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LEYENDAS

LA LEYENDA DE LA SIGUANABA
Según lo que cuenta la leyenda, todos los trasnochadores están
propensos a encontrarla. Sin embargo, persigue con más
insistencia a los hombres enamorados, a los Don Juanes que
hacen alarde de sus conquistas amorosas. A estos, la Siguanaba
se les aparece en cualquier tanque de agua en altas horas de la
noche, o a orillas de ríos según otras versiones. La ven
bañándose con una palangana de oro y peinando su hermoso
cabello negro con un peine del mismo metal, su bello cuerpo se
trasluce a través del camisón. Dicen las tradiciones que el
hombre que la mira se vuelve loco por ella. Entonces, la
Siguanaba lo llama, y se lo va llevando hasta un barranco. Enseña la cara cuando ya se lo
ha ganado, su rostro se vuelve como de muerta, sus ojos se salen de sus cuencas y se
tornan rojos como si sangraran. Su antes tersa y delicada piel se torna arrugada y
verduzca, sus uñas crecen y suelta una estridente risa que paraliza de terror al que la
escucha. Para no perder su alma, el hombre debe morder una cruz o una medallita y
encomendarse a dios

La leyenda de Juan Machete


Considerada como una de las leyendas más conocidas de la
Costa de la republica de Guatemala. Cuenta la vida del hombre
que quería ser el más poderoso de la región, su nombre era Juan
Francisco Ortiz, amo y señor de las tierras. Este señor hizo un
pacto con el diablo en el cual le entregaba su mujer e hijos, a
cambio de mucho dinero, ganado y más tierras.

El diablo le dijo a Juan que agarrara un sapo y una gallina, a los


cuales debería coserle los ojos y enterrarlos vivos un Viernes
Santo a las doce de la noche, en un lugar apartado, luego debería
invocarlo de alma y corazón. Juan cumplió con lo encomendado.
Pasando varios días, el hombre se dio cuenta que los negocios
prosperaban. Una madrugada se levantó temprano, y al ensillar su caballo divisó un
imponente toro negro, con los cuatro cascos y los dos cachos blancos. Pasó este hecho
desapercibido y se fue a trabajar como de costumbre .

En la tarde regresó de la faena y observó que el toro todavía se encontraba merodeando


la casa. Pensó ¿será de algún vecino?. Al otro día lo despertó el alboroto causado por los
animales, se imaginó que la causa podía ser el toro negro. Trató de sacarlo de su
territorio, pero esto no fue posible porque ningún rejo aguanto. Cansado y preocupado
con el extraño incidente se acostó, pero a las doce de la noche fue despertado por un
imponente bramido. Al llegar al potrero se dió cuenta que miles de reces pastaban de un
lado a otro. Su riqueza aumentó cada vez más.
Leyenda maya corta
Una madre malcrió a su hijo al extremo, siendo que
nunca le marcó los límites como debía, tampoco lo
dejaba hacer las tareas con el resto de la tribu, lo
mantenía apartado, el niño creció y ya nada quiso saber
de obedecer a las personas que eran mayores a él,
incluso tenía muchos problemas con los demás
miembros de su gente, así es que un día el cacique
decidió condenar a este chico por su mal
comportamiento haciendo un sacrificio con él para que
todos comprendan lo mal que estaba ese grado de
rebeldía y cuando su madre se acercó para abrazarlo antes de su muerte, él la mordió
quitándole la oreja y diciéndole que todo era su culpa por no educarlo desde pequeño
como era necesario.

La Leyenda Del Mico Brujo

En todo Centroamérica se conoce la leyenda del “ Mico


Brujo” . En algunas partes también le dicen la Mona.

Decían nuestros antepasados que había unas mujeres que a


las once de la noche se daban tres volantines para atrás y
luego tres para adelante; que esta mujeres tenían un guacal
blanco y que a la última voltereta vomitaban el alma en el
guacal. Ya sin alma, tomaban figura de monos o micos y se
dedicaban a hacer “ diabluras” .Y así, estas brujas, acompañadas de la oscuridad de la
noche, se trepaban a los árboles y tiraban frutas a la gente. Se subían a los techos de las
casas, saltando de un lugar a otro y arrojando pedradas contra las piedras de la calle.
Muchas personas han tratado de agarrar y matar a la mona o al mico, pero de nada les
sirve, pues cuando ya están cerca y creen tenerlo acorralado se les esfuma como por
encanto. También contaban nuestros antepasados que estas mujeres podían convertirse
en chanchas grandes, negras y llenas de lodo. Apenas veían a la persona “ señalada” ,
aligeraban su trote y comenzaban a gruñir. Embestían furiosamente a la persona y le
daban trompadas y mordiscos en las piernas hasta derribarla y hacerle perder el
conocimiento. Al día siguiente, la víctima amanecía molida y mordida, y con los bolsillos
vacíos.

Leyenda de la Tatuana
Esta leyenda intenta describir las formas en las que la humanidad
puede y va a recuperar su libertad. La leyenda es acerca de un
árbol de almendras, que se describe como un "árbol sacerdote".
Este árbol protege la tradiciones mayas y relata el pasar de los
años. El árbol divide su alma en 4 caminos que va encontrando
antes de entrar al inframundo, conocido como Xibalbá. Estos
cuatro caminos están marcados por diferentes colores: verde, rojo,
blanco y negro. Cada porción del alma se embarca en un camino diferente en el que cada
una enfrentará diversas tentaciones. El camino negro, que en la tradición Maya lleva al
inframundo, cambia parte de su alma con el mercader de joyas invaluables, que luego
intercambia por la esclava más hermosa. La esclava escapa, y el personaje del árbol, que
busca la parte de su alma que le hace falta, eventualmente la encuentra. La Inquisición
interviene y los sentencia a muerte. Al final, la hermosa esclava se escapa de la noche a
través de la magia de un barco que dibujó en la pared de su prisión. La mañana de su
ejecución, lo único que los guardias encuentran en la celda es un viejo árbol de
almendras.

En esta leyenda, el almendro principal representa a la civilización Maya-Quiché y la


Inquisición representa a un poder extranjero. Esta leyenda enseña que "el alma no está a
la merced de las fuerzas externas" y "por lo tanto los humanos siempre encuentran los
medios para recuperar su independencia".

Leyenda del Sombrerón

En esta leyenda, Asturias toma la idea del niño / demonio El


Sombrerón y la explora con un lente de magia. Crea una pelota que
aparece y desaparece, en la que encierra al Sombrerón o demonio.

El protagonista es un monje, que es tentado por una pelota que entra


rebotando por la ventana de su celda. El monje es cautivado por la
pelota y empieza a preguntarse si pudiera tener algo que ver con el
diablo. Pasa incontables horas jugando con la pelota, y cuando habla
con una mujer cuyo hijo había perdido la pelota, y se siente
presionado para devolverla, los vecinos dicen que se veía como el mismísimo demonio.
Finalmente lanza la pelota por la ventana y la pelota se transforma en el Sombrerón. Así,
Asturias vuelve a demostrar que los humanos "son capaces de romper los lazos que los
atan a lo indeseable". Esta leyenda, como la del Cadejo, corresponde al período colonial
español en Guatemala, y está escrita en un lenguaje simple y coloquial. Se enfoca en los
aspectos cristianos y españoles de Guatemala y tiene lugar en La Antigua. La pelota con
la que el monje juega simboliza el antiguo juego de pelota Maya. De esta forma, en esta
leyenda las tradiciones Cristiana y Maya se combinan al ser la pelota un elemento de un
ritual Maya, pero también tiene las características de un demonio.

El cadejo
Cuenta la leyenda que hay dos tipos de cadejos uno bueno el
blanco, y uno malo el negro, estos tienen forma de un perro,
que salen en las noches.
La leyenda cuenta que el cadejo era un joven que intento darle
un susto a su papa para que este dejara de tomar, su papa
regularmente llegaba a su casa borracho y golpeaba a su
esposa, el joven intento evitar que su padre siguiera tomando,
entonces se disfrazo como un perro y lo espero en la calle
cuando su papa venia borracho, cuando el joven salió disfrazado su padre salió corriendo
pero aun a si el padre volvió a tomar, esto sucedió varias veces pero el padre nunca
dejaba de tomar, llego el día que el padre cansado de ser asustado por el animal, decidió
enfrentarlo y saco un cuchillo, al ver esto el joven se quito el disfraz y el padre al ver esto
maldijo al joven, diciéndole que sus maldición seria acompañar aquellos que caminaban
por la noche.
Desde entonces el cadejo blanco acompaña aquellas personas que andan por la noche
caminando solos en la calle para protegerlas de los peligros nocturnos, pero si la persona
ataca al cadejo, este lo ataca.

Leyenda de Kukulcan (Cuculcán)

Esta es la última historia de Leyendas de Guatemala, y fue


escrita en la forma de una obra de teatro. Fue agregada a la
segunda edición de Leyendas de Guatemala. Los tres escenarios
están separados por cortinas de colores que indican el paso del
tiempo; los colores de las cortinas (amarillo, rojo y negro) y los
cambios de escena siguen el movimiento del sol. Los personajes
principales son: Guacamayo, un ave de mil colores, que es
engañoso; Cuculcán, una serpiente emplumada; y Chinchinirín,
que es el asistente guerrero de Cuculcán. Yaí es otro personaje,
una "mujer-flor" que debe ser sacrificada. Guacamayo y
Cuculcán se disputan la leyenda del sol, y a sus espaldas, Guacamayo discute con
Chinchirín y acusa a Cuculcán de ser una falsificación. En un complot para tomar el
lugar de Cuculcán, Guacamayo hace un trato con Yaí, pero Cuculcán es salvado. Al final
la luna nace del cuerpo de Chinchinirín mientras trata de alcanzas a Flor Amarilla.

Esta última leyenda es una re-elaboración lúcida de la leyenda Maya de la Serpiente


Emplumada para permitir un acercamiento a la cuestión de la identidad como una
construcción social. El espejo engañoso que aparece en la historia (que confunde a
Guacamayo y Cuculcán acerca de lo que es "real") es una metáfora de un relativismo
brutal introducido por Asturias para expresar el carácter dual y complementario de la
realidad. Es decir, Asturias presenta la realidad de una identidad como dual, diglósica, y
relativa al universo de Cuculcán, y la aplica a la identidad híbrida de la jóven nación
Guatemalteca.

La leyenda de Dziú y el maíz


Una de las leyendas que engloba casi la mayoría de los temas que se tratan en los relatos
mayas es el de “Dziú y el Maíz” aquí se puede apreciar los conflictos de la vida cotidiana, las
relaciones entre los elementos naturales y los hombre y por supuesto la intervención de las
deidades.
El conflicto de esta historia es que Yuum Chaac, el dios de las aguas y de la agricultura se
percata de que el suelo iba perdiendo su fertilidad, por esta razón decide que con ayuda de
Kak el dios del fuego incendiaran las milpas para que con las cenizas se fertilice el suelo.

Pero antes pide la ayuda de todas las aves para que recojan las semillas para sembrarlas al
siguiente año. Una de las aves el pájaro Dziú o tordo ojirrojo recogió desde temprano muchas
semillas y decide irse a descansar, cuando los demás pájaros se dan cuenta de que no
estaba presente para cumplir la tarea bajan su rendimiento y de pronto las llamas de Kak
empiezan a consumir los sembradíos de maíz.

Dziú se da cuenta de lo que pasa y arriesga su vida para salvar lo que queda del incendio y
terminando con sus ojos rojos y sus plumas quemadas. El dios Yuum Chaac decreta que
todos los pájaros Dziú serán de ojos rojos con una marca en las alas color ceniza para
recordar lo que hizo Dziú.

La leyenda de los aluxes


Los aluxes son seres pequeños, creados antiguamente con barro virgen que debían dejarse
en lugares ocultos para proteger. Los aluxes (se
pronunciaalushes), tenían un vínculo muy fuerte con su
creador. Una vez que eran elaborados, se les hacía
oraciones y ofrendas para que cobraran vida.

Los aluxes tenían la particularidad de ser fieles con sus


dueños y traviesos con sus desconocidos. Cuando las
propiedades de los creadores originales pasaban en
manos de otros propietarios, los aluxes se hacían visibles
para asustar a los niños. Para complacerlos, los nuevos
dueños tenían que regalarles comida, cigarrillos, miel o
pozol.

En la actualidad, los aluxes todavía cuidan las tierras de los pueblos mayas. Algunos
ejemplares originales se encuentran en los cenotes de Dzitnup y Samulá, cerca de Valladolid.
Sin embargo, existe la creencia de que los aluxes salen al mundo como seres de luz. Pocas
personas los ven porque son hábiles y ligeros como el viento. Si los sabes respetar, ellos
protegerán de ti y cuidarán tus propiedades.
Manco Capac

En las tierras que se encuentran al norte del lago


Titicaca, unos hombres vivían como bestias feroces.
No tenían religión, ni justicia, ni ciudades. Estos
seres no sabían cultivar la tierra y vivían desnudos.
Se refugiaban en cavernas y se alimentaban de
plantas, de bayas salvajes y de carne cruda.
Inti, el dios Sol, decidió que había que civilizar estos
seres. Le pidió a su hijo Ayar Manco y a su hija
Mama Ocllo descender sobre la tierra para construir
un gran imperio.
Ellos enseñarían a los hombres las reglas de la vida civilizada y a venerar su dios creador, el Sol.

Pero antes, Ayar Manco y Mama Ocllo debían fundar una capital.

Inti les confía un bastón de oro diciéndoles esto:


- Desde el gran lago, adonde llegarán, marchen hacia el norte. Cada vez que se detengan para
comer o dormir, planten este bastón de oro en el suelo. Allí donde se hunda sin el menor esfuerzo,
ustedes construirán Cuzco y dirigirán el Imperio del sol.

La mañana siguiente, Ayar Manco y Mama Ocllo aparecieron entre las aguas del lago Titicaca. La
riqueza de sus vestimentas y el brillo de sus joyas hicieron pronto comprender a los hombres que
ellos eran dioses. Temerosos, los hombres los siguieron a escondidas.

Ayar Manco y Mama Ocllo se pusieron en marcha hacia el norte. Los días pasaron sin que el
bastón de oro se hundiera en el suelo.

Una mañana, al llegar a un bello valle rodeado de montañas majestuosas, el bastón de oro se
hundió dulcemente en el suelo. Era ahí que había que construir Cuzco, el "ombligo" del mundo, la
capital del Imperio del Sol.

Ayar Manco se dirigió a los hombres que los rodeaban y comenzó a enseñarles a cultivar la tierra,
a cazar, a construir casas, etc...

Mama Ocllo se dirigió a las mujeres y les enseñó a tejer la lana de las llamas para fabricar
vestimentas. Les enseñó también a cocinar y a ocuparse de la casa...

Es así que Ayar Manco, devenido Manco Capac, en compañía de su hermana Mama Ocllo se sentó
en el trono del nuevo Imperio del Sol. A partir de este día, todos los emperadores Incas,
descendientes de Manco Capac, gobernaron su imperio con su hermana devenida en esposa.

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