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Bachillerato Filosófico
Giordano Bruno.
OBRAS
Las obras Giordano Bruno fueron declaradas heréticas y ateas tanto por
católicos como por protestantes y por esta razón, quemadas, destruidas y
mantenidas en secreto. Es por ello, que es muy difícil encontrarlas reunidas, aunque
la mayoría de ellas se encuentran reunidas en la universidad de Gotingo; y en la
Historia de la Filosofía de Bule. Se contienen noticias muy extensas acerca de ellas.
En general, esas obras son muy raras, circulan poquísimo y se hallan con frecuencia
prohibidas en Dresde, figuran entre los libros vedados, de los que los lectores no
pueden disponer. Los escritos de Bruno incluyen De umbris idearum (1582) y las
siguientes obras en forma de dialogo: La cena de ceneri (1584), Della causa,
principio e uno (1584), De I’infinito, universo e mondi (1584), Spaccio della bestia
trionfante (1584), Cabala del caballo pegaseo con I’agguiunta dell’asino cilleno
(1585), y Degl’eroici furori (1585). Entre sus restantes obras hay tres poemas
latinos, publicados en 1591, el De triplici mínimo et mensura ad trium speculativarum
scientiarum et multarum activarum artium principia libro V, el De monade, numero
et figura, secretioris nempe physicae, mathematicae et methaphysicae elementa, y
el De inmenso et inmerabilibus, seu de universo et mundis libri VIII.
PENSAMIENTO
Dentro de este marco Bruno admite la existencia de una causa o principio supremo
llamado “mente de las cosas” que no puede ser conocido de ninguna forma: es por
eso que afirma que el universo es como no conocer nada del ser y substancia del
principio primero. Encontramos una jerarquía ascendente desde la materia a lo
inmaterial, de lo obscuro a la luz; dicha naturaleza es entendible según lo de a
entender lo divino. Las ideas humanas son sombras o reflejos de lo divino y aunque
es capaz de progresar y profundizar hacia la unidad divina originaria, es
impenetrable.
Además, del hecho de que la tierra esté habitada por seres racionales no tenemos
derecho a inferir la conclusión de que sea la única en dignidad, o que sea el centro
del universo desde el punto de vista valorativo. Por todo lo que se supo, la presencia
de vida, o incluso de seres racionales como nosotros mismos, puede no estar
limitada a nuestro planeta. Los sistemas solares surgen y perecen, pero todos juntos
forman un solo sistema en desarrollo, un organismo animado por el alma del mundo.
Rechazó, pues enteramente, la concepción geocéntrica y antropocéntrica del
universo, tanto desde el punto de vista astronómico como en la perspectiva mas
amplia de la filosofía especulativa: los seres humanos terrestres son accidentes de
la única substancia cósmica viviente.
BIBLIOGRAFIA