¿Se puede aprender a ser creativo?

Natalia Luna

La creatividad es uno de los atributos más valiosos, no sólo en el ámbito laboral, sino en
la vida misma, porque nos permite generar nuevas ideas, productos tangibles e
intangibles, y encontrar soluciones a los problemas con los que nos enfrentamos día con
día. Pero ¿una persona creativa nace o se hace?

A veces pareciera que las personas creativas nacieron con un don especial que no todos
tenemos, sin embargo, ¿quién no recuerda todas las cosas que pasaban por nuestra
mente cuando éramos pequeños? Todos somos creativos, cada uno en su nivel y lo
expresamos de diversas formas. La diferencia entre los niños y los adultos (en cuestiones
de creatividad) es que los niños no tienen miedo a pensar en cosas que se salen de lo
común y tampoco tienen expectativas de que todo salga perfecto a la primera.

El perfeccionismo y el miedo a ser juzgados nos van limitando a sólo generar ideas
controladas, que se apeguen a las reglas, como resultado, la creatividad se va muriendo.
Esto puede revertirse, podemos desarrollar pensamiento creativo, liderazgo innovador y
habilidades para solución de problemas, lo que nos dará un perfil profesional que
sobresalga, sobre todo en estos tiempos en los que la tecnología avanza y sustituye al
talento humano.

Las ideas creativas no surgen de la nada, no son magia. En realidad surgen al relacionar
los conocimientos que ya poseemos, así como nuestras experiencias y sentimientos. Un
paso importante para comenzar a ser creativo es consumir productos creativos que nos
reten y nos estimulen. Aprender cosas nuevas mantendrá nuestra mente activa y abierta a
nuevas ideas.

Aunque suene trillado, sal de tu zona de confort. Que no te de miedo pensar y hacer
cosas que a los demás les puedan resultar excéntricas, al contrario, diviértete en el
proceso. Atreverte a jugar y experimentar. Al mismo tiempo, no pienses que la creatividad
sólo sirve para el entretenimiento: la creatividad nos ayuda a solucionar problemas y con
ella podemos agregar valor a todo lo que hacemos profesionalmente. Cree en tus ideas,
déjalas fluir y perfecciónalas poco a poco.

Observa qué entornos desatan tu creatividad, no a todos nos funcionan los mismos
estímulos. A algunas personas les ayuda salir a caminar, a otros les vienen ideas
increíbles mientras toman un baño, otros mientras escuchan música o ven una película,
por poner unos ejemplos. Descubre qué es lo que te funciona y desarrolla el habito de
pasar al menos unos minutos cada día teniendo pensamientos que vayan más allá de la
rutina. Y muy importante, anota todo lo que se te ocurra, no deseches prematuramente
algo que te parezca tonto o inservible, no sabes para qué pueda servir en un futuro.

No te apresures, toma el tiempo que sea necesario para desarrollar tus ideas. Presionarte
para acabar algo puede provocar bloqueos creativos, sé tolerante si las cosas no resultan
en el primer intento. Sin embargo, sé perseverante, mantén la constancia en el proceso
para evitar que las ideas se pierdan.

Finalmente, haz caso a tu intuición. Algunas veces no comprendemos como surgió una
idea, porque no la obtenemos de forma consciente, pero la mente sigue trabajando
aunque no nos demos cuenta. Este es el motivo por el que existe el mito de las musas
que vienen a visitarnos para darnos inspiración.

Todo lo que producimos por medio de la creatividad puede ser útil de forma individual,
grupal o incluso puede ser beneficioso a nivel social. ¿Qué esperas para comenzar a
pensar diferente? Comienza a ejercitar tu creatividad y obtener resultados que ni siquiera
habías imaginado.