Este trabajo no es una historia de El Salvador en el

Antonio Acosta
período elegido. Ni siquiera pretende ser una historia
económica del país. Trata solo de explicar algunos de los
mecanismos que utilizaron ciertos sectores de la sociedad
en la segunda mitad del siglo XIX para alcanzar,
reproducir y ampliar su poder económico y político no
sólo, pero principalmente, sobre la base del negocio del
café. De forma combinada, propietarios cafetaleros y
grandes comerciantes que desempeñaban también otras
funciones en la estructura económica, fueron ocupando
espacios estratégicos en el aparato del Estado, que estaba
en proceso de construcción, hasta hacerse prácticamente
con el control de lo que se podría considerar su núcleo. Se

El control sobre el café y el Estado 1848-1890

desarrolló así un auténtico sistema de dominación, una

Los orígenes de la burguesía de El Salvador

maquinaria, que se produjo gradualmente en el tiempo y
se desplegó en varios planos articulados, a modo de
engranaje. Este libro aspira no a tratar este proceso de
forma exhaustiva, pero sí a mostrar, al menos, algunas
pruebas de que esto sucedió de así. La tesis que aquí se
sostiene es que si, como se ha escrito, lo sucedido en
1932 fue la base de lo que ocurrió en la segunda mitad
del siglo XX, la evolución de fines del siglo XIX supuso el
inicio de una nueva desigualdad social y territorial en el
país que condujo a 1932.

Antonio Acosta
Los orígenes de la burguesía de El Salvador
El control sobre el café y el Estado
1848-1890

Antonio Acosta

2014
© Antonio Acosta Rodríguez
© Taller de Estudios e Investigaciones Andino-Amazónicos.
Universidad de Barcelona.
© Instituto de Estudios sobre América Latina. Universidad de Sevilla

D.L.: SE 2264-2013
ISBN: 978-84-96178-98-4

Primera Edición
Aconcagua Libros (Sevilla, 2014) 1ª ed., 2ª reimp.
Taller de Estudios e Investigaciones Andino-Amazónicos. Universidad de Barcelona.
infoaconcagualibros@gmail.com
www.aconcagualibros.net

Segunda Edición
UFG Editores (San Salvador, 2014) 2ª ed., 3ª reimp.
Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI). Universidad Francisco Gavidia.

Oscar Picardo Joao.

Director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI).
Universidad Francisco Gavidia.

Oscar Martínez Peñate.

UFG-Editores.

Alejandra Serrano.
Diseño editorial

Este trabajo se empezó a redactar en la fase conclusiva del proyecto de investigación del
Ministerio de Ciencia e Innovación de España, HAR2009-07094, aunque su versión definitiva
se realiza en la fase inicial del proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad,
HAR2012-34095. Ambos se desarrollan en el seno del TEIAA (2009SGR1400), grupo de
investigación consolidado por el Comissionat per a Universitats i Recerca del DIUE de
la Generalitat de Catalunya, con la colaboración del Instituto de Estudios sobre América
Latina de la Universidad de Sevilla.
A Silvia, Magda y Lola
Índice

Introducción.....................................................................................xi

PRIMERA PARTE
Primeros pasos y cambios en la oligarquía. 1848-1876

Capítulo 1. El marco de la transición oligárquica...................................3

Capítulo 2. Los negocios del despegue.................................................39

Capítulo 3. Moneda y crédito: el control era el descontrol...................75

Capítulo 4. El café: de los inicios al primer plano..............................115

Capítulo 5. Las bases de una Hacienda para la oligarquía...................153

SEGUNDA PARTE
El inicio de la consolidación oligárquica. 1876-1890

Capítulo 6. El triunfo del café. La euforia insostenible......................189

Capítulo 7. El progreso como negocio.

Ganancias en crecimiento y crisis...................................221

Capítulo 8. Novedades y pervivencias en moneda y crédito.............253

&DStWXOR&RQSDVR¿UPHHQODFRQVROLGDFLyQGHOFDIp

Capítulo 10. El hundimiento de la Hacienda y el regreso

a la deuda externa.........................................................313

Notas...............................................................................................353

Bibliografía.....................................................................................405

Abreviaturas y equivalencias.............................................................421
Presentación

El libro del historiador español Antonio Acosta “Los orígenes de la bur-

guesía de El Salvador. El control sobre el café y el Estado. 1848-1890” estudia una
pSRFDGHODKLVWRULDGH(O6DOYDGRUTXHIXHGH¿QLHQGRFRQVROLGDQGRFRQVWUX\HQGR
ODVEDVHVHVWUXFWXUDOHVVRFLDOHVFXOWXUDOHVSROtWLFDV\HFRQyPLFDVGHODVRFLHGDG
VDOYDGRUHxD/H\HQGRHOOLEURVHFRQ¿UPDTXHDOJXQDVGHGLFKDVEDVHVIXQGDPHQ-
WDOHVFRQWLQ~DQUHSURGXFLpQGRVHHQODDFWXDOLGDG\GH¿QLHQGRQXHVWUDFRQYLYHQFLD
Gracias a la excelente iniciativa de la Universidad Francisco Gavidia de
SXEOLFDUGLFKRWUDEDMRLQYHVWLJDWLYRORVVDOYDGRUHxRVWHQHPRVDKRUDODSRVLELOLGDG
GHOHHUORHVWXGLDUOR\FRPSUHQGHUPHMRU\GHXQDPDQHUDIXQGDPHQWDGDHQXQHV-
WXGLRSURIXQGR\ULJXURVRXQDLQWHUSUHWDFLyQGHQXHVWUDKLVWRULDSDUDTXHUHÀH[LR-
QHPRVVREUHQXHVWURSDVDGR\SRUWDQWRSRGHUHQWHQGHUPXFKRVDVSHFWRVGHQXHV-
WUD UHDOLGDG DFWXDO UHFRQRFHU QXHVWUDV YLUWXGHV GHIHFWRV DFLHUWRV \ HUURUHV SDUD
reforzar los aspectos positivos y tratar de no repetir mucho de nuevo estos últimos.
Lógicamente no es obligado que todos los lectores deban estar de acuerdo
FRQODLQWHUSUHWDFLyQTXHKDFHHODXWRUGHODLQIRUPDFLyQUHFDEDGDSHURQRVHSXH-
de negar que se trata de un estudio minucioso y serio de dicha información. Tanto
aquellos que acepten o no el enfoque metodológico del análisis que realiza el pro-
IHVRU$QWRQLR$FRVWDSXHGHQDSUHQGHUPXFKRGHHVWHWUDEDMRGHFyPRHUDQXHVWUD
UHDOLGDGGHFyPRHYROXFLRQyQXHVWUDVRFLHGDGGHODFFLRQDU\UHODFLyQGHODVFODVHV
SROtWLFDV\HFRQyPLFDPHQWHSRGHURVDVGHODpSRFDGHODUHODFLyQFRQWURO\XWLOL]D-
ción del Estado por la burguesía naciente de El Salvador. Así como de la cultura y
HMHUFLFLRGHOSRGHUTXHSULYLOHJLDHOLQWHUpVLQGLYLGXDOVREUHHOLQWHUpVFROHFWLYRGH
ODSROtWLFD¿VFDOTXHEXVFDIDYRUHFHUDTXLHQPiVWLHQH\SDJXHORPHQRVSRVLEOHGH
LPSXHVWRVGLUHFWRVGHODXWLOL]DFLyQGHOSUHVXSXHVWRQDFLRQDOSDUDEHQH¿FLDUPiV
los intereses poderosos del poder político y económico del país que los intereses
nacionales de todos y mucho menos los intereses y necesidades de los sectores
HFRQyPLFDPHQWHGpELOHVFRLQFLGHQWHPHQWHWDQWRDQLYHOSROtWLFRFRPRHFRQyPLFR
 Este trabajo es una invitación para todos los historiadores e interesados en
comprender nuestro pasado y presente a estudiar y analizar nuestra realidad pasada
y actual, para comprendermejor nuestra sociedad y presentemos análisis y alter-
nativas para construir propuestas que nos ayuden a superar las dificultades que El
Salvador está viviendo actualmente.
Este trabajo nos puede ayudar para ver cómo se analiza la realidad a partir
de una perspectiva teórica y metodológica. Si se tiene una perspectiva diferente, es
una motivación a reflexionar y, con la misma profundidad de análisis, interpretar la
realidad.
De esta manera puede haber un diálogo sobre nosotros mismos desde una
perspectiva de respeto, de altura, para poder encontrar tanto puntos de coincidencia
como de divergencia, para reflexionar sobre nuestro presente y construir nuestra
sociedad sobre bases que permitan un desarrollo personal integral y humano, así
como un desarrollo y crecimiento de la sociedad menos desigual.

Eduardo Colindres.
San Salvador, agosto de 2014
Introducción

El Salvador es un país con una historiografía de larga y fecunda tradición

que se prolonga hasta nuestros días y que promete seguir proporcionando buenos
IUXWRVHQHOIXWXUR(OFRQÀLFWRDUPDGRGHOVLJORSDVDGRODUDOHQWL]yVHULDPHQWH
pero distintos autores nacionales y extranjeros continuaron produciendo durante
DTXHOORVDxRV\ODYROYLHURQDLPSXOVDUXQDYH]LQWHUUXPSLGDODOXFKDDSRUWDQGR
una variedad de investigaciones que han permitido conocer mejor el pasado y la
situación actual de la sociedad salvadoreña. Este libro aspira modestamente a con-
WULEXLU MXQWRDODVREUDVGHXQEXHQQ~PHURGHFROHJDVDODSURIXQGL]DFLyQGHO
estudio de la historia del país.
El trabajo se interna en un territorio en el que ya se han aclarado numerosos
problemas de la historia de El Salvador: el siglo XIX –más concretamente su se-
JXQGDPLWDG±ORFXDOREOLJDDDIURQWDUXQGLItFLOGHVDItR1RTXLVLHUDPHQFLRQDU
nombres de autores que han participado en ese proceso de desbrozo del pasado
SDUDQRGHMDUDQLQJXQRGHORVUHOHYDQWHVIXHUDGHODUHODFLyQSHURPHDWUHYHUpD
UHFRUGDUD'DYLG%URZQLQJ5DIDHO0HQMtYDU5DIDHO*XLGRV(GXDUGR&ROLQGUHV
+pFWRU /LQGR)XHQWHV .QXW:DOWHU 'HUHN .HUU$OGR /DXULD6DQWLDJR 3DWULFLD
$OYDUHQJD(XJHQLD/ySH]6DMLG+HUUHUD*UHJRULR/ySH]%HUQDO;LRPDUD$YHQ-
daño y la relación seguiría. Ellos son solo algunos de los imprescindibles a la hora
GHFRQRFHUSURFHVRVHVHQFLDOHVGHOSDVDGRQDFLRQDOHQHOVLJOR;,;DOPHQRV\
pido disculpas a otros cuyas obras son igualmente muy valiosas y a los que no he
mencionado.
3RUTXHVHFRQRFHPXFKRVREUHHOVLJOR;,;DOOHHUHOWtWXORHQODSRUWDGDSR-
dría pensarse: ¿otro libro sobre el café y la minoría dominante? Que dicha minoría
comenzó a formarse ya en aquel siglo en torno al café es de sobra conocido desde
hace décadas. Los autores antes citados y otros más ya se interesaron por diferentes
SUREOHPDVUHODFLRQDGRVFRQGLFKRSURFHVR\HVFULELHURQGHIRUPDFODUL¿FDGRUDSUR-
SRUFLRQDQGRFRQRFLPLHQWRVIXQGDPHQWDOHVVREUHHOPLVPR(QWRQFHV¢TXpWUDWDQ
de aportar estas páginas que suponga algo de nuevo en relación con lo que ya se
FRQRFH"3RVLEOHPHQWHXQDEXHQDIRUPDGHUHVSRQGHUDHVWDSUHJXQWDVHDDFODUDU
algunos puntos básicos a partir de los cuales se construye el trabajo.
XII LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

(QSULPHUOXJDUVHSDUWHGHODEDVHGHTXHODVRFLHGDGGH(O6DOYDGRUHUD\D
notablemente heterogénea y desigual antes de 1850. Las diferentes relaciones que
ORVGLVWLQWRVVHFWRUHVVRFLDOHVHVWDEOHFtDQFRQODWLHUUDFRQODIXHU]DGHWUDEDMRFRQ
las primeras formas de capital y con los mecanismos para regularlas marcaban los
contrastes en su interior. Estas relaciones caracterizaban las formas de producción
\ GH GLVWULEXFLyQ HQWUH ORV DFWRUHV TXH SDUWLFLSDEDQ HQ HO SURFHVR HFRQyPLFR \
facilitaban el acceso y el mantenimiento en el poder por parte de quienes lo deten-
WDEDQ(OORH[SOLFDEDODH[LVWHQFLDGHFDPSHVLQRVHQJUDQPHGLGDDXWRVX¿FLHQWHV
GHSHTXHxRV\PHGLDQRVDJULFXOWRUHVGHKDFHQGDGRVGHFRORQRVGHFRPHUFLDQWHV
JUDQGHV\SHTXHxRVGHWUDEDMDGRUHVXUEDQRVTXHSRGtDQWDPELpQWHQHUDFFHVRD
WLHUUDHWF3UHFLVDPHQWHODQDWXUDOH]DGHHVWDVGLIHUHQFLDVTXHQDFLHURQGXUDQWHHO
SHUtRGRFRORQLDOHVWXYRHQHORULJHQGHOLQFUHPHQWRGHODVGHVLJXDOGDGHVTXHVH
DFHQWXDURQ\VHKLFLHURQPiVFRPSOHMDVREYLDPHQWHFRQHOFUHFLPLHQWRHFRQyPL-
co de la segunda mitad del siglo sobre nuevas bases materiales y relaciones de pro-
GXFFLyQ(OSXQWRGHSDUWLGDQRHUDSXHVXQDVRFLHGDGUHODWLYDPHQWHLJXDOLWDULDQL
QDGDSRUHOHVWLORFRPRDOJXQDYH]DOJXLHQKDGLFKR\RWURVDXWRUHVKDQUHSHWLGR1
'HULYDGRGHORDQWHULRUHQODVRFLHGDGVDOYDGRUHxDDPHGLDGRVGHOVLJOR;,;
QRKDEtDSHUVRQDVHOHJLGDVSRUODQDWXUDOH]DQLODVKXERSRVWHULRUPHQWHTXHHVWR
HV OR TXH VLJQL¿FD HQ VX RULJHQ WHyULFR HO WpUPLQR ³pOLWH´ (O WpUPLQR SURFHGH
FRPRHVHYLGHQWHGHOYHUERIUDQFpVélire y es utilizado profusamente por un am-
SOLRVHFWRUGHODKLVWRULRJUDItDVLQSUHFLVDUVX¿FLHQWHPHQWHTXLpQHVFRQVWLWXtDQOD
OODPDGDpOLWHFyPRKDEtDQOOHJDGRDFRQIRUPDUOD\FyPRVHUHSURGXFtDQHQWDQWR
que tal.2(Q(O6DOYDGRUQLQJXQDLQVWDQFLDVXSHULRUKDEtDHOHJLGRDQDGLHQLKDEtD
SHUVRQDVTXHSRUVXVPHMRUHVGRWHVQDWXUDOHVRQRH[SOLFDGDVRFXSDVHQSRVLFLRQHV
GHGRPLQLR/DVSRVLFLRQHVGHSRGHUGHORVVHFWRUHVVRFLDOHVGRPLQDQWHVHVGHFLU
de quienes tenían capacidad de tomar decisiones que afectaran a las vidas de las
GHPiVSHUVRQDVVHEDVDEDQHQORVSULQFLSLRVDUULEDPHQFLRQDGRV+LVWyULFDPHQWH
habían conseguido acumular riqueza –y poder– apropiándose de tierras desde el
SHUtRGRFRORQLDO\GXUDQWHORVDxRVGHOD)HGHUDFLyQXWLOL]DQGRPDQRGHREUDED-
UDWDRJUDWXLWD\UHFXUULHQGRDODYLROHQFLDFXDQGRHUDQHFHVDULRDSDUWLUGHWRGROR
FXDO\FRQYLUWLHQGRODSURGXFFLyQHQYDORUREWHQtDQJDQDQFLDVHQHOPHUFDGR(Q
el análisis social el término élite no es intercambiable sin más por cualquier otro
SDUDUHIHULUVHDORVJUXSRVGRPLQDQWHVFRPRVLHOXVRGHORVFRQFHSWRVIXHUDDOJR
LQGLIHUHQWHHQODVFLHQFLDVQLVRFLDOHVQLH[SHULPHQWDOHV/DHOHFFLyQGHGLFKRFRQ-
FHSWRSRUSDUWHGHTXLHQHVORXWLOL]DQGDQGRSRUVXSXHVWRTXHVHWUDWDUDGHVHFWRUHV
VRFLDOHV PHMRU GRWDGRV R FDSDFLWDGRV SDUD OD GLUHFFLyQ GH OD VRFLHGDG UHGXFH DO
UHVWRGHODPLVPDDXQFRQMXQWRFRQLQIHULRUHVFDSDFLGDGHVQDWXUDOHVORFXDOLPSOL-
ca una visión que ignora las condiciones materiales históricas de las que procedían
ODVGHVLJXDOGDGHV(QVXPD\VLHQGRSUXGHQWHVHOORVXSRQHXQDSRVLFLyQWHyULFD
MXVWL¿FDWRULD\OHJLWLPDGRUDGHODUHDOLGDGGHODGRPLQDFLyQVRFLDO
INTRODUCCIÓN XIII

Esto es lo que se encierra en la consideración que alguna vez se ha hecho al

D¿UPDUTXHIXHODKDELOLGDGHPSUHVDULDOGHODpOLWHODTXHKL]RSRVLEOHHOFUHFL-
miento de El Salvador a partir de la segunda mitad del siglo XIX.3(YLGHQWHPHQWH
con ello no se tiene en cuenta que la supuesta habilidad de los empresarios consistía
en realidad en la disponibilidad de recursos materiales y de mano de obra a cos-
WHVEDMtVLPRVRLQFOXVRFHURSDUDVXVDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDV8QDGLVSRQLELOLGDG
JDUDQWL]DGDDGHPiVSRUXQDOHJLVODFLyQad hocTXHDVHJXUDEDHQFDVRQHFHVDULR
SRU OD IXHU]D WDOHV UHODFLRQHV \ SRU XQ WUDWR ¿VFDO YHQWDMRVtVLPR 7RGR HOOR HUD
aprobado en la Asamblea Nacional por los mismos empresarios o por sus aliados
VRFLDOHVQDWXUDOHV³SURSLHWDULRV´±SRUXWLOL]DUXQWpUPLQRGHODpSRFDFDUJDGRGH
VLJQL¿FDGR±\HPSUHVDULRVFRPRHOORV3RUWRGRORGLFKRHOWpUPLQRpOLWHUHVXOWD
como mínimo confuso para explicar el proceso de la evolución social y las relacio-
nes económicas existentes.
Este libro trata del inicio de una transición. Una transición que tenía su pri-
PHUUHIHUHQWHHQORVVHFWRUHVGRPLQDQWHVGHODVRFLHGDGVDOYDGRUHxDTXHIRUPDEDQ
parte antes de la independencia de los más amplios grupos de poder del territorio
GHODDQWLJXD$XGLHQFLDGH*XDWHPDODFRQORVTXHVLJXLHURQPDQWHQLHQGRFRQWDF-
WRV'LFKRVVHFWRUHVWHQtDQXQFDUiFWHUSUHFDSLWDOLVWD\VXGHUHFKRDODWLHUUD\D
ODPDQRGHREUDVHIXQGDEDHQODQDWXUDOH]DFRORQLDOGHODVRFLHGDGFRQRULJHQHQ
la conquista y en la posterior evolución del imperio español. La transición supuso
una lenta transformación de estas minorías en una burguesía que se consolidaría
HQHOVLJOR;;VLELHQFRQUDVJRVSDUWLFXODUHV(QHIHFWRDPHGLDGRVGHO;,;HVWD
clase social de raíz colonial comenzó a reforzar su sentido de identidad propia y a
UHQRYDUODQDWXUDOH]DGHVXVDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDVDXQTXHD~QHVWDEDOHMRVGHVHU
un conglomerado social compacto y cohesionado a escala nacional. Una circuns-
tancia que contribuía a su falta de cohesión eran las condiciones de desarticulación
WHUULWRULDOGH(O6DOYDGRUTXHFRPRRWURVSDtVHVODWLQRDPHULFDQRVHQHOVLJOR;,;
mantenía unas vías de comunicación inadecuadas para el reto del crecimiento que
VH DYHFLQDED$Vt HQ GLIHUHQWHV ]RQDV GHO SDtV KDEtD IUDFFLRQHV GHO JUDQ VHFWRU
propietario que desarrollaban sus propias dinámicas en relación con las capas po-
SXODUHV D YHFHV FRQ HVFDVD FRQH[LyQ FRQ OR TXH VXFHGtD HQ RWUDV iUHDV$ SHVDU
GH HOOR \ FRQ PDWLFHV HVWD FODVH FXPSOtD IXQFLRQHV HVSHFt¿FDV HQ OD HVWUXFWXUD
HFRQyPLFDGH(O6DOYDGRUGHOPLVPRPRGRTXHVXVVHPHMDQWHVORKDFtDQHQRWURV
países de la América española: controlaba gran cantidad de tierra y buena parte de
ODSURGXFFLyQDJUDULDSDUWLFLSDEDMXQWRDDJHQWHVH[WUDQMHURVHQODFDQDOL]DFLyQDO
mercado externo no solo de su producción sino también de la de otros productores
PHQRUHVDVtFRPRHQODLPSRUWDFLyQGHELHQHVDOPHUFDGRLQWHUQRXWLOL]DEDIXHU]D
GHWUDEDMRHQXQDGLYHUVLGDGGHFRQGLFLRQHVWRGDVPX\YHQWDMRVDVVLELHQQRVLHP-
pre en la cantidad demandada; y manejaba la moneda y el crédito en magnitudes
DFRUGHVDOWDPDxRGHODHFRQRPtD\HQFRQGLFLRQHVGLItFLOPHQWHPHMRUDEOHV-XQWR
XIV LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

DHOORWDPELpQFRPHQ]yDFUHDUQHJRFLRVGHFODUDQDWXUDOH]DFDSLWDOLVWDDXQTXH
VHUtDSUHPDWXURFDOL¿FDUODHQHVWULFWRVHQWLGRGHEXUJXHVtDSRUTXHWRGDYtDXWLOL]DED
abundante mano de obra mediante relaciones no plenamente asalariadas.
Con el proceso de crecimiento económico iniciado a mediados de siglo como
FRQVHFXHQFLDGHORVHIHFWRVGHORURFDOLIRUQLDQRHQSULPHUOXJDU\GHOD5HYROXFLyQ
,QGXVWULDOHQXQVHJXQGRPRPHQWRODFODVHGRPLQDQWHDFRPSDVyHOFDPLQRGHVX
evolución con su incorporación al creciente mercado internacional. En este proceso
QRSHUPDQHFLyHVWiWLFDVLQRTXHIXHURQDSDUHFLHQGRDOJXQRVVHFWRUHVLQWHUQRVTXH
HPSUHQGLHURQVXHYROXFLyQGHIRUPDPiVGHFLGLGDKDFLDODFRQVHFXFLyQGHXQSHU¿O
FXDVLEXUJXpV8QRGHHOORVTXHLQFOXtDHOHPHQWRVH[WUDQMHURVVHFRQVWLWX\yHQHO
FHQWURVXUGHOSDtVHQWRUQRDORVQHJRFLRVGHOFRPHUFLRH[WHULRUHOFRQVLJXLHQWH
FUpGLWR \ OD SURGXFFLyQ GHO FDIp FRQ 6DQ 6DOYDGRU \ 6DQWD7HFOD FRPR Q~FOHRV
XUEDQRVDJOXWLQDGRUHV(OVHJXQGRWDPELpQSRGHURVRVHIRUPyHQHORFFLGHQWHGHO
SDtV HQ HO WULiQJXOR 6DQWD$QD6RQVRQDWH$KXDFKDSiQ LJXDOPHQWH FRQ DOJXQRV
FRPSRQHQWHVH[WUDQMHURVSDUWLHQGRGHODH[SORWDFLyQGHOFDIp\RFXSDQGRGHVSXpV
otros nichos de la actividad económica. En algún momento esta segunda fracción
GHODROLJDUTXtDVHVLQWLyFRQVX¿FLHQWHIXHU]DFRPRSDUDDFWXDUHQORViPELWRVPL-
OLWDU\SROtWLFRFRQHOREMHWRGHHMHUFHUGLUHFWDPHQWHODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD
Esto ocurrió por primera vez en 1885 y la situación se reprodujo posteriormente en
ODGpFDGDGH3RURWUDSDUWHODIUDFFLyQROLJiUTXLFDLQLFLDOPHQWHPiVIXHUWH
que se había formado en torno al eje San Miguel-La Unión con anterioridad a las
\DPHQFLRQDGDVIXHSHUGLHQGRLPSRUWDQFLD\WRUQiQGRVHPiVGpELOVREUHWRGRHQ
las décadas de 1860 y 1870 coincidiendo con la pérdida de pujanza del añil en el
mercado exterior. En realidad fueron las dos primeras las que terminaron gobernan-
GR\PDUFDQGRODVSDXWDVHOSDtVQRVRORHQORVDxRVVLQRWDPELpQHQGpFDGDV
IXWXUDVSHURKDEtDWDPELpQPLHPEURVSURPLQHQWHVGHODROLJDUTXtDHQ&XVFDWOiQ
6DQ9LFHQWH R &KDODWHQDQJR DGHPiV GH HQ 6DQ 0LJXHO SRU SRQHU VROR DOJXQRV
ejemplos de Departamentos.
(QHIHFWRHOGLQDPLVPRGHORVVHFWRUHVGHOFHQWURVXU\GHORFFLGHQWHSRVL-
ELOLWyTXHSRFRDSRFRVHFRQIRUPDVHXQDPD\RUDUWLFXODFLyQGHORVVHFWRUHVGHOD
FODVHGRPLQDQWHDVtFRPRXQDFUHFLHQWHLQWHJUDFLyQHQWRUQRDXQDSROtWLFDGHDO-
FDQFHHVWDWDOEDMRODVGLUHFWULFHVHFRQyPLFDV\SROtWLFDVHPDQDGDVGHDTXpOORVTXH
VRQHOREMHWRFHQWUDOGHHVWHWUDEDMR(QWRGRFDVRHVWHEORTXHHQHOSRGHUPDQWHQ-
GUtDDYDQ]DQGRHQHOWLHPSRWUD]DVSUHFDSLWDOLVWDVSURFHGHQWHVGHVXVRUtJHQHVFR-
ORQLDOHV$VtSRUHMHPSORFRQRULJHQHQHOVLJOR;,;SHURD~QPiVDGHODQWHVLJXLy
utilizando y aprovechándose de mano de obra a base de relaciones de producción
GHQDWXUDOH]DKtEULGDPDQWXYRXQDQHJDWLYDDFXDOTXLHUWUDQVDFFLyQHFRQyPLFD\
SROtWLFDFRQRWURVVHFWRUHVGHODVRFLHGDG\GHULYDGRGHHOORGHVDUUROOy\VHD¿UPy
HQVXVHQWLGRSDWULPRQLDOGHO(VWDGR7RGDYtDHQHOVLJOR;,;SUHFLVDPHQWHHQOD
medida en que esta clase social no constituía ni parcialmente ni en su conjunto una
INTRODUCCIÓN XV

EXUJXHVtDFRQVROLGDGDHQHOSDtVVHFRPSRUWDEDFRPRFODVHGRPLQDQWH\QRFRPR
clase dirigente. Esta característica perduró durante parte del siglo XX y no fue
H[FOXVLYDGH(O6DOYDGRUVLQRTXHWDPELpQVHSURGXMRHQRWURVSDtVHVGH$PpULFD
Latina. Su relación con amplios sectores populares era más bien de dominio que de
GLULJHQFLDFRPRKDVHxDODGRODKLVWRULRJUDItDSDUDRWURVFDVRVODWLQRDPHULFDQRV
y dicho carácter cubría desde las relaciones de producción hasta el terreno de la
JHVWLyQSROtWLFDGHO(VWDGRLQFOX\HQGRODYHUWLHQWHLGHROyJLFD(QRWUDVSDODEUDVHO
HMHUFLFLRGHVXKHJHPRQtDIXHGXUDQWHODUJDVGpFDGDVGpELOLQFOX\HQGRHOSHUtRGR
GHOVLJOR;,;TXHVHHVWXGLDDXQTXHKD\TXHUHFRUGDUSRUHMHPSORODSDUWLFLSD-
FLyQGHVHFWRUHVGHDUWHVDQRVHQDOJXQRGHORVJROSHVGHHVWDGRHQHVWRVDxRVORTXH
indica una relación entre sectores de clases que merece una mayor investigación en
HOIXWXUR(QWRGRFDVRHOFRPSRUWDPLHQWRGHORVJUXSRVGRPLQDQWHVHVXQRGHORV
objetivos de este trabajo.
Hace algunas décadas un sector de la sociología latinoamericana acordó el
XVRGHOWpUPLQRROLJDUTXtDSDUDGHQRPLQDUHQVHQWLGRDPSOLRDHVWDFODVHGRPL-
QDQWHQRGHOWRGRKRPRJpQHDSHURFX\RVFRPSRQHQWHVFRPSDUWtDQUDVJRVEiVLFRV
%DVWD UHFRUGDU D (GHOEHUWR7RUUHV5LYDV FRPR DXWRULGDG HQ HVWHSXQWR \ HQ HVH
VHQWLGRWDPELpQVHXWLOL]DUiODH[SUHVLyQROLJDUTXtDHQHVWHWUDEDMR4(QWRGRFDVR
WDQWRHOFRQFHSWRGHFODVHFRPRHOGHROLJDUTXtDQRVHUiQHWLTXHWDVKXHFDVVLQR
TXHVHWUDWDUiGHLGHQWL¿FDUDDOJXQRVGHVXVPLHPEURVPiVUHSUHVHQWDWLYRVHQXQ
ejercicio fundamental para establecer y comprender el funcionamiento de las rela-
ciones del poder.
)UHQWHDODROLJDUTXtDORVTXHDTXtVHGHQRPLQDQGHIRUPDJHQpULFDVHFWRUHV
SRSXODUHVHVWDEDQFRQVWLWXLGRVSRUPX\GLYHUVRVFRPSRQHQWHVVRFLDOHVTXHWRGD-
vía necesitan más atención por parte de la historiografía para poder caracterizar su
QDWXUDOH]D&RPR\DVHLQGLFyDUULEDHQWUHHOORVVHHQFRQWUDEDQORVFDPSHVLQRVLQ-
GtJHQDVRODGLQRVORVSHTXHxRV\PHGLDQRVSURSLHWDULRVDJUDULRV±IUHFXHQWHPHQWH
VRORVLPSOHVSRVHHGRUHV±ORVDUWHVDQRVORVWUDEDMDGRUHVXUEDQRVSRUFXHQWDDMHQD
HQGLVWLQWDVDFWLYLGDGHVHWF(QJHQHUDOWRGRVHVWRVVHFWRUHVH[SHULPHQWDURQSUR-
IXQGRVFDPELRVFRQHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRGHOSDtVODWUDQVIRUPDFLyQGHODV
UHODFLRQHVHFRQyPLFDVHQHOFDPSR\HOFUHFLPLHQWRGHODVFLXGDGHVQRVyORHQHO
siglo XIX sino también en el XX. En esta investigación aparecerán en un relativo
VHJXQGRSODQRORTXHQRVLJQL¿FDHQDEVROXWRTXHVHOHVUHVWHLPSRUWDQFLDSRUHO
FRQWUDULRVXSDSHOIXHIXQGDPHQWDOHQHOHMHUFLFLRGHGRPLQDFLyQSUDFWLFDGRSRU
la oligarquía para obtener sus ganancias económicas y controlar el poder. Estos
VHFWRUHVQRVRORFDPELDEDQVLQRTXHWDPELpQUHDFFLRQDEDQDQWHODHYROXFLyQGH
las condiciones de vida a las que se vieron sometidos. Una de tales reacciones de
GHIHQVD IXH SRU HMHPSOR HO LQFXPSOLPLHQWR GH ORV FRPSURPLVRV GH WUDEDMR GH
ORV MRUQDOHURV FRQ VXV HPSOHDGRUHV D YHFHV DQWHV LQFOXVR GH HPSUHQGHU OD WDUHD
para la que habían recibido dinero por adelantado o bien la fuga de las tierras o de
XVI LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

cualquier otra actividad en la que se hubieran comprometido a trabajar.5 Esto los

FRQYHUWtD HQ ³MRUQDOHURV TXHEUDGRUHV´ TXH HUDQ SHUVHJXLGRV SRU ODV DXWRULGDGHV
SROLFLDOHV\PXQLFLSDOHV\FRQGXFLGRVDQWHODMXVWLFLDGRQGHUHFLEtDQODVHQWHQFLD
GHVXFDVWLJRTXHGXUDQWHDxRVLQFOX\yHODSDOHDPLHQWR
(QWRGRFDVRODWUDQVLFLyQTXHHQSDUWHHVWXGLDHVWHWUDEDMRVHFRQFUHWDEDHQ
ODHYROXFLyQGHORVPHFDQLVPRVGHGRPLQDFLyQHOREMHWRFHQWUDOGHOOLEURGXUDQWH
ORVDxRVHOHJLGRV8QSULPHUDGHODQWRSDUFLDOGHODLQYHVWLJDFLyQHVGHXQODGRTXH
las bases de esta transición comenzaron a ponerse antes de lo que habitualmente se
ha considerado. Con frecuencia se ha tomado como una especie de clave del arco
del cambio hacia la modernidad la aprobación de las leyes de extinción de ejidos
\GHWLHUUDVFRPXQDOHV3HURDTXtVHSURSRQHDOJRGLIHUHQWH\HVTXHHVWDVOH\HV
fueron solo un eslabón jurídico de un proceso que había comenzado años antes. En
UHDOLGDG\D'DYLG%URZQLQJDSXQWy\+pFWRU/LQGR)XHQWHVUHSLWLyTXHODSUHVLyQ
sobre la tierra había comenzado antes que se aprobaran las leyes.6<SRURWURODGR
PiVDOOiGHODDJULFXOWXUDHOWUDEDMRSODQWHDTXHDGHPiVGHVHUPiVWHPSUDQRVHO
inicio y el proceso de la transición de la que se trata fueron más complejos y más
sólidos en términos económicos y sociales.
En la línea de seguir aclarando algunos de los puntos sobre los que se sustenta
HVWHWUDEDMRFRQYLHQHUHFRUGDUTXHHOREMHWLYRGHODPLQRUtDGRPLQDQWHVDOYDGR-
UHxDGHVGHTXHVHDQLPyHOFRPHUFLRLQWHUQDFLRQDOHQHO3DFt¿FRIXHDPSOLDUVX
SDUWLFLSDFLyQ HQ pO VREUH OD EDVH GH ODV H[SRUWDFLRQHV DJUDULDV 3DUD HOOR RULHQWy
VXVHVIXHU]RVHQGLFKRVHQWLGRORTXHHVWLPXOyXQDGLQiPLFDHPSUHVDULDOGHLQ-
IUDHVWUXFWXUDV\FRPHUFLRSRUXQODGR\XQLPSXOVRGHODSURGXFFLyQDJUDULDSRU
RWUR(QFRQWUDGHORTXHDOJXQDYH]VHKDGLFKR(O6DOYDGRUQRHUDXQSDtVSREUH
XQDUJXPHQWRTXHKDSRGLGRVHUXWLOL]DGRSDUDH[SOLFDURMXVWL¿FDUORVFRPSRUWD-
mientos de los grupos dominantes en aquel contexto.7(UDXQSDtVSHTXHxRSHURQR
pobre. La historia y el presente nos han enseñado con múltiples ejemplos que con-
fundir ambas circunstancias es un craso error o un intento de desviar la atención de
ORVSUREOHPDVUHDOHV6DOYDQGRHOSXQWRGHVXUHGXFLGDVXSHU¿FLHHQ(O6DOYDGRU
H[LVWtDQULTXH]DVQDWXUDOHV\FDSDFLGDGHVSURGXFWLYDVVX¿FLHQWHVSDUDVRVWHQHUDXQ
Estado y a una sociedad en términos humanamente dignos. Fueron decisiones eco-
QyPLFDV\SROtWLFDVSUHFLVDVWRPDGDVSRUXQDPLQRUtD\HQFDPLQDGDVDFRQVHJXLU
el objetivo mencionado en las condiciones más ventajosas –algunas de las cuales
VHDQDOL]DUiQDTXt±ODVTXHHQOXJDUGHWUDWDUGHUHGXFLUODSREUH]DKHUHGDGDGHOD
FRORQLDKLFLHURQTXHORVPHFDQLVPRVGHDFXPXODFLyQ\UHSURGXFFLyQGHODULTXH]D
generaran un fuerte incremento de las diferencias sociales entre los “propietarios”
y los sectores populares referidos arriba. Entre ellos se encontraban los peones
GH¿QFDVGHDxLORFDIpRORVGHVKHUHGDGRVQRGHODIRUWXQDVLQRGHODVSROtWLFDV
económicas de la oligarquía. A mediados del siglo XIX en El Salvador había per-
VRQDVTXHLPSRUWDEDQSLDQRVFX\RVRORWUDQVSRUWHGHVGH/D8QLyQKDVWDODFDSLWDO
INTRODUCCIÓN XVII

FRVWDEDKDVWDSHVRV±DXQTXHGHVGH/D/LEHUWDGHOFRVWHVHUHGXMRDSHVRV±\
FKDPSiQ0RsW &KDQGRQ9HXYH&OLFTXRW'H9HQRJHR/RXLV5RHGHUHU\YLQR
&KkWHDX G¶<TXHP \ 0RXWRQ 5RWKVFKLOG PLHQWUDV ORV WUDEDMDGRUHV GH VXV ¿QFDV
continuaban cobrando jornales de dos reales o menos durante décadas.81R(O6DO-
YDGRUQRHUDQLHVXQSDtVSREUH+DEtDSURSLHWDULRVTXHFRQYLUWLHURQHQSREUHVD
amplias capas de la sociedad. Como hoy en día.
3RUHVRHOWySLFROLEHUDOGHTXHFLHUWDVPLQRUtDVHPSUHVDULDOHVFRQVXKD-
ELOLGDGSDUDLGHQWL¿FDUODVRSRUWXQLGDGHVHFRQyPLFDVHFKDURQPDQRGHUHFXUVRV
ORFDOHV\DVLJQiQGRORVGHELGDPHQWHOHYDQWDURQODHFRQRPtDFDVLGHVGHFHURHV
LPSRVLEOHGHVRVWHQHUHQ(O6DOYDGRUFRPRHQFXDOTXLHURWURSDtVODWLQRDPHULFDQR
GHODpSRFD3RUSRQHUVyORXQHMHPSORGHKHFKRVTXHFRQWUDGLFHQWDOD¿UPDFLyQ
¢WHQtDDOJRTXHYHUFRQODKDELOLGDGHPSUHVDULDORFRQODLPDJLQDFLyQRFRQOD
UHDVLJQDFLyQGHUHFXUVRVRFRQHODSUHQGL]DMHGHQXHYDVWHFQRORJtDVGH¿QDQFLD-
PLHQWRRPHUFDGHRHOKHFKRGHTXHORV¿QTXHURVGHOFDIpPDQWXYLHUDQHOMRUQDO
GHPLOHV\PLOHVGHPR]RVHQHOQLYHO\ORVWpUPLQRVTXHVHKDQH[SUHVDGRDUULED
PLHQWUDVTXHORVSUHFLRVGHDOJXQRVSURGXFWRVGHFRQVXPREiVLFR\VREUHWRGR
los de importación subieron a una media anual de varios puntos porcentuales en el
SHUtRGRHVWXGLDGR"8QKHFKRFRPRpVWHTXHKDEUtDTXHFDOL¿FDUGHRWUDPDQHUD
estaba en la base de y ayuda a comprender cómo se produjo el proceso de la transi-
ción a la consolidación del dominio de la oligarquía.
&RPR\DVHH[SXVRODVPLQRUtDVSURSLHWDULDVVDOYDGRUHxDV\DIXHUDQDER-
JDGRVPpGLFRVPLOLWDUHVRSHUVRQDVVLQFXDOL¿FDFLyQSURIHVLRQDOXWLOL]DURQOHJLV-
lación colonial y elaboraron otra nueva para poner al Estado a su servicio y poder
RUJDQL]DUVXVHPSUHVDV$VtSRUHMHPSORQRHVGHOWRGRFLHUWRFRPRDOJXQDYH]VH
KDD¿UPDGRTXHHOJRELHUQRXWLOL]DUDORVLPSXHVWRVGHLPSRUWDFLyQSDUD¿QDQFLDU
el sistema de transporte. En realidad el mantenimiento de la red viaria y la construc-
ción de nuevos caminos se realizaron en su mayor parte con un impuesto creado
GXUDQWHOD)HGHUDFLyQ\GHUDt]FRORQLDOSDJDGRSRUHOFRQMXQWRGHODSREODFLyQ
PD\RULWDULDPHQWHHQWUDEDMRJHVWLRQDGRGHVGHORVPXQLFLSLRVVLQFRVWHDOJXQRSDUD
ODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDO\FRQJUDQEHQH¿FLRSDUDORVHPSUHVDULRVHO)RQGRGH
&DPLQRV(QRWURVFDVRVORVFRQWUDWLVWDVGHREUDVGHFRQVWUXFFLyQGHPXHOOHV\
RWUDVLQIUDHVWUXFWXUDVVHEHQH¿FLDURQLJXDOPHQWHGHORVHVIXHU]RVHQFDUJDGRVDODV
DXWRULGDGHVGHSDUWDPHQWDOHV\PXQLFLSDOHVSDUDPRYLOL]DUIXHU]DGHWUDEDMRUXUDO
DVtFRPRFDUFHODULDSDUDUHDOL]DUODV'HKHFKRQRIXHKDVWDDYDQ]DGDODGpFDGDGH
1860 cuando los gobiernos comenzaron a asignar una partida para obras públicas
HQORVSUHVXSXHVWRVQDFLRQDOHVDXQTXHHOLPSXHVWRGHO)RQGRGH&DPLQRVFRQWL-
QXyYLJHQWHHLQFOXVRVHDPSOLyODIUDQMDGHHGDGGHORVFRQWULEX\HQWHV(VRSRU
QRKDEODUGHODDJULFXOWXUDGRQGHORVSURSLHWDULRVFRQVHJXtDQWLHUUD\PDQRGHREUD
HQFRQGLFLRQHVYHQWDMRVtVLPDV3RUORWDQWRODVXSXHVWDFDSDFLGDGGHLQQRYDUGH
H[SDQGLUVHGHOOHJDUDQXHYRVPHUFDGRVHWFVHEDVDEDHQUHDOLGDGHQXQDVUHOD-
XVIII LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FLRQHVGHSURGXFFLyQH[WUHPDGDPHQWHIDYRUDEOHVSURWHJLGDVGHVGHSRVLFLRQHVGH
GRPLQLRTXHSURFHGtDQGHOD,QGHSHQGHQFLDRLQFOXVRGHDQWHV
8QWHUUHQRHQHOTXHHVWDVUHODFLRQHVULQGLHURQEHQH¿FLRVH[WUDRUGLQDULRVD
XQVHFWRUGHODROLJDUTXtDQRVRORGXUDQWHHOVLJOR;,;VLQRWDPELpQGXUDQWHHO;;
\KDVWDFRPLHQ]RVGHO;;,IXHHOGHOFDIp'HHQWUHODYDULHGDGGHVXSURGXFFLyQ
agrícola exportable El Salvador tenía un producto estrella desde el período colonial
TXHHUDHODxLOSHURDPHGLDGRVGHO;,;JREHUQDQWHV\SURGXFWRUHV±FRQIUHFXHQFLD
FRLQFLGHQWHV±LQWHQWDURQGXUDQWHDxRVGLYHUVL¿FDUODRIHUWDGHFXOWLYRVSDUDRFXSDU
QXHYRVQLFKRVHQHOPHUFDGR'HHOORVHOTXHWXYRXQp[LWRLQFRQWHVWDEOHIXHHO
FDIpTXHYLYLyXQDIXHUWHGHPDQGDLQWHUQDFLRQDOGHVGHODVGpFDGDVFHQWUDOHVGHO
VLJORODFXDODVXYH]IXHDSURYHFKDGDSRUXQVHFWRUGHODROLJDUTXtDSDUDEHQH¿-
ciarse del negocio y sentarse en el control del Estado.
'XGDUGHODUHOHYDQFLDGHOFDIpSDUDODHFRQRPtDGH(O6DOYDGRUGHVGH¿QHV
de la década de 1870 parece hoy fuera de lugar. La evolución del precio internacio-
QDOGHOJUDQRSRUFRQWUDSRVLFLyQDOGHODxLOKL]RTXHSDVDUDDVHUHOSULPHUSURGXF-
WRGHODVH[SRUWDFLRQHVHQWpUPLQRVGHYDORUSRUDTXHOORVDxRV\HOORLQÀX\yGHPD-
QHUDVXVWDQFLDODVXYH]HQHOYDORUGHODVLPSRUWDFLRQHV\HQORVLQJUHVRV¿VFDOHV
del Estado. Hace unos años se planteó la pregunta de cómo era posible que el café
FRQGLFLRQDUDODYLGDGHOFRQMXQWRGHOSDtV\HVSHFt¿FDPHQWHODGHOFDPSHVLQDGR
HQHOVLJOR;,;VLVXFXOWLYRVHJ~QVHD¿UPDEDVyORKDEtDDOFDQ]DGRHQWUH
y 50.000 hectáreas.93DUDUHVSRQGHUDDTXHOODSUHJXQWDSRGUtDWUDHUVHDFRODFLyQHO
VHFWRUGHODPLQHUtDFRORQLDOKLVSDQRDPHULFDQDKDFLDSRUHMHPSOR6HSRGUtD
PHGLUODVXSHU¿FLHTXHRFXSDEDQWRGRVORV\DFLPLHQWRVPLQHURVHQODFRORQLDHVSD-
ñola que no superarían el 1% o el 2% del territorio colonial y preguntar cómo po-
GtDQWHQHUWDQWDLPSRUWDQFLDODSODWD\HORURGHODFRORQLDQR\DVREUHODHFRQRPtD
DPHULFDQDVLQRVREUHODLPSHULDO\ODLQWHUQDFLRQDO<HVTXHSDUDFRPSUHQGHUOD
relevancia que llegó a tener el café en El Salvador en las últimas décadas del siglo
;,;FRPRODSODWD\HORURHQHOSHUtRGRFRORQLDOODFXHVWLyQQRHVWDQWRFXiOHUD
ODH[WHQVLyQGHODVXSHU¿FLHGHGLFDGDDOFXOWLYRGHOJUDQRURMRRDODPLQHUtDVLQR
cuál era el valor que tenían estos productos en el mercado y cuál era la relación de
fuerzas sociales vinculadas a los negocios que se realizaban con ellos.
&LHUWDPHQWHKXERDPSOLDVFDSDVGHSREODFLyQXUEDQDSHURWDPELpQUXUDOHQ
El Salvador que nunca cultivaron café ni tuvieron que acudir como mano de obra
D¿QFDVHQODVTXHVHFXOWLYDED/RVFDPSHVLQRVSHTXHxRV\PHGLDQRVDJULFXOWR-
UHVGH(O6DOYDGRUHQHOVLJOR;,;FRQVWLWXtDQFRPRHQRWURVSDtVHVGH$PpULFD
/DWLQDXQVHFWRUHVHQFLDOGHODHFRQRPtD\VXSURGXFFLyQGLULJLGDHQVXPD\RU
SDUWHDOPHUFDGRLQWHUQRSRGtDDOFDQ]DUXQYDORULJXDORVXSHULRUDODGHOFDIp3HUR
incluso estos sectores de población se vieron afectados en el último cuarto del siglo
;,;SRUORVLQWHUHVHVGHORVSURGXFWRUHVEHQH¿FLDGRUHVH[SRUWDGRUHVGHOJUDQR\
FRQVLJXLHQWHPHQWHGHORVFRPHUFLDQWHV\EDQTXHURVTXHFRQGLFLRQDURQODSROtWLFD
INTRODUCCIÓN XIX

HFRQyPLFD ¿VFDO \ ¿QDQFLHUD GHO SDtV HQWHUR \ WHUPLQDURQ LQÀX\HQGR VREUH HO
FRQMXQWRGHODVRFLHGDGWDQWRHQ]RQDVFDIHWDOHUDVFRPRHQODVTXHQRORHUDQ
6LQGXGDKDEtDSHU¿OHVLQVWLWXFLRQDOHV\SUiFWLFDVSROtWLFDVTXHH[LVWtDQDQWHV
GHOWULXQIRGHOFDIpFRPRSRUHMHPSORODHVWUXFWXUDGHOD+DFLHQGDS~EOLFD3HURVL
HQXQSULPHUPRPHQWRDPHGLDGRVGHO;,;IXHODRULHQWDFLyQDOPHUFDGRH[WHULRU
ORTXHJXLyODSROtWLFDGHODROLJDUTXtDHOLQFUHPHQWRGHODVH[SRUWDFLRQHVGHVGH
ORVDxRV\HVSHFt¿FDPHQWHHOp[LWRGHOFDIpD¿QHVGHODGpFDGDGHSHU-
PLWLHURQHOSULPHUJUDQVDOWRDGHODQWHTXHDXQTXHFRQUHVXOWDGRVFRQWUDGLFWRULRV
transformó sustancialmente el panorama del país y supuso una fuerte renovación y
el inicio de la consolidación de la clase dominante a partir del negocio del grano.
/DH[SDQVLyQGHOFXOWLYRGHOFDIpFRQPiVLQWHQVLGDGHQGHWHUPLQDGDV]RQDVTXHHQ
RWUDVDIHFWDEDVHULDPHQWHDODHVWUXFWXUDGHODSURSLHGDGGHODWLHUUD\DODGHPDQGD
GHIXHU]DGHWUDEDMRDOLJXDOTXHVXFHGLyHQRWURVSDtVHVTXHWDPELpQVHGHGLFDURQD
VXFXOWLYRHQHOSHUtRGRPHQFLRQDGR3RUORGHPiVODVUHODFLRQHVHVWDEOHFLGDVHQWUH
ODVSHUVRQDVFRQHOREMHWRGHSURGXFLU\EHQH¿FLDUHOFDIpIXHURQGHPX\GLYHUVD
QDWXUDOH]D1RWRGRHOFDIpIXHFXOWLYDGR\EHQH¿FLDGRSRUJUDQGHVSURSLHWDULRV
VLQRTXHPXFKRVSHTXHxRV\PHGLDQRVSURGXFWRUHVDVtFRPRFDPSHVLQRVWXYLHURQ
un papel relevante durante años en la producción. En este sentido el crédito jugó un
papel crucial en el negocio a base de unas tasas de interés que alcanzaban niveles
HQWUHHO\HOODVFXDOHVOOHYDEDQFRQIUHFXHQFLDDODH[SURSLDFLyQGH
¿QFDV6REUHHOEDMRFRVWHGHODPDQRGHREUD\DVHKDIDFLOLWDGRDOJ~QGDWRDUULED
lo que exime de insistir en ello.
(QHO~OWLPRFXDUWRGHOVLJOR;,;\DHQODGpFDGDGHHQEXHQDPHGLGD
ODHFRQRPtD\ODSROtWLFDGH(O6DOYDGRUQRSRGtDQHQWHQGHUVHVLQHOFDIpDXQTXHOD
magnitud del negocio no alcanzara todavía las cifras que se conocerían en el siglo
XX. Y en este sentido parece oportuno revisar la tesis extendida entre la historio-
grafía de que los efectos desequilibrantes del café en la sociedad salvadoreña em-
SH]DURQDPDQLIHVWDUVHHQHOVLJOR;;SDUDSURSRQHUTXHHOORFRPHQ]yDDSUHFLDUVH
VXVWDQFLDOPHQWH\DHQODV~OWLPDVGpFDGDVGHO;,;VLHPSUHWHQLHQGRHQFXHQWDHO
DVSHFWRGHODVPDJQLWXGHVTXHQRHVGHLPSRUWDQFLDPHQRU10
*UDFLDV D VX IXHU]D HQ HO QHJRFLR GHO FDIp D ¿QHV GHO ;,; \D HVWDEDQ HQ
el poder muchos nombres que continuaron estándolo en la centuria siguiente. En
VHSXEOLFyXQOLEURGHPHPRULDVIDPLOLDUHVHQWRUQRDOD¿JXUDGHVWDFDGDGH
XQD GH ODV ULFDVIDPLOLDVFDIHWDOHUDVGHO'HSDUWDPHQWRGH6DQWD$QD5DIDHOÈO-
varez Lalinde.11/DIDPLOLDÈOYDUH]HUDRULJLQDULDGH&RORPELDGHGRQGHOOHJyHO
SULPHUPLHPEURHOPpGLFR(PLOLRÈOYDUH]HQ12 Después se le sumó algún
otro familiar colombiano y ya en la década de 1880 eran importantes propietarios
GH ¿QFDV \ EHQH¿FLR GH FDIp DVt FRPR DFFLRQLVWDV GH HPSUHVDV DQWHV GH ¿Q GH
VLJORORVÈOYDUH]FRQGRQ(PLOLRDODFDEH]DKDEtDQH[WHQGLGRVXVSURSLHGDGHV
a otras actividades en diferentes sectores de la economía. En el citado libro hay
XX LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

fotografías de fechas que van desde la década de 1930 hasta la de 1950 en las que
aparecen diferentes descendientes de la familia ya emparentados con apellidos
FRPR/HPXVR0H]D\MXQWRDRWUDVSHUVRQDVGHDSHOOLGRV'XHxDV3DORPR%HOLV-
PHOLV'XNH(VFDOyQ9LGHV5HJDODGRHWF/RVDQWHSDVDGRVGHODVSHUVRQDVFRQ
HVWRVDSHOOLGRVTXHDSDUHFHQHQHVWHWUDEDMR\DRFXSDEDQSRVLFLRQHVGHVWDFDGDV
HQORVQHJRFLRVGHOFDIp\HQODSROtWLFDDOPHQRVGHVGHODGpFDGDGHORTXH
TXLHUHGHFLUTXHHQORVDxRVTXHVHHVWXGLDQHVWHVHFWRUGHIRUWXQDVFDIHWDOHUDV
ya formaba parte de la oligarquía del país y que continuaron en el poder hasta la
segunda mitad del siglo XX.13(QHIHFWRWRGDYtDHQHO~OWLPRFXDUWRGHOVLJOR;;
continuaban como algunas de las mayores productoras de café empresas propie-
GDGGHDSHOOLGRVFRPR*XLURODÈOYDUH]/HPXV$OIDUR/LpYDQR0H]D3DORPR
o Quiñones.14
Un punto central en la elaboración de este trabajo es el de la conexión entre
HOPXQGRHFRQyPLFR\HODSDUDWRGHO(VWDGR3RUHOORSDUHFHRSRUWXQRSURIXQGL]DU
HQ OD LGHD GH TXH DO WLHPSR TXH ORV JUDQGHV HPSUHVDULRV \ SURSLHWDULRV PDQH-
MDEDQ \ VH EHQH¿FLDEDQ GHO FUHFLPLHQWR HFRQyPLFR VH IXHURQ LQVWDODQGR HQ ODV
LQVWLWXFLRQHVGHO(VWDGRGHVDUUROODQGRVXFRQVWUXFFLyQHQXQDUHODFLyQGLQiPLFD
FRQGLFKRFUHFLPLHQWR'HVGHDOOtDSUREDEDQ\DSOLFDEDQOH\HV\FUHDEDQRPR-
GL¿FDEDQLQVWLWXFLRQHVDODPHGLGDGHVXVLQWHUHVHVHQXQDJHVWLyQQRH[HQWDGH
contradicciones. Lógicamente esto no surgió de la nada. Desde la Federación y tras
ODLQGHSHQGHQFLDHOSRGHUSROtWLFRHVWDEDRFXSDGRHQODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDOSRU
SURSLHWDULRVFLYLOHVRPLOLWDUHV3HURGHVGHODGpFDGDGHDOJXQRVGHORVSROt-
ticos tradicionales se reconvirtieron dedicándose a los nuevos negocios en auge y
también surgieron otros nombres y familias nuevas que se sumaron a la gestión del
SRGHUSROtWLFRVLHPSUHVREUHODEDVHGHOSRGHUHFRQyPLFRHQODSURGXFFLyQDJUtFR-
OD±SRFRDSRFR\FDGDYH]PiVHOFDIp±HOFRPHUFLR\ODV¿QDQ]DV
Con excesiva frecuencia la historiografía se sigue expresando en nuestros
GtDVUH¿ULpQGRVHFDVLH[FOXVLYDPHQWHDORVSUHVLGHQWHVGHOD5HS~EOLFDFXDQGRVH
quiere caracterizar o destacar hechos y decisiones de una época. Esto limita una ca-
EDOFRPSUHQVLyQGHODKLVWRULDGHODVGHFLVLRQHVOHJLVODWLYDVJXEHUQDPHQWDOHV\MX-
GLFLDOHVHQHOVHQWLGRGHTXHODFDUDFWHUL]DFLyQGHODQDWXUDOH]DGHO(VWDGRIXHREUD
GHXQDFODVHVRFLDOUHSUHVHQWDGDSRUJUXSRVGHLQGLYLGXRVORV³FRQVWUXFWRUHVGHO
(VWDGR´\QRSRUXQDVRODSHUVRQD15(OSURFHVRGHFRQVWUXFFLyQGHO(VWDGRWXYR
SRUVXSXHVWRFRQWUDGLFFLRQHV\FRQÀLFWRVSHURHQORVDxRVTXHDTXtVHHVWXGLDQ
los más relevantes de ellos correspondieron casi siempre a los que se producían en
el seno de la clase dominante.
$OLJXDOTXHHQODHFRQRPtDWDPELpQVHSURGXMHURQHWDSDVGHPD\RU\PH-
QRULQWHQVLGDGHQODLQVWLWXFLRQDOL]DFLyQGHODSDUDWRHVWDWDO(QSULPHUOXJDUDWHQ-
GLHQGRDODVLQVWLWXFLRQHVFRQWHPSODGDVHQODVFRQVWLWXFLRQHVHQODEXURFUDFLDGHO
poder gubernativo central no se produjeron cambios importantes en el tiempo salvo
INTRODUCCIÓN XXI

ODV KDELWXDOHV GLIHUHQFLDV VHJ~Q ORV JRELHUQRV HQ HO Q~PHUR ODV WLWXODFLRQHV \
ODVFRPSHWHQFLDVGHORVPLQLVWHULRVRVHFUHWDUtDVGH(VWDGRFRPRDYHFHVVHODV
denominó. Sí se produjeron cambios sustanciales en la red de gobernadores depar-
WDPHQWDOHVFX\RQ~PHURDXPHQWyFRQQXHYDVGLYLVLRQHVWHUULWRULDOHV/DVSULPHUDV
WXYLHURQOXJDUGXUDQWHODSUHVLGHQFLDGH-RVp0DUtD6DQ0DUWtQTXLHQGLYLGLyHO
'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHFUHDQGRHOGH6DQWD$QDTXH\DYLYtDXQDHYROXFLyQ
GLQiPLFD HQ VX DJULFXOWXUD DVt FRPR WDPELpQ GLYLGLy HO JUDQ 'HSDUWDPHQWR GH
&XVFDWOiQ GDQGR RULJHQ DO 'HSDUWDPHQWR GH &KDODWHQDQJR 3RVWHULRUPHQWH GX-
UDQWHHOVHJXQGRSHUtRGRSUHVLGHQFLDOGH)UDQFLVFR'XHxDVWXYLHURQOXJDUQXHYDV
GLYLVLRQHV/DSULPHUDGHHOODVODGHOJUDQ'HSDUWDPHQWRGH6DQ0LJXHOWUDVOD
VXEOHYDFLyQDUPDGDGHTXHWHQtDFODUDPHQWHHOVHQWLGRGHFRQVHJXLUXQDPD-
\RURSHUDWLYLGDGHQHOFRQWUROGHOWHUULWRULRHQDTXHOOD]RQDGHOSDtV/DVHJXQGD
VLQHPEDUJRSDUHFtDWHQHUFRPRREMHWLYRFRQFHGHUXQPD\RUPDUJHQGHPDQLREUD
a los fuertes intereses económicos establecidos en Nueva San Salvador –donde pre-
FLVDPHQWHWHQtDVXUHVLGHQFLDSULYDGDHOSURSLRSUHVLGHQWH±WRGDYH]TXHODFLXGDG
QRKDEtDWHUPLQDGRGHVHUODQXHYDFDSLWDOGHOSDtVFRPRVHKDEtDSUHYLVWRGHVSXpV
GHOWHUUHPRWRGH3HURORPiVUHOHYDQWHHVTXHHQHOSRGHU(MHFXWLYRFRPR
WDPELpQRFXUULyHQRWURViPELWRVGHO(VWDGRODDGPLQLVWUDFLyQIXHRFXSDGDGHVGH
PX\SURQWRSRUPLHPEURVGHODROLJDUTXtDHFRQyPLFD(QFRQFUHWRHQHOJRELHUQR
central se instalaron presidentes simplemente terratenientes como Doroteo Vascon-
FHORVR-RVp0DUtD6DQ0DUWtQSHURGHVSXpVORKLFLHURQHPSUHVDULRVFRQLQWHUHVHV
FRPHUFLDOHV\GHVGHODGpFDGDGHFDIHWDOHURV(UDHOFDVRGH'XHxDV\GH
DOJXQRVGHVXVPLQLVWURVRHOGHOSULPHUJDELQHWHGH5DIDHO=DOGtYDUFX\RVFXDWUR
PLQLVWURVHQHUDQFDIHWDOHURV3RVWHULRUPHQWH)UDQFLVFR0HQpQGH]\YDULRV
GH VXV PLQLVWURV OR IXHURQ WDPELpQ (VWD UHDOLGDG UHVWD VLJQL¿FDGR D OD UHLWHUDGD
GHQRPLQDFLyQGH³UHYROXFLyQ´FDGDYH]TXHVHSURGXFtDXQFDPELRGHJRELHUQR
como era típico en América Latina en aquellos años.
En cuanto al poder Legislativo tampoco experimentó importantes cambios
EXURFUiWLFRVHQHVWRVDxRVDXQTXHVtIXQFLRQDOHVFRPRORIXHODH[WUDRUGLQDULD\
UHLWHUDGDFHVLyQGHFRPSHWHQFLDVSRUSDUWHGHOD$VDPEOHDDOD3UHVLGHQFLDGHOD
5HS~EOLFD(QYLUWXGGHHVWDFHVLyQORVSUHVLGHQWHVSXGLHURQDSUREDUQRUPDVOHJLV-
ODWLYDVHQGLYHUVRVWHUUHQRVODVFXDOHVIXHURQUHIUHQGDGDVa posteriori por la Asam-
EOHD(VWDSUiFWLFDODLQDXJXUy)UDQFLVFR'XHxDVHQVXSULPHUSHUtRGRGHJRELHUQR
SHUR GH HOOD GLVIUXWDURQ WDPELpQ RWURV SUHVLGHQWHV 3RU RWUD SDUWH HO /HJLVODWLYR
estuvo ocupado también desde el comienzo de la historia independiente de El Sal-
YDGRUSRUWHUUDWHQLHQWHVGHDQWLJXDJHQHUDFLyQDORVTXHVHVXPyPX\SURQWRRWUR
WLSR GH HPSUHVDULRV FRPHUFLDOHV \ ¿QDQFLHURV SHUR WDPELpQ FDIHWDOHURV X RWURV
individuos que trabajaban para ellos. La lista es larga y muchos de ellos serán men-
FLRQDGRVHQHOWH[WRGHOWUDEDMR(UDQTXLHQHVMXQWRFRQOD3UHVLGHQFLDUHGDFWDEDQ
XXII LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

\DSUREDEDQODVOH\HVFRQODVTXHHMHUFtD\UHJXODEDVXGRPLQLRODROLJDUTXtDGHOD
que ellos mismos formaban parte.
Quizá debido al tamaño del país pero también a la mala experiencia de la
)HGHUDFLyQ\VREUHODEDVHGHORH[SXHVWRHO(VWDGRVDOYDGRUHxRIXHFRQVWUX\pQ-
GRVHFRQXQDQDWXUDOH]DQHWDPHQWHFHQWUDOLVWDDMHQRSRUFRPSOHWRDSODQWHDPLHQ-
WRVIHGHUDOLVWDVRDXWRQRPLVWDV\DGHPiVFRQXQIXHUWHFDUiFWHUSUHVLGHQFLDOLVWD
No fueron raras las ocasiones en que la mayoría de la Asamblea mantenía crite-
ULRVGLIHUHQWHVDORVGHOD3UHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFDSHURSRUORJHQHUDOODV
iniciativas presidenciales terminaban imponiéndose en el camino de la política
QDFLRQDO DXQTXH VHUtD EXHQR GLVSRQHU GH XQD LQYHVWLJDFLyQ PiV HQ GHWDOOH HQ
este sentido.
El poder central del Estado que experimentó un desarrollo más visible fue
HO-XGLFLDO$SHVDUGHORWUDVFHQGHQWDOGHVXIXQFLyQSDUDHOFRPSOHWRHMHUFLFLRGH
GRPLQDFLyQGHFXDOTXLHUFODVHVRFLDOTXHFRQWUROHXQ(VWDGR\HQHOFDVRGH(O6DO-
YDGRUGHODFODVHTXHVHKDEtDLQVWDODGR\HVWDEDFRQVWUX\HQGRHODSDUDWRHVWDWDOVX
desarrollo fue relativamente lento. Y ello se debía en parte a la paradoja de que era
HVWDPLVPDFODVHODTXHSRUGHIHQGHUVXVLQWHUHVHVDXOWUDQ]DQRSDJDEDLPSXHVWRV
GLUHFWRVDO(VWDGRFRQORTXHpVWHQRGLVSRQtDGHVX¿FLHQWHVUHFXUVRVS~EOLFRVSDUD
impulsar su estructura administrativa y burocrática. Una contradicción cuyos efec-
WRVIXHURQSDUFLDOPHQWHSDOLDGRVFRQHODSR\RGHMXHFHVORFDOHVHQORVPXQLFLSLRV
FRPRORVMXHFHVGHSROLFtDUXUDO(QRWURVHQWLGR\FRPRHUDOyJLFRGXUDQWHDOJX-
QRVDxRVHO(VWDGRQRGLVSXVRGHVX¿FLHQWHSHUVRQDOFXDOL¿FDGR\DOJXQRVMXHFHV
QRHUDQOHWUDGRV<HQ¿QFRPRVXFHGtDHQORVRWURVSRGHUHVGHO(VWDGRHQORV
distintos niveles de la carrera judicial también se instalaron destacados miembros
GHODROLJDUTXtDDOWHUQDQGRDYHFHVVXIXQFLyQFRPRMXHFHVFRQODGHUHSUHVHQWDQWHV
HQOD$VDPEOHD1DFLRQDO\ORTXHHVPiVGHGHVWDFDUFRPELQDQGRDPEDVFRQVX
papel como empresarios privados y hasta como contratistas del Estado.
3RURWURODGRXQWHUUHQRIXQGDPHQWDOHQHOSURFHVRGHFRQVWUXFFLyQGHO(V-
WDGRHUDHOPXQLFLSDO(QXQ(VWDGRFHQWUDOLVWD\DXWRULWDULRFRPRHOVDOYDGRUHxR
ORVPXQLFLSLRVGHVHPSHxDURQHQJHQHUDOVDOYRH[FHSFLRQHVXQSDSHOVXEVLGLDULR
y escasamente autónomo con respecto a la administración central en varios terre-
nos. En contra de lo que en diversas ocasiones distintas autoridades del Estado
GHFODUDURQUHWyULFDPHQWHSRUXQODGRORVPXQLFLSLRVQRWHQtDQDXWRQRPtD¿VFDOQL
¿QDQFLHUD6XFDSDFLGDGUHFDXGDWRULDGHLPSXHVWRVHVWDEDFRQGLFLRQDGDSRUORVLQ-
WHUHVHVHFRQyPLFRVUHSUHVHQWDGRVHQOD$VDPEOHDFX\RVPLHPEURVUHSUHVHQWDQWHV
GHORVVHFWRUHVROLJiUTXLFRVGHSDUWDPHQWDOHVHUDQTXLHQHVWHQtDQTXHDSUREDURUH-
chazar las propuestas de impuestos y tasas que los municipios proponían cobrar. El
UHVXOWDGRVROtDVHUXQDHVWUXFWXUDWULEXWDULDPX\UHJUHVLYD\DXQTXHHQHVWHSXQWR
QRHVIiFLOJHQHUDOL]DU\KD\TXHPDWL]DUSRUUHJLRQHVGHOSDtVPXFKRVPXQLFLSLRV
YLYLHURQGXUDQWHODUJRWLHPSRFRQJUDYHHVFDVH]GHUHFXUVRV1RREVWDQWHHVWRQR
INTRODUCCIÓN XXIII

se cumplía en los casos de municipios de gran tamaño ni en zonas de agricultura

SXMDQWH3RUORGHPiVORVPXQLFLSLRVJHVWLRQDEDQLPSXHVWRVHVWDWDOHVFRPRHUDHO
LPSRUWDQWH)RQGRGH&DPLQRV\SDUFLDOPHQWHHOUDPRGHO7DMRDKRUUDQGRJDVWRV
GHDGPLQLVWUDFLyQDOJRELHUQR$xDGLGRDHOORORVMXHFHVGHSD]\SRVWHULRUPHQWH
ORVMXHFHVUXUDOHVUHDOL]DEDQIXQFLRQHVFRPSOHPHQWDULDVDODVGHORV-X]JDGRVGH
ž,QVWDQFLD\SRU~OWLPRHQUHODFLyQFRQODIXHU]DGHWUDEDMRDORVDOFDOGHVVHOHV
encomendaron labores de reclutamiento de trabajadores para diversidad de obras
S~EOLFDVDGHPDQGDGHOJRELHUQRDVtFRPRWDUHDVSROLFtDFDVGHSHUVHFXFLyQGHMRU-
naleros “quebradores” cuando se sospechaba que se encontraban al alcance de las
DXWRULGDGHVPXQLFLSDOHV&RQYLHQHGHGLFDUXQDSDUWDGRHVSHFt¿FRDORVPXQLFLSLRV
GHPD\RUWDPDxRGHOSDtVFRPR6DQ6DOYDGRU6DQWD7HFOD6DQ0LJXHOR6DQWD
$QDTXHVHFRQVWLWX\HURQHQIRFRVGHSRGHUSROtWLFR\SRUVXGLPHQVLyQWDPELpQ
GHJUDQGHVQHJRFLRV3RUHOORFRQIUHFXHQFLDGHVWDFDGRVPLHPEURVGHODROLJDUTXtD
VHGLVSXWDEDQSXHVWRVHQODDGPLQLVWUDFLyQPXQLFLSDOHQHVWDVFLXGDGHVDOJXQDVGH
ODVFXDOHVREWHQtDQEHQH¿FLRVHVSHFLDOHVHQORVSUHVXSXHVWRVJHQHUDOHVGHO(VWDGR
(QJHQHUDOORVPXQLFLSLRVYLJLODGRVGHFHUFDSRUORVJREHUQDGRUHVGHSDUWDPHQWD-
OHVFRPSOHPHQWDEDQODVIXQFLRQHVGHORVSRGHUHVFHQWUDOHVGHO(VWDGRHQODJHVWLyQ
\HOFRQWUROGHODVRFLHGDGDOVHUYLFLRGHODVPLQRUtDVGHOSRGHUHFRQyPLFRHQOD
mayoría de los casos con personal escasamente capacitado y sin remuneración.
$OLJXDOTXHHQRWURVSDtVHVGH$PpULFD/DWLQDODDXVHQFLDGHXQDEXUJXHVtD
KL]RTXHGXUDQWHGpFDGDVHQHOVLJOR;,;SDUWHGHOMXHJRSROtWLFRVHOOHYDUDDFDER
SRUPHGLRGHOHMpUFLWRFRQPD\RURPHQRUJUDGRGHRUJDQL]DFLyQ\WDPDxR(Q
América Central los años de la Federación reforzaron este papel de la institución
\ODVGLItFLOHVUHODFLRQHVHQWUHORVSDtVHVYHFLQRVHQODUHJLyQHVSHFLDOPHQWHFRQ
*XDWHPDODFRQGLFLRQDURQHQDOWRJUDGRODYLGDHFRQyPLFDVRFLDO\SROtWLFDGH(O
Salvador durante buena parte del siglo. La importancia del ejército se comprobaba
en el hecho de que durante años el grado de general era otorgado con frecuencia a
GLVWLQJXLGRVPLHPEURVGHODFODVHGRPLQDQWH\SRURWUDSDUWHHQTXHGLVWLQWRVDOWRV
militares profesionales desempeñaron cargos en la administración del Estado. En
RWURVHQWLGR\GHLJXDOPRGRTXHHQRWURVSDtVHVGHOFRQWLQHQWHHOHMpUFLWRXQDLQV-
WLWXFLyQHVHQFLDOHQODFRQVWUXFFLyQGHFXDOTXLHU(VWDGRQRLQWHUYLQRVRORHQODGH-
IHQVDGHOSDtVIUHQWHDIXHU]DVH[WHULRUHVVLQRTXHDFWXyHQRFDVLRQHVUHSULPLHQGR
UHYXHOWDVLQWHULRUHV\GDQGRJROSHVGHHVWDGR'HOSHUtRGRTXHFXEUHHVWHHVWXGLR
VHJXUDPHQWHIXHHOSUHVLGHQWH5DIDHO=DOGtYDUTXLHQPiVVHLQWHUHVyHQUHIRUPDU\
modernizar la institución militar en el proceso de construcción del Estado.
3RUORTXHUHVSHFWDDOPDQWHQLPLHQWRGHORUGHQVRFLDOXQRUGHQROLJiUTXLFR
las autoridades de El Salvador crearon y desarrollaron de forma lenta un cuerpo de
SROLFtDUXUDOFRQRFLGDFRPR*XDUGLD&LYLO\WDPELpQSXHVWRVGHSROLFtDXUEDQD
sobre todo en los municipios de mayor tamaño. La lentitud en la ampliación de
HVWRV VHFWRUHV GH OD DGPLQLVWUDFLyQHVWXYR GH QXHYR UHODFLRQDGDFRQ OD HVFDVH]
XXIV LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GHUHFXUVRVS~EOLFRVWDQWRFHQWUDOHVFRPRORFDOHV/DVRFLHGDGVDOYDGRUHxDFRQ
FUHFLHQWHVGLIHUHQFLDVVRFLDOHV\DPSOLRVVHFWRUHVFRQHVFDVRVUHFXUVRVYLYtDXQ
DPELHQWH FRQ XQD FLHUWD GRVLV GH GHOLQFXHQFLD TXH HV GLItFLO GH FXDQWL¿FDU SHUR
TXHHUDSDOSDEOHHQGLVWLQWRVOXJDUHVGHOSDtVFRQURERVDVDOWRVDVHVLQDWRV\RWUDV
DOWHUDFLRQHVGHORUGHQS~EOLFRQRVLHPSUHFDXVDGRVSRUODHPEULDJXH]DXQTXHHVWH
fenómeno estaba muy extendido. En relación con esto estaba la preocupación de las
DXWRULGDGHVDWRGRVORVQLYHOHVGHODDGPLQLVWUDFLyQSRUHOQ~PHURHOWDPDxR\HO
HVWDGRGHODVFiUFHOHV(OQ~PHURGHVHQWHQFLDGRVDSULVLyQSDUHFtDVHUDOWR\GHVGH
XQDGHWHUPLQDGDSHUVSHFWLYDHVWHKHFKRUHVXOWDEDGHLQWHUpVHQRFDVLRQHVSRUTXHOD
población penada era utilizada como mano de obra en obras públicas.16
Un espacio trascendental en la construcción y el funcionamiento de cualquier
Estado a lo largo de la historia ha sido y es la Hacienda. Diversos economistas e
KLVWRULDGRUHV GHVGH GLVWLQWDV SRVLFLRQHV WHyULFDV KDQ GHPRVWUDGR TXH GHVGH OD
DQWLJHGDGODHVWUXFWXUDGHORVVLVWHPDV¿VFDOHVGHORVSDtVHVSRUXQODGRUHÀHMD
y es un correlato de las relaciones de fuerzas e intereses existentes en el interior de
ODVVRFLHGDGHV\SRURWURFRQGLFLRQDVXVLWXDFLyQ¿QDQFLHUDTXHVHUHWURDOLPHQWDD
SDUWLUGHODDQWHULRU/DUHFDXGDFLyQGHUHFXUVRV¿VFDOHVGHO(VWDGRORVFULWHULRVVR-
FLDOHV\HFRQyPLFRVSRUORVTXHDTXpOODVHOOHYDDFDER\ODGLVWULEXFLyQGHGLFKRV
UHFXUVRVHQWUHODVGLYHUVDVQHFHVLGDGHVGHVXVFLXGDGDQRVHVORTXHUHÀHMDDQWHV
TXHQDGDHOFDUiFWHUGHXQ(VWDGRGHVGHHOSXQWRGHYLVWDVRFLDO
3RUHVRpVWHHVRWURGHORVSXQWRVEiVLFRVHQODFRQVWUXFFLyQGHHVWHWUDEDMR
6REUHODEDVHGHHVWDUHDOLGDG\FRPRKHPRVPRVWUDGRHQWUDEDMRVSUHYLRVVHKD
DQDOL]DGR OD HVWUXFWXUD \ HO IXQFLRQDPLHQWR GH OD +DFLHQGD S~EOLFD VDOYDGRUHxD
GHWHFWDQGR VX FDUiFWHU QHWDPHQWH UHJUHVLYR HV GHFLU TXH VX HVWUXFWXUD WULEXWDULD
no se basaba en el principio de que debía pagar más impuestos quien tenía más
SDWULPRQLR R LQJUHVDED PiV VLQR H[DFWDPHQWH OR FRQWUDULR /yJLFDPHQWH \ XQD
YH]PiVHVWRVHIXQGDPHQWDEDHQODOHJLVODFLyQDSUREDGDHQOD$VDPEOHDRFXSDGD
SRUODROLJDUTXtD\DFWXDQGRHQSURSLREHQH¿FLR'HHVWHPRGRHQHOWHUUHQRGHOD
DGPLQLVWUDFLyQGHO(VWDGR\FRQFUHWDPHQWHHQOD+DFLHQGDVHDPSOLDEDQ\UHIRU-
zaban las ganancias obtenidas por la oligarquía en el terreno de las relaciones eco-
QyPLFDVPHGLDQWHXQUHSDUWRGHODVFDUJDV¿VFDOHVSURIXQGDPHQWHGHVLJXDO3HUR
D~QPiVORVUHFXUVRVS~EOLFRVDVtUHFDXGDGRVHUDQSRVWHULRUPHQWHGLVWULEXLGRVHQ
ORVSUHVXSXHVWRVGHO(VWDGRFRQFULWHULRVTXHEHQH¿FLDEDQSUHIHUHQWHPHQWHDORV
LQWHUHVHVGHODROLJDUTXtDFRPR\DODKLVWRULRJUDItDFRPHQ]yDDSXQWDU'HULYDGR
de este funcionamiento en el sistema tributario y coherente con él era el correspon-
GLHQWHDODGHXGDS~EOLFD(VGHFLUTXHHOGp¿FLWJHQHUDGRSRUXQVLVWHPD¿VFDO
WDQ UHJUHVLYR HUD ¿QDQFLDGR SRU GHXGD H[WHUQD ±VROR GXUDQWH SDUWH GHO SHUtRGR
HVWXGLDGR±\VREUHWRGRSRUGHXGDLQWHUQDSURGXFLpQGRVHODGREOHH[SORWDFLyQ\
SHUYHUVLyQKDFHQGtVWLFDGHTXHTXLHQHVQRSDJDEDQLPSXHVWRV¿QDQFLDEDQODGHXGD
del Estado y cobraban intereses de los fondos públicos por ello. Este poder ejerci-
INTRODUCCIÓN XXV

do por la clase dominante en la Hacienda pública formaba parte del poder general
detentado en el control del Estado. El Salvador no era un país excepcional en este
VHQWLGRSHURDXQTXHH[LVWHQWUDEDMRVVREUH+DFLHQGDS~EOLFDSDUDRWURVSDtVHVOD-
WLQRDPHULFDQRVD~QQRVHGLVSRQHGHXQDSHUVSHFWLYDFRPSDUDWLYDSDUDSRGHUGLV-
tinguir singularidades nacionales en este terreno.
(O (VWDGR VDOYDGRUHxR FRPR RWURV GH OD UHJLyQ VH IXH IRUPDQGR WDPELpQ
FRQLQVWLWXFLRQHVQRFRQWHPSODGDVHQODVFRQVWLWXFLRQHV\WDPELpQHQHVWHDVSHFWR
GHOSURFHVRHVWiFODURTXHHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRLQÀX\yHQHOULWPRGHFUHD-
ción de instituciones y organismos. Éstos eran de diferente naturaleza y atendían
funciones nuevas en la sociedad cuya necesidad iba surgiendo con el crecimiento
GHPRJUi¿FR\ODGLYHUVL¿FDFLyQVRFLDOGHPRGRTXHIXHURQFRPSOHPHQWDQGROD
LQVWLWXFLRQDOLGDGGHO(VWDGR(QWUHHOORV\VRORDWtWXORGHHMHPSORVHSXHGHQFLWDU
ODV-XQWDV,WLQHUDULDVODV'LUHFFLRQHVGH&RUUHRV\7HOpJUDIRVODV-XQWDV&HQWUDO\
'HSDUWDPHQWDOHVGH$JULFXOWXUDHWF
'RVLGHDVHQWRUQRDO(VWDGRUHTXLHUHQDWHQFLyQ/DSULPHUDGHDPSOLDFLU-
FXODFLyQHQODKLVWRULRJUDItDHVODGHTXHHO(VWDGRODWLQRDPHULFDQRHUDGpELOWHVLV
sostenida sobre todo en relación con el siglo XX.171DWXUDOPHQWHHQHOFDVRTXH
aquí se estudia hay que partir del hecho de que el Estado estaba en proceso de
IRUPDFLyQ\QRHVSRVLEOHHVWDEOHFHUXQDSRVLFLyQFDWHJyULFDHQQLQJ~QVHQWLGRQL
XQDFDEDOFRPSDUDFLyQFRQREVHUYDFLRQHVUHDOL]DGDVSDUDHOVLJOR;;3HURHOOR
QRLPSLGHSHUFLELUTXHHQXQDPHGLGDQRPHQRUHOHPEULyQGH(VWDGRTXHHUDHO
VDOYDGRUHxRHQHVWRVDxRVQRPRVWUDEDORTXHSRGUtDQFDOL¿FDUVHFRPRUDVJRVGH
GHELOLGDG3RUWRPDUHQFXHQWDXQLQGLFDGRUDSHVDUGHODVIUHFXHQWHVDOWHUDFLRQHV
GHOSRGHUSUHVLGHQFLDOGHOD5HS~EOLFDSRUJROSHVGHHVWDGRRSRULQWHUYHQFLRQHV
H[WHULRUHVODVLQVWLWXFLRQHVH[LVWHQWHVPRVWUDURQPX\HVFDVDLQHVWDELOLGDG'HKH-
FKRWUDVORVFDPELRVGHULYDGRVGHWDOHVFRQYXOVLRQHVHQVXPD\RUtDVHPDQWHQtDQ
ocupadas en un alto grado por las mismas personas u otras asociadas o próximas a
HOODVWRGDVPLHPEURVGHODROLJDUTXtDHQHOSRGHU\TXHFRQWLQXDURQGHIHQGLHQGR
VXVLQWHUHVHVGHVGHVXVFDUJRV3RGUtDGHULYDUVHTXHQRKD\TXHFRQIXQGLUFDPELRV
en la cabeza institucional del Estado con una debilidad o inestabilidad generalizada
del aparato. La clase propietaria y empresarial estaba bien instalada en las institu-
FLRQHV\HQORVSRGHUHV\VRVWXYRXQSUR\HFWRHFRQyPLFR\SROtWLFRVyOLGRDXQTXH
fuese de fuerte carácter clasista y no estuviera exento de serias contradicciones.
Otra idea relativamente extendida sostiene que los estados liberales en for-
PDFLyQFRPRHOGH(O6DOYDGRUHUDQHVFDVDPHQWHLQWHUYHQFLRQLVWDV\PRVWUDEDQ
una limitada participación en la economía.186LQHPEDUJRHQHVWHFDVRODKLSyWHVLV
GHSDUWLGDFRQ¿UPDGDDORODUJRGHOHVWXGLRHVTXHODUHDOLGDGHVWDEDOHMRVGHVHU
así. Las decisiones de los poderes Legislativo y Ejecutivo del país a lo largo de
ORV DxRV VLJQL¿FDURQ WRPDV GH SRVWXUDV H LQWHUYHQFLRQHV GHFLVLYDV HQ DVSHFWRV
fundamentales de la economía y la vida de la sociedad. No de otra forma pueden
XXVI LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

interpretarse las leyes y normas aprobadas en relación con la tierra –y no solo las
GHH[WLQFLyQGHHMLGRV\FRPXQLGDGHV±FRQODJHVWLyQGHODPDQRGHREUDFRQODV
FRQGLFLRQHVHQTXHVH¿UPDEDQODVFRQWUDWDVFRQHPSUHVDULRVSULYDGRVQDFLRQDOHV
H LQWHUQDFLRQDOHV FRQ OD HVWUXFWXUD GHO VLVWHPD WULEXWDULR GH OD +DFLHQGD WDQWR
FHQWUDOFRPRPXQLFLSDORFRQODRUJDQL]DFLyQGHORVSUHVXSXHVWRVGHO(VWDGR\D
contrario sensuODIDOWDGHGHFLVLRQHVHIHFWLYDVGXUDQWHDxRVVREUHODPRQHGDROD
EDQFD6LHVWRQRHUDLQWHUYHQLUHQHFRQRPtDHVGLItFLOVDEHUTXpSRGUtDVHUOR1R
se debe incurrir en el error –o en la interpretación intencionada– de que la única
forma de que un Estado participe en la economía es constituyendo empresas pú-
blicas. La clase social que ocupó desde el siglo XIX el Estado desde su formación
ORKL]RHYLGHQWHPHQWHSDUDLQWHUYHQLUHQODHYROXFLyQGHODYLGDGHOSDtVRULHQ-
WiQGRODHQHOVHQWLGRGHVXVLQWHUHVHV\HQHIHFWRORKL]RGHIRUPDFRQVFLHQWH\
sistemática.19
&RPRUHVXOWDREYLRDOFRQVXOWDUHOËQGLFHHVWHWUDEDMRQRSUHWHQGHVHU\QRHV
una historia de El Salvador en el período elegido; ni siquiera pretende ser una histo-
ria económica del país en dichos años. Varios de los historiadores citados arriba ya
KDQWUDWDGRFRQSURIXQGLGDGDVSHFWRVFHQWUDOHVGHOVLJOR;,;FRPRODHFRQRPtD
ODWLHUUDODYLROHQFLDODVUHODFLRQHVHQWUHHOSRGHUFHQWUDO\HOSRGHUORFDOHWF3RU
RWUDSDUWHDSHVDUGHWUDEDMRV\DH[LVWHQWHVD~QHVSUHFLVRSURIXQGL]DUHQWHUUHQRV
FRPRODHGXFDFLyQODVUHODFLRQHVLQWHUQDFLRQDOHVRHOIXQFLRQDPLHQWRGHOVLVWHPD
OHJLVODWLYRSRUHMHPSOR'LFKRVHDEUHYHPHQWHHVWHOLEURWUDWDGHH[SOLFDUDOJXQRV
GHORVPHFDQLVPRVDGHPiVGHORVTXH\DVHFRQRFHQTXHXWLOL]DURQFLHUWRVVHFWR-
UHVGHODVRFLHGDGGH(O6DOYDGRUHQODVHJXQGDPLWDGGHOVLJOR;,;SDUDDOFDQ]DU
UHSURGXFLU\DPSOLDUVXSRGHUHFRQyPLFR\SROtWLFRHQHOSDtVQRVyORSHURSULQ-
FLSDOPHQWHVREUHODEDVHGHOQHJRFLRGHOFDIpHQWHQGLGRHQXQVHQWLGRDPSOLR3RU
HVRFRPLHQ]DDPHGLDGRVGHVLJORFXDQGRHOFDIpFRPHQ]yDKDFHUVHSUHVHQWHHQ
ODSROtWLFD\HQHOFRPHUFLRH[WHULRU\FRQFOX\HFRQHOJROSHGHHVWDGRGH
estando prevista una segunda parte de esta investigación
De forma simultánea y combinada en estos años propietarios cafetaleros y
grandes comerciantes que desempeñaban también otras funciones en la estructura
HFRQyPLFD IXHURQ RFXSDQGR HVSDFLRV HVWUDWpJLFRV HQ HO DSDUDWRGHO (VWDGR TXH
HVWDEDHQSURFHVRGHFRQVWUXFFLyQKDVWDKDFHUVHSUiFWLFDPHQWHFRQHOFRQWUROGH
lo que se podría considerar su núcleo. Se desarrolló así un auténtico sistema de
GRPLQDFLyQXQDPDTXLQDULDTXHVHSURGXMRJUDGXDOPHQWHHQHOWLHPSR\GHVSOH-
JDGDHQYDULRVSODQRVDUWLFXODGRVDPRGRGHHQJUDQDMH(VWHOLEURQRDVSLUDDWUDWDU
HVWHSURFHVRGHIRUPDH[KDXVWLYDSRUTXHORVSUREOHPDVHOHJLGRVQRVRQORV~QLFRV
QHFHVDULRV SDUD H[SOLFDUOR SHUR Vt D PRVWUDU DO PHQRV DOJXQDV SUXHEDV GH TXH
HVWRVXFHGLyGHDVt/DWHVLVTXHDTXtVHVRVWLHQHHVTXHVLFRPRVHKDHVFULWROR
VXFHGLGRHQIXHODEDVHGHORTXHRFXUULyHQODVHJXQGDPLWDGGHOVLJOR;;OD
HYROXFLyQGH¿QHVGHOVLJOR;,;VXSXVRHOLQLFLRGHXQDQXHYDGHVLJXDOGDGVRFLDO\
INTRODUCCIÓN XXVII

WHUULWRULDOHQHOSDtVTXHFRQGXMRDHQOtQHDFRQORTXH\DDSXQWDURQWUDEDMRV
FRPRORVGH5DIDHO0HQMtYDUR3DWULFLD$OYDUHQJD20
&RPROHRFXUUHDFXDOTXLHULQYHVWLJDGRUVREUHWRGRVLWUDEDMDEXHQDSDUWH
GHOWLHPSRIXHUDGHVXSDtVODFDQWLGDGGHD\XGDVUHFLELGDV\FRQVLJXLHQWHPHQWH
GHDJUDGHFLPLHQWRVGHELGRVVHYXHOYHPX\DOWD5H¿ULpQGRPHHQSULPHUOXJDUD
las instituciones quiero agradecer el apoyo recibido por parte de la Fundación Ca-
UROLQDHQ(VSDxDGHO$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQGH(O6DOYDGRUGHO$UFKLYR
0XQLFLSDOGH6RQVRQDWHGHOD8QLYHUVLGDG&HQWURDPHULFDQD³-RVp6LPHyQ&DxDV´
\VX%LEOLRWHFD³3)ORUHWLQR,GRDWH6-´GHOD8QLYHUVLGDGGH(O6DOYDGRU\GHOD
%LEOLRWHFDGHO0XVHR'DYLG-*X]PiQHQ(O6DOYDGRUDVtFRPRGHOD8QLYHUVLGDG
5DIDHO/DQGtYDUHQ*XDWHPDOD3HURODVLQVWLWXFLRQHVVRQJHVWLRQDGDVSRUSHUVRQDV
3RUHVRTXLHURDJUDGHFHUVXD\XGDD(QQLR*LXOHWWL'LUHFWRUGHO$UFKLYR*HQHUDO
GHOD1DFLyQHQTXLHQGHVGHPLSULPHUDYLVLWDDO$UFKLYRPHIDFLOLWyHQRU-
PHPHQWHHOWUDEDMRDSHVDUGHDOJXQDGL¿FXOWDGREMHWLYDLQLFLDOD*XDGDOXSH/RER
TXHWDPELpQIXH'LUHFWRUDGHO$UFKLYRD/XLV*yPH]DUFKLYHURGHGLFKR&HQWUR
VLHPSUHDWHQWRDPLLQYHVWLJDFLyQDOLJXDOTXHD0DXULFLR*DUFtD2PDU$OH[DQGHU
7XUFLRV$QD (OV\$ODUFyQ \ GHPiV WpFQLFRV GHO$UFKLYR 8QD SDODEUD HVSHFLDO
GHER D 6LOYLD 0ROLQD \ &DUORV 0HGLQD LJXDOPHQWH DUFKLYHURV TXH IXHURQ GH OD
PLVPDLQVWLWXFLyQFX\DD\XGD\DSR\RIXHURQGHJUDQLPSRUWDQFLDHQPLWUDEDMR\
mi vida en San Salvador. El conocimiento de la historia salvadoreña y de los fondos
GHO$UFKLYRGH&DUORV0HGLQDKL]RTXHGHVGHHOSULPHUGtDGHPLWUDEDMRVXDVLV-
tencia fuera fundamental proporcionándome orientaciones clave en mi búsqueda
GHPDWHULDOGRFXPHQWDO\ELEOLRJUi¿FR(QVXPDOHDJUDGH]FRDDPERVVXDPLVWDG
'HLJXDOPRGRGHVHRH[SUHVDUPLJUDWLWXGD'DOLOD&DVWUR\D5REHUWR0HQGR]D
-DFTXHOLQH0RUDOHV&DUPHQ*yFKH]\-RUJH&DUURHQVXVUHVSHFWLYDVLQVWLWXFLRQHV
Más allá de las instituciones y de las personas que en ellas trabajan están
ORVFROHJDVVLQFX\DFRPXQLFDFLyQ\DVLVWHQFLDPLWUDEDMRQRKXELHUDVLGRHOPLV-
PR(OORVVRQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDO6DMLG+HUUHUD5LFDUGR5RTXH%DO-
GRYLQRV*HUDOGLQD3RUWLOOR-RUJH-XiUH]5REHUWR&DVVi3DWULFLD$OYDUHQJD/XLV
'tD]5HPHQWHUtD&KDUOHV:DONHU6DQWLDJR7LQRFR3DEOR(PLOLR3pUH]0DOODtQD
5DPyQ6HUUHUD\(XJHQLD3HWLW%UHXLOK8QDJUDGHFLPLHQWRHVSHFLDOGHERD-XOLD
)ORUHVFRQTXLHQPHKDVLGRPX\JUDWRSDUWLFLSDUHQODSXEOLFDFLyQGHXQWUDEDMR
6XVFRPHQWDULRVDPDQXVFULWRVDWHQWDD\XGDHLPSRUWDQWHFRODERUDFLyQDORODUJR
GHODLQYHVWLJDFLyQKDQVLGRLQHVWLPDEOHV3RUWRGRHOOR\SRUVXDPLVWDGPHVLHQWR
HQGHXGDFRQHOOD6XVDQD$OYDUDGR/X]0DUWtQH]\$QQD*XLWHUDVPHSUHVWDURQ
una valiosa asistencia en la localización de documentación y bibliografía.
No me habría atrevido a escribir ni una sola línea sobre el café en El Salvador
VLQWHQHUXQDPtQLPDLGHDDOPHQRVDFHUFDGHODFRPSOHMLGDGTXHURGHDVXFXOWLYR
\VXEHQH¿FLRPi[LPHSDUDXQSURIDQR(QHOORKHWHQLGRPiVTXHXQDVHVRUXQ
PDHVWURHO6U-XEHQFLR5H\HV6XFRQRFLPLHQWRGHORVPX\GLYHUVRVDVSHFWRVGHO
XXVIII LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WHPD\DOJRPiVVXVHQWLGRSHGDJyJLFRKDQVLGRIXQGDPHQWDOHVSDUDTXHPHKD\D
atrevido a escribir algo sobre la cuestión. Mi gratitud con él y con su encantadora
familia es enorme.
Una especial deuda mantengo a partir de la gran ayuda recibida por entraña-
EOHVDPLJRVFRPR$OHMDQGUR%UDYR3DWULFLD/XFNL.DWK\*RKOLW]\VXPDULGRHO
(PEDMDGRU(QULTXH2MHGD5RVDULR6HYLOOD\-DYLHU$UULDJD6XDSR\R\JHQHURVL-
GDGKDQVLGRIXQGDPHQWDOHVSDUDPLWUDEDMR0LKHUPDQD(YD$FRVWDUHYLVySDUWH
del texto del libro y se lo agradezco sinceramente.
0LDPLJD\FROHJD3LODU*DUFtD-RUGiQVHHQFXHQWUDHQRWURSODQRGHHVWRV
DJUDGHFLPLHQWRV(OODPHDFHSWyKDFHXQRVDxRVHQVXJUXSRGHLQYHVWLJDFLyQ\
además me incorporó al TEIAA –con cuyos miembros y colegas he compartido
UHXQLRQHVHQULTXHFHGRUDV±ORTXHPHSHUPLWLySDVDUGHOHVWXGLRGHOSHUtRGRFROR-
QLDODOUHSXEOLFDQRHQ$PpULFD6LQHVWDD\XGD\ODVIDFLOLGDGHVGHULYDGDVGHHOOD
SHURLJXDOPHQWHVLQHOFRQVWDQWHHVWtPXORGH3LODUVLQVXFRQ¿DQ]D\VLQVXSDFLHQ-
FLDVLPSOHPHQWHHVWHOLEURQRH[LVWLUtD
$PLIDPLOLDLQFOX\HQGRDPLVSDGUHVTXH\DQRHVWiQDJUDGH]FRVXDSR\R
y su paciencia en mis ausencias.
PRIMERA PARTE

Primeros pasos y cambios en la oligarquía

1848-1876
Capítulo 1
El marco de la transición oligárquica

³(OJRUURIULJLRGHOD5HS~EOLFD
se posaba sobre un cuerpo
todavía colonial.”

Nicolás Sánchez-Albornoz

(QORVDxRVFHQWUDOHVGHOVLJOR;,;OD6HJXQGD5HYROXFLyQ,QGXVWULDOHVWD-
ba en sus inicios y sus efectos comenzaban a apreciarse en América Latina. Los
grandes avances tecnológicos en la industria y el crecimiento de la clase obrera en
(XURSD\(VWDGRV8QLGRVFRQODFRQVLJXLHQWHUHSURGXFFLyQGHOFDSLWDOTXHWDQWD
WUDVFHQGHQFLDWHQGUtDQSURQWRHQORVPHUFDGRV\HQORVWUDQVSRUWHVLQWHUQDFLRQDOHV
tardarían aún algunos años en transmitir sus mayores consecuencias al continente
americano.13HURDQWHVGHTXHGLFKRVHIHFWRVDSDUHFLHUDQHQWRGDVXSOHQLWXGOD
RFXSDFLyQGH&DOLIRUQLDSRUORV(VWDGRV8QLGRVDPHGLDGRVGHVLJORWUDVHODFRVR
\ODGHUURWDVXIULGRVSRU0p[LFR\HOGHVFXEULPLHQWRGHRURLEDQDPRGL¿FDUHO
PDUFRHFRQyPLFR\SROtWLFRGHORVSDtVHVTXHWHQtDQFRVWDVHQHO3DFt¿FR2 Este
HUDHOFDVRGH(O6DOYDGRUFX\DDFWLYLGDGHFRQyPLFDHVSHFLDOPHQWHHQVXYHUWLHQ-
WHDJURH[SRUWDGRUDFRPHQ]yDFUHFHUHVWLPXODGDSRUGLFKDVFLUFXQVWDQFLDV(QHO
SDtV FHQWURDPHULFDQR SURSLHWDULRV DJUDULRV HPSUHVDULRV FRPHUFLDOHV \ SROtWLFRV
WRPDURQQRWDGHODVQXHYDVSHUVSHFWLYDVGHQHJRFLRVTXHVHDEUtDQHQHO3DFt¿FR
disponiéndose a sacar partido de ellas.3
América Central arrastraba todavía las consecuencias de la herencia colonial
\GHORVGLItFLOHVDxRVGHODVFULVLVGHOD)HGHUDFLyQ\SRVWHULRUHVFRQVXVJUDYHV
HIHFWRVVRFLDOHV\HFRQyPLFRVTXHHVWDEDQOHMRVGHKDEHUFRQFOXLGR3RUHOORFRPR
ORVSDtVHVYHFLQRV(O6DOYDGRUVHHQFRQWUDEDHQFLUFXQVWDQFLDVQRPX\IDYRUDEOHV
SDUDDIURQWDUODQXHYDFR\XQWXUDGHODHFRQRPtDLQWHUQDFLRQDO3RUXQDSDUWHWHQtD
EDVHVPDWHULDOHVHLQIUDHVWUXFWXUDVPX\SUHFDULDVDXQTXHSRURWURODGR\FRPRHQ
RWURVSDtVHVGH$PpULFD/DWLQDH[LVWtDQPD\RUtDVVRFLDOHVUXUDOHVFRQSRVLELOLGD-
GHVSURGXFWLYDVOLPLWDGDVTXHSRGtDQVHUXWLOL]DGDVFRPRIXHU]DGHWUDEDMREDMR
GLVWLQWDVPRGDOLGDGHVHQXQHYHQWXDOSURFHVRGHDXPHQWRGHODSUHVHQFLDHFRQy-
4 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

PLFDGHOSDtVHQHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDO$QWHHVWHSDQRUDPDDSHQDVXQDGpFDGD
después de la ruptura de la Federación un sector de la minoría social comenzó a
reorientar el manejo de la política. Muchos de sus miembros eran propietarios de
WLHUUD SRGtDQ HVWDU LQYROXFUDGRV R QR HQ QHJRFLRV FRPHUFLDOHV WHQtDQ DFFHVR D
PDQR GH REUD LQGtJHQD R ODGLQD SHUR HQ FXDOTXLHU FDVR PX\ EDUDWD \ WHQtDQ OD
SRVLELOLGDGGHFRQWURODUDSHTXHxRVSURGXFWRUHVSRUODYtDGHOFUpGLWR3DUDHOORVVH
WUDWDEDGHRUJDQL]DUXQDSDUDWRHVWDWDOGLVHxiQGRORSDUDVHUYLUDVXVH[SHFWDWLYDV
HQODVSRVLELOLGDGHVTXHDKRUDVHSUHVHQWDEDQ<VLORFRQVHJXtDQVHOHVDEULUtDQODV
SXHUWDVGHORTXHHQWpUPLQRVGHODpSRFDVHGHQRPLQDEDSURJUHVRUHGH¿QLHQGR\
reforzando su papel dominante en la sociedad.4
Muchos miembros de este sector oligárquico habían participado de forma
PiVRPHQRVDFWLYDHQODSRFRDFHUWDGDJHVWLyQGHOD)HGHUDFLyQ\FRQVXVGXGRVRV
DQWHFHGHQWHVSROtWLFRVLQLFLDEDQMXQWRDDOJXQRVHOHPHQWRVH[WUDQMHURVHOFRQWURO
de una nueva época en un país con una sociedad escasamente estructurada.5 Esta
PLQRUtDQRFRQVWLWXtDXQEORTXHFRPSDFWR(OSDtVGHDSHQDVKDELWDQWHV
SRUHQWRQFHVGHXQODGRYLYtDODVHJPHQWDFLyQWHUULWRULDOGHULYDGDGHODVGpELOHV
comunicaciones entre el extenso departamento oriental de San Miguel con el puer-
to de La Unión como el principal centro exportador con diferencia sobre cualquier
RWURODJUDQ]RQDFHQWUDOFRQHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ9LFHQWH\HOGH&XVFDWOiQOD
FDSLWDO6DQ6DOYDGRUDOVXUTXHHUDWRGDYtDXQDSHTXHxDORFDOLGDG\¿QDOPHQWHHO
amplio occidente. El grueso de la población vivía dispersa en centenares de peque-
xDVORFDOLGDGHV\Q~FOHRVUXUDOHVFRPRYDOOHV\FDQWRQHV\ODVPD\RUHVFLXGDGHV
DSHQDVDOFDQ]DEDQODFLIUDGHORVKDELWDQWHVSDUDDOJXQDVFLIUDVGHSREOD-
FLyQYHU&XDGUR63RURWURODGRODPLQRUtDGRPLQDQWHTXHXWLOL]DEDFRQVXV
WUDEDMDGRUHVUHODFLRQHVHFRQyPLFDVSUHFDSLWDOLVWDVKHUHGDGDVGHODFRORQLDHVWDED
VRPHWLGDDWHQVLRQHVHQWUHVHFWRUHVTXHDGRSWDEDQFDOL¿FDFLRQHVFRPROLEHUDOHV\
FRQVHUYDGRUHVQRVLHPSUHGHSHU¿OHVLGHROyJLFRVPX\GH¿QLGRV7 Dichas tensio-
QHVVHFRPSOLFDEDQHQODLQWHUDFFLyQFRQORVSDtVHVYHFLQRVTXHWDPELpQYLYtDQ
sus propios procesos de inserción al mercado internacional. De entre estos últimos
lógicamente destacaba Guatemala.8
A mediados de siglo entre los componentes de la citada minoría social había
militares cuya posición se había visto reforzada a raíz de los enfrentamientos arma-
dos de la Federación y posteriores; hombres nacionales y extranjeros dedicados al
FRPHUFLRLQFOX\HQGRHOGHH[SRUWDFLyQDVtFRPRDOFUpGLWR\WDPELpQJUDGXDGRV
universitarios metidos a políticos y a negociantes que aprovecharon su situación
SDUD VXPDUVH D OD ROD GH ORV EHQH¿FLRV HFRQyPLFRV IiFLOHV TXH OOHJDEDQ FRQ ORV
nuevos tiempos.9&XULRVDPHQWHIUHQWHDHOORV\DGLIHUHQFLDGHRWURVSDtVHVDXQTXH
OD,JOHVLDMXJDEDXQSDSHOVRFLDO\SROtWLFRUHOHYDQWHORVHFOHVLiVWLFRVHPSH]DURQD
SHUGHUSURQWRHOSURWDJRQLVPRTXHKDEtDQWHQLGRHQODSULPHUDPLWDGGHOVLJOROOH-
gando casi a desaparecer prácticamente de la escena política y económica hacia el
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 5

último cuarto de la centuria.10 En suma se trataba de una mezcla social de herencia

colonial más algunos cambios resultantes del proceso de transición a la república.
La posición dominante de la clase propietaria se basaba en su riqueza acumulada
durante la colonia o en las guerras mediante expropiación histórica a las sociedades
indígenas o a los posteriores enemigos. Una riqueza que conseguían reproducir y
DPSOLDUJUDFLDVDORVEHQH¿FLRVSURSRUFLRQDGRVSRUODSURGXFFLyQ\HOFRPHUFLRD
partir de unas relaciones sociales y económicas básicamente heredadas del sistema
colonial y en las que no estaba ausente la violencia.11
El sector más dinámico de la minoría dominante no permaneció estático a
partir de mediados de siglo y evolucionó con rapidez en pocos años. Conforme
HOPHUFDGRH[WHUQRVHGLQDPL]DEDORVJUXSRVPiVDFWLYRVGHODROLJDUTXtDIXHURQ
WUDQVIRUPDQGRWDPELpQODHVWUXFWXUDSURGXFWLYDLQWHUQDGHIRUPDDFRPSDVDGDDO-
teraron el orden estratégico territorial del país desplazando el eje desde el oriente
KDVWDHOFHQWURVXU\HORFFLGHQWH(QHVWHVHQWLGRIXHURQXWLOL]DQGRQXHYDVIRUPDV
\GLPHQVLRQHVFRPHUFLDOHV\¿QDQFLHUDVFRQORTXHVHFRQYLUWLHURQHQXQEORTXH
VRFLDOFODUDPHQWHGH¿QLGRTXHVHUHFRQRFtDDVLPLVPRFRPRWDO3HURWRGDYtDDO-
JXQRVDxRVGHVSXpVGXUDQWHODGpFDGDGHFXDQGRHOFDIpFRQVROLGyVXSURWD-
JRQLVPRHQODVH[SRUWDFLRQHVLQFOXVRGHQWURGHGLFKREORTXHDSDUHFHUtDQDOJXQDV
GLIHUHQFLDVGHSRVLFLyQVREUHWRGRFRQEDVHHQODFLXGDGGH6DQWD$QDTXHLPSOL-
carían consecuencias políticas a corto plazo.
Los negocios que esta minoría dominante fue ampliando generaron efectos
sociales. Uno fue la aparición de un espacio de población urbana empleada en di-
YHUVRVVHUYLFLRVLQFOX\HQGRODDGPLQLVWUDFLyQS~EOLFD(QORVQ~FOHRVXUEDQRVIXH
DSDUHFLHQGRLJXDOPHQWHXQDFDSDVRFLDOGHHVFDVRVRQXORVUHFXUVRVTXHSXVRFDGD
vez más en evidencia las contradicciones internas del modelo social que se gesta-
ba.12 Muchos de los componentes de este último sector procedían del campo don-
GHWDPELpQFUHFtDOHQWDPHQWHXQVHJPHQWRVRFLDOGHVSRMDGRGHVXVWLHUUDVFRPR
consecuencia de las políticas económicas que en estas páginas se analizarán. Las
GLIHUHQFLDVVRFLDOHVORTXHHQQXHVWURVGtDVVHKDOODPDGRODEUHFKDVRFLDOFUHFtDQ
HQHOVLJOR;,;DEXHQULWPRFRPRUHVXOWDGRGHXQSURFHVRHFRQyPLFRFDXVDGRQR
FDVXDO(QWRGRFDVRDOJXQDVFLXGDGHVDTXHOODVLQVHUWDGDVHQODVUHGHVFRPHUFLDOHV
GHH[SRUWDFLyQMXQWRDFLHUWDV]RQDVUXUDOHVVHIXHURQFRQYLUWLHQGRQDWXUDOPHQWH
HQGLVWLQWRJUDGRHQORVDXWpQWLFRVIRFRVGHOFUHFLPLHQWR
La mayoría de la población rural de El Salvador estaba compuesta por una
JUDQPDVDGHFDPSHVLQRV\GHSHTXHxRV\PHGLDQRVSURGXFWRUHVDJUDULRVPXFKRV
GHHVWRV~OWLPRVFRQUHVLGHQFLDXUEDQDPiVXQDFDQWLGDGLQGH¿QLGDGHSREODFLyQ
VLQ WLHUUD (Q UHDOLGDG DXQTXH TXL]i FRQ PHQRV FRQWUDVWHV TXH HQ *XDWHPDOD R
1LFDUDJXDHQ(O6DOYDGRUKDEtDXQDHVWUXFWXUDGHODSURSLHGDGGHODWLHUUDPX\
GHVLJXDO FRQ JUDQGHV SURSLHWDULRV TXH OOHJDEDQ D WHQHU PiV GH  KHFWiUHDV
frente a una mayoría con extensiones desde menos de una hasta varias decenas de
6 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

hectáreas.133RUORGHPiVODSRVHVLyQRODSURSLHGDGGHWLHUUDQRJDUDQWL]DEDQOD
VHJXULGDGGHODVXSHUYLYHQFLDSDUDPXFKRVFDPSHVLQRVRSHTXHxRVSURSLHWDULRV
SRUTXHGLYHUVDVFLUFXQVWDQFLDVFRPRFDWiVWURIHVQDWXUDOHVHQIHUPHGDGHVRODHMH-
cución de deudas podían dar como consecuencia la ruina para las familias.14 En
VXPDODVRFLHGDGGHXQSDtVFRPR(O6DOYDGRUHVWDEDOHMRVGHWHQHUXQFDUiFWHU
relativamente igualitario ni siquiera a mediados de siglo y mucho menos en las
décadas siguientes.15
La existencia de amplios sectores de población con escasa capacidad de ge-
QHUDUUHQWDHQGLQHURKL]RTXHDPHGLGDTXHODSURGXFFLyQDJUDULDIXHFUHFLHQGR
SDUDDXPHQWDUODVH[SRUWDFLRQHV\VHH[SDQGtDQWDPELpQODVREUDVS~EOLFDVDXPHQ-
WDUDFRQVLJXLHQWHPHQWHODGHPDQGDGHPDQRGHREUDODHFRQRPtDVHIXHUDKDFLHQ-
do más mercantilizada y una cantidad cada vez mayor de población rural necesitada
GHOLTXLGH]VHIXHVHLQFRUSRUDQGRDOPHUFDGRODERUDOGDQGROXJDUDFRQVHFXHQFLDV
HFRQyPLFDV \ VRFLDOHV GH GLYHUVD tQGROH DOJXQDV GH ODV FXDOHV \D VH DSXQWDURQ
DUULED1RH[LVWHQGDWRVSDUDORVSULPHURVDxRVGHHVWHHVWXGLRSHURHQHQXQ
LQIRUPHHVWDGtVWLFRTXHFXEULyVyORSDUWHGHOWHUULWRULRQDFLRQDOGHYDURQHV
que declararon su profesión o actividad económica en el Departamento de Santa
$QDHOVHGHFODUyMRUQDOHUR\HQHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHIXHHO
GH  GHFODUDQWHV %DMR HVWD FDWHJRUtD VH HQJOREDED D FDPSHVLQRV SHTXHxRV
DJULFXOWRUHVRSHUVRQDVFRQRWUDSURIHVLyQSHURIUHFXHQWHPHQWHFRQDFFHVRDWLHUUD
que se veían obligadas por falta de recursos a vender su fuerza de trabajo a tiempo
SDUFLDORWRWDOHQFRQGLFLRQHVPX\GHVIDYRUDEOHV(OGHVWLQRGHVXWUDEDMRHUDEiVL-
FDSHURQRH[FOXVLYDPHQWHODDJULFXOWXUD16

CUADRO 1.1
Algunas cifras de población

Año Territorio Población

1849 Distrito Cojutepeque 25.737
1849 Distrito Chalatenango 14.011
1849 Distrito Suchitoto 13.234
1855 Departamento San Salvador 80.000
1855 Departamento San Miguel 80.000
1855 Departamento Sonsonate * 75.000
1858 Departamento Santa Ana * 62.628
1858 Departamento Sonsonate 30.358
1858 Departamento Cuscatlán 34.933
1858 'HSDUWDPHQWR/D3D] 24.294
Fuente: Rodolfo Barón Castro. La población de El Salvador. Madrid, 1942. pp.449 y 451
* En 1855 se dividió el Departamento de Sonsonate, creándose el de Santa Ana.
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 7

A mediados de siglo el añil era el producto que dominaba las exportaciones

GH(O6DOYDGRUYHU&DStWXOR&XDGUR$SHVDUGHTXHHOFRPHUFLRWHUUHVWUH
KDFLD +RQGXUDV WHQtD XQ SHVR LPSRUWDQWH WRGDYtD HO SXHUWR GH /D 8QLyQ HUD HO
principal punto de exportación en aquellos años y el añil suponía entre el 80% y el
90% del valor de sus exportaciones. Existía también un sector minero sobre todo
GHSODWDFX\DSURGXFFLyQVHH[SRUWDEDHQVXWRWDOLGDGSHURFX\DPDJQLWXGVDOYR
DOJXQRVGDWRVSXQWXDOHVHVGHVFRQRFLGD\HQFXDOTXLHUFDVRQRFRPSDUDEOHFRQ
la agricultura.17 La producción minera podría haber jugado un papel relevante en la
economía con otras políticas diferentes a las muy liberales y favorecedoras de los
EHQH¿FLRVHPSUHVDULDOHVTXHOHDSOLFyODROLJDUTXtDHQHOSRGHU,JXDOPHQWHH[LVWtD
un sector manufacturero artesanal que aportaba una parte del valor de las exporta-
ciones pero cuyo destino más importante era el autoconsumo de campesinos y pe-
TXHxRVSURGXFWRUHVDVtFRPRHOGpELOPHUFDGRLQWHULRU183RU~OWLPRHQHVWRVDxRV
VHFUHDURQDOJXQDVHPSUHVDVGHLQGXVWULDOLJHUD\GHSHTXHxDHQYHUJDGXUDDXQTXH
GLJQDVGHVHUPHQFLRQDGDVFRPRODVGHGLFDGDVDODIDEULFDFLyQGHYHODV\MDERQHV
HQ6DQ6DOYDGRUSRUHMHPSORRWUDGHGLFDGDDOWHMLGRGHDOJRGyQHQ6DQ0LJXHO
algún taller para fabricar herramientas agrícolas en Santa Ana u otro en el que se
fabricaban alambiques para aguardiente en Metapán.19(QFXDQWRDOEHQH¿FLRGHO
FDIp HV SUREDEOH TXH HQ OD GpFDGD GH  \D H[LVWLHUDQ LQVWDODFLRQHV GH FLHUWD
PDJQLWXGGHODVTXHGHVJUDFLDGDPHQWHQRH[LVWHQGDWRVSDUDHVDIHFKDDXQTXHVt
para posteriores.
A mediados del siglo XIX apenas existía un mercado interno articulado en El
6DOYDGRUSHVHDODUHGXFLGDH[WHQVLyQGHODVXSHU¿FLHGHOSDtV'HMDQGRDOPDUJHQ
HO LPSRUWDQWH HVSDFLR GH HFRQRPtD DXWRVX¿FLHQWH HQ OD TXH HO JUXHVR GH OD SUR-
GXFFLyQHUDSDUDHOFRQVXPRIDPLOLDUORVSURGXFWRVTXHVHFRPHUFLDOL]DEDQHQHO
interior del país circulaban por lo general a cortas distancias para abastecer a los
diversos mercados urbanos locales.20 La salvedad en este terreno eran las nume-
URVDVIHULDVTXHVHFHOHEUDEDQDORODUJRGHODxRHQGLVWLQWDVORFDOLGDGHVGRQGHVH
LQWHUFDPELDEDQDPD\RUHVGLVWDQFLDVPHUFDQFtDVSDUDHOFRQVXPRLQWHULRUFRPR
TXHVRVJDQDGRWDEDFRSURGXFWRVDUWHVDQDOHVHWF(QODVIHULDVWDPELpQVHQHJR-
ciaba una parte de la producción tanto agrícola como artesanal que iba destinada al
PHUFDGRH[WHULRUGHVWDFDQGR*UDQ%UHWDxDFRPRGHVWLQR$VtHODxLOORVGLVWLQWRV
GHULYDGRVGHODFDxDGHD]~FDUWDEDFRFXHURV\RWURVSURGXFWRVQDFLRQDOHVHLP-
portados se comercializaban en las ferias que se representaban un papel importante
HQHVWHWUi¿FRVLELHQRWUDSDUWHGHODSURGXFFLyQSDUDODH[SRUWDFLyQVHWUDQVSRUWD-
EDGLUHFWDPHQWHDODVDGXDQDV(VWDRUJDQL]DFLyQGHOWUi¿FRGHPHUFDQFtDVSDUDOD
H[SRUWDFLyQFDPELyFXDQGRHOFDIp\DGHVGHODGpFDGDGH\VREUHWRGRHQORV
DxRVFRPHQ]yDH[WHQGHUVHHQHOFHQWUR\RFFLGHQWHGHOSDtV'HVGHHQWRQ-
FHV\HVSHFLDOPHQWHHQUHODFLyQFRQHVWDPHUFDQFtDHOSDSHOGHODVIHULDVGHFD\y
OHQWDPHQWH\HOWUDQVSRUWHVHRUJDQL]yGHWDOPDQHUDTXHHOFDIpDXQTXHSDVDQGR
8 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

SRUUHGHVPHUFDQWLOHVIXHGLUHFWDPHQWHGHVGHODV]RQDVGHSURGXFFLyQ\EHQH¿FLR
a los puertos.
'HVGHDQWHVGHPHGLDGRVGHVLJOR\HQORVDxRVVLJXLHQWHVHOHPHQWRVGHVWDFD-
dos de la minoría propietaria que comenzó a encumbrarse con la nueva apertura del
país al mercado internacional ya ocupaban puestos en la Asamblea Nacional y en el
gobierno. Desde ambos poderes del Estado elaboraban la legislación aprovechando
en parte la que ya existía y aprobando leyes nuevas adecuadas a sus nuevos objeti-
vos.21$OJXQRVGHHOORVKDEtDQVLGRRVHUtDQSURQWRSUHVLGHQWHVGHOD5HS~EOLFDRGH
OD$VDPEOHD1DFLRQDOFRPR(XJHQLR$JXLODU)UDQFLVFR'XHxDV-RVp0DUtD6DQ
0DUWtQ5DIDHO&DPSR6DQWLDJR*RQ]iOH]-XDQ-RVp%RQLOODR7HRGRUR0RUHQR
2WURVIXHURQROOHJDUtDQDVHUPX\UHOHYDQWHVKRPEUHVSROtWLFRVPLQLVWURVJREHU-
QDGRUHVGHSDUWDPHQWDOHV\UHSUHVHQWDQWHVHQOD$VDPEOHDFRPR&D\HWDQR%RVTXH
)UDQFLVFR$UEL]X&UX]8OORD0LJXHO6iL]DU0LJXHO&DVWHOODQRV1LFROiV$QJXOR
(PHWHULR5XDQR-RVp0DULD=HOD\D<DQXDULR%ODQFRR0DULDQR'RUDQWHV22 Todos
HOORVHUDQSURSLHWDULRV\DOJXQRVHPSUHVDULRVPX\DFWLYRVTXHGHVGHHOSRGHUQH-
gociaban y legislaban a la medida de sus intereses.23)LQDOPHQWHRWURVQRSDVDURQ
QXQFDDOSRGHUSROtWLFRHQDOJXQRVFDVRVSRUUD]yQGHQDFLRQDOLGDGSHURDFWXDURQ
asociados o relacionados con los anteriores y formaron parte también de ese sec-
WRUWDQDFWLYRGHODROLJDUTXtD(QWUHHOORVSXHGHQFLWDUVHD-XDQ0DXULFLR'XNH
0DQXHO7ULJXHURV$XJXVWR%RXLQHDX(QULTXH6DYDJHR-RDTXtQ0DWKpSRUFLWDU
solo algunos. En los primeros años de este estudio el poder judicial no tenía todavía
XQDJUDQGLPHQVLyQQLLPSRUWDQFLDSROtWLFDSHUR\DD¿QHVGHODGpFDGDGH
comenzó a adquirir la relevancia que tendría después. Desde entonces comenzó a
verse en puestos de jueces y magistrados a algunos de los mismos nombres que
RFXSDEDQSXHVWRVHQHO(MHFXWLYRRHQOD$VDPEOHDDOWLHPSRTXHGHVDUUROODEDQVXV
HPSUHVDVDJUDULDVFRPHUFLDOHVRGHRWUDQDWXUDOH]DFRPRHO\DFLWDGR&UX]8OORD
&RUQHOLR/HPXV'LRQLVLR$UiX]-RVp5RVD3DFDV\RWURV
*
(QLQLFLyVXSUHVLGHQFLDHOPHQFLRQDGR'RURWHR9DVFRQFHORVVXFHGLHQ-
do a Eugenio Aguilar. Había sido un estrecho colaborador del liberal y unionis-
ta centroamericano Francisco Morazán.24 Vasconcelos era lo que se conocía en la
pSRFD\QRVyORHQ(O6DOYDGRUFRPRXQ³SURSLHWDULR´HVGHFLUDOJXLHQTXHWHQtD
SURSLHGDGHQWLHUUDRHQFDSLWDOPHUFDQWLOHQPDJQLWXGHVUHOHYDQWHVTXHHQHVWRV
DxRVVHHVWDEOHFtDHQHOQLYHOPtQLPRGHSV25 La consagración con carácter
inviolable de la propiedad privada que habían establecido los intelectuales orgáni-
FRVGHODVEXUJXHVtDVHXURSHDV\QRUWHDPHULFDQDHQHOVLJOR;9,,,IXHDGRSWDGD
con satisfacción por las oligarquías hispanoamericanas como un principio que les
DVHJXUDEDVXGRPLQLRHFRQyPLFR\VRFLDO$VtVHH[SUHVDEDHOSHULyGLFRR¿FLDOHQ
1849: “¿Qué medios tienen nuestros gobiernos para fomentar el desarrollo de la
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 9

LQGXVWULD\HOIRPHQWRGHODULTXH]D"7LHQHQVLQGXGDDOJXQDHOPiVSRGHURVRFXDO
HVHOGHD¿DQ]DUSRUOH\HVSURWHFWRUDVODSURSLHGDG\ODVHJXULGDGLQGLYLGXDO´26
Evidentemente la frase era pronunciada desde posiciones oligárquicas y el princi-
pio no sería aplicable ni fue aplicado a otros sectores de la sociedad. Vasconcelos
tenía tierras en el oriente del país y formaba parte de la mencionada minoría social
TXHRVWHQWDEDSRGHUHFRQyPLFRSROtWLFR\PLOLWDU27 Algunos de sus ministros fue-
URQ)UDQFLVFR0RQWDOYRSURSLHWDULRTXHKDEtDHVWXGLDGR)LORVRItD\SRVWHULRUPHQ-
WHVHUtDPLQLVWURGH+DFLHQGDFRQHOSUHVLGHQWH)UDQFLVFR'XHxDV\5DIDHO3LQR
PpGLFRSRUOD8QLYHUVLGDGGH6DQ&DUORVGH*XDWHPDOD\WLWXODUGHYDULDVFDUWHUDV
HQWUHODVFXDOHVWDPELpQGH+DFLHQGDGRVSHUVRQDVGHFRUWDWUD\HFWRULDSROtWLFD\
económica los años siguientes.28
Vasconcelos fue el primer presidente en tener que afrontar el reto de las ex-
pectativas del crecimiento comercial que se anunciaba en estos años. A ello se aña-
GtDODSRVLELOLGDGGHGLVSRQHUDFRUWRSOD]RXQSDVRLQWHURFHiQLFRSRU1LFDUDJXD
DGHPiVGHOIHUURFDUULOSRU3DQDPiORTXHKDUtDPiVUiSLGDVODVFRPXQLFDFLRQHV\
más barato el comercio con Europa y el este de Estados Unidos.293HURHOSUHVLGHQWH
HUDXQKRPEUHGHOWLHPSRTXHVHLEDDQFODGRHQODYLVLyQGHODUHDOLGDGGHODTXH
SURFHGtDTXHLQFOXtDODXQLGDGFHQWURDPHULFDQD$XQTXHQRLJQRUDEDODVQRWLFLDV
entusiastas que llegaban de California y emprendió acciones para comenzar a adap-
WDUHOSDtVDOPXQGRGHORVQXHYRVQHJRFLRVFRPROD¿UPDGHDOJXQDVFRQWUDWDV
para obras públicas y el intento de acuñar monedas porque El Salvador no tenía mo-
QHGDQDFLRQDOQRTXLVRHYLWDUDOJXQRVFRQÀLFWRVTXHUHVXOWDURQFRQWUDSURGXFHQWHV
para el objetivo de crecimiento del país y para sí mismo.30 El primero fue con Gran
Bretaña a raíz de unas reclamaciones económicas ciertamente abusivas y que su
gobierno consideraba injustas. Inglaterra llegó a ocupar islas en el golfo de Fonseca
\EORTXHyORVSXHUWRVGHOD5HS~EOLFDLQFOXLGR/D8QLyQHOPiVLPSRUWDQWHGHO
SDtVHQWRQFHVFDXVDQGRSHUMXLFLRVDOFRPHUFLR\DOD+DFLHQGDQDFLRQDOHV313HUR
HOVHJXQGRIXHPiVJUDYH\ORFRQGXMRDXQDFRQIURQWDFLyQFRQ*XDWHPDODGHVGH
donde se acusaba a El Salvador de un comportamiento hostil y viceversa.323UHRFX-
SDGRSRUHOSUREOHPDGHOD³QDFLRQDOLGDG´9DVFRQFHORVHQXQLyQFRQ+RQGXUDV
llegó de hecho a un enfrentamiento armado con Guatemala en la batalla de La Ara-
GD&KLTXLPXOD*XDWHPDODHQIHEUHURGHTXHOHFRVWyDOSDtVXQDGHUURWD\
XQLPSRUWDQWHVDOGRGHPXHUWRV\DOSURSLR9DVFRQFHORVODGLPLVLyQ33 Todo esto
VXSXVR OyJLFDPHQWH XQ DPELHQWH DGYHUVR SDUD HO HVWDGR GH OD +DFLHQGD TXH \D
arrastraba problemas originados en los años de la Federación: una deuda pública
PX\IXHUWHHQUHODFLyQFRQXQDHVWUXFWXUD¿VFDOUHJUHVLYDTXHJHQHUDEDXQDVLWXD-
FLyQ¿QDQFLHUDGLItFLOPHQWHPDQHMDEOH\DSRUHQWRQFHV3HVHDHOORV9DVFRQFHORV
OOHJyDDODUGHDUGHDXPHQWRGHODVUHQWDVQDFLRQDOHVGXUDQWHVXPDQGDWRUHVDOWDQGR
OD³SRVLFLyQGHHQJUDQGHFLPLHQWR\SURVSHULGDG´HQTXHVHHQFRQWUDEDHO(VWDGR
en un tono de optimismo que sería muy frecuente en casi todos los presidentes futu-
10 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

URV'HVSXpVGHODGHUURWDPLOLWDU\GHVXGLPLVLyQFRPRSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD
9DVFRQFHORVSDVyDOJXQRVDxRVHQVHJXQGRSODQRSHURUHJUHVyDODYLGDSROtWLFD\
llegó a ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional en 1872.34'HWRGDVIRUPDV
SHVHDODVGL¿FXOWDGHVYLYLGDVHQWpUPLQRVSROtWLFRVGHVGHODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDO
GHO(VWDGRHOYLUXVGHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFR\DKDEtDDUUDLJDGRHQORVVHFWRUHV
empresariales más ambiciosos de la clase dominante.
Doroteo Vasconcelos vivió una difícil coyuntura cuando al concluir su primer
PDQGDWRSUHVLGHQFLDOHQVHKL]RUHHOHJLUQXHYDPHQWHSURYRFDQGRXQUHFKD]R
SRUEXHQDSDUWHGHODVFiPDUDVGHGLSXWDGRV\VHQDGRUHVTXHORDFXVDEDQGHKDEHU
violado la constitución. Entre otros críticos con esta decisión de Vasconcelos estaba
)UDQFLVFR'XHxDVTXHTXHUtDSUHVHQWDUVHFRPRFDQGLGDWRDODSUHVLGHQFLDGHOD5H-
pública. Su oposición al presidente en aquella ocasión no impidió que poco después
aceptara incorporarse al gobierno en un gesto que muchos interpretaron como una
ÀDJUDQWHFRQWUDGLFFLyQSROtWLFD\XQHMHUFLFLRGHRSRUWXQLVPRDXQTXHOyJLFDPHQWH
él no lo vio así.35 Este era un ejemplo de la volubilidad de algunos políticos del país
HQHVWRVDxRVRTXL]iPiVELHQGHODDPELFLyQSROtWLFDGH'XHxDV
(QHIHFWRHQVHSWLHPEUHGH9DVFRQFHORVLQFRUSRUyDVXJRELHUQRFRPR
PLQLVWURGH+DFLHQGD\*XHUUDDODLQÀX\HQWH¿JXUDSROtWLFDTXH\DHUD'XHxDV36
&RQDxRVHUD/LFHQFLDGRHQ'HUHFKRSRU*XDWHPDODKDEtDVLGRDQWHULRUPHQWH
ministro con Eugenio Aguilar y era senador y rector de la Universidad Nacional
cuando fue nombrado ministro de nuevo.37 Es más que probable que Dueñas ya fue-
UDXQKRPEUHFRQUHFXUVRVHFRQyPLFRVDPHGLDGRVGHVLJORSHURHOQRPEUDPLHQWR
de Vasconcelos fue un escalón más en el camino que hizo de él uno de los políticos
y hombres de negocios más prominentes del país en el siglo XIX. Después de unos
PHVHVFRPRPLQLVWURWUDVODGLPLVLyQGH9DVFRQFHORVHQIHEUHURGH\FRPR
Dueñas acumulaba también el puesto de primer senador designado para ocupar el
SRGHUHQFDVRGHDXVHQFLDGHOSUHVLGHQWHDVFHQGLyLQWHULQDPHQWHDODSUHVLGHQFLD38
3RU~OWLPRFXDQGRD¿QHVGHFRQFOX\yHOSHUtRGRGHJRELHUQRGH9DVFRQFH-
ORV'XHxDVVHSUHVHQWyFRPRFDQGLGDWRDODVHOHFFLRQHVSUHVLGHQFLDOHV\ODVJDQy
FRQORTXHVHFRQYLUWLyHQSUHVLGHQWHHOHFWRGXUDQWHHOELHQLR(VGHFLUTXH
DSDUWHGHXQRVVHLVPHVHVFRPRPLQLVWURGH+DFLHQGD\*XHUUDHOSULPHUSHUtRGR
de Dueñas como presidente fue duró dos años y nueve meses.
A pesar de ser contemporáneo de Vasconcelos y de haber trabajado también
FRQ0RUD]iQTXL]iORVGLH]DxRVGHGLIHUHQFLDTXHKDEtDHQWUHDPERVKDFtDQGH
'XHxDVXQDSHUVRQDOLGDGPX\GLIHUHQWHDODGHDTXpO\VXPDQHMRGHODSROtWLFDDVt
FRPRGHODHFRQRPtDGLVWDEDPXFKRGHOTXHSUDFWLFDEDHODQWLJXRPLOLWDU'XHxDV
HUDXQKRPEUHGHOWLHPSRTXHYHQtD\UHSUHVHQWDED\FDQDOL]DEDORVLQWHUHVHVGHXQ
sector social que tenía claro que había que sacar partido de las oportunidades eco-
QyPLFDVTXHVHHVWDEDQSUHVHQWDQGRDFXDOTXLHUFRVWD3RUIRUPDFLyQSRUFDUiFWHU
\SRUYLVLyQSROtWLFDHUDORTXHVHSRGUtDFDOL¿FDUFRPRXQWpFQLFRGHOOLEHUDOLVPR
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 11

GH PHGLDGRV GH VLJOR HQ VX YHUVLyQ FRQVHUYDGRUD HV GHFLU FRQVHUYDED WLFV GHO
$QWLJXR5pJLPHQFRPRSRUHMHPSORHQVXUHODFLyQFRQOD,JOHVLDDXQTXHWHQtD
los ojos puestos en el avance del capital y todo ello en un país con una estructura
VRFLDOFRPRODGH(O6DOYDGRU'HKHFKRpOVHGH¿QtDFRPROLEHUDO39 Él sí tenía un
SUR\HFWRGH¿QLGRGHORTXHODROLJDUTXtDWHQtDTXHKDFHUFRQHOSDtV\VLKXELHUD
TXHGHVWDFDUXQUDVJRSRUHQFLPDGHRWURVHQHOSHU¿OSROtWLFRGH'XHxDVpVHSRGUtD
VHUHOSUDJPDWLVPRGHORTXHKDFtDDODUGH(QHVWRVSULPHURVDxRVVHJDQyHQH-
PLVWDGHVVXIULyDOJ~QLQWHQWRGHGHUURFDPLHQWR\PiVWDUGHGXUDQWHHOJRELHUQR
GH*HUDUGR%DUULRVSULPHURVHH[LOLy\GHVSXpVIXHH[SXOVDGRSRUHVWHSUHVLGHQWH
3RVWHULRUPHQWH WUDV HO JROSH GH HVWDGR TXH GLR ¿Q D VX VHJXQGD SUHVLGHQFLD HQ
WDPELpQIXHH[SXOVDGRSRU6DQWLDJR*RQ]iOH]SDUD¿QDOPHQWHPRULUHQ6DQ
Francisco en 1884.
&RPR PLQLVWUR GH 9DVFRQFHORV 'XHxDV PRVWUy HQHUJtD HQ DOJXQDV GH VXV
GHFLVLRQHVYLQFXODGDVDOFRPHUFLRH[WHULRU\HVSHFt¿FDPHQWHDODVSRUHQWRQFHV
FRPSOLFDGDVUHODFLRQHVFRQ*XDWHPDODUHVSRQGLHQGRHQWpUPLQRVGHLJXDOGDGDO
país vecino y aplicándole las mismas tarifas comerciales que las que aquél aplicaba
D(O6DOYDGRUFRPR\DVHYLR403RURWUDSDUWH\HQXQRGHVXVJHVWRVGHSUDJPDWLV-
PRGHVSXpVGHODGHUURWDGH/D$UDGDSURPRYLyODGLVROXFLyQGHOHMpUFLWRTXHVH
PDQWHQtDHQODIURQWHUDFRQ*XDWHPDODTXHFRQVXPtDUHFXUVRV\JUDYLWDEDVREUH
ORVUHFXUVRVGHO(VWDGR/DVROXFLyQGHOFRQÀLFWR\ODUHGXFFLyQGHJDVWRVPLOLWDUHV
le permitieron suspender un empréstito que el gobierno había solicitado con oca-
VLyQGHODJXHUUDDOLYLDQGRFRQHOORODGHXGDS~EOLFDVLELHQGXUDQWHVXSUHVLGHQFLD
ODGHXGDFUHFLyVXVWDQFLDOPHQWHGHELGRDODHVWUXFWXUDGHOD+DFLHQGDVRVWHQLGDSRU
el suyo y por los demás gobiernos del país.
Otra actuación importante de Dueñas en aquellos momentos fue la solución
GHOFRQÀLFWRFRQ*UDQ%UHWDxDTXHUHFODPDEDXQDVLQGHPQL]DFLRQHVSRUGDxRVD
DOJXQRVGHVXVV~EGLWRVHQDOWHUDFLRQHVSDVDGDV7UDVODGL¿FXOWDGHVKDELGDVFRQ
9DVFRQFHORV\HOEORTXHRGHORVSXHUWRVVDOYDGRUHxRVDOFRQWUDULRTXHDTXpO'XH-
xDVFHGLyDQWH,QJODWHUUD\VHDYLQRDSDJDUDOJRPiVGHSVORTXHWHUPLQy
con el bloqueo inglés y permitió el crecimiento del comercio exterior nacional en
DPiVGHSVFLIUDPX\VXSHULRUDODSDJDGDD*UDQ%UHWDxDDVHJXUD-
ba Dueñas en su tono pragmático.41
(QHOWHUUHQRGHOFRPHUFLRHVUHOHYDQWHORTXHD¿UPDEDHOSUHVLGHQWHHQPDU]R
GHODxRVLJXLHQWHHQXQWRQRTXHGHVSUHQGtDRSWLPLVPR\DXWRFRPSODFHQFLD
por su gestión: “todo alrededor marcha a pasos acelerados” debido al “progreso”
TXHpOHVWDEDLPSXOVDQGRHQPHGLRGHSD]\RUGHQGHEXHQDVUHODFLRQHVFRQORV
países vecinos y con la Iglesia.42 Había cuestiones de las que se sentía especialmen-
WHVDWLVIHFKR\XQDGHHOODVHUDHOFUHFLPLHQWRGHOFRPHUFLRH[WHULRUVREUHHOTXH
hacía un interesante comentario: durante el gobierno federal el puerto de La Unión
DSHQDVJHQHUDEDLQJUHVRVSDUDHO(VWDGRSRUYDORUGHRSVPLHQWUDV
12 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

DKRUDURWDOD)HGHUDFLyQHLPSRUWiQGRVHWRGRSRUSXHUWRVVDOYDGRUHxRVHOFRPHU-
FLRVHKDEtDGLVSDUDGR\VHKDEtDQFXDGUXSOLFDGRORVLQJUHVRV¿VFDOHVGHPDQHUD
TXH /D 8QLyQ KDEtD SURGXFLGR $FDMXWOD  \ /D /LEHUWDG 
ps. Al margen de la creciente demanda de California que explicaba en parte estas
FLIUDV\TXHHOSUHVLGHQWHQRPHQFLRQDEDODVYHQWDMDVTXH'XHxDVHQFRQWUDEDHQOD
ruptura de la Federación mostraban su tendencia nacionalista que no debía ser solo
suya; y ello a pesar de que él mismo había participado en 1848 en conversaciones
internacionales para restablecer la unión centroamericana.43 Esta posición estaba
HQOtQHDFRQDFWLWXGHVTXHGHVGHODROLJDUTXtD\SRULQWHUHVHVHFRQyPLFRVSURSLRV
en la década de 1890 rechazarían la recuperación de la unidad centroamericana.44
6XUHÀH[LyQHUDPX\UHYHODGRUDGHODLQWHQFLyQGHODIUDFFLyQPiVSRGHURVDGHOD
oligarquía de avanzar en su proyecto de clase desvinculada de sus correspondientes
regionales.
Desde 1852 Dueñas gobernó con un enorme margen de libertad. Con la excu-
sa de que había vacíos en la legislación y de que la Hacienda necesitaba un “mejor
DUUHJOR´ OD$VDPEOHD 1DFLRQDO DSUREy FRQFHGHU D 'XHxDV OD IDFXOWDG GH GLFWDU
OH\HV QRPEUDU MXHFHVPRGL¿FDU ODV OH\HV GH +DFLHQGD\ WRPDURWUDV GHFLVLRQHV
VLQ DSUREDFLyQ SUHYLD GHO /HJLVODWLYR TXH UHYLVDUtD OD DFWXDFLyQ GHO (MHFXWLYR a
posteriori.45(VWRORDSUREyXQD$VDPEOHDGRQGHHVWDEDQ&D\HWDQR%RVTXH-XDQ
-RVp%RQLOOD-RVp0DUtD6DQ0DUWtQ7HRGRUR0RUHQR0i[LPR$UDXMR<DQXDULR
%ODQFR\-RVp0DUtD/HWRQDHQWUHRWURVHVGHFLUXQDVyOLGDUHSUHVHQWDFLyQGHOD
minoría dominante.46 Se trataba de una concentración de poder ciertamente notable
y lo que se podría considerar como un desequilibrio en este sentido en el funcio-
QDPLHQWRGHO(VWDGR(QHOGLVFXUVRDQWHOD$VDPEOHDGHODxRVLJXLHQWH'XHxDV
aclaró que dicha facultad la había utilizado sólo “alguna que otra vez” para propor-
cionar algún bien al Estado o remover algún obstáculo en Hacienda o Instrucción
3~EOLFDORTXHSDUHFtDXQHVIXHU]RSRUWUDQTXLOL]DUDTXLHQSXGLHUDHVWDULQTXLHWR
ante esta especial cuota de poder en manos de la presidencia.
Una vez que hubo resuelto los problemas externos y había conseguido el
VX¿FLHQWH SRGHU 'XHxDV VH SXGR GHGLFDU D DWHQGHU ORV DVXQWRV GHO LQWHULRU SDUD
LPSXOVDU³ODFLYLOL]DFLyQHOPHMRUDPLHQWRGHOOLQDMHKXPDQRULTXH]DV\WRGDHV-
pecie de comodidades que hacen grata la misión del hombre en la tierra.” Dueñas
DQXQFLDEDHOFUHFLPLHQWRGHODVUHQWDVPDUtWLPDVODDPRUWL]DFLyQGHJUDQSDUWHGH
ODGHXGDLQWHULRUODFRQVLGHUDEOHH[SRUWDFLyQGHORVIUXWRVDJUtFRODV\HODXPHQWR
GHODVULTXH]DVGHO(VWDGRVLQH[SOLFDUSRUVXSXHVWRTXHVHWUDWDEDGHSURFHVRV
que no guardaban entre sí una relación causa-efecto.473RUHMHPSORHODXPHQWRGH
ODVLPSRUWDFLRQHVTXHJHQHUDEDQODVUHQWDV¿VFDOHVPDUtWLPDVSRGtDFRQWULEXLUD
DPRUWL]DUODGHXGDS~EOLFDSHURJXDUGDEDXQDUHODFLyQYDULDEOHFRQHODXPHQWRGH
ODVH[SRUWDFLRQHV\PiVELHQKDEUtDTXHH[SOLFDUORDODLQYHUVD(QWRGRFDVRHVWDV
últimas apenas pagaban impuestos a Hacienda y no contribuían a la reducción de la
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 13

GHXGDFRPRSDUWHGHODSROtWLFDIDYRUHFHGRUDGHORVLQWHUHVHVGHORVJUXSRVGRPL-
QDQWHVWDQWRDJUtFRODVFRPRWDPELpQPLQHURV3RURWUDSDUWH'XHxDVQRPHQFLRQD-
EDODGHXGDH[WHUQDTXHWRGDYtD(O6DOYDGRUDUUDVWUDED\DOUHIHULUVHDODV³ULTXH]DV
GHO(VWDGR´HQUHDOLGDGLGHQWL¿FDEDDO(VWDGRFRQORVVHFWRUHVSURSLHWDULRVGHOD
VRFLHGDG\QRFRQRWURVFRPRHUDKDELWXDOHQHOGLVFXUVRGHODROLJDUTXtD
Dueñas entendía que desde su gobierno se había alentado el espíritu de
HPSUHVD SURWHJLHQGR HO GHVDUUROOR GH ORV LQWHUHVHV PDWHULDOHV \ DFRJLHQGR ID-
YRUDEOHPHQWH FXDOTXLHU SURSXHVWD ~WLO ELHQ SURFHGLHUD GH H[WUDQMHURV R GH QD-
FLRQDOHVORTXHHUDFLHUWR$VtVHKDEtDQ¿UPDGRFRQWUDWDVVREUHPLQHUtDVREUH
QDYHJDFLyQSRUHO/HPSDRWUDVSDUDTXHYDSRUHVGH3DQDPi\&DOLIRUQLDWRFDVHQ
HQSXHUWRVQDFLRQDOHVDFHOHUDQGRHOFRPHUFLRFRQ(XURSDDVtFRPRSDUDPHMRUDU
ODVLQVWDODFLRQHVSRUWXDULDVGH$FDMXWOD\/D8QLyQSDUDDGTXLULUPDWHULDOPLOL-
WDU\SDUDFRQVWUXLUHGL¿FLRVHQODFDSLWDOSDUDDOEHUJDUDOD6XSUHPD&RUWH\DO
Ejecutivo. En esta oleada de decisiones merece destacarse el anuncio de que se
KDEtDFRPSUDGRXQFXxRSDUDTXHHOSDtVSXGLHUDWHQHUVXSURSLDPRQHGDORTXH
era indicio de que Dueñas consideraba este asunto un elemento importante en
HVWHSURFHVRGHFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRTXHVHHVWDEDFRPHQ]DQGRDYLYLU3HUR
HOKHFKRHVTXHFRPRDQWHVVXFHGLyFRQ9DVFRQFHORVQRVHOOHJyDSURFHGHUDOD
acuñación de moneda. Esta circunstancia se volvería a repetir en el futuro y la
UHLWHUDGDGL¿FXOWDGSDUDSRGHUGLVSRQHUGHXQDPRQHGDQDFLRQDOQRSDUHFHTXH
fuese casual.
'XHxDVVHPDUDYLOODEDGHORVDYDQFHVHQHOWHUUHQRGHODVFRPXQLFDFLRQHVDVt
FRPRGHO³UXLGRGHORVWDOOHUHVHOPRYLPLHQWRGHOFRPHUFLRODGXOFHWUDQTXLOLGDG
GHODJULFXOWRUHODUGRURVRHPSHxRGHORVTXHFXOWLYDQODVFLHQFLDV\ODFRQ¿DQ]D
general de todas las clases de la sociedad.” Estaba claro que tenía una visión muy
selectiva de la estructura social y no incluía en “todas las clases de la sociedad”
DORVMRUQDOHURVDJUtFRODVVREUHFX\RWUDEDMRWHQtDXQDFRQFHSFLyQPX\GXUDTXH
SUREDEOHPHQWHQRFRQWULEXtDDTXHFRPSDUWLHUDQODFRQ¿DQ]DDODTXHHOSUHVLGHQWH
se refería.48
(QODQXHYDVLWXDFLyQGHFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRHOGHVSHJXHRFXUUtDOHQWD-
PHQWHSHUR\DKDEtDVLJQRVGHDXPHQWRGHODSUHVLyQSRUODGLVSRQLELOLGDGGHOD
mano de obra tanto para la agricultura –el café era un cultivo menor todavía aunque
HUD LPSXOVDGR GHVGH HO JRELHUQR±  FRPR SDUD ODV REUDV S~EOLFDV49 La demanda
de fuerza de trabajo había sido una constante desde la época colonial y se había
SURORQJDGRHQORVDxRVGHOD)HGHUDFLyQ\WUDVVXGHVDSDULFLyQFRPRFRQVHFXHQFLD
GHORVHIHFWRVGHODVPRYLOL]DFLRQHVPLOLWDUHV\ODJXHUUD$KRUDSRFRDSRFROD
SUHVLyQDXPHQWDED(Q'XHxDVFRPRSUHVLGHQWHLQWHULQRUHLWHUyXQGHFUHWR
GHOD$VDPEOHD*HQHUDOGHVREUHODVUHODFLRQHVGHWUDEDMRHQHOSDtV\SULQFL-
SDOPHQWHHQHOFDPSR(OGHFUHWRSDUWtDGHODEDVHGHTXHORVSULQFLSDOHVGHEHUHV
GHOD$VDPEOHDHUDQSURSRUFLRQDUDORV³V~EGLWRV´VLFORVPHGLRVPiVH¿FDFHV
14 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

SDUDVXPHMRUD\UHSDUDFLyQGHODVSpUGLGDVVXIULGDVWUDVORVFRQÀLFWRVGHOD)HGH-
UDFLyQGDUVHJXULGDGDODVSURSLHGDGHVGHORVSDUWLFXODUHV\RFXSDFLyQDORVTXH
no la tenían para que pudieran adquirir por medios justos una subsistencia segura
\¿QDOPHQWHKDFHUGHVDSDUHFHUHOIUDXGH\HOHQJDxRTXHVHKDEtDQHVWDEOHFLGRHQ
la “clase jornalera” para dar impulso al importante ramo de la agricultura. A partir
GHHOORHOGHFUHWRUHJXODEDODVUHODFLRQHVHQWUHORVSURSLHWDULRV\ORVMRUQDOHURV
TXH VH FRQWUDWDEDQ FRQ IUHFXHQFLD SRU DGHODQWDGR\ HVWDEOHFtDODV SHQDV ItVLFDV
KDVWDSDORVSRULQFXPSOLPLHQWRGHVXVFRPSURPLVRV50 Las relaciones eran du-
UtVLPDVSDUDORVWUDEDMDGRUHVTXHSHUFLEtDQJHQHUDOPHQWHGRVUHDOHVSRUMRUQDO\
HVWXYLHURQYLJHQWHVGXUDQWHPXFKRVDxRVDXQTXHHOFDVWLJRItVLFRIXHDEROLGRSRU
el presidente Gerardo Barrios.
(QODDJULFXOWXUDTXHHUDHOVHFWRUEiVLFRGHODHFRQRPtDORVLQFXPSOLPLHQ-
WRVGHORVFRPSURPLVRVSRUORVMRUQDOHURV\ODFRQÀLFWLYLGDGHQWUHHVWRV\ORVSUR-
SLHWDULRVHUDQIUHFXHQWHVSRUGLYHUVDVFDXVDVHFRQyPLFDVVRFLDOHV\FXOWXUDOHV/RV
WHUUDWHQLHQWHV\ODPD\RUtDGHORVSROtWLFRVHQHOJRELHUQR\OD$VDPEOHDORHUDQ
achacaban tales problemas a lo que consideraban la vagancia de los trabajadores y
SURQWRFRPHQ]DURQDKDFHUUHFDHUODUHVSRQVDELOLGDGGHVXVGL¿FXOWDGHVDODIDOWD
GHFXPSOLPLHQWRGHODVOH\HVSRUSDUWHGHODVDXWRULGDGHVORFDOHVORVDOFDOGHV\SRU
RWUDSDUWHORVMXHFHV513DUDORVVHFWRUHVROLJiUTXLFRVVLWXDGRVHQODDGPLQLVWUDFLyQ
FHQWUDOGHO(VWDGRORVPHFDQLVPRVGHOSRGHUQRHVWDEDQWRGDYtDVX¿FLHQWHPHQWH
HQJUDVDGRV-XQWRDODDJULFXOWXUDODVREUDVS~EOLFDVLQLFLDURQWDPELpQVXGHVSHJXH
\\DIXHUDQHMHFXWDGDVGLUHFWDPHQWHSRUODDGPLQLVWUDFLyQRIXHUDQFRQWUDWDGDVSRU
HPSUHVDVSDUWLFXODUHVWDPELpQFRQVWLWXtDQXQIRFRGHGHPDQGDGHIXHU]DGHWUDEDMR
TXHFRPSOLFDEDHOVXPLQLVWURDODVWDUHDVDJUtFRODV3RUHOORHQWUHRWUDVPHGLGDV
VHHPSOHyIUHFXHQWHPHQWH\VHLQWHQVL¿FyODXWLOL]DFLyQGHPDQRGHREUDUHFOXVD
En 1849 el gobierno estaba construyendo el primer presidio en San Miguel para
abastecer a las obras de infraestructuras que se estaban emprendiendo y en junio
de 1851 construía otro en la capital “para atender a las muchas obras que deben
HPSUHQGHUVH´<DVHKDOODSUHSDUDGRHOHGL¿FLRVHHVWDEDQIDEULFDQGRFDGHQDV\
KHUUDPLHQWDV\VHHVWDEDUHXQLHQGRDORVUHRVSDUDSURFHGHUDODUUHJORGH¿QLWLYR
Sucesivamente se irían construyendo otros para poder realizar obras útiles para el
país de las que se carecía.52 Con el mismo objetivo de poder disponer de fuerza de
WUDEDMRVX¿FLHQWHHQRWURVOXJDUHVVHUHFXUUtDDODDQH[LyQGHDOGHDV\SXHEORVD
localidades de mayor tamaño y crecimiento para aprovechar la mano de obra.
3HURHQWRGRFDVRVHLQVLVWtDHQODUHVSRQVDELOLGDGGHDOFDOGHV\MXHFHV$Vt
desde el entorno de los gobiernos se creía que existía un alto grado de impunidad
por la forma en que se ejecutaban las sentencias de los tribunales por parte de los
alcaldes o los jueces del país en lugares distantes del tribunal supremo de justicia.
'HVGHXQHGLWRULDOGHOSHULyGLFRR¿FLDOVHUHDOL]yXQFiOFXORSDUWLHQGRGHOKHFKRGH
TXHHO(VWDGRWHQtDHQWRQFHVSDUWLGRVFRQXQMXH]GHLQVWDQFLDHQFDGDXQR
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 15

unos letrados y otros que no lo eran. Cada uno de ellos enviaba a la Corte multitud
de causas y los magistrados despachaban al menos dos causas al día en las dos
FiPDUDV H[LVWHQWHV GH PDQHUD TXH PHGLDQWH XQ FiOFXOR SUXGHQFLDO GHEtD KDEHU
DQXDOPHQWH  UHRV FRQGHQDGRV D SUHVLGLR D REUDV S~EOLFDV R D UHFOXVLyQ \
con dicha cantidad de trabajadores podían haberse hecho obras públicas de mayor
LPSRUWDQFLDHQWRGRHOSDtV<HVPiVVHFDOFXODEDTXHTXHGDEDQLPSXQHVRWURV
 GHOLQFXHQWHV PiV 3HUR VH SUHJXQWDED HO HGLWRULDOLVWD DXQTXH IXHVHQ VyOR
WUDEDMDGRUHV¢TXpQRVHSXHGHKDFHUFRQWUDEDMDGRUHVFDGDDxR"¢FyPR
QRHVWDUtDQQXHVWURVSXHUWRVQXHVWURVFDPLQRVQXHVWURVSDVHRV\RWURVHVWDEOHFL-
mientos públicos?53 De planteamientos como éste nació la idea de crear jueces con-
WUDODYDJDQFLDSDJDGRVSRUHO)LVFRWUDWDQGRGHUHIRU]DUHOHVWDGRGHORVDSDUDWRV
UHSUHVLYRVTXHHUDGRQGHODROLJDUTXtDFUHtDTXHHVWDEDHOSUREOHPD54 En términos
JHQHUDOHVHQVHKDEODEDGHORVMXHFHVFRQVLGHUDGRTXHXQDGHODVIXQFLRQHV
principales del Legislativo era “proporcionar la recta y pronta administración de
MXVWLFLDSDUDDVHJXUDUDODVSHUVRQDV\SURSLHGDGHVHORUGHQ\ODWUDQTXLOLGDGLQWH-
ULRUGHOHVWDGR´\VHHVSHFL¿FDEDGyQGHKDEUtDOHWUDGRV±KDVWDGRV±\VXVVDODULRV
\GyQGHVyORKDEUtDXQRTXHQRWHQtDSRUTXpVHUOHWUDGR55 El Estado crecía a la
medida de los intereses de los grupos dominantes.
$O ¿QDOGHVXPDQGDWR'XHxDVGHFtDREVHUYDU³FRQWHQWRJHQHUDOHQWRGDV
ODV FODVHV VDQDV GH OD VRFLHGDG´ \ SHGtD TXH TXLHQTXLHUD TXH OOHJDVH D OD SUHVL-
GHQFLD FRQVHUYDUD DTXHO ³RUGHQ GH FRVDV D IDYRU GH ORV LQWHUHVHV GHO (VWDGR´
&RQXQSHU¿OPiVLQWHOHFWXDOTXHRWURV'XHxDVIRUPDEDSDUWHGHODROLJDUTXtDTXH
H[SOtFLWDPHQWHHVWDEDFRQWULEX\HQGRDGHVDUUROODU\SHGtDTXHVHPDQWXYLHVHXQD
política de reforzamiento de las relaciones económicas y sociales en que se basaba
su posición privilegiada.
*
El crecimiento económico internacional avanzaba durante la década de 1850
\ORVJUXSRVPiVGLQiPLFRVGHSURSLHWDULRV\FRPHUFLDQWHVGH(O6DOYDGRUDXQTXH
WRGDYtDWtPLGDPHQWHLQWHQWDEDQDPSOLDUVXSDUWLFLSDFLyQHQODIDVHH[SDQVLYDTXH
VHHVWDEDJHQHUDQGR<DKDEtDHVIXHU]RVSRULPSXOVDUFXOWLYRVFRPRODXYDODYDL-
QLOOD\RWURVDGHPiVGHOFDIpFRQODHVSHUDQ]DGHTXHODGHPDQGDGHDOJXQRGHHOORV
se conectase al crecimiento del mercado internacional.56 La política de Francisco
'XHxDVQRKDEtDVLGRVRORVX\DVLQRGHODFODVHVRFLDOTXHpOUHSUHVHQWDED\DXQTXH
FRQRWURVSHU¿OHVGLFKDSROtWLFDFRQWLQXy(OQXHYRSUHVLGHQWHHOHJLGRSRUODPL-
QRUtDGRPLQDQWHHUD-RVp0DUtD6DQ0DUWtQQDFLGRHQ+RQGXUDVSURSLHWDULR
en Chalatenango y coronel por entonces. Había sido uno de los representantes y
presidentes de la Asamblea Nacional que estuvo apoyando la trayectoria de Dueñas
como presidente y ahora dedicaría sus esfuerzos a mejorar los mecanismos de con-
trol que la oligarquía estaba imponiendo a la sociedad.57
16 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

5HFLpQLQDXJXUDGRVXPDQGDWR6DQ0DUWtQGHFODUyTXHHOPD\RUSUREOHPD
TXHKDEtDUHFLELGRHUDODVLWXDFLyQGHOD+DFLHQGD\HVTXHODGHXGDS~EOLFDVHKD-
bía disparado en los últimos meses de la presidencia de Francisco Dueñas a más de
XQPLOOyQGHSHVRVXQDFLIUDH[WUDRUGLQDULDHQWRQFHV583HURHQVHJXLGDLQLFLyXQ
FODURLPSXOVRPDWHULDOLQVWLWXFLRQDO\QRUPDWLYRSRUDYDQ]DUHQODFRQVROLGDFLyQ
de un Estado siempre sobre la base de las relaciones y las desigualdades sociales
existentes.
$VtFRQWLQXyHOHVIXHU]RHQPHMRUDUODVLQIUDHVWUXFWXUDVPDWHULDOHV¿UPiQ-
GRVHDOJXQDVFRQWUDWDVSDUDFRQVWUXLUFDPLQRVSXHQWHV\PHMRUDUHOSXHUWRGH/D
/LEHUWDGDVtFRPRSDUDGDUPD\RUÀXLGH]DOFRPHUFLRTXHOHQWDPHQWHFUHFtDWDQWR
en el oriente como en occidente; se mantuvieron otras contratas que existían y se
¿UPyXQDQXHYDSDUDDPSOLDUODFRQH[LyQGHXQYDSRUFRPHUFLDOQRUWHDPHULFDQRHQ
puertos salvadoreños.593RURWUDSDUWHVHWUDWyGHDJLOL]DUHOFUHFLHQWHFRPHUFLRH[-
WHULRUFRQ(XURSDQRPEUDQGRXQFyQVXOHQ/LYHUSRRO\DJHQWHVHQ3DULV\HQ5RPD
0LHQWUDVWDQWRHQHOSODQRLQVWLWXFLRQDOVHHQFDUJy\UHDOL]yODUHFRSLODFLyQGHOH\HV
QDFLRQDOHVSRUREUDGHOSUHVEtWHUR,VLGUR0HQpQGH]ODUHGDFFLyQ\DSUREDFLyQGH
XQ&yGLJRGH&RPHUFLROD/H\GH(QMXLFLDPLHQWR\VHLQWHUHVySRUHOFXPSOLPLHQ-
to más estricto de sus funciones por parte de los empleados públicos.60 Así mismo
VHDSUREyXQDQXHYD/H\GH3ROLFtDUHIXQGLHQGR\UHIRUPDQGRODVDQWHULRUHVSDUD
XQPHMRUFRQWUROGHODSREODFLyQDOWLHPSRTXHVHHIHFWXDEDXQDDGYHUWHQFLDDODV
municipalidades para que se esforzaran en el cumplimiento de la legislación vigente
HQGLYHUVDVPDWHULDVFRQREMHWRGHKDFHUPiVH¿FLHQWHVODVH[LJHQFLDVGHO(VWDGR
según los criterios que estaba marcando la oligarquía en el poder.61
3RURWUDSDUWHFRPHQ]yDLPSXOVDUVHODHODERUDFLyQGHHVWXGLRVHVWDGtVWLFRV
sobre la realidad nacional y es posible que ello tuviera relación con el traslado del
gobierno a Cojutepeque a raíz del terremoto de 1854 que afectó a San Salvador.
Con tal ocasión algunos miembros de la administración central tomaron conciencia
GHFLHUWRVDVSHFWRVGHODUHDOLGDGGHOLQWHULRUGHOSDtVFRQODTXHDOSDUHFHUQRHV-
taban familiarizados. El hecho es que una de las primeras medidas en este sentido
fue encargar a todos los Departamentos un informe cuantitativo y cualitativo sobre
su sociedad y la economía.62 El primer Departamento en remitir al gobierno unos
FXDGURVHVWDGtVWLFRVIXHHOGH6RQVRQDWHFX\RJREHUQDGRUHUDHO\DPHQFLRQDGR
7HRGRUR0RUHQRDFWLYRSHUVRQDMHHQODSROtWLFDORFDO\QDFLRQDODVtFRPRHQOD
HFRQRPtDFRPRHPSUHVDULRFDIHWDOHUR'HELGRDVXJUDQH[WHQVLyQDVXSREODFLyQ
GHKDELWDQWHV\DORVLQLFLRVGHVXGHVSHJXHHFRQyPLFRHO'HSDUWDPHQWR
GH6RQVRQDWHIXHGHVGREODGRFUHiQGRVHHOGH6DQWD$QDHQIHEUHURGH(Q
aquellos momentos ya se mencionaba el café entre los principales productos del
'HSDUWDPHQWRDQWHVGHGHVGREODUVH\VHFLWDEDHQFRQFUHWRTXHHQWUHORVSURGXF-
tores se encontraban los indígenas.633RURWURODGRSHURHQHVWDPLVPDOtQHDHQOD
PLVPDIHFKD\SRUODPLVPDUD]yQHVWRHVODH[WHQVDVXSHU¿FLHHO'HSDUWDPHQWR
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 17

GH&XVFDWOiQDWUDYHVDGRSRUHO/HPSDVHWDPELpQVHGLYLGLyIRUPiQGRVHXQRQXH-
YRGHQRPLQDGR&KDODWHQDQJRDSDUWLUGHODXQLyQGHOGLVWULWRGHOPLVPRQRPEUH\
el de Tejutla.64
Todos estos eran instrumentos esenciales para el mejor funcionamiento de un
Estado en el sentido en que la oligarquía lo estaba construyendo. Trataba de hacerlo
de forma similar a como actuaban las burguesías de Europa occidental o de Esta-
GRV8QLGRVSHURH[LVWtDXQDJUDQGLIHUHQFLDHQWUHDPEDVVLWXDFLRQHVVLQTXHHVWD
UHÀH[LyQLPSOLTXHQLQJ~QMXLFLRGHYDORU0LHQWUDVTXHODVEXUJXHVtDVGHORVSDtVHV
TXHHVWDEDQOOHYDQGRDFDEROD5HYROXFLyQ,QGXVWULDOWUDQVIRUPDEDQODVUHODFLRQHV
GHSURGXFFLyQ\FRQHOOR±DXQTXHQRVLQFRQÀLFWRV±ODHVWUXFWXUDGHVXVVRFLH-
GDGHV\ODVLQVWLWXFLRQHVHQVXVSDtVHVHQ(O6DOYDGRU\HQJUDQSDUWHGH$PpULFD
Latina la oligarquía simplemente copió los principios de las nuevas constituciones
EXUJXHVDVPDQWHQLHQGRHQJUDQPHGLGDODVUHODFLRQHVKHUHGDGDVGHODFRORQLDIUH-
nando así la evolución de las estructuras políticas. Era una profunda contradicción
que conduciría a la larga a graves problemas en la vida social y política.
En marzo de 1854 un editorial de la Gaceta comentaba que tras el breve
ODSVRGHWUDQTXLOLGDGTXHVHYLYtDHOSDtVKDEtDHQWUDGRHQXQDYtDGHLUUHYHUVLEOH
FUHFLPLHQWR /DV SHUVRQDV TXH KXELHUDQ YLVLWDGR (O 6DOYDGRU GLH] DxRV DWUiV VH
D¿UPDEDQRSRGUtDQPHQRVGHDGPLUDUVHDOFRQWHPSODUORVDGHODQWRVTXHVHKD-
bían hecho en todos los aspectos. La indecisión que causaban las “revoluciones”
SDVDGDVSURYRFDEDHVWDQFDPLHQWRHQHOFRPHUFLRDVtFRPRDEDQGRQRHQSXHUWRV\
FLXGDGHVPLHQWUDVTXHDKRUDHQ
³HOHVStULWXGHHPSUHVDVHKDOHYDQWDGRHQWRGDVODVFODVHVGHODVRFLHGDGHOEXHQ
JXVWRVHLQVLQ~DSRUWRGDVSDUWHVODSURSLHGDG\ODVHJXULGDGLQGLYLGXDOVRQ\DXQD
UHDOLGDG\QRXQGHUHFKRHVFULWRODVSREODFLRQHVVHHQJUDQGHFHQSURVSHUDQ\VH
KHUPRVHDQORVFDPLQRVYDQPHUHFLHQGRODDWHQFLyQ\YLJLODQFLDGHODDXWRULGDG
S~EOLFD\SRU~OWLPRQRKD\XQVRORUDPRHQTXHQRVHLQVLQ~HODEHQp¿FDLQÀXHQ-
cia del orden y la acción reparadora de un Gobierno circunspecto y progresista”.65

(QUHODFLyQFRQHVWHSURFHVRH[SDQVLYRWDQWRHQDJULFXOWXUDFRPRHQREUDV
GHLQIUDHVWUXFWXUD\RWUDVGHFDUiFWHUS~EOLFRTXHSRFRDSRFRVHHPSUHQGtDQOD
oligarquía seguía exigiendo una profundización del disciplinamiento social en la
OtQHD\DSODQWHDGDSRU'XHxDVUHWRPDQGRLQLFLDWLYDVGHODpSRFDGHOD)HGHUDFLyQ
El proyecto oligárquico requería sobre todo el control de una fuerza de trabajo dis-
FLSOLQDGDTXHSRUFLUFXQVWDQFLDVKLVWyULFDVQRUHVSRQGtDWRGDYtDDODVH[LJHQFLDV
del nuevo proyecto liberal.66
(QHIHFWRSRUXQDSDUWHORVHPSUHVDULRVVHVHJXtDQTXHMDQGRGHPDQHUDFUH-
FLHQWHGH³IDOWDGHEUD]RV´SDUDVXVSURGXFFLRQHV\REUDVVLQFRPSUHQGHUORVPRWL-
vos culturales y económicos que estaban detrás de esta circunstancia.67 Algunas de las
GL¿FXOWDGHVVHRULJLQDEDQHQORVUHVSRQVDEOHVGHORVPXQLFLSLRVFX\RVFDUJRVFKRFD-
18 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

EDQFRQVXVSURSLRVLQWHUHVHVFDPSHVLQRV3RUHVWRVDxRVPXFKRVDOFDOGHVQRUHVSRQ-
dían regularmente a los requerimientos administrativos de autoridades superiores.68
De 1866 era un informe sobre el Departamento de Sonsonate que decía que:
“en casi todos nuestros pueblos huyen los ciudadanos de servir los cargos conce-
jiles valiéndose de todos los medios que a su alcance encuentran. De semejante
FRQGXFWDUHVXOWDTXHDORVPiVLQIHOLFHVDORVPiVSREUHV\PXFKDVYHFHVDORV
PiVLJQRUDQWHVOHVWRFDVHU$OFDOGHV5HJLGRUHV6tQGLFRVR-XHFHVGH3D]DFDVR
con provecho de los mismos intrigantes”.69

<FRQVWDTXHHVWDDFWLWXGVHPDQWXYRGXUDQWHDxRVHQPXFKRVOXJDUHV3HUR
PiVDOOiGHHVRHQHQDOJXQRVGHORVSXHEORVGHOLQWHULRU\HQFRQFUHWRHQ
$WDFRXQDSHTXHxDORFDOLGDGGHO'HSDUWDPHQWRGH6DQWD$QDGRQGH\DVHH[WHQ-
GtDHOFXOWLYRGHOFDIpXQLQIRUPHGHVFULEtD
³7RGRVORVKDELWDQWHVVRQLQGtJHQDV\GHFRVWXPEUHVDQWLJXDVSXHVWRGRORTXLH-
UHQKDFHUFRPRFXDQGRHVWDEDQVXMHWRVDO5H\VLQKDFHUFDVRGHODOH\VLHQGR
según sus disposiciones necesario para llegar a obtener el destino de alcalde o
UHJLGRU SDVDU SRU OD HVFDOD ULJXURVD GH ORV TXH HOORV OODPDQ R¿FLRV FRPR VHU
DOJXDFLOPD\RUGHFRUWHDOIpUH]RVDUJHQWRGHPLOLFLDGHO5H\´70

(VGHFLUHQWUDGDODVHJXQGDPLWDGGHO;,;VHJXtDKDELHQGRSREODFLyQTXH
tenía en su mente la estructura política de la monarquía y funcionaba de acuerdo a
ella sin atender a la legislación republicana. No parecían tener mucha conciencia
GHODHYROXFLyQTXHHVWDEDYLYLHQGROD5HS~EOLFDGH(O6DOYDGRU&ODURTXHHVWRQR
era así en las ciudades y en otras localidades de mayor tamaño.
(QWRGRFDVRODUHVSXHVWDDODQHFHVLGDGLQVDWLVIHFKDGHORV¿QTXHURVGH
disponer de más mano de obra no era que faltaran buenas leyes para obligar a la
SREODFLyQUXUDODWUDEDMDUHQVXVWLHUUDVVLQRTXHODVDXWRULGDGHV\ORVHVFDVRV
jueces existentes no las cumplían.71 Y esto era así a pesar de la cascada de re-
glamentos y decretos que se habían aprobado en 1854 para reforzar el proceso
GHGLVFLSOLQDPLHQWR\FDVWLJRGHODSREODFLyQUXUDO$VtHQPDU]RVHHPLWLyXQ
decreto a raíz de las quejas presentadas desde distintos lugares solicitando que
VHPRGL¿FDUDODOHJLVODFLyQFULPLQDOVREUHKXUWRV\URERVTXHVHSURGXFtDQHVSH-
FLDOPHQWHHQHOFDPSR(QHIHFWRHOGHFUHWRUHJXOyFRQPiVGHWDOOHHODVXQWR\
estableció la aplicación de la pena de muerte con una cierta facilidad.72 En abril
\GHIRUPDFRPSOHPHQWDUtDVHUHIRU]yODQRUPDWLYDMXGLFLDOFRQQXHYR³5HJOD-
PHQWRGH3ROLFtDSDUDHOEXHQRJRELHUQRGHORVSXHEORVGHOHVWDGR´TXHDIHFWDEDD
³YDJDQFLDHEULHGDGMXHJRVSURKLELGRVIDEULFDFLyQLQWURGXFFLyQYHQWD\SRUWD-
FLyQGHDUPDVSURKLELGDVIDEULFDFLyQ\YHQWDGHDJXDUGLHQWHFODQGHVWLQR\FKLFKD
IXHUWHDUWHVDQRV\MRUQDOHURVTXHIDOWDVHQDVXVFRQWUDWRVGHORVGRPpVWLFRVTXH
TXHEUDQWDUDQVXVFRQWUDWRVGHORVPHQGLJRV\GLVSRVLFLRQHVJHQHUDOHV´\RWURV73
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 19

En el mismo mes se aprobó otro decreto reforzando el papel de los alcaldes en

casos judiciales de menor cuantía para agilizar el castigo de delincuentes.74 Y
¿QDOPHQWHHQQRYLHPEUHVHDSUREyXQ5HJODPHQWRGH3ROLFtD5XUDOFX\DSODQWL-
OODGHSHQGtDGHORVUHFXUVRVPXQLFLSDOHVTXHFRPRHVVDELGRHUDQPDJURVHQOD
mayoría de los casos.75
(Q HVWH VHQWLGR (O 6DOYDGRU WHQtD GL¿FXOWDGHV SDUD GHVDUUROODU \ H[SDQGLU
uno de los sistemas esenciales en el aparato de todo Estado cualquiera que sea su
QDWXUDOH]D\HVWRVXFHGtDGHELGRSUHFLVDPHQWHDXQDGHODVFRQWUDGLFFLRQHVEiVLFDV
GHVXFRQVWUXFFLyQFRPR(VWDGRTXHGHULYDEDGHVXHVWUXFWXUD¿VFDO\KDFHQGtVWL-
FD3RUUD]RQHVTXHVHUHODFLRQDEDQFRQODIXHUWHGHXGDS~EOLFDTXHDUUDVWUDEDQ\
FRQORVHVFDVRVLQJUHVRV¿VFDOHVTXHVHUHFDXGDEDQGHELGRDOFDUiFWHUUHJUHVLYRGH
VXHVWUXFWXUDWULEXWDULDORVJRELHUQRVHODERUDEDQSUHVXSXHVWRVGHJDVWRVGHFRUWR
DOFDQFHFRQORTXHQRSRGtDQDPSOLDUORVFXHUSRVGHHPSOHDGRVS~EOLFRVXQRGH
ORVFXDOHVHUDQORVMXHFHV([SUHVDGREUHYHPHQWHORVSURSLHWDULRVTXHH[LJtDQPiV
ULJRUHQODDSOLFDFLyQGHODVOH\HV\ODMXVWLFLDFRQORVWUDEDMDGRUHVQRSRGtDQFRQ-
VHJXLUORSRUTXHQRSDJDEDQLPSXHVWRVFRPRSRUHMHPSORVREUHVXVSURSLHGDGHV
RVXVUHQWDVFRQORVTXHSRGHUFUHDUXQQ~PHURPiVDOWRGHMX]JDGRV76 A pesar de
ello también se dictaron normas en este sentido intentando mejorar el estado de la
MXVWLFLDXQDMXVWLFLDSRUFLHUWREDVDGDHQOH\HVDSUREDGDVSRUORVUHSUHVHQWDQWHVGH
la oligarquía en la Asamblea Nacional.77
Complementario a lo anterior en el disciplinamiento social era la instruc-
FLyQ SULPDULD SDUD DGRFWULQDU D ORV MyYHQHV HQ HO PRGHOR VRFLDO GHVLJXDO TXH OD
oligarquía estaba constituyendo bajo el paraguas de una legislación liberal. A ello
WDPELpQVHGHGLFDEDQHVFDVRVUHFXUVRVSHVHDODUHOHYDQFLDTXHVHUHFRQRFtDDHVWD
IXQFLyQSDUDHOHMHUFLFLRGHODGRPLQDFLyQ$VtGHVGHHOSRGHUVHD¿UPDED
“es preciso que se imprima en su tierna alma los principios de religión y de moral
TXHHVWpFDSD]GHUHFLELU\TXHVHOHLQVSLUHQVHQWLPLHQWRVGHKRQRUHQVHxiQGROH
al propio tiempo buenas maneras y todas aquellas prácticas que exigen el bien
parecer”.78

3HUREXHQDSDUWHGHODDFWLYLGDGHFRQyPLFD\VRFLDOVREUHWRGRHQOD]RQD
FHQWUDOGHOSDtVDVtFRPRODJHVWLyQGHORVyUJDQRVGHODDGPLQLVWUDFLyQGHO(VWDGR
VHYLHURQJUDYHPHQWHDIHFWDGRVFXDQGRDORVSRFRVPHVHVGHODSUHVLGHQFLDGH6DQ
0DUWtQHQDEULOGHWXYROXJDUHOWHUUHPRWRTXHDIHFWyJUDYHPHQWHDODFDSLWDO
GHOD5HS~EOLFD&RPRFRQVHFXHQFLDGHOFRODSVRVXIULGRHQODFDSLWDOVHKL]RQHFH-
VDULRWUDVODGDUODVLQVWLWXFLRQHVGHO(VWDGRDRWUDVFLXGDGHVHQWUHHOODVHOJRELHUQR
D&RMXWHSHTXH\HOSRGHUMXGLFLDO\ODXQLYHUVLGDGD6DQ9LFHQWHFRQORVSUREOHPDV
GHFRPXQLFDFLRQHVTXHWDOGHFLVLyQVLJQL¿FDED79$XQTXHQRVHSXHGDFXDQWL¿FDU
estos traslados supusieron lógicamente un incremento importante en los gastos pú-
EOLFRVSDUDXQD+DFLHQGDTXHH[SHULPHQWDED\DVHULRVGHVDMXVWHV¿QDQFLHURV\ORV
20 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

efectos de este aumento se notarían hasta varios años después en el desequilibrio

de las cuentas públicas.
'DGDODSUHFDULDVLWXDFLyQHQTXHTXHGy6DQ6DOYDGRUHQHGL¿FLRVLQVWDOD-
FLRQHV \ VHUYLFLRV OD$VDPEOHD 1DFLRQDO FRQVLGHUy \ DSUREy ODFRQVWUXFFLyQ GH
XQDQXHYDFDSLWDO1XHYD6DQ6DOYDGRUHQWLHUUDVGHODKDFLHQGDGH6DQWD7HFODDO
suroeste de la capital. Este nuevo foco urbano reforzaría en términos económicos
\DFRUWRSOD]ROD]RQDFHQWURVXUGHOSDtV\FRQVLJXLHQWHPHQWHHOSXHUWRGH/D
/LEHUWDGFRQFRQVHFXHQFLDVDJUtFRODVFRPHUFLDOHV\XUEDQtVWLFDVTXHHQDTXHOORV
PRPHQWRVQRWRGRVDXQTXHVtDOJXQRVSRGtDQSUHYHU(QFXDQWRVHDSUREyODFRQV-
WUXFFLyQGHODQXHYDFLXGDGYDULRVGHORVPiVLPSRUWDQWHVKRPEUHVGHQHJRFLRV
comenzaron a levantar sus casas y a extender sus propiedades agrícolas en Nueva
6DQ6DOYDGRUJHQHUDQGRXQHVIXHU]RHPSUHVDULDOIDYRUHFLGRSRUODVFRQGLFLRQHV
EHQH¿FLRVDV GHO UpJLPHQ ¿VFDO TXH VH HVWDED FRQVROLGDQGR OR TXH IDFLOLWy UiSL-
GDPHQWHODDFXPXODFLyQGHFDSLWDOHQPDQRVGHFRPHUFLDQWHV\HPSUHVDULRV3RU
aquellos años el cultivo del café ya estaba despegando y la nueva ciudad comenzó a
constituirse como otro de los centros cafetaleros más importantes del país.80 Como
FRQVHFXHQFLDGHOVHtVPRHOJRELHUQRPRGL¿FyOHJLVODFLyQ¿VFDOVREUHHOFRPHUFLR
SUHRFXSiQGRVHGHTXHODVHPSUHVDVQRGLVPLQX\HUDQVXVEHQH¿FLRVDOFDHUODGH-
PDQGDLQWHUQDWUDVODFDWiVWURIHRWRUJiQGROHVSUHIHUHQFLDVREUHHTXLOLEULRGHODV
cuentas públicas. 81 A todo ello había que añadir la reconstrucción de la antigua
FDSLWDOFRQORTXHHOYROXPHQGHREUD\HOLQFUHPHQWRGHOFRPHUFLRGHLPSRUWD-
FLyQGHPDWHULDOHVFUHFLHURQQRWDEOHPHQWHHQEHQH¿FLRGHODVFDVDVFRPHUFLDOHVGH
miembros de la nueva oligarquía que se formaba. Es probable que el gran comer-
ciante Yanuario Blanco expresara su instinto empresarial cuando manifestaba su
GHVHRGHTXHODDQWLJXD\OD1XHYD6DQ6DOYDGRUVHFRQYLUWLHUDQHQXQDVRODFLXGDG
entusiasmado por las posibilidades de negocio que una operación así hubiese su-
puesto para alguien como él.82
*
/DVSUHVLGHQFLDVGH5DIDHO&DPSR\GH0LJXHO6DQWtQTXHVLJXLHURQDODGH
6DQ0DUWtQWUDQVFXUULHURQHQXQDOtQHDVLPLODUDODWUD]DGDFRQDYDQFHVVLPEyOLFRV
PX\LPSRUWDQWHV8QRGHHOORVGXUDQWHODSUHVLGHQFLDGHOSULPHURIXHHOOHYDQ-
WDPLHQWRGHXQDFDUWDWRSRJUi¿FDGHOWHUULWRULRQDFLRQDOSDUDORTXHVHFRQWUDWyDO
ingeniero alemán Maximilian von Sonnenstern.83 Estos años estuvieron marcados
SRUGRVFLUFXQVWDQFLDVODSULPHUDGHJUDQDOFDQFHUHJLRQDO\ODVHJXQGDGHFDUiFWHU
LQWHUQD OD JXHUUD QDFLRQDO SURYRFDGD SRU OD LQWHUYHQFLyQ GH :LOOLDP :DONHU HQ
1LFDUDJXD\HOLQWHQWRGHJROSHGH(VWDGRGH*HUDUGR%DUULRVHQUHVSHFWLYD-
PHQWH/DJXHUUDWXYROyJLFDPHQWHFRQVHFXHQFLDVVRFLDOHVSDUDHOSDtV\¿QDQFLHUDV
SDUD OD +DFLHQGD \D GHELOLWDGD SRU GLVWLQWRV IDFWRUHV GH ORV FXDOHV VROR XQR HUD
ajeno a decisiones políticas de la oligarquía: la crisis agraria producida por el cha-
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 21

pulín en años precedentes. En cuanto al intento de golpe de Barrios a su regreso de

1LFDUDJXDWUDVSDUWLFLSDUHQODJXHUUDQDFLRQDOUHVSRQGtDDFRQÀLFWRVHQHOLQWHULRU
del sector más dinámico de la oligarquía y contribuyó a desencadenar una crisis
SROtWLFDTXHDIHFWyDOSUHVLGHQWH6DQWtQ\TXHFRQFOX\yFRQODOOHJDGDGH¿QLWLYDGH
%DUULRVDODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFDDFRPLHQ]RVGH84
A pesar de la crisis política que se vivía en estos momentos y a partir de in-
GLFLRVTXHVHPDQLIHVWDEDQHQODDJULFXOWXUD\HQORVQHJRFLRVSXHGHD¿UPDUVHTXH
se estaba produciendo un lento cambio que sentaba las bases de un futuro despla-
zamiento del eje estratégico del país desde el oriente hacia el centro y el occidente.
'HVGHODSHUVSHFWLYDGHOREMHWLYRGHORVVHFWRUHVROLJiUTXLFRVHVWRHVODLQWHJUD-
FLyQDOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOWRGDYtD/D8QLyQHUDHOSXHUWRPiVLPSRUWDQWHHQ
YROXPHQGHWUi¿FRSHURVHKDEtDLQLFLDGRXQSURFHVRGHWUDQVLFLyQ<HQpOHVWDED
FRPHQ]DQGRDMXJDUXQSDSHOUHOHYDQWHODH[SDQVLyQWRGDYtDWtPLGDGHOFXOWLYRGHO
FDIpFRQHOFHQWURHQ6RQVRQDWH6DQWD$QDDXQTXHFRQ]RQDVSHULIpULFDVTXHLEDQ
desde Ahuacahapán a Santa Tecla.85 Ello implicaba una transformación silenciosa
de la oligarquía: nuevos actores estaban apareciendo tanto en la producción agraria
como en los negocios comerciales y crediticios que la primera empezaba a generar.
(QSDUDOHORORVVHFWRUHVPiVDFWLYRVGHODFODVHSURSLHWDULDVHJXtDQKDFLHQGRFUHFHU
el aparato del Estado para consolidar su dominio y para facilitar la transformación
de relaciones sociales y económicas que no hacían sino acentuar la brecha social.
(Q*HUDUGR%DUULRVOOHJy¿QDOPHQWHDODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD
El presidente Miguel Santín había dimitido en enero por motivos de salud y Barrios
HUDSULPHUVHQDGRUGHVLJQDGRSDUDVXVWLWXLUOR6LQHPEDUJRSUHYLDPHQWHDVXQRP-
EUDPLHQWROD$VDPEOHDSLGLyDOYLFHSUHVLGHQWHHOJHQHUDOHPSUHVDULR\VXHJURGH
%DUULRV-RDTXtQ(XIUDVLR*X]PiQTXHVHKLFLHUDFDUJRGHOSRGHU/DSHWLFLyQVH
IXQGDEDHQTXHUHXQtD³ODVFRQGLFLRQHVGHUHVSHWDELOLGDGEXHQFRQFHSWRS~EOLFR
DXWRULGDG OHJDO HQHUJtD SUXGHQFLD \ VDJDFLGDG´ SDUD TXH FRRSHUDVH ³FRQ WRGRV
ORVKRPEUHVLQÀX\HQWHV\HPSHxDGRVHQHOPDQWHQLPLHQWRGHORUGHQDVDOYDUDO
Estado poniendo la máquina gubernamental en el carril de ley y de la conveniencia
S~EOLFD´DOWLHPSRTXHVHUHFRQRFtDODH[LVWHQFLDGH³GL¿FXOWDGHVDGPLQLVWUDWLYDV´
HQ HO (VWDGR TXH SRGtDQ DFDUUHDU ³XQ FRQÀLFWR TXH Gp SRU UHVXOWDGR OD DQDUTXtD
con todos los horrores y desastres inseparables de ella”. Es de gran interés conocer
algunos de los nombres que hacían esta petición desde la Asamblea. Al frente de
ORV¿UPDQWHVHVWDED*HUDUGR%DUULRVFRPR3UHVLGHQWHGHOD-XQWDGH6HQDGRUHV
\VHJXtDQQRPEUHVGHWUDGLFLyQHQOD$VDPEOHDFRPR-RVp0DUtD3HUDOWD,JQDFLR
*yPH] HO FDIHWDOHUR0DQXHO *DOODUGRGH 6DQWD7HFOD\ ORV LPSRUWDQWHVFRPHU-
FLDQWHV-RVp0DULDQR'RUDQWHV<DQXDULR%ODQFR\-RVp0DUtD&DUD]RHQWUHRWURV
Guzmán aceptó pero al poco tiempo dimitió y Barrios fue proclamado presidente
en marzo después de un viaje a San Miguel.86 En todo caso Barrios fue aclamado
22 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

SRUFDVLWRGDHO$VDPEOHDFRQDOJXQDH[FHSFLyQWDQVLJQL¿FDWLYDFRPRODGHO\D
mencionado Manuel Gallardo.
Que Barrios formaba parte de la fracción más dinámica de la oligarquía es
FRQRFLGR&DUORV*UHJRULR/ySH]SXVRHQHYLGHQFLDDOJXQRVQHJRFLRVGH%DUULRV
HQWUHRWURVFRQRWURGHORVGHVWDFDGRVROLJDUFDVGHDTXHOORVDxRVÈQJHO*XLUROD
%DUULRVHUDXQRPiVGHORVPLOLWDUHVHPSUHVDULRVFRQFRQH[LRQHVHQRULHQWHGH
donde era oriundo y donde había ostentado cargos públicos. Tenía un carácter im-
pulsivo y autoritario que fue el que caracterizó su período de gobierno y terminó
gobernando casi con más poder que Dueñas.87 Su heterodoxo intervencionismo en
temas clave se diferenciaba de la línea que había impuesto Dueñas a comienzos
GHODGpFDGD\OOHJyDFUHDUOHSRFRDSRFRGL¿FXOWDGHV(VFLHUWRTXHWRPyDOJXQDV
decisiones que resultaron atractivas a amplias capas de la población pero que con
frecuencia desataron opiniones encontradas. Una de ellas fue la de declarar gratui-
WRHOGHUHFKRDODMXVWLFLDORTXHIDYRUHFtDDODVPD\RUtDVSHURTXHHUDGLItFLOGH
DSOLFDUSRUTXHFKRFDEDFRQORVLQWHUHVHVTXHQRHUDQGpELOHVGHORVSURIHVLRQDOHV
del sistema judicial.882WUDIXHSRUHMHPSORDXPHQWDUHOGHUHFKRGHLPSRUWDFLyQDO
hilo extranjero para recuperar el hilado nacional no era del interés de los importa-
GRUHVSHURVtGHORVWUDEDMDGRUHV89
Del mismo modo probablemente resultó atractivo para muchos la declaración
GHO (VWDGR GH (O 6DOYDGRU FRPR 5HS~EOLFD OLEUH VREHUDQD H LQGHSHQGLHQWH TXH
UHDOL]yHOSUHVLGHQWHHQ90 pero esto parecía chocar con el apoyo que el go-
bierno manifestó al nuevo intento de recuperar la unión centroamericana tres años
después.913RURWUDSDUWH%DUULRVQRGHELyFRQVHJXLUPXFKRVDPLJRVHQWUHHOVHFWRU
propietario de Santa Tecla cuando decidió restituir a San Salvador la condición de
FDSLWDOGHOD5HS~EOLFDHQSHUMXLFLRGHDTXHOODFLXGDGGRQGHDFWLYRVHPSUHVDULRV
por cierto miembros al mismo tiempo de la administración y por añadidura cafe-
WDOHURV \D KDEtDQ FRQVWUXLGR KDVWD ORV HGL¿FLRV SDUD DOEHUJDU D ODV LQVWLWXFLRQHV
del Estado.92%DUULRVGHFODUyOLEUHGHLPSXHVWRVODH[SRUWDFLyQGHD]~FDUHQSLOyQ
PRVFDEDGR\SDQHODSHURIXHDXQPiVLPSRUWDQWHSDUDORVFRPHUFLDQWHVUHEDMDUHO
25% de los derechos de importación a los efectos que se introdujeran en retorno
por dichas importaciones.936LQHPEDUJRSRURWUDSDUWHHOJRELHUQRDSUREyODSHQD
GHSULVLyQDGHXGRUHVHQORTXHHUDFDVLXQDSURYRFDFLyQHQXQDVRFLHGDGHQ
TXH OD PRURVLGDG \ ORV LPSDJRV HUDQ DOJR IUHFXHQWH LQFOXVR HQWUH FRPHUFLDQWHV
importadores con el Fisco.94
Además Barrios decidió estancar la importación de aguardientes extranje-
URVPHGLGDTXHOHVHUtDUHSURFKDGDGHVSXpVGHVXFDtGDFRQHODUJXPHQWRGHTXH
lo había hecho porque él era importador y se aprovecharía del cambio de régimen
comercial.95 3HUR PXFKR PiV FUtWLFDV GHVSHUWy WUDV VX GHUURWD OD GHFLVLyQ GHO
FDQMHGHODGHXGDH[WHUQDHQGHXGDLQWHUQDTXHOOHYyDFDERFRQODFRQVLJXLHQWH
VXELGDGHpVWD~OWLPDPHGLDQWHODFRQH[LyQFRQXQDFDVDFRPHUFLDOGH/LYHUSRRO
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 23

TXHGHVSXpVVHHVWDEOHFLyHQ(O6DOYDGRU*HRUJH.HUIHUG1RVHSXHGHGHVFDUWDU
TXHHQHVWDRSHUDFLyQ%DUULRVREWXYLHUDEHQH¿FLRVSHUVRQDOHVORTXHGHELyGHV-
pertar importantes rechazos que unir a los que ya acumulaba el general. Según
VXVFUtWLFRVFXDQGR\D'XHxDVHUDGHQXHYRSUHVLGHQWHORVERQRVVDOYDGRUHxRV
habrían sido adquiridos en Londres al 15% de su valor y colocados a la Hacien-
GDQDFLRQDODOORTXHSDUHFHH[DJHUDGRVLVHWLHQHHQFXHQWDHOQLYHOGHOD
deuda pública del país al poco de haber regresado Dueñas a la presidencia de la
5HS~EOLFD96
&RQ DJUDGRIXHUHFLELGRODVXSUHVLyQGHOFDVWLJRGHSDORVDFWXDOL]DGRSRU
'XHxDVHQDXQTXHIXHUDSDUDVXVWLWXLUORSRUYDULRVGtDVGHSULVLyQHVGHFLU
FRQYHUWLUHOFDVWLJRItVLFRHQSHQDGHSULVLyQDORVMRUQDOHURVRSHUDULRVRPHQHVWUD-
les que incumpliesen sus compromisos de trabajo después de haber recibido dinero
SRUDGHODQWDGRFRPSURPHWLpQGRVHFRQRWURVHPSUHVDULRVRKX\HQGRDRWUDMXULV-
dicción.973HURFXDQGRPXFKRVHPSUHVDULRVVHTXHMDURQGHORVLQFRQYHQLHQWHVGHO
FDPELRFRQVLGHUDQGRTXHODSULVLyQQRLPSHGtDODUHLQFLGHQFLD\JUDYDEDORVIRQ-
GRVPXQLFLSDOHVFRQHOPDQWHQLPLHQWRGHKRPEUHVRFLRVRVHOJRELHUQRGH%DUULRV
GHFLGLyVXVWLWXLUGHQXHYRODSHQDGHSULVLyQSRUODGHWUDEDMRHQODVREUDVS~EOLFDV
algo que ya se aplicaba a otros reos y que ahora se extendía a los jornaleros “que-
bradores” para satisfacción de propietarios y empresarios.
El problema de la “escasez de brazos” y de incumplimiento de compromisos
de los jornaleros se seguía repitiendo pero las condiciones laborales no mejoraban
con los años y el salario de un trabajador agrícola seguía rondando los dos reales
GLDULRVFRPRDxRVDQWHV(QHOLQJHQLHURGHODREUDGHOQXHYRFDPLQRGH
San Miguel a La Unión solicitaba “trabajadores inteligentes” que quisieran “abun-
GDQWHPDQXWHQFLyQ´FRQSRVDGD\VHUYLFLRPpGLFRSRUXQVDODULRGHVHLVDRFKR
SVDOPHVORFXDOSRGtDFRQVLGHUDUVHXQEXHQVDODULRGHGRVDGRVUHDOHV\PHGLR
GLDULRVFRQDORMDPLHQWR\DWHQFLyQPpGLFDSDUDXQWUDEDMDGRUVLQFXDOL¿FDU98 Esto
suponía un contraste extraordinario con otros ingresos en la sociedad. Merece re-
FRUGDUVH SRU HMHPSOR TXH SRU HQWRQFHV VROR OD GLHWD GH XQ UHSUHVHQWDQWH HQ OD
$VDPEOHD1DFLRQDOHUDGHSVGLDULRVORTXHVLJQL¿FDEDHQWUH\YHFHVHO
salario de un trabajador.99
6LQ HPEDUJR HQ DOJXQRV WHUUHQRV %DUULRV OOHJy D WRPDU PHGLGDV TXH LEDQ
claramente en contra de los intereses de amplias capas de la clase a la que él mismo
pertenecía. Uno de ellos fue el de la política monetaria. Como se explicará en su
OXJDUODPRQHGDHUDXQRGHORVHOHPHQWRVGHODHVWUXFWXUDHFRQyPLFDFRQHOTXH
ODROLJDUTXtDREWHQtDEHQH¿FLRVPDQHMDQGRVXHVFDVH]\HYLWDQGRFUHDUXQD&DVD
GH0RQHGDHQHOSDtVTXHKXELHUDQRUPDOL]DGRHQDOJXQDPHGLGDODFRPSOLFDGD
situación monetaria. Barrios tampoco la creó pero en algún momento y quizá es-
pecialmente sensibilizado por la cuestión debido a su operación de extinción de la
GHXGDH[WHUQDHQWUHRWUDVGHFLVLRQHVGHFUHWyODLPSRUWDFLyQGHPRQHGDGHSODWD
24 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

lo cual alteraba negativa y sustancialmente las condiciones del negocio del cambio
GHPRQHGDTXHEHQH¿FLDEDDORVJUDQGHVHPSUHVDULRVFRPHUFLDOHV100 Otro de los
WHUUHQRVHQHOTXHDGRSWyXQDSRVLFLyQFODUDIXHHQHOGHORVHMLGRVGHIHQGLHQGR
VXH[LVWHQFLDHQORFDOLGDGHVTXHQRORVWHQtDQRHQDTXHOODVGHQXHYDIXQGDFLyQ
\WUDWDQGRGHLPSHGLUVXXWLOL]DFLyQDEXVLYDSRUSDUWHGHORVSURSLHWDULRVORTXH
le llevó a enfrentamientos con algunos de estos últimos como sucedió en Santa
Tecla concretamente con el poderoso Manuel Gallardo.101 Si a todo lo anterior se
OHDxDGHQVXVFRQRFLGRVHQIUHQWDPLHQWRVFRQ)UDQFLVFR'XHxDV\FRQOD,JOHVLDVH
comprende la oposición creciente que despertó hasta desembocar en la invasión ar-
mada desde Guatemala en 1863 que acabó con su gobierno y con Dueñas de nuevo
en la presidencia.102
3DUDHQIUHQWDUHVWDHWDSD¿QDOGHVXJRELHUQR\UHVLVWLUODSUHVLyQPLOLWDUTXH
DPHQD]DED GHVGH *XDWHPDOD OD$VDPEOHD 1DFLRQDO FRQ PLHPEURV HQ VXV ¿ODV
FRPR -RVp /DUUH\QDJD RWUR FDIHWDOHUR \ FRPHUFLDQWHUHVLGHQWH HQ 6DQWD7HFOD \
SROtWLFRGHODUJDWUD\HFWRULDHO\DFLWDGRFRPHUFLDQWH0DULDQR'RUDQWHV\HOJHQH-
UDO\HPSUHVDULR6DQWLDJR*RQ]iOH]TXHSURQWRWUDLFLRQDUtDD%DUULRVVXPiQGRVH
DODLQYDVLyQJXDWHPDOWHFDDXWRUL]DURQODUHFDXGDFLyQGHRWURFUpGLWRIRU]RVRHQWUH
ODSREODFLyQFRPRKDEtDRFXUULGRHQRFDVLRQHVDQWHULRUHVDQWHXQFRQÀLFWREpOLFR
con lo que las cuentas del Estado sufrían un agravamiento adicional a los desequi-
librios que ya arrastraban.103
*
'XHxDVVLHPSUHKDEtDWHQLGRFODURGHVGHFRPLHQ]RVGHODGpFDGDGH
que el horizonte previsible y deseable para El Salvador era el crecimiento económi-
FRPHGLDQWHODH[SRUWDFLyQDJUDULD\DKRUDHQORVSRGtDYHUTXHVXVH[SHF-
WDWLYDVVHHVWDEDQFXPSOLHQGR\TXHHOFUHFLPLHQWRVHJXtDDYDQ]DQGR3DUDIDFLOLWDU
el proceso su labor consistiría en proseguir con la construcción del Estado liberal
de la mano de la oligarquía. La penetración en el mercado internacional continuaba
\VLHODxLOSHUGtDDOJRGHIXHU]DHOFDIpVHJXtDVXELHQGRHQLPSRUWDQFLD\QXHYRV
nombres se incorporaban al grupo dominante gracias a su dedicación al negocio del
café que el cultivo suponía.
El empresario liberal que era Dueñas regresaba a la presidencia de un país
HQHOTXHORVSURSLHWDULRV\ORVHPSUHVDULRVFRPHUFLDOHVSHVHDVXVGLIHUHQFLDVFRQ
%DUULRVQRKDEtDQFHVDGRGHDSURYHFKDUODVFRQGLFLRQHVGHOPHUFDGR\GHFUHFHU
y ahora Dueñas estaba dispuesto a sacar partido de la aceleración de la economía
internacional y a allanar todo lo posible el camino hacia el “progreso”. Siendo
WDPELpQKRPEUHGHQHJRFLRVFRPRORHUD%DUULRV'XHxDVVHPRYtDGHIRUPDDSD-
UHQWHPHQWHPHQRVFRQÀLFWLYD\SHUVRQDOLVWDTXHDTXpO<DGHPiVWHQtDXQVHQWLGR
más institucional del Estado que su antecesor. Su gestión era más claramente fa-
YRUHFHGRUDGHORVLQWHUHVHVGHOJUXSRHQHOSRGHUFRPRWDOJUXSRFRPR\DORGH-
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 25

mostró durante su primer mandato presidencial y en este segundo período volvería

a comportarse como el mejor valedor que la oligarquía podía tener al frente de la
5HS~EOLFD/DHYROXFLyQGHOD5HYROXFLyQ,QGXVWULDODGHPiVORIDYRUHFtD
Dueñas comenzaba su segundo período presidencial de ocho años como el
DXWpQWLFR KRPEUH IXHUWH GHO SDtV GHVSXpV GH KDEHU GHUURWDGR FRQ DSR\R GHVGH
*XDWHPDOD\FRQODWUDLFLyQGH6DQWLDJR*RQ]iOH]DVXHQHPLJRTXHQRDGYHUVDULR
±DVtORVHQWtD'XHxDV±*HUDUGR%DUULRV'HVSXpVGHTXHODVWURSDVVDOYDGRUHxDV
IXHUDQGHUURWDGDVHOQXHYRSUHVLGHQWHLQLFLyXQDLPSODFDEOHSHUVHFXFLyQItVLFDMX-
dicial y política contra Gerardo Barrios con tintes de rabiosa venganza que tan sólo
WHUPLQDUtDFRQVXFDSWXUD\IXVLODPLHQWRHQ3DUDOOHJDUDHVWH¿QDO'XHxDV
GHELyYLRODUXQWUDWDGRFRQ1LFDUDJXDGHVGHGRQGH%DUULRVIXHH[WUDGLWDGRTXHHV-
tablecía la condición de que fuese respetada su vida.104 En la operación anti-Barrios
llama la atención el papel jugado por el general Santiago González.105 El general
KDEtDVHUYLGRDJRELHUQRVDQWHULRUHV\ORKL]RWDPELpQFRQHOGH%DUULRVOOHJDQGRD
RFXSDUODSUHVLGHQFLDGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO7DPELpQORKL]RGHVGHHOHMpUFLWR
habiendo dirigido en principio las tropas nacionales que defendieron inicialmente
D(O6DOYDGRUHQ6DQWD$QDFRQWUDODLQYDVLyQJXDWHPDOWHFD6LQHPEDUJRHQXQ
PRPHQWR *RQ]iOH] GHFLGLy SDVDUVH DO EDQGR LQYDVRU FRQWULEX\y D OD GHUURWD GH
%DUULRV\SRVWHULRUPHQWHHQFDEH]yVXSHUVHFXFLyQKDVWDTXHHVWHWHUPLQyVDOLHQGR
GHOWHUULWRULRQDFLRQDO(VFXULRVRREVHUYDUFyPRGHVSXpVGHHVWHDSR\RGHFLVLYR
GXUDQWHORVDxRVGHSUHVLGHQFLDGH'XHxDV*RQ]iOH]QXQFDOOHJDUtDDRFXSDUWDQ
DOWRVSXHVWRVFRPRFRQ%DUULRVDXQTXHYROYLyDDFWXDUVRIRFDQGRHOHYDQWDPLHQWR
de San Miguel en 1865 y recibió algunos premios militares.106 En todo caso fue
FODURHOIUHQRHQVXFDUUHUDSROtWLFD\SRFRDSRFRVXGLVWDQFLDPLHQWRGH'XHxDV
D TXLHQ FRQ UHVSHFWR D *RQ]iOH] TXL]i SRGUtD DGMXGLFiUVHOH OD IUDVH GHO FyQVXO
romano Quinto Servilio Cepión dedicada a los traidores sobornados que asesinaron
DOOtGHUOXVLWDQR9LULDWR³5RPDQRSDJDWUDLGRUHV´
(O FDPELR GH SUHVLGHQFLD PHGLDQWH XQD DFFLyQ PLOLWDU OR TXH VH UHSHWLUtD
HQRWURVPRPHQWRVGHODKLVWRULDGHOSDtV\ODVFRQVHFXHQFLDVSROtWLFDVTXHWXYR
SHUPLWHFXHVWLRQDUXQDD¿UPDFLyQIUHFXHQWHPHQWHUHSHWLGDHQUHODFLyQFRQXQDVX-
SXHVWDGHELOLGDGGHO(VWDGRVDOYDGRUHxR1RHVGLVFXWLEOHTXHHOFRQÀLFWRDUPDGR
TXHHQIUHQWyD(O6DOYDGRUFRQ*XDWHPDODHQSUHFHGLGRGHOFRQÀLFWRSROtWLFR
TXHYLYLyHOSUHVLGHQWH%DUULRVFRQVHFWRUHVFRQVHUYDGRUHV\FRQOD,JOHVLDFDXVy
una conmoción muy importante en la vida social y económica sobre todo en algunas
]RQDVGHOSDtVDVtFRPRXQDJUDYDPLHQWRGHODV¿QDQ]DVS~EOLFDV\HQGH¿QLWLYD
XQFDPELRYLROHQWRHQODSUHVLGHQFLDGHODUHS~EOLFD6LQHPEDUJRSRUXQDSDUWH
HVWHSURFHVRQRDOWHUyGHIRUPDVXVWDQFLDOHOIXQFLRQDPLHQWRGHODVLQVWLWXFLRQHV
HVWRHVODEDVHGHOIXQFLRQDPLHQWRGHO(VWDGR/D$VDPEOHD1DFLRQDOODMXGLFDWXUD
ROD+DFLHQGDGHO(VWDGRFRQWLQXDURQIXQFLRQDQGRDOLJXDOTXHVXFHGLyFRQRWUDV
LQVWLWXFLRQHV\ORKLFLHURQFRQODVPLVPDVSHUVRQDVDOIUHQWHJHVWLRQDQGRVXDFWL-
26 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

vidad. Esto parece contradecir y obligaría a revisar la creencia de que el estado era
débil. Nombres como Cruz Ulloa o Teodoro Moreno por mencionar sólo algunos
UHOHYDQWHVVLJXLHURQDFWXDQGRHQODHVFHQDSROtWLFD(VWH~OWLPRVLHQGRJREHUQDGRU
GH6DQWD$QDVHKDEtDH[SUHVDGRDELHUWDPHQWHDIDYRUGH%DUULRVORFXDOQROHLP-
pidió ocupar puestos de relevancia en el poder y legislativo en el segundo período
GH'XHxDV3RUVXSDUWH8OORDYROYLyDVHUPLQLVWURFRQ'XHxDVORPLVPRTXH-XDQ
-RVp%RQLOODDPERVHVWUHFKRVFRODERUDGRUHVGHOSUHVLGHQWH107 Ni que decir tiene
TXHRWURVSROtWLFRVFRPRHUDHOFDVRGH0DQXHO*DOODUGRDELHUWDPHQWHHQIUHQWDGR
FRQ%DUULRVUHFXSHUDURQUiSLGDPHQWHVXFDUUHUD\HQVXFDVR*DOODUGRYROYLyDVHU
pronto presidente de la Asamblea Nacional.108
Algo parecido sucedió con el Ejército. Además del caso del general Santia-
JR*RQ]iOH]\DPHQFLRQDGR\VDOYRDOJ~QFDVRPX\VLJQL¿FDGRFRPRIXHHOGHO
JHQHUDO 7ULQLGDG &DEDxDV FXxDGR GH * %DUULRV \ TXH SURWDJRQL]y HQ  XQ
OHYDQWDPLHQWRDVXIDYRUHQ6DQ0LJXHORWURVJHQHUDOHVTXHKDEtDQREHGHFLGRD
Barrios fueron respetados en su rango y continuaron con mando durante los años
GH'XHxDV3RUWDQWRSDUHFHFRQYHQLHQWHSUHFLVDUTXHXQFDPELRHQODFDEHFHUDGHO
(VWDGRSRUYLROHQWRTXHIXHVHQRLPSOLFDEDQHFHVDULDPHQWHXQDGHELOLGDGGHO(V-
WDGR\QRVXSRQtDHQDEVROXWRXQDUHYROXFLyQWpUPLQRXWLOL]DGRHQODpSRFD\TXHD
veces es adoptado con excesiva ligereza en estudios contemporáneos.
3HURWDQLPSRUWDQWHFRPRHOORHVTXHHOSRGHUHFRQyPLFR\ODYLGDGHORV
QHJRFLRVWDPSRFRVHDOWHUDURQ\VLDFDVRPXFKRVYLHURQFRQDJUDGRHOUHJUHVRGH
un presidente mucho más previsible que Barrios para el mundo de los empresarios.
Sin duda un enfrentamiento tan duro tuvo consecuencias para la economía y la Ha-
FLHQGDQDFLRQDOHV\QRVyORSRUHOQXHYRHPSUpVWLWRGHSVTXHKXERTXH
VXVFULELUSDUDHOHQIUHQWDPLHQWRFRQ*XDWHPDODSRUFLHUWRXQDVXQWRUHLWHUDWLYRHQ
FDGDFDPELRYLROHQWRGHJRELHUQR3HURDSHVDUGHHVWHUHYpVTXHFXDOTXLHUFRQ-
ÀLFWRDUPDGRVXSRQtD\GHODUHLWHUDGDDFXVDFLyQGH'XHxDVGHTXH%DUULRVKDEtD
GHMDGROD+DFLHQGDSUiFWLFDPHQWHTXHEUDGDODUHDOLGDGUHVXOWyQRVHUPXFKRPiV
JUDYHTXHODTXHVHYLYtDGHVGHDxRVDWUiV\HQWRGRFDVRQRWDQWRFRPRORTXH
SUHJRQDEDODSURSDJDQGDSROtWLFDDODYLVWDGHODVFLIUDVGH+DFLHQGDGHORVSULPH-
ros años de Dueñas.
En sus ocho años de gobierno el nuevo presidente desarrolló una intensa ac-
WLYLGDGHQODTXHPRVWUyTXHHUDXQKRPEUHHQWUHJDGRDOSRGHUFDVLXQDLQVWLWXFLyQ
pOPLVPR\SDUHFHVLJQL¿FDWLYRHOKHFKRGHTXHLQLFLDUDODVREUDVGHXQ3DODFLR
1DFLRQDOTXHGHVSXpVDUGHUtDHQ(QRWURVHQWLGRUHDOL]yLPSRUWDQWHVUHIRU-
PDVWHUULWRULDOHV/DSULPHUDHQIHEUHURGHGLYLGLyHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ
6DOYDGRUVHJUHJDQGRGHpO/D/LEHUWDGFRQ1XHYD6DQ6DOYDGRUR6DQWD7HFODOD
FLXGDGGHVXUHVLGHQFLDFRPRFDSLWDO<DTXHQRKDEtDOOHJDGRDVHUODFDSLWDOGHOD
QDFLyQ'XHxDVOHRWRUJyDOPHQRVHOUDQJRGHFDSLWDOGH'HSDUWDPHQWRTXHHVWDED
VX¿FLHQWHPHQWHMXVWL¿FDGRGDGRHOSRGHUHFRQyPLFRTXHVHFRQFHQWUDEDHQHOOD
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 27

$OJRPiVWDUGHHQHOPLVPRDxRDSURYHFKDQGRODUHEHOLyQGHHQ6DQ0LJXHO
DIDYRUGH%DUULRVGLYLGLyHVWH'HSDUWDPHQWRHQWUHV6DQ0LJXHO/D8QLyQ\8VX-
OXWiQKDFLHQGRTXHHOSRGHUGHO(VWDGRVHSXGLHUDHMHUFHUPiVH¿FD]PHQWHVREUH
los territorios de estos nuevos distritos administrativos.
Llevó a cabo un impulso de la red viaria consolidando una serie de caminos
HVWUDWpJLFRV\PHMRUDQGRQXHYRVWUD\HFWRVFRQYLUWLpQGRORVHQFDUUHWHURVQRPEUDQ-
do técnicos responsables de caminos y dictando normas y mantenimiento perma-
nente para la ruta de San Salvador a La Libertad. Inició otro importante camino en
HOWHUUHQRGHODVFRPXQLFDFLRQHV¿UPDQGRODSULPHUDFRQWUDWDSDUDHPSUHQGHUHO
trazado de la red del telégrafo. Emprendió obras de canalización y conducción de
DJXDSRWDEOHDYDULRVPXQLFLSLRVGHVWDFDQGRDGHPiVGH6DQ6DOYDGRUHOFDVRGH
6DQWD7HFODVXFLXGDGSHURWDPELpQHQHORULHQWHGHOSDtV3HURVLHQGRLPSRUWDQWHV
FDVLWRGDVHVWDVPHGLGDVTXL]iHOPHMRUHMHPSORGHHVWHLPSXOVROLEHUDOTXHVXSR-
QtDXQJUDQDSR\RDODVHPSUHVDVSULYDGDVTXHOOHYDEDQDFDERHVWDVLQLFLDWLYDVOR
representan las decisivas contratas para construcción de nuevos muelles de hierro y
H[SORWDFLyQGHORVWUHVPD\RUHVSXHUWRVGHOSDtVTXHGLHURQRULJHQDODFUHDFLyQGH
ODVUHVSHFWLYDV&RPSDxtDVGH0XHOOHVTXHIXHURQLQVWUXPHQWRVGHJUDQSRGHUHFR-
QyPLFRSDUDHOQ~FOHRGXURGHODIUDFFLyQFRPHUFLDO\¿QDQFLHUDGHODROLJDUTXtD
Si esto fue parte de lo que Dueñas promovió a favor de los grupos dominan-
WHVHVGHFLUGLUHFWDPHQWHQHJRFLRVRDSHUWXUDGHSXHUWDVDPiVQHJRFLRVWDPELpQ
KD\TXHFDUJDUHQVXKDEHUGHODJHVWLyQDIDYRUGHGLFKRVVHFWRUHVDORVTXHpO
SHUWHQHFtDDOJRTXHQROOHJyDFRQVHJXLU(OFDVRHVTXHSDUDGyMLFDPHQWHHOGHVD-
rrollo de algunos de los instrumentos de la incipiente economía capitalista chocaba
con los resortes que estas minorías estaban utilizando en la economía nacional y en
el Estado para su consolidación. En parte este es el motivo de que Dueñas conclu-
yera su segundo período sin haber visto crearse una Casa de Moneda o el primer
banco en el país.
3RUXQODGRDSHVDUGHTXHORLQWHQWy\QRKD\TXHGXGDUTXHWHQGUtDODLQWHQ-
FLyQGHORJUDUORQROOHJyDFUHDUXQEDQFRTXL]iSRUTXHHOPRGHORHQHOTXHSHQVy
QRHUDGHODVDWLVIDFFLyQGHORVJUDQGHVHPSUHVDULRVVDOYDGRUHxRVTXHSUH¿ULHURQ
QRWHQHUXQEDQFRDWHQHUXQRTXHHOORVQRFRQWURODUDQVX¿FLHQWHPHQWH3HURQR
IXH¿QDOPHQWHXQDPDODVROXFLyQSDUDORVSURSLRVFRPHUFLDQWHV\SUHVWDPLVWDV\D
que gracias a no disponer de un banco pudieron seguir ejerciendo sus funciones
GHFUpGLWROLEUHPHQWHFRQEXHQRVEHQH¿FLRV'HOPLVPRPRGRWDPSRFRFUHyXQD
&DVDGH0RQHGDFRQFRQVHFXHQFLDVFDGDYH]PiVSHUMXGLFLDOHVSDUDODPD\RUtD
GHODSREODFLyQSHURFRQYHQWDMDVSDUDORVHPSUHVDULRVTXHPDQHMDEDQODPRQHGD
\ORVFDPELRV1DWXUDOPHQWHQRWUDWyGHPRGL¿FDUHOVLVWHPD¿VFDOH[LVWHQWHTXH
aseguraba a los sectores dominantes el incremento de sus patrimonios sin tener que
contribuir al sostenimiento del Estado ni a una mejor redistribución de la riqueza
entre el conjunto de la sociedad; por otro lado llevó a cabo una sistematización de
28 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ODGHXGDS~EOLFDSDUDXQDPHMRUJHVWLyQGHODPLVPDQRSDUDHYLWDUOD$OFRQWUDULR
aumentó generosamente el capítulo de los presupuestos dedicado al ejército. De
PDQHUDTXHSRUDFWLYDRSRUSDVLYDVXFRPSRUWDPLHQWRIXHDFRUGH\IDYRUDEOHD
los intereses de los grupos dominantes que sacaron buen partido de estos años con
XQDDFHOHUDFLyQHQODDFXPXODFLyQGHEHQH¿FLRV
(Q HO WHUUHQR DJURH[SRUWDGRU DXQTXH HO DxLO HPSH]DED D GDU PXHVWUDV GH
GHELOLGDG\HODOJRGyQQRWHUPLQDEDGHGHVSHJDUWUDVHO¿QGHODJXHUUDHQ(VWDGRV
8QLGRV HO FDIp VHJXtD DYDQ]DQGR OHQWDPHQWH FRQ FLIUDV SHTXHxDV WRGDYtD 3HUR
VREUHWRGRHQHOFHQWUR\HORFFLGHQWHGHOSDtVHOFUHFLPLHQWRPRVWUDED¿UPH]D\
FRPHQ]DEDDDIHFWDUODHVWUXFWXUDGHODSURSLHGDGGHODWLHUUDFRQSUHVLyQVREUHHML-
GRV\WLHUUDVFRPXQDOHVDVtFRPRODGHODVRFLHGDGGDQGRRULJHQDXQQXHYRVHFWRU
GHODROLJDUTXtD(QFRQMXQWRHUDXQFUHFLPLHQWRWHUULWRULDO\VRFLDOPHQWHGHVLJXDO
que caracterizaría al país durante mucho tiempo. Durante los años de Barrios el cul-
tivo debió alcanzar en el Departamento de Santa Ana cerca de 4.000 manzanas y en
SRUSULPHUDYH]VHD¿UPDEDTXHHQHO'HSDUWDPHQWRQRKDEtDWLHUUDVEDOGtDV
para seguir expandiendo el cultivo.109 En 1869 en Santa Ana el valor del café pro-
GXFLGRHUDSVPiVGHOGREOHGHOVHJXQGRSURGXFWRTXHHUDODPHOD]DTXH
VXSRQtDSV(OYDORUGHODxLOHUDVRORGHSV\HOGHOD]~FDU
ps.110 Todo esto animaba la importación e incluso la fabricación de maquinaria para
GLVWLQWDVWDUHDVDJUtFRODVLQFOX\HQGRODVUHODFLRQDGDVFRQHOFDIp111 Si se toma uno
GHORVLQGLFDGRUHVHFRQyPLFRVH[LVWHQWHVFRPRHVODHYROXFLyQGHORVLQJUHVRV¿V-
FDOHVTXHUHÀHMDQSULQFLSDOPHQWHHOFRPHUFLRH[WHULRU\HOFRQVXPRGHDJXDUGLHQ-
WHDGHPiVGHDOJXQRVRWURVLPSXHVWRVGHPHQRUHQYHUJDGXUDHQWUH\
DTXpOORVFUHFLHURQDXQDWDVDPHGLDDQXDOGHO1123DUHFHLQGLVFXWLEOHTXHDO
PHQRVHOFXDQWRDOREMHWLYRFHQWUDOGHODROLJDUTXtDHOFUHFLPLHQWRDJURH[SRUWDGRU
SDUDLQFRUSRUDUVHDOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOVHHVWDEDFXPSOLHQGR<HOLQFUHPHQWR
GHOWUi¿FRFRPHUFLDOJHQHUDEDXQDXPHQWRGHOQ~PHURGHFDVDVFRPHUFLDOHVQDFLR-
QDOHV\GHDJHQWHVGHFDVDVH[WUDQMHUDV\FRPLVLRQLVWDVFRPR-RDTXtQ0DWKp$X-
JXVWR%RXLQHDX-XDQ0DXULFLR'XNH-RVp.HUIHUG5H\HV$UULHWD0DQXHO7ULJXH-
URV0DULDQR'RUDQWHV<DQXDULR%ODQFR)HGHULFR3DUUD-RVp/DUUH\QDJDHWF/RV
segundos solían anunciar la llegada de barcos en los que los exportadores podían
HQYLDUVXVIUXWRVLQFOXLGRHOFDIpD(XURSDHVWLPXODGRIRUPDVGHFRPHUFLDOL]D-
ción que lentamente iban sustituyendo a las tradicionales ferias.113
(O HPSXMH GHFLGLGR \ FRQVLVWHQWH GH OD HFRQRPtD HQ WpUPLQRV OLEHUDOHV OD
apuesta por el modelo agroexportador promoviendo algunos de los instrumentos de
ODHFRQRPtDFDSLWDOLVWDTXHVHHVWDEDGHVDUUROODQGRHQHOPXQGRRFFLGHQWDOSHUR
PDQWHQLHQGR HQ HO LQWHULRU IRUPDV SUHFDSLWDOLVWDV HVWDEDQ DFHOHUDQGR HO FDPLQR
KDFLDXQDVRFLHGDGIUDFWXUDGDHQODTXHFUHFtDQDRMRVYLVWDODVGHVLJXDOGDGHVVR-
FLDOHV(OSURFHVRHUDSURIXQGR\KDEtDP~OWLSOHVLQGLFLRVGHORTXHVXFHGtD3DUD
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 29

ilustrar esta evolución vale un caso que tiene algo de anecdótico pero que es muy
revelador del cambio que se estaba produciendo.
En 1867 un grupo de “respetables señores” constituyó una sociedad para
construir y operar en la capital un hipódromo. En términos de la minoría a la que
pertenecían los promotores se trataba de un tipo de “establecimiento que no falta en
FDSLWDOHVGHSULPHURUGHQ´TXHVHUYLUtDSDUDIDFLOLWDUHOHQFXHQWURGHPLHPEURVGH
dicha minoría sobre todo con residencia en el conjunto urbano San Salvador-Nueva
6DQ6DOYDGRUHQXQHMHUFLFLRGHORTXHKDVWDKR\VHGHQRPLQDODVRFLDELOLGDG/RV
planes incluían que en los días de funciones y carreras hubiera “música militar y no
IDOWDUiQODVPHVDVGHÀRUHVGXOFHVOLFRUHVHWF´114 Naturalmente el gobierno les
IDFLOLWyWHUUHQRV³DODHVSDOGDGHODFRQRFLGDµ&DVD$PDULOOD¶´\XQDSR\RPRQH-
tario. El espacio lo había elegido el que parecía ser uno de los más importantes im-
SXOVRUHVGHODLGHDHOFRQRFLGRFRPHUFLDQWHEULWiQLFR-RVp.HUIHUG(QVXFDVDWXYR
OXJDUODUHXQLyQHQODTXHVHFRQVWLWX\yODVRFLHGDGFX\RVPLHPEURVIXQGDGRUHV
IXHURQXQJUXSRGHFRPHUFLDQWHVEULWiQLFRVFRPRHOSURSLR.HUIHUG\+DUGLPDQ
RWURSHTXHxRJUXSRGHORVPiVIXHUWHVFRPHUFLDQWHVVDOYDGRUHxRV*RPDU%XVWD-
PDQWH/DJRV7ULJXHURV\'XNH±DXQTXHXQRHUDQRUWHDPHULFDQR\RWURGHRULJHQ
HVSDxRO±PLOLWDUHVFRQFDUJRVSROtWLFRVFRPR&LULDFR&KRWR\6DQWLDJR*RQ]iOH]

CUADRO 1.2
Miembros de la “Sociedad de Carreras” – 1867

3UHVLGHQWHQDWR ([FPR6U3UHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD
3UHVLGHQWH '-RVp.HUIHUG
Vice-presidente General D. Ciriaco Choto
Secretario D. Manuel Aguilar
3UR-secretario '-RUJHHardiman
Tesorero D. Manuel Meléndez
Interventor D. Manuel Trigueros
3UHVLGHQWHGH-XHFHV General D. Santiago González
6HFUHWDULRGH-XHFHV ':HQFHVODRAlarcia
-XHFHV 0DJLVWUDGR'1LFROiV3HxD
Licenciado D. Borja Bustamante
'-XDQ0DXULFLR'XNH
'-RDTXtQGomar
'-XDQ&KRWR
D. Ildefonso Marín
'3LODU/DJRV
D. Ciriaco González
D. Enrique Langley
Fuente: El Constitucional, 27 de junio de 1867.
30 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HOPDJLVWUDGR3HxDDOJXQRVPLHPEURVGHIDPLOLDVSURSLHWDULDVFRPRORV0HOpQGH]
\RWURVYHU&XDGUR
(QHQHURGH\DVHFHOHEUDEDQFDUUHUDV\HQWUHORVJDQDGRUHVKDEtD
XQFDEDOORGH-XDQ0DXULFLR'XNHXQRGHORVHPSUHVDULRVPHQFLRQDGRVDUULED
y miembro fundador.115 En abril de 1868 se celebraron dos carreras en las que
se habían podido inscribir no menos de 5 ni más de 15 caballos. En la primera
OD LQVFULSFLyQ GH FDGD XQR FRVWDED  SV \ HQ OD VHJXQGD  SV /RV SUHPLRV
fueron el 60% y el 20% del total de las matrículas respectivamente.1163HURHQ
febrero de 1869 los premios ya no estaban relacionados con las inscripciones de
ORVFDEDOORVVLQRTXHHOSULPHUSUHPLRFRQVLVWLyHQXQDJXLUQDOGDFX\DVÀRUHV
HUDQPRQHGDVGHRURQRUWHDPHULFDQDVGHGyODUHVKDVWDXQDFDQWLGDGGH
el segundo premio fue de 30 dólares y el tercero de 20.117 La nota de prensa que
daba la noticia añadía:
³1RVFRPSODFHPRVTXHVLFHVWDVRFLHGDGPDUFKHHQSURJUHVRSRUTXHGHpOGH-
SHQGHTXHVHDFDGDYH]PiVH[WHQVD\¿UPHODVRFLDELOLGDG´118

Naturalmente los asistentes acudían a las carreras luciendo sus mejores ropas
\DOKDMDV(QMXQLRGH)pOL['iUGDQRFXxDGRGHOSUHVLGHQWHHPSUHVDULR\
IXWXURJUDQFDIHWDOHURSHUGLyHQXQRGHORVHVSHFWiFXORVXQUHORMGHRURFRQVXFR-
UUHVSRQGLHQWHOHRQWLQD\RIUHFtDXQD³EXHQD*5$7,),&$&,Ï1´>ODVPD\~VFXODV
son del original] a quien lo devolviese.119$FRPLHQ]RVGHODGpFDGDGHEDMR
ODSUHVLGHQFLDGH6DQWLDJR*RQ]iOH]OD6RFLHGDGGH&DUUHUDVSDUHFtDKDEHUSHUGLGR
algo de lustre y estaba en proceso de reorganización bajo la presidencia del propio
PDULVFDO*RQ]iOH]FRQ-RUJH+DUGLPDQ3UHVLGHQWHGHOD-XQWD'LUHFWLYD0DQXHO
$QGUDGHGH9LFHSUHVLGHQWH%HUQDUGR+DDVGH7HVRUHUR6DOYDGRU&DUD]RGH6HFUH-
tario y Salvador González de Vice-Secretario. La Sociedad se estaba refundando y
se convocaba a los antiguos socios a una reunión en la que se reformaría el regla-
PHQWRFRQODVPRGL¿FDFLRQHVQHFHVDULDV120
/D6RFLHGDGGH&DUUHUDVHUDVRORXQPHGLRXQLQVWUXPHQWRMXQWRDRWURVGH
ODPLQRUtDGRPLQDQWHSDUDTXHVXVPLHPEURVVHDXWRUHFRQRFLHUDQ\VHDXWRD¿UPD-
ran en torno a una diversión adoptada de la cultura británica que marcaba modas.
En espacios como el hipódromo la fracción más poderosa de la oligarquía podía
KDFHUDODUGHGHVXULTXH]DTXHHUDXQDGHVXVVHxDVGHLGHQWLGDG\TXHHUDLQGLFLR
de su diferencia con otras clases sociales. La conformación de este sector de la
ROLJDUTXtDHQXQDGHODViUHDVPiVSXMDQWHVGHOSDtVFRPRHUDODGH6DQ6DOYDGRU
1XHYD6DQ6DOYDGRUVHSURGXFtDHQSDUDOHOR\GHIRUPDDUWLFXODGDFRQODHYROXFLyQ
de otras capas sociales en las mismas áreas urbanas que se empobrecían hasta llegar
a quedar sin medios de subsistencia.
(QFRQRFDVLyQGHKDEHUWHQLGRTXHEXVFDUUHFXUVRVSDUDSRGHUPDQWH-
QHUHO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRUGRQGHFUHFtDHOQ~PHURGHHQIHUPRV\HO(VWDGRQR
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 31

KDELOLWDEDUHQWDVVX¿FLHQWHVSDUDVXDGHFXDGRIXQFLRQDPLHQWRODSUHQVDSXEOLFDED
XQDUWtFXORHORJLDQGRODYLUWXGFULVWLDQDGHODFDULGDGJUDFLDVDODFXDOVHKDEtDQ
SRGLGRVROYHQWDUODVQHFHVLGDGHVPiVXUJHQWHV(QWUHRWUDVFRVDVVHGHFtDTXH

“hay hombres humanitarios que sienten vértigos cuando pasean la mirada por
los vastos dominios del propietario y piensan en la cabaña del indigente... Y su-
SRQLpQGRORVELHQLQWHQFLRQDGRV¢QRHVFLHUWRTXHSDGHFHQXQH[WUDYtR"6LHVWH
extravío se generalizara... si esos humanitarios tuvieran por desgracia la facultad
GHTXHIHOL]PHQWHFDUHFHQ>GHSRGHULJXDODUODVRFLHGDG@ORVUHVXOWDGRVQRVHKD-
UtDQHVSHUDU\ODQDWXUDOH]DVXEOHYiQGRVHFRQWUDVXVODPHQWDEOHVXWRStDVKDUtD
pagar muy caro el ensayo a los soñadores...”.

3HURJUDFLDVDXQDVVHxRUDVTXHKDEtDQVDOLGRDODFDOOHSDUDPRYHUDODFDUL-
GDGS~EOLFD\UHFDXGDUDOJXQRVIRQGRVVHGHPRVWUDEDFRQHVWRVKHFKRVTXH

³OD&$5,'$'>HQPD\~VFXODVHQHORULJLQDO@YLUWXGFULVWLDQDKDUHVXHOWRDKR-
ra cómo puede resolver en lo sucesivo el gran problema cuya solución buscan los
comunistas>HQFXUVLYDVHQHORULJLQDO@FRQWDQWRHPSHxR´121

(VGHFLUTXHODVGHVLJXDOGDGHVVRFLDOHVHOFRQWUDVWHHQWUHORVSURSLHWDULRV\
ORVLQGLJHQWHVHUDQDOJRQDWXUDOSDUDODROLJDUTXtD\ODYtDSDUDVROXFLRQDUODVHUDOD
caridad pública. Intentar reducir las desigualdades era el producto de un extravío y
VLJQL¿FDUtDXQD³ODPHQWDEOHXWRStD´GHPDQHUDTXHODQDWXUDOH]DKDUtDSDJDUPX\
FDURHOHQVD\RDORV³KXPDQLWDULRVVRxDGRUHV´HQFDVRGHTXHSXGLHUDQOOHYDUORD
FDER/DYHUVLyQROLJiUTXLFDGHOFULVWLDQLVPRVHFRQVWLWXtDFRPRYHQtDKDFLHQGR
GHVGHODpSRFDFRORQLDOHQXQDFRUD]DGHSURWHFFLyQHVRVt³QDWXUDO´SDUDODGR-
PLQDFLyQGHORVSURSLHWDULRV'RVDxRVGHVSXpVODVGLIHUHQFLDVVRFLDOHV\ODSREUH-
]DVHJXtDQFUHFLHQGRHQODFDSLWDO/DVLQVWLWXFLRQHVEHQp¿FDVTXHHQWRQFHVH[LVWtDQ
no daban abasto para cubrir las necesidades de una población pobre que crecía y se
hablaba de crear un hospicio. De nuevo en la prensa se publicaba:
“... algunas personas caritativas piensan ya formalmente en la creación de un hos-
SLFLRHQHVWDFDSLWDOHOGHEHUHVVRFRUUHUDORVGHVYDOLGRV\ODFRQYHQLHQFLD
porque así se cumple con la caridad... sin los inconvenientes que presenta hoy la
H[LVWHQFLDGHORVSRUGLRVHURVGLVHPLQDGRVSRUODVFDOOHV\FRQIXQGLGRVORVYHU-
daderamente necesitados con multitud de plagiarios de esa posición desgraciada.
En todo esto se ha pensado antes de ahora... pero toda idea a este respecto ha
encontrado el grande obstáculo de la falta de fondos que no es más que la capa
FRQTXHFXEULPRVQXHVWUDDSDWtDODH[FXVDGHODUHSXJQDQFLDFRQTXHYHPRVWRGR
WUDEDMRTXHQRQRVUHSRUWDXQEHQH¿FLRGLUHFWR1RTXHUHPRVGDUXQSDVRVLQRHV
que veamos la posibilidad de aumentar inmediatamente nuestra propiedad. Todo
trabajo gratuito se juzga perjudicial y toda contribución para una obra pública se
considera pérdida...”.122
32 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

(UDHYLGHQWHTXHSHVHDTXHGHVGHHOSRGHUVHHVJULPtDODFDULGDGFRPROD
VROXFLyQGHORVSUREOHPDVODUHDOLGDGGHPRVWUDEDTXHQRHUDpVWDODIyUPXODSDUD
acabar con las necesidades de una población cada vez más numerosa. Unas rela-
FLRQHVPiVHTXLWDWLYDVHQODSURGXFFLyQ\ODGLVWULEXFLyQHFRQyPLFDVDVtFRPRXQ
PHMRUUHSDUWRGHODVFDUJDV¿VFDOHVKDEUtDQFRQWULEXLGRDSDOLDUSDUWHGHORVSUREOH-
PDVSHURODROLJDUTXtDVLWXDGDHQHOFRQWUROGHO(VWDGRQRLEDDDSUREDUOH\HVTXH
afectasen a las fuentes de su riqueza.
*
Los años de Dueñas estaban siendo de alegría y de éxito para la oligarquía
SURSLHWDULD(OSDtVRDOPHQRVODVUHJLRQHVPiVYLQFXODGDVDOFRPHUFLRH[WHULRU
FUHFtDQORVQHJRFLRVDXPHQWDEDQ\FRQHOORVODULTXH]DGHODPLQRUtDGRPLQDQWH
(QHOSUHVLGHQWHD¿UPDED
³/DPDUFKDGHOD5HS~EOLFDKDVLGRSUyVSHUDHQORJHQHUDOODSD]QRKDVXIULGR
QLQJXQDDOWHUDFLyQ\DVXVRPEUDHVWHSXHEORWDQPRUDOFRPRODERULRVRGHVD-
UUROODORVHOHPHQWRVGHULTXH]DTXHHQFLHUUDHVWHVXHORIHUD]ODVUHQWDVS~EOLFDV
DGPLQLVWUDGDVSRUHPSOHDGRVFRPSHWHQWHV\KRQUDGRVVHKDQDXPHQWDGRFRQVL-
GHUDEOHPHQWH\ODULTXH]DLQGLYLGXDOFDPLQDHQXQDHVFDODDVFHQGHQWHSURGX-
ciendo el bienestar aún en las clases menesterosas”.123

3HURDOJXQRVGHORVPLHPEURVGHDTXpOODTXL]iHQWHQGtDQTXHVXSDUWLFLSD-
ción en este éxito no era la que ellos merecían y llegaban a interpretar que la evo-
lución boyante de los negocios se basaba en connivencias no del todo limpias entre
HOSRGHUSROtWLFR\FLHUWRVJUXSRVGHODSURSLDROLJDUTXtDORTXHQRHUDGHOWRGR
HUUyQHR$OJXQRLQFOXVRSRGtDWHQHUDVSLUDFLRQHVDODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD
eVWHSRGtDVHUHOFDVRGHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]TXHKDEtDFXUVDGRXQDFDUUHUD
GH p[LWR FRPR HPSUHVDULR FRPR SROtWLFR \ FRPR PLOLWDU GHVGH PHGLDGRV GH ORV
años 1850.1243HURDKRUDHQORVVXFDUUHUDVHKDEtDYLVWRIUHQDGDSUHFLVDPHQ-
WHFXDQGRODHFRQRPtDFUHFtDDPD\RUYHORFLGDGGHVSXpVGHTXHKXELHUDSUHVWDGR
un apoyo decisivo a Dueñas cuando éste regresó de Guatemala en 1863. En 1871
quizá su descontento y hasta su despecho lo llevaran a una posición crítica con la
política económica de Dueñas y organizó un golpe de estado que lo condujo a la
SUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD125
La ruptura con Dueñas hizo que entre los miembros de los sucesivos gobier-
QRV GH *RQ]iOH] IDOWDUDQ DOJXQRV FDVL FRQVWDQWHV HQ DxRV DQWHULRUHV FRPR -XDQ
-RVp %RQLOOD R &UX] 8OORD SRU HO FRQWUDULR KDEtD QRPEUHV QXHYRV FRPR ORV GH
)UDQFLVFRÈOYDUH])UDQFLVFR*DOLQGR-XDQ-RVp6DPD\RDPLQLVWURGH+DFLHQGD
\ *XHUUD126 R )DELR &DVWLOOR GH -XVWLFLD SHUR WDPELpQ FRQWLQXDEDQ RWURV FRPR
*UHJRULR$UEL]XPLQLVWURGH5HODFLRQHV([WHULRUHVPLHPEURGHXQDIDPLOLDFRQ
UDLJDPEUH HQ HO SRGHU HMHFXWLYR \ 0DQXHO *DOODUGR HVWUHFKDPHQWH YLQFXODGR D
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 33

'XHxDV\DXQTXHSRUSRFRWLHPSRPLQLVWURGHO,QWHULRU1273HURODUXSWXUD\HOJRO-
pe de estado al gobierno de Dueñas no se limitó políticamente a un simple cambio
SDUFLDOGHORVPLHPEURVGHOSRGHUHMHFXWLYR(QDEULOGHWUDVHOJROSH'XHxDV
fue sometido a juicio de “responsabilidad ante la Nación” por haber gobernado
GLVFUHFLRQDOPHQWH\HQFDUFHODGR128 En julio del año siguiente fue excarcelado bajo
¿DQ]DVRORSDUDVHUGHWHQLGRGHQXHYR\HQYLDGRRWUDYH]DSULVLyQ$KRUDVHOH
DFXVDEDGHHVWDUYLQFXODGRFRQODUHEHOLyQTXHKDEtDWHQLGROXJDUHQ&RMXWHSHTXH
FRQSDUWLFLSDFLyQGHLQGtJHQDVFRLQFLGLHQGRFRQVXVDOLGDHQOLEHUWDG129 Santiago
González consideraba a Dueñas como el principal cabecilla del “bando reacciona-
ULR´DOFXDOVHVXPDEDQ³SDUFLDOLGDGHVSHUVRQDOLVWDV´XQDIUDFFLyQ³DQWLFULVWLDQD
del clero refractario” y “otras parcialidades” que no constituían partidos. Todos
HOORVVHJ~QHOSUHVLGHQWHHVWDEDQWUDWDQGRGHLPSHGLUODFRQVROLGDFLyQGHOD5HS~-
EOLFDEDMRVXGLULJHQFLDYLQFXODGDDO³SDUWLGROLEHUDOJHQXLQR´130 González limitó
ODV JDUDQWtDV LQGLYLGXDOHV WHPSRUDOPHQWH \ H[WUDxy D )UDQFLVFR 'XHxDV 0DQXHO
*DOODUGR5DIDHO&DPSR-RVp/ySH]HOFDQyQLJR0DWtDV2UHOODQD\WUHVVDFHUGR-
WHVPiVIXHURQH[WUDxDGRVSRUFXDWURDxRVSHVHDORFXDODXQTXHODRSRVLFLyQVH
DWHQXyQRGHMyGHDFWXDU131
González estaba poniendo en marcha los comienzos de la secularización del
(VWDGRTXHSURVHJXLUtDQ5DIDHO=DOGtYDU\)UDQFLVFR0HQpQGH]\HQHOORMXJDED
XQSDSHOLPSRUWDQWHODPDVRQHUtDTXHHVWDEDQDFLHQGRHQHOSDtV\HQODTXHWXYR
XQSURWDJRQLVPRHOYLFHSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD0DQXHO0pQGH]132 Este motivo
y otros de carácter económico despertaron una reacción desde distintas posiciones
FRQWUD HO JRELHUQR GH PRGR TXH HQ VHSWLHPEUH GHO PLVPR  IXH DVHVLQDGR
HOYLFHSUHVLGHQWH0pQGH]ORTXHVLQGXGDIXHXQWHPSUDQR\IXHUWHJROSHGHDG-
vertencia de que González contaba con una oposición muy agresiva.133 3RU RWUD
SDUWHDODxRVLJXLHQWHGHOJROSHGH(VWDGRSUHVLRQDGRSRUVHFWRUHVUHOHYDQWHVGH
ODROLJDUTXtD\FRQHOREMHWRGHGDUOHXQFLHUWRYLVRGHOHJLWLPLGDGDVXSRVLFLyQ
González convocó elecciones a una Asamblea Constituyente para aprobar una nue-
YDFRQVWLWXFLyQ(QWUHORVGLSXWDGRVHOHFWRVHVWXYLHURQ-RVp/DUUH\QDJD'RVLWHR
)LDOORV$QGUpV9DOOH0LJXHO6iL]DUÈOYDUR&RQWUHUDV/XFLR8OORD'RURWHR9DV-
FRQFHORV$QWRQLR /LpYDQR 7HRGRUR 0RUHQR 6LPyQ 9LGHV (QFDUQDFLyQ 0HMtD
)DELR0RUiQ2QRIUH'XUiQ'DYLG-*X]PiQR(QULTXH0DVIHUUHU(UDHYLGHQWH
la ausencia de algunos nombres habituales en la Asamblea Nacional con Dueñas e
LQFOXVRFRQ%DUULRVSHURQRIDOWDEDQRWURVTXHWDPELpQHUDQFRQVWDQWHVGHVGHKDFtD
DxRVHQWUHORVFXDOHVGHVWDFDEDQIXHUWHVHPSUHVDULRV\XQDEXHQDUHSUHVHQWDFLyQ
de cafetaleros.134 Esta relativa continuidad de importantes representantes del poder
HFRQyPLFRHQHOSROtWLFRDGHPiVGHTXHRWURVFRPR&UX]8OORDR-RVp5RVDOHV
FRQWLQXDUDQDOIUHQWHGHVXVQHJRFLRVUHVWDFXDOTXLHUUDVJRGHUHYROXFLyQDOJROSH
SURWDJRQL]DGRSRU6DQWLDJR*RQ]iOH]FRPRUHLWHUDGDPHQWHVHODKDOODPDGRLQ-
cluso por la historiografía contemporánea.
34 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

*RQ]iOH] QR KDEtD PDQWHQLGR XQD SRVLFLyQ SROtWLFD FRQVWDQWH SHUR FRPR
RWURVIRUPDEDSDUWHGHODPLQRUtDGHOSRGHUHFRQyPLFR\KDEtDVHUYLGRGHVGHVX
polifacética posición a los diferentes gobiernos del país. Sin embargo desde 1871
\TXL]iSRUODVUD]RQHVVHxDODGDVDUULEDFRPHQ]yDDGRSWDUFLHUWDVDFWLWXGHVVLQR
DQWLROLJiUTXLFDVVtDOPHQRVWHQGHQWHVDPRGL¿FDUDOJXQDVVREUHODVTXHVHHVWDED
FRQVWUX\HQGRHOPRGHORROLJiUTXLFRVDOYDGRUHxR³1RPiVDJLRQRPiVSHFXODGR
QLJUDQMHUtDSDUDXQDIDPLOLDRXQFtUFXORGHIDYRULWRVQHJRFLDQWHVFRQHO(VWDGR
SRUTXHHVWDLQVWLWXFLyQVRORGHEHVHUYLUSDUDHOELHQGHODVRFLHGDGJDUDQWL]DQGRHO
HMHUFLFLRGHOGHUHFKR\KDFLHQGRDSOLFDFLyQGHODMXVWLFLD´HVFULELyÈOYDUR&RQ-
WUHUDV UHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD1DFLRQDO\FRODERUDGRULQWHOHFWXDOGH*RQ-
zález en la presidencia.135 Se refería a la cantidad de contratas y negocios que se
habían llevado a cabo en los años de Dueñas por parte de los grandes empresarios
\HO(VWDGRHQORVTXHSRUFLHUWR*RQ]iOH]QRKDEtDSDUWLFLSDGR6HWUDWDEDGHXQ
cambio de postura ciertamente contradictorio con la actuación que había mantenido
el propio general cuando él conseguía las contratas para mejorar caminos o am-
pliar instalaciones portuarias en los años 1850 e incluso en el gobierno de Gerardo
Barrios. Los mecanismos que le llevaban a conseguir aquellas contratas eran los
mismos que ahora se habían utilizado en los años de Dueñas. Era un ejercicio de
mala memoria digno de mejor causa.
'HPRGRTXHDXQTXHSXHGHFRQVLGHUDUVHTXHHOPRGHORHFRQyPLFRJHQHUDO
QRFDPELyHOQXHYRJRELHUQROOHYyDFDERFLHUWDVUHIRUPDVHLQWHQWyRWUDVFX\D
línea central podría resumirse en el intento de imprimir más transparencia a la ges-
tión de Hacienda y de otorgar un mayor protagonismo e iniciativa del Estado en la
HFRQRPtDQRVRORFRPRFDQDOL]DGRUGHORVLQWHUHVHVGHORVHPSUHVDULRV$VtSRU
HMHPSORSRUXQODGRHQDEULOGHVXSULPLyODSULPDTXHWHQtDQFRQFHGLGDORV
H[SRUWDGRUHVGHFDIp\PDVFDEDGRFRQVLVWHQWHHQXQDUHGXFFLyQGHORVGHUHFKRV
de importación que hubieran de pagar las mercaderías que se trajeran de retorno
FRPSUDGDVFRQGLQHURGHGLFKDVH[SRUWDFLRQHV$SDUWLUGHHQWRQFHVFRQVLGHUDQGR
TXHODVSODQWDFLRQHVWDQWRGHFDIpFRPRGHD]~FDUKDEtDQFUHFLGRVX¿FLHQWHPHQWH
las importaciones de retorno por los dos productos exportados deberían pagar los
derechos aduaneros de las mercancías de retorno íntegros.136(VGHFLUTXHSHVHD
ODVPX\YHQWDMRVDVFRQGLFLRQHVHQTXHSURGXFtDQORVFDIHWDOHURVFRPRVHYHUiPiV
DGHODQWHHO(VWDGRD~QORVKDEtDSUHPLDGRHQDxRVDQWHULRUHVFRQXQDGLVPLQXFLyQ
de impuestos a la importación. Esto suponía una reducción añadida de ingresos de
la Hacienda que ya de hecho tenía ingresos restringidos por ausencia de impuestos
directos precisamente a los productores y exportadores.
3RURWURODGR*RQ]iOH]PRGL¿FyODOHJLVODFLyQTXHUHJXODEDODJHVWLyQ¿VFDO
GHO5DPRGH$JXDUGLHQWHTXHSURSRUFLRQDEDODVHJXQGDYtDGHLQJUHVRVS~EOLFRV
al país. Hasta entonces el sistema funcionaba mediante un abastecimiento libre por
parte de los fabricantes a los puntos de venta que eran subastados por el Estado y de
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 35

FX\DVVXEDVWDVSURFHGtDQORVLQJUHVRV¿VFDOHVGHHVWHUDPR(OFDPELRLQWURGXFLGR
SRU*RQ]iOH]TXLHQWHQtDLQWHUHVHVHPSUHVDULDOHVHQHVWHVHFWRUFRPRIDEULFDQWH\
SURYHHGRUGHDJXDUGLHQWHFRQVLVWLyHQFRQYHUWLUHOQHJRFLRHQXQPRQRSROLRGHO
(VWDGRDOFXDOORVIDEULFDQWHVGHEHUtDQYHQGHUODSURGXFFLyQ\HO(VWDGRODGLVWUL-
EXLUtDDORVHVWDQTXLOORVRSXQWRVGHYHQWDTXHVHJXLUtDQVLHQGRVXEDVWDGRVSRU
FDQWLGDGHVGLIHUHQWHVFRPRHUDOyJLFRGHSHQGLHQGRGHHQTXpFRQWH[WRGHPRJUi-
¿FR\HFRQyPLFRVHHQFRQWUDVHQ137
En las explicaciones sobre el cambio de sistema de explotación se ponía énfasis
HQTXHQRVHSUHWHQGtDH[WHQGHULPSXHVWRVQLDXPHQWDUORVH[LVWHQWHVVLQRVLPSOH-
PHQWHFHGHUDO(VWDGRODH[SORWDFLyQGHXQDSURGXFFLyQ6HWUDWDEDGHEHQH¿FLDUDOD
Hacienda pública procurando evitar el fraude y controlar el contrabando. Se producía
aguardiente en muchas poblaciones y no se trataba “de momento” de producirlo en
LQVWDODFLRQHVQDFLRQDOHVSHURVtGHFRPEDWLUORVSURJUHVRVGHOYLFLRGHODHPEULDJXH]
incrementar las entradas del erario y reducir la corrupción.138 Era un cambio legal
UDFLRQDOTXHSHUGXUy\TXHUHVXOWyVHUEDVWDQWHH¿FD]HQORVREMHWLYRVSUHWHQGLGRV
salvo en uno: el de combatir el vicio de la embriaguez. En la medida que el impuesto
sobre el aguardiente ya era y se consolidó como el segundo ingreso de la Hacienda de
XQSDtVTXHYLYtDHQGp¿FLW¿VFDOSHUPDQHQWHHO(VWDGRWHQtDODQHFHVLGDGGHLQFUH-
PHQWDUODYHQWDGHOSURGXFWR\GHHVWHPRGRHUDGLItFLOVLQRLPSRVLEOHGLVPLQXLUOD
JHQHUDOL]DFLyQGHODHPEULDJXH]'HKHFKRDXQTXHQRH[LVWHQtQGLFHVSDUDFXDQWL-
¿FDUODORVSDUWHVGHODSROLFtDODVTXHMDVVREUHODVFRVWXPEUHVGHODSREODFLyQUXUDO
y otras informaciones indican que continuó siendo por años parte de la realidad social.
3RUHOPRPHQWRSDUDGHIHQGHUODUHIRUPDOHJLVODWLYDVHXWLOL]DEDHODUJXPHQWRGHTXH
lo extendido de la embriaguez era debido a la anterior forma de gestión de la renta.139
Otra decisión que tomó Santiago González en una dirección absolutamente
contraria a la que había emprendido Dueñas en el terreno de la gestión del comercio
H[WHULRUIXHODGHHQIUHQWDUVHDODV&RPSDxtDVGH0XHOOHVHVSHFLDOPHQWHDODVGH
/D/LEHUWDG\$FDMXWODFX\DFUHDFLyQVHWUDWDUiHQHO&DStWXOR(VWDVHPSUHVDVVH
constituyeron en un instrumento de gran poder económico en manos de la oligar-
TXtDFRPHUFLDO\¿QDQFLHUDJUDFLDVDODGHFLVLyQGH'XHxDVGHFRQFHGHUHQH[FOX-
VLYDDWUHVFRPSDxtDVORTXHHUDHQUHDOLGDGXQROLJRSROLRWRGDODOtQHDGHFRVWD
del país forzando al comercio exterior a entrar a El Salvador por los tres puertos
H[LVWHQWHV*RQ]iOH]GHFUHWyOD³OLEHUWDGGHSOD\DV´ORTXHHTXLYDOtDDLQYDOLGDUOD
H[FOXVLYLGDGFRQFHGLGDSRU'XHxDVDODVHPSUHVDV\DIHFWDUODVHQVXVEHQH¿FLRV
\SRURWUDSDUWHLQLFLyODFRPSUDGHODVDFFLRQHVGHODVFRPSDxtDVDOSUHFLRTXH
WHQtDQHQHOPHUFDGRFRQHOREMHWRGHQDFLRQDOL]DUODV'H¿QLWLYDPHQWHHOFDSLWDO
SULYDGRTXHWDQWDVYHQWDMDVKDEtDUHFLELGRGHPDQRVGH'XHxDVVHYHtDVHULDPHQWH
afectado en sus intereses por el nuevo gobierno.140&RPRHUDGHVXSRQHUORVJRELHU-
QRVGH*RQ]iOH]QRPRGL¿FDURQODHVWUXFWXUD¿VFDOGHOSDtVSRUORTXHFRQWLQXDURQ
IXQFLRQDQGRFRQXQDLPSRUWDQWHGHXGDLQWHUQD<GDGRHODPELHQWHH[LVWHQWHQR
36 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

es de extrañar que los grandes acreedores del Estado propusieran negociar con el
JRELHUQRXQDIyUPXODSDUDDVHJXUDUVHHOFREURGHVXVSUpVWDPRVVREUHORFXDOVH
llegó a un acuerdo.141
En el plano económico tuvieron lugar también otros hechos que contribu-
\HURQDPDUFDUHOFDUiFWHUGHHVWHJRELHUQR8QROODPDWLYRSRUODSUR[LPLGDGGH
XQDLQLFLDWLYDGLVWLQWDUHFLHQWHHQHOPLVPRWHUUHQRIXHHOLQWHQWRGHFUHDFLyQGH
XQEDQFRSHURDGLIHUHQFLDGHOTXHKDEtDLQWHQWDGRFUHDU'XHxDVpVWHVHSUHWHQGtD
que fuese básicamente Agrícola Hipotecario aunque realizara también operaciones
DQH[DVGHFLUFXODFLyQ\GHVFXHQWR6LQHPEDUJRGHVSXpVGHGRVLQWHQWRVHQ
el Banco no se había creado. Lógicamente en caso de que se hubiese constitui-
GRORVSUpVWDPRVKLSRWHFDULRVSUREDEOHPHQWHKDEUtDQVLGRGLULJLGRVDPHGLDQRV\
JUDQGHVDJULFXOWRUHV\VLQHPEDUJRHQODDGPLQLVWUDFLyQGHOSUHVLGHQWH*RQ]iOH]
se producían declaraciones que establecían algunas diferencias con respecto a los
JRELHUQRVGH'XHxDV$VtHQUHODFLyQFRQHOPXQGRDJUDULR\ODSROtWLFDVHSXEOLFy
HQHOSHULyGLFRR¿FLDOXQDFRODERUDFLyQ¿UPDGDSRU%>%DOWDVDU@(VWXSLxiQTXH
decía entre otras cosas:
“... deben los legisladores proteger a los agricultores desde la más grande a la más
tQ¿PDHVFDOD\DIRPHQWDQGRODLQPLJUDFLyQ\DGLFWDQGRODVGLVSRVLFLRQHVPiV
VDELDVDGDSWDGDVDQXHVWUDVQHFHVLGDGHV>@KHPRVKDEODGRGHODSURWHFFLyQTXH
DTXtVHSUHVWDDODDJULFXOWXUDSRUTXHODH[SRUWDFLyQGHIUXWRVLQWHULRUHVFRQH[-
FHSFLyQGHODxLOQRSDJDQLQJ~QGHUHFKRHQODVDGXDQDVSRUTXHVHKDQFRQFHGLGR
SULPDVDORVGHUHFKRVGHFDIpHWF
/DFRQWULEXFLyQWHUULWRULDOTXHHQODPD\RUSDUWHGHODVQDFLRQHVVHSDJDQRVHKD-
OODHVWDEOHFLGDHQWUHQRVRWURVQRWiQGRVHTXHYDULRVSURSLHWDULRVDFDXGDODGRVQR
FRQWULEX\HQDODVDWLVIDFFLyQGHODVQHFHVLGDGHVGHOSDtVSRUTXHUHJXODUPHQWHQR
son estos los que más directamente consumen los productos que están gravados
FRQLPSXHVWRVHQEHQH¿FLRGHO7HVRUR1DFLRQDO'HVXHUWHTXHHODJULFXOWRUQR
puede quejarse de que paga contribución alguna...”.

(UDFRPSOHWDPHQWHLQpGLWRTXHGHVGHQLQJXQDLQVWDQFLDR¿FLDOFRPRHQHVWH
FDVR OR HUD HO %ROHWtQ 2¿FLDO VH H[SUHVDVH QLQJXQD YR] PDQLIHVWDQGR OD SUiFWL-
camente nula contribución de las grandes fortunas al sostenimiento del Estado y
UHFODPDQGRSURWHFFLyQSDUDORVSURGXFWRUHVGHODHVFDODLQIHULRU3HURHOWH[WRQR
WHUPLQDEDDTXtVLQRTXHFRQWLQXDED
³ORVDJULFXOWRUHVHQSHTXHxRWLHQHQFRQSRFDVH[FHSFLRQHVHQPX\PDOHVWDGR
sus negocios a consecuencia del sistema de habilitaciones>HQFXUVLYDHQHORUL-
ginal]. Venden con mucha anticipación el fruto que creen FRVHFKDUFRQHO¿QGH
SRGHUEHQH¿FLDUORFRQDTXHOORVIRQGRV)UHFXHQWHPHQWHOHVYDPDOHQODFRVHFKD
QRREWHQLHQGRVLQRDTXHOODFDQWLGDGTXHKDQFRPSURPHWLGRRXQDPHQRVTXHQR
les basta a llenar sus compromisos. Como consecuencia de ello se les carga un
EL MARCO DE LA TRANSICIÓN OLIGÁRQUICA 37

premio o castigo>HQFXUVLYDHQHORULJLQDO@\ODGHXGDVHYDHQVDQFKDQGRFDGDDxR
hasta quedar el agricultor sin el pan necesario para su sustento.
6HGLUiTXHHVDVHVWLSXODFLRQHVHVWiQMXVWL¿FDGDVSRUORVQHJRFLRVDTXHGDQOX-
gar las transacciones entre los individuos y porque nadie da su dinero si no es a
WUXHTXHGHDOJXQDVJDQDQFLDV(OORHVYHUGDG\SRUHVRHVTXHVHKDFHVHQWLUOD
necesidad de un Banco Agrícola Hipotecario que lleve a manos del agricultor los
indispensables recursos para poder explotar con provecho la tierra y constituir su
ULTXH]DODGHVXIDPLOLD\ODGHODVRFLHGDG´142

(Q RWUR RUGHQ GH FRVDV *RQ]iOH] VH LQWHUHVy \ SURPRYLy OD HQVHxDQ]D LQ-
cluyendo la nocturna emprendida por la Sociedad de Artesanos y la de la Escuela
1RUPDOGHGRQGH\DKDEtDQVDOLGRYDULRVDOXPQRVDKDFHUVHFDUJRGHHVFXHODVGHO
(VWDGR(OSUHVLGHQWHUHFODPyDORVDOFDOGHVGHOD5HS~EOLFDTXHHQYLDUDQMyYHQHVD
OD(VFXHOD³GHDDxRVGHHGDG´SDUDTXHHVWXGLDUDQDGHPiVGHODVPDWHULDV
JHQHUDOHVRWUDVHVSHFt¿FDVGHFDUiFWHUOHJLVODWLYRLQFOX\HQGR5HJODPHQWRVGH3R-
OLFtD(OSURIHVRUHQHVWHWHUUHQRXQDERJDGRRXQSHULWRFREUDUtDSVDOPHV143
Este interés en el orden público guardaba relación con el decreto en que se autorizó
DDXWRULGDGHVWHUULWRULDOHVTXHSHUVLJXLHUDQDGHOLQFXHQWHVGHVHUWRUHV\MRUQDOHURVD
DOODQDUHQFDVRGHQHFHVLGDG\VLQIRUPDOLGDGSUHYLDRWUDVMXULVGLFFLRQHVYHFLQDV
cuyas autoridades quedaban obligadas a auxiliar a las perseguidoras.144
Durante la presidencia de Santiago González tuvieron lugar ocasionales al-
WHUDFLRQHVVRFLDOHV\DIXHUDQHQWUHLQGtJHQDVODGLQRV\SREODFLyQEODQFDSRUPR-
WLYRV YDULDGRV FRPR VXFHGtD HQ RWURV SDtVHV DPHULFDQRV (Q DJRVWR GH  VH
produjo una asonada de gran parte de los indígenas de Izalco por motivos desco-
QRFLGRVSHUROROODPDWLYRGHOFDVRHVODUHDFFLyQTXHPHUHFLyHOKHFKRSRUSDUWH
GHOSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD$OSDUHFHUGHVSXpVGHKDEHUVLGRLQIRUPDGRVREUH
las circunstancias probablemente por el gobernador de Sonsonate y después del
SURFHVRFRUUHVSRQGLHQWH6DQWLDJR*RQ]iOH]FRQVLGHUyTXH³ODGHOLQFXHQFLDGHORV
LQGtJHQDVQRHVWiELHQFDOL¿FDGDFRQFXUULHQGRSRUHOFRQWUDULRFLUFXQVWDQFLDVGLV-
PLQX\HQWHVHQVXIDYRU´3RUHOORKDELpQGRVHDFRJLGRDOD³JHQHURVLGDGGHOJR-
ELHUQRLPSORUDQGRXQDDPQLVWtD´HOSUHVLGHQWHODFRQFHGLyDWRGRVORVLQGtJHQDV
que participaron directa o indirectamente en la asonada y dejo libres a todos los
presos que todavía estaban en la cárcel en relación con los hechos.145
$XQTXH FRPR HO SURSLR GHFUHWR SUHVLGHQFLDO D¿UPDED HVWDED HQ MXHJR HO
³UHSRVR GH OD &LXGDG GH ,]DOFR´ QR GHMDED GH KDEHU FLHUWR WRQR JHQHURVR HQ HO
JHVWRTXHHQFLHUWRPRGRVHYLRFRQ¿UPDGRFXDQGRSRFRGHVSXpVODFRPXQLGDG
GHLQGtJHQDVGH6XFKLWRWRVROLFLWyODFRQFHVLyQGHOEHQH¿FLRGHSREUH]D(QWRQFHV
6DQWLDJR*RQ]iOH]FRQVLGHUDQGRTXHODVFRPXQLGDGHVUHFRQRFLGDVSRUODVOH\HV
YLJHQWHVHUDQSHUVRQDVMXUtGLFDVFRQGHUHFKRV\REOLJDFLRQHVTXHYHQWLODUDQWHWUL-
EXQDOHVGHMXVWLFLD\GHEtDQVHUSURWHJLGDVSRUODVOH\HVFRQFHGLyHOEHQH¿FLRGH
38 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

pobreza a todas las comunidades reconocidas por la ley.146(QRWURVOXJDUHVFRPR

6DQWLDJR GH 1RQXDOFR WDPELpQ VH SURGXFtDQ FKRTXHV HQWUH ODGLQRV H LQGLRV HQ
este caso relacionados con la venta de aguardiente. En 1874 el gobierno tuvo que
DSUREDUHOHVWDEOHFLPLHQWRGHXQDVHJXQGDH[SHQGHGXUtDGHOOLFRUHQODORFDOLGDG
dividiendo por igual la cuota que estaba asignada a la existente.147 La actitud de la
que se desprendían estas decisiones no era la habitual en otros gobiernos y contri-
buía a conferir al de González un tono claramente diferenciado de los anteriores.
3DUHFLHUDTXHHQJHQHUDO\SHVHDXQDSROtWLFDTXHVHVHSDUDEDDYHFHV\VROR
HQSDUWHGHORVWUDGLFLRQDOHVLQWHUHVHVGHVHFWRUHVGHODROLJDUTXtDODVLWXDFLyQGHO
gobierno no era del todo débil. En 1876 un nuevo presidente fue elegido: el agricul-
WRU¿QDQFLHUR\SROtWLFRGH6DQWD$QD$QGUpV9DOOHTXLHQWHQGUtDFRPRYLFHSUHVL-
GHQWHD6DQWLDJR*RQ]iOH]3HURHVWHFDPELRVXFHGtDFXDQGRXQLPSUHYLVWRYLQRD
WUDVWRFDUODYLGDGHOSDtVODVUHODFLRQHVHQWUH*XDWHPDOD+RQGXUDV\(O6DOYDGRU
se habían complicado de nuevo y trajeron como consecuencia un enfrentamiento
HQWUHOD*XDWHPDODGH-XVWR5X¿QR%DUULRV\(O6DOYDGRU&RPRHQRWUDVRFDVLRQHV
HOFRQÀLFWRWXYRXQLPSDFWRLQPHGLDWRSDUDODVRFLHGDG\SDUDODHFRQRPtDWDQWR
SULYDGDFRPRS~EOLFDSRUTXHKXERTXHHPLWLUXQQXHYRSUpVWDPRSDUDDWHQGHUD
ORVJDVWRVGHODJXHUUD(QVHJXLGDDGHPiVVLJQL¿FDUtDXQLPSRUWDQWHFDPELRSROt-
tico que se estudiará en el Capítulo 6.
8QDYH]PiVORVUHVLGXRVGHODVDQWLJXDV\FRQÀLFWLYDVUHODFLRQHVFHQWURDPH-
ricanas se cruzaban en la evolución de la historia nacional.
Capítulo 2
Los negocios del despegue

“Aquellos fueron
años de crecimiento económico
y se hicieron gordos algunos peces
que no eran peces gordos todavía.”

:RRG\$OOHQ

El principal y expreso objetivo del sector más dinámico de la oligarquía era

ODH[SRUWDFLyQDJUDULD3DUDFRQVHJXLUORVHQHFHVLWDEDDPSOLDUODSURGXFFLyQGHORV
cultivos tradicionales y encontrar otros nuevos para satisfacer la demanda del expan-
VLYRPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOSHURSDUDDOJXQRVHVWRQRSDUHFtDVHUREVWiFXOR&RPR
se expresaba en tono entusiasta en un texto de 1849: “El espíritu de empresa se ha
despertado y cada día se ponen en ejecución algunas o se proyectan otras nuevas”.1
$VtHOSULPHUQHJRFLRGHULYDGRGHWDOREMHWLYRFRQVLVWLyHQDIURQWDUHOSUREOH-
ma de las precarias infraestructuras de comunicación del país. El mantenimiento y
ODDPSOLDFLyQGHODUHGGHFDPLQRVSXHQWHV\SXHUWRVPiVODPHMRUDGHORVPHGLRV
GHWUDQVSRUWH\RWUDVLQVWDODFLRQHVKDVWDGRQGHIXHUDSRVLEOHVHFRQYLUWLHURQSXHV
en actividades estratégicas emprendidas por la clase propietaria. Y las llevaría a
cabo sobre la base de las relaciones de producción organizadas en el sector privado
de la economía y respaldadas por la legislación puesta a disposición de los mismos
SURSLHWDULRVGHVGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO\HOJRELHUQRORVGRVSRGHUHVGHO(VWDGR
en los que ya estaban instalados los representantes más conspicuos de dicho bloque
VRFLDO3RGUtDGHFLUVHUHFRUGDQGRHOYLHMRGLFKRTXHODROLJDUTXtDKL]RGHODQHFHVL-
GDGYLUWXG/DVREUDVS~EOLFDVTXHWXYRTXHHPSUHQGHUIXHURQSRUORWDQWRHIHFWR
pero también causa de su propia formación y se articularon con los negocios de pro-
GXFFLyQ\H[SRUWDFLyQDJUDULDORVFRPHUFLDOHV\HOFUpGLWRFRQVWLWX\HQGRXQ~QLFR
Q~FOHRHQVDPEODGRDKRUDJHVWLRQDGRGLUHFWDPHQWHSRUHOODHVGHFLUVLQODDQWLJXD
PHGLDFLyQFRORQLDOQLODPiVUHFLHQWHIHGHUDOFRPRORKDEtDH[SUHVDGR'XHxDV2
(QHIHFWRHOHVWtPXORDOFRPHUFLRTXHHVWDEDQVXSRQLHQGRORV³FDPSRVGH
oro” de California desde 1848 exigía mejorar las comunicaciones desde los puertos
FRQ ODV SULQFLSDOHV SREODFLRQHV GHO (VWDGR FRPR 6DQ 6DOYDGRU 6RQVRQDWH 6DQ
40 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

0LJXHO6DQ9LFHQWH&RMXWHSHTXH=DFDWHFROXFD6DQWD$QDHWF\VXVFRUUHVSRQ-
dientes áreas productivas circundantes.3 Los trabajos de mantenimiento y mejora
GHORVFDPLQRVVHUHDOL]DUtDQSRUWRGDODJHRJUDItDGHOSDtVDXQTXHFRQGLIHUHQWH
intensidad según las comarcas en función del grado de su relación con el mercado
H[WHUQR3RURWUDSDUWHDOPLVPRWLHPSRHUDSUHFLVRPHMRUDUODVFRQGLFLRQHVGHODV
LQVWDODFLRQHVSRUWXDULDVFRQVWUX\HQGRPXHOOHVDPSOLDQGRODVFDVDVGHERGHJD\DO-
PDFHQHV\SURYH\pQGRORVGHPHGLRVSDUDIDFLOLWDUHOHPEDUTXH\GHVHPEDUTXHGH
ODVPHUFDQFtDV6REUHHVWDEDVHORVDJHQWHV\FDVDVFRPHUFLDOHVRORVSURGXFWRUHV
GLUHFWDPHQWHSRGUtDQKDFHUFRQÀXLUORVSURGXFWRVKDFLDORVSXHUWRVORVDJULFXOWR-
UHVDPSOLDUtDQFRQVHJXULGDGVXVWUDEDMRV\HOFRPHUFLRH[WHULRUÀXLUtD(Q
HQWUHORVSURGXFWRVH[SRUWDEOHVVHFRQVLGHUDEDQDGHPiVGHODxLOORVPLQHUDOHVGH
ODV³ULFDV\DEXQGDQWHVPLQDV´GH6DQ0LJXHOORVWHMLGRVGHDOJRGyQTXHHVWDEDQ
FRPHQ]DQGRDSURGXFLUVHHQDTXHOODFLXGDGSHURVREUHWRGRHOD]~FDUFDIpDUUR]
y otros productos agrícolas.4 El presidente interino Francisco Dueñas escribía en
1851 que los puertos del sur del país habían adquirido una importancia que apenas
SRGtDFDOFXODUVHDUDt]GHORVFDPELRVHQ&DOLIRUQLDDxDGLGRVDODVSUy[LPDVYHQ-
WDMDVGHODVYtDVGH3DQDPi\1LFDUDJXD5
$ PHGLDGRV GHO VLJOR ;,; \ SHVH D VX SHTXHxD H[WHQVLyQ (O 6DOYDGRU QR
WHQtDXQPHUFDGRLQWHUQRDUWLFXODGRRPHMRUGLFKRQRH[LVWtD+DFLDSRGtD
KDEHUSDVDGRGHKDELWDQWHVSHURLQFOXVRODVORFDOLGDGHVGHPD\RUWDPDxR
FRPR6DQ0LJXHOR6DQ6DOYDGRUTXHWHQtDQHQWUH\KDELWDQWHVVH
abastecían de la producción agrícola y artesanal de áreas muy próximas. Esto hacía
TXHVHSURGXMHUDQGLIHUHQFLDVGHSUHFLRVLPSRUWDQWHVHQWUH]RQDVQRPX\GLVWDQWHV
ORTXHUHÀHMDODHVFDVDDUWLFXODFLyQGHOPHUFDGRLQWHUQR$VtODIDQHJDGHPDt]HQ
PD]RUFDYDULDEDGHDSVHQWUHORV'HSDUWDPHQWRVGH6DQ6DOYDGRU6DQ0LJXHO
&XVFDWOiQ6DQ9LFHQWH\6DQWD$QD6(QSDUWHHVWRVHH[SOLFDSRUTXHDGHPiVGHTXH
JUDQSDUWHGHODSREODFLyQHUDFDPSHVLQDPXFKDVSHUVRQDVTXHUHVLGtDQHQ]RQDV
XUEDQDVGLVSRQtDQGHSDUFHODVGHWLHUUDELHQHQSURSLHGDGRSRVHVLyQLQGLYLGXDOHQ
HMLGRVRHQWLHUUDVFRPXQDOHVORTXHUHIRU]DEDHVWHUDVJRGHDEDVWHFLPLHQWRDFRUWD
GLVWDQFLD\HQFXDOTXLHUFDVRORVIDFWRUHVGHHVFDVH]\DEXQGDQFLDQRVHFRPSHQ-
VDEDQ WHUULWRULDOPHQWH 3RU HOOR SDUD HO WUDQVSRUWHGHFDUJDVQRPX\SHVDGDVORV
FDPLQRVHQWUHGLIHUHQWHVORFDOLGDGHVQRQHFHVLWDEDQWHQHUPXFKDDQFKXUDEDVWDED
FRQTXHIXHUDQGHWLHUUDFRQVROLGDGDRQLVLTXLHUDHVR\VHPDQWXYLHUDQWUDQVLWDEOHV
(QHOFDVRGHOPD\RUSURGXFWRGHH[SRUWDFLyQKDVWDODGpFDGDGHHO
DxLOHOWUDQVSRUWHVHKDFtDHQVXPD\RUSDUWHSRUFDPLQRVGHKHUUDGXUDKDVWDODV
IHULDVFRPHUFLDOHV\SRVWHULRUPHQWHKDVWDORVSXQWRVGHH[SRUWDFLyQDXQTXHDO-
JXQDSDUWHVHWUDVODGDEDGLUHFWDPHQWHKDVWDORVSXHUWRVSULQFLSDOPHQWHHOGH/D
Unión.7(QHVWHVHQWLGRODVIHULDVMXJDEDQXQSDSHOLPSRUWDQWHHQODHVWUXFWXUDGH
ODV FRPXQLFDFLRQHV GH LQWHUFRQH[LyQ HQ ODV UXWDV GH ODV PHUFDQFtDV 3HUR HVWDV
FLUFXQVWDQFLDVVHIXHURQPRGL¿FDQGRFRQHODXPHQWRGHODSURGXFFLyQ\ODFRQYHU-
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 41

VLyQGHFDPLQRVGHKHUUDGXUDHQFDUUHWHURVFRQORTXHOHQWDPHQWHODVIHULDVIXHURQ
perdiendo importancia en su función de escala de las mercancías hacia el mercado
H[WHULRUVREUHWRGRHQHORFFLGHQWHGHOSDtV8
Desde la independencia de la Federación en 1823 la red viaria fue adquirien-
GRLPSRUWDQFLDQRVyORHQVXIXQFLyQGHFRPXQLFDFLyQPHUFDQWLOVLQRTXHSDUDHO
nuevo país que se ponía en marcha con una estructura institucional cada vez más
FRPSOHMD VH KL]R HVHQFLDO WDPELpQ FRPR FDQDO GH FRPXQLFDFLyQ DGPLQLVWUDWLYD
(VWHGREOHLQWHUpVHFRQyPLFR\SROtWLFRVHDFHQWXyDSDUWLUGHPHGLDGRVGHVLJOR
/DVDXWRULGDGHVIHGHUDOHVSULPHUR\VDOYDGRUHxDVGHVSXpVVHLQWHUHVDURQSRUHO
PDQWHQLPLHQWR\PHMRUDGHFDPLQRVGHVGHPX\WHPSUDQRFRPRORKL]ROD$VDP-
EOHD1DFLRQDO&RQVWLWX\HQWHGH&HQWURDPpULFDHQVHSWLHPEUHGH3RUHOORHQ
1825 la Asamblea de El Salvador creó un impuesto denominado Fondo de Caminos
WDPELpQFRQRFLGRFRPRGH7UDEDMDGRUHVRGH%HQH¿FHQFLDGHVWLQDGRDOPDQWH-
QLPLHQWR\ODVHJXULGDGGHODVYtDVGHFRPXQLFDFLyQTXHKDEtDTXHSDJDUEiVLFD-
PHQWHHQWUDEDMR\VyORDOWHUQDWLYDPHQWHHQGLQHUR(OWpUPLQR³EHQH¿FHQFLD´KDFtD
UHIHUHQFLDDTXHODDFWLYLGDGGHPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRVHUDEHQp¿FDSDUD
ODVRFLHGDGDXQTXHHOEHQH¿FLRHUDPX\GLIHUHQWHSDUDVXVPLHPEURVHQIXQFLyQ
GHODVGHVLJXDOGDGHVHQODHVWUXFWXUDVRFLDO\GHKHFKRHOVLVWHPDVXSRQtDIXHUWHV
SHUMXLFLRV\HVFDVDVYHQWDMDVSDUDODSREODFLyQUXUDO3HURFRPRHQRWURVDVSHFWRV
el uso interesado del léxico por la oligarquía tenía un sentido ideológico para tratar
de convencer a los trabajadores de que su esfuerzo era de interés común. Esto pa-
UHFtDDSXQWDUDODH[LVWHQFLDGHXQFRQVHQVRHQODGLVWULEXFLyQGHORVEHQH¿FLRVGHO
FUHFLPLHQWRHFRQyPLFRORTXHHQODSUiFWLFDQRH[LVWtDHQDEVROXWR/DUHDOLGDGHV
que la oligarquía dominaba sin el menor interés en consensuar las participaciones
sociales ni el reparto de los resultados en la construcción del Estado.
El hecho es que en 1825 todo varón de 15 a 50 años debería trabajar dos
GtDVDODxRSRUVtRSRUSHUVRQDLQWHUSXHVWDHQHOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRV
H[FHSWRORVPLOLWDUHV(QHVWDPHGLGDVHPRGL¿FyDxDGLHQGRODSRVLELOLGDGGH
sustituir la obligación de la contribución en trabajo por el pago de cuatro reales al
DxRDUD]yQGHGRVUHDOHVHOMRUQDOGLDULR\SRURWUDSDUWHVHGHFLGLyTXHVHUtDQODV
autoridades municipales las que deberían ocuparse de la reparación de los caminos
S~EOLFRV(VGHFLUTXHGHVGHHQWRQFHVTXHGyHVWDEOHFLGRTXHVHWUDWDEDGHXQLP-
SXHVWRHVWDWDOJHVWLRQDGRSRUODVDGPLQLVWUDFLRQHVORFDOHVFRQORTXHODVGHFLVLRQHV
últimas que afectaran al impuesto las tomaría la administración central. La aplica-
FLyQGHHVWDUHDOLGDGHQWRGDVODVORFDOLGDGHVGHOSDtVPXFKDVGHODVFXDOHVHVWDEDQ
DJUDQGLVWDQFLD\DHVFDVRFRQWUROGHOJRELHUQRIXHGDQGROXJDUDODDSDULFLyQGH
intereses en torno al Fondo en el ámbito de los municipios. Y esto tanto por parte
de las autoridades municipales como por parte de propietarios que ejercían sus
LQÀXHQFLDVSDUDREWHQHUEHQH¿FLRVHQODJHVWLyQGHOLPSXHVWRYHU&DStWXOR'H
WDOPDQHUDTXHGXUDQWHDxRVHOPDQHMRGHO)RQGRGH&DPLQRVHOXVR\GHVWLQRGHO
42 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WUDEDMR\GHORVUHFXUVRVPRQHWDULRVTXHJHQHUDEDVHFRQYLUWLyFRQIUHFXHQFLDHQ
XQIRFRGHSUREOHPDV)LQDOPHQWHHQVHHOLPLQyODSRVLELOLGDGGHFRQWUDWDUD
RWUDSHUVRQD\VyORVHDXWRUL]yHOWUDEDMRGHOWLWXODURHOSDJRGHORVFXDWURUHDOHVOR
TXHVLJQL¿FDTXHHOMRUQDOVHPDQWXYRHQGRVUHDOHVDOPHQRVGHVGH\FRQWLQXy
así durante muchos años con pocas variaciones.9(VWHHUDSRUFLHUWRHOVDODULRKD-
ELWXDOGHORVWUDEDMDGRUHVUXUDOHVGHPHQRUFXDOL¿FDFLyQHVGHFLUXQDJUDQPD\RUtD
GHSHUVRQDV\ORIXHWDPELpQSDUDORVSHRQHVGHOFDIp
(O )RQGR GH &DPLQRV HUD SXHV XQ LPSXHVWR GLUHFWR SHUR UHJUHVLYR HQ OD
PHGLGDHQTXHQRSDJDEDPiVTXLHQPiVWHQtDVLQRTXHGHEtDQSDJDUWRGRVORV
YDURQHVSRULJXDO3RUODDOWHUQDWLYDHQGLQHURUHVXOWDEDQIDYRUHFLGRVTXLHQHVGLV-
SRQtDQGHUHFXUVRVPRQHWDULRVTXHSRGtDQSDJDUORVFXDWURUHDOHVHQUHODFLyQFRQ
ORVKXPLOGHVTXLHQHVFDVLQRWHQtDQRWUDSRVLELOLGDGTXHSDJDUORHQWUDEDMRSRUTXH
conseguir el dinero no era fácil dada la escasez de numerario en el país y por sus
limitaciones en generar renta monetaria. Una consecuencia de esta realidad era que
HOPDQWHQLPLHQWR\ODFRQVWUXFFLyQGHFDPLQRVVREUHWRGRRULHQWDGRVDOREMHWLYR
GHODPLQRUtDGRPLQDQWHHVWRHVODH[SRUWDFLyQDJUDULDUHFDtD\HUDVXIUDJDGDD
coste muy bajo por el trabajo de la gran mayoría de la población rural. En algunos
OXJDUHVDGHPiVDOJXQRVHOHPHQWRVGHHVWDVPLQRUtDVD~QWUDWDEDQTXHFRQORVUH-
cursos del Fondo se realizaran obras de su interés personal y en las proximidades de
sus viviendas.103RUXQODGRHO)RQGRGH&DPLQRVHUDXQDHVWUDWpJLFDFRQWULEXFLyQ
¿VFDOTXHQRFRQVWDEDHQODFRQWDELOLGDGGH+DFLHQGD\SRURWURHUDXQH[WUDRU-
GLQDULRDKRUURSDUDORVSURSLHWDULRVELHQHQHYHQWXDOHVLPSXHVWRVORFDOHVRQDFLR-
nales que los gobiernos hubieran debido establecer con carácter progresivo para el
PDQWHQLPLHQWRGHODUHGYLDULDRELHQHQLQYHUVLRQHVGLUHFWDVTXHORVSURGXFWRUHV
habrían tenido que hacer para mantener los caminos transitables. Y dicho ahorro
VHFRQYHUWtDHQ~OWLPDLQVWDQFLDHQXQLQFUHPHQWRGHEHQH¿FLRVHQVXVFXHQWDVGH
resultados como empresarios. En cuanto a los posibles impuestos que la Asamblea
1DFLRQDOGHELHUDKDEHU¿MDGRSDUDHOPDQWHQLPLHQWRGHODVLQIUDHVWUXFWXUDVREYLD-
PHQWHORVGLSXWDGRVRVHQDGRUHVTXHHUDQSURSLHWDULRVFRQVXVSURSLRVQHJRFLRV
DJUtFRODV\FRPHUFLDOHVQRORVLEDQQLVLTXLHUDDSURSRQHUQXQFD\PHQRVDDSUREDU
SXGLHQGRH[WUDHUHOH[FHGHQWHHFRQyPLFRSDUDWDO¿QGHODSREODFLyQFDPSHVLQD\GH
ODSHTXHxDDJULFXOWXUDFRPRORVLJXLHURQKDFLHQGR(UDODFRPELQDFLyQGHOFRQWURO
de la estructura económica con relaciones de producción basadas en condicionantes
H[WUDHFRQyPLFDV SRU XQ ODGR \ GHO FRQWURO GHO (VWDGR GH RWUR GHVGH GRQGH VH
JDUDQWL]DEDQODVFRQGLFLRQHVGHEHQH¿FLRVySWLPRVSDUDORVQHJRFLRVSULYDGRV
/DDJULFXOWXUDGHH[SRUWDFLyQFRPHQ]yDFUHFHUD¿QHVGHODGpFDGDGH\
los caminos incrementaron el peso de su función estratégica para las exportaciones.
El promedio anual del valor del comercio exterior entre el quinquenio 1854-1858
\HOGHFUHFLyDXQDWDVDPHGLDDQXDOGHO9HU&XDGUR\ORV
propietarios que estaban respondiendo a la demanda del mercado internacional te-
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 43

nían clara la creciente importancia de los caminos. En 1857 se escribía en relación

con el occidente del país:
“... IDFLOLWiQGRVHORVWUDQVSRUWHVGHODSURGXFFLyQpVWDJDQDHQSUHFLRORTXHDKR-
UUDHQÀHWHV\GHPRUDSDUDVHUFRQGXFLGDDOOXJDUGHH[SHQGLR(MHPSORGHORTXH
vale un buen camino: lo que ahora sucede en los departamentos de Sonsonate y
6DQWD$QDSULQFLSDOPHQWHHQHO~OWLPRGRQGHDQWHVVHHVWDQFDEDVXULFDSURGXF-
ción en azúcar y otros artículos porque era muy costoso y difícil llevarla al puerto.
$KRUDFRQODFDUUHWHUDTXHDWUDYLHVDODVLHUUDODVODERUHVKDQUHFLELGRLPSXOVR\
el espíritu de especulación se despierta en todos. No debemos perder de vista que
ODVLHPEUDGHOFDIpVHYDJHQHUDOL]DQGRHQWRGRHOWHUULWRULRTXHHVWHHVXQIUXWR
TXHQRSXHGHVRSRUWDUPXFKRÀHWHVHQHFHVLWDQSXHVFDPLQRVGHUXHGDRGHPX\
fácil tránsito para que el productor pueda llevarlo al agua o las plazas en que se
realizan las transacciones”.11

(O)RQGRHUDSXHVODIXHQWHIXQGDPHQWDOGHPDQRGHREUDSDUDHOPDQWHQL-
PLHQWR\FRQVWUXFFLyQGHFDPLQRVSHURQRH[FOXtDRWUDIRUPDGHDSURYLVLRQDPLHQ-
WRGHIXHU]DGHWUDEDMR$VtVXFHGLyHQORVFDVRVHQTXHHUDQHFHVDULDOD¿UPDGHXQD
FRQWUDWDFRQDOJXQDHPSUHVDSDUDODFRQVWUXFFLyQGHXQFDPLQRHVSHFt¿FRFRPR
VXFHGtDFRQDOJXQRVFDPLQRVFDUUHWHURVSXHQWHVXREUDVSRUWXDULDV(QRWURVHQWL-
GRODUHJODPHQWDFLyQGHO)RQGRGH&DPLQRVFRQIUHFXHQFLDQRHUDVX¿FLHQWHSDUD
PDQWHQHUHQEXHQDVFRQGLFLRQHVODUHGYLDULD3RUXQDSDUWHHOUpJLPHQGHOOXYLDV
del clima regional unido a las irregularidades del terreno provocaba el deterioro
FRQVWDQWHGHORVFDPLQRVSRUORTXHORVWUDEDMRVGHPDQWHQLPLHQWRVHKDFtDQLQWHU-
PLQDEOHV\UHLWHUDWLYRV8QFRPHQWDULRGHHVWRVDxRVORH[SOLFDEDJUi¿FDPHQWH³
las lluvias que son tan copiosas en nuestro país destruyen en un solo día lo que ha
sido tarea de muchas semanas”.12 Dos días al año de trabajo por cada varón adulto
no bastaba para mantener los caminos en condiciones transitables y con frecuencia
VXFHGtDTXHODSREODFLyQHUDH[LJLGDDFXPSOLUORHVWDEOHFLGRHQODOH\FRQH[FHVR
en número de días.133RURWUDSDUWHODJHVWLyQGHO)RQGRFHGLGDDORVPXQLFLSLRV
FRQIUHFXHQFLDHUDLUUHJXODU\GXUDQWHDxRVVXUHFDXGDFLyQWDQWRHQWUDEDMRFRPR
HQGLQHURIXHOLPLWDGDSRUGLYHUVDVUD]RQHV'HXQODGRFRPRHQRWURVSDtVHVKLV-
SDQRDPHULFDQRVHQPXFKRVPXQLFLSLRVEXHQDSDUWHGHODSREODFLyQUXUDOODGLQDR
indígena que ocupaba cargos municipales no tenía hábito ni disciplina en la gestión
administrativa que les exigía ahora el proyecto de Estado liberal que la oligarquía
HVWDEDHPSHxDGDHQGHVDUUROODU0XFKDVSHUVRQDVHUDQDQDOIDEHWDV\QRVHLGHQWL¿-
caban con la perspectiva ni los intereses de los sectores que controlaban la adminis-
WUDFLyQFHQWUDOGHO(VWDGR<DGHPiVSDUDVXVQHFHVLGDGHVORVFDPLQRVHVWDEDQHQ
SHUIHFWRHVWDGRFRPRORKDEtDQHVWDGRVLHPSUHGHPDQHUDTXHQRHQWUDEDHQODOy-
gica de sus estímulos esta nueva tarea de mantener las rutas mejor acondicionadas.
44 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

CUADRO 2.1
Evolución del comercio exterior

Valor Tasa evolución

Años
Imports. + Exports. media/anual
1854-1858 1.968.934 --
1859-1863 3.478.266 
1864-1868 4.320.793 
1969-1973 6.406.725 
1854-1873 
1874-1878 6.097.092 - 
Fuente: Héctor Lindo-Fuentes, La economía..., op. cit. p. 130.
(Las medias anuales son un cálculo propio)

3HURSRURWUDSDUWHODSREODFLyQUXUDOTXHGHEtDFXPSOLUFRQORVWpUPLQRV
GHO )RQGR HVWDED WDPELpQ VRPHWLGD D RWUDV H[LJHQFLDV ODERUDOHV GHVGH OD DGPL-
QLVWUDFLyQORFDO\GHSDUWDPHQWDOFRPRWUDEDMDUHQREUDVS~EOLFDVHQVXVSURSLDV
ORFDOLGDGHV±FRPRFDOOHVHGL¿FLRVFRPRLJOHVLDVD\XQWDPLHQWRV±HQRWUDVYH-
FLQDVGHPD\RUWDPDxRRFRPRPDQRGHREUDHQ¿QFDVSULYDGDVGHDxLORGHFDIp
cuando este cultivo comenzó a crecer.14 A ello se debía que a veces algunos pueblos
y aldeas fuesen transferidos por el gobierno a la jurisdicción de otras localidades
mayores que requerían mayor cantidad de mano de obra para sus obras.15<HQ~O-
WLPROXJDUPXFKDVSHUVRQDVHUDQMRUQDOHUDVHVGHFLUWHQtDQTXHYHQGHUVXIXHU]D
de trabajo por adelantado y trabajar para particulares en diversas actividades del
mundo agrario. El gobernador de Sonsonate informaba en 1866:
³ODV PXQLFLSDOLGDGHV SRFR FRQRFHGRUDV GHO PRGR GH KDFHU FDPLQRV D TXLH-
nes muchas veces se les culpa de negligentes... hacen lo que humanamente les es
posible... porque el fondo destinado para estas obras... puede asegurarse que no
HVWDQSURGXFWLYRFRPRVHFUHH/RVSXHEORVWLHQHQSRFRVKDELWDQWHVXQQ~PHUR
FRQVLGHUDEOHGHPLOLWDUHV>H[HQWRVGHSDJR@\PXFKRVFDPLQRVDTXHDWHQGHUVLQ
FRQWDUFRQODVREUDVS~EOLFDVFRPRFiUFHOHVFDOOHVFDELOGRVFRQYHQWRVLJOHVLDV
HWFWRGRORFXDOVHKDFHFRQHOWUDEDMRSHUVRQDOGHORVKRPEUHVKiELOHVDVtTXHHQ
HVWRVSXHEORVGDQORVYHFLQRVGRV\DXQWUHVVHPDQDVGHVHUYLFLRS~EOLFRDODxR
pues nunca se les permite dejar sin concluir la compostura de un camino por decir
TXHVHKDDJRWDGRHOIRQGRGHWUDEDMDGRUHVSHURDSHVDUGHWRGRORVFDPLQRVQXQFD
TXHGDQFRPRORVGHVHDQDOJXQRVHVWRHVFDUUHWHURV´16

/DSUHVLyQVREUHODSREODFLyQUXUDOSXHVHUDFUHFLHQWH\VREUHSDVDEDODGH-
dicación de dos días de trabajo anuales. El resultado comenzaba a ser que muchos
GHORVWUDEDMDGRUHVTXHDFXGtDQDWUDEDMDUYROXQWDULDPHQWHRFRPSHOLGRVDHVWRV
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 45

IRFRV GH GHPDQGD GH PDQR GH REUD QR UHJUHVDEDQ D VXV OXJDUHV GH RULJHQ \ VH
TXHGDEDQHQHOORVGHVYLQFXOiQGRVHGHODSURGXFFLyQDJUDULDFRQWULEX\HQGRDOGHV-
arraigo y desestructuración social.17
/DVTXHMDVGHORVVXFHVLYRVJRELHUQRVFHQWUDOHVSRUODLQH¿FLHQFLDHQODJHV-
WLyQGHO)RQGR\FRQVLJXLHQWHPHQWHSRUHOGH¿FLHQWHPDQWHQLPLHQWRGHODVYtDV
VHH[SUHVDURQGHIRUPDUHLWHUDGDVREUHODVPXQLFLSDOLGDGHV3RUHOORSDUDWUDWDUGH
FRQVHJXLUPD\RUH¿FLHQFLDTXHODGHORVPXQLFLSLRVDFRPLHQ]RVGHODGpFDGDGH
HOJRELHUQR\DKDEtDFUHDGRODVSULPHUDVOODPDGDV-XQWDV,WLQHUDULDVHQDOJX-
nos departamentos y localidades. Se trataba de organismos territoriales dependien-
tes del gobierno y compuestos por destacados propietarios locales que se encar-
gaban del impulso y construcción de caminos y otras obras de infraestructuras de
FDUiFWHUHVWUDWpJLFRFRQWDQGRFRQPDQRGHREUDSURFHGHQWHGHO)RQGRGH&DPLQRV
\FRQRWURV¿QDQFLDPLHQWRVSXQWXDOHV/yJLFDPHQWHHVWRSURGXFtDXQVRODSDPLHQWR
institucional en la gestión del propio Fondo de Caminos que probablemente iría en
SHUMXLFLRGHPXQLFLSLRVPHQRUHVIUHQWHDODV-XQWDV,WLQHUDULDVTXHUHSUHVHQWDEDQ
directamente los intereses de los exportadores.
*
Aunque con frecuencia los proyectos de mejoras o construcción de nuevos
FDPLQRVVHSUHVHQWDEDQUHODFLRQDGRVFRQDPSOLDFLRQHVGHLQVWDODFLRQHVSRUWXDULDV
en la medida de lo posible aquí se tratarán las dos cuestiones por separado porque
SODQWHDQFDUDFWHUtVWLFDVGLIHUHQWHV(QUHODFLyQFRQORVSULPHURVHOFUHFLPLHQWRGHO
comercio exterior fue relativamente lento en los años iniciales del período que aquí
VHHVWXGLDSHURGHVGH¿QHVGHODGpFDGDGH\DOPDUJHQGHORVWUDEDMRVKD-
ELWXDOHVGHPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRVVHOOHYDEDQDFDERWUDEDMRVHVSHFt¿FRV
SDUDVXPHMRUD\WUDQVIRUPDFLyQDOREMHWRGHIDFLOLWDUHOWUi¿FRGHODVPHUFDQFtDV
$VtDFRPLHQ]RVGHVHKDEtDQLQLFLDGRORVWUDEDMRVGHFRQYHUVLyQHQFDUUHWHUR
GHOFDPLQRGHKHUUDGXUDGH6DQ6DOYDGRUD/D/LEHUWDG6LQHPEDUJRHQWRGD-
YtDQRH[LVWtDXQ³EXHQFDPLQRUHDO\SRVLWLYDPHQWHFDUUHWHUR´HQWUHORVGRVSXQWRV
DXQTXHODVDXWRULGDGHVHVSHUDEDQTXHXQDHPSUHVDWRPDVHDVXFDUJRWDOREUDGDGR
el interés de los comerciantes.18'HOPLVPRPRGRHOJRELHUQRHVWDEDFRQVLGHUDQGR
la posibilidad de abrir un camino de rueda para comunicar San Salvador con Me-
WDSiQHQRFFLGHQWHSUHFLVDPHQWHHOOXJDUGHRULJHQGHODIDPLOLD$UEL]~DOJXQRV
de cuyos miembros estaban ya en la Asamblea Nacional y otros pronto llegarían al
JRELHUQR3HURGDGDVODVGLVSRQLELOLGDGHVHFRQyPLFDVGHODpSRFD\ODVFRQGLFLRQHV
JHRJUi¿FDVpVWHHUDXQSUR\HFWRGLItFLO19
3RURWUDSDUWHWDPELpQHQRFFLGHQWHHQPDU]RGHHOJRELHUQRFUHyXQD
-XQWD ,WLQHUDULD HQ$KXDFKDSiQ FRQ HO HQFDUJR GH DEULU XQ FDPLQR HQWUH DTXHOOD
ORFDOLGDG\HOSXHUWRGH$FDMXWODFX\RYROXPHQGHFRPHUFLRFRPHQ]DEDDFUHFHU
3DUDHOOROD-XQWDGLVSRQGUtDGHORVUHFXUVRVGHO)RQGRGH&DPLQRVGH$KXDFKDSiQ
46 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

del de los pueblos por donde pasase el camino y del de aquellos otros inmediatos a
pOVLHPSUHTXHGLFKRLPSXHVWRHVGHFLUODIXHU]DGHWUDEDMR\HOGLQHURUHFDXGDGR
HQ DTXHOODV ORFDOLGDGHV QR VH KXELHUD GHVWLQDGR \D D RWUR REMHWR (VWD VDOYHGDG
GHPXHVWUDTXHODPDQRGHREUDGHODVORFDOLGDGHVSRGtDVHUXWLOL]DGD\GHKHFKROR
HUDSRUODVDXWRULGDGHVSROtWLFDVPXQLFLSDOHVRGHSDUWDPHQWDOHVSDUDFXDOTXLHUQH-
FHVLGDG\QRVRORSDUDHOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRV$VLPLVPROD-XQWDGLVSRQ-
dría “de los reos del círculo senatorial que estén sentenciados a obras públicas”.20
(VGHFLUTXHDOVLVWHPDEDVHGHUHFOXWDPLHQWRGHPDQRGHREUDTXHHUDHO)RQGRGH
&DPLQRVVHDxDGtDIXHU]DGHWUDEDMRSHQDGDGHOD]RQDSRUODTXHFUX]DEDODQXHYD
UXWDFRPRVXFHGHUtDFRQIUHFXHQFLDHQRWURVFDVRV
/DDFWLYLGDGDJUDULD\HFRQyPLFDHQJHQHUDOSDUHFtDDQLPDUVHHQRFFLGHQWH
aunque todavía estaba lejos del potencial económico del eje San Miguel-La Unión y
VXiUHDGHLQÀXHQFLD(QHUDRWUD-XQWD,WLQHUDULDODGH6RQVRQDWHODTXHHVWDED
actuando para facilitar la extracción de productos de la zona por el puerto de Acajut-
OD<DVHKDEtDQDFRQGLFLRQDGRORVDFFHVRVDOSXHUWR\VHWUDEDMDEDHQHPSHGUDUHO
FDPLQR\XQSXHQWHORFXDOOHYDQWDEDH[SHFWDWLYDVHQHOHQWRUQR\VHDQLPDEDHO
FRPHUFLRGHWLHUUDVSDUDODFUHDFLyQGH¿QFDVGHFXOWLYRVGHH[SRUWDFLyQ$GHPiVGH
RWUDVREUDVODPXQLFLSDOLGDGGH,]DOFRKDEtDLQYLWDGRDODPLVPD-XQWD,WLQHUDULDGH
Sonsonate a colaborar en la construcción de un puente sobre el río Ceniza con objeto
GHTXHHOFDPLQRHQWUH6RQVRQDWHH,]DOFRSXGLHUDVHUSURQWRFDUUHWHUR3DUDWDO¿QVH
KDEtD¿UPDGRXQFRQWUDWRSRUHOTXHODPXQLFLSDOLGDGVHFRPSURPHWtDDSURSRUFLR-
QDUPDWHULDOHV\REUHURVVREUHFX\DSDJDQRKD\LQIRUPDFLyQPLHQWUDVTXHOD-XQWD
PDQWHQGUtDDHVWRV~OWLPRV\SDJDUtDDORVPDHVWURVDOEDxLOHV\DVXVR¿FLDOHV(VWD
obra se consideraba indispensable para que poder transformar en carretero el camino
GH6RQVRQDWHD6DQ6DOYDGRU$GLIHUHQFLDGHODUHJLyQRULHQWDOGHOSDtVRFFLGHQWH
tenía más fácil la comunicación con la capital lo que iba a ser muy importante para
el cambio estratégico económico y político que tendría lugar en los próximos años.
(QWUHRWUDVLQLFLDWLYDVGHOD-XQWDWDPELpQLQIRUPDEDGHTXHVHKDEtDQHPSHGUDGR
FHQWHQDUHVGHYDUDVGHFDPLQRHQODVLQPHGLDFLRQHVGHO$FDMXWODVHKDEtDQFRQVWUXL-
do otros dos puentes de mampostería en el camino a Sonsonate y se había abierto
media legua del camino de Sonsonate a Santa Ana con 20 varas de ancho.21
(QUHODFLyQFRQHVWDYtDGHFRPXQLFDFLyQOD-XQWD,WLQHUDULDGH6DQWD$QD
LQIRUPDED SRU VX SDUWH HQ HQHUR GHO DxR VLJXLHQWH TXH KDEtD UHDOL]DGR WUDEDMRV
rebajando promontorios en el terreno y lo había preparado para completarlo en su
carácter de carretero.22(QPDU]RGHHOSUHVLGHQWHGHOD-XQWDGH6DQWD$QDHO
JHQHUDO,VLGRUR6DMHWDFRPSDxDGRGHFLXGDGDQRVGH6RQVRQDWH,]DOFRDOFDOGHVGH
&KDOFKXDSDHWFFRQGXMRXQDFDUUHWDFDUJDGDGHPDt]\WLUDGD³VROR´SRUXQD\XQWD
de bueyes hasta la cumbre en el camino de Santa Ana a Sonsonate. La carreta iba
empavesada con el pabellón del Estado y al llegar a la cima se quemaron fuegos
DUWL¿FLDOHVVHHOHYyXQJORER\ODP~VLFDVROHPQL]yHODFWR7UDVXQ³DEXQGDQWHDO-
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 47

PXHU]R´ORVVDQWDQHFRVUHJUHVDURQVDWLVIHFKRVGHKDEHUFXPSOLGRFRQVXFRPSUR-
PLVRDSHVDUGH³ORPLVHUDEOHGHORVIRQGRV´FRQTXHFRQWDEDVX-XQWD,WLQHUDULD23
En aquellos momentos desde Sonsonate al puerto de Acajutla se rodaba ya carrua-
jes.243HURORVHVIXHU]RVSRUPDQWHQHU\PHMRUDUORVFDPLQRVQRHUDQFRQVWDQWHVQL
JHQHUDOL]DGRVSRUWRGRHOSDtVQLORVUHVXOWDGRVGHORTXHVHKDFtDHUDQGH¿QLWLYRV
En 1856 el camino de Sonsonate a Acajutla se había deteriorado y requería nuevos
trabajos para mantenerlo en servicio.25
(Q FXDQWR DO RULHQWH GHO SDtV ODV FRPXQLFDFLRQHV HQWUH 6DQ 6DOYDGRU \ OD
FLXGDGGH6DQ0LJXHOSUy[LPDDOSXHUWRGH/D8QLyQHUDQDOJRPiVFRPSOLFDGDV
+DEtDPiVGHOGREOHGHGLVWDQFLDTXHHQWUHODFDSLWDO\6RQVRQDWH\PXFKDVGL¿-
FXOWDGHVHQODUXWD3RUXQDSDUWHHQVHLEDDFRPHQ]DUWDPELpQXQFDPLQR
FDUUHWHURHQWUHODFLXGDGGH6DQ0LJXHO\/D8QLyQDXQTXHWRGDYtDSDVDUtDQDO-
gunos años hasta que hubiera un buen camino y un puente sobre el río San Miguel
que hiciera fácil la comunicación.263RURWURODGRHQGH6DQ6DOYDGRUD6DQ
9LFHQWH DO LJXDO TXH HQ RWURV WUDPRV KDFLD HO RULHQWH HO FDPLQR HUD WRGDYtD GH
herradura y presentaba algunos pasos malos que se esperaba poder componer en
poco tiempo.27 Sin embargo el principal problema para las comunicaciones desde
HORULHQWHHUDHOUtR/HPSD3DUDFUX]DUORHQHVWRVDxRVH[LVWtDQXQRVHPEDUFDGHURV
SDUDXQDV³PDODVEDUFDV´TXHFRPXQLFDEDQDPEDVRULOODVSHURHUDQLQVX¿FLHQWHV
para la fuerte corriente y profundidad del río sobre todo en época de grandes ave-
QLGDV0XFKDVSHUVRQDVQRSRGtDQSDJDUVXSDVDMH\HOGHVXVFDEDOOHUtDVGHPRGR
que para economizar dicho coste o para ahorrar la demora de cuantos deseaban
VXELUDFDGDEDUFDVHODQ]DEDQDODFRUULHQWH\VHSURGXFtDXQDOWRQ~PHURGHYtFWL-
PDVFDGDDxR/DVDXWRULGDGHVHFKDEDQHQIDOWDXQSXHQWHGHKLHUURSHURSDUDHOOR
VHUHTXHUtDODHVWUXFWXUDPHWiOLFDPDTXLQDULD\PDWHULDOHVTXHQRHUDQIiFLOHVGH
FRQVHJXLU(QODSUHVLGHQFLDGHOSDtVDQLPDEDD³HVSHFXODGRUHV´VLQyQLPR
HQWRQFHV GH HPSUHVDULRV D TXH VH FRPSURPHWLHUDQ HQ REUDV GH FRPXQLFDFLyQ \
SLGLySUHVXSXHVWRSDUDXQSXHQWHVXVSHQGLGRGHKLHUURVREUHHO/HPSD3HURDSHVDU
GHOHVWtPXORQDGLHVHDWUHYLyDLQWHQWDUOR3RUFRPSDUDFLyQFRQHPSUHVDVVLPLODUHV
HQ*UDQ%UHWDxDVHHVWLPDEDTXHHOFRVWHSRGtDHVWDUHQWRUQRDORVSV\
el presidente Dueñas acusaba a los inversores de “pereza” e “inercia” al no acudir
DODRSHUDFLyQHQWDQWRTXHHQFXDOTXLHUH[SHGLFLyQPLOLWDUVHHPSOHDEDQPiVGH
200.000 ps.28(OSXHQWHTXHVHLQWHQWDEDHQQRVHOOHJyDFRQVWUXLU\DXQTXH
VHORJUDURQVROXFLRQHVPHQRUHVSDUDFUX]DUHO/HPSDWRGDYtDHQVHWXYRTXH
contratar la construcción de un puente por 106.000 dólares de oro americano con el
HPSUHVDULRQRUWHDPHULFDQR5:*RUULOOGHOD3DFL¿F%ULGJH&R29
(QEDMRODDFWLYDSUHVLGHQFLDGH-RVp0DUtD6DQ0DUWtQ\GHVSXpVGHO
LPSDFWRGHOWHUUHPRWRHQODFDSLWDOODSUHRFXSDFLyQSRUODPHMRUDGHODVLQIUDHV-
tructuras no decayó y la Asamblea autorizó al Ejecutivo a construir puentes “de hie-
UURRGHODPHMRUFODVHSRVLEOH´VREUHORVUtRV6DQ0LJXHO/HPSD\7DPXODVFRKD-
48 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ciendo las contratas conducentes y pudiendo afectar al pago del impuesto de peaje
XRWURVGHWUiQVLWRSRUFDPLQRVDVtFRPRJUDYDUODVUHQWDVPXQLFLSDOHVGHOUHVSHF-
tivo Departamento con una cuota proporcionada a sus rendimientos y a los gastos
de los puentes.30 Al margen del interés por las comunicaciones y especialmente por
ORVSXHQWHVFRQYLHQHGHVWDFDUHODVSHFWRGHVXSRVLEOH¿QDQFLDFLyQTXHLPSOLFDED
FUHDULPSXHVWRVQXHYRVVLHPSUHLQGLUHFWRVRKLSRWHFDUSDUWHGH\DH[LVWHQWHVD
SDUWLUGHODEDVHGHXQDVUHFDXGDFLRQHV¿VFDOHVTXHHUDQGHSRUVtLQVX¿FLHQWHV31
$VtHQHOPLVPRDxRSDUDDWHQGHUDODVYtDVGHFRPXQLFDFLyQHOJRELHUQRGHFLGLy
aumentar dos reales más el impuesto sobre cada bulto de mercancías importado –ya
UHFREUDEDQRWURVGRV±HQORVSXHUWRVGH/D8QLyQ$FDMXWOD\/D/LEHUWDG(VWRV
IRQGRVLUtDQGHVWLQDGRVDODV-XQWDV,WLQHUDULDVGH6DQWD$QD6RQVRQDWH\6DQ6DO-
YDGRUSRUXQODGR\6DQ0LJXHO\6DQ9LFHQWHSRURWUR32
(QHQHURGHODQWHVGHGHMDUODSUHVLGHQFLD6DQ0DUWtQDQXQFLyTXHDFHU-
ca de la necesidad del Departamento de San Miguel de disponer de un puente sobre
HOUtR*UDQGHHQHOFDPLQRDOSXHUWRGH/D8QLyQVHKDEtD¿UPDGRXQDFRQWUDWD
FRQHOJHQHUDO-RDTXtQ(*X]PiQ\FRQHOFRURQHO6DQWLDJR*RQ]iOH]SDUDFRQV-
WUXLUORDVtFRPRXQDQXHYDERGHJDHQHOSXHUWRGH/D/LEHUWDGDOWLHPSRTXHHVWDED
SRUFRQFOXLUVHRWURPiVSHTXHxRGHPDGHUDSRUHOSDVRGH8UELQD33 Guzmán era
gobernador del Departamento de San Miguel y junto con González componían una
SDUHMDGHPLOLWDUHVSROtWLFRV\HPSUHVDULRVXQDFRPELQDFLyQTXHFRQVWLWXtDXQRGH
los ingredientes de la nueva oligarquía que estaba construyéndose en el camino a la
H[SRUWDFLyQTXHWUDHUtDHOSURJUHVR*RQ]iOH]KDEtDQDFLGRHQ*XDWHPDODHUDDP-
ELFLRVR\FRQYLHQHGHVWDFDUVX¿JXUDSRUTXHPX\SURQWRKDUtDXQDEULOODQWHFDUUHUD
PLOLWDUHFRQyPLFD\SROtWLFDKDVWDOOHJDUDVHUSUHVLGHQWH/DFRQWUDWDVH¿UPySRU
SV\IXHDXWRUL]DGDSRUOD$VDPEOHDHQWUHFX\RVPLHPEURVVHHQFRQWUDEDQ
HQ DTXHOORV PRPHQWRV HQWUH RWURV HO PpGLFR \ FDIHWDOHUR 0DQXHO *DOODUGR GH
1XHYD6DQ6DOYDGRU*HUDUGR%DUULRV\HUQRGH-(*X]PiQ-RVp0DUtD=HOD\D
H[SUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO\FRQWUDWLVWDGHO(VWDGR\HOFRPHUFLDQWH
6DQWLDJR9LODQRYDWRGRVFRQLQWHUHVHVHPSUHVDULDOHVHQWUHRWURV34
3HURHQVHKDEtDSURGXFLGRHOJUDQWHPEORUTXHGHVWUX\y6DQ6DOYDGRU\
dio lugar a un volumen de obras en la reconstrucción de la antigua capital devastada
DVtFRPRHQODTXHLEDDVXVWLWXLUOD1XHYD6DQ6DOYDGRUGHWDOHQYHUJDGXUDTXH
KL]RSHQVDUDXQJUDQHPSUHVDULR\UHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD<DQXDULR%ODQFR
que sería bueno hacer de las dos una sola ciudad.35 Esta actividad generó un des-
plazamiento de mano de obra que repercutió en una menor disponibilidad para los
WUDEDMRVGHLQIUDHVWUXFWXUDVTXHHVWDEDQUHDOL]iQGRVH\DOPLVPRWLHPSRDJUDYy
la “escasez de brazos” de la que se quejaban los propietarios agrícolas desde años
atrás.36(ODXPHQWRGHODVREUDVS~EOLFDVODH[SDQVLyQGHODDJULFXOWXUD\ODSUHVLyQ
sobre la población rural hacía que el mantenimiento de los caminos se resintiera
y las protestas crecieran. Sin tener en cuenta los efectos que estos procesos tenían
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 49

VREUHODPDQRGHREUDVREUHWRGRHQHOFDPSR\HOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRV
en 1856 alguien calculaba que si la población del país era de 500.000 habitantes y
VHOHUHVWDEDQHQWUHPXMHUHVDQFLDQRV\QLxRVWRGDYtDTXHGDEDQ
YDURQHVTXHVLSDJDUDQUHDOHVGHO)RQGRGH&DPLQRVVXSRQGUtDQSVDO
DxR\VHSUHJXQWDED³¢VHUHFRJHHVWDVXPD"¢VHREOLJDDWUDEDMDUDWRGRVORVTXH
QRODGDQ"2MDOiDVtIXHUD(QORVWUDEDMRVQRKD\SODQQRKD\RUGHQ\GHVSXpVGH
muchos días de ocupación suele suceder que todo ha sido inútil.”37 Con este tipo de
UHÀH[LRQHVGHIRQGRSXHGHLPDJLQDUVHTXHODSUHVLyQVREUHORVJREHUQDGRUHVODV
autoridades municipales y los jueces era considerable. La legislación municipal se
PRGL¿FDEDDFDGDWDQWRFRQREMHWRGHTXHORVPXQLFLSLRVIXHUDQHFRQyPLFDPHQWH
DXWRVX¿FLHQWHV\FRODERUDUDQHQODWDUHDGHGLVFLSOLQDUDODPDQRGHREUDUXUDOSDUD
que cumpliera con todas las exigencias a que era sometida.38 A diferencia de lo que
DOJXQDYH]VHKDFRQVLGHUDGRFRQHVWHFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRORVFDPSHVLQRV\
ODSREODFLyQUXUDOHQJHQHUDOQRHVWDEDQVLHQGRPiVOLEUHVVLQRPXFKRPiVSUH-
sionados.39
0LHQWUDVWDQWRODROLJDUTXtDDPSOLDEDVXVQHJRFLRVTXHFUHFtDQVREUHWRGR
HQHOVXU\HORFFLGHQWHGHOSDtV/DVH[SRUWDFLRQHVHVWDEDQDXPHQWDQGR\IUHQWHD
ODOHQWLWXGGHODPHMRUDGHORVFDPLQRVHQRULHQWH6DQWD$QDTXHHUDSRU¿QFDEH-
FHUDGH'HSDUWDPHQWRWHQtD\DFRPXQLFDFLyQFRQFDUUHWDVFRQVXSXHUWRQDWXUDO
$FDMXWOD\HOFDIpDSDUHFtDFDGDYH]PiVHQODVUHIHUHQFLDVGHOFUHFLPLHQWRGHORV
GHSDUWDPHQWRVRFFLGHQWDOHV$OOtHOJREHUQDGRU7HRGRUR0RUHQRHPSUHVDULRFDIH-
WDOHUR\DGHPiVPLHPEURGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOHVWDEDGDQGRXQJUDQLPSXOVR
DODVREUDVGHLQIUDHVWUXFWXUDHQODVTXHWHQtDHYLGHQWHPHQWHLQWHUpVSHUVRQDOFRQ
mejoras en caminos y en construcción de puentes que despertaban los más vivos
elogios entre los agricultores de la zona.40
(QHOSUHVLGHQWH5DIDHO&DPSRFUHyXQD-XQWDGH+DFLHQGDSRULQWHUpV
GHOJRELHUQRHQGDUSXEOLFLGDG\WUDQVSDUHQFLDDWRGRWLSRGHFRQWUDWDVTXH¿UPDUD
HO(MHFXWLYRHQVXPD\RUtDUHODFLRQDGDVFRQODDJULFXOWXUD\FRQODV¿QDQ]DVGHO
Estado.41/D-XQWDTXHGyIRUPDGDSRU-XDQ-RVp%RQLOODUHSUHVHQWDQWHHQOD$VDP-
EOHD 1DFLRQDO \ SRVWHULRUPHQWH 0LQLVWUR GH +DFLHQGD \ *XHUUD )HOLSH &KiYH]
DGPLQLVWUDGRUGHDOFDEDODV\-RVp0DUtD&iFHUHVDQWLJXR&RQWDGRU0D\RU\DKR-
ra en la Tesorería General.423HURVHGDEDODFLUFXQVWDQFLDGHTXHGRVGHORVWUHV
PLHPEURVGHOD-XQWDKDEtDQSURSXHVWR\DXQDFRQWUDWDDO(VWDGRXQDxRDQWHVSDUD
FRQVWUXLUXQDFDVDGHR¿FLQDVHQ1XHYD6DQ6DOYDGRUGHGRVSODQWDV\YDUDV
GHIUHQWHSRUSVSDUDTXHODVLQVWLWXFLRQHVGHODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDOVH
pudieran trasladar a la que era ya la nueva capital. Esta situación era una nueva
muestra del uso que hacían miembros de la oligarquía de su posición en el aparato
GHO(VWDGRSDUDVXEHQH¿FLRSHUVRQDO\GHOGHVXFODVH43
-XDQ-RVp%RQLOODHUDXQEXHQHMHPSORGHOVHFWRUPiVDFWLYRGHODROLJDUTXtD
HPHUJHQWH7XYRXQDSUHVHQFLDFRQVWDQWHHQODSULPHUD¿ODGHODDFWLYLGDGSROtWLFD
50 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

que combinó con negocios privados durante buena parte del siglo. A comienzos de
ODGpFDGDGH\DHUDPLQLVWURGH5HODFLRQHV\*REHUQDFLyQFRQHOSUHVLGHQWH
9DVFRQFHORVIXHSUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOHQYROYLyDVHUPLQLVWUR
en varias ocasiones con Francisco Dueñas en sus dos períodos presidenciales y ocu-
pó durante años plaza de representante en la Asamblea. Como sucedió con nume-
URVRVPLHPEURVGHODDOWDPLQRUtDGRPLQDQWH%RQLOODVHKL]RFDIHWDOHUR\HQ
WHQtDVX¿QFDHQ1XHYD6DQ6DOYDGRUGRQGHVHHVWDEDLQVWDODQGREXHQDSDUWHGH
ORVKRPEUHVGHOSRGHU(QHIHFWRFHUFDGHODVJUDQGHVFDVDVTXHVHHVWDEDQOHYDQ-
WDQGRHQHOFHQWURGHODFLXGDG\TXHSHUWHQHFtDQHQWUHRWURVDOULFRFRPHUFLDQWH
6DQWLDJR9LODQRYDDOWRGDYtDFRURQHO&LULDFR&KRWRJREHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWR
GH/D/LEHUWDGDOJUDQFRPHUFLDQWH-RVp$QWRQLR*RQ]iOH]KHUPDQRGHOHQWRQ-
FHVWRGDYtDFRURQHO6DQWLDJR*RQ]iOH]D)UDQFLVFR'XHxDVD-RVp/ySH]IXWXUR
PLQLVWUR\JUDQFDIHWDOHURDORELVSRGH6DQ6DOYDGRUHWF-XDQ-RVp%RQLOODKDEtD
desmontado ya 35 manzanas de terreno y tenía almácigos para transplantar ese mis-
mo año 20.000 pies de café.44 Aprovechando su presencia en la nueva ciudad que se
HVWDEDFRQVWUX\HQGRHOYROXPHQGHREUDTXHHOORVXSRQtD\VXLQÀX\HQWHSRVLFLyQ
SROtWLFDIXHFRPR%RQLOODVHDVRFLyFRQRWURPLHPEURGHODDGPLQLVWUDFLyQ)HOLSH
&KiYH]SDUDSURSRQHUDOJRELHUQRODREUDPHQFLRQDGDDUULED45
La construcción de la nueva capital avanzaba a la medida y como símbolo del
SRGHUHFRQyPLFRTXH\DRVWHQWDEDQORVQRPEUHVPHQFLRQDGRVUHSUHVHQWDQWHVGHOD
FODVHGRPLQDQWHTXHHVWDEDFRQVWLWX\pQGRVHIUHQWHDRWUDVUHDOLGDGHVTXHVHJXtDQ
vivas en el país pero que eran invisibles a los ojos de los poderosos salvo que un
DFFLGHQWHORVREOLJDUDDFRQRFHUOD$VtDODVDIXHUDVGHODFLXGDGDSHQDVFRPHQ]DGD
DOHYDQWDUHQOD]RQDRULHQWDO\DKDEtDSRUXQODGRXQDV³FDVLWDV´GHWHMDIRUPDQGR
“una calle espaciosa y perfectamente alineada” que eran las que el gobierno había
PDQGDGRFRQVWUXLU³SDUDORVSREUHV´\SRURWUDSDUWHHQOD]RQDRFFLGHQWDOKDEtD
otras 20 casitas pajizas que habían construido “algunos pobres de los barrios de la
Antigua San Salvador y mucha madera para continuar haciendo las de los pobres
SRUFXHQWDGHOJRELHUQR´1RREVWDQWHWDQWRSREUHPDUJLQDOODLPSUHVLyQTXHOD
visita a las obras que estaban marcha en Nueva San Salvador causó a un viajero
que pasó por la ciudad en abril de 1855 fue tan favorable que concluyó su crónica
D¿UPDQGR
“Si la ruina que ahora 82 años destruyó la Antigua Guatemala produjo la crea-
ción de una nueva Capital que es hoy la mejor de Centro-América ¿por qué la
desgracia del 16 de abril del año próximo pasado no puede producir una Nueva
San Salvador?”.46

)UHQWHDHVWDYLVLyQJUDQGLRVD\SRUFRQWUDSRVLFLyQPHQRVGHXQDxRDQWHV
HQMXQLRGHXQDFUyQLFDDQyQLPDSURSRUFLRQDEDXQDLPSUHVLyQPX\GLIHUHQWH
DFHUFD GH OD SURYLVLRQDO FDSLWDO GHO (VWDGR &RMXWHSHTXH XQD ³FLXGDG GH WHUFHU
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 51

RUGHQ´DGRQGHVHKDEtDWUDVODGDGRHO(MHFXWLYROD$VDPEOHD/HJLVODWLYD\ODGLy-
FHVLVFRPRFRQVHFXHQFLDGHOWHUUHPRWRHQ6DQ6DOYDGRU(OFURQLVWDGHFtD
³KD\PXFKRPXFKRTXHDUUHJODUHQHVWDSREODFLyQDFRPHQ]DUSRUODVIXHQ-
tes públicas descuidadas en tales términos por la Municipalidad que apenas hay
GRQGHDEUHYDUXQDGRFHQDGHFDEDOORVVLHQGRORSHRUTXHORVFDPLQRVSDUDHVWDV
fuentes son intransitables... Lástima es que los señores municipales hayan des-
cuidado... las terminantes obligaciones que les impone la ley de 4 de septiembre
GH/DVHQWUDGDVGHHVWDFLXGDGSXHGHQVLQKLSpUEROHFDOL¿FDUVHFRPROD
SHRUSDUWHGHORVFDPLQRVGHOWRGRHO3DUWLGRSXHVFRQHVRVRQD~QSHRUODVFDOOHV
y Dios preserve de andar por la noche a quien no tenga la vista de un lince: de
seguro contará más caídas que las que reza el vía-crucis... La razón que verdade-
UDPHQWHQRSRGUtDPRVFRQWHVWDUVHUtDODGHODIDOWDGHIRQGRV>PXQLFLSDOHV@SDUD
HVWRV¿QHV1RVUHVWDSXHVH[DPLQDUVLKD\RQRKD\WDOHVIRQGRV´47

Estaba claro que el país comenzaba a cambiar de forma acelerada y que este
FDPELRVHHVWDEDUHDOL]DQGRGHIRUPDHQRUPHPHQWHGHVLJXDOFRQIXHUWHVFRQWUDV-
tes y esto sin mencionar las áreas rurales. El crecimiento era desigual en términos
HFRQyPLFRVVRFLDOHV\SROtWLFRVGHPDQHUDTXHWRFDQGRVyORHO~OWLPRGHHVWRV
WHUUHQRVHOJRELHUQRVHKDEtDWUDVODGDGRDXQDFLXGDGGHODTXHGHVFRQRFtDHQTXp
situación se encontraban sus fondos municipales. Quizá no deba sorprender algo
así dado el relativamente escaso grado de desarrollo institucional que tenía todavía
HOSDtVSHURHUDODHYLGHQFLDGHTXHHOPRGHORGH³SURJUHVR´TXHODPLQRUtDGRPL-
QDQWHSUHJRQDEDDOIUHQWHGHODFXDOHVWDEDQSHUVRQDMHVFRPRORVTXHFRPELQDEDQ
SRGHUSROtWLFR\SRGHUHFRQyPLFR\TXHDTXtVHUHYLVDQHVWDEDJHQHUDQGRVLWXDFLR-
nes de fuerte desigualdad y marginalidad.
5HJUHVDQGRDORVSUREOHPDVGHOPDQWHQLPLHQWR\ODFRQYHUVLyQGHORVFD-
PLQRVVHVHJXtDQGLFWDQGRQXHYDVQRUPDVREOLJDQGRDDOJRTXHHUDHYLGHQWH
ODQHFHVLGDGGHFRPSRQHUORVGRVYHFHVDODxR\UHJXODQGRVXDQFKXUDSHURODV
GL¿FXOWDGHVFRQWLQXDEDQ\ODUHVSRQVDELOLGDGGHTXHORVFDPLQRVQRHVWXYLHUDQHQ
EXHQDVFRQGLFLRQHVVHVHJXtDQGHULYDQGRKDFLDODVDXWRULGDGHVORFDOHV(Q
GHVSXpVGHOWHUUHPRWRHOJRELHUQRD¿UPDEDTXHKDEtDVLGRWROHUDQWHGXUDQWHXQ
WLHPSRSRVWHULRUDODFDWiVWURIHGH6DQ6DOYDGRUSHURTXHSDVDGRXQSOD]RSUX-
GHQFLDOODGHVDWHQFLyQHQHOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRVFRQWLQXDED3RUWDQWR
DPHQD]DEDFRQTXHQRVHWROHUDUtDORTXHFDOL¿FDEDGHLQGROHQFLD\UHFRUGDEDOD
obligación de los municipios de encargarse de los caminos públicos decretada en
1832.48
(QORVDxRVVLJXLHQWHVVHVLJXLHURQ¿UPDQGRFRQWUDWDVSDUDODPHMRUD\FRQV-
WUXFFLyQGHQXHYRVFDPLQRV$VtHQVHSUHVHQWyXQDSURSXHVWDGLItFLOPHQWH
UHDOL]DEOH SDUD FRQVWUXLU XQ FDPLQR FDUUHWHUR HQ WRGD OD ORQJLWXG GHO (VWDGR GH
este a oeste.49<HQHOPLVPRDxRHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH] volvió a presentar
otra propuesta de mejora para camino a La Libertad. Ahora se trataba de ensanchar
52 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

el camino a ocho varas y dejarlo en los lugares más difíciles para dos carretas. La
REUD GXUDUtD GRV DxRV DXQTXH GHVSXpV GHO SULPHUR VH SRGUtD WUDQVLWDU \ KDUtDQ
falta otros dos años más para reparar lo que se hubiera destruido. La entrega de la
REUDVHUtDHQGLFLHPEUH\HOFRQWUDWLVWDVROLFLWDEDSUHVLGLDULRVSyOYRUD\
DGHPiVREUHURVGHORVSXHEORVGHOFDPLQRDORVTXHSDJDUtDFRQHOMRUQDODFRVWXP-
EUDGR(OJRELHUQRIDFLOLWDUtDSRUVXSDUWHXQLQJHQLHURFXDWURFDEDOOHUtDVGHWLHUUD
y convencería de lo conveniente de la obra a los propietarios que pudiesen verse
DIHFWDGRV7RGRHOORSRUSVORTXHODFRQYHUWtDHQXQDGHODVREUDVPiVFDUDV
HQHOWHUUHQRHVSHFt¿FRGHFDPLQRV50 /DFRQWUDWDVH¿UPyHQSRUORVJHQHUDOHV
6*RQ]iOH]\&DxDVFXDQGRHOSULPHURHUDVHQDGRU\SURQWRVHUtDSUHVLGHQWHGHOD
$VDPEOHD3DUDFXEULUODJDUDQWtDGHODFRQWUDWDVXKHUPDQRHOJUDQFRPHUFLDQWH
-RVp$QWRQLR*RQ]iOH]KLSRWHFyXQDFDVDVX\DHQ6DQ6DOYDGRUSRUSV51
(QIHEUHURGHHOSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDHUDHOHPSUHVDULRJHQHUDO
\SROtWLFRGHODUJRUHFRUULGR-RDTXtQ(XIUDVLR*X]PiQ1RKD\TXHVXSRQHUXQD
DEVROXWDVLQWRQtDHQWUHVXVRSLQLRQHV\ODVGHVXVPLQLVWURVPHQRVD~QHQSOHQD
fase de la operación de cambio de gobierno que llevaría a Gerardo Barrios a la
SUHVLGHQFLD(OKHFKRHVTXHODYLVLyQGHOPLQLVWURGHO,QWHULRU-RVp)pOL[4XLUy]
VREUHHOHVWDGRGHORVFDPLQRVWHQtDXQSXQWRGHWULXQIDOLVPRFXDQGRD¿UPDEDTXH
todos los caminos y puentes de la república se hallaban transitables “sobre poco
más o menos”.52 La información que proporcionó el gobierno de Barrios poco des-
SXpVPRVWUDEDTXHHOLQWHUpVSRUODVYtDVGHFRPXQLFDFLyQFRQWLQXyFRPRHUDGH
HVSHUDU GDGRV ORV LQWHUHVHV HFRQyPLFRV GHO QXHYR SUHVLGHQWH SHUR ORV HVIXHU]RV
que se realizaban revelaban que la red viaria del país adolecía todavía de grandes
FDUHQFLDV\GHVPHQWtDQODYHUVLyQGHOPLQLVWUR4XLUy]3RURWUDSDUWHHOSURFHVRGH
FUHFLPLHQWRHFRQyPLFRTXH\DVHQRWDEDHQDOJXQDV]RQDVVREUHWRGRHQHOFHQWUR
RFFLGHQWHFRPHQ]DEDDSURGXFLUFDPELRVDSUHFLDEOHVHQHOiPELWRGHOWUDQVSRUWH
Un buen ejemplo de ello es que en 1858 se constituyera una compañía privada por
acciones que operaba una línea de diligencias desde la antigua capital a Nueva San
6DOYDGRUGHODVTXHHOJRELHUQRKDEtDVXVFULWRFXDWURGHSVFDGDXQD53 Era la
primera novedad que se producía en el terreno de los transportes en el país y reve-
ODEDXQQLYHOPiVGHPHMRUDHQHO¿UPHGHOWUD\HFWRHQWUHODVGRVFLXGDGHVGDGR
TXHXQDGLOLJHQFLDUHTXHUtDXQ¿UPHPHQRVDFFLGHQWDGRTXHXQDFDUUHWD(QFXDQWR
DOFDPLQRGH6DQ6DOYDGRUDOD/LEHUWDGDSHVDUGHORVVXFHVLYRVWUDEDMRVTXHVH
KDEtDQUHDOL]DGRHQpOHQORV~OWLPRVDxRVWRGDYtDQRVHKDOODEDHQFRQGLFLRQHVGH
que circulasen carruajes sobre él –aunque desde comienzos de la década circularan
FDUUHWDV± SHUR HVWDED SUHYLVWR DPSOLDU OD OtQHD GH GLOLJHQFLDV KDVWD /D /LEHUWDG
cuando fuera posible:
³8QDPHMRUDGHWDOQDWXUDOH]DYHQWDMRVDSDUDORVLQWHUHVHVGHOFRPHUFLRGHHVWDFD-
SLWDO\GHPXFKRVRWURVSXQWRVGHO(VWDGRMDPiVKDEtDGLVIUXWDGR6DQ6DOYDGRU\
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 53

por eso el Gobierno se propone que se hagan los posibles esfuerzos para que el res-
to del camino del puerto se ponga en capacidad de servir como una vía carretera”.54

(Q HO FDPLQR KDFLD HO RULHQWH VH KDFtDQ DUUHJORV HQ DOJXQDV ]RQDV ¿UPDQGR
FRQWUDWDVDYHFHVFRQYHFLQRVFRPRVXFHGtDHQ2ORFXLOWD'HSDUWDPHQWRGH/D3D]
por donde se comercializaba la sal de este Departamento hasta Honduras. Se habían
compuesto también los pasos del río Acaguapa y se estudiaba un puente sobre el mis-
PRHQHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ9LFHQWHGHJUDQWUiQVLWRSDUDODVIHULDVGHHVWDFLXGDG
\GH6DQ0LJXHO3DUDHVWLPXODUDSHUVRQDVTXHTXLVLHUDQOOHYDUORDFDERHOJRELHUQR
destinó 200 ps de los primeros ingresos que generaran las importaciones por el puerto
GH/D&RQFRUGLD<SDUDKDFHURWURVDUUHJORVHOJRELHUQRKDEtDFRQFHGLGRDOD-XQWD
,WLQHUDULDGH6DQ9LFHQWHTXHFDUHFtDGHUHFXUVRVSVGHOIRQGRGHOLPSXHVWRGH
SHDMHGH6DQ0LJXHOHQXQDQXHYDPXHVWUDGHXWLOL]DFLyQFDVXtVWLFDGHORVLQJUHVRV
¿VFDOHV3RU~OWLPRODFRQWUDWDTXHHOJRELHUQRKDEtDFHOHEUDGRFRQHOJHQHUDOHP-
SUHVDULR\SROtWLFR-RDTXtQ(*X]PiQSDUDODFRQVWUXFFLyQGHXQSXHQWHGHPDP-
SRVWHUtDGHYDULRVDUFRVHQHOUtR*UDQGHGH6DQ0LJXHOHQHOFDPLQRDOSXHUWRGH/D
8QLyQQRKDEtDSRGLGROOHYDUVHDFDERSRUHOHPSUHVDULRSRUTXHHOUtRQRSHUPLWtD
ODFRQVWUXFFLyQGHORVWUDEDMRVSUHOLPLQDUHVDHVDREUD³FRORVDO´ORTXHHYLGHQFLDED
una falta de cálculos previos del contratista. Guzmán propuso la construcción de un
SXHQWHGHKLHUURGHXQDUFRHQOXJDUGHODQWHULRU\HQOtQHDFRQVXDFWLYLGDGHPSUH-
VDULDOVHRIUHFLySDUDKDFHUYHQLUGH(XURSDWRGRORQHFHVDULRSDUDFRPHQ]DUODREUD
en cuatro meses y terminarla en dieciséis de trabajo.55 Era claro que San Miguel mos-
traba un atraso relativo en el terreno de las comunicaciones con respecto a occidente.
En esta zona del país las informaciones eran que se había compuesto el cami-
no de Santa Ana a Sonsonate hasta el lugar llamado La Cumbre y ahora se hallaba
HQPHMRUHVWDGRJUDFLDVDODH¿FDFLDGHOJREHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWR7HRGRUR
0RUHQR3DUDODPHMRUDGHFDPLQRVGHODMXULVGLFFLyQGH6DQWD$QDKDEtDGHVWLQDGR
HOJRELHUQRODPLWDGGHORVVREUDQWHVTXHWXYLHUDOD-XQWD,WLQHUDULDGH6RQVRQDWH\
a este respecto el ministerio no sabía si se había tomado algo de aquellos fondos ni
HQTXpVHKDEUtDQLQYHUWLGRSHURORVFDPLQRVHVWDEDQELHQ56(QFXDQWRDOQRUWHHO
SXHQWHGHPDPSRVWHUtDVREUHHOUtR7DPXODVFRFHUFDGH&KDODWHQDQJRSDUDHOFXDO
OD~OWLPDOHJLVODWXUDKDEtDDSUREDGRSVVHFRQVWUX\yGHPDQHUDTXHSDUDOD
IHULDGHORV6DQWRVHQQRYLHPEUHDQWHULRUDXQTXHQRHVWDEDFRQFOXLGRHVWDEDHQ
servicio con gran ventaja para la feria.
/DOOHJDGDGH'XHxDVGHQXHYRDODSUHVLGHQFLDDPSDUDGRSRUODVWURSDVJXD-
WHPDOWHFDVTXHLQYDGLHURQHOSDtVGHUURWDURQDOHMpUFLWRVDOYDGRUHxR\SURYRFDURQ
ODFDtGDGH%DUULRVVXSXVRXQJUDQLPSXOVRHQHOWHUUHQRGHODVLQIUDHVWUXFWXUDV(V-
SHFLDOPHQWHODOHQWDH[SDQVLyQDJUtFRODTXHVHYHQtDSURGXFLHQGRGHVGHODVHJXQGD
mitad de los años 1850 en el sur y occidente encontró en el nuevo gobierno las con-
diciones idóneas para dar un salto cualitativo que puso las bases para el crecimiento
54 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

de las décadas posteriores.57'HIRUPDTXHVLHVFLHUWRTXH'XHxDVVHLQWHUHVySRU

ODVGLIHUHQWHVUHJLRQHVGHOSDtVHQODSUiFWLFDVHDFHQWXyHOFUHFLPLHQWRGHVLJXDO
que marcó diferencias cada vez mayores entre ellas. De acuerdo a los intereses de
ODROLJDUTXtDTXH'XHxDVUHSUHVHQWDEDGHIRUPDWDQFRKHUHQWHHOJUDQFDPELRVH
hizo de la mano de empresarios a los que el Estado facilitó las condiciones y los
recursos para que el capital privado llevara a cabo una operación altamente bene-
¿FLRVDSDUDVXVLQWHUHVHV(OSURFHVRVHGHVDUUROOyGHIRUPDSDXODWLQDSHURIXHGH
unas consecuencias decisivas.
(QHODVSHFWRGHOPDQWHQLPLHQWRGHODVYtDVGHFRPXQLFDFLyQHO)RQGRGH
Caminos continuaba funcionando como el sistema base a escala nacional para po-
GHUGLVSRQHUGHXQDUHGGHHOORVHQFRQGLFLRQHVPtQLPDVDXQTXHPX\SUHFDULDV
WRGDYtD HQ PXFKDV ]RQDV GHO SDtV SDUD SRGHU DVHJXUDU ORV GHVSOD]DPLHQWRV \ HO
WUDQVSRUWH 3HUR HO JRELHUQR GH 'XHxDV LQLFLy DGHPiV XQ HVIXHU]R SDUD PHMRUDU
una serie reducida de rutas estratégicas y elevar en lo posible y de forma constante
una cierta calidad de sus condiciones materiales. En mayo de 1866 se emitió un
informe sobre las vías de comunicación en las que se trabajaba de forma especial.
Entre ellas se mencionaba el estudio que hacía el ingeniero Othon Fischer para un
FDPLQRFDUUHWHURDXQTXH\DKDEtDQSDVDGRFDUUHWDVSRUpOHQWUHODFDSLWDO\ORV'H-
SDUWDPHQWRVGH&XVFDWOiQ\&KDODWHQDQJRHQHOTXH\DKDEtDWUDEDMDGRHOPLHPEUR
GHOD$VDPEOHD1DFLRQDO\SURSLHWDULR+RUDFLR3DUNHU&RQHVWDREUDVHHVSHUDED
un impulso del comercio con aquellas regiones del país. También se trabajaba en la
comunicación entre Cojutepeque e Ilobasco y San Vicente. Othon Fischer había es-
WXGLDGRSRURWUDSDUWHHOSXHQWHGHKLHUURTXH¿QDOPHQWHKDEtDFRQVWUXLGR-RDTXtQ
E. Guzmán sobre el río Grande de San Miguel y que tenía que ser recepcionado por
HOJRELHUQRGHVSXpVGHKDEHUVHFRQFOXLGRSHURDODYLVWDGHDOJXQDVLPSHUIHFFLR-
QHVHQODREUD)LVFKHUQRFRQVLGHUyRSRUWXQRUHFLELUOR3RUVXSDUWHHOJREHUQDGRU
GHO'HSDUWDPHQWRGH/D3D]WUDEDMDEDSDUDPHMRUDUHOFDPLQRFDUUHWHURTXHORXQtD
FRQHO'HSDUWDPHQWRGH/D/LEHUWDG\SRURWURODGRGHVGHODFDSLWDOVHDYDQ]DED
HQODREUDGHOSXHQWH\QXHYRFDPLQRD6R\DSDQJRHQFRPHQGDGRVDOHPSUHVDULR
Enrique Seeligmann.58
8QRVPHVHVGHVSXpVVHSUHVHQWDEDRWURLQIRUPHpVWHVREUHORVFDPLQRV\D
DELHUWRVVXSXHVWDPHQWHFDUUHWHURVTXHFRQVWLWXtDQODUHGGH³YtDVGHWUiQVLWR´FRQ
TXHFRQWDEDHQWRQFHVOD5HS~EOLFD\TXHHOJRELHUQRFRQVLGHUDEDODLQVLJQLDGHO
SURJUHVRGHOSDtVXQDREUD³JUDQGH´WHQLHQGRHQFXHQWDODVGL¿FXOWDGHVTXHKDEtD
sido necesario vencer.59 La red incluía el camino de La Libertad a la capital a cargo
GH2WKRQ)LVFKHUHQHOTXHVHHPSOHDEDFRQVWDQWHPHQWHXQDFXDGULOODGHREUHURV
SDUDFRQVHUYDUORHQHOPHMRUHVWDGRVREUHWRGRHQpSRFDGHOOXYLDVHOFDPLQRGH
6DQWD$QDD$FDMXWODGHFX\DFRQVHUYDFLyQ\UHSDURVVHHQFDUJDEDHOLQJHQLHUR-XDQ
+RNLQVVLFHOGH&KDODWHQDQJRDODFDSLWDODFDUJRGH+RUDFLR3DUNHUHOGHOSXHU-
WRGHOD8QLyQD6DQ0LJXHOLQVSHFFLRQDGRSRUFRPDQGDQWH$OHMDQGUR&DEUHUDTXH
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 55

ORFRQVHUYDEDHQHOPHMRUHVWDGRVHJ~QHOLQIRUPHHOGHODFDSLWDOD&RMXWHSHTXH
a cargo de Enrique Seeligmann; el de Cojutepeque a Ilobasco bajo la vigilancia de
15HVLQRV\HOGHO&DOOHMyQGH*XDUXPDOD/D/LEHUWDGDFDUJRGHOJREHUQDGRU
-RVp/ySH]ORVTXHVXPDEDQVLHWHWUD\HFWRVHQWRGRVORVFXDOHVVHWUDEDMDEDFRQ
actividad. El informe concluía con la siguiente frase: “Los Departamentos del otro
ODGRGHO/HPSDVHHQOD]DUiQPX\HQEUHYHFRQORVGHHVWDEDQGD´IUDVHTXHSDUHFtD
WUDVOXFLUSRUSDUWHGHODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDOGHO(VWDGRXQDPLUDGDUDGLFDGDHQ
HOVXU\RFFLGHQWHTXHYHtDDORULHQWH³HORWURODGRGHO/HPSD´FRPRHQXQSODQR
DOPHQRVGLIHUHQWHVLQRVHFXQGDULR$SHVDUGHHVWHLQIRUPHFRPR\DVHDGYLUWLy
ODVREUDVGHORVFDPLQRVQRVHWHUPLQDEDQQXQFDGHIRUPDGH¿QLWLYD\GRVDxRVPiV
tarde se presentaba un ambicioso proyecto para la mejora del camino de San Mi-
guel a La Unión por parte de un ingeniero italiano por un importe de 106.000 ps.60
3RUFRQWUDVWHHOPDQWHQLPLHQWRGHODFDUUHWHUDGH6DQWD$QDD$FDMXWODSRUHVWRV
DxRVFRVWDEDDQXDOPHQWHDSHQDVXQRVFHQWHQDUHVGHSHVRVORTXHLQGLFDEDSURED-
blemente una mejor calidad de la obra y un mejor y más constante mantenimiento.61
Algunas de las personas a cargo de tramos de caminos en el informe citado
UHSUHVHQWDEDQGLIHUHQWHVSHU¿OHVGHPLHPEURVGHODPLQRUtDROLJiUTXLFDTXHGRPL-
QDEDDOSDtV8QRHUD-RVp/ySH]SRUHMHPSORJREHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWRGH/D
/LEHUWDGSURSLHWDULRFDIHWDOHURTXHOOHJDUtDDVHUPLQLVWURDOJXQRVDxRVGHVSXpV
FRQYLUWLpQGRVH HQ XQ SROtWLFR GH SULPHUD ¿OD 2WUR HUD (QULTXH 6HHOLJPDQQ FR-
PHUFLDQWHDOHPiQFRQXQDOPDFpQGHIHUUHWHUtDTXHWHQtDODSRVLELOLGDGGHHPSOHDU
herramientas y materiales de los que importaba para su negocio en el manteni-
miento de los caminos a cargo del gobierno. Un dato que merece destacarse es el
de la presencia constante de una cuadrilla de obreros para el mantenimiento de la
carretera de San Salvador a La Libertad que menciona el referido informe porque
se trataba de una novedad relevante en lo que concernía al mantenimiento de cami-
QRV(VWDPHGLGDHVWDEDVLQGXGDUHODFLRQDGDFRQHO5HJODPHQWRSURSXHVWRSRUHO
JREHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWRGH/D/LEHUWDGHO\DPHQFLRQDGR-RVp/ySH]SDUD
la conservación de la carretera del puerto del mismo nombre a la capital y el arreglo
GHOWUiQVLWRGHODVFDUUHWDVDSUREDGRSRUHOPLQLVWURGH*REHUQDFLyQ-XDQ-RVp%R-
QLOODHQPD\RGH62 Mediante este reglamento se establecieron cuantos peones
FDPLQHURVIXHURQQHFHVDULRVSDUDFXEULUHOWUD\HFWRWHQLHQGRDVXFDUJRFDGDXQR
XQDPLOODRWHUFLRGHOHJXDGHELHQGRPDQWHQHUODSHUIHFWDPHQWHFRPSXHVWD\H[-
pedita para el tránsito de las carretas. A cada peón se le proporcionaba una casilla
SDML]D\XQDKHUUDPLHQWDTXHGHEHUtDFXLGDU6XGRWDFLyQHUDGHSVPHQVXDOHV
HVGHFLUDOJRPiVGHUVGLDULRV(O5HJODPHQWRSUHYHtDPXOWDVGHSVSDUDORV
carreteros que no llevaran guiados de sus bueyes de forma adecuada y lo interesan-
te es que muy pronto se comenzó a multar a carreteros que infringían las normas
HVWDEOHFLGDV$Vt SRU HMHPSOR HQ ORV PHVHV GH QRYLHPEUH \ GLFLHPEUH GH 
se impusieron 19 multas de 1 ps cada una a los carreteros por conducir mal sus
56 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

bueyes.63 En otros trayectos del país se sucedían las obras de mantenimiento de los
FDPLQRVGHIRUPDUHLWHUDGDFRPRSRUHMHPSORHQHOWUDPR$KXFDKDSiQ$FDMXWOD64
(QHVWDVFLUFXQVWDQFLDVHQDQWHVGHOJROSHGHHVWDGRGH6DQWLDJR*RQ-
]iOH]VHSURGXMRXQDQRYHGDGHQHOWHUUHQRGHODVFRPXQLFDFLRQHV\IXHODLQDXJX-
UDFLyQGHODSULPHUDOtQHDGHOWHOpJUDIRTXHVHH[WHQGHUtDSURQWR\UiSLGDPHQWH)XH
otro de los logros del presidente Dueñas en su esfuerzo por traer a El Salvador los
avances del progreso. Lógicamente a partir de entonces las obras del telégrafo se
constituyeron en otro foco de demanda de mano de obra que competiría con los ya
existentes. Era cada vez más clara la incompatibilidad del progreso con la estructura
GHODSURSLHGDGGHODWLHUUDGH(O6DOYDGRU\HOJRELHUQRHOGH'XHxDVRDOJXQRGH
ORVVLJXLHQWHVWHQGUtDTXHWRPDUDOJXQDPHGLGDGXUDSDUDdesvincular a campesinos
o pequeños agricultores de sus tierras para que se convirtieran en mano de obra para
trabajar en las actividades y empresas que el progreso implicaba.
A partir de 1871 el nuevo gobierno del general Santiago González mantuvo
la línea de interés en todo lo relacionado con las vías y medios de comunicación.
Así en diciembre de 1872 se remitía una circular a los gobernadores de los Depar-
WDPHQWRVHQUHODFLyQFRQODDSHUWXUDFRQVHUYDFLyQPHMRUD\UHSDUDFLyQFRQWLQXD
GHODVYtDVGHFRPXQLFDFLyQTXHHUDQ³VLJQRGHODYLWDOLGDGGHODULTXH]D\GHO
espíritu progresista de los pueblos y del celo de las autoridades en el cumplimien-
tos de los deberes que les impone la ley”. En ella se recordaba a las autoridades
ODREOLJDFLyQGHDWHQGHUFRQVWDQWHPHQWHDODFRPSRVWXUDGHORVFDPLQRVDODQFKR
GHWHUPLQDGRSRUODOH\ODV]DQMDVHWFSDUDORFXDOFRQWDEDQFRQHO)RQGRGH7UD-
EDMDGRUHVRORVGRVGtDVGHWUDEDMRHQORVFDPLQRVPiVODVFRQGHQDVGHWRGRVORV
HEULRVYDJRVMXJDGRUHVSRUWDGRUHVGHDUPDVSURKLELGDV\GHPiVVHQWHQFLDGRVSRU
delitos graves. Aun las multas impuestas a todos ellos y las que pagasen las auto-
ULGDGHV QHJOLJHQWHV LPSXHVWDV SRU OD DXWRULGDG VXSHULRU SRGUtDQ FRQ DSUREDFLyQ
GHOJRELHUQRGHVWLQDUVHDORVFDPLQRV65 Quedaba claro que la preocupación por el
asunto seguía vigente después del cambio de gobierno.
3RURWURODGRWDPELpQHQHOJRELHUQRDSUREDEDXQ5HJODPHQWRSDUDOD
'LUHFFLyQ\$GPLQLVWUDFLyQGHODV/tQHDV7HOHJUi¿FDV66(QDTXHOORVPRPHQWRV
GHVSXpVGHGRVDxRVGHKDEHUVHLQDXJXUDGRHOVHUYLFLRKDEtDDOJXQDVGL¿FXOWDGHV
con las instalaciones. De hecho no funcionaba todavía la línea que debía unir a la
FDSLWDO FRQ 6DQ 0LJXHO \ /D 8QLyQ SRU SUREOHPDV LPSXWDEOHV DO HPSUHVDULR QL
tampoco la que debía unir San Vicente con Chinameca y no se habían cumplido la
FRQGLFLRQHVHVWLSXODGDVHQHOFRQWUDWRHQFXDQWRDGLVWDQFLDGLPHQVLRQHV\FDOL-
GDGGHODPDGHUDGHORVSRVWHV(OHPSUHVDULR6U0DF1LGHUPDQLIHVWDEDGHVHDU
FXPSOLUDODPD\RUEUHYHGDGFRQHOFRQWUDWRSHURHO(MHFXWLYRDFRUGyKDFHUXQD
UHYLVLyQGHOWUDEDMRKHFKR\SRUKDFHUFRQODVXSHUYLVLyQGHXQ6U7D\ORU\GHO
,QJHQLHUR,QVSHFWRUGH2EUDV3~EOLFDVHO\DFRQRFLGR2WKRQ)LVFKHU6LQRHVWX-
YLHUDQGHDFXHUGRDOFRQWUDWRVHOHVRUGHQDEDTXHQRUHFLELHUDQODREUD\DKHFKD\
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 57

TXHUHYLVDUDQSRVWHVKR\RVHWF3RUORGHPiVVHDGYHUWtDDORVJREHUQDGRUHVGHORV
'HSDUWDPHQWRVQRSXVLHUDQREVWiFXORVQLGL¿FXOWDGHVVLQRTXHSRUHOFRQWUDULR
OHVSURSRUFLRQDUDQORVWUDEDMDGRUHV\~WLOHVTXHQHFHVLWDUDQSDUDODREUDSDJiQGROR
el contratista todo por su justo precio.67&XDOTXLHUREUDQXHYDFRPRDKRUDHUDHO
WHOpJUDIRVHFRQYHUWtDHQXQIRFRGHGHPDQGDGHWUDEDMDGRUHVTXHORVJREHUQDGRUHV
GHEtDQUHFOXWDUGHOHJDQGRHQORVDOFDOGHVTXHVHFRQVWLWXtDQHQYHUGDGHURVDJHQWHV
de reclutamiento de una mano de obra presionada cada vez más de acuerdo al cre-
cimiento del aparato del Estado y la economía privada.
&RQHOLPSXOVRGHODDJULFXOWXUDORVQHJRFLRVVHHVWDEDQH[SDQGLHQGRHVSH-
cialmente en el sur y el occidente y el café estaba próximo a alcanzar al añil como
H[SRUWDFLyQ (Q HVDV FLUFXQVWDQFLDV HO SUHVLGHQWH 6DQWLDJR *RQ]iOH] HVWDED GLV-
puesto a seguir incorporando nuevos elementos al considerado progreso del país.
$KRUDVHSODQWHDEDGLVSXHVWRDDxDGLUHOIHUURFDUULO\HOORKDFtDH[FODPDUDÈOYDUR
&RQWUHUDVLQWHOHFWXDOSUy[LPRDOJRELHUQRHQ
³8QDUHYROXFLyQFRPLHQ]DHQHVWRVPRPHQWRV/D5HS~EOLFDHQWHUDVLHQWHODVDOX-
dable agitación que produce la idea del progreso cuando se ponen en actividad sus
YHUGDGHURVHOHPHQWRV/RVFDPLQRVGHKLHUURORVEDQFRVODLQVWUXFFLyQS~EOLFD
\HOSHUIHFFLRQDPLHQWRGHODDJULFXOWXUDGLODWDQODLQGXVWULDODULTXH]D\HOELHQHV-
tar de los pueblos... siendo El Salvador uno de los que más se distinguen por ese
signo que preludia la marcha de las sociedades hacia el destino providencial de la
humanidad”.68

La ocasión para estas manifestaciones la brindaba la iniciativa de un ciuda-

GDQRIUDQFpV-/%XHURQTXHKDEtDWHQLGRODLGHDGHFRQVWUXLUHQ(O6DOYDGRUWUHV
líneas de ferrocarril que unirían: San Salvador con La Libertad pasando por Nueva
San Salvador; Santa Ana con Acajutla pasando por Ahuachapán y Sonsonate; y San
Miguel con La Unión y su muelle. Héctor Lindo-Fuentes ha resumido la historia de
la organización de la empresa de BueronTXLHQKDEtDQHJRFLDGRFRQHOJRELHUQR
del cual consiguió la concesión para la construcción.69&RQYLHQHDxDGLUTXHSDUD
HOORVHFRQVWLWX\yXQDVRFLHGDGFRQODJDUDQWtDGHTXHHO(VWDGRSURSRUFLRQDUtD
un 8% del total de la inversión cuando las tres líneas estuviesen en explotación.
La información acerca de la envergadura de la empresa fue algo confusa desde el
FRPLHQ]RSRUHMHPSORHQORUHIHUHQWHDOFDSLWDOGHODPLVPDFRQFLIUDVGLVFRUGDQ-
tes de 1.266.000 y 2.300.000 ps.703HURPiVDOOiGHHOORFLUFXQVWDQFLDVFRPRHO
JUDYHWHUUHPRWRTXHVXIULyODFDSLWDOHQPDU]RGH\SRVLEOHPHQWHGL¿FXOWDGHV
¿QDQFLHUDVGHODHPSUHVDKLFLHURQTXHHOSUR\HFWRQRWHUPLQDUDGHHMHFXWDUVHQL
VLTXLHUDHQXQDSULPHUDIDVH%XHURQWUDWyGHPRGL¿FDUHODFXHUGRLQLFLDOFRQHO
gobierno de modo que el Estado comenzara a abonarle el 8% comprometido a la
¿QDOL]DFLyQQRGHORVWUHVWUD\HFWRVSUHYLVWRVVLQRVRORGHOSULPHURSHURpVWHWDP-
poco se alcanzó.71
58 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

0LHQWUDVTXHVHHVWXYRFRQVWUX\HQGRODV¿QFDVSUy[LPDVDOWUD]DGRGHOWUHQ
WHQGLHURQ D UHYDORUL]DUVH FRPR OD GHO PpGLFR \ FDIHWDOHUR 0DQXHO *DOODUGR \
FXDQGRDOJ~QKDFHQGDGRFRPRHOIUDQFpV7)LJHDFSODQWHyGL¿FXOWDGHVSDUDTXH
HOIHUURFDUULODIHFWDUDVXSURSLHGDGHOJRELHUQR\OD$VDPEOHD*HQHUDOFRQJUDQ
FHOHULGDGPRGL¿FDURQODOH\GHH[SURSLDFLRQHVKDFLpQGRODPiViJLOSDUDYHQFHU
la resistencia de vecinos como Figeac.72 En relación con esta aventura empresarial
IUDQFHVDDXQTXHQRVHFRQVHUYDODPHPRULDWpFQLFDGHOSUR\HFWROyJLFDPHQWHSD-
UHFHTXH%XHURQSUHWHQGtDFRQVWUXLUXQIHUURFDUULOGHYDSRU\FRQODVGL¿FXOWDGHV
PHQFLRQDGDVWXYRTXHOLPLWDUVXVREMHWLYRVRULJLQDOHVQRVRORHQFXDQWRDNLORPH-
WUDMHVLQRWDPELpQHQORUHODWLYRDODQDWXUDOH]DGHODHQHUJtDXWLOL]DGDGHMiQGRORHQ
XQIHUURFDUULOGHVDQJUH(QVXHVFULWRFLWDGRDUULEDSUHYLRDOLQLFLRGHODREUD&RQ-
treras expresaba que “un ejército armado de piquetas y azadas” sustituiría pronto
“con el ruido de la locomotora los acentos del cañón”.
En marzo de 1873 San Salvador volvió a sufrir otro fuerte seísmo que ocasio-
nó daños muy graves a la ciudad. González descartó trasladar la capital a otra loca-
OLGDGFRPRVHKL]RHQ\DGRSWyPHGLGDVWHQGHQWHVDXQDUiSLGDUHFXSHUDFLyQ
de la ciudad a costes reducidos. La más relevante en este sentido fue el decreto de
H[HQFLyQGHGHUHFKRVHLPSXHVWRVGHLPSRUWDFLyQ\RWURVD~QPXQLFLSDOHVVREUH
materiales de construcción que se introdujeran por La Libertad para las obras de la
FDSLWDOSRUGRVDxRVWDOHVFRPRPDGHUDSURGXFWRVGHKLHUUR]LQFHWF+D\TXH
creer que el reconocimiento público que los grandes comerciantes y empresarios
ULQGLHURQDO³SULPHUFLXGDGDQRGHOD5HS~EOLFDKpURHLPSHUWXUEDEOHDEQHJDGR
guardián de los intereses de El Salvador” se debía a una “sincera expresión de gra-
titud... que nace espontánea de nuestro corazón” por la actitud y el comportamiento
GHOSUHVLGHQWHDQWHODGHVJUDFLDFLXGDGDQD\QRDODVIDFLOLGDGHVTXHKDEtDRWRUJDGR
DORVEHQH¿FLRVHPSUHVDULDOHVGH&DUD]RL'XNH0LJXHO<~GLFH\&tD.HUIHUG\
.HRJK(XJHQLR$JXLODU-RKQ0RIIDW%ODQFR\7ULJXHURV3LODU/DJRV(PHWHULR
5XDQR)HGHULFR3UDGR-RVp5RVDOHV$XJXVWR%RXLQHDX0DULDQR%XVWDPDQWH6L-
IRQWHV\.UHLW]\-/DIHUULqUHHQWUHRWURVTXHVXVFULELHURQGLFKRUHFRQRFLPLHQWR73
*
A mediados del XIX la mayor parte del comercio exterior se realizaba toda-
YtDSRUWLHUUDKDFLDHO$WOiQWLFRFRPRKHUHQFLDGHOIXQFLRQDPLHQWRGHODHFRQRPtD
HQHOSDVDGRFRORQLDOSHURFRQODFRORQL]DFLyQGH&DOLIRUQLDORVSXHUWRVPDUtWLPRV
superaron en pocos años el volumen y el valor del comercio terrestre.74 Los puertos
GHO 3DFt¿FR FRQVLVWtDQ DSHQDV HQ HPEDUFDGHURV GHVGH ORV TXH VH WUDVODGDEDQ ODV
mercancías en barcazas hasta los barcos que fondeaban a cierta distancia de la costa
\YLFHYHUVDSRUORTXHHUDQHFHVDULRSUHSDUDUSODQHVSDUDPHMRUDUVXHVWDGR\DP-
SOLDUODFDSDFLGDGGHOWUi¿FR(OSXHUWRGH/D8QLyQHVWUDWpJLFRHQODVH[SHFWDWLYDV
GH FUHFLPLHQWR GHO SDtV WHQtD QHFHVLGDGHV SULRULWDULDV \ HUD SUHFLVR FRQVWUXLU XQ
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 59

PXHOOHGHVX¿FLHQWHFDSDFLGDGTXHIDFLOLWDUDHOWUi¿FRGHPHUFDQFtDV75 El Cuadro
2.2 indica la variedad y el valor de los productos exportados por la Unión en 1850.

CUADRO 2.2
Valor de exportaciones – La Unión, 1850

Efectos Cantidades Unidades Valores %

Añil 3.147 Tercios  
Tabaco 183 Id.  
Cueros de res 3.411 Unidades  
5HER]RV 273 Docenas  
Arroz 255 Quintales  
Azúcar 550 Arrobas  
Mechas 5 Tercios  
Dulce 28 Tercios  
3XURV 31 Millares  
Tejidos para pantalones 27 Cortes  
Frijoles 4 Fanegas  
Total 316.377,50

Fuente: Gaceta..., 22 de noviembre de 1850.

$FRPLHQ]RVGH\DVHKDEtDRUGHQDGROOHYDUORDFDER\SDUDIDFLOLWDUODV
REUDVVHKDEtDFRQVWUXLGRXQSUHVLGLRHQHOTXHORVUHRV³QRVHUiQEUD]RVPXHUWRV\
gravosos a la sociedad... pues auxiliarán en el trabajo.76 Otra esperanza estaba pues-
WDHQHOGHVDUUROORGHOHVWHURGH-DOWHSHTXHHQHOFHQWURGHOSDtV\SUy[LPRDXQD
amplia región de producción agrícola exportable con San Vicente como ciudad más
importante de referencia.77(QHVWHFDVRHQHOJRELHUQRQRFRQWDEDWRGDYtD
con la autorización de la Asamblea para llevar a cabo los trabajos necesarios para
DFRPRGDUHOSXHUWR\ORVFDPLQRVTXHFRQGXMHUDQDpODXQTXH¿QDOPHQWHVHDEULy
al comercio y pasaría a llamarse La Concordia aquel mismo año. De todas formas
el puerto mantenía una actividad lánguida cuyos datos se desconocen.78 Aun otro
SXQWRGHFUXFLDOLPSRUWDQFLDHUDHOSXHUWRGH/D/LEHUWDGODVDOLGDPDUtWLPDQDWXUDO
GHODFDSLWDOGHOD5HS~EOLFDFX\RFRPHUFLRKDEtDOOHJDGRDJHQHUDUSVGH
LQJUHVRV¿VFDOHVSHURTXHVHKDEtDGHWHULRUDGRGXUDQWHODJHVWLyQGHOSUHVLGHQWH
Malespín y que en 1849 se hallaba en decadencia.79 La construcción del camino
FDUUHWHUR GHVGH 6DQ 6DOYDGRU KDVWD HO SXHUWR TXH \D VH PHQFLRQy IDFLOLWDUtD HO
FRPHUFLR3RU~OWLPRVLPLODUHVSUREOHPDVWHQtD$FDMXWODGRQGHGHEtDLJXDOPHQWH
construirse un muelle.
60 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

3HURHOJRELHUQRGH9DVFRQFHORVVHGHFODUDEDVLQUHFXUVRVSDUDHPSUHQGHU
WDQWDREUDQHFHVDULDSDUDLPSXOVDUHOFRPHUFLR3RUHOORKL]RXQOODPDPLHQWRDHP-
presarios que quisieran hacer frente a la obra del muelle en el puerto de La Unión
sin obtener respuesta en una primera instancia. A pesar de ello y de no disponer
GHUHFXUVRVDXWRUL]DGRVSRUOD$VDPEOHDHPSH]yDXWLOL]DUIRQGRVH[WUDRUGLQDULRV
para empezar a acopiar materiales con aquel objetivo.80 Ya en 1849 se estaba cons-
truyendo un muelle de unas 30 varas de largo bajo la supervisión del Comandante
GH$UPDV GH OD ORFDOLGDG \ GHO JREHUQDGRU GHO 'HSDUWDPHQWR TXH HQWRQFHV HUD
Gerardo Barrios.81
6LPLODUOODPDPLHQWRKL]RSDUDPHMRUDUHOFDPLQRD/D/LEHUWDG\VXSXHUWR
\HQHVWHFDVRVHSUHVHQWyXQDSURSXHVWDFRQMXQWDGH-RVp0=HOD\D\6DQWLDJR
'HOJDGR'HODFRQWUDWDTXHHOJRELHUQR¿UPyFRQHOORVFRQYLHQHGHVWDFDUDOJXQRV
detalles reveladores del tipo de relaciones entre particulares y el Estado ya por
HQWRQFHV$SDUWHGHRWUDVDFWXDFLRQHVTXHVHUHDOL]DUtDQHOSUR\HFWRGH=HOD\D\
Delgado incluía construir un camino de ruedas que permitiera el paso de dos ca-
UUHWDVDODSDUFDGDXQDGH\XQWDGHEXH\HVFRQXQSHVRGHHQWUH\DUUREDV
GHiNLORVORTXHGDLGHDGHODVOLPLWDFLRQHVGHEtDWHQHUHOFDPLQRTXH
existía entonces para el crecimiento del comercio en un puerto estratégico del país.
7DQWRSDUDHOWUDEDMRGHOFDPLQRFRPRSDUDHOGHOSXHUWRHOJRELHUQRVHFRPSUR-
PHWtDDIDFLOLWDUDORVFRQWUDWLVWDVySUHVLGLDULRVFRQVXHVFROWDFRUULHQGRSRU
cuenta de los contratistas el rancho. Además el gobierno aportaba madera y otros
PDWHULDOHV\IDFLOLWDUtDHOSDVRSRUODVSURSLHGDGHVSDUWLFXODUHVTXHIXHVHQHFH-
VDULR7RGDODREUDFRVWDUtDSV\VHJ~QORVHPSUHVDULRVHUDHOUHVXOWDGRGH
SUHWHQGHUFRQFLOLDUHOLQWHUpVGHOJRELHUQRFRQHOVX\RSRUTXHHQVXPD\RUSDUWH
VHSDJDUtDQGHORVLQJUHVRV¿VFDOHVJHQHUDGRVHQHOPLVPRSXHUWR³VLQJUDYDUDO
6XSUHPR*RELHUQRVXVUHQWDVRUGLQDULDV´'HKHFKRHOJRELHUQRSDJDUtDSV
en varias entregas en metálico y para el resto de 5.100 ps comprometía íntegra-
PHQWHWRGRVORVGHUHFKRV\DIXHUDQGHLPSRUWDFLyQRH[SRUWDFLyQTXHVHFREUDVHQ
HQGLFKRSXHUWRSXGLHQGRGLVSRQHUGHHOORVVyORSDUFLDOPHQWH\HQFRQGLFLRQHV
excepcionales.82 Sorprende que el gobierno no considerara rentas ordinarias los
derechos del comercio exterior. Era un argumento sin base e interesado para in-
WHQWDUGHVWDFDUTXHODSDUWLFLSDFLyQSULYDGDQRWHQGUtDFRVWHVDO(VWDGR\VtSRUHO
FRQWUDULRLPSRUWDQWHVEHQH¿FLRV
8QDSUXHEDGHODDQWHULRUD¿UPDFLyQHQHVWHFDVRWLHQHUHODFLyQFRQODSRVL-
FLyQGHORV¿UPDQWHVGHODFRQWUDWD1RVHFRQRFHODRFXSDFLyQGH-0=HOD\DHQ
SHURHODxRDQWHULRUKDEtDVLGRSUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO\HQ
VLHQGRFRQWUDWLVWDGHO(VWDGRIXHHOHJLGRGLSXWDGR<FRPRPLHPEUR\VHFUHWDULR
GHOD&iPDUDGH'LSXWDGRVGHOD5HS~EOLFDDSUREy\¿UPyXQGHFUHWRTXHHVWD-
EOHFtDTXH³HQORVGHOLWRVGHKHULGRVFDOL¿FDGRVGHQDWXUDOH]DOHYHORVDOFDOGHV
GHEHUiQFRQRFHU\WHUPLQDUHOSURFHVRHQMXLFLRYHUEDOLPSRQLHQGRDOUHRGHRFKR
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 61

DWUHVGtDVGHSULVLyQVLFDUUHVWRVHUYLFLRHQODVFiUFHOHVXREUDVS~EOLFDV´83

(VGHFLUTXH=HOD\DDFWXDEDVLPXOWiQHDPHQWHFRPRHPSUHVDULRFRQWUDWLVWDFRQHO
JRELHUQRDOTXHSHGtDSULVLRQHURVSDUDVXREUD\FRPRGLSXWDGRPLHPEURGHXQ
SRGHUGHO(VWDGRTXHOHJLVODEDDIDYRUGHFRQGHQDUDSHUVRQDVDREUDVS~EOLFDVSRU
KHULGDVOHYHVHQXQHMHUFLFLRGHSRQHUODMXVWLFLDDOVHUYLFLRGHLQWHUHVHVHFRQyPL-
FRVSULYDGRVWDQWRVX\RVFRPRGHRWURVHPSUHVDULRVHQVLPLODUHVFLUFXQVWDQFLDV
La utilización de presos en obras públicas fue regulada por ley en mayo del mismo
DxRVLQRORHVWDEDDQWHVFRQORTXHHO(VWDGRSRQtDWRGRVVXV³UHFXUVRV´GLVSR-
nibles al servicio del progreso.84(QFXDQWRD6DQWLDJR'HOJDGRQRHVFRQRFLGDVX
DFWLYLGDGHQSHURVXSRVLFLyQHFRQyPLFDWHUPLQyYLQFXOiQGRORFRQODSROtWLFD
profesional. En 1852 era empleado público al cargo de la elaboración de las estadís-
WLFDVGHPRJUi¿FDVGHOSDtV\HOPLVPRDxRIXHQRPEUDGRSRUHOSUHVLGHQWH'XHxDV
gobernador del Departamento de la capital.85
En el caso de Acajutla en 1849 se inició el estudio para construir el muelle
SRUSDUWHGHRWURFLXGDGDQRQRUWHDPHULFDQR-DPHV&ROEXUQ\HQDJRVWRGH
HOJRELHUQR¿UPyFRQpOODFRQWUDWDGHVXFRQVWUXFFLyQ86 El muelle debía facilitar
ODFDUJD\GHVFDUJDGHEXTXHVWHQGUtDXQDSODWDIRUPDGHPDGHUDHLQFOXLUtDHQWUH
RWURVHOHPHQWRVXQFDUULOVREUHHOTXHURGDUtDHOFDUUHWyQSDUDFRQGXFLUODFDUJD
que sería de dos toneladas de capacidad y un cabrestante para levantar los botes
con argollas. El gobierno contribuiría a los costes de la obra facilitando a Colburn
KDVWDKRPEUHVGHORVVHQWHQFLDGRVDREUDVS~EOLFDVSDUDWDUHDVPiVFRPXQHV
GHELHQGRWDPELpQPDQWHQHUORV\IDFLOLWDUOHVKHUUDPLHQWDV&ROEXUQSRUVXSDUWH
VHKDUtDFDUJRGHJDVWRVGHPDWHULDOHV\GHORVWUDEDMDGRUHVHQFDUSLQWHUtDKHUUHUtD
y albañilería. La obra debía estar concluida en 18 meses después de los cuales el
JRELHUQRHQWUHJDUtDDOFRQWUDWLVWDSV\VLHOJRELHUQRQRSXGLHVHOHFHGHUtDDO
FRQWUDWLVWDHOSURGXFWROtTXLGRGHOLPSXHVWRGHOPXHOODMHXQRGHORVTXHJUDYDEDQ
HOFRPHUFLRH[WHULRUKDVWDODFRPSOHWDVROXFLyQGHODGHXGDHQODPLVPDOtQHDGHOD
fórmula de pago de la contrata anterior.87$ODxRVLJXLHQWHXQLQIRUPHR¿FLDOGHVGH
el Departamento de Sonsonate sobre el avance de las obras públicas del distrito
D¿UPDED
“... han llegado ya algunos reos al puerto de Acajutla a ocuparse de las obras de
GLFKRSXHUWR6LOD6XSUHPD&RUWHGH-XVWLFLD\MXHFHVGHLQVWDQFLDFRQYHQFL-
GRVGHODXWLOLGDGGHORVSUHVLGLRVSUHVWDQVXD\XGDGHVSDFKDQGRFRQSURQWLWXG
las causas criminales pendientes no debemos dudar que dentro de algunos meses
haya un número considerable de presidiarios y con ellos se harán caminos carre-
WHURVVHKHUPRVHDUiQODVSREODFLRQHV\VHKDUiQPLOFRVDV~WLOHVDOWLHPSRTXHVH
consigue castigar los crímenes y corregir a los delincuentes”.88

La cuestión que merece resaltarse no era tanto la utilización de mano de obra

UHFOXVDSDUDREUDVGHLQWHUpVFRP~QFRPRODVGHRUQDWRXUEDQRRFDPLQRVFDUUHWH-
62 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

URVVLQRHOKHFKRGHXVDUODORVHPSUHVDULRVSULYDGRVSDUDVXVEHQH¿FLRV\DGHPiV
el adecuar el funcionamiento de la justicia a estos intereses. En suma y una vez
PiVVHWUDWDEDGHSRQHUDO(VWDGRDOVHUYLFLRGHPLHPEURVGHODROLJDUTXtDHQVXV
negocios particulares.
(QODOtQHDGHHVWDVFRQWUDWDVVHFRQWLQXDURQ¿UPDQGRRWUDVHQORVDxRVVL-
guientes para continuar ampliando y mejorando las instalaciones de los tres puertos
SULQFLSDOHV GHO SDtV (Q  -RDTXtQ ( *X]PiQ YLFHSUHVLGHQWH GHO JRELHUQR
¿UPy XQD FRQWUDWD FRQ %DOWDVDU 6RPDUULED \ 3DEOR 2UHOODQD GRV LQGLYLGXRV GH
EDMRSHU¿OHQWRQFHVDXQTXH2UHOODQDWHUPLQDUtDVLHQGRXQJUDQSURSLHWDULRDxRV
después.89 En esta ocasión se trataba de ampliar la casa de bodega de La Unión am-
SOLiQGRODHQGRVSLVRVGHEDMDUHTXHKRUFRQDGXUDIXHUWH\WDEORQHV(OSUHVXSXHVWR
HUDGHSVTXHHO(VWDGRSDJDUtDXWLOL]DQGRHOLPSXHVWROODPDGRERGHJDMHGHV-
pués que se pagase a Inglaterra el importe del acuerdo al que se había llegado para
acabar con el bloqueo de puertos.90(QVHJXLGDVHEXVFDED¿UPDUFRQWUDWDVVLPLODUHV
para los puertos de La Libertad y Acajutla.
El de La Libertad mejoraba poco a poco. En mayo de 1852 se anunciaba
que un buque que había llegado calculando hacer su operación de desembarque y
HPEDUTXHHQVHLVGtDVORKDEtDHIHFWXDGRHQWUHV7UDVODGHVFDUJDDOJXQDVPHU-
FDQFtDVOOHJDURQSURQWRHQFDUUHWDDODFLXGDG\VLQROOHJDURQWRGDVIXHSRUTXHQR
KDEtDVX¿FLHQWHVFDUURV(OWUD\HFWRORKLFLHURQHQGRVMRUQDGDVFRVWDQGRHOÀHWH
XQUHDOSRUDUUREDSRUHVRDOJXQRV³HVSHFXODGRUHV´HVWDEDQIRUPDQGR\DVXWUHQ
de carros para que se pudiera transportar cualquier cantidad de mercancías.91 En
MXOLRGHOPLVPRDxRVHDQXQFLDEDTXHHOSXHUWRHUD\D³EDVWDQWHIUHFXHQWDGR´TXH
se realizaban trabajos considerables y que había aumentado el número de carretas.
3LDQRVPiUPROHV\RWURVPXHEOHVSHVDGRVVHWUDQVSRUWDEDQDODFDSLWDODSUHFLRV
“sumamente baratos”. El transporte de un piano a la capital que costaba desde La
8QLyQR$FDMXWODGHDSV\DXQPiVDKRUDVHWUDtDGHVGH/D/LEHUWDGSRU
VRORSV$ODYLVWDGHHVWDGLVPLQXFLyQGHSUHFLRVHOLQIRUPDQWH¿QDOL]DED³6ROR
necesitamos perseverar con constancia para aumentar la prosperidad que comienza
a aparecer entre nosotros”.92 Como resultado de los esfuerzos que se estaban ha-
FLHQGRHQDEULOGHVHHVFULEtDHQHOGLDULRR¿FLDO
“Hace tres días que hemos visto salir para el puerto de La Libertad las primeras par-
tidas de añil en carretas. Siguen concurriendo a nuestros puertos los buques mer-
cantes produciendo un movimiento que antes sólo se veía en tiempos de feria”.93

(QHVWDOtQHDGHPHMRUDGHODVLQIUDHVWUXFWXUDVHQHOJRELHUQRSRUPH-
GLRGHVXPLQLVWURGH+DFLHQGD0LJXHO&DVWHOODQRV¿UPyXQDQXHYDFRQWUDWDFRQ
HOFRURQHO6DQWLDJR*RQ]iOH]SDUDDPSOLDUODVERGHJDVGHOSXHUWRGH/D8QLyQHO
GHPiVWUi¿FRSRUHQWRQFHV8QHOHPHQWREiVLFRGHODLQIUDHVWUXFWXUDGHORVSXHUWRV
HUDQORVHGL¿FLRVGHDGXDQDV\ERGHJDV\VHQHFHVLWDEDDPSOLDUODVSDUDUHVSRQGHUDO
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 63

FUHFLHQWHFRPHUFLR*RQ]iOH]GHEtDDPSOLDUHOHGL¿FLRGHDGXDQDVFRQFLPLHQWRV
\FRQVWUXFFLyQGHFDOLFDQWRODGULOORV\YHUMDVGHKLHUUR/DVREUDVGHEHUtDQHVWDU
en servicio en un año al menos en parte y el gobierno pagaría a González 12.000
SVHQWUHVHQWUHJDVSDUDORTXHVHXWLOL]DUtDQORVLQJUHVRV¿VFDOHVGHOSURSLRSXHUWR
incluyendo los de bodegaje.94
(QFXDQWRD$FDMXWODHQRFWXEUHGHHOJRELHUQR¿UPDEDXQDFRQWUDWDFRQ
XQWDO-XDQ)UDQFLVFR'ULYRQSDUDIDEULFDUXQPXHOOHHQODEDKtD95 Drivon construi-
UtDSRUVXFXHQWDVLQJDVWRSDUDHOJRELHUQRXQPXHOOHGHVX¿FLHQWHWDPDxRIXHU]D
y capacidad. Las autoridades locales facilitarían los trabajadores que necesitase
para la obra y él les pagaría los jornales a su justo precio. Drivon gozaría de los pro-
ductos del muelle por 10 años y después el gobierno se haría con la propiedad del
PXHOOH8QGHWDOOHPX\LPSRUWDQWHGHODFRQWUDWDHVSHFL¿FDEDTXHVLQSHUMXLFLRGHO
PXHOOHFXDOTXLHUFRPHUFLDQWHTXHQRTXLVLHUDXVDUORSRGUtDGLULJLUVHDFXDOTXLHU
RWURSXQWRGHGHVHPEDUTXHHQODFRVWDTXHIXHVHHVWDEOHFLGRSRUHOJRELHUQRVLQ
pagar ningún impuesto. Esto iba lógicamente contra los intereses del contratista y
en el futuro otros empresarios tendrían cuidado en no aceptar una condición como
ésta. En junio de 1854 Drivon escribía:
“... desde la semana pasada he empezado a embarcar y desembarcar en el mue-
lle... pusimos en el pescante un peso de siete toneladas y en menos de dos horas
WHQtDPRVHQWLHUUDXQDPiTXLQDSHVDGDGH¿HUUR\HQHOGtDVHDFDEyODGHVFDU-
JDGHOEDUFRD\HUSXVHDERUGRFLHQWUR]DVGHPDGHUDFXDQGRQRSXGLHURQHQ
otros tiempos embarcar esta clase de productos. El mismo día que empecé en
HOPXHOOHXQDDYHQLGDGHOUtRDFDEyGHOWRGRFRQHOGHVHPEDUFDGHURGHOSXHUWR
viejo...”.96

Seguramente esto facilitó el crecimiento de Acajutla que se convirtió en uno

de los dos puertos más importantes del país con la expansión de occidente gracias al
FDIp$ODxRVLJXLHQWH-)'ULYRQFRQWUDWyQXHYDV\PD\RUHVERGHJDVSDUD$FDMXW-
OD³MXQWRDOPXHOOHTXHDFWXDOPHQWHHVWiFRQVWUX\HQGR´TXHWHQtDTXHVHUXQHGL¿FLR
sólido y grande. Esta obra le costaría al Estado 15.000 ps a pagar con los ingresos
producidos por el derecho de bodegaje.97'HVSXpVGHHVWDUHODFLyQFRQHO(VWDGR
Drivon y Cía llegó a alquilar al Estado el muelle de Acajutla y lo mantenía todavía
HQ3RURWUDSDUWHHQHOJRELHUQR¿UPyRWUDFRQWUDWDFRQ -XDQ$QWRQLR
*RQ]iOH]KHUPDQRGHOFRURQHO6DQWLDJR*RQ]iOH]SDUDDPSOLDUODVERGHJDVHQHO
SXHUWRGH/D/LEHUWDGRSHUDFLyQTXHLQFOXtDXQFXxRSDUDHVWDEOHFHUXQD&DVDGH
0RQHGDHQHOSDtVTXHFDUHFtDGHHOOD986HJXUDPHQWHODVERGHJDVVHKLFLHURQSHUR
HOFXxRVLOOHJyQXQFDIXQFLRQyQLVHOOHJDURQDWRPDUODVGHFLVLRQHVDSURSLDGDV
para que así fuese.
(QWUH  \  DxRV FRUUHVSRQGLHQWHV D ORV JRELHUQRV GH -RVp 0 6DQ
0DUWtQ 5DIDHO &DPSR \ 0LJXHO 6DQWtQ OD LQWHQVLGDG HQ HO HVIXHU]R SRU PHMRUDU
64 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

las instalaciones portuarias disminuyó relativamente quizá porque con lo realizado

EDVWDEDSDUDDWHQGHUHOQLYHOGHOWUi¿FRPDUtWLPRGHHQWRQFHV(QVHHVFULEtD
³$FDMXWODWLHQHXQH[FHOHQWHPXHOOH/D8QLyQHQVDQFKDVXVDOPDFHQHVDXPHQWD
VXVHGL¿FLRV\FRPRGLGDGHV\SURQWRWHQGUiVXPXHOOHFRQFOXLGRORVSXHUWRVGH/D
Libertad y La Concordia se van proveyendo de lo que como tales necesitan...”.99 De
WRGDVIRUPDVDQWHHOFUHFLPLHQWRGHOFRPHUFLRHQVHYROYtDDFHOHEUDURWUDFRQ-
WUDWDHVWDYH]GHQXHYRFRQ6DQWLDJR*RQ]iOH]SDUDDPSOLDUODREUDGHODERGHJDGH
La Libertad que tres años antes había realizado su hermano.100 González se había con-
vertido en un activo empresario y contratista del Estado al que servía como militar.
(QGXUDQWHHOJRELHUQRGH*HUDUGR%DUULRVVHOOHYyDFDERODFRQYHU-
VLyQGHODGHXGDH[WHUQDHQGHXGDLQWHUQDGHOSDtVFRQODLQWHUPHGLDFLyQGHODHP-
SUHVDGH*HRUJH%.HUIHUGGH/LYHUSRROTXHHQODpSRFDDFWXDEDGHFRUUHVSRQVDO
que enviaba a El Salvador noticias sobre el mercado en Gran Bretaña y que termi-
naría estableciéndose en Sonsonate y otras ciudades.101$GHPiVHQHQHURGHDTXHO
PLVPRDxR.HUIHUGHUD&yQVXO*HQHUDOGH(O6DOYDGRUHQDTXHOODFLXGDGEULWiQLFD
quizá nombrado por el gobierno de G. Barrios.102 En dicha fecha se constituyó en
/RQGUHVXQD³&RPSDxtDGH0XHOOHVGH&HQWUR$PpULFD/LPLWDGD´FRQXQFDSLWDO
GHOLEUDVHVWHUOLQDVGLYLGLGRHQDFFLRQHVGHOLEUDVFRQXQSUHVL-
GHQWHKRQRUDULRTXHHUD&DUORV*XWLpUUH]0LQLVWUR3OHQLSRWHQFLDULRGH+RQGXUDV\
(QFDUJDGRGH1HJRFLRVGH(O6DOYDGRUHQ*UDQ%UHWDxD\XQDVHULHGHGLUHFWRUHV
DOIUHQWHGHORVFXDOHVHVWDED*.HUIHUG/DFRPSDxtDH[SORWDUtDGXUDQWHDxRV
ORVSXHUWRVGH6DQ-RVp\7XODWHHQ*XDWHPDOD\/D8QLyQHQ(O6DOYDGRUSDUDOR
FXDOKDEtDREWHQLGRHOSULYLOHJLRGHORVUHVSHFWLYRVJRELHUQRVTXHDVXYH]JDUDQWL-
zaban a la compañía y a sus futuros accionistas unos dividendos próximos al 9%.103
&RPRHQRWUDVRFDVLRQHVHO(VWDGRRIUHFtDJDUDQWtDVGHEHQH¿FLRVDOFDSLWDOSULYD-
GRORTXHGHPXHVWUDTXHQRHUDQHXWUR\TXHLQWHUYHQtDHQODHFRQRPtDHQFRQWUD
GHORTXHD¿UPDFLHUWDKLVWRULRJUDItD3RURWUDSDUWH%DUULRVGHELyKDEHUDXWRUL]DGR
HVWDRSHUDFLyQSHURHQWDQWRTXHODFRPSDxtDVHSRQtDHQPDUFKD\FRORFDEDVXVDF-
FLRQHVHVSRVLEOHTXHHOFDPELRTXHVHSURGXMRHQODKLVWRULDGH(O6DOYDGRUKLFLHUD
que esta aparición de capital británico en el terreno de los negocios de la oligarquía
salvadoreña se frustrara y el hecho es que la compañía no llegó a operar. Cabe la
GXGDUD]RQDEOHGHVLORVJUDQGHVFRPHUFLDQWHVGHOSDtVPXFKRVGHORVFXDOHVQRWH-
QtDQVLPSDWtDVSRU%DUULRVYHUtDQFRQDJUDGRXQDRSHUDFLyQDVtSHURFRQRFLHQGROD
SRVLFLyQGH'XHxDVODUHVSXHVWDDODGXGDHUDSUREDEOHPHQWHQR&XDQGRDOJXQRV
DxRVGHVSXpVVHLQLFLDURQORVLQWHQWRVGHIXQGDUHOSULPHUEDQFRVDOYDGRUHxRVH
producirían algunas situaciones que permiten recordar esta experiencia frustrada.
*
El crecimiento del comercio exterior era constante y cada vez lo hacía pro-
SRUFLRQDOPHQWHPiVUiSLGDPHQWHHQRFFLGHQWHTXHHQ/D8QLyQSRUORTXHODGH-
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 65

manda de concesiones para operar los puertos aumentaba. El puerto de La Unión

concenWUDEDWRGDYtDHQHOGHOYDORUWRWDOGHOFRPHUFLRH[WHULRUPLHQ-
WUDV TXH HO GH OD /LEHUWDG VROR OOHJDED DO  SHUR HQ HO ~OWLPR WULPHVWUH GH
SRUWDQWRVLQLQÀXHQFLDGHOFDIp/D/LEHUWDGSDVDEDDOGHOYDORUWRWDO
PLHQWUDVTXH/D8QLyQPDQWHQtD~QLFDPHQWHHO104

GRÁFICO 2.1
Valor del comercio exterior de El Salvador (1865-1876)
millones de pesos
5

4 3,8 3,8 3,8 3,8

3,4 3,5
3,1 3,4
2,9 2,9 2,9 2,9 2,8
3
2,3 2,5
2,2 2,2 2,1
2 1,8
1,6

0
1864 65 66 67 68 69 1870 71 72 73 74 75 76
Exports. Imports.

Fuente: Knut Walter. Trade and Development in an Export Economy. The Case of El Salvador, 1870-
1914. Thesis, University of North Carolina. Chapel Hill, 1977.

En 1866 se producía la oferta de un gran comerciante y antiguo miembro de

OD$VDPEOHD1DFLRQDO(PHWHULR5XDQRTXLHQSURSRQtDHQWUHJDUDO(VWDGR
pesos anuales por operar el puerto de Acajutla al terminar la contrata que tenía
vigente Drivon y Cía. Solicitaba el derecho exclusivo para embarques y desem-
EDUTXHVWHUUHQRSDUDFRQVWUXLUORVDOPDFHQHV\UHQRYDFLyQGHOFRQWUDWRDORVVHLV
DxRVFRQSUHIHUHQFLDDFXDOTXLHURWURSRVWRUFRPSURPHWLpQGRVHDOPDQWHQLPLHQWR
del muelle.105 En febrero de 1867 se anunciaba que el mes siguiente tendría lugar el
remate del arrendamiento del muelle de Acajutla por seis años. El remate se celebró
\ORJDQy5XDQRTXHSXGRWUDEDMDUHQODVLQVWDODFLRQHVH[LVWHQWHVHQHOSXHUWRHVWR
HVXQYLHMRPXHOOHGHPDGHUDHQORVWpUPLQRVRIHUWDGRV6LQHPEDUJRWRGRLQGLFD
que sus expectativas de negocio no debieron cumplirse a partir de lo que sucedió
algo más de un año después.
En 1867 se puso en marcha una operación coordinada de mucha más enver-
JDGXUDHQSOHQDIDVHGHFUHFLPLHQWRGHODHFRQRPtDLQWHUQDFLRQDO\HQUHODFLyQ
FRQORVPXHOOHVGHORVWUHVSXHUWRVPDUtWLPRVSULQFLSDOHVGHOSDtV/D/LEHUWDG/D
Unión y Acajutla. Se trataba de un paso decisivo en la evolución de las infraes-
tructuras vinculadas al comercio exterior bajo la presidencia de Francisco Due-
xDV3DUDHQWRQFHVHOVHFWRUSUHGRPLQDQWHPHQWHFRPHUFLDO\¿QDQFLHURGHODQXHYD
ROLJDUTXtDTXHVHHVWDEDIRUPDQGRKDEtDFRQVHJXLGRVX¿FLHQWHIXHU]DRGLFKRHQ
66 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WpUPLQRVHFRQyPLFRVKDEtDORJUDGRXQJUDGRVX¿FLHQWHGHFDSLWDODFXPXODGRJUD-
FLDVDOSURFHVRGHH[SDQVLyQTXHVHYHQtDSURGXFLHQGRGHVGHKDFtDXQRVGLH]DxRV
como para dar el salto a apropiarse en forma oligopólica del negocio del comercio
\¿QDQ]DVDVRFLDGDVDpO<HVWHVDOWRLEDDVHUIDFLOLWDGRJUDFLDVDORVVyOLGRV\
solventes representantes en puestos estratégicos que tenía el sector en el interior
GHO(VWDGRHOPiVLPSRUWDQWHGHORVFXDOHVHUDQDGDPHQRVTXHHOSUHVLGHQWHGHOD
5HS~EOLFD)UDQFLVFR'XHxDV/DRSHUDFLyQFRQVLVWLyHQODFRQFHVLyQGHODJHVWLyQ
y operación de los tres puertos del país en condiciones ventajosas y la creación de
tres sociedades por acciones que se hicieron cargo de ello.
La primera de las tres contratas fue la del puerto de La Libertad y era más
DPELFLRVDTXHODSURSXHVWDSRU5XDQRSRUTXHLQFOXtDGHHQWUDGDODFRQVWUXFFLyQ
GHXQPXHOOHGHKLHUURSRUFXHQWDGHORVFRQWUDWLVWDVORV6UHV(GXDUGR+DOOFyQVXO
GH *UDQ %UHWDxD HQ (O 6DOYDGRU \ HO FRURQHO 0DQXHO &DQR 0DGUD]R YHFLQR GH
*XDWHPDOD(QWRGRFDVRODLGHDGHODFRQVWUXFFLyQGHXQPXHOOHHQ/D/LEHUWDG
ya se planeaba y era recogida en una nota que comentaba la visita del presidente y
su familia al puerto el año anterior.106(OPXHOOHTXHVHUtDGHVX¿FLHQWHORQJLWXG\
DQFKXUDSDUDODFLUFXODFLyQGHODVPHUFDQFtDV\TXHHVWDUtDFRQVWUXLGRHQWUHVDxRV
les daría derecho por veinte años al cobro del derecho de muellaje sobre todos los
DUWtFXORVTXHVHLPSRUWDUDQ\H[SRUWDUDQSRUGLFKRSXHUWRDXQFXDQGRQRSDVDUDQ
SRUHOPXHOOHGHDFXHUGRFRQXQDWDULIDHVSHFt¿FDTXHVHLQFOXtDHQHOFRQWUDWR
Se les concedería a los contratistas gratuitamente el terreno para el muelle y el del
HGL¿FLRRHGL¿FLRVTXHQHFHVLWDUHQSDUDODHPSUHVDDVtFRPRODOLEUHLPSRUWDFLyQ
de las piezas del muelle y las máquinas y materiales para la obra. Transcurridos los
veinte años de la concesión el Estado podría comprar el muelle a los concesionarios
DSUHFLRHVWDEOHFLGRSRUSHULWRVRUHQRYDUODFRQFHVLyQ(OJRELHUQRVHFRPSURPH-
tía también a no conceder permiso para operar a ningún otro muelle en la costa de
/D8QLyQ\$FDMXWODQLHQHOPLVPRSXHUWRGH/D/LEHUWDG$GHPiVSDUDIDFLOLWDU
ORVWUDEDMRVHOJRELHUQRDX[LOLDUtDDORVFRQWUDWLVWDV³FRQHOVX¿FLHQWHQ~PHURGH
EUD]RV´FRUULHQGRDFDUJRGHDTXHOORVHOSDJRGHORVMRUQDOHV³DOSUHFLRDFRVWXP-
brado.” Finalmente los Sres. Hall y Cano podían traspasar la concesión a cualquier
otro empresario o compañía que quisiera tomar por su cuenta la construcción del
muelle. En 1868 se estaban haciendo obras en el muelle del puerto y las llevaba a
FDERHOPLVPRLQJHQLHURTXHHVWDEDFRQVWUX\HQGRHOGHOSXHUWRGH6-RVpHQ*XD-
WHPDODFRQODHPSUHVDSURSLHGDGGHORVFLWDGRV+DOO\&DQR107
(QPD\RGHOPLVPRDxRHOJRELHUQR¿UPDEDRWUDFRQWUDWDHVWDUHIHUL-
GDDOSXHUWRGH/D8QLyQFRQ3HGUR'iUGDQRFXxDGRGHOSUHVLGHQWH)'XHxDV\
0DQXHO7ULJXHURVTXLHQ\DHUDXQRGHORVPiVLPSRUWDQWHVKRPEUHVGHQHJRFLRV
GHOSDtV\VRFLRGHODHPSUHVDFRPHUFLDO%ODQFR\7ULJXHURVDXQTXHWDPELpQRSH-
raba por cuenta propia.108$OLJXDOTXHODFRQWUDWDDQWHULRUpVWDWDPELpQLQFOXtDOD
FRQVWUXFFLyQGHXQPXHOOHGHKLHUURHQHOSXHUWRGH/D8QLyQGHODVPLVPDVFDUDF-
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 67

terísticas y en las mismas condiciones que el de La Libertad. El resto de las condi-

ciones de la contrata eran similares pero el contenido de la tarifa para el cobro del
muellaje tenía algunas diferencias con el anterior. Muy importante era la cláusula
en la que el gobierno se comprometía a no permitir la construcción de otro muelle
GHVGH OD GHVHPERFDGXUD GHO UtR *XDVFRUiQ OD IURQWHUD FRQ +RQGXUDV KDVWD /D
/LEHUWDGVLQHOFRQVHQWLPLHQWRGHORV6UHV'iUGDQR\7ULJXHURV\SUHYLDLQGHPQL-
]DFLyQGHSHUMXLFLRV(UDXQUHSDUWRGHODFRVWDFRPELQDGRFRQODDQWHULRUFRQWUDWD
FRQ OR TXH HO SXHUWR GH OD &RQFRUGLD QR TXHGDED SURKLELGR SHUR VLQ PRGHUQDV
instalaciones nunca sería una competencia con La Unión ni con La Libertad. Del
PLVPRPRGRTXHHQODFRQWUDWDDQWHULRUHOJRELHUQRIDFLOLWDUtDDORVFRQWUDWLVWDVHO
VX¿FLHQWHQ~PHURGHWUDEDMDGRUHVVLHQGRDFXHQWDGHORVFRQWUDWLVWDVHOSDJRGHORV
MRUQDOHV³DOSUHFLRDFRVWXPEUDGR´(VGHFLUVHVHJXtDXWLOL]DQGRHOPHFDQLVPRGH
TXHORVJREHUQDGRUHVPRYLOL]DUDQDORVDOFDOGHVGHORVSXHEORVSDUDTXHpVWRVDVX
YH]UHFOXWDUDQHQVXVORFDOLGDGHVODFDQWLGDGGHKRPEUHVTXHIXHUDQGHPDQGDGRV
SRUODHPSUHVD3RU~OWLPR'iUGDQR\7ULJXHURVSRGUtDQJHVWLRQDUODHPSUHVDSRU
VXSURSLDFXHQWDRIRUPDUXQDVRFLHGDGSRUDFFLRQHV\DIXHUDHQOD5HS~EOLFDR
IXHUDGHHOOD/DIyUPXODHOHJLGDHQHVWHFDVRFRPRHQHODQWHULRU\HOTXHVHYHUi
DFRQWLQXDFLyQIXHFRQVWLWXLUXQDVRFLHGDGSRUDFFLRQHVUDGLFDGDHQODVFLXGDGHV
próximas a los puertos.
)LQDOPHQWHHQRFWXEUHGHOPLVPRDxRHOPLQLVWURGH+DFLHQGD-XDQ-RVp%R-
QLOOD¿UPySRUSDUWHGHOJRELHUQRXQDQXHYDFRQWUDWDSDUDODDPSOLDFLyQGHOSXHUWR
GH$FDMXWODFRQXQDVRFLHGDGIRUPDGDSRUHOFRURQHO0DQXHO&DQR0DGUD]RTXLHQ
\D WHQtD SDUWLFLSDFLyQ HQ OD FRQWUDWD GH /D /LEHUWDG \ -RDTXtQ 0DWKp HVSDxRO
DJHQWHFRPHUFLDOPX\DFWLYRHQODH[SRUWDFLyQHLPSRUWDFLyQ\QHJRFLDQWHGHFDIp
con base en Sonsonate.109/DFRPELQDFLyQGHGRVH[WUDQMHURVXQHPSUHVDULRPLOL-
tar guatemalteco y un español representante del capital mercantil era una muestra
PiVGHTXHFRPRKDEtDGLFKRKDFtDDxRV'XHxDV\FRPRVXFHGtDWDPELpQHQRWURV
SDtVHVODWLQRDPHULFDQRVODQDFLRQDOLGDGQRLPSRUWDEDDODKRUDGHKDFHUQHJRFLRV
6HJ~QXQDQRWDR¿FLDOVREUHODFRQWUDWDpVWHHUDHOWLSRGHHPSUHVDVGHVHDGDV\SUR-
tegidas por el presidente Dueñas y eran las que tenían que dar mayor extensión al
FRPHUFLRLQWHULRU\H[WHULRUDVtFRPRFRQWULEXLUDODSURVSHULGDGGHOSDtVRPHMRU
GLFKRGHVXROLJDUTXtD110
/DMXVWL¿FDFLyQGHODRSHUDFLyQVHEDVDEDHQTXHHOPXHOOHGHPDGHUDTXH
existía en el puerto de Acajutla –¿el que había construido Drivon?– era pequeño
y no tenía la amplitud y actividad que requería el comercio ya bastante crecido
GHORFFLGHQWHGHOSDtVDGHPiVGHHVWDUPX\GHWHULRUDGRSRUORTXHSRGtDTXHGDU
inutilizado en cualquier momento. En términos generales las cláusulas de esta con-
WUDWD HUDQ ODV \D FRQRFLGDV VL ELHQ KDEtD DOJ~Q GHWDOOH HVSHFt¿FR GLIHUHQWH D ODV
DQWHULRUHV3RUHMHPSORVHDFODUDEDTXH³ODFRQWUDWDHVWiDUUHJODGDHQWpUPLQRVTXH
por la tarifa no sufre mayor gravamen la exportación...” y que se había obtenido
68 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

SRUXQPHQRVTXHHQ/D/LEHUWDGHQORTXHSDUHFtDXQLQWHQWRGHGHVWDFDUODV
YHQWDMDVGHODGH$FDMXWODFRQUHVSHFWRDODGHHVWD~OWLPD2WUDSUHFLVLyQHUDTXHVL
WHUPLQDGDODFRQVWUXFFLyQHOJRELHUQRTXLVLHUDFRQVWUXLUXQIHUURFDUULOGH$FDMXWOD
D 6RQVRQDWH &DQR \ 0DWKp WHQGUtDQ SUHIHUHQFLD VREUH FXDOTXLHURWUR FRQWUDWLVWD
SDUD FRQVWUXLUOR 'H QXHYR OD WDULID GH PXHOODMHSRU DUWtFXORV SUHVHQWDED DOJXQD
OLJHUDGLIHUHQFLDFRQODVDQWHULRUHV\HQHVWHFDVRFRPRHUDGHHVSHUDUHOJRELHUQR
se comprometía a no conceder permiso a ningún otro muelle entre el puerto de la
/LEHUWDG \ OD EDUUD GHO 5tR GH 3D] TXH HUD HQWRQFHV OD IURQWHUD FRQ *XDWHPDOD
GXUDQWHODYLJHQFLDGHOFRQWUDWR\ODSUyUURJDVLpVWDVHSURGXFtD9HU$QH[R(V
decir que los contratistas habían conseguido del gobierno el reparto en exclusiva de
la costa del país por lo menos veinte años.
3HURWDQLQWHUHVDQWHFRPRpVWDHUDODFOiXVXODTXHHVSHFL¿FDEDTXH³HVWDFRQ-
cesión no perjudica el arrendamiento del muelle de madera que tiene D. Emeterio
5XDQRSHURHOJRELHUQRQRORDUUHQGDUiGHQXHYRWUDVORVDxRVGHVXFRQWUDWR´
(VGHFLUTXHHQWUHVDxRVPiVFXDQGR5XDQRWRGDYtDQRKXELHUDWHUPLQDGRVXFRQ-
WUDWDVHHQFRQWUDUtDFRQXQDFRPSHWHQFLDFDVLLPEDWLEOHXQJUDQPXHOOHGHKLHUUR
con más facilidades para la carga y descarga que las que había conseguido él en
1867. Ahora las tres compañías que se iban a constituir disponían en oligopolio del
prometedor comercio exterior que se anunciaba para los próximos años.
(VSRVLEOHTXHWUDVHOJROSHGHHVWDGRGHXQRGHORVPD\RUHVUHFKD]RV
que el presidente Santiago González sintiera hacia las relaciones empresariales de
Francisco Dueñas –entre varios otros– fuese el relacionado con las contratas para
construir los tres muelles que permitieron crear las correspondientes sociedades.
Había sido una operación de gran envergadura que proporcionaría enormes bene-
¿FLRVDVXVVRFLRVHQWUHORVFXDOHVKDEtDXQIDPLOLDUGH'XHxDV(OKHFKRHVTXH
González emprendió lo que se puede considerar una reacción combinada en tres
frentes contra las recién creadas Compañías de Muelles.
El primero consistió en la compra de acciones de las compañías por parte
GHOJRELHUQRHQUHSUHVHQWDFLyQGHO(VWDGRFRQFHQWUiQGRVHHQODVGH/D/LEHUWDG
y Acajutla para adquirirlas.111 El segundo frente fue el de conseguir que el poder
/HJLVODWLYRPRGL¿FDUDDODEDMDODVWDULIDVGHLPSRUWDFLyQ\H[SRUWDFLyQTXHSRGtDQ
cobrar las compañías en compensación por sus obras y que habían sido incorpora-
GDVDODVFRQWUDWDV¿UPDGDVFRQHO(VWDGRA posterioriHO(VWDGRFRQ*RQ]iOH]DO
IUHQWHLQWHQWyOOHJDUDXQDUUHJORFRQODVHPSUHVDV\DXQTXHQRVHFRQRFHHO¿QDO
es probable que éstas rechazaran un acuerdo forzado.112 Y el tercero fue dirigido a
URPSHUHOROLJRSROLRFRPHUFLDOTXH*RQ]iOH]FRQVLGHUDEDPRQRSROLR3DUDHOORHQ
primer lugar impulsó la reactivación del puerto de La Concordia para ampliar las
posibilidades de exportación de la agricultura que crecía.113<SRURWUDSDUWHUHFKD-
zó parte del contenido de las contratas por su carácter monopólico e inconstitucio-
QDO\GHFUHWyTXHORVFRPHUFLDQWHVSXGLHUDQHPEDUFDU\GHVHPEDUFDVPHUFDQFtDV
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 69

fuera de los muelles de las compañías. De nuevo con posterioridad intentó llegar a
XQDUUHJORFRQODVHPSUHVDVSHURDOQHJDUVHpVWDVUDWL¿FyHOFRQWHQLGRGHOGHFUHWR
anterior declarando libres las playas de los puertos de La Libertad y Acajutla.114
'H¿QLWLYDPHQWH*RQ]iOH]VHKDEtDHQIUHQWDGRDELHUWDPHQWHDXQDGHODVIUDF-
ciones más poderosas de la oligarquía salvadoreña y esto no iba a facilitarle su
estabilidad en el poder.
*
Al hilo de la intensa actividad en torno a las vías de comunicación en ciertas
]RQDVGHOSDtV\GHODVQXHYDVLQVWDODFLRQHV\VLVWHPDVGHWUDQVSRUWHVHIXHFUHDQ-
GRXQLPSRUWDQWHQ~PHURGHHPSUHVDVGHGLVWLQWDVHQYHUJDGXUD\FDUDFWHUtVWLFDV
de las que ya se han mencionado algunas. Las hubo constituidas para actuaciones
VRORSXQWXDOHVFXDQGRVHREWHQtDDOJXQDFRQWUDWDFRQHOJRELHUQRFRPRHUDQORV
FDVRVGH6DQWLDJR*RQ]iOH]GH-RDTXtQ(*X]PiQGH-XDQ-RVp%RQLOODGH-XDQ
$QWRQLR*RQ]iOH]GH-RVp0DUtD=HOD\DHWF$OJXQRVGHHOORVSUDFWLFDEDQ\DXQD
GLYHUVLGDGGHDFWLYLGDGHVHPSUHVDULDOHVUHODFLRQDGDVFRQHOFUpGLWRODSURGXFFLyQ
GHDJXDUGLHQWHRGHFDIpDHVFDODFRPHUFLDO\WRGRVRFXSDEDQRKDEtDQRFXSDGR
SXHVWRVHQODDGPLQLVWUDFLyQGHO(VWDGR3HURWDPELpQKXERRWUDVFRQYRFDFLyQGH
VHUSHUPDQHQWHVGHODVTXHXQQ~PHURQLVLTXLHUDOOHJyDQDFHURQDFLHURQPX\
GLVPLQXLGDVFRPRIXHHOFDVRGHODHPSUHVDGHOIHUURFDUULOGH-/%XHURQ
+XERRWUDVSRUHOFRQWUDULRYLQFXODGDVDOFRPHUFLRH[WHULRUTXHWXYLHURQ
XQDODUJDH[LVWHQFLDVREUHWRGRDJHQFLDVGHLPSRUWDFLyQ\H[SRUWDFLyQFRPLVLR-
QLVWDV 8QD GH HOODV HUD OD &RPSDxtD *HQHUDO7UDVDWOiQWLFD DO IUHQWH GH OD FXDO
HVWDEDHOFLXGDGDQRIUDQFpV$XJXVWR%RXLQHDXTXHVHFRQYLUWLyFRQORVDxRVHQ
XQLQÀX\HQWHKRPEUHGHQHJRFLRVHQHOSDtV1158QDHPSUHVDGHGLVWLQWRSHU¿OHUD
ODVRFLHGDG'RUDQWHV\2MHGDDJHQWHGHOD&RPSDxtDGH9DSRUHVGHOD0DOD5HDO
\FRQVWLWXLGDSRUGRVIXHUWHVFRPHUFLDQWHV(OSULPHURGHHOORV0DULDQR'RUDQWHV
WXYRXQDDFWLYDYLGDSROtWLFDFRPRUHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD1DFLRQDOYDULRV
DxRV\DOFDOGHGH6DQ6DOYDGRUHQODGpFDGDGHVLHPSUHPDQWHQLHQGRXQD
WUD\HFWRULD HFRQyPLFD GH ODUJD GXUDFLyQ FRPR HPSUHVDULR /XLV 2MHGD FyQVXO
HVSDxROD¿QHVGHODGpFDGDGH\HQODGHWXYRXQFLHUWRSURWDJRQLVPR
HQ ORV SULPHURV LQWHQWRV GH FUHDFLyQ GH XQ EDQFR HQ HO SDtV SHUR D OD ODUJD VX
LQÀXHQFLDQRIXHFRPSDUDEOHFRQODGH0DULDQR'RUDQWHV116 Otro ejemplo era la
&RPSDxtDGH&RQVLJQDFLyQ\$JHQFLDVGH/D/LEHUWDGXQDHPSUHVDSRUDFFLRQHV
cuyo director durante algunos años fue el también fuerte comerciante y presta-
PLVWD3LODU/DJRV\SRVWHULRUPHQWHORIXH-XDQ0DXULFLR'XNH117 Y de este estilo
existían algunas más.
-XQWRDHOODV\FLHUWDPHQWHFRQXQDQDWXUDOH]DGLVWLQWDVHJXUDPHQWHODVGH
mayor éxito fueron las Compañías de Muelles creadas en 1867 y 1868 a amparo de
las contratas que se han comentado y de las que solo se dispone de datos para las
70 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

de La Libertad y Acajutla. Estas eran también compañías por acciones que tenían
un campo de operaciones prácticamente garantizado y en condiciones muy favora-
EOHVTXHFRQXQFRPSRUWDPLHQWRQRUPDOGHOFRPHUFLRVHDVHJXUDEDQUHQGLPLHQWRV
PX\DOWRV1RVHFRQRFHQODVHVFULWXUDVGHVXFRQVWLWXFLyQSHURSRUGRFXPHQWDFLyQ
LQGLUHFWDVHVDEHDOPHQRVTXHHOYDORUQRPLQDOGHODVDFFLRQHVGHOD&RPSDxtD
de Muelles de La Libertad en el momento de su creación fue de 500 ps.118 Cuan-
do el presidente Santiago González en 1872 quiso nacionalizar estas compañías
FRPSUDQGRVXVDFFLRQHV\GHFODUyOD³OLEHUWDGGHSOD\DV´FRQORTXHYLRODEDODV
FOiXVXODVGHH[FOXVLYLGDGGHSXHUWRVTXHHVWDEDQHQODVWUHVFRQWUDWDV¿UPDGDVSRU
ORVVRFLRVLQLFLDOHVOOHJyDDGTXLULUDFFLRQHVGHOD&RPSDxtDGH/D/LEHUWDG\DHO
SULQFLSDOSXHUWRGHOSDtVDSV\GHODGH$FDMXWODDSV119 Es decir que las
SULPHUDVVHKDEtDQUHYDORUL]DGRXQDORTXHKD\TXHDxDGLUTXHHQHOWHUFHU
WULPHVWUHGHFDGDDFFLyQGHOD&RPSDxtDFRQ&UX]8OORDGHGLUHFWRUGLRXQ
GLYLGHQGRGHSVORTXHVLJQL¿FDTXHODUHQWDELOLGDGHUDGHOXQQLYHOGH
EHQH¿FLRPXFKRPiVTXHEXHQRHQODHFRQRPtDLQWHUQDFLRQDOGHHQWRQFHVVLELHQ
HQ(O6DOYDGRUKDEtDDOJXQDDFWLYLGDGTXHSURSRUFLRQDEDEHQH¿FLRVPX\VXSHULR-
res a éste.120
6LHQGRDVtQRHUDSRUFDVXDOLGDGTXHHQODV&RPSDxtDVGH0XHOOHVGH/D/L-
bertad y Acajutla estuvieran algunos de los más fuertes propietarios y empresarios
GHOSDtVFRPR-XDQ0DXULFLR'XNH0DQXHO7ULJXHURV&UX]8OORD-RVp5RVDOHV
\RWURVDOJXQRVGHORVFXDOHVHUDQORVJUDQGHVSUHVWDPLVWDVGHO(VWDGR121 Es muy
revelador de la potencia de estas empresas que el primer Director de la Compañía
GH/D/LEHUWDGHOHJLGRHQ-XQWD*HQHUDOGHDFFLRQLVWDVSUHVLGLGDSRUHOPLQLVWUR
GH+DFLHQGD-XDQ-RVp%RQLOODIXH-RDTXtQ5|VVQHUDTXLHQHQDTXHODFWRVHOH
DVLJQyXQVXHOGRGHSVDQXDOHVHVGHFLUFDVLHOGREOHGHOTXHWHQtDHOSURSLR
ministro que estaba presidiéndolo y que era de 1.800 ps.122 Claro que el ministro
era un empresario privado cafetalero para quien el cargo en el gobierno no era su
PHGLRSULQFLSDOGHYLGDVLQRTXHOHVHUYtDIXQGDPHQWDOPHQWHSDUDFRODERUDUDOD
conducción política del Estado en la dirección conveniente a los intereses de los
grandes propietarios productores y comerciantes.
3DUDWHQHUXQDLGHDDSUR[LPDGDGHOYROXPHQGHQHJRFLRTXHPDQHMDEDQHVWDV
empresas parece oportuno consultar las cifras del comercio exterior marítimo del
*Ui¿FRTXHUHÀHMDQXQGLIHUHQFLDODIDYRUGHOYDORUGHODVH[SRUWDFLRQHVFRQ
UHVSHFWRDODVLPSRUWDFLRQHVTXHDOPHQRVHQSDUWHLQGLFDHOQLYHOGHODDFXPXOD-
FLyQGHEHQH¿FLRVHQPDQRVGHORVJUDQGHVH[SRUWDGRUHV\ORVDJHQWHVGHOFRPHU-
cio. No obstante hay que considerar que la plata había comenzado ya el declive de
VXYDORUFRPRORLQGLFDHO*Ui¿FR&DStWXORFRQXQDFDtGDGHOHQWUH
\HVGHFLUDXQDPHGLDGHODQXDOSHURHQXQSURFHVRPiVDFHOH-
rado entre 1873 y 1876. Esto claramente atenuaba los márgenes de ganancia que se
REWHQtDQHQHOFRPHUFLRH[WHULRUTXHSDUHFtDQVHUPX\DOWRV
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 71

Al margen de las empresas relacionadas con los transportes o las instalacio-

QHVGHLQIUDHVWUXFWXUDVHVWDEDQODVHPSUHVDVHVWULFWDPHQWHFRPHUFLDOHVDOJXQDVGH
las cuales pertenecían también a personas de las mencionadas arriba. Las había que
desempeñaban diversas funciones en el proceso económico y otras simplemente
se dedicaban al comercio en general. De estas últimas algunas estaban especiali-
]DGDVHQDOLPHQWDFLyQHQIHUUHWHUtDHQWH[WLOHVHQPHGLFLQDVHQFRQVWUXFFLyQ\
UHSDUDFLyQGHFDUURV\HQRWUDVDFWLYLGDGHVTXHKLFLHURQJUDQGHVQHJRFLRVFRPR
SRUHMHPSORFRQODVFRQGXFFLRQHVHLQVWDODFLRQHVGHDJXD(OSUHVLGHQWH'XHxDV
fue el primero en impulsar las conducciones de agua potable y realizar las obras
QHFHVDULDVVREUHWRGRHQODVFLXGDGHVLPSRUWDQWHVFRPR6DQ6DOYDGRU\1XHYD6DQ
6DOYDGRUDXQTXHWDPELpQHQORFDOLGDGHVPHQRUHVFRPR-XFXDSD invirtiendo miles
de pesos en estas operaciones. Solo en Nueva San Salvador empleó más de 20.000
ps en 1868.123 Estas cantidades eran empleadas en importar tubería y accesorios a
WUDYpVGHHPSUHVDVFRPRODVGH0DULDQR'RUDQWHVR(QULTXH6HHOLJPDQQTXHFRQ-
VHJXtDQLPSRUWDQWHVEHQH¿FLRV3RURWUDSDUWHORVFDPLQRVFDUUHWHURVWUDQVSRUWDEDQ
crecientes cantidades de mercancías para lo que se necesitaban carros cada vez más
IXHUWHVFRPRORVTXHLPSRUWDEDQRFRQVWUXtDQORV+HUPDQRV&DEUROLHU$OJXQRV
GHORVLPSRUWDGRUHVFRPR0DULDQR'RUDQWHVSRUHMHPSORHUDQPLHPEURVGHOD
$VDPEOHD1DFLRQDOGHVGHGRQGHJXLDEDQODHFRQRPtDGHOSDtVHQODGLUHFFLyQTXH
les interesaba para ampliar sus ganancias.
(ODPELHQWHHPSUHVDULDOHVWDEDHQDXJH\FRQpOHOFUpGLWRGHORTXHVHWUD-
WDUiHQHOFDStWXORVLJXLHQWH/DVVXEYHQFLRQHVGHOJRELHUQRWRGDYtDWtPLGDVFRQ
UHFXUVRVREWHQLGRVGHLPSXHVWRVLQGLUHFWRV\GHGHXGDS~EOLFDTXHHUDQDSURYH-
FKDGDVSRUORVLPSRUWDGRUHVSDUDREWHQHUEHQH¿FLRVIiFLOHVXQLGDVDODVJDQDQFLDV
que conseguían los productores agrarios sobre la base de los bajos jornales de los
WUDEDMDGRUHV\XQUpJLPHQ¿VFDOSULYLOHJLDGRHVWDEDQSURGXFLHQGRXQDUiSLGDDFX-
mulación de riqueza en manos de la oligarquía. Así se estaban poniendo las bases
del siguiente impulso al crecimiento que se experimentaría en la segunda mitad de
ORVDxRV\HQODGpFDGDGH(QpOWHQGUtDPXFKRTXHYHUHOFDIpDSHVDU
de eran los momentos de la crisis económica internacional surgida en 1773. Un
elemento fundamental de esta evolución estaba en el mundo rural que suministraba
ODPDQRGHREUDEDUDWDFRQODFXDOVHFRQVWUXtDHOQXHYRSDtVSHURODVJDQDQFLDV\
el poder los ampliaría y seguiría concentrando la clase dominante.
72 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ANEXO 1
Tarifa para el cobro del impuesto del muellaje (en pesos y centavos)
(Contrata muelle de Acajutla, 1868)

Desembarque
Ps. Cts.

Cajón o tercio hasta 6 @ cada uno 50

&DMDGHYLQRXRWUROtTXLGRGHERWHOODVFDMDVGHILGHRVSDVDVHWF 10
Barriles de vino u otro líquido de 80 botellas 60
Id. Id. de 300 botellas 1 50
Cántaros de vino 15
Botijuelas de aceite 5
-DEDVGHOR]DSHTXHxDV 40
Id. de id. grandes 80
+DULQD\FDFDRSRUTXLQWDO 30
Carruajes de cuatro ruedas 10
Id. id. de dos ruedas 6
3LDQRV 6
0DTXLQDULDKLHUURSORPRHWFHQEUXWRXREUDHOTXLQWDO 40
0XHEOHVXRWURVEXOWRVQRHVSHFLILFDGRVHQWDULIDVHJ~Q 8
FRQRFLPLHQWRHOSLH
&DUUHWDVDUPDGDVRVXHOWDVFDGDXQD 1
Dinero o pasta en oro o plata 1/8 de 1%
3DVDMHURV gratis
Equipaje hasta 5@ 25
Material de guerra del Supremo Gobierno gratis
LOS NEGOCIOS DEL DESPEQUE 73

Embarque

Ps. Cts.

Tercio de añil o grana de 6@ cada uno 48

%iOVDPROD# 6½
Tercio de tabaco de 5@ cada uno 32
&DIpHOTXLQWDO 20
$]~FDUEODQFDHQSLOyQTXLQWDO 20
0DVFDEDGR\FKDQFDFDTXLQWDO 18
$UUR]PDt]\IULMROTXLQWDO 16
&XHURVGHUHVFDGDXQR 6
$OJRGyQGHVPRWDGRTXLQWDO 24
3DORVGHPRFDXRWURWLQWH 8
%XOWRVGHPHUFDGHUtDVKDVWD# 40
%UR]DVPLQHUDOHVTXLQWDO 10
7HUFLRGHFXHURVGHYHQDGRKXOH]DU]DSDUULOODSRU# 26
Tables \WDEORQHV 50
0XHEOHV\RWURVHIHFWRVQRH[SUHVDGRVHQHVWDWDULIDHOSLHF~ELFR 10

Dinero o pasta de oro o plata 1/8 de 1%

Lanchada de aguada o lastre 50
3DVDMHURV gratis
(TXLSDMHEXOWRGH# 25
Material de guerra del Supremo Gobierno gratis
Fuente: El Constitucional, 12 de noviembre de 1868.
Capítulo 3
Moneda y crédito: el control era el descontrol

“Dadme el control
VREUHODPRQHGDGHXQDQDFLyQ
y no tendré por qué preocuparme
de aquellos que hacen sus leyes.”

0D\HU$PVFKHO5RWKVFKLOG

La transformación económica que comenzaba a vivir la sociedad salvadoreña

DPHGLDGRVGHOVLJOR;,;DXQTXHFRQLQWHQVLGDGGHVLJXDOVHJ~QODV]RQDVGHOSDtV
sucedía en circunstancias muy especiales en relación con un elemento fundamental
SDUDODVWUDQVDFFLRQHVFRPHUFLDOHV\¿QDQFLHUDVDVtFRPRSDUDODVFRQGLFLRQHVGH
vida de gran parte de la población: la moneda.
El Salvador era heredero del sistema monetario colonial. Su territorio corres-
SRQGtDDXQDGHODViUHDVGHODDQWLJXD$XGLHQFLDGH*XDWHPDOD\DXQTXHODFDSLWDO
*XDWHPDODGLVSRQtDGHXQDFHFDTXHDFXxDEDGHVGHDPSOLRVHVSDFLRVGHOD
Audiencia habían vivido una importante escasez de moneda acuñada que convivía
FRQRWUDVIRUPDVQRR¿FLDOHVGHPHGLRVGHFDPELRFRPRKDEtDVXFHGLGRHQRWUDV]R-
nas del imperio español.1 Cuando el sistema colonial se rompió con las independen-
FLDVGHODVQXHYDVQDFLRQHVODXQLGDGPRQHWDULDLPSHULDOVHIUDFWXUy0XFKRVGHORV
nuevos países no disponían de Casa de Moneda y tuvieron que seguir funcionando
con los restos de la moneda colonial que circulaba por su territorio además de con
ODVPRQHGDVQXHYDVTXHVHIXHURQFUHDQGRHQSDtVHVYHFLQRV\D~QRWUDVGHQDFLRQHV
QRKLVSiQLFDVTXHOOHJDURQFRQHOFRPHUFLRH[WHULRU7RGRHOORJHQHUDEDLPSRUWDQWHV
GL¿FXOWDGHVHFRQyPLFDVHQDPSOLRVVHFWRUHVGHVXVVRFLHGDGHV(VWHIXHHOFDVRGH(O
6DOYDGRUTXHHQSULQFLSLRGHSHQGLyPRQHWDULDPHQWHGH*XDWHPDODSRUVXFRP~Q
KLVWRULDFRORQLDO\SRUODH[SHULHQFLDFRQMXQWDGHOD)HGHUDFLyQGH3URYLQFLDV8QL-
GDVGH$PpULFD&HQWUDO3HURDPHGLDGRVGHOVLJOR;,;\DFRPRSDtV
LQGHSHQGLHQWHTXHQRWHQtD&DVDGH0RQHGDVLJXLyXWLOL]DQGRODVDQWLJXDVPRQHGDV
PDFXTXLQDVDFXxDGDVHQGLIHUHQWHVFHFDVGHODFRORQLDPiVODVQXHYDVGHFRUGRQFL-
llo acuñadas en la Casa de Moneda de Guatemala y todas las demás que llegaban del
H[WUDQMHURSRUPHGLRGHXQFRPHUFLRH[WHULRUTXHDXQTXHOHQWDPHQWHFUHFtD2
76 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

/D PRQHGD PDFXTXLQD FRPR HV VDELGR HUD LUUHJXODU IiFLOPHQWH DOWHUDEOH
\IDOVL¿FDEOHPLHQWUDVTXHODUHGRQGDRGHFRUGRQFLOORRIUHFtDDODODUJDPD\RU
VHJXULGDGHQVXXVRDXQTXHWDPELpQVXIUtDGHVJDVWH\SRUORWDQWRSpUGLGDGHVX
SHVRHQSODWD/DVPiVKDELWXDOHVHUDQHOOODPDGRUHDOGHDRSHVRGHUHDOHV
TXHGHEtDSHVDUJUDPRVGHSODWDGHPLOpVLPRV\ODVPRQHGDVGHò
\óGHUHDOFRQSHVR\FRQWHQLGRGHSODWDSURSRUFLRQDOPHQWHPHQRUDODVTXHVH
VXPDEDQFXDUWLOORV\RFWDYRVGHUHDOGHFREUH$ODVTXHVHDFXxDURQGHVGHHOVLJOR
XVIII y que mostraban dos columnas en una de sus caras se las conocía como “co-
lumnarias”.3(QYDULDVRFDVLRQHV\VREUHWRGRGXUDQWHHOSHUtRGRGHOD)HGHUDFLyQ
algunas de las que se acuñaron en Guatemala tenían en la leyenda una referencia a
(O6DOYDGRU6DQ6DOYDGRUR6DQWD$QD*UDQGH4(VGHFLU(O6DOYDGRUIXQFLRQDED
FRQHOSHVRGHSODWDGHUHDOHVFRPRPRQHGDGHUHIHUHQFLDHQODFLUFXODFLyQQDFLR-
QDODGHPiVGHODVIUDFFLRQHVLQGLFDGDV\ORTXHRFXUULyIXHTXHDOQRGLVSRQHUHO
SDtVGHXQD&DVDGH0RQHGDWRGDVODVPRQHGDVFLUFXODQWHVVHIXHURQGHJUDGDQGR\
SHUGLHQGRSHVRFRQVXXVR\HOYROXPHQPRQHWDULRIXHKDFLpQGRVHPiVHVFDVRHQ
relación con el crecimiento de la actividad económica.53RURWUDSDUWHMXQWRDODV
PRQHGDVH[WUDQMHUDVTXHIXHURQOOHJDQGRDOSDtVFRQHOFRPHUFLRLQWHUQDFLRQDOFLU-
FXODEDQLJXDOPHQWHRWURVLQVWUXPHQWRVFRPRPHGLRVGHFDPELR$VtKDEtDSLH]DV
GHVGHOXHJRQRR¿FLDOHVGHPDWHULDOHVFRPRKLHUURFREUHRODWyQVREUHWRGRHQ
el interior de algunas haciendas.6$HOORKD\TXHDxDGLUHOXVRHQFLUFXLWRVUHODWL-
YDPHQWHOLPLWDGRVGHGRFXPHQWRVS~EOLFRVWDOHVFRPRYDOHV\ERQRVGHOJRELHUQR
que constituían el papel moneda que se tratará abajo.
La creciente incorporación al mercado internacional y el incremento de los
QHJRFLRVHQHOIUHQWHH[WHUQRGHODHFRQRPtDSHURWDPELpQHODXPHQWRGHODFRQV-
WUXFFLyQ\GHOFRPHUFLRODVFRQWUDWDFLRQHVGHWUDEDMDGRUHVORVJDVWRVGHODDGPL-
QLVWUDFLyQHOSDJRGHORVSUHFLRVGHORVDUWtFXORVGHFRQVXPRSRUODPD\RUtDGHOD
SREODFLyQHWFHQHOiPELWRHFRQyPLFRLQWHUQRVXFHGtDQHQXQSDtVTXHQRWHQtD
moneda propia. Esta realidad tenía consecuencias que algunos vivían como un pro-
EOHPD\RWURVFRPRXQJUDQQHJRFLRTXHIRUPDEDSDUWHGHODPSOLRSURFHVRGHDXJH
de una nueva oligarquía que se estaba formando en el país.
La sociedad salvadoreña incluía a mediados del siglo XIX amplios espacios
de población campesina en numerosos cantones y valles que funcionaba casi al
PDUJHQGHODHFRQRPtDPRQHWDULDSHURTXHHQSURSRUFLRQHVFDGDYH]PD\RUHVVH
veía forzada a vincularse a una agricultura comercial en expansión. Un indicio de
HOORHUDSRUHMHPSORHODOWRSRUFHQWDMHGHYDURQHVTXHVHGHFODUDEDQMRUQDOHURV
DWLHPSRSDUFLDORFRPSOHWR9HU&DStWXOR$SHVDUGHODGHELOLGDGGHORVGDWRV
HVWDGtVWLFRV VH FRQRFH TXH OD SREODFLyQ FDPSHVLQD \ ORV SHTXHxRV SURSLHWDULRV
IXHURQVLHQGRLQFRUSRUDGRVDODHFRQRPtDPRQHWDULDSRUYDULRVPHFDQLVPRVXQR
GH ORV FXDOHV HUD HO GH ODV OODPDGDV KDELOLWDFLRQHV HV GHFLU DGHODQWRV HQ GLQHUR
SDUDFRPSURPHWHUVXIXHU]DGHWUDEDMRDWLHPSRSDUFLDORWRWDOHQODDJULFXOWXUDHO
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 77

transporte u otras actividades vinculadas sobre todo al mundo agrario. Esta era una
de las vías para convertirse en jornaleros y de entrar en relación –si no lo estaban
DQWHV± FRQ OD HFRQRPtD PRQHWDULD 3HUR HQ JHQHUDO OD PD\RUtD GH OD SREODFLyQ
vivía en contacto con y dependía del uso de la moneda para su vida diaria en mayor
o menor medida y los problemas con que se enfrentaba eran básicamente que la
moneda escaseaba y que la que había era muy heterogénea.
&RQVLGHUDQGRDKRUDVyORHOFLUFXODQWHDFXxDGRODGLYHUVLGDGPRQHWDULDIXH
FUHFLHQGRPX\SURQWRFRQVHJXULGDGGHVGH¿QHVGHOSHUtRGRFRORQLDO\IXHGDQGR
RULJHQDLPSRUWDQWHVGL¿FXOWDGHVHQHOPHUFDGRSRUODVGLIHUHQFLDVHQHOFRQWHQLGR
GHRURRSODWDHQWUHHOODVDVtFRPRSRUVXGLVWLQWDHVWLPDFLyQHQWUHHOS~EOLFR$
ODYLVWDGHHVWHSUREOHPD\DHQFXDQGRWRGDYtDQRVHKDEtDIUDJPHQWDGROD
)HGHUDFLyQGH3URYLQFLDV8QLGDVGH&HQWURDPpULFDVXJRELHUQRSXEOLFyXQDWDEOD
GHHTXLYDOHQFLDVGHDOJXQDVGHODVPRQHGDVTXHFLUFXODEDQSRUHOSDtV9HU$QH[R
7(OFRQWHQLGRGHODWDEODHVFLHUWDPHQWHSUROLMRDXQTXHQRH[KDXVWLYRSRUTXHQR
incluye muchas monedas fraccionarias de algunas de las unidades referidas que se
VDEHTXHFLUFXODEDQFRPRODVIUDFFLRQHVPHQRUHVGHGyODURODVPRQHGDVFROXPQD-
ULDVGHRULJHQHVSDxROGH\UHDOHVSRUHMHPSOR(QWRGRFDVRODFRPSOHMLGDGGH
los cambios entre las distintas monedas da idea de los problemas que debía generar
en la economía la existencia de una diversidad tal.8 Es interesante destacar que el
cambio de todas las monedas descritas se hacía con referencia al franco francés y
VyORDO¿QDOGHODWDEODHQXQDQRWDDOSLHVHPRVWUDEDODHTXLYDOHQFLDHQWUHODV
monedas de franco y la “moneda nuestra” que eran el peso y los reales guatemal-
tecos. De hecho el franco era una moneda no inusual en algunas transacciones co-
merciales con una equivalencia de 5 francos y 33 céntimos por peso. Es importante
OODPDUODDWHQFLyQVREUHHVWRVFpQWLPRVSRUTXHHQSRFRVDxRVFRPRVHYHUiVH
SURGXMRR¿FLDOPHQWHXQUHGRQGHRHQHOFDPELRGHSHVRSRUIUDQFRVHQXQDGH
las operaciones perjudiciales para los tenedores de pesos y reales que tuvieron lugar
en el sistema monetario del país durante esta época.
Es probable que la mayor parte de las monedas de la tabla tuvieran una escasa
FLUFXODFLyQHQ(O6DOYDGRUSHURGHWRGDVIRUPDVUHVXOWDLQLPDJLQDEOHTXHODVSHU-
sonas fuesen con la tabla en la mano a comprar o vender diariamente en caso de que
DSDUHFLHUDDOJXQDGHODVPRQHGDVGHHVFDVDFLUFXODFLyQSHVHDORFXDOVXVYDORUHV
\HTXLYDOHQFLDVVHPDQWXYLHURQR¿FLDOPHQWHYLJHQWHVGXUDQWHDxRV(QWRGRFDVR
se puede pensar que en la vida diaria los cambios de monedas o el valor con que
eran aceptadas en las transacciones de escasa cuantía no siempre se ajustarían a los
establecidos en la tabla.
Aun con la existencia de la tabla y el interés del gobierno en poner algún
RUGHQHQORTXHHUDXQJUDQGHVDUUHJORODVGXGDV\ODVYDULDFLRQHVTXHFDXVDEDQOD
FLUFXODFLyQ\ORVFDPELRVPRQHWDULRVHUDQDEXQGDQWHV8QHMHPSORGHHVWDVGL¿FXO-
tades lo plantearon las monedas de Estados Unidos precisamente cuando su circu-
78 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

lación comenzó a ser más frecuente a raíz del impulso del comercio con aquel país
JHQHUDGRSRUHORURGH&DOLIRUQLD$VtDXQTXHODWDEODGHLQFOXtDHOFDPELR
GHOGyODUYHLQWHDxRVPiVWDUGHHQHOJRELHUQRVDOYDGRUHxRGHOSUHVLGHQWH
'RURWHR9DVFRQFHORVVLHQGRPLQLVWURGH+DFLHQGD)UDQFLVFR'XHxDVWXYRTXHGH-
FUHWDUTXHOD7HVRUHUtD*HQHUDOODVDGXDQDV\ODVDGPLQLVWUDFLRQHVGHDOFDEDODVGH
Estado tenían la obligación de recibir los dólares norteamericanos y sus fracciones
iJXLODVPHGLDViJXLODV\FXDUWRVGHiJXLOD\KDFHUFXPSOLUVXOLEUHFLUFXODFLyQ
DVHJXUDQGRTXHHUDQGHEXHQDOH\\SHVRHQYLVWDGHODVUHVLVWHQFLDVTXHVHSURGX-
cían en la recepción de dichas monedas.9
1RREVWDQWHSRFRGHVSXpVOD7HVRUHUtD*HQHUDOYROYLyDLQIRUPDUDOJRELHUQR
sobre la variación de los cambios con que se estimaban las monedas norteamerica-
QDVUHFLELpQGRODVDOJXQDVSHUVRQDVSRUVXYDORUSHURQHJiQGRVHRWUDVDWRPDUODV
VLQRHUDSRUPHQRVORTXHRIUHFtDLQFRQYHQLHQWHVDOFRPHUFLR\GL¿FXOWDGHVDORV
DGPLQLVWUDGRUHVGHUHQWDVHQVXUHFLER\HQWUHJD3RUHOORVHVROLFLWDEDTXHVHGLF-
tara una medida que uniformara su curso. El gobierno ordenó realizar los ensayos
GHSHVR\OH\GHGLFKDVPRQHGDVGDQGRFRPRUHVXOWDGRTXHHOGyODUR³SHVRQRU-
teamericano de 100 centavos” era en todo correspondiente al peso de 8 reales de la
³PRQHGDQDFLRQDO´TXHHOPHGLRGyODUR³SHVHWDGHFHQWDYRV´FRUUHVSRQGtD
perfectamente a 4 reales de misma moneda nacional; que la norteamericana de 25
cts era igual que los 2 rs de la nacional; que el dime norteamericano era igual a 3/4
GHUHDO\XQDSHTXHxDIUDFFLyQPiV\TXHHOPHGLRdime de 5 cts correspondía a 3/8
GHUHDOFRQRWUDIUDFFLyQPiVLJXDOPHQWHSHTXHxD3RUHOORVHDFRUGyTXHQRKDEtD
inconveniente en que las tres primeras corrieran por sus equivalentes y que a las
GRV~OWLPDVSDUDTXHWXYLHUDQXQFXUVRJHQHUDOTXHQRRIUHFLHUDSpUGLGDDTXLHQODV
UHFLELHVHVHUtDQHFHVDULRGDUOHVXQYDORUTXHVHDSUR[LPDUD\QREDMDUDGHODVPR-
QHGDVQDFLRQDOHVHVGHFLUHOdime por tres cuartillos de real y los dos medios dimes
por los mismos tres cuartillos.103HURODVROXFLyQGDGDDODVIUDFFLRQHVPHQRUHVHUD
VLPSOHPHQWHDSUR[LPDGDHLPSUHFLVDVREUHYDORUDQGRDXQTXHHQSHTXHxDVFDQWL-
GDGHVODVPRQHGDVQRUWHDPHULFDQDVORTXHDOWHUDEDORVFDPELRV\SHUMXGLFDEDD
TXLHQHVWHQtDQTXHUHFLELUODV(OORUHÀHMDTXHLQFOXVRODDGPLQLVWUDFLyQDVXPtD\
consagraba el desorden monetario en el que vivía la sociedad.
6LQ HPEDUJR DO DxR VLJXLHQWH HO JRELHUQR VH YLR REOLJDGR D UHLWHUDU GLFKD
REOLJDFLyQDSHWLFLyQGHODVR¿FLQDVGH+DFLHQGDGHO(VWDGR(VWDYH]VHUHIHUtD
HVSHFt¿FDPHQWH D ORV GyODUHV DFXxDGRV HQ &DOLIRUQLD JDUDQWL]DQGR TXH HUDQ GHO
PLVPRWLSRYDORU\SHVRTXHORVDFXxDGRVHQHO(VWHGHORV(VWDGRV8QLGRVSDUD
TXHUHFLELHUDQGLFKDPRQHGDHKLFLHUDQFRQHOODORVSDJRVFRUUHVSRQGLHQWHVGDGRV
los perjuicios que estaban sufriendo los negocios por la resistencia a recibirlos.11
(OFDVRLQWHUHVDSRUTXHUHÀHMDODYDULDFLyQHLPSUHYLVLyQDTXHHVWDEDVRPHWLGRHO
PHUFDGRPRQHWDULRWDQWRDHVFDODQDFLRQDOFRPRLQWHUQDFLRQDO\WDPELpQSRUTXH
HYLGHQFLDODVDFWLWXGHVGLVFUHFLRQDOHVQRVyORGHOS~EOLFRVLQRWDPELpQGHR¿FLQDV
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 79

GHO(VWDGRDQWHODDSDULFLyQGHQXHYDVPRQHGDV)LQDOPHQWHUHÀHMDDVLPLVPRHO
tipo de soluciones imprecisas y perjudiciales para algunas de las partes que ac-
WXDEDQHQFDPELRVGHPRQHGDVORTXHVyORKDFtDDOLPHQWDUODLQVHJXULGDGHQODV
RSHUDFLRQHV(VWDLQVHJXULGDGFRQODFRQVLJXLHQWHGHVFRQ¿DQ]DWHQtDTXHYHUFRQ
la diversidad de pesos y valores de las monedas y las alimentaba el hecho de que
ORVFDPELRVTXHVHSUDFWLFDEDQHQWUHDOJXQDVGHHOODVYDULDEDQFRQHOWLHPSR$Vt
en 1849 en California la relación del dólar norteamericano con la libra esterlina
HUD GH  \ SRFR GHVSXpV HQ  HQ XQRV FiOFXORV R¿FLDOHV GH ORV FRVWHV GH
FRQVWUXFFLyQGHXQSXHQWHVREUHHOUtR/HPSDHQ(O6DOYDGRUVHHVWLPDEDTXHHO
cambio del peso “nacional” con la libra era igualmente de 5:1.123RUXQODGRHVWR
PRVWUDEDTXHODUHODFLyQHQWUHHOSHVR\HOGyODUHVWDEDDODSDUSHURSRURWURSRQtD
HQHYLGHQFLDTXHHOFDPELRFRQODOLEUDVHKDEtDPRGL¿FDGRFRQUHVSHFWRD
FXDQGRVHHVWDEOHFLyHQ13
$GHPiVGHODYDULHGDGPRQHWDULDODIDOWDGHXQUHIHUHQWHQDFLRQDOSURSLRDX-
mentaba los problemas con distintas consecuencias económicas y efectos sociales
GHVLJXDOHV(QSULQFLSLRODGL¿FXOWDGGHODVHTXLYDOHQFLDV\ORVFDPELRVLPSOLFDED
LQFHUWLGXPEUHHLQVHJXULGDGHQFXDOTXLHULQWHUFDPELRFRPHUFLDO3HURHVWRVSUR-
EOHPDVHUDQVXIULGRVHQPD\RUPHGLGDRDYHFHVH[FOXVLYDPHQWHSRUODSDUWHPiV
GpELOHQXQDWUDQVDFFLyQRXQFRQWUDWRPLHQWUDVTXHTXLHQHVWDEDHQSRVLFLyQGH
IXHU]DHQXQWUDWRSRGtDH[LJLUGHWHUPLQDGRWLSRGHPRQHGDRGHFDPELRFRPR\D
VHKDYLVWRHQHOHMHPSORGHOGyODU(VWREHQH¿FLDEDVLQGXGDDODSDUWHIXHUWHTXH
JDUDQWL]DEDVXVEHQH¿FLRV\REOLJDEDDODSDUWHGpELODKDFHUHVIXHU]RVSDUDFRQVH-
JXLUODPRQHGDH[LJLGDSDUDSDJDURDDFHSWDUXQFDPELRDODEDMD'LFKRHQRWURV
WpUPLQRV HO XVR GHO VLVWHPD PRQHWDULR H[LVWHQWH FUHDED HQ Vt PLVPR SUREOHPDV
REMHWLYRVSHURHUDXWLOL]DGRDGHPiVFRPRXQLQVWUXPHQWRGHSRGHU\SUHVLyQSRU
parte de las personas que ocupaban posiciones dominantes en las relaciones socia-
les para reforzar su situación y ensanchar la brecha que existía en dichas relaciones.
Estas diferencias sociales y la posición de fuerza que podía poner de mani-
¿HVWRODSDUWHGRPLQDQWHHQXQDUHODFLyQFRQWUDFWXDOHQHOSODQRPRQHWDULRVHUHÀH-
jaban claramente en la devolución de créditos de los que frecuentemente concedían
ORVJUDQGHVFRPHUFLDQWHVRSURSLHWDULRVDSHUVRQDVGHHVFDVRVUHFXUVRVRHQGL¿FXO-
tades económicas. En estos casos los prestamistas exigían en qué tipo de moneda
TXHUtDQODGHYROXFLyQGHOFUpGLWRRHQVXGHIHFWRLPSRQtDQHOWLSRGHFDPELRTXH
deseaban.14 (VWDVLWXDFLyQVHDJUDYDEDDFDXVDGHODFRQÀXHQFLDGHWUHVIDFWRUHV
HQHOSDtVFUHFLHQWHPHUFDQWLOL]DFLyQGHODHFRQRPtDHVFDVH]GHPRQHGD\JUDQ
YROXPHQGHSREODFLyQFRQFRUWDFDSDFLGDGSURGXFWLYDGHVWLQDGDDOPHUFDGRORTXH
GDEDFRPRFRQVHFXHQFLDXQDIDOWDGHOLTXLGH]\GHULYDGRGHHOORXQDQHFHVLGDG
de crédito generalizada. El crédito se extendía en El Salvador a todo lo largo de la
estructura social y en cualquier magnitud: desde pequeñas cantidades para el con-
80 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

VXPRSULYDGRGHSREODFLyQKXPLOGHDOFUpGLWRDODSURGXFFLyQDJUDULDRDOFUpGLWR
de alto volumen para operaciones mercantiles a gran escala.
2WURSUREOHPDUHODFLRQDGRFRQORVIDFWRUHVPHQFLRQDGRVSHURVREUHWRGR
con las desigualdades sociales y con la creciente mercantilización de la economía
HUDHOGHODIDOVL¿FDFLyQGHPRQHGDV/DVFRQGLFLRQHVPHQFLRQDGDVDEUtDQODSRVL-
bilidad de hacer negocios en el sistema monetario de una sociedad en la que había
muchas personas poco familiarizadas con algunas de las monedas en circulación
\FRQGHVFRQ¿DQ]DFRQUHVSHFWRDPXFKDVGHODVKDELWXDOHVTXHHVWDEDQPX\GHV-
JDVWDGDVSRUHOXVR7RGRHOORIDFLOLWDEDODVRSHUDFLRQHVGHIDOVL¿FDFLyQTXHHUDQ
IUHFXHQWHV\HQHVSLUDODxDGtDRWUDFXRWDGHLQFHUWLGXPEUHHQHVWHFDVRQR\DVR-
EUHHOYDORUGHODVPRQHGDVVLQRVREUHVXOHJDOLGDGTXHDVXYH]LQFUHPHQWDEDOD
dureza de quienes ostentaban la posición dominante en los negocios para garantizar
los cobros en moneda segura.
/DIDOVL¿FDFLyQGHPRQHGDKDVLGRXQIHQyPHQRKLVWyULFRTXHFRQWLQ~DHQOD
actualidad y en el caso de la Federación centroamericana ya en 1824 existían penas
FRQWUD ORV IDOVL¿FDGRUHV GH PRQHGDV15 'LH] DxRV GHVSXpV HQ  HO JRELHUQR
IHGHUDODSUREyXQGHFUHWRHQHOTXHHQWUHRWUDVFRVDVVHSURKLEtDODFLUFXODFLyQ
GHPRQHGDVGHFREUHHVWDxRKLHUURODWyQHWFVDOYRODVGHRUR\SODWD(OPLVPR
GHFUHWRHVWDEOHFtDTXHHQODVR¿FLQDVGH+DFLHQGDRHQMX]JDGRVVHSDUWLUtDQSRUOD
mitad aquéllas monedas que fuesen falsas y con las que se realizara algún pago; es
curioso que la fractura de las monedas se haría después de concretado el pago y las
SLH]DVVHGHYROYHUtDQDOSDJDGRUORTXHLPSOLFDEDODDVXQFLyQGHVXEXHQDIH6LSRU
HUURUVHSDUWLHVHDOJXQDPRQHGDDXWpQWLFD+DFLHQGDGHYROYHUtDVXYDORUDOLQWHUH-
VDGR\SDUDOOHYDUDFDERHVWDVRSHUDFLRQHVHQORVMX]JDGRVGH,QVWDQFLD\HQODV
FDEHFHUDVGHGHSDUWDPHQWRRGHGLVWULWRKDEUtDXQSODWHURFRQVXHOGRQRVXSHULRUD
SVPHV3RU~OWLPRORVJREHUQDGRUHVMXHFHV\DOFDOGHVFRQVWLWXFLRQDOHVWHQtDQOD
REOLJDFLyQGHSHUVHJXLUDIDOVL¿FDGRUHVHLQWURGXFWRUHVGHPRQHGDIDOVD\VLGLFKDV
autoridades no cumplieran con su obligación podrían ser multados con cantidades
HQWUH\SV\VHUHFRPSHQVDUtDFRQSVDGHQXQFLDQWHVGHFDVRVFLHUWRV16
3HURDSHVDUGHHVWDOHJLVODFLyQFRQWUDIDOVL¿FDFLRQHVYHLQWHDxRVPiVWDUGH
ODVLWXDFLyQQRSDUHFtDKDEHUPHMRUDGR(QPD\RGHFRQHOJRELHUQRWUDVOD-
dado a Cojutepeque como consecuencia del gran terremoto que había afectado a
6DQ6DOYDGRUHOPHVDQWHULRUODVDXWRULGDGHVVHKDFtDQHFRGHODVGL¿FXOWDGHVTXH
H[LVWtDQHQODVFRPSUDV\YHQWDVDOSRUPHQRUHLQFOXVRHQORVSDJRVHQODVDGPL-
QLVWUDFLRQHVGHUHQWDVGHO(VWDGRDFDXVDGHODUHVLVWHQFLDGHDOJXQDVSHUVRQDVD
UHFLELUPRQHGDVOHJtWLPDVPLHQWUDVTXHRWUDVIDOVDVFLUFXODEDQFRQQRUPDOLGDGHQ
PHGLRGHXQDJUDQLQVHJXULGDGPRQHWDULDSRUVXDXWHQWLFLGDG3RUHOORHOJRELHUQR
GHFLGLyUHLWHUDUHOUHIHULGRGHFUHWRGHSHVHDORFXDOHOSUREOHPDGHODIDOVL¿-
cación monetaria no desaparecería de la vida económica del país.17
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 81

$xDGLGR D OR DQWHULRU \ SHVH D OD YDULHGDG GH PRQHGDV HQ FLUFXODFLyQ OD
moneda seguía escaseando. La escasez de numerario no era homogénea social ni
WHPSRUDOPHQWH3RUXQDSDUWHFRPRHUDOyJLFRODPRQHGDHVFDVHDEDPiVHQPR-
PHQWRVGHPD\RULQWHQVLGDGHQORVQHJRFLRVFRPRHUDQODVGLYHUVDVIHULDVFRPHU-
FLDOHVTXHVHFHOHEUDEDQDORODUJRGHODxRHQGLIHUHQWHVORFDOLGDGHVGHOSDtV3RU
RWURODGRORVVHFWRUHVVRFLDOHVSRSXODUHVHUDQSRUORJHQHUDOORVTXHGLVSRQtDQGH
menor cantidad de numerario. Muy diferente era lo que sucedía con los grandes
propietarios y comerciantes en cuyos ámbitos la moneda se utilizaba incluso para
RUQDWRHQFHOHEUDFLRQHVS~EOLFDVORTXHUHÀHMDEDODVSURIXQGDVGLIHUHQFLDVVRFLDOHV
GHOSDtV$VtHQXQDYLVLWDTXHHORELVSRGH6DQ6DOYDGRUHVWDEDUHDOL]DQGRDGLYHU-
VDVORFDOLGDGHVGH2FFLGHQWHHQIHEUHURGHHOJREHUQDGRUGHOGHSDUWDPHQWR\
las autoridades municipales de Santa Ana le ofrecieron en esta ciudad un “suntuoso
EDQTXHWH´DFX\R¿QOHRIUHQGDURQHOUDPRTXHKDEtDDGRUQDGRODPHVD³WRGRGH
ÀRUHVGHRUR\GHPRQHGDVWDPELpQGHRURGHWRGRVWDPDxRV\FXxRVQDFLRQDOHV\
extranjeros”.18 Occidente estaba comenzando su despegue económico sobre la base
GHOFXOWLYRGHOFDIp(VWDGLVSRQLELOLGDGGHPRQHGDVGHRURHUDPXHVWUDGHHOOR\
DOPLVPRWLHPSRXQDODUGHGHORVJUXSRVGHSRGHUGH6DQWD$QDTXHSRUHQWRQFHV
pretendía constituirse en departamento separado del de Sonsonate.
(QWDOHVFRQGLFLRQHV\FRQODOH\GH*UHVKDPIXQFLRQDQGRD¿QHVGHDEULOGH
1855 la moneda había seguido escaseando tanto que apenas había para las transac-
ciones comerciales y había tanta falsa TXHVXXVRVHKDFtDPX\HPEDUD]RVRKDVWDHO
SXQWRTXHPXFKDVSHUVRQDVSRUGHVFRQ¿DQ]DUHFKD]DEDQLQFOXVRDTXHOODVSLH]DV
que era evidente que eran de buena calidad. En tiendas y plazas se producían largas
GLVSXWDV\VHUHFKD]DEDWDORFXDOPRQHGDVLQOH\QLUHJODVLQRVyORSRUHOFDSULFKR
de quien no quería recibirla. La compra y venta al por menor era muy difícil y se
SHUGtD WLHPSR HQ FRQWDU R GHYROYHU ODV SLH]DV TXH PXFKDV YHFHV VH FODVL¿FDEDQ
DUELWUDULDPHQWHSRUPDODV/DJUDYHGDGGHOSUREOHPDTXHDIHFWDEDTXL]iPiVJUD-
YHPHQWHDOSHTXHxRFRPHUFLRVHJXtDH[LJLHQGRODLQWHUYHQFLyQGHODVDXWRULGDGHV
aunque ya había leyes sobre la materia.19
3HURQRHUDVyORHOVHFWRUSULYDGRHODIHFWDGRSRUORVSUREOHPDVPRQHWDULRV
VLQRTXHFRPR\DVHKDEtDPDQLIHVWDGRHQRFDVLRQHVDQWHULRUHVOD+DFLHQGDGHO
(VWDGR WDPELpQ VXIUtD VHULDPHQWH VXV FRQVHFXHQFLDV 3RU HVR DQWH ODV GXGDV GH
los administradores de rentas en relación con monedas muy gastadas y cuando el
problema de la falta de una moneda nacional fue agudizándose con el aumento
GHOYROXPHQGHORVQHJRFLRVHQHOSDtVHQHOJRELHUQRGHOSUHVLGHQWH5DIDHO
Campo decidió volver a publicar la tabla de cambios aprobada en 1830 para insistir
HQVXFXPSOLPLHQWR3UREDEOHPHQWHDOJXQDVHTXLYDOHQFLDVGHODWDEODQRHUDQ\D
del todo útiles ni precisas y su reproducción en 1856 sólo puede interpretarse por la
incapacidad del gobierno en aquellas fechas para ofrecer un instrumento mejor que
DTXpOSRUIDOWDGHLQIRUPDFLyQ\DQiOLVLVVX¿FLHQWH\VREUHWRGRSRUIDOWDGHXQD
82 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

PRQHGDQDFLRQDO\XQD&DVDGH0RQHGDORTXHQRHUDXQDFLUFXQVWDQFLDFDVXDO20 Y
es que aunque los sectores oligárquicos instalados en la Asamblea Nacional habían
DXWRUL]DGRIRUPDOPHQWHODFUHDFLyQGHXQD&DVDGH0RQHGDORVLQWHUHVHVGHORV
HPSUHVDULRVPLQHURVORVIDYRUHVTXHOHVRWRUJDEDHOJRELHUQR\HQRWUDVRFDVLRQHV
DXQVLHQGRFRQWUDGLFWRULRORVLQWHUHVHVGHORVSURSLRVFRPHUFLDQWHVUHSUHVHQWDGRV
en la misma Asamblea harían imposible la fundación de una ceca durante años por-
TXHHQVXPDORTXHSXGLHUDFRQVLGHUDUVHHOSUREOHPDGHODPRQHGDHQ(O6DOYDGRU
se convertía en un negocio para comerciantes y prestamistas.
Como parece lógico la idea de crear una Casa de Moneda en El Salvador
KDEtDVXUJLGRSURQWR(QGXUDQWHHOJRELHUQRGH'9DVFRQFHORVWHQLHQGRHQ
cuenta que el establecimiento de un cuño en el que se podría acuñar el oro y la plata
TXHVHH[WUDtDQGHODVPLQDVGHOSDtVVREUHWRGRHQ6DQ0LJXHOWUDHUtDPXFKDV
YHQWDMDV D OD SREODFLyQ \ DOLYLDUtD OD HVFDVH] GH QXPHUDULR VH DQXQFLDED TXH OD
Asamblea General había autorizado al Ejecutivo para que ajustara tal negocio con
empresarios a los que se les podría conceder privilegios compatibles con el interés
de las empresas.21
$ODxRVLJXLHQWHODRSHUDFLyQQRVHKDEtDFRQFUHWDGRHOJRELHUQRVHKDOODEDD
la espera de propuestas y decidió repetir el mismo anuncio sobre la conveniencia de
disponer de un cuño.223RUODVPLVPDVIHFKDVHQTXHVHLQVLVWtDHQHOORDXPHQWDED
el número de empresarios mineros en el país produciendo “cantidad sorprendente”
GHSODWD\RUR\DGHPiVHVWDEDOOHJDQGRRURGH&DOLIRUQLDTXHQRVHSRGtDDFXxDU
por no hallarse establecida una ceca. El gobierno volvió a convocar a empresarios
y animó a las personas que quisieran hacerse cargo de la empresa para que hicie-
UDQVXVSURSXHVWDVHVWDQGRGLVSXHVWRDDGPLWLUODV³FRQFLOLDQGRODVXWLOLGDGHVTXH
produjera la empresa con los intereses del Estado”.23 A falta de llegar a un acuerdo
FRQORVPLQHURVHOGHIHEUHURGHDORVSRFRVGtDVGHKDEHUWRPDGRSRVH-
VLyQFRPRQXHYRSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD±WUDVODGLPLVLyQGHOSUHVLGHQWH9DV-
FRQFHORV±)UDQFLVFR'XHxDVDSUREyHOHVWDEOHFLPLHQWRGHXQQXHYRLPSXHVWRGH
exportación de cuatro reales por quintal de brozas minerales extraídas del país. Esta
PHGLGD¿VFDOQRUHVROYtDGHVGHOXHJRHOSUREOHPDGHODPRQHGDQLGHODFUHDFLyQ
GHXQD&DVDGH0RQHGDSHURDOPHQRVSHUPLWtDDO(VWDGRDSURYHFKDUHQDOJROD
producción metálica nacional.24
6LQHPEDUJRPHQRVGHWUHVPHVHVGHVSXpVHQMXQLRGHGLFKRDxR'XHxDV
dio marcha atrás en su decisión y anuló el impuesto establecido en febrero. Ahora
Dueñas consideraba que el derecho de cuatro reales por quintal sobre las brozas
H[SRUWDGDVKDEtDFDXVDGRODSDUDOL]DFLyQGHPXFKDSDUWHGHORVWUDEDMRVGHPLQHUtD
HVSHFLDOPHQWHHQDTXHOODVSHUVRQDVTXHSRUFDUHFHUGHFDSLWDOVX¿FLHQWHQRWHQtDQ
ODVPiTXLQDVQHFHVDULDVSDUDODH[SORWDFLyQ3RUHOOR\³SDUDIDYRUHFHUHVWHQDFLHQ-
WHUDPRGHULTXH]DGHO(VWDGR´±RPHMRUGHEHUtDKDEHUGLFKRSDUDIDYRUHFHUDORV
PLQHURV\DVXVJDQDQFLDV\QRDO(VWDGR±VXVSHQGLyHOGHFUHWRGHGHIHEUHUR25
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 83

(VFODURTXHHVWDGHFLVLyQQRVHMXVWL¿FDEDSRUODEXHQDVLWXDFLyQGHOD+DFLHQGD
QDFLRQDOTXHDUUDVWUDEDXQLPSRUWDQWHGp¿FLW¿VFDO\XQDJUDQGHXGDS~EOLFDWDQWR
LQWHUQD FRPR H[WHUQD VLQR SRU ORV LQWHUHVHV GH ORV HPSUHVDULRV PLQHURV SRU OR
que cabe sospechar de la existencia de vínculos de algunos de ellos con miembros
GHOJRELHUQRRGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO3RUORGHPiVHQHOWHUUHQRPRQHWDULROD
SROtWLFDHUDFODUDPHQWHHUUiWLFD(VGHFLUQRVyORQRVHKDEtDFUHDGRXQFXxRQL
VHKDEtDOOHJDGRDQLQJ~QDFXHUGRFRQQLQJ~QHPSUHVDULRTXHDFXxDUDVLQRTXHHO
mineral salía del país libre de impuestos.
A comienzos de 1853 se anunció de nuevo el establecimiento de una Casa de
Moneda para producir moneda nacional en lo que ya parecía una frivolidad política
por parte de Dueñas.26 El anuncio se concretó en abril de dicho año con ocasión de
ODFRQWUDWDTXHHOJRELHUQR¿UPyFRQHOHPSUHVDULR-XDQ$QWRQLR*RQ]iOH]SDUD
PHMRUDUODVLQVWDODFLRQHVGHOSXHUWRGH/D/LEHUWDG$GHPiVGHODREUD*RQ]iOH]VH
comprometió a facilitar al gobierno un “cuño completo para acuñar monedas de oro
y de plata” pudiéndose amonedarse en él 300 piezas por hora.27 Naturalmente esto
era contradictorio con la medida que se acababa de aprobar liberalizando las ex-
portaciones de mineral porque la creación de la Casa obligaba de nuevo a tratar de
ORJUDUXQDFXHUGRFRQORVPLQHURVSDUDTXHIDFLOLWDUDQSODWDSHURDKRUDORVPLQHURV
extraían la plata sin impuestos y la negociaban en el extranjero probablemente en
mejores condiciones de las que pudiera ofrecerles el gobierno. Haber mantenido los
derechos de exportación podía haber sido un instrumento en manos del gobierno
para negociar pero ahora no lo tenía. Era una política de bandazos. No se sabe si
*RQ]iOH]IDFLOLWyHOFXxRDOJRELHUQRSHURHVVHJXURTXHQRVHDFXxDURQPRQHGDV
en el país en estos años con lo que se volvió a frustrar la posibilidad de que el país
tuviera una moneda propia.
/DFXHVWLyQHV¢SRUTXp"3RUXQDSDUWHFLHUWDPHQWHFUHDUXQD&DVDGH0R-
neda era una operación económica importante y podía plantear problemas de via-
ELOLGDGSDUDXQFRQFHVLRQDULRTXHODRSHUDVHSHURTXHGDODGXGDGHVLQRKDEUtD
además alguna otra razón que explicase el hecho de que no se emprendiera.28 Quizá
QRHVODUHVSXHVWDFRPSOHWDSHURHVVLJQL¿FDWLYRTXHORVJRELHUQRVVLJXLHUDQIDFL-
litando los negocios de los mineros mientras que no consta ningún esfuerzo para
conseguir la acuñación de monedas nacionales. En marzo de 1854 el presidente
-RVp0DUtD6DQ0DUWtQWHQLHQGRHQFXHQWDODHVSHFLDOSURWHFFLyQTXHQHFHVLWDEDOD
H[SORWDFLyQPLQHUDSDUDTXHVHJHQHUDOL]DUDSRUHOSDtVDFRUGyYHQGHUDORVGXHxRV
y empresarios de minas de oro y plata la pólvora que necesitasen para sus trabajos
DSUHFLRGHFRVWRHQODVDGPLQLVWUDFLRQHVGHO(VWDGRLJXDOPHQWHGHFLGLyH[LPLUGHO
SDJRGHOIRQGRGH%HQH¿FHQFLDDORVWUDEDMDGRUHVTXHGHPRVWUDVHQHVWDUKDELWXDO-
PHQWHHPSOHDGRVHQHOODERUHRGHPLQDV\SRU¿QDFRUGyTXHORVJREHUQDGRUHVVH
preocuparan de que los alcaldes respectivos facilitasen sin demora los trabajado-
UHVTXHOHVSLGLHUDQORVGXHxRVGHPLQDVSDJiQGROHVpVWRVORVMRUQDOHVHVWDEOHFL-
84 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

dos “por costumbre”.29 Se trataba de proporcionar toda la facilidad a los mineros:

SyOYRUDDOFRVWRH[HQFLyQGHOLPSXHVWRGHWUDEDMRDORVREUHURV\SRQHUDORV
alcaldes al servicio de los mineros para facilitarles la mano de obra que pidiesen.
(QRWUDVSDODEUDVIDFLOLWDUORVEHQH¿FLRVDODVHPSUHVDVPLQHUDV(YLGHQWHPHQWHHO
privilegiar de estos intereses no se compadecía con las necesidades que había que
cubrir para crear una Casa de Moneda. En lugar de procurar que la plata y el oro se
TXHGDVHQHQHOSDtVSDUDUHVROYHUXQSUREOHPDHFRQyPLFRJHQHUDOODVDXWRULGDGHV
del Estado dejaban claro su carácter de clase y ponían sus resortes al servicio de los
empresarios privados.
En 1859 se produjo un cambio político en el país y el general Gerardo Ba-
UULRVOOHJyDODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD30$OPLVPRWLHPSRTXHXQPLOLWDU%D-
rrios era un empresario privado como lo eran otros.316LQHPEDUJRFRPRSUHVLGHQWH
representó posiciones algo diferentes a las de otros antecesores y esto se notó en
algunas de sus decisiones en el terreno monetario. A la vista de los problemas exis-
WHQWHVFRQHOHVWLORLPSXOVLYRTXHOHHUDFDUDFWHUtVWLFR%DUULRVGHFLGLyDIURQWDUORV
con una propuesta novedosa como era promover la importación de moneda para fa-
FLOLWDUODVWUDQVDFFLRQHV\HYLWDUODVGL¿FXOWDGHVGHHIHFWXDUODVHQPRQHGDGHRURHQ
QHJRFLRVGHSHTXHxRYDORU3DUDHOORHVWDEOHFLyTXHHQODH[SRUWDFLyQGHODSODWDHQ
EDUUDTXHGDVHDODUELWULRHOH[SRUWDGRUSDJDUHOGHUHFKR¿MDGRSRUODOH\XREOLJDUVH
FRQ¿DQ]DDLQWURGXFLUHQOD5HS~EOLFDHQHOSOD]RGHVHLVPHVHVHOHTXLYDOHQWHGH
ODSODWDH[SRUWDGDHQPRQHGDGHOPLVPRPHWDO6LSDVDGRVORVVHLVPHVHVQRVH
KXELHUDHIHFWXDGRODLQWURGXFFLyQGHODPRQHGDHOFRPHUFLDQWHSDJDUtDHOGREOHGH
ODFDQWLGDGHQFXHVWLyQ(OYDORUGHOPDUFRJUVDSUR[LPDGDPHQWHVHFDOFXODED
HQWRQFHVDSHVRVXQSHVRGHEtDWHQHUJUVGHSODWDGHPP32
Evidentemente se trataba de una medida contraria a los intereses de los ope-
UDGRUHVGHOFRPHUFLRH[WHULRU\GHORVJUDQGHVSURSLHWDULRVGHOSDtVTXHPDQHMDEDQ
ODPRQHGDDVXDQWRMR\SRUHOFRQWUDULRDIDYRUGHXQDUHODWLYDQRUPDOL]DFLyQGHO
VLVWHPDPRQHWDULRQDFLRQDOORTXHDVXYH]HUDEHQH¿FLRVRSDUDORVVHFWRUHVSRSX-
lares. Eran actuaciones como ésta las que estaban haciendo de Gerardo Barrios un
presidente no del todo bien visto por amplios sectores del poder económico de El
6DOYDGRU3RURWURODGROODPDODDWHQFLyQHOXVRGHPRQHGDVGHRURHQRSHUDFLRQHV
GHSHTXHxDHQYHUJDGXUDORTXHFRQWULEXtDDODGHVLJXDOGDG\FRQVLJXLHQWHPHQWHD
la inseguridad y perjuicio en los cambios monetarios de la época a causa de la falta
de una unidad monetaria nacional. En noviembre de 1859 el conocido comerciante
GH 6DQ9LFHQWH 3LODU /DJRV GHQXQFLDED D XQ 0DQXHO /HEUyQ KDFHQGDGR SRU HO
URERGHXQUHORMTXHDVHJXUDEDTXHWHQtDHQYHQWDHQVXWLHQGD3RUVXSDUWH/HEUyQ
D¿UPDEDTXHORKDEtDFRPSUDGRDXQDFKtQHQ$SDVWHSHTXHSRUSV0iVDOOiGH
ORVFRPSOHMRVLQFLGHQWHVTXHJHQHUyODLQYHVWLJDFLyQGHOFDVRORTXHLQWHUHVDDTXt
HVFyPRKDEtDSDJDGR/HEUyQHOUHORM\ORKL]RHQ³PHGLDRQ]DGHRURGHPXxHFRV
XQDiJXLODGHDFLQFRSHVRVGRVHVFXGLWRVGHDVLHWHUHDOHVFDGDXQR\ORGHPiV
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 85

en doces y reales de plata”.33&RPRVHSXHGHFRPSUREDUHUDH[WUDRUGLQDULDODKH-

WHURJHQHLGDGGHODVPRQHGDVHQFLUFXODFLyQDOJXQDVGHODVFXDOHVVRQGLItFLOHVGH
reconocer.
Cualquiera que fuese el rigor con que aplicó el acuerdo sobe la exportación
GHSODWDHOKHFKRHVTXHODVLWXDFLyQPRQHWDULDQRPHMRUDED\ODPRQHGDGHSODWD
HVFDVHDEDSURJUHVLYDPHQWHGL¿FXOWDQGRODVWUDQVDFFLRQHVFRPHUFLDOHVFRQSHUMXL-
FLR WDQWR GHO S~EOLFR FRPR GHO HUDULR 3RU HVR HO SUHVLGHQWH %DUULRV DGRSWy RWUD
decisión inusual por entonces. Dado el hecho de que el país continuaba sin tener
XQD&DVDGH0RQHGD%DUULRVWXYRODLGHDGHHQFDUJDUDOD&DVDGH0RQHGDGH*XD-
WHPDODDFXxDUPRQHGDGHSODWD\GHRURFRQWLSRGH(O6DOYDGRUFRQFDUJRDOD5H-
S~EOLFDXWLOL]DQGRSDUDHOORORVPHWDOHVTXHVHH[WUDtDQGHODVPLQDVTXHHVWDEDQHQ
explotación del país y aprovechando el “generoso” ofrecimiento que había hecho
Guatemala en este sentido. Las monedas de oro que se acuñaban por entonces en
Guatemala conservaban la misma ley y peso que las que se acuñaban en el período
colonial y las de plata mantenían la misma ley pero “con pequeñísima disminución
HQHOSHVRHQWpUPLQRVTXHHVPHQRUDOLPSRUWHGHOSUHPLRTXHDFWXDOPHQWHSDJD
HO¿VFRSRUHOFDPELRGHORUR´ 34 Sin embargo este plan tenía al menos un proble-
ma que era tener que llegar a un acuerdo con una o más de las empresas mineras
TXHRSHUDEDQHQHOSDtV\HQWRGRFDVRQRVHWLHQHQQRWLFLDVGHTXHWDODUUHJORVH
KXELHUDQLVLTXLHUDLQWHQWDGRDVtFRPRWDPSRFRFRQVWDODH[LVWHQFLDGHPRQHGDV
acuñadas en estos años en Guatemala con el tipo de El Salvador.
(OWLHPSRWUDQVFXUUtDODDFWLYLGDGHFRQyPLFDVHJXtDFUHFLHQGR±\ODVGHV-
LJXDOGDGHVVRFLDOHVWDPELpQ±SHURHOSUREOHPDPRQHWDULRQRGLVPLQXtD(QHO
presidente Gerardo Barrios insistía en que los gobernadores departamentales cuida-
sen de que los alcaldes y demás autoridades exigieran el cumplimiento de las leyes
\DFXHUGRVVREUHFLUFXODFLyQPRQHWDULDGDGRTXHFRPRHUDPiVHVFDVDODPRQHGD
GHSODWDHQORVPHUFDGRVVHKDEtDJHQHUDOL]DGRHODEXVRGHUHKXVDUPRQHGDVH[DF-
tas en el peso y disminuir el valor el otras. Además se establecía la obligación de
UHFLELUORVIUDQFRVOHJtWLPRVSRUòUHDO\ODVPRQHGDVFROXPQDULDVGH\UHDOHV
SRUVXVYDORUHVQRPLQDOHVDXQTXHHVWXYLHUDQDOJRERUUDGDVODVFROXPQDV(QFDVR
FRQWUDULRVHPXOWDUtDFRQHOGXSORGHOYDORUUHKXVDGR\GHOPLVPRPRGRFRQODV
demás monedas incluidas en la tabla de 1830 reproducida en 1856.35(VWRVLJQL¿FD
TXH\DQLVLTXLHUD³PRQHGDVQDFLRQDOHV´GHFRUGRQFLOORHVGHFLUODVSURFHGHQWHVGH
ODFHFDGH*XDWHPDODRTXL]iGH0p[LFRHUDQUHFLELGDVSRUDOJXQDVSHUVRQDVSRU
su valor por el simple hecho de estar desgastadas.
Tres años más tarde la moneda seguía escaseando “algún tanto” incluso en el
SXMDQWH'HSDUWDPHQWRGH6DQWD$QDGRQGHSHVHDHOORODDJULFXOWXUDSUHVHQWDEDXQ
cuadro “encantador... las empresas toman cada día mayores proporciones... la in-
WURGXFFLyQGHQXHYDVPiTXLQDVODVDOLGDVHJXUDGHQXHVWURVIUXWRV\ODSURWHFFLyQ
ilustrada del Gobierno ofrece el provenir más lisonjero”. 36 Una vez más es claro
86 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

TXHODHVFDVH]GHQXPHUDULRQRHUDJHQHUDOVLQRVHOHFWLYD\DTXHORVDJULFXOWRUHV
IXHUWHVFRPRORVTXHHVWDEDQLPSXOVDQGRHOFDIpHQHOGLVWULWRGH6DQWD$QDWHQtDQ
OLTXLGH] VX¿FLHQWH FRPR SDUD LPSRUWDU PDTXLQDULD SDUD OD SURGXFFLyQ (Q WRGR
FDVRODVPHGLGDVGH%DUULRVQRHVWDEDQSURGXFLHQGRVX¿FLHQWHHIHFWR
Hacia 1862 y 1863 el presidente Gerardo Barrios se había creado grandes
GL¿FXOWDGHVSRUVXSROtWLFDKDFLDOD,JOHVLD\FRQVHFWRUHVSRGHURVRVGHOHVSDFLR
FRQVHUYDGRU UHSUHVHQWDGRV SRU HMHPSOR SRU HO H[ SUHVLGHQWH )UDQFLVFR 'XHxDV
H[LOLDGRHQ*XDWHPDODMXQWRFRQRWURVFLXGDGDQRV$UDt]GHHOORHQODVUHOD-
ciones políticas con Guatemala se habían enrarecido hasta el punto de que se había
LQLFLDGRXQDLQWHUYHQFLyQPLOLWDUGHVGHDTXHOSDtVSRUSDUWHGHOSUHVLGHQWH5DIDHO
Carrera. La situación hacendística de El Salvador no estaba saneada y afrontar un
FRQÀLFWR DUPDGR FRQ *XDWHPDOD VXSRQtD XQ HQRUPH HVIXHU]R ¿QDQFLHUR SDUD HO
cual el gobierno debía tomar medidas de rigor económico con el que responder al
QXHYRHQGHXGDPLHQWRDOTXHWHQtDTXHUHFXUULU3RUHVR*%DUULRVGLRRWURJLURDOD
SROtWLFDPRQHWDULDTXHKDEtDPDQWHQLGRKDVWDHQWRQFHV$VtHQPDU]RGHVH
SURKLELyTXHHQODVR¿FLQDVGH+DFLHQGDVHUHFLELHUDQDTXHOODVPRQHGDVUHGRQGDV
RPDFXTXLQDVTXHSRUHOWLHPSR\XVRKXELHUDQSHUGLGRVXSHVROHJDO\SRUFRQ-
VLJXLHQWHVXYDORULQWUtQVHFR(VWRHUDORFRQWUDULRGHORGHFLGLGRHQHVWDED
FODURTXH%DUULRVWDPSRFRVDEtDRQRTXHUtDUHVROYHUHOSUREOHPDGHODPRQHGD
Ahora los signos para distinguir las monedas eran tan subjetivos como: “el des-
aparecimiento de todo tipo primitivo o la disminución considerable en su volumen
RUGLQDULRSXHVORXQRRORRWURUHSUHVHQWD\GHPXHVWUDODGLVPLQXFLyQGHVXSHVR\
por consiguiente de su valor nominal”. 37 Con estas simples y subjetivas apreciacio-
nes y no con una medición del peso de las monedas –para lo que probablemente en
PXFKRVOXJDUHVIDOWDUtDQODVFRQGLFLRQHVWpFQLFDV±VHHQFDUJDEDDORVHPSOHDGRV
GHODV$GPLQLVWUDFLRQHVGH5HQWDVODPD\RUSUXGHQFLD\MXVWL¿FDFLyQHQHVWDVFDOL¿-
FDFLRQHV³WDQGHOLFDGDVFRPRWUDVFHQGHQWDOHV´(QVXPDDODFRQIXVLyQPRQHWDULD
se añadía una política errática en un terreno que parecía no tener solución.
)LQDOPHQWHHQ*HUDUGR%DUULRVIXHGHUURWDGRSRUWURSDVJXDWHPDOWHFDV
y Francisco Dueñas llegó de nuevo a la presidencia con ayuda del dictador del país
YHFLQR5DIDHO&DUUHUD'XHxDVJREHUQyHQHVWDRFDVLyQHQWUH\FXDQGR
HOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRGH(O6DOYDGRUVHHVWDEDKDFLHQGRPiVFODUR\DEDMRORV
HIHFWRVGHOLQFUHPHQWRGHODGHPDQGDLQWHUQDFLRQDOHQWUHRWURVSURGXFWRVGHOFDIp
3HURHQHOSDtVVHVHJXtDQDUUDVWUDQGRORPLVPRVSUREOHPDVPRQHWDULRVTXHKDVWD
HQWRQFHV(QSRUHMHPSORVHFDSWXUyDXQJUXSRGHIDOVL¿FDGRUHVGHPRQH-
GDVHQ6DQ0LJXHOGHOTXHHOFDEHFLOODHUDJXDWHPDOWHFR6HOHVRFXSyXQWURTXHO
y algunas monedas de estaño de a 8 reales con el tipo del cuño de Guatemala y de
los Estados Unidos.38
(Q HQHUR GH  XQD YH] PiV 'XHxDV DQXQFLy TXH VH KDEtD ¿UPDGR XQD
contrata para establecer una Casa de Moneda y que se habían recibido propuestas
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 87

GH(XURSDSDUDIXQGDUXQEDQFRQDFLRQDOORTXHHUDXQDQRYHGDG\HUDHOUHÀHMR
del crecimiento de la actividad económica.393HURDOPLVPRWLHPSRTXHVHGHVDUUR-
OODEDQODVJHVWLRQHVSDUDODFUHDFLyQGHOEDQFRHOJRELHUQRGH'XHxDVFDOL¿FDED
GHIDWDOLGDGODPRQHGDFLUFXODQWHHQHOSDtVVHODPHQWDEDGHODJUDQFDQWLGDGTXH
KDEtD JDVWDGDSRUHOXVRODFXDOFLUFXODEDFRQGL¿FXOWDG\GHODH[LVWHQFLDGHOD
OODPDGDPDFXTXLQDTXHHUDQHFHVDULRGHVWUXLU3DUDUHVROYHUHOSUREOHPDHQHOTXH
HOSURSLR'XHxDVWHQtDUHVSRQVDELOLGDGHOJRELHUQRDQXQFLyXQSUR\HFWRGHOH\TXH
sería presentado a la Asamblea.40
6LQHPEDUJRHQOXJDUGHDSUREDUVHQLQJXQDOH\JHQHUDOORTXHVXFHGLyIXH
que se siguieron tomando medidas paliativas. Una de las más relevantes sería la de
sellar las monedas columnarias de 1 y 2 reales que tuvieran visibles alguna parte de
las columnas para que el público tuviera que utilizarlas por su valor. Las monedas
selladas serían de curso forzoso por su valor nominal y esto evitaría confundirlas
FRQODVOODPDGDV³SHVHWDVVHYLOODQDV´\RWUDVPRQHGDVOLVDVHVGHFLUVLQFROXPQDV
de menor valor.41(UDODSULPHUDYH]TXHVHKDFtDUHIHUHQFLDDODVSHVHWDVVHYLOODQDV
pero los problemas generados en torno a estas monedas y a otras como las llamadas
SHVHWDVIUDQFHVDVRIUDQFRVQRHUDQQXHYRVQLH[FOXVLYRVGH(O6DOYDGRU'HVGHHO
primer cuarto del siglo XIX en varios lugares de América aparecieron monedas de
GRVUHDOHVGHYHOOyQDFXxDGDVHQ6HYLOODTXHDOLJXDOTXHORVIUDQFRVHTXLYDOtDQ
DSUR[LPDGDPHQWHDòUHDO\VHFDPELDEDQDUD]yQGHHQUHODFLyQDOSHVRFRQ
una ligera pérdida.42(OSUREOHPDPD\RUORFDXVDEDODGHVFRQ¿DQ]D\ODLJQRUDQFLD
del público en relación con las autenticas columnarias parcialmente gastadas cuan-
GRQRODVTXHUtDQUHFLELUSRUORVGRVUHDOHVTXHYDOtDQVLQRTXHODVDVLPLODEDQD
las pesetas sevillanas y a los francos. Esta circunstancia la aprovechaban algunos
especuladores que las conseguían por 1½ reales y las llevaban a países vecinos
GRQGHFLUFXODEDQSRUVXYDORU\REWHQtDQXQEHQH¿FLRGHO43 Con respecto a la
PDFXTXLQDELHQSRUTXHHVWDEDPX\JDVWDGDELHQSRUTXHDEXQGDEDODIDOVDRSRU
ODIDFLOLGDGFRQVHSRGtDIDOVL¿FDUHOS~EOLFRUHKXVDEDUHFLELUEXHQDSDUWHGHHOOD
pese a lo cual seguían circulando.44
7UDV FRQVXOWDU FRQ DOJXQDV SHUVRQDV ³YHUVDGDV HQ FLHQFLDV HFRQyPLFDV´ D
pesar de tratarse de una “materia delicada sobre la que la ciencia económica no ha
¿MDGREDVHVFLHUWDV´HOJRELHUQRHVWDEDSUHSDUDQGRQRVyORHOSUR\HFWRGHOH\TXH
DQXQFLDEDHOVHOODGRGHPRQHGDVVLQRWDPELpQXQDPELFLRVRFRQYHQLRFRQ*XD-
WHPDODSDUDUHDFXxDUWRGDODPRQHGDFRUWDGDRPDFXTXLQDTXHKDEtDHQDPERV
(VWDGRV(QUHODFLyQFRQHOSULPHUDVXQWR\FRPRHVWDEDSUHYLVWRHQVHSWLHPEUH
de 1868 se aprobó el sellado de las monedas columnarias. Se sellarían aquellas
que no estuvieran “notablemente gastadas” y conservaran “algunos de los signos
UHSUHVHQWDWLYRVGHVXYDORUQRPLQDO´ODVFXDOHVVHUtDQOOHYDGDVDQWHXQD-XQWDTXH
las sellarían y serían de curso forzoso en el futuro. Quienes las rehusasen después
GHVHOODGDVSDJDUtDQXQDPXOWDGHOGREOHGHOYDORUGHORUHKXVDGR3RURWUDSDUWHODV
88 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

-XQWDVVHFRQVWLWXLUtDQHQODFDSLWDO\HQODVFDEHFHUDVGHORVGHSDUWDPHQWRVFRQHO
alcalde y dos individuos “de capacidad y probidad” propuestos por los gobernado-
UHV(OKHFKRGHTXHODV-XQWDVVHHVWDEOHFLHVHQHQODVFDEHFHUDVGHORVGHSDUWDPHQ-
WRVVXSRQtDXQDFODUDGL¿FXOWDGSDUDODVSHUVRQDVTXHWXYLHVHQPRQHGDVSDUDVHOODU
VREUHWRGRPDFXTXLQDVSRUTXHDSDUWLUGHFLHUWDGLVWDQFLDXQGHVSOD]DPLHQWRKDVWD
ODV-XQWDVFRVWDEDPiVTXHHOYDORUGHODRODVPRQHGDV<HQFXDQWRDOSUR\HFWR
FRQMXQWRFRQ*XDWHPDODSDUDUHDFXxDUWRGDODPRQHGDPDFXTXLQDpVWHQRWXYROX-
gar y en abril de 1869 se aprobó un nuevo decreto para el sellado de las macuquinas
JDVWDGDVGHDUHDOHQORVPLVPRVWpUPLQRVTXHSDUDODVFROXPQDULDV45
En estos momentos El Salvador continuaba con un material monetario ve-
WXVWR\UHFLFODGRPiVXQDJUDQYDULHGDGSRUFLHUWRFDPELDQWHGHPRQHGDVH[WUDQ-
MHUDVFRQGLVWLQWRVYDORUHVORTXHRFDVLRQDEDSUREOHPDVFDGDYH]PiVJUDYHVD
PHGLGDTXHODVUHODFLRQHVFRPHUFLDOHVVHLQWHQVL¿FDEDQWDQWRHQHOLQWHULRUFRPR
con el exterior del país. Lo interesante es que desde el ámbito del poder la exis-
tencia de monedas de diferente valor no se consideraba “el mayor mal” porque
ORVFRPHUFLDQWHV\FDPELVWDV³ODVUHFLEHQ\HQWUHJDQSRUVXVYDORUHVRSRURWURV
PiVRPHQRVYDULDEOHVVHJ~QORVDUUHJORVTXHa prioriVHKDQHVWDEOHFLGR´46 Es
GHFLUTXHODSHUYLYHQFLDGHHVWHVLVWHPDPRQHWDULRKHWHURJpQHRVHJXtDVXSRQLHQ-
GRSDUDORVFRPHUFLDQWHVPiVIXHUWHVXQQHJRFLRTXHSUHFLVDPHQWHFUHFtDFRQOD
LQWHQVL¿FDFLyQGHOFRPHUFLR\GHOTXHOyJLFDPHQWHORVEHQH¿FLDULRVQRTXHUtDQ
prescindir.
3RUHVRHQFRKHUHQFLDFRQHVWRVLQWHUHVHVSHVHDTXHKDEtDTXLHQSHQVDED
que una casa de acuñación nacional sería el mejor remedio para resolver el proble-
PDGHODPRQHGDHOJRELHUQRQRKDEtDTXHULGRDYHQWXUDUFUHFLGRVJDVWRV±HPSOHD-
GRVPDTXLQDULDHWF±SDUDPRQWDU\VRVWHQHUXQDIiEULFDVLQWHQHUODVHJXULGDGGH
poder adquirir los metales preciosos necesarios. De nuevo se recordaba que había
minas en producción en San Miguel pero que sus empresarios enviaban su produc-
FLyQHQEUXWRRHQEDUUDVDORVPHUFDGRVGH(XURSDGRQGHREWHQtDQYHQWDMDVPXFKR
más apreciables que las que les podría producir acuñando metales en el país. Lo que
QRVHTXHUtDUHFRUGDUDKRUDHUDODVHULHGHIDFLOLGDGHVTXHDxRVDWUiVORVJRELHUQRV
LQFOXLGRHOGH'XHxDVKDEtDQGDGRDORVPLQHURVSDUDTXHODVFRVDVIXHVHQDVt6H
añadía la excusa de la ausencia de una sociedad de mineros que facilitara el sumi-
QLVWURGHOPHWDOQHFHVDULRSDUDODVDFXxDFLRQHV\¿QDOPHQWHHOJRELHUQRDVHJXUDED
TXHHQFRQWUDGHORTXHVHSXGLHVHSHQVDUQRVHKDEtDPRVWUDGRDSiWLFRVLQRTXHVX
preocupación había sido constante y no había querido crear una Casa de Moneda a
ODOLJHUD'HHVWHPRGRFRQFOXtDVHUHGXFLUtDHOGDxR\ORVFRPHUFLDQWHV±KD\TXH
entender que se refería a los de menor envergadura– lo comprenderían.47 La reali-
GDGHUDTXHDOLJXDOTXHDxRVDQWHV'XHxDVKDEtDPDQHMDGRHOSUREOHPDGHOD
PRQHGD\HVSHFLDOPHQWHHOGHODFUHDFLyQGHXQD&DVDFRQXQDJUDQIDOWDGHVHULH-
GDG\HQHOPLVPRWRQRHUUiWLFRTXHDxRVDWUiV'HWRGRHOORORVSULQFLSDOHVEHQH-
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 89

¿FLDULRVHUDQGHQXHYRSRUXQDSDUWHODVHPSUHVDVPLQHUDV\GHRWUDORVJUDQGHV
comerciantes y prestamistas que mantenían la posición fuerte en los cambios.
6LQ HPEDUJR D FRPLHQ]RV GH  FRQ ODV H[SRUWDFLRQHV FUHFLHQGR \ FRQ
ORVQHJRFLRVGHODVSUy[LPDVIHULDVDODYLVWD±HVGHFLUORVQHJRFLRVGHORVFRPHU-
FLDQWHVGHPHGLDQD\SHTXHxDHQYHUJDGXUD±HOSUREOHPDGHODPRQHGDVHKDFtD
más agudo y circulaban rumores de una crisis mercantil causada por la escasez de
QXPHUDULRGHSODWD(OJRELHUQRGH'XHxDVQHJDEDHODUJXPHQWRSHURLQVLVWLHQ-
GRHQODPLVPDOtQHDFDPELDQWHTXHDFRPLHQ]RVGHORVDxRVGHFODUDEDVHU
consciente de la importancia de un cuño nacional para el comercio e informaba
que en el último vapor que había salido de El Salvador se había hecho un pedido a
los Estados Unidos de toda la maquinaria precisa para establecer un cuño y de los
RSHUDULRVSUHFLVRV$VHJXUDEDTXHHQHOSOD]RGHVHLVDRFKRPHVHVFRQWDQGRFRQ
XQEDQFR\XQDFHFDVHSRGUtDGDUSRUUHVXHOWRHOSUREOHPDGHODPRQHGD48 Estas
QXHYDVPDQLIHVWDFLRQHVVHFRQWUDGHFtDQHYLGHQWHPHQWHFRQODVUHÀH[LRQHVDQWH-
ULRUHV\SRQtDQHQHYLGHQFLDTXHHODVXQWRVHWUDWDEDFRQXQDJUDQIDOWDGHULJRU3RU
RWURODGRVHVHJXtDH[SRUWDQGRJUDQFDQWLGDGGHSODWDHQEUXWRWDQWRQDFLRQDOFRPR
GH+RQGXUDV\WDPELpQJUDQFDQWLGDGGHPRQHGDDFXxDGDGHLJXDOPRGRGHDPERV
países que solo en algunos momentos pagaba muy bajos derechos de exportación.49
*
Hasta tanto no se solucionara la situación con la creación de la Casa de Mo-
QHGDRWURWLSRSUHRFXSDFLRQHVVXUJtDHQWUHORVRSHUDGRUHVGHOFRPHUFLRH[WHULRU
3RUHVWRVDxRVHOFUHFLPLHQWRGHODVH[SRUWDFLRQHVHVWDEDJHQHUDQGRXQVDOGRIDYR-
UDEOHHQODEDODQ]DFRPHUFLDOGHOSDtVORFXDOGHVHQFDGHQyXQGHEDWHVREUHFyPR
WUDWDUGLFKRVDOGRSRUSDUWHGHORVH[SRUWDGRUHVFX\RVWpUPLQRVUHYHODQHOSHQVD-
miento económico de los empresarios y políticos de la época en estos asuntos. Se
trataban cuestiones como los efectos sobre los precios de exportación de un cambio
IDYRUDEOHRGHVIDYRUDEOHGHOSHVRDVtFRPRODVRSFLRQHVSDUDORVH[SRUWDGRUHVGHO
modo de efectuar el retorno de sus superávits y de los efectos que tendrían en el
conjunto de la economía y del sistema monetario nacional.50/DVHQFLOOH]SRUQR
GHFLUVLPSOH]DGHODVREVHUYDFLRQHVTXHVHUHDOL]DEDQVREUHHVWRVWHPDVGDLGHDGH
ODVGL¿FXOWDGHVFRQTXHVHHQFRQWUDEDQORVKRPEUHVGHQHJRFLRV\SROtWLFRVGHXQ
SDtVFRPR(O6DOYDGRUHQORVSULPHURVPRPHQWRVGHXQFDSLWDOLVPRHQH[SDQVLyQ
FRPRHUDQDTXHOORVDxRVHQTXHDGHPiVDSDUHFtDQODVSULPHUDVVHxDOHVGHODFDtGD
del precio internacional de la plata.
3HURODVLWXDFLyQPRQHWDULDQRVHPRGL¿FDED\HQHVWDHWDSDH[SDQVLYDGH
la economía los grandes comerciantes también ejercían la función de cambistas y
aumentaban el negocio con el cambio de las monedas. En enero de 1868 un grupo
GHJUDQGHV\FRQRFLGRVFRPHUFLDQWHVVHDQXQFLDEDFRQMXQWDPHQWHPDQLIHVWDQGR
que recibían monedas extranjeras al cambio en los términos que recoge el Anexo
90 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

2.51/RVFRPHUFLDQWHVHUDQ.HUIHUG6REULQR\&tD<DQXDULR%ODQFR0DQXHO7UL-
JXHURV&DUD]R\'XNH0LJXHO/DJRV\+ž0($JXLODU\&tD-RVp/DUUH\QD-
JD5DIDHO0HOpQGH]-RVp0DUtDGH8ULRVWH0DQXHO(VWHYHV$XJXVWR%RXLQHDX
)HOLSH&KiYH]\)HGHULFR3UDGRHQWUHRWURV$OJXQRHUDEULWiQLFRFRPR*HRUJH
.HUIHUGRWURVGRVQRUWHDPHULFDQR\IUDQFpVFRQWLHPSRGHUHVLGHQFLDHQHOSDtV
FRPR -XDQ 0DXULFLR'XNH\$XJXVWR %RXLQHDX\DOJXQRHVSDxROFRPR0DQXHO
Trigueros. Varios ya habían sido miembros de la Asamblea Nacional o lo seguían
VLHQGRFRPR<DQXDULR%ODQFR\0DQXHO(XJHQLR$JXLODU\RWURVOOHJDUtDQDIRUPDU
SDUWHGHODDGPLQLVWUDFLyQLQFOXVRFRPRPLQLVWURVFRPR-RVp/DUUH\QDJD7RGRV
eran fuertes y formaban parte de la nueva oligarquía que se estaba formando en el
país aprovechando la expansión económica internacional generada por la Segunda
5HYROXFLyQ,QGXVWULDO(QFXDQWRDODVPRQHGDVHQFRPSDUDFLyQFRQODWDEODGH
FDPELRV¿MDGDHQTXHVHKDEtDUHSURGXFLGRHQODSULQFLSDOGLIHUHQFLD
era que habían desaparecido las fracciones en los cambios y éstos se habían redon-
GHDGR$VtVXFHGtDFRQODOLEUDHVWHUOLQD\FRQHOVROSHUXDQRHQFRQWUDGHOSHVR
así como con la pieza de 5 francos en este caso a favor del peso. En septiembre del
PLVPRDxRHOPLQLVWHULRGH+DFLHQGDSXEOLFDEDHOPLVPRFXDGURGHFDPELRV
SDUDVHUDSOLFDGRSRUODVDGPLQLVWUDFLRQHVGHUHQWDVPDUtWLPDV\WHUUHVWUHV\GH-
PiVR¿FLQDVGH+DFLHQGD52 Esto indica que existía sintonía entre el sector de los
JUDQGHVHPSUHVDULRV\HOPLQLVWHULRORFXDOQRVRUSUHQGHGDGRTXHDOIUHQWHGHO
PLVPRVHHQFRQWUDEDSRUHQWRQFHV-XDQ-RVp%RQLOODXQSROtWLFRGHODUJRUHFRUULGR
y también importante empresario en el siglo XIX.
(QMXQLRGHODxRVLJXLHQWHHQHOPLQLVWHULRGH+DFLHQGDFRPSOHWDEDOD
OLVWDDQWHULRUFRQRWUDVPRQHGDVODPD\RUSDUWHGHODVFXDOHVFLUFXODEDQSRUVXYDORU
UHSUHVHQWDWLYR\RWUDVHUDQDGPLWLGDVVLQGL¿FXOWDGSRUHOYDORUTXHOHVKDEtDGDGRHO
comercio.53<HQHOPLVPRVHQWLGRTXHHODxRDQWHULRUDKRUDHUDQORVFRPHUFLDQWHV
quienes anunciaban la misma nueva lista del ministerio con la única diferencia de
que el grupo de comerciantes era más amplio.54 (Q HO FXDGUR GH PRGL¿FDFLRQHV
YHU$QH[RDSDUHFtDQQXHYDVPRQHGDVGHRURSRUSULPHUDYH]DOJXQDVGH&RVWD
5LFD\HQJHQHUDOVHUHLWHUDEDQORVUHGRQGHRV\DGHWHFWDGRVHQODWDEODGH
(QFXDQWRDODOLVWDGHHPSUHVDULRVODFRPSRQtDQ&DUD]R\'XNHÈQJHO*XLUROD
.HRJK\+DUGLPDQ(PHWHULR5XDQR&pVDU0HQpQGH]0DULDQR9LOODYLFHQFLR-
5|VVQHU5H\HV$UULHWD9LFHQWH$JXLODU%ODQFR\7ULJXHURV-0DJHH-0DULDQR
'RUDQWHV\&tD0(0HOpQGH]'LRQLVLR\0HQGR]D(PLJGLR&DVWUR-RVp0
3HUDOWD5RPiQ0RQWR\D/&yUGRYD5DIDHO0HOpQGH]-RDTXtQ*RPDU&LULDFR
*RQ]iOH]0DQXHO(VWHYHV5DIDHOGH8UUXWLD-0GH8ULRVWH$PEURV\GH2OL-
YDQ&/R]DQR0LJXHO/DJRV-XDQ3RUWDO(9:ULJKW(QWUHHOORVKDEtDDOJXQDV
QRYHGDGHV\PRGL¿FDFLRQHV'HODVSULPHUDVPHUHFHVHxDODUODSUHVHQFLDGHIXHUWHV
KRPEUHVGHQHJRFLRV\UHSUHVHQWDQWHVHQOD$VDPEOHD1DFLRQDOFRPRÈQJHO*XL-
UROD0DULDQR'RUDQWHVR(PLJGLR&DVWUR\HQWUHODVVHJXQGDVODDSDULFLyQFRPR
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 91

XQDVRODHPSUHVDODSRWHQWHFRPSDxtD%ODQFR\7ULJXHURVUHVXOWDGRGHODXQLyQGH
Yanuario Blanco y Manuel Trigueros.
3RUHVWRVPLVPRVPRPHQWRVHQSOHQRFUHFLPLHQWRHFRQyPLFR\SURIXQGL-
]DQGR OD OtQHD OLEHUDO TXH FDUDFWHUL]DED D ORV JRELHUQRV GH )UDQFLVFR 'XHxDV HO
PLQLVWHULRGH+DFLHQGDGHFLGLyTXHORVGHUHFKRV¿VFDOHVTXHJUDYDEDQODH[SRU-
WDFLyQGHPRQHGDGHRUR\SODWD±TXHHQDOJ~QPRPHQWRVHKDEtDQUHVWDEOHFLGR
TXL]iFRQ%DUULRV±GL¿FXOWDEDQODVUHODFLRQHVFRPHUFLDOHVSRUORTXHVHGHURJy
la legislación que los regulaban.55 (Q ODV FRQGLFLRQHV GH GL¿FXOWDGHV PRQHWDULDV
±\KD\TXHDxDGLUTXHWDPELpQ¿VFDOHV±TXHYLYtDHOSDtVHVWDPHGLGDEHQH¿FLDED
claramente a los intereses del gran comercio en los que el propio presidente Dueñas
WHQtDSDUWLFLSDFLyQFRQORTXHSURIXQGL]DEDHOGRPLQLRGHODVFODVHVSURSLHWDULDV\
contribuía a ampliar la brecha social.56 Había remesas al extranjero de hasta 6.500
SV\DOPDUJHQGHTXHDOJXQDVGHHOODVVHGHELHUDQDRSHUDFLRQHVFRPHUFLDOHVFRQ
otras y gracias a esta liberalización algunos miembros de la oligarquía llegaron a
tener parte de su fortuna en el extranjero.
&RPR\DVHLQGLFyODVPRQHGDVQROOHJDEDQSRULJXDODWRGRVORVVHFWRUHVGH
la sociedad. Gran parte de la población rural manejaba escasas cantidades de re-
FXUVRVPRQHWDULRV\DOJXQRVFDPSHVLQRVSREUHVQLQJXQR0LHQWUDVWDQWRHQ]RQDV
GHODVFLXGDGHVGRQGHUHVLGtDQODVIDPLOLDVGHODROLJDUTXtDFRPRHQ6DQ6DOYDGRU
FUHFtDQODVPDQLIHVWDFLRQHVGHODULTXH]DHVSHFt¿FDPHQWHHQVXH[SUHVLyQPRQHWD-
ULDJHQHUDGDJUDFLDVDOWUDEDMREDUDWRGHORVDQWHULRUHV8QDGHHVWDVPXHVWUDVWHQtD
lugar en 1867 cuando los “respetables señores” que habían fundado una sociedad
SDUDFUHDUHQODFDSLWDOXQKLSyGURPR&RPR\DVHYLRHQHO&DStWXORGHVGH
comenzaron a celebrarse carreras en las que algunos premios consistían en 250
dólares de oro de los Estados Unidos.57 /RV SUREOHPDV PRQHWDULRV DXQTXH HUDQ
JUDYHVSDUDPXFKRVQRH[LVWtDQSDUDODFODVHSURSLHWDULDGHOSDtVTXHKDFtDJUDQGHV
negocios apoyada en el control de los resortes del Estado.
Los materiales y la asistencia de técnicos que había encargado Francisco
Dueñas en 1869 no llegaron nunca y la Casa de Moneda no se creó entonces. En
VHSURGXMRXQJROSHGHHVWDGRHQFDEH]DGRSRUHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]
WDPELpQHPSUHVDULRTXHKDEtDMXJDGRXQSDSHOPX\LPSRUWDQWHDSR\DQGRSULPHUR
D*HUDUGR%DUULRV\GHVSXpVDOSURSLR'XHxDVFXDQGROHD\XGyDGDUHOJROSHGH
1863 contra Barrios. Desde 1871 González empleó gran parte de sus esfuerzos
HQWUDWDUGHUHYHUWLUDOJXQDVGHODVSROtWLFDVTXH'XHxDVKDEtDHPSUHQGLGRSHUR
el país siguió estando sometido a circunstancias externas en cuanto a la moneda.
$VtHQHOJRELHUQRWRGDYtDSURYLVLRQDOGH*RQ]iOH]DGYLUWLyTXHVHHVWDED
introduciendo en el mercado nacional una nueva moneda de plata desde Guatemala
TXHGLIHUtDQRWDEOHPHQWHGHODTXHWHQtDFXUVROHJDOFRQRFLGDSRUODH¿JLHGHOJH-
neral Carrera. La nueva era solo de 835 milésimos y se entendía que su circulación
VHUtDSHUMXGLFLDOSDUDHOFRPHUFLRSRUORTXHVHDQXQFLDEDTXHQRVHUtDUHFLELGD
92 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

en las administraciones de rentas.583HURHVWRQRHUDVX¿FLHQWHSDUDQRUPDOL]DUOD

VLWXDFLyQ PRQHWDULD DXQTXH VROR IXHVH HQ OR WRFDQWH D OD PRQHGD JXDWHPDOWHFD
(QDQWHORVFDPELRVSURGXFLGRVSRUODVQXHYDVDFXxDFLRQHVSURGXFLGDVHQ
HOSDtVYHFLQRHQHOFLWDGRDxRGHHOJRELHUQRVHYLRREOLJDGRDSUHFLVDUODV
PRQHGDV JXDWHPDOWHFDV TXH VHUtDQ UHFLELGDV HQ ODV R¿FLQDV ¿VFDOHV SRU VX YDORU
QRPLQDOGHVFULELpQGRODVHQWRGRVVXVGHWDOOHVODVPRQHGDVGHRURGH\
SHVRODVPRQHGDVGHSODWDGHSHVR\GHUHDOHV\ODVPRQHGDVGHSODWDGHDò
1 y 2 reales.59$GHPiVGHHOODVVHJXtDQFLUFXODQGRODVPRQHGDVPDFXTXLQDV\XQD
gran variedad de monedas extranjeras de diversos países.
3RUHOPRPHQWRpVWDVHUDQODVFDUDFWHUtVWLFDVGHOVLVWHPDPRQHWDULRTXHPDQ-
tuvo la oligarquía en el país como parte de la gran maquinaria que puso en marcha
para dominar la sociedad salvadoreña durante más de un siglo. En los años siguien-
WHVVHSURGXFLUtDQDOJXQRVFDPELRVSHUR(O6DOYDGRUVHJXLUtDVLQWHQHUXQDPRQHGD
propia durante varios años más.
*
La moneda metálica no era la única que existía en El Salvador. Además de
ODPRQHGDOHJDOGHVFULWD\GHODVSLH]DVQROHJDOHVGHFXUVRSULYDGR\KHFKDVGH
GLYHUVRVPDWHULDOHVTXHVHPHQFLRQDURQDUULEDFLUFXODEDWDPELpQSDSHOPRQHGD
Este tipo de moneda debe distinguirse de lo que se puede considerar la moneda de
SDSHOTXHFRUUHVSRQGHDODPRQHGDR¿FLDOGHXQSDtVHPLWLGDGLUHFWDPHQWHSRUHO
JRELHUQRSRUORJHQHUDODWUDYpVGHXQEDQFRTXHVXHOHWHQHUHOFDUiFWHUGHEDQFR
FHQWUDO(O6DOYDGRUQRWHQtDPRQHGDGHSDSHOGHHVWDQDWXUDOH]DQLORVJRELHUQRV
QLQLQJ~QEDQFRTXHQRH[LVWtDKDEtDQLPSUHVRGRFXPHQWRVTXHFRUUHVSRQGLHVHQ
y representasen a la moneda metálica que circulaba en el país. Sin embargo existía
una abundancia de documentos diversos que correspondían a la expresión papel
PRQHGDTXHSRGtDQVHUWUDQVIHULGRVHQWUHSDUWLFXODUHV\VHUXWLOL]DGRVFRPRPH-
dios de pago. Esta diversidad de documentos correspondía a dos grandes catego-
rías: los de carácter público y los de carácter privado.
La primera estaba constituida por la gran cantidad de instrumentos que ge-
QHUDEDODGHXGDS~EOLFDQDFLGDFRQOD)HGHUDFLyQSHURDPSOLDGDSRUORVJRELHUQRV
de El Salvador independiente y que será estudiada como tal para estos años en el
&DStWXOR(QOD$VDPEOHDD¿UPDEDFRQRFDVLyQGHODDSUREDFLyQGHXQD
nueva ley sobre deuda pública:
³1RHUDHOPHQRUGHORVLQFRQYHQLHQWHV>GHOVLVWHPDTXHKDUHJLGRSDUDODGHX-
GD@ODPXOWLSOLFLGDGGHSDSHOHVTXHFRQGLVWLQWRVQRPEUHV\DGHERQRVYDOHVGH
GLYHUVDV FODVHV \ FDWHJRUtDV yUGHQHV VREUH DGPLQLVWUDFLRQHV SDUFLDOHV \ VREUH
UDPRVGLIHUHQWHVGHODVUHQWDVTXHJLUDEDQHQWRGRVVHQWLGRVKDFtDQTXHQLD~Q
VHSXGLHUDIRUPDUIiFLOPHQWHXQFXDGURGHODGHXGDÀRWDQWHUD]yQSRUODFXDOHO
(MHFXWLYRQRSRGtDWHQHUXQDUHJOD¿MDSDUDVXVPiVFRQYHQLHQWHVDUUHJORV
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 93

Esta misma multiplicidad de créditos contra el Estado hacía que el valor de los
SDSHOHVHVWXYLHUDHQGHFDGHQFLD\VLÀXFWXDEDODDO]DREDMDGHHOORVQXQFDVH
WHQtDXQDUHJODJHQHUDOGHXQYDORUGDGRORFXDOUHGXQGDEDHQSHUMXLFLRGHFLHUWRV
tenedores menos privilegiados; y como no se había hecho un arreglo de las rentas
GHVGH PXFKR WLHPSR DWUiV VXFHGLy DOJXQDV RFDVLRQHV TXH VH VXVWUDMHUDQ GRFX-
PHQWRVGHFUpGLWRFRQWUDOD+DFLHQGDSURGXFLHQGRLQFDOFXODEOHVPDOHVDHOOD\D
los particulares”.60

Estos documentos no circulaban de forma generalizada del mismo modo que

los actuales billetes emitidos por la autoridad central de los Estados contemporá-
QHRVSHURVHSRGtDQWUDQVIHULUHQWUHSDUWLFXODUHVHQXQDDFFLyQFRQYHQLGD\GHVGH
OXHJRFRQFLHUWDVOLPLWDFLRQHVHLQFOXVRDYHFHVVLQQLQJXQDVHSRGtDQKDFHUSDJRV
FRQHOORVDO(VWDGRDOFRPSUDUWLHUUDVS~EOLFDVRDOSDJDUFLHUWRVGHUHFKRV¿VFDOHV
Solo como un ejemplo de las varias ocasiones en que en estos años se reiteró este
WLSRGHDQXQFLRVHQDEULOGHHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDLQIRUPDEDGHTXHSDUD
IDFLOLWDUODDPRUWL]DFLyQGHODGHXGDS~EOLFDHQODYHQWD\FRPSRVLFLyQGHWHUUHQRV
EDOGtRVDVtFRPRHQHOSDJRGHORVFDSLWDOHVGHFDSHOODQtDV\GHOH[WLQJXLGRPRQWH-
pío de añileros se admitían como dinero efectivo los billetes de la deuda nacional.61
(QXQSDtVFRQVHULRVSUREOHPDV¿QDQFLHURVORVERQRVGHO(VWDGRH[SHULPHQWDEDQ
habitualmente serias depreciaciones aunque la administración estaba obligada a
UHFLELUORVSRUVXYDORUQRPLQDO\HVWDUHDOLGDGGDEDOXJDUDJUDQGHVEHQH¿FLRVSRU
parte de quienes negociaban con ellos. En realidad casi toda América Latina vivía
situaciones similares en este aspecto.62
&RPRHVOyJLFRHVWDPDVDGRFXPHQWDOGHODTXHHVWRVELOOHWHVHUDQVRORXQ
WLSRWHQtDXQDFLUFXODFLyQPXFKRPiVUHVWULQJLGDHQWpUPLQRVVRFLDOHVTXHODPR-
neda metálica. La mayor parte del dinero representado por esta forma de papel mo-
QHGDYLQFXODGDDODGHXGDS~EOLFDHVWDEDSRUORJHQHUDOHQPDQRVGHSHUVRQDVFRQ
un cierto nivel de recursos o relacionadas con el mundo de los negocios. Muy pocos
FLXGDGDQRV WHQtDQ GLQHUR VX¿FLHQWH FRPR SDUD KDFHU SUpVWDPRV DO (VWDGR 3HUR
también existía cierto tipo de documentos que expresaban que el Estado era deudor
GHSHUVRQDVFRQHVFDVRVUHFXUVRVFRPRHUDHOFDVRSRUHMHPSORGHORVYDOHVSRU
VDODULRVDWUDVDGRVGHHPSOHDGRVS~EOLFRV(QWRGRFDVRORTXHFDEHHVWDEOHFHUHV
TXHHQJHQHUDOWRGRVORVLQVWUXPHQWRVGHGHXGDS~EOLFDVXIUtDQXQDGHSUHFLDFLyQ
YDULDEOHFRQUHVSHFWRDVXYDORUQRPLQDOGDGDODVLWXDFLyQFUyQLFDGHGp¿FLWHQTXH
se encontraba el Estado.63
3DUDDPSOLDUODSHUVSHFWLYDVREUHHVWHDVXQWRDJUDQGHVUDVJRVH[LVWtDQGRV
tipos de documentos de deuda pública según correspondieran a deuda consolidada
RDGHXGDÀRWDQWH+DVWDHOSULPHURHVWDEDFRQVWLWXLGRSULQFLSDOPHQWHSRUORV
ERQRVRELOOHWHVHPLWLGRVSRUHOJRELHUQRFRPRMXVWL¿FDQWHVGHFUpGLWRVTXHLQGLYL-
duos particulares hacían al Estado generalmente al 6% de interés anual. Del mismo
PRGRDHVWDSULPHUDFDWHJRUtDSHUWHQHFtDQWDPELpQORVELOOHWHVTXHRFDVLRQDOPHQWH
94 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

los gobiernos emitían a favor de prestamistas en caso de especial necesidad. En las

décadas de 1860 y 1870 algunos de los más grandes acreedores del Estado eran los
JUDQGHVFRPHUFLDQWHV\SUHVWDPLVWDVFRPR3LODU/DJRV0DQXHO7ULJXHURV0DQXHO
0HOpQGH]$QGUpV9DOOH-RVp0DUtD&DUD]R0DXULFLR'XNH\(PHWHULR5XDQR(Q
1873 estos empresarios y otros constituyeron una comisión que reclamaba al presi-
GHQWH*RQ]iOH]XQDVROXFLyQDODGHXGDTXHHO(VWDGRWHQLDFRQHOORVSRUFLHUWRHQ
relación con el banco cuya creación se estaba tramitando.64
Otra fuente de generación de bonos eran los llamados empréstitos volun-
WDULRVDXQTXHFRQIUHFXHQFLDHUDQIRU]RVRVTXHHUDQVROLFLWXGHVSRUSDUWHGHORV
JRELHUQRVDODJHQHUDOLGDGGHODSREODFLyQDSDUWLUGHFLHUWRVQLYHOHVGHUHQWD\
que se convocaban en cantidades variables en momentos de gran necesidad de re-
FXUVRV(VWRVXFHGtDKDELWXDOPHQWHSRUFRQÀLFWRVEpOLFRVFRPRVXFHGLyHQHOTXH
HQIUHQWyDOSUHVLGHQWH9DVFRQFHORVFRQ*XDWHPDODHQHQHOFDVRGHODJXHUUD
QDFLRQDOHQHQHODWDTXHGH*XDWHPDODHQRHQHOQXHYRHQIUHQWDPLHQWR
FRQ*XDWHPDODHQ&RPR\DKDEtDVXFHGLGRHQORVDxRVGHOD)HGHUDFLyQHO
mecanismo de estos empréstitos pasaba por la distribución de la cantidad total soli-
citada entre los diversos Departamentos en función de una evaluación hecha por el
JRELHUQRGHOSHVRGHPRJUi¿FR\HFRQyPLFRGHFDGDMXULVGLFFLyQ\GHQWURGHHOOD
VH¿MDEDQORVFLXGDGDQRVFRQVLGHUDGRVSURSLHWDULRVHVGHFLUTXHGLVSRQtDQGHXQ
mínimo de valor patrimonial que en 1856 se establecía en 2.000 ps.65 Los bonos
procedentes de empréstitos solían tener un interés del 6% anual. La última fuente
generadora de bonos HUDQODV-XQWDVGH&UpGLWRTXHGLYHUVRVJRELHUQRVFRQYRFDURQ
para poder controlar el volumen de deuda en circulación y renovarla como deuda
consolidada.
3RU RWUD SDUWHHQFXDQWRDOD GHXGDÀRWDQWHORV GRFXPHQWRVYLQFXODGRVD
HOODHUDQYDOHVOLEUDQ]DV\yUGHQHVGHSDJRTXHHPLWtDODDGPLQLVWUDFLyQGHO(VWDGR
por ejemplo a funcionarios civiles o militares que veían retrasado el pago de sus
VDODULRVRDFRPHUFLDQWHVTXHSUHVWDEDQGLQHURDO(VWDGRQHFHVLWDGRGHOLTXLGH]
SDUDKDFHUIUHQWHDORVJDVWRVFRUULHQWHV\TXHDFDPELRUHFLEtDQOLEUDQ]DVFRQODV
TXHSRGtDQSDJDUGHUHFKRV¿VFDOHVHQODVDGXDQDVDOLPSRUWDUPHUFDQFtDV(VWRV
documentos también podían ser utilizados como medios de pago en transaccio-
QHVSULYDGDVGHVGHOXHJRFRQGHVFXHQWRSHURTXHSRVWHULRUPHQWHHUDQUHFLELGRV
VLHPSUHSRUHO(VWDGRSRUVXYDORUQRPLQDOFRQORTXHVHSURGXFtDQVXFXOHQWRV
negocios con este papel moneda. Teniendo en cuenta la escasez monetaria existente
y las necesidades de liquidez que a veces sorprendían a tenedores de documentos
GH FUpGLWR HVWRV WHQtDQ TXH YHQGHUORV SDUD REWHQHU FLUFXODQWHDXQTXH HVWXYLHUDQ
devaluados y siempre había empresarios que estaban dispuestos a comprar apro-
YHFKDQGRODQHFHVLGDGDMHQDFRQJUDQGHVJDQDQFLDV$OJXQRVQRPEUHVFRPRORV
FLWDGRVDUULEDFDPELDQGRPRQHGDHUDQWDPELpQQHJRFLDQWHVGHWtWXORVGHFUpGLWR\
GHVSXpVVHUtDQDFFLRQLVWDVGHEDQFRVFXDQGRVHIXQGDUDQ3RUHOPRPHQWR\GHVGH
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 95

HVWHSXQWRGHYLVWDHOORVHUDQORVSULPHURVLQWHUHVDGRVHQTXHQRVHIXQGDUDQLQJ~Q
EDQFR9HU&DStWXOR
En 1865 se produjo una novedad en el crédito público que afectó al papel
moneda cuando el presidente Francisco Dueñas decidió convertir la gran variedad
de documentos de crédito público en un solo tipo de instrumento: billetes de deuda
pública con el interés ya consabido del 6% al año.663DUDVXDPRUWL]DFLyQTXHVH
KDUtDSRUVRUWHRVHGHVWLQDEDXQDFDQWLGDG¿MDGHORVSUHVXSXHVWRVQDFLRQDOHV(VWD
PHGLGDWHQtDXQGREOHREMHWLYRTXHHUDSRUXQDSDUWHDFODUDUODJUDQPDUDxDGH
WLSRVGHGRFXPHQWRVHQFLUFXODFLyQ\SRURWUDGLODWDUODDPRUWL]DFLyQGHODGHXGD
dado que los nuevos billetes eran sorteados mensualmente.
3RURWURODGRDOLJXDOTXHVXFHGtDHQRWUDVVRFLHGDGHVRFFLGHQWDOHVGHVGHKD-
FtDVLJORVODDFWLYLGDGHFRQyPLFDSULYDGDJHQHUDEDGRFXPHQWRVGHFRPSURPLVRV
GHSDJRTXHFRPRORVGHFDUiFWHUS~EOLFRSRGtDQFLUFXODU\GHKHFKRFLUFXODEDQ
FRPR SDSHO PRQHGD SDUD VDOGDU GHXGDV HQWUH WHUFHURV /D HVFDVH] GH VX¿FLHQWH
moneda metálica en El Salvador hacía que este tipo de papel moneda de naturaleza
SULYDGDVREUHWRGRSDJDUpVVHXWLOL]DUDQFRQPiVIUHFXHQFLDGHORTXHVXFHGtDHQ
HFRQRPtDVFRQXQVLVWHPDPRQHWDULRUHODWLYDPHQWHQRUPDOL]DGR3HURHQ(O6DOYD-
GRUGRQGHQLVLTXLHUDH[LVWtDXQDPRQHGDSURSLDVXFLUFXODFLyQHUDPX\IUHFXHQWH
y en los fondos judiciales del Archivo General de la Nación no es infrecuente en-
FRQWUDUSDJDUpVTXHKDEtDQVLGRHQGRVDGRVYDULDVYHFHV&IUFDVRVUHODFLRQDGRV
FRQHOQHJRFLRGHOFDIpHQ&DStWXOR
Los documentos privados de compromisos de pago se producían en todos lo
QLYHOHVGHODHFRQRPtDWDQWRDHVFDODGHJUDQGHVFRPHUFLDQWHVFRPRDODGHSH-
queños agricultores. Lógicamente no todos los pagarés tenían la misma facilidad de
FLUFXODFLyQQLORKDFtDQSRUODVPLVPDVHVIHUDVVRFLDOHV1RHUDLJXDODHIHFWRVGH
FLUFXODFLyQHOFRPSURPLVRGHXQJUDQH[SRUWDGRURGHXQDJHQWHFRPHUFLDOH[WUDQ-
MHURSRUSVTXHXQSDJDUpGHXQSHTXHxRDJULFXOWRUGHFDIpSRUWUHVRFXDWUR
quintales de grano que hubiera sido comprado mediante habilitación. Aunque en
PHQRUJUDGRTXHHOVHJXQGRHOSULPHUFRPSURPLVRSRGtDWHUPLQDUVLHQGRLQFXP-
SOLGR\HOULHVJRGHSHUGHUORVSVH[LVWtDDSHVDUGHTXHODMXVWLFLDLQWHUYLQLHUD
llegado el caso.67 En el caso del pequeño agricultor el riesgo de que no pudiera
SDJDUHOFDIpTXL]iHUDPD\RUSHURSDUDGyMLFDPHQWHODDFWXDFLyQGHODMXVWLFLDVL
KXELHUDOXJDUHUDPXFKRPiVGLUHFWD\H[SHGLWD\HOSHTXHxRDJULFXOWRUSHUGHUtD
VXWLHUUD\VXVELHQHVHQSRFRWLHPSR9HU&DStWXOR
'HWRGDVIRUPDV\SRUFRQWUDVWHFRQHOSDSHOPRQHGDGHQDWXUDOH]DS~EOLFD
no es posible calcular la masa de papel moneda privado que estaba en circulación
en un momento dado en el país. Sin embargo se puede constatar que el sistema
PRQHWDULRHQ(O6DOYDGRUHUDPL[WRHQHVWRVDxRVTXHODGHELOLGDGGHOFRPSRQHQWH
metálico reforzaba el elemento del papel moneda y que la falta de un banco de
descuento hacía que este panorama jugara a favor de los intereses de prestamistas
96 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

\FDPELVWDVTXHREWHQtDQMXJRVRVEHQH¿FLRVGHGHVFXHQWRFRQHOSDSHOPRQHGD
tanto público como privado.
*

Aunque el papel moneda tenía evidentemente una relación directa con el cré-
GLWRpVWHHUDHQWpUPLQRVJHQHUDOHVXQIHQyPHQRGHXQDGLPHQVLyQHFRQyPLFD\
social mucho mayor dado que existían relaciones personales en las que se apelaba
al crédito pero que no llegaban a generar documentos que pudieran circular poste-
ULRUPHQWHFRPRSDSHOPRQHGD3RUGLIHUHQWHVUD]RQHVDOJXQDVGHODFXDOHV\DVH
KDQH[SXHVWRHQXQSDtVFRPR(O6DOYDGRUHOFUpGLWRHUDXQIHQyPHQRHFRQyPLFR
extendidísimo y en estas páginas solo se abordará con cierto detalle el crédito pri-
YDGRGHMDQGRHOFUpGLWRS~EOLFRSDUDVXWUDWDPLHQWRHQHO&DStWXORFRUUHVSRQGLHQWH
DOD+DFLHQGD(QUHODFLyQFRQODH[WHQVLyQGHOFUpGLWRSRGUtDD¿UPDUVHTXHWDQ
VRORORVFDPSHVLQRVTXHHUDQDOWDPHQWHDXWRVX¿FLHQWHVTXHVLPSOHPHQWHWURFDEDQ
unos bienes por otros con algunos vecinos o los muy pequeños agricultores que te-
QtDQEDMRVQLYHOHVGHFRQVXPRSRGtDQOLEUDUVHGHHQGHXGDUVH3RUHVWRVDxRVWRGD-
YtDKDEtDTXLHQHVSRGtDQSHUPLWtUVHORDXQTXHSRUUD]RQHVFXOWXUDOHVHOUHVWRGHOD
SREODFLyQORVSXGLHUDFRQVLGHUDULJQRUDQWHV(QHQODHQFXHVWDHQFDUJDGDSRU
HOJRELHUQRVREUHHOHVWDGRGHOSDtVHOIXQFLRQDULRLQIRUPDQWHVREUHODORFDOLGDGGH
'RORUHV,]DOFRD¿UPDEDUH¿ULpQGRVHDORVLQGtJHQDV
³VHDSRULJQRUDQFLDSRUIDOWDGHSUHYLVLyQRGHVDSHJRDODKDFLHQGDWRGDVX
IRUWXQDFRQVLVWHHQFRVDVGHSRFDHVWLPDFLyQSXHVHQSRVH\HQGRPDt]\IULMROHV
casi ya no tienen que desear”.68

Dejando al margen los espacios campesinos en que todavía predominaba la

HFRQRPtDQDWXUDO\ORVGHODSHTXHxDDJULFXOWXUDGRQGHODPRQHGDQRKDEtDSH-
QHWUDGRGHIRUPDJHQHUDO\TXHIXHURQUHGXFLpQGRVHFRQHOSDVRGHORVDxRVJUDQ
parte de la población en contacto con el sector monetarizado de la economía se veía
obligada en mayor o menor medida a entrar en la trampa del crédito. Los cortos
salarios por su trabajo y la escasa capacidad de generar renta monetaria debida a los
EDMRVSUHFLRVDTXHHUDQVRPHWLGRVHQVXVSURGXFFLRQHVSRUORVFRPHUFLDQWHVORV
conducían a tener que pedir prestado. Naturalmente no solo la población humilde
VROLFLWDEDFUpGLWR7DPELpQORKDFtDQORVJUDQGHVFRPHUFLDQWHV\KDVWDHO(VWDGR
pero eran modalidades muy diferentes del fenómeno. En el caso de la gran mayoría
GHODSREODFLyQHOFRQMXQWRGHIDFWRUHVTXHLQÀXtDHQVXHVFDVH]GHUHFXUVRVQRHUD
FDVXDOVLQRDOJRJHQHUDGRKLVWyULFDPHQWH\DKRUDDSURYHFKDGRSRUTXLHQHVGHWHQ-
taban el poder económico y político en el país. La limitada capacidad de recursos
monetarios de gran parte de la población por las razones ya expuestas hacía que
HOYROXPHQGHFUpGLWRIXHVHDOJRQHFHVDULRIUHFXHQWHTXHDGTXLULHUDXQYROXPHQ
muy importante y jugosas ganancias. La sección de documentos judiciales del Ar-
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 97

chivo General de la Nación está llena de pleitos derivados de créditos impagados

GHFXDOTXLHUPDJQLWXGGHVGHRSHUDFLRQHVGHPHGLDQD\JUDQHQYHUJDGXUDKDVWD
muchas de pequeña entidad para consumo diario.69 Y aunque no se puede confundir
HVFDVH]GHUHFXUVRVPRQHWDULRVFRQIDOWDGHOLTXLGH]ORFLHUWRHVTXHODHVFDVH]GH
moneda tenía una relación importante con una situación bastante general de limita-
da disponibilidad de efectivo.
Durante el período que cubre este capítulo no existía ninguna institución cre-
GLWLFLDHQHOSDtVSRUORTXHHODEXQGDQWHYROXPHQGHFUpGLWRLQWHUQRTXHVHFRQFH-
día por toda la geografía del país lo otorgaban casi en su totalidad individuos parti-
FXODUHVDOJXQRVFRQSUR\HFFLyQS~EOLFD\HPSUHVDVSULYDGDVGHWRGDVODVHQYHUJD-
duras económicas.70(OSDSHOTXHHQDOJ~QPRPHQWRMXJyOD,JOHVLDSUiFWLFDPHQWH
había desaparecido y en el caso de otras instituciones que en ocasiones actuaban en
HOWHUUHQRGHOFUpGLWRHQHVWRVDxRVORKDFtDQSXQWXDOPHQWH\VXIXQFLyQHVHQFLDOQR
era ésta. $VtSRUHMHPSOROD-XQWDGH&DULGDGGH6DQ6DOYDGRUGHODTXHIRUPDEDQ
SDUWHUHOHYDQWHVHPSUHVDULRVRIUHFtDHQGDUDLQWHUpVSVGHORVIRQGRV
del Hospital de la ciudad y esperaba propuestas.71 Al margen de casos puntuales
FRPRpVWHHQUHDOLGDGFXDOTXLHUSHUVRQDFRQXQDFLHUWDFDQWLGDGGHUHFXUVRVSRGtD
VHUSUHVWDPLVWDSHURHOJUDQYROXPHQGHOFUpGLWRHUDPDQHMDGRSRUORVPLHPEURVGH
la oligarquía y los agentes de casas comerciales extranjeras que desarrollaban tam-
ELpQHVWDIXQFLyQ(VGHFLUODROLJDUTXtDHMHUFtDGLUHFWD\SHUVRQDOPHQWHODIXQFLyQ
del crédito sin la intermediación de ninguna empresa hasta que en 1880 se fundó
el primer banco en el país. Este proceso formaba parte de la transición de la clase
social dominante en El Salvador que estaba comenzando a operarse en estos años.
Otro rasgo nada sorprendente de la economía salvadoreña de estos años era
HODOWRJUDGRGHPRURVLGDGTXHDIHFWDEDQRVRORDOVHFWRUSULYDGRGHODHFRQRPtD
VLQR WDPELpQ DO (VWDGR TXH UHWUDVDED HO SDJR GH VXV GHXGDV FRQ VXV DFUHHGRUHV
SHURWDPELpQFRQORVVHUYLGRUHVS~EOLFRVFLYLOHV\PLOLWDUHV\TXHDVXYH]YHtD
FyPRFRPHUFLDQWHVVHGHPRUDEDQHQHOSDJRD+DFLHQGDGHGHUHFKRV¿VFDOHVSRU
importación o por el negocio del aguardiente.72 Lógicamente se trataba de un fe-
QyPHQRTXHQRHVSRVLEOHPHGLUSHURHOQ~PHURGHFDVRVSRULPSDJRVGHFUpGLWRV
privados –el crédito público se resolvía mediante otos mecanismos– en los archivos
MXGLFLDOHVGHWRGDVODVFDUDFWHUtVWLFDV\PDJQLWXGHVHVPX\DOWR'DGDODIUHFXHQWH
GL¿FXOWDGGHFREUDUORVSUpVWDPRVHQFDVRVGHSHTXHxD\PHGLDQDHQYHUJDGXUDVH
creó la costumbre entre acreedores de ceder las deudas a los fondos municipales
para que las cobrasen los municipios. La práctica se arraigó tanto que en 1866 el
JRELHUQRDSUREyXQGHFUHWRIDFXOWDQGRDORVDOFDOGHVFRQDXWRULGDGVX¿FLHQWHSDUD
que pudieran ejecutar y cobrar las deudas cedidas por particulares por vía guberna-
WLYDGHVWLQDQGRHOSURGXFWRUHFDXGDGRDOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRV73
Una de las características fundamentales del crédito en una sociedad con una
HVWUXFWXUDHFRQyPLFDFRPRODGH(O6DOYDGRUHQHOVLJOR;,;SURFHGtDGHOKHFKR
98 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

de que el principal sector de la economía era la agricultura lo que impregnaba la

QDWXUDOH]DGHODPD\RUSDUWHGHOFUpGLWR(QHIHFWRHQXQDVRFLHGDGDJUDULDFRPR
la salvadoreña casi cualquier crédito adquiría un carácter hipotecario porque el aval
RJDUDQWtDKDELWXDOGHFXDOTXLHUSUpVWDPRVROtDVHUXQELHQUDt]JHQHUDOPHQWHXQD
¿QFDGHFXOWLYR/RVQLYHOHVGHOFUpGLWRSRUORTXHVHUH¿HUHDVXFXDQWtDDVtFRPR
DOJUDGRGHIRUPDOLGDGHQVXFRQWUDWDFLyQHUDQYDULDGtVLPRV\ODFDUDFWHUtVWLFDTXH
VHKDH[SXHVWRQRDIHFWDEDFRPRSDUHFHOyJLFRHQHOFDVRGHOSHTXHxRFUpGLWRDO
FRQVXPRRHQVHUYLFLRV&RPRVXFHGtDHQRWUDVVRFLHGDGHVGHVGHKDFtDVLJORVHQ
ODVORFDOLGDGHVGHOSDtVGHVGHODVPD\RUHVDODVGHPHQRUHQYHUJDGXUDSDUWHGH
ODSREODFLyQFRPSUDEDSURGXFWRVRDOTXLODEDVHUYLFLRVDFUpGLWRSRUQHFHVLGDGGH
PDQHUDLQIRUPDOSRUFDQWLGDGHVPX\EDMDV\SUiFWLFDPHQWHVLQJDUDQWtDV&XDQGR
VHSURGXFtDQLPSDJRVHQPXFKDVGHHVWDVVLWXDFLRQHVQRHUDH[WUDxRTXHHODFUHH-
GRUDFXGLHUDDODMXVWLFLDSDUDWUDWDUGHFREUDUODFDQWLGDGTXHVHOHDGHXGDEDORTXH
DOPDUJHQGHLPSHUIHFFLRQHVHQHOIXQFLRQDPLHQWRGHOVLVWHPDMXGLFLDOGHVPLHQWH
la idea de que en El Salvador del siglo XIX el crédito no gozaba de garantías judi-
FLDOHV$VtSRUHMHPSORHQH[LVWtDQSOHLWRVHQORVMX]JDGRVGH6DQWD$QDSRU
GHXGDVGHSV±pVWDKDEtDGDGROXJDUDOHPEDUJRGHORVELHQHVGHOGHXGRU±GH
ps o de 7 ps 4 rs por una fanega de maíz desgranado.74
Una de las modalidades más extendidas de crédito era el conocido como
KDELOLWDFLyQGHDPSOtVLPDDSOLFDFLyQHQODDJULFXOWXUDSHVHDORFXDOQRKDVLGR
objeto de gran atención por la investigación. 75 En relación con el fenómeno de la
KDELOLWDFLyQFRQYLHQHGLVWLQJXLUORTXHHUDKDELOLWDUDSHUVRQDVGHORTXHHUDKDEL-
litar a la producción. En el primer caso el procedimiento consistía en un adelanto
monetario a un trabajador por el cual éste establecía un compromiso de trabajo con
HOKDELOLWDGRUFRQREMHWRGHUHDOL]DUXQDDFWLYLGDGTXHVROtDHVWDUUHODFLRQDGDFRQOD
agricultura pero no exclusivamente.76 En realidad se trataba de un crédito a devolver
HQWUDEDMR\HUDXQRGHORVPHFDQLVPRVSRUORVTXHSHUVRQDVVLQWLHUUDFDPSHVLQRV
o pequeños agricultores se convertían en jornaleros. No se dispone de datos acerca
de cuál era el nivel de los salarios que los contratantes ofrecían en las habilitaciones
DOWUDEDMRSHURHVLPSUREDEOHTXHIXHVHPHQRUGHOTXHSRUORJHQHUDOVHSDJDEDGH
ORVSHRQHVUXUDOHVDOPHQRVHQORVDxRVTXHFXEUHHVWHFDStWXOR\TXHVHVLWXDEDHQ
WRUQRDGRVUHDOHVGLDULRVVLQFRQWDUORVGRPLQJRVDXQTXHSRGtDGHVFHQGHUDXQUHDO
y un cuartillo si la comida corría a cargo del empleador.77)UHQWHDHVWDPRGDOLGDG
en la habilitación a la producción no se establecía ningún compromiso de relación
ODERUDOVLQRTXHFRQVLVWtDEiVLFDPHQWHHQOD¿QDQFLDFLyQDXQSURGXFWRUDJUtFROD
y que frecuentemente incluía la compra por adelantado de toda o parte de su pro-
GXFFLyQ(VWD¿QDQFLDFLyQVHKDFtDVREUHWRGRDSHTXHxRVSURGXFWRUHVSHURFRPR
VHYHUiWDPELpQVHFRQFHGtDDDJULFXOWRUHVGHJUDQFDSDFLGDGGHSURGXFFLyQ(VWD
IyUPXODFUHGLWLFLDVHDSOLFDEDDODxLOSHURH[LVWtDODPLVPDSUiFWLFDFRQHOD]~FDU
RHOPDt]\VHH[WHQGLyGHIRUPDH[WUDRUGLQDULDDOFDIp9HUORV&DStWXORV\
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 99

(VWDVKDELOLWDFLRQHVDODSURGXFFLyQQRHUDQUHJLVWUDGDVKDELWXDOPHQWHDQWHQRWDULR
VLELHQODVGHJUDQFXDQWtDVHUHJLVWUDEDQSHURHQFDVRGHSOHLWRMXGLFLDOWRGRVORV
FRPSURPLVRVWHQtDQYDOLGH]OHJDOFXDOTXLHUDTXHIXHVHVXVRSRUWHGRFXPHQWDO(Q
cuanto a las tasas de interés solían ser muy altas y en el café se superaban niveles
GHODQXDOFRPRVHHVWXGLDUi
$FRPLHQ]RVGHORVDxRVSDUDFXDQGRVHGLVSRQHGHODVSULPHUDVPXHV-
WUDVGHFDVRVOyJLFDPHQWHHOSURGXFWRSDUDHOTXHVHSUHVWDEDHQPD\RUFDQWLGDG
bajo el formato de habilitación era el añil. Los casos que aquí se mencionarán y
RWURVHUDQWRGRVUHJLVWUDGRVDQWHQRWDULRSHURKDEtDPXFKtVLPRVPiVHQTXHORV
créditos nunca pasaban por ese trámite y de los que no se tiene conocimiento salvo
que no se pagaran y concluyeran en los tribunales de justicia.78 Muchas personas
sin gran relevancia económica pero con algunos recursos compraban por adelanta-
do pequeñas cantidades de añil para después revenderlo a comerciantes de mayor
envergadura. Este mecanismo no era excluyente sino complementario con el co-
PHUFLRGHDxLOTXHVHSURGXFtDHQODVIHULDVTXHHQWUHRWUDVIXQFLRQHVFRQVWLWXtDQ
un mercado local en el camino del añil hacia el mercado internacional. Eran los
medianos y grandes comerciantes y agentes de casas extranjeras los que prestaban
HQPD\RUHQYHUJDGXUDFRPSUDQGREDUDWRDORVSHTXHxRV\PHGLDQRVSURGXFWRUHV
SDUDREWHQHUEHQH¿FLRVHQHOGLIHUHQFLDOHQWUHHOEDMRSUHFLRDTXHFRPSUDEDQDVHLV
PHVHVRXQDxRGHODFRVHFKD\HOSUHFLRTXHDGTXLUtDHOSURGXFWRHQHVHFDVRHO
DxLOFXDQGR\DHVWDEDHQHOPHUFDGRGHVSXpVGHHODERUDGR6HWUDWDEDSRUWDQWRGH
una compra adelantada pero en realidad era un crédito al productor.
Entre los compradores por adelantado de producción de añil se encontraba
DFRPLHQ]RVGHORVDxRVÈQJHO*XLURODXQRGHORVJUDQGHVQRPEUHVGHOD
oligarquía salvadoreña del XIX que llegó a ser gran cafetalero.79 A partir de sus va-
ULDGRV\UHQWDEOHVQHJRFLRV*XLURODIXHXQRGHORVHOHPHQWRVGHODROLJDUTXtDTXH
ingresó en la política –no todos sintieron la necesidad de hacerlo o no pudieron– co-
PHQ]DQGRFRPRDOFDOGHGH=DFDWHFROXFDOOHJDQGRDVHUVHQDGRU\SUHVLGHQWHGHOD
5HS~EOLFDLQWHULQDPHQWHHQODGpFDGDGHDXQTXHVXVUHODFLRQHVFRQHOSRGHU
\HO(VWDGRWXYLHURQWDPELpQRWUDVH[SUHVLRQHVFRPRVHWHQGUiRFDVLyQGHFRPSUR-
EDU(QHVWRVDxRV\HQWUHRWUDVDFWLYLGDGHVÈQJHO*XLURODHVWDEDHQHOQHJRFLRGHO
DxLO\FRPSUDEDJUDQGHVFDQWLGDGHVGHOSULPHUSURGXFWRGHH[SRUWDFLyQSRUHMHP-
SORHQ7HFROXFD±WHUFLRVDXQSURGXFWRUTXHKLSRWHFyVXKDFLHQGD±R¿QDQFLDED
DSURGXFWRUHVFRPRDXQRFRQSVHQ6DQ9LFHQWH±FRQKLSRWHFDGHFDVD±\
a otro con 5.000 ps en Santa Lucía –con otra hipoteca de tierras como garantía–.80
Otro personaje en este negocio tan fructífero era el ya conocido comerciante
<DQXDULR%ODQFRGHPRVWUDQGRTXHHOFDSLWDOQRVHGHWHQtDDQWHVXWLOH]DVGHWLSRV
de crédito. En 1860 Blanco había concedido un préstamo por añil en la importante
FLIUDGHSV\HOEHQH¿FLDULRGHOSUpVWDPRKDEtDKLSRWHFDGRVXVKDFLHQGDV0H-
FKROWLTXH6DQ$QWRQLR\*XDMR\RHQ7HFDSD'HSDUWDPHQWRGH8VXOXWOiQ\6DQ
100 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Vicente como garantía del crédito.813RGUtDGHFLUVHTXHGHODPLVPDHQYHUJDGXUD

TXH%ODQFRFRPRFRPHUFLDQWHHUD-RVp$QWRQLR*RQ]iOH]KHUPDQRGHOIXWXURSUH-
VLGHQWHGHOD5HS~EOLFDHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]-$*RQ]iOH]TXHFRPR
HPSUHVDULRDFWXDEDHQXQDJUDQYDULHGDGGHWHUUHQRVLJXDOPHQWHSDUWLFLSDEDHQHO
del añil.82<ORPLVPRTXHpOXQFRQRFLGRPLOLWDUHOJHQHUDO0DULDQR+HUQiQGH]83
2WURPLHPEURGHOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDFRPR<DQXDULR%ODQFRLQYROXFUDGRHQ
HOQHJRFLRGHODxLOHUDHOVHQDGRU'LHJR/ySH]SHURPXFKRPiVFRQRFLGRTXHpO
HUD HO PpGLFR 0DQXHO *DOODUGR RWUR QRPEUH TXH DxDGLU D OD PLQRUtD VRFLDO GR-
minante en el país en la segunda mitad del XIX. Gallardo se había establecido
HQ 6DQWD 7HFOD GRQGH IXH DOFDOGH \ pO WDPELpQ JUDQ FDIHWDOHUR &RPR *XLUROD
Gallardo pasó a la política nacional donde llegó a tener actuaciones como mínimo
VRVSHFKRVDVGHHVFDVD¿GHOLGDGDO(VWDGRHQpSRFDGHOSUHVLGHQWH5DIDHO=DOGtYDU
(QFXDOTXLHUFDVR*DOODUGRIXHPLHPEURGHOD$VDPEOHD\VXSUHVLGHQWHHQYDULDV
ocasiones.84 En 1861 había hecho una inversión relativamente menor de un crédito
sólo por 165 libras de añil.85
3RURWUDSDUWHWDPELpQH[LVWtDQFUpGLWRVDDJULFXOWRUHVTXHQRHUDQFRQVLGH-
UDGRVKDELOLWDFLRQHVTXHPD\RULWDULDPHQWHHUDQUHJLVWUDGRVDQWHQRWDULRTXHHUDQ
FRQFHGLGRVDWDVDVGHLQWHUpVFRUULHQWHVHQHOPHUFDGRHVGHFLUHQWUHHO\HO
DODxR\DORVTXHVHUHJUHVDUiDEDMR6HFRQVHUYDQQXPHURVRVIUDJPHQWRVGH
escribanías de diferentes Departamentos que permiten conocer los rasgos generales
GHHVWRVFUpGLWRVDSURGXFWRUHVDJUDULRV\SRUFLHUWRDOJXQDVGHODVGLIHUHQFLDVGH
la agricultura en diferentes zonas del país. No se dispone de espacio para exponer
ODDPSOLWXGGHFRQFOXVLRQHVTXHSXHGHH[WUDHUVHGHHVWDGRFXPHQWDFLyQSHURVH
aprovecha parte de la información para el objeto de que aquí se trata.
En este tipo de crédito a productores agrarios el prestamista se convertía en
¿QDQFLDGRUGHOSURGXFWRUSRUORJHQHUDOODRSHUDFLyQQRLQFOXtDODFRPSUDGHOD
producción y probablemente en muchos casos el préstamo no iba destinado a la
propia actividad agrícola. De los numerosos casos que existen se pueden elegir
algunos como ejemplos de lo que se expone. Uno corresponde de nuevo al fuerte
FRPHUFLDQWH \ FRQRFLGR SROtWLFR<DQXDULR %ODQFR TXH VH KDEtD DVRFLDGR D ¿QHV
GHODGpFDGDGHFRQ0DQXHO7ULJXHURVRWURSURPLQHQWHPLHPEURGHOPXQGR
FRPHUFLDOGH(O6DOYDGRUFRQHOTXHFUHyODSRWHQWHFDVDFRPHUFLDO\¿QDQFLHUD
Blanco y Trigueros.86%ODQFRSUHVWDEDHQORVWpUPLQRVVHxDODGRV\SRUHMHPSORD
comienzos de la década de 1860 tenía diversos créditos a diferentes personas en
San Vicente por importes de más de 4.000 y 5.000 ps.87 Desde luego había también
H[WUDQMHURVSDUWLFLSDQGRHQHVWHWLSRGHRSHUDFLRQHV3RUHMHPSORODFDVD.HUIHUG
\&tDFRQRULJHQ\YLQFXODFLRQHVHQ/LYHUSRROKDEtD¿QDQFLDGRHQHQ6RQ-
VRQDWHGRQGHWHQtDVXR¿FLQDSULQFLSDOD3HGUR$OEHUJXHXQJUDQKDFHQGDGRGHOD
]RQDKDVWDHQSVSDUDORFXDOHVWH~OWLPRKLSRWHFyVXKDFLHQGD³1XHYD´\
su casa.88$xRVGHVSXpVFXDQGRODVHVWUXFWXUDVGHOFUpGLWRFDPELDURQHQ(O6DOYD-
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 101

GRUORVKHUHGHURVGH3HGUR$OEHUJXHQHJRFLDURQQXHYRVSUpVWDPRVSHURHQWRQFHV
con uno de los bancos que se fundaron en el país.89
.HUIHUG WDPELpQ WUDEDMDED HQ 6DQ 0LJXHO GRQGH WHQtD LJXDOPHQWH FUpGLWRV
concedidos.90 (Q HVWD FLXGDG RSHUDED WDPELpQ OD FDVD GH /RQGUHV 0RVHV /HY\
DQG&RTXHHQSRUHMHPSORWHQtDRWRUJDGRXQFUpGLWRGHOLEUDVHVWHU-
OLQDVHTXLYDOHQWHVDSVD)ORUHQWtQ6RX]DeVWHKDEtDKLSRWHFDGRVXFDVD
XQLQJHQLRFRQPRWRUGHYDSRU\ODPiTXLQDGHKDFHUD]~FDU³SRUFRQFUHWR´
PDQ]DQDVVHPEUDGDVGHFDxD\RWUDVGHVPRQWDGDVSDUDHOPLVPRFXOWLYRWRGR
HQODKDFLHQGDGHO3LOyQGHFULDUJDQDGRGHVXSURSLHGDGHQMXULVGLFFLyQGH&RQ-
FKDJXDHQ/D8QLyQ/RLQWHUHVDQWHHVTXHDOPLVPRWLHPSR\UHJLVWUDGDHQOD
PLVPDIHFKD\DQWHHOPLVPRQRWDULR)ORUHQWtQ6RX]DWHQtDSUHVWDGRVSVD
3HGUR%UXQLHOFXDOKDEtDKLSRWHFDGRVX¿QFDGHD]~FDUFRQPDQ]DQDVGHFDxD
\FDVDYDULRVUDQFKRVGRVJDOHUDVODPDTXLQDULDGHIDEULFDUD]~FDUFRQVLVWHQWHHQ
XQWUDSLFKHGHKLHUURXQDPiTXLQDGHYDSRUGHFDEDOORVGRVFODUL¿FDGRUHVDYD-
SRU\XQDPiTXLQD³FRQFUHWRU´VLFFRPSOHWD7RGRHOORVHHQFRQWUDEDHQHMLGRVGH
6DQ0LJXHOORTXHFRPRVHYHUiSRVWHULRUPHQWHGHPXHVWUDTXHDQWHVGHODH[WLQ-
FLyQGHORVHMLGRVpVWRV\DHVWDEDQVLHQGRREMHWRGHKLSRWHFDVHLQFOXVRYHQWDVHQ
FROLVLyQMXUtGLFDFRQVXWLWXODULGDGTXHHUDPXQLFLSDO91 Como se puede comprobar
ODVUHODFLRQHVHPSUHVDULDOHVHUDQVLQRFRPSOHMDVFXULRVDV3UREDEOHPHQWH6RX]D
HQWUHJDEDD0RVHV/HY\DQG&RD]~FDUQRVyORGHVXSURGXFFLyQVLQRWDPELpQGH
ODGH%UXQLGDGRHOPRQWDQWHGHODGHXGDTXHWHQLDFRQHOORV
Además de los comerciantes nacionales y extranjeros del tipo de los mencio-
QDGRVRWURVFLXGDGDQRVWDPELpQSUHVWDEDQHQVLPLODUHVWpUPLQRV\HQJHQHUDOHV
SUHFLVRDFODUDUTXHDXQTXHKDEtDXQDFLHUWDHVSHFLDOL]DFLyQHQWUHORVSUHVWDPLVWDV
ORVOtPLWHVGHODDFWLYLGDGQRHVWDEDQSHUIHFWDPHQWH¿MDGRV\DOJXQRVRSHUDEDQHQ
UHJLVWURV FUHGLWLFLRV DVt FRPR WHUULWRULDOHV GLIHUHQWHV (O WLSR GH LQWHUpV HQ HVWD
clase de créditos era variable. Se ha escrito que oscilaba en torno al 20% anual y
efectivamente esta podría ser una referencia válida pero no general.92 Según los ca-
VRVODWDVDGHLQWHUpVSRGtDYDULDUHQWUHHO\HOPHQVXDODXQTXHH[FHSFLR-
QDOPHQWHSRGtDDOFDQ]DUQLYHOHVPX\DOWRV3RUHMHPSORHOPHQFLRQDGR)ORUHQWtQ
6RX]DFREUDEDD3HGUR%UXQLXQPHQVXDOORTXHKDFtDPiVGHODODxR<
FRPRVHYHUiHQFDVRVGHRWURVWLSRVGHSUpVWDPRVHVSHFLDOPHQWHORVUHODFLRQDGRV
FRQHOFDIpODVFLIUDVHUDQVXSHULRUHV(VWHKHFKROyJLFDPHQWHWHQtDUHODFLyQFRQODV
propuestas que pronto comenzaron a hacerse para la creación de un banco hipote-
FDULRSHURDOKDEHUHQOD$VDPEOHD1DFLRQDOSURPLQHQWHVSROtWLFRV\SURSLHWDULRV
TXHSUHVWDEDQ\REWHQtDQDOWDVWDVDVGHLQWHUpVHQODDJULFXOWXUDODVVXFHVLYDVSUR-
puestas fueron rechazadas por el Legislativo. Algunos representantes y senadores
GHOD$VDPEOHDFRPRHOFLWDGR<DQXDULR%ODQFRRÈQJHO*XLURODSHUGHUtDQIXHUWHV
ganancias con la existencia de un banco hipotecario y El Salvador no llegó a tener
uno hasta bien entrado el siglo XX.
102 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

A veces algunos agricultores que tenían una producción de cierta enverga-

dura llegaban a endeudarse con varios prestamistas que lógicamente acudían al
concurso de acreedores cuando aquéllos no podían pagar sus deudas. Éste era el
FDVRHQGH-DFLQWR$UWLJD\VXVDFUHHGRUHV0DQXHO6RWR*HUWUXGLV2VRULR
3LODU/DJRV(PHWHULR5XDQR*XVWDYR/R]DQR/XLV&yGRYD-RVp0DUtD&DUD]R\
0DXULFLR'XNHHQFRPSDxtD\0LJXHO<~GLFH\&tDDTXLHQHVGHEtDXQD³FDQWLGDG
LQGHWHUPLQDGDHQORTXHPiVGHSVYDOJDXQD¿QFDGHFDxDFDIp\PDTXLQDULD
de hierro con sus adherentes para elaborar azúcar”.93 La importancia de varios de
ORVDFUHHGRUHVLQGLFDTXHHOSURGXFWRUGHEtDKDEHUJR]DGRGHFRQ¿DQ]DVX¿FLHQWH
3RURWUDSDUWHQRHVIiFLOVDEHUDTXpUHVSRQGtDQORVSVLQLFLDOHVTXHTXHGDEDQ
IXHUDGHODOFDQFHGHORVDFUHHGRUHV3HURORPiVLQWHUHVDQWHGHOFDVRHVTXHOD¿QFD
TXHQRGHEtDVHUSHTXHxDVHHQFRQWUDEDHQHMLGRVGHODFLXGDGGH6DQ9LFHQWHOR
TXHGHPXHVWUDTXH\DSDUDHVWRVDxRVWLHUUDVHMLGDOHVHUDQREMHWRGHKLSRWHFDVXQD
singularidad debida a la presión del mercado que será objeto de comentario más
adelante.
8Q FDVR PX\ VLQJXODUHQ HOQHJRFLRGHODxLOHUD HOGH XQ /GR -RVp 6LOYD
TXLHQWHQtDKLSRWHFDGDVXFDVDHQ6DQ0LJXHOPiVVXVKDFLHQGDVGHDxLO\WHUUHQRV
HQ &KDSHOWLTXH SRU  SV UHVWR GH XQD GHXGD PD\RU FRQ ORV 6UHV7KRPDV
0DQQLQJ\&tDGH/LYHUSRROTXHHQPDU]RGHGHEtDSDJDUDO³VHxRU3UHVL-
GHQWHGHOD5HS~EOLFD'RQ)UDQFLVFR'XHxDV´SRUFXHQWDGHORVUHIHULGRV6UHV7R-
más Manning y Cía.94 4XLHUHHVWRGHFLUTXHFRPRHVVDELGRHOSUHVLGHQWH'XHxDV
VLQGXGDRWURGHORVPHMRUHVUHSUHVHQWDQWHVGHODROLJDUTXtDQDFLRQDOWDPELpQHUD
XQKRPEUHGHQHJRFLRVGHDOWXUDLQFOXVRVLHQGRSUHVLGHQWHHQORVTXHJR]DEDGHOD
FRQ¿DQ]DGHFDVDVGHFRPHUFLRH[WUDQMHUDVJUDFLDVDVXVSROtWLFDVHFRQyPLFDV\VR-
FLDOHVDORODUJRGHVXVSHUtRGRVGHJRELHUQR$GHPiVGHODxLOHQWUHRWURVSURGXFWRV
WDPELpQHUDQREMHWRGHFRPSUDVSRUDGHODQWDGRHVWDEDODVDOHQODTXHWDPELpQÈQJHO
*XLURODLQYHUWtD$VtHQ6DQWLDJRGH1RQXDOFRKDEtDFRPSUDGRIDQHJDVGHVDO\
el productor había hipotecado cinco obrajes de salinas como garantía del crédito.95
3RVLEOHPHQWHHOFUpGLWRPiVFRP~QGHWRGRVHUDHOFUpGLWRSHUVRQDOVLQQLQ-
JXQDUHODFLyQFRQDFWLYLGDGHFRQyPLFDDOJXQDTXHVHGHQRPLQDED³DPXWXR´(Q
HOFDVRGHORVSDUWLFXODUHVHOFUpGLWRTXHGHEtDQSHGLUFRQIUHFXHQFLDHQVXYLGD
GLDULDPHGLDQWHHVWDPRGDOLGDGHUDRULJHQGHLPSRUWDQWHVEHQH¿FLRVSDUDTXLHQHV
HVSHFXODEDQ\MXJDEDQFRQHOFUpGLWRXQFDStWXORLPSRUWDQWtVLPRHQXQDHFRQRPtD
FRQHVWDHVFDVH]GHQXPHUDULR(UDXWLOL]DGRSRUXQDJUDQFDQWLGDGGHSHUVRQDV
independiente de su función en la estructura económica del país y de su nivel de
riqueza en propiedades o rentas. No es especialmente interesante salvo por el he-
FKRGHTXHXQDYH]PiVFXDQGRVHWUDWDEDGHFDQWLGDGHVGHFLHUWDLPSRUWDQFLDHO
SUHVWDPLVWDH[LJtDXQDJDUDQWtDTXHQRUPDOPHQWHHUDQFDVDVR¿QFDVDFRUGHVFRQ
ODLPSRUWDQFLDGHOSUpVWDPR3DUDORVDxRV\ODVHVFULEDQtDVTXHVLUYHQGHPXHVWUD
DHVWDUHYLVLyQSHUVRQDVFRPRHOJHQHUDO0DQXHO(VWHYHVÈQJHO*XLUROD3DEOR
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 103

2UHOODQDR-RVp5RVDOHVDSDUHFHQSUHVWDQGRGLQHURDPXWXRSRUUD]RQHVGLYHUVDV96
(OPpGLFR-RVp5RVDOHVTXHKDSDVDGRDODPHPRULDGHXQDSDUWHGHODVRFLHGDG
VDOYDGRUHxDFRPRXQ¿OiQWURSRWXYRHQYLGDXQDDFWLYLGDGHFRQyPLFDGHFLHUWD
intensidad como prestamista y accionista de una empresa dedicada al comercio
H[WHULRUDOPHQRV97
3HURD~QTXHGDRWURWLSRGHFUpGLWRRPHMRUVHGLUtDGHODSXHVWDDGLVSRVL-
FLyQGHOFUpGLWRGHXQDSHUVRQDTXHDFWXDEDFRPRDYDOLVWDDIDYRUGHRWUD\DQWH
una tercera o ante el Estado. Este último era el caso cuando se trataba de ocupar un
FDUJRRGH¿UPDUXQFRQWUDWRFRQODDGPLQLVWUDFLyQ(OFUpGLWRGHODYDOLVWDHVWDED
UHVSDOGDGRQRUPDOPHQWHSRUVXVSURSLHGDGHV\WHQtDHOFDUiFWHUGHLQGH¿QLGRSDUD
estar disponible en caso de que el futuro empleado público fuese alcanzado en sus
cuentas o en sus responsabilidades por la administración del Estado. Lógicamente
HOEHQH¿FLDULRGHGLFKRFUpGLWRHQFDVRGHVHUQHFHVDULRUHFXUULUDpOHUDHOHP-
SOHDGRUHVGHFLUHOSURSLR(VWDGRSRUYtDGHO)LVFReVWHHVXQWHUUHQRSULYLOHJLDGR
para observar otro de los recursos que tenía la oligarquía para disponer de cuotas
GHLQÀXHQFLDVREUHHODSDUDWRGHO(VWDGR\HYHQWXDOPHQWHEHQH¿FLDUVHGHHOODV
Era ésta una vía indirecta. No se trataba sólo de ocupar directamente un puesto de
DOWRQLYHOHQDOJXQRGHORVSRGHUHVGHO(VWDGRRGHOOHJDUDVHUXQSRGHURVRWHUUD-
WHQLHQWHRHPSUHVDULRHQHOSDtVVLQRDGHPiVGHWHQHUODSRVLELOLGDGGHLQÀXLUR
GHWHQHUDVFHQGLHQWHDOPHQRVVREUHFDUJRVGHVHJXQGRQLYHOHQODDGPLQLVWUDFLyQ
pero algunos de ellos muy importantes en el funcionamiento de ciertas áreas de la
administración.
La actividad más frecuente para la que eran necesarios avalistas –aparte de
ORVFDUJRVPXQLFLSDOHVTXHVLQGXGDWDPELpQWHQtDQVXLPSRUWDQFLD±HUDQODVGHORV
concesionarios de estanquillos para la venta de aguardiente.98 Era alto el número de
estanquillos que se subastaban por Departamentos y constituían un sector estraté-
JLFRSDUDODDGPLQLVWUDFLyQGDGRTXHODYHQWDGHDJXDUGLHQWHFRQVWLWXtDHOVHJXQGR
UXEURPiVLPSRUWDQWHGHORVLQJUHVRV¿VFDOHV/DVVXPDVFRQODVTXHVHSRGtDJD-
nar una subasta por un estanquillo crecieron con el tiempo y podían oscilar entre
200 y 1.500 ps aproximadamente por estanquillo y año. Estas cifras dependían del
YROXPHQGHSREODFLyQ\GDODDFWLYLGDGHFRQyPLFDGHODVORFDOLGDGHVGHORTXHVH
deducía el valor estimado del consumo de aguardiente en ellas.99
3HURKDEtDSXHVWRVPiVUHOHYDQWHVHQODDGPLQLVWUDFLyQGHO(VWDGRSDUDORV
TXHKDFtDQIDOWD¿DGRUHV3RUHMHPSORHOGHWHVRUHURJHQHUDOGH+DFLHQGD(Q
0DQXHO$QGUDGHLEDDRFXSDUHVWHFDUJR\FRQVLJXLyOD¿DQ]DLQGH¿QLGDGH0LJXHO
6iL]DUXQGLSXWDGRGHOD$VDPEOHDGHVGHODGpFDGDGHDGHPiVGHH[JREHUQD-
dor de Sonsonate y cafetalero.100'HVGHODWRPDGHSRVHVLyQGH$QGUDGH6iL]DU\D
sabía que en caso de necesidad nada menos que el tesorero general del Ministerio
GH+DFLHQGDORPLUDUtDFRQEXHQRVRMRV3RURWUDSDUWHHQODPLVPDpSRFDHOFLWD-
GRJUDQFRPHUFLDQWH-RVp$QWRQLR*RQ]iOH]VLUYLyGHDYDOLVWDFRQDOJXQRVELHQHV
104 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

VX\RVSDUD/LVDQGUR0HODUDTXHIXHQRPEUDGRDGPLQLVWUDGRUJHQHUDOGH/LFRUHV
RWURSXHVWRVLQGXGDUHOHYDQWHHQODDGPLQLVWUDFLyQ\DTXHHOUDPRGHDJXDUGLHQWH
era fundamental en los ingresos de la Hacienda nacional.1013DUHFHRSRUWXQRUHFRU-
GDUTXHVXKHUPDQRHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]WXYRQHJRFLRVFRPRIDEULFDQWH
GHDJXDUGLHQWHHQWUHRWURV1023RUFLHUWRTXHHOSURSLR6DQWLDJR*RQ]iOH]IXHDFX-
VDGRSRUYtDHMHFXWLYDSRUHO)LVFRHQSRUSVSRUKDEHUVLGR¿DGRUGH
)UDQFLVFR3RUWDODGPLQLVWUDGRUGHOD$GXDQDGHOSXHUWRGH/D/LEHUWDGTXLHQIXH
alcanzado en 3.027 ps más otra cantidad en créditos. Sin embargo la ejecución se
UHYRFySRUTXHHOJRELHUQRFRQFHGLyXQDPRUDD3RUWDOH[LPLHQGRDO¿DGRUHQXQ
gesto de generosidad que probablemente era más con González que con el propio
3RUWDO103
(QODPLVPDOtQHDGHHVWRVDYDOHV\SRUODPLVPDIHFKDHQ6DQ0LJXHOHO
GHVWDFDGRFRPHUFLDQWH0LJXHO0DQ]LQL¿UPyFRPR¿DGRUGH-RVp0DUtD&DFKR
DGPLQLVWUDGRUGHOD$GXDQDGHOSXHUWRGH/D8QLyQ\RWURFRPHUFLDQWH)UDQFLV-
FR$]PLWLDKL]RORPLVPRFRQ(OtDV&DFKRSDUDVHUVHJXQGRJXDUGDDOPDFpQ<
también en 1861 se registraba la escritura nada menos que del Ministro de Hacien-
GD-RVp)pOL[4XLUy]FRPRDYDOLVWDGHOJXDUGDDOPDFpQGHOPLVPRSXHUWRGH/D
Unión.104 Estos son sólo algunos ejemplos para un plazo muy limitado de tiempo
que ayudan a comprender algo mejor que la estrategia que fue desarrollando el país
SDUWH GH VHFWRUHV UHGXFLGRV GH SRGHURVRV SDUD FRQWURODU HO DSDUDWR GHO (VWDGR \
FRPRVHSXHGHFRPSUREDUVXVUHFXUVRVIXHURQP~OWLSOHV
*
Conforme avanzaba la segunda mitad del XIX el volumen de los negocios
crecía con bastante rapidez. Sólo el comercio exterior movía en torno a los seis mi-
llones de pesos a comienzos de los años 1870. Si a esto se sumaba el movimiento
HFRQyPLFRJHQHUDGRSRUODDFWLYLGDGGHO(VWDGRODGHXGDS~EOLFDTXHHVWDEDFUH-
FLHQGRHWFHUDFDGDYH]PiVVRUSUHQGHQWHTXHHOSDtVQRWXYLHUDXQEDQFRQLXna
moneda propia. Claro es que se trataba de un país pequeño incluso comparado con
*XDWHPDODSHURHOYROXPHQGHOPRYLPLHQWRHFRQyPLFRMXVWL¿FDEDODH[LVWHQFLD
de una institución de crédito que agilizara y potenciara los negocios. En marzo de
XQHGLWRULDOHQHOSHULyGLFRR¿FLDOVHSURQXQFLDEDHQHVWHVHQWLGRSHURWDP-
bién se hacía eco de esta necesidad con un comentario interesante:
³(Q ORV SDtVHV TXH FRPR pVWH HPSLH]D D GHVSHUWDUVH HO HVStULWX GH HPSUHVDV
no deja de existir una indiscreta preocupación contra esos establecimientos co-
PHUFLDOHV>ORV EDQFRV@ \ VH KDFH SUHFLVR FRPEDWLUODSDUD TXH VH FRQR]FDQ VXV
SURYHFKRVRVUHVXOWDGRV\GHVDSDUH]FDODUpPRUDTXHSXHGDRSRQHUVHRGHPRUDU
el establecimiento de un Banco”.105
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 105

)LQDOPHQWHGHQXHYR'XHxDVIXHTXLHQHQOOHYyDFDERODVSULPHUDV
gestiones para crear un banco y las anunció en su discurso ante la Asamblea de
1868. Decía Dueñas:
“El comercio va adquiriendo una rápida extensión y es de esperarse mayor rique-
za y mayores rentas en el año que va transcurriendo. Se ha celebrado un convenio
SDUDHOHVWDEOHFLPLHQWRGHXQEDQFRHQHVWDFDSLWDOTXHGDUiPXFKRLPSXOVRDORV
negocios comerciales...”.106

(QHIHFWRHQDEULOGH-DFLQWR&DVWHOODQRVMHIHGH6HFFLyQGHO0LQLVWHULR
GH$VXQWRV([WHULRUHVHQUHSUHVHQWDFLyQGHOJRELHUQRKDEtD¿UPDGRXQFRQWUDWR
FRQ:LOOLDP)UDQFLV.HOO\FRPHUFLDQWHLQJOpVSDUDHOHVWDEOHFLPLHQWRGHXQEDQFR
HQOD5HS~EOLFDGHHPLVLyQGHSyVLWRGHVFXHQWR\GHPiVRSHUDFLRQHVSURSLDVGH
WDOWLSRGHHPSUHVDFRQFDUiFWHUGHVRFLHGDGDQyQLPD107 En abril de 1868 se hacía
público el anuncio de la nueva institución cuando los directores del proyectado
“Banco del Salvador” emitieron un prospecto que daba a entender que se trataba
de un asunto prácticamente hecho.108 El banco nacía con un capital de 200.000
libras en 10.000 acciones de 20 libras cada una. Tenía tres directores en Inglaterra
HQFDEH]DGRVSRUHOFRQRFLGR*HRUJH.HUIHUG\FXDWURHQ(O6DOYDGRU0DQXHO7UL-
JXHURVFRPHUFLDQWH/XLV2MHGDHPEDMDGRUGH(VSDxD\FRPHUFLDQWH&UX]8OORD
H[PLQLVWURGH(VWDGR\GH+DFLHQGD\-RVp0DUtD&DUD]RHPSUHVDULR(QWUHRWUD
LQIRUPDFLyQTXHLQFOXtDHOIROOHWRVHD¿UPDEDTXHHOEDQFRVHKDEtDFUHDGRSDUD
responder a la concesión otorgada por el gobierno del presidente Dueñas el 18 de
VHSWLHPEUHGH(OEDQFRWHQGUtDHOSULYLOHJLRH[FOXVLYRGHHPLWLUELOOHWHVTXH
VHUtDQGHREOLJDGRUHFLERHQODVR¿FLQDVS~EOLFDVHQXQDFDQWLGDGGHOLEUDV
DXQLQWHUpVGHO\DFWXDUtDWDPELpQFRPRFRPLVLRQLVWDUHFLELHQGRFRQVLJQD-
ciones de frutos haciendo los adelantos de costumbre y teniendo como agente en
Londres a Moses Levy & Cía.
En mayo del mismo año El Constitucional comentaba que estaba próxima la
DSHUWXUDGHOHVWDEOHFLPLHQWRTXHVHKDEtDFRQWUDWDGRHQ/RQGUHVFRQ':)1H-
OO\QRPEUHTXHQRDSDUHFtDHQHOSURVSHFWRGHDEULO109 Ahora se le llamaba Banco
Nacional y se hablaba de un valor nominal y de una fórmula de suscripción de las
DFFLRQHVTXHWDPSRFRFRUUHVSRQGtDQFRQODVGHOSURVSHFWR3HURPiVLQWHUHVDQWH
HUDHOFRPHQWDULRGHTXHHOUHWUDVRVHGHEtDDODGL¿FXOWDGGHSRQHUHQPDUFKDXQD
QXHYDHPSUHVDDODGLVWDQFLDFRQ/RQGUHVSHURWDPELpQ³DODVHPXODFLRQHVTXH
ha despertado”. Esto último era lo sospechoso. ¿A quién se le habían despertado
qué emulaciones y dónde? Después se exaltaba a la casa Moses Levy. Se aseguraba
TXHHUDXQD¿UPDUHVSHWDEOHTXHVXSRQtDXQDSUHQGDGHVHJXULGDGSDUDWHQHUWRGD
ODFRQ¿DQ]DHQODFRQVXPDFLyQGHODREUDGHOEDQFR\TXHSRGUtDFUHDUORFRQVXV
SURSLRVUHFXUVRV3DUDDQLPDUDORVLQYHUVRUHVDTXHDGTXLULHUDQDFFLRQHVVHLQIRU-
PDEDTXHHOSURSLR3UHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDKDEtDVLGRHOSULPHURHQ³VXVFULELU
106 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

DO*RELHUQRFRQXQQ~PHURFRQVLGHUDEOHGHDFFLRQHVDORTXHKDEtDQVHJXLGRRWUDV
personas notables.
(QDJRVWRVHUHFLELyHQ6DQ6DOYDGRUXQDFDUWDGHOHQFDUJDGR¿QDQFLHURGHO
concesionario de la empresa que se seguía llamando en Inglaterra Banco del Sal-
YDGRUDQXQFLDQGRTXH\DHVWDUHJLVWUDGDHQ/RQGUHVTXHHOUHWUDVRTXHVHHVWDED
produciendo había sido por la tardanza en la llegada de los nombramientos de los
GLUHFWRUHVHQ(O6DOYDGRUSRUODGL¿FXOWDGHQUHXQLUDORVDFFLRQLVWDVEULWiQLFRV\
a la necesidad de tener que nombrar un administrador y otro personal en San Sal-
YDGRU3RUWRGRHOORVROLFLWDEDXQDSUyUURJDGHVHLVPHVHVSDUDTXHODLQVWLWXFLyQ
entrara en funcionamiento. A la vista de la carta y encontrando comprensibles los
motivos del retraso el gobierno salvadoreño decidió conceder la prórroga solicitada
para la puesta en marcha del que en El Salvador se denominaba Banco Anglo-
Salvadoreño.110 Los motivos del retraso debían ser algo más complejos que los
esgrimidos y quizá tuvieran que ver con que no se cubriera la primera emisión de
DFFLRQHVSRUTXHHOKHFKRHVTXHHOEDQFRQXQFDDEULyVXVSXHUWDV\WRGDODRSHUD-
ción resultó en un fracaso.
'HVSXpVGHOJROSHGHHVWDGRGHHOQXHYRSUHVLGHQWH6DQWLDJR*RQ]i-
OH]SUHYLDDXWRUL]DFLyQGHO&RQJUHVR&RQVWLWX\HQWHHQRFWXEUHGHLQWHQWyGH
nuevo la creación de una institución bancaria en El Salvador que se llamaría Banco
Hipotecario Agrícola Salvadoreño. En esta ocasión el carácter que se quiso dar a
ODIXWXUDLQVWLWXFLyQHUDHOGHGHVHUSULRULWDULDPHQWHXQEDQFRKLSRWHFDULRDJUtFROD
aunque pudiera realizar también operaciones de circulación y descuento. El capital
LQLFLDOQRVXSHUDUtDORVPLOORQHVGHSHVRVHOEDQFRVHSRGUtDFRORFDUEDMRODSUR-
tección de cualquier bandera extranjera aunque el gobierno se reservaba el carácter
de “socio fundador en representación de la Nación” de lo que se derivaba que el
(VWDGRWHQGUtDXQDSDUWLFLSDFLyQHQODVXWLOLGDGHVGHOEDQFR$GHPiVHOJRELHUQR
garantizaba a todos los accionistas que tuviera la empresa un interés anual del 10%
GXUDQWH  DxRV D SDUWLU GH  ORV ELOOHWHV GHO EDQFR VHUtDQ DGPLWLGRV HQ ODV
R¿FLQDV¿VFDOHVFRPRGLQHURHIHFWLYR\HOWLSRGHLQWHUpVTXHDSOLFDUtDHOEDQFRHQ
su actividad hipotecaría sería del 10%.111 Algunos de estos puntos podían plantear
GL¿FXOWDGHVMXUtGLFDV\SRUVXSXHVWRHFRQyPLFDV/DJDUDQWtDGHOGHUHQWDEL-
lidad a los accionistas era una decisión muy arriesgada y recordaba a la garantía del
8% que también se estaba asegurando casi al mismo tiempo al primer empresario
GHXQDHPSUHVDGHIHUURFDUULOHQ(O6DOYDGRU3RURWUDSDUWHDQXQFLDUXQDWDVDGH
interés del 10% en hipotecas chocaba con los intereses de prestamistas que ganaban
KDVWDHOHQSUpVWDPRVKLSRWHFDULRVUHJXODUHVSHURTXHREWHQtDQPXFKRPiV
HQKDELOLWDFLRQHVDODSURGXFFLyQSRUORTXHSRGtDHVSHUDUVHTXHHOSUR\HFWRGH
ley despertara algún rechazo a la hora de invertir en él los grandes propietarios que
eran prestamistas.
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 107

En poco tiempo el gobierno nombró a los componentes de la Comisión Cen-

tral de suscripción a las acciones del Banco Hipotecario-Agrícola Salvadoreño que
IXHURQ$QGUpV9DOOHFDIHWDOHURGH6DQWD$QDUHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD1D-
FLRQDO\IXWXURSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD0DQXHO7ULJXHURVJUDQFRPHUFLDQWH\
ODVRFLHGDG&DUD]RL'XNHFRPSXHVWDSRUGRVJUDQGHVHPSUHVDULRVLJXDOPHQWH112
3RU SULPHUD YH] KDEtD XQ UHSUHVHQWDQWH GHO VHFWRU GH SURGXFWRUHV GH FDIp HQ HO
LQWHQWRGHFRQVWLWXLUXQEDQFRORTXHUHÀHMDEDVXLPSRUWDQFLD3RURWUDSDUWHHO
presidente González envió a dos comisionados a Londres que eran el general San-
tiago Delgado y Luis de Ojeda para negociar el contrato de constitución con una
empresa británica. Ojeda era comerciante y mantenía relaciones empresariales con
0DULDQR'RUDQWHVRWURJUDQFRPHUFLDQWH\UHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD1DFLRQDO
/RVFRPLVLRQDGRVQHJRFLDURQHQ/RQGUHVFRQORV6UHV.DWHQJHOO\&DPSEHOOTXH
WDPELpQWHQtDQQHJRFLRVHQHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ0LJXHOHQ\OOHJDURQD
¿UPDUFRQHOORVODEDVHGHODFRQWUDWDGHFRQVWLWXFLyQGHOLQVWLWXWRHQVHSWLHPEUH
GH6HJ~QORVWpUPLQRVGHODFXHUGRHQWUHRWURVGHWDOOHVVHHVWLSXODEDTXHHO
EDQFRVHOODPDUtD%DQFRGHO6DOYDGRU\WHQGUtDVXVHGHSULQFLSDOHQ/RQGUHVSHUR
cuando en San Salvador se tuvo conocimiento de éstos y otros datos del contenido
GHODFRQWUDWDHOSUHVLGHQWH6DQWLDJR*RQ]iOH]ODGHVDXWRUL]ySRUFRQVLGHUDUTXH
QRVHDWHQtDDODVFRQGLFLRQHV¿MDGDVHQ(O6DOYDGRU\SRUODVTXHGHEHUtDUHJLUVH
HOEDQFR8QDYH]UHFKD]DGRHODFXHUGR6DQWLDJR'HOJDGR\/XLVGH2MHGDUHGDF-
WDURQXQLQIRUPHGHIHQGLHQGRVXDFWXDFLyQHQ/RQGUHVODVYHQWDMDVGHODFXHUGR
DOTXHKDEtDQOOHJDGR\VHJ~QVXFULWHULRODFRQIRUPLGDGGHVXVWpUPLQRVGHODV
condiciones de base para la creación del banco.113 De dicho informe merece desta-
FDUVHODVYHQWDMRVDVFRQGLFLRQHV¿QDQFLHUDVHQTXHKDEtDQORJUDGRHODFXHUGR\ODV
IDYRUDEOHVFRQVHFXHQFLDVTXHWDQWRSDUDHOJRELHUQRFRPRSDUDODDJULFXOWXUD\HO
FRPHUFLRVHGHULYDUtDQGHOD¿UPDGHOFRQWUDWRFRQ.DWHQJHOO\&DPSEHOO
Un párrafo del escrito de Delgado y Ojeda abre la incógnita de acerca de
los intereses económicos que debían estarse moviendo en El Salvador ante la pro-
babilidad de que el Banco tuviera una fuerte inversión de capitales británicos. En
realidad el acuerdo de creación del banco admitía la participación de capitales de
GHQWUR\GHIXHUDGHOD5HS~EOLFDHLQFOXVRTXHVHSRGUtDSRQHU³EDMRODSURWHFFLyQ
de cualquier bandera extra extranjera”. Sin embargo Delgado y Ojeda escribían:
³$XQTXHKXELHUDVLGRSUHIHULEOHODFUHDFLyQGHO%DQFRFRQFDSLWDOGHOSDtVHO
gobierno bien comprende la imposibilidad de su realización: fuera de que por
hoy tal proyecto más inducirá en un error económico”.114
3DUHFtDDGLYLQDUVHTXHHQ(O6DOYDGRUH[LVWtDSRUXQODGRODGL¿FXOWDGGHVD-
FDUDGHODQWHODFUHDFLyQGHXQEDQFRVRORFRQFDSLWDOQDFLRQDOSHURDOPLVPRWLHP-
SRXQUHFKD]RDODSDUWLFLSDFLyQHQpOGHFDSLWDOEULWiQLFR\D~QPiVFRQVHGHHQ
/RQGUHV6HUtDLPSRUWDQWHUHFRUGDUHOSULPHURGHHVWRVUHFKD]RVFXDQGR¿QDOPHQWH
VHIXQGDUDHOSULPHUEDQFRHQ3HURDKRUDODDXVHQFLDGHXQDLQVWLWXFLyQGH
108 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FUpGLWRQRKDFtDVLQRPDQWHQHUODVGL¿FXOWDGHVHQHOFDPLQRGHORVLQWHUHVHVGHORV
HPSUHVDULRVKDFLDHO³SURJUHVR´FRPRVHJXtDQH[SRQLHQGR'HOJDGR\2MHGD
³(OFDSLWDOPRQHWDULRFLUFXODQWHHQOD5HS~EOLFDHQHIHFWRQRJXDUGDSURSRUFLyQ
FRQODULTXH]DLQPRYLOL]DGDTXHWLHQHHOFRPHUFLDQWHHQVXFDUWHUD\TXHSRVHHHO
SURSLHWDULRHQVXV¿QFDVXUEDQDVRUXUDOHV/RVFDSLWDOLVWDVFRQWULEX\HQWHVDODIRU-
mación del Banco serían sus principales tributarios. El Instituto se hallaría en crisis
FRQVWDQWH\HOPDOTXHKR\GHSORUDPRVOHWHQGUtDPRVDOHVWDGRSHUPDQHQWHVLF
Se hace pues indispensable que ingresen al país nuevos capitales en ya abundan-
FLDUHGX]FDVLFHOWLSRHOHYDGRGHLQWHUHVHVTXHHO*RELHUQR\ORVSDUWLFXODUHVSD-
gan hoy a los pocos privilegiados que tienen el monopolio del dinero. Llamamos
muy particularmente la atención al Señor Ministro sobre este estado crítico de
nuestro mercado monetario que paraliza en extremo el desarrollo de la agricultura
y del comercio en un país que encierra tantos elementos de trabajo”.115
Era una breve pero clara explicación de cuál era la situación del país en el
WHUUHQRGHOGLQHUR\HOFUpGLWRHQODFXDODSHVDUGHWRGRODROLJDUTXtDHVWDEDFRQ-
VROLGDQGRVXSRGHU7RGDYtDHQPDU]RGHHOJRELHUQRGH*RQ]iOH]SRUPHGLR
GHVXPLQLVWURGHKDFLHQGD\*XHUUD-RVp/DUUH\QDJDFDIHWDOHURGH6DQWD7HFOD
¿UPyRWUDFRQWUDWD±TXHVHGHVFRQRFH±SDUDFUHDFLyQGHXQQXHYREDQFRFRQ)UDQ-
FLVFRGH3DXOD6XiUH]$GLFKRFRQWUDWRVHOHKLFLHURQXQDVUHIRUPDVHQVHSWLHPEUH
del mismo año sobre el porcentaje del capital inicial necesario para poder comen-
]DUDRSHUDUSDUDTXHHOEDQFRSXGLHUDH[SRUWDUPRQHGDDFXxDGDGHRUR\SODWDHQ
EDUUDVOLEUHGHGHUHFKRVHQFDQWLGDGLJXDODODTXHLPSRUWDUDDOD5HS~EOLFDHQODV
PLVPDVHVSHFLHVSDUD¿MDUTXHGHEHUtDDSRUWDUHO(VWDGRSDUDREWHQHUDGHODQWRV
GHOEDQFRVHUtDQODVPLVPDVTXHODVTXHRIUHFLHUDQORVSDUWLFXODUHV\RWUDV116 El
EDQFRGHEHUtDHVWDURSHUDWLYRHQVHSWLHPEUHGHSHURHQHVWDRFDVLyQHOEDQFR
tampoco se creó.
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 109

ANEXO 1
Tabla de cambios de monedas – 1830 y 1856

Explicación de las monedas francesas

Piezas de plata
7LSRRXQLGDGPRQHGDGHSODWD El franco

Submúltiplos del franco

3LH]DGHòIUDQFRRVXHOGRVFWV ½ franco
3LH]DGHGHIUDQFRRVXHOGRVRFWV 1/5 de franco

0~OWLSORVGHOIUDQFRSODWD
3LH]DGHIUDQFRVRVXHOGRVFWV 2 francos
3LH]DGHIUDQFRVRVXHOGRVFWV 5 francos

0~OWLSORVGHOIUDQFRRUR
Piezas de oro
3LH]DGH 10 francos
3LH]DOODPDGDNapoleónGH 20 francos
3LH]DOODPDGDDoble Napoleón 40 francos

Moneda de calderilla
El franco se divide en 100 céntimosPRQHGDHIHFWLYD\ODGHPHQRVYDORUHQHOVLVWHPDGLH]
FpQWLPRVFRPSRQHQODPRQHGDPD\RUGHFDOGHULOODTXHHVHOGpFLPRGHIUDQFRRSLH]DGHdos
sueldos; la mitad de ésta es el sueldoRSLH]DGHFLQFRFpQWLPRV
110 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Reino de Bretaña.
Frs - Cents
Oro – Guinea de 21 chelines. 26 - 47
ò\óGH*XLQHDDSURSRUFLyQ 25 – 21
Soberano. 20 chelines. 25 - 21
/LEUDHVWHUOLQDPRQHGDGHFXHQWD
Plata – Crown FRURQDantGHFKHOLQHV 6 – 16
&KHOtQDQWLJXR 1 – 24
Crown FRURQDDQWLJXDGH 5 – 21
FlorinGHFKRGHlib. 2 – 32
Chelín moderno 1 - 16
España
Frs - Cents
Oro – Onza antes de 1772 84 – 42
“ de 1786 83 – 33
“ desde 1786 81 – 51
óHWFDSURSRUFLyQ 5 – 46
Escudo de oro antes de 1772 25 - 84
'REOyQGH,VDEHOGHrlsY
Plata – 3HVRIXHUWHGXURMex\6HYLOODFRQORVGRVJORERVDQWHVGH 5 – 49
3HVRFRQHILJLHGHVGH 5 – 43
òóDSURSRUFLyQ 5 – 25
Duro de 20 rs. de vnOH\GH 2 – 63
0HGLRGXURHVFXGRGHrs. vn. 1–5
3HVHWDGHrs. vn. – 52
0HGLDSHVHWDRrs. vn. - 26
5HDOGHYHOOyQ
Reino de Portugal
Frs - Cents
Oro – Dobrao de 20 mil reis 169 - 61
Moneda douro de 4.000 33 - 96
Dobra de 12.800 reis 90 - 43
&UX]DGRGHRURQXHYRGHUHLV 3 - 35
&RURQDGHRURGHUHLV 30-16
0LOOHUHDSRVHVLyQGH$IULFD 4 - 03
ò\GHOdobrao, moneda y dobra
Plata – &UX]DGRQXHYRGHUHLV 1 - 94
«GHUHLV 6 - 12
0LOUHLVPRQHGDGHFXHQWD 7 - 07
Cruzado viejo 2 - 83
&RURQDGHSODWDGHUHLV 6 - 03
ò\DSURSRUFLyQ
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 111

AMÉRICA
Estados Unidos
Oro – 3LH]DGHGROODUVGREOHiJXLOD 103-64
6XEP~OWLSORVGHò\GROODUGHRUR 5 - 18
Plata – 'ROODUGHFpQWLPRVGHSODWDVXEP 5 - 34
República Mejicana
Oro – 2Q]DRFXiGUXSODGHHVFXGRVGHRURGHTXLODWHVRNDUDWV 81 - 20
Plata – 3HVRRGLHVWUDGHUV\VXEPXOW 5 - 41
República de Centro-América (*)
Oro – 2Q]DRFXiGUXSODGHHVFXGRVGHRURTXLODWHV 81-35
Plata – 3HVRRGROODUGHUV 5 - 41
República de Nueva-Granada
Oro – 2Q]DGHSHVRVRSLDVWUDV 80 - -
Plata – 3HVRRSLDVWUDGHUV 5--
República del Ecuador
Plata – 3HVRGHUV 5 - 41
República del Perú
Oro – Onza o doblón de 8 escudos de oro 81 - 35
Plata – 3LDVWUDGHUV 5 - 41
República de Bolivia
Oro – Onza de 8 escudos de oro 81 - 35
Plata – 3LDVWUDRdollar 5 - 41
República de Chile
Plata – 3HVRRSLDVWUD 5 - 41
República Argentina
Oro – &XDGUXSODGHHVFXGRV 81 - -
República de Uruguay
Plata – 3HVRIXHUWHRGXUR 5 - 25
República del Brasil
Oro – UHLVVXEPGHò 56 - 60
Plata – 2.000 reis 5 - 19

3DUDIDFLOLWDUORVFiOFXORVTXHRFXUUDQHQHOFDPELRFUHHPRVFRQYHQLHQWHLQGLFDUDTXt
la correspondencia generalmente admitida en el comercio y en las oficinas de
KDFLHQGDHQWUHODPRQHGDIUDQFHVD\ODQXHVWUDDVDEHU
3HVRV Céntimos 1/8 de ct
Oro – Doble Napoleón o pieza de 40 francos 7 50 -
1DSROHyQRSLH]DGHIUDQFRV 3 75 -
3LH]DGHIUDQFRV 1 87 4
3ODWD– 3LH]DGHIUDQFRV - 93 6
,GGHIUDQFRVVXHOGRV - 37 4
,GGHIUDQFRVXHOGRV - 18 6
,GGHòIUDQFRVXHOGRV - 9 3
,GGHGHIUDQFRFpQWLPRV - 3 6
3RUFRQVLJXLHQWHVLHQGRòUHDOHOHTXLYDOHQWHFRQYHQFLRQDOGHIUDQFRUHVXOWDTXH
SHVRGHQXHVWUDPRQHGDFRUUHVSRQGHDIUDQFRVFpQWLPRVHVWRHVFpQWLPRV
PHQRVGHOYDORUHIHFWLYRFRQTXHDSDUHFHHQODUHGXFFLyQ'HPDQHUDTXHODPRQHGD
francesa sufre entre nosotros el quebranto de 1 ½ %.
Fuente: Gaceta... 17 de julio de 1856.
112 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ANEXO 2
Cambio de monedas en establecimientos de comercio y
en todas las oficinas de Hacienda

Oro Ps - Rs
3LH]DSHUXDQDGHVROHV 20
Cóndor sudamericano 9 3
Libra esterlina 5
3LH]DGHIUDQFRV 3 7
Plata
Sol peruano 1
3LH]DGHIUDQFRV 1
Medio sol peruano 4
Medio peso norteamericano de resplandor 4
Cuarto peso norteamericano de resplandor 2
Schilling inglés 2
Medio schilling 1
Fuente: El Constitucional, 3 y 10 de junio de 1869.
MÓNEDA Y CRÉDITO: EL CONTROL ERA EL DESCONTROL 113

ANEXO 3
Lista complementaria de cambio de monedas en establecimientos
de comercio y en todas las oficinas de Hacienda

Oro Ps Cts
Onzas de todo tipo con su peso completo 16
Doble águila americana 20
Dollar americano 1
Libra esterlina 5
3LH]DGHIUDQFRV 20
Cóndor de Chile 9 50
Cóndor de Nueva Granada 10
3LH]DGHVROHV 20
2Q]DGH&RVWD5LFDQRIHGHUDOHV 14
3LH]DGH&RVWD5LFDGHSHVRV 4 50
3LH]DHVSDxRODGHSHVRV 5
Las fracciones de las monedas anteriores seguirán la misma
proporción en su valor; y en cuanto a las onzas faltas de peso los
JUDQRVTXHH[FHGDQGHFXDWURVHSDJDUiQDWUHVFHQWDYRVFDGDXQROR
mismo se hará en los quebrados de onza.
Plata Rs Cts
3HVRVGH*XDWHPDOD&KLOH3HU~0pMLFRIXHUWHVGH 1
1XHYD*UDQDGD\%ROLYLDIHGHUDOHVHVSDxROHV 
Soles peruanos 1
3LH]DDPHULFDQDGHFHQWDYRV 1
Doble shilling o florín inglés 50
Corona inglesa o sean 5 schillings 1 25
3LH]DGHIUDQFRV 1
Todas las subdivisiones de dichas monedas también seguirán la
misma proporción de ellas.
Fuente: El Constitucional, 30 de enero de 1868 y 3 de septiembre de 1868.
Capítulo 4
El café: de los inicios al primer plano

³\DO¿QDOSRUHODEXVR
se decide la jornada.”

3DEOR0LODQpV

Los cambios en la producción industrial en Europa occidental y los Estados

Unidos desde mediados del siglo XIX ocasionaron efectos que transformaron pro-
IXQGDPHQWHODHFRQRPtDODVRFLHGDG\ODSROtWLFDGHORVSDtVHVODWLQRDPHULFDQRV
Esto sucedió sin perjuicio de que en ellos se mantuvieran sus propias dinámicas
LQWHUQDVTXHHQWRGRFDVRUHVXOWDURQDIHFWDGDV(OIXHUWHWLUyQGHODGHPDQGDJH-
nerada por el proceso industrial abarcaba todo tipo de materias primas: mineras y
agrarias; y por otro lado los países industriales vertían sobre la región una cantidad
FDGDYH]PD\RUGHPHUFDQFtDVHQWUHHOODVFDSLWDO(QWUHODVPDWHULDVSULPDVTXH
América exportaba se encontraba el café.1 El despegue de la producción y la expor-
tación del café en los países latinoamericanos donde las oligarquías respondieron a
WDOGHPDQGD%UDVLO&RORPELDRORVSDtVHVFHQWURDPHULFDQRVHQWUHRWURVFRQGLFLR-
nó importantes cambios en sus estructuras nacionales. El Salvador era uno de ellos
\DXQTXHVXSDUWLFLSDFLyQHQHOFRQMXQWRGHOFRPHUFLRIXHVHOyJLFDPHQWHGHODV
PiVUHGXFLGDVODVWUDQVIRUPDFLRQHVTXHH[SHULPHQWyEXHQDSDUWHGHVXVRFLHGDG
FRPRFRQVHFXHQFLDGHVXGHGLFDFLyQDOFDIp\DDFWLYLGDGHVFRQH[DVIXHURQWDQ
intensas como en cualquier otro.2
$XQTXH VX SUHVHQFLD HVWi GDWDGD HQ IHFKD DQWHULRU VH FRQVLGHUD OD GpFDGD
de 1840 la del comienzo de la producción comercial de café en El Salvador. En
DTXHOORVDxRVVHSURGXMRHOLQLFLRGHODH[SDQVLyQDSUHFLDEOHGHOFXOWLYRVLELHQHQ
SHTXHxDVFDQWLGDGHVFRPRORUHÀHMDQORVSVHQTXHVHYDORUyHOFDIpH[SRUWDGR
en 1849.33RUHQWRQFHV(O6DOYDGRUWDPELpQLPSRUWDEDDOJRGHFDIpGH&RVWD5LFD
SHURHQGXUDQWHODSUHVLGHQFLDGH(XJHQLR$JXLODUXQGHFUHWRGHOJRELHUQR
dio trato preferencial a cualquiera que se dedicara al cultivo del café con el objetivo
de impulsar la producción interna. El decreto de mayo de 1846 establecía en primer
116 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

lugar que las personas que hubieran plantado más de 5.000 árboles –entre cuatro
y cinco manzanas de tierra– estarían exentos de tasas municipales por diez años.4
$GHPiVTXHORVWUDEDMDGRUHVTXHSHUPDQHFLHUDQHQHOWUDEDMRFRQXQFHUWL¿FDGRGHO
DGPLQLVWUDGRURSURSLHWDULRGHXQD¿QFDFRQPiVGHiUEROHVHVWDUtDQH[HQWRV
GHOVHUYLFLRPLOLWDUSRUORVPLVPRVGLH]DxRV<SRU~OWLPRTXHODH[SRUWDFLyQGH
WRGRFDIpFRVHFKDGRHVWDUtDOLEUHSRUVLHWHDxRVGHFXDOTXLHUGHUHFKRRWDVD\WRGRV
los responsables por bienes importados y maquinaria necesaria para la industria del
café tendrían una reducción del 4% de derechos de importación.58QDxRGHVSXpV
la legislación que concedía incentivos a los productores de café fue revisada no
solo aumentando el número de plantas necesarias para las exenciones y privilegios
D±HQWUH\PDQ]DQDV±VLQRWDPELpQLQFOX\HQGRDORVSURGXFWRUHVGH
FDFDR\DGHPiVVHDPSOLyKDVWDHOODH[HQFLyQHQORVGHUHFKRVGHLPSRUWD-
ción.6 Y en el mismo año 1847 el presidente Eugenio Aguilar impuso un gravamen
DOFDIpLPSRUWDGRTXHGHEHUtDSDJDUHODOLQJUHVDUHQHOSDtVSDUDFRPSOHWDUODV
primeras medidas que debían proteger la producción del café nacional.7
3RU HQWRQFHV HO DxLO GRPLQDED ODV H[SRUWDFLRQHV GH IRUPD DEUXPDGRUD$
SDUWLUGHHVWDUHDOLGDGFRQVLGHUDQGRVyORODVH[SRUWDFLRQHV\QRDWHQGLHQGRDOFRQ-
VXPRLQWHULRUTXHHUDPtQLPR8SXHGHGHFLUVHTXHODH[SDQVLyQGHOFDIpXQFXOWLYR
QRWUDGLFLRQDOIXHEDVWDQWHUiSLGDKDVWDHOSXQWRGHTXHHQPHQRVGHYHLQWHDxRV
KDEtDVXSHUDGRDODxLOXQDSURGXFFLyQKLVWyULFD6LDHVWRVHDxDGHTXHHOFDIpVH
mantuvo como uno de los ejes fundamentales de la economía nacional por más de
un siglo y que constituyó uno de los fuertes pilares económicos de la oligarquía y
SRVWHULRUEXUJXHVtDQDFLRQDOVHFRPSUHQGHTXHODKLVWRULRJUDItDVHKD\DLQWHUHVDGR
SRUHOSURFHVRGHVXH[SDQVLyQGXUDQWHGpFDGDVJHQHUDQGRLPSRUWDQWHVGHEDWHV

GRÁFICO 4.1
Porcentaje del valor de las exportaciones de café, añil y
otros productos en relación con el total
100%

80%

60%

40%

20%

0%
1856 57 58 59 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 79 80
Café Añil Otros

Fuente: Héctor Lindo-Fuentes, La economía... p.192.

EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 117

&RPRUHÀHMDHO&XDGURHOFDIpQRIXHXQFXOWLYRDSUHFLDEOHGHFDUDD
la exportación y en términos de valor en el mercado hasta la segunda mitad de la
GpFDGDGH6RORHQHOFDIpOOHJyDVXSHUDUHOGHODVH[SRUWDFLRQHV\
D¿QHVGHORVDxRV\DULYDOL]DEDFRQHOFRQMXQWRGHORVGHULYDGRVGHODFDxD\
otros productos; pero las bases para que esto ocurriera se estaban poniendo en años
anteriores. Después de 1870 podría sorprender que todavía existiera una notable
GLIHUHQFLDVLHPSUHHQWpUPLQRVGHYDORUHQWUHODVH[SRUWDFLRQHVGHDxLO\GHFDIp
a favor del primero. Concretamente en 1872 el añil había supuesto 2.786.000 ps
PLHQWUDVTXHHOFDIpVRORVXSXVRSVORTXHSDUHFHTXHKDFHGLItFLOH[SOL-
FDUTXHVyORFLQFRDxRVPiVWDUGHHOFDIpKXELHUDVXSHUDGRHQYDORUDODxLO3HUROD
explicación de esta inversión histórica se encuentra en el cambio de tendencia que
VHSURGXMRSUHFLVDPHQWHDSDUWLUGHDTXHODxR\FDVLVLPXOWiQHDPHQWHHQHOSUHFLR
LQWHUQDFLRQDOGHORVGRVFXOWLYRVDXQTXHFRQYLHQHREVHUYDUODHYROXFLyQDOJRPiV
DPHGLRSOD]RFRPHQ]DQGRGHVGH¿QHVGHODGpFDGDGHORV9HU&XDGUR9

GRÁFICO 4.2
Precios de café y añil en origen y en destino – 1856–1880
200

150

100

50

0
1855 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80
Café en G.B. (a) Añil en G.B. (b)
Café en U.S.A. (c) Café en El Salvador (d)

Fuente: Héctor Lindo-Fuentes, La economía... p.192;

Marcelo de P. Abreu y Alfonso S. Bevilaqua, “Brazil as an Export Economy, 1830-1930”.
Paper at Latin American Export Economies Meeting. Panajchel, Guatemala. 1996. p. 10.
(a) en chelines por quintal, (b) en chelines por quintal, (c) en dólares por quintal,
(d) en chelines por quintal al cambio de 5 pesos/1 libra esterlina.

En principio y en términos generales se pueden extraer algunas observacio-

QHVGHODVFXUYDVGHO*Ui¿FR$QWHWRGRPHUHFHGHVWDFDUVHHOVLPLODUFRPSRU-
WDPLHQWRGHOSUHFLRGHOFDIpEUDVLOHxRHQ1XHYD<RUN\HOGHOVDOYDGRUHxRHQ/RQ-
GUHVORTXHFRQ¿UPDODWHQGHQFLDLQWHUQDFLRQDOGHOSUHFLR103RURWURODGRWDPELpQ
es importante destacar la notable estabilidad del precio en origen del café en El
6DOYDGRUVLQDFXVDUDSHQDVORVSXQWXDOHVSHURYLVLEOHVFDPELRVHQHOSUHFLRH[WH-
118 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ULRU(QHVWHVHQWLGRVHDSUHFLDTXHVRORHQHOSUHFLR)2%GHOFDIpHQRULJHQ
SDVyGHDSVTXLQWDO&RQYLHQHSUHFLVDUTXpVLJQL¿FDGRHFRQyPLFRWHQtDHVWD
evolución de los precios en origen si se compara con la de los precios en destino.
$VtVLVHWRPDQFRPRUHIHUHQFLDORVGDWRVGH/RQGUHVVHSXHGHREVHUYDUTXHHO
precio CIF experimentó allí dos fases de ascenso en el período que se estudia: la
SULPHUDGHVGH¿QHVGHORVDxRVKDVWDGHFKHOLQHVSHQLTXHVKDVWD
69 chelines 2 peniques por quintal.11(VWRVXSRQtDXQLQFUHPHQWRGHOR
DQXDOHQDSHQDVXQTXLQTXHQLRPLHQWUDVTXHHOSUHFLRHQ(O6DOYDGRUVHPDQWHQtD
¿MRHQSVGXUDQWHHOPLVPRSHUtRGR(VWRVIXHURQOos primeros años de gran cre-
FLPLHQWRHQORVEHQH¿FLRVSDUDORVDJHQWHV\HPSUHVDVGHFRPHUFLRTXHWUDWDEDQ
FRQFDIp\TXL]iHQPHQRUPHGLGDSDUDORVSURGXFWRUHVDXQTXHSDUDH[SOLFDUHVWH
segundo aspecto será preciso analizar más adelante la estructura de la producción y
considerar la existencia de las habilitaciones. No debían existir muchos negocios en
DTXHOORVPRPHQWRVHQHOSDtVTXHULQGLHUDQSRUFHQWDMHVGHEHQH¿FLRVVHPHMDQWHV\
ello debió atraer la atención de inversores sobre el cultivo en mucha mayor medida
de lo que ya se debía haber producido. Era el primer momento feliz del negocio
GHOFDIpSDUDVHFWRUHVGHODROLJDUTXtDPi[LPHWHQLHQGRHQFXHQWDODVFRQGLFLRQHV
\ORVFRVWHVGHSURGXFFLyQTXHSRUHQWRQFHVVHFRQVHJXtDQ(VSRVLEOHTXH'HUHN
.HUU WXYLHUD UD]yQ FXDQGR D¿UPy TXH FRQ HO ¿QDO GH OD SUHVLGHQFLD GH *HUDUGR
Barrios terminó la etapa embrionaria en el desarrollo de la industria del café en El
Salvador.12
Mientras que en El Salvador el precio de exportación del café permanecía
HVWDEOHHQ/RQGUHVVHSURGXMRXQDQXHYDHLPSRUWDQWHVXELGDDOPLVPRWLHPSRTXH
FRPHQ]DEDDFDHUHOSUHFLRGHODxLO$VtSDVyGHFKHOLQHVHQDFKH-
OLQHVTXLQWDOHQHVWRHVXQORTXHHTXLYDOtDDXQPHGLRDODxR
Era una apreciación extraordinaria pero en esta ocasión el precio del café en origen
respondió rápido: entre 1871 y 1872 en El Salvador el precio pasó de 10 a 15 ps/
TXLQWDOHVGHFLUXQTXHTXL]iSRGUtDH[SOLFDUVHSRUODVLQYHUVLRQHVTXHSRFRD
poco iban haciendo algunos medianos y grandes productores en alguna maquinaria
\HQLQVWDODFLRQHVSDUDHOVLVWHPDGHEHQH¿FLRFRQSLODVGHDJXD
En términos generales el crecimiento de la producción y la exportación del
café estaban siendo lógicamente estimulados por el incremento de su precio inter-
QDFLRQDO/RLPSRUWDQWHHVTXHDOPLVPRWLHPSRTXHVXFHGtDHVWRFRQHOFDIpHQ
VHQWLGRFRQWUDULRHOSUHFLRGHODxLOVHGHVSORPDEDGHVGHFKHOLQHVTXLQWDOHQ
DFKHOLQHVTXLQWDOHQHVGHFLUXQDFDtGDGHHQFXDWURDxRV
\VHPDQWXYRHQHVHQLYHOKDVWD0LHQWUDVWDQWRHOSUHFLRGHOFDIpDXQTXH
FRPHQ]yDFDHUOHQWDPHQWHGHVGHVXSURGXFFLyQQRSDUyGHFUHFHU\FRQHOOD
el valor del café exportado. Éste fue la coyuntura inversa que explica cómo el café
se impuso al añil como primer producto de exportación en la segunda mitad de la
década de 1870. En conjunto se trataba de una etapa de acumulación notable de
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 119

EHQH¿FLRVSDUDORVJUDQGHVSURGXFWRUHVSUHVWDPLVWDV\H[SRUWDGRUHVGHFDIpTXH
UHSHUFXWLHURQHQHOLQFUHPHQWRGHOFRPHUFLR\HQSRVWHULRUHVLQYHUVLRQHVEHQH¿-
cios que crearon grandes expectativas sin las cuales sería imposible comprender el
SRVWHULRUJRELHUQRGH=DOGtYDU3RUORGHPiVHQODVVLJXLHQWHVGpFDGDVORVSUHFLRV
internaFLRQDOHVYLYLHURQDOJXQDVRVFLODFLRQHVLPSRUWDQWHVSHURHOPHUFDGRVHUH-
puso de sus crisis y la oligarquía salvadoreña continuó basando su poder en gran
PHGLGDHQHOJUDQR(QHIHFWRVHDSOLFyDHVSHFLDOL]DUVHHQVXSURGXFFLyQ\DSRQHU
DOVHUYLFLRGHOQHJRFLRWRGRVORVUHFXUVRVSRVLEOHVSURSLRV\DMHQRVHFRQyPLFRV
VRFLDOHV\SROtWLFRVHQVXPDXQDDXWpQWLFDPDTXLQDULD
De todo lo anterior puede deducirse que el crecimiento económico que se
aprecia desde la segunda mitad de la década de 1850 no giró originalmente en torno
DOFDIp6LQHPEDUJROHQWDPHQWH\FDGDYH]FRQPD\RULQWHQVLGDGODSURGXFFLyQ
DJUDULDHOFRPHUFLR\HOFUpGLWRFUHFLHURQWDPELpQHQHOFHQWURVXU\HQRFFLGHQWH
y en dichos sectores de la economía la participación del café comenzó a cobrar im-
SRUWDQFLDGHVGH¿QHVGHODGpFDGDGH$VXYH]WRGRHOORHVWXYRHQHORULJHQ
de la renovación de la oligarquía; algunos de cuyos miembros que procedían de la
primera mitad del siglo se reciclaron en nuevas actividades con personajes como
-XDQ-RVp%RQLOODR0DQXHO*DOODUGRHQWUHRWURVTXHVHKLFLHURQSUHFLVDPHQWHFD-
IHWDOHURVSHURWDPELpQDSDUHFLHURQQXHYRVFRPSRQHQWHVFRPR0DQXHO7ULJXHURV
R -XDQ 0DXULFLR 'XNH HQ HO FRPHUFLR \ ODV ¿QDQ]DV R &RUQHOLR /HPXV (PLOLR
ÈOYDUH]R-RVp5RVD3DFDVHQHOFDIp(VWHFUHFLPLHQWRHVWDEDSURGXFLHQGRXQD
DFXPXODFLyQGHEHQH¿FLRVHQPDQRVGHORVQXHYRVDFWRUHVGHODPLQRUtDGRPLQDQWH
FRQEDVHHQODDJULFXOWXUDFRPHUFLDO\GHULYDGRVFRPRHOFUpGLWRDJUDULRRHQHO
FUHFLPLHQWRXUEDQRGH6DQ6DOYDGRU6DQWD7HFOD'LFKRVEHQH¿FLRVVHLQFRUSRUD-
URQHQVHJXLGDDOFLUFXLWRPHUFDQWLOLQWHUQDFLRQDOUHSURGXFLpQGRVH\UHLQYLUWLpQGR-
VHHQSDUWHGHVGH¿QHVGHORVDxRVHQHOQXHYRFXOWLYRTXHWRPDEDDXJHFRPR
HQLPSRUWDFLyQGHPDTXLQDULDSRUHMHPSORPLHQWUDVTXHSRUHOFRQWUDULRHODxLO
DXQTXHFRQDOJ~QUHSXQWHOHQWDPHQWHODQJXLGHFtD14
De todo lo anterior puede inferirse que el proceso de la renovación oligárqui-
FDWXYRIDVHV\TXHHOFDIpQRHVWXYRHQVXRULJHQ3HURHVWHFXOWLYROHQWDPHQWHIXH
RFXSDQGRHVSDFLRQRVRORItVLFRHQVXSHU¿FLHFXOWLYDGDVLQRWDPELpQHFRQyPLFR
SRUVXYDORUHQHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOGHIRUPDTXHQRVyORVXSURGXFFLyQREH-
QH¿FLRVLQRWRGDXQDVHULHGHDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDVHQVXHQWRUQRIXHURQVLHQGR
controladas por sectores muy dinámicos de la oligarquía y poniendo las bases de la
relevancia del cultivo en la década de 1880. Un buen indicador de ello es la evolu-
FLyQGHODVFLIUDVGHFRPHUFLRGHORVSXHUWRVGH/D8QLyQ/D/LEHUWDG\$FDMXWOD
TXHDXPHQWDURQHQORVGRV~OWLPRVDOWLHPSRTXHGLVPLQXtDQHQHOSULPHURFRPR
ya se vio en el Capítulo 2.
*
120 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

En El Salvador el café se incorporó a una agricultura donde la tierra y la

mano de obra estaban dedicadas a una diversidad de cultivos. Alguno destinado
H[FOXVLYDPHQWHDODH[SRUWDFLyQFRPRHODxLORWURVFRPRHOD]~FDUHOWDEDFR\
HODUUR]DXQGHVWLQRPL[WRH[SRUWDFLyQ\FRQVXPRLQWHUQR\ aún otros como el
PDt]HOSOiWDQRROD\XFDVRORSDUDHOPHUFDGRLQWHULRU/DLQFRUSRUDFLyQGHOFDIp
TXHFRPHQ]yWtPLGDPHQWHREOLJDDSUHJXQWDUVHSRUORVFRQVLJXLHQWHVHIHFWRVGH
VXH[SDQVLyQVREUHORVPHGLRVGHSURGXFFLyQ3RUORTXHUHVSHFWDDODWLHUUDSDUHFH
oportuno recordar que cualquier estudio de la transformación de su estructura de
propiedad es preciso hacerlo en el contexto de la evolución económica general del
SDtVSDUDTXHDGTXLHUDQVXSOHQRVHQWLGRORVFDPELRVTXHVHRSHUDEDQHQGLFKR
ámbito. De otro modo se podría llegar a tener un inventario de información acerca
GHODWLHUUDSHURFRQSRFRVLJQL¿FDGRHQUHODFLyQFRQHOIXQFLRQDPLHQWRJHQHUDOGH
ODVRFLHGDG(QWRGRFDVRHQHVWDVSiJLQDVVRORVHDVSLUDDFRQWULEXLUDXQPHMRU
conocimiento de lo relacionado con el café.
La estructura de la propiedad de la tierra a mediados del siglo XIX en El Sal-
vador era muy desigual y estaba lejos de las visiones románticas que algunos viaje-
ros por el país divulgaban.15 Las diferencias posiblemente fueran menos contrasta-
GDVTXHHQ*XDWHPDODXRWURVSDtVHVYHFLQRVSHURHQ(O6DOYDGRUKDEtDSREODFLyQ
que no tenía acceso a tierra. Había también un importante sector compuesto por
FDPSHVLQRV SRU SHTXHxRV SURSLHWDULRV R VLPSOHPHQWH SRU DJULFXOWRUHV D WLHPSR
SDUFLDOFRQDFFHVRDWLHUUDVFRPXQDOHVFRPRHMLGRVRGHFRPXQLGDGHVGHODGLQRV
o indígenas –solo la población indígena se calculaba en casi el 25% del total de la
población del país– en cantidad de hasta 10 manzanas. Su producción podía ser
SDUDODDXWRVXEVLVWHQFLDHQHOFDVRORVFDPSHVLQRVSDUDHOPHUFDGRORFDO\SDUD
ser vendida a agentes intermediarios que la canalizaban a la exportación. Existía
WDPELpQRWUDFDQWLGDGVHJXUDPHQWHLPSRUWDQWHGHPHGLDQRVDJULFXOWRUHVFRQSUR-
SLHGDGRHQSRVHVLyQGHWLHUUDVTXHLEDQGHVGHDDOUHGHGRUGHPDQ]DQDVD
YHFHV D VRODSDGDV VREUH KDFLHQGDV R HMLGRV FX\D SURGXFFLyQ HQ SDUWH VH GLULJtD
LJXDOPHQWHDOPHUFDGRORFDODFRUWDGLVWDQFLDRDOLQWHUQDFLRQDODWUDYpVGHLQWHU-
mediarios. Y por último había grandes propietarios y hacendados que tenían desde
FHQWHQDUHV GH PDQ]DQDV KDVWD  FDEDOOHUtDV R PiV HV GHFLU DOJXQDV PLOHV GH
KHFWiUHDVHQFX\RLQWHULRUKDEtDHQDOJXQRVFDVRVFRORQRV3HURGHWRGDVIRUPDV
para los pequeños productores el acceso a la tierra no implicaba necesariamente
WHQHUUHVXHOWDODVXEVLVWHQFLD\DTXHFXDOTXLHULQFLGHQFLDPHWHRUROyJLFDRGHRWUD
naturaleza podía acarrear su ruina.16(QWRGRFDVRHUDSUHFLVDPHQWHODH[LVWHQFLDGH
XQDPD\RUtDGHODSREODFLyQFRQDFFHVRDWLHUUDORTXHGL¿FXOWDEDODGLVSRQLELOLGDG
de mano de obra por parte de los medianos y grandes propietarios que se planteaban
ampliar su producción para satisfacer la demanda internacional de productos como
HOFDIp3RURWUDSDUWHGHVGHXQSXQWRGHYLVWDMXUtGLFRDOPDUJHQGHODUHOHYDQWH
GLIHUHQFLDHQWUHSURSLHGDGRSRVHVLyQFRQYLHQHUHFRUGDUODH[LVWHQFLDGHHMLGRV
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 121

SRUXQDSDUWH\GHWLHUUDVGHFRPXQLGDGHVGHODGLQRV\GHLQGtJHQDVSRURWUDOR
TXHKDFtDPiVFRPSOHMRHOSDQRUDPDGHODHVWUXFWXUDGHSURSLHGDGDXQTXHHVWDV
~OWLPDVWXYLHURQGXUDQWHWLHPSRXQDGpELOGH¿QLFLyQLQVWLWXFLRQDODSHVDUGHTXH
en 1867 Francisco Dueñas había ordenado la separación de tierras municipales y
comunales en todo el país.17/yJLFDPHQWHHVWDGLYHUVLGDGGHVLVWHPDVGHDFFHVRD
ODWLHUUDRFDVLRQDEDFRPRHQRWURVSDtVHVGH$PpULFD/DWLQDIUHFXHQWHVFRQÀLFWRV
LQGLYLGXDOHVFROHFWLYRVHLQVWLWXFLRQDOHVHQGLIHUHQWHVOXJDUHVGHOWHUULWRULRGHO(V-
WDGR3RURWUDSDUWHKDEtDSXHEORVHQRFFLGHQWHTXHPDQWHQtDQSDUWHGHVXVWHUUHQRV
LQFXOWRVFRPRFRQVHFXHQFLDGHFRQÀLFWRVHQWUHLQGtJHQDV\ODGLQRVDXQTXHOHQ-
tamente la presión del canon de ejidos por las municipalidades hacía que algunos
hicieran producir la tierra de forma continua abandonando la costumbre de cambiar
DQXDOPHQWHRFXSDQGRVHOYDSDUDVXVVHPHQWHUDVGHPDt]\IULMRO\SDUDDEDVWHFHUVH
de leña. En otras zonas el proceso era más lento y no sorprende que alguna comu-
QLGDGGHLQGtJHQDVWXYLHUDKDVWDFDEDOOHUtDVKDHQHOPRPHQWRGHOD
extinción de las tierras comunales.18
(QFXDQWRDOXVRGHODWLHUUDVDOYRDOJXQRVPX\SHTXHxRVSURSLHWDULRVRORV
FDPSHVLQRVFDVLQLQJ~QDJULFXOWRUXWLOL]DEDWRGDVXWLHUUDSDUDFXOWLYDU/RVJUDQGHV
KDFHQGDGRVWUDGLFLRQDOHVXWLOL]DEDQXQDFDQWLGDGUHODWLYDPHQWHPHQRUGHHOODGH-
dicaban otra mayor para ganadería extensiva y gran parte permanecía inculta o con
ERVTXH3RUHMHPSORHQXQ'RPLQJR'XUiQGH$KXDFKDSiQ±SRVLEOHPHQWH
IDPLOLDGH2QRIUH'XUiQSURSLHWDULRTXHIXHDOFDOGHGHODFLXGDGPLHPEURGHOD
$VDPEOHD 1DFLRQDO \ HPSUHVDULR±19 YHQGtD XQD ¿QFD GH  FDEDOOHUtDV PiV GH
KHFWiUHDVSDUWHGHPRQWHFRQERVTXHVGHORVTXHVHSRGtDDSURYHFKDUODPD-
dera y el resto apropiado para diversos cultivos. Tenía plantados 10.000 árboles de
FDIp±TXL]iDOJRPHQRVGHGLH]PDQ]DQDV±\DOJRGyQORFXDOQRVXSRQtDQLHO
del total.20 No sorprende que un gran propietario a mediados de la década de 1860
ya se hubiera interesado en plantar café en una cantidad que le exigía una inversión
HQIXHU]DGHWUDEDMRDXQTXHQRIXHUDXQDJUDQVXSHU¿FLH3HURLQFOXVRPXFKRVSH-
TXHxRV\PHGLDQRVSURSLHWDULRVWDPSRFRXWLOL]DEDQWRGDVXWLHUUDSDUDFXOWLYRVLQR
que mantenían parte para aprovechar la hierba probablemente porque no disponían
de recursos para ampliar o mejorar sus cultivos. Ese parecía ser el caso de Alejandro
&HUPHxRHQTXLHQGHXQWHUUHQRGHP]GHWLHUUDKDDSHQDVFXOWLYDED
el 30%.21
3RUWRGRHOORHOKHFKRHVTXHHQWHRUtDDPHGLDGRVGHOVLJORKDEtDWLHUUD
GLVSRQLEOHSDUDODH[SDQVLyQGHODIURQWHUDDJUtFRODFRQGRVSUHFLVLRQHVDOPDUJHQ
GHODHVFDVH]GHPDQRGHREUD3RUXQDSDUWHQRWRGDODWLHUUDHVWDEDHQODV]RQDV
donde se estaba generando la presión por aumentar la producción para la exporta-
FLyQORTXHUHPLWHDODGHVLJXDOGDGWHUULWRULDOHQHOFUHFLPLHQWRGHOSDtV<SRURWUD
ODWLHUUDRFLRVDSURSLHGDGSULYDGDGHORVJUDQGHVKDFHQGDGRVHUDLQYLRODEOHVLELHQ
HQORVDxRVTXHDTXtVHWUDWDQVHDVLVWtDDXQDIUDJPHQWDFLyQGHJUDQGHVKDFLHQGDV
122 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

SRUGLYHUVDVYtDVSURGXFWRGHODSUHVLyQGHOPHUFDGR22'HWRGDVIRUPDVODDP-
pliación de la frontera agrícola se llevaría a cabo fundamentalmente a costa de las
SURSLHGDGHVGHORVSHTXHxRVDJULFXOWRUHVGHODVWLHUUDVHMLGDOHV\GHFRPXQLGDGHV
y de las tierras baldías.
(Q FXDQWR D HVWDV ~OWLPDV HO (VWDGR SUHIHUtD YHQGHUODV SDUD DXPHQWDU VXV
LQJUHVRV¿VFDOHV(QHIHFWRLQFOXVRGHVGHORVDxRVGHOD)HGHUDFLyQSHURVREUH
WRGRGHVSXpVGHODGpFDGDGHVHSXVLHURQHQYHQWDPXFKDVWLHUUDVS~EOLFDV
EDOGtDVTXHVHSRGtDQSDJDUHQERQRV\YDOHVGH(VWDGRSULQFLSDOPHQWHSDUDWUDWDU
de disminuir la fuerte deuda acumulada por Hacienda.23 Lógicamente por lo ge-
neral las personas que eran poseedoras de documentos de crédito del Estado eran
\DSURSLHWDULDVSRUORTXHFRQIUHFXHQFLDODVGHQXQFLDV\YHQWDVGHEDOGtRVLEDQ
destinadas a ampliar sus propiedades. Uno de los muchos casos de venta de baldíos
que se pueden poner como ejemplo tenía lugar en 1866 mediante subasta de 8 ca-
EDOOHUtDVHQODYLOODGH6DQWD&ODUD'HSDUWDPHQWRGH6DQ9LFHQWHODVTXHVHSHGtDQ
25 ps cada una.243RUORGHPiVHQHVWHSURFHVRODH¿FLHQFLDGHORVDJULPHQVRUHVQR
siempre era satisfactoria lo que a veces generaba quejas por parte de Hacienda que
siempre estaba necesitada de incrementar los ingresos públicos.25
3HUR HQ RWUR VHQWLGR HQ DOJXQRV PRPHQWRV FRPR VXFHGLy GXUDQWH HO JR-
ELHUQRGH*HUDUGR%DUULRVODVWLHUUDVS~EOLFDVQRVRORIXHURQYHQGLGDVVLQRTXHVH
utilizaron también para proveer de ejidos a algunas localidades que no los tenían
RTXHQHFHVLWDEDQDPSOLDUORVHQXQDDFWXDFLyQTXHHUDFRQWUDULDDODTXHHQ
triunfaría con la extinción de los ejidos.263XHGHFRQVLGHUDUVHTXHKDFLD¿QHVGHOD
década de 1850 la presión sobre la tierra había comenzado en algunas zonas del
país y empezaron a venderse como tierras baldías algunas que no lo eran o sobre
las que había sospechas de no serlo. Un ejemplo de ello sucedió en 1859 cuando el
gobierno autorizó la cesión de las tierras del extinguido pueblo de Santa Lucía a los
HMLGRVGH6DQWD$QD³FRPRXQDGHODVSREODFLRQHVPiVQHFHVLWDGDVGHWHUUHQRVSRU
VHUHQWHUDPHQWHHQWUHJDGDDODDJULFXOWXUD´H[FHSWXDQGRGLH]FDEDOOHUtDVDIDYRUGH
ORVLQGtJHQDVGHOD]RQD(VWDRSHUDFLyQUHSRUWyXQEHQH¿FLRDOFRQQRWDGRSROtWLFR
\WtRGHOIXWXURSUHVLGHQWHGHOPLVPRDSHOOLGR)UDQFLVFR=DOGtYDUTXLHQKDEtDGH-
QXQFLDGRGLFKDVWLHUUDVFRPREDOGtDVSDUDKDFHUQHJRFLRFXDQGRHQUHDOLGDGQROR
eran.27&RQYLHQHUHFRUGDUTXHDOGHQXQFLDUWLHUUDVEDOGtDVHOGHQXQFLDQWHFRQVHJXtD
XQSRUFHQWDMHGHVXVXSHU¿FLH
A esta altura interesa rescatar algunas referencias de cómo el café se fue
extendiendo lentamente por el país como un cultivo digno de ser destacado. Era el
camino que había iniciado hasta convertirse en el primer producto de exportación
DOJXQRVDxRVGHVSXpV<DHQVHPHQFLRQDEDHOFDIpYLQFXOiQGRORDRFFLGHQWH
como uno de los cultivos destacados en la proyección del país hacia el mercado
H[WHULRU ³6RQVRQDWH 6DQWD$QD \$KXDFKDSiQ HQWUDUiQ WDPELpQ HQ PRYLPLHQWR
FRQVXVD]~FDUHVVXFDIp\GHPiVIUXWRV´VHH[SOLFDEDHQXQDGHVFULSFLyQGHODV
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 123

posibilidades económicas del país.283RURWUDSDUWHHQVHHQVDO]DEDODFDOLGDG

GHOFDIpFRVHFKDGRSRUXQ-RVp&DPSRFXOWLYDGR\EHQH¿FLDGR³FRQHVPHUR´HQ
ODKDFLHQGD/D/DJXQDGHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHTXHGHVSXpVGHKDEHUVLGR
DQDOL]DGRTXtPLFDPHQWHVHFUHtDTXHLQLFLDUtD³ODIDPDGHORVFDIpVVDOYDGRUHxRV
en las primeras plazas de Europa”.29 (Q  HQ XQD YLVLWD GHO JREHUQDGRU GHO
PLVPR'HSDUWDPHQWRDVXGLVWULWRHOFDIHWDOHURUHSUHVHQWDQWH\SUHVLGHQWHDxRV
GHVSXpVGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO7HRGRUR0RUHQRDOWUDWDUGHODDJULFXOWXUDLQ-
FOXtDDOFDIpHQWUHXQDJUDQYDULHGDGGHSURGXFWRVGHGLYHUVDtQGROH3HURFRQYLHQH
UHVDOWDUTXHKDFtDKLQFDSLpHQTXHDOSDVDUSRUORVSXHEORVGHLQGtJHQDVOHVKDEtD
SUHYHQLGRTXHVHPEUDVHQPLOSDFDIp\FDFDR³GHVLJQiQGROHDFDGDLQGLYLGXRTXH
WLHQHKXHUWDHOQ~PHURGHiUEROHVTXHGHEDVHPEUDU\HQHIHFWRVHKDQDOODQDGRD
cumplir esta disposición”.30 Importa detectar este impulso a la producción de café
HQWUHSHTXHxRVHQHVWHFDVRFDPSHVLQRVLQGtJHQDVSRUSDUWHGHDOJXLHQWDQUHOH-
YDQWHFRPR7HRGRUR0RUHQRHOIXWXURSRQHQWHGHOD/H\GH([WLQFLyQGH&RPX-
QLGDGHVSRUGLYHUVDVUD]RQHVUHODFLRQDGDVFRQODVHVWUDWHJLDVGHOFUpGLWR\FRQORV
costes de producción para expandir el cultivo para la exportación.
0LHQWUDVWDQWRWDPELpQHQHOPLVPRDxRGHVHHVWDEDQIRUPDQGRODV
SULPHUDV¿QFDVGHFDIpHQ1XHYD6DQ6DOYDGRU(QDEULO\DHOPLQLVWUR-XDQ-RVp
%RQLOOD XQR GH ORV SULPHURV KDELWDQWHV GH OD TXH LED D VHU ODQXHYD FDSLWDO GHO
(VWDGRKDEtDGHVPRQWDGRPDQ]DQDVGHWHUUHQRKD\WHQtDSLHV
GHFDIpHQDOPiFLJR\0DQXHO/ySH]WHQtDSUHSDUDGDVFDVLPDQ]DQDVKD
\FRPHQ]DEDDVHPEUDULQPHGLDWDPHQWHFRQORTXHVHHVSHUDEDTXHHOFDIpGLHUD
LPSXOVRDODQXHYDSREODFLyQFRPRDVtIXH(UDQH[WHQVLRQHVUHJXODUHVTXHFRPR
VHYHUiQHFHVLWDUtDQDEXQGDQWHPDQRGHREUDFXDQGRHVWXYLHUDQHQSOHQDSURGXF-
FLyQ(OH[SUHVLGHQWH)UDQFLVFR'XHxDVTXHWDPELpQVHHVWDEDLQVWDODQGRHQOD
UHFLpQFUHDGDFLXGDGSUREDEOHPHQWHHVWDEDKDFLHQGRORPLVPRDXQTXHWRGDYtD
en pequeña escala.31(ODxRVLJXLHQWHHOLQJHQLHUR2WKRQ)LVFKHUTXHSRUFLHUWR
WDPELpQVHKDEtDKHFKRFDIHWDOHURFRPHQWDEDHQXQLQIRUPHVREUHXQDYLVLWDDOD
nueva capital que el reparto de terrenos destinados a cafetales y chacras se hallaba
en el mayor desorden.320XFKRVFRPRORVFLWDGRVDUULED\DKDEtDQRFXSDGRWH-
UUHQRV³VLQFRQWDUFRQQDGLH´FHUUDQGRFDPLQRV\RWURVSUHWHQGtDQWHQHUGHUHFKR
SHURPLHQWUDVWDQWRHVWDEDQ³FREUDQGRµWHUUDMH¶DORVSREUHV´TXHKDEtDQWUDED-
MDGRVLQKDEHUSRGLGRFRQVHJXLUOLFHQFLDGHOD-XQWDGH'LVWULEXFLyQGHWHUUHQRV
Fischer entendía que lo más conveniente era hacer un plano con la distribución
GHWHUUHQRVSDUDFDIHWDOHVRFKDFUDVFRQSDUFHODVGHVHLVDRFKRPDQ]DQDV\TXH
VREUHSODQRWRGRVORVTXHTXLVLHUDQFXOWLYDUVROLFLWDUDQODWLHUUDFRUUHVSRQGLHQWH33
3HURHOUHVXOWDGR¿QDOHQ1XHYD6DQ6DOYDGRUGLVWDUtDPXFKRGHODUDFLRQDOL]DFLyQ
pretendida por Fischer.
3RUHVWRVDxRV\DODYLVWDGHORTXHHVWDEDVXFHGLHQGRKDEtDTXLHQVHPRV-
traba sorprendido de que el café estuviera adquiriendo día a día mayores propor-
124 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FLRQHVORTXHQRVHSRGtDLPDJLQDUFXDQGRHQKDFtDPHQRVGHGLH]DxRVVH
WRPDURQODVSULPHUDVPHGLGDVSDUDSURWHJHUHOFXOWLYR'HWRGDVIRUPDVDXQTXH
GHVGH&RMXWHSHTXHVHD¿UPDEDTXHHOFDIpVHLEDH[WHQGLHQGRSRUWRGRHOWHUULWRULR
\HQHIHFWR\DVHSRGtDQHQFRQWUDUDOJXQRVFXOWLYDGRUHVGHFDIpHQ6DQ0LJXHOR
HQ8VXOXWiQHOSUHGRPLQLRTXHHVWDEDDGTXLULHQGRHOFXOWLYRHQHOVXUFHQWUDO\
HQRFFLGHQWHQRWHQtDFRPSDUDFLyQHQQLQJ~QRWUROXJDU9HU&XDGUR34 Como
D¿UPDEDXQWHVWLJR
³(QODVSODQWDFLRQHVGHFDIpTXHKR\HPSOHDQDPXOWLWXGGHWUDEDMDGRUHVHQORV
GHSDUWDPHQWRVGH6RQVRQDWH\6DQWD$QDVHSXHGHQFRQWDUORViUEROHVGHFDIpSRU
FLHQWRVGHPLOHV\HQORVDOPiFLJRVKD\PLOORQHVSDUDVHUWUDQVSODQWDGRVGHVSUHQ-
diendo un gran espíritu de especulación en esta rama de la industria agrícola”.35

Cuando después del terremoto de 1854 en San Salvador comenzaron a pu-

EOLFDUVHSUHFLRVGHSURGXFWRVDJUDULRVVHREVHUYDEDQLPSRUWDQWHVGLIHUHQFLDVHQWUH
'HSDUWDPHQWRVFRPR6DQWD$QD6DQ6DOYDGRUR6DQ0LJXHOORTXHUHYHODEDOD
mayor y menor abundancia del grano en las distintas localidades. En esta línea un
LQIRUPHVREUHHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ9LFHQWHGHIHFKDDYDQ]DGDFRPRDO
tratar de los cultivos existentes ni siquiera se mencionara el café.36
$ FRPLHQ]RV GH OD GpFDGD GH  FRLQFLGLHQGR FRQ OD VXELGD GHO SUHFLR
LQWHUQDFLRQDOGHOFDIpORVVtQWRPDVGHVXH[SDQVLyQHUDQHYLGHQWHVDXQTXHVHJXtD
VLHQGRXQFXOWLYRVHFXQGDULR9HU&XDGURV\8QRGHHOORVFRPR\DVH
KDDGHODQWDGRIXHODSUHVLyQHVSHFt¿FDVREUHODVWLHUUDVGHORVHMLGRV\GHODVFR-
munidades cuya integridad comenzó a deteriorarse antes de que las leyes los ex-
WLQJXLHUDQDFRPLHQ]RVGHORVDxRVRFKHQWD37 aunque de nuevo conviene tener en
consideración la desigualdad territorial para entender las diversas situaciones exis-
tentes. En 1862 ocurrió un incidente en Nueva San Salvador en relación con este
DVXQWRTXHDGHPiVWXYRWUDVFHQGHQFLDSROtWLFD(QPD\RGHDTXHODxRHOJRELHUQR
presidido por Gerardo Barrios tuvo conocimiento de que en el proceso de distribu-
FLyQGHWLHUUDVTXHVHHVWDEDUHDOL]DQGRHQODQXHYDFDSLWDOGHOD5HS~EOLFDDOJXQRV
UHJLGRUHVHVWDEDQFRPHWLHQGRDEXVRVWROHUDQGRTXHFLHUWRVKDELWDQWHVREWXYLHUDQ
WLHUUDVHQORVHMLGRVFRQHODUJXPHQWRGHTXHHUDQSDUDVHPEUDUFDIpFXDQGRHQUHD-
OLGDGHUDQSDUDYHQGHUORV³DORVFDSLWDOLVWDVYHUGDGHURVHPSUHVDULRVHQHVHFXOWLYR´
HQSDODEUDVGHOPLQLVWURGH5HODFLRQHV38(VGHFLUTXHVHSRGtDQREWHQHUWLHUUDVFRQ
GLFKD¿QDOLGDGSHURQRYHQGHUODVDQWHVGHKDEHUVHPEUDGR\FXOWLYDGRHOJUDQR$O
PDUJHQGHODSURKLELFLyQOODPDODDWHQFLyQSRUSULPHUDYH]TXHVHHVWXYLHUDQUHD-
OL]DQGRYHQWDVGHWLHUUDVHMLGDOHVHQWUHSDUWLFXODUHVGDGRTXHVXSURSLHGDGHUDGHO
PXQLFLSLR(VWHHYLGHQWHFRQÀLFWRHQWUHSURSLHGDGSULYDGD\SURSLHGDGPXQLFLSDO
GHEHUtDKDEHUGDGROXJDUDXQFRQWHQFLRVRMXULVGLFFLRQDOSHURIXHHOXGLGRUHLWHUD-
GDPHQWHSRUODYtDGHORVKHFKRVHQSHUMXLFLRGHORVPXQLFLSLRV(QFXDOTXLHUFDVR
por dichas transferencias de tierras el gobierno decidió retirar a la municipalidad de
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 125

Nueva San Salvador la facultad de repartir los terrenos de sus ejidos apropiados para
HOFXOWLYRGHFDIpODFXDOODDVXPLUtDHOJRELHUQRHQHOIXWXUR3RUWRGRORRFXUUL-
GRHOJRELHUQRWDPELpQGHFODUyQXODVODVFRQFHVLRQHVKHFKDVDDOJXQRVLQGLYLGXRV
SHURHVSHFLDOPHQWHVHRUGHQDEDHQORVFDVRVGHOSRGHURVRFRPHUFLDQWH-RVp$QWRQLR
*RQ]iOH]±HOKHUPDQRGHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]±-XDQ*RPDU5DIDHO0HOpQ-
GH]\HO'U0DQXHO*DOODUGRDOPLVPRWLHPSRTXHVHRUGHQDEDFREUDUWRGRVVXV
censos vencidos y remidieran y titulasen todas sus reparticiones.
3RUXQODGRGHVGHXQSXQWRGHYLVWDSROtWLFRODDFWXDFLyQFRQWUD-XDQ$QWR-
nio González podía enturbiar la relación entre el presidente Gerardo Barrios con
HOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]TXLHQHUDHQWRQFHVSUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD1D-
FLRQDO\KDVWDHOPRPHQWRXQIXHUWHDSR\RGHOSUHVLGHQWH6HUtDH[FHVLYRSHQVDU
que éste fue uno de los motivos por los que al año siguiente Santiago González
traicionaría a Barrios para apoyar a Francisco Dueñas que regresaba desde Guate-
PDODDXQTXHODFLUFXQVWDQFLDOODPDODDWHQFLyQ\VHJXUDPHQWH\DQRKDEtDVLPSD-
WtDHQWUHDPERV3RURWURODGRODUHODFLyQFRQ0DQXHOGallardo no debía ser buena
GHVGHDOPHQRVFXDQGRHOPpGLFR\FDIHWDOHURVHDEVWXYRHQODYRWDFLyQSDUD
QRPEUDU SUHVLGHQWH D %DUULRV HQ OD$VDPEOHD 1DFLRQDO SHUR VHJXUDPHQWH DKRUD
HPSHRUy (Q WRGR FDVR %DUULRV PRVWUDED XQD JUDQ ¿UPH]D HQ OD GHIHQVD GH ORV
ejidos como instrumento social y en contra de los “empresarios del café” e interesa
esa expresión porque dejaba claro que ya existían auténticos hombres de negocios
GHGLFDGRVDOJUDQRDSURYHFKDQGRODVXELGDGHVXSUHFLR3RU~OWLPRHOLQFLGHQWH
también ponía en evidencia la presión que ya existía sobre los ejidos y el hecho de
que se permitía su venta en determinadas condiciones.
Sin embargo continuaban existiendo contradicciones con respecto a este pun-
to. En mayo de 1866 se publicaba una ordenanza del gobernador del Departamento
GH/D/LEHUWDG-RVp/ySH]SDUDODGLVWULEXFLyQGHWHUUHQRVPXQLFLSDOHV(QHOODVH
apremiaba a las autoridades locales a que atendieran las solicitudes de tierra muni-
FLSDOTXHSUHVHQWDUDQWDQWRYHFLQRVFRPR³VLPSOHVDUUHQGDWDULRV´\TXHFXLGDUDQ
problemas relacionados con lindes y medidas. Se marcaba la diferencia entre los
terrenos “destinados al uso común” para los vecinos así como para los más próxi-
PRVDODVORFDOLGDGHVSRUXQODGRIUHQWHDORVTXHFRQWXYLHVHQDOJXQRVUHFXUVRV
HVWUDWpJLFRV\¿QDOPHQWHIUHQWHDORVTXHHVWXYLHVHQPiVGLVWDQWHVGHODVORFDOLGD-
des. Quedaba claro en el texto que se acumulaban las solicitudes de tierras con toda
VHJXULGDGGHELGRDODXJHGHODDJULFXOWXUDFRPHUFLDOHQOD]RQDSHURWDPELpQTXH
era necesario y conveniente acelerar los trámites para conseguir mayores ingresos
PXQLFLSDOHVGHORVTXHODVORFDOLGDGHVVLHPSUHHVWDEDQQHFHVLWDGDV(QWRGRFDVR
se reiteraba el carácter de usufructo y arrendamiento que tenían las concesiones
PXQLFLSDOHV\VHHVWDEOHFtDQORVFiQRQHVHQIXQFLyQGHVLHUDQWHUUHQRVFHUFDQRVR
GLVWDQWHV\VLHUDQUHJDEOHVRK~PHGRVSODQRVRVHFRV\TXHEUDGRV39 No obstante
ODVFRQWUDGLFFLRQHVODUHDOLGDGIXHTXHGHVGHHVWRVDxRV\KDVWDODOH\GHH[WLQFLyQ
126 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GHORVHMLGRVVHSURGXMRXQQ~PHURFDGDYH]PD\RUGHFRPSUDYHQWDVHKLSRWHFDV
GHWLHUUDVHMLGDOHVORTXHVLJQL¿FDEDTXHVHREWHQtDQJDQDQFLDVSULYDGDVQHJRFLDQ-
GRFRQXQELHQS~EOLFRFRPRHUDQODVWLHUUDVHMLGDOHVGHSURSLHGDGPXQLFLSDO/D
fuerza del mercado era difícil de contener.40

CUADRO 4.1
Departamento de Santa Ana – 1860
Número de árboles de café

En almácigo En plantío En cosecha Total

Santa Ana 500.000 300.000 100.000 1.000.000
Chalchuapa 85.600 33.300 12.000 130.900
Coatepeque 56.000 14.100 14.000 84.000
Texistepeque 1.000 1.000
Ahuachapán 700.000 200.000 300.000 1.200.000
Atiquizaya 65.800 49.000 34.260 149.060
Apaneca 40.000 35.000 6.000 81.000
63HGUR3XVWOD 10.000 8.000 2.000 20.000
Guaimango 2.300 2.300
-XMXWOD 210 210
Ataco 70.000 32.000 2.000 104.000
Tacaba 3.500
San Lorenzo 47.000 2.000 5.500
Metapam 23.000 30.000 100.000
Santiago 500 500
Masahuat 100 100
Total 1.577.900 698.510 602.260 2.878.670

Fuente: Gaceta..., 13 de marzo de 1861. Las cantidades en negrita superan las sumas de los
correspondientes parciales.

Dadas estas circunstancias no es extraño que las presiones recayeran también

sobre las tierras comunales de indígenas y de ladinos. Lógicamente los indígenas
estaban peor defendidos que las municipalidades y las presiones no les llegaban tan
VRORSRUODH[SDQVLyQGHOFDIpORVLPSXHVWRVWDVDV\RWUDVQHFHVLGDGHVGHORVPXQL-
FLSLRVWDPELpQOHVDIHFWDEDQ3RUWRGRHOORHQFRQMXQWRVHHQFRQWUDEDQGHELOLWDGRV
ante los cultivadores del grano especialmente en occidente. Un informe del gober-
QDGRUGHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHGHVHxDODEDTXHSRUXQODGRHUDQORV
PXQLFLSLRVORVTXHSUHVLRQDEDQDODFRPXQLGDGHVLQGtJHQDVSDUDXVDUVXVWLHUUDV
TXHQRHVWDEDQGHVOLQGDGDVGHORVHMLGRVSDUDUHSDVWRDUURMiQGRORVGHHOODV\VR-
metiéndolos a “cargas onerosas” sin retribución alguna.41 Asimismo el gobernador
pedía que se dotara a las comunidades de indígenas de administrador y tesorero
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 127

CUADRO 4.2
Estado de fincas de café.
Nueva San Salvador – 1860

Pies Sembrados Sembrados Totales Almácigos

en cosecha año pasado este año
Manuel López 8.000 10.000 2.000 20.000 100.000
Carmen López 8.000 3.500 11.500 10.000
Ascensión García 8.000 2.000 10.000 12.000
Enrique Holter 3.000 7.000 3.000 13.000 25.000
3HGUR3LQR 3.500 2.000 1.000 6.000 25.000
-XDQ-RVp%RQOOD 4.000 4.000 20.000
Francisco Dueñas 3.500 3.500 1.000
-RVp&DOGHUyQ 3.500 3.000 15.000
Ciriaco Choto 3.000 3.000 5.000
-RVp&/ySH] 2.200 2.200 17.000
-XDQ6DOGDxD 2.000 2.000 1.000
Tomás Ayón 3.000 4.000 7.000 4.000
Tiburcio Góngora 500 500
Luis Molina 500 500
7RPiV5RMDV 300 1.200 1.500
Manuel Gutiérrez 40.000 40.000 50.000
Manuel Esteves 20.400 20.400
-RVp$*RQ]iOH] 350 26.240 26.590 80.000
6U3URYLVRU 9.000 9.000 100.000
Inés Aguilar 5.000 5.000 100.000
Manuel Gallardo 6.360 6.360 30.000
-RVp0&DUD]R 2.500 2.500 15.000
Mercedes Montoya 1.300 1.300 23.000
Mariano Morales 1.000 1.000
Marcos Hernández 1.000 1.000 2.000
Nicolás Tijerino 500 500 15.000
-RVp03HUD]D 1.000 1.000 2.000
Matías Alcaine 4.000 4.000 20.000
Isidro Varela 500 500
Manuel Olivares 50.000
Tiburcio Duvon 20.000
-RDTXtQ6DOD]DU 10.000
Ildefonso Avelar 3.500
Felipe Oseguera 3.000
-XDQ&KRWR 4.000
Manuel Campos 2.000
Elías Delgado 1.000
Coronada Mesa 2.000
Fuente: Gaceta…, 31 de julio de 1861.
128 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

“para que no fuesen objeto de especuladores maliciosos que los sorprendían en sus
IHVWLQHVDUUDQFiQGROHVSRUXQDVXPDPLVHUDEOHXQEXHQUHSDVWRXQFRUWHGHPDGH-
UDHWF´$OPLVPRWLHPSRFRQWLQXDEDHOJREHUQDGRUFRQXQDPHMRUDGPLQLVWUDFLyQ
podrían “comprar instrumentos de labranza de los que carecían y granos de primera
QHFHVLGDGHQORVWLHPSRVGHFDUHVWtDTXHSRUDFiVRQIUHFXHQWHV\HQORVFXDOHV
VXIUHQDWUR]PHQWHORVLQGtJHQDV\HQ¿QSDUDSRGHUVRFRUUHUORVFRQPHGLFLQDV\
médicos en los tiempos de epidemia”.42 Los problemas de lindes entre comunida-
GHVGHLQGtJHQDV\ODGLQRVQRVRORFRQPXQLFLSLRVVLQRWDPELpQFRQKDFLHQGDVHUDQ
muy frecuentes.43
En este ambiente no sorprende que en 1866 se anunciara desde Santa Ana
\$KXDFKDSiQTXHGDGRTXHHQVXVGLVWULWRVODH[SDQVLyQDJUtFRODDYDQ]DEDPiV
UiSLGDPHQWHTXHHQRWURVORVSURGXFWRUHVQRSRGtDQH[WHQGHUVXVFXOWLYRVGHELGRD
OD³HVFDVH]RPiVH[DFWRSRUODFRPSOHWDH[WLQFLyQGHWLHUUDVEDOGtDV´(VWDQHFH-
sidad podía producir desaliento en los agricultores y podía paralizar el desarrollo de
ODDJULFXOWXUDHVHUDPRGHOFXDO³EURWDODULTXH]DS~EOLFD´(QHVWHGLVFXUVRGHOD
ROLJDUTXtDORTXHOODPDEDULTXH]DS~EOLFDHUDHQUHDOLGDGVXULTXH]DSULYDGDLQWHU-
pretación que comparte la burguesía en el neoliberalismo actual. Así se expresaba
el gobernador:
³3HURHOJRELHUQR>FHQWUDO@FRQODVROLFLWXGTXHOHHVSURSLDFXDQGRPHGLDODFRQ-
YHQLHQFLDS~EOLFD\FRQFLOLDQGRHOLQWHUpVGHORVYHFLQRVFRQODVGL¿FXOWDGHVTXH
SXGLHUDQVXUJLUVHSURSRQHFRQFHGHUOHVPD\RUH[WHQVLyQGHWLHUUDD¿QGHTXHORV
trabajos puedan tomar el impulso que se espera. Estamos ciertos que la medida no
VHKDUiHVSHUDUPXFKRPi[LPHVLDWHQGHPRVDTXHORVSXHEORVFLUFXQYHFLQRVGH
Santa Ana y Ahuachapán poseen un crecido número de hectáreas de esos terrenos
llamados comunales >ODFXUVLYDHVGHORULJLQDO@TXHKR\HVWiQLQFXOWRV\TXHHQ
largo tiempo no recibirán el trabajo del hombre”.44

3RUWDQWRGHVGHODVWLHUUDVFRPXQDOHVGHLQGtJHQDVHVWDEDQHQHOSXQWR
GHPLUDGHORVJRELHUQRVSRUTXHHQWUHRWUDVRIUHFtDQXQDJUDQYHQWDMDFRQUHVSHFWR
a las tierras baldías dado que las primeras no requerían por lo general trabajos de
desmonte. En 1869 la Asamblea y el gobierno aprobaron un importante decreto en
defensa del derecho de propiedad de la tierra considerando que debía ser:
³SURWHJLGRH¿FD]PHQWHSRUTXHVXVHJXULGDGHUDHOPiVSRGHURVRHVWtPXORSDUD
HOIRPHQWR\SURJUHVRGHODDJULFXOWXUD\SDUDHODXPHQWRGHWRGRVORVUDPRVTXH
constituyen la riqueza pública...”.45

2EYLDPHQWHDOKDEODUGH³ULTXH]DS~EOLFD´VHHVWDEDUH¿ULHQGRDORVSURSLH-
tarios y no a los pequeños agricultores ni campesinos y una prueba de ello es que
HODUWtFXORžUHJXODEDORVOtPLWHVGHODDFWXDFLyQGHORVFRORQRVGH¿QFDV3RURWUR
ODGR5DIDHO=DOGtYDU\DHUDPLQLVWURHQHOSHUtRGR¿QDOGHOSUHVLGHQWH'XHxDV\
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 129

PRVWUDUtDSURQWRHQVXRSFLyQSRUODSURSLHGDGSULYDGDGHODWLHUUDGHPD-
nera que posiblemente tuviera en mente que había que actuar contra las tierras de
comunidad antes de llegar a la presidencia.46 En cuanto a los espacios incultos en
GLFKRVWHUUHQRVWDPELpQKDEtDWLHUUDLQFXOWDHQODVJUDQGHVKDFLHQGDVGHULFRVSUR-
SLHWDULRVSRUGHFHQDVGHFDEDOOHUtDV\D~QPiVSHURpVWDHUD\DSURSLHGDGSULYDGD
\HOPRGHORHFRQyPLFROLEHUDOODSURWHJtDDGLIHUHQFLDGHORTXHKDUtDFRQHMLGRV\
tierras comunales.
6LQHPEDUJRODVLWXDFLyQQRHUDODPLVPDHQWRGRHOSDtV(QHOPLVPRDxRGH
1866 el gobernador del Departamento de San Miguel remitía al gobierno un infor-
me de la visita que había realizado a su distrito y de él no se derivaba la existencia
GHSUHVLyQQLQJXQDVREUHODWLHUUDDOPDUJHQGHFRQÀLFWRVWUDGLFLRQDOHVTXHSXGLH-
UDQH[LVWLU(QDOJXQDORFDOLGDGFRPR&DFDRSHUDORVYHFLQRVTXHVHGHGLFDEDQDO
WUDEDMRFRQFXHURVGHUHVLQFOXVRVHKDEtDQSHUPLWLGRFRPSUDU³H[WHQVRVWHUUHQRV´
SDUDDJUHJDUORVDVXVHMLGRV/RVFXOWLYRVTXHVHPHQFLRQDEDQHUDQDxLOFDxDGH
D]~FDUSOiWDQR\PDt]6LPyQ%UDXHOJREHUQDGRUVLQQLQJ~QDVSHFWRLPSRUWDQWH
TXHGHVWDFDUHQUHODFLyQFRQODDJULFXOWXUDVRORHVSHUDEDTXH³QXHVWUR*RELHUQR
DPDQWHGHORUGHQ\GHOSURJUHVRVDEUiGDUOHHOLPSXOVRTXHPHUHFHHVWHLPSRUWDQWH
ramo”.47'HHOORSXHGHGHGXFLUVHXQDYH]PiVTXHODHYROXFLyQGHODDJULFXOWXUD
y sus consecuencias con respecto a la tierra y a la mano de obra estaba siendo des-
igual en los diferentes Departamentos del país.
5HJUHVDQGRDRFFLGHQWHHQGHVGH&KDOFKXDSDVHHQVDO]DEDHODXJHGH
ODDJULFXOWXUD\HVSHFLDOPHQWHHOHPSXMHGHODFRPXQLGDGGHODGLQRVTXH³JHQH-
URVDFRQVXVFRORQRV´KDEtDSXHVWRHQFXOWLYRWRGDVODVWLHUUDVeVWDVQRVRORHUDQ
FXOWLYDGDVSRUVXVSURSLRVGXHxRVVLQRTXHHOORVODVDUUHQGDEDQD³KLMRVGHRWURV
pueblos... por un mezquino censo anual”. Sus tierras lindaban con otras de Santa
$QDGH$WLTXL]D\D\HQWUHRWURVOLQGHVFRQWLHUUDVGH)UDQFLVFR6DQGRYDO(UDQ
PDQ]DQDVFXOWLYDGDVSRUVXVGXHxRV\SRUDUUHQGDQWHVORTXHVXPDED
FDEDOOHUtDVVLF48$GHPiVGHODFDxDVHGHVWDFDEDHOFXOWLYRGHOFDIpGHOTXH
KDEtDSLHVHQFRVHFKDHQSODQWtR\HQVHPLOOHUR/RV
anteriores representantes del común habían deslindado las tierras y los actuales ha-
bían comprado a los aborígenes las tierras de Guachipilín y Sacamil en 1.900 ps.49
/RLQWHUHVDQWHHVTXHXQPHVPiVWDUGHODFRPXQLGDGGHODGLQRVGH&KDO-
FKXDSDTXHSUHVXPtDGHWHQHUWHUUHQRVPX\IHUDFHVHQ/DV-R\DV*XDFKLSLOtQ6D-
FDPLO\-RFRWLOOR³PX\SURSLRVSDUDHOFXOWLYR\VLHPEUDVGHFDIp´\FRQHO¿Q
GH³FRRSHUDUDODSURWHFFLyQTXHVHGHEHDODLQGXVWULDDJUtFRODDODSURVSHULGDG\
HQJUDQGHFLPLHQWRGH&KDOFKXDSD´GHFLGLyYHQGHUDORVDJULFXOWRUHVGH6DQWD$QD
RDTXLHQTXLVLHUDFRPSUDUPiVGHP]GHTXHVHFRPSRQtDHOiUHDGHORV
terrenos citados. Los comuneros declaraban estar “unidos ad corpus con Don Fran-
cisco Sandoval y otros señores de Santa Ana”.50$OPDUJHQGHODUHWyULFDHPSOHDGD
DOLQHDGDFRQORVLQWHUHVHVGHORVSURSLHWDULRVTXLHUHHOORGHFLUTXHODFRPXQLGDG
130 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

de ladinos de Chalchuapa estaba sirviendo de transferidora de tierras de la comuni-

GDGGHLQGtJHQDVDPDQRVSULYDGDVGH6DQWD$QDSDUDODH[SDQVLyQGHFDIpTXL]i
porque una compra directa por particulares a los indígenas hubiera sido entendida
FRPRXQDLQWUXVLyQLQDFHSWDEOH3DUDOHODPHQWHDHVWHFDVRHQODUHODFLyQHQWUHPX-
QLFLSLRV\FRPXQLGDGHVGHLQGtJHQDVHQVHSURGXMRXQFDPELRIDYRUDEOHDORV
SULPHURVFXDQGROD$VDPEOHDGHFLGLyTXHFDGDYH]TXHXQPXQLFLSLRORVROLFLWDUD
podría arrendar los terrenos de las comunidades y administrar sus fondos “cuando
GHHOORUHVXOWHEHQH¿FLRDORVLQGLRVGHODFRPXQLGDG´51$SHVDUGHODUHGDFFLyQ
esto equivalía a dejar un portillo abierto por el que pudiera colarse la presión de
ORV FXOWLYDGRUHV GH FDIp VREUH ODV WLHUUDV GH FRPXQLGDGHV OR TXH SUREDEOHPHQWH
sucedería.
&RPR VH VXSXVR DUULED HVWD H[SDQVLyQ GHO FDIp QR HVWDED VXFHGLHQGR VLQ
FRQVHFXHQFLDVGHGLYHUVRWLSR$VtHQHQ/D/LEHUWDGODDJULFXOWXUDHUDSX-
MDQWH \ ORV FXOWLYRV SULQFLSDOHV HUDQ HO FDIp OD FDxD GH D]~FDU \ HO MLTXLOLWH FRQ
“empresas de mucha magnitud” que habían hecho que los cereales o granos de pri-
mera necesidad hubieran escaseado notablemente y tomaran de día en día un “valor
exorbitante”. En dicho año había en el Departamento 658.000 árboles de café en
IUXWRWUDQVSODQWDGRVWRGDYtDVLQIUXFWL¿FDUORTXHVHOODPDED³SODQWtR´\
329.000 en almácigo.52(OFDIpGH/D/LEHUWDGHQSOHQDH[SDQVLyQFRQWULEXtDDOFUH-
FLPLHQWRTXHHVWDEDH[SHULPHQWDQGRHOFXOWLYR(QSRFRGHVSXpVGHOSHUtRGR
TXHFXEUHODSULPHUDSDUWHGHHVWHOLEURDOFDQ]DEDODVVLJXLHQWHVFLIUDVTXHVHPXHV-
tran en al Cuadro 4.3. El alto número de plantas en semillero era típica de una buena
SODQL¿FDFLyQGHOFXOWLYRFRPRHUDFRQRFLGRSRUWRGRVORVDJULFXOWRUHVeVWHHUDXQR
GHORVFRQVHMRVTXHKDEtDQGDGRD5DIDHOÈOYDUH]/DOLQGHDOGHMDU&RORPELDSDUD
ir a El Salvador: que nunca faltaran semilleros porque siempre se mueren muchos
iUEROHV(ORWURFRQVHMRHUDTXH³KDEtDTXHVHUGXURFRQHVRVLQGLRV´6XKLMR5DIDHO
aseguraba que no lo cumplió y “siempre trató a sus trabajadores con cariño”.53

CUADRO 4.3
Expansión del cultivo del café – 1860–1889

1860 1879
3ODQWDVHQSURGXFFLyQ 10.657.893 14.315.642
3ODQWDVMyYHQHV
604.460 8.754.607
SODQWtR
3ODQWDVHQVHPLOOHUR 7.438.579 17.784.525
Fuente: El Salvador. Comisaría General de la Exposición Universal de París, 1889, Notice sur Le
Salvador. Paris, 1889, p. 85, en Derek Kerr, The role of the coffee industry..., p. 52.
Ítalo López Vallecillos. Gerardo Barrios..., p. 217.
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 131

(QORV~OWLPRVDxRVTXHFXEUHHVWHFDStWXORGHVGH¿QHVGHOJRELHUQRGH'XH-
xDVHQKDVWDHQTXHFRQFOX\yHOGH$QGUpV9DOOHODVOtQHDVJHQHUDOHVGHO
proceso expansivo del café estaban ya trazadas y la subida del precio internacional
que ya se comentó no hizo más que acentuarlas.
*
(OFXOWLYR\SUREDEOHPHQWH\FRPRSDUHFHOyJLFRHOSURFHVDPLHQWRGHOFDIp
se iniciaron en El Salvador en terrenos de pequeñas dimensiones y no a gran es-
cala.54 Así parecen indicarlo los decretos de 1846 y 1847 del presidente Eugenio
Aguilar que hablaban de cultivos de 5.000 y de 15.000 árboles de café respec-
WLYDPHQWH SDUD REWHQHU EHQH¿FLRV ¿VFDOHV$ XQD PHGLD GH HQWUH  \ 
iUEROHVSRUPDQ]DQDVHWUDWDEDGHVXSHU¿FLHVPi[LPDVGH\PDQ]DQDV\
KDUHVSHFWLYDPHQWHGHODVTXHVHKDEODEDHQORVGHFUHWRV(OORQRTXLHUHGHFLU
que todos los que emprendieran el cultivo del café fuesen campesinos o pequeños
DJULFXOWRUHV 3RVLEOHPHQWH VXFHGLy OR FRQWUDULR SRUTXH HV LPSUREDEOH TXH HVWRV
~OWLPRVVLHQGRPiVWUDGLFLRQDOHV\FRQHVFDVRVUHFXUVRVVHDWUHYLHUDQDLQFXUVLR-
narse en una verdadera aventura agrícola como era entonces el cultivo del café. Ya
se vio el caso de un hacendado con 40 caballerías de terreno en los años 1860 que
FXOWLYDEDP]GHFDIpKD3HURWDPELpQVHYLRFyPRHQHOJREHUQDGRU
GHO'HSDUWDPHQWRGH6DQWD$QD7HRGRUR0RUHQRLPSXOVDEDDORVFDPSHVLQRVLQ-
dígenas a cultivar café porque seguramente éstos no encontraban razones para ha-
cerlo. Y es que el modo de producción campesino es antitético a cualquier proceso
mercantil como lo comprobaron los españoles conquistadores con los campesinos
nativos americanos.55$GHPiVSDUDLPSXOVDUHQWUHODSREODFLyQHOFXOWLYRGHOFDIp
a comienzos de la década de 1850 se publicaban artículos de divulgación sobre el
FXOWLYRGHOFDIpHQODSUHQVDR¿FLDO0HUHFHUHSURGXFLUVHXQSiUUDIRGHXQRGHHOORV
HVFULWR SRU HO /GR 0DQXHO$JXLODU HQ HO TXH DGHPiV GH UHFRPHQGDU HO FXOWLYR
WDQWRHQJUDQGHFRPRHQSHTXHxRTXHVHULDEHQH¿FLRVRSDUDWRGRVVHUHIHUtDDODV
PiTXLQDVH[LVWHQWHVHQWRQFHVSDUDHOEHQH¿FLR
³«ODVGLIHUHQWHV>PiTXLQDV@TXHVHXVDQHQORVYDULRVEHQH¿FLRVTXHHVSUHFLVR
GDUDOFDIp/DVWUDHQGH(XURSDODVXQDVFRPSOHWDVSDUDTXLWDUODVGRVFRUWH]DV
TXHYDOHQSV\VRQGHKLHUUR\FREUH\ORVDYHQWDGRUHVTXHWDPELpQWUDHQ
FXHVWDQSVPiVHVWiQPHMRUDGDVHQ&RVWD5LFDFRQRWUDVTXHIDEULFDQDOOtGH
PDGHUD\QRFXHVWDQQLODFXDUWDSDUWHGHODVH[WUDQMHUDV6HUtDIiFLOH[SOLFDUODV
SHURLQR¿FLRVRSRUTXHHOTXHQRODVKDYLVWRHVGLItFLOIRUPHLGHDGHHOODVSRUUH-
ODFLyQ\ORPiVDFHUWDGRVHUiTXHVHVROLFLWHQPRGHORVSHUIHFWRVGHWRGDVFODVHV
que costarán muy poco.56

(QFXDOTXLHUFDVRHVFLHUWRTXHHOFDIpSUHVHQWDEDGHHQWUDGDGLYHUVDVGL¿FXO-
WDGHV\ULHVJRVFRPRSDUDVHUHPSUHQGLGRSRUFDPSHVLQRV\SHTXHxRVDJULFXOWRUHV
132 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WDQWRGHVGHHOSXQWRGHYLVWDGHORVUHFXUVRVFRPRGHVGHODSRVLELOLGDGGHSpUGLGDGH
la cosecha por desconocimiento de las técnicas de cultivo después de los esfuerzos
requeridos en los primeros años posteriores a la siembra. En la década de 1850 no era
IDFWLEOHSURGXFLUHQJUDQGHV¿QFDVFRQIXHUWHVLQYHUVLRQHV\PRYLOL]DFLyQGHJUDQ
FDQWLGDGGHIXHU]DGHWUDEDMR1RKDEtDWRGDYtDVX¿FLHQWHVPHGLRVSDUDEHQH¿FLDU
HQJUDQGHGHIRUPDJHQHUDOL]DGDSRUHVRHOSDSHOGHORVSHTXHxRV\PHGLDQRVSUR-
GXFWRUHVIXHLPSRUWDQWH\FRQHOOROD¿QDQFLDFLyQ1RVHGLVSRQHGHLQIRUPDFLyQHQ
GHWDOOHVREUHODVGpFDGDVGH\SHURFXDQGRVHFRQRFHQFDVRVFRQFUHWRVGH
FXOWLYDGRUHVGHFDIpHQORVDxRV\DH[LVWtDQDJULFXOWRUHVGHXQDFLHUWDGLYHUVL-
dad en su capacidad de producción. La hipótesis más plausible es que en los inicios
GHO FXOWLYR HVWXYLHUDQ SUHVHQWHV DJULFXOWRUHV FRQ UHFXUVRV HFRQyPLFRV VX¿FLHQWHV
FRPR SDUD DUULHVJDUVH D DTXHOOD RSHUDFLyQ DXQTXH OR KDUtDQ D SHTXHxD HVFDOD DO
FRPLHQ]RSHURTXHHQVHJXLGDLQFLWDURQDFDPSHVLQRV\SHTXHxRVSURGXFWRUHVDTXH
ORVLPLWDUDQ\FRPRVHKDYLVWRHVWRHVWDEDVXFHGLHQGR\DHQODGpFDGDGH(O
KHFKRUHOHYDQWHHVTXHDSDUWLUGHFLHUWDVGLPHQVLRQHVGHFXOWLYRHUD\VLJXHVLHQGR
QHFHVDULRXWLOL]DUFDQWLGDGHVDSUHFLDEOHVGHUHFXUVRVWDQWRPRQHWDULRVFRPRKXPD-
QRV\QRWRGRVGLVSRQtDQGHHOORV6HWUDWDGHYHUFyPRVHVROYHQWDEDHVWDOLPLWDFLyQ
y qué consecuencias tenía.
/D¿QDQFLDFLyQGHOFXOWLYRGHOFDIpHVSXHVXQDFXHVWLyQIXQGDPHQWDOSDUD
entender cómo se expandió y cómo su expansión facilitó las bases sobre las que
ODROLJDUTXtDGRPLQyDOSDtV3DUDDERUGDUHVWHDVXQWRHVSUHFLVRUHFRUGDUDOJXQDV
circunstancias que permitieron que la puesta en marcha del negocio del café se
llevase a cabo de la forma en que ocurrió. La primera de ellas era la existencia de
XQDJUDQPD\RUtDGHFDPSHVLQRVGHSHTXHxRV\GHPHGLDQRVDJULFXOWRUHVFRQPX\
escasos o sin apenas recursos. En el Capítulo 3 se han revisado cuáles eran las con-
diciones de la mayoría en cuanto al crédito y cómo los agricultores con frecuencia
WHQtDQTXHUHFXUULUDOD¿QDQFLDFLyQTXHJHQHUDOPHQWHREWHQtDQYtDKLSRWHFDGHVXV
SURSLHGDGHVSRUFLHUWRDWDVDVGHLQWHUpVHQWUHHO\HODQXDO&RQYLHQH
UHFRUGDUSRUTXHHVSHUWLQHQWHDTXtTXHHQODEDVHGHHVWDVLWXDFLyQQRHVWDEDVROR
ODDXVHQFLDGHXQD&DVDGH0RQHGDRORVLQWHUHVHVGHORVSUHVWDPLVWDVVLQRHOEDMR
SUHFLRGHODPHUFDQFtDIXHU]DGHWUDEDMRDVtFRPRHOGHOUHVWRGHODVPHUFDQFtDVTXH
los pequeños agricultores producían.
3RUORWDQWR\VLVHDSOLFDEDQGLFKDVWDVDVGHLQWHUpVSRGtDUHVXOWDUHVSHFLDO-
mente caro para amplios sectores sociales poner en marcha una explotación de
FDIp(QVXFXOWLYRORVSULPHURVDxRVGHODSODQWDFLyQHVWRHVORVTXHWUDQVFXUUHQ
desde la organización del semillero o almácigo hasta que los árboles comienzan a
GDUIUXWR\HVSHFLDOPHQWHHOSULPHUDxRVRQGHXQDIXHUWHLQYHUVLyQGHGLQHUR\
trabajo sin obtener rendimiento.57/DSODQWDFLyQGHODOPiFLJRHOWUDQVSODQWHGHODV
SODQWDVMyYHQHVDODWLHUUDFXDQGRWLHQHQXQDxRHOFXLGDGRHQVXVLHPEUDODJXtD
GHODVSODQWDVHQVXFUHFLPLHQWRFXDQGRWRGDYtDQRSURGXFHQIUXWRODVSRGDVWDQWR
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 133

GHODVSODQWDVGHOFDIpFRPRGHORViUEROHVGHVRPEUDFXDQGRHVWRVFRPHQ]DURQD
XVDUVHORVGRV³GHKLHUERV´RSURFHVRVGHGHVKHUEDUODWLHUUDDODxRXQDYH]DQWHV
GHODVOOXYLDV\RWUDYH]GHVSXpVKDVWDTXHODVSODQWDVOOHJDQDORVFXDWURRFLQFR
años en que comienzan a ser árboles cosecheros y hay que proceder a la “corta” o
UHFRJLGDGHOFDIpUHTXLHUHQGHVWUH]DHLQYHUVLyQVLQUHQWDELOLGDGGXUDQWHHVHSHUtR-
GR<SDUWHGHHVWRVWUDEDMRVFRPRODVSRGDVORV³GHVKLHUERV´\OyJLFDPHQWHOD
FRVHFKDDGHPiVGHODVXVWLWXFLyQGHiUEROHVGDxDGRVSRURWURVQXHYRVWLHQHQTXH
ser repetidos anualmente.
El estado de los árboles de café marcaba la diferencia que existía en el ren-
GLPLHQWRGHXQDV¿QFDV\GHRWUDV'HHVWRVDxRVFRQVWDODUHIHUHQFLDDXQIDFWRU
FOLPDWROyJLFRTXHDXQKR\GtDLQÀX\HSRGHURVDPHQWHHQHOUHQGLPLHQWRGHOFDIp
los vientos. En 1865 el gobernador de Sonsonate había recomendado a los agri-
cultores que en los parajes fríos combatidos por el viento se sembraran árboles
GHVRPEUDOLJHURVHQORVFDIHWDOHVDVtFRPRWDSDYLHQWRVHVGHFLUVHWRV58 El año
VLJXLHQWHGHVGH6DQWD7HFODVHLQIRUPDEDTXHDFDXVDGHORVUHFLRVYLHQWRVKDEtDQ
sufrido tanto los cafetales que podía darse por segura la pérdida de una gran parte
GHODFRVHFKD(VWHPDOTXHGDUtDFDVLGHOWRGRDWDMDGRVHDxDGtDVLORVKDFHQGDGRV
DGRSWDVHQ OD SODQWL¿FDFLyQ GH iUEROHV GH VRPEUD FRPR VH KDFtD HQ RWURV SDtVHV
castigados también por los vendavales.59(VGHFLUTXHDOPHQRVHQODGpFDGDGH
WRGDYtDQRHUDFRP~QSODQWDUiUEROHVSDUDGDUVRPEUDDOFDIp\VLDFDVRVH
XWLOL]DEDQORVSODWDQDUHV<DXQTXHHQODDFWXDOLGDGKD\OXJDUHVGRQGHVHFXOWLYD
FDIpVLQVRPEUDFRQYDULHGDGHVDGDSWDGDVJHQHUDOPHQWHORViUEROHVGHODVHVSHFLHV
más comunes en Centroamérica sin sombra producen rendimientos decrecientes.
/DGLPHQVLyQGHODVXSHU¿FLHVHPEUDGDDVtFRPRODGHQVLGDGGHiUEROHVSRU
PDQ]DQDWHQtDQSRURWUDSDUWHXQDJUDQLPSRUWDQFLDHQUHODFLyQFRQHOFRVWHGHO
IXQFLRQDPLHQWRGHOD¿QFD1DWXUDOPHQWHVLVHVHPEUDEDQiUEROHVSRUPDQ-
]DQDODSURGXFFLyQVHUtDPD\RUTXHFRQXQDGHQVLGDGGHVyORiUEROHVSHUROD
cantidad de trabajo por manzana también aumentaba.60(Q*XDWHPDODHQODGpFDGD
GH\HQ¿QFDVGHXQDVPDQ]DQDVODLQYHUVLyQLQLFLDOSDUDORVSULPHURV
FXDWURDxRVGHWUDEDMRQRHUDLQIHULRUDSV\HOSUHFLRGHODPDQRGHREUDHQ
*XDWHPDODURQGDEDORVGRVUHDOHVSRUMRUQDODOLJXDOTXHHQ(O6DOYDGRU613RURWUR
ODGRGHSHQGLHQGRVLHPSUHGHODYDULHGDGGHOFDIpGHODVFRQGLFLRQHV\GHOFXLGDGR
TXHVHKD\DWHQLGRGHOFXOWLYR\GHODFOLPDWRORJtDHVDSDUWLUGHORVFLQFRFXDQGR
puede hablarse de una cosecha propiamente dicha.
Visto todo lo anterior se puede comprender que la expansión del cultivo que
HVWDED WHQLHQGR OXJDU \D HQ OD GpFDGD GH  SRU RFFLGHQWH FRQWULEX\HUD D LQ-
FUHPHQWDUODGHPDQGDGHPDQRGHREUDHOVHJXQGRIDFWRUGHSURGXFFLyQHVHQFLDO
DOWUDWDUFXDOTXLHUFXOWLYR\HQHVWHFDVRHOFDIp'HVGHTXHVHLQLFLyHOGHVSHJXH
comercial del país en la década de 1850 no se había producido ni una sola queja de
parte de los propietarios o de las autoridades políticas sobre escasez de tierra hasta
134 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HQ6DQWD$QDFRPRVHKDYLVWRDUULED3RUHOFRQWUDULRVHUHJLVWUyXQDODUJD
serie de lamentos y quejas sobre lo que ellos denominaban con la expresión “escasez
de brazos”. Era incesante la protesta por esta circunstancia y era creciente la presión
sobre autoridades locales y jueces para que forzaran a la mano de obra rural a acu-
dir a los trabajos de agricultura. No se repetirán aquí las causas culturales y econó-
PLFDVGHTXHORVSURSLHWDULRVQRFRQWDUDQFRQODVX¿FLHQWHPDQRGHREUDSDUDVXV
FXOWLYRVRGHTXHODTXHOHVOOHJDEDQRVLHPSUHVHFRPSRUWDUDFRPRHOORVGHVHDEDQ
/DFXHVWLyQHVTXHDOWLHPSRTXHVHDFHOHUDEDQORVWUDEDMRVHQORVFDPLQRV
\ODVREUDVS~EOLFDVFXDQGRHOFDIpFRPHQ]yDH[SDQGLUVH\GDGDODQHFHVLGDGGH
WUDEDMDGRUHVVREUHWRGRHQHOPRPHQWRGHODFRVHFKDVX³HVFDVH]´HVWXYRSUHVHQWH
HQODVFDUDFWHUtVWLFDVGHODGLIXVLyQGHOFXOWLYR3RGUtDSHQVDUVHTXHWDQWRFRPRSRU
ODWLHUUDORVSURSLHWDULRV\RWURVLQWHUHVDGRVHQSRWHQFLDUODSURGXFFLyQGHOFDIp
se preocuparon también por la disponibilidad de trabajadores. Y el hecho es que
HQFRQWUDURQPiVGHXQDYtDSDUDPDQHMDUHOSUREOHPD3RUXQODGRGHULYDURQSDUWH
GHOFXOWLYR\EHQH¿FLRGHOFDIpDSHTXHxRVSURGXFWRUHVFRPSURPHWLpQGRORVDODGH-
ODQWDUOHVGLQHUR±ODVKDELOLWDFLRQHVDODSURGXFFLyQ±GHOTXHHVWDEDQQHFHVLWDGRV
DQWHVGHODFRVHFKD3RURWURODGRWDPELpQFRPSURPHWtDQDFDPSHVLQRVSHTXHxRV
DJULFXOWRUHV\JHQWHVLQWLHUUDDGHODQWiQGROHVGLQHURSDUDWUDEDMDUHQVXV¿QFDV±KD-
bilitaciones al trabajo–. La demanda de empleo en otras obras locales y nacionales
GL¿FXOWDEDODREWHQFLyQGHPDQRGHREUD\OOHJyDLQWHQWDUVHUHFOXWDULQPLJUDQWHV
SHQViQGRVHLQFOXVRHQWUDHUORVGH$VLDSDUDORTXHVHOOHJyD¿UPDUXQDFRQWUDWD62
$GHPiVDxRVGHVSXpVORVSURSLHWDULRVTXHHVWDEDQLQVWDODGRVHQHOJRELHUQR\HQ
OD$VDPEOHD1DFLRQDOVXSULPLHURQHOGHUHFKRFRPXQDODODWLHUUDODextinción de
ORVHMLGRV\GHODVFRPXQLGDGHVREOLJDQGRDTXLHQHVTXLVLHUDQFRPSUDUODVSDUFH-
ODVTXHWHQtDQHQXVRTXHGDUDQH[SXHVWRVDODIXHU]DGHOPHUFDGRTXH\DKDEtD
GHPRVWUDGRVXSRWHQFLD\DODODUJDFRQVLJXLHQGRPDQRGHREUDVLQWLHUUD<SRU
~OWLPRDGDSWDURQODOHJLVODFLyQSDUDHMHFXWDUGLOLJHQWHPHQWHODVGHXGDVQRSDJDGDV
SRUFRPSUDVDGHODQWDGDVGHFDIpFRQORTXHPXFKRVSHTXHxRVSURSLHWDULRVSHUGLH-
ron sus tierras y quedaron como mano de obra dependiente exclusivamente de su
trabajo.
$ WtWXOR GH HMHPSOR HQ  HO JREHUQDGRU GH /D /LEHUWDG VH H[SUHVDED
FRPRRWURVHQUHODFLyQFRQHO³SUREOHPD´GHORVMRUQDOHURV
³$PHGLGDTXHODDJULFXOWXUDSURVSHUD\FRQHOODWRGRVORVUDPRVGHODLQGXVWULD
se siente la necesidad de reglamentar de una manera más estricta y vigorosa el
WUDEDMRGHORVMRUQDOHURV\DUWHVDQRV7DOFXDOKR\HVWiHVLQVX¿FLHQWHSDUDWRGDV
las necesidades de la industria. Los obreros pasan la mayor parte del tiempo en
RUJtDVRHQHOYLFLRGHIUDXGDQGRDPHQXGRORVLQWHUHVHVGHODJHQWHODERULRVD1R
KD\HQHOORVVX¿FLHQWHHVWtPXORSDUDGHGLFDUVHDVLGXDPHQWHDVXVWDUHDVRUGLQD-
ULDVQLHQODDXWRULGDGODQHFHVDULDHQHUJtDSDUDKDFHUORVFXPSOLUFRQHVWHGHEHU
de la naturaleza y de la época. Y solo por esta circunstancia es que se puede ver
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 135

DOJ~QWDQWRDEDWLGRHOHVStULWXGHHPSUHVD\HVSHFXODFLyQVLQHVWHREVWiFXORVX
vuelo sería inmenso...”.63

(OJREHUQDGRU-RVp/ySH]KDEtDVLGRFRQWDGRUPD\RUGH&XHQWDVGHO(VWD-
GR DKRUD \D HUD FDIHWDOHUR \ SRVWHULRUPHQWH IXH PLQLVWUR FRQ HO SUHVLGHQWH =DO-
dívar.64&XDQGRHVFULELyHVWRVXVSHRQHVJDQDEDQGRVUHDOHVGLDULRVSRUFLHUWROD
PLVPDFDQWLGDGTXHFREUDEDQORVSHRQHVUXUDOHVHQ3HURHQFDWRUFH
DxRVGHVSXpVGHHVWDVSDODEUDV/ySH]OHVVHJXtDSDJDQGRODPLVPDFDQWLGDGSRU
VXVMRUQDOHVPLHQWUDVTXHHOSUHFLRGHDOJXQRVELHQHVGHFRQVXPRFRPRORVWH[-
WLOHVKDEtDQVXELGRDOJXQDVGHFHQDVGHSXQWRVSRUFHQWXDOHV\HOGHDOLPHQWRVGH
SULPHUDQHFHVLGDGWDPELpQKDEtDFUHFLGRDOH[WHQGHUVHODVXSHU¿FLHFXOWLYDGDGH
café en perjuicio de aquéllos.65 Habría que preguntarse si era de este modo como
pretendía aumentarles el estímulo para cumplir con el “deber de la naturaleza y la
época”.660LHQWUDVWDQWRpOKDEtDFREUDGRVLHQGRJREHUQDGRUYHFHVPiVTXHVXV
SHRQHV\FRPRPLQLVWURYHFHVPiVTXHHOORVDOPDUJHQGHORVEHQH¿FLRVTXH
obtenía como empresario del café.67(Q³DIRUWXQDGDPHQWH´DVHJXUDED/ySH]
HOJRELHUQRKDEtDFRPHQ]DGRDDFWXDUVREUHHODVXQWRGHODPDQRGHREUDFRQXQ
³EHQp¿FR´DFXHUGRHQHOPHVGHRFWXEUHSRUHOFXDOVHGLVPLQXtDHOVHUYLFLRGHORV
FDELOGRVHVGHFLUVXLQWHUPHGLDFLyQSDUDSURSRUFLRQDUEUD]RVDODDJULFXOWXUD(UD
XQEXHQUHFXUVRFRQVLGHUDEDHOSURSLHWDULRSDUDHOXGLUOD³DSDWtD´FRQTXHDOJXQDV
DXWRULGDGHV DFRVWXPEUDEDQ ³D YHU ORV LQWHUHVHV GH OD LQGXVWULD TXH SURSLDPHQWH
KDEODQGRVHSXHGHFRQVLGHUDUODQDFLRQDO´VLHPSUHHQSDODEUDVGHOPLVPR/ySH]
$XQTXHGHVGHRWUDSHUVSHFWLYDVHSODQWHDEDGHQXHYRHOFRQÀLFWRHQWUHORVSURSLH-
tarios y las administraciones municipales en torno a la mano de obra.
/DXWLOL]DFLyQGHIXHU]DGHWUDEDMRHQHOFDIpWHQtD\WLHQHXQIXHUWHFDUiFWHU
HVWDFLRQDOSHURQRH[FOXVLYDPHQWH&LHUWDPHQWHODFRVHFKDRFRUWDH[LJHODSDU-
ticipación de una cantidad mucho mayor de personas que la que se emplea durante
HODxRSHURHOFXLGDGRGHOFXOWLYRGHOFDIpDXQTXHVHDXQDVXSHU¿FLHUHODWLYDPHQWH
SHTXHxDWDPELpQUHTXLHUHDWHQFLyQGXUDQWHYDULRVPHVHV\HVWDFDUDFWHUtVWLFDSUR-
dujo varias reacciones y consecuencias. La suma de los procesos de trabajo en el
campo y el resto de los factores que se relacionaron arriba condicionaban el número
GH WUDEDMDGRUHV QHFHVDULRV SDUD PDQHMDU OD ¿QFD \ HOOR FRQGXFtD ¿QDOPHQWH D OD
QHFHVLGDGGHUHFXUVRVPRQHWDULRVGHFDGDSURGXFWRUR¿QTXHUR68 Lógicamente hay
que tener en cuenta que no todos los peones tendrían la misma capacidad de trabajo
\TXHSRUORWDQWRDOLJXDOTXHODFOLPDWRORJtDRHOFRPSRUWDPLHQWRGHODVSODQWHDV
HOIDFWRUWUDEDMRQRHUDXQDYDULDEOHH[DFWD'HOPLVPRPRGRODWLHUUDWDPSRFR
HUDGHODPLVPDFDOLGDGQLVHHQFRQWUDEDHQODVPLVPDVFRQGLFLRQHVHQWRGRVORV
OXJDUHV3RUWRGRHOORWHQLHQGRHQFXHQWDTXHVHWUDWDVRORGHXQDDSUR[LPDFLyQ
VHSXHGHD¿UPDUTXHXQDSHUVRQDVRODSRGtDPDQHMDUHOFXOWLYRGHXQDPDQ]DQDGH
WLHUUDDXQTXHXQDYH]TXHORViUEROHVHVWXYLHUDQHQFRVHFKD\KXELHUDTXHSURFHGHU
136 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

DODFRUWDGHOFDIpQHFHVLWDUtDRWUDVFXDWURRFLQFRSHUVRQDVSDUDUHFRJHUORHQGRVR
WUHVVHPDQDVGHSHQGLHQGRGHODFDUJDGHIUXWRTXHWXYLHUDQORViUEROHV\GHOQ~PH-
URGHiUEROHVVHPEUDGRVSRUPDQ]DQD6LVHWUDWDVHGHFLQFRPDQ]DQDVHQFXOWLYR
serían necesarias aproximadamente otras tantas personas para su mantenimiento en
ORVPRPHQWRVGHPD\RULQWHQVLGDGGHWUDEDMRFRPRSRGDVR³GHVKLHUERV´HVGHFLU
FRQHVWDVXSHU¿FLHTXL]iXQDIDPLOLDQRSRGtDPDQWHQHUVRODHOFDIp3HURDGHPiV
SDUDODFRUWDVHUtDQQHFHVDULDVGHDSHUVRQDV<DVtVXFHVLYDPHQWHVLHPSUH
WHQLHQGRHQFXHQWDORVPDWLFHVDQWHVLQGLFDGRV3DUD¿QFDVGHXQDVPDQ]DQDV
HUDQQHFHVDULDVXQDVSHUVRQDVGXUDQWHHODxRH[FHSWRXQSDUGHPHVHVFDVLVLQ
DFWLYLGDGSHURSDUDODFRUWDVHUtDQQHFHVDULDVXQDVSHUVRQDVSRUFXDGULOODV(Q
HOFDVRGH¿QFDVPD\RUHVODVFDQWLGDGHVGHWUDEDMDGRUHVDXPHQWDEDQSURSRUFLRQDO-
mente. Ante esta demanda de fuerza de trabajo es probable que ya en las décadas de
\VHXWLOL]DUDQSDUDODFRVHFKDHQ¿QFDVGHUHJXODUWDPDxRRWURVPLHP-
EURVGHODVIDPLOLDVGHORVSHRQHVDOJRTXHHVWiGRFXPHQWDGRHQORVDxRV69
3RURWUDSDUWHDXQTXH\DVHKDQSURSRUFLRQDGRDOJXQRVGDWRVVREUHVDODULRV
GH WUDEDMDGRUHV UXUDOHV SDUHFH FRQYHQLHQWH DSRUWDU DOJXQD UHÀH[LyQ FRPSOHPHQ-
taria. Durante el tercer cuarto del siglo XIX los jornales de los peones o mozos
RVFLODURQ HQWUH  \  UHDOHV GLDULRV GHSHQGLHQGR GH VL VH OHV SURSRUFLRQDED OD
FRPLGDHQOD¿QFDRQRWDQWRHQ]RQDVFDIHWDOHUDVFRPRHQODVTXHDSHQDVVHFXO-
tivaba el grano.70 En período de la cosecha el jornal podía ser algo más alto y la
GpFDGDGHHQDOJXQRVOXJDUHVHOVDODULROOHJyDVHUGHKDVWDUV$OPDUJHQ
GHORVSHRQHVORVPDQGDGRUHVJDQDEDQOyJLFDPHQWHPiVDXQTXHQRVHGLVSRQHGH
LQIRUPDFLyQSHURSRUHOFRQWUDULRODVPXMHUHVPROHQGHUDVTXHKDFtDQODVWRUWLOODV
SDUDORVWUDEDMDGRUHVSHUFLEtDQPHQRVGHXQUHDOGLDULRORTXHHUDXQDUHPXQHUD-
FLyQPLVHUDEOH(OWUDEDMRGHODVPROHQGHUDVUHPLWHDODFRPLGDGHORVSHRQHVTXH
FRQVLVWtDUHJXODUPHQWHHQGRVWRUWLOODVGHPDt]JUDQGHVOODPDGDV³FKHQJDV´FRQ
XQSXxDGRGHIULMROHVXQDRGRVYHFHVDOGtDVHJ~QORVFDVRV71 En la vecina Guate-
PDODODVLWXDFLyQSRUHVWRVDxRVHUDSDUHFLGDSRUORTXHQRVHSXHGHD¿UPDUFRPR
DOJXQDYH]VHKDGLFKRTXHHOFRVWHGHODPDQRGHREUDHQ(O6DOYDGRUHUDHOPiV
alto de América Central.72
3HURODPDQRGHREUDQRHUDHO~QLFRJDVWRTXHWHQtDTXHDIURQWDUXQSHTXHxR
DJULFXOWRUHQODIDVHLQLFLDOGHOFXOWLYRGHOFDIp(QDTXHOORVPRPHQWRVHOEHQH¿FLR
del grano era realizado por los propios productores y se hacía de una forma elemen-
WDO8QDYH]FRVHFKDGRHOJUDQRVRORHUDVHFDGR\SDUDHVRKDFtDIDOWDODFRQVWUXF-
ción de un patio de secado. Construir el patio de ladrillo o de piedra también for-
PDEDSDUWHGHODLQYHUVLyQLQLFLDO/RVSDWLRVGHGLPHQVLRQHVGLIHUHQWHVDGHFXDGDV
DODFDSDFLGDGSURGXFWRUDGHODJULFXOWRUOyJLFDPHQWHWHQtDQXQSUHFLRTXHRVFLODED
HQIXQFLyQGHVXVXSHU¿FLH\HVWDGRGHFRQVHUYDFLyQ2WURVELHQHVGHXQD¿QFDHUDQ
WDPELpQORViUEROHVGHVRPEUDTXHHQHVWRVDxRVHUDQIUHFXHQWHPHQWHSODWDQHUDV
DVtFRPRODVFHUFDVTXHSRGtDQVHUELHQGHSLxDXQDSODQWDGLIHUHQWHDODFRQRFLGD
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 137

FRPR³SLxDGH&DVWLOOD´RDQDQiVGHEURWyQRGHSLHGUDFRQXQFRVWHSRUEUD]DGD
creciente en este orden.73
'HVSXpVGHVHFDGRHOFDIpHUDQHFHVDULRWULOODUOR/RVSURGXFWRUHVPiVSH-
TXHxRV\FRQPHQRVUHFXUVRVJHQHUDOPHQWHDFUpGLWRORKDFtDQDPDQRPDFKDFDQ-
do el café con un mazo en un gran mortero. Los que podían permitírselo utilizaban
XQWULOORGHUXHGDTXHJLUDEDHQFtUFXOR\WLUDGRSRUHQHUJtDDQLPDOTXHEUDQGROD
FiVFDUDODSXOSDHLQFOXVRHOSHUJDPLQRVHFRV&XDQGRHOEHQH¿FLRHUDPiVFXLGD-
doso la eliminación del pergamino se hacía en una operación posterior o también
VHH[SRUWDEDHOFDIpHQSHUJDPLQR3RU~OWLPRTXHGDEDODWDUHDGHDYHQWDUHOJUDQR
TXHSRGtDKDFHUVHVLPSOHPHQWHLPSXOViQGRORDOYLHQWRRXWLOL]DQGRXQDYHQWDGRU
PHFiQLFR&XDQGRFRPHQ]yDXWLOL]DUVHHOPpWRGRGHEHQH¿FLRSRUDJXD\DHQORV
DxRVODVLQVWDODFLRQHVH[LJtDQODFRQVWUXFFLyQGHSLODVGHDJXDSDUDODYDUHO
FDIp\SRVWHULRUPHQWHSURFHGHUDOVHFDGRFRQORVSDVRVGHVFULWRVDUULEDRELHQDSOL-
cando máquinas más perfeccionadas tanto para el secado como para la trilla y otras
operaciones que se fueron introduciendo poco a poco en el país. En diciembre de
1861 se vendían en San Salvador aventadores para limpiar café en casa del Sr. Igna-
FLR*XHYDUDDXQTXH¿UPDEDHODQXQFLR+HUEHUW3DUU\743RUHVWDVIHFKDV*HUDUGR
Barrios había formado en San Salvador un “extenso cafetal” donde funcionaba
³XQDPDJQt¿FDPiTXLQDTXHSHODVHFD\DSDUWDHOJUDQRGHODFRUWH]DFRQDGPLUD-
ble prontitud”. Y en el mismo año se había establecido en Santa Ana un taller donde
VHIDEULFDEDQHQWUHRWUDVKHUUDPLHQWDV\PiTXLQDVSDUDDJULFXOWXUDPiTXLQDVSDUD
GHVFDVFDUDUFDIpPRYLGDVSRUHQHUJtDKXPDQDKLGUiXOLFDRDQLPDODYHQWDGRUHVGH
FDIpGHJUDQFDSDFLGDGPiTXLQDVSDUDOXVWUDUFDIpXQDYH]TXHKDEtDVLGRHOLPL-
QDGRHOSHUJDPLQR\HUDFDIpRURDUDGRVSDUDGHVKLHUEDU\DSRUFDUHWF75 En 1866
HOPpGLFR\FRPHUFLDQWH'DQLHO$QJXORTXHOOHJDUtDDVHUDOFDOGHGH6RQVRQDWH\
PLQLVWURFRQHOSUHVLGHQWH5DIDHO=DOGtYDUYHQGtDHQVXFLXGDGDUDGRVGHiJXLOD
cultivadores o arados para deshierbar y rastrillos “ a precios módicos.76 Y en 1868
VHKDEtDQLPSRUWDGRVRORHQHO'HSDUWDPHQWRGH/D/LEHUWDGDUDGRVGHiJXLOD
FXOWLYDGRUHVUDVWULOORVGHVSXOSDGRUHV\DYHQWDGRUHVSDUDHOFXOWLYRGHO
grano.77 Quizá los precios de las máquinas habían comenzado a bajar con respecto
a los de 1851 que ya se mencionaron arriba.
$OWUDWDUHVSHFt¿FDPHQWHFXHVWLRQHVUHODFLRQDGDVFRQFDIpHVSUHFLVRKDFHU
DOJXQDVDXQTXHQHFHVDULDPHQWHEUHYHVFRQVLGHUDFLRQHVSUHYLDV3RUHMHPSORFRQ
IUHFXHQFLD HQ OD KLVWRULRJUDItD FXDQGR VH KDEOD GH FDIp QR VH HVSHFL¿FD HQ TXp
momento de su procesamiento se encontraba el grano de que se trata. Sin embargo
HQODGRFXPHQWDFLyQKLVWyULFDDOLJXDOTXHHQODDFWXDOLGDGVHPDQHMDQGLIHUHQWHV
momentos de la elaboración del café y no se puede suponer que siempre se trata de
FDIpRURHVWRHVGHOJUDQR\DOLPSLR\VHFR6HJ~QORVOXJDUHVODWHUPLQRORJtDKD
FDPELDGRDOJRHQWUHHOVLJOR;,;\HO;;,SHURHQWRGRFDVRVHSXHGHFRPSUHQGHU
TXHODGLIHUHQFLDHQWUHFDIpFHUH]DIUHVFRRFDIpXYDFDIpFHUH]DVHFRFDIpSHUJD-
138 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

PLQRRFDIpRURHUDHQWRQFHV\HVKR\HVHQFLDOWDQWRHQSHVRFRPRHQSUHFLR$OJR
similar ocurre con la tierra y los rendimientos del café. De igual manera a veces no
VHSUHFLVDVX¿FLHQWHPHQWHHQODFXHVWLyQGHODVPHGLGDVGHVXSHU¿FLHQRWDQWRHQHO
FDVRGHODPDQ]DQDTXHWHQtDXQDGLPHQVLyQ¿MDGHKDSHURVtHQODXQLGDGGH
VXSHU¿FLHFRPELQDGDFRQXQFULWHULRWHPSRUDOOODPDGDWDUHDTXHUHTXLHUHXQEUHYH
FRPHQWDULR(OFRQFHSWRWDUHDVHUHIHUtDRULJLQDOPHQWHDODVXSHU¿FLHGHWHUUHQRTXH
SRGtDWUDEDMDUXQKRPEUHHQXQGtD\VHDSOLFDEDSRUWDQWRDWHUUHQRDJUtFROD3HUR
WRGDVODVWLHUUDVQRHUDQLJXDOPHQWHDFFLGHQWDGDVQLUHTXHUtDQODPLVPDFDQWLGDGGH
trabajo. Y el hecho es que ya en el siglo XIX y en un país de dimensiones reducidas
FRPR(O6DOYDGRUODVWDUHDVQRWHQtDQXQDGLPHQVLyQ¿MD$VtH[LVWtDQPDQ]DQDV
FRQWDUHDVGH[YDUDVFRPRJHQHUDOPHQWHVHPLGHQHQODDFWXDOLGDGSHUR
ODVKDEtDGHGH\KDVWDGHWDUHDVGHPDQHUDTXHFXDQGRVHKDEODGHHVWD
XQLGDGGHPHGLGDQRVHOHSXHGHDVLJQDUXQDVXSHU¿FLHH[DFWD\HQORSRVLEOHVHUi
relacionada con la manzana.78
Ni que decir tiene que todo ello complica cualquier cálculo sobre rendimien-
WRV\FRVWHVGHSURGXFFLyQ3RUODVUD]RQHVH[SXHVWDVQRHVIiFLOKDFHUD¿UPDFLRQHV
JHQHUDOHVFRPRDYHFHVVHKDQKHFKRVREUHFRVWHVGHSURGXFFLyQGHOFDIpHQHO
siglo XIX en El Salvador comparándolas con las de otros países.79$GHPiVHQUHOD-
FLyQFRQORVUHQGLPLHQWRVLQFOXVRKR\GtDODDJULFXOWXUDGHSHQGHGHODYDULHGDGGH
factores ya expuestos que son difíciles de prever y cuyos efectos son muy compli-
cados de evaluar en el caso de la historia.803DUHFHSUXGHQWHSHQVDUTXHHQHOVLJOR
XIX los rendimientos variarían mucho también dependiendo de los cuidados de las
¿QFDV\TXHSRGtDQRVFLODUHQWUH\TTRURSRUPDQ]DQD'HHQWUHORVPiVGH
FDVRVGHSURGXFWRUHVHQFRQWUDGRVSDUDHVWHHVWXGLRVRQHVFDVRVORVTXHSHUPL-
ten deducir el rendimiento del café por manzana y se mencionará algún ejemplo a
FRQWLQXDFLyQTXHFRQ¿UPDGLFKDGHGXFFLyQ
*
/DLQIRUPDFLyQGLVSRQLEOHTXHSHUPLWHHVWXGLDUDSDUWLUGHODGpFDGDGH
ODVUHODFLRQHVVRFLDOHV\HFRQyPLFDVTXHVHHVWDEOHFtDQHQHOFRQWH[WRGHOFXOWLYRHO
EHQH¿FLR\ODFRPHUFLDOL]DFLyQGHOFDIpVHWUDWDIXQGDPHQWDOPHQWHGHFDVRVMXGLFLD-
OHV±QRVHKDQDJRWDGRORVIRQGRVGRFXPHQWDOHV±TXHGHEHQVXSRQHUXQDPLQRUtD
LPSUHFLVDHQUHODFLyQFRQHOQ~PHURWRWDOGHSHUVRQDVTXHFXOWLYDUDQFDIp/yJL-
FDPHQWHKD\TXHHQWHQGHUTXHODPD\RUtDGHSURGXFWRUHVGHFXDOTXLHUPDJQLWXG
debieron resolver sus circunstancias económicas sin terminar en pleitos judiciales
por lo que no ha dejado huellas documentales conocidas en la actualidad. En todo
FDVRORVHMHPSORVTXHVHWUDWDUiQVHHQWLHQGHQFRPRUHSUHVHQWDWLYRVGHODUHDOLGDG
$QWHWRGRVHSXHGHGHVWDFDUTXHDOLJXDOTXHVHYLRFXDQGRVHWUDWyHOFUpGLWR
HQJHQHUDOYHU&DStWXORHQHOFDIpWDPELpQVHSOHLWHDEDDYHFHVSRUFDQWLGDGHV
PtQLPDVFRPRVXFHGtDHQODGLVSXWDTXHH[LVWtDHQHQXQMX]JDGRGH6DQWD
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 139

$QDHQDSHODFLyQSRUXQTXLQWDOGHFDIpRUR81(QVHSWLHPEUHGHWDPELpQ
en Santa Ana un Serapio Mancilla reclamaba a Ignacio Capacho 2 qq de café oro
RVXYDORUTXHHVWLPDEDHQSVDXQTXHGXUDQWHHOSURFHGLPLHQWRMXGLFLDOOOHJyD
SHGLUSVHVGHFLUDSVTXQSUHFLRVXSHULRUDOTXHWHQtDSRUHQWRQFHVSDUDOD
H[SRUWDFLyQTXHHUDSVT<HQHOPLVPRDxR/XLVD6DOD]DUOHUHFODPDEDD%ODV
Coloma 6 qq de café oro que le había comprado por adelantado en 1870. Coloma
DOHJDEDTXHQRKDEtDSRGLGRSDJDUDWLHPSRDFDXVDGHOJROSHGHHVWDGRGH
pero aseguraba que lo pagaría ahora. Originalmente Salazar solo había comprado 4
TTSRUORVTXHSDJyD&RORPDSVHVGHFLUDSVTDXQTXHDKRUDOHUHFODPDED
6 qq.82 En este caso seis quintales de café oro probablemente se obtenían en apenas
XQDPDQ]DQDGHWHUUHQRSHUR&RORPDKDEUtDWHQLGRTXHUHFXUULUDWUDEDMDGRUHVTXH
ORD\XGDUDQHQODOLPSLH]DGHODWLHUUD\VREUHWRGRHQODFRVHFKDORTXHVHJXUD-
mente pudo hacer con el dinero que Salazar le había pagado. Lo que no es posible
GHWHUPLQDUWDQWRHQVXFDVRFRPRHQORVGHPiVHVVLHVWDVFDQWLGDGHVGHFDIpHUDQ
HOWRWDOGHODSURGXFFLyQGHFDGDXQRGHORVGHPDQGDGRVRVLVHWUDWDEDGHUHVWRV
de la venta de una producción superior. De todas formas es relevante el dato de que
VHWUDWDEDGHFDIpRURORTXHLQGLFDTXHHOYHQGHGRUWHQtDTXHSURFHGHUDEHQH¿FLDU
HOFDIpSRUVXFXHQWDORTXHVXSRQtDXQWLHPSRGHWUDEDMRDxDGLGRDOGHOFXOWLYR\
ODFRVHFKD3UREDEOHPHQWHGDGDODIHFKD\ODHVFDVDPDJQLWXGGHHVWRVSHTXHxRV
DJULFXOWRUHVHOEHQH¿FLRVHKDUtDSRUHOPpWRGRHQVHFRDXQTXH\DKDEtDTXLHQHV
WHQtDQLQVWDODFLRQHVSDUDEHQH¿FLDUORPHGLDQWHHOODYDGRGHOJUDQR(QWRGRFDVROR
TXHUHVXOWDPiVLPSRUWDQWHSRUXQDSDUWHHVHOGDWRGHTXHKDEtDSHTXHxRVDJULFXO-
WRUHV\FDPSHVLQRVTXHHVWDEDQSURGXFLHQGR\EHQH¿FLDQGRFDIpRURDSVTXLQWDO
ORFXDODVXYH]SODQWHDODFXHVWLyQGHFXiOHUDHOFRVWHGHSURGXFFLyQSDUDFDGD
WLSRGHSURGXFWRU)UHQWHDHVWRFRQYLHQHGHVWDFDUHOFDVRHQTXHODGHYROXFLyQGHO
FUpGLWRXQDYH]SURGXFLGRHOLPSDJRHQFDIpVHKDFtDYDORUiQGRORDSVT1R
es prudente extraer conclusiones aún sobre la tasa de interés del crédito pero pa-
rece claro que en estos casos estaba lejos de los 12% a 36% que se aplicaban a los
SUpVWDPRVKDELWXDOHVHQHOPHUFDGRLQFOX\HQGRODDJULFXOWXUD&RQYLHQHREVHUYDU
DOJXQRVRWURVFDVRVDQWHVGHVDFDUFRQFOXVLRQHVPiV¿UPHV
En noviembre del mismo 1872 y también en Santa Ana un Benito Moreno
UHTXHUtDD0DQXHO6DQWD&UX]FDUSLQWHURTXHOHDVHJXUDVHTTGHFDIpRURTXHOH
debía entregar en febrero del siguiente año. Dos de ellos los había comprado antes
DODPDGUHGH6DQWD&UX]\DGLIXQWD\RWURVGRVDpOPLVPR0RUHQRKDEtDSDJDGR
SRUDGHODQWDGRORVSULPHURVTXLQWDOHVDODPDGUHDSVTSHURORVGRVVHJXQGRV
ORVKDEtDSDJDGRDSVTDXQTXHDKRUDWUHVPHVHVDQWHVGHODFRVHFKD0RUHQR
YDORUDEDFDGDTXLQWDODSVUV(VWDPRGL¿FDFLyQSUHYLDDODFRVHFKDQRHUD
KDELWXDO &RPR JDUDQWtD 6DQWD &UX] VH FRPSURPHWLy D QR YHQGHU KLSRWHFDU QL
enajenar su casa de teja que tenía en el barrio de Santa Lucía de la ciudad.83 Si los
FDVRVUHIHULGRVDUULEDGHMDEDQPDUJHQSDUDODGXGDHQpVWHODFDQWLGDGGHNJV
140 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GHFDIpSDUHFHLQGLFDUTXHQRHUDQSDUDFRQVXPLUHQHOOXJDUORTXHPXHYHDSUH-
guntarse por las redes de comercialización del café a través de la cuales estos pocos
TXLQWDOHVWHUPLQDUtDQHQPDQRVGHDOJ~QFRPHUFLDQWHPD\RU3RURWURODGRWDPELpQ
HVGHGHVWDFDUTXH6DQWD&UX]VHLGHQWL¿FDUDFRPRFDUSLQWHURORTXHPXHVWUDOD
existencia de un sector de población con actividades profesionales distintas a la de
DJULFXOWRUSHURFRQDFFHVRDWLHUUD\FRPSDWLELOL]DQGRDPEDVORTXHHUDKDELWXDO
Además ello permite empezar a entender mejor la incógnita de los bajos costes de
producción de los pequeños agricultores.
7RGDYtDHQ6DQWD$QDHQDEULOGHHVGHFLUGHVSXpVGHODFRVHFKDXQ
+HUFXODQR0RUHQRUHTXHUtDD3HGUR*RQ]iOH]DPERVDJULFXOWRUHV\DQDOIDEHWRV
TXHOHSDJDVHTTGHFDIpRURRVXYDORUTXH0RUHQRHVWLPDEDHQSVVHJ~Q
“consta en un pagaré de plazo vencido”.84 Moreno solicitaba embargo y prisión de
González quien explicaba que no había podido pagar el café a su debido tiempo por
WHQHUTXHDFXGLUDDWHQGHUDRWURVDFUHHGRUHVORTXHGDLGHDGHODIDOWDGHOLTXLGH]
\ODQHFHVLGDGGHFUpGLWRHQTXHYLYtDXQDSDUWHGHODSREODFLyQ3DUDREWHQHU
TT*RQ]iOH]GHEtDHVWDUFXOWLYDQGRHQWUHWUHV\FXDWURPDQ]DQDVGHFDIpGHODV
TXHWHQtDHQODVTXHQHFHVLWDUtDGHDSHUVRQDVSDUDODFRVHFKD\XQDVy
SDUDHOPDQWHQLPLHQWRGHODWLHUUD(OSDJDUpKDEtDVLGR¿UPDGRHQDJRVWRGH
HVGHFLUXQRVVHLVPHVHVDQWHVGHODFRVHFKD\HQpOVHGHFtDTXH*RQ]iOH]SDJDUtD
HQIHEUHURGHODxRVLJXLHQWHTTGHFDIpRUR³OLPSLRVLQPDQFKDGRQLTXHEUDGR
puesto en su casa –de Moreno– que le he vendido a 5 ps/quintal... y para seguri-
GDGOHGR\DOSUHVHQWHKLSRWHFiQGROHPLSHUVRQDELHQHVSUHVHQWHV\IXWXURVDQWH
ORVWHVWLJRVTXHDSDUHFHQ´(VWDHUDODIyUPXODKDELWXDOHQORVSDJDUpVTXH¿UPDEDQ
TXLHQHVUHFLEtDQXQDKDELOLWDFLyQ\DOJRPX\LPSRUWDQWHHVTXHVLQWUDWDUVHGHXQD
KLSRWHFDIRUPDOQLUHJLVWUDGDDQWHQRWDULRXQGRFXPHQWRSULYDGRFRPRpVWHHVWDED
produciendo –y lo producía generalmente– el efecto de una intervención ejecutiva
GHODMXVWLFLDDPHQRVGHXQDxRGH¿UPDGR\DSHQDVWUDQVFXUULGRGRVPHVHVGHVX
LQFXPSOLPLHQWRGDQGRFRPRFRQVHFXHQFLDODVROLFLWXGGHOHPEDUJR\ODVXEDVWD
GHOD¿QFDGHOGHXGRU(VWRGHVPLHQWHHODUJXPHQWRSODQWHDGRHQDOJXQDRFDVLyQ
GHODH[LVWHQFLDGHLQVHJXULGDGMXUtGLFDHQ(O6DOYDGRUHQHVWHDVSHFWRSXHVWRTXH
DOPHQRVHQORTXHVHUH¿HUHDOFDIp\GHVGHIHFKDVWHPSUDQDVODMXVWLFLDDFWXDED
con una celeridad extraordinaria y sobre la base casi de cualquier documento de
FRPSURPLVRLQFOXVRFRQPHQRVIRUPDOLGDGTXHHOUHIHULGRDUULED
&RPRHQRWUDVVLWXDFLRQHVDTXtLQWHUYLQLHURQGRVSHULWRVSDUDHYDOXDUHOSUH-
FLRGHOFDIp³DWHQGLHQGRDOSUHFLRHQTXHYHQGLHURQVXVFRVHFKDVORVSULQFLSDOHV
FDIHWDOHURVGHHVWDFLXGDG´\YDORUDURQHOTXLQWDODSVUVFRQORTXHORVSV
recibidos por González ocho meses antes se habían convertido en 210 ps. En este
caso se puede precisar que la tasa de interés de la habilitación era de 110% en seis
PHVHVRGHDODxR\SUREDEOHPHQWHHQOtQHDFRQORVGRVFDVRVDQWHULRUHV
(VWHGDWRTXHFRPRVHFRPSUREDUiQRHUDH[FHSFLRQDODSRUWDXQHOHPHQWRFODYH
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 141

SDUDFRPSUHQGHUSRUXQODGRHOJUDGRGHH[SORWDFLyQDOTXHODVUHGHVPHUFDQWLOHV
al servicio de la exportación del café sometían a los pequeños y medianos produc-
WRUHVSHURSRURWURORVVXVWDQFLRVRVPiUJHQHVGHJDQDQFLDTXHREWHQtDQORVFRPHU-
FLDQWHV\ORVJUDQGHVSURGXFWRUHVTXHHUDQTXLHQHV¿QDQFLDEDQDORVSHTXHxRV6R-
EUHHVWHSXQWRHQIHEUHURGHHQSOHQDFRVHFKDDJULFXOWRUHVGHO'HSDUWDPHQWR
de San Salvador estaban considerando enviar por su cuenta su café a los mercados
extranjeros si no obtenían precios “buenos y tolerables” de los comerciantes loca-
OHVFRQORTXHSUHWHQGtDQURPSHUODGHSHQGHQFLDGHORVLQWHUPHGLDULRV85 Al margen
de esta esencial perspectiva sigue en pie la cuestión de cómo podían producir estos
últimos tan barato y se supone que obteniendo alguna ganancia en los casos en que
SRGtDQSDJDUHOFDIp'HVGHOXHJRTXHGDSRUGLOXFLGDUXQDSUHJXQWDTXHSDUHFH
difícil que se pueda responder y es qué proporción de pequeños productores eran
KDELOLWDGRVSRUORVFRPHUFLDQWHVRSRUSURGXFWRUHVPD\RUHVSHURVHWLHQHODLPSUH-
sión de que era muy amplia.86
7RGDYtDHQHOPLVPRSOHLWRDXQTXHODYDORUDFLyQGHOD¿QFDGH*RQ]iOH]
FRQFOX\yHQQRYLHPEUHGH9HU&XDGURORVSUHJRQHVSDUDODVXEDVWD
tuvieron lugar en febrero de 1874 por dilaciones procedimentales cuya explica-
ción se comprenderá enseguida. En el proceso del embargo y de la revisión de la
HYDOXDFLyQGHOD¿QFDLQWHUYLQRHODERJDGR&RUQHOLR/HPXVTXLHQVHUtDSRVWHULRU-
PHQWHFDIHWDOHURMXH]\PLQLVWURGHXQRGHORVJRELHUQRVGHOJHQHUDO)UDQFLVFR

CUADRO 4.4
Inventario de bienes de Pedro González. Santa Ana – 1872

Ps Rs
10 mz de terreno a 10 pesos/mz valen 100
192 brazadas cerco de piña en regular estado a 3 brazadas por 1 rs 8
iUEROHVGHFDIpHQUHJXODUHVWDGRFRQVXIUXWRSDUDFRVHFKDUVHD
1.562 4
rs/árbol
1 semillero grande de árboles de café de 12 brazadas en cuadro con fruto por 12
8 tareas de caña dulce de beneficio de 12 brazadas en cuadro por 8 rs/tarea 8
44 árboles de laurel para vigas de casa a 2 rs/árbol 11
32 árboles de capulín para vigas de casa a 1 rs/árbol 4
26 árboles cuachipilín para horcones de casa a 4 rs/árbol 13
iUEROHVGHFDSXOtQSDUDFDO]RQWHV"GHFDVDDòUViUERO 9 3
8 tareas de platanar entre el mismo cafetal a 4 rs/tarea 4
4 árboles naranjos de China dulce a 4 rs/árbol 2
16 árboles caimitos a 1 rs/árbol 2
Total 1.735 7

Fuente: AGN-FJ, Santa Ana, Civiles 1871 nº 42.

142 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

0HQpQGH]$GHPiV HO MXH] TXH OOHYy HVWH FDVR HQ VX SDUWH ¿QDO HUD -RVp 5RVD
3DFDVTXHVHUtDPiVWDUGHPDJLVWUDGRHQODFRUWHGHDSHODFLRQHVGH6DQWD$QD\
XQIXHUWHFDIHWDOHUR\HPSUHVDULRFX\RDSHOOLGRGDUtDQRPEUHDXQDYDULHGDGGH
FDIp(Q¿QGHVSXpVGHWUDQVFXUULGRWRGRHOSURFHVRGHVFULWRHQPDU]RGHODV
SDUWHVWHUPLQDURQDUUHJODQGRHOFDVR\VROLFLWDURQHOVREUHVHLPLHQWRGHODFDXVDOR
que el juez decidió. El intento de pacto entre las partes fue lo que había alargado
el proceso.
$XQTXHHQHVWHFDVRODVXEDVWDQROOHJyDFHOHEUDUVHSHUGHUODSURSLHGDGSRU
deudas de relativa menor cuantía no era en absoluto infrecuente. Tan solo como
HMHPSORVSXHGHQFLWDUVHDOJXQRVFDVRV$VtHQVHHVWDEDVXEDVWDQGRRWUD¿QFD
XUEDQDHQ6RQVRQDWH)HUQDQGR%DUULHQWRVXQFRQRFLGRSURGXFWRU\FRPHUFLDQWH
GHFDIpGHXQDULFDIDPLOLDGH,]DOFRHVWDEDFRQVLJXLHQGRTXH)HUQDQGR&HUpQXQ
GHVWD]DGRURPDWDULIHPXQLFLSDOSHUGLHUDVXFDVDSRUXQDGHXGDGHSVFDQWL-
dad superior a la que Barrientos le había prestado. La casa estaba valorada en 6.000
SVSHUR&HUpQHUDFRQVFLHQWHGHTXHDOVDOLUSRUODPLWDGGHVXYDORUTXHHUDFRPR
VHVXEDVWDEDQORVELHQHVHQHVWRVFDVRV³VHSRGUtDFRQVHJXLUSRUQDGD´87 La legis-
lación era muy favorable al demandante en estas ejecuciones. El procedimiento era
UiSLGR\FRQIUHFXHQFLDHUDpOPLVPRTXLHQDGTXLUtDHOELHQVXEDVWDGR/D¿JXUD
de Barrientos era probablemente la de un intermediario de cierta envergadura que
compraba distintas cantidades a diversos productores en un área más o menos ex-
WHQVD\SRVWHULRUPHQWHWUDQVSRUWDEDHOFDIpDDOJ~QDJHQWHH[SRUWDGRU(QRWURFDVR
HQVHSWLHPEUHGHHQ6DQWD$QD0DQXHO5LYDVFRQVLJXLyTXHVHHMHFXWDVHOD
propiedad de Miguel Carrillo al exigirle 200 ps por 20 qq de café que el segundo
no había podido pagar. La ejecución tuvo lugar por los dichos 200 ps más 50 ps por
gastos judiciales.88
5HJUHVDQGRGHQXHYRDOFDVRGH0RUHQR\*RQ]iOH]DSDUWLUGHOLQYHQWDULR
de bienes de este último se observa que en 10 mz de terreno cultivaba entre 4 y 5 mz
FRQFDIpHQPHGLRGHXQSODWDQDUTXHRFXSDEDXQDPDQ]DQDPiVFRQXQVHPLOOHUR
GHFDIp\FDxD\TXHWHQtDXQDDPSOLDYDULHGDGGHiUEROHVDOJXQRVFRQFLHUWRYDORU
UHODFLRQDGRFRQVXXVRSDUDODFRQVWUXFFLyQDGHPiVGHXQFHUFRGHSLxD(VGHFLU
que González no se dedicaba solo al café y tenía otros ingresos modestos a partir de
VXWLHUUD/ODPDODDWHQFLyQTXHQRSDUHFtDWHQHUQLHTXLSRSDUDHOD]~FDUQLSDWLRQL
HOHPHQWRVSDUDHOEHQH¿FLRGHOFDIpSRUORTXHFDEHVXSRQHUTXHOREHQH¿FLDUtDHQ
OD¿QFDGHDOJ~QYHFLQRRHQDOJ~QEHQH¿FLRGHORVTXH\DIXQFLRQDEDQ\TXHSURED-
EOHPHQWHFREUDEDQXQSUHFLRSRUTXLQWDOGHFDIpEHQH¿FLDGR893RU~OWLPRGHVWDFDQ
ORVSUHFLRVGHODWLHUUD\GHORViUEROHVGHOFDIpDXQTXHFRQYLHQHGLVSRQHUGHDOJX-
nos casos más en este aspecto para poder sacar conclusiones acerca de su relación.
Muchos pequeños productores eran capaces de trabajar manteniendo su pro-
SLHGDG\VXVFXOWLYRVHQEXHQDVFRQGLFLRQHVDXQTXHVXVFiOFXORVGHFDSDFLGDGGH
SURGXFFLyQDODFHSWDUXQDKDELOLWDFLyQQRVHFXPSOLHUDQ\¿QDOPHQWHWHUPLQDUDQ
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 143

en la justicia frente a los acreedores. Era el caso de Saturnino Meléndez en julio

GHDQWH-XDQ0DQXHO)LDOORVRWURDFWLYRFRPSUDGRUDSHTXHxRV\PHGLDQRV
productores que debía formar parte de las redes de comercialización de café con
destino a los puertos.90(OSHU¿OGH0HOpQGH]ORUHFRJHHO&XDGUR

CUADRO 4.5.
Inventario de bienes de Saturnino Menéndez. Santa Ana – 1870

Ps Rs
Una casa pajiza de 6 varas de largo y 4 de ancho con paredes de
8
bajareque sin puertas
4 tareas de zacatal de a diez en cuadro a un peso tarea 4
3ODWDQDUGHPDWDVDSV 3
1 tarea de piñal de Castilla en 12 ps 1 4
2.397 cafetos en muy buen estado y cosecheros a 4 rs cada uno 1.198 4
114 brazadas de zanja de seis y seis y medio brazada 7 1
3RVHVLyQGRVPDQ]DQDVGHWLHUUDDSVFX 20
Total 1.242 1

Fuente: AGN-FG-C – Santa Ana, 1870 #41.

/D¿QFDWHQtDVRORGRVPDQ]DQDVGHWHUUHQRYDORUDGDVFDGDXQDDSVVX-
SRQLHQGRTXHHO]DFDWH\ODVSLxDVHVWXYLHUDQLQFOXLGDVHQHOODVSRUORTXHHQHVWH
caso es posible determinar que Menéndez tenía sembradas 1.200 plantas de café
o más por manzana. Esta alta densidad de árboles en buen estado era la que podía
IDFLOLWDUUHQGLPLHQWRVSRUPDQ]DQDFRPRHOTXHGHFODUDEDXQ-RVp5XL]HQ6DQWD
$QDGHTTDODxRSURGXFLGRVSRUiUEROHVHVGHFLUXQRVTTFDIpRURSRU
manzana.913HURIUHQWHDHVWRVUHQGLPLHQWRVGHEtDKDEHURWURVPXFKRVFDVRVHQ
que los cafetales debían producir bastante menos. Eso debía suceder a Alejandro
&HUPHxRHQ6DQWD$QDHQFXDQGRWUDVVXPXHUWHVHKL]RLQYHQWDULRGHVXV
ELHQHV\VHUHJLVWUyXQFDIHWDOFRQiUEROHVTXHVHWDVDURQDòUOSRUiUERO
lo que da idea de que debían encontrarse en mal estado y su producción sería
baja.92
(QXQSHTXHxRDJULFXOWRUGH$WLTXL]D\D$KXDFKDSiQ7RULELR0R-
UiQTXHHUDSRVHHGRUGHXQD¿QFDHQORVHMLGRVGHHVWDORFDOLGDGGHEtDDXQ-XDQ
$QWRQLR2FDPSRTTGHFDIpFHUH]DHVWLPDGRVHQSVUHVXOWDGRGHXQDKDEL-
litación por parte de Ocampo.93 Morán no pudo entregar los 50 qq a Ocampo una
YH]YHQFLGRHOSOD]R\HVWH~OWLPRGHFLGLySDVDUGHVLPSOHFRPSUDGRUD¿QDQFLDGRU
GH0RUiQ$Vt2FDPSRVHKL]RFDUJRGHORVJDVWRVGHPDQWHQLPLHQWRGHOD¿QFD
GH0RUiQSDUDHOVLJXLHQWHDxRSV\DGHPiVDVXPLyRWURVFUpGLWRVTXHpVWH
144 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

tenía con otros particulares y que ascendían a 229 ps. De ese modo Morán quedaba
GHXGRUGH2FDPSRSRUDOJRPiVGHSV6HJ~QVHGHWDOODEDORVJDVWRVGHPDQ-
WHQLPLHQWRGHOD¿QFDLQFOXtDQH[FOXVLYDPHQWHORV³GHVKLHUERV´\ODFRVHFKDVLQ
hacer mención a otro tipo de trabajos o cargas.94
Dicha deuda se comprometía a pagarla con todo el café que produjesen los
iUEROHVGHFDIpTXHWHQtDHQFXOWLYRHQOD¿QFDTXHDKRUDORFDOFXODEDHQ
TTFDIpFHUH]DYDORUiQGRORVHQSV\UVHOTXLQWDO2FDPSRQRKDEtDVLGRHO
~QLFRFRPSUDGRUHQSULPHUDLQVWDQFLD953HURVLODFRVHFKDQRIXHVHVX¿FLHQWHSDUD
VDOGDUODGHXGD2FDPSRWHQGUtDGHUHFKRWDPELpQDODVLJXLHQWHSURSRUFLRQDQGR
ORVPLVPRVJDVWRVGHOLPSLH]DGHOD¿QFD\FRVHFKDGHOFDIp3DUDJDUDQWL]DUHOFUp-
GLWR0RUiQKLSRWHFDEDHQEHQH¿FLRGH2FDPSROD¿QFDPiVRWURWHUUHQRFXOWLYDGR
FRQFDIp³GHSODQWtR´HVGHFLUWRGDYtDQRFRVHFKHUR6LHOFDIpFHUH]DHUDFHUH]D
seco y listo para la trilla –lo que es probable considerando la relación número de
iUEROHVSURGXFFLyQKD\TXHGHGXFLUTXHHOUHQGLPLHQWRGHORViUEROHVGH0RUiQ
HUDEDMRSRUORTXHQRHVH[WUDxRTXHQRIXHVHFDSD]GHFXPSOLUFRQHOFRPSURPLVR
FRQ2FDPSR3HURDOPDUJHQGHTXHSXGLHUDVDWLVIDFHUVXFRPSURPLVRRQRORLQ-
teresante es que calculando unas seis manzanas cultivadas y unos costes de mante-
QLPLHQWRGHSVDODxRORVFRVWHVGHSURGXFFLyQSRUTXLQWDOGHFDIpFHUH]DHUDQ
aproximadamente iguales al precio de habilitación al que Ocampo le compraba el
FDIpD0RUiQ(VGHFLUODJDQDQFLDGH0RUiQHUDFRPRPi[LPRHVFDVtVLPDSHUR
podía ser nula o incurrir incluso en pérdida.
(VWRUHPLWHDODFXHVWLyQTXHTXHGySHQGLHQWHDUULED¢FyPRHUDSRVLEOHTXH
los campesinos o los pequeños agricultores produjesen tan barato? La clave estaba
en que casi todos ellos tenían recursos agrícolas que les permitían complementar lo
SRFRTXHSRGtDQJDQDUFRQHOFDIpRVXSOLUODVSpUGLGDVVLpVWDVVHSURGXFtDQ'H
todos modos debían estar operando claramente por debajo del coste de producción
de los medianos y grandes; por eso recurrían a ellos. En el caso de Morán que
HQWUHJDEDD2FDPSRFDIpFHUH]DVLQWULOODUVLDORVSVUVTXHSDJDEDHOTXLQWDO
VHDxDGtDHOFRVWHGHODWULOODDXQTXHpVWDVXSXVLHVHHOGHOSUHFLRRULJLQDO–lo
TXHHVXQDHVWLPDFLyQPX\DODO]D±HOTXLQWDOWHUPLQDUtDFRVWiQGROHD2FDPSR
SVUVHQXQRVPRPHQWRVHQTXHHOSUHFLRGHOFDIpHQHOSXHUWRHVWDEDDSVT
6LVHUHFXHUGDORVSULPHURVHMHPSORVTXHVHKDQFRPHQWDGRHOFDIpRURVHFRP-
SUDEDSRUDGHODQWDGRHQWUH\SVTHVGHFLUPX\SUy[LPRDORVSVUV$XQ
FRQWDQGRFRQHOWUDQVSRUWHHOPDUJHQGHJDQDQFLDHQHOFDIpKDELOLWDGRHUDVXSHULRU
al 100% y ayuda a comprender el rápido enriquecimiento de los nuevos sectores de
la oligarquía cafetalera que parte del café que comercializaba lo adquiría en estas
FRQGLFLRQHVDORVSHTXHxRVSURGXFWRUHV3HURVLHVWRV~OWLPRVQRSRGtDQSDJDUHO
FUpGLWRHQWRQFHVORVPiUJHQHVGHJDQDQFLDVHGLVSDUDEDQFRPRVHYLRDO
Lógicamente el coste de producción de los medianos y grandes productores de-
bía ser superior a los 4 y 5 ps/q y acudían a las habilitaciones para conseguir un
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 145

complemento de café más barato que el suyo propio e incrementar así sus tasas de
ganancia.
3DVDGR HO WLHPSR 7RULELR 0RUiQ VHJXtD VLQ SRGHU VDOGDU VX GHXGD FRQ
2FDPSR\HQpVWHLQLFLyXQMXLFLRHMHFXWLYRSDUDTXHVHHPEDUJDUDQORV
bienes del primero y él pudiera cobrar su deuda que entonces ascendía a 700
pesos. Entonces se peritó el terreno cultivado a efectos del embargo y fue es-
WLPDGRHQGRVPRPHQWRVGLVWLQWRVGHOSURFHVRHQWDUHDV\HQPDQ]DQDV
respectivamente.96(UDXQDVXSHU¿FLHLQIHULRUDODTXH0RUiQFXOWLYDEDWUHVDxRV
DQWHVUHGXFFLyQSRVLEOHPHQWHGHELGDDVXVGL¿FXOWDGHVHFRQyPLFDVHQUHODFLyQ
FRQYLHQHVHxDODUTXHDGHPiVGHOD¿QFDFXOWLYDGDFRQFDIpWHQtDRWUDLQFXOWDOR
TXHSXHGHVLJQL¿FDUTXH0RUiQQRWHQtDUHFXUVRVSDUDFXOWLYDUOD)LQDOPHQWHVH
YDORUyGHXQODGRODWLHUUDSHULWDGDWDUHDVDUVFDGDXQDHVGHFLUHQSHVRV
UHDOHV\GHRWURiUEROHVGHFDIpTXHHVWDEDQSODQWDGRVHQHOODeVWRVVH
GLYLGtDQHQHQEXHQHVWDGRGHFRVHFKDYDORUDGRVDUHDOHVFDGDXQR\
VXSXHVWDPHQWHHQSHRUHVWDGRRPHQRUHVDUHDOHVDVFHQGLHQGRHQWRWDO
su valor a 1.780 pesos. Si se acepta que se trataba de manzanas de 16 tareas y si se
calcula tanto el valor de la tierra como el valor medio de los árboles por manzana
KDUHVXOWDTXHFDGDPDQ]DQDGHWLHUUDYDOtDSHVRVUHDOHVPLHQWUDVTXH
1.073 arbustos en cada manzana –combinando los que estaban en buen estado y
los que estaban en peor– valían 620 pesos. Es decir que la relación entre valor
de tierra y valor del cultivo era de 1:45. Algo similar a la relación existente en
algunos de los ejemplos vistos arriba.
A esta altura parece oportuno observar de forma comparativa la relación del
valor de la tierra y el café cultivado en ella también en otros de los ejemplos co-
PHQWDGRVDUULED\HQDGHODQWH(O*Ui¿FRUHSUHVHQWDODUD]yQHQWUHWLHUUD\FDIp
WRPDQGRFRPRUHIHUHQFLDXQDPDQ]DQDSDUDORVFDVRVUHIHULGRVDOSLH/RVGDWRV
respectivos se encuentran en los cuadros que se hallan en el texto. Las diferencias
entre casos guardan relación con el estado en que se encontraban los árboles de café
en cada uno de ellos. Lo que resulta evidente de todas formas es que en occidente
la relación que existía era de mucho mayor valor para el cultivo que para la tierra
HQODGpFDGDGHFXDQGRHOFDIpVHH[SDQGtDDXQTXHWRGDYtDQRVHKDEtDFRQ-
YHUWLGRHQHOSULPHUSURGXFWRGHH[SRUWDFLyQ/DWLHUUD\DFRPHQ]DEDDHVFDVHDU
pese a lo cual una manzana se valoraba en torno a los 10 ps; sin embargo el valor
del café acumulaba el valor añadido del trabajo y su precio internacional estaba
creciendo. Un ejercicio como éste permite apreciar con mayor precisión el sentido
de las relaciones económicas y sociales en el mundo agrario en un terreno de fuerte
mercantilización de los cultivos.
146 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GRÁFICO 4.3
Relación entre valor de tierra y café por manzana

Pesos
70
59,9
60

50 45
40
40 35,9

30

20

10
1 1 1 1
0
1-Tierra 1-Café 2-Tierra 2-Café 3-Tierra 3-Café 4-Tierra 4-Café

Referencias: (1) Pedro González; (2) Saturnino Menéndez; (3) Toribio Morán y (4) Estanislao
Pérez. Información tomada de los respectivos expedientes ya citados.

Ya en estos años había empresarios cafetaleros de una cierta dimensión y ac-

tividad económica que también experimentaban quiebras. Uno de ellos era Enrique
$UUR\R(QPDU]RGH$UUR\RWHQLDP]GHWLHUUDGHGLFDGRVDWUHVSRWUHURV
FHUFDGRVGH]DQMD\SLxDPiVRWUDVP]FRQiUEROHVGHFDIpHQODPLWDG
GHODVXQSDWLRGHVHFDUXQDSLODUHGRQGDRWUDSLODSDUDGHSyVLWRGHDJXDGRV
UDVWULOORVGHPH]FODDQLPDOHVPXHEOHV\PHUFDGHUtDVPiVFUpGLWRVDFWLYRVGHORV
que se conoce alguno.97 Aquel mismo año Arroyo había comprado 400 “medidas”
GHFDIpIUHVFRHQFHUH]DD:HQFHVODR2UHOODQDYHFLQRGH&KDOFKXDSDSRUFWV
la medida y un total de 225 ps.98 La compra estaba registrada en un impreso con el
IRUPDWRGH³YDOH´ORTXHVLJQL¿FDTXH$UUR\RFRPSUDEDFDIpDRWURVSURGXFWRUHV
UHJXODUPHQWHTXL]iWDPELpQ³IUHVFRHQFHUH]D´±KR\WDPELpQVHOODPD³XYD´±\OR
EHQH¿FLDEDHQVXVLQVWDODFLRQHVFRQORTXHREWHQtDXQSOXVGHYDORUDxDGLGR99 En
HOLPSUHVRFRQVWDEDQODVFRQGLFLRQHVFRPRTXHHOFDIpWHQtDTXHVHUHQWUHJDGR³HQ
HOEHQH¿FLRGHO6U$UUR\R´VLWRHQODVLQPHGLDFLRQHVGH&KDOFKXDSD³ELHQPDGXUR
VLQJUDQRVYHUGHVQLKHODGRVGHUHTXHPH\VLQPDWHULDVH[WUDxDVSULQFLSDOPHQWH
SLHGUDVSRUTXHOHLQXWLOL]DUtDQVXVPiTXLQDV´/DJDUDQWtDGHODFRPSUDHQFDVR
GHTXH2UHOODQDQRFXPSOLHVHLQFOXtDWUHVDSDUWDGRVHOSULPHURTXH2UHOODQDVH
comprometía a pagar la diferencia entre el precio de la compra y el que tuviera que
SDJDU$UUR\RSDUDDGTXLULUODFDQWLGDGGHFDIpTXHIDOWDVHDOSUHFLRGHOPHUFDGRHQ
ODpSRFDGHODFRVHFKDODVHJXQGDTXHHQHVHFDVR2UHOODQDSDJDUtDXQDOPHV
VREUHODFDQWLGDGGHODRSHUDFLyQHQFRQFHSWRGHGDxRV\SHUMXLFLRV\ODWHUFHUD
que además de lo anterior se efectuaría la ejecución y subasta de todos los bienes
GH2UHOODQDKDELGRV\SRUKDEHU2UHOODQDSDJySDUWHGHODGHXGD\UHQHJRFLyHO
UHVWR\HOGRFXPHQWRUHJLVWUDQGRHVWHWUiPLWHIXHHQGRVDGRSRVWHULRUPHQWHDOPH-
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 147

QRVHQGRVRFDVLRQHVORTXHGHPXHVWUDSRUXQDSDUWHTXHIXQFLRQDEDFRPRSDSHO
PRQHGD\SRURWUDTXHSRVLEOHPHQWH$UUR\RQHFHVLWDEDOLTXLGH](VWRSRGtDVHUXQ
síntoma de que estaba comprando demasiado por adelantado y quizá fue lo que le
OOHYyDODTXLHEUD$UUR\RHUDSURGXFWRUEHQH¿FLDGRUGHVXFRVHFKD\GHODGHRWURV
SUHVWDPLVWDGHHVWRV~OWLPRV1RVHVDEHVLpOPLVPRWUDQVSRUWDEDHOFDIpDOSXHUWR
RVLORHQWUHJDEDDRWURDJHQWHH[SRUWDGRUSHRHQWRGRFDVRHQKDEtDTXHEUD-
GR\HUDHOIXHUWHFDIHWDOHUR\SROtWLFR-RVp0DUtD9LGHVTXLHQWHQtDUHODFLyQFRQHO
FDVR\VROLFLWDEDHQHOMX]JDGRUHQGLFLyQGHFXHQWDVGHODDGPLQLVWUDFLyQGHOD¿QFD
Diferente interés despierta otro tipo de productores no tan relevantes por su
nivel económico cuanto por su posición social y política. Uno de ellos era el ge-
QHUDO(VWDQLVODR3pUH]PLHPEURSURPLQHQWHGHODROLJDUTXtDGHVWDFDGRHQVXSD-
SHOPLOLWDU\PLQLVWURFRQORVSUHVLGHQWHV5DIDHO=DOGtYDU\)UDQFLVFR0HQpQGH]
GDQGRPXHVWUDFRPRRWURVGHTXHQRWHQtDLQFRQYHQLHQWHHQVHUYLUDDQWDJRQLVWDV
SROtWLFRVORLPSRUWDQWHHUDQORVLQWHUHVHVGHFODVH(OJHQHUDO3pUH]HUDXQPHGLDQR
FDIHWDOHURFXDQGRHQPD\RGHHQFRQWUiQGRVHYLXGR\FRQWUHVKLMRVPHQRUHV
decidió hacer inventario de bienes para lo que tuvo que nombrar un curador espe-
FLDO3pUH]HOLJLySDUDWDOIXQFLyQDXQMRYHQFRPHUFLDQWHGHRULJHQHVSDxROGH
DxRVOODPDGR(PLOLR%HOLVPHOLV100 Es interesante esta relación porque en pocos
DxRV%HOLVPHOLVVHFRQYHUWLUtDQRVRORHQXQJUDQFDIHWDOHURVLQRHQXQDFWLYRHP-
presario en Santa Ana.101(QORVELHQHVGH(VWDQLVODR3pUH]HVWDEDQYDORUDGRV
HQSV9HU$QH[R\HQWUHHOORVVHLQFOXtDQPDQ]DQDVGHWLHUUDHQODV
TXHKDEtDiUEROHVGHFDIpGLYHUVDVKHUUDPLHQWDVDJUtFRODVPRELOLDULRGR-
PpVWLFRDQLPDOHV\FUpGLWRV3RUHMHPSORWHQtDLQYHUWLGRVSVHQKDELOLWDFLRQHV
DPR]RVSDUDORVWUDEDMRVORVTXHVXSRQtDQDSUR[LPDGDPHQWHPiVGHMRUQD-
les. Además tenía otro crédito concedido al propio Belismelis por 3.000 ps para la
FRPSUDSRUDGHODQWDGRGHTTGHFDIpDSVTXLQWDO
(Q  0DQXHO /DUtQ DJULFXOWRU \ YHFLQR GH -XD\~D PDQWHQtD XQ SOHLWR
FRQWUDVXFXxDGD$QD4XHVDGD102 Tras la muerte de su hermano y esposo de Que-
VDGD 0DUFHOR /DUtQ 0DQXHO KDEtD VROLFLWDGR HO VHFXHVWUR SURYLVLRQDO GH OD KD-
FLHQGD³6DQ$QWRQLR´HQODMXULVGLFFLyQGH-XD\~DGHHQWUHORVELHQHVGHOGLIXQWR
toda vez que Manuel había quedado en situación de acreedor de la mortual de su
KHUPDQRFRPRVHYHUiHQVHJXLGD(OSOHLWRGH0DQXHO/DUtQFRQVXFXxDGDHVODU-
JRFRPSOHMRHLQWHUHVDQWH\HQpOSDUWLFLSySRUFLHUWRHOSROtWLFRHPSUHVDULR\MXH]
'LRQLVLR$UDX]FRPRDSRGHUDGR3HURPiVDOOiGHORVYDULRVQHJRFLRVHFRQyPLFRV
TXHLQFOX\HLQWHUHVDXQWHPDFHQWUDO\YDULRVDVSHFWRVSDUFLDOHV/DFXHVWLyQTXH
LQWHUHVDDTXtHQSULPHUOXJDUHVHOIXHUWHJUDGRGHHQGHXGDPLHQWRGHVFRQWURODGR
\YDULDGRHQFXDQWRDVXRULJHQ9HU&XDGUR(QUHODFLyQFRQHOORVHREVHUYD
en este caso de nuevo la diferencia de tasas de interés entre créditos “normales” y
crédito para habilitaciones. En el caso de Antonio Quiroa una renegociación de la
deuda inicial se hizo al “interés convencional” de 1% mensual o 12% al año. Sin
148 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HPEDUJRHQHOFDVRGHXQDGHODVYHQWDVGHFDIpTXHKDEtDKHFKR0DUFHOR/DUtQ
DFUpGLWRDXQWDO)UDQFLVFR'HPRURFRPHUFLDQWHVXKHUPDQR0DQXHOWXYRTXH
SDJDUDHVWH~OWLPRSVFVSRUTTOEVGHFDIpFRPR~OWLPRUHVWRGHXQ
SDJDUpSRUTTTXHKDEtDVXVFULWR0DUFHOR(VGHFLU0DQXHOSDJyDSOD]RYHQFL-
do y en dinero a 13.6 ps/q lo que su hermano había vendido en habilitación a 7 ps/q.
(VWRVLJQL¿FDEDXQDWDVDGHLQWHUpVGHPiVGHODQXDO(YLGHQWHPHQWHHOFUpGLWR
en las habilitaciones era onerosísimo y las tasas de ganancia de los habilitadores
eran fantásticas. Al menos desde 1867 Marcelo Larín estaba acumulando deudas
FX\DFRPSRVLFLyQHQTXHGDUHÀHMDGDHQHO&XDGUR/RVFUpGLWRVTXHLQ-
FOX\HORVKDEtDLGRFRPSUDQGRXQ&DUORV=HSHGDSRUXQWRWDOGHSVGHELGRD
TXHFRPRGHFODUDURQDOJXQRVGHORVDFUHHGRUHV0DUFHOR/DUtQOHVLQVSLUDEDXQD
JUDQGHVFRQ¿DQ]D0iVDGHODQWH=HSHGDWUDVSDVyGLFKDVGHXGDVD0DQXHO/DUtQ
con lo que se convirtió en acreedor.103

CUADRO 4.6
Deudas de Marcelo Larín. Juayúa – 1872

Ps
A Tomás VizarraWHMHGRU 400
A Indalecio UrruetaFRPHUFLDQWHGH(VSDxD 471
$(GZDUG-RQHVLQJOpVDJHQWHGHOD&DVD.HUIHUG 2.518
A Eufreciano Barrero 1.200
$0DQXHO3L]DUURFRORPELDQR 1.400
$-XDQ%DQGHOOLGH,WDOLD 280
$ÈQJHO/RDUFDILODUPyQLFR 300
$-RDTXtQ0DWKpFRPHUFLDQWHGH(VSDxD 1.600
$$QWRQLR4XLURDFRPHUFLDQWHGH6DQ6DOYDGRU 1.080
Total 10.449
Fuente: AGN. Fondo Judicial. Sonsonate, Civiles, 1877 #48.

Es notable la variedad de prestamistas y destaca la presencia de varios co-

PHUFLDQWHV\GHLQGLYLGXRVTXHVHGH¿QHQSRUVXSURIHVLyQTXHWHQtDQUHFXUVRVSDUD
SUHVWDUFLHUWDVFDQWLGDGHVGHGLQHUR3HURWDPELpQPHUHFHGHVWDFDUVHDODJHQWHGHOD
IXHUWH&DVD.HUIHUGTXHWHQtDR¿FLQDHQ6RQVRQDWH\TXHSDUWLFLSyHQODUHVROXFLyQ
de la deuda externa de El Salvador durante la presidencia de Gerardo Barrios. E
LJXDOPHQWHLQWHUHVDVHxDODUDOGLQiPLFRFRPHUFLDQWHHVSDxRO-RDTXtQ0DWKpTXH
KDEtDVLGRHQDJHQWHGHOD&RPSDxtDGHO)HUURFDUULOGH3DQDPiHQ6RQVRQDWH
$FDMXWODWHVRUHURGHOD6RFLHGDGGH%HQH¿FHQFLD(VSDxRODHQGLUHFWRUGH
una agencia consignataria en Acajutla y uno de los contratistas del muelle del puer-
WRGH$FDMXWODHQ(QODRSHUDFLyQGHFUpGLWRGH0DUFHOR/DUtQFRQ4XLURDHQ
HOSULPHUR\DKDEtDGDGRFRPRJDUDQWtDVXKDFLHQGD³6DQ$QWRQLR´ODFXDO
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 149

había comprado Larín por 4.000 ps y que se encontraba gravada por las cuotas que
cada mes Larín debía pagar a Mathé por los estancos de aguardiente que le tenía
FRQWUDWDGRV(QHIHFWR/DUtQKDEtDFRQVHJXLGRXQWUDVSDVRGHODFRQWUDWDTXHOD
&tD0DWKp\*RQ]iOH]FRQVWLWXLGDHQWHQtDGHVGHFRQHO*RELHUQRSDUD
fabricar y vender aguardiente “del país”. Se da la interesante circunstancia de que el
VHJXQGRVRFLRGHODHPSUHVDHUDHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]TXHVHUtDSUHVLGHQWH
GHVGH  \ TXH SUHFLVDPHQWH PRGL¿Fy HO UpJLPHQ GHO 5DPR GH$JXDUGLHQWH
convirtiéndolo en un monopolio del Estado. No se conoce qué fue de la empresa
Mathé y González en la década de 1870.104
(O~OWLPRFDVRTXHVHH[SRQHHVHOGHOD6UD&DUPHQ:DQGtQYLXGDGH)HOLSH
:DQGtQHVFULEDQRS~EOLFRGH6RQVRQDWHTXHGHELyKDEHUOHGHMDGRFLHUWRVUHFXUVRV
FRQORVTXHHQDGTXLULyXQD¿QFDGHGLPHQVLRQHVQRFRQRFLGDVSHURHQODTXH
FXOWLYDEDDUEXVWRVGHFDIp\XQ³SODQWtRJUDQGH´SRUORTXHSUREDEOHPHQWH
XWLOL]DEDHQWRUQRDPDQ]DQDVXQDVKDV105 El origen de sus problemas
SXGLHUDKDEHUVLGRXQPDOFiOFXORHQODVSRVLELOLGDGHVGHODH[SORWDFLyQTXL]iSRU
QRSRGHUGLVSRQHUGHODVX¿FLHQWHPDQRGHREUDTXHXQD¿QFDGHWDOH[WHQVLyQUH-
TXHULUtDRTXL]iFRPRHOODPLVPDGHFODUyHQDOJ~QPRPHQWRGHOSOHLWR±HQHOTXH
SDUWLFLSDEDHOFRQRFLGR&DUQHOLR/HPXVFRPRDSRGHUDGR±SRUTXHQRGLVSRQtDGH
GLQHURSDUD¿QDQFLDUDORV³SRTXLWHURV´(VGHFLUTXH:DQGtQHUDXQRGHORVJUDQ-
GHVSURGXFWRUHVTXHFRPRVHH[SOLFyDUULEDFRPSOHPHQWDEDVXSURSLDSURGXFFLyQ
FRQODGHRWURVSHTXHxRVDORVTXHKDELOLWDED(OFDVRHVTXHLQLFLDOPHQWH:DQGtQ
esperaba alcanzar una producción de 1.000 qq café oro en su primera cosecha –in-
FOX\HQGRTXL]iFRPSUDD³SRTXLWHURV´±SHURODUHDOLGDGHVTXHVyOROOHJyDTT
&RPRUHVXOWDGRHQORVSULPHURVDxRVGHODGpFDGDGH:DQGtQHVWDED
IXHUWHPHQWHHQGHXGDGDFRQTXLHQHVDVXYH]OHKDEtDSUHVWDGRDHOOD6XSULQFLSDO
DFUHHGRUHUD(QULTXH6DYDJHKDFHQGDGR\FLXGDGDQRQRUWHDPHULFDQRUHVLGHQWHHQ
Sonsonate que tenía negocios en Guatemala. Hacia 1873 la deuda con Savage de-
EtDVXSHUDUORVSHVRV\OOHJyXQPRPHQWRHQTXH:DQGtQ¿UPyFRQpOXQD
escritura de anticresis cuyos términos llevarían el caso a los tribunales algunos años
GHVSXpV3HURWHQtDRWURVDFUHHGRUHV8QRHUDXQWDO&DO]DGDQRFRQRFLGRSHURRWUR
HUD'DQLHO$QJXOReVWHHUDHQWRQFHVXQFRQRFLGRFRPHUFLDQWHGH6RQVRQDWHPX\
DJUHVLYRHFRQyPLFDPHQWHTXHOOHJyDVHUDOFDOGHGHVXFLXGDGDFRPLHQ]RVGHORV
DxRV\HQVHJXLGDPLQLVWURGH*REHUQDFLyQHQXQRGHORVJRELHUQRVGH5DIDHO
=DOGtYDU'HKHFKRFRPRPLQLVWURIXHHOHQFDUJDGRGHDSOLFDUODVOH\HVGHH[WLQ-
FLyQGHHMLGRV\WLHUUDVFRPXQDOHV3RUPHGLRGHXQDLQWHUHVDQWtVLPDFRUUHVSRQ-
GHQFLDSHUVRQDOGH&:DQGtQFRQ(6DYDJHVDEHPRVTXHODGHXGDGHDTXpOODFRQ
Angulo era probablemente entre 3.000 y 4.000 pesos y que éste la presionaba para
FRPSUDUVXFDIpDEDMRSUHFLR\WUDWDQGRGHQHJRFLDUDOPLVPRWLHPSRH[LJLpQGROH
HOSDJRHQPRQHGDUHGRQGDPLHQWUDVTXHODGHXGRUDVRVWHQtDTXHSRGtDVHUHQPR-
neda corriente. con los distintos tipos de moneda que circulaban en el país.
150 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Los ejemplos que se han expuesto son solo una muestra del tipo de relacio-
nes económicas y sociales que se producían en los primeros años del despegue del
FDIpHQ(O6DOYDGRUDXQTXHDOJXQDVGHODVSUiFWLFDVTXHVHKDQGHVFULWRFRPRODV
KDELOLWDFLRQHVVHSURORQJDURQGXUDQWHPXFKRVDxRVPiVVLQRGHFHQLRV&RQOD
información que se extrae de ellos y del resto del capítulo se puede apreciar las
ventajosas condiciones de que disfrutaban los medianos y grandes productores –
VDOYR ORV TXH WHUPLQDEDQ TXHEUDQGR± DVt FRPR ORV SUHVWDPLVWDV\ FRPHUFLDQWHV
que participaban en la circulación del café. Esta era la base del poder del sector
FDIHWDOHURGHODROLJDUTXtDHQFRPELQDFLyQFRQVXDFWXDFLyQHQRWURVWHUUHQRVGHOD
vida económica y política del país.
ANEXO 1
Inventario de bienes del general Estanislao Pérez
Santa Ana – mayo de 1874
Ps - Rs
Bienes raíces
&DVDGHWHMDSDUHGHVGHDGREHHQHOEDUULRGH6DQ6HEDVWLiQGH6DQWD$QDOLQGDQGRFRQ
VRODUGHOPLVPR6U3pUH]HWF6HGLYLGHHQWUHVSDUWHSULQFLSDOHVTXHVHHYDO~DQFRPR
sigue
/DSULPHUDQXHYDHQWUHFKDGDSHURVLQDFDEDUGHUHYRFDUGH[YDUDV
1.400
FRQFRUUHGRUEDOFRQHVGHKLHUURYHQWDQDV\GRVSXHUWDVDSVYDUD
/DVHJXQGDIRUPDHVTXLQDHVYLHMDFRQ[YDUDVFRQGRVSXHUWDVEDOFRQ
575
y ventana a 50 ps/vara
/DWHUFHUDRWUDSDUWHQXHYDVLQFRQVWUXLUVHWLHQH[YDUDVFRQGRV
2.000
EDOFRQHVGHKLHUURGRVYHQWDQDV\XQDSXHUWDDSVYDUD
8QDPHGLDJXDHQHOLQWHULRUGHGLFKDFDVDQXHYDFRQ[YDUDVDSVYDUD 780
8QVRODUFRQWLJXRVLQHGLILFDUFRQ[SVYDUD 105
Bienes muebles
Un armario de caoba 30
Una cama de caoba usada 20
Una cama vieja de caoba 15
Un baúl de alcanfor 15
6 sillas usadas a 3ps/c.u. 18
Una cocina de hierro 50
Una montura 15
Semovientes
Un caballo blanco de silla 100
Una mula vieja de silla 50
8QFDEDOORSHTXHxRUHWLQWR 15
3DUFLDO 5.188
(QFDQWyQ)ORU$PDULOOD6DQWD$QDGHMXQLRGHHQHOFDIHWDOGHO6U*HQHUDO
(VWDQLVODR3pUH]HOFXUDGRUHVSHFLDO6U'RQ(PLOLRBelismelisGHDxRVFRPHUFLDQWH
\YHFLQRGH6DQWD$QDTXHQRFRPSDUHFLy
EL CAFÉ: DE LOS INICIOS AL PRIMER PLANO 151

Ps - Rs
Bienes raíces
El mencionado cafetal está dividido en tres partes que evaluadas separadamente
son:
La primera de 16 manzanas conteniendo 8.000 árboles de café en buen estado
2.000
GHFRVHFKDHQ¢RFKRPDQ]DQDVYDOXDGRVDUViUERO
Las ocho manzanas restantes contienen un zacatal a 12 ps/manzana 96
8QDFDVDGHWHMDHQPDOHVWDGRGH[YDUDVGHQWURGHOFDIHWDOFRQXQD
112
puerta y una ventana a 8 ps/vara
8QUHWULOORVLFGHYDUDVGHGLiPHWUR 150
8QSDWLRGHVHFDUFDIpHPSHGUDGRGH[YDUDV 200
4 carretas de tablón a 30 ps 120
FDUUHWDGHUD\RVLF 50
5 yuntas de bueyes a 50 ps 225
2 toneles a 8 ps 16
1 máquina de destripar café 50
2 zarandas de alambre a 5 ps 10
1 aventador en mal estado 20
1 arado de águila 10
20 azadones a 4 rs 10
/DVHJXQGDGHQXHYHPDQ]DQDVGHWHUUHQRFRQWLHQHSDORVGHFDIpHQ
2.250
buen estado de cosecha… a 2 rs/árbol
La tercera contiene tres manzanas con 3.000 árboles en buen estado de cosecha
750
a 2 rs/árbol
20 manzanas más de terreno a 12 ps 240
6.000 árboles de semillero a 10 ps/1000 100
(QGLQHURLQYHUWLGRHQKDELOLWDFLRQHVGHPR]RVSDUDORVWUDEDMRVVHJ~QODV
411
cuentas de los libros de dicha finca
Semovientes
3 vacas a 20 ps 60
1 novilla en 10 ps 10
1 yegua parida 50
2 caballos a 25 50
Total de bienes 12.178
Créditos privados
$OD6UD$QGUHD3pUH]GH6DQGRYDOVHJ~QHVFULWXUDS~EOLFD\GHPXWXR 4.000
$O6U'(PLOLR%HOLVPHOLVSRUTTRVXYDORUVHJ~QGRFXPHQWRSULYDGR 3.000
$O6U')UDQFLVFR0DUWtQH]GHPXWXR 2.000
Total 9.000
Total general 21.178
)XHQWH$*1)-&6DQWD$QD
Capítulo 5
Las bases de una Hacienda para la oligarquía

“Ser gobernados por el dinero organizado

es tan peligroso como ser gobernados
por las pandillas organizadas.”

)UDQNOLQ'5RRVHYHOW

Las minorías que encabezaron los procesos de las independencias de los

QXHYRV SDtVHV KLVSDQRDPHULFDQRV LQFXUULHURQ FRPR PtQLPR HQ XQD JUDYH LP-
previsión en relación con la puesta en marcha de sus proyectos políticos: no pre-
YLHURQ TXH HUDQ QHFHVDULRV UHFXUVRV HFRQyPLFRV VX¿FLHQWHV SDUD RUJDQL]DU ORV
DSDUDWRVLQVWLWXFLRQDOHV\ODVLQIUDHVWUXFWXUDVPDWHULDOHVTXHWRGRSDtVUHTXLHUH
SRUSHTXHxRTXHVHD$TXHOODVROLJDUTXtDVTXHQRHUDQEXUJXHVtDVQLORKDEtDQ
SUHYLVWR QL OOHJDGR HO FDVR HVWDEDQ GLVSXHVWDV D FRQWULEXLU SDJDQGR LPSXHVWRV
VREUH VXV SURSLHGDGHV \ UHQWDV SDUD FRQVHJXLUOR 3RU HO FRQWUDULR DO HOXGLU VX
responsabilidad pretendieron que fuese el resto de la población el que afrontara
ORVJDVWRVGHULYDGRVGHOIXQFLRQDPLHQWRGHORVSDtVHV3HURORVWULEXWRVH[WUDtGRV
a las poblaciones campesinas en trabajo o dinero –casi el único impuesto directo
H[LVWHQWHHQODpSRFD±PiVORVGHUHFKRVVREUHHOFRPHUFLRGHLPSRUWDFLyQ\RWURV
VREUHHOFRQVXPR±WRGRVHVWRVLQGLUHFWRV±QRHUDQVX¿FLHQWHVFRPRSDUDFXEULU
ORVJDVWRVGHODVJXHUUDVLQWHUQDV\H[WHUQDV\SRQHUHQPDUFKDORVQXHYRVDSD-
UDWRVHVWDWDOHV3RUHOORGHVGHPX\SURQWRHQFDVLWRGRVORVQXHYRVSDtVHVORVJR-
ELHUQRV\ODV$VDPEOHDV/HJLVODWLYDVFRPSXHVWDVSRUPLHPEURVGHODVPLQRUtDV
GRPLQDQWHVQRGXGDURQHQUHFXUULUDODVROXFLyQGHSHGLUGLQHURSUHVWDGRHQHO
H[WUDQMHURORFXDOXQLGRDORVGp¿FLWV¿VFDOHVLQLFLDOHVRULJLQyODSULPHUDGHXGD
pública exterior.1 Llegaron momentos en que ésta no pudo pagarse o resultó insu-
¿FLHQWH\HQWRQFHVVXUJLyXQDQXHYDGHXGDDKRUDLQWHULRUFRQORTXHHOFRQMXQWR
WHUPLQDUtDVLHQGRPX\GLItFLO±DYHFHVLPSRVLEOH±GHVDOGDUVLQRHUDDEDVHGH
LQWHQVL¿FDUD~QPiVHOSHVRGHORVLPSXHVWRVLQGLUHFWRV<DVtSRUODYtD¿VFDOODV
minorías dominantes acentuaron el agravamiento de las condiciones de vida para
las mayorías sociales.2
154 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

(OVLVWHPD¿VFDOTXHODVPLQRUtDVGLVHxDURQHUDFRPRHQFXDOTXLHUSDtVGH
HQWRQFHV\GHKR\XQWUDVXQWRGHODVUHODFLRQHVGHSRGHUH[LVWHQWHVHQODVVRFLHGD-
GHVKLVSDQRDPHULFDQDVWUDVODLQGHSHQGHQFLD(QHOFDVRFHQWURDPHULFDQRFXDQGR
HQOD$VDPEOHD1DFLRQDOFRQVWLWX\HQWHGHODV3URYLQFLDV8QLGDVGHO&HQWUR
de América se enfrentó a la necesidad de establecer impuestos para afrontar las
XUJHQFLDVGHOD+DFLHQGDD¿UPDEDHVWDU³FRQYHQFLGDGHTXHORVPHQRVJUDYRVRV
VRQODVFRQWULEXFLRQHVLQGLUHFWDVFX\RSDJRVRORVHH[LJHDOTXHVHKDOODHQFDVR\
actitud de satisfacerlas...”.3(VGHFLUTXHORVPLHPEURVGHOD$VDPEOHDHQVXPD-
\RUtDSURSLHWDULRV\HFOHVLiVWLFRVGHVFDUWDURQORVLPSXHVWRVGLUHFWRVDOSDWULPRQLR
RDODVUHQWDVGHORVVHFWRUHVVRFLDOHVPiVULFRVTXHKDEUtDQFDPELDGRODVLWXDFLyQ
GHOD+DFLHQGD\GHODKLVWRULDGHODUHJLyQFRQXQDFXOWXUD¿VFDOGLIHUHQWH3RUHO
FRQWUDULRGHVYLDURQHOSHVR¿VFDODORVLPSXHVWRVLQGLUHFWRVPHQRVHTXLWDWLYRV\
TXHFRQWULEX\HURQDDPSOLDUODVGLIHUHQFLDVVRFLDOHV1RREVWDQWHDODYLVWDGHODV
GL¿FXOWDGHVTXHFRPRFRQVHFXHQFLDGHODGHFLVLyQWRPDGDIXHURQVXUJLHQGRSDUD
JHVWLRQDUHOQXHYRDSDUDWRHVWDWDOTXHTXHUtDQFRQVWUXLUOD$VDPEOHDKL]RXQLQWHQ-
WRGHHVWDEOHFHULPSXHVWRVGLUHFWRVVREUHUHQWDV\VREUHODVJUDQGHVKDFLHQGDV3HUR
GHHOORVVyORHOVHJXQGRVHDSOLFySDUFLDO\EUHYHPHQWH\DPHQRUWDVD¿VFDOGHOD
SUHYLVWDHOLQLFLDOVHUHGXMRDO\¿QDOPHQWHHQSRFRWLHPSRHOLQWHQWRGH
establecer impuestos directos se había abandonado por la resistencia a cumplirlo.
(OFRQÀLFWRHQWUHORVLQWHUHVHVGHVHFWRUHVVRFLDOHVTXHHMHUFtDQGLIHUHQWHVIXQFLR-
QHV HFRQyPLFDV HQ OD VRFLHGDG HVWDED VHUYLGR<D HQ OD GpFDGD GH  DQWH OD
HVFDVH]GHUHFXUVRVS~EOLFRVGHULYDGDGHODSROtWLFD¿VFDOFRQVFLHQWHHLQWHUHVDGD-
PHQWHDGRSWDGDHO7HVRUHURGHOD)HGHUDFLyQD¿UPDEDTXHVyORFRQWDEDFRQGRV
fuentes de ingresos para afrontar los gastos públicos: emitir deuda o vender pro-
piedad federal.4(VGHFLUHOSDtVWHQGUtDTXHSULYDWL]DUVXVULTXH]DVQDWXUDOHVSDUD
que la oligarquía pudiera seguir acumulando y reproduciendo su riqueza particular.
$OGLYLGLUVHOD)HGHUDFLyQGHODV3URYLQFLDVHQ(O6DOYDGRUKHUHGyXQD
sexta parte de la deuda externa que aquélla había adquirido con banqueros ingle-
VHVTXHDVFHQGtDDOLEUDVHVWHUOLQDVHVGHFLUOLEUDVTXHHQSHVRV
VXSRQtDQORVFXDOHVIXHURQDVXPLGRVSRUHOSDtV5$OPLVPRWLHPSR\D
LQGHSHQGLHQWHHOJRELHUQRFRQWLQXDEDYLYLHQGRHQGLItFLOHVHTXLOLEULRV¿VFDOHV\
IXHDFXPXODQGRXQFUHFLHQWHGp¿FLWTXHSDUDVHUFXELHUWRH[LJLyXQDXPHQWRGH
ODGHXGDLQWHUQD'HPDQHUDTXHDORVSRFRVDxRVGHVXLQGHSHQGHQFLDD¿QHVGH
ODGpFDGDGHHOQLYHOGHODGHXGDS~EOLFDVXSHUDEDDPSOLDPHQWHORVLQJUHVRV
¿VFDOHVORVFXDOHVQRVHSHUFLEtDQVRORHQPHWiOLFR (VGHFLUTXHODVFXHQWDVGHO
(VWDGR\DSUHVHQWDEDQGHVGHVXVFRPLHQ]RVXQDVLWXDFLyQ¿QDQFLHUDFRPSOLFDGD
3HUR D SHVDU GH ORVGLVFXUVRVTXHORVSUHVLGHQWHVSURQXQFLDEDQDYHFHVHQWRQR
GHSUHRFXSDFLyQGLFKDVLWXDFLyQHUDXQSUREOHPDSDUDODVFXHQWDVHVWDWDOHVSHUR
QRSDUDORVLQWHUHVHVGHODROLJDUTXtDTXHWHQtDHQODGHXGDLQWHUQDXQDIXHQWHGH
negocios.67UDGXFLGRDWpUPLQRVVRFLDOHVHOORVLJQL¿FDEDTXHTXLHQHVVHUHVLVWtDQ
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 155

DSDJDULPSXHVWRVGLUHFWRVDKRUDOHSUHVWDEDQDO(VWDGR\HQOXJDUGHFRQWULEXLU
DVRVWHQHUOROHFREUDEDQLQWHUHVHVSRUHOFUpGLWR$ORVSRFRVDxRVGHODLQGHSHQ-
GHQFLDSROtWLFDSHURGHODGHSHQGHQFLDFRQUHVSHFWRDORVVHFWRUHVGRPLQDQWHVGH
ODVRFLHGDGODDGPLQLVWUDFLyQIXQFLRQDEDSHURSDUHFHSHUWLQHQWHSUHJXQWDUHQTXp
circunstancias y a qué coste para las mayorías sociales.7
(QWUHODVGpFDGDVGH\DSURYHFKDQGRODHYROXFLyQGHORVQHJRFLRV
HQHOPDUFRLQWHUQDFLRQDOODHFRQRPtDGHOSDtVH[SHULPHQWyXQFODURFUHFLPLHQWR
WDQWR HQ HO SODQR LQWHUQR FRPR HQ HO H[WHULRU VL ELHQ OD GLVWULEXFLyQ GH OD UHQWD
HVWDEDOHMRVGHVHUHTXLWDWLYD3RUVXSDUWHOD+DFLHQGDS~EOLFDWDPELpQHYROXFLR-
nó aunque siempre inmersa en una fuerte inestabilidad y escasez de recursos.8 Al
inicio de la historia independiente la Hacienda estaba organizada territorialmente a
ODPHGLGDGHOIXQFLRQDPLHQWRHFRQyPLFR\DGPLQLVWUDWLYRKHUHGDGRGHODFRORQLD
que se prolongó durante los años de existencia de la Federación.9 La administración
FHQWUDOWHQtDXQVLVWHPDKDFHQGtVWLFR~QLFRFRQEDVHHQOD6HFUHWDUtDGH+DFLHQ-
GD\*XHUUD\DUWLFXODGRDJUDQGHVUDVJRVHQGRVQLYHOHVGHXQODGRHOVXSHULRU
FRPSXHVWR SRU OD7HVRUHUtD *HQHUDO \ OD &RQWDGXUtD 0D\RU \ GH RWUR HO GH ODV
$GPLQLVWUDFLRQHVGH5HQWDVWHUULWRULDOHV(VWDV~OWLPDVHUDQWHUUHVWUHV\PDUtWLPDV
/DV SULPHUDV HVWDEDQ VLWXDGDV HQ ODV FDEHFHUDV GH ORV GHSDUWDPHQWRV \ GLVWULWRV
FRPR8VXOXWiQ&KDODWHQDQJRR0HWDSiQ\GHVGHDOJXQRVGHHOODVVHFRQWURODED
HO FRPHUFLR FRQ +RQGXUDV \ *XDWHPDOD SDUD VDOLU DO$WOiQWLFR 3RU VX SDUWH ODV
DGPLQLVWUDFLRQHVPDUtWLPDVVHHQFRQWUDEDQHQORVSXHUWRVGH/D8QLyQ$FDMXWOD\
La Libertad.10
3RURWUDSDUWHHVWHQLYHOWHUULWRULDOFRQHFWDEDFRQHORWURHVSDFLRKDFHQGtVWLFR
del Estado que correspondía a las claverías o tesorerías municipales que requieren
una atención especial.11 Los municipios no solo tenían funciones hacendísticas rela-
FLRQDGDVFRQVXSURSLDDFWLYLGDGLQVWLWXFLRQDO\VRFLDOVLQRTXHDGHPiVMXJDEDQXQ
SDSHOHVHQFLDOHQHOIXQFLRQDPLHQWRGHOD+DFLHQGDFHQWUDO(QHVWHVHQWLGRDOJX-
QDVGHVXVFRPSHWHQFLDVHUDQSRUHMHPSORODJHVWLyQGHOLPSXHVWRFRQRFLGRFRPR
Fondo de Caminos o la del ramo del Tajo.12 El Fondo de Caminos era un impuesto
HVWDWDOFX\DDGPLQLVWUDFLyQVHGHOHJDEDHQORVPXQLFLSLRVFRPR\DVHH[SOLFyYHU
&DStWXOR\VXFRQMXQWRVXSRQtDODJHVWLyQGHXQDDOWtVLPDFDQWLGDGGHUHFXUVRV
TXHQRHUDQFRQWDELOL]DGRVSRUOD+DFLHQGDFHQWUDODXQTXHVtSRUORVPXQLFLSLRV
Era como si el trabajo o las cantidades en dinero que los varones aportaban al Esta-
do en cada municipio fuese algo que los responsables de los gobiernos diesen por
GHVFRQWDGR(QWRGRFDVRLPSRUWDGHVWDFDUTXHXQDFRUUHFWDFRPSUHQVLyQGHOIH-
nómeno de la Hacienda como sostén del Estado exige considerar conjuntamente y
GHIRUPDDUWLFXODGDDOD+DFLHQGDFHQWUDOMXQWRFRQODVKDFLHQGDVPXQLFLSDOHVHVWDV
últimas controladas directamente desde la Asamblea Nacional y el gobierno por la
LQWHUPHGLDFLyQGHORVJREHUQDGRUHVGHSDUWDPHQWDOHVDGHPiVGHSRUOD&RQWDGXUtD
Municipal.13(QHIHFWRHQXQRGHORVPRPHQWRVHQTXHHVWHFRQWUROVHUHD¿UPyHQ
156 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

PDU]RGHOD$VDPEOHDIDFXOWDEDDOJRELHUQRHQWUHRWURVDVXQWRVSDUD³TXH
DUUHJOHODDGPLQLVWUDFLyQ\UpJLPHQPXQLFLSDOGHORVSXHEORVORVREMHWRVHQTXH
GHEDQ LQYHUWLU VXV IRQGRV ODV IRUPDOLGDGHV SDUD DFRUGDU \ KDFHU VX LQYHUVLyQ \
HOPRGR\IRUPDGHOOHYDUMXVWL¿FDUUHQGLU\JORVDUVXVFXHQWDV´14 En realidad la
PD\RUtD GH ORV PXQLFLSLRV WHQtDQ HVFDVDV SRVLELOLGDGHV GH LQYHUWLU IRQGRV GDGR
TXHVXVFXHQWDVRIUHFtDQHVFDVRVVXSHUiYLWVFXDQGRQRGp¿FLWVGHELGRWDPELpQDO
FDUiFWHUUHJUHVLYRGHVXVHVWUXFWXUDVGHDUELWULRVHQFRQVRQDQFLDFRQORTXHVXFHGtD
en la Hacienda central.
&RQIRUPHHODSDUDWRDGPLQLVWUDWLYRGHOSDtV\HOFRPHUFLRIXHURQFUHFLHQGR
ODRUJDQL]DFLyQGHOD+DFLHQGD\HQSRFRVDxRVWDPELpQVXHVWUXFWXUDEXURFUiWLFD
cambiaron. Con la caída del comercio exterior por Honduras a raíz de los cambios
HQODVUXWDVPHUFDQWLOHVLQWHUQDFLRQDOHVVHIXHUHGXFLHQGRODLPSRUWDQFLDGHDOJX-
nas administraciones terrestres y se fue incrementando la de las administraciones
PDUtWLPDVGHORVSXHUWRVGHO3DFt¿FR\ODGHODVFDEHFHUDVGHORVGHSDUWDPHQWRV15
3RU RWUD SDUWH ODV GL¿FXOWDGHV GH ODV FRPXQLFDFLRQHV HQ OD pSRFD \ OD DXVHQFLD
GHXQLQVWUXPHQWRGHFUpGLWR\¿QDQFLHURFRPRKDEUtDVLGRXQEDQFRSHUPLWHQ
comprender la lógica de esta organización territorial relativamente dispersa aún
tratándose de un país de una extensión limitada.
3HURDGHPiVGHHOOR+DFLHQGDGLVSRQtDGHWHVRUHUtDVSDUWLFXODUHVRHQDOJ~Q
FDVR OODPDGDV ³SHFXOLDUHV´ GHGLFDGDV D FLHUWDV LQVWLWXFLRQHV R LQFOXVR LPSXHVWRV
HVSHFt¿FRVORTXHLPSOLFDEDXQDFLHUWDIUDJPHQWDFLyQHQODJHVWLyQGHOD+DFLHQ-
GD$VtSRUHMHPSORODVDGPLQLVWUDFLRQHVGHUHQWDVGHORVSXHUWRVWHQtDQWHVRUHUtDV
SDUWLFXODUHV TXH DWHQGtDQ FRQ VXV SURSLDV UHFDXGDFLRQHV D VXV UHVSHFWLYRV JDVWRV
GH IXQFLRQDPLHQWR R D RWURV GHFLGLGRV SRU HO JRELHUQR FRPR KRVSLWDOHV R -XQWDV
,WLQHUDULDV¿QDOPHQWHODVWHVRUHUtDVGHORVSXHUWRVUHPLWtDQORVVDOGRVUHVXOWDQWHVDOD
Tesorería General.167DPELpQKDEtDXQDWHVRUHUtDSDUWLFXODUGHO5DPRGHO7DMRHOGH-
UHFKRUHFDXGDGRHQWRGDVODVORFDOLGDGHVGHOD5HS~EOLFDHQTXHVHVDFUL¿FDEDQUHVHV
\FHUGRVSDUDHOFRQVXPRGHODSREODFLyQSDUWHGHOFXDOHUDGHVYLDGRGHVGHDOJXQRV
PXQLFLSLRVDVXVFRUUHVSRQGLHQWHVDGPLQLVWUDFLRQHVGHUHQWDVTXHDVXYH]ORHOH-
vaban a la Tesorería General donde aparecen ingresos con esta denominación.17 Otra
WHVRUHUtD³SHFXOLDU´WHQtDOD,QVWUXFFLyQ3~EOLFDHQODTXHHQVHOOHYDEDODJHV-
WLyQGHORVUHFXUVRV\ORVJDVWRVGHOD8QLYHUVLGDGFRQLQJUHVRVSURFHGHQWHVGHXQD
gran variedad de otras rentas recaudadas en el Estado. Conviene mostrar un ejemplo
GHVXIXQFLRQDPLHQWRSDUDLOXVWUDUPHMRUORTXHVHH[SOLFD9HU&XDGUR18
$GHPiVGHDOJXQDRWUDWHVRUHUtDSDUWLFXODUFRPRODGHOD*XDUGLD&LYLOVHJX-
UDPHQWHODPiVLPSRUWDQWHGHWRGDVHUDODGHOUDPRGHO$JXDUGLHQWHFX\DSURGXF-
FLyQ\YHQWDHVWXYLHURQOLEHUDOL]DGDVKDVWDHOJRELHUQRGH6DQWLDJR*RQ]iOH]TXLHQ
creó el estanco del licor y comenzó a controlar su distribución.19 Hasta entonces el
funcionamiento de la tesorería del ramo consistía en los ingresos generados por la
VXEDVWDGHVXVSXQWRVGHYHQWDRHVWDQTXLOORV3DUDOD+DFLHQGDFHQWUDOHOUDPRGHO
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 157

CUADRO 5.1
Tesorería peculiar de los fondos de instrucción pública.
Enero a marzo, 1854

Cargo Data
Existencia anterior 3.128 6XHOGRV5HFWRU\'HSHQGLHQWHV 263
5HPHVDVGH=DFDWHFROXFD 1.415 ,GFDWHGUiWLFRV/DWLQLGDG 839
Id. otras administraciones 81 )LORVRItD0DWHPiWLFDV&iQRQHV
3URGXFWRVGHSHQVLRQLVWDV 971 0HGLFLQD/H\HV4XtPLFD
Derechos tránsito de ganados 730 Gastos manutención alumnos 1.952
Id. extracción de añil 564 Id. en edificio 1.326
Otros 71 Otros 330
Total 6.960 7RWDOVXPDUHDO  4.710

Resumen
Cargo 6.991
Data 4.710
Existencia en dinero 1.241
Id. en documentos contra Tesorería General 1.040
Fuente: Gaceta… 7 abril 1854.

DJXDUGLHQWHVXSXVRGXUDQWHDxRVHOSULPHUR\SRVWHULRUPHQWHHOVHJXQGRLQJUHVR
¿VFDOPiVLPSRUWDQWHFRQQRWDEOHGLIHUHQFLDVREUHORVGHPiV3DUDHODxRHFRQy-
PLFRHOSURGXFWRWRWDOSUHYLVWRGHOUDPRDVFHQGtDDSVVLHQGR
la Administración de Santa Ana y Ahuachapán la de mayor recaudación con 40.755
SVPiVGHOGREOHTXHODVVLJXLHQWHV6DQ6DOYDGRU\6DQ0LJXHO20
'HORDQWHULRUVHGHGXFHTXHOD+DFLHQGDGHOD5HS~EOLFDWHQtDDPHGLDGRV
del siglo XIX y mantuvo durante largo tiempo en una medida apreciable un carácter
GHWUDEDMRGHUHWDOHVRpatchwork DGPLQLVWUDWLYRFRQHVFDVDVLVWHPDWL]DFLyQHQOD
concentración y distribución de las rentas. Esta situación tenía una relación directa
con un fuerte grado de improvisación cuando los gobiernos necesitaban resolver
QHFHVLGDGHVGH¿QDQFLDFLyQSXQWXDOHVFRPRSRUHMHPSORJDUDQWL]DUFUpGLWRVVROL-
FLWDGRVHQHOLQWHULRUORTXHOHSURSRUFLRQDEDDODJHVWLyQGHOD+DFLHQGDXQDVSHFWR
variopinto y casuístico.21
*
3HVHDORIUDJPHQWDULRGHODGRFXPHQWDFLyQGLVSRQLEOHHVSUHFLVRUHDOL]DU
XQDDSUR[LPDFLyQDOHVWDGRGHORVLQJUHVRV\JDVWRV¿VFDOHVSDUDWHQHUXQDPHMRU
FRPSUHQVLyQGHOIXQFLRQDPLHQWRGHOD+DFLHQGD\SRVWHULRUPHQWHGHVXV¿QDQ]DV
Un ejemplo puntual de los momentos iniciales que cubre este trabajo puede ser
HOGHXQPHVFXDOTXLHUDGH¿QHVGHODGpFDGDGH$VtHQGLFLHPEUHGH
cuando precisamente el gobierno había decidido vender tierras públicas para cubrir
SDUWHGHODGHXGDGHXQWRWDOGHLQJUHVRVGHSVODYHQWDGHWLHUUDVVXSXVR
158 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HOHOUDPRGHDJXDUGLHQWHTXHJUDYDEDVXFRQVXPRORVLQJUHVRV
SRUSUpVWDPRVDO(VWDGR\SRU¿QORVGHUHFKRVDGXDQHURVHUDQPXFKRPH-
QRUHV3RUVXSDUWHORVJDVWRVHQHOPLVPRPHVFRQXQWRWDOGHSVVHGLV-
WULEX\HURQHQSDUDDPRUWL]DFLyQGHGHXGDHQVXHOGRVFLYLOHV
GHGLFDGRDOHMpUFLWR\RWURV0HUHFHGHVWDFDUVHHQFXDQWRDORVLQJUHVRVHODOWR
SRUFHQWDMH FRUUHVSRQGLHQWH D YHQWD GH WLHUUDV DVt FRPR OD LQVLJQL¿FDQFLD GH ORV
GHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQ\HQFXDQGRDORVJDVWRVHOSRUFHQWDMHWDQHOHYDGRGHV-
WLQDGRDODDPRUWL]DFLyQGHGHXGDTXHDXQTXHQRHUDKDELWXDOHQRWURVPRPHQWRV
se repetiría.
3DUDWHQHUXQDLGHDPiVFRPSOHWDGHOIXQFLRQDPLHQWRGHOD+DFLHQGDQDFLR-
QDOODVSULPHUDVFLIUDVJHQHUDOHV\DQXDOHVGHGLVSRQLEOHVFRUUHVSRQGHQD\
SURFHGHQGHOD7HVRUHUtD*HQHUDOORTXHTXLHUHGHFLUTXHVRORUHÀHMDQORVLQJUHVRV
y gastos centrales y no los de todas las tesorerías del país de las que se habló arriba.
Hay que recordar que el año económico de 1851 coincidió con los preparativos
SDUDHOHQIUHQWDPLHQWRGH(O6DOYDGRU\+RQGXUDVFRQ*XDWHPDODGXUDQWHODSUH-
VLGHQFLDGH'RURWHR9DVFRQFHORV\SDUDGLFKRFRQÀLFWRVHSLGLHURQSUpVWDPRVD
la población haciendo crecer el nivel de la deuda pública. Las cifras agregadas de
GLFKRDxRTXHGDQUHÀHMDGDVHQORV*Ui¿FRV\(QUHODFLyQFRQORVLQJUHVRV
pVWRVDVFHQGLHURQDSVTXHFRPSUHQGtDQXQFRUUHVSRQGLHQWHDFUp-
GLWRVUHFLELGRVLQFOX\HQGRSUpVWDPRVYROXQWDULRVIRU]RVRVFUpGLWRVFRQWUDWDGRV
HWF\SUREDEOHPHQWHSDUWHGHOSUpVWDPRSRUODJXHUUDFRQWUD*XDWHPDODXQ
SURFHGHQWH GHO UDPR GH DJXDUGLHQWH XQ  SURFHGtD GH GHUHFKRV DGXDQHURV
cuando todavía los ingresos por aduanas terrestres eran próximos a los de las marí-
WLPDV\DYHQWDVGHWLHUUDV

GRÁFICO 5.1
Tesorería General – Ingresos – 1851
(Total: 124.528 ps)
1.000 pesos
60
46,619
50
40 37,181

30
20
9,481 11,117
10 8,177
5,164 3,36
1,289 2,09
0,05
0

Fuente: Gaceta..., 31 de octubre de 1851.

LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 159

La necesidad de solicitar un préstamo forzoso a la población en el caso de la

guerra era una práctica corriente en otros países de América Latina y se explicaba
por la falta de recursos de la Hacienda ante una eventualidad de estas característi-
FDV$VXYH]HOORHVWDEDJHQHUDGRSRUORHVFDVRGHORVUHFXUVRV¿VFDOHVUHFDXGDGRV
ORTXHVHSXHGHFDOL¿FDUGHXQEDMR³VXHORGHLQJUHVRV´SRUODVUD]RQHVGHLQWHUHVHV
de clase ya explicadas. Esta era la estructura de ingresos heredada de la Federación
\DVtHOH[SUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD\SUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOHQ
 (XJHQLR$JXLODU DVHJXUDED TXH ³ OD OHJLVODWXUD HVWi FRQYHQFLGD GH TXH
el crédito público es el recurso más poderoso con que cuentan los gobiernos para
DX[LOLDUVH HQ VXV XUJHQFLDV VLQ JUDYDU D ORV SXHEORV FRQ QXHYRV LPSXHVWRV´22
(VWRFRUURERUDHOSULQFLSLR¿VFDO\DHVWDEOHFLGRHQORVDxRVGHOD)HGHUDFLyQ\FR-
PHQWDGRDUULED3RURWUDSDUWHFRQYLHQHDFODUDUTXHHQHOFRQFHSWR³SXHEOR´LEDQ
incluidos sectores sociales con muy diferentes posiciones y recursos en la estruc-
WXUDHFRQyPLFDGHOSDtVDVtFRPRFRQGLVWLQWRVWUDWDPLHQWRV¿VFDOHVHQDEVROXWR
equitativos.
6LHPSUHHQUHODFLyQFRQORVLQJUHVRVFRQYLHQHUHVDOWDUXQDFDUDFWHUtVWLFDFOD-
ve en su composición que caracterizó el funcionamiento de la Hacienda nacional
durante todo el período que se estudia en este libro. El hecho era que los ingresos
QRVHSHUFLEtDQtQWHJUDPHQWHHQPRQHGDPHWiOLFDVLQRTXHHOJRELHUQRDFHSWDED
GRFXPHQWRVGHGHXGDRSDSHOPRQHGDFRPRSDUWHGHOSDJRGHORVLPSXHVWRVDO
objeto de aligerar en lo posible la abultada deuda pública. Naturalmente ello tenía
FRPRRWUDFRQVHFXHQFLDTXHODSDUWHGHORVLQJUHVRV¿VFDOHVHQPHWiOLFRVHUHGXFtD
VXVWDQFLDOPHQWH\FRQHOORODFDSDFLGDGRSHUDWLYDGHOJRELHUQRTXH¿QDOPHQWH

GRÁFICO 5.2
Tesorería General – Gastos –1851
(Total: 124.380 ps)

x 1000 pesos
80
70 65,111

60
50
40
30 23,823
20 18,148 17,298

10
0
Sueldos y gastos civiles Ejército Amortiz. deuda Otros

Fuente: Gaceta…, 31 de octubre de 1851.

160 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

se veía obligado a volver a negociar deuda en una especie de círculo vicioso in-
terminable. La forma más evidente de romper dicho círculo hubiera sido elevar el
VXHORGHLQJUHVRVPRGL¿FDQGRODHVWUXFWXUDLPSRVLWLYD\FUHDQGRLPSXHVWRVSDUD
ORVVHFWRUHVPiVSRGHURVRVGHODSREODFLyQSHURFRPR\DVHYLRHOORV\DHVWDEDQ
instalados en los poderes del Estado y no iban a aprobar leyes contra sus propios
intereses. Un ejemplo adelantado de la composición de los ingresos en dinero y en
GRFXPHQWRVGHGHXGDGHHVWRVDxRVORSURSRUFLRQDQODVSUHYLVLRQHVGHOD5HQWDGHO
7DEDFRSDUDTXHHUDQGHOHQGLQHUR\HOHQERQRV\YDOHVDXQ-
que más adelante se podrá comprobar su efecto sobre el conjunto de los ingresos
nacionales.23(QFXDQWRDORVJDVWRVHQHVWDFR\XQWXUDEpOLFDHOVHGHGLFDED
DOHMpUFLWRDDPRUWL]DFLyQGHGHXGD\HODVXHOGRV\JDVWRVFLYLOHV
Evidentemente esta era una composición absolutamente descompensada marcada
por el altísimo gasto militar en vísperas de la confrontación con Guatemala.
3HURVLHQOXJDUGHPDQHMDUORVGDWRVGHOD7HVRUHUtD*HQHUDOVHXWLOL]DQORVGH
OD&RQWDGXUtD0D\RUHVGHFLUORVLQJUHVRVGHWRGDVODVDGPLQLVWUDFLRQHVGHUHQWDV
GHOSDtVODSHUFHSFLyQTXHVHFRQVLJXHGHOD+DFLHQGDGH(O6DOYDGRUHVGLIHUHQWH
En enero de 1853 se publicó el conjunto de los ingresos y gastos generales referidos
DWDPELpQGHOD&RQWDGXUtD*HQHUDOGH+DFLHQGDR&RQWDGXUtD0D\RU(OUH-
VXPHQGHORVLQJUHVRVTXHGDUHÀHMDGRHQHO*Ui¿FR(QWUHODVDGPLQLVWUDFLRQHV
GHUHQWDVGHPD\RUYROXPHQFX\RVLQJUHVRVIRUPDEDQSDUWHGHHVWRVGDWRVHVWDEDQ
ODVFRUUHVSRQGLHQWHVDODVDGXDQDVGHORVSXHUWRVGH/D8QLyQ\$FDMXWODVHJXLGDV
GH6DQ0LJXHO6DQWD$QD6DQ9LFHQWH6DQ6DOYDGRUHWF

GRÁFICO 5.3
Contaduría Mayor – Ingresos – 1852
(Total: 454.113 ps)
pesos x 1.000
250
221,501
200

150
110,592
100

50 37,04
27,545 21,123
19,11 8,091 9,111
0

Fuente: Cuadro General de la administración de los ramos de Hacienda Pública.

Gaceta..., 21 de enero de 1853.
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 161

Conviene llamar la atención sobre el hecho de que los altos ingresos por
FUpGLWRTXHDSDUHFtDQHQOD7HVRUHUtDHQQRWLHQHQFRUUHVSRQGHQFLDHQOD&RQ-
WDGXUtDDODxRVLJXLHQWHFXDQGRIXHURQPXFKRPHQRUHV8QDH[SOLFDFLyQSRVLEOH
VHUtDTXHKXELHUDPHQRVQHFHVLGDGGHFUpGLWRHQTXHHQSRUHO¿QDOGHO
FRQÀLFWRFRQ*XDWHPDOD\DGHPiVSRUTXH'XHxDVDQXOyDOFRQFOXLUODJXHUUDHO
HPSUpVWLWRTXHVHKDEtDSHGLGRFRQWDOPRWLYR3RURWURODGRHVLPSRUWDQWHGHVWDFDU
que por primera vez se puede apreciar que los ingresos por derechos de importa-
ción de mercancías suponían casi el 50% del total y duplicaban a los del ramo del
aguardiente.24<GHHOODVODVPDUtWLPDVVLJQL¿FDURQSV(UDHOUHVXOWDGRGHO
DUUHJORGHOFRQÀLFWRFRQ*UDQ%UHWDxD
0HUHFH GHVWDFDUVH TXH ORV LQJUHVRV SRU GHUHFKRV GH H[SRUWDFLyQ SRVLEOH-
PHQWHHQVXPD\RUtDVREUHDxLOVLJQL¿FDEDQHOGHORVFRUUHVSRQGLHQWHVD
OD LPSRUWDFLyQ (V GHFLU FRPR HUD GH VXSRQHU VH DSOLFDED XQ WUDWR PXFKR PiV
favorable a los exportadores y dueños de añil que a los consumidores de las impor-
WDFLRQHV(QRWUDVSDODEUDVHUDXQDSUXHEDPiVGHOXVRGHOD¿VFDOLGDGDIDYRUGHOD
ROLJDUTXtD(QFXDQWRDORVJDVWRVODLQIRUPDFLyQQRGLIHUHQFLDSRUDGPLQLVWUDFLR-
QHV\ODVFLIUDVJHQHUDOHVVRQODVTXHUHFRJHHO*Ui¿FR

GRÁFICO 5.4
Contaduría Mayor – Gastos – 1852
(Total: 415.207 ps)

pesos x 1.000
250
224,556

200

150

100
53,28 59,401
50 24,605
16,752 16,387 20,226

Fuente: Cuadro General de la administración de los ramos de Hacienda Pública....

Gaceta..., 21 de enero de 1853.

En este caso se aprecia el desproporcionado peso que ejercía la amortización

GHGHXGDHQUHODFLyQFRQHOUHVWRGHORVFDStWXORVGHOJDVWRGHORVTXHHOPD\RU
HVHOFRUUHVSRQGLHQWHDOHMpUFLWRXQDFRQVWDQWHHQODpSRFDHQPXFKRVSDtVHVLEH-
162 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

URDPHULFDQRVDSHVDUGHTXH'XHxDVGHVPRYLOL]yODVWURSDVTXHTXHGDURQHQOD
frontera con Guatemala. Otro ingreso interesante es el del Tajo. No se trata de
XQDFDQWLGDGLPSRUWDQWHVRORSVSHURPHUHFHOODPDUODDWHQFLyQVREUHHO
KHFKRGHTXHVHUHPLWtDQIRQGRVGHKDFLHQGDVPXQLFLSDOHVDWUDYpVGHODV$GPL-
QLVWUDFLRQHVGH5HQWDVGHORV'HSDUWDPHQWRVSDUDFRQWULEXLUDORVLQJUHVRVGHOD
Hacienda central.
3RU RWUD SDUWH HV PX\ UHOHYDQWH VHxDODU TXH QR H[LVWtD IRUPDOPHQWH Gp¿-
FLW¿VFDO'HKHFKRVHSURGXFtDXQVXSHUiYLWFRQWDEOHGHSV\XQRGHORV
PRWLYRV HUD TXH HO QLYHO GH JDVWRV HQ DGPLQLVWUDFLyQ HQ JHQHUDO HUD EDMR 3RU
HOORWHUUHQRVLPSRUWDQWHVSDUDODFRQVWUXFFLyQGHO(VWDGRFRPRSRUHMHPSORHUD
ODHVWUXFWXUDMXGLFLDOHVWDEDQUHODWLYDPHQWHGHVDWHQGLGRVFRPR\DVHFRPHQWy
3HURODUHDOLGDGHVTXHHOVXSHUiYLWHUDHQJDxRVR\HOSUREOHPDHVWDEDHQODJUDQ
magnitud de la deuda pública y en el esfuerzo que era preciso para amortizar la
PD\RUFDQWLGDGSRVLEOHGHODPLVPD(OKHFKRHVTXHFRPR\DVHYLRSDUD
\VHSRGUiFXDQWL¿FDUPiVDGHODQWHXQDSDUWHPX\VLJQL¿FDWLYDGHORVLQJUHVRV
eran documentos de deuda con lo que el saldo entre ingresos y gastos era en
UHDOLGDGGH¿FLWDULR3HVHDHOORRTXL]iSUHFLVDPHQWHSRUHVRHOFULWHULRGHORV
miembros de la oligarquía en la Asamblea Nacional y en el gobierno no se inmu-
WyPDQWXYLHURQODHVWUXFWXUDUHVWULFWLYDGHLPSXHVWRVHOUXPERGHOD+DFLHQGD
\ODV¿QDQ]DVGHOSDtV<HVWRHUDVRORHOFRPLHQ]R(QEDMRODSUHVLGHQFLD
GH)UDQFLVFR'XHxDVODYR]GHOJRELHUQRVHH[SUHVDEDDVtVREUHODHYROXFLyQGH
la Hacienda:
“Han subido las rentas públicas... pero a proporción que las rentas suben y el
comercio aumenta se van creando necesidades que hay que atender de toda pre-
IHUHQFLDDXPHQWDUODVERGHJDVGHORVSXHUWRVPHMRUDUORVFDPLQRV\IDFLOLWDU
de todas maneras el movimiento comercial. Nos resta únicamente que solventar
la parte de deuda que le tocó al Estado de la que contrajo toda Centro-América
HQWLHPSRGHOJRELHUQRIHGHUDOVHUiQFRPRSVTXHSRFRVLJQL¿FDQVL
se compara con el excedente de rentas que debe tener el Estado cuando acabe de
pagar la deuda interior...”.25
(QWUH\ODHYROXFLyQGHODVUHQWDV¿MDVGHO(VWDGR±H[FOX\HQGR
ODVHYHQWXDOHV\HOFUpGLWR±DVtFRPRHOWRWDOGHORVLQJUHVRV±LQFOX\pQGRODV±
HVWi UHÀHMDGD HQ ORV *Ui¿FRV  \  (O SULPHUR RIUHFH GDWRV GHVDJUHJDGRV SRU
rentas y en él se observa cómo se consolidaban los derechos de importación ma-
UtWLPD\HOSURGXFWRGHOUDPRGHDJXDUGLHQWHFRPRODEDVHGHORVLQJUHVRV¿V-
FDOHVGHOSDtVDOWLHPSRTXHGLVPLQXtDQRWURVSURFHGHQWHVGHODVLPSRUWDFLRQHV
WHUUHVWUHVRGHODxLOSRUHMHPSORDXQTXHHVWH~OWLPRGRPLQDEDFRQGLIHUHQFLDODV
H[SRUWDFLRQHV(QHIHFWRDFRPLHQ]RVGHODGpFDGDGHHQWUHODVH[SRUWD-
FLRQHVGHOSXHUWRGH/D8QLyQHODxLOVXSRQtDKDELWXDOPHQWHHQWRUQRDOGHO
valor total.26 El incremento de los derechos de importación tenía relación sobre
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 163

WRGR FRQ ORV WpUPLQRV GH LQWHUFDPELR HQ HO FRPHUFLR H[WHULRU R FDSDFLGDG GH
FRPSUDFRQODVH[SRUWDFLRQHVTXHHQHVWRVDxRV\KDVWDODGpFDGDGHHUDQ
favorables a El Salvador con el segundo índice más alto de América Latina para
ODpSRFDGHVSXpVGH&RORPELDVLWXiQGRORHQ27(QFXDQWRDOWLSR¿VFDOVREUH
las importaciones no experimentó variaciones por el momento y se mantuvo en
WRUQRDODXQTXHKDEtDXQWLSRGHOSDUDDOJXQDVPHUFDQFtDVRWURHO
SDUDODVTXHHQWUDEDQSRUHOQRUWH\¿QDOPHQWHRWURGHOVRORSDUDODVTXH
entraban desde Guatemala que representaban una parte menor del comercio.28 El
DJXDUGLHQWHSRUVXSDUWHWXYRXQFRPSRUWDPLHQWRLUUHJXODUFRQXQDFDtGDGHOD
UHQWDHQ\SRUFRQWUDSRVLFLyQDODVXELGDGHODxRVHJXLGRGH
un nuevo descenso para el que no hay fácil explicación con la información dis-
SRQLEOH(OSURGXFWRGHODUHQWDGHTXHIXHGHSVHVWDEDOHMRVGH
alcanzar los altos niveles a lo que ascendería cuando el café se convirtiera en el
SULPHUSURGXFWRGHH[SRUWDFLyQ7UDWDQGRGHH[SRUWDFLyQHODxLOSURSRUFLRQDED
XQLQJUHVR~WLOVLQGXGDDOD+DFLHQGDSHURPX\EDMRHQFRPSDUDFLyQFRQODV
rentas anteriores y teniendo en cuenta que el valor de las exportaciones de añil
ascendía a 1.277.250 ps en 1852.

GRÁFICO 5.5
Principales rentas marítimas y terrestres
1849-1856

pesos x 1.000
300

250

200

150

100

50

0
1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 1856 1857 1858
Imports.Marits. Imports.Guate. Imports.Hond. Agdte. Añil

Fuente: Gaceta..., 27 de mayo de 1857.

(O *Ui¿FR  RIUHFH SDUD WUHV DxRV HO GLIHUHQFLDO HQWUH HO FRQMXQWR GH ODV
UHQWDV¿MDV\HOWRWDOGHORVLQJUHVRVHVGHFLUDxDGLHQGRODVUHQWDVHYHQWXDOHV\HO
crédito tomado en cada uno de los años señalados.
164 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GRÁFICO 5.6
Total de rentas marítimas y terrestres,
y total de ingresos fiscales 1849-1858

x 1000 pesos
800
725,978
646,311
600,188
600
527,594
498,152 497,199
446,824
387,372 410,351 404,415
400
325,61 327,177

200

0
1849 1850 1851 1852 1853 1854 1855 1856 1858
Rentas Totales

Fuente: Gaceta..., 27 de mayo de 1857.

Las rentas crecían pero en realidad no en la medida en que parecían indicar

ODVFLIUDVDEVROXWDV&RPR\DVHDGHODQWyORVLQJUHVRVGHODVUHQWDVQRVHSURGXFtDQ
VyORHQGLQHURVLQRWDPELpQHQGRFXPHQWRVGHFUpGLWR\DTXHORVJRELHUQRVUHJX-
laban la posibilidad de pagar parte de los impuestos a la Hacienda con estos ins-
trumentos. Esto tenía una ventaja y era que de esta forma se podía amortizar parte
GHODGHXGDSHURWDPELpQWHQtDXQLQFRQYHQLHQWHTXHODSDUWHLQJUHVDGDHQGLQHUR
TXHHUDODTXHSHUPLWtDORVJDVWRVS~EOLFRVVHUHGXFtD\ORKDFtDHQLPSRUWDQWHV
SURSRUFLRQHVFRQORTXHODFDSDFLGDGGHLQYHUVLyQ\JDVWRGHO(VWDGRWDPELpQHUD
PHQRU(QHQYLVWDGHTXHODGHXGDQRGLVPLQXtDHOJRELHUQRPRGL¿FyODV
SURSRUFLRQHVHQTXHVHGHEtDDERQDUHO\ORVGHPiVSRUFHQWDMHVGHORVGHUH-
FKRVGHLPSRUWDFLyQDPSOLDQGRHOPDUJHQGHSDJRHQGRFXPHQWRVGHGHXGD$Vt
HVWDEOHFLyTXHVHKLFLHUDVyORFRQHOHQGLQHURHOHQyUGHQHVGHSDJR\HO
12% en bonos de la deuda.
8QDVXQWRHVWUHFKDPHQWHUHODFLRQDGRFRQHVWDGHFLVLyQ\PX\VLJQL¿FDWLYR
con respecto a este problema lo constituye el del préstamo de 60.000 ps que se so-
licitó en aquel mismo año a comerciantes y “capitalistas” con ocasión de la guerra
FRQWUD :LOOLDP :DONHU HQ 1LFDUDJXD (O JRELHUQR DEULy XQD VXVFULSFLyQ SRU WDO
FLIUDHQWRGRHO(VWDGRSDUDTXHDTXpOORVHQWUHJDVHQVXVUHVSHFWLYDVFXRWDVVHJ~Q
VXULTXH]DPLWDGHQGLQHUR\PLWDGHQERQRV\VHOHVUHHPEROVDUtDSRUHOWRGRHQ
libranzas admisibles al pagar los derechos de importación en las proporciones que
se indica arriba.29(QUHODFLyQFRQHVWHFUXFLDODVXQWRHO*Ui¿FRLQGLFDORVSRU-
centajes de los ingresos en dinero y en otros documentos de deuda para tres años
centrales de la década de 1850.
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 165

GRÁFICO 5.7
Composición de ingresos fiscales
en dinero y documentos de crédito
x 1000 pesos
700

600

500

400
Docs.
300 Dinero

200

100

0
1854 1855 1856

Fuente: Gaceta..., 27 de mayo de 1857.

&RPRVHH[SUHVyHQFUHFtDQODVUHQWDVSHURWDPELpQODVQHFHVLGDGHV\
FRQHVWDVOLPLWDFLRQHVHQORVLQJUHVRVODVQHFHVLGDGHVQRVHSRGtDQFXEULUDSOHQD
satisfacción y los gobiernos mostraban una fuerte contención en sus gastos. Ya en
1851 se había explicado que “... las rentas públicas del Estado exceden en más de
SVDVXVJDVWRV´ORTXHVHGHEtDLQWHUSUHWDUDODOX]GHORVDUJXPHQWRV
que se están mostrando.30(QODVHJXQGDPLWDGGHODGpFDGDGHFRQHOFUHFL-
PLHQWRHFRQyPLFRORVJDVWRVFRQWLQXDEDQFUHFLHQGR$OJXQRVGHHOORVIXHURQSRU
HMHPSORODFUHDFLyQGHSXHVWRVGHIXQFLRQDULRVGHSROLFtDFRQHOREMHWRGHFRQWHQHU
los problemas derivados de una desigualdad social creciente.31/RVJDVWRVRPHMRU
HQHVWHFDVRODVLQYHUVLRQHVSURFHGtDQWDPELpQGHOD¿UPDGHGLYHUVDVFRQWUDWDVFRQ
empresarios privados para la realización de obras de infraestructuras y otras obras
S~EOLFDVSDUDSDJDUODVFXDOHVKDEtDTXHKLSRWHFDUSDUWHGHDOJXQRVLQJUHVRV¿VFDOHV
RLQFOXVRFUHDUDOJXQRVLPSXHVWRVPHQRUHVSXQWXDOPHQWHFRPRSHDMHVHQSXHQWHV
A incrementar los gastos también contribuía la constante necesidad de asistir desde
el gobierno con ayudas discrecionales a muchos municipios para sus obras locales.
2 LJXDOPHQWH HO LQFUHPHQWR GH OD FREHUWXUD GH OD HQVHxDQ]D S~EOLFD GHVGH OD
primaria hasta la universidad.32$OLJXDOTXHOD¿QDQFLDFLyQDXQTXHIXHVHSDUFLDO
GHDOJXQDVLQVWLWXFLRQHVEHQp¿FDVFRPRKRVSLWDOHV3HURIUHQWHDpVWRVUHIHULGRV
sin duda los capítulos más importantes de los gastos públicos seguían siendo los
FRUUHVSRQGLHQWHVDOHMpUFLWR\DOD¿QDQFLDFLyQGHODGHXGD33
Este modelo de gestión de la Hacienda tenía su fundamento teórico supues-
WDPHQWHEDVDGRHQODYLVLyQOLEHUDOGHODHFRQRPtDGHDXWRUHVFRPR$GDP6PLWK
-HDQ %DSWLVWH 6D\ 5REHUW 0DOWKXV -HDQ &KDUOHV /pRQDUG GH 6LVPRQGL \ RWURV
166 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

VHJ~QGHFODUDEDHODXWRUGHXQHGLWRULDOHQHOSHULyGLFRR¿FLDOWLWXODGR³5LTXH]D
S~EOLFD´$VtGHVGHHOiPELWRGHOSRGHUVHDFODUDEDTXHVHJ~QGLFKRVHFRQRPLVWDV
las sociedades más ricas eran aquellas que conseguían que el valor de su produc-
ción fuera mayor que la de sus gastos. Y para lograrlo era necesario que todos los
KDELWDQWHVGHXQSDtVWUDEDMDUDQSRUTXHGHRWUDPDQHUDVRORDOJXQRVWUDEDMDUtDQ
SDUDPDQWHQHUDODWRWDOLGDGRVLIXHUDQWRGRVRFLRVRVWRGRVSDVDUtDQKDPEUHR
WHQGUtDQTXHHPLJUDUDPHURGHDUHOWUDEDMRGHRWURV3RUHOORKDEtDTXHSHUVHJXLU
ODYDJDQFLD\ODRFLRVLGDG<GDGRTXHODEDVHGHODULTXH]DHVWDEDHQODDVLGXLGDG
en el trabajo y la mesura con la distribución de lo adquirido para que quedase un
H[FHGHQWHGHUHQWDRUHQWDQHWDTXHHUDHORULJHQGHDTXHOODSRUHVRODVDXWRULGD-
des se esforzaban en que todos los vecinos produjeran y economizaran declarando
ODJXHUUDDODYDJDQFLD\DOKXUWR\SHUVLJXLHQGRDORVYLFLRVRV/DFRQFOXVLyQHUD
que: “Cuando una sociedad se compone de hombres trabajadores y arreglados en
VXVFRVWXPEUHVSURVSHUD\PHMRUDFXDQGRHQHOODDEXQGDQORVRFLRVRVGHFDHVH
desmoraliza y desaparece”.341DWXUDOPHQWHHQHOUD]RQDPLHQWRGLULJLGRDSRQHU
a disposición de los nuevos empresarios salvadoreños la mayor cantidad de mano
GHREUDSRVLEOHVHKXUWDEDQFXiOHVHUDQODVUHODFLRQHVTXHVHHVWDEOHFtDQHQWUHODV
personas en la HVIHUDGHODSURGXFFLyQHLJXDOPHQWHFXiOHVHUDQODVFRQWULEXFLRQHV
¿VFDOHVGHODVGLVWLQWDVFODVHVGHODVRFLHGDGFLUFXQVWDQFLDVDPEDVTXHGDGRVXFD-
UiFWHUSURIXQGDPHQWHGHVLJXDO\UHJUHVLYRKDFtDQTXHODVLWXDFLyQGHOD+DFLHQGD
fuera la que se está mostrando.
(QWRGRFDVRHVWDFRQVWUXFFLyQWHyULFDFKRFDEDFRQXQDUHDOLGDGLQFRQWHVWDEOH
TXHOOHYDEDDDGYHUWLUWDPELpQHQXQHGLWRULDOGHODSUHQVDR¿FLDOHQSOHQDSODJDGH
FKDSXOtQHQTXHHQFDVRGHQRSRGHUDFDEDUFRQHOODGLVPLQXLUtDODH[SRUWD-
FLyQGHDxLOTXHHUDHOSULQFLSDODUWtFXORGHFRPHUFLR\OOHJDUtDHOKDPEUH³SRUTXH
así acontece de ordinario a un país que carece de rentas públicas y cuyas riquezas
particulares se ven en atraso y mengua”.353RUVXSDUWHHQMXQLRGHOPLVPRDxR
HOPLQLVWUR*UHJRULR$UEL]~DGPLWtDTXHHOJRELHUQRFDUHFtDGHVX¿FLHQWHVIRQGRV
públicos para poder atender a la mejora de las vías de comunicación que eran esen-
FLDOHVSDUDHOLPSXOVRGHOFRPHUFLR\SRUHOORH[WHQGtDD$FDMXWOD\/D/LEHUWDG
HOLPSXHVWRGHGRVUHDOHVSRUEXOWRGHPHUFDQFtDVLPSRUWDGDVTXH\DVHFREUDED
HQ/D8QLyQ\FX\RSURGXFWR¿VFDOVHUtDGLVWULEXLGRHQWUHODV-XQWDV,WLQHUDULDVGH
6RQVRQDWH6DQWD$QD\6DQ6DOYDGRUSDUDODPHMRUDGHORVFDPLQRVGHODUHJLyQ36
*
La deuda pública de El Salvador vivió fuertes altibajos en estos años cen-
WUDOHVGHOVLJOR;,;KDVWDOOHJDUDIHFKDSDUDODTXHVHGLVSRQHGHOSULPHU
SUHVXSXHVWRJHQHUDO\ODSULPHUD0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDFRQORTXH
VHSXHGHWHQHUXQDYLVLyQPiVD¿QDGDGHODVLWXDFLyQGHOSDtVHQHVWHWHUUHQR3HUR
HVSUHFLVRVHxDODUTXHQRHVSRVLEOHGLVSRQHUGHXQDHYROXFLyQVHFXHQFLDO\¿DEOH
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 167

de la deuda dado que el gobierno no tenía control constante de la misma. Esto se

debía por un lado al carácter desarticulado de la Hacienda desde un punto de vista
LQVWLWXFLRQDOD OR SUHFDULRGH ODV FRPXQLFDFLRQHVGHO SDtV SUREDEOHPHQWHD XQD
IDOWDGHGLVFLSOLQDHQODJHVWLyQ\SRU~OWLPRSHURPX\LPSRUWDQWHDODDEXQGDQFLD
GHXQDGLYHUVLGDGGHWLSRVGHGRFXPHQWRVGHGHXGDHPLWLGRVSRUHO(VWDGR3RUHOOR
el Ejecutivo se veía obligado periódicamente a tratar de conocer en qué situación se
encontraba la deuda. Sin embargo los mecanismos administrativos utilizados para
este esfuerzo de conocer el estado de la deuda tampoco eran homogéneos ni siem-
SUH¿DEOHV3RURWURODGR\DOPDUJHQGHHVWRVSUREOHPDVREMHWLYRVODOHJLVODFLyQ
VDOYDGRUHxDSUHYHtDGHWHUPLQDGRVVXSXHVWRVDODKRUDGHUHFRQRFHU\¿MDUTXpHUD
GHXGDS~EOLFD\DOJXQRVGHHOORVWHQtDQFDUiFWHUH[WUDHFRQyPLFRORTXHDYHFHV
GLROXJDUDPDJQLWXGHVH[WUDRUGLQDULDVGHGHXGD3RUORGHPiVFRPRHVQRUPDOOD
GHXGDGHGHVJORVDEDHQÀRWDQWH\FRQVROLGDGD/DSULPHUDFRPSXHVWDIXQGDPHQ-
WDOPHQWHGHYDOHVSDJDUpVROLEUDQ]DV\ODVHJXQGDGHERQRVFX\DWDVDGHLQWHUpV
nos es desconocida en estos años pero que pudiera rondar en torno al 6% anual.
'DGDVHVWDVFRQGLFLRQHVLQLFLDOHVHQMXOLRGHHOJRELHUQRRUGHQyTXHVH
presentasen ante la Tesorería General y las administraciones de rentas del Estado
WRGRVORVYDOHVTXHHVWXYLHUDQHQFLUFXODFLyQHQXQRGHHVWRVHVIXHU]RVSRUFRQRFHU
ODGHXGDGHO(VWDGR$¿QHVGHQRYLHPEUHODVDXWRULGDGHVFDOFXODEDQTXHKDEtDFLU-
culando unos 300.000 ps en aquel tipo de documentos de deuda. Había transcurrido
un plazo muy corto de tiempo para que en todo el país la población hubiera respon-
GLGRDODFRQYRFDWRULDGHOJRELHUQRSRUORTXHGLFKDFLIUDSRGtDFRQVLGHUDUVHFRPR
XQPtQLPR3RURWUDSDUWHORVERQRVHPLWLGRVSRUHOJRELHUQR\FLUFXODQGRD¿QHV
de septiembre del mismo año ascendían a 340.144 ps según las consideraciones
R¿FLDOHVSDUWHGHORVFXDOHVVHKDEtDQHPLWLGRFRQODJDUDQWtDGHODUHQWDGHOWDED-
FRTXHQRHUDSUHFLVDPHQWHPX\DOWD37 En el caso de los bonos se podría hacer la
PLVPDFRQVLGHUDFLyQ\HQFRQMXQWRHOYDORUGHYDOHV\ERQRVVXPDEDR¿FLDOPHQWH
SVDXQTXHHQUHDOLGDGSRGtDURQGDUORVSVRTXL]iPiV38 A dife-
UHQFLDGHORTXHRFXUULUtDHQYDULDVRFDVLRQHVHQHOIXWXURHVWDRSHUDFLyQGHUHFXHQ-
WRGHGHXGDQRODUHDOL]yXQD-XQWDGH5HFRQRFLPLHQWR\/LTXLGDFLyQGH'HXGD
VLQRTXHVRORVHWUDWyGHSUHVHQWDUORVGRFXPHQWRVHQODVR¿FLQDVGHOD+DFLHQGD$
GLFKRVSVR¿FLDOHVGHGHXGDLQWHUQDKDEtDTXHVXPDUORVSVGHOD
GHXGDH[WHUQD±VHJ~QHYDOXDFLyQR¿FLDOFLWDGDDUULED±TXHFRQVXVLQWHUHVHVSRGtD
elevar el total real de la deuda pública fácilmente a más de 900.000 ps.
)XHHQPDU]RGHFXDQGRHOJRELHUQRFUHyXQD-XQWDGH/LTXLGDFLyQGH
Deuda.39'HQXHYRHQXQSHUtRGRQRGHPDVLDGRDPSOLRHQQRYLHPEUHGHOPLVPR
año se dio a conocer el conjunto de vales y bonos que se encontraban en circulación
HQHOSDtVTXHKDEtDGHVFHQGLGRDSVWUDVFRQVLGHUDUODVQXHYDVHPLVLRQHV
efectuadas durante el año económico 1849 y restar las amortizaciones producidas
por la entrega de estos documentos en las administraciones de rentas en el mismo
168 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

período. No es fácil explicar un descenso tan apreciable del volumen de la deuda

HQXQDxRSRUORTXHHVWDVFLIUDVHVSUHFLVRWRPDUODVFRQSUHFDXFLyQ$GHPiVQR
H[LVWHLQIRUPDFLyQVREUHHOSURFHVRGHDFWXDFLyQGHODPHQFLRQDGD-XQWDGH/LTXL-
dación.40
(QGHVSXpVGHOHQIUHQWDPLHQWRDUPDGRFRQ*XDWHPDODTXHKL]RFUHFHU
la deuda interna momentáneamente por el empréstito convocado por el gobierno
SHURDQXODGRSRVWHULRUPHQWHSRU)UDQFLVFR'XHxDVSDUHFHTXHDTXpOODFRQWLQXy
disminuyendo. En todo caso la situación de la Hacienda seguía siendo compli-
FDGD OR TXH KDFtD TXH GHVGH VHFWRUHV SUy[LPRV DO JRELHUQR VHUHSURGXMHUDQ ODV
expresiones en el mismo tono ya conocido: “Mucho es lo que hay que emprender
y muy pocos los medios con que se cuenta.” 41 En septiembre de 1851 según cifras
R¿FLDOHVODVXPDGHYDOHV\ERQRVHVFLUFXODFLyQKDEtDGHVFHQGLGRDSV42
(QDTXHOORVPRPHQWRVORVYDOHV\ERQRVFRUUHVSRQGLHQWHVDODGHXGDÀRWDQWH\D
ODGHXGDFRQVROLGDGDUHVSHFWLYDPHQWHVHGLYLGtDQHQWUHVFODVHVVHJ~QHOGHVWLQR
SDUD HO TXH IXHVHQ HPLWLGRV \ FDGD FODVH WHQtD XQ WUDWDPLHQWR ¿VFDO GLIHUHQWH$
veces algunos gobiernos llevaban a cabo operaciones puntuales de conversión de
GHXGD QR VLHPSUH FRQVLJXLHQGR ORV REMHWLYRV SURSXHVWRV$Vt DQLPDGR SRU ODV
EXHQDVH[SHFWDWLYDVGHVSXpVGHUHVROYHUHOFRQÀLFWRFRQ*UDQ%UHWDxD'XHxDVGH-
FLGLyFRQYHUWLUODGHXGDÀRWDQWHFRPSXHVWDSRUHMHPSORGHYDOHVHPLWLGRVSRUORV
LPSDJRVGHORVVXHOGRVFLYLOHV\PLOLWDUHVTXHVHSDJDEDQPX\LUUHJXODUPHQWHHQ
GHXGDFRQVROLGDGDHQERQRVGHFODVH3HURGDGRTXHpVWRVVHSDJDEDQFRQFDUJR
DLQJUHVRVHQDGPLQLVWUDFLRQHVGHUHQWDV\SRGtDQWDUGDUPXFKRHQFREUDUVHHOSUH-
sidente cambió de parecer y aprobó que pudieran canjearse por los de 1ª clase que
eran de más rápido cobro.43 En realidad se trataba de una operación –en el futuro
OOHYDUtDDFDERDOJXQDRWUD±FRQODTXHFRQVHJXtDGLODWDUHOSDJRGHFLHUWDVGHXGDV
aunque fuese a costa de encarecerlas con un porcentaje de interés anual.
(QHVDVFLUFXQVWDQFLDVSUREDEOHPHQWHSRUODGXGDVVXVFLWDGDVDFHUFDGHOD
DFWXDFLyQGHOD-XQWDGHHQHOSUHVLGHQWH'XHxDVFRQYRFyXQDQXHYD
-XQWDDKRUDOODPDGDGH5HFRQRFLPLHQWR\/LTXLGDFLyQGHOFUpGLWRS~EOLFRSUHVLGL-
GDSRUHOFRQWDGRUPD\RUGRVYRFDOHVFRQSVGHGRWDFLyQSRUFDGDGtDGHVHVLyQ
\ HO ¿VFDO GH +DFLHQGD (QWUH ORV PLHPEURV GH OD -XQWD HVWDEDQ HO QRWDULR &UX]
Ulloa quien tendría una larga carrera política y Francisco Gavidia.44$OD-XQWDOH
FRUUHVSRQGtDHOUHFRQRFLPLHQWROLTXLGDFLyQ\SDJRGHWRGRVORVFUpGLWRVFRQWUDtGRV
por el Estado desde su constitución y que no hubieran sido reconocida y pagados
SRUMXQWDVDQWHULRUHVORVFXDOHVSUHFHGtDQGHHPSUpVWLWRVIRU]RVRVRYROXQWDULRVHQ
GLQHURRHVSHFLHGHGHSyVLWRVFRQWUDWDVFRQ¿VFDFLRQHVVXHOGRVFLYLOHV\PLOLWD-
UHVRSRUUD]yQGHSHUMXLFLRVFDXVDGRVSRUODWURSDVGHOJRELHUQRRHQHPLJRVHQORV
diferentes “trastornos” que había sufrido el Estado. Igualmente correspondía a la
PLVPD-XQWDHOUHFRQRFLPLHQWRGHOLTXLGDFLyQ\SDJRGHODVH[WDSDUWHTXHFRUUHV-
pondía al Estado de la deuda federal y de la contraída antes del 15 de septiembre de
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 169

1821. Los créditos reconocidos y liquidados por juntas anteriores se considerarían

SDJDGRVVDOYRTXHORVLQWHUHVDGRVSUREDVHQORFRQWUDULRDVDWLVIDFFLyQGHOD-XQWD
/DFODVL¿FDFLyQGHORVFUpGLWRVTXHVHUHFRQRFLHUDQVHKDUtDVHJ~QORHVWDEOHFtDOD
ley de 9 de marzo de 1846: los bonos de 1ª clase que hubiera en circulación y los
que se emitieran según este decreto serían admitidos en los derechos de importa-
ción por mitad; y los de 2ª y 3ª clase en circulación y los que se emitieran lo sería
según establecía dicha ley.45(QUHODFLyQFRQODDFWLYLGDGGHOD-XQWD\VXVHIHFWRV
el gobierno se expresaba en julio de 1852:
“Ningún trabajo es demasiado cuando se trata de fomentar las rentas de una na-
ción porque de su aumento o su disminución dependen su progreso o su deca-
dencia... por eso el gobierno no separa su vista de este importantísimo ramo de la
DGPLQLVWUDFLyQS~EOLFD/D-XQWDVHGHGLFDDUHFRQRFHU\OLTXLGDUWRGDODGHXGD
no liquidada ni reconocida de modo que en pocos meses tendremos lo datos ne-
cesarios para saber cuánto debe el Estado y calcular el tiempo que necesita para
FRQFOXLUVXVSDJRV3RUORVTXHKDVWDDKRUDWHQHPRVSXHGHDVHJXUDUVHTXHEDVWDQ
dos años de paz y de buen régimen para amortizar la deuda interior y otros dos
más para pagarse la exterior... Satisfechas estas deudas el Estado tendrá un so-
brante de dos tercios por lo menos de sus ingresos para destinarlo a una porción
GHREMHWRVGHLQWHUpVS~EOLFRTXHKDUiQODJUDQGH]DGHHVWHSDtV3HURWRGRVHVWRV
cálculos tienen por base principal la paz y el orden.” 46
3HURD¿QHVGHFXDQGROD-XQWDFDVLKDEtDWHUPLQDGRVXVWUDEDMRVOD
cifra total de la deuda se había disparado a 1.010.517 ps. Una buena parte de dicha
cantidad era el resultado del reconocimiento de las reclamaciones y deudas pen-
dientes hasta entonces no reconocidas por el Estado y a cambio de las cuales la
-XQWDHPLWLyERQRVSHURVLQGXGDRWUDSDUWHLPSRUWDQWHSURFHGtDGHORVHIHFWRVHQOD
Hacienda del terremoto de aquel año en San Salvador y los gastos que generó para
ODDGPLQLVWUDFLyQS~EOLFD(QSULQFLSLRODFDQWLGDGDVFHQGtDDSVSHUR
parte de ellos ya se habían amortizado cuando se hizo público el resultado.47 En
WRGRFDVRDOGDUVHDFRQRFHUODFLIUDOD-XQWDD~QQRKDEtDWHUPLQDGRGHUHYLVDUORV
H[SHGLHQWHV\VHFRQFHGLySUyUURJDSDUDDFDEDUGHUHVROYHUORVFRQORTXHODFLIUD
podía aumentar.48 Se había alcanzado una cantidad inédita en deuda pública interna
precisamente en unos momentos difíciles por los daños de la plaga de chapulín y
los mencionados efectos del terremoto.
3DUDDOJXQRVHVWDEDFODURTXHHOWUDEDMRGHHVWDV-XQWDVGH&UpGLWRWHQtDQFRQ-
secuencias no deseadas. En un editorial publicado en 1859 y titulado “Un saco sin
fondo” se denunciaba la especulación que había crecido en torno a los procesos de
UHFRQRFLPLHQWROLTXLGDFLyQ\SDJRGHODGHXGDS~EOLFDFRQEDVHHQODVGLIHUHQWHV
OH\HVTXHGHVGHVHKDEtDQDSUREDGRSDUDUHJXODUHVWHSURFHVR49 El editorial
se publicaba en vísperas de que Gerardo Barrios tomara posesión como presidente
por lo que podría entenderse como una crítica indirecta a medidas tomadas por
170 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

'XHxDVGDGRHODQWDJRQLVPRTXHPDQWHQtDQDPERVSHUVRQDMHV\DSDUDHVDIHFKD
(QWRGRFDVRODVGLVWLQWDV-XQWDVTXHVHKDEtDQFUHDGRKDVWDHQWRQFHVUHFRQRFtDQ
y ordenaban indemnizar los daños y perjuicios sufridos por particulares y corpora-
ciones en diferentes revoluciones y guerras civiles que habían destrozado el país.
3HURVHGHQXQFLDEDTXHDxRFRQDxRDSDUHFtDQQXHYRVDFUHHGRUHVPXFKRVGHHOORV
FRQPDODIHFREUDQGRGHO(VWDGRVXPDVFXDQWLRVDVTXHLQYHQWDEDQKDEHUSHUGLGR
HQ SDVDGDV UHYXHOWDV \ TXH DFUHGLWDEDQ FRQ WHVWLJRV IDOVRV< HV TXH DXQTXH XQ
decreto de 1852 había declarado amortizados los créditos que no se presentasen en
SOD]RGHMyDELHUWDODSRVLELOLGDGGHTXHSXGLHUDQYHQLUHQWRGRWLHPSRFLXGDGDQRV
desde fuera del Estado a presentar reclamaciones.50(UDXQIUDXGHDOHUDULRS~EOLFR
VHD¿UPDED\QRHUDXQDH[DJHUDFLyQ6HSUHVHQWDEDQH[SHGLHQWHVSRUGHFHQDVGH
PLOHVGHSHVRVSRUSpUGLGDVDYHFHVHQWLHPSRVHQTXHQRKDEtDKDELGRJXHUUD
QLFRQÀLFWRVLQFOXVRSRUSHUVRQDVTXHMDPiVKDEUtDQWHQLGRSURSLHGDGHV3HURQR
VyORSREUHVVLQRWDPELpQ³SURSLHWDULRVKRPEUHVLQVWUXLGRVVXMHWRVGHDOWRFR-
WXUQR´(O(VWDGRQRSXHGHOOHQDUHVWHVDFRVLQIRQGRVHD¿UPDED(OHGLWRULDOLVWD
VHSUHJXQWDED³¢SRUTXpQRWHQHPRVEXHQRVFDPLQRVVHJXUDVFiUFHOHVKRVSLWDOHV
QXPHURVRV\ELHQVHUYLGRVHGL¿FLRVGHFHQWHVSDUDORVDOWRV3RGHUHV"¢<SRUTXp
QRKD\IRQGRVVLHO(VWDGRHVWiHQSOHQDSD]\VXVUHQWDVSURGXFHQFDGDDxRPiV
TXHHOSUHFHGHQWH"3RUHOVDFRVLQIRQGRGHODVLQGHPQL]DFLRQHVTXHVHPXOWLSOLFDQ
y absorben una gran parte de las rentas públicas?”. Se planteaba cerrar esta puerta
TXHREOLJDEDDOD+DFLHQGDDSDJDUGDxRV\SHUMXLFLRV³TXHORVIDFFLRVRVUHYROX-
FLRQDULRVRHQHPLJRVGHOJRELHUQRFDXVHQDO(VWDGR3RUHOORFXDQGRWHQtDQOXJDU
UHYXHOWDVSROtWLFDVPXFKRVFLXGDGDQRVTXHGDEDQLQGLIHUHQWHVRVHXQtDQDORVIDF-
FLRVRVHQODVHJXULGDGGHTXHGHVSXpVVHOHVLQGHPQL]DUtDQODVSpUGLGDV´513HURHO
VDFRQRVHFHUUy\DxRVGHVSXpVSUHFLVDPHQWH'XHxDVYROYHUtDDFUHDURWUD-XQWD
GH&UpGLWR3~EOLFRFRPRODTXHDTXtVHFULWLFDED
&RPRVHKDVHxDODGRORVDxRV\IXHURQGLItFLOHVSDUD+DFLHQGD
pero en 1856 surgió otro imprevisto que afectó a las cuentas públicas: la guerra
QDFLRQDO 'H QXHYR XQ (VWDGR HVFDVR GH UHFXUVRV DO TXH OR TXH PHQRV FRQYH-
QtDHUDYHUVHHQYXHOWRHQRWURFRQÀLFWRDUPDGRLQWHUQDFLRQDOSDUDQRLQFXUULUHQ
PiVJDVWRVVHYHtDREOLJDGRDSDUWLFLSDUHQODOXFKDFRQWUDHO¿OLEXVWHUR:LOOLDP
:DONHU SDUD OR FXDO QHFHVLWDED SHGLU GH QXHYR XQ SUpVWDPR H[WUDRUGLQDULR D OD
población del país.52 En mayo de 1856 el gobierno decretaba la emisión de 60.000
ps en libranzas que podrían ser utilizadas para el pago de derechos de importación
marítima en las aduanas. Los “comerciantes y capitalistas” que las suscribieran po-
GtDQKDFHUORHQWUHJDQGRDOGLQHUR\ERQRVGHODGHXGDHQFDVRGHTXHIXHUDQ
WHQHGRUHV GH HOORV XQRV ERQRV GH GLItFLO DPRUWL]DFLyQ 3DUD IDFLOLWDU DGHPiV HO
HPSOHRGHGLFKDVOLEUDQ]DVHOJRELHUQRPRGL¿FyORVSRUFHQWDMHVGHSDJRGHGHUH-
chos en las aduanas en dinero y en documentos de deuda en el sentido que ya ha
sido descrito anteriormente.53/DIyUPXODHVWDEDELHQSHQVDGDVLQRIXHUDSRUTXH
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 171

FRPR\DVHH[SOLFyDO¿QDOORTXHKDFtDHOJRELHUQRHUDUHVWULQJLUHOQLYHOGHLQJUH-
VRV¿VFDOHVHQGLQHURFRQORTXHUHGXFtDVXVSRVLELOLGDGHVGHJDVWRDPHQRVTXH
VLJXLHUDHPLWLHQGRGHXGD7RGRHOOR\HVWRHUDORLQWHUHVDQWHGHOGLVFXUVRR¿FLDOGHO
JRELHUQR³VLQGHWULPHQWRGHODVIRUWXQDVSDUWLFXODUHV\VLQUHFXUULUDPHGLGDVYLR-
OHQWDVVLHPSUHRGLRVDVHLQH¿FDFHV´HVWRHVSUpVWDPRVIRU]RVRV(QRWUDVSDODEUDV
VHVDOYDJXDUGDEDODULTXH]DGHODROLJDUTXtDHYLWDQGRLPSXHVWRVGLUHFWRVDFRVWD
de limitar aún más el gasto público; la Hacienda pública se continuaba utilizando
FRPRRWURHVSDFLRHQHOTXHVHUHÀHMDEDODDPSOLDFLyQGHODVGLIHUHQFLDVGHFODVH
existentes en el país.
6yORXQRVGtDVGHVSXpVDFRPLHQ]RVGHMXQLRXQDQRWLFLDYHQtDDVHPEUDU
FRQIXVLyQVREUHHODVXQWR3RVLEOHPHQWHSDUDGHVWDFDUOD¿JXUDGHOYLFHSUHVLGHQWH
GHOSDtV)UDQFLVFR'XHxDVVHD¿UPDEDTXHpO\DKDEtDREWHQLGRGHOFRPHUFLRORV
UHFXUVRVQHFHVDULRVSDUDODFDPSDxDPLOLWDU\TXHSRUORWDQWRVHKDEtDVXVSHQGLGR
HOHPSUpVWLWRIRU]RVR\ODVPHGLGDVGHFRDFFLyQGLFWDGDVTXHFRPRVHKDYLVWRHQ
realidad no se habían presentado como forzosas. Se insistía en que los propietarios
QRVHUtDQPROHVWDGRVHQDGHODQWH\TXHHQWRGRFDVRODVWURSDVHVWDEDQOLVWDV\
preparadas para actuar en Nicaragua. 541RREVWDQWHSDUDDxDGLUD~QPiVFRQIXVLyQ
y dejando entrever pugnas políticas que se debían estar desarrollando en torno a los
SUREOHPDVGHOD+DFLHQGDHQHVWHFDVRHOJRELHUQRGHFUHWyHQVHSWLHPEUHDKRUDVt
una recaudación forzosa.
Así estableció un impuesto mensual de 12.000 ps durante cinco meses hasta
DOFDQ]DUORVSVGLVWULEXLGRVGHOVLJXLHQWHPRGRDO'HSDUWDPHQWRGH6DQ
0LJXHO  SV DO GH 6DQ 6DOYDGRU  SV D ORV GH &XVFDWOiQ \ 6DQWD$QD
SVDORVGH6RQVRQDWH6DQ9LFHQWH\/D3D]SV\DOGH&KDODWHQDQJR
1.000 ps.55 La distribución respondía a la idea que tenía el gobierno del potencial
económico de los departamentos y entendía que San Miguel tenía mayor capaci-
GDGGHFRQWULEXFLyQSRUTXHHQpOKDEUtDPiVIRUWXQDVSDUWLFXODUHVVHJXLGRHQHVWH
VHQWLGRSRUODUHODFLyQH[SXHVWD&RPRHQRWUDVRFDVLRQHVHQVLWXDFLRQHVVLPLODUHV
HQFDGD'HSDUWDPHQWRVHFRQVWLWXLUtDXQD-XQWDFRPSXHVWDSRUHOJREHUQDGRUXQ
KDFHQGDGRXQFRPHUFLDQWH\XQDSHUVRQDSRUFDGDFDEHFHUDGHGLVWULWRHVWD~OWLPD
HOHJLGDSRUODPXQLFLSDOLGDGTXHUHSDUWLUtDODFXRWDDVLJQDGDDFDGD'HSDUWDPHQWR
entre cada propietario que tuviera más de 2.000 ps de patrimonio. Quienes no estu-
viesen conformes podían protestar al gobierno y para la amortización del préstamo
se garantizaba un interés del 1% mensual –en el mercado los préstamos oscilaban
HQWUHHOò\HOòDXQTXHHOPiVFRUULHQWHHUDHOPHQVXDO±SDUDFX\R
SDJRVHDIHFWDEDQODVUHQWDVGHLPSRUWDFLyQPDUtWLPDVXQDYH]TXHVHKXELHVHQ
detraído de ellas todos los compromisos adquiridos por Hacienda anteriores a éste.
3HURHVWHSUpVWDPRIRU]RVRSDUHFHTXHQRIXHVX¿FLHQWHSDUDFXEULUODVQHFHVLGDGHV
GHODJXHUUDSRUTXHHQIHEUHURGHXQDYH]FXELHUWRHODQWHULRUHOJRELHUQR
convocó un segundo préstamo que fue levantado en junio del mismo año una vez
172 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

TXHFRQFOX\yHOFRQÀLFWR'HWRGDVIRUPDVORVJREHUQDGRUHVGHEtDQWHUPLQDUGH
colectar y remitir a la Tesorería General todo el remanente que quedase pendiente
de recaudar hasta el mes de mayo.563XHGHGHGXFLUVHTXHHOQLYHOSDWULPRQLDOSDUD
GLVIUXWDUGHOFDUiFWHUGHSURSLHWDULRKDEtDVXELGR\VH¿MDEDDKRUDHQSV3RU
RWUDSDUWHPHUHFHVHxDODUVHTXHELHQSRUODLPSRVLFLyQGHHVWDUHFDXGDFLyQSRU
PRWLYRVSROtWLFRVRSRUDPERVKXERSURSLHWDULRVTXHVDOLHURQGHOSDtVSDUDQRWHQHU
que pagar la contribución.57
Al igual que alguien se preguntaba en estos mismos años por el cumplimiento
Pi[LPRWHyULFRGHO)RQGRGH&DPLQRVYHU&DStWXORODSUHJXQWDTXHFDEHSODQ-
tear es ¿qué habría sucedido si desde los años de la Federación se hubiese consegui-
GRHVWDEOHFHUQRSUpVWDPRIRU]RVRVLQRXQLPSXHVWRFRQVWDQWHVREUHODVIRUWXQDV
de más de 2.000 ps similar al menos al que ahora se solicitaba como un préstamo
H[WUDRUGLQDULR"+DFLHQGDKDEUtDSRGLGRLQJUHVDUDQXDOPHQWHFDVLSVPiV
ORTXHKDEUtDFDPELDGRVXVWDQFLDOPHQWHHOSDSHOGHO(VWDGRHQODYLGDGHOSDtV3HUR
la oligarquía se mantuvo siempre reacia a colaborar en una mejor redistribución de
la riqueza que acumulaba sobre la base del trabajo de las mayorías remunerado con
salarios bajísimos.
$SHVDUGHWRGDVODVGL¿FXOWDGHVHOPRQWRWRWDOGHODGHXGDS~EOLFDSDUHFH
TXHIXHGLVPLQX\HQGROHQWDPHQWH$¿QHVGHORVERQRVFLUFXODQWHVHVGHFLU
ODGHXGDFRQVROLGDGDDVFHQGtDQDSVORTXHTXLHUHGHFLUTXHHOWRWDOGHOD
GHXGDSRUHQWRQFHVH[FOX\HQGRODH[WHUQDSUREDEOHPHQWHQRHUDPHQRVGHXQPL-
OOyQGHSHVRV3HURDPHGLDGRVGHGHVGHOD&RQWDGXUtD0D\RUVHD¿UPDEDTXH
ODGHXGDÀRWDQWH\FLUFXODQWHDVFHQGtDDSV/DUD]yQSDUDSRGHUH[SOLFDU
HVWHGHVFHQVRVHHQFRQWUDEDHQORTXHORVQHROLEHUDOHVVLJXLHQGRHOSODQWHDPLHQWR
WHyULFRGHOVLJOR;,;TXHVHUHVXPLyDUULEDOODPDQHO³WHFKRGHJDVWR´GHOJDVWR
S~EOLFR HQ HVWH FDVRPX\EDMRFRPRVHSRGUiFRPSUREDUHQVHJXLGDFXDQGRVH
FRPHQWHHOSULPHUSUHVXSXHVWRGHJDVWRVTXHVHFRQRFHSDUDHVWRVDxRVHOGH
HOSULPHUDxRGHOSUHVLGHQWH*HUDUGR%DUULRVDOIUHQWHGHOD5HS~EOLFD<PLHQWUDV
TXHHQHOLQWHULRUGHOSDtVODGHXGDS~EOLFDGHVFHQGtDHQHOPLVPRDxRGHHQ
Londres se habían iniciado conversaciones para tratar de la amortización de la deu-
da externa del país y ya se habían discutido propuestas que se esperaba que conclu-
yeran en un arreglo satisfactorio para El Salvador y para los tenedores de bonos.58
*
(QHODxRGHODVFHQVRGH%DUULRVDODSUHVLGHQFLDVHSXEOLFySRUSULPH-
UDYH]XQD0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDFRUUHVSRQGLHQWHDODxRHFRQyPLFR
HVGHFLUDO~QLFRDxRGHSUHVLGHQFLDGH0LJXHO6DQWtQ/DLQIRUPDFLyQ
que proporciona la citada Memoria permite observar con algún detalle cuál era la
situación de la Hacienda en 1859.59(OPLQLVWURTXHOD¿UPDEDHOJHQHUDO7ULQLGDG
&DEDxDVFXxDGRGH%DUULRVDVHJXUDEDDQWHWRGRTXHORVJUDQGHVUHFXUVRVH[LJL-
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 173

GRVSRUHOWHUUHPRWRGHORVPXFKRPD\RUHVXWLOL]DGRVHQODJXHUUDFRQWUDOR
¿OLEXVWHURVHQ1LFDUDJXD\PiVUHFLHQWHPHQWHHOWUDVODGRGHODVLQVWLWXFLRQHVGHO
HVWDGRGHVGH&RMXWHSHTXH\6DQ9LFHQWHDODFDSLWDOHQMXQLRGHDGHPiVGH
RWUDVLQYHUVLRQHVHQ/D8QLyQH[LJLGDVSRUHO³WUi¿FRFDGDGtDPD\RUGHOSXHUWR´
KDEtDQVREUHFDUJDGRORVJDVWRVS~EOLFRVHQORV~OWLPRVDxRV6LQHPEDUJRDVHJXUD-
EDTXHFRQHVIXHU]RVVHKDEtDQSRGLGRHURJDUJUDQGHVVXPDVFXEULUHOSUHVXSXHVWR
y satisfacer parte del crédito público.
En el año económico 1857-58 la Hacienda había ingresado 725.798 ps que
VLJQL¿FDEDQXQLQFUHPHQWRGHOFRQUHVSHFWRDSHURGHHOORVVRORHO
VHKDEtDQHIHFWXDGRHQGLQHURPLHQWUDVTXHHOUHVWRKDEtDQVLGROLEUDQ]DV
\ERQRV/RVJDVWRVHLQYHUVLRQHVGHO(VWDGRSRURWUDSDUWHKDEtDQDVFHQGLGRD
SVSHURGHORVSVGHVXSHUiYLWVRORHOHUDQHQGLQHUR'HO
FRQMXQWRGHORVLQJUHVRVHOSVFRUUHVSRQGtDQDODVDGXDQDVPDUt-
WLPDVTXHKDEtDQH[SHULPHQWDGRXQLQFUHPHQWRGHSVVREUHHODxRDQWHULRU
PLHQWUDVTXHHOSVFRUUHVSRQGtDQDOLPSXHVWRVREUHHOFRQVXPRGH
DJXDUGLHQWH(QFRQMXQWRDPERVFRQFHSWRVGHFDUiFWHULQGLUHFWRVXPDEDQHO
GHOWRWDOGHORVLQJUHVRV¿VFDOHV\\DKDEtDQFRQIRUPDGRODEDVHGHOD¿VFDOLGDGGH
(O6DOYDGRUTXHVHPDQWHQGUtDGXUDQWHGpFDGDV)UHQWHDHOOR\SRUGHFLUOREUHYH-
PHQWHODDXVHQFLDGHLPSXHVWRVGLUHFWRVHUDUHYHODGRUDGHOFRQÀLFWRGHLQWHUHVHV
que se jugaba en la Hacienda.
3RURWUDSDUWHFRPRYHQtDRFXUULHQGRGHVGHFRPLHQ]RVGHODKLVWRULDUHSXEOL-
FDQDHOLQJUHVDUPHQRVGHODPLWDGGHOWRWDOHQGLQHURWDPELpQFRPHQ]DEDDWHQHU
\DFDUiFWHUHVWUXFWXUDO'HVGHOXHJRFRQHOSDJRGHLPSXHVWRVSRUORVSDUWLFXODUHV

GRÁFICO 5.8
Hacienda de El Salvador – 1857-58

x 1.000 pesos
800
725,798

630,794
600

400
328,021

200
95,184
39,942

0
Ingresos Gastos Saldo

Valores En dinero

Fuente. Memoria del Ministerio de Hacienda y Guerra. 1859.

Gaceta..., 2 de febrero de 1859.
174 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FRQOLEUDQ]DV\ERQRVVHDPRUWL]DEDGHXGDSHURHOORGLVPLQXtDHOLQJUHVRHQQXPH-
rario por lo que inevitablemente era preciso negociar nuevos créditos. El ministro
&DEDxDVGHFODUDEDHQOD0HPRULDTXHDSDUWLUGHDEULOGHHVGHFLUDPLWDG
GHODxR¿VFDOSDUDFXEULUORVJDVWRVPHQVXDOHVHOJRELHUQRKDEtDWHQLGRTXHVXVFUL-
bir préstamos con diferentes personas y usar otros recursos a intereses de hasta el
PHQVXDOFRPSURPHWLHQGRSDUDVXSDJROD\DPDJUDFXRWDGHLQJUHVRVTXHVH
percibía en dinero. Asimismo aseguraba que cuando él se hizo cargo del ministerio
ODVSULQFLSDOHVUHQWDVHVWDEDQDIHFWDGDVHQSVHQPHWiOLFR\VRORTXHGDED
disponible el ramo de aguardiente en aquellos lugares donde no estaba consignado
a otras atenciones.
3DUDVHUORPiVUHVWULFWLYRSRVLEOHHQJDVWRVHOPLVPRJRELHUQRVHKDEtDDEV-
WHQLGRGH¿UPDUQXHYDVFRQWUDWDVGHFRPSUDVGDGRORHPSHxDGDVTXHHVWDEDQODV
UHQWDVSDUWHGHHOODVDIHFWDVDOSDJRGHDUPDPHQWRGHPDODFDOLGDG\SHRUYHVWXDULR
FRPSUDGRVDDOWRSUHFLRHQVHJ~QHOPLQLVWUR'HKHFKRVyORVHKDEtDQ¿UPD-
GRGRVFRQWUDWDVODSULPHUDFRQHODJHQWHGHOD&tDGH)HUURFDUULOGH3DQDPiSDUD
TXHORVYDSRUHVGHODOtQHD3DQDPi6DQ-RVp*XDWHPDODWRFDVHQHQORVSXHUWRVGH
/D8QLyQOD/LEHUWDG\$FDMXWODSDUDORFXDOHOJRELHUQRVXEVLGLDEDDOD&RPSDxtD
FRQSVDQXDOHV±ORFXDOHUDXQEHQH¿FLRLQGLUHFWRDORVH[SRUWDGRUHV±\OD
segunda con un particular por una casa para depósito de pólvora a las afueras de
San Miguel por 1.000 ps.
Un componente esencial para el funcionamiento del sistema lo constituían
ORVJDVWRVH[WUDRUGLQDULRVTXHDVFHQGLHURQDSVSDUWHGHORVFXDOHVFRUUHV-
SRQGtDQDDXPHQWRGHDOJXQRVVXHOGRVFUHDFLyQGHRWURV\FLHUWDVREUDVDFRUGDGRV
SRUODDGPLQLVWUDFLyQDQWHULRUTXHKDEtDQVLGRLQFOXLGRVHQHOSUHVXSXHVWRGHOD
DQWHULRUOHJLVODWXUDHOFXDOQRVHKDEtDDSUREDGR3RUFRQWUDSRVLFLyQORVLQJUHVRV
H[WUDRUGLQDULRVTXHQRVHFRQVLGHUDEDQUHQWDVGHO(VWDGRFRPRGHSyVLWRVSUpVWD-
PRVFRQWUDWDV\H[LVWHQFLDVGHODxRDQWHULRUKDEtDQPRQWDGRSV&RQWRGR
HOSDVLYRFRQWUDHO¿VFRDVFHQGtDDSVGHVSXpVGHUHEDMDGRHOGLQHURHQ
FDMDVODVGHXGDVSRUFREUDUHQYDULRVUDPRVHOSDSHOVHOODGRH[LVWHQWH\HOYDORUGH
SyOYRUDHQDOPDFHQHV(OPLQLVWURFRQVLGHUDEDTXHVLHOSDtVFRQWLQXDEDHQSD]D
ORVXPRHQWUHVDxRVVHSRGUtDDPRUWL]DUGLFKRSDVLYR\HQWRQFHV³FRQGHVDKRJR´
se podría negociar ventajosamente con los tenedores de bonos ingleses lo que le
correspondía a El Salvador de la deuda federal de 1825.
*
,JXDOTXHHQRWURVDVSHFWRVGHODYLGDGHODVRFLHGDGVDOYDGRUHxDORVDxRV
de gobierno de Gerardo Barrios supusieron un cambio y marcaron un momento
diferente en el funcionamiento de la Hacienda pública que estuvo caracterizado por
XQWRQRSHUVRQDOLVWD\SRFRWUDQVSDUHQWH&XDQGRVHSXEOLFyHQODSUHQVDR¿FLDOOD
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDGHSRFRDQWHVGHDVXPLUODSUHVLGHQFLD
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 175

se podría esperar que Barrios hubiera continuado la práctica de publicarlas en años

VXFHVLYRV3HURQRIXHDVt60 Lo único que se publicó una vez que Barrios era presi-
dente fue el presupuesto solo de gastos para aquel mismo año 1859. El resto de la
información pública de la política de Hacienda que el gobierno de Barrios facilitó
en el futuro lo hizo de forma puntual y fragmentaria.
Un breve análisis del presupuesto citado da idea de las prioridades de Barrios
en su gestión hacendística. Los gastos presupuestados en 1859 ascendían a 234.501
SVTXHDSULPHUDYLVWDFRQWUDVWDQFRQORVSVGHJDVWRVHLQYHUVLRQHVQR
SUHVXSXHVWDGDVVLQRHIHFWLYDPHQWHUHDOL]DGDVHQ0HPRULDGH+DFLHQGD
GHDXQTXHHVSUHFLVRWHQHUHQFXHQWDTXHXQDOWRSRUFHQWDMHGHHVWD~OWLPD
FLIUDFRUUHVSRQGtDDODDPRUWL]DFLyQGHODGHXGDS~EOLFDLQWHULRU\DHQHOWRWDO
GHJDVWRVHLQYHUVLRQHVGHO(VWDGRDVFHQGLyDSVGHORVTXHHOKDEtD
FRUUHVSRQGLGRDDPRUWL]DFLyQGHGHXGD\VRORSVDOUHVWRGHODV
REOLJDFLRQHVGHO(VWDGR6LHQGRHVWRDVtORVSVGHOSUHVXSXHVWRGH%DUULRV
HQHUDQXQDFLIUDTXL]iEDMDSHURHQOtQHDFRQDxRVDQWHULRUHV\FRPRHQODV
RFDVLRQHVFLWDGDVSUREDEOHPHQWHWHQGUtDXQDGHVYLDFLyQDODO]DFXDQGRVHHMHFXWDUD
GHELGRDOSDJRGHGHXGD\DRWURVJDVWRVFRPRHOSDJRGHODFRQWUDWDFRQODFRP-
pañía de vapores que entonces era de 8.000 ps.61(QWRGRFDVRHOQLYHOGHJDVWRVH
LQYHUVLRQHVVHJXtDFRQGLFLRQDGRSRUXQVLVWHPD¿VFDOTXHQRDIHFWDEDDODVUHQWDV
QLDORVSDWULPRQLRVDOWRV\TXH%DUULRVQRPRGL¿Fy/RVFDStWXORVGHVWDFDEOHVGHO
SUHVXSXHVWRSRUUHOHYDQFLD\SRUPDJQLWXGHUDQORVTXHUHÀHMDHO&XDGUR

CUADRO 5.2
Presupuesto de gastos – 1859
3RGHU/HJLVODWLYR 8.502 Aduana de Acajutla 3.604
3RGHU(MHFXWLYR 29.190 Aduana de La Libertad 1.675
3RGHU-XGLFLDO 16.170 ,QVSHFFLyQGH3ROLFtD 11.000
Gobierno eclesiástico 3.120 Fuerza armada 89.432
*RELHUQRV3ROtWLFRV'SWOHV 9.645 Gastos extraordºs militares 12.000
Aduana de La Unión 5.570 Otros 44.593
Total 234.501
Fuente: Gaceta..., 16 de marzo de 1859.

/DVFLIUDVPiVGHVWDFDEOHVVRQORVPiVGHSVGHVWLQDGRVDOHMpUFLWR
HOGHOWRWDOHQORVJDVWRVPLOLWDUHVDXQVLHQGRDEXOWDGRVIXHURQGHO
'HVSXpVVHJXtDQORVSVDOJRELHUQRORVSVDOSRGHUMXGLFLDO\
ORVSVDOD,QVSHFFLyQGH3ROLFtD$OPDUJHQGHOSUHGRPLQLRGHOHMpUFLWR
DOJRKDELWXDOQRVyORHQ(O6DOYDGRUVLQRHQFDVLWRGD$PpULFD/DWLQDFDEHUHVDO-
WDUHODYDQFHHQHOGHVDUUROORGHODSDUDWRUHSUHVRUGHO(VWDGR\HQJHQHUDOSXHGH
176 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

considerarse que el nivel de gastos e inversiones del Estado no era alto. Si se restan
ORVSVGHGLFDGRVDODVIXHU]DVDUPDGDVHOSUHVXSXHVWRTXHGDEDUHGXFLGR
D DOJR PiV GH  SV TXH VHUYtDQ SDUD PDQWHQHU XQD GpELO EXURFUDFLD GHO
(VWDGR\XQRVVHUYLFLRVVRFLDOHVFDVLLQH[LVWHQWHV\HVTXHOD+DFLHQGDVHJXtDFRQ-
dicionada por las características ya comentadas de la estructura tributaria. Barrios
ha pasado a la memoria colectiva del pueblo de El Salvador como un presidente
OLEHUDOHQWHQGLHQGRFRQHOORTXHIXHPiVGHIHQVRUGHORVLQWHUHVHVSRSXODUHVTXHHO
FRQVHUYDGRU'XHxDV3HURVLVHDWLHQGHDODSROtWLFD¿VFDOTXHHVODFODYHGHFXDO-
TXLHUSROtWLFDSURJUHVLVWDHVSUHFLVRPDWL]DUODVGLIHUHQFLDVGH%DUULRVFRQUHVSHFWR
a sus antagonistas políticos.
Conviene detenerse en algunos detalles del presupuesto para tener una idea
más precisa de la situación de la administración al inicio del gobierno de Gerardo
%DUULRV3RUHMHPSORHQHO3RGHU/HJLVODWLYRWDQWRORVGRFHVHQDGRUHVFRPRORV
GLSXWDGRVFREUDEDQWUHVSHVRVGLDULRV\SVSRUOHJXDGHYLiWLFRGXUDQWHORV
FRUWRVGtDVTXHGXUDEDQVXVVHVLRQHVHQODVFiPDUDVSRURWURODGRHQODVFiPD-
ras un portero ganaba lo proporcional a 12 ps al mes. Lógicamente los legisladores
QRSRGtDQVXEVLVWLUFRQHVWDVUHPXQHUDFLRQHVSHURQRKD\TXHROYLGDUTXHWRGRV
ellos eran propietarios y sus principales medios de vida eran otros. A partir de estas
FLIUDVXQVXHOGRPHQVXDOGHXQOHJLVODGRUURQGDEDORVSVOHMRVGHOGHORVPL-
nistros o el del presidente. Este último ganaba 6.000 ps anuales y cada uno de los
FXDWURPLQLVWURVSV(OJREHUQDGRUGH6DQ0LJXHOSVHOGH6DQ6DOYD-
GRUSVPLHQWUDVTXHHOUHVWRGHORVJREHUQDGRUHVSV(QHO3RGHU-XGLFLDO
el país solo tenía cinco magistrados que cobraban igual que los ministros: 125 ps
PHQVXDOHVHVGHFLUSVDODxR(VWDPELpQVLJQL¿FDWLYRTXHHODGPLQLVWUDGRU
GHODDGXDQDGH6DQ0LJXHOFREUDUDSVDQXDOHVPLHQWUDVTXHHOGH$FDMXWOD
VROR\HOGH/D/LEHUWDGSVGDQGRLGHDGHODGLIHUHQWHLPSRUWDQFLDTXH
WHQtDQORVWUHVSXHUWRVHQIXQFLyQGHVXYROXPHQGHWUi¿FR3RUVXSDUWHHQHOSRGHU
(FOHVLiVWLFROHFRUUHVSRQGtDQDORELVSRGHORVIRQGRVS~EOLFRVSVDQXDOHV
pero se dejarían de pagar en cuanto se procediera al cobro de los diezmos que se ha-
EtDHVWDEOHFLGRSRUOH\6LVHWLHQHHQFXHQWDTXHSRUHVWDIHFKDORVSHRQHVGH¿QFDV
FREUDEDQSRUWpUPLQRPHGLRUVDOGtDODUHODFLyQHQWUHHOVDODULRGHXQSHyQ\HO
de un portero de las cámaras era de 1:2; con respecto a un gobernador oscilaba entre
\\FRQXQPLQLVWURHUDGH(VGHFLUTXHODGHVLJXDOGDGVRFLDOVROR
en términos de salarios era muy alta.
3HURORVJDVWRVHLQYHUVLRQHVGHO(VWDGRQRVHOLPLWDEDQDORVLQFOXLGRVHQHO
presupuesto. El gobierno tenía que acudir a otras necesidades y consta que Barrios
WXYRTXHDWHQGHUODVFRPRORKDEtDQKHFKRSUHVLGHQWHVDQWHULRUHVDXQTXHODLQIRU-
mación disponible no es abundante. Así en el discurso anual de 1862 Barrios dio
cuenta de las importantes sumas de dinero empleadas en diversas obras públicas y
HQD\XGDVDORVPXQLFLSLRVHQJHQHUDOFRPR\DKDEtDKHFKRSRUHMHPSORHQSDUWL-
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 177

FXODUHQHOFDVRGH6DQ9LFHQWHHQH[RQHUDQGRDODFLXGDGGHOSDJRGHFLHUWDV
GHXGDV¿VFDOHV\EHQH¿FLiQGRODFRQRWUDVLQYHUVLRQHV62
6L VH SXHGH D¿UPDU TXH %DUULRV JREHUQDED GH IRUPD SHUVRQDOLVWD \ SRFR
WUDQVSDUHQWHLQFOX\HQGROD+DFLHQGDQRVHSXHGHGHFLUTXHQRVHSUHRFXSDUDGH
ODEXHQDJHVWLyQGHO)LVFRVLHPSUHHQXQPDUFR¿VFDO\¿QDQFLHURGHFRUWHROLJiU-
TXLFR$VtSRUHMHPSORPRVWUyJUDQLQWHUpVHQUHGXFLUODGHXGDS~EOLFDH[LVWHQWH\
tomó medidas para que el erario ingresara puntualmente todo lo establecido por la
OH\(QHVWHVHQWLGRHQMXOLRGH%DULRVUHVWLWX\yOD¿JXUDGHO¿VFDOGH+DFLHQ-
GDTXHHQKDEtDVLGRDVLPLODGDDODGHO¿VFDOGHOD6XSUHPD&RUWH(UDXQD
medida lógica para que se tratasen y resolviesen de forma ágil y diligente los im-
portantes casos de Hacienda.633RURWURODGRHUDQRUPDOTXHFRPHUFLDQWHVUHWUDVD-
ran el pago de los derechos de importación en la aduana y en 1861 el Administrador
GH$GXDQDVGH/D/LEHUWDGRUGHQyHOSDJRLQPHGLDWRHQHO-X]JDGRGH+DFLHQGDGH
ORVUHWUDVRVH[LVWHQWHV\TXHHQHOIXWXURORVGHUHFKRVVHSDJDVHQDOFRQWDGRRODV
mercancías se retendrían en los almacenes de las aduanas.643HURDQWHGXGDVVXUJL-
GDVHQODLQWHUSUHWDFLyQGHODQRUPDHQHVWRVFDVRVHQPDU]RGHOPLVPRDxR%DUULRV
aclaró y resolvió la legislación correspondiente para conseguir que cualquier renta
¿VFDOSHQGLHQWHGHSDJRVHFREUDVHSRUYtDHMHFXWLYD653RFRGHVSXpVGHXQDIRUPD
TXL]iH[FHVLYDPHQWHULJXURVDFDUDFWHUtVWLFDGHODIRUPDGHJREHUQDUGH%DUULRVVH
DSUREyXQGHFUHWRHVWDEOHFLHQGRSULVLyQSDUDORVGHXGRUHVUH¿ULpQGRVHVREUHWRGR
a los casos de comerciantes que se declararan en quiebra.66
(Q HO HVIXHU]R SRU UHFDXGDU LQJUHVRV OtTXLGRV \ GLVPLQXLU OD GHXGD HQ IH-
EUHURGHFXDQGRWRGDYtDHUDVRORVHQDGRUGHVLJQDGRVHGHFUHWyTXHHO
GHDOFDEDODPDUtWLPDTXHVHSDJDEDSRUPLWDGHQOLEUDPLHQWRVRERQRVVHSXGLHUD
pagar solo con uno u otro tipo de documento a voluntad de los deudores.67 Y por
las mismas fechas se aprobó la devolución de los créditos que prestamistas habían
KHFKRDOD5HS~EOLFDSRUGHFUHWRVGHDEULO\VHSWLHPEUHGH\HQHURGH
dando un plazo para que los interesados se personasen a reclamar su correspondien-
te orden de pago con destino a la Tesorería.68'HPDQHUDFRPSOHPHQWDULD%DUULRV
WRPyGHFLVLRQHVHQHOWHUUHQRGHODSROtWLFD¿VFDOFRPHUFLDORULHQWDGDVVREUHWRGR
DOLPSXOVRGHGHWHUPLQDGRVVHFWRUHVHFRQyPLFRVFRPRODGHFLVLyQGHTXHHOKLOR
en madeja y la seda que se importara pagasen los mismos derechos que el resto de
las mercancías. Se esperaba con esto que se recuperara la tradición de la hilatura de
algodón y se impulsara la producción de tejidos de seda como ya se había intentado
en el pasado.69(QRWURVHQWLGRVHGHFUHWyODH[HQFLyQGHGHUHFKRVGHH[SRUWDFLyQ
SDUDHOD]~FDUHQSLOyQPDVFDEDGR\SDQHODHQPDUTXHWDDVtFRPRODUHGXFFLyQ
en un 25% en los derechos de importación de bienes que retornaran por la venta
de dichos productos.70(OFDIpTXHUHFLEtDDSR\RVGHOJRELHUQRHQRWURVDVSHFWRV
WDPELpQVHYLREHQH¿FLDGRSRUHOHVWDEOHFLPLHQWRGHXQLPSXHVWRGHXQSHVRHQ
moneda corriente por cada arroba de azúcar que se importara al país.71
178 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

3HURVLQGXGDODRSHUDFLyQPiVLPSRUWDQWHTXHUHDOL]y%DUULRVHQ+DFLHQGD
\XQDGHODVPiVLPSRUWDQWHVHQHVWHVHQWLGRHQHOVLJOR;,;HQ(O6DOYDGRUIXHOD
FRQYHUVLyQGHODGHXGDH[WHUQDHQGHXGDLQWHUQD6HJ~QHOSUHVLGHQWHDSURYHFKDQ-
do que la deuda interna del país había descendido bastante –aunque no se dispone
GH FLIUDV± HO JRELHUQR HQWDEOy UHODFLRQHV FRQ *HRUJH % .HUIHUG GHO FRPHUFLR
GH/LYHUSRROTXHHUDHODJHQWHTXHSRUHQWRQFHVLQIRUPDEDVREUHHOPHUFDGRGH
SURGXFWRV\FDSLWDOHVHQ*UDQ%UHWDxDD(O6DOYDGRU3RURUGHQGH%DUULRVHQ
.HUIHUGSURFHGLyDDPRUWL]DUHQ/RQGUHVOD³GHXGDLQJOHVD´ODSDUWHGHODGHXGD
federal que cupo a El Salvador al desaparecer la Federación. En estos momentos
ODDVFHQGtDDSV\IXHDPRUWL]DGDSRU.HUIHUGSRUODVXPDGHSV
FDQWLGDGTXHOHIXHSDJDGDD.HUIHUGHQOLEUDPLHQWRVHO~OWLPRVDOGRGHORVFXD-
OHVSRUSVHQGLQHURHIHFWLYRVHVDWLVIDUtDHQDJRVWRGH72 De todas
IRUPDVKDVWDHQGRVPRPHQWRVSRVWHULRUHVYROYLHURQDDSDUHFHUHQ/RQGUHVUHVWRV
GH HVWD ³GHXGD LQJOHVD´ TXH GLVWLQWRV JRELHUQRV VDOYDGRUHxRV GHELHURQ DIURQWDU
LQGLFLRTXL]iGHTXH.HUIHUGQRUHVROYLyODRSHUDFLyQFRQWRGDSXOFULWXG73
(QHQHURGHOVHSUHSDUDEDODLQYDVLyQGH(O6DOYDGRUSRU*XDWHPDOD
donde estaban Francisco Dueñas y otros exiliados y deportados. En tal circunstan-
FLD OD$VDPEOHD 1DFLRQDO ±GRQGH HVWDEDQ -RVp /DUUH\QDJD 0DULDQR 'RUDQWHV
3HGUR(VFDOyQ\6DQWLDJR*RQ]iOH]FRPRSUHVLGHQWHDOLQHDGRFRQ%DUULRV±SDUD
KDFHUHIHFWLYDODGHIHQVDGHODVREHUDQtDHLQWHJULGDGGHODQDFLyQFRQIRQGRVVX¿-
FLHQWHVIDFXOWyDOJRELHUQRSDUDREWHQHUHPSUpVWLWRVYROXQWDULRVQHJRFLDGRVGHQ-
WUR\IXHUDGHOD5HS~EOLFDRFRQWUDWDVFRQHOFRPHUFLR\HQFDVRGHLQVX¿FLHQFLD
SDUDTXHSXGLHUDH[LJLUHPSUpVWLWRVIRU]RVRVHQWUHORVKDELWDQWHVHQFDQWLGDGHVTXH
no bajasen de 5 ni subieran de 300 ps/mes. El patrimonio mínimo de los contribu-
yentes debería ser de 1.000 ps y el Ejecutivo reglamentaría la manera de repartir las
DVLJQDFLRQHV3DUDODLQGHPQL]DFLyQGHHPSUpVWLWRVYROXQWDULRV\IRU]RVRVVHGHV-
tinaba la mitad de las rentas marítimas.748QQXHYRFRQÀLFWRGHFDUiFWHUUHJLRQDO
con el “factor Guatemala” y tensiones internas en El Salvador de por medio produ-
FLUtDRWUDYH]XQDJUDYDPLHQWRGHODGHXGDQDFLRQDODGHPiVGHXQJUDQGHVDUUHJOR
en la sociedad y la economía.
*
&RPRHUD\VHJXLUtDVLHQGRKDELWXDO(O6DOYDGRUDOLJXDOTXHHQFXDOTXLHU
RWURSDtVODVDOWHUDFLRQHVTXHVXSRQtDQORVFRQÀLFWRVDUPDGRVLQWHUQDFLRQDOHVSUR-
ducían también trastornos administrativos que se traducían en un empeoramiento
HQODJHQHUDFLyQGHLQIRUPDFLyQS~EOLFD(VWRDxDGLGRDODRVFXULGDGLQIRUPDWLYD
GHORVDxRVGH*HUDUGR%DUULRV\DRWUDSDUHFLGDGHOSUHVLGHQWH6DQWLDJR*RQ]iOH]
KDFHTXHHO*Ui¿FRWHQJDFDVLWDQWRVDxRVHQEODQFRFRPRFRQGDWRV3HVHD
HOORVHSXHGHQH[WUDHUDOJXQDVFRQFOXVLRQHVGHODLQIRUPDFLyQTXHFRQWLHQHMXQWR
a otra no cuantitativa.
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 179

GRÁFICO 5.9
Ingresos y gastos. Hacienda pública
x 1000 pesos
2000

1500

1000

500

Ingresos Gastos

Fuente: Memorias de Hacienda.

Una vez derrotado Barrios –su persecución duraría hasta 1865– e instalado de
QXHYR'XHxDVHQODSUHVLGHQFLDVXSULPHUSUREOHPDHQUHODFLyQFRQOD+DFLHQGD
fueron los ingresos. Barrios había hinchado la deuda pública interna con la amorti-
]DFLyQGHOD³GHXGDLQJOHVD´DXQTXHDQWHVSDUHFHTXHKDEtDKHFKRXQDJHVWLyQGH
UHGXFFLyQGHGHXGDDSUHFLDEOHSHURDKRUD'XHxDVQHFHVLWDEDR[tJHQR¿QDQFLHUR
3RUHOOR¿UPyHQHOPLVPRDxR³DOJXQRVFUpGLWRVFRQWUDHO(VWDGRDVDWLVIDF-
ción de los acreedores” para pagar en primera instancia a militares que sirvieron en
ODJXHUUD\DGDPQL¿FDGRVSRUHOOD75
&RPRVHSXHGHVXSRQHU'XHxDVGHVFDOL¿FyGHIRUPDUHLWHUDGD\JUXHVDWR-
GRVORVSUREOHPDV\DVSHFWRVQHJDWLYRVTXHVHJ~QpOKDEtDWHQLGRODJHVWLyQGH%D-
UULRV(UDGLItFLOSLQWDUPiVRVFXURHOJRELHUQRDQWHULRU\SRUVXSXHVWRHQ+DFLHQGD
ODKHUHQFLDKDEtDVLGRSpVLPD³XQDxRGHJXHUUDGHGHVSLOIDUURV\VDTXHRVGHMyODV
UHQWDVDJRWDGDV\VREUHWRGRPX\FRPSURPHWLGDV´ORTXHH[LJtDLPSRUWDQWHVDUUH-
JORVSDUDDOLYLDUORVHVWUDJRV(UDXQDWpFQLFDGHFDOL¿FDUODVLWXDFLyQUHFLELGDFRPR
una especie de tierra quemada –en la que por cierto él mismo tenía responsabili-
GDG±SDUDSRGHUUHDO]DUGHVSXpVHOWUDEDMRTXHVHUHDOL]DUD3HURLQGLVFXWLEOHPHQWH
el carácter sistemático y pragmático de Dueñas consiguió rápidamente marcar un
rumbo en la Hacienda pública que pronto dio resultados. Como ya había hecho a
FRPLHQ]RVGHODGpFDGDGHGHVGHVXSRVLFLyQFRQVHUYDGRUDQHJRFLDQGRFRQ
ORVVHFWRUHVPiVSRGHURVRVGHODFODVHGRPLQDQWHWDQWRUXUDOHVFRPRXUEDQRVDORV
TXHpOSHUWHQHFtD\VLQUHQXQFLDUDVXVSURSLRVQHJRFLRV'XHxDVFRQVHJXtDVRVWH-
QHUHQUHODWLYDSD]HODPELHQWHSROtWLFR(VWRXQLGRDTXHODDJULFXOWXUDGHH[SRUWD-
FLyQFUHFtDDQLPDGDSRUHOFRPHUFLRLQWHUQDFLRQDOWDPELpQKL]RPHMRUDUODVFLIUDV
180 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

de Hacienda. Así logró elevar los ingresos públicos desde unos 600.000 ps en 1865
KDVWDSVHQDXQULWPRPX\DOWRGHFUHFLPLHQWRGHODQXDO
En 1871 se produjo el golpe de estado de Santiago González además de la guerra
HXURSHD\ORVLQJUHVRVGHVFHQGLHURQDSV3DUDXQDFRUUHFWDLQWHUSUHWDFLyQ
GHHVWDVFLIUDVHVSUHFLVRWHQHUHQFXHQWDHOHVIXHU]RGH'XHxDVSRUUHGXFLUVLQR
HOLPLQDUSRUFRPSOHWRHOKHFKRGHTXHWUDGLFLRQDOPHQWHXQSRUFHQWDMHLPSRUWDQWH
GHORVLQJUHVRVVHSHUFLEtDHQGRFXPHQWRVGHGHXGD\QRWRGRHQHIHFWLYRFRPR\D
se analizó. Dicho esfuerzo se comentará más adelante.
&RPRYHQtDVLHQGRXQDFRQVWDQWHGHVGHKDFtDDOJXQRVDxRVORVGHUHFKRVGH
importación y la renta del aguardiente constituían la base de este crecimiento de
ORVLQJUHVRV¿VFDOHV(QFRQFUHWRORVSULPHURVVXSHUDEDQHOGHOWRWDOGHORV
LQJUHVRV¿VFDOHVGXUDQWHHOJRELHUQRGH'XHxDV(QHORULJHQGHODVLPSRUWDFLRQHV
VH HQFRQWUDEDQ ODV H[SRUWDFLRQHV DXQTXH FRPR VH SRGUi FRPSUREDU HQ DOJXQRV
RWURV DxRV GH ORVTXHWUDWDHVWHWUDEDMRQRH[LVWtDXQDUHODFLyQDXWRPiWLFDHQWUH
los dos fenómenos. Básicamente era con el dinero obtenido con las primeras como
VH¿QDQFLDEDQODVVHJXQGDV\SRUHVRDTXpOODVUHTXLHUHQFLHUWDDWHQFLyQ(OULWPR
FUHFLHQWHGHODVH[SRUWDFLRQHVFRPRHVOyJLFRVXIULyDOWLEDMRVHQHVWRVDxRVQR
solo por causas puntuales internas como temblores y erupciones volcánicas que
DIHFWDEDQDODVFRVHFKDVVLQRVREUHWRGRSRUPRWLYRVH[WHUQRVFRPRIXHOD*XHUUD
GH6HFHVLyQGHORV(VWDGRV8QLGRVRODJXHUUDGH(XURSDHQWUH$XVWULD\3UXVLD/D
SULPHUDDIHFWyDODOJRGyQFX\RFXOWLYRH[SHULPHQWyXQDXPHQWRPLHQWUDVGXUyOD
guerra pero que se contrajo al terminar porque en el mercado mundial habían apa-
recido otros productores. En 1865 el algodón se exportaba por valor de 691.203 ps.
\HQKDEtDFDtGRDSV/DVHJXQGDSRUVXSDUWHSURGXMRXQDLQHVWDEL-
lidad en Europa como consecuencia de la cual muchos comerciantes suspendieron
pedidos que tenían hechos en 1866 y solo los reactivaron con posterioridad.76
El manejo de la Hacienda por parte de Dueñas era muy generosa con los
LQWHUHVHVGHODROLJDUTXtD(QXQVHQWLGRpO\VXVPLQLVWURVGH+DFLHQGDXQRGH
ORVFXDOHVIXH-XDQ-RVp%RQLOOD\RWUR&UX]8OORDGRVFOiVLFRVGHOSRGHUSROtWLFR
\ HFRQyPLFR GHO VLJOR ;,; SRGtDQ VHU WLOGDGRV GH PDORV JHVWRUHV HQ WpUPLQRV
REMHWLYRVRSRUHOFRQWUDULRGHPX\EXHQRVGHVGHHOSXQWRGHYLVWDGHORVJUXSRV
dominantes. Durante varios de sus años de gobierno en este período Dueñas practi-
có algunas desviaciones importantes de sus presupuestos generales por razones de
EHQH¿FLRVSDUDDTXHOORV$VtSRUHMHPSORHQ'XHxDVSUHVXSXHVWyJDVWRVH
LQYHUVLRQHVSRUSVSHURODFDQWLGDG¿QDOPHQWHHURJDGDDVFHQGLyD
SVHVGHFLUXQPiV77 En 1867 los gastos e inversiones presupuestadas im-
SRUWDEDQ  SV SHUR OD UHDOLGDGHV TXH HQ  OD FLIUD WHUPLQyVLHQGR GH
SVRSVGHGLIHUHQFLD±HO±GHORVFXDOHVPiVGHSV
IXHURQMXVWL¿FDGRVFRPR³YDULRVJDVWRVSUHFLVRVHLQGLVSHQVDEOHVQRSUHYLVWRVHQ
el presupuesto”.78
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 181

8QRGHORVJUDQGHVEHQH¿FLDULRVGHHVWDVHULHGHGHVYLDFLRQHVSUHVXSXHVWD-
ULDVIXHHOHMpUFLWR\HQSDUWLFXODUVXVMHIHV\R¿FLDOHVTXHYLHURQVXELUQRWDEOH-
PHQWHVXGRWDFLyQVDODULDO(QORVSUHVXSXHVWRVHQVHSUHYHtDQXQRVJDVWRV
extraordinarios para el ejército de 20.000 ps más otros 100.000 ps para salarios de
MHIHVR¿FLDOHV\WURSD79'HVGHORVJDVWRVVHJXtDQVLHQGRSVSHURORV
VXHOGRVGHMHIHV\R¿FLDOHVKDEtDQVXELGRDSV\ORVGHODWURSDD
SV VREUH OR FXDO HQ ODV GHVYLDFLRQHV SUHVXSXHVWDULDV VLHPSUH KDEtD FDQWLGDGHV
H[WUDSDUDODLQVWLWXFLyQ(VWDVFDQWLGDGHVVHPDQWXYLHURQKDVWDSHURGHVGH
VHDxDGLHURQRWURVSVSDUDHO&ROHJLR0LOLWDU3RURWUDSDUWHGHHQWUHORV
FUHFLHQWHVJDVWRVHLQYHUVLRQHVDOJXQRVPHUHFHQVHUGHVWDFDGRV8QRSRUHMHPSOR
HUDHOGHODQXHYDFRQWUDWDFRQOD&RPSDxtDGH3DQDPiSDUDTXHXQYDSRUSDVDUD
por los puertos de El Salvador. En una época en que los costes del transporte inter-
QDFLRQDOGHVFHQGtDQORFXDOHUDDQXQFLDGRIUHFXHQWHPHQWHHQODSUHQVDQDFLRQDO
HQUHODFLyQFRQODVH[SRUWDFLRQHVODFDQWLGDGGHSVTXHVHSDJDEDGXUDQWH
HOJRELHUQRGH%DUULRVSDVyDVHUGHSVDQXDOHVHQ80 Otro capítulo
VLJQL¿FDWLYRGHORVSUHVXSXHVWRVHUDHOGHGLFDGRDOJRELHUQRHFOHVLiVWLFR(Q
HO(VWDGRDVLJQDEDDORELVSRXQVDODULRPHQVXDOGHSVHVGHFLUDQXDOHV
DOSURYLVRUSVDODxR\DOQRWDULRGHOD&XULDVRORSV3HUR\DHQHO
obispo pasó a cobrar 4.200 ps al año –el presidente ganaba 6.000 ps y un ministro
1.800 ps–; el cabildo eclesiástico recibía 5.100 ps; el colegio seminario 4.200 ps y
la fábrica de la catedral 1.500 ps.81 Era evidente que era la proximidad de Dueñas
FRQOD,JOHVLDFDWyOLFDODTXHOHKDFtDEHQH¿FLDUODFRQHVWRVIDYRUHVKDFHQGtVWLFRV
Una de las claves en las que se basó Dueñas para conseguir un manejo re-
lativamente favorable de las cuentas públicas fue su gestión de la deuda. Todavía
HQDGRVDxRVGHODOOHJDGDDOSRGHUGHOQXHYRJRELHUQR0DQXHO*DOODUGR
SUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDDOFHUUDUODVVHVLRQHVRUGLQDULDVDTXHODxR
KDEODEDGHOD³VLWXDFLyQHPEDUD]RVDHQTXHVHHQFXHQWUDHOHUDULRQDFLRQDO\DSDUD
DWHQGHUORVJDVWRVUHJXODUHVGHOD$GPLQLVWUDFLyQ\DSDUDVROYHQWDUODFUHFLGDGHX-
da que constituye el triste legado de aquel gobierno sin nombre que terminó su ca-
UUHUDHQ¿QHVGH´82 No se conoce el monto de la deuda pública de El Salvador
DQWHVGHTXHFRPHQ]DUDHODWDTXHGH*XDWHPDODHQSHURVLODDPRUWL]DFLyQGH
la deuda inglesa fue de unos 400.000 ps y se supusieran unos 200.000 o 300.000 ps
GHGHXGDLQWHUQDSUHYLDODFLIUDGHDOJRPiVGHSVGHGHXGDTXHH[LVWtDQ
HQ±VLQGXGDHUDDOWDSRUTXHORVLQJUHVRVDTXHODxRIXHURQGHSV±
no parece extraordinaria. Y es preciso insistir en que se había liquidado la deuda
H[WHUQDORTXHHUDXQDYDQFHPX\SRVLWLYR3RUORWDQWRODVSDODEUDVGH*DOODUGR
TXHWUDQVPLWtDQODPLVPDLGHDTXHWHQtD'XHxDVIRUPDEDQSDUWHGHOPRQWDMHFRQ-
denatorio contra Barrios al que ya se aludió arriba. Sin ir más lejos y para dejar en
HYLGHQFLDHVWDUHWyULFDHODxRDQWHULRUODYR]GHOJRELHUQRVHH[SUHVDEDDVtHQOD
SUHQVDR¿FLDO
182 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

³/DVGL¿FXOWDGHVUHQWtVWLFDVTXHD~QVHREVHUYDQGHVDSDUHFHUiQSURQWRVLHQGR\D
LQVLJQL¿FDQWHHOGp¿FLWSDUDFXPSOLUGHELGDPHQWHHOSUHVXSXHVWR(VHGp¿FLWFUHH-
mos se llenará con la parte del producto de las rentas marítimas que el gobierno
se ha reservado... y dentro de poco tiempo habrá más que lo necesario para todas
ODVHURJDFLRQHVDTXHWHQJDTXHDWHQGHUHOJRELHUQRSXHVWRTXHHOFRPHUFLRDOD
par que la agricultura toman un incremento muy notable.
Dentro de pocos días se dará cumplimiento al Decreto del congreso que ordena
ODOLTXLGDFLyQ\UHFRQRFLPLHQWRGHODGHXGDS~EOLFDODTXHHQSRFRVDxRVSRGUi
TXHGDUDPRUWL]DGDQRGHELHQGRDVFHQGHUDXQDFLIUDWDQHQRUPHFRPRDOJXQRV
la juzgan...”.83
Quiere ello decir que de hecho el gobierno tenía buenas expectativas de que
HOYROXPHQGHGHXGDWHUPLQDUtDGLVPLQX\HQGRDODYLVWDGHFyPRHYROXFLRQDED
ODDJULFXOWXUDGHH[SRUWDFLyQ\GHTXHFRQVLJXLHQWHPHQWHODVLPSRUWDFLRQHVHUDQ
HQPD\RUHVFDOD(QHOPLVPRWH[WRFLWDGRVHUHFRUGDEDTXHFXDQGRVHUHFRQRFLy
ODGHXGDGH³DSDUHFLypVWDUHSUHVHQWDGDSRUXQDHQRUPHFLIUDTXHKL]RWH-
PHUDPXFKRVSRUODH[LVWHQFLDGHOJRELHUQR´3XHVELHQODGHDKRUDVXPDQGRHO
despilfarro de Barrios y los varios compromisos graves y onerosos que ha habido
TXHDGTXLULU³QRVHDSUR[LPDUDVLTXLHUDDOGHODxR´<ODVH[SHFWDWLYDVHUDQ
EXHQDVDSHVDUGHTXHVHYROYLyDFUHDUXQD-XQWDGH/LTXLGDFLyQGHGHXGDFRQOD
PDODH[SHULHQFLDTXH\DKDEtDFRQHVWHWLSRGHLQVWUXPHQWRHQHOSDVDGRSRUHMHP-
plo precisamente en 1852.84 De hecho se tenían temores de que los abusos en las
UHFODPDFLRQHVSDUDVHUFRPSHQVDGDVKLQFKDUDQGHQXHYRODGHXGDS~EOLFD³+D\HV
YHUGDGLQWHQWRVGHUHFODPDUVXPDVHQRUPHVIXQGDGDVHQSUHWHQVLRQHVWDQULGtFXODV
como exageradas; pero ya hemos visto otras veces en lo que vienen a para reclama-
FLRQHVWDQH[DJHUDGDV´/DGHXGD¿QDOPHQWHQRVHGLVSDUy\HQQRVXSHUDED
ORVSVJUDFLDVDODQRYHGDGTXH'XHxDVSXVRHQPDUFKD
Desde la época de la Federación uno de los problemas de la gestión de Ha-
FLHQGDHUDHOGp¿FLWFUyQLFRDTXHHVWDEDVRPHWLGDGHELGRQRDXQH[FHVLYRJDVWR
VLQRDODLQVX¿FLHQFLDGHLQJUHVRV¿VFDOHVTXHUHVSRQGtDDVXYH]DORLQMXVWR\
falto de equidad del sistema de impuestos aprobado y mantenido por la oligarquía.
(VWRKDFtDTXHDxRWUDVDxRORVLQJUHVRVGH+DFLHQGDIXHUDQHQEXHQDSDUWHHQ
GRFXPHQWRVGHGHXGDS~EOLFD\QRHQPRQHGDPHWiOLFDFRQORTXHODUHSURGXFFLyQ
GHODGHXGDHUDLQFHVDQWH3UHRFXSDGRSRUHVWRFRPRRWURVSUHVLGHQWHV'XHxDVQR
UHFXUULyDXQDPRGL¿FDFLyQGHORVLPSXHVWRVSDUDTXHHO(VWDGRFREUDUDPiVDORV
TXHPiVWHQtDQTXHVHUtDORVRFLDOPHQWHMXVWRVLQRDXQDRSHUDFLyQVREUHODJHVWLyQ
GHODGHXGD\DVtHQOD$VDPEOHDDSUREyXQGHFUHWRTXHSDUWtDGHOKHFKRGH
que los ingresos públicos se encontraban en el nivel de los 600.000 ps y de que el
VLVWHPDYLJHQWHGHDPRUWL]DFLyQGHODGHXGDGL¿FXOWDEDFXEULUVDWLVIDFWRULDPHQWH
ORVFRPSURPLVRVGH+DFLHQGD3DUDUHVROYHUORHQSULPHUOXJDUVHUHFRQRFtDDWRGD
la deuda pública del Estado un interés anual del 6%. Además el Estado destinaría
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 183

cada año 200.000 ps para el pago de los réditos correspondientes a la deuda y para
DPRUWL]DUFRQHOVREUDQWHSDUWHGHODPLVPDGHXGDSRUHOVLVWHPDGHVRUWHRV3RU
RWUDSDUWHSDUDWDOJHVWLyQVHFUHDUtDXQDWHVRUHUtDHVSHFLDOHQFX\DVRSHUDFLRQHV
WHQGUtD GHUHFKR D LQWHUYHQLU HO FXHUSR GH DFUHHGRUHV PHGLDQWHXQ UHSUHVHQWDQWH
$ ORV DFUHHGRUHV TXH VH UHJLVWUDUtDQ HQ XQ /LEUR GH 'HXGD 3~EOLFD VH OHV GDUtD
ELOOHWHVFRUUHVSRQGLHQWHV\UHSUHVHQWDWLYRVGHVXVFUpGLWRV\VLQRVHLQVFULELHVHQ
QRWHQGUtDQGHUHFKRDDGTXLULUORV0X\LPSRUWDQWHHUDODGHFLVLyQGHTXHGHVGH
ODSXEOLFDFLyQGHOGHFUHWRWRGRVORVSDJRVTXHVHKLFLHUDQHQODVDGXDQDV\RWUDV
DGPLQLVWUDFLRQHVS~EOLFDVVHKDUtDQHQGLQHURHIHFWLYRVDOYRHQHOFDVRGHORVHV-
tanquillos de aguardiente.85
(VWDIyUPXODTXHQRKDFtDPiVTXHUHWUDVDUHQHOWLHPSRHOSDJRGHODPD\RU
SDUWHGHODGHXGDHVRVtEHQH¿FLiQGRODFRQHUDXQDHVSHFLHGHFRQVROLGDFLyQ
general de toda la deuda existente y tenía dos virtudes. La primera era que termi-
QDEDFRQODJUDQYDULHGDGGHGRFXPHQWRVGHGHXGDH[LVWHQWHERQRVYDOHVyUGH-
QHVHWFTXHFRPSOLFDEDQODJHVWLyQGHODGHXGDWDQWRSRUHO(VWDGRFRPRSRUORV
SDUWLFXODUHV/DVHJXQGDHUDTXHREOLJDEDDTXHSXHVWDHQPDUFKDORVSDJRVHQ
R¿FLQDVS~EOLFDVIXHVHQVRORHQHIHFWLYRFRQORTXHSUiFWLFDPHQWHVHDFDEDEDFRQ
ODOLPLWDFLyQGHPHWiOLFRHQORVLQJUHVRV¿VFDOHVTXHVXIUtDWUDGLFLRQDOPHQWHOD+D-
cienda y que limitaba la acción del gobierno. Era una fórmula moderna que le fue
ELHQD'XHxDV\DODROLJDUTXtDDXQTXHSRURWURODGRQRJDUDQWL]DUDODWUDQTXLOLGDG
política y las desigualdades sociales no hicieran más que crecer.

*
(Q  OOHJy D OD SUHVLGHQFLD 6DQWLDJR *RQ]iOH] DOJXLHQ D TXLHQ VHJX-
UDPHQWH SRU GLYHUVDV UD]RQHV QR VDWLVIDFtD OD JHVWLyQ HFRQyPLFD \ SROtWLFD GH
Francisco Dueñas. González formaba parte de la oligarquía en el poder. Ya se ha
PHQFLRQDGRVXSURWDJRQLVPRPLOLWDUHPSUHVDULDO\SROtWLFR\SRUHOORQRGHMDGH
VRUSUHQGHUTXHXQDYH]VLHQGRSUHVLGHQWHRSWDUDSRUFLHUWDVSROtWLFDV\VROXFLRQHV
que chocaran con las tradicionales de la oligarquía. Ya se ha advertido que durante
su mandato no toda la información generada sobre Hacienda ha llegado a la ac-
WXDOLGDGSHURVHGLVSRQHGHVX¿FLHQWHVGDWRVSDUDFRQVHJXLUXQDLGHDDFHUFDGHVX
gestión.
En primer lugar sus años fueron muy positivos en términos de las cifras ge-
nerales de Hacienda. Si se descarta el año de 1871 como anormal en dicho sentido
por haberse producido la alteración del golpe de estado y se toma como referencia
 OD WDVD GH FUHFLPLHQWR PHGLR DQXDO IXH GHO  eVWD HUD REMHWLYDPHQWH
PHQRUTXHODTXHVHH[SHULPHQWyGXUDQWHODSUHVLGHQFLDGH'XHxDVSHURVLVHWRPD
HQFXHQWDTXHVHKDEtDSURGXFLGRDSDUWLUGHPDJQLWXGHVPiVDOWDVGHSV
DSVTXHODVTXHH[LVWtDQHQDxRVDQWHULRUHVODWDVDHUDUHDOPHQWHPX\
IXHUWH3UREDEOHPHQWHSDUWHGHODH[SOLFDFLyQGHHVWHJUDQVDOWRHQORVLQJUHVRVHV-
184 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WDEDUHODFLRQDGRFRQHOFUHFLPLHQWRGHOFXOWLYRGHOFDIp\VREUHWRGRGHVXSUHFLR
FRPR\DVHH[SOLFyHQHO&DStWXOR(QWRGRFDVRHOYDORUGHODVH[SRUWDFLRQHV
había sido en 1875 de 3.179.513 ps y había bajado algo con respecto al año anterior
debido a la caída de los precios del café y del mascabado en los mercados interna-
FLRQDOHVSRUVXSDUWHODVLPSRUWDFLRQHVKDEtDQWHQLGRXQYDORUGHSV
dejando unos derechos de importación de 650.839 ps.
3HURWDQOODPDWLYDVFRPRODVFLIUDVGHORVLQJUHVRVVREUHLPSRUWDFLRQHVHVWi
HOKHFKRGHTXHHOJRELHUQRODVHVWDEDFRQVLJXLHQGRFRQWLSRV¿VFDOHVLQIHULRUHV
DORVTXHUHJtDQGXUDQWHHOJRELHUQRGH'XHxDV(QHIHFWRDXQTXHQRVHFRQRFH
ODIHFKD*RQ]iOH]KDEtD¿MDGRODDOFDEDODPDUtWLPDTXHVHDSOLFDEDDODPD\RUtD
GHORVSURGXFWRVGHLPSRUWDFLyQHQHOPLHQWUDVTXH'XHxDVODWHQtD¿MDGD
en el 18%.86 Es realmente sorprendente y de esta reducción debió derivarse que
ORVSUHFLRVGHORVELHQHVH[WUDQMHURVVHHVWDELOL]DUDQRLQFOXVRGHVFHQGLHUDQFRQ
VHJXURVEHQH¿FLRVSDUDDOJXQRVVHFWRUHVSRSXODUHV$OWUDWDUGHHVWHDVXQWRFRQ-
viene recordar una de las presiones a que fue sometido el gobierno salvadoreño en
1875 y 1876 por el guatemalteco precisamente para que El Salvador aumentase el
tipo de los derechos que aplicaba a las importaciones.87'HWRGDVIRUPDVDSHVDU
GHHVWHSRUFHQWDMHGHGHUHFKRVVREUHODSULQFLSDOUHQWD¿VFDOGHO(VWDGRHQ
Hacienda tuvo un saldo positivo de casi 500.000 ps y de esta forma se comprende
que el gobierno de González hubiera puesto en marcha el proyecto de compra de
ORVPXHOOHVGH/D/LEHUWDG\$FDMXWODPHGLDQWHODDGTXLVLFLyQGHDFFLRQHVGHODV
respectivas compañías.88 Era otra política atípica de los gobiernos de la oligarquía
\QDWXUDOPHQWHSURYRFDEDXQHQIUHQWDPLHQWRFRQODSRGHURVDPLQRUtDGHFRPHU-
FLDQWHV\¿QDQFLHURV
Santiago González no mantuvo estrictamente la fórmula aplicada por Dueñas
DODJHVWLyQGHODGHXGDS~EOLFD3RUXQODGRVLJXLyXWLOL]DQGRHOVLVWHPDGHVRUWHRV
SDUD ORV ELOOHWHV GH GHXGD TXH VH JHQHUDEDQ HQWUH RWUDV IRUPDV SRU VXVFULSFLyQ
de contratas con acreedores y que seguían percibiendo el 6% de interés anual. En
SRUHMHPSORKDEtDWUHVUHSUHVHQWDQWHVGHORVSUHVWDPLVWDVDO(VWDGRTXHSDU-
WLFLSDEDQHQGLFKRVVRUWHRV\HUDQORVFRQRFLGRVHPSUHVDULRV3LODU/DJRV0DQXHO
7ULJXHURV\0DQXHO0HOpQGH]3HURDOPLVPRWLHPSRVHHVWDEDJHQHUDQGRXQSDVL-
YRTXHSUREDEOHPHQWHQRVHWUDQVIRUPDEDHQELOOHWHVGHGHXGD(QHVWHVHQWLGRHQ
noviembre de 1872 un grupo de acreedores del Estado se dirigieron al ministerio
GH+DFLHQGDSDUDSURSRQHUOHODOLTXLGDFLyQGHODVFDQWLGDGHVTXHVHOHVDGHXGDEDQ
DOJXQDV\DYHQFLGDV\RWUDVSRUYHQFHUHVGHFLUFRPSUHQGLGDVHQODGHXGDÀRWDQWH
RSDVLYR3URSRQtDQTXHVHOHVSDJDUDHQXQDxRRDOHVWDEOHFHUVHHOEDQFRTXHSRU
entonces se proyectaba crear y pedían que se les reconociera un interés del 12%
VHHQWLHQGHTXHDODVFDQWLGDGHVYHQFLGDV\VHOHVGLHUDHQSDJRGHOPLVPRWtWXORV
admisibles en administraciones de rentas y en el pago de cuotas de los estanquillos
de aguardiente como dinero efectivo. Firmaban Andrés Valle –era prestamista del
LAS BASES DE UNA HACIENDA PARA LA OLIGARQUÍA 185

(VWDGR\SRFRVDxRVGHVSXpVVHUtDSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD±0DQXHO7ULJXHURV
-RVp 0DUtD &DUD]R -XDQ 0DXULFLR 'XNH )HOLSH )LJXHURD \ (PHWHULR 5XDQR (O
gobierno entendió que era razonable aceptar la propuesta así como creer que los
GHPiVDFUHHGRUHVTXHUUtDQSDUWLFLSDUGHODVPLVPDVYHQWDMDV\REOLJDFLRQHVSRUOR
que se aprobaron y se hicieron extensivas a los demás.89(VGHFLUTXHVHYROYLHURQ
a emitir nuevos documentos de deuda que no eran solo los billetes que Dueñas creó
en 1865.
$EXQGDQGR HQ HOOR SRU HMHPSOR GXUDQWH  VH KDEtDQ GHMDGR GH SDJDU
DOJXQRVVXHOGRV\D¿QHVGHVHSWLHPEUHGHHOSDVLYRDVFHQGtDDSV
3RU RWUD SDUWH HQ  ODV UHQWDV ¿VFDOHV GHO (VWDGR VH SHUFLELHURQ HQ PRQHGD
HIHFWLYDHQXQ\HQELOOHWHVGHGHXGDHQXQHVGHFLUTXHDGLIHUHQFLD
GHORTXHSUHWHQGLy'XHxDVVHKDEtDYXHOWRDSDJDUFRQGRFXPHQWRVGHGHXGDHQ
las administraciones de rentas y no solo con moneda metálica.90$¿QHVGHOPLVPR
año los billetes en circulación en la misma fecha suponían 1.086.177 ps y su precio
corriente había subido debido a la fuerte amortización anual.91 Sobre otro asunto re-
ODFLRQDGRWDPELpQFRQODGHXGD*RQ]iOH]KDEtDVXVSHQGLGRODDPRUWL]DFLyQGHODV
primas a la exportación de diversos productos como café y mascabado –otro gesto
no del agrado de grandes productores–92 y por ello quedó circulando una suma
desconocida de documentos generados por aquéllas. En enero de 1875 se emitió
XQGHFUHWRSDUDWRPDUUD]yQGHOWRWDOFLUFXODQWHTXHUHVXOWyDVFHQGHUDSV
como valor de la exportación premiada. Calculando el premio por término medio
HQXQHO(VWDGRTXHGDEDGHELHQGRDORVWHQHGRUHVGHGRFXPHQWRVSV
6HEDVWLiQ*RQ]iOH]QRKDEtDPRGL¿FDGRVXVWDQFLDOPHQWHODHVWUXFWXUD¿VFDO
QL¿QDQFLHUDGHOD+DFLHQGDSHURKDEtDHPSUHQGLGRYDULDVLQLFLDWLYDVTXHWHQtDQ
que ver con un papel más autónomo del Estado en relación con la iniciativa pri-
YDGDDVtFRPRXQLQWHQWRDXQTXHWtPLGRGHVXDYL]DUODUHODFLyQGHIXHU]DVHQOD
DJULFXOWXUDTXHORKDFtDQSRFRDPLJDEOHDVHFWRUHVGHOSRGHUWDQWRHQHOLQWHULRUGH
(O6DOYDGRUFRPRTXL]iWDPELpQIXHUDGHOSDtV(QDXQTXH\DVRORHUDYL-
FHSUHVLGHQWH\MHIHGHODVIXHU]DVDUPDGDVORTXHGHIRUPDDOJRH[DJHUDGDSXGLHUD
FDOL¿FDUVHFRPRHO³SUR\HFWR*RQ]iOH]´IXHGHUURWDGR(QWRQFHVVHUHWRPDUtDFRQ
DLUHVUHQRYDGRVHOSURFHVRGHFRQVROLGDFLyQGHODQXHYDROLJDUTXtDVDOYDGRUHxD
SEGUNDA PARTE

El inicio de la consolidación oligárquica

1876-1890
Capítulo 6
El triunfo del café. La euforia insostenible

“El derecho no expresa toda la sociedad...

VLQRODFODVHGLULJHQWHTXHLPSRQHDWRGDODVRFLHGDG
las normas de conducta que están más ligadas
a su razón de ser y a su desarrollo.”

Antonio Gramsci

Con el cambio de gobierno que se produjo tras la intervención de Guatemala

HQ\FRQHOVDOWRGHOFDIpDOSULPHUSXHVWRHQWUHODVH[SRUWDFLRQHVVHLQLFLDED
una nueva etapa en el proceso de consolidación de la clase dominante en El Sal-
YDGRU/DH[SDQVLyQGHOFDIpHQORVDxRVVLJXLHQWHVHQPDJQLWXGHVTXHVHFRUUHV-
SRQGtDQFRQODVFDUDFWHUtVWLFDVGHOSDtVHQHO~OWLPRFXDUWRGHOVLJOR;,;SURGXMR
efectos sobre la economía y la política estatales que afectaron a toda la sociedad y
que fueron decisivos para la historia nacional. Al mismo tiempo el añil estaba ex-
perimentando un lento pero constante retroceso en el mercado internacional y esto
DIHFWDEDQHJDWLYDPHQWHDODVPiVLPSRUWDQWHV]RQDVSURGXFWRUDVWUDGLFLRQDOHVDVt
como al puerto de La Unión que había sido el principal punto exportador del tinte.1
)UHQWHDODXJHGHOFDIpHVWRFRQWULEXtDDODDFHQWXDFLyQGHODVGLIHUHQFLDVUHJLRQD-
OHVHQHOLQWHULRUGHOSDtV3HURDXQWHQLHQGRHQFXHQWDHVWHSXQWRGHFRQWUDGLFFLyQ
HQWpUPLQRVJHQHUDOHVVHLPSRQtDHOFUHFLPLHQWR
Un factor que contribuyó a este proceso fue la evolución de la población.
Teniendo en cuenta la debilidad de las fuentes estadísticas de la época y la dispa-
ULGDGGHORVSHUtRGRVREVHUYDGRVORTXHFRQ¿HUHFLHUWDLPSUHFLVLyQDORVGDWRV\D
ODVFRQFOXVLRQHVTXHGHHOORVVHSXHGHQGHGXFLUODSREODFLyQGH(O6DOYDGRUSXGR
KDEHUHYROXFLRQDGRGHGLIHUHQWHVIRUPDVVHJ~QODVIXHQWHVTXHVHXWLOLFHQFRPR
VHFRPSUXHEDHQHO&XDGUR6LJXLHQGRD5RGROIR%DUyQ&DVWURSXGRKDEHUVH
SURGXFLGRXQDHVSHFLDOIDVHGHFUHFLPLHQWRGHVGH¿QHVGHODGpFDGDGHKDVWD
DOJ~QPRPHQWRGHODGpFDGDGHDWDVDVTXHVRORVHH[SOLFDUtDQSRUXQLQ-
cremento de la inmigración de cierta relevancia. A partir de esta etapa y sin poder
SUHFLVDUFXiQGRHODXPHQWRGHODSREODFLyQKDEUtDH[SHULPHQWDGRXQDFLHUWDUDOHQ-
WL]DFLyQFRLQFLGLHQGRFRQODSUHVLGHQFLDGH)UDQFLVFR0HQpQGH]3HURVLVHXWLOL]D
190 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HOFHQVRQDFLRQDOSXEOLFDGRHQHQHURGHHOULWPRGHFUHFLPLHQWRGHPRJUi¿FR
SRGUtD H[SOLFDUVH VLQ QHFHVLGDG GH UHFXUULU D XQD LQPLJUDFLyQ VLJQL¿FDWLYD \ GH
KHFKRVHUtDPiVYHURVtPLO6HJ~QHVWDVHJXQGDIXHQWHHQ6DQWD$QDWHQtD
KDELWDQWHV6DQ0LJXHO6DQ6DOYDGRUVHJXLGDVGH0DWD-
SiQ &KDOFKXDSD 6XFKLWRWR 1XHYD 6DQ 6DOYDGRU \$KXDFKDSiQ HQWUH  \
KDELWDQWHV(QWRGRFDVRHOFUHFLPLHQWRGHPRJUi¿FRFXDQGRVHSURGXMR
KDEUtDFRQWULEXLGRDIDFLOLWDUHQWUHRWURVSURFHVRVODH[SDQVLyQGHODDJULFXOWXUD
así como la ampliación urbanística que se vivió en el país en los años que aquí se
estudian.

CUADRO 6.1
Población. Crecimiento medio anual entre períodos

Versión 1 Versión 2
Tasa Tasa
Años Población Años Población
Anual Anual
1855 394.000 1855 394.000
1878 555.785  1878 555.785 
1882 664.512  1884 635.120 
1892 703.000  1892 703.000 
Fuente: Para Versión 1, Rodolfo Barón Castro, La población de El Salvador..., p. 467.2
Para Versión 2, Rodolfo Barón Castro, La población... y Diario Oficial, 27 de mayo de 1886.

5HJUHVDQGR D FXHVWLRQHV HFRQyPLFDV HO LQFUHPHQWR GH OD H[SRUWDFLyQ GHO

FDIpDSHVDUGHODFULVLVLQWHUQDFLRQDOTXHVHLQLFLyHQ\VREUHWRGRHOIXHUWH
DXPHQWRGHODSUHVLyQ¿VFDOLQGLUHFWDTXHOOHYyDFDER=DOGtYDUSURGXMHURQXQDV-
censo de las rentas públicas entre los años 1876 y 1883. La euforia que desató esta
FR\XQWXUDSHVHDDOJXQRVVLJQRVQHJDWLYRVTXHFRPHQ]DURQDQRWDUVHKDFLD
fue aprovechada por el presidente para profundizar la consolidación institucional
GHO (VWDGR VLHPSUH PDQWHQLHQGR OD UHODFLyQ GH IXHU]DV VRFLDOHV IDYRUDEOH D ODV
minorías dominantes.3 Ello sirvió de combustible para un fuerte aumento del gasto
\GHODVLQYHUVLRQHVS~EOLFDVLQFOX\HQGRDOJXQDRSHUDFLyQ¿QDQFLHUDGHDOWRULHV-
go respaldada por el propio Estado. Este fue el caso de la construcción del primer
IHUURFDUULOTXHJHQHUyEHQH¿FLRVDODROLJDUTXtDSHURTXHVHUHYHOyPX\SHOLJURVD
para las cuentas del Estado. Claro que al sector empresarial no le suponía un grave
problema que las cuentas públicas no estuvieran equilibradas. No quería al Estado
FRPRXQLQVWUXPHQWRGHFRQFLOLDFLyQVRFLDOVLQRFRPRXQLQVWUXPHQWRGHGRPL-
QDFLyQVLQFRQFLOLDFLyQ<GHKHFKRVLOD+DFLHQGDS~EOLFDVXIUtDGL¿FXOWDGHVODV
SRVLELOLGDGHVGHFUpGLWRDXPHQWDEDQ\FRQHOODVODVGHTXHDTXHOVHFWRUSXGLHUD
REWHQHUPD\RUHVEHQH¿FLRVPHGLDQWHSUpVWDPRVDO(VWDGR
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 191

En 1883 los efectos de la crisis internacional alcanzaron hasta un punto tan

JUDYHDOSUHFLRGHOFDIp±KDEtDFRPHQ]DGRDGHVFHQGHUGHVGH9HU&DStWXOR
*Ui¿FR±TXHODVLPSRUWDFLRQHVSDJDGDVHQSDUWHFRQHOUHWRUQRGHOFDIp
FRPHQ]DURQDUHVHQWLUVH(QHIHFWRDOFDHUODVH[SRUWDFLRQHVHQWpUPLQRVGHYDORU
HQORVPHUFDGRVLQWHUQDFLRQDOHVGLVPLQX\HURQFRQVLJXLHQWHPHQWHODVPDQXIDFWX-
UDVLPSRUWDGDV\FRQHOORWDPELpQORKLFLHURQORVLQJUHVRV¿VFDOHVGDGRTXHORV
derechos de importación eran con diferencia el componente más importante de las
rentas públicas. A la disminución del valor de las exportaciones contribuía también
OD GHSUHFLDFLyQ GH OD SODWD TXH FRQWLQXDED VX OHQWR SHUR FRQVWDQWH GHFOLYH 9HU
&DStWXOR*Ui¿FR\FRPRFRQVHFXHQFLDGHWRGRHOORHOJRELHUQRWXYRTXH
UHFXUULU D HQGHXGDUVH FRQ FUpGLWR LQWHUQR HQ PD\RU PHGLGD FXDQGR SDUHFtD TXH
FRPHQ]DED D UHGXFLUOR$QWH HVWRV SUREOHPDV TXH GHQRWDEDQ OD LQVRVWHQLELOLGDG
GHOPRGHOR¿QDQFLHURHQTXHHVWDEDEDVDGRHO(VWDGR\RWUDVGL¿FXOWDGHVSROtWLFDV
TXHVHDFXPXODEDQDUUHFLDURQODVFUtWLFDV\ODSUHVLyQVREUH=DOGtYDUSRUSDUWHGH
VHFWRUHVGHODROLJDUTXtDTXHHQWHQGtDQTXHQRORVUHSUHVHQWDEDGHPDQHUDTXHHQ
VHSURGXMRHOJROSHGHHVWDGRGHOJHQHUDO)UDQFLVFR0HQpQGH]FDIHWDOHURGH
$KXDFKDSiQ3RUXQODGRHOJROSHVXSXVRHOSULPHUDVDOWRGLUHFWRGHLQWHUHVHVFD-
IHWDOHURVDODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFDFRQORTXHVHSXHGHKDEODUGHXQUHDMXVWH
HQHOSRGHUSROtWLFRGHGLVWLQWRVVHFWRUHVGHODROLJDUTXtD3HURSRURWUDSDUWHOHMRV
GHWUDWDUVHGHXQDUHYROXFLyQHVWRQRVLJQL¿FyQLQJXQDPRGL¿FDFLyQHQODVHVWUXF-
turas del Estado. La oligarquía siguió sin estar dispuesta a introducir el más mínimo
HOHPHQWRGHSURJUHVLYLGDGHQODUHGLVWULEXFLyQGHODVUHQWDVVRFLDOHVGHIRUPDTXH
ODFULVLV¿QDQFLHUDFRQWLQXyHLQFOXVRVHDJUDYy<HQHVWHVHQWLGRVHSXHGHKDEODU
GHXQFLFORTXHWUDQVFXUULyHQWUHDSUR[LPDGDPHQWH\HQORUHIHUHQWHD
la evolución de lo público.
$¿QHVGHODGpFDGDGHVHOOHJyDXQSXQWRFUtWLFRHQHOTXHHOJUXSR
PiVSRGHURVRGHORVJUDQGHVHPSUHVDULRVTXHYHQtD¿QDQFLDQGRDO(VWDGRGHVGH
VXSURSLRLQWHULRUGRQGHVHHQFRQWUDEDLQVWDODGRHQWHQGLyTXHHOULHVJRTXHHVWDED
FRUULHQGRHUD\DGHPDVLDGRDOWR3RUHVRUHKXVyVHJXLULQYLUWLHQGRHQGHXGDLQWHUQD
\SUH¿ULyTXHHOJRELHUQRYROYLHUDDUHFXUULUDODGHXGDH[WHULRUHQ$VtOD
LQÀH[LyQGHFRPELQDGDFRQODSROtWLFDHFRQyPLFD\HVSHFt¿FDPHQWH¿VFDO
TXHVLJXLHURQORVJRELHUQRVHVFODYHSDUDHQWHQGHUHVWRVDxRVPiVDOOiGHDFRQWH-
FLPLHQWRVSROtWLFRVFRPRHOJROSHGH0HQpQGH]TXHQRHUDQPiVTXHUHDMXVWHVHQ
HOVHQRGHODSURSLDROLJDUTXtDDXQTXHFRQLPSRUWDQWHVHIHFWRVSHUWXUEDGRUHVTXH
repercutían en el conjunto de la población.
$OPDUJHQGHODHYROXFLyQQHJDWLYDGHODV¿QDQ]DVS~EOLFDVHOVHFWRUSULYDGR
\HVSHFt¿FDPHQWHHOFDIHWDOHURQRVLJXLyHOPLVPRFDPLQR(QHOSUHFLRGHO
FDIpYROYLyDVXELUPRPHQWiQHDPHQWH\DXQTXHDOJXQRVSURSLHWDULRVYLYLHURQGL¿-
FXOWDGHVSRUKDEHUVHHQGHXGDGRGHIRUPDH[FHVLYDHQORVPRPHQWRVGHH[SDQVLyQ
en conjunto el sector del café se recuperó manteniendo su base en unas relaciones
192 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

de producción muy favorables. Los altibajos del precio del café se reprodujeron
HQDxRVVLJXLHQWHVSHURORVIXQGDPHQWRVGHODSURGXFFLyQ\ODGLVWULEXFLyQGHORV
grandes cafetaleros y comerciantes eran sólidos; y uno de ellos no poco importante
fue el mantenimiento del jornal de los trabajadores entre dos y tres reales diarios
durante años. Era claro que existía un divorcio entre el curso de los negocios priva-
GRV\ODYLGD¿QDQFLHUDGHO(VWDGReVWHVLJXLyRFXSDGR\PDQHMDGRGHIRUPDFDGD
vez más consistente por un sector de la oligarquía en el que el grupo de los grandes
FDIHWDOHURVGHRFFLGHQWHMXJDEDXQSDSHOPX\LPSRUWDQWH\VDOYRDOJXQDVFRQWULEX-
FLRQHV¿VFDOHVPHQRUHVSRUVXSDUWHPDQWXYRFRPREDVHVRFLDOSDUDODUHFDXGDFLyQ
de impuestos a las amplias capas populares.
El incremento de la deuda pública por la suma de la interior y la externa en
FRQHOFRQVLJXLHQWHDJUDYDPLHQWRGHODFULVLV¿QDQFLHUDGHO(VWDGRGLRSLH
a un nuevo golpe militar en 1890 con consecuencias que serán estudiadas en un
trabajo futuro.

*
(OFDPELRTXHVHSURGXMRFRQODOOHJDGDGH5DIDHO=DOGtYDUDODSUHVLGHQFLD
±GHIRUPDWUDQVLWRULDVHJ~QD¿UPypOPLVPRHQPD\RGH±4 de la mano de
-XVWR5X¿QR%DUULRVSXGLHUDKDFHUFUHHUTXHGHpOVHGHULYDUtDQWUDQVIRUPDFLRQHV
LPSRUWDQWHVHQHOUXPERGHODSROtWLFDHFRQyPLFD\VRFLDOGHOSDtV3HURODIXHU]D
GHORVLQWHUHVHVVRFLDOHVTXHHVWDEDQFRQIRUPiQGRVH±HOSURSLR=DOGtYDUKDEtDVLGR
PLQLVWURFRQHOSUHVLGHQWH)UDQFLVFR'XHxDV±KLFLHURQTXHSHVHDOUHOHYRHQOD
SUHVLGHQFLDORVFDPELRVTXHVHSURGXMHURQWHQGLHUDQDPDQWHQHUHLQFOXVRDUHIRU-
zar ciertos procesos económicos y políticos que ya estaban en marcha.5
El ex presidente Santiago González y su sucesor Andrés Valle habían sido
derrotados militar y políticamente por Barrios y éste obtuvo un acuerdo con repre-
sentantes del sector de los propietarios salvadoreños para colocar a un candidato de
VXSUHIHUHQFLDHQODSUHVLGHQFLDGHOSDtV6LQHPEDUJRWUDQVFXUULGRVORVKHFKRVOD
YHUVLyQR¿FLDOGHORVDFRQWHFLPLHQWRVQRVHSUHVHQWyFRPRXQDYLFWRULDGH%DUULRV
TXLHQVHSHUPLWLyXQDODUGHGHVXSXHVWDJHQHURVLGDGVLQRFRPRXQDLUUHVSRQVD-
ELOLGDGGH*RQ]iOH]\9DOOHTXHFDVLKDEtDQOOHYDGRDOSDtVDRWUDJXHUUDFRQODV
FRQVHFXHQFLDVHFRQyPLFDV\VRFLDOHVTXHHOORKXELHUDWHQLGR)UHQWHDVXDFWLWXGVH
insistió en que la prudencia de Barrios y de los notables de la nación había evitado
HOGHVDVWUHTXHFRPRKDEtDTXHGDGRGHPRVWUDGRHUDLQQHFHVDULR63RURWUDSDUWH
los intereses de Barrios en relación con El Salvador no habían pretendido sólo
restablecer el orden internacional; antes del choque militar había estado presio-
nando a Andrés Valle para que el gobierno de El Salvador aumentara los derechos
¿VFDOHVVREUHHOFRPHUFLRGHLPSRUWDFLyQKDVWDLJXDODUORVFRQORVGH*XDWHPDOD\
había también otras medidas que había tomado el presidente González en sentido
contrario a las que Barrios adoptaba en Guatemala.7'HKHFKRODOOHJDGDGH=DO-
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 193

dívar tras la derrota de Valle y González supuso el cambio de dirección de algunas

SROtWLFDVHFRQyPLFDVTXHHVWH~OWLPRKDEtDHPSUHQGLGR3DUHFHPX\VLJQL¿FDWLYR
HQHVWHVHQWLGRTXHXQDGHODVSULPHUDVGHFLVLRQHVTXHWRPDUDHOQXHYRSUHVLGHQWH
IXHVHSUHFLVDPHQWHDXPHQWDUVXVWDQFLDOPHQWHORVWLSRV¿VFDOHVGHORVGHUHFKRVGH
importación. La presidencia de Santiago González quedó como un islote en las
tendencias dominantes de las relaciones sociales y económicas.
(O SDFWR DO TXH - 5 %DUULRV OOHJy FRQ ORV QRWDEOHV VDOYDGRUHxRV VREUH OD
SHUVRQDTXHSUHVLGLUtDHOSDtVKL]RTXHODOOHJDGDGH=DOGtYDUDODSUHVLGHQFLDIXH-
VHSUiFWLFDPHQWHLPSXHVWDORTXHWXYRFRQVHFXHQFLDVSROtWLFDV\WUDQVFXUULyPX\
SRFRWLHPSRSDUDTXHFRPHQ]DUDDVHUFXHVWLRQDGDSRUDOJXQRVFRPRHOH[JREHU-
QDGRUGH$KXDFKDSiQHOJHQHUDO)UDQFLVFR0HQpQGH]8 Conviene recordar quiénes
IXHURQORVWUHVGHOHJDGRVSRU$QGUpV9DOOHSDUD¿UPDUHOConvenio con el general
GHOHMpUFLWRGH*XDWHPDODTXHVHUtDUDWL¿FDGRSRU-5%DUULRVHQHOTXHVHHV-
WDEOHFtDQ ODV FRQGLFLRQHV GH OD GHUURWD GH (O 6DOYDGRU 6H WUDWDED GH -RVp9DOOH
-DFLQWR&DVWHOODQRV\(QFDUQDFLyQ0HMtD(OSULPHURHUDXQSURSLHWDULRFDIHWDOHUR
HQ 6DQWD$QD \ DXQTXH GHO PLVPR DSHOOLGR QR FRQVWD TXH IXHVH IDPLOLD GHO H[
presidente Valle pero no es descartable.9-DFLQWR&DVWHOODQRVSRUVXSDUWHKDEtDQD-
cido en San Vicente y estudió Derecho cuando la Universidad se trasladó a aquella
FLXGDGWUDVHOWHUUHPRWRGH(OPLQLVWURGH5HODFLRQHV([WHULRUHVH,QVWUXFFLyQ
3~EOLFD*UHJRULR$UEL]~ORQRPEUyVXEVHFUHWDULRGHGLFKRVPLQLVWHULRVHQ
cargos que llegó a ocupar de forma interina durante el gobierno de Francisco Due-
ñas. En 1868 pasó al poder judicial como juez de 1ª Instancia primero en Suchitoto
\ GHVSXpV HQ 6DQ 6DOYDGRU KDVWD TXH RFXSy HO -X]JDGR *HQHUDO GH +DFLHQGD \
¿QDOPHQWHHOSXHVWRGHPDJLVWUDGRGHOD&RUWH6XSUHPDGH-XVWLFLD<DGXUDQWH
HO JRELHUQR GH =DOGtYDU RFXSDUtD RWURV SXHVWRV GH JUDQ UHOHYDQFLDSROtWLFD10 3RU
~OWLPR(QFDUQDFLyQ0HMtDHUDXQGHVWDFDGRFRPHUFLDQWH\¿QDQFLHUR0HMtDWHQtD
QHJRFLRVHQHORULHQWH\FHQWURGHOSDtV\HUDFDPELVWDSUHVWDPLVWD\VHUtDSURQWRHO
agente del Banco Internacional de Guatemala en El Salvador.11 Además había sido
gobernador de Cuscatlán y diputado por el mismo departamento en 1872.12 Años
después jugaría un papel importante en la creación del Banco Internacional de El
6DOYDGRUFXDQGRVHFUHDUDHQ(YLGHQWHPHQWHHUDXQDEXHQDUHSUHVHQWDFLyQ
de los intereses económicos dominantes en el país y de la presencia de grupos oli-
gárquicos en el aparato del Estado que se estaba formando.
3RU VX SDUWH HO PpGLFR 5DIDHO =DOGtYDU OD SHUVRQD TXH %DUULRV SDFWy FRQ
ORV QRWDEOHV VDOYDGRUHxRV SDUD SUHVLGLU HO SDtV VLQ GXGD OH SDUHFtD DO SUHVLGHQWH
GH*XDWHPDODXQKRPEUHGHFRQ¿DQ]DSHURQRDFWXDUtDDVXGLFWDGR\¿QDOPHQWH
OOHJDUtDDWHQHUGLIHUHQFLDVFRQpO=DOGtYDUQRHUDXQSROtWLFRDOHVWLORGH%DUULRV
)UHQWHDOPLOLWDUDXWRULWDULR\QHJRFLDQWH=DOGtYDUHUDGRFWRUHQ0HGLFLQDHUDFL-
YLOQRVHGHGLFDEDDORVQHJRFLRV±DXQTXHOOHJyDVHUWHUUDWHQLHQWH±DGLIHUHQFLD
también del empresario Santiago González y del cafetalero y prestamista Andrés
194 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

9DOOH SHUR WDPELpQ IXH SUHVWDPLVWD GH FDIHWDOHURV GH PRGR TXH VH SXHGH GHFLU
que llegó a tener un interés directo y personal en el café.13 Había estudiado en
*XDWHPDODHUDXQKRPEUHFXOWRKDEtDVLGRPLQLVWURFRQHOSUHVLGHQWH'XHxDVHQ
KDEtDHMHUFLGRHOFDUJRGH3URWRPHGLFDWRHQ(O6DOYDGRUWHQtDH[SHULHQFLD
GLSORPiWLFD\UHFRQRFLPLHQWRVHQHOH[WUDQMHURKDEtDYLDMDGRSRU(XURSD\VHQWtD
admiración por Francia.14&LHUWDPHQWH=DOGtYDUPDUFDEDGLIHUHQFLDVDOPHQRVFRQ
UHVSHFWRDDOJXQRVGHVXVLQPHGLDWRVDQWHFHVRUHVSHVHDORFXDOOOHJDUtDDDGTXLULU
la imagen de tirano cruel entre algunos sectores sociales.155HFLpQWRPDGDSRVHVLyQ
FRPRSUHVLGHQWHSURYLVLRQDOHOLOXVWUDGRPpGLFROLEHUDOVHGLVSXVRDSURIXQGL]DUOD
“modernización” de El Salvador en los inicios de una crisis económica internacio-
QDO\HQODVFRQGLFLRQHV¿VFDOHV\¿QDQFLHUDVTXHVHKDQDYDQ]DGR16
(QOtQHDFRQORFRPHQWDGRDUULEDHOFRQWUDVWHSHUVRQDOGHOQXHYRSUHVLGHQWH
con respecto a sus predecesores en el cargo también podría haberse traducido en
XQFDPELRGHSHU¿OGHORVFRPSRQHQWHVGHVXQXHYRJRELHUQRSHURODUHDOLGDGQR
IXHH[DFWDPHQWHDVt&XDQGRHQPD\RGH5DIDHO=DOGtYDUIRUPyVXSULPHU
JDELQHWHVXVPLQLVWURVUHVXOWDURQVHUHQVXPD\RUtDUHSUHVHQWDQWHVGHORVJUXSRVGH
poder que venían dirigiendo el país hasta entonces –salvando en cierta medida los
DxRVGH6DQWLDJR*RQ]iOH]±\DTXHOODVSHUVRQDVQRVHKDEtDQFRQYHUWLGRGHFRQ-
VHUYDGRUHVDOLEHUDOHVHQSRFRVDxRVSRUVXSXHVWR(OKHFKRGHTXHOD¿JXUDGH=DO-
dívar hubiera sido consensuada entre Barrios y un sector de los grupos dominantes
salvadoreños daba lógicamente como consecuencia que estos últimos tendrían que
HVWDUUHSUHVHQWDGRVHQHOIXWXURJRELHUQRORTXHHIHFWLYDPHQWHVXFHGLy
$VtFRPRWLWXODUGH5HODFLRQHV([WHULRUHV-XVWLFLD1HJRFLRV(FOHVLiVWLFRV
H,QVWUXFFLyQ3~EOLFDIXHQRPEUDGRHO/GR&UX]8OORDORTXHHQWUHRWURVUDVJRV
enlazaba con los años 1860 y cuestiona cualquier sentido revolucionario en el cam-
bio que se producía.17 El escribano de San Salvador era un hombre de larga trayec-
WRULDSROtWLFD+DEtDVLGRDVLGXRUHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD1DFLRQDOKDEtDVLGR
WDPELpQPLQLVWURGHYDULDVFDUWHUDVVREUHWRGRFRQ'XHxDVKDEtDRFXSDGRFDUJRV
GHUHOHYDQFLDHQODXQLYHUVLGDGHQODV¿QDQ]DVGHOSDtV\HQODHPSUHVDSULYDGD
siendo director de la Compañía del Muelle de Acajutla durante la presidencia del
general González. Era un hombre poderoso en un sector dominante de la oligarquía
QDFLRQDO HQ HO HVSDFLR GH OD FDSLWDO GH OD 5HS~EOLFD \ UHSUHVHQWDED LQGLVFXWLEOH-
PHQWHFRQWLQXLGDG3DUDHOPLQLVWHULRGH*REHUQDFLyQ=DOGtYDUHOLJLyDO/FGR-RVp
/ySH]TXHWUDVRWURVSXHVWRVHQODDGPLQLVWUDFLyQKDEtDVLGRJREHUQDGRUGHO'H-
partamento de San Salvador donde había vivido de cerca el desarrollo temprano del
café. López había participado en lo que se podría llamar la etapa del entrenamiento
en el negocio del café y él mismo era en estos momentos un destacado cafetalero.
/ySH]OOHJDUtDDDPSOLDUVXFDUUHUDSROtWLFDHQIXWXURVJRELHUQRV3RURWUDSDUWHHO
JHQHUDO(VWDQLVODR3pUH]IXHQRPEUDGRPLQLVWURGH*XHUUD+DEtDVLGRJREHUQDGRU
\ FRPDQGDQWH JHQHUDO GHO 'HSDUWDPHQWR GH 6DQWD$QD \ DXQTXH WHQtD SUHVWLJLR
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 195

PLOLWDU VROR WHQtD WRGDYtD XQ UHODWLYR SRGHU HFRQyPLFR18$xRV PiV WDUGH 3pUH]
volvería a ser ministro con el presidente Francisco Menéndez. El cuarto y último
PLQLVWURGH=DOGtYDUHUD)DELR0RUiQFRPRWLWXODUGH+DFLHQGD0RUiQHUDSUR-
SLHWDULR\DJULFXOWRUGH$KXDFKDSiQXQSXMDQWHGLVWULWRHQODH[SDQVLyQGHOFDIp
Formaba parte de una familia que ya había tenido representantes en la Asamblea
Nacional y él mismo había sido gobernador de su Departamento.19 Había tenido un
SUREOHPDFRQHO-X]JDGRGH+DFLHQGDVLHQGRpODVHQWLVWDGHDJXDUGLHQWHGHOTXH
IXHDEVXHOWRUHFLpQQRPEUDGRPLQLVWUR$KRUDFRQRFDVLyQGHVXQRPEUDPLHQWRVH
decía que dicha acusación había sido injusta. Era también un negociante en los años
GHORVSUHVLGHQWHV'XHxDV\*RQ]iOH]\SHVHDVXQRPEUDPLHQWRSURQWRGLPLWLy\
SDUWLFLSDUtDHQXQDGHORVSULPHURVLQWHQWRVGHGHUURFDPLHQWRGH=DOGtYDU20
(OFRQMXQWRGHORVPLQLVWURVHUDSXHVXQDPH]FODGHHOHPHQWRVGHODFDSLWDO
de Santa Tecla y del occidente cafetalero que daba idea de cómo el eje estratégico
de la economía y la política nacionales se había desplazado de forma irreversible
KDFLDHOFHQWUR\HORHVWHFRPRFRQVHFXHQFLDGHOHPSXMHGHOFDIp21(QWRGRFDVR
se trataba de personas vinculadas con la maquinaria que estaba poniendo en marcha
ODROLJDUTXtDSDUDFRQWURODUHOSDtV(QDxRVSRVWHULRUHV=DOGtYDUPRGL¿FyVXJDEL-
QHWHSHURDOJXQRVGHORVPLHPEURVDORVTXHLQFRUSRUyVyORKLFLHURQFRQ¿UPDUHVWD
WHQGHQFLD$VtHQIXHQRPEUDGRPLQLVWURGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFDHOWDPELpQ
PpGLFRDXQTXHPiVLPSRUWDQWHFDIHWDOHUR\KRPEUHGHQHJRFLRV0DQXHO*DOODUGR
&RPR\DVHUH¿ULyHQHOFDStWXORDQWHULRU*DOODUGRWHQtDVXiPELWRGHDFFLyQHQ
HOHMH6DQ6DOYDGRU6DQWD7HFOD\DKDEtDGHVWDFDGRHQODSROtWLFDQDFLRQDOFRPR
UHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDSUHVLGLpQGRODHQYDULDVRFDVLRQHV\SHVH
DVHUQRPEUDGRPLQLVWURSRU=DOGtYDUGLPLWLySRFRGHVSXpV\HQSDUWLFLSy
en una de las tres conspiraciones que organizó contra él el general Francisco Me-
néndez; ésta fue la segunda en importancia e incluyó a Francisco Dueñas y a otros
sectores sociales.22(QWUDVODGLPLVLyQGH)DELR0RUiQIXHQRPEUDGR6H-
FUHWDULRGH(VWDGRGH+DFLHQGD\*XHUUD3HGUR0HOpQGH]MRYHQPLHPEURGHXQD
de las grandes familias que detentarían el poder en el país durante muchos años.23
3RURWUDSDUWHHQIXHQRPEUDGRPLQLVWURGH*REHUQDFLyQHOWDPELpQPpGLFR
\FRPR*DOODUGRHPSUHVDULRHQHVWHFDVRGHOFRPHUFLR'DQLHO$QJXOR(OQXHYR
PLQLVWURYHQtDGHVHUDOFDOGHGH6RQVRQDWHGRQGHGXUDQWHHOHMHUFLFLRGHVXFDUJR
había dado muestras también de su agresividad empresarial.24 Y otro miembro de
ORVJRELHUQRVGH=DOGtYDUIXH6DOYDGRU*DOOHJRVWDPELpQGH6DQWD$QDTXLHQIXH
PLQLVWUR GH ,QVWUXFFLyQ 3~EOLFD \ %HQH¿FHQFLD \ GLSXWDGR VLPXOWiQHDPHQWH HQ
1880.25
Esta predominancia de los intereses económicos centrales y occidentales en
ORVSXHVWRVGHODDOWDDGPLQLVWUDFLyQHQORVDxRVGH=DOGtYDUQRDFDEDEDFRQORV
nombramientos de los ministros. Muy pronto el presidente nombró también los
SULPHURVJREHUQDGRUHV\FRPDQGDQWHVJHQHUDOHVGHORV'HSDUWDPHQWRV$VtHQWUH
196 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

RWURVSRUHMHPSORSDUDHO'HSDUWDPHQWRGH6DQWD$QDIXHQRPEUDGR-RVp09L-
GHVXQLPSRUWDQWHSURSLHWDULRFDIHWDOHURTXHSURQWRVHLQFRUSRUyWDPELpQFRPR
UHSUHVHQWDQWHDOD$VDPEOHD1DFLRQDO\FX\DIDPLOLDSUR\HFWyVXLQÀXHQFLDHQHO
sector hasta el siglo XX. Como comandante del Departamento fue nombrado el
JHQHUDO3HGUR(VFDOyQTXLHQWDPELpQVHGHGLFDEDDOFDIp(Q6RQVRQDWHIXHURQ
QRPEUDGRV3HGUR&DOGHUyQFRPRJREHUQDGRU\'LRQLVLR$UiX]GHTXLHQVHWUD-
WDUiPiVDGHODQWHFRQGHWDOOHFRPR&RPDQGDQWH*HQHUDO263HURORTXHUHVXOWD
VRUSUHQGHQWHHVTXHHQ=DOGtYDUQRPEUDUDJREHUQDGRUGH$KXDFKDSiQDOJH-
neral Francisco Menéndez. El general ya había mostrado para entonces su descon-
WHQWRFRQHOSUHVLGHQWHGHIRUPDH[SOtFLWD\SHVHDODFRQ¿DQ]DTXHpVWHRWRUJy
lo volvería a demostrar en el intento de derrocamiento referido arriba y terminaría
GDQGRHOGH¿QLWLYRJROSHGHHVWDGRHQ27 Cabe preguntarse si se trataba de un
LQWHQWRGHWUDWDUGHDSODFDUORRIUHFLpQGROHXQFDUJRS~EOLFRTXHSRUFLHUWRpO\D
había tenido.
$KRUDELHQUHJUHVDQGRDODPRGHUQL]DFLyQ¢TXpVLJQL¿FDEDPRGHUQL]DUSDUD
DOJXLHQ FRPR =DOGtYDU \ HQ DTXHOORV PRPHQWRV" (Q XQ WHUUHQR HVHQFLDO SDUD OD
PDUFKDHFRQyPLFDGHORVJUXSRVGRPLQDQWHVFRPRHUDQODVH[SRUWDFLRQHV=DOGtYDU
fue pronto testigo de la sustitución del añil por el café como primer producto de
exportación nacional. En otras palabras era la culminación de un proceso de ex-
SDQVLyQLPSXOVDGRSRUODROLJDUTXtDQRVRORSRUORVJUDQGHVSURGXFWRUHVGHOJUDQR
VLQRWDPELpQSRUORVFRPHUFLDOL]DGRUHV\ORVSUHVWDPLVWDVTXHKDEtDQLQYROXFUDGR
a productores medianos y pequeños. Este proceso estaba transformando las relacio-
nes sociales con el crecimiento de un nuevo sector de mano de obra rural dedicado
DOFXOWLYRFRVHFKD\SURFHVDPLHQWRGHOFDIp\DRWUDVDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDVYLQ-
FXODGRVDOPLVPR'HVGHXQDSHUVSHFWLYDFRQFUHWDVHWUDWDEDGHXQp[LWRGHJUDQ
importancia para los propietarios que se dedicaban al negocio del café en el centro
\RFFLGHQWHGHOSDtVGHXQp[LWRHQVXUHVSXHVWDDODVQXHYDVGHPDQGDVGHOPHUFDGR
internacional y de claros efectos políticos como ya venía sucediendo en años ante-
ULRUHV(QVXPDVXSRQtDXQDYDQFHKDFLDORTXHVHHQWHQGtDSRUPRGHUQL]DFLyQSRU
ORTXH=DOGtYDUVHHVIRU]DUtDHQSURIXQGL]DUOR
La importancia del café para los intereses de la oligarquía y sus efectos so-
bre la economía nacional eran indiscutibles y no sólo en términos agrícolas sino
WDPELpQSDUDODLPSRUWDFLyQGHPDTXLQDULDGHPDWHULDOHVSDUDHOPDQWHQLPLHQWR
GHODV¿QFDVSDUDHOWUDQVSRUWHHWF\FRQVLJXLHQWHPHQWHSDUDHOFUpGLWR<DHQ
HOPLQLVWURGH+DFLHQGD-RVp/DUUH\QDJDFDIHWDOHURGH6DQWD7HFODLQGLFDED
con aire premonitorio que la exportación de añil en 1874 había caído con respecto
DODGHHQSVSHURTXHODGHOFDIpKDEtDFUHFLGRHQSVORTXH
UHÀHMDEDHO³SURJUHVR´GHODYLGDHFRQyPLFDHQHOSDtV(OFRQVXPRGHDxLODxDGtD
“puede hacer que su precio sea tan poco remunerativo como el de la cochinilla y
KDJDGHVDSDUHFHUODVUHQWDVTXHGHpOSURFHGHQ´SHURHQFDPELR³HOKDODJHxR
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 197

SRUYHQLUGHOFDIpSXHGHOOHJDUDVHUXQUDPRSLQJHGHQXHVWUDULTXH]DDJUtFROD
principalmente si se toma en consideración el empeño del Ejecutivo en promover
y fomentar el cultivo de la planta”.28 Él mismo ya había apostado por el grano y
adquirió una riqueza de la que disfrutan aun hoy sus descendientes en Santa Tecla.
3RUORGHPiVVHWUDWDEDGHXQSURFHVRHQSDUDOHORDRWURVVLPLODUHVTXHVHHVWDEDQ
YLYLHQGR WDPELpQ HQ HO UHVWR GH$PpULFD &HQWUDO SRU QR KDEODU GH RWURV SDtVHV
de América del Sur.293DUDPXFKRVHOFDIpSDUHFtDUHYHODUVHFRPRODOODYHSDUDHO
progreso y su expansión permitió recaudar al Estado los derechos de importación
HQHOFRPHUFLRH[WHULRU\HOLPSXHVWRVREUHHOFRQVXPRGHDJXDUGLHQWHDPERVSRU
cierto indirectos.30
3RURWUDSDUWHSHURHQUHODFLyQFRQHOORODFRKHUHQFLD\ODFRQWLQXLGDGHQ
OD SROtWLFD GH QRPEUDPLHQWR GH FDUJRV GH =DOGtYDU WXYLHURQ VX FRUUHODWR HQ OD
GH¿QLFLyQ GH VX SURJUDPD HFRQyPLFR TXH PDQWXYR FLHUWDV OtQHDV EiVLFDV TXH OR
inspiraron. De un lado era la continuación en buena medida de iniciativas que se
KDEtDQLQLFLDGRHQODSUHVLGHQFLDGH)UDQFLVFR'XHxDV\HQDOJXQDPHGLGDHQOD
GH6DQWLDJR*RQ]iOH]SHVHDODVGLIHUHQFLDVHQWUHDPERV$KRUDVHOHVGDUtDXQQR-
WDEOHLPSXOVRFRPRSRUHMHPSORHQODH[SDQVLyQGHFLHUWDVLQIUDHVWUXFWXUDVFRPR
la instalación de redes de agua potable o la red del telégrafo.31 6LQ HPEDUJR GH
RWUR=DOGtYDUSURPRYLyUHIRUPDVTXHWHQGLHURQDWUDQVIRUPDUODVRFLHGDG\ODYLGD
QDFLRQDOHVGHVGHODFRQVROLGDFLyQGHOFDUiFWHUODLFRGHO(VWDGR32 pasando por la
FUHDFLyQGHOSULPHUEDQFRXQQXHYRLPSXOVRDOGHVDUUROORGHODVFRPXQLFDFLRQHV
incluyendo la construcción del primer ferrocarril con unos terribles costes para la
+DFLHQGD\FRQVLJXLHQWHPHQWHSDUDHOFRQMXQWRGHODVRFLHGDGXQPD\RUDSR\R
a la educación al menos hasta 1883 y un nuevo empuje a los cambios que se expe-
ULPHQWDEDQHQODDJULFXOWXUDSDUDORFXDOHQWUHRWUDVPHGLGDVDSUREyGHFUHWRVGH
H[WLQFLyQGHWLHUUDVFRPXQDOHV\HMLGRVTXHIDFLOLWDURQLPSRUWDQWHVPRGL¿FDFLRQHV
en la estructura de la propiedad de la tierra.
<WRGRHOOROROOHYyDFDER=DOGtYDUVLHQGR¿HO\FRQWULEX\HQGRDFRQVROLGDU
la relación de fuerzas sociales favorable a la oligarquía en formación en el país. La
PRGHUQL]DFLyQ\ODVUHIRUPDVUHIHULGDVHQWUHRWUDVVLJQL¿FDEDQHQSULPHUOXJDU
optimizar la adecuación de El Salvador a la división internacional del trabajo y a
VXLQVHUFLyQHQHOPHFDQLVPRGHOQHRFRORQLDOVPR3HURHQVHJXQGRWpUPLQRWRGR
ello se realizó a la medida de los intereses de las mismas minorías propietarias que
\DHVWDEDQHQDVFHQVR8QDYH]PiVDOJXQRVKLVWRULDGRUHVOODPDQDHVWHSURFHVR
UHYROXFLyQOLEHUDODVXPLHQGRODH[SUHVLyQGHODpSRFDHQXQDEXVRGHOFRQFHSWR33
Otra cuestión diferente es la de las consecuencias hacendísticas y económicas que
GLFKRSURJUDPDLPSOLFySDUDHOSDtV\ODVRFLHGDGORTXHVHWUDWDUiHQXQSXQWR
posterior. Lo que parecía claro es que se trataba de un programa expansionista en
JDVWRVHLQYHUVLRQHVTXHFUHFLyGXUDQWHVXPDQGDWRKDVWDTXHVXVFRQWUDGLFFLRQHV
económicas lo frenaron en 1883.
198 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

3DUD=DOGtYDUFRPRSDUDRWURVSUHVLGHQWHVDQWHULRUHVFRPRIXHHOFDVRGH
)UDQFLVFR'XHxDVDXQTXHQRDVtORVGH'RURWHR9DVFRQFHORVR*HUDUGR%DUULRVOD
EDVHGHFXDOTXLHUSURJUDPDGHJRELHUQRODFRQVWLWXtDQODSD]\ODOLEHUWDGFRQFHS-
tos entendidos obviamente desde la perspectiva de la oligarquía dominante. Con
HOORV VH SRGtD DOFDQ]DU HO SURJUHVR GHO TXH FRPHQ]y D KDFHU DODUGH \D HQ 
al poco de haber llegado a la presidencia.34 El progreso era la idea fetiche que
formó parte del discurso de las burguesías y las oligarquías occidentales durante
EXHQDSDUWHGHOVLJOR;,;HLQFOXVRGHO;;\TXHHYRFDEDODVJUDQGHVYHQWDMDV
TXHWHQtDQHYLGHQWHPHQWHSDUDHOODVORVHIHFWRVGHOD5HYROXFLyQ,QGXVWULDO35 El
SURJUHVRLPSOLFDEDSRURWURODGRFRPR\DVHLQGLFyGXUDVFRQGLFLRQHVGHWUDEDMR
y de vida para amplias capas de la población que por supuesto no eran tenidas en
FRQVLGHUDFLyQHQGLFKRGLVFXUVR\TXHHQ(O6DOYDGRUHVWDEDQUHSUHVHQWDGDVSRU
FDPSHVLQRVSHTXHxRVDJULFXOWRUHVMRUQDOHURVUXUDOHV\WUDEDMDGRUHVXUEDQRV3RU
ORTXHUHVSHFWDDODSD]=DOGtYDUQRIXHXQSUHVLGHQWHDJUHVLYRFRQORVSDtVHVYHFL-
QRVSHURSRUHOFRQWUDULRVXSUHVLGHQFLDHVWXYRVRPHWLGDFRQFLHUWDIUHFXHQFLDDXQ
cuestionamiento armado. Tras unos “conatos revolucionarios” –usando los térmi-
QRVGHODpSRFD±LQPHGLDWRVDVXWRPDGHSRVHVLyQHOSULPHULQWHQWRGHGHUURFDUOR
WXYROXJDUHQ\IXHSURWDJRQL]DGRSRUHOJHQHUDO)UDQFLVFR0HQpQGH]TXLHQ
¿QDOPHQWHH[SXOVyD=DOGtYDUGHOSRGHUHQ36<HQWUHODVGRVIHFKDVVXIULy
DOJ~QRWURLQWHQWRGHJROSHGHFLHUWDLPSRUWDQFLDFRPRHOGH\DPHQFLRQDGR
$SDUWLUGHGLFKDEDVH\DPSOLDQGRORH[SXHVWRDUULEDVRQYDULRVORVHMHVGHV-
WDFDEOHVGHORTXHSXHGHFRQVLGHUDUVHHOSURJUDPDGHJRELHUQRGH=DOGtYDU$OJXQRV
GHHOORVWHQtDQSUHFHGHQWHVSHURHQODOtQHDGHFUHFLPLHQWR\H[SDQVLyQTXHFDUDFWH-
UL]DURQDVXJRELHUQRDGTXLULHURQUDVJRVVLQJXODUHV8QRGHHOORV\VyORDWtWXORGH
HMHPSORIXHVXSUHRFXSDFLyQSRUODLQVWUXFFLyQS~EOLFD<DSUHVLGHQWHVDQWHULRUHV
habían expresado su interés por esta actividad esencial en la construcción de la
QXHYDVRFLHGDGQDFLRQDO(QUHODFLyQFRQODLQVWUXFFLyQSULPDULDSRUQRPHQFLRQDU
ODVHFXQGDULD\ODXQLYHUVLGDGHOSROpPLFRSHUVRQDMHTXHIXHHOJHQHUDO6DQWLDJR
*RQ]iOH]OOHYyDFDERXQLPSXOVRDSUHFLDEOHD¿UPDQGRDO¿QDOGHVXPDQGDWRTXH
TXHGDEDQIXQGDGDVPiVGHHVFXHODVSULPDULDVHQHOSDtVDODVTXHDVLVWtDQPiV
de 20.000 estudiantes.37 Dando por buenas estas cifras aunque el desarrollo de la es-
WDGtVWLFDQRHVWDEDD~QPX\D¿QDGRFLQFRDxRVPiVWDUGHHQ=DOGtYDUKDEtD
VXELGRHOQ~PHURGHHVFXHODVDHQODVTXHHVWXGLDEDQDOXPQRVGHDPERV
VH[RV\KDEtDKHFKRXQHVIXHU]RHQODPHMRUDGHODFDOLGDGGHODHQVHxDQ]DFRQXQD
importante distribución de textos en las escuelas.386LQHPEDUJRHQFXDQGR
VHDJUDYyODFULVLVHFRQyPLFD\GLVPLQX\HURQORVLQJUHVRV¿VFDOHVHOQ~PHURGH
HVFXHODVHQHOSDtVVHUHGXMRD\HOGHDOXPQRVD39 Conviene recordar
TXHHQODSREODFLyQGHOSDtVHUDGHGHKDELWDQWHVORTXHVLJQL¿FDED
TXHGHVGHKDEtDFUHFLGRDXQDWDVDPHGLDDQXDOGHSRUORTXHODFDtGD
GHODHVFRODUL]DFLyQGHODSREODFLyQDGTXLUtDXQVLJQL¿FDGRHVSHFLDOPHQWHJUDYH
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 199

=DOGtYDUQRIXHHOSULPHUJREHUQDQWHTXHUHÀHMyHOSHQVDPLHQWRFUHFLHQWHHQ
ODVPLQRUtDVLOXVWUDGDV\TXHUHODFLRQDEDODLQVWUXFFLyQS~EOLFDFRQ³HORUGHQODOL-
EHUWDG\HOHQJUDQGHFLPLHQWRSURJUHVLYRGHODSDWULD´SHURTXL]iIXHHOTXHORKL]R
con mayor altura política –política oligárquica– cuando manifestaba la necesidad
de “sacar a las muchedumbres de esa ignorancia perjudicial que se opone al cum-
plimiento exacto de las leyes... y al ejercicio perfecto de las libertades civiles que
constituyen la base de todo gobierno republicano”.40 Era claro que se buscaba una
DGDSWDFLyQXQDFRSODPLHQWRGHODV³PXFKHGXPEUHVLJQRUDQWHV´DOPRGHORSROtWLFR
GLVHxDGR SRU OD$VDPEOHD 1DFLRQDO FRQWURODGD SRU OD ROLJDUTXtD 3RU HOOR FUH\y
³LQGLVSHQVDEOHH[WHQGHUDWRGDVODVSDUWHVORVEHQH¿FLRVGHOVDEHUVXEYHQFLRQDQGR
FROHJLRVHQWRGRVORV'HSDUWDPHQWRVGHOD5HS~EOLFD\HVWDEOHFLHQGRHVFXHODVGH
DPERVVH[RVKDVWDHQODVSREODFLRQHVPiVLQVLJQL¿FDQWHV\DSDUWDGDV´KDFLHQGR
extensiva su preocupación a la educación secundaria y la universidad en las que
también se concretaron cambios. Claro que a los responsables de esta esencial tarea
la oligarquía no los estimaba mucho. Los salarios de directores de escuelas de los
SXHEORVRVFLODEDQHQWUH\SVDOPHVHVGHFLUHQHOPHMRUGHORVFDVRVVROR
DOJRPiVGHOGREOHTXHXQSHyQGHKDFLHQGDPLHQWUDVTXHHOSUHFLRGHXQSDOFRHQ
HO7HDWURGH6RQVRQDWH\DHQFRVWDEDFXDWURSV\XQDHQWUDGDJHQHUDOXQUHDO
3HURHQHQHO7HDWUR1DFLRQDOXQSDOFRGHSULPHUSLVRFRQHQWUDGDVFRVWDED
VHLVSV\XQDORFDOLGDGHQ³JDOHUtD´SDUDHOPLVPRHVSHFWiFXORFRVWDEDGRVUVLJXDO
que un jornal de un mozo de hacienda de café.41
&RPRRWURVGHVXVDQWHFHVRUHVHQODSUHVLGHQFLD=DOGtYDUUHODFLRQDEDODLQV-
trucción pública con la democracia y consideraba esta última como un objetivo a
alcanzar:
“Creo que si ha de ser una verdad la democracia en pueblos como los nuestros que
SDVDURQVLQWUDQVLFLyQDOHVWDGRGHOLEHUWDG\TXHQRKDQWHQLGRPiVHGXFDFLyQ
SROtWLFDTXHODH[SHULHQFLDGHVXVUHYXHOWDVPiVQHFHVDULRVHKDFHD~QHQFHQGHU
en todas partes la antorcha de la razón e ilustrar la conciencia de los ciudadanos
para que alcance su plenitud el ejercicio de la soberanía y pueda manifestarse la
opinión general”.42

(QWRGRFDVRHOVHQWLGRGHODGHPRFUDFLDTXHPDQHMDEDODROLJDUTXtDHUDPX\
OLPLWDGR\VLELHQHQODVHOHFFLRQHVPXQLFLSDOHVHOGHUHFKRDOYRWRHUDDPSOLRHQ
ODVHOHFFLRQHVDOD$VDPEOHD\DSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDHUDPX\UHVWULQJLGR
3RURWUDSDUWH¿HODOGLVFXUVRROLJiUTXLFRGRPLQDQWHHQODpSRFD=DOGtYDUDSOLFDED
el concepto de ciudadano a una gran parte de la sociedad prácticamente vacío de
contenido. Con él se pretendía equiparar en derechos ante la estructura política
del Estado lo que en realidad seguía siendo una sociedad profundamente desigual
\SRODUL]DGDFRQVHFWRUHVVRFLDOHVGLVFULPLQDGRVWDQWRHQODOHJLVODFLyQODERUDO\
200 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

¿VFDODVtFRPRHQODVUHODFLRQHVVRFLDOHV\HFRQyPLFDVFRWLGLDQDVORTXHDIHFWDED
profundamente a un pretendido ejercicio igualitario de ciudadanía.43
No se entrará aquí en un análisis pormenorizado de la composición de los pre-
VXSXHVWRVQDFLRQDOHV3RUXQDSDUWH\DVHKDDFODUDGRDOJRDFHUFDGHORVLQJUHVRVHQ
SiUUDIRVDQWHULRUHV\HQFXDQWRDORVJDVWRVPHUHFHODSHQDDxDGLUDOJXQRVGDWRVTXH
GDQLGHDGHODVOtQHDVH[SDQVLYDVHQHOJRELHUQRTXHOOHYyDFDERODJHVWLyQGH=DO-
GtYDU3RUHMHPSORHQUHODFLyQFRQHOLPSXOVRDODHQVHxDQ]DHQVHGHVWLQDEDQ
FRQMXQWDPHQWHD,QVWUXFFLyQ3ULPDULD\6HJXQGDULDSVHQLJXDOPHQWH
SDUDORVGRVQLYHOHVKDEtDVXELGRODFLIUDDSV\HQHODxRHQTXHOD
FULVLVHFRQyPLFDSDUDHO(VWDGRVHKL]RSDWHQWHVHUHGXMRDSVDSHVDUGHTXH
ORVLQJUHVRVSUHYLVWRVKDEtDQDVFHQGLGRDFDVLSVHOSXQWRPiVDOWRGHOSH-
ríodo.44 Hay que recordar que el descenso del precio de la plata y la más que probable
LQÀDFLyQTXHGHEtDYLYLUHOSDtVGLVPLQXtDQHOSRGHUDGTXLVLWLYRGHGLFKRVLQJUHVRV
3RUFRQWUDSRVLFLyQQRHVVRUSUHVDVDEHUTXHORVUHFXUVRVGHVWLQDGRVDOHMpUFL-
WRVHJXtDQVXSRQLHQGRORVPi[LPRVSRUFHQWDMHVHQUHODFLyQFRQLQJUHVRVSUHYLVWRV
FRPRHQODPD\RUtDGHORVSDtVHVGH$PpULFD/DWLQD%DVWHVHxDODUTXHHQ
ORV  SV TXH VH OH DVLJQDURQ UHSUHVHQWDEDQ HO  GH OR SUHVXSXHVWDGR
PLHQWUDVTXHHQHUDQSVORVGHVWLQDGRVDOHMpUFLWRTXHHUDQHO
del total.450XFKRPHQRUHVHUDQORVIRQGRVGHVWLQDGRVDO3RGHU-XGLFLDODXQTXH
WDPELpQVHLQFUHPHQWDURQGHSVHQDSVHQVRORSRUOD
FUHDFLyQGHQXHYRV-X]JDGRV\DTXHORVVDODULRVSHUPDQHFLHURQHVWDEOHV(Q
el presupuesto ascendió a 102.808 ps de nuevo básicamente por la expansión de
ODUHGGH-X]JDGRVVLELHQDORVMXHFHVGH,QVWDQFLDGHFODVHSRUHMHPSORHQ
*RWHUDVHOHVVXELyHOVXHOGRGHDSVDQXDOHV\DORVGH,QVWDQFLDGH
FODVHSRUHMHPSOR6DQ6DOYDGRUDSV(QORUHIHUHQWHDODVLQIUDHVWUXF-
WXUDVFRQWHPSODGDVHQORVSUHVXSXHVWRVQDFLRQDOHVODVLQYHUVLRQHVSUHYLVWDVHQOD
UHGWHOHJUi¿FDHQVXSRQtDQSVIUHQWHDORVGHVWLQDGRVHQ
PLHQWUDVTXHORVUHVHUYDGRVDREUDVS~EOLFDVHQJHQHUDOHUDQHQTXH
DVFHQGLHURQDHQ$ODYLVWDGHHVWDVFLIUDVTXHHUDQVRORDOJXQRV
LQGLFDGRUHVQRFDEHGXGDGHTXHHODYDQFHHQODFRQVWUXFFLyQGHO(VWDGRHVWDED
VLHQGRLPSRUWDQWHHQHVWRVDxRV3HURDHVWDVFLIUDVKDEUtDTXHDxDGLUHOIXHUWHLP-
pulso legislativo e institucional prácticamente en todos los terrenos de la vida del
SDtVTXHDYHFHVWHQtDUHÀHMRHQORV3UHVXSXHVWRVSHURHQRWUDVRFDVLRQHVQR$VtOD
FUHDFLyQGHXQD-XQWD&HQWUDOGH$JULFXOWXUDHQVyORUHSHUFXWtDHQSVHQ
HOSUHVXSXHVWRGHSHURODDSUREDFLyQGHXQQXHYRFyGLJRPLOLWDUHQOD
DSUREDFLyQGHXQDOH\KLSRWHFDULDHQODOH\RUJiQLFDGHO3RGHU-XGLFLDOODUH-
novación y ampliación de la red de registradores de la propiedad en 1882 y la mul-
WLWXGGHUHJODPHQWRVHQVDOXG\RWURVVHUYLFLRVSRUSRQHUVyORDOJXQRVHMHPSORV
apenas tenían efectos sobre los presupuestos pero formaban parte del gran esfuerzo
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 201

GHFRQVROLGDFLyQLQVWLWXFLRQDOTXH=DOGtYDUHVWDEDOOHYDQGRDFDERHLQFUHPHQWDED
HOYROXPHQGHHPSOHDGRVS~EOLFRVHVRVtFRQEDMRVVDODULRV
Habiendo hecho arriba una referencia a la subida de salarios en el caso de
DOJXQRVMXHFHVTXHSXGLHUDVHUVLJQL¿FDWLYRHQUHODFLyQFRQHODXPHQWRGHORVFRQ-
ÀLFWRV\ODVWHQVLRQHVVRFLDOHVGHWRGRWLSR±FLYLOHV\SHQDOHV±TXHOOHJDEDQDORV
MX]JDGRVSDUHFHGHLQWHUpVGHFLUDOJRPiVVREUHHVWHDVXQWRHQRWURVWHUUHQRVGHOD
HVWUXFWXUDDGPLQLVWUDWLYD\VRFLDO3RUHMHPSORHVOODPDWLYRTXHHOVXHOGRGHORV
JREHUQDGRUHVGHSDUWDPHQWDOHVVHPDQWXYLHUDHQSVDQXDOHVGHVGHFRQ
'XHxDVKDVWD3RUHOFRQWUDULRXQPLQLVWURFRPRHOGH*REHUQDFLyQSDVyGH
JDQDUSRUVXHOGRGHSVHQDSVFLQFRDxRVGHVSXpV3RURWURODGR
VLQHPEDUJROODPDODDWHQFLyQTXHVHQDGRUHV\GLSXWDGRV±FRQXQDDFWLYLGDGODER-
UDOEDVWDQWHOLPLWDGDHQHOWLHPSRDXQTXHVXVUHQWDVSURFHGtDQGHRWURVRUtJHQHV
SRUTXHWRGRVHUDQSURSLHWDULRV±SHUFLEtDQHQSVDOGtDGHGLHWDVPiVUHD-
OHVSRUOHJXDGHLGD\YXHOWDHQVXVYLDMHVDODFDSLWDO\SRVWHULRUPHQWHSDVDURQD
FREUDUSVGLDULRVHQWUH\DXQTXHORVUVGHYLiWLFRSRUOHJXDVHPDQ-
WXYLHURQ¿MDVDORODUJRGHORVDxRVTXHDTXtVHFRQVLGHUDQ(VGHFLUTXHORVFRVWHV
GHDORMDPLHQWRFRPLGD\WUDQVSRUWHQRKDEtDQVXELGRHQDxRVORTXHGDLGHDGH
que los precios de mano de obra y del transporte en el campo debían permanecer
estables. En este sentido parece oportuno señalar que el salario de un trabajador
HQREUDVS~EOLFDVFREUDEDR¿FLDOPHQWHUVGLDULRVSHURSRGtDQVHUPHQRVHQRWUD
DFWLYLGDG\XQMRUQDOHURGHFDIpSHUFLEtDDORVXPRUVRPHQRVDOGtDFXDQGRORV
SRGtDFREUDUHQHIHFWLYRORTXHQRVXFHGtDVLHPSUH9HU&DStWXOR(VWRKDFtD
VDODULRVDQXDOHVGHSHRQHVVLQFXDOL¿FDUHQWUH\SVUHVSHFWLYDPHQWHVLODDF-
tividad laboral durase un año ininterrumpido lo que tampoco solía suceder en nin-
JXQRGHORVGRVFDVRV)UHQWHDHVWRVQLYHOHVXQVHQDGRURGLSXWDGRTXHYLYLHVHD
una distancia media de San Salvador recibía un salario mensual conjunto –dietas y
viáticos– inferior al de un ministro pero similar al de los magistrados de la Suprema
&RUWHTXHVHPDQWXYLHURQSHUFLELHQGRSVDQXDOHVHQWRGRHOSHUtRGRGHJR-
ELHUQRGH=DOGtYDU)UHQWHDWRGRVHOORVHOSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDTXHSHUFLEtD
SVHQFRPRVDODULRSRUVXFDUJRPDQWXYRGHVSXpVXQVXHOGRGH
SVDODxRHQWUH\\DGHPiVODSDUWLGDGHJDVWRVH[WUDRUGLQDULRVGHOD
presidencia pasó de 34.000 ps en 1878 a 300.000 ps en 1883. Se trataba de una cifra
muy alta que pudo estar en el origen de algunas de las acusaciones que después de
)UDQFLVFR0HQpQGH]KL]RD=DOGtYDUVREUHPDOHPSOHRGHIRQGRVS~EOLFRV
La población del país crecía pero no todos los sectores sociales experimenta-
ban los mismos incrementos en sus ingresos. Aunque El Salvador seguía siendo un
SDtVSUHGRPLQDQWHPHQWHUXUDOODVFLXGDGHVDXPHQWDEDQGHWDPDxR\VHDPSOLDEDQ
DOJXQRVVHUYLFLRVHQHOODV$VtSRUHMHPSORHQHO&XHUSRGH%RPEHURVWH-
QtDSODQL¿FDGRGLVSRQHUGHKRPEUHV\SDUDFRPSOHWDUODSODQWLOODHQHQHURVH
convocaron plazas para un trabajo que exigía dormir en el cuartel días alternos y
202 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

hacer ejercicios dos horas todos los domingos. El salario era de 15 ps mensuales o
4 rs diarios.46$XQTXHDJUDQGLVWDQFLDGHDOJXQRVGHORVVDODULRVUHIHULGRVDUULED
QRHUDWDQEDMRFRPRORVGHRWUDVDFWLYLGDGHV(QOD-XQWDGH&DULGDGGHO+RV-
SLWDOGH6DQWD$QDWHQtDFRPRWHVRUHURDOFRPHUFLDQWH-RVp0DUtD0DUWLQR\FRPR
VHFUHWDULRDODERJDGRMXH]FDIHWDOHUR\IXWXURPLQLVWURFRQ)UDQFLVFR0HQpQGH]
Cornelio Lemus. Algunos miembros del personal empleados en el Hospital perci-
EtDQORVLQJUHVRVTXHPXHVWUDHO&XDGUR3RUODVPLVPDVIHFKDVHQHO+RVSLWDO
GH6DQ6DOYDGRUVXWHVRUHUtDPDQHMDEDPiVGHSVDODxRGHORVTXHSV
HUDQHQPHGLFLQDVTXHHUDQYHQGLGDVSRUHOIDUPDFpXWLFR2WWRYRQ1LHEHFNHUTXH
IRUPDEDSDUWHGHVX-XQWDGH&DULGDG47(OPpGLFR'U0%XVWDPDQWHFREUDEDDO
PHVSVHVGHFLUYHLQWHYHFHVPiVTXHXQDHQIHUPHUD(O'U%XVWDPDQWHHUD
GLVFtSXORGHO'U(PLOLRÈOYDUH]TXLHQDOSDUHFHU\DQRWUDEDMDEDHQHO+RVSLWDO\
que cobraba 100 ps mensuales algunos años antes.48

CUADRO 6.2
Salarios mensuales de empleados del Hospital de Santa Ana – 1884

Contralor 30 ps
Ayudante de botica 10 ps
Enfermera 4 ps
Cocinera 7 ps
Lavandera 5 ps
Molendera 4 /5 ps

Fuente: Diario..., 8 de febrero de 1884.

Las diferencias en algunos casos corresponden a los dos semestres del año.

3HURSDUDPXFKRVQRH[LVWtDQQLVLTXLHUDVDODULRVEDMRV/DSREUH]DVHJXtD
extendiéndose por el país y quizá de forma más llamativa en las zonas urbanas. A
SHVDUGHDOJXQRVHVIXHU]RVKHFKRVHQHVWHVHQWLGRHQHQHURGHKXERTXHIXQ-
GDUXQDQXHYDLQVWLWXFLyQGHEHQH¿FHQFLDHO$VLOR6DUDHQKRQRUDOQRPEUHGHOD
HVSRVDGHOSUHVLGHQWH=DOGtYDU&RQVXFUHDFLyQHO(MHFXWLYRGHVHDED³SURWHJHUDOD
clase más desvalida de la sociedad y evitar el lastimoso espectáculo que presentan
ORVPHQGLJRVLPSORUDQGRODFDULGDGS~EOLFD´(QXQ³H[WHQVR\FyPRGRORFDOFHGL-
GRSRUOD6UDGH=DOGtYDU´VHGDUtDDFRJLGD³DWRGRVORVGHVYDOLGRV\PHQHVWHURVRV
TXHQRVHKDOOHQHQIHUPRVSURSRUFLRQiQGROHVODDVLVWHQFLDQHFHVDULD\HOWUDEDMR
TXHVHDFRPSDWLEOHFRQVXHVWDGR´493UREDEOHPHQWHPXFKRVGHHOORVSURFHGtDQGHO
ámbito rural y es que en el campo también estaban teniendo lugar cambios muy
LPSRUWDQWHVELHQFRPRFRQVHFXHQFLDGHODFDtGDGHFRPHUFLRGHODxLOORTXHGHELy
traducirse en una pérdida de rentas proporcionalmente en toda la escala social en
los departamentos que producían la tinta y no tuvieron con qué sustituirla; o bien
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 203

D SDUWLU GH OD GH¿QLWLYD H[SDQVLyQ GHO FXOWLYR GHO FDIp LQFOXVR FRQVLGHUDQGR ODV
EUHYHVFULVLVFRQORVHIHFWRVTXHHOORFRPSRUWyTXHQRIXHURQQLPXFKRPHQRV
KRPRJpQHRVVRFLDOPHQWHFRPR\DVHVHxDOy
(QUHODFLyQFRQORDQWHULRURWURSUREOHPDTXHVHYHQtDSODQWHDQGRFRQDQWH-
rioridad y que ahora surgía con más fuerza con la expansión económica del país era
el del control de los municipios y las autoridades locales por parte de la administra-
ción central. Desde hacía años se habían expresado quejas por distintos gobiernos
FRQUHVSHFWRDORVPXQLFLSLRVSHURWDPELpQDODVJREHUQDFLRQHVGHSDUWDPHQWDOHV
sobre el incumplimiento de leyes en diferentes planos como el control laboral de la
SREODFLyQUXUDOODGHOLQFXHQFLDRODUHFDXGDFLyQGHLPSXHVWRVPXQLFLSDOHV50 Des-
GHORVVXFHVLYRVJRELHUQRVVHPDQWHQtDODLGHDR¿FLDOGHTXHODVPXQLFLSDOLGDGHV
HUDQDXWyQRPDVORTXHHQXQDPHGLGDPX\LPSRUWDQWHQRHUDFLHUWRHVSHFLDOPHQWH
en lo referido a su dependencia de los poderes centrales del Estado para aprobar sus
LPSXHVWRV\VXVWDVDV(VGHFLUTXHODVPXQLFLSDOLGDGHVQRSRGtDQGHFLGLUQLTXp
derechos cobrar ni en qué cuantía. Todo ello tenía que ser propuesto a la Asamblea
/HJLVODWLYDODFXDODSUREDEDRQRODVSURSXHVWDVPXQLFLSDOHVHQIXQFLyQGHORTXH
sus miembros creían que era sensible para los intereses privados de las minorías
SURSLHWDULDVORFDOHVRQDFLRQDOHV(OUHVXOWDGRHUDTXHOD¿VFDOLGDGPXQLFLSDOWHUPL-
QDEDVLHQGRXQFRUUHODWRGHOD¿VFDOLGDGFHQWUDOHVGHFLUFRPSOHWDPHQWHUHJUHVLYD
\JHQHUDOPHQWHLQVX¿FLHQWHSDUDFXEULUORVJDVWRVFRUULHQWHV\SRGHUDWHQGHUDODV
necesidades de inversión de cada municipio.
(QODPD\RUSDUWHGHORVPXQLFLSLRVHVWRSURGXFtDGp¿FLWVFUyQLFRVRVXSH-
UiYLWVPX\GpELOHVVLHQGRODVH[FHSFLRQHVDOJXQRVPXQLFLSLRVFRQXQDOWRQLYHO
de actividad económica y con una fuerte disciplina en el cobro de los impuestos
LQGLUHFWRV8QRGHHVWRVFDVRVHUD6DQWD$QDGRQGHHO\DFRQRFLGRFDIHWDOHUR7HR-
GRUR0RUHQRDOFDOGHGHODFLXGDGJREHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWR\PLHPEURGHOD
$VDPEOHD*HQHUDOD¿UPDEDVREUHOD³DXWRQRPtDPXQLFLSDO´HQOD0HPRULDDO¿QD-
OL]DUVXPDQGDWRFRPR$OFDOGHHQ³/D0XQLFLSDOLGDGWLHQHODVDWLVIDFFLyQSRU
mi medio de manifestaros que con entera libertad ha deliberado en uso de sus dere-
chos para ejercitar sus deberes de su institución”.51 Moreno se expresaba así siendo
SUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDFDUJRTXHKDEtDFRPSDWLELOL]DGRFRQHOGHO
DOFDOGHHQXQHMHUFLFLRGHXELFXLGDGSROtWLFD6HUtDLQWHUHVDQWHFRQRFHUTXpWUDWR
había dado a su ciudad desde su posición en la Asamblea. En general los gobiernos
FRPHQ]DURQDFRQFHGHUOHSUHIHUHQFLDHLQFOX\HURQD6DQWD$QDFRPREHQH¿FLDULD
de ciertas ayudas en los presupuestos generales del Estado en años siguientes.52
En 1881 y 1882 el gobierno aprobó las leyes que extinguían los ejidos y las
WLHUUDVGHFRPXQLGDGHV(OGHEDWHKLVWRULRJUi¿FRVREUHHVWDVPHGLGDVKDVLGRDP-
SOLR\ODFXHVWLyQVHUHWRPDUiHQDO&DStWXORSHURDHIHFWRVGHLQJUHVRV\VROLGH]
GHUHFXUVRVPXQLFLSDOHVODH[WLQFLyQGHORVSULPHURVFDXVySRUXQODGRODSpUGLGD
del canon de ejidos que de todas formas en muchos municipios no era un ingreso
204 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

VXVWDQFLDO\SRURWURSHUPLWLyXQDVHQWUDGDV¿VFDOHVSRUODSULYDWL]DFLyQGHODV
tierras –que en muchos lugares fue un proceso lento– que tampoco fueron muy
LPSRUWDQWHV\TXHIXHURQFRQVXPLGDVUiSLGDPHQWHGDGDODGHELOLGDGKDFHQGtVWLFD
GHORVPXQLFLSLRV(QGXUDQWHHOSURFHVRGHDSOLFDFLyQGHODVPHQFLRQDGDV
OH\HVHOPLQLVWURGH*REHUQDFLyQ-HV~V9HODVFRLQIRUPDEDDFHUFDGHODYLVLyQTXH
WHQtDHOJRELHUQRVREUHORVPXQLFLSLRVVXDXWRQRPtD\VXVLVWHPD¿VFDO
³3RUDKRUDODVPXQLFLSDOLGDGHVFRQKRQURVDVH[FHSFLRQHVFDUHFHQGHLQLFLDWLYD
para impulsar el progreso moral y material y casi siempre lo esperan todo del
Ejecutivo. Lo que les produjo la extinción de los ejidos ya ha sido empleado por
ODPD\RUSDUWHGHHOODVLPSURGXFWLYDPHQWHGHGRQGHKDSUHYHQLGRODFDUHQFLDGH
IRQGRVSDUDODVDWLVIDFFLyQGHVXVQHFHVLGDGHV6HKDKHFKRSXHVPX\XUJHQWH
aprobar algunos de los arbitrios que han propuesto para lo cual nunca ha dejado
GHWRPDUVHHQFXHQWDTXHVRORSXHGHJUDYDUVHORVXSHUÀXR\TXHHVDVFRQWULEXFLR-
QHVVLHPSUHRGLRVDVQRGHEHQDWDFDUODVIXHQWHVSULQFLSDOHVGHODULTXH]D\FRQ
tal motivo se han declarado sin lugar las solicitudes referentes a la aprobación de
arbitrios sobre la producción de añil y en general sobre la agricultura”.53

La crudeza con la que el ministro explicaba no solo su opinión sobre la muni-

FLSDOLGDGHVVDOYRH[FHSFLRQHVVLQRWDPELpQFyPRORVLQWHUHVHVGHODFODVHSURSLH-
WDULDVHLPSRQtDQVREUHODVSRVLELOLGDGHVGH¿QDQFLDPLHQWRGHODVPXQLFLSDOLGDGHV
HYLGHQFLDEDODIDOWDGHFRQVLGHUDFLyQGHOJRELHUQRKDFLDHOODV\DGHPiVWHQtDXQD
relación directa y negativa sobre los servicios y las condiciones de vida de la ma-
yoría de la población rural. Establecía con toda claridad que las contribuciones
PXQLFLSDOHVQRGHEtDQ³DWDFDUODVIXHQWHVSULQFLSDOHVGHODULTXH]D´HVGHFLUORV
LQWHUHVHVGHORVSURSLHWDULRVGHORVUHVSHFWLYRVPXQLFLSLRVVREUHORVTXHFXDOTXLHU
FRQWULEXFLyQHUD³VLHPSUHRGLRVD´FRPRUHVXOWDEDOyJLFR
/DVFDUHQFLDVGHORVPXQLFLSLRVVHJXtDQVLHQGRSDOLDGDVTXHQRUHVXHOWDV
por la vía de la discrecional generosidad presidencial. En los años de crecimiento
HFRQyPLFR=DOGtYDUGLVSXVRGHPiVUHFXUVRVTXHSUHVLGHQWHVDQWHULRUHV\FRPR
HOORV HQ VXV YLDMHV GHUUDPDED GiGLYDV SDUD UHVROYHU QHFHVLGDGHV FRPR HUDQ ODV
relacionadas con el abastecimiento de agua. Esta fórmula de las donaciones presi-
GHQFLDOHVVHFRQVWLWXtDHQXQPHFDQLVPRGHFDSWDFLyQGHDSR\RSRSXODUHQQDGD
diferente a lo que hoy practican muchos gobiernos contemporáneos en sus países.
(QHVWHVHQWLGRDOLJXDOTXHDOJXQRVGHVXVDQWHFHVRUHV=DOGtYDUVHHVIRU]yGHVGH
el inicio de su presidencia en tener un conocimiento directo del funcionamiento del
SDtV\GHODH¿FLHQFLDGHORV³DJHQWHVVXEDOWHUQRV±JREHUQDGRUHV\DOFDOGHVPXQL-
FLSDOHVHQFDUJDGRVGHSRQHUHQFRQRFLPLHQWRGHOJRELHUQRWRGRORUHIHUHQWHDOD
buena administración y acuerdo de medidas especiales y que pueden equivocarse
FRQIDFLOLGDG±´3DUDHOOROOHYyDFDERGHVGHXQDVHULHGHYLVLWDVSRUORVGH-
SDUWDPHQWRVGHOD5HS~EOLFDSDUD³REVHUYDUGHFHUFDORVYDFtRVTXHGHEtDQOOHQDUVH
y las medidas útiles que el patriotismo aconsejase intentar”.54
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 205

$O LJXDO TXH YHQtDQ SUDFWLFDQGR RWURV SUHVLGHQWHV GH HVWDV YLVLWDV VH GHUL-
YDEDQJUDQGHVEHQH¿FLRVDPXFKDVORFDOLGDGHVGHOSDtVPHUFHGDODV³IXHUWHVVX-
mas” que el presidente destinaba discrecionalmente en calidad de subsidios para
ODUHVWDXUDFLyQGHHGL¿FLRVS~EOLFRVFRPRFDELOGRVRORVWHPSORV\RWUDVREUDV
necesarias para la población.55(VFRQRFLGDODWUDGLFLyQGHDVLVWHQFLD¿QDQFLHUDTXH
los gobiernos debieron aplicar para asistirlos en sus necesidades. Valga un ejemplo:
de las diversas obras de infraestructuras que el gobierno promovió en esta época de
FUHFLPLHQWRHFRQyPLFRXQDGHHOODVIXHODFRQVWUXFFLyQGHFDQDOL]DFLRQHVGHDEDV-
tecimiento de agua potable en muchas localidades del país. En la segunda mitad del
siglo XIX la preocupación por la salubridad se extendía por el mundo occidental
\VLHQGR=DOGtYDUPpGLFRFRQVLGHUDEDHODJXDSRWDEOHFRPR³LQGLVSHQVDEOHSDUD
favorecer el incremento material”. Las primeras obras de canalización de agua po-
WDEOHHQODFDSLWDOODVHPSUHQGLyHOSUHVLGHQWH'XHxDVSHURHOLPSXOVRTXHWRPy
HVWHDVXQWRFRQ=DOGtYDUIXHPX\LPSRUWDQWH/DFRQVWDQWHD\XGDDORVPXQLFLSLRV
SDUDODFRPSUDGHWXEHUtDVHOHPSOHRGHWpFQLFRVHQWUDEDMRVGHWUD]DGRQLYHODFLyQ
GHWHUUHQRVHWFVHVXPDEDDODFRQWULEXFLyQGHOJRELHUQRHQRWUDVLQIUDHVWUXFWXUDV
WDPELpQHQH[SDQVLyQFRPRHOWHOpJUDIRHODOXPEUDGRPDQWHQLPLHQWR\WUD]DGR
GH QXHYRV FDPLQRV HWF DOJXQDV GH FRPSHWHQFLD HVWDWDO \ RWUDV PXQLFLSDO (Q
general para todas ellas los municipios jugaban un papel fundamental facilitando la
provisión de mano de obra para los trabajos.
(VWHFUHFLPLHQWRHQLQYHUVLRQHVDGHPiVGHODXPHQWRGHORVJDVWRVHQODDG-
ministración del Estado y de los costes de alguna operación tan arriesgada como
IXHODGHOIHUURFDUULOSHUPLWHQHVWLPDUTXHHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUKDEtDLGRGHPD-
VLDGROHMRVGHPDVLDGRUiSLGR\FRQ¿DQGRVXULHVJRHQXQDPHGLGDPX\DOWDHQXQD
YDULDEOHTXHQRGHSHQGtDGHpOVLQRGHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOFRPRHUDHOSUHFLR
GHOFDIpTXHVHJXtDFD\HQGR<ORSHRUGHOFXDGURHUDTXHWRGRVXFHGtDPDQWHQLpQ-
GRVHXQVLVWHPD¿VFDOTXHUHQXQFLDEDDFREUDULPSXHVWRVDTXLHQHVPiVWHQtDQ
3HURKDFLDORVSUREOHPDVGH(O6DOYDGRUQRVRORHUDQGHtQGROHHFRQy-
mica; estaban también en las relaciones internas y en las pugnas de los diferentes
VHFWRUHVGHODROLJDUTXtDSRUHOFRQWUROGHOSRGHUSROtWLFR(QHVWHVHQWLGRHOSULQFL-
SDOIRFRGHDWHQFLyQHUDOyJLFDPHQWHOD¿JXUDGHOSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD(VWDV
relaciones se veían afectadas por la evolución de la situación económica pero había
iniciativas personales que tenían su dinámica propia y que fueron evolucionando
FRQORVDxRVFRPRODGH)UDQFLVFR0HQpQGH]\SHUVRQDVSUy[LPDVDpOSRUHMHP-
SOR5DIDHO=DOGtYDUKDEtDOOHJDGRDODSUHVLGHQFLDDQXQFLDQGRTXHODRFXSDFLyQ
GHOFDUJRVHUtDWUDQVLWRULDSHURQRSUHFLVyFXiQWRGXUDUtDODWUDQVLWRULHGDG56 Como
\DKDEtDRFXUULGRHQORVFDVRVGHOOHJDGDDOSRGHUSRUYtDLUUHJXODUFRPRORVGH
)UDQFLVFR 'XHxDV HQ  \ 6DQWLDJR *RQ]iOH] HQ  =DOGtYDU FRQYRFy XQD
$VDPEOHD&RQVWLWX\HQWHSHURDGLIHUHQFLDGHORVDQWHULRUHVQRORKL]RLQPHGLD-
WDPHQWHGHVSXpVGHKDEHUDFFHGLGRDODSUHVLGHQFLDVLQRWUHVDxRVPiVWDUGHHQ
206 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

 FRQ OR TXH KDEtD GHMDGR WUDQVFXUULU SUiFWLFDPHQWH XQ SHUtRGR GH JRELHUQR
VLQUHJXODUL]DUVXSUHVLGHQFLDHQWpUPLQRVFRQVWLWXFLRQDOHV3DUDHVDIHFKD\DKDEtD
VXIULGRGRVLQWHQWRVGHJROSHGHHVWDGRDXQTXHQRPX\ELHQSUHSDUDGRV\QRVH
puede descartar que esta dilación tuviera relación con ellos.57
(QVHHOLJLyOD$VDPEOHD&RQVWLWX\HQWH\HVWDEDFRPSXHVWDHQWUHRWURV
por eximios cafetaleros y propietarios del occidente y del sur: el presidente era
7HRGRUR0RUHQRJREHUQDGRU\H[DOFDOGHGH6DQWD$QDHOYLFHSUHVLGHQWH'DUtR
0D]DULHJR\VHJXtDQ-RVp0DUtD9LGHVÈQJHO*XLUROD6DOYDGRU*DOOHJRV-DFLQWR
+XH]R&LULDFR/LpYDQR0DULDQR%XVWDPDQWH/XFLR8OORDHWF58 Una vez apro-
EDGD OD QXHYD FRQVWLWXFLyQ =DOGtYDU QR WXYR OD PHQRU GL¿FXOWDG HQ VHU HOHJLGR
nuevo presidente de El Salvador para el período 1880-1884.59 El presidente ejercía
HOSRGHUFRQJUDQDXWRULGDG\VXSXHVWDPHQWHWHQtDHODSR\RGHORVPDVRQHVFR-
rriente de pensamiento a la que pertenecía.60 Hasta 1882 los negocios todavía no
LEDQGHPDVLDGRPDOSDUDFDIHWDOHURV\RWURVHPSUHVDULRVSDUDHQWRQFHV=DOGtYDU
OOHYDED\DVHLVDxRVHQHOFDUJRGHPDQHUDTXHDSHVDUGHTXHWUDQVFXUUtDVXSHUtR-
GRFRQVWLWXFLRQDODOJXQRVHVWDEDQFDGDYH]PiVLPSDFLHQWHVSRUTXHVHSURGXMHUD
XQFDPELR$¿QHVGHGLFKRDxRYDULRVPLHPEURVGHODROLJDUTXtDVXPDQGRDOJX-
QRVVHFWRUHVSRSXODUHVXUEDQRVSUHSDUDURQXQLQWHQWRPiVVHULRGHGHVKDFHUVHGH
=DOGtYDU(VWDEOHFLHQGRODEDVHHQ6DQWD7HFODUHXQLHURQIRQGRVSDUDFRPSUDUHQ
California elementos de guerra que debían desembarcar en Acajutla a comienzos
GHO(OJRELHUQRWXYRFRQRFLPLHQWRGHOSODQ\WUDVXQDLQWHQWRQDGHORVUH-
EHOGHVHQDEULOFDSWXUyD0DQXHO*DOODUGR)UDQFLVFR0HQpQGH]0DUFLDO(VWHYHV
y otros más que contaban con el apoyo de Francisco Dueñas. Tanto Gallardo como
0HQpQGH]DPERVFDIHWDOHURVWHQtDQVX¿FLHQWHVUD]RQHVFRPRSDUDTXHUHUVHUSUH-
sidentes. El primero lo había sido de la Asamblea Nacional con Gerardo Barrios
\FRQ)UDQFLVFR'XHxDV\DGHPiVKDEtDVLGRPLQLVWURFRQ=DOGtYDU(OVHJXQGR
había hecho carrera política en Ahuachapán y ahora era miembro de la Asamblea.
7UDVODGHVDUWLFXODFLyQGHOFRQDWRGHJROSHSDUHFHTXHDOJXQRVGHORVVHGLFLRVRV
QRORVSULQFLSDOHVIXHURQWRUWXUDGRVORFXDOKDDOLPHQWDGRODLPDJHQGHWLUDQRFUXHO
GH=DOGtYDUTXHSRVWHULRUPHQWH0HQpQGH]PDJQL¿Fy61
$QWHVGHTXHVHFXPSOLHUDVXSHUtRGRSUHVLGHQFLDOLQLFLDGRHQ=DOGtYDU
emprendió nuevos movimientos políticos. En junio de 1883 mantuvo al menos
GRVUHXQLRQHVFRQ³ORVPiVQRWDEOHVFLXGDGDQRVSRUVXKRQRUDELOLGDGVDEHU\
patriotismo” para tratar del candidato a presidente en el siguiente período cons-
WLWXFLRQDO DO WLHPSR TXH DQXQFLDED SRU HVFULWR TXH QR WHQtD LQWHQFLyQ GH UHSHWLU
FDQGLGDWXUD1RVHFRQRFHODOLVWDFRPSOHWDGHSHUVRQDVFRQYRFDGDVSHURIXHURQ
DOPHQRVVHWHQWD\DOJXQRVGHHOORVHUDQFRQRFLGRVSRUVXVSHU¿OHVHFRQyPLFRV\
SROtWLFRVFRPR0DQXHO'HOJDGR-RVp/DUUH\QDJD'RVLWHR)LDOORV&DUORV3HUDOWD
0DULDQR 'RUDQWHV 3LODU /DJRV 0LJXHO /DJRV 5DIDHO 5H\HV &DUORV 0HOpQGH]
5DIDHO&DPSR-RVp0DUtD(VWXSLxiQ5DIDHO$\DOD-RVp7ULJXHURV,QGDOHFLR0L-
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 207

UDQGD1DUFLVR$YLOpV(PHWHULR5XDQR$XJXVWR%RXLQHDX$QWRQLR/LpYDQR(VWD-
QLVODR3pUH]6DOYDGRU*DOOHJRV3HGUR0HOpQGH]$GiQ0RUD6DOYDGRU6RO'DUtR
0D]DULHJR \ )DELR 0RUiQ HQWUH RWURV62 Eran grandes propietarios agrarios con
DEXQGDQFLDGHFDIHWDOHURVFRPHUFLDQWHV\¿QDQFLHURVDOJXQRVGHHOORVH[WUDQMH-
URVXQH[SUHVLGHQWH\RWURV'HODVFRQVXOWDVHOQRPEUHTXHUHVXOWyGHVWDFDGRSDUD
VHUSUHVLGHQWHIXHHOGHOPLVPR5DIDHO=DOGtYDUSHVHDORFXDOUHLWHUyVXLQWHQFLyQ
GHQRYROYHUDSUHVHQWDUVHDOFDUJR'HFXDOTXLHUIRUPDSRUHQWRQFHVFRPHQ]yD
manejarse la posible inconstitucionalidad de su reelección y desde las esferas del
SRGHUSUy[LPDVD=DOGtYDUVHLQLFLyXQDFDPSDxDSDUDSODQWHDUGLFKDSRVLEOHLQ-
FRQVWLWXFLRQDOLGDGFRPRDOJRTXHSUHFLVDPHQWHKDEtDTXHPRGL¿FDU(QWRGRFDVR
HOGLDULRR¿FLDOSXEOLFDEDHQHVWHFRQWH[WR
³¢<TXpRWUDFRVDVLQRXQDYHUGDGHUDLQVXUUHFFLyQVRQHVDVPDQLIHVWDFLRQHVYH-
QLGDVGHWRGRVORVSXHEORVGHOD5HS~EOLFDDO]iQGRVHFRQWUDHODUWtFXORFRQVWL-
tucional que prohibe la inmediata reelección de un gobernante? Y ¿qué debieron
hacer los encargados del poder en presencia de tales manifestaciones? Lo que han
hecho: convocar a esos mismos pueblos para que por medio de sus representantes
PRGL¿TXHQODFRQVWLWXFLyQYLJHQWHDGDSWiQGRODVDODVQHFHVLGDGHV\H[LJHQFLDV
de la sociedad”.63

(UD XQD WULTXLxXHOD UHWyULFD GLJQD GH OD HUtVWLFD GH 6FKRSHQKDXHU SHUR HQ
HIHFWRDQWHODIXHU]DGH=DOGtYDUFRPRFDQGLGDWRpVWHFRQYRFyDXQDQXHYD$VDP-
EOHD&RQVWLWX\HQWHSDUDTXHPRGL¿FDUDOD&RQVWLWXFLyQ\=DOGtYDUSXGLHUDYROYHUD
ser elegido para un nuevo período presidencial.64 Estaba claro que había decidido
SHUPDQHFHUHQHOSRGHUTXHDGPLQLVWUDEDVXVWLHPSRVSROtWLFRV\TXHLEDDUHSHWLU
ODPLVPDRSHUDFLyQGH7pFQLFDPHQWHODGHFLVLyQSDUHFtDGLItFLOGHREMHWDU
DGHPiV=DOGtYDUVHJXtDUHSLWLHQGRTXHQRTXHUtDSURORQJDUVHHQODSUHVLGHQFLD(Q
¿QFXDWURDxRVGHVSXpVGHODROLJDUTXtDYROYLyDHOHJLUDVXVUHSUHVHQWDQWHV
que iban a llevar a cabo los cambios que decía que “necesitaba la sociedad”. Entre
ORVTXHIXHURQHOHJLGRVHQSDUDPRGL¿FDUODFRQVWLWXFLyQTXHSHUPLWLHUDODSHU-
PDQHQFLDGH=DOGtYDUHQODSUHVLGHQFLDHVWDEDQ6DOYDGRU*DOOHJRV3HGUR0HOpQGH]
5DIDHO5H\HVÈQJHO*XLUROD&UX]8OORD-RVp/DUUH\QDJD$QWRQLR/LpYDQR-RVp
5RVDOHV)UDQFLVFR*DOLQGR'DUtR0D]DULHJR&LULDFR/LpYDQR7HRGRUR0RUHQR
-RVp5RVD3DFDV'DYLG-*X]PiQ-XVWR6RO)DELR0RUiQ\)UDQFLVFR0HQpQ-
dez.65 A algunos de los representantes de 1879 se les habían sumado otros nuevos de
SHU¿OHVVLPLODUHVTXHDSUREDURQXQDQXHYDFRQVWLWXFLyQ\=DOGtYDUIXHUHHOHJLGR
0LHQWUDVWDQWRODHFRQRPtDKDEtDLQLFLDGRVXFDPELR(OSUHFLRLQWHUQDFLRQDO
GHOFDIpFRQWLQXDEDVXFDtGDTXHORKDEtDOOHYDGRHQ*UDQ%UHWDxDGHVGHFKHOL-
nes el quintal en 1877 a 70 en 1883 y a 64 en 1885. Los ingresos de los cafetaleros
\GHORVH[SRUWDGRUHVFDtDQUHODWLYDPHQWHDXQTXHHOYROXPHQGHFDIpH[SRUWDGR
creció hasta estos años por causas que se explicarán en el capítulo siguiente. La
208 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FRQVHFXHQFLDGHGLFKDFDtGDIXHTXHHOYDORUGHODVH[SRUWDFLRQHVVHGHVSORPy\
FRQHOORWDPELpQORKLFLHURQORVLQJUHVRV¿VFDOHV$QWHHVWDVLWXDFLyQORVFRPHU-
ciantes pidieron que se bajaran los impuestos de importación que habían subido en
JUDQGHVSURSRUFLRQHVGXUDQWHORVDxRVDQWHULRUHVGHOJRELHUQRGH=DOGtYDUSURED-
EOHPHQWHSRUTXHQLHOORVQLHOSRGHUDGTXLVLWLYRLQWHULRUSRGtDVRSRUWDUORV<HQ
HIHFWR =DOGtYDU GLVPLQX\y ORV GHUHFKRV GH LPSRUWDFLyQ FRQ OR TXH FD\HURQ ORV
LQJUHVRV¿VFDOHVHVGHFLUORVUHFXUVRVGHO(VWDGR66
El presupuesto general de nación de 1883 todavía había crecido en las ex-
SHFWDWLYDVGHLQJUHVRVKDVWDSVSHURHQUHGXMRVXVH[SHFWDWLYDVGH
UHQWDV¿VFDOHVDSVHVGHFLUFDVLXQPHQRVORTXHHUDXQDFDtGD
TXHVHSRGtDFDOL¿FDUGHEUXWDO673RURWURODGRVXFHGtDTXHDXQTXHODVLQYHUVLRQHV
\ORVJDVWRVSUHVXSXHVWDGRVGHVFHQGtDQQRORKDFtDQHQODPLVPDSURSRUFLyQ\
se mantenían con un carácter más rígido que los ingresos. Si no se procedía ur-
JHQWHPHQWHDXQFDPELRGHODHVWUXFWXUD¿VFDOHOSDVRKDFLDHOFRODSVR¿QDQFLHUR
del Estado se habría acelerado; y el cambio no se produjo. En lugar de afrontar el
SUREOHPDHQVXVWpUPLQRVUHDOHVHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUDFKDFyGHIRUPDVLPSOLVWD
la caída de las importaciones en 1883 al movimiento sedicioso organizado por
)UDQFLVFR0HQpQGH]0DQXHO*DOODUGR\ORVGHPiVTXHVHKDQPHQFLRQDGR&RQ
un excesivo optimismo y un aparente escaso conocimiento del mercado interna-
FLRQDO=DOGtYDUD¿UPDEDTXHSRGtDDVHJXUDUVHTXHKDEtDFHVDGRHOSHOLJURGHXQD
crisis por la baja del precio del café que en los años anteriores se había producido
en los mercados extranjeros.68 En todo caso queda claro que desde el máximo
SRGHUGHOD5HS~EOLFDHOFDIpHUDFRQVLGHUDGR\DDOPHQRVPX\LPSRUWDQWHHQOD
marcha de la política económica del país.69 6HJ~Q =DOGtYDU XQD HYHQWXDO FULVLV
QXQFDKXELHUDDIHFWDGRSURIXQGDPHQWHELHQIXHUD³SRUODVIDYRUDEOHVFRQGLFLRQHV
HQTXHVHHIHFWXDEDODSURGXFFLyQ´RSRUODYDULHGDG\ULTXH]DGHODVH[SRUWDFLR-
nes nacionales. La expresión “favorables condiciones” es fundamental e incluía
las relaciones de producción que regían en la producción agraria de exportación
FRPRSRUHMHPSORHOFDIp$GHPiVSURVHJXtD=DOGtYDUODDFWLYLGDGSULYDGDHUD
DSR\DGDH¿FD]PHQWHPXHVWUDGHORFXDOHUDODSULPDGHODH[SRUWDFLyQGHORVDJUL-
FXOWRUHV GH FDxD DOJXQDV IUDQTXLFLDV \ H[FHSFLRQHV SDUD HVWDEOHFHU IDFWRUtDV GH
este producto en los principales centros de producción y la fundación de un banco
KLSRWHFDULRTXHSRUFLHUWRQROOHJDUtDDFUHDUVH70 Es notable comprobar cómo en
SOHQDGHSUHVLyQ¿QDQFLHUDGHO(VWDGRLQLFLDWLYDVWRPDGDVSRULQWHUHVHVSULYDGRV
instalados en la administración conseguían que se subvencionara a exportadores
HQSHUMXLFLRGHORVLQJUHVRV¿VFDOHV\DGHPiVHOSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDVH
enorgullecía de ello.
$QWHHVWHSDQRUDPD=DOGtYDU\DVHKDEtDYLVWRREOLJDGRDSHGLUPiVUHFXUVRV
DDOJXQRVGHORV¿QDQFLVWDVGHPD\RUFRQ¿DQ]DFRPR0LJXHO<~GLFHHQORTXH
ODRSRVLFLyQFDOL¿FyGH³RQHURVDVFRQWUDWDV´TXHOHYDOLHURQXQDWDTXHHQORVPH-
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 209

dios de comunicación y en los círculos políticos.713DUDXQDSDUWHGHODSREODFLyQ

la situación económica empeoraba; como consecuencia las deudas y la morosidad
FUHFtDQ SUROLIHUDED OD FUHDFLyQ GH LQVWLWXFLRQHV GH FUpGLWR \ HO JRELHUQR OOHJy D
aprobar una ley que establecía la prisión por deudas impagadas.72
3HURQRWRGRVORVVHFWRUHVGHODROLJDUTXtDVHHQIUHQWDEDQDOSUHVLGHQWH\DXQ-
TXHODFULVLVWHQtDHIHFWRVJHQHUDOHVSDUDDOJXQRVGHHOORVODVLWXDFLyQQROOHJDEDD
VHUJUDYH$GHPiVOOHJDGRHOPRPHQWRPXFKRVJXDUGDEDQODVIRUPDVVRFLDOHV=DO-
dívar había tomado posesión de su cargo para el nuevo período presidencial el 29 de
enero de 1884 y solo dos días más tarde recibía efusivas felicitaciones y la adhesión
de 78 propietarios y cafetaleros de Santa Ana. Le ofrecían su disponibilidad “para
ayudaros en la misión noble y difícil del engrandecimiento de la patria salvadoreña
\GHODUHFRQVWUXFFLyQFHQWURDPpULFDVLFODPiVJUDQGHGHYXHVWUDVDVSLUDFLRQHV´
(QWUH ORV ¿UPDQWHV VH HQFRQWUDEDQ HO PDJLVWUDGR -RVp 5RVD 3DFDV HO HPSUHVDULR
(PLOLR%HOLVPHOLV,QGDOHFLR6LIRQWHVHOJHQHUDO3HGUR(VFDOyQHOUHSUHVHQWDQWHHQ
OD$VDPEOHD-RVp0DUtD9LGHVWRGRVJUDQGHVFDIHWDOHURVPiVHOHPSUHVDULR(PLOLR
$OWVKXOHOJHQHUDO\WDPELpQHPSUHVDULR$QGUpVYDQ6HYHUHQ\QDWXUDOPHQWHHOJR-
EHUQDGRU1DUFLVR$YLOpVHQWUHRWURV733DUHFtDLPSRVLEOHLPDJLQDUTXHSRFRPiVGH
XQDxRGHVSXpV6DQWD$QDVHUtDHOIRFRGHOJROSHGHHVWDGRTXHGHUURFDUtDD=DOGtYDU
'HVGHRWURSXQWRGHYLVWDSHVHDORVGDWRVVREUHODHYROXFLyQGHOFDIpHVWDIUDFFLyQ
cafetalera occidental de la oligarquía no parecía estar resintiéndose mucho en térmi-
nos económicos y daba señales de encontrarse en un proceso de consolidación. Es
interesante el hecho de que a comienzos de 1885 tanto en Sonsonate como en Santa
Ana se constituyeran sus respectivos casinos cuyos miembros eran algunos de los
grandes empresarios y cafetaleros de ambas ciudades.74 Era un signo de que el nú-
cleo duro de este sector social cafetalero tenía cada vez más conciencia de constituir
una fuerte fracción de la clase dominante del país. Al mismo tiempo y en relación
FRQHVWHSURFHVRHQ6DQWD$QDHOORVPLVPRVWDPELpQHVWDEDQSRQLHQGRODVEDVHVGH
ORTXHWHUPLQDUtDVLHQGRHO%DQFR2FFLGHQWDOFUHDGRHQ
(Q PHGLRGHOFRPSOHMRFXDGURSROtWLFR\HFRQyPLFRH[LVWHQWHHQDEULOGH
=DOGtYDUVHIXHGHYLDMHDOH[WUDQMHUR1RHVIiFLOGHWHUPLQDUVLVXGHFLVLyQ
–que la venía preparando desde tiempo atrás– respondía a un acto de irresponsa-
ELOLGDGRDXQDVLQFHUDFRQ¿DQ]DHQTXHHOUXPERGHOSDtVVHHQGHUH]DUtD\TXHVX
ausencia no causaría ningún problema adicional. Es preciso admitir que a comien-
]RVGHQDGDKDFtDVXSRQHUTXH-XVWR5X¿QR%DUULRVSURYRFDUtDXQDFULVLVWDQ
JUDYHFRPRODGHODxRVLJXLHQWHQLTXH)UDQFLVFR0HQpQGH]DSURYHFKDUtDODRFD-
VLyQSDUDGDUHOJROSHGH¿QLWLYRFRQWUDHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUGHMyDÈQJHO*XLUROD
FRPR SUHVLGHQWH LQWHULQR SRU WUDWDUVH GHO SULPHU VHQDGRU GHVLJQDGR SDUD HOOR \
WUDVXQRVEUHYHVPHVHVSRU(XURSD\(VWDGRV8QLGRVHOSUHVLGHQWHUHJUHVyD6DQ
Salvador a mediados de agosto del mismo año 1884.
210 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

7UDVVXUHJUHVR=DOGtYDUFRQWLQXyFRQVXVWDUHDVGHJRELHUQRFDPLQRGHOTXH
iba a ser su noveno años en la presidencia del país. En la política seguían teniendo
OXJDUVXFHVRVHQODOtQHDGHRWURVTXH\DKDEtDRFXUULGR3RUHMHPSORHOTXHWXYR
lugar a los pocos días del retorno del presidente cuando se publicó el telegrama de
ELHQYHQLGDTXHOHKDEtDQGLULJLGRHORELVSR/XLV&iUFDPR\HO&DELOGRHFOHVLiVWLFR
MXVWRHQYtVSHUDVGHODFHOHEUDFLyQGHXQD³WHQLGD´RJUDQUHXQLyQGHOD/RJLDPD-
VyQLFD³([FHOVLRU´DODTXHHVWDEDYLQFXODGR=DOGtYDUFRQDVLVWHQFLDGHDOWRV
representantes masones centroamericanos.75 Una cosa era que la Iglesia guardara
ODVIRUPDVGHUHVSHWRKDFLDHOSUHVLGHQWHDSHVDUGHVXVSROtWLFDVODLFLVWDVTXHWDQWR
UHFKD]RKDEtDQOOHJDGRDGHVSHUWDU\RWUDHUDTXHDQWHODRSLQLyQS~EOLFDDSDUHFLHUD
un saludo del obispo casi simultáneamente a las reseñas del gran acto masón en las
TXHVHUHIHUtDODPLOLWDQFLDGH=DOGtYDU6HSURGXMRSRUHOORXQDSROpPLFDUHSUHVHQ-
tativa del rechazo que sentían ciertos sectores de la oligarquía hacia las políticas
DVXVRMRVH[FHVLYDPHQWHOLEHUDOHVGHOSUHVLGHQWHOOHYDGDVDODSUiFWLFDFRQFLHUWD
DUURJDQFLD\SDUDFROPRHQPHGLRGHXQDFULVLVGHODV¿QDQ]DVS~EOLFDV1RDMHQR
a ello era el nuevo movimiento general contra el presidente que debía estallar en
HQHURGH6LQHPEDUJRQRKXERHOVX¿FLHQWHFRQFLHUWR\VRORKXERDVRQDGDV
HQ&RMXWHSHTXH\HQ$WLTXL]D\DDXQTXHORVGHVHRVGHDOJXQRVSRUGHUURFDUD=DO-
dívar no se habían apagado.76
0LHQWUDVWDQWRHQHOFDPSRORVDQWLJXRVHMLGDWDULRV\ORVFRPXQHURVSHUGtDQ
SRFRDSRFRVXVWLHUUDVORVJUDQGHVSURGXFWRUHVDJUDULRVHVSHUDEDQTXHVXELHUDQ
los precios internacionales de sus productos y las desigualdades territoriales cre-
cían. El estado de la Hacienda pública era cada vez más preocupante y en esta
coyuntura iban a suceder acontecimientos de gran impacto.
*
$¿QHVGHIHEUHURGHODGLItFLOVLWXDFLyQGHOJRELHUQRGH(O6DOYDGRUVH
FRPSOLFyD~QPiVFXDQGRHO&RQJUHVR\ODSUHVLGHQFLDGH*XDWHPDODGHFUHWDURQ
FRPRXQKHFKRODQDFLRQDOLGDGFHQWURDPHULFDQD77 Un sector de la oligarquía gua-
WHPDOWHFDSUHWHQGtDH[SDQGLUVH\DPSOLDUVXLQÀXHQFLD\EHQH¿FLRVHQWpUPLQRVGH
PHUFDGR(UDGHQXHYRHO³IDFWRU*XDWHPDOD´LQÀX\HQGRVREUHHOSDtV/D$VDP-
EOHD1DFLRQDOGH(O6DOYDGRUHVGHFLUODUHSUHVHQWDFLyQGHODROLJDUTXtDHPSUHVD-
rial y propietaria del país rechazó dicha decisión con lo que la relación entre los
GRVYHFLQRVVHWHQVy$QWHODSRVLELOLGDGGHXQFRQÀLFWRDUPDGR\GDGDODGLItFLO
VLWXDFLyQGHOD+DFLHQGDHOJRELHUQRWXYRTXHHPLWLUXQ³HPSUpVWLWRYROXQWDULR´
GHSVGLVWULEXLGRVHQWUHORVGHSDUWDPHQWRVGHOSDtVORTXHDJUDYDEDOD\D
LQVRVWHQLEOHVLWXDFLyQ¿QDQFLHUDGHOHVWDGR78(OGHPDU]R-XVWR5X¿QR%DUULRV
SUHVLGHQWHGH*XDWHPDODLQYDGLy(O6DOYDGRUODVWURSDVVDOYDGRUHxDVVHUHSOHJD-
URQD&KDOFKXDSD\HOGHDEULOHQPHGLRGHOIXHJRHQWUHORVGRVHMpUFLWRV%DUULRV
FD\yPXHUWRSRUXQGLVSDURGHODV¿ODVVDOYDGRUHxDV/DRFXSDFLyQJXDWHPDOWHFD
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 211

se suspendió inmediatamente y el Congreso de aquel país revocó el decreto de la

nacionalidad centroamericana. 79
3HURDSURYHFKDQGRODVLWXDFLyQTXHVHKDEtDFUHDGRODFRQFHQWUDFLyQGHWUR-
SDV \ OD GHELOLGDG GHO JRELHUQR HO  GH PD\R HO JHQHUDO )UDQFLVFR 0HQpQGH]
HPSUHQGLyHQ&KDOFKXDSDXQDQXHYDLQVXUUHFFLyQTXHVHKL]RIXHUWHHQ6DQWD$QD
±³DOOtWRPyFUHFHVODIDODQJHUHYROXFLRQDULD´GHFODUyPiVWDUGH0HQpQGH]±FRQWUD
HOSUHVLGHQWH=DOGtYDU80 Agobiado por los problemas el presidente dimitió dejando
FRPR YLFHSUHVLGHQWH DO JHQHUDO )HUQDQGR )LJXHURD HO FXDO UHVLVWLy \ VH QHJy D
FHGHUDODVRIHUWDVGHSDFWR\GHVXPDUVHDODLQVXUUHFFLyQTXHOHKL]R0HQpQGH]
VHJ~QODSURSLDYHUVLyQGHHVWH~OWLPR3HURDQWHODSUHVLyQDUPDGDGHORVVXEOH-
YDGRV)LJXHURDWDPELpQGLPLWLy\GHMyODSUHVLGHQFLDHQPDQRVGHOGRFWRU-RVp
5RVDOHVWHUFHUVHQDGRUGHVLJQDGRSDUDWDO¿Q)XH5RVDOHVTXLHQHQXQDFWRSRFR
KRQURVR¿QDOPHQWHUHFRQRFLyFRPR³OHJtWLPR\HPDQDGRGHODYROXQWDGSRSXODU´
el movimiento golpista de Menéndez y éste asumió la presidencia provisional de la
5HS~EOLFD81 El cambio parecía anunciarse con aspecto de cualquier cosa menos de
XQDUHYROXFLyQFRPRVHUtDFDOL¿FDGDSRUHOYHQFHGRU\VXVVHJXLGRUHVSHURKDEUtD
que esperar a ver qué política desarrollaba Menéndez.
3RU¿QHOJHQHUDO0HQpQGH]KDEtDFRQVHJXLGRVXREMHWLYRGHGHUURFDUD=DO-
dívar que con tanta insistencia había perseguido desde el comienzo de su presi-
GHQFLD3RURWURODGRODIUDFFLyQRFFLGHQWDOGHODROLJDUTXtDFDIHWDOHUDFRQFHQWUR
HQ6DQWD$QDVHKDEtDFRQYHUWLGR\DHQXQSRGHURVRIRFRGHSRGHUHFRQyPLFR\
FRPRYROYHUtDDUHSHWLUHQHOIXWXURGHPRVWUyTXHHUDFDSD]GHUHEHODUVHPLOLWDU-
PHQWH\YLROHQWDUDO(VWDGRSDUDRFXSDUODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD(QHVWHVHQ-
WLGRHVVLJQL¿FDWLYRORTXHHVFULELUtDDxRVGHVSXpVHQVXVPHPRULDV5DIDHOÈOYDUH]
/DOLQGHPLHPEURGHXQDGHODVPiVSURPLQHQWHVIDPLOLDVFDIHWDOHUDVGHRFFLGHQWH
UH¿ULpQGRVHDOFDPELRSROtWLFRGH
³6LELHQHOJRELHUQRGH=DOGtYDUJHQHUyFRQGLFLRQHVSDUDODH[SDQVLyQFDIHWDOHUD
a la vez cargó sobre los productores una política impositiva que naturalmente
FDXVyGHVLQFHQWLYRDOJUHPLR/DOOHJDGDDOSRGHUGHOFD¿FXOWRUDKXDFKDSDQHFR
JHQHUDO )UDQFLVFR 0HQpQGH] LGHQWL¿FDGR FRQ ORV ¿QTXHURV GH 2FFLGHQWH QR
solamente representó alivio para el sector: su gestión efectivamente estimuló el
desarrollo de la agroindustria...”.82

/DIDPLOLDÈOYDUH]FRPRVHJXUDPHQWHPXFKDVRWUDVGHODUHJLyQVHVLQWLy
DSR\DGDSRUHOFD¿FXOWRUGH$KXDFKDSiQTXHHUDHOJHQHUDO0HQpQGH]³LGHQWL¿-
FDGRFRQORV¿QTXHURVGHRFFLGHQWH´=DOGtYDUKDEtDVXSULPLGRXQLPSXHVWRTXH
JUDYDEDODH[SRUWDFLyQGHFDIpFXDQGRWRGDYtDORVLQJUHVRV¿VFDOHVFUHFtDQJUDFLDV
VREUHWRGRDODXPHQWRGHORVGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQSHURHQFXDQGROD
VLWXDFLyQ¿QDQFLHUDGHO(VWDGRHVWDEDHQGHFOLYHHVWDEOHFLyHOSDJRGHXQUHDOSRU
TXLQWDO GH FDIp H[SRUWDGR \ HUD SRVLEOHPHQWH D OR TXH VH UHIHUtD 5DIDHO ÈOYDUH]
212 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

con “cargó sobre los productores. El establecimiento de este moderado impuesto

VREUHHOFDIpIXHGHOWRGRLQDFHSWDEOHSDUDODROLJDUTXtDFDIHWDOHUDDFRVWXPEUDGD
a que sus ganancias fueran intocables. Quizá por primera vez el Estado actuaba al
PDUJHQGHVXVLQWHUHVHV\HUDDOJRTXHQRSRGtDVRSRUWDU&XDQGR5DIDHOÈOYDUH]
KDEODEDGH³VHFWRU´VHUHIHUtDDOVHFWRUGHORVSURSLHWDULRVHOGHORV¿QTXHURV6LVH
FRQVLGHUDODVRFLHGDGHQVXFRQMXQWRKXHOJDGHFLUTXHORVMRUQDOHURVGHODV¿QFDV
GHFDIpQRH[SHULPHQWDURQDTXHOODVYHQWDMDVSRUTXHFRPRVHYHUiHQVXPRPHQWR
su salario se mantuvo casi invariable en dos reales durante muchos años más.83
/DMXVWL¿FDFLyQGH0HQpQGH]SDUDDVDOWDUHOSRGHUVHEDVDEDHQGRVDUJXPHQ-
WRV(OSULPHURHUDGHFDUiFWHUSROtWLFR\VHUHVXPtDHQTXH=DOGtYDUHUDXQWLUDQR
TXHKDEtDVLGRSUHVLGHQWHSRUODSUHVLyQGHODVDUPDVGH-XVWR5X¿QR%DUULRVTXHVH
había mantenido en el poder inconstitucionalmente y que había violado gravemente
los derechos y las libertades de los ciudadanos llegando a ordenar el apaleamiento
de personas.84 (Q HVWH VHQWLGR SRU FLHUWR DOJXQD GH ODV SULPHUDV GHFLVLRQHV GH
Menéndez como presidente no fueron muy respetuosas con los derechos políticos
GHODSREODFLyQ$VtSRUHMHPSORGHVSXpVGHFRQYRFDUHOHFFLRQHVDXQ&RQJUHVR
FRQVWLWX\HQWHHQXQGHFUHWRSRVWHULRUVXVSHQGLyHOGHUHFKRDSRGHUVHUHOHJLGRV
GLSXWDGRVDWRGRVDTXHOORVTXHKXELHVHQ¿UPDGRDOJXQDYH]XQDFWDDSR\DQGROD
UHHOHFFLyQLQFRQVWLWXFLRQDOGHDOJ~QSUHVLGHQWHUH¿ULpQGRVHREYLDPHQWHD=DOGt-
var.853RUHOORQRGHMDGHVHULUyQLFRTXH0HQpQGH]KD\DSDVDGRDODSRVWHULGDG
SDUDDOJXQRVFRPRXQPRGHORGHJREHUQDQWHOLEHUDOOOHJDQGRDVHUFDOL¿FDGRFRPR
HO³:DVKLQJWRQFHQWURDPHULFDQR´DPHQRVTXHHODGMHWLYR³OLEHUDO´VHXWLOLFHHQ
VHQWLGRPX\OD[RFRPRHQUHDOLGDGKD\TXHHQWHQGHUpVWH\RWURVWpUPLQRVSROtWLFRV
en muchos momentos de la historia republicana de América Latina.86 En este sen-
tido son muy ilustrativas las palabras de un editorial del 'LDULR2¿FLDO en aquellos
PRPHQWRVTXHRIUHFtDQXQ¿HOUHWUDWRGHORTXHHVWDEDVXFHGLHQGRHQSROtWLFDWUDV
el reciente golpe de estado aunque seguramente no pretendían criticar a los compo-
nentes del poder político:
³3RUTXHGHEHPRVVHUIUDQFRVHQWUHQRVRWURVHVDYDULDGDQRPHQFODWXUDTXHORV
FtUFXORVSROtWLFRVVHDSURSLDQVLFQRHVPiVTXHODFDUHWDFRQTXHSDUDHOORJUR
GHVXVGHVLJQLRVVHGLVIUD]DQORVTXHVRORYHQODFRVDS~EOLFDFRPRQHJRFLR\VXV
¿OLDFLRQHVGHSDUWLGRFRPRXQDFWRGHLQVFULSFLyQHQODVJUDQGHVHVSHFXODFLRQHV
del estado. Existen por supuesto honrosas excepciones...
7ULVWHHVREVHUYDUTXHDTXtHQ(O6DOYDGRUVHKD\DFDtGRHQHOPiVFRPSOHWR
GHVFRQFLHUWRSRUQRGHFLUHQODPiVFRPSOHWDUHODMDFLyQPRUDOHQORTXHUHVSHFWD
DGHQRPLQDFLRQHVSROtWLFDVSURIDQiQGRVHHQHOPD\RUQ~PHURGHFDVRVSDODEUDV
que debieran ser respetadas como sagradas. Aquí bajo el nombre de patria y liber-
tad HQF~EUHQVHODVPiVUHSXJQDQWHVDPELFLRQHV\QRKD\QLQJ~QFtUFXORQLQJXQD
DJUXSDFLyQSRUSHUVRQDOLVWDTXHVHDTXHQRLQYRTXHHVDVGRVLGHDVPDJQDVDO
consumar o proseguir sus planes...”.87
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 213

El segundo argumento de Menéndez era de carácter económico y se centraba

HQTXH=DOGtYDUKDEtDVLGRXQFRUUXSWRTXHKDEtDFRQYHUWLGRODVUHQWDVQDFLRQD-
OHVHQVXSURSLRSDWULPRQLREHQH¿FLiQGRVHQRVyORpOVLQRWDPELpQVXVDPLJRV\
DVRFLDGRV\TXHKDEtDPDOYHUVDGR\GHIUDXGDGRDOHUDULRGHMiQGRORIXHUWHPHQWH
JUDYDGRFRQFRPSURPLVRVGHFRQWUDWDVSUpVWDPRVVXHOGRV\SHQVLRQHVUH]DJDGDV
y otros créditos de diversa naturaleza.88(QODPLVPDOtQHDGHMXVWL¿FDFLyQGHVX
LQWHUYHQFLyQ0HQpQGH]VRVWHQtDTXH=DOGtYDUWHQtDDOFRPHUFLR³DEUXPDGRSRUHO
SHVRGHORVLPSXHVWRV´ORTXHFRLQFLGtDFRQHOUHFXHUGRGH5DIDHOÈOYDUH]VREUH
ORV DxRV GH =DOGtYDU DXQTXH ORV DOWRV LPSXHVWRV HUDQ EiVLFDPHQWH VREUH HO FR-
mercio de importación.89$SDUWLUGHHVWDVDFXVDFLRQHV0HQpQGH]SXVRHQPDUFKD
una intensa operación de desmontaje de la acción económica del gobierno anterior
QRH[HQWDGHFLHUWRVUDVJRVGHDXWRULWDULVPRLUUDFLRQDODVtFRPRXQDSHUVHFXFLyQ
SROtWLFD\MXGLFLDOGHODSURSLDSHUVRQDGH=DOGtYDUUD\DQDHQORREVHVLYR3RUXQD
SDUWHVREUHODEDVHGHTXHDOJXQDVGHODVFRQWUDWDV¿UPDGDVSRUHODQWHULRUJRELHU-
QRHUDQLUUHJXODUHV0HQpQGH]VXVSHQGLyHOFXPSOLPLHQWRGHWRGDVHOODVGHIRUPD
LQGLVFULPLQDGDFXEULHQGRHOSHUtRGRHQWUHHOGHPD\RGH\HOGHMXQLR
GHHVGHFLUWRGDODSUHVLGHQFLDGH=DOGtYDU\DGHPiVVHFUHyXQD&RPLVLyQ
5HYLVRUDGH&RQWUDWDV1DFLRQDOHV90
'HOPLVPRPRGRFRQVLGHUDQGRORVVXSXHVWRVIUDXGHVFRPHWLGRVSRUHOJR-
ELHUQRGH=DOGtYDUHQSULPHUOXJDUVHFUHyXQD-XQWDGH,QYHVWLJDFLyQVREUHHVWH
DVXQWRTXHWUDVXQDxRGHWUDEDMRGDUtDFRPRUHVXOWDGRTXHODFDQWLGDGGHIUDX-
GHV \ GHVIDOFRV FRPHWLGRV DVFHQGtDQ D  SV \ HQ VHJXQGR WpUPLQR VH
suspendió el pago de toda la deuda del Estado comprometida entre las mimas
IHFKDVDQWHULRUHVVDOYRDOJXQDVH[FHSFLRQHVPHQRUHVUHODFLRQDGDVFRQHOJROSHGH
HVWDGRDQXQFLiQGRVHDOPLVPRWLHPSRODFUHDFLyQGHXQD-XQWDGH&UpGLWR91 Esta
UDGLFDOGHFLVLyQTXHDIHFWDEDOyJLFDPHQWHDPXFKRVLQWHUHVHV\DOJXQRVPX\SR-
GHURVRVWXYRTXHVHUPDWL]DGDSRVWHULRUPHQWHKDVWDHQGRVRFDVLRQHVSHURVLJXLy
manteniendo un alcance importante.92 De relativamente menores consecuencias
económicas fue la anulación de algunos impuestos establecidos por el gobierno
DQWHULRUFRPRORVFUHDGRVSDUDJDUDQWL]DUODDPRUWL]DFLyQGHELOOHWHVGHGHGHXGD
emitidos en relación con la contrata suscrita para la construcción del mercado cen-
tral de San Salvador.933RURWUDSDUWHHQHOWHUUHQRSHUVRQDOVHHPEDUJDURQWRGRV
ORVELHQHVGHUHFKRV\DFFLRQHVGH5DIDHO=DOGtYDU\VHDQLPyDODSREODFLyQDTXH
GHQXQFLDUD\SUHVHQWDUDTXHMDVRDFXVDFLRQHVFRQWUDHOH[SUHVLGHQWHUHFLELpQGRVH
en algunos casos respuestas de particulares en el sentido de que no tenían de qué
quejarse.94(QFXDQWRDORVDSDOHDPLHQWRVTXHVXSXHVWDPHQWHKDEtDRUGHQDGR=DO-
GtYDU0HQpQGHz GHFODUyVROHPQHPHQWHTXHTXHGDEDDEROLGRHOFDVWLJRGHSDORV
lo cual ya había sido aprobado en 1881 precisamente bajo la presidencia del propio
=DOGtYDU95
214 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

$QWH HVWH SDQRUDPD WUDV HO DQXQFLR GH OD FRQYRFDWRULD GH XQD$VDPEOHD
&RQVWLWX\HQWH SDUD UHJXODU VX VLWXDFLyQ GH SURYLVLRQDOLGDG HQ OD SUHVLGHQFLD QR
sorprende que Menéndez situara a la Hacienda como el primero de los elementos
de su programa político. Se proponía organizarla tras haber
“... quedado en la más completa bancarrota después de los derroches que han
DVRPEUDGR D~Q D ORV PiV LQGLIHUHQWHV \ HVWDEOHFHU SUXGHQWHV HFRQRPtDV HQ HO
VHUYLFLRS~EOLFRQRGLVWUD\HQGRODVUHQWDVGHVXV¿QHVRUGLQDULRV´96

A continuación el programa político de Menéndez proseguía con otorgar una

EXHQDEDVHDODLQVWUXFFLyQS~EOLFDJDUDQWL]DUODSURSLHGDG\SURWHJHUODDJULFXOWX-
UD±HQORTXHWHQtD0HQpQGH]LQWHUpVSHUVRQDO±HVWDEOHFHUODOLEHUWDGGHSUHQVD\
GHSDODEUDDVtFRPRHOUHVSHWRLQYLRODEOHGHORVGHUHFKRVGHORVFLXGDGDQRVHQWUH
RWUDVLQWHQFLRQHV(VWH~OWLPRSXQWRDOPHQRVKDFtDGHOSURJUDPDXQDSURSXHVWD
LGHDOVREUHHOSDSHOVLQRIXHUDSRUTXHHUDGH¿QLGRHQXQDVRFLHGDGGLYLGLGDHQWUH
intereses profundamente enfrentados y porque quien lo proponía buscaba precisa-
mente profundizar el dominio en esta relación de intereses para mantenerse en su
SRVLFLyQGHSRGHUHFRQyPLFR\DKRUDSROtWLFR&DVLHVLQQHFHVDULRGHVWDFDUTXHDO
WUDWDU0HQpQGH]GHODEDQFDUURWDGHOD+DFLHQGDQROHPHUHFLHUDODPHQRUDWHQFLyQ
SDUDLQWHQWDUVROXFLRQDUODODHVWUXFWXUDGHORVLPSXHVWRVTXHH[LVWtDHQHOSDtV(UD
completamente coherente que un miembro de la oligarquía cafetalera en ascenso no
SHQVDUDQLSRUXQVHJXQGRHQHVWDEOHFHUQXHYRVLPSXHVWRVGLUHFWRVTXHJUDYDVHQ
VXSURSLHGDGQLVXVUHQWDV(QRWUDVSDODEUDVODFODVHSURSLHWDULDGHRFFLGHQWHKDEtD
WRPDGRODSUHVLGHQFLD±KD\TXHUHFRUGDUTXH\D=DOGtYDUHQVXSULPHUJRELHUQR
había elegido a cafetaleros para la mayoría de sus ministerios– y se iba a comportar
de acuerdo a sus intereses de clase.
La selección de miembros que hizo el general Menéndez para puestos de su
administración fue igualmente consistente con sus iniciativas y con toda seguridad
UHVSRQGtD WDPELpQ D VX SUR[LPLGDG SROtWLFD FRQ ORV HOHJLGRV (Q HO JRELHUQR OD
FDUWHUDGH5HODFLRQHV([WHULRUHV-XVWLFLD\1HJRFLRV(FOHVLiVWLFRVIXHSDUD5DIDHO
0H]DFDIHWDOHURGH6DQWD$QD97(OJHQHUDO(VWDQLVODR3pUH]FDIHWDOHUR\WDPELpQ
GH6DQWD$QDTXHKDEtDIRUPDGRSDUWHGHOSULPHUJRELHUQRGH=DOGtYDUVHHQFDUJy
GHOPLQLVWHULRGH*XHUUD(OGRFWRU0DQXHO*DOODUGRFDIHWDOHURGH6DQWD7HFODGH
larga tradición política desde los años de Gerardo Barrios –ya había sido ministro
FRQ*RQ]iOH]\FRQ=DOGtYDU±\TXHKDEtDFRODERUDGRFRQ0HQpQGH]HQHOIDOOLGR
LQWHQWRGHJROSHGHHVWDGRGHVHKL]RFDUJRGHODFDUWHUDGH+DFLHQGD/D
VHFUHWDUtDGH*REHUQDFLyQIXHDVLJQDGDD-DFLQWR&DVWHOODQRVWDPELpQFRQXQDH[-
WHQVDSDUWLFLSDFLyQHQSROtWLFDGHVGHHOVHJXQGRJRELHUQRGH)UDQFLVFR'XHxDVSD-
VDQGRSRUHOGH=DOGtYDU<SRU~OWLPR)UDQFLVFR*DOLQGRTXHKDEtDSDUWLFLSDGRHQ
HOJRELHUQRGH6DQWLDJR*RQ]iOH]TXHGyDFDUJRGHODFDUWHUDGH)RPHQWR3XHGHQ
hacerse ejercicios más o menos sutiles para encontrar alineamientos políticos o de
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 215

RWURWLSRHQWUHHVWRVLQGLYLGXRVFRPRSRUHMHPSORODYLQFXODFLyQGHYDULRVGHHOORV
FRQODPDVRQHUtDSHURDQWHVTXHQDGDODFDUDFWHUtVWLFDTXHUHVXOWDHYLGHQWHFRPR
HQRWURVFDVRVGHJRELHUQRVDQWHULRUHVHVTXHVHWUDWDEDGHSHUVRQDVUHODFLRQDGDV
FRQHOSRGHUHFRQyPLFR\SROtWLFRDORODUJRGHORVDxRV<VDOYRH[FHSFLRQHV\D
KDEtDQGDGRPXHVWUDVGHTXHOOHJDGRHOFDVRQRSRQtDQUHSDURVDSDUWLFLSDUHQXQ
gobierno que hubiese derrocado a otro con el que también hubieran colaborado.98
$GHPiVGHKDEHUVXFHGLGRDVtFRQODVSHUVRQDVTXHVHKDQVHxDODGRLJXDORFXUULy
SRUHMHPSORFRQ&UX]8OORDTXLHQIXHPLQLVWURDxRVDWUiVFRQ)UDQFLVFR'XHxDV
\GHVGHQRYLHPEUHGHRFXSyODFDUWHUDGH*REHUQDFLyQFRQ0HQpQGH]\OR
PLVPRSXHGHGHFLUVHGHOGRFWRU'DQLHO$QJXORTXHIXHPLQLVWURFRQ=DOGtYDUHQOD
cartera de Gobernación a partir de 1880 y que sucedió a Ulloa en la misma cartera
al dimitir éste bajo la presidencia de Menéndez.99 Se hacían buenas las palabras
GHOHGLWRULDOTXHKDEODEDGH¿OLDFLRQHVGHSDUWLGRFRPRDFWRVGHLQVFULSFLyQHQODV
grandes especulaciones del Estado.
3HURRWURVQRPEUDPLHQWRVGHFLGLGRVSRU0HQpQGH]WDPELpQPHUHFHQDWHQ-
FLyQFRPRSRUHMHPSORORVGHORVFRPSRQHQWHVGHXQD-XQWD&RQVXOWLYDGHO*R-
bierno nombrada poco después del golpe y a la que se incorporaron los ya citados
0DQXHO*DOODUGR\-DFLQWR&DVWHOODQRVPiV(PHWHULR5XDQRHOFRQRFLGRFRPHU-
ciante que había llegado a tener en explotación el puerto de Acajutla mediante
FRQWUDWD FRQ HO JRELHUQR GH )UDQFLVFR 'XHxDV &DUORV %RQLOOD \ 3DEOR 2UHOODQD
otro fuerte propietario y comerciante. Del mismo modo son dignos de mención
ORVFDVRVGH(XJHQLR$UDXMRFRPRVXEVHFUHWDULRGHO0LQLVWHULR*HQHUDO1D]DULR
6DODYHUUtDJUDQSURSLHWDULRFDIHWDOHURSURSXHVWRFRPRJREHUQDGRU\FRPDQGDQWH
JHQHUDOGH6RQVRQDWHTXH¿QDOPHQWHQRDFHSWy\WHUPLQyVLHQGRQRPEUDGR-RVp
'RPLQJR$UFHGHVLPLODUHVFDUDFWHUtVWLFDVTXHHODQWHULRU0DULDQR'RUDQWHVHO
SRWHQWHFRPHUFLDQWH\SROtWLFRFRPRJREHUQDGRUGHOGHSDUWDPHQWRGH6DQ6DOYD-
GRUHO\DPHQFLRQDGR3DEOR2UHOODQDFRPRJREHUQDGRUGH/D/LEHUWDGHOWDPELpQ
SURSLHWDULR3HGUR-RVp(VFDOyQFRPRJREHUQDGRU\FRPDQGDQWHJHQHUDOGH6DQ-
WD$QDRHOFRURQHO5DIDHO*XWLpUUH]FRPRJREHUQDGRU\FRPDQGDQWHJHQHUDOGH
$KXDFKDSiQ±HVWRVGRV~OWLPRVVHUtDQSUHVLGHQWHVGHOD5HS~EOLFDDxRVGHVSXpV±
todos ellos propietarios cafetaleros.100/yJLFDPHQWHFRQHOSDVRGHOWLHPSR\GH-
ELGRDGLYHUVDVFLUFXQVWDQFLDVHQWUHODVFXDOHVHVWXYRHOFUHFLHQWHGHWHULRURGHOD
VLWXDFLyQ¿QDQFLHUDGHO(VWDGRHVWDVSHUVRQDVVHUtDQVXVWLWXLGDVSRURWUDVHQVXV
FDUJRVSHURHVPX\UHYHODGRUHOSHU¿OGHORVHOHJLGRVSRU0HQpQGH]SDUDDOJXQRV
de los puestos de primer nivel en los momentos iniciales de su presidencia. La
fracción occidental de la oligarquía cafetalera había adquirido gran poder y ello se
UHÀHMDEDGHIRUPDLQHTXtYRFDHOGHVSOD]DPLHQWRJHRJUi¿FRGHOHMHHVWUDWpJLFRGH
ODHFRQRPtDGHOSDtV\DQRSDVDEDSRU6DQ0LJXHOVLQRTXHVHKDEtDWUDVODGDGRD
Santa Ana-San Salvador-Santa Tecla.
216 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Al comenzar su gobierno y referirse a la situación del país Menéndez declaró:

³/D+DFLHQGDHVXQDELVPRHOHMpUFLWRQRH[LVWHODDJULFXOWXUDODLQGXVWULD\HO
FRPHUFLRGHVPD\DQ´\DXQTXHREMHWLYDPHQWHHQDOJXQRVWHUUHQRVODVLWXDFLyQGHO
SDtVHUDFRPSOLFDGD0HQpQGH]FDUJDEDODVWLQWDVFRQXQDIUDVHDVtTXHVHOHVHUYtD
SDUDIXQGDPHQWDUVXFRQGHQDDEVROXWDGH=DOGtYDULQWHQVL¿FDUVXSHUVHFXFLyQ\
presumir en el futuro de haber levantado el país desde las cenizas.101 En primer
lugar conviene aclarar en algo la referencia al ejército para comprender mejor esta
parte del problema. Ante todo las tropas salvadoreñas habían sufrido bajas tanto
DOHQIUHQWDUVHFRQODVJXDWHPDOWHFDVFRPRHQODOXFKDSRVWHULRUHQWUH)LJXHURD\
Menéndez en los meses de mayo y junio a raíz de la insurrección que fracturó el
HMpUFLWR(VVLQWRPiWLFRHQHVWHVHQWLGRTXHGHVSXpVGHOJROSHFXDWURUHOHYDQWHV
generales que defendieron al país de la invasión guatemalteca no se sumaran al le-
vantamiento y terminaran siendo acusados de delitos comunes hasta que Menéndez
decidió absolverlos en una decisión arbitraria y sin haber sido juzgados. Antes los
KDEtDFDOL¿FDGRGH³DJHQWHVGH=DOGtYDU´ORTXHUHÀHMDEDXQHVFDVRUHVSHWRSRUOD
LQVWLWXFLyQGHOHMpUFLWR\FRPR\DVHLQGLFyUDVJRVREVHVLYRV102
(ODVFHQVRDODSUHVLGHQFLDGH0HQpQGH]QRVLJQL¿FySRURWUDSDUWHHO¿QDO
de los enfrentamientos armados en el país. Había logrado importantes apoyos como
HOGHOJHQHUDO-RVp0DUtD5LYDV\HOGHRWURVPLOLWDUHVVDQWDQHFRV\DUHIHULGRVVLQ
HPEDUJRFRQVLGHUyRSRUWXQRFUHDUXQD-XQWD&RQVXOWLYDGH*XHUUD³SRUTXHVHKDFH
QHFHVDULRWRGDYtDHOHPSOHRGHODIXHU]DSDUDFRQVHJXLUORV¿QHVGHOD5HYROXFLyQ
que se ha iniciado”.103<D~QD¿QHVGHDJRVWRGHVHUHFRQRFtDGHVGHHOJR-
bierno que había habido sangrientas luchas después del golpe.104 El caso es que el
apoyo a la insurrección de Menéndez estaba lejos de ser general en contra de lo que
D¿UPDEDKDEHUVLGRSURFODPDGRSRUORVSXHEORVGHOH5HS~EOLFD105
3HURDGHPiV\WRGDYtDHQUHODFLyQFRQHOHMpUFLWRHQVXHVIXHU]RSRUGHV-
PRQWDUGHVGHORVSULPHURVPRPHQWRVODSROtWLFDHFRQyPLFDGH=DOGtYDUXQDGHVXV
primeras medidas fue la de anular algunos impuestos que éste había establecido y
HQWUHHOORVHVWDEDXQQXHYRJUDYDPHQSDUD³FUHDUHOHMpUFLWRGHOD5HS~EOLFD´GH
1884.106 6LQ GXGD ODFRQVWUXFFLyQ\ HOGHVDUUROORGHODV LQVWLWXFLRQHVGHO(VWDGR
FRPRORHUDHOHMpUFLWRH[LJtDXQLQFUHPHQWRGHODVUHQWDVFRPRVHYHQtDFRPSUR-
EDQGRGHVGHPHGLDGRVGHVLJOR\GDGRTXHORVJRELHUQRVROLJiUTXLFRVQRHVWDEDQ
GLVSXHVWRV D PRGL¿FDU OD HVWUXFWXUD ¿VFDO VyOR OHV TXHGDED LQFUHPHQWDU ORV LP-
puestos indirectos con lo que el efecto que producían era “arrancar más dinero al
SXHEOR´HQSDODEUDVGHOSURSLR0HQpQGH]SDUDMXVWL¿FDUODDQXODFLyQGHOLPSXHVWR
citado.1073HURORTXHHOGHDJRVWRGHKDEtDQDSUREDGROD$VDPEOHD1DFLR-
QDO\=DOGtYDUFRPRSUHVLGHQWHIXHXQGHFUHWRGHUHFOXWDPLHQWRREOLJDWRULRSDUDHO
HMpUFLWRFRQXQDFOiXVXODGHLQGHPQL]DFLyQDO(VWDGRSRUH[RQHUDFLyQGHOVHUYLFLR
(VWRHUDORTXH)UDQFLVFR0HQpQGH]WHUJLYHUVDQGRODUHDOLGDGOODPyXQLPSXHVWR
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 217

SDUDFUHDUHOHMpUFLWRQDFLRQDO(QWRGRFDVR0HQpQGH]FRQVXFRPSRUWDPLHQWRWH-
nía una alta cuota de responsabilidad en lo que llamaba la inexistencia del ejército.
3RUORTXHUHVSHFWDDODD¿UPDFLyQGHTXH³ODDJULFXOWXUDODLQGXVWULD\HO
FRPHUFLRGHVPD\DQ´FRQHOODOyJLFDPHQWH0HQpQGH]VHUHIHUtDDOFDIpHQSULPHU
OXJDUFXOWLYRHQHOTXHWHQtDLQWHUpVSHUVRQDOFRPRFD¿FXOWRU\FX\RGHFOLYHDIHF-
WDEDDWRGDOD]RQDSURGXFWRUDLQFOX\HQGR$KXDFKDSiQGHGRQGHHUDRULJLQDULR(O
FDIpKDEtDOOHJDGRDVXSRQHUHOGHODVH[SRUWDFLRQHVGHOSDtV\DKRUDKDEtD
EDMDGRDO3HURHOGHVFHQVRGHOSUHFLRLQWHUQDFLRQDOGHOFDIpFRPRHOGHO
DxLO\RWURVSURGXFWRVGHH[SRUWDFLyQQRSRGtDVHUDFKDFDGRD=DOGtYDU(OPRGHOR
económico agroexportador que había elegido la oligarquía –a la que Menéndez
pertenecía– y la dependencia que implicaba era el que causaba efectos de los que
DKRUDVHTXHMDEDHOJHQHUDOHQXQDPDQL¿HVWD\RSRUWXQLVWDFRQWUDGLFFLyQ
(QFXDQWRDODUHIHUHQFLDGHOQXHYRSUHVLGHQWHDOD+DFLHQGDS~EOLFDODVLWXD-
FLyQDODTXHVHKDEtDOOHJDGRDO¿QDOGHODSUHVLGHQFLDGH=DOGtYDUHUDFLHUWDPHQWH
FRPSOHMDSHUR0HQpQGH]QRPRGL¿FyODVHVWUXFWXUDVHFRQyPLFDV\GDGRTXHOD
FULVLVGHOFRPHUFLRGHLPSRUWDFLyQVHSURORQJyODVUHQWDVWHUPLQDUtDQFRODSVDQGR
GH¿QLWLYDPHQWH$IDOWDGHXQDQiOLVLVGHWDOODGRGHOIXQFLRQDPLHQWRGHOD+DFLHQGD
YHU&DStWXORPHUHFHVHxDODUVHTXH0HQpQGH]WXYRTXHVHJXLUKDFLHQGRIUHQ-
WHDXQRVJDVWRVHLQYHUVLRQHVHQDVFHQVRFRPR\DKDEtDVXFHGLGRFRQ=DOGtYDU
SVHQIUHQWHDSVHQHQWDQWRTXHHOFUHFLPLHQWR
GHORVLQJUHVRV¿VFDOHVFDVLVHHVWDQFySVHQIUHQWHD
SV108 Y esto fue así debido principalmente a la caída de las importaciones que es-
WDEDUHODFLRQDGDFRQODGHOYDORUGHODVH[SRUWDFLRQHVGHOFDIp\ODVJHQHUDOHV9HU
&DStWXOR*Ui¿FR(OORKL]RDJUDYDUHOSUREOHPDGHODGHXGD\DXQTXHHQ
\ODVH[SRUWDFLRQHVFUHFLHURQ\ODVFLIUDVGHORVSUHVXSXHVWRVWDPELpQ
en 1889 y 1890 las importaciones se volvieron a hundir mientras que Menéndez
mantuvo el aumento presupuestario sin hacer nada por aumentar sustancialmente
ORVLQJUHVRV¿VFDOHVORTXHIXHXQJUDYtVLPRHUURU
3HURORVSUHVXSXHVWRVHUDQVRORXQLQGLFDGRU\QRWRGRVHUHGXFtDQLVHFRP-
SUHQGtD HQ VXV FLIUDV 3RU XQD SDUWH ORV HPSUHVDULRV \ ORV SURGXFWRUHV GH FDIp
YLYLHURQ XQD PHMRUtD GHO FRPHUFLR H[WHULRU D SDUWLU GH GH \  FRQ XQD
UHFDtGDHQSHURGHQXHYRRWUDVXELGDDODxRVLJXLHQWH6LQHPEDUJRSRURWUR
ODGRDPSOLDVFDSDVVRFLDOHV\PXQLFLSDOLGDGHVVHJXtDQQHFHVLWDQGRLQYHUVLRQHV\
seguían sufriendo duras condiciones de vida. Hasta 1887 Menéndez había conse-
JXLGRDWUDHUODDWHQFLyQGHODSREODFLyQFRQVXGLVFXUVR\DFWXDFLRQHVDQWL=DOGtYDU
\FRQPHGLGDVUXSWXULVWDVFRQUHVSHFWRDOJRELHUQRDQWHULRU3HURHQVHSXHGH
HVWDEOHFHUHOPRPHQWRHQTXHTXHGyFODURTXHODVLWXDFLyQQRLEDDPHMRUDUVLQRD
DJUDYDUVH$VtSRUHMHPSOR0HQpQGH]DEROLyODOH\TXHHVWDEOHFtDODSULVLyQSRU
GHXGDVHQGHWHUPLQDGDVFRQGLFLRQHVTXHKDEtDDSUREDGR=DOGtYDUSHURHQPDU]R
de 1888 se debatía restaurarla dado el crecimiento de la morosidad.109 Lógicamente
218 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ORVLQJUHVRVGHEXHQDSDUWHGHODSREODFLyQTXH\DHUDQPDJURVDQWHVDKRUDKDEtDQ
UHGXFLGRVXFDSDFLGDGDGTXLVLWLYDFDGDYH]PiVDIHFWDGRVSRUODLQÀDFLyQ&RPR
XQ UHÀHMR GH ODV GL¿FXOWDGHV SRU ODV TXH VH DWUDYHVDED HQ HO PLVPR DxR VH SUH-
sentó una propuesta a la Asamblea para que se redujera la contribución en dinero
DO)RQGRGH&DPLQRVR%HQH¿FHQFLDDFXDWURUHDOHVSDUDSURIHVRUHVDUWHVDQRVH
industriales y a dos reales para los jornaleros.110
El gobierno llegó a tomar algunas medidas para incrementar los ingresos
¿VFDOHVSHURIXHURQGHFRUWRDOFDQFH8QDIXHSRUHMHPSORODDEROLFLyQGHODSUL-
PDGHFWVTXLQWDODODH[SRUWDFLyQGHPDVFDEDGRD]~FDURSDQHODTXHVHKDEtD
implantado en 1883.111(QRWURVHQWLGRVHSURSRQtDDXPHQWDUORVGHUHFKRVGHLP-
SRUWDFLyQ D GHWHUPLQDGRV SURGXFWRV FRPR GULOHV FDO]DGR URSD IHUUHWHUtD HWF
SRUFRQVLGHUDUVHTXHSRGtDQVHUIDEULFDGRVIiFLOPHQWHHQHOSDtVORFXDOHUDXQD
alternativa más voluntarista que otra cosa.112<VLQHPEDUJRHQXQVHQWLGRFRQWUDULR
\KDFLHQGRKRQRUDORVSULQFLSLRVWUDGLFLRQDOHVGHODROLJDUTXtDWDPELpQHQVH
decretó la supresión de la alcabala interior en traspasos de minas en consideración
a que la producción del sector decaía. Era un decreto de franco apoyo a los indus-
WULDOHVPLQHURVDXQTXHSDUDFRPSHQVDUHQDOJRVXHIHFWRVHOHVLQFUHPHQWDEDDGRV
SHVRVPHQVXDOHVODPDWUtFXODDORVWUDEDMDGRUHVHVGHFLUHOJRELHUQRFDUJDEDVREUH
pVWRVORVEHQH¿FLRVTXHRWRUJDEDDORVHPSUHVDULRV113'HWRGDVIRUPDVODGHXGD
siguió agravándose hasta un punto que en un momento se llegó a pensar en cobrar
XQLPSXHVWRVREUHELHQHVUDtFHVFRPRH[LVWtDHQ*XDWHPDOD6LQHPEDUJRODLGHD
no siguió adelante y el impuesto no llegó a concretarse.114
Uno de los ámbitos en que se manifestaba con mayor intensidad la transfe-
UHQFLD GH IRQGRV GHVGH OD +DFLHQGD FHQWUDO TXH QR HUDQ FRPSHQVDGRV SRU RWURV
LQJUHVRV¿VFDOHVHUDHOGHORVPXQLFLSLRV(QDODYLVWDGHTXHODUHODFLyQGH
ODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDOGHO(VWDGRFRQORVPXQLFLSLRVQRVHPRGL¿FDEDGHTXH
pVWRVQRREWHQtDQVX¿FLHQWHVUHFXUVRVSURSLRV\GHTXHORVIRQGRVTXHOD$VDPEOHD
DSUREDEDSDUDORVPXQLFLSLRVHUDQFDGDYH]PiVQHFHVDULRVHQOD+DFLHQGDS~EOLFD
en 1887 Menéndez declaró la independencia municipal expresando que “para que
el Ejecutivo pudiera promover el adelanto de los pueblos debía contar con la co-
ODERUDFLyQH¿FD]GHODVDXWRULGDGHVORFDOHV´$¿UPDEDTXHOD³FRQYHQLHQFLDGHOD
GHVFHQWUDOL]DFLyQDGPLQLVWUDWLYDHV\DXQDYHUGDGJHQHUDOPHQWHUHFRQRFLGD´3RU
HVRHQODVOH\HVGHOSDtVVHUHÀHMDED
“...el propósito de dar al Municipio la mayor independencia posible y las más
DPSOLDV IDFXOWDGHV SDUD OD DGPLQLVWUDFLyQ GH ORV DVXQWRV ORFDOHV 3HUR HVD LQ-
GHSHQGHQFLD VHUi LOXVRULD QR SDVDUi GH HVWDU HVFULWD HQ ODV OH\HV PLHQWUDV ODV
0XQLFLSDOLGDGHVQRGLVSRQJDQGHUHFXUVRVVX¿FLHQWHVSDUDHOFXPSOLPLHQWRGH
VXVLPSRUWDQWHVDWULEXFLRQHV<DFWXDOPHQWHVHQVLEOHHVGHFLUORVRQPXFKRVORV
Municipios que no tienen ni para pagar a los empleados de su dependencia.”115
EL TRIUNFO DEL CAFÉ. LA EUFORIA INSOSTENIBLE 219

3RUHVRDQLPDEDDORVOHJLVODGRUHVDHVWDEOHFHUQXHYRVDUELWULRVTXHSHUPL-
tieran a cada población atender a sus necesidades y promover mejoras materiales.
3HURUHLWHUDUODIyUPXODGHODDSUREDFLyQGHDUELWULRVSRUOD$VDPEOHDFRPRVROX-
ción al problema contradecía el principio de independencia o ni siquiera de autono-
PtDGHODVPXQLFLSDOLGDGHVSRUTXHFRPR\DVHYLRHQODGHFODUDFLyQGHOPLQLVWUR
-HV~V9HODVFRHQHOORVLJQL¿FDEDVHJXLUGHMDQGRHQPDQRGHORVLQWHUHVHVGH
la oligarquía la decisión de sobre qué actividades o servicios se podrían imponer
WDVDVRDUELWULRV\QXQFDVHUtDQORVTXHOHVDIHFWDUDQDHOOD116
En el proceso de la construcción del Estado de El Salvador en la segunda mi-
WDGGHOVLJOR;,;HVWDLQFRUSRUDFLyQGHOPXQLFLSLRDOGLVFXUVRGHODRUJDQL]DFLyQ
¿VFDOGHOSDtVHVXQWHPDFHQWUDO(OSODQWHDPLHQWRGHODVXQWRHQFHUUDEDGRVSHUV-
SHFWLYDV/DSULPHUDDOXGtDDODGHVFHQWUDOL]DFLyQUHIHULGDSRU0HQpQGH]\TXHVH-
J~QpOHUDXQD³YHUGDGJHQHUDOPHQWHUHFRQRFLGD´HQWHQGLHQGRSRUHOOR³ODPD\RU
independencia posible” de los municipios. Es cierto que en la constitución liberal
que el propio Menéndez impulsó después de su golpe de Estado estaba reconocido
HO SULQFLSLR GH DXWRQRPtD PXQLFLSDO SHUR LGHQWL¿FDU HVWR FRQ GHVFHQWUDOL]DFLyQ
UHÀHMDEDXQDSHFXOLDUIRUPDGHHQWHQGHUODVFRVDVSRUSDUWHGH0HQpQGH]\GHOD
oligarquía salvadoreña a la que representaba. En realidad no había ningún proceso
descentralizador en El Salvador y lo único claro era que la oligarquía cafetalera
en el poder pretendía deshacerse de la carga que suponía para la administración
central del Estado la continua transferencia de recursos que requerían los muni-
FLSLRV 3HUR TXHUHU KDFHUOR PHGLDQWH JUDYiPHQHV FDVL H[FOXVLYDPHQWH LQGLUHFWRV
VDOYDJXDUGDQGRORVLQWHUHVHVGHORVJUXSRVGRPLQDQWHVHUDPDQWHQHUHQODPD\RU
SDUWHGHORVFDVRVODLQVROYHQFLDGHORVPXQLFLSLRV\DTXHORVFRQFHSWRVVREUHORV
que se autorizaba cobrar tasas o arbitrios eran de escaso rendimiento económico y
apenas se resolvía la penuria de las haciendas municipales. Y aún había más: los
PXQLFLSLRVFRQWLQXDEDQJHVWLRQDQGRFRQHVIXHU]RUHQWDVHVWDWDOHVFRPRHO)RQGR
GH&DPLQRVVLQQLQJ~QFRVWHSDUDHOJRELHUQR 117(QVXPDHQHVWHDVXQWRFRPR
HQRWURV0HQpQGH]QRPRGL¿FyHQQDGDORTXH\DVXFHGtDGHVGHDxRVDWUiV\VX
SROtWLFDIXHXQ¿DVFR118
Desde los municipios las demandas seguían siendo continuas y en varias di-
recciones. Desde luego la primera era la de seguir solicitando a la Asamblea la
aprobación de nuevos arbitrios para poder atender a las necesidades tanto de cons-
WUXFFLyQFRPRGHVHUYLFLRV\VDODULRV&LHUWRVVHUYLFLRVVHKDEtDQKHFKR\DLQGLV-
FXWLEOHV \ VX ¿QDQFLDFLyQ SDUHFtD REOLJDGD VREUH WRGR GHVSXpV GH TXH =DOGtYDU
KDEtD KHFKR HVIXHU]RV FRQVLGHUDEOHV SDUD H[WHQGHUORV FRPR SRU HMHPSOR HQ HO
DEDVWHFLPLHQWRGHDJXDSRWDEOH/D¿QDQFLDFLyQGHODHQVHxDQ]DSULPDULDHUDRWUD
necesidad frecuente de los municipios. Conviene señalar que el presidente Menén-
dez incorporó a los presupuestos nacionales el pago de los salarios de los directores
220 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GHODVHVFXHODVSULPDULDVORTXHVLJQL¿FyXQUHODWLYRDOLYLRSDUDODVWHVRUHUtDV\FOD-
verías municipales.1193HURGHVGHPXFKDVORFDOLGDGHVVHVHJXtDQVROLFLWDQGRIRQGRV
para el pago de profesores.120 Igualmente muchos municipios solicitaron en 1887 la
UHFXSHUDFLyQGHOFRQWUROGHORVUHFXUVRVGHO)RQGRGH&DPLQRVTXHHQGLFLHPEUH
GHOHVKDEtDVLGRUHWLUDGRSDUDFHGHUORDODV-XQWDV,WLQHUDULDV\ODSHWLFLyQ
fue atendida.121/DVFRQFHVLRQHVGHIRQGRVSDUDFRQVWUXFFLyQGHHGL¿FLRVS~EOLFRV
o para infraestructuras y servicio seguían siendo frecuentes y hasta la Asamblea
tuvo que ceder a algunos municipios los terrenos que habían quedado sin vender
WUDVODH[WLQFLyQGHORVHMLGRVSDUDTXHORKLFLHUDQDKRUD\HPSOHDUDQHOSURGXFWR
en obras locales.122
3HURODVPXQLFLSDOLGDGHVQRHUDQHO~QLFRIDFWRUTXHKDFtDTXHODGHXGDS~-
EOLFDVLJXLHUDFUHFLHQGR(OPRGHOR¿VFDO\¿QDQFLHURTXHVHKDEtDYHQLGRIRUMDQGR
prácticamente desde la Independencia y que se consolidó desde los años 1860 estaba
a punto de quebrar. Era imposible que el Estado siguiera creciendo con una estructu-
UD¿VFDOLQYDULDEOHEDVDGDIXQGDPHQWDOPHQWHHQLPSXHVWRVLQGLUHFWRVHOHYDGRVH[-
traordinariamente –hasta el 110% incrementaron el gobierno y la Asamblea los de-
rechos de importación– que no hacía más que agravar la desestructuración social.123
(QXQPRPHQWRDOJXQDVVHxDOHVGHJUDYHGDG¿QDQFLHUDVHDFXPXODURQ)XHU-
WHV GHXGDV LPSDJDGDV SURGXMHURQ OD SUHVLyQ GH ORV DFUHHGRUHV WDQWR QDFLRQDOHV
FRPRWDPELpQXQRLPSRUWDQWHH[WUDQMHURODFRPSDxtDLQJOHVD7KH6DOYDGRU5DL-
OZD\&RQVWUXFWLRQ&R/WGDODTXHVHGHEtDQDWUDVRV\TXHWHQGUtDTXHFRQWLQXDU
los trabajos del ferrocarril entre Sonsonate y Santa Ana. Desde 1888 se comenzó
a discutir públicamente sobre la posibilidad y la conveniencia de pedir un nuevo
SUpVWDPRH[WHUQRHQHOH[WHULRUFRQSRVLFLRQHVHQFRQWUDGDVDOJXQDVGHODVFXDOHV
consideraban que sería una especie de fracaso nacional el tener que llegar a nego-
ciarlo.1243HURWUDVODQHJDWLYDGHDOJXQRVSURPLQHQWHVPLHPEURVGHODROLJDUTXtD
SDUDVHJXLU¿QDQFLDQGRHO(VWDGRTXHHOORVPLVPRVKDEtDQFRQWULEXLGRDKXQGLUVH
acudió a negociar con un banco británico una segunda “deuda inglesa” por 300.000
libras esterlinas.
La aventura de Francisco Menéndez concluía de una de las peores maneras
posibles. Había terminado recurriendo a las mismas fórmulas que había critica-
GRD5DIDHO=DOGtYDUSHURHOHYDGDVDQLYHOHVGHVFRQRFLGRVFRPRIXHHOOOHYDUDO
110% el impuesto sobre las importaciones con el consiguiente encarecimiento de
ORVELHQHVOOHJDGRVGHOH[WHULRU3HURHOSUREOHPDQRHUDSHUVRQDOGH0HQpQGH]R
GH=DOGtYDU(OSUREOHPDHUDGHODFODVHVRFLDODODTXHHOORVSHUWHQHFtDQ\SDUDOD
TXHJREHUQDEDQ\GHVXIRUPDGHHQWHQGHUODVUHODFLRQHV\HOIXQFLRQDPLHQWRGHOD
sociedad. A Menéndez solo le quedaba el trágico y teatral momento de coincidencia
de su muerte y del siguiente golpe de estado en junio de 1890.125
Capítulo 7
El progreso como negocio.
Ganancias en crecimiento y crisis

³/DOXFKDGHFODVHVVLJXHH[LVWLHQGR
pero la mía va ganando.”

:DUUHQ%XIIHW

La economía salvadoreña aceleró su crecimiento en el último cuarto del siglo

;,;VLJXLHQGRODVFR\XQWXUDVGHODWHQGHQFLDLQWHUQDFLRQDO\FRPRFRQVHFXHQFLD
GHOFUHFLPLHQWRGHPRJUi¿FRGHOSDtV1 Este proceso continuó acentuando los con-
WUDVWHVUHJLRQDOHVDOLJXDOTXHODVGLIHUHQFLDVVRFLDOHVTXHHYROXFLRQDEDQDGLVWLQWR
ULWPRHQODVGLVWLQWDV]RQDVGHOSDtV6REUHWRGRHQHORFFLGHQWH\HOFHQWURVXUGHV-
GHODVHJXQGDPLWDGGHORVDxRVVHFWRUHVHPSUHVDULDOHVYLQFXODGRVDODVDFWL-
vidades relacionadas con la producción agraria y el comercio exterior aceleraron el
GHVSHJXHHFRQyPLFRTXHVHKDEtDLQLFLDGRHQODGpFDGDGH(QHIHFWRGHVGH
ORV~OWLPRVDxRVDSUR[LPDGDPHQWHDSDUWLUGHXQLPSXOVRDJUDULRFRQGHVWLQRDO
PHUFDGRH[WHULRUVHKDEtDQLGRVHQWDQGRODVEDVHVTXHJHQHUDURQXQDDFXPXODFLyQ
GHEHQH¿FLRVHQPDQRVGHORVQXHYRVVHFWRUHVGHODROLJDUTXtDORVFXDOHVVHHP-
plearon en operaciones de más envergadura y se reprodujeron a una escala mayor a
SDUWLUGH¿QHVGHORV\(OFRPEXVWLEOHKDEtDVLGRRULJLQDOPHQWHHODxLO
pero desde mediados de la década de 1870 el café se incorporó en un porcentaje
sustancial al conjunto de las exportaciones del país. Los ingresos proporcionados
cada vez más por el café –aunque el añil mantuvo un nivel importante y suplemen-
WDULRSHUPLWLHURQHOLQFUHPHQWRGHODVLPSRUWDFLRQHVTXHDVXYH]JHQHUDEDQHO
UXEURPiVLPSRUWDQWHGHORVLQJUHVRV¿VFDOHVGHO(VWDGR2 Dichas ganancias des-
SHUWDURQXQDJUDQHXIRULDD¿QDOHVGHORVDxRV\SULQFLSLRVGHORV\VH
articularon con un aumento acelerado de las inversiones públicas.
(VWHSURFHVRVXIULyDOJXQDVGHVDFHOHUDFLRQHVTXHVHUHÀHMDQHQHO*Ui¿FR
la primera y más importante de las cuales se derivó de la crisis económica interna-
cional que había comenzado en 1873.3 En 1870 el valor del comercio exterior había
DOFDQ]DGRPiVGHVLHWHPLOORQHVGHSVSHURHQFD\yDSUR[LPDGDPHQWHD
222 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

PLOORQHV(OFRQÀLFWRFRQ*XDWHPDODHQGHELyDIHFWDUD~QPiVHVWHGHVFHQVR
3HURDSDUWLUGHHQWRQFHVODVFXUYDVGHOYDORUGHOFRPHUFLRWDQWRGHH[SRUWDFLyQ
FRPRGHLPSRUWDFLyQFRPHQ]DURQDFUHFHU±VDOYRHOOHYHGHVFHQVRGH±KDVWD
que la primera casi se estabilizó en 1884 y las importaciones comenzaron a caer en
1883. En 1884 el valor total del comercio exterior alcanzó los nueve millones de
SHVRV\HOFUHFLPLHQWRPHGLRDQXDOHQWUH\KDEtDVLGRGHO(UDXQD
FLIUDPX\LPSRUWDQWHTXHSURSRUFLRQyJUDQGHVEHQH¿FLRVDORVH[SRUWDGRUHV\FR-
PHUFLDQWHV\D\XGDDH[SOLFDUODQHFHVLGDGGHGLVSRQHUGHLQVWLWXFLRQHVGHFUpGLWR
FRPRHO%DQFR,QWHUQDFLRQDO\RWURVTXHVHIXQGDURQ7UDVHVWHIXHUWHDVFHQVRODV
importaciones por su parte cayeron ya en 1883 y las exportaciones lo hicieron entre
\GHIRUPDEUXVFD3RVWHULRUPHQWHKXERXQDIXHUWHVXELGDGHDPEDVFXU-
vas hasta 1888 cuando el volumen total del comercio exterior ascendió a casi once
PLOORQHVGHSHVRV$FRQWLQXDFLyQVHSURGXMRRWURGLHQWHGHVLHUUDFRQXQDFDtGD
HQHODxRGHOJROSHGH(VWDGRFRQWUD)UDQFLVFR0HQpQGH]VHJXLGDGHXQDUH-
FXSHUDFLyQGHODVH[SRUWDFLRQHVSHURQRDVtGHODVLPSRUWDFLRQHVTXHFRPRKDEtD
VXFHGLGRDPHGLDGRVGHODGpFDGDVLJXLHURQPDQWHQLHQGRXQGLIHUHQFLDODFHQWXDGR
con respecto a valor de las exportaciones. Este proceso tuvo graves efectos para
OD+DFLHQGDS~EOLFDFRQHOGHVFHQVRGHOYROXPHQGHORVLQJUHVRV¿VFDOHVFRUUHV-
SRQGLHQWHVDOVXSULQFLSDOUXEURORVGHUHFKRVPDUtWLPRVVREUHODVLPSRUWDFLRQHV
con sus consiguientes consecuencias sociales por la disminución relativa de los
recursos del Estado. Merece señalarse que si a estas curvas se les aplica el factor del
GHVFHQVRGHOSUHFLRLQWHUQDFLRQDOGHODSODWDHQHVWRVDxRV9HU&DStWXOR*Ui¿FR
VXSHU¿OUHVXOWDDOWHUDGRSHURQRVXVWHQGHQFLDV

GRÁFICO 7.1
Valor de importaciones y exportaciones, destacando el café

x millones de pesos
8

0
1871 72 73 74 75 76 77 78 79 1880 81 82 83 84 85 86 87 88 89 1890 91
Imports Exports Café

Fuente: Knut Walter, Trade and Development in an Export Economy.

The Case of El Salvador, 1870-1914. Thesis, University of North Carolina. Chapel Hill, 1977. p. 47.
Boletín Oficial y Diario Oficial.
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 223

(QUHODFLyQFRQORDQWHULRUD¿QHVGHODGpFDGDVXUJLyXQDQRYHGDGHQ
el comercio exterior que merece ser destacada porque rompía la pauta tradicional
GHODFRPSRVLFLyQGHODVLPSRUWDFLRQHVDOSDtV(QHOODORVWHMLGRVGHGLYHUVDQD-
WXUDOH]DDSDUHFtDQFRQVWDQWHPHQWHFRPRHOHOHPHQWRGHPD\RUYDORUHQODOLVWDGH
bienes que se traían a El Salvador. Sin embargo en 1888 los tejidos habían pasado
DOVHJXQGROXJDU\DODFDEH]DVHHQFRQWUDED³PRQHGD´/DPRQHGDGHSODWDXRUR\
GHFXDOTXLHUQDFLRQDOLGDGWDPELpQIRUPDEDSDUWHQRUPDOGHODVLPSRUWDFLRQHVSHUR
QXQFDKDEtDORJUDGRWDQWDUHOHYDQFLD(QSRUHMHPSORORVWH[WLOHVVXSXVLHURQ
HOGHODVLPSRUWDFLRQHVPLHQWUDVTXHODPRQHGDDFXxDGDVRORHO4 Al
DxRVLJXLHQWHHOSRUFHQWDMHGHPRQHGDLPSRUWDGDDOFDQ]yHOSRUFHQWDMHGH
sobre el total.53HURHQORVWH[WLOHVVHVLWXDURQHQHOIUHQWHDOTXH
VXSXVRODPRQHGDGHXQYDORUWRWDOGHSVDTXHDVFHQGLHURQODVH[SRUWD-
ciones.6 No se dispone de una serie para poder valorar si se trataba de un fenómeno
puntual o formaba parte de una tendencia. En 1888 las exportaciones se habían
GLVSDUDGR JUDFLDV DO DXPHQWR GHO SUHFLR LQWHUQDFLRQDO GHO FDIp ±TXH VLJQL¿Fy HO
GHOWRWDOGHOYDORUGHORH[SRUWDGR±\ORTXHVHREVHUYDHQHO*Ui¿FRHVXQ
distanciamiento de las curvas de exportaciones y de importaciones a partir de aquel
DxR'HHOORSRGUtDGHGXFLUVHTXHORVH[SRUWDGRUHVSUHIHUtDQHQHVWRVPRPHQWRV
aumentar la proporción en dinero en el retorno del valor de sus bienes exportados
y disminuir la proporción en mercancías importadas. No es posible sacar más con-
clusiones de estos datos pero conviene relacionarlo no ya solo con la disminución
GHORVLQJUHVRV¿VFDOHVSRUODFDtGDGHODVLPSRUWDFLRQHV±TXHVHUtDXQDFRQVHFXHQ-
FLD±VLQRFRQXQDSUREDEOHGHSUHVLyQGHOPHUFDGRLQWHUQR±XQDSRVLEOHFDXVD±\
FRQODQHJDWLYDGHORVJUDQGHVHPSUHVDULRVHODxRVLJXLHQWHDVHJXLU¿QDQFLDQGROD
GHXGDLQWHUQDGHOSDtVORTXHFRQGXMRDOD¿UPDGHXQQXHYRFUpGLWRH[WHULRU
3RUHOORSHVHDORVDYDWDUHVYLYLGRVSRUHOSDtVHQORVDxRVTXHFXEUHHVWH
FDStWXOR WDQWR GH tQGROH LQWHUQR FRPR H[WHUQR TXH LQGXGDEOHPHQWH VXSXVLHURQ
SUREOHPDV SDUD PXFKRV DJULFXOWRUHV \ HPSUHVDULRV HO KHFKR HV TXH ORV VHFWRUHV
PiVGLQiPLFRVGHODROLJDUTXtDUHIRU]DURQVXSRVLFLyQHFRQyPLFDSHVHDWHQVLRQHV
LQWHUQDV\FRQVROLGDURQVXSUHHPLQHQFLDHQHOVLVWHPDSROtWLFRFRQHOFDIpFRPR
IDFWRUSURWDJRQLVWDHQODEDVHGHWRGRHOSURFHVR/DVFXUYDVGHO*Ui¿FRUHÀHMDQ
el diferencial entre el valor de exportaciones e importaciones durante los años que
FXEUHHVWHFDStWXORTXHVRQVLPSOHPHQWHXQLQGLFDGRU±HQDEVROXWRXQDPHGLFLyQ±
de los márgenes de ganancia que obtenían las minorías propietarias agrarias y co-
merciales gracias a sus operaciones con el comercio exterior.
Otro aspecto relevante en relación con este mismo sector tiene que ver pre-
FLVDPHQWHFRQODHYROXFLyQGHOFDIp(OPLVPR*Ui¿FRHYLGHQFLDTXHHQXQD
PHGLGDPX\DSUHFLDEOHIXHHOFDIpHOSURGXFWRTXHKDEtDHPSXMDGRKDFLDDUULEDOD
curva de las exportaciones hasta 1883 y que lo siguió haciendo después de 1886.
La pregunta que cabe hacer es cómo era posible que el volumen y el valor del café
224 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

H[SRUWDGRFUHFLHUDKD\TXHUHFRUGDUTXHHOSUHFLR)2%GHOFDIpVHPDQWXYRHQ
SVTXLQWDOGXUDQWHODGpFDGDGHPLHQWUDVTXHVXSUHFLRLQWHUQDFLRQDOGHVFHQ-
GtDYHU*Ui¿FR(QHIHFWRHOSUHFLRHQ*UDQ%UHWDxDFD\yGHVGHFKHOLQHV
TXLQWDOHQDHQ\HQXQGHVFHQVRPiVUiSLGRD\FKHOLQHVHQ
\3DUDLQWHQWDUHQFRQWUDUXQDH[SOLFDFLyQSODXVLEOHDHVWDDSDUHQWHFRQ-
WUDGLFFLyQKD\TXHFRQVLGHUDUHQSULPHUOXJDUTXHDXQTXHVHGHVFRQR]FDQODVFL-
IUDVHQ(O6DOYDGRUGHEtDHVWDUVHSURGXFLHQGRXQDLPSRUWDQWHLQÀDFLyQ(QHOFDVR
GHORVELHQHVLPSRUWDGRVORVSRUFHQWDMHVGHGHUHFKRVDSOLFDGRVDODVLPSRUWDFLRQHV
SRU=DOGtYDUVDOWDURQGHVGHPi[LPRHQDPi[LPRHQ\HQ
HOFDVRGHORVELHQHVGHFRQVXPRSURGXFLGRVHQHOLQWHULRUHODXPHQWRGHODXWLOL]D-
ción de la mano de obra para los cultivos de exportación es probable que estuviera
UHSHUFXWLHQGRQHJDWLYDPHQWHVREUHDTXpOORVFRQVXFRQVLJXLHQWHDXPHQWRGHORV
SUHFLRV$GHPiVVLQGXGDFRQWLQXDEDXQDGHSUHFLDFLyQGHODPRQHGDJUDFLDVDOD
laxa política monetaria que seguía manteniendo la oligarquía en el poder y a la
caída del precio de la plata en el mercado internacional. Todo ello hacía que aunque
nominalmente el precio de exportación del café en El Salvador se mantuviese cons-
WDQWHHQUHDOLGDGHVWDEDH[SHULPHQWDQGRXQGHVFHQVRHYLGHQWH(VWHSURFHVRSRGtD
HVWDUVHSURGXFLHQGRHQRWURVSDtVHVSHURKDEtDRWURIDFWRUTXHSUREDEOHPHQWHHUD
HVSHFt¿FRGH(O6DOYDGRU\HVTXHDXQTXHORVFRVWHVGHSURGXFFLyQGHOFDIpHQ
FXDQWRDPDQRGHREUDVHPDQWHQtDQSUiFWLFDPHQWH¿MRVSRURWUDSDUWHHOUHFXUVRDO
VLVWHPDGHKDELOLWDFLRQHVORVUHGXFtDHQWpUPLQRVUHDOHVHQSRUFHQWDMHVDSUHFLDEOHV
Hay que recordar que las tasas de interés aplicadas a los créditos a la producción de
los productores en pequeño alcanzaban niveles de entre el 100% y el 200% anual
9HU&DStWXORPLHQWUDVTXHHQ*XDWHPDODURQGDEDQHO7 En la década de
 ODV KDELOLWDFLRQHV VH PDQWXYLHURQ HQ WpUPLQRV VLPLODUHV D DxRV DQWHULRUHV
9HU&DStWXOR3RUHOORHOFRVWHGHOFDIpVDOYDGRUHxRWRGDYtDJHQHUDEDXQRVPiU-
JHQHVGHJDQDQFLDVX¿FLHQWHVFRPRSDUDTXHSUHVWDPLVWDVJUDQGHVSURGXFWRUHV\
exportadores pudieran permitirse una disminución en ellos y conseguir una curva
creciente en la exportación del café.
$KRUDELHQHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRHVWDEDWUD\HQGRFRPRFRQVHFXHQFLD
una importante novedad y era la apertura de nuevos espacios donde hacer más
QHJRFLRVHQORVTXHUHSURGXFLUHOFDSLWDO\REWHQHUPiVEHQH¿FLRVeVWHHUDHOFDVR
de las comunicaciones donde ya se habían producido algunos movimientos an-
WHVGHPHGLDGRVGHORVDxRVFRQHOWHOpJUDIRLQLFLDGRSRU)UDQFLVFR'XHxDV
y el ferrocarril que terminó siendo de sangre durante la presidencia de Santiago
*RQ]iOH]3HURHQORVDxRVTXHFXEUHHVWHWUDEDMRODVFRPXQLFDFLRQHVYLYLHURQXQ
fuerte despegue. Otro terreno en que se produjo un fuerte aumento de la actividad
\FRQVLJXLHQWHPHQWHGHORVQHJRFLRVIXHHOGHORVVHUYLFLRVFRPRODFDQDOL]DFLyQ
GHDJXDSRWDEOHHODOXPEUDGRS~EOLFRRLQFOXVRHQODFLUFXODFLyQGHPHUFDQFtDV
como sucedió con los mercados.
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 225

En este sentido había actividades que eran emprendidas y sostenidas direc-

WDPHQWHSRUHO(VWDGRGHELGRDVXFDUiFWHUHVWUDWpJLFRFRPRHUDHOWHOpJUDIRRODV
FDQDOL]DFLRQHVGHDJXDVLELHQOyJLFDPHQWHODH[SDQVLyQGHDPEDVUHGHVFRQWULEXtD
DDXPHQWDUHOQHJRFLRGHOFRPHUFLRH[WHULRUFRQODLPSRUWDFLyQGHPDWHULDOHV3HUR
HQRWURVFDVRVHOLQWHUpVLQLFLDOVXUJtDHQHOiPELWRGHOVHFWRUSULYDGRFRPRSRU
HMHPSORHOVHFWRUFDIHWDOHURTXHTXHUtDUHGXFLUORVFRVWHVGHOWUDQVSRUWHGHOFDIp\
DSURYHFKDQGRGLFKRLQWHUpV¢SRUTXpQR"SDUWLFLSDUHQRWURJUDQQHJRFLRFRPSOH-
PHQWDULRHOIHUURFDUULO(QWRQFHVHO(VWDGRFRODERUDED\¿QDQFLDEDODRSHUDFLyQ
TXHHQHOIHUURFDUULOIXHXQD¿QDQFLDFLyQJHQHURVDSDUDORVLQWHUHVHVGHORVDFFLR-
QLVWDV DXQTXH QR H[FHSFLRQDO (Q RSHUDFLRQHV GH PHQRU HQYHUJDGXUD HO (VWDGR
WDPELpQSDUWLFLSDEDHQHOPLVPRVHQWLGRFRPRSRUHMHPSORVXFHGLyHQHOFDVRGH
ODVFRPSDxtDVGHPHUFDGRVXUEDQRV$KRUDELHQODH[SOLFDFLyQQRDGTXLHUHWRGR
VXVLJQL¿FDGRVLQRVHUHFXHUGDTXHTXLHQHVGHVGHHO(VWDGRWRPDEDQODGHFLVLyQ
GHFRODERUDUFRQODLQLFLDWLYDSULYDGDHUDQRWURVHPSUHVDULRV\SURSLHWDULRVTXHHV-
WDEDQHQHOJRELHUQR\HQOD$VDPEOHD1DFLRQDOFRPSDxHURV\YLQFXODGRVFRQORV
VRFLRVGHODVUHVSHFWLYDVRSHUDFLRQHVFXDQGRQRFRQLQWHUpVGLUHFWRHQHOODV(UD
el caso de los cafetaleros que eran ministros y miembros de la Asamblea cuando
se aprobaron las condiciones para la construcción del ferrocarril. En este mismo
VHQWLGRODH[HQFLyQGHLPSXHVWRVTXHHO(VWDGRDSUREDEDSDUDODLPSRUWDFLyQGH
PDWHULDOHVGHVWLQDGRVDODUHDOL]DFLyQGHFXDOTXLHUDGHHVWDVREUDVHUDWDPELpQXQ
auto favor que empresarios y propietarios se concedían directa o indirectamente
DVLPLVPRV<DXQTXHHOORSHUMXGLFDUDDODVFXHQWDVS~EOLFDVODUHSHUFXVLyQGHO
deterioro de la Hacienda pública no les afectaba tanto a ellos cuanto al resto de la
SREODFLyQGDGDODHVWUXFWXUD¿VFDOH[LVWHQWHTXHSUHFLVDPHQWHHOORVDSUREDEDQ\
mantenían.
(QVXPDFRQHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRODIUDFFLyQPiVGLQiPLFDGHODFODVH
GRPLQDQWHFRQVLJXLyUHIRU]DUHQHVWRVDxRVVXSRVLFLyQEOLQGDGDGHVGHHOSRGHU
SROtWLFR&RPR\DVHDSXQWyHVWRGHVPRQWDODLGHDGHTXHHO(VWDGROLEHUDOVHFD-
UDFWHUL]DEDSRUQRLQWHUYHQLUHQODHFRQRPtDORFXDOKDEUtDVLGRDEVXUGR\FRQWUD-
dictorio. Si el Estado estaba ocupado y era gestionado precisamente por elementos
GHODROLJDUTXtDQDFLRQDOKDEUtDVLGRLQFRPSUHQVLEOHTXHQRDFWXDUDQHQODOtQHD
GHVXVSURSLRVLQWHUHVHVFRPRDVtIXH/DSDUWLFLSDFLyQGHRWURVVHFWRUHVVRFLDOHV
en este crecimiento fue manejada por el poder en condiciones bien diferentes a las
TXH VH DSOLFDED OD ROLJDUTXtD D VL PLVPR FRPR \D YHQtD VXFHGLHQGR \ FRQWLQXy
ocurriendo.

*
(OFRPHUFLRH[WHULRUHOFRUGyQXPELOLFDOTXHYLQFXODEDODSURGXFFLyQH[SRU-
WDEOHGH(O6DOYDGRUFRQODHFRQRPtDLQWHUQDFLRQDOHUDHOVHFWRUTXHSRUXQDSDUWH
SURSRUFLRQDEDORVPD\RUHVEHQH¿FLRVDORVSURSLHWDULRV\SRURWUDORVPD\RUHV
226 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

LQJUHVRV¿VFDOHVDO(VWDGR3RUHOORVHJXtDVLHQGRSUHFLVDXQDFRQVWDQWHDWHQFLyQD
ODVYtDVGHFRPXQLFDFLRQHVWHUUHVWUHVHLQIUDHVWUXFWXUDVPDUtWLPDVSDUDTXHÀX\HUDQ
DGHFXDGDPHQWHODVPHUFDQFtDVWDQWRKDFLDHOH[WHULRUFRPRKDFLDHOLQWHULRU&RQ
el crecimiento de la producción agrícola exportable el transporte de mercancías y
WDPELpQ GH SDVDMHURVDXPHQWDEDVREUHWRGRHQODUHGYLDULDTXHFRQÀXtDHQORV
principales puertos marítimos que a comienzos de estos años eran ya La Libertad
\$FDMXWODSRUHVWHRUGHQPLHQWUDVTXH/D8QLyQVHKDEtDTXHGDGRUH]DJDGDHQ
términos de volumen de comercio.8 La red principal de caminos que antiguamente
comunicaba las capitales y las principales ciudades de los departamentos con los
SXHUWRVVHKDEtDDPSOLDGR\UDPL¿FDGRGHIRUPDFDGDYH]PiVH[WHQVDVREUHWRGR
HQHOVXU\HORFFLGHQWH3RURWUDSDUWHFRPRHQRWURVSDtVHVD(O6DOYDGRUKDEtDQ
OOHJDGRGHVGHORVDxRVFDUUHWDVGHPD\RUWDPDxRTXHODVWUDGLFLRQDOHVFRQ
UXHGDVGHUDGLRV\QRGHWDEORQHVGHPD\RUWDPDxR\IRUUDGDVGHKLHUURTXHHQOD
década de 1880 transportaban miles de quintales de café cada año y que afectaban
PiVDO¿UPHGHORVFDPLQRV3XHGHFDOFXODUVHTXHKDFLDSXGLHURQPRYHUVHHQ
torno a 200.000 quintales de café hacia los puertos marítimos para ser exportados.9
(QWRGRFDVRDSHVDUGHODVGLIHUHQFLDVORVHVIXHU]RVSRUPHMRUDU\DPSOLDUODUHG
de comunicaciones se realizaron en todas las regiones de la nación. Muchos nue-
YRVFDPLQRVHUDQ\DFDUUHWHURVSHURVHPDQWHQtDQFRQODVPLVPDVGL¿FXOWDGHVTXH
tenían tradicionalmente. Incluso las rutas mejor acondicionadas seguían sufriendo
los daños ocasionados por las temporadas de lluvias y el consiguiente crecimiento
de la vegetación que afectaba tanto al pavimento como a las cunetas cuando aque-
OODVDPDLQDEDQ\VXEtDODWHPSHUDWXUD3HUROyJLFDPHQWHHQODPHGLGDHQTXHHO
FUHFLPLHQWRHFRQyPLFRJHRJUi¿FDPHQWHFRQVLGHUDGRHUDGHVLJXDOHOLQFUHPHQWR
de las comunicaciones lo fue también y la mejora de sus condiciones se manifesta-
EDSULRULWDULDPHQWHGRQGHHOWUi¿FRHUDPD\RU10
'HVGH RWUR SXQWR GH YLVWD OD HVWUXFWXUD DGPLQLVWUDWLYD GHO (VWDGR HVWDED
adquiriendo progresivamente una mayor dimensión y se hacía más compleja. Se
KDEtDQFUHDGRQXHYRV'HSDUWDPHQWRVKDEtDDXPHQWDGRODGLPHQVLyQGHOVLVWHPD
MXGLFLDO KDEtD QXHYDV DGPLQLVWUDFLRQHV GH UHQWDV ODV QHFHVLGDGHV FUHFLHQWHV GH
PDQWHQHUODVHJXULGDG\HORUGHQS~EOLFRDVtFRPRODDFWLYLGDGEXURFUiWLFDHQWRGDV
HVWDVLQVWDQFLDVGHO(VWDGRHVWDEDFUHFLHQGRFRQODPRGHUQL]DFLyQGH=DOGtYDU11 El
control que por parte de la administración se ejercía de forma escalonada a lo largo
GH OD UHG DGPLQLVWUDWLYD HQ VHQWLGR GHVFHQGHQWH GHVGH OD DGPLQLVWUDFLyQ FHQWUDO
KDFLD ODV JREHUQDFLRQHV ORV MX]JDGRV \ ORV PXQLFLSLRV DVt FRPR ODV UHVSXHVWDV
HQ VHQWLGR LQYHUVR DVFHQGHQWH HUD FDGD YH] PD\RU (V FLHUWR TXH D OR ODUJR GH
HVWRVDxRVODUHGGHOWHOpJUDIRIXHH[WHQGLpQGRVHGHIRUPDDSUHFLDEOHSHURSHVHD
VXLPSRUWDQFLDWDQWRHQHOSODQRDGPLQLVWUDWLYRS~EOLFRFRPRSULYDGRORVFRUWRV
PHQVDMHVWHOHJUi¿FRVQRSRGtDQVXVWLWXLUDOJUXHVRGHFRPXQLFDFLRQHVGHULYDGDV
GHODH[SDQVLyQGHVFULWDSRUQRKDEODUGHODVPHUFDQFtDV\ORVSDVDMHURVHQWRGDV
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 227

las direcciones.12&RPRFRQVHFXHQFLDGHWRGRHOORODIUHFXHQFLD\ODLQWHQVLGDGGH
ODVFRPXQLFDFLRQHVHQWUHORVWHUULWRULRVGHOSDtVVHLQFUHPHQWDURQSRUORTXHODV
vías de comunicación adquirieron más importancia de la que ya tenían en décadas
DQWHULRUHV6HJXtDQVLHQGRXQDFXHVWLyQHVWUDWpJLFDSDUDODROLJDUTXtD\ODVREUDV
S~EOLFDVUHFLELHURQXQDDVLJQDFLyQHQORVSUHVXSXHVWRVGHO(VWDGRTXHYDULyHQORV
DxRVGHFULVLV9HU&DStWXOR
Todo ello conducía a la necesidad cada vez mayor de mano de obra en gene-
UDOSHURHVSHFt¿FDPHQWHHQHOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRVSRUORTXHFUHFtDQ
ODVGL¿FXOWDGHVGHSURYLVLyQGHIXHU]DGHWUDEDMRSDUDHOIXQFLRQDPLHQWRGHO)RQGR
de Caminos. La contribución a este impuesto podía efectuarse en trabajo o en di-
QHURSHURSUHFLVDPHQWHFRQIRUPHDYDQ]DEDODGpFDGDGHODGLVSRQLELOLGDG
de ambos recursos para buena parte de la población se fue haciendo más difícil. La
IXHU]DGHWUDEDMRHUDPiVHVFDVDSRUHODXPHQWRGHREUDVGHWRGRWLSR\HOGLQHUR
por lo bajo de los salarios que los trabajadores seguían cobrando. Ello explica la
propuesta que se debatía en la Asamblea Nacional en 1888 para que se redujera la
contribución en dinero al Fondo de Caminos a dos reales para los jornaleros.13<SRU
RWURODGRWDPELpQVHFRPSUHQGHTXHDODxRVLJXLHQWHHOPLQLVWUR-RVp/DUUH\QDJD
comunicara a los alcaldes del país que se apremiara a los individuos de 15 a 60
años a que pagaran el impuesto del Fondo de Caminos porque se observaba una
gran morosidad. Lo importante de esta advertencia es que el rango de edad de los
YDURQHVTXHGHEtDQSDJDUHOLPSXHVWRVHKDEtDDPSOLDGRGHDDxRVORTXHLQ-
dica que era necesario ampliar la capacidad de reclutamiento de mano de obra y de
recaudar dinero para el Fondo porque la escasez en ambos sentidos era creciente.14
(Q  HO SUHVLGHQWH 5DIDHO =DOGtYDU QRPEUy PLQLVWUR GH *REHUQDFLyQ D
-RVp/ySH]TXLHQ\DKDEtDGHPRVWUDGRVHUPX\DFWLYRHQVXDQWHULRUFDUJRGHJR-
EHUQDGRUGH/D/LEHUWDG$GHPiVGHVXH[SHULHQFLDSROtWLFD/ySH]HUDSURGXFWRU
de café lo cual le proporcionaba una visión muy clara acerca de lo que era necesa-
rio para agricultores como él.15 Uno de los puntos que requerían atención eran los
FDPLQRV\DKRUDGHVGHVXQXHYRFDUJRTXLVROOHYDUDFDERXQSODQTXHUHDOPHQWH
SRGtDKDEHUFRPHQ]DGRDFDPELDUHOSUREOHPDGHVXPDQWHQLPLHQWRHQHOTXH(O
6DOYDGRUDYDQ]DEDPX\OHQWDPHQWH/ySH]FUHtDQRVLQUD]yQTXHKDVWDHQWRQFHV
la gestión de las vías de comunicación había estado muy descuidada. Entendía que
se había llevado a cabo sin organización ni dirección competentes y que se había
PDQHMDGRVLQUHQWDV¿MDVSRUWUDEDMRVLUUHJXODUHV\SRUUXLQRVDVFRQWUDWDV1RVHUtD
GHH[WUDxDUTXHSHQVDVHHQDOJXQDVGHODVTXHVHKDEtDQ¿UPDGRHQODVGpFDGDVGH
\FRPRODVGH6DQWLDJR*RQ]iOH]SRUHMHPSORTXHSHVHDVXFXDQWtD
KDEtDQHVWDGROHMRVGHVROXFLRQDUGHIRUPDGH¿QLWLYDHOHVWDGRGHFDPLQRVFRPRHO
de San Salvador a La Libertad.
En agosto de 1878 el ministerio tomó un acuerdo para mejorar las vías de
FRPXQLFDFLyQFX\RPDOHVWDGRLQVLVWtDHOPLQLVWUR±FRPRORKDEtDQKHFKRRWUDV
228 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

DXWRULGDGHVTXHOHKDEtDQSUHFHGLGRGHVGHKDFtDDxRV±GHSHQGtDGHODLQFXULDGH
ODPD\RUSDUWHGHORVIXQFLRQDULRVORFDOHV6HWUDWDEDGHFUHDUXQDR¿FLQDGLUHFWLYD
central para la gestión de los FDPLQRVGHVGHODFXDOVHKDUtDHIHFWLYDODUHQWDGHO
)RQGRGH&DPLQRVORTXHVLJQL¿FDEDTXHODDGPLQLVWUDFLyQFHQWUDOWRPDUtDHOFRQ-
WUROGHORTXHGHKHFKRHUDXQLPSXHVWRHVWDWDO$GHPiVGHHVWDPRGL¿FDFLyQDGPL-
QLVWUDWLYDSDUDFRRUGLQDU\UDFLRQDOL]DUODJHVWLyQHOPLQLVWURSUHWHQGtDLQVWDXUDUOD
DSOLFDFLyQGHOVLVWHPDPDFDGiQDORVFDPLQRVGHOSDtVTXHWDQEXHQUHVXOWDGRHVWD-
ba produciendo en Gran Bretaña y en Estados Unidos.16 Dados los antecedentes de
ODJHVWLyQGHOSUREOHPDKDVWDHQWRQFHVHOSODQSDUHFtDVHQVDWRVDOYRSRUHOKHFKR
GHTXHQRLEDDFRPSDxDGRSRUXQSUR\HFWRHFRQyPLFRGH¿QDQFLDFLyQDOPHQRV
SDUDORVLQLFLRVGHVXDSOLFDFLyQ3HURSHVHDVXH[SHULHQFLDRSUHFLVDPHQWHTXL]i
SRUTXHpVWDVHOLPLWDEDDO'HSDUWDPHQWRGH/D/LEHUWDGSDUHFLHUDTXHHOPLQLVWUR
no tenía conciencia de lo complejo que era el conjunto del país aunque su su-
SHU¿FLHQRIXHVHPX\H[WHQVD)UHQWHDODFXHUGRDGRSWDGRODVPXQLFLSDOLGDGHV
reaccionaron como si la renta del Fondo de Caminos fuese propia y reclamaron
HOUHWHQHUOD<ODUHVSXHVWDGHELyVHUWDQIXHUWHTXH¿QDOPHQWHOOHYyDOJRELHUQRD
VXVSHQGHUVXGHFLVLyQSDUDHYLWDUDOWHUDUHORUGHQ(QVXPDORVLQWHUHVHVFUHDGRV
alrededor del manejo de la mano de obra y el dinero a escala local en relación con
HO)RQGRGH&DPLQRV9HU&DStWXORSXGLHURQPiVTXHODLQWHQFLyQGHOJRELHUQR
en un asunto que era realmente estratégico. El ministro López lo expresaba con
HVWDVSDODEUDV³ODEXHQDIHHOLQWHUpVSDWULR\HODPRUDOSURJUHVRHQFDOODQDQWH
los añejos hábitos de atraso que constituyen la rémora permanente de nuestros
pueblos.” 17
'HWRGDVIRUPDVHQPD\RGHHOPLVPRPLQLVWURGH*REHUQDFLyQ-RVp
López publicó unas “Instrucciones para los ingenieros encargados de la apertura o
HMHFXFLyQGHFDPLQRV´UHGDFWDGDVSRU0Y+LSSHOLQJHQLHURGHOJRELHUQR(UDQ
12 puntos claros y básicos que podrían ser de utilidad para encargados de obras en
trabajos de caminos de segundo orden.187RGDYtDHQHVWDOtQHDGHDFWXDFLyQSODQL¿-
FDGDVREUHHOSUREOHPDGHORVFDPLQRVHQHQHURGHHOPLQLVWHULRGH+DFLHQGD
SXEOLFyODUHYLVLyQUHDOL]DGDSRUHOLQJHQLHURFLYLO5DIDHO$UEL]~GHXQDV³,QVWUXF-
FLRQHVSDUDODFRPSRVWXUDGHORVFDPLQRV´UHGDFWDGDVSRURUGHQGHOVXEVHFUHWDULR
GH)RPHQWRSRUXQ7/RLVHQFDUJDGRGHODREUDGHODQXHYDFDUUHWHUDHQWUH6DQ
Salvador y Santa Ana.19 El texto de las “Instrucciones...” era muy detallado y debía
HVWDUVHDSOLFDQGRHQODREUDTXHGLULJtD/RLVSHURVHGHVFRQRFHVLIXHDSUREDGR
R¿FLDOPHQWH\UHFRPHQGDGRDODVDXWRULGDGHVGHSDUWDPHQWDOHVSDUDVXSXHVWDHQ
práctica.
Naturalmente el problema de los caminos era una cuestión de Estado y el
SUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDVHLQWHUHVDEDGLUHFWDPHQWHSRUpOYLVLWDQGRWDQWRORVGH-
SDUWDPHQWRVGHRULHQWHFRPRORVGHRFFLGHQWHDVLJQDQGRLQJHQLHURVTXHVHHQFDU-
JDVHQGHORVH[LVWHQWHV\GHOWUD]DGRGHRWURVQXHYRVTXHEHQH¿FLDUDQDDJULFXOWRUHV
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 229

y comerciantes.20(QXQDGHVXVYLVLWDVHQIHEUHURGHVHGLULJLyDRFFLGHQWH
DFRPSDxDGRGHOPLQLVWURGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFD\%HQH¿FHQFLDGHXQ+.HOOHU
LQJHQLHURKLGUiXOLFR\GHOFRQRFLGR-XDQ/XLV%XHURQSDUDLPSXOVDUWUDEDMRVHQHO
QXHYRFDPLQRTXHDYDQ]DEDGHVGH2SLFRD&RDWHSHTXHHQXQD]RQDGHWHUUHQRV
PX\IHUDFHV\FODYHSDUDODUHODFLyQFRQ6DQ6DOYDGRU\FRQ/D/LEHUWDGFRPR
parte de la conexión entre Santa Ana y la capital.21 La rápida expansión del café
acentuaba el carácter estratégico de los caminos de los Departamentos de Sonsona-
WH\6DQWD$QDTXHFRQGXFtDQFDGDDxRHOJUDQRKDVWDHOSXHUWRGH$FDMXWOD$¿QHV
de los años 1870 se estaba reforzando especialmente aquella zona dado que era en
DTXHOORVGLVWULWRVVREUHWRGRHQ6DQWD$QDGRQGH³VHQRWDEDQPiVÀRUHFLHQWHVORV
SURJUHVRVGHODLQGXVWULD´\ORVWUDEDMRVVHVXFHGtDQGHVGHDxRVDWUiVHQHOiUHD
(QIHEUHURGHFDVLXQDxRDQWHVGHODIUXVWUDGDLQLFLDWLYDGHODDSOLFDFLyQGHO
PDFDGiQ SRU HO PLQLVWHULR HO QRWDULR GH 6RQVRQDWH 'LRQLVLR$UiX] HQ HVFULWXUD
¿UPDGDHQVXSURSLDHVFULEDQtDDSDUHFtDMXQWRDVXKHUPDQR)LGHOFRPRFRQWUDWLVWD
del mantenimiento del camino carretero del puerto de Acajutla a la cumbre de Los
1DUDQMRVSRUSVDQXDOHVTXHUHFLELUtDQFDGDDxRGHO7HVRURS~EOLFR3DUD
JDUDQWL]DU VX WUDEDMR DPERV HVWDEDQ KLSRWHFDQGR XQD ¿QFD GH FDIp OODPDGD ³(O
ÈJXLOD´VLWDHQHOGLVWULWRGH6RQVRQDWH\HQHMLGRVGH1DKXL]DOFR\-XD\~D\VHLV
FDEDOOHUtDVGHODKDFLHQGD&KLJLJXDHQHOPLVPRGLVWULWRFHUFDGDV\FXOWLYDGDV22
Dionisio Aráuz era miembro de una familia con recursos de Sonsonate. Fue
SULPHURDERJDGRGHVGHFRPLHQ]RVGHODGpFDGDGHSURQWRIXHQRWDULRHQVH-
JXLGDFDIHWDOHURMXH]\UHSUHVHQWDQWHHQOD$VDPEOHD1DFLRQDO1RFRQVWDTXHHQ
HOPLVPRDxRGHIXHUDGLSXWDGRSHURVtORIXHHQORVVLJXLHQWHVDxRVPLHQWUDV
TXH HUD FRQWUDWLVWDGHO(VWDGR\PDQWXYRVXHVFULEDQtDDELHUWDDVX QRPEUHSRU
años simultaneando las dos actividades. En la Asamblea coincidía con Teodoro
Moreno y otros miembros destacados de la oligarquía. En 1882 seguía siendo di-
putado y repitió su cargo durante varios años hasta la segunda mitad de la década.
&RPRVHKDDGHODQWDGRDOLJXDOTXHKLFLHURQRWURVFRPSRQHQWHVGHVXFODVHVRFLDO
FRPR&UX]8OORD-RVp5RVD3DFDV&RUQHOLR/HPXVR0LJXHO6iL]DUSURSLHWDULRV
\YDULRVGHHOORVFDIHWDOHURV'LRQLVLR$UiX]WDPELpQOOHJyDRFXSDUFDUJRVHQHO
VLVWHPD MXGLFLDO FRPR MXH] \ HQ  0DJLVWUDGR GH OD FRUWH GH 6DQWD$QD23
(VWDFRPELQDFLyQGHSXHVWRVHQGLYHUVRVSRGHUHVGHO(VWDGRDOPLVPRWLHPSRTXH
PDQWHQtDVXDFWLYLGDGHPSUHVDULDOYLQFXODGDDODWLHUUD\DOFDIpOHSHUPLWtDGHIHQ-
GHUGHVGHFDGDXQRGHHOORVVXVLQWHUHVHVTXHHUDQGHKHFKRORVGHOPLVPRVHFWRU
VRFLDODOTXHSHUWHQHFtD(OFDVRGH$UiX]QRIXH~QLFR\UHSUHVHQWDEDFRPRRWURV
un buen ejemplo de toma del control del Estado por parte de los grupos dominantes.
(QRWUDVSDODEUDVHUDODPHMRUH[SUHVLyQGHOFDUiFWHUGHFODVHGHO(VWDGR$FDEDOOR
HQWUHODSROtWLFD\ORVQHJRFLRVHQDEULOGH$UiX]DTXLHQSRUVXDFWLYLGDG
SULYDGDQROHIDOWDUtDLQIRUPDFLyQVREUHHOPXQGRGHODVSURSLHGDGHVLQPRELOLDULDV
WDPELpQVHGHGLFDEDFRQMXQWDPHQWHFRQXQGHVWDFDGRDJHQWHFRPHUFLDOHPSUHVD-
230 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ULR\SUHVWDPLVWDHOHVSDxRO-RDTXLQ0DWKpDYHQGHU¿QFDVHQ6RQVRQDWHVLWXDGDV
en el camino real a Acajutla.24
6LJXLHQGRFRQHOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRVHQGLFLHPEUHGHVH
presentó una propuesta de contrata por parte los propietarios Indalecio Sifontes
y el general Andrés van Severen. Los proponentes se comprometían a abrir un
FDPLQR PRGL¿FDGR GHVGH 6DQWD$QD D OD &XPEUH GH ORV 1DUDQMRV TXH QR WX-
YLHUD SHQGLHQWHV VXSHULRUHV DO  FRQ ORV SXHQWHV \ GHVDJHV QHFHVDULRV \ D
mantenerlo por cuatro años. En la propuesta el gobierno debía hacerse cargo de
facilitar el paso franco por donde pasara la parte nueva del camino y a prestar “el
DSR\RPRUDOSDUDFRQVHJXLUORVRSHUDULRV´SRUPHGLRGHODVDXWRULGDGHVORFDOHV
$OPDUJHQGHODLQHIDEOHUHIHUHQFLDDO³DSR\RPRUDO´pVWDUHÀHMDEDTXHFRQHO
FUHFLPLHQWRHFRQyPLFRODSUHVLyQVREUHODSREODFLyQUXUDODXPHQWDEDWDPELpQ\
los contratistas requerían del ejecutivo que movilizara a los alcaldes para que les
KLFLHUDQOOHJDUWUDEDMDGRUHV6LQFRQWDUORVVDODULRVGHHVWRV~OWLPRVTXHVHJXUD-
PHQWHFRUUHUtDQDFDUJRGHORVFRQWUDWLVWDVHOFRVWHGHODREUDTXHGHEHUtDSDJDU
el gobierno era de 23.000 ps.25 Es posible que esta propuesta no fuese aceptada
porque en enero de 1878 se presentaba otra por parte del mismo Indalecio Sifon-
WHVHVWDYH]DVRFLDGRD0DQXHO0RQWDOYRDPERVDJULFXOWRUHVGH6DQWD$QD6H
trataba de mantener el mismo camino que seguían las carretas entre la Santa Ana
y la Cumbre de los Naranjos. Se comprometían a mantener todo el camino a ocho
YDUDVGHDQFKRDVHUVXSHUYLVDGRVSRUODSHUVRQDTXHHOJRELHUQRGHVLJQDUDD
garantizar con hipoteca el monto de la obra y a pagar una multa de 100 pesos cada
vez que el camino se volviera intransitable. El gobierno pagaría a los contratistas
 SV SRU FDGD OHJXD GH ODV VHLV TXH WHQtD HO WUD\HFWR FRPSURPHWLpQGRVH D
prestar su apoyo a la empresa dando para ello las órdenes necesarias para conse-
guir trabajadores.26
Estos caminos ya habían sido reparados en reiteradas ocasiones con ante-
ULRULGDGSHURODVLQFOHPHQFLDVGHOWLHPSRREOLJDEDQDYROYHUDJDVWDUGHFHQDVGH
PLOHV GH SHVRV HQ HOORV VLQ TXH ORV SURSLHWDULRV GH ODV ¿QFDV TXH ORV XWLOL]DEDQ
SDJDUDQQLQJ~QLPSXHVWRSRUVXPDQWHQLPLHQWR3RUHOFRQWUDULRORTXHVXFHGtD
era que algunos de ellos obtenían del Estado dinero por proceder a mantenerlos. En
JHQHUDO\VDOYRTXHVHHVSHFL¿FDUDORFRQWUDULRORVFRQWUDWLVWDVFRUUtDQDFDUJRGHO
SDJRGHORVVDODULRVGHORVWUDEDMDGRUHVDXQTXHQRVLHPSUHHUDDVt(QWRGRFDVROR
que parecía evidente es que las autoridades locales no daban abasto a mantener los
FDPLQRVVRORPHGLDQWHHOUHFXUVRGHO)RQGRGH&DPLQRV\SRUHOOR\SDUDDKRUUDU
JDVWRVHQGDGDODQHFHVLGDGGHSRQHUHQEXHQVHUYLFLRXQQ~PHURFDGDYH]
PD\RUGHFDPLQRVLQFOX\HQGRYHFLQDOHVHOJRELHUQRGHFLGLySRUSULPHUDYH]TXH
ORV GXHxRV GH ¿QFDV DG\DFHQWHV D ORV FDPLQRV VH HQFDUJDUDQ GH PDQWHQHUORV HQ
EXHQDVFRQGLFLRQHVSXHVWRTXHHOORVHUDQORVSULPHURVLQWHUHVDGRVHQTXHIXHVH
así.276LQHPEDUJRODVSURSXHVWDVGHFRQWUDWDVSRUSDUWLFXODUHV\ORVWUDEDMRVHP-
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 231

prendidos a iniciativa del gobierno central o de los gobernadores departamentales

no cesaron.
$OJXQDVREUDVHUDQSURPRYLGDVSRUHOJRELHUQR\DVtHQHOSULPHUWULPHVWUH
de 1879 trabajaban más de 200 hombres en las obras del camino que pasaría por
1HMDSD 4XHW]DOWHSHTXH 2SLFR \ &RDWHSHTXH TXH QR WDUGDUtD HQ HVWDU HQ VHUYL-
cio.28 En marzo de 1879 se había trabajado en un nuevo camino a Santa Ana y en el
mismos año el ingeniero encargado de la Dirección de la nueva carretera nacional
HQWUH6DQ6DOYDGRU\6DQWD$QD7/RLVDQXQFLDEDTXH\DHVWDEDDELHUWRDOS~EOLFR
el tramo hasta la cumbre de Huisiltepeque y que se podía evitar la penosa subida
DOYROFiQ'HHVWHPRGRHOFDPLQRHQWHURHQWUH2SLFR&RDWHSHTXH\6DQWD$QD
quedaría perfectamente transitable para carretas y coches.29
3HURRWURVWUDEDMRVVHJXtDQVLHQGRSURPRYLGRVSRUORVSURSLHWDULRVVLHPSUH
con la ayuda del gobierno desde luego. Esto sucedía en el camino de Comasagua a
La Libertad en junio de 1879.30$OOt$QGUpV$PD\DDJULFXOWRUSURSRQtDFRPSRQHU
HOFDPLQRGHXQRVNP\SHGtDUVSRUYDUDOLQHDO6HWUDWDEDGHXQFDPLQRGH
rueda que “le es urgente al gobierno y a los propietarios”. Amaya proponía tam-
bién comprar las herramientas de hierro que fuesen precisas y vendérselas des-
SXpVDOJRELHUQR\RIUHFtDKDFHUHOFDPLQRGHODQFKRFRQYHQFLRQDO\WHUPLQDUORD
mediados de octubre. Naturalmente solicitaba que se le faciliten 50 o 60 hombres
a los que les pagaría “como viene siendo habitual” y pedía que el gobierno enviara
DXQDSHUVRQDSDUDFRQVWDWDUTXHHIHFWXDEDHOSDJRRIUHFLHQGRXQD¿DQ]DGH
ps.
En los pueblos de esta zona había extensas plantaciones de café con más
de 800.000 árboles en estado de producir y caminos por donde se exportaban las
cosechas. El año anterior se había abierto el referido camino para darle una salida
GLUHFWD DO FDIp KDFLD HO SXHUWR GH /D /LEHUWDG SHUR VH KDEtD YXHOWR LQWUDQVLWDEOH
HQPXFKRVWUDPRVSDUDORVFDUURV'DGDVXPDODVLWXDFLyQORVSURSLHWDULRVGHODV
¿QFDVKDEtDQHPSH]DGRDHQYLDUVXFDIpD/D/LEHUWDGYtD6DQWD7HFODFRQJUDQGHV
FRVWHV DxDGLGRV 3HUR D SHVDU GH OD RUGHQ GDGD XQRV PHVHV DQWHV HQ PDU]R GH
SDUDTXHORVGXHxRVGHODV¿QFDVPDQWXYLHVHQHQHVWDGRGHXVRORVFDPLQRV
DG\DFHQWHVHOJREHUQDGRUOOHYyDOWUDEDMRGHODFDUUHWHUDDPiVGHPR]RV\HQ
PHQRVGHGRVPHVHVGHMyWUDQVLWDEOHHOFDPLQRGHPDQHUDTXH³\DOHVHVSRVLEOH
>DORVDJULFXOWRUHV@H[RQHUDUVHGHHVHVDFUL¿FLR\HQYLDUGHXQPRGRPiVGLUHFWR
y menos costoso sus cosechas al puerto de embarque.”31 'H QXHYR FRPR YHQtD
VXFHGLHQGRGHVGHODLQGHSHQGHQFLDSHURFRQPiVLQWHQVLGDGFXDQGRFRPHQ]yHO
GHVSHJXHHFRQyPLFRD¿QHVGHODGpFDGDGHODSREODFLyQUXUDOVHJXtDVLHQGR
utilizada posiblemente de forma abusiva mediante el impuesto del Fondo de Cami-
nos porque era requerida y manejada simultáneamente desde diversas instancias.
'HXQDXRWUDIRUPDHOREMHWLYRHUDHOPLVPRDPSOLDUORVPiUJHQHVGHEHQH¿FLRV
económicos de los productores agrícolas y especialmente los del café. De igual
232 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

modo en otros puntos de la zona cafetalera continuaban los reparos de caminos

HQORTXHSDUHFtDHOPDQWRGH3HQpORSH$VtVHWUDEDMDEDGHQXHYRHQODFDUUHWHUD
a La Libertad por donde entraba la mayor parte de los artículos que llegaban del
exterior... y se esperaba que diera nuevo aliento a empresas de todo género en vista
de la facilidad y comodidad del transporte por dicha vía. La suma invertida en esta
carretera ascendía ahora a 9.600 ps y era probablemente el tramo de camino en el
que se había invertido más dinero de todo el país.
En otros departamentos donde la presión de los intereses de los exportadores
HUDPHQRUWDPELpQORVJREHUQDGRUHVDWHQGtDQDORVFDPLQRVDXQTXHVLQQHFHVLGDG
de actuaciones tan determinantes como en La Libertad. En ocasiones el gobierno
tomaba la iniciativa de poner en marcha trabajos de mejoras o ampliación de al-
J~QFDPLQREDMRODVXSHUYLVLyQGHODDXWRULGDGGHSDUWDPHQWDODSRUWDQGRDOJXQRV
fondos de la Hacienda nacional y convocando a empresarios locales para comple-
mentar los costes. Esto sucedió en el caso de la compostura de la carretera de San
0LJXHOD/D8QLyQD¿QHVGHFXDQGRHOPLQLVWHULRFRUUHVSRQGLHQWHHQFDUJy
ODGLUHFFLyQGHORVWUDEDMRVDOJHQHUDO/LVDQGUR/HWRQD&RPDQGDQWHGHO'HSDUWD-
PHQWR/HWRQDGLVSRQGUtDGHORVIRQGRVFROHFWDGRVSRUODV-XQWDV,WLQHUDULDVGH6DQ
0LJXHO\/D8QLyQ\GHSVPHQVXDOHVKDVWDTXHWHUPLQDVHODREUD3RURWUD
SDUWHFRQDXWRUL]DFLyQGHOJRELHUQRHOJHQHUDOVXVFULELyXQFRQWUDWRFRQYDULRVFR-
merciantes de San Miguel que operaban en La Unión quienes aportarían cada uno
1.000 ps al año a cambio de los cuales recibirían un giro a su nombre y endosable
en la aduana de La Unión para que le fuera abonado “en la totalidad del 30% ó 45%
según le convenga al interesado”.32/DVDXWRULGDGHVORFDOHVEDMRHOFRQWUROGHORV
gobernadores departamentales llevaban a cabo estas obligaciones requeridas y re-
FRUGDGDVIUHFXHQWHPHQWHGHVGHHOJRELHUQR'HHOORLQIRUPDEDSRUHMHPSOR0i[L-
mo Brizuela el gobernador del Departamento de La Unión en enero de 1880.33$Vt
HQHOPLVPRDxRHQ&XVFDWOiQHOJREHUQDGRULQIRUPDEDGHTXHORVFDPLQRVKDEtDQ
HVWDGRWUDQVLWDEOHVDOVHUYLFLRGHORVWUDQVH~QWHVSHURTXHOOHJDGRHOLQYLHUQRQR
había querido dejar solos a los alcaldes y se había encargado de reparar los lugares
con más peligro de descompostura utilizando los prisioneros.34
Durante el resto de la década de 1880 el mantenimiento de los caminos y los
SUREOHPDVDG\DFHQWHVFRQWLQXDURQPDQWHQLHQGRODVPLVPDVSDXWDV(QSRU
HMHPSORODFDUUHWHUDGH6DQ0LJXHOD/D8QLyQVHJXtDQHFHVLWDQGRUHSDUDFLRQHV\
OD-XQWD,WLQHUDULDGHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ0LJXHOVROLFLWDEDDOJRELHUQRDXWRUL]D-
ción para poder invertir los 5.000 ps de que disponía en la carretera de San Miguel a
La Unión.352UJDQLVPRVFRPRODV-XQWDV,WLQHUDULDVQRWHQtDQVX¿FLHQWHDXWRQRPtD
como para poder decidir y actuar sobre las que consideraban las prioridades en sus
distritos. El centralismo político de El Salvador era realmente fuerte.
(QFXDQWRDODPDQRGHREUDODQHFHVLGDGGHWUDEDMDGRUHVVHJXtDKDFLHQGR
QHFHVDULRFRQWDUFRQSREODFLyQUHFOXVDFRPRWUHLQWDDxRVDWUiV3RUODPLVPDpSRFD
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 233

la municipalidad de San Salvador dio orden de que se aumentara la población del

presidio municipal con los reos que ya habían sido sentenciados o con los que pi-
GLHUDQVDOLUDORVWUDEDMRVFRQHO¿QGHSRGHUDWHQGHUPHMRUDODVREUDVS~EOLFDV\DO
DVHRGHODSREODFLyQ3RUHOORVHKDEtDHQYLDGRXQR¿FLRDO-XH]GH3ROLFtDSDUDTXH
se sirviera poner a disposición del alcalde los reos que hubiesen sido sentenciados
por faltas.360LHQWUDVWDQWRHQ6RQVRQDWHOD-XQWD,WLQHUDULDJHVWLRQDEDORVWUDEDMRV
que se efectuaban en la zona. En enero de 1887 habían estado trabajando 95 hom-
EUHVHQFDUUHWHUDVGH6DQWD$QD\HQODVGH$KXDFKDSiQFRQXQFRVWHGHSV
En aquellos momentos se decidió no seguir trabajando en Ahuachapán porque la
DFWLYLGDGHVWDEDFDVLFRQFOXLGDVDOYRODUHFRQVWUXFFLyQGHXQSXHQWHTXHVHKDEtD
GHVKHFKRSRUHOSDVRGHODVFDUUHWDV3RURWURODGROD-XQWDWHQtDHQSHUVSHFWLYD
FRQVWUXLURWURSXHQWHHQ6RQ]DFDWHSDUDORFXDOODPXQLFLSDOLGDGWHQtDODSLHGUD
VHRIUHFtDDDFRSLDUPiV\DSRUWDUtDFXDWURPR]RVSDUDHOWUDEDMR3RUVXSDUWHOD
-XQWDFRPSUDUtDFDO\ODGULOORV\SDJDUtDDOPDHVWURDOEDxLO37(ODxRVLJXLHQWHHQ
HQHO'HSDUWDPHQWRGH6DQWD$QDIXQFLRQDEDXQD7HVRUHUtD(VSHFt¿FDGHORV
IRQGRVGHVLJQDGRVSDUDODUHSDUDFLyQGHVXVYtDVFDUUHWHUDVVLQTXHVHDSRVLEOHSUH-
cisar en qué medida y de qué forma las funciones de esta tesorería se solapaban con
ODVGHOD-XQWD,WLQHUDULDGH6RQVRQDWHPHQFLRQDGDDUULED6HFRQRFHODFRQWDELOLGDG
GHODWHVRUHUtDGHVGHGHDEULOGHDGHHQHURGHSHULRGRHQHOTXH
había manejado 5.760 ps que había ingresado por diversos conceptos de la aduana
de Acajutla-Sonsonate y que había gastado en distintas obras viarias y en salarios
de inspectores.38&RPRVXFHGtDGHVGHODLQGHSHQGHQFLD\VHFRPSUREy\DHQ
OD+DFLHQGDS~EOLFDVHJXtDIXQFLRQDQGRGHIRUPDGHVDUWLFXODGDVLQFDMD~QLFDQL
una gestión centralizada ni siquiera a escala de Departamentos.
Los trabajos en las carreteras se complementaban donde era preciso con el
PDQWHQLPLHQWRUHFRQVWUXFFLyQRFRQVWUXFFLyQSRUSULPHUDYH]GHSXHQWHV$OLJXDO
TXH VXFHGH FRQ ORV FDPLQRV VROR VH FLWDUiQ DOJXQRV FDVRV FRPRHMHPSORV GH OD
atención que se prestó también a este capítulo de las comunicaciones. De los años
GHIXHUWHFUHFLPLHQWRGHORVLQJUHVRV¿VFDOHVPHUHFHGHVWDFDUODFRQWUDWDSDUDOD
FRQVWUXFFLyQGHGRVSXHQWHVFRQXQ5:*RUULOOGHODFRPSDxtDQRUWHDPHULFDQD
3DFL¿F%ULGJH&RSDUDGRVSDVRVVREUHHOUtR/HPSDD6DQ9LFHQWH\=DFDWHFR-
luca. El primero debería soportar un peso de hasta 45 toneladas y el segundo hasta
60. El coste de de la obra completa sería de 12.000 ps. La empresa importaría desde
&DOLIRUQLDWRGRVORVPDWHULDOHV\GDUtDHQ6DQ)UDQFLVFRXQD¿DQ]DVX¿FLHQWHDXQ
DJHQWHGHOJRELHUQRGH(O6DOYDGRU3RFRGHVSXpVVHUHEDMDEDQODVHVSHFL¿FDFLRQHV
GHOSULPHUSXHQWHGHQRPLQDGRGHO-XWHGHSLHVLQJOHVHVDSLHVDVtFRPRVX
FRVWHTXHVHUHGXFtDGHSVDSV(QVHJXLGDVH¿UPyRWUDFRQWUDWDSDUD
XQQXHYRSXHQWHFRQODPLVPDFRPSDxtDWDPELpQVREUHHOUtR/HPSDSRUHOSDVR
OODPDGR ³3LHGUDV 1HJUDV´ VREUH OD FDUUHWHUD FHQWUDO D 2ULHQWH (VWH SXHQWH VHUtD
PD\RU GH  SLHV LQJOHVHV SDUD VRSRUWDU XQ SHVR GH  WQ \ FRQ XQ FRVWH GH
234 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

100.000 ps.39 Normalmente la mayoría de los puentes que se construían no tenían

ODHQYHUJDGXUDGHHVWH~OWLPRDXQTXHHQHOFDPLQRD,ORSDQJRHVWDEDFRQWHPSOD-
GDODFRQVWUXFFLyQGHXQRVREUHHOUtR-LERDFRQXQFRVWHFDOFXODGRGHSV
En 1888 la Asamblea Nacional aprobó la suma de 3.000 ps para construcción de
XQ SXHQWH VREUH HO UtR 6XPSXO HQ &KDODWHQDQJR SDUD FRPXQLFDU OD FDSLWDO FRQ
varias poblaciones del Departamento y de Honduras40 y se construían también
RWURVPXFKRVPHQRUHVFRPRHOGH,]DOFRVREUHHOUtR6KXWLDWHQSRUHOTXH
la municipalidad y los vecinos agradecieron la ayuda prestada por el presidente de
OD5HS~EOLFD41
*
En el ámbito empresarial uno de los grandes negocios existentes en estos
DxRVORVHJXtDQFRQVWLWX\HQGRODV&RPSDxtDVGH0XHOOHVTXHKDEtDQVLGRFRQVWL-
WXLGDVHQ9HU&DStWXOR(YLGHQWHPHQWHHVWDVHPSUHVDVWHQtDQYLQFXODGRHO
UHQGLPLHQWRGHVXQHJRFLRDODHYROXFLyQGHOFRPHUFLRWDQWRGHLPSRUWDFLyQFRPR
GH H[SRUWDFLyQ OR TXH HVWDED JDUDQWL]DGR SRU ODV FRQWUDWDV TXH GLHURQ SLH D VX
nacimiento. El comercio exterior vivió en los años que cubre este capítulo algunas
RVFLODFLRQHVGHLPSRUWDQFLDPiVHQHOWHUUHQRGHODLPSRUWDFLyQTXHHQHOGHOD
H[SRUWDFLyQSHURHQWRGRFDVRHOYDORUWRWDOGHOFRPHUFLRFUHFLy\ODUHQWDELOLGDG
GHODVDFFLRQHVGHODVHPSUHVDVDXQTXHDFXVDURQORVDOWLEDMRVFRPHUFLDOHVIXHDOWD
Hay que recordar que el mayor volumen de la actividad económica en estos años se
FRQFHQWUDEDHQHOVXU\RFFLGHQWH\FRPRFRQVHFXHQFLDHOPD\RUYROXPHQGHFR-
PHUFLRH[WHULRUVHPRYtDSRUORSXHUWRVGHOD]RQDHQGHWULPHQWRGHOSXHUWRGH/D
Unión que perdió importancia en relación con los de la Libertad y Acajutla. Quizá
esto tenga relación con el hecho de que se desconozcan datos sobre la compañía
de su muelle.423RURWUDSDUWH\SRUODPLVPDUD]yQWLHQHVHQWLGRTXHHOSUHVLGHQWH
Sebastián González quisiera comprar las compañías de La Libertad y Acajutla pero
no la de La Unión.
A partir de las anteriores consideraciones y teniendo en cuenta que no se
FRQVHUYDQVHULHVFRPSOHWDVGHORVUHQGLPLHQWRVGHODVDFFLRQHVVHSXHGHQRIUHFHU
DOJXQRVGDWRVSDUDWHQHUXQDLGHDGHHOORV&RQYLHQHSUHFLVDUTXHFRPR\DVXFHGtD
GXUDQWHORVSULPHURVDxRVGHHVWDVHPSUHVDVODVRVFLODFLRQHVGHORVGLYLGHQGRVDF-
FLRQDULDOHVQRVHSURGXFtDQVRORSRUFR\XQWXUDVLQWHUDQXDOHVVLQRWDPELpQWULPHV-
trales y hay que relacionarlos con la estacionalidad de los productos de exportación
\ODVFRQVLJXLHQWHVLPSRUWDFLRQHV(QWRGRFDVROD&RPSDxtDGHO0XHOOHGH/D
/LEHUWDGSDJDEDHQSVSRUDFFLyQHQHOVHJXQGRWULPHVWUHGHODxR\
HQHO~OWLPRWULPHVWUHDERQySV(QDEULOGHODxRVLJXLHQWHDERQDEDSVSRU
título.43 Si se recuerda que las acciones de estas compañías tenían un valor nominal
GHSVSVVXSRQtDQHOGHEHQH¿FLR\VLVHFDOFXODSUXGHQWHPHQWH
que en cada uno los cuatro trimestres del año un accionista hubiese recibido la
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 235

PLVPDFLIUDGHSVHOUHQGLPLHQWRDQXDOGHXQDDFFLyQKDEUtDVLGRGHO
TXHHUDXQDUHQWDELOLGDGEDVWDQWHDOWD'HWRGDVIRUPDVHQHQHURGHFXDQ-
GRVHYLYtDQXQRGHORVPRPHQWRVGHFRQWUDFFLyQFRPHUFLDOODHPSUHVDSDJy
SVSRUDFFLyQ3RU¿QHQHQHURGHHQYtVSHUDVGHRWURGHORVPRPHQWRVGH
FDtGDGHOFRPHUFLRSDJDEDSVSRUDFFLyQVLELHQHVWDFRUUHVSRQGtDDOUHVXOWDGR
GHODxRDQWHULRU(QVHSURGXFtDRWUDFDtGDGHOÀXMRFRPHUFLDO\VXGLUHFWRU
DQXQFLDEDXQGHVFXHQWRGHOHQWDULIDGHHPEDUTXHV\GHVHPEDUTXHVVHJXtD
suprimida la comisión de 10 cts por quintal por cancelación de conocimiento que
KDVWDHQWRQFHVSHUFLEtDORTXHHQFRQMXQWRVLJQL¿FDEDXQDUHEDMDGHPiVGHO
sobre la tarifa de 1887. Hay que recordar que estas compañías operaban y cobraban
SRUHOWUi¿FRGHPHUFDQFtDV\HUDQXQEXHQLQGLFDGRUGHODERQDQ]DRGHFOLYHGHO
FRPHUFLR/D&RPSDxtDGH$FDMXWODSRUVXSDUWHWXYRUHQWDELOLGDGHVVLPLODUHVD
ODGH/D/LEHUWDGHQJHQHUDOFRQSVSRUDFFLyQDFRPLHQ]RVGHRSV
HQODVSULPHURVPHVHVGHSHURWDPELpQFRQDOJXQDVFLIUDVPiVEDMDV±\PiV
QRUPDOHV±FRLQFLGLHQGRFRQORVPHVHV¿QDOHVGHORVDxRVFRPRSRUHMHPSORSV
SRUFXSyQD¿QHVGHRSVHQHOFXDUWRWULPHVWUHGH3DUHFHSUREDEOHTXH
estas oscilaciones tuvieran relación con la estacionalidad del café.44
3HURWDQWRRPiVLPSRUWDQWHTXHHOULWPRHFRQyPLFRGHVXUHQWDELOLGDGLQWH-
resa la titularidad del accionariado de estas compañías y en este sentido lo que se
constata es la presencia de larga duración de un grupo reducido de grandes empre-
VDULRV±FRPHUFLDOHV\¿QDQFLHURV±DOIUHQWHGHODVGRVPiVLPSRUWDQWHVFRPSDxtDV
GHPXHOOHVSUiFWLFDPHQWHGHVGHVXFUHDFLyQKDVWD¿QHVGHORVDxRVDOPHQRV
Salvando algunos nombres que permanecieron algunos años y después dejaron las
HPSUHVDVSDUDFRQWLQXDUHQRWUDVDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDVRWURVVHDWULQFKHUDURQHQ
ODVFRPSDxtDVDXQTXHGHQLQJ~QPRGROLPLWDURQVXDFWLYLGDGHPSUHVDULDODHOODV
VLQRTXHODVWXYLHURQFRPRXQDGHODVEDVHVVHJXUDVGHVXVEHQH¿FLRVTXHFRP-
SOHPHQWDEDQORVTXHDGTXLUtDQHQRWURVVHFWRUHV\TXHFRQ¿JXUDEDQVXVJUDQGHV
fortunas.
$VtHQWUHTXLHQHVIXHURQDFFLRQLVWDVSRUSHULRGRVVRORGHDOJXQRVDxRVKXER
QRPEUHVUHOHYDQWHVHQORVQHJRFLRVFRPR-RVp0DUtD8ULRVWH)pOL['iUGDQR6DO-
YDGRU &DUD]R *XVWDYR '¶$XEXLVVRQ 0DQXHO *DOODUGR \ 1LFROiV$QJXOR HQWUH
RWURV3HURORVJUDQGHVQRPEUHVGHHVWDVHPSUHVDVGHEXHQDSDUWHGHODHFRQRPtD
VDOYDGRUHxD\FRQVLJXLHQWHPHQWHGHODROLJDUTXtDTXHHVWDEDGDQGRORVSDVRVPiV
UiSLGRVKDFLDODEXUJXHVtDHUDQ0DQXHO7ULJXHURV-XDQ0DXULFLR'XNH-RVp5R-
sales. Algunos de ellos participaron en los dos empresas y aún en otras agencias
GHGLFDGDVDOFRPHUFLRH[WHULRUDXQTXHGHGLVWLQWDQDWXUDOH]DGHODVFRPSDxtDVGH
PXHOOHV$Vt-0'XNHHUDDFFLRQLVWDGHODFRPSDxtDGH/D/LEHUWDGHQ\HQ
1879 también lo era de la de Acajutla. Y lo mismo sucedía con M. Trigueros en los
PLVPRVDxRV$PERVFRQWURODEDQODVHPSUHVDVODVSUHVLGLHURQHQPXFKDVRFDVLR-
nes y eran propietarios de algunas de las mayores fortunas del país. A diferencia de
236 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

-RVp5RVDOHVTXHIXHDOJXQRVDxRVPLHPEURGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOQL7ULJXHURV
QL'XNHRFXSDURQSXHVWRVHQORVSRGHUHVGHO(VWDGRSHURVXSRGHUHFRQyPLFROHV
RWRUJDEDXQDLQÀXHQFLDSROtWLFDLQFRQWHVWDEOH45
&RPRHVOyJLFRHOFRPHUFLRH[WHULRUJHQHUDEDPXFKRVPiVUHJLVWURVGHQH-
gocio que el de las compañías de muelles. Uno muy importante era el de las empre-
VDVH[SRUWDGRUDVLPSRUWDGRUDV\FRQVLJQDWDULDV(VWDVQRFRQVWLWXtDQXQVRORPR-
delo sino que con frecuencia se organizaban desempeñando diferentes funciones.
8QHMHPSORHUDOD&RPSDJQLH*HQHUDO7UDQVDWODQWLTXHIUDQFHVDFX\RDJHQWHHUD
$XJXVWR%RXLQHDXGHTXLHQ\DVHWUDWyHQORVDxRV/DHPSUHVDWHQtDXQFDSL-
WDOSDUWLFLSDGRSRUDFFLRQLVWDV\%RXLQHDXSRUVXSDUWHWHQtDVXSURSLRFRPHUFLR
El agente francés se convirtió también en un poderoso empresario y prestamista
PX\ LQÀX\HQWH HQ QHJRFLRV HFRQyPLFRV \ HQ DFWLYLGDGHV VRFLDOHV$O LJXDO TXH
RWURVPLHPEURVGHODROLJDUTXtDFRPR7ULJXHURV'XNHR5RVDOHV%RXLQHDXRFXSy
SXHVWRVHQLQVWLWXFLRQHVEHQp¿FDVTXHVHFRQYHUWtDQHQXQVLJQRGHLGHQWLGDGGHOD
ROLJDUTXtDFRPROD-XQWDGH&DULGDGGHO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRUWUDWiQGRVHGH
la capital.46
$OJXLHQGHXQQLYHOVRORUHODWLYDPHQWHLQIHULRUDOGH%RXLQHDXSHURPX\LQ-
ÀX\HQWHHQRFFLGHQWHHUDHO\DPHQFLRQDGR-RDTXtQ0DWKp(VWHHPSUHVDULRHVSD-
xROGLULJtDRWUDDJHQFLDGHLPSRUWDFLyQHLPSRUWDFLyQHQ$FDMXWODHUDFRQVLJQDWDULR
desde hacía años y ocupaba cargos en otras instituciones.47 Había sido contratista
de la construcción del muelle de Acajutla en 1868 y participó en la consiguiente
&RPSDxtD GHO 0XHOOH 0DWKp HUD SUHVWDPLVWD GH SURGXFWRUHV GH FDIp \ DGHPiV
WHQtDXQQHJRFLRGHSURGXFFLyQGHDJXDUGLHQWHHQVRFLHGDGFRQHOJHQHUDO6DQWLDJR
González en la década de 1860. De su solidez como empresario habla el hecho de
que a comienzos de la década de 1880 seguía siendo el proveedor de aguardiente
GHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHORTXHVLQQLQJXQDGXGDHUDXQPX\EXHQQHJR-
cio.48
7DPELpQHQ$FDMXWODWHQtDVXVHGHRWUDHPSUHVDH[SRUWDGRUD\FRQVLJQDWDULD
OD$JHQFLD*HQHUDOGHO3DFt¿FRGHODTXHIXHGLUHFWRUGXUDQWHDxRVHOHPSUHVDULR
\SROtWLFR2QRIUH'XUiQPLHPEURGHXQDULFDIDPLOLDGH$KXDFKDSiQ49 Durán era
SURSLHWDULRFDIHWDOHUR\HQOOHJyDVHQDGRUGHOD5HS~EOLFDVLHQGRGLUHFWRUGH
la citada Agencia desde años atrás. La empresa tuvo una importante vida comercial
\HQDOJ~QPRPHQWRWXYRXQiJLOWUDWRFRQVXVFOLHQWHVOyJLFDPHQWHVDOYDJXDUGDQGR
VXVSURSLRVLQWHUHVHV$VtHQFXDQGRHOJRELHUQRGH=DOGtYDUHPSUHQGLyVXV
GLYHUVDVVXELGDVGHLPSXHVWRVDOFRPHUFLRH[WHULRUHVWDYH]GHPDQHUDH[FHSFLRQDO
XQVREUHLPSRUWDFLyQ\H[SRUWDFLyQOD$JHQFLDDQXQFLyTXHQRDGHODQWDUtDHO
YDORUGHDTXpOLPSXHVWRSHURTXHVLDOJ~QFRPHUFLDQWHQRSXGLHUDVLWXDUGLFKRV
IRQGRVHQODFDVDpVWDKDUtDORVSDJRVFRQORVVX\RVSURSLRVFREUDQGRXQLQWHUpV
de un 1% mensual. Esta sociedad también funcionaba con un capital participado
SRUDFFLRQLVWDV\UHSDUWtDSHULyGLFDPHQWHGLYLGHQGRVSRUORVWtWXORV(QDO
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 237

DQXQFLDUVHODSXHVWDDOFREURGHORVGLYLGHQGRVFRUUHVSRQGLHQWHVVHDGYHUWtDDORV
DFFLRQLVWDVTXHSRGtDQSDVDUSRUODR¿FLQDGH-RVp0DXULFLR'XNHSDUDFREUDUORV
&RPRVHVDEH'XNHHUDHQWRQFHVGLUHFWRUGHOD&RPSDxtDGHO0XHOOHGH$FDMXWOD
\WDOLQGLFDFLyQUHÀHMDEDXQDHVWUHFKDUHODFLyQHQWUHPLHPEURVPX\UHOHYDQWHVGHO
mundo mercantil en occidente. Esta relación implicaba un vínculo entre la política
\ ORV QHJRFLRV GDGR HO FDUiFWHU GH VHQDGRU TXH WHQtD 'XUiQ TXLHQ SDUWLFLSy HQ
YDULDVRWUDVHPSUHVDVDORODUJRGHODGpFDGDGHFRPRODIiEULFDGHWHMLGRVGH
algodón que solicitó crear en 1882 con su coterráneo el exministro Fabio Morán.50
*
Sin duda uno de los signos más característicos del progreso al que aspiraba la
FODVHGRPLQDQWHVDOYDGRUHxDFRPRODGHRWURVSDtVHVHQODpSRFDHUDHOIHUURFDUULO
(QHOLQWHUpVSRUHOIHUURFDUULOFRQÀXtDQFRQPDWLFHVGLIHUHQWHVODVH[SHFWDWLYDV
–materiales e inmateriales– de las oligarquías locales y el afán de negocio de la
burguesía de los países industriales. Más allá de su funcionalidad para abaratar el
WUDQVSRUWHGHPHUFDQFtDVKDFLDHOH[WHULRUSDUDODVROLJDUTXtDVQDFLRQDOHVGLVSRQHU
GHXQDOtQHDGHIHUURFDUULOVLJQL¿FDEDGHMDUFRQVWDQFLDGHTXHHVWDEDQFXPSOLHQGR
con todos los requisitos necesarios para aparecer como clases dirigentes progresis-
WDV(QHVWHVHQWLGRHQ(O6DOYDGRUWUDVHOIUXVWUDGRLQWHQWRGH6DQWLDJR*RQ]iOH]
FRQVHJXLUHOIHUURFDUULOWHQtDFDUiFWHUGHXUJHQFLDSDUD=DOGtYDUDFRPLHQ]RVGHORV
DxRVSHURHVWUHFKDPHQWHXQLGRDOKRUL]RQWHGHORVQHJRFLRVGHODROLJDUTXtD
El crecimiento económico del país expresado en las cifras de comercio exterior
marítimo –exportación e importación– requería una mejora de las comunicacio-
nes. Los caminos estaban todavía en precario pero los volúmenes de café para la
exportación crecían y previsiblemente lo seguiría haciendo de forma que se hacía
necesario construir un medio acorde con el crecimiento de las exportaciones y éste
fue un FC.
La operación de infraestructuras de transporte más ambiciosa llevada a
FDERGXUDQWHHOSHUtRGRGH=DOGtYDUIXHODFRQVWUXFFLyQGHOSULPHUIHUURFDUULOTXH
comenzó por una ruptura del compromiso que el Estado tenía con la Compañía
)UDQFHVDGH)HUURFDUULOHVGH(O6DOYDGRUGH-XDQ/XLV%XHURQ¿UPDGRHQ51
7UDV HVWH SDVR REOLJDGR HO QXHYR SUR\HFWR VH FRQFUHWy HQ WUHV FRQWUDWRV FX\RV
datos generales son conocidos: uno con Francisco Camacho para la línea Acajutla-
6RQVRQDWH6DQWD$QD RWUR FRQ -XDQ 0DXULFLR 'XNH SDUD OD GH 6DQ 6DOYDGRU/D
/LEHUWDG\XQWHUFHURFRQHOJHQHUDOQRUWHDPHULFDQR%XWWHU¿HOGSDUDODFRQH[LyQ
La Unión-Guatemala.523HURGHORVWUHVHO~QLFRTXHFRPHQ]yDOOHYDUVHDFDER\
FRQGL¿FXOWDGHVIXHHOSULPHURGHORVUHIHULGRVGDQGRFRQVWDQFLDGHTXHHORFFL-
dente del país había superado claramente a otras regiones gracias a la importancia
GHOFDIpHQODVH[SRUWDFLRQHVDSHVDUGHWUDWDUVHGHDxRVGHFULVLVLQWHUQDFLRQDO(O
SULPHUWUDPRHQFRQFOXLUVHIXHHOGH$FDMXWODD6RQVRQDWHTXHVHLQDXJXUyHQ
238 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

\IXHVHJXLGRGHOVHFWRU6RQVRQDWH$UPHQLDTXHVHLQDXJXUyHQ3HURDORV
efectos de este trabajo conviene más detenerse en otros aspectos del asunto quizá
menos conocidos.
El primer acto público de esta operación fue la contrata suscrita por el go-
ELHUQR\)UDQFLVFR&DPDFKRHQQRYLHPEUHGHTXHVHUtDDSUREDGDSRVWHULRU-
mente por la Asamblea Nacional.53 El hombre fuerte en esta operación parecía ser
)UDQFLVFR &DPDFKR XQ HVSDxRO DSDUHQWHPHQWH VLQ DQWHFHGHQWHV HQ HVWH WLSR GH
QHJRFLRVSHURFRPRVHYHUi&DPDFKRQRHVWDEDVRORVLQRTXHHUDHOLQWHUPHGLDULR
\WHQtDFRPRDOLDGRVVLQRVRFLRVDXQJUXSRGHORVPiVLPSRUWDQWHVKRPEUHVGHO
FDSLWDOFRPHUFLDO\¿QDQFLHURGHOSDtV(QODFRQWUDWDVH¿MDEDQDOJXQRVGHORVFRP-
promisos gubernamentales que terminarían haciendo de este proyecto un peso muy
JUDYRVRSDUDODVUHQWDVGH(VWDGR\XQPRWLYRPiVSDUDTXHORVRSRVLWRUHVD=DOGt-
YDUMXVWL¿FDUDQVXSRVLFLyQFRQWUDHOSUHVLGHQWH\DHQWRQFHV\FRQPiVIXHU]DHQHO
IXWXUR(QWUHGLFKRVFRPSURPLVRVHVWDEDFRPRSDUDRWUDVFRQWUDWDVODH[HQFLyQGH
impuestos de importación a todos los materiales necesarios para la obra y su mante-
QLPLHQWR(QHVWHFDVRHVWHSULYLOHJLRVXSRQtDODUHQXQFLDSRUSDUWHGH+DFLHQGDD
XQDFDQWLGDGGHLQJUHVRVPX\DOWDGDGRHOYROXPHQGHPDWHULDOHVTXHHUDQHFHVDULR
importar para la construcción de la línea. Además el gobierno garantizaba el pago
GHODQXDOVREUHHOPRQWRGHOSUHVXSXHVWRGHODREUDPiVHOGHOPLVPR
durante 30 años –es importante resaltar que el presupuesto no estaba elaborado
D~QSHURWHUPLQDUtDVLHQGRGHSV±\ODFHVLyQLOLPLWDGDDOFRQWUDWLVWDGH
WHUUHQRVS~EOLFRVQHFHVDULRVSDUDHOWUD]DGRGHODOtQHD\WUDEDMRVDQH[RVDVtFRPR
el compromiso de expropiar lo que fuere preciso cediendo el gobierno estas nuevas
tierras al contratista al costo. El gobierno ya había previsto el 18 de marzo de 1880
VLFORVUHFXUVRV¿VFDOHVFRQTXHVHFXEULUtDQHVWRVFRPSURPLVRVXQVREUHOD
DOFDEDODPDUtWLPDTXHJHQHUDUtDXQDHPLVLyQGHERQRVORVH[FHVRVGHFXRWDVHQODV
SXMDVSRUORVHVWDQFRVGHDJXDUGLHQWH\HOSURGXFWRGHYHQWDGHWLHUUDVEDOGtDVPiV
9.000 ps que se amortizarían mensualmente de las rentas públicas de la Tesorería
*HQHUDO$GHPiVGHODSHVDGDFDUJDFRQTXHFRUUtDHO(VWDGRHVUHOHYDQWHGHVWDFDU
HOKHFKRGHTXH\DGHVGHVHHVWDEDQUHVHUYDQGRSURGXFWRV¿VFDOHVSDUDHVWD
RSHUDFLyQORTXHUHPRQWDDOPHQRVKDVWDGLFKRDxRHOFRPLHQ]RGHORVHVWXGLRV
para llevarla a cabo.
El segundo capítulo del asunto fue el contrato suscrito entre F. Camacho y los
SULQFLSDOHVWHQHGRUHVGHELOOHWHVGHGHXGDS~EOLFDGH(O6DOYDGRUGHFLGLGRVDFRQ-
vertir dicha deuda y sus intereses en acciones de la empresa de Camacho –una ini-
FLDWLYDHQODTXHFRODERUyHOSUHVLGHQWH=DOGtYDU±TXHVH¿UPyHQMXOLRGH54
En el documento llama la atención la aparente generosidad de Camacho con los que
VHUtDQQXHYRVDFFLRQLVWDVFRPSURPHWLpQGRVHDYDORUDUORVELOOHWHVGHGHXGDDO
GHVXYDORUFXDQGRIXHVHQHQWUHJDGRVHQHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH(O6DOYDGRUTXH
\DHVWDEDIXQGDGR$GHPiV&DPDFKRVHFRPSURPHWtDDSDJDUHODQXDOHQPR-
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 239

QHGDHIHFWLYDDORVDFFLRQLVWDVVREUHHOFDSLWDORULJLQDOGHORVELOOHWHV<¿QDOPHQ-
WHFXDQGR&DPDFKRRODHPSUHVDTXHVXEFRQWUDWDUDKXELHUDQWHUPLQDGRODREUD
ORVDFFLRQLVWDVVHFRQVWLWXLUtDQHQVRFLHGDGODFXDOVHUtDEHQH¿FLDULDGHODJDUDQWtD
GHODQXDOTXHHOJRELHUQRKDEtDDVHJXUDGRD&DPDFKRHQODFRQWUDWD3HURWDQ
LQWHUHVDQWHFRPRHVWDVIDYRUDEOHVFRQGLFLRQHVHUDODOLVWDGHORV¿UPDQWHVGHHVWH
contrato. De un lado estaba lógicamente Francisco Camacho y a continuación se-
JXtDQÈQJHO*XLUROD%ODQFR\7ULJXHURV(QFDUQDFLyQ0HMtD(PHWHULR5XDQRHO
JHQHUDO/LVDQGUR/HWRQD¿UPDEDSRUpOHO0LQLVWURGH+DFLHQGD3HGUR0HOpQGH]
-XDQ0DXULFLR'XNH6DOYDGRU*RQ]iOH]06HUUDQR3ULHWR+QRV/+HUQiQGH]
-RVp0DUtD)HUQiQGH]$XJXVWR%RXLQHDX-XDQ)UDQFLVFR$JXLODU¿UPDEDSRUpO
6DOYDGRU*DOOHJRVH[PLQLVWUR\-RVp9DOOH
1RVHFRQRFHQORVDFFLRQLVWDVGHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGHO6DOYDGRUHQ
SHURVtHQ9HU&DStWXOR<VLVHFRPSDUDODOLVWDGHORV¿UPDQWHVGHOD
FRQWUDWDPHQFLRQDGDDUULEDFRQODGHORVDFFLRQLVWDVGHO%DQFRHQVHSXHGH
deducir sin gran riesgo de error que un número de ellos eran probablemente ya en
LPSRUWDQWHVWHQHGRUHVGHDFFLRQHVGHO%DQFR6LHOORHUDDVtSXHGHLQWHUSUH-
WDUVHTXHORTXHSDUHFtDQFRQFHVLRQHVGH&DPDFKRHUDQHQUHDOLGDGODVFRQGLFLR-
nes que los propios accionistas del Banco ponían para llevar a cabo la operación del
ferrocarril.55(VPiVFDEHUHODFLRQDUODFUHDFLyQGHO%DQFRHQFRQHOLQLFLR
GHORVSUHSDUDWLYRVSDUDVDFDUDGHODQWHODHPSUHVDGHFRQVWUXFFLyQGHOIHUURFDUULO
lo que encaja con que el gobierno hubiera preparado ya en marzo de 1880 los recur-
VRV¿VFDOHVFRQORVTXHDWHQGHUtDORVFRPSURPLVRVTXHLEDDDGTXLULU(VWDEDFODUR
TXHHOJRELHUQRGH=DOGtYDUSHURWDPELpQOD$VDPEOHD1DFLRQDODSRUWDEDQODFR-
EHUWXUDHVWDWDODORTXHHUDXQD¿QDQFLDFLyQFRQUHFXUVRVS~EOLFRVGHXQLPSRUWDQWH
QHJRFLRSULYDGRGHXQDIUDFFLyQGHODROLJDUTXtDQDFLRQDOTXHREWHQtDJDUDQWtDVGH
H[FHOHQWHVEHQH¿FLRVHQDUDVGHODPRGHUQL]DFLyQ\HOSURJUHVR3RUVLTXHGDUDQ
GXGDVGHOSDSHOSURWDJRQLVWDMXJDGRSRUHOJUXSRGHO%DQFRHQHOSRVWHULRUFRQYH-
QLRHQWUH)UDQFLVFR&DPDFKR\7KH6DOYDGRU5DLOZD\&RQVWUXFWLRQ&R/LPLWHG
GHDEULOODHPSUHVDLQJOHVDTXHSUHVWDUtDOLEUDVD&DPDFKRSDUD
UHDOL]DUODVREUDVVHHVWDEOHFtDTXHHODJHQWHGHODHPSUHVDHQ(O6DOYDGRUDHIHFWRV
HFRQyPLFRVVHUtD(QFDUQDFLyQ0HMtDSRUFLHUWRHODQWLJXRDJHQWHGHO%DQFR,QWHU-
QDFLRQDOGH*XDWHPDOD\DFFLRQLVWDHQHO%DQFRGHO6DOYDGRU<SRU~OWLPRTXLHQ
VXVWLWX\y HQ OD ¿UPD GH HVWH FRQYHQLR D )UDQFLVFR &DPDFKR IXH -RVp )UDQFLVFR
0HGLQDTXLHQKDEtDVLGRHOFRQFHVLRQDULRGHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH(O6DOYDGRU
en 1880.56
(Q  ORV DFFLRQLVWDV GHO IHUURFDUULO UHXQLGRV HQ -XQWD HUDQ )UDQFLVFR
&DPDFKR  DFFLRQHV -XDQ 0DXULFLR 'XNH H +LMR  (PHWHULR 5XDQR
 0DQXHO , 0RUDOHV HQ UHSUHVHQWDFLyQ GH$QJXOR \ 6DOD]DU 'DQLHO$Q-
JXOR\&DUPHQ9GH0RUDOHV%ODQFR\7ULJXHURV-XDQ*RPDUUH-
SUHVHQWDGRSRU0DQXHO7ULJXHURVÈQJHO*XLUROD*HUWUXGLV2UHOODQD
240 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

UHSUHVHQWDGDSRU,VLGUR)3DUHGHV)UDQFLVFRGH$LFLQHQDGH*XDWHPDODUH-
SUHVHQWDGRSRU&UX]8OORD-RVp*RQ]iOH]0DULDQR%XVWDPDQWH\+QR
/$&DPSEHOO'RPLQJR/ySH]0DUJDULWR*RQ]iOH]\(QFDUQDFLyQ0HMtD
UHSUHVHQWDGRVSRU)UDQFLVFR(VFREDUORTXHVXPDEDDFFLRQHVTXHHUD
mayoría absoluta.570HUHFHGHVWDFDUVH¿QDOPHQWHTXHHOFRVWHWRWDOSDUDHO(VWDGR
de la operación del ferrocarril Acajutla-Sonsonate-Santa Ana ascendía a la extraor-
dinaria cantidad de 12.714.804 ps.58
/DUHQWDELOLGDGGHODOtQHDIpUUHDPHUHFHUtDXQHVWXGLRSHURDIDOWDGHOPLV-
mo y teniendo en cuenta por otra parte la accidentada historia política del país de
PHGLDGRVGHORVDxRVORTXHUHVWDHVVHxDODUTXHHQODVHJXQGDPLWDGGHOD
década se produjo una avalancha de proyectos de conclusión de la línea proyec-
WDGD LQLFLDOPHQWH DVt FRPR GH FRQVWUXFFLyQ GH OtQHDV GH IHUURFDUULO QXHYDV 6LQ
HPEDUJRODVGpELOHVFRQGLFLRQHVHFRQyPLFDVGHO(VWDGR\ODVIXHUWHVFUtWLFDVTXH
HOSUHVLGHQWH)UDQFLVFR0HQpQGH]KDEtDKHFKRDODRSHUDFLyQ¿QDQFLHUDGHOSULPHU
IHUURFDUULOLPSLGLHURQTXHORVQXHYRVSUR\HFWRVVHOOHYDUDQDFDER(QHIHFWRHO
presidente Menéndez mantuvo las relaciones con el contratista Francisco Cama-
FKR¿UPDQGRXQQXHYRFRQWUDWRHQHOTXHVHUHGXFtDHQDOJRHOFRVWHWRWDOGHOD
obra.59<HQFXDQWRDORVSUR\HFWRVTXHVHSUHVHQWDURQDOJRELHUQRDOJXQRVWHQtDQ
VHQWLGRSHURRWURVQRWDQWR\HQFXDOTXLHUFDVRQRH[LVWtDQFRQGLFLRQHVSDUDOOH-
YDUORVDFDER'HWRGDVIRUPDVHODXPHQWRGHOFRPHUFLRH[WHULRUKXELHUDUHTXHULGR
XQPHGLRGHWUDQVSRUWHPiViJLOTXHODVFDUUHWDVGHEXH\HVDOPHQRVHQHOFDVRGHO
SXHUWRGH/D/LEHUWDGSHURVHFRQWLQXyXWLOL]DQGRHQHUJtDDQLPDOSDUDEXHQDSDUWH
de las exportaciones nacionales todavía durante años. Algunas de las propuestas de
líneas de ferrocarril fueron: de La Unión a San Miguel en noviembre de 1885; de
Sonsonate a Santa Ana en 1885; de Santa Ana a Metapán en 1885; de San Salva-
dor al puerto de La Libertad en diciembre de 1885; de San Salvador a La Libertad
pasando por Nueva San Salvador de mayo de 1886; de La Unión a la frontera de
*XDWHPDODHQDEULOGHHQWUHRWUDV60
6L ELHQ HO (VWDGR QR SRGtD FRODERUDU FRQ LQLFLDWLYDV GH JUDQ HQYHUJDGXUD
FRPRHUDQQXHYDVOtQHDVIpUUHDVRWURVPHGLRVGHWUDQVSRUWHGHPHQRUFRVWHIXHURQ
desarrollados. Ya se conoce la existencia de una línea de diligencias entre San Sal-
YDGRU\1XHYD6DQ6DOYDGRUGHVGH¿QHVGHORVDxRV$¿QHVGHODGpFDGDGH
KDEtDGRVHPSUHVDV\XQDGHHOODVHUDSURSLHGDGGHÈQJHO*XLUROD3RURWUD
parte seguía funcionando en los años que cubre este capítulo el ferrocarril de san-
JUHTXHFXEUtDHOPLVPRWUD\HFWR\SRUSRQHURWURHMHPSORHQHQHURGHXQD
IHFKDQRPX\DIRUWXQDGDSRUODSUR[LPLGDGGHOJROSHGHHVWDGRVHSUHVHQWDURQDO
gobierno los Estatutos de la Compañía de Tramvía interior de San Salvador por par-
te de Francisco Camacho y Encarnación Mejía. Se trataba de instalar en las calles
de San Salvador en el plazo de un año un ferrocarril de sangre que recorriera una
PLOODSRUORPHQRV3DUDHOORVHFRQVWLWXLUtDXQDFRPSDxtDSRUDFFLRQHVFRQ
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 241

SVGHFDSLWDOHQDFFLRQHVGHDSVFX\RSDJRVHKDUtDDSRUWDQGRHOD
OD¿UPDGHOFRQWUDWRFRQHOJRELHUQR\HOUHVWRFXDQGRORDFRUGDUDOD-XQWD'LUHF-
tiva. La duración de la compañía sería inicialmente de 20 años y gozaría de libre
importación de material y exención de cualquier impuesto. El pasaje de los viajeros
FRVWDUtDPHGLRUHDORFWV 611RFRQVWDTXHHOSUR\HFWRIXHUDDSUREDGRSHURHQ
HQHURGHIXQFLRQDEDHQ6DQ6DOYDGRUOD³&RPSDxtDGHO)HUURFDUULOXUEDQR´
XQDVRFLHGDGSRUDFFLRQHVGHODTXHHUDGLUHFWRU-RVp5RVDOHVTXLHQFRQYRFDEDD
XQD-XQWD*HQHUDOGH$FFLRQLVWDV62
(QRWURWHUUHQRSHURUHODFLRQDGRWDPELpQFRQWUDQVSRUWHVLQWHUQRVPHUHFH
PHQFLRQDUVHWDPELpQHOSUR\HFWRGHGHHVWDEOHFHUGRVYDSRUHVHQODODJXQD
de Ilopango para transportar pasajeros y mercancías entre la capital y Cojutepeque
y San Vicente.63
*
6LHOIHUURFDUULOHUDXQRGHORVHOHPHQWRVTXHPiVVHLGHQWL¿FDEDFRQHOSUR-
JUHVRHODFFHVRDODJXDSRWDEOHSRUPHGLRGHFDQDOL]DFLRQHVXUEDQDVHUDRWUR(O
DJXDFRUULHQWHVLJQL¿FDEDVLQGXGDXQJUDQDYDQFHSDUDHOFRQMXQWRGHODVRFLHGDG
/DVYHQWDMDVHQPXFKRVVHQWLGRVHOPiVLPSRUWDQWHGHORVFXDOHVHUDODVDOXGHUDQ
evidentes y El Salvador se incorporaba a otros países que en América Latina tam-
bién estaban haciendo llegar el agua a sus localidades. Con el crecimiento demo-
JUi¿FR\XUEDQRGHORVSDtVHVXQDYDULHGDGGHVHUYLFLRVVHH[WHQGtDSRUFLXGDGHV
y localidades de todo tamaño. En El Salvador el presidente Francisco Dueñas llevó
DFDERXQRGHORVSULPHURVHVIXHU]RVLPSRUWDQWHVHQHVWHWHUUHQRFRPHQ]DQGRSRU
VXSURSLDFLXGDG1XHYD6DQ6DOYDGRUFXDQGROOHJyDHPSOHDUPiVGHSV
en la canalización de agua durante su segundo mandato.643HUR5DIDHO=DOGtYDUH[-
pandió notablemente la red de agua potable a lo largo de su mandato con un coste
muy importante para las arcas públicas e hizo de la canalización de agua un servicio
S~EOLFRDOTXHXQDJUDQPD\RUtDGHORFDOLGDGHVGHOSDtVLQFOXVRGHSHTXHxRWDPD-
xRVLWLHUDTXHWHQtDGHUHFKR(VWRFUHyXQSUHFHGHQWHTXHHOSUHVLGHQWH)UDQFLVFR
0HQpQGH]QRSXGRHOXGLUSHVHDODFUHFLHQWHFULVLV¿QDQFLHUDGHO(VWDGR
3HURFRPRVXFHGtDFRQRWURVVHUYLFLRVS~EOLFRVQRWRGDODSREODFLyQWHQtD
acceso al agua en igualdad de condiciones. En una sociedad en la que las desigual-
GDGHVFUHFtDQDJUDQYHORFLGDGODULTXH]DSHUPLWtDPiVIDFLOLGDGHVSDUDDFFHGHUDO
agua que la pobreza. Las canalizaciones facilitaban la instalación de fuentes pú-
EOLFDVHQODVTXHVHDEDVWHFtDXQDSDUWHGHODSREODFLyQSHURKDEtDTXLHQVHSRGtD
permitir agua corriente en su vivienda y esto suponía un coste al alcance de pocos.
$VtSRUHMHPSORHQHQHURGHVHHVWDEDLQVWDODQGRXQDQXHYDWXEHUtDGHKLHUUR
HQXQD]RQDGH6DQ6DOYDGRU\SDUDSRGHUUHPRYHUODDQWLJXD\FRORFDUODQXHYD
FRQUDSLGH]ODPXQLFLSDOLGDGDSUREyODVWDVDVTXHGHEtDQSDJDUTXLHQHVGHVHDUDQ
WHQHUDFFHVRSDUWLFXODUDODJXD$VtTXLHQHVTXLVLHUDQ³JR]DUGHOEHQH¿FLRGHODJXD
242 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HQVXVFDVDV´GHEHUtDQDERQDUGRVSVSRUFDGDSDMDRJULIR(VWRQRVHDSOLFDUtD
DTXLHQHVDERQDVHQDQWHVGH¿QGHIHEUHURSVSRUDxR3RURWUDSDUWHTXLHQHV
VROLFLWDVHQDJXDGHODQXHYDFDxHUtDGHEHUtDQDGHODQWDUDQWHVGH¿QHVGHIHEUHUR
SVSRUSULPD\TXLHQHVODDERQDUDQGHVSXpVGHOSULPHURGHPDU]RSDJDUtDQ
ps.65 Con toda seguridad años atrás estas cantidades serían menores; de hecho en
ODWDULIDPXQLFLSDOGHDUELWULRVGH6DQ6DOYDGRUDSUREDGDHQ&RQVHMRGH0LQLVWURV
VRORXQRVPHVHVDQWHVHQPDU]RGHVHHVWDEOHFtDTXHSRUFDGDSDMDGHDJXD
VHSDJDUtDPHQVXDOPHQWHSV66(VGHFLUTXHHQPHQRVGHXQDxRODWDULIDKDEtD
VXELGRHO3HURHQWRGRFDVRHVWDVFLIUDVHVWDEDQOHMRVGHODVSRVLELOLGDGHVGH
ODPD\RUtDGHORVFLXGDGDQRVFRQXQVDODULRPHGLRSRUQRKDEODUGHTXLHQHVJDQD-
ban jornales muy bajos.
3HURHODEDVWHFLPLHQWRGHODJXDQRWHQtDVRORXQDVSHFWREHQH¿FLRVRSDUDOD
VDOXG6HFRQVWLWXtDWDPELpQHQXQIRFRGHJUDQGHVQHJRFLRVWHQLHQGRHQFXHQWD
que todos los materiales para las canalizaciones tenían que ser importados y espe-
cialmente las tuberías de hierro eran caras. Los comerciantes importadores obte-
QtDQIXHUWHVEHQH¿FLRVFRQODH[SDQVLyQGHODUHGGHDJXDSRWDEOHHQHVWRVDxRV
TXHHUD¿QDQFLDGDFRQGLQHURGHO(VWDGR$OJXQDVDFFLRQHVHQFXDQWRDODVREUDVGH
FDQDOL]DFLyQIXHURQH[WUDRUGLQDULDV\VLHQJHQHUDOFXDOTXLHUREUDGHDFRPHWLGDGH
DJXDVXSRQtDXQUpGLWRSROtWLFRIDYRUDEOHDOJRELHUQRFXDQGRODREUDHUDSDUWLFXODU-
PHQWHLPSRUWDQWHHOSDUWLGRTXHHOSRGHUREWHQtDGHHOODORHUDWDPELpQ
En diciembre de 1881 se completó una nueva fase de introducción de agua en
Nueva San Salvador en la que se había invertido la extraordinaria cifra de 150.000
ps que debían haber dejado sustanciosas ganancias a la Compañía del Muelle de la
/LEHUWDGDHPSUHVDVLPSRUWDGRUDV\DLQVWDODGRUDV(O¿QDOGHODREUDSURGXMRJUDQ
DOHJUtDHQODFLXGDG\VHRUJDQL]yXQD¿HVWD\XQEDQTXHWHHOGtDGHGLFLHPEUH
SDUDFHOHEUDUOR3DUDHOORVHFRQVWUX\yXQVDOyQU~VWLFRHQXQDHQUDPDGDGH
YDUDVSRUGHDOWXUD\GHDQFKR(OWHFKRWDPELpQHUDGHUDPDV\KRMDVDVtFRPR
ODV SDUHGHV ODWHUDOHV \ HVWDEDQ FXELHUWDV GH DGRUQRV FRQ EDQGHUDV JDOODUGHWHV \
cuadros de la mayoría de las personas que habían administrado el país desde la in-
dependencia. Los nombres de quienes habían sido gobernadores del Departamento
también estaban destacados. Se instalaron también 50 astas con banderas de países.
/DSUHVLGHQFLDGHODFWRHVWDEDFRPSXHVWDSRUHORELVSR6DOGDxDHOH[SUHVLGHQWH
6DQ0DUWLQ\HODFWXDO5DIDHO=DOGtYDU\HOQ~PHURGHLQYLWDGRVTXHWRPDURQDVLHQ-
WRHQODVPHVDVIXHFRQVLGHUDEOH-XQWRDOFXELHUWRGHFDGDXQRGHHOORVVHFRORFy
XQDEDQGHUDFRQHOUHWUDWRGH=DOGtYDUHQHOFHQWURSDUDTXHORVFRPHQVDOHVSXGLH-
UDQOOHYDUODGHUHFXHUGRGHVSXpVGHXQDEXQGDQWHDOPXHU]RUHJDGRFRQYLQRWLQWR\
jerez. El gasto en la construcción de la enramada y el banquete supuso 5.000 ps que
fueron costeados por la municipalidad de Nueva San Salvador. El trabajo para la
construcción había durado seis días y fue dirigido por el gobernador coronel Castro
'HOJDGRFRQREUHURV\FDUUHWDVHQDFFLyQLQFOXVRHQKRUDVGHGHVFDQVR
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 243

(Q ODV PHVDV VH VHQWDURQ IXQFLRQDULRV DUWHVDQRV KRPEUHV GH OHWUDV \ GH WtWXORV
DFDGpPLFRVFRPHUFLDQWHVHPSOHDGRVGHODDGPLQLVWUDFLyQ\UHSUHVHQWDQWHVGLSOR-
máticos de Colombia y Chile y en los brindis tomaron la palabra las personalidades
más destacadas de entre los asistentes.67 La gran obra de canalización de agua a la
ciudad había servido de excusa para la celebración de un gran acto público en el
TXHHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUWUDWyGHREWHQHUHOPD\RUEHQH¿FLRSROtWLFRSRVLEOHOR
que no evitaría que Nueva San Salvador se constituyera en el foco más importante
del intento de golpe de estado que tendría lugar en 1883.
Huelga decir que normalmente las obras de abastecimiento de agua no daban
lugar a actos similares. Sería interminable la relación de concesiones de fondos
SDUDHVWHREMHWLYRSRUORTXHVRORVHPHQFLRQDUiQDOJXQRVHMHPSORVFRPRHOFDVR
GH-XFXDSDHQHO'HSDUWDPHQWRGH8VXOXWiQHQDGRQGHVHGHVWLQDURQIRQGRV
la la compra e instalación de una tubería de hierro para introducir agua potable.68 En
HOPLVPRDxRVHDSUREyODFRQWUDWDSURSXHVWDSRUHOJHQHUDO$QGUpVYDQ6HYHUHQ
quien se comprometía a introducir agua a Chalatenango por tubería de hierro y a
construir tres pilas de agua de acuerdo con la municipalidad por 7.500 ps. Éstos
VHUtDQSURSRUFLRQDGRVSRUODLQVWLWXFLyQGHORVSVTXHHOJRELHUQROHKDEtD
cedido en la última visita del presidente.69 Se trataba del tipo de concesiones dis-
crecionales que los presidentes solían hacer en sus visitas a los departamentos con
criterios relacionados con las necesidades de la localidades y posiblemente tam-
bién con preferencias políticas. En junio del mismo 1879 el alcalde de Chalchuapa
anunciaba que el agua llegaba ya a la plaza pública de la ciudad y simultáneamente
la municipalidad de Texistepeque agradecía al presidente los servicios que había
prestado a la villa cediéndole la cañería de hierro para conducir el agua potable a
la pila de la plaza.70 En enero de 1882 tenía lugar una concesión similar de fondos
SDUDLQVWDODFLyQGHDJXDHQXQDYLVLWDGHOSUHVLGHQWHD6DQ-XDQGH1RQXDOFRHQ
HO'HSDUWDPHQWRGH/D3D]GRQGHODRFDVLyQIXHDSURYHFKDGDSRUODVDXWRULGDGHV
locales para insistir en la importancia de abrir el puerto de La Concordia. El presi-
GHQWHUHÀH[LRQDEDDVXYH]³KDJDPRVTXHODDJULFXOWXUDVHGHVDUUROOHSURGX]FD-
PRVSULPHURORVIUXWRVTXHQRSXHGHQVDOLU\HOSXHUWRYLQLHQGRHQIXHU]DGHODV
FLUFXQVWDQFLDVVHUiXQDUWHULDTXHGDUiYLGDDWUHV'HSDUWDPHQWRV´HQXQDUHVSXHV-
ta política para eludir la responsabilidad de abrir una competencia a los poderosos
FRPHUFLDQWHV\¿QDQFLHURVGH/D/LEHUWDG\$FDMXWOD71
Durante la presidencia de Francisco Menéndez las ayudas gubernamentales
para canalizaciones de agua a diversas localidades del país continuaron sucedién-
GRVH$Vt RFXUULy FRQ ,OREDVFR HQ  6DQ 0DUWtQ HQ 7RQDFDWHSHTXH HQ
el mismo años o Cojutepeque también en 1888. En este último caso se conoce el
informe con detalles técnicos de las instalaciones municipales que ya existían en
ODFLXGDG\DODVTXHVHGHQRPLQDED³HPSUHVDGHDJXDV´DVtFRPRHOSUHVXSXHVWR
SDUDUHSDUDUODV\FRPSOHWDUODVTXHDVFHQGtDDFDVLSVDPERVGRFXPHQWRV
244 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

UHGDFWDGRV SRU HO LQJHQLHUR 5RGROIR 4sOK72 3RU RWUR ODGR HQ PDU]R GH  VH
aprobó una ayuda a la municipalidad de San Miguel de 15.000 ps para profundizar
HOGHVDJHGHODODJXQDGH6DQ-XDQSUy[LPDDODFLXGDG'LFKDFDQWLGDGVLJXLHQGR
ODWyQLFDGHOIXQFLRQDPLHQWRGHVDUWLFXODGRGHOD+DFLHQGDS~EOLFDVHUtDQFXELHUWRV
en mensualidades de 500 ps por la aduana de La Unión.73
En 1887 se contrató una nueva tubería para San Salvador en una operación que
tenía un antecedente en 1884 y cuyo desarrollo merece una atención especial. Los
datos del caso fueron ofrecidos por el entorno del gobierno de Francisco Menéndez
SRUORTXHKD\TXHWRPDUORVFRQFDXWHODGHELGRDTXHVHUHIHUtDQDXQDJHVWLyQUHDOL-
]DGDGXUDQWHODSUHVLGHQFLDGH=DOGtYDU3HURGHFXDOTXLHUIRUPDHODVXQWRLQWHUHVD
SRUTXHLQVLVWHXQDYH]PiVHQODFRQÀLFWLYDUHODFLyQGH)UDQFLVFR0HQpQGH]FRQVX
DQWHFHVRU\SRURWURODGRSRUTXHDUURMDOX]VREUHHOWLSRGHQHJRFLRVTXHVHKDFtDQ
en los años de euforia y sobre los márgenes de ganancias que conseguían algunos
FRPHUFLDQWHV HQ HO FDPLQR KDFLD HO SURJUHVR (Q  =DOGtYDU KDEtD FRQWUDWDGR
con un Salvador Salazar una tubería que sustituyese a la que tenía la ciudad. Salazar
UHFLELySVHQyUGHQHVGHSDJRSDUDVHUXWLOL]DGDVHQODDGXDQDGHOD8QLyQ\
SRURWURODGRXQ7RPiV$JXLODUFRPRFRQFHVLRQDULRGH)UDQFLVFR&DPDFKRUHFL-
ELyRWURVSVSDUDHOPLVPRDVXQWR$VtHO(VWDGRVHKDEtDREOLJDGRHQ
SV\DGHPiVVHKDEtDFRPSURPHWLGRHQHODOWRSRUFHQWDMHGHXQPHQVXDOHV
GHFLUSVGHPXOWDDOPHVSRUUHWUDVRVHQODREUDLPSXWDEOHVDOJRELHUQR
$VtVHJ~QODLQIRUPDFLyQSURSRUFLRQDGDR¿FLDOPHQWHHQHQPHVHV
TXHODWXEHUtDOOHYDEDHQ/D/LEHUWDGHOJRELHUQRKXELHUDWHQLGRTXHSDJDU
SVGHSHQDOL]DFLyQDGHPiVGHORVSVGHOSUHFLRHVGHFLUSVORTXH
HQHVWRVWpUPLQRV\DHUDXQQHJRFLRUXLQRVR$OOOHJDUDOSRGHU0HQpQGH]ODFRQ-
WUDWDIXHUHYLVDGD\DQXODGD\VHSURFHGLyDHYDOXDUHOSUHFLRGHODWXEHUtDTXHVH
HVWDEOHFLyHQSVODFXDOVHHQFDUJyD/XLV$&DPSEHOOFRQyUGHQHVHO
VREUHODVDGXDQDVPDUtWLPDV6LHPSUHVHJ~QODPLVPDLQIRUPDFLyQDKRUDHODKRUUR
en el conjunto de la operación era de 112.000 ps. Hay algunos puntos sobre los que
IDOWDH[SOLFDFLyQFRPRSRUTXpOOHYDEDODWXEHUtDPHVHVHQHOSXHUWRORTXHQR
SRGtDVHUDFKDFDGRD=DOGtYDUTXHKDEtDVDOLGRGHODSUHVLGHQFLDHQPD\RMXQLR
GH\VLODQXHYDFDxHUtDHYDOXDGDSRU0HQpQGH]HUDGHODPLVPDGLPHQVLyQ
\FDUDFWHUtVWLFDVTXHODHQFDUJDGDSRU=DOGtYDU3HURVLORHUDHODKRUURVRORHQHO
SUHFLRVXSRQtDODGLIHUHQFLDGHSVDSVRHQRWURVWpUPLQRVHOEHQH-
¿FLRGHORVFRPHUFLDQWHVFRQHOSUHFLRLQLFLDOKDEUtDVLGRGHO747UDVHO¿QDO
GHREUDGHFDQDOL]DFLyQGHODJXDWDPELpQVHRUJDQL]yXQD¿HVWDSDUDFHOHEUDUOR(O
1 de enero de 1889 tuvo lugar un banquete en el Teatro Nacional al que invitó la
PXQLFLSDOLGDGFRQDVLVWHQFLDGHOSUHVLGHQWHORVPLQLVWURV\RWURVHPSOHDGRVGHO
gobierno.751DGDTXHYHUFRQOD¿HVWDGHDxRVDWUiVHQ1XHYD6DQ6DOYDGRU(VWRV
eran tiempos de crisis.
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 245

/DVSHUVRQDV\HPSUHVDVUHODFLRQDGDVFRQORVSURFHVRVGHLPSRUWDFLyQFRQ
ODYHQWDHQHOLQWHULRUGHOSDtV\¿QDOPHQWHFRQODLQVWDODFLyQGHPDWHULDOHVQRVROR
FRQODVFDQDOL]DFLRQHVGHDJXDVLQRFRQRWUDVREUDVHUDQPXFKDV3HURKDEtDDOJX-
nas con mayor presencia en estos negocios. Una de ellas era la poderosa sociedad
%ODQFR\7ULJXHURVDODTXH\DVHODKDHQFRQWUDGRHQGLIHUHQWHVWHUUHQRVGHODDF-
WLYLGDGHFRQyPLFD(QPDU]RGHHVWDVRFLHGDGHUDODFRQVLJQDWDULDGHWXEHUtD
LPSRUWDGDSDUDODQXHYDFDQDOL]DFLyQGHDJXDGH6DQ6DOYDGRUSRVLEOHPHQWHODTXH
se acaba de mencionar arriba. La tubería estaba en el puerto y era el municipio el
TXHGHEtDKDFHUVHFDUJRGHVXWUDQVSRUWHKDVWDODFLXGDGSHURDOSDUHFHUQRSRGtD
DIURQWDUOR3RUHVRHOJRELHUQRRUGHQyTXHODDGPLQLVWUDFLyQGHODDGXDQDGH/D
/LEHUWDGDVXPLHUDODPLWDGGHOYDORUGHGLFKRFRVWH\SRURWURODGRWUDVXQDJHVWLyQ
GHODOFDOGHGLUHFWDPHQWHFRQ0DQXHO7ULJXHURVODHPSUHVD%ODQFR\7ULJXHURV/
VLFFRQGRQyHOFDUJRGHFWVSRUTXLQWDOTXHKDEUtDFREUDGRSRUODRSHUDFLyQ76
2WURJUDQHPSUHVDULRFRPHUFLDO\SROtWLFRTXHHVWDEDUHODFLRQDGRFRQLPSRU-
tación y venta de materiales para instalaciones de agua y muchos otros negocios era
0DULDQR'RUDQWHV<DHQFRPR+HUPDQR0D\RUGHOD-XQWDGH&DULGDGGHO
+RVSLWDOGHO6DQ6DOYDGRUDSURYHFKDEDSDUDDFWXDUFRPRHPSUHVDULRSDUDHOPLVPR
+RVSLWDOFRQXQSUR\HFWRGHREUDGHFRQVWUXFFLyQGHOQXHYRHGL¿FLRFRQMXQWDPHQ-
WHFRQHOWDPELpQSROtWLFRERWLFDULR\VHFUHWDULRGHODPLVPD-XQWD-RVp0DUtD=H-
laya.77/D¿ODQWURStDSRGtDFRQVWLWXLUVHWDPELpQHQXQDIXHQWHGHLQJUHVRVFRPRVH
verá más adelante.78 Desde entonces Dorantes tuvo negocios a título personal pero
WDPELpQGXUDQWHPXFKRVDxRVMXQWRDRWURHPSUHVDULR/XLV2MHGDPLHQWUDVTXH
RFXSDEDXQSXHVWRGHGLSXWDGRHQOD$VDPEOHD1DFLRQDO$¿QHVGHORVDxRV
SHURWDPELpQDQWHVDPERVWHQtDQXQDOPDFpQHQ6DQ6DOYDGRUGRQGHRIUHFtDQ
³*UDQVXUWLGRGHWRGDFODVHGHWHMLGRVGHDOJRGyQKLOR\VHGDVSDUDWHMHUFDPLVH-
WDVGHODQDSDxXHORVGHOLQRSHUFDODVPHULQRVD]DGRQHVFHUDOHJtWLPDFRPSOHWR
VXUWLGRGHVRPEUHURVSDUDVHxRUDV\QLxDVHOiVWLFRDKXODGRSDUDFDUSHWDVKLHUUR
acero y otros muchos artículos.”79

Era un típico establecimiento de la época con productos que iban desde el

hierro a cera. Y al mismo tiempo eran exportadores de manera que en 1878 Doran-
WHV\2MHGDFRPRFRQVLJQDWDULRVDYLVDEDQDHPEDUFDGRUHVFRQSUHFLRVGHÀHWHVGH
azúcar y café.80 Ya en la década de 1889 la empresa importaba mercancías diversas
\WXEHUtDGHKLHUUR\HUDSURYHHGRUDGHOJRELHUQRDOTXHYHQGtDQHQWUHRWURVSUR-
GXFWRVIXVLOHV810LHQWUDVWDQWR0DULDQR'RUDQWHVIXHDOFDOGHGH6DQ6DOYDGRUHQ
VLJXLyVLHQGRPLHPEURGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOHQYDULDVRFDVLRQHVFRPR
SRUHMHPSORHQIXHQRPEUDGRJREHUQDGRULQWHULQRGH6DQ6DOYDGRUHQ
\SRUVXSXHVWRVLJXLySHUWHQHFLHQGRRFDVLRQDOPHQWHDLQVWLWXFLRQHVEHQp¿FDV(Q
HUDFRQWDGRUGHOD-XQWDGHO+RVSLFLRGH6DQ6DOYDGRUMXQWRDRWURVPLHPEURV
GHODPLVPDFRPRORVWDPELpQFRQRFLGRVHPSUHVDULRV$XJXVWR%RXLQHDX(PHWHULR
246 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

5XDQR &DUORV &URPH\HU \ 6DQWLDJR 9LODQRYD82 0DULDQR 'RUDQWHV HUD DO LJXDO
TXH HVWDV ~OWLPDV SHUVRQDV XQ FRQQRWDGR PLHPEUR GH OD FODVH GRPLQDQWH GH (O
6DOYDGRUTXHXWLOL]DEDGHIRUPDFRPELQDGDGHVGHODVUHODFLRQHVHFRQyPLFDVHQ
VXDFWLYLGDGHPSUHVDULDO\GHVGHORVSXHVWRVHQODVLQVWLWXFLRQHVSROtWLFDVWRGRVORV
resortes que tenía a su alcance para consolidar su poder y contribuir a ensanchar las
diferencias sociales que crecían en el país.
El progreso suponía también la mejora de los sistemas de alumbrado en las
]RQDVKDELWDGDVGHORVSDtVHVSHURFRPRVXFHGtDHQRWURVVHUYLFLRVODVGLIHUHQ-
cias sociales determinaban también en qué ciudades y en qué barrios se aplicaban
primero los avances de los sistemas de alumbrado. En lógica coherencia con la
HVWUXFWXUD GH ODV UHODFLRQHV HQ HO VHQR GH OD VRFLHGDG HUDQ LOXPLQDGDV DQWHV ODV
iUHDVGHODVFLXGDGHVGRQGHUHVLGtDQORVVHFWRUHVPiVDFRPRGDGRVTXHORVEDUULRV
periféricos o las localidades humildes. Esto sucedía también en El Salvador y fue
la capital y algunas de sus calles centrales las que primero fueron alumbradas con
IDUROHVGHSHWUyOHR$¿QHVGHORVDxRVVHHVWDEDSURGXFLHQGRODWUDQVLFLyQGHO
uso del petróleo a la nafta.
(QPD\RGHVH¿UPyXQDFRQWUDWDHQWUHHOJRELHUQR\XQ-RVp0DUtD7LQR-
co para instalar en la capital 200 faroles alimentados por un generador de gas extraído
GHODQDIWD&DGDIDUROGHHVWHWLSRGHEHUtDSURGXFLUXQDOX]HTXLYDOHQWHDODLOXPL-
nación se mantendría desde el anochecer hasta el amanecer y el contratista cobraría
FDGDPHVVHLVSVSRUFDGDIDUROSDUDORFXDOVHHVWDEOHFHUtDXQLPSXHVWRPXQLFLSDO
DXQTXH+DFLHQGDVXSOLUtDHOGp¿FLWHQFDVRGHTXHpVWHVHSURGXMHUD(OFRQWUDWLVWD
se haría cargo del pago de empleados y de importar el material que estaría exento del
SDJRGHGHUHFKRVGHLQWURGXFFLyQDOSDtV'HLJXDOPRGRVHKDUtDFDUJRSRUHOPLVPR
SUHFLR\FRQGLFLRQHVGHVXVWLWXLUGLFKRVIDUROHVSRUODOX]HOpFWULFDGHOVLVWHPDGH
(GLVRQRGHFXDOTXLHURWURLQYHQWRUTXHVHKXELHUDSUREDGRFRQp[LWR$GHPiVFRQ-
VLGHUDQGRSUREDEOHTXHRWUDVFLXGDGHVFRPR6DQ0LJXHO6DQWD7HFODR6DQWD$QD
SXGLHUDQLQWURGXFLUSURQWRHOVLVWHPDGHDOXPEUDGRSRUJDVGHQDIWDHOFRQWUDWLVWDVH
comprometía a cumplir en ellas las condiciones que asumía en San Salvador. Muy
LOXVWUDWLYRHQUHODFLyQFRQODUHÀH[LyQGHDUULEDHUDHODUWtFXORžGHODFRQWUDWD
“El Gobierno se reserva la facultad de iluminar los suburbios de la capital con
SHWUyOHRRGHODPDQHUDTXHMX]JXHFRQYHQLHQWHDVtFRPRORVFDOOHMRQHV\FDOOHV
GH SRFD LPSRUWDQFLD TXH FUHD RSRUWXQR DOXPEUDU FRQ PHQRUHV JDVWRV R FX\RV
vecinos no puedan sufragar las erogaciones consiguientes al nuevo sistema que
se intenta establecer”.83

Nada sorprendente. Éste y todos los gobiernos anteriores mostraban una di-
OLJHQFLD\H¿FLHQFLDQRWDEOHVSDUDIDFLOLWDUHQWpUPLQRV¿VFDOHVDFRVWDGHORVLQ-
JUHVRVGHOD+DFLHQGDHOPi[LPRGHJDQDQFLDVGHHPSUHVDULRVGHWRGRWLSRGHVGH
PLQHURV D FRPHUFLDQWHVR¿QTXHURVSHURQRFRQVLGHUDEDVXEYHQFLRQDUHOQXHYR
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 247

VLVWHPDGHDOXPEUDGRHQiUHDVGHSREODFLyQGHHVFDVRVUHFXUVRVTXHFRPRUHÀHMD
el texto ni siquiera todavía estaban iluminadas.
Hacia 1887 y 1888 se había renovado la contratación del servicio del alum-
EUDGR S~EOLFR HQ 6DQ 6DOYDGRU (Q DEULO GH  HO JRELHUQR \ )HGHULFR 3UDGR
XQFRPHUFLDQWHGHWUDGLFLyQHQODFLXGDGDFRUGDURQODDPSOLDFLyQGHODFRQWUDWD
FHOHEUDGD HQ DJRVWR GH  FRQ 7RPiV 9LODQRYD RWUR HPSUHVDULR PLHPEUR GH
XQDIDPLOLDGHWUDGLFLyQHPSUHVDULDO\TXHKDEtDVLGRWUDVSDVDGDGHVSXpVD7RPiV
Aguilar en diciembre de este último año.84 Antes de ser aprobada esta ampliación
GH FRQWUDWD VH SUHVHQWDURQ WDPELpQ DO JRELHUQR RWURV SUR\HFWRV HQ XQD OtQHD VL-
milar a la de aquella lo que era señal de que el negocio del alumbrado urbano era
atractivo desde un punto de vista empresarial.85 En un primer momento el acuerdo
HQHOJRELHUQR\3UDGRKDEODEDGHTXHVHPDQWHQtDHODOXPEUDGRSRUSHWUyOHRDOD
espera de que llegara la nafta del extranjero y se preveía la instalación del alum-
EUDGRHOpFWULFR8QDxRGHVSXpVHQHOWH[WRR¿FLDODSUREDGRHQVHKDEODED
GHODLQVWDODFLyQGHXQDOXPEUDGRHOpFWULFRFRQXQDFDQWLGDGGHD³IRFRV´
con un poder cada uno de 2.000 “bujías americanas” y con la posibilidad de que
HOPXQLFLSLRYHQGLHUDGXUDQWHHOGtDODIXHU]DPRWUL]TXHVHJHQHUDUDSRUORTXHHO
JRELHUQRSDJDUtDSVPHQVXDOHVDOPDUJHQGHOGHUHFKRGHOPXQLFLSLRDFREUDU
HOLPSXHVWRTXHVH¿MDUD3DUHFHTXHHVWHIXHHOLQLFLRGHODOXPEUDGRSRUHOHFWUL-
cidad en San Salvador que probablemente se debió extender pronto al resto de las
ciudades de mayor población del país.
De las diversas posibilidades que aparecían con el crecimiento económico
SDUDKDFHUQHJRFLRVSULYDGRVXQDGHHOODVHUDH[SORWDUXQSDVRHVSHFt¿FRGHODFLU-
FXODFLyQGHPHUFDQFtDVSDUDHOFRQVXPRS~EOLFR6HWUDWDEDGHFRQVHJXLUEHQH¿FLRV
controlando y explotando el momento de la concentración y venta al público de los
ELHQHVGHFRQVXPRORVPHUFDGRVHQHOVHQWLGRGHHVSDFLRItVLFRGRQGHVHFRQFHQ-
traban los y las vendedoras –fundamentalmente mujeres– de bienes. Como estaba
VXFHGLHQGRHQFLXGDGHVGHSDtVHVHXURSHRV\GHRWURVDPHULFDQRVHOORSHUPLWtDXQ
SURFHVRHQHOTXHHPSUHVDULRVXWLOL]DQGRPDQRGHREUDDVDODULDGDSHURWDPELpQ
FREUDQGRWDVDVDODVSHTXHxDVYHQGHGRUDVREWHQtDQVXVEHQH¿FLRV(QHOFDVRGHXQ
PRGHOROLEHUDOH[WUHPRFRPRHUD(O6DOYDGRUHO(VWDGRWDPELpQFRQWULEXLUtDFRQ
IRQGRVS~EOLFRVDOQHJRFLR(OPRYLPLHQWRGHPRJUi¿FRXUEDQRVLHPSUHDHVFDOD
GH(O6DOYDGRUKDFtDFUHFHUODVFLXGDGHV\HQHOODVODFLUFXODFLyQGHELHQHVSRU
medio de vendedoras en las calles. La capital no era la ciudad más poblada del país.
6HJ~QHOFHQVRSXEOLFDGRHQ6DQ6DOYDGRUWHQtDKDELWDQWHVIUHQWHD
ORVGH6DQ0LJXHO\GH6DQWD$QDVLQHPEDUJRIXHDOOtGRQGHVXUJLy
la primera empresa para construir y explotar un nuevo mercado.
(Q IHEUHUR GH  6DQWLDJR 0F.D\ ±QRUWHDPHULFDQR± )UDQFLVFR 6DJULQL
–italiano–86\0DQXHO(VWHYHVKLMRGHOJHQHUDO\HPSUHVDULRGHOPLVPRQRPEUH
248 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ORVFXDOHVVHFRQVWLWXLUtDQHQXQDVRFLHGDGSRUDFFLRQHVDFRUGDURQFRQHOJRELHUQR
FRQVWUXLUXQHGL¿FLRSDUDPHUFDGRS~EOLFRHQXQDGHODVSOD]DVTXHOHRIUHFLHUDHO
gobierno y abrirlo al servicio público en dos años después de iniciadas las obras.
'HEHUtDQSUHRFXSDUVHDGHPiVGHODVHRGHOHGL¿FLR\VXVSUR[LPLGDGHVDOXPEUDU-
OR\SURYHHUORGHDJXDSDUDHOELHQHVWDUVDOXEULGDG\FRPRGLGDGGHOS~EOLFR/D
FRPSDxtDJR]DUtDGHOHGL¿FLRSRUDxRVGHVSXpVGHORVFXDOHVHOJRELHUQRROD
PXQLFLSDOLGDGSRGUtDQFRPSUDUORVREUHODEDVHGHXQLQWHUpVGHODQXDOHQFDVR
contrario el acuerdo se prorrogaría por 10 años más. El gobierno garantizaba que
QRVHFRQVWUXLUtDRWURPHUFDGRS~EOLFRQLSULYDGR\DSURKLELUODVYHQWDV¿MDVHQ
FDOOHV\SOD]DVGHWRGRWLSRGHYtYHUHVGHPDQHUDTXHODHPSUHVDREWHQtDHOPRQR-
polio casi total del suministro de bienes de consumo en la ciudad. Si la población
FUHFLHUD\IXHUDQHFHVDULRDPSOLDUHOHVSDFLRGHYHQWDVVHUtDODPLVPDHPSUHVDOD
TXHWHQGUtDSUHIHUHQFLDSDUDDPSOLDUHOHGL¿FLRRFRQVWUXLURWURQXHYR/DVRFLHGDG
VHFRPSURPHWtDDSUHVHQWDUHQEUHYHSOD]RORVHVWDWXWRVORVUHJODPHQWRV\ODWDULID
TXHGHEtDVHUYLUGHEDVHSDUDHOFREURGHODVWDVDVDODVORFDOLGDGHVGHOPHUFDGRXQD
GHODVSDUWHVPiVLPSRUWDQWHVGHOQHJRFLRXQDWDULIDTXHHVWDUtDUHODFLRQDGDFRQHO
YDORUHVWLPDGRGHODHPSUHVDDEDVHGHOHVGHFLUXQPDUJHQGHJDQDQFLDEDV-
WDQWHDOWR6HSXHGHLPDJLQDUTXHODUHVLVWHQFLD\ORVFRQÀLFWRVTXHVHSURGXFLUtDQ
HQWUHYHQGHGRUDVTXHVHUtDQIRU]DGDVDLQVWDODUVHHQHOPHUFDGRFRQODHPSUHVD
UHVSDOGDGDSRUHOJRELHUQRFXDQGRHOPHUFDGRHQWUDVHHQIXQFLRQDPLHQWR\GHELGR
DHVWDVWDVDVGHELHURQVHUIUHFXHQWHV873RURWUDSDUWHFRPRHUDKDELWXDOSDUDWRGRV
ORVFRQWUDWLVWDVFRQHOJRELHUQRWRGRVORVPDWHULDOHVTXHIXHVHQHFHVDULRLPSRUWDU
SDUDODREUDHVWDUtDQOLEUHVGHGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQKLHUUR]LQFFODYRV\WRUQL-
OORVPDGHUDFHPHQWRWXEHUtDSLQWXUDHWF
3HURODRSHUDFLyQWHQtDRWUDSDUWHGHFDUiFWHU¿QDQFLHUR&RPRVXFHGtDFRQ
RWUDVFRQWUDWDVFRQHPSUHVDVSULYDGDVFRPRODVGHODVFRPSDxtDVGHYDSRUHVHO
(VWDGRFRQWULEXtDDODRSHUDFLyQFRQSVSHURQRVHORVHQWUHJDEDDODFRP-
SDxtDHQPHWiOLFRVLQRTXHSDUDUHGXFLUODGHXGDS~EOLFDODHPSUHVDHQWUHJDUtDDO
JRELHUQRORVSVHQELOOHWHVGHGHXGDQDFLRQDOORVFXDOHVVHUtDQUHVHOODGRV
\VHUYLUtDQSDUDHOSDJRGHLPSXHVWRVFRPRODDOFDEDODLQWHULRUSRUFDGDTXLQWDOGH
peso de mercancías importadas y otros. Se trataba por tanto de una operación muy
rentable al amparo de la política favorecedora de los empresarios del gobierno. La
FRQWUDWDIXHDSUREDGDSRUOD$VDPEOHD1DFLRQDOHQPDU]RGHSHURFXDQGR
)UDQFLVFR0HQpQGH]GLRHOJROSHGHHVWDGRDODxRVLJXLHQWHHQVXDFWLWXGGHIUHQDU
WRGRORTXHVHKDEtDJHVWLRQDGR\DSUREDGRGXUDQWHODpSRFDGH=DOGtYDUODFRQWUDWD
fue suspendida y merece dedicar unas líneas al desenlace de esta historia.
/DVXVSHQVLyQGHODFRQWUDWDIXHHIHFWXDGDSRUHO¿VFDOGH+DFLHQGDHQ
\HOORGLROXJDUDODDSHUWXUDGHXQSURFHVRMXGLFLDOVLELHQQRWRGDVODVDFFLRQHVGH
HVWHWLSRGH0HQpQGH]GHULYDURQHQHOOR3HURUHVXOWDTXHHQHVWHFDVRODVRFLHGDG
contratista había ampliado sus socios capitalistas y en 1886 éstos eran las empresas
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 249

%ODQFR \ 7ULJXHURV %ODQFR \ /R]DQR 0DULDQR %XVWDPHQWH \ &tD VX KHUPDQR

$UWXUR/$&DPSEHOOPiV0DQXHO(VWHYHV\)UDQFLVFR6DJULQLHVGHFLUXQDV
SRWHQFLDVHPSUHVDULDOHV±ODVSULPHUDVVREUHWRGR±GHSULPHURUGHQ(OSOHLWRVH
GHVDUUROOyHQXQSURFHVRGHPXFKRLQWHUpV\¿QDOPHQWHODMXVWLFLDGLRODUD]yQD
la empresa en el sentido de que la contrata era legal y el Estado debía cumplir con
VXVFRPSURPLVRVDGHPiVGHKDFHUVHFDUJRGHODVFRVWDVGHOMXLFLR(QHVWHFDVR
0HQpQGH]WURSH]yFRQIXHU]DVHFRQyPLFDVLPEDWLEOHV\XQDYH]FRQFOXLGDODREUD
GHOPHUFDGRIXQFLRQDULRVS~EOLFRVREOLJDURQDODVDQFKHWHUDV\GHPiVYHQGHGRUDV
DTXHVHUHWLUDVHQGHODVFDOOHV\SOD]DV\VHGLULJLHVHQDRFXSDUXQQXHYRHGL¿FLR
construido en la plaza de Santa Lucía.88
(QDxRVVXFHVLYRVVHFRQVWUX\HURQWDPELpQQXHYRVPHUFDGRVHQ6DQWD$QD
6DQ0LJXHO\6RQVRQDWHH[SORWDGRVSRUVRFLHGDGHVSRUDFFLRQHVGHODVTXHVHUH-
SDUWtDQGLYLGHQGRVVLJXLHQGRHOHMHPSORGH6DQ6DOYDGRU$FRPLHQ]RVGHOD
sociedad que promovió el mercado de Santa Ana presentó al gobierno la Tarifa que
VHFREUDUtDDYHQGHGRUDV\YHQGHGRUHVTXHVHLQVWDODUDQHQpOTXHIXHHQFRQWUDGD
³HTXLWDWLYD´\IXHDSUREDGDDXQSUHVHQWDQGRDOJ~QSXQWRVLQGH¿QLU9HU&XDGUR
/RVVRFLRVGHHVWDFRPSDxtDHUDQHQDTXHOORVPRPHQWRVPLHPEURVGHVWDFDGRV
GHORVHPSUHVDULRV\SURSLHWDULRVORFDOHV&*0DWKLHV(PLOLR%HOLVPHOLV-RVp
5RVD3DFDV/i]DUR'UH\IXV+LODULR,QWHULDQR-RVp0DUtD9LGHVVXSOHQWHFRPHU-
FLDQWHVFDIHWDOHURV\DOPLVPRWLHPSRSROtWLFRV\PDJLVWUDGRV89

CUADRO 7.1
Tarifa del mercado de Santa Ana – 1888

Conceptos Ps Cts
3XHVWRVHQHOLQWHULRUGHOPHUFDGRDELHUWRVGHEDMRGHWHFKRSDUD
3 75
rebocerosEXKRQHURVFDPLVHUDV RFXDOTXLHUD RWUDYHQWDDOPHV
3XHVWRVHQHOSDWLRVLQWHFKRSDUDYHQGHGRUDVGHFRPHVWLEOHV JUDQRV
IUXWDVHWFHQSHTXHxRVHFREUDUiFRPRPi[LPR DOdía 6¼
Si la venta no excediera de un peso no se cobrará nada
7LHQGDVWUDVWLHQGDV\FDUQLFHUtDV SDJRconvencional.
Queda entendido que durante el primer año se cobrará solamente las
GRVWHUFHUDVSDUWHVVHJ~QFRQWUDWR
Fuente. Tarifa del mercado de Santa Ana. Diario..., 13 de febrero de 1888.

De forma paralela a la evolución de los negocios en los sectores de actividad

HFRQyPLFDUHIHULGRVWDPELpQHQRWURVHVSDFLRVGHODYLGDVRFLDOKDEtDFDODGRHO
“espíritu de empresa” de que hablaban los políticos a mediados de siglo. Uno de
HVWRViPELWRVTXHPHUHFHXQDEUHYHPLUDGDORFRQVWLWXtDQODV\DPHQFLRQDGDVLQV-
250 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WLWXFLRQHVGHEHQH¿FHQFLDGRQGHDOJXQRVHQWHQGtDQODFDULGDGFRPRQHJRFLR/RV
hospitales de las ciudades y el hospicio funcionaban principalmente con aportacio-
QHVS~EOLFDVSURFHGHQWHVVREUHWRGRGHLPSXHVWRVDOFRPHUFLRSHURWDPELpQGH
DSRUWDFLRQHVSULYDGDVDOJXQDVGHVLQWHUHVDGDV\RWUDVDLQWHUpV$VtSRUHMHPSORHQ
HO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRUHVWDEDGHYROYLHQGRXQFUpGLWRTXHKDEtDUHFLELGR
GHOPpGLFRSUHVWDPLVWD\SROtWLFR-RVp5RVDOHVDOòPHQVXDOTXHOHVXSRQtD
al hospital 2.000 ps al mes de un total de gastos de 3.598 ps.905RVDOHVKDEtDHQFRQ-
trado un buen negocio en las necesidades de los enfermos. No como prestamista
SHURVtFRPRHPSOHDGRDOJXLHQTXHWDPELpQWHQtDXQDEXHQDIXHQWHGHLQJUHVRVHQ
HO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRUHUDHOSRGHURVRFDIHWDOHUREDQTXHUR\KRPEUHGHQH-
JRFLRVHQJHQHUDO(PLOLRÈOYDUH]FDEH]DGHODVDJDGHOPLVPRDSHOOLGROOHJDGRGH
&RORPELDHQ(OGRFWRUÈOYDUH]WUDEDMyFRPRPpGLFRHQHO+RVSLWDODOJXQRV
años y a comienzos de los años 1880 cobraba 100 ps mensuales. Este ingreso le
GHEtDHVWDUUHVXOWDQGRPX\~WLOSDUDLPSXOVDUVXVSULPHUDV¿QFDVGHFDIpGRQGHVXV
SHRQHVJDQDEDQVDODULRVGHSVDOPHVFXDQGRSRGtDQWUDEDMDUXQPHVFRPSOHWR91
(QWUHDPERVVDODULRVKDEtDXQDUHODFLyQGH
8QDGHODVDFWLYLGDGHVHPSUHVDULDOHVTXHPiVEHQH¿FLRREWHQtDGHODUHODFLyQ
FRQODVLQVWLWXFLRQHVGHEHQH¿FHQFLDHUDODGHORVERWLFDULRVFRPR$QWRQLR/LpYDQR
-RVp0DUtD=HOD\D2WWRYRQ1LHFNHEHUJ\RWURV+D\TXHUHFRUGDUTXHXQRGHORV
capítulos de mayor valor entre las importaciones era el catalogado como “botica y
perfumería” y entre los boticarios del país en estos años sin duda Antonio Liévano
HUDGHORVPiVULFRVHLQÀX\HQWHV(QQRVRORHUDSURSLHWDULRGHXQDIDUPDFLD
HQ6DQ6DOYDGRUVLQRXQSUyVSHURFRPHUFLDQWH\DGHPiVVHQDGRUGHOD5HS~EOL-
ca.92&RPRWDQWRVRWURVFRPSRQHQWHVGHORVVHFWRUHVPiVULFRVGHOSDtV/LpYDQR
HUDPLHPEURGHOD-XQWD'LUHFWLYDGHO+RVSLWDOGHOD&DULGDGHQ6DQ6DOYDGRU\HQ
FRPSDUWtDOD-XQWDFRQRWURVFRPHUFLDQWHVGHVWDFDGRVFRPR7HRGRUR.UHLW]
\*XVWDYR'¶$XEXLVVRQHOKRPEUHGHQHJRFLRV0LJXHO<~GLFH\HOWDPELpQERWL-
FDULR2WWRYRQ1LHEHFNHU93 Como un simple ejemplo del cruce de intereses entre su
SRVLFLyQHQOD-XQWDGHO+RVSLWDOVXVQHJRFLRVSULYDGRV\VXSXHVWRHQOD$VDPEOHD
1DFLRQDO SXHGH VHxDODUVHFyPRHQXQDUHXQLyQGHOD-XQWDGHO+RVSLWDOGH6DQ
6DOYDGRUHQPDU]RGH$QWRQLR/LpYDQRSURWHVWySRUTXHHOUHFDXGDGRUGHORV
impuestos del Hospital en La Libertad le había aforado 313 cajas de aceite de oliva
DUD]yQGHFHQWDYRVODERWHOODORTXHQRFRQVLGHUDEDMXVWRSXHVGHEtDKDEHUHVWL-
mado el aceite como una droga y haber sido aforado a 50 centavos el quintal. Esto
UHSHUFXWtDHQVXSHUMXLFLR\DTXHpOHUDHOLPSRUWDGRUSHURDOFRQWUDULRUHVXOWDED
HQEHQH¿FLRGHO+RVSLWDO3RUHOORORSODQWHDEDHQODUHXQLyQ\SHGtDDOD-XQWDTXH
RUGHQDVHDDTXHOHPSOHDGRODUHFWL¿FDFLyQFRUUHVSRQGLHQWH/D-XQWDQRVHWHUPLQy
de decidir sobre el asunto y la solución quedó pendiente de un dictamen para la
VLJXLHQWHUHXQLyQ(VLQWHUHVDQWHODH[SUHVLyQGHOFRQÀLFWRGHLQWHUHVHVPDQLIHVWDGR
SRUXQVHQDGRUFRPHUFLDQWHTXHDGHPiVHUDVRFLRGHOD&RPSDxtDGH&RQVLJQD-
EL PROGRESO COMO NEGOCIO. GANANCIAS EN CRECIMIENTO Y CRISIS 251

FLyQ\$JHQFLDVGHOSXHUWRGHOD/LEHUWDGXQDHPSUHVDSRUDFFLRQHVTXHUHSDUWtD
GLYLGHQGRVGHVHRVRGHDPSOLDUVXVPiUJHQHVGHJDQDQFLDIUHQWHDXQDLQVWLWXFLyQ
EHQp¿FD 94
*
&XDQWRVHKDH[SXHVWRFRPRXQDVLPSOHPXHVWUDGHOLQFUHPHQWRGHOYROX-
PHQGHQHJRFLRVHQHVWRVDxRVVRORDGTXLHUHVHQWLGRHQUHODFLyQFRQODHYROXFLyQ
social si no se pierde de vista que los salarios de los trabajadores de media o baja
FXDOL¿FDFLyQ±RLQFOXVRDYHFHVWDPELpQORVGHDOWD±TXHFRQVWLWXtDQODPD\RUtD
GHODSREODFLyQHUDQPX\EDMRV\UDUDYH]DOFDQ]DEDQHOQLYHOGHXQSHVRDOGtD95
QR OOHJDQGR FRQ IUHFXHQFLD QL D OD PLWDG GH HVWD FLIUD FRPR VH KD H[SXHVWR HQ
otros pasajes de este trabajo. De ello se deriva que las ventajas de los empresarios
HQ FXDOTXLHU DFWLYLGDG HUDQ PX\ DOWDV DXQ WHQLHQGR HQ FXHQWD TXH HQ GLIHUHQWHV
DFWLYLGDGHV HFRQyPLFDV HUDQ SUHFLVDV LQYHUVLRQHV 3HUR pVWDV HUDQ FRPSHQVDGDV
SRURWUDSDUWHSRUHOJHQHURVtVLPRWUDWDPLHQWR¿VFDOTXHHO(VWDGR±GRQGHHVWDEDQ
bien representados los propios empresarios– daba a sus rentas y a su patrimonio. La
EUHFKDVRFLDOFDPLQDEDDVtDJUDQYHORFLGDG
Capítulo 8
Novedades y pervivencias en moneda y crédito

“Toda la memoria de los pobres

se condensa en cada gota espesa
de silencio.”

0LTXHO0DUWtL3RO

(QDODOOHJDGDDODSUHVLGHQFLDGH5DIDHO=DOGtYDU(O6DOYDGRUVH-
guía siendo un país sin moneda propia y sin entidades de crédito. Ninguno de los
JRELHUQRVTXHOHSUHFHGLHURQKDEtDPRGL¿FDGRODVLWXDFLyQPRQHWDULDGHOSDtV\
QR IXHURQ UD]RQHV LPSRQGHUDEOHV VLQR GHFLVLRQHV SROtWLFDV R D YHFHV IDOWD GH
YROXQWDGGHDSOLFDURWUDVODVTXHORLPSLGLHURQ(QORVDxRVSUHYLRVVHKDEtDIUXV-
WUDGRUHLWHUDGDPHQWHODFUHDFLyQGHXQD&DVDGH0RQHGDDVtFRPRODIXQGDFLyQ
GHXQEDQFR3RUORWDQWRDOFRPHQ]DUHO~OWLPRFXDUWRGHOVLJOR;,;FRQWLQXDED
FLUFXODQGRODPRQHGDPDFXTXLQDHQWUHRWUDV\VHFRQFHGtDQFUpGLWRVSHURVROR
por parte de prestamistas individuales. La actividad económica se aceleraba y la
necesidad de recursos por gran parte de la población y la escasez de numerario
hacían que el crédito fuese un fenómeno muy extendido en la sociedad. El nú-
mero de personas que estaban en condiciones de prestar era relativamente alto
para cantidades de dinero que no excedieran de un nivel que se podría establecer
HQFHQWHQDUHVGHSHVRVSHURDSDUWLUGHFLIUDVGHPLOHVGHSHVRVOyJLFDPHQWHHO
Q~PHUR GH SRVLEOHV SUHVWDPLVWDV VH UHGXFtD SRU OR TXH FRPHQ]DEDQ D DSDUHFHU
QRPEUHVGHSURSLHWDULRV\HPSUHVDULRVGHPHGLDQDRJUDQHQYHUJDGXUDFRPRVH
FRPSUREDUiPiVDGHODQWH(VSHFLDOPHQWHHQODV]RQDVGHOSDtVGRQGHORVQHJR-
FLRVKDEtDQDOFDQ]DGRPD\RUYROXPHQHLQWHQVLGDGHVWDPLQRUtDHVWDEDPiVFRQ-
FHQWUDGD\VXVPLHPEURVKDEtDQORJUDGRQLYHOHVGHULTXH]DQRWDEOHVTXHDKRUD
FRQ OD H[SDQVLyQ GHO FDIp WHQtDQ RFDVLyQ GH UHSURGXFLU FRQ PD\RU UDSLGH] (Q
HVWHVHQWLGRFRQYLHQHUHFRUGDUTXHHOQHJRFLRGHOFDIpKDEtDJHQHUDGRXQDH[-
tensa red de prestamistas de todo tipo porque el sector se había convertido en una
IXHQWHGHJDQDUGLQHURLQFOXVRSDUDTXLHQHVGLVSRQtDQGHUHFXUVRVVLQQHFHVLGDG
de que fuesen grandes fortunas.
254 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

7UDWDQGRGHODPRQHGDPHWiOLFDORVSUREOHPDVSDUDODPD\RUtDGHODSREOD-
FLyQVHJXtDQVLHQGRORVPLVPRVTXHHQORVDxRVSUHFHGHQWHVHVWRHVODHVFDVH]
ODJUDQGLYHUVLGDGGHPRQHGDV±PDFXTXLQDUHGRQGD\H[WUDQMHUDV±FRQODVFRQVL-
JXLHQWHVGL¿FXOWDGHVGHORVFDPELRVHQWUHHOODV\ODVSpUGLGDVGHULYDGDVSDUDORV
SHTXHxRVFRQVXPLGRUHV\GHXGRUHVHOUHFKD]RGHOSXEOLFR\ORVULHVJRVGHIDOVL-
¿FDFLyQ3HURDXQTXHHOQXHYRJRELHUQRGHTXHUHSUHVHQWDEDGLUHFWDPHQWH
ORVLQWHUHVHVGHODFODVHGRPLQDQWHOOHJyDWRPDUDOJXQDVGHFLVLRQHVFODUDVDQWHHO
FUHFLPLHQWRGHOYROXPHQGHORVQHJRFLRVPRGL¿FDQGRDOJXQRVGHORVHOHPHQWRVGHO
espacio monetario para facilitar la articulación del país en la economía internacio-
QDOHQRWURVDVSHFWRVGHODSROtWLFDPRQHWDULDHVSHFLDOPHQWHHOGHODFUHDFLyQGH
XQD&DVDGH0RQHGDODVGHFLVLRQHVVHGHPRUDURQWRGDYtDXQRVDxRVPiV
Con la expansión económica y en las condiciones con que funcionaba el sis-
WHPDPRQHWDULRHUDOyJLFRTXHFXDQGRVHTXHUtDDWUDHUODFRQ¿DQ]DHQFXDOTXLHU
transacción fuese preciso destacar la calidad de la moneda que se iba a manejar.
$OJXQRVHMHPSORVFRQ¿UPDQHVWDFLUFXQVWDQFLD$VtD¿QHVGHODGpFDGDGHHO
cultivo del café estaba extendiéndose por diversas zonas del país a la vista del éxito
TXHKDEtDWHQLGRHQRFFLGHQWH\HQWUHHOODVDXQTXHWtPLGDPHQWHHQHO'HSDUWDPHQ-
to de San Vicente. En 1879 se estaban preparando “grandes siembras” –quizá algo
H[DJHUDGR±GHFDIpHQ9HUDSD]HQGLFKR'HSDUWDPHQWR\VHVROLFLWDEDQWUDEDMD-
GRUHV3DUDDWUDHUORVODFRQYRFDWRULDKHFKDSRUODPXQLFLSDOLGDG\HOFXUDSiUURFR
GH OD ORFDOLGDG FRQMXQWDPHQWH GHVWDFDED HO EXHQ FOLPD GHO OXJDU OD ³SURYHUELDO
DPHQLGDGGHVXVKDELWDQWHV´OD³FRQVDELGDPDQXWHQFLyQ´XQ³FXUDSULPRURVR´
³PXFKDFKDVGHORPiVEHOODV\DPDEOHV´³HVFDVRVVROWHURV´\³TXHVHOHVSDJDUi
FDGDViEDGREXHQDUHWULEXFLyQHQPRQHGDUHGRQGD´HVGHFLUGHFRUGRQFLOOR1 El
MRUQDOVHJXUDPHQWHVHUtDEDMRSHURDOPHQRVODPRQHGDVHUtDEXHQDSRGtDQSHQVDU
ORVMRUQDOHURVTXHVHVLQWLHUDQDWUDtGRVSRUHODQXQFLR(QRWURFRQWH[WRFXDQGRVH
UHDOL]DEDQSDJRVHQPRQHGDUHGRQGDSRGtDOOHJDUDHVSHFL¿FDUVHHVWDFLUFXQVWDQ-
FLDSDUDTXHQRTXHGDUDQGXGDVGHTXHVHKDEtDPDQHMDGRPRQHGDGHFRQ¿DQ]D
$VtSRUHMHPSORHQODFRQWDELOLGDGGHOD7HVRUHUtDGHO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRU
HQPD\RGHVHFRQFUHWDEDTXHVHKDEtDFRPSUDGRXQD³FXHQWDGHYLQRV´D
ORV6HxRUHV'XSUDWR$ODUGGH3XQWD$UHQDVSRUSVHQPRQHGDUHGRQGD2
(VGHFLUGHHVWDIRUPDVHDFODUDEDTXHODLQVWLWXFLyQHUDVHULD\TXHQRSDJDEDFRQ
moneda dudosa.
1DWXUDOPHQWHODFXHVWLyQGHODPRQHGDHUDPX\LPSRUWDQWHHQORVQHJRFLRV\
HQWUHHOORVHQORVGHOFDIp&RPRWDPELpQVXFHGtDHQRWURVDQWHODKHWHURJHQHLGDG
de la moneda la parte fuerte de una negociación era la que trataba de imponer las
FRQGLFLRQHVPiVIDYRUDEOHVSDUDVXVLQWHUHVHV(QHQWUHORVPXFKRVSUREOH-
PDVTXH\DVXUJtDQHQWRUQRDOFDIpXQDSURSLHWDULDOODPDGD&DUPHQ:DQGtQGH
6RQVRQDWHYLYtDXQDVLWXDFLyQDQJXVWLRVDJHQHUDGDSRUVXH[FHVLYRHQGHXGDPLHQWR
FRQYDULRVDFUHHGRUHVHQUHODFLyQFRQVX¿QFDGHFDIp3:DQGtQHUDXQDSURGXFWRUD
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 255

PHGLDQDDOWDFRQXQRViUEROHVGHFDIpHQFRVHFKDORTXHVXSRQtDDOPHQRV
P]VRPiVGHKDSURGXFLHQGRTXHSDUDHVWRVDxRVHQ(O6DOYDGRUQRHUD
SRFR:DQGtQOyJLFDPHQWHPDQWHQtDUHODFLyQFRQVXVDFUHHGRUHV\HQXQPRPHQ-
WRVROLFLWyDXQRGHHOORVFRQHOTXHDOSDUHFHUWHQtDPiVFRQ¿DQ]DTXHDFHSWDUD
una letra de otro pero le advertía que no lo hiciera con la condición que ponía este
~OWLPRTXLHQSUHWHQGtDTXHODFDQWLGDGUHÀHMDGDHQODOHWUDWHQtDTXHVHUSDJDGD
HQ³PRQHGDUHGRQGD´\HOGHRFWXEUHGH3RUHOFRQWUDULRVHJ~QHOODOD
letra se podía pagar en “moneda corriente” y a lo largo de todo el mes de octubre.4
&RQYLHQHDFODUDUTXHHOFRPHUFLDQWHGHPiVFRQ¿DQ]DGHODSURSLHWDULDHUD(QULTXH
6DYDJHXQFRQRFLGRFLXGDGDQRQRUWHDPHULFDQRHQHOPXQGRGHORVQHJRFLRVTXH
VHPRYtDHQWUH*XDWHPDOD\(O6DOYDGRU\TXH\DHVWDEDHQODUHJLyQHQORVDxRVGH
la Federación.53RURWURODGRHODFUHHGRUPiVDJUHVLYRHUD'DQLHO$QJXORPpGLFR
\FRPHUFLDQWHGH6RQVRQDWHTXHOOHJyDVHUDOFDOGHGHODORFDOLGDG\PLQLVWURGH
OD*REHUQDFLyQSULPHURFRQ=DOGtYDU\SRVWHULRUPHQWHFRQ0HQpQGH]HVGHFLUXQ
miembro típico de la oligarquía salvadoreña de los años que aquí se estudian. Como
HVFODURH[LVWtDXQDSUHVLyQSRUSDUWHGH$QJXORSDUDFREUDUODGHXGDHQODPRQHGD
PiVIXHUWHTXHHUDODUHGRQGDIUHQWHDORFXDO:DQGtQWUDWDEDGHGHIHQGHUVHLQWHQ-
tando pagar en la moneda de menor valor que era la “corriente” o macuquina. Las
GL¿FXOWDGHVSDUDKDFHUIUHQWHDXQFRPSURPLVRGHGHXGDHUDQDOJRKDELWXDO\QR
VRORHQQHJRFLRVGHUHODWLYDHQYHUJDGXUDFRPRHUDHVWHFDVRVLQRLQFOXVRHQHO
pequeño comercio cotidiano.
La actividad económica relacionada con el comercio exterior crecía con ra-
SLGH]D¿QHVGHODGpFDGDGH\FRPLHQ]RVGHODVLJXLHQWH(OGLIHUHQFLDOHQWUH
el valor de las exportaciones y el de las importaciones tenía que estar produciendo
XQLQFUHPHQWRGHODHQWUDGDGHPHWiOLFRHQPRQHGDVGHGLVWLQWDVQDFLRQDOLGDGHV
SHURWDPELpQVXFHGtDTXHVHJXtDVDOLHQGRPXFKDPRQHGDDFXxDGDDOPDUJHQGHO
PLQHUDOHQEUXWRVREUHWRGRGHSODWDTXHVHH[WUDtDWDQWRGHPLQDVGH(O6DOYDGRU
FRPRGH+RQGXUDV(QHIHFWRODVDOLGDGHSODWDHQDPERVIRUPDWRVHUDPX\LP-
SRUWDQWH\VHSRGUtDFDOFXODUGHIRUPDDSUR[LPDGDVXPRQWRSDUDDOJXQRVDxRVD
SDUWLUGHODVOLVWDVGHH[SRUWDFLRQHVTXHVHSXEOLFDEDQHQODSUHQVDDXQTXHHVWDV
SXEOLFDFLRQHVQRIXHURQFRQVWDQWHVQLVLVWHPiWLFDV(QHOFDVRGHOPLQHUDOHQEUXWR
SRUHMHPSORQRVLHPSUHVHLQGLFDEDVXRULJHQ<HQHOFDVRGHODPRQHGDDFXxDGD
en la información que se proporcionaba tampoco se registraba si las partidas de mo-
nedas correspondían al pago de operaciones comerciales o simplemente se trataba
de exportación de dinero.6 Hay que recordar que algunos miembros de la oligarquía
llegaron a tener parte de su fortuna en el extranjero y construyeron un rico patrimo-
QLRLQPRELOLDULRFRPRVXFHGtDFRQHOPpGLFR\ULFRFDIHWDOHUR\EDQTXHUR(PLOLR
ÈOYDUH]TXHHVWDEDSRQLHQGRODVEDVHVGHVXVOXMRVDVUHVLGHQFLDVHQ)UDQFLD7 Ante
este panorama es imposible calcular cómo evolucionaba la masa monetaria en el
SDtVHQPHGLRGHXQDSUREDEOHLQÀDFLyQRFDVLRQDGDDOPHQRVHQSDUWHSRUODIXHUWH
256 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

VXELGDGHLPSXHVWRVDODLPSRUWDFLyQTXH=DOGtYDUGHFUHWyHQSRFRWLHPSR/DVL-
tuación monetaria debía ser muy difícil de manejar en aquel crecimiento.
En marzo de 1881 se produjo una gran novedad en el sistema monetario casi
coincidente en fecha y relacionada más que probablemente con la creación de la
SULPHUDLQVWLWXFLyQGHFUpGLWRHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH(O6DOYDGRU(OJRELHUQR
SRU¿QOOHYyDFDERXQDRSHUDFLyQ¿QDQFLHUDSDUDPHMRUDUHOVLVWHPDHOLPLQDQGR
la moneda macuquina que tantos problemas venía produciendo desde hacía años.
Esta moneda colonial quizá fue útil durante la primera mitad del siglo XIX cuando
ODHFRQRPtDGH(O6DOYDGRUPDQWXYRXQSHU¿OEDMR6LQHPEDUJRFXDQGRHOFR-
PHUFLRGHOSDtVFRPHQ]yDFUHFHUODPRQHGDPDFXTXLQDGHXQODGRGL¿FXOWyODV
WUDQVDFFLRQHV\GHRWURVLUYLySDUDTXHORVDFWRUHVIXHUWHVHQHOODVFRPHUFLDQWHV
\SUHVWDPLVWDVSXGLHUDQVDFDUYHQWDMDV\EHQH¿FLRVGHORVGpELOHV(O6DOYDGRUHUD
GHORV~OWLPRVSDtVHVGH+LVSDQRDPpULFDHQTXHWRGDYtDDPHQRVGHYHLQWHDxRVGH
FRPHQ]DUHOVLJOR;;WHQtDHQFLUFXODFLyQPRQHGDPDFXTXLQD(QQRYLHPEUHGH
HOJRELHUQR¿UPyXQDFRQWUDWDSUHFLVDPHQWHFRQ-XDQ)UDQFLVFR0HGLQDHO
FRQFHVLRQDULRGH%DQFR,QWHUQDFLRQDOTXHVHDFDEDEDGHFUHDU\FRQ(QFDUQDFLyQ
0HMtDHODJHQWHGHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH*XDWHPDODHQ(O6DOYDGRU\GHODLP-
portante participación guatemalteca en el nuevo banco.8
3RUGLFKDFRQWUDWDHOJRELHUQRUHFLELySVHQPRQHGDUHGRQGDSDUD
DPRUWL]DUODPDFXTXLQDFLUFXODQWHTXHWHQtDTXHVHUHQWUHJDGDHQODVR¿FLQDVGH
+DFLHQGD\GHODVDGPLQLVWUDFLRQHVWHUULWRULDOHV\FDQMHDGDSRUPRQHGDUHGRQGD
(YLGHQWHPHQWHHVWRHUDGHLQWHUpVSDUDHOEDQFR\\DTXHODVIXHU]DVSROtWLFDVHVWR
HVPLHPEURVGHODROLJDUTXtDQRVHGHFLGtDQDFUHDUXQD&DVDGH0RQHGDDOPHQRV
KDEtDTXHWUDWDUGHVDQHDUHOVLVWHPDPRQHWDULRH[LVWHQWH8QRVPHVHVPiVWDUGHDO
LQIRUPDUVREUHODRSHUDFLyQHOPLQLVWURGH+DFLHQGDDVHJXUDEDTXHDODFHSWDUOD
SURSXHVWDVRORKDEtDWHQLGRHQPHQWHODVLQPHQVDVYHQWDMDVTXHODGHVDSDULFLyQGH
GLFKDPRQHGDWUDHUtDDOFRPHUFLR\DODVGHPiVFODVHVGHODVRFLHGDGSXHVODPDFX-
quina había caído en tal depreciación que ya era un medio imperfecto de cambio y
XQDGL¿FXOWDGFRQVWDQWHHQODVWUDQVDFFLRQHV$KRUDELHQVLHVWRHUDDVtODSUHJXQWD
TXHFDEUtDKDFHUHVSRUTXpQRVHKDEtDKHFKRDQWHV(QWRGRFDVRODD¿UPDFLyQGHO
ministro era cuestionable porque la operación tenía otras caras también.
$QWHWRGRFRPRHQRWUDVVLWXDFLRQHVVLPLODUHVDXQTXHQRUHODFLRQDGDVFRQOD
PRQHGDHOJRELHUQRVHYHtDIRU]DGRD¿UPDUHVWHWLSRGHFRQWUDWDV\RWUDVSRUTXH
no disponía de reservas en la caja de la Tesorería General para realizar la operación
SRUVXFXHQWD<HOORHUDDVtSRUTXHHOVLVWHPDWULEXWDULRHQHOSDtVVRVWHQLGRH[-
SUHVDPHQWHSRUODFODVHSURSLHWDULDGHVGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO\HOJRELHUQRQR
incluía impuestos precisamente a dicha clase sobre sus rentas o sus propiedades.
6LHOJRELHUQRKXELHUDWHQLGRUHFXUVRVQRVHKDEUtDYLVWRREOLJDGRDFRQWUDWDUHVWH
WLSRGHSUpVWDPRVTXHGDGDODHVWUXFWXUDWULEXWDULDUHSHUFXWtDQHQ~OWLPDLQVWDQ-
cia en un incremento de la deuda interna y en mayores impuestos a los sectores
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 257

SRSXODUHV(VGHFLUFRQRWURVLVWHPD¿VFDOORVULFRVSURSLHWDULRVKXELHUDQVLGRXQ
SRFRPHQRVULFRV\ORVSREUHVXQSRFRPHQRVSREUHVFRQORTXHODVGHVLJXDOGDGHV
VRFLDOHVQRKDEUtDQVLGRWDQJUDQGHV3HURDGHPiVVXFHGtDTXHORVWpUPLQRV\OD
VROXFLyQ GH OD FRQWUDWD EHQH¿FLDEDQ QRWDEOHPHQWH D ORV FRQWUDWLVWDV D OR TXH HO
JRELHUQRQDWXUDOPHQWHQRHUDDMHQRVLQRWRGRORFRQWUDULRSXHVWRTXHDFWXDEDID-
FLOLWDQGRHOQHJRFLRSULYDGR(VGHFLUGHQXHYRHO(VWDGRVHSRQtDDOVHUYLFLRGHOD
ROLJDUTXtDTXHORRFXSDED\JHVWLRQDEDKDFLpQGRVHXQIDYRUDVtPLVPD(QHIHFWR
-)0HGLQD\(0HMtDKDEtDQSUHVWDGRSVDOJRELHUQRHOFXDOGHFODUDED
TXHDOFDERGHXQPHVKDEtDUHFRJLGRSVGHPRQHGDPDFXTXLQD\FDEH
VXSRQHUTXHOOHJDUtDDORVSVVLQGL¿FXOWDGDOJ~QWLHPSRGHVSXpV3HUROD
moneda macuquina estaba fuertemente gastada y su peso en plata había disminuido
tanto que la gente no la quería recibir en los cambios y transacciones. Un cálculo
SUXGHQWHSXHGHVHUTXHODPDFXTXLQDSXGLHUDKDEHUSHUGLGRSRUWpUPLQRPHGLRHO
GHVXYDORUVLQRPiV6LVHSDUWHGHHVWHVXSXHVWRORVSVTXHOOHJDUD
DUHFRJHU+DFLHQGDHQPDFXTXLQDYDOtDQHQUHDOLGDGSV(VGHFLUTXHDO
PDUJHQGHOLQWHUpVTXH0HGLQD\0HMtDKXELHUDQHVWDEOHFLGRHQHOSUpVWDPRKDEtDQ
FRQVHJXLGRXQEHQH¿FLRGHOVRORSRUODSpUGLGDGHSODWDGHODPDFXTXLQD6H
trataba evidentemente de otro negocio redondo –y valga el juego de palabras con
ODPRQHGDGHOPLVPRDGMHWLYR±GHORVFRPHUFLDQWHV\¿QDQFLHURVGHODROLJDUTXtD
con una pérdida importante para el Estado en la operación. Y el presidente no podía
hacer creer que no era consciente de ello.
3RUORGHPiVODGHVDSDULFLyQGHODPDFXTXLQDQRWHUPLQyFRQODLQVHJXULGDG
VREUH OD VROLGH] GH ODV PRQHGDV TXH VHJXtDQ FLUFXODQGR$Vt HQ DO DxR VL-
JXLHQWHGHOD¿UPDGHODFRQWUDWD\PLHQWUDVTXHVHUHFRJtDODPRQHGDFRUWDGDHQHO
mercado público y en algunas tiendas y almacenes había personas que rehusaban la
PRQHGDFROXPQDULDVHOODGD\RWUDVPRQHGDVGHFODUDGDVOHJtWLPDVSRUODDXWRULGDG
por lo que se hizo necesario advertir a la población de que se debía cumplir con los
DUWtFXORVGHOD&RGL¿FDFLyQYLJHQWHHVWDQGRREOLJDGRHOS~EOLFRDGHQXQFLDUHQODV
Alcaldías a todo aquel que rehusase dicha moneda para multar a los contraventores
de la ley como está previsto.9
La debilidad del sistema monetario del país mejoró con la desaparición de
ODPRQHGDPDFXTXLQDSHURWRGDYtDODDXVHQFLDGHXQDPRQHGDSURSLDIXHUWHKDFtD
TXHDOJXQDVFRQWUDWDVKXELHUDTXH¿UPDUODVDFHSWDQGRHOSDJRHQPRQHGDH[WUDQ-
MHUD(VWHIXHHOFDVRGHODFRQWUDWDSDUDFRQVWUXLUXQSXHQWHSRUVREUHHOUtR-LERD
HQHOFDPLQRGHODFDSLWDOD6DQ9LFHQWH\=DFDWHFROXFDTXH¿UPyHOJRELHUQRHQ
FRQ5:*RUULOODJHQWHGHOD3DFL¿F%ULGJH&RPSDQ\6HJ~QORVWpUPLQRV
de la contrata el gobierno se comprometía a pagar la cantidad de 12.000 ps en oro
DPHULFDQRDHQWUHJDUHQ6DQ)UDQFLVFR10$GHPiVHOSUHFLRGHODSODWD\DKDEtD
comenzado a caer en el mercado internacional y tener que pagar en oro le suponía
al gobierno un esfuerzo suplementario de algunos miles de pesos teniendo que ad-
258 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

quirir oro con una plata barata. Todo ello iba a repercutir en las cuentas de Hacienda
\¿QDOPHQWHHQPD\RUOLPLWDFLyQGHORVVHUYLFLRVRIUHFLGRVSRUHO(VWDGRDODVR-
ciedad y de los recursos destinados a la consolidación del propio Estado.
3RURWURODGRFRQHOLQFUHPHQWRGHOFRPHUFLRLQWHULRU\H[WHULRU\GDGDOD
HVFDVH]GHPRQHGDSURSLDSRUODDXVHQFLDGH&DVDGH0RQHGDODVFRQVHFXHQFLDV
VRFLDOPHQWHGHVLJXDOHVGHOFDPELRGHPRQHGDVHJXtDQYLJHQWHV3RUHOORHUDSUH-
FLVRSDUDHYLWDUDEXVRVH[FHVLYRVSHURWDPELpQSDUDJDUDQWL]DUDORVFDPELVWDVVXV
JDQDQFLDVUHFRUGDUDOS~EOLFRHOWLSRGHFDPELRGHODVPRQHGDVH[WUDQMHUDVFLUFX-
ODQWHV\DVtHQHQHURGHHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGD\*XHUUDSXEOLFyODOLVWD
de cambio de monedas que recoge el Cuadro 8.1.

CUADRO 8.1
Lista de cambio de monedas – 1883

Pesos Cts
Libra esterlina 5
Dólar de los Estados Unidos 1
Chelín inglés 25
Franco 20
3HVHWDHVSDxROD 20
5HDOGHYHOOyQ 05
Florín alemán 40
Florín austríaco 50
5HLFKVPDUN 25
Libra italiana 20
3HVRHVSDxROSHUXDQRPH[LFDQRRFKLOHQR 1
Fuente: Diario..., 24 de enero de 1883.

(OFXDGURHVPiVUHGXFLGRTXHORVTXHVHKDEtDQSXEOLFDGRDxRVDWUiVSHUR
D JUDQGHV UDVJRV VH PDQWHQtD HO FDPELR R¿FLDO GH ODV SULQFLSDOHV PRQHGDV FRQ
UHVSHFWRD¿QHVGHODGpFDGDD
Otro de los problemas que continuaba existiendo en estos años era el de la
IDOVL¿FDFLyQGHPRQHGDVTXHLPSOLFDEDXQULHVJRFRQVWDQWHSDUDODPD\RUtDGHOD
SREODFLyQDXQTXHFRPRHQWRGRODFDSDFLGDGGHGHIHQVDHUDGLIHUHQWHVHJ~QORV
VHFWRUHVVRFLDOHV3RUHVRHQWUHRWURVPRPHQWRVHQHOJRELHUQRDGYLUWLyGH
la existencia de moneda falsa en circulación en el país y que ésta se seguía reci-
ELHQGRHQR¿FLQDVGH+DFLHQGD\DFRUGySRUXQDSDUWHTXHOD7HVRUHUtD*HQHUDO
advirtiese a sus empleados de la necesidad de extremar el rigor en el control de la
PRQHGD\TXHHQHOFDVRGHGHWHFWDUDOJXQDLQIRUPDVHGHHOORDO-XH]*HQHUDOGH
+DFLHQGD<SRURWURODGRVHLQVWUX\yDORVJREHUQDGRUHVGHGHSDUWDPHQWRVSDUD
que aumentasen la vigilancia al respecto para detener y castigar a los delincuen-
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 259

tes.11$FRQWLQXDFLyQVHUHSURGXMHURQORVDUWtFXORVGHO&yGLJR3HQDOUHIHULGRVDOD
IDOVL¿FDFLyQ\PDQLSXODFLyQGHODPRQHGD
(OSUREOHPDGHODIDOVL¿FDFLyQRODVRVSHFKDGHTXHVHSURGXMHUDHQHVWRV
PRPHQWRVQRVHSUHVHQWDEDVRORHQHOFRPHUFLRLQWHULRUVLQRWDPELpQHQHOLQWHUQD-
cional con monedas que llegaban del extranjero y se incorporaban a la circulación
GH(O6DOYDGRU(QSRUHMHPSORXQFRPHUFLDQWHOODPDGR5DIDHO'HPRURD
TXLHQVHYHUiQHJRFLDQGRFRQFDIpKDEtD³LPSRUWDGR´SRU$FDMXWODSVIXHU-
WHVPH[LFDQRVSUREDEOHPHQWHFRPRUHVXOWDGRGHH[SRUWDFLRQHV\WXYRODVRVSHFKD
GHTXHSXGLHUDQVHUIDOVRV(QWRQFHVGHVGHOD$OFDOGtDGH6RQVRQDWHVHVROLFLWyDO
gobernador del Departamento que se crease una comisión que analizara el dinero
UHFLELGRSRU'HPRURXQDJHVWLyQDODTXHSRUVXSXHVWRODJHQWHKXPLOGHQRWHQtD
acceso cuando recibían cualquier moneda sobre la que tuviesen sospechas. En este
FDVRVHIRUPyXQDFRPLVLyQGHWUHVSHUVRQDVHQWUHODVTXHKDEtDXQIDUPDFpXWLFR
\XQSURIHVRUGHOD8QLYHUVLGDGTXLHQHVGLFWDPLQDURQWUDVHODQiOLVLVTXtPLFR\OD
FRPSDUDFLyQFRQRWUDVPRQHGDVFRPRXQDQRUWHDPHULFDQDTXHORVSHVRVUHFLELGRV
SRUHOFRPHUFLDQWHHUDQGHHUDQGHEXHQDOH\HVGHFLUGHPLOpVLPRV\SHVRTXH
otras de la misma clase y procedencia.12
Durante el resto de la década de 1880 no se produjeron cambios relevantes
HQHOVLVWHPDPRQHWDULRVDOYDGRUHxR&RPRVHYHUiVHFUHDURQEDQFRVFRQFRP-
SHWHQFLDGHHPLVLyQGHELOOHWHVTXHHUDQLPSUHVRVHQGLYHUVDVFDQWLGDGHVGHSH-
VRVSDUDGyMLFDPHQWHXQDXQLGDGPRQHWDULDTXHQRHUDSURSLDPHQWHQDFLRQDOVLQR
heredada de la Federación y acuñada como moneda metálica en Guatemala. La
LQHVWDELOLGDGHQHOVLVWHPDPRQHWDULRVHUHÀHMDEDWDPELpQHQHOXVRTXHFRPHQ]DED
DLQWURGXFLUVHGHODIUDFFLyQFHQWDYRTXHQRHUDSURSLDGHOVLVWHPDFRORQLDOQLGH
OD)HGHUDFLyQ\SRURWUDSDUWHHQODXWLOL]DFLyQWDUGtDGHODXQLGDGIUDQFHVDIUDQFR
LQFOXVRHQWH[WRVR¿FLDOHV 13
$OFRPHQ]DUODGpFDGDGHORVDxRVFRQHOFRPHUFLRH[WHULRUHQDXJH
HO JRELHUQR LQWHQWy GH QXHYR FUHDU QR VROR XQ EDQFR VLQR WDPELpQ XQD &DVD GH
0RQHGDHVIXHU]RTXHVHYHQtDLQWHQWDQGRGHVGHKDFtDDOPHQRVWUHLQWDDxRV/RV
problemas de la moneda en la economía salvadoreña se reproducían pese a la ola de
FUHFLPLHQWRTXHHVWDEDYLYLHQGRHOSDtVGHVGHPHGLDGRVGHODGpFDGDGHDXQ-
TXHFRQDOJXQDVSHTXHxDVLQÀH[LRQHV(QSOHQDHWDSDGHFUHFLPLHQWRHQSRU
¿QVHFUHyODSULPHUDLQVWLWXFLyQGHFUpGLWRHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGHO6DOYDGRU
mediante una concesión por contrata del gobierno con un particular que representa-
EDDXQJUXSRGHDFFLRQLVWDV\GHVSXpVGHXQLQWHQWRSUHYLRGRVDxRVDQWHV<FDVL
VLPXOWiQHDPHQWHVH¿UPyRWUDFRQWUDWDFRQHOPLVPRFRQFHVLRQDULRGHOEDQFRSDUD
importar desde Europa una máquina para amonedar y sus accesorios completos.14
Lógicamente los responsables del banco preferirían trabajar en un país con una
PRQHGDGHUHIHUHQFLDSURSLDFRQWURODEOH6LQHPEDUJRHOEDQFRHQWUyHQIXQFLRQD-
PLHQWRSHURHVWHQXHYRLQWHQWRGHFUHDUXQD&DVDGH0RQHGDWDPELpQIUDFDVyVLQ
260 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

TXHR¿FLDOPHQWHVHVHSDSRUTXp'HHVWHPRGR(O6DOYDGRUWXYRXQEDQFRSHURQR
WHQtDXQDPRQHGDQDFLRQDOORTXHHUDLQGLVFXWLEOHPHQWHVLQJXODU
(QSUHFLVDPHQWHFXDQGRODIDVHH[SDQVLYDGHODVH[SRUWDFLRQHVFRPHQ-
]DEDDGDUVtQWRPDVGHDJRWDPLHQWRHOJRELHUQRGHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUHPSUHQGLy
XQDYH]PiVHOLQWHQWRGHFUHDFLyQGHXQD&DVDGH0RQHGDWRPDQGRDOJXQDGHFL-
VLyQLQpGLWDKDVWDHQWRQFHV3DUHFLHUDFRPRVLDKRUDTXHODVJDQDQFLDVGHOFUpGLWR
\ODV¿QDQ]DVGHJUDQGHVHPSUHVDULRV\RSHUDGRUHVGHOFRPHUFLRTXL]iVHHVWDEDQ
HVWDQFDQGRHOJRELHUQRTXLVLHVHIDFLOLWDUOHVXQVXHORPRQHWDULRPiVVyOLGRFRQOD
&DVDGH0RQHGD=DOGtYDUDQXQFLyODFRPSUDGHXQFXxRTXHSURQWRFRPHQ]DUtD
a funcionar y de hecho en abril se había comprado por la cantidad de 8.000 ps. En
PDU]RGHHVWHPLVPRDxRHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGD*XHUUD\0DULQDSXEOL-
caba el decreto de creación de la Casa de la Moneda y establecía las condiciones
GHIXQFLRQDPLHQWRGHODLQVWLWXFLyQDVtFRPRODVWDEODVFRUUHVSRQGLHQWHVDODVPR-
QHGDVGHRUR\SODWDTXHVHLEDQDFXxDUFRQVXVUHVSHFWLYRVSHVRVWROHUDQFLDOH\\
WDOOD\VXVGLVHxRV15 El proyecto parecía estar bien elaborado.
3DUDWHUPLQDUGHFRQFUHWDUOR\OOHYDUORDODSUiFWLFDHOSUHVLGHQWHVHGLULJLyDO
VHFWRUGHODVHPSUHVDVPLQHUDVDOTXHUHFRQRFtDFRPRGHORVPiVSURGXFWLYRVGH
ODHFRQRPtDGHOSDtV=DOGtYDUD¿UPDEDTXHORKDEtDSURWHJLGR±HQUHDOLGDGWRGRV
ORVJRELHUQRVORKDEtDQKHFKR±\TXHDKRUDKDEtD³MX]JDGRGHJUDQLQWHUpV´FRPX-
QLFDUOHPD\RULPSXOVRVLFPHGLDQWHODXWLOL]DFLyQLQPHGLDWDGHORUR\ODSODWDTXH
se extraían de las minas en una Casa de Moneda que se iba a fundar.16 La argumen-
WDFLyQQRHUDORVX¿FLHQWHPHQWHVyOLGDFRPRSDUDSRGHUFRQYHQFHUDODVHPSUHVDV
mineras de que les convenía llegar a un acuerdo con el gobierno para facilitarle
PLQHUDODXQTXHpVWDVQRSRGtDQQHJDUTXHODSURWHFFLyQGH=DOGtYDUKDEtDVLGRXQ
KHFKRFRPRORGHPXHVWUDQORVVLJXLHQWHVGDWRV
(QDSHWLFLyQGH)pOL[&KDUODL[³GHOFRPHUFLRGH6DQ0LJXHO´\UHSUH-
VHQWDQWHGHOD6RFLHGDG)UDQFHVDGH0LQDVGH6DQ6DOYDGRUHOJRELHUQRSDUDSUR-
WHJHUDOVHFWRUPLQHURKDEtDH[RQHUDGRGHOSDJRGHGHGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQ
FRQTXHVHJUDYDEDDORV³DUWtFXORVOLEUHV´DWRGDODPDTXLQDULDTXHVHLPSRUWDVH
para la explotación de minas tanto en los departamentos de Oriente como en los
GHPiVGHOD5HS~EOLFDFRQVLGHUiQGROR³XQUDPRGHSRVLWLYDULTXH]D´173RFRGHV-
SXpV&KDUODL[TXHKDEtDVLGRDVHVRUGHOJRELHUQRHQODUHGDFFLyQGHO&yGLJRGH
0LQHUtDHQHOFXDODKRUDDOJXQRVGLSXWDGRVSUHWHQGtDQDEURJDULQWHUYHQtD
ante el gobierno para discutir los artículos en que se basaba dicha pretensión y para
intentar mostrar que la minería era un negocio ruinoso. La primera contradicción
HQVXH[SRVLFLyQFRQVLVWtDHQTXHVHJ~Q&KDUODL[ODPLQHUtDHUDHO~QLFRUDPRGH
movimiento y circulación monetaria en los departamentos de Oriente” y empleaba
DPiVGHWUDEDMDGRUHVORTXHQRSDUHFtDVXJHULUQLQJXQDUXLQD3HURDGHPiV
presentaba un resumen de las cifras de explotación de su empresa a 30 de junio de
VHJ~QHOFXDOGHIUDQFRVLQYHUWLGRVGHVGHKDVWDHOYDORU
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 261

GHORVHVWDEOHFLPLHQWRVGH7DEDQFR\(QFXHQWURVHQPLQDVPiTXLQDVPXHEOHVH
LQPXHEOHVEUR]DVH[WUDtGDVSURYLVLRQHVGLQHURHQFDMDHWFDVFHQGtDDIU
FRQORTXHODVSpUGLGDVKDEtDQVLGRIU3HURHQORVHMHUFLFLRVHFRQyPLFRV
GH\ODLQYHUVLyQKDEtDVLGRWDPELpQGHIUDQXDOHV\ODV
pérdidas oscilaron entre 388.865 fr y 462.564 fr.18 Los datos eran absolutamente
LQYHURVtPLOHV\PiVTXHXQDHPSUHVDDTXHOORSDUHFtDXQDPiTXLQDGHWLUDUGLQHUR
lo que mueve a pensar que se trataba de información maquillada con el objeto de
UHIRU]DUDQWHOD$VDPEOHD1DFLRQDOHODUJXPHQWRGHORQHFHVDULRTXHHUDSDUDODV
sociedades mineras continuar disfrutando de los privilegios que recogía el Código
GH0LQHUtDTXH¿QDOPHQWHQRVHDEURJy19
7RGDYtDHQIHEUHURGHGRVDxRVDQWHVGHODDSUR[LPDFLyQGH=DOGtYDU
DODVHPSUHVDVPLQHUDVHQUHODFLyQFRQHOLQWHQWRGHFUHDUOD&DVDGH0RQHGDHO
JRELHUQRKDEtDWRPDGRXQDFXHUGRSDUDIDYRUHFHUDODVLQGXVWULDVGHOSDtVHVSHFLDO-
mente aquellas que para su explotación demandaban “fuertes trabajos y cuantiosas
HURJDFLRQHV´FRPRODLQGXVWULDPLQHUD'HHOODVHD¿UPDEDHQHOGHFUHWRTXH³KR\
por hoy es el único y verdadero patrimonio de los departamentos de Oriente” –lla-
PDODDWHQFLyQTXHQRVHFRQVLGHUDVHHODxLOSRUHOFXDOVHVXSULPtDHOLPSXHVWRGH
2% por la exportación de brozas y metales de las empresas mineras.20 Se desconoce
cuándo se había restablecido el impuesto que ya suprimió el presidente Dueñas en
SHURORTXHTXHGDEDFODURHVTXHHVWHDFXHUGRLEDGLULJLGRH[SUHVDPHQWHDO
VHFWRUPLQHUR\QRDRWUDLQGXVWULD(QDTXHOORVPRPHQWRV=DOGtYDUHVWDEDHQSOHQD
IDVH GH H[SDQVLyQ GH JDVWRV \ HUD FRPR PtQLPR XQD LPSUXGHQFLD KDFHQGtVWLFD
SRU QR OODPDUOR XQD QXHYD DJUHVLyQ ¿VFDO D ORV VHFWRUHV SRSXODUHV HO SHUPLWLUVH
eliminar un impuesto a las grandes empresas mientras que incrementaba desmesu-
UDGDPHQWHORVGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQTXHHUDQLPSXHVWRVLQGLUHFWRVFRQORTXH
DXPHQWDEDORVHIHFWRVGHGHVLJXDOGDG¿VFDO\FRQVLJXLHQWHPHQWHVRFLDOGHGLFKD
PHGLGD3HURHVTXHHQIHEUHURGHOPLVPRDxRVHDSUREyHQOD$VDPEOHD1D-
cional el que las municipalidades a las que les afectase dicho decreto percibieran
cuatro reales anuales para sus fondos por los trabajadores que se inscribiesen en el
5HJLVWURGH0LQDV21 Es decir que el gobierno asumía la contribución del Fondo de
Caminos para todos aquellos individuos que se inscribiesen para ir a trabajar a las
PLQDVJDUDQWL]DQGRDVtDODVHPSUHVDVTXHVXVWUDEDMDGRUHVQRSHUGHUtDQGtDVGH
trabajo. Era otra ayuda privilegiada y generosa que un Estado que no fuese oligár-
quico no se habría podido permitir.
/DVHPSUHVDVPLQHUDVHVWDEDQSXHVSUiFWLFDPHQWHH[HQWDVGHWRGRLPSXHV-
to y exportaban el mineral de forma casi libre. Y no era poco lo que exportaban
considerando que El Salvador no se había caracterizado históricamente por su
IXHUWHSURGXFFLyQPLQHUD1RVHFRQRFHFXiOHUDODSURGXFFLyQHQSHURVt
VHFRQRFHSDUD\(QHOPLQLVWURGH+DFLHQGD3HGUR0HOpQGH]
decía:
262 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

³3HQHWUDGRHO(MHFXWLYRGHODLPSRUWDQFLDGHHVHUDPRGHODULTXH]DQDFLRQDO
le dispensa protección esmerada y mira con interés muy especial los nuevos mi-
QHUDOHVGHVFXELHUWRVUHFLHQWHPHQWH\TXHHVWiQ\DHQH[SORWDFLyQ3HURPLHQWUDV
QRQRVVHDSRVLEOHDSURYHFKDUHQHOSDtVWDQULFRVSURGXFWRVVHJXLUiQOOHYiQGRVH
a los mercados en donde el exportador encuentra todas las ventajas de que gozan
ORVPHWDOHVSUHFLRVRVTXHQRVRORVHHPSOHDQHQIDEULFDUHOQXPHUDULRTXHVLUYH
de agente en los cambios...”.22

La frase del ministro “no nos sea posible aprovechar en el país” encerraba
XQD IDOVHGDG LQWHUHVDGD \ GHEHUtD VHU VXVWLWXLGD SRU ³QR GHVHHPRV´ SRUTXH IXH
XQDGHFLVLyQSROtWLFDYROXQWDULDHOLPLQDUHOLPSXHVWRGHH[SRUWDFLyQHQHQ
lugar de haberlo incrementado para poder disponer de alguna cantidad de metal
para acuñar moneda. Lo que era cierto es que el gobierno prestaba una protección
esmerada a las empresas que actuaban en El Salvador como un ejemplo pequeño
pero claro de economía de enclave. Además de recibir todas las ventajas de los go-
ELHUQRVVDOYDGRUHxRVORVPLQHURVTXHQRHUDQFRPHUFLDQWHVQRJHQHUDEDQUHWRUQR
GHVXVEHQH¿FLRVDOSDtVDGLIHUHQFLDGHORTXHVXFHGtDFRQHODxLORHOFDIpSRUOR
TXHHO(VWDGRQRSRGtDFREUDUGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQGHPHUFDQFtDVTXHHVFRPR
IXQFLRQDEDOD¿ORVRItD¿VFDOGHODROLJDUTXtDHQHOJRELHUQR(QFXDOTXLHUFDVROD
producción minera de 1883 había ascendido a 336.200 ps y en 1884 había subido a
SVVLQGLVWLQJXLUODSODWDGHORUR(QODPLQHUtDVDOYDGRUHxDKDEtDFDSLWDO
IUDQFpVLQJOpV\QRUWHDPHULFDQRHOPLQLVWURDQXQFLDEDDKRUDODH[LVWHQFLDGHXQD
FRPSDxtDFRQVHGHHQ1XHYD<RUN\XQPLOOyQGHGyODUHVGHFDSLWDOFRQIXHUWH
maquinaria e ingenieros que se encontraban ya en La Unión para explotar uno de
los yacimientos existentes.23
3HURDSHVDUGHODHVPHUDGDSURWHFFLyQDODVHPSUHVDVRTXL]iSUHFLVDPHQWH
SRUHVRHOWtPLGRLQWHQWRGH=DOGtYDUHQGHDSUR[LPDUVHDHOODVSDUDQHJRFLDU
y conseguir metal para poner en funcionamiento una Casa de Moneda no consiguió
ningún objetivo. La mejor prueba del fracaso eran las palabras citadas arriba que
el ministro de Hacienda había pronunciado dos años después. La docilidad y la
sumisión de la oligarquía salvadoreña con el capital extranjero a la hora de intentar
resolver un asunto tan importante como era poder disponer de una moneda propia
HUDQQRWDEOHV3HURHOQXHYRIUDFDVRHQHOLQWHQWRGHFUHDFLyQGHXQDIiEULFDGH
moneda no suponía un grave problema para el sector de la oligarquía que seguía
FRQWURODQGRHOFDPELRHQORVQHJRFLRV\JDQDEDFRQHOOR&RPRVHH[SOLFyDQWHVHO
hecho de que no se creara la Casa no fue casual.
7UDVHOJROSHGHHVWDGRGHFRQWUD5DIDHO=DOGtYDUHQHQHURGHHO
JRELHUQRGH)UDQFLVFR0HQpQGH]¿UPyXQDFRQWUDWDTXHHUDGHODVPiVDPELFLRVDV
GHODVTXH¿UPDUDGXUDQWHVXVDxRVGHJRELHUQRGHVFDUWDQGRODGHOFUpGLWRH[WHULRU
GH(VWDOD¿UPyHOPLQLVWURGHXQODGR\)UDQFLVFR*DOLQGRDQWLJXRPLQLVWUR
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 263

FRQ6HEDVWLiQ*RQ]iOH]\HOFRPHUFLDQWH-XDQ0RIIDWHQUHSUHVHQWDFLyQGHORV
FLXGDGDQRVEULWiQLFRV(VVH[(5HDGR\-RKQ'UXPPRQGGHRWUD(OREMHWRHUD
HQSULPHUOXJDUODH[SORWDFLyQGHPLQDVGHKLHUURHQ0DWDSiQGRQGHKDEtDPLQDV
GHHVWHPHWDOSHURWDPELpQGHRURSODWD\RWURVPLQHUDOHVVLDSDUHFtDQHQORVGH-
SDUWDPHQWRVGH6DQWD$QD\&KDODWHQDQJR3RURWUDSDUWHVHSUHWHQGtDWDPELpQOD
FRQVWUXFFLyQGHXQIHUURFDUULOHQWUH6DQWD$QD\0HWDSiQ\SRU~OWLPRODSURYLVLyQ
gratuita de un cuño con todos sus anexos que pudiera acuñar 10.000 piezas diarias.
La empresa sería una sociedad anónima con un capital de por lo menos diez millo-
nes de pesos ampliables y no pedía ningún compromiso de garantía al gobierno por
VXDFWLYLGDGDGLIHUHQFLDGHORTXHKDEtDQKHFKRORVFRQWUDWLVWDVGHIHUURFDUULOHV
SRUHMHPSOR(QODPHGLGDHQTXHQRVHFRQRFHDFWLYLGDGPLQHUDGHODHPSUHVD
QLTXHFRQVWUX\HUDHOIHUURFDUULOQLTXHOOHJDUDDDFXxDUQRPHUHFHUtDFRPHQWDUOD
detalladísima contrata de no ser por los detalles previstos para el funcionamiento de
una Casa de Moneda con el cuño que aportaría la empresa. La Casa la establecería
el gobierno por su cuenta y la empresa acuñaría en ella su metal y pagaría los costos
de amonedación conforme a la tarifa del establecimiento que no pasaría del 10%
GHODSODWDDFXxDGD6RORDIDOWDGHPLQHUDOGHODHPSUHVDHQFDQWLGDGVX¿FLHQWH
podría la Casa acuñar metales propios o del público y se convenía que la empresa
acuñaría en el país por lo menos una décima parte del oro y la plata que extrajera
de sus minas. Al margen de que este proyecto no llegase a funcionar lo que per-
mite es preguntar ¿qué impedía que se hubiera llegado a un acuerdo similar con
ODVHPSUHVDVTXH\DWUDEDMDEDQHQHOSDtVDOPHQRVHQFXDQGRFRQVWDTXHVH
KDEtDOOHJDGRDFRPSUDUXQFXxR"3XGLHUDVHUTXHODUHVSXHVWDQRVHHQFRQWUDUDHQ
el terreno de las empresas.
(QVRORGRVDxRVPiVGHVSXpVGHOLQWHQWRDQWHULRUFXDQGRHOQHJRFLR
GHOFDIpVHHVWDEDUHFXSHUDQGRGHODFULVLVGHPHGLDGRVGHODGpFDGDDGLIHUHQFLDGH
ORTXHVXFHGtDFRQODSROtWLFD\ODV¿QDQ]DVGHO(VWDGRHOJHQHUDO)UDQFLVFR0HQpQ-
GH]UHDOL]yXQQXHYRLQWHQWRGHFRQVWLWXLUXQD&DVDGH0RQHGD3DUHFtDHYLGHQWH
que la falta de una institución que acuñase moneda propia era un problema que
UHTXHUtDVROXFLyQXUJHQWH\\DKDFtDWLHPSRTXHORKDEtDLQWHQWDGRHOSUHVLGHQWH
Doroteo Vasconcelos por primera vez en 1849. En 1888 ya se estaba manejando la
posibilidad de tener que recurrir de nuevo a un crédito exterior y tener que afron-
WDUORVLQGLVSRQHUGHXQDPRQHGDSURSLDHUDXQDFRPSOLFDFLyQDxDGLGDDOSURSLR
crédito externo.
$KRUD HO SULPHU SDVR IXH OD ¿UPD GH XQD FRQWUDWD HQWUH HO JRELHUQR \ XQ
*XVWDYR*X]PiQTXHFRQVHJXtDHOGHUHFKRH[FOXVLYRGHXQD&DVDGH0RQHGDSRU
YHLQWHDxRVGHVSXpVGHORVFXDOHVODLQVWDODFLyQSDVDUtDDVHUSURSLHGDGGHJRELHU-
QR&RPRVROtDVHUFRP~QHQRWUDVFRQWUDWDV*X]PiQORJUDEDODLQWURGXFFLyQOLEUH
GHGHUHFKRVGHODVPiTXLQDVDSDUDWRV\PDWHULDOHVQHFHVDULRVSDUDIDEULFDUGLDULD-
PHQWHSLH]DVGHRUR\GHSODWDFRQXQWRWDOGHKDVWDXQPLOOyQGHSV
264 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HQRURRWURPLOOyQHQSODWDPiVSVHQPRQHGDGHQtTXHOGHPRQHGDQD-
FLRQDO6LOD&DVDQRHVWDEDLQVWDODGDHQXQDxRHOFRQWUDWRYHQFHUtD/DDFXxDFLyQ
TXHGDEDSHQGLHQWHGHXQDIXWXUDOH\PRQHWDULDGHOD5HS~EOLFDTXHQRVDEHPRVVL
OOHJyDSXEOLFDUVHDOJXQDYH]DXQTXHHOKHFKRHVTXHHVWDQXHYD&DVDGH0RQHGD
WDPSRFROOHJyDIXQFLRQDU/DFRQWUDWDGHMDEDHQHODLUHDOLJXDOTXHVXFHGLyFRQ
=DOGtYDUFLQFRDxRVDQWHVFyPRLEDDFRQVHJXLUVHODSODWD\HORURQHFHVDULRVSDUD
SURGXFLUHQWDOFDQWLGDG\RWURSXQWRTXHWDPSRFRHUDPHQFLRQDGRHQODFRQWUDWD
era la compensación económica del Estado a Guzmán por su trabajo.
Ante esta sucesión de intentos frustrados para crear una Casa de Moneda
es inevitable sospechar que los intereses creados que se verían afectados por su
existencia fueron más fuertes que los intereses del país por disponer de ella. No pa-
rece concebible que en cuarenta años ningún gobierno hubiese sido capaz de sacar
DGHODQWHDOJXQRGHORVSUR\HFWRVTXHVHSURPRYLHURQ\ORVKXERPX\VyOLGRV<
HVWDVRVSHFKDFREUDIXHU]DVLVHSLHQVDTXHSRFRWLHPSRGHVSXpVWUDVODFDtGDGHO
JRELHUQRGH0HQpQGH]OD&DVDSRU¿QVHFUHy/DLPSRVLELOLGDGGHFUHDUXQD&DVD
de Moneda era una de las pervivencias características y reveladoras de la existencia
de una oligarquía que se resistía a aceptar moverse plenamente con rasgos básicos
del capitalismo.
Cuando en 1876 cambió el gobierno en El Salvador lógicamente siguieron
FLUFXODQGRORVPLVPRVWLSRVGHSDSHOPRQHGDWDQWRS~EOLFRVFRPRSULYDGRVTXH
H[LVWtDQHQDxRVDQWHULRUHV/D~QLFDGLIHUHQFLDVLDFDVRHUDTXHGHELGRDOFUHFL-
PLHQWRHFRQyPLFRGHHVWRVDxRVHOYDORUWRWDOGHORVLQVWUXPHQWRVHQFLUFXODFLyQ
DXPHQWy (Q HO SODQR S~EOLFR ORV GRFXPHQWRV GH FUpGLWR GHO (VWDGR HQ WRGDV
VXVYDULDQWHVFRQWLQXDURQH[LVWLHQGR\FUHFLHURQ$VtRFXUULySRUHMHPSORFRQ
el empréstito forzoso convocado por el gobierno con ocasión del enfrentamiento
FRQ *XDWHPDOD HQ HO PLVPR DxR  TXH KL]R FUHFHU OD GHXGD S~EOLFD24 En
HQHURGHDQWHVGHODFDtGDGHOJRELHUQRGH6DQWLDJR*RQ]iOH]ODGHXGDS~-
EOLFDLQWHUQDVROR³HQELOOHWHVGHGHXGDTXHVRQORVTXHFLUFXODQSRUHOPHUFDGR´
DVFHQGtD D  6X FRWL]DFLyQ TXH FRPR VLHPSUH WHQGtD D OD EDMD KDEtD
FUHFLGR\DOPDUJHQGHVXHVWLPDSHUFLEtDQXQLQWHUpVGHO$OPDUJHQGHHVWD
FLIUDHQELOOHWHVGHGHXGDVHJXtDQFLUFXODQGRyUGHQHVGHSDJR\YDOHVHPLWLGRV
SRUHOJRELHUQRTXHLQFUHPHQWDEDQHOYROXPHQWRWDOGHODGHXGDRGLFKRHQRWURV
WpUPLQRVGHSDSHOPRQHGDHQFLUFXODFLyQHQODVFRQGLFLRQHVTXHVHYLHURQHQHO
Capítulo 3.
'DGDODJUDYHVLWXDFLyQGHOD+DFLHQGD\DQWHODHVFDVH]GHOLTXLGH]HOSUHVL-
GHQWH=DOGtYDUUHDOL]yXQDHPLVLyQGHSVHQELOOHWHVHQFRPRDOJRH[-
FHSFLRQDOSDUDDWHQGHUOD³EDQFDUURWD´GHODFDMDQDFLRQDOFRPRODGHQRPLQyHOPL-
QLVWUR)DELR0RUiQ6HWUDWDEDGHXQDFDQWLGDG³OLPLWDGD\SHTXHxD´VHJ~Q=DOGtYDU
con el objetivo de poder cubrir momentáneamente el presupuesto y pagar a los em-
SOHDGRVFLYLOHVTXHRWUDVDWHQFLRQHVXUJHQWHVQRKDEtDSHUPLWLGRDWHQGHUHYLWiQGRVH
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 265

así tener que recurrir a negociaciones onerosas o paralizar los trabajos emprendidos.
6LQOOHJDUDVHUORHUDORPiVSDUHFLGRDODPRQHGDGHSDSHOR¿FLDO±HVGHFLUQXHVWURV
billetes corrientes actuales– que había existido hasta entonces. Se entendía que el
SDSHOPRQHGD³IDFLOLWDEDODVWUDQVDFFLRQHVGHWRGRJpQHUR´SHURQRVHPHQFLRQDED
HOHIHFWRTXHWDOPHGLGDWHQGUtDVREUHORVSUHFLRV3RURWUDSDUWHFRPRWRGDQXHYD
GLVSRVLFLyQHFRQyPLFD³GHHIHFWRVGHVFRQRFLGRV´WUDMRFRQVLJR³LQFRQYHQLHQWHV\
GHVFRQ¿DQ]DVTXHODSUiFWLFDYDKDFLHQGRGHVDSDUHFHU$PHGLGDTXHOD+DFLHQGD
vaya desahogándose... la demanda del papel irá recobrando su merecida aceptación”.
En siguientes años no se volvieron a producir nuevas emisiones y los billetes de ésta
se fueron amortizando y desapareciendo en un corto espacio de tiempo.25
En 1879 el gobierno anunciaba que el papel moneda que se había emitido
HUDGHVFRQRFLGRHQHOSDtVSRUORTXHHQORVSULPHURVPRPHQWRVKDEtDSURGXFLGR
DOJXQDV YDFLODFLRQHV HQ HO FRPHUFLR SHUR TXH FRQ HO WLHPSR IXH PHMRUDQGR VX
FRWL]DFLyQKDVWDHOSXQWRGHHQFRQWUDUVHDODSDUVHJ~QHOJRELHUQRHQPDU]RGH
1879. Este instrumento había supuesto para el Ejecutivo un poderoso auxilio en
las diferentes transacciones de su movimiento rentístico y “una prueba evidente de
que el crédito de la Nación va restableciéndose de una manera satisfactoria.”26 Es
LQWHUHVDQWHVHxDODUTXHSHVHDTXHHOJRELHUQRSUHYHtDTXHODH[LVWHQFLDGHGLFKR
SDSHO PRQHGD IXHVH FRUWD WRGDYtD HQ  HQ XQD LQFLQHUDFLyQ GH GRFXPHQWRV
GH +DFLHQGD \D DPRUWL]DGRV VH TXHPy XQ UHVWR GH HVWH SDSHO PRQHGD GH 
$XQTXHQRVHLQGLFDGHVGHFXiQGRHVWDUtDQUHFRJLGRVHVWRVGRFXPHQWRVHOKHFKR
UHÀHMDGHWRGDVIRUPDVODVSHUYLYHQFLDVTXHVHSURGXFtDQHQHVWHWHUUHQRGHODPR-
QHGD\HOFUpGLWRDVtFRPRHQRWURVDVSHFWRVGHODYLGDGHOSDtVMXQWRDFDPELRV
que indiscutiblemente también se estaban generando.27
(QWRGRFDVRDOQRWUDWDUVHH[DFWDPHQWHGHPRQHGDGHSDSHOHVWRVWtWXORV
FRPRRWURVGRFXPHQWRVS~EOLFRVVHLQFRUSRUDURQWDPELpQHOPHUFDGRFRQXQYDORU
RVFLODQWH$Vt HQ  HO SRGHURVR FRPHUFLDQWH QRUWHDPHULFDQR -RVp 0DXULFLR
'XNHDQXQFLDED³9HQGRSDSHOPRQHGDGHO6XSUHPR*RELHUQR´ORTXHLQGLFDED
TXHORVELOOHWHVVHKDEtDQFRQYHUWLGRHQREMHWRGHFRPSUD\YHQWDSRUORJHQHUDOD
XQSUHFLRTXHQRWHQtDTXHYHUFRQVXYDORUIDFLDOORTXHUHÀHMDEDHOHVFDVRFUpGLWR
GHOJRELHUQRFXDQGR¿UPDEDXQGRFXPHQWRVHDFXDOIXHUH28 Otro gran comercian-
WHSUHVWDPLVWD\DFUHHGRUGHO(VWDGR3LODU/DJRVDQXQFLDEDVXGHVHRGHFRPSUDU
ELOOHWHVGHGHXGDS~EOLFDDXQTXHTXL]iHQHVWHFDVRQRVHWUDWDEDH[FOXVLYDPHQWH
de los billetes de la emisión de 1877.29
(QDTXHOORVGtDV0LJXHO/DJRVDQWLJXRDOFDOGHGH6DQ9LFHQWH\IXHUWHFR-
PHUFLDQWHWDPELpQFRPRVXKHUPDQR3LODUHQVXWLHQGDGH6DQ6DOYDGRUMXQWRXQD
RIHUWDYDULDGtVLPDGHPDQWDVGULOHVGHFRORU\EODQFRFROHWDVGHOLQRRFDPEUD\
EDWLVWDRIUHFtDFDFDRGH*XD\DTXLOFDIpSXHVWRHQ/D/LEHUWDGR$FDMXWODDFFLRQHV
GHOD&RPSDxtDGHO0XHOOHGH/D/LEHUWDGOHWUDVGHFDPELRVREUH6DQ)UDQFLVFR
1XHYD<RUN/RQGUHV\3DUtV\ELOOHWHVGHODGHXGDQDFLRQDO$VLPLVPRFRPSUDED
266 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

³GHWRGRORDQWHVPHQFLRQDGRGDQGRHQSDJRGLQHUROHWUDVRFUpGLWRVHJ~QFRQ-
GLFLRQHV 5HFLEH GLQHUR D LQWHUpV PyGLFR´< ¿QDOPHQWH OLbramientos contra las
aduanas”.30 Quedaba claro que los documentos de deuda pública se habían con-
YHUWLGRHQXQDPHUFDQFtDPiVMXQWRDORVGULOHVRDOFDFDRGH*XD\DTXLO(QHVWH
anuncio habíaWDPELpQRWURVGRFXPHQWRVTXHFRUUHVSRQGtDQDOWHUUHQRSULYDGRFRPR
HUDQODVDFFLRQHVGHOD&RPSDxtDGHO0XHOOH\ODVOHWUDVGHFDPELRTXHVHWUDWDUiD
continuación.
(Q=DOGtYDUD¿UPDEDTXHHOSDVLYRGHO(VWDGRHVGHFLUORVFRPSURPL-
VRVGHSDJRDIHFKD¿MD±RGHXGDÀRWDQWH±DVHJXUDGRVSRUGRFXPHQWRVTXHHVWDEDQ
FLUFXODQGRFRPRSDSHOPRQHGDDVFHQGtDSRUWRGRDODVXPDGHSVGHXGD
SXUDPHQWHLQWHULRUTXHGHEHUtDGHVDSDUHFHUPX\SURQWR313HURHQUH¿ULpQ-
GRVHDODxRDQWHULRUH[SOLFDEDTXHDOLQLFLRGHODxRHFRQyPLFRKDEtDHQFLUFXODFLyQ
1.986.646 ps en billetes GH OD GHXGD QDFLRQDO GH ORV TXH VH KDEtDQ DPRUWL]DGR
SV\TXHSRUWDQWRKDEtDTXHGDGRUHGXFLGDDSV$VHJXUDEDTXH
podía haberse reducido más si el aumento de los intereses que se devengaba no hu-
ELHVHFDVLHTXLOLEUDGRHOYDORUWRWDOGHODDPRUWL]DFLyQODFXDOWHQGUiTXHVHJXLUVH
operando paulatinamente si no se diseñaba una fórmula mejor. En cuanto a la deu-
GDHQOLEUDPLHQWRVFRQWUDODVDGXDQDVD¿UPDEDTXHDTXHODxRSRGUtDH[WLQJXLUVH
totalmente. Se había amortizado un valor de 276.234 ps y quedaba circulando una
FDQWLGDGPX\LQIHULRUTXHVHHVWLPDEDHQHOFRPHUFLRDGHVXYDORU3RU
ORGHPiVHOSDSHOPRQHGD±HQUHDOLGDGWRGRHUDSDSHOPRQHGD±TXHVHKDEtDHPLWL-
GRVREUHHOGHORVGHUHFKRVPDUtWLPRVHUDUHFLELGRDODSDUHQHOPHUFDGRSRU
lo que la perspectiva de la Hacienda es satisfactoria.32
3HURHVWRQRHUDORTXHSDUHFtDHVWDURFXUULHQGRUHDOPHQWH(QUHODFLyQFRQ
el precio que en algún momento tenían los documentos de la deuda del Estado en
HOPHUFDGRHQ&DUORV&URPH\HUFRPHUFLDQWHHQHOPLVPRDQXQFLRHQTXH
RIHUWDEDHQWUHRWUDVPHUFDQFtDVFKDPSiQ0RsW &KDQGRQRIUHFtDFRPSUDUOLEUD-
PLHQWRVGHOJRELHUQRDOHQPRQHGDUHGRQGD\ELOOHWHVGHODGHXGDQDFLRQDODO
18%.33/DGHYDOXDFLyQHQHOFDVRGHORVOLEUDPLHQWRVHUDPX\LPSRUWDQWHSHURHQ
los billetes de deuda era extraordinaria y eso ocurría en pleno auge de los ingresos
¿VFDOHVGHO(VWDGRORTXHKDFHSHQVDUFXiOKDEUtDVLGRROOHJDUtDDVHUODGHSUHFLD-
FLyQGHORVPLVPRVELOOHWHVHQPRPHQWRVGHGL¿FXOWDGHVHQORVLQJUHVRVFRPRVX-
cedería pocos años después. Este dato permite comprender también la reacción de
ORVJUDQGHVSUHVWDPLVWDVTXHHQFXDQGRODVLWXDFLyQHFRQyPLFD\SROtWLFDGH
Francisco Menéndez llegó a ser incontrolable rehusaron seguir prestando al Estado
9HU&DStWXOR(QWRGRFDVRORVELOOHWHVGHODGHXGDQDFLRQDOSRURWUDSDUWHGH-
vengaban un interpVTXHHQHUDHO±KDEtDOOHJDGRDVHUHO±SDJDGHUR
en la misma especie y su amortización se continuó llevando a cabo por los meca-
QLVPRVHVWDEOHFLGRV\DGHPiVSRGtDQXWLOL]DUVHSDUDHOSDJRGHWHUUHQRVEDOGtRV34
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 267

'HWRGDVIRUPDVHQHQYtVSHUDVGHOJROSHGHHVWDGRGH)UDQFLVFR0H-
QpQGH] OD GHXGD S~EOLFD \ FRQ HOOD HO SDSHO PRQHGD KDEtD VHJXLGR FUHFLHQGR
&RQFUHWDPHQWHSVTXHHOJRELHUQRFRQVLGHUDEDHVWULFWDPHQWHGHXGDÀR-
WDQWHPiVSVHQOLEUDPLHQWRVVREUHODVDGXDQDVPiVSVDFDUJR
de varias rentas como resultado de varios contratos de préstamos que el gobierno
había debido suscribir con particulares cuando la crisis se aceleró. Esto ascendía
en total a 3.056.252 ps en diferentes tipos de documentos. A ello había que sumar
HQELOOHWHVGHGHXGDFRQVROLGDGDSVGHORVFXDOHVKDEtDDOJRPiVGHXQ
PLOOyQGHSRVLWDGRVHQHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH(O6DOYDGRUTXHHUDQORVTXHORV
WHQHGRUHV GH ELOOHWHV KDEtDQ DFHSWDGR FRQYHUWLUORV HQ LQYHUVLyQ HQ HO IHUURFDUULO
DXQTXHREWHQtDQXQDUHQWDELOLGDGJDUDQWL]DGDSRUHO(VWDGRFRPRVHH[SOLFy35 Es
GHFLU KDEtD DSUR[LPDGDPHQWH  SV HQ GLIHUHQWHV GRFXPHQWRV GH GHXGD
S~EOLFDHQXQDHFRQRPtDTXHDXQTXHFRQDOWLEDMRVFUHFtD(OSUREOHPDHUDTXHHQ
WpUPLQRVGHLQVWUXPHQWRVPRQHWDULRVHVWRVGRFXPHQWRVH[SHULPHQWDEDQXQDIXHUWH
devaluación como consecuencia de la debilidad de las cuentas públicas y en ocasio-
QHVTXLHQHVWHQtDQTXHFREUDUXQDGHXGDQRTXHUtDQDFHSWDUORV
'XUDQWH ORV DxRV GHO JRELHUQR GH )UDQFLVFR 0HQpQGH] HVWH SDQRUDPD QR
mejoró sino todo lo contrario. El gobierno se vio obligado a emitir cada vez más
GHXGDFRPRFRQVHFXHQFLDGHODFULVLV¿QDQFLHUDGHO(VWDGRKDVWDVXSHUDUHOQLYHO
GHORVVLHWHPLOORQHVGHSHVRV9HU&DStWXOR\ODGHSUHFLDFLyQGHORVGRFXPHQ-
WRVGHODGHXGDFRPRFRQVHFXHQFLDGHODLQVROYHQFLDGHOD+DFLHQGDIXHWDOTXH
¿QDOPHQWHORVDFUHHGRUHVSULYDGRVHVGHFLUORVPLHPEURVPiVSURPLQHQWHVGHOD
oligarquía no quisieron seguir prestando al Estado y fue necesario recurrir de nuevo
a la deuda externa.
(ODXPHQWRGHODDFWLYLGDGHFRQyPLFDD¿QHVGHODGpFDGDGH\GXUDQWH
la de 1880 generó lógicamente también un mayor volumen de documentos de deu-
GDGHRULJHQSULYDGR/RVQHJRFLRVHQWUHSDUWLFXODUHVODVFRPSUDV\ODVYHQWDVQR
VHVDOGDEDQSRUORJHQHUDOHQHODFWR\FRQGLQHURHIHFWLYRVLQRTXHGHEDQOXJDUD
OHWUDVRSDJDUpVTXHFLUFXODEDQFRPRSDSHOPRQHGDORVFXDOHVWDPELpQFLUFXODEDQ
como ya se vio en años anteriores. Arriba se citó el caso del comerciante Miguel
/DJRVTXHFRPSUDED\YHQGtDDFFLRQHVGHOD&RPSDxtDGHO0XHOOHGH/D/LEHUWDG
\OHWUDVGHFDPELRVREUHSOD]DVH[WUDQMHUDV'HOPLVPRPRGRHOFRPHUFLDQWH\¿-
nanciero Encarnación Mejía compraba y vendía letras sobre el Banco Internacional
de Guatemala.363RURWUDSDUWHHVLPSRVLEOHUHDOL]DUQLVLTXLHUDXQDDSUR[LPDFLyQ
DO YROXPHQ GH SDSHO PRQHGD SULYDGR FLUFXODQWH HQ QLQJ~Q PRPHQWR DXQTXH VX
monto debía ser muy alto.
3HURHQHOiPELWRGHOSDSHOPRQHGDSULYDGRVHSURGXMRXQDQRYHGDGHQ
FXDQGRVHFUHyHOSULPHUEDQFRGHOSDtVHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH(O6DOYDGRUFRQ
FRPSHWHQFLDVGHFUpGLWRGHVFXHQWR\HPLVLyQ37 Esta facultad de emitir billetes al
SRUWDGRUFDXVyH[WUDxH]DRTXL]iUHFKD]RHQFLHUWRVVHFWRUHVGHODSREODFLyQ(O
268 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

gobierno argumentó que era precisamente una concesión que garantizaba la seguri-
dad a los capitalistas que comprometían grandes sumas de dinero en el país. En rea-
OLGDGHOJRELHUQRRWRUJyDO%DQFRXQFDUiFWHUSUy[LPRDOGHXQEDQFRFHQWUDOFRQ
ODVDOYHGDGGHTXHHOSDtVFRQWLQXDEDVLQWHQHUXQDPRQHGDSURSLD3RURWURODGR
la prerrogativa de la emisión no afectaba al derecho de los particulares a continuar
HPLWLHQGRYDORUHVFRPRRFXUUtDHQHPSUHVDVIXHUWHVFX\RV³YDOHV´R³TXpGDQHV´
HUDQDGPLWLGRVHQHOFRPHUFLRFRPRVLIXHUDQELOOHWHVGHEDQFRFRQH[FHSFLyQGH
ODVR¿FLQDV¿VFDOHV38
2WUDV LQVWLWXFLRQHV GH FUpGLWR TXH VH FUHDURQ HQ ORV DxRV VLJXLHQWHV FRPR
SRUHMHPSORHO%DQFR3DUWLFXODUQRSRGUtDQHPLWLUELOOHWHV39$¿QHVGHHV
GHFLUDSHQDVPHVHVGHVSXpVGHKDEHUVHFUHDGRHO,QWHUQDFLRQDOWHQtDHQFLUFX-
ODFLyQELOOHWHVSRUYDORUGHSVFRQORTXHFRQWULEXtDGHIRUPDLPSRUWDQWH
a la disponibilidad de medios de cambio en el sector de los grandes negocios de
la economía del país.40$OJXQRVDxRVGHVSXpVHQIHEUHURGH\VRORDWtWXOR
GHHMHPSORHQXQDGHODVRSHUDFLRQHVGHYLJLODQFLDGHODUTXHRGHODVFXHQWDVGHO
EDQFRSRUSDUWHGHXQUHSUHVHQWDQWHGHOPLQLVWHULRGH+DFLHQGDFRUUHVSRQGLHQWHDO
~OWLPRVHPHVWUHGHHOYDORUGHELOOHWHVHQFLUFXODFLyQDVFHQGtDDSV
\HQHOEDQFRH[LVWtDQSV&XDGUR

CUADRO 8.2
Banco Internacional. Arqueo. 2º semestre 1887
Existencia en efectivo 1.052.260 ps
Emisión de billetes
En circulación 864.172 ps
Existencias en banco 306.638 ps 1.170.810 ps

Fuente: Diario..., 4 de febrero de 1888.

Aunque no eran un centro relevante en materia de circulación de documentos

GH GHXGD ODV LQVWLWXFLRQHVEHQp¿FDVTXHHUDQODV-XQWDVGH&DULGDGGHORV+RV-
pitales se habían convertido en un pequeño foco de negocios tanto en compra de
PHUFDQFtDVFRPRHQFUpGLWRV\PHUHFHFLWDUDOJ~QFDVRGHPDQHMRGHPRQHGD(Q
SRUHMHPSORODWHVRUHUtDGHO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRUUHJLVWUDEDXQJDVWRGH
SVSRUHOGHVFXHQWRGHODSOLFDGRDODYHQWDGHFLHUWDFDQWLGDGHQSDSHOPR-
neda.41 Hay que señalar que en las mismas fechas el Banco Internacional aplicaba
XQWLSRGHGHVFXHQWRGHO42
*
De lo expuesto arriba se colige que el fenómeno del crédito se expandió
en El Salvador de estos años de una forma notable y en diferentes ámbitos de
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 269

la sociedad. Aquí se seleccionan algunos de estos espacios que se consideran

UHSUHVHQWDWLYRVGHOFRQMXQWR\~QLFDPHQWHDWtWXORLOXVWUDWLYRSRUTXHHOSUREOHPD
requeriría una monografía en si mismo. Uno de los ámbitos en que el crédito se
incrementó fue la agricultura. Las exportaciones crecieron en estos años y los
productores demandaban recursos en cantidades crecientes para ampliar su pro-
ducción. Aunque el crédito relacionado con la producción de café será tratado en
HO&DStWXORFRQFLHUWRGHWDOOHHQHVWDEUHYtVLPDPXHVWUDGHORVLQQXPHUDEOHV
créditos agrarios que se producían en estos años aparece alguno relacionado con
el grano que constituye una diferencia con respecto a las habilitaciones a la pro-
ducción.
El primer caso de crédito agrario que se puede mencionar corresponde a ene-
URGHFXDQGRXQ7UDQTXLOLQR6HUSDVKLSRWHFyXQD¿QFDGHFDIpHQ-XFXDSDHQ
HO'HSDUWDPHQWRGH8VXOXWiQDIDYRUGHOFRURQHO-RVp0DUtD+HUUHUD\0RUHQRSRU
SVTXHOHSUHVWy³DPXWXR´\VLQLQWHUpVORTXHHUDDOJRPX\SRFRIUHFXHQWH
3HURDOPHVVLJXLHQWH$QDFOHWR'tD]KLSRWHFyXQFDIHWDO\WLHUUDVGHODEUDQ]DHQ
jurisdicción de la villa de Usulután a favor de citado Tranquilino Serpas por 93 ps y
3 rs. Las relaciones de endeudamiento ciertamente eran muy tupidas en la sociedad
VDOYDGRUHxDGHODpSRFD3RURWURODGRKD\TXHVHxDODUTXHGHVSXpVGHORVGHSDUWD-
PHQWRVRFFLGHQWDOHVDGHPiVGH/D/LEHUWDG\GH6DQ6DOYDGRU8VXOXWiQHUDTXL]i
XQRGHORVTXHWHQtDPD\RUVXSHU¿FLHFXOWLYDGDGHFDIpSRUORTXHQRHUDQUDUDV
KLSRWHFDVGH¿QFDVGHFDIpHQVXWHUULWRULR43 Otro ejemplo de préstamo aparente-
PHQWHVRORGHGLQHURHUDHOGH5LWR'tD]YHFLQRGH&KLQDPHFDTXLHQHQPDU]R
GHKLSRWHFyXQDFKDFUDGHVDOGHVXSURSLHGDGDIDYRUGH5DPyQ%UDXSRU
60 ps que le adeudaba44\XQ~OWLPRFDVRHQHVWDOtQHDHVGHDEULOGHFXDQGR
0DQXHO0LUDQGDKLSRWHFyXQD¿QFDHQHOEDUULRGH6DQWD/XFtDGH6DQ6DOYDGRU
DIDYRUGH-RVp0DUtD/DJRVSRUSVUHFLELGRVDPXWXRHQPRQHGDHIHFWLYD\
corriente.45
Una de las causas más frecuentes de préstamos con garantía hipotecaria era
HOD¿DQ]DPLHQWRGHFDUJRV\UHVSRQVDELOLGDGHVHQODDGPLQLVWUDFLyQFRPR\DVH
vio en años anteriores. En agosto de 1879 Carmen Salazar otorgó una hipoteca
VREUHVXFDVDGHWHMDHQ$KXDFKDSiQDIDYRUGHO¿VFRSDUDDVHJXUDUHOUHPDWHGHOD
FDQWLQDQ~PHURHQODPLVPDORFDOLGDG3RUVXSDUWHHOFRPHUFLDQWH-XDQ5DIDHO
&DUD]RKLSRWHFDEDXQD¿QFDOODPDGD³&DVWUR´HQMXULVGLFFLyQGH=DUDJR]DSDUD
garantizar el buen manejo de las cuentas públicas que estarán a cargo de Agustín
Alfaro como administrador de aguardiente del distrito de Santa Tecla. Estas garan-
tías a futuros empleados públicos con responsabilidad económica presentadas por
grandes comerciantes eran frecuentes y generaban una dependencia del empleado
FRQUHVSHFWRDVXDYDOLVWDTXHFRPRPtQLPRKDFtDUHFDHUXQDVRPEUDGHVRVSHFKD
sobre la integridad del primero. En esta misma línea y por ver otra variante social
GHHVWHWLSRGHDYDOHVKLSRWHFDULRVHQHQHURGHVHUHJLVWUyHQ$KXDFKDSiQXQD
270 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

escritura otorgada por el administrador y socios del común de indígenas de la ciu-

dad en la que aseguraban la administración de sus fondos hipotecando una “huerta”
\GRV¿QFDVFRQiUEROHVGHFDIpFDGDXQD46
3RUVXSXHVWRKDEtDRSHUDFLRQHVGHFUpGLWRGHPD\RUFXDQWtDHQODVTXHORV
prestamistas solían ser personas o empresas de mayor envergadura económica. En
DJRVWRGH0DQXHO6DQWLOODQRKLSRWHFyXQD¿QFDGHFDIpHQHMLGRVGH$WDFRD
IDYRUGH-XDQ0DXULFLR'XNHSRUSV³DPXWXR´TXHFRQLQWHUpVGHOPHQ-
sual pagaría en café al precio corriente en marzo de 1880.47(VWHWLSRGHSUpVWDPR
a ser devuelto en café y al 24% anual era algo distinto de las habilitaciones habi-
WXDOHVVREUHWRGRHQFXDQWRDODWDVDGHLQWHUpV\VHH[SOLFDSRUTXHQRHUDSURSLD-
PHQWHXQDKDELOLWDFLyQSDUDSURGXFFLyQGHFDIpVLQRTXHHUDXQFUpGLWR³DPXWXR´
HVSHFL¿FDGRHQODSURSLDHVFULWXUD(QORTXHVtHVDQyPDORHVWHFDVRHVTXHSRU
ORJHQHUDOHOFUpGLWR³DPXWXR´VROtDGHYROYHUVHHQODPLVPDHVSHFLHHQTXHVH
KDEtD SURGXFLGR HO SUpVWDPR \ DTXt QR HUD DVt 3RU RWUD SDUWH HQ MXOLR GH 
0RUWLPHU -RVp$OH[DQGHUYHFLQRGH6DQ6DOYDGRU\DSRGHUDGRJHQHUDOGH-XDQ
0DXULFLR'XNHLQVFULELyODKLSRWHFDGHGRVFDVDVSURSLHGDGGHHVWH~OWLPRHQ6DQ
0LJXHODIDYRUGHO¿VFRSRUHOPDQHMRGHODVSURYHHGXUtDVGHDJXDUGLHQWHGHORV
GHSDUWDPHQWRVGH/D/LEHUWDG/D3D]\6DQ6DOYDGRUTXHKDEtDQVLGRUHPDWDGDV
D'XNH48 El empresario norteamericano demostraba una vez más que el rango de
ODVDFWLYLGDGHVHPSUHVDULDOHVHQTXHLQWHUYHQtDHUDDPSOtVLPR\pVWDHQSDUWLFXODU
era muy rentable. Unos días antes Gertrudis Osorio vecina de la ciudad de Cojute-
SHTXHKDEtDKLSRWHFDGRXQDFDVDTXHWHQtDHQ/D8QLyQDIDYRUGHOPLVPR'XNH
por 2.000 ps que le adeudaba. En abril de 1881 Antonio Díaz hipotecó a favor de
'XNHXQD¿QFDGHP]VGHH[WHQVLyQHQHMLGRVGH6DQ6HEDVWLiQSDUDDVHJXUDUOH
HOSDJRGHXQDFDQWLGDGGHPDGHUDGHFRQVWUXFFLyQTXHOHYHQGLyKDELHQGRUHFL-
ELGRDFXHQWDSVHQGLQHUR(VGHFLUDGHPiVGHVXVQHJRFLRVFRPHUFLDOHVHQ
6DQ6DOYDGRUVXSDUWLFLSDFLyQHQODV&RPSDxtDVGH0XHOOHVHQEDQFRVFRPRVH
YHUiHWF-XDQ0DXULFLR'XNHHUDXQSUHVWDPLVWDSRUWRGRHOSDtVXQSURYHHGRUGH
aguardiente en varios departamentos y algunas cosas más.49 Era uno de los mejores
HMHPSORVGHODROLJDUTXtDGH(O6DOYDGRUHQVXFDVRVLQVHUVDOYDGRUHxR3HURQR
era el único.
(Q HQHUR GH  HO JHQHUDO$GiQ 0RUD KLSRWHFDED XQD ¿QFD GH FDIp HQ
MXULVGLFFLyQGH6DQWD7HFODHQJDUDQWtDGHSDJRGHSVTXHUHFLEH³DPXWXR´
GHOPpGLFR\JUDQKRPEUHGHQHJRFLRV-RVp5RVDOHVDOLQWHUpVGHO(QODPLVPD
IHFKDHOJHQHUDO%RUMD%XVWDPDQWHUHJLVWUDEDODHVFULWXUDGHXQDKLSRWHFDGHXQD
KDFLHQGDHQMXULVGLFFLyQGH2SLFRDIDYRUGHOPLVPR-RVp5RVDOHVSRUHOSDJR
de 5.000 ps que recibió “a mutuo”.503RURWURODGRHQPDU]RGH)UDQFLVFR
&yUGRYDYHFLQRGH&KLQDPHFDKLSRWHFyXQD¿QFDGHFDIpGHVXSURSLHGDGDIDYRU
GH3HGUR'iUGDQR$PEURVLR&DQHVVD\0DQXHO&DOYRSRUGLVWLQWDVFDQWLGDGHVTXH
GHEtDDFDGDXQRGHHOORV3HGUR'iUGDQRHUDXQSURSLHWDULRFRQRFLGRFXxDGRGHO
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 271

ex presidente Dueñas uno de los contratistas de la obra y explotación del puerto

de La Unión en 1868. Ambrosio Canessa era un conocido hombre de negocios en
San Miguel donde había una pequeña pero activa colonia italiana.51 Y en marzo de
GHQXHYR3HGUR'iUGDQRHUDEHQH¿FLDULRGHRWUDKLSRWHFDVXVFULWDSRU6DO-
YDGRU5RVDOHVVREUHXQD¿QFDGHFDIpHQ7HFD]D\GRVFDVDVHQODPLVPDFLXGDG
por 1.000 ps que le dio “a mutuo” con un interés de un 2% al mes.52 Y en abril del
PLVPRDxR6HEDVWLiQ*DOOLDQRKLSRWHFyXQD¿QFDGHFDIpHQ6DQWLDJRGH0DUtD
por dos mil trescientos setenta y cinco ps que había recibido a un 1% de interés
mensual.53
En sentido inverso también otros nombres participaban en el negocio del
crédito. En enero de 1879 el ex-presidente y general Santiago González hipoteca-
EDVXKDFLHQGD³6DQWD&UX]´HQMXULVGLFFLyQGHOSXHUWRGH/D/LEHUWDGHQJDUDQWtD
GHSDJRGHSVTXHGHEtDDÈQJHO*XLURODDOLQWHUpVGHOPHQVXDO3HUR
XQRVGtDVGHVSXpVHOPLVPRJHQHUDO*RQ]iOH]KLSRWHFDEDRWUDKDFLHQGDVX\DHVWD
llamada “Buena Vista” e igualmente en el puerto de La Libertad para garantizar
el pago de 20.000 ps que debía a Dominga Díaz. Decididamente el paso por la
SUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFDQRSDUHFtDKDEHUGHMDGRD*RQ]iOH]HQEXHQDSRVLFLyQ
económica.
9DOJDHVWDPtQLPDPXHVWUDGHKLSRWHFDVSRUFLHUWRVLQFDQFHODUGHODLQJHQ-
te cantidad de ellas que se registraban cada año en los diferentes departamentos
GHO SDtV (VWR GD LGHD GH OD PDJQLWXG GHO FUpGLWR UHFRQRFLGR R¿FLDO \ S~EOLFD-
PHQWHGHOFXDOWDPELpQVHFLWDURQDOJXQRVFDVRVSDUDDxRVDQWHULRUHV(QFRQWUD
GHORTXHDOJXQDYH]VHKDD¿UPDGRH[LVWtDJDUDQWtDGHTXHODMXVWLFLDDFWXDED
FXDQGR HQ HVWRV FDVRV HO GHXGRU LQFXPSOtD HO SDJR 3HUR KD\ TXH UHFRUGDU TXH
había también un volumen enorme de préstamos que se realizaban bien con solo
XQGRFXPHQWRSULYDGRHQWUHODVSDUWHVELHQVLQQLVLTXLHUDGRFXPHQWDUORV+D\
TXH UHFRUGDU TXH FRPR VH YLR HQ HO &DStWXOR  HQ ORV FDVRV HQ TXH PHGLDED
DOJ~QGRFXPHQWRSULYDGR\HVSHFLDOPHQWHHQHOPXQGRGHOFDIpFXDQGRXQGHX-
GRULQFXPSOtDHOSDJRDOTXHVHKDEtDFRPSURPHWLGRHOGRFXPHQWRSULYDGRSRU
informal que fuese podía ser elevado a público simplemente presentándolo en un
MX]JDGRFRQORTXHODMXVWLFLDDFWXDED\VLODVHQWHQFLDFRQGHQDEDDOGHXGRUVX
bienes eran embargados por vía ejecutiva en un plazo corto de tiempo que rara
vez superaba los tres meses.
(Q UHODFLyQFRQHVWRVSUREOHPDVPHUHFHVHxDODUVHTXHDORODUJRGHHVWRV
años se mantuvo la práctica bastante extendida de que los acreedores que creían
TXH QR WHQtDQ SRVLELOLGDGHV GH FREUDU VXV FUpGLWRV ORV FHGtDQD PXQLFLSLRV SDUD
TXHORVFREUDVHQSRUYtDHMHFXWLYDWUDVORFXDOXQDSDUWHPHQRUHUDUHHPEROVDGD
DODFUHHGRU$VtSRUHMHPSORHQHQ6DQWD$QDVHSURGXMRODFHVLyQGHXQD
GHXGDGHSVJHQHUDGDSRUXQSUREOHPDUHODFLRQDGRFRQXQWHUUHQRDORVIRQGRV
PXQLFLSDOHVRHVWDEOHFLPLHQWRGHEHQH¿FHQFLD 542WURFDVRIXHHOGH-RVHID6DOJXH-
272 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

URGH$UPHQLVTXHFHGLyDORVIRQGRVPXQLFLSDOHVODFXDUWDSDUWHGHSVTXHOH
adeudaba Adrés Sosa. 55'HWRGDVIRUPDVODPRURVLGDGHQHVWRVDxRVOOHJyDVHUWDQ
IXHUWHTXHHQHQHURGHVHDSUREyXQDHODERUDGDOH\TXHUHJXODEDODSULVLyQ
por deudas.56
2WURVHVSDFLRVHQORVTXHHOFUpGLWRWDPELpQFUHFLyIXHURQHOGHOD¿QDQFLD-
ción de los negocios y el de las necesidades de sectores cada vez más amplios de
SREODFLyQXUEDQDDFXFLDGRVSRUODVGL¿FXOWDGHVHFRQyPLFDVTXHVHYLYtDQVREUH
WRGRFRPRFRQVHFXHQFLDGHXQDLQÀDFLyQFX\DPDJQLWXGQRVHSXHGHGHWHUPLQDU
(QHVWDGHPDQGDFRPSOHMDODGpFDGDGHSUHVHQFLyHOQDFLPLHQWRGHXQDROHD-
GDGHLQVWLWXFLRQHVGHFUpGLWRGHGLIHUHQWHQDWXUDOH]D\HQYHUJDGXUDGHODVTXHVH
puede comenzar por mencionar las más relevantes no solo por su magnitud econó-
PLFDSDUDUHODFLRQDUSRVWHULRUPHQWHDOJXQDVGHODVPHQRUHV
(QSULPHUOXJDUGHVSXpVGHORVLQWHQWRVIUXVWUDGRVGH)UDQFLVFR'XHxDV\
GH6DQWLDJR*RQ]iOH]SRUFUHDUHOSULPHUEDQFRQDFLRQDOpVWHVHFUHyHQ
&XDQGR=DOGtYDUOOHJyDODSUHVLGHQFLDGHOSDtVGLRXQJLURDODFXHVWLyQHQUHOD-
ción con el modelo de banco de González y regresó al plan de Dueñas. En 1877
se anunció la aparición de una institución que cubriría la necesidad de capitales
SDUDODDJULFXOWXUD\TXHYHQGUtDD³PRYLOL]DUORVFDSLWDOHVHVWDFLRQDULRVGiQGROHV
una colocación segura y productiva y a facilitar con el poder de sus operaciones la
FLUFXODFLyQHOJLUR\HOGHVFXHQWRTXHGHEHQFRPXQLFDUXQLPSXOVRWDQEHQp¿FR
DOFRPHUFLR\DODVDUWHV´\GDGDVXDGPLUDFLyQSRU)UDQFLDQRHVGHH[WUDxDUTXH
sus primeros pasos se dirigieran a contratar la creación del banco con una casa
¿QDQFLHUDGH3DUtV576LQHPEDUJRHVWDVQHJRFLDFLRQHVQRVHOOHJDURQDFRQFUHWDU
y en 1880 el asunto experimentó un nuevo cambio de rumbo. En agosto de aquel
DxRGHVSXpVGHKDEHUUHJUHVDGRGHXQYLDMHD*XDWHPDODSDUDHQWUHYLVWDUVHFRQ
-XVWR5X¿QR%DUULRV\HOSUHVLGHQWHGH+RQGXUDVHOJRELHUQR¿UPyFRQ-RVp)UDQ-
FLVFR0HGLQDODFRQFHVLyQSDUDFUHDUHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGHO6DOYDGRUGHFUp-
GLWRHPLVLyQ\GHVFXHQWRFXULRVDPHQWHLPLWDQGRHOQRPEUHGHOSULQFLSDOEDQFR
de Guatemala.58 En la contrata el Banco se creó con un capital inicial de 500.000
SVGLYLGLGRHQDFFLRQHVGHSVDXQTXHVHDFODUDEDGHVSXpVTXHGHELGRDO
p[LWR GH OD LQLFLDWLYD ODV DFFLRQHV HVWDEDQ SUHYLVWD LQLFLDOPHQWH GH  SV \
KXERTXHUHGXFLUODVDODPLWDGSDUDKDFHUODVPiVDFFHVLEOHV\GHOPLVPRPRGR
el capital se amplió pronto en otros 200.000 y terminó siendo de 700.000 ps. No
REVWDQWHHQXQDQXQFLRGHO%DQFRVHPHQFLRQDEDTXHHOFDSLWDOVXVFULWRHUD\DGH
1.000.000 de ps.59
'H WRGDV IRUPDV FRPR VXFHGtD IUHFXHQWHPHQWH HQ OD FUHDFLyQ GH JUDQGHV
HPSUHVDVORVDFFLRQLVWDVQRDSRUWDEDQGHHQWUDGDHOGHOFDSLWDOVXVFULWRVLQR
VRORXQSRUFHQWDMH\HOUHVWRVHLEDDSRUWDQGRHQVXFHVLYRVOODPDPLHQWRVGHOD-XQ-
WD*HQHUDOGH$FFLRQLVWDV(O%DQFRWHQtDIXQFLRQHVGHGHSyVLWRGHVFXHQWRJLUR
\HPLVLyQGHELOOHWHVSDJDGHURVDODYLVWD\DOSRUWDGRU\TXHVHUtDQDGPLWLGRVHQ
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 273

ODVR¿FLQDVS~EOLFDVGRQGHQRVHDGPLWLUtDQORVGHRWURHVWDEOHFLPLHQWRGHFUpGLWR
Los billetes podían emitirse hasta por doble cantidad del capital suscrito y el Banco
GHEHUtDPDQWHQHUVLHPSUHHQPHWiOLFRHQVXVFDMDVSRUORPHQRVHOGHOYDORU
de los billetes en circulación. La dirección tenía previsto abrir sucursales del Banco
fuera de San Salvador.
Las garantías que los capitalistas adquirían del gobierno merecen un comen-
WDULR3RUXQODGRVHHVWDEOHFtDTXHHO%DQFRTXHGDUtDIRUPDGRFRQFDSLWDOHVQD-
FLRQDOHV\H[WUDQMHURV\VHFRQVLGHUDUtDQFRPRSHUWHQHFLHQWHVDH[WUDQMHURVWRGRV
ORVFRQVWLWXLGRVHQHO%DQFR1DFLRQDOGHO6DOYDGRU&RPRFRQVHFXHQFLDTXHGDUtDQ
H[HQWRVGH³WRGDFRQWULEXFLyQRLPSXHVWRRUGLQDULRRH[WUDRUGLQDULRGHFXDOTXLHU
QDWXUDOH]DTXHVHD\QRTXHGDUiQVXMHWRVDUHSUHVDOLDHQFDVRGHJXHUUD´$GHPiV
WRGRVORVPDWHULDOHVQHFHVDULRVSDUDHOIXQFLRQDPLHQWRGHO%DQFRGHVGH~WLOHVGH
HVFULWRULRKDVWDFDMDVIXHUWHVHVWDUtDQOLEUHVGHWRGRGHUHFKRGHLPSRUWDFLyQDOSDtV
'HOPLVPRPRGRORVPHWDOHVHQEDUUDRDFXxDGRVTXHVHLPSRUWDUDQRH[SRUWDUDQ
por el Banco estarían también exentos del pago de todo derecho e impuesto. En
HVWHPLVPRVHQWLGRHO%DQFRWHQGUtDGHUHFKRDOOLEUHXVRGHORVWHOpJUDIRVGHOD
5HS~EOLFD(QVXPDORVUHSUHVHQWDQWHVGHODROLJDUTXtDHQORVSRGHUHVGHO(VWDGR
YDULRVGHHOORVDFFLRQLVWDVGHO%DQFRFRPR*XLUROD5XDQRR5RVDOHVOyJLFDPHQWH
se autoconcedían las máximas condiciones de facilidad para que sus inversiones y
ODVGHVXVRWURVDOLDGRVGHFODVHVRFLDOREWXYLHUDQXQDUHQWDELOLGDGTXHOHVVDWLV¿-
FLHUDSRUFRPSOHWR2EYLDPHQWHHO(VWDGRROLJiUTXLFRSRUDFFLyQ\SRURPLVLyQ
VtLQWHUYHQtDHQHFRQRPtDHQFRQWUDGHORTXHVRVWLHQHODWUDGLFLRQDOWHVLVOLEHUDO
5HJUHVDQGRDORVDFWRUHVGHODRSHUDFLyQ-RVp)UDQFLVFR0HGLQDSURFHGtDGH
*XDWHPDODWHQtDH[SHULHQFLD¿QDQFLHUD\HUDODFDEH]DYLVLEOHGHXQJUXSRLQLFLDO
GHDFFLRQLVWDVHQWUHORVTXHHVWDEDQ(QFDUQDFLyQ0HMtDTXLHQFRPRVHDGHODQWy
HUDDJHQWHGHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH*XDWHPDODHQ(O6DOYDGRU\ORVKRPEUHV
de negocios Nicolás Angulo y Eugenio Aguilar. Ellos tres fueron los primeros di-
rectores del Banco. No se conoce la lista completa de los accionistas iniciales que
VXVFULELHURQODHPLVLyQGHSVSHURVHFRQRFHDORVTXHORHUDQHQTXH
DXQTXHHVXQDIHFKDDOJRWDUGtDUHVXOWDGHPXFKRLQWHUpVSRUTXHGDGDODHQYHUJD-
dura de algunos de ellos y los antecedentes de las redes mercantiles de San Salva-
GRUHQDxRVDQWHULRUHVHVSUREDEOHTXHYDULRV\DHVWXYLHUDQHQODHPSUHVDFXDQGR
VHIXQGy(Q¿JXUDEDDODFDEH]DFRPRSULQFLSDODFFLRQLVWDHO%DQFR,QWHUQD-
FLRQDOGH*XDWHPDODFRQDFFLRQHV($OWVFKXOWHQtD-XDQ)UDQFLVFR0HGLQD
-RVp5RVDOHVODVRFLHGDG%ODQFR\7ULJXHURV(PHWHULR5XDQRÈQJHO
*XLUROD(QFDUQDFLyQ0HMtD-XDQ0DXULFLR'XNH$XJXVWR%RXLQHDX\
DVtKDVWDXQWRWDOGHPiVGHDFFLRQHVORTXHSDUHFtDLQGLFDUTXHHO%DQFRKDEtD
ampliado capital desde su creación.60
$ODYLVWDGHHVWRVGDWRV\DIDOWDGHXQDLQYHVWLJDFLyQPiVSURIXQGDSRGUtD
adelantarse la hipótesis de que la creación del primer banco de El Salvador se
274 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

produjo con presencia importante de capitales nacionales –aunque algunos de los

“salvadoreños” eran extranjeros– pero también con una apreciable participación
GHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH*XDWHPDODFX\RVDFFLRQLVWDVHQHOSDtVYHFLQRTXL]i
entendieron que la expansión económica de El Salvador a comienzos de los años
1880 era prometedora para los negocios. Las relaciones económicas entre ambos
patVHVHUDQPX\HVWUHFKDV\SRUHQWRQFHVODVTXHKDEtDHQWUHORVGRVSUHVLGHQWHV5D-
IDHO=DOGtYDU\-XVWR5X¿QR%DUULRVHUDQH[FHOHQWHV&RPRHVFULEtDXQFRPHQWDULV-
WDHQDTXHOORVPRPHQWRV³/DXQLyQGHO*HQHUDO%DUULRV\GHO'RFWRU=DOGtYDUHQ
&KDOFKXDSD>HQ@GLRDFRQRFHUDO3UHVLGHQWHGHQXHVWUD5HS~EOLFDHOFDPLQR
TXHOHFRUUHVSRQGtDVHJXLUHQFRQIRUPLGDGFRQODYROXQWDGGHORVSXHEORV´61 Las
LURQtDVGHODYLGDKDUtDQTXHSRFRGHVSXpVHQODVLWXDFLyQKXELHUDFDPELDGR
radicalmente y Barrios encontrara la muerte precisamente en Chalchuapa cuando
atacaba de nuevo a El Salvador.
Interesa destacar algunos datos correspondientes al primer año de las ope-
raciones del Banco. Las cifras eran espectaculares y dan idea de la existencia de
importantes recursos en manos de los grupos oligárquicos que estaban actuando en
HOSURFHVRGHFUHFLPLHQWRGHOSDtV\TXHDKRUDFRQWDEDQFRQXQLQVWUXPHQWRDWUD-
vés del cual poner en el juego especulativo sus ganancias. Como decía el ministro:
³(Q(O6DOYDGRUHQGRQGHWDQWRVHWUDEDMDSDUDDVHJXUDUHOELHQHVWDUJHQHUDOHUD
ya una necesidad ese poderoso agente que facilitase todas las transacciones y
pusiese en movimiento la riqueza pública”.62

/RV GHVFXHQWRV KHFKRV GHVGH OD LQVWDODFLyQ GHO %DQFR KDVWD ¿QHV GH 
DVFHQGtDQDSVVLHQGRHOWLSRPHGLRGHGHVFXHQWRHODXQTXHHQ
HQPHGLRGHODFULVLV¿QDQFLHUDGH(VWDGR\FRQODFDtGDGHOSUHFLRGHOFDIp
el tipo de descuento era del 18%.63 Los billetes en circulación eran hasta 1881 de
SV&RQVHGHFHQWUDOHQ6DQ6DOYDGRUHOPRYLPLHQWRHQPHWiOLFRFRQODV
DJHQFLDVGHOEDQFRDVFHQGtDDSVKDELHQGRVLGRPD\RUHQORVSULQFLSD-
OHVFHQWURVPHUFDQWLOHV6DQWD$QD6DQ0LJXHO\6RQVRQDWHSRUHVWHRUGHQ'H
PDQHUD TXH VREUH HVWD EDVH QR HV VRUSUHQGHQWH TXH HO GLYLGHQGR HQ HO SULPHU
VHPHVWUHGHIXQFLRQDPLHQWRGHOEDQFRKXELHVHDVFHQGLGRDSVSRUDFFLyQOR
TXHHTXLYDOtDDPiVGHODQXDO3HURPiVDGHODQWHHQHO%DQFRSDJDEDVX
dividendo a 185 ps por acción.
/D LQVWLWXFLyQ HUD XQ EDQFR FRPHUFLDO QR HUD HO WLSR GH EDQFRGH FDUiFWHU
KLSRWHFDULR TXH KDEtD SHQVDGR 6DQWLDJR *RQ]iOH] SHQVDQGR HQ OD JUDQ \ TXL]i
también la pequeña agricultura. El Banco Internacional del Salvador se convirtió
pronto en un útil instrumento para la oligarquía nacional en sus negocios y propor-
FLRQyPiVTXHDFHSWDEOHVGLYLGHQGRVGXUDQWHDxRV1RREVWDQWHSRFRGHVSXpVGH
VXFUHDFLyQODROLJDUTXtDFRPHQ]DUtDDIUDFFLRQDUVHQRDURPSHUVH\RWURVJUXSRV
SUHIHULUtDQGLVSRQHUGHVXSURSLDKHUUDPLHQWD¿QDQFLHUD
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 275

(Q¿QUHFLpQFUHDGRHO%DQFRGHVGHHOSRGHUVHKDFtDQDOJXQDVUHÀH[LRQHV
LQWHUHVDQWHVVREUHXQD³LQVWLWXFLyQHFRQyPLFD>TXH@WLHQHTXHSUHVWDULPSRUWDQWHV
servicios al país y producir resultados provechosos a la sociedad en general”:
“La aceptación que ha alcanzado el Banco... es una prueba incontestable de la
necesidad que había de él y de la conveniencia que reportarán las clases sociales
VLFSRUTXHDWRGDVD\XGDFRQFRQGLFLRQHVDGPLVLEOHVHOSXHEORSDUWLFLSDGHO
EHQH¿FLRSRUFXDQWRODFLUFXODFLyQIiFLO\DEXQGDQWHGHGLQHURHVWLPXODDWRGRV
\KDVWDORVSUROHWDULRVDDVHJXUDUXQPHMRUELHQHVWDUGHVSHUWiQGRVHHOGHVHRGH
adquirir una propiedad.
...
La instalación de este Banco hará desaparecer la tirantez que repetidas veces se
KDPDUFDGRDTXt\HQRWUDVSDUWHVSRUODVLQPRGHUDGDVH[LJHQFLDVGHORVSUHV-
WDPLVWDVTXHKDQHMHUFLGRXQDHVSHFLHGHGLFWDGXUD¿QDQFLHUD0DVKR\HOHVWD-
EOHFLPLHQWRGHO%DQFRUHGLPHDWRGRVGHODWLUDQtDGHOGLQHUR\DVHJXUDSUR¿FXRV
IUXWRVHQEHQH¿FLRJHQHUDOGHOSDtV´64

Se diría que los antiguos comerciantes y propietarios agrarios se estaban

transformando en una incipiente burguesía. Su discurso adoptaba ya algunas de las
claves que la burguesía maneja en su ejercicio de hegemonía: la sociedad como un
WRGRRUJiQLFRHOLQWHUpVJHQHUDOSDUDWRGDVODVFODVHVLQFOX\HQGRDORVSUROHWDULRV
TXH GHVHDUtDQ VHU SURSLHWDULRV ODV ERQGDGHV GHO %DQFR IUHQWH D ORV SUHVWDPLVWDV
inmoderados –que eran los propios accionistas del Banco y que continuaron ejer-
FLHQGRGHSUHVWDPLVWDVIXHUDGHOPLVPR±5HFXUULHQGRDXQVtPLOPXVLFDOVREUH
HO SDSHO OD PHORGtD DSXQWDED D XQ GLVFXUVR EXUJXpV SHUR HQ ODSUiFWLFD HO WUDWR
desigual que la oligarquía aplicaba en la política y aun en el derecho entre ella mis-
PD\ORVHVFDORQHVPiVEDMRVGHODVRFLHGDGKDFtDQTXHWRGDYtDTXHGDUDQPXFKDV
GpFDGDV DQWHV GH TXH HVWD FODVH GRPLQDQWH DGTXLULHUD SHU¿OHV GH XQD EXUJXHVtD
propiamente dicha.
(QPD\RGHHQ6DQWD$QDGRQGH\DH[LVWtDXQDVXFXUVDOGHO%DQFR
,QWHUQDFLRQDOGHO6DOYDGRUXQJUXSRGHFLXGDGDQRVWRPyODGHFLVLyQGHFRQVWLWXLU
otra entidad de crédito con sede en la capital de la región cafetalera occidental. Era
XQDLQLFLDWLYDTXHGHMDEDFRQVWDQFLDGHTXHHQWRUQRDOQHJRFLRGHOFDIpH[LVWtD
FDSLWDOVX¿FLHQWHSRUXQODGR\FRQFLHQFLDUHJLRQDOSRURWURFRPRSDUDFUHDURWUD
LQVWLWXFLyQDOWHUQDWLYDSDUDDWHQGHUVXVQHFHVLGDGHVFUHGLWLFLDVHVSHFt¿FDVIUHQWH
DODGHORVFRPHUFLDQWHV\¿QDQFLHURVGH6DQ6DOYDGRU(UDXQDIUDFFLyQGH¿QLGD
GHODROLJDUTXtDTXHWRPDEDSRUSULPHUDYH]XQDSRVLFLyQSURSLDHQXQWHUUHQR
estratégico de la economía.
6LPyQ9LGHV-RVp0DUtD9LGHV)UDQFLVFR3HxD(PLOLR%HOLVPHOLV5DIDHO
0H]D%UtJLGR5RGUtJXH]'RPLQJR-LPpQH]-RVp5RVD3DFDV&RUQHOLR/HPXV\
3HGUR(VFDOyQ±YDULRVGHHOORVLPSRUWDQWHVFDIHWDOHURVFRQSUHVHQFLDHQOD$VDP-
276 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

EOHD1DFLRQDOHQODMXGLFDWXUDHQHOHMpUFLWR\SRVWHULRUPHQWHHQHOJRELHUQR\
cuyos apellidos siguieron formando parte de la oligarquía cafetalera hasta la segun-
da mitad del siglo XX– decidieron crear la Sociedad de Crédito Agrícola y se diri-
JLHURQDRWURLQVLJQHSROtWLFR\FDIHWDOHURVDQWDQHFR7HRGRUR0RUHQRSDUDSUHVLGLU
el proceso de formulación de las bases sobre las que se pudiera fundar la sociedad.
Moreno aceptó encantado y agradeció “la gran idea de procurar el fomento de la
DJULFXOWXUDFRPRIXHQWHSULPRUGLDOGHODULTXH]D\ELHQHVWDUGHOSDtV´\DXQTXHQR
HQWUDEDHQGHWDOOHVVHVREUHHQWHQGtDTXHVHUHIHUtDSULQFLSDOPHQWHDRFFLGHQWH65
La creación de la Sociedad de Crédito Agrícola tuvo un proceso de nacimiento de
naturaleza diferente a la del Banco Internacional del Salvador. No eran uno o dos
VRFLRVFDSLWDOLVWDVTXHFRQWUDWDEDQFRQHOJRELHUQRVLQRXQJUXSRGHLPSRUWDQWHV
empresarios agrícolas cafetaleros los que se auto constituían para reforzar su posi-
FLyQHFRQyPLFDGRPLQDQWH<IXHHOHPEULyQGHOSRVWHULRU%DQFR2FFLGHQWDOTXH
VHFUHDUtDWDPELpQHQ6DQWD$QDHQ\FX\RQDFLPLHQWRHQWRQFHVVtWHQGUtDXQ
proceso similar al del Banco Internacional del Salvador.
(QHQHURGHVHIXQGyXQDQXHYDHQWLGDGGHFUpGLWRHO%DQFR3DUWLFXODU
GHO 6DOYDGRU PHGLDQWH XQD FRQWUDWD ¿UPDGD SRU HO JRELHUQR FRQ -XDQ 0DXULFLR
'XNH)UDQFLVFR&DPDFKR\DVRFLDGRV66'XNHHUDSUREDEOHPHQWHHQWRQFHVDFFLR-
nista del Banco Internacional pero con seguridad entendía que había más mercado
GH FUpGLWR FRPR SDUD RWUD HQWLGDG IXHUWH \ VH DOLy FRQ )UDQFLVFR &DPDFKR TXH
SDUHFtD WHQHU OLTXLGH] \ FUpGLWR VX¿FLHQWH FRPR SDUD SDUWLFLSDU HQ YDULDV QXHYDV
HPSUHVDVQRVROREDQFDULDVFDVLVLPXOWiQHDPHQWH(QJHQHUDOHVWDEDFODURTXH
algunos empresarios no querían estar sometidos en exclusiva a las políticas crediti-
FLDVGHXQEDQFR\SDUWLFLSDURQHQRWURVSHURFRPRVHYLRHQORVFUpGLWRVDJUDULRV
WDPELpQFRQWLQXDURQDFWXDQGRFRPRSUHVWDPLVWDVDWtWXORSHUVRQDOHQSDUDOHORDORV
EDQFRVHQHOJUDQQHJRFLRGHOFUpGLWR(O%DQFR3DUWLFXODUQDFtDFRQIXQFLRQHVGH
FUpGLWRGHVFXHQWRJLUR\HPLVLyQGHELOOHWHVDXQTXHSRUHOPRPHQWR\DGLIHUHQFLD
GHORVGHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOORVVX\RVQRVHUtDQDGPLWLGRVHQODVR¿FLQDVS~-
EOLFDVSDUDORFXDOGHEHUtDREWHQHUXQDDXWRUL]DFLyQHVSHFLDOORFXDOSDUHFtDGLItFLO
dada la exclusiva que había conseguido este último en su contrata. El capital inicial
HUDGHSVHQDFFLRQHVGHSVFDGDXQDTXHHVWDED\DVXVFULWDVSRU
ORVWLWXODUHV\RWURVDVRFLDGRVDOD¿UPDGHODFRQWUDWD(O%DQFR3DUWLFXODUREWXYR
VLPLODUHVYHQWDMDV¿VFDOHVDODVFRQFHGLGDVDO,QWHUQDFLRQDO
'HVGH ¿QHV GH ORV DxRV  ODDFWLYLGDGHFRQyPLFDVH KDEtDDFHOHUDGR\
ello ocurría en un país con un sistema monetario que adolecía de las carencias y
OLPLWDFLRQHVTXH\DVHKDQVHxDODGR&RPRFRQVHFXHQFLDQXHYDVSUiFWLFDVRPHMRU
GLFKRDQWLJXDVSUiFWLFDVVHH[WHQGLHURQFRPRHUDTXHHPSUHVDULRV\RWURVDJHQWHV
HQODDFWLYLGDGHFRQyPLFDDQWHODHVFDVH]GHPRQHGDHPLWLHUDQELOOHWHVDOSRUWDGRU
que se incorporaban rápidamente al universo de papel moneda del que ya se trató.
$QWHVGHODIXQGDFLyQGHEDQFRVDXQTXHHQPHQRUPHGLGDHVWRWDPELpQVXFHGtD
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 277

\ VH WROHUDED SHUR DKRUD OD ROLJDUTXtD WHQtD VXV LQVWUXPHQWRV ¿QDQFLHURV FRQ OD
garantía del Estado de que solo ellos podían emitir billetes. Ahora la práctica de
otros empresarios no presentes en los bancos era considerada una competencia in-
WROHUDEOH3RUHVRHQHQHURGHHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDFRQVLGHUDEDTXHHO
gobierno debía garantizar al público contra la emisión desautorizada de billetes al
SRUWDGRUKDVWDTXHVHDSUREDUDODOH\GH%DQFRGHHPLVLyQTXHGHEtDSURPXOJDUVH
3RUHVRDSUREyTXHVRORORVEDQFRVDSUREDGRVSRUOH\±HVGHFLUORV\DFUHDGRV±
podrían emitir billetes al portador o destinados a la circulación. La contravención
de este acuerdo tendría una sanción por un valor igual al de los documentos que se
emitieran.67 El Estado no había creado todavía un banco público central que emi-
tiera moneda de papel o moneda metálica sobre todo por una razón básica y es que
WRGDYtDQRH[LVWtDXQDPRQHGDQDFLRQDO0LHQWUDVWDQWRXWLOL]DEDDORVEDQFRV\D
creados como sucedáneos del que debería crearse.
6LQHPEDUJRHVSRVLEOHTXHHVWDGHFLVLyQQRVHFXPSOLHUDHVWULFWDPHQWHR
DOPHQRVQRSDUDWRGRVORVHPSUHVDULRV(QHQHURGHVHFHOHEUyXQDVHVLyQ
extraordinaria en la municipalidad de San Salvador. Entre los diferentes puntos del
orden del día que se trataron había uno en que se daba conocimiento de una nota
TXHHOWHVRUHURPXQLFLSDOKDEtDGLULJLGRDODOFDOGH±DODVD]yQ$QWRQLR3HUDOWD±
LQIRUPiQGROHGHTXHHO%DQFR3DUWLFXODU\ODFDVDEDQFDULDVLFGHORV6UHV%ODQFR
y Trigueros se habían negado a pagar los recibos de las tasas municipales corres-
SRQGLHQWHVDORVPHVHVGHQRYLHPEUH\GLFLHPEUHSDVDGRV(O%DQFRDOHJDEDTXH
VHJ~QFRQWUDWDFRQHOJRELHUQRHVWDEDH[HQWRGHOSDJRGHLPSXHVWRVPXQLFLSDOHV
\ODFDVDEDQFDULDGH%ODQFR\7ULJXHURV³SRUTXHQRTXLHUHQ´68 Lo más llamativo
GHOFDVRQRHUDODQHJDWLYDDSDJDUODWDVDVLQRTXHH[LVWtDXQD³FDVDEDQFDULD´GH
una de las más importantes empresas del país cuyo régimen de operaciones se des-
FRQRFHDXQTXHVHVDEHTXHVXDFWLYLGDGFUHGLWLFLDHUDLPSRUWDQWH\SUREDEOHPHQWH
estuviera emitiendo billetes al portador. Se daba la circunstancia interesante de que
HQDTXHOORVPRPHQWRV\SUHVHQWHHQODVHVLyQVHHQFRQWUDEDHOUHJLGRU0DQXHO5X-
SHUWR7ULJXHURVKLMRGHOJUDQHPSUHVDULR0DQXHO7ULJXHURV
En el mismo año 1889 nació la tercera de las mayores instituciones de crédito
DSDUHFLGDVHQODGpFDGD6HWUDWDEDGHO%DQFR2FFLGHQWDOFRQVHGHHQ6DQWD$QD\
DVXIUHQWHFRPR¿UPDQWHVGHODFRUUHVSRQGLHQWHFRQWUDWDFRQHOJRELHUQRHVWDEDQ
ORVIXHUWHVHPSUHVDULRV/HRQ'UH\IXV\HOPpGLFR\JUDQFDIHWDOHUR(PLOLRÈOYDUH]
(OFDSLWDOLQLFLDOGHOEDQFRHUDGHSVHQDFFLRQHVGHSVORTXH
permitía una participación más abierta de accionistas por contraposición a los dos
bancos anteriores cuyas acciones eran de 10.000 y 5.000 ps respectivamente. El
EDQFRVHGHGLFDUtDDOFUpGLWRHVSHFL¿FiQGRVHODH[SUHVLyQ³VREUHKLSRWHFDV´FRQOR
TXHVHUHÀHMDEDHOFDUiFWHUSUHGRPLQDQWHPHQWHDJUDULR\FDIHWDOHURGHODUHJLyQ\
SRUVXSXHVWRDOGHSyVLWRHPLVLyQGHYDOHV\JLURHQFRQGLFLRQHVVLPLODUHVDODVGHO
%DQFR3DUWLFXODU<DOLJXDOTXHORV%DQFRV,QWHUQDFLRQDO\3DUWLFXODUHO2FFLGHQ-
278 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WDOWDPELpQJR]DEDGHODVPLVPDVH[HQFLRQHV¿VFDOHVHQORVPLVPRVWpUPLQRVTXH
VHKDEtDDFRUGDGRSDUDDTXpOORV&RPRHUDGHHVSHUDUORVSULQFLSDOHVFDIHWDOHURVGH
ODFLXGDGVHLQFRUSRUDURQSURQWRFRPRDFFLRQLVWDVDO%DQFRFRQORTXHVXFUHDFLyQ
supuso la concreción del deseo de los cafetaleros occidentales de disponer de su
SURSLDHQWLGDGGHFUpGLWRTXH\DVHKDEtDDGHODQWDGRHQORFXDOHUDXQRPiV
GHORVHOHPHQWRVTXHFRQWULEXtDDSHU¿ODUVHFRPRXQDIUDFFLyQQtWLGDGHODROLJDU-
quía del país.
Una manifestación de las características de la coyuntura que se vivía en estos
DxRVHUDODFUHFLHQWHQHFHVLGDGGHUHFXUVRVSRUSDUWHGHVHFWRUHVFDGDYH]PiVDP-
SOLRVGHODSREODFLyQORTXHFRQGXMRDODDSDULFLyQGHLQVWLWXFLRQHVGHFUpGLWRHQ
VXPD\RUSDUWHLQIRUPDOHVHVWRHVVLQUHFRQRFLPLHQWRGHO(VWDGRTXHVHRUJDQL-
zaron en distintas ciudades del país. Un pequeño número de ellas sí fueron creadas
\ DSUREDGDV IRUPDOPHQWH SHUR HQ VX FRQMXQWR HVWD UHDOLGDG FRQVWLWX\y RWUD GH
las novedades propias del proceso económico que estaba en marcha. En marzo de
1885 la Asamblea Nacional estimaba que las casas de préstamo y montepíos que
QRHVWDEDQGHELGDPHQWHUHJODPHQWDGRVHVSHFXODEDQFRQODPLVHULD±HVGHFLUTXH
HOPiVDOWRSRGHUGHO(VWDGRDGPLWtDTXHKDEtDPLVHULDHQODVRFLHGDG±TXHOXFUD-
ban con las clases más necesitadas y daban lugar frecuentemente a abusos que era
SUHFLVRUHPHGLDU3RUORFXDOGHFUHWyHQSULPHUOXJDUTXHGLFKRVHVWDEOHFLPLHQWRV
QRSRGUtDQRSHUDUPLHQWUDVQRVRPHWLHUDQVXVUHJODV\HVWDWXWRVDO(MHFXWLYR\HQ
VHJXQGRWpUPLQRTXHGHEHUtDQSDJDUODVXPDGHSVPHQVXDOHVDEHQH¿FLRGHOD
municipalidad en que estuvieran establecidos.69 Este último punto equivalía poco
menos que a su prohibición porque no se trataba de instalaciones con gran volumen
GHDFWLYLGDGVDOYRSRUHOKHFKRGHTXHHOJRELHUQRQRGLVSRQtDHQJHQHUDOGHXQ
SRGHUSROLFLDOVX¿FLHQWHFRPRSDUDSHUVHJXLUHVWDVDFWLYLGDGHV
Una de las constituidas formalmente era la llamada Crédito Territorial del
6DOYDGRUXQDVRFLHGDGSRUDFFLRQHVTXHWHQtDVXFXUVDOHV\DODFXDOSHUWHQHFtDQDO-
JXQRVQRPEUHVLPSRUWDQWHVGHOPXQGRGHORVQHJRFLRV$VtHQHQHURGHWHQtD
DJHQFLDVHQGLIHUHQWHVFLXGDGHVSHUROD]RQDGHPD\RUUHOHYDQFLDSDUHFtDVHURF-
cidente. Su director en esta fecha era un E. Huard y algunos de los responsables de
ODVDJHQFLDVHUDQ(PLOLR%HOLVPHOLVHQ6DQWD$QD2QRIUH'XUiQHQ$KXDFKDSiQ
5DIDHO0RQWLVHQ6RQVRQDWH1LFROiV$QJXORHQ6DQ9LFHQWH±ORVFXDWURJUDQGHV
HPSUHVDULRV±0i[LPR%UL]XHODHQ6DQ0LJXHO\/D8QLyQ5HPLJLR<~GLFHHQ
=DFDWHFROXFD\RWURVHQ6HQVXQWHSHTXH6XFKLWRWR&KDODWHQDQJR\&RMXWHSHTXH70
/D HQWLGDG SDUHFtD WHQHU FLHUWR QLYHO DXQTXH VLQ DSUR[LPDUVH HQ DEVROXWR D ORV
grandes bancos. El valor de las acciones no debía ser muy alto porque en aquellos
momentos el Consejo de Administración llamaba a los socios para aportar nueve ps
SRUFDGDDFFLyQSDUDFRPSOHWDUDVtHOSULPHUGpFLPRGHODVPLVPDV6HDGYHUWtDD
ORVDFFLRQLVWDVTXHKXELHUDQVXVFULWRDFFLRQHVHQ6DQWD7HFOD\6DQ6DOYDGRUTXH
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 279

SDVDUDQDGHSRVLWDUORVQXHYHSHVRVHQODVR¿FLQDVGHOD6RFLHGDG±QRDJHQFLDV±HQ
GLFKDVFLXGDGHV\ORVGHPiVORKLFLHUDQHQODVDJHQFLDVH[LVWHQWHV
Otro de los institutos de crédito de menor nivel funcionando en la segunda
mitad de la década de 1880 era la Caja de Ahorros del Telégrafo que tenía su sede
HQOD2¿FLQDGH'LUHFFLyQGHO7HOpJUDIRHQ6DQ6DOYDGRUSRUORTXHVXQDFLPLHQWR
debió tener relación con este servicio. A comienzos de 1888 tenía 65 accionistas
TXHKDEtDQDSRUWDGRXQFDSLWDOGHSVHVGHFLUXQDPHGLDGHSVSRUDF-
FLRQLVWD(QWUHHOORVKDEtDDOJ~QQRPEUHFRQRFLGRFRPRHOGHOSUHVLGHQWH$QGUpV
$PD\D\&DUORV'¶$XEXLVVRQHPSUHVDULRVGHFLHUWRQLYHOFX\DSUHVHQFLDHQOD
Caja no se debía sin duda al interés de un gran negocio.713HURHQMXQLRGHHO
tesorero de la Caja llamaba a pagar los primeros dividendos correspondientes a las
acciones de los números 1 a 193 que no hubieran sido pagados hasta la fecha. Al
PLVPRWLHPSRVHLQYLWDEDDOS~EOLFRDIRUPDUSDUWHGHODHQWLGDG\VHUHFRUGDEDD
ORVVRFLRVTXHQRKXELHUDQGHSRVLWDGRDOPHQRVXQSHVRPHQVXDOQRWHQGUtDQGHUH-
FKRDXWLOLGDGHVDQXDOHVVHJ~QHOUHJODPHQWR72(VGHFLUTXHDXQWUDWiQGRVHGHXQD
HQWLGDGSHTXHxDHVWDEDJHQHUDQGRDOJ~QUHQGLPLHQWRSRUDFFLyQ
3HURKDEtDPiVHQWLGDGHVGHHVWHWLSRRVLPLODUHV(QPDU]RGHRSHUDED
una Sociedad de Ahorros del Salvador 73 que debía ser diferente a la Sociedad de
$KRUURV\3UHYLVLyQGHO6DOYDGRUFX\RVHVWDWXWRVIXHURQDSUREDGRVSRUHOJRELHUQR
en junio de 1889.743DUDODSULPHUDQRVHGLVSRQHGHGDWRVSHURGHODVHJXQGDVH
coQRFHQDOPHQRVODVEDVHVGHVXIXQFLRQDPLHQWR$VtORV¿QHVGHOD6RFLHGDGHUDQ
³$FXPXODUSHTXHxRVFDSLWDOHVSDUDKDFHUORVSURGXFLUHQREVHTXLRGHORVLQ-
WHUHVHVGHORVDVRFLDGRV\GHORVGHOSDtVHQJHQHUDO\UHFRJHUXQDKRUUR
GHOVRFLRDFXPXOiUVHORSURWHJpUVHORFRQWUDORVFDVRVIRUWXLWRV\WHQWDFLRQHVGH
GLVWUDHUOR KDFHUOR UHSURGXFWLYR \ DXPHQWDUOR LQGH¿QLGDPHQWH FRQ VXV UpGLWRV
SURSRUFLRQDQGRDVtDODVFODVHVQRPX\DFRPRGDGDVHOPHGLRGHVDOYDUODVGHV-
JUDFLDV\FRQWUDWLHPSRVQDWXUDOHVGHODLQGROHQFLDHLPSUHYLVLyQ\SURFXUDUHO
PHMRUDPLHQWRPDWHULDO\PRUDOGHOSDtV\GHOELHQHVWDULQGLYLGXDO´

(QVXPDXQRVREMHWLYRVFHOHVWLDOHVDORVTXHWHQGUtDQGHUHFKRORVPD\RUHVGH
HGDGKRQUDGRV\GHEXHQDFRQGXFWDQRWRULD\TXHWXYLHUDQFDSLWDOSURIHVLyQXR¿FLR
que facilitasen ahorrar de 5 a 50 ps mensuales. Los socios ingresarían cualquier can-
tidad entre dichos límites durante diez años y los correspondientes comprobantes se
FDPELDUtDQ³RSRUWXQDPHQWH´SRUDFFLRQHVGH¿QLWLYDVGHSVFDGDXQDYDORUQRPL-
nal. De unos largos estatutos merece resaltar que la Sociedad preveía abrir sucursales
en otras localidades y que cada mes el Consejo de Administración nombraría a un
PLHPEURSDUDODLQVSHFFLyQGHORVOLEURVGHFRQWDELOLGDG\GRFXPHQWRVDVtFRPRGHO
GLQHURH[LVWHQWHHQOD&DMDR%DQFRGHSRVLWDULRHVGHFLUTXHOD6RFLHGDGPDQWHQGUtD
sus fondos en alguna otra de las entidades de crédito existentes. Los estatutos eran
SURSXHVWRVSRU¿UPDVHQWUHODVFXDOHVKDEtDQRPEUHVFRQRFLGRVFRPR0DQXHO
280 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

(XJHQLR$UDXMR3tR5RPHUR%RVTXH1D]DULR6DODYHUUtDR3LODU/DJRV\RWURVDSH-
llidos de familias igualmente pertenecientes a esferas del poder como Arbizú y Me-
OpQGH]ORTXHOODPDODDWHQFLyQHQXQDLQVWLWXFLyQGHHVFDVDHQYHUJDGXUD¿QDQFLHUD
Las páginas anteriores pretenden solo arrojar algo de luz sobre el complejo
PXQGRGHOFUpGLWRHQHOSDtV3HURDSHVDUGHODGLYHUVLGDGGHSUiFWLFDVHLQVWLWXFLR-
QHVFUHGLWLFLDVDXQTXHGDEDQHVSDFLRVVLQFXEULU\KDEtDTXLHQHVLQWHQWDEDQUHJXODU
el funcionamiento en ellos desde la lógica empresarial que se estaba extendiendo a
JUDQSDUWHGHOWHMLGRHFRQyPLFR$SHVDUGHODYDULHGDGGHLQVWLWXFLRQHVH[LVWHQWHV
WRGDYtDODDFWLYLGDGGHEDQFRVFDMDV\VRFLHGDGHVQROOHJDEDDODDJULFXOWXUDSRU
QRKDEODUHVSHFt¿FDPHQWHGHODSHTXHxDDJULFXOWXUD3RUHOORGXUDQWHHVWRVDxRV
VHLQWHQWyHQYDULDVRFDVLRQHVODFUHDFLyQGHXQEDQFRKLSRWHFDULRVREUHORTXH\D
había trabajado el presidente Santiago González.
$VtHQWUH\VHSUHSDUyODFUHDFLyQGH³XQQXHYR±VHDFDEDEDGH
crear el Banco Internacional– establecimiento de crédito que esté en relación in-
mediata con los intereses agrícolas y donde el agricultor pueda conseguir capitales
DODUJRSOD]R\GHDPRUWL]DFLyQJUDGXDO´HQSDODEUDVGHODJUHVLYRFRPHUFLDQWH\
HVSHFXODGRU'DQLHO$QJXORPLQLVWURGH*REHUQDFLyQ\)RPHQWRHQ753DUHFH
XQDLURQtDTXHDOJXLHQFRPRHVWHPpGLFRTXHHQVXDFWLYLGDGHPSUHVDULDOSUHVLRQD-
EDGXUDPHQWHDORVDJULFXOWRUHVSDUDDPSOLDUHOPDUJHQGHVXVJDQDQFLDVHVWXYLHUD
GLVSXHVWRDUHJXODUODVWDVDVGHLQWHUpVGHFUpGLWRVKLSRWHFDULRV3HURHOSUR\HFWR
GHOEDQFRKDEtDVLGRSUHVHQWDGRSRUHOSUHVLGHQWH=DOGtYDU\HOFDVRHVTXHOOHJyD
FHOHEUDUVHXQDFRQWUDWDFRQHOV~EGLWREULWiQLFR0DUFR-1HOO\±TXHKDEtDFRODER-
rado en los primeros proyectos de creación de un banco en los años 1860- para po-
QHUHQIXQFLRQDPLHQWRODLQVWLWXFLyQ7RGDYtDHQHOQXHYRPLQLVWURVXFHVRU
GH$QJXORHOJHQHUDO$GiQ0RUDFRQ¿UPDEDTXHORVHVWDWXWRVGHOEDQFRHVWDEDQ
¿UPDGRVSHURSRUFDXVDVTXHVHGHVFRQRFHQHOEDQFRQRHQWUyHQVHUYLFLR76 La
Asamblea Nacional incluía entre sus miembros en aquellos años a personas que
eran prestamistas de agricultores en diferentes puntos del país y a quienes la crea-
ción del banco no les suponía un apoyo a sus intereses.
'HVSXpVGHDOJ~QRWURLQWHQWRLQIUXFWXRVRHQDEULOGHXQDYH]PiVOD
$VDPEOHD1DFLRQDOHVWLPDEDTXHODLQGXVWULDDJUtFRODIXHQWHSULQFLSDOGHODULTXH-
]DGHOSDtVDOFDQ]DUtDXQQRWDEOHGHVDUUROORFRQODIXQGDFLyQGHXQ%DQFR+LSRWH-
FDULR\GHFUHWDEDODFRQFHVLyQSDUDVXHVWDEOHFLPLHQWRD-RUJH$XJXVWR.XPHFNH
0RUULV(OEDQFRVHFUHDUtDFRQXQFDSLWDOGHSVHQDFFLRQHVGH
SV\VDOYRSRUVXVIXQFLRQHVHOQXHYREDQFRGLVIUXWDUtDGHSULYLOHJLRVVLPLODUHV
a los de instituciones bancarias ya creadas. El banco se dedicaría concretamente
DGDUGLQHURSUHVWDGRVREUHKLSRWHFDVGHSUHGLRVU~VWLFRV\XUEDQRVREMHWLYRTXH
\DWHQtDHO%DQFR2FFLGHQWDOTXHSUHFLVDPHQWHVHHVWDEDIXQGDQGRORFXDOOODPD
ODDWHQFLyQHPLWLUFpGXODVFRQLQWHUHVHVEDMRVXUHVSRQVDELOLGDG\HMHFXWDUWRGDV
DTXHOODVRSHUDFLRQHVSURSLDVGHORVEDQFRVKLSRWHFDULRV\FRPHUFLDOHV\HOLQWHUpV
NOVEDADES Y PERVIVENCIAS EN MONEDA Y CRÉDITO 281

TXHHOEDQFRFREUDVHHQVXVRSHUDFLRQHVQXQFDSRGUtDH[FHGHUGHOPi[LPR¿MDGR
por la ley civil.77
3HURWDQUHOHYDQWHFRPRHOGHFUHWRHUDQTXLpQHVOR¿UPDEDQFRPRPi[LPDV
DXWRULGDGHVGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOHOSUHVLGHQWH-RVp5RVD3DFDV\HOSULPHU
VHFUHWDULR)UDQFLVFR9DTXHURDPERVVDQWDQHFRV5RVD3DFDVHUDXQLQVLJQHFDIH-
WDOHURKDEtDVLGRPDJLVWUDGRHQVXFLXGDG\HQVXV¿QFDVUHJtDQOyJLFDPHQWHODV
UHODFLRQHV GH SURGXFFLyQ KDELWXDOHV HQ HO PXQGR UXUDO \ HVSHFt¿FDPHQWH HQ HO
del café. Como magistrado había dictado sentencias en juicios relacionados con
LPSDJRVGHGHXGDVGHFDIpHQORVTXHORVDFUHHGRUHVUHFODPDEDQHOSDJRGHVXV
GHXGDVFRQWDVDVGHLQWHUpVGHKDVWDPiVGHOGHLQWHUpV(VGHFLUVX¿UPDHQ
un decreto como éste chocaba evidentemente con lo que había sido su práctica pro-
IHVLRQDO\ORTXHHUDQVXVLQWHUHVHVFRPRFDIHWDOHURTXHVHQXWUtDGHPDQRGHREUD
que en parte procedía de las expropiaciones por impagos de pequeños y medianos
agricultores. No se conoce qué impidió que una vez más este intento de creación de
un banco hipotecario se concretara. Una posibilidad muy simple es que no hubiese
VX¿FLHQWHVVROLFLWDQWHVGHDFFLRQHV\TXHQXQFDVHVXVFULELHUDHOFDSLWDOVX¿FLHQWH
para comenzar a funcionar. Las contradicciones de intereses que había en relación
FRQVXVREMHWLYRVPXHYHQDSHQVDUTXHHVWDSRVLELOLGDGH[LVWtD(QWRGRFDVRpVWH
era un asunto que recuerda al problema de la Casa de Moneda. No parece casual
TXHHQWHUUHQRVFRPRpVWRVFRQWDQWRVLQWHUHVHVFUHDGRVLQYROXFUDGRVODVGHFLVLR-
nes no llegaran a ejecutarse. Tampoco parece casual que no llegara a crearse un
banco hipotecario en El Salvador hasta bien entrado en el siglo XX. El poder de la
oligarquía era realmente fuerte.
Capítulo 9
Con paso firme en la consolidación del café

“El régimen de propiedad de la tierra

determina el régimen político
y administrativo de toda nación.”

-RVp&DUORV0DULiWHJXL

El Salvador estaba transformándose rápidamente en el último tercio del siglo

XIX. Había amplias zonas en que las relaciones económicas y sociales se man-
WHQtDQ D JUDQGHV UDVJRV HQ VXV IRUPDV WUDGLFLRQDOHV SHUR HQ PXFKDV RWUDV iUHDV
HOULWPRGHORVFDPELRVHUDFODUDPHQWHYLVLEOH(QWRGRFDVRODGLIHUHQFLDHQWUH
]RQDVGHOSDtVHUDFDGDYH]PiVFRQWUDVWDGD/DLQÀXHQFLDVREUHVXVDOUHGHGRUHV
GHFLXGDGHVFRPR6DQ6DOYDGRU6DQWD$QD6DQWD7HFODR6RQVRQDWHDFRPLHQ-
zos de la década de 1880 no guardaba relación con amplios espacios rurales en
&KDODWHQDQJR SRU HMHPSOR GRQGH ODV WUDQVIRUPDFLRQHV VH SURGXFtDQ D XQ ULWPR
PXFKRPiVOHQWR(QHFRQRPtDODDSDULFLyQ\DHQORVDxRVGHQXHYRVWLSRV
GHHPSUHVDVSRUDFFLRQHVODWUDQVIHUHQFLDGHSREODFLyQUXUDODODVFLXGDGHVGHVGH
ORVDxRVHOFUHFLHQWHÀXMRGHFRPHUFLRH[WHULRU\RWUDVQRYHGDGHVHVWDEDQ
JHQHUDQGRFDUDFWHUtVWLFDVVRFLDOHVGHVFRQRFLGDVKDVWDSRFRVDxRVDWUiVVREUHWRGR
en occidente y el sur.
Uno de los espacios en el que la rapidez de las transformaciones era visi-
EOHHUDODDJULFXOWXUD1XHYRVFXOWLYRVQXHYRVUHJtPHQHVGHWUDEDMRHOWUDQVSRUWH
UXUDOODFUHFLHQWHGHPDQGDGHIXHU]DGHWUDEDMRSDUDQXHYDVREUDVS~EOLFDVHLQ-
IUDHVWUXFWXUDVHQSHTXHxDVORFDOLGDGHV\SRUVXSXHVWRHQODVFLXGDGHVGHPD\RU
tamaño... empezaban a cambiar la sociedad. Un elemento esencial no solo para el
mundo rural sino para toda la sociedad en un país esencialmente agrario como era
El Salvador era la estructura de propiedad de la tierra. La expansión del café era
XQRGHORVIDFWRUHVPiVUHOHYDQWHVTXHHVWDEDQLQÀX\HQGRHQODPRGL¿FDFLyQGH
ODVFRQGLFLRQHVGHDFFHVRDODWLHUUDSRUYtDGLUHFWDHLQGLUHFWD+DEtDHVSDFLRVGHO
territorio nacional en los que el café casi no suponía apenas nada en el conjunto de
ORVFXOWLYRVSHURLQFOXVRDOOtOOHJDURQODVLQÀXHQFLDVVREUHWRGRFRQODVOH\HVGH
284 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

H[WLQFLyQGHHMLGRV\GHWLHUUDVGHFRPXQLGDGTXHFRPRHVFRQRFLGRIXHURQSUR-
movidas fundamentalmente por los intereses de occidente.

GRÁFICO 9.1
Precio del café en Gran Bretaña
Chelines/quintal
120

100

80

60

40

20

0
1872 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 1891
Precio en Gran Bretaña

Fuente: Héctor Lindo-Fuentes, La economía… p.192

Diversos autores han tratado sobre este asunto durante años y no se entrará
aquí a repetir los términos de los debates que ya se han producido.1 En el Capítu-
lo 4 ya se ha recordado que en el país había un sector no numeroso de población
VLQ WLHUUD ±DXQTXH QR KD\ FLIUDV SDUD FXDQWL¿FDUOR± XQD FDSD VRFLDO PD\RULWDULD
GHFDPSHVLQRV\SHTXHxRVSURSLHWDULRVFRQWLHUUDHQSRVHVLyQHQSURSLHGDGRHQ
XVXIUXFWR±HUDQORVPLHPEURVGHODVFRPXQLGDGHVGHODGLQRVHLQGtJHQDVDVtFRPR
ORVYHFLQRVGHORFDOLGDGHVTXHWHQtDQDFFHVRDWLHUUDVHMLGDOHV±XQSHTXHxRVHFWRU
GHFRORQRVHQ¿QFDV\KDFLHQGDV\¿QDOPHQWHPHGLDQRV\JUDQGHVSURSLHWDULRV
±GHVJUDFLDGDPHQWHGHQXHYRVLQSRVLELOLGDGGHFXDQWL¿FDUVXLPSRUWDQFLD±(VWD
composición de la estructura de propiedad era la que estaba cambiando bajo el
efecto de los factores y los procesos mencionados arriba.
Desde los años 1860 se observaban diferentes posiciones en sectores oli-
JiUTXLFRVHQHOSRGHUHQUHODFLyQFRQODWLHUUD3RUXQODGRPHUHFHUHFRUGDUVHTXH
tanto Gerardo Barrios como Francisco Dueñas habían dado muestras de preocupar-
VHSRUXQHOHPHQWRHVHQFLDOGHODUHDOLGDGDJUDULDHQFXDQWRDODWLHUUDFRPRHUDQ
los ejidos. Ambos presidentes se habían interesado por dotar de tierras ejidales a
poblaciones que carecían de ellas y a reforzar su existencia.2 Durante la presidencia
de Santiago González no se produjeron declaraciones ni medidas que contradijeran
HVWHLQWHUpV\FRQ5DIDHO=DOGtYDUFRPRSUHVLGHQWHHOJRELHUQRHVWXYRWRPDQGR
decisiones relevantes en relación con la producción agrícola en ejidos hasta 1880 y
HQGLIHUHQWHV]RQDVGHOSDtV6HSXHGHD¿UPDUTXHHQXQVHQWLGRKDVWDHVWDIHFKD
ODDGPLQLVWUDFLyQQRVHGHVHQWHQGLyGHORVHMLGRVVLQRTXHSDUHFtDWHQHULQWHUpVHQ
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 285

TXHFXPSOLHUDQXQDIXQFLyQHVSHFt¿FDTXHHQDTXHOORVPRPHQWRVHUDLQWHQVL¿FDU
HOHVIXHU]RSDUDLPSXOVDUODGLYHUVL¿FDFLyQGHFXOWLYRVGHVWLQDGRVDODH[SRUWDFLyQ
7RGRHVWRSDUHFLHUDFRQWUDGHFLUVHSRURWUDSDUWHFRQTXHVHHIHFWXDUDQGHFODUDFLR-
QHVUHVDOWDQGRODVJUDQGHVYLUWXGHVGHODSURSLHGDGSULYDGDKDEtDTXHHQWHQGHUTXH
IUHQWHDODFRPXQDO$VtHQVXGLVFXUVRDQXDOGHHOSUHVLGHQWH\DGHMyFODUDVX
FUHHQFLDHQODLPSRUWDQFLDGHODSURSLHGDG>LQGLYLGXDO@GHODWLHUUDSDUDPHMRUDUHO
cultivo.33DUHFHFODURTXHDOPHQRVHVWHHUDXQFRPSRQHQWHGHVXSHQVDPLHQWRHQ
relación con la tierra cuando llegó a la presidencia.
$KRUDELHQVLVHWUDWDEDGHRSRQHUSURSLHGDGFRPXQDORFRUSRUDWLYDFRPR
WLHUUDV GH FRPXQLGDGHV \ HMLGRV IUHQWH D SURSLHGDG SULYDGD QR KD\ TXH SHQVDU
que la única alternativa que se estuviera considerando fuese la ampliación de la
JUDQSURSLHGDGSULYDGD(VSUREDEOHTXH5DIDHO=DOGtYDUWXYLHUDHQPHQWHWDPELpQ
la posibilidad de que en El Salvador se pudiera impulsar algo parecido a lo que
5DIDHO0HQMtYDUGHQRPLQyOD³YtDfarmer”. El presidente había visto la pequeña
agricultura –no totalmente campesina– en la Francia que él admiraba y manifestó
FODUDPHQWHXQLQWHUpVHQSURPRYHUDOJRGHHOORHQ(O6DOYDGRUDXQTXHVHWUDWDUD
XQD SRVLELOLGDG GLItFLOPHQWH UHDOL]DEOH WRGD YH] TXH \D OD IUDFFLyQ FDIHWDOHUD VH
encontraba “en franco dominio del aparato del Estado” y de que no pasaba de ser
una “ideologización de un reducido sector”.4 Se trataría de que en el país tomase
cuerpo un sector de productores que fuesen propietarios de sus parcelas y adquirie-
VHQSHU¿OHVGHDJULFXOWRUHVPRGHUQRVDOHVWLORGHORVTXHpOKDEtDYLVWRHQ(XURSD
con una buena formación técnica en diversos campos de la actividad agropecuaria.
(OKHFKRHVTXH=DOGtYDULPSXOVRUGHODVSROtWLFDVOLEHUDOHVSURWHFWRUGHOD
H[SDQVLyQGHOFDIp\SUHVWDPLVWDGHFDIHWDOHURVSHVHDORFXDOQRHUDGHODWRWDOVLP-
SDWtDGHOVHFWRUOOHJyDWRPDUPHGLGDVGLULJLGDVDSRWHQFLDUGLFKDSRVLELOLGDG(UD
FRPRVLSHQVDUDTXHSXGLHUDQVHUFRPSDWLEOHVODGLIXVLyQGHOFXOWLYRGHOFDIpSHUR
WDPELpQGHOFDFDRGHOEiOVDPRHWFFRQODH[LVWHQFLDGHXQVHFWRUGHSHTXHxRV\
PHGLDQRVDJULFXOWRUHVPRGHUQRVHVGHFLUSRGHUGHVDUUROODUQRVyORXQDDJULFXO-
WXUDDJURH[SRUWDGRUDVLQRWDPELpQJUDQMHUD$VtEDMRVXPDQGDWRVHSXEOLFDURQ
en el 'LDULR2¿FLDOnumerosos artículos de divulgación sobre una gran variedad
GH DVSHFWRV GH DJULFXOWXUD \ JDQDGHUtD UHQRYy OD )LQFD 0RGHOR XQD LQVWLWXFLyQ
destinada a impulsar la formación de los que deberían ser los nuevos agricultores
\SDUDHOORODGRWyQRVyORGHLQVWUXPHQWDO\KHUUDPLHQWDVVLQRWDPELpQGHXQD
biblioteca con títulos relativos a esa variedad de campos sobre los que un moderno
agricultor debería tener conocimientos. No se conoce la biblioteca en el estado en
TXHVHHQFRQWUDEDGXUDQWHHOJRELHUQRGH=DOGtYDU/RTXHKDOOHJDGRKDVWDQRVRWURV
es posiblemente sólo una parte de la misma en forma de inventario de títulos que
UHÀHMDQYDULRVDVSHFWRVGHLQWHUpVYHU$QH[R
$QWHWRGRPHUHFHGHVWDFDUVHTXHWRGRVVRQWtWXORVHQIUDQFpVORTXHSDUHFH
GHPRVWUDU TXHHUDUHVXOWDGRGH=DOGtYDUSRUVX YLQFXODFLyQFRQHOSDtVJDOR(Q
286 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

VHJXQGROXJDUOODPDODDWHQFLyQODH[LVWHQFLDGHORTXHSDUHFHXQDVXVFULSFLyQR
DOPHQRVHOVHJXLPLHQWRGHXQDUHYLVWDTXHUHÀHMDXQYHUGDGHURJUDGRGHHVSHFLD-
OL]DFLyQHOJournal d’Agriculture PratiqueFXEULHQGRORVDxRVD\TXH
curiosamente se detiene en el año en que se decretó la extinción de las comunida-
des.5<SRU~OWLPRGHVWDFDODJUDQDPSOLWXGGHPLUDVHQHOFDPLQRDODIRUPDFLyQ
GHORVDJULFXOWRUHVFXEULHQGRPDWHULDVFRPRJHRORJtDItVLFDJHRPHWUtDFRQWDEL-
OLGDGULHJRVIHUWLOL]DQWHVXQDHQRUPHGLYHUVLGDGGHSODQWDVROHDJLQRVDVJUDVDV
GHDGRUQRHVSiUUDJRVEXOERVDVÀRUHVFKDPSLxRQHVWUXIDVIRUPDVGHWHQHQFLD
GHODWLHUUDFRPRODDSDUFHUtDIRUPDVGHFXOWLYRFRPRODVKXHUWDV\ORVYLYHURVGL-
YHUVRVDVSHFWRVGHJDQDGHUtD\DQLPDOHVGRPpVWLFRVFHUGRVYDFXQRVHQJRUGHGH
EXH\HVJDOOLQDVSDORPDVDSLFXOWXUDHWF(QVXPDXQDQRWDEOHYDULHGDGWHPiWLFD
TXHUHÀHMDODPHQWDOLGDGLOXVWUDGDGHOGRFWRU=DOGtYDUVHGLUtDTXHPiVULFDTXHOD
de quienes veían exclusivamente en el café la única fuente de hacer rápidas y gran-
GHVJDQDQFLDV\TXHVyORDVSLUDEDQDKDFHUFUHFHUVXFXOWLYR
3DUDOHODPHQWH\WRGDYtDHQUHODFLyQFRQORVHMLGRVRWUDUHDOLGDGHVWDEDHQ
marcha en el proceso económico agrícola que se venía desarrollando desde la dé-
FDGDGH\TXHVHDFHOHUyD¿QHVGHORVDxRV/DFUHFLHQWHQHFHVLGDGGH
crédito y la demanda de tierras que se apreciaba con más intensidad en el sur y en
RFFLGHQWHHVWDEDQGDQGRFRPRUHVXOWDGRXQDPHUFDQWLOL]DFLyQGHORVHMLGRVTXH
VH KLSRWHFDEDQ \ VH YHQGtDQ FRQ JUDQ DVLGXLGDG$Vt \ VROR D WtWXOR GH DOJXQRV
HMHPSORV'LRQLVLR/DUtQKLSRWHFyHQSRWUHURVHQHMLGRVGH0DVDKXDW'DUtR
0D]DULHJR KLSRWHFy XQD ¿QFD GH FDxDKXDWDOHV HQ HMLGRV GH 1DKXOLQJR HQ 
DVHJXUDQGRTXH-RDTXtQ0DWKpSURYHHUtDGHDJXDUGLHQWHHOGHSyVLWRGHOGLVWULWRGH
,]DOFRVX¿FLHQWHSDUDHOFRQVXPR-RVp,UHQH&HDKLSRWHFyVXKDFLHQGDHQHMLGRV
HQ-XD\~DHQFDXFLRQDQGRHOSDJRGHSVTXHGHEtDD0DQXHO&DQR0D-
GUD]R-RVp$2FDPSRKLSRWHFyXQD¿QFDGHFDIpHQHMLGRVGH-XD\~DSRUSV
TXHGHEtDDPXWXRD0DQXHO&DQR0DGUD]RH,VLGUR0HMtDGRV¿QFDVGHFDIpHQ
HMLGRV6DOFRDWLWiQSRUXQDGHXGDGHSVD(PHWHULR5XDQR0DQXHO0HOpQGH]
YHQGtDXQD¿QFDHQHMLGRVGH6DQ-DFLQWRHQ\*HUYDVLR$ORQVRYHQGtDP]
FRQSLHVGHFDIpHQFRVHFKDHQDOPiFLJR\P]GHFDxDHQ1XHYR
Cuscatlán en 1879.63RUXQDSDUWHHVWRGHEHUtDKDEHUFUHDGRXQFRQÀLFWRMXULVGLF-
FLRQDOFRQORVPXQLFLSLRVSRUTXHVLJQL¿FDEDWUDWDUFRPRSURSLHGDGSULYDGDXQELHQ
que era municipal.73UREDEOHPHQWHIXHHVWDVLWXDFLyQTXHLEDHQDXPHQWRODTXH
hizo que el Gobernador del Departamento de Sonsonate realizara una consulta en
1879 al Ministerio de Gobernación acerca de la legalidad de que los municipios
pudieran vender terrenos ejidales a quienes los usufructuaban. La respuesta del mi-
nisterio fue que no había disposición legal que prohibiera tales ventas y que podían
HQDMHQDUORVSUHYLDVODVGLVSRVLFLRQHVOHJDOHVVLQHVSHFL¿FDUDFXiOHVVHUHIHUtD8 La
respuesta era discutible jurídicamente porque el principio básico era que los ejidos
HUDQELHQHVMXULVGLFFLRQDOHVPXQLFLSDOHVDGLIHUHQFLDGHODVWLHUUDVEDOGtDVTXHHO
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 287

(VWDGRSRGtDYHQGHU\HVWDHUDODUD]yQSRUODTXHQRH[LVWtDQOH\HVTXHSURKLELHUDQ
la venta; es que la venta no se contemplaba porque afectaría a la propia naturaleza
HLQWHJULGDGMXUtGLFDGHOPXQLFLSLR3HUROyJLFDPHQWHORVLQWHUHVHVGRPLQDQWHV
TXHEXVFDEDQHOLPSXOVRGHODDJULFXOWXUDGHH[SRUWDFLyQQRLEDQDDERUWDUHVWH
SURFHVRGHPHUFDQWLOL]DFLyQGHWLHUUDV\SRURWURODGRORVPXQLFLSLRVWHQtDQPX\
poco poder político –salvo el corto número de las localidades de mayor tamaño– y
parecía poco probable que nadie se levantara a defender sus derechos. Ante esta
VLWXDFLyQHOPLQLVWHULRVLPSOHPHQWHVHSURQXQFLyDIDYRUGHDTXHOORVLQWHUHVHV\
abrió el campo a la privatización de las tierras por la vía de los hechos antes incluso
de que se dictaran las leyes de extinción.
3RU OR TXH UHVSHFWD D WLHUUDV GH FRPXQLGDG GHMDQGR DO PDUJHQ RWURV WLSRV
GH FRQÀLFWRV TXH FRQ IUHFXHQFLD VXUJtDQ HQWUH ODGLQRV H LQGtJHQDV SHUR WDPELpQ
FRQKDFLHQGDV\RWURVSURSLHWDULRVGHVGHODVHJXQGDPLWDGGHODGpFDGDGH
existían presiones sobre ellas en occidente relacionadas con la expansión del café
9HU&DStWXOR\KDEtDQFRPHQ]DGRORVLQLFLRVSULYDWL]DGRUHV$VtHQHQ
6DQWD$QDXQ$TXLOLQR5RGUtJXH]YHQGtDXQD¿QFDGHP]FRQiUEROHV
GHFDIpHQ³SODQWtR´\RWURVELHQHVSRUSVDXQFRPHUFLDQWH5RGUtJXH]HUD
SURSLHWDULRGHOD¿QFDTXHKDEtDDGTXLULGR³HQYLUWXGGHFRQFHVLyQ´TXHOHKL]ROD
FRPXQLGDGGHODGLQRVGH&KDOFKXDSDSRUVHUpOFRPXQHUR9 Y en la misma fecha
un comunero de la comunidad de ladinos del volcán de Santa Ana hacía una venta
PiVPRGHVWDGHFXDWURP]FRQiUEROHVGHFDIpHQSODQWtRTXHUHFLELy³SRU
cesión” de la comunidad. El comprador era otro comunero y el precio fue de 50
ps.103HURHVWDVLWXDFLyQQRHUDHQDEVROXWRJHQHUDODWRGRHOSDtV$VtHQPD\R
GHHOJREHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWRGH&DEDxDVLQIRUPDEDTXHVXVWLHUUDV
HUDQHVWpULOHVSDUDHOFXOWLYRGHOFDIp\GHOFDFDRDXQTXHQRSDUDHOMLTXLOLWH(Q
WRGRHOGHSDUWDPHQWRVRORKDEtDXQDFRPXQLGDGGHLQGtJHQDVHQODMXULVGLFFLyQ
GH,OREDVFR\SRVHtDPiVGHFDEDOOHUtDVGHWLHUUDVREUHODVTXHQRVHKDEtD
SURGXFLGRQLQJXQDSUHVLyQ3XHVWRTXH\DVHKDEtDSXEOLFDGRODOH\GHH[WLQFLyQ
GH WLHUUDV GH FRPXQLGDGHV HO DGPLQLVWUDGRU HVWDED SURFHGLHQGR D VX SDUWLFLyQ
DXQTXHFRQGL¿FXOWDGHVSRUODUHVLVWHQFLDGHDOJXQRVLQGtJHQDV11(VGHFLUTXHOD
realidad del país era notablemente contrastada y que cualquier decisión de políti-
ca agraria que se llegara a tomar debería ser matizada y adecuada a condiciones
GLYHUVDVH[LVWHQWHV(OPLQLVWUR'DQLHO$QJXORSUREDEOHPHQWHFRQVFLHQWHGHHVWH
KHFKROOHJyDD¿UPDUTXHVHWRPDUtDQHQFXHQWDODVVLQJXODULGDGHVH[LVWHQWHVHQOD
DJULFXOWXUDSHURODUHDOLGDGIXHTXHFXDQGRVHWRPDURQODVGHFLVLRQHVHQ\
QDGDGHHVRVXFHGLy
(OFUHFLPLHQWRHFRQyPLFR\HQHVSHFLDOHODJUDULRHVWDEDDOWHUDQGRFRPR
HVOyJLFRHOSUHFLRGHODWLHUUDGHFXOWLYR(QHO&DStWXORGHGLFDGREiVLFDPHQWH
DOFDIpHQRFFLGHQWHVHREVHUYyTXHHOSUHFLRPiVIUHFXHQWHGHXQDPDQ]DQDSD-
UHFtDHVWDELOL]DGRHQSV\TXHVRORDO¿QDOGHOSHUtRGRTXHFXEUtDHOFDStWXOR
288 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FRPHQ]DURQDDSDUHFHUSUHFLRVGH\SVSRUPDQ]DQDVLQHVSHFL¿FDUVLHUDGH
UHJDGtRRGHVHFDQR$KRUDXQRVGLH]DxRVPiVWDUGHFRPHQ]DEDQDVHUIUHFXHQWHV
ORV SUHFLRV GH  SVPDQ]DQD FRPR VH PXHVWUD HQ FDVRV TXH VH HVWXGLDQ DEDMR
UHIHULGRVWDPELpQDRFFLGHQWH&RLQFLGLHQGRFRQHOORHQXQLQIRUPHGHOD-XQWDGH
$JULFXOWXUDGH$WLTXL]D\DGHVHKDEODEDWDPELpQGHSVPDQ]DQDGHUH-
JDGtRSHURSVSDUDWLHUUDGHVHFDQR12(VGHFLUTXHHOWUDQVFXUVRGHGLH]DxRVHO
precio de la tierra en occidente se había multiplicado por 5 en el primer caso y por
HQHOVHJXQGRVLELHQQRHQWRGRHOWHUULWRULRRFFLGHQWDOFRPRVHYHUi
3HURHVWDWHQGHQFLDQRHUDJHQHUDOL]DGDHQWRGRHOSDtV(Q&RMXWHSHTXHSRU
HMHPSORGRQGHWDPELpQVHFXOWLYDEDFDIpODWLHUUDHUDHVFDVD\DSHQDVKDEtDGH
UHJDGtRGHPRGRTXHHOSUHFLRGHODPDQ]DQDHUDWDPELpQHQGHSV13
(Q6DQWD&ODUD\6DQ(VWHEDQ'HSDUWDPHQWRGH6DQ9LFHQWHDXQTXHUDUDYH]ODV
WLHUUDVHUDQIHUDFHV\FRQFXOWLYRVGHFDxD\DxLODGHPiVGHORVWUDGLFLRQDOHVSDUD
OD DOLPHQWDFLyQ VX SUHFLR KDEtD VXELGR QRWDEOHPHQWH \ XQD PDQ]DQD GH SDJDED
WDPELpQDSVSHURDYHFHVKDVWDDSVDXQTXHHQWHUUHQRTXHEUDGRR³GHPRQ-
WH´VHYHQGtDGHDSVP]HQODPLVPDIHFKD146LQHPEDUJRHQ-XFXDSD'H-
SDUWDPHQWRGH8VXOXWOiQFRQWLHUUDVGHVHFDQR\HVFDVDVHOSUHFLRGHODPDQ]DQD
RVFLODEDHQWUH\SVFRQFXOWLYRVGHDxLOFDIp\FDxDVHJXLGRVGHORVKDELWXDOHV
SDUDODVXEVLVWHQFLD<HQ6DQ-XDQ2SLFRHQHO'HSDUWDPHQWRGH/D/LEHUWDGFRQ
FXOWLYRSUHIHUHQWHGHFDxDVREUHHODxLOHOSUHFLRGHODPDQ]DQDGHUHJDGtRHUDGH
SV\ODGHVHFDQRHQWRUQRDSV/RVGRV~OWLPRVHMHPSORVFRUUHVSRQGHQD
SHTXHxDVORFDOLGDGHVSUy[LPDVD6RQVRQDWH/DSULPHUD6DQWR'RPLQJRGRQGHOD
referencia del precio de la tierra que proporcionaba su Comisión de Agricultura no
VHUHIHUtDDOSUHFLRGHPHUFDGRVLQRDODFDQWLGDGFRQTXHVHKDEtDQLQGHPQL]DGR
ORV³H[WLQJXLGRVWHUUHQRV´HQSDUWHUHJDEOHV\HQSDUWHGHVHFDQRTXHKDEtDVLGR
de dos y medio reales por cada manzana durante algunos pocos años. En Santa Ca-
WDULQD0DVDKXDWVLQWLHUUDVGHUHJDGtRODPDQ]DQDGHVHFDQRVHYHQGtDDQWHVGHOD
H[WLQFLyQDSV\HQ³HVFDSULFKRVRVXYDORU´(VWRV~OWLPRVFDVRVHVWDEDQ
HQRFFLGHQWH\HVSRVLEOHTXHFRUUHVSRQGLHUDQDWLHUUDVGHFRPXQLGDGREWHQLGDV
extremadamente baratas tras las leyes de extinción y es probable que no fueran los
únicos.15
(VWRVGDWRVVREUHSUHFLRVGHODWLHUUDVXJLHUHQGRVUHÀH[LRQHVODSULPHUDHV
TXHFRPR\DVHSODQWHyODVGLIHUHQFLDVSRU]RQDVGHOSDtV\DYHFHVLQFOXVRGHQWUR
GHXQPLVPRGLVWULWRHUDQJUDQGHV\ODVVLWXDFLRQHVVRFLDOHV\HFRQyPLFDVYDULDEDQ
QRWDEOHPHQWH GH XQ OXJDU D RWUR /D VHJXQGD HV TXH VLQ LQIRUPDFLyQ FRPR pVWD
DGHPiVGHRWUDVVHKDFHPX\GLItFLOFRPSUHQGHUORVSUREOHPDVDJUDULRVGHOSDtV\
las relaciones sociales en el campo. Cualquier explicación sobre relaciones entre
campesinos y agricultores que prescinda del valor que se le daba a la tierra y del
SUHFLRTXHDGTXLUtDDOFRPSUDUOD\YHQGHUODHVWiFRQGHQDGDDQRSRGHUHQWHQGHU
cabalmente lo que sucedía.
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 289

(QWRGRFDVRKDFLDQRSDUHFtDHVWDUFODURTXHKXELHVHWRGDYtDXQSUR-
\HFWRSROtWLFRGH¿QLWLYRGHTXpKDFHUFRQODDJULFXOWXUD\HVSHFt¿FDPHQWHFRQOD
WLHUUDDXQTXHHOVHFWRUFDIHWDOHURSDUHFtDODIXHU]DGHWHUPLQDQWHHQHOJRELHUQR\
OD$VDPEOHD1DFLRQDO3UHFLVDPHQWHHQIHEUHURGHHOJRELHUQRHPSUHQGLy
una campaña dirigida a los municipios del país con el objeto de promover de
IRUPDLQWHQVLYDODGLYHUVL¿FDFLyQGHFXOWLYRV16 Las municipalidades debían for-
mar almácigos de “plantas de rica producción” para repartirlas gratis y de forma
equitativa entre los vecinos.17(OJRELHUQRSRUVXSDUWHDFWXDUtDGHOPLVPRPRGR
SDUDLQÀXLUFRQHOHMHPSORHQHOiQLPRGHORVPXQLFLSLRV18 Se intentaba con ello
RFXSDUQXHYRVHVSDFLRVHQHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOGDGRTXHHOSUHFLRGHOFDIp
QRFHVDEDGHGHVFHQGHU6LHOSODQWHQtDp[LWRFRPRXQDGHULYDFLyQGHOPLVPR
WDPELpQ SRGUtDQ LQFUHPHQWDUVH ODV LPSRUWDFLRQHV \ FRQ HOODV ORV LQJUHVRV S~-
EOLFRV8QDYH]UHSDUWLGDVDORVDJULFXOWRUHVODVSODQWDV\VHPLOODVVHOHVGDUtDOD
propiedad de los terrenos ejidales a los que no la tuvieran –supuestamente nadie
SRGtDWHQHUODSURSLHGDGDXQTXHTXL]iDOJXQRVODKDEUtDQLGRFRQVLJXLHQGR±\DVt
VHFRPHQ]yDKDFHUORVTXHWXYLHUDQXQWHUUHQRHQHMLGRVSRUHOKHFKRGHWHQHU
XQDFXDUWDSDUWHVHPEUDGDGHFDFDRFDIpKXOHRFXDOTXLHURWUDSODQWDGHODUJD
GXUDFLyQWHQtDGHUHFKRDVROLFLWDUGHODPXQLFLSDOLGDGHOGRPLQLRGLUHFWRVLQUH-
muneración alguna porque –y aquí venía la teoría liberal– “mayor estímulo tiene
HODJULFXOWRUSDUDWUDEDMDUHQXQWHUUHQRSURSLRTXHHQHOTXHSRVHHSXUDPHQWH
como usufructuario”.19$GHPiVODOH\FRQFHGtDSULPDVDTXLHQHVFXOWLYDUDQEiOVD-
PRFDFDRKXOHPDJXH\\FDIpHQDWHQFLyQDVXULTXH]D\DTXHVXFXOWLYRQRHUD
frecuente donde los agricultores se dedicaban casi exclusivamente a la siembra
del maíz.
Lógicamente cada uno de estos pasos era aprovechado por propietarios y em-
presarios para hacer negocios.20 Uno más de los miembros de la Asamblea Nacio-
QDOTXHGHVDUUROODEDDFWLYLGDGHVHFRQyPLFDVSRUHVWRVDxRVHUD'DUtR0D]DULHJR
también rico propietario en occidente. En 1878 Mazariego era senador y remitió
un escrito al 'LDULR2¿FLDO explicando algunas de las ventajas y características del
cultivo de uno de “frutos que está llamado a aumentar el catálogo de nuestras pro-
GXFFLRQHVHOFDFDR´(OWHQtDVX¿QFDHQ6RQVRQDWH\HQHOODVHRIUHFtDDIDFLOLWDU
consejos prácticos a quien deseara sembrar la semilla.21 Merece recordarse que en
DTXHOORVPRPHQWRV(O6DOYDGRULPSRUWDEDFDFDRGH(FXDGRUDXQTXHVHSURGXMHUD
en distintas zonas del país.22 Su entusiasmo por el cacao lo llevó a publicar una serie
GHWH[WRVKLVWyULFRVVREUHODSODQWD3RFRGHVSXpV0D]DULHJRFRQVLJXLyXQFRQWUD-
WRSDUDYHQGHUDO(VWDGR\TXHIXHUDQGLVWULEXLGDVVHPLOODVGHFDFDRDOREMHWRGH
LPSXOVDUVXFXOWLYR'HHVWDPDQHUD0D]DULHJRREWHQtDGLYHUVRWLSRGHEHQH¿FLRV
UHODFLRQDGRVFRQODSURPRFLyQGHQXHYRVFXOWLYRVDORTXHQRVHUtDDMHQDVXSRVL-
ción de senador en la Asamblea y su carácter de productor. Y en febrero de 1880 el
PLQLVWHULRGH*REHUQDFLyQGDEDLQVWUXFFLRQHVD0D]DULHJRFRPRFRQWUDWLVWDSDUD
290 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

que entregase al gobernador de Sonsonate 10.000 “mazorcas” de cacao para su

distribución en las poblaciones del distrito.23
3HURHVWRVHVIXHU]RVQRWXYLHURQp[LWRHQPXFKRVOXJDUHV/DVGHFLVLRQHV
GHORVJRELHUQRVOOHJDEDQKDVWDODV]RQDVGHOLQWHULRUPiVDOHMDGDVGHODFDSLWDO
donde campesinos y pequeños agricultores tenían que iniciarse en nuevos cultivos
HQORVTXHQRWHQtDQH[SHULHQFLD(QHOFDVRGHOFDIpHVWLPXODGRVSRUVXVDXWRULGD-
GHVGHSDUWDPHQWDOHV\PXQLFLSDOHVQRVLHPSUHVDOtDQDGHODQWH$VtHQ&XVFDWOiQ
HQGHVSXpVGHKDEHUOHVHQWUHJDGRDORVSHTXHxRVDJULFXOWRUHVORVFDIHWRVD
muchos los almácigos se les habían perdido.243RUVXSDUWHPXFKRVPXQLFLSLRV
SUHVLRQDGRV SRU HO JRELHUQR FRPHQ]DURQ D FDVWLJDU D TXLHQHV QR HUDQ FDSDFHV
de impulsar los nuevos cultivos en sus tierras e incrementaron el canon de ejidos
KDVWDHQXQORTXHFRQGXFtDHYLGHQWHPHQWHDXQDVLWXDFLyQDEVXUGD\PX\
tensa.25
&RQWRGDVHVWDVYDULDEOHVVHSODQWHDEDXQGLOHPDHQWUHSRUXQDSDUWHHV-
IXHU]RVSDUDTXHORVPXQLFLSLRVIXHVHQDXWyQRPRVHFRQyPLFDPHQWHORTXHSDUD
muchos era prácticamente imposible si no se aplicaban criterios de progresividad
a sus sistemas de tasas y arbitrios para que aumentaran sus ingresos y fuesen
DXWRVX¿FLHQWHVGHVGHXQSXQWRGHYLVWD¿QDQFLHURSRURWUDSDUWHODSUHVLyQGHO
gobierno que intentaba que lo fuesen forzándolos a que produjeran nuevos cul-
WLYRVTXHVXSXHVWDPHQWHWHQGUtDQH[LWRVDVDOLGDHQHOPHUFDGRLQWHUQDFLRQDOOR
TXHUHVXOWDEDSUiFWLFDPHQWHLQYLDEOH\SRU¿QODSUHVLyQGHORVFDIHWDOHURVTXH
HUDHOIDFWRUPiVIXHUWHGHWRGRV1DWXUDOPHQWHIUHQWHDWRGRVHVWRVSURFHVRVOD
SRVLEOHLGHDGH=DOGtYDUGHGHVDUUROODUXQVHFWRUGHDJULFXOWRUHVPRGHUQRV\H¿-
FLHQWHVFRQXQDPSOLRFRQRFLPLHQWRGHODDJULFXOWXUDTXHGDEDHQHOWHUUHQRGH
la simple ilusión.
<GHHVWHSDQRUDPDFRQHOHPHQWRVIXHUWHPHQWHFRQWUDGLFWRULRVVXUJLHURQODV
OH\HVGHH[WLQFLyQGHHMLGRV\GHWLHUUDVGHFRPXQLGDGHVHQ\HQODHOD-
ERUDFLyQGHODVFXDOHVFRPRHVFRQRFLGRHOFDIHWDOHUR7HRGRUR0RUHQRSUHVLGHQ-
WHGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOH[JREHUQDGRU\H[DOFDOGHGH6DQWD$QDFRQIXHUWHLQ-
WHUpVSHUVRQDO\GHFODVHHQODFXHVWLyQWXYRXQJUDQSURWDJRQLVPR$O¿QDOWRGRV
los matices y posiciones en relación con la tierra se resolvieron con una decisión
FODUD\HQXQDVRODGLUHFFLyQODSULYDWL]DFLyQGHWRGDVODVWLHUUDVVLQFRQVLGHUDFLyQ
a singularidades o condiciones especiales de diferentes zonas del país. Las leyes
no tuvieron en cuenta la diversidad regional y respondían fundamentalmente a los
LQWHUHVHV GH RFFLGHQWH \ GHO FHQWURVXU /yJLFDPHQWH HO VHQWLGR GH OD H¿FLHQFLD
DJUDULDTXHODVLQVSLUyHUDODGHOPRGHORDJURH[SRUWDGRUSHURKDEtDRWURVSRVLEOHV
y lo que se hizo fue dejar a los nuevos propietarios de aquellas tierras a expensas de
ODVIXHU]DVGHOPHUFDGRORTXHHQUHDOLGDG\DKDEtDFRPHQ]DGRDVXFHGHUFRPRVH
ha visto. No era casualidad que desde 1878 y 1879 se anunciara el alambre de espi-
QRTXHVHLPSRUWDEDSDUDFHUFDUODV¿QFDVQR\DFRQEURWyQSLHGUDRSLxDVLQRFRQ
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 291

XQPDWHULDOEDVWDQWHPiVFDURTXHSRUXQODGRWDPELpQHUDXQVLJQRGHOSURJUHVR
\SRURWURUHIRU]DEDODVHJXULGDG\ODSURSLHGDGGHODVWLHUUDVFX\DDGTXLVLFLyQVH
facilitaría pronto a los grandes propietarios con la apertura al mercado de ejidos y
tierras de comunidad.26 Es cierto que los primeros propietarios podían ser quienes
ODVXVXIUXFWXDEDQSHURSRUYtDGHFRPSUDRGHKLSRWHFDVXWUDQVIHUHQFLDDORVPD-
yores propietarios era sencilla.
$KRUD ELHQ HVWD WUDQVLFLyQ QR IXH DXWRPiWLFD QL PHFiQLFD /D SURSLD H[-
SDQVLyQ GHO FDIp QR HUD XQLGLPHQVLRQDO HQ FXDQWR D OD WLHUUD FRPR VH YLR HQ HO
&DStWXOR\ODH[LVWHQFLDGHSHTXHxRVSURGXFWRUHVFRQWLQXyVLHQGRQHFHVDULDSDUD
los mayores que siguieron utilizando el mecanismo de las habilitaciones para con-
VHJXLUFDIpSRUGHEDMRGHOFRVWHTXHHOORVWHQtDQ3RUHOORQLPXFKRPHQRVWRGDOD
WLHUUDSDVyDPDQRVGHORVJUDQGHVFDIHWDOHURVHQRFFLGHQWH\HOFHQWURVXU\D~QHQ
menor medida sucedió en otras zonas del país. Hubo departamentos en oriente y el
QRUWHGRQGHD¿QHVGHODGpFDGDGHFRQWLQXDEDKDELHQGRWLHUUDVVLQKDEHUVLGR
compradas por nadie y se impulsó a los municipios a venderlas sin los requisitos
GHODVOH\HVGHH[WLQFLyQFRQREMHWRGHPHMRUDUVXVLQJUHVRVTXHVHJXtDQVLHQGR
bajos.
*
El crecimiento económico y urbanístico del país desde los años 1860 hasta la
GpFDGDGHLPSOLFyXQDQHFHVLGDGFDGDYH]PD\RUGHPDQRGHREUD\DXQTXH
ODSREODFLyQWDPELpQDXPHQWDEDHOLQFUHPHQWRTXHHOORVXSRQtDQRHUDVX¿FLHQWH
para cubrir la demanda de fuerza de trabajo.27&RPRHQHOUHVWRGH$PpULFD/DWLQD
este proceso condujo a una presión creciente por distintas vías sobre el campesi-
QDGR\ORVSHTXHxRVDJULFXOWRUHVSDUDGHVSRMDUORVGHVXVWLHUUDVRUHGXFLUORVDXQ
nivel de recursos tan bajo que las familias quedaran convertidas en mano de obra
EDUDWDSDUDVHUHPSOHDGDSDUFLDORWRWDOPHQWHHQODVDFWLYLGDGHVTXHVXSRQtDHO
SURJUHVRHQWUHHOODVODDJULFXOWXUDGHH[SRUWDFLyQ28 En El Salvador una de aquellas
vías fue la exitosa expansión del cultivo del café. La producción del grano se ha
HVWLPDGRDJUDQGHVUDVJRVHQODVFLIUDVTXHUHÀHMDHO&XDGUR6LHVWDVFLIUDV
fueran correctas y se calculara una media de entre siete y diez quintales de café oro
por manzana –hay que suponer que la media debía estar aumentando con respecto
DDxRVDQWHULRUHV±VHHVWDUtDHQDQWHXQDVXSHU¿FLHFXOWLYDGDGHiUEROHVFR-
VHFKHURVGHHQWUH\PDQ]DQDVORFXDOVLJQL¿FDEDODRFXSDFLyQGH
muchos miles de personas con un punto muy alto en la época de la corta del café.29
0HUHFHUHFRUGDUVHDTXtSRUFLHUWRTXHQRWRGRHOFDIpSURGXFLGRVHH[SRUWDED6H
KDFDOFXODGRTXHHQSRUHMHPSORTXHGHXQDSURGXFFLyQGHTTHQHO
SDtVTTQRVHH[SRUWDEDQ\VHGHGLFDEDQDOFRQVXPRLQWHUQR30
292 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

CUADRO 9.1
Producción de café. 1860–1890
Años Quintales
1860 11.000
1880 200.000
1885 300.000
1890 600.000
Fuente: Patricia Alvarenga et al. Historia de El Salvador. Tomo II.
San Salvador, Ministerio de Educación, 1994, p. 8.

De cualquier forma el cultivo del grano estaba afectando a la estructura pro-

ductiva del país. Naturalmente todavía sucedía en magnitud limitada pero innega-
ble. Cabe la pregunta de si la producción del añil habría ocupado alguna vez tanta
FDQWLGDGGHWUDEDMDGRUHVSHURODUHVSXHVWDSUREDEOHPHQWHGHEHUtDVHUQHJDWLYDSRU-
TXHODFRVHFKDGHOMLTXLOLWHQRHUDWDQOHQWD\FXLGDGRVDFRPRODGHOFDIpSRUORTXH
es posible que antes de la explosión del café no se hubiera empleado tal volumen
GHSHUVRQDVHQQLQJXQDDFWLYLGDGDJUDULD3RUWDQWRWHQLHQGRHQFXHQWDTXHODDJUL-
FXOWXUDHQFRQFUHWRHOFDIpFRPSHWtDFRQRWUDVDFWLYLGDGHVTXHVHHVWDEDQGHVDUUR-
OODQGRHQHOSDtVQRHVVRUSUHQGHQWHTXHOD³HVFDVH]GHEUD]RV´XQDFRQVWDQWHGH
ODDJULFXOWXUDODWLQRDPHULFDQDGHODpSRFDVLJXLHUDVLHQGRXQDSUHRFXSDFLyQSDUD
ORV¿QTXHURV31
Las vías a través de las que se reclutaba esta fuerza de trabajo eran varias y
una de ellas era posiblemente la de una cierta inmigración estacional guatemalteca
y quizá hondureña. Es cierto que Guatemala era un potente productor de café y uti-
OL]DEDLJXDOPHQWHHQRUPHVFDQWLGDGHVGHWUDEDMDGRUHVSHURODV]RQDVIURQWHUL]DV\
próximas al occidente salvadoreño no eran las mayores productoras de aquel país.32
De hecho había trabajadores guatemaltecos en la construcción del ferrocarril en El
6DOYDGRUDXQTXHKD\TXHUHFRQRFHUTXHHOVDODULRGHODHPSUHVDFRQVWUXFWRUDHUD
GHXQSHVRDOGtDSDUDORVSHRQHVHVGHFLUPXFKRPiVDWUDFWLYRTXHORVGRVUHDOHV
GLDULRVTXHVHFREUDEDHQHOFDIpRSRFRPiVVLHUDHQODFRUWD33(QWRGRFDVRQR
es descartable que llegara algo de población de los países vecinos concretamente
para la cosecha.
3RURWUDSDUWHHVSUREDEOHTXHGHVGHDQWHVGHOSHUtRGRTXHFXEUHHVWHFDSt-
WXOR\DVHXWLOL]DUDSREODFLyQIHPHQLQDHQODFRUWD'HVGHOXHJRH[LVWtD\DEXQ-
GDQWH HQ HVWRV DxRV (V PX\ FRQRFLGD OD IRWRJUDItD GH (GZDUG 0X\EULGJH HQ
*XDWHPDOD GH PXMHUHV UHFROHFWDQGR FDIp34 3DUD (O 6DOYDGRU VH GLVSRQH GH XQ
testimonio relativo a las alteraciones producidas por el golpe de estado de Fran-
cisco Menéndez en 1885 que menciona este asunto. El texto está escrito después
GHOJROSH\HVFUtWLFRFRQHOUpJLPHQGH5DIDHO=DOGtYDUDVtFRPRFRQHOHMpUFLWR
que resistió a Menéndez. Uno de los generales que luchó contra Menéndez fue
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 293

5HJLQR 0RQWHUURVD D TXLHQ HO DXWRU GHO WH[WR TXH LQWHUHVD DTXt DFXVDED GH VHU
³XQRGHORVPiVFUXHOHVYHUGXJRVGHHVWHSXHEORJHQHURVR´(QWUHRWUDVDFFLRQHV
GHFtD³0RQWHUURVDHVXQPRQVWUXRTXHKDÀDJHODGRKDVWD>D@ODVLQRIHQVLYDVPX-
MHUHVFRUWDGRUDVGHFDIpHPSOHDGDVHQODV¿QFDVGHOYROFiQGH6DQWD$QD´35 La
SUHVHQFLDGHPXMHUHVWUDEDMDQGRHQHOFDIpVLJQL¿FDTXH\DVHXWLOL]DEDODSUiFWLFD
que perdura hasta hoy de “apuntar” peones para la corta dando por hecho que cada
uno de ellos acudirá al trabajo acompañado de dos o tres familiares o allegados.36
$XQTXHHVGLItFLOHYDOXDURWUDYtDSRUODTXHVHHVWDEDSURGXFLHQGRPDQRGHREUD
GLVSRQLEOHHUDHOHPEDUJRODFRQVLJXLHQWHVXEDVWD\ODSpUGLGDGHODVWLHUUDVSRU
SDUWH GH FDPSHVLQRV \ SHTXHxRV R LQFOXVR PHGLDQRV SURSLHWDULRV FRPR FRQVH-
cuencia del impago de créditos. Esto estaría generando población que solo podía
ocuparse como jornalera y emplearse en el campo o trasladarse a las ciudades.
3HURDXQFRQWDQGRFRQWRGDVHVWDVSRVLELOLGDGHVODPDQRGHREUDGLVSRQL-
EOHSDUDHOFDIpOHVHJXtDSDUHFLHQGRHVFDVDDORVSURSLHWDULRVHQHVWRVDxRV\SRU
RWURODGRFRQWLQXDEDGDQGRSUREOHPDVGHDEVHQWLVPR\GHVHUFLyQGHOWUDEDMR(Q
RWUDVSDODEUDVORV¿QTXHURVVHVHJXtDQTXHMDQGRGHORVMRUQDOHURV³TXHEUDGRUHV´
DOJRTXH\DVHUHSHWtDGHVGHKDFtDDxRV\TXHDKRUDFXDQGRHOFXOWLYRGHOFDIpVH
H[SDQGtDUiSLGDPHQWHVHDJUDYDED1RVHUHSHWLUiQDOJXQDVGHODVSRVLEOHVFDXVDV
GHOLQFXPSOLPLHQWRGHORVFRPSURPLVRVODERUDOHVRKDELOLWDFLRQHVDOWUDEDMRGH
PXFKRVMRUQDOHURVSHURVHSRGtDQGDUFLUFXQVWDQFLDVGHPDORVWUDWRVSRUSDUWHGH
ORVHPSOHDGRUHVSUREOHPDVGHFDUiFWHUFXOWXUDOSDUDSHUVRQDVTXHSURFHGtDQGHO
FDPSHVLQDGR\TXHFDUHFtDQGHGLVFLSOLQDFRPRHPSOHDGRV\GHVGHOXHJRPRWLYRV
relacionados con la falta de estímulo en un trabajo que era exigente y en el que se
FRQWLQXDEDJDQDQGRSRUORJHQHUDOVDODULRVPX\EDMRV
3RUHOOROD$VDPEOHD1DFLRQDO\HOJRELHUQRGHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUWXYLHURQ
TXHLQWHUYHQLUHQHODVXQWROyJLFDPHQWHDIDYRUGHORV¿QTXHURV±ORVSURSLRVPL-
QLVWURVORHUDQHQVXPD\RUtD±VLELHQFRQOLJHURVPDWLFHVGHFLHUWRUHVSHWRSRUORV
WUDEDMDGRUHVQRYHGRVRVHQUHODFLyQFRQSHUtRGRVDQWHULRUHV6HSDUWtDGHODEDVH
de la importancia de la agricultura de cuyo desarrollo dependía el funcionamiento
GHOSDtVSHURVHHVWLPDEDTXHXQRGHORVJUDQGHVREVWiFXORVFRQTXHWURSH]DEDHUD
la ausencia de funcionarios especiales que auxiliaran a los agricultores para hacer
efectivos los compromisos de los jornaleros. Como ya se decía a comienzos de la
GpFDGDGHOD$VDPEOHDFRQVLGHUDEDTXHH[LVWtDOHJLVODFLyQVREUHHOWHPDSHUR
que las múltiples funciones de las municipalidades que tenían que encargase del
DVXQWRQROHVSHUPLWtDQDWHQGHUORFRPRVXUHOHYDQFLDUHFODPDED(VWHWRQRFRP-
prensivo era una novedad con respecto a lo que se decía desde la administración
FHQWUDOHQODGpFDGDGHVREUHODVDXWRULGDGHVORFDOHV$GHPiVHQHVWHPLVPD
OtQHDVHDSUHFLDEDTXHODVGLVSRVLFLRQHVH[LVWHQWHVDGROHFtDQGHYDFtRV\GHIHFWRV
por lo que se decidió redactar y aprobar una Ley sobre jornaleros y jueces de agri-
cultura.37
294 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

5HYLVDUHOFRQWHQLGRGHODOH\UHVXOWDGHLQWHUpVSRUTXHGDLGHDGHOD¿ORVRItD
GHOSRGHUSROtWLFRHQHOTXHKDEtDXQEXHQQ~PHURGHLPSRUWDQWHVSURSLHWDULRV\
FDIHWDOHURVVREUHFyPRVROXFLRQDUHOSUREOHPD'HHQWUDGDVHFUHDEDQORVUHIHUL-
GRVMXHFHVGHDJULFXOWXUDTXHQRPEUDUtDHO(MHFXWLYRDSURSXHVWDGHODVPXQLFL-
SDOLGDGHVFRQGXUDFLyQGHGRVDxRV\SXGLHQGRUHPRYpUVHOHVDSHWLFLyQGHWUHV
agricultores y con un informe del alcalde. Los jueces deberían llevar un registro de
WRGRVORVMRUQDOHURVGHVXMXULVGLFFLyQFRQQRPEUHHGDGYHFLQGDULR\UHVLGHQFLD
tendrían que capturar a los jornaleros que no acudiesen a tiempo a sus compromisos
RGHVHUWDUDQGHHOORV\YLVLWDUODVKDFLHQGDV\¿QFDVSDUDFRPSOHWDUHOUHJLVWURDVt
como asistir a los agricultores en las materias que necesitaran. Un punto especial en
las obligaciones de los jueces era el de perseguir a jornaleros que no se dedicaran a
su ocupación y anduvieran vagando por los caminos. La referencia a la ocupación
de los jornaleros –y hay que recordar que no todos lo eran a tiempo completo– pa-
UHFtDXQDSUHGHVWLQDFLyQYLWDOTXHVXIUtDQHVWDVSHUVRQDVFRPRVLQRSXGLHUDQGHGL-
FDUVHDRWUDDFWLYLGDGHQVXYLGDHQWRGRFDVRpVWRVQRHUDQMRUQDOHURVTXHEUDGRUHV
por lo que este párrafo convertía a la ley en lo equivalente a las leyes de vagancia
GHRWURVSDtVHV8QDYH]TXHORVMRUQDOHURVIXHUDQFDSWXUDGRVVHOHVDSOLFDUtDOD
SHQDSUHYLVWDHQHOUHJODPHQWRGH3ROLFtD\FXDQGRKXELHUDVLGRFXPSOLGDVHOHV
UHVWLWXLUtDSDUDGHGLFDUORVDOWUDEDMRDGRQGHIXHUHQQHFHVLWDGRVFRQ¿UPDQGRODLGHD
GHTXHHVWDEDQGHVWLQDGRVLQH[RUDEOHPHQWHDODIXQFLyQGHMRUQDOHURV'HWRGRHOOR
ORVMXHFHVGHDJULFXOWXUDGHEtDQHYDFXDULQIRUPHVDODV-XQWDVGH$JULFXOWXUDGHVXV
distritos.
En el caso de los jornaleros que no concurrieran a tiempo a sus compromi-
VRVRGHVHUWDUDQHVGHFLUORVTXHEUDGRUHVHOFDVWLJRHUDGHXQRDFLQFRGtDVGH
WUDEDMRVLQFREUDUDGHPiVGHOWLHPSRTXHWXYLHUDQFRPSURPHWLGRODSULPHUDYH]
\KDVWDFRQGLH]GtDVHQODVGHPiVUHLQFLGHQFLDVKDFLpQGRVHODVDOYHGDGGHTXH
HVWRQRVHDSOLFDUtDDORVTXHQRKXELHUDQSRGLGRFXPSOLUSRULPSHGLPHQWRItVLFR
lo que era otra novedad con respecto a otras medidas que se habían tomado sobre
jornaleros anteriormente. Además estas resoluciones serían reconsideradas por el
DOFDOGHUHVSHFWLYRVLHODJULFXOWRURHOMRUQDOHURQRODVHVWLPDUDQMXVWDV\SUHYLDDX-
diencia verbal de los interesados. Los agricultores cuyos jornaleros y compromisos
HVWXYLHUDQUHJLVWUDGRVFRPRVHLQGLFyDUULEDSRGtDQSHGLUD\XGDHQFDVRGHIXJD
GHDTXHOORVDFXDOTXLHUMXH]RDXWRULGDGLQFOXVRIXHUDGHVXGLVWULWRTXLHQHVGHEtDQ
SURSRUFLRQiUVHOD\HQFDVRFRQWUDULRVHUtDQPXOWDGRVFRQYHLQWLFLQFRSV3RURWUD
SDUWHORVMXHFHVWDPELpQSRGUtDQVROLFLWDUODIXHU]DGHODVDXWRULGDGHVJXEHUQDWLYDV
RPLOLWDUHVSDUDHOHMHUFLFLRGHVXVDWULEXFLRQHV\HQFDVRGHTXHQRVHODSUHVWDUDQ
podían ser igualmente sancionados con una multa de entre cinco y cincuenta ps.
3RU~OWLPRWRGRGXHxRGHKDFLHQGDSDJDUtDPHGLRUHDODOPHVSRUFDGDMRU-
QDOHURTXHKXELHUDLQVFULWRHQODDOFDOGtDFRQORTXHVHIRUPDUtDXQIRQGRGHOTXH
se pagaría el salario del juez de agricultura. Cuando concluyera el compromiso de
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 295

XQMRUQDOHURHOMXH]FDQFHODUtDVXLQVFULSFLyQHOKDFHQGDGRGHMDUtDGHSDJDU\HO
MRUQDOHUR VDOGUtD GH OD MXULVGLFFLyQ GH DTXHO MXH] VDOYR TXH HVWXYLHUD UHJLVWUDGR
para una fecha posterior en el mismo término municipal
6LQHPEDUJRXQDOH\WDQFXLGDGRVDPHQWHSHQVDGDQROOHJyDIXQFLRQDUDVDWLV-
facción de las autoridades centrales. En la Memoria del ministerio de Gobernación
\)RPHQWRGHHOPLQLVWUR'DQLHO$QJXORD¿UPDEDTXHVHKDEtDFRPSUREDGR
³FRQVHQWLPLHQWR´TXHODOH\QRFRUUHVSRQGtDDORVREMHWLYRVTXHVHSUHWHQGtDQSRU
lo que apenas había producido ningún resultado. El análisis parecía algo precipita-
GRGDGRTXHODOH\DSHQDVOOHYDEDXQDxRIXQFLRQDQGRDXQTXHORVDUJXPHQWRVTXH
se ofrecían eran sólidos como para tomar conciencia de que la aplicación de la ley
QRKDEtDVLGRPDGXUDGDTXHVLPSOHPHQWHUHÀHMDED\WUDQVPLWtDHOSHQVDPLHQWRGH
ORVSURSLHWDULRV\TXHHQVXPDVXVFRQGLFLRQHVSUHYLDVQRKDEtDQVLGRSUHSDUDGDV
8QRGHGLFKRVDUJXPHQWRVHUDTXHORVMXHFHVQRGLVSRQtDQGHPHGLRVVX¿FLHQWHV
FRPRSDUDSRGHUHMHFXWDUVXVIXQFLRQHVFRQORTXHVXDXWRULGDGVHUtDLOXVRULDDVt
ODYDVWDH[WHQVLyQGHGLVWULWRVVREUHWRGRGRQGHDEXQGDEDQORVJUDQGHVSURSLHWDULRV
KDFtDSHQRVRHLQH¿FD]VXVHUYLFLR\ODH[LJXDGRWDFLyQTXHVHOHVKDEtDDVLJQDGR
QR PHQRU TXH OD GL¿FXOWDG HQ UHFDXGDUOD LPSHGtD TXH VH SXGLHUDQ GHGLFDU D VXV
REOLJDFLRQHV7RGRHOORKDEtDRFDVLRQDGRVXFHVLYDVGHQXQFLDVGHIRUPDTXHKDEtD
sido casi imposible cubrir dichos puestos.38
6HJXUDPHQWHSRUHVWHPRWLYRHQHOPLVPRPHVGHPDU]RGHOD$VDP-
blea Nacional aprobó un decreto que regresaba al problema pero de forma menos
FRPSOHMDVLQRPiVELHQHQODOtQHDWUDGLFLRQDO\GLUHFWDFRQWUDORVMRUQDOHURVTXH-
bradores.39(QHIHFWRVLQSUHiPEXORVHOGHFUHWRHVWDEOHFtDTXHFXDOTXLHULQGLYLGXR
TXHUHFLELHUDGLQHURRHPSHxDVHVXSDODEUDSRUXQWUDEDMRSHUVRQDOHVWDEDREOLJDGR
DFXPSOLUVXFRPSURPLVR\VLIDOWDEDDOPLVPRFXPSOLUtDGtDVGHWUDEDMRVHQ
REUDVS~EOLFDV\SDJDUtDDODFUHHGRUFRVWDVGDxRV\SHUMXLFLRV6LHODFUHHGRUQR
QHFHVLWDUDDOTXHEUDGRUGHVSXpVGHVXFDVWLJRHQODVREUDVS~EOLFDVpVWHOHGHYRO-
YHUtD DGHPiV OD FDQWLGDG GH GLQHUR TXH KDEtD UHFLELGR SRU VX FRPSURPLVR 3RU
RWUDSDUWHVLHOTXHEUDGRUQRSDJDUDSXQWXDOPHQWHQLD¿DQ]DUDODGHXGD\FRVWDVD
VDWLVIDFFLyQGHODFUHHGRUSHUPDQHFHUtDGHWHQLGRKDVWDTXHORHIHFWXDVHKDVWDGRV
PHVHVWUDQVFXUULGRVORVFXDOHVHOMRUQDOHURVHUtDUHPLWLGRDFDVDGHODFUHHGRUSDUD
TXH FXPSOLHVH VX REOLJDFLyQ< VL HO DFUHHGRU YLpQGRVH GL¿FXOWDGR HQ FREUDU OD
GHXGDODFHGLHUDDORVIRQGRVPXQLFLSDOHVHOMRUQDOHURODSDJDUtDHQWUDEDMRDUD]yQ
de dos reales diarios. Es decir que el decreto recogía el que era el jornal habitual
HQORVWUDEDMRVUXUDOHV(QHIHFWRDPHGLDGRVGHODGpFDGDGHHQOXJDUHVWDQ
GLIHUHQWHVFRPR-XFXDSDOD]RQDSUy[LPDDODFLXGDGGH6RQVRQDWH$WLTXL]D\D
HQ$KXDFKDSiQR&RMXWHSHTXHORVMRUQDOHVHUDQGHGRVUHDOHVDOGtDDXQTXHHQ
algunos lugares se habían estado pagando por debajo de ese nivel.40 En cuanto a
ODVREOLJDFLRQHVGHORVDOFDOGHVFRQUHVSHFWRDORVMRUQDOHURVGHEtDQKDFHUFXPSOLU
DTXHOODGLVSRVLFLyQEDMRPXOWDGHDSVTXHKDUtDHIHFWLYDDOJREHUQDGRUGH-
296 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

SDUWDPHQWDODEHQH¿FLRGHOPXQLFLSLR(Q¿QORVDOFDOGHVDX[LOLDUHV\FRPLVLRQD-
dos de campo quedaban obligados a capturar a los jornaleros quebradores al primer
UHTXHULPLHQWRTXHUHFLELHVHQ\DGDUFXHQWDDORVDOFDOGHVROOHYDUORVDOD¿QFDGHO
acreedor sin necesidad de orden escrita bajo multa de hasta 10 ps.
A lo largo de la década de 1880 no se produjeron cambios sustanciales en el
WHUUHQRGHODVUHODFLRQHVODERUDOHVHQODDJULFXOWXUD\HVSHFt¿FDPHQWHHQHOFDIp
/RVVDODULRVVHPDQWXYLHURQSRUORJHQHUDOHQGRVUHDOHV\DOJRPiVHQHOPR-
PHQWRGHODFRUWDODPLVPDFDQWLGDGTXHFRVWDEDXQFRUWHGHSHORHQXQDEDUEHUtD
GHSULPHUDFODVHHQ6DQ6DOYDGRUHVGHFLUDGRQGHDFXGLUtDQJUDQGHVFDIHWDOHURV\
empresarios.41 Continuaron produciéndose rupturas de compromisos laborales por
SDUWHGHMRUQDOHURVTXHHUDQSHUVHJXLGRVFRQODFRODERUDFLyQGHODVDXWRULGDGHV
PXQLFLSDOHVDVLVWLpQGRVHPXWXDPHQWHODVGHGLIHUHQWHVORFDOLGDGHVFXDQGRHUDSUH-
FLVR\FRQODD\XGDGHOWHOpJUDIRTXHHUDXWLOL]DGRSDUDWUDQVPLWLUyUGHQHVGHEXVFD
y captura con celeridad.42 El café siguió requiriendo creciente cantidad de fuerza de
WUDEDMRTXHVHIXHFXEULHQGRPHGLDQWHODVIyUPXODVTXHVHKDQH[SXHVWR'HHVWH
PRGRODVGHVLJXDOGDGHV\ODGHVSURWHFFLyQHFRQyPLFDGHFDGDYH]PiVIDPLOLDV
rurales continuaron ampliándose.
*
&RQVLGHUDQGRHQVXWRWDOLGDGHOQHJRFLRGHOFDIpQRHVXQDQRYHGDGD¿UPDU
que en el ámbito de la tecnología se generaron también fuertes diferencias econó-
PLFDV\VRFLDOHVHQHVWHSHUtRGR<DHQDxRVDQWHULRUHVVHSXGRDSUHFLDUTXHSRU
XQDSDUWHVHPDQWHQtDQSURGXFWRUHVTXHFXOWLYDEDQHOFDIpFRQVHULDVGL¿FXOWDGHV
\ FRQ WHFQRORJtD GH EHQH¿FLR PX\ HOHPHQWDO HQ WDQWR TXH \D KDEtD EHQH¿FLRV
meFDQL]DGRV3HURHQODGpFDGDGHHVWDVGLIHUHQFLDVVHDFHQWXDURQ,QIRUPHV
HODERUDGRVSRU&RPLVLRQHV\-XQWDVGH$JULFXOWXUDORFDOHV\RWURVGHFDUiFWHULQ-
GLYLGXDOUHGDFWDGRVSRUJUDQGHVFDIHWDOHURVDSHWLFLyQGHOJRELHUQRGH=DOGtYDU
permiten una aproximación a la diversidad que estaba experimentando el café.
(QHOSODQRGHOFXOWLYR\DVHKDEtDQSURGXFLGRSURFHVRVPX\D¿QDGRVHQ
UHODFLyQ FRQ ORV FXLGDGRV TXH KDEtD TXH SUHVWDU D ORV DOPiFLJRV OD WpFQLFD HQ
ORVGHVKLHUERVHQHOWUDWDPLHQWRGHOVXHORSDUDHYLWDUORVGDxRVGHODJXDGHOD
lluvia cuando el terreno estaba en pendiente y en técnicas de extremo cuidado en
las cortas.43$QWHHVWDVSUiFWLFDVTXHFDIHWDOHURVFRPR-RVp/DUUH\QDJD\RWURV
DSOLFDEDQHQVXV¿QFDVVHSXHGHFRPSUHQGHUODFDQWLGDGGHULHVJRVTXHVRORHQ
HOSURFHVRGHOFXOWLYRFRUUtDQORVSHTXHxRVSURGXFWRUHVFRQHVFDVDH[SHULHQFLD
\UHFXUVRVTXHOHVKDFtDQOOHJDUDOIUDFDVRRDOSREUHUHQGLPLHQWRDOPHQRVHQ
VXVFRVHFKDV/RVLQIRUPHVORFDOHVVREUHDJULFXOWXUDFXDQGRVHUHIHUtDQDOFDIp
QR KDFtDQ REVHUYDFLRQHV HVSHFLDOHV VREUH WpFQLFDV GH FXOWLYR SRU OR TXH FDEH
suponer que los pequeños agricultores continuaban aplicando lo que habían oído
y visto.
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 297

(QFXDQWRDWHFQRORJtDGHOEHQH¿FLRHQODPD\RUSDUWHGHORVOXJDUHVVREUH
ORV TXH KD\ LQIRUPDFLyQ ODV FRQGLFLRQHV HUDQ PX\ HOHPHQWDOHV$Vt HQ &RMXWH-
SHTXHHOFDIpVHEHQH¿FLDEDHQPRUWHURVGHPDGHUD\VHDYHQWDEDDODLUHOLEUH\
apenas se veían algunos rodillos de madera construidos en el país par trillar el café
fresco y el seco.44(Q=DFDWHFROXFDHOFDIpVHKDEtDDVHQWDGRHQODVIDOGDVGHOYRO-
FiQ6DQ9LFHQWH\ODV~QLFDVKHUUDPLHQWDVTXHVHXVDEDQHQVXEHQH¿FLRHUDQODV
FRQVWUXLGDVWUDGLFLRQDOPHQWHHQHOSDtV³\HVWRHVGHVFRQVRODGRU´VHJ~QHOLQIRU-
mante.45(Q6DQWD&DWDULQDGH0DVDKXDWSDUDHOFXOWLYR\HOEHQH¿FLRGHOFDIpVH
XVDEDQFXPDVSDORVD]DGRQHV\QRKDEtDQLQJ~QWLSRGHPiTXLQDVSXHVHOFDIpOR
despulpaban con trillas hechas en el país.46 Sin embargo en Atiquizaya se utilizaban
DUDGRV³VRSODGRUHV´±TXL]iDYHQWDGRUHV±FODVL¿FDGRUDV\GHVSXOSDGRUDVORVGRV
primeros construidos en el país y los demás extranjeros.
)UHQWHDHVWRVFDVRVORVJUDQGHVHPSUHVDULRVGHOFDIpEHQH¿FLDEDQHOFDIp
KDVWDFRQFLHUWDVR¿VWLFDFLyQFRQPDTXLQDULDPRGHUQDHLQFOXVRLQQRYDQGRDXQ-
que sin alcanzar los niveles que lograban en este sentido en la vecina Guatema-
la.47(OJUDQHPSUHVDULRGH$KXDFKDSiQ2QRIUH'XUiQSRUHMHPSORSUDFWLFDED
XQSURFHVRGHODYDGRGHOFDIpTXHQRHUDHOKDELWXDODXQTXHWDPSRFRHUDH[FOX-
VLYRHQHOTXHHOFDIpHUDGHVSXOSDGRDQWHVGHLUDXQDSULPHUDSLODGHDJXD\
SRVWHULRUPHQWH SDVDED SRU RWUD VHJXQGD SLOD (VWR DXQTXH SDUHFH FRQWUDGLFWR-
ULRDKRUUDEDDJXD\DFHOHUDEDHOWLHPSRGHSHUPDQHQFLDHQHODJXD\WDPELpQ
GHVSXpV HQ ORV SDWLRV$XQTXH UHTXHUtD PiV LQYHUVLyQ GH OR KDELWXDO DO ¿QDO
DVHJXUDED'XUiQHOSURFHVRHUDPiVEDUDWR48(QHOODYDGRQRUPDOFDVLWRGRVORV
cafetaleros ponían mucho énfasis en la renovación del agua cuando alcanzara la
WHPSHUDWXUDGHOFXHUSRKXPDQRSRUTXHDSDUWLUGHHQWRQFHVHOFDIpFRPHQ]DED
DIHUPHQWDU,JXDOPHQWHHUDPX\LPSRUWDQWHHOIDFWRUSDWLRHOPDWHULDOGHOTXH
HVWXYLHUDFRQVWUXLGRGHODMDVGHODGULOORRGHPH]FOD+DEtDTXLHQSUHIHUtDXQD
terminación en mezcla pero había consenso en que la cal era el componente más
FDURHQODFRQVWUXFFLyQGHXQEXHQSDWLRTXHHQWRGRFDVRGHEtDWHQHUXQDOHYH
inclinación para que corriese el agua en caso de lluvia. El precio de la vara cua-
GUDGDGHSDWLRRVFLODEDHQWUH\SVVHJ~QORVPDWHULDOHV/DFDSDGHFDIpHQ
ORVSDWLRVHUDPX\LPSRUWDQWHSDUDXQEXHQSURFHVRGHLQVRODFLyQ\GHDLUHDFLyQ
DOREMHWRGHREWHQHUXQEXHQVHFDGRGHOJUDQRFXHVWLyQHVHQFLDOHQHOEHQH¿FLR
3HURWUDVRWURVPXFKRVGHWDOOHVGHLQWHUpVLQWHUHVDUHIHULUDOJRVREUHODPDTXL-
naria utilizada.
(OPHMRULQIRUPDQWHGHORVFRQVXOWDGRVSRUHOJRELHUQRHQHVWHDVSHFWRHUD
0DQXHO($JXLODUTXLHQDVHJXUDEDTXHHOPHMRUGHVSXOSDGRUHUDHOGH-RKQ*RU-
GRQDQG&RGH/RQGUHVFRQSDxRRFREHUWRUGHFREUH(OKDEtDLQQRYDGRSUDFWL-
FDQGRXQDVFDQDODGXUDVHQGLFKDFXELHUWDFRQORTXHFRQVHJXtDGHVSXOSDUGH
DTTGHFDIpHQRKRUDVFRQIXHU]DDQLPDOGHGRVEXH\HV(QHVWHSXQWR
Onofre Durán opinaba que los resultados de la despulpadora eran mejores si se
298 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

OHDGDSWDEDXQPRWRUKLGUiXOLFRRGHYDSRU$JXLODUSRUVXSDUWHKDEtDPDQGDGR
IXQGLUURGLOORVGHODGHVSXOSDGRUDDORV(VWDGRV8QLGRVFRPRUHSXHVWRDXQFRVWH
de 71 ps y habían funcionado bien. Después de haber conseguido un buen grano de
FDIpWUDVHOFXOWLYR\HOEHQH¿FLRODFODVL¿FDFLyQGHORVJUDQRVHUDLQGLVSHQVDEOH
SDUDREWHQHUHOPHMRUSUHFLRSRVLEOHSRUHOFDIpTXHHUDHOREMHWLYR~OWLPRGHWRGR
gran productor y exportador. El costo de una maquina separadora era de 200 ps
FRORFDGD\DHQOD¿QFDVHJ~Q$JXLODUTXLHQFUHtDTXHODVPHMRUHVHUDQODVGHODV
FDVDV-RKQ*RUGRQDQG&R\3HQQH\DQG&RDPEDVGH/RQGUHV49 La cuestión
de cómo cada uno de los grandes cafetaleros operaba de forma que consiguiera el
PHMRUSUHFLRSRVLEOHHQHOPHUFDGRDEUHXQDFXHVWLyQDODTXHQRVHKDSUHVWDGR
VX¿FLHQWHDWHQFLyQTXHHUDODH[SRUWDFLyQSHUVRQDOL]DGDGHHVWRVJUDQGHVDJULFXOWR-
UHV$VtSRUHMHPSOR-RVp/DUUH\QDJDKDEODQGRGHXQDGLIHUHQFLDGHFULWHULRHQHO
SURFHVRGHODYDGR\HOUHVXOWDGR¿QDOGHOJUDQRD¿UPDEDTXHGHVXHUURUORKDEtD
VDFDGRXQDFDUWDHVFULWDHQ1XHYD<RUNDXQDPLJRVX\RTXHOHKDEtDFRPSUDGRVX
última cosecha y que decía: “el café del Sr. Larreynaga ha resultado agrio; eso debe
consistir en que dicho señor lo ha puesto en agua que no ha sido renovada conve-
QLHQWHPHQWH´'HVSXpVGHODDGYHUWHQFLD/DUUH\QDJDPRGL¿FyHOSURFHVR\YHQtD
YHQGLHQGRHOFDIpDSUHFLRV³UHODWLYDPHQWHDOWRV´VLQTXHMDGHORVFRPSUDGRUHV
Esto quiere decir que ya había exportación individualizada y que no todo el café
VDOYDGRUHxRDXQTXHIXHVHGHOPLVPRWLSRVHYHQGtDDOPLVPRSUHFLRHQORVPHUFD-
dos extranjeros. De esto se derivan consecuencias para el estudio del comercio que
no pueden ser estudiadas aquí.
Basten estos breves datos para apreciar los enormes contrastes que existían
HQHOiPELWRGHOFDIpHQ(O6DOYDGRUGHVGHORVPiVSHTXHxRVKDVWDORVPiVSR-
WHQWHVSURGXFWRUHVFX\DLQYHUVLyQHUDFRQVWDQWHJUDFLDVDORVIXHUWHVPiUJHQHVGH
JDQDQFLDTXHREWHQtDQHQVXQHJRFLRGHVGHODVKDELOLWDFLRQHVVLODVSUDFWLFDEDQD
ORVFRVWHVVDODULDOHV\DOWUDWDPLHQWR¿VFDOTXHUHFLEtDQGHO(VWDGR
*
(Q ORV DxRV TXH FXEUH HVWH FDStWXOR VLJXLy H[LVWLHQGR HO FUpGLWR D OD SUR-
GXFFLyQODVFRQRFLGDVKDELOLWDFLRQHVGHODVTXHHVRSRUWXQRPHQFLRQDUDOJXQRV
HMHPSORV$VtHQ6DQWD$QDHQRFWXEUHGHXQ+RQRUDWR5HLQRVRYHQGLyD
3HGUR&DEDOOHUR]DSDWHURFXDWURTTGHFDIpRURDXQTXHSRVWHULRUPHQWHGXUDQWH
HOSOHLWRTXHVHSURGXMRSRUVXLPSDJRVHKDEOyGHVHLVTT(QFXDOTXLHUFDVROD
FDQWLGDGTXHKDEtDUHFLELGR5HLQRVRIXHSVORTXHDEUHXQDKRUTXLOODGHHQWUH
FXDWURSVFRQFXDWURUV\WUHVSVHOTXLQWDOGHSHQGLHQGRVLVHFRQVLGHUDQFXDWURR
VHLVTXLQWDOHV\VLHQGRPiVSUREDEOHODSULPHUDRSFLyQ5HLQRVRGHEtDHQWUHJDUHO
FDIpHQIHEUHURGHWUDVODFRVHFKDSHURQRSXGRKDFHUOR\HQPD\RGH
&DEDOOHURORGHPDQGyUHFODPiQGROHSV(VWRVLJQL¿FDTXHHQFXDOTXLHUDGHODV
GRVSRVLELOLGDGHVFRQFXDWURRVHLVTXLQWDOHVODWDVDGHLQWHUpVDSOLFDGDDOFUpGLWR
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 299

RKDELOLWDFLyQKDEtDVLGRGHOHQVLHWHPHVHVORTXHVXSRQtDGHLQWHUpV
anual.50&RPR\DVHFRPSUREySDUDDxRVDQWHULRUHVHVWRVQLYHOHVGHLQWHUHVHVFRQ-
WUDVWDEDQFRQORVTXHVHDSOLFDEDQDKDELOLWDFLRQHVSDUDRWURVSURGXFWRV$VtSRU
HMHPSORWDPELpQHQ6DQWD$QD\HQPDU]RGHXQD-RVHID3pUH]TXHQRVDEtD
¿UPDUUHFLELyGH*XVWDYR&KLOOHUSVHQGLQHURHIHFWLYRSRUTTGHFXHURV
GHUHVELHQVHFRV\³HVWDFDGRV´\HQFDVRGHQRKDFHUORGHYROYHUtDHOGLQHURDXQ
GHLQWHUpV51
(QDJRVWRGH0DQXHO0DUWtQH]\6DQWRV&HQWHQRDJULFXOWRUHVGHOFDQ-
WyQ&KXSDGHURVGH6DQWD$QDGHEtDQD'DPLDQD1iMHUDGH%HUQDOHQWRQFHVGH
DxRVTTGHFDIpRURTXHWHQtDQTXHKDEHUOHHQWUHJDGRHQIHEUHURDQWHULRU
'DPLDQD1iMHUDFDVDGD\GHVSXpVYLXGDGHXQVHFUHWDULRGHODPXQLFLSDOLGDGGH
6DQWD$QDHUD\DXQDDFWLYDSUHVWDPLVWDTXHIXHFUHFLHQGRHQLPSRUWDQFLD\DJUHVL-
vidad económica en años y décadas posteriores. Ahora reclamaba la cantidad de 8
SVTTSUHFLRDTXHVHYHQGLyHOFDIpHQODIHFKDHQTXHVHGHELyKDFHUHOSDJR(Q
HOSOHLWRQRVHSUHVHQWyQLQJ~QSDJDUpSHURVHGHFUHWyHOHPEDUJRGHORVELHQHVGH
0DUWtQH]\&HQWHQRSRUSVPiVGHHVWDFDQWLGDGPiVSVGHFRVWDVHLQ-
tereses. La cifra de referencia para calcular una posible tasa de interés era la de 120
SV\VLVHVXSRQHTXHODKDELOLWDFLyQKXELHUDVLGRDFXDWURSVHOTXLQWDOGHFDIpOD
WDVDGHLQWHUpVDSOLFDGDVHUtDGHVRORHQVHLVPHVHVRDODxR52 Merece
destacarse una vez más la celeridad en la mayor parte de los casos de los procesos
GHHPEDUJR\VXEDVWDDXQTXHHQRFDVLRQHVORVSOHLWRVVHOOHJDEDQDDODUJDUDxRV
3HURSRUORJHQHUDOHQXQSOD]RPHGLRGHWUHVRFXDWURPHVHVORVFDVRVHVWDEDQ
UHVXHOWRVLQFOX\HQGRODVXEDVWD3RUFLHUWRTXHODFDQWLGDGTXHVHOHGHPDQGDED
DOGHXGRUDGHPiVGHVHUPX\DOWDGHELGDDODVWDVDVGHLQWHUpVGHORVFUpGLWRVVH
LQFUHPHQWDEDD~QPiVSRUYDULDGRVFRQFHSWRV3HURSRUFRQWUDSRVLFLyQORVELHQHV
VXEDVWDGRV¿QFDV\FDVDVQRUPDOPHQWHHUDQDGTXLULGRVFRQIUHFXHQFLDSRUDOJR
más de la mitad de su valor.53
(QDEULOGH\HQ6DQWD$QDXQ6LPyQ6DED\DVDFWXDEDMXGLFLDOPHQWH
FRQWUD&HIHULQR*yPH]MRUQDOHURSRUSVTXHKDEtDSDJDGRFRPR¿DGRUVX\R
a Félix Menéndez por 3 qq de café oro que le debía. Gómez había debido pagar
ODGHXGDHQFDIpHQIHEUHURSHURDKRUDWHQtDTXHDxDGLUOHODFDQWLGDGFDOFXODGDDO
SUHFLRFRUULHQWHGHOFDIpHQODpSRFDGHODFRVHFKDPiVLQWHUHVHVPiVWUHVYLDMHV
FDXVDGRVSRUORVLQWHQWRVGHFREURDGRVSHVRVFDGDXQR(QHOSOHLWRXQWHVWLJR
D¿UPyTXHKDEtDYLVWRSDJDUD*yPH]SV\UV3HURGHWRGDVIRUPDVVHOH
UHFODPDURQSV\DOQRSDJDUORVVHOHFRQGHQyDXQTXHQRVHVHSDFXiOIXHHO
HIHFWR ¿QDO GH OD FRQGHQD54 3RGUtD SHQVDUVH TXH HVWDV SHTXHxDV FDQWLGDGHV GH
FDIpTXHVH¿QDQFLDEDQHUDQGHVWLQDGDVDOFRQVXPRLQWHUQR\QRDODH[SRUWDFLyQ
pero seguían existiendo redes de compra y comercialización de producción de
SHTXHxRVFRQGHVWLQRDOPHUFDGRH[WHUQRDOWLHPSRTXHDOJXQRVJUDQGHVSURGXF-
WRUHVVHFRQFHQWUDEDQHQVXSURSLRFDIpFRPRVHYLRDUULED&RPRHMHPSORGHOD
300 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

H[LVWHQFLDGHHVWDVUHGHVVHSXHGHFLWDUHOFDVRGHXQ-RVp0DUtD$QGUpVTXLHQHUD
acusado por Lázaro Dreyfus el cual le reclamaba cierta cantidad de pesos que le
había entregado en comisión para compra de café en Santa Ana. El apoderado de
$QGUpVHUD&RUQHOLR/HPXVXQDERJDGRHQORVQHJRFLRVGHOFDIpHQHVWRVDxRV\
futuro ministro.55
&RQWLQXDQGRFRQDOJXQRVFDVRVPiVGHSHTXHxRVSURGXFWRUHV¿QDQFLDGRV
SRUKDELOLWDFLRQHVHQVHSWLHPEUHGHHQ$UPHQLDÈQJHO%DUULHQWRVDJUL-
FXOWRUGHPDQGyD,JQDFLR3pUH]TXHOHDGHXGDEDGRVTTGHFDIpRURTXHOHKDEtD
YHQGLGRSRUSV$KRUDOHSHGtDQSVPiVFRVWDVPiVGDxRV\SHUMXLFLRV
\ DXQTXH QR VH FRQRFH OD IHFKD HQ TXH 3pUH] DGTXLULy HO FRPSURPLVR OD WDVD
de interés anual podía aproximarse al 200%.563RURWUDSDUWHHQ6DQWD$QDHQ
DEULOGH)HUQDQGR0DUWtQH]DJULFXOWRUDFWXDEDFRQWUD-XDQ-RVp&KDFyQ
VDVWUHGHOEDUULRGH6DQ6HEDVWLiQSRUXQTXLQWDOGHFDIpRURTXHGHELySDJDUOH
HQIHEUHURRVXYDORUGHSVHQTXHORHVWLPDEDDKRUD(QHVWHFDVRH[LVWtD
XQ SDJDUp H[WHQGLGR HO  GH HQHUR GH  HQ TXH &KDFyQ UHFRQRFtD KDEHU
UHFLELGRSVHQ³PX\EXHQDPRQHGD´SRUXQTXLQWDOGHFDIpRURTXHHQWUHJDUtD
HQFDVDGH0DUWtQH]3DVDGDODFRVHFKDHVWH~OWLPRHQDEULOVROLFLWDEDMXGLFLDO-
mente el valor estimado del café más los intereses añadidos. En este caso la tasa
KDEtDVLGRGHOHQXQPHVORTXHVXSRQtDHODQXDO&KDFyQIXHGHFOD-
rado rebelde.57(QDEULOGH-XDQD0DUtD3HxDWHGHPDQGyD5LWR&KHOtQGHO
FDQWyQ/RPD$OWDGH6DQWD$QDSRUGRVTTGHFDIpRURRVXYDORUGHSVPiV
FRVWDVGDxRV\SHUMXLFLRV1RFRQVWDODIHFKDHQTXHVH¿UPyHOSDJDUpSRUHO
TXH&KHOtQVHFRPSURPHWtDDSDJDUHQIHEUHURVLJXLHQWHDUUREDVGHFDIpRUR
DSVUVHVGHFLUDSVTXLQWDO3RUHOORQRVHSXHGHFDOFXODUFRQSUHFLVLyQOD
WDVDGHLQWHUpVSHURVLIXHUDSRUXQDxRVHUtDGHOSHURVHJXUDPHQWHVHUtD
más porque el período del adelanto del dinero normalmente era menor de un
año.586LPLODUHUDHOFDVRGHODPLVPD-XDQD3HxDWHFRQWUD(QULTXH&DQWyQHQOD
PLVPDIHFKD\WDPELpQHQ/RPD$OWDSRUTTRURTXH&DQWyQKDEtDYHQGLGR
HQSVTHQDJRVWRGHSDUDSDJDUHQIHEUHURGH7UDVODFRUWDGHOFDIp
3HxDWHHVWLPDEDODGHXGDHQSVORTXHVLWXDEDODWDVDGHLQWHUpVHQHQ
VHLVPHVHVRDQXDO59
$OJXQRVSURGXFWRUHVYHQGtDQFDQWLGDGHVDOJRPD\RUHVGHFDIpSHURWDP-
ELpQDFHSWDEDQYHQWDVSRUDGHODQWDGRHQWpUPLQRVVLPLODUHVDORVDQWHULRUHV$Vt
HQ/HDQGURÈJXLODSURFHGtDHQHOMX]JDGRFRQWUD$WDQDVLR%DQHJDVSRU
SVHQTXHOHKDEtDFRPSUDGRTTGHFDIp&RPRHQORVFDVRVGHDUULEDGHVSXpV
de la cosecha los peritos estimaron que el precio del café en febrero había sido
de 8 ps/qq. Una vez más no se dispone de la fecha en que Banegas adquirió el
FRPSURPLVRSHURVLVHVXSXVLHUDQVHLVPHVHVKDVWDHOSDJRGHOFDIpODWDVDGH
interés habría sido del 77%.603RURWUDSDUWHHQPD\RGH0DQXHO6DOJXHUR
GHQXQFLyD3HGUR0DUFR-XiUH]DPERVDJULFXOWRUHVGH(O3URJUHVRHOVHJXQGR
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 301

GHHOORVLQGtJHQDSRUTTGHFDIpFHUH]DUHVWRGHTXHOHKDEtDFRPSUDGR
(OSUHFLRGHOFDIpHQHQHURFXDQGR-XiUH]GHEtDKDEHUSDJDGRIXHGHSVTOR
TXHGDEDODFDQWLGDGGHSV(QHIHFWRHOSDJDUpGHPD\RGHVHUHIH-
UtDDTTGHFDIpFHUH]DDUVTHVGHFLUSV3HUR-XiUH]PXULyHOGH
PD\RGHMDQGRSRFRVELHQHV\WHQLHQGRXQDVHSXOWXUDPX\VHQFLOOD/DDFXVDFLyQ
VH GLULJLy HQWRQFHV FRQWUD VXV KHUHGHURV TXH IXHURQ FRQGHQDGRV \ UHFXUULHURQ
DXQTXH VH GHVFRQRFH HO ¿QDO GHO SOHLWR 'H WRGDV IRUPDV OD WDVD GH LQWHUpV GH
la habilitación había sido en este caso de más del 300% por solo ocho meses.61
&RPR\DVHH[SOLFyHQHO&DStWXORHQHVWRVDxRVODVLWXDFLyQPRQHWDULDVHJXtD
VLHQGR LUUHJXODU HQ HO SDtV \ OyJLFDPHQWH HOOR VH UHÀHMDED HQ ORV FUpGLWRV D OD
SURGXFFLyQGHFDIp$VtHQPDU]RGHVHYHtDXQDDSHODFLyQHQHOMX]JDGRGH
,QVWDQFLDGH6DQWD$QDHQHOFDVRGH0DXUR6DODYHUUtDFRQWUD-XDQD-XiUH]\
%RQLIDFLR6iQFKH]SRUTTGHFDIpFHUH]DUHVWRGHTTTXHVHSDJDURQ³HQ
plata de diferente clase”.62
(QRFDVLRQHVFXDQGRHODJULFXOWRUHUDGHPD\RUHQYHUJDGXUDQRVRORHQ
FXDQWRDFDSDFLGDGGHSURGXFFLyQVLQRWDPELpQHQORUHIHULGRDVXVFRQH[LRQHV
VRFLDOHVOD¿QDQFLDFLyQGHVXFRVHFKD\EHQH¿FLRQRVHKDFtDHQHVWRVWpUPLQRV
TXHVHKDQGHVFULWRDUULEDVLQRTXHVHUHFXUUtDDSUHVWDPLVWDVWDPELpQGHPD\RU
rango y a tasas de interés mucho más razonables. Este era el caso del general
3HGUR(VFDOyQXQGHVWDFDGRPLHPEURGHODMHIDWXUDGHOHMpUFLWRVDOYDGRUHxR(UD
DJULFXOWRUHQ6DQWD$QD\WXYRWUHVKLMRVQDWXUDOHVFRQ5RVDXUD=~ULWDDQWHVGH
FDVDUVHFRQHOODHQFXDQGRpOWHQtDDxRVFRQODGHVJUDFLDGHVXHVSRVD
PXULyHQHOPLVPRDxRHQTXHVHFDVDURQ6XVHJXQGRKLMRQDFLGRHQHQHURGH
 VH OODPDED 3HGUR -RVp 3RWHQFLDQR \ DxRV GHVSXpV VHUtD SUHVLGHQWH GH OD
5HS~EOLFD 63(OJHQHUDO3HGUR(VFDOyQGHFLGLyFDVDUVHGHQXHYRHQ\FRQ
WDORFDVLyQKL]RLQYHQWDULRGHVXVELHQHVDHIHFWRGHODVIXWXUDVKHUHQFLDVGHVXV
hijos. En aquellos momentos Escalón quiso nombrar a un curador especial de
DTXHOORV\ORKL]RHQODSHUVRQDGHOWDPELpQJHQHUDO1DUFLVR$YLOpVLJXDOPHQWH
cafetalero y que llegaría a ser gobernador del Departamento de Santa Ana. Los
bienes de Escalón inventariados en 1874 se recogen en el Cuadro 9.2. El general
era un productor mediano con árboles de café no muy bien valorados. El precio
de la tierra en su caso se establecía ligeramente por encima de otros precios
REVHUYDGRVSDUDHVRVPLVPRVDxRVHQHO&DStWXOR\¿QDOPHQWHODWLHUUDVHOD
había comprado al común de ladinos de Chalchuapa en un caso más de la priva-
WL]DFLyQWHPSUDQDGHWLHUUDVGHFRPXQLGDGSUHYLDDODDSUREDFLyQGHODVOH\HVGH
extinción.
302 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

CUADRO 9.2
Inventario de bienes del general Pedro Escalón. Santa Ana 1874
Ps
P]GHWHUUHQRILQFD(O6DOLWULOORMXULVGLFFLyQGH&KDOFKXDSDFX\RGHUHFKR 375
de posesión compró al común de ladinos de la expresada villa a 15 ps c/u
iUEROHVGHFDIpFRVHFKHURFWRFDUJRHVUHJXODUVLF\HQHOHVWDGRHQ 6.000
TXHVHHQFXHQWUDQDGRVUViUERO
1 mz de zacate 17
7 árboles de coco a 1 ps c/u 7
4.000 árboles de café en semillero en mal estado a 8 ps/millar 32
&DVDGHWHMDFRQSDUHGHVGHEDMDUHTXHGH[YDUDVFRQWUHVFRUUHGRUHVD 400
40 ps/vara
2 puertas de madera de cedro con sus herrajes a 15 ps c/u 30
2 ventanas también de cedro con sus herrajes a 10 ps c/u 20
cocina: una casa pajiza con corredores en mal estado 20
1 cama de hierro extranjera 16
1 cama de madera en regular estado 2
1 mesa sencilla de cedro 1
FDQYDVLFGHFXQDFDVWHVLFFRQVXWDSDGHUD\OODYH 4
WDEXUHWHVHQPDOHVWDGRUVFX\EDQFDGHPDGHUDHQEXHQHVWDGRSV 
2 carretas de radio con sus respectivos herrajes y camas a 50 ps c/u 100
1 yunta de bueyes 50
DUDGRGHPHGLDiJXLODSVDUDGRGHFDEDOORSV 18
WRQHOGHFHGURHQUHJXODUHVWDGRSVWRQHOHQPDOHVWDGRSV 18
GRFHQDVGHD]DGRQHVHQUHJXODUHVWDGRDSVUVFX 9
ÒWLOHVGHFRFLQDSLHGUDVGHPROHVUVFXFRPDOGHKLHUURSVROOD 
GHKLHUURSVUVSHUROGHKLHUURSV~WLOHVSHTXHxRVGHFRFLQDUV
Total 7.134,6
Fuente: AGN-FJ, Santa Ana, Civiles, 1883 nº 54.

(QPXULyHOJHQHUDO(VFDOyQ\WUDVVXPXHUWHHOQXHYRLQYHQWDULRGH
VXVELHQHVDUURMyXQYDORUGHSVHVGHFLUXQPiVTXHHOYDORUTXH
tenían once años antes. Escalón era un buen ejemplo de cómo habían expandido su
QHJRFLRGHOFDIpHQORVDxRVHVWUDWpJLFRVGH¿QHVGHODGpFDGDGH\FRPLHQ]RV
GHODGHPXFKRVSURGXFWRUHVGHOJUDQR3HURWDPELpQHUDQXQEXHQHMHPSOR
de cómo algunos de estos propietarios habían gestionado dicho crecimiento. A su
PXHUWHHOJHQHUDOWHQtDGRVGHXGDVLPSRUWDQWHVXQDGHSVFRQWUDWDGDFRQ
HOSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD5DIDHO=DOGtYDU\RWUDGHSVFRQHOHPSUHVDULR
)UDQFLVFR6DJULQL(VHYLGHQWHTXHHOSUHVLGHQWHWHQtDLQWHUHVHVHQHOVHFWRUGHOFDIp
DXQTXHVHGHVFRQRFHFXiQGRLQLFLyVXDFWLYLGDGGHSUHVWDPLVWDSHURHQWRGRFDVR
éste es otro indicador de la importancia del café y de la vinculación de la oligarquía
con este negocio actuando desde el aparato del Estado. No está claro que hubiera
una relación directa entre la existencia de estas deudas y la subasta de alguna de
ODV¿QFDVGHFDIpTXHWHQtD(VFDOyQSHURHOKHFKRHVTXHVHSURGXMRGLFKDVXEDVWD
y el valor de los bienes inventariados disminuyó sustancialmente hasta situarse en
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 303

SV(QHOH[SHGLHQWHGHOSURFHVRGHODKHUHQFLDGHORVELHQHVHQXQPRPHQWR
VHUHODFLRQDURQGHQXHYRODVGHXGDVH[LVWHQWHV\VHKDEtDSURGXFLGRXQDQRYHGDG
SRUTXHDFRPLHQ]RVGHHOSULQFLSDODFUHHGRUHUDDKRUD-XDQ0DXULFLR'XNH
FRQSVHQWDQWRTXH)UDQFLVFR6DJULQLVRORHVWDEDSHQGLHQWHGHFREUDU
SV)LQDOPHQWHFXDQGRVHSDJDURQDOJXQRVJDVWRV\VHUHSDUWLyODKHUHQFLDHQWUH
ORVKLMRVGHOSULPHUR\GHOVHJXQGRPDWULPRQLRODFDQWLGDGTXHUHFLELy3HGUR-RVp
3RWHQFLDQRIXHGHSVXQDFLIUDUHODWLYDPHQWHFRUWDSURGXFWRGHODGHELOLGDG
¿QDQFLHUDGHOQHJRFLRGHOJHQHUDO3HGUR(VFDOyQ
/D DSDULFLyQ GH 0DXULFLR 'XNH FRPR DFUHHGRU HQ VXVWLWXFLyQ GH 5DIDHO
=DOGtYDUPHUHFHXQEUHYHFRPHQWDULR&XDQGR)UDQFLVFR0HQpQGH]GLRHOJROSH
GHHVWDGRHQMXQLRGH=DOGtYDUTXH\DSRGUtDLPDJLQDUODVDxDFRQODTXHOR
LEDDSHUVHJXLUHOQXHYRSUHVLGHQWHTXHUUtDKDFHUGLQHUR\VROWDUSDSHOPRQHGD
que pasando el tiempo tendría cada vez más problemas de convertir en liquidez.
Uno de los documentos del que se deshizo fue la escritura del crédito con el ge-
QHUDO3HGUR(VFDOyQSRUSVDOPHQVXDOTXHWUDVSDVyD0DXULFLR'XNH
3HURFXDQGR'XNHVHGLVSXVRDLQVFULELUGHQXHYRGLFKRGRFXPHQWRHQHOUHJLVWUR
GHKLSRWHFDVFRUUHVSRQGLHQWH0HQpQGH]DFDEDEDGHDSUREDUHOGHFUHWRTXHSUR-
hibía cualquier operación con documentos o rentas que tuvieran su origen en el
JRELHUQRDQWHULRU\PXFKRPiVHQODSHUVRQDGH5DIDHO=DOGtYDU(VWDGHFLVLyQ
DOLJXDOTXHVXVSHQGHUODYLJHQFLDGHWRGDVODVFRQWUDWDV¿UPDGDVSRUHO(VWDGR
GXUDQWH ORV DxRV GH JRELHUQR GHO PpGLFR OLEHUDO PHGLGDV GHVSURSRUFLRQDGDV \
HQ FLHUWR PRGR LUUHVSRQVDEOHV FRQ OD HFRQRPtD GHO SDtV DIHFWDURQ VHULDPHQWH
a grandes fortunas y empresas que se vieron obligadas a luchar y reclamar sus
GHUHFKRVHFRQyPLFRVSHUMXGLFDGRV8QRGHHVRVFDVRVIXHHOGH0DXULFLR'XNH
\VXHPSUHVDHQODTXHSDUWLFLSDEDFRPRVRFLRVXKLMR5RGROIRGHOPLVPRDSH-
OOLGR'XNHSUHVHQWyXQDELHQDUJXPHQWDGDGHPDQGDDQWHODMXVWLFLDH[SOLFDQGR
ORVGHUHFKRVTXHYLRODEDODGHFLVLyQGH0HQpQGH]DVtFRPRVXFDUiFWHULQFRQV-
WLWXFLRQDOSHURHQRFWXEUHGHHQYLVWDGHODLQDFFLyQGHODMXVWLFLD'XNH
retiró la demanda del juzgado probablemente a la espera de que se regularizara la
seguridad jurídica en el país.64
(QDEULOGHVHUHDQXGDEDQDQWHORVMX]JDGRVGH6DQWD$QDXQRVSURFH-
GLPLHQWRVTXHWHQtDQVXRULJHQHQFXDQGR0DQXHO0DUtD9LGHVPLHPEURGH
una de las grandes familias cafetaleras de la ciudad con presencia en la Asamblea
1DFLRQDO KDEtD FRPSUDGR HQ VXEDVWD XQD ¿QFD GH XQ 5RVD %DUULHQWRV VXSXHV-
tamente con la cosecha de café que contenía y 25 árboles de laurel.65 Aunque se
GHVFRQRFHFRQTXpGHUHFKRXQ)UDQFLVFR3HxDKDEtDFRUWDGRGHVSXpVHOFDIp\ORV
iUEROHV\9LGHVVHKDEtDTXHUHOODGRFRQWUDpOUHFODPiQGROHTTGHFDIpRUR\ORV
ODXUHOHVRKD\TXHVXSRQHUODPDGHUD/DMXVWLFLDVHSURQXQFLyHQDIDYRUGH
3HxDSHUR9LGHVDSHOyHQGLFKDGHFLVLyQ\QRHVWDQLQWHUHVDQWHHVWHSUREOHPD
304 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HQVLPLVPRVLQRORTXHVHDYHULJXyDSDUWLUGHODVGHFODUDFLRQHVGHWHVWLJRVTXH
comparecieron a raíz de esta apelación.
8QDGHODVOtQHDVGHODGHIHQVDGH3HxDTXHSRUFLHUWRWHQtD³QHJRFLRVGH
FRPHUFLR\DJULFXOWXUDHQJUDQGH´VHJ~QGHFODUDFLyQGHYDULRVWHVWLJRVIXHTXHHO
FDIpTXH3HxDWHQtDHQVX¿QFD\TXHVHWUDQVSRUWDEDGHVGHHOODDRWUDV¿QFDVQR
HUDHOTXHUHFODPDED9LGHV(QVXYHUWLHQWHGHDJULFXOWRU3HxDWHQtDXQD³PiTXLQD´
SDUDEHQH¿FLDUFDIp\RWURVSURGXFWRUHVOHWUDtDQVXVFRVHFKDVSDUDSURFHVDUODV$Vt
ORGHFODUyXQMRUQDOHURTXHWUDEDMDEDFRPRFDUUHWHURSDUDHO'U<DQXDULR&DxDV
\RWURWHVWLJRHOPD\RUGRPRGH&DxDVKDEODEDGHTXHHOFDIpWDPELpQVHWULOODED
GRQGH3HxD$OIUHGR6FKOHVLQJHURWURSURSLHWDULRGHFODUyTXHHQMXQLRGHOOH-
YyVXFDIpDEHQH¿FLDUORHQPiTXLQDGH3HxDTXLHQOHFREUySVSRUTTGH
FDIpRURHVGHFLUDFXDWURUHDOHVTXLQWDOXQWUDEDMRTXHWRPyFXDWURGtDV\VHJ~Q
Schlesinger el coste de la máquina era de tres pesos y cuatro reales diarios. Si estas
FLIUDVIXHUDQFRUUHFWDVFDGDGtDVHEHQH¿FLDUtDXQDFDQWLGDGGHFDIpTXHUHVXOWDUtD
HQTTGHFDIpRURORTXHVXSRQGUtDXQLQJUHVRSDUD3HxDGHSVUVDORV
TXHKDEUtDTXHUHVWDUSV±VHGHVFRQRFHVLDTXtHVWDEDLQFOXLGDODDPRUWL]DFLyQ±
GDQGRXQDJDQDQFLDGHSVGLDULRVVLQFRQWDUFRQRWURVLQVXPRV
3HURQRWRGDVODVGHFODUDFLRQHVGHORVWHVWLJRVHUDQFRLQFLGHQWHV2WURWHVWL-
JRHOFRPHUFLDQWH5REHUWR.UDIWKDEtDOOHYDGRWDPELpQVXFDIpDEHQH¿FLDUORFRQ
3HxDTXLHQOHKDEtDHODERUDGRTTHQXQVRORGtDDUD]yQGHSVTXLQWDO4XL]i
HQVXFDVRHUDPiVFDURSRUKDEHUVHWUDWDGRGHPiVFDQWLGDGGHFDIpRSXGLHUDVHU
TXHQRWRGRHOFDIpOOHJDUDHQODVPLVPDVFRQGLFLRQHV\3HxDOHDSOLFDUDGLIHUHQWHV
SUHFLRV'HKHFKRHVRVXFHGtDHQHQHO³EHQH¿FLRDYDSRUGHFDIpODYDGR´GH
0DQXHO(XJHQLR$JXLODUTXLHQFREUDEDGHDFWTXLQWDOGHUV\XQFXDUWLOOR
DUHDOHVTXLQWDOVHJ~QHOJUDGRGHVHTXHGDGGHOJUDQR$JXLODUSUHFLVDEDTXH
SURFHVDEDTTDOGtDQRTXHEUDEDQLXQJUDQR\ORHQWUHJDEDFODVL¿FDGR66 Es
SRVLEOHTXHORVSUHFLRVKXELHUDQEDMDGRHQDOJXQRVDxRV±\FRQHOORVORVPiUJH-
QHVGHJDQDQFLD±SRUXQDPD\RUFRPSHWHQFLDSHURORTXHHUDFODURHVTXHHQXQD
misma empresa se podían aplicar diferentes precios. Algo más de complicación
DxDGtDRWUDGHFODUDFLyQHQHOPLVPRMXLFLRTXHD¿UPDEDTXH3HxDFREUyHQXQD
RFDVLyQVHLVUVTXLQWDOSRUVRORWULOODUHOFDIp(QWRGRFDVRSRUXQDSDUWHTXHGD
FODURTXHODVJDQDQFLDVTXHVHREWHQtDQHQHOSURFHVRGHOEHQH¿FLRGHOFDIpHUDQ
PX\DOWDVVLELHQGLVPLQX\HURQUHODWLYDPHQWHFRQORVDxRVSRVLEOHPHQWHSRUTXH
HOQ~PHURGHEHQH¿FLRVDXPHQWy<SRURWUDSDUWHHVPX\UHOHYDQWHFRQRFHUHO
SUHFLRTXHSDJDEDXQSURGXFWRUSRUEHQH¿FLDUVXFDIpIXHUDGHVX¿QFDDXQTXHVHD
GHIRUPDDSUR[LPDGDSRUTXHHVSUHFLVRUHODFLRQDUOR\UHVWDUORGHOSUHFLRHQTXH
ORVFRPHUFLDQWHV\SURGXFWRUHVPD\RUHVFRPSUDEDQHOFDIpSRUDGHODQWDGRHQODV
KDELOLWDFLRQHVDORVSURGXFWRUHVSHTXHxRV$VtTXHGDPiVFODURHOJUDQEHQH¿FLR
que suponían las habilitaciones del café a los compradores.
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 305

Los efectos de la prolongada caída de los precios del café en el mercado

LQWHUQDFLRQDO D PHGLDGRV GHO GHFHQLR GH  SURYRFDURQ GL¿FXOWDGHV D XQD GL-
YHUVLGDGGHQHJRFLRV\HQWUHHOORVDDOJXQRVFDIHWDOHURV/RVDxRV¿QDOHVGH
y comienzos de la década siguiente fueron de gran expansión y probablemente se
endeudaron creándose una carga que les fue imposible mantener en años de estan-
camiento o incluso de ligera recesión.
(QPDU]RGHXQ-RVp6LVQLHJDDJULFXOWRU\FRPHUFLDQWHGH6RQVRQDWH
HVWDEDDFXVDGRHQXQMXLFLRSRUGHXGDVFRQ-RVp0DUtD*XWLpUUH]WDPELpQDJULFXO-
WRUSRUSV67 Con el pleito iniciado y con una petición de embargo de bienes
\VHPRYLHQWHVTXHWHQtDHQVXV¿QFDV6LVQLHJDFRPHQ]yDOHYDQWDUFDIpGHODV¿Q-
cas en lo que técnicamente se conoce como alzamiento de bienes. En efecto estaba
OOHYDQGRFDIpGHOD~OWLPDFRVHFKDDFDVDGH5DPyQ/RXFHOWDPELpQDOD¿QFDGH
-DLPH%DWOOHDPERVFRQRFLGRVDJULFXOWRUHV\RWUDSDUWHDFDVDGHXQD6UD0DQFtD
7DPELpQKDEtDHQYLDGREXH\HVFDUUHWDV\RWURVDQLPDOHVDGLYHUVRVOXJDUHVWRGR
ello para que quedara fuera del embargo. Había diversos testigos que declararon ser
FLHUWRWRGRHVWHWUDVODGRGHFDIpRUR\FHUH]DDVtFRPRGHRWURVELHQHV
'RVDxRVDWUiVDUDt]GHXQYLDMHSUHYLVWRSRU6LVQLHJDD(XURSDpO\*XWLp-
rrez liquidaron cuentas procedentes de créditos que este último había concedido
a Sisniega y de otras negociaciones. En mayo de 1884 Sisniega debía a Gutiérrez
SVTXHGHEtDSDJDUHQFXDWURDxRVDUD]yQGHSVDQXDOHVKDVWD
\SDUDJDUDQWL]DUHOFRPSURPLVR6LVQLHJDKLSRWHFyVXV¿QFDV/DSULPHUDGHFDIp
GHDP]OLQGHUDFRQ¿QFDGH(PLOLR%HOLVPHOLVFRQFDVDGHWHMDFHUFRV
GHPDGHUDV\]DQMDVDWHUUDGDVPiVGRVFDVDVSDML]DVFDIHWRVFRVHFKHURV\
HQSODQWtRXQSRWUHURGHWDUHDVFRQWULOORDYHQWDGRU\YDULRV~WLOHVSDUD
EHQH¿FLRGHFDIpHQHOFDQWyQ3RWUHUR*UDQGHDUULEDHQMXULVGLFFLyQGH6DQWD$QD
/D¿QFDVHHVWLPDEDHQSV8QDVHJXQGD¿QFDGHFDIpHQHOPLVPRFDQWyQ
GHXQDFDEDOOHUtDFRQFDIHWRVFDVDV\GHPiV~WLOHVSDUDFXOWLYR\EHQH¿FLR
GHFDIpYDORUDGDHQSV2WUD¿QFDHQHOPLVPRFDQWyQGHP]HQVXPD-
\RUSDUWHGHFDIpHQSV8QDFXDUWD¿QFDHQHOFDQWyQ3RWUHUR*UDQGHDEDMR
GHòP]FRQFDIHWRVFRVHFKHURVWDUHDVGHFDxDGH]~FDUWDUHDVGH
SODWDQDUGHSLxDVGH&DVWLOODXQDFDVDKDELWDFLyQGHWHMD\XQUDQFKRGHWHMDGH
FRFLQDHQSV8QSRWUHURHQ]DFDWDGRGHP]HQHOFDQWyQ6DQWD&UX]HQ
2.000 ps. Más una casa de teja de 8 x 6 varas en un terreno de 14 x 16 varas en el
EDUULRGH6DQ6HEDVWLiQGH6DQWD$QDYDORUDGDHQSV\RWUDFDVDWHMD\VRODUGH
òYDUDVSRUYDUDVWDPELpQHQ6DQ6HEDVWLiQRWURVSV
6LVQLHJDQRGHEtDVHUGHORVPD\RUHVFDIHWDOHURVSHURVLQGXGDHUDXQRJUDQ-
GHWHQtDiUEROHVGHFDIpFRVHFKHURV\RWURVYDULRVPLOHVHQSODQWtRORTXH
suponía entre 130 y 160 mz de café. Esto implicaba un volumen de inversión en
PDQRGHREUD\ELHQHVTXHVLVHKDEtDKHFKRHQFRUWRHVSDFLRGHWLHPSRFRPR
SDUHFHTXHVXFHGLyDWHQRUGHORVFUpGLWRVDFXPXODGRVFRQ*XWLpUUH]VLJQL¿FDED
306 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

un alto riesgo en caso de que el ritmo de producción y exportación se detuviera.

Solo en fuerza de trabajo sería necesario movilizar varios centenares de personas en
la época de la corta. Finalmente no pudo resolver el problema que tenía y decidió
FRQYRFDUFRQFXUVRGHDFUHHGRUHVFX\RGHVHQODFHVHGHVFRQRFH
2WURV HPSUHVDULRV GHO FDIp WDQ JUDQGHV R D~Q PD\RUHV TXH ORV DQWHULRUHV
VHPRYtDQHQVXVSURFHVRVGH¿QDQFLDPLHQWRHQRWUDVHVIHUDV(QGHVSXpV
GHTXHODVH[SRUWDFLRQHVGHFDIpVHKXELHUDQUDOHQWL]DGROLJHUDPHQWHXQRGHORV
JUDQGHVSURGXFWRUHVGHFDIpGHOSDtV)pOL['iUGDQRSDVDEDSRUGL¿FXOWDGHVHFR-
nómicas. Dárdano parecía haber crecido empresarialmente durante los años de la
fuerte expansión del café y en un momento determinado se encontraba bien con
SUREOHPDVGHSURGXFFLyQRELHQGHGLVPLQXFLyQGHLQJUHVRVORTXHOHLPSHGtDKD-
FHUIUHQWHDVXVGHXGDV3RUHVRHQRFWXEUHGHVHGLVSXVRDKLSRWHFDUSDUFLDO-
PHQWHVXV¿QFDVGHFDIp68'iUGDQRHUDSURSLHWDULRGHXQD¿QFDGHQRPEUH3LHGUD
3DFKDHQYDULDVIUDFFLRQHVGHWHUUHQRHQHOFDQWyQGHOPLVPRQRPEUHGH6DQWD
$QDTXHWHQtDP]\DODTXHDGMXGLFDEDXQYDORUGHSV(VLQWHUHVDQWH
señalar que Dárdano era vecino y comerciante de Santa Tecla y no de Santa Ana.
(VWHKHFKR\GDGDODLPSRUWDQFLDGHOHPSUHVDULRSXHGHPRYHUDFXHVWLRQDUODWHVLV
GHODH[LVWHQFLDDJUDQGHVUDVJRVGHGRVIUDFFLRQHVSHUFHSWLEOHVGHODROLJDUTXtD
VREUHWRGRDSDUWLUGHHVWDGpFDGDGH8QDHQRFFLGHQWHFRQ6DQWD$QDFRPR
FHQWURPiVLPSRUWDQWH\RWUDHQFHQWURVXUHQWRUQRDOELQRPLR6DQ6DOYDGRU\
Santa Tecla. Dárdano vendría a suponer una excepción en este sentido por su doble
YLQFXODFLyQDDPEDV]RQDVJHRJUi¿FDV(VFXULRVRTXHHQODGHVFULSFLyQGHOD¿Q-
FDQRUHFRUGDUDHOQRPEUHGHXQDGHODVSDUWHVGHODPLVPDORTXHSRVLEOHPHQWH
indicaba que no visitaría con frecuencia el conjunto de las tierras.69
(QHVWRVPRPHQWRVRFWXEUHGH'iUGDQRSHQVDEDTXHSRGtDKLSRWHFDU
OD¿QFDHQSV\TXHHVWDKLSRWHFDWHQGUtD³ORVPLVPRVSULYLOHJLRVTXHODV
de los demás deudores hasta en cantidad de 40.000 ps”. Entonces aparecieron por
SULPHUDYH]HQHOH[SHGLHQWHDOJXQRVGHORVDFUHHGRUHVGH'iUGDQRTXHHUDQODV
FDVDV,VDDF\6DPXHOGH/RQGUHV\+DEHU\0XUULHWDGH+DPEXUJR<HQVHJXLGD
surgieron algunos datos de una relevancia grande. Se trata de las personas que eran
apoderadas de las casas extranjeras en El Salvador: Francisco Vaquero y Cornelio
Lemus. El primero fue representante en la Asamblea Nacional y futuro ministro del
JRELHUQRGH)UDQFLVFR0HQpQGH]\HOVHJXQGRKDEtDVLGRPDJLVWUDGR\DVLPLVPR
OOHJDUtDDVHUPLQLVWURFRQHOPLVPRSUHVLGHQWH(VGHFLUTXHFRQQRWDGRVPLHPEURV
de la estructura del Estado que debían defender los intereses de los ciudadanos del
SDtVGHIHQGtDQWDPELpQORVGHHPSUHVDVH[WUDQMHUDVTXHREYLDPHQWHHVSHUDEDQ
REWHQHUEHQH¿FLRVSDUDVXVSRGHUGDQWHV9DTXHURFRPRDSRGHUDGRDFHSWyODHVFUL-
WXUDGHKLSRWHFDSHURVLPXOWiQHDPHQWH'iUGDQRHVWDEDVLHQGRGHPDQGDGRWDPELpQ
por otros acreedores que consiguieron que el caso tuviera otra deriva que llegó a
XQDSHWLFLyQGHHPEDUJRGHOD¿QFD3LHGUD3DFKD(VWDSHWLFLyQODKL]R(PHWHULR
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 307

6DOD]DU FRPR DSRGHUDGR GH RWUR DFUHHGRU GH 'iUGDQR 0DXULFLR 'XNH 6L QR VH
FRQRFLHUDQRWUDVFLUFXQVWDQFLDVHVWHSDVRUHFRUGDUtDDORVIUHFXHQWHVHPEDUJRVTXH
VHHMHFXWDEDQDSHTXHxRVSURGXFWRUHVVHJXLGRVGHODVFRUUHVSRQGLHQWHVH[SURSLD-
FLRQHV3HURXQJUDQHPSUHVDULR\WHUUDWHQLHQWHWHQtDPXFKRVPHGLRVSDUDDIURQWDU
ODDFFLyQGHODMXVWLFLD\HQHVWHFDVR'iUGDQRDSHOy
1R REVWDQWH HO HPEDUJR VH OOHYy D FDER \ HQ OD LQVSHFFLyQ GH OD ¿QFD VH
UHJLVWUDURQODVYDULDVSDUFHODVGHWHUUHQRTXHWHQtD/DSULPHUDFRQHOQRPEUHGH
3LHGUD3DFKDWHQtDXQDVKDRP]GHODVTXHWHQtDFXOWLYDGDVP]GH]DFDWH
\HQVHUHVFRPRXQDPiTXLQDSDUDEHQH¿FLDUFDIpXQDFDOGHUDXQPRWRU\XQWDV
GHEXH\HV\GHPiV~WLOHV2WUD¿QFDIRUPDQGRSDUWHGHODPLVPD3LHGUD3DFKDVH
OODPDED6DQ3DEORWDPELpQFRQKDDSUR[LPDGDPHQWHFRQORTXHTXL]iOD¿QFD
WHQtDPiVGHP]GHODVTXHKDEOy'iUGDQRDOFRPLHQ]R3HURODSURSLHGDGQR
IXHVDFDGDDVXEDVWDFRPRVHKDFtDFRQORVSHTXHxRVVLQRTXHVHSXVRHQGHSyVLWR
GH5RGROIR'XNHXQRGHORVDFUHHGRUHVTXHGHEHUtDWHQHULQWHUpVHQTXHOD¿QFD
VLJXLHUDSURGXFWLYDSDUDTXHQRSHUGLHUDYDORUORTXHQRVLHPSUHVHFRQVHJXtD
(QODRWUDYtDGHOSOHLWR&RUQHOLR/HPXVWUDWDEDGHSURPRYHUXQDHMHFXFLyQ
GH ODV WLHUUDV \ FRQ HVWD RFDVLyQ DSDUHFtDQ ODV FDQWLGDGHV TXH VH UHFODPDEDQ D
Dárdano y eran 783 libras esterlinas 13 chelines y 4 peniques por parte de Isaac y
6DPXHOPiVSVSRUSDUWHGH(GXDUGR+DEHUGH+DPEXUJR(VWDVFDQWLGDGHV
eran solo los 2/3 de lo que adeudaba Dárdano a los ejecutantes según escrituras
S~EOLFDVRWRUJDGDVHQ1XHYD6DQ6DOYDGRUDQWHQRWDULRV3HURFRQYLHQHUHLWHUDU
TXHHQOXJDUGHSURFHGHUDODVXEDVWDGHOD¿QFDHQWHUDRSRUSDUWHVGHVGHORV
MX]JDGRV±SRUTXH\DKDEtDGRVDFWXDQGRXQRGH6DQWD$QD\RWURGH1XHYD6DQ
6DOYDGRU±VHLQWHQWyTXH'iUGDQRSURFHGLHUDDOSDJRGHODVFDQWLGDGHVH[SUHVDGDV
más 1/3 de lo adeudado y 1.000 ps por costas e intereses. Sin embargo ni Dárdano
estaba pagando ni los jueces parecían dispuestos a tomar resoluciones tajantes en
este y prácticamente se limitaban a tomar nota de lo que sucedía.
El expediente no está completo y no se sabe en qué terminó el caso. No se
FRQRFHVL'iUGDQRSXGRFRQVHUYDU¿QDOPHQWH3LHGUD3DFKDSHURORTXHHVVDELGR
HVTXHDxRVGHVSXpVVHJXtDVLHQGRXQRGHORVPiVIXHUWHVFDIHWDOHURVGHOSDtV$Vt
en 1910 la Sociedad de Félix Dárdano producía 2.000 qq de café al año en cuatro
¿QFDVHQ1XHYD6DQ6DOYDGRU6DQWD(OHQLWD&HLOiQ6DQ&DUORV\/D3UDGHUD70
$SHVDUGHODVGL¿FXOWDGHVHFRQyPLFDVTXHSDVDEDQDOJXQRVSURSLHWDULRVHQ
el fondo y en su mayoría lo que estaba teniendo lugar era una ampliación de la
ULTXH]DGHPXFKRVGHHOORVORTXHUHSHUFXWtDHQXQDPD\RUGLVSRQLELOLGDGGHUHFXU-
VRVPDWHULDOHVSDUDGLIHUHQWHVDFWLYLGDGHV\QHFHVLGDGHVVRFLDOHVLQFOX\HQGRKDVWD
ODHQIHUPHGDG\ODPXHUWH(QVHSWLHPEUHGHPXULyHQ6DQWD$QDOD6UD5RVD
5RMDV 0DWKLHV HVSRVD GHO JHQHUDO 1LFDQRU )RQVHFD XQ DJULFXOWRU FRQ TXLHQ VH
había casado en segundas nupcias. Ella tenía un segundo apellido de origen alemán
\GHEtDHVWDUHPSDUHQWDGDFRQ&*0DWKLHVXQIXHUWHFRPHUFLDQWH\HPSUHVDULR
308 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

en occidente.71$GHPiVKDEtDHVWDGRFDVDGDDQWHULRUPHQWHFRQXQPLHPEURGHOD
SRGHURVDIDPLOLD6DQGRYDOGHFX\RPDWULPRQLROOHYDEDXQDKLMDFXDQGRVHFDVy
FRQ)RQVHFD7UDVODPXHUWHGHVXHVSRVDHOJHQHUDO)RQVHFDVROLFLWyXQLQYHQWDULR
GHELHQHVGHODGLIXQWDTXHTXL]iSURFHGtDQGHVXDQWHULRUPDWULPRQLR3DUDHOORVH
FLWyDVXVDFUHHGRUHVHOSULQFLSDOGHORVFXDOHVHUDHO'U5DIDHO=DOGtYDUSUHVLGHQWH
GHOD5HS~EOLFDFRQSVSUHVWDGRV&RPR\DVHYLRHOSDSHOGH¿QDQFLDGRUGH
¿QTXHURVGHFDIpSRUSDUWHGHODSULPHUDDXWRULGDGGHOSDtVQRHUDH[FHSFLRQDO\HQ
RFDVLRQHVORHMHUFtDFRQFDQWLGDGHVLPSRUWDQWHVGHGLQHURORFXDOUHIXHU]DVLFDEH
HOFDUiFWHUGHFODVH(VWDGR7UDV=DOGtYDUDSDUHFtDQRQFHQRPEUHVPiVFRPRDFUHH-
GRUHVHQWUHORVFXDOHVHVWDEDQ-XOLR,QWHULDQRFRQSVIXWXURJREHUQDGRUGH
6DQWD$QD1D]DULR6DODYHUUtDSV\(PLOLR%HOLVPHOLVFRQTTGHFDIp(Q
WRWDOODGLIXQWDGHEtDSV\TTGHFDIp(YLGHQWHPHQWH5RVD5RMDV0DWKLHV
HUDFDIHWDOHUD\DODYLVWDGHVXVSURSLHGDGHVHOQLYHOGHVXHQGHXGDPLHQWRQRHUD
bajo.72 El inventario de bienes dio el resultado que recoge el Cuadro 9.3.

CUADRO 9.3
Inventario de bienes de Rosa Rojas Mathies. Santa Ana – 1884

Bienes Ps Rs
PDQ]DQDVGHHOODVGHPDODFDOLGDGHYDOXDGDVDps cada una 180
Las 30 restantes son de buena calidad y se evalúan a 50 ps cada una 1.500
18.000 árboles cosecheros a un real cada árbol 2.250
iUEROHVGHFDIpGHDxRDPHGLRUHDOFDGDXQR 125
3.000 árboles de café de seis meses a cuartillo real cada uno  6
FDVDWHMDFRQFRUUHGRUHVGHEDMDUHTXH 400
FDVDWHMDGHDGREHFRQXQFRUUHGRU 500
WULOORHQPDOHVWDGRXQDYHQWDGRUFRQVXUXHGDGRVWRQHOHVJUDQGHV 148
\GRVSHTXHxRV
FDUUHWDVGRV\XQWDVGHEXH\HVRWUD\XQWD 180
Muebles 7 4
Total 5.384 2
Fuente: AGN-FJ, Santa Ana, Civiles 1884 nº 55-1.
En el documento original el total de la suma es 5.414,2 ps.

5RVD5RMDV0DWKLHVHUDXQDPHGLDQDSURGXFWRUD\VXViUEROHVFRVHFKHURVQR
GHEtDQHQFRQWUDUVHHQPX\EXHQHVWDGRRQRHVWDEDQPX\FUHFLGRVSRUTXHIXHURQ
YDORUDGRVDXQUHDOFDGDXQR1RWHQtDSDWLRVSDUDVHFDUFDIpDXQTXHTXL]iORKLFLH-
UDHQODVSURSLHGDGHVGHVXPDULGRSHURWHQtDFDUUHWDV\EXH\HVSDUDHOWUDQVSRUWH
8QRGHODVGDWRVPiVLPSRUWDQWHVGHOLQYHQWDULRHVHOUHODWLYRDOYDORUGHODWLHUUD
TXHKDEtDVXELGRHQWUH\HOFRQUHVSHFWRDODGpFDGD\TXH
FRQYLHQHFRQWUDVWDUFRQRWURVFDVRV\TXHGHWRGDVIRUPDVVXJLHUHXQQXHYRFXDGUR
HFRQyPLFRHQODVUHODFLRQHVGHSURGXFFLyQGHOFDIp(QWRGRFDVRHOPDWULPRQLR
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 309

)RQVHFD0DWKLHVWHQtDUHFXUVRVDMX]JDUSRUORVJDVWRVGHVXPDULGRHQFXLGDGRV
PpGLFRV\HQHOHQWLHUURGHVXHVSRVDTXHDVFHQGLHURQDSVHQWUHORVFXDOHVKXER
SVSDUDXQDWD~GQHJUREDUQL]DGRGHPXxHFDFRQPROGXUDVGRUDGDV9HU$QH[R
Era un signo de la diferencia social entre propietarios cafetaleros y jornaleros.
/RV FDVRV TXH D WtWXOR GH HMHPSORV VH KDQ UHVXPLGR DUULED VROR SUHWHQGHQ
RIUHFHUDOJXQDOX]FRQGDWRVFRQFUHWRVVREUHODHYROXFLyQGHORVSURFHVRVTXHHVWD-
EDQHQPDUFKDHQHOPXQGRGHOFDIpGHORVFXDOHVVHSXHGHQGHVWDFDUDOJXQRV73 El
SULPHURWLHQHTXHYHUFRQODHYROXFLyQGHOSUHFLRGHODWLHUUDTXHHQYDULRVOXJDUHV
GHOSDtV\HVSHFLDOPHQWHHQ]RQDVGHRFFLGHQWHVHKDEtDHOHYDGRFODUDPHQWHKDVWD
DOFDQ]DUHOQLYHOGHORVSVP]\PiV&RPRVHYLRODWHQGHQFLDQRHUDJHQHUDOOR
que refuerza la idea de las diferentes regiones del territorio nacional requieren una
atención diferenciada por la investigación. Esta subida de precios de la tierra lógica-
PHQWHQRVHSXHGHGHMDUGHUHODFLRQDU±DXQTXHHVVRORXQIDFWRUMXQWRDRWURV±FRQ
ODGHFLVLyQGHDSUREDUODVOH\HVGHH[WLQFLyQGHHMLGRV\WLHUUDVFRPXQDOHV6LQGXGD
adquirir tierra privatizada por la aplicación de las leyes iba a resultar mucho más
EDUDWRTXHFRPSUDUODDSVP]FRPRVHKDYLVWRDUULEDHQHOFDVRGH&DOXFR\
otros lugares de occidente. En contra de la tendencia de la tierra parecía estar la del
SUHFLRGHORViUEROHVGHFDIp/RVGDWRVGLVSRQLEOHVKDVWDDKRUDQRVRQGH¿QLWLYRV\
ODLQYHVWLJDFLyQSRGUiDYDQ]DUHQHVWDOtQHDSHURHVSUREDEOHTXHKXELHUDFDPELDGR
ODUHODFLyQHQWUHYDORUGHODWLHUUD\YDORUGHORViUEROHVSODQWDGRVSRUPDQ]DQD$Vt
VLHQODVGpFDGDVGH\HVWDUHODFLyQVHHVWDEOHFtDHQ\KDVWD
DKRUDSXGLHUDHVWDUHQWRUQRDRPHQRVHQ]RQDVFDIHWDOHUDVGHDOWDSURGXFFLyQ
Otro proceso en marcha era el de la creciente desvinculación de la fuerza de
WUDEDMRFRQUHVSHFWRDODWLHUUDDXQTXHHVLPSRVLEOHPHGLUHVWHIHQyPHQR743HURHV
claro que seguían adelante los embargos y las expropiaciones de campesinos y agri-
cultores como resultado de los impagos de los créditos de las habilitaciones. Los
SHTXHxRV SURGXFWRUHV FRQWLQXDEDQ HQ VLWXDFLyQ GH SHQXULD ¿QDQFLHUD \ VH YHtDQ
REOLJDGRVDDFHSWDUDGHODQWRVSRUVXSURGXFFLyQDSUHFLRVPX\EDMRVD~QDULHVJR
GHQRSRGHUFXPSOLUVXVFRPSURPLVRV'HKHFKRPXFKRVGHHOORVSURGXFtDQSRU
GHEDMRGHORTXHVHSXHGHQFRQVLGHUDUORVFRVWHVDSUHFLRVGHPHUFDGRORTXHVROR
VHH[SOLFDSRUHOKHFKRGHTXHREWHQtDQSDUWHGHVXDOLPHQWRHQVXSURSLD¿QFDR
algún ingreso por otra actividad económica que combinaban con la agricultura.
(VWROOHYDDOSUREOHPDGHODVWDVDVGHLQWHUpVGHODVKDELOLWDFLRQHVVREUHWRGR
DTXLHQHVQRWHQtDQSRGHUVX¿FLHQWHSDUDUHFXUULUDRWUDVIXHQWHVGHFUpGLWRTXHQR
IXHVHQ ORV SUHVWDPLVWDV FRPHUFLDQWHV R LQFOXVR RWURV DJULFXOWRUHV PD\RUHV (Q
HVWHVHQWLGRSDUHFHFRQ¿UPDUVHODKLSyWHVLVGHTXHODVDOWtVLPDVWDVDVGHLQWHUpVTXH
se aplicaban a las habilitaciones de la producción del café no tenían parangón con
ODVGHRWURVSDtVHVGHOHQWRUQR<GHULYDGRGHHOORORVPiUJHQHVGHEHQH¿FLRGH
ORVSUHVWDPLVWDVFRPHUFLDQWHV\HQJHQHUDOGHTXLHQHVFRQWURODEDQODVUHGHVGH
comercialización del café eran muy altos. Dependiendo de la evolución del precio
310 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

LQWHUQRGHOFDIpGLFKRVPiUJHQHVHVWDEDQIiFLOPHQWHSRUHQFLPDGHOHQUHOD-
FLyQFRQHOSUHFLRGHH[SRUWDFLyQLQFOX\HQGRORVFRVWHVGHOWUDQVSRUWH
$OJRGLIHUHQWHHUDQODVWDVDVGHJDQDQFLDGHORV¿QTXHURVPHGLDQRV\JUDQGHV
TXHRSHUDEDQFRQIXHU]DGHWUDEDMREDUDWtVLPD\DFRVWHVHVWDEOHV\FRQFUpGLWRQR
PX\EDUDWRSHURDOPHQRVDSUHFLRGHPHUFDGR&RQXQDEXHQDJHVWLyQ\DSR\DGRV
HQHOH[TXLVLWRWUDWR¿VFDOTXHHOORVPLVPRVVHGDEDQGHVGHHO(VWDGRPXFKRVGH
HOORVFUHFLHURQLQYLUWLHQGR\QRDSRFRVOHVIXHPX\ELHQFRPRORPXHVWUDQORV
HMHPSORVGH-RVp/DUUH\QDJD2QRIUH'XUiQR0DQXHO($JXLODU$OJXQRVLQFOXVR
PRQWDURQEHQH¿FLRVPHFDQL]DGRV\WUDEDMDEDQSDUDWHUFHURVFRQXQDVJDQDQFLDV
LPSRUWDQWHV /RV FRVWHV GH LQVWDODFLRQHV \ PDTXLQDULD SDUD EHQH¿FLDU HO FDIp QR
HUDQQLPXFKRPHQRVSURKLELWLYRVGDGRVVXVEHQH¿FLRVTXHVHGHELHURQPDQWHQHU
incluso en momentos de caída del precio internacional del café porque eran muy
DPSOLRVVRORKDEODQGRGHFDIp(VPX\GLItFLOSRGHUFDOFXODUTXpWDVDVGHJDQDQFLD
SRGtDQWHQHUORVFDIHWDOHURV&DGDFDVRHUDGLIHUHQWHDORVGHPiVSHURPiUJHQHV
del 20% o incluso el 30% en casos de medianos y grandes cafetaleros a quienes
HO QHJRFLR IXQFLRQDUD ELHQ QR SDUHFHQ H[DJHUDGRV &ODUR TXH HQ HO SURFHVR GH
FUHFLPLHQWRDOJXQRVSHUGLHURQHOFRQWURO\FD\HURQEDMRODSUHVLyQGHVXVGHXGDV
3HURDORVUHDOPHQWHSRGHURVRVFRPR)pOL['iUGDQRQROHVIDOWDEDQUHFXUVRVSDUD
UHFXSHUDUVHSHVHDORVSUREOHPDV
Estas son solo algunas líneas que ayudan a comprender cómo fue consoli-
dándose la oligarquía cafetalera solo en lo referido al café. Un buen número de sus
FRPSRQHQWHVHVWDEDQWDPELpQHQSROtWLFD\HQXQDGLYHUVLGDGGHRWURVQHJRFLRV
formando parte de la maquinaria de dominación que se observa en estas páginas.
CON PASO FIRME EN LA CONSOLIDACIÓN DEL CAFÉ 311

ANEXO 1
Catálogo de la biblioteca de la Finca Modelo (ca. 1881)

– -RXUQDO d’Agriculture 3UDFWLTXHVLF – Conseils a -HXQH Fermiere 1

10
FRUUHVSRQGLHQWHDDxRV- – Vignotti. Des irrigations 1
– *LUDUGLQ"'XEUHLO7UDLWpG¶DJULFXOWXUH 2 – Gaspari. Metayage 1
– Le bon jardinier 2 – Leozó/an 3RUFKHULH 1
– /H)RXU"Animant VLFdomestique 2 – Giraudin. Des fermiers 1
– %RVVLQ3ODQWHVEXOEHXVHV 2 – Ch. -DFTXHV/Hpoulailler 1
– "%DH-HXGLV"GH0'XODULHV 2 – Le Four. Culture Generale 1
– Villalin. Ini/irri gati – ULHVURWR 1 – $3XYLV$UEUHVIUXLWLHUV 1
– Magne Vaches laitieres 1 – Carriere. 3HSLQLqUHV 1
– Deveauvoys. Guide de l’apiculteur 1 – M. Bertin Code des irrigations 1
– *+HQJH3ODQWHVROHDJLQHVHV 1 – Milne Edwards Geologie 1
– Milne Edwards. Geologie 1 – -5XKQ7UDLWHGHV DOLPHQWDWLRQVGHVEHWHVERQHV 1
– 39LDORQ/HPDUDLFKHERXUJHRLV 1 – Villeroy Betes a cornes 1
– -5HP\Champignos et truffes 1 – Culture des fleurs 1
– Ch. 5RXJHW. Traité de Geometrie 1 – -RLQHDFGHVJUDLQV 1
– Comptabilité de la ferme 1
– de couche 1
– 'HO"&KHYDOLHUH3ODQWHV 1
– Loisel Asperge 1
– /HPDLUH3ODQWHVGHJUDVVHV 1
– Vial Engraissement du boeuf 1
– A. Dupins Arbres d’ornement 1
– A. Dubreil Arbres et arbusseaux d’ornements 1
– 5RYLQHW%DVVH FRXUSLJHRQV 1
– V. Borie Travaux des champs 1
– Sacc Chimie des animaux 1
– Gravures du bon jardinier 1
– 6'XSLQV"$UEULVVHDQWDUEXVWHV 1
– 0DQLWLQ"/HSRWDJHU 1
– G. Henge. Les plantes industrielles 1
– A. De Breuil Culture des arbres et d’arrbuisseaux 1
– G. Henge. Les matieres fertilizantes 1
– Damourette. Calendrier du metayer 1
– 'RQ)HUQHW3KLVLTXH 1
– Vilmorin Andrien Les fleurs de pleine "-ture 1
– Catálogo y lista de precios de de M. Fra de los
1
JXODVVLF

Fuente: Baltasar Estupiñán (Palacio Nacional) a Gobernador de San Vicente, 2 octubre 1886. AGN.
Gobernación, 2 1887. S. Vicente. Las referencias de los libros se han transcrito lo más fielmente
posible sin hacer ninguna corrección. Algunos autores y títulos son incomprensibles, por el
estado del documento o por una mala copia de quien reprodujo el inventario. En otros casos las
referencias se comprenden muy bien, incluso aunque haya errores en la copia, que son fácilmente
interpretables, como “animant” por “animaux”, por ejemplo.
312 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ANEXO 2
Gastos en enfermedad y entierro de Rosa Rojas Mathies. San Ana – 1884

Gastos Ps Rs
Mercaderías para le enferma 37 6
Medicinas 109 4
Médico 60
Impresión de tarjetas para el convite en el entierro 7
Nicho a la -XQWDde Caridad de Santa Ana 19
Ataúd negro barnizado de muñeca con molduras doradas 60
7LHPSRVGHGREOHVVROHPQHVHQFDSLOOD6DQ-XDQGH'LRV\HQSDUURTXLD1WUD
11
6UDGHO&DUPHQ
Lápida de mármol negro con inscripción de letras grabadas y doradas 30
&DQGHODVSDUDHOHQWLHUURYHODGRUDV\SDUDHOQRYHQDULR 14 3
Dos piezas de indiana negro 4 3
(QOLVWyQHQFDMH\DOILOHUHV 1 4
Dos botellas de vermut para veladores 3
Total 357 4
Fuente: AGN-FJ, Santa Ana, Civiles 1884 nº 55-1.
Capítulo 10
El hundimiento de la Hacienda y el regreso a la
deuda externa

“La estructura y evolución

GHORVVLVWHPDV¿VFDOHV
ciertamente revelan mucho
sobre las relaciones sociales
y los mecanismos políticos”.

-RVHSK$ORLV6FKXPSHWHU

En 1876 cambió una vez más la situación política en El Salvador. Su presiden-

WHHUDHQWRQFHV$QGUpV9DOOHXQSROtWLFRULFRSURSLHWDULR\SUHVWDPLVWDTXHWHQtDDO
JHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]FRPRYLFHSUHVLGHQWH$TXHODxRYLRFyPR-XVWR5X¿QR
%DUULRVOHGHFODUDEDODJXHUUDHQODTXHYHQFLy*XDWHPDOD(OFRQÀLFWRWHUPLQyFRQ
un acuerdo en el que Barrios consiguió imponer al nuevo presidente salvadoreño:
5DIDHO=DOGtYDUeVWHFRPHQ]yDJREHUQDUFRQXQSUR\HFWRGHPRGHUQL]DFLyQGHO
SDtVTXHFRPRVHYLRHQHO&DStWXORLPSOLFDEDXQDSROtWLFDIXHUWHPHQWHH[SDQVL-
YDHQJDVWRVODFXDOSURYRFyODQHFHVLGDGGHLQFUHPHQWDUORVLQJUHVRV¿VFDOHV3DUD
HOOR=DOGtYDUDSURYHFKyHOLPSXOVRTXHH[SHULPHQWDURQODVH[SRUWDFLRQHVVDOYDGR-
UHxDVGHVGHODVHJXQGDPLWDGGHORVDxRVSHURHOSUR\HFWRWHQtDFRQWUDGLF-
ciones internas que se manifestarían en pocos años. Analizar cómo se concretó la
SROtWLFDJXEHUQDPHQWDOHQORVSODQRV¿VFDO\¿QDQFLHURSXHGHD\XGDUDFRPSUHQGHU
mejor cómo evolucionó la sociedad salvadoreña en estos años.
<DVHKDQUHIHULGRORVIDFWRUHVH[WHUQRVPiVLQÀX\HQWHVHQHVWHSURFHVROD
HYROXFLyQGHORVSUHFLRVLQWHUQDFLRQDOHVGHORVSURGXFWRVDJUDULRVH[SRUWDGRVODV
tendencias generales de la economía internacional y la caída del precio internacio-
QDOGHODSODWDHQWUHRWURV\SRURWUDSDUWHWDPELpQVHKDQUHYLVDGRDOJXQRVGHORV
FDPELRVLQWHUQRVTXHVHGHWHFWDEDQHQODJHVWLyQLQWHUQDGHODHFRQRPtDHQSDUWH
FRPRUHÀHMRGHDTXHOORV'HORVIDFWRUHVPHQFLRQDGRVODFULVLVHFRQyPLFDLQWHU-
nacional merece unas palabras más. La fase que se inició a partir de 1873 aproxi-
PDGDPHQWH WXYR UDtFHV GLYHUVDV VHJ~Q ORV SDtVHV SHUR XQR GH VXV FRPSRQHQWHV
fue la creciente caída del precio de la plata en el mercado mundial y la progresiva
adopción del patrón oro por varias de las naciones en proceso de industrialización y
a las que El Salvador compraba sus importaciones.1/DFULVLVFRQVXVRVFLODFLRQHV
314 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

provocó escasez de capitales en los mercados internacionales y serios problemas en

ODVEDODQ]DVGHSDJRVHVSHFLDOPHQWHSDUDQDFLRQHVFRPR(O6DOYDGRU(QSULPHU
lugar el país no tenía moneda propia sino que funcionaba con una diversidad de
PRQHGDVGHRWUDVQDFLRQHVIXQGDPHQWDOPHQWHGHSODWD<HQVHJXQGRWpUPLQRDXQ-
TXHWHQtDXQDFLHUWDSURGXFFLyQPLQHUDGHRUR\SODWDPDQWHQtDOLEHUDOL]DGDWDQWR
ODSURGXFFLyQFRPRODH[SRUWDFLyQGHPLQHUDOFRQORTXHHO(VWDGRQRREWHQtDFDVL
QLQJ~QEHQH¿FLRGHODPLVPD27RGRHOORXQLGRDXQDHVWUXFWXUD¿VFDOIXHUWHPHQWH
GHVHTXLOLEUDGD\GH¿FLWDULDQRFUHySHURVtDFHQWXyODH[LVWHQFLDGHXQDLPSRUWDQWH
deuda interna de graves consecuencias sociales.3
'HVGHRWURSXQWRGHYLVWDHOPDQHMRGHVGHHOSRGHUSROtWLFRGHWRGDVHVWDV
transformaciones y de sus consecuencias continuó siendo un trasunto de lo que
VXFHGtDHQHOWHUUHQRGHODSURGXFFLyQGLVWULEXFLyQ\FLUFXODFLyQDJUDULDHVGHFLU
ODEDVHGHODHFRQRPtDGHOSDtV\WXYRPXFKRTXHYHUHQODFRQVROLGDFLyQGHOD
GRPLQDFLyQGHORVVHFWRUHVVRFLDOHVTXHORGHWHQWDEDQ3RUHVRFRQYLHQHPRVWUDU
precisamente en el plano de la política gubernamental cómo en la gestión de un es-
SDFLRHVHQFLDOSDUDHOIXQFLRQDPLHQWRGHO(VWDGRFRPRHUDOD+DFLHQGDODSROtWLFD
¿VFDO\¿QDQFLHUDFRQWLQXyVLHQGRSODQL¿FDGD\FRQWURODGDGHVGHHOSRGHUSRUORV
FLWDGRVJUXSRVVLJXLHQGRODVSDXWDVTXHVHYHQtDQWUD]DQGRGHVGHDxRVDWUiV
(QFRQWUDGHORTXHVHKDOOHJDGRDD¿UPDUQRHVH[DFWRTXHORVJRELHUQRV
salvadoreños buscaran los fondos públicos en cualquier recurso que fuese políti-
FDPHQWHYLDEOHVDOYDQGRORVLQWHUHVHVGHORVFDIHWDOHURV4 Más bien podría decirse
TXH ORV JUXSRV GRPLQDQWHV ±GHVGH OXHJR FRQ FRQÀLFWRV LQWHUQRV± FRQWURODEDQ HO
SRGHU(MHFXWLYRHO/HJLVODWLYR\WHQtDQPXFKRVFRPSRQHQWHVHQHOMXGLFLDOTXHD
SDUWLUGH¿QHVGHODGpFDGDGHPXFKRVGHVXVPLHPEURVHUDQHOORVPLVPRVFD-
IHWDOHURV\TXHPDQWHQtDQXQSUR\HFWR¿VFDOSHUIHFWDPHQWHFODUR\FRKHUHQWHFRQ
sus intereses por encima de los avatares tanto de la política nacional como interna-
FLRQDO(QRWUDVSDODEUDVHQHO~OWLPRFXDUWRGHO;,;FRQHODXJHGHOFDIpORVVHF-
WRUHVGHJUDQGHVSURSLHWDULRVORVQHJRFLDQWHVGHOJUDQR\ORVHPSUHVDULRVGHOFR-
PHUFLRH[WHULRUFRQVLJXLHURQQRVLQFRQWUDGLFFLRQHVTXHORVJRELHUQRVIRUPDGRV
por ellos mismos fueran diseñando un modelo de funcionamiento de la Hacienda
\ODV¿QDQ]DVGHO(VWDGRTXHHUDXQUHÀHMRHQHOSODQRGHODSROtWLFDHFRQyPLFDGH
ODUHODFLyQGHIXHU]DVH[LVWHQWHHQHOSDtVHQWpUPLQRVVLPLODUHVDFRPRVXFHGtDHQ
otros países.5 De esta forma su control se consolidó y se aseguraron unas condicio-
QHVH[FHOHQWHVSDUDODUHSURGXFFLyQGHOFDSLWDO\ODDFXPXODFLyQGHEHQH¿FLRVHQ
WpUPLQRVYHQWDMRVtVLPRVLQFOXVRHQPRPHQWRVGHFULVLVHFRQyPLFDLQWHUQDFLRQDO
Era un aspecto más de la forma en que dominaban las clases dominantes.6
Todo lo anterior guarda una relación directa con el proceso de formación del
(VWDGROLEHUDO\SDUHFHFODURTXHSDUDFRPSUHQGHUHOSURFHVRGHUHGH¿QLFLyQ\GHO
IXQFLRQDPLHQWRGHO(VWDGRD¿QHVGHO;,;QRHVVX¿FLHQWHSHURVtHVQHFHVDULR
FRQRFHU OD +DFLHQGD S~EOLFD \ VXV ¿QDQ]DV7 (Q HVWH VHQWLGR HOOR FRQWULEX\H D
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 315

FRPSUHQGHUPHMRUODVEDVHVGHXQHVWDGRODWLQRDPHULFDQRHQHVWDpSRFDFRPRHUD
HOVDOYDGRUHxR\DUHYLVDUDOPLVPRWLHPSRHOVHQWLGRGHOFRQFHSWRGHELOLGDGGHO
Estado que ha sido repetido excesivamente sin entrar a precisar qué es lo que se
quiere decir con ello.8

GRÁFICO 10.1
Valor de importaciones y exportaciones
Millones de pesos
8

Imports. Exports.

Fuente: Memorias del Ministerio de Hacienda.

GRÁFICO 10.2
Precio de la plata en Nueva York
1 onza (.1000 fino) en dólares
1,4

1,2

0,8

0,6

0,4

0,2

0
1874 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91

Fuente: John P. Young. Central American Currency and Finance.

Princeton. Princeton University Press, 1925, p. 67.

*
Los años de 1876 a 1880 pueden considerarse una primera etapa de la pre-
VLGHQFLDGH=DOGtYDUHQORVWHUUHQRVLQGLFDGRVTXHVHFDUDFWHUL]ySRUXQDIXHUWH
VXELGDGHODVFLIUDV¿VFDOHVDFRPSDxDGDGHQXHYDVPHGLGDVHQHOSODQRGHODGHXGD
LQWHUQDSDUDD\XGDUDHTXLOLEUDUXQGp¿FLWTXH\DHUDWUDGLFLRQDO$FRPLHQ]RVGH
316 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HO0LQLVWURGH+DFLHQGD)DELR0RUiQSUHVHQWDEDDOD$VDPEOHD1DFLRQDOOD
PHPRULDGHVXFDUWHUDUHIHULGDDODxRDQWHFHGHQWHGHHOSULPHUHMHUFLFLR¿VFDO
FRPSOHWR GH OD SUHVLGHQFLD GH =DOGtYDU9 El ministro comenzaba su intervención
DQWHOD$VDPEOHDHQXQRGHVXVSULPHURVSiUUDIRVD¿UPDQGR
³'LItFLO \ SHQRVD KD VLGR OD VLWXDFLyQ ¿QDQFLHUD GHO JRELHUQR GXUDQWH HO DxR
>@ &XDQGR XQD YH] OD FDMD QDFLRQDO FDH HQ EDQFDUURWD VH QHFHVLWDQ PX-
FKRVUHFXUVRVSDUDYROYHUODDVXPDUFKDQDWXUDOSHURFRPROHMRVGHHVWRYLQROD
JXHUUDGHODVGL¿FXOWDGHVIXHURQDXPHQWDQGR\OOHJDURQDWDOH[WUHPRTXH
GHVSXpVGHDTXHOVHULRFRQÀLFWRQRKDQEDVWDGRSDUDVDOYDUODVODDO]DGHODVUHQWDV
y los muchos medios económicos a que ha recurrido el gobierno”.10
1RREVWDQWHHQORVLQJUHVRVGH+DFLHQGDVHKDEtDQPiVTXHGXSOLFDGR
FRQUHVSHFWRDORVGH(VWRWLHQHHQSULQFLSLRDOJRGHVRUSUHQGHQWHWHQLHQGR
en cuenta los efectos de las inestabilidades políticas de 1875-76 ya menciona-
GDVSRUHOPLQLVWURGHOSULPHULQWHQWRGHJROSHGHHVWDGRHQSURWDJRQL]DGR
SRUHOJHQHUDO)UDQFLVFR0HQpQGH]DOFDOGHGH$KXDFKDSiQGHRWURV³WUDVWRUQRV´
VRFLDOHV TXH IXHURQ VRIRFDGRV \ SRU ~OWLPR GH OD FR\XQWXUD HFRQyPLFD LQWHU-
nacional.11(QWRGRFDVRHQVHKDEtDQUHFDXGDGRSVXQDVXELGD
GHSVVREUHHTXLYDOHQWHDXQGHLQFUHPHQWR$KRUDELHQHV
QHFHVDULRSUHFLVDUTXHFRQ¿UPDQGRORVXSXHVWRSDUDODFDQWLGDGLQJUHVDGD
HQGLQHURHIHFWLYRHUDVyORGHSVHVGHFLUHOGHOWRWDOQRPLQDO
correspondiendo el resto a amortización de deuda en sus distintas variantes. Esto
adquiría gran importancia en relación con la política de gastos y con el proceso
GH HQGHXGDPLHQWR GHO (VWDGR HUD XQ FRPSRQHQWH FUyQLFR GH OD +DFLHQGD YHU
&DStWXOR\FRQWLQXyDFWXDQGRFRPRXQSHVRLQVRSRUWDEOHGXUDQWHORVDxRVTXH
cubre este capítulo.
/D UHFDXGDFLyQ WRWDO VH FRPSRQtD DGHPiV GH RWUDV UHQWDV PHQRUHV GH
1.437.665 ps procedentes de las rentas aduaneras y de 422.541 ps correspondien-
WHVDODUHQWDGHODJXDUGLHQWHTXHFRQMXQWDPHQWHVLJQL¿FDEDQSVRHO
GHOWRWDOGHORVLQJUHVRV6LVHFRPSDUDFRQODVFLIUDVGHHODXPHQWR
de estas dos rentas juntas había sido de más del 100%. ¿Cómo se habían alcanzado
WDOHVFDQWLGDGHV"(QSULPHUOXJDUHORULJHQHVWDEDHQXQDFRQVWDQWHQRVyORGH(O
6DOYDGRUVLQRGHPXFKDVHFRQRPtDVLEHURDPHULFDQDVODVDOFDEDODVPDUtWLPDVR
UHQWDVDGXDQHUDV12 TXHKDEtDQFUHFLGRHQWUHRWUDVUD]RQHVSRUTXH=DOGtYDUKDEtD
incrementado en 1877 en un 10% los derechos de importación.13&RQ¿UPDQGROR
TXHVHDSXQWySDUDORVLQJUHVRVSRUGHUHFKRVDGXDQHURVSURFHGtDQEiVLFD-
mente de las importaciones y ahora se situaban en torno al 50% sobre el valor
GHODVPHUFDQFtDVHQWDQWRTXHODVH[SRUWDFLRQHVHVWDEDQSUiFWLFDPHQWHH[HQWDV
GHFDUJD¿VFDO1RVHGLVSRQHGHORVGDWRVSUHFLVRVSDUDSHURH[LVWHQSDUD
XQDxR¿VFDOUHODWLYDPHQWHVLPLODUVDOYRSRUHOKHFKRGHTXHHQPDU]RGH
ORV³GHUHFKRVPDUtWLPRV´IXHURQHOHYDGRVR¿FLDOPHQWHDO14 El Cuadro
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 317

UHÀHMDHOSHVRUHODWLYRGHORVGHUHFKRVDGXDQHURVFREUDGRVDLPSRUWDFLRQHV\
H[SRUWDFLRQHVDVtFRPRVXUHODFLyQFRQHOWRWDOGHORUHFDXGDGRHQVREUHHO
comercio exterior15:

CUADRO 10.1
Relación de ingresos y derechos fiscales – 1879

Importaciones Exportaciones
Valor Derechos Valor Derechos
2.549.151  4.122.888 
% sobre total
 
recaudado
)XHQWH(VWDGRJHQHUDOGHORV,QJUHVRV\(URJDFLRQHVGHODV5HQWDV3~EOLFDVGH
Diario..., 24 marzo 1880.

GRÁFICO 10.3
Valor de Importaciones, exportaciones y derechos recaudados – 1879
Millones de pesos
5
4,122888
4

3 2,549151

2
1,402204
1
0,035461
0
Importaciones Exportaciones
Valores Derechos

Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

$OPDUJHQGHODVFLIUDVDEVROXWDVHOFXDGURPXHVWUDTXHPiVGHOGHO
WRWDOGHODVUHQWDVGHOFRPHUFLRH[WHULRUSURFHGtDQGHODVLPSRUWDFLRQHVPLHQWUDV
TXHODVH[SRUWDFLRQHV±HQODVTXHHOFDIp\HODxLOVLJQL¿FDEDQHO±VyORFRQ-
WULEXtDQFRQHOGHORVGHUHFKRVUHFDXGDGRV(VWHSURFHGtDSRVLEOHPHQWH
GHOLEUDVGHDxLOH[SRUWDGRDSHVRODOLEUD\GHOFDIpH[SRUWDGRDO
TXH HQ  VH DSOLFDED XQ WLSR ¿VFDO GH VROR 16 3RUFHQWDMHV VLPLODUHV VH
debían estar produciendo en 1877 y se siguieron aplicando en los años siguientes.
318 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

De estas cifras se desprende una consecuencia de profundo alcance para conocer

PHMRUODKLVWRULDGHOSDtVORVEHQH¿FLRVGHORVH[SRUWDGRUHVGHFDIp\DxLOHUDQ
SUiFWLFDPHQWHQHWRVHQWDQWRTXHORVLPSXHVWRVDORVDUWtFXORVGHFRQVXPRHUDQ
UHSHUFXWLGRVDOFRQMXQWRGHODSREODFLyQ3HURHVWDVFLIUDVWLHQHQD~QRWURVLJQL¿-
FDGR\HVTXHHQODVLPSRUWDFLRQHVH[SHULPHQWDEDQXQDSUHVLyQ¿VFDOVLQR
GHOFRPRR¿FLDOPHQWHVHKDEtDHVWDEOHFLGRSDUDPXFKDVPHUFDQFtDVVtGHO
ORTXHGHEtDHVWDUVHWUDGXFLHQGRHQXQFUHFLPLHQWRGHSUHFLRVDOFRQVXPRGH
XQDPXOWLWXGGHSURGXFWRVWH[WLOHV\RWUDVPDQXIDFWXUDVFRQXQDSUREDEOHFDtGD
GHOSRGHUDGTXLVLWLYRGHJUDQSDUWHGHODSREODFLyQ$xDGLGRDWRGRHOORHQ
el gobierno decidió subir del 1% al 2% un impuesto extra sobre el comercio tanto
GH LPSRUWDFLyQ FRPR GH H[SRUWDFLyQ TXH VH PDQWHQGUtD D OR ODUJR GH ORV DxRV
siguientes.
&RQ¿UPiQGRVHFRPRRWUDFRQVWDQWH¿VFDOGHOSDtVODVHJXQGDUHQWDPiVLP-
portante era la del aguardiente. El aguardiente suministrado por los proveedores y
YHQGLGRSRUHO(VWDGRVHJ~QODUHIRUPDUHDOL]DGDSRU6DQWLDJR*RQ]iOH]SURGXMR
HQXQUHVXOWDGROtTXLGRGHSVORTXHFRPSDUDGRFRQHOGH
VLJQL¿FDEDXQDXPHQWRGH17 La principal razón de esta subida era que
el impuesto sobre el aguardiente había experimentado un nuevo incremento. En
OtQHDFRQORD¿UPDGRHQHOPLQLVWHULRYROYtDDDVHJXUDUFRPRHODQWHULRUTXH
el alza que se había aplicado al precio del aguardiente –que se desconoce– había
VLGRWDQSURGXFWLYDSDUDOD+DFLHQGDFRPREHQH¿FLRVDSDUDODPRUDOS~EOLFDSXHV-
WRTXHDOVHUPiVFDURVXSXHVWDPHQWHKDEtDGLVPLQXLGRVXFRQVXPR\FRQpOOD
ebriedad y los delitos consiguientes a ella. No existe un estudio acerca del consumo
GHDJXDUGLHQWHHQHOSDtVSHURHODUJXPHQWRGHORVJRELHUQRVQRFDUHFtDGHFLHUWD
hipocresía.18
Al margen de otras rentas que proporcionaron ingresos menores a la Hacien-
GDPHUHFHGHVWDFDUVHODYHQWDGHDFFLRQHVGHODVFRPSDxtDVTXHH[SORWDEDQORV
PXHOOHVGH$FDMXWOD\/D/LEHUWDGTXHOOHYyDFDERHOJRELHUQRHQODVPLVPDV
que había adquirido el gobierno de González en 1874. La cuestión interesa no tanto
SRUODPDJQLWXGGHORVIRQGRVTXHSURGXMHURQVLQRSRUODSRVLFLyQGHOJRELHUQR
que había sido su titular y por quiénes fueron los compradores. Las acciones com-
SUDGDVHQIXHURQSRVWHULRUPHQWH³HPSHxDGDV´VLFDSOD]R¿MRSRUGRVDxRV
3Uy[LPRVDVXYHQFLPLHQWRORVSOD]RV\QRKDELHQGRGLQHURFRQTXpUHVFDWDUODV
HO JRELHUQR FRORFDGR HQ OD GLV\XQWLYD GH GHMDU FDGXFDU ORV SOD]RV SHUGLHQGR VX
GHUHFKRDHOODVRYHQGHUODVSDUDORJUDUXQDXPHQWRVREUHHOWLSRDTXHKDEtDQVLGR
QHJRFLDGDVGHFLGLyYHQGHUODVHQS~EOLFDOLFLWDFLyQ'HHVWHPRGRORJUyXQ
de utilidad sobre el precio de empeño de cada acción de las de Acajutla y un 20%
de las de La Libertad. Es importante destacar que el “precio de empeño” era proba-
blemente más bajo que la cotización de las acciones.19
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 319

En total se vendieron 410 acciones de la Compañía del Muelle de Acajutla y

GHODGH/D/LEHUWDGTXHSURGXMHURQD+DFLHQGDSV3HURPiVTXHODFDQ-
WLGDGLQWHUHVDQORVQRPEUHVGHORVFRPSUDGRUHVPiVLPSRUWDQWHVTXHHUDQDOJXQRV
GHORVPiVUHOHYDQWHVFRPHUFLDQWHVGHOSDtV\DVXYH]DFUHHGRUHVGHOJRELHUQR
(QWUHHOORVHVWDEDQ0DQXHO7ULJXHURVSRUSDUWHGHOD6RFLHGDG%ODQFR 7ULJXHURV
TXHDGTXLULyDFFLRQHVGH$FDMXWOD\GH/D/LEHUWDG0DXULFLR'XNHGH
$FDMXWOD0DQXHO*DOODUGRGH$FDMXWOD\GH/D/LEHUWDG/XLV6FKOHVVLQJHU
GH$FDMXWOD\GH/D/LEHUWDG\2QRIUH'XUiQGH$FDMXWODHQWUHRWURV6H-
ría interesante saber si algunos de estos compradores habrían sido accionistas que
vendieron sus participaciones en 1874. Era el resultado de la diferente política en
UHODFLyQFRQHVWHDVXQWRGH6DQWLDJR*RQ]iOH]\GH5DIDHO=DOGtYDU(QFXDOTXLHU
FDVRHVPX\UHYHODGRUDODSRVLFLyQGHHVWRVHPSUHVDULRVFRPR7ULJXHURV'XNH
HWFTXHVHEHQH¿FLDEDQGHODGHELOLGDG¿QDQFLHUDGHOJRELHUQRHOFXDOSHUGLyGLQH-
URHQODRSHUDFLyQTXHSRURWUDSDUWHSDUWLFLSDEDQHQODVFRPSDxtDVTXHRSHUDEDQ
ORVSXHUWRVGRQGHHUDQDOPLVPRWLHPSRLPSRUWDGRUHV\TXHHUDQDGHPiVDFUHH-
GRUHVGHOJRELHUQRFRPRWLWXODUHVGHGHXGDÀRWDQWH
3DUDFRQRFHUDOJXQRVGDWRVPiVGHHVWDSULPHUDIDVHGHOJRELHUQRGH=DO-
GtYDU HQ  DGHPiV GH ODV FLIUDV GH FRPHUFLR H[WHULRU UHIHULGDV DUULED ORV
LQJUHVRV¿VFDOHVKDEtDQVLGRHOVXSHULRUHVDORVGH1RHVSRVLEOHFRP-
parar los gastos puesto que se desconocen los de 1877. Las rentas aduaneras y la
del aguardiente seguían siendo las que suponían el mayor porcentaje del total de
ORVLQJUHVRVFRQHO2WUDVUHQWDVPHQRUHVVXPDEDQSVHO
pero el interés en la Memoria de Hacienda de 1879 era la aparición explícita del
FRQFHSWR³UHQWDVQRSUHVXSXHVWDGDV´DODVTXHVHKDEtDDOXGLGRHQORVLQIRUPHVGH
\\TXHDKRUDDVFHQGLHURQDSVHVGHFLUHOGHOWRWDO
GHORVLQJUHVRV(QRWUDVSDODEUDVXQSRUFHQWDMHFRQVLGHUDEOHGHODDFWLYLGDGGH
Hacienda se generaba fuera de las leyes de presupuestos y eran probablemente
créditos.
Cuanto va dicho ayuda a entender que el período 1877-80 marcó el comienzo
GHOJUDQVDOWRHQWpUPLQRV¿VFDOHVHQ(O6DOYDGRU(QHVWRVDxRVORVLQJUHVRV\ORV
JDVWRV GH OD +DFLHQGD HYROXFLRQDURQ FRPR LQGLFDQ HO &XDGUR  \ HO *Ui¿FR
HQTXHVHFRPSDUDQFRQDxRVDQWHULRUHV\SRVWHULRUHV(OORSRGUtDH[SOLFDU-
VHHQSDUWHSRUHODXPHQWRGHORVEHQH¿FLRVGHORVH[SRUWDGRUHVWDQWRGHFDIpD
SHVDUGHOLQLFLRGHODFDtGDGHVXSUHFLRFRPRGHDxLOTXHKDEUtDQFRQWULEXLGRDO
LQFUHPHQWRGHODGHPDQGDGHLPSRUWDFLRQHV(VWRDVXYH]KDEUtDJHQHUDGRPiV
LQJUHVRVDOD+DFLHQGDVREUHWRGRGHVGHTXHHOWLSR¿VFDOVREUHODVLPSRUWDFLRQHV
superaba el 50%.
320 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

CUADRO 10.2
Ingresos y gastos de Hacienda

Ingresos Gastos
1874 1.222.015 1.139.099
1877 2.791.706 s/d
1879 2.914.236 2.785.063
1880 3.272.740 2.583.515
1881 3.951670 3.826.637
Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

GRÁFICO 10.4
Ingresos y gastos – 1874-1881
Millones de pesos
5

0
1874 1877 1879 1880 1881
Ingresos Gastos

Fuente: Memorias de Hacienda de los años referidos.

3DUHFHUHYHODGRUTXHHOPLQLVWURGH+DFLHQGDQRRIUHFLHVHODVXPDWRWDOGHORV
gastos nacionales en la presentación que hizo de la Memoria correspondiente a 1877
DOD$VDPEOHD(QVXLQWHUYHQFLyQVHOLPLWyDD¿UPDUTXHORVJDVWRVGHORVGLYHUVRV
UDPRVGHOSUHVXSXHVWRVHKDEtDQFRPSHQVDGRHQWUHVtOOHJDQGRDIRUPDUXQ³FXDVL
HTXLOLEULR´H[SUHVLyQFX\RVLJQL¿FDGRQRTXHGDFODUR6LHPSUHHQ\WRPDQGR
VyORFRPRUHIHUHQFLDORVLQJUHVRVUHDOHVHQGLQHURHIHFWLYRVHKDEtDSURGXFLGRXQD
GHVYLDFLyQSUHVXSXHVWDULDGHODIDYRUGHODVUHFDXGDFLRQHV¿VFDOHVORVLQJUHVRV
SUHVXSXHVWDGRVKDEtDQVLGRSV\GHOVLVHFRQVLGHUDWDPELpQHQWUH
ORVLQJUHVRVODGHXGDDPRUWL]DGD(QHVWDVFLUFXQVWDQFLDVORRUWRGR[RHQHOPDQHMR
GHOD+DFLHQGDKDEUtDFRQVLVWLGRHQVXELUORVJDVWRVWDPELpQHQWRUQRDOTXH
había sido el aumento de los ingresos en dinero efectivo. Ello habría equivalido a un
JDVWRGHSVDSUR[LPDGDPHQWH6LQHPEDUJRDXQVLQFRQRFHUHOWRWDOGH
ORVJDVWRVHQKD\UHIHUHQFLDVTXHSHUPLWHQSHQVDUTXHGHELHURQVXSHUDUDP-
pliamente los dos millones de pesos. Sintomática y reveladora del programa econó-
mico expansivo del gobierno era la queja del ministro cuando decía en su Memoria:
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 321

“Es incalculable lo dispendioso que se ha hecho la administración pública del Sal-

YDGRU$FUHFLGDVHURJDFLRQHVRUGLQDULDV\H[WUDRUGLQDULDVHYHQWXDOHVVHDJUHJD
WRGDODEHQH¿FHQFLDS~EOLFD1RKD\XQDVRODREUDS~EOLFDORFDOTXHQRDIHFWHDO
7HVRURFXDQGRQRHQWRGRVtHQPXFKDSDUWHGHVXFRVWR/DLQLFLDWLYDGHHOODV
KDYHQLGRSRUXQDFRVWXPEUHGLItFLOGHGHVDUUDLJDUVLpQGROHRQHURVDDXQSRUOR
relativo a las obras puramente municipales o eclesiásticas. No hay un solo esta-
EOHFLPLHQWRGHHQVHxDQ]DDXQTXHVHDGHFDUiFWHUSULYDGRTXHQRSLGD\REWHQJD
VXEYHQFLyQQLFDODPLGDGVRFLDOTXHQRUHFXUUDDOJRELHUQRHQEXVFDGHVRFRUUR
HQ¿QWRGRSHVDVREUHODVDUFDVQDFLRQDOHV\HVWDFRVWXPEUHKLMDGHODQHFHVLGDG
RGHFXDOTXLHURWUDFLUFXQVWDQFLDVHKDKHFKR\DLQHOXGLEOHHQQXHVWURSDtV´

El tono de las referencias a los gastos sociales resulta muy indicador del
VHQWLGRROLJiUTXLFRGHO(VWDGRTXHWHQtDHOPLQLVWUR\HQWRGRFDVRD¿UPDEDTXH
estas eran algunas de las causas de que se hubiera mantenido el Tesoro en “alguna
H[KDXVWH]´GXUDQWHHODxRHFRQyPLFRGDQGRHQSDUWHSRUUHVXOWDGRXQDPDODVL-
WXDFLyQ¿QDQFLHUD1RPHQFLRQDEDORVJDVWRVPLOLWDUHVDORVTXHVHDOXGLUiDEDMR
7UDWDQGR GH JDVWRV H[WUDRUGLQDULRV KD\ TXH UHIHULUVH HQ SULPHU OXJDU D OD
LQIRUPDFLyQ GHO SUHVLGHQWH =DOGtYDU HQ VX PHQVDMH D OD$VDPEOHD UH¿ULpQGRVH D
HQHOVHQWLGRGHTXH+DFLHQGDKDEtDFXELHUWRXQDGHXGDGHPiVGH
ps reconocida a súbditos extranjeros a consecuencia de la asonada en San Miguel
HQ6REUHHVWHPLVPRSXQWRSRUVXSDUWHHOPLQLVWURGH+DFLHQGDHQXQDSDU-
WDGRGHGLFDGRDLQGHPQL]DFLRQHVHQOD0HPRULDGHOPLQLVWHULRHUDPiVH[SOtFLWR
0RUiQLQIRUPDEDTXHODV-XQWDVGH&UpGLWR3~EOLFRFUHDGDVHQDJRVWRGHHO
PLVPRDxRGHODOOHJDGDDOSRGHUGH=DOGtYDUKDEtDQUHFRQRFLGR\OLTXLGDGRWRGRV
los créditos del país procedentes de los perjuicios causados en las asonadas de San-
WD$QDHQ\ODGH6DQ0LJXHO\DPHQFLRQDGD$GHPiVVHKDEtDQFRQVLGHUDGR
también los derivados de la última guerra con Guatemala y los que se reconocieron
DORVYHFLQRVGH7DOSD'HSDUWDPHQWRGH/D3D]SRUXQSURQXQFLDPLHQWRTXHWXYR
OXJDUHQDTXHOODORFDOLGDGHQDEULOGH(VGHFLUTXH=DOGtYDUHVWDEDDWHQGLHQ-
GRUHFODPDFLRQHVTXHJRELHUQRVDQWHULRUHVQRKDEtDQFRQVLGHUDGR(QFRQMXQWRHO
SDJRGHLQGHPQL]DFLRQHVVHJ~QHOPLQLVWHULRKDEtDDVFHQGLGRDSVHQORV
cuales pudieran estar incluidos los 300.000 de los que hablaba el presidente.
Otro apartado importante de gastos en el que se superaron las previsiones era
HOUHIHULGRDFRQVWUXFFLyQ\UHSDUDFLyQGHHGL¿FLRVS~EOLFRV±KRVSLWDOHVFDELOGRV
WHPSORVFiUFHOHVDGXDQDVHWF±\DORVLQLFLRVGHXQDDPSOLDFDPSDxDGHDFRPHWL-
das de agua a numerosas localidades del país. En el presupuesto para 1877 estaban
SUHYLVWRVSVSDUDREUDVS~EOLFDVSHURVyORHQHGL¿FLRVVHKDEtDQJDVWDGR
VHJ~QHOPLQLVWHULRSRUORTXHHVSUREDEOHTXHHQHVWHSXQWRVHKXELHVH
GHVYLDGRHOSUHVXSXHVWRGHIRUPDDSUHFLDEOH$GHPiVGHHOORVHKDEtDQSUHVWDGR
30.000 ps para la terminación y conservación para el ferrocarril de sangre que unía
San Salvador a Santa Tecla.
322 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Una de las mayores desviaciones presupuestarias se produjo en el capítulo

GHOHMpUFLWR(QHODSDUWDGRGH)XHU]D$UPDGDRVXHOGRVPLOLWDUHVVHKDEtDQSUH-
VXSXHVWDGRSV\¿QDOPHQWHVHJDVWDURQSVPLHQWUDVTXHHQHOGH
*DVWRV0LOLWDUHVHVGHFLUYHVWXDULRV\PDWHULDOGHJXHUUDVHSUHVXSXHVWDURQ
SV\VHJDVWDURQSVORTXHUHFXHUGDORVXFHGLGRHQODVHJXQGDSUHVLGHQFLD
GH )UDQFLVFR 'XHxDV (OOR VH H[SOLFDED VHJ~Q =DOGtYDU SRU OD QHFHVLGDG GH UH-
doblar las precauciones en relación con las “tendencias de trastornos” ocurridas a
PHGLDGRVGHDxR\DPHQFLRQDGDVSHURWDPELpQDORVLQWHUHVHVGHORVDOWRVPDQGRV
del ejército cuyos salarios absorbían buena parte de estas cifras. Conviene recordar
TXHODVOH\HVGHORV3UHVXSXHVWRVGHHVWRVDxRVLQFOXtDQXQDUWtFXORHQTXHVHHV-
WDEOHFtDTXHFXDOTXLHUVXSHUiYLWTXHVHSURGXMHVHGHEtDDSOLFDUVHHQSULPHUOXJDU
al “pago de los elementos comprados de guerra y que se compren en lo sucesivo”;
HQVHJXQGRWpUPLQRD³ODDPRUWL]DFLyQGHODGHXGDÀRWDQWH\SDJRGHORVLQWHUHVHV
GHODGHXGDFLUFXODQWHHQELOOHWHV´\¿QDOPHQWHHQ³ODSURPRFLyQGHWRGDREUDR
QHJRFLRGHXWLOLGDGS~EOLFD´SRUHVHRUGHQ20
'HMDQGRDOPDUJHQRWURVDSDUWDGRVVLDORVJDVWRVQRSUHYLVWRVVHVXPDQODV
GHVYLDFLRQHVLQGLFDGDVVHSXHGHH[SOLFDUHOJUDQVDOWRSURGXFLGRHQHODSDUWDGRGH
JDVWRVTXHVHUHÀHMDEDHQHO&XDGUR(OORWHQGUtDXQDUHSHUFXVLyQHQODGHXGD
S~EOLFDSXHVWRTXHHOHIHFWRGHODDPRUWL]DFLyQGHGHXGDPHGLDQWHSDJRHQUHQWDV
aduaneras y en subastas de patentes de aguardiente quedaba probablemente anu-
ODGRHLQFOXVRVXSHUDGRSRUODQHFHVLGDGGHQXHYRVFUpGLWRVFDXVDGDDSDUWLUGHO
FUHFLPLHQWRGHORVJDVWRV6HGLUtDTXHHOSUR\HFWRPRGHUQL]DGRUGH=DOGtYDU±LQ-
cluyendo el aumento de gastos militares– estaba suponiendo una fuerte carga para
OD+DFLHQGDS~EOLFD\HUDGHPDVLDGRDPELFLRVRSDUDODHVWUXFWXUD¿VFDOH[LVWHQWH
en el país.
1RGHMDGHVHULUyQLFRTXHDQWHHOHVIXHU]RHFRQyPLFRUHDOL]DGR±FX\DVUH-
SHUFXVLRQHVHQWpUPLQRVGHGHXGDVHDQDOL]DUiQDFRQWLQXDFLyQ± =DOGtYDUSUHVX-
miese de que lo había logrado al tiempo que aseguraba la paz y la tranquilidad –por
contraste con los tumultuosos años anteriores– combinándolo con el ejercicio de la
OLEHUWDG\ORTXHPiVLQWHUHVDDTXt³VLQH[LJLUXQVRORFHQWDYRDORVVDOYDGRUHxRV´
=DOGtYDUQRSRGtDSRUPHQRVTXHUHIHULUVHD
³ORPyGLFRGHQXHVWUDVFRQWULEXFLRQHV>¿VFDOHV@DSHQDVFRPSDUDEOHVFRQODV
que se exigen en las demás naciones. El Salvador es la única parte del mundo
donde no se conocen las que gravan directamente la propiedad”.21

(YLGHQWHPHQWH =DOGtYDU VH GLULJtD D ORV VHFWRUHV PiV SRGHURVRV TXH HUDQ
los que estaban contribuyendo proporcionalmente menos a los fondos nacionales.
6LQHPEDUJR\SHVHDOHYLGHQWHGHVHTXLOLEULRSUHVXSXHVWDULRHQFRKHUHQFLDFRQ
VX SHQVDPLHQWR OLEHUDO =DOGtYDU PDQWXYR OD LQWDQJLELOLGDG GH ODV SURSLHGDGHV \
ODVUHQWDVGHORVJUDQGHVSURGXFWRUHV\H[SRUWDGRUHVGHDxLO\GHFDIpTXHKDEtDQ
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 323

H[SRUWDGRHQSRUYDORUGHSHVRVHVGHFLUXQGHORVLQJUHVRV
nacionales presupuestados.
$KRUDELHQ¢FyPRVHHVIRU]DEDHOJRELHUQRHQUHVROYHUORTXHSDUHFtDODFXD-
GUDWXUDGHOFtUFXORSDUDVXSHUDUHOGp¿FLW¿VFDO"$OJXQRVGDWRVSURSRUFLRQDGRVSRU
el mismo presidente y los informes del Ministerio de Hacienda ayudan a compren-
GHUHOSUREOHPD¿QDQFLHURHQHOTXHYLYtDHOSDtV(O(MHFXWLYRKDEtDUHFLELGRID-
FXOWDGHVSRUDFXHUGROHJLVODWLYRGHMXOLRSDUDUHVROYHUFUpGLWRVGHPDQHUDTXH
VHFUHyXQD-XQWDGH&RQYHUVLyQSDUDSDJDUODVGHXGDVHLQGHPQL]DFLRQHVUHIHULGDV
DOKDEODUGHORVJDVWRVDVtFRPRWDPELpQXQHPSUpVWLWRWRPDGRSDUDVRVWHQHUOD
~OWLPDJXHUUDOLTXLGDFLRQHVGHVXHOGRVHWF/D-XQWDHPLWLyGXUDQWHVXVIXQFLRQHV
XQWRWDOGHSVTXHHUDDORTXHDVFHQGtDHQWRQFHVHOFUpGLWRFLUFXODQWHHQ
ELOOHWHVGHODGHXGDQDFLRQDOVHJ~QHOPLQLVWHULR3HURHQGLFLHPEUHGHGLFKD
suma había quedado reducida a 1.830.435 ps y hay que entender que los 320.741 ps
GHODGHXGDFRQVROLGDGDDPRUWL]DGRVVHJ~QHOSUHVLGHQWHHVWDEDQLQFOXLGRVHQHVWD
GLVPLQXFLyQ3RURWUDSDUWHHOSDVLYRRGHXGDÀRWDQWHDVFHQGtDD¿QHVGHO
DSVVHJ~QHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUFRQORTXHHOWRWDOGHODGHXGDS~EOLFD
LQWHUQDDVFHQGtDDSVORTXHHUDSUiFWLFDPHQWHHTXLYDOHQWHDOWRWDOGHORV
LQJUHVRV¿VFDOHVGHOSDtV
6LQGXGDHVWRHVORTXHOOHYDEDDOPLQLVWUR0RUiQDUHFRQRFHUHQVX0HPR-
ULDGHODGL¿FXOWDGGHDWHQGHUDORVDFUHHGRUHVVLQGHVDWHQGHUHOVHUYLFLRGHOD
$GPLQLVWUDFLyQS~EOLFDSHVHDKDEHUSURFHGLGRDXQDGLVPLQXFLyQVXVWDQFLDOGHO
FUpGLWRÀRWDQWHGHPiVGHPHGLRPLOOyQGHSHVRV6HJ~QHOPLQLVWURSDUDUHVROYHU
ORTXHGHQRPLQDED³ODFULVLV¿QDQFLHUD´GHO(VWDGRVyORVHQHFHVLWDEDUHJXODUL]DU
HOSDJRGHOFUpGLWRSDVLYRFX\RVSOD]RVSRUVXVLPXOWiQHRYHQFLPLHQWRFRPSOLFD-
ban y hacían hasta cierto punto imposible satisfacer con exactitud las obligaciones
FRQWUDtGDV(OORHUDWDQXUJHQWH\QHFHVDULRSDUDHOFUpGLWRGHOJRELHUQRDVHJXUDED
HOPLQLVWURFRPR~WLOSDUDVXVDFUHHGRUHVSRUTXHODDQRUPDOLGDGDODTXHVHKD-
bía llegado ofrecía poca seguridad al dueño o portador de un documento contra la
+DFLHQGD(OKHFKRHUDTXHVLHQGRHOYDORUGHORVFUpGLWRVYHQFLGRVVXSHULRUDO
UHQGLPLHQWRPHQVXDOGHODVUHQWDVQLQJ~QDFUHHGRUSRGtDFRQWDUFRQVHU¿HOPHQWH
SDJDGRGHORTXHUHVXOWDEDTXHHOJRELHUQRQRFRQVHUYDEDVXFUpGLWRVHYHtDREOL-
JDGRDGHPiVDUHWUDVDUHOSDJRGHORVHPSOHDGRVS~EOLFRV\¿QDOPHQWHHPSUHQ-
día negociaciones que alejaban o dilataban la posibilidad de todo cumplimiento.
A ellas se refería cuando hablaba de ciertas operaciones realizadas desde el
PLQLVWHULRTXHSHVHD³SDUHFHUUXLQRVDV´D¿UPDEDTXHQRORHUDQSRUTXHVLHPSUH
KDEtDQWHQGLGRDODDPRUWL]DFLyQGHODVGHXGDV\DIXHUDQGHOFUpGLWRÀRWDQWHRGHO
FLUFXODQWHTXHDQWHVRGHVSXpVGHEtDQVROYHQWDUVH(QGLFKDVRSHUDFLRQHVDVHJX-
UDED VRUSUHQGHQWHPHQWH HO PLQLVWUR HO )LVFR KDEtD REWHQLGR FRQ IUHFXHQFLD XQD
SULPDJUDWLVDVtFRPRHOLQWHUpVGHYHQJDGRTXHFRPRFRQGLFLyQSUHFLVDKDEtDQ
FHGLGR ORV DFUHHGRUHV D IDYRU GH OD +DFLHQGD (Q WRGR FDVR UHFRPHQGDED D ORV
324 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

miembros de la Asamblea que meditasen sobre el problema y que adoptasen “los

medios más equitativos y prudentes para hacer menos sensible y gravosa a los in-
WHUHVHVSDUWLFXODUHV´ODVROXFLyQ)UHQWHDHVWRV~OWLPRVOHVSHGtDFRPSUHQGHUORV
“cuantiosos y perentorios gastos” de la administración pública y el “sagrado deber
GHOD1DFLyQ´GHFXPSOLUFRQODVREOLJDFLRQHV$QWHWDOGLOHPDORUHYHODGRUGHOD
LGHQWL¿FDFLyQGHOPLQLVWURFRQORVLQWHUHVHVGHORVJUXSRVGRPLQDQWHVGHORVTXH
IRUPDEDQSDUWHPXFKRVUHSUHVHQWDQWHVHQOD$VDPEOHDHUDVXFRQFOXVLyQGHTXH
“... en semejante situación y cuando no se puede ni se debe recurrir a nuevos
LPSXHVWRVMXVWRHVSURPRYHUODFRQFLOLDFLyQGHDPEDVQHFHVLGDGHVSDUDTXHVLQ
SHUMXLFLRGHH[LVWLUVHYD\DQVDOGDQGRODGHXGDÀRWDQWH\ODFLUFXODQWHHQELOOHWHV
sin los azarosos apuros que hoy se sufren”.

Seguía quedando claro que el gobierno no estaba dispuesto a establecer nue-

vos impuestos pero ¿cuál era la salida que esperaba el ministerio con su petición?.
8QLQWHQWRGHUHVROYHUODVFRQWUDGLFFLRQHV¿QDQFLHUDVDOPHQRVHQSDUWHIXHHOGH-
FUHWRGHOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDGHIHEUHURGHSRUHOTXHHQWUHRWUDVPHGLGDV
se decidía que los derechos marítimos –que se repetía que estaban situados al 70%–
se pagaran del siguiente modo: 30% en dinero efectivo; 15% en papel moneda o
también en dinero; 15% en libramientos contra las aduanas o igualmente en dinero
y 10% en billetes de la deuda nacional.22 Era una solución sin garantía ninguna de
TXHWXYLHUDp[LWRSRUTXHGHMDEDODFXHVWLyQDODEXHQDYROXQWDGGHTXHORVLPSRU-
WDGRUHVTXLVLHUDQSDJDUHQGLQHURHIHFWLYRHQOXJDUGHHQGRFXPHQWRVGHFUpGLWR
3RU RWUD SDUWH HQ UHODFLyQ FRQ OD GHXGD FRQVROLGDGD HQ  DVFHQGtD D
SV\JR]DEDGHXQLQWHUpVDQXDOGHOSRUHOPLVPRGHFUHWRGHIHEUH-
URGHSDJDGHURWDPELpQHQELOOHWHVGHGHXGD233DUHFLHUDTXHODIyUPXODQR
KDEtDWHQLGRPXFKRp[LWR(OQXHYRPLQLVWUR3HGUR0HOpQGH]SODQWHDEDGRVSRVL-
EOHVVROXFLRQHVODSULPHUDHUDFUHDUQXHYRVUDPRVGHDPRUWL]DFLyQSDUDODGHXGD
SXHVWRTXHORVTXHKDEtDHUDQLQVX¿FLHQWHVSHUR³\DTXHGHPRPHQWRQRVHSXHGH
KDFHUHVWR´SURSRQtDODVHJXQGDTXHHUDXQSUR\HFWRGHGHFUHWRSDUDUHGXFLUDXQ
HOLQWHUpVGHDQXDOTXHWHQtDQORVELOOHWHVGHODGHXGDFRQVROLGDGDVXSHULRU
DORVDxRVGHORVSUHVLGHQWHV'XHxDV\*RQ]iOH](VGHFLUVHDSHODEDDODUHGXF-
FLyQGHEHQH¿FLRV¿QDQFLHURVDORVWHQHGRUHVGHWtWXORVGHGHXGD3HURGDGRTXH
PXFKRVGHHOORVGHEtDQVHUUHSUHVHQWDQWHVGHODSURSLD$VDPEOHD1DFLRQDOSDUHFH
que lógicamente no aceptaron dicha propuesta.
En estos años se llevaron a cabo dos operaciones de diferente trascendencia.
La primera fue la emisión de 60.000 ps en papel moneda para evitar la “bancarrota
GHODFDMDQDFLRQDOVHJ~QHOPLQLVWURGH+DFLHQGDTXHVHIXHURQDPRUWL]DQGRFRQ
los años. La decisión da una idea de la falta de liquidez que sufría y siguió sufriendo
OD+DFLHQGDDSDUWLUGHOPRGHOR¿VFDOH[LVWHQWH<ODVHJXQGDIXHODFUHDFLyQGHO
SULPHUEDQFRGHOSDtVHQHQHOTXHDSHVDUGHVHUSULYDGRHOJRELHUQRSXVR
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 325

JUDQLQWHUpVSDUDTXHVHFRQVWLWX\HUDORFXDOVHH[SOLFDGDGRVORVIXHUWHVLQWHUHVHV
SULYDGRV TXH HVWDEDQ LQVWDODGRV HQ HO SURSLR SRGHU (MHFXWLYR 9HU HO &DStWXOR 
SDUDDPEDVFXHVWLRQHV
*
'HVGHODSHUVSHFWLYDGHOD+DFLHQGDHOSHUtRGRH[SDQVLYRTXHVHKDEtDLQL-
ciado en los años 1876-1880 alcanzó en 1881-1882 su momento culminante. Esta
H[SDQVLyQWHQtDVXIXQGDPHQWRHQHOFRPHUFLRH[WHULRUDXQTXHHOSUHFLRGHOFDIp
VHJXtDFD\HQGR\HQSULQFLSLRVXVHIHFWRVGHEtDQUHSHUFXWLUIDYRUDEOHPHQWHHQHO
SODQR¿QDQFLHURHQHOTXHWDQWDVGL¿FXOWDGHVWHQtDHO(VWDGR3DUDFRPSUHQGHUHO
cuadro completo es preciso tener en cuenta el ritmo de los gastos públicos y por ello
se hace necesario analizar con algún detalle qué ocurrió en este bienio para apreciar
cuál fue la reacción del gobierno ante la favorable coyuntura que estaba viviendo.
La expansión de estos años no se concretaba sólo en el crecimiento de las
exportaciones que continuaron su tendencia alcista que se prolongaría hasta 1884
&XDGUR(QODPHGLGDHQTXHVXYDORUDSHQDVVLFRQWULEXtDDORVLQJUHVRV
¿VFDOHV±DXQTXHSRUHVWRVDxRVH[LVWtDXQJUDYDPHQGHOVREUHODH[SRUWDFLyQGH
FDIp±FRQVLGHUDUODVH[SRUWDFLRQHVQRVHUtDVX¿FLHQWHSDUDFRPSUHQGHUHOIXQFLR-
namiento de la administración del Estado. Lo interesante es que la expansión de es-
WRVDxRVVHPDQLIHVWyWDPELpQHQODVLPSRUWDFLRQHVFX\RYDORUVXSHUyODEDUUHUDGH
los 3.000.000 ps en 1882 y que implicaban un porcentaje creciente de los ingresos
¿VFDOHV24 En estos años la evolución del valor de las dos vertientes del comercio
exterior queda expresado en el Cuadro 10.3.

CUADRO 10.3
Valor de importaciones y exportaciones

1879 1880 1881 1882 1883 1884

Imports. 2.549.160 2.294.542 2.705.410 3.170.056 2.401.462 2.646.628
Exports. 4.122.888 4.273.088 4.902.435 5.227.039 5.861.052 6.065.799
Fuente: Memorias de Hacienda de los años referidos.

(OELHQLRSDUHFtDVHUHOPHMRUGHODSUHVLGHQFLDGH5=DOGtYDU
'HVSXpVGHVXUHHOHFFLyQHQHOSDtVKDEtDHVWDGRHQWDOPRGRWUDQTXLORTXH
GHVGHOD$VDPEOHD1DFLRQDOVHKDEODEDGH³SD]RFWDYLDQD´DOUHVSRQGHUDO0LQLV-
tro de Hacienda tras presentar éste su Memoria anual sobre 1881. El presidente
=DOGtYDU SRU VX SDUWH HVWLPDED TXH HO HVWDGR GH OD +DFLHQGD S~EOLFD HUD ³DOWD-
PHQWHKDODJDGRU´\D¿UPDEDGLULJLpQGRVHWDPELpQDOD$VDPEOHDTXH³ODVUHQWDV
KDQVLGRVX¿FLHQWHVSDUDFXEULUHOSUHVXSXHVWRFRQWRGDH[DFWLWXGSDUDDWHQGHUDO
fomento de la industria y a las obras materiales de utilidad general y para conservar
326 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ileso el crédito de la Nación”. Los ingresos habían supuesto en dicho año 3.951.670
SVXQPiVTXHHODxRDQWHULRUFRQORVTXHVHKDEtDQFXELHUWRXQRVJDVWRV
valorados en 3.826.637 ps.
(QVXLQWHUYHQFLyQDQWHOD$VDPEOHD=DOGtYDUSURQXQFLDEDSDODEUDVTXHUH-
FRUGDEDQDRWUDVTXH\DKDEtDGLULJLGRHQHQVLPLODUHVFLUFXQVWDQFLDV$KRUD
a comienzos de 1882 decía:
³&RPRVDEHLVODVUHQWDVSULQFLSDOHVGHO7HVRURFRQVLVWHQHQORVGHUHFKRVGHLP-
SRUWDFLyQ\HOUDPRGHDJXDUGLHQWHOODPDQGRPXFKRODDWHQFLyQHOTXHQLOD
propiedad ni las personas de los salvadoreños estén sujetos a ningún impuesto
GLUHFWR\TXHQRREVWDQWHORLQGHWHUPLQDGRGHODFRQWULEXFLyQLQGLUHFWDTXHVLUYH
GHEDVHDQXHVWUDVUHQWDVODVLWXDFLyQGHO¿VFRVHPDQWHQJDGHXQDIRUPDWDQID-
vorable... Creo... que esta situación bonancible podemos y debemos sostenerla...
sin que sea necesario introducir nuevos gravámenes para atender debidamente a
las exigencias de la administración ordinaria y a las que reclama nuestro engran-
decimiento progresivo”.25

El presidente seguía siendo consciente de cuál era la naturaleza de la estruc-

WXUD¿VFDOGHO(VWDGR\DXQTXHSDUHFtDDGPLUDUVHGHTXHIXQFLRQDVHFRQUHODWLYD
QRUPDOLGDGWHQtDFODURTXHGHEtDPDQWHQHUVHHOVLVWHPDLPSRVLWLYRH[LVWHQWHGH-
MDQGRDVDOYRHVRVtHODSDUWDGRGHODGHXGDDOTXHWDPELpQOHGHGLFDUtDXQDVSDOD-
EUDV$KRUDELHQ¢GHGRQGHSURFHGtDQORVFDVLFXDWURPLOORQHVGHSHVRVUHFDXGDGRV
por Hacienda en 1881?. En primer lugar se componían de 1.806.802 ps procedentes
GHODVUHQWDVDGXDQHUDVHVGHFLUHOGHOWRWDOGHODUHFDXGDFLyQ\QRWRGRHQ
PHWiOLFR(OLQJUHVRSRUUHQWDVDGXDQHUDVVXSRQtDTXHHOSHVR¿VFDOGHORVGHUHFKRV
recaudados sobre el valor del comercio exterior –fundamentalmente las importa-
FLRQHV±SVKDEtDDVFHQGLGRDO(VWRVLJQL¿FDEDTXHSDUDKDFHU
frente a un ritmo de gastos crecientes y con objeto de que la situación del Fisco
VHPDQWXYLHUDGH³XQDIRUPDWDQIDYRUDEOH´FRPRGHFtD=DOGtYDUVXJRELHUQRQR
KDEtDGXGDGRHQHOHYDUGHQXHYRORVGHUHFKRVVREUHODVLPSRUWDFLRQHV\DKRUDVt
VXSHUDEDQFODUDPHQWHHO1DWXUDOPHQWHHOORLPSOLFDEDFRQWRGDSUREDELOLGDG
una extraordinaria carga sobre los precios de los artículos de consumo del conjunto
GH ORV FLXGDGDQRV GHO SDtV DFHQWXDQGR ODV FUHFLHQWHV GHVLJXDOGDGHV VRFLDOHV \D
TXH PLHQWUDV WDQWR ORV H[SRUWDGRUHV GH PDWHULDV SULPDV KDEtDQ LQJUHVDGR HQ HO
mismo año 4.902.435 prácticamente libres de impuestos.26
(O *Ui¿FR  DXQTXH LQFRPSOHWR PXHVWUD XQD HYROXFLyQ GH OD UHODFLyQ
HQWUHHOYDORUGHODVLPSRUWDFLRQHV\HOSHVR¿VFDOVREUHODVPLVPDV3RURWUDSDUWH
+DFLHQGD KDEtD UHFDXGDGR WDPELpQ HQ   SV GHO LPSXHVWR VREUH HO
DJXDUGLHQWHTXHVXSRQtDQHOGHWRGDVODVUHQWDV(QHVWRVPRPHQWRVHO
GH ORV LQJUHVRV WRWDOHV ¿VFDOHV SURFHGtDQ SXHV GH OD FRQMXQFLyQ GH OD UHQWD GHO
DJXDUGLHQWHFRQORVGHUHFKRVDGXDQHURVDPERVJUDYiPHQHVLQGLUHFWRV/DVEDVHV
GHOFUHFLPLHQWRGHORVLQJUHVRVGHSHQGtDQSRUWDQWRGHODFDSDFLGDGDGTXLVLWLYD
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 327

GHXQDSREODFLyQFX\DVROLGH]HUDFRPRPtQLPRGXGRVD$GHPiVGHHOORHOSUR-
EOHPDPRQHWDULRFRQODDXVHQFLDGHXQDPRQHGDQDFLRQDOHVWDEOHQRIDYRUHFtDOD
VLWXDFLyQHFRQyPLFDGHDPSOLRVVHFWRUHVVRFLDOHVVLQRWRGRORFRQWUDULR

GRÁFICO 10.5.
Valor de importaciones y derechos aduaneros
Millones de pesos
5

Importaciones Derechos aduaneros

Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

No existen datos sobre derechos en algunos años.

(VWDHVWUXFWXUDOFRPSRVLFLyQGHORVLQJUHVRVYDFLDEDGHVLJQL¿FDGRXQRGH
ORV WySLFRV TXH GH IRUPD UHLWHUDGD \ HQ GLVWLQWRV JRELHUQRV H[SUHVDEDQ ODV DX-
WRULGDGHV SDUD H[SOLFDU OD PHMRUD GH OD VLWXDFLyQ GH OD +DFLHQGD FXDQGR pVWD VH
SURGXFtD$KRUDHUDHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUHOTXHDVHJXUDEDTXHHVWDVLWXDFLyQWDQ
favorable “sólo se explica por el poderoso incremento que reciben cada día... la
DJULFXOWXUD\HOFRPHUFLRDXPHQWDQGRHOELHQHVWDU\ODULTXH]DWDQWRLQGLYLGXDO
como social.” Era obvio que el crecimiento de la producción agraria de exportación
sólo tenía un efecto indirecto sobre la demanda de productos de importación y ya
había experiencia de que la correlación entre ambas variables no era ni mucho
PHQRVGLUHFWDFRPRGHPXHVWUDHO*Ui¿FR6LQHQWUDUHQGHWDOOHVGHRWUDVUHQWDV
PHUHFHVHxDODUTXHHQEDMRHO\DFRQRFLGRFRQFHSWRJHQHUDOGHUHQWDVQR
SUHVXSXHVWDGDVSUREDEOHPHQWHFUpGLWRVVHKDEtDQUHFDXGDGRSVHVGHFLU
XQGHOWRWDOGHORVLQJUHVRV
(QHOULWPRDVFHQGHQWHGHORVLQJUHVRVVHPDQWXYR(OPLQLVWUR3HGUR
Meléndez decía al dirigirse al poder Legislativo en marzo:
“Hoy siento verdadera complacencia al presentaros una situación rentística bas-
WDQWHOLVRQMHUDGHELGRVLQGXGDDOFUHFLHQWHPRYLPLHQWR\UiSLGRSURJUHVRGHO
SDtV/DGHSUHFLDFLyQGHOFDIpTXHHVXQRGHQXHVWURVPiVLPSRUWDQWHVIUXWRV
GHH[SRUWDFLyQQRKDVLGREDVWDQWHSDUDDEDWLUHOSURJUHVRGHODVUHQWDVFX\D
328 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

WHQGHQFLDHQHOVHQWLGRGHODDO]DHVPX\VDWLVIDFWRULDFRPRSDVRDGHPRVWUDU-
lo...”.27

8QDYH]PiVFRPRYHQtDVLHQGRKDELWXDOGHVGHHOJRELHUQRVHDVRFLDEDOD
H[SDQVLyQGHODVH[SRUWDFLRQHVFRQHOUiSLGRSURJUHVRGHOSDtV±LGHQWL¿FDQGRDO
SDtVFRQODROLJDUTXtD±\FRQHOFUHFLPLHQWRGHODVUHQWDV¿VFDOHVDSHVDUGHTXH
FRPR\DVHKDGHPRVWUDGR\HOSURSLRSUHVLGHQWHORPHQFLRQyHQHOGLVFXUVRFLWDGR
el comercio exterior básicamente generaba ingresos solo a partir de las importacio-
QHV\FRPRVHKDYLVWRODUHODFLyQHQWUHDPEDVYDULDEOHVQRHUDQHFHVDULDPHQWH
SURSRUFLRQDO &LHUWDPHQWH DPERV ÀXMRV GH PHUFDQFtDV HVWDEDQ JUDYDGRV FRQ XQ
³DGYDORUHP´SHURHVSHFt¿FDPHQWHRWURDOTXHVHYHQtDVRPHWLHQGRODH[-
SRUWDFLyQGHOFDIpIXHVXSULPLGRSUHFLVDPHQWHHQGDGDODFDtGDGHVXSUHFLR
LQWHUQDFLRQDO\SDUDFRQWULEXLUDVRVWHQHUHOQLYHOGHEHQH¿FLRVGHSURGXFWRUHV\H[-
portadores. Como apuntaba el ministro en 1883 el descenso del precio del grano ha-
EtDSURGXFLGR\DHOLQLFLRGHXQDGLVPLQXFLyQGHODFDQWLGDGH[SRUWDGD
OLEUDVGHVSXpVGHOPi[LPRDOFDQ]DGRHQOEV3RUHOFRQWUDULRHO
SUHFLRGHODxLOPRPHQWiQHDPHQWHHVWDEDVXELHQGR\GHVSXpVSRUSRFRVDxRVOR
haría también el volumen exportado.
(QORVLQJUHVRVDVFHQGLHURQDSVORTXHVLJQL¿FDEDXQ
GHLQFUHPHQWRVREUH\ODVXELGDPiVLPSRUWDQWHHQWUHORVGRVDxRVODKDEtDQ
supuesto justamente las rentas aduaneras con casi un 20%. Esto era así sin conside-
rar el capítulo de “rentas no presupuestadas” que habían pasado de 863.784 ps en
iHQHVGHFLUXQPiV9LVWRGHVGHRWURiQJXORHVWR
TXLHUHGHFLUTXHHQHOGHORVLQJUHVRVWHQtDXQRULJHQQRSUHVXSXHVWDULR
lo que parecía apuntar a que la deuda interna seguía creciendo.
Se conoce a grandes rasgos cómo se distribuyeron los 3.826.637 ps que la
Hacienda nacional había gastado en 1881 –por encima de un millón de pesos más
que el año anterior– por ministerios y por conceptos. Un breve resumen permite
conocer algunos de los terrenos en que se había empleado este incremento. En
SULPHUOXJDUORVVDODULRV\JDVWRVGHO3RGHU/HJLVODWLYRSV\GHO(MHFXWL-
YRSVHUDQORVTXHPHQRUYROXPHQGHUHFXUVRVKDEtDQDEVRUELGR(QOD
FDUWHUDGH5HODFLRQHV([WHULRUHVSVVHKDEtDQLQFUHPHQWDGRORVYtQFXORV
FRQHOH[WHULRUDFUHGLWDQGRQXHYRVDJHQWHV\OHJDFLRQHVPLHQWUDVTXHHQ-XVWLFLD
DQH[DDODDQWHULRUVHKDEtDQDXPHQWDGRORVVXHOGRVGHORVMXHFHVGH,QVWDQFLD
VHFUHWDULRV\HVFULELHQWHV(VGHFLUHO(VWDGRUHIRU]DEDHOVLVWHPDMXGLFLDOXQRGH
los pilares en que se sustentaba la hegemonía de la oligarquía.28
(QHO'HSDUWDPHQWRGH*REHUQDFLyQSVVHKDEtDLQYHUWLGRHQYtDV
GHFRPXQLFDFLyQHQSURWHFFLyQDODDJULFXOWXUDHQHGL¿FLRVGHVWLQDGRVDODHQ-
VHxDQ]DS~EOLFDFDPLQRVSXHQWHVOtQHDVWHOHJUi¿FDVHWF<SRURWUDSDUWHORV
servicios de Telégrafo y Correos habían experimentado un impulso. En otras pa-
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 329

ODEUDVVHDFHQWXDEDHOHVIXHU]RSRUODDUWLFXODFLyQWHUULWRULDOPLHQWUDVTXHGHVGH
RWURV iPELWRV GH OD SROtWLFD HFRQyPLFD VH DFHOHUDED OD GHVDUWLFXODFLyQ VRFLDO
2WURVVHUYLFLRVHLQIUDHVWUXFWXUDVWDPELpQGHSHQGLHQWHVGH*REHUQDFLyQKDEtDQ
UHFLELGRDSR\RJXEHUQDPHQWDO$VtHQHOHGL¿FLRGHO&ROHJLRGH6HxRULWDVGH6WD
Ana se habían empleado 25.000 ps y otras cantidades se habían destinado a los
HGL¿FLRVGHOQXHYR3DODFLR1DFLRQDOOD(VFXHOD1RUPDOGH6HxRULWDVGHODFDSLWDO
y la Imprenta Nacional. En cuanto a la Casa Hospicio de San Salvador había sido
VXEYHQFLRQDGD SHUVRQDOPHQWH SRU HO 3UHVLGHQWH$GHPiV VH KDEtDQ FRQWLQXDGR
ODVREUDVGHDFRPHWLGDVGHDJXDHQYDULDVORFDOLGDGHV¿QDOL]iQGRVHODGH6DQWD
7HFODVHKDEtDQFRQVWUXLGRPRQXPHQWRVDORVJHQHUDOHV0RUD]iQ\*HUDUGR%D-
UULRVHWF
/D FDUWHUD GH +DFLHQGD \ *XHUUD  SV HUD OD TXH PiV UHFXUVRV
KDEtD UHTXHULGR FRPR YHQtD VLHQGR KDELWXDO DXQTXH HO PLQLVWHULR QR GHWDOODUD
ORV JDVWRV GHO HMpUFLWR +DEtDQ FUHFLGR ORV JDVWRV GH ORV HVWDQFRV VREUH WRGR HO
GHDJXDUGLHQWH\HQPHQRUPHGLGDORVGHSyOYRUD\VDOLWUH(QHOSULPHURKDEtDQ
FUHFLGRORVKRQRUDULRVGHDVHQWLVWDV\FDQWLQHURV\VHKDEtDFRPSUDGRPiVDJXDU-
GLHQWHDORVSURYHHGRUHV3RURWUDSDUWHKDEtDQFUHFLGRWDPELpQORVJDVWRVHQODV
aduanas: en La Libertad y la Unión habían sido mayores que en 1880. Debido al
aumento del comercio se había hecho necesario ampliar las bodegas en los puer-
tos. Finalmente se había concluido el pago del armamento comprado en 1880 para
reponer el destruido por un incendio en 1779. Frente al ministerio de Hacienda y
*XHUUDHOGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFDVHJXtDWHQLHQGRXQDFRUWDDVLJQDFLyQ
SVTXHVHKDEtDHPSOHDGRHQH[WHQGHUODHQVHxDQ]DSULPDULD\VHFXQGDULDFRQ
PiVHVFXHODVSRUWRGRVORVGHSDUWDPHQWRVSHURWDPELpQFRQQXHYDVFiWHGUDVHQ
la Universidad.
El apartado de “erogaciones no presupuestadas” había aumentado y alcan-
]DED\DXQDPDJQLWXGH[WUDRUGLQDULDSVFDVLHOGHOWRWDOGHORV
JDVWRVGHELGRDOUHFRQRFLPLHQWR\SDJRGHYDULRVFUpGLWRVFRQVXVLQWHUHVHVFRQ-
WUDHO)LVFRDPRUWL]DFLyQGHOLEUDPLHQWRVJLURVGHOD7HVRUHUtDJHQHUDOLQWHUHVHV
GH ELOOHWHV \ GH RWURV GRFXPHQWRV FRPSUD GH ¿QFDV JDVWRV GH LPSUHVLRQHV GH
DOXPEUDGRS~EOLFRPHUPDVGHSyOYRUD\VDOLWUHHWF(QODFLIUDJHQHUDOGH
JDVWRVDVFHQGLyDSVFRQXQLQFUHPHQWRGHO(OGHVJORVHGHHVWD
VXELGD GLVWULEXLGD SRU PLQLVWHULRV \ HQ FRPSDUDFLyQ FRQ  VH UHÀHMD HQ HO
Cuadro 10.4.
330 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

CUADRO 10.4
Composición de gastos fiscales – 1881 y 1882

Rentas 1881 1882

3RGHU(MHFXWLYR 15.396 s/d
3RGHU/HJLVODWLYR 26.995 24.151
5HODFLRQHV([WHULRUHV 131.984 156.525
Gobernación 407.270 529.932
Hacienda y Guerra 1.435.501 1.437.506
,QVWUXFFLyQ3~EOLFD 151.866 197.213
No presupuestadas 1.530.410 1.927.870
Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

(QUHODFLyQFRQODGHXGDS~EOLFD\DIDOWDGHLQIRUPDFLyQHVSHFt¿FDVREUH
FRQWUDWDV GH FUpGLWR VXVFULWDV SRU HO JRELHUQR ORV LQGLFLRV GLVSRQLEOHV SDUHFtDQ
apuntar a que el Estado estaba experimentando un aumento de su nivel de endeu-
GDPLHQWR 6LQ HPEDUJR HQ VX GLVFXUVR D OD$VDPEOHD UHIHULGR D  =DOGtYDU
DQXQFLyTXH¿QDOPHQWHVHKDEtDH[WLQJXLGRODGHXGDTXHUHVWDEDGHOSDSHOPRQHGD
HPLWLGR HQ  \ HQ OLEUDPLHQWRV FRQWUD ODV DGXDQDV ,JXDOPHQWH D¿UPDED TXH
VHKDEtDDPRUWL]DGR±VHGHEHHQWHQGHUTXHSDUFLDOPHQWH±ODGHXGDÀRWDQWHSUR-
cedente de préstamos y contratas celebradas con anterioridad. Todo ello tenía una
importante consecuencia y era que el 15% de derechos de aduana que se venían
SDJDQGRFRQGRFXPHQWRVGHOLEUDPLHQWRV\FRQSDSHOPRQHGDDKRUD\DVHSDJDED
HQHIHFWLYRFRQORTXHODFDSDFLGDGRSHUDWLYDGHOJRELHUQRVHKDEtDLQFUHPHQWDGR
6HJ~QHOSUHVLGHQWHDFRPLHQ]RVGHVyOR³JUDYLWDED´VREUHHO7HVRUROD
GHXGDFRQVROLGDGDHQELOOHWHVGHFUpGLWRS~EOLFRGHODFXDOVHKDEtDQDPRUWL]DGR
GXUDQWHSV\TXHGDEDQHQFLUFXODFLyQSV(ORSWLPLVPR
KDFtD D¿UPDU D =DOGtYDU TXH QR GHELHQGR SURGXFLUVH HQ OR VXFHVLYR XQD QXHYD
emisión de billetes de la deuda nacional y suprimiéndose los intereses que ella
GHYHQJDEDHQHIHFWLYRDORPiVHQWUHVRFXDWURDxRVSRGUtDTXHGDUWDPELpQH[WLQ-
JXLGDDXQVLQDVLJQDUOHQXHYDVIXHQWHVGHDPRUWL]DFLyQ/D0HPRULDGHOPLQLVWUR
3HGUR0HOpQGH]FRUURERUDEDORDQXQFLDGRSRUHO3UHVLGHQWH\VLHQGRHOORDVtHO
QLYHOGHODGHXGDS~EOLFD±¢FRQVROLGDGD"±KDEUtDGHVFHQGLGRVLVHOHFRPSDUDED
FRQHOH[LVWHQWHHQSRUHMHPSORFXDQGRHUDVXSHULRUDODVUHQWDVQDFLRQDOHV
6HJ~QODLQIRUPDFLyQR¿FLDODKRUDKDEtDSDVDGRDVLJQL¿FDUHOGHOWRWDOGH
ORVLQJUHVRV¿VFDOHV29
0HUHFHGHVWDFDUVHTXHHQVXGHVHRGHDFDEDUFRQODGHXGDHOPLQLVWURUH-
petía “por tercera vez” –la primera vez había sido en 1879– a los representantes la
llamada de atención sobre “este punto tan importante para la Hacienda” que era el
dictar una disposición que suprimiera los intereses de los billetes de la deuda nacio-
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 331

QDOORTXHH[WLQJXLUtDHQSRFRWLHPSRDTXHOFUpGLWR8QDSURSXHVWDWDQKHWHURGR[D
ODMXVWL¿FDEDHOPLQLVWURFRQHOVLJXLHQWHDUJXPHQWR
³TXHODPD\RUSDUWHGHORVWHQHGRUHVGHELOOHWHVVHKDEtDQUHHPEROVDGR\DFRQ
VRORORVLQWHUHVHVHOYDORUGHDTXHOORV\SRUHVRQRGXGRTXHHQHVWDYH]RFXSD-
reis vuestra alta atención en un asunto de tanta trascendencia para el Fisco”.

(OLQJHQXRPLQLVWURSHVHDRFXSDUXQDFDUWHUDGH+DFLHQGDQRVyORSDUHFtD
QRFRPSUHQGHUHOVLJQL¿FDGRGHOLQWHUpVGHXQFUpGLWRHQHOFDSLWDOLVPRVLQRTXH
menospreciaba el interés personal de aquellos representantes en la Asamblea que
probablemente eran poseedores de billetes de la deuda nacional y que no estaban
GLVSXHVWRVDYRWDUDOJRTXHOHVSHUMXGLFDUDDXQTXHIXHVHDFRVWDGHODFRQWDEL-
lidad del Estado. Y llevaban tres años demostrándolo. No parece descabellado
SHQVDUTXHDKRUDTXHODVLWXDFLyQGHOD+DFLHQGDHUD³KDODJDGRUD´\³OLVRQMHUD´
HQWpUPLQRVGHODVDXWRULGDGHVGHODQDFLyQORVWHQHGRUHVGHGRFXPHQWRVGHGHX-
GDQRLEDQDUHQXQFLDUDVXVEHQH¿FLRVDXTXHVHORSLGLHUDHOPLVPRPLQLVWURGH
Hacienda.
(VWHPRPHQWRH[XOWDQWHTXHFXOPLQDEDXQFUHFLPLHQWRLQLFLDGRDxRVDWUiV
IXHDSURYHFKDGRSRUHOJRELHUQRSDUDOOHYDUDFDERFLHUWDVRSHUDFLRQHVPX\EHQH¿-
FLRVDVSDUDORVSURSLHWDULRVGHFDSLWDOTXHFRPRODFUHDFLyQGHO%DQFRHQOHV
posibilitaría incrementar el ritmo de su acumulación. Aunque no se podía sospechar
DKRUDDOJXQDVGHHVWDVRSHUDFLRQHVWHQGUtDQJUDYHVFRQVHFXHQFLDV¿QDQFLHUDVSDUD
HO(VWDGRHQXQIXWXURQROHMDQR(QHIHFWRDSURYHFKDQGRODIDYRUDEOH±DXQTXH
VREUHEDVHVGpELOHV±VLWXDFLyQGHOD+DFLHQGDHOJRELHUQRVHODQ]yDOD¿UPDGH
una serie de contratas para cubrir nuevos servicios y necesidades en el camino al
³SURJUHVR´DOTXH=DOGtYDUTXHUtDFRQGXFLUDOSDtV6yORFRPRHMHPSORGHHOODVVH
SXHGHQFLWDUOD¿UPDGDFRQ)DELR0RUiQ±HOH[PLQLVWURGH+DFLHQGD±\2QRIUH
'XUiQ±DFFLRQLVWDGHFRPSDxtDVGHPXHOOHVHQWUHRWURVQHJRFLRV±SDUDLQVWDODUXQD
fábrica de tejidos de algodón; otra para instalar el alumbrado eléctrico en localida-
GHVGHOSDtVFRQ6WDQOH\0F1LGHUXRWUDFRQ)HGHULFR$XJHQHUSDUDHVWDEOHFHU
una nueva línea de vapores entre San Francisco y los puertos de San Salvador. En
todas ellas se favorecía a los contratistas permitiéndoseles la libre introducción
GHGHUHFKRVHLPSXHVWRVDWRGDODPDTXLQDULDPDWHULDOHVHWFQHFHVDULRVSDUDOD
LQVWDODFLyQGHVXVQHJRFLRV\HQHOFDVRGHODFRPSDxtDGHYDSRUHVFRQODH[HQ-
ción de cualquier derecho de puertos y el pago de 900 pesos mensuales en moneda
FRUULHQWH HQ (O 6DOYDGRU TXH HUDQ HQ UHDOLGDG XQD VXEYHQFLyQ GHO (VWDGR D ORV
H[SRUWDGRUHV DOJXQRV GH ORV FXDOHV HUDQ PLQLVWURV \ PLHPEURV GH OD$VDPEOHD
Nacional.30$GHPiVGHHVWRVHMHPSORVHOJRELHUQRDGTXLULySRUODVXPDGH
IUDQFRVIUDQFHVHVDPRUWL]DEOHVHQDxRVODOtQHDGHWUDQYtDVHQWUH6DQ6DOYDGRU
y Santa Tecla.
332 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

3HURODVFRQWUDWDVPiVLPSRUWDQWHVIXHURQODV¿UPDGDVSDUDFRQVWUXLUGLYHU-
VDVOtQHDVGHIHUURFDUULOHQHOSDtV3DUHFtDOOHJDGDODKRUDGHFRQVWUXLUOtQHDVIpUUHDV
que acompañaran el crecimiento de la producción y las exportaciones. Así lo expre-
VDEDHOPLQLVWUR³VREUHWRGRHQORVOXJDUHVGRQGHHOWUi¿FRHVPiVDFWLYRFRPR
HQWUHORVSXHUWRV\ORVSULQFLSDOHVFHQWURVDJUtFRODV\FRPHUFLDOHV´$VtVH¿UPDURQ
HQWUH\FXDWURFRQWUDWDVHQUHODFLyQFRQORVIHUURFDUULOHVYHU&DStWXOR
 (UD HQ FRQMXQWR XQ SUR\HFWR PX\ DPELFLRVR \ SHVH D OD UHGXFLGD VXSHU¿FLH
GHOSDtVFODUDPHQWHGHVPHVXUDGRTXHDYDQ]yVyORSDUFLDOPHQWH\FRQPXFKtVLPDV
GL¿FXOWDGHV31 Era la oligarquía empresarial y propietaria la que estaba detrás de la
construcción de la líneas que prometían ser más rentables. En línea con lo expresa-
GRDUULEDHVWRVSUR\HFWRVFRPRRWURVPHQFLRQDGRVFRQWDEDQFRQIXHUWHUHVSDOGR
S~EOLFR &RPR HQHOQHROLEHUDOLVPRGHOVLJOR;;, ORV HPSUHVDULRVOLEHUDOHVGHO
XIX buscaban el apoyo del Estado y desde el gobierno existía sintonía en este sen-
WLGR$VtHOPLQLVWURGH+DFLHQGDD¿UPDED
³3DUDREWHQHUWDQLQFXHVWLRQDEOHVELHQHVQRKD\TXHKDFHUQRVLOXVLRQHVVHQH-
FHVLWDKDODJDUDORVHPSUHVDULRVEULQGiQGROHVFRQIDYRUHV\YHQWDMDVTXHOHVIDFL-
liten la ejecución de las obras y los pongan en la actitud de traer los recursos que
HOODVUHTXLHUHQ3HURODFRQFHVLyQGHHVDVYHQWDMDVWLHQHVLHPSUHTXHHVWDUOLPLWD-
GDSRUODFRQYHQLHQFLDS~EOLFD\DHVDSUHFLRVDUHJODGHFRQGXFWDKDVXERUGLQDGR
sus pasos el Ejecutivo al celebrar las contratas...”
La “conveniencia pública” consistió en facilitar a la compañía del ferrocarril
la importación libre de impuestos de todo el material necesario para la construcción
\ODDFWLYLGDGGHODHPSUHVDDVtFRPRODFHVLyQJUDWXLWDGHORVWHUUHQRVQDFLRQDOHV
TXHVHQHFHVLWDUDQSDUDODYtD3HURFRPRVLHVWRIXHVHLQVX¿FLHQWHHOJRELHUQRVH
HPEDUFyHQXQDRSHUDFLyQ¿QDQFLHUDPHGLDQWHODFXDODGTXLULyGLYHUVRV\IXHUWHV
FRPSURPLVRVGHLQYHUVLyQ\JDUDQWtDVHFRQyPLFDVTXHLPSOLFDEDQHODXPHQWRGH
algunos impuestos nacionales para poder hacer frente a los mismos. Estos compro-
misos quizá pareciesen relativamente asequibles dadas las condiciones de bonanza
GHLQJUHVRV¿VFDOHVHQSHURSRGtDQWHUPLQDUUHVXOWDQGRDUULHVJDGRVVLFDP-
biaba la coyuntura económica.326LQGXGD&DPDFKRVXVVRFLRV\HO%DQFR,QWHUQD-
FLRQDODWUDYpVGHOFXDOVHUHDOL]DEDQODVRSHUDFLRQHV¿QDQFLHUDVDGTXLULHURQXQD
SRVLFLyQPX\YHQWDMRVDDFRVWDGHORVUHFXUVRV¿VFDOHVGHO(VWDGRVDOYDGRUHxR(Q
coherencia con toda esta acelerada transformación en la relación de fuerzas sociales
HQHOSDtVHQHVWRVDxRVVHSURGXMHURQORVGHFUHWRVGHH[WLQFLyQGHHMLGRV\WLHUUDV
comunales que contribuyeron a incrementarlas.
*
6L  \  IXHURQ SRVLEOHPHQWH ORV PHMRUHV DxRV GH 5 =DOGtYDU D OR
ODUJRGHVXSUHVLGHQFLDIXHVXVHJXQGRSHRUVyORGHWUiVGHFXDQGRVHUtD
derrocado por un golpe de estado. En términos políticos 1883 era el último año de
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 333

VX VHJXQGR SHUtRGR HOHFWRUDO \ GHVSXpV GH KDEHU PDQLIHVWDGR H[SOtFLWDPHQWH VX
GHVHRGHQRVHUUHHOHJLGRWRPyODGHFLVLyQGHSURPRYHUODUHGDFFLyQGHXQDQXHYD
constitución para permanecer en el poder. Asimismo conviene señalar que en el
PLVPRDxRGHWXYRTXHDIURQWDURWURLQWHQWRGHJROSHFRQXQDUDPL¿FDFLyQ
LPSRUWDQWHHQ6DQWD7HFODTXH\DIXHPHQFLRQDGR33 A todo ello vino a sumarse el
FDPELRGHUXPERGHODIDYRUDEOHSHURLQHVWDEOHHYROXFLyQTXHHVWDEDVLJXLHQGR
OD+DFLHQGDQDFLRQDO(QUHODFLyQFRQHVWRHO*Ui¿FRSHUPLWHUHFRUGDUORV
diferentes caminos que seguían los intereses de los exportadores por un lado y la
GHPDQGDGHLPSRUWDFLRQHVSRURWUR3HVHDTXHORVSULPHURVVHYHtDQVRPHWLGRVD
ORVYDLYHQHVGHOPHUFDGRFRQWLQXDEDQJHQHUDQGRLPSRUWDQWHVJDQDQFLDVSUiFWLFD-
PHQWHQHWDV/RVGDWRVGHHVWDFR\XQWXUDSHUPLWLUiQH[SOLFDUDOPHQRVHQSDUWH
cómo sucedió dicho cambio de rumbo. La situación se hizo especialmente grave
FXDQGRHQVHVXFHGLHURQGRVDJXGRVFRQÀLFWRV(OSULPHURIXHXQDQXHYD
DJUHVLyQPLOLWDUGHOD*XDWHPDODGH-XVWR5X¿QR%DUULRVD(O6DOYDGRU±HQODTXHHO
GLFWDGRUJXDWHPDOWHFRHQFRQWUyODPXHUWH±GHULYDGDGHVXGHFODUDFLyQGHOD8QLyQ
&HQWURDPHULFDQD 3HUR FXDQGR OD LQYDVLyQ JXDWHPDOWHFD KDEtD VLGR GHWHQLGD HO
SHUWLQD]JHQHUDO)0HQpQGH]LQLFLyRWUDUHEHOLyQPLOLWDUFRQWUDHOJRELHUQRGH5
=DOGtYDUHQDEULOGHOPLVPRDxRTXHSURORQJyODDOWHUDFLyQVRFLDOGHODQDFLyQ
al menos hasta junio y consumó el golpe de estado.
$QWHVGHHVWDFRQYXOVLyQHQODVH[SRUWDFLRQHVKDEtDQVHJXLGRFUHFLHQ-
GR6XELHURQXQFRQUHVSHFWRDODxRDQWHULRU\VHFRORFDURQHQSV
\D~QORKLFLHURQHQVLWXiQGRVHHQSV&LHUWDPHQWHHOSHVRUHODWLYR
del café en las exportaciones acusaba la pérdida de importancia del cultivo en el
PHUFDGRLQWHUQDFLRQDOGHVGH(QVyORUHSUHVHQWyHOGHODVH[-
SRUWDFLRQHV\SVFRQXQIXHUWHGHVFHQVRGHORVSUHFLRVLQWHUQDFLRQDOHV
3HURSRUHOFRQWUDULRHODxLOPDQWHQtDFR\XQWXUDOPHQWHODWHQGHQFLDLQYHUVD\VX
H[SRUWDFLyQ KDEtD DOFDQ]DGR HO YDORU GH  SV FRQ OR TXH HO WRWDO GH ODV
H[SRUWDFLRQHVVXELyHQORVWpUPLQRVLQGLFDGRV(QWRGRFDVRHODJLWDGRDxR
WHUPLQySHUMXGLFDQGRHOULWPRH[SRUWDGRU)UHQWHDHOORHOSUREOHPDDHIHFWRVGHO
IXQFLRQDPLHQWR GH OD DGPLQLVWUDFLyQ HO (VWDGR HVWXYR HQ ODV LPSRUWDFLRQHV TXH
GHVFHQGLHURQHQFDVLSVXQFRQUHVSHFWRDVLWXiQGRVH
HQSV(VWRKL]RTXHVHKXQGLHUDQODVUHQWDVDGXDQHUDV\WUDVHOODVGDGR
VXIXHUWHSHVRUHODWLYRORVLQJUHVRV¿VFDOHVGHDTXHODxRTXHVXPDURQ
SV(OFDVRVHDJUDYySRUTXHDSHVDUGHODVEXHQDVSDODEUDVWDQWRGH=DOGtYDUFRPR
GHVXPLQLVWURGH+DFLHQGD3HGUR0HOpQGH]HQHOVHQWLGRGHTXHVHWUDWDEDGHDOJR
SDVDMHURODVFLIUDVGHLQJUHVRV¿VFDOHVDXQFRQXQDOHYHUHFXSHUDFLyQVHPDQWX-
vieron en 1884 en 4.067.201 ps y cayeron aún más en 1885.34
No cabe duda de que se estaba ante una crisis seria para las cuentas del Es-
WDGRTXHGHEtDHVWDUSURGXFLHQGRGL¿FXOWDGHVHFRQyPLFDVDDPSOLRVVHFWRUHVGH
ODSREODFLyQ3DUWHGHODH[SOLFDFLyQSRGtDHVWDUHQODPiVTXHSUREDEOHVXELGDGH
334 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ORVSUHFLRVVREUHWRGRHQ]RQDVXUEDQDVHQSDUWHGHELGRDODXPHQWRGHORVGHUHFKRV
VREUHODVLPSRUWDFLRQHVTXHTXL]iHVWDEDUHWUD\HQGRHOFRQVXPR\GHDKtTXHGLVPL-
nuyeran estas últimas. No es extraño que el gobierno aprobara en 1884 una ley regu-
ODQGRODSULVLyQSRUGHXGDVUHÀHMRLQHTXtYRFRGHTXHORVLPSDJRVHVWDEDQFUHFLHQ-
do.35 En estas circunstancias surgían con más nitidez las posiciones de los intereses
HQMXHJRHQHOWHUUHQR¿VFDO\¿QDQFLHURGHOSDtVORTXHIDFLOLWDVXDQiOLVLV¢&XiOHUD
la explicación de las autoridades políticas para el cambio de tendencia sucedido en
1883? El ministro Meléndez rechazaba la causa del descenso de las rentas aduaneras
TXH³PXFKRV´HQFRQWUDEDQHQORVDOWRVGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQH[LVWHQWHVGHPiV
GHOVREUHHOYDORUGHODVPHUFDQFtDV(QVXOXJDUFRORFDEDFRPRSULPHUDUD]yQ
HODOWRFUpGLWRTXHKDEtDQDOFDQ]DGRORVELOOHWHVGHODGHXGDS~EOLFDFRQVROLGDGDFRQ
ORVTXHVHSDJDEDKDVWDHOGHORVGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQ\TXHGHVSXpVGH
ODRSHUDFLyQUHDOL]DGDSDUD¿QDQFLDUHOIHUURFDUULO6RQVRQDWH6DQWD$QDDVHJXUDED
TXHKDEtDQDOFDQ]DGRVXYDORUQRPLQDOFRWL]iQGRVHDODSDU/DFXHVWLyQHUDVHJ~Q
HOPLQLVWURTXHORVJUDQGHVFRPHUFLDQWHVTXHYHQtDQFRPSUDQGRHQHOPHUFDGRORV
billetes de la deuda nacional devaluados hasta un 15% y 20% de su valor para des-
pués utilizarlos en el pago de los derechos de importación con una ganancia de un
DKRUDSDUHFHTXHWHQtDQTXHFRPSUDUORVDVXYDORUQRPLQDOFRQORTXHGLFKD
ganancia desaparecía y esto habría desanimado el interés importador.
No es posible asegurar que ésta hubiese sido la causa principal de la caída de
ODVLPSRUWDFLRQHVDXQTXHHVXQDUJXPHQWRSODXVLEOHSHURORTXHODH[SOLFDFLyQGHO
ministro revela es la importancia económica que tenía la existencia de la deuda para
un sector tan determinante para la Hacienda como era el del comercio de importa-
FLyQ'HVGHHVWDSHUVSHFWLYDORVFRPHUFLDQWHVWHQtDQLQWHUpVHQTXHVLJXLHUDH[LV-
WLHQGRODGHXGDFRQVROLGDGDGHO(VWDGRFRQORVWtWXORVGHYDOXDGRVSRUTXHDGHPiV
de otras fórmulas que utilizaban para aprovecharse de la debilidad de la Hacienda
GRÁFICO 10.6
Ingresos, gastos y deuda – 1882-1884
Millones de pesos
5

0
1882 1883 1884
Ingresos Gastos D. consolidada D. flotante D. total

Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 335

\TXHGDEDQOXJDUDODGHXGDÀRWDQWHKDFtDQVXFXOHQWRVQHJRFLRVFRQGLFKRVGRFX-
mentos de la deuda consolidada aprovechando su baja cotización.
(VWRSHUPLWHUHODFLRQDUODGHELOLGDGGHOD+DFLHQGD\ODGHELOLGDGGHO(VWDGR
que ha sido reiterada en estos años por la reciente historiografía.36 Lo que aquí se
SURSRQHGHIRUPDFRPSOHPHQWDULDDORTXH\DVHKDH[SXHVWRHQFDStWXORVDQWHULR-
UHVHVTXHVHWUDWDEDGHGRVUHDOLGDGHVGLIHUHQWHVVLQXQDYLQFXODFLyQFDXVDOHQWUHVt
\VLDFDVRTXHODH[LVWHQFLDGHODGHXGD\VXPDQHMRSRUVHFWRUHVHFRQyPLFDPHQWH
SRGHURVRVDXQTXHSXHGDSDUHFHUSDUDGyMLFRFRQIHUtDFLHUWDHVWDELOLGDGDODVLQVWLWX-
ciones. En la medida en que los grupos dominantes en el país manejaban de forma
FRQVLVWHQWHORVQHJRFLRVPiVLPSRUWDQWHVSURGXFFLyQ\FRPHUFLRH[WHULRU\TXHD
SDUWLUGHHOORVHJXtDQFRQWURODQGRODVLQVWLWXFLRQHVGHO(VWDGR$VDPEOHDJRELHUQR
SRGHUMXGLFLDO\HMpUFLWRQRSXHGHGHFLUVHTXHHVWDV~OWLPDVPRVWUDVHQGHELOLGDGHQ
VXIXQFLRQDPLHQWR(QUHDOLGDGODGHELOLGDGGHOD+DFLHQGD\ORVSUREOHPDV¿QDQ-
cieros del Estado se constituían de hecho en otro más de los recursos económicos
XWLOL]DGRVSRUGLFKRVJUXSRVSDUDDPSOLDUVXVEHQH¿FLRV'LFKRGHRWURPRGRHQ
la medida en que el Estado era un aparato que representaba los intereses de ciertos
VHFWRUHVVRFLDOHVHQ(O6DOYDGRUHQHVWRVDxRVDOPHQRVHOSRGHUGHHVWRV~OWLPRV
era tal que llegaban a utilizar la debilidad de la Hacienda –a partir de una estructura
¿VFDOPDQWHQLGDIUHQWHDFXDOTXLHUFLUFXQVWDQFLD±SDUDKDFHUQHJRFLRVFRQHOODVLQ
que el control de la estructura institucional del Estado se debilitara por este motivo.
(QUHODFLyQFRQHVWHDQiOLVLVHOJROSHGHHVWDGRGHKD\TXHHQWHQGHUOR
como el resultado de la confrontación entre distintos sectores de los grupos domi-
QDQWHVDJUDYDGDSRUODFULVLVHFRQyPLFD(OJROSHQRLPSOLFyFDPELRVVXVWDQFLDOHV
HQHOPRGHOR¿VFDO\¿QDQFLHURVDOYRORVGHULYDGRVGHODJUDYDPLHQWRGHODFULVLV\
continuaron siendo los mismos grupos que controlaban la estructura económica los
TXHVLJXLHURQVDFDQGRSURYHFKRGHODFDtGDGHORVLQJUHVRV¿VFDOHV3UHFLVDPHQWH
GHVGHHVWDSHUVSHFWLYDVHFRPSUHQGHTXHHQVHSWLHPEUHGHH[SHULPHQWiQGRVH
\DODFULVLVGHODVLPSRUWDFLRQHVGHVGHPHVHVDWUiVHOJRELHUQRGHFLGLHUD³IDYRUHFHU
ORVLQWHUHVHVJHQHUDOHVGHOFRPHUFLR´\UHEDMDVHXQHODIRURGHODVPHUFDQFtDV
³SDUDHOPHMRUp[LWRGHVXVQHJRFLRVVLQSHUMXLFLRGHODVUHQWDVQDFLRQDOHV´37 La
expresión no puede ser más reveladora de la sintonía del poder político con los inte-
reses de los grandes comerciantes –obsérvese que en ningún momento se menciona
la menor preocupación del gobierno respecto al efecto de la medida sobre los pre-
FLRVDOFRQVXPR±<SRURWUDSDUWHODIUDVHQRSRGtDVHUPiVFRQWUDGLFWRULDSRUTXH
HUDHYLGHQWHTXHXQDGLVPLQXFLyQGHODSUHVLyQ¿VFDOVREUHODVLPSRUWDFLRQHVDIHF-
WDEDQHJDWLYDPHQWHDODVUHQWDVQDFLRQDOHVGDGDODHVWUXFWXUDLPSRVLWLYDH[LVWHQWH
3RUVXSXHVWR\DSHVDUGHODVFLUFXQVWDQFLDVQLVLTXLHUDVHSODQWHyODSRVLELOLGDG
GHLQWURGXFLUDOJ~QQXHYRLPSXHVWRGHFDUiFWHUGLUHFWRHQHOVLVWHPD¿VFDOFRPR
sí se intentó en algún país latinoamericano en circunstancias parecidas.383RUHO
FRQWUDULRHOJRELHUQRFRPSOHWyVXGHFLVLyQGHIDYRUHFHUDORVLPSRUWDGRUHVFRQFH-
336 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GLHQGRGHPRUDVHQHOSDJRGHGHUHFKRVDGXDQHURVDORVTXHODVKDEtDQVROLFLWDGR
ORTXHDOSDUHFHUOOHJyDRFDVLRQDUXQPD\RUPRYLPLHQWRFRPHUFLDO
(OPLQLVWUR0HOpQGH]DxDGtDHQVX0HPRULDGHTXHSDUDH[SOLFDUOD
FR\XQWXUDGHVIDYRUDEOHWDPELpQHUDQHFHVDULRWRPDUHQFXHQWDSRUXQODGRODEDMD
TXHHOFDIpHODxLOHOEiOVDPR\RWURVDUWtFXORVGHH[SRUWDFLyQKDEtDQVXIULGRHQORV
PHUFDGRVH[WUDQMHURV\SRURWUDSDUWHODGHVFRQ¿DQ]DTXHWHPSRUDOPHQWHKDEtDQ
SURGXFLGR ODV UHIHULGDV ³WHQWDWLYDV UHYROXFLRQDULDV´ HQ ORV QHJRFLRV PHUFDQWLOHV
habiéndose limitado el comercio a hacer pequeños pedidos mientras se superaba
la crisis. La primera de estas razones equivalía a poner en relación la exportación
FRQODGHPDQGDLQWHUQDORTXHFRPR\DVHKDH[SOLFDGRWHQtDVyORXQDYLQFXODFLyQ
UHODWLYDSRUORTXHHVWHDUJXPHQWRGHOPLQLVWURQRHUDFRQYLQFHQWH$OJRPiVGH
sentido tiene el posible efecto del malestar público y del intento golpista de 1883 –
que incluyó una compra de armas en los Estados Unidos para el movimiento– sobre
el negocio de la importación.
(QUHDOLGDGODFULVLVSXGRGHEHUVHDXQDFRPELQDFLyQGHIDFWRUHVDOJXQRVGH
ORVFXDOHVORVPHQFLRQDEDHOPLQLVWUR6LQHPEDUJROODPDODDWHQFLyQTXHQLQJXQD
H[SOLFDFLyQ GH ODV RIUHFLGDV PHQFLRQDVH OD YDULDEOH GH OD PRQHGD DIHFWDGD SRU
HOFUHFLHQWHGHVFHQVRGHOSUHFLRLQWHUQDFLRQDOGHODSODWDTXHKDEtDDOFDQ]DGRVX
SXQWRPiVEDMRKDVWDHOPRPHQWRHQHVWHSURFHVRVLWXiQGRVHHQGyODUHVSRU
onza *Ui¿FR Esto debía estar provocando un incremento de las primas que
los comerciantes tenían que abonar para poder pagar en oro las mercancías proce-
GHQWHVGHDTXHOORVSDtVHVTXH\DKDEtDQHVWDEOHFLGRHOSDWUyQHQHVWHPHWDOHVWRHV
*UDQ%UHWDxD\(VWDGRV8QLGRVORVGRVDORVTXH(O6DOYDGRUFRPSUDEDPiVFRQ
GLIHUHQFLDYHU&XDGUR

CUADRO 10.5
Comercio exterior de El Salvador – 1883
Importación Exportación
Países
(en pesos) (en pesos)
Gran Bretaña 842.489 2.212.670
Estados Unidos 829.916 1.384.021
Alemania 72.285 988.507
Francia 463.461 512.220
Italia 12.877 406.398
Ecuador 35.908 70.623
Otros 144.526 287.513
Total 2.401.462 5.861.052

Fuente: Memoria del Ministerio de Hacienda. 1884.

EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 337

'LFKRWRGRORDQWHULRUHVWDPELpQPX\VLJQL¿FDWLYDODSHUFHSFLyQGHORVVHF-
WRUHV GRPLQDQWHV HQ ORV TXH FDEH VLWXDU D ORV PLHPEURV GHO JRELHUQR VREUH OD
PDUFKDJHQHUDOGHOSDtV\SXHGHWRPDUVHFRPRHMHPSORODSDUWHGHOLQIRUPHGHO
Ministerio de Hacienda sobre la evolución de la producción minera en el mismo
DxR(OPLQLVWUR0HOpQGH]D¿UPDEDTXH
“Las labores de minas tienden a crear y desarrollar cierto bienestar y riqueza no
VyORDORVTXHFRQVDJUDQVXWUDEDMRDHVDSRGHURVD\GLItFLOLQGXVWULDVLQRWDP-
bién a las poblaciones cercanas y muchas veces a un Estado entero”.

Dejando a un lado cuáles podrían ser las condiciones de trabajo de los obreros
HQODVPLQDVVLQGXGD(O6DOYDGRUQRHUDXQRGHDTXHOORVHVWDGRVHVSHFLDOPHQWH
EHQH¿FLDGRVSRUODULTXH]DPLQHUDSHURHQWRGRFDVRHO(VWDGRREWXYRHVFDVREHQH-
¿FLRGHODSURGXFFLyQH[LVWHQWHSXHVWRTXHFRPR\DVHFRPHQWyODH[SRUWDFLyQGH
³RURSODWD\EUR]DVPLQHUDOHV´HVWXYRFRQIUHFXHQFLDH[HQWDGHOSDJRGHGHUHFKRV
DGXDQHURV (Q  OD SURGXFFLyQ PLQHUD FRQFHQWUDGD IXQGDPHQWDOPHQWH HQ ORV
GHSDUWDPHQWRVGH*RWHUD\/D8QLyQKDEtDFDtGRHVSHFWDFXODUPHQWHGHXQYDORUGH
SVHODxRDQWHULRUDSVSRUORTXHVHJ~Q0HOpQGH]³ODOH\GHOSUR-
greso no se había hecho sentir en aquellos centros de trabajo y de consumo de dine-
UR´6LQHPEDUJRDxDGtDHOPLQLVWUR³HVWRQRDQXODEDHOJHQHUDOSURJUHVRGHOSDtV´
(QWpUPLQRVJHQHUDOHVHOPLQLVWUR30HOpQGH]VHQWtD³ODSHQD´GHFRPXQLFDU
que el producto de las aduanas había disminuido en una suma de bastante conside-
UDFLyQSHURDOPLVPRWLHPSRD¿UPDED³PHFRPSOD]FRHQDQXQFLDUTXHODH[SRUWD-
FLyQKDDXPHQWDGRHQXQDFDQWLGDGVXSHULRUDODEDMDGHODVLPSRUWDFLRQHVORFXDO
demuestra la fuerza de vitalidad que el país contiene en sus elementos de riqueza.”
'HQXHYRHQXQDVRODIUDVHXQPLQLVWURUHODFLRQDEDHOSODQRS~EOLFRODPHQWiQGRVH
GHODFDtGDGHODVUHQWDV¿VFDOHVFRQHOSULYDGRHQXQDHVSHFLHGHFRPSHQVDFLyQ
DOHJUiQGRVHSRUHOLQFUHPHQWRGHODVH[SRUWDFLRQHVTXHSUiFWLFDPHQWHQRWHQtDQ
UHÀHMRHQORVLQJUHVRVGHVXPLQLVWHULR\GHO(VWDGR(OPLQLVWHULRHVWDEDDOOtSDUD
UHJRFLMDUVHGHOLQFUHPHQWRGHODVUHQWDVSULYDGDVLGHQWL¿FiQGRODVFRQOD³IXHU]D
GH YLWDOLGDG´ GHO SDtV JDUDQWL]DQGR TXH VHJXLUtDQ LQWDQJLEOHV GHVGH HO SXQWR GH
YLVWD¿VFDODXQTXHODVUHQWDVS~EOLFDVVHKXQGLHUDQ0LHQWUDVWDQWRHQPHGLRGHOD
JUDYHGDGGHODVLWXDFLyQ¿VFDOHOJRELHUQRWUDWDEDGHEXVFDUOLTXLGH]UHFXUULHQGR
LQFOXVRDGHVSUHQGHUVHGHVHUYLFLRVGHO(VWDGRFRPRVXFHGLyHQHOFDVRGHODYHQWD
de la Imprenta Nacional al súbdito italiano Francisco Sangrini por 30.000 ps.39
Como es lógico la nueva situación de la Hacienda tuvo repercusiones en el
apartado de los gastos y en 1883 se produjo un descenso de 414.499 ps con respecto
DODxRDQWHULRUHTXLYDOHQWHVDXQ9HU&XDGUR7RGRVORVFRQFHSWRV\PL-
nisterios resultaron afectados por la rebaja con porcentajes de caída como en la carte-
UDGH+DFLHQGD\*XHUUDFRQXQGHUHGXFFLyQ\HQJDVWRVQRSUHVXSXHVWDGRVHV
GHFLUEiVLFDPHQWHSDJRGHGHXGDVHQODVTXHVHHPSOHyXQPHQRVTXHHQ
338 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

CUADRO 10.6
Distribución del gastos por Ministerios

Rentas 1882 1883

3RGHU(MHFXWLYR s/d 15.792
3RGHU/HJLVODWLYR 24.151 19.233
5HODFLRQHV([WHULRUHV 156.525 142.457
Gobernación 529.932 501.998
Hacienda y Guerra 1.437.506 1.344.202
,QVWUXFFLyQ3~EOLFD 197.213 192.695
No presupuestadas 1.927.870 1.728.602
Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

3HURDGHPiVGHORVJDVWRVFRUULHQWHVGHODDGPLQLVWUDFLyQHOJRELHUQRWHQtD
TXHKDFHUIUHQWHDFRPSURPLVRVDGTXLULGRVFRQOD¿UPDVGHDOJXQDVGHODVFRQWUDWDV
PHQFLRQDGDV DQWHULRUPHQWH GH HQWUH ODV TXH GHVWDFDEDQ DOJXQDV GH ORV IHUURFD-
UULOHV$VtHQFRQODFULVLV¿VFDOHOJRELHUQRWXYRTXHGHVHPEROVDU
ps derivados de la contrata con la empresa del ferrocarril Sonsonate-Santa Ana y
TXHGHEtDQFRQVLGHUDUVHHQHOKDEHUGHO)LVFR3RURWUDSDUWHHOUHODWLYDPHQWHEDMR
descenso comparativo en los gastos corrientes de la administración ocultaba un im-
SRUWDQWHDVFHQVRGHODGHXGD(QHOSDVLYRSRUVXSDUWHDVFHQGtDD
SV\VXFRPSRVLFLyQTXHGDUHÀHMDGDHQHO&XDGUR

CUADRO 10.7
Composición de la deuda pública – 1883

En dinero efectivo
3UpVWDPRV\FRQWUDWRV 531.745
Sueldos empleados civiles y militares 62.714
ÏUGHQHVFRQWUDDGPLQLVWUDFLRQHV WHUUHVWUHV 25.986
3DUFLDO 620.445
Por derechos marítimos
ÏUGHQHVFRQWUDHOGHGHUHFKRVHQ/D8QLyQ 237.505
ÏUGHQHVFRQWUDLPSXHVWRDOSHVREUXWRGHPHUFDGHUtDV GH
AcajutlaSRUFRQWUDWDVREUHFRQVWUXFFLyQGHOHGLILFLRGH 50.391
Aduana de Sonsonate
ÏUGHQHVFRQWUDHOGHOLEUDPLHQWRV 659.561
Intereses de estos libramientos 80.386
3DUFLDO 1.027.843
Total 1.648.288
Fuente: Memoria del Ministerio de Hacienda.
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 339

(QORVFDVRVGHGHXGDFRQYHQFLPLHQWR¿MRODVFDQWLGDGHVQRHUDQH[LJLEOHV
de inmediato y se amortizaban pagándose a los acreedores al llegar los diferentes
plazos estipulados en los convenios celebrados al efecto por el gobierno. Lo demás
HUDQyUGHQHV\UHWUDVRVHQHOSDJRGHVDODULRVTXHOyJLFDPHQWHGL¿FXOWDEDQHOIXQ-
cionamiento administrativo del Estado.
 3RU RWUD SDUWH OD GHXGD FRQVROLGDGD TXH D ¿QHV GH  DVFHQGtD D
SVVHKDEtDLQFUHPHQWDGRHQKDVWDSV(QYLUWXGGH
ODRSHUDFLyQ¿QDQFLHUDOOHYDGDDFDERFRQRFDVLyQGHODVFRQWUDWDVGHOIHUURFDUULO
el gobierno había negociado con los tenedores de los billetes de manera que había
logrado que una parte de ellos depositaran 1.053.023 ps en el Banco Internacional
GH(O6DOYDGRU'HHVWDIRUPDWUDQVIRUPDEDHVWDSDUWHGHODGHXGDHQLQYHUVLyQHQ
ODHPSUHVDGHOIHUURFDUULO6RQVRQDWH6DQWD$QDODFXDOSDJDEDXQGHLQWHUpV
DQXDOOLTXLGiQGRORPHQVXDOPHQWHHQHIHFWLYR$XQTXHQRVHSXHGDUHDOL]DUXQFDO-
FXORSRUPHQRUL]DGRGHORVEHQH¿FLRVGHO%DQFR\VXVDFFLRQLVWDVHQHVWDRSHUDFLyQ
GHLQJHQLHUtD¿QDQFLHUDSDUHFHTXHIXHURQVXVWDQFLRVRV
El valor de los billetes cuyos propietarios no habían entrado en la operación
FRQODHPSUHVDGHOIHUURFDUULOHUDD¿QHVGHGHSVTXHVHJXtDQHVWDQ-
GRHQFLUFXODFLyQ3DUDLUDPRUWL]iQGRORVHOJRELHUQRKDEtDGHVWLQDGRHOSDJRGHXQ
SHTXHxRGHUHFKRTXHH[LVWtDSRUHODOPDFHQDMHGHPHUFDQFtDVHQORVSXHUWRVSRUXQ
GHFUHWRGHIHEUHURGH(VGHFLUTXHDOPDUJHQGHFRPSURPLVRVDGTXLULGRV\
JDVWRVFRUULHQWHVVyORHQGHXGDWDQWRÀRWDQWHFRPRFRQVROLGDGDVHKDEtDSDVDGRGH
TXHHUDODH[LVWHQWHDFRPLHQ]RVGHDPiVGHHQ<
en 1884 la deuda continuó creciendo. La composición del pasivo del Fisco en este
año se incluye en el Cuadro 10.8.

CUADRO 10.8
Pasivo del Fisco – 1884

Deuda flotante en dinero efectivo 1.100.344

Libramientos sobre aduanas 1.093.857
A cargo de varias rentas 862.051
Total 3.056.252
Fuente: Memoria del Ministerio de Hacienda.

La última partida tenía su origen en varios contratos a los que se habían

destinado determinados ramos de las rentas públicas para cancelar los créditos
FRUUHVSRQGLHQWHVFX\DDPRUWL]DFLyQVHHVWDEDOOHYDQGRDFDER(QRWUDVSDODEUDV
DXPHQWDEDHOJUDGRHQTXHTXHGDEDQKLSRWHFDGRVORVLQJUHVRV¿VFDOHV\GLVPL-
QXtDFRQHOORODFDSDFLGDGGHDFWXDFLyQGHOJRELHUQR6LDVHDxDGLHVH
una cifra probablemente superior al medio millón de pesos de deuda consolidada
340 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

±HQHUDQPiVGHSV±HOWRWDOGHEtDVXPDUHQWRUQRDSV
en una estimación prudente. Teniendo en cuenta que los ingresos anuales en 1884
KDEtDQVLGRSVHOORGDEDXQDGHODVSHRUHVUHODFLRQHVGHXGDLQJUHVRV
de estos años.
Se diría que había estallado la contradicción entre: la fase de expansión de
JDVWRVQDFLRQDOHVLQFOX\HQGRFRQWUDWDV\ODREVWLQDGDGHSHQGHQFLD¿VFDOUHJUHVLYD
que se apoyaba básicamente en derechos aduaneros de importaciones y aguardien-
WHLQVLVWLHQGRHQQRLQFRUSRUDUQLQJ~QLPSXHVWRGLUHFWRDODVUHQWDVRHOSDWULPRQLR
de la oligarquía.
*
$¿QHVGHMXQLRGHHOJHQHUDO)UDQFLVFR0HQpQGH]OOHJySRU¿QDOD
SUHVLGHQFLD GH OD 5HS~EOLFD$Vt SRQtD FRORIyQ D XQD FDUUHUD GH YDULRV LQWHQWRV
por lograrlo utilizando la vía armada. El militar no tenía un proyecto político ni
HFRQyPLFRPX\GLIHUHQWHDOGH=DOGtYDUVDOYRHQHOSXQWRGHQRUHHOHFFLyQ\HQ
HOUHFKD]RDODVXSXHVWDFRUUXSFLyQ'HKHFKRSHVHDTXHODVFRQGLFLRQHVLQWHU-
QDFLRQDOHVPHMRUDURQUHODWLYDPHQWHHQODVHJXQGDPLWDGGHODGpFDGDGHOD
VLWXDFLyQ HFRQyPLFD GHO (VWDGR HPSHRUy 0HQpQGH] FRQ IXHUWHV YtQFXORV HQ OD
UHJLyQFDIHWDOHUDHVWDEDDOLQHDGRFRQJUXSRVRSRVLWRUHVD=DOGtYDUGHODROLJDUTXtD
nacional y mantuvo en realidad una política económica básicamente similar a la de
su predecesor.
¿En qué basaba Menéndez su propuesta de conquista del poder? Fundamen-
talmente planteaba dos argumentos. El primero era de carácter político y se resumía
HQTXH=DOGtYDUHUDXQWLUDQRORTXHOHOOHYyDODGXUDSHUVHFXFLyQSHUVRQDO\SROtWL-
ca de su antecesor tratada en el Capítulo 6. El segundo argumento era de naturaleza
HFRQyPLFD\VHFHQWUDEDHQOD¿JXUDGH=DOGtYDUFRQGRVIUHQWHV$QWHWRGRHVWDED
OD SURSLD SHUVRQD GHO H[ SUHVLGHQWH FX\D OHJLWLPLGDG FRPR WDO HUD FXHVWLRQDGD
3HURHQHOVHJXQGRGHVGHHOSXQWRGHYLVWDHFRQyPLFR0HQpQGH]GHQXQFLDEDTXH
=DOGtYDUKDEtDVLGRXQFRUUXSWRHQVXEHQH¿FLR\HQHOGHVXVDPLJRV\DVRFLD-
GRV\TXHWHQtDDEUXPDGRDOFRPHUFLRFRQHOSHVRGHORVLPSXHVWRV40 Al nuevo
PDQGDWDULRDOLJXDOTXHDODQWHULRUHOQLYHOGHORVLPSXHVWRVQROHSUHRFXSDEDHQ
UHODFLyQFRQVXVHIHFWRVVREUHORVSUHFLRVDOFRQVXPRVLQRSRUODVFRQVHFXHQFLDV
TXHHOORSRGtDWHQHUSDUDORVLQWHUHVHVGHORVFRPHUFLDQWHV3RUORGHPiVQRVHVDEH
si realmente había comerciantes descontentos con la situación o si se trataba exclu-
VLYDPHQWHGHXQDH[FXVDSDUDMXVWL¿FDUODVXEOHYDFLyQ3RUHVRQRVRUSUHQGHTXH
Menéndez situara a la Hacienda como el primero de los elementos de su programa
político. Se proponía organizarla tras haber
“... quedado en la más completa bancarrota después de los derroches que han
DVRPEUDGR D~Q D ORV PiV LQGLIHUHQWHV \ HVWDEOHFHU SUXGHQWHV HFRQRPtDV HQ HO
VHUYLFLRS~EOLFRQRGLVWUD\HQGRODVUHQWDVGHVXV¿QHVRUGLQDULRV´41
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 341

Durante más de un año Menéndez llevó a cabo un proceso de persecución

FRQWUDORVVXSXHVWRVDFWRVGHFRUUXSFLyQGH=DOGtYDU'HORVP~OWLSOHVDWDTXHVGH
TXHIXHURQREMHWRpO\VXJRELHUQRGDLGHDHOVLJXLHQWHH[WUDFWRVDFDGRGHXQH[-
WHQVRLQIRUPHHQFDUJDGRSRUHOSURSLR0HQpQGH]DVXPLQLVWURGH-XVWLFLDVREUHHO
³GLQHURSHUGLGR´SRUHO)LVFRGXUDQWHORVDxRVGH=DOGtYDU
³/DDFFLyQGHOH[SUHVLGHQWH=DOGtYDUVREUHODDGPLQLVWUDFLyQS~EOLFDHVFRPSD-
UDEOHDXQDHVSDQWRVDYRUiJLQHTXHDUUHEDWDLUUHVLVWLEOHORVUHFXUVRV\ODYLWDOLGDG
GHOSDtVSDUDVHSXOWDUORVHQXQRFpDQRGHGHIUDXGDFLRQHV\PDOYHUVDFLRQHV/RV
SDVHRVDORVUtRV\ORVODJRVORVEDQTXHWHVORVEDLOHVORVOLFRUHVHOHVSLRQDMH\HO
KDUHPVLFGHO6XOWiQ3UHVLGHQWHVREUHKDEHUVLGRGHVDVWURVRVDODPRUDOS~EOLFD
costaron muy caro al Tesoro... A esta clase pertenecen algunas sumas recibidas
SRUSHUVRQDVDXVHQWHVKR\GHOD5HS~EOLFD\SRURWUDVTXHDTXtHVWiQSHURTXH
SRUKRQRUDOSDtVQRODVGHVLJQRQRPLQDOPHQWH´42

(VWDHVXQDVLPSOHPXHVWUDGHODVDFXVDFLRQHV\GHVFDOL¿FDFLRQHVGHTXH
IXHREMHWR=DOGtYDU\ODOLVWDGHSHUVRQDVLQYROXFUDGDVHQODVVXSXHVWDVFRUUXS-
ciones es muy larga. Al propio ex presidente se le consideraba “autor y cómplice
de desfalcos a la Hacienda pública” por importe de 1.802.121 ps. No hay fuentes
GRFXPHQWDOHV SDUD DQDOL]DU D IRQGR WDO DFXVDFLyQ SHUR DO LJXDO TXH RWUDV LQ-
FOXLGDVHQHOPLVPRH[SHGLHQWHSDUHFHQFRPRPtQLPRH[DJHUDGDVVLQQHJDUOD
SRVLELOLGDGGHTXHODSUHVLGHQFLDGH=DOGtYDUVHKXELHVHOOHJDGRDURGHDUGHXQ
boato criticable.
-XQWRD=DOGtYDUHQWUHXQDODUJDOLVWDGHSHUVRQDVWDPELpQDFXVDGDVVHLQ-
FOXtDDOFRQWUDWLVWDGHODFRQVWUXFFLyQGHOIHUURFDUULO)UDQFLVFR&DPDFKRDTXLHQ
se le hacía responsable de 490.085 ps en billetes de deuda y dinero en metálico
VXSXHVWDPHQWH³SHUGLGRV´SRUHO)LVFRDOH[PLQLVWURGH+DFLHQGD)DELR0RUiQ
–que había acompañado al propio Menéndez en alguno de los intentos de derrocar
D=DOGtYDU±DTXLHQVHDFXVDEDGH³KDEHUDXWRUL]DGRGHVIDOFRV´DOD+DFLHQGDSRU
SVDOHPSUHVDULR\FRPHUFLDQWH-0DXULFLR'XNH³SRUYDULDVFXHQWDV´
SRUSVD'DQLHO,QIDQWHFRPRDGPLQLVWUDGRU\WHVRUHURGH+DFLHQGDVLQ
FDUJRVHVSHFt¿FRVSRUSVHWFKDVWDDOFDQ]DUODVXPDGHSV(O
DVXQWRQRSDVDUtDGHVHUXQVLPSOHJHVWRGHUHYDQFKDSROtWLFDVLQRIXHVHSRUTXH
en muchos casos las acusaciones parecían infundadas o ser producto de simples
GHIHFWRV DGPLQLVWUDWLYRV SRUTXH DGHPiV VH SXEOLFDURQ HQ HO 'LDULR 2¿FLDO FRQ
ORVQRPEUHVGHWRGRVORVDFXVDGRV\VREUHWRGR±\HVORTXHDTXtPiVLQWHUHVD±
porque la extraordinaria cifra de “más de 4 millones de pesos” de “dinero perdido”
fue utilizada en parte por F. Menéndez para engrosar el monto de la deuda pública
KHUHGDGD GHO JRELHUQR DQWHULRU \ SDUD MXVWL¿FDU FRQ HOOR XQD SROtWLFD HFRQyPLFD
TXHQRWHQtDYLVRVGHVHUGLVWLQWDQLPiVH[LWRVDTXHODGHVXDQWHFHVRU$VtHQVX
GLVFXUVRDOD$VDPEOHDGHHOSUHVLGHQWH0HQpQGH]D¿UPyTXHODGHXGDGHO
342 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HVWDGRDJUDYDGDSRU³FRQWUDWDVRQHURVtVLPDV´\SRUXQDDJULFXOWXUDOD³YHUGDGHUD
ULTXH]DOXFKDQGRSHQRVDPHQWHFRQWUDODEDMDGHORVSUHFLRVGHQXHVWURVSULQFLSDOHV
IUXWRVHQORVPHUFDGRVH[WUDQMHURV´GHORTXHQRSRGtDFXOSDUDVXDQWHFHVRUVH
situaba en cerca de nueve millones de pesos.43
8QSXQWRHVSHFt¿FRGHQWURGHHVWHVHJXQGRDUJXPHQWRGHFDUiFWHUHFRQy-
PLFRXWLOL]DGRSRUHOJHQHUDO0HQpQGH]SRGtDWHQHUPiVIXHU]D\VHUHIHUtDDOD
PDOD JHVWLyQ ¿QDQFLHUD GHO JRELHUQR DQWHULRU SRQLpQGRVH pQIDVLV FRQFUHWDPHQWH
HQDOJXQDVGHODVFRQWUDWDV¿UPDGDVSRU=DOGtYDUFRQGLIHUHQWHV¿QHV/RVGLYHU-
VRVJRELHUQRVGHOSDtVLQFOX\HQGRHOGH0HQpQGH]TXHDFWXDEDQVREUHODEDVHGH
XQRVSUHVXSXHVWRVGH¿FLWDULRVSRUTXHGHORVLQJUHVRVSUHYLVWRVVRORVHLQJUHVDED
XQDSDUWHHQPHWiOLFRFRQWUDWDEDQQXPHURVDVREUDV\VHUYLFLRVFRQHPSUHVDVSDU-
WLFXODUHV3RUUHJODJHQHUDOFRPR\DVHYLRHVWDVFRQWUDWDVLQFOXtDQFOiXVXODVPX\
favorables para la empresa contratista. Y así sucedió también durante los años del
JHQHUDO0HQpQGH]SRUHMHPSORFRQODFRQWUDWD¿UPDGDSRUHOJRELHUQRFRQXQD
HPSUHVDH[WUDQMHUD6UHV(VVH[(5HDGH\-RKQ'UXPRQGHQHQHURGHSDUD
ODFRQVWUXFFLyQGHOIHUURFDUULOHQWUH6DQWD$QD\0HWDSiQFRQJHQHURVDVFRQFHVLR-
QHVGHWLHUUDV\PLQDV\HQODTXHVHSUHYHtDODDFXxDFLyQGHXQGpFLPRGHORUR\
la plata que llegara a extraer dicha empresa.44
(QHOFDVRGH=DOGtYDUORTXH\DVHGHVWDFyDQWHULRUPHQWHIXHODUDSLGH]\
IDFLOLGDGSRGUtDGHFLUVHTXHLPSUXGHQFLDFRQTXHHQHQXQPRPHQWRUHOD-
WLYDPHQWHIDYRUDEOHSDUDOD+DFLHQGDHOJRELHUQRVHODQ]yD¿UPDUXQDVHULHGH
contratas para la construcción del ferrocarril con las que se cargó de compromisos
HFRQyPLFRV<HOKHFKRHVTXHDOFDPELDUODFR\XQWXUDHFRQyPLFDDTXHOODVFRQ-
WUDWDVVHYROYLHURQXQDSHVDGDFDUJDSDUDHO(VWDGR'HWRGDVIRUPDVHOFDVR&D-
macho se convirtió en un caballo de batalla que Menéndez explotó como signo del
GHVDVWUHTXHVHJ~QpOKDEtDVLGRHOJRELHUQRGH=DOGtYDU6LQHPEDUJR0HQpQGH]
QRURPSLyFRQ&DPDFKR\VXVVRFLRVSRUHOFRQWUDULRDSHVDUGHKDEHUVXVSHQ-

CUADRO 10.9
Ingresos y gastos fiscales – 1886-1889

Años Ingresos Gastos

1886 s/d 3.147.062*
1887 2.959.775 2.849.821
1888 794.709** 3.667.108**
1889 4.109.976 4.037.501
Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.
* No consta que esta cifra correspondiese al año fiscal de 1886,
o a 15 meses desde septiembre de 1885 á diciembre de 1886.
** Estas cifras corresponden a la Memoria anual del Ministerio de Hacienda.
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 343

GLGRHQSULQFLSLRWRGDVODVFRQWUDWDV¿UPDGDVSRU=DOGtYDUHQVXVQXHYHDxRVGH
JRELHUQRHQQRYLHPEUHGHUHYLVyHOFRQWUDWRGHODFRQVWUXFFLyQGHOIHUURFDUULO
6RQVRQDWH6DQWD$QD8QFDVRGLIHUHQWHIXHODFRQWUDWD¿UPDGDFRQ)6DQJULQLHQ
SDUDYHQGHUOD,PSUHQWD1DFLRQDO(QHVWDRSHUDFLyQDGHPiVGHVLWXDUXQD
DFWLYLGDGHFRQyPLFDHQPDQRVSULYDGDVVHKDEtDWUDWDGRSRUSDUWHGHOJRELHUQRGH
=DOGtYDUGHREWHQHUOLTXLGH]HQPRPHQWRVHQTXHODVLWXDFLyQ¿VFDOVHDJUDYDED
\HOGp¿FLWHUDFDGDYH]PD\RU0HQpQGH]VLQHPEDUJRWUDQVIRUPyHVWHQHJRFLR
HQRWURHVFiQGDOR\DOWUDWDUGHGHVKDFHUORMXGLFLDOPHQWHORTXHFRQVLJXLyIXHLQ-
YROXFUDUD,WDOLDHQHOFDVR\WHQHUTXHSDJDU¿QDOPHQWHPiVGHSVSRUXQ
contrato que había sido originalmente de 30.000 ps.45
Estas observaciones parecen pertinentes para dar una idea de cuál fue el sig-
QL¿FDGRHQHOWHUUHQR¿QDQFLHURGHO(VWDGRGHOFDPELRSROtWLFRTXHVHSURGXMRFRQ
HOJROSHGHMXQLRGH3HURPiVDOOiGHORVGHWDOOHVH[SXHVWRV\GHOMXLFLRTXH
SXHGHQPHUHFHUORTXHLQWHUHVDHVODUHODFLyQTXHWLHQHQFRQODVFXHQWDVQDFLRQDOHV
FX\DHYROXFLyQVHPXHVWUDDFRQWLQXDFLyQ(QUHDOLGDGODVFXHQWDVQRUHVXOWDURQ
GH¿FLWDULDVSRUHYHQWXDOHVDFWRVGHFRUUXSFLyQGH=DOGtYDUVLHVTXHORVFRPHWLy
VLQRIXQGDPHQWDOPHQWHSRUODQDWXUDOH]DGHVXHVWUXFWXUD¿VFDOGHULYDGDGHODUH-
lación entre sectores sociales en el país y por los efectos derivados del golpe de
estado practicado por Menéndez.
/RVSUREOHPDVPLOLWDUHVDVtFRPRODVDOWHUDFLRQHVVRFLDOHV\SROtWLFDVGHUL-
YDGDVTXHWXYLHURQOXJDUHQWXYLHURQOyJLFDPHQWHFRQVHFXHQFLDVHFRQyPLFDV
JUDYHVSDUDODQDFLyQ/DVPRYLOL]DFLRQHVGHWURSDVODGHVDWHQFLyQGHORVFXOWLYRV
\FRVHFKDVORVIXHUWHVJDVWRVPLOLWDUHVHO³HPSUpVWLWRIRU]RVR´GHSVDO
TXHDFXGLy=DOGtYDUSDUDWUDWDUGHVXSHUDUODFULVLVHWFWRGRHOORWXYRXQDUHSHU-
FXVLyQLPSRUWDQWHHQODSURGXFFLyQHOFRPHUFLR\HOFRQVXPRGHODSREODFLyQ\
QDWXUDOPHQWHHQOD+DFLHQGD\ODV¿QDQ]DVGHO(VWDGRFRQXQDLPSRUWDQWHFDtGD
GHORVLQJUHVRV\XQDJUDYDPLHQWRGHODVLWXDFLyQ¿QDQFLHUD3RUHOFRQWUDULRFRPR
\DVHH[SXVRHOFDPLQRHFRQyPLFRGHORVJUDQGHVH[SRUWDGRUHVVHJXtDXQUXPER
muy diferente.46
Naturalmente los malos momentos de la Hacienda y de los recursos estatales
VHUHÀHMDEDHQODHYROXFLyQGHORVLQJUHVRV\ORVJDVWRVTXHH[SHULPHQWDURQDOWLED-
MRVGXUDQWHHOJRELHUQRGH0HQpQGH]6DOYDQGRORVPHVHVLQLFLDOHVGHODV
cifras generales evolucionaron como indica en el Cuadro 10.9.
(O*Ui¿FRUHFRJHHVWDVFLIUDV\DxDGLpQGROHVODLQIRUPDFLyQUHODWLYDDOD
GHXGDS~EOLFD±TXHVHUiFRPHQWDGDPiVDGHODQWH±ODVUHODFLRQDFRQODVHTXLYDOHQ-
WHVGHORVDxRVDTXHFRUUHVSRQGHQDODIDVHGHGHFOLYHHQHOJRELHUQRGH
5=DOGtYDUSDUDSRGHUDSUHFLDUELHQORVHIHFWRVGHOJROSHGHHVWDGRGH0HQpQGH]
pese a la subida relativa del precio del café que se produjo en 1886.
344 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

GRÁFICO 10.7
Ingresos, gastos y deuda – 1882-1889
Millones de pesos
8

0
1882 1883 1884 1886 1887 1888 1889
Ingresos Gastos Deuda

Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

Dejando a un lado por el momento el espectacular crecimiento de la deuda

S~EOLFDH[SHULPHQWDGRHQORVDxRVGHOJHQHUDO0HQpQGH]PHUHFHQDQWHWRGRDWHQ-
FLyQORVLQJUHVRV\ORVJDVWRV(QSULPHUOXJDUVLVHWRPDFRPRUHIHUHQFLDODFDtGD
GH ORV JDVWRV ¿VFDOHV HQ  FRQ UHVSHFWR D  ±\ DXQTXH QR VH GLVSRQH GH
LQIRUPDFLyQFRPSOHWDSDUDHODxR¿VFDOGH±VHGHEHVXSRQHUTXHORVLQJUHVRV
GHELHURQKDEHUGLVPLQXLGRWDPELpQHQXQDWHQGHQFLDVLPLODU3RURWUDSDUWHGHV-
SXpVGHTXHHQORVLQJUHVRVFD\HUDQDSUR[LPDGDPHQWHDORVQLYHOHVGH
crecieron en los dos años siguientes hasta alcanzar cifras parecidas a las 1884. Es
GHFLU VH KDEtD UHWURFHGLGR FLQFR DxRV HQ WpUPLQRV GH LQJUHVRV QDFLRQDOHV$OJR
VLPLODUSXHGHD¿UPDUVHFRQUHVSHFWRDORVJDVWRV¢&XiOHVIXHURQORVDUJXPHQWRV
económicos en los que se apoyó el gobierno para lograr crecer relativamente en
HVWRVDxRVDXQTXHIXHVHDQLYHOHVGHFLQFRDxRVDWUiV"6HSXHGHREVHUYDUODHYROX-
ción de los dos principales componentes de los ingresos nacionales: las rentas adua-
QHUDV\HOUDPRGHODJXDUGLHQWHFX\RSHVRUHODWLYRHQFRQMXQWRIXHLQFUHPHQWDGR
SRU0HQpQGH]HQUHODFLyQFRQHOWRWDOGHORVLQJUHVRVVLVHFRPSDUDFRQORVDxRV
GH=DOGtYDU9HU&XDGUR
0HQpQGH]HOHYySRUHQFLPDGHOXQQLYHOGHVFRQRFLGRKDVWDHQWRQFHV
ORVLQJUHVRVFRQMXQWRVGHUHQWDVDGXDQHUDV\DJXDUGLHQWHLPSXHVWRVLQGLUHFWRV
OOHYDQGRDXQH[WUHPRGLItFLOPHQWHVRSRUWDEOHHOGHVHTXLOLEULR¿VFDO&RQYLHQH
UHIHULUVH DQWH WRGR D ODV UHQWDV DGXDQHUDV 0HQpQGH] PDQWXYR OD FDUJD ¿VFDO
VREUHLPSRUWDFLRQHVSUy[LPDDOGHVXYDORUKDVWDTXHHQFXDQGRODV
LPSRUWDFLRQHVFD\HURQVXELyODSUHVLyQ¿VFDOSRUHQFLPDGHOKDVWDOOHJDU
DVLWXDUORHQHOHOPiVDOWRGHORVDxRVHVWXGLDGRVHQHVWHWUDEDMR$SHVDU
GHODVRVFLODFLRQHVHQODHYROXFLyQGHOFRPHUFLRFX\RVGDWRVHQHVWRVDxRVVH
presentan en el &XDGUR  los ingresos aduaneros se siguieron obteniendo
básicamente a raíz de las importaciones.
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 345

CUADRO 10.10
Relación entre rentas aduaneras y aguardiente con el total
de ingresos fiscales – 1885-1889

Rentas Ramo % sobre

Años
aduaneras aguardiente total
1885 1.075.026
1886 1.645.168 604.008
1887 1.795.378 818.040 
1888 2.187.976 977.269 
1889 2.252.235 1.124.458 
Fuente: Memorias anuales del Ministerio de Hacienda.

CUADRO 10.11
Valor del comercio exterior de El Salvador

Años Importaciones Exportaciones

1886 2.768.037 6.078.138
1887 3.275.024 5.230.194
1888 4.081.547 6.757.605
1889 2.886.050 5.673.785
Fuente: Memorias del Ministerio de Hacienda.

En 1887 y 1888 el nivel de las importaciones superó el alcanzado en 1882;

SHURQRDVtHQ\FXDQGRGHVFHQGLyDYDORUHVGHTXLQFHDxRVDWUiV3HVH
DHOORODVUHQWDVDGXDQHUDVPDQWXYLHURQVXUHFXSHUDFLyQGHELGRDODFUHFLHQWHSUH-
VLyQ¿VFDO3RURWUDSDUWH0HQpQGH]VXELyHOLPSXHVWRVREUHDJXDUGLHQWHHQ
GH  D  FWV SRU ERWHOOD ORJUDQGR DVt WDPELpQ OyJLFDPHQWH HO DXPHQWR HQ OD
UHFDXGDFLyQGHGLFKDUHQWD(VGHFLUTXHDQWHORVSUREOHPDV¿VFDOHV0HQpQGH]
había recurrido al aumento de los impuestos indirectos hasta límites antes descono-
FLGRVSUHFLVDPHQWHXQRGHORVDUJXPHQWRVTXHKDEtDXWLOL]DGRFRQWUD=DOGtYDUHQHO
JROSHGH(VWDGR&RQWRGDVHJXULGDGODLQÀDFLyQGHELyFUHFHUGHIRUPDVLJQL¿FDWLYD
\FRQHOODSUREDEOHPHQWHORVSUREOHPDVVRFLDOHV
$GHPiVHQHOHVIXHU]RSRULQFUHPHQWDUORVLQJUHVRVQDFLRQDOHV0HQpQGH]
SURFHGLyDPRGL¿FDUDOJXQDVPHGLGDVTXHGDWDEDQGHDxRVDWUiV3RUXQODGRVX-
SULPLyHQXQLPSXHVWRUHODFLRQDGRFRQODH[SRUWDFLyQGHODxLOXVDQGRFRPR
argumento la caída del precio de dicho producto en los mercados internacionales.50
(QSDODEUDVGHOPLQLVWURHOFXOWLYRVyORGHMDED³PLVHUDEOHEHQH¿FLR´FXDQGRQR
³SpUGLGDV D ORV SURGXFWRUHV \ H[SRUWDGRUHV´ (Q WpUPLQRV PX\ FRPSUHQVLYRV HO
346 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ministro se refería a algunos departamentos –básicamente los orientales– mani-

IHVWDQGRTXH³SRUODQDWXUDOH]DGHVXVWHUUHQRVSRUORVJDVWRVKHFKRVHQREUDVGH
ODUJDGXUDFLyQSDUDHODERUDUHODxLOSRUFRVWXPEUHVDGTXLULGDV\WDOYH]SRUIDOWD
de conocimientos de otros cultivos apropiados...que puedan sustituir con ventaja al
DxLO´VHYHtDQHQUHFHVLyQ3RUHOORFRQVLGHUDEDTXHHUDQHFHVDULRGLFWDUPHGLGDV
WHQGHQWHVDGLVPLQXLUHOFRVWHGHOFXOWLYRSRUORTXHVHDEROLyHOLPSXHVWR¿VFDOTXH
pesaba sobre su exportación.51
De signo contrario fue la medida tomada en relación con la exportación de
FDIpPRWLYDGDSRUXQKHFKRH[FHSFLRQDOHOWHUULEOHLQFHQGLRGHO3DODFLR1DFLRQDO
ocurrido en noviembre de1889. A pesar de que la cosecha de café de aquel año no
KDEtDVLGRPX\DEXQGDQWHORTXHVHUHÀHMDHQODFDtGDGHOYDORUGHODVH[SRUWDFLR-
QHVHOJRELHUQRGH0HQpQGH]HVWDEOHFLyHOPLVPRPHVGHQRYLHPEUHHOLPSXHVWR
GHXQSHVRSRUTXLQWDOGHFDIpH[SRUWDGRFRQGHVWLQRDODUHFRQVWUXFFLyQGHO3DOD-
FLRHQHOHQWHQGLGRGHTXHODFDQWLGDGTXHVHUHFDXGDUD±TXHVHHVWLPDEDHQXQRV
SV±QRVHUtDVX¿FLHQWHSDUDFRQFOXLUOD52
&RPRVHUHÀHMDHQHO&XDGURORVJDVWRVQDFLRQDOHVRVFLODURQHQHVWRV
DxRVGHODSUHVLGHQFLDGH0HQpQGH]DXQTXHPDQWXYLHURQWDPELpQXQDWHQGHQFLD
ascendente en correspondencia con los ingresos. Salvo las cantidades destinadas al
SDJRGHGHXGDVTXHHQGRVRFDVLRQHVVXSHUDURQXQWHUFLRGHORVJDVWRVFRUULHQWHV
la cartera más importante seguía siendo la de Guerra y absorbía casi la tercera parte
GHOWRWDOGHODVHURJDFLRQHVGHOJRELHUQRFRQSRUFHQWDMHVGHJDVWRVXSHULRUHVDORV
GHJRELHUQRVDQWHULRUHVORTXHFRQWUDVWDEDFRQORVGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFDHQXQD
tendencia ya conocida. Una relevancia creciente adquirió la cartera de Gobernación
TXHFRPRVHYLRHQDxRVDQWHULRUHVHQJOREDEDXQDPSOLRVHFWRUGHODDGPLQLV-
CUADRO 10.12
Distribución de gastos por ministerios

Carteras 1887 1888 1889

Beneficencia 142.217 156.984 178.884
Fomento 337.209 538.789 376.650
Gobernación 267.251  352.738  690.143 
Guerra 686.623  755.730  908.952 
Hacienda 245.186 267.009 317.614
,QVWUXFFLyQ3FD 248.321  273.478  365.699 
-XVWLFLD* 154.883
5HODFLRQHV([W 24.814 40.651 47.956
2.106.507 100% 2.559.001 100% 3.065.679 100%
3DJRGHXGDV 743.314  964.003  971.821 
Fuente: Memorias del Ministerio de Hacienda.
* Los gastos de Justicia estaban englobados en Gobernación en 1888 y 1889.
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 347

WUDFLyQPiVJDVWRVFRPRFRUUHRV\WHOpJUDIRVVHUYLFLRHVWH~OWLPRTXHVHHVWDED
H[SDQGLHQGRUiSLGDPHQWH<HQFXDOTXLHUFDVRHQWpUPLQRVFRPSDUDWLYRVWRGDYtD
ORVJDVWRVFRUULHQWHVGHSVDSHQDVVXSHUDEDQDORVGHTXH
habían supuesto 2.488.584 ps.
Menéndez recurrió a diferentes medidas para suplir los bajos ingresos públi-
FRV\SRGHUPDQWHQHUHOULWPRFUHFLHQWHGHJDVWRV$VtSRUHMHPSORXWLOL]yUHWHQ-
ciones en salarios de funcionarios públicos para atender a algunas instituciones.
/RVVXHOGRVPLOLWDUHVWHQtDQGHVGHXQDUHWHQFLyQGHOSVDTXHODxR
GHVWLQDGDDIDYRUGHOD(VFXHOD3ROLWpFQLFDPLOLWDU\ORVVDODULRVFLYLOHVVXIUtDQXQD
UHGXFFLyQGHOSVGHVWLQDGDDO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRU$SDUWLUGHHOOR
VHSXHGHVDEHUTXHHOWRWDOGHORVVDODULRVGHORVIXQFLRQDULRVFLYLOHV\PLOLWDUHV
DVFHQGtDHQDSVORTXHVLJQL¿FDEDHOGHOWRWDOGHORVJDVWRV
nacionales. Se había producido una rebaja importante en este capítulo si se compa-
UDSRUHMHPSORFRQFXDQGRORVVXHOGRVS~EOLFRVVXSRQtDQPiVGHGHO
presupuesto total.
(QRWURRUGHQGHFRVDVGXUDQWHHVWRVDxRVHOJRELHUQRGHQRPLQyXQDSDUWH
de los ingresos procedentes de las rentas aduaneras como “impuestos municipa-
OHV´ TXH HQ  DVFHQGLHURQ D  SV OR TXH SRGtD KDFHU SHQVDU TXH VH
atendía al conjunto de las municipalidades del país con asignaciones determinadas
en el presupuesto nacional. Sin embargo su destino se restringía a las municipalida-
GHVKRVSLWDOHVHLQVWLWXFLRQHVEHQp¿FDVEiVLFDPHQWHGHRFFLGHQWHFRPR$FDMXWOD
6RQVRQDWH6DQWD$QD6DQ6DOYDGRU6DQWD7HFOD\$KXDFKDSiQPLHQWUDVTXHHQ
RULHQWHVyORVHEHQH¿FLDEDQGHHOORHOKRVSLWDOLQVWLWXWR\DVLORGH6DQ0LJXHO\HO
KRVSLWDOGH/D8QLyQFRQSDUWHGHORVIRQGRVUHFDXGDGRVHQHVWD~OWLPDDGXDQDOD
menos importante de las tres. Era una de las muchas muestras de la preferencia del
poder político por la zona cafetalera occidental con respecto a la oriental.
(Q  DSUHPLDGR SRU OD FUHFLHQWH GHXGD S~EOLFD 0HQpQGH] WRPy RWUD
GHFLVLyQHQFDPLQDGDDUHGXFLUJDVWRV\UHODFLRQDGDFRQHOFRPHUFLRH[WHULRUFRPR
ya se mencionó en el Capítulo 6. Tenía que ver con la medida adoptada en 1883 por
=DOGtYDUHQUHODFLyQFRQODH[SRUWDFLyQGHD]~FDU(QWRQFHVVHKDEtDHVWDEOHFLGR
XQDSULPDGHFWVSRUTXLQWDOGHD]~FDUPDVFDEDGRRSDQHODTXHVHH[SRUWDUD
naturalmente para estimular el aumento del cultivo. Como había sucedido con las
VXEYHQFLRQHVSDUDH[WHQGHUHOFXOWLYRGHOFDIppVWHHUDRWURFDVRGHXVRGHUHFXUVRV
S~EOLFRVSDUDEHQH¿FLDUDH[SRUWDGRUHVTXHGHVSXpVQRFRQWULEXtDQ¿VFDOPHQWH
al Estado.53 En 1889 la prima ascendía al parecer aproximadamente a 20.000 ps.
\0HQpQGH]GHFLGLyGHURJDUDTXHOGHFUHWRGHVSXpVGHKDEHUORSHGLGRHQYDULDV
RFDVLRQHVDOD$VDPEOHDDSHODQGRDTXH
“La industria azucarera ha mejorado notablemente y buenas ganancias deja a los
TXHDHOODVHGHGLFDQ\HVWRQRSRUREUDGHODSULPDFRQODTXHVHOHTXLVRGDU
YLGDDUWL¿FLDOVLQRHQYLUWXGGHODVOH\HVQDWXUDOHVTXHULJHQODSURGXFFLyQ\ORV
348 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

FDPELRV3HURDXQFXDQGRHVWDLQGXVWULDVHHQFRQWUDUDHQGHSORUDEOHVLWXDFLyQ
HVWRQREDVWDUtDDMXVWL¿FDUODPHGLGDDTXHPHUH¿HURSRUTXHRSXHGHDTXHOOD
VXEVLVWLUSRUVLPLVPD\HQWDOFDVRODSULPDQRWLHQHUD]yQGHVHURELHQFDUHFH
de condiciones naturales para tener vida propia y sólo puede tener existencia ar-
WL¿FLDO\HQWRQFHVODSULPDHVDQWLHFRQyPLFD\JUDYHPHQWHGDxRVDSRUTXHWLHQGH
D PDQWHQHU HO WUDEDMR HQ LQIHFXQGD DFWLYLGDG GLVWUD\pQGROH GH ODV HPSUHVDV \
centros de verdadera producción.”

6HWUDWDEDGHXQGLVFXUVRGHJUDQFRKHUHQFLDOLEHUDOHQHOTXHDSDUWHGHOVHQWLGR
TXHVHOHDVLJQDEDDODVXEYHQFLyQPHUHFHGHVWDFDUVHOD~OWLPDREVHUYDFLyQVREUHHO
WUDEDMRUHWHQLGRHQ³LQIHFXQGDDFWLYLGDG´HQOXJDUGHXWLOL]DUORHQHPSUHVDVGH³YHU-
GDGHUDSURGXFFLyQ´HVGHFLUGRQGHODSOXVYDOtDSXGLHUDVHUJHQHUDGD\H[WUDtGDGL-
UHFWDPHQWHSRUHOHPSUHVDULRHQOXJDUGHWHQHUTXHVHUVXSOLGDSRUXQDD\XGDHVWDWDO
El gran cambio en la gestión gubernamental del presidente Menéndez se pro-
GXMRHQHOWHUUHQRGHODV¿QDQ]DV\HVSHFLDOPHQWHHQHOGHODGHXGDS~EOLFD/RV
duros efectos que tuvieron la guerra con Guatemala y el golpe militar sobre la Ha-
FLHQGDHQRWUDVSDODEUDVHOUHWURFHVRH[SHULPHQWDGRHQWpUPLQRV¿VFDOHVGXUDQWH
su mandato se acumularon a la crisis que se había desatado en 1883 y repercutieron
de forma importante sobre la deuda.
Menéndez declaraba que su interés preferente al dar el golpe habían sido los
SUREOHPDVHFRQyPLFRV\D¿UPDEDTXHHQHOFUpGLWRGHO(VWDGRVHHQFRQWUDED
³FDVLFRPSOHWDPHQWHSHUGLGRHQHOLQWHULRU\HQHOH[WHULRU´HQORTXHQROHIDOWDED
DOJRGHUD]yQ3HURODEDVHGHHVWDD¿UPDFLyQHUDTXHVHJ~QpOODGHXGDQDFLRQDO
DVFHQGtDDFHUFDGHQXHYHPLOORQHVGHSHVRVHQ³JUDQSDUWHSURFHGHQWHGHLPSXUDV
QHJRFLDFLRQHV´\VHQWHQFLDEDTXHODVLWXDFLyQ³H[LJtDPHGLGDVHQpUJLFDV\GHFL-
VLYDV´(VGHFLUTXHHQJURVDEDODGHXGDH[LVWHQWHDO¿QDOGHOJRELHUQRGH=DOGtYDU
con una parte al menos de los más de cuatro millones de pesos “perdidos” a los que
VHDOXGLyDUULED$QWHGLFKDVLWXDFLyQ0HQpQGH]GHFLGLySRUXQODGRVXVSHQGHU
ODYLJHQFLDGHODVFRQWUDWDVVXVFULWDVSRUORVJRELHUQRVGH=DOGtYDUKDVWDTXHORV
tribunales decidieran sobre su validez o se llegara a un arreglo equitativo con los
LQWHUHVDGRV\PiVLPSRUWDQWHD~QVXVSHQGHUHOSDJRGHODGHXGDHOWLHPSRQHFHVD-
ULRSDUDFDOL¿FDUOD\FODVL¿FDUODFRQYHQLHQWHPHQWH
7UDVODVXVSHQVLyQGHOSDJRGHODGHXGDS~EOLFDTXHOyJLFDPHQWH0HQpQGH]
DFKDFDEDIXQGDPHQWDOPHQWHDODSUHVLGHQFLDGH=DOGtYDUKDVWDVHSURFHGLyD
XQDFODVL¿FDFLyQGHODPLVPDVHJ~QODFXDOTXHGyGLYLGLGDHQ
1ª clase/DFRPSXHVWDSRUVXHOGRVGHHPSOHDGRVFLYLOHV\PLOLWDUHVODSURFHGHQWH
GHPRQWHStRV\SHQVLRQHVGHLQYiOLGRVSUpVWDPRVYROXQWDULRVRIRU]RVRVOLEUD-
PLHQWRVFRQWUDODV$GXDQDV\FRQWUDWRVVREUHUHQWDVFUpGLWRVSURFHGHQWHVGHFRQ-
WUDWDVGHFDxHUtDVFROHJLRV\HVFXHODVHOHPHQWRVGHJXHUUDREUDVS~EOLFDVHWF
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 349

2ª clase/DH[LVWHQWHHQELOOHWHVGH'HXGD1DFLRQDOUHVHOODGRV\QRUHVHOODGRVORV
SHUMXLFLRVUHFRQRFLGRV\ORVGHSyVLWRVODVVXEYHQFLRQHVDHPSUHVDVLQGXVWULDOHV
\HVWDEOHFLPLHQWRVGHEHQH¿FHQFLD\GHLQVWUXFFLyQS~EOLFDHWF
3ª clase/RVLQWHUHVHVGHODVFODVHVDQWHGLFKDVOLTXLGDGRVFRQIRUPHDHVWDOH\ODV
SULPDVHVWLSXODGDVHQFRQWUDWRVGHOLEUDPLHQWRFRQWUDODV$GXDQDVVREUHDQWLFLSR
GHGHUHFKRV\VREUHUHQWDVODVSULPDVDODH[SRUWDFLyQGHIUXWRVHWF

A 24 de octubre de 1886 quedaba establecido que la deuda de 1ª clase as-

FHQGtDDSHVRV\GHYHQJDUtDXQGHLQWHUpVODGHD\
SURGXFLUtDXQ\ODGHFODVHDDGHLQWHUpVWRGRORFXDOKDFtD
un total de 6.670.736 pesos.54 A comienzos de 1887 Menéndez declaraba que se
había llegado a esta cifra gracias a haberse amortizado cerca de un millón y medio
GHSHVRVGHODGHXGDDQWHULRUD(VWD~OWLPDD¿UPDFLyQHUDYHUGDGHUDPHQWH
sorprendente y difícil comprender pues se trataba de lo equivalente a la tercera par-
te de los ingresos previstos en el presupuesto de 1886. Ello sólo podría entenderse
en el caso de que el gobierno hubiera desatendido gravemente otras obligaciones
GHO(VWDGR\HUDFLHUWRTXHHOJRELHUQRWHQtDJUDYHVGL¿FXOWDGHVSDUDDWHQGHUVXV
REOLJDFLRQHVSHURGLItFLOPHQWHKDVWDDTXHOH[WUHPR
$QWH WDO YROXPHQ GH GHXGD HQ MXQLR GH  HO PLQLVWHULR GH +DFLHQGD
FX\RWLWXODUFRQ0HQpQGH]HUD(VWDQLVODR3pUH]±HOJHQHUDOFDIHWDOHURTXHKDEtD
VLGR PLQLVWUR GH =DOGtYDU SHUR TXH DFRPSDxy D 0HQpQGH] SDUD GHUURFDUOR HQ
±FHOHEUyXQFRQWUDWRFRQHO%DQFR3DUWLFXODU±HOVHJXQGRFRQVWLWXLGRHQHO
SDtV±SRUHOTXHHO%DQFRDEUtDXQDFXHQWDFRUULHQWHDOóPHQVXDOKDVWDSRU
SV/DSULPHUDSDUWLGDGHOFDUJRSRUSVFRUUHVSRQGtDDXQDGHXGD
que ya el gobierno tenía con el Banco por otro contrato previo de enero de 1886.
3DUDHOSDJRGHODGHXGDTXHVHJHQHUDVHFRQHOQXHYRFRQWUDWRVHGHVLJQyHO
de los derechos de importación que se percibieran en las tres aduanas hasta enero
GH\DSDUWLUGHHQWRQFHVODFXRWDGHGHUHFKRVTXHGDEDUHGXFLGDDO
3RURWUDSDUWHWDPELpQVHHVWLSXOyTXHORVFDVLSVTXHHOJRELHUQRDGHX-
GDEDDOEDQFRSRUFRQWUDWDGHHQHURGHGHYHQJDUtDQHOLQWHUpVGHODQXDO
GHVGHPD\RGH3HURHOJRELHUQRQRSXGRFXPSOLUFRQODVFRQGLFLRQHVGHO
FRQWUDWR\HQPD\RGHVHOOHJDEDDRWURDUUHJORFRQHO%DQFRSDUDUHGXFLU
la tasa de interés anual sobre la cuenta corriente del 15% estipulado inicialmente
al 9%.55
2WUDVYDULDVFRQWUDWDVVH¿UPDURQFRQFRPHUFLDQWHV\KRPEUHVGHQHJRFLRV
para disponer de liquidez pagando primas muy altas para atender necesidades ur-
gentes. Una de ellas resultó de los importantes daños causados por un motín en el
SXHUWRGH/D8QLyQHQVHSWLHPEUHGHSUREDEOHPHQWHUHÀHMRGHODVGL¿FXOWD-
GHVHFRQyPLFDVSRUODVTXHDWUDYHVDEDODSREODFLyQ3DUDDIURQWDUORVVH¿UPyXQD
FRQWUDWDFRQ5DPyQ$UJHOORSRUODFXDOpVWHHQWUHJDEDDOJRELHUQRSVHQ
GRFXPHQWRVGHGHXGDS~EOLFDFODVL¿FDGDGHFODVHPiVSVHQGLQHUR\
350 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

D FDPELR HO JRELHUQR HQWUHJDED DO 6U$UJHOOR  SV HQ yUGHQHV FRQWUD ODV
DGXDQDVDPRUWL]DEOHVHQHOGHORVGHUHFKRVTXHJHQHUDVHQODVPHUFDGHUtDV
que importase. La forma de presentar el ministro las ventajas de dicha contrata era
GHFLUTXHVHKDEtDQFRQVHJXLGRSVHQGLQHURVLQQLQJ~QLQWHUpV\DPRUWL]D-
dos 30.000 ps en documentos de 1ª clase a la mitad de su valor nominal. Aun sin
VDEHUFXiOHUDODFRWL]DFLyQGHORVELOOHWHVGHODGHXGD±TXHGHEtDVHUPX\EDMD±
la realidad de la operación distaba mucho de la versión del ministro. Otras muchas
FRQWUDWDVVH¿UPDEDQSDUDFRQVHJXLUOLTXLGH]FRPRODFRPSURPHWLGDFRQ0DQXHO
7ULJXHURVHOJUDQHPSUHVDULRTXHSUHVWyDOJRELHUQRSVDOGHLQWHUpV
DQXDOSDUDORFXDOVHDIHFWyODTXLQWDSDUWHGHORVGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQGHODV
DGXDQDVGH/D/LEHUWDG\$FDMXWODDFX\RHIHFWRVHHPLWLHURQyUGHQHVGHSDJRTXH
servirían para pagar los citados derechos de importación. Las órdenes las vendería
Trigueros en los referidos puertos y en la capital para que pudieran ser compradas
por los comerciantes.56
El gobierno estaba desbordado. En 1887 afrontaba un caudal de pagos de
GHXGDÀRWDQWHHQHIHFWLYRSRUDPRUWL]DFLyQGHYDOHV\FHUWL¿FDFLRQHVGHOHPSUpV-
WLWRGHSRUDPRUWL]DFLyQGHyUGHQHVDIDYRUGH)&DPDFKRSRUDPRUWL]DFLyQ
GHyUGHQHVH[SHGLGDVDIDYRUGH$XJXVWR%RXLQHDX\RWUDVSHUVRQDV\SRU³GHYR-
lución de contratas anteriormente celebradas que no era posible llevar a efecto”
TXHDVFHQGtDQDXQWRWDOGHSV(QFXDQWRDODGHXGDFRQVROLGDGDVHVXFH-
dían decretos para tratar de aliviarla. Menéndez trataba de conciliar las necesidades
S~EOLFDV\ORVGHUHFKRVSDUWLFXODUHVORTXHFRPR\DVHKDFRPSUREDGRHQFDVRV
DQWHULRUHVHUDDOJRGLItFLOGHFRQVHJXLU
(QXQPRPHQWRDOJXQDVVHxDOHVGHJUDYHGDG¿QDQFLHUDVHDFXPXODURQ)XHU-
tes deudas impagadas se sumaban a la presión de los acreedores. Un caso grave
estalló en 1888. El Estado de El Salvador se había constituido en deudor de la
FRPSDxtDLQJOHVD6DOYDGRU5DLOZD\&RQVWUXFWLRQ&R/WGTXHKDEtDSUHVWDGRDO
empresario del ferrocarril Sonsonate-Santa Ana 170.000 libras esterlinas. Como
garantía habían quedado afectas 3.000 acciones que el gobierno tenía en la empre-
VDKDVWDWDOSXQWRTXHQROHHUDSRVLEOHQLVLTXLHUDLQWHUYHQLUHQVXDGPLQLVWUDFLyQ
El ministro se dirigía en 1888 a la Asamblea pidiéndole que adoptara las medidas
adecuadas para que dicho pago se efectuara lo más brevemente posible “redimien-
do a la vez al país del depresivo pupilaje en que le puso la onerosa especulación
TXHGLRRULJHQDWDQHQRMRVRDVXQWR´3HURQRH[LVWtDXQDVROXFLyQIiFLO573RURWUR
ODGRORVDFUHHGRUHVSUHVLRQDEDQDOJRELHUQRSDUDTXHOHVUHHPEROVDUDORVFUpGLWRV
TXHOHVWHQtDQFRQFHGLGRV(QDEULOGHHUD-XDQ0DXULFLR'XNHTXLHQVROL-
FLWyDO0LQLVWURGH+DFLHQGDTXHHO(VWDGROHSDJDUD³OtTXLGR´ORVSV
TXHOHDGHXGDEDGHODPLVPDPDQHUDTXHVHOHVKDEtDSDJDGRDORV6UHV$XJXVWR
%RXLQHDX)UDQFLVFR&DPDFKR)UDQFLVFR6DQJULQL-DFRER%DL]%DULQJ%URWKHUV
>/HyQ@'UH\IXV\RWURV58
EL HUNDIMIENTO DE LA HACIENDA Y EL REGRESO A LA DEUDA EXTERNA 351

(QHVWDVLWXDFLyQDOPHQRVGHVGHIHEUHURGHVHKDEtDFRPHQ]DGRDGLV-
cutir públicamente sobre la posibilidad y la conveniencia de pedir un préstamo en
HOH[WHULRUHLQLFLDOPHQWHQRIDOWDEDQRSLQLRQHVHQFRQWUDFRQVLGHUDQGRTXHVHUtD
una especie de fracaso nacional el tener que llegar a negociarlo.59 6LQ HPEDUJR
FRQIRUPHSDVDEDHOWLHPSRHOGHEDWHGHMyGHWHQHUVHQWLGR\VHLPSXVRODUHDOLGDG
de que el Estado no podía sobrevivir sin una inyección de liquidez.
$QWHORDFXFLDQWHGHORVSUREOHPDV¿QDQFLHURVHQHOPLVPRGHVSXpV
GH XQ LQWHQVR GHEDWH HQ WRUQR D OD GHXGD H[WHUQD \ D OD FRQYHQLHQFLD R QR GH
YROYHU D SHGLU XQ QXHYR HPSUpVWLWR SDUD WUDWDU GH VXSHUDU OD FULVLV HO JRELHUQR
de Menéndez hizo un intento de recaudar fondos entre miembros de la oligarquía
VDOYDGRUHxDFRPRÈQJHO*XLUROD-RVp/DUUH\QDJD\RWURVSDUDLQWHQWDUHYLWDUHO
tener que solicitar otro préstamo en el exterior. Después de una apelación al patrio-
WLVPRGHORVVDOYDGRUHxRVHQXQ~OWLPRLQWHQWRGHHYLWDUFDHUHQODGHXGDH[WHUQD
y ofreciendo el ministerio de Hacienda todas las garantías por parte del Estado
DODVFDQWLGDGHVTXHORVFDSLWDOLVWDVTXLVLHUDQDSRUWDU*XLURODRIUHFLySV
PLHQWUDVTXHHOSURSLRSUHVLGHQWH-RVp/DUUH\QDJD\RWURVSXVLHURQSV(O
gobierno comprometió el 10% de los ingresos por derechos marítimos –que ya
estaban muy comprometidos para otros créditos- para cubrir el capital y los inte-
UHVHVGHHVWRVSUpVWDPRV6LQHPEDUJRHVWHLQWHQWRQRIXHVX¿FLHQWHHQXQRGHORV
momentos en que con más claridad se dejó ver la actitud de la clase dominante ante
ORVSUREOHPDVGHODV¿QDQ]DVQDFLRQDOHV)LQDOPHQWHHOJRELHUQRRSWySRUHQYLDUD
un joven Carlos Meléndez a Londres quien negoció otro crédito de 300.000 libras
FRQ7KH/RQGRQDQG6RWKZHVWHUQ%DQN/WGVXUJLHQGRFRQHOORQXHYDPHQWHXQD
³GHXGDLQJOHVD´'HODVOLEUDVHOJRELHUQRXWLOL]yHQSDJDUFDSLWDO
LQWHUHVHV\JDVWRVSHQGLHQWHVFRQODFRPSDxtDGHOIHUURFDUULO\HOUHVWRGHODGHXGD
externa –además de todos los créditos pendientes en el interior– se arrastró hasta
¿QHVGHOVLJOR61
*
6LVHWLHQHHQFXHQWDODHYROXFLyQJHQHUDO\HOSXQWRDOTXHVHKDEtDOOHJDGR
se puede entender mejor el nuevo cambio político que se produjo en 1990 y el
LQWHQWRGHPRGL¿FDFLyQGHPRGHORTXHVHOOHYyDFDER$SDUWLUGHHQWRQFHVODFOD-
VHGRPLQDQWHWUDWDUtDGHHQFRQWUDUODVYtDVPiVFRQYHQLHQWHVVHJ~QVXVLQWHUHVHV
para manejar la grave situación de la Hacienda pública a la que habían conducido
VXV SURSLDV SROtWLFDV DSOLFDGDV GH IRUPD FRQVFLHQWH \ VRVWHQLGD (Q FRQWUDSRVL-
FLyQFRQODVFXHQWDVS~EOLFDVODVSULYDGDVGHPXFKRVGHORVPLHPEURVGHGLFKD
FODVHHYROXFLRQDEDQPXFKRPHMRUSHVHDORVDOWLEDMRVGHORVPHUFDGRVH[WHULRUHV
\FRQWLQXDURQVXOHQWDDGDSWDFLyQKDFLDIRUPDVPiVFODUDPHQWHFDSLWDOLVWDV3HUR
HQVXFRQMXQWRODVRFLHGDGH[SHULPHQWDEDXQDDFHQWXDFLyQGHODVGHVLJXDOGDGHV
XQDEUHFKDVRFLDOFUHFLHQWHTXHVHJXLUtDHYROXFLRQDQGRDODUJRSOD]RKDVWDOOHJDU
352 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

a provocar con los años crisis brutales como la vivida en 1932. La fracción cafe-
WDOHUDGHODFODVHHQHOSRGHUWHQtDVLELHQQRHQH[FOXVLYDXQSDSHOHVWHODUHQHVWH
FXDGUR\HVSRUHOORTXHDSDUWLUGHHVWDUHDOLGDGDOJXQDVLQWHUSUHWDFLRQHVGHFLHUWD
KLVWRULRJUDItDOLEHUDOFRPRODGHTXHORVEHQH¿FLRVGHOFDIpJHQHUDURQHOSURJUHVR
GHOSDtVVRQGHQDWXUDOH]DDOJRPiVTXHFRQVHUYDGRUD62
NOTAS

Introducción y capítulos
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 355

Introducción

%UDGIRUG%XUQV³7KH0RGHUQL]DWLRQRI8QGHUGHYHORSPHQW(O6DOYDGRU´
Journal of Developing AreasDEULOGHSS
(QWUHRWURVDXWRUHVTXHLQFRUSRUDURQHOFRQFHSWRDOD6RFLRORJtDDFRPLHQ]RVGHOVL-
JOR;;YHU9LOIUHGR3DUHWRTrattato de Sociologia Generale. Firenze. G. Barbera Ed.
YROVS;9\VV(QSOHQD5HYROXFLyQ,QGXVWULDOVHWUDWDEDGHXQDDOWHUQDWLYD
de explicación del funcionamiento de la sociedad a la sostenida por el materialismo
KLVWyULFR2WURVDXWRUHVUHOHYDQWHVHQHORULJHQGHOFRQFHSWR\HQXQDWHPSUDQDGH¿QL-
FLyQGHXQDWHRUtDGHODVpOLWHVWDPELpQLQVDWLVIDFWRULDIXHURQ*DHWDQR0RVFD\5REHUW
0LFKHOV/D6RFLRORJtDUHGH¿QLyHOFRQFHSWR\DPSOLyODWHRUtDHQPiVGHXQDRFDVLyQ
GXUDQWHODSULPHUDPLWDGGHOVLJOR;;(OWpUPLQR¿QDOPHQWHWXYRp[LWRHQHOPHUFDGR
DFDGpPLFRFRQHOWUDEDMRGH&KDUOHV:ULJKW0LOOVThe Power Elite1HZ<RUN2[IRUG
8QLYHUVLW\3UHVV
+pFWRU /LQGR)XHQWHV La economía de El Salvador en el siglo XIX. San Salvador:
&21&8/785$>HGHQLQJOpV@SS\VV
(GHOEHUWR7RUUHV5LYDVInterpretación del desarrollo social centroamericano6DQ-RVp
('8&$$XQTXHFRQPDWLFHVRWURVDXWRUHVHQODPLVPDOtQHDWHyULFDVRQ-RUJH
*UDFLDUHQD)UDQoRLV%RXUULFDXG\+HQUL)DYUH
3DUDFDVRVVLPLODUHVYHU5LFDUGR0HOJDU%DREl movimiento obrero latinoamericano:
historia de una clase subalterna0DGULG$OLDQ]D$PpULFDSS\VV
'DYLG%URZQLQJEl Salvador, la tierra y el hombre6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH&XOWXUD
\&RPXQLFDFLRQHVS+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«S
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«SS\
3HVHDODLQIRUPDFLyQGHOFyQVXOLQJOpV)UHGHULFN&KDW¿HOHQHQHOVHQWLGRGHTXH
³XQWUDEDMDGRUDJUtFRODUHFLEtDXQMRUQDOGHDOUHGHGRUGHWUHVUHDOHV´&IU+pFWRU/LQGR
)XHQWHVLa economía«SQRWDHQODVSiJLQDVVLJXLHQWHVVHRIUHFHQGDWRVTXH
PXHVWUDQTXHORVMRUQDOHVKDELWXDOHVGHORVPR]RVGH¿QFDVGHFDIpRVFLODEDQHQORV
DxRVTXHVHHVWXGLDQHQWRUQRDGRVUHDOHV\DYHFHVPHQRV(QWRGRFDVRWRGDYtDHQ
VHSDJDEDQWUHVUHDOHVGHMRUQDODORVPR]RVHQHOFDIp9HU3ODQLOODGHJDVWRV)LQFD
9LOODQXHYD$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQ±(O6DOYDGRU)RQGR-XGLFLDO6DQ6DOYDGRU
Civiles. 1907 nº 78-15.
$OGR/DXULD6DQWLDJRUna República agraria6DQ6DOYDGRU&21&8/785$
HGS
(QWUHRWURVDXWRUHVYHUSRUHMHPSOR(YHUHWW$ODQ:LOVRQLa crisis de la integración
nacional en El Salvador, 1919-19356DQ6DOYDGRU&21&8/785$SS
y ss.
5DIDHOÈOYDUH]*HRIIUR\Rafael Álvarez Lalinde. Pionero de la industrialización del
café. San Salvador. Cumbres del Molino. 2010.
,EtGHPSQRWD(OWHUUHPRWRGHOTXHVHKDEODGHELyVHUHOGH
,ELGHPSS\
(GXDUGR&ROLQGUHVFundamentos económicos de la burguesía salvadoreña. San Sal-
YDGRU8&$S
356 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

/DH[SUHVLyQHVGH3DWULFLD$OYDUHQJDHQCultura y ética de la violencia. El Salvador

1880-19326DQ6DOYDGRU&21&8/785$>HGLFLyQ@
(QUHODFLyQFRQDOJXQRVGHHVWRVSUREOHPDVYHU3DWULFLD$OYDUHQJDCultura y ética de
la violencia…
'HODDEXQGDQWHELEOLRJUDItDYHUSRUHMHPSOR5LFDUGR&yUGRYD0DFtDV\5D~O%HQt-
WH]0DQDXW³5HÀH[LRQHVHQWRUQRDO(VWDGRHQ&HQWURDPpULFD´HQ3DEOR*RQ]iOH]
&DVDQRYDEl Estado en América Latina. Teoría y práctica0p[LFR6LJOR;;,
p. 510.
3RUHMHPSOR+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«S
6REUHGLYHUVRVSUREOHPDVHQODIRUPDFLyQGHO(VWDGR1DFLyQYHU-DPHV'XQNHUOH\
Studies in the Formation of the Nation State in Latin America /RQGRQ ,QVWLWXWH RI
/DWLQ$PHULFDQ6WXGLHV
5DIDHO0HQMtYDUAcumulación originaria y desarrollo del capitalismo en El Salvador.
6DQ6DOYDGRU8&$(GV3DWULFLD$OYDUHQJDCultura y ética de la violencia…

Capítulo 1

(ULF+REVEDZPLa era del capital. 1848-1875%DUFHORQD&UtWLFD9LFWRU%XO-

mer-Thomas. The Economic History of Latin America since Independence&DPEULGJH
&DPEULGJH8QLYHUVLW\3UHVV6WHYHQ7RSLN\$OOHQ:HHOVHGVThe Second Con-
quest of Latin America: Coffee, Henequen and Oil during the Export Boom. 1850-1930.
$XVWLQ8QLYHUVLW\RI7H[DV3UHVV
&DUORV0DULFKDOHistoria de la deuda externa de América Latina0DGULG$OLDQ]D(GL-
WRULDOSS\VV3DUD1LFDUDJXDYHU$UWXUR&UX]6HTXHLUDLa República Con-
servadora de Nicaragua. 1858-18930DQDJXD)XQGDFLyQ9LGD3DUD*XDWHPDOD
-RUJH/XMiQ0XxR]Breve historia contemporánea de Guatemala*XDWHPDOD)RQGR
GH&XOWXUD(FRQyPLFD\5HJLQD:DJQHUHistoria social y económica de Guate-
mala. 1524-1900*XDWHPDOD$6,(6
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía de El Salvador en el siglo XIX6DQ6DOYDGRU&21-
&8/785$
(GHOEHUWR7RUUHV5LYDV³/DQDFLyQ3UREOHPDVWHyULFRVHKLVWyULFRV´1RUEHUW/HFKQHU
HGEstado y política en América Latina0p[LFR6LJOR;;,S
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía de El Salvador en el siglo XIX6DQ6DOYDGRU&21-
&8/785$SS\VV
5RGROIR%DUyQ&DVWURLa población de El Salvador0DGULG&RQVHMR6XSHULRUGH,Q-
YHVWLJDFLRQHV&LHQWt¿FDV6REUHODDUWLFXODFLyQHFRQyPLFDHQHO2ULHQWH&ODUD3p-
UH])DEUHJDW³/DFRQ¿JXUDFLyQGHOHVSDFLRHFRQyPLFRHQHOPDUFRGHODFRQVWUXFFLyQ
GHO(VWDGRHO2ULHQWHVDOYDGRUHxR´HQRevista Complutense Historia de Amé-
rica8QLYHUVLGDG&RPSOXWHQVH0DGULGYRO
(GHOEHUWR7RUUHV5LYDVInterpretación del desarrollo social centroamericano6DQ-RVp
('8&$/RZHOO*XGPXQGVRQ\+pFWRU/LQGR)XHQWHVCentral America 1821-
1871. Liberalism before Liberal Reform7XVFDORRVDDQG/RQGRQ7KH8QLYHUVLW\$OD-
EDPD3UHVV
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 357

+pFWRU3pUH]%ULJQROLHGDe la Ilustración al Liberalismo (1750-1870). Madrid. So-

FLHGDG(VWDWDO4XLQWR&HQWHQDULR)/$&627RPR,,,GHODHistoria General de
CentroaméricaFRRUGLQDGDSRU(GHOEHUWR7RUUHV5LYDV6DMLG+HUUHUD³¢/LEHUDOHVFRQ-
tra conservadores? Las facciones políticas en El Salvador del siglo XIX” en Xiomara
$YHQGDxRHGHistoria electoral de Centroamérica. Elecciones, organizaciones polí-
ticas y ciudadanía (siglos XIX-XX)0DQDJXD*UXSR/HDSS
,QLFLDOPHQWHORVJUDGXDGRVSURFHGtDQGHOD8QLYHUVLGDGGH6DQ&DUORVGH*XDWHPDOD
aunque en pocos años comenzaron a surgir en la propia Universidad de El Salvador
0LJXHOÈQJHO'XUiQHistoria de la Universidad, 1841-19306DQ6DOYDGRU(GLWRULDO
8QLYHUVLWDULD0DULR)ORUHV0DFDO³+LVWRULDGHOD8QLYHUVLGDGGH(O6DOYDGRU´
en Anuario de Estudios Centroamericanos GHOD8QLYHUVLGDGGH&RVWD5LFDYROXPHQ
SS
9HUHistoria del Órgano Legislativo de la República de El Salvador, 1824-2006. Tomo
,6DQ6DOYDGRU,PS$OEDFURPH5RGROIR&DUGHQDOEl poder ecle-
siástico en El Salvador. 1871-19316DQ6DOYDGRU8&$(GV
3DUDODYLROHQFLDHQ(O6DOYDGRUGHVGHODGpFDGDGHHQDGHODQWH3DWULFLD$OYDUHQ-
ga. Cultura y ética de la violencia. El Salvador, 1880-19326DQ-RVp('8&$
$XQTXHUHIHULGRD*XDWHPDODHVUHOHYDQWHSDUDFRPSUHQGHUHORULJHQGHODYLROHQFLD
HQ&HQWURDPpULFDHQXQDPSOLRVHQWLGR6HYHUR0DUWtQH]3HOiH]La patria del criollo.
Ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca. Guatemala. Universi-
dad de San Carlos de Guatemala. 1970.
&RPRXQDPXHVWUDYHUEl ConstitucionalGHIHEUHURGH(QRWURVHQWLGR\
FRPRFRQWUDSXQWRDHVWDIUDFWXUDYHU6DMLG$OIUHGR+HUUHUD0HQD³3UHQVD\IRUPD-
FLyQGHXQHVSDFLRS~EOLFRPRGHUQROD3URYLQFLD(VWDGRGHO6DOYDGRU´
HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOFRPS3RGHUDFWRUHVVRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O
Salvador, 1786-1976DQ6DOYDGRU6HFUHWDUtDGH&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDSS
101-130.
*HUDOGLQD3RUWLOOR³(ORULJHQGHODEXUJXHVtDFDIHWDOHUDFDVRGH/D/LEHUWDG´HQ2V-
FDU0DUWtQH]3HxDWHFRRUGEl Salvador. Historia General6DQ6DOYDGRU(G1XHYR
(QIRTXHSS
$QWRQLR$FRVWD³7LHUUD\FDIpHQ(O6DOYDGRUHQODSULPHUDH[SDQVLyQGHOFXOWLYR
$OJXQDV SUHFLVLRQHV´ HQ *DEULHOD GDOOD &RUWH HW DO HGV Poder local, poder
global en América Latina.8QLYHUVLGDGGH%DUFHORQD%DUFHORQDSS
%UDGIRUG%XUQV³7KH0RGHUQL]DWLRQRI8QGHUGHYHORSPHQW(O6DOYDGRU´
Journal of Developing AreasDEULOGHSS
Estadística General de la República de El Salvador (1858-1861)6DQ6DOYDGRU$FD-
GHPLD 6DOYDGRUHxD GH OD +LVWRULD  FRQ LQWURGXFFLyQ GH -RUJH /DUGp \ /DUtQ
6REUHUHVHUYDVDFHUFDGHODFDOLGDGGHODHVWDGtVWLFDYHU$QWRQLR$FRVWD³6RFLHGDG
\KDFLHQGDVPXQLFLSDOHVHQ(O6DOYDGRUDPHGLDGRVGHOVLJOR;,;´HQ3LODU*DUFtD
-RUGiQHGDinámicas de poder local en América Latina, siglos XIX-XXI%DUFHORQD
Universidad de Barcelona-TEIAA. 2009. pp. 55-85.
6REUHPLQHUtD\SROtWLFDVVREUHHOVHFWRUFIU&DStWXORV\GHHVWHOLEUR
Gaceta del Salvador en la República de Centro-América DSHVDUGHDOJXQDVPRGL¿FD-
FLRQHVHQHOQRPEUHHQDGHODQWHGaceta«KDVWDTXHFDPELDUDDEl Constitucional
4 de octubre de 1850.
358 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

6REUHODIiEULFDGHWHMLGRVGHDOJRGyQHQ6DQ0LJXHOYHUGaceta«GHPDU]RGH
1849. En 1865 en Chalatenango se fabricaban máquinas de cobre para elaborar aguar-
diente. El ConstitucionalGHPD\RGH
'HORVPXFKRVHMHPSORVTXHVHSXHGHQFLWDUVREUHHOFRPHUFLRUXUDOYHU,QIRUPHVREUH
HO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHGHHQGaceta«GHPDU]RGH
'HVGHODSULPHUDSUHVLGHQFLDGH)UDQFLVFR'XHxDVYDULRVSUHVLGHQWHVWXYLHURQODFRP-
SHWHQFLDGHDSUREDUOH\HVTXHGHVSXpVHUDQUHIUHQGDGDVSRUOD$VDPEOHD
$XQTXHHODERUDGDVHQWRQRLQVWLWXFLRQDOYHUODELRJUDItDGHYDULRVGHHOORVHQHistoria
del Órgano Legislativo…, Tomo I.
9HUSRUHMHPSORGaceta«GHIHEUHURGHGHHQHURGH\GLFLHP-
bre 1851.
Historia del Órgano Legislativo«7RPR,,S
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
Gaceta…, 16 de febrero de 1849.
(Q)UDQFLVFR0RUD]iQD¿UPDEDTXHODSREODFLyQGHO(VWDGRVHGLYLGtDHQGRV
clases: propietarios y proletarios. Ver Gaceta…, 23 de septiembre de 1863.
6REUHVXVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV\SROtWLFDVYHU5REHUWR0ROLQD\0RUDOHVLos minis-
tros de Hacienda. 1838-19716DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH+DFLHQGDSS\
ss; 201 y ss.
(OIHUURFDUULOGH3DQDPiHVWDEDFRPHQ]DQGRDFRQVWUXLUVH\VHLQDXJXUyHQ(QOD
FRQPHPRUDFLyQGHODLQGHSHQGHQFLDGH$PpULFD&HQWUDOHOGHVHSWLHPEUHGH
³VHEULQGyUHSHWLGDVYHFHVSRUODXQLyQQDFLRQDOSRUHOFDQDOGH1LFDUDJXD\SRUOD
Independencia de Centro-América”. Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
6REUH&DOLIRUQLDYHUSRUHMHPSORGaceta…, 16 febrero 1849 y 1 de marzo de 1850..
Gaceta«GHRFWXEUH\GHQRYLHPEUHGH
$OPDUJHQGHURERVHQODIURQWHUD*XDWHPDODJUDYDEDFRQHOPHUFDQFtDVHQWUiQ-
VLWRSRUVXWHUULWRULR\FRQGHVWLQRD(O6DOYDGRUPLHQWUDVTXHHQODVLWXDFLyQLQYHUVD
(O6DOYDGRUVyORFREUDEDHO3RURWURODGRORVSURGXFWRVVDOYDGRUHxRVFRPRHO
D]~FDU H[SRUWDGRV D *XDWHPDOD HUDQ UHFDUJDGRV FRQ XQ  GH GHUHFKRV HQ SODWD
HIHFWLYDPLHQWUDVTXHODVSURGXFFLRQHVJXDWHPDOWHFDVLPSRUWDGDVD(O6DOYDGRUVyOR
SDJDEDQXQ\HQFUpGLWRV$QWHHVWDVLWXDFLyQHQVHSWLHPEUHGHHOJRELHUQR
VDOYDGRUHxRFRQ'XHxDVFRPRPLQLVWURGH+DFLHQGDGHFUHWyVXELUDOORVGHUHFKRV
VREUHORVHIHFWRVH[WUDQMHURVTXHHQWUDVHQGHVGH*XDWHPDOD9HU*DFHWD«GHVHS-
tiembre y 4 de octubre de 1850.
5DIDHO5H\HVNociones de Historia del Salvador%DUFHORQD7DOOHUHV*Ui¿FRVGH-RVp
Casamajó. 1010. pp. 312 y ss.
Historia del Órgano Legislativo de la República…7RPR,S
)UDQFLVFR0RQWHUUH\Historia de El Salvador. Anotaciones cronológicas. San Salva-
GRU(GLWRULDO8QLYHUVLWDULDYRO,,S
Gaceta«GHRFWXEUHGH<D¿UPDEDFRPRSUHVLGHQWHHQGHVHSWLHPEUHGH
1850.
9HUODELRJUDItDGH)UDQFLVFR'XHxDVSRU&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOHQ$VRFLDFLyQ
SDUDHO)RPHQWRGHORV(VWXGLRV+LVWyULFRVHQ&HQWURDPpULFD$)(+&KWWSZZZ
DIHKFKLVWRULDFHQWURDPHULFDQDRUJLQGH[SKS"DFWLRQ ¿BDII LG  9HU WDPELpQ
Historia del Órgano Legislativo…, 7RPR,S
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 359

(QHOVLVWHPDSROtWLFRGH(O6DOYDGRUOD$VDPEOHD1DFLRQDOHOHJtDXQDWHUQDGHVHQD-
GRUHVSDUDRFXSDUODSUHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFDHQFDVRGHDXVHQFLDGHOSUHVLGHQWH
6REUHODH[LVWHQFLDGHSRVLEOHVGHVDYHQHQFLDVHQWUH9DVFRQFHORV\'XHxDVDGHPiVGH
ODUD]yQPHQFLRQDGDDQWHULRUPHQWHYHUGaceta«GHPD\RGH
'LVFXUVRGH)UDQFLVFR'XHxDVGaceta«GHQRYLHPEUHGH(QFXDQWRDO
VLJQL¿FDGRGHWpUPLQRVFRQVHUYDGRU\OLEHUDO'XHxDVFRQVDJUDGRHQODKLVWRULRJUD-
ItD FRPR XQ FRQVHUYDGRU IRUPDED SDUWH GHO JRELHUQR GH9DVFRQFHORV TXH OXFKDED
FRQWUDHOSUHVLGHQWHFRQVHUYDGRUGH*XDWHPDOD5DIDHO&DUUHUD8QDUHÀH[LyQVREUH
el sentido de conservador en Guatemala, Gaceta…, 4 de octubre de 1850. Sobre
LGHQWL¿FDFLyQGH'XHxDVFRQSRVLFLRQHVOLEHUDOHVHQHVWRVPRPHQWRVYHUGaceta«
10 de octubre y 14 de noviembre de 1851. Sajid Herrera. “¿Liberales contra conser-
vadores?...”.
9HUQRWD
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Historia del Órgano Legislativo…, 7RPR,S
6XFHGLyHQHQHOLQWHQWRGHFUHDFLyQGHOD5HS~EOLFD0D\RUGH&HQWURDPpULFD
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHMXQLRGH
6HKDFtDSXEOLFLGDGVREUHHOFDIpSXEOLFDQGRDUWtFXORVHQHOGLDULRR¿FLDO,ELGHP
Gaceta«GHMXQLRGH(OGHFUHWRUHJXOyODVUHODFLRQHVGXUDQWHDxRV
6REUHYDJDQFLD\ODIDOWDGHFXPSOLPLHQWRHQORVFRQWUDWRV³TXHVHKDYXHOWRGHPRGD
HQORVMRUQDOHURV´YHUDODUWtFXOR³&RVWXPEUHV´HQGaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHMXQLRGH&RPSDUDUFRQGaceta«GHHQHURGHFXDQGROD
&RUWHVXSUHPDGH-XVWLFLDKDEtDGHVSDFKDGRFDXVDVFULPLQDOHVHQHODxRIXHUDGH
ODVTXHMDVFRQWUDORVDOFDOGHV\MXHFHVGHODVFDXVDVFLYLOHVGHORVDVXQWRVGHOD&RUWH
plena y de otras varias resoluciones que pasaban de 700.
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHDEULOGH
(VWRVLQWHQWRVQRWXYLHURQp[LWR\VHUHSHWLUtDQKDVWDFRPLHQ]RVGHODGpFDGDGH
5REHUWR0ROLQD\0RUDOHVLos Ministros de Hacienda 1838-18716DQ6DOYDGRU0L-
QLVWHULRGH+DFLHQGDGH(O6DOYDGRU7RPR,S$GLIHUHQFLDGH9DVFRQFHORV
\'XHxDV6DQ0DUWtQKDEtDOXFKDGRFRQWUD)UDQFLVFR0RUD]iQ\DVLPLVPRVHKDEtD
levantado en armas en 1842 contra el presidente general Francisco Malespín.
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHHQHURGH\GHHQHURGH6REUHIXQFLRQDULRVS~EOLFRV\
UHIRUPDGHOUpJLPHQPXQLFLSDOYHUGaceta«GHRFWXEUHGHRFWXEUHGHQR-
YLHPEUHGHQRYLHPEUHGHQRYLHPEUH\GHGLFLHPEUHGH
5HJODPHQWRGH3ROLFtDSDUDHOEXHQJRELHUQRGHORVSXHEORVGHO(VWDGR\&LUFXODUDORV
gobernadores del ministro Cruz Ulloa. Gaceta«GHDEULOGH
360 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

6REUHJRELHUQR\HVWDGtVWLFDYHU3DUWH2¿FLDOGaceta«GHDEULOGH\GH
enero de 1855. Gaceta«GHDJRVWRGH(VSUREDEOHTXHHVWHIXHUDHORULJHQGH
los informes que posteriormente dieron lugar a la conocida como Estadística General
de la República de El Salvador6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQHG
>HG6DQ6DOYDGRU,PSUHQWDGHO*RELHUQR@
Gaceta«GHDJRVWRGH\GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
&RPRHQRWUDVVRFLHGDGHVHQ(O6DOYDGRUH[LVWtDQSRUFDXVDVKLVWyULFDVVHFWRUHV\
prácticas sociales que chocaban con y se resistían al nuevo orden que la oligarquía
SUHWHQGtDLPSRQHU([LVWtDQODGURQHVVDOWHDGRUHVGHFDPLQRVSRUVXSXHVWRPHQGLJRV
HPEULDJXH]«TXHOHMRVGHGHVDSDUHFHUHVSUREDEOHTXHHQDOJXQRVPRPHQWRVVHLQ-
crementaran. Ver Gaceta«GHDEULOGHGHMXOLRGHGHIHEUHURGH
GHPDU]RGHGHRFWXEUHGHHWF
9HUGaceta«GHIHEUHURGHGHPD\R\GHMXQLRGH
Gaceta«GHMXOLRGH
El ConstitucionalGHHQHURGH
Estadística General…, p. 91.
(QHOFDVRGHWUDEDMDGRUHVSDUDHOPDQWHQLPLHQWRGHORVFDPLQRVYHU&LUFXODUD*REHU-
QDGRUHVVREUHFDPLQRVGaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
(OHGLWRULDOGHODGaceta«GHHVPX\LOXVWUDGRUHQHVWHVHQWLGR
6REUHODUHGGHMX]JDGRV\QXHYDVQRUPDVGaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
(OGLVWULWRGH&RMXWHSHTXHOOHYDEDWUHVSURFHVRVHOHFWRUDOHVYRWDQGRPD\RULWDULDPHQWH
SRU6DQ0DUWLQORTXHSXGRLQÀXLUHQODGHFLVLyQGHWUDVODGDUHOJRELHUQRDODFLXGDG
Gaceta«GHDEULOGH
³8QYLDMHDOD1XHYD&LXGDGGHO6DOYDGRU´Gaceta«GHDEULOGH3DUD
ver Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHPD\RGH,QWHUHVDHOFRQWUDVWHGHRSLQLRQHVHQWUHOD$VDPEOHD\
el gobierno sobre los derechos de importación.
 ,WDOR /ySH] 9DOOHFLOORV Gerardo Barrios y su tiempo. 6DQ 6DOYDGRU 0LQLVWHULR GH
(GXFDFLyQYRO,S
 +pFWRU /LQGR)XHQWHV ³/RV OtPLWHV GHO SRGHU HQ OD pSRFD GH %DUULRV´ HQ$UWXUR
7DUDFHQD\-HDQ3LHOFRPSVIdentidades nacionales y Estado moderno en Amé-
rica Central)/$&626DQ6DOYDGRUSS&DUORV&DxDV'LQDUWH³(O
SULPHUPDSDR¿FLDOGHOD5HS~EOLFDGH(O6DOYDGRU´Brújula9RO
pp. 47-53.
 ËWDOR /ySH]9DOOHFLOORV Gerardo Barrios… 9RO , S  3DUD XQD SRVLFLyQ
FUtWLFDDFHUFDGHOSDSHOGHODJXHUUDHQHOGHDUUROORGHOORVHVWDGRVHQ$PpULFD/DWLQD
0LJXHO ÈQJHO &HQWHQR ³7KH &HQWUH 'LG 1RW +ROG:DU LQ /DWLQ$PHULFD DQG WKH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 361

0RQRSROLVDWLRQRI9LROHQFH´HQ-DPHV'XQNHUOH\HGStudies in the Formation of

the Nation State in Latin America/RQGRQ,QVWLWXWHRI/DWLQ$PHULFDQ6WXGLHV
pp. 54-76.
,QIRUPHGHOD*REHUQDFLyQGHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHGaceta«GHHQHURGH
1859.
Gaceta«GHPDU]RGH
9HUODVFRPSHWHQFLDVTXHVHKL]RRWRUJDUHQGaceta«GHPDU]RGH(Q
FXDQWR D ORV QHJRFLRV &DUORV *UHJRULR /ySH] %HUQDO ³&RPSDGUD]JRV QHJRFLRV \
SROtWLFDODVUHGHVVRFLDOHVGH*HUDUGR%DUULRV´Revista Cultura1ž
SS9HUWDPELpQ+pFWRU/LQGR)XHQWHV³/RVOtPLWHVGHOSRGHUHQODpSRFD
GH%DUULRV´HQ$UWXUR7DUDFHQD\-HDQ3LHOFRPSVIdentidades nacionales y Estado
moderno en América Central6DQ6DOYDGRU)/$&62SS
Gaceta«GHRFWXEUHGH
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHDEULOGH6REUHODXQLGDGFHQWURDPHULFDQDYHU$OEHUWR+HUUDUWH
La Unión de Centroamérica. Tragedia y esperanza. Ensayo político-social sobre la
realidad de Centroamérica*XDWHPDOD0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQ3~EOLFD\El
federalismo en Centroamérica*XDWHPDOD-GH3LQHGD,EDUUD
9HU&DStWXOR
Gaceta«GHDJRVWRGH
Gaceta«
Gaceta«
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGHGHIHEUHURGHEl ConstitucionalGH
noviembre y 29 de diciembre de 1863.
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
9HU&DStWXOR
Gaceta«GHPD\RGH
(XJHQLD/ySH]³/DLQHVWDELOLGDG\ODSURPHVDGHOSURJUHVR´HQÈOYDUR
0DJDxD*UDQDGRVFRRUGEl Salvador. La República6DQ6DOYDGRU%DQFR$JUtFR-
ODSS
Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
,WDOR/ySH]9DOOHFLOORVGerardo Barrios«7,,S
6DQWLDJR*RQ]iOH]GHRULJHQJXDWHPDOWHFRUHFLELyHOJUDGRGH0DULVFDOSRUSDUWHGHO
gobierno de Guatemala durante la presidencia de Gerardo Barrios.
5DIDHO5H\HVNociones de Historia…
,QIRUPHGH0RUHQRHORJLDQGRD%DUULRVGaceta«GHRFWXEUHGH0RUHQR
continuó en la Asamblea Nacional.
Historia del Órgano Legislativo«7RPR,
3DUDODDJULFXOWXUDHQYHUGaceta«GHDEULOGH3DUDODVWLHUUDVHQ6DQWD
$QDGaceta«GHQRYLHPEUHGH
El ConstitucionalGHMXOLRGH
362 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

(QORVDxRVVHLPSRUWDEDQ\VHIDEULFDEDPDTXLQDULDSDUDFDIp9HUUHVSHFWLYD-
mente Gaceta«GHHQHURGH\Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
9HU0HPRULDVGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDHQ&DStWXOR
9HUSRUHMHPSOR³$YLVRDORVH[SRUWDGRUHVGHFDIp´El ConstitucionalGHIHEUHUR
de 1868.
El ConstitucionalGHMXQLRGH
El ConstitucionalGHHQHURGH
El ConstitucionalGHHQHUR\GHDEULOGH
El ConstitucionalGHHQHUR\GHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHHQHURGH&RPRQRHVP~OWLSORGHGHEtDKDEHU
alguna o algunas monedas de menor valor.
El ConstitucionalGHMXQLRGH
%ROHWtQ2¿FLDOHQDGHODQWH Boletín…), 28 de septiembre de 1872.
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
³+RVSLFLR´El ConstitucionalGHIHEUHURGH
0HQVDMHDODV&iPDUDV/HJLVODWLYDVEl ConstitucionalGHHQHURGH
ËWDOR/ySH]9DOOHFLOORVGerardo Barrios…,YRO,,S
,EtGHP
$OPHQRVXQDDFWLYLGDGHFRQyPLFDGHOPLQLVWURHUDVHUDUUHQGDGRUGHHVWDQTXLOORVGH
aguardiente al Estado. Boletín«GHDJRVWRGH
Boletín«GHRFWXEUHGH$FXHUGRGHGHPD\RGH\RWURVHQLeyes de
1871$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQHQDGHODQWH$*1VLQFDWDORJDU
Boletín«GHDJRVWRGH
Boletín«GHVHSWLHPEUHGH
Boletín«GHMXOLRGH
Boletín… 3 de agosto de 1872.
0DQXHO0pQGH]SHUWHQHFtDDOD/RJLD³3URJUHVR1ž´GHODPDVRQHUtDIXQGDGDHQ
(O6DOYDGRUHQVHSWLHPEUHGH$HOODSHUWHQHFLHURQWDPELpQ-XDQ/XLV%XHUyQ
\PiVWDUGH3LODU/DJRV-RVp6DJUHUD\SUREDEOHPHQWH-RVp/DUUH\QDJDHQWUHRWURV
9HU 5REHUWR$UPDQGR 9DOGpV 9DOOH ³2ULJHQ PLHPEURV \ SULPHUDV DFFLRQHV GH OD
PDVRQHUtDHQ(O6DOYDGRU´HQRevista de Estudios Históricos de la Ma-
sonería Latinoamericana y Caribeña9ROQžPD\RQRYLHPEUHSS
3HVHDODSUHVHQFLDGHODPDVRQHUtDHQWUHVHFWRUHVGHODFODVHGRPLQDQWHSDUHFH
arriesgado adjudicarle a esta corriente la responsabilidad de la transformación liberal
HQHOSDtVFRPRHQDOJXQDRFDVLyQVHKDKHFKRVLVHWLHQHHQFXHQWDVREUHWRGROD
dimensión económica y social del cambio.
Boletín«GHVHSWLHPEUHGH
Boletín…\GHVHSWLHPEUHGH
Boletín«GHIHEUHURGH
Boletín«GHDEULOGH
$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQ)RQGR-XGLFLDOHQDGHODQWH$*1)-6RQVRQDWH&L-
YLOHVQž(UDVRFLRGH-RDTXtQ0DWKpXQDFWLYRFRPHUFLDQWH\SUHVWDPLVWD
Boletín«GHHQHURGH
Boletín«GHRFWXEUHGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 363

0HPRULDGH+DFLHQGDGHDiario…, 1 de marzo de 1878; Acuerdo de 8 de mayo

GHHQLeyes de 1874$*1VLQFDWDORJDU
Boletín«GHVHSWLHPEUH\GHQRYLHPEUHGH
Diario«GHHQHURGH
$FXHUGRVGHGHPDU]R\GHPDU]RGHLeyes de 1874. AGN- sin catalogar.
'HFUHWRGHGHMXQLRGHLeyes de 1874. AGN- sin catalogar.
Boletín«GHVHSWLHPEUHGH
Boletín«GHRFWXEUHGH
$FXHUGRGHGHMXQLRGHLeyes de 1874. AGN- sin catalogar.

Capítulo 2

Gaceta del Salvador en la República de Centro-América HQDGHODQWHGaceta«GH

marzo de 1849.
9HU&DStWXOR
([SUHVLyQ³FDPSRVGHRUR´HQGaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHRFWXEUHGH$TXtVHLQFOXtDHOFDIpTXHKDEtDWHQLGRPHGLGDVGH
protección en 1847. Sobre la fábrica de tejidos de algodón en San Miguel ver Gaceta«
30 de marzo de 1849. Ver también Héctor Lindo-Fuente. La economía de El Salvador
en el siglo XIX6DQ6DOYDGRU&21&8/785$\VV
Gaceta«GHPD\RGH
/DVPXHVWUDVHVWiQWRPDGDVGHGaceta… entre el 24 de marzo y el 9 de junio de 1854.
Los 15 ps corresponden a San Vicente en la última fecha. No se conoce cómo se proce-
GtDDODPHGLFLyQGHHVWRVSUHFLRVHQFDGD'HSDUWDPHQWRORFXDOUHODWLYL]DVXYDOLGH]
para obtener conclusiones sólidas en un estudio de precios.
6REUHIHULDVYHUSRUHMHPSORGaceta«GHQRYLHPEUH\GHGLFLHPEUHGH
9HULQIRUPHHQ'LDULR2¿FLDOHQDGHODQWHDiario«GHRFWXEUHGH6HSUR-
ducían llamados de los agentes a los productores para que llevasen directamente sus
SURGXFWRVDORVSXHUWRVFXDQGRLEDDOOHJDUDOJ~QEDUFRSDUDFDUJDU9HUSRUHMHPSOR
³$YLVRDORVH[SRUWDGRUHVGHFDIp´El ConstitucionalGHIHEUHURGH
9HU$QWRQLR$FRVWD³6RFLHGDG\KDFLHQGDVPXQLFLSDOHVHQ(O6DOYDGRUDPHGLDGRVGHO
VLJOR;,;´HQ3LODU*DUFtD-RUGiQHGDinámicas de poder local en América Lati-
na, siglos XIX-XXI%DUFHORQD8QLYHUVLGDGGH%DUFHORQD7(,$$SS3RU
FRPSDUDFLyQXQHPSUHVDQRUWHDPHULFDQDFRQWUDWDGDSRUHOJRELHUQRGH1LFDUDJXDHQ
1849 para canalizar ríos y construir el ferrocarril pagaba a sus trabajadores 3 rs de jornal
GacetaGHDEULOGH\HQ(O6DOYDGRUORVSHRQHVFDPLQHURVTXHVHLQVWDODURQ
en el camino de La Libertad a San Salvador durante el segundo período del presidente
Dueñas también cobraban 3 rs de jornal.
,QIRUPHVREUHHO'HSDUWDPHQWRGH&XVFDWOiQEl ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
³&DPLQRV´Gaceta«&RMXWHSHTXHGHRFWXEUHGH
(GLWRULDOGaceta«GHDEULOGH
,QIRUPHGHO*REHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWRGH&XVFDWOiQ%ROHWtQ2¿FLDOHQDGHODQWH
Boletín…GHGLFLHPEUHGH
364 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

/RVLQIRUPHVGHORVJREHUQDGRUHVGHORV'HSDUWDPHQWRVVREUHPHMRUDVPDWHULDOHVHQ
ODV ORFDOLGDGHV GH VXV 'HSDUWDPHQWRV HUDQ IUHFXHQWHV 3RU SRQHU XQ HMHPSOR ³0H-
MRUDV´GHOD*REHUQDFLyQ3ROtWLFDGHO'HSDUWDPHQWRGH&XVFDWOiQFRUUHVSRQGLHQWHD
HQHURGHHQGaceta«GHHQHURGH
9HUSRUHMHPSORVHJUHJDFLyQGHODVDOGHDV5RVDULR\6DQ$QWRQLRGHODMXULVGLFFLyQGH
$WLTXL]D\D\DQH[LyQDODGH&KDOFKXDSD³GRQGHSUHVWDUiQVXVVHUYLFLRVFRQIRUPHDOD
lei”. Gaceta«GHPDU]RGH
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
8QSURFHVRVLPLODU\DVHKDEtDYLYLGRGXUDQWHODFRQTXLVWD\ODFRORQL]DFLyQHVSDxROD
FRQODSREODFLyQLQGtJHQD%DVWHUHFRUGDUFRPRHMHPSORHOFDVRGHODVPLQDVGH3RWRVt
o de muchas ciudades coloniales. Un caso muy claro era el de la construcción de la
nueva capital de Nueva San Salvador tras el terremoto de 1854. Allí se comenzaron a
formar desde los primeros momentos barrios de trabajadores pobres. Ver más adelante
en este mismo Capítulo
'LVFXUVRGH9DVFRQFHORVD&XHUSR/HJLVODWLYRGacetaGHIHEUHURGH\Gace-
ta«GHHQHURGH
 (Q 0HWDSiQ KDEtD PLQDV GH KLHUUR 9HU Estadística General de la República de El
Salvador6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQHG>HG6DQ6DOYDGRU
,PSUHQWDGHO*RELHUQR@
6REUHFUHDFLyQGH-XQWD,WLQHUDULDHQ$KXDFKDSiQFRQHVWHREMHWLYRGaceta«GH
marzo y 10 de mayo de 1850. Los círculos senatoriales eran distritos electorales. Ver
SRUHMHPSOR&XDGURGHORVFtUFXORVGLVWULWRV\FDQWRQHVHOHFWRUDOHVHQTXHVHGLYLGHOD
5HS~EOLFDFRQIRUPHDODOH\GHGHRFWXEUHGH/H\5HJODPHQWDULDGH(OHFFLR-
nes. 27 de octubre de 1871. Leyes de 1871. AGN- sin catalogar.
-XQWD,WLQHUDULDGH6RQVRQDWHDO0LQLVWUR*HQHUDOGHO*RELHUQR6RQVRQDWHGHQR-
viembre de 1851. Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
,QIRUPHGHO0LQLVWURGH5HODFLRQHV6DQWD$QDGHHQHURGHGaceta«GH
febrero de 1852.
Gaceta«GHDEULOGH
,QIRUPHGHO0LQLVWURGH5HODFLRQHV6DQWD$QDGHHQHURGHGaceta«GH
febrero de 1852.
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGHPDU]R\GHDEULOGH
Diario«GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
 0DUFHOOR &DUPDJQDQL Estado y mercado. La economía política del liberalismo
mexicano, 1850-1911. México. Fondo de Cultura Económica-El Colegio de México.
1994.
$FXHUGRGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGD\*XHUUD$UEL]~GHVGH&RMXWHSHTXHGaceta«
7 de junio de 1855.
Gaceta«GHPDU]RGH
9HUELRJUDItDVHQHistoria del Órgano Legislativo«7RPR,
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 365

 ËWDOR /ySH] 9DOOHFLOORV Gerardo Barrios y su tiempo. San Salvador. Ministerio de

(GXFDFLyQYRO,S
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHDEULOGH
&LUFXODUDJREHUQDGRUHVVREUHFDPLQRVVREUHLQFXPSOLPLHQWRGHODVOH\HVGaceta«
28 de febrero de 1856.
$OGR/DXULD6DQWLDJR Una república agraria6DQ6DOYDGRU&21&8/785$
Estadística General«SS\
'HFUHWRGHFUHDFLyQGHOD-XQWDGH+DFLHQGDGaceta«GHDEULOGH(OPLQLV-
tro de Hacienda y Guerra en estos momentos era Cruz Ulloa.
6REUH-XDQ-RVp%RQLOODYHUSRUHMHPSORGaceta«GHHQHURGHGaceta«
6 de junio de 1857 e Historia del Órgano Legislativo«7RPR,S6REUH)HOLSH
&KiYH]Gaceta«GHDEULOGH6REUH-RVp0&iFHUHVGaceta«GHHQHUR
de 1855.
6REUHHOFRQWUDWRGaceta«GHDEULOGH
³8QYLDMHDOD1XHYD&LXGDGGHO6DOYDGRU´Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«LELGHP
³8QYLDMHDOD1XHYD&LXGDGGHO6DOYDGRU´Gaceta«GHDEULOGH
³3ROLFtD´Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHMXOLRGH\Gaceta«GHRFWXEUHGH
 'HVFULSFLyQ GH FDGD XQR GH ORV 'HSDUWDPHQWRV GH OD 5HS~EOLFD« Gaceta«  GH
octubre de 1857.
Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
6HWUDWDEDGHXQDFRPSDxtDGHDFFLRQLVWDVEDMRODGLUHFFLyQGH0DWHR/HNRXHPSUH-
VDULRGHGLOLJHQFLDVHQ*XDWHPDOD\ODOtQHDFRPHQ]yDRSHUDUHOGHHQHURGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHHQHURGH
El ConstitucionalGHVHSWLHPEUHGH
El ConstitucionalGHPD\RGH
El ConstitucionalGHRFWXEUHGH
El ConstitucionalGHMXOLRGH
,QIRUPHGHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHEl ConstitucionalGHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHPD\RGH
El ConstitucionalGHHQHURGH
El ConstitucionalGHIHEUHURGHGHHQHURGH\GHHQHURGH
Boletín…, 13 de diciembre de 1872.
Boletín…, 13 de diciembre de 1872.
%ROHWtQ2¿FLDOGHGLFLHPEUHGH0LQLVWURGHOD*REHUQDFLyQ-RVp/DUUH\-
naga.
366 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

ÈOYDUR&RQWUHUDV³/RV)HUURFDUULOHVGHO6DOYDGRULHO6U%XHURQ´HQBoletín…, 25
GHVHSWLHPEUHGH'HRULJHQKRQGXUHxRWXYRXQDDFWLYDSDUWLFLSDFLyQHQODYLGD
centroamericana según Carlos G. López Bernal. Tradiciones inventadas y discursos
nacionalistas: El imaginario nacional de la época liberal en El Salvador, 1876-1932.
6DQ6DOYDGRU8QLYHUVLGDGGH(O6DOYDGRUS
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«S\VV
Boletín«GHHQHUR\GHHQHURGH
Boletín…GHIHEUHURGH
Boletín…, 6 de febrero de 1873.
Boletín«GHPDU]RGH
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía…
(GLWRULDOGaceta…, GHIHEUHURGH³,QLFLDWLYD´HQGaceta…, 2 de marzo de
 6REUH FRPHUFLR FHQWURDPHULFDQR \ IXHQWHV SDUD VX HVWXGLR 6&+22129(5
Thomas. “Central American Commerce and Maritime Activity in the Nineteenth Cen-
WXU\6RXUFHVIRUD4XDQWLWDWLYH$SSURDFK´HQLatin American Research Review9RO
 1R   SS $FWXDPHQWH &ODUD )iEUHJDW UHDOL]D XQD LQYHVWLJDFLyQ
VREUHODUHJLyQRULHQWDOGH(O6DOYGRULQFOX\HQGRHOFRPHUFLRGH/D8QLyQ
'LVFXUVRGH9DVFRQFHORVD&XHUSR/HJLVODWLYRGacetaGHIHEUHURGH6REUH
LQWHUpVHQLPSXOVDUHOSXHUWRGH/D/LEHUWDGGaceta«GHIHEUHURGH6HFR-
mentaba que estaba en la zona más poblada y se mencionaba el café entre las futuras
exportaciones.
Gaceta«GHMXQLRGH
6REUHDSHUWXUDGHFDPLQRVSDUDKDELOLWDUHOSXHUWRGHOD&RQFRUGLDYHUGaceta«GH
MXOLRGH(QRFWXEUHGHGHGHFUHWyODKDELOLWDFLyQGHOSXHUWRGH-DOWHSHTXH
HQHOIXWXUR/D&RQFRUGLDGaceta«GHRFWXEUHGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«IHEUHUR6REUHUHFXUVRVGHORVJRELHUQRV\HOXVRGHIRQGRVH[WUDRU-
dinarios se tratará más adelante.
Gaceta«GHMXOLRGH
(OWH[WRLQLFLDOGHODFRQWUDWDHQGaceta«GHPDU]RGH/DVPRGL¿FDFLRQHV
¿QDOHVHQFXDQWRDOSDJRSRUHO(VWDGRVHHQFXHQWUDQHQGaceta…GHDEULOGH
Historia del Órgano Legislativo«7RPR,S9HUWDPELpQGaceta«GHIHEUH-
UR\GHPDU]RGH(Q-RVp0=HOD\DIXHXQRGHORVUHSUHVHQWDQWHVGH
(O6DOYDGRUHQXQQXHYRLQWHQWRGHUHFXSHUDUOD³QDFLRQDOLGDG´FHQWURDPHULFDQDOD
5HSUHVHQWDFLyQ1DFLRQDOGH&HQWURDPpULFDTXHLQFOXtDD*XDWHPDOD+RQGXUDV\(O
Salvador. Gaceta«GHPD\R\GHRFWXEUHGH
3RFRWLHPSRGHVSXpVDLQLFLDWLYDGHOJRELHUQROD$VDPEOHD*HQHUDOGHFUHWyTXHD
la vista de que los reos se fugaban porque las cárceles no eran seguras y burlaban a la
MXVWLFLDOD&RUWH6XSUHPDGH-XVWLFLDSRGUtDDSOLFDUODSHQDGHREUDVS~EOLFDVHQGHWHU-
minadas circunstancias. Gaceta…, 23 de mayo de 1849
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta…, 2 de marzo de 1849 y 9 de agosto de 1850.
Gaceta«GHDJRVWRGH&XULRVDPHQWHHVWHFRQFHSWRQRVHHQFXHQWUDHQWUHORV
TXHVHUHFDXGDEDQHQOD$GXDQDGHOD8QLyQDXQTXHGHEtDVHUXQDGHQRPLQDFLyQGLIH-
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 367

rente para alguno de los existentes. Ver un extracto de la contabilidad de la Aduana en

el año económico 1850 en Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
Gaceta«GHDJRVWRGH
(QODGpFDGDGH3DEOR2UHOODQDMXQWRFRQ0DQXHO7ULJXHURVRWURFRPHUFLDQWHGHO
TXHVHWUDWDHQHVWHFDStWXORFRQWUDWyFRQHOJRELHUQRGH5DIDHO*XWLpUUH]ODFRQVWUXF-
ción del ferrocarril entre la Libertad y Santa Tecla. Ver Diario…, 7 de febrero de 1895.
Gaceta«GHRFWXEUHGH
Gaceta«GHPD\RGH
Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHDEULOGH
'HWDOOHVVREUHODFRQWUDWDHQGaceta«GHPD\RGH(QXQDYLVLWDGHOSUHVLGHQWH
-RVp0DUtD6DQ0DUWtQD6HQVXQWHSHTXHDFRPSDxDGR*UHJRULR$UEL]~&UX]8OORD\
HO JHQHUDO *X]PiQ JREHUQDGRU GHO 'HSDUWDPHQWR 6DQWLDJR *RQ]iOH] MXQWR D RWURV
ciudadanos le hizo un regalo. GacetaGHDEULOGH
Gaceta«GHQRYLHPEUHGH$VXPXHUWHHQ'ULYRQSDUHFtDKDEHUKHFKR
fortuna en El Salvador. Aquel año Dª Adelaida Drivon ponía en venta la hacienda Santa
&ODUDHQWUH6RQVRQDWH\$FDMXWODFRQFDEDOOHUtDVHQJUDQSDUWHGHULHJRSURSLDV
SDUDFDxDFDFDR\DxLOFRQSRWUHURVIXHQWHVGHDJXDHGL¿FLRVPDTXLQDULDGLYHUVD
WUDSLFKHGHKLHUUR\FHQWULIXJDGRUDVDVHUUDGHURIUDJXDVDUDGRVPDGHUDVYDULDVJDQD-
GRYDULDGRHWFDiario…GHHQHURGH
Gaceta«GHMXQLRGH
*DFHWD«GHIHEUHURGH
&RQWUDWDFRQ-XDQ$QWRQLR*RQ]iOH]Gaceta«GHDEULOGH
(GLWRULDOGaceta«GHPD\RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
0HPRULDGHOD6HFUHWDUtDGH(VWDGRGH+DFLHQGD\*XHUUDDiario«GHHQHURGH
1876. Héctor Lindo-Fuentes. La economía«S
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHHQHURGH\GHHQHURGH
El ConstitucionalGHRFWXEUHGH
El ConstitucionalGHDEULOGH(QGLFKDYLVLWDHOPDWULPRQLR'XHxDVIXHURQ
SDGULQRVGHYHODFLyQGHOJHQHUDO6DQWLDJR*RQ]iOH]\VXHVSRVDHQXQDFWRHQTXHVH
inauguraba la nueva iglesia del puerto.
El ConstitucionalGHHQHURGH(OPXHOOHTXHVHFRQVWUXtDHQ/D/LEHUWDGHV
TXHVHUHSURGXFHHQXQFRQRFLGRJUDEDGRGHODREUDGH/DIHUULqUH
/DFRQWUDWDVH¿UPyHQ6DQ6DOYDGRUDGHPD\RGHHQEl Constitucional«
18 de junio de 1868. F. Dueñas estaba casado con Teresa Dárdano. Ver un soneto
dedicado a la esposa por “Sus buenos amigos” en El ConstitucionalGHRFWXEUHGH
0DQXHO7ULJXHURVHUDHOVRFLRPiVMRYHQ\WHUPLQDUtDVLHQGRHOPiVGLQiPLFR
de la importante empresa Blanco y Trigueros.
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
&RQWUDWD¿UPDGDHQGHRFWXEUHGH\SXEOLFDGDHQEl ConstitucionalGH
noviembre de 1868. La nota en el mismo número.
368 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

9HU 0HPRULD GHO 0LQLVWHULR GH +DFLHQGD'LDULR 2¿FLDO  GH PDU]R GH  (Q
FXDQWRD/D8QLyQVXWUi¿FRHVWDEDHQXQGHVFHQVRUHODWLYRKDVWDHOSXQWRGHTXHHO
gobierno suprimió parte del personal de su Aduana. Acuerdo de 29 de abril de 1874.
Leyes de 1874. AGN- sin catalogar
'HFUHWRVGHGHIHEUHUR\GHGHPDU]RGHLeyes de 1874. AGN- sin catalogar
'HFUHWRGHGHPDU]RGHLeyes de 1874. AGN- sin catalogar.
'HFUHWRGHGHPD\RGHLeyes de 1874. AGN- catalogar. El portavoz de los
DFFLRQLVWDVGHODVFRPSDxtDVHUDHOFRPHUFLDQWH-RVp0DUtD8ULRVWHDJHQWHGHODSR-
derosa empresa británica Lloyd’s.
9HUSRUHMHPSORHQBoletín…, 19 de abril de 1872.
Boletín«GHGLFLHPEUHGH
Boletín«GHGLFLHPEUHGH\GHVHSWLHPEUHGH
0HPRULDGH+DFLHQGDDiario«GHPDU]RGH
0HPRULDGH+DFLHQGDGHDiario«GHPDU]RGH
Boletín«GHMXOLRGH
9HUELRJUDItDGH-RVp5RVDOHVHQ$FDGHPLD6DOYDGRUHxDGH+LVWRULDEl Salvador y sus
hombres6DQ6DOYDGRU,PSUHQWD1DFLRQDOS
-XQWD*HQHUDOGHDFFLRQLVWDVHOGHIHEUHURGHYHUEl ConstitucionalGH
IHEUHURGH(OVXHOGRGHOPLQLVWURHQ3UHVXSXHVWRGHO(VWDGRSDUDEl Cons-
titucionalGHPDU]RGH
6REUHFDQDOL]DFLyQGHDJXDDODFDSLWDO\D-XFXDSDVRORFRPRHMHPSORVYHUEl Cons-
titucionalGHDEULOGHGHIHEUHUR\GHDJRVWRGHGHHQHUR\
de abril de 1869.

Capítulo 3

*XLOOHUPR&pVSHGHVGHO&DVWLOOR\*RQ]DOR$QHVLas Casas de Moneda en los reinos

de Indias0DGULG0XVHR&DVDGHOD0RQHGDYROV5XJJLHUR5RPDQR
Moneda, seudomonedas y circulación monetaria en las economías de México0p[LFR
(O&ROHJLRGH0p[LFRGHOPLVPRDXWRUCoyunturas opuestas: la crisis del siglo
XVII en Europa e Hispanoamérica0p[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR
5REHUWR54XLQWDQDApuntes sobre el desarrollo monetario de Guatemala*XDWHPDOD
(G8QLYHUVLWDULD&DUORV0DULFKDO³0RQH\7D[HVDQG)LQDQFH´HQ9LFWRU%XOPHU
7KRPDV-RKQ+&RDWVZRUWKDQG5REHUWR&RUWpV&RQGHThe Cambridge Economic His-
tory of Latin America&DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHUVLW\3UHVVYRO,SS
0DUtD$OHMDQGUD,ULJRLQ³*UHVKDPRQKRUVHEDFNWKHPRQHWDU\URRWVRI6SDQLVK$PHULFDQ
SROLWLFDOIUDJPHQWDWLRQLQWKHQLQHWHHQWKFHQWXU\´Economic History Review
SS+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía de El Salvador en el siglo XIX. San Sal-
YDGRU&21&8/785$S6REUHHOFUHFLPLHQWRGHOFRPHUFLRYHULQIRUPDFLyQ
en Gaceta… HQHVWRVDxRVSRUHMHPSORGHRFWXEUHGH\GHQRYLHPEUHGH
7DPELpQKXERPRQHGDVGHDUHDOHQHO9LUUHLQDWRGH1XHYD(VSDxDGXUDQWHHOVLJOR;9,
TXHOOHYDURQGRVFROXPQDVHQXQDFDUDDXQTXHORVYHUGDGHURV³FROXPQDULRV´ORVQX-
PLVPiWLFRVORVOODPDQDVtVRQGHOVLJOR;9,,,
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 369

$OFHGR)$OPDQ]DU\%ULDQ56WLFNQH\The Coins and Paper Money of El Salvador.

VOVH3HGUR6)RQVHFDLa moneda salvadoreña.6DQ6DOYDGRUVH-RKQ
3DUNH<RXQJCentral American Currency and Finance.3ULQFHWRQ3ULQFHWRQ8QLYHUVLW\
3UHVV
/DH[SUHVLyQ³PRQHGDQDFLRQDO´VHXWLOL]DEDSRUUHIHUHQFLDDODQDFLRQDOLGDGFHQWURDPH-
ULFDQDDOLJXDOTXH³JXHUUDQDFLRQDO´VHUHIHUtDDODTXHOLEUDURQORVSDtVHVGHODUHJLyQ
FRQWUDHO¿OLEXVWHUR:LOOLDP:DONHUHQ1LFDUDJXD5HODFLRQDGRFRQHOORYHU(XJHQLD/y-
SH]³/DLQHVWDELOLGDG\ODSURPHVDGHOSURJUHVR´HQ0DJDxD*UDQDGRVÈO-
YDURFRRUGEl Salvador. La República6DQ6DOYDGRU%DQFR$JUtFRODSS
9HUXQHMHPSORGH(O6DOYDGRUHQ3DWULFLD$OYDUHQJD+pFWRU/LQGR)XHQWHV.QXW:DOWHU
et al. Historia de El Salvador6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQWRPR,,S
3DUD*XDWHPDOD5HJLQD:DJQHUHistoria del café en Guatemala. %RJRWi9LOOHJDV
HGVSS\VV
Gaceta del Salvador en la República de Centro-América HQDGHODQWHGaceta«GH
julio de 1856.
$OFHGR)$OPDQ]DU\%ULDQ56WLFNQH\The Coins… Merece señalarse que mientras
TXH VH UHODFLRQDEDQ DOJXQDV PRQHGDV IUDFFLRQDULDV GH 5HLQR 8QLGR R )UDQFLD QR VH
PHQFLRQDEDQLQJXQDGH$PpULFD&HQWUDODSHVDUGHTXHFRPRVHKDUHIHULGRFLUFXODEDQ
ODVGHUHDOUHDOHV\RWUDVPHQRUHV
Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
$FXHUGRHQYLDGRDORVJREHUQDGRUHVGHORV'HSDUWDPHQWRVGaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHDEULOGH&IU$QH[R
9HUSRUHMHPSORH[SHGLHQWHGHGHXGDGHOD6UD&DUPHQ:DQGLQHQ$UFKLYR*HQHUDO
GHOD1DFLyQGH(O6DOYDGRU)RQGR-XGLFLDOHQDGHODQWH$*1)-6RQVRQDWH&LYL-
OHVQžMXLFLRGH-RVp02OPHGRFRQWUD)HUQDQGR*XHUUD$*1)- 6DQWD
$QD&LYLOHVQžH[SHGLHQWHVREUHSDUWLFLyQGHORVWHUUHQRVGH/DV-R\DV$*1
)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
Gaceta«GHPD\RGH
'HFUHWRGHGHGLFLHPEUHGHHQGaceta«\GHPD\RGH
Gaceta«\GHPD\RGH
Gaceta…, 8 de marzo de 1855. La referencia a cuño nacional puede entenderse como
GHFXxRJXDWHPDOWHFRFRPRVHH[SOLFyDUULED/DVUHODFLRQHVGH2FFLGHQWHFRQ*XDWH-
mala eran muy estrechas. De hecho a la visita del obispo habían acudido muchas per-
sonas “venidas de diversos pueblos de Guatemala”. Sobre la división del Departamento
GH6RQVRQDWHYHUGaceta«GHPDU]RGH
 Gaceta«  GH DEULO GH  (VWR VXFHGtD DO PLVPR WLHPSR TXH GHVGH HO SDtV VH
exportaban asiduamente importantes cantidades de plata tanto acuñada como en bruto.
Sería necesaria una investigación para tratar de explicar en qué medida la salida de
SODWDDFXxDGDHUDGHFDUiFWHUFRPHUFLDORHUDGHQDWXUDOH]DHVSHFXODWLYDDXQTXHODV
fuentes lo hacen difícil.
Gaceta«GHMXOLRGH
'HFUHWRGHGHPDU]RGHGaceta…GHPDU]RGH
370 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta…, 30 de agosto de 1850.
Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta…, 2 de julio de 1852. Aunque en las listas de exportaciones aparecían indis-
tintamente las expresiones plata bruta y brozas minerales –sin mencionar los casos
GH³SODWDDFXxDGD´±HQHVWHFDVRSDUHFHSUREDEOHTXHODH[SUHVLyQEUR]DVVHSXHGD
LQWHUSUHWDUFRPRSODWDEUXWD\TXL]iWDPELpQRUR1RSDUHFHWHQHUVHQWLGRTXHEUR]DV
se interpretase como desechos minerales y que pagaran 4 reales/quintal.
Gaceta«GHHQHURGH
7RPDHQFRQVLGHUDFLyQSRUOD$VDPEOHD*HQHUDOGHODFRQWUDWDGaceta«GHDEULO
de 1853.
2UGHQGHOD&iPDUDGH6HQDGRUHVGHGHPDU]RGHGaceta…, 20 de abril de 1853.
Gaceta«GHPDU]RGH
6REUHORVGHWDOOHVGHHVWHSURFHVRYHUODVQRWLFLDVSXEOLFDGDVHQGaceta… durante el
mes de enero de 1859. También Italo López Vallecillos. Gerardo Barrios y su tiempo.
6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQYRO,S
&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDO³&RPSDGUD]JRVQHJRFLRV\SROtWLFDODVUHGHVVRFLDOHV
GH*HUDUGR%DUULRV´Revista Cultura,1žSS
$FXHUGRGHO*RELHUQRSURPRYLHQGRODLQWURGXFFLyQGHODPRQHGDGHSODWDTXHWDQWR
HVFDVHDHQORVPHUFDGRVGHOD5HS~EOLFDGaceta«GHPDU]RGH
7HVWLPRQLRGHODFULPLQDOLQVWUXLGDFRQWUD0DQXHO/HEUyQSRUKXUWRGHXQ³UHOR[´GH
RUR$*1*REHUQDFLyQGH6DQ9LFHQWHFDMD$JUDGH]FRODJHQHURVDFHVLyQ
de esta información al Dr. Carlos Gregorio López Bernal. La media onza de oro podía
componerse de una o varias monedas de escudos con la imagen de Carlos IV o Fer-
QDQGR9,,DORVTXHVHOODPDUtDPXxHFRVHOiJXLODHUDQRUWHDPHULFDQDORVHVFXGLWRV
GHDVLHWHUHDOHV\ORVGRFHVQRVRQIiFLOHVGHLGHQWL¿FDU\ORVUHDOHVHUDQVHJXUDPHQWH
reales de a ocho de plata.
Gaceta«GHRFWXEUHGH
$FXHUGRGaceta…GHRFWXEUHGH
,QIRUPHGHOD*REHUQDFLyQGHO'HSDUWDPHQWRGH6WD$QDGaceta«GHDEULOGH
$FXHUGRGHOJRELHUQRGaceta…GHPDU]RGH
El ConstitucionalGHPDU]RGH
El Constitucional, 24 de enero de 1867. Sobre el desarrollo de la banca en América
/DWLQDYHU&DUORV0DULFKDO³(OQDFLPLHQWRGHODEDQFDPH[LFDQDHQHOFRQWH[WROD-
WLQRDPHULFDQR SUREOHPDV GH SHULRGL]DFLyQ´ HQ /HRQRU /XGORZ \ &DUORV 0DULFKDO
HGVBanca y poder en México (1800-1925). 0p[LFR*ULMDOERSS
0HQVDMHGH)'XHxDVDO&XHUSR/HJLVODWLYREl ConstitucionalGHHQHURGH
'HFUHWRGHOJRELHUQREl ConstitucionalGHRFWXEUHGH
3UREOHPDVVLPLODUHVUHODFLRQDGRVFRQODVSHVHWDVVHYLOODQDVVHSURGXFtDQHQ&XED9HU
-RVp0DUtD$OHUyQLa moneda de CubaVOVI9HUUHIHUHQFLDHQKWWSZZZHFXUHG
FXLQGH[SKS/DB&(&$BHQB&XED
'HFUHWRGHOJRELHUQREl ConstitucionalGHRFWXEUHGH
El ConstitucionalGHDEULOGH
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH\GHDEULOGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 371

El ConstitucionalGHRFWXEUHGH
El ConstitucionalGHRFWXEUHGH
El Constitucional, 7 de enero de 1969.
([LVWHFRQVWDQFLDGHPRQHGDDFXxDGDGH+RQGXUDVHQODVOLVWDVGHHPEDUTXHGHPHU-
FDQFtDVTXHFRQIUHFXHQFLDSXEOLFDEDODSUHQVDR¿FLDO3RUHMHPSORHQEl Constitucio-
nalGHHQHURGH
El ConstitucionalGHPD\RGH
El ConstitucionalGHHQHUR
El ConstitucionalGHVHSWLHPEUHGH
El ConstitucionalGHMXQLRGH
El ConstitucionalGHMXQLRGH
El ConstitucionalGHMXQLRGH
9HUUHODFLRQHVGH)UDQFLVFR'XHxDVFRQQHJRFLRV\FRQDOJXQDFDVDGHFRPHUFLREUL-
tánica en Notaría de hipotecas del Departamento de San Miguel en El Constitucional
4 de marzo de 1869.
El ConstitucionalGHMXQLRGHGHHQHURGH\GHHQHURGH
&RPRQRHVP~OWLSORGHGHEtDKDEHUDOJXQDRDOJXQDVPRQHGDVGHPHQRUYDORU
hasta alcanzar la cantidad del premio.
$FXHUGRGHGHPD\RGHLeyes de 1871$*1VLQFDWDORJDU
'HFUHWRGHGHMXOLRGHLeyes de 1874. AGN- sin catalogar.
 El Constitucional  GH IHEUHUR GH  (O RULJHQ GH HVWD VLWXDFLyQ HVWXYR HQ HO
QDFLPLHQWRGHOD)HGHUDFLyQ9HU5REHUW66PLWK³)LQDQFLQJWKH&HQWUDO$PHULFDQ
)HGHUDWLRQ´HQThe Hispanic American Historical ReviewYROQž
QRYSS
El ConstitucionalGHDEULOGH
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«SS\VV3DUDRWURSDtVGHOFRQWLQHQWHYHU
SRUHMHPSOR$OIRQVR:4XLUR]%DQTXHURVHQFRQÀLFWR(VWUXFWXUD¿QDQFLHUD\HFR-
nomía peruana, 1884-1930/LPD8QLYHUVLGDGGHO3DFt¿FR
6yORHQERQRVKDEtDHQFLUFXODFLyQSVHQGaceta«GHHQHURGH
1855.
%ROHWtQ2¿FLDOHQDGHODQWHBoletín«GHDJRVWR\GHQRYLHPEUHGH
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
'HFUHWRVLVWHPDWL]DQGRHOSDJR\DPRUWL]DFLyQGHODGHXGDGHOD5HS~EOLFDEl Consti-
tucionalGHIHEUHURGH
9HUSRUHMHPSORHOFDVRGH&DUPHQ:DQGtQTXHVHFRPHQWDHQ&DStWXOR
Estadística General de la República de El Salvador6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GX-
FDFLyQHG«S
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQžQžQž
/HRQRU/XGORZ\&DUORV0DULFKDOBanca y poder…
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH(QHVWRVPRPHQWRVIRUPDEDQSDUWHGHOD-XQWDGH
&DULGDGHOFRPHUFLDQWH0DULDQR'RUDQWHVTXHSURQWRVHUtDGLSXWDGR\TXHWHQGUtDXQD
YLGDSROtWLFDODUJDHLQWHQVD\HOHOH[SUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD1DFLRQDO\GLSXWDGR
-RVp0DUtD=HOD\DTXLHQHVDGHPiVGHSUHRFXSDUVHSRUORVLQWHUHVHVGHODLQVWLWXFLyQ
EHQp¿FDTXHHUDHO+RVSLWDOORKDFtDQWDPELpQSRUORVVX\RVFRPRVHYLRHQHO&DStWX-
372 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

OR(QJHQHUDOODV-XQWDVGH&DULGDGIXHURQHVSDFLRVSDUDQHJRFLDQWHVTXHPH]FODEDQ
OD¿ODQWURStDFRQHOLQWHUpV
(VWRVHDUUDVWUDEDGHVGHODSUHVLGHQFLDGH(XJHQLR$JXLODUHQ±\VHJXUDPHQWH
desde mucho antes-hasta la de Santiago González en 1871 y el problema continuó en
años siguientes.
El ConstitucionalGHPDU]RGH
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
6REUHKDELOLWDFLyQDODSURGXFFLyQGHOFDIpYHU&DStWXOR
(QWUDEDMRVGHREUDVS~EOLFDVVHSRGtDOOHJDUDJDQDUWUHVUHDOHVGHMRUQDO9HU&DS
nota 9.
Estadística General«S
<QLD~QDVtSRUTXHDSHVDUGHOH[FHOHQWH)RQGR-XGLFLDOFRQVHUYDGRHQHO$*1ORV
registros distan mucho de estar completos.
9HUHQ$OGR/DXULD6DQWLDJRUna república…
Gaceta«GHHQHURGHGHPDU]R\GHDEULOGH&DUORV*UHJRULR
/ySH]%HUQDO³&RPSDGUD]JRQHJRFLRV\SROtWLFD«´
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Historia del Órgano Legislativo«7RPR,SS\
Gaceta«GHPDU]RGH
<DQXDULR%ODQFRFRPHUFLDQWH\SROtWLFRVDOYDGRUHxRVHXQLyFRQ0DQXHO7ULJXHURV
PiVMRYHQ\H[WUDQMHURHQ
0DWUtFXODGHKLSRWHFDVVLQFDQFHODU1RWDUtDGH5RVD5RGUtJXH]6DQ6DOYDGRUGace-
ta«GHIHEUHURGH\GHDEULOGH
Gaceta«GHPDU]RGH*HRUJH.HUIHUGWHQtDDJHQFLDVHQ6DQ6DOYDGRU\HQ
6DQ0LJXHO.HUIHUGKDEtDVLGRDQWHVGHHVWDEOHFHUVHHQ(O6DOYDGRUHOFRUUHVSRQVDO
que enviaba al país los informes sobre el mercado en Liverpool y fue el agente que
intervino en la negociación que hizo el presidente Gerardo Barrios para convertir la
GHXGDH[WHUQDGH(O6DOYDGRUODOODPDGD³GHXGDLQJOHVD´HQGHXGDLQWHUQD
&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDO³&RPSDGUD]JRVQHJRFLRV\SROtWLFD«´
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«S
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
(OFDVRGH$*XLUROD\ODVDOHQGacetaGHIHEUHURGH
3DEOR2UHOODQDHUDHOPDULGRGH7HUHVD'iUGDQRTXLHQWUDVHQYLXGDUVHFDVyFRQ)UDQ-
cisco Dueñas.
9HUVXDFWLYLGDGFRPRSUHVWDPLVWD\DFFLRQLVWDGHODV&RPSDxtDVGH0XHOOHVHQORV
Capítulos 7 y 8.
9HUSRUHMHPSORGaceta«PDU]R
Gaceta…GHPDU]RGH
El ConstitucionalGHHQHURGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 373

El ConstitucionalGHIHEUHURGH

9HUHOSOHLWRGH0DQXHO/DUtQFRQWUD$QD4XHVDGDHQ$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHV
QžHQ&DStWXOR
El ConstitucionalGHHQHURGH
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHPDU]RGH
El ConstitucionalGHHQHURGH
0LJXHOÈQJHO*DUFtDDiccionario histórico enciclopédico de la República de El Sal-
vador6DQ6DOYDGRU,PSUHVRUD1DFLRQDO7RPR,,SS
El ConstitucionalGHDEULOGH
El ConstitucionalGHPD\RGHO
El Constitucional\GHDJRVWR
Boletín«GHRFWXEUHGH
Boletín«GHQRYLHPEUH\GHGLFLHPEUHGH
%LRJUDItDGH6DQWLDJR'HOJDGRHQ$FDGHPLD6DOYDGRUHxDGH+LVWRULDEl Salvador y
sus hombres6DQ6DOYDGRU,PSUHQWD1DFLRQDO
0LJXHOÈQJHO*DUFtDDiccionario«S
,ELGHP
5HIRUPDVDODFRQWUDWDGHOEDQFRGHVHSWLHPEUHGHLeyes de 1874. AGN- sin
catalogar.

Capítulo 4

6WHYHQ&7RSLN\$OOHQ:HOOVThe Second Conquest of Latin America. Coffee, Henequen

and Oil during the Export Boom. 1850-1930$XVWLQ8QLYHUVLW\RI7H[DV3UHVV
0DUN 3HQGHUJUDVW El café: historia de la semilla que cambió el mundo %DUFHORQD
-DYLHU9HUJDUD
 /D LQÀXHQFLD UHODWLYD GHO FDIp HQ (O 6DOYDGRU KD VLGR FXHVWLRQDGD SRU$OGR /DXULD
Santiago en Una república agraria6DQ6DOYDGRU&21&8/785$S
'HUHN.HUUThe Role of the Coffee Industry in the History of El Salvador, 1840-1906.
M.A. Thesis. University of Calgary. 1977; Héctor Lindo-Fuentes.. “La introducción del
FDIpHQ(O6DOYDGRU´HQ+pFWRU3pUH]%ULJQROL\0DULR6DPSHUTierra, café y sociedad.
Ensayos sobre la historia agraria centroamericana6DQ-RVpGH&RVWD5LFD)/$&62
SS
$XQTXHHQODDFWXDOLGDGODV¿QFDVFDIHWDOHUDVPHFDQL]DGDV\FRQXVRGHIHUWLOL]DQWHV
VLHPEUDQKDVWDiUEROHVSRUPDQ]DQDHQHOVLJOR;,;VHVHPEUDEDQHQWUH\
iUEROHVFRPRVHFRPSUREDUiHQORVFDVRVTXHVHH[SRQGUiQ&RQYLHQHUHFRUGDU
TXHXQDPDQ]DQDHTXLYDOHDKHFWiUHD
$VRFLDFLyQ 6DOYDGRUHxD GHO &DIp Legislación salvadoreña del café, 1846-1955. San
6DOYDGRU$VRFLDFLyQ6DOYDGRUHxDGHO&DIpS
³/DSURWHFFLyQDOFDIp´HGLWRULDOHQEl café en El Salvador9,,DJRVWRS
HQ'HUHN.HUUThe Role of the Coffee«S
374 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

(QWUHDEULO\VHSWLHPEUHGHVHLQWURGXMRSRU$FDMXWODFDIpSRUYDORUGHSV
que pagó el 10% de derechos en la aduana. Gaceta del Salvador en la República de
Centro-América HQDGHODQWHGaceta««GHRFWXEUHGH
 ([LVWH XQ FiOFXOR SDUD  TXH SXGLHUD VHU DOJR H[DJHUDGR GH XQ  TT VREUH
TTGHFDIpGHGLFDGRDOFRQVXPRLQWHUQRVREUHHOWRWDOGHODSURGXFFLyQHQ3D-
WULFLD$OYDUHQJD+pFWRU/LQGR)XHQWHV.QXW:DOWHUHWDO Historia de El Salvador. San
6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQWRPR,,S6REUHHOWHPDYHU6WHYHQ7RSLN
³&RIIHH&RQVXPSWLRQLQ0H[LFR´HQKWWSZZZHFRQRPLDXQDPP[DPKHPHPRULD
VLPSRVLR6WHYHQ723,.SGI
 6H KD DGRSWDGR OD VHULH GH SUHFLRV GHO FDIp HQ *UDQ %UHWDxD TXH SUHVHQWD +pFWRU
Lindo-Fuentes en La economía«SDVDELHQGDVGHTXHVRQGDWRVSDUFLDOHVTXH
QRLQGLFDQGHTXpFDOLGDGGHFDIpVHWUDWD\GDQGRSRUVXSXHVWRTXHVHUH¿HUHQDFDIp
oro. En todo caso se toman con precaución y fundamentalmente para observar las
tendencias.
$XQTXHHQORVHVWXGLRVKLVWyULFRVVHPDQHMDXQVRORSUHFLRGHOFDIpHQODUHDOLGDGGHO
PHUFDGRH[LVWtDQYDULRVSUHFLRVSDUDFDGDSDtVVHJ~QODFDOLGDGGHOJUDQR\DYHFHV
distinguiendo entre café pergamino y café oro.
(VWRVSUHFLRVVHSUHVHQWDQHQFKHOLQHV\SHQLTXHV&RQYLHQHUHFRUGDUTXHODOLEUDWHQtD
FKHOLQHV\FDGDFKHOtQSHQLTXHV<TXHFRPRVHYHUiPiVDGHODQWHTXHFDGD
libra se cambiaba por 5 pesos.
'HUHN.HUUThe Role of the Coffee…, p. 52
&DVLLQPHGLDWDPHQWHGHVSXpVHOSUHFLRGHOFDIpFRPHQ]yDEDMDU9HU&DStWXOR
3DUDOHOHQWDFDtGDGHODxLOYHUHOEXHQDQiOLVLVGH+pFWRU/LQGR)XHQWHV en La econo-
mía…
$OGR/DXULD6DQWLDJRUna república«SS\8QDYLVLyQGLIHUHQWHHQ$QWRQLR
$FRVWD³7LHUUD\FDIpHQ(O6DOYDGRUHQODSULPHUDH[SDQVLyQGHOFXOWLYR´
HQ*DEULHODGDOOD&RUWHHWDOHGVPoder local, poder global en América Latina. Bar-
FHORQD8QLYHUVLGDGGH%DUFHORQDSS3DUDXQHQIRTXHFRPSDUDWLYR
FHQWURDPHULFDQR YHU 5REHUW * :LOOLDPV States, and Social Evolution. Coffee and
the Rise of National Governments in Central America&KDSHO+LOO7KH8QLYHUVLW\RI
1RUWK&DUROLQD3UHVV
$QWRQLR$FRVWD³7LHUUD\FDIp«´S
&RPXQLGDGGHLQGtJHQDVGH,OREDVFR'LDULR2¿FLDOHQDGHODQWHDiario«GHMX-
QLRGH9HU$OGR/DXULD6DQWLDJR³/DQG&RPPXQLW\DQG5HYROWLQ/DWH1LQH-
WHHQWK&HQWXU\,QGLDQ,]DOFR(O6DOYDGRU´The Hispanic American Historical Review
YROQž$XJSS
$FHUFDGHODVUHDFFLRQHVGHFRPXQLGDGHVGHLQGtJHQDV,QIRUPHGHOD*REHUQDFLyQGH
Sonsonate. El ConstitucionalGHIHEUHURGH8QFDVRGHFRPXQLGDGGHLQGtJH-
QDVFRQJUDQH[WHQVLyQGHWLHUUDVODGH,OREDVFRDiario«GHMXQLRGH6REUH
UHYXHOWDVLQGtJHQDVFRQDQWHULRULGDGDHVWDVIHFKDVYHU&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDO
³(OOHYDQWDPLHQWRLQGtJHQDGHHQ6DQWLDJR1RQXDOFR&RQÀLFWRVORFDOHVHWQLFL-
GDG\OXFKDGHIDFFLRQHVHQ(O6DOYDGRU´Revista de Historia8QLYHUVLGDG1DFLRQDO
&RVWD5LFDQž-XOLR'LFLHPEUHSS
&IU&DStWXOR
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 375

El ConstitucionalGHHQHURGH
,QYHQWDULRGHELHQHVGH$OHMDQGUR&HUPHxR$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQGH(O6DOYD-
GRU)RQGR-XGLFLDOHQDGHODQWH$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
 6H KD UHIHULGR D HOOR$OGR /DXULD6DQWLDJR HQ Una república…. y Carlos Gregorio
López Bernal en Poder local y poder central en la construcción del Estado en El Sal-
vador. 1840-18907HVLVGH'RFWRUDGR8QLYHUVLGDGGH&RVWD5LFD9HUWDPELpQ
HQWUHRWURVFDVRV3DUWLFLyQ\GHVOLQGHGHODKDFLHQGD/DV-R\DVHQ$*1)*6RQVRQD-
WH&LYLOHVQž\$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž9HQWDGHODKDFLHQGD
&DQGHODULDHQ$*1)*6DQWD$QD&LYLOHVQž9HQWDGHSDUWHGHODKDFLHQGD
$\XWDHQ$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž9HQWDGHGHUHFKRVKHUHGWDULRVGHOD
KDFLHQGD-XWLDSDHQ$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
9HUSRUHMHPSOR Gaceta«GHHQHURGH
El ConstitucionalGHPDU]RGH
9HUFRUUHVSRQGHQFLDHQWUHHO-X]JDGR*HQHUDOGH+DFLHQGDFRQHO0LQLVWHULR*HQHUDO
DVtFRPRFDXVDVVHQWHQFLDGDVHQHOPLVPR-X]JDGRHQGaceta…GHDJRVWRGH
6REUH*HUDUGR%DUULRV\VXSROtWLFDVREUHHMLGRVYHU&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDO
Poder local y poder central...
GacetaGHIHEUHURGH
Gaceta«GHRFWXEUHGH
Gaceta«GHPDU]RGH&DPSRKDEtDSUHVLGHQWHGHOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDHQ
\IXHSDGUHGHOIXWXURSUHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFD5DIDHO&DPSR Historia de la
Asamblea«YRO,S
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHDEULOGH\Gaceta«GHMXOLRGH
(QHVWDEDYHQGLHQGRXQFDIHWDOGHVXSURSLHGDGEl ConstitucionalGHMXQLR
de 1868.
Gaceta«GHMXQLRGH
9HUFRPRHMHPSOREl ConstitucionalGHPDU]RGH
'HUHN.HUUThe Role od the CoffeeS
9HUSRUHMHPSORGaceta«GHPDU]R\GHMXOLRGHEl ConstitucionalGH
enero de 1866.
(VWR\DIXHVHxDODGRSRU'DYLG%URZQLQJEl Salvador, la tierra y el hombre. San Sal-
YDGRU0LQLVWHULRGH&XOWXUD\&RPXQLFDFLRQHVSS\VV
&RPXQLFDFLyQGHO0LQLVWHULR>GH5HODFLRQHV@DO*REHUQDGRU>GHO'HSDUWDPHQWRGH6DQ
6DOYDGRU@Gaceta«GHPD\RGH
El ConstitucionalGHPD\RGH
9HUSRUHMHPSORGaceta«GHPDU]RGH\GHPDU]RGH
GacetaGHPDU]RGH
,QIRUPDFLyQGHO*REHUQDGRUGHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHEl ConstitucionalGH
febrero de 1866.
$OGR/DXULD6DQWLDJRUna república«9HUFRPRRWURHMHPSORHOFRQÀLFWRHQWUHORV
LQGtJHQDV\ODPXQLFLSDOLGDGGH$UPHQLDSRUGHVOLQGHGHWLHUUDVHQ$*1)-6RQVRQD-
WH&LYLOHVQž
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
376 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

El ConstitucionalGHPDU]RGH
'LVFXUVRGHOSUHVLGHQWH5=DOGtYDUDOD$VDPEOHD1DFLRQDOGaceta«GHHQHUR
de 1878.
El ConstitucionalGHDEULO\GHPD\RGH
/DVXPDVRORGDDOJRPiVGHFDEDOOHUtDV
El ConstitucionalGHHQHURGH
El ConstitucionalGIHEUHURGH
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
0DXULFLRÈOYDUH]*HRIIUR\Rafael Álvarez Lalinde. Pionero de la industrialización
del café6DQ6DOYDGRU&XPEUHVGHO0ROLQRS
*HUDOGLQD3RUWLOOR“5HYLVLyQGHDOJXQDVRSLQLRQHVHQODKLVWRULDDJUDULDGH(O6DOYD-
dor”3RQHQFLDDO9&RQJUHVR&HQWURDPHULFDQRGH+LVWRULD8QLYHUVLGDGGH(O6DOYD-
GRU-XOLRGH
/RVLQGtJHQDVQRHQFRQWUDEDQPRWLYRVSDUDDDFXGLUDORVWUDEDMRVDORVTXHORVLP-
SXOVDEDQ ORV HVSDxROHV SRU OR TXH pVWRV WXYLHURQ TXH IRU]DUORV$GHPiV GH OD YLR-
OHQFLDTXHVLJQL¿FyODFRQTXLVWD\ODVHQFRPLHQGDVGHULYDGDVGHHOODSDUDXQXVRGH
mecanismos económicos para este forzamiento ver Carlos Sempat Assadourian. “La
producción de la mercancía dinero en la formación del mercado interno colonial” en
Enrique Florescano. Ensayos sobre el desarrollo económico de México y América La-
tina (1500-1975)0p[LFR)RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFDSS
³$SXQWDPLHQWRVVREUHVLHPEUDGHFDIp´>HQ&HQWURDPpULFD@SRUHO/GR0DQXHO$JXL-
lar en Gaceta«GHMXQLR\GHMXOLRGH
/RUHQ]R*LRYDQQL%HOO~Starting a Coffee Plantation in a Phased Mode5RPH)$2
S
El ConstitucionalGHPDU]RGH
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
(QODDFWXDOLGDGHQ¿QFDVPRGHUQDVHOQ~PHURGHiUEROHVSRUFDIpDOFDQ]DODFLIUDGH
3.000 unidades.
$QWRQLR$FRVWD³/RVLQLFLRVHFRQyPLFRVGHORVDOHPDQHVHQ$OWD9HUDSD]*XDWHPDOD
8QFDVRVLQJXODUHQODROLJDUTXtDD¿QHVGHOVLJOR;,;´%DUFHORQD8QLYHUVLGDGGH
%DUFHORQD7(,$$SS
El ConstitucionalGHIHEUHURGH6HLEDDSURGXFLUXQDUHXQLyQGHKDFHQGDGRV
SDUDFUHDUXQD6RFLHGDGGH$JULFXOWXUDGHVGHODTXHHQWUHRWURVREMHWLYRVSURPRYHU
ODLQPLJUDFLyQGHWUDEDMDGRUHVOLEUHVRWUDHUORVDVLiWLFRVTXHSRUODFRQVWUXFFLyQGHOD
IUDVHSDUHFHTXHVHDVXPtDTXHQRYHQtDQOLEUHPHQWH(QVHOOHJyD¿UPDUXQD
FRQWUDWDFRQXQ3RQFLR'DUPDFXOOHWDHVSDxROHQHOTXHVHOHFRQFHGLyODH[FOXVLYD
por cuatro años para importar 1.000 “jornaleros chinos”.en coordinación con hacenda-
dos y otros agricultores. El ConstitucionalGHDJRVWRGH6REUHODXWLOL]DFLyQ
GH PDQR GH REUD LQGtJHQD \ RWURV SUREOHPDV GHO GHVDUUROOR GHO FDIp HQ *XDWHPDOD
YHU-XOLR&DVWHOODQRV&DPEUDQHVCafé y campesinos. Los orígenes de la economía de
plantación moderna en Guatemala, 1853-18970DGULG&DWULHO
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 377

El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH$OJXQRVODGLQRVGHORVSXHEORV\
ORVLQGtJHQDVWLHQHQLQFOLQDFLyQDODVEHELGDVIXHUWHVSDUWLFXODUPHQWHHQODVSREODFLR-
nes menos agricultoras.
Gaceta.GHVHSWLHPEUHGH
/RVWH[WLOHVHUDQEiVLFDPHQWHLPSRUWDGRV\ODVWDVDVDGXDQHUDVVREUHHVWHSURGXFWRVX-
ELHURQGHVGHHOD¿QHVGHORVDxRVKDVWDHODPHGLDGRVGHORVDxRV
(QMXQLRGHUHGDFWyXQLQIRUPHDSHWLFLyQGHOJRELHUQRVREUHHOGHVDUUROORGHO
FXOWLYR\EHQH¿FLRGHOFDIpDiario«GHMXQLRGH3RURWURVLQIRUPHVFRQ-
WHPSRUiQHRVVHVDEHTXHHOVDODULRPiVIUHFXHQWHGHORVSHRQHVGH¿QFDHQDTXHOORV
PRPHQWRVHUDGHUHDOHVDODVHPDQDORTXHHTXLYDOtDDPHQRVGHGRVUHDOHVGLDULRV
si se cuentan los domingos. Ver Capítulo 9
9HU3UHVXSXHVWR*HQHUDOGHO(VWDGRGH
 3DUD XQ SULPHU HVIXHU]R GH KLVWRULDGRUHV SDUD FDOFXODU HO IXQFLRQDPLHQWR GH XQD
¿QFDGHFDIpHQHOVLJOR;,;'HUHN.HUUThe Role of the Coffe….HUUWRPyFRPR
UHIHUHQFLDSDUDVXHVWXGLRODUHDOLGDGGHOFXOWLYR\EHQH¿FLRGHOFDIpDPHGLDGRVGHO
siglo XX.
(QWUHRWUDVIXHQWHVODLQIRUPDFLyQVHKDREWHQLGRGHOD¿QFDGH,0*HQ/RXUGHV
&ROyQFHUFDGH6DQWD7HFODHQ(VWDSUiFWLFDWRGDYtDVHXVDKR\HQPXFKDV¿QFDV
FXDQGRHQHOPRPHQWRGHODFRUWDHOPDQGDGRUGHOD¿QFDDQRWDHOQRPEUHGHORV
SHRQHVTXHVHFRPSURPHWHQDWUDEDMDUHQODFRUWDORV³DSXQWDGRV´GDQGRSRUHQWHQGL-
GRTXHFDGDXQRGHHOORVDFXGLUiDOWUDEDMRDFRPSDxDGRGHGRVRWUHVIDPLOLDUHVPiV
como su esposa o sus hijos.
Estadística GeneralSS\$*1)*±6DQWD$QD&LYLOHVQž
'HXGDV D$QDFOHWR 0HQGR]D 6RQVRQDWH  GH DEULO GH $UFKLYR 0XQLFLSDO GH
Sonsonate. Caja 1889.
'HFODUDFLRQHVGHGLYHUVDVSHUVRQDVH[SHRQHVGH¿QFDVGHFDIp(Q&RORPELDODSUiF-
WLFDHUDVLPLODU6REUHOD³EDUDWXUD´GHODPDQRGHREUDHQHOFDIpYHU$QWRQLR-Rsé
5HVWUHSREl moderno imperialismo. Proteccionismo y librecambio. La industria del
café en América%DUFHORQD(GLWRULDO0DXFFL"SS\VV
$OGR/DXULD6DQWLDJRUna república«6REUH*XDWHPDODYHU$QWRQLR$FRVWD³/RV
inicios económicos…”
9HUHMHPSORVHQORVFDVRVTXHVHUHODFLRQDUiQDEDMR
Gaceta«GHHQHURGH
6REUHHOFDIHWDO\ODPiTXLQDDGTXLULGDSRU*%DUULRVGaceta«GHPD\RGH
6REUHHOWDOOHUGH6DQWD$QDGaceta«GHQRYLHPEUHGH
El ConstitucionalGHMXOLRGH
El ConstitucionalGHQRYLHPEUHGH
3DUDPDQ]DQDVGHWDUHDVYHUSRUHMHPSORHOUHSDUWRGHHMLGRVHQ0HMLFDQRV6RQ-
VRQDWH$*17LHUUD+DEtDWDPELpQFDVRVGHPDQ]DQDVFRQ\WDUHDV
&RPRHVVDELGRHOSUREOHPDGHPHWURORJtDHVFRPSOHMRHQJHQHUDO\HQSDUWLFXODUHQ
las sociedades agrarias.
'HELGRDODYDULHGDGGHFLUFXQVWDQFLDVTXHVHSURGXFtDQHQFDGDFDVRQRVHGLVSRQHGH
GDWRVSDUDFRPSDUDUHQORVWUDEDMRVFRQVXOWDGRVSDUD&RORPELD*XDWHPDODR3XHUWR
5LFR9HU%LEOLRJUDItD
378 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

7HQLHQGRHVWRHQFXHQWDVHSXHGHVHxDODUTXHHQODDFWXDOLGDGHQ¿QFDVDOWDPHQWHWHFQL-
¿FDGDV\FRQXQRViUEROHVSRUPDQ]DQDVHREWLHQHQUHQGLPLHQWRVGHFDVLTGH
FDIpRURSRUPDQ]DQD,QIRUPDFLyQGHO6U6XULHO0DUURTXtQHQ$FDWHQDQJR*XDWHPDOD
HQ(Q¿QFDVFRQFXOWLYRVQRWDQLQWHQVLYRVVHREWLHQHQUHQGLPLHQWRVGHHQWUH\
TRURPDQ]DQD,QIRUPDFLyQGH,0*HQ/RXUGHV&ROyQ6DQWD7HFODHQ
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$PERVFDVRVHQ$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
/RVFDVRVTXHVHSXHGHQHVWXGLDUDTXtVRQORVTXHOOHJDURQDORVMX]JDGRVJHQHUDOPHQWH
SRULPSDJRVDXQTXHQRHUDpVWDOD~QLFDUD]yQ3HURQLVHFRQRFHHOWRWDOGHORVTXH
WHUPLQDURQDQWHORVMXHFHVQLFXiQWRVFXPSOLHURQFRQORVFRPSURPLVRVDGTXLULGRVQL
FXiQWRVSURGXFWRUHVKDEtDHQWRWDOQLFXiQWDHUDODSURGXFFLyQGHFDGDXQDGHHVWDV
categorías.
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
(QHOSURSLHWDULR\SURGXFWRHQULTXH$UUR\RWHQtDXQDFDVDEHQH¿FLRHQ&KDO-
FKXDSD 9HU 3DJDUp GH :HQFHVODR 2UHOODQD D (QULTXH$UUR\R$*1)- 6DQWD$QD
Civiles. 1871 nº 42.
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž(OPLVPR-XDQ0DQXHO)LDOORVFRQWUD-RUJH
6LFLOLDHQRWURFDVRVLPLODUSRUTTHQFDIpRURHQ$*1)-6DQWD$QD&LYLOHV
1873 nº 44.
'HVDORMRGH-RVp5XL]$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-&6DQWD$QDQž
-$2FDPSRFRQWUD70RUiQ$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž6HFDOFXOD
TXHODUHODFLyQHQSHVRGHOFDIpFHUH]DFRQHOFDIpRURHVGHFLUHOJUDQROLVWRSDUDVHU
WRVWDGRHVGHTXLQWDOHVGHFDIpFHUH]DHTXLYDOGUtDQSXHVDGHFDIpRUR\VX
precio sería en esta operación de 10 pesos/quintal.
1RHUDLQIUHFXHQWHTXHXVXIUXFWXDULRVGHWLHUUDVHMLGDOHVQRSDJDVHQFDQRQSRUHOODV9HU
$QWRQLR$FRVWD\-XOLD)ORUHV³0XQLFLSLR\(VWDGR/DSROtWLFDPXQLFLSDOGHORVJR-
ELHUQRVGH(O6DOYDGRUKDFLD´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOFRPSPoder,
DFWRUHVVRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O6DOYDGRU2. San Salvador. Secretaría de
&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDSS
&RQYLHQHUHFRUGDUTXHFRPRHQODFRORQLDSHVRWHQtDUHDOHV9HU&DStWXOR
3UREDEOHPHQWHDWDUHDVSRUPDQ]DQD
$*1)-&6DQWD$QDQž\6DQWD$QDQž6REUHORVWHPSUDQRVHP-
SUHVDULRVDJUDULRVHQ*XDWHPDODYHU-XOLR&DVWHOODQRV&DPEUDQHV³/RVHPSUHVDULRV
agrarios modernos y el Estado en Guatemala”. Mesoamerica'LFLHPEUH
pp. 243-291.
3UREDEOHPHQWHFDGDPHGLGDHUDXQDOPXGTXHHTXLYDOtDDGHIDQHJD
6REUHSUHFLRVGHEHQH¿FLRGHFDIpSRUTXLQWDOYHU&DStWXOR(QHOSUHFLRGHO
EHQH¿FLRDYDSRUGHFDIpODYDGRHUDGHDFWVHQWUHDOJRPiVGHGRV\FXDWUR
UHDOHVSRUTXLQWDODiario«GHIHEUHURGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 379

$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
(QODDFWXDOLGDGHO&DVLQR6DQWDQHFRIXQGDGRHQHOVLJOR;,;FRQVHUYDXQDSODFD
con el nombre de sus fundadores entre los que se encuentra el de Emilio Belismelis.
$*1)RQGR-XGLFLDO6RQVRQDWH&LYLOHVQž
(Q=HSHGDYHFLQRGH-XD\~DHUD&DSLWiQHIHFWLYRGHODV0LOLFLDVGHOD5HS~-
blica pero poco después ya constaba como Teniente Coronel del Ejército. Muestra
cómo se ascendía y al mismo tiempo cómo se iba constituyendo el Ejército formal de
OD5HS~EOLFD
/DUtQREWXYRHOWUDVSDVRVyORSDUDORVSXHEORVGH1DKXL]DOFR,]DOFRDWLWiQ-XD\~D
0DVDKXDW\6WR'RPLQJRFRPSURPHWLpQGRVHDSDJDUD0DWKp\*RQ]iOH]SV
DODxRHQPRQHGDEXHQD\DGPLVLEOHHQOD$GPLQLVWUDFLyQGH5HQWDVORTXHHUDXQD
cifra realmente alta e implica un consumo igualmente altísimo. Interesan algunas de
ODVFRQGLFLRQHVDODVTXHVHFRPSURPHWtD/DUtQFRPRTXHGHEtDSURGXFLUDJXDUGLHQWH
³GHEXHQDFDOLGDG´\GHžTXHGHEtDFRPSURPHWHUVHDHYLWDUHOFRQWUDEDQGR\TXH
GHELHQGRWHQHUVX¿FLHQWHDJXDUGLHQWHSDUDODGHPDQGDGHGLFKRVSXHEORVHQFDVRGH
QHFHVLGDGVHFRPSURPHWtDDDFXGLUDORVGHSyVLWRVGH0DWKp\*RQ]iOH]TXHOHYHQ-
derían a razón de ½ real la botella de aguardiente blanco y de 1 real el compuesto de
anís y culantro. No se conoce qué fue de la empresa Mathé y González en la década
de 1870.
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž

Capítulo 5

 &DUORV 0DULFKDO Historia de la deuda externa de América Latina. Madrid. Alianza.

'HOFRPLHQ]RGHHVWHSURFHVRQDFLyHQYDULRVSDtVHVHQWUHHOORV(O6DOYDGRUOD
OODPDGD³GHXGDLQJOHVD´5DIDHO0HQMtYDU\5DIDHO*XLGRV³3UyORJR´D-RKQ%DLO\HW
al. El Salvador de 1840 a 1935 estudiado y analizado por los extranjeros6DQ6DOYDGRU
8&$(GV6REUHJXHUUDV\+DFLHQGD0LJXHOÈQJHO&HQWHQR³:DUDQG7D[DWLRQ
LQ1LQHWHHQWK&HQWXU\/DWLQ$PHULFD´The American Journal of Sociology9RO
1R0D\SS
5REHUW66PLWK³)LQDQFLQJWKH&HQWUDO$PHULFDQ)HGHUDWLRQ´HQThe His-
panic American Historical Review9ROQR1RYSS
Gaceta del Salvador en la República de Centro-América HQDGHODQWHGaceta«GH
PD\RGH9HUFRPRDQWHFHGHQWHV+HUUHUD0HQD6DMLG$OIUHGR³)LVFDOLGDGHVWDQ-
FRV\IHGHUDFLyQORVWHUPyPHWURVGHODIRUWDOH]DJXEHUQDPHQWDOHQ(O6DOYDGRU
´HQ$$99Los estancos, las prácticas monopólicas y las rentas del Estado en
El Salvador6DQ6DOYDGRU&21&8/785$33
5REHUW66PLWK³)LQDQFLQJWKH&HQWUDO$PHULFDQ«´
5REHUW66PLWK³)LQDQFLQJWKH&HQWUDO$PHULFDQ«´
Gaceta«GHPDU]RGH
6REUHGHXGDLQWHUQDYHU³&XDGURGHPRVWUDWLYRGHERQRVHPLWLGRV«´HQGaceta«
de enero de 1850.
380 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

5REHUW66PLWK³)LQDQFLQJWKH&HQWUDO$PHULFDQ«´9HUWDPELHQ-XDQ&DUORV*DUDYD-
glia. “La apoteosis del Leviatán: el estado en Buenos Aires durante la primera mitad del
;,;´HQLatin American Research ReviewYROQžSS
6REUHODWUDQVLFLyQGHOSHUtRGRFRORQLDODOUHSXEOLFDQRYHU&DUORV0DULFKDODe colonia a
nación. Impuestos y política en México, 1750-18600p[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR
+pFWRU/LQGR)XHQWHVGHVWDFDODLPSRUWDQFLDGHOFRPHUFLRWHUUHVWUHD+RQGXUDVSDUD
salir al Atlántico en La economía…. Ver las administraciones de rentas en Gaceta«
4 de febrero de1848.
/DUHODFLyQHQWUHDPERVHVSDFLRVGHOD+DFLHQGDGHO(VWDGRKDVLGRSODQWHDGDHQ$QWR-
QLR$FRVWD\-XOLD)ORUHV³0XQLFLSLR\(VWDGR/DSROtWLFDPXQLFLSDOGHORVJRELHUQRV
GH(O6DOYDGRUKDFLD´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOFRPSPoder, actores
VRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O6DOYDGRU2. San Salvador. Secretaría de Cultura
GHOD3UHVLGHQFLDSS
9HUSRUHMHPSORORVLQJUHVRV GHOD&RQWDGXUtD 0D\RU HQ  HQ Gaceta«  GH
enero de 1853.
$XQTXHFRQLUUHJXODULGDGSRUODIDOWDGHUHJXODULGDGHQODVDGPLQLVWUDFLRQHVORFDOHV
\ORVSUREOHPDVGHODVFRPXQLFDFLRQHVOD&RQWDGXUtD0XQLFLSDOIXQFLRQDEDGHVGHOD
GpFDGDGHJORVDQGRODFRQWDELOLGDGGHORVPXQLFLSLRV
Gaceta«GHPDU]RGH
(VWHSURFHVRIXHFRP~QDWRGD$PpULFD/DWLQD6REUHHOOR\GXUDQWHODSULPHUDPLWDG
GHOVLJOR;,;GLULJHXQSUR\HFWRGHLQYHVWLJDFLyQ-XDQ&DUORV*DUDYDJOLD3DUDHOFDVR
FRQFUHWRGHO5tRGHOD3ODWDYHU-XDQ&DUORV*DUDYDJOLD³/DDSRWHyVLVGHO/HYLDWiQ«´
6REUHOD7HVRUHUtDGHODDGXDQDGH/D8QLyQ\VXUHODFLyQFRQOD7HVRUHUtDFHQWUDOSDUD
YHUGaceta«GHQRYLHPEUHGH
9HUGDWRVVREUHOD$GPLQLVWUDFLyQGHO5DPRGHO7DMRHQDJRVWRGHHQGaceta«
17 de septiembre de 1852.
Gaceta«DEULO
9HUHOQXHYR5HJODPHQWRGHO$JXDUGLHQWHHQ%ROHWtQ2¿FLDOHQDGHODQWHBoletín«
GHHQHURGH,QWHUHVDWDPELpQHOHGLWRULDO³(OPRQRSROLRGHODJXDUGLHQWH´HQ
el mismo número.
Gaceta«GHHQHURGH&RQYHQGUtDGLVSRQHUGHXQHVWXGLRVREUHHVWHLPSRU-
WDQWHUDPRGHOD+DFLHQGDDVtFRPRVREUHVXFRQVXPR
(QODHVWUHFKDUHODFLyQHQWUHODVKDFLHQGDVORFDOHV\ODFHQWUDOHQHOMRYHQ\DPEL-
FLRVR7HRGRUR0RUHQRJREHUQDGRUHQWRQFHVGHO'HSDUWDPHQWRGH6RQVRQDWHGHFLGLy
FUHDU GRV FiWHGUDV GH ODWLQLGDG \ ¿ORVRItD HQ OD FDSLWDO GHO 'HSDUWDPHQWR \ SLGLy DO
PLQLVWURGH+DFLHQGDTXHSDJDUDHODOTXLOHUGHOORFDOXQRVSVPHQVXDOHVFRQFDUJR
DO³IRQGRGHLQVWUXFFLyQS~EOLFDGHDTXHOGLVWULWR´SUREDEOHPHQWHORVUHFXUVRVGHODDG-
PLQLVWUDFLyQGHUHQWDVGHO'HSDUWDPHQWR/DSHWLFLyQUHÀHMDEDXQDIDOWDGHDXWRQRPtD
política y una clara centralización hacendística.
'LVFXUVRGHFODXVXUDGHVHVLRQHVGaceta«GHPDU]RGH
,QJUHVRVTXHGHEHQWHQHUODVDGPLQLVWUDFLRQHVGHDOFDEDODVGHO(VWDGRSRUHOSURGXFWR
del ramo de tabaco… Gaceta«GHHQHURGH
(QORVGHUHFKRVGHLPSRUWDFLyQVHKDQLQFOXLGRORVGLYHUVRVGHUHFKRVTXHJHQHUDEDHO
WUi¿FRPHUFDQWLO
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 381

Gaceta«GHIHEUHURGH
 (Q  HO SRUFHQWDMH GH DxLO VREUH HO WRWDO GH ODV H[SRUWDFLRQHV SRU /D 8QLyQ HQ
WpUPLQRVGHYDORUIXHGH\HQDOJXQRVDxRVSRVWHULRUHVVXSHUyHVWDFLIUD9HU
Gaceta«GHRFWXEUHGH
9LFWRU%XOPHU7KRPDVThe Economic History of Latin America since Independence.
&DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHUVLW\3UHVV, p. 65.
Gaceta«GHPD\RGH
Gaceta«GHPD\RGH
Gaceta«GHMXQLRGH
9HUIDFXOWDGHVSDFLDOFRQFHGLGDSRUOD$VDPEOHD/HJLVODWLYDDOJRELHUQRSDUDTXHSUR-
cediera a esta medida. Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHIHEUHURGH\GHPDU]RGH
³5LTXH]D3~EOLFD´Gaceta«GHDEULOGH
³0RQHGD\FKDSXOtQ´Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHQRYLHPEUHGH
Gaceta«GHDEULO\GHPD\RGH
'HFUHWRGHGHPDU]RGHHQGaceta«GHPDU]RGH(QGaceta«
GHPD\RGHVHSXEOLFDURQORVPLHPEURVGHOD-XQWDQRPEUDGRVSRUHOJRELHUQR
entre los que estaban Francisco Gavidia como vocal y Cruz Ulloa como secretario. El
DFWDGHODSULPHUDVHVLyQGHOD-XQWDHQGaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHHQHURGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
(O'HFUHWRHUDGHGHIHEUHURGH
³8QVDFRVLQIRQGR´HQGaceta«GHVHSWLHPEUHGH
&DUWDGH/XLV0ROLQDD,JQDFLR*yPH]Gaceta«GHPD\RGH
Gaceta«GHPD\RGH
Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
Gaceta«GHMXQLRGH
Gaceta«GHDEULOGH
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
/D0HPRULDHVWDED¿UPDGDSRUHOPLQLVWURJHQHUDO7ULQLGDG&DEDxDVTXLHQKDEtDDVX-
PLGRHOSXHVWRWUDVODPXHUWHGHVXWLWXODU&D\HWDQR%RVTXHTXHPXULyHQ6DQ0LJXHO
382 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

HQQRYLHPEUHGH&DEDxDVGLPLWLyGHOFDUJRHQHQHURGHHQSOHQDFULVLV
de la presidencia de Luis Santín. Ver Gaceta«GHHQHURGH/D0HPRULDVH
encuentra en Gaceta«GHIHEUHURGH
(VWDD¿UPDFLyQHVYiOLGDSDUDODLQIRUPDFLyQGLVSRQLEOHHQODDFWXDOLGDG
(UDOD&RPSDxtDGH3DQDPiGaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHHQHURGH\GHIHEUHURGH
Gaceta«GHMXOLRGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHPDU]RGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHIHEUHURGH
Gaceta«GHDEULOGH0iVGHYHLQWHDxRVDWUiVXQ6U0DKHOLQFyQVXOJHQHUDO
GH)UDQFLDHQ&HQWURDPpULFDKDEtDFXOWLYDGRPRUHUDV\SURGXFLGRVHGDORTXHDGLIH-
UHQFLDGH(XURSDVHSRGtDFRQVHJXLUGHIRUPDFRQWLQXDHQHODxR
Gaceta«GHDJRVWRGH
Gaceta«GHRFWXEUHGH
0HPRULDGH+DFLHQGDGH
9HU0HPRULDVGH+DFLHQGDGH\
Gaceta«GHHQHURGH
El ConstitucionalGHGLFLHPEUHGH
El ConstitucionalGHHQHURGH
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHPDU]RGH
El ConstitucionalGHPDU]RGH
El ConstitucionalGHPDU]RGH\Leyes de 1870. AGN- sin catalogar
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
El ConstitucionalGHDEULOGH
(QUHODFLyQFRQOD-XQWDYHUEl ConstitucionalGHMXOLRGHVHSWLHPEUH\GH
noviembre de 1864; y 12 de enero y 27 de febrero de 1865.
El ConstitucionalGHIHEUHURGH
3UHVXSXHVWRVGHO(VWDGRGH\HQ/LEURVGH/H\HVGHORVUHVSHFWLYRVDxRV
AGN-sin catalogar.
9HU0DQL¿HVWRGH$QGUpV9DOOHDiario«GHPDU]RGH
0HPRULDGH+DFLHQGDGH
Boletín«GHQRYLHPEUHGH
0HPRULDGH+DFLHQGDGH6REUHSUREOHPDVGHWHQHGRUHVGHELOOHWHV\GL¿FXOWDGHV
HQVXUHODFLyQFRQODDGPLQLVWUDFLyQGHO5DPRGH$JXDUGLHQWHYHUBoletín«GH
octubre de 1872.
(OGHDEULOGHVHOHVKDEtDYXHOWRGHUHFRQRFHUHOLQWHUpVGHOORTXHSXHGH
VLJQL¿FDU TXH HQ DOJ~Q PRPHQWR OR KDEtDQ SHUGLGR GHVSXpV GH TXH VH OR DVLJQDVH
Dueñas en 1865.
Boletín«GHDEULOGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 383

Capítulo 6

+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía La economía de El Salvador en el siglo XIX. San

6DOYDGRU&21&8/785$8QDRSLQLyQUHWUDVDQGRODUHOHYDQFLDGHOFDIpKDVWDHO
VLJOR;;HQ(YHUHWW$ODQ:LOVRQLa crisis de la integración nacional en El Salvador,
1919-19356DQ6DOYDGRU&21&8/785$$OJXQDVOtQHDVFODYHVREUHODHYR-
lución del país en Carlos Gregorio López Bernal. “De Intendencia a Estado nacional:
XQEDODQFHGHODKLVWRULDSROtWLFDVDOYDGRUHxD´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]
%HUQDOFRPS3RGHUDFWRUHVVRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O6DOYDGRU2. San
6DOYDGRU6HFUHWDUtDGH&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDSS
/RVFiOFXORVVRQSURSLRV+pFWRU/LQGR)XHQWHVUHDOL]yFiOFXORVVROROLJHUDPHQWHGLIH-
rentes a partir de la misma fuente en La economía de El Salvador«S
$YHFHVODDSRORJtDGHOOLEHUDOLVPR\HQFRQFUHWRHOGH=DOGtYDUKDOOHYDGRDDOJ~QDXWRUD
XWLOL]DUDVXIDYRUWUDEDMRVTXHDUJXPHQWDURQHQFRQWUDFRPRSRUHMHPSORHOGH$OGR/DX-
ria-Santiago que cuestionó la relevancia del café y el de quien esto suscribe que criticó la
solidez de la Hacienda pública. Ver Gabriel Ernesto Escolán. “1883. Expansión política y
FRQWUROVLOHQFLRVR/DIRUPDFLyQGHOD³VXSUHPDLQVSHFFLyQ´HQHOUpJLPHQGH=DOGtYDU´
en Identidades. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades$xRQžS
'LDULR2¿FLDOHQDGHODQWHDiario«GHPD\RGH
(VWHFDPELRWHQtDOXJDUHQORVLQLFLRVGHODFULVLVHFRQyPLFDLQWHUQDFLRQDOGHTXH
tendría sus efectos sobre El Salvador. Ver Carlos Marichal. A Century of Debt Crisis
in Latin America. From Independence to the Great Depression, 1820-19303ULQFHWRQ
3ULQFHWRQ8QLYHUVLW\3UHVV
7RGDYtDHQKDEtDHQOD&iPDUDGH6HQDGRUHVVHQGDVFDXVDVFULPLQDOHVFRQWUD6DQ-
tiago González y contra Andrés Valle. Diario«GHHQHURGH6REUHODJXHUUD
\ODFRQVWUXFFLyQGHO(VWDGRHQ$PpULFD/DWLQD&DPHURQ*7KLHV³:DU5LYDOU\DQG
6WDWH%XLOGLQJLQ/DWLQ$PHULFD´HQAmerican Journal of Political Science9ROQž
-XOSS
0DQL¿HVWRGH$QGUpV9DOOH«DVXVFRQFLXGDGDQRVDiario…, 11 de marzo de 1876.
/yJLFDPHQWH=DOGtYDUQHJyTXHVXSUHVLGHQFLDKXELHVHVLGRLPSXHVWD9HU0DQL¿HVWRGH
5DIDHO=DOGtYDUGaceta«GHPD\RGH7DPELpQHQODV0HPRULDVGHO0LQLVWHULR
GH+DFLHQGDGH\GHVHPHQFLRQDQDOWHUDFLRQHVHQ$KXDFKDSiQHQODVTXH
HVWXYRLQYROXFUDGR)UDQFLVFR0HQpQGH]6REUHVXDFWXDFLyQYHU5DIDHO5H\HVNocio-
nes de Historia de El Salvador%DUFHORQD7DOOHUHV*Ui¿FRVGH-RVp&DVDPDMy
(QHUDWHQHGRUGHERQRVGHODGHXGDS~EOLFDQDFLRQDO\SDUWLFLSyHQODFUHDFLyQGH
la empresa del ferrocarril Sonsonate-Santa Ana.
%LRJUDItDGH-DFLQWR&DVWHOODQRV5LYDVSRU,UPD/LQGR)XHQWHVGHMXOLRGH
http://www.oocities.org/es/hugolindosv/index.html
Diario…, 1 de enero de 1879.
%ROHWtQ2¿FLDOHQDGHODQWHBoletín«GHDJRVWR\GHVHSWLHPEUHGH
9HUORVLPSRUWDQWHVFUpGLWRVTXHWHQtDFRQFHGLGRVDDOJXQRVFDIHWDOHURVHQ&DStWXOR
6REUH%DUULRVYHU-RUJH/XMiQ0XxR]Breve historia contemporánea de Guatemala.
*XDWHPDOD)RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFDSS\VV-RVp6DQWDFUX]1RULHJD
384 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

%DUULRVHO3DFL¿FDGRU*RELHUQRGHO*HQHUDO-5X¿QR%DUULRV. Guatemala.

,PS'HOJDGR\%DUULRV'LFWDGRU*RELHUQRGHO*HQHUDO-XVWR5X¿QR%DUULRV
(1876-79)*XDWHPDOD7LSRJUDItD1DFLRQDO
(QUHODFLyQFRQHVWHDVSHFWRKD\TXHUHFRUGDUTXHODYLROHQFLDVRFLDOQRIXHLQVWDXUDGD
SRU =DOGtYDU VLQR TXH SURFHGtD GH OD FRORQLD \ VH UHSURGXMR HQ WRGRV ORV JRELHUQRV
UHSXEOLFDQRV<HQFXDQWRDODYLROHQFLDGH(VWDGRSDUHFHTXH=DOGtYDUODDSOLFyDO
menos en el caso de los participantes en el intento de golpe de estado de 1883. Sin
SUHWHQGHUHQDEVROXWRMXVWL¿FDUQLUHLYLQGLFDUOD¿JXUDGH=DOGtYDUFRQYLHQHUHFRUGDU
que en la actualidad gobiernos de algunas potencias mundiales utilizan comportamien-
WRVVHPHMDQWHVDORVTXHHPSOHy=DOGtYDUVLQTXHQDGLHFDOL¿TXHDVXVSUHVLGHQWHVGH
WLUDQRVFUXHOHV9HU3DWULFLD$OYDUHQJDCultura y ética de la violencia. El Salvador,
1880-19326DQ-RVp('8&$
$SHQDVH[LVWHXQHVWXGLRHQSURIXQGLGDGVREUHODGHFLVLYDHWDSDGHJRELHUQRGH=DOGt-
YDU(VVLJQL¿FDWLYRTXHXQWUDEDMRFRPRHOGH+/LQGR)XHUWHVLa economía«SDVH
FDVLGHSXQWLOODVSRUORVDxRVGHODSUHVLGHQFLDGH5=DOGtYDU6LQHPEDUJRHVMXVWR
GHVWDFDUODLQLFLDWLYDGHOD6HFUHWDUtDGH&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFDGH
(O6DOYDGRUGHGLFDQGRXQQ~PHURPRQRJUi¿FRGHODUHYLVWDIdentidadesDOD¿JXUD\
ODpSRFDGH5=DOGtYDU
9HUSRUHMHPSOR&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOTradiciones inventadas y discursos
nacionalistas: El imaginario nacional de la época liberal en El Salvador, 1876-1932.
6DQ6DOYDGRU8QLYHUVLGDGGH(O6DOYDGRU
9HUVXLQYHQWDULRGHELHQHVHQHQ&DStWXORFRQRFDVLyQGHQRPEUDUD(PLOLR
Belismelis curador de sus hijos.
(QDEULOGH)DELR0RUiQHUDJREHUQDGRUGHO³QXHYR'HSDUWDPHQWR´GH$KXD-
chapán. Había sido nombrado por Francisco Dueñas. Es altamente probable que ya
HQWRQFHVFRQRFLHUDDTXLHQDxRVGHVSXpVVHUtDVXVXFHVRUHQHOFDUJR)UDQFLVFR0H-
QpQGH]FRQTXLHQFRPSDUWLUtDDFWLYLGDGHVHQHOIXWXUR9HUEl ConstitucionalGH
abril de 1869. Un miembro de la familia Morán formó parte de la Asamblea Legislativa
HQ6REUHODPLQRUtDGRPLQDQWHHQ$KXDFKDSiQYHU-RVp5D\PXQGR&DOGHUyQ
0RUiQ ³eOLWH H LGHQWLGDG FULROOD HQ$KXDFKDSiQ VLJOR ;,;´ HQ 0HPRULD 3ULPHU
encuentro de Historia de El Salvador. Universidad de El Salvador. 2003. pp. 141-145.
(QJHQHUDOYHUFRPHQWDULRVVREUHORVPLQLVWURVHQDiario«GHPD\RGH
6REUHLQWHQWRVGHGHUURFDPLHQWRGH=DOGtYDUYHUQRWDV\
3DUHFHSUHFLVRSRQHUpQIDVLVHQHOHQIRTXHUHJLRQDODOWUDWDUORVSUREOHPDVGHOSDtV
SRUTXHQRVLHPSUHKDVLGRFRQVLGHUDGRVX¿FLHQWHPHQWHSRUODKLVWRULRJUDItD
 6REUH 0DQXHO *DOODUGR YHU Historia del Órgano Legislativo de la República de El
Salvador. 1824-20067RPR,6DQ6DOYDGRU,PS$OEDFURPHWRPR
,\0LJXHOÈQJHO*DOODUGRUHFRSPapeles históricos6DQWD7HFOD&ROHJLR6DQWD
&HFLOLDYRO
(QRFWXEUHGH3HGUR0HOpQGH]DFWXDED\DFRPRUHVSRQVDEOHGH+DFLHQGDDia-
rio«GHRFWXEUHGH
&RPR$OFDOGHGH6RQVRQDWH'DQLHO$QJXORYHQGLyXQUHORMDOD0XQLFLSDOLGDGTXHSD-
reció caro al vecindario. Actas municipales de Sonsonate de 1879. Archivo Municipal
de Sonsonate.
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 385

6DOYDGRU*DOOHJRVVHFDVyFRQXQDKLMDGHOHPSUHVDULR-RVp5RVDOHVDFWXDQGRFRPR
SDGULQRGHERGDHOSUHVLGHQWH5DIDHO=DOGtYDUDiario«HQHUR0iVWDUGHVHUtD
GHIHQVRUGH=DOGtYDUHQODSHUVHFXFLyQDODTXHIXHVRPHWLGRSRU)UDQFLVFR0HQpQGH]
YHU3DWULFLD$OYDUHQJDCultura y ética de la violencia. El Salvador, 1880-1932. San
-RVp('8&$
Diario…GHPD\RGH
(OQRPEUDPLHQWRGH)UDQFLVFR0HQpQGH]FRPR*REHUQDGRUGH$KXDFKDSiQHQDia-
rio«GHRFWXEUHGH
0HPRULDGHOD6HFUHWDUtDGH(VWDGRGHORV5DPRVGH+DFLHQGD\*XHUUD
 5REHUW * :LOOLDPV States, and Social Evolution. Coffee and the Rise of National
Governments in Central America&KDSHO+LOO7KH8QLYHUVLW\RI1RUWK&DUROLQD3UHVV
'HO¿P1HWWRO Problema do Café no Brasil5LRGH-DQHLUR)XQGDoDR*HWXOLR
9DUJDV0LQLVWHULRGH$JULFXOWXUD0DUFR3DODFLRVEl café en Colombia, 1850-
19700p[LFR%RJRWi(O&ROHJLRGH0p[LFR(OÈQFRUD(GV>HG@
6REUHODHVWUXFWXUDWULEXWDULDGHOD+DFLHQGDHQHVWRVDxRVYHU&DStWXOR
 &DUORV 0DULFKDO 1XHYD KLVWRULD GH ODV JUDQGHV FULVLV ¿QDQFLHUDV 8QD SHUVSHFWLYD
global, 1873-2008%DUFHORQD(G6XGDPHULFDQD
(OSHU¿OSHUVRQDOGHOSUHVLGHQWH=DOGtYDUWDPELpQLQFRUSRUyDOJXQRVHOHPHQWRVHVSH-
Ft¿FRVDVXSURJUDPDSROtWLFRFX\RUHVXOWDGRHQVXPDLPSOLFyDOJXQDVQRYHGDGHVGH
LPSRUWDQFLD(QXQVHQWLGRYHUSRUHMHPSOR-RUJH*XVWDYR$UDXMR/R]DQRLa Iglesia
católica salvadoreña y la laicización de la educación en 1881: ¿un proyecto liberal
frente a una respuesta ultramontana?. Tesis de Grado. Universidad Centroamericana
³-RVp6LPHyQ&DxDV´
5REHUWR0ROLQD\0RUDOHV³/LFHQFLDGR'RQ5DIDHO=DOGtYDU´(Q0DUtD/HLVWHQVFK-
neider. Dr. Rafael Zaldívar. Recopilación de documentos históricos relativos a su Ad-
ministración6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQSS5LFDUGR5RTXH
%DOGRYLQRV³/DIRUPDFLyQGHOHVSDFLROLWHUDULRHQ(O6DOYDGRUHQHOVLJOR;,;´Istmo.
Revista virtual de estudios literarios y culturales centroamericanos. No.3 enero - junio
(VUHOHYDQWHDTXtUHFRUGDUODYLQFXODFLyQGH=DOGtYDUDODPDVRQHUtD6REUHOD
FXHVWLyQYHU)UDQFLVFR3RQWH'RPtQJXH]Historia de la masonería salvadoreña. Son-
VRQDWH([FHOVLRU<HVSHFt¿FDPHQWHSDUDHVWRVDxRV5REHUWR$UPDQGR9DOGpV
9DOOH³/D0DVRQHUtD\HO*RELHUQRGH5DIDHO=DOGtYDU´HQhttp://www.
afehc-historia FHQWURDPHULFDQDRUJ"DFWLRQ ¿BDII LG  \ ³2ULJHQ PLHPEURV \
SULPHUDV DFFLRQHV GH OD PDVRQHUtD HQ (O 6DOYDGRU ´ HQ Revista de Es-
tudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña9ROQžPD\R
noviembre 2009. pp. 156-171.
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWH5=DOGtYDUDO&XHUSR/HJLVODWLYRHQHURDiario…, 16
de enero de 1878.
6REUHHOVHQWLGRGHSURJUHVR\ODKLVWRULDFHQWURDPHULFDQDHQHVWRVDxRVYHUXQFRPHQ-
WDULR³QRR¿FLDO´HQDiario…, 21 de marzo de 1878.
5DIDHO5H\HVNociones de historia de El Salvador%DUFHORQD7DOOHUHV*Ui¿FRVGH
-RVp&DVDPDMyS)UDQFLVFR0HQpQGH]KDEtDOXFKDGRGHIRUPDGHVWDFDGD
para repeler la intervención de las tropas guatemaltecas y posiblemente no veía con
VLPSDWtDD=DOGtYDUFRPRSUHVLGHQWHLPSXHVWRSRU-XVWR5X¿QR%DUULRV
386 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

0HQVDMHGHO3UHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDDO&RQJUHVR1DFLRQDO\UHVSXHVWDGHVX3UHVL-
dente. Diario…, 8 de enero de 1876.
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFD\%HQH¿FHQFLDDiario…, 16 de marzo
de 1881.
&XDGURGHHVFXHODVSULPDULDVHQOD5HS~EOLFDGH(O6DOYDGRUDiario…, 7 de abril de
$SHVDUGHOLPSXOVRTXHSDUHFHKDEHUGDGR=DOGtYDUDODLQVWUXFFLyQS~EOLFDDO-
J~QDXWRUSRVWHULRUORQHJDEDHQIiWLFDPHQWHSDUDSRGHUGHVWDFDUOD¿JXUDGHOVLJXLHQWH
SUHVLGHQWH)UDQFLVFR0HQpQGH]9HU-RVp)ORUHV)LJHDFRecordatorio histórico de la
República de El Salvador6DQ6DOYDGRU7DOOHUHV*Ui¿FRV&LVQHURVVI>"@
/DVFLWDVVRQGH6DQWLDJR*RQ]iOH]\GH5DIDHO=DOGtYDUUHVSHFWLYDPHQWH
6XHOGRVGHGLUHFWRUHVGHHVFXHODVUXUDOHVHQHO'HSDUWDPHQWRGH/D3D]Diario«GH
IHEUHURGH(OSUHFLRGHODVHQWUDGDVGHWHDWUR(Q6RQVRQDWHHQGaceta«GH
PDU]RGH/DVGHO7HDWUR1DFLRQDOHQDiario«GHDEULOGH
Diario…,GHHQHURGH-XQWRDODLQVWUXFFLyQS~EOLFD=DOGtYDUOyJLFDPHQWH
proclamaba la defensa de la libertad de prensa.
 %DVWH UHFRUGDU OD OHJLVODFLyQ VREUH MRUQDOHURV R HO WUDWDPLHQWR OHJLVODWLYRDO FUpGLWR
agrario a campesinos o pequeños productores conocido como habilitaciones. En las
~OWLPDVGpFDGDVKDVXUJLGRFRQp[LWRXQDFRUULHQWHKLVWRULRJUi¿FDTXHLGHQWL¿FDGDFRQ
ODVVXSXHVWDVERQGDGHVGHODGHPRFUDFLDEXUJXHVDKDWUDWDGRGHUHVFDWDUORVRUtJHQHV
GHFRQFHSWRVFRPR³FLXGDGDQR´³FLXGDGDQtD´³QDFLyQ´\RWURVHQ$PpULFD/DWLQD
y sus efectos en la creación de las modernas naciones. No es este el lugar para debatir
HOSUREOHPDSHURVtHOGHH[SUHVDUXQDSRVLFLyQFUtWLFD±\PDWL]DGDSRUSDtVHV±FRQ
ORVSODQWHDPLHQWRVJHQHUDOHVGHOPLVPRTXHVHEDVDQPiVHQFULWHULRVMXUtGLFRVTXH
en análisis sociales y económicos de las poblaciones latinoamericanas sobre todo en el
VLJOR;,;6REUHHOHFFLRQHVHQ&HQWURDPpULFDYHU;LRPDUD$YHQGDxRHGHistoria
electoral de Centroamérica. Elecciones, organizaciones políticas y ciudadanía (siglos
XIX-XX)0DQDJXD*UXSR/HD
/D¿QDQFLDFLyQGHODLQVWUXFFLyQS~EOLFDQRFRUUtDH[FOXVLYDPHQWHDFDUJRGHOJRELHUQR
FHQWUDO(QDOJXQDPHGLGD\VHJ~QODVSRVLELOLGDGHVGHFDGDXQRORVPXQLFLSLRVFROD-
boraban en dicha cobertura.
(OWHPDHVWUDWDGRWDPELpQSRU3DWULFLD$OYDUHQJDHQCultura y ética de la violencia…
Diario«GHHQHURGH
)RUPySDUWHGXUDQWHDxRV9HUSRUHMHPSORDiario«GHPD\RGH
Diario«\GHIHEUHURGH
Diario«GHHQHURGH
3DUDFRPSUHQGHUODVGLVWDQFLDVGHGLYHUVRWLSRLQFOXLGRHOFXOWXUDOTXHVHSDUDEDQD
las poblaciones rurales de las minorías que controlaban el gobierno ver Antonio Acosta
\-XOLD)ORUHV³0XQLFLSLR\(VWDGR/DSROtWLFDPXQLFLSDOGHORVJRELHUQRVGH(O6DO-
YDGRUKDFLD´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOFRPSPoder, actores sociales
\ FRQÀLFWLYLGDG (O 6DOYDGRU 2. San Salvador. Secretaría de Cultura de la
3UHVLGHQFLDSS'HVGHRWURSXQWRGHYLVWDYHUWDPELpQ&DUORV*UH-
gorio López Bernal. “Las reformas liberales en El Salvador y sus implicaciones en el
SRGHUPXQLFLSDO´HQDiálogos. Revista electrónica de Historia. Número
especial. 2008.
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 387

Diario«GHHQHURGH
$QWRQLR$FRVWD\-XOLD)ORUHV³0XQLFLSLR\(VWDGR«´
Diario«GHPDU]RGH6REUHSULYDWL]DFLyQGHWLHUUDVYHU$OGR/DXULD6DQ-
WLDJR ³'LVFXUVR OLEHUDO SUiFWLFD FDPSHVLQD OD SULYDWL]DFLyQ GH WLHUUDV HQ OD UHJLyQ
GHOYROFiQGH6DQ9LFHQWH´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDOFRPSPoder, actores
VRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O6DOYDGRU6DQ6DOYDGRU6HFUHWDUtDGH&XOWXUD
GHOD3UHVLGHQFLDSSSS
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWH5=DOGtYDUDO&XHUSR/HJLVODWLYRDiario«HQHUR
Merece llamar la atención sobre la diferencia de consideración por parte de un ilustrado
\PDVyQFRPR=DOGtYDUFRQUHVSHFWRDOFRPSRUWDPLHQWR\ODH¿FLHQFLDGHODVDXWRUL-
GDGHVORFDOHVPiVFRPSUHQVLYD\WROHUDQWHTXHODTXHKDEtDQPDQWHQLGRXQRVDxRV
atrás otros presidentes.
9HUSRUHMHPSORHOFDVRGHOSUHVLGHQWH*HUDUGR%DUULRVHQ Gaceta…GHHQHURGH
,QWHUHVDGHVWDFDUHOPDQWHQLPLHQWRGHD\XGDVDOD,JOHVLDHVSHFt¿FDPHQWHHQORV
3UHVXSXHVWRVGHO(VWDGR
9HUQRWD
(OGH)UDQFLVFR0HQpQGH]HQ\HOGH)DELR0RUiQTXHDFDEDEDGHVHUPLQLVWUR
HQ$XQTXHHQODVHJXQGDKXERDOJ~QPXHUWR\KXLGRVD*XDWHPDODQLQJXQDGH
HOODVWXYRPXFKDWUDVFHQGHQFLD9HU5DIDHO5H\HVNociones de Historia…
Diario«GHIHEUHURGH
/RVSHUtRGRVFRQVWLWXFLRQDOHVKDEtDQVLGRWUDQVIRUPDGRVGHGRVDFXDWURDxRVHQOD
Constitución de 1872.
5REHUWR$UPDQGR9DOGpV9DOOH³/D0DVRQHUtD\HO*RELHUQR«´
(OSURFHVRKDVLGRHVWXGLDGRSRU3DWULFLD$OYDUHQJDHQCultura y ética de la violen-
cia… La fuente procede precisamente de uno de los cabecillas de la trama. Todavía
HQHOPLVPRDxRSDUHFHTXHVHSURGXMRRWUDFRQMXUDSDUDGHUURFDUD=DOGtYDU\
WRPDUHOSRGHU1RGLRUHVXOWDGR\VHSHUVLJXLyDORVFRQMXUDGRVHQHOODSHURQRKD\
más datos sobre ésta.
Diario«\GHMXQLRGH
Diario«GHRFWXEUHGH
 /D FRQYRFDWRULD SDUD OD HOHFFLyQ GH OD$VDPEOHD &RQVWLWX\HQWH VH SXEOLFy VHLV GtDV
GHVSXpVGHOUHJUHVRGH=DOGtYDUGH(XURSD9HUDiario«\GHRFWXEUHGH
respectivamente. Arthur Schopenhauer. Dialéctica erística o el arte de tener razón:
expuesta en 38 estratagemas0DGULG7URWWD
Diario«GHQRYLHPEUHGH
Diario«GHPD\RGH
9HU ORV SUHVXSXHVWRV GHO (VWDGR FRPR SRU HMHPSOR HO GH  HQ Diario…  GH
marzo de 1884.
 0HQVDMH GHO SUHVLGHQWH 5DIDHO =DOGtYDU D OD$VDPEOHD /HJLVODWLYD Diario«  GH
enero de 1884.
(VWDUHDOLGDGIXHFXHVWLRQDGDSRU$OGR/DXULD6DQWLDJRUna república…
6REUHVXEYHQFLyQDODH[SRUWDFLyQGHORVSURGXFWRVGHODFDxDYHUDiario«GH
PDU]RGH(OSURPRWRUGHGLFKDPHGLGDIXHHOVHQDGRU'DUtR0D]DULHJRDJULFXO-
tor y de quien se tratará más adelante.
388 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

/DH[SUHVLyQ³RQHURVDVFRQWUDWDV´VHXWLOL]ySDUDUHIHULUVHWDQWRDODVTXHWHQtDQFRPR
REMHWLYR REUDV GH LQIUDHVWUXFWXUD FRPR D ODV TXH VH ¿UPDEDQ FRQ SUHVWDPLVWDV GHO
Estado.
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHIHEUHURGH/DIHFKDGHOHVFULWRHUDGHOGHIHEUHUR
Diario«GHPDU]RGH(QHOGH6DQWD$QDWRGDYtDVHFRQVHUYDXQDSODFDFRQ
ORVPLHPEURVIXQGDGRUHVHQWUHORVFXDOHVVHHQFRQWUDED(PLOLR%HOLVPHOLV
5REHUWR$UPDQGR9DOGpV³/D0DVRQHUtD\HO*RELHUQR«´
9HUQRWD
Diario«GHPD\RGH
(UDXQHPSUpVWLWRGHOHVWLORGHORVTXH\DVHKDEtDQDSUREDGRHQVLWXDFLRQHVVLPLODUHV
DQWHULRUPHQWHTXHQRWHQtDQFDUiFWHUYROXQWDULRSHVHDVXGHQRPLQDFLyQVLQRIRU]RVR
HQWUHFLXGDGDQRVGHFLHUWRQLYHOGHSDWULPRQLR\TXHVHSUDFWLFDEDQWDPELpQHQRWURV
países latinoamericanos. No se llegó a recaudar completo y pasado algún tiempo todavía
VHUHFODPDEDQFDQWLGDGHVQRUHFDXGDGDVHQ6DQ6DOYDGRU6DQWD$QD6RQVRQDWHHWF
Diario«GHDEULOGH
Diario«GHMXQLRGH
0DQL¿HVWRDVDOYDGRUHxRVDiario«GHMXQLRGH
0DXULFLRÈOYDUH]*HRIIUR\Rafael Álvarez Lalinde. Pionero de la industrialización
del café6DQ6DOYDGRU&XPEUHVGHO0ROLQRS
/DVXSUHVLyQGHOLPSXHVWRVREUHHOFDIpSRU³ODGHFDGHQFLDGHHVWHDUWtFXOR´HVGHFLU
SDUDD\XGDUDORVFDIHWDOHURVHQDiario«GHHQHURGH6REUHHOHVWDEOHFLPLHQ-
WRGHXQUHDOSRUTXLQWDOGHFDIpH[SRUWDGRDiario«GHMXQLRGH
Diario«\GHMXQLRGH
/DFRQYRFDWRULDGHODFRQVWLWX\HQWHHQDiario«GHMXOLRGH/DUHVWULFFLyQ
de derechos en Diario«GHDJRVWRGH6REUHODQXHYDFRQVWLWXFLyQYHU-XOLR
Alberto Domínguez Sosa. *pQHVLV\VLJQL¿FDGRGHOD&RQVWLWXFLyQGH. San Sal-
YDGRU0LQLVWHULRGH&XOWXUD
0DUFHOR&DUPDJQDQLEstado y sociedad-RVp)ORUHV)LJHDFRecordatorio
histórico…
Diario«GHQRYLHPEUHGH6DMLG+HUUHUD³¢/LEHUDOHVFRQWUDFRQVHUYDGRUHV"
/DVIDFFLRQHVSROtWLFDVHQ(O6DOYDGRUGHOVLJOR;,;´;LRPDUD$YHQGDxRHGHis-
toria electoral de Centroamérica. Elecciones, organizaciones políticas y ciudadanía
(siglos XIX-XX)0DQDJXD*UXSR/HDSS
Diario…\GHMXOLR\GHDJRVWRGH
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWH3URYLVLRQDOGHOD5HS~EOLFDDOD$VDPEOHDDiario«GH
febrero de 1887.
Diario«\GHMXOLRGH9HUSRUHMHPSORHOGHEDWHVREUHODFRQWUDWDGHO
0HUFDGRGH6DQ6DOYDGRUHQ0DUtD/HLVWHQVFKQHLGHUUHFRSRecopilación de docu-
mentos históricos relativos a la administración del general Francisco Menéndez. San
Salvador, Ministerio de EducaciónS
5HIGH+DFLHQGD\¿QDQ]DV,QIRUPHVREUHGHVIDOFRV\FUtPHQHVFRPHWLGRVGXUDQWHOD
$GPLQLVWUDFLyQGHO'U5DIDHO=DOGtYDU0DUtD/HLVWHQVFKQHLGHUUHFRSRecopilación
de documentos 0HQpQGH]«SS\VV
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 389

Diario«GHMXOLRGHDJRVWR\GHVHSWLHPEUHGHDiario«GHRFWX-
bre de 1886.
Diario«GHMXOLRGH
Diario«GHMXOLRGH5HVSXHVWDVHQHOVHQWLGRLQGLFDGRODVUHPLWLHURQSRU
HMHPSOR-RVp00DUWtQH]DOJREHUQDGRUGH6DQ9LFHQWH6DQ6HEDVWLiQGHPD\R
GH$*1*RELHUQR69LFHQWH\5XGHFLQGR%RQLOODDOPLVPR6DQWD&ODUD
GHPDU]RGH$*1*RELHUQR69LFHQWH
Diario«GHDEULOGH
Diario«GHMXQLRGH
6X¿QFDHVPHQFLRQDGDHOODGRFXPHQWDFLyQGHOH[SHGLHQWHGHODFXUDGXUtDGHORVKLMRV
GHOJHQHUDO(VWDQLVODR3pUH]DIDYRUGH(PLOLR%HOLVPHOLV9HU$*1)-6DQWD$QD&L-
YLOHVQž(UDSRVLEOHPHQWHXQDVFHQGLHQWHGHODFRQRFLGDIDPLOLD0H]D$\DX
de fuerte tradición empresarial en Santa Ana
9HUODVUHODFLRQHVGHQDWXUDOH]DUHOLJLRVD\PDVyQLFDHQWUHSROtWLFRV\KRPEUHVGHHPSUHVD
HVWDEOHFLGDVSRU5REHUWR$UPDQGR9DOGpV9DOOHMasones, liberales y ultramontanos…
6REUH&UX]8OORDDiario«GHQRYLHPEUHGH
Diario«GHMXQLRGH
0HQVDMH«Diario«GHVHSWLHPEUHGH
/RVJHQHUDOHVHUDQ5HJLQR0RQWHUURVD$GiQ0RUD+LSyOLWR%HOORVR\&pVDU/ySH]
Diario«GHPD\RGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHDJRVWRGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH(OGHDJRVWRGHHOVLJXLHQWHDKDEHUDSUREDGR
HOGHFUHWRGHUHFOXWDPLHQWRREOLJDWRULRSDUDHOHMpUFLWRHOJRELHUQRDSUREyHOQXHYR
GHUHFKRPDUtWLPRGHFWVSRUTXLQWDOGHFDIpH[SRUWDGR$PEDVPHGLGDVHQDia-
rio«GHDJRVWRGH/DVGRVIXHURQXWLOL]DGDVSRU0HQpQGH]SDUDDPSOLDUHO
FRQMXQWRGHMXVWL¿FDFLRQHVSDUDGDUHOJROSHGHHVWDGR
Diario«GHMXQLRGH
3UHVXSXHVWRSDUDHO\0HPRULDGH+DFLHQGDGH
Diario«GHPDU]RGH3UR\HFWRSDUDUHVWDXUDUODOH\
3UR\HFWRGHOH\Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
/D'LUHFFLyQGH(VWDGtVWLFDOOHJRDUHDOL]DUWUDEDMRVVREUHHOYDORUGHORVELHQHVUDtFHV
9HUSRUHMHPSORDiario«GHPDU]RGH
9DORUGHODSURSLHGDGPXHEOHHLQPXHEOHGHODVSREODFLRQHVGHO'HSDUWDPHQWRGH/D
3D]Diario«GHPDU]RGH*XDWHPDODWHQtDXQLPSXHVWRGHOSRUPLOVREUH
la propiedad inmueble por estos años. Ver Antonio Acosta. “Haciendas comparadas.
8QDDSUR[LPDFLyQDODV+DFLHQGDV3~EOLFDVGH(O6DOYDGRU\*XDWHPDODD¿QHVGHO
;,;´HQ3LODU*DUFtD-RUGiQHGEl Estado en América Latina. Recursos e imagina-
rios, siglos XIX-XXI. %DUFHORQD8QLYHUVLWDWGH%DUFHORQDSS
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWH3URYLVLRQDOGHOD5HS~EOLFDDOD$VDPEOHDDiario«GH
febrero de 1887.
390 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

3DUDXQGHEDWHVREUHODFRPSHWHQFLDGHO(MHFXWLYRSDUDDSUREDUORVDUELWULRVPXQLFLSDOHV
HQOXJDUGHOD$VDPEOHDYHU³$UELWULRVPXQLFLSDOHV´HQDiario«GHDEULOGH
$QWRQLR$FRVWD³0XQLFLSLR(VWDGR\FULVLVHFRQyPLFD(O6DOYDGRU8QD
contribución al análisis desde las Haciendas municipales”. Revista de Indias0DGULG
&6,&  QR  SS  &DUORV *UHJRULR /ySH] %HUQDO ³/DV UHIRUPDV
OLEHUDOHVHQ(O6DOYDGRU\VXVLPSOLFDFLRQHVHQHOSRGHUPXQLFLSDO´HQ
Diálogos. Revista electrónica de Historia. Número especial. 2008.
De las innumerables solicitudes de ayuda presentadas por los municipios para compra
GHPDWHULDOSDUDXQDHVFXHODFRQWULEXLUDODFRQVWUXFFLyQGHXQFDELOGRRSDUDDGTXLULU
WXEHUtDSDUDLQWURGXFLUDJXDSRWDEOHHQWUHRWUDVQHFHVLGDGHVYHUDiario«\
17 de marzo de 1888.
$SHVDUGHHOORXQDLQVLVWHQFLDHQODLQGHSHQGHQFLDGHODVPXQLFLSDOLGDGHVFDOL¿FiQ-
GRODVGH³FXDUWRSRGHU´GHO(VWDGRORTXHGLFKRHQWpUPLQRVJHQHUDOHVHUDXQVDUFDV-
PRHQ³0XQLFLSDOLGDGHV´Diario«GHHQHURGH
9HUSRUHMHPSORHQSUHVXSXHVWRGHHQDiario«GHPD\RGH
Diario«GHHQHUR\\GHDEULOGH
Diario«GHDEULOGH
Diario«GHDEULOGH\GHPDU]RGH
5HJODPHQWRGHSURVWLWXFLyQHQODFDSLWDOHQDiarioGHMXQLRGH/DSURVWLWX-
ción también se reproducía en los cafetales. Aumento de los ingresos de niños en el
Hospicio de. San Salvador. Diario«GHIHEUHUR\GHPDU]RGH
Diario«GHIHEUHURGHPDU]R\GHPDU]RGH1XHYRHGLWRULDOVREUH
GHXGD\HPSUpVWLWRDiario«GHIHEUHURGHPDU]R\GHDEULOGH
)UDQFLVFR&DVWDxHGDEl General Menéndez y sus victimarios. Páginas de la historia
contemporánea de la República de El Salvador6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFD-
FLyQ

Capítulo 7

6REUHHOFUHFLPLHQWRHFRQyPLFRLQWHUQDFLRQDO:LOOLDP*ODGH³$PpULFD/DWLQD\ODHFR-
QRPtDLQWHUQDFLRQDO´HQ/HVOLH%HWKHOOHGHistoria de América Latina. 7.
América Latina: economía y sociedad, c. 1870-1930%DUFHORQD&UtWLFDS
6REUHODOHQWDFDtGDGHODxLOYHU+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía de El Salvador en
el siglo XIX6DQ6DOYDGRU&21&8/785$
&DUORV0DULFKDO1XHYDKLVWRULDGHODVJUDQGHVFULVLV¿QDQFLHUDV8QDSHUVSHFWLYDJOR-
bal, 1873-2008%DUFHORQD'HEDWH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPD\RGH
Diario…GHDEULOGH
9HU$QWRQLR$FRVWD³/RVLQLFLRVHFRQyPLFRVGHORVDOHPDQHVHQ$OWD9HUDSD]*XDWH-
PDOD8QFDVRVLQJXODUHQODROLJDUTXtDGHOVLJOR;,;´HQ3LODU*DUFtD-RUGiQHGLa
articulación del Estado en América Latina. Barcelona. TEIAA-Universidad de Barce-
ORQDSS
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 391

9HU0HPRULDGH+DFLHQGDGH
9HUORVDQXQFLRVGHODHPSUHVDGHYHQWD\UHSDUDFLRQHVGHFDUUHWDVGHORV+HUPDQRV
Cabrolier en 'LDULR2¿FLDOHQDGHODQWHDiario«GXUDQWHORVDxRV\(QOD
GpFDGDGHKDEtDFDUUHWDVTXHFDUJDEDQPiVGHNJV9HU&DStWXORSHURVH-
JXUDPHQWHHQDxRVSRVWHULRUHVDXPHQWDURQVXFDSDFLGDGGHFDUJD3DWULFLD$OYDUHQJDHW
al. Historia de El Salvador6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQWRPR,,S
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFD\%HQH¿FHQFLDDiario…, 18 de marzo
de 1879.
9HUODHYROXFLyQGHODUHGDGPLQLVWUDWLYDHQORV3UHVXSXHVWRVGHO(VWDGRDORODUJRGH
estos años.
&IUODVVXFHVLYDV0HPRULDVGH+DFLHQGDSDUDYHUHYROXFLRQDUHOQ~PHURGHR¿FLQDV
GHODUHGWHOHJUi¿FD
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHMXQLRGH
&IUFXDGURGHiUEROHVGHFDIpFRVHFKHURV\HQSODQWtRSODQWDGRVHQ¿QFDVGH1XHYD
San Salvador en Capítulo 4.
(OLQYHQWRUGHHVWDWpFQLFDIXH-RKQ0F$GDPHVFRFpVGHFX\RDSHOOLGRSURFHGHVX
QRPEUH\FRPHQ]yDWHQHUp[LWRHQ*UDQ%UHWDxD\ORV(VWDGRV8QLGRVGHVGHODGpFDGD
de 1820.
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPD\RGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHIHEUHURGH
DiarioGHDEULOGH/DHVFULWXUDHVGHGHIHEUHURGH(UDRWURFDVRGH
KLSRWHFDGH¿QFDVVLWXDGDVHQHMLGRV
(QDiario«GHHQHURGH'LRQLVLR$UiX]HUDGLSXWDGR<VHJXtDVLpQGRORHQ
'LDULR«GHIHEUHURGH3RURWUDSDUWHHQFRQVWDEDFRPRPDJLV-
WUDGRGHOD&iPDUDGH,QVWDQFLDGH6DQWD$QDDiario«GHPDU]RGH\HQ
WDPELpQORHUDDiario«GHPD\RGH
Diario«GHDEULOGH
Diario«GHPDU]RGH
3UHVHQWDGRHOGHHQHURGHHQDiario«GHIHEUHURGH
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFD\%HQH¿FHQFLDDiario«GHPDU]R
de 1879.
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFD\%HQH¿FHQFLDDiario«GHPDU]R
de 1879.
Diario«PDU]R
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH/RVFRPHUFLDQWHV¿UPDQWHVHUDQ0LJXHO0DQ]LQL-RVp
$QWRQLR4XLUy](PLOLR+XJHQWREOHU>+XJHQWREOHU +DOWPD\HU@-XDQ$XHUEDFK>6
--$XHUEDFK@5HPLJLR3DGLOOD&D\HWDQR&DQHVVD\&LSULDQR6XD\+,PEHUQL]LR
Director de la Sociedad Francesa de Minas de San Salvador. Es interesante señalar que
392 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

el ministro de Hacienda excluyó para las cantidades que los comerciantes aportaran
la posibilidad del 15% en papel moneda por estar este punto incluido en una nego-
FLDFLyQKHFKDFRQDQWHULRULGDGFRQOD&DVD%ODQFR\7ULJXHURVVLWDHQ6DQ6DOYDGRU
ORTXHUHÀHMDODIXHU]DGHHVWDHPSUHVDFRQUHVSHFWRDODVFDVDVFRPHUFLDOHVGH/D
Unión.
Diario«GHHQHURGH
Diario…GHMXQLRGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHIHEUHURGH
Diario«GHHQHURGH(OLQIRUPHOR¿UPDEDHOH[SUHVLGHQWH5DIDHO&DPSR
Diario«GHPDU]RGH
Diario«\GHHQHURGH6HHVSHFL¿FDEDQORVGHWDOOHVGHOSDJRGHHVWH
último en el Banco de California.
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
 /D 0HPRULD GH +DFLHQGD GH  LQFOX\H HO RUGHQ GH ORV SXHUWRV SRU YROXPHQ GH
WUi¿FR
Diario«GHDJRVWRGHGHHQHUR\GHDEULOGHGHHQHURGH
y 11 de enero de 1889.
Diario«GHHQHUR\GHDEULOGH\GHHQHUR\GHMXOLRGH
Diario«GHHQHURGH\GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH\GHHQHURGH
7HVRUHURGHOD6RFLHGDGGH%HQH¿FHQFLD(VSDxRODHQYHUDiario«GHHQHUR
de 1878.
Diario«GHMXQLRGH
 -RVp 5D\PXQGR &DOGHUyQ 0RUiQ ³eOLWH H LGHQWLGDG FULROOD HQ $KXDFKDSiQ VLJOR
;,;´HQ0HPRULD3ULPHUHQFXHQWURGH+LVWRULDGH(O6DOYDGRU8QLYHUVLGDGGH(O
Salvador. 2003. pp. 141-145.
(QUHODFLyQFRQ2QRIUH'XUiQVREUHOD$JHQFLD*HQHUDOGHO3DFt¿FRGHIHEUHURGH
FRPRVHQDGRUDiario«GHHQHURGHVREUHHODGHODQWRGHGHUHFKRVGH
LPSRUWDFLyQDFOLHQWHVDiario«GHPD\RGHVREUHSDJRGHGLYLGHQGRV
Diario«GHPDU]RGH
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía…
Contrata para la construcción de un ferro-carril de vapor de Sonsonate a Santa Ana
celebrada entre el Gobierno de la República y Don Francisco Camacho. San Salvador.
,PSUHQWDGHO'U)6DJULQLS
Contrata«S
9HUORVDFFLRQLVWDVGHO%DQFR,QWHUQDFLRQDOGH(O6DOYDGRUHQ$UFKLYR*HQHUDOGHOD
1DFLyQGH(O6DOYDGRU)RQGRV-XGLFLDOHVHQDGHODQWH$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHV
1894 nº 65.
Contrata«S
0DUtD/HLVWHQVFKHQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos históricos relativos a
la administración del general Francisco Menéndez6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GX-
FDFLyQS
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 393

Contrata«S\0DUtD/HLVWHQVFKHQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos…,

pp. 194-199
Contrata«S\0DUtD/HLVWHQVFKHQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos…,
pp. 200-201
0DUtD/HLVWHQVFKHQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos…, p. 203; Diario«
4 y 10 de noviembre de 1885; Diario«GHHQHURGH0DUtD/HLVWHQVFKHQHL-
GHUUHFRSRecopilación de documentos…, 218-220; Diario«GHPD\RGH
Diario«GHPD\RGH
(VWDWXWRVGHOD&RPSDxtDGHO³7UDQYtD´LQWHULRUGH6DQ6DOYDGRUDiario«GHHQHUR
de 1885.
Diario«GHHQHURGH
0HPRULDGH,QVWUXFFLyQ3~EOLFD\%HQH¿FHQFLDDiario…, 18 de marzo de 1879.
El ConstitucionalGHIHEUHUR\GHDJRVWRGH
Diario«GHHQHURGH
7DULIDGHDUELWULRVSDUD6DQ6DOYDGRUDiario«GHDEULOGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHIHEUHURGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHDEULOGH\GHPDU]RGH\\GHPD\RGH
Diario«\GHPDU]RGH
Diario«GHIHEUHURGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH
0DULDQR'RUDQWHV¿JXUDEDHQXQDUHXQLyQGHOD-XQWDGH&DULGDGFRQHOSUHVLGHQWHGH
OD5HS~EOLFD\VXVPLQLVWURVFRQORVTXHHVWDEOHFHUtD~WLOHVUHODFLRQHVHQHOPXQGRGH
los negocios. Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
Gaceta«GHVHSWLHPEUHGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH&RQGHVWLQRD)UDQFLDHOSUHFLRHUDGHIUDQFRVR
SVSRUWRQHODGDGHNJGHD]~FDUSHVREUXWRRGHNJGHFDIp
Diario…GHDEULOGHÜGHHQHURGH
Diario«GHPD\RGHGHIHEUHURGHGHMXQLRGHGHIHEUHUR
de 1889.
Diario«GHPD\RGH
Diario«GHDEULOGH\GHPDU]RGH
Diario«GHHQHUR\GHIHEUHURGH
+DEtDFRPSUDGROD,PSUHQWD1DFLRQDODOJRELHUQR9HU0DUtD/HLVWHQVFKHQHLGHUUH-
FRSRecopilación de documentos…, pp. 80 y ss.
6HFRQRFHQDOJXQRVGHHVWRVFRQÀLFWRVSDUD6DQ0LJXHOHQODGpFDGDGH
0DUtD/HLVWHQVFKHQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos…, pp. 117-121.
8QRGHORVPXFKRVDYLVRVGHSDJRGHGLYLGHQGRVGHOD&RPSDxtDGHO0HUFDGRGH6DQ
Salvador en Diario«GHHQHURGH&RPSDxtDGHO0HUFDGRGH6DQ6DOYDGRU
394 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Se pagará el dividendo del último trimestre. Arturo Bustamante director. El proyecto

GHFRQWUDWDGHO0HUFDGRGH6DQWD$QDIXHSUHVHQWDGDHQGHGLFLHPEUHGHYHU
en Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
/DHPSUHVD1LHEHFNHU\&tDYHQGLyPHGLFLQDVDO+RVSLFLRGH6DQ6DOYDGRUSRU
SVHQGLFLHPEUHGHYHUDiario«GHHQHURGH'HOD-XQWD'LUHFWLYDGHO
+RVSLWDOGH6DQWD$QDIRUPDURQSDUWHHQDOJXQDRFDVLyQHOFRQRFLGROHWUDGRFDIHWDOHUR
\IXWXURPLQLVWUR&RUQHOLR/HPXVHOH[SUHVLGHQWHFDIHWDOHUR$QGUpV9DOOH\RWURVYHU
DiarioGHHQHURGH
$QWRQLR/LpYDQRFRPRPLHPEURGHOD-XQWDGHO+RVSLWDODiario«GHDEULOGH
Diario«GHVHSWLHPEUHGHFRPRVRFLRGHOD&RPSDxtDGHVHSWLHPEUHGH
/LpYDQR¿UPDEDXQDQXQFLRGHOD&RPSDxtDGLULJLGRDORVGXHxRVTXHDFFLRQHV
TXHODVKXELHUDQREWHQLGRSRUHQGRVR\QR¿JXUDVHQFRPRVRFLRVFHVLRQDULRVSDUDTXH
regularizasen su situación a efectos de poder cobrar dividendos y poder participar en
OD-XQWD*HQHUDO
/DHPSUHVDGHOIHUURFDUULOGH$FDMXWODD6RQVRQDWHSDJDEDDORVSHRQHVVDODULRVDOWRVGH
1 ps al día en relación con otros conocidos. Diario«GHHQHURGH9HUWDPELpQ
los salarios del Colegio Normal de Señoritas de San Salvador en Diario«GHHQHUR
de 1887; y los ofrecidos por la Municipalidad de San Salvador a los mozos que traba-
MDUDQHQODFRORFDFLyQGHXQDQXHYDWXEHUtDUVDOGtDDiario«PD\RGH

Capítulo 8

Diario«GHDEULOGH
Diario«GHMXQLRGH
(UDYLXGDGHOQRWDULR)HOLSH:DQGtQGHRULJHQIUDQFpV(VWHHUDRWURFDVRGHXQSURIH-
sional liberal que se había convertido en cafetalero.
$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQGH(O6DOYDGRU)RQGRV-XGLFLDOHVHQDGHODQWH$*1)-
Sonsonate-Civiles. 1876 nº 47.
5REHUW66PLWK³)LQDQFLQJWKH&HQWUDO$PHULFDQ)HGHUDWLRQ´HQThe His-
panic American Historical ReviewYROQžQRYSS
&RPRHMHPSOR%ROHWtQ2¿FLDOHQDGHODQWHBoletín«GHHQHURGH\GHVHS-
WLHPEUHGHHVSHFt¿FDPHQWHD3DUtVSVHQPRQHGDVGHRUR\SODWD\SV
D1XHYD<RUN([SRUWDFLyQGHPRQHGDDFXxDGDHQ'LDULR2¿FLDOHQDGHODQWH
Diario«GHPDU]R\GHDEULOGH
0DXULFLRÈOYDUH]*HRIIUR\Rafael Álvarez Lalinde. Pionero de la industrialización del
café6DQ6DOYDGRU&XPEUHVGHO0ROLQRSS\
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHMXQLRGH
1Diario«GHHQHURGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 395

 Diario« GH PDU]R GH  (O JREHUQDGRU GH$KXDFKDSiQ HPLWLy XQ EDQGR HQ
relación con este asunto. Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHHQHURGH
6REUHFHQWDYRVDiario«GHPDU]RGH8QUHDOHTXLYDOtDDFHQWDYRV6R-
EUHIUDQFRVDiario«GHPDU]RGH
/DFRQWUDWDGHOEDQFRVH¿UPyHOGHDEULOGHFRQ-XDQ)UDQFLVFR0HGLQD\OD
GHODPiTXLQDGHDFXxDUHOGHVHSWLHPEUHGHOPLVPRDxR\FRQODPLVPDSHUVRQD
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH
(QWUHRWUDVHPSUHVDVPLQHUDVKDEtDXQD&RPSDxtD$PHULFDQDGH0LQDVWUDEDMDQGRHQ
la zona. Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHIHEUHURGH
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDDiario«GHPDU]RGH
,EtGHP
&RQYLHQHUHFRUGDUHOGHFUHWRVREUHVLVWHPDWL]DFLyQGHODGHXGDS~EOLFDGH)UDQFLVFR
Dueñas en El ConstitucionalGHIHEUHURGH
Diario«GHHQHURGH(QOD0HPRULDGH+DFLHQGDGHVHKDEODEDGH
60.000 ps. Diario«DEULO3RURWURODGR-RVp0DUtD0HOJDU&DOOHMDVD¿UPD
TXHGXUDQWHHOPHVGHMXQLRGHVHGHFUHWDURQKDVWDGRVHPLVLRQHVGHSDSHOPR-
QHGDTXHVLJQL¿FDURQQXHYRVSHVRVSXHVWRVHQFLUFXODFLyQGLVWULEXLGRVHQ
ELOOHWHV9HUÍndice cronológico de leyes y eventos relacionados con la moneda y la
banca salvadoreña6DQ6DOYDGRU8)*(GLWRUHVS
0HPRULDGH+DFLHQGDDiario«GHPDU]RGH,QWHUHVDODUHIHUHQFLDDOD7DULID
de Aforos de mercancías y en el énfasis que se ponía en la coordinación con Guatemala
HQHVWHVHQWLGR(OSUHVLGHQWH-RVp9DOOHHQKDEtDGHQXQFLDGRODVSUHVLRQHVGH
Guatemala en el terreno comercial por este motivo.
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHPD\RGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHMXOLRGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario…GHHQHUR\GHDEULOGH
Diario«GHVHSWLHPEUHGH
Diario«GHPDU]RGH(QWUHRWURVEDQFRVODWLQRDPHULFDQRVFRQFDSDFLGDG
GHHPLVLyQYHUSDUDHOFDVRGH&RORPELD$GROIR0HLVHO5RFDHWDOEl Banco de la
República. Antecedentes, evolución y estructura %RJRWi %DQFR GH OD 5HS~EOLFD
1990.
396 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

6REUHHO%DQFR3DUWLFXODUDiario«GHHQHURGH
0HPRULDGH+DFLHQGDGH
0RYLPLHQWRGHOD7HVRUHUtDGHO+RVSLWDOGH6DQ6DOYDGRUHQDEULOGHDiario«
8 de mayo de 1878.
Diario«GHPD\RGH
0DWUtFXODGHKLSRWHFDVUHJLVWUDGDVHQODQRWDUtDGHO'HSDUWDPHQWRGH8VXOXWiQHQHO
año de 1881 y no canceladas hasta ahora. Diario«GHPD\RGH
0DWUtFXOD«GHWRGDVODVDQRWDFLRQHVTXHFRQVWDQVLFDQFHODUHQHOOLEURGHUHJLVWURVGHO
año… 1881. Departamento de San Miguel. Diario«GHPD\RGH
0DWUtFXODGHODVDQRWDFLRQHVTXHDSDUHFHQVLQFDQFHODU«'HSDUWDPHQWRGH/D/LEHU-
tad. Diario«GHPDU]RGH\Diario«GHPDU]RGH
0DWUtFXODGHODVKLSRWHFDVTXHFRQVWDQVLQFDQFHODUHQODQRWDUtDGHHVWH'HSDUWDPHQWR
Ahuachapán… correspondientes a 1879. Diario«GHIHEUHURGH
,ELGHP
0DWUtFXOD«GHWRGDVODVDQRWDFLRQHVTXHFRQVWDQVLFDQFHODUHQHOOLEURGHUHJLVWURVGHO
año… 1881. Departamento de San Miguel. Diario«GHPD\RGH
0DWUtFXODGHODVDQRWDFLRQHVTXHFRQVWDQVLQFDQFHODUHQHOSURWRFRORGHODxRDQWHULRU
Departamento de La Libertad. Diario«GHPDU]RGH
,ELGHP
0DWUtFXOD«GHWRGDVODVDQRWDFLRQHVTXHFRQVWDQVLFDQFHODUHQHOOLEURGHUHJLVWURVGHO
año… 1881. Departamento de San Miguel. Diario«GHPD\RGH
0DWUtFXODGHKLSRWHFDVUHJLVWUDGDVHQODQRWDUtDGHO'HSDUWDPHQWRGH8VXOXWiQHQHO
año de 1881 y no canceladas hasta ahora. Diario«GHPD\RGH
,ELGHP
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
Diario«GHHQHURGH
0HQVDMHGH5DIDHO=DOGtYDUDO&XHUSR/HJLVODWLYR'LDULR2¿FLDOGHHQHURGH
6REUHHOSURFHVRGHFUHDFLyQGHODEDQFDODWLQRDPHULFDQD\HVSHFLDOPHQWHHQ0p[LFR
&DUORV0DULFKDO³(OQDFLPLHQWRGHODEDQFDPH[LFDQDHQHOFRQWH[WRODWLQRDPHULFDQR
SUREOHPDV GH SHULRGL]DFLyQ´ HQ /HRQRU /XGORZ \ &DUORV 0DULFKDO HGV Banca y
poder en México (1800-1925)0p[LFR*ULMDOERSS
Diario...\GHDJRVWR\ODFRQWUDWDHQGHVHSWLHPEUHGH
Diario«GHPDU]RGH
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
Diario…, 27 de junio de 1880.
0HPRULDGHGH+DFLHQGDGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«\GHDJRVWRGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHIHEUHURGH
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 397

Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«\GHPDU]RGH
Diario«GHMXQLRGH
0HPRULDDQXDOGHO0LQLVWHULRGH*REHUQDFLyQ\)RPHQWRDiario«GHPDU]RGH
1882.
,ELGHP7DPELpQDiario«GHHQHURGH\GHPDU]RGH
Diario«GHDEULOGH

Capítulo 9

$SHVDUGHQRVHUUHFLHQWHXQEXHQUHVXPHQGHOSUREOHPDHQ+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa
economía de El Salvador en el siglo XIX 6DQ 6DOYDGRU&21&8/785$ 9HU
WDPELpQ*HUDOGLQD3RUWLOOR³5HYLVLyQGHDOJXQDVRSLQLRQHVHQODKLVWRULDDJUDULDGH(O
6DOYDGRU´HQV Congreso Centroamericano de Historia. Universidad de El Salvador.
18.21 de julio de 2000.
(QHOFDVRGH*HUDUGR%DUULRVHOKHFKRHVFRQRFLGR9HUSRUHMHPSOR&DUORV*UHJRULR
López Bernal. Poder local y poder central en la construcción del Estado en El Salvador.
1840-18907HVLVGH'RFWRUDGR8QLYHUVLGDGGH&RVWD5LFD3DUD)UDQFLVFR'XH-
xDVYHU0HPRULDGH+DFLHQGDGH
'LVFXUVRGHOSUHVLGHQWH5=DOGtYDU'LDULR2¿FLDOGHHQHURGH
5DIDHO0HQMtYDUAcumulación originaria y desarrollo del capitalismo en El Salvador.
6DQ6DOYDGRU8&$(GVS
(OPLQLVWUR'DQLHO$QJXORSURSXVRFUHDUXQDELEOLRWHFDVREUHDJULFXOWXUDSHURHOKHFKR
de esta bibliografía esté en francés y que el Journal«FRPHQ]DUDHQDQWHVGHTXH
$QJXORIXHUDPLQLVWURSDUHFHLQGLFDUTXHHVWHFRQMXQWRGHOLEURV\DH[LVWtDDQWHVGHVX
propuesta y que ésta pudiera ser un eco de lo que ya estaba en marcha. Ver Memoria del
Ministerio de Gobernación de 1882.
Diario«GHHQHURGHGHDEULOGHGHDEULOGHGHHQHURGH
1879 y 4 de abril de 1879.
9HU0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH*REHUQDFLyQGH(QDTXHOORVPRPHQWRVWRGDYtD
HO JRELHUQR KDEODED GH ORV HMLGRV FRPR WLHUUDV GH MXULVGLFFLyQ PXQLFLSDO DXQTXH VH
contradiría enseguida.
Diario«GHMXQLRGH
$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQGH(O6DOYDGRU)RQGR-XGLFLDOHQDGHODQWH$*1)-
6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
Diario«GHPD\RGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
398 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
'HFUHWRHQDiario«GHPDU]RGH
3URSXHVWDGH-XDQ%DGtDSDUDSODQWDUYLxDV\VXDSUREDFLyQSRUHOJRELHUQRHQDia-
rio«GHPD\RGH
(OHVIXHU]RSRUGHVDUUROODUXQDSURGXFFLyQGLYHUVL¿FDGDQRHUDXQDQRYHGDG\VHKDEtD
LQWHQWDGR HQ YDULDV RFDVLRQHV HQ GpFDGDV DQWHULRUHV$KRUD D ¿QHV GH OD GpFDGD GH
=DOGtYDUDSUHPLDGRSRUTXHQHFHVLWDEDDXPHQWDUORVLQJUHVRV¿VFDOHVSDUDFRP-
SHQVDUORVJDVWRVFUHFLHQWHVORLQWHQWDEDGHQXHYR
Diario«GHMXQLRGH
/DOLVWDGHFRQWUDWLVWDVFRQHO(VWDGR\ODFDQWLGDGGHSODQWRQHVGHGLYHUVDVHVSHFLHV
SURSRUFLRQDGRVHQDiario«GHMXQLRGH
0D]DULHJRFRPRVHQDGRUDiario«GHHQHURGH6XHVFULWRSURPRFLRQDQGR
HOFDFDRDiario«GHHQHURGH7H[WRVKLVWyULFRVHQDiario«\GH
febrero de 1878.
3RUHMHPSORHOFRQRFLGRFRPHUFLDQWHSUHVWDPLVWD\DJHQWH¿QDQFLHUR0LJXHO/DJRV
ofrecía cacao de Gauayaquil de superior calidad por sacos de 6 arrobas “a un peso me-
nos de como esté en otras tiendas.” Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHIHEUHURGH
Diario«GHMXQLRGH
9HUHQWUHRWUDVDFWDVPXQLFLSDOHVHQDiario«GHHQHURGH
9HUDQXQFLRVGHDODPEUHGHDFHURHVSLJDGR\JDOYDQL]DGRSDUDFHUFRVHQGHIHEUHUR
de 1879. El precio era de 16 ps por cada 100 yardas de cerco. Lo vendía la tienda de
6WRUH\%DOHWWHHQ6DQ6DOYDGRU\ORGLVWULEXtDQ*RQ]iOH]\0RQWLVHQ6RQVRQDWH\
*XLOOHUPR0XUSK\HQ6DQWD$QD(QRFWXEUHVHGLVWULEXtDWDPELpQHQ/D8QLyQ6DQ
0LJXHO\6DQ9LFHQWHHQDiario«GHRFWXEUHGH
9HUGDWRVGHPRJUi¿FRVHQ&DStWXOR
$ODLQGH-DQYU\The Agrarian Question and Reformism in Latin America. Baltimore.
-RKQV+RSNLQV8QLYHUVLW\3UHVV$UQROG%DXHU³/D+LVSDQRDPpULFDUXUDO
´HQ/HVOLH%HWKHOOHistoria de América Latina. 7. América Latina. Economía y
sociedad, c. 1870-1930%DUFHORQD&UtWLFDSS
/DIXHQWHGHHVWDVFLIUDVFRPRVXFHGHHQJHQHUDOQRHVSHFL¿FDVLVHWUDWDGHFDIpRUR
uva o pergamino. Sin embargo adopta un rendimiento medio de 13 quintales de café
SRUKHFWiUHDTXHVLVHWUDWDGHFDIpRURSDUHFHGHPDVLDGRDOWRFRPRPHGLDSDUDOD
pSRFD6LQRIXHVHFDIpRURHQWRQFHVHOUHQGLPLHQWRVHUtDH[FHVLYDPHQWHEDMR
3DWULFLD$OYDUHQJD+pFWRU/LQGR)XHQWHV.QXW:DOWHUHWDOHistoria de El Salvador.
6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQWRPR,,S
$UQROG%DXHU³/D+LVSDQRDPpULFD´
6WDQIRUG$0RVN³(FRQRPtDFDIHWDOHUDGH*XDWHPDODGXUDQWHHOSHUtRGR´
en Economía de Guatemala*XDWHPDOD(0(3-XOLR&DVWHOODQRV&DPEUDQHV
Café y campesinos. Los orígenes de la economía de plantación moderna en Guatema-
la, 1853-18970DGULG&DWULHO5HJLQD:DJQHUHistoria social y económica de
Guatemala. 1524-1900*XDWHPDOD$6,(6
$UFKLYR*HQHUDOGHOD1DFLyQGH(O6DOYDGRU)RQGR-XGLFLDOHQDGHODQWH$*1)-
6RQVRQDWH&LYLOHVQž
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 399

5HJLQD:DJQHUHistoria del café en Guatemala.%RJRWi9LOOHJDVHGVS

&DUWDGH%DOWD]DU(VWXSLxiQDO'LUHFWRUGHO³%LHQ3~EOLFR´LQIRUPDQGRVREUHORV
6XFHVRV GH OD 5HYROXFLyQ 0HQHQGLVWD 6DQWD$QD  GH MXQLR GH  HQ 0DUtD
/HLVWHQVFKQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos históricos relativos a la ad-
ministración del general Francisco Menéndez. 6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFD-
FLyQS
(QWUHRWUDVIXHQWHVODLQIRUPDFLyQVHKDREWHQLGRGHOD¿QFDGH',0*HQ/RXUGHV
&ROyQFHUFDGH6DQWD7HFODHQ(VWDSUiFWLFDWRGDYtDVHXVDKR\HQPXFKDV¿QFDV
FXDQGRHQHOPRPHQWRGHODFRUWDHOPDQGDGRUGHOD¿QFDDQRWDHOQRPEUHGHORVSHR-
QHVTXHVHFRPSURPHWHQDWUDEDMDUHQHOODORV³DSXQWDGRV´GDQGRSRUHQWHQGLGRTXH
FDGDXQRGHHOORVDFXGLUiDOWUDEDMRDFRPSDxDGRGHGRVRWUHVIDPLOLDUHVPiVFRPRVX
esposa o sus hijos.
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«\GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
9HUYDULRVFDVRVHQ$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
9HUHVSHFLDOPHQWHHOLQIRUPHGHTXLHQIXH\YROYHUtDVHUPLQLVWURPLHPEURGHOD$VDPEOHD
\HPSUHVDULRDGHPiVGHFDIHWDOHUR-RVp/DUUH\QDJDHQDiario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
5HJLQD:DJQHUHistoria del café en Guatemala.%RJRWi9LOOHJDVHGV9HUWDP-
ELpQSDUDHOFDVRSXHUWRUULTXHxR/XLV3XPDUDGD2¶1HLOOLa industria cafetalera de
Puerto Rico. 1736-1969 6DQ -XDQ GH 3XHUWR 5LFR 2¿FLQD (VWDWDO GH 3UHVHUYDFLyQ
+LVWyULFD
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHMXQLRGH
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
'HORVPXFKRVHMHPSORVTXHH[LVWHQYHU$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž6REUHSHTXHxRVFDIHWDOHURVHQ3XHUWR5LFR
XQDLVODFRQH[WHQVLyQVLPLODUDODGH(O6DOYDGRU)HUQDQGR3LFy6-Amargo café (los
SHTXHxRV\PHGLDQRVFD¿FXOWRUHVGH8WXDGRHQODVHJXQGDPLWDGGHOVLJOR;,;5tR
3LHGUDV3XHUWR5LFR(GLFLRQHV+XUDFiQ
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
400 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
Diario«GHIHEUHURGH
$*1)-6RQVRQDWH&LYLOHVQž
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž3DUDHVWXGLRVVREUH¿QFDVFDIHWDOHUDVHQ
otra zona de El Salvador y países ver Luis Edgardo Díaz Hernández. Castañer. Una
hacienda cafetalera en Puerto Rico (1868-1930) 5tR 3LHGUDV (GLWRULDO (GLO 
Carlos Buitrago Ortíz. Haciendas cafetaleras y clases terratenientes en el Puerto Rico
decimonónico5tR3LHGUDV3XHUWR5LFR8QLYHUVLGDGGH3XHUWR5LFR0DOFROP
Deas. 8QD¿QFDFXQGLQDPDUTXHVDHQWUH\%RJRWi8QLYHUVLGDG1DFLRQDO
GH&RORPELD&HQWURGH,QYHVWLJDFLRQHVSDUDHO'HVDUUROOR
$GHPiVKDEtDVLGRFXxDGRGH)UDQFLVFR'XHxDVDOVHUKHUPDQRGH7HUHVD'iUGDQR
HVSRVDGHOH[SUHVLGHQWHTXHSDUDHVWDVIHFKDV\DKDEtDIDOOHFLGR$XQTXHFRPHQ]DEDQ
DPDQLIHVWDUVHHQVXVLQWHUHVHVHQHVWRVDxRVWRGDYtDQRHVWDEDWDQGH¿QLGDVODGRV
IUDFFLRQHVGHODROLJDUTXtDGHODTXHKDEOyËWDOR/ySH]9DOOHFLOORVODDJUR¿QDQFLHUD
\ODDJURLQGXVWULDO¿QDQFLHUD9HUËWDOR/ySH]9DOOHFLOORV³)XHU]DVVRFLDOHV\FDPELR
VRFLDOHQ(O6DOYDGRU´Estudios CentroamericanosQ~PHURVSS
557-590.
3DWULFLD$OYDUHQJD+pFWRU/LQGR)XHQWHV.QXW:DOWHUHWDOHistoria de El Salvador.
6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQWRPR,,S
&*0DWKLHVHUDDFFLRQLVWDGHOD&RPSDxtDGHO0HUFDGRGH6DQWD$QDHQ9HU
Capítulo 7.
$*1)-6DQWD$QD&LYLOHVQž
6REUHODIRUPDFLyQGHVHFWRUHVROLJiUTXLFRVGHPHQRUHQYHUJDGXUDWDPELpQHQWRUQRDO
café en otras zonas del país ver Oscar Campos. Cafetaleros de Santiago de María: la
formación de un poder microregional en la sierra Tecapa, Usulután 1874-1917. San
6DOYDGRU8QLYHUVLGDG7HFQROyJLFDGH(O6DOYDGRU
eVWHHVXQSURFHVRTXHKDUHFLELGRDWHQFLyQ9HU/DLUG:%HUJDG³&RIIHHDQG5XUDO
3UROHWDULDQL]DWLRQLQ3XHUWR5LFR´Journal of Latin American Studies. Vol.
QR0D\SS/RZHOO*XGPXQGVRQ³3HDVDQW)DUPHU3UROHWDULDQ
&ODVV)RUPDWLRQLQ6PDOOKROGHU&RIIHH(FRQRP\´The Hispanic Ameri-
can Historical Review9ROQž0D\SS

Capítulo 10

 8QDYHUVLyQGHHVWHFDStWXORIXHSXEOLFDGDHQ3LODU*DUFtD-RUGiQHGEstado, región y

poder local en América Latina, siglos XIX y XX%DUFHORQD8QLYHUVLGDGGH%DUFHORQD
SS
-RKDQ$NHUPDQEstructuras y ciclos económicos0DGULG$JXLODU&DUORV0D-
richal. Historia de la deuda externa de América Latina 0DGULG$OLDQ]D (G 
&KDUOHV3.LQGOHEHUJHU+LVWRULD¿QDQFLHUDGH(XURSD%DUFHORQD&UtWLFD+XJK
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 401

5RFNRII³%DQNLQJDQG)LQDQFH´HQ6WDQOH\/(QJHUPDQDQG5REHUW(
*DOOPDQ(GVThe Cambridge Economic History of the United States. Vol. II. The Long
Nineteenth Century&DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHUVLW\3UHVVSS\VV
6HJ~QOD&RGL¿FDFLyQGH/H\HVGH&UX]8OORD³ODVEUR]DVPLQHUDOHVHORUR\ODSODWD
en barras... pagarán los derechos de tarifas” &RGL¿FDFLyQ GH OH\HV SDWULDV  GHVGH OD
independencia hasta el año de 1875 6DQ 6DOYDGRU ,PSUHQWD 1DFLRQDO  S 
%LEOLRWHFD3)ORUHQWLQR,GRDWH6-8QLYHUVLGDG&HQWURDPHULFDQDGH(O6DOYDGRU6LQ
HPEDUJRHQOD0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGD\0DULQDGHVHD¿UPDEDTXH
la industria minera se encontraba “favorecida por nuestra legislación y apoyada por las
franquicias y demás providencias decretadas por la autoridad pública”. 'LDULR2¿FLDO
HQDGHODQWHDiario«GHPDU]RGH
*DEULHO$UGDQWThéorie sociologique de l’impôt3DULV6(93(1YROV
6REUHHOFDVRGH0p[LFR0DEHO5RGUtJXH]&HQWHQR³)LVFDOLGDG\FDIpPH[LFDQR(O
3RU¿ULDWR\VXVHVWUDWHJLDVGHIRPHQWRHFRQyPLFRSDUDODSURGXFFLyQ\FRPHUFLDOL]D-
FLyQ GHO JUDQR ´ HQ Historia Mexicana9RO  1R  MXOLRVHSWLHPEUH
GH3S6REUHGHXGDS~EOLFD&DUORV0DULFKDOA Century of Debt Crisis
in Latin America. From Independence to the Great Depression, 1820-19303ULQFHWRQ
3ULQFHWRQ8QLYHUVLW\3UHVV/HRQRU/XGORZ\&DUORV0DULFKDOFRRUGVUn siglo
de deuda pública en México0p[LFR,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV'U-RVp0DUtD/XLV
0RUD
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía«S
5REHUWR'tD]&DVWLOORLegislación económica de Guatemala durante la reforma liberal.
*XDWHPDOD(GLWRULDO8QLYHUVLWDULDGH*XDWHPDOD('8&$0LURQ%XUJXLQThe
Economic Aspects of Argentine Federalism &DPEULGJH 0DVV +DUYDUG 8QLY 3UHVV
-DYLHU7DQWDOHiQ$UEXO~3ROtWLFDHFRQyPLFR¿QDQFLHUD\ODIRUPDFLyQGHO(VWD-
do: siglo XIX/LPD&('(39tFWRU3HUDOWD5XL]\0DUWD,UXUR]TXL9LFWRULDQR
Por la concordia, la fusión y el unitarismo: estado y caudillismo en Bolivia, 1825-1880.
0DGULG&6,&
*RUDQ7KHUERUQ. ¿Cómo domina la clase dominante?0DGULG6LJOR;;,
-DPHV'XQNHUOH\Studies in the Formation of the Nation State in Latin America. Lon-
GRQ ,QVWLWXWH RI /DWLQ$PHULFDQ 6WXGLHV  +HLQ] 5XGROI 6RQQWDJ \ +pFWRU9DO-
ecillos. El Estado en el capitalismo contemporáneo0p[LFR6LJOR;;,6REUH
¿QDQ]DVS~EOLFDVGHXQSDtVFHQWURDPHULFDQRYHU$QD&HFLOLD5RPiQ7ULJR/DV¿QDQ-
zas públicas de Costa Rica: metodología y fuentes (1870-1948)6DQ-RVp&HQWURGH
,QYHVWLJDFLRQHV+LVWyULFDVGH$PpULFD&HQWUDO6REUHUHFLHQWHVGHEDWHVVREUHHO
(VWDGR7KHGD6NRFSROBringing the State Back in&DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHUVLW\
3UHVV
(ULN&KLQJ)URP&OLHQWHOLVPWR0LOLWDULVPThe State, Politics and Authoritarianism
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)DELR0RUiQSDUWLFLSyHQHQXQLQWHQWRGHJROSHFRQWUD=DOGtYDUWUDVVHUVXVWLWXLGR
HQHOPLQLVWHULR\VHFRQRFHQQHJRFLRVVX\RVFRQSRVWHULRULGDGDKDEHUHVWDGRHQHOJR-
ELHUQR5DIDHO5H\HVNociones de Historia de El Salvador%DUFHORQD7DOOHUHV*Ui¿FRV
GH-RVp&DVDPDMyS
0HPRULDGH+DFLHQGD*XHUUD\0DULQDHQDiario«GHPDU]RGH
402 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

0HPRULDGH+DFLHQGDGH\DFLWDGD$GHPiVHQOD0HPRULDGHUHIHULGDDO
DxRWDPELpQVHPHQFLRQDQDOWHUDFLRQHVHQ$KXDFKDSiQGRQGHHVWDED)UDQFLVFR
0HQpQGH]9HUWDPELpQ5DIDHO5H\HVNociones de Historia«S
9HUSRUHMHPSOR0LURQ%XUJLQThe Economic Aspects…
0HPRULDGH+DFLHQGDGH
Diario«IHEUHUR$SHVDUGHHOORODSUHVLyQ¿VFDOPHGLDVREUHODVLPSRUWD-
FLRQHVVyORUHÀHMDEDVHJ~QODFRQWDELOLGDGHQHO
0HPRULDGH+DFLHQGD*XHUUD\0DULQDDiario«GHDEULOGH
(QVHKDEtDHVWDEOHFLGRHOLPSXHVWRGHSHVRV\UHDOHVSDJDGHURVHQYDOHVR
ERQRVGHFXDOTXLHUFODVHPiVUHDOHVHQPRQHGDHIHFWLYDSRUFDGD]XUUyQGHDxLOGH
OEVTXHVHH[SRUWDVH,VLGUR0HQpQGH]Recopilación de las Leyes del Salvador
en Centroamérica6DQ6DOYDGRU6HFUHWDUtDGHOD3UHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD
>@/LE9,,,OH\
$ORODUJRGHHVWRVDxRVHQODLQIRUPDFLyQVREUHODUHQWDGHODJXDUGLHQWHHUDRIUHFLGD
GHIRUPDYDULDEOHHQ³SURGXFWROtTXLGR´\³SURGXFWREUXWR´ORTXHKDFHGLItFLOODFRP-
SDUDFLyQHQWUHORVGDWRVDXQTXHODWHQGHQFLDDVFHQGHQWHHVFODUDGHELGRDOFUHFLHQWH
consumo pero también al aumento del precio de la botella de aguardiente.
3RURWUDSDUWHVHKDEtDDXWRUL]DGRXQDQXHYDIiEULFDGH³OLFRUHV¿QRV´DLPLWDFLyQGH
ORVH[WUDQMHURVPHGLDQWHXQDFRQWUDWDDIDYRUGH'RQ2OWPDQ:DWMHQ
(VSUREDEOHTXHODVDFFLRQHVIXHUDQ³HPSHxDGDV´DOFRPLHQ]RGHOJRELHUQRGH5DIDHO
=DOGtYDU9HU0HPRULDVGH+DFLHQGDGH\
/H\GH3UHVXSXHVWRSDUDHODxRHFRQyPLFRGHDiario«PDU]R
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWHDO&XHUSR/HJLVODWLYRDiario«GHHQHURGH(VLQWH-
resante comparar este tipo de observaciones con las de otros gobernantes de la época.
3DUD&RORPELDYHU0DOFROP'HDV³7KH)LVFDO3UREOHPVRI1LQHWHHQWK&HQWXU\&R-
lombia”. Journal of Latin American StudiesYROSS
Diario«GHIHEUHURGH
0HPRULDGH+DFLHQGDDiario«GHDEULOGH
6HRIUHFHQGDWRVKDVWDSDUDDSUHFLDUODWHQGHQFLDDOFLVWDGHODVH[SRUWDFLRQHV
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWHDOD/HJLVODWXUDDiario«GHHQHURGH
8QDLQYHVWLJDFLyQVREUHODHYROXFLyQGHORVSUHFLRVVHUtDPX\LPSRUWDQWHSDUDFRQRFHU
mejor la historia de El Salvador durante este período.
Diario«GHPDU]RGH
3UHVXSXHVWR*HQHUDOSDUDDiario«GHPDU]RGH
0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDGH
6H¿UPDEDQFRQWUDWDVFRQFRPSDxtDVGHYDSRUHVSDUDTXHWRFDVHQHQORVSXHUWRVGHO
país desde comienzos de la década de 1850.
+pFWRU/LQGR)XHQWHVLa economía…
/DVFRQGLFLRQHVGHHVWDRSHUDFLyQVHUiQHVWXGLDGDVHQXQSUy[LPRWUDEDMR
5DIDHO5H\HVNociones de Historia…
&RPRFRQVHFXHQFLDGHODJLWDGRDxRSROtWLFRQRH[LVWHQGDWRVJOREDOHVSDUD9HU
datos parciales en Diario«GHQRYLHPEUHGH
Diario«GHHQHURGH
$OGR/DXULD6DQWLDJRUna República…
NOTAS: INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULOS 403

0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDGH
:LOOLDP6DWHU³&KLOHDQGWKH:RUOG'HSUHVVLRQRIWKHV´Journal of Latin
American StudiesYROQžSS(Q*XDWHPDODVHLPSODQWyXQWtPLGR
impuesto sobre la propiedad inmobiliaria. Ver Memorias del Ministerio de Hacienda
de Guatemala en estos años.
0DUtD/HLVWHQVFKQHLGHUUHFRSRecopilación de documentos históricos relativos a la
administración del general Francisco Menéndez6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFD-
FLyQSS\VV
 0HQVDMH GHO 3UHVLGHQWH 3URYLVLRQDO GH OD 5HS~EOLFD D OD$VDPEOHD Diario« GH
febrero de 1887.
Diario«GHMXQLRGH
Diario«GHRFWXEUHGH
0HQVDMHGHO3UHVLGHQWH3URYLVLRQDOGHOD5HS~EOLFDDOD$VDPEOHDDiario«GH
febrero de 1887.
Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPD\RGH9HUWDPELpQQRWD
6HGLVSRQHSRUXQODGRGHLQIRUPDFLyQHVWDGtVWLFDPX\HOHPHQWDOSDUDPHVHVGH
\SRURWURODGRGHGDWRVSDUDPHVHVTXHFXEUHQORV¿QDOHVGH\HODxR
completo.
 0HPRULD GHO 6HFUHWDULR GH (VWDGR HQ ORV 'HVSDFKRV GH +DFLHQGD &UpGLWR 3~EOLFR
*XHUUD\0DULQDGH
0HPRULDGHORV5DPRVGH+DFLHQGD\&UpGLWR3~EOLFRGHDiario«GHPD\R
de 1889.
0HPRULDGHORV5DPRVGH&UpGLWR3~EOLFR+DFLHQGD\0DULQDGHDiario«
de mayo de 1899.
9HU0HPRULDGHO0LQLVWHULRGH+DFLHQGDGH
Diario«GHPD\RGH
,EtGHP(QDOJXQDRFDVLyQVHKDDVHJXUDGRTXHHOJRELHUQRUHFXUUtDDFXDOTXLHUIXHQ-
WHSROtWLFDPHQWHYLDEOHGHSDUDDXPHQWDUVXVLQJUHVRV&XULRVDPHQWH5DIDHOÈOYDUH]
/DOLQGHTXHUHFRUGyD)UDQFLVFR0HQpQGH]FRPRXQDOLEHUDFLyQGHORVFUHFLGRVLP-
SXHVWRVHVWDEOHFLGRVSRU5DIDHO=DOGtYDUQRVHSURQXQFLDEDHQVXVPHPRULDVHQFRQWUD
GHOQLYHOGHORVTXHOOHJyD¿MDUHOJHQHUDOQLTXHWHUPLQyHVWDEOHFLHQGRGLUHFWDPHQWH
un impuesto al café.
(QUHSUHVHQWDQWHVHQOD$VDPEOHD1DFLRQDOFRQLQWHUHVHVHQORVQHJRFLRVDJUD-
ULRVFRPR5$\DOD\0<~GLFHKDEtDQSURSXHVWRTXHVHFRQFHGLHUDXQDSULPDGH
ps. por quintal de cacao que se exportara. Diario«GHHQHURGH
Diario«GHPDU]RGH
(QHVWHSHUtRGRGHFULVLV¿QDQFLHUDVHQGLYHUVRVHVWDGRVGH$PpULFD/DWLQDHOLQFLSLHQ-
te sector bancario encontraba oportunidades para hacer buenos negocios. Ver Alfonso
:4XLUR]%DQTXHURVHQFRQÀLFWR(VWUXFWXUD¿QDQFLHUD\HFRQRPtDSHUXDQD
1930/LPD8QLYHUVLGDGGHO3DFt¿FR
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHPDU]RGH
Diario«GHDEULOGH
404 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

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global en América Latina.%DUFHORQD8QLYHUVLWDWGH%DUFHORQDSS
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±$&267$$QWRQLR ³6RFLHGDG \ KDFLHQGDV PXQLFLSDOHV HQ (O 6DOYDGRU D PH-
GLDGRVGHOVLJOR;,;´HQ3LODU*DUFtD-RUGiQHGDinámicas de poder local en
América Latina, siglos XIX-XXI%DUFHORQD8QLYHUVLWDWGH%DUFHORQDSS
55-85.
±$&267$$QWRQLR³+DFLHQGDVFRPSDUDGDV8QDDSUR[LPDFLyQDODV+DFLHQGDV
3~EOLFDVGH(O6DOYDGRU\*XDWHPDODD¿QHVGHOVLJOR;,;´HQ3LODU*DUFtD-RU-
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±$&267$$QWRQLR\)/25(6-XOLD³0XQLFLSLR\(VWDGR/DSROtWLFDPXQLFLSDO
GHORVJRELHUQRVGH(O6DOYDGRUKDFLD´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]%HUQDO
FRPS 3RGHU DFWRUHV VRFLDOHV \ FRQÀLFWLYLGDG (O 6DOYDGRU 2. San
6DOYDGRU6HFUHWDUtDGH&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDSS
±$&267$$QWRQLR³/RVLQLFLRVHFRQyPLFRVGHORVDOHPDQHVHQ$OWD9HUDSD]
*XDWHPDOD8QFDVRVLQJXODUHQODROLJDUTXtDD¿QHVGHOVLJOR;,;´(Q3LODU*DU-
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KWWSZZZHFXUHGFXLQGH[SKS/DB&(&$BHQB&XED
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410 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

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WRUQRDO(VWDGRHQ&HQWURDPpULFD´HQ3DEOR*RQ]iOH]&DVDQRYDEl Estado en
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PHWURVGHODIRUWDOH]DJXEHUQDPHQWDOHQ(O6DOYDGRU´HQ$$99
Los estancos, las prácticas monopólicas y las rentas del Estado en El Salvador.
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412 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

±+2%6%$:0(ULFLa era del capital. 1848-1875%DUFHORQD&UtWLFD

±,5,*2,10DUtD$OHMDQGUD³*UHVKDPRQKRUVHEDFNWKHPRQHWDU\URRWVRI6SD-
QLVK$PHULFDQSROLWLFDOIUDJPHQWDWLRQLQWKHQLQHWHHQWKFHQWXU\´Economic His-
tory ReviewSS
± -$195<$ODLQ GH The Agrarian Question and Reformism in Latin America.
%DOWLPRUH7KH-RKQV+RSNLQV8QLYHUVLW\3UHVV
± .(55 'HUHN The Role of the Coffee Industry in the History of El Salvador,
1840-19060$7KHVLV8QLYHUVLW\RI&DOJDU\
±.,1'/(%(5*(5&KDUOHV3+LVWRULD¿QDQFLHUDGH(XURSD%DUFHORQD&UtWLFD
1988.
±/$)(55,Ê5(-De Paris à Guatemala. Notes de voyages au Centre-Amérique.
1866-18753DULV*DUQLHU)UqUHV
±/$5'e</$5Ë1-RUJHEl Salvador: Historia de sus pueblos, villas y ciudades.
6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH&XOWXUD
± /$85,$6$17,$*2 $OGR ³/DQG &RPPXQLW\ DQG 5HYROW LQ /DWH1LQH-
WHHQWK&HQWXU\,QGLDQ,]DOFR(O6DOYDGRU´ The Hispanic American Historical
ReviewYROQž$XJSS
±/$85,$6$17,$*2$OGRUna República agraria. San Salvador. CONCUL-
785$HG
±/$85,$6$17,$*2$OGR³'LVFXUVROLEHUDOSUiFWLFDFDPSHVLQDODSULYDWL]D-
FLyQGHWLHUUDVHQODUHJLyQGHOYROFiQGH6DQ9LFHQWH´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]
%HUQDOFRPS3RGHUDFWRUHVVRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O6DOYDGRU2.
6DQ6DOYDGRU6HFUHWDUtDGH&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDSSSS
168.
– LEGISLACIÓN salvadoreña del café. 1846-19556DQ6DOYDGRU$VRFLDFLyQ6DO-
YDGRUHxDGHO&DIp
±/(,67(16&+1(,'(50DUtDUHFRS³$GPLQLVWUDFLyQGHO'RFWRU'RQ5DIDHO
=DOGtYDU´HQDoctor Don Rafael Zaldívar. Recopilación de documentos históri-
cos relativos a su Administración6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQ
pp. 135-250.
±/(,67(16&+1(,'(50DUtDUHFRSRecopilación de documentos históricos
relativos a la administración del general Francisco Menéndez. 6DQ 6DOYDGRU
0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQ
±/(03e5,Ê5($QQLFN³/DKLVWRULRJUDItDGHO(VWDGRHQ+LVSDQRDPpULFD$O-
JXQDV UHÀH[LRQHV´ HQ *XLOOHUPR 3DODFLRV FRRUG Ensayos sobre la “nueva”
historia política de América Latina, siglo XIX0p[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR
SS
±/,1'2)8(17(6+pFWRULa economía de El Salvador en el siglo XIX. San
6DOYDGRU&21&8/785$>HGHQLQJOpV@
BIBLIOGRAFÍA 413

±/,1'2)8(17(6+pFWRU³/DLQWURGXFFLyQGHOFDIpHQ(O6DOYDGRU´HQ+pF-
WRU3pUH]%ULJQROL\0DULR6DPSHUTierra, café y sociedad. Ensayos sobre la
historia agraria centroamericana6DQ-RVpGH&RVWD5LFD)/$&62SS
55-82.
±/,1'2)8(17(6+pFWRU³/RVOtPLWHVGHOSRGHUHQODpSRFDGH%DUULRV´HQ
$UWXUR7DUDFHQD\-HDQ3LHOFRPSVIdentidades nacionales y Estado moderno
en América Central6DQ6DOYDGRU)/$&62SS
±/Ï3(=(XJHQLD³/DLQHVWDELOLGDG\ODSURPHVDGHOSURJUHVR´HQ
ÈOYDUR 0DJDxD *UDQDGRV FRRUG El Salvador. La República 6DQ 6DOYDGRU
%DQFR$JUtFRODSS
± /Ï3(= %(51$/ &DUORV *UHJRULR ³(O OHYDQWDPLHQWR LQGtJHQD GH  HQ
6DQWLDJR1RQXDOFR&RQÀLFWRVORFDOHVHWQLFLGDG\OXFKDGHIDFFLRQHVHQ(O6DO-
YDGRU´ Revista de Historia 8QLYHUVLGDG 1DFLRQDO&RVWD 5LFD Qž  -XOLR
'LFLHPEUHSS
±/Ï3(=%(51$/&DUORV*UHJRULRTradiciones inventadas y discursos nacio-
nalistas: El imaginario nacional de la época liberal en El Salvador, 1876-1932.
6DQ6DOYDGRU8QLYHUVLGDGGH(O6DOYDGRU
± /Ï3(= %(51$/ &DUORV *UHJRULR ³&RPSDGUD]JRV QHJRFLRV \ SROtWLFD ODV
UHGHVVRFLDOHVGH*HUDUGR%DUULRV´Revista Cultura1ž
pp. 1-20.
±/Ï3(=%(51$/&DUORV*UHJRULRPoder local y poder central en la construc-
ción del Estado en El Salvador. 1840-1890. Tesis de Doctorado. Universidad de
&RVWD5LFD
±/Ï3(=%(51$/&DUORV*UHJRULR³/DVUHIRUPDVOLEHUDOHVHQ(O6DOYDGRU\VXV
LPSOLFDFLRQHVHQHOSRGHUPXQLFLSDO´HQDiálogos. Revista electró-
nica de Historia. Número especial. 2008.
±/Ï3(=%(51$/&DUORV*UHJRULR³'H,QWHQGHQFLDD(VWDGRQDFLRQDOXQED-
ODQFHGHODKLVWRULDSROtWLFDVDOYDGRUHxD´HQ&DUORV*UHJRULR/ySH]
%HUQDOFRPS3RGHUDFWRUHVVRFLDOHV\FRQÀLFWLYLGDG(O6DOYDGRU2.
6DQ6DOYDGRU6HFUHWDUtDGH&XOWXUDGHOD3UHVLGHQFLDSS
±/Ï3(=9$//(&,//26ËWDORGerardo Barrios y su tiempo.6DQ6DOYDGRU0L-
QLVWHULRGH(GXFDFLyQYROV
±/Ï3(=9$//(&,//26ËWDOR³)XHU]DVVRFLDOHV\FDPELRVRFLDOHQ(O6DOYD-
GRU´Estudios CentroamericanosYROQ~PHURVSS
± /8'/2: /HRQRU \ 0$5,&+$/ &DUORV HGV Banca y poder en México
(1800-1925). 0p[LFR*ULMDOER
±/8'/2:/HRQRU\0$5,&+$/&DUORVFRRUGVUn siglo de deuda pública
en México0p[LFR,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV'U-RVp0DUtD/XLV0RUD
±/8-È108f2=-RUJHBreve historia contemporánea de Guatemala. Guate-
PDOD)RQGRGH&XOWXUD(FRQyPLFD
414 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

±/81$'DYLG$OHMDQGURManual de Historia Económica de El Salvador. San

6DOYDGRU(GLWRULDO8QLYHUVLWDULD
0$5,&+$/&DUORV³(OQDFLPLHQWRGHODEDQFDPH[LFDQDHQHOFRQWH[WRODWLQR-
DPHULFDQRSUREOHPDVGHSHULRGL]DFLyQ´HQ/HRQRU/XGORZ\&DUORV0DULFKDO
HGVBanca y poder en México (1800-1925)0p[LFR*ULMDOERSS
266.
±0$5,&+$/&DUORVHistoria de la deuda externa de América Latina0DGULG
$OLDQ]D(G
± 0$5,&+$/ &DUORV A Century of Debt Crisis in Latin America. From Inde-
pendence to the Great Depression, 1820-19303ULQFHWRQ3ULQFHWRQ8QLYHUVLW\
3UHVV
±0$5,&+$/&DUORVFRRUGLas inversiones extranjeras en América Latina,
1850-1930: nuevos debates y problemas en historia económica comparada. Mé-
[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR)&(
±0$5,&+$/&DUORVFRPSDe colonia a nación: impuestos y política en Mé-
xico, 1750-18600p[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR
±0$5,&+$/&DUORV³0RQH\7D[HVDQG)LQDQFH´%XOPHU7KRPDV9LFWRU&RDW-
VZRUWK-RKQ+DQG&RUWpV&RQGH5REHUWRThe Cambridge Economic History of
Latin America. &DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHUVLW\3UHVVYRO,SS
±0$5,&+$/&DUORV1XHYDKLVWRULDGHODVJUDQGHVFULVLV¿QDQFLHUDV8QDSHUV-
pectiva global, 1873-2008%DUFHORQD'HEDWH
±0$57Ë1(=3(/È(=6HYHURLa patria del criollo. Ensayo de interpretación
de la realidad colonial guatemalteca*XDWHPDOD8QLYHUVLGDGGH6DQ&DUORVGH
*XDWHPDOD
± 0& *5(9((< :LOOLDP 3DXO Historia económica de Colombia. 1845-1930.
%RJRWi(GLFLRQHV7HUFHU0XQGR
±0(,6(/52&$$GROIRHWDOEl Banco de la República. Antecedentes, evolución
y estructura%RJRWi%DQFRGHOD5HS~EOLFD
± 0(/*$5 %$2 5LFDUGR El movimiento obrero latinoamericano: historia de
una clase subalterna0DGULG$OLDQ]D$PpULFD
±0(/*$5%5,=8(/$-RVp0HOJDU%UL]XHODLiberalismo y conservadurismo
en El Salvador durante la segunda mitad del siglo XIX$QWLJXR&XVFDWOiQ(GL-
WRULDO'HOJDGR
±0(/*$5&$//(-$6-RVp0DUtDÍndice cronológico de leyes y eventos rela-
cionados con la moneda y la banca salvadoreña6DQ6DOYDGRU8)*(GLWRUHV
2001.
±0(1e1'(=,VLGURRecopilación de las Leyes del Salvador en Centroamérica.
6DQ6DOYDGRU6HFUHWDUtDGHOD3UHVLGHQFLDGHOD5HS~EOLFD>@
±0(1-Ë9$55DIDHOAcumulación originaria y desarrollo del capitalismo en El
Salvador6DQ6DOYDGRU8&$(GV
BIBLIOGRAFÍA 415

± 0(1-Ë9$55DIDHO\*8,'265DIDHO³3UyORJR´D-RKQ%DLO\HWDOEl Sal-

vador de 1840 a 1935 estudiado y analizado por los extranjeros6DQ6DOYDGRU
8&$(GV
±02/,1$<025$/(65REHUWRLos ministros de Hacienda. 1838-1971. San
6DOYDGRU0LQLVWHULRGH+DFLHQGD
±02/,1$<025$/(65REHUWR³/LFHQFLDGR'RQ5DIDHO=DOGtYDU´(Q0D-
ría Leistenschneider. Dr. Rafael Zaldívar. Recopilación de documentos históricos
relativos a su Administración6DQ6DOYDGRU0LQLVWHULRGH(GXFDFLyQSS
17-21.
± 0217(55(< )UDQFLVFR Historia de El Salvador. Anotaciones cronológicas.
6DQ6DOYDGRU(GLWRULDO8QLYHUVLWDULDHGYROV
±026.6WDQIRUG$³(FRQRPtDFDIHWDOHUDGH*XDWHPDODGXUDQWHHOSHUtRGR
´HQEconomía de Guatemala*XDWHPDOD(0(3
±08f2=/8-È1-RUJHBreve historia contemporánea de Guatemala0p[LFR
)&(
±1(772'HO¿PO Problema do Café no Brasil5LRGH-DQHLUR)XQGDoDR*HWX-
OLR9DUJDV0LQLVWHULRGH$JULFXOWXUD
±2&$032-RVp$QWRQLRColombia y la economía mundial. 1830-1910%RJRWi
6LJOR;;,
– HISTORIA del Órgano Legislativo de la República de El Salvador. 1824-2006.
7RPR,6DQ6DOYDGRU,PS$OEDFURPH
±3$/$&,260DUFREl café en Colombia, 1850-19700p[LFR%RJRWi(O&ROH-
JLRGH0p[LFR(OÈQFRUD(GV>HG@
±3$1(77,(5,-RVpDebate nacional. Devaluaciones de la moneda (1822-1935).
%XHQRV$LUHV&HQWURHGLWRUGH$PpULFD/DWLQD
±3(5$/7$58,=9tFWRUH,5852=48,9,&725,$120DUWDPor la concor-
dia, la fusión y el unitarismo: estado y caudillismo en Bolivia, 1825-1880. Ma-
GULG&6,&
±3e5(=%5,*12/,+pFWRU\6$03(50DULRTierra, café y sociedad. Ensayos
sobre la historia agraria centroamericana6DQ-RVpGH&RVWD5LFD)/$&62
±3e5(=%5,*12/,+pFWRU³&UHFLPLHQWRDJURH[SRUWDGRU\UHJtPHQHVSROtWLFRV
HQ&HQWURDPpULFD8QHQVD\RGHKLVWRULDFRPSDUDGD´HQ+pFWRU3pUH]%ULJQROL
y Mario Samper. Tierra, café y sociedad. Ensayos sobre la historia agraria cen-
troamericana6DQ-RVpGH&RVWD5LFD)/$&62
±3e5(=)$%5(*$7&ODUD³/DRUJDQL]DFLyQGHOPXQLFLSLRVDOYDGRUHxRHQWUH
1840 y 1869. Una aproximación a la construcción del Estado desde el ámbito
local” en Boletín Americanista$xR /;, Qž  %DUFHORQD 8QLYHUVLGDG GH
%DUFHORQDSS
±3e5(=)$%5(*$7&ODUD³/DFRQ¿JXUDFLyQGHOHVSDFLRHFRQyPLFRHQHOPDU-
FRGHODFRQVWUXFFLyQGHO(VWDGRHO2ULHQWHVDOYDGRUHxR´HQRevista
416 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

Complutense Historia de América0DGULG8QLYHUVLGDG&RPSOXWHQVHYRO


±3(1'(5*5$670DUNEl café: historia de la semilla que cambió el mundo.
%DUFHORQD-DYLHU9HUJDUD
± 3,&Ï )HUQDQGR 6- $PDUJR FDIp ORV SHTXHxRV \ PHGLDQRV FD¿FXOWRUHV GH
Utuado en la segunda mitad del siglo XIX)5tR3LHGUDV3XHUWR5LFR(GLFLRQHV
+XUDFiQ
± 3257,//2 *HUDOGLQD ³(O RULJHQ GH OD EXUJXHVtD FDIHWDOHUD FDVR GH /D /L-
EHUWDG´HQ2VFDU0DUWtQH]3HxDWHFRRUGEl Salvador. Historia General. San
6DOYDGRU(G1XHYR(QIRTXHSS
±3257,//2*HUDOGLQDLa tenencia de la tierra en El Salvador6DQ6DOYDGRU
,QVWLWXWRGH(VWXGLRV+LVWyULFRV
±3257,//2*HUDOGLQD“Revisión de algunas opiniones en la historia agraria de El
Salvador”3RQHQFLDDO9&RQJUHVR&HQWURDPHULFDQRGH+LVWRULD8QLYHUVLGDGGH
(O6DOYDGRU-XOLRGH
±3257,//2*HUDOGLQD³&DIHWDOHURVGHOGHSDUWDPHQWRGH6DQWD$QD´
VII Congreso Centroamericano de Historia7HJXFLJDOSD
± 380$5$'$ 2¶1(,// /XLV La industria cafetalera de Puerto Rico. 1736-
19696DQ-XDQGH3XHUWR5LFR2¿FLQD(VWDWDOGH3UHVHUYDFLyQ+LVWyULFD
±48,17$1$5REHUWR5Apuntes sobre el desarrollo monetario de Guatemala.
*XDWHPDOD(G8QLYHUVLWDULD
48,52=$OIRQVR:%DQTXHURVHQFRQÀLFWR(VWUXFWXUD¿QDQFLHUD\HFRQRPtD
peruana, 1884-1930/LPD8QLYHUVLGDGGHO3DFt¿FR
± 5(675(32$QWRQLR -RVp El moderno imperialismo. Proteccionismo y libre-
cambio. La industria del café en América%DUFHORQD(GLWRULDO0DXFFL"
±5(<(65DIDHOApuntamientos estadísticos sobre la República de El Salvador.
6DQ6DOYDGRU,PSUHQWD1DFLRQDO
±5(<(65DIDHONociones de Historia de El Salvador%DUFHORQD7DOOHUHV*Ui¿-
FRVGH-RVp&DVDPDMy
±5,33<)UHG³/RVSHTXHxRVSDtVHVGHO&DULEH8QDKLVWRULDGHPDJURVEHQH¿-
FLRV´(Q-RKQ%DLO\HWDOEl Salvador de 1840 a 1935 estudiado y analizado por
los extranjeros6DQ6DOYDGRU8&$(GVSS
±52&.2))+XJK³%DQNLQJDQG)LQDQFH´HQ6WDQOH\/(QJHUPDQ
DQG5REHUW(*DOOPDQ(GVThe Cambridge Economic History of the United
States. Vol. II. The Long Nineteenth Century&DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHUVLW\
3UHVVSS\VV
±52'5Ë*8(=&(17(120DEHO³)LVFDOLGDG\FDIpPH[LFDQR(O3RU¿ULDWR\
sus estrategias de fomento económico para la producción y comercialización del
JUDQR´HQHistoria Mexicana9RO1RMXOLRVHSWLHPEUHGH
SS
BIBLIOGRAFÍA 417

± 520È175,*2$QD &HFLOLD /DV ¿QDQ]DV S~EOLFDV GH &RVWD 5LFD PHWRGR-

logía y fuentes (1870-1948)6DQ-RVp&HQWURGH,QYHVWLJDFLRQHV+LVWyULFDVGH
$PpULFD&HQWUDO
± 520$12 5XJJLHUR Moneda, seudomonedas y circulación monetaria en las
economías de México.0p[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR
±520$125XJJLHURCoyunturas opuestas: la crisis del siglo XVII en Europa e
Hispanoamérica0p[LFR(O&ROHJLRGH0p[LFR
±5248(%$/'29,1265LFDUGR³/DIRUPDFLyQGHOHVSDFLROLWHUDULRHQ(O6DO-
YDGRUHQHOVLJOR;,;´Istmo. Revista virtual de estudios literarios y culturales
centroamericanosQžHQHURMXQLR
± 6$/98&&, 5LFKDUG \ /LQGD ³/DV FRQVHFXHQFLDV HFRQyPLFDV GH OD LQGHSHQ-
GHQFLDPH[LFDQD´HQ/HDQGUR3UDGRV\6DPXHO$PDUDOHGVLa Independencia
americana: consecuencias económicas0DGULG$OLDQ]D(GLWRULDO
±6$17$&58=125,(*$-RVpBarrios, Dictador. Gobierno del General Justo
5X¿QR%DUULRV*XDWHPDOD7LSRJUDItD1DFLRQDO
±6$17$&58=125,(*$-RVp%DUULRVHO3DFL¿FDGRU*RELHUQRGHO*HQHUDO
-5X¿QR%DUULRV*XDWHPDOD,PS'HOJDGR
± 6$7(5 :LOOLDP ³&KLOH DQG WKH :RUOG 'HSUHVVLRQ RI WKH V´ Journal of
Latin American StudiesYROQž
±6&+1(5%5REHUW'HX[VLqFOHVGH¿VFDOLWpIUDQoDLVH;,;H;;HVLqFOHVKLVWRL-
re, économie, politique-HDQ%RXYLHU\-DFTXHV:ROIIFRPSV3DULVeFROHGH
+DXWHV(WXGHVGH6FLHQFHV6RFLDOHV
±6&+22129(57KRPDV³&HQWUDO$PHULFDQ&RPPHUFHDQG0DULWLPH$FWLYLW\
LQWKH1LQHWHHQWK&HQWXU\6RXUFHVIRUD4XDQWLWDWLYH$SSURDFK´HQLatin Ameri-
can Research Review9RO1RSS
±6&+23(1+$8(5$UWKXUDialéctica erística o el arte de tener razón: expuesta
en 38 estratagemas0DGULG7URWWD
± 6(9$5(6 -XOLR Historia de la deuda. Dos siglos de especulación. Buenos
$LUHV&DSLWDOLQWHOHFWXDO
±6.2&32/7KHGDBringing the State Back in&DPEULGJH&DPEULGJH8QLYHU-
VLW\3UHVV
± 60,7+ 5REHUW 6 ³)LQDQFLQJ WKH &HQWUDO$PHULFDQ )HGHUDWLRQ ´
The Hispanic American Historical ReviewYROQžQRYSS
±62117$*+HLQ]5XGROI\9$//(&,//26+pFWRUEl Estado en el capitalis-
mo contemporáneo0p[LFR6LJOR;;,
±7$17$/(È1$5%8/Ò-DYLHU3ROtWLFDHFRQyPLFR¿QDQFLHUD\ODIRUPDFLyQ
del Estado: siglo XIX/LPD&('(3
– 7$5$&(1$$55,2/$$UWXUR³/LEHUDOLVPR\SRGHUSROtWLFRHQ&HQWURDPpUL-
FD´HQ9LFWRU+XJR$FXxDHGHistoria General de Centroaméri-
ca0DGULG)/$&626(4&YRO,9SS\VV
418 LOS ORÍGENES DE LA BURGUESÍA DE EL SALVADOR

± 7$5$&(1$ $55,2/$ $UWXUR Etnicidad, Estado y Nación en Guatemala.

*XDWHPDOD1DZDO:XM
±7+(5%251*RUDQ¿Cómo domina la clase dominante?0DGULG6LJOR;;,
1979.
± 7+,(6 &DPHURQ * ³:DU 5LYDOU\ DQG 6WDWH %XLOGLQJ LQ /DWLQ$PHULFD´ HQ
American Journal of Political Science9ROQž-XOSS
±7+:$,7(65(<0DEHOHGEstado y marxismo: un siglo y medio de debates.
3URPHWHR%XHQRV$LUHV
±723,.6WHYHQ&\:(//6$OOHQThe Second Conquest of Latin America. Cof-
fee, Henequen and Oil during the Export Boom. 1850-1930$XVWLQ8QLYHUVLW\
RI7H[DV3UHVV
± 723,. 6WHYHQ ³&RIIHH &RQVXPSWLRQ LQ 0H[LFR´ HQ KWWSZZZHFRQRPLD
XQDPP[DPKHPHPRULDVLPSRVLR6WHYHQ723,.SGI
±7255(65,9$6(GHOEHUWRProcesos y estructuras de una sociedad dependien-
te6DQWLDJRGH&KLOH3UHQVD/DWLQRDPHULFDQD
±7255(65,9$6(GHOEHUWRInterpretación del desarrollo social centroamerica-
no6DQ-RVp('8&$
±7255(65,9$6(GHOEHUWR³/DQDFLyQ3UREOHPDVWHyULFRVHKLVWyULFRV´1RU-
EHUW /HFKQHU HG Estado y política en América Latina 0p[LFR 6LJOR ;;,
S
±8//2$&UX]&RGL¿FDFLyQGHOH\HVSDWULDVGHVGHODLQGHSHQGHQFLDKDVWDHO
año de 18755HYLVDGD\FRQFOXLGDSRUHO/LF'RQ&UX]8OORD6DQ6DOYDGRU
,PSUHQWD1DFLRQDO
±9$/'e69$//(5REHUWR$UPDQGR³/D0DVRQHUtD\HO*RELHUQRGH5DIDHO
=DOGtYDU´HQKWWSZZZDIHKFKLVWRULDFHQWURDPHULFDQDRUJ"DFWLRQ
¿BDII LG 
±9$/'e69$//( 5REHUWR$UPDQGR ³2ULJHQ PLHPEURV \ SULPHUDV DFFLRQHV
GHODPDVRQHUtDHQ(O6DOYDGRU´Revista de Estudios Históricos de
la Masonería Latinoamericana y Caribeña9ROQžPD\RQRYLHPEUH
pp. 156-171.
±9$/'e69$//(5REHUWR$UPDQGRMasones, liberales y ultramontanos sal-
vadoreños: debate político y constitucional en algunas publicaciones impresas,
GXUDQWH OD HWDSD ¿QDO GHO SURFHVR GH VHFXODUL]DFLyQ GHO (VWDGR VDOYDGRUHxR
(1885-1886). Tesis de Doctorado en Filosofía Iberoamericana. Universidad Cen-
WURDPHULFDQD³-RVp6LPHyQ&DxDV´0D\RGH
±9(/È648(=&$67,//2&DUORV³/DFRQVROLGDFLyQROLJiUTXLFDQHROLEHUDOHQ
(O 6DOYDGRU \ ORV UHWRV SDUD HO JRELHUQR GHO )0/1´ Revista América Latina.
8QLYHUVLGDG$5&,6SS
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2001.
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± :,/621 (YHUHWW$ODQ La crisis de la integración nacional en El Salvador,
1919-19356DQ6DOYDGRU&21&8/785$
±:,//,$065REHUW*States, and Social Evolution. Coffee and the Rise of Na-
tional Governments in Central America &KDSHO +LOO7KH 8QLYHUVLW\ RI 1RUWK
&DUROLQD3UHVV
±<281*-RKQ3Central American Currency and Finance3ULQFHWRQ3ULQFHWRQ
8QLYHUVLW\3UHVV
 Abreviaturas y equivalencias

Archivos y fuentes
AGN Archivo General de la Nación
)- )RQGR-XGLFLDO
AMS Archivo Municipal de Sonsonate
Gaceta… Gaceta del Salvador en de Centro-América
Diario… Diario Oficial

Medidas y equivalencias
GHIDQHJDDXQTXHHVWDUHODFLyQYDULDEDVHJ~QORV
almud
lugares.
arroba OLEUDVRNLORJUDPRV
Caballería-V8QLGDGGHVXSHUILFLHHTXLYDOHQWHDR
cba
cuerdas por cada lado de un cuadro
cuerda YDUDVFDVWHOODQDVFDGDYDUD
Fanega-V$TXtPHGLGDGHiULGRV5HVXOWDGLItFLO
fg precisar su capacidad pues dependía del tipo de grano y
GHVXFDOLGDG'HPDt]SRGtDVXSRQHUHQWRUQRD
fr Franco
ha Hectárea
NJ .LORJUDPR
lb /LEUDHTXLYDOHQWHD
mz Manzana-s. Unidad de superficie equivalente a
3HVR-V8QLGDGPRQHWDULDHTXLYDOHQWHDUHDOHV\PiV
ps
WDUGHDFHQWDYRV
qq Quintal-es. El quintal equivalía a
Unidad de superficie de dimensión variable. Con
tarea IUHFXHQFLDRGHPDQ]DQDSHURODVKDEtDGH
1/16 y hasta de 1/25 de manzana
Este trabajo no es una historia de El Salvador en el

Antonio Acosta
período elegido. Ni siquiera pretende ser una historia
económica del país. Trata solo de explicar algunos de los
mecanismos que utilizaron ciertos sectores de la sociedad
en la segunda mitad del siglo XIX para alcanzar,
reproducir y ampliar su poder económico y político no
sólo, pero principalmente, sobre la base del negocio del
café. De forma combinada, propietarios cafetaleros y
grandes comerciantes que desempeñaban también otras
funciones en la estructura económica, fueron ocupando
espacios estratégicos en el aparato del Estado, que estaba
en proceso de construcción, hasta hacerse prácticamente
con el control de lo que se podría considerar su núcleo. Se

El control sobre el café y el Estado 1848-1890

desarrolló así un auténtico sistema de dominación, una

Los orígenes de la burguesía de El Salvador

maquinaria, que se produjo gradualmente en el tiempo y
se desplegó en varios planos articulados, a modo de
engranaje. Este libro aspira no a tratar este proceso de
forma exhaustiva, pero sí a mostrar, al menos, algunas
pruebas de que esto sucedió de así. La tesis que aquí se
sostiene es que si, como se ha escrito, lo sucedido en
1932 fue la base de lo que ocurrió en la segunda mitad
del siglo XX, la evolución de fines del siglo XIX supuso el
inicio de una nueva desigualdad social y territorial en el
país que condujo a 1932.

Antonio Acosta