Sei sulla pagina 1di 4

452013 Morfosintaxis resúmenes

Yolanda Rico Vallejo 2008/2009

TEMA 23
EL SUSTANTIVO. EL ARTÍCULO

1. EL SUSTANTIVO. SU MORFOLOGÍA O ESTRUCTURA FORMAL


Es sustantivo toda palabra capaz de cumplir en los enunciados llamados oraciones la función de sujeto explícito o la
de objeto directo sin necesidad de ningún otro elemento.
El sustantivo es una clase de palabra variable o flexiva dado que su estructura formal presenta dos clases de
morfemas nominales: el género y el número (salvo los llamados sustantivos invariables).
El sustantivo admite morfemas derivativos. Algunos afijos son típicamente sustantivales y su presencia en una
palabra nos indica su categoría de sustantivo: -ura (bravura), -miento (remordimiento), -idad, -ez, -ismo, etc.
El sustantivo es una clase de palabras que, frente a las restantes categorías, admite fácilmente sufijos
apreciativos: diminutivo, aumentativo, despectivo.

2. EL GÉNERO
Todo sustantivo comporta un morfema de género exigido por su significado léxico: masculino o femenino.
Mayoritariamente, la distinción entre masculino y femenino se reconoce en el significante por la oposición fonética
de /o/ final y /a/ final (gato/gata) o de la ausencia y la presencia de /a/ final (león/leona).
A veces, el femenino se manifiesta incrementando o modificando la secuencia fónica del significante asociado con el
masculino (rey/reina, príncipe/princesa, poeta/poetisa, etc.), o mediante cambios más radicales ( padre/madre,
caballo/yegua, toro/vaca…)
Otras veces, es el artículo con sus variaciones el que determina las discriminación entre los géneros (el artista/la
artista, el testigo/la testigo, el mártir/la mártir…).
Con el mismo recurso podemos reconocer el género de la mayoría de los sustantivos cuyo significante no acaba ni
en /o/ ni en /a/ (el árbol, el oasis, el coche, la noche, la cárcel, la crisis…)
Por tanto, el sustantivo solo manifiesta explícitamente el género que comporta cuando está acompañado del artículo.
O en otros casos por hechos sintácticos como la concordancia (muro blanco/ pared blanca) donde las variaciones del
adjetivo son las que permiten asignar el masculino o femenino a pared y muro.

2.1. La elección del género de los sustantivos: El uso correcto.


Hay sustantivos que pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino; son los denominados sustantivos
de género ambiguo. El más característico es azúcar, que se emplea habitualmente en masculino (azúcar
moreno), pero que también puede utilizarse en femenino (azúcar blanquilla).
Muchos sustantivos ambiguos, se han decantado en la actualidad bien por el femenino: la tilde, la dote, la
cochambre…; bien por el masculino: el calor, el color, el puente, el reúma…
El uso femenino de algunas de estas palabras ( la calor, la color, la puente… .) es de carácter literario, regional,
o popular.
Algunos sustantivos tienen significados diferentes según se usen en un género o en otro:
la editorial (la casa editora), el editorial (“artículo de fondo no firmado”)
el cometa (astro), la cometa (“juguete”), el terminal/la terminal, etc.
A veces se confunde el género de algunos sustantivos.
a) Son de género femenino los sustantivos: hambre, harina, apendicitis, apócope, apoteosis, asma, bajamar,
pleamar, dinamo, espiral, hecatombe, índole, interfaz, mugre, etc.
b) Son de género masculino los sustantivos: antifaz, arroz, caparazón, aceite, vinagre, apéndice, pus, cisma,
magma, miasma, etc.
Actualmente está generalizada la terminación femenina para profesiones desempeñadas por mujeres y otras
condiciones relativas a ellas: abogada, aprendiza, arquitecta, capitana, clienta, concejala, dependienta,
infanta, torera, etc.
Hay rechazo todavía ante jueza, fiscala, bedela, etc., aunque son perfectamente posibles en el idioma.
Un grupo de sustantivos, los llamados comunes, comparte la misma forma para el masculino y femenino; son los
determinantes y adyacentes concordados los que aportan las marcas de género: el/la artista, el/la cantante,
el/la cofrade, el/la electricista, el/la estudiante, el/la florista, el/ la periodista, el/la testigo, etc.
Epicenos son sustantivos cuyo género (bien masculino, bien femenino) permanece invariable al aplicarlo a un
sexo o a otro. Esta invariabilidad se extiende también a sus determinantes y adyacentes. Son muy frecuentes
para designar especies animales: el avestruz, la perdiz, la jirafa, el gorrión, la ballena, etc . Cuando se necesita
especificar el sexo, se recurre a la expresión la jirafa macho, la jirafa hembra, etc.
De los dos géneros, el masculino es el de mayor extensión, y el femenino el de mayor intensión, lo que significa que
cuando el uso lingüístico ha decidido la indistinción de los géneros, lo que se emplea en la expresión es el
significante propio del masculino. El femenino marca la distinción, es decir, sigue vigente cuando se manifiestan en
oposición a los femeninos.

En conclusión, el género es un accidente o morfema que caracteriza al sustantivo, dotándole de una de las dos
posibilidades combinatorias que llamamos masculino y femenino. El género puede servir de indicio diferencial de las
realidades designadas.

3. EL NÚMERO
El sustantivo presenta variación de número, accidente que presenta dos posibilidades: singular y plural. La oposición
entre ambos números se atribuye a que el singular se refiere a la unidad de los objetos de una clase, y el plural
denota varios objetos de una misma clase.
El significante de estas diferencias suele corresponderse con la presencia de /s/ o /es/finales en el plural. A veces
la distinción de número se manifiesta sólo gracias a las variaciones del artículo: la crisis/las crisis, la tesis/las tesis,
el jueves/los jueves....
Algunos sustantivos varían su acentuación al pasar del singular al plural: régimen/regímenes, carácter/caracteres…
Hay un grupo distinto de voces que adquieren tilde en plural: joven, jóvenes, examen, exámenes…; y otro que la
pierden: imán/imanes, cañón/cañones…
Álbum conserva su grafía (diferente de su realización fonética /álbun/) al pasar al plural: álbumes.
Los sustantivos acabados en –z, sin embargo, conservan su realización fonética, pasando a convertirla en –c- al
añadir el morfema –es del plural: voz/voces, lápiz/lápices…

3.1. La formación del plural en los sustantivos: El uso correcto


Entre los sustantivos acabados en vocal tónica distinta de -é, podemos distinguir:
a) los que añaden –s: sofá/sofás, champú/champús, menú/menús…
b) los que añaden -es: alhelí/alhelíes, jabalí/jabalíes, maniquí/maniquíes, hindú/hindúes, a/aes, sí/síes,
no/noes… No obstante, junto al plural en –es, la Academia admite también los plurales en -s en el habla
coloquial: esquís, bisturís, tabús. Son incorrectas, en cambio, formas como *jabalises, *maniquises…

De los sustantivos acabados en diptongo tónico (-ay o – ái, -ey o –éi, -oy) :
a) unos forman el plural en –es: rey/reyes, ley/leyes, buey/bueyes…
b) otros, generalmente préstamos y más recientes en el idioma que los anteriores, forman el plural añadiendo
-s y convirtiendo la –y en -i: jersey/jerséis, bonsái/bonsáis, paipay/paipáis…

Los sustantivos acabados en -s o -x:


a) forman su plural en -es cuando son palabras agudas: marqués/marqueses, leonés/leoneses fax/faxes…
b) permanecen invariables cuando son llanas o esdrújulas: la/las tesis, el/los jueves, la/las crisis, el/los
duplex, el/los climax.
Se debe, por lo tanto, tener cuidado para no formar “falsos singulares”: la caries/*la carie, el análisis/*el
análisi, el biceps/* el bicep…

3.2. El plural de los préstamos


Existe dificultad para la formación del plural de los préstamos de lenguas extranjeras, por introducir a veces
terminaciones extrañas a la morfología y a la fonología de nuestra lengua.
Algunos forman el plural añadiendo –s. (Argot/argots, fan/fans, record/records.
TEMA 23 – Pág. 2
Otros admiten plurales en –es. Chofer/choferes, cóctel/cócteles, líder/lideres.
Muchos préstamos están perfectamente adaptados nuestra lengua, por lo que no presentan ningún problema
para formar el plural: bidé/bidés, bar/bares, gol/goles...

3.3. El plural de los términos cultos latinos


Ciertos términos cultos tomados del latín poseen, según la norma académica, plurales invariables: los accésit,
los corpus, los déficit…
Pero también son frecuentes algunos plurales en –s: déficits, habitats…

3.4. El plural de algunos compuestos y otros aspectos sobre el número


En los compuestos de dos sustantivos suele pasar al plural, pero no siempre, únicamente el que ejerce como
núcleo: pisos piloto, coches cama, trajes sastre, hombres rana, niños prodigio, buques insignia…
En otros es más común que pasen ambos: decretos leyes, mesas camillas.
Se comportan como una sola palabra, a efectos del plural: bocacalle/bocacalles, puntapié/puntapiés,
compraventa/compraventas…
La mayoría de las palabras compuestas de un verbo y un sustantivo no varía en singular y en plural: el/los
aparcacoches, el/los guardacostas, el/los espantapájaros…
Otras, en cambio, tienen formas distintas para cada número: guardarropa/guardarropas,
portavoz/portavoces, tragaluz/tragaluces…

Conviene, además, tener en cuenta que:


a) Ciertos sustantivos (los llamados singularia tantum) sólo se utilizan en singular: sed, salud…; mientras que otros
(pluralia tantum) sólo se emplean en plural: anales, maitines, preces, víveres…
b) Existen palabras que se utilizan indistintamente en singular o en plural para referirse a un solo objeto:
tijera/tijeras, pantalón/pantalones, alicate/alicates, pinza/pinzas .
c) Con ciertas palabras el error puede surgir al emplear la palabra en singular. El singular de traspiés es traspié y el
de taxis es taxi, abreviación de taxímetro.

Por tanto, el significado de singular y de plural no se corresponde siempre con la referencia a un ejemplar o a
varios. El plural, en oposición al singular, siempre denota varios objetos de una misma clase. Pero el singular, además
de aludir a veces a un solo objeto, puede también referirse al conjunto total de objetos incluidos en ella, con lo cual
resulta equiparable con el plural: El hombre es moral = Los hombres son mortales.

4. EL SUSTANTIVO. ASPECTOS SINTAGMÁTICOS Y SINTÁCTICOS


El sustantivo tiene la facultad de seleccionar determinantes y adyacentes adjetivos a los que impone las marcas de
concordancia (la gata blanca); de modo que la presencia de un determinante o un adjetivo suele implicar la
existencia de un sustantivo. También puede tener otras clases de adyacentes (SP, oraciones de relativo…)

Una palabra es sustantivo si lleva alguno de los determinativos apocopados: un, algún, ningún, cualquier, primer,
tercer…capítuloSUST y los adjetivos apocopados san (san José) y buen (buen maestro). Si no están apocopados,
pueden adscribirse a otras categorías: santo, adjetivo o sustantivo; cualquiera, adjetivo o pronombre.
El hecho de que un sustantivo pueda seleccionar determinantes puede constituir una prueba para decidir la
categoría del sustantivo: familiar, puede ser adjetivo en Tu cara me resulta muy familiar; o sustantivo en Un
familiar tuyo ha venido a verme.
Si una palabra con esa doble posibilidad categorial lleva un adjetivo, será sustantivo, pues un adjetivo no puede
modificar a otro adjetivo.
En el caso de que se sucedan consecutivamente en un mismo sintagma, la posición decidirá la naturaleza nuclear:
jóvenes estudiantes/estudiantes jóvenes, administrativo ruso/ruso administrativo…

5. EL ARTÍCULO. SU MORFOLOGÍA
El artículo presenta variaciones de género y número (el, la, los, las) y el neutro (lo).
No admite morfemas derivativos.
El artículo no tiene lexema pero sí raíz; carece de significado.
TEMA 23 – Pág. 3
Se considera morfema independiente. Es considerado como un accidente del sustantivo.
Hay que señalar que no entendemos como artículos, los llamados “artículos indefinidos” (un, una, unos, unas), puesto
que éste es una palabra tónica, frente a (el, la, los, las) que son palabra átona.

5.1. El artículo. Aspectos sintagmáticos y sintácticos


El artículo siempre precede al sustantivo, al que actualiza o determina, y requiere su presencia para aparecer en el
discurso, ya que no es palabra autónoma.
Puede formar grupo con otros determinantes, ocupando siempre el primer lugar ( el primer día, el otro día ), con la
única excepción del indefinido todo, que siempre encabeza la combinación (todo el día).
Si el artículo acompaña a su sustantivo femenino singular que empieza por /á/ (o há), utilizan el significante /el/: el
águila/las águilas, el hada/las hadas…, exceptuando los nombre de las vocales y consonantes: la a, la hache…, y los
invariables que sólo se distinguen por el ártículo: la ácrata, la árabe… Si entre el artículo y el sustantivo se intercala
otra forma nominal, recupera su significante habitual /la/: la rápida águila, la bella hada…
Dos sustantivos agrupados en relación íntima pueden adoptar un solo artículo común a ambos: la envidia y mentira. Si
pertenecen a géneros distintos, pueden utilizar el masculino: el tino y memoria perdida; si bien, en ocasiones,
utilizan el género del sustantivo que está más cercano al artículo: las molestias y abusos del régimen.

6. LOS NOMBRES PROPIOS


De entre los sustantivos, los nombres propios designan, en la realidad, objetos únicos: únicos en absoluto, como Sol
y Luna, o únicos en la situación de habla, es decir, en el universo de preocupaciones y saberes comunes al hablante y
al oyente, como Juan, Fernández, etc.
Los nombres propios identifican con una etiqueta a un objeto dado, que resulta inconfundible para los
interlocutores.
Tienen un comportamiento particular respecto del artículo: unos lo llevan siempre ( los Pirineos, el Duero…), otros lo
rechazan (Europa, Madrid…) y otros alternan su presencia y su ausencia (China/la China, Perú/el Perú…).
Los sustantivos apelativos oponen significativamente la presencia y ausencia del artículo. En los casos Juguetes de
niña/Juguetes de la niña/Juguetes de Juanita, en el segundo, el sustantivo común más artículo se convierte en
identificador, de la misma forma que ocurre en el tercer caso con el nombre propio.
En conclusión, los sustantivos con artículo no sólo clasifican el objeto, sino que lo identifican dentro de una clase
propia, al igual que el nombre propio. Por lo tanto, en este caso el artículo transforma el sustantivo clasificador en
sustantivo identificador.

7. LA SUSTANTIVACIÓN.
Cuando el artículo afecta a otra palabra que no es sustantivo o a un grupo de palabras que no funciona como
sustantivo, se sobrentiende que hay un sustantivo eliminado y la palabra o palabras precedidas del artículo cumplen
en el enunciado funciones de sustantivo. Es entonces cuando se produce el fenómeno de la sustantivación. Es decir,
una palabra que no pertenece a la categoría de nombre, pero que funciona como tal en la oración, está sustantivada.
La sustantivación se produce por procedimientos formales:
a) Al anteponer un artículo u otro determinante a la palabra, o bien al añadirle un morfema de plural, del que en
principio, por su categoría, carece: “los porqués que aduces no son convincentes”.
b) Cuando otra estructura sintáctica o bien otra categoría gramatical adopta funciones propias del SN: “ Querer es
poder” (verbos en infinitivo con función, respectivamente, de sujeto y atributo que son propias del SN). “ Me
preguntaron cuándo, dónde y cómo” (adverbios con función de objeto directo).
c) La sustantivación más frecuente es la del adjetivo:
 Al anteponerle el artículo neutro lo, funciona como nombre abstracto: lo interesante, lo increíble, lo absurdo...
 Al anteponerle cualquier otro determinante funciona como nombre concreto (o también como pronombre): “El
hijo mayor es sencillo; el menor es arrogante”.
d) El artículo sustantivador puede adoptar la forma /lo/, que se suele llamar neutro, porque no se asocia a ningún
sustantivo masculino ni femenino. Este /lo/ sustantiva el segmento con que se combina y resulta indiferente a las
distinciones de género y de número. Por ello, es compatible con segmentos unitarios en cuya composición interna
aparece otro género o número: Me admira lo guapa que es esa chica, Con lo caras que están las cosas…

TEMA 23 – Pág. 4

Potrebbero piacerti anche