten realizados en
nuestra cultura moderna.
Quizás las enseñanzas y ejemplos antiguos de Jesús han perdurado, no a
pesar de una cultura cambiante, sino debido a una cultura cambiante.
Algunos alegarían que en un mundo de tremendo cambio, incertidumbre,
riqueza y lujo moderno, el cristianismo es lo único que más necesitan
nuestras almas.

El Significado y la Vida Actual

Por ejemplo, hay ciertas áreas clave en nuestras vidas y cultura actual
donde este “camino angosto” nos da un significado importante.

El cristianismo—seguir a Jesús—aporta significado al trabajo.

Lamentablemente, muchos de nosotros no encontramos gran significado


en nuestro trabajo ni en nuestra carrera. Nos levantamos por la mañana,
verificamos el correo electrónico y después trabajamos en tareas aisladas
todo el día—frecuentemente sintiéndonos como una tuerca dentro de una
máquina eterna.

Ya sea haciendo cálculos financieros, haciendo llamadas de ventas,


asistiendo a los clientes, martillando clavos en su sitio o manteniendo a
los chicos fuera de la oficina del principal, es fácil sentir que el trabajo es
tedioso y bastante insignificante. ¿Qué diferencia hago realmente?
Sácame y la compañía funcionaría muy bien sin mí, pensamos.2

Sin embargo, seguir a Jesús quiere decir que todo nuestro trabajo—no
importa cuán pequeño y aparentemente insignificante—es parte de un
universo más grande. Se realiza “para la gloria de Dios” y para adelantar
el bien común de la humanidad.3 Es parte de la misión de Dios de traer
redención, restauración y significado a cada pedacito y piececito de
nuestras vidas, familias, vecindarios y cultura.4

El cristianismo da significado a la moralidad.

Es cierto, a menudo se piensa en la Biblia como un listado de reglas—


cosas que puedes y no puedes hacer (con énfasis en las que no puedes
hacer). No obstante, ¿qué pasaría si seguir las enseñanzas de Jesús y la
Biblia fuera más que adoptar un modo de vida que es el que más vida
nos da?

¿Y qué sería la sociedad si no hubiera fundamentos morales—sin una


Estrella del Norte ni una brújula que nos trazara el camino en que vivimos
y nos comportamos unos con otros? Abandonados a nuestra suerte,
¿tomaríamos buenas decisiones? ¿Sabríamos, acaso, lo que es el bien?
No hace tanto tiempo que en nuestra cultura “moderna”, Martin Luther
King, Hijo, defendió su postura con una firme devoción cristiana y dijo:
“La manera en la que nuestra sociedad trata a los negros es equivocada;
no fue la intención de Dios”.5

El cristianismo aporta un significado único a las relaciones humanas.

A lo largo de la historia, las culturas han honrado el poder de la familia,


la amistad y los vínculos que creamos con otros seres humanos. Pero
vivimos en una cultura progresivamente fragmentada: muchas familias
se han desbandado; tenemos más amigos por Facebook que amigos
verdaderos; anhelamos una comunión en medio de la pobreza de las
ciudades y el aislamiento de los suburbios.

Dentro de esta cultura, la comunidad cristiana transmite una voz


inconfundible. Jesús y el apóstol Pablo enseñaron que podemos
experimentar un nuevo tipo de comunidad y familia caracterizadas por
el amor, el perdón, la aceptación e inclusión, frente a tanta fragmentación
y exclusión.6

El cristianismo aporta un significado real a naturaleza de la vida misma.

En las palabras de Jesús, cuando ponemos nuestra fe en él y cuando lo


seguimos, tenemos no solo vida, sino “vida…en abundancia”7 y “vida
eterna”.8

Estas palabras no hablan solamente sobre la vida del más allá, como si
ser cristiano fuera solo escapar el castigo y “llegar al cielo” cuando
mueres. Esa creencia es, en sí misma, una idea equivocada, además de
rígida y obsoleta.

Jesús quiso decir que si lo sigues tendrás una vida abundante que no tiene
fin—una vida llena de propósito y significado que comienza en el presente,
en este mundo, en nuestras vidas ahora.9 Dicho de otro modo, el
cristianismo no es abandonar la tierra por el cielo, sino traer el cielo a la
tierra en la actualidad.10

Una Invitación

Por supuesto, las palabras de Jesús sobre el modo de vida, el amor y la


rectitud fueron emitidas hace mucho tiempo, durante una era y una
cultura que era muy diferente a la nuestra. Además, los detalles de cómo
la gente practicaba su fe hace siglos pueden parecer bastante diferentes
a como la practican los cristianos de hoy. Pero las verdades más
profundas y la historia más larga de la Biblia han permanecido
importantes para las personas que buscan algún sentido en la
actualidad.11

Tenemos muchas opciones—desde los productos que compramos y el


tiempo que dedicamos hasta las diferentes religiones de una sociedad
pluralista. Estas son buenas características de nuestra cultura moderna.
Pero una invitación continúa tratando de llamarnos la atención. No es un
mandato rígido, exclusivo ni restrictivo. Más bien, es una simple invitación
que Jesús hace a los que están interesados: “Vengan a mí todos ustedes
que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”.12

23. ¿qué es el judaísmo?

El judaísmo fue la primera fe monotheisitic registrada. Aprende más


acerca de esta antigua religión.

Si alguien nos dice que es un judío, ¿qué se nos viene a la mente?


¿Piensas en una religión definida por reglas y costumbres? ¿Piensas en
una familia estereotipada en términos de su cultura?

Ser judío es algo muy exclusivo respecto a que abarca dos cosas: una
religión y un grupo étnico. Los judíos no pertenecen sencillamente a una
raza; si no, una persona no se convertiría al judaísmo para convertirse en
judía. Como consecuencia, los judíos son parte de muchos grupos étnicos
y muchas culturas.

En la actualidad, muchos judíos se denominan laicos—es decir, no se


suscriben a las creencias ni costumbres judías tradicionales de manera
activa. Para ellos, ser judío es, esencialmente, una expresión de su
identidad, la cual puede ser similar a otras expresiones de interés étnico,
cultural o nacional.

No obstante, dejemos a un lado este segmento de los judíos laicos y


pensemos en cuáles son las creencias y costumbres del judaísmo como
religión.

Creencias Judías Tradicionales

El judaísmo es la primera religión monoteísta documentada en el mundo.


Mientras la mayoría de los pueblos antiguos se dedicaban a la adoración
de muchos dioses, los judíos creían que hay un solo Dios verdadero, el
creador de todo el universo.1

La historia de los judíos se remonta al patriarca Abraham, según está


documentado en Génesis, el primer libro de la Biblia. La Biblia Hebrea es
prácticamente lo mismo que el Antiguo Testamento que se incluye en las
biblias cristianas. La manera en que están divididos, ordenados y
enumerados los libros es un poco diferente, pero el contenido es idéntico.
Los judíos denominan a los primeros cinco libros de la Biblia Hebrea el
Torá, que significa “instrucción o enseñanza”.

Otro texto judaico significativo, además de la Biblia Hebrea, es el Talmud


de Babilonia, un tratado donde se recogen las enseñanzas y la sabiduría
de los rabinos desde el 200 AEC hasta el 500 EC. El Talmud representa
las maneras en las que los valores y las leyes del judaísmo gobernaban
los asuntos de esa época.

La Biblia Hebrea y el Talmud enseñan tres creencias judías principales:


Hay un solo Dios, quien es el creador todopoderoso del universo. Dios
quiere que los seres humanos, la corona de su creación, vivan de acuerdo
con unos valores morales y éticos. Dios, con misericordia, escogió al
pueblo de Israel para que fuera su “valiosa posesión”.2

Algunas personas piensan que el moderno estado de Israel sigue


dejándose llevar por esto en la actualidad. Sin embargo, no es la nación
de Israel—conocido como un estado—que se distingue por esto, sino
el pueblo de Israel—independientemente de dónde viva—quien es
considerado el pueblo de Dios.

Los judíos no se enfocan tanto en el cielo o en la vida después de la


muerte como los cristianos y los musulmanes. Se preocupan más por
cómo vivir la vida conforme a las leyes divinas hoy, en este mundo. De
acuerdo con la tradición, la Biblia Hebrea consta de 613 mandamientos
que los judíos deben obedecer. Es el deseo y el deber del pueblo escogido
por Dios vivir de conformidad con estos mandamientos, de los cuales el
principal y más importante es adorar a un solo Dios verdadero.

La Historia de los Judíos

Ha habido varios periodos principales en la historia de los judíos.


Inicialmente, los judíos del periodo bíblico se conocían como hebreos. Su
historia comenzó cuando Dios constituyó una alianza con un hombre
llamado Abraham y sus hijos.3
Hubo un tiempo cuando los hebreos se establecieron en la tierra de
Canaán. Durante una hambruna unos años después, emigraron a Egipto,
donde fueron esclavizados. Después de siglos de esclavitud, Dios liberó a
los judíos de cautiverio en lo que es conocido como el Éxodo.

Después de permanecer en el desierto durante cuarenta días bajo el


liderazgo de Moisés, se volvieron a establecer en Canaán como doce tribus
y se conocieron como los israelitas. Fundaron una monarquía bajo Saúl,
establecieron su capital en Jerusalén bajo David y construyeron un gran
templo al Señor bajo Salomón.

Después de esto, las doce tribus se dividieron en dos reinos: Israel y Judá.
Israel, el más extenso de ambos, fue conquistado por los asirios en el 722
AEC. En el 586 AEC, los babilonios destruyeron el templo y desterraron al
pueblo de Judá.

La era del segundo templo comenzó cuando algunos miembros del


pueblo—ahora conocido como los judíos—regresaron a Jerusalén y las
zonas circundantes y reconstruyeron el templo. Vivieron bajo el dominio
de varios reyes y emperadores extranjeros. A la larga, se sometieron a la
autoridad del Imperio Romano. En el año 66 EC, los ejércitos romanos se
fueron a la guerra con los rebeldes judíos y destruyeron el segundo templo
en el año 70 EC.

Para entonces, algunos judíos habían empezado a seguir las enseñanzas


de Jesus, con la creencia de que Él era el Mesías prometido y enviado por
Dios. Había sido crucificado cuarenta años antes, y sus seguidores creían
que había resucitado. Esta secta judía le daba la bienvenida a los que no
eran judíos (llamados paganos) y a la larga se conocieron como
los cristianos. No obstante, la mayoría de los judíos no aceptaron a Jesús
como el Mesías.

Debido a la destrucción del primer y el segundo templo, el enfoque de la


vida de los judíos comenzó a desviarse de Jerusalén hacia la sinagoga
comunitaria, las enseñanzas de los rabinos y el cumplimiento con los días
feriados en los hogares.

Durante los siguientes siglos, algunos judíos permanecieron en el Oriente


Próximo, mientras que muchos prosperaron en otros lugares. Crearon
comunidades de fe en Europa, África, Asia y, finalmente, en los Estados
Unidos.

Durante el siglo XIX, surgió un movimiento llamado Sionismo entre los


judíos, que proponía la creación de una nación judía verdadera en la
antigua Palestina. Los sucesos ocurridos en el siglo XX, entre los cuales
se incluye el asesinato de seis millones de judíos durante el Holocausto,
dirigieron a muchos en la comunidad internacional a apoyar esta medida.

Después de la gran migración de judíos de la diáspora a Palestina, donde


todavía vivían otros muchos judíos, estalló el conflicto con sus vecinos
árabes.4 Cuando el estado moderno de Israel declaró su independencia
en 1948, se produjeron más conflictos y guerras. Al día de hoy, los
reclamos de tierra entre grupos rivales continúan siendo una fuente de
tensión en el Oriente Medio.

El Judaísmo Moderno

En la actualidad, se puede identificar a los judíos “religiosos” de varias


maneras. El cumplimiento con la tradición judía sigue siendo una cuestión
fundamental. Los judíos celebran su culto de adoración en sinagogas
locales semanalmente durante el día sábado (viernes por la noche y el
sábado). Aunque ya no existe un templo central en Jerusalén y no se
sacrifican los animales, todavía los judíos se reúnen con frecuencia en la
sinagoga para adorar, orar y aprender la tradición judía.5

Las celebraciones especiales y los días de fiesta—tales como la Pascua


Judía, Rosh Hashanah, Yom Kippur, Sukkoth y Hanukkah—son muy
importantes. Finalmente, las reglas y restricciones alimentarias—las
cuales comúnmente se conocen como “mantenerse kosher”—pueden
representar un papel importante en la vida judía. Sin embargo, aunque
algunos judíos siguen estas restricciones alimentarias, otros no.

Respecto a las creencias y costumbres, el judaísmo en los Estados Unidos


tiene tres ramas principales: judaísmo ortodoxo, conservador y
reformista. A un extremo del espectro, se encuentra el judaísmo
ortodoxo. Los judíos ortodoxos son más tradicionales y disciplinados
cuando se trata de cómo orar, vestir, restricciones alimentarias, observar
el día sábado y obedecen los mandamientos al pie de la letra. En el otro
extremo, se encuentra el movimiento reformista, el cual moderniza las
creencias y costumbres judías y se considera más liberal en cuanto a la
teología. El judaísmo conservador se encuentra en el medio—menos
tradicional que el ortodoxo, pero bastante más tradicional que el
reformista.

Además, hay algunos judíos que, al igual que los primeros cristianos,
consideran que Jesús es el Mesías. Se denominan judíos mesiánicos; la
comunidad judía en general los considera sencillamente cristianos.
Además, muchos judíos son laicos. Se refieren a su judaísmo en términos
puramente étnicos, culturales o nacionales. Aunque trasmiten sus
tradiciones judías a los miembros de su familia, no cumplen con muchas
de las creencias y costumbres religiosas definidas aquí.

Hay más de trece millones de judíos alrededor del globo, y más del 80
por ciento viven en dos países: los Estados Unidos e Israel. Aunque la
población judía es relativamente pequeña, la influencia de los judíos en la
historia y el pensamiento universal es mucho mayor que el tamaño de la
población.

24. ¿Qué es el Islam?

¿Te sientes confundido acerca del Islam? Este artículo publicado por un
musulmán devoto, te dará una perspectiva imparcial.

Aunque las raíces históricas del Islam se remontan hasta Abraham, más
de 3.500 años atrás, su llegada a la escena de la religión mundial es
relativamente reciente.

El Islam surgió alrededor del 610 de la era cristiana, cuando Mahoma, el


fundador de la religión, declaró que recibió la primera de muchas
revelaciones de Dios. Mahoma vivía en lo que hoy es Arabia Saudita, en
ese entonces una región profundamente inmersa en divisiones tribales y
la creencia en muchos dioses. Mahoma declaró que estas revelaciones
divinas lo desafiaron a rechazar el politeísmo y a adorar en cambio a un
solo Dios, Alá.

Cuando Mahoma comenzó a ganar adeptos en La Meca, los líderes de la


ciudad se sintieron amenazados y obligaron al profeta a marcharse. Fue
recibido en la ciudad de Medina, donde se convirtió en regente y "el Islam
se convertiría por primera vez en un orden social y político”.1

En los años que siguieron, Mahoma ganó muchos conversos y su


influencia se extendió rápidamente a través de varias tribus árabes. De
regreso a La Meca, tomó el control de la ciudad, destruyó los ídolos, y
estableció su autoridad y creencias.

En el momento de la muerte de Mahoma, en el año 632, el Islam


dominaba la península Arábiga. Su influencia se extendió rápidamente por
todo el Oriente Medio y gran parte de África y Asia. Hoy en día, hay más
de 1.600 millones de musulmanes en el mundo.2

Mahoma, Alá y el Corán


Mahoma creía que era el último y definitivo profeta de Dios en la tradición
monoteísta del judaísmo y el cristianismo. En consecuencia, conservaba
respeto por la "gente del libro" (judíos y cristianos).

De hecho, Mahoma alabó las enseñanzas de Moisés y Jesús y sus roles


como profetas de Dios. Pero con respecto a las afirmaciones cristianas
sobre la divinidad de Jesús, creía firmemente que ningún ser humano
podría jamás ser Dios; esto era una blasfemia.

Finalmente, Mahoma describió a los judíos y a los cristianos como grupos


que habían recibido revelaciones de Dios, pero no lo obedecieron y por lo
tanto se desviaron de su voluntad. Por lo que Alá, que es la palabra árabe
para designar a Dios, eligió a Mahoma como su profeta autorizado para
restaurar la verdadera revelación de Dios.

La máxima autoridad en el Islam es el Corán. Este libro sagrado es la


colección de 114 recitaciones divinas (llamadas suras) dadas al profeta
Mahoma en el transcurso de veinte años. Los musulmanes afirman que el
Corán es solo fidedigno en árabe, la lengua en que Dios reveló su verdad.
Señalan su belleza y su inimitablibilidad como pruebas de su origen
divino.

El eurdito Michael Sells explica la lógica: "Si alguien pudiera producir algo
parecido, el Corán sería una creación humana y Mahoma un falso profeta.
Si, sin embargo, nadie más pudiera producir algo igual, el Corán estaría
claramente más allá de la capacidad de un ser humano, y Mahoma no
sería su autor, sino simplemente su mensajero”.3

Esta es la razón por la que los musulmanes subrayan la importancia de la


memorización del Corán en árabe y su recitación se considera una forma
de arte de adoración. Para las creencias y prácticas que no se abordan
directamente en el Corán, los musulmanes consultan los hadices,
posteriores escritos de tradiciones y dichos informales sobre la vida de
Mahoma.

Cinco Pilares

Los principios fundamentales del Islam son más evidentes en las prácticas
que se han conocido como los Cinco Pilares del Islam. Aunque no son
exhaustivas, estas cinco obligaciones son esenciales para la fe islámica.
Describen cómo se debe servir a Dios.

1. Profesión de fe: “No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta”.
La profesión de esta declaración es el punto de partida de toda creencia
islámica. Los musulmanes afirman que solo hay un Dios para adorar y
Mahoma es su último vocero.
2. Oración: Los musulmanes deben rezar a Dios cinco veces al día en
dirección a La Meca. El ritual de la oración es complejo e incluye
secuencias de posturas y recitaciones.
3. La limosna: los musulmanes practican la caridad, dando limosna a los
pobres. Esto puede ser considerado como "impuesto" en algunas
comunidades islámicas en que se utilizan los fondos para el alivio de
los necesitados.
4. El ayuno: durante el mes sagrado del Ramadán, los musulmanes
ayunan durante el día. Esto se refiere principalmente a la alimentación,
pero también incluye las relaciones sexuales y el entretenimiento.
5. Peregrinación: si es posible, los musulmanes deben hacer una
peregrinación a La Meca al menos una vez durante su vida. Aunque
también es importante visitar otros lugares santos islámicos como
Medina y Jerusalén, La Meca es el centro del Islam. Cada año, los
musulmanes de todo el mundo cumplen un sueño de toda la vida al
visitar lo que creen que es el lugar más sagrado de la tierra.4

Yihad

Otras prácticas islámicas importantes incluyen restricciones en la dieta,


la modestia en el vestir, el matrimonio y la yihad.5 Este último concepto
es especialmente controvertido.

El erudito musulmán Reza Aslan explica que la yihad significa,


literalmente, "una lucha" o "un esfuerzo", y en su connotación primaria
se refiere a "la lucha del alma para superar los obstáculos pecaminosos
que alejan a una persona de Dios”.6 Pero después del 9/11 y otros actos
publicitados de terror conectados a extremistas islámicos, muchos
occidentales piensan en su connotación secundaria: cualquier lucha,
incluida la violencia, contra la aparente opresión y tiranía.

Como señala Aslan, los extremistas han utilizado esta definición "para dar
sanción religiosa a lo que son en realidad propósitos sociales y
políticos”.7 Pero esta no es la forma en que la mayoría de los musulmanes
entienden el término en la actualidad.

El Islam Mundial

Al igual que la diversidad que se encuentra en otras religiones, hay


diferentes tipos de musulmanes. Las dos corrientes principales del Islam
son suníes y chiíes. Alrededor del 90 por ciento de los musulmanes son
sunitas o suníes, y sus principales diferencias con las minorías
musulmanas chiítas o chiíes se refieren a la autoridad y a las tradiciones
legales.8

El sufismo no es tanto un grupo distinto como un movimiento dentro de


las dos corrientes, que se centra más en el misticismo espiritual. Por
último, hay un grupo en los Estados Unidos conocido como la Nación del
Islam, pero sus creencias son muy diferentes de la corriente principal del
Islam y debe ser considerado por separado.

Las erróneas percepciones occidentales a veces han juntado o mezclado


los términos "musulmán" y "árabe”. Sin embargo, hay muchos árabes que
no son musulmanes, como los cristianos palestinos e iraquíes. Y los cuatro
países con mayor población musulmana: Indonesia, Pakistán, India y
Bangladesh, ni son árabes, ni se encuentra en el Oriente Medio.9

Hay algunos países, como Irán y Arabia Saudita, que son oficialmente
"islámicos”. En estas culturas, el Islam es más que simplemente una
religión, sino que lo permea todo, desde la interacción social a la política
y el gobierno. Naturalmente, esto conduce a tensión con los grupos
minoritarios y los valores democráticos occidentales.

Sin embargo, en la mayor parte del mundo, los musulmanes crecen


sanamente dentro de los estados liberales y conviven con otros adeptos
religiosos pacíficamente.

25. ¿Qué es Pecado?

Para las personas más religiosas, "pecado" es una palabrota. ¿Por qué es
eso? ¿Qué es el pecado en el primer lugar?

A la gente religiosa le gusta hablar del pecado. Mucho. Parece


obsesionada—como los acusadores de Hester Prynne en la novela La Letra
Escarlata—con la vergüenza, la culpa y la condenación.1 Y la mayoría de
la gente no se divierte.2

El problema no es que la mayoría de nosotros pensemos que no tenemos


faltas o cometamos errores, pues sabemos que lo hacemos. Pero la
palabra “pecado” connota algo más sucio, siniestro o pervertido.

Así que ¿por qué las personas religiosas se enfocan tanto en el pecado?
¿Por qué tratan de imponer su entendimiento del pecado y la moralidad
a los demás?
Todo depende de su comprensión de la palabra “pecado”. Antes de
desechar el término por completo, usándolo como si fuera una noción
arcaica que debe ser olvidada, exploremos el concepto un poco más
profundamente.

¿Qué es el pecado y por qué es tan importante?

Errar el Blanco

La explicación más común para el concepto de pecado viene de la palabra


griega hamartia. Homero y otros autores clásicos utilizan hamartia, y las
palabras relacionadas, para describir “errar el blanco” o el “fracaso para
llegar a una meta”.3

Los autores del Nuevo Testamento utilizaron el término de una manera


similar. Para ellos, la meta de la vida era hacer la voluntad de Dios y
podemos hacerlo siguiendo las enseñanzas y las “leyes” morales de la
Biblia. Ellos creían que cuando seguíamos estas leyes, como “no robarás”
y “no matarás”, la sociedad florecería tal cual era su destino.

Pero cuando desobedecemos estas leyes, la acción se llama pecado. Como


un escritor bíblico lo explicó: “Todo aquel que comete pecado, infringe la
ley, pues el pecado es una infracción de la ley.”4

Así que si la norma es seguir la ley moral de Dios, entonces errar el


blanco, el pecado, no es más que la ruptura de la ley moral de Dios. Dicho
de otra manera, el pecado es quedarse corto en la meta final de obedecer
las directivas de Dios. Y, de acuerdo con el apóstol Pablo, nadie es
inmune: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios.”5

Es cierto que ver el pecado como simplemente el rompimiento de la ley


moral Dios no es la perspectiva más satisfactoria. Después de todo,
algunas de las “leyes” de la Biblia son difíciles de entender y se sienten
absurdas. Hacen que Dios parezca un policía cósmico esperando para
darle un zape a cualquier persona que se pase de la raya.

Pero no es así como Jesús describió a su Padre celestial cuando enseñaba


ni los primeros cristianos veían a Dios de esta manera. Tal vez nuestra
definición está aún incompleta.

Corrupción de lo Bueno
Otra forma de entender el pecado es como la perversión o corrupción de
lo que es bueno.

“Pervertir algo” escribe el teólogo Cornelius Plantinga Jr., “es torcerlo para
que sirva un fin indigno en vez de uno digno o para que sirva a un fin
totalmente equivocado.”6 Cuando pervertimos las cosas—ya sean
hábitos, objetos, ideas e incluso la gente—nos dañamos a nosotros
mismos, nuestras relaciones con los demás y nuestra relación con Dios.

Agustín, uno de los primeros teólogos de la iglesia, articula esta


comprensión del pecado más hábilmente. Escribió:

El pecado surge cuando los bienes menores se persiguen como si fueran


los objetivos más importantes de la vida. Si el dinero o el afecto o el poder
se buscan en formas obsesivas, desproporcionadas, entonces, se produce
el pecado. Y el pecado se magnifica cuando, por estos objetivos menores,
no somos capaces de perseguir el bien más elevado y los mejores fines.
Así que cuando nos preguntamos por qué, en una situación dada,
cometimos un pecado, la respuesta suele ser una de dos cosas: ya sea
que queríamos obtener algo que no teníamos o temíamos perder algo que
teníamos.7

Algunos creen que las personas religiosas usan el concepto del pecado
para controlar o manipular los comportamientos de los demás. Aunque
esto pueda ser cierto para algunas personas equivocadas, la idea del
pecado como la corrupción del bien generalmente proviene de un deseo
de ayudar a la gente a evitar el daño que el pecado puede causar en su
vida, su mundo y las vidas de sus seres queridos.

Consideremos sólo algunas de las cosas buenas de la vida que podemos


usar mal y unas cuantas consecuencias de esos abusos: la comida
(obesidad y enfermedades relacionadas), la cerveza o el vino
(alcoholismo), el sexo (pornografía y trata con fines sexuales), la política
(poder desmedido), el dinero (codicia), recreación (irresponsabilidad), el
trabajo (abandono de la vida personal), los amigos y la familia (co-
dependencia). La lista podría seguir y seguir.

Egoísmo

Si bien estos dos conceptos—el pecado como violación de la ley y el


pecado como la corrupción de lo que es bueno—son interesantes, hay otra
definición que debe considerarse. En pocas palabras, el pecado es
egoísmo.
El pecado ocurre cuando las propias actitudes y acciones sirven a uno
mismo, en detrimento de otros o de nuestra relación con Dios. Ya sea que
se ponga de manifiesto en el chismorreo, perder los estribos o en no amar
a tu prójimo como a ti mismo, el egoísmo está en el centro del pecado.

Pero el egoísmo no es sólo acerca de los pensamientos y los hechos


concretos, sino que es más un asunto de disposición interna e identidad.
El autor Tim Keller señala: “Todo el mundo obtiene su identidad, su
sentido de ser distinto y valioso, de algún lado o de algo.”8

La Biblia enseña que Dios nos creó para tener una relación con él y vivir
nuestras vidas a su servicio, para su gloria y nuestro bien. Por lo tanto,
“El pecado trata de convertirse en uno mismo, para tener una identidad
aparte de la suya.”9

Por eso el pecado es una cosa muy importante. Marca nuestra identidad
y relación con Dios. Un pecado pequeño puede parecer insignificante. Pero
la naturaleza misma del pecado lleva a la pregunta de si reconocemos a
Dios o no como el Creador y la autoridad última, y esto es siempre muy
importante. En cierto modo, nuestro pecado y el egoísmo dicen: “Ahora
seré mi propio dios.”10

Evitar el Pecado

Entonces, ¿qué podemos hacer con nuestros pecados? Obviamente,


podríamos rechazar toda la idea y seguir felizmente nuestro camino. Sin
embargo, pocos nos sentiríamos cómodos en un mundo sin límites ni
normas morales.

Podemos tratar de ser mejores. Pero si hablamos en serio, el tan solo


intentarlo no va a resolver el problema profundo del egoísmo y de la
identidad. Tiene que haber un cambio más fundamental.

Tal vez los primeros pasos consideren lo que realmente creemos acerca
de Dios, evaluar cómo incorporamos estas creencias en nuestra vida
diaria y tratar de armonizar los dos, buscando una relación correcta con
Dios.

Potrebbero piacerti anche