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Conferencia 23 - Los caminos de formación de síntoma (1916-7).

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SIGMUND FREUD “CONFERENCIA 23: LOS CAMINOS DE FORMACIÓN DE SÍNTOMA” (1916-7)En la


conferencia 23 va a quedar claro cómo Freud pasa de considerar lo traumático, lo que antes
estaba en la base de la histeria, como causa del síntoma, a considerar algo referido a la pulsión
como causante del síntoma (algo de esto ya se vio en Tres ensayos de teoría sexual).

Se ocupa de definir al síntoma como actos perjudiciales o, al menos, inútiles para la vida en su
conjunto. Pero vemos que no sólo se caracterizan por ser inútiles, sino que producen displacer, el
sujeto dirige quejas hacia ellos.

En esta conferencia, Freud dice que los síntomas se crean desde vivencias infantiles, en las que
la libido (energía sexual de la pulsión) está fijada. Lo que hay que resaltar es que estas escenas
infantiles no siempre son verdaderas, pero tampoco son completamente falsas. Es una mezcla de
ambas cosas. Lo que confunde al momento de decidir si esas vivencias se corresponden con la
realidad es lo que se entiende por la realidad misma. Hay que tener en cuenta dos realidades: una
realidad psíquica y una material.

En el mundo de las neurosis, la realidad psíquica es la definitiva. O sea, no importa si las fantasías
que tienen los sujetos son reales o falsas. Lo único que cuenta es su realidad. Si para la persona
algo sucedió, lo demás no importa, eso es lo que vale, lo que para esa persona realmente pasó.

En la formación del síntoma, dice Freud, actúan los mismos mecanismos que ayudan a la
formación del sueño: la condensación y el desplazamiento. Al igual que el sueño, el síntoma
aparece como algo cumplido (recordemos que los sueños, para Freud,son cumplimientos de
deseo). Por eso dice que muchas veces se hace difícil ver en el síntoma la satisfacción de la libido,
porque se produce una desfiguración, al igual que en el sueño. La formación de los síntomas o del
síntoma empieza por una frustración: la realidad(por ejemplo, la madre que le dice al niño: ¡no te
toques ahí abajo, es feo eso!) le deniega o impide la satisfacción de la libido y ésta toma un camino
regresivo: vuelve a aquellos puntos en los cuales sí logró satisfacerse y quedaron fijados (la libido
es explicada como una sustancia viscosa que en su desarrollo no pasa limpiamente, sino que deja
marcas). Es por esto que Freud remarca la importancia de la infancia, ya que la libido encuentra las
fijaciones en las prácticas y vivencias de la sexualidad infantil que se fueron perdiendo.

Freud antes postulaba que el síntoma era un retorno de lo reprimido. Ahora dice que el síntoma
es un sustituto de lo que fue denegado (o sea, la satisfacción de la pulsión): el síntoma viene a
reemplazar a la satisfacción frustrada. La exigencia de la satisfacción de la pulsión en algún
momento “choca” con el principio de realidad. Ese principio de realidad significa que la búsqueda
de la satisfacción depende de las condiciones impuestas por el mundo exterior.

El aparato psíquico debe representar el estado real del mundo exterior, y lo que se representa no
es más lo agradable, sino lo real, la realidad misma, incluso aunque sea desagradable. En la
fantasía, se conserva algo que fue frustrado. En un momento, por el principio de realidad, el sujeto
se ve frustrado en la satisfacción de su libido. El principio de realidad viene del lado de, por
ejemplo, la madre del chico y es “dejate de tocar”. Hay algo que tiene que ser educado, en el
sentido de que se “domina” la exigencia de la satisfacción de la pulsión. Parece que la pulsión
elude el principio de realidad y encuentra su satisfacción en el síntoma, pero sirviéndose de la
fantasía.

LA IMPORTANCIA DE LA FANTASÍA PARA LA FORMACIÓN DEL SÍNTOMA

¿De qué están hechas las fantasías? Si alguien, con las fantasías, se está defendiendo de la
propia práctica sexual infantil, en esa práctica sexual infantil hay pulsiones. Entonces, la
persona se está defendiendo de la exigencia de la pulsión, y la pulsión exige satisfacción.

En determinado momento, los diques le ponen freno a esa satisfacción. Freud establece el
supuesto de que existen unas fantasías primordiales. La fuente de estas fantasías está en las
pulsiones, y en todos los seres humanos se crean las mismas fantasías con el mismo contenido. Las
fantasías primordiales son:

-La observación, por parte del niño, del comercio sexual entre los padres;

-La seducción por parte de una persona adulta;

-La amenaza de castración. Las fantasías primordiales son resultado de las primeras impresiones
que un bebé recibe (es besado, es mimado, y todo eso son estímulos que dejan huellas, huellas de
las que el sujeto [en este caso, el bebé] no puede defenderse). Por eso Freud va a decir en un
determinado momento de la exigencia de la pulsión por alcanzar la satisfacción sexual, la persona
tiene que defenderse de esa exigencia (por ejemplo, la exigencia de la pulsión puede ser tan
intensa hasta tal punto que puede llevar al incesto).

Un chico no nace con un aparato psíquico formado (no sabe lo que está permitido y lo que no está
permitido). Eso es algo que uno le va inculcando o enseñando. Entonces, la exigencia de la pulsión
va más allá del yo, que todavía no está constituido o formado como tal. En el síntoma, la libido
toma un camino regresivo debido a una frustración de la satisfacción, y ese camino lo encuentra a
través de las fantasías:

1.Las fijaciones son puntos en el recorrido de la libido (un ejemplo es que el niño, en la etapa anal
de las pulsiones parciales, puede obtener satisfacción “aguantando de hacer caca”, por lo que
puede terminar creándose una fijación en esa etapa). Entonces, quedaría “atado” un monto de
libido que no avanza. Esta fijación termina siendo reprimida y quedando oculta;

2.Después de que se produzca un punto de fijación de la libido, el niño crece, y el modo de


satisfacción que tiene “choca” con el principio de realidad que se le impone. Por ejemplo, necesita
satisfacer la exigencia de la pulsión pero no puede masturbarse porque todo el tiempo le están
diciendo “que está mal, que no se hace, que es feo”;

3.Ante esta situación, la libido toma un camino regresivo debido a una frustración de la
satisfacción (o sea, no puede satisfacer la exigencia de la pulsión porque no puede masturbarse).
Entonces, se regresa a viejos modos de satisfacción que hayan resultado exitosos (siguiendo el
ejemplo, la satisfacción de la etapa anal es atractiva, porque daba mucho goce a la persona).

La libido “extraña” esas buenas épocas. Se produce entonces una regresión al punto de fijación
reprimido a travésde las fantasías. Esa regresión al punto de fijación a través de las fantasías hace
que éstas rebasen sobrepasen un cierto valor de umbral energético (es todo cuestión de
economía, por la magnitud de energías que entran en juego, y la posibilidad de “controlar” los
volúmenes de excitación dentro del aparato anímico). Cuando las fantasías se incrementan,
cuando su factor cuantitativo (o sea, de cantidad) se ve aumentado, eso lleva a que opere o actúe
la represión (que antes Freud llamaba “defensa”).La investidura energética (o sea, la carga) de las
fantasías se eleva tanto que ellas se vuelven exigentes, desarrollan un esfuerzo para que se
realicen, y esto hace inevitable el conflicto entre esas fantasías y el yo.

Que las fantasías permanezcan inconscientes es efecto de que hayan sido reprimidas. Al ser
incrementada la cantidad de libido en la fantasía (energía sexual), la exigencia de la pulsión para la
satisfacción entra en conflicto con el yo y la fantasía es reprimida. Luego ésta fantasía es efecto de
los mecanismos que sirven al inconsciente (condensación y desplazamiento), por lo que va a
aparecer desfigurada en la conciencia.

NO SE RENUNCIA SIN RESARCIMIENTO Freud dice que el yo del hombre es educado poco a poco
para apreciar la realidad y para obedecer al principio de realidad a causa de la exigencia o el
“apriete” exterior (que generalmente viene de los padres, de sus “cagadas a pedo”). En este
proceso de obediencia, la persona tiene que renunciar de manera temporal o permanente a varios
objetos y metas de las que quiere obtener placer. Pero siempre es difícil para el hombre la
renuncia al placer; por eso, esa renuncia no se lleva a cabo sin algún tipo de resarcimiento
(indemnización o retribución).

Si hay que renunciar a la práctica sexual masturbatoria infantil, debe haber algo que tome el lugar
de esa práctica que fue renunciada, tiene que haber resarcimiento de la búsqueda de la
satisfacción de la libido que fue frustrada. Y ese resarcimiento, dice Freud, la persona lo encuentra
en la fantasía. Por eso Freud da el ejemplo de los parques nacionales, y dice que hay algo que
permanece intacto. En la fantasía, el hombre sigue gozando de la libertad a la que hace mucho
tuvo que renunciar en la realidad. Los reclamos de la industria (por ejemplo, la maderera)
amenazan alterar la forma originaria de la Tierra, y es en los parques nacionales donde se conserva
el antiguo estado natural que en todos los otros lugares se sacrificó debido a las necesidades
industriales. En las reservas naturales tienen permitido crecer todo lo que quiera hacerlo. Por eso,
una reserva (separada del principio de realidad) es como el reino de la fantasía

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