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La Madre Teresa de Calcuta nos muestra pistas para poder descubrir cómo podemos amar a los hermanos,
vivir la unidad y la paz y por ende aprender a vivir como Hijos de Dios. Analiza el sentido de cada frase y aplícalo
a la vida diaria con ejemplos concretos.
LA FAMILIA “La paz y la guerra empieza en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo,
empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría a
nuestro alrededor precisamos que toda la familia viva feliz”.
LA MAYOR ENFERMEDAD “La mayor enfermedad hoy en día no es la lepra ni la tuberculosis, sino más bien el
sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de caridad, la terrible
indiferencia hacia nuestro vecino que vive a lado en la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza
y enfermedad”.
Alguna vez un crítico le sugirió que haría más para terminar con la pobreza si enseñara a pescar en lugar de
entregar pescado. Ella respondió: “Las personas a quien yo ayudo no se valen por sí mismas, no se pueden
parar. No pueden sostener la caña. Yo les daré el alimento y después se los enviaré a usted para que les enseñe
a pescar”.
UNA GOTA EN EL OCÉANO “Sé bien y lo saben cada una de mis hermanas, que lo que realizamos es menos
que una gota en el océano. Pero si la gota faltase, el océano carecería de algo”.
EL AMOR “no basta con decir: Yo amo a Dios pero no amo a mi prójimo. San Juan dice que somos mentirosos
si afirmamos que amamos a Dios y no a nuestro prójimo. Es muy importante darse cuenta de que el amor para
que sea auténtico tiene que doler”.
“Ustedes saben que se dijo: «Ama a tu prójimo y guarda rencor a tu enemigo.» Pero yo les digo: Amen a sus
enemigos y recen por sus perseguidores, así serán hijos de su Padre que está en los Cielos.
Él hace brillar el sol sobre malos y buenos, y caer la lluvia sobre justos y pecadores. Porque si ustedes aman a
los que los aman, ¿qué premio merecen? ¿no obran así también los pecadores? ¿qué hay de nuevo si saludan
sólo a sus amigos?, ¿no lo hacen también los que no conocen a Dios?. Por lo tanto sean perfectos como es
perfecto su Padre que está en el Cielo.”
Cristo al marcar la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, nos exige mucha generosidad para con
los demás, sean amigos o enemigos. El cristiano, como testigo de Cristo, debe ser capaz no sólo de perdonar,
sino de amar a sus enemigos.
El ser generador de paz, el ser elemento integrador en el grupo, la comunidad, la promoción, etc. Supone ser
paciente, ser justo, porque donde hay justicia hay orden, hay paz, supone ser compasivos, ser más dador de
amor que reclamador de derechos.
Ser fermento de integración y unidad en la Iglesia supone capacidad de perdón, ser fermento de unidad entre
los hermanos supone también capacidad de sacrificio, generosidad y mucha oración.
Responde brevemente: