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Masculinidad y feminidad: ¿De qué estamos hablando?

 Se ha marcado la diferencia entre ser hombre y ser mujer desde la educación que cada
uno ha recibido desde su niñez (6)
 Los hombres pretenden reafirmar su virilidad a través de actos que se alejan de lo
femenino y se realizan durante todo el ciclo de vida (6)
 la idea de que es necesario estar probando y probándose continuamente que se es
hombre (Seidler, 2002). (6)
 Simone de Simone de Bouvoir, citada por López y Güida, (2002), “(...) la mujer no nace, se
hace” (p. 4) y extienden la misma idea hacia el hombre (...) el hombre no nace, sino que se
hace” (p. 4), lo que evidencia que las construcciones de género refieren aspectos
socioculturales, históricos, políticos, económicos y familiares, de ahí que, por ejemplo, se
visualiza a la mujer con la pasividad y afectividad, y el hombre con la razón y la actividad.
(7)
 Kimmel (1997), citada por Valenzuela (2007) explica que

La identidad masculina nace de la renuncia de lo femenino, no de la afirmación directa de lo


masculino, lo cual deja a la identidad de género masculino tenue y frágil. (¿Qué es la
masculinidad? párr. 2

 Por tanto, se establece que la masculinidad se construye a través de los procesos de


socialización, y da como resultado una serie de masculinidades diversas. (no pienso que
sean tan diversas)
 Los hombres tienen la necesidad de demostrar que son hombres, requieren que otros los
reconozcan. La sociedad patriarcal define al hombre como un ser potente con mandato y
autoridad, con la mayoría de aprobación de sus actos, sean de carácter positivo o negativo
(9) – Esto me acuerda a lo que plantea Rita Segato sobre el mandato del hombre a su
masculinidad
 Unión entre capitalismo – patriarcado --- masculinidades, competencia

RITA SEGATO

Un siglo de investigaciones sobre masculinidad y feminidad: una revisión crítica

 Constantinople (1973); b) que seguimos adoleciendo de una falta de teoría capaz de guiar
la construcción y el uso de instrumentos de valoración de estos conceptos (Fernández et
al., 2007); c) Realmente hace falta una teoría que guie la construcción de estos conceptos
o entre más teoría más perpetuación de esto

Cada vez se hace más necesario eliminar la masculinidad o feminidad ya sea como conceptos o
como modelos de comportamiento … Empezar a transitar entre lo llamado “gender fluid” sin
esquemas ni nada

 ¿cuáles serían los benefi cios personales y sociales del conocimiento científi co de estos
constructos, si es que cabe imaginar alguno, pues algunas autoras abogan por su
supresión del vocabulario científi co? 171
 se debieran suprimir del vocabulario científi co o al menos limitar considerablemente su
uso.
 es mejor no utilizar los conceptos de M y F en estos casos y, por derivación, en ninguno
otro, hasta tanto no contemos con contenidos más precisos para estos dos constructos: el
de la masculinidad y el de la feminidad. No utilizarlos

EL ARTICULO GIRARA EN TORNO AL PORQUE ELIMINAR LA CATEGORÍA CIENTIFICA Y SOCIAL


“MASCULINIDAD – MASCULINIDADES”

La masculinidad (en crisis) como arquetipo mediático

Sergio Armando Lesmes Espinel

 Algunas de estas críticas han señalado de manera pertinente cómo varias reflexiones y
trabajos sobre la masculinidad (incluso aquellos que se dicen feministas), al ignorar el
paradójico hecho de que al estudiar el género lo producimos y/o reproducimos aun cuando
nuestro interés sea el de abolirlo (de Lauretis, s.f.[1989]), materializan y reproducen la
dominación masculina y su legitimación simbólica. (1)
 perspectiva relacional – las identidades de género estas son el resultado operativo o co-
sustancial de su relación tanto con otras identidades de género, como con órdenes de
diferenciación como la edad, el sexo, la clase o la raza. De acuerdo con esta perspectiva la
masculinidad no puede ser entendida al margen de las relaciones que establece tanto con
lo femenino, como con otras expresiones disidentes, subalternas o “insuficientes” de la
masculinidad. toda identidad de género es resultado de una relación de poder y nunca una
entidad en sí misma o un evento autoreferencial. Esta perspectiva desarrollada en principio
por el black feminism y el feminismo chicano (2)
 lo primero por decir con respecto a la masculinidad es que su naturaleza se encuentra
determinada socialmente (4)
 la masculinidad es, como lo dice Connell (s.f. [1995]), un producto histórico y cultural
reciente con no más de cien años de existencia. cuando hablamos de “masculinidad” o
“feminidad” estamos hablando, como dice Connell, de un modelo circunscrito a las
sociedades que nacieron al fragor de las fuerzas de la modernización, y que supone las
identidades de género como atributos dialecticos u opuestos que definen la existencia de
dos polos o sexos.
 La masculinidad no tiene una relación necesaria con el hecho de haber sido asignado como
hombre, es decir, como “macho” de la especie humana (Halberstam, 1998).
 la masculinidad es una posición relativa - “Ninguna masculinidad surge, excepto en un
sistema de relaciones” (Connell, s.f. [1995], pág. 6). En su faceta performativa, la
masculinidad sería un efecto (principalmente ilusorio o fantasmatico) del compromiso y el
esfuerzo cotidiano que invierten los sujetos por acoplarse o encarnar aquello que se espera
de ello/as. (hablar de Rita Segato y el mandato masculino) En su faceta arquetípica la
masculinidad opera como una “definición normativa”, es decir, como un modelo de
conducta o una idealización de lo que socialmente se espera de los hombres (6)

perspectiva relacional

 Desde el punto de vista relacional, la masculinidad es un elemento que solo puede definirse
en un marco desigual de relaciones fundamentalmente de oposiciones mutuamente
excluyentes. Lo estructural de la masculinidad es su interdependencia tanto con lo
femenino, como con otros modelos “no normativos” de masculinidad. La masculinidad
además de ser histórica, social y culturalmente construida, se define a partir de la oposición
con un conjunto de otros, minorías raciales, sexuales y, por sobre todo, las mujeres . (5)
 la masculinidad como la feminidad se definen a su vez en la interacción con estructuras
como la raza o la clase así como con la nacionalidad (pág., 1) ... Pág 5
 En América Latina, como afirma Viveros, la masculinidad blanca o blanco-mestiza esta
connotada con valores y principios asociados al éxito económico, la modernidad, lo urbano
y el poder político, oponiéndose a otras expresiones racializadas de la masculinidad (negras,
indígenas, mestizas, campesinas), asociadas por el contrario a los excesos, la hipervirilidad,
la pobreza, la ruralidad o el fracaso económico y lo tradicional (Viveros, 2014b, pág. 4).(7)
 Al enmarcarse en un orden androcentrado y patriarcal pero también racista y geopolítico,
la masculinidad y la feminidad expresan en las dimensiones de la política, la económica y la
cultura, las ventajas históricamente adquiridas por los hombres sobre las mujeres, así como
sobre otros hombres racializados o sexualizados.(7)
 requiere necesariamente de lo femenino y “lo otro” (racial, étnico, nacional) para poder ser
definido.(7)

Para mí tesis puedo estudiar "la masculinidad de la época" ... El rol del hombre normado y
en sociedad
 la vigencia de la famosa sentencia de Simone de Beauvoir, que ajustada al caso diría: “no se
nace hombre, se llega a serlo”. Es decir, siempre hay un trabajo, un esfuerzo del sujeto por
encarnar el modelo, la idealización, aquello que se espera de este/a. Esta exigencia en
calidad de “definición normativa” incorporada que interpela al sujeto proviene siempre del
exterior: del cine, la televisión, la familia, la mitología o la religión (8)
 ¿Qué es normativo en relación a una norma que difícilmente alguien cumple? ¿Vamos a
decir que la mayoría de hombres es no-masculino? ¿Cómo calificamos la rudeza necesaria
para resistir la norma de rudeza, o el heroísmo necesario para expresarse como gay?
(Connell, s.f. [1995], pág. 4) (8)
 El género es una repetición, reactuación y reexperimentación de un repertorio social de
significados, es la expresión ritual y mundana de su propia legitimación (pág. 307). Es una
manera de hacer cuerpo, de materializar las leyes sociales (pág. 307). (8-9 cita de Buttler)
 O para decirlo de otra manera, esta visión androcentrada del mundo, que divide a la
humanidad en dos grupos diferenciados: hombres y mujeres, y dos polos, el de lo masculino
y lo femenino, se convierte en un programa institucionalizado de prácticas concretas, pero
también de rituales cotidianos, banales e incluso espontáneos que se hacen cuerpo, que se
hacen sujeto y subjetividad(9 habitus bordieu)
 La diferencia perceptible entre las nociones de habitus y actos performativos, como
recursos explicativos para entender la manera en la que la los sujetos adquieren una
determinada identidad de género, reside en su acento. Mientras el habitus parece más
decidido a darle importancia a la determinación de las estructuras sociales, los actos
performativos parecen hacer lo mismo con respecto a la acción individual o la agencia. (9)
 Faceta arquetípica o modélica nos permitiría analizar la relación entre aquellas aspiraciones
o ideales sociales que circulan sobre la masculinidad y la realidad empírica y concreta en
donde la masculinidad es encarnada y performada por aquellos que se identifican con la
misma (10)
 Algo de psicología:

Mauss pensaba que “el arte de utilizar el cuerpo humano” no era uno puramente mecánico o
deducible exclusivamente de alguna clase de facultad biológica o instintiva. En realidad, había
para él un componente social y también psicológico en lo que respecta a dicho arte. El
componente social tenía que ver justamente con lo que denominó como “imitación prestigiosa”
que consiste en imitar los actos que han resultado certeros de un otro (sujeto o sujetos) legítimo
o “prestigioso” que funge en calidad de “autoridad” (13)

 En calidad de ficciones, los modelos de masculinidad que encarnan otros hombres, sean o
no imaginarios, se encargan de operar como agentes del orden que evalúan, observan y en
caso de ser necesario devalúan nuestra propia masculinidad (20)
 Relación entre las imago que nos ofrece la ficción mediática (del cine, la televisión, la prensa,
la publicidad o la música) frente al universo de las prácticas concretas de la vida cotidiana.
Tal como ya se ha dicho, pensar esta relación resulta esencial en una coyuntura histórica
como la actual, un momento de crisis del orden de género y por tanto de legitimidad
simbólica de los modelos tradicionales de la masculinidad. (22)
 los efectos de estos cambios sobre los hombres podrían resumirse en los términos de la
experiencia de una contradicción entre lo que quisieran ser o hacer y lo que realmente son
y pueden hacer. Como dice Olavarría, “la forma dominante de ser hombre, la que ha
hegemonizado la masculinidad, resulta lejana y ajena a sus vivencias” y por tanto
contradictoria (2003, pág. 94). (24)
 como lo propone Connell, hay un tipo de compromiso de los sujetos por preservar el orden
de género. Sin embargo los hombres no son los únicos que participan de este compromiso,
aun cuando las recompensas por este no se retribuyan de igual manera (26)
 Si como varias autoras feministas lo creen a propósito del aumento de las agresiones y
ataques contra las mujeres en la región son un recurso utilizado por algunos hombres para
reaccionar frente a la presión que han generado acciones y políticas por la equidad de
género en la región. (26)
 (Masculinidad en la música popular) Sería obtuso entonces, no apreciar que en realidad
estos esquemas de sentido e imagos, más que pretenderse anacrónicos o expresiones del
pasado son respuestas y reacciones nostálgicas o camp del pasado, por lo tanto,
absolutamente actuales y contemporáneas (30-31)

La música popular y las industrias culturales en general están reproduciendo y trancando los
avances en la equidad de género pues apelan a esa masculinidad que va en contra de los avances

Hipótesis de trabajo de Sergio Lesmes en su tesis de Maestría:


Educando a los muchachos: Nuevas investigaciones sobre masculinidad y estrategias de
género para las escuelas – R. W. Connell

 es importante reconocer el hecho de que la escuela no sólo no es la única institución que


modela masculinidades, sino que además puede no ser la más importante. Esta la familia,
la importancia de las comunicaciones masivas en el orden de género contemporáneo. los
medios de comunicación están atestados de representaciones de masculinidades –desde
las de la música rock, los comerciales de cerveza, las comedias, las películas de acción y de
guerra, hasta los noticieros– que circulan a gran escala (158)
 los niños traen consigo patrones de masculinidad a la escuela
 La masculinidad no es una entidad biológica que existe antes de la sociedad; las
masculinidades son las formas como las sociedades interpretan y usan los cuerpos
masculinos. (159)
 Aunque nunca vamos a tener un modo simple de medir la influencia relativa de las
diferentes instituciones, pensar en las escuelas como uno de los sitios principales de
formación de masculinidad, parece ser un buen fundamento.
 Los maestros deben ponerse a la tarea de desenfatizar las diferencias de género, y centrar
su atención en el crecimiento individual de los estudiantes (160) Personalmente siento que
si se deben hacer evidentes las diferencias y desigualdades sociales de género porque
también se deben formar unas personas concientes de sus privilegios y desventajas para
crear una manera de relacionarse entre maestrxs y estudiantes (niños, niñas, niñes)
equitativa sin barreras ni discriminaciones.
 Cosas como la disciplina y el código del vestir, pueden ser consideradas como un conjunto
de prácticas masculinizantes, gobernadas por el régimen de género de la escuela. (162)
 Las escuelas están usando el dispositivo de la sociedad de consumo, para definir la
masculinidad hegemónica (165)
 La etnografía que Foley hizo en una escuela de un pueblo al sur de Texas, proporciona una
descripción vívida del “gran ritual del fútbol americano”. Foley muestra que no sólo el
equipo de fútbol, sino también la población de la escuela como un todo, usan el juego para
elogiar y reproducir los códigos de género dominantes. El juego determina de manera
directa que un patrón de desempeño agresivo y autoritario es la forma más admirada de
masculinidad e, indirectamente, marginaliza a otras
 Indirectamente, algunos aspectos del funcionamiento de la escuela forman masculinidades
y, en lugar de producir una masculinidad en especial, pueden tener el efecto de acentuar
las diferencias entre varias de ellas.
 “Aceptar la oferta” es una clave para entender los problemas disciplinarios en las escuelas
y para comprender por qué los muchachos se involucran en casos de violencia y acoso
sexual. Grupos de muchachos se mezclan en estas prácticas, no porque las hormonas
incontenibles los lleven a hacerlo, sino porque desean defender u obtener prestigio, marcar
la diferencia o sentir placer; cuando los muchachos no tienen otros medios para construir
masculinidad, romper las reglas se convierte en algo central para alcanzar este fin. (167-
168)
 La producción de masculinidades en las escuelas, está muy lejos de ser un simple
aprendizaje de normas sugeridas por la “socialización del rol sexual”. Éste es un proceso con
múltiples caminos, modelados por la clase social y la etnicidad, que produce resultados
diversos (168)
 En algunas áreas de la vida escolar, las prácticas masculinizantes son conspicuas, casi que
obstaculizantes, pero en otras son apenas visibles.
 Es claro que las escuelas tienen una capacidad considerable para hacer y rehacer el género;
pero no son la máquina de revolución de género que las feministas, enfocadas en la tarea
de cambiar las actitudes y normas, alguna vez creyeron que eran.
 En consecuencia, hoy en día la tarea principal es la de sacar estas cuestiones a la luz,
pidiéndole a los educadores que reflexionen acerca de lo que las escuelas están haciendo
actualmente (169)

Teorías feministas y estudios sobre varones y masculinidades. Dilemas y desafíos recientes -


Mara Viveros Vigoya
 Las teorías feministas han sido fundamentales en la conformación de los estudios
contemporáneos sobre hombres y masculinidades como tentativas intelectuales y asuntos
académicos y como problemas sociales (25)
 interés en la violencia masculina contra las mujeres y en la alienación del cuerpo femenino
por parte de los hombres, la masculinidad fue caracterizada como algo intrínsecamente
perjudicial para las mujeres y los demás varones y fue injuriada sistemáticamente como algo
abyecto. Estas corrientes pretendían alcanzar la equidad de género aboliendo o
transformado radicalmente a los hombres y a la masculinidad. Una de las más conocidas
exponentes de este punto de vista feminista radical es la jurista Catharine MacKinnon. Para
ella, la opresión de las mujeres por parte de los hombres constituye la primera y la más
profunda de todas las opresiones, el modelo para el racismo y las injusticias sociales
(Gardiner, 2005). Igualmente, algunas prácticas sociales como la pornografía, la violación y
la prostitución institucionalizan «la sexualidad de la supremacía masculina, que reúne la
erotización de la violencia, la dominación y la sumisión con la construcción social de lo
masculino y lo femenino» (Gardiner, 2005, p.39). Algunas de las críticas que se le han
formulado a sus posiciones son la falta de discusión sobre el origen de este sistema y su
percepción de los hombres como seres intrínsecamente predispuestos a la violación y a la
realización de sus deseos heterosexuales con base en el poder que les confiere su
superioridad física. Para Mc Kinnon si bien lo masculino ha definido siempre la humanidad,
lo masculino es inhumano y la única posible solución radical para esta terrible paradoja es
la abolición tanto de la masculinidad como de la feminidad, es decir la abolición del género.
(26) – TESIS
 El objetivo de esta corriente es superar el género subvirtiendo las categorías de sexo y
sexualidad y su interés por el género se funda en él como «representación» casi teatral
(«performatividad») cuyo sentido puede ser asignado por el individuo. (28)
 El efecto del género se produce a través de la estilización del cuerpo y, de ahí, debe
entenderse como la forma rutinaria en que los gestos corporales, movimientos y estilos de
diverso tipo constituyen la ilusión de un ser perdurable con un género». (cfr. Butler, 1990,
p.179) (28) Desde su perspectiva teórica, la masculinidad y la feminidad son posiciones
vacías, que no se corresponden con los hombres y las mujeres.
 Comparto con ellas la idea de que los trabajos en este campo de estudio ganarían en
profundidad y alcance si se interrogaran no sólo sobre la construcción social de la
masculinidad y la virilidad sino también sobre el papel que desempeñan los varones en la
reproducción de la dominación masculina y en las resistencias al cambio (30)
 Si bien las resistencias femeninas a la dominación masculina han sido objeto de recientes
investigaciones que buscan entender las relaciones entre las acciones individuales, las
acciones colectivas, las estructuras sociales y sus efectos en las transformaciones de las
relaciones sociales de sexo, por el contrario, las resistencias masculinas al cambio han sido
poco examinadas.
 cuestionar cierto optimismo compartido en relación con los cambios que se han producido
en los últimos treinta años en las relaciones de género.
 los cambios que están experimentando los varones al calor de las transformaciones sociales
de las mujeres puede ocultar el hecho de que la equidad de género sigue estando ausente
de las prácticas cotidianas
 Hablar de resistencias masculinas al cambio social nos permitirá referirnos a los diversos
comportamientos cotidianos individuales y colectivos que realizan los hombres con el fin de
proteger sus privilegios y conservar los beneficios que obtienen de su posición dominante
en las relaciones de género
 estos grupos se definen en reacción al cuestionamiento de este orden por parte de las
demandas de libertad e igualdad enarboladas por el feminismo y el movimiento social gay
y lésbico (Fabre y Bassin, 2003). En este sentido, estos grupos constituyen un fenómeno de
resaca que pretende frenar los logros adquiridos por las mujeres (33)
 Esto no quiere decir que un tipo de dominación esté reemplazando a la otra; por el
contrario, ambas coexisten. En el primer caso, el hombre está expresando su poder de
definir la legitimidad de la presencia femenina en el espacio laboral mientras en el segundo
caso está manifestando su temor frente al poder creciente de las mujeres en el ámbito
laboral.
 Las mujeres han ocupado el lugar pionero en la investigación sobre los hombres y lo
masculino desde una perspectiva antisexista.

MASCULINIDAD HEGEMÓNICA, VIOLENCIA Y CONSUMO DE ALCOHOL EN EL MEDIO


UNIVERSITARIO - VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA / ROBERTO CASTRO

 Los hombres deben “hacerse” asumiendo ciertos atributos y roles, los cuales constituyen
instrumentos sociales para negociar estatus y poder. Sin embargo, el proceso de “hacerse
hombre” conlleva ciertos riesgos: violencia, dificultad para expresar sufrimiento, consumo
de enervantes, velocidad excesiva en vehículos motorizados, mayores tasas de suicidio y
homicidio (702)
 Las distintas formas de ser hombre, representadas en diversas masculinidades, se
manifiestan de manera jerárquica. (703)
 La MH es un “modelo” en tanto es capaz de establecer las normas sociales que hay que
seguir para ser considerado “un hombre de verdad”. Quienes tienen acceso a este modelo
pueden ejercer poder y tener mejor posiciones sociales que las mujeres y que otros
congéneres (Olavarría, 2006).
 Algunas características de la masculinidad son:
- Que la violencia se utiliza para imponer el poder masculino y puede constituirse en una
forma legítima de ser hombre
- la heterosexualidad y la homofobia son claves para la identidad masculina, porque los
homosexuales no son verdaderos “hombres” ya que rechazan una identidad masculina
altamente valorada (la heterosexual)

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