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Por el Maestro

Omraam Mikhaël Aïvanhov

LENGUAJE SIMBÓLICO
LENGUAJE DE LA
NATURALEZA

Obras Completas – Tomo 8 – 3/4


OM-107-03– 4 Conferencias de 13

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En lengua Española
Obras Completas Tomo 8 -3

LENGUAJE
SIMBÓLICO
LENGUAJE DE LA
NATURALEZA
3/4

Relación 3er lote de 4 conferencias de 13


Palabras del Maestro
LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES
Del 21 de Enero de 1951
EL PRIMER DIA DE PRIMAVERA
Del 22 de Marzo de 1958
EL ESPIRITU SANTO
Del 23 de Abril 1962
LA GRAN PRIMAVERA
Del 16 de Febrero de 1970

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LA PRIMAVERA
“Todos los años, cuando vuelve la primavera, prepararos a contemplar el sol,
sabiendo que es el único capaz de introducir en vosotros el orden y la armonía, y
de daros la luz, la paz, la alegría. Que privilegio poder contemplar cada mañana la
salida del sol, nada hay más bello. Es la fuente que emana, que vibra, que fluye, de
la que uno ya no puede alejarse. Sobre todo cuando llegamos muy pronto, antes de
que el sol haya salido, y vemos las primeras luces, el alba que apunta, nos
sentimos arrebatados por un sentimiento sagrado que nos invade. Es como si toda
la naturaleza estuviera allí, a punto de celebrar un misterio. Nos vemos obligados a
caminar de diferente forma para no enturbiar la atmósfera y esto es también la
verdadera poesía. Debemos rezar para que todos, un día, puedan sentir esta vida
abundante y nutrirse de ella.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov

“En primavera se celebra la unión del sol y de la tierra. El sol fecunda la tierra
madre que recibe sus rayos y los absorbe para producir una abundancia de frutos.
Los Iniciados, que han observado el trabajo del sol sobre la tierra, han
comprendido que ese proceso de fertilización se produce por todas partes en el
universo, hasta en el interior del hombre. En el hombre, es el espíritu el que
representa el sol y el alma la que representa la tierra. En primavera, igual que la
tierra se abre a los rayos del sol, nuestra alma debe abrirse a los rayos del Espíritu
divino a fin de que sea fertilizada.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Conferencia del Maestro
OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV
Sèvres a 21 de Enero de 1951

Tomo 8: O.C.

Lenguaje Simbólico
Lenguaje de la Naturaleza
Capítulo V

LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES

"Jacob llamó a sus hijos y dijo: "Juntaos todos aquí, a fin de que
anuncie las cosas que han de sucederos en los tiempos venideros.
¡Reuníos y oíd, hijos de Jacob! ¡Escuchad a Israel, vuestro padre!

Rubén, tú eres mi primogénito.


Mi fuerza y las primicias de mi vigor.
Superior en dignidad y superior en poder,
Impetuoso como las aguas, ¡tú no tendrás la preeminencia!
Porque subiste al lecho de tu padre.
Has mancillado mi lecho subiéndote a él.

Simón y Levi son hermanos; Sus espadas son instrumentos de


violencia. ¡Que mi alma no entre en su conciliábulo, que mi espíritu
no se una a su asamblea!

Porque, en su furor, degollaron hombres. Y, en su maldad,


desjarretaron toros. ¡Maldito sea su furor, por su violencia,
su rabia, por su crueldad! Yo los esparciré en Jacob.
los dispersaré en Israel

Judá, tú recibirás los homenajes de tus hermanos;


Pondrás tu mano sobre la nuca de tus enemigos.
Los hijos de tu padre se prosternarán ante ti.
Judá es un joven león.
¡Vuelves de la carnicería, hijo mío!
Pliegas tus rodillas, te acuestas como un león.
2

Como a una leona: ¿quién se atreverá a levantarle?


El cetro no se alejará de Judá,
Ni el bastón soberano de entre sus pies.
Hasta que venga Schilo,
Los pueblos le obedezcan. Ata a la viña a su asno,
a la mejor cepa al pequeño de su asna;
Lava con vino sus vestiduras.
Con la sangre de las uvas su manto.
Tiene los ojos rojos de vino,
Los dientes blancos de leche.

Zabulón habitará en la ribera del mar. Donde atracan las naves,


Extendiéndose hasta Sidón
Isacar es un asno robusto,
Que descansa en los establos
Ve que el lugar en el que reposa es agradable,
Y que la tierra es deleitable;
Curva su espalda bajo la carga y se somete a un tributo.

Dan juzgará a su pueblo. Como a las demás tribus de Israel. Dan será
una serpiente en el camino, Una víbora en el sendero. Mordiendo los
talones del caballo. Para que caiga hacia atrás el jinete.

Espero en tu socorro. ¡Oh Eterno!


Gad será asaltado por bandas armadas,
Pero él las acometerá, a su vez, y las perseguirá.

Aser produce un alimento excelente; Suministrará los manjares


delicados de los reyes.

Neftalí es una cierva en libertad; Profiere bellas palabras.

José es el retoño de un árbol fértil,


El retoño de un árbol fértil plantado a la vera de un manantial; Sus
ramas se elevan por encima de la muralla. Le han provocado, le han
lanzado flechas; Los arqueros le han perseguido con su odio. Pero su
arco ha permanecido firme.

Y sus manos han sido fortificadas


3

Por las manos del Poderoso de Jacob:


Así se ha convertido en el pastor, en la roca de Israel
Es la obra del Dios de tu padre la que te ayudará;
Es la obra del Todopoderoso la que te bendecirá.
Bendiciones de los cielos arriba.
Bendiciones de las aguas abajo.
Bendiciones de los pechos y del seno materno.
Las bendiciones de tu padre se elevan
Por encima de las bendiciones de mis padres
Hasta la cima de las colinas eternas:
¡Que estén sobre la cabeza de José.
Sobre lo alto de la cabeza del príncipe de sus hermanos!

Benjamín es un lobo que desgarra; Por la mañana devora la presa, Y.


por la tarde, comparte el botín.

Éstos son todos aquéllos que forman las doce tribus de Israel. Y esto
es lo que les dice su padre, bendiciéndoles. Les bendice a cada uno
según su bendición."

Al escuchar este capítulo del Génesis, habéis constatado que


Jacob se dirigió de forma muy diferente a cada uno de sus hijos.
Profundizando en las palabras que pronunció para cada uno, en sus
profecías y bendiciones, nos asombramos al constatar las
correspondencias que existen entre los doce hijos de Jacob y los doce
signos del zodiaco.

Jacob designa a RUBÉN como "superior en dignidad y en


poder". Es impetuoso como las aguas, pero no será él quien tenga la
preeminencia porque mancilló el lecho de su padre subiéndose a él.
Quizá penséis que esta descripción de Rubén corresponde a Aries, que
es el primer signo del Zodiaco según los astrólogos modernos y que se
caracteriza también por la impulsividad. No, Aries no es como las
aguas, y, justamente, esta comparación con las aguas muestra que se
trata de Acuario, cuyo símbolo h tiene la forma de olas. Por otra
parte, este signo está regido por Saturno, pero sobre todo por Urano,
que representa la audacia, la necesidad de oponerse a los
convencionalismos, de trastocar las normas establecidas, lo que
explica el hecho de que se hubiese subido al lecho de su padre. Pero,
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en su aspecto superior, Urano aporta innovaciones en la vida


colectiva, universal.

Al segundo y tercer hijo de Jacob, SIMEÓN y LEVÍ, les nombra


juntos. Jacob dice de ellos; ¡Que mi alma no entre en su conciliábulo,
que mi espíritu no se una a su asamblea!, porque, en su furor,
degollaron hombres... Yo los esparciré en Jacob, y los dispersaré en
Israel." Las palabras que pronuncia Jacob son casi palabras de
maldición. Simeón y Leví degollaron hombres bajo el pretexto de
vengar el honor de su hermana, Dinah. Sichem, príncipe del país,
había raptado a Dinah, hija de Jacob, pero después le había pedido a
su padre que se la diese en matrimonio. Jacob aceptó. Pero Simeón y
Leví, con el pretexto de vengar el ultraje hecho a su hermana, mataron
a traición a Sichem, así como a su padre Hamor y a todos los hombres
de su ciudad; después se apoderaron de los rebaños y de todas las
riquezas. Jacob se enfadó mucho por este crimen. Estos dos hermanos,
tan dispuestos a actuar con astucia, a matar, a robar, son Géminis`,
representados en la mitología griega por Castor y Pólux, cuya leyenda
cuenta, por otra parte, que liberaron también a su hermana Helena,
raptada por Teseo. La constelación de Géminis está relacionada con
los pulmones, con los brazos y con las manos, y es regida por
Mercurio, el Dios de espíritu pronto e ingenioso, siempre dispuesto a
actuar, incluso de forma deshonesta y sin escrúpulos.

De su cuarto hijo, JUDÁ, Jacob dice que es como un joven león,


y la descripción que da de él ("Pondrás tu mano sobre la nuca de tus
enemigos... Vuelves de la carnicería, hijo mío"), así como las
imágenes del cetro y del bastón soberano, corresponden exactamente
al signo de Leo oh, que es el de la autoridad, de la expansión, de la
realeza: "Tú recibirás los homenajes de tus hermanos... Los hijos de tu
padre se prosternarán ante ti." Judá seguirá siendo soberano hasta la
venida de Schilo, de aquél a quien los pueblos obedecerán. Schilo es
uno de los nombres del Mesías.

Todo lo que se dice de ZABULÓN, el quinto hijo de Jacob,


concierne al mar: "Zabulón habitará en la ribera del mar, donde
atracan las naves, extendiéndose hasta Sidón." (que era un puerto de la
costa fenicia, el actual Líbano). Zabulón corresponde al signo de
Cáncer a, que es un signo de agua Cáncer es representado por el
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cangrejo, que vive muy cerca de las costas. Este signo rige el
estómago; por tanto, toma el alimento para extraer del mismo aquello
que es necesario para la conservación de la vida.

De su sexto hijo, ISACAR, Jacob dice que es un asno robusto


que se esconde en los establos. Pensáis, sin duda, que no hay ningún
asno en el Zodiaco... Sí, pero no hay que tomar siempre en su sentido
literal los textos bíblicos. Las cualidades que se le atribuyen aquí a
Isacar son también las del buey o las del toro: la resistencia, la
paciencia, la tenacidad, el amor al trabajo, incluso el trabajo penoso.
Isacar representa, pues, al signo de Tauro _, que es un signo de tierra
en relación con el pleno florecimiento de las fuerzas de la primavera
(desde el 21 de abril al 21 de mayo), las praderas, los campos, los
huertos, la tierra fértil, lo que también está indicado en las palabras de
Jacob: " Ve que el lugar en el que reposa es agradable, y que la tierra
es deleitable." Jauto está regido por Venus, pero en su aspecto
primitivo, instintivo, prolífico.

De su séptimo hijo, DAN. Jacob dice que juzgará a su propio


pueblo, pero también que será como una serpiente en el camino. Son
éstos dos rasgos casi opuestos, porque a un juez se le considera, en
general, como un hombre equitativo, mesurado, y no como una víbora
en el camino. Pero estos rasgos los encontramos también en Libra d.
La balanza de Libra, con sus dos platillos, es un símbolo del
equilibrio, del buen juicio, de la justicia, de la conciliación, y su
influencia aporta magistrados, hombres de ley, abogados, pero
también artistas: pintores, escultores, músicos, etc. Venus rige el signo
de Libra, pero Saturno se encuentra ahí en exaltación, y, si está mal
aspectado, el equilibrio se rompe, el signo bascula hacia Escorpio, que
es el signo siguiente, y entonces es cuando se manifiesta la serpiente.

GAD, dice Jacob, será asaltado por bandas armadas, pero, a su


vez, él las acometerá y perseguirá. Gad representa al signo de
Escorpio e, que es la octava casa astrológica; está regido por Marte,
el planeta de la violencia, de la guerra, así como por Urano y Plutón.
Escorpio es el signo más misterioso del Zodiaco, representa el lado
subterráneo de la vida, el subconsciente, la fuerza sexual, la
fermentación, la putrefacción, la muerte, todo aquello que se trama en
secreto: las revueltas, los desórdenes, los complots, el espionaje. Pero,
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para aquéllos que hacen un trabajo espiritual para sublimar y utilizar


sus fuerzas para el bien, el Escorpión se vuelve Águila, de mirada
penetrante y vuela hacia el Sol. Escorpio es el signo de los grandes
poderes magnéticos y mágicos. De los cuatro Animales Santos que,
como ya sabéis, representan también a los cuatro Evangelistas, el
Águila, el Escorpión divinizado, es el que representa a San Juan.1

De su noveno hijo, ASER, Jacob dice que produce un alimento


excelente y suministra los manjares delicados de los reyes. Aser
corresponde al signo de Virgo c, que está representado por una joven
mujer que lleva espigas de trigo. Virgo representa la sexta casa
astrológica, la casa de la salud, de la higiene, de la alimentación.

NEFTALÍ, el décimo hijo, es comparado a una cierva en libertad


y profiere bellas palabras. Como para el asno, del que hemos hablado
hace un rato a propósito de Isacar, no hay que tomar el término
"cierva" en su sentido literal. La cierva que corre hace pensar también
en la cabra, y Neftalí corresponde al signo de Capricornio g. Saturno,
que rige Capricornio, es ordenado, metódico, ecónomo, e impulsa al
espíritu hacia las altas cimas, en donde adquiere la autoridad, el
dominio, gracias al trabajo, a la perseverancia y a la tenacidad. El Sol
atraviesa el signo de Capricornio entre el 21 de diciembre y el 21 de
enero, entra, pues, en Capricornio en el momento de Navidad y las
bellas palabras que profiere son las de los pastores, las de los
sacerdotes y los padres durante las fiestas, pero, sobre todo, las del
ángel a los pastores: "No tengáis miedo, porque he aquí que os anuncio
una gran alegría, que será la de todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David,
os ha nacido un salvador, que es el Cristo Señor. Y esto os servirá de signo:
encontraréis a un recién nacido envuelto en pañales y acostado en un
pesebre... Gloria a Dios en lo más alto de los Cielos, y paz en la Tierra a los
hombres de buena voluntad." Durante este periodo las noches son las
más largas y los días los más cortos, pero, sin embargo, Capricornio
lleva en sí la esperanza de renovación y de primavera.

Jacob se dirige a JOSÉ con mucho detenimiento, pero sólo nos


detendremos en los dos rasgos principales que caracterizan las
bendiciones que Jacob pronuncia para su hijo. Lo primero es la idea
de elevación, de altura: "José es el retoño de un árbol fértil... Sus ramas se
elevan por encima de la muralla... Las bendiciones de tu padre se elevan por
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encima de las bendiciones de mis padres hasta la cima de las colinas eternas.
¡Que estén sobre la cabeza de José, sobre lo alto de la cabeza del príncipe de
sus hermanos!" Después, la imagen del arco y de las flechas: "Le han
lanzado flechas... Los arqueros le han perseguido con su odio, pero su arco
ha permanecido firme." José corresponde al signo de Sagitario f, que,
como su nombre indica, representa a un hombre llevando un arco y
flechas. Sagitario es la novena casa astrológica, la de la elevación
espiritual simbolizada por el Centauro, criatura mitad hombre, mitad
caballo, que galopa tirando al arco. El Centauro representa el esfuerzo
que debemos hacer para liberar a nuestra naturaleza superior (el
hombre) de nuestra naturaleza inferior, animal (el caballo), y
lanzarnos hacia las regiones celestiales (impulso indicado por la
flecha) 2 Sagitario es el signo de las grandes luchas espirituales, de
aquéllas que hacen de un hombre un Iniciado.

Por eso se dice que José fue perseguido, pero que su arco
permaneció firme y sus manos fortificadas por las manos del Poderoso
de Jacob.

Sagitario es regido por Júpiter, cuyas cualidades de rectitud, de


nobleza y de generosidad acentúan aún más su carácter espiritual.
Conocéis la historia de José. Sus hermanos, que estaban muy celosos
de él, porque era el preferido de su padre y porque le sentían superior
a ellos, lo vendieron como esclavo. Llevado a Egipto, José, por sus
cualidades, se ganó la estima y la confianza del Faraón, que le dio el
gobierno de su país... Pero antes le sucedieron toda clase de
desventuras. La mujer de su primer amo, Putifar, se enamoró de él, y
como él no quería ceder a sus pretensiones, ella le acusó ante su
marido de haber querido violarla, y José fue encarcelado... Pero años
después, cuando José, ya poderoso, volvió a encontrarse con sus
hermanos, no sólo les perdonó, sino que les mostró una gran
generosidad. Esta facultad de perdonar y esta generosidad son
cualidades de Júpiter, así como la facilidad para triunfar. Las personas
nacidas bajo la influencia de Júpiter, sobre todo si este planeta se
encuentra en la primera casa, son siempre las primeras entre sus
hermanos y hermanas, los preferidos de sus padres, y a menudo gozan
también de grandes ventajas en la sociedad.
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Sagitario es el tercer signo del triángulo de fuego formado por


los signos de Aries, de Leo y de Sagitario. A Aries le corresponde la
cabeza (el pensamiento), a Leo le corresponde el corazón (el
sentimiento), y a Sagitario le corresponden los muslos, es decir, la
ejecución, la realización del pensamiento y del sentimiento. Sagitario
ejecuta: realiza la sabiduría de la cabeza y el amor del corazón.

BENJAMÍN está presentado como


un lobo, y el lobo, aquí, corresponde a la
constelación de Aries Y. En apariencia hay
una contradicción entre el carnero y el
lobo; sí, pero sólo es una apariencia. Aries
está regido por Marte, y este primer signo
del triángulo de fuego que acabamos de
ver, cuando no está controlado, es un signo
de fuerza, de violencia y de destrucción.
Pero, si está sublimado, el fuego de la
guerra puede convertirse en el fuego del sacrificio, y Aries ya no es un
lobo destructor, sino el cordero inmolado al principio del mundo, y
que representa a Cristo. Por otra parte, esta idea la expresa también
Jacob cuando dice: "Por la mañana devora la presa, y por la tarde
comparte el botín." No se pueden comprender, claro, estas palabras
literalmente: por la mañana, el guerrero destruye a sus enemigos, y,
por la tarde, comparte el botín que ha obtenido en el combate. Pero, la
mañana y la tarde representan el principio y el final de una jornada, y
una jornada puede ser todo un periodo de evolución, como los siete
días de la creación. Comprendidas de esta manera, las palabras de
Jacob significan que, en el transcurso de la evolución, la constelación
de Aries se convertirá en la constelación del Cordero, es decir, del
amor, del sacrificio, que no sólo no destruye a los hombres, sino que
comparte sus riquezas con ellos.

Sin duda habéis observado que, puesto que la constelación de


Géminis está representada por Simeón y Leví, los doce hijos de Jacob
sólo pueden representar 11 signos del Zodiaco, y que todavía no
hemos estudiado el signo de Piscis. Para encontrar a Piscis, leeremos
en el Génesis el capítulo precedente (capítulo 48, versículos 8 a 20) en
donde Jacob da su bendición a los hijos de José: Efraím y Manases.
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Israel miró a los hijos de José y dijo: "¿Quiénes son éstos?" José
respondió a su padre: "Son los hijos que Dios me ha dado aquí." Israel
dijo: "Haz que se acerquen a mí, te lo ruego, para que les bendiga..."
Israel extendió la mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraím,
que era el más joven, y puso la mano izquierda sobre la cabeza de
Manases: puso sus manos así intencionadamente, porque Manases era
el primogénito. Bendijo a José y dijo: "¡Que el Dios en presencia del
cual han marchado mis padres Abraham e Isaac, que el Dios que me
ha conducido desde que existo hasta este día, que el ángel que me ha
librado del mal, bendigan a estos hijos! ¡Que sean llamados con mi
nombre y con el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y que se
multipliquen con abundancia en medio del país!" José vio con
descontento que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de
Efraím; cogió la mano de su padre para apartarla de la cabeza de
Efraím y dirigirla sobre la de Manases. Y José dijo a su padre: "no así,
padre mío, porque éste es el primogénito: pon la mano derecha sobre
su cabeza" Su padre rehusó hacerlo y dijo: "Ya lo sé, hijo mío, ya lo
sé; él también se convertirá en un pueblo, él también será grande; pero
su hermano pequeño será más grande que él, y su posteridad se
convertirá en una multitud de naciones." Y los bendijo este día, y dijo:
"Por ti bendecirá Israel diciendo: ¡Que Dios le trate como a Efraím y
Manases! Y puso a Efraím antes que a Manases."

De acuerdo con este texto, podemos ver que Jacob bendijo a los
hijos de José exactamente como bendijo después a sus propios hijos.

Efraím y Manases corresponden al signo de Piscis H. La


bendición de Jacob: "Que se multipliquen en abundancia en medio
del país" y, más adelante; "Él también se convertirá en un pueblo;
pero su hermano pequeño será más grande que él y su posteridad
se convertirá en una multitud de naciones", insiste en el aspecto de
fecundidad del signo de Piscis, en donde reina Júpiter y en donde
Venus está en exaltación. La constelación de Piscis simboliza el
océano cósmico del que han salido todos los mundos. La creación
nace de Piscis, del mar, y atraviesa sucesivamente todos los demás
signos para volver a Piscis. Para todo lo que existe, se produce este
retorno a Piscis, el retorno al caos, del que saldrán cada vez mundos
nuevos.
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Puesto que Sagitario (José) y Piscis (Efraím y Manases) están


regidos por Júpiter, los dos hijos de José marchan, pues, siguiendo la
misma línea que el padre. Pero el padre y sus dos hijos no están
influenciados de la misma manera por Júpiter. Sagitario manifiesta,
sobre todo, la ambición, la autoridad, la dominación de Júpiter,
mientras que Piscis manifiesta su bondad, su dulzura, que pueden llegar
hasta la abnegación, la renuncia y el sacrificio.

Dado que la humanidad está sometida a la influencia particular del


Zodiaco, éste ha inspirado en casi todos los pueblos los mitos y los relatos
legendarios que reflejan las características propias de cada unos de los doce
signos. En la mitología griega, son los doce trabajos de Hércules.

Ya conocéis la historia de Hércules, en griego, Herakles Era el hijo de


Zeus y de Alemena, mujer de Amfitryon, general tebano, a la que Zeus
había seducido tomando la apariencia de su marido. Cuando Herakles nació.
Hera, la esposa de Zeus, siempre irritada por sus infidelidades, quiso hacer
morir al niño y le envió dos serpientes para que le ahogaran en su cuna; pero
fue el niño el que ahogó a las serpientes. Ya adolescente, Herakles recibió
una educación excelente y había llevado a cabo ya algunas proezas cuando
se casó con Megara, la hija del rey de Tebas, con la que tuvo varios hijos.
Pero, un día. en un acceso de locura, mató a sus hijos y a su madre
Atormentado por los remordimientos, se fue a Delfos a consultar el oráculo
de Apolo para preguntarle cómo debía purificarse de su crimen. Apolo le
ordenó que se pusiera durante doce años al servicio del rey Euristeo. y fue
Euristeo el que le sometió a unas pruebas que han sido llamadas los doce
trabajos de Hércules.

Sucesivamente Hércules:

1.- ahogó al león de Nemea,


2.- mató a la hidra de Lerna,
3.- capturó vivo al jabalí Enmanto,
4.- venció a la carrera a la cierva con los pies de bronce,
5.- abatió a flechazos a los pájaros del lago Estinfale,
6.- domó al toro de la isla de Creta enviado por Poseidón contra el rey
Minos,
7.- mató a Diomedes, rey de Tracia, que alimentaba a sus caballos con carne
humana,
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8.- venció a las Amazonas,


9.- limpió las cuadras de Augias haciendo pasar por ellas los ríos Alfeo y
Peneo,
10.- combatió y mató al gigante Gerión, al que robó sus rebaños de bueyes,
11.- se llevó las manzanas de oro del jardín de las Hespérides,
12.- liberó a Teseo de los Infiernos.

Tomemos ahora de nuevo estos trabajos, uno tras otro, para ver a qué
signos del Zodiaco corresponden.

1.- El león de Nemea: comprendemos inmediatamente que se trata del signo


de Leo; es demasiado claro para que insistamos.

2.- La hidra de Lerna: era un dragón con 7 cabezas que envenenaba la


región de Lerna con su aliento pestilente. Hércules trató de cortar sus
cabezas con una guadaña de oro, pero éstas crecían de nuevo a medida que
él las cortaba; había que cortarlas todas juntas. Finalmente, su servidor loaos
vino en su ayuda: prendió fuego al bosque y con las ramas llameantes,
quemaba la herida de cada cabeza que Hércules lograba cortar para impedir
que la cabeza creciese de nuevo. La hidra de Lerna corresponde al signo de
Escorpio. Escorpio es el símbolo de la fuerza sexual a la que
continuamente vuelve a crecer una cabeza, un nuevo vigor.
Únicamente el fuego divino puede triunfar sobre ella. No podemos
aniquilar el amor sexual, sino que debemos transformarlo en amor
divino; de esta manera, algunos seres siempre atormentados por la
fuerza sexual se convirtieron en los hombres más sublimes en el
sacrificio: porque supieron transformar esta fuerza.3 En cuanto a
aquéllos que luchan estúpidamente contra ella, se agotan en esta lucha
sin poder triunfar nunca sobre ella; se agrian, se vuelven unos
reprimidos, unos malvados, y son presa de toda clase de trastornos.

3.- El jabalí de Erimanto: lo mismo que el lobo en el pasaje que hemos


leído hace un rato: "Benjamín es un lobo que desgarra", el jabalí
representa la fuerza bruta de Marte y corresponde al signo de Aries.
En la mitología griega existe, por otra parte, una leyenda según la cual
Marte se habría metamorfoseado en jabalí para herir a Adonis de
quien quería vengarse.
12

4.- La cierva con pies de bronce: ¿os acordáis que a propósito de


Neftalí. Jacob había dicho: "es una cierva en libertad" 7 Aquí también
la cierva tiene el mismo significado que la cabra y corresponde al
signo de Capricornio.

5.- Los pájaros del lago Estinfale: la leyenda dice que eran buitres.
Hércules mató estos pájaros a flechazos, lo que corresponde,
evidentemente, al signo de Sagitario, siempre armado con un arco y
flechas.

6.- El toro de la isla de Creta: como para el león de Nemea, está


también muy claro que esta proeza se refiere al signo de Tauro.

7.- Diomedes: esta proeza corresponde a la constelación de Géminis.


Evidentemente, las relaciones son aquí más difíciles de descubrir, pero
existen, de todas formas. La historia es la siguiente: Diomedes
alimentaba a sus caballos con la carne de los viajeros que se
extraviaban en su reino; para castigarle. Hércules se apoderó de
Diomedes y lo dio, a su vez, a sus caballos para que se lo comiesen
Veamos, pues, qué relación puede existir entre la historia de
Diomedes y la constelación de Géminis. En primer lugar, los caballos:
Castor y Pólux, los Gemelos, la mayoría de las veces estaban
representados a caballo. Además, cuando estudiamos a los hijos de
Jacob, vimos que, a propósito de Simeón y de Levi, que simbolizaban
a los Gemelos, Jacob había dicho: "Mataron a hombres." Y Diomedes
también mataba hombres. Y ahora, si estudiamos el planeta y el dios
Mercurio, vemos que, como ya habíamos observado para Simeón y
Levi, Mercurio, que rige Géminis, es el planeta de la ejecución (robo,
e incluso crimen), pero que también Mercurio era el dios de los
viajeros. Y Diomedes daba de comer a sus caballos a los extranjeros
que se habían extraviado. Finalmente, Mercurio es el símbolo del
intelecto, y el intelecto destruye. Según la sabiduría hindú, el intelecto
es el mayor destructor de la realidad. 4 Sí, con su intelecto, el hombre
destruye: diseca, critica, calumnia, y, al final, a fuerza de destruir todo
lo que hay a su alrededor, llega a destruirse a sí mismo. Esto es
exactamente lo que le sucedió a Diomedes: les daba a sus caballos
hombres para que los devorasen, pero, al final, él mismo fue devorado
por sus caballos.
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8.- Las Amazonas: era un pueblo de guerreras que combatían a


caballo tirando al arco. Formaban un pueblo de mujeres sin
hombres, y representan así otro aspecto del signo de Virgo c

9.- Las cuadras de Augias: Augias era un príncipe que poseía


innumerables rebaños cuyas cuadras nunca había mandado limpiar.
Para limpiarlas, Hércules desvió dos ríos; Alfeo y Peneo. Este trabajo
está relacionado con el signo de Acuario cuyas aguas espirituales
vienen a purificar el subconsciente del hombre (las cuadras).

10.- El gigante Gerión; era una especie de monstruo cuyos enormes


flancos se ramificaban en tres cuerpos. Habitaba en una isla y poseía
un rebaño de bueyes. Esta prueba corresponde a la constelación de
Cáncer. Acordaos, en primer lugar, de lo que os dije hace un rato a
propósito del quinto hijo de Jacob, Zabulón, a quien se le evocaba con
imágenes de mares y de costas. Aquí, el mar está representado por una
isla. Gerión posee también bueyes; pero la Luna rige Cáncer y, en
ciertas tradiciones, se representa el carro de la Luna tirado por bueyes.
Pero lo que es interesante, a propósito de Gerión, sobre todo, son sus
tres cuerpos. Ya os expliqué que el hombre está constituido por tres
principios: el pensamiento, el corazón y la voluntad, que existen en el
nivel inferior de la personalidad y en el nivel superior de la
individualidad; la personalidad está representada por la Luna, mientras
que la individualidad está representada por el Sol. Los tres cuerpos de
Gerión corresponden, pues, al plano físico, at plano astral y al plano
mental, que constituyen la personalidad.

11.- Las manzanas de oro del jardín de las Hespérides: esta prueba
corresponde al signo de Libra que el Sol atraviesa durante el periodo
del 21 de septiembre al 21 de octubre. Es el principio del otoño, la
época en la que se recogen los últimos frutos. Ya sabéis que este signo
está regido por Venus, que reina sobre los jardines, las flores, la
belleza Por otra parte, el nombre del planeta Venus, en griego, es
Hespérides.

12. Teseo liberado de los Infiernos: como ya os dije hace un rato, la


constelación de Piscis representa el caos universal, el tohu-bohu
primitivo del que surgieron todos los seres, y es, por tanto, el mundo
de la indiferenciación, del inconsciente, de las tinieblas (los Infiernos)
14

de donde Hércules arrancó a Teseo para llevarle a la luz, a la


consciencia.

Además de estos doce trabajos, Hércules realizó también otras


proezas de las que no nos ocuparemos hoy, porque no están en
relación con los signos del Zodiaco.

Para recapitular, haremos rápidamente un cuadro con las


correspondencias que existen entre los signos del Zodiaco, los hijos de
Jacob y los trabajos de Hércules.

^ Aries Benjamín El jabalí de Erimanto


_ Tauro Isacar El Toro de la Isla de Creta
` Géminis Simeón y Leví Diomedes Rey de Tracia
a Cáncer Zabulón El gigante de Geriones
b Leo Judá El león de Nemea
c Virgo Asser Las amazonas
d Libra Dan Las manzanas del Jardín Hespérides
e Escorpio Gad La Hidra de Lerna
f Sagitario José Los pájaros del lago Estinfalo
g Capricornio Neftalí La cierva con pezuñas de bronce
h Acuario Rubén Los establos de Augias
i Piscis Efraín y Manasés Teseo librado del infierno

En realidad, los doce trabajos de Hércules no son otra cosa que


una representación del paso del Sol por los diferentes signos del
Zodiaco, siendo considerado cada signo como una etapa de la lenta
transformación de la naturaleza a lo largo del año

Cuando el Sol entra en Aries es el principio de la primavera, el


surgimiento de las fuerzas de la naturaleza, cuando los brotes se abren.
Este impulso se prosigue en Tauro y Géminis, con la aparición de las
hojas y de las flores. Con la constelación de Cáncer empieza el
verano: la semilla se forma; después el fruto madura (constelación de
Leo) y, una vez que ya está maduro, tiene lugar la cosecha
(constelación de Virgo). Después, llega el otoño (signos de Libra, de
Escorpio y de Sagitario): se recogen los últimos frutos, las hojas caen,
la vegetación muere y se descompone. Finalmente, llega el invierno
(signos de Capricornio, de Acuario y de Piscis): la semilla se entierra
15

en el suelo, en donde muere y se asimila a la tierra; pero, de este


estado de indiferenciación nacen las nuevas simientes para nuevos
desarrollos y nuevas floraciones. Así pues, en cada constelación el Sol
lleva a cabo unos trabajos determinados.

Este trabajo del Sol sobre la vegetación puede ser interpretado


desde el punto de vista alquímico como la transformación de la
materia de la Gran Obra que, como la semilla, se pudre, resucita, etc.
Pero el trabajo alquímico no consiste solamente en transformar la
materia de la Gran Obra. Para el discípulo, el verdadero trabajo
alquímico consiste en desarrollar las semillas que hay enterradas
dentro de él, exactamente igual que las fuerzas de la naturaleza hacen
crecer las semillas enterradas en el suelo Cada signo del Zodiaco tiene
un aspecto positivo y otro negativo. El discípulo debe, como Hércules,
luchar contra cada uno de los aspectos negativos y, al contrario,
desarrollar en él los aspectos positivos.

Debe luchar contra el lobo y el jabalí de Marte (el salvajismo, la


crueldad) y alimentar en él el deseo de hacer los sacrificios que son
necesarios para la germinación.

Debe vencer el materialismo y la sensualidad de Tauro y adquirir


su paciencia, su tenacidad y su fuerza.

Debe luchar contra las tendencias nocivas de Géminis, el


intelecto siempre dispuesto a engañar, a criticar, a calumniar, y estar
siempre dispuesto, en cambio, a ejecutar las prescripciones del amor y
de la sabiduría.

Debe controlar la emotividad, la imaginación crepuscular de


Cáncer, favorecidas por la Luna, y hacerse sensible, en cambio, a las
corrientes espirituales, tener el deseo de elaborar su vida y de purificar
todas las fuerzas que le son dadas.

Debe vencer el orgullo y la ostentación de Leo, y desarrollar, en


cambio, su nobleza, su grandeza, su rectitud.
16

Debe vencer la estrechez de espíritu, la sequedad y la avaricia de


Virgo, y aprender, en cambio, su pureza, su gusto por el orden y el
método.

Debe vencer la pereza y la indecisión de Libra, y desarrollar su


necesidad de armonía y de belleza.

Debe triunfar de los celos y de las pasiones sexuales de Escorpio


y estar siempre dispuesto a morir a todo lo que es inferior, como
enseñaba Jesús cuando decía: 'El que quiera salvar su vida, la perderá

Debe luchar contra el instinto de rebelión y la inestabilidad de


Sagitario, y ser, en cambio, capaz de elevarse constantemente hasta
Dios, de tener un pensamiento poderoso y de defender la ciudadela de
los Iniciados, de los hijos de Dios. Sagitario es el defensor, está subido
a las murallas de la ciudad, con el arco tendido, para proteger la
ciudad de los hijos y de las hijas de Dios.

Debe vencer el orgullo, la dureza y la intransigencia de


Capricornio, para alcanzar, gracias a la meditación y la
contemplación, las más altas cimas de las montañas espirituales.

Debe vencer el individualismo, la necesidad de escándalo y de


rebelión de Acuario para fundirse en la inmensa comunidad de la
fraternidad universal, de la vida cósmica.

Debe escapar a las brumas y a las prisiones interiores de Piscis


para aprender la abnegación, la renuncia y el sacrificio.

El discípulo debe atravesar, pues, todos los signos, luchar dentro


de él contra estos enemigos, que son los jabalíes, los lobos, los leones,
los toros, los pájaros, las cabras, los escorpiones, etc. Cuando haya
terminado estos trabajos y cuando haya adquirido las doce virtudes,
igual que Hércules, se convertirá en un semi-dios. A través de los
mitos y las religiones de todos los pueblos volvemos a encontrar
huellas de la Iniciación: el mismo lenguaje, la misma sabiduría; sólo
varían las formas. En todas partes se enseña al hombre cómo debe
llegar a ser un ser superior, un héroe, una divinidad.
17

Sin cesar debemos hacer esfuerzos para perfeccionarnos. Y,


aunque no lo logremos, por lo menos estaremos justificados ante el
Cielo. El Cielo nunca nos acusará de no haber logrado triunfar; lo que
cuenta son los esfuerzos, y éstos dependen de nosotros. Cuando el
Cielo vea que no cesamos de hacer esfuerzos, arriba se tomará la
decisión de darnos todo lo que pedimos, y el gozo, la luz, la belleza y
la libertad se derramarán sobre nosotros. Estos regalos se escogerán
dependiendo de quién los haya pedido, teniendo en cuenta su carácter,
su estructura, sus afinidades, dependiendo del trabajo que haya
realizado y de lo que sea necesario para su evolución. Semejante a lo
que hace un pez, cada uno sacará estos regalos del océano cósmico
extrayendo de él los elementos susceptibles de formar su piel, sus
aderezos, su inteligencia.

Me hubiera gustado extenderme más sobre este tema y mostraros


también las correspondencias que existen entre los doce signos del
Zodiaco y las doce piedras preciosas que formaban los cimientos de la
Nueva Jerusalén. así como con los doce apóstoles.

Contentaos por hoy con lo poco que os he revelado. En realidad,


para vuestro trabajo espiritual, es ya enorme.

¡Que Dios misericordioso nos asista! ¡Que vea la sinceridad de


aquéllos que aspiran con todo su corazón a la realización de la gran
Fraternidad Blanca Universal, de la Edad de Oro entre los humanos!

“Este tema de los Doce trabajos de Hércules, ya fue expuesto


en una conferencia especial por nosotros y se puede consultar
en OM-58-03 LOS DOCE TRABAJOS DE HERCULES.”
--Centre Omraam-

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Primer Centro
De difusión de la obra
Del Maestro OMRAAM
En lengua Española
Conferencia del Maestro
OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV
Sèvres a 22 de Marzo de 1958

Tomo 8: O.C.

Lenguaje Simbólico
Lenguaje de la Naturaleza
Capítulo VI

EL PRIMER DÍA DE PRIMAVERA


Cada año, en Bulgaria, el primer día de primavera existe la
costumbre de llevar en el ojal dos borlas, una roja y otra blanca.
Así se festeja en casi todos los países eslavos la llegada de los
días bellos. Se trata de una costumbre muy vieja que nadie sabe
de dónde viene...

Las bolas roja y blanca son dos símbolos alquímicos muy


profundos. En ciertos libros de alquimia encontraréis alusiones al
hombre rojo y a la mujer blanca, que están representados también
por el Sol (el hombre) y la Luna (la mujer). Entre los metales, es
el oro el que corresponde al Sol y la plata a la Luna. En sus
tratados, siempre hay dos puntos que los alquimistas nunca
precisan: la materia prima a partir de la cual debe realizarse la
gran obra, y el grado de calor. Esta materia prima la llaman con
nombres muy diferentes y extremadamente raros: latón,
oropimente, hierro, magnesio, escupitajo de luna, leche virginal,
minera... Dicen solamente que se compone de dos elementos y
que cuando estos elementos empiezan a cocer (a una temperatura cuyo
grado no revelan) hay que empezar el trabajo.

El comienzo del trabajo alquímico debe tener lugar en una época


bien determinada: cuando el Sol entra en la constelación de Aries -es
decir, como hoy, en los primeros días de primavera- y la Luna en la
constelación de Tauro. Éste es el momento propicio para empezar el
trabajo alquímico... Poneos, pues, a trabajar vosotros también y
empezad la gran obra, porque el Sol entra actualmente en Aries y la
2

Luna en Tauro. ¿Y por qué hay que empezar el trabajo justamente en


esta época? Porque el Sol se encuentra exaltado en Aries y la Luna
está también exaltada en Tauro. El Sol es masculino, activo, y la Luna
es femenina, pasiva. Al hombre le corresponde aquí, pues, el color
rojo, y a la mujer el blanco; las dos bolas roja y blanca son aquí el
símbolo de los dos principios masculino y femenino que trabajan en la
materia.

Para los alquimistas, este trabajo que hay que empezar al


principio de la primavera, cuando el Sol entra en Aries y la Luna en
Tauro, permite obtener un polvo rojo que transmuta los metales en
oro, y un polvo blanco que los transmuta en plata. ¿Dónde
encontramos también estas dos bolas? En la sangre, bajo la forma de
glóbulos rojos y de glóbulos blancos, pero también en el huevo con un
matiz ligeramente diferente: el blanco y el amarillo. ¿Veis?, al llevar
estas dos borlas roja y blanca, vosotros sois también alquimistas, pero
alquimistas inconscientes, porque todavía no sabéis transformar todos
los metales viles que hay dentro de vosotros en oro y en plata. Lo
conseguiréis con el amor y la sabiduría. Al amor le corresponde el
rojo y a la sabiduría el blanco. La transmutación de los metales en oro
y en plata es un proceso alquímico que debe realizarse en los tres
mundos, y no solamente en el plano físico. Para transformar los
pensamientos en plata hay que utilizar la luz de la sabiduría, y para
transformar los sentimientos en oro hay que utilizar el calor del amor.
¡Encontrad, pues, la materia y el grado de fuego y poneos, vosotros
también a trabajar!

La entrada del Sol en la constelación de Aries es para los


alquimistas de una importancia capital, porque es la época en que el
Sol, el principio masculino, trabaja sobre el principio femenino, la
Tierra, que recibe sus rayos, los absorbe, y empieza a producir hojas y
frutos. La primavera es, pues, la piedra filosofal, la vida que
rejuvenece toda la naturaleza. El fuego del Sol actúa sobre la materia
prima, la Tierra, para insuflarle la vida. Éste es el símbolo alquímico
de la primavera. Durante el invierno la Tierra está desierta y fría; pero,
después de algún tiempo de "cocción" de la materia, todos sus tesoros
empiezan a aparecer. Los alquimistas observaron este trabajo que se
realiza en la naturaleza; comprendieron cómo trabaja ésta para
transformarlo y transfigurarlo todo; todo lo que estaba muerto,
3

apagado y negro, se vuelve vivo, bello y coloreado. ¿Y por qué,


justamente, han puesto en primavera la fiesta de la Resurrección? Si,
Pascua es también un símbolo alquímico... En primavera la naturaleza
está animada por una vitalidad acrecentada, todo resucita, y los sabios,
que estudiaron estas leyes, descubrieron que los mismos fenómenos
debían producirse igualmente en el hombre. Porque en el hombre
encontramos también el Sol, la Luna, la vegetación, etc., y en el
hombre también todo se puede transformar y resucitar, como en la
naturaleza, y hasta, a veces, mucho más rápidamente.

Os preguntáis cómo podemos fabricar oro y plata... Es muy


sencillo. Ya, cada mañana, vuestro organismo mismo transforma una
cantidad de elementos en oro y en plata, es decir, en glóbulos rojos y en
glóbulos blancos. ¿Y con qué materia prima? Se encuentra en la naturaleza
bajo cuatro formas diferentes: fuego, aire, agua y tierra. Introduciendo luz,
aire, agua y alimento en vuestro organismo, fabricáis oro dentro de vosotros.
La prueba es que podéis moveros, actuar, hablar. Puesto que sois capaces de
mantener y de prolongar sin cesar vuestra vida, es que sois buenos
alquimistas, alquimistas inconscientes. Pero si miráis al Sol
conscientemente, si respiráis, si coméis conscientemente, poco a poco
partículas de oro vendrán a introducirse en vuestra sangre

El oro existe en primer lugar en estado ígneo. Hermes Trismegisto


dijo: "El Sol es su padre, la Luna es su madre, el viento la llevó a su vientre
y la tierra es su nodriza." Es el Sol el que produce el oro, cada uno de sus
rayos es oro, y la Luna es el reflejo de este oro. A través del aire, los rayos
de Sol vienen hasta la Tierra, en donde se condensan, es decir, se convierten
en el metal que llamamos oro. El Sol, pues, produce el oro etérico, y la
Tierra lo condensa. En el Sol, el oro es demasiado volátil para ser fijado Esta
fijación sólo se puede hacer en las entrañas de la Tierra. Es la Tierra la que
da los materiales que permiten fijarlo. De ahora en adelante, cuando miréis
al Sol, pensad en lo que acabo de revelaros. Miradle, amadle, y decid: "es
oro", y este oro se depositará en vosotros... Creedme, es la verdad. Hoy
tenemos un día magnífico, mis queridos hermanos y hermanas, es el primer
día de primavera y sólo depende de vosotros que el Sol se abra para
distribuir todos sus tesoros. Cuanto más miréis al Sol con amor, más
partículas de oro recogeréis bajo forma de luz, de maravilla, de gozo, de paz,
de salud, de actividad y de fuerza. Por esta razón los alquimistas llamaban
4

"hierro" a la materia prima de la que se servían, para mostrar cuanta fuerza y


dinamismo podía proporcionar.

Antes de llegar al color blanco y al color rojo, los alquimistas dicen


que la materia prima debe pasar por el negro. El negro es como un túnel
antes de que vuelva el día; es como el invierno, un periodo de preparación.
Los alquimistas simbolizan este estado de materia con el cuervo, o con un
hombre muerto al que llaman a veces "cadáver tenebroso"; esta materia
debe madurar y pudrirse, y de este estado de putrefacción y de negrura salen
el blanco y después el rojo

Jesús dijo: "Sí el grano de trigo no muere cuando se pone en


tierra, permanece sólo; si muere, da muchos frutos." El negro por el que
debe pasar la materia prima es llamado también cuervo; cuando esta materia
se vuelve blanca se le llama paloma de Diana, y cuando se vuelve roja, se le
llama fénix. El fénix representa el estado definitivo de la materia prima.
Entre el blanco y el rojo, pasa por otros colores: el verde, el violeta, etc., y al
conjunto de estos colores intermedios se le llama cola de pavo real. Pero
detengámonos ahí para la cuestión de los colores, porque, si no, habría que
dar muchos detalles que ni siquiera os serían útiles

Si profundizamos esta cuestión, constataremos que la vida de los


Iniciados, de los grandes Maestros y de los salvadores de la humanidad,
debe pasar también por las mismas fases que la materia utilizada por los
alquimistas en sus trabajos. Estos seres deben morir para resucitar.1 Por eso
Jesús, que fue crucificado y que resucitó, es el símbolo de la piedra filosofal.
Por otra parte, para los alquimistas todo es alquimia en tas Escrituras.
Piensan que todos los relatos que hay en ellas corresponden a las fases de
la gran obra. Por ejemplo, la matanza de los niños inocentes por
Herodes: Nicolás Flamel considera que la manera en que los soldados
arrancan a los niños del seno de sus madres para derramar su sangre es
algo simbólico. Dice que esta sangre se pone en una copa donde se
bañan el Sol y la Luna. Cada alquimista escogía un pasaje de las
Escrituras para simbolizar las fases de la gran obra. Algunos
escogieron el sueño en el que Daniel vio a cuatro bestias que salían
del mar; otros, la estatua hecha de oro, de plata, de bronce, de hierro y
de tierra cocida que Nabucodònosor vio en sueños; otros, el pasaje en
el que Ellas curó a Naamán de la lepra, ordenándole que se
sumergiese siete veces en el Jordán. En toda la Biblia se encuentran
5

pasajes que pueden ser interpretados como símbolos de la gran obra


alquímica. E incluso ciertos acontecimientos en la vida pueden
interpretarse de esta manera. Cuando os calumnian, por ejemplo, os
volvéis negros, pero cuando los acontecimientos cambian se os lava
de estas calumnias (es el color blanco), resucitáis y empezáis a comer
los frutos maduros (es el color rojo) de vuestro trabajo.

No os hablo de alquimia para incitaros a fabricar oro, no, porque


esto es muy difícil, sino para que estéis maravillados ante el trabajo de
la naturaleza. Estudiad la naturaleza, observad todos los fenómenos
que se producen en ella y veréis qué luz se hará dentro de vosotros.
Mirando al Sol todas las mañanas os volvéis vivos, preparáis el elixir
de vida inmortal. Por todas partes, en el Sol, en el aire, en las piedras,
en las plantas, podéis recoger este elixir.

Hace un rato, en la salida del Sol, os revelé el significado de las


dos bolas roja y blanca... Me gustaría añadir todavía unas palabras,
aunque no sé cómo me vais a comprender.

Os dije que, en el trabajo alquímico, la materia, que primero es


blanca, se vuelve roja, y que la mujer es blanca, mientras que el
hombre es rojo. En realidad, es a la inversa, y, al presentar las cosas
así, los alquimistas invertían la situación; al hombre le corresponde el
color blanco, y a la mujer el rojo; al Sol le corresponde el blanco
incandescente, y a la Tierra el rojo Antaño, en algunos países, existía
una costumbre que quizá ya conozcáis algunos de vosotros. El día
siguiente de la boda, el recién casado debía salir a la ventana
mostrando a todos sus parientes y amigos una ropa que mostraba que
su joven mujer era virgen. Entonces, todos gritaban y cantaban de
alegría... En esta unión de los dos esposos aparecían el color blanco y
el color rojo: para el hombre, es el blanco; para la mujer, el rojo. ¡Y no
vayáis a decirme ahora que soy un desvergonzado! Yo no tengo nada
que ver, es la naturaleza la que ha dispuesto así las cosas... Pero hay
que saber que, cuando los alquimistas hablan del hombre rojo y de la
mujer blanca, invierten voluntariamente las cosas, y no os diré por
qué. De esta manera escondían antaño los Iniciados las verdades más
profundas. Cuando el hombre y la mujer se encuentran, el trabajo
alquímico comienza: la creación del hijo. ¿No encontráis esto
6

maravilloso? Para mí, el nacimiento de un niño es uno de los


acontecimientos más extraordinarios que existen.

En primavera, se produce la unión del Sol y de la Tierra, el


comienzo del trabajo. En primavera, la naturaleza trae al mundo
muchos hijos. Sin el padre, el Sol, la madre no puede producir plantas
y frutos...

Pero todos estos fenómenos que existen en el cosmos los


volvemos a encontrar en la vida interior del hombre. Ahí, el alma es la
mujer, y el espíritu el esposo. El primer día de primavera, el alma debe
decir: "Me abandono al espíritu divino", y será fertilizada. Pero, si se
niega a abandonarse a él, nada se producirá y permanecerá estéril.
Hoy la Tierra se abre a los rayos del Sol, pero este proceso cósmico de
fertilización se repite por todas partes. Cuando el Maestro habla a sus
discípulos, él representa el Sol, y los discípulos la Tierra; el Maestro
es el hombre y el discípulo la mujer. Si la mujer, es decir, el discípulo,
se abre para recibir las palabras del Maestro, experimenta gozos e
inspiraciones; son los hijos. 2

Todos nosotros podemos ser padres y madres. El que habla, y al


que nosotros escuchamos, juega el papel de padre; el que escucha
representa a la madre. Y ésta es, justamente, la grandeza del ser
humano y su poder: poder ser sucesivamente hombre o mujer, padre o
madre, es decir, polarizarse... Dios nos ha dado este poder. Muchos
hombres dirán: "¿Ser mujer? ¡No, eso nunca!" Se equivocan al
reaccionar así, porque, aunque sea inconscientemente, están obligados
sin cesar a cambiar interiormente de polaridad. Cuando amamos,
somos hombres, y el que recibe este amor es una mujer. Sí, todas estas
leyes están inscritas en el ser humano, y, aunque no sea consciente de
ellas, se ve obligado a obedecerlas.

Muchas personas que vienen a la Fraternidad permanecen


cerradas. El Espíritu les dice: "Ábrete, para recibir esta sabiduría y
este amor." Pero ellas responden: "¡No!" Porque, en el mundo, se ha
acostumbrado a la gente a estar cerrados Que conserven, pues, si
quieren, esta actitud en el mundo; pero que comprendan al menos que
aquí deben abrirse, porque, si no, no recibirán nada, ni luz, ni
inspiración, ni gozo. Si, tenéis que comprender que debéis abriros al
7

Espíritu de Dios, que fertilizará vuestra alma, igual que los rayos del
Sol fertilizan la Tierra.

No es fácil atraer al Espíritu. Se dice en los Evangelios: "El


viento sopla donde quiere, tú escuchas su voz, pero no sabes ni de
dónde viene, ni a dónde va..." El Espíritu se para en el alma preparada
para recibirle con el mayor respeto, con el mayor amor y devoción.
Cuando el Espíritu desciende a un alma, nace el Niño-Cristo; es la
piedra filosofal con la que el Iniciado hace maravillas. Para recibir el
Espíritu, el alma debe ser como una joven que ha aprendido cuáles son
los gustos del príncipe que ella quiere atraer con su actitud, con su
mirada, con su sonrisa. Para recibir el Espíritu, el ser humano debe
convertirse en mujer... ¿Y qué es una mujer? Es el arpa eolia que vibra
con el más ligero soplo de viento La mujer, el alma, es un arpa; y el
hombre, el espíritu, es la mano que acaricia sus cuerdas. Si no sale
ningún sonido de esta arpa, es que ya no es un arpa.

Y, cuando los apóstoles recibieron el Espíritu Santo, el día de


Pentecostés, fue también porque, en su alma, eran como mujeres que
trabajan con el respeto, la admiración y la devoción. Por otra parte, lo
que os digo es verdad, incluso en el plano físico. Las mujeres sólo
tienen éxito con los hombres cuando son verdaderas mujeres. Los
atraen porque ellos son positivos y ellas son receptivas. Un hombre
nunca quiere a un marimacho... Salvo algún sabio, que desee
convertirse en acróbata y busque a una Xantipa, como Sócrates. Para
trabajar, para ejercitarse, algunos sabios aceptan a tales mujeres. Pero
los espíritus de arriba no las aceptan y sólo van hacia las verdaderas
mujeres, es decir, hacia las almas llenas de confianza, de amor y de
adoración. El que no sabe polarizarse y convertirse en mujer en su
relación con el Espíritu permanece estéril.

En la Antigüedad, la esterilidad de una mujer se consideraba


como un signo de maldición. En realidad, esta forma de comprender la
esterilidad viene del conocimiento de problemas mucho más
profundos. Si la tierra es estéril, se convertirá en un desierto... Si el
alma es estéril, el ser humano no tendrá ninguna inspiración. Así pues,
si el principio femenino en nosotros es estéril, si el alma es estéril, ya
no habrá ninguna creación, bajo ninguna forma. Se dice en el Génesis:
"¡Creced y multiplicaos!" y casi siempre se ha interpretado esta
8

fórmula como un consejo concerniente únicamente al plano físico, a la


creación de los hijos. Pero no, mis queridos hermanos y hermanas,
este consejo concierne igualmente al alma humana, que debe ser
también fértil y dar nacimiento a inspiraciones y sentimientos
magníficos.

Lo esencial es comprender la lección de la naturaleza. En los


primeros días de primavera, la Tierra se abre al Sol. El hombre
también debe abrirse y sentirá un gozo que nunca había
experimentado hasta entonces. Si no siente este gozo, cuando la
naturaleza está ahí, enteramente abierta y trepidante, si no se siente
penetrado por los rayos del Sol espiritual, lo mismo que la Tierra es
penetrada por los rayos del Sol físico, es que no ha comprendido el
significado de la primavera.

Según una tradición muy antigua era el hombre el que, al


principio, traía los hijos al mundo; y Eva no era la mujer, sino la hija
de Adán. Si, Eva nació de la unión de Adán con el Espíritu Santo.
Después. Adán tuvo relaciones con Lilit, y de esta unión nacieron
unas criaturas tenebrosas y maléficas. Eva, su hija, hizo lo mismo con
Samaël, presentado simbólicamente bajo la forma de la serpiente, y
otras criaturas infernales nacieron de esta unión. Pero fue en el
momento en que Adán conoció a Eva cuando aparecieron las criaturas
humanas; Caín, Abel, Set... En la Biblia no se explica que Eva era la
hija de Adán, pero ello es expresado simbólicamente en el pasaje que
relata que Eva fue sacada de una costilla de Adán. Sí, el primer
hombre traía los hijos al mundo... Y después fue la mujer...

Pero, retened, sobre todo, que todas las criaturas deben ser
alternativamente hombre y mujer, es decir, activas y receptivas.
Evidentemente, la cuestión es saber cuándo. Debemos ser hombres en
la relación con la Tierra, y mujeres en la relación con el Cielo.
Debemos modelar la Tierra, e, interiormente, ante el Señor,
mostrarnos receptivos, dulces y llenos de admiración. El Cielo y la
Tierra pertenecen al que sabe realizar esta polarización. Si sois
mujeres con respecto a la Tierra, que ella misma es mujer, ésta os
rechaza, y morís, porque no tenéis nada de comer. La Tierra os dirá:
"Vete, yo soy mujer y te detesto". Para la Tierra, hay que ser hombres,
9

hay que labrar y sembrar; entonces nos hacemos ricos, porque


cosechamos el fruto de nuestro trabajo.

Sed hombres con respecto a la Tierra, y ésta os amará. Mientras


que, con el Cielo, al contrario, debéis ser mujeres, es decir, dulces,
receptivos y confiados. Si sois hombres con el Cielo, nada funciona;
os va a rechazar, porque queréis mandar, esclavizar, dominar, y en el
Cielo no hay lugar para semejantes seres. El Cielo está polarizado
positivamente, por eso no busca a los hombres. Cuando queremos
esclavizar al Cielo, somos magos negros. Así es cómo actuó el ángel
rebelde, Lucifer. En vez de ser mujer, es decir, en vez de cumplir la
voluntad de Dios, quiso ser como Dios mismo; por eso fue rechazado.
Y todos aquéllos que van en esta dirección, que quieren someter al
Cielo a su voluntad y a sus caprichos, son expulsados y relegados a la
categoría de magos negros. Tenemos el derecho de dominar, pero a la
Tierra, no al Cielo. En el Génesis. Dios dijo a los hombres que
sometiesen a la Tierra; no les dijo que sometiesen al Cielo. Esto es
algo que quizá no hayáis observado.

Aprended a polarizaros y veréis que hasta vuestra salud mejora


Quizá no sepáis tampoco que las enfermedades son la consecuencia de
un desequilibrio, de una desarmonía que se ha introducido en la
circulación de las corrientes que descienden de los dos hemisferios del
cerebro. Debemos vigilarnos siempre, y, cuando damos una gran
actividad al lado derecho del cuerpo, debemos dar también una
actividad al otro lado para restablecer el equilibrio. La gente se
equivoca mucho queriendo sanar el órgano que dicen enfermo La
enfermedad tiene unas causas mucho más lejanas... Se manifiesta en
tal o cual órgano, pero su origen está en un desequilibrio entre las dos
corrientes. Mis queridos hermanos y hermanas, no hay nada tan
importante como el equilibrio. Por eso, desde la más remota
antigüedad, dieron tanta importancia a la imagen de la balanza. Para
los cabalistas, la balanza representa los dos hemisferios del cerebro, y
volvemos a encontrar en todo el cuerpo esta división en dos; los dos
pulmones, los dos brazos, el bazo y el hígado, los dos riñones, las
glándulas del hombre, los ovarios de la mujer, las dos piernas y los
dos pies. Por todas partes volvemos a encontrar esta imagen de la
balanza, que es el símbolo del equilibrio universal.
10

Todo lo que os explico pertenece a las grandes verdades eternas,


pero lo expreso con ayuda de los medios de los que dispongo. Estos
medios son, evidentemente, diferentes de los que tenían los hombres
hace dos mil años, o más... Pero cada uno posee los medios que le ha
dado el mundo invisible. Ningún cantante puede cantar con la
garganta de otro, y yo no puedo cantar con otra garganta que la mía. Y
así es para todos los hombres. Yo encuentro que los medios de los que
dispongo son extremadamente claros, sencillos y evidentes; por eso
los conservo. Más tarde, cuando leáis libros que tratan de los mismos
temas, os preguntaréis quizá cómo pude yo explicar tan sencillamente
unas cuestiones que son presentadas de una forma tan complicada y
abstracta por otros autores.

Contentaos, por hoy, con estas palabras. En otra ocasión os


volveré a hablar sobre este tema tan importante de los dos principios
masculino y femenino, del blanco y del rojo

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Este tema de la PRIMAVERA fue expuesto y más extensamente en:


OM-22-01-TRABAJO Y ALQUIMIA EN
PRIMAVERA –
Conferencia del Maestro
OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV
Sèvres, 23 de abril de 1962

Tomo 8: O.C.

Lenguaje Simbólico
Lenguaje de la Naturaleza
Capítulo XI

EL ESPÍRITU SANTO

Pregunta: Maestro, ¿puede decirnos lo que representa el


Espíritu Santo en la Santa Trinidad?

Esta pregunta es muy interesante, porque se refiere a un tema


importante que nunca ha sido explicado muy claramente.

La Santa Trinidad, tal como la presenta la tradición cristiana,


comprende al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Para el Padre, está
claro, representa la vida, la fuente de todas las creaciones. Pero, en lo
que concierne al Hijo y al Espíritu Santo, ya es más problemático.
Relacionan al Espíritu Santo a veces con el amor, y otras con la luz, y
Cristo también a veces es amor y otras es luz. Sin embargo Jesús
nunca dijo: "Yo soy el amor"; dijo: "Yo soy la luz del mundo". Pero
el Espíritu Santo también puede ser considerado como luz, puesto que
es el que otorga el don de hablar en lenguas, de interpretar tos
misterios, etc. Puede, igualmente, representar et amor, porque, en el
Árbol sefirótico, la Santa Trinidad está representada por Kether,
Hockmah y Binan, y el Espíritu Santo está, justamente, relacionado con
Binan, la Madre Divina. Ciertos esoteristas dicen que la humanidad vivió
en primer lugar la edad del Padre (era la época de Moisés y de los
profetas), que después, con el cristianismo, vino la edad del Hijo, y que
ahora se acerca la edad del Espíritu Santo...

El Espíritu Santo es, pues, la tercera persona de una "familia" que


comprende igualmente al Padre y al Hijo. Evidentemente, ésta no es la idea
2

que los humanos se hacen de una familia. Para ellos, una familia tiene, al
menos, un padre, una madre, un hijo y una hija. La familia es una célula
que descansa sobre el número 4. En la Cábala el nombre de Dios está
compuesto por 4 letras ‫ י ה ר ה‬y estas 4 letras corresponden a una división
cuaternaria que también encontramos en numerosas manifestaciones de la
existencia humana y de la naturaleza. Para Pitágoras, el cuaternario, al
que llamaba Tetractys, era una figura sagrada de la que se servía para
explicar los misterios del universo Porque Pitágoras, igual que los
cabalistas, asimiló el 4 al 10, porque 1 + 2 + 3 + 4 = 10. Por tanto, 4 =
10, y 10 es la suma de todo el universo, de todo lo que existe. Es el número
perfecto, porque está compuesto por el 1, el principio masculino, y por el 0,
la materia informe, el principio femenino.

Este número perfecto, 10, que contiene los dos principios, es, según
tos cabalistas, el número de la primera letra del nombre de Dios, lod, que
representa el principio activo por excelencia, el 1. Así pues, 10 = 1. ¿Veis?,
4 = 10, 10 = 1; y el cuaternario vuelve a la unidad. Por tanto, 4, 10, 1, son
lo mismo... pero según la Cábala, no según la aritmética ordinaria. Por
otra parte, para los cabalistas la aritmética ordinaria es una ciencia
muerta, y la geometría también. En la geometría euclidiana, por ejemplo,
dado un punto, que tomamos como centro, y un radio de una cierta
dimensión, trazamos un círculo, y este círculo está absolutamente
determinado En las matemáticas ordinarias, pues, todo está medido y fijado
de una vez por todas. Mientras que en las matemáticas vivas un círculo es
otra cosa muy diferente, es una expresión viva, una fuerza que sale del
germen central, que se extiende, que se desarrolla y que es imposible de
delimitar en el espacio... Como cuando lanzamos una piedra al agua: desde
el punto en el que cae la piedra se desarrollan y se propagan círculos
vivos...

Las matemáticas ordinarias no tienen ninguna relación con la vida;


aunque su carácter inmutable exprese grandes verdades cósmicas, éstas
3

permanecen estáticas, petrificadas, muertas. Mientras que, en las


matemáticas vivas de las que os hablo, el número 4 contiene y resume a los
precedentes. El 1 es el germen; el 2 es la quintaesencia de la madre; el 3 es
el resultado de su unión, la realización, el hijo que ha nacido; y el 4 es el
resumen, la síntesis de esta trinidad que va a poder formarla de nuevo.
Igualmente, para que una familia sea completa, no basta con el padre, la
madre y el hijo, sino que también hace falta una hija; el hijo representa y
expresa al padre y la hija representa y expresa a la madre. Si sólo está el
hijo, éste no representará a la madre, porque no puede, como puede hacer
ella, dar a luz a un hijo. Es la hija la que toma el papel de madre, porque
ella está preparada, a su vez, para formar hijos. Abajo tenemos, pues,
la familia (padre, madre, hijo e hija), representada por el número 4; y,
arriba, la Santa Trinidad, representada, evidentemente, por el número
3. La cuestión es, ahora, saber cómo se hace el paso del 3 de arriba, al
4 de abajo. Mientras no se sepa será imposible situar al Espíritu Santo.
Sin embargo, justamente, la religión cristiana no menciona a la madre,
la Esposa de Dios; por tanto, la Trinidad de los cristianos no es aún
una familia completa, y de ahí viene la oscuridad. Sin embargo, casi
todas las tradiciones religiosas mencionan la existencia de la Madre
Divina, la Esposa de Dios. En el Zohar, por ejemplo, es la Shekinah,
y en los egipcios, Isis.

Hermes Trismegisto dijo: "Abajo es como arriba y arriba es


como abajo". Esta ley de la analogía es una llave que nos permite
obtener informaciones sobre el mundo invisible a partir de los
fenómenos del mundo visible. La Cábala enseña que los números
participaron en la creación del universo y que el número es el espíritu
de cada cosa. Debemos, pues, encontrar cómo el 3 y el 4 se reflejan
aquí, en la Tierra. Mientras no poseamos esta llave, mientras no
sepamos interpretar los fenómenos que se producen en la Tierra, no
descubriremos las verdades verdaderamente verídicas. Por eso os
aconsejo que estudiéis la familia. La familia es un reflejo de realidades
cósmicas, y, si no la tomáis como punto de partida, muchas cosas se
os escaparán.

Pero no basta con tener llaves; también hay que saber servirse de
ellas. Por ejemplo, cuando los alquimistas decían, hablando de la
piedra filosofal: "Es trabajo de mujer y juego de niños", querían llevar
a los discípulos a observar los fenómenos que suceden en la Tierra
4

para adivinar las leyes y los principios que trabajan detrás de estos
fenómenos. Y diciendo "trabajo de mujer y juego de niños",
invirtieron, por otra parte, el orden, que hubiera debido ser "juego de
niños y trabajo de mujer". ¿Pero qué significan estas palabras? "Juego
de niños"... nos imaginamos que se trata de canicas o de peonzas, y
"trabajo de mujer", que se trata de hacer punto o de ganchillo. ¡Como
si pudiera tratarse en la Obra alquímica de jugar a canicas o de hacer
punto! No, se trata de un juego y de un trabajo bien determinados. Si
queréis comprender cómo se fabrica la piedra filosofal, tomad como
punto de partida la concepción: si, cómo hacen un hijo el hombre y la
mujer. Esto es el "juego de niños" Y "trabajo de mujer", es la
gestación. Si no tomáis la concepción y la gestación como punto de
partida, nunca podréis encontrar la piedra filosofal, porque se trata de
las mismas leyes, de los mismos procesos. Esto es algo muy profundo
y hasta me pregunto si hago bien en revelaros estas cosas.

La Santa Trinidad no será bien comprendida hasta que no se


comprenda la familia, porque la Santa Trinidad es, al mismo tiempo,
el cuaternario. Dios es 3, Dios es 4, y es 1. Es 1 y 3, y es 4. Es 3 arriba
y es 4 abajo. Es 3 arriba, porque 3 es el número de los principios. Hay
3 principios, pero cuando deben realizarse en la materia, el 3 se
convierte en 4, porque 4 es el número de la materia, de los 4
elementos: tierra, agua, aire y fuego. El 3 es 3 en tanto que todavía no
se ha realizado en la materia, pero cuando se realiza se convierte en 4.
Y 3 y 4 suman 7; 3, es el tejado; 4, son las 4 paredes. ¡Y ahí está la
casa! Y vosotros también, sois 7: vuestra cabeza es el 3; los 2 brazos y
las 2 piernas son el 4, y el 3 está puesto encima del 4. 1

Cuando queremos representar una casa, dibujamos un triángulo


(el tejado) puesto sobre 4 lados. Pues bien, vosotros también sois la
casa en la que Dios puede habitar. ¿Veis? es sencillo: juego de niños y
trabajo de mujer; el 3 se une con el 4 para formar un ser vivo.
Mientras que, cuando el 3 está sólo, vuela en el aire. Todos habéis
visto el número 3 volando en los cuadros de Rafael, por ejemplo. Sí,
los angelitos... No tienen cuerpo, sólo tienen una cabeza, y son el 3, es
decir, el espíritu que vuela. Cuando el 3 aún no está realizado en la
materia bajo forma de 4, planea arriba, es una idea. Cuando tenéis una
idea, es el 3. Realizadla aquí, en la materia, y se convierte en 4; los
5

dos juntos dan el 7, y el 7 sois vosotros. ¿Verdad que es un juego de


niños?

Pero si os sigo hablando así durante mucho tiempo, os dormiréis.


Hasta ahora no os he hablado de los números, me he guardado esta
cuestión para más tarde. Por otra parte, los libros que se han escrito
sobre los números son a menudo vagos y contradictorios, aunque, de
todos modos, haya algunos puntos en los que sus autores están de
acuerdo. Pero nunca encontraréis en los libros la sencillez que
encontramos aquí, en la Tierra, en la que vemos a los números
caminar, pasearse, comer y trabajar. ¿Los números?, están aquí, yo los
veo aquí, en la sala, en todas partes sobre la ¡Tierra! Mientras que no
veamos los números así, no sabremos nada de ellos, porque siguen
siendo demasiado abstractos e irreductibles unos a otros. Y, puesto
que según la llave que nos ha dado Hermes Trismegisto todo lo de
arriba es como lo de abajo, los números, allí arriba también, están
vestidos, y caminan, cantan, trabajan...

Los Cabalistas han puesto en el nombre de Dios ‫ י ה ר ה‬una


ciencia prodigiosa. La primera letra, lod ‫ י‬corresponde al 10, pero
también al 1; es el Padre. El Padre se divide, se polariza para producir
la Madre; se desdobla, emana una sustancia de SI mismo y forma la
Madre, es decir, la Mujer Cósmica, la Naturaleza, pero no la
naturaleza que vemos, no, sino la Naturaleza invisible, la Naturaleza
divina, Isis, a la que se llama, en filosofía, la Naturaleza naturante, que
es una emanación, una quintaesencia salida de Dios, un reflejo. He ahí
el 2; es la Madre, la segunda letra, el Hé ‫ה‬, que corresponde al número
5, la mitad de diez. Si sumamos ahora 10 y 5, obtenemos 15; y si
sumamos el 1 y el 5 de 15, obtenemos 6. Según la Cábala, el 6 es el
número de Vau ‫ר‬, el número del Hijo nacido de la unión del Padre y
de la Madre He ahí la Trinidad, mis queridos hermanos y hermanas: el
Padre, la Madre y el Hijo. En cuanto a la cuarta letra, la Hé ‫ה‬, es la
repetición de la Madre, 5; y es la hija, la hija-naturaleza, la naturaleza
naturada, la que vemos.

El número 4 es una repetición de la Trinidad en la materia, pero


con un elemento de más que te permite subsistir, que la viste. El 4 es
la vestidura del 3. Y ahora, ¿dónde situar al Espíritu Santo? Si os lo
explico, voy a provocar toda una conmoción en vuestra cabeza,
6

porque no corresponderá a la división Padre. Hijo y Espíritu Santo de


la religión cristiana en la que no hay sitio para la Madre... Pero ¿por
qué haber excluido a la Madre? En la Tierra no puede haber hijo sin
madre, y, según la ley de correspondencias de Hermes Trismegisto
debe suceder lo mismo arriba. Hay 3 y hay 4, 3 arriba y 4 abajo.
Mientras el 3 todavía no se ha vestido, materializado, sigue siendo 3;
pero, cuando se manifiesta en la Tierra, se convierte en 4. He ahí el
secreto. ¿Por qué la Iglesia sólo se ha quedado sólo con el número 3?

La Trinidad existe realmente, es cierto, pero solamente en el


mundo abstracto, y por eso no es real aquí, en la Tierra. Nadie la
busca y nadie la encuentra. La Trinidad planea arriba, en la cabeza de
la gente, mientras que para los Iniciados es una realidad; cada día la
ven, cada día comulgan con ella, y en ellos se convierte en 4 ¿Dónde
está, pues? Mientras siga relegada entre las abstracciones, mientras no
la encontremos en la vida cotidiana, en lo que comemos y en lo que
bebemos, no sacaremos ningún provecho de esta Santa Trinidad, no
ganaremos nada con que exista. Sólo cuando se vuelve una realidad
tangible produce efectos formidables.

Ahora, aquí tenéis la prueba. El Padre es la vida, el poder


creador, la fuente que brota, de la que todo ha salido. El Hijo,
podemos comprenderlo como luz o como amor, y el Espíritu Santo
igualmente, podemos comprenderlo como amor o como luz Sólo el
Padre es inmutable, no cambia. El Hijo, en cambio, puede ser ora el
amor, ora la sabiduría; y el Espíritu Santo también, ora la sabiduría,
ora el amor; nunca hay contradicción en ello, y, en este contexto, no
tiene ninguna importancia si los confundimos. Únicamente el Padre es
inmutable como el número l. El 1 no varía jamás, es indivisible. Ni
siquiera cuando produjo el 2 se dividió, porque el 1 sigue siendo
siempre 1, incluso cuando crea. El 2 no es el 1 que se ha dividido, sino
que es una proyección del 1, un reflejo, una emanación del 1. Que los
demás varíen, no tiene ninguna importancia, pero el 1, el Padre, no
varía, siempre sigue siendo la vida.

¿Dónde encontrar ahora a la Santa Trinidad, puesto que, según la


religión, es tan inaccesible? En realidad, la Trinidad la encontramos en
todas partes, en todas partes... incluso en nuestras manos: cada dedo es
una trinidad. Todo es una trinidad: la cabeza, los pulmones y el
7

vientre; el pensamiento, el sentimiento y la acción... En la familia: el


padre, la madre, el hijo; y en química: un ácido, una base y una sal,
etc. Pero ¿podemos acaso encontrar a la Santa Trinidad, a la Trinidad
divina, para contemplarla, sentirla, respirarla, absorberla, vivirla? Pues
bien, debemos encontrarla en el ser que más se acerca a la divinidad:
el Sol.2 Y cuando, por la mañana, vamos a ver el sol, ya está ahí la
Santa Trinidad, presente: la vida que brota es el Padre; el calor que
nos calienta es el Hijo, Cristo; la luz que nos ilumina es el Espíritu
Santo. ¡Ahí está la Santa Trinidad!

Pero esta Santa Trinidad debe tomar carne y encarnarse. Por eso
debemos abrirle una puerta y decirle: "Santa Trinidad, entra en mi,
vive en mí, invádeme, trabaja en mí" Y entonces nos hacemos 4.
Diréis: "Pero no, el Sol y yo somos 2" En absoluto, el Sol y vosotros
no sois 2 ¡sino 4! Sí, se trata de unas matemáticas especiales, y si no
vais hacia el Sol, él seguirá siendo una trinidad, pero nunca habrá
cuaternario, porque el cuaternario sois vosotros quienes debéis
formarlo. La Iglesia guarda a la Santa Trinidad en sus armarios y
prohíbe ir a mirar el Sol porque, según parece, esto es una ofensa a la
Divinidad, pero os vende medallitas, y os dice que esto os salvará. 1
Algunos curas me mostraron medallas y rosarios, y yo, un poco
pensativo, respondía: "Señor cura, ¿acaso estos rosarios y estas
medallas son capaces de hacer madurar el trigo y los frutos, o de hacer
vivir a los animales, a los hombres y a todo lo que existe en la Tierra?
- No - Pues bien el Sol, en cambio, es capaz de hacerlo y, por tanto, yo
iré hacia el Sol."

¿Por qué se obstinan en dejar de lado a la fuente única, a la


fuente que alimenta los mundos, que los hace mover, que les
sostiene?... Sí. El Sol es siempre apartado y despreciado, cuando es de
él del que más necesidad tenemos. Cuando está oculto, estamos
embotados y paralizados, pero, en cuanto reaparece, sonreímos,
florecemos, todo va mejor. Estamos persuadidos, pues, de su
importancia en la vida cotidiana, pero en el dominio intelectual,
filosófico, le dejamos en el último lugar. Esta manera incorrecta de
pensar es muy peligrosa porque falsea el juicio, y el menor error en el
juicio conlleva toda una serie de juicios igualmente erróneos que
apartan al hombre de la sabiduría. Mientras no hayamos corregido el
8

punto de partida, es decir, la actitud hacia el centro, todas nuestras


relaciones con la periferia estarán falseadas.

Puedo probaros que todos los errores, todos los acontecimientos


lamentables, provienen de que el hombre no ha ajustado sus relaciones
con el centro, con Dios mismo. Y ni siquiera aquéllos que buscan a
Dios saben buscarlo, le buscan abstractamente, de forma desordenada.
Hay que buscarle en los tres mundos, los tres mundos deben estar
armonizados. En el plano físico, el centro es el Sol; en el plano
espiritual, es Cristo, o el Alma universal; y en el plano divino, es Dios
mismo. En una familia, el centro es el padre; pero el padre no es el
centro de la tribu, por ejemplo, sino que es otro, y éste tampoco es el
centro de la nación, sino que es otro, y este otro no es centro de la
nación, sino otro todavía... Y así sucesivamente. Así pues, cada región
tiene su propio centro y debemos buscar estos centros para conectarlos
unos con otros. Conectad vuestro corazón, el centro de la vida, con el
otro centro que es vuestro Maestro; a través de vuestro Maestro, os
conectáis con el Sol; a través del Sol, con Cristo; y a través de Cristo
os conectáis con Dios. Así es cómo hay que proceder.

Algunos dicen: "Yo busco a Dios... - ¿Y por qué no lo ha


encontrado? ¡Había que encontrarle! - Sí, pero yo lo busco, y estoy
orgulloso de buscarle. - Pues bien, siga buscándole, pero dígase, de
todos modos, que muchos ya lo han encontrado." ¡Qué caos en la
cabeza de los humanos! Todo sucede claramente ante sus ojos pero no
quieren verlo, y por eso no comprenderán nunca nada Para que todo
esté claro hay que proceder de acuerdo con unas reglas, de acuerdo
con una disciplina, de acuerdo con una ciencia. Buscan siempre a Dios
en teoría, en la abstracción, cuando es tan sencillo comprender que,
para encontrar a Dios, hay que tener primero unas relaciones correctas
con el centro.

Cada región posee un centro y los centros de todas las regiones


están conectados entre sí; hay que subir, pues, de uno a otro, para
llegar hasta Dios. Si queréis alcanzar a Dios directamente, no lo
conseguiréis. Debéis empezar conectándoos con vuestro padre,
después con vuestro Maestro, después con el Sol, y así sucesivamente
hasta la Divinidad. Cristo dijo: "Nadie puede ir al Padre sino a través
de mí". ¿Queréis subir al tejado? Necesitáis una escalera. ¿Queréis ir a
9

ver el rey? Debéis pasar por sus ministros... Y si queréis hablar al


Señor, también debéis pasar por toda una jerarquía. Hay un orden, mis
queridos hermanos y hermanas, y debéis conocer este orden.

Comprendedme bien; yo también busco la luz y la belleza, pero


cuando hago descubrimientos, los verifico y me pregunto: "¿Acaso
son verídicos en todos los dominios?... ¿Acaso harán bien a todos?" Y
sólo cuando veo que son oro y piedras preciosas los comparto con los
demás. Y, por otra parte, es este deseo de compartir todos los
descubrimientos que he hecho el que me fuerza a exponerlos ante
vosotros. Así pues, os lo digo, es en el Sol en donde yo encuentro la
Santa Trinidad. Ella me ilumina, me da su calor, me vivifica, y
entonces se hace 4 en mí, es decir, se realiza. Ella sigue siendo 3, pero
en mí se hace 4. Mientras no hayáis comprendido el cuaternario que
representa la realización, seguiréis permaneciendo en la teoría y la
ineficacia. ¿De qué sirve esta Santa Trinidad, si no comulgamos cada
día con ella?

Jesús dijo: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es


perfecto", lo que quiere decir: convertíos, también vosotros, en luz,
calor y vida ¿Cómo? ¡Pues yendo hacia el Sol que es luz, calor y vida!
3
Entonces se producirá un intercambio, una fusión, y lo que es frío se
volverá cálido, lo que está muerto resucitará, y lo que es oscuro se
volverá luminoso. El Sol es un camino para alcanzar la Santa
Trinidad. Yo no digo que el Sol sea la Santa Trinidad, pero es una
imagen de ella, una representación; él es, en la Tierra, lo que más nos
acerca a la Santa trinidad. ¿Cómo no han visto los cristianos esta
correspondencia entre el Sol y la Santa Trinidad... entre la vida, la luz
y el calor, y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? ¿Y por qué impiden
también que los demás la vean? Yo les estimo, les respeto, pero digo
que ahora deben ir más lejos y salir de sus errores y de sus
limitaciones para levantar los ojos hacia lo real, lo grandioso, lo
universal.

Bienaventurados aquéllos que han comprendido, porque cada


vez más la Santa Trinidad vendrá a manifestarse en ellos y serán el
cuaternario divino, es decir, la realización completa de la divinidad en
la Tierra. Éste es el símbolo del cuadrado, del cubo. ¿Por qué todas las
estatuas egipcias que representan a reyes y a divinidades están
10

sentadas sobre una piedra cúbica? Porque el cubo es el símbolo de la


resistencia, de la estabilidad y de la realización concreta. Se dice en
los Evangelios; "La piedra que los obreros rechazaron se ha
convertido en piedra angular". Esta piedra cúbica era un símbolo que
representaba a Jesús. Cuando desarrollamos un volumen cúbico, éste
se convierte en una cruz, y la cruz representa a Jesús, a Cristo. Los
Iniciados siempre han conocido estas correspondencias...

¿Y qué es el hombre? También es una piedra cúbica. De


momento está desarrollado en forma de cruz, pero si llevamos esta
cruz al espacio de tres dimensiones, ésta se convierte en una piedra
cúbica. La cruz es una proyección del cubo en la segunda dimensión.
Así pues, la cruz es el cubo, es lo mismo en otra dimensión. A Dios se
le llama el Geómetra, el Arquitecto divino, porque trabajó con los
elementos y los números para
construir el universo. Y el
hombre, también, está
construido a imagen del
universo.

Me paro para dejar


trabajar en vosotros todas
estas ideas. A vosotros os
corresponde ahora encontrar el papel del Espíritu Santo... Pero,
preferís que os lo diga, ¿verdad?7 Bueno, de acuerdo. Están, pues, el
Padre y la Madre, y el Hijo aparece como el resultado de su unión.
Pero para que tenga lugar esta unión del Padre y de la Madre, es
preciso que un elemento les haya acercado el uno al otro. Pues bien,
justamente, este elemento que les ha acercado, este impulso de amor,
esto es el Espíritu Santo. Según las concepciones religiosas
tradicionales, la Madre no existe, no la mencionan. Pero, en realidad,
la Madre está ya comprendida en la Trinidad, es la Virgen que lleva a
su hijo en sus brazos. ¿Veis, pues?: el Padre, la Madre que lleva al
Hijo, y el Espíritu Santo, he ahí la Santa Trinidad.

El Espíritu Santo no puede ser el hijo del Padre y de la Madre,


pero está ahí, en el amor que les une. El Hijo, en cambio, no puede ser
el amor, sino que es el fruto del amor del Padre y de la Madre. ¿Veis?,
si razonamos inteligentemente todo se aclara. Y la Hija es una
11

repetición de la madre, lo mismo que el Hijo es una repetición del


Padre. Porque, en la vida, todo se repite. La semilla de una planta se
repite eternamente a través de sus frutos, y todo debe repetirse y
reproducirse so pena de desaparecer, sí, hasta los seres más
minúsculos, todo se repite, es normal, es natural, es Dios quien ha
establecido esta ley. El Hijo es, pues, la repetición del Padre, es su
reflejo, pero (y siempre debemos referirnos al plano físico para
comprender el plano espiritual) siempre que la Madre juegue su papel,
es decir, que el principio femenino intervenga para darte nacimiento.
Eliminar el principio femenino es ir contra la razón, contra la lógica.

En la Trinidad no puede haber un Padre y un Hijo y no haber


Madre, porque nunca hay Hijo sin Madre. No digo esto porque esté
contra la Santa Trinidad, al contrario, pero estoy a favor del
restablecimiento del orden tal y como era antaño, en su verdad
original. Lo que han añadido después no me interesa, porque no
corresponde a la realidad y no quiero aceptar las invenciones de los
humanos. En la Trinidad, tal como la presentan en el cristianismo, hay
algo que falla, y un día habrá que volver a la verdad, es decir,
restablecer a la Madre, para comprender que la Santa Trinidad es el
Padre, la Madre y el Hijo. ¿Y el Espíritu Santo? Pues bien, el Espíritu
Santo, en tanto que espíritu, está presente en todas partes en donde se
manifiesta el amor.

Esto trastoca vuestras concepciones, ¿verdad? Sí, es normal Pero


conservad vuestras antiguas concepciones si queréis... Si pensáis que
os revelarán la verdad, conservadlas. Yo tengo otras ideas sobre la
Trinidad que me permiten ver las cosas todavía más claras, y me
ayudan a mejorar, no me alejan de la Santa Trinidad, muy al contrario.
Mientras que las antiguas concepciones no están claras y nos dejan
inseguros, dubitativos. Muchos dirán: "¡Pero qué revolución!" Sí, y
hay que contar con que habrá grandes revoluciones para encontrar la
verdad. ¿Por qué no? Se han hecho ya tantas revoluciones en las
ciencias, en las artes, en la política... Cuando están conformes con la
Inteligencia cósmica y no derraman sangre, las revoluciones son
siempre buenas.

Sí, mis queridos hermanos y hermanas, si sentís que mis palabras


os impiden ir hacia la Santa Trinidad, seguid con las antiguas
12

concepciones; pero si sentís, por el contrario, que os acercáis a ella


cada vez más, y que ella se convierte en una realidad cotidiana para
vosotros, entonces, alimentaos con ella y bendecid al Cielo, porque
ésta es la llave que os permitirá abrir todas las puertas.

¿Y qué es una llave? ¿Habéis reflexionado sobre la forma que


daban a las llaves en los dibujos iniciáticos? Era una cruz con un
triángulo encima... En los frescos de los monumentos egipcios, los
Iniciados, los reyes, los faraones, tenían a menudo en la mano el
símbolo de la llave. A veces, un círculo reemplazaba al triángulo, y
éste era el signo de que poseían la llave que abría absolutamente todas
las puertas. Esta llave no era otra cosa que la comprensión de la
trinidad. Sí, porque cuando comprendemos bien la trinidad
comprendemos todo lo demás, porque la trinidad se refleja en todas
partes al convertirse en cuaternario. Por eso esta llave estaba formada
por un triángulo (el 3) y por una cruz (el 4), para mostrar que el
hombre debe convertirse en 4 para utilizar el 3 como llave. Nunca se
ha visto que una llave abra una puerta sin ser manejada por alguien. Y
para funcionar hace falta también una cerradura con la que esté bien
ajustada, porque, si no, la puerta no se abrirá. Esta llave es la trinidad;
la cerradura es la naturaleza misma, el principio femenino; y el
hombre es aquél que utiliza la trinidad para abrir la puerta detrás de la
cual se encuentran todos los tesoros y todas las riquezas.

¿Y queréis que os hable ahora en términos más claros para


mostraros que mi Cábala es una Cábala viva que se pasea por la
Tierra?... Suponed que un hombre quiera tener un hijo: él es el que
tiene la llave y la utiliza, y la mujer la que tiene la cerradura. Con esta
llave y esta cerradura, la puerta se abre y llega el hijo. ¿Veis? Pero no
se han dado cuenta de todo eso porque no han realizado el cuaternario.
Dicen: "Las llaves... las llaves...", pero no se sirven de ellas. Y como
no se sirven de estas llaves no realizan nada. Se contentan con creer,
pensar, leer, pero no viven y no pueden, por tanto, llegar a ser una
realización viva del cuaternario, todo se queda en teoría. Y hasta hay
escritores, filósofos, pintores, músicos y personas muy notables que
comprenden el saber de esta manera: conocer, ser eruditos, poder
exponerlo todo, pero sin aplicar nada, sin vivir, sin realizar. Y
entonces, ¿de qué sirve el cuaternario? Tenemos la llave, sin duda,
pero nunca se ha visto que una llave abra sola las puertas... (¡salvo en
13

los dibujos animados, en los que se ve una llave que vuela y que entra
sola en las cerraduras!) pero, si no, una llave no puede abrir sin una
mano que la introduzca.

La verdadera Cábala consiste en trabajar con el cuaternario. Si


comprendéis la trinidad, tendréis posibilidades, llaves para abrir
muchas puertas; pero las llaves sólo pueden ser utilizadas por un ser
vivo, y este ser vivo ya es el cuaternario porque la materia, ya os lo
dije, está hecha de los 4 elementos: tierra, agua, aire y fuego. ¿Veis,
pues?, está claro, es simple. Yo no busco otra cosa que la claridad y la
simplicidad... Sólo deseo simplificar, simplificar sin cesar, resumir las
cosas en una o dos líneas, como la naturaleza, que condensa todo un
árbol gigantesco en una semilla tan pequeña que puede caber en la
palma de la mano. Yo también quiero resumir todos los conocimientos
en pequeñas semillas que llevaré conmigo por todas partes, y con una
sola de estas semillas podré conmocionar la tierra...

Siempre he pensado que erais capaces de comprenderme, pero


ahora espero la realización, es decir, que el ternario se transforme en
cuaternario. Este es el misterio más grande de la ciencia oculta. Todos
han trabajado para descubrir cómo el 3 puede transformarse en 4. Hoy
os lo digo: gracias a este amor, gracias a este deseo de acercarse, de
unirse, y esto es el Espíritu Santo; el 3 se encama y se convierte en 4:
el Sol viene a encarnarse en nosotros. El Sol es 3, y en nosotros se
convierte en 4. Sí, pero hay que contarse con el Sol y decir; "El Sol y
yo, somos dos Soles". No digáis: "Yo soy yo, y el Sol es el Sol..." No,
fusionaos con el Sol ¡y convertíos también en un Sol!

Centre
OMRAAM
Institut Solve et Coagula
Reus
www.omraam.es
Primer Centro
De difusión de la obra
Del Maestro OMRAAM
En lengua Española
Conferencia del Maestro
OMRAAM MIKHAËL AÏVANHOV
Sèvres a 16 de Febrero de 1970

Tomo 8: O.C.

Lenguaje Simbólico
Lenguaje de la Naturaleza
Capítulo VI

LA GRAN PRIMAVERA

¿No os habéis dado cuenta de que la primavera se acerca, mis


queridos hermanos y hermanas? Cuanto más pasa el tiempo, más se
acerca... ¡Estoy orgulloso de saber eso! Diréis que no hay de que estar tan
orgulloso. Sí, sí, porqué, mirad a la gente en la calle: andan sin pensar que la
primavera va a venir; por eso están tristes y desanimados. Hay que pensar
que la primavera va a venir y que nos quitaremos todos los viejos abrigos...
Aunque no tengamos dinero para pagar el gas, la electricidad, o el alquiler,
¿qué puede importar eso? ¡Tendremos la sonrisa en los labios!... Como si
fuese tan sencillo, ¿verdad? Ya me gustaría también a mí que eso fuese
cierto... pero, digamos que es cierto. Y, además, lo es...

La primavera, si, ¿queréis que os diga lo que es la primavera, la gran


Primavera?...Cuando pensáis que el Reino de Dios vendrá, que la Edad de
Oro vendrá y que todos los hombres se amarán, eso es la primavera. Pensad
que el Reino de Dios vendrá y sentiréis que algo ya está cambiando en
vosotros. La mayoría de los hombres se paran en el estado actual de
las cosas, y como por todas partes no ven más que desolación, están
contaminados, y ahí les tenéis, tristes, desgraciados, desesperados.
Pensad en la primavera y ya no estaréis más en este estado.

Así que, ¿veis?, cada año os hablo de la primavera que se acerca,


de la primavera que va a venir, y no sabéis por qué lo hago. Es porque
pienso en esta gran Primavera, el Reino de Dios... Las desgracias, los
sufrimientos, las guerras, todo eso es pasajero. Los humanos se
enfrentarán a las dificultades, estarán decepcionados, se quemarán,
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eso es probable... pero es algo pasajero. Todo es pasajero, y los


hombres sólo se fijan en lo pasajero y nunca ven lo que hay más allá,
la meta a alcanzar. Diréis: "Pero la primavera también es pasajera." Sí,
pero yo hablo de otra primavera, hablo de la eterna Primavera... Sólo
que hay que ir más arriba para sentirla y para vivirla. Ahí arriba,
mucho más arriba, siempre está el Sol que brilla, están las flores que
perfuman la atmósfera, los pájaros que cantan, las fuentes que brotan.
Sí, mis queridos hermanos y hermanas, hay que ir muy arriba para
vivir en la eterna primavera.

Son sólo unas palabras para deciros que la primavera llega, pero
no esta primavera que se va nada más llegar. Porque, ¿lo habéis
observado, verdad?, el invierno continúa en medio de la primavera, y,
después, de repente, ya hace mucho calor, ya es verano. ¿Qué
primavera hemos tenido entonces? Apenas unas jornadas, y no hemos
conocido nada de la primavera. Pero yo pienso en otra primavera...
¡Ah!, ¡qué hermosa es! ¡Deseadla para verla y vivirla un día! Yo estoy
absolutamente seguro de que vendrá. Ya sólo con pensar cada día en
esta primavera, veréis cómo ya no os encontraréis en el mismo estado
de desánimo, de niebla interior, de pesadez.

Lo triste es que todos los que ya son un poco mayores se ponen


a pensar en el invierno. Si, a los cincuenta, a los sesenta años,
encuentran que ya están en el invierno, y se estancan. Si pensasen en
la primavera, prologarían un poco las jornadas soleadas.1 Pero no,
empiezan a abandonarlo todo y se preparan a morir. Conozco a otros
que, al contrario, cuando llegan a los sesenta años, se despiertan por
fin y empiezan a trabajar han comprendido y se dan prisa
Evidentemente, ya no les queda mucho tiempo, pero trabajan a
marchas forzadas. ¿Y hasta entonces? Pues bien, se divertían. Hasta
los sesenta, hasta los setenta años, se divirtieron. Como yo, por
ejemplo; y es ahora cuando empiezo a comprender que hay que hacer
algo. Es un poco tarde, pero no importa... Siempre me veo obligado a
hablaros de mí para animaros, porque, si no, no querríais escucharme.
Así que ¿ya estáis consolados los jóvenes, verdad? Decís: "¡Ah!, si el
Maestro dice también que se ha divertido y que ahora, por fin, quiere
trabajar, nosotros tenemos tiempo, hay esperanza para nosotros."
Según la opinión de los demás quizá haya logrado hacer algo, pero, en
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mi opinión, todavía no. Con mis medidas, pienso que todo lo que he
hecho es cero. Lo que os digo, pues, es verdad, y, al mismo tiempo, no
lo es. Pero, de todas formas, en mi opinión es verdad, porque nunca
debemos estar satisfechos de nuestro pequeño trabajo de nada. Si os
digo que tengo la impresión de no haber empezado aún mi trabajo...
Y, sin embargo, desde que me conozco no he parado.

Pensad en la primavera, en la gran Primavera que va a venir,


porque pensando en ella trabajáis para que venga más pronto. Si
millones de hombres pensasen en esta primavera, habrían
comprendido lo que hay que hacer para realizarla. Sólo que es triste,
es una lástima, no hay muchos que piensen en ello; por eso esta
primavera está un poco retrasada. Pero, si os decidís ahora a pensar
cada día en ella, veréis, todos los arrobamientos os visitarán, todas las
inspiraciones, el entusiasmo, el éxtasis. Imaginadla muy bella, con sus
colores, sus perfumes, sus formas, sus emanaciones... Probadlo y
veréis...

Hoy no habéis aprendido nada, por descontado, pero lo más


importante no es aprender, sino realizar, ponerse al trabajo. Pero esta
necesidad de realizar es lo que más les falta a los humanos; les gustan
las novedades, la diversidad, la variedad, siempre esperan ideas
nuevas pero nunca aplican nada, alimentan solamente su intelecto y
nunca su voluntad.2 Mientras que ahora lo que hay que hacer es
realizar lo que se sabe, hay que realizarlo. Y no olvidéis jamás que los
menores progresos que hagáis, el mundo entero los hace con vosotros.
Si no conociese esta verdad, hace ya mucho tiempo que quizá yo
también me habría dejado ir. Pero sabiendo que nuestro progreso es
también el progreso del mundo entero, que todos estamos conectados,
nunca debemos parar de hacer esfuerzos.

SI, mis queridos hermanos y hermanas, pensad en la primavera,


en la eterna Primavera, concentraos en ella cada día, y después,
cuando os miréis en el espejo, se escapará una pequeña sonrisa,
aunque no queráis. Y aunque esta primavera no tuviese que venir
nunca, pensad en ella, porque lo necesitáis, y veréis cómo mejora
vuestra situación. Aunque no venga, ya estará dentro de vosotros.
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Aunque exteriormente no haya primavera, no importa, estará en


vosotros, y eso es lo que cuenta.

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Este tema de la PRIMAVERA fue expuesto y más extensamente en:
OM-22-01-TRABAJO Y ALQUIMIA EN
PRIMAVERA –

Centre
OMRAAM
Institut Solve et Coagula
Reus
www.omraam.es
Primer Centro
De difusión de la obra
Del Maestro OMRAAM
En lengua Española

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