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Vivir ocupado y trabajar mucho parece ser el modelo de la eficiencia, el

profesionalismo y la productividad.
pero a costa de muchas cosas: la vida familiar, personal, el entretenimiento y
hasta el ocio.
Lograr el balance entre la vida personal y la laboral es el mayor reto
de la vida contemporánea y, al tiempo, uno de los mayores motivos de
frustración y desgaste.

Con mucha frecuencia converso con personas que me cuentan sobre el


constante malestar físico o emocional y no identifican claramente sus causas, y
estas pueden estar en ese desbalance”

Como abordarlo?
lo más importante en este proceso es darse cuenta y tomar la decisión de
buscar el balance. Y para lograrlo, es necesario revisar y tener en cuenta
algunos temas.

1. Precise su propósito de vida.


Cuando se tiene claro qué es lo realmente más importante, se organizan
muchas cosas, como el tiempo.
Ahora bien, Cuando defina sus objetivos contemple que sean viables en
TIEMPO, DINERO, HABILIDADES Y CAPACIDADES PERSONALES. No tener
claros estos aspectos puede generar frustraciones por no contar con
herramientas para alcanzar dichos objetivos.
A veces definimos objetivos que no son ‘ecológicos’, es decir que van en
detrimento de otra faceta de la vida. Por ejemplo, quiero un cargo o trabajo
que termina exigiendo tanto de mí que termino descuidando la familia o mi
salud.

2. Planear.
Sin perder la espontaneidad, organice tiempo, actividades y metas. Los costos
de reaccionar o no prever pueden ser mayores: sobrecostos, reprocesos,
pérdida de tiempo. Recordemos que lo urgente no es lo mismo que lo
importante.
3. Hágale mantenimiento a la máquina.
Su salud es fundamental, no lo olvidemos esto
Trate de cumplir con lo básico: dormir bien, alimentarse sanamente, hacer
ejercicio, así sea caminar. Y busque cuidar su mente: yoga, meditación, música,
lectura... Un cuerpo sin vigor no puede estar dispuesto a enfrentar los retos
que se le presenten, tanto en el trabajo como en la vida.

4. Saber decir no.


Al tener claros sus propósitos, es más fácil saber a qué le dice sí y a qué no;
pero esto a veces no es suficiente porque hay personas que por temor, timidez
o por una situación de jerarquía no son capaces de pronunciar ese monosílabo
y terminan recargándose de tareas. La mejor forma de decir no es hacerlo
de manera cortés, explicar los argumentos para esa determinación y
ofrecer alternativas.

Finalmente,

9. Trabajar en y por las relaciones. Las buenas relaciones con los amigos y
la familia son amortiguadores del estrés. No los desplace; al organizar sus
objetivos y tiempo, debe haber un espacio para ellos.
Hasta pronto…

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