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PROMUEVE ACCIÓN DE AMPARO – SOLICITA MEDIDA CAUTELAR

Señor Juez:
JULIAN DOMINGUEZ, DNI 8.756.432, por derecho propio, con
domicilio real sito en la calle Rondeau 2452, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con
el patrocinio letrado del Dr. Juan Martinez, abogado inscripto al Tº 70 Fº 100 del
C.P.A.C.F., constituyendo domicilio procesal en la calle Rondeau 2452, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (Zona de Notificación 71), a V.S. me presento y
respetuosamente digo:

I.- OBJETO:

Que vengo por la presente a interponer acción expedita y rápida de


amparo contra Medicus S.A., con domicilio sito en la calle Azcuénaga nro. 911,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fin de que cumpla con la entrega en forma
gratuita de la droga Insulina NovoMix 30, necesaria para la normal continuación de
mi tratamiento contra la diabetes mellitus que padezco.

II. - HECHOS:

II. a) La enfermedad que padezco:

Tal como surge de las constancias que se adjuntan y de mi historia


clínica, la cual desde ya ofrezco como prueba, en el año 1992 se me diagnosticó
diabetes mellitus, habiendo iniciado el tratamiento general para dicha enfermedad.
Actualmente me encuentro en tratamiento médico consistente en la
aplicación diaria de insulina.
Al comienzo de mi enfermedad me encontraba en condiciones de poder
conseguir la medicación por mis propios medios, pero luego con el correr del tiempo,

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tras haber devenido discapacitado y desocupado ya no puedo afrontar el costo de la
medicación.
Dicho medicamento es importante para mi tratamiento, el cual corre serio
peligro de extenderse en el tiempo innecesariamente en caso de que NO me sea
entregado en forma regular los mismos, esto sin dejar de mencionar que mi cuerpo
puede sufrir daños e incluso ocasionar mi muerte.
La diabetes mellitus es un conjunto de trastornos metabólicos, que afecta
a diferentes órganos y tejidos, dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de
los niveles de glucosa en la sangre: hiperglucemia. La causan varios trastornos,
siendo el principal la baja producción de la hormona insulina, secretada por
las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su
inadecuado uso por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de
los hidratos de carbono, lípidos y proteínas.
En el trascurso de su adultez, cuando el suscripto tenía alrededor de 60
años de edad, tras el sufrimiento de dolorosos síntomas (propios del padecimiento de
esta enfermedad), y la realización de distintos análisis médicos se diagnosticó
mediante certificado médico correspondiente la existencia de celiaquía en la misma.
Desde aquel momento, debió sujetarse a una estricta dieta que le impedía
ingerir alimentos que contuvieran azúcar; lo cual no solo excluía de su ingesta diaria,
sino también una gran variedad de alimentos que en mínima medida la contenían e
igualmente dañosos dado el grado de diabetes detentado.
Se trata de una enfermedad crónica, es decir, el enfermo diabético,
nunca se cura.
La consecuencia indirecta de la omisión en que incurre la demandada en
autos al NEGAR injustificadamente la cobertura requerida, es la agravación del
cuadro, la aparición de efectos secundarios que pueden transformarse en
enfermedades crónicas, y que podrían llevar a la pérdida de la vida de un paciente.

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II.b.) Reclamos administrativos:

En busca de obtener la entrega de los medicamentos que preciso inicié


sendos reclamos ante la empresa de medicina prepaga Medicus.
En fecha …… de …….., notifique el respectivo reclamo
fehacientemente, mediante nota correspondiente intimando a la misma, a que
reconozca el medicamento necesitado. Nota que fuera recepcionada en la oficina
correspondiente.
Como puede advertirse, la suscripta otorga en dicho instrumento un plazo
razonable (en atención a la urgencia de la cobertura requerida) de 2 días a los efectos
que dicha entidad diera cumplimiento con lo normado por la citada ley, procediendo
a otorgar la cobertura prevista.
Vencido el plazo, y no habiendo recibido respuesta alguna, ante la
flagrante omisión es que acudo en legal tiempo y forma a V.S. solicitando ordene la
prestación de los servicios asistenciales correspondientes por parte de la demandada
y en mi carácter de afiliado a la misma y según el derecho que me asiste.

III.- NORMAS QUE SUSTENTAN EL RECLAMO. DERECHO A


LA SALUD Y A LA INTEGRIDAD.

Expuestas ya las características de la enfermedad que padezco, es preciso


delinear los motivos que generan el uso de ésta vía.-
Según la Organización Mundial de la Salud, se entiende por salud “el
completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la mera ausencia de
enfermedades”. En el Preámbulo de dicha Organización, se afirma que “el beneficio
de gozar de elevados niveles de salud es uno de los derechos fundamentales de
cada ser humano, sin distinción de raza, religión, credo, condición social o
económica”.-
Asimismo, es opinión de la doctrina que “... Es un derecho de naturaleza
prestacional, un derecho de la población al acceso a servicios médicos suficientes

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para una adecuada protección y preservación de la salud” (Tinant, Eduardo Luis,
El derecho a la salud y la omisión inconstitucional del juez; LL 2000-C-545).
Es menester mencionar lo manifestado por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación: “A partir de lo dispuesto en los tratados internacionales que tienen
jerarquía constitucional, este Tribunal ha reafirmado en recientes pronunciamientos
el derecho a la preservación de la salud, comprendido dentro del derecho a la vida
y ha destacado la obligación impostergable que tiene la autoridad pública de
garantizar ese derecho con acciones positivas” (Corte Suprema de Justicia de la
Nación, in re: “Campodónico de Beviaqua, Ana Carina c/ Ministerio de Salud y
Acción Social”; 24 de Octubre de 2000).
En el presente caso la acción de amparo constituye la vía apta a los fines
de tutelar estos derechos, y los que considero vulnerados, en virtud del
incumplimiento denunciado en cuanto a las prestaciones requeridas a la empresa
demandada.
El Máximo Tribunal ha establecido que el derecho a la vida, más que un
derecho no enumerado en los términos del Artículo 33 de la Ley Fundamental, es una
peyorativa implícita, ya que el ejercicio de los derechos reconocidos expresamente
requiere necesariamente de él y, a su vez, el derecho a la salud -especialmente
cuando se trata de enfermedades graves- está íntimamente relacionado con el primero
y con el principio de autonomía personal, ya que un individuo gravemente enfermo
no está en condiciones de optar libremente por su propio plan de vida (v. doctrina de
Fallos: 323:1339). También ha dicho que el derecho a la salud, desde el punto de
vista normativo, está reconocido en los tratados internacionales con rango
constitucional (Artículo 75, inc. 22), entre ellos, el Artículo 12 inciso c del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; inciso 1 Artículos 4 y
5 de la Convención sobre Derechos Humanos -Pacto de San José de Costa Rica- e
inciso 1 del Artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
extensivo no sólo a la salud individual sino también a la salud colectiva (Del
dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema en su sentencia
del 18 de diciembre de 2003, dictada en los autos: A. 891, L. XXXVIII, caratulados

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"Asociación de Esclerosis Múltiple de Salta c/ Ministerio de Salud - Estado Nacional
s/ acción de amparo - medida cautelar").
A partir de la reforma de 1994, se ha observado la constitucionalización
del derecho a la salud, así como un interés en la reglamentación parlamentaria del
sistema sanitario integral, a la luz de los compromisos internacionales asumidos por
el Estado al incorporar tratados internacionales con jerarquía constitucional al
ordenamiento jurídico local.
El bienestar integral depende del acceso a los recursos necesarios para
cumplir con las necesidades fundamentales proclamadas en la Declaración de los
Derechos Humanos. El derecho a la vida, a la alimentación, a los servicios de salud,
a la educación, a la familia, a la libertad. Todos ellos son base y plataforma para que
el desarrollo humano integral sea posible.
La Corte Suprema ha sostenido que el derecho a la salud impone
obligaciones positivas al Estado. El Tribunal ha considerado que la legislación
sancionada en la materia por el Poder Legislativo constituye una de las medidas
adoptadas por el Estado para cumplir con sus obligaciones internacionales relativas
al derecho a la salud. Por ende, el incumplimiento por parte de la Administración de
las obligaciones establecidas por la ley, en especial de aquellas que imponen el
acceso a tratamiento o medicación, abren la posibilidad de reclamo individual y
colectivo por parte de las víctimas, a efectos de exigir su cumplimiento con expresa
apoyatura constitucional.
"Teniendo en cuenta las directivas emanadas de la Constitución
Nacional y de los Tratados Internacionales que la integran a partir de la Reforma de
1994, cabe concluir (…) que la garantía constitucional de protección a la salud debe
ser integral y totalizadora, siendo dicha carga impuesta en cabeza de las obras
sociales y de las entidades privadas prestatarias de los servicios de salud y, de
manera subsidiaria, sobre el Estado…” (Cámara Federal de Apelaciones de La Plata;
“B, R. N. C /PAMI S/ AMPARO"; 17/04/2007).
Así, dentro del antes mencionado proceso de reglamentación del Derecho
a la Salud y del marco normativo hasta aquí expuesto, cabe mencionar que en la

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actualidad contamos con legislación que regula el derecho de las personas que sufren
alguna discapacidad – Ley 24.901 - en cuyo artículo 1 “Institúyase por la presente
ley un sistema de prestaciones básicas de atención integral a favor de las personas
con discapacidad, contemplando acciones de prevención, asistencia, promoción y
protección, con el objeto de brindarles una cobertura integral a sus necesidades y
requerimientos”

Que la Ley 337 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires referente a la


diabetes, establece en su artículo 3 “el programa comprenderá la realización de las
siguientes actividades: Proveer en forma gratuita medicamentos y reactivos de
diagnóstico para autocontrol necesarios para un tratamiento adecuado, a los
pacientes diabéticos sin cobertura que se encuentran bajo atención en los centros
dependientes de la Ciudad.”

Que por otra parte, la resolución 301/99 MSAS incorporó la provisión de


medicamentos para la diabetos al cumulo de prestaciones del PMO.
Los fundamentos de la reciente Ley 26.588, reconocen la gravedad de la
Celiaquía al mencionar: “…la enfermedad celíaca es una condición permanente de
intolerancia al gluten contenido en diversos alimentos, que ocurre en individuos
genéticamente predispuestos, y se manifiesta como una enteropatía mediada por
mecanismos inmunológicos, cuyo único tratamiento disponible, hasta el momento, es
una dieta libre de gluten. En este sentido, la detección temprana y el tratamiento
oportuno revisten fundamental importancia para evitar complicaciones secundarias
de esta patología…”.
Resulta cuando menos ARBITRARIO, por parte de prepaga aquí
demandada, negarse deliberada y absolutamente a brindar cobertura asistencial a una
Paciente que -conforme surge de los certificados médicos presentados a dicha
entidad y de la misma historia clínica-, sufre una enfermedad Crónica de estas
características, más aún, si dicha omisión se realiza a sabiendas de las terribles
consecuencias que puede ocasionar la misma.-

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La Ley Nacional 26.588, reglamentada a principios de este año es
contundente al establecer: “…Las obras sociales enmarcadas en las Leyes 23.660 y
23.661, la obra social del Poder Judicial de la Nación, la Dirección de Ayuda Social
para el Personal del Congreso de la Nación, las entidades de medicina prepaga y las
entidades que brinden atención al personal de las universidades, así como también
todos aquellos agentes que brinden servicios médicos asistenciales a sus afiliados
independientemente de la figura jurídica que posean, deben brindar cobertura
asistencial a las personas con celiaquía, que comprende la detección, el
diagnóstico, el seguimiento y el tratamiento de la misma, incluyendo las harinas
y premezclas libre de gluten, cuya cobertura determinará la autoridad de
aplicación…”. El remarcado me pertenece.-
Como se puede apreciar, la supremacía legal y el respecto

incondicionado a la ley se encuentran ampliamente reconocida por el derecho

positivo vigente.-

En el caso la prepaga demandada DELIBERADA Y

ARBITRARIAMENTE HA DESCONOCIDO LA LEY APLICABLE, negando

injustificadamente nada menos que Cobertura Asistencial a un enfermo,

comprometiendo su estado de salud, y poniéndolo en una situación de vulnerabilidad,

aún mayor a la que inicialmente ostentaba.

Cree esta parte que la violación del principio Constitucional


invocado es de tal gravedad que la misma no amerita mayores comentarios.-

Resumiendo, y sin intención de ahondar más en este punto, es clara

la obligación impuesta a las OBRAS SOCIALES Y PREPAGAS respecto de la

cobertura medico asistencial. Su falta de cumplimiento, resulta no solo arbitraria e

ilegal, sino altamente lesiva para la salud de un paciente, y peor aún, para su VIDA.-

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V.S., la empresa de medicina prepaga Medicus asumió expresamente
la responsabilidad del abastecimiento de los medicamentos necesarios para el
tratamiento de la diabetes, enfermedad que padezco, lo que hace viable mi
pretensión de obtener la entrega de los mismos, lo que solicito así se ordene, al
estar la misma alcanzada por las obligaciones del PMO.

IV.- MEDIDA CAUTELAR:

Atento la interpretación de la potestad conferida por el artículo 232 del


C.P.C.C.N., vengo a solicitar como medida cautelar a la espera del resultado de la
presente acción, la inmediata entrega del medicamento denominado NovoMix 30,
necesario para la debida continuación del tratamiento encarado, atento al peligro de
que la falta del mismo cause un agravamiento de mi salud y eventual muerte.

IV. a) Verosimilitud del Derecho:

La Jurisprudencia ha entendido que: “... La Verosimilitud del Derecho,


como presupuesto que condiciona la admisibilidad de una medida precautoria,
apunta a la posibilidad de que el derecho exista, a una credibilidad objetiva y seria
que descarte una pretensión manifiestamente infundada o temeraria o muy
cuestionable. Esa posibilidad no equivale a la certeza en la existencia del derecho,
que solo se logrará al agotarse el trámite con el dictado de la sentencia. (Cámara
Nacional Civil, Sala C, LL 1986- B- 48).

Asimismo “... Se entiende por tal la apariencia de certeza o grado de


posibilidad suficiente del derecho invocado... (CNCiv., Sala D, ED 116-68);... sin
que sea preciso que llegue a ser una incontestable realidad.”. (Cámara Nacional
Contencioso Administrativo Federal, Sala I, ED 113-660, -64 SJ).

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El fumus bonis iuris no implica lógicamente que deba estarse en
presencia de la existencia fehaciente del derecho invocado, sino tan sólo de la
apariencia de que dicho derecho le asiste al peticionario de la medida, debiendo
justificarlo sumariamente o resultar de las constancias de autos.

Sin perjuicio de destacar que lo expuesto hasta aquí permite considerar


que en el caso existe verdadera certeza sobre la bondad del derecho alegado, es
menester recordar que la jurisprudencia de nuestro Máximo Tribunal ha sentado una
importante pauta interpretativa para el análisis de este requisito al señalar que "... las
medidas cautelares no exigen de los magistrados el examen de certeza sobre la
existencia del derecho pretendido sino sólo su verosimilitud. Es más, el juicio de
verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad de la medida
cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo
hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su virtualidad" (Corte Suprema de
Justicia de la Nación, "Evaristo Ignacio Albornoz v. Nación Argentina - Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social s/ Medida de no innovar”, Fallos 306:2060).

IV- b) Peligro en la demora:

El peligro en la demora se configura porque la falta de entrega del


medicamento que me ha recetado mi médico tratante puede hacer ocasionar el
agravamiento de mi salud y eventual muerte.

Así, la consecuencia sería que el plazo para mi tratamiento se extendería,


lo que importa un padecimiento innecesario y evitable si la demandada cumple con
su obligación. Además, también genera un perjuicio económico ya que me encuentro
viviendo en una situación relativamente precaria en una vivienda que pago con mi
jubilación mínima.

Así tiene entendido la jurisprudencia al decir “...En relación a la alegada


inexistencia de peligro en la demora, este Tribunal ha reconocido que en los casos

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en que se cuestionan decisiones relacionadas con la salud de las personas, resulta
suficiente para tener por acreditado tal recaudo, la incertidumbre y la preocupación
que ellas generan, de modo que la medida sea necesaria para disipar un temor de
daño inminente, acreditado prima facie o presunto ("Tratado de las medidas
cautelares", p. 77, n° 19).
“ ... Sin perjuicio de ello, el delicado estado de salud de la actora que
reviste una gravedad tal que resulta discapacitante y la aptitud que posee el
tratamiento indicado para mejorar su calidad de vida, resultan suficientes para
tener por verificado el peligro en la demora alegado”. (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, sala I; Décima, Teresa del Valle c/
IOSE; de fecha 20/09/2005).
Asimismo, ha entendido el Máximo Tribunal: “... es de la esencia de
estos institutos procesales de orden excepcional enfocar sus proyecciones -en tanto
dure el litigio- sobre el fondo mismo de la controversia, ya sea para impedir un acto
o para llevarlo a cabo, porque dichas medidas precautorias se encuentran
enderezadas a evitar la producción de perjuicios que se podrían producir en caso de
inactividad del magistrado y podrían tornarse de muy dificultosa o imposible
reparación en la oportunidad del dictado de la sentencia definitiva...” (Corte
Suprema de Justicia de la Nación; Camacho Acosta, Maximino c/ Grafi Graf SRL. y
otros. s/ Daños y perjuicios; Sentencia C2348XXXII del 7 de Agosto de 1997).

Habida cuenta de la acreditación de los extremos necesarios para la


concesión de la medida cautelar –verosimilitud del derecho, peligro en la demora e
inexistencia de otra medida precautoria-, solicito a V.S. proceda sin más trámite a
ordenar la misma.

IV.- c) Contracautela

En cuanto a la contracautela, me encuentro impedido de afrontar una


caución real y carezco de bienes a mi nombre, por ello, para el caso de disponerse

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caución, solicito que la misma sea juratoria, en los términos y con el alcance previsto
por el art. 199° del C.P.C.C.N.

V.- CUMPLIMIENTO DE LOS REQUISITOS DEL AMPARO


PARA EL PRESENTE CASO

En cuanto a la procedencia de la presente acción la jurisprudencia ha


entendido:

“El amparo es un proceso excepcional, utilizable en delicadas y extremas


situaciones en las que, por carencia de otras vías más aptas, peligra la salvaguarda
de los derechos fundamentales; y que para su apertura exige circunstancias muy
particulares, caracterizadas por la presencia de arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta que ante la ineficacia de los procedimientos ordinarios originan un daño
concreto y grave, solo eventualmente reparable por esta vía urgente y expedita”.
(Fallos: 310:576 y 2740; 31:612, 1974 y 2319; 317:1128; 323:1825 y 2097; 325:396
y causa 0.59. XXXVIII “Orlando, Susana Beatriz c/ Buenos Aires, Provincia de y
otro s/ amparo”, pronunciamiento del 24 de mayo de 2005).

“También el objeto de la acción de amparo es la preservación de los


derechos tutelados por la Ley Fundamental”. (conf. art. 43 de la Constitución
Nacional y la doctrina de Fallos: 259:196; 263:296; 267:165; entre otros).

Se dan en el sub-lite la totalidad de los requisitos que la Ley 16.986 y el


texto constitucional del artículo 43 imponen como requisitos de viabilidad, a saber:

A) Medio Idóneo: El presente medio resulta adecuado e idóneo para el


caso, pues no existe otro que pueda sustituirlo a fin de evitar la conculcación de mis
derechos. En principio, resulta claro que puede argumentarse que los procesos
ordinarios son más idóneos que el aquí elegido para custodiar un derecho

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constitucional que se alega lesionado, toda vez que los mismos proveen medios
procesales más generosos en plazos y medios probatorios, sin embargo, al
encontrarse en juego mi derecho a la salud, el cual reviste carácter de urgente, los
plazo propios del proceso ordinario no harían más que frustrar el ejercicio de mi
derecho.

El articulo 43 de la Constitución Nacional prevé el amparo “siempre


que no exista otro remedio judicial mas idóneo”. Si conforme a la interpretación del
precepto constitucional, la vía existente es igual o peor que el amparo, cabe concluir
que los afectados podrían optar entre plantear éste o acudir a otros procedimientos,
con lo que asume el rol de vía alternativa y no subsidiaria (Sagües; Amparo; LL
1994–D–1151).

En autos me encuentro cuestionando el acto omisivo y lesivo del


demandado, que provoca una alteración del derecho a la salud y del derecho a la
vida, íntimamente relacionados, constituyendo la falta o insuficiencia de cobertura
médica y de prestaciones de tipo asistencial un peligro actual e inminente sobre mis
derechos constitucionales, como ya ampliamente se ha dicho.

B) Arbitrariedad manifiesta: La arbitrariedad e ilegalidad manifiestas de


las medidas impartidas por el demandado, se encuentra configurada a partir del
incumplimiento de sus obligaciones legales de abastecer el medicamento necesario
para mi tratamiento.

VI.- IURA NOVIT CURIA:

Nuestro sistema judicial se basa en el principio de que los jueces conocen


el derecho.
Para el caso de que V.S. no estime procedente la vía que propongo abrir,
solicito que en virtud del mencionado principio adecue la pretensión a lo que estime
corresponder.

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VII.- DERECHO:

Fundo mi derecho en lo dispuesto por los arts. 14 bis, 33, 43 y 75 inc. 22


de la Constitución Nacional, artículo XI de la Declaración de los Derechos y Deberes
del Hombre, artículo 28 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 12
del Pacto Internacional de los derechos Económicos y Sociales y Culturales, inc. 1
del art. 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Ley 16.986, Ley
24.901, Ley 337 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Resolución 814/2001 del
Ministerio de Salud de la Nación, doctrina y jurisprudencia aplicable al caso.

VIII.- PRUEBA:

Vengo a ofrecer los siguientes medios probatorios que hacen a mi


derecho:
a) Documental:
Se acompaña la siguiente documentación:
1) Fotocopia del DNI del Sr. Julian Dominguez;
2) Copia simple de la historia clínica del Sr. Julian Dominguez Quispe;
3) Copia del reclamo realizado ante la empresa Medicus;
4) Certificado Médico firmado por mi médico tratante, donde se deja
constancia del medicamento que compone mi tratamiento.
5) Certificado Médico firmado por mi médico tratante donde se deja
constancia de la enfermedad que padezco.
6) Certificado que acredita mi estado de discapacidad.
7) Copia de los estudios que acreditan mi enfermedad y su reciente
empeoramiento.

b) Informativa:

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a) Solicito se libre oficio a Medicus S.A a los fines de que remitan al
presente mi historia clínica;

XII - PETITORIO:

Por todo lo expuesto de V.S. solicito:


1.- Se me tenga por presentado en el carácter invocado, denunciado el
domicilio real y constituido el domicilio procesal.
2.- Proceda al dictado de la medida cautelar solicitada.
3.- En consecuencia, haga lugar a la acción de amparo, previos los
trámites de ley.

Proveer de conformidad, que


SERÁ JUSTICIA

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