Sei sulla pagina 1di 346

A propósito del turismo

La construcción social
del espacio turístico
A propósito del
turismo
La construcción social
del espacio turístico

Salvador Anton Clavé


Francesc González Reverté
(coordinadores)

Martí Cors i Iglesias


Alfonso Fernández Tabales
Josep Gala Micó
María García Hernández
Belén Gómez Martín
Joan Miquel Gomis López
Antonio Lacosta Aragüés
Enrique Navarro Jurado
Marta Nel·lo Andreu
Antonio Paolo Russo
Eduardo Salinas Chávez
Xosé M. Santos Solla
Carles Tudurí Borrás
Diseño de la colección: Editorial UOC

Primera edición en lengua castellana: Diciembre 2007

© Salvador Antón Clavé, Francesc González Reverté, Martí Cors i Iglesias, Alfonso Fernández
Tabales, Josep Gala Micó,María García Hernández, Belén Gómez Martín, Joan Miquel Gomis
López, Antonio Lacosta Aragüés, Enrique Navarro Jurado, Marta Nel.lo Andreu, Antonio Paolo
Russo, Xosé M. Santos Solla, Eduardo Salinas Chávez, Carles Tudurí Borrás, del texto.
© Imagen de la cubierta: Thiru Murugan
© Editorial UOC, de esta edición
Rambla del Poblenou 156, 08018 Barcelona
www.editorialuoc.com

Realización editorial: Imaginarte.net


Impresión: Book Print Digital S.A

ISBN: 978-84-9788-574-4
Depósito Legal

Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño general y de la cubierta, podrá ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio, tanto si es eléctrico como
químico, mecánico, óptico, de grabación, fotocopia, o por otros métodos, sin la autorización previa por
escrito de los titulares del copyright.
Coordinadores
Salvador Anton Clavé
Doctor en Geografía. Actualmente es profesor titular de Análisis Geográfica Regional en la Universitat
Rovira i Virgili, donde ejerce como director de la Escola Universitària de Turisme i Oci. Es también director
general del Parc Científic i Tecnològic de Turisme i Oci impulsado por la propia universidad. Autor de
numerosas publicaciones científicas, su último libro ha sido The global theme park industry (CABI, 2007)

Francesc González Reverté


Licenciado en Geografía e Historia por la Universitat Rovira i Virgili y doctor en Geografía por la
Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente es profesor de los Estudios de Economía y Em-
presa de la Universitat Oberta de Catalunya. Ha publicado diferentes libros y artículos en revistas
especializadas sobre turismo y geografía. Sus líneas de investigación actuales se centran en el turis-
mo litoral y cultural.

Autores
Martí Cors i Iglesias
Doctor en Geografía por Universitat de Barcelona en el año 2004. Actualmente es profesor asociado del
Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional de la Universitat de Barcelona y colabora
con la Escuela Universitaria de Turismo Euroaula, suscrita a la Universidad de Gerona. Su línea de investiga-
ción se sitúa dentro del campo de la geografía del turismo, especializado en turismo rural y de interior y es
miembro del equipo del proyecto de investigación “Turismo y desarrollo sostenible en la Cataluña interior:
Estrategias innovadoras para el aprovechamiento turístico del patrimonio natural y Cultural” del Ministerio
de Educación y Ciencia.
Alfonso Fernández Tabales
Profesor titular de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Sevilla. Ha orientado su carrera profesio-
nal y académica a las relaciones entre la actividad turística y los procesos de desarrollo en la escala regional
y local. Miembro del equipo redactor del Plan General de Turismo de Andalucía 2003-2006. Co-director del
Plan SENDA (Plan de ordenación del turismo en el espacio rural andaluz). Miembro del equipo redactor del
Plan General de Turismo Sostenible de Andalucía 2007-2010.
Josep Gala Micó
Es diplomado en Turismo. Ha cursado estudios de master en Gestión de Empresas Turísticas (Universitat de
Barcelona) y también en Planificación de Destinos Turísticos (Universitat Autònoma de Barcelona), especiali-
zándose en la Gestión del Desarrollo Sostenible. Ha realizado labores de consultoría a diferentes empresas tu-
rísticas. Ha trabajado en negocios de hotelería. Ha realizado puestas en marcha de negocios de restauración y
ha sido director de unidades de restauración. Desde 2003 es Responsable de Proyectos de ACTLC (Asociación
Catalana para el Tiempo Libre y la Cultura) diseñando y ejecutando tareas de consultoría en programas de
desarrollo local sostenible y desarrollo de organizaciones, en países como Argentina, Bolivia, España y Ma-
rruecos. Compagina su actividad profesional con tareas de docencia en estudios universitarios y de master de
Turismo, y es consultor de la Universitat Oberta de Catalunya en la asignatura de Desarrollo Sostenible de la
diplomatura en Turismo del Programa de Economía y Empresa.
María García Hernández
Doctora en Geografía por la Universidad Complutense de Madrid (2001). Licenciada en Documentación
por la Universidad Carlos III de Madrid. Forma parte del Grupo de Investigación “Turismo, Patrimonio y
Desarrollo“ del Dpto. de Geografía Humana de la Universidad de Castilla La Mancha que dirige el profe-
sor Dr. Miguel Ángel Troitiño Vinuesa. Título de la tesis doctoral: “Turismo y conjuntos monumentales:
capacidad de acogida turística y gestión de flujos de visitantes”. Durante los años 2001 y 2002 trabajó
como gerente del Plan de Excelencia Turística de la ciudad de Ávila (Ayuntamiento de Ávila). Actualmen-
te es profesora del Dpto. de Geografía Humana de la UCM. Ha participado en numerosos proyectos de
investigación realizados para distintas instancias de la administración pública (Secretaría de Estado de
Turismo, TURESPAÑA, Patronato de la Alhambra y Generalife, ayuntamientos, etc.) y es así mismo autora
de numerosas publicaciones relacionadas con la materia.
Belén Gómez Martín
Doctora en Geografía por la Universitat de Barcelona. Desarrolla su actividad profesional en el Departament
de Geografia Física i Anàlisi Geogràfica Regional de la misma universidad, donde es profesora agregada.
Joan Miquel Gomis López
Director del Programa de Turismo de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Ca-
talunya. Doctor en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona. Licenciado en Ciencias de la In-
formación por la Universitat Autònoma de Barcelona. Director académico del postgrado sobre Dirección y
Marketing de Empresas Turísticas de la la UOC y la Universitat de les Illes Balears. Coordinador docente del
master de Alta Gestión en Política y Estrategia de los Destinos Turísticos de la UOC y la Organización Mundial
del Turismo (OMT). Ha sido director y adjunto al editor de la revista Editur. Es co-fundador y vice-presidente
de Turismo Justo (www.turismojusto.org).
Antonio Javier Lacosta Aragüés
Licenciado en Geografía. Profesor asociado en el Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio de la Univer-
sidad de Zaragoza. Entre otros temas de interés científico, su línea de investigación principal se centra en el
estudio del desarrollo e implantación de la actividad turística en el medio rural.
Enrique Navarro Jurado
Doctor en Geografía, docente de Recursos Territoriales Turísticos en la diplomatura de Turismo (Universidad de
Málaga) y subdirector del master en Dirección y Planificación Turística. Autor y coautor de varios libros sobre
planificación turística en España y Latinoamérica, con artículos, intervención en master-doctorados y proyectos
de investigación nacionales e internacionales. Asesor-experto en distintas planificaciones locales y regionales.
Marta Nel·lo Andreu
Licenciada en Geografía e Historia. Doctora de la Universitat Rovira i Virgili. Premio extraordinario de Doc-
torado (2002-03). Profesora de la Unitat de Geografia desde 1994. Profesora lectora de la Escola de Turisme i
Oci de la URV. Consultora de la asignatura de Ecoturismo de la Universitat Oberta de Catalunya. Docencia
en masters y postgrados a nivel nacional e internacional. Miembro del Grup de Recerca d’Anàlisi Territorial
i Estudis Turístics de la Unitat de Geografia. Participación y dirección en proyectos competitivos concedidos
por el AECI y la DGICIT. Publicaciones en revistas especializadas en materia turística como Turismo, Estudios y
Perspectiva en Turismo, Re-tour, Journal of Tourism and Development, entre otras, así como publicaciones de libros
y manuales de geografía. Miembro de comisiones y grupos de expertos en turismo.
Antonio Paolo Russo
Profesor en la Universitat Rovira i Virgili y Director del Parque Científico y Tecnológico de Turismo y Ocio.
Obtuvo el PhD en Economía en el 2002 en la Universidad Erasmus de Rotterdam, trabajando en el instituto
de análisis urbano comparado, con el cual sigue colaborando. Sus intereses de investigación incluyen la pla-
nificación turística, la economía regional y urbana, y la geografía cultural.
Eduardo Salinas Chávez
Catedrático de Geografía Regional en la Universidad de La Habana, Cuba, especialista en Ecología del Paisaje,
Turismo y Ordenamiento Territorial. Ha publicado mas de 70 artículos científicos, varios capítulos de libros y 10
libros sobre Geografía Física y Regional, actualmente coordina varios proyectos de investigación con universida-
des españolas y desempeña labores como Secretario Ejecutivo de la Red de Investigación Aplicada al Turismo.
Xosé M. Santos Solla
Doctor en Geografía por la Universidad de Santiago de Compostela, profesor de Geografía humana en la
misma universidad. Director del Centro de Estudios Turísticos, CETUR, de la USC. La principal línea de in-
vestigación está centrada en el turismo, habiendo participado en diferentes proyectos relacionados con esta
materia, así como en la autoría de libros y artículos.
Carles Tudurí Borrás
Doctor en Ciencias de la Información. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, como Televisión
Española, Agencia Efe, Colpisa, Diario de Mallorca, Editur o Televisió de Mallorca. Esta labor se complementa
con su faceta como docente, puesto que es profesor asociado en la Universitat de les Illes Balears i consultor
de la Universitat Oberta de Catalunya. Es fundador y presidente de Turismo Justo. Es autor del libro Turismo
responsable. 30 propuestas de viaje, Editorial Alhena Media 2007.
© Editorial UOC 7 Índice

Índice

Introducción. La naturaleza del turista.


De la turismofobia a la construcción social del espacio turístico
Francesc González Reverté y Salvador Anton Clavé .............................................. 11

1 Una cuestión de nombres: turistas versus viajeros................................ 12


2. Masa y cantidad. El peso de las cifras .................................................... 20
3. El turista acomplejado: arrepentimiento y solidaridad ....................... 23
4. El espacio turístico (i)reversible. Los destinos turísticos consolidados. .......28

Capítulo I. Los turistas


Francesc González Reverté y Salvador Anton Clavé......................................................35

1. El turista que viaja.


Los desplazamientos y la condición de movilidad del turista............. 35
1.1. Los requisitos de la movilidad turística ............................................. 35
1.2. ¿De dónde proceden los turistas y hacia donde se dirigen? .............. 42
1.3. ¿Hacia la globalización del turismo? ................................................. 62
1.4. El turismo y las barreras a su despliegue global ................................. 64
2. El oficio de turista. El significado de hacer turismo ............................. 71
2.1. Sueños de turista. Motivación y experiencia vivida .......................... 71
2.2. El descubrimiento del otro ................................................................. 80
2.3. Los cambios en los medios de consumo ............................................ 89
2.4. La satisfacción de las expectativas de los lugares............................... 97
© Editorial UOC 8 A propósito del turismo

Capítulo II. Los lugares turísticos


Salvador Anton Clavé, Alfonso Fernández Tabales y Francesc González Reverté.....103

1. La anatomía de los lugares turísticos.


¿Cómo devienen los lugares en turísticos? .......................................... 103
1.1. La emergencia y la construcción de lugares turísticos.
Elementos de localización y atracción ............................................. 103
1.2. El papel de la distancia y la accesibilidad
en la génesis de los lugares turísticos ............................................... 108
1.3. Los lugares turísticos como espacios dinámicos .............................. 112
2. La apariencia de los lugares turísticos.................................................. 132
2.1. Las formas de los lugares turísticos .................................................. 132
2.2. El alcance y las características
de la condición turística de los lugares ............................................ 141
2.3. La percepción de los lugares como espacios turísticos .................... 153
3. El metabolismo de los lugares turísticos .............................................. 162
3.1. La transformación de las estructuras de los lugares turísticos.
La difícil dialéctica entre lo preexistente y lo novedoso
¿Integración, coexistencia o substitución? ...................................... 162
3.2. La influencia de los lugares turísticos sobre el resto del territorio .. 178
4. La invención de nuevos lugares turísticos ........................................... 185
4.1. ¿Destinos nuevos para nuevas experiencias? ................................... 185
4.2. Destinos que nacen y renacen.
La reinvención del turismo en los destinos maduros ...................... 187
4.3. Turismo y desarrollo en destinos emergentes.
Cuando sólo queda la opción del turismo....................................... 193

Capítulo III. Casos de estudio................................................................. 207

1. Ecoturismo en América Central • Marta Nel·lo Andreu ......................... 207


2. Turismo de sol y playa en Cuba. El caso de Varadero
Eduardo Salinas Chávez ............................................................................. 215
3. El agroturismo en la Cataluña interior.
El caso de la Sierra de Castelltallat • Martí Cors Iglesias ....................... 225
© Editorial UOC 9 Índice

4. Aranjuez, un destino maduro de turismo patrimonial


María García Hernández ............................................................................ 233
5. El descenso de aguas bravas en el Gran Cañón del Colorado
(Estados Unidos) • Antonio Lacosta Aragüés............................................ 245
6. Centros y periferias en las ciudades de patrimonio:
el caso de la región turística de Venecia • Antonio Paolo Russo............ 260
7. La redefinición de un destino a partir del turismo residencial.
El caso de la Costa del Sol • Enrique Navarro Jurado .............................. 273
8. El Camino de Santiago • Xosé Santos Solla ............................................ 282
9. El turismo de nieve en España.
El caso de Baqueira Beret (Cataluña) • Belén Gómez Martín ................. 292
10. Una iniciativa de desarrollo basada en el turismo.
El caso de Chefchaouen (Marruecos) • Josep Gala Micó ....................... 303
11. Turismo justo, en beneficio de todos
Joan Miquel Gomis López y Carles Tudurí Borrás ........................................ 318

Conclusiones generales ................................................................................ 325

Apéndice........................................................................................................ 329

Bibliografía .................................................................................................. 331


© Editorial UOC 11 Introducción

Introducción. La naturaleza del turista.


De la turismofobia a la construcción social del espacio turístico
Francesc González Reverté y Salvador Anton Clavé

La aparición de la figura del turista es un hecho relativamente reciente


en la historia de la humanidad. Si bien la curiosidad es una característica
innata al ser humano, no hace más que unos pocos siglos que la satisfac-
ción de esta necesidad adquiere carácter turístico gracias al desarrollo tec-
nológico de los medios de transporte y de la tercerización de la sociedad.
Y tan sólo desde hace unas pocas décadas, la democratización del ocio y el
turismo ha permitido aflorar esta práctica entre las clases medias de las so-
ciedades occidentales y de los países en vías de desarrollo. En consonancia
con los progresos tecnológicos, los progresos sociales han hecho posible
extender el turismo a una parte significativa de la población mundial.
Dicho de otro modo, los 800 millones de viajes turísticos internacionales
que tuvieron lugar en 2006 son una muestra de que la población del mun-
do opta por el turismo. Sin embargo, a pesar de lo tangible que resulta esta
impresionante cifra, se constata un recelo profundo hacia el turismo que
con frecuencia se basa más en juicios de valor que en análisis rigurosos de
la realidad social. El menosprecio hacia el turista implica minusvalorar los
criterios y decisiones de millones de personas y despreciar su capacidad
de decisión.
Por otro lado, los agentes sociales y económicos asocian el turismo a
su territorio y patrimonio como estrategia de desarrollo. Aunque esta ac-
tividad no siempre es necesaria en todos los contextos, ni cuenta siempre
con todo el respaldo social local, no sería menos cierto afirmar que nume-
rosos territorios-destino ven siempre en el turismo destellos de desarrollo
y perciben en la afluencia de turistas una garantía del éxito. Dada esta
situación, resulta cuanto menos paradójico que a los esfuerzos por encon-
trar mecanismos de promoción eficaces para la llamada al turista vaya en
paralelo con discursos caricaturizadores e incluso opuestos, a esta figura
© Editorial UOC 12 A propósito del turismo

en los propios destinos. Tener en consideración al turista no es defender


a ultranza el turismo ni volver la vista hacia sus efectos negativos, pero sí
que es un primer paso para conocer desde dentro el turismo, sus lógicas
simbólicas, sociales, económicas y territoriales específicas y contribuir a
un análisis menos ideológico. Más de un siglo después de que Thomas
Cook estableciera el primer paquete de turismo organizado del mundo
quizás debamos recordar todavía que sin turistas no existe ni el turismo,
ni el desarrollo turístico ni los destinos turísticos.
Plantear un recorrido académico que vaya desde la noción de turismo-
fobia a la realidad de los espacios turísticos implica simplemente entender
el turismo como un instrumento para el progreso social y como funda-
mento para el desarrollo territorial y económico, aunque sin perder de
vista, por ello, su capacidad de afectación que pueda tener en diferentes
contextos.

1 Una cuestión de nombres: turistas versus viajeros

La persecución generalizada del turista no deja de ser algo inquietante


dentro de los parámetros de la vida moderna, donde la mayor parte de la
población de las sociedades ricas disfruta de períodos de ocio recurrentes,
la movilidad se ha exacerbado y la globalización actúa en casi todos los
campos. Encontrar grotesco o lamentable la actitud y pautas de compor-
tamiento del turista, y ya no digamos mofarse de la pinta del turista o del
guiri como elemento exótico y externo (y que produce un efecto similar
al que, no hace tantos años producía la mirada dirigida por los residen-
tes hacia los primeros emigrantes laborales extracomunitarios) implica
el riesgo de tener que autojustificarse tarde o temprano, o sorprenderse
a uno mismo practicando la misma actividad que ha sido objeto de su
burla.
© Editorial UOC 13 Introducción

Flash fotográfico
Un ejemplo de caricatura de turista

Fuente (de la caricatura): http://blocosecanetas.blogspot.com/2007/03/anatomia-do-turista.html

La acusación de gregarismo, banalidad e irresponsabilidad al turista son re-


producidos no sólo en conversaciones de café sino también, lo que resulta mu-
© Editorial UOC 14 A propósito del turismo

cho más paradójico, en textos académicos escritos por autores especialistas en


temas de turismo. Esta mirada acre sobre el turista casa tan poco con la vigencia
del ocio en los periplos vitales de la población como con una realidad econó-
mica que plasma los ingentes esfuerzos para promocionarse que los destinos
realizan tratando de captar un visitante más. Es necesario entonces buscar al-
guna explicación acerca de esta incongruencia. Pueden esgrimirse dos razones
fundamentales contra el tópico: la idea de nostalgia y la de distinción social,
ambas entrelazadas. El turista, ese fetichista de los lugares, pasivo, idiota y ciego
(como ha sido calificado en numerosas ocasiones) atenta contra el buen queha-
cer del viajero, creando una tensión intelectual, que se complica especialmente
cuando ambos coexisten en espacio y tiempo. Desde su atalaya de superioridad,
el viajero afirmará que el turista no ve la realidad sino la ficción, que vive en-
gañado y alienado y que es manipulado como una marioneta por la industria
del ramo, a su capricho, y que, por su presencia ruidosa y visible, mancilla e
interrumpe su visita sutil y armónica.
Para evitar caer bajo esa condición es preciso cambiar la terminología y por
ello se recurre a la palabra viajero, en una clara reminiscencia del explorador
o del visitante romántico de siglos anteriores. La elección semántica no es
caprichosa y remite nostálgicamente a otros tiempos donde sólo les estaba
permitido viajar a los afortunados que tenían el valor y el tiempo (léase dinero)
para hacerlo. La separación de continentes permite jugar con una oposición
de contenidos: aventura-comodidad; contemplación-actuación; intervención-
participación; integración-alienación, gregarismo-individualismo, impacto-de-
sarrollo, etc. La duda intelectual que se plantea es acerca de si existen realmen-
te unas categorías sociales (viajero-turista) donde predominen unos aspectos
sobre los otros o bien son indistinguibles. Por ejemplo ¿Un ecoturista que se
traslada 5.000 km en avión para convivir con una tribu u observar mariposas
durante una semana quedaría exento simplemente por pertenecer a la catego-
ría de viajero del impacto sobre el calentamiento global derivado del consumo
de combustible?
Urbain desgrana con claridad el proceso social que subyace en esta doble
nomenclatura (1993). Según este autor, el turista interioriza el complejo de
falsedad que le produce su incapacidad de comprender y observar el mundo
real, a través de la creación de unos anticuerpos o castas internas. Surgen así
diferentes estratos de calidad turística en función de la inteligencia, dignidad y
autenticidad del viaje. Evidentemente, el viajero es la más alta figura de dicha
© Editorial UOC 15 Introducción

escala puesto que se involucra en viajes verdaderos o auténticos, mientras que


el turista desarrolla viajes falsos y tópicos. El buen turista (o viajero) viaja como
explorador por un mundo auténtico que descubre por dentro, desde el interior.
El mal turista visita lugares actuando como un observador superficial, que se
desplaza apresurado y distraído por apariencias y decorados. La capacidad de
discernir lo auténtico de lo falso sobre la mera contemplación pasiva, el itinera-
rio por encima de la estancia, la integración ante la alienación.
Según el propio Urbain, plantear esta oposición supone limitar la capacidad
de comprensión y discriminación de la realidad por parte de los turistas. Este
hecho implica una exageración intencionada, puesto que el turista sabe cuando
un decorado es falso, aunque, con fines recreativos, lo pueda interpretar volun-
tariamente como verdadero. En el juego del simulacro o de la hiperrealidad, la
profundidad de la experiencia no es equivalente a la verdad. Como veremos
más adelante al tratar el tema de la autenticidad, verdad y falsedad no son tér-
minos absolutos sino relativos. Para Urbain la experiencia turística debe ser re-
definida como una travesía de realidades construidas socialmente que expresan
todas ellas una verdad, en base al punto de partida y la experiencia personal de
cada individuo. La necesidad de diferenciación y singularización es el argumen-
to subyacente más que la capacidad de distinción inequívoca de lo auténtico.
El precio a pagar por la experiencia turística juega aquí un papel fundamental
en el proceso de distinción social entre el buen y el mal turista: el barato souve-
nir manufacturado que compra el turista se convierte en una compra cara de
artesanía auténtica en manos del viajero; la visita a lugares exclusivos fuera de
temporada a precio prohibitivo contrasta con la afición de las clases medias por
los destinos concurridos estacionalmente mediante la compra de un asequible
paquete turístico.

Flash fotográfico
¿Como vender viajes a turistas?

Campaña de marketing de la Agencia Barceló Viajes 2007

El recurso a la experiencia del viajero es una sugerente forma de enlazar con las
nuevas tendencias del turismo “independiente”, aunque sea canalizado a través
de una de las empresas intermediarias españolas más importantes en volumen de
facturación.
© Editorial UOC 16 A propósito del turismo

Fuente: Barceló Viajes.

Si consideramos inválida esta distinción entre turistas y viajeros y los inclui-


mos a todos en una única categoría podemos preguntarnos ¿qué es entonces un
turista? Donaire da unas pistas al respecto al afirmar que:

«1.- Un turista es una persona que se desplaza temporalmente, con la clara voluntad de
retorno. La relación entre turista y lugar es fugaz, instantánea. Ello no quiere decir necesa-
riamente que sea banal: es transitoria

»2.- Los turistas se desplazan por una función recreativa […] No es un antropólogo,
ni una ONG, ni un investigador social. Es un turista, es decir, la función última del
acto de viajar siempre es lúdica.

»3.- El turismo implica un cierto grado de transgresión. El turista tiene una función
carnavalesca: es una transgresión de los valores sociales, culturales e incluso sexuales
[…]Los turistas modifican (modificamos) sus códigos de conducta y con frecuencia
los invierten.»

Fuente: Donaire, J.A. (2007) Kill a tourist. Post en un blog personal.


Disponible en <http://don-aire.blogspot.com/2007/06/kill-tourist.html>
© Editorial UOC 17 Introducción

Visto desde la lógica del homo ludens al sambenito que cuelga del turista se
le difuminan algunos tópicos. Un turista ataviado de turista que discurre por
las Ramblas de Barcelona no es necesariamente un personaje estúpido que no
tiene noción alguna de geografía sino mucho más probablemente una persona
que relaja sus costumbres y transgrede con su vestimenta el comportamiento
habitual del día a día. Un turista que se relaja en la playa no es necesariamente
alguien pasivo con nulo interés intelectual, sino más probablemente alguien
que decide disfrutar sin hacer nada como estrategia para compensar su estrés
cotidiano. Un turista que regresa de un viaje al Líbano sin haber percibido o
comprendido bien del todo las diferencias entre grupos sociales y religiosos no
es necesariamente un ser banal sino más probablemente una persona que ha
estado poco tiempo en un lugar como para comprender fenómenos complejos,
o que simplemente lo ha dedicado a otros menesteres de su interés.

Caleidoscopio
Miradas cruzadas entre turistas y viajeros

1. El viajero nostálgico y elitista

«Existe un esnobismo relacionado con los viajes. Paul Bowles lo definió con una reflexión
malvada y ya muy manida en la que, para conceder prestigio al viajero negándoselo al
turista, invitaba a despreciar a cualquiera que saliera de casa con billete de vuelta. Hoy
en día, el turismo se ha convertido en un fenómeno de masas si cabe aún más abruma-
dor gracias a las posibilidades que ofrece el low cost. Las compañías aéreas y los hoteles
de bajo coste han logrado que se pongan a viajar personas que antes jamás salían de su
minifundio existencial, de su barrio, del bar de la esquina, y por tanto, han rebajado la
aureola romántica y exclusiva de que antes gozaba quien pudiera mostrar sellos exóticos
en las páginas de su pasaporte. Llega uno a los palacios de terracota de Tombuctú o a
la sombra de las pirámides de Gizeh y, en vez de una aventura, lo que se encuentra es al
frutero del barrio. Como hemos visto últimamente en Yemen, sólo el terrorismo interfiere
con una nota de azar fatal que todavía puede frenar en algunos puntos del mapa a la
horda con cinturón de calabazas y protector solar. Es por eso que la figura del correspon-
sal de guerra es casi la única que conserva la pátina de audacia y romanticismo que en
tiempos menos globales tenía cualquier viajero que se aventurase en las sombras de la
terra incognita de las que ya han sido privados los mapas.»

David Gistau
Fuente: Revista Chesterton <http://chesterton.es/?numero=7&articulo=turista>.
© Editorial UOC 18 A propósito del turismo

2. El viajero mira al turista (y se avergüenza de lo que ve)

«Antes de responder, considera lo siguiente: ser etiquetado como un visitante forastero no


deja de ser un inconveniente que hace que los locales te sobrecarguen al darte el cambio del
taxi o que intenten venderte joyas falsas. Actualmente en algunos lugares eso te podría costar
mucho dinero. Hace unos años, seis pistoleros disfrazados de oficiales de policía dispararon
al azar a los turistas que visitaban el templo de Hatshepsut en Egipto, matando a 70 de ellos.
Los turistas han sido atacados –y en ocasiones asesinados- en Guatemala, Rusia, Sudáfrica
e incluso aquí en los Estados Unidos. “Tu no quieres ser un turista” afirma Sharon B. Win-
gler, azafata de avión y autora del libro “Travel Alone & Love It: A Flight Attendant’s Guide
to Solo Travel”. “Los turistas son el objetivo de los rateros, mendigos, pedigüeños, ladrones,
estafadores, gigolós, prostitutas y, peor aún: secuestradores y terroristas” afirma.

»Entonces, que eres tú, ¿viajero o turista?


»¿Alguien respondió viajero? Buena respuesta
»Pero, ¿cómo mezclarse con el resto si no hablas su lengua? ¿Cómo arreglárselas para
no parecer que te encuentras perdido? Tanto si te encuentras en camino por negocios
o por placer, tengo algunos consejos de viaje que pueden serte muy útiles.

»Primero una definición de turista:

»1. Ellos pueden ser señalados por la manera como visten


»2. Ellos difícilmente se mezclan en los acontecimientos locales
»3. Ellos actúan, algunas veces, como si estuvieran fuera de lugar.

» DE ACUERDO, sabemos ahora qué no debemos hacer cuando estamos en ruta. Pero
¿Cómo hacer para viajar como un auténtico viajero?

»1. No lleves la casa contigo […] Viaja ligero de equipaje. Cargar con pesadas
maletas realmente te hace parecer un turista.
»2. Mantén una actitud adecuada. […] Intenta evitar las expresiones de asombro al
mínimo (“¡Oh, rascacielos!”) y observar tu alrededor como si pertenecieras a él.
»3. Conoce tu destino […] Evita los “lugares calientes” (lugares peligrosos que atraen
tanto a los turistas como a los delincuentes o artistas de calle) y encontrarás más fácil
mezclarte en armonía con él.
»4. Actúa correctamente ¿Cómo se comportan los viajeros? Como si supieran lo que
están haciendo.
»5. Al mismo tiempo, estate preparado para cualquier imprevisto y lleva
contigo cosas de utilidad […] no dejes nada al azar mientras estés de viaje […] Los
turistas tienden a olvidar que cuando están viajando no están en casa. Parece obvio, pero
considerando lo que los turistas llevan consigo –y lo que no llevan- no es tan obvio.

Con un poco de conocimiento, esfuerzo y práctica, no es tan difícil parecer como


alguien que sabe qué está haciendo. Esto podría hacer tu viaje mucho más seguro
y confortable.»

Christopher Elliott
© Editorial UOC 19 Introducción

<http://www.microsoft.com/smallbusiness/resources/finance/business_travel/be_
a_travel_pro_not_a_tourist_5_tips.mspx>.
Traducción del original en inglés por los autores

3. Anatematización de los turistas que imitan a los viajeros

La relación conflictiva con el turismo de masas se fundamenta, no obstante, sobre


una paradoja y asume el carácter de un “círculo vicioso” (Welk 2004: p 87), porque la
finalidad de un viajero acaba, más pronto o más tarde, por ser absorbido por el circuito
del turismo institucional. Además, el mochilero hoy tiene otro enemigo del que tomar
distancia: el mochilero conformista. Ello puede ponerse en relación con la creciente
popularidad del viaje desorganizado durante el último decenio, y con su transforma-
ción de fenómeno marginal y estilo de vida alternativo a fenómeno mainstream y ex-
periencia socialmente aceptada (y casi obligatoria para los jóvenes de ciertos países al
finalizar su formación académica o universitaria, o después del servicio militar).
Fuente: <http://www.backpacker.it/backpackers.html>.
Traducción del original en italiano por los autores

4. La furia del viajero

«Incluso desde una distancia de 12 yardas, era un ruido inconfundible; el zumbido furio-
so del inglés amante del arte, elevado a un tono de murmullo rabioso. “No, no, no – no
pienso apartarme del camino, estoy CONTEMPLANDO EL ARTE y no tengo ninguna
intención de moverme para que puedas tomar una foto de tu MUJER CULONA frente a
Michelangelo, o sea que ¿por qué no TE VUELVES a Disneyland o a Iowa, o al MALDITO
lugar de donde provienes? […]»

Hensher, P. «Tourism, the destroyer of hope» The Independent , 4 de Agosto de 2000.


Londres
<http://findarticles.com/p/articles/mi_qn4158/is_20000804/ai_n14338412>.
Traducción del original en inglés por los autores

5. El turista sale del armario


Autor: Spaguetti
«Cada día me dan más asco los horteras culturosos que te miran por encima del hombro por-
que te has ido de vacaciones a Fuengirola 15 días con tu cuñado o has logrado ahorrar lo sufi-
ciente para pagarte nueve días ocho noches en un todo incluido en Fuerteventura (o en el mejor
de los casos en Punta Cana); mientras ellos se han ido un mes a pasarlas putas a la India,
comiendo y bebiendo cosas que harían vomitar a un sapo y durmiendo en lugares, como poco,
llenos de ladillas. Todo esto, eso sí, bajo un halo intercultural, de respeto hacia el diferente, de
mezclarse con la población, ser uno con el cosmos, que te hace sentir, como poco, como un hijo
puta o una mierda de tío que no sabe vivir la vida. Pues que quieres que te diga, prefiero vivir
acomplejado con mi dry-martini (o mi cervecita) en mi tumbona en Gandia.»
Post en un blog personal. Fecha: 07/09/2006 23:48.
Fuente: <http://sergiodelmolino.blogia.com/2006/070401-turistas-vs.-viajeros.php>
© Editorial UOC 20 A propósito del turismo

2. Masa y cantidad. El peso de las cifras

Demasiado turismo matará al turismo. Esta frase, u otras metafóricas si-


milares que introducen mágicas gallinas de de oro, resume perfectamente
una contradicción en la que en apariencia se mueve la actividad turística.
Parece que cuanto mejor funciona, más cerca se está del desequilibrio y del
fin del negocio. En parte es lo que se desprende de las teorías evolutivas
como la del ciclo de vida de los destinos turísticos. Nadie pone en tela de
juicio que los destinos y los negocios turísticos sufren un desgaste con el
paso del tiempo y que deben acomodarse constantemente a los cambios
acaecidos en los mercados y en la manera de entender el tiempo de ocio.
No obstante, resulta mucho más dudoso que la cantidad (por exceso) de
visitantes sea un factor decisivo para explicar el declive de los destinos.
La idea de saturación implica preguntar ¿Cuántos son demasiados? Y ello
obliga a negociar con la física y otras ciencias una cuestión a aplicar en el
campo social con los riesgos que este trasvase transdisciplinar supone. Por
ejemplo, la noción de capacidad de carga, quizás irrebatible en el tubo de
ensayo con moscas drosophilas, plantea muchos más matices en el labora-
torio social humano. Las colas de turistas que impiden una visión privi-
legiada (a solas) de un monumento o de un cuadro son las que al mismo
tiempo (previo pago de una entrada o compra de un artículo) contribuyen
a su conservación y mantenimiento. Salvo en algunas excepciones donde
la relación entre visita turística y degradación del recurso es directa (por
ejemplo en la cueva de Altamira), el impacto físico que los turistas oca-
sionan en la mayoría de espacios patrimoniales es mucho menor que la
capacidad que tienen de financiarlos (la degradación de las fachadas de
algunas catedrales, murallas u otros monumentos no se debe a la presen-
cia de turistas, sino al mal de la piedra provocada por la circulación de
vehículos o por condiciones meteorológicas desfavorables. Es más, sin los
ingresos proporcionados por los visitantes sería mucho más complicado el
mantenimiento de buena parte del patrimonio).
La masificación en turismo se asocia con frecuencia a la presencia domi-
nante de perfiles de poca capacidad adquisitiva. Es cierto que no por traer
más turistas a un destino los ingresos obtenidos son mayores por unidad,
pero el aumento de la calidad tampoco funciona de manera inversamente
© Editorial UOC 21 Introducción

proporcional al número de visitantes. Por poner un ejemplo, se ha asocia-


do la aparición de las compañías de vuelo low cost a un perfil de turista
también de “bajo coste”. Sin embargo, y con tozudez estadística, aparece
reflejado que parte del ahorro en el precio final del vuelo acaba trans-
mitido al consumo en destino. Por no hablar de las numerosas ciudades,
anteriormente fuera del mapa turístico, que han podido constituirse como
destino por el hecho de conectar sus aeropuertos mediante las compañías
de bajo coste.
Más allá de las estadísticas, se intuye una razón ideológica que acompa-
ña, y en buena medida explica, la fobia a las masas en los destinos. La his-
toria del turismo va unida a la consecución de hitos sociales. Las vacacio-
nes pagadas, el Estado del Bienestar, la consolidación de las clases medias,
la ampliación del tiempo del ocio sobre el de trabajo, o más recientemente,
la mejora de las condiciones de salud de la tercera edad y su mayor pre-
sencia en la actividad turística. El derecho al turismo, su universalización
y democratización, distan todavía de ser un fenómeno global puesto que
hay grupos sociales y sociedades enteras excluidas. Se puede alegar que
viajar no es una necesidad vital pero tampoco es obligatoria, por lo que la
decisión de hacerlo por parte de millones de nuevos turistas cada año es
otro indicador más de bienestar más que de desigualdad.
El problema parece enfocarse sobre todo en que quienes deciden viajar
lo hacen al unísono y a los mismos lugares, denotando así, la falta de cri-
terio y una canalización del viaje hacia determinados destinos. El viajero,
como hemos visto anteriormente, inicia el viaje con criterio y de forma
individual, con los menores intermediarios posibles (que no quiere decir
con la ayuda de ninguno). Una lectura diferente es considerar el turismo
de masas como fenómeno social y la cultura del viajero como un elemento
más del individualismo de nuestros tiempos. La oposición entre el turista
gregario (idiota sedentario que viaja en grupo) y el viajero independiente
inteligente (explorador inquieto que viaja en solitario) resulta una expli-
cación cómoda para esconder otro tipo de oposición, entre los que tienen
medios económicos para escoger entre ofertas de viaje exclusivas (que les
permite viajar a solas) y los que no.
© Editorial UOC 22 A propósito del turismo

Flash fotográfico
¿Turistas clónicos?

Fuente: Paolo Cardona.

Aún así podemos preguntarnos ¿y qué es lo que hace que todos los turistas tien-
dan a ir a los mismos lugares? Sin duda no es por falta de criterio ni de capacidad de
libre elección. Más bien al contrario, por su capacidad de saber escoger perfectamente
aquello que más les interesa o le conviene para finalidades de ocio en cada momento
de su vida. Como elemento socializador, los destinos de masas cumplen su función
perfectamente; como práctica que bebe de elementos simbólicos, el turismo tiende a
focalizarse en recorridos y lugares must see. Tampoco la oferta es abundante y aunque
pueda parecer que se expande por todo el planeta, hay muchos lugares aturísticos o
vacíos, por lo que en realidad es insuficiente para poder escoger entre muchas opor-
tunidades. Finalmente, el boca-oreja decide en muchos casos la elección de destinos
similares, proceso en el cual, más que tratarse de dejarse llevar por la moda sin capa-
cidad de decidir por si mismo se trata de considerar cuál podrá ser la experiencia más
satisfactoria partiendo de la información más fidedigna posible de que se pueda dis-
poner. Es decir, las decisiones de destinos y prácticas vacacionales por parte de los tu-
ristas representa una toma de decisiones racional, o cuanto menos, que conlleva una
estrategia asociada de acuerdo, con unas motivaciones e intereses que responden a
un momento vital concreto. Momento vital que, por lo demás, debe contextualizar-
se en dos características fundamentales de la actividad, como son —a pesar que a me-
nudo no salga reflejado en la estadística oficial que sólo recoge los movimientos que
traspasan fronteras— (1) que el turismo es una actividad que implica desplazamiento
© Editorial UOC 23 Introducción

a corta y media distancia (los 1.000-1.500 km de alcance siguen siendo a pesar de los
avances en los sistemas de transporte un umbral en el cual se produzca repetición,
fidelización ,y por lo tanto, apropiación simbólica de los destinos por parte de sus
visitantes-usuarios) y (2) que la dinámica se intensifica en unas cuencas receptoras
específicas situadas a esa distancia desde los principales centros emisores del mundo
desarrollado, entre los cuales está, como es conocido, el Mediterráneo.

Caleidoscopio

La ampliación del museo del Prado (Madrid)


El museo del Prado ha realizado una importante inversión (152 millones €) para
su renovación y ampliación. Anualmente este museo recibe dos millones de visi-
tantes que, con la ampliación, se pretende que alcancen los 2,5 millones. Miguel
Zugaza, director del museo del Prado, reflexionaba en una entrevista en el diario
La Vanguardia (28-12-2007) acerca del aumento de la afluencia de visitantes a los
museos y las posibilidades de estos para satisfacer la experiencia de sus usuarios:
“(...) ¿Se puede abrir a todo el mundo sin caer en la masificación? En bue-
na medida, ampliamos para gestionar una asistencia ya masiva, que está formada
por personas que vienen al museo a disfrutar de una experiencia individual me-
morable. Debemos responsabilizarnos de que esa experiencia sea satisfactoria. (... )
Dos millones son muchas personas. Jean Clair afirma que los museos
han sido entregados a las hordas de turistas. (...) No se puede menospreciar
el esfuerzo de un japonés que viaja a Madrid para disfrutar de Las Meninas. Me asusta
una afluencia descontrolada. Pero nuestra función es convertirla en razonable. La
masificación es un hecho irreversible. (...) ¿No es partidario, por tanto, de limi-
tar el acceso al público? No. Y me gustaria que el museo fuera de acceso gratuito,
como los británicos. Aunque eso ahora no es sostenible estamos trabajando en esa
dirección (...). ¿Cómo satisfacer’ al amante del arte que antes se plantaba
una hora ante un cuadro? Inevitablemente, esa experiencia, en un gran museo,
pertenece al pasado. Pero hay que evitar que la visita se convierta en un sprint”,

La Vanguardia, 28 de octubre de 2007, pg. 47

3. El turista acomplejado: arrepentimiento y solidaridad

La reconstrucción social del turista culmina recientemente con la incorporación


de un ingrediente novedoso: la ética del turista y su capacidad de actuar y favorecer
el cambio social a través de la práctica del turismo. En realidad, la distinción dicotó-
mica clásica entre turista nuevo y turista viejo ya apunta esta tendencia (Poon, 1993).
El turista nuevo reúne las condiciones óptimas (reflexivo, inconformista e incapaz de
© Editorial UOC 24 A propósito del turismo

producir impactos negativos) mientras que el turista viejo (irreflexivo, conformista


y depredador) simboliza el peor perfil. Las nuevas tendencias de la demanda, que
todavía no son mayoritarias, enlazan con una consideración hacia la sostenibilidad y
la responsabilidad ética de los turistas. Ciertamente, tiene gran valor que se impulsen
nuevos formatos de turismo responsable y se organicen proyectos de desarrollo local
en regiones empobrecidas. No obstante, el debate se enfoca de tal manera que parece
que todo turista que no entre dentro de estos nuevos parámetros (viejos turistas) re-
sulta un ser degradado y degradante. Quizás sería más realista afirmar que los nuevos
turistas se alejan de las prácticas recreativas para adentrarse en otros contextos donde
se mezcla (o incluso desaparece) ocio y otros aspectos, tomando el turista un papel
más similar al de un guerrillero, un cooperante, un educador, un explorador o un
observador político. El mismo criterio aplicado desde el punto de vista de la oferta
justificaría la aparición de las denominadas modalidades de turismo alternativo.

Caleidoscopio
Nuevas temáticas en turismo sostenible. Extracto del programa del Seminario Tu-
rismo y decrecimiento de la Universidad de Grénoble, 2007
« ¿El decrecimiento como una nueva matriz de lectura para reconstruir el mito turístico? Desde
hace unas cinco décadas el turismo de masas contribuye a la generalización de las prácticas,
de los valores y de las ideologías de la movilidad, dentro del contexto de un amplio consenso
sobre la virtud del acceso a los “Otros lugares”. El hecho de que este “derecho al turismo”
concierna sólo al 5% de la población mundial pero que modifique profundamente las socie-
dades y ambientes visitados incita a un número creciente de actores y observadores a formular
juicios críticos, de los que surgen modelos reformistas o alternativos que pretenden transformar
el turismo en “sostenible”, “responsable”, “justo”, “solidario”, e incluso “humanitario”. De
manera transversal a estos movimientos, pero frecuentemente sobrepasándolos mediante una
radicalización de las exigencias éticas, sociales, culturales y ambientales, la perspectiva del
decrecimiento sostenible renueva y pone el acento del debate sobre el estado y prácticas del
turismo. Este proceso opera a través de una interpelación de « evidencias » constitutivas del
hecho turístico contemporáneo como son la movilidad, el exotismo, el trabajo, el ocio, el con-
sumo, la publicidad, la mercantilización, la tecnología… Pero se actúa también motivados por
una utopía basada en la inversión de los códigos dominantes del turismo : a la proximidad, lo
cotidiano, la autonomía cultural, la frugalidad, la autoproducción recreativa, la reducción del
gasto, la ralentización de los desplazamientos y el compromiso con el tiempo se les atribuyen
un sentido y unos valores positivos. Más que como un acto puramente individual el turismo se
percibe desde un contexto político, como una inmersión en las problemáticas locales, como una
revisión de las políticas de ordenación del territorio, de transporte, de desarrollo económico […]

Algunos de los temas abordados en el seminario:


• ¿Cuáles son los indicadores, experiencias, y prácticas que anuncian el decreci-
miento del turismo y la confirmación de un turismo o viaje de decrecimiento ?
© Editorial UOC 25 Introducción

• ¿El turismo de decrecimiento se considera como un turismo de crisis y de re-


pliegue? ¿O se trata, por el contrario, de una gestión voluntaria y positiva?
• ¿El turismo de decrecimiento corresponde a un nicho contracultural, investido
por las fracciones minoritarias de las clases medias culpabilizadas e inquietas ?
• ¿Es deseable, oportuno, posible… imaginar las aplicaciones del turismo de de-
crecimiento dentro del campo del turismo de masas ? O, por el contrario ¿el de-
crecimiento aplicado al turismo no es sólo pertinente en términos de oposición o
alternativa al turismo masificado?
• ¿Se puede todavía denominar turismo a esta forma voluntaria de viaje de
decrecimiento?¿No anuncia la transición hacia un posturismo, hacia un transtu-
rismo inscrito en un proyecto transmoderno (Dussel, R. Rodríguez-Magda, M. y
Mignolo, W.), es decir focalizado sobre cuestiones éticas y de liberación?

Fuente: <http://www.degrowth.net/Seminaire-Tourisme-et-Decroissance>

Traducción del original en francés por los autores

El turismo responsable como movimiento social. Reacción vs recreación


« […] el Turismo Responsable no aparece como un tipo o modelo de turismo especí-
fico, sino como un movimiento:
a) Que busca establecer modelos de desarrollo turístico sostenibles y específicos para cada
zona de destino, para lo que se han de tener en cuenta sus variables sociales, económicas
y medioambientales.»
b) Que denuncia los impactos negativos que el turismo conlleva o puede conllevar en
las sociedades anfitrionas, así como la imagen distorsionada que los visitantes pueden
hacerse de la realidad que han ido a conocer.
c) Que valora y reclama la responsabilidad de turistas, tour-operadores, anfitriones e
instituciones públicas a la hora de favorecer modelos turísticos sostenibles.

»Desde esta forma de entender el Turismo Responsable, el problema no consiste, sola-


mente, en considerar que el turismo pueda ser un motor de desarrollo al que hay que
ponerle algunos mecanismos correctores ante los riesgos que entraña. Se trata de una
cuestión de perspectiva previa: el turismo, como cualquier otro nuevo recurso que genera
beneficios, se convierte en un espacio de confrontación social. Un recurso en el que los
distintos sectores sociales implicados no necesariamente tienen los mismos intereses, sino
que muchas veces, al contrario, tienen posiciones claramente opuestas. De esta forma,
a pesar de que el turismo internacional en los países del Sur generalmente supone un
aumento de los problemas para la mayor parte de la población, también puede implicar
un potencial de desarrollo de sectores marginados de esas mismas zonas. La cuestión es
entender esta dinámica de confrontación y tener claro al lado de quien queremos estar.»

Fuente: Gascón, Jordi & Cañada, Ernest


<http://es.oneworld.net/article/archive/5712/>.
© Editorial UOC 26 A propósito del turismo

Sea como sea aparecen varios motivos de fondo relacionados entre si, más
allá de las simples modas, que permiten aproximarse a una explicación de estos
cambios hacia una nueva tendencia. En primer lugar el sentimiento de culpa. No
hay que olvidar que los neoturistas (o turistas-cooperantes) proceden mayorita-
riamente del primer mundo y que frecuentemente su profesión, modo de vida y
prácticas de consumo habituales son los propios de las clases medias de los países
ricos. Dedicar el tiempo de ocio al turismo ético no deja de ser una compensación
personal, una autosatisfacción, pero no una solución a los problemas globales. El
concepto de solidaridad engarza con esta tendencia hacia el turismo justo pero
probablemente su triunfo real requiera una mayor ampliación del campo de ba-
talla (y no solo tomarse unas vacaciones “responsables” antes de volver a la reali-
dad cotidiana). De producirse el salto el turista ocasional se convierte en activista
permanente con lo que su experiencia pierde el carácter lúdico.

Flash fotográfico
«El turista embajador» y «No dispares al turista». Dos visiones gráficas sobre el
papel del turismo en los países en vías de desarrollo

a) b)

Fuente: a) Plantu, Isidore Mbaye Dieng & Jacques Bugnicourt, Touristes-rois en Afrique. Enda/Kartala. Dakar, París, 1982. b) Peter Clarke, The
Guardian.

El segundo argumento es la capacidad de empatía y el respeto intercultural.


El turista nuevo parece ser capaz de acercarse desde dentro a las sociedades y
culturas que visita, incluyendo una participación activa (y/o transformadora
en la misma) mientras que el turista viejo es un simple elemento externo e
incapaz de comprender lo que ve, cuando no se comporta de forma intoleran-
© Editorial UOC 27 Introducción

te ante la diferencia cultural. El Equipo MIT realiza una interesante reflexión,


que resumimos, acerca de la idea de virginidad cultural y las máculas que el
turismo supuestamente introduce en las sociedades receptoras (Équipe MIT,
2002). La dicotomía museificación/transformación esconde en ocasiones una
voluntad de mantener un status quo o de preservar intactos (museificados) al-
gunos privilegios sociales. El control de la población local puede ser más fácil
sin la intervención de agentes externos (turistas entrometidos) y, de paso, la
reserva de espacios y su frecuentación limitada permite encarecer los precios
de acceso justificando su apertura a precio elevado, y por tanto restringiendo
su acceso a las elites. Allí donde el turismo se ha introducido de lleno y genera
cambios culturales el discurso es diferente. En esos contextos, se afirma que el
turismo desvirtúa la cultura tradicional y la pervierte por contacto exterior. La
idea de preservación de la cultura respecto al turismo es poco convincente por
tres motivos: 1) se da por sentado que la cultura está en un equilibrio estable
y que sin la influencia externa no se modificaría; 2) se parte de la creencia en
la pureza y la singularidad de las culturas; 3) se perciben los procesos de acul-
turación como excesivamente negativos. Se ignora con demasiada frecuencia
que las culturas no son inmutables y que es bueno que así sea. Los turistas
pueden acelerar los cambios pero no los imponen puesto que es la sociedad
local quien acaba metabolizándolos o descartándolos. Los procesos de acul-
turación son permanentes pero no engendran uniformidad cultural, ya que
son apropiados y reformulados por cada cultura, que no por ello dejará de ser
singular y diferente al resto.

Caleidoscopio
Turismo y neocolonialismo
Se tiende a menospreciar las aportaciones que la propia actividad turística conven-
cional puede realizar como reacción al neocolonialismo. La organización Save Ti-
bet hace la siguiente propuesta en uno de sus documentos: «La principal razón por
la que no ha tenido lugar una campaña para desmotivar a la gente a visitar el Tibet ha
sido (contrariamente a lo que sucedió, por ejemplo, durante el appartheid en Sudáfrica)
porque el Dalai Lama, el líder religioso y temporal del Tibet, ha animado a los turistas a
aportar su testimonio acerca de lo que estaba sucediendo en el Tibet.»

Fuente: Paradox lost: how not to be a tourist in Tibet. A report by the International
Campaign for Tibet <http://www.savetibet.org>.
© Editorial UOC 28 A propósito del turismo

Turismo de experiencias y patrones consumistas. El caso del ecoturismo

Algunos impactos habituales des???? de la ????? del ecoturismo:

1. Consumo de combustibles fósiles durante el traslado, uso de vehículos a motor


durante la observación de la vida salvaje y consumo de comida y otros productos
durante la experiencia ecoturística.
2. Compra de recuerdos que requieren un determinado grado de consumo de re-
cursos.
3. Deterioro gradual e imperceptible del medio mediante la erosión, pisoteo de
vegetación y otros efectos derivados de la observación de la vida salvaje y la ins-
talción de equipamientos.
4. Las listas de especies animales como un marcador de consumo, es decir una vez
se ha observado una especie esta pierde su interés y ya no se busca más, es decir
se ha consumido.

Fuente: Weaver, D. B. The Enciclopedia of Ecotourism. CABI Publishing. Wallin-


gford,2003.

4. El espacio turístico (i)reversible. Los destinos turísticos


consolidados.

Un último argumento gira sobre la alternativa entre consumo y no consumo.


No puede obviarse, en este sentido, que en la sociedad occidental los individuos
y los grupos han aprendido a construir su identidad a través de los valores que
imputan a sus opciones de consumo, entre las cuales está el consumo turístico
o, dicho de otro modo, sus decisiones tomadas acerca de los lugares donde van
a pasar las vacaciones. Como consecuencia, se está observando un proceso de
generalización de diferentes tipos de destinos, con actividades, programas e ins-
talaciones específicas, que, con la finalidad de satisfacer las expectativas de sus
visitantes mediante el consumo de lugares, de una u otra manera, empaquetan
y comercializan el ocio (Ritzer, 1999).
Desde esta perspectiva, el turismo se fundamenta en la satisfacción de experien-
cias mediante el consumo de lugares. Ello implica que el consumidor debe despla-
zarse hacia el lugar de producción para que tenga lugar dicha experiencia, y que ha
© Editorial UOC 29 Introducción

de regresar posteriormente a su lugar de origen. Durante la estancia es frecuente la


movilidad para aprovechar la visita viajando a lugares cercanos en forma de ruta o
itinerario, con lo que se produce un segundo nivel de movilidad en destino.
Un destino turístico es, desde está perspectiva, un sistema territorial de ca-
racterísticas específicas en cuanto a su finalidad social —la gestión de las ex-
pectativas de los turistas— que cuenta como componentes fundamentales con
unos elementos primarios que configuran su posicionamiento (recursos y
atracciones) y unos elementos secundarios que facilitan su consumo (estableci-
mientos de alojamiento, locales para el entretenimiento, comercios, etc.) y que
le otorgan también singularidad material. Sus características específicas están
condicionadas, en primer lugar y globalmente, por factores como la legislación
vigente, los agentes que han intervenido en su desarrollo o la tecnología dis-
ponible en el lugar donde se localiza. Ahora bien, su naturaleza como destino
viene dada por su accesibilidad física, por la percepción que de él tienen los pro-
pios visitantes, por su estrategia de promoción y comercialización y por las ex-
pectativas que los turistas depositan sobre él. Y, en algunos casos, ello se traduce
en la creación de espacios específicos para turistas, que funcionan a causa de su
especialización y que, más allá de prejuicios ideológicos y sociales asociados a
la condición de uso del espacio y del tiempo que hacen tales visitantes se con-
vierten en nuevos espacios de competitividad territorial a partir, precisamente,
de la presencia de turistas.

En profundidad
El turismo de montaña en Europa

El desarrollo turístico en áreas de montaña se ha fundamentado en la explota-


ción de recursos naturales y paisajísticos de diverso tipo. Tradicionalmente ha
coexistido un turismo extensivo de valoración de lo natural y de contacto con la
naturaleza con formas turísticas intensivas de frente y enclave basadas en la explo-
tación del recurso nieve y en una generalmente escasa consideración por aspectos
ambientales. En este sentido, debe indicarse que la distribución de la nieve en
Europa viene determinada por la localización de los grandes sistemas montañosos
y de las altas latitudes, si bien su aprovechamiento turístico (estaciones de esquí y
montaña) se produce en las zonas próximas a los centros emisores y países cuyos
sistemas social, económico y técnico lo posibilitan. De hecho, la mayor parte de
las actividades turísticas y recreativas en áreas de montaña en Europa se concen-
tran en los 190.000 km2/240.000 km2, según los autores, de los Alpes.
© Editorial UOC 30 A propósito del turismo

Los comienzos del esquí se produce en los Alpes y su generalización está ligada
a los intereses de importantes compañías de ferrocarriles, que promovieron y fi-
nanciaron el equipamiento hotelero de las primeras estaciones en los años treinta.
Francia, por ejemplo, cuenta en los Alpes con 30 estaciones de más de 20 remontes
cada una y un total de casi 1.450 remontes mecánicos, destacando La Plagne (112
remontes) y Alpe d’Huez (87), entre otras estaciones. La zona de los Tres Valles
en Francia representa el área esquiable más importante del mundo. Italia cuenta
en el macizo alpino con casi 50 estaciones de esquí, que suman 1.100 remontes.
Sus centros son más pequeños que los franceses, y entre ellos destaca Cortina
d’Ampezzo (55 remontes). Menor es el papel del esquí en los Pirineos, que a dife-
rencia de los Alpes han posibilitado el desarrollo de un mercado turístico de nieve
de carácter estrictamente regional. Por otra parte, el desarrollo de instalaciones
turísticas para deportes de invierno en Europa central y oriental ha sido, hasta
el momento, considerablemente menor. Ello no obsta, sin embargo, para que se
pueda considerar que algunos de los desarrollos más inapropiados desde un punto
de vista ambiental están localizados en estas áreas (caso de los Altos Tatras en Es-
lovaquia o de los resorts de los Cárpatos cercanos a Brasov).
El desarrollo del esquí se ha traducido en la generación de procesos de urbaniza-
ción turística de carácter residencial. Ahora bien, mientras que en Suiza, Alemania
y Austria el desarrollo de resorts turísticos de invierno se ha realizado a partir de la
expansión de núcleos rurales pre-existentes, en el caso de Francia, el desarrollo se
ha realizado fundamentalmente a partir de la creación de resorts ex-nihilo a gran
altura. En cualquier caso, si bien la mayoría de las inversiones, ayudas y publicidad
se suele referir a los productos turísticos de invierno, no puede olvidarse que los
espacios de alta montaña son también destinos turísticos para la época estival.
Así, los Alpes reciben anualmente cerca de 50 millones de turistas y 150 millones
de visitantes de día o de fin de semana que se distribuyen en un 40% durante el
verano y en un 60% en viajes de fin de semana.

Fuente: Anton Clavé, 2000.

Así, por ejemplo, el desplazamiento en el destino y el consumo de lugares


y de productos puede generar un sentimiento de frustración y contradicción
entre turistas concienciados por el agotamiento de los recursos no renovables.
De ahí, por lo tanto, que el turismo alternativo y sostenible plantee nuevos pro-
ductos y formatos, aunque en realidad en muchas ocasiones sus impactos no
difieran demasiado de otras formas turísticas convencionales. Por el contrario,
otros segmentos de demanda obvian tales problemas cuando deciden acceder a
destinos de turismo de masas como puede ser Benidorm.
© Editorial UOC 31 Introducción

En términos sintéticos, desde la perspectiva de la demanda, podría con-


siderarse, por lo tanto, que un destino turístico es un lugar de consumo que
goza de una imagen que le otorga un determinado simbolismo social. En él se
pueden adquirir productos comercializados de contenido fundamentalmente
recreativo en el marco de una concreta combinación de componentes que,
según y cómo esté organizada, dota de mayor o menor calidad el conjun-
to. Otra cosa es, en este sentido, la percepción que de sus visitantes tienen
sus residentes en función de los procesos sociales que desencadenan y que
han sido tradicionalmente analizados por la sociología de las relaciones entre
huéspedes y anfitriones en términos de creciente hostilidad en la medida que
se producen tensiones por el abuso en el uso y la especialización de un espacio
común que es considerado propio por los residentes.

Flash fotográfico
Manifestaciones anti turistas en destinos urbanos con dinámicas de expulsión de
los residentes de los espacios patrimoniales.

Granada (2003) Venecia (2005)


Fotografías de Salvador Anton Clavé.
© Editorial UOC 32 A propósito del turismo

Caleidoscopio

Dos decálogos para una mejor comprensión acerca del turista y del
turismo

1. El turismo ni es bueno ni es malo. Depende.


2. La gestión pública del turismo puede corregir los errores o los puede amplificar.
En todo caso, si bien es cierto que la gestión pública no garantiza un buen tu-
rismo la no gestión pública asegura un mal turismo.
3. El derecho al turismo debe ser un derecho universal. No una obligación, por
supuesto.
4. Todas las personas que se desplazan por motivos de ocio son turistas. Los viaje-
ros, los exploradores, los trotamundos o los alternativos son tan turistas como
la familia Ulises en Benidorm.
5. Ninguna forma turística es a priori menos nociva que otra. Hay formas de turis-
mo rural, urbano, natural o etnológico que hacen más estragos que el turismo
litoral bien gestionado. Las laderas del Everest están saturadas de desechos y las
playas de la Melanesia reciben los despojos de los yates de lujo.
6. El sector económico del turismo tiene la misma dignidad que la alta costura o la
industria aeronáutica. Es cierto que hay chiringuitos infectos, pero España po-
see 20 cadenas hoteleras entre las 100 primeras del mundo y es líder en MICE,
marketing turístico, en restauración o en gestión de mega eventos.
7. La mayoría de la gente detesta a los turistas, pero no renuncia a ser un turista.
Cuando visita un parque natural y se encuentra con varias docenas de visitan-
tes se pregunta «¿Y qué hacen éstos aquí?», pero no es capaz de responder: «Pues
lo mismo que tú».
8. Es cierto que los espacios turísticos pueden ser burbujas aisladas de la identidad
del lugar. Pero ha llegado el momento de debatir sobre qué es identidad, como
se relaciona esa identidad con el turismo y por qué no se considera que el tu-
rismo también es identidad.
9. El turismo no es construcción. El 94% de la oferta de la Comunidad Valenciana
no son ni hoteles ni campings. Si cartografiamos la incidencia espacial de los
hoteles en la costa mediterránea, con la excepción de las Baleares, el impacto
es ínfimo.
10. No hay plan de pueblo, comarca o región (incluso de un continente), que no
apueste por la vía turística como la estrategia preferente de futuro. Aunque en
el contexto contemporáneo, es cierto que cualquier lugar puede ser turístico,
eso no quiere decir que todos los lugares serán turísticos. La vía turística no es
obligatoria y, en muchos casos, es rotundamente desaconsejable.

Fuente: Donaire, 2007. Post en un blog personal.


<http://don-aire.blogspot.com/2007/07/turismofobia.html>
© Editorial UOC 33 Introducción

Los preceptos del MIT:


1. No considerarás al turista como una oveja ni a un grupo de turistas como un
rebaño.
2. Diferenciarás entre un grupo de coches de turistas y una división panzer.
3. No venderás dos veces la misma habitación de hotel o la misma plaza de
avión. Evitarás vender esta última al señor Fulanito al doble de precio que a su
compañero de viaje.
4. Te alojarás al menos una noche en el hotel que has recomendado en tu guía,
que has ubicado en tu catálogo de ventas, o que has construido.
5. Degustarás los platos que describes en tu guía.
6. No pintarás de tinta violeta un cristal de roca para convertirlo en una amatis-
ta.
7. No intentarás hacer pasar el flamenco por una danza mallorquina.
8. No criticarás a aquellos que se molestan en venir a llevarte ingresos a domici-
lio.
9. No insultarás en tahitiano a los turistas llegados para admirar la danza ta-
moure.
10. Si un turista comete un delito –incluido el sexual- no incriminarás la categoría
a la que pueda momentáneamente pertenecer, como así tampoco a la de su
edad, religión, nacionalidad o color de su piel.

Fuente: Équipe MIT, 2002.


© Editorial UOC 35 Capítulo I. Los turistas

Capítulo I
Los turistas
Francesc González Reverté y Salvador Anton Clavé

1. El turista que viaja. Los desplazamientos y la condición de


movilidad del turista

1.1. Los requisitos de la movilidad turística

En sus ensayos sobre globalización, Zygmunt Bauman define este fenómeno


como un proceso que fundamentalmente implica «movilidad y libertad de movi-
miento» (Bauman, 2001). Esta visión encaja perfectamente con la idiosincrasia
del turismo, ya que éste sólo es posible mediante el desplazamiento, aunque
ello no significa que todos los grupos sociales estén predispuestos o tengan ca-
pacidad para efectuar este tipo de desplazamientos. Sin embargo la movilidad y
la circulación son conceptos fundamentales para entender el turismo así como
los sistemas de comunicación y transporte que lo posibilitan. Sorprendente-
mente se trata de uno de los objetos de estudio menos analizados por la comu-
nidad científica, por lo que muchas de las cuestiones que aparecen en este texto
aguardan todavía para ser reforzadas con análisis empíricos y teorías.
Nuestra intención es reflexionar acerca de la movilidad en turismo. Los efec-
tos de la llamada por Harvey compresión espacio-temporal son perfectamente
visibles en el marco del turismo. Es evidente que las mejoras tecnológicas que
favorecen la movilidad han acercado mercados a destinos, pero lejos de repro-
ducirse un patrón de distribución turístico homogéneo sobre el territorio, éste
es desigual. Además al mismo tiempo que se multiplica el potencial de movi-
lidad, se plantean disyuntivas acerca de cuál es la capacidad de carga de dicha
movilidad expresada, por ejemplo, en indicadores como la huella ecológica de
los viajeros. La movilidad turística no es caprichosa sino que responde a unos
flujos organizados en función de las preferencias de la demanda y que dan lugar
© Editorial UOC 36 A propósito del turismo

a espacios o áreas turísticas. A pesar que desde el punto de vista técnico los des-
plazamientos pueden efectuarse a grandes distancias, veremos que gran parte
de dichos flujos estructuran relaciones de proximidad geográfica, dando lugar a
desplazamientos fundamentalmente de ámbito regional.
Cabe preguntarse también si el intenso proceso de crecimiento que presen-
ta la actividad turística va camino de convertirla en un fenómeno global y si
dispone de límites ese crecimiento ¿Existen barreras globales al turismo que
puedan afectar a su futura capacidad de crecimiento?
A continuación vamos a referirnos a dos ámbitos diferentes vinculados a la movi-
lidad turística. En primer lugar, la relación entre tiempo y espacio y la actividad turís-
tica. En segundo lugar, los impactos globales que el transporte turístico acarrea.
Existe una relación entre la dimensión temporal y la espacial del turismo.
De hecho, la definición al uso por la Organización Mundial del Turismo
(OMT) sobre qué se entiende por turismo se basa en el período de tiempo
(superior a 24 horas) en el que una persona se encuentra fuera de su lugar
de residencia habitual y deja de ser un excursionista para convertirse en tu-
rista que pernocta. Por otro lado, superar los doce meses de estancia implica
franquear una nueva frontera ya que, siguiendo nuevamente la definición
de la OMT, supone dejar de ser turista y convertirse en emigrante. Al añadir
a esta conceptualización basada en el tiempo el elemento espacial se observa
una correlación (véase figura 1). El número total de viajes tiende a decaer
con el tiempo y la distancia recorridos desde un punto de origen. Así, si los
excursionistas se limitan a pasar unas horas visitando, comprando, etc. en
un ámbito local pero con múltiples movimientos, los turistas desarrollan su
actividad en un ámbito regional, nacional o internacional con menor ten-
dencia a la movilidad en destino, aunque ésta será variable dependiendo del
propósito de cada viaje (un tour internacional tiende a generar muchos más
desplazamientos que una estancia en un todo incluido o en una segunda
residencia). Queda claro que no se trata de una relación automática y que
existen numerosas excepciones. Por ejemplo, la tendencia en aumento a
las estancias breves o short-breaks combinado con la entrada en juego de las
compañías aéreas de bajo coste (LCC) permite pasar un fin de semana o in-
cluso unas pocas horas en destinos relativamente alejados. La introducción
del tren de alta velocidad permite igualmente acercar prácticas de excursio-
nista a destinos que anteriormente serían exclusivamente turísticos desde
un origen determinado. Precisamente, el papel de los excursionistas, fre-
© Editorial UOC 37 Capítulo I. Los turistas

cuentemente menospreciado, puede llegar a ser imprescindible para algunos


destinos (por ejemplo algunas ciudades patrimoniales), así como también
se deberían valorar las posibilidades que algunos comportamientos de viaje
(educación, trabajo, visitas a familiares, etc.) prestan a la actividad turística.
Con ello queremos decir que la relación existente entre turismo, ocio y otras
prácticas sociales y comportamientos que implican el movimiento humano
son inestables y varían en el tiempo (Hall, 2005).

Figura 1. La movilidad temporal en espacio y tiempo.

Fuente: Hall, 2005.

Otro aspecto interesante y todavía poco estudiado es el papel de los viajes


y la movilidad vinculada al turismo según el ciclo de vida de los individuos.
© Editorial UOC 38 A propósito del turismo

Probablemente los individuos tienen unas pautas de movilidad diferentes se-


gún su edad o estadio vital. Además hay que tener en cuenta que el compor-
tamiento turístico de los individuos es dinámico y no estático como sugieren
modelos como el de Plog. En relación a este aspecto es interesante destacar la
aparición de estudios que toman como metodología de análisis la denomina-
da aproximación biográfica, donde se entrevista a grupos de personas para reco-
pilar información acerca de sus viajes con el objetivo de construir su biografía
de movilidad (Frändberg, 2006).

En profundidad
Movilidad turística y transporte aéreo

El transporte aéreo se convertirá en un factor clave para el futuro del turismo. Es


especialmente importante teniendo en cuenta que la competitividad de muchos
destinos en una sociedad postmoderna, donde los consumidores están estratifica-
dos según su grado de movilidad, es decir, por su libertad en escoger donde quiere
estar, pasa por la captación de turistas por vía aérea.
Recogemos aquí algunas reflexiones que pueden devenir aspectos clave del futuro
tráfico aéreo turístico internacional y que contribuirán a configurar la interacción
espacial futura entre espacios emisores y receptores turísticos.
1. El crecimiento del transporte aéreo asociado al turismo. Por ejemplo, según el
informe The Future of Air Transport White Paper, publicado por el Departamento
de Transportes británico, desde 1970, en la Gran Bretaña, se ha multiplicado por
cinco el tráfico aéreo y se espera que en los próximos 30 años la demanda aumente
en un 300% (DfT, 2003). En la mayoría de grandes aeropuertos internacionales los
viajes por motivos de turismo u ocio generan ya un importante volumen de vue-
los y pasajeros transportados. Además, se prevé que el crecimiento de los viajes tu-
rísticos de larga distancia, es decir aquellos a los que se destina casi exclusivamente
el avión como medio de transporte, van a tener un crecimiento por encima de la
media del que registrará el sector turístico en general, y no sólo desde los mercados
tradicionales sino también desde nuevos mercados emergentes en países en vías
de desarrollo como China o la India. Algunos de los factores que impulsan la de-
manda de vuelos turísticos son: el incremento de la renta familiar de los viajeros,
la mejora de la accesibilidad geográfica, la mayor circulación de información que
acerca los destinos exóticos a posibles consumidores vía Internet o televisión, la
irrupción en el mercado de compañías aéreas de bajo coste, o el auge de determi-
nadas modalidades turísticas (viajes educativos, científicos, solidarios, etc.)
2. La desregulación y liberalización del transporte aéreo así como la introducción
de las compañías de bajo coste han permitido también el desarrollo de los flujos
© Editorial UOC 39 Capítulo I. Los turistas

turísticos a distancias intermedias. Las LCC han intervenido directamente en la


aparición de nuevos destinos urbanos con un uso intensivo de las nuevas tecnolo-
gías y otras estrategias orientadas a la reducción de costes de producción, modelo
en la que han llegado a ser líderes. Las LCC han permitido acercar estos destinos,
en formatos de vacaciones breves o short breaks, a grupos sociales de ingresos me-
dios y otros que anteriormente quedaban prácticamente excluidos del transporte
aéreo. Su modo de funcionamiento se basa en la provisión de una calidad de servi-
cio básica en un aparato sin compartimentos de clase y con la máxima ocupación
posible de asientos; vuelan principalmente a aeropuertos secundarios con tasas
menores y subcontratan la mayor parte de los servicios; finalmente hacen uso
de técnicas de yield management eficientes que les permiten innovar (por ejemplo
vendiendo billetes de sólo ida o sólo vuelta). La clave de la atracción del mercado
turístico (y también de visitas de familiares y amigos) por parte de las LCC está en
el reducido precio final. Estas compañías ofrecen vuelos que conectan aeropuer-
tos point-to-point a bajo coste, aunque con un servicio básico y con destino final
en aeropuertos secundarios (y en ocasiones relativamente lejanos) en relación al
destino urbano escogido. (Véase cuadro 1 para ver las principales diferencias exis-
tentes entre las LCC y las compañías tradicionales)
3. Los aeropuertos tienden a funcionar como un elemento de primer orden en la
configuración de los destinos turísticos internacionales y también de turismo resi-
dencial. Los aeropuertos son el soporte para la entrada de turistas internacionales, y
una buena accesibilidad y conexiones aeroportuarias no sólo sitúan a las ciudades en
el mapa turístico internacional sino que actúan como escaparate para las inversiones
en producto turístico, residencial y de infraestructuras. En un contexto donde la
competitividad de muchas ciudades y destinos empieza por sus propios aeropuertos,
estas infraestructuras toman gran protagonismo en su desarrollo turístico y urbanís-
tico. Los aeropuertos se están transformando también desde el punto de vista de su
uso . El incremento de la movilidad y la cantidad de tiempo que los turistas pasan en
ellos han hecho que pasaran de ser meras terminales de carga y descarga de pasajeros
a lo que algunos denominan el tercer espacio, es decir lugares intermedios entre los
destinos (allí donde verdaderamente se dan las nuevas interacciones sociales, pautas
de producción y de consumo turístico) y el hogar (Hollinshead, 2004).
4. El crecimiento del transporte aéreo plantea una cuestión crucial. ¿Es compatible
con el desarrollo sostenible de la actividad turística? Incuestionablemente el desa-
rrollo del transporte aéreo de viajeros ha generado beneficios de índole económico
y social, pero actualmente plantea también el dilema de su sostenibilidad. Entre
los impactos más destacados del transporte turístico en avión están los relacio-
nados con el ruido, la contaminación atmosférica, la emisión de gases de efecto
invernadero o la destrucción de recursos. Entre estos impactos dos son los prin-
cipales: 1) la contribución al cambio climático; y 2) las consecuencias políticas y
prácticas de la competencia por los escasos recursos de combustibles, teniendo en
cuenta que el queroseno actualmente es todavía irremplazable como combustible
de avión (Bequen & Patterson, 2006).
© Editorial UOC 40 A propósito del turismo

Cuadro 1. Diferencias principales entre el modelo de las compañías aéreas tradicionales y el de las com-
pañías aéreas de bajo coste.

Conectividad Aeropuertos Modelo Estrategias de


empresarial futuro

Compañías Uso de una red Primarios. Producto ofrecido Tendencia a re-


tradicionales aeroportuaria Uso de grandes a clientes de el- cortar costes de
extensa. equipamientos. evada capacidad servicios.
Oferta de servicios Disponibilidad adquisitiva. Aparición de es-
hub-and-spoke. de aeropuertos Pactos con aero- pecialización en
Posibilidad de regionales sólo puertos para el los segmentos de
múltiples enlaces para uso comple- control de canales mayor capacidad
y conexiones. mentario y de de vuelo. adquisitiva.
abastecimiento. Estructura orga- Creación de líneas
nizativa y de per- de bajo coste
sonal compleja. propias.
Apuesta por las
líneas de larga
distancia.

Compañías Vuelos Regionales con Uso de las TIC Mejora en


de bajo point-to-point. tasas menores. para la reducción los servicios
coste Pocos enlaces Escaso uso de de costes. complementarios.
disponibles. equipamientos Pactos con Entrada en los
Escasa oferta complementarios. destinos para principales aero-
de servicios la captación de puertos (por
aeroportuarios subvenciones. ejemplo, Orly).
complementarios. Desintermedia-
ción (contacto
directo a través
de Internet entre
el cliente y la
compañía).
Estructura orga-
nizativa y de per-
sonal flexible.
Externalización de
los servicios.

Fuente: Adaptado de Papatheodorou & Lei, 2005.

El desarrollo sostenible del turismo es uno de los aspectos que ha recibido


mayor atención científica durante los últimos años. La movilidad turística re-
quiere sin duda alguna un tratamiento específico bajo este punto de vista. Si
bien, el estudio de los impactos sobre la frecuentación de los destinos ha sido
profusamente analizado, sin conocer los efectos generados durante los despla-
zamientos de viajeros no se puede comprender en su totalidad el estado de
sostenibilidad del sistema turístico.
© Editorial UOC 41 Capítulo I. Los turistas

Se estima que la aviación es responsable del 3,5% de las emisiones que causan
el cambio climático y del 2% de las de CO2. Además de las emisiones atmosfé-
ricas, el transporte aéreo genera contaminación acústica en las zonas habitadas
cercanas a los aeropuertos y consume cantidades importantes de combustible.
El turismo contribuye de forma decisiva al aumento de las emisiones de gases
por transporte aéreo, en la medida que incrementan los viajes a destinos de
larga distancia, que ya se han convertido en una expectativa más que en una
aspiración por parte de la demanda. Un problema añadido es que, hasta el mo-
mento, no se conoce un combustible alternativo al queroseno, aunque actual-
mente se está experimentando con hidrógeno e incluso con biocombustibles.
Existen también otras alternativas basadas en la racionalización de las reservas
y la ocupación del vuelo (viajar ida y vuelta con el máximo número de asientos
ocupados posible), las mejoras técnicas en los aviones (menor consumo, fuse-
lajes más ligeros, etc.), aplicar el principio de quien contamina paga e incorpo-
rar controvertidas tasas en concepto de compensación por la contaminación
emitida1. Pero los costes ambientales del incremento de tráfico aéreo son muy
difíciles de reducir puesto que para obtener resultados satisfactorios se debería
cambiar radicalmente la naturaleza de las vacaciones, y apostar por la reducción
de las distancias recorridas. Sin embargo, debido a que el impacto ambiental del
transporte es seguramente el mayor de todos, pequeños cambios favorables a la
sostenibilidad pueden ser muy significativos para el conjunto.

Caleidoscopio
* La huella ecológica de un turista en su viaje a las Seychelles responde en un 97%
al transporte aéreo (Gössling et al. 2002). Ello significa que si bien los esfuerzos
por reducir los impactos ambientales en los destinos son, lógicamente, deseables,
pueden resultar estériles en el cómputo global de los impactos una vez añadido el
transporte de ida y vuelta.
* Algunas compañías aéreas ofrecen la posibilidad a sus clientes, de forma volun-
taria, de compensar en la cantidad de CO2 generada durante su viaje mediante el
pago de una tarifa destinada a plantar los árboles necesarios para tal finalidad.
* Una reciente encuesta realizada a usuarios de avión en Gran Bretaña demostra-
ba que era difícil aceptar la introducción del principio quien contamina paga. Se
trata en parte de desconocimiento del impacto real sobre el medioambiente, pero

1 Recientemente la compañía aérea Virgin proponía el pago de una tasa de 22,5 euros por billete
en este concepto.
© Editorial UOC 42 A propósito del turismo

también es un ejemplo del principio de los comunes. Este principio demuestra que
los individuos prefieren no sacrificar sus privilegios o bienestar (por ejemplo pagar
más por contaminar) si perciben que no tendrá valor al no ser ese sacrificio segui-
do por la mayoría (Shaw & Thomas, 2006). Esto sugiere que es muy importante
conocer los comportamientos de demanda de los viajeros y las tendencias sociales,
tanto como el desarrollo tecnológico o el conocimiento físico de los impactos.

1.2. ¿De dónde proceden los turistas y hacia donde se dirigen?

El análisis de los flujos turísticos entre territorios resulta crucial para enten-
der el sistema turístico en toda su dimensión: es decir, llegar a comprender las
interrelaciones espaciales que se establecen entre las áreas receptoras, las áreas
emisoras y las rutas turísticas que unen ambos espacios. Debemos remarcar, en
primer lugar, que los flujos no son fruto del azar sino que muchas veces respon-
den a unos patrones espaciales y socioeconómicos determinados. Boniface &
Cooper apuntan que las principales pautas de creación de flujos derivan de un
modelo de push and pull (Boniface & Cooper, 2004). Así, existen regiones con
superávit de atracciones y recursos y otras regiones con déficit de dichos recursos
pero con excedentes de demanda. Esta dinámica explicaría, por ejemplo, los flu-
jos de demanda de sol y playa que generan los turistas nórdicos en el Mediterrá-
neo o el Caribe, o el auge del ecoturismo en las selvas tropicales entre los turistas
alemanes. Sin embargo, no justificaría tan claramente los flujos turísticos gene-
rados en regiones que se distinguen por ser tanto emisoras como receptoras. Es
evidente que el análisis de los flujos turísticos internacionales es complejo y se
debe a multitud de factores combinados entre sí. Ciertamente hay factores que
empujan a hacer turismo desde regiones emisoras (el grado de desarrollo y sus
implicaciones a nivel de movilidad, rentas, días de vacaciones disponibles, estrés
laboral y estilo de vida existente, etc.) así como hay factores que atraen los flujos
hacia las áreas receptoras (accesibilidad, existencia de atractivos y equipamiento
turístico, coste relativo de las vacaciones y de la vida, políticas de promoción y
marketing, seguridad y estabilidad política, etc.) Pero no sólo desde esta perspec-
tiva puede explicarse el mapa de flujos del turismo internacional en el mundo.
Al menos habría que tener en cuenta tres dimensiones fundamentales:

1) La geográfica. El papel de la fricción de la distancia entre áreas. Nunca


como ahora se había viajado tanto y tan lejos, pero todavía se advierte con
© Editorial UOC 43 Capítulo I. Los turistas

claridad que los flujos regionales y de proximidad superan a los internacionales


o de lejanía. Es decir, cuanto mayor es la distancia a recorrer, los flujos de visi-
tantes tienden a disminuir.
2) La cultural y histórica. Los vínculos culturales, lingüísticos, las relacio-
nes de negocio o políticas pueden actuar entre países o regiones determinadas
como filtro para el resto de factores, llegando incluso a neutralizarlos.
3) La turística. La atracción general que un país o región sienta hacia otro
puede depender también de las campañas de promoción, del boca-oreja, de las
modas, del papel de los inversores de capital, las políticas de las empresas de
intermediarios y turoperadores, etc.

A continuación vamos a describir y comentar el panorama actual de los


flujos turísticos a nivel mundial teniendo en cuenta las cuatro perspectivas
siguientes:

a) Las grandes áreas turísticas del mundo.


b) Los espacios receptores mundiales.
c) Las principales áreas receptoras del mundo según sus ingresos.
d) Las previsiones de futuro.

a) Las grandes áreas turísticas del mundo

Las aportaciones de turistas a nivel mundial no ha dejado de incrementarse


desde el año 1950 con excepción de momentos puntuales (véase cuadro 2). Sólo,
entre el 2000 y el 2001 y, sobre todo, entre el 2002 y el 2003, el volumen turístico
mundial ha descendido. La combinación de atentados terroristas e inseguridad
política, los atentados del 11-S, la Guerra de Irak, la epidemia de SARS han sido
elementos que han desestabilizado la actividad turística. Pero en absoluto estos
baches han tenido consecuencias estructurales a nivel global, aunque sí han sa-
cudido algunos destinos concretos. Se puede argumentar que los frenazos coyun-
turales son especialmente notados en un contexto de crecimiento continuo y es
cierto que algunas de las causas que los generan, por su relativa novedad (es el
caso por ejemplo de la globalización del terrorismo y su especial encarnizamiento
sobre los espacios turísticos), generan importante alarma social y difusión de sus
impactos, pero, atendiendo a las cifras actuales de llegadas de turistas internacio-
nales, no tiene sentido hablar de retroceso en la dinámica global de expansión
© Editorial UOC 44 A propósito del turismo

turística. De hecho, hay algunas constantes históricas que permiten augurar un


panorama positivo para el turismo mundial, aunque evidentemente nadie puede
asegurar que vaya a seguir siendo así para siempre. En primer lugar, se constata
que las crisis referidas al descenso temporal del número de llegadas internaciona-
les son pasajeras, puesto que en los dos o tres años siguientes de producirse el ba-
jón o estancamiento no sólo se recuperan las cifras de llegadas turísticas sino que
se reemprende el crecimiento con mayor potencia respecto al período inicial (por
ejemplo es el caso del año 2004 y 2005 en relación al período 2001-03), como si
la demanda turística latente se acumulara esperando la mínima oportunidad para
emerger. Además, conviene hacer notar también que las pérdidas porcentuales
de algunos años concretos no desdibujan una tendencia histórica de crecimiento
constante. Finalmente recordar que las estadísticas al uso incluyen sólo las llega-
das de turistas internacionales por lo que no permiten detectar los crecimientos
del turismo doméstico (probablemente mayores incluso que los primeros, sobre
todo en diversos países que recientemente se incorporan al grupo de emisores)
y los flujos de substitución de destinos. Acontecimientos como el tsunami de
finales de 2004, o la tendencia alcista del precio del petróleo no han repercutido
negativamente en los resultados globales del año del 2005, aunque sí han afecta-
do puntualmente a algunos destinos. Aunque evidentemente algunas regiones y
subregiones turísticas receptoras tendrán más dificultades para recuperar el ritmo
de crecimiento anterior la tendencia global ha superado el posible bache.

Cuadro 2. Llegadas turísticas internacionales por grandes regiones del mundo, 1950-2006.

Año Mundo África América Asia y Europa Oriente


Pacífico Medio

1950 25 1 8 0 17 0

1960 69 1 17 1 50 1

1965 113 1 23 2 84 2

1970 166 2 42 6 113 2

1975 222 5 50 10 154 4

1980 287 7 61 24 186 8

1985 329 10 64 34 213 8


© Editorial UOC 45 Capítulo I. Los turistas

Año Mundo África América Asia y Europa Oriente


Pacífico Medio

1990 456 15 93 58 281 10

1995 550 20 109 86 322 14

2000 687 27 128 115 393 24

2001 684 28 120 121 391 24

2002 703 29 115 131 400 28

2003 691 31 113 119 399 13

2004 764 34 126 144 424 36

2005 806 37 134 155 441 39

2006 842 40 136 167 458 41


Fuente: OMT.

La fortaleza del turismo mundial va a seguir poniéndose a prueba durante los


próximos años según como evolucione el panorama bélico, geopolítico y eco-
nómico internacional, pero no se puede dudar de la flexibilidad y capacidad de
reacción demostrada por el turismo hasta el momento, basada, por ejemlo, en
la substitución de destinos. También se distinguen algunas oportunidades en el
panorama turístico de manera que permiten seguir pensando en el incremento
del número de llegadas turísticas internacionales. La recuperación económica
en diferentes ámbitos regionales, la reformulación y el éxito creciente de algu-
nas modalidades como el turismo de negocio y de cruceros y, especialmente, el
auge y expansión de las compañías aéreas de bajo coste, que han sido interpre-
tadas por algunos especialistas como un nuevo paso hacia la democratización
universal de la práctica turística.
El barómetro turístico de la OMT para el año 2006 pone cifras concretas al
potencial de crecimiento del turismo. Durante el año 2004, se creció en 69 mi-
llones de turistas (curiosamente cifra similar a la del crecimiento demográfico
anual del planeta), crecimiento sólo comparable al de los años 80 una vez supe-
rada la segunda crisis del petróleo. Durante el 2005, se consolida esta tendencia,
aunque con valores menos espectaculares. De hecho las llegadas de turistas in-
ternacionales alcanzaron la cifra récord de 806 millones, correspondiente a un
© Editorial UOC 46 A propósito del turismo

incremento del 6% respecto al año anterior (46 millones de nuevos turistas) con
lo que, aunque sólo sea como promedio estadístico, casi uno de cada diez habi-
tantes del planeta ha efectuado un viaje de turismo internacional. Los últimos
datos disponibles en el momento de redactar el texto, referentes al año 2006,
apuntan de nuevo a una tendencia creciente que supone un nuevo récord (842
millones de turistas), con un aumento global de 38 millones de viajes.
Más interesante todavía que el análisis global resulta descender en la escala
de análisis hasta las regiones y subregiones turísticas mundiales.

Cuadro 3. Llegadas turísticas internacionales por subregiones mundiales 2000-2006.

Región 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 %

Mundo 686 684 691 703 764 806 842 100,0

África 29 29 30 31 34 37 40 4,7

África del Norte 10 11 10 11 13 14 15 1,8

África Subsahariana 18 19 19 20 21 23 25 2,9

América 128 122 117 113 126 134 136 16,1

América del Norte 91 86 83 77 86 90 90 10,6

El Caribe 17 17 16 17 18 19 19 2,2

América Central 4 4 5 5 6 7 7 0,8

América del Sur 15 14 13 14 16 18 20 2,2

Asia y el Pacífico 115 121 131 119 144 155 167 19,8

Asia del Nordeste 63 66 74 68 79 88 94 11,1

Asia del Sudeste 37 40 42 36 47 49 54 6,4

Oceanía 9 9 9 9 10 10 10 1,1

Asia Meridional 6 6 6 6 8 8 9 1,0

Europa 390 388 397 399 424 441 458 54,4

Europa del Norte 47 45 46 47 49 53 56 6,6

Europa Occidental 140 136 138 136 139 142 149 17,7

Europa Central/Oriental 62 63 66 68 86 88 88 10,4

Europa 141 144 148 148 150 158 165 19,5


Mediterránea/Meridional

Oriente Medio 24 24 28 29 36 39 41 4,8


Fuente: OMT
© Editorial UOC 47 Capítulo I. Los turistas

África
Durante el año, 2006 África acogió solamente el 4,7% de los desplazamientos
turísticos internacionales. La inestabilidad política existente en muchas regiones,
la ausencia de infraestructuras de transporte básicas o una oferta turística todavía
muy limitada, son algunas de las causas. Además, cabe distinguir entre dos subre-
giones con una presencia turística relativamente elevada, el África septentrional
y meridional, y el resto del continente casi por descubrir todavía. Con datos del
2004, países como Túnez (5,9 millones de visitantes) y Marruecos (5,4 millones
de visitantes) son destinos turísticos consolidados pero todavía con un volumen
limitado y con un ritmo de crecimiento lento. Por el contrario, Sudáfrica (6,8 mi-
llones de visitantes) ha experimentado en los últimos años un rápido crecimiento
del número de visitantes (del orden del 8-11% anual), lo que la ha convertido en
primer país africano por volumen de turistas internacionales. Del África negra
tan sólo Zimbabwe (1,8 millones de visitantes) destaca tímidamente.

América
América (16% del total mundial) ha sido la región turística que menos ha
crecido durante la década de los noventa. La gran mayoría de los flujos turísticos
hacia destinos turísticos americanos se sitúan en Norteamérica, especialmente
en los Estados Unidos (en 2005, con 46 millones de turistas el tercer destino
mundial en número de visitantes, y el primero en total de ingresos por turis-
mo), pero también en México (20,6 millones de visitantes) y en Canadá (19,1
millones de visitantes). Los recelos a viajar de parte de los norteamericanos des-
de el año 2001-2002 (y también, aunque más secundariamente, el descenso del
mercado argentino) han sido los responsables de las caídas en el número de vi-
sitantes al conjunto de la región, pero especialmente en Sudamérica (perdió un
14% de llegadas desde el 2001) y en el Caribe (que perdió un 4%). Precisamente
en el Caribe destacan Puerto Rico (3,5 millones de visitantes) y la República
Dominicana (3,4 millones de visitantes), un país que se ha consolidado como
destino turístico en los últimos años, en parte gracias a las inversiones de gru-
pos hoteleros de capital español, mientras que Cuba (2 millones de visitantes)
está experimentando uno de los crecimientos de llegadas más importantes de la
región, y despunta ya como el tercer país caribeño con más llegadas de turistas
internacionales. Le siguen de cerca, pero con un crecimiento más moderado e
incluso con síntomas de estancamiento, Bahamas (1,5 millones de visitantes) y
Jamaica (1,4 millones de visitantes).
© Editorial UOC 48 A propósito del turismo

Asia Oriental y Pacífico


La consolidación de la cuenca del Pacífico como escenario turístico mundial
es el cambio más importante que ha registrado este ámbito geográfico desde
los años 90 del pasado siglo a nuestros días. El rápido incremento de llegadas
turísticas (pasa de 10 a 167 millones -19,8% del total mundial- en apenas treinta
años) combinado con la ralentización del crecimiento de América, han conver-
tido a esta región en la segunda más importante del mundo por volumen de
llegadas, sólo por detrás de Europa. La región se beneficia del fuerte desarrollo
de la demanda intraregional. A pesar de las debilidades económicas que Japón,
tradicionalmente el mercado más importante de la región, arrastra desde hace
unos años el crecimiento ha sido imparable. La emergencia de nuevos mercados
como China (41,7 millones de visitantes), Hong Kong (China) (13,6 millones
de visitantes), Singapur (5,7 millones de visitantes), la República de Corea (5,8
millones de visitantes), y Taiwán (China) (2,9 millones de visitantes), toman el
testigo como impulsores del turismo en la región. Sin duda el caso más desta-
cado es el de China, el quinto país con más llegadas de turistas internacionales
del mundo y llamado a ser de aquí unos años el líder mundial.
Da una imagen del dinamismo de la región el hecho que de los 46 millones
de nuevas llegadas de turistas internacionales registrados entre 2004 y 2005 en
el mundo, cerca del 25% (11 millones de visitantes) se registraron en Asia y el
Pacífico, lo que representa aportar un nuevo destino turístico del tamaño de
Tailandia. El rápido crecimiento (valores de más del 8% ó el 10% anuales) y el
elevado volumen de visitantes en la región se deben sobre todo a la aparición de
países emisores en esta mismo área. En esta región se combinan eficientemente
el exotismo de las regiones orientales, con la apertura de espacios naturales, el
dinamismo de las áreas urbanas y el desarrollo del turismo litoral de sol y playa.
El principal obstáculo a esta tendencia de crecimiento ha surgido a principios
del año 2004 con el episodio de maremoto y tsunami que ha arrasado buena
parte del litoral de Sumatra (sector septentrional de esta isla Indonesia), las
Maldivas, Sri Lanka (costa oriental), India (costa oriental), las islas Andaman y
Nicobar, Tailandia (costa occidental) y, en menor medida, Malasia, Myanmar,
y Bangla Desh2.

2 En la siguiente página web de la OMT aparece información actualizada (octubre 2007) sobre
este fenómeno y la creación de medidas para afrontar la crisis. <http://www.world-tourism.org/
tsunami/eng.html>.
© Editorial UOC 49 Capítulo I. Los turistas

Asia del Sur


Asia Meridional es la región turística con menor presencia de turistas in-
ternacionales del mundo. En conjunto, los nueve países que la integran sólo
atraen 8,9 millones de llegadas internacionales de turistas en el año 2006 (3,4
millones el 1990), de los cuales la mayoría (2,3 millones de visitantes) se diri-
gen a la India. Irán (1,6 millones de visitantes) es el país que ha experimentado
mayores índices de crecimiento, a pesar de la inestabilidad geopolítica y social
que le rodea.

Europa
Europa es la principal región turística mundial. Un 55,4% de los turistas in-
ternacionales tienen como destino un país europeo, aunque con una lenta ten-
dencia a perder peso (así, si el año 1985 Europa representaba el 64,8% de los
flujos, el 1995 disminuyó hasta el 58,5% y en el 2000 hasta el 57,2%, sin que
por ello implique una disminución del volumen total de llegadas, que siguieron
aumentando). Sobre todo destacan dos subregiones muy importantes. Por un
lado Europa Meridional (la cuenca del Mediterráneo) y Europa Occidental, don-
de se ubican grandes receptores turísticos como Francia (el primer destino del
mundo, con 75 millones), Austria (19,3 millones), Alemania (20,1) o Suiza (6,5
millones). La subregión europea con mayores índices de crecimiento es Europa
Oriental (que incluye la región mediterránea oriental), y especialmente Turquía
(país que pasa de 7,1 millones en 1995 a 15,8 en 2004). Dos de las subregiones se
reparten casi el 70% de la cuota de mercado de Europa (Europa Occidental 32%;
Europa del Sur 36%); mientras que entre Europa Central y Oriental y Europa del
Norte, con 141 millones de visitantes, reúnen el 32% restante. Durante los últi-
mos años el crecimiento anual de las llegadas turísticas internacionales a Europa
(2-3%) es lento en comparación con otras regiones pero hay que tener en cuenta
que parte de importantes cantidades de turistas y que algunos de sus atractivos
principales se localizan en destinos maduros o consolidados. No obstante es
remarcable destacar que países receptores como Francia o España crecen todavía
a ritmos muy similares al conjunto de la región, y que Turquía (por encima del
15%), Ucrania, Rusia o Eslovenia mantienen ritmos de crecimiento por encima
del promedio de la región. También es destacable la reciente recuperación del
turismo británico una vez superada la depresión de principios del nuevo siglo
causada por la aparición de la enfermedad de las “vacas locas”, la fortaleza de la
libra esterlina y la fuerte dependencia del mercado norteamericano.
© Editorial UOC 50 A propósito del turismo

Oriente Medio
La región del Oriente Medio (4,8% del total) posee indudables activos turís-
ticos, como puede ser un extraordinario patrimonio cultural, un amplio litoral
y una distancia relativamente corta respecto a los países emisores europeos. A
pesar de estas ventajas, la inestabilidad geopolítica ha limitado durante estas
últimas décadas la capacidad de crecimiento turístico de esta región. No encon-
tramos grandes países receptores en esta región, pero hay que hacer notar que,
a pesar de las dificultades apuntadas, tiene un notable crecimiento turístico ac-
tualmente (por encima del 12-15% anual) con algunos destinos que empiezan
a destacar individualmente (Arabia Saudita, 8,5 millones en 2004); Egipto (7,7
millones), el destino tradicional de la región, o los Emiratos Árabes Unidos (5,8
millones en 2003, donde destaca sobre todo el Emirato de Dubai). En un segun-
do plano aparecen destinos emergentes de rápido crecimiento como Bahrein
(3,5 millones) o Siria (3 millones). Una de las razones que explican la eferves-
cencia turística de la mayoría de destinos de esta región es la elevada inversión
en infraestructuras turísticas, vinculada a una estrategia incipiente de diver-
sificación sectorial en economías petrolíferas para minimizar su dependencia
excesiva respecto a este recurso, otra es el hecho de que los países no petroleros
de la región necesitan ingresos para equilibrar sus balanzas de pagos, y otra es el
papel como mercado emisor regional que juega la propia Arabia Saudita.

A modo de síntesis, cabe decir que la distribución de los flujos turísticos


mundiales se ajusta a los siguientes parámetros:

• Un crecimiento sin interrupción de los desplazamientos turísticos desde


los años 50. Si en 1950, se contabilizaron 25 millones de movimientos de turistas
internacionales, en 1970 la cifra era de 455 millones, y en 2005 ya fueron 806
millones. La única excepción ha sido el año 2001, como consecuencia de los
atentados del 11 de septiembre, y el 2003, debido al inicio de la guerra con Irak,
el brote de SARS y a la desaceleración de la economía en diversas regiones.
• Los movimientos de turistas dentro de cada país son mucho más im-
portantes que los movimientos internacionales. Los movimientos internos de
turistas (sin atravesar la frontera del país) representan aproximadamente el 78%
del total de movimientos turísticos. La principal causa de la importancia de los
flujos turísticos domésticos es la menor distancia física a los destinos, pero tam-
bién una menor distancia cultural.
© Editorial UOC 51 Capítulo I. Los turistas

• Los desplazamientos turísticos internacionales de corta distancia son mu-


cho mayores que los flujos turísticos de gran recorrido. En torno al 80% de los
movimientos turísticos internacionales tienen lugar en el interior de la región
turística y sólo un 20% son flujos interregionales.

Para finalizar, debemos destacar que en los últimos quince años, algunos des-
tinos poco desarrollados han adquirido un crecimiento muy elevado, al tiempo
que los destinos clásicos crecen a un ritmo mucho menor. Algunos países como
China, Tailandia, Sudáfrica, Turquía o Rusia han pasado de un número de tu-
ristas o ingresos muy discretos a un contingente muy elevado. La OMT estima
que China será el principal destino mundial en 2020. A las dos regiones que
históricamente han atraído la mayor parte de los flujos turísticos internaciona-
les (el Mediterráneo y California, el Golfo de México y el Caribe), se ha sumado
recientemente la región del Pacífico. Además, la emergencia de nuevos destinos
y también nuevas regiones emisoras ha modificado parcialmente la geografía
del turismo internacional.

b) Los espacios receptores mundiales

De los 806 millones de desplazamientos turísticos internacionales registrados


el año 2005, 414 tuvieron como destino un país europeo, es decir un 54,7%. De
hecho, catorce países europeos (sin contar Turquía) figuran entre los veinticinco
primeros países con más llegadas turísticas internacionales (datos de 2004) y re-
únen casi las tres cuartas partes de la cuota de mercado total. Le siguen en impor-
tancia el continente asiático-Pacífico (19,2%), y el americano (16,6%), mientras
que Oriente Medio (4,8%) y África (4,6%) están todavía muy por debajo. Los cre-
cimientos relativos por regiones muestran situaciones muy diferentes. Mientras
que Europa crece a un ritmo muy lento pero sobre una base de un gran mercado
turístico, Asia-Pacífico registra un volumen de nuevas llegadas muy importante,
cosa que le garantiza un rápido crecimiento. Por su parte Oriente Medio crece to-
davía a un ritmo más intenso, pero con un volumen de turistas mucho menor),
mientras que África crece moderadamente y con poco volumen total, y América
se estanca e incluso decrece en los últimos años en cuanto al volumen total. En
general, las regiones y subregiones turísticas que han experimentado los ritmos
de crecimiento más elevados todavía se sitúan lejos de las tres grandes áreas
turísticas del mundo (Mediterráneo, Caribe y Pacífico asiático). En 2003 la situa-
© Editorial UOC 52 A propósito del turismo

ción cambia ligeramente debido a aspectos coyunturales como la caída general


del turismo por una combinación de motivos geopolíticos, de salud y seguridad.
En el ranking las modificaciones principales fueron la caída de Canadá del sép-
timo al décimo puesto (un 13% menos de llegadas internacionales debido a la
epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, en sus siglas en inglés)
la escalada de Austria hasta la séptima posición y de Alemania hasta la novena.
Con los datos del 2004, la situación vuelve a cambiar ligeramente. China sigue
ascendiendo (cuarto lugar) con países pujantes como México (séptimo lugar),
Rusia (noveno) o Turquía (duodécimo), otros que acceden al ranking (Macao o
Egipto) y algunos que descienden algunas posiciones (Austria, Hong Kong, Tai-
landia, etc.) (véase cuadro 4).

Cuadro 4. Principales países receptores de turismo en el mundo de 2002 a 2004.

Ranking 2002 2003 2004 2002 % 2003 % 2004 %

Mundo 691 703 764 100 100,0 100,0

1 Francia 77,0 75,0 75,1 11,0 10,9 9,8

2 España 51,7 51,8 52,4 7,4 7,5 6,9

3 Estados Unidos 41,9 41,2 46,1 6,0 6,0 6,0

4 China 36,8 33,0 41,8 5,2 4,8 5,5

5 Italia 39,8 39,6 37,1 5,7 5,7 4,9

6 Reino Unido 24,2 24,7 27,8 3,4 3,6 3,6

7 México 19,7 18,7 20,6 2,8 2,7 2,7

8 Alemania 18,0 18,4 20,1 2,6 2,7 2,6

9 Federación Rusa 7,9 8,0 19,9 1,1 1,2 2,6

10 Austria 18,6 19,1 19,4 2,6 2,8 2,5

11 Canadá 20,1 17,5 19,2 2,9 2,5 2,5

12 Turquía 12,8 13,3 16,8 1,8 1,9 2,2

13 Malasia 13,3 10,5 15,7 1,9 1,5 2,1

14 Ucrania 10,5 12,5 15,6 1,5 1,7 2,0

15 Polonia 14,0 13,7 14,3 2,0 2,0 1,9

16 Hong Kong (China) 16,6 15,5 13,7 2,4 2,2 1,8

17 Grecia 14,2 13,9 13,3 2,0 2,0 1,7


© Editorial UOC 53 Capítulo I. Los turistas

Ranking 2002 2003 2004 2002 % 2003 % 2004 %

18 Hungría 15,9 15,7 12,2 2,3 2,3 1,6

19 Tailandia 10,9 10,1 11,7 1,5 1,5 1,5

20 Portugal 11,7 11,7 11,6 1,7 1,7 1,5

21 Holanda 9,6 9,2 9,6 1,4 1,3 1,3

22 Arabia Saudita 4,5 7,3 8,6 1,1 1,1 1,1

23 Macao 6,6 6,3 8,3 0,9 0,9 1,1

24 Croacia 6,9 7,4 7,9 1,0 1,1 1,0

25 Egipto 4,9 5,7 7,8 0,7 0,8 1,0


Fuente: OMT

Los datos más recientes disponibles permiten establecer un nuevo ranking


de los principales países donde no hay cambios en las primeras posiciones a ex-
cepción de Rusia, que pierde lugares y desaparece de la lista de los diez primeros
y cuya posición pasa a ser para Turquía, uno de los países con mayor proyección
en los últimos cinco años (véase cuadro 5). La tendencia de liderazgo turístico
marca, por tanto, un perfil continuista, caracterizado por destinos maduros,
europeos, de sol y playa, como primera modalidad pero con abundante oferta
complementaria y con ciudades turísticas importantes. No obstante, el ascenso
de países como China o Turquía pone de manifiesto dos fenómenos: 1) que
existen otras modalidades más allá del sol y la playa capaces de arrastrar al tu-
rismo de masas; 2) que, sin salir de las cuencas turísticas tradicionales, países
emergentes compiten cada vez más enérgicamente con los destinos clásicos.

Cuadro 5. Los diez principales países receptores de turismo en el mundo en 2005.

Ranking 2005 %

Mundo 806 100,0

1 Francia 76,0 9,4

2 España 55,6 6,9

3 Estados Unidos 49,4 6,1

4 China 46,8 5,8

5 Italia 36,5 4,5


© Editorial UOC 54 A propósito del turismo

Ranking 2005 %

6 Reino Unido 30,0 3,7

7 México 21,9 2,7

8 Alemania 21,5 2,6

9 Turquía 20,3 2,5

10 Austria 20,0 2,4

Fuente: OMT

Cuadro 6. Llegadas turísticas internacionales según la región de origen y destino en 2004 (en miles).

A: Desde
=>

Mundo África Améri- Asia y el Europa Oriente Origen no


=>

cas Pacífico Medio especificado

Mundo 763.876 18.610 130.504 146.437 433.269 20.516 14.538

África 33.436 13.290 1.104 958 11.582 1.695 4.807

África del Norte 12.770 1.248 164 88 6.006 1.579 3.685

África Occidental 3.142 1.305 190 183 1.218 48 199

África Central 729 226 55 23 225 6 193

África Oriental 7.597 4.093 372 367 2.583 45 137

África Austral 9.199 6.419 323 298 1.550 16 594

Américas 125.739 388 93.027 8.283 21.681 196 2.165

América del Norte 85.854 298 64.718 7.775 12.747 185 131

El Caribe 18.091 11 12.162 66 4.336 3 1.513

América Central 5.740 3 4.933 83 579 0 142

América del Sur 16.054 76 11.215 359 4.018 8 378

Asia y el Pacífico 145.491 837 9.470 114.765 17.382 880 2.156

Asia del Nordeste 79.412 301 4.839 67.296 6.020 124 833

Asia del Sudeste 48.309 315 2.624 37.905 6.030 441 992
© Editorial UOC 55 Capítulo I. Los turistas

A: Desde
=>

=> Mundo África Améri- Asia y el Europa Oriente Origen no


cas Pacífico Medio especificado

Oceanía 10.157 82 1.101 6.918 1.883 47 124

Asia Meridional 7.613 139 906 2.646 3.448 268 207

Europa 422.937 2.585 25.827 16.282 372.894 1.879 3.469

Europa del Norte 48.373 710 6.447 3.262 37.276 384 293

Europa Occidental 138.821 1.328 9.559 6.732 119.464 529 1.209

Europa 86.296 133 2.903 3.465 79.206 181 409


Central/Oriental

Europa Meridional 149.447 414 6.919 2.823 136.949 784 1.558

Oriente Medio 36.272 1.510 1.076 6.149 9.731 15.865 1.942


Fuente: OMT

Igual de interesante que el análisis de los volúmenes totales de turistas re-


cibidos resulta observar como se estructuran los flujos espaciales, es decir de
donde vienen los turistas recibidos por las diferentes áreas receptoras (véase
cuadro 6). Existe una característica común muy significativa para todas las
regiones receptoras. El foco principal de llegadas turísticas proviene del mismo
área. Es decir, que los flujos turísticos regionales son más voluminosos que los
flujos de larga distancia, a pesar del notable incremento acaecido en este último
tipo de desplazamientos. En Europa, el 86% de las llegadas internacionales de
turistas tiene origen en la propia región, en Asia-Pacífico, el porcentaje es del
78%, en Oriente Medio, del 75%, en América, del 71,5% y en África, del 71%.
Se desprende de este análisis que la fricción de la distancia todavía ejerce un
papel determinante en la estructuración de los flujos turísticos, contribuyendo
a la formación y consolidación de las grandes cuencas turísticas mundiales.
Los flujos básicos del turismo norteamericano han forjado y consolidado la
cuenca caribeña, el flujo europeo la mediterránea, y el asiático la del Pacífico,
mientras que los flujos secundarios, relacionados con la larga distancia, contri-
buyen a la formación de regiones turísticas con ascendientes concretos (sería el
caso por ejemplo de los turistas norteamericanos en Europa y viceversa, o del
papel de estos primeros en Asia-Pacífico).
© Editorial UOC 56 A propósito del turismo

Para acabar este apartado, es necesario recordar que en ocasiones los flujos
regionales incluyen implícitamente viajes de largas distancias, por lo que la
distinción es adecuada. Por ejemplo, los turistas estadounidenses que visitan
Hawai constan como turistas domésticos aunque en realidad se desplazan mi-
les de kilómetros desde su punto de origen hasta el destino.

c) Las principales áreas emisoras del mundo según sus ingresos

Las llegadas de turismo internacional generan importantes beneficios eco-


nómicos en forma de ingresos. La OMT estima en 662.000.000 $ los ingresos
totales por este concepto en el mundo, casi 7 veces la cifra alcanzada en el año
1980 (104.000.000 $). El promedio de gasto por turista también ha ido aumen-
tando, pasando de los 525$ de 1980 a los 847$ en 2005. Es decir, el impacto
económico potencial del turismo se reconoce al menos en tres aspectos: 1) la
mayor contribución al PIB al aumentar los ingresos; 2) el mayor potencial mul-
tiplicador por aumento del consumo turístico per cápita; 3) la extensión geo-
gráfica del impacto económico del turismo hacia destinos emergentes.
Más allá de las macrocifras, la diversidad y los contrastes regionales y locales
apuntan diversos matices a la anterior afirmación. En primer lugar, se confirma la
extensión geográfica de la mirada turística puesto que todas las grandes regiones
de la OMT sin excepción incrementan las llegadas e ingresos por turismo inter-
nacional, tomando como partida los valores absolutos, pero la cosa cambia si se
mide la tendencia y el ritmo de crecimiento o simplemente se consideran las cifras
relativas. Las tendencias de las grandes regiones van desde el fuerte crecimiento ex-
perimentado en Asia del Pacífico y Oriente Medio hasta los aumentos moderados
en los destinos maduros americanos y europeos o el estancamiento africano. La
evolución de la cuota de mercado y distribución de los ingresos entre las grandes
regiones de la OMT refleja también una tónica similar. Las grandes regiones turís-
ticas se mantienen en los primeros lugares pero a costa de ver erosionada su hege-
monía. Con datos de 2005, Europa todavía era el destino de uno de cada dos viajes
turísticos internacionales del mundo (54% de las llegadas y 51% de los ingresos)
pero la segunda plaza ya había saltado hacia Asia y el Pacífico (19% de las llegadas
y 20% de los ingresos), situando a América en el tercer lugar (16% de las llegadas y
21% de los ingresos). Finalmente, Oriente Medio (4,8% y 4%) y África (4% y 3%)
obtienen cuotas de mercado marginales, aunque con comportamientos muy dife-
rentes (crecimiento notable en Oriente Medio y estancamiento en África).
© Editorial UOC 57 Capítulo I. Los turistas

Cuadro 7. Ingresos por turismo internacional en los 25 primeros destinos mundiales (en millones de $).

2002 2003 2004 2004 %


Estados Unidos 66,6 64,3 74,5 11,77
España 31,7 39,6 45,2 7,14
Francia 32,3 36,6 40,8 6,45
Italia 26,7 31,2 35,7 5,64
Reino Unido 20,4 22,7 28,2 4,45
Alemania 19,2 23,1 27,7 4,38
China 20,4 17,4 25,7 4,06
Turquía 11,9 13,2 15,9 2,51
Austria 11,2 14 15,3 2,42
Australia 9,4 11,2 13,6 2,15
Grecia 9,7 10,7 12,9 2,04
Canadá 10,7 10,5 12,8 2,02
Japón 3,5 8,8 11,3 1,79
México 8,9 9,4 10,8 1,71
Suiza 7,9 9,2 10,4 1,64
Holanda 7,7 9,2 10,3 1,63
Tailandia 7,9 7,9 10 1,58
Bélgica 6,9 8,2 9,2 1,45
Hong Kong 7,5 7,1 9 1,42
Malasia 7,1 5,9 8,2 1,30
Portugal 5,8 6,6 7,8 1,23
Macao 4,3 5,2 7,5 1,18
Croacia 3,7 6,3 6,8 1,07
Arabia Saudita 5,8 5,7 6,5 1,03
Sudáfrica 2,9 5,5 6,3 1,00
Mundo 487 533 633 100,00

Fuente: OMT

Los contrastes de ingresos a nivel de países son todavía mayores. Con datos del
2004, los cinco países con mayores ingresos (Estados Unidos, España, Francia, Italia y
Reino Unido) disponen del 35% del total mundial; mientras que tan solo los 25 pri-
meros destinos reúnen el 70% de los ingresos totales. Es decir, la gran mayoría de des-
tinos se reparte una mínima parte de los ingresos por turismo internacional, aunque
ello no impide que pueda tener un considerable impacto en la economía nacional.
© Editorial UOC 58 A propósito del turismo

Cuadro 8. Ingresos por turismo internacional en las grandes regiones del mundo (en millones de $).

IT 2004 IT 2005 IL 05
Mundo 633 682 840
Europa 328,2 347,4 790
Europa del Norte 48,8 52,9 1000
Europa Occidental 117,5 122,1 860
Europa Central/Oriental 28,9 32,3 370
Europa Meridional/Medit. 133 140,2 890
Asia y el Pacífico 127,7 138,9 890
Asia del Nordeste 64 71,2 810
Asia del Sudeste 32,2 33,1 650
Oceanía 22,9 24,7 2340
Asia Meridional 8,7 9,9 1240
Américas 132,1 145,3 1090
América del Norte 98,2 107 1190
Caribe 19,2 20,7 1100
América Central 3,9 4,6 700
América del Sur 10,9 13 720
África 19,1 21,3 580
África del Norte 6,1 6,9 480
África Subsahariana 13 14,4 640
Oriente Medio 25,5 28,6 720

IT = Ingresos totales
IL = Ingresos por llegada

Fuente: OMT.

d) Las previsiones de futuro

La OMT estima un crecimiento anual del 4% a nivel mundial, aunque de


forma asimétrica, ya que el ritmo de crecimiento más fuerte se producirá en
las regiones periféricas. En el 2020, Europa tendría una cuota mundial inferior
al 50% y el Pacífico alcanzaría el 25%. Igualmente los flujos de larga distancia
(interregionales) tendrían un ritmo de crecimiento mucho más elevado que los
desplazamientos de distancias más cortas (intraregionales).
La OMT ha realizado una estimación del comportamiento de los despla-
zamientos turísticos internacionales en el año 2010 y en el año 2020. Esta es-
timación sólo es un escenario posible, si no cambian de forma sustancial las
condiciones actuales.
© Editorial UOC 59 Capítulo I. Los turistas

Cuadro 9. Estimación de las llegadas internacionales hasta el 2020.

Número turistas % anual % sobre el total


(millones)
1995 2010 2020 1995 - 2020 1995 2020
África 20,2 47,0 77,3 5,5 3,6 5,0
América 108,9 190,4 282,3 3,9 19,3 18,1
Asia oriental – Pacífico 81,4 195,2 397,2 6,5 14,4 25,4
Europa 338,4 527,3 717,0 3,0 59,8 45,9
Oriente Medio 12,4 35,9 68,5 7,1 2,2 4,4
Asia del Sur 4,2 10,6 18,8 6,2 0,7 1,2
Total 565,4 1006,4 1561,1 4,1 100 100
Intraregional 464,1 790,9 1.183,3 3,8 82,1 75,8
Interregional 101,3 215,5 377,9 5,4 17,9 24,2
Fuente: OMT.

En el cuadro 9, se constata en primer lugar una estimación de crecimiento del


4,1% anual, de manera que la previsión de turistas internacionales es de más de
1.000 millones en el 2010 y de más de 1.500 millones en el año 2020.
Además, podemos comprobar que el ritmo de crecimiento más alto se pro-
ducirá en la región de Oriente Medio, del Pacífico, del Asia Meridional y de
África. De esta forma, el mapa de los flujos turísticos internacionales variará
ligeramente, con una pérdida de peso relativo de Europa y América, en benefi-
cio sobre todo de la región de Asia Oriental. Las estimaciones de la OMT sitúan
a China como el primer país en recepción de turistas para el 2020.
Los cimientos del futuro éxito previsto para la región de Asia Oriental y el
Pacífico se basan en algunas cuestiones ya visibles hoy en día. En la región han
emergido y continuarán haciéndolo en las próximas décadas países con un buen
nivel de desarrollo económico y con un gran volumen de población. En estas
sociedades dinámicas brotarán muy probablemente nuevas clases medias que
generarán viajes turísticos internacionales en el interior de la propia región. Al-
gunas ciudades de carácter metropolitano se configuran como nodos mundia-
les de redistribución de turistas a través de sus aeropuertos bien gestionados, al
mismo tiempo que existen diferentes compañías aéreas regionales de calidad.
Los atractivos turísticos de carácter patrimonial (tanto cultural como de natural)
son de primer orden mundial y son percibidos, al menos desde el punto de vista
occidental, como elementos exóticos. Existe una infraestructura de alojamiento
de calidad y una interesante oferta gastronómica. Ofrecen paquetes turísticos a
© Editorial UOC 60 A propósito del turismo

precio competitivo y disponen de relaciones de cambio monetario favorable. Fi-


nalmente, se trata de unas sociedades con una actitud positiva ante el turismo.
La pérdida de cuota de mercado de los destinos europeos indica que verán
erosionada su posición, lo que no impedirá que continúen manteniendo el lide-
razgo, por lo que se puede pronosticar que esta actividad continuará siendo clave
para las economías europeas. Algunos elementos corroboran esta previsión. Se
trata de destinos con un importante acerbo patrimonial y de ciudades atractivas,
con recursos turísticos de primer orden, contando además con la presencia de
importantes atracciones temáticas. Es la región donde se concentran los prin-
cipales mercados emisores (con la excepción de los Estados Unidos, el Japón y
China). Existen numerosos países relativamente pequeños que generan abun-
dantes flujos turísticos de proximidad. Existe una importante industria turística
con mucha experiencia y know how adquirido durante décadas. Aparecen nuevos
destinos emergentes (como por ejemplo los países del ex bloque socialista). Ofre-
cen una gran variedad de productos y modalidades turísticas; tienen un personal
calificado y bien preparado. Y para concluir, existen iniciativas de integración de
mercados y flujos de personas en el interior del espacio europeo.
Finalmente, las estimaciones de la OMT auguran un crecimiento muyo más
elevado de los flujos entre regiones turísticas (5,4%) que de los flujos intrare-
gionales (3,8%). De esta forma, en 2020, la cuarta parte de los desplazamientos
turísticos internacionales serán de largo recorrido.
Con todo, estas previsiones no han tenido en cuenta los efectos negativos
de la crisis del 11-S o algunas otras contingencias que puedan perjudicar el de-
sarrollo turístico futuro.

e) Recapitulación

Una reflexión sintética acerca de los aspectos abordados hasta el momento


permite exponer los siguientes patrones:

1) La distribución de los flujos turísticos sobre el mundo es un aspecto más


de la movilidad general (en este caso de personas y de dinero) que refuerza la
internacionalización de la economía.
2) Pero se trata de una globalización asimétrica, puesto que se caracteriza
por la existencia de diferentes velocidades y por la concentración de los merca-
dos en pocas manos. Se reproducen en el terreno del turismo algunos aspectos
© Editorial UOC 61 Capítulo I. Los turistas

básicos de la internacionalización del comercio o del flujo de bienes y financie-


ros, como es el caso de la exclusión de África y la pujanza de Asia y el Pacífico.
3) Existe desigualdad en el nivel de llegadas de turismo internacional con una
concentración en cuencas regionales, pero todavía es más pronunciada a nivel de
los flujos financieros motivados por turismo, tanto desde el punto de vista de los
ingresos (cuota de mercado del 70% en los 25 primeros destinos) como desde el
del gasto turístico (cuota de mercado del 77% en los 25 primeros destinos).
4) A escala regional se acentúa todavía más la concentración de los flujos de
capital y personas ya que la distribución de los espacios turísticos en el mundo
dista de ser uniforme y se caracteriza más por los vacíos que por los llenos. Es
decir, la participación, a escala regional y local, de las llegadas e ingresos turís-
ticos está muy concentrada en el territorio.
5) La emisión de turistas tiene que ver sobre todo con el grado de desarrollo
de las sociedades. La población de los principales países emisores europeos, los
Estados Unidos y Japón tienen menos del 40% de la población mundial pero
2/3 del PIB mundial, fenómeno que explica que sean precisamente estos los
principales lugares emisores. Cerca del 90% de los turistas pertenecen a países
desarrollados mientras que del 10% restante se trata mayoritariamente de las
elites o capas pudientes de poblaciones en países en vías de desarrollo.
6) A escala nacional veríamos que las grandes metrópolis y las ciudades más
importantes de estos países concentran, a su vez, las emisiones de flujos turís-
ticos (París, Londres, Nueva York, Tokio, etc.). Esto se debe no sólo a que allí se
concentra la riqueza sino que también reúnen las infraestructuras de transporte
necesarias para organizar desplazamientos turísticos internacionales (aeropuer-
tos de primera categoría con enlaces a nivel mundial, etc.) teniendo sus residen-
tes los mayores niveles de accesibilidad al resto del mundo.
7) A pesar de que aumentan los flujos de turismo a larga distancia, todavía
existe una elevada correlación entre espacios emisores y receptores de turismo.
Las grandes cuencas receptoras tienen un origen sobre todo regional. Lo mismo
sucede con los nuevos espacios emisores que incorporan sus clases medias al
ocio y al turismo (por ejemplo países como China, Brasil, India, México o Rusia)
donde también se organiza el espacio turístico en proximidad.
8) Los factores que juegan a favor de la proximidad en el desplazamiento tu-
rístico no son solamente geográficos (distancia, clima, husos horarios) sino que
también tienen que ver con la accesibilidad (factores técnicos) y la proximidad
histórica, cultural y lingüística.
© Editorial UOC 62 A propósito del turismo

9) Las tres grandes cuencas turísticas (Europa-Mediterráneo; Asia Oriental-Pa-


cífico y América del Norte-Caribe) reflejan una lógica espacial caracterizada por
la presencia de población rica emisora que se instala en proximidad (destinos
maduros) y salta progresivamente hacia periferias emergentes (caso de la ribera
sur del Mediterráneo respecto a la ribera norte). Entre ambas jerarquías existe una
diversidad de espacios turísticos y no turísticos (caso por ejemplo de Albania o de
Libia) que a pesar de quedar cerca de los espacios emisores no entran dentro de la
lógica turística, la cual se caracteriza por ser más selectiva que dispersa.
10) La tendencia de futuro del turismo es el crecimiento, no sólo en volu-
men total, sino también por la ampliación de las clases sociales que participarán
en él. No obstante, existen factores sociales, políticos y naturales que pueden
modificar los pronósticos optimistas ya sea de forma esporádica o recurrente.
Por otro lado, la capacidad de recuperación y resistencia del turismo a las crisis
coyunturales permite ser optimista respecto a su evolución futura a pesar de la
existencia de obstáculos como los mencionados.

1.3. ¿Hacia la globalización del turismo?

Consabido es que en su inicio la práctica del turismo estaba reservada a la


aristocracia y a las capas sociales pudientes y rentistas que, o bien no tenían
que trabajar, o bien podían dejar a un lado sus quehaceres durante largos pe-
ríodos de tiempo. La incorporación de la sociedad burguesa a las prácticas de
ocio durante el siglo XIX, supuso un primer salto de escala en la ampliación
de la esfera social del ocio. Pero la auténtica democratización del turismo no
llegará hasta la asimilación de las clases medias durante la segunda mitad del
siglo pasado. En la actualidad, la OMT calcula en unos 800 millones los viajes
turísticos internacionales, sin tener en cuenta por tanto los viajes domésticos, y
estima que en un medio plazo (2020) pueden alcanzarse los 1.500 millones de
turistas internacionales. Democratización no significa universalización, puesto
que las desigualdades de acceso al viaje turístico son todavía patentes, según
los motivos que prevalezcan y los niveles de renta de los grupos sociales. Por
ejemplo, los países africanos a pesar de representar el 13% de la población del
planeta sólo emiten el 2% de los viajes turísticos internacionales. Se pone de
manifiesto, por tanto, que también en turismo, los efectos de la globalización
se expresan de forma asimétrica.
© Editorial UOC 63 Capítulo I. Los turistas

Las estadísticas al uso permiten observar la tendencia al crecimiento del turis-


mo pero no mucho más. No se desprende de ellas nada o apenas nada sobre la
competitividad de los destinos o la integración de los mercados, los impactos lo-
cales o regionales de la actividad, ni sobre la percepción que emisores y receptores
de turismo tienen unos de otros. De hecho, detectar estos elementos es mucho
más interesante que limitarse a contabilizar los flujos resultantes del turismo.
Para entenderlo mejor, debemos referirnos, aunque sea brevemente, al concepto
de globalización. Desde una óptica económica, la globalización es un proceso que
implica libertad de movimiento, interdependencia e integración de los mercados
de trabajo, bienes, servicios, tecnología y capital. Aplicada esta definición al tu-
rismo, aparecen serias dudas sobre si el papel de esta actividad en el conjunto de
la globalización económica es verdaderamente relevante o secundario, quedando
claro también que el turismo está altamente implicado en la globalización.
¿Hasta qué punto, pues, debemos considerar el turismo una actividad global?
Shaw & Williams apuntan al menos cinco líneas donde el turismo incide o participa
en los procesos de internacionalización de la economía (Shaw & Williams, 2004):

1. Los flujos de información internacional influyen sobre la toma de deci-


siones y la localización de actividades. Pueden servir como ejemplo las inver-
siones en cadenas hoteleras internacionales o en atracciones que estimulan los
flujos turísticos globales.
2. Del mismo modo, el turismo crea (y re-crea) la distribución de imágenes
sobre destinos por todo el mundo mediante los recuerdos turísticos, las fotos
y vídeos, los folletos de información o los bienes de consumo importados. La
multiplicación de imágenes va más allá del marketing y permite dar una nueva
dimensión global a los destinos.
3. El turismo intensifica las conexiones, se refuerzan geográficamente los flujos
turísticos como muestra, por ejemplo, el crecimiento de los flujos de larga distancia o
la apertura de nuevos destinos al turismo internacional, como sucede en algunas ciu-
dades desde la introducción de vuelos de compañías de bajo coste. Algunos procesos
turísticos, como las visitas repetidas a destinos, la existencia de segundas residencias
o las visitas a familiares y amigos permiten intensificar las conexiones. Esta intensifi-
cación, se expresa de forma clara en los incrementos de las transacciones financieras
y de crédito electrónico que acompañan a los turistas. Por ejemplo, Turismo de Ca-
taluña calculó que, en el año 2003, el gasto efectuado con Visa y Mastercard por los
extranjeros que visitaron la provincia de Barcelona fue de 558,4 millones de euros.
© Editorial UOC 64 A propósito del turismo

4. El turismo contribuye a crear nuevas estructuras o nodos donde se orga-


nizan flujos hacia nuevos destinos más lejanos, caso de los grandes aeropuertos
internacionales.
5. El turismo fortalece la identidad y los significados culturales. Refuerza el
proceso de interpenetración cultural poniendo directamente en contacto, en
muchas ocasiones, culturas lejanas.

1.4. El turismo y las barreras a su despliegue global

A pesar de que el turismo se ha expandido por todos los rincones del planeta,
continúa teniendo un carácter regional. La concentración de los flujos turísticos
en las tres grandes cuencas mundiales (Mediterráneo, Caribe, Pacífico) continuará
muy probablemente en el futuro, aunque se prevé que algunas de sus regiones
experimenten cambios (véase cuadro 10) mientras que los flujos turísticos de larga
distancia se calcula que seguirán siendo tan sólo una cuarta parte del total. No
obstante, regiones como África o Asia Meridional, a pesar que se prevé un au-
mento en su volumen de turistas internacionales, seguirán contando poco en el
conjunto del mercado. Paradójicamente, la democratización y el acceso al turismo
no han contribuido en algunas regiones (especialmente en África) a disminuir el
nivel de pobreza y abandono. En áreas más desarrolladas, el turismo ha contribui-
do notablemente al desarrollo económico, aunque ha tenido como contrapartida
el deterioro de determinados ecosistemas o del medioambiente en general.

Cuadro 10. Evolución de la cuota de mercado turístico de las grandes regiones turísticas y su estima-
ción para 2020 (en %).

1950 2005 2020

África 2 4,3 5,0

América del Norte y del Sur 29,6 16,3 18,1

Asia oriental y Pacífico 0,8 19,2 25,4

Europa 66,4 54,5 45,9

Oriente Medio 0,8 4,6 4,4

Asia meridional 0,4 1,1 1,2

Total 100 100 100


Fuente: OMT
© Editorial UOC 65 Capítulo I. Los turistas

El turismo ha experimentado un crecimiento espectacular a pesar de su vul-


nerabilidad ante los episodios de riesgo producidos durante los últimos años,
con lo que ha demostrado ser un sector de actividad muy resistente a las crisis.
El optimismo al que invitan estos datos y las proyecciones de futuro deberían
ser contrapesados por algunos factores que de persistir o de manifestarse en el
futuro pueden comprometer la viabilidad de ciertas formas de turismo o inclu-
so, afectar en forma de crisis puntuales o permanentes a algunas regiones. Bá-
sicamente nos referimos a dos factores de riesgo para el turismo con capacidad
para afectarlo a escala global: los riesgos geopolíticos y los riesgos naturales. En
una encuesta reciente efectuada a diversos especialistas en turismo sobre los
riesgos que debería afrontar en el futuro inmediato se remarcaron siete temas
principales, derivados de los dos tipos de riesgo básicos (Callot, 2006):

1. La capacidad del turismo de ser compatible con el desarrollo sostenible.


2. La aparición de desastres naturales.
3. La escasez de petróleo y el transporte turístico.
4. El potencial del turismo para reducir la pobreza.
5. La disponibilidad de agua como freno al desarrollo turístico.
6. Los cambios de dirección de los flujos turísticos internacionales.
7. Los episodios de tensiones geopolíticas y terrorismo.

Los retos que cabe asumir para mantener y ampliar las fronteras turísticas actua-
les pasan por las 4Es: Ambiente (Environment en inglés), Energía, Ética y Educación.

En profundidad
¿Barreras globales al turismo? Riesgos naturales y geopolíticos

Los riesgos naturales y geopolíticos son dos factores que pueden afectar al futuro
crecimiento del turismo internacional. La vulnerabilidad del turismo ante estos fac-
tores de riesgo es muy alta puesto que esta actividad, debido a su elevado grado de
intangibilidad, se basa en la existencia de imágenes positivas. Cualquier elemento
que aumente el riesgo percibido hace que el turista ejerza su libertad y pueda cam-
biar de destino con gran facilidad. Es conveniente distinguir entre ambos riesgos ya
que los efectos que pueden llegar a tener sobre los destinos son diferentes. En ambos
casos, generan una crisis basada en la caída de los flujos turísticos, pero los efectos
en la percepción de la imagen turística del destino pueden ser diferentes. Una vez
normalizada la situación inicial, probablemente, el riesgo percibido persiste más
© Editorial UOC 66 A propósito del turismo

tiempo en casos de terrorismo que de desastres naturales. Esto es debido a que si


bien los riesgos naturales generan sobre los destinos habitualmente comprensión,
tolerancia y solidaridad entre la opinión pública, los riesgos originados por factores
humanos, más bien inducen al miedo y la prudencia. Otra diferencia es que si bien
los desastres naturales tienden a ser localizados en determinadas áreas o regiones y
sólo se restringen los flujos turísticos en los lugares afectados, las crisis terroristas
afectan no sólo los lugares directamente afectados sino sobre todo a los potenciales.
Ambos casos han tenido repercusiones globales o sobre grandes regiones del mundo
y han ido acompañados de un gran seguimiento mediático por la importancia del
fenómeno, y aumentado por el hecho que los centros turísticos son por definición
lugares de elevada visibilidad. Los destinos turísticos son extremadamente sensibles
a este tipo de situaciones puesto que son altamente dependientes de la percepción
externa que de ellos se tenga y la imagen que transmiten socialmente. En definitiva,
los casos de crisis por riesgo natural o geopolítico requieren una compleja gestión,
no tanto para prevenirlas, sino para evitar organizarse durante la crisis, minimizar
la el deterioro de la imagen recuperarse una vez se ha recuperado.
Si analizamos la relación entre el turismo y el terrorismo nos daremos cuenta que
estamos en una etapa álgida (véase cuadro 11). El panorama geopolítico contempo-
ráneo es proclive a la proliferación de actos terroristas e igualmente, hay que tener
en cuenta que el turismo es uno de los sectores que mayor interés despierta entre
los grupos terroristas que ven fácilmente cumplidos algunos de sus objetivos con
ataques al turismo, por lo que podemos pensar que en el futuro, este tipo de ataques
se volverán más indiscriminados, serán instrumentalizados como método de ataque
de conflicto armado, se ampliará su ámbito geográfico de incidencia y se le dará
mayor protagonismo mediático (Sönmez et al. 1999; Horner & Swarbroke, 2004). El
interés de los grupos terroristas por atentar contra intereses turísticos tiene que ver
con diferentes cuestiones: 1) le ayuda a conseguir objetivos estratégicos como deses-
tabilizar la economía regional o nacional y obtener atención por parte de los medios
de comunicación; 2) es relativamente fácil de atentar contra este sector y los terro-
ristas pueden pasar desapercibidos o camuflados entre los propios turistas y moverse
con comodidad; 3) permite lograr objetivos ideológicos a nivel sociocultural o de
valores. Los turistas son seleccionados como objetivo porque en ocasiones son con-
siderados símbolos representantes de los otros o porque debido a su conducta o ma-
nera de ser, son entendidos como una amenaza a las normas sociales establecidas,
tradiciones, sistemas de valores o preceptos religiosos. (Sönmez et al. 1999).
Los efectos del terrorismo (y también de las guerras) sobre el turismo varían de un
destino a otro y según la importancia del acontecimiento. En todo caso, siempre
existe un empeoramiento de la imagen del destino, que tornándose negativa, y un
impacto económico de consideración. De hecho, la anatomía de las crisis turísti-
cas por razones de seguridad varía según algunas categorías determinantes: 1) la
naturaleza de la situación de seguridad; 2) las características de la demanda; 3) las
características del sistema turístico; 4) el tipo de medidas de gestión de la crisis
que se tomen en el destino afectado (Mansfeld, 1999).
© Editorial UOC 67 Capítulo I. Los turistas

Cuadro 11. Principales conflictos naturales, geopolíticos o atentados terroristas que han afectado la di-
námica turística internacional o regional entre 1985 y 2007.

Acontecimiento Año

Secuestro del crucero Achille Lauro y asesinato de turistas 1985

Colapso político de los países de la Europa del Este Años 90

Guerra en los Balcanes Años 90

Crisis financiera y económica en el Sudeste Asiático, el Japón, Rusia y América Años 90


Latina
Guerra del Golfo Pérsico 1991

Calentamiento global del Planeta debido al fenómeno del cambio climático Desde la
revolución
industrial
Atentados con aviones suicidas en los EEUU 2001

Invasión de Afganistán 2001

Atentados con coches bomba en una zona turística de Bali 2002

Atentado con coches bomba en un hotel de propiedad israelí en Kenia 2002

Atentado en una zona turística de Casablanca (Marruecos) 2003

Bomba en el hotel Marriott de Yakarta (Indonesia) 2003

Epidemia de SARS en diversos países asiáticos y en Canadá 2002-03

Invasión y guerra de Irak 2003

Secuestro de 30 turistas europeos por Al Qaeda Magreb (Argelia-Malí) 2003

Atentados terroristas en Madrid 2004

Atentados terroristas contra intereses turísticos en Taba, Sharm el-Sheikh y Dahab 2004-2005-
(Egipto.) 2006
Tsunami en el Océano Índico 2004

Atentados terroristas en Londres 2004

Atentados terroristas contra intereses turísticos en Kusadasi (Turquía) 2005

Atentado terrorista en las islas Maldivas 2007


Fuente: Elaboración propia.

Caleidoscopio

* La decisión de los turistas de quedarse en casa o cambiar el destino previsto


puede ocasionar graves pérdidas a la industria turística de un país que sufra ata-
© Editorial UOC 68 A propósito del turismo

ques terroristas o guerras. Por ejemplo, los ataques terroristas que se iniciaron el
año 1992 en Egipto propiciaron una caída del 43% de los ingresos en los 5 años
siguientes. Países como Turquía, México, Eslovenia o Irlanda del Norte han sufrido
experiencias similares, lo que demuestra que el riesgo en el viaje altera las pautas
de comportamiento de la demanda.
* En términos económicos, la recuperación de un destino tras una crisis de segu-
ridad no se produce al retomar los niveles de visitantes previos a la crisis, puesto
que hay que tener en cuenta también el potencial de ingresos que ha dejado de
obtener durante la caída de visitantes.
* Después de los atentados del 11-S en los Estados Unidos, se ha producido una
caída del número de visitantes a este país y de los viajeros americanos a otros desti-
nos internacionales, mientras que se ha mantenido una recuperación en destinos
internos pero de larga distancia como Hawai. Estas caídas están conduciendo a la
pérdida de peso relativo de los Estados Unidos en el total de los viajes internacio-
nales. No sólo por la sensación de inseguridad que siguió inmediatamente después
de los ataques terroristas sino también por la percepción negativa que los visitan-
tes tienen de los controles de visados y de seguridad para la entrada de individuos
al país (Bonham, Edmonds & Mak, 2006).
* La expansión del SRAS ilustra perfectamente el potencial de la globalización y del
transporte aéreo en la emergencia y dispersión de una enfermedad infecciosa. En-
tre noviembre del año 2002 y julio del 2003, los impactos en el turismo motivados
por el SRAS fueron considerables a nivel mundial, cayendo el número de llegadas
internacionales un 1,2% y una disminución del crecimiento de los ingresos por
turismo. En Asia oriental, donde se originó la infección y donde tuvo mayor im-
pacto, la caída de las llegadas turísticas fue del 41% respecto al año anterior (2002)
y se calculan en 12 millones las llegadas de turistas que dejaron de efectuarse.
Los destinos más afectados fueron China, Hong Kong, Vietnam y Singapur. Por
ejemplo, sólo en la ciudad de Beijing la caída estimada de turistas nacionales e in-
ternacionales fue de 480.000 y 8,7 millones respectivamente, generando pérdidas
económicas de cerca de 1000 millones de € con índices de ocupación hotelera del
10% (Wilder-Smith, 2005).
* Los destinos turísticos emergentes con productos nuevos o únicos tienen más
probabilidades de recuperarse de los impactos económicos de un episodio de crisis
que los destinos consolidados, puesto que la presión de la demanda por conocer
atracciones nuevas y destinos inexplorados tiende a revertir la imagen de negativa
a positiva más rápidamente. Algunos ejemplos son Israel, Egipto, Chipre, Albania,
Jordania o Mozambique.
* Muchas ciudades occidentales disponen de hospitales especializados en medici-
na tropical debido a la profusión de este tipo de enfermedades entre la población
en la última década. Uno de los vectores de introducción de enfermedades tropi-
cales son los viajes turísticos.
© Editorial UOC 69 Capítulo I. Los turistas

En profundidad
Turismo, guerras y principios para la gestión de crisis. La experiencia de Israel

Desde 1967, Israel ha tenido seis ciclos de declive y recuperación del turismo como
resultado de diferentes episodios de inseguridad. Dada la gran variedad de situa-
ciones en términos de naturaleza, duración, severidad y localización geográfica, de
dichos episodios, su análisis histórico permite establecer ocho principios generales
para la gestión de crisis geopolíticas en dicho país (Mansfeld, 1999).

1. La gestión de la crisis debe ser tratada como un proceso más que como una
operación a corto plazo, con medidas a tomar durante el ciclo de crisis y durante
el período posterior.
2. El seguimiento de las tendencias turísticas pasadas y presentes es necesario para
preparar medidas adecuadas para la gestión de las crisis. Hay que tener especial-
mente en cuenta la reacción de cada segmento de mercado para poder establecer
respuestas adecuadas a cada uno de ellos.
3. La gestión de las crisis turísticas debe basarse en la integración y la cooperación
de todas las partes implicadas.
4. Si existe un mercado turístico nacional, como así es en el caso israelí, debe ser
empleado como mecanismo compensador a corto, medio o incluso largo plazo.
5. Las acciones de marketing deben ser muy dinámicas e innovadoras, aunque sen-
sibles a los diferentes escenarios de crisis. Esta es una de las medidas más importan-
tes a tomar y debe hacerse con suma profesionalidad, analizando los segmentos de
mercado con mucha atención, revisando las tendencias del mercado antes, durante
y después de las crisis, explicando muy claramente los mensajes que tienen que ver
con la seguridad, evitando despilfarrar recursos con campañas mientras continúan
activos los conflictos bélicos, o integrando acontecimientos bélicos del pasado como
atracciones turísticas si son del suficiente interés para los turistas.
6. La planificación del turismo debe tener en cuenta las crisis, especialmente en relación
a la localización de las infraestructuras e inversiones de riesgo primando el dinamismo y
la capacidad de adaptación a corto plazo sobre la obtención de objetivos a largo plazo.
7. Como destino turístico, debe ofrecer información fiable y constante sobre la
situación de la crisis a los mercados emisores con el fin de dar una imagen de
credibilidad en la calidad turística más que de buscar el beneficio económico o
asegurarse de que los viajeros optarán por visitar el país evitando tan sólo las re-
giones en conflicto.
8. Los países afectados por crisis cíclicas deberían cooperar entre ellos para asegurarse el
intercambio de experiencias y conocimiento sobre las medidas de gestión de las crisis.

El principal reto de tipo ambiental al que se enfrenta el turismo en un futuro


próximo es el cambio climático. Según el Panel Intergubernamental del Cam-
bio Climático, la actividad humana es muy probablemente la causante de este
© Editorial UOC 70 A propósito del turismo

fenómeno. El origen de dicha responsabilidad hay que buscarlo históricamente


en la industrialización y en el constante incremento, hasta la actualidad, de
la emisión de gases derivados de la combustión de combustibles fósiles. Los
efectos del cambio climático sobre el planeta toman dos dimensiones: 1) el
calentamiento global. Es decir, el incremento de la temperatura media derivada
de la generación de gases (CO2, Metano, N2O) que provocan el efecto inverna-
dero al no dejar escapar el calor hacia la atmósfera; 2) el debilitamiento de la
capa de ozono por la emisión de CFC (contenido en determinados aerosoles,
refrigeradores, etc.)
Las actividades turística y de ocio son especialmente vulnerables a los efectos del
cambio climático puesto que el clima funciona como uno de los factores de atrac-
ción más potentes, por lo que transformaciones importantes en sus componentes
puede alterar su papel de manera significativa. Al mismo tiempo, la experiencia
turística requiere de un factor meteorológico de confort (aunque variable según la
modalidad o las personas) para ser llevado a cabo de manera satisfactoria, por lo que
las alteraciones en temperaturas, humedad, viento o precipitación pueden derivar
en transformaciones de esa percepción del confort por parte del turista.
Los expertos en el cambio climático pronostican diversos efectos derivados de
su acción: el aumento de la temperatura media del aire, el aumento del nivel de las
aguas del mar y la mayor presencia de fenómenos climáticos extremos (tormentas
cambios en la precipitación, sequías, etc.).
La OMT ha elaborado un informe (WTO, 2003) donde se cruzan las predicciones
existentes en ese momento sobre el cambio climático y la distribución de los flujos
turísticos internacionales. Del documento recogemos algunas conclusiones acerca
del potencial efecto del cambio climático sobre la demanda turística:

1. El aumento de las temperaturas puede convertir al norte de Europa en un


lugar más atractivo durante los meses de verano mientras que el Mediterráneo, con
temperaturas demasiado cálidas, erosión de la costa por el incremento de tormen-
tas, incidencia de enfermedades tropicales, aridez, sequías y riesgo de incendios fo-
restales puede perder atractivo.
2. En relación con los flujos de Norteamérica a Europa, las ciudades europeas
y el turismo de negocios resistirán mejor los efectos del cambio climático, aunque
algunas ciudades del sur de Europa pueden tener temperaturas tórridas u olas de
calor prolongadas durante los meses de verano y desplazar la temporada alta a otros
meses. Por el contrario, ciudades menos cálidas como París o Londres pueden ver
© Editorial UOC 71 Capítulo I. Los turistas

incrementada la presencia de turistas durante los meses de verano al tener tempera-


turas medias más cálidas.
3. En los flujos de negocios entre Europa y Norteamérica, se prevé que el cambio
climático tenga poca incidencia, aunque algunas regiones de ocio como Florida o
California pueden presentar alteraciones (alteraciones de la temperatura, aparición
de enfermedades tropicales) que desplacen la temporada alta.
4. En Asia y Oceanía no se pronostican cambios dramáticos en el clima, aun-
que algunas islas pueden verse amenazadas por el aumento del nivel del mar (caso
de las Maldivas) y algunos destinos pueden verse afectados por el aumento de las
temperaturas (Taiwan). Pueden darse también pérdidas de biodiversidad y desas-
tres ecológicos entre la fauna y la flora autóctona, como por ejemplo la desapari-
ción de corales. En Oceanía, países como Australia tienen otro problema derivado
del incremento del agujero de la capa de ozono sobre su territorio, con lo que las
radiaciones ultravioletas, (asociadas al riesgo de contraer cáncer o cataratas) más
severas pueden perjudicar la actividad de ocio al aire libre, especialmente en el
caso del turismo de sol y playa.
5. El Caribe es una de las regiones que más afectada quedará por el cambio cli-
mático ya que es altamente dependiente del producto de sol y playa. Su mercado
principal, los Estados Unidos, puede menguar si las temperaturas en aumento con-
vierten sus inviernos en épocas más cálidas. Por otro lado, el aumento del nivel del
mar perjudicaría de forma importante a las islas, erosionando las playas y ocasio-
nando destrozos en las infraestructuras costeras.
6. Las regiones montañosas pueden ver como descienden sus cotas de nieve
(especialmente en estaciones ubicadas en sistemas montañosos de escasa altitud
como las de Escocia o los Alpes australianos), con la consiguiente reducción de la
temporada de esquí y el aumento del riesgo de avalanchas.

2. El oficio de turista. El significado de hacer turismo

2.1. Sueños de turista. Motivación y experiencia vivida

En el siglo XIX una persona podía, como promedio, conocer a otros 400
ó 500 individuos a lo largo de su vida y efectuar dos o tres viajes a poca
© Editorial UOC 72 A propósito del turismo

distancia de su lugar de residencia, normalmente dentro de su región o


como mucho en su propio país. A principios del siglo XXI, las personas
que pueden permitirse realizar largos viajes internacionales se cuentan por
millones y, sin moverse de su casa, pueden intercambiar información o
conocerse decenas de personas en un solo día. Nunca en la historia de la
humanidad han existido las opciones tecnológicas que permiten acercar a
la gente entre sí como actualmente, y nunca se ha tenido tanto interés por
viajar y conocer nuevos horizontes y nuevas personas como en nuestros
días. Desplazarse y descubrir territorios y culturas es una actitud innata en
el ser humano y el desarrollo del turismo no deja de ser una manifestación
más de este fenómeno, reforzada gracias al desarrollo de las infraestructu-
ras de comunicación y de los medios de transporte. El turismo es, en cierto
modo, el fruto de una voluntad innata por conocer y relacionarse, y de
las posibilidades técnicas, socioeconómicas y políticas que favorecen un
contexto de movilidad generalizada. El reconocimiento de esta voluntad
humana, pone en el mismo lugar al viajero romántico y al turista usuario
de chárter de nuestros días, puesto que ambos coinciden en su interés por
realizarse mediante el desplazamiento recreativo. Al menos en lo que se re-
fiere a las ganas de desplazarse, otra cosa es el lugar escogido y la forma de
plasmar la experiencia turística, que cada uno escogerá según sus intereses
y opciones.
El turismo y el ocio ofrecen la oportunidad de obtener vivencias que se
convierten en satisfacción de ciertas necesidades. Se puede argumentar que
satisfacer estas necesidades individuales no exige desplazamiento y que
pueden obtenerse a solas o en viajes interiores (como sucede en el célebre
relato de Xavier de Maestre Viaje alrededor de mi habitación) pero ello sería
un reduccionismo y se obviaría un aspecto trascendental para entender la
naturaleza del turismo, el hecho de que se trata de una práctica más colec-
tiva que individual. Actos tan comunes en la práctica turística como ver y
ser visto, actuar, participar del ambiente, o integrarse en las actividades son
acciones con formato colectivo que generan experiencias individuales. Por
tanto, consideramos que existe una relación entre el concepto de experien-
cia, útil para entrar a comprender los motivos y comportamientos de los
turistas, y los propios lugares turísticos donde estos desarrollan prácticas
sociales que con sus normas y usos han producido lugares específicos para
desarrollar las experiencias turísticas.
© Editorial UOC 73 Capítulo I. Los turistas

Shaw & Williams (2004) identifican tres aproximaciones diferentes al con-


cepto de experiencia turística:

1. Boorstin entiende la experiencia como un acto de consumo popular,


construida a partir de pseudoeventos prefabricados aptos para el consumo
de masas.
2. Mc Cannell considera, por el contrario, que la experiencia turística es
una respuesta activa a las presiones que la vida cotidiana ejerce sobre las per-
sonas y que los turistas buscan experiencias auténticas para compensar estas
tensiones. Complementa a esta visión la de Cohen, quien considera que la ex-
periencia varía y depende de las particularidades de cada turista, ya que cada
uno requiere experiencias diferentes según sus necesidades.
3. Desde otro punto de vista, autores como Ryan sugieren que la experien-
cia turística es una actividad de ocio plurifuncional que no sólo se limita a
contemplar sino que incluye el resto de sentidos además de la vista.

La búsqueda de experiencias viene originada por los motivos que impul-


san a tomar una decisión de ocio. Estos motivos son complejos de delimitar
teóricamente por lo que han dado lugar a diferentes explicaciones, sólo coin-
cidentes en parte.
No obstante, existen algunos puntos en común sobre las motivaciones.
En primer lugar hay que tener en cuenta que las motivaciones implican la
toma de decisiones por parte del turista materializadas en la elección de sus
desplazamientos, por lo que deben ser muy tenidos en cuenta a nivel de
marketing y especialmente, a nivel de imagen de los destinos. En este senti-
do, en la satisfacción final del turista puede influir la correspondencia entre
expectativas previas y realidad percibida. En segundo lugar es reconocido el
hecho de que no existe un único motivo que explique la decisión final sino
que son causas múltiples las que la generan. Finalmente, es comúnmente
aceptado que se trata de un proceso que cambia en función del ciclo de vida
de los individuos, de la situación personal o de las influencias externas que
pueda recibir.
En la misma línea, San Martín (2004) vincula los motivos de ocio a los
siguientes aspectos: 1) no se producen de inmediato sino que tienen un ciclo
a medio o largo plazo en el turista; 2) no corresponden a una sola causa sino
que tienen un carácter multideterminado (Crompton, 1979); 3) conllevan im-
© Editorial UOC 74 A propósito del turismo

plicaciones intrínsecas (autosatisfacción en el viaje y la experiencia turística)


además de las extrínsecas (prestigio, búsqueda de nuevas relaciones, etc.); 4)
tienen un carácter dinámico que evoluciona en función de las fases vitales de
las personas.
Las visiones teóricas sobre los motivos que impulsan a los turistas hacia
comportamientos de consumo determinados y/o desplazamientos concretos
hacia los destinos son variadas. Recogemos aquí las más significativas de ellas
y las agrupamos en dos corrientes o aproximaciones. En primer lugar, en-
contramos las visiones que se centran en la idea de cubrir una necesidad o
insatisfacción que persigue la noción de creatividad y de progreso personal
a través del viaje. Una segunda aproximación tiene que ver con las prácticas
espaciales turísticas que se desarrollan sobre los destinos. Es decir, qué moti-
vos hacen qué los turistas se sientan atraídos por los destinos y que relaciones
establecen con los lugares turísticos. Para ello, se combinan los conceptos de
recreación, desplazamiento y procesos espacio-temporales de movilidad de los
individuos. Esta aproximación es más elaborada puesto que no se trata sólo
de ofrecer una explicación a las motivaciones que derivan en desplazamientos
turísticos sino de investigar sobre el proceso de creación de lugares turísticos y
la influencia que ejercen en este proceso las prácticas que desarrollan en ellos
los propios turistas (Stock, 2003).

1) Las teorías motivacionales basadas en las necesidades humanas con-


templan algunos factores como motor de la acción (San Martín, 2004): 1)
el reposo o la recuperación; 2) la compensación a las carencias o a las re-
nuncias que genera la vida cotidiana; 3) la huída de la alienación cotidiana
y el olvido (aunque sea temporal) de los problemas a través del viaje; 4)
la comunicación y la necesidad de comunicarse con familiares, amigos o
desconocidos; 5) el sexo, como un elemento derivado del anterior punto,
favorecido además por la tendencia a actitudes desinhibidas en los momen-
tos de ocio; 6) la adquisición de conocimientos como parte de la educación
personal y la autorrealización a través de la cultura; 7) la libertad, entendida
como una mayor permisividad que puede desembocar en comportamien-
tos diferentes a los habituales; 8) la autorrealización, el viaje entendido
como una oportunidad para el autodescubrimiento y desarrollo personal;
9) el prestigio, utilizando el viaje para mostrar señales de estatus social o
económico.
© Editorial UOC 75 Capítulo I. Los turistas

Figura 2. Niveles de causalidad de las conductas de ocio.

Necesidades
Influencia de ocio Ambiente
situacional social
Motivación intrínseca y
percepción de libertad

Necesidad de activación óptima

Disposiciones biológicas y procesos de socialización

Fuente: Iso-Ahola, 1980.

Modelos como los de Iso-Ahola (1980) ponen de relieve que los motivos de
ocio no se explican sólo a partir de la enumeración de factores sino que deben
ser estructurados en el marco de una causalidad. Establece un modelo piramidal
donde en la base se encuentran las necesidades humanas más básicas a cubrir
(disposición biológica y socialización) y en la cúspide las necesidades de ocio,
pasando por las fases intermedias de necesidades de activación y las motivacio-
nes intrínsecas y de libertad. La base biológica y social no motiva por ella mis-
ma los comportamientos de ocio pero sí que influye en los comportamientos
de los individuos según sea su formación o punto de partida. Las necesidades de
ocio, el nivel más alto entre los determinantes, presentan, a su vez, una doble
dimensión. Por un lado recogen la necesidad de escapar de la rutina y el estrés
de la vida diaria, por otro lado, implican recompensas intrínsecas al individuo
a través del ocio.
Pearce (1987) desarrolla un modelo similar al anterior pero basado en la
noción de proceso. Los motivos que determinan los comportamientos de ocio
no son estáticos sino que se ven influidos por un conjunto de factores que
hacen evolucionar estos comportamientos con el paso del tiempo (edad, expe-
riencias turísticas previas, status social, situación personal, etc.) Pearce aplica
© Editorial UOC 76 A propósito del turismo

la jerarquía motivacional de Maslow (1954) para establecer una explicación de


las motivaciones de los turistas. Según Pearce, a medida que la experiencia del
turista aumenta avanza su posición dentro de la jerarquía. Esto no implica que
necesariamente ascienda, puesto que también pueden producirse estancamien-
to o incluso regresión, pero el nivel de satisfacción aumentará a medida que se
acerque a su escala de motivaciones. Las personas tienden, según este modelo,
a ascender según la experiencia turística acumulada, la edad, etc. con lo que se
supone un cierto oficio que originaría un proceso de motivación que va desde
la relajación y la estimulación (primarios) hasta los motivos de socialización,
autoestima y autorrealización (el más elevado).
Finalmente, Plog (1974, 2001) ha elaborado una teoría de motivación turís-
tica a partir del perfil psicográfico. Plog toma como punto de partida un perfil
central que correspondería a un nexo común de valores morales dentro de una
sociedad. Las personas que se ubican dentro de esta situación las denomina
mediocéntricos. En función de este centro, desarrolla un espectro de valores
con el que clasificar al resto de individuos. En un extremo ubica a los psicocén-
tricos, que corresponderían a las personas que se sitúan próximos al conjunto
de valores sociales estándar, de carácter inhibido, no aventurero y que busca la
comodidad. En el otro extremo sitúa a los alocéntricos, aquellos que difieren
y tienden a apartarse de los valores normales de la sociedad, de carácter extro-
vertido, aventurero y seguros de sí mismos. Esta escala psicográfica es utilizada
para moldear tipos de turistas, puesto que entiende que las diferentes caracterís-
ticas de los perfiles generan diferentes motivaciones. A partir de ahí, establece
una relación entre destinos y perfiles de demanda. Los destinos atraen tipos
específicos de personas, por lo que pueden clasificarse también en la escala psi-
cográfica según el tipo de visitante que predomine. Los turistas psicocéntricos
prefieren vacaciones familiares, con poca actividad y tienen preferencia por los
paquetes organizados. Por el contrario, los alocéntricos, optan por zonas poco
turísticas, por realizar actividades variadas y por moverse en entornos cultural-
mente diferentes. Los lugares poco desarrollados turísticamente acostumbra-
rían a acoger turistas alocéntricos, con carácter pionero. Áreas más accesibles ya
ofrecidas en los catálogos turísticos generales atraerían sobre todo a los medio-
céntricos, mientras que los destinos muy populares que se adaptan a los gustos
y preferencias en origen de la demanda serían atractivos para los psicocéntricos.
Por tanto, los destinos pueden ubicarse en la curva psicográfica en función del
tipo de turista predominante. En consecuencia, según Plog, los destinos pueden
© Editorial UOC 77 Capítulo I. Los turistas

empeorar su popularidad a medida que pierden sus segmentos de referencia.


Al estar determinadas las preferencias de viaje por las personalidades de los
turistas, Plog afirma que es posible combinar su teoría con la del ciclo de vida.
El cruce de ambas teorías le permite deducir que la mayoría de destinos siguen
una predecible, pero poco controlable, pauta de desarrollo que los lleva del na-
cimiento a la madurez y finalmente al envejecimiento y declive, en función de
la atracción que ejerzan sobre cada segmento psicográfico. Un posicionamiento
estratégico correcto sobre los segmentos adecuados en cada momento permite
alargar la fase de crecimiento, retardar la aparición de síntomas de madurez o
bien sobreponerse a la etapa de declive.
El modelo tiene amplia aceptación en el campo del marketing, pero no está
exento de críticas en otros ámbitos de conocimiento, especialmente al plan-
tear aspectos deterministas en la relación entre mercados y destinos turísti-
cos. Como acabamos de ver, según Plog, los diferentes grupos (psicocéntricos,
alocéntricos o mediocéntricos) encajan perfectamente con un determinado
tipo de destino, puesto que las características de los destinos se adaptan mejor
a un determinado perfil psicosocial de visitante. Pero si tenemos en cuenta
que los turistas actuales están abiertos a múltiples prácticas en función de su
momento vital y su estado personal, podemos pensar mejor en una situación
donde prácticas y lugares turísticos coexisten o se suceden en períodos bre-
ves de tiempo. Dado que las vacaciones se hacen según el ritmo de nuestra
vida, las prácticas y los lugares turísticos donde se desarrollan pueden cam-
biar considerablemente en poco tiempo. Dicho con otras palabras, en algunos
momentos una misma persona puede ser psicocéntrico y en otros alocéntrico
(Équipe MIT, 2002).
La segunda aproximación a los factores que impulsan el turismo ha sido
trabajada especialmente por el Equipo MIT (Mobilités, Itinéraires, Territoires) de
la Universidad París-7 (Équipe MIT, 2002, 2005; Stock, 2003).
Igual que en la primera aproximación, el punto de partida sería la conside-
ración de que la experiencia turística proporciona satisfacción personal a los
turistas y que por este motivo, se deciden a hacer un desplazamiento recreati-
vo. La aportación básica de esta visión es la centralidad que otorgan al turista
en todo el proceso de obtención de la experiencia. No se parte de un enfoque
condicionado por la competitividad del destino en relación a los gustos de la
demanda, ni se restringen las motivaciones a las particularidades de los merca-
dos, sino que se ofrece una visión donde los desplazamientos turísticos son un
© Editorial UOC 78 A propósito del turismo

elemento importante en la construcción de la identidad de los individuos, al


tiempo que se reconoce el turismo como una práctica social.
Los desplazamientos turísticos reflejan un acto de transformación y forma-
ción personal y se inscriben dentro de un proyecto existencial individual, por lo
que requieren no sólo motivación sino también un cierto grado de aprendizaje.
Además, esta práctica turística se centra en los lugares apropiados a tales circuns-
tancias, que se reconocen como socialmente construidos por y para los turistas.
La lógica productiva de los lugares turísticos implica, por una parte, que exis-
tan los elementos y condiciones de uso que permitan romper con los aspectos
cotidianos del día a día convencional, y por otra parte, que existan suficientes
garantías de seguridad y proximidad a las condiciones mínimas requeridas por
los turistas. Es decir, que el turista al desplazarse se recrea pero al mismo tiempo
entra en contacto con la alteridad (volveremos más adelante sobre esta cues-
tión), elementos sobre los que construirá su experiencia turística.
Los desplazamientos turísticos son entendidos por el Equipo MIT como una
forma especial de movilidad que difiere del resto de migraciones, viajes de ocio
o de negocios. Existen varios criterios que permiten diferenciar el turismo de
otros tipos de movilidad (véase cuadro 12) pero son dos de ellos los que marcan
la frontera entre lo que es turismo y lo que no. Estos dos criterios son la cotidia-
nidad y la opcionalidad. La cotidianidad permite distinguir entre las prácticas
recreativas que se realizan en el ámbito de lo cotidiano y las que se realizan en
otros lugares. La opcionalidad distingue entre las movilidades que implican
un grado de libertad para escoger (por ejemplo pasar un fin de semana en el
campo) y las que se realizan de forma obligatoria (por ejemplo un viaje de ne-
gocios). Las prácticas turísticas son, por lo tanto, prácticas recreativas escogidas
efectuadas mediante el desplazamiento de un lugar de residencia (cotidiano)
hacia otro (no cotidiano) donde se realizan actividades diferentes a las habitua-
les en menor o mayor medida. Las diferencias entre la movilidad turística y la
no turística pueden expresarse en la relación en términos de cotidianidad que
se produce tanto en el tiempo como en los lugares (véase cuadro 13).

Cuadro 12. Código geográfico de las prácticas de movilidad.

Cotidianeidad Opcionalidad Familiar Proximidad No exótico

No cotidianeidad Obligatoriedad Forastero Lejanía Exótico


Fuente: Stock, 2003.
© Editorial UOC 79 Capítulo I. Los turistas

Cuadro 13. Las prácticas y los lugares dentro de lo cotidiano y fuera de lo cotidiano.

Lugar de lo cotidiano Lugar de fuera de lo cotidiano

Prácticas de lo cotidiano Movilidad vinculada al trabajo Viajes de negocios

Prácticas de fuera de lo cotidiano Movilidad vinculada al ocio Turismo


Fuente: Stock, 2003.

La noción de desplazamiento resulta clave, por lo tanto, para entender el


modelo propuesto. El hecho de que el desplazamiento turístico implica un ne-
cesario cambio temporal del habitual lugar de residencia a uno no habitual,
sugiere que se produce un cambio del punto de vista del turista, no sólo físico
o geográfico sino también mental y emocional, una ruptura psicológica con la
cotidianidad del lugar de vida habitual. La confrontación voluntaria con lo aje-
no y la residencia temporal fuera del contexto habitual implican un aprendizaje
e incluso un cierto esfuerzo de preparación. De todas formas, este cambio no
acostumbra a ser radical, puesto que el turista racionaliza la alteridad combi-
nando dosis de exotismo con otras de familiaridad y a pesar de encontrarse en
entornos ajenos, el turista acostumbra a habitar espacios pensados para ellos
(hoteles, camping, etc.) El desplazamiento turístico se nutre del diferencial en-
tre los lugares (cotidianos y no cotidianos) al mismo tiempo que permite gene-
rar experiencias vitales (con mayor o menor grado de satisfacción final) basadas
en la confrontación regulada con la alteridad.
El turista no es una persona que se limita a circular y a ver, sino que hacer
turismo implica un desplazamiento que se diferencia del resto de movilidades
temporales y que va vinculado a la recreación y no sólo a la contemplación.
Esta afirmación exige explicar un poco más detalladamente el concepto de re-
creación para completar el modelo.
La actividad turística ha sido entendida tradicionalmente como un aspecto
frívolo, improductivo. Contrariamente a esto hay que entender que la prác-
tica turística supone una reconstitución física y mental de las personas y un
elemento básico para el desarrollo personal y la construcción de la identidad
de los individuos. La recreación es un concepto que parte de la diferenciación
respecto al tiempo de trabajo, pero sobre todo, del ámbito de la cotidianeidad.
Frente a la rutina y la repetición de las tareas y de los desplazamientos y el auto-
control de las emociones y pulsiones, el turismo ofrece prácticas no rutinarias,
alejamiento de las convenciones y relajación de las obligaciones sociales. En de-
© Editorial UOC 80 A propósito del turismo

finitiva, hacer turismo no implica solamente la realización de unas actividades


determinadas (es posible recrearse en casa o en la propia ciudad de residencia)
sino un desplazamiento a lugares no habituales y la voluntad de reconstituir
el cuerpo y el espíritu a través del reto que supone afrontar la alteridad. Por lo
tanto, la recreación va mucho más allá de su mera dimensión lúdica y festiva y
debería entenderse como un proyecto vital y no sólo como la puesta en práctica
de actividades gratuitas simplemente por placer.

En profundidad
Las dimensiones de la recreación

Stock (2003) propone tres modalidades de la recreación: el reposo, el juego y el


descubrimiento:
El reposo implica la reconstitución del cuerpo y del espíritu cuando se encuentran
fatigados por los excesos de la cotidianeidad (rutina, trabajo, estrés, etc.) Ha sido
una de las primeras lógicas impulsoras del turismo, con los balnearios y curas de
reposo de los siglos XVIII y XIX, y enlaza en la actualidad con las estancias de sa-
lud actual (wellness). Es interesante destacar que muchas encuestas reflejan que la
principal motivación para el viaje de los turistas no es la actividad sino el reposo,
por lo que puede deducirse que éstos no siempre quieren ser activos o que tratar
peyorativamente de pasivos a quienes se tumban al sol a no hacer nada pasa por
alto gratuitamente la circunstancia de reconstitución mental y corporal que pue-
den estar detrás de esta práctica.
El juego implica divertimiento más que competición. Las prácticas deportivas de
vacaciones (esquí, esquí náutico, windsurf, natación, bicicleta de montaña, etc.)
son un juego, inconsciente y liberador de tensiones, más que un deporte con re-
sultados, normas y reglas establecidas.
El descubrimiento tiene su origen en el Grand Tour aristócrata y los viajes educati-
vos burgueses, enlazando con las actuales visitas de turismo cultural reinventadas
por el mercado.

2.2. El descubrimiento del otro

El recientemente fallecido periodista y escritor Ryszard Kapuczinsky había ma-


nifestado en más de una ocasión que uno de los aspectos que más le atraían de su
profesión era la el hecho de tener que «traducir unas culturas para otras culturas».
El turismo, fundamentado en el desplazamiento y el viaje, ofrece la posibilidad
© Editorial UOC 81 Capítulo I. Los turistas

de satisfacer la curiosidad del viajero y de poner en contacto, con mayor o menor


intensidad, miembros de culturas diferentes. Por su naturaleza, el turismo es vec-
tor de contacto intercultural y, especialmente, de relación social entre sus actores,
visitantes y residentes o comunidad local. Este apartado se destina a analizar las
relaciones sociales y culturales que se establecen durante la visita turística, así
como sus potenciales efectos sobre la experiencia turística de los viajeros y so-
bre la comunidad receptora. En primer lugar, se plantearán algunas perspectivas
teóricas que ponen en tela de juicio la causalidad directa entre turismo e impac-
tos culturales negativos debidos a la complejidad inherente al desarrollo de las
relaciones culturales. Posteriormente, elaboraremos un resumen de los impactos
culturales más habituales y su relación ambigua con la actividad turística.
La consideración de los impactos sociales y culturales del turismo ha evolucio-
nado desde el punto de vista conceptual y teórico. Desde un primer planteamiento,
coincidente con la eclosión del turismo de masas, muy crítico con el turismo enten-
dido como agente desestructurador de las relaciones sociales previas a su implanta-
ción y como destructor de culturas (Turner & Ash, 1975), hasta posiciones mucho
más matizadas donde se considera que no existe una impacto homogéneo del tu-
rismo como actividad, sino que este impacto varía en función del tipo de turismo
y de los propios turistas, y el reconocimiento de que los impactos positivos pueden
superar a los negativos como balance (Mattieson & Wall, 1982, Shaw & Williams,
2002). En el otro extremo de la balanza, el Equipo MIT plantea la necesidad que el
turismo tiene de la “alteridad” o la búsqueda del otro (Équipe MIT, 2002).

En profundidad
Nuevas perspectivas sobre los impactos socioculturales del turismo
Para los integrantes del Equipo MIT, el turista se nutre de alteridad como re-
quisito para desplazarse, pero al mismo tiempo pone los medios para reducirla
según sus necesidades y que ésta no implique un rechazo frontal a sus expec-
tativas. La idea parte de la consideración que la alteridad no es una cuestión
de distancia (pueden encontrarse ambientes o lugares muy diferentes a los
propios en la misma ciudad o incluso al lado de casa) ni de exotismo como
con la relación que cada turista mantiene con los lugares que visita y de los
cuales parte. Según el Equipo MIT, el móvil del desplazamiento del turista es
un juego sutil y dosificado entre las diferencias y las similitudes entre ambos,
orígenes y destinos. El turista pretendería reencontrarse, una vez llegado al des-
tino, con suficientes aspectos comunes con su espacio de vida habitual, pero
© Editorial UOC 82 A propósito del turismo

no idénticos. Este planteamiento explicaría el fenómeno de la regionalización


de los flujos turísticos internacionales, donde los grandes focos emisores son
igualmente los receptores, autoalimentándose mutuamente. La reducción de
la alteridad también permite comprender mejor el hecho de que algunos lu-
gares turísticos internacionales creados por turoperadores, cadenas hoteleras y
agencias de viaje funcionan a partir de lógicas nacionales. Desde este punto de
vista, los turistas buscarían alteridad al mismo tiempo que familiaridad en el
lugar de destino. La propensión a crear un ambiente cotidiano, con profusión
de referencias comunes y elementos simbólicos reconocibles por los turistas
explicaría la existencia de una cierta estandarización en las estaciones turísti-
cas. Por lo tanto la repetición o estandarización de la oferta turística no impli-
ca banalidad sino racionalización del sistema productivo y atenuación de la
alteridad respecto a sus visitantes. Esta aproximación es muy sugerente puesto
que limita el papel de la distancia física como factor de alteridad y la circuns-
cribe a la experiencia que mantienen los turistas con los lugares turísticos que
visitan. El turismo es capaz de crear lugares adecuados a la práctica turística
que, independientemente de su grado de exotismo y de lejanía, permiten la
relación social y el contacto con el otro (ya sea comunidad local o con el resto
de turistas) (Équipe MIT, 2002).

2.2.1 La responsabilidad del turismo en las transformaciones culturales

Tradicionalmente, el turismo se ha visto como un elemento de distorsión,


como un problema que tiende a homogeneizar las culturas locales, a aumentar
las similitudes globales y a reducirlas a aspectos más banales y simplificados
respecto a su punto de partida. Se tratan de tesis erosivas donde el papel del
turismo es coercitivo e impacta, a través de la influencia de la industria global,
negativamente sobre la comunidad local, que a su vez se considera homogénea,
unitaria y feliz. Frente a estos planteamientos existen otras posturas más neu-
trales que por un lado, sin dejar de plantear conflictos, examinan el turismo
no sólo desde la perspectiva del consumo sino también como fuerza dinámica
capaz de crear lugares, y por otro, plantean la cultura como un fenómeno diná-
mico donde los turistas no destruyen culturas sino que contribuyen a su trans-
formación (Crang, 2004). Desde este punto de vista, el turismo es un agente de
destrucción creativa que puede derivar en episodios de desigualdad, tensión y
violencia, pero también puede originar procesos bienvenidos, enriquecedores
y productivos.
© Editorial UOC 83 Capítulo I. Los turistas

Es especialmente discutible el hecho de que sea el turismo el principal o


único causante del cambio cultural en los destinos. Normalmente, el pro-
ceso de construcción cultural de los destinos es responsabilidad de diferentes
agentes, entre ellos el turismo, que puede tener mayor o menor responsabi-
lidad según el lugar. Shaw & Williams exponen tres tendencias actuales que
matizan la responsabilidad sobre cambio cultural frecuentemente atribuida
al turismo (Shaw & Williams, 2004): 1) la globalización está redefiniendo
las relaciones sociales y culturales, desterritorializándolas, al mismo tiempo
que lo local adopta una mayor significación frente a lo global; 2) las cultu-
ras no son herméticas ni compartimentos estancos en relación al resto, sino
que cada vez más las sociedades (tanto las emisoras como las receptoras de
turistas) devienen multiculturales; 3) hay otros factores externos al turismo,
como por ejemplo los medios de comunicación y, sobre todo, la televisión,
con mayor capacidad de incidencia sobre el cambio cultural y la heterogenei-
zación de las culturas.

2.2.2 El contacto directo y la comercialización de la cultura como


factores de impacto cultural

Los impactos del turismo sobre las culturas locales, operan en función de dos
parámetros: el contacto directo entre turistas y locales y la comercialización de
la cultura para el consumo turístico.
Algunos aspectos inherentes a la naturaleza de la actividad turística dificul-
tan el desarrollo de relaciones entre turistas y comunidad local. Pero estos no
son los únicos, ya que existen otros factores que también inciden, por ejem-
plo, según sean las expectativas de cada turista, el tipo de prácticas turísticas
que realice y las propias características personales, su capacidad de relacionarse
y aprender de su entorno puede variar ostensiblemente. Igualmente, hay que
considerar la capacidad de asimilación del turismo por parte de la totalidad o
una parte de la comunidad local.
Otros factores, derivados de la naturaleza de la actividad turística, inter-
vienen también en el intercambio cultural entre turistas y comunidad local.
Se trata del resultado del alejamiento de la vida cotidiana y sus normas de
comportamiento, que puede considerarse como una especie de “vida en pa-
réntesis”, durante su estancia vacacional, así como de algunas limitaciones
espaciotemporales y la falta de información o desconocimiento de los desti-
© Editorial UOC 84 A propósito del turismo

nos de los visitantes que condicionan la experiencia turística. Así, hay que
tener presente que:

1. Las breves estancias no favorecen el mantenimiento de relaciones pro-


fundas, sino más bien esporádicas, por lo que la capacidad de aprendizaje, acer-
camiento y comprensión cultural quedan relativizadas.
2. Del mismo modo, el desconocimiento del lugar de destino, la distancia
cultural o incluso las dificultades derivadas del desconocimiento del lenguaje pue-
den dificultar la comunicación y el entendimiento entre anfitriones y visitantes.
3. Mientras que los residentes perciben su cotidianeidad como tiempo de
trabajo, los turistas lo perciben como tiempo de ocio y/o diversión.
4. Se establece una relación mercantil y de servicios entre población local (o
como mínimo los ocupados en el sector turístico) y los turistas.
5. Durante el tiempo de ocio los turistas tienden a cambiar de hábitos, a
experimentar nuevas sensaciones y a relajar comportamientos que pueden ser
contrarios a las costumbres, creencias o tradiciones de los residentes.
6. Las imágenes preconcebidas que recíprocamente tienen turistas y pobla-
ción local pueden afectar sus relaciones.

Al margen de estas consideraciones previas sobre la capacidad de contactar


culturas a tiempo parcial, otros dos elementos son fundamentales para deter-
minar el contacto cultural entre turistas y residentes. Por un lado, la distancia
cultural relativa entre población local y turistas, y por otro, el tipo y el número
de visitantes. La primera circunstancia guarda relación con el bagaje cultural
que los turistas traen de su propio lugar de origen y el grado de conexión (por
motivos históricos, culturales, idiomáticos, etc.) que puedan tener con los luga-
res de destino. La búsqueda de alteridad del turista se ve reflejada no tanto en
la distancia material entre dos lugares, sino que dependerá de los vínculos his-
tóricos, sociales y culturales con el lugar de destino. El segundo elemento tiene
que ver con la capacidad de carga de los destinos turísticos y el efecto numérico
que los turistas puedan acarrear en los destinos.
Hay que tener en cuenta que el turismo es una actividad económica más.
Por ello, es importante introducir algunos problemas conceptuales derivados
de la comercialización de la cultura que pueden acabar teniendo repercusiones
socioculturales. Con todas estas consideraciones enlazarían los conceptos de
autenticidad y mercantilización.
© Editorial UOC 85 Capítulo I. Los turistas

Un criterio comúnmente aceptado es que el turismo se entiende como una


actividad que conduce a la comercialización. Esto choca directamente con los
valores inmateriales de la cultura y el turismo ha sido acusado de cambiar el
sentido cultural de los productos e incluso de las relaciones humanas, trans-
formándolas en menos significativas, alterándolas, destruyéndolas o explotán-
dolas. El turismo se consideraría un agente de mercantilización que destruye
la autenticidad de los productos y relaciones o que, en todo caso, esconde la
realidad auténtica en un segundo plano a los turistas, a los que se les ofrece una
autenticidad escenificada, detrás de la cual se escondería la auténtica cultura a
la que no tendrían acceso, lo que acabaría frustrando la búsqueda de experien-
cias auténticas por parte de los turistas (MacCannell, 1976).

En profundidad
La mercantilización de la cultura

La mercantilización cultural es un proceso según el cual los productos y activida-


des se miden por su valor económico, en un contexto comercial donde el valor
real de las cosas lo fija el precio de mercado. Sucede cuando las formas tradiciona-
les de vida se comercializan. El turismo puede intervenir en la mercantilización de
la cultura en el momento en que se utilizan, venden o reproducen, productos o
relaciones humanas de corte cultural para el consumo turístico. Como el turista es
por naturaleza un elemento extraño al medio cultural en el que desarrolla su prác-
tica, los analistas críticos con el fenómeno consideran que el turismo interviene
negativamente en la cultura de la comunidad local al mercantilizarla, puesto que
su intervención contribuye a hacer perder su valor, y significado intrínseco para la
población local. Es decir, las tradiciones y ritos locales pueden vaciarse de sentido,
o incluso perderse el respeto hacia ellas, si se reproducen a cambio de dinero o
devienen en bienes de consumo. Del mismo modo, consideran que la mercantili-
zación afecta también al mismo producto cultural si éste se reorienta o adapta a los
gustos del turista, se reduce o alarga su desarrollo o bien se introducen elementos
nuevos no tradicionales. Desde otras posiciones de partida, la afirmación de que
una vez el producto cultural se mercantiliza pierde todo su significado intrínseco
es considerada una exageración (Cohen, 1988). Este punto de vista se apoya en
plantear la cultura como algo dinámico y creativo. En este sentido, es posible aña-
dir nuevos significados a los ya existentes mediante la introducción de prácticas
turísticas centradas en el producto cultural. El mercado permite sobrevivir muchas
prácticas culturales y conservar patrimonio que de otra forma desaparecerían o se
degradarían. Finalmente, se pueden mantener los significados tradicionales para la
población local y ofrecer determinadas variaciones o adaptaciones a los turistas.
© Editorial UOC 86 A propósito del turismo

En profundidad
La relación entre autenticidad y experiencia turística

El concepto de autenticidad enlaza con el de experiencia turística, puesto que se trata de


uno de los elementos que inciden en la satisfacción de la visita turística, aunque como
veremos más adelante la importancia que se le da varía mucho en función de cada turis-
ta. Según Wang, la importancia de la autenticidad en la experiencia turística depende de
tres factores (Wang, 1999): 1) la autenticidad objetiva (la que depende de los atributos
originales, materiales o inmateriales, sobre los que se basa la experiencia turística); 2) la
autenticidad constructiva (la que se proyecta en elementos derivados de los originales,
como imágenes, expectativas o preferencias); 3) la autenticidad existencial (un estado
de humor que se crea en función de la actividad turística, pero que es independiente
de los objetos turísticos a diferencia de los otros dos tipos de autenticidad). Vinculado
a este último tipo de experiencias, se habla también de auto autenticidad, es decir, una
experiencia que no se centra en la mera contemplación o consumo de servicios u ob-
jetos turísticos sino que se vincula al desarrollo del descubrimiento personal del propio
turista, por ejemplo, mediante formas de turismo creativo o experimental.

En todo caso, hay que plantearse por qué los individuos buscan la autenticidad.
Para Cohen, en el mundo contemporáneo, existe una oposición entre individuo y
sociedad. La sociedad moderna es considerada inauténtica (industrial, maquinal, anti-
natural) y los individuos intentan buscar la autenticidad para satisfacer su propia expe-
riencia personal, lejos de la vida moderna. El turismo se construiría sobre la búsqueda
de autenticidad en el mundo del otro, como una compensación por su pérdida en el
día a día contemporáneo y tomando como motivo el deseo de experimentar la cultura
ajena. Esta sería la explicación tradicional de por qué los turistas prefieren el exotismo
basado en los lugares puros, primitivos, todavía no tocados por la modernidad.

Caleidoscopio

Littrell et al. citan algunos criterios que influyen en la valoración de la autentici-


dad: la singularidad, la originalidad, la elaboración étnica y artesanal, la estética,
la integridad histórica y cultural, y los materiales usados (Littrell et al. 1993).
La autenticidad emergente es un concepto que tiene que ver con la evolución
de la valoración de la autenticidad de un artefacto. Un producto cultural que es
considerado inauténtico puede devenir, con el paso del tiempo, y ser reconocido
como auténtico y significativo de una cultura. El caso de los productos Disney
ejemplifica un elemento en inicio poco representativo de la cultura norteameri-
cana que acaba siendo un icono singular de la misma.
© Editorial UOC 87 Capítulo I. Los turistas

Sobre esta visión tradicional de la autenticidad como un hecho filosófico e


inherente a cada individuo, actualmente se considera que la autenticidad es un
concepto socialmente construido y por tanto, con escalas de matices y nego-
ciable (Cohen, 1988). La negociación se establecería según las regulaciones es-
tatales, las características de los visitantes, la industria turística y la comunidad
local y el grado de conciencia que tenga de su pasado histórico. Cohen, sobre
el análisis de tribus tailandesas, sugiere un concepto etnográfico de la auten-
ticidad donde las propiedades auténticas de los artefactos derivan de factores
tales como si están elaborados a mano por la propia comunidad local, el uso de
materiales naturales autóctonos, o la no presencia en el mercado de los objetos.
Cohen defiende la postura de que la autenticidad es un concepto social y que
su búsqueda no es homogénea sino que varía en función de una gradación de
perfiles de consumidores.

En profundidad
La gradación de la demanda turística según la autenticidad perseguida

Cohen habla de cinco tipos de turistas según la importancia, de mayor a menor, que
dan a la búsqueda de autenticidad en sus experiencias: 1) turistas existenciales; 2) tu-
ristas ansiosos de autenticidad; 3) turistas experimentales; 4) turistas relacionales; 5)
turistas ociosos. Cohen entiende que los turistas buscan autenticidad en diferentes gra-
dos de intensidad, según el nivel de alienación que tengan respecto a la vida moderna.
Algunos turistas estarían, por lo tanto, más dispuestos que otros a aceptar productos
culturales auténticos como satisfactorios para su experiencia. Por ejemplo, los primeros
tipos de turistas, numéricamente minoritarios, responderían a aquellos perfiles que se
comportan como expertos (etnólogos, conservadores, etc.) que entienden la autentici-
dad como algo primitivo, puro y alejado de la vida moderna y que sólo pueden ser pro-
ductos auténticos los artesanales. Por su parte, los últimos tipos, que corresponderían a
la mayoría de la población, son más flexibles en sus preferencias y se caracterizan por
no solicitar experiencias de total autenticidad. Por ejemplo, algunos turistas aceptan
como auténticos objetos comerciales (como por ejemplo, la denominada artesanía de
aeropuerto) puesto que están convencidos que están compuestos por ornamentos y
diseño tradicional y que está hecho a mano por miembros de la propia etnia.

Según las nuevas interpretaciones la autenticidad no está vinculada a un


objeto ni le es inherente para siempre, sino que se trata de una noción relativa
que varía con el tipo de turista y su perfil (si ha viajado mucho o poco y como
es su conducta de ocio).
© Editorial UOC 88 A propósito del turismo

En definitiva, el concepto de autenticidad responde a un fenómeno distor-


sionable que da pie a una gran variedad de interpretaciones, de manera que
puede hablarse de una teoría de la heterogeneidad para enmarcarlo donde las
características del turista serían la clave puesto que cada perfil, e incluso per-
sona, difiere a la hora de discriminar entre los elementos que son necesarios
para autentificar un producto turístico (Chhabra, 2005).
En la línea de la explicación de la autenticidad en base a la construcción
social han aparecido recientemente algunos estudios, desde la perspectiva del
marketing turístico, que reconocen el papel central del turista en todo el pro-
ceso de identificación de la autenticidad, pero incluyen otros agentes e interme-
diarios como los proveedores y vendedores del producto final o los guías turís-
ticos. Estos agentes pueden actuar como traductores, enlaces y modeladores del
formato final de los productos, debido a su posición entre las tendencias del
mercado de consumo (turistas) y los productores. Es decir, que los productores
de objetos turísticos acaban condicionando, en mayor o menor medida, sus
artefactos para adaptarlos a las necesidades del mercado (Chhabra, 2005).

Caleidoscopio

Según Revilla & Dodd (2003), los turistas tienden a adquirir productos caros para
ellos mismos y otros más baratos para sus amistades. En general, se cree que se
compra artesanía local si el precio es elevado. Algunos productores utilizan esta
percepción de autenticidad según el precio y convierten en exclusivos o difíciles
de encontrar determinados productos. Igualmente señalan que, para dar la impre-
sión de singularidad, algunos productos son vendidos en mercados reducidos a
precios elevados.

Los impactos del turismo sobre la cultura y la sociedad pueden ser, igual-
mente, muy positivos. Principalmente, el turismo puede contribuir a la conser-
vación del patrimonio y la cultura en general. Otras vías por donde se expresa
esta posibilidad son las siguientes:

1. El turismo es un vector para la paz. Permite viajar y contactar con la gente,


por lo que contiene un componente educativo intrínseco que favorece el inter-
cambio cultural y reduce los prejuicios previos.
© Editorial UOC 89 Capítulo I. Los turistas

2. Refuerza las comunidades locales. El interés turístico por las manifestacio-


nes culturales contribuye a mantenerlas vivas, mientras que los centros de trabajo
creados relacionados con estas manifestaciones inhiben posibles migraciones.
3. El turismo puede revalorizar las culturas y las tradiciones, ayudando a
preservar y transmitir las tradiciones históricas, contribuyendo con el renacer
de la cultura, arte y artesanía indígenas, y a gestionar de manera sostenible el
patrimonio local.
4. El turismo puede reforzar el civismo y el sentimiento de identidad. La va-
loración económica que de la mano del turismo acompaña los lugares de interés
cultural y natural induce a los locales a su conservación, por lo que el turismo
puede contribuir al mantenimiento de la biodiversidad y el patrimonio histórico.

2.3. Los cambios en los medios de consumo

El tiempo de ocio no sólo ha aumentado en cantidad, en diversidad y en


posibilidades de acceso sino que se está desarrollando en nuevas direcciones.
De hecho, la actual cultura del tiempo libre, que tiene sus fundamentos en una
sociedad basada en el conocimiento, la innovación y la capacidad de aprendi-
zaje, propicia el desarrollo de nuevas dimensiones en el campo del ocio, desde
la lúdica y la festiva hasta la creativa, llegando, incluso, a la solidaria y la am-
biental (véase cuadro 14). Siguiendo a Cuenca (2001), puede sostenerse, en este
sentido, que, con el cambio de milenio, «nuevas concepciones de las cosas, nuevos
usos y nuevas formas de estar en el mundo conducen a lo que pudiéramos llamar, de
un modo genérico y global, una nueva ciudadanía.»

Cuadro 14. La nueva cultura del tiempo libre.

Fundamentos Experiencias Dimensiones

• Sociedad del Conocimiento • Entretenimiento • Ludico-festiva

• Innovación • Emoción • Creativa

• Capacidad de aprendizaje • Educación • Solidaria-ambiental


Fuente: Modificado a partir de Cuenca, 2001.

En este contexto, el turismo no es sólo un campo de actividad sino un in-


grediente necesario del funcionamiento de la economía y de la sociedad. Rifkin
© Editorial UOC 90 A propósito del turismo

(2000: p 7) es radical al respecto cuando afirma que se puede identificar «un


movimiento a largo plazo que lleva desde la producción industrial a la producción
cultural. [...] El turismo y todo tipo de viajes, los parques y las ciudades temáticas, los
lugares dedicados al ocio dirigido, la moda y la cocina, los juegos y deportes profesio-
nales, el juego, la música, el cine, la televisión y los mundos virtuales del ciberespacio,
todo tipo de diversión mediada electrónicamente se convierte rápidamente en el centro
de un nuevo hipercapitalismo que comercia con el acceso a las experiencias cultura-
les.» Ahora bien, tal como ya ha sido apuntado con anterioridad (Antón Clavé,
2004), interesa de su aportación la consideración que hace de la actividad tu-
rística como la «industria cultural más antigua» y de Thomas Cook como «padre
de la producción cultural y pionero del capitalismo cultural.» Un proceso —el del
tránsito de la producción industrial a la producción cultural— que tiene como
consecuencia la emergencia simbólica del tiempo de ocio entre los ciudadanos
y la aparición de nuevos formatos, contenidos y realidades para satisfacerlo.
Hay, de hecho, factores de carácter socio económico que están incidiendo desde
esta perspectiva de manera decisiva en el desarrollo de los destinos turísticos:

1. La casi constante elasticidad de la demanda de consumo turístico y los pro-


gresivos desarrollos tecnológicos aplicados a la industria del viaje y el turismo.
2. La transformación del tiempo libre disponible (en especial durante las
semanas laborales, el crecimiento de modalidades de trabajo más flexibles y la
redistribución de las vacaciones).
3. Factores socio-culturales como el retraso de la edad del matrimonio, el
mayor número de mujeres que trabajan y el envejecimiento de la población.
4. La aparición de nuevas tribus viajeras como las reconocidas en un reciente
informe difundido —a principios de 2007— por Amadeus, realizado por el Hen-
ley Centre Headlight Vision, Seniors activos, clanes globales y ejecutivos globales3.

Todo parece indicar, por lo tanto, que el modelo de desarrollo en el que se


produce la experiencia de los turistas está en transición. Como respuesta, se
está observando un proceso de generalización de diferentes tipos de productos
–actividades, programas e instalaciones- que, de una u otra manera, empaque-
tan y comercializan el ocio (Ritzer, 1999) y que tienden a satisfacer una nueva

3 <http://www.amadeus.com/amadeus/documents/corporate/TravellerTribes.pdf>
© Editorial UOC 91 Capítulo I. Los turistas

demanda que puede considerarse multiforme. Estas respuestas se basan en las


siguientes premisas:

1. La creación de una industria específica. El ocio se ha convertido en un


producto de consumo y, por consiguiente, en un objeto de producción y co-
mercialización plenamente integrado en los sistemas de funcionamiento más
convencionales del capitalismo. Las corporaciones dedicadas al entretenimien-
to, al turismo y a la cultura se esfuerzan en crear productos, actividades y equi-
pamientos recreativos. Dos alternativas, aparentemente contradictorias, dan
contenido a estas necesidades (Richards, 2001):

1. La primera es la apuesta por la creación de productos basados en la


especificidad de los lugares y la autenticidad de los hechos.
2. La segunda es la que se decanta por la artificialidad y el simulacro
como referente final de toda experiencia recreativa.

En profundidad
La tematización como estrategia de la industria del ocio

En un contexto en el que no sólo se ha globalizado la economía, sino también la


cultura o la ideología, es posible reproducir en cualquier lugar una serie de signos
espaciales que pueden ser reconocidos universalmente. A este proceso se le puede
denominar tematización y es, en este sentido, una propuesta más de la globaliza-
ción. Su desarrollo se aplica —sin embargo— también a la puesta en valor para su
consumo global de los recursos locales de un determinado territorio. Desde esta
perspectiva, las experiencias temáticas están dominando de manera creciente la
vida cotidiana de las personas (Bryman, 1999). Esto incluye, desde las cadenas de
restaurantes y los hoteles que se tematizan (véanse, por ejemplo, los restauran-
tes de comida italiana The Olive Garden); las grandes superficies comerciales que
contienen espacios temáticos de consumo racionalizado (como sucede en el West
Edmonton Mall en Canadá, el caso más conocido y difundido a nivel internacio-
nal); los aeropuertos que pretenden adquirir contenidos temáticos; o los lugares
históricos y living history museums que desarrollan atracciones y espectáculos de
clara matriz temática. Gottdiener (1997) los ha estudiado suficientemente. De su
trabajo se destaca que el objetivo de la tematización es facilitar la organización de
una propuesta recreativa compleja alrededor de una sola resolución conceptual. El
tema debe remitir a una historia, un argumento, que el visitante asumirá durante
su visita en un proceso progresivo de identificación. Las características físicas, pai-
© Editorial UOC 92 A propósito del turismo

sajísticas y estéticas del entorno proporcionan los significantes. Para ello, los di-
señadores utilizan gran variedad de artefactos, ingredientes, estilos, arquitecturas
y exhibiciones. Tematizar significa, por lo tanto, dotar de contenido un producto
y establecer la necesidad simbólica de consumirlo. Un tema es, desde este punto
de vista, el fundamento seminal de las formas y los contenidos de equipamiento
recreativo y la parte más relevante de la experiencia de sus visitantes.
Fuente: Anton Clavé, 2007

2. La disolución de las diferencias entre turismo y no turismo. La renovada pri-


macía del ocio ha llevado a la disolución de los límites entre alta cultura y cultura
de masas, la ha conducido hacia el reino del ocio y, una vez allí, no ha discrimina-
do entre cultura y turismo, arte, educación, medios de comunicación, arquitectu-
ra, compras y el deporte (Harvey, 1990). En este mismo sentido, tal como apunta
Valls (1999) « […] lo que rodea al ocio adquiere una proporción enorme, se ilumina y
tiñe todo aquello que no lo es. Si el trabajo, el factor productivo, ha sido el factor que ha
fundamentado la sociedad contemporánea, ahora el eje vertebrador pasa a ser el ocio.»

Caleidoscopio
La multiplicación de segmentos turísticos específicos

La reciente compilación de casos editada por Marina Novelli con el título Niche
Tourism, pone de manifiesto la multiplicación de modalidades turísticas de interés
especial para segmentos determinados, la diversificación del turismo cultural y del
turismo activo y la aparición de nuevas fronteras en el multiforme proceso de satis-
facción de nuevas necesidades de los turistas. Así, se habla de turismo fotográfico,
geoturismo, turismo juvenil, dark tourism, turismo genealógico, turismo gastronó-
mico, los medios de transporte como producto turístico, turismo tribal, turismo pa-
trimonial, turismo periférico, turismo de investigación, small ship cruising, turismo
deportivo, turismo de caza, turismo voluntario, turismo de aventura, turismo espa-
cial, turismo virtual y turismo ético. Se trata de nuevas fronteras que responden a
necesidades especiales y que encuentran respuesta en destinos específicos.
Fuente: Novelli, 2005.

El componente cultural en las modalidades del turismo urbano

Las ciudades presentan oportunidades diferenciadas para el desarrollo de las dife-


rentes modalidades y prácticas turísticas. Existen clasificaciones como la realizada
por el ETC Research Group (2005) para el caso del turismo cultural que indican
© Editorial UOC 93 Capítulo I. Los turistas

que mientras las ciudades pequeñas sólo tienden a ofrecer atractivos vinculados
al patrimonio, en la medida que el tamaño aumenta, el papel de las industrias
creativas pasa a ser relevante desde el punto de vista del desarrollo de la actividad
turística. Siguiendo estas consideraciones, el informe diferencia las siguientes 5
clases de ciudades según su tipología turística.
• Ciudades pequeñas con patrimonio (por ejemplo Canterbury, Oxford o York).
• Ciudades pequeñas con patrimonio y artes escénicas y visuales (por ejemplo
Bolonia, Brujas o Santiago de Compostela).
• Ciudades grandes con patrimonio y artes escénicas y visuales (por ejemplo
Atenas, Praga o Sevilla).
• Ciudades grandes con patrimonio, artes escénicas y visuales e industrias crea-
tivas (por ejemplo Barcelona, Milán o Viena).
• Metrópolis con patrimonio, artes escénicas y visuales e industrias creativas
(por ejemplo Estambul, Londres o Roma).
Fuente: ETC Research Group, 2005.

Ocio y turismo en Second Life

Los universos virtuales como Second Life <http://www.secondlife.com> movían a


finales de 2006 más de 700 millones de euros en moneda propia. Cadenas como
Strawoods tienen en ellos hoteles virtuales que les pueden servir de modelo para
los propios hoteles a desarrollar en la realidad. Los usuarios que “viven” en Se-
cond Life practican actividades recreativas como tomar un café o ir a un parque
temático (claro está, virtual). De hecho, los universos virtuales se han convertido
en espacios publicitarios y plataformas de promoción. Más de 1’6 millones de
personas utilizaban su tiempo de ocio a finales de 2006 para crear, en un espacio
virtual, sus propias experiencias turísticas. Para saber más sobre Second Life puede
accederse a su Wiki oficial <http://wiki.secondlife.com/wiki/Main_Page>. Por otra
parte, véase también, la web oficial de sus creadores, donde consultar todo tipo de
detalles, curiosidades y desarrollo: <http://lindenlab.com/>.

3. La universalización de la mirada turística. El turismo contemporáneo


se caracteriza porque los destinos tradicionales (Caribe y Mediterráneo) se
ven acompañados por nuevos destinos, como el Pacífico, el sur de África,
el sur de América u Oriente Medio. De hecho, la principal característica del
turismo contemporáneo es que cualquier espacio aspira a ser turístico. Los
barrios degradados de las grandes ciudades americanas, los escenarios de la
guerra, los campamentos de refugiados o los restos de un naufragio también
son objetos de interés del turismo. La mirada turística, nos dice Urry (1990),
© Editorial UOC 94 A propósito del turismo

se ha universalizado y puede abarcar todos los rincones del planeta y todos


los tipos de espacios. Se da, en definitiva, un fenómeno de implosión del
espacio turístico. De multiplicación de la función turística en cualquier es-
pacio más allá de su condición de destino.

En profundidad
La diversificación de las formas de alojamiento de turismo rural en Europa

Francia e Irlanda son dos países pioneros en el desarrollo de oferta de alojamiento


en zonas rurales. En 1948 se inaugura en Francia la primera cadena de pequeña
hostelería rural, Logis de France, y en 1955 aparece la Fédération Nationale de
Gîtés Ruraux de France, que acabará cubriendo todo el territorio francés. En Irlan-
da se funda en el año 1964 el Irish Farm Holidays Association. Esos dos ejemplos
han contribuido a asentar el turismo rural. Al mismo tiempo, en ambos países, el
nivel organizativo y el tejido asociativo es elevado, el número y la variedad de alo-
jamientos es muy importante y la oferta complementaria está muy presente. Así,
en Francia existían en el año 2000, 479.000 camas turísticas en espacios rurales
(44.000 de los cuales estaban en gîtés). A partir de los años ochenta, paralelamente
a la profundización de la crisis agraria y mediante las aportaciones al desarrollo
rural por parte de los fondos estructurales europeos, diversos países se incorporan
de manera decidida al fomento del turismo rural. Así, esta modalidad se difunde
ampliamente por el sur de Europa en países como España, Grecia o Portugal.
La gran variedad de formas de alojamiento en espacios rurales supone también
diferentes categorías de producto, donde los alojamientos de lujo orientados a
determinados segmentos de la demanda (y que contrastan por precios y presta-
ciones con la hostelería familiar y las casas de labranza) no son una excepción. Es
el caso de los rélais châteaux franceses, las health farm británicas, las manor houses
hotels de Irlanda, las pousadas portuguesas o los paradores nacionales españoles.
En algunos de estos alojamientos puede encontrarse una ubicación en edificios
de alto valor patrimonial (castillos, viejas mansiones, residencias de campo), una
elevada calidad de servicio, una oferta de gastronomía tradicional y actividades
complementarias (golf, parques y jardines, piscinas, etc.). Más ejemplos en las
webs: <http://www.relaischateaux.com/> y <http://www.parador.es/>.

4. La incorporación de la sensibilidad ambiental. No es un hecho aislado


en el turismo y menos en un momento como el actual, en pleno auge de
alertas como la asociada al cambio climático. Esta es una sensibilidad, por
otra parte, no sólo propia de destinos como Costa Rica, Ecuador o Sudáfrica,
que basan su oferta precisamente en el valor de sus espacios naturales. Tam-
bién los destinos tradicionales, con fuertes impactos sobre el medio ambien-
© Editorial UOC 95 Capítulo I. Los turistas

te (como el turismo de nieve, el turismo litoral o algunas formas de turismo


urbano) han iniciado políticas de protección del medio ambiente y nuevas
formas de gestión de los recursos más racionales.

En profundidad
Turismo y espacios naturales
La UICN (1994) distingue diferentes categorías de espacios protegidos, desde los
que exigen un nivel de protección y zonificación máximo hasta espacios que por
sus características se distinguen poco de otros lugares de uso público y/o recreativo.
Desde el punto de vista europeo, la mayoría de los espacios naturales protegidos se
definen, además de por sus características físicas, por su asociación con actividades
humanas y los sistemas urbanos que los rodean y con los que constantemente in-
teraccionan. Esta heterogeneidad de funciones y contenidos confiere a los espacios
naturales protegidos una complejidad que va más allá de la mera fragilidad física y
plantea retos para su adecuada planificación y gestión.
Tal como apuntan Donaire, González y Puertas (2005), las funciones otorgadas a
los espacios protegidos han variado desde sus orígenes. Actualmente, se recono-
cen tres funciones fundamentales: la conservación del patrimonio natural y cul-
tural asociado, función última y a la que deben supeditarse cualesquiera otras; el
desarrollo socioeconómico y la mejora de la calidad de vida de las comunidades
locales; y el uso público y social de los mismos. Troitiño et al. (2005) insiste, en
cualquier caso, que «la proliferación de declaraciones de espacios protegidos, no
siempre acompañada de los pertinentes recursos […] así como su localización
en zonas frágiles o deprimidas, con frecuencia en territorios en crisis, plantea
la necesidad de reflexionar, desde una perspectiva de gestión territorial y de
desarrollo sostenible.» Facilitar y promover la visita del público, aumentando
sus conocimientos y divulgando los valores del parque es la esencia de la fun-
ción de uso público de los espacios naturales protegidos y una de las principales
vías para avanzar en términos de desarrollo territorial. En consecuencia, el uso
público es el conjunto de programas, servicios y equipamientos que, indepen-
dientemente de quien los gestione, deber ser provistos por la administración
del espacio protegido con la finalidad de acercar a los visitantes a sus valores
naturales y culturales, de una forma ordenada, segura y que garantice la conser-
vación, la comprensión y el aprecio de tales valores a través de la información,
la educación y la interpretación del patrimonio.

5. La búsqueda de la singularidad. El modelo turístico tradicional se ca-


racteriza por la producción en masa y también por el consumo en masa. Be-
nidorm, Salou o Marbella son destinos que han sido desarrollados siguiendo
criterios de producción en masa para ser consumidos también en masa. Aho-
© Editorial UOC 96 A propósito del turismo

ra bien, aún cuando las actuales dinámicas turísticas suponen precisamente


la crisis de la producción en cadena, la estandarización y la homogeneiza-
ción —que son sustituidos por criterios de singularidad y especificidad— se
está produciendo en tales destinos una respuesta plural a la demanda de
singularidad basándose en el desarrollo de productos como los que aparecen
en el Cuadro15. Tal como apunta Donaire, 2003 aparecen nuevas formas
de turismo derivadas que pueden considerarse como una reivindicación de
la imagen romántica del viaje (antes del fordismo), una celebración de las
experiencias inauténticas (después del fordismo) o un rechazo frente a la ho-
mogeneización del turismo masivo (contra el fordismo).

Cuadro 15. Productos recreativos emergentes en los destinos turísticos litorales españoles.

Producto Modalidades

Golf Golf
Pitch & Putt

Actividades Náuticas Náutica de recreo


Navegación marítima
Excursiones marítimas
Deportes náuticos y actividades submarinas
Negocios Reuniones
Congresos y Convenciones
Viajes de Incentivo
Cultura Patrimonio cultural
Itinerarios monumentales
Formación
Actividad Excursionismo y Senderismo
Hípica y actividades ecuestres
Cicloturismo y BTT
Salud Termalismo-Spa
Belleza

Espacios Temáticos Parques temáticos


Espacios recreativos
Centros comerciales de ocio
Entretenimiento Parques acuáticos
Zoos y Acuarios

Naturaleza Actividades en medio natural


Interpretación del patrimonio natural
Formación
Eventos Iniciativas temáticas
Festivales anuales
Macroeventos
Fuente: Anton Clavé, 2004.
© Editorial UOC 97 Capítulo I. Los turistas

2.4. La satisfacción de las expectativas de los lugares

Los actuales cambios en los medios de consumo se producen en un esce-


nario de transformación del papel del ocio en la sociedad que se puede carac-
terizar, sumariamente, por el nuevo valor del tiempo libre como componente
central de la sociedad contemporánea desarrollada y la dominancia del con-
sumo como elemento fundamental del ocio en las sociedades desarrolladas.
Es característico de este proceso el liderazgo de unas pocas grandes empresas
de ocio a escala mundial con gran capacidad financiera y posibilidades tec-
nológicas y telemáticas, la diversificación de los contenidos recreativos y la
exigencia de elevados niveles de confort, seguridad y estética ambiental en
los productos e instalaciones de ocio. De hecho, en las sociedades desarrolla-
das, el ocio se ha incorporado a todas las facetas de la vida siendo aceptado
por parte de los consumidores la existencia de altos componentes de auten-
ticidad escénica en el consumo de productos recreativos. Es significativo de
todo ello que las actividades culturales y de ocio sean en España, según los
resultados del Análisis de la Encuesta de Empleo del Tiempo 2002-2003 reali-
zada por el INE (2005), el segundo tipo de actividad más realizada por los es-
pañoles durante su tiempo libre (71’8%), muy por encima de las actividades
de voluntariado (10’6%), ayuda a otros hogares (19’5%), similar a la práctica
de deportes y actividades al aire libre (70’6%) y por debajo de las actividades
de relación social (97’7%). Entre las actividades culturales y de ocio, la visita
a centros comerciales es la realizada por una mayor parte de la población
(42’6%), seguida por las excursiones al campo (35’3%), la asistencia al cine
(30’8%) y el turismo y los viajes (18’6%).
En este contexto, productos y equipamientos turísticos responden a la
necesidad de los turistas de que cada momento de ocio sea de alta calidad,
ofrezca garantías y responda a las expectativas de sus potenciales consumi-
dores. En un contexto de uso complejo del tiempo, de multiplicación de
ofertas recreativas, de incremento de las expectativas de los consumidores
potenciales y de crecimiento de los ingresos en las unidades familiares, la
existencia de equipamientos turísticos permite acceder a través del consu-
mo a múltiples y variadas experiencias que de otro modo serían imposibles
ya que, por sí mismas, requerirían, fuera del mercado, condiciones especia-
les de preparación (por ejemplo visitar un espacio natural) o aptitudes vo-
cacionales muy específicas (por ejemplo conocer las características de una
© Editorial UOC 98 A propósito del turismo

determinada especie animal). Los equipamientos turísticos mediatizan el


acceso y simplifican de manera satisfactoria el cumplimiento de los deseos
de ser, hacer y conocer de los individuos. Para ello se sirven de técnicas
de producción basadas en los principios de racionalización de los proce-
sos de consumo. Ritzer (1996) lo ha sintetizado a partir de la noción de
McDonalización.

En profundidad
El papel de la McDonalización en el turismo

Tomando la obra original de Ritzer (1996) puede indicarse que son tres los factores
que explican la rutinización de los procesos productivos asociados a la generación
de tiempo de ocio: en primer lugar, los intereses de las grandes corporaciones, en
especial la búsqueda de beneficios más elevados y costes menores; en segundo
lugar, el valor de los protocolos como instrumento de control en nuestro entorno
sociocultural su consideración como un fin valioso en sí mismo; y, finalmente,
su sintonía con los varios cambios que han tenido lugar en nuestra sociedad. En
particular, la generalización y la multiplicación de las posibilidades de ocio y la
necesidad de satisfacer grandes contingentes de población. A esta dinámica, Ritzer
la denomina McDonalización.
Las bases del éxito de la McDonalización son cuatro: «En primer lugar, McDonald’s
ofrece eficacia [...] nos propone los mejores medios disponibles para pasar de un estado de
apetito a otro de satisfacción. En segundo lugar, McDonald´s nos brinda una alimenta-
ción y un servicio fácilmente cuantificados y valorados [...]. En tercer lugar, McDonald’s
nos ofrece aquello que es previsible. [...] Por último, y en cuarto lugar, se ejerce un
control sobre los seres humanos que entran en el mundo de McDonald´s, especialmente
por medio de la sustitución de la mano de obra humana por tecnología.» En definitiva,
eficacia, cuantificación, previsibilidad y control son los cuatro ingredientes de la
tesis de Ritzer (1996). Más en concreto, para Ritzer & Liska (1997) si McDonald´s
es el ejemplo paradigmático de la racionalización del conjunto de la sociedad, los
parques temáticos son un modelo para la industria del turismo y el ocio. Toman,
para explicarlo, el ejemplo de Walt Disney World
Ritzer (1996) ha presentado la McDonalización como un proceso esencial en el
mundo moderno. Su tesis defiende que la McDonalización y sus características
“modernas” no sólo se mantendrán en el futuro, sino que también extenderán su
influencia a un ritmo acelerado por toda la sociedad. Dos son los elementos que
propician la necesidad de mantenerlo como sistema organizativo dominante de la
producción del tiempo de ocio comercial para grandes contingentes de población:
la necesidad de controlar los procesos internos y la necesidad de ofrecer garantías
© Editorial UOC 99 Capítulo I. Los turistas

a los visitantes. Todo ello puede ser, evidentemente, objeto de controversia como
lo demuestran, por ejemplo, las lecturas críticas de los planteamientos de Ritzer
recogidas por Alfino, Caputo y Wynyard (1998). Aún así, incluso en estos casos
se reconoce que las tesis de la McDonalización son valiosas para entender los pro-
cesos que efectivamente articulan la producción y el consumo de los servicios de
ocio (Kellner, 1999).
Fuente: Anton Clavé, 2005

Este proceso puede observarse a través del desarrollo de equipamientos de


ocio. En Francia, se han agrupado en el Syndicat National des Espaces de Lo-
isirs, d’Attractions et Culturels (SNELAC), una organización que incluye par-
ques temáticos (Disneyland Paris, Parc Astérix, Futuroscope), acuarios (desde
Oceanópolis al Aquarium de La Rochelle), parques acuáticos (Aqualand, Ma-
rineland, Océanile), parques zoológicos (desde la Cité des Insectes al Don-
jon des Aigles o el Jardin des Découvertes) y otros equipamientos recerativos
(desde el Ecomuseo de la Grande Lande a La Villette de Paris). Dimensiones,
contenidos y formatos de lo más variado que, aún generando instalaciones
claramente diferenciadas, dan respuesta a las necesidades comerciales de ocio
de la sociedad llegando, incluso, a la comercialización de la naturaleza para
predisponerla para el consumo turístico y recreativo (véase cuadro 16). En oca-
siones, este tipo de desarrollos se han difundido incluso por los espacios de
agricultura intensiva localizados en las inmediaciones de las ciudades. Este es
el caso, por ejemplo, de Center Parcs, una cadena de residencias de vacaciones
que ofrece actividades recreativas durante todo el año en entornos rurales.
Otro caso es, el Proyecto Edén, en Cornualles, el jardín botánico cubierto más
grande del mundo. No hace falta decir que este proceso es el paso lógico de
la progresiva integración de los recursos naturales y la cultura en la esfera del
comercio (Davis, 1997: p 237). Son espacios, por otra parte, en los que prima
el espectáculo.
El resultado es, por lo tanto, la creación de espacios de consumo que, ade-
más, ocasionan nuevos desarrollos de las actividades de servicios y sostienen
nuevos crecimientos urbanos. Es decir, que crean complejos espaciales que es-
tructuran nuevas relaciones territoriales de producción (humanas y materiales)
y de consumo.
© Editorial UOC 100 A propósito del turismo

Cuadro 16. Tipología de equipamientos recreativos de ocio.

Tipo Ejemplo

Parques temáticos Europa Park

Centros de divulgación científica Cité de l’espace de Toulouse

Museos Guggenheim de Bilbao

Centros de interpretación Château d’Auvers-sur-Oise

Museos de historia al aire libre Colonial Williamsburg

Ecomuseos Ecomuseo de la Grande Lande

Acuarios L’Aquarium de Barcelona

Centros de visitantes de empresas Autostadt de Volkswagen, Wolfsburg

Atracciones urbanas singulares British Airways London Eye, Londres

Centros comerciales recreativos Heron City de Madrid

Restaurantes temáticos Rainforest Café

Parques acuáticos Aquópolis

Parques ecológicos La Cuniacha, Piedrafita de Jaca

Parques temáticos nicho Legoland, Windsor

Urban Entertainment Centers Bercy Village, París


Fuente: Anton Clavé, 2005

Las razones específicas que permiten explicar esta nueva situación del
turismo son (1) la búsqueda de nuevas prácticas de ocio por parte de una de-
manda más experimentada; (2) la consolidación de una cultura que defiende
el uso adecuado y no lesivo de los recursos —su preservación y su no degra-
dación—; (3) la mercantilización de la naturaleza y de la cultura. Este tipo de
productos pueden, aportar, por otro lado, importantes ventajas a los lugares
donde se desarrollan. De ahí el interés de numerosas políticas de impulsarlos
(este es el caso de la iniciativa LEADER de la Unión Europea y de numerosas
políticas regionales). En este sentido es de señalar el progresivo desarrollo
de equipamientos turísticos culturales en espacios de interés natural y cul-
tural a partir de recursos de bajo nivel jerárquico. En ocasiones, pueden
llegar a generar verdaderas atracciones como es el caso de los ecomuseos y
© Editorial UOC 101 Capítulo I. Los turistas

los centros de interpretación que se han generalizado en Francia, Alemania


e Inglaterra. Emergen, en estos casos, cuestiones e interrogantes acerca del
equilibrio en lo referente a la autenticidad, el sentido educativo y/o lúdico
de los productos o la trivialización y el acomodamiento de la cultura de los
lugares. Sea como fuere, sin embargo, en términos generales, el desarrollo
de estos nuevos productos ha tenido como un mínimo común denominador
que pasa por:

• Un intento de desarrollar dinámicas poco estacionales.


• El incremento de la satisfacción de los visitantes.
• La fidelización de la demanda.
• El incremento del gasto turístico en el destino.
• La mejora de la imagen del destino
• La creación de nuevas oportunidades de negocio y, por lo tanto, de desarrollo

En profundidad
Los efectos económicos de la Route verte de cicloturismo en Québec

Un estudio encargado en 2003 por la organización Vélo Québec y elaborado


por la Chaire de Tourisme de la Universidad del Québec, en Montreal, sobre el
establecimiento de una ruta de cicloturismo, (la Route verte) en el Québec, iden-
tifica los impactos económicos de dicha actividad asociados al gasto realizado
por sus usuarios y en relación a la industria de la bicicleta. Los resultados se-
ñalan que la ruta tiene efectos favorables en las regiones por las que transcurre
en tanto que permite consolidar la oferta turística, el desarrollo económico y
la revitalización de los municipios involucrados y posicionar el Québec como
destino de cicloturismo.
Con la finalidad de estudiar de manera detallada su impacto, para la realiza-
ción del estudio se han identificado cuatro segmentos de demanda: el ciclotu-
rista deportivo, el cicloturista vacacional, el excursionista y el residente en el
entorno de la ruta. El gasto conjunto realizado por todos ellos en el año 2000
ha sido de 95’4 millones de $ canadienses, dando trabajo a más de 2.000 per-
sonas/año y produciendo unos ingresos para el gobierno de Québec de 15’1
millones de $. La mayor parte de los ingresos provienen de los cicloturistas
deportivos (57%) y de los residentes en las proximidades de la ruta (24’5%). La
hipótesis del trabajo era que en 2006 el gasto anual de los usuarios de la ruta se
situaría en 134 millones de $ canadienses generando oportunidades laborales
para más de 2.800 personas/año.
© Editorial UOC 102 A propósito del turismo

Desde el punto de vista del producto ofrecido, los diferentes itinerarios previstos
aprovechan caminos antiguos y vías férreas abandonadas, se desarrollan en medio
un entorno natural que apenas se ha visto modificado por la intervención del
hombre, con lagos, bosques y pastos, y disponen de un nivel de equipamiento
turístico y de alojamiento construido expresamente o existente en los municipios
por los que transita la ruta. Por otra parte, si bien la oferta turística de la ruta se
basa en el cicloturismo, incluye también opciones de ecoturismo y observación
de la naturaleza, deportes acuáticos, golf, gastronomía o excursionismo. En este
sentido, la ruta se está convirtiendo en un producto turístico que se beneficia y al
mismo tiempo contribuye a revalorizar ese gran espacio de naturaleza que es Qué-
bec. Igualmente, se espera que como producto se imbrique perfectamente dentro
de la tendencia mundial del denominado turismo de aventura suave, que estimule
la aparición de nuevos productos, que permita consolidar la oferta turística exis-
tente, y que mejore la cohesión y unifique el producto en los municipios donde la
industria turística es débil o está poco organizada.
La ruta es también un medio para hacer descubrir a los propios habitantes de la
región espacios inéditos o poco conocidos y, una vez publicitada, captar a nuevos
turistas de mercados más alejados con una capacidad de gasto superior a la de
los locales. Finalmente, la Route verte permite la incorporación de nuevos agentes
turísticos y la imbricación con la industria de la bicicleta y los comerciantes espe-
cializados o no especializados; de tal manera que se traducirá en el aumento de
los puestos de trabajo y la consolidación y desarrollo de empresas manufactureras
y turísticas.
Archambault, M. Barry, C y Lefebvre, P. Les retombées économiques de la Route verte
UQAM-Chaire de Tourisme. Montreal, 2003.
Versión electrónica disponible en
<http://www.routeverte.com/rv/projet/RetEconRV2003.pdf>.
Más información acerca del funcionamiento de esta ruta en la siguiente página:
<http://www.velo.qc.ca/route_verte/>
© Editorial UOC 103 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Capítulo II
Los lugares turísticos
Salvador Anton Clavé, Alfonso Fernández Tabales y Francesc González Reverté

1. La anatomía de los lugares turísticos. ¿Cómo devienen los


lugares en turísticos?

1.1. La emergencia y la construcción de lugares turísticos. Elemen-


tos de localización y atracción

Los cambios recientes en las preferencias de la demanda y la ampliación de


la mirada turística derivada de ella han permitido que prácticamente todo el
planeta (e incluso el espacio) sean susceptibles de ser desarrollados turísticamen-
te. En las primeras etapas del turismo, la presencia de recursos era fundamental
para organizar la oferta turística. Sin playas no podía existir el turismo balneario,
mientras que sin nieve no se podían erigir estaciones de esquí. En la actualidad
el turismo es susceptible de aparecer sin recursos específicos de base física aso-
ciados (por ejemplo la ubicación de Las Vegas, centro de peregrinaje del turismo
norteamericano, en medio del desierto de Nevada) o de recurrir a la tematiza-
ción, los ambientes o el patrimonio intangible como atributos recreativos.
¿Existiría el turismo sin recursos turísticos? ¿Sería posible proporcionar una ex-
periencia vital o dar una interpretación de contenidos a los visitantes que acudieran
a los lugares turísticos sin atractivos? Los recursos turísticos (naturales o humanos)
son activos fundamentales para el atractivo de un lugar. No obstante el turismo
no se desarrolla simplemente con la presencia de recursos turísticos. Es necesaria
además la existencia de otros factores, como la accesibilidad y la voluntad de de-
sarrollar el turismo por parte de los agentes implicados (población local, adminis-
tración e industria turística). La atracción de los lugares tiene que ver no tan sólo
con su calidad escénica y de recursos, sino también con los motivos que impulsan
a los visitantes a ser atraídos hacia ellos. Por ejemplo, España es uno de los países
© Editorial UOC 104 A propósito del turismo

con mayores atractivos patrimoniales de Europa, pero (por problemas de puesta a


punto, escasa comercialización y otros factores) tiene una capacidad reducida de
captar el turista cultural europeo (con sólo un 8% de la cuota de este mercado). En
ese sentido la calidad intrínseca de los lugares no responde, como la ley física de la
gravitación, directamente con la atracción de flujos hacia sí. Al contrario, la movi-
lidad turística puede producirse en ausencia de atracción y equipamiento turístico
(caso de pioneros o exploradores) o con escasa presencia de ellos. Definitivamente,
los lugares con recursos naturales importantes pero no desarrollados por el turismo
superan en gran medida los lugares que han sido puestos en valor turístico. Pode-
mos concluir que los lugares turísticos no están genéticamente determinados, sino
que son el fruto de una coincidencia de preferencias individuales.

En profundidad
Recursos, atractivos y productos turísticos

Para entender mejor el proceso de creación de la oferta turística conviene distin-


guir entre recurso, atractivo y producto turístico. La OMT explica que este proceso
puede organizarse a partir de la existencia de recursos geoturísticos de base con
potencial para ser aprovechados como elementos de la visita turística, y de la crea-
ción de una oferta de servicios complementarios que prestar a los visitantes (OMT,
1998). A partir de estos dos componentes y mediante una inversión de capital
se consigue crear uno o más productos turísticos que, una vez comercializados y
promocionados, establecen la oferta turística de un destino.
Una primera distinción entre recurso y producto, por lo tanto, tiene que ver con
la intencionalidad turística. Una montaña, un lago, un paisaje, o una iglesia son
recursos turísticos en potencia, pero son neutros, es decir, pueden tener un uso
turístico o no tenerlo sin que por ello cambie su naturaleza. Por el contrario, el
producto turístico implica muchas veces una transformación del recurso inicial
para hacerlo atractivo y adaptarlo al uso turístico, de tal manera que normalmente
requiere cambios en la forma, presentación, contenido o interpretación del recur-
so inicial. El recurso turístico sería asimilable a la materia prima (ya sea física o
cultural-patrimonial) sobre la cual se establecerá la oferta turística. Para convertir
el recurso en atractivo es necesario un cierto grado de desarrollo que lo convierta
en apto para el turismo. Aprovechar el conocimiento, la tecnología, o los cambios
en los objetivos individuales y sociales que lo conviertan en perceptible y capaz de
satisfacer alguna necesidad humana a través de su visita, contemplación o experi-
mentación. Yendo un poco más allá, hay que tener en cuenta también el hecho de
que los recursos acostumbran a tener otros usos diferentes al turístico.
El uso turístico no está implícito de partida en muchos recursos, lo que conlleva
algunas consecuencias importantes a la hora de planificar y gestionar dicho uso.
© Editorial UOC 105 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Una catedral, por poner un ejemplo, no ha sido concebida para su uso turísti-
co y por tanto planteará unas problemáticas específicas en el momento en que
éste uso, o se introduzca, sobre todo si es predominante. Por otro lado, dotar de
uso turístico a los recursos también ofrece ventajas que serían impensables sin la
existencia de esta actividad. Siguiendo con el ejemplo de la catedral, el añadir el
uso turístico a los que ya disponga puede proporcionar una fuente de ingresos
suficiente para conservar, proteger y difundir su patrimonio. Remarcar también
que la adición de usos a los recursos es coincidente en el espacio, pero no necesa-
riamente en el tiempo, puesto que el turismo plantea frecuentemente un uso esta-
cional del recurso, no siempre coincidente con el uso dado por otras actividades.
En este sentido, resaltar también que el recurso puesto en valor turístico necesita
un cierto grado de desarrollo y gestión, no únicamente para dotarse de un atrac-
tivo que le permita atraer visitantes, sino también para sobrevivir a su función
original (que es una parte esencial del atractivo que ofrece). A este fenómeno no
es ajeno el hecho de que los recursos y atractivos no son necesariamente de uso
exclusivo para turistas sino que también pueden serlo para los residentes, un uso
compartido que puede ser fuente de conflicto (congestión, impactos, intensidad)
cuando las densidades de ocupación son elevadas. Los recursos turísticos no siem-
pre tienen una concreción material. También encontramos recursos formados por
elementos intangibles. Se trata de combinaciones de recursos que contribuyen, de
forma integrada y conjunta, a dotar de atractivo un espacio o lugar, proporcionan-
do elementos que refuerzan la experiencia (positiva o negativa) a los visitantes y
que se expresan por unos atributos derivados en lugar de por aspectos físicos (es
decir a través de sensaciones asociadas: seguridad, ambiente agradable, de paseo
tranquilo, ambientes divertidos, jóvenes, estimulantes, etc.) Es significativo que
recientemente la UNESCO haya decidido incorporar a su listado tradicional de
recursos patrimonio de la humanidad el patrimonio intangible1.
En resumen, los recursos son los elementos desencadenantes del proceso turístico.
Pueden ser tangibles o intangibles, y se presentan en estado natural pero son tratados
y agrupados al servicio de la satisfacción turística de sus usuarios potenciales, es decir,
requieren un cierto grado de desarrollo para convertirse en atractivos turísticos y ser
comercializados como auténticos productos turísticos. El producto turístico configura
la parte substancial de la oferta turística de un destino. La conversión de un recurso o
atractivo en producto implica la selección de los mismos, su puesta en valor y requiere
añadir elementos que posibiliten la formación de experiencias turísticas concretas a
partir de sus contenidos. En definitiva, se trata de uno de los elementos relevantes de
la visita turística y en muchas ocasiones, la razón fundamental para llevarla a cabo.
En esos casos, algunos de los componentes del viaje turístico (alojamiento, transporte,
etc.) no son más que simples elementos de soporte que, aunque resultan imprescindi-
bles, existen en función del deseo de ir a ver un producto concreto.

1 La UNESCO tiene una página web dedicada a explicar qué entiende por patrimonio in-
material y su vinculación con el turismo: <http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_
ID=2225&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html>.
© Editorial UOC 106 A propósito del turismo

Clasificaciones de recursos turísticos

Entre las diferentes propuestas de clasificación de recursos turísticos, una de las más
citadas habitualmente es la de Clawson & Knetsh. Los criterios de los que parten
son tres: la proximidad de los recursos a los mercados, el nivel de singularidad de
los recursos y la intensidad de uso por parte de la demanda. En función de la com-
binación de estos tres criterios, surgen tres clases de recursos: los orientados a los
usuarios (user-oriented resources), los intermedios (intermediate), y los orientados al re-
curso (resource-oriented). Los recursos orientados a los usuarios están localizados muy
cerca de la población que los utiliza (normalmente dentro del mismo área urbana),
frecuentemente se trata de atractivos o equipamientos artificiales (zoos, parques
urbanos, piscinas, etc.) con un desarrollo intensivo, localizados en proximidad a
grandes centros de población, y con un uso recreativo urbano. Los recursos inter-
medios están ubicados a una distancia mayor respecto a los usuarios, por lo que el
acceso se convierte en un punto fundamental. Son recursos con un componente na-
tural todavía acentuado pero todavía con un grado de artificialización importante
(camping, caza y pesca, excursionismo, etc.). Los orientados al recurso acostumbran
a ser recursos naturales poco comunes o excepcionales, donde prima la calidad del
recurso y del escenario que lo contiene por encima de su grado de artificialización
y desarrollo, por lo que el nivel de equipamiento e infraestructuras asociados al
recurso es mínimo. Acostumbran a estar alejados de los usuarios potenciales y es el
mismo recurso el que determina la actividad en lugar de funcionar como escenario
recreativo (sightseeing, escalada, caza y pesca, excursionismo, visitas de interés his-
tórico o científico, etc.). Swarbrooke ofrece una división elemental en cuatro tipos
de productos turísticos: 1) Elementos del medio natural; 2) Patrimonio humano no
construido para finalidades turísticas, pero que con el tiempo se han turistificado; 3)
Elementos expresamente construidos para los turistas; 4) Acontecimientos.
Otros autores, aunque desde un punto de vista restringido al turismo urbano, distin-
guen entre elementos primarios (equipamiento cultural, salas de concierto, cines, expo-
siciones, museos y galerías de arte, teatros; equipamientos deportivos; equipamientos
recreativos, salas de bingo, casinos, night clubs, acontecimientos organizados; elementos
históricos y patrimoniales, características socioculturales); elementos secundarios (alo-
jamiento, mercados, comercios); y elementos adicionales (accesos, zonas de parking,
puntos de información turística, señalización turística, etc.).

Si los recursos naturales no bastan para explicar el atractivo de los lugares, hay que
poner la atención en las motivaciones individuales (socialmente inscritas) que mue-
ven a los turistas para viajar a determinados lugares y obviar otros. La lógica de pro-
ducción de espacios turísticos pasa por tres factores fundamentales: reencontrarse,
cuidarse y contemplar. Estos tres factores permiten comprender mejor la emergencia
de una práctica turística y los lugares donde se realiza (Équipe MIT, 2002).
© Editorial UOC 107 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Los lugares turísticos predisponen al reencuentro y a la socialización de sus vi-


sitantes. La práctica turística es, por si misma, una forma de experimentar nuevas
maneras de socializarse. Los destinos se diseñan especialmente para favorecer esta
práctica, construyendo o dedicando lugares específicos para el reencuentro y la con-
templación: playas, paseos marítimos, calles comerciales, zonas de marcha, etc. La
sociabilidad puede entenderse en parte como una necesidad del turista, por lo cual,
en determinadas circunstancias puede tender a homogeneizar algunos ambientes,
donde coinciden perfiles socioculturales similares, en lugar de contribuir a la mezcla
social. No obstante, los destinos turísticos, especialmente los urbanos o los de sol y
playa, acostumbran a tener visitantes procedentes de decenas de orígenes diferentes
y a posibilitar la mezcla sociocultural. En definitiva, los destinos turísticos pueden
contener a microescala determinados ghettos voluntarios y/o a determinadas horas,
pero sobre todo se caracterizan por su funcionamiento como ágora y por el elevado
uso público del espacio.

Flash fotográfico
Se considera que la actividad a la que los turistas que visitan ciudades históricas
dedican más tiempo es a pasear por sus calles.

Fotografía de Salvador Anton Clavé


© Editorial UOC 108 A propósito del turismo

Al mismo tiempo que el turista funciona como un ser social, que tiende
a socializarse a través del grupo, no puede obviarse su dimensión personal e
individual. El turista se preocupa por su propio cuerpo por lo que los lugares
turísticos son espacios donde esto se materializa. Al menos tres dimensiones de
la práctica turística coinciden en este interés: el descanso, la recuperación o la
salud y el deporte.
Finalmente, el lugar turístico se concibe como un espacio donde contem-
plar, en la medida en que el espacio es objeto de atracción por sus escenarios
(playas, bosques, montañas, valles, ciudades, etc.). El turismo va asociado al
consumo de paisajes y de belleza por lo que los lugares turísticos están parcial-
mente sujetos a los parámetros de estética dominante. La imagen romántica
generada en el siglo XIX predomina todavía como elemento identificador de
muchos espacios turísticos. Más allá de esta cuestión estética es significativo el
hecho de que las transformaciones paisajísticas de los lugares turísticos pueden
producir importantes efectos en la percepción estética o contradecir la imagen
previamente asociada a ellos.

Caleidoscopio

José Antonio Donaire expresa perfectamente la relación que se manifiesta en los


lugares turísticos al coincidir al mismo tiempo el espacio de producción y el de
consumo: «La organización espacial del turismo es una paradoja. Por un lado, el
espacio es el factor de atracción. Nos desplazamos hasta un lugar por algunas de
sus propiedades espaciales: el clima, la playa, la montaña, el lago, el casco urba-
no... Pero al mismo tiempo, como en toda actividad económica, se crea un espacio
productivo que consume espacio. Por eso, algunos lugares acaban ahogando su
propia razón de ser. La tensión entre el espacio de consumo y el espacio de pro-
ducción es una tensión propia de la geografía del turismo.»
Fuente: <http://biodramina.blogspot.com/search/label/Planificaci%C3%B3n>

1.2. El papel de la distancia y la accesibilidad en la génesis de los


lugares turísticos

El progreso de los medios de transporte ha impulsado de forma notoria el


avance y difusión del turismo por el planeta. Entre dichos avances técnicos, los
progresos concernientes al transporte aéreo han sido los principales. Primero,
© Editorial UOC 109 Capítulo II. Los lugares turísticos.

los vuelos chárter permitieron adaptar el transporte aéreo a prácticas de viaje


estacionales, y en la actualidad, el fenómeno de las compañías aéreas de bajo
coste permiten poner en el mapa destinos turísticos con aeropuertos asociados
a este tipo de vuelos. Los dos son claros ejemplos de la influencia de la aviación
en el crecimiento del turismo internacional y la multiplicación del número
de destinos turísticos. Las mejoras en los medios de transporte han permitido
acortar el espacio (expresado como una relación entre el tiempo de recorrido
por unidad de distancia) y superar en buena medida la fricción de la distancia.
No obstante, el factor transporte no puede explicar por si solo el desarrollo del
turismo, es necesario combinarlo con otros factores. Entendemos pues que los
factores técnicos redibujan el mapa turístico mundial pero sólo hasta cierto
punto. Efectivamente, reducen la fricción de la distancia, pero eso no significa
que eliminen otro tipo de fricciones, ni las resistencias que los propios turistas
puedan tener a visitar determinados lugares.
Los medios de transporte no son más que medios de comunicación al servi-
cio de las personas que permiten superar más cómodamente la distancia física
entre los lugares. Pero existen otros factores igualmente o incluso más decisivos
a la hora de emprender viajes turísticos que tienen que ver con las relaciones
sociales y culturales, e incluso psicológicas, relacionadas con la manera de en-
tender el mundo que tienen los turistas y los lugares de donde proceden y hacia
donde se dirigen. Las distancias mentales y culturales (sobre las que ya habla-
mos en el anterior capítulo), las resistencias de los lugares (voluntarias u obli-
gadas) a la implantación del turismo resultan ser vectores de gran importancia
para convertir un lugar turístico en accesible o cerrado.
La distancia mental se concibe como una barrera psicológica que el turista
tiene frente aquello que le es desconocido, o respecto a las culturas diferentes a
la suya. El aspecto cultural (distancia cultural) es el más influyente en la toma
de decisiones y comportamiento del turista. Este tipo de distanciamiento puede
condicionar la dirección de los flujos turísticos (normalmente en positivo, acer-
cando destinos con culturas similares a la de partida del turista). La distancia
cultural puede convertirse en un obstáculo, pero al mismo tiempo puede ser un
atractivo para algunos segmentos de turistas que deseen efectuar viajes a desti-
nos donde el contraste derivado de la alteridad sea importante.
La distancia geopolítica incide igualmente sobre las condiciones de accesi-
bilidad de los turistas a los lugares turísticos en la medida que pueden modi-
ficar su imagen. Circunstancias como la presencia de guerras, fronteras poco
© Editorial UOC 110 A propósito del turismo

permeables, epidemias, terrorismo o la negativa de la sociedad local a abrirse al


turismo pueden derivar en una imagen mental negativa de los destinos e impe-
dir (o retrasar) el viaje.
En definitiva, la accesibilidad al destino turístico no sólo es cuestión de los
medios técnicos sino que también intervienen percepciones y alteraciones de la
distancia, ya sea por causas culturales o geopolíticas.

En profundidad
Factores que influyen en la atracción de los turistas por los destinos turísticos

La relación que se establece entre tiempo, distancia y atracción turística ha sido


relativamente poco estudiada. McKercher & Lew (2004) sugieren que los flujos
turísticos que son atraídos hacia los destinos y entre ellos, tienen un componente
espacial y temporal. Dichos autores justifican parcialmente los movimientos tu-
rísticos por la interacción entre cinco factores. Según ellos, estos factores influyen
sobre la distribución final de los turistas y ayudarían a comprender aspectos vin-
culados a la localización de los destinos:
1) La caída de la distancia. La demanda de actividades recreativas y de ocio cambia
inversamente a la distancia (y el tiempo, dinero o esfuerzo empleados) que tiene
y que se debe recorrer para satisfacerla. Si los consumidores son seres racionales
que priman la proximidad al escoger entre dos experiencias similares, la demanda
turística cae exponencialmente a medida que aumenta la distancia entre ofertas
similares. Por supuesto no lo hace automáticamente puesto que la gente necesita
viajar a una determinada distancia para sentirse suficientemente alejada de casa.
También se distorsiona por el hecho de que la oferta no se distribuye de manera
homogénea desde el lugar de origen, por lo que pueden aparecer picos de deman-
da secundarios en destinos alejados. En cualquier caso la caída de la distancia
puede afectar el comportamiento turístico (véase cuadro 1).
2) El acceso al mercado. El número de destinos competidores que ofrezcan una
experiencia similar tiene más relevancia que la distancia a la que se encuentren
dichos destinos. En teoría, se podría considerar que, respecto a un punto emisor,
los destinos próximos tienen mayor ventaja competitiva que los más alejados. No
obstante, la conveniencia de la demanda puede hacer que se escojan destinos ale-
jados si son los que disponen del tipo de oferta deseada. Por otro lado, los destinos
que disponen de un acceso de mercado elevado obtienen dos ventajas: se convier-
ten en atractivos para quienes desean minimizar el tiempo de desplazamiento y
maximizar el tiempo de estancia, y pueden capturar parte del tránsito turístico de
paso hacia otros destinos. Aunque podría parecer que las áreas con mayor acceso
al mercado deberían obtener mayor número de turistas, algunos estudios empíri-
cos demuestran que no tiene porque ser así en la realidad. En cambio se demuestra
© Editorial UOC 111 Capítulo II. Los lugares turísticos.

que sí tiene influencia en el tipo de visitantes atraído (véase figura 1).


3) El tiempo. Influye de una manera absoluta (hay pocos turistas que no dependan
de un calendario fijo de vuelta a casa) o relativa (la manera como se emplea du-
rante la estancia es libre; por ejemplo, se puede decidir ver muchas cosas en poco
tiempo dedicándoles poco a cada una, o bien ver menos cosas empleando mayor
detenimiento, o una combinación de ambas).
4) Las características del viaje. Parece existir una correlación entre la duración
del viaje y la selección de un destino. A mayor tiempo de estancia se tiende a
visitar más lugares, a dedicarle más tiempo y a visitar mayor número de lugares
secundarios. En el caso de las primeras visitas a lugares, se tiende a explorar el
destino más exhaustivamente, en especial los aspectos culturales y naturales o
escénicos, mientras que en visitas sucesivas, se pone mayor atención en aspectos
de entretenimiento.
5) Las diferencias socioculturales. Aspectos como el origen geográfico, el nivel
educativo o la procedencia cultural (en relación a la afinidad con la cultura del
destino) influyen en la distribución espacial de los flujos turísticos.

Cuadro 1. Relación entre selección de destino, distancia y segmento de demanda turística.

Tipo de demanda Propensión a desplazarse a destinos


Familias con niños pequeños Viajes cortos
Familias con niños mayores Viajes de larga distancia
Turistas con tiempo de vacaciones elevado Viajes de larga distancia
Parejas sin hijos con tiempo de vacaciones limitado Viajes de proximidad
Parejas con tiempo de vacaciones elevado Viajes multidestino itinerantes
Fuente: Elaboración propia a partir de McKercher & Lew, 2004.

Figura 1. Tipos de turistas atraídos en función del grado de acceso al mercado de un destino.

Fuente: Elaboración propia a partir de McKercher & Lew, 2004.


© Editorial UOC 112 A propósito del turismo

1.3. Los lugares turísticos como espacios dinámicos

Los espacios turísticos son lugares producidos económica, política y cul-


turalmente mediante procesos y dinámicas que incluyen la movilidad de la
gente, del capital, de los bienes, los signos y la información. En este senti-
do, los lugares turísticos están sometidos a dinámicas de transformación en
función de la evolución de su imagen, del capital y de las prácticas que se
establecen a través de las redes de agentes humanos que intervienen (Sheller
& Urry, 2004). En la literatura sobre turismo existe tradición por observar
como se manifiestan las transformaciones espaciales con el paso del tiempo.
De hecho, existen algunas tentativas teóricas, los llamados modelos evoluti-
vos, centradas en esquematizar las transformaciones espaciales y estructura-
les que aparecen secuencialmente en los destinos turísticos. En general estos
modelos pretenden generalizar el comportamiento y las transformaciones
que se producen en los espacios turísticos, identificar y explicar las etapas
del proceso de cambio, así como establecer un marco de comparación y de
anticipación con el fin de preparar los destinos a los futuros cambios corres-
pondientes a las diferentes fases previstas. Dentro de los modelos se podría
distinguir, según su enfoque, entre los evolutivos (modelos que pretenden
retratar las transformaciones espacio-temporales que se han producido en
los espacios turísticos) y los funcionales (aquellos que pretenden estipular el
funcionamiento de algún elemento social, económico, cultural, ambiental,
etc. del espacio turístico).

1.3.1. El modelo evolutivo y funcional de Miossec

Este modelo complejo es un intento por explicar el funcionamiento del


espacio turístico y está tomado en parte del modelo neopositivista del geó-
grafo alemán del siglo XIX Von Thünen, que explicaba cómo se distribuían
teóricamente en forma de anillos concéntricos los usos y valor del suelo
agrícola según la mayor o menor distancia que los separara de un núcleo de
población determinado. Miossec reanuda este razonamiento para hablar del
espacio turístico, que también se articularía originariamente sobre la base de
un sistema concéntrico.
© Editorial UOC 113 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Figura 2. Modelo funcional del espacio turístico según Miossec.

Fuente: Miossec «Un modèle de l’espace touristique», L’Espace Géographique, nº 1, pp 41-48. 1977.

En la extrapolación del modelo de Von Thünen sobre el espacio turístico que


realiza Miossec se presupone que los espacios centrales tendrían una función
emisora de turistas en busca de otros ámbitos diferentes a los suyos, pero en los
que se requiere un desplazamiento que encarece las vacaciones. Por razones de
distancia al centro, la primera periferia tiene un coste del suelo y de los servicios
más caros y permite estancias breves y repetitivas, con lo que resulta un espa-
cio turístico denso y con un tipo de turismo predominante de rentas bajas. La
segunda periferia, alejada del centro, tiene un precio del suelo mucho menor y
requiere un viaje más largo, lo cual prolonga a su vez las estancias y facilita el
predominio de un turismo de rentas altas que puede permitirse el coste del viaje
y de una estancia larga.
Miossec señala, sin embargo, que las relaciones económicas y espaciales en-
tre las áreas emisoras y receptoras de turistas sólo son perfectas en teoría, ya que
en la realidad existe toda una serie de elementos distorsionadores que deforman
la distribución en anillos concéntricos: bioclimáticos (el gusto por el sol, por
ejemplo), históricos (los vínculos culturales de origen colonial, etc.) económi-
cos (por ejemplo, la fluctuación del mercado de divisas), políticos (como un
conflicto bélico o actuaciones terroristas), de información (la percepción que
tiene el turista de los espacios turísticos), de economías de escala (el papel de-
cisivo de las agencias de viaje mayoristas) y la propia evolución y jerarquía del
espacio turístico.
© Editorial UOC 114 A propósito del turismo

En profundidad
El espacio turístico según Miossec y los factores de distorsión
Figura 3. Factores de distorsión del espacio turístico.

El sector 1 corresponde a la formulación teórica convencional del gradiente cen-


tro-periferia; el sector 2 muestra las deformaciones de tipo climático; el sector 3 el
bloqueo por cuestiones políticas pero también la afinidad cultural entre espacios
receptores y emisores; el sector 4 ilustra las distorsiones a causa de la existencia
de focos emisores múltiples; el sector 5 muestra las perturbaciones por razones de
economías de escala y según la calidad de la información obtenida por el turista; el
sector 6 refleja las modificaciones que implica la jerarquización de los asentamien-
tos turísticos (deformaciones lineales en dirección opuesta al centro emisor).
Fuente: Miossec «Un modèle de l’espace touristique», L’Espace Géographique, nº 1,
pp 41-48. 1977.

Miossec asume que las diferentes fases de evolución conducen hacia una progre-
siva jerarquización y densificación del espacio turístico. Para explicar este fenómeno,
Miossec tiene en cuenta cuatro elementos básicos de todo espacio turístico: los núcleos
turísticos, el sistema de transporte y la actitud de las autoridades y de la población re-
ceptora ante el turismo. Según esta propuesta, a medida que la periferia turística se de-
sarrolla y la organización del territorio turístico se hace más compleja, con centros más
o menos especializados y de mayor jerarquía, se densifica la red de comunicaciones y
cambia la percepción y la densidad de frecuentación de los turistas, así como la res-
puesta de la población receptora. En este sentido, se distinguen cinco fases que van de
menor a mayor frecuentación y crecimiento turístico y, simultáneamente, de menor a
mayor impacto del turismo sobre la calidad del entorno y la experiencia turística.
© Editorial UOC 115 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Figura 4. Modelo evolutivo del espacio turístico según Miossec.

Fuente: Miossec «Un modèle de l’espace touristique», L’Espace Géographique, nº 1, pp 41-48. 1977.
Citado en Pearce, D (1991) Desarrollo turístico. Su planificación y ubicación geográfica. Mozro, Trillas.
© Editorial UOC 116 A propósito del turismo

La fase preturística (fase 0) responde a una nula actividad turística.


La fase pionera (fase 1) se manifiesta con la aparición de una primera es-
tación turística con mínima capacidad para organizar el territorio y que es
observada con indiferencia y curiosidad por la población y de manera general
por los turistas.
La fase siguiente (fase 2) incluye el desarrollo de más núcleos turísticos des-
pués de constatar su viabilidad, se incrementa el número de infraestructuras y
servicios a los núcleos incentivados por los gestores locales y crece el número de
turistas, los cuales empiezan a reconocer las particularidades de los lugares más
significativos y a hacer turismo itinerante.
Durante la fase de organización (fase 3), cada núcleo empieza a organizar su
entorno. Se perfila una primera especialización turística y una segregación de
clientes, y se observa el inicio de la competencia por los recursos entre núcleos
diferentes. El turismo divide el espacio entre lugares donde la función turística
es fuerte y el resto, donde tiene escasa repercusión, y ejerce un fuerte efecto
demostración, especialmente entre los jóvenes.
En la siguiente etapa (fase 4) se tiende hacia la saturación, se consolida un
sistema jerárquico de estaciones turísticas, aumenta la conectividad del sistema
de comunicaciones y la construcción de infraestructuras y equipamientos turís-
ticos acaba por transformar un paisaje anteriormente considerado natural. El
turismo se extiende por todo el territorio, hecho que incide negativamente en
la percepción que de él tienen algunos turistas, que ven muy transformado el
antiguo espacio y ya no vuelven; paralelamente se empieza a plantear la salva-
guardia de determinadas partes del territorio o la aparición de nuevas formas de
turismo menos agresivas territorialmente hablando.

1.3.2 El modelo evolutivo del ciclo de vida de Butler

Se trata de uno de los modelos evolutivos más utilizados y citados en el


mundo de la investigación en turismo (véase al respecto Vera et al, 1997).
El modelo parte del ciclo de vida de los destinos turísticos, adaptación al
mundo del turismo del concepto de marketing y de ciclo de vida de un pro-
ducto. En términos generales, el modelo establece una relación positiva en-
tre el incremento del número de visitantes y el desarrollo turístico, espe-
cialmente en materia de alojamiento. Sugiere asimismo la existencia de una
© Editorial UOC 117 Capítulo II. Los lugares turísticos.

jerarquía de centros turísticos en función de su nivel de desarrollo, el tipo


de alojamiento existente, el grado de participación del empresariado local
y foráneo y el estatus de los visitantes. Butler hace una propuesta temporal
en seis fases:

1. Descubrimiento.
2. Implicación.
3. Desarrollo.
4. Consolidación.
5. Estancamiento.
6. Postestancamiento.

Flash fotográfico
Evolución y predicción del turismo en Wimsea en clave humorística.
© Editorial UOC 118 A propósito del turismo

Los destinos turísticos atraviesan diversos momentos evolutivos: por exploración,


crecimiento, éxito, saturación, reposicionamiento o declive. A lo largo del tiem-
po, o se adaptan o reaccionan en cada etapa a los cambios de la demanda, o bien
pierden posición competitiva y entran en decadencia.

Fuente: Goodall, B. «Coastal resorts: development and redevelopment», Built En-


vironment, volumen 18, nº 1, pp 5-11. 1992.

La etapa de exploración (fase 1) se caracteriza por el reducido número


de turistas de tipo alocéntricos (exploradores), foráneos, que organizan el
viaje individualmente y según pautas poco regulares en el tiempo. No ex-
isten equipamientos específicos para el turismo, sino que los visitantes
comparten los de los propios residentes, con lo que el medio físico y ur-
bano permanece inalterable por el turismo. Encontramos ejemplos de esta
etapa en algunos países africanos y latinoamericanos, o en las zonas árticas
o antárticas. Se entra en la etapa de implicación (fase 2) cuando la canti-
dad de visitantes asume una determinada regularidad (empieza a forjarse
la temporada turística), de tal manera que algunos residentes comienzan a
facilitar bienes y servicios primarios a los turistas. Se empieza a definir un
mercado turístico elemental y se hacen los primeros pasos en la organiza-
ción de infraestructuras. Las islas menos desarrolladas turísticamente del
Pacífico o del Caribe se reconocen en esta etapa. En la etapa de desarrollo
(fase 3) se refleja claramente un área turística, reforzada por la publicidad.
A medida que se avanza en esta fase, declina el control local del desarrollo
turístico (especialmente sobre la base de la aparición de formas de alo-
jamiento específicas para los turistas en manos de empresarios foráneos).
Se comercializan las atracciones naturales y culturales de la región y se
importan atracciones de ocio. Los cambios físicos en el destino empiezan a
ser apreciables y pueden surgir algunas voces locales en contra. El número
de turistas (ahora de tipo mediocéntricos) en temporada alta ya puede ser
superior al de la población residente, y es necesario reclutar mano de obra
para ofrecer los servicios turísticos. Encontramos ejemplos de esta fase en
algunas partes de México o el Norte de África. Durante la etapa de consoli-
dación (fase 4), aunque en cifras absolutas crece el número de turistas, en
términos relativos decrece. La mayor parte de la economía del área depende
© Editorial UOC 119 Capítulo II. Los lugares turísticos.

del turismo, el marketing y la publicidad tienen que promover el destino a


más países y más lejanos, las grandes cadenas y marcas de la industria turís-
tica se implantan en el área, algunos de los residentes que no participan
directamente del turismo pero ven perjudicado su ritmo de vida a causa de
él pueden manifestar su oposición a la actividad. Determinados destinos
del Caribe y del Mediterráneo estarían participando de este momento evo-
lutivo. La etapa de estancamiento (fase 5) se caracteriza por haber llegado
al número máximo de visitantes. La Costa Brava de Gerona puede con-
stituir un ejemplo de dicha fase. La capacidad de carga de determinados
elementos puede verse excedida, razón por la que surgen problemas de
orden económico, social o ambiental. El área tiene una imagen turística
bien reconocida pero deja de estar de moda, y se depende más de los visi-
tantes que repiten estancia que de la llegada de nuevos turistas. Aparecen
problemas de sobreoferta de camas y cada vez son necesarios más esfuerzos
para mantener los niveles de visitantes (sobre todo de tipo psicocéntricos).
Empiezan a ser frecuentes los cambios de propiedad y aparecen otros sec-
tores turísticos alejados del centro recreativo tradicional. La última etapa,
de postestancamiento (fase 6) puede derivar en una doble dirección: 1. El
declive, si el destino no es capaz de competir con atracciones renovadas,
con lo que dejará de ser una estación para pasar las vacaciones y se con-
vertirá en un lugar de fin de semana y para excursionistas, en el caso de
que disponga de suficiente población con buena accesibilidad en el centro
turístico; 2. El rejuvenecimiento, lo que implica reposicionar el destino
dotándolo de nuevos atractivos, nuevos usos, mercados diferentes y otros
canales de distribución. Se trata a menudo de cambiar algún elemento de
atracción básico (como por ejemplo la introducción de un casino en Sch-
veningen, Holanda, o el parque temático de Vila-Seca y de Salou). Otros
destinos intentan alargar la temporada turística de modo similar y atraer
nuevos mercados haciendo uso de recursos naturales no explotados anteri-
ormente (por ejemplo, la introducción del esquí en algunos balnearios eu-
ropeos, como Aviemore, en Escocia). A menudo, la renovación precisa del
esfuerzo conjunto de la iniciativa pública y privada con el fin de incentivar
la inversión en el destino y encontrar nuevos mercados.
© Editorial UOC 120 A propósito del turismo

Figura 5. Evolución hipotética de un área turística según Butler.

Fuente: Butler, R.W. «The concept of a tourist area cycle of evolution: implications for management of resources», Canadian Geographer,
nº 24, pp 5-12. 1980.

En síntesis, el modelo de Miossec es bastante útil para explicar teóricamente


la formación de destinos turísticos de nueva creación, como por ejemplo las del
litoral mediterráneo, y para plantear el impacto que el turismo genera en las dif-
erentes etapas de desarrollo desde una óptica regional. Sin embargo, no profundi-
za en el papel que juegan los diferentes agentes en el desarrollo ni en el proceso
de jerarquización del espacio turístico. El modelo de Butler tiene a su favor la
claridad formal y expositiva y su previsión de la alternativa del rejuvenecimiento
más allá de la inevitable caída en declive expresada en la teoría del ciclo de vida
del producto. Sin embargo, ha sido criticado porque presenta los destinos turís-
ticos como productos singulares, sin tener en cuenta que están formados por un
conjunto de elementos (edificios, hoteles, equipamientos) que mantienen ciclos
de vida propios y diferenciados y porque no tiene en cuenta la influencia de los
factores externos al destino ni el juego en diferentes escalas, pasando también
por alto la posibilidad de simultanear diferentes ciclos de evolución.
© Editorial UOC 121 Capítulo II. Los lugares turísticos.

1.3.3 El modelo evolutivo de Chadefaud

El modelo de Chadefaud, aún siendo un intento sistémico de explicar el


turismo de masas en función de los vínculos existentes entre la representación
mental por parte de la demanda y la ideología social y, también, con los sec-
tores productivos (industria del turismo y los destinos), sólo otorga una rel-
evancia secundaria al papel que juega el espacio en todo este metabolismo,
considerándolo más como punto de apoyo que como agente participativo en
las dinámicas de desarrollo turístico.
Para la confección de este modelo, Chadefaud adopta como punto de part-
ida la concepción evolutiva prestada por la teoría clásica de los ciclos económi-
cos y una consideración del espacio como producto social, de corte radical. Se
trata de una visión sistémica en la que el espacio turístico, como cualquier otro
producto, pasa por tres momentos: la creación, la madurez y la obsolescencia.

Figura 6. Modelo de la evolución del espacio turístico según Chadefaud.

Fuente: Chadefaud, M. Aux origines du tourisme dans les Pays de l’Adour (Du mythe à l’espace: un essai de géographie historique). Departa-
ment de Géographie et Aménagement de l’Université de Pau et Centre de Recherches sur l’Impact Socio-Spatial de l’Aménagement.
Pau, 1987.

Chadefaud expone que el espacio turístico tiene una manifestación fí-


sica (los hoteles y apartamentos, las tiendas, los equipamientos de ocio, las
infraestructuras de transporte, etc.) Pero también es fruto de un discurso
social (mensaje transmitido de las clases dominantes al resto) y de una re-
presentación mental por parte de la demanda. El espacio turístico tiene su
© Editorial UOC 122 A propósito del turismo

origen en un mito sometido a las modas pasajeras que mantiene vivas las
aspiraciones de la mayor parte de la sociedad nutridas por la búsqueda de
la diferencia. El destino turístico, el producto, tiene su origen en el mito
colectivo, pero al mismo tiempo, contribuye a alimentarlo mediante una
simbología distintiva que influye en la representación mental que de ésta
se forman los turistas. El espacio turístico representa la proyección en el
espacio y en el tiempo de los ideales y mitos, comercializados, de la nueva
sociedad. Durante la etapa de creación del producto (el espacio turístico)
empieza a identificarse el mito con un lugar específico (por ejemplo, la
playa como lugar de relación social por parte de la aristocracia y la bur-
guesía inglesa durante los siglos XVIII y XIX) en el cual se construyen de-
terminados elementos para satisfacer las aspiraciones de la demanda (por
ejemplo, la construcción de casinos o salones de baile).

Flash fotográfico
Postal turística. Bañistas en la playa de Brighton (Inglaterra).

La observación de la evolución histórica del producto turístico permite apreciar


cómo se reconfigura el mito mediante su adaptación a las constantes transforma-
ciones de las pautas y comportamientos sociales de la demanda.
Fuente: Golden Shield, FISA.
© Editorial UOC 123 Capítulo II. Los lugares turísticos.

1.3.4 El modelo evolutivo de Gormsen

Este modelo reproduce, en clave europea, la evolución espaciotemporal de


los espacios turísticos litorales. Intenta dar respuesta a la aparición de nuevas
periferias turísticas que siguen un orden cronológico y que se diferencian en
los siguientes tres elementos: 1) La oferta de alojamiento predominante; 2) La
participación local-exógena en el desarrollo turístico; 3) El tipo de demanda
existente.
La primera periferia corresponde a las áreas próximas a los grandes núcleos
urbanos aparecidos a raíz de la Revolución Industrial que, durante los siglos
XVIII y especialmente el XIX, concentraron el primer turismo europeo (las ribe-
ras del Canal de la Mancha y del Báltico). La segunda periferia aparece a caballo
entre finales del siglo XIX y comienzos del XX en el litoral meridional francés
(la Costa Azul) y se dilata, a partir de los años cincuenta, hacia el litoral medi-
terráneo español. Una tercera periferia surge posteriormente (Canarias, el Norte
de África y el Mediterráneo Oriental). En las décadas de los setenta y ochenta
se dibujará una cuarta periferia, que incluye el mundo entero con unos focos
mayores de turistas centrados en el Caribe y el sudeste asiático.

Figura 7. Modelo espaciotemporal del desarrollo turístico litoral de Gormsen.

Fuente: Gormsen, E. «The spatio-temporal development of international tourism: attempt at a centro-periphery model», La Consomation
de Espace par le Tourisme et sa Préservation, pp 150-170. Centre des Hautes Études Touristiques. Aix en-Provence, 1981.
© Editorial UOC 124 A propósito del turismo

Esta secuencia de aparición de nuevos espacios turísticos se combina con


la transformación diacrónica que se produce en el interior de cada una de
las periferias. Las primeras etapas de desarrollo se caracterizan por ser lleva-
das a cabo por iniciativas foráneas, que progresivamente van dejando paso
a los agentes locales hasta convertirse en los dominantes. Paralelamente, la
oferta de alojamiento parte del predominio, casi exclusivo, de la hostelería,
pero se diversifica con el paso del tiempo (aparición de segundas residencias,
campings, etc.) Respecto a la demanda, también se aprecia una diversifica-
ción social, ya que si bien en un primer momento el destino es visitado por
pocos segmentos (clases sociales con rentas elevadas), progresivamente se
van afianzando los grupos de rentas medias y bajas. Así, en el momento de
confeccionar el modelo (1980), se distinguía una periferia de proximidad
(primera y segunda) desarrollada por agentes locales, con una gran variedad
de tipo de oferta que respondía a la también variada composición socioe-
conómica de la demanda (es decir, un turismo de masas al alcance de prác-
ticamente toda la población de los países ricos emisores), de una periferia
intermedia y alejada, con inversiones predominantemente foráneas, donde
el alojamiento turístico era servido en gran medida para la hostelería y una
demanda minoritaria de rentas elevadas.

En profundidad
La aplicación de los modelos evolutivos a modalidades turísticas

El interés por los modelos evolutivos se manifiesta también en las adaptaciones o


aplicaciones que se han realizado sobre modalidades turísticas como las de sol y
playa, las segundas residencias o las ciudades históricas.

1) El modelo de formación de núcleos turísticos según Smith


© Editorial UOC 125 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Figura 8. La evolución de los núcleos turísticos de sol y playa según Smith.

Fuente: Smith, R.A. «Beach resort evolution. Implications for planning», Annals of Tourism Research, nº 19, pp 304-322. 1992.

Russell Arthur Smith propone un modelo de formación de estaciones turísticas de


playa, inspirado en la estación turística de Pattaya, en Tailandia, que recoge ocho
etapas.
En el estadio 1, preturístico, no hay presencia turística. El estadio 2, de ex-
ploración turística, plantea el inicio del turismo llevado a cabo por pioneros
independientes y que buscan contacto directo con la población local. El asen-
tamiento inicial se expande con el fin de alojarlos, apareciendo incluso algu-
na segunda residencia. En el estadio 3, que toma el nombre de primer hotel,
aumenta la accesibilidad de lugar y aparece el primer hotel, de categoría alta,
financiado por agentes foráneos. Es el momento en el que se introduce el turis-
mo organizado y empieza a formarse un mercado de trabajo turístico. Durante
el estadio 4, establecimiento de la estación turística de primera línea, el éxito
del primer establecimiento de alojamiento actúa como catalizador de otros
hoteles que se ubican delante de mar de manera que aparece una franja urba-
nizada. La actividad turística se intensifica, predominan los puestos de trabajo
en la hostelería y aumenta el parque de viviendas. En el estadio 5, el estable-
cimiento de un centro de negocios, aumenta el volumen de alojamiento y los
residentes son desplazados de primera línea de mar hacia el interior o la peri-
feria del núcleo. Se diversifica el perfil de visitantes, aumenta la necesidad de
mano de obra, que tiene que ser cubierta por inmigrantes, el turismo domina
la economía local y aparecen los primeros problemas (impactos ambientales,
© Editorial UOC 126 A propósito del turismo

congestión y contaminación del litoral, controversia cultural). Dentro del es-


tadio 6, el desplazamiento de los hoteles hacia el interior, continúa el rápido
crecimiento del asentamiento, pero en la playa ya no queda más espacio para
desarrollar y los nuevos hoteles se separan del principal recurso turístico. Apa-
recen problemas de erosión de las playas y aumenta la presión sobre el medio
natural y marino. Se incrementan los puestos de trabajo y la cultura turística
arrincona las pautas de vida tradicionales. La iniciativa privada conduce el
desarrollo, y la administración local se plantea la elaboración de planes con
el fin de controlar el crecimiento, así como para proveer de infraestructura la
estación turística. El estadio 7 se caracteriza por la construcción de una segunda
carretera paralela a la playa que articula el nuevo espacio urbanizado y sirve de
eje para el futuro crecimiento. El núcleo es plenamente urbano y se empieza
a intentar restaurar algunos espacios de valor natural. Se produce un cambio
en la clientela (los visitantes tradicionales son reemplazados por grupos de
turistas en viaje organizado) y decae el gasto turístico. La administración local
se ve incapaz de gestionar por sí sola un núcleo que continúa su expansión. El
último estadio, el estadio 8 o de plena urbanización, es la fase de madurez del
núcleo, que se convierte en una ciudad. El centro recreativo y el centro comer-
cial constituyen dos zonas urbanas separadas, el núcleo se zonifica y aparecen
otras áreas de desarrollo laterales. La playa está muy contaminada y es poco
usada. Los primeros planes de la administración han fracasado y el gobierno
local aumenta los problemas para gestionar el núcleo.

2) Modelo evolutivo de expansión de la residencia secundaria según Lundgren

Figura 9. Esquema de la evolución de las segundas residencias de Lundgren.

Fuente: Lundgren, J.O.J. «On access to recreational lands in dynamic metropolitan hinterlands», Tourist Review, volumen 29, nº 4, pp
124-131. 1974.
© Editorial UOC 127 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Los espacios turísticos rurales en lo que concierne a las pautas de prolifera-


ción de segundas residencias han sido teorizados por Lundgren. La relación
de proximidad entre las ciudades y su entorno rural inmediato propicia que
éste se convierta en un área de segunda residencia a medida que la población
urbana ve aumentada su renta, se motoriza y tiene más disponibilidad de
tiempo de ocio. Tampoco resulta ajena la demanda social (casi una necesi-
dad) de huir temporalmente de los núcleos urbanos más congestionados y
con escasas zonas verdes o equipados para pasar el tiempo de ocio. En este
sentido, la percepción que el urbanita tiene de la calidad del medio rural está
mediatizada por su propia vivencia urbana. Igualmente influye el deseo de
muchas autoridades locales de incrementar las contribuciones fiscales y tasas
a partir del crecimiento residencial. A mayores distancias del centro urbano
principal, la segunda residencia pierde fuerza, ya que el tiempo de desplaza-
miento también aumenta. El modelo de Lundgren enfatiza cómo la expan-
sión urbana acondiciona el parque de residencias secundarias y transforma su
uso a medida que se va configurando una región urbana. En la primera fase,
la demanda de un centro urbano medio genera la aparición de una pequeña
área de segunda residencia estable ubicada normalmente en un entorno rural,
montañoso o con atractivos naturales. En una segunda fase, a medida que
crece el centro urbano, lo hace también el área de residencias secundarias, es-
pecialmente hacia otras zonas próximas. En la tercera fase, el área de residen-
cia temporal es absorbida por el núcleo urbano, de manera que las residencias
secundarias se convierten ahora en viviendas principales. Al mismo tiempo,
se ha formado un nuevo área de segundas residencias más alejadas sobre la
base de que la demanda de ocio de fines de semana y alojamientos vacacio-
nales continúa, aunque a un ritmo menor. Esta nueva ampliación tiene que
ver con la expansión de las comunicaciones que permiten ampliar el radio de
influencia de las áreas urbanas en función de la reducción del tiempo de ac-
ceso a ellas. Algunos ejemplos de este proceso los encontramos en la costa sur
inglesa y la costa este de Lancashire, influidos respectivamente por Londres
y los centros industriales; la costas francesas del Canal de la Mancha bajo el
influjo de París; la región de los lagos meridionales y la costa Báltica en los
países escandinavos, el entorno de los Grandes Lagos y la costa nordeste en
relación con el área atlántica de las grandes ciudades en los Estados Unidos;
las Costas de Nueva Gales del Sur y de Queensland en relación con las metró-
polis litorales australianas, las regiones costeras próximas a Santiago de Chile
y Buenos Aires o en parte de la Costa sudafricana.

3) Modelo evolutivo de la ciudad histórico turística según Ashworth


© Editorial UOC 128 A propósito del turismo

Figura 10. Evolución de la ciudad histórica según Ashworth.

Fuente: Ashworth, G. & Tunbridge, J.E. The Tourist-Historic City. Belhaven Press. Londres, 1990.

En lo que concierne a las ciudades históricas turísticas, Ashworth ha intentado


esquematizar la evolución de su estructura urbana. El modelo de la ciudad histó-
rico-turística se construye sobre la superposición de las pautas espaciales de la ciu-
dad histórica y la ciudad turística. El modelo deja entrever que la ciudad turística
no se ciñe sólo a los centros históricos o allí donde se localizan las atracciones y
monumentos más destacados, sino que se configura con relación a una atmósfera
urbana y a la interrelación entre las diferentes funciones urbanas existentes. En un
estadio inicial, la ciudad histórica es un centro unitario donde conviven todas las
funciones urbanas. Posteriormente, se produce un crecimiento urbano que gene-
ra una segregación del centro de negocios de los barrios históricos, en los que se
concentra el interés turístico. La tercera fase del modelo es la que lo define mejor,
ya que representa una situación ideal, plenamente desarrollada, donde la ciudad
histórica, la turística y el distrito comercial se solapan parcialmente. Esto es fruto
del salto que determinadas funciones del barrio de negocios y comercial dan hacia
© Editorial UOC 129 Capítulo II. Los lugares turísticos.

la ciudad antigua, mientras que la ciudad de interés turístico se extiende también


fuera del centro en dirección a determinadas partes de la zona histórica y moder-
na. La ciudad histórico-turística se define, pues, como el área de solapamiento
entre la ciudad histórica y la turística, siendo la parte de la ciudad donde el patri-
monio histórico es usado activamente con finalidades turísticas como atracciones
primarias, servicios complementarios de apoyo o bien meramente como paisaje de
fondo para disfrute de los visitantes interesados en otras actividades no culturales.
Finalmente, la cuarta fase expone el potencial de las partes de la ciudad histórica
que todavía no participan del turismo, así como de la ciudad entera, de convertirse
en futuras zonas de expansión del turismo. En relación con aspectos vinculados a
la planificación y la gestión de las ciudades turísticas, el modelo considera que hay
que estudiar con más detenimiento otras partes de la ciudad y no sólo el centro
histórico y comercial. Se entiende que la ciudad histórico-turística es una parte in-
tegral del complejo formal y funcional que comprende el área central de la ciudad
y que no funciona de manera separada en el mismo sentido que puede hacerlo,
por ejemplo, un barrio portuario de uno residencial. Las políticas turísticas tienen
que reconocer que las atracciones históricas son sólo una parte del paquete turís-
tico ofrecido, mientras que las políticas de conservación están relacionadas con
otras muchas cuestiones más allá de la simple selección de puntos históricos aptos
para el consumo de los visitantes.

1.3.5 La crítica de los modelos evolutivos

Quizás por ser uno de los modelos más citados y utilizados en la literatura
turística, el Ciclo de Vida de los Destinos Turísticos (CVDT) sea también uno de
los más cuestionados. El propio creador del modelo del CVDT, Richard Butler,
expone los tres elementos (dinámica, capacidad y gestión) que la estructuran
(Butler, 2004 : 1) parte de la idea de la dinámica de cambio, de que todo pro-
ducto tiene una vida limitada, aspecto que es inherente al turismo, actividad
de fantasía sujeta a los gustos cambiantes de la demanda. Igualmente, los pro-
ductos que ofrecen los destinos, sometidos a las leyes del marketing cambian
para poder competir con nuevos competidores. 2) Los límites al crecimiento.
Los destinos turísticos persiguen economías de escala, aspecto que conduce a
la permanente expansión de los destinos. El crecimiento de la oferta de equi-
pamiento y de infraestructuras implica a su vez la necesidad de un aumento
del mercado para poder ser rentable, cosa que genera de nuevo necesidad de
inversión. Si se rebasa el grado de crecimiento apropiado para cada destino, se
© Editorial UOC 130 A propósito del turismo

produce un impacto que puede derivar hacia la caída del número de visitantes.
Sin límites a su desarrollo, el destino excedería su capacidad de carga, se con-
vertiría en insostenible y sería reemplazado por otro destino que ejercería su
función pero construido en otro lugar. 3) Aunque el CVDT, contrariamente a
como se ha interpretado en ocasiones, no implica una inevitable llegada de la
fase de declive si no se produce una intervención, sino la pérdida de calidad,
la gestión es importante para competir en un entorno global y, especialmente,
para encarar la etapa de rejuvenecimiento, la cual nunca es espontánea.

En profundidad
Los cambios recientes en los destinos turísticos y la interpretación del CVDT

En las circunstancias actuales, el sistema turístico global ha cambiado bastante


en relación al de los años 80, cuando apareció el modelo de CVDT, por lo que es
razonable esperar que la naturaleza del desarrollo de las estaciones turísticas lo
haya hecho también. Podría ser que los destinos turísticos transcurran más rápida-
mente por las etapas del modelo, por lo que se aproximen antes al final de su ciclo
de vida. Es decir, las nuevas estaciones turísticas se desarrollan más rápidamente
y los mercados crecen más velozmente, con mayor sofisticación y menor lealtad;
se viaja más rápido y hacia un abanico mucho más amplio de destinos, con lo
que aumenta la competitividad en la selección. Probablemente en una década
los segmentos de mercado específico recorren todo el ciclo de vida de un destino
(Butler, 2004).
Este fenómeno podría ponerse en relación con el denominado fast leisure u ocio
rápido, una tendencia que está cambiando la manera de viajar, especialmente de
la población urbana. La fragmentación de las vacaciones reduce el tiempo medio
de la estancia pero aumenta el número de desplazamientos cortos por motivos
de ocio (short breaks). Según Donaire « […] este proceso está creando una nueva
demanda que reclama ofertas concentradas, diversas, de elevada calidad y carácter
abierto. No se trata por tanto de paquetes, sino de un portafolio de productos que
los clientes seleccionan tanto en origen como en destino[…]»

Fuente: http://www.biodramina.blogspot.com/

Las críticas y revisión del modelo del CVDT se han centrado en diversas
cuestiones (Haywood, 1998):

1) La definición del área turística: el desplazamiento de la actividad turística


hacia espacios externos a la frontera administrativa del destino pero bajo su
© Editorial UOC 131 Capítulo II. Los lugares turísticos.

área de influencia, pueden hacer que una situación de expansión o desarrollo


descentralizado sea interpretada como declive.
2) El destino puede pasar por alto alguna o algunas de las fases que predice
el modelo por lo que la forma dibujada por la curva puede ser sensiblemente
diferente a la expuesta en el CVDT.
3) La forma de definir qué es turismo: según si se tienen o no en cuenta en
el total de demanda turística la inmigración de jubilados o similares que substi-
tuyan a los segmentos estancados, el destino puede interpretarse como en fase
de crecimiento o de estancamiento.
4) La segmentación de los mercados turísticos: Si bien algún segmento
de mercado puede declinar, otros pueden estar en crecimiento o en fase de
consolidación.
5) Los puntos de ruptura del modelo están escasamente definidos, lo cual
conduce a aplicar el modelo en análisis concretos.
6) Se trata de un modelo generalista que simplifica la realidad del desarrollo
de una estación turística y, aunque pueden ser útiles como referencia para el
estudio histórico de las mismas, no pueden adaptarse bien a todos los destinos
existentes. Por este motivo, se argumenta que presenta problemas como herra-
mienta de predicción y gestión.

En profundidad
Modelos evolutivos y capacidad de carga, una relación controvertida

La crítica más frontal a los modelos evolutivos proviene de la discusión acerca del
desbordamiento de la capacidad de carga en relación al crecimiento del número
de visitantes. Algunos autores (Stock, 2003) señalan que la cuestión de la capaci-
dad de carga se trata de una toma de posición más ideológica que científica. El
crecimiento de los flujos turísticos sería percibido como una amenaza para la in-
tegridad ambiental de los destinos, para la actividad turística (demasiados turistas
matan el turismo) y para el lugar mismo. La postura ideológica sería un rechazo
frontal al turismo de masas, puesto que se relaciona directamente con la crisis de
los lugares, relación difícil de demostrar. Así, en los modelos evolutivos, predomi-
naría la idea de declive más que la de rejuvenecimiento, pero se daría la paradoja
de que en algunos destinos reales, como Benidorm por ejemplo, la frecuentación
sostenida de visitantes no genera ningún tipo de declive.
En contrapartida a esta postura, se defiende que no es cierto que las trans-
formaciones de los lugares vayan ligadas al número de visitantes. El turismo,
como toda actividad humana, modifica los lugares independientemente de
© Editorial UOC 132 A propósito del turismo

su importancia numérica. Por ejemplo, los turistas pioneros transformaron


espacial y socialmente muchos de los lugares donde desarrollaron su actividad
en el siglo XIX. Del mismo modo, los turistas aventureros que se desplazan en
pequeños grupos pero irrumpen en sociedades tradicionales con escaso con-
tacto con el extranjero son susceptibles de originar también transformaciones
importantes.

2. La apariencia de los lugares turísticos

Los espacios turísticos son lugares donde confluyen el desarrollo de produc-


tos destinados al ocio, la recreación y el tiempo libre para visitantes no perma-
nentes con el consumo de dichos recursos —ya sean tangibles o intangibles— a
través de la vivencia de experiencias que generan satisfacción. De la combi-
nación entre la organización de los componentes del espacio (lugar, recursos,
productos y agentes) y la gestión del espacio turístico surge una mayor o menor
calidad de la experiencia turística, que es percibida y traducida simbólicamente
por el turista. En este apartado nos plantearnos la heterogeneidad de los espa-
cios turísticos actuales, la diversidad formal y estructural de los resultados de la
implantación de la actividad y el papel que tiene su imagen en la configuración
de su propia naturaleza simbólica y material.

2.1. Las formas de los lugares turísticos

Establecer tipologías formales para una gama de lugares turísticos casi infi-
nitos puede resultar poco operativo. Sólo hay que pensar en la diversidad de
elementos y componentes que pueden ser considerados. Véase, como ejemplo,
en la figura 11 la diversidad de espacios turísticos litorales que pueden ser iden-
tificados en la costa española en función de una doble secuencia de variables:
sus características funcionales turísticas en eje y junto su condición urbana en
el eje x. No obstante, a los efectos del avance del conocimiento científico acerca
del papel del turismo en la creación, desarrollo y transformación de los lugares,
hay que considerar que la elaboración de una clasificación de tipos de espacios
© Editorial UOC 133 Capítulo II. Los lugares turísticos.

turísticos tiene un importante valor ilustrativo y permite relacionar los diversos


aspectos que concurren en su formación.
A la hora de trazar tipologías, se pueden distinguir, de mayor a menor com-
plejidad, las que atienden a criterios formales del destino como es la de Loza-
to-Giotart (1990) hasta las que toman en consideración diversos aspectos so-
cioeconómicos y territoriales de carácter formal, funcional y relacionados con
el impacto de la actividad como es el caso de la clasificación de espacios turís-
ticos de Cazes (1992). Podrían considerarse, asimismo, aspectos como el papel
de determinados agentes —públicos y/o privados- como catalizadores de los
procesos de desarrollo. Tal aspecto tiene mucho sentido, por ejemplo, para ex-
plicar las diferencias en los procesos de desarrollo turístico en los diferentes des-
tinos españoles. De hecho, el papel de los pioneros en esta dinámica suele estar
todavía, escasamente estudiada (Galindo, 2002). Existen finalmente tipologías
estructurales como la propuesta por Dewailly para el estudio del turismo en el
norte de Europa que permiten observar como la lógica del turismo estructura
el espacio a diferentes niveles y lo dota de formas y funciones específicas. En
este caso, los espacios turísticos se clasifican en función de su mayor o menor
capacidad de organizar el territorio y según la escala sobre la que se despliegan
o ejercen su influencia.

Figura 11. Tipología bidimensional de los destinos turísticos litorales del litoral mediterráneo español.

Enclaves Sotogrande Marinador

Ciudades
Benicàssim Torremolinos
Turísticas

Espacios
Suburbanos Xàbia
Difusos

Núcleos
Cadaqués Andratx
Estacionales

Localidades Isleta del Delta de


Tradicionales Moro l’Ebre

Interés Natural Rural Periurbano Urbano Hiperreal

Fuente: Elaboración propia.


© Editorial UOC 134 A propósito del turismo

En profundidad
El concepto de estación turística según Dewailly

Las estaciones turísticas son lugares donde las formas elementales del desarro-
llo turístico aparecen aglomeradas e interdependientes. El turismo es allí la activi-
dad predominante y la que organiza el territorio a nivel local. Se trata de centros
que disponen de abundante oferta turística y recreativa, y donde afluyen impor-
tantes flujos turísticos, de tal manera que es esta fuerte presencia de visitantes la
que justifica su existencia y funcionamiento como espacio urbano especializado
en turismo. Ejemplos característicos de estaciones turísticas son las ubicadas en el
litoral, en relación al turismo de sol y playa como Niza o Acapulco, o las de mon-
taña relacionadas con el turismo de nieve como Alpe d’Huez o Baqueira Beret.
Según su origen, pueden considerarse varios subtipos: La estación creada a partir
de una ciudad preexistente, como un ensanche o extensión de ella misma (por
ejemplo Torremolinos). Como el barrio turístico de una ciudad (el caso del strip de
Las Vegas). O creada ex nihilo (como Cancún). Según la relación que mantienen
con su entorno territorial pueden distinguirse otros tres subtipos: las estaciones
endotrópicas donde el uso que el visitante hace de ella tiende a focalizarse en los
elementos internos de su propio tejido urbano (monumentos, museos, casinos,
establecimientos termales, centros de peregrinación, etc.); las estaciones exotrópi-
cas, con un uso turístico orientado hacia elementos externos al tejido construido y
habitualmente preexistentes a la propia estación (playas, mar, nieve, bosques, pai-
saje, etc.). Normalmente, cuanto mayor es el grado de desarrollo alcanzado por la
estación mayor es su componente endotrópico. Por ejemplo, se ha observado que
muchas estaciones litorales surgen tras añadir oferta de alojamiento a un medio
natural (playas) que es la fuente originaria de la explotación (por ejemplo a través
de la helioterapia o de la balneoterapia), y que a medida que se desarrolla, y sobre
todo en las fases de reestructuración, tiende a originar equipamientos recreativos
específicos (casinos, parques temáticos, campos de golf, parques acuáticos, etc.)
que pueden acabar por dejar el recurso natural catalizador del proceso en un mero
telón de fondo. Finalmente, se distingue la estación mediotrópica, aquella que
mezcla los dos tipos de elementos anteriores en un mismo espacio, de manera que
naturaleza y espacio construido se complementan.
Fuente: Dewailly, 1989.

A los efectos de clasificación, en una obra reciente, el Equipo MIT (Equi-


pe MIT, 2002 y Stock, 2003) propone una tipología de espacios turísticos que
descansa sobre tres criterios y dos tipos de procesos. El resultado final permite
identificar la existencia de ocho tipos de espacios turísticos diferenciados. Se
plantea, en primer lugar, que los espacios turísticos pueden ser de cuatro tipos
© Editorial UOC 135 Capítulo II. Los lugares turísticos.

según el valor que adoptan, en cada uno de ellos, cada uno de los siguientes
criterios observables (véase cuadro 2):

1) Presencia o ausencia de capacidad de acogida turística.


2) Presencia o ausencia de población local.
3) Presencia o ausencia de funciones urbanas y turísticas diferenciadas.

Cuadro 2. Criterios de distinción entre tipos de espacios turísticos.

Capacidad de acogida Población local Funciones


urbanas y turísticas
diferenciadas

Lugar turístico NO NO NO

Comptoir turístico SÍ NO NO

Núcleo turístico SÍ SÍ NO

Ciudad turística SÍ SÍ SÍ
Fuente: Equipe MIT, 2002.

Los tres primeros tipos resultantes (lugar, comptoir y núcleo turístico) se ca-
racterizan por tratarse de espacios turísticos que, previamente a su desarrollo,
carecían de un asentamiento humano significativo. Por su parte, la ciudad tu-
rística puede haberse desarrollado también, por evolución, a partir de la au-
sencia de una estructura de poblamiento pero también puede ser resultado de
la transformación turística de un núcleo de poblamiento preexistente. De ahí
que, a fin de establecer la tipología, el Equipo MIT adopta un segundo elemen-
to de diferenciación del proceso y que proponga una clasificación que tenga
en cuenta también, como punto de partida, que los espacios turísticos pueden
haber sido creados por del desarrollo de la actividad, o por el contrario, que el
turismo puede haber dinamizado una estructura urbana preexistente a la que
ha aportado una nueva función productiva. Cada alternativa genera cuatro ti-
pos de espacios turísticos diferenciados.

1) Los espacios creados por el turismo

En el Cuadro 3 se caracteriza cada uno de los tipos de espacios turísticos


“creados” por el turismo en función de tres variables relevantes:
© Editorial UOC 136 A propósito del turismo

I. La situación previa al desarrollo turístico en términos de poblamiento hu-


mano, que para todos los casos es de inexistencia de poblamiento.
II. Los efectos de la puesta en valor turístico del lugar y, en particular, las muta-
ciones territoriales ocasionadas por el turismo.
III. Las características de funcionamiento del espacio turístico generado en tér-
minos formales, funcionales y estructurales.

Cuadro 3. Tipos de espacios creados por el turismo.

Tipo Situación Puesta en valor Funcionamiento Ejemplo


preturistica turístico

Lugar turístico Inexistencia de po- Transformación Inexistencia de Versalles


blamiento previo. del lugar total o alojamiento.
Existencia de un re- parcial. Lugar de visita.
curso significativo.

Comptoir Inexistencia de po- Creación ex nihilo. Promoción singular Port


blamiento previo Lugar controlado, Grimaud.
significativo. aislamiento. Port
Reglamentación Aventura.
específica.
Existencia de alojamiento.

Núcleo turístico Inexistencia de po- Creación ex nihilo. Discontinuidad espacial Baqueira


blamiento previo y económica con el Beret.
significativo. entorno.
Diversidad de
promotores.
Existencia de alojamiento.

Núcleo Inexistencia de po- Creación ex nihilo, Primacía de la función Benidorm.


turístico-Ciudad blamiento previo y diversificación turística en un contexto Cancún.
significativo. funcional. multifuncional.
Importancia del
alojamiento.
Crecimiento residencial
permanente.
Aparición de funciones
urbanas.

Fuente: Elaboración propia a partir de Equipe MIT, 2002.

En estos casos, a medio plazo, el desarrollo del turismo suele incremen-


tar el nivel de vida de la población en general y tiende a sustituir la base
productiva predominante antes del inicio de la actividad. Por ejemplo, un
informe de 1999 sobre el impacto económico del turismo litoral en los Es-
© Editorial UOC 137 Capítulo II. Los lugares turísticos.

tados Unidos señalaba que el desembolso turístico en el conjunto de los


distritos litorales ascendía a 185.354 millones de $, los sueldos turísticos
sumaban 49.837 millones de $ y el total de trabajadores del sector era de 2,7
millones. Sólo en el estado de California, las playas generaron 34.000 millo-
nes de $ en ingresos, 9.264 millones de $ en concepto de sueldos turísticos,
883.000 puestos de trabajo (casi el 6% de los puestos de trabajo totales),
recibieron 556 millones de visitas turísticas (1996) y los multiplicadores
originados por la actividad turística de sol y playa representaron el 3% del
total de actividad económica.

En profundidad
Las Vegas (Nevada, Estados Unidos), el origen de un núcleo turístico-Ciudad

El desarrollo de Las Vegas como ciudad orientada al juego ha tenido lugar en


tres fases diferentes. La primera empieza con la legalización de los casinos
en el año 1931 y el inicio de la construcción de hoteles como complemento
de las salas de juego. Desde ese momento, Las Vegas se convierte, en una
segunda fase, en objeto de la manipulación de las organizaciones criminales
y mafias del juego. Finalmente, desde los años ochenta, las organizaciones
ilegales pierden bastante y se pretendió hacer de la ciudad un auténtico desti-
no turístico con un cambio de imagen que incluyera elementos de atracción
diferentes a los destinados a los adultos y las variedades (turismo de congre-
sos y de convenciones y familiar). La combinación de diferentes estrategias
turísticas y la constante construcción de nuevas atracciones hicieron que en
el año 1995 se convirtiera en el primer destino turístico para los norteameri-
canos, superando a Orlando. Durante ese mismo año, el número de turistas
anuales de Las Vegas superó los 28 millones, y el número de plazas hoteleras
era de 90.000, con un promedio de ocupación del 88,2%. A pesar del aparente
éxito económico y de las elevadas inversiones en equipamientos recreativos
y turísticos, subyacen algunos costes sociales derivados del predominio de
la cultura del juego. Algunos de los efectos negativos para la ciudad son los
siguientes: existe un grueso del mercado laboral basado en los servicios con
bajos salarios, disminuye el espacio público a favor del privado, los proble-
mas financieros de la administración local o la degradación del medio am-
biente en relación sobre todo en un sobre uso de los recursos hídricos en un
contexto territorial desértico.
Fuente: Judd, D.R. & Fainstein, S. The tourist city. Yale University Press. New Haven
y Londres, 1999.
© Editorial UOC 138 A propósito del turismo

2) Los espacios dinamizados por el turismo

En determinados casos, la actividad turística se desarrolla en continuidad


espacial y funcional con un tejido urbano preexistente. Desde esta perspec-
tiva, el turismo, dota de una nueva función núcleos de poblamiento y espa-
cios urbanos anteriormente orientados hacia otras actividades económicas.
Según su disposición estructural y el grado de transformación turística re-
sultante de su puesta en valor pueden distinguirse los cuatro tipos de espa-
cios que aparecen en el cuadro 4. Estos espacios se corresponden, en todo
caso, a la categoría de ciudades turísticas identificada en el cuadro 2 puesto
que combinan funciones turísticas y urbanas de diferente rango jerárquico.
Ahora bien, a diferencia del tipo Núcleo-ciudad que se ha identificado en el
cuadro 3, en todos estos casos, la actividad turística es posterior al desarrollo
de funciones urbanas convencionales.
No puede olvidarse, en este sentido, que la ciudad ha sido desde siempre
objeto de la atención de visitantes. Antiguamente, e incluso en la actuali-
dad en zonas poco habitadas, la ciudad era un oasis en medio de terrenos
despoblados. En ésta, el viajero podría encontrar las atenciones básicas. Más
allá de esta utilidad práctica, las ciudades son, muy a menudo, los lugares
donde se concentra el saber de una cultura y los focos de difusión de la civi-
lización. No es de extrañar, pues, que también reciban visitantes con interés
por adquirir conocimientos o atraídos por una curiosidad intelectual y cul-
tural. En cualquier caso, la ciudad como objeto del turismo se materializa
previamente en el siglo XVIII, momento en que entre la aristocracia inglesa
se extiende un tipo de itinerario cultural llamado grand tour como fórmula
para adquirir cultura y convertirse en un gentleman. Aunque el tour no es
un viaje dirigido exclusivamente a las ciudades, es en éstas donde alcanza
su máxima significación, especialmente en las ciudades mediterráneas e
italianas con importante patrimonio clásico. Muchos años después de esta
primera manifestación del turismo urbano, la entrada en crisis de la ciudad
a raíz de la desindustrialización de las economías urbanas, a partir de los
años setenta y ochenta del siglo XX, ha hecho que muchas de las ciudades
afectadas volvieran la mirada hacia el turismo como fórmula de regenera-
ción socioeconómica y urbana.
© Editorial UOC 139 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Cuadro 4. Tipos de espacios dinamizados por el turismo.

Tipo Situación Puesta en valor Funcionamiento Ejemplo


preturistica turístico

Dualidad Ciudad. Desarrollo de un Persistencia de Palma de


ciudad- núcleo turístico yux- multifuncionalidad. Mallorca.
núcleo tapuesto al núcleo Localización diferenciada del Agadir.
turístico histórico de la ciudad. alojamiento turístico

Ciudad o Ciudad o Transformación del Patrimonialización turística de Venecia.


localidad localidad en lugar a causa de la la estructura urbana original.
turística general importancia de la ac- Funcionalización turística de
tividad turística. la ciudad.

Ciudad con Ciudad. Inserción de la función Inserción de la función París.


funciones turística en la ciudad. turística sin transformación Nueva York.
turísticas Funcionalización fundamental de la estructura
turística de ciertos es- urbana.
pacios de la ciudad.

Ciudad o Ciudad o La función turística se Escasa incidencia de la activi- Tours.


localidad de localidad en limita al alojamiento. dad receptiva en el conjunto Tortosa.
paso general. del tejido urbano.
(ville-étape)
Fuente: Elaboración propia a partir de Equipe MIT, 2002.

Además de las ciudades, los espacios rurales también son objeto de di-
namización turística a través del desarrollo de actividades, ya sea de forma
dispersa en el territorio o a través de la concentración de sus principales
funciones productivas en las localidades rurales centrales que organizan el
espacio regional. Tanto es así, que en España, por ejemplo, numerosos planes
de ordenación del territorio de comunidades autónomas han integrado la idea
del producto turístico en el territorio como fundamento para configurar un
entorno competitivo. Para ello se parte, a menudo, de estrategias que: (1) Fun-
damentan la ordenación de las actividades en el espacio teniendo en cuenta
los usos previsibles según la posición de cada segmento de demanda en su
mercado específico. (2) Sitúan el paisaje, su conservación y su gestión, como
recurso fundamental para la dinamización de la población residente evitando
o limitando desarrollos masivos y, por lo tanto, la creación de nuevos espacios
turísticos en beneficio de la dinamización turística —social y económica— de
los espacios ya existentes.
© Editorial UOC 140 A propósito del turismo

En profundidad.
Las estaciones-pueblo del Tirol (Austria) como ejemplo de localidades turísticas
dinamizadas por la actividad

Dos son los modelos de estaciones de turismo de invierno desarrolladas hasta los
años setenta: el modelo duro de estaciones a gran altitud y especializadas en el
esquí y el modelo suave de estaciones-pueblo ubicadas en cotas menores y que
tienen también una frecuentación estival. El modelo tirolés corresponde a este
segundo tipo de estación y se basa en los siguientes principios:
1. Rechazo a crear estaciones en lugares vírgenes y preferencia por la ubicación en
pueblos ya existentes.
2. Predominio de la hostelería familiar tradicional y del alojamiento en casas par-
ticulares (las chambres d’hôtes).
3. Consenso para limitar el número de segundas residencias con el fin de evitar
el consumo de espacio y proteger la agricultura sobre la base de una legislación
específica que impide dividir o enajenar las explotaciones agrícolas viables y que
controla las transacciones inmobiliarias y financieras a cargo de extranjeros.
4. Un sistema político y administrativo basado en los länder (regiones autónomas)
y el municipio que estimula la participación local.
5. La existencia de una organización turística local que estimula la participación
colectiva (obligatoriedad de adhesión para todos aquellos que se benefician de
las aportaciones económicas del turismo) y una continuidad en la gestión y la
acción.
6. Una fiscalidad local que incita a llenar las camas existentes y no a multiplicarlas.
7. La simbiosis entre el turismo y la agricultura (los turistas compran productos
agrícolas locales y la agricultura de montaña subvencionada en parte a tal finali-
dad garantiza el mantenimiento de los paisajes).
8. Conservación de los paisajes, que mantienen todo su atractivo natural y pre-
sencia de población residente que mantiene sus tradiciones y formas de vida
peculiar.
9. La valorización del patrimonio natural y cultural.
10. Una conciencia ecológica muy arraigada.
11. El esfuerzo por repartir los flujos turísticos en el tiempo (reducción de la esta-
cionalidad invernal) y en el espacio (muchas pequeñas estaciones que funcionan
en invierno como satélites de las más grandes).
Fuente: Merlin, P. Tourisme et aménagement touristique. Des objectifs inconciliables?
La Documentation française. París, 2001.

Los ocho tipos de espacios turísticos diferenciados no sólo permiten iden-


tificar tipos de destinos a escala local sino que también permite plantear la
© Editorial UOC 141 Capítulo II. Los lugares turísticos.

posibilidad de establecer procesos evolutivos entre unos y otros. La diferencia


fundamental entre espacios creados por el turismo y espacios dinamizados por
el turismo permite establecer trayectorias dinámicas en las cuales la aparición
de actividad turística genera rupturas funcionales y formales en los tejidos ur-
banos preexistentes. Así, el desarrollo de un distrito turístico como estrategia
de dinamización urbana puede llegar a conducir a la creación de un núcleo-
ciudad con funciones urbanas relevantes. Este ha sido el caso, por ejemplo, de
Torremolinos respecto a Málaga. En el sentido inverso, la creación de un espa-
cio turístico nuevo puede conducir al desarrollo de una ciudad donde, al final,
la propia función turística sea menor como ha sido el caso, en España, de San
Sebastián. En este sentido, el Equipo MIT distingue tres trayectorias principales,
que le permite elaborar una propuesta dinámica de evolución funcional de los
espacios turísticos:

1) La transformación de la función turística del espacio en beneficio de otras


funciones urbanas.
2) La permanencia inercial de la monofuncionalidad turística.
3) El desarrollo de múltiples funciones entre las cuales la turística mantiene
una importancia relevante.

2.2. El alcance y las características de la condición turística de los


lugares

A principios del siglo XXI, la concepción simple y dual entre espacio emisor
y receptor tiende a perder validez. La centralidad del tiempo libre en la vida de
las personas en un contexto postindustrial ha originado la multiplicación de
destinos y competidores. De hecho, el escenario de globalización actual ofrece
una nueva geografía turística donde hay más destinos compitiendo —por ejem-
plo, el efecto de las compañías low cost en el desarrollo turístico de determina-
das ciudades— y donde los clásicos espacios emisores intentan retener parte del
consumo de sus ciudadanos en el tiempo libre. Este proceso de transformación
de las condiciones en el que se desarrolla la dinámica turística no puede sepa-
rarse de algunos cambios significativos en la demanda, en las características de
los viajes, en la industria y en las políticas que han afectado directamente la
actividad en los años noventa en Europa. Dos cuestiones son fundamentales
© Editorial UOC 142 A propósito del turismo

para entender el cambio de modelo: el masivo crecimiento de los viajes de corta


duración y la creación de producto más allá de la existencia de recursos o con-
diciones particulares especialmente singulares.
En este contexto, la intensidad con la que el turismo estructura el territorio
depende de cuestiones tales como las características físicas del entorno donde
se desarrolla, el tiempo que hace que está instaurada la actividad y su ritmo
de desarrollo. Los aspectos fundamentales que explican las particularidades de
cada lugar son:

1. Su posición en función a los costes de desplazamiento de la demanda


(debe tenerse en cuenta que un 70% de los viajes turísticos internacionales de
los europeos durante los años noventa se producen en forma de viajes indepen-
dientes y un 80% fueron realizados por carretera).
2. Las características del capital que interviene en el proceso de creación
de equipamientos, espacios y productos turísticos (en especial la incidencia de
los procesos de integración empresarial e internacionalización que afectan la
actividad).
3. El papel de cuestiones políticas como: (1) La valoración institucio-
nal del turismo por parte de las sociedades receptoras. (2) La incertidumbre
geopolítica. (3) El papel de las políticas estructurales, ambientales, culturales
y, en ultimo término, turísticas, como condicionantes del desarrollo de la
actividad.

En profundidad
El papel de las políticas europeas en la construcción de nuevos imaginarios turísti-
cos. El caso de España

Los Planes de Desarrollo Regional (PDRs) y los Marcos Comunitarios de Apo-


yo de los períodos 1989-1993, 1994-1999 y 2000-2006 han hecho hincapié en
la capacidad de desarrollo potencial de nuevos productos y actividades turísti-
cas en regiones hasta el momento poco comprometidas con la actividad. Según
Ivars (2003) del reconocimiento de la importancia económica del turismo que
se realiza en el primer PDR se pasa al establecimiento de las bases para la diver-
sificación productiva y territorial del turismo en España en el segundo plan y a
la progresiva consolidación de modelos turísticos propios a nivel regional con
la implementación del tercer PDR. En cualquier caso, la aplicación de fondos
© Editorial UOC 143 Capítulo II. Los lugares turísticos.

estructurales al turismo se generaliza en las regiones Objetivo 1, especialmente


en áreas y productos emergentes. La menor dotación financiera que tienen las
regiones Objetivo 2 y 5b limita el alcance de las actuaciones en las comunida-
des autónomas calificadas como tales. Esto las diferencia de las anteriores en el
sentido de que el turismo no se incardina como propuesta de planificación y
desarrollo de carácter global sino que se dirige, exclusivamente, a problemas y
zonas concretas con situaciones de declive industrial y ajuste rural. En cualquier
caso, es de destacar que los fondos estructurales y, especialmente, la iniciativa
LEADER —y con ella la PRODER— han ocasionado un impulso relevante de la
planificación turística especialmente a escala comarcal aunque, en demasiadas
ocasiones, al margen de la existencia de un plan regional normativo de referen-
cia (García et al. 2005 y Plaza, 2005).

Pueden identificarse vectores de interpretación que permiten hacer una va-


loración de los resultados del proceso de implantación de la actividad turística
más allá de su tipología estructural y evolutiva. Existen, en este sentido, diver-
sas dicotomías útiles a efectos analíticos, que permiten describir taxonómica-
mente la condición territorial de los destinos turísticos (Vera et al. 1997). Son
las siguientes:

1) Una primera aproximación al análisis de cómo las diferentes modalidades


turísticas se establecen en el territorio y se relacionan con las sociedades de
recepción es planteada por Jost Krippendorf, al distinguir entre turismo duro y
turismo suave (véase cuadro 5). Según este esquema de pensamiento, existen
unas formas de implantación del turismo duras, independientemente de qué
modalidad se trate, que se caracterizan por su fuerte impacto territorial, que
no plantean políticas ni estrategias de desarrollo adecuadas (de hecho, a veces
éstas son inexistentes) y con actitudes de los turistas hacia al medio de recep-
ción fundamentalmente cerradas. Contrariamente, el turismo suave responde
a planteamientos que persiguen su integración en el sistema territorial que lo
acoge y una meticulosa planificación de su desarrollo. Las actitudes de los tu-
ristas respecto al espacio de acogida son, además, responsables y abiertas. Se
entiende que las formas de turismo suave se identifican mucho más con los
principios del desarrollo sostenible, mientras que las manifestaciones de turis-
mo duro son contrarias a ellos.
© Editorial UOC 144 A propósito del turismo

Cuadro 5. Características del turismo suave y del turismo duro según Krippendorf.

Turismo duro Turismo suave


Conceptos
generales
Irreflexivo Reflexivo

Ofensivo Defensivo

Agresivo Prudente

Rápido/desbocado Lento/sensato

Grandes progresos Pequeños pasos

Incontrolado Controlado

No reglamentado Reglamentado

Maximizador Optimizador

Excesivo Moderado

Corto plazo Largo plazo

Interés particular Interés general

Control externo Autodeterminado

Menor resistencia Elevada resistencia

Sectorial Integrado

Preocupado por los precios Preocupado por los valores

Cuantitativo Cualitativo

Crecimiento Desarrollo
Actitudes de
los turistas
Turismo masivo Viajes solitarios, con amigos o familiares

Poco tiempo de estancia Mucho tiempo de estancia


Medios de transporte apropiados (incluso
Medios de transporte rápidos
lentos)
Itinerarios prefijados Decisiones espontáneas

Inspirado por otros Autoinspirado

Estilo de vida importado Estilo de vida vernáculo

Lugares Experiencias

Cómodo y pasivo Vigoroso y activo

Poca preparación intelectual Investigación previa sobre el destino

Incapaz de hablar la lengua Interés por aprender la lengua

Sentimiento de superioridad Voluntad de aprendizaje


© Editorial UOC 145 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Turismo duro Turismo suave

Compras Regalos

Souvenirs Memorias y diarios

Fotografías instantáneas y postales Fotografía, pintura, dibujo

Curiosidad Tacto

Ruidoso Tranquilo
Fuente: Krippendorf, 1982.

2) La forma en la cual se efectúa la inserción territorial del turismo per-


mite distinguir entre una disposición enclavada y una disposición integra-
da. La disposición enclavada se corresponde con equipamientos turísticos
autárquicos, sin relación con el entorno, (o en todo caso muy limitada
cuando determinados requerimientos de ocio u otras necesidades de los
turistas no pueden ser satisfechos en el interior de los recintos recreativos)
y sin preocupación por el impacto territorial que su implantación pueda
ocasionar sobre el espacio de recepción. Ejemplos de estos modelos de im-
plantación territorial turística pueden ser las villas de los clubes de vaca-
ciones (por ejemplo los del Club Méditerranée), hoteles pertenecientes a
grandes cadenas (como por ejemplo la mayor parte de los hoteles de Playa
Bávaro en Santo Domingo); algunas marinas y urbanizaciones; los comple-
jos hoteleros e inmobiliarios de estilo americano; y en determinados casos
y hasta cierto punto, los cruceros, las reservas de naturaleza y los parques
de atracciones. Contrariamente, la disposición integrada se fundamenta en
el principio de respeto a la escala local y va asociada a la necesidad de sa-
tisfacer una demanda creciente a partir de una oferta dispersa existente. La
noción de integración presenta algunas ambigüedades, ya que el concepto
se confunde fácilmente con el de integral. Un destino está integrado cuan-
do se ha desarrollado de manera armónica en el territorio que le sirve de
apoyo, cuando encaja bien dentro del paisaje que lo rodea y cuando no
implica impactos socioculturales negativos sobre la población residente.
Es necesario apuntar, de todas formas, que un desarrollo turístico integral
tiene que ver con el concepto de enclave, es decir, que está organizado de
puertas adentro, ofrece escasos vínculos con el entorno y ha sido conducido
de manera unitaria con la financiación y promoción por parte de agentes
foráneos y sin la participación de la población local.
© Editorial UOC 146 A propósito del turismo

Flash fotográfico
Graffiti acerca de la condición de enclave de los desarrollos turísticos en el norte
de África en el metro de París, 2001.

Traducción del graffiti: “Visitar Túnez sin ver a los tunecinos, ¿no es estúpido?

Propuesta integrada de desarrollo turístico en Cinque Terre, 2006.

Fotografías de Salvador Anton Clavé.


© Editorial UOC 147 Capítulo II. Los lugares turísticos.

3) La organización endógena de la actividad turística implica la participación de


los actores locales mientras que la basada en las iniciativas de los agentes foráneos
se llama dependiente. La participación de la población local en el proceso de pro-
ducción turística (provisión de recursos, gestión y comercialización del producto,
etc.) garantiza un control local de los ingresos derivados de la actividad, y puede su-
poner también un menor impacto territorial y social en el despliegue del turismo.
El papel de la estructura productiva de la región es fundamental para el acceso de
la población local a las iniciativas turísticas. Una economía activa, con capacidad
de capitalizar el sector turístico, impide que los ingresos procedentes del turismo
puedan huir de la economía local y contribuye a la articulación entre sectores eco-
nómicos (por ejemplo, que los hoteles consuman pescado o verdura producida por
pescadores y agricultores de la región, en vez de importarla) y favorece la creación
de vínculos económicos y multiplicadores sobre la base de la redistribución de la
riqueza. Contrariamente, allí donde la base económica tiene una débil estructura-
ción o donde la iniciativa turística está dirigida por inversores foráneos se pierde
la capacidad de desarrollo regional. Este efecto, que tiene mucho que ver con la
internacionalización de la economía, se produce sobre todo cuando el desarrollo
turístico adopta la forma de enclave, sin conexión socioeconómica con su entor-
no territorial próximo. El funcionamiento independiente de los destinos turísticos
respecto al sistema productivo del lugar de acogida se fundamenta en los intereses
y estrategias concretos de grupos empresariales extranjeros, que pueden no tener
nada que ver con los de las regiones donde se encuentran. El grueso de la riqueza
generada acaba, en definitiva, engrosando las economías nacionales de origen y
dificultando el proceso de desarrollo local en los destinos turísticos. La OMT estima
que hasta el 50% de los ingresos del turismo que entran en los países en vías de
desarrollo se vuelve a escapar en forma de beneficios conseguidos por empresas de
capital foráneo, gastos promocionales en el extranjero o pagos para mercancías y
mano de obra importados. Los escapes son especialmente importantes en el Ca-
ribe, donde los porcentajes de ingresos turísticos destinados a las importaciones
pueden llegar a ser de entre el 50% y el 70%.

En profundidad
La dependencia externa del turismo en Luperón, República Dominicana

El mercado turístico de la República Dominicana está sobradamente controlado


por compañías multinacionales norteamericanas y de Europa Occidental, quienes
© Editorial UOC 148 A propósito del turismo

se llevan la mayoría de los beneficios derivados de esa actividad. El modelo de


desarrollo dependiente que se plantea a partir del despliegue del turismo se ve
acentuado en las localidades donde éste toma forma de enclave, ya que la gestión
de los mismos tiende a reducir el máximo posible el establecimiento de conexio-
nes entre el destino turístico y la economía local.
Gran parte de los beneficios generados por el turismo van a parar a manos de las
compañías foráneas y hacia las elites locales. La mayor parte de los residentes no
se benefician del turismo más que en calidad de mano de obra barata y estacional,
y a cambio, algunos efectos del turismo alteran su espacio de vida (aumento de
la inflación, incremento del precio del suelo y de los índices de criminalidad). En
Luperón, una pequeña población perteneciente a la zona turística de Puerto Plata,
se ha estudiado cómo los pequeños negocios turísticos locales y el complejo hote-
lero Luperón Beach tienen desiguales niveles de integración en la economía local.
Por ejemplo, mientras que el complejo hotelero compra todos sus productos en
los mercados de las ciudades más grandes o los importa, los restaurantes y tiendas
locales tienden a adquirirlos a los mercados y proveedores locales. En definitiva,
el modelo de crecimiento basado exclusivamente en el turismo de enclave resulta
insuficiente para convertirse en una herramienta para el desarrollo local.
Fuente: Freitag Tilman G. «Enclave tourism development. For whom the benefits
roll» Annals of Tourism Research, volumen 21, nº 3, pp 538-554. 1994.

4) Cuando los destinos turísticos se establecen y desarrollan de una manera


improvisada y según el principio de competencia entre todos los agentes eco-
nómicos que pretenden extraer provecho de ellos, estamos hablando de una or-
ganización espontánea del espacio turístico. Contrariamente, cuando predomi-
nan los criterios globales en el diseño de un destino turístico, existe un mínimo
grado de consenso entre los agentes participantes, así como objetivos estraté-
gicos y de promoción conjuntos el destino se desarrolla de manera planificada.
El significado de la planificación de espacios turísticos reside en combinar una
adecuada disposición física de los usos y de las actividades que se desarrollen
sobre el territorio con una orientación estratégica de acuerdo con el producto
ofrecido. En comparación con los desarrollos espontáneos, los planificados sue-
len optimizar mejor los recursos disponibles y el uso del espacio, permitiendo
coordinar el desarrollo turístico entre los diferentes actores y elementos que
coexisten e inciden en la calidad del producto turístico y generando de manera
consensuada estrategias competitivas y de posicionamiento ante los cambios
del mercado. Sin embargo, ello no ocurre necesariamente. La planificación del
espacio turístico puede ser llevada a cabo por iniciativa pública o privada. En
© Editorial UOC 149 Capítulo II. Los lugares turísticos.

general, la Administración Pública, mediante la inyección de dinero, ha sido


determinante para emprender destinos turísticos de manera planificada, en
especial allí donde no existe una dinámica turística desarrollada, donde falta
capacidad de iniciativa local o en lugares con pocos recursos (ha sido así en
diferentes lugares rurales o en algunos países empobrecidos). No obstante, en la
actualidad, la iniciativa privada tiende a ganar peso en la producción de espa-
cios turísticos en un contexto caracterizado por la globalización económica, la
internacionalización de la economía y la creciente desregularización.

Caleidoscopio
Procesos turísticos e inmobiliarios espontáneos en el litoral del Baix Penedès (Ta-
rragona, España)

La urbanización de cariz residencial del litoral del Baix Penedès, iniciada en los
años cuarenta del siglo pasado, ha sido conducida espontáneamente, generando
un modelo productivo y turístico bajo el dominio inmobiliario y la profusión
y dispersión del espacio construido. Los conflictos derivados de la voluntad de
crecimiento a corto plazo y la competencia para los usos del suelo, acentuados a
partir de los años setenta, se han traducido en una confusión territorial donde
encontramos tejidos urbanos muy densos en primera línea de costa, ciudad-jardín
extensiva y áreas suburbiales en pie de montaña, a poca distancia unos de otros
A finales de los años ochenta, la comarca del Baix Penedès aumenta sus vínculos
socioeconómicos con la región metropolitana de Barcelona, entre otros aspectos,
a través de la transformación de parte del parque de viviendas de segunda resi-
dencia en vivienda habitual para nuevas familias. Las migraciones residenciales
determinan el paso de núcleos, como El Vendrell o Calafell, de pueblos a ciudades;
sin embargo, los sedimentos heredados del crecimiento espontáneo dificultan el
funcionamiento sostenible de esta pequeña conurbación, condicionando su posi-
cionamiento estratégico dentro del sistema de ciudades metropolitanas.
Fuente: González Reverté, F. El Vendrell. De pueblo a ciudad. Valls: Cossetània.
2002
Más información sobre este caso en: <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-122.htm>.

Espontaneidad y competitividad en la implantación territorial del turismo en España

Cualquier aproximación a la realidad territorial del turismo en España debe poner


de relieve la ausencia de planificación y el predominio de formas de organización
espontáneas, que, en el mejor de los casos, pueden haber sido más o menos recon-
ducidas por las legislaciones sectoriales y el planeamiento urbanístico municipal.
© Editorial UOC 150 A propósito del turismo

El propio carácter de fenómeno sobrevenido atribuido al turismo desde los años


del despegue, la adecuación de los ritmos de creación de espacio turístico a los
impulsos de la demanda y la instrumentación del turismo por el negocio inmo-
biliario explican en buena medida los efectos de desorganización territorial y los
elevados costes en el capital ambiental provocados por la actividad. Los resultados
formales y funcionales del proceso han sido diversos. Conviven, de hecho, una
gran variedad de disposiciones y encajes territoriales que, en términos generales
no pueden considerarse competitivos en un contexto en que las expectativas y las
necesidades de la demanda se han transformado profundamente. Como respuesta
a esta situación, los destinos turísticos generados durante la primera revolución
turística de masas han desarrollado estrategias más o menos explícitas que han
provocado, desde finales de los años 80 hasta la actualidad, importantes transfor-
maciones en su microentorno turístico. Paralelamente, durante los últimos quince
años, se han puesto en valor de manera significativa nuevos territorios para el
turismo que han seguido parámetros de desarrollo substancialmente diferentes.
Fuente: Anton Clavé, 2004.

Desarrollo turístico, planificación centralizada y transformación del espacio en


Dubai

El 17 de diciembre de 2006 el periódico El País publicaba una noticia con un título


bien significativo: «Si no hay costa, se inventa». El subtítulo no dejaba lugar a
dudas acerca de las dimensiones del fenómeno que reportaba: «El emirato árabe
de Dubai gana 1.500 kilómetros de playa con islas artificiales». No por conocido,
el ejemplo no deja de ser ilustrativo acerca de lo que significa la planificación
como estrategia para el desarrollo y las contradicciones que puede encarnar desde
la perspectiva del uso sostenible de los recursos en contraposición a la idea más
convencional que la espontaneidad es ineficiente y la planificación permite una
optimización de las capacidades del lugar. En Dubai, los 70 kilómetros de costa
real, se están convirtiendo en los 1.500 citados «“gracias a tierras obtenidas echan-
do enormes cantidades de arena y piedras en el agua» de manera que, con la ope-
ración, el emirato «contará con una costa urbanizable algo superior a la distancia
entre Alicante y Génova». El debate sobre el impacto ambiental del proceso en
todos los momentos del ciclo y atendiendo a los diferentes procesos desencade-
nados está servido.
Fuente: El País, 17 de diciembre de 2006.

Lógicamente, la composición territorial final de los procesos de desarrollo


tiene intensidades variables según las condiciones de partida de cada lugar: la
fortaleza e independencia de la estructura productiva local con relación al turis-
© Editorial UOC 151 Capítulo II. Los lugares turísticos.

mo; la dimensión de las operaciones desarrolladas; la estructura de la propiedad;


la percepción por parte de los agentes locales del turismo y el papel de las per-
sonalidades locales en términos de impulso o regulación del proceso turístico.
Este es el caso, por ejemplo, de los diversos destinos de sol y playa existentes.
Dos factores resultan básicos, de hecho, para entender la evolución y la trans-
formación de la inserción espacial del turismo en Europa a partir del decenio
de los ochenta: (1) La accesibilidad de la demanda a periferias más alejadas, con
nuevas ventajas comparativas. (2) El impulso de estrategias de mejora ambien-
tal, dotación de nuevos productos y articulación regional de los destinos. Todo
ello se ha traducido tanto en el desarrollo de productos turísticos y actividades
recreativas basados en la valorización de las características del lugar con preten-
dida imagen de autenticidad como en la generación de grandes equipamientos
para el consumo de ocio racionalizado localizados estratégicamente en relación
a su capacidad de atracción de la mayor demanda potencial disponible.

En profundidad
Formatos de desarrollo de destinos de sol y playa

1. Las ciudades turísticas. Se trata de espacios costeros (Benidorm, Salou, Lloret de


Mar, Niza, partes de las Islas Canarias y de las Baleares, la Golden Coast australia-
na, etc.) que se han desarrollado turísticamente sobre la base de la construcción
de espacios específicamente destinados al consumo de ocio. Presentan una urba-
nización distintiva sobre la base de tres criterios: la polarización espacial, la pola-
rización temporal y la presión sobre el medio. Según las aportaciones de Mullins
(1991), puede definirse la urbanización turística contemporánea a partir de los
siguientes elementos distintivos:
a. Tiene una estructura social, y por lo tanto espacial, diferente a otros tipos
de ciudades.
b. Es simbólicamente distintiva, con iconos urbanos que actúan de cebo para
los turistas.
c. Se distingue por un rápido crecimiento de la población y de la fuerza de
trabajo.
d. Se distingue por tener un sistema de producción flexible.
e. Se distingue por una intervención pública de carácter incentivador.
f. Se distingue por basarse formas de consumo de ocio de masas y segmentadas.
g. Se distingue por una población residente socialmente distintiva.
2. Los espacios residenciales. A diferencia de los anteriores, en estos espacios, predomi-
nantes por toda la costa española, la base turística queda desplazada por un modelo
© Editorial UOC 152 A propósito del turismo

de crecimiento basado en el sector inmobiliario. El motor económico que impulsa los


espacios residenciales es la producción de suelo, con lo que en lugar de diferenciar sim-
bólicamente el espacio a través del urbanismo, generalmente forma una urbanización
indiferenciada y anodina. En términos morfológicos, el modelo hace un uso extensivo
del territorio, tanto a raíz de la misma costa como internándose en segunda línea,
sobre la base de la acumulación de ciudades jardín o residenciales, y dibujando formas
que recuerdan la ciudad difusa. Dada su morfología dispersa y atomizada, el modelo
de espacio residencial acostumbra a ser económica y ambientalmente menos eficiente
que los espacios de urbanización turística en la utilización de los recursos. Los principa-
les problemas a los que se enfrenta tienen que ver con los siguientes aspectos:
a. Habitualmente se trata de un desarrollo espontáneo.
b. Consumen gran cantidad de recursos (especialmente agua y suelo).
c. Generan problemas de movilidad interior y de conexión entre tejidos urbanos.
d. Tienen un elevado coste público con relación a la dotación de equipamien-
tos e infraestructuras.
e. El tejido urbano resultante dificulta la aparición de procesos de identifica-
ción territorial.
3. Los resorts de playa. Se trata de enclaves turísticos litorales, distribuidos de manera
concentrada sobre el territorio y donde la práctica del turismo queda restringida a su
espacio interior. Los encontramos sobre todo en lugares periféricos, islas, y entornos
donde la actividad turística ha sido introducida en un momento relativamente re-
ciente, como por ejemplo Túnez, Costa de Marfil, la República Dominicana y otros
lugares del Caribe o de África. El desarrollo turístico es totalmente polarizado; mu-
chas veces se trata de equipamientos hoteleros ante playa, creados ex nihilo, es decir,
que tienen un origen nuevo y artificial y han sido construidos en un lugar donde
previamente no existía ningún asentamiento. Algunas de las formas que adoptan
son las de complejos hoteleros, marinas o clubes residenciales, con una función des-
tinada sobre todo a la práctica del turismo deportivo y de sol y playa. Las inversio-
nes acostumbran a ir de la mano del capital extranjero, y el turismo internacional
predomina sobre el doméstico, con una clientela que adquiere un paquete integrado
(vuelo más estancia) y que se aísla totalmente del espacio y la sociedad del lugar.
4. La playa natural. Se trata de zonas litorales con un desarrollo turístico escaso o
caracterizado por la presencia de formas elementales o simples que permiten ubicar
la actividad en un entorno natural poco modificado (algunas playas africanas, cen-
troamericanas o del sudeste asiático). Son lugares periféricos que quedan al margen
de las grandes corrientes turísticas, alejadas o poco accesibles a los mercados emiso-
res principales o que disponen de una escasa capacidad de capitalización. El turismo
acostumbra a ser una actividad secundaria, complementaria a otras, como la agri-
cultura o la pesca. Los escasos turistas que acuden organizan el viaje a través de turo-
peradores especializados, que ofrecen actividades alternativas, diferentes a las de sol
y playa en sentido estricto, basándose en el turismo de naturaleza, de aventura o el
ecoturismo, con inclusión de circuitos cuyo valor diferencial es la naturaleza, en los
© Editorial UOC 153 Capítulo II. Los lugares turísticos.

que se combina el litoral con el interior. Por todo ello, son áreas de gran fragilidad
ambiental y que disponen de un importante capital de recursos para explotar.
Fuente: Anton Clavé y Gonzàlez Reverté, 2003.

2.3. La percepción de los lugares como espacios turísticos

Los espacios turísticos acaban siendo valorados como tales en función de la


percepción que los visitantes tienen de ellos. Este proceso de valoración parte de
la propia experiencia de los turistas pero también del proceso de producción de
imágenes asociadas a ellos. De hecho, la imagen de un destino turístico incide
considerablemente en su potencial de atracción, ya que lo singulariza y distin-
gue simbólicamente de otros. En el espacio turístico, la imagen y los símbolos,
amén de ser referentes visuales y perceptivos, generan capacidad de atracción y
agregan valor simbólico al destino. Considérese, por ejemplo, la distinción que
genera un crucero de lujo o el significado simbólico de la Torre Eiffel en el caso
de París o la Estatua de la Libertad para Nueva York.
Las imágenes turísticas son una expresión del conocimiento, impresiones,
prejuicios y saber emocional colectivo relacionado con un destino concreto.
En turismo, las imágenes no sólo aluden al componente visual, sino también al
resto de sentidos. Las imágenes turísticas recogen todos los elementos (visuales
o no) que asociamos con un determinado lugar. Clawson & Knestch (1974) son
los autores del modelo sobre el proceso turístico que pone el papel que juegan
las imágenes que los turistas tienen de los destinos en el centro de sus procesos
de toma de decisiones. En este modelo, podemos ver las cinco fases de la expe-
riencia turística, que tienen lugar en el espacio emisor, el espacio de transición
y el espacio receptor: anticipación, viaje al destino, experiencia, viaje al origen
y recreación (véase Donaire, 2003 en relación al modelo del proceso turístico).

Flash fotográfico
Distinción simbólica y percepción emocional en sendas propuestas de comunica-
ción turística

Se trata de una representación de la imagen cultural de Barcelona versus la imagen


promovida de la costa Mediterránea española por parte del un grupo inmobiliario.
© Editorial UOC 154 A propósito del turismo

Nótese el énfasis en señalar la aportación del destino al estilo de vida y la coinci-


dencia en segmentos y atributos.

Fuente: Imágenes de promoción turística.

La anticipación es la primera fase de la experiencia turística. El turista no pue-


de tener un contacto directo con el espacio a visitar, de manera que la selección
del destino se realiza no a partir de la realidad de este destino, sino de la imagen
que el destino proyecta colectivamente. Esta imagen socialmente construida
es la suma de imágenes turísticas (folletos, guías, revistas especializadas), pero
también de imágenes no turísticas (películas, libros, reportajes, etc.). En esta fase
que tiene lugar en el espacio emisor, el turista literalmente se anticipa a la expe-
riencia turística. Las imágenes que ha recogido le permiten conocer (aunque sea
superficialmente) el destino turístico, de manera que la experiencia en el lugar
turístico estará condicionada por esta anticipación. Podemos decir que el proce-
so turístico se inicia en el espacio de origen a través de la imagen proyectada por
el lugar y las expectativas que genera. El viaje al destino es una fase intermedia,
que tiene lugar en el espacio de transición. Esta fase actúa como intersección en-
tre la actividad ordinaria, cotidiana, del espacio emisor, y la actividad extraordi-
naria, cotidiana del espacio receptor (Graburn, 1989). Durante el viaje, el turista
© Editorial UOC 155 Capítulo II. Los lugares turísticos.

deja atrás no sólo su espacio cotidiano, sino también toda la carga simbólica que
asocia a este espacio (relaciones sociales, comportamiento, tabúes, relaciones
con el territorio, etc.) De hecho, se prepara para un nuevo espacio sobre el que
proyectar nuevas relaciones, nuevos códigos de comportamiento y nuevas nece-
sidades acorde con la imagen construida que tiene de él.

Figura 12. El modelo de Clawson & Knestch.

imagen

imagen planificación

reproducción
anticipación transición
recreación
Viaje al
Viaje destino
al accesibilidad
accesibilidad hogar experiencia
transición
actividad

producto

Perspectiva Perspectiva
del destino del turista
Fuente: Elaboración propia

La experiencia es el objetivo central del proceso turístico. Es, también, el


momento en que coinciden en el mismo espacio la oferta y la demanda, los tu-
ristas y los residentes. La experiencia turística tiene lugar en el espacio receptor.
Debemos insistir en que esta estancia es, por definición, efímera. Los turistas
están en el espacio receptor durante un periodo de tiempo muy limitado, lo
que condiciona no sólo el nivel de conocimiento del lugar, sino también su
actitud. Esta característica temporal (efímera) y el componente no material del
producto turístico explica la tendencia a capturar elementos del espacio recep-
tor (souvenirs, fotografías, vídeos, postales, etc.) que van perfilando la imagen
que el turista tiene de él y que, en definitiva, comunicará a través de su sistema
relacional a otros potenciales visitantes del lugar.
© Editorial UOC 156 A propósito del turismo

Flash fotográfico
La experiencia turística en destino a través de la imagen que de él se captura

La fotografía (postales y cámaras) como instrumentos para la fijación de la imagen


percibida y, por lo tanto, de la experiencia realizada. En este caso, Chipre como
destino para el turismo cultural. Sin duda, la realidad es más compleja y la isla del
Mediterráneo oriental puede ser identificada con otros segmentos y productos
asociados al sol y playa. De hecho, este es su mercado predominante y en ellos
se basa su esfuerzo de promoción y comunicación. Sin embargo, la imagen se
transmite también a través de la experiencia realizada por los turistas permitiendo
aproximaciones dispares a una realidad —la de los destinos— que siempre es más
compleja que la imagen previa que se suele tener de ellos.

Fotografías de Salvador Anton Clavé.

El viaje al origen es igualmente, según Clawson & Knestch, una fase in-
termedia que une el espacio receptor y el espacio emisor y que tiene lugar en
el espacio de transición. Este viaje actúa en un sentido inverso al anterior:
ahora, el turista deja atrás el espacio turístico y se prepara para el regreso a
la cotidianeidad en el espacio receptor. Sin embargo, a diferencia del viaje
anterior, el turista lleva consigo los recuerdos, las experiencias y los objetos
materiales de su estancia en el espacio turístico. Tales objetos materiales y su
carga simbólica son objeto de recreación durante la última fase del proceso
turístico que tiene lugar en el espacio emisor. Una vez ha regresado a la co-
tidianeidad en el espacio de origen, el turista reproduce en el hogar el viaje
que ha realizado. Las fotografías, los libros de viaje ó los vídeos, ayudan al
© Editorial UOC 157 Capítulo II. Los lugares turísticos.

turista a recrear (volver a crear) la experiencia turística y la imagen del des-


tino que va a comunicar. Esta fase tiene dos intereses, según destaca Graburn
(1989). En primer lugar, en la fase de recreación, el turista se prepara para
la próxima experiencia turística; en segundo lugar, en esta fase, la imagen
turística preconcebida es contrastada con la imagen percibida a través de la
propia experiencia.
Durante todo el proceso, los turistas disponen, de hecho, de dos tipos de
imágenes. Las imágenes emitidas, que son imágenes colectivas convencional-
mente asignadas a un determinado destino y las imágenes percibidas, que son
la forma cómo cada individuo interioriza las imágenes emitidas. En definiti-
va, las imágenes turísticas son la expresión del conocimiento, impresiones,
prejuicios y saber emocional relacionados con un destino concreto (véase una
explicación en detalle de los diferentes tipos de imágenes que se enumeran a
continuación en Donaire, 2003).

1) Las imágenes emitidas pueden ser de tres tipos: imágenes universales,


imágenes inducidas o promocionales e imágenes accidentales.

• Las imágenes universales son las más importantes en la percepción co-


lectiva de los destinos. Están formadas por una serie de símbolos básicos
del destino, que son reconocidos por el visitante. Estas imágenes uni-
versales están formadas tanto por nodos elementales (una catedral, una
montaña, una plaza, etc.) como por elementos más complejos (desde la
arquitectura popular de un área rural hasta el recorrido laberíntico en la
medina musulmana). Tal como apunta Donaire (2003) en el texto citado
anteriormente, las imágenes universales tienen tres características muy
significativas: (1) son simples, a menudo estereotipos más o menos rela-
cionados con el destino, que han conseguido un alto grado de difusión
de manera que son percibidas de forma muy similar por la mayoría de los
receptores; (2) apenas se modifican con el paso del tiempo de manera que
mientras puede producirse la paradoja que el espacio se vaya transfor-
mando su imagen se mantienen invariable (esta es la situación que se ha
producido en muchos países musulmanes, de los que mantenemos una
imagen tradicional que no ha incorporado los procesos de urbanización
e industrialización como ha sucedido en Marruecos, Turquía o Egipto) (3)
en su mayoría son imágenes que tienen su origen en el periodo románti-
© Editorial UOC 158 A propósito del turismo

co, en el siglo XIX. Así, por ejemplo, tal como apunta Donaire (1996) la
actual imagen turística de Túnez fue creada por los viajeros románticos
del siglo XIX y principios del siglo XX (André Gide, Georges Bernanos,
Guy de Maupassant, Gauthier, Flaubert, Paul Klee, etc.) y se mantiene
sustentada en cinco conceptos clave: espacio frontera, espacio natural,
espacio sincrónico, espacio individual y espacio sensual que forman la
base de la imagen promocional que comercializa la Organización Nacio-
nal de Turismo de Túnez (ONTT).
• A diferencia de las imágenes universales, que no han sido creadas para
el consumo turístico, las imágenes inducidas son producidas desde los
destinos o por las empresas de intermediación (agencias de viajes, tour
operadores…), con la finalidad de crear una visión positiva del destino
y favorecer su consumo. Los publicistas, los creativos, las empresas de
promoción y de distribución crean (o refuerzan) imágenes y las distri-
buyen en el mercado turístico. Por lo tanto, la primera característica de
las imágenes inducidas es su orientación turística. Además, las imágenes
inducidas son mucho más variables, más específicas, menos universales
y menos eficaces. Son más variables, porque las campañas de promoción
tienden a poner el acento en nuevas cuestiones, en nuevos atributos
o en una estética diferente a las de campañas anteriores. Son también
específicas porque además de ofrecer una visión general del destino,
pueden centrarse en atributos mucho más concretos que las imágenes
universales. Una tercera cualidad es que la imagen inducida puede variar
para adaptarse al público objetivo; así, la promoción de PortAventura
en Francia es radicalmente diferente de la promoción del mismo parque
temático entre el público español, porque los receptores son diferentes.
Por otra parte, se trata de imágenes que, a diferencia de las universales,
cambian con el tiempo aún manteniendo vectores narrativos que per-
manecen. Este es el caso de la idea de paraíso asociada a las Sheychelles,
un producto ideológico de la época colonial con escasa relación con los
sentimientos y comportamientos de los naturales de las islas que ha vis-
to como está sujeto a cambio en función de los cambios sociales y polí-
ticos que han acontecido en el destino durante los últimos veinte años
(Wilson, 1994). Finalmente, las imágenes inducidas son menos eficaces
ya que no siempre logran crear una imagen más o menos concreta del
espacio turístico.
© Editorial UOC 159 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Flash fotográfico
Esfuerzo por construir una imagen de destino asociado a unas calidades específicas

Es el caso de S’Agaró en la Costa Brava durante la primera mitad del siglo XX en


un contexto de emergencia de la actividad y de elitismo social de los procesos de
consumo turístico en el litoral, o de Volterra, en la Toscana, a principios del siglo
XXI en un contexto de necesidad de diferenciación y de singularización del des-
tino respecto a las estrategias de ciudades turísticas con patrimonio artístico en el
centro de Italia.

Fuente: Fotografías de cartelería turística.

• El tercer tipo de las imágenes emitidas son las imágenes accidentales. Así,
una determinada noticia, como el ataque a las Torres Gemelas de Nueva
York, una obra literaria adaptada al cine, El señor de los Anillos para el caso
de Nueva Zelanda, o la estrategia de ciudades como Vancouver en relación
a su posicionamiento como espacio para el rodaje de películas o un aconte-
cimiento (los Juegos Olímpicos para Barcelona han actuado en este sentido)
o simplemente el viaje de una personalidad a un destino (de ahí el papel de
© Editorial UOC 160 A propósito del turismo

la imagen de determinados deportistas de élite y el interés por sus decisiones


en lo referente al uso de su tiempo libre), puede generar de forma puntual
una imagen colectiva del lugar. En la mayoría de casos, estas imágenes son
efímeras. Se crean o se destruyen a la misma velocidad que la obra literaria o
la película caen en el olvido. Pero en otras ocasiones, estas imágenes puntua-
les se incorporan en el imaginario colectivo y crean un arquetipo universal
(como ha ocurrido, a una determinada escala y con condiciones específicas,
en el caso de la ciudad de Barcelona.)

2) En cualquier caso, tanto, las imágenes universales como las imágenes indu-
cidas y las imágenes efímeras forman parte de las imágenes emitidas. En todos los
casos existe un emisor que genera conceptos, atributos, valores, impresiones, olo-
res, nombres y visiones que configuran la imagen de un espacio. Ahora bien, las
imágenes pueden ser asimismo, como se ha visto al hablar del modelo de Clawson
& Knescht, percepciones individuales, es decir, introspecciones subjetivas, únicas,
que se construyen en la mente de los visitantes a un lugar. Tal como explica Do-
naire (2003), existen, en este sentido, también, tres tipos de imágenes percibidas:

• La imagen a priori es la construcción mental que hace un individuo de un


lugar sin que haya tenido una conexión física con este lugar, es decir durante
la fase de anticipación del modelo de Clawson y Knescht. No puede olvidarse
que los turistas lo son ya antes de emprender el viaje. Ya conocen como han de
recorrer el sendero, visitado la catedral y admirar el paisaje. Por eso, en muchos
casos, los turistas no conocen un espacio, sino que lo reconocen. En este caso, el
papel de los mapas como fórmula para simplificar e identificar simbólicamente
los atributos de los espacios turísticos son fundamentales. De hecho, el papel
de los mapas es fundamental desde la perspectiva de la producción de espacios
turísticos y de experiencias turísticas (del Casino & Hanna, 2000).
• El segundo tipo de imagen percibida es la imagen in situ, en el espacio recep-
tor. Este es el momento clave de la experiencia, porque el turista contrasta lo
que ha imaginado con lo que realmente percibe. Algunos estudios han de-
mostrado que en la experiencia turística se contrasta la imagen colectiva con
la percepción individual. De hecho, el turista no llega nunca a un destino con
una percepción neutra o nula del espacio, sino que su presencia está precedida
por una imagen previa ¿Hasta qué punto la experiencia turística está condi-
cionada por esta imagen? ¿Hasta qué punto los turistas ven lo que ven, ven lo
© Editorial UOC 161 Capítulo II. Los lugares turísticos.

que quieren ver o ven lo que tienen que ver? (Baerenholt et al. 2004).
• El último tipo de imagen es la imagen a posteriori. Tal como ya se ha apun-
tado al exponer el modelo de Clawson & Knescht, la experiencia turística no
finaliza en el momento del viaje de regreso sino que las fotografías (y la ver-
sión más reciente de los vídeos) tienen precisamente la función de capturar
un instante que es de naturaleza efímera con el fin de que sea consumido a
posteriori en el espacio cotidiano. Esta imagen a posteriori no es una imagen
real, sino una idealización del viaje que se comparte. Véase, en este sentido,
la profusión de páginas web personales, espacios en Internet y blogs turís-
ticos que han proliferado de manera tan compulsiva que permiten no sólo
indagar en las preferencias personales de sus creadores sino observar los có-
digos y las permanencias en la captura de imágenes por parte de los propios
turistas. De la misma forma, las páginas de los organismos de promoción
de los destinos incluyen, siguiendo esta misma idea, espacios para que los
propios turistas puedan manifestar sus preferencias.

La existencia de las imágenes percibidas y su difusión tienen, en cualquier caso,


una importancia fundamental desde la perspectiva de la gestación, creación y desa-
rrollo de campañas de marketing por parte de los agentes operadores que pueden, a
través de ellas, identificar las sensibilidades y las expectativas de sus usuarios.

Caleidoscopio
Ejemplos de espacios para la personalización en los viajes turísticos actuales

La creación y recreación del viaje turístico, el uso de imágenes (fotografías) perso-


nales, los consejos dados entre turistas o las oportunidades (tanto para destinos,
empresas y los propios usuarios) que ofrecen las nuevas tecnologías están transfor-
mando el sector. La irrupción del llamado travel 2.0 basado en el uso de las tecno-
logías, el software libre y la noción de inteligencia colectiva abre múltiples nuevas
posibilidades de comunicación, imagen y negocio en el sector turístico. Para ad-
vertir la potencialidad de este ingrediente véase por ejemplo el portal Turismo 2.0
<http://www.turismo20.com/> o el portal Realtravel<http://realtravel.com/>.
Entre la infinidad de posibilidades existentes tomamos algunos ejemplos como
referentes:
1) Los bancos de imágenes y fotos como Flickr <http://www.flickr.com/> o Pano-
ramio <http://www.panoramio.com/>, no especializados en turismo pero sí muy
vinculados a él, donde los usuarios exponen, exhiben y recrean sus viajes o cual-
© Editorial UOC 162 A propósito del turismo

quier otra faceta de su vida cotidiana de manera compartida y los clasifican bajo
un sistema de etiquetas o tags.
2) Portales especializados en cartografía como Google maps <http://earth.google.com/>
donde se ofrecen desde imágenes satélite de precisión de los destinos, hasta la posibi-
lidad de organizar rutas e itinerarios tomando elementos geográficos o patrimoniales
de referencia (ciudades, monumentos, carreteras, etc.) En el caso de Wikimapia<http://
wikimapia.org/> es posible elaborar una cartografía comentada por los usuarios con
intervenciones sobre sus impresiones de viaje, recomendaciones, etc.
3) Foros de debate donde compartir impresiones, información sobre los destinos, enla-
ces y recomendaciones de viaje entre turistas y/o agentes del sector. Visítese por ejem-
plo el foro Viatgeaddictes<http://www.viatgeaddictes.com/es/forum.php>.
4) Blogs personales de especialistas, turistas o personas interesadas en el mundo de
los viajes donde reflejan sus vivencias, debaten temas de su interés con otros usua-
rios y proporcionan información y recomendaciones sobre destinos, formas de
viajar, y el sector turístico en general, así como enlaces a otros blogs de preferencia
de los bloggers. Visítense por ejemplo los blogs Diario del viajero <http://www.
diariodelviajero.com/>; Blog de viajes <http://www.blogdeviajes.com.ar/> o Viaje
red <http://www.viajered.com/>.
5) Formatos audiovisuales. Algunas webs proporcionan información audiovisual
complementaria o en formato de auto guía sobre los destinos que facilitan la au-
toorganización de la visita. Sería el caso de los podcast que ofrecen información
sobre los destinos en formato mp3 o similares. Visítese, por ejemplo, el podcast de
Dublín <http://www.visitdublin.com/multimedia/DublinPodcast.aspx?id=275>
6) Espacios para el boca-oreja virtual. Donde se dan consejos de viajes por y para
los turistas. Véase por ejemplo <http://www.tripadvisor.es>
7) Comunidades de viajeros independientes. La comunidad Bootsmall dispone del
espacio “Ask an insider” donde los naturales y residentes de un distrito responden
a las inquietudes y dudas de los turistas. <http://www.bootsmall.com/insiders>.

3. El metabolismo de los lugares turísticos

3.1. La transformación de las estructuras de los lugares turísticos.


La difícil dialéctica entre lo preexistente y lo novedoso ¿Integra-
ción, coexistencia o substitución?

El presente epígrafe se dirige a analizar los procesos y modalidades a tra-


vés de los cuales la actividad turística se inserta en el conjunto de estructuras
productivas, sociales y territoriales que forman el espacio de destino. A este
© Editorial UOC 163 Capítulo II. Los lugares turísticos.

respecto, y ello constituye una puntualización esencial, el turismo ya no puede


considerarse meramente como un factor exógeno a los espacios y sociedades
afectados, perceptores pasivos de unos efectos ajenos a sus propias estructuras,
sino que la actividad turística debe ser entendida como un elemento más del
sistema territorial, integrante y participante del mismo. En este sentido, resulta
pertinente hablar de lugares turísticos, en los que la actividad impregna de una
u otra forma, en mayor o menor grado, todos los aspectos de la realidad, de ma-
nera que, utilizando una expresión ya clásica en la geografía, puede afirmarse
que el turismo impregna el género de vida de estos espacios.
Consecuentemente, en el epígrafe va a estudiarse dicha inserción en todos
los órdenes en los que se produce, tanto en su vertiente económica como en
sus manifestaciones territoriales, demográficas, sociales y culturales, desde el
enfoque de que todos estos factores inciden en la vocación productiva de un
territorio. Si bien es preciso aclarar que esta diferenciación temática se propone
por razones lógicas de orden y claridad expositiva, puesto que en la realidad,
todas las variables están interconectadas y se influyen mutuamente (infraes-
tructuras, medio ambiente, flujos económicos y poblacionales, rasgos cultura-
les, estructura social, etc.) conformando en conjunto una unidad indivisible,
el sistema turístico generado en un territorio concreto. Sistema en el que las
relaciones entre los rasgos de permanencia de etapas anteriores preturísticas y
los caracteres novedosos derivados de la actividad turística pueden ofrecer una
amplia variedad, desde una integración o síntesis armónica entre elementos de
ambos orígenes, hasta una substitución o superposición de lo nuevo sobre lo
preexistente, que finalmente desaparece, pasando por una simple coexistencia
de ambas realidades, sin combinación o mezcla entre ellas, en los conocidos
procesos de segregación social y espacial que acompañan a la actividad turística
en algunos destinos.

3.1.1 La incidencia del turismo en la estructura económica de los


destinos

Desde hace décadas, se viene manteniendo un intenso y rico debate acerca


del verdadero alcance de la capacidad del turismo para transformar la economía
de los destinos (Pedreño, 1996) y por centrar mejor la cuestión, en la eficacia de
la actividad turística para sustentar procesos de desarrollo a largo plazo en estos
espacios (aspecto que se tratará con mayor profundidad en el apartado 4.3). Este
© Editorial UOC 164 A propósito del turismo

debate se ha potenciado al constatarse en las últimas décadas intensos procesos


de crecimiento turístico en espacios con carencias estructurales de desarrollo,
donde la industrialización no llegó a consolidarse como sector motriz de la eco-
nomía y la agricultura tradicional se ha mostrado incapaz de continuar siendo
el soporte fundamental, en cuanto a generación de rentas y empleos y con
unas estructuras económicas cada vez peor adaptadas a los nuevos escenarios
de competitividad.
En este contexto, del cual algunas regiones periféricas del Mediterráneo eu-
ropeo resultan excelentes ejemplos (Fraguell, 1998), el turismo se ha revelado,
ante la evidencia de sus efectos en la contabilidad regional, como un nítido
factor dinamizador de la economía de los lugares donde se ha implantado.

En profundidad
La complejidad de analizar el impacto económico del turismo en los destinos

La idea general, ya expresada, acerca de la incidencia del turismo en la estructura


económica de los destinos, requiere algunas matizaciones, dada la complejidad
del fenómeno, como son:
a) La reiterada problemática de los indicadores relativos a la actividad turística, im-
prescindibles para valorar correctamente su aportación a la economía de un terri-
torio, y sin embargo de extremada complejidad en su definición y cuantificación
dadas las peculiaridades de la actividad. Entre ellas, cabe citar la estacionalidad de
la misma, la propia dificultad para la contabilización de los flujos, el hecho de que
multitud de servicios y bienes se dirigen al mismo tiempo a población residente y
visitantes indistintamente, con lo que conlleva de complejidad a la hora de dife-
renciar lo estrictamente turístico o la diversidad de eslabonamientos del turismo
con otros sectores, a la que posteriormente se hará referencia, y que hace aún más
difícil medir hasta dónde llegan sus efectos.
Para hacer frente a estos problemas, han ido apareciendo diferentes instrumentos
y métodos de contabilización, cuyo desarrollo no es el objetivo de este apartado
pero que al menos deben ser citados, y entre los que destacan el cálculo del efecto
multiplicador del turismo sobre otros sectores; la elaboración de las tablas Input-
Output referidas al turismo, que muestran las interdependencias en el conjunto
de la economía de un destino, considerando a cada subsector como comprador
y vendedor de los bienes y servicios de los restantes (Fletcher, 1989; Briassoulis,
1991 y Cuadrado y Arranz, 1996: p 206) o el desarrollo de las denominadas Cuen-
tas satélite del turismo en un destino, que complementan a las tablas Input-Output
introduciendo aspectos sociales y públicos en la contabilización, suponiendo así
© Editorial UOC 165 Capítulo II. Los lugares turísticos.

una valoración más real del impacto turístico en un territorio considerado (OMT,
1998: p 226) (Huéscar y Huéscar, 2005). Asimismo es de destacar, a nivel español,
la elaboración reciente de los informes IMPACTUR por parte de la asociación Ex-
celtur, en los que se analiza detalladamente para diferentes Comunidades Autóno-
mas la significación del turismo en sus economías y mercados de trabajo.
b) La consideración de que las consecuencias del hecho turístico en un territorio
dependerán en gran medida de los rasgos predominantes en la economía de éste,
en especial del grado de diversificación de su estructura económica. Siendo lógi-
camente mayores y más inmediatos los efectos en aquellas áreas subdesarrolladas
y poco diversificadas, con la contraparte negativa de que, en consecuencia, cons-
tituirán estructuras extremadamente dependientes de la actividad turística y por
ello muy vulnerables a las posibles fluctuaciones de ésta.
c) La concepción básica de que el tratamiento de los efectos del turismo en la eco-
nomía de los destinos debe ser abordado desde un enfoque sistémico. Esta visión
de los denominados Sistemas turísticos regionales, ya con cierta tradición en la
disciplina (Lanquar, 1991: p 22), implica tomar en consideración la complejidad
de las interacciones y retroalimentaciones de todos los elementos del sistema, in-
cluyendo no sólo los económicos sino también los institucionales, tecnológicos,
educativos, territoriales, culturales, etc. pues del comportamiento de cada uno de
ellos y de las sinergias creadas entre los mismos dependerá el papel del turismo
como factor de desarrollo o, por el contrario, como agravante de problemas de
dependencia y desarticulación económica y social preexistentes.

A la vista de la complejidad del fenómeno y de sus efectos, se hace necesario


analizar con un mínimo detalle los principales beneficios y costes que la activi-
dad turística representa para la economía de los destinos. En primer lugar, entre
los beneficios más notables destacarían:

a) La llegada de ingresos directos vía turismo a espacios con escasas posibili-


dades de captación de capitales por otros medios. De esta forma, la afluencia de
visitantes que realizan gastos en el lugar de destino se convierte en una Expor-
tación in situ o invisible hacia áreas más desarrolladas que, análogamente a lo
que ocurre en la escala estatal al mejorar la balanza de pagos nacional, al ir fil-
trándose paulatinamente en la economía del destino incide como dinamizador
de ésta. En este sentido, se ha establecido una ya tradicional distinción entre
varias categorías de efectos (Mathieson y Wall, 1986, 55):

• Efectos primarios: Referidos al gasto directo realizado por los visitantes en


un territorio.
© Editorial UOC 166 A propósito del turismo

• Efectos secundarios: Los producidos por el gasto turístico a medida que se va


filtrando en la economía del territorio (por ejemplo, al gastar las empresas
turísticas parte de los ingresos directos obtenidos en pagar a proveedores
locales).
• Efectos terciarios: serían los flujos monetarios que no han sido iniciados
directamente por el gasto turístico, pero que están relacionados de alguna
forma con la actividad turística (por ejemplo, la elaboración de guías de viaje
sobre un destino, que son adquiridas por el visitante antes de emprender el
desplazamiento).

b) La dinamización del conjunto del tejido empresarial del área recepto-


ra. Ésta es posiblemente la consecuencia más trascendente a largo plazo para
el desarrollo de estos espacios, y se deriva de un rasgo esencial para entender
el potencial dinamizador del fenómeno turístico, su capacidad para establecer
múltiples conexiones con otros sectores de la economía (Archer, 1982; Lozato-
Giotard, 1987: p 144; Fletcher & Archer, 1991 y Hernández Martín, 2004). De
esta forma, la actividad turística consume bienes y servicios producidos en una
amplísima variedad de sectores proveedores, tantos como necesidades directas
o indirectas del turista precisen ser satisfechas, por lo que el desarrollo turístico
de un territorio acarreará o inducirá a través de su demanda un crecimiento pro-
porcional de todos aquellos sectores relacionados con el mismo, realidad ésta
en la que se basa el cálculo del ya citado efecto multiplicador en el conjunto de
una economía, en la que el turismo resulta uno de los sectores con valores más
elevados (Wagner, 1997; Zhou, 1997; OMT, 1998) (Veánse figura 13 y cuadro 6).
Sin pretender realizar una enumeración exhaustiva, sí pueden señalarse las ac-
tividades con mayor grado de incidencia (Figuerola, 1985: p 179 y Cuadrado y
Arranz, 1996: pp 198-204); entre las repercutidas directamente destacarían:

• Establecimientos de alojamiento y alimentación.


• Intermediarios turísticos.
• Empresas de transporte y alquiler de vehículos.
• Actividades de recreo y diversión.
• Empresas dedicadas a la producción y venta de artículos de viaje.
• Otras empresas de servicios turísticos (organizadoras de congresos y eventos,
intérpretes, azafatas, consultores turísticos, diseño y edición de materiales
promocionales, etc.).
© Editorial UOC 167 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Y entre las repercutidas indirectamente:

• Sector de la construcción y ramas afines (vidrio, cemento, madera, muebles,


agua, gas y electricidad, etc.).
• Producción agropecuaria para alimentación.
• Servicios públicos en general (sanidad, seguridad ciudadana, sistema educa-
tivo, cultura, etc.).
• Artesanías.
• Entidades financieras y aseguradoras.
• Comercio en general, etc.

A título de ejemplo sobre los encadenamientos productivos del turismo pue-


de verse la figura 13, relativa al empleo turístico en las Illes Balears en 2006,
en el que se observa como el 50% del empleo turístico se registra en activida-
des consideradas no características del sector (según la metodología elaborada
por el INE para la realización de la Cuenta Satélite del Turismo en España se
consideran como actividades características las siguientes: hoteles y similares,
alquileres inmobiliarios, restaurantes y similares, servicios de transporte de pa-
sajeros, servicios anexos al transporte de pasajeros, alquiler de bienes de equipo
de transportes de pasajeros, agencias de viajes y similares, y servicios culturales
y de actividades deportivas y otras actividades de recreo).

Figura 13. Empleo turístico en las Illes Balears por ramas de actividad en el año 2006.
Activ. Recreativas, culturales y
deportivas
4%

Actividades anexas a transportes y


ag. Viajes
5%

Transporte
5%

Restaurantes y similares
13%

Actividades no características
50%

Hoteles y similares
23%

Fuente: Estudio IMPACTUR, Illes Balears 2006. Exceltur.


© Editorial UOC 168 A propósito del turismo

Cuadro 6. Ejemplo de incidencia directa e indirecta del turismo en otras actividades: Impacto de la pro-
ducción turística sobre la economía andaluza en el año 2005 (en millones de €).

Actividades Efecto total Efecto Efecto


directo indirecto

Agricultura, forestal y pesca 650,12 121,58 528,54

Extractivas, agua y gas 338,78 39,86 298,93

Industria básica 610,30 192,11 418,19

Industria de bienes intermedios 344,07 17,83 326,25

Alimentación y bebidas 1.202,56 303,19 899,38

Textil, confección, cuero y calzado 65,46 47,27 18,19

Manufacturas 173,32 74,75 98,56

Trabajos de construcción 370,75 19,89 350,86

Comercio 1.557,60 894,05 663,56

Hoteles 1.747,22 1.683,63 63,58

Restaurantes 4.790,77 4.722,47 68,30

Reparaciones y transporte 3.123,75 2.352,37 771,38

Actividades recreativas, culturales y deporte 1.168,97 1.113,46 55,51

Otros servicios 2.769,37 963,66 1.805,71

Total 18.913,02 12.546,09 6.366,93


Fuente: Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, 2006.

c) La utilización del turismo como impulsor para la construcción de infraes-


tructuras, como se señalará en el apartado dedicado a la inserción del turismo
en las estructuras territoriales. Aspecto éste de especial importancia al conside-
rar que frecuentemente la actividad turística se convierte en argumento para la
ubicación de infraestructuras (de transporte sobre todo, pero también hidráuli-
cas, energéticas, etc.) en áreas periféricas, tradicionalmente no prioritarias en la
distribución de inversiones públicas, y que, si bien originalmente están orien-
tadas al sector turístico, prestan asimismo servicios a la población residente y a
todo el conjunto de actividades ubicadas en el área, que ven así impulsado su
desarrollo.
d) La generación de empleo en los destinos, aspecto que será tratado más am-
pliamente en otros apartados pero que resulta imprescindible adelantar aquí,
dada la elevada capacidad al respecto de la actividad, al basarse en la prestación
© Editorial UOC 169 Capítulo II. Los lugares turísticos.

de servicios personales, así como la decisiva importancia que esto encierra para
la economía de numerosas áreas con problemas de desarrollo y que tienen en
altas tasas de desempleo constituyen su principal problema estructural.

Por último, y como ya antes se apuntó, la actividad turística también puede


implicar costes o impactos negativos para las economías receptoras, entre los
mismos destacarían:

a) El coste de oportunidad, al destinar al turismo toda una serie de recursos


(financieros, naturales y territoriales, humanos, culturales) que ya no podrán
dirigirse a otras actividades. Siendo necesario, aunque muy escasamente reali-
zado (OMT, 1998: p 221), comparar previamente a los desarrollos turísticos los
beneficios que se obtendrían si dichos recursos fueran destinados a otros usos
(que podrían incluir su no utilización) para así evaluar los costes de oportuni-
dad correctamente.
b) El crecimiento de los precios en los destinos (Díaz Álvarez, 1988: p 31;
Lanquar, 1991: pp 86-95 y Pedreño, 1996), derivado de la afluencia de una de-
manda turística que introduce capital circulante en las economías locales y cuyo
poder adquisitivo le permite pagar precios más elevados que a la población au-
tóctona. Generando todo ello una espiral ascendente en los índices de precios
al consumo, que alcanza sus manifestaciones más relevantes y especulativas en
el mercado del suelo. De hecho, una de las manifestaciones más preocupantes
del crecimiento turístico, en especial cuando va asociado a la expansión de la
segunda residencia, es la incapacidad de buena parte de la población local (so-
bre todo de los segmentos jóvenes) para adquirir su primera vivienda, dada la
elevación de precios sufrida por ésta, por lo que pueden verse desplazados de su
propio lugar de origen.
c) El incremento de las desigualdades intrarregionales, al concentrarse los
procesos de desarrollo en las áreas con mayores potencialidades turísticas (ha-
bitualmente el litoral), que absorben los mejores recursos materiales y humanos
del área. Quedando otros ámbitos como auténticos espacios marginales ajenos
a los principales ejes de desarrollo, pese a que dicho territorio pueda estar, en
promedio, acercando sus indicadores socioeconómicos al conjunto nacional o
regional merced a la actividad turística.
d) La excesiva dependencia turística de la estructura económica del lugar,
que colocaría a ésta en un estado de permanente fragilidad e hipersensibilidad
© Editorial UOC 170 A propósito del turismo

ante las fluctuaciones estacionales o cíclicas de la actividad, regidas por factores


externos al territorio afectado y que por tanto escapan a la capacidad de deci-
sión de los agentes económicos e institucionales de éste.
e) La aparición de problemas de competencia de usos en los destinos.
En este sentido, y dada la abundancia de experiencias ya existentes, cabe
afirmar que el desarrollo de la actividad turística puede provocar toda una
reordenación y readaptación integral del conjunto del sistema productivo
preexistente, que en los casos más extremos puede llegar a orientarse casi
exclusivamente en función de las necesidades del sector turístico (Díaz Ál-
varez, 1989: p 82).

En estos contextos, el desarrollo turístico genera problemas de competen-


cia con otras actividades coexistentes en el mismo espacio, conflictos que
pueden manifestarse por la ocupación del suelo, ya sea física o económica
(en el caso de que la elevación de los precios del suelo provocada por el
turismo impida la instalación de otras actividades, como las industriales) o
por la utilización de recursos naturales básicos (López Palomeque, 1987: pp
107-119), entre los cuales el consumo de agua representa el ejemplo más sig-
nificativo siendo el litoral mediterráneo el contexto más problemático (Rico
Amorós, 2002; Vera, 2006).

Caleidoscopio
La competencia por el uso del agua entre turismo y agricultura en la Comunitat
Valenciana
«La imagen negativa de los consumos turísticos también se asocia al riego de campos de
golf. En la región valenciana existen 21 campos de golf ... todos ellos suman 1.295 ha. y
generan un consumo de 13 hm3/año. Este volumen, que supone el 8,6% de los consumos
turísticos (150 hm3/año) y el 0,37% de todas las demandas consuntivas (3.454 hm3/
año) de la región, equivale a la dotación necesaria para el riego de 1.530 ha de cítricos.
Tampoco debe pasar desapercibida la repercusión social de estos usos, ya que los 21
campos existentes en la región pueden crear unos 20.000 empleos, frente a los 800 de las
1.500 ha de cítricos. Por ello, si además se exige el empleo de aguas residuales, el mayor
inconveniente que plantean los campos de golf en la Comunidad Valenciana no reside en
el consumo de agua (13 hm3/año). Sí en cambio, en que se recurre a ellos como reclamos
publicitarios para la venta de miles de residencias anejas al propio campo, con tipologías
extensivas que multiplican el consumo de agua y de suelo.»

Fuente: Rico Amorós, 2002: p 42.


© Editorial UOC 171 Capítulo II. Los lugares turísticos.

3.1.2 Transformaciones en las estructuras demográficas de los luga-


res turísticos.

Al valorar la diversidad de efectos producidos por el desarrollo turístico en un te-


rritorio determinado, posiblemente el más perceptible junto a la actividad construc-
tiva sea el incremento de la población que se registra en el área desde los inicios del
proceso. De esta forma (como se tratará más adelante en lo relativo a los efectos del
turismo sobre el sistema de asentamientos), los lugares turísticos se caracterizan por
presentar un dinamismo poblacional superior al contexto en el que se insertan.
En este sentido, cabe resaltar en primer lugar la reactivación de los procesos de
dinamización demográfica, derivados del impulso al crecimiento natural de la po-
blación que, al margen de la afluencia de contingentes de inmigrantes, el desarro-
llo turístico aporta a estas áreas. Dicho impulso demográfico se concreta a partir
de la llegada de población atraída por el empleo turístico, mayoritariamente joven
y por tanto con elevadas tasas de natalidad, así como por la revitalización del
conjunto de la economía del área, la cual se traduce en un clima de prosperidad
general potenciador de la natalidad (Callizo, 1991: pp 136-137). Este principio ge-
neral cabe matizarlo en la actualidad a partir de la incorporación, o superposición,
en lugares turísticos tradicionales (el Mediterráneo español es un buen ejemplo)
de productos residenciales dirigidos a población jubilada extranjera (los conocidos
como gerontoinmigrantes o inmigrantes climáticos (Requejo, 2006), la cual, si bien
incrementa cuantitativamente la población residente, no presenta por su avanza-
da edad media los caracteres dinámicos antes señalados.
Efectivamente, si uno de los efectos demográficos más conocidos en los luga-
res turísticos es el incremento de migraciones definitivas (las migraciones esta-
cionales serán tratadas en el apartado 3.2 dedicado a la influencia de estos lugares
sobre el resto del territorio), hoy se hace cada vez más evidente que bajo esta
denominación ya no cabe englobar sólo a los trabajadores del sector turístico
que fijan definitivamente su residencia en su lugar de trabajo, sino, y con mayor
importancia en los últimos años, al fenómeno de la población foránea, jubilada
fundamentalmente, que se establece como residente permanente en las áreas tu-
rísticas. Este último es un proceso que ha ido creciendo muy aceleradamente en
las décadas finales del pasado siglo, a partir de la masiva compra de residencias se-
cundarias por parte de extranjeros en destinos como Mallorca (Sastre y Duhamel,
1996) o la Costa del Sol (Jurdao y Sánchez, 1990; Rodríguez et al. 1998), generan-
do una compleja serie de efectos que podrían sintetizarse en los siguientes:
© Editorial UOC 172 A propósito del turismo

• El incremento en la ocupación de suelo con este fin, con la particularidad


de que esta tipología de turismo residencial está avanzando a menudo hacia
áreas del interior (sierras prelitorales) anteriormente no urbanizadas (Rodrí-
guez, 1999: pp 667-678), con elevados costes públicos para dotar a las mis-
mas de infraestructuras y equipamientos.
• La radical transformación social, demográfica (en tanto que es población en-
vejecida) y cultural experimentada por estas áreas, que prácticamente que-
dan convertidas en enclaves de población extranjera con escasas relaciones
respecto a la realidad circundante.
• Estrechamente relacionado con el punto anterior, comienzan a surgir con-
flictos en cuanto a la integración de estas comunidades foráneas, que han
pasado de turistas a residentes, en el contexto social e institucional en el que
se insertan. Aspecto especialmente sensible al surgir iniciativas de carácter
político entre los nuevos pobladores, que reclaman poder ejercer sus dere-
chos ciudadanos como electores y elegibles; frente a la percepción de las co-
munidades locales, que pueden llegar a sentir su territorio invadido por una
población extranjera de superior nivel económico y hábitos de vida propios,
en cuyo seno la población originaria puede llegar a ser minoritaria demo-
gráfica y políticamente. A título de ejemplo, el porcentaje de extranjeros
procedentes de la Unión Europea presentes en el padrón municipal en 2005,
sobre el total de la población (de los mismos se han excluido los originarios
de Polonia, República Checa y Eslovaquia, al considerar que la inmigración
desde estos países sigue estando más vinculada a motivaciones laborales
que al disfrute del ocio) ofrece cifras tan significativas como las de Mojácar
(40,92%), Benahavís (35,49%), Mijas (28,11%), o Manilva (22,43%).

Caleidoscopio

Según un estudio sobre el mercado inmobiliario en el litoral español, elaborado


por la empresa consultora DBK y presentado en 2005, en los municipios de prime-
ra y segunda línea de costa del litoral mediterráneo, arco atlántico andaluz, Illes
Balears y Canarias se habían registrado las siguientes cifras:
- 600.000 viviendas nuevas vendidas de 2001 a 2004.
- De ellas 181.000 vendidas sólo en 2004.
- La tasa media de crecimiento entre esos años fue del 12% anual.
- El 40% de las mismas fueron vendidas a extranjeros (240.000 viviendas).
© Editorial UOC 173 Capítulo II. Los lugares turísticos.

3.1.3 Cambios en la estructura de la población activa. Las particu-


laridades del mercado de trabajo en los lugares turísticos.

Uno de los efectos más relevantes del sector turístico, sin duda el principal
desde la óptica social, es su muy notable capacidad para la generación de em-
pleos en el territorio de destino, derivada de su propia naturaleza como activi-
dad basada en la prestación de servicios personales. A ello se une la densidad
de eslabonamientos que el turismo establece con otros sectores productivos, y
que ha llevado a establecer (Mathieson & Wall, 1982: p 77) una tipología de
empleos vinculados al turismo:

• Empleo directo, resultado de los gastos de los visitantes en empresas turísti-


cas, como hoteles o restaurantes.
• Empleo indirecto, generado por la actividad turística pero no ya en empresas
turísticas, como pueden ser en la construcción de hoteles o la producción de
alimentos destinados a ser consumidos por los turistas.
• Empleo inducido, creado como resultado del gasto de la población local a
partir de los ingresos procedentes del turismo.

Como puede deducirse, el desarrollo turístico acaba modificando radicalmente


la estructura de la población activa en aquellas áreas en las que se implanta, con un
innegable efecto beneficioso, al ser la actividad con mayor capacidad demostrada
para la creación de empleo, tanto en coyunturas críticas como expansivas (Bote,
1994). Realidad ésta de carácter cuantitativo que puede ser completada y matizada a
través del análisis de algunos aspectos cualitativos presentes en el empleo turístico, y
entre los que destacan sus rasgos de estacionalidad, feminización y precarización.

a) Estacionalidad. Se trata del condicionante más notorio no sólo del em-


pleo, sino de la organización del conjunto de la actividad turística y, pese a que
su intensidad se atenúa progresivamente con la maduración del sector, conti-
núa siendo el factor determinante del mercado de trabajo turístico, al obligarle
a adaptarse a una marcada irregularidad intraanual en cuanto a las necesidades
de mano de obra. Las consecuencias de este hecho serán de enorme trascen-
dencia en los territorios de destino, generando flujos migratorios temporales
de gran intensidad, o siendo el factor principal causante de la precarización del
empleo en el sector (Exceltur, 2006).
© Editorial UOC 174 A propósito del turismo

b) Feminización. El alto grado de participación de la mujer en el empleo


turístico constituye uno de los rasgos diferenciales del sector, si bien su
presencia mayoritaria se detecta no tanto en los niveles gerenciales de éste
como en las labores de escasa cualificación, que otorgan posibilidades de
empleo a colectivos con especiales dificultades de integración en el merca-
do laboral (mujeres, jóvenes, inmigrantes, etc.) (Lanquar, 1991: p 57). Esta
tendencia a la feminización del empleo constituye, sin embargo, un muy
poderoso factor de cambio en las estructuras sociales y culturales de los lu-
gares turísticos emergentes, a menudo inmersos en contextos tradicionales
sin apenas participación expresa y visible de la mujer en la vida económica
y social2.
c) Precarización. Resulta en buena parte consecuencia de la estacionalidad
del sector, ya que al no poder almacenar la producción turística de cara a
la temporada alta (como ocurre en la agricultura o la industria), las solucio-
nes adoptadas pasan por una extrema flexibilización del mercado laboral, en
función de las necesidades coyunturales de la actividad. Dicha flexibilización
afecta fundamentalmente a las escalas inferiores del empleo, peor remune-
radas y de menor cualificación, en la conocida polarización del mercado de
trabajo turístico (Bayón y García, 1997; Brunet y Belzunegui, 2003); y puede
derivar en sus casos más extremos hacia la auténtica explotación o autoexplo-
ración de la mano de obra (la media en el sector turístico español se acerca
a las 40 horas de trabajo semanales, llegando en algunos segmentos, como
los trabajadores de hostelería por cuenta propia, a superar las 45) (INE 2001),
agravada por el fuerte componente de economía sumergida presente en el sec-
tor (en la que se superan fácilmente las 50 horas semanales) (Exceltur, 2006).
A título de ejemplo, y según un informe elaborado desde ámbitos sindicales
(UGT, 2005) un 46,6% de los trabajadores del sector declaran que su jornada
laboral incluye todos los días de la semana, mientras que un 30,1% trabajan
9 ó más horas diarias.

2 Dada la relevancia de esta temática, la OMT decidió dedicar a la misma la celebración del
Día Mundial del Turismo del año 2007, bajo el lema El turismo abre puertas a las mujeres. Con
este fin, la OMT inaugura un nuevo sitio web dedicado a esta cuestión, <http://www.tourism-
gender.com>, que centrará su atención en el papel del género en el turismo y en la forma de
promoverlo, considerando a las mujeres como agentes de cambio en el turismo sostenible y
para el desarrollo de éste.
© Editorial UOC 175 Capítulo II. Los lugares turísticos.

3.1.4. Turismo y cambios socioculturales en los destinos.

La inserción de la actividad turística en las diversas estructuras de un te-


rritorio-destino, no sólo generará transformaciones en la realidad territorial y
ambiental de éste o en sus potencialidades económicas, como ya se ha visto,
sino que también dejará su huella desde el punto de vista de los rasgos sociocul-
turales caracterizadores de dicho territorio. De hecho, los efectos provocados en
este campo, si bien son menos perceptibles en una primera visión que los terri-
toriales o económicos, resultan tan trascendentes como éstos y a menudo con
mayor repercusión a medio y largo plazo, dada la perdurabilidad de muchos
de estos rasgos una vez transformados, la irreversibilidad de las pérdidas en el
orden cultural o el hecho de que de estos aspectos dependerá en buena medida
la verdadera calidad de vida de la población local en el destino.
Desde el punto de vista estrictamente cultural, estos cambios son el resul-
tado de uno de los efectos más inmediatos y más propios de la naturaleza del
turismo, como es el contacto sobre un mismo territorio de dos grupos humanos
(la comunidad anfitriona y la comunidad huésped) con notables diferencias econó-
micas, sociales y culturales; en el que resultará inevitable la modificación de los
valores y pautas de comportamiento de aquél que se mantiene más continua-
damente en relación con el fenómeno y muestra mayor dependencia respecto
del mismo, como es la población local.
Lógicamente la intensidad y orientación de los cambios no será homogénea
en todos los casos, sino que dependerá en gran medida del grado de diferencias
socioculturales y económicas existentes entre visitantes y residentes, así como
de la tipología turística de la que se trate en cada situación: grado de masifica-
ción, nivel educativo de la demanda, edad promedio o, muy significativamen-
te, de las preferencias o motivación principal del viaje, cuestión en la que se ha
llegado a establecer categorías, como la ya citada anteriormente de Plog (1974)
(que distinguía entre turistas alocéntricos —aquéllos que se sienten atraídos por
nuevos destinos desconocidos y en los que puedan adaptarse a las costumbres
locales— y psicocéntricos —los que buscan entornos familiares que no les obli-
guen a adaptarse a costumbres ajenas a las propias— con toda la amplia gama
de posiciones intermedias posibles).
En este apartado van a ser analizados los dos procesos de cambios culturales
derivados del turismo más destacables: la apertura a tendencias externas y los
fenómenos de aculturación y degradación cultural en los destinos.
© Editorial UOC 176 A propósito del turismo

Apertura a tendencias externas:


El contacto directo con población procedente de entornos socioeconómicos
más desarrollados suele convertir a las áreas turísticas en espacios propicios para
la adopción de innovaciones socioculturales nacidas en dichos entornos, espe-
cialmente en comparación con contextos regionales o nacionales tradicionales
y poco propensos al cambio.
Estos efectos pueden limitarse a aspectos superficiales (estéticos, hábitos de
ocio, costumbres alimenticias, etc.) pero pueden extenderse a campos de mayor
significación social tales como la tolerancia en cuanto a formas de vida, creen-
cias religiosas, opciones políticas u orientación sexual, papel de la mujer en la
vida social, conocimiento de otras culturas a través del aprendizaje de idiomas
diferentes al propio, mayor movilidad en la escala social mediante técnicas y
actitudes adoptadas en el contacto con foráneos, etc. En definitiva, las áreas
turísticas pueden convertirse, para sus respectivas regiones o países, en puertas
de entrada para la penetración de innovaciones sociales o nuevas tendencias y
movimientos culturales, contribuyendo así a la dinamización de entornos has-
ta entonces caracterizados por el inmovilismo social y el aislamiento cultural
(Savelli, 1996 y Rubio, 2003).

Aculturación y pérdida de identidad cultural:


El estudio de los problemas de degradación de culturas autóctonas por efecto
del fenómeno turístico, ya apuntadas en otros capítulos de esta obra, cuenta
con una larga tradición en diversos ámbitos de las ciencias sociales, originada
por la evidencia de los impactos desde el inicio del turismo de masas, así como
por una cierta posición apriorística contraria al turismo en tanto que actividad
económica. En este sentido, resulta inevitable hacer referencia a la ya clásica
obra de Turner & Ash The Golden Hordes (1975), de extraordinaria repercusión
en su momento y que revela nítidamente el tono general predominante en
buena parte de estos análisis, con expresiones tales como las reflejadas en el
siguiente recuadro:

Caleidoscopio.

«Es perfectamente legítimo comparar a los turistas con las tribus bárbaras. Ambos inclu-
yen migraciones de gentes que chocan con lejanas culturas destruidas por las propias...
Los turistas salen de los centros industriales pero esta vez son ellos quienes se dispersan
© Editorial UOC 177 Capítulo II. Los lugares turísticos.

por el mundo enfangando sociedades en apariencia menos dinámicas, incluyendo las


pocas sociedades pre-industriales que aún subsisten.»
Fuente:Turner & Ash, 1975, Donaire, 1996: p 83.

En concreto, el problema se centra en la desaparición de rasgos culturales


propios, que son substituidos por otros aportados por la población visitante,
los cuales cuentan con el prestigio o respaldo simbólico de ser identificados con
unas formas de vida consideradas superiores dado el potencial económico de
sus difusores (Savelli, 1998: p 370-379).
Estos efectos no precisan siquiera del contacto directo entre ambas comuni-
dades (de hecho, la segregación espacial y social de los visitantes en guetos tu-
rísticos aislados de la población local es relativamente frecuente y en sí misma
un impacto negativo), ya que la mera observación esporádica de otros hábitos,
actitudes, bienes materiales, etc., puede generar un potente efecto demostra-
ción (OMT, 1998: p 230) que lleve a modificar rasgos culturales anteriormente
arraigados. La propia inclusión de la población autóctona en nuevos circuitos
económicos ajenos a la misma y caracterizados por el consumismo, provoca
cambios socioculturales de gran alcance, al inducir necesidades de consumo
antes no existentes y que ahora deben ser satisfechas pese a su elevado coste
en el gasto familiar (nuevos electrodomésticos, objetos suntuarios, productos
alimenticios foráneos, etc.)
De forma sintética, algunas de las manifestaciones más relevantes de estas
problemáticas serían:

• La utilización desvirtuada de rasgos o expresiones culturales locales como


atractivo turístico, en algunos casos directamente como espectáculos diri-
gidos a los visitantes, generando la degradación de formas culturales des-
contextualizadas del entorno original que les daba sentido (a este respecto
la apropiación y desvirtuación de la cultura popular andaluza por parte de
las políticas de marketing turístico estatal resultan un excelente y cercano
ejemplo).
• La aparición de manifestaciones de rechazo hacia los foráneos por parte de
la población local, como reacción a los problemas anteriormente señalados
(Savelli, 1998: pp 28-33), especialmente virulentas cuando afectan al desarro-
llo de celebraciones religiosas populares (masificadas por su tratamiento como
© Editorial UOC 178 A propósito del turismo

productos turísticos), o cuando se vinculan a movimientos de reivindicación


política frente a la invasión turística percibida como una nueva forma de co-
lonialismo (en este sentido se puede recordar la muy conocida y reiterada (Lo-
zato-Giotard, 1987: p 140) animadversión del movimiento nacionalista corso
hacia la compra de terrenos en la isla por parte de turistas franceses).
• Cabe citar, como aspecto positivo en esta temática, la influencia del turismo
en el mantenimiento del patrimonio histórico-cultural local a partir de su
consideración como recurso turístico. Cuestión que no se limita a los restos
señeros de patrimonio monumental, sino que se extiende a la pervivencia de
tradiciones artesanales y a la creación y mantenimiento de equipamientos
culturales, como museos locales y etnomuseos, salas de exposiciones, etc. si
bien es preciso admitir que estos aspectos positivos alcanzan en mayor me-
dida a la denominada cultura material que a la inmaterial (valores, creencias,
tradiciones y formas de vida, etc.)

Finalmente, a modo de conclusión, se aprecia como a veces el turismo (pese


a sus innegables beneficios económicos y sociales, reiteradamente señalados en
esta obra), lejos de lograr el acercamiento entre culturas y la mejora del cono-
cimiento mutuo entre los pueblos, puede contribuir a alejar más entre sí a las
comunidades en contacto, perpetuando tópicos infundados, desvirtuándolas e
incluso, haciendo desaparecer a las culturas autóctonas tradicionales. Frente a
ello, las soluciones deben pasar, en primer lugar, por la educación de los visi-
tantes en el respeto a los valores y tradiciones locales; y en segundo término y
como aspecto fundamental, por la adecuada planificación del desarrollo turís-
tico, garantizando la participación en este proceso de la comunidad autóctona,
como requisito ineludible para mantener la autenticidad de la identidad local
frente a los potentes efectos aculturadores del fenómeno turístico.

3.2. La influencia de los lugares turísticos sobre el resto del territorio

Una vez tratados los procesos a través de los cuales el turismo modifica las
estructuras de los espacios más directamente vinculados con la actividad en el
apartado anterior, en el presente la atención se va a dirigir a analizar las relaciones
entre los lugares turísticos y los conjuntos territoriales en los que se insertan, ya
sean a escala subregional, regional o estatal. Para ello, adoptamos de nuevo un
© Editorial UOC 179 Capítulo II. Los lugares turísticos.

enfoque integrador, tratando de apreciar dichas relaciones en sus diferentes ma-


nifestaciones, tanto territoriales como económicas, demográficas, sociales, etc.

3.2.1 La incidencia en la distribución poblacional. La modificación


del sistema de asentamientos

La irrupción del turismo como fenómeno de gran magnitud, y ya irreversible


en el conjunto de la vida social, ha significado una marcada transformación de
los factores determinantes en el sistema de asentamientos de las áreas en las que
se inserta. De esta forma, a los dos factores esenciales que establecían la posición
jerárquica de cada núcleo en dicho sistema (residencia y actividad), se han suma-
do otros de creciente importancia (el turismo, las prácticas recreativas, los flujos
residenciales temporales, etc.) cuya consideración resulta imprescindible para
analizar y comprender el mapa de asentamientos resultante (Vera, 1997: p 244).
En definitiva, el efecto fundamental ha sido el mayor crecimiento proporcio-
nal de las áreas turísticas respecto a la evolución conjunta del territorio considera-
do (nacional, regional o local). Esto ha sido así por la confluencia en dichas áreas
de toda una serie de factores de atracción poblacional, entre los que destacan:

• La creación de empleo, tanto directo como indirecto, derivado de la activi-


dad turística.
• Las mejoras en los sistemas de infraestructuras y equipamientos, cuyas in-
versiones son priorizadas hacia áreas turísticas dado su carácter estratégico
en numerosas economías nacionales y regionales.
• La generación de un clima general de dinamismo emprendedor, construyendo
una imagen de calidad de vida o espacios de futuro capaces de atraer inversiones
correspondientes a otras actividades económicas, ampliando así su base produc-
tiva (como demuestra el conocido caso de Miami, en los Estados Unidos)
• La atracción de segmentos de población joven y deseosa de cambios sociales
y culturales, dada su imagen de espacios de libertad y abiertos a las innova-
ciones procedentes de ámbitos más desarrollados.

Un claro ejemplo de lo anterior ha sido la contribución del turismo a la lito-


ralización de la población española (como también se comentará en lo relativo
a las redes de infraestructuras) en conjunción con otras actividades como la
agricultura intensiva o la industria ligada a instalaciones portuarias (véase figura
© Editorial UOC 180 A propósito del turismo

14, en la que aparece representada cartográficamente la marcada orientación


litoral de la construcción de segundas residencias en el caso francés).
A todo lo anterior hay que añadir que el análisis de estas problemáticas des-
de la escala local hace surgir una serie de particularidades propias que merecen
ser destacadas, como son:

• Aparición o crecimiento desorbitado de nuevos asentamientos por causa del


desarrollo turístico, especialmente en ámbitos costeros. Asentamientos que
dependen administrativamente de núcleos preexistentes, pero que presen-
tan autonomía funcional y desarticulación espacial respecto a éstos (con
frecuencia distanciados y/o mal comunicados), generando todo ello dificul-
tades en la gestión pública, desvertebración del territorio y elnacimiento de
tendencias segregacionistas en los nuevos núcleos, lógicamente más dinámi-
cos y prósperos que la cabecera municipal.

Figura 14. Distribución de la construcción de residencias secundarias en Francia entre 1991 y 1998. (en
m2 construidos).

Fuente: Instituto Francés del Medio Ambiente.


© Editorial UOC 181 Capítulo II. Los lugares turísticos.

• Alteración del sistema local de asentamientos por la expansión de urbani-


zaciones de segunda residencia (si bien no es un fenómeno exclusivamente
turístico), apareciendo toda una serie de problemas derivados de la disemina-
ción de la población, tales como el encarecimiento de la dotación de infraes-
tructuras, equipamientos y servicios públicos, degradación paisajística, etc.

3.2.2 La incidencia en el sistema de articulación. La interrelación


turismo-infraestructuras

Por sistema de articulación se entiende el conjunto de elementos orientados


a posibilitar las relaciones entre las diferentes partes componentes de un terri-
torio, facilitando la circulación de flujos de todo tipo (personas, mercancías,
energía eléctrica, combustibles, información, etc.) Este apartado se va a centrar
en las infraestructuras de transporte, ya que las restantes, si bien juegan un pa-
pel cada vez más importante para la competitividad y sostenibilidad de los des-
tinos (redes eléctricas, óleo y gasoductos, telecomunicaciones, abastecimiento
de agua potable, redes de depuración de aguas residuales o gestión de residuos
sólidos urbanos, etc.) presentan aún menor trascendencia directa en la relación
turismo-soporte territorial.
Por lo que se refiere a las infraestructuras de transporte, éstas aparecen de
forma evidente como un factor esencial para el desarrollo de las actividades
turísticas, las cuales se sustentan en el desplazamiento respecto del lugar de re-
sidencia habitual. Asimismo, la intensidad del fenómeno turístico puede llegar
a condicionar todo el sistema de transportes de un territorio concreto, ya sea
éste de escala local, regional, o incluso nacional. En este sentido, los elementos
claves o efectos más destacables de la relación serían:

• La modificación general de la red de comunicaciones, intensificándola y hacién-


dola más densa en las áreas turísticas, necesitadas de mejoras en su accesibilidad a
medida que van creciendo. A este respecto son buenos ejemplos la litoralización
de las redes en países como España o Francia, anteriormente de carácter radial
como corresponde a estados de tradición centralizadora, que han debido poten-
ciar sus vías periféricas ante el auge del turismo litoral en las últimas décadas.
• La incidencia de los hábitos o tendencias turísticas en la utilización de dife-
rentes medios de transporte, fortaleciendo o debilitando a éstos en el con-
junto del sistema, así destacarían:
© Editorial UOC 182 A propósito del turismo

• La utilización masiva del transporte por carretera para las tipologías tu-
rísticas de interior, sin olvidar su importancia esencial en el litoral, cuyo
territorio ha sido vertebrado en gran parte por las redes viarias vinculadas
a núcleos turísticos.
• La trascendencia determinante de los destinos turísticos en los sistemas
aeroportuarios nacionales y regionales, siendo un excelente ejemplo de
ello el caso español, en el que el primer aeropuerto estatal por número de
pasajeros es el de Palma de Mallorca, de evidente vocación turística.
• La densificación de los mapas portuarios regionales, ante la proliferación
de puertos deportivos vinculados al turismo náutico, no sólo en ámbitos
litorales sino también en cursos fluviales. Igualmente, destaca una peque-
ña recuperación del tráfico marítimo de pasajeros (en marcado descenso
desde hace décadas) a causa del reciente auge del turismo de cruceros.
• El incipiente ascenso del tráfico de viajeros por ferrocarril, en franca de-
cadencia en todo el conjunto del mundo occidental, y que sin embargo
ha recuperado cuotas de mercado merced a la irrupción de las líneas de
alta velocidad, a cuyo éxito no ha sido ajeno (como demuestra en España
la línea Madrid-Sevilla) el notable crecimiento de las diferentes modali-
dades de turismo urbano.
• Por último, no pueden olvidarse los problemas generados en las áreas tu-
rísticas pero que acaban afectando al funcionamiento del conjunto de la
red, en especial los vinculados a la incapacidad de dichas redes de trans-
porte para prestar servicio al volumen de usuarios en estas áreas, que han
significado, y aún significan, uno de los principales estrangulamientos
para el desarrollo competitivo de éstas. Son innumerables los ejemplos en
los que la carencia de una planificación territorial previa al crecimiento
turístico ha ocasionado efectos tales como:
• La necesidad de paliar a posteriori las carencias existentes (Anton y Gon-
zález Reverté, 2005: pp 15-20), a menudo con costes muy superiores a los
necesarios en una etapa inicial (al tener que optar, a modo de ejemplo,
por trazados accidentados o complejos técnicamente, ante la saturación
del resto del espacio por los usos residenciales), lo cual ha lastrado la fi-
nanciación del conjunto de la red.
• la desvertebración del núcleo turístico respecto al conjunto del espacio
regional, quedando como un enclave únicamente conectado con el ae-
ropuerto o nodo principal de la red, y sin articulación con el resto de
© Editorial UOC 183 Capítulo II. Los lugares turísticos.

asentamientos del territorio circundante (Lozato-Giotart, 1991 y Puja-


das y Font, 1998).

3.2.3 La aparición de migraciones estacionales

Son producto de uno de los rasgos esenciales del empleo turístico, como es su
estacionalidad, que se plasma en la afluencia de trabajadores que desempeñan
tareas en las áreas turísticas durante la temporada alta, regresando a sus lugares
de origen tras finalizar ésta. Constituye un proceso de muy notable importan-
cia, no sólo por la propia magnitud cuantitativa de los flujos migratorios, sino
por la incidencia de éstos en las áreas emisoras (generalmente del interior hacia
el litoral), las cuales ven revitalizadas sus economías locales al percibir parte de
las rentas generadas, recibiendo además, a través de los contactos anuales con
espacios más desarrollados, un fuerte impulso de transformación socio-cultural
procedente de éstos.
Aunque los ejemplos a este respecto pueden ser muy numerosos (la práctica
totalidad de la costa mediterránea española y su traspaís), puede recordarse
por su relevancia la atracción estival ejercida por la Costa del Sol malagueña
respecto a trabajadores de áreas agrícolas deprimidas del interior andaluz, que
fueron incorporando así las labores turísticas en la rotación anual de trabajos
eventuales (desplazamientos para la recolección de la aceituna, vendimia, etc.)
sin los cuales se hubieran visto abocados a una emigración de más largo alcance
y difícilmente reversible.

3.2.4 Los efectos e interrelaciones de carácter económico

Además de los efectos inducidos que el turismo genera en los propios lugares
turísticos (ya revisados en el apartado anterior), cabe citar algunas consecuen-
cias cuyos resultados se perciben en el conjunto del espacio económico, regio-
nal o nacional, en el que el área turística se enmarca. Entre estas consecuencias
pueden destacarse las siguientes:

• Los lugares turísticos representan una zona de captación de capital provenien-


te de ámbitos económicos lejanos, a menudo externos, derivado del propio
© Editorial UOC 184 A propósito del turismo

gasto de los turistas en destino, al que se suele hacer referencia con la fórmula
expresiva «el turismo significa una exportación in situ». Capitales que, una
vez inyectados en el flujo monetario de la economía receptora, se difunden
a través de ésta, dinamizando el conjunto del tejido económico del país o
región. Este papel de las zonas turísticas como áreas receptoras de ingresos
para el conjunto de una economía nacional, encuentra uno de sus mejores
ejemplos en el caso del desarrollismo español de los años sesenta y primeros
setenta, en los que las divisas obtenidas en las áreas turísticas fueron uno de
los principales elementos equilibradores de una balanza de pagos deficitaria y
financiando el desarrollo industrial de la época (Figuerola, 1999: pp 77-99).
• En el mismo sentido, es preciso citar la importancia de la actividad desarro-
llada en las áreas turísticas como fuente de recaudación fiscal para la Hacien-
da Pública. En efecto, la pujanza económica de estos espacios los convierte
en contribuyentes netos en el contexto de las políticas fiscales estatales, per-
mitiendo a éstas reasignar los recursos obtenidos para el conjunto general de
necesidades de gasto.
• Igualmente, hay que resaltar el papel de las áreas turísticas como receptoras
de inversiones de capital provenientes del conjunto de la economía nacio-
nal, dada la alta rentabilidad esperable en las mismas, con lo que en la prác-
tica drenan una parte de la inversión y el ahorro nacional superior a la que
sería proporcional a su población o participación en el PIB, compensando así
los flujos señalados en los puntos anteriores.
• Por último, pero no por ello menos importante, hay que referirse a las inte-
rrelaciones productivas desarrolladas entre las zonas turísticas y las restan-
tes. Globalmente, los resultados de esta imbricación resultan beneficiosos
para el conjunto de la economía regional o nacional a partir de la contabi-
lización de rentas y empleos generados, merced a la reconocida capacidad
del turismo para provocar eslabonamientos con otros sectores, cuya produc-
ción finalmente se conecta con la actividad turística (aspecto tratado más
ampliamente en el apartado anterior). Estas relaciones productivas superan
la escala inmediata a los lugares turísticos, con lo que la huella territorial
de éstos puede percibirse incluso en ámbitos alejados (Álvarez, 1989: p 82)
(construcción de pantanos y canalizaciones de agua, apertura de canteras
para suministro de materiales de construcción, revalorización de tierras y
campos de cultivo, potenciación de la actividad primaria para el consumo
en fresco en los núcleos turísticos, etc.)
© Editorial UOC 185 Capítulo II. Los lugares turísticos.

4. La invención de nuevos lugares turísticos

4.1. ¿Destinos nuevos para nuevas experiencias?

Como ya se ha venido señalando repetidamente (Pedreño, 1996; Savelli,


1998 y López Palomeque, 1999), una de las macrotendencias más representa-
tivas (y con mayor potencial explicativo de la realidad) en la etapa actual de
la industria turística global, son los grandes cambios experimentados en las
motivaciones de la demanda, cambios que en buena parte se han orientado
hacia una diversificación y especialización de los argumentos que inciden en
la elección de un destino frente a otro. Esta tendencia se corresponde con los
rasgos del denominado turismo postfordista actualmente imperante (Vera,
coordinador, 1997 y Cuvelier, 2000), que ha transformado radicalmente los
procesos de producción y consumo del ocio, acentuando la singularización
y diferenciación del producto frente a las pautas anteriores de producción
turística en serie para un consumo masivo e indiferenciado.
En este contexto de profundas transformaciones en los factores moti-
vacionales, se enmarca una mayor estimación por el disfrute de nuevas
experiencias en el viaje turístico, de forma que se valora en mayor medida
aquello que se hace durante el viaje que el lugar hacia el que se viaja. Estas
nuevas experiencias, progresivamente apreciadas, son cada vez más diver-
sas y difíciles de clasificar, no obstante, cabe recordar por su importancia
las vinculadas a tres grandes ejes temáticos o esferas de interés, como son
la naturaleza, la cultura y la salud, dentro de las cuales cabe practicar una
gran cantidad de subdivisiones e interrelaciones (experiencias de autorea-
lización, de aventura, de aprendizaje de conocimientos, de huida de lo co-
tidiano, de profundización en una afición o, en definitiva, todo el amplio
abanico que se encierra bajo la denominación de turismos temáticos.)
Dichos cambios están incidiendo decisivamente en la conformación es-
pacial de los flujos de la demanda, reconfigurando los mapas turísticos en
todas las escalas (local, regional, nacional e internacional), a través de dos
formas o manifestaciones:

• Favoreciendo el surgimiento o consolidación de nuevos destinos, vincu-


lados al disfrute de estas nuevas experiencias: el contacto, real o diseñado,
© Editorial UOC 186 A propósito del turismo

con la naturaleza en los espacios naturales protegidos; la búsqueda de los


extremos de tranquilidad y sosiego frente a la agitación de la vida urbana,
en lo que cabría encuadrar el actual revival de los balnearios y hospede-
rías monacales; la ilusión de vivir aventuras en escenarios popularizados
por el cine o la literatura (en rutas por selvas, desiertos o islas apartadas
de la civilización), pero con paradójicas garantías de seguridad y confort;
la mejora de conocimientos y el contacto con otras culturas (por ejemplo,
con el turismo idiomático, modalidad en rápido ascenso en España); o,
por acabar con el caso más evidente y relevante, la consolidación de los
parques temáticos como focos de atracción de demanda (Anton, 2005),
vinculados a la tendencia al consumo de ocio intensivo en tiempo, gasto
y recepción de estímulos gratificantes.
• Obligando a los lugares turísticos tradicionales a adaptarse a este nue-
vo contexto motivacional como única vía de supervivencia. En este
sentido, se han generalizado en estos espacios los procesos de diversifi-
cación y complementación de productos para satisfacer las nuevas ne-
cesidades competitivas, a través de la apuesta por localizar en destinos
maduros productos novedosos vinculados a la práctica deportiva (golf
y deportes náuticos y ecuestres, fundamentalmente), la salud y el cul-
to al cuerpo (centros de spa, talasoterapia, clínicas de adelgazamiento,
etc.), instalaciones para la celebración de eventos y reuniones, grandes
equipamientos culturales, como museos o auditorios, o parques temá-
ticos, recreativos y similares (con el ejemplo de Orlando como gran
icono internacional). Aspectos éstos que serán retomados en epígrafes
posteriores.

En este escenario de cambios motivacionales cabe introducir una recon-


sideración del concepto de destino, que empieza a ser considerado, incluso
en documentos oficiales (por ejemplo, el Plan General de Turismo Sosteni-
ble de Andalucía, en proceso de aprobación durante 2007), no en términos
absolutos sino como un espacio turístico vinculado a productos concretos,
que es reconocido y valorado por un segmento igualmente concreto de la
demanda. De esta forma, y ante la multiplicación de motivaciones, ya no
pueden ser utilizados indistintamente los términos lugar turístico y destino,
ya que un lugar turístico sólo será destino para una demanda específica si
ésta lo reconoce y valora, pudiendo un mismo lugar constituir un desti-
© Editorial UOC 187 Capítulo II. Los lugares turísticos.

no para una modalidad y no para otra semejante (a título de ejemplo, la


laguna de Gallocanta en algunos momentos del año es un destino para la
demanda de turismo ornitológico, pero no lo es para la tipología de turis-
mo rural, en este caso el destino reconocido y captado por esta segunda
demanda sería la Comunidad de Aragón).
Para finalizar, puede decirse que esta proliferación de tendencias y bús-
queda de experiencias hace más complejo, pero al mismo tiempo también
más rico y diverso, el escenario actual de la actividad turística, permitiendo
albergar dichas actividades en espacios que nunca antes fueron lugares tu-
rísticos, pero que ahora ofrecen condiciones naturales, culturales o insta-
laciones valoradas por los usuarios de nuevas motivaciones. Igualmente, y
ello puede ser incluso más importante, este contexto ofrece nuevas posibi-
lidades de renovación y diversificación, de incremento de la competitivi-
dad en definitiva, para destinos maduros que han ido quedando en difícil
situación para competir con nuevas periferias emergentes; aspectos estos
que serán ampliados en los epígrafes posteriores.

4.2. Destinos que nacen y renacen. La reinvención del turismo


en los destinos maduros

Posiblemente pocas temáticas hayan sido tan intensamente tratadas por


la literatura científica sobre el turismo como la relativa a los procesos, es-
trategias e instrumentos orientados a la reconversión de destinos maduros
con problemas de obsolescencia (Donaire y Mundet, 2001; Agarwal, 2002;
Aguiló et al. 2002; Exceltur, 2003; Anton, 2004; Équipe MIT, 2005 y Vera,
2006). En efecto, ya desde los años ochenta del pasado siglo surgen claros
síntomas de agotamiento del modelo de ocio masivo y estandarizado im-
perante en los principales destinos hasta entonces (en especial en el lito-
ral e islas del Mediterráneo), despertando un rápido interés al respecto en
instancias políticas y técnicas, como cabía esperar dada la trascendencia
económica, social y territorial que se deriva de la pérdida de rentabilidad
de la actividad en estos espacios, a menudo orientados hacia un monocul-
tivo turístico.
Los factores causales de esta tendencia, en definitiva un auténtico cam-
bio de modelo, han sido tratados más ampliamente en otros capítulos de
© Editorial UOC 188 A propósito del turismo

esta obra (diversificación motivacional, emergencia de nuevos competido-


res, innovaciones tecnológicas en el transporte y la comercialización, diná-
micas de concentración empresarial, cambios en la concepción del espacio
y el tiempo de ocio, etc.), por lo que no es necesario profundizar en los
mismos. No obstante, el hecho significativo que resulta necesario remarcar
es que, pese al tiempo transcurrido y los cambios de modelo registrados, se
constata la notable capacidad de pervivencia, e incluso de revitalización,
de numerosos destinos maduros, de alguno de los cuales puede afirmarse
que se han reinventado, convirtiéndose de hecho en nuevos lugares turís-
ticos a partir de la aplicación de estrategias de cualificación como las que
serán aquí revisadas.
De esta forma, la realidad parece demostrar que no se han cumplido los
pronósticos pesimistas con los que a finales de la pasada década algunos
autores (Knowles & Curtis, 1999) predecían el declive irreversible de los
destinos maduros europeos, afirmando que las políticas de recualificación
sólo podían servir para prolongar o aplazar un declive inevitable. Por el
contrario, estudios posteriores (Aguiló et al. 2002) han vuelto a demostrar
que las mejoras de calidad en destino presentan una notable capacidad
para fidelizar la demanda, compitiendo satisfactoriamente con otros des-
tinos emergentes más baratos de lo que se derivaría la efectividad de las
estrategias aplicadas con este fin y la necesidad de su continuación en el
tiempo.
Estos planteamientos se resumen en la idea de que tanto la tendencia
al declive como al rejuvenecimiento de los destinos se derivan de procesos
complejos de retroalimentación, en los que el tratamiento y evolución del
espacio turístico desempeñan un papel trascendente; procesos que pueden
ser revertidos o impulsados a partir de la aplicación de las ya citadas po-
líticas de recualificación de destinos. Dichos procesos han sido sintetiza-
dos y esquematizados a partir de su consideración como Círculo vicioso de
desvalorización y Círculo virtuoso de revalorización de los destinos, como se
expresa a continuación en la figura 15.
© Editorial UOC 189 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Figura 15. Círculos vicioso y virtuoso de los destinos turísticos maduros del litoral.

Crecimiento de la Aumento de la
oferta de presión humana
alojamiento

Caída de los Deterioro sistemas


ingresos turísticos
CIRCULO VICIOSO naturales y
globales DE problemas de
DESVALORIZACIÓN congestión
DE DESTINOS
MADUROS DE
LITORAL
Reducción de las
inversiones en Reducción de la
materia de calidad calidad integral del
destino
Pérdida de valor de
los activos

Contención oferta Recuperación del


alojamiento e entorno
inversión en
equipamiento de
diversificación

Aumento en los Aumento de la


ingresos turísticos CÍRCULO VIRTUOSO calidad del destino
DE
REVALORIZACIÓN
DE DESTINOS
MADUROS DE
LITORAL

Llegada de un
turista con
mayores efectos Aumento del valor
multiplicadores de los activos
Aumento inversión
privada en mejora
de la calidad

Fuente: Exceltur, 2003.

No obstante, cabe realizar algunas puntualizaciones en relación con el logro


de dicho círculo virtuoso, como son:

• No puede ser entendido como un proceso lineal, de éxito garantizable y vá-


lido para todos los casos. Como cuestión previa, se precisa una cierta escala
o masa crítica de visitantes, que haga posible y rentable la diversificación
© Editorial UOC 190 A propósito del turismo

de productos y ofertas turísticas. Asimismo, no puede olvidarse la decisiva


incidencia de factores externos al propio destino (tipos de cambio, política
fiscal, normativas supralocales, ciclos económicos, coyunturas geopolíticas,
etc.) que pueden llegar a anular estrategias en principio bien orientadas.
• Los fenómenos de rejuvenecimiento o reinvención de los lugares turísticos
no pueden ser interpretados como una sucesión simplista de periodos drás-
ticamente diferenciados. Así pues, no se trata de procesos substitutivos sino
dialécticos, en los que se produce una coexistencia más o menos armónica
de rasgos tradicionales y novedosos en el mismo espacio. De hecho, puede
hablarse de destinos neofordistas para designar a aquéllos en los que con-
viven rasgos o prácticas prefordistas, fordistas y postfordistas, dependiendo
del momento del año en el que se realice la observación, o incluso durante
un mismo periodo, en función de los diferentes segmentos de demanda que
consumen distintos productos turísticos en un territorio común (por ejem-
plo, en destinos tradicionales de sol y playa que conservan en buena parte su
demanda tradicional, al mismo tiempo que han diversificado su oferta hacia
nuevos segmentos, como el turismo de golf, de salud, náutico, etc.)

En lo referente a las estrategias de recualificación o reconversión de destinos,


en la actualidad y dado el tiempo transcurrido, es ya posible establecer una evo-
lución y diferenciar tendencias. En este sentido, Anton Clavé (2004) propone
para el caso de los destinos litorales españoles la consideración de tres etapas o
generaciones (si bien conviene aclarar que en la actualidad coexisten rasgos de
todas ellas), con las características indicadas en el cuadro siguiente.

En profundidad.
Evolución en las estrategias de cualificación de destinos

Primera etapa: Estrategia de renovación de los destinos y de cualificación de los


establecimientos.
- Iniciada en la primera mitad de los años ochenta del pasado siglo.
- Nacida ante la necesidad de corregir problemas generados por crecimientos
masivos en décadas anteriores: déficits urbanísticos (saturación del espacio) y
carencias en infraestructuras (comunicaciones, abastecimiento y depuración
de agua, gestión de residuos, etc.).
© Editorial UOC 191 Capítulo II. Los lugares turísticos.

- Posteriormente, ya en los años noventa, se ha prolongado esta línea en un


doble sentido, por una parte la mejora estética y funcional del destino (desta-
cando los Planes de Excelencia y Dinamización impulsados desde la Secretaría
General de Turismo); por otra, la mejora de la calidad de los establecimientos,
con ejemplos tales como el Plan de Calidad Hotelera o los procesos de certi-
ficación de calidad impulsados por el Instituto para la Calidad del Turismo
Español (ICTE).
Segunda etapa: Estrategia de la singularización a través de la incorporación de
nuevos productos.
- Se desarrolla desde inicios de la década de los noventa.
- Se plasma en la incorporación al destino de instalaciones o actividades que
complementan la oferta tradicional, en general añadiendo un componente
de ocio activo a la estancia turística. Entre los elementos más reseñables cabe
destacar: el golf; los deportes náuticos; parques temáticos, acuáticos y otras
grandes instalaciones de ocio; además de muchos otros productos en los ámbi-
tos de la salud, el deporte, la cultura, eventos, etc.
- Hay que destacar que estas estrategias de singularización y los productos in-
corporados a ellas han sido posiblemente la cara más visible y relevante del
cambio operado en los destinos turísticos españoles.
Tercera etapa: Estrategia de la sostenibilidad.
- Iniciada a mediados de los años noventa. Se concreta en dos direcciones:
- Por una parte, el aprovechamiento de los recursos ambientales y culturales
del destino o de su entorno, que complementan la oferta y otorgan identidad
diferenciada a dicho destino.
- Por otra, la aplicación de programas de sostenibilidad en el ámbito local, tales
como las Agendas 21 locales, el proyecto “Municipio turístico sostenible” desa-
rrollado por la Secretaría General de Turismo, o el “Modelo de gestión integral
de la calidad del destino turístico”, impulsado por la misma entidad.
Fuente: Anton Clavé, 2004.

Por último, parece pertinente finalizar el epígrafe planteando algunas cues-


tiones aún no resueltas de cara al futuro de esta temática, como son:

• La necesidad de replantear la efectividad real de las actuaciones realizadas,


ya que parece extenderse el planteamiento de un paquete de medidas muy
similar en casi todos los casos y para realidades no siempre equiparables.
Todo ello conduce a la necesidad de aplicar instrumentos evaluadores de
© Editorial UOC 192 A propósito del turismo

los impactos generados por las medidas aplicadas, orientación ésta aún muy
incipiente.
• Constatar la creciente trascendencia en esta temática de los aspectos terri-
toriales, como no puede ser menos si se atiende a la consideración de los
destinos como territorios con vocación u orientación al uso turístico. Una
cuestión clave al respecto, que será retomada en otros epígrafes, es la dificul-
tad de compaginar el objetivo de mayor calidad integral en los lugares turís-
ticos con la situación actual de expansión acelerada de oferta de segundas
residencias, masiva e indiferenciada, en dichos lugares.
• La apreciación del acusado contraste entre la capacidad real de las actuacio-
nes públicas para actuar sobre la realidad de los destinos, por una parte, fren-
te a la celeridad y potencia de unas decisiones privadas que pueden resultar
antagónicas con las estrategias de reconversión aprobadas (a este respecto,
cabe citar como ejemplo el debate acerca de los posibles efectos negativos,
de cara a la cualificación, que se derivan de la expansión de hoteles todo
incluido en destinos litorales españoles).
• La apreciable tendencia a una cierta reivindicación de los destinos tradicio-
nales consolidados, tras una etapa de marcada infravaloración de los mis-
mos. Esta recuperación se sustenta en hechos constatables, tanto en el orden
sectorial como en el territorial:

• En el sectorial, al comprobarse unos niveles aceptables de rentabilidad en


sus empresas y de fidelización en su demanda.
• En lo territorial, al demostrarse que en algunas variables esenciales desde
el enfoque de la sostenibilidad (consumo de suelo, de agua, de energía,
gestión de residuos sólidos urbanos, depuración de aguas o políticas de
movilidad) los destinos tradicionales del litoral (espacialmente caracteri-
zados por un hábitat compacto o agrupado) presentan mejores cifras que
gran cantidad de nuevos lugares turísticos surgidos en la última década
donde predomina espacialmente el hábitat disperso (Requejo, 2005).

Obviamente, las expresiones anteriores no deben ser entendidas como una


propuesta de considerar los núcleos consolidados de décadas anteriores como
modelos a seguir en el futuro (sus carencias e impactos negativos han quedado
ya suficientemente demostrados), pero sí obliga a plantear una severa reflexión
respecto a la adecuación de modelos y pautas de diseño de los destinos más re-
© Editorial UOC 193 Capítulo II. Los lugares turísticos.

cientes, difundidos bajo la idea de una pretendida modernidad, siendo la clave


de este debate la opción entre hábitat compacto o hábitat disperso en los nuevos
lugares turísticos, debate que aún está lejos de ser cerrado satisfactoriamente.

4.3. Turismo y desarrollo en destinos emergentes. Cuando sólo que-


da la opción del turismo

Este apartado se orienta a plantear algunas de las preguntas esenciales de


la relación entre el turismo y el binomio sociedad-territorio en el que se inser-
ta, relación que adquiere especial trascendencia en aquellos espacios que están
transitando hacia la condición de lugares turísticos, como más tarde se verá.
Como introducción a esta temática, el siguiente epígrafe se dedica a revisar el
tratamiento dado al turismo en los modelos y teorías sobre el desarrollo de los
territorios.

4.3.1 Turismo y teorías del desarrollo

A la hora de enjuiciar el papel otorgado al turismo en los diferentes mode-


los de desarrollo que se han sucedido en la historia de las teorías económicas,
el rasgo más llamativo, y hasta cierto punto sorprendente, es la escasísima
consideración prestada al mismo en la explicación de los procesos de desa-
rrollo. Minusvaloración extendida en la práctica totalidad de dichos mode-
los, independientemente del variado, y contrapuesto, origen ideológico de
los mismos (clásicos o neoclásicos, marxistas, keynesianos, etc.) del elevado
número de aportaciones teóricas surgidas desde la II Guerra Mundial (Teoría
de la Base de Exportación, Teoría Neoclásica del Crecimiento Regional, Cau-
sación Acumulativa, Polos de Desarrollo, etc.), o de la evidencia empírica de
la trascendencia alcanzada por el fenómeno turístico a partir de los años cin-
cuenta del siglo pasado.
Pese a todo ello, la generalidad de modelos de desarrollo tradicionales han
continuado siendo, hasta fechas bien recientes, exclusivamente (casi se podría
decir que dogmáticamente) industrialistas, viéndose la actividad turística some-
tida, en palabras de Andrés Pedreño (1996: p 22), «a los recelos e, incluso, incredu-
lidad de los expertos» en el análisis de los procesos de desarrollo, cualquiera que
© Editorial UOC 194 A propósito del turismo

fuera la escala territorial de éstos. Dichos recelos se han venido fundamentando


en una serie de valoraciones negativas sobre el sector turístico tales como (Fi-
guerola, 1985; Pedreño, 1996 y Équipe MIT, 2002):

• El presunto carácter inestable del sector, derivado de la consideración del


gasto turístico como suntuario y no de primera necesidad, con lo que su-
friría fuertes caídas en caso de crisis económicas o coyunturas recesivas, no
constituyendo, en definitiva y según esta opinión, una actividad estable en
el tiempo sobre la que cimentar sólidamente el desarrollo de un territorio.
• La confusión generada entre sector turístico y actividad inmobiliaria y, más
concretamente, con los aspectos más especulativos de ésta.
• La negativa imagen del turismo en la percepción colectiva de los ámbitos
académico-científicos (con rasgos como superficialidad, frivolidad, depreda-
ción de recursos naturales, adulteración cultural, rápidos enriquecimientos
ligados al sector de la construcción, etc.) que ha contribuido a su escasa esti-
mación desde el punto de vista teórico.

Como resultado de estas valoraciones, al turismo se le reservó únicamente


en dichos modelos el papel de mero instrumento financiador, a través de la
captación de divisas, de desarrollos sustentados en otros sectores considerados
estructuralmente estratégicos (la industria básica, fundamentalmente) sin al-
canzar en modo alguno la consideración como factor de desarrollo a medio o
largo plazo de una economía nacional o regional.
A pesar de la persistencia de algunos de los rasgos anteriores, en los últimos
años se están abriendo camino nuevas tendencias que revalorizan la importan-
cia del turismo en estos contextos, llegando a otorgarle un papel protagonista
en estrategias de desarrollo a diferentes escalas. Estas tendencias se apoyan en
factores tales como:

• La demostrada estabilidad del turismo como sector económico. En efecto,


y pese a la fragilidad coyuntural tradicionalmente atribuida a éste, el tu-
rismo se ha revelado en las últimas décadas como la actividad más estable
frente a los embates de crisis y recesiones, así como la que con mayor rapi-
dez se ha recuperado de las mismas. Las razones de este hecho, aun siendo
complejas, incluyen un factor esencial fruto de la evolución de las menta-
lidades y hábitos de vida, como es la progresiva conversión del turismo en
© Editorial UOC 195 Capítulo II. Los lugares turísticos.

un bien de primera necesidad”, abandonando su consideración de artículo


de lujo; así, en palabras de un reconocido autor español (Figuerola, 1985:
p 42) el turismo es « […] algo que se va necesitando, algo que la gente ha
comenzado a desear por encima de otras muchas cosas; estando dispuesta
a grandes sacrificios y a endeudamientos a medio y largo plazo, con tal de
poder disfrutar de las satisfacciones que proporciona y del nivel social que
se adquiere.» Por lo que su consumo se mantiene aceptablemente estable,
e incluso en crecimiento, en coyunturas críticas en las que otros sectores,
incluso los considerados antaño más sólidos, ven como sus respectivas de-
mandas se contraen.
• La evidencia estadística, en este caso cabría hablar de la tozudez de los
hechos, acerca de los notorios efectos positivos ejercidos por el turismo
en los niveles de desarrollo alcanzados por diferentes territorios, y esto
es aplicable a todas las escalas de análisis posibles (nacional, regional,
local).
• El acelerado avance hacia la denominada sociedad del ocio, entendida como
unos modos de vida en los que las actividades vinculadas con el ocio y el
tiempo libre, entre ellas el turismo, ocupan cada vez más atención, recursos,
tiempo y valoración social, siendo así los segmentos con mayores tasas de
crecimiento presentes y previstas, ineludibles por tanto en una modeliza-
ción actualizada de los procesos de desarrollo.

Caleidoscopio.
Una visión literaria de la conversión del turismo en bien de primera necesidad

El novelista David Lodge, en su obra Noticias del paraíso (Anagrama. 1996.), traza
un satírico retrato de la vida en un destino turístico tradicional (Hawai). Uno de
los personajes, el Dr. Sheldrake, profesor de antropología, expresa las siguientes
opiniones sobre el fenómeno turístico, en las que, sin olvidar el carácter humo-
rístico de la obra, se plantean reflexiones acerca de la conversión del turismo en
un consumo de primera necesidad en las sociedades desarrolladas. Obsérvese la
expresión caricaturesca acerca de los tópicos y prejuicios que han imperado en las
visiones académicas sobre el turismo.
« [...] un día, sentado en un peñasco cerca del Partenón y contemplando a los tu-
ristas que pululaban por allí [...] de repente se me ocurrió la idea: el turismo es la
nueva religión mundial. Católicos, protestantes, hindúes, musulmanes, budistas,
© Editorial UOC 196 A propósito del turismo

ateos [...] lo único que tienen en común es que todos ellos creen en la importancia
de ver el Partenón. O la Capilla Sixtina, o la Torre Eiffel […]
» Le estoy haciendo al turismo lo que Marx le hizo al capitalismo, lo que Freud le
hizo a la vida familiar. Lo estoy deconstruyendo. Verá, yo no creo que en realidad la
gente quiera ir de vacaciones, más de lo que realmente quieren ir a la iglesia. Les ha
sido lavado el cerebro para pensar que les harán un bien o les darán la felicidad. De
hecho, las encuestas demuestran que las vacaciones causan cantidades increíbles
de estrés[…]
»En 1939, un millón de personas viajaron al extranjero; el año pasado esta cifra fue
de 400 millones. En el año 2000 podría haber 650 millones de viajeros internacio-
nales, con un número cinco veces mayor de personas viajando en sus propios países.
El mero consumo de energía que esto supone ya es portentoso...
»- La única manera de parar esto, legislación aparte, consiste en demostrar a la
gente que en realidad no disfrutan cuando salen de vacaciones, sino que se en-
tregan a un ritual supersticioso. No es una coincidencia que el turismo ascienda
precisamente al declinar la religión. Es el nuevo opio del pueblo, y como tal debe
ser denunciado.»
Fuente: Lodge, D. Noticias del paraíso. Anagrama. Barcelona, 1996.

Una vez asumida la trascendencia del turismo respecto a la problemática


del desarrollo, un segundo nivel de profundización en el debate estriba en el
análisis de la dialéctica endogeneidad-dependencia referida a la participación
de la actividad turística en dichos procesos. Dialéctica que se asienta en tres
cuestiones claves:

• Dónde se genera el impulso original del desarrollo turístico.


• Qué agentes controlan el proceso de desarrollo.
• Cómo y hacia dónde se distribuyen los beneficios económicos generados en
dicho desarrollo.

Las respuestas a estas preguntas definirán si el sistema turístico considerado


responde a pautas exógenas (o neocolonialistas según terminologías ya de am-
plia tradición) (Jurdao, 1979; Esteve Secall, 1983), en las que la mayor parte de
las rentas generadas escapan del propio territorio hacia los nodos centrales de
la red; o bien endógenas o autocentradas, en las que los beneficios económicos,
sociales y ambientales se asentarán en el propio territorio-destino.
© Editorial UOC 197 Capítulo II. Los lugares turísticos.

A este respecto, se está consolidando en los últimos años una realidad


que incide directamente en la dialéctica planteada, como es la muy acelera-
da tendencia hacia la concentración de agentes económicos intervinientes
en el fenómeno turístico, conformándose un escenario internacional con
un reducido número de grandes empresas que agrupan en su seno todas
las fases de la industria turística (grandes turoperadores, compañías aéreas,
principales cadenas hoteleras, parques temáticos, etc.) Dicho escenario hace
aún más complejo el desarrollo turístico de áreas periféricas, en las que los
agentes autóctonos, tanto públicos como privados, pueden ir viendo re-
ducirse su autonomía para la toma de decisiones, ante unos macroagentes
internacionales cuyo control de los canales de comercialización recorta pro-
gresivamente la capacidad de negociación de los actores en destino, dificul-
tando el control efectivo de éstos sobre el producto turístico desarrollado
en su territorio.

4.3.2 El incesante nacimiento de nuevas periferias y nuevos lugares


turísticos: las fronteras del turismo

Uno de los fenómenos más trascendentes en la relación entre el turismo


y su soporte espacial, es la constante búsqueda de nuevos lugares cuyas ven-
tajas comparativas (recursos turísticos no explotados, precios del suelo y de
materias primas menores que en áreas consolidadas, bajos costes de la mano
de obra, menor presión fiscal, disponibilidad de ayudas públicas por parte
de autoridades deseosas de impulsar el sector, etc.) compensen las mayores
distancias a recorrer desde los principales focos de demanda; así se genera
recurrentemente la aparición de nuevas fronteras del turismo, con rápidos
crecimientos en sus primeras etapas, como ha sido analizado en diferentes
modelos del surgimiento y evolución de los lugares turísticos (véase lo ya
expuesto en otros capítulos de esta obra sobre las teorías de Miossec, Butler o
Chadefaud, entre otros).
Esta tendencia a la aparición sucesiva de nuevas fronteras o periferias
turísticas ha existido desde los orígenes contemporáneos de la actividad, y
como tal ha sido estudiada desde los ámbitos académicos y científicos. La
teoría más seguida al respecto, como ya ha sido señalado en un capítulo
anterior de esta obra, es la conocida como Modelo de Gormsen (Gormsen,
1981 y 1997), el cual plantea una evolución cronológica de cuatro perife-
© Editorial UOC 198 A propósito del turismo

rias que se correlacionan con diferentes ciclos expansivos experimentados


por la economía occidental. En concreto, estaríamos aún inmersos en la
cuarta etapa, nacida a finales del siglo pasado y que se corresponde con
la Tercera Revolución Industrial y la revolución tecnológica asociada a la
misma. Esta etapa se caracteriza por la intensificación de los tres focos an-
teriores (Mediterráneo, Caribe y Sudeste Asiático) y la interrelación entre
los mismos, así como por la extensión de los flujos turísticos a la totalidad
del planeta.
Al modelo citado cabe añadir que en los últimos años se constata una no-
table aceleración e intensificación del proceso, siendo constante la aparición
en los mercados turísticos de nuevos destinos en nuevas periferias (Europa del
Este, ribera sur del Mediterráneo, América Central y del Sur, África, Extremo
Oriente) apenas esbozadas hace sólo una década. Esta realidad permite plantear
tres reflexiones:

• La extremada rapidez de los procesos, aparejada al acortamiento del ciclo


de vida de los productos turísticos. Esto genera un círculo que se alimenta a
sí mismo (aparición de nuevos lugares turísticos, rápido crecimiento y con-
solidación de éstos, encarecimiento y saturación del espacio y búsqueda de
nuevos espacios emergentes con altas rentabilidades iniciales). Círculo que
no es novedoso en la historia del turismo, pero que ahora se completa en
plazos mucho más breves, obligando a una acelerada y constante apertura de
nuevas fronteras turísticas.
• La constatación de la efectiva mundialización del turismo. Por primera vez se
puede afirmar que el turismo es un fenómeno realmente globalizado, llegan-
do incluso a los lugares más inaccesibles del planeta (La Antártida, desiertos,
fondos submarinos, las cumbres más altas, selvas, etc.) incluso extendién-
dose en un futuro no muy lejano a destinos o productos extraplanetarios,
como naves orbitales para uso turístico (aunque obviamente para segmentos
muy minoritarios).
• Finalmente, como resultado de todo lo anterior se produce una multipli-
cación de las ofertas al alcance de los consumidores turísticos, con un en-
durecimiento de la competencia sin precedentes. Ante esta realidad, cabe
preguntarse acerca del papel que pueden jugar los destinos tradicionales
ante el nuevo escenario, cuestión ésta sobre la que tratará el siguiente
epígrafe.
© Editorial UOC 199 Capítulo II. Los lugares turísticos.

4.3.3 Ante las nuevas periferias ¿Qué papel para los destinos maduros?

Como ya se ha señalado anteriormente, el proceso de aparición de nuevas


periferias, al menos en lo que se refiere a los grandes contingentes de deman-
da, se vincula muy directamente a la ventaja comparativa que representan
sus reducidos precios (al margen del atractivo que pueda significar su mayor
o menor exotismo). Ante esta realidad, es un hecho ya suficientemente cono-
cido y asumido en los destinos maduros la imposibilidad de competir con los
nuevos destinos emergentes a través del descenso en los precios, aspecto en el
que países con menor nivel de desarrollo y de rentas resultarán invulnerables,
por lo que sólo resta competir a través de la singularización y cualificación
del producto ofertado, conclusión ésta plenamente aceptada incluso en do-
cumentos oficiales de planificación desde hace más de una década (como el
Plan FUTURES, Secretaría General de Turismo, 1992-; o el Plan DIA, Junta de
Andalucía, 1993).
Estas conclusiones llevan a una nueva interrogante ¿Cómo ofrecer produc-
tos turísticos competitivos en la relación calidad/precio cuando hoy se pueden
implantar establecimientos de gran calidad en cualquier parte del mundo? En
efecto, en la actualidad se dispone de capacidad técnica para exportar o deslo-
calizar resorts turísticos de elevada calidad, para los segmentos más altos de la
demanda, en lugares anteriormente desocupados (islas del Pacífico, Caribe, Mar
Rojo, Golfo Pérsico), en los que se diseñan y construyen ex novo lugares turísti-
cos (el ejemplo quizás más relevante a nivel mundial lo representa la construc-
ción de dos islas artificiales en Dubai, las denominadas The Palm, Jumeirah y The
Palm, Jebal Alí, destinadas a segmentos de élite y con unos 120 km. de nuevas
playas artificiales).
Frente a esta realidad, ¿qué opción cabe adoptar por parte de los destinos
maduros?; o, planteado en otros términos, si hasta los establecimientos de gran
lujo pueden ser trasladados a las nuevas periferias, ¿qué factor de competiti-
vidad presentan los destinos maduros que no pueda ser exportado o desloca-
lizado? Ante esta interrogante, la respuesta parece tener un marcado carácter
territorial, ya que sería precisamente el conjunto del territorio-destino, enten-
dido en su acepción más integradora u holística, el verdadero factor de diferen-
ciación y ventaja competitiva de las áreas turísticas maduras (no confundir con
las ventajas comparativas, como los costes de mano de obra, según el enfoque
de Porter, 1991).
© Editorial UOC 200 A propósito del turismo

Efectivamente, puede afirmarse que es el nivel de desarrollo territorial (véase


Zoido y Caravaca, 2005) alcanzado en países desarrollados el verdadero factor
de competitividad, no deslocalizable, de los lugares turísticos maduros que se
insertan en los mismos, abarcando aspectos muy diferentes y complejos, entre
los que se contarían:

• Nivel de equipamientos e infraestructuras (de transporte, de abastecimiento


y depuración de agua, telecomunicaciones, etc.)
• Seguridad ciudadana y estabilidad sociopolítica.
• Seguridad jurídica de cara a proyectos empresariales o adquisición de vi-
viendas.
• Calidad y extensión de la red de asistencia sanitaria.
• Formación en general de los recursos humanos empleados y del conjunto de
la población.
• Protección real de los derechos del consumidor.
• Posibilidades de movilidad desde los lugares turísticos al territorio circun-
dante.
• Cultura de tolerancia respecto a minorías étnicas, religiosas, sexuales, etc. y
aceptación de un papel activo de la mujer en la sociedad.
• Adecuación de los lugares y productos turísticos a las particularidades pro-
pias del turismo accesible (discapacitados y personas con movilidad reduci-
da). Entre muchas otras.

Como puede apreciarse, se trata de aspectos del entorno territorial no ne-


cesariamente propios de la actividad turística, pero que pueden incidir de-
cisivamente en el proceso de elección de destino y, lo que es más impor-
tante, responden a procesos prolongados en el tiempo de progreso social
y cambio cultural, imposibles de exportar e implantar ex novo en periferias
emergentes.

Caleidoscopio.

En relación a la competencia entre destinos maduros y emergentes, destacan


trabajos recientes como el elaborado por la Secretaría General de Turismo del
Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, bajo el título Estudio sobre la oferta
© Editorial UOC 201 Capítulo II. Los lugares turísticos.

y la política turística de desarrollo y promoción turística en siete destinos competido-


res de España (Enero de 2007), en el que se compara la competitividad turística
de España, desde el punto de vista de los grandes turoperadores europeos, con
algunos países emergentes (Bulgaria, Croacia, Egipto, Grecia, Marruecos, Túnez
y Turquía). Concluye que, pese a la notable desventaja comparativa del factor
precios, la elevada calificación obtenida en el resto de conceptos (calidad y va-
riedad del alojamiento, oferta de ocio, diversificación del producto, calidad del
entorno, servicios públicos e infraestructuras, profesionalidad de los empleados,
hospitalidad, accesibilidad, entre otros) coloca a España nítidamente por encima
de los demás en cuanto a competitividad global del destino (siendo Turquía el
competidor que se acerca más a las cifras españolas).

4.3.4 ¿Turismo por vocación o turismo por eliminación de otras op-


ciones?

Uno de los fenómenos más fácilmente perceptibles en la relación entre de-


sarrollo socioeconómico y aparición de nuevos lugares turísticos, tras la supe-
ración de los recelos tradicionales ya reseñados en epígrafes anteriores, es la
universalización de la apuesta por el turismo como vía para la superación del
subdesarrollo estructural en áreas deprimidas.
Efectivamente, en la actualidad es difícil encontrar planes o programas para
el desarrollo de estas zonas que no coloquen al turismo como uno de los pilares
esenciales para el futuro de la comunidad, y ello con independencia de consi-
deraciones básicas como la capacidad objetiva de atracción de los recursos del
área, la competencia ejercida por espacios semejantes, o la tradición empresa-
rial turística del territorio, entre otras.
La realidad subyacente a esta constatación es que, en muchos casos, no se
está eligiendo al turismo como factor de desarrollo tras un diagnóstico en pro-
fundidad de las posibilidades reales del territorio para competir en el sector,
sino por eliminación de otras actividades, generalmente con mayor tradición,
que presentan crisis estructurales por inadecuación con los nuevos escenarios
de una economía globalizada. Buen ejemplo de ello lo representan algunas re-
giones periféricas mediterráneas, en las que el turismo crece proporcionalmente
en el conjunto de la economía de forma ininterrumpida no sólo por su propia
dinámica, sino por la crisis estructural que atraviesan otros sectores (agricultura
© Editorial UOC 202 A propósito del turismo

tradicional, minería, pesca, actividades industriales estratégicas), cuya ralenti-


zación hace destacar aún más al turismo como actividad productiva pujante y
depositaria de todas las esperanzas de desarrollo (Fernández Tabales ,2003, para
el caso andaluz).
Estos planteamientos son extensibles, incluso con mayor intensidad, a las
áreas ubicadas en países subdesarrollados que, ante el descenso de precios de
las materias primas en el mercado internacional, así como a la dificultad para
recibir inversiones externas dirigidas a otros sectores, abrazan al turismo como
única opción viable de crecimiento y desarrollo, al ser la vía más directa para la
integración en la economía mundial, al margen de la cual sólo parece quedar la
pobreza de los excluidos.
Un debate en paralelo y muy próximo al anterior es el que actualmente se
desarrolla en multitud de lugares turísticos, tanto en los nuevos como en los
tradicionales en proceso de renovación, en lo que respecta a las relaciones entre
el sector inmobiliario y el propiamente turístico, centrado en lo inevitable o no
de optar por la actividad inmobiliario-residencial como motor de crecimiento,
los efectos negativos que el incremento de las segundas residencias puede tener
para el futuro de los lugares turísticos, o el verdadero potencial de desarrollo
de cada una de las dos actividades. Cuestiones éstas que se tratan con mayor
profundidad en el recuadro anexo.

En profundidad.
El debate entre oferta residencial y oferta comercial en los lugares turísticos emergentes

Una de las problemáticas centrales en relación a los modelos turísticos a adop-


tar en los espacios emergentes (sin duda el más importante en los casos espa-
ñoles), y que se vincula directamente con las posibilidades para el desarrollo
territorial de dichos espacios (Vera, 2006), es la difícil convivencia (quizás fuera
más preciso hablar de simple coexistencia) entre usos residenciales (plasma-
dos en viviendas de segunda residencia) y los propiamente turísticos (es decir,
aquellos vinculados a establecimientos o empresas de carácter turístico: ho-
teles, campings, apartamentos reglados, oferta complementaria, etc.), en los
mismos territorios. De hecho, a menudo ha existido, y aún existe, una identi-
ficación o confusión entre ambos, al aparecer mezclados en aquellos espacios
con especial potencialidad para el disfrute del entorno y la realización de acti-
vidades de ocio (litoral, sierras, estaciones de invierno, etc.)
© Editorial UOC 203 Capítulo II. Los lugares turísticos.

El punto esencial de diferenciación estriba, como es ya bien conocido (Barba


y Ninot, 1995), en la distinta rentabilidad económica y social que se vincu-
la a uno u otro uso; así, los usos residenciales presentan un mayor consu-
mo de recursos territoriales (suelo, agua, paisaje, etc.) mientras que generan
unos beneficios, medidos en renta o empleo, ostensiblemente menores que
los derivados de establecimientos o productos propiamente turísticos. El uso
residencial, por su parte, presenta como ventaja esencial el generar mayores
beneficios a corto plazo, tanto en rentas como en empleo; pero estos efectos
se limitan esencialmente al periodo de urbanización y construcción de las
viviendas, disminuyendo drásticamente a partir de la finalización de éstas.
De ello se deriva su necesidad intrínseca de ampliar constantemente la fron-
tera productiva de la urbanización y edificación, en un proceso continuado
de consumo de nuevos suelos para mantener la rentabilidad de las empresas
implicadas.
Las anteriores afirmaciones sobre las diferencias en rentabilidad territorial
entre uno y otro uso, pueden refrendarse a partir de estudios comparativos
realizados en los últimos años. Así, según el estudio de Exceltur Impactos sobre
el entorno, la economía y el empleo de los distintos modelos de desarrollo turístico
del litoral mediterráneo español, Baleares y Canarias (2005), el contraste de re-
sultados entre ambas opciones ofrecería las siguientes cifras:
• La ocupación anual en la oferta residencial se estima en 48,0 días, mien-
tras que en la oferta reglada sería de 149,6 días.
• El gasto medio diario por persona se estima en 27,9 € para la oferta resi-
dencial, siendo de 64,8 € en la reglada o comercial.
• La actividad económica generada por cada plaza de oferta residencial se
estima en 1.341 €, frente a los 9.589 € estimados para cada plaza de alo-
jamiento reglado.
• El Valor Añadido Bruto (VAB) generado por cada plaza de oferta residen-
cial se estima en 1.287 €, mientras que cada plaza de oferta reglada gene-
raría 13.634 €.
• En cuanto al empleo, en las seis comunidades autónomas analizadas en el
estudio, se contabilizan 351.000 puestos de trabajo vinculados a la oferta
residencial, frente a 950.000 en la oferta reglada; con una proporción de
11 a 1 a favor de la reglada en la generación de empleos por plaza.
Por su parte, según cálculos realizados en la elaboración del Avance del Plan
de Ordenación del Territorio del Litoral Occidental de Huelva (Informe es-
pecífico sobre turismo), por parte de Arenal Grupo Consultor (Consejería
de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, 2000: 38-40) una
misma porción de suelo litoral dedicado a uso hotelero generaría en un ám-
bito local ocho veces más empleo y doce veces más renta que si se destina
a segunda residencia. Estos datos se amplían en la tabla detallada ofrecida a
continuación.
© Editorial UOC 204 A propósito del turismo

Cuadro 7. Comparación entre 100.000 m² de edificabilidad dedicados a urbanización residencial y a


hotel.

Factores descriptivos Opción Residencial (*) Opción Hotelera (**)

Capacidad
• Viviendas/Habitaciones • 1.000 viviendas • 1.000 habitaciones
• Plazas • 3.500 plazas • 2.000 plazas

Empleo
• Fase de Construcción • 1.770 empleos equivalentes • 1.815 empleos equivalentes
en la construcción de la para la construcción de los
urbanización. hoteles.
• 1.047 empleos equivalentes • 1.324 empleos equivalentes
indirectos e inducidos. indirectos e inducidos.
• El empleo local serían • El empleo local serían
1.770+210 empleos 1.815+265 empleos equiva-
equivalentes. lentes (el primer sumando
son los empleos directos en la
construcción y el segundo el
20% de los empleos equiva-
lentes indirectos e inducidos).

• Fase Operativa • 5 puestos de trabajo de • 246 empleos equivalentes


mantenimiento general de la por año.
urbanización. • En momentos punta se
• 108 empleos estables en necesitan 443 empleos y
la economía nacional de- 171 en momentos de menor
rivados de la demanda de ocupación.
bienes y servicios de los • La repercusión del incre-
veraneantes. Si residieran mento de producción sobre
todo el año en la comarca la economía nacional es de
generarían 481 empleos en unos 245 empleos equiva-
toda la economía. lentes por año.
• Se estima que la parte del • De estos empleos se estima
empleo de necesaria local- que 86 serían de local-
ización en la ciudad es el ización en la ciudad o en su
equivalente a 43 empleos. proximidades.
• En el momento punta se • El total de empleos equiva-
pueden generar hasta 192 lentes por año es de 332
empleos. empleos.
• El total del empleo equiva- • En el momento de mayor
lente local es de 44 empleos. actividad el empleo local es
• En el momento de máxima ac- de 529 empleos.
tividad sería de 197 empleos.
© Editorial UOC 205 Capítulo II. Los lugares turísticos.

Factores descriptivos Opción Residencial (*) Opción Hotelera (**)

Generación de renta
• Fase de Construcción • 6.576 millones de pesetas en • 6.746 millones de pesetas en
la producción directa. la producción directa.
• 2.940 millones de pesetas en • 3.016 millones de pesetas en
indirecta e inducida. De esta indirecta e inducida. De esta
cantidad 588 millones son cantidad 603,2 millones son
de generación local. de generación local.
• La renta local sería de unos • La renta local sería de unos
7.500 millones de pesetas. 7.350 millones de pesetas.

• Fase Operativa • Se estima una generación de • Se estima una renta gen-


renta directa (mantenimien- erada directamente por la
to) de 24 millones anuales. actividad de 1.083,4 mil-
• Se genera una renta indi- lones de pesetas.
recta e inducida de 442 mil- • Se genera una renta indi-
lones anuales, de los cuales recta e inducida de 558 mil-
son retenidos en la zona el lones de pesetas anuales, de
20%, es decir 88,4 millones los cuales son retenidos en
al año. la zona 195,3 (proveedores
• La renta local total sería de locales de bienes y servicios
466 millones de pesetas al a los hoteles).
año. • La renta local total sería de
1.278,7 millones de pesetas
por año.

Generación de ingresos • 1.140 millones de pesetas • 1.482 millones de pesetas


Municipales derivados de la construcción derivados de la construcción.
• 110 millones anuales de • 140 millones de ptas.
tributos sobre el patrimonio anuales de tributos sobre el
inmobiliario y las actividades patrimonio inmobiliario y las
económicas actividades económicas.
(*) Se adopta como hipótesis de trabajo una ocupación de baja densidad de 3,5 plazas por vivienda.
(**) Se adopta como hipótesis de trabajo la dotación de 50 m² de techo por plaza, al ser un parámetro relativamente frecuente en las
últimas operaciones emprendidas.
Fuente: Avance del Plan de Ordenación del Territorio del Litoral Occidental de Huelva. Informe específico sobre turismo. Junta de Andalucía y
Arenal Grupo Consultor,2000.

Finalmente, hay que señalar los riesgos inherentes a la citada elección del tu-
rismo como opción por eliminación para el desarrollo de los territorios, riesgos
que se centran en la imposibilidad material de la actividad turística para absor-
ber los contingentes de mano de obra expulsados de los sectores tradicionales
en crisis, y ello pese a su demostrada capacidad para la generación de rentas
y empleos. Esta capacidad no puede llevar a la confusión de intentar generar
monocultivos turísticos en territorios en los que esta posibilidad no es posible
ni siquiera deseable (por las condiciones del medio natural, o por las caracterís-
ticas propias de la modalidad turística a implantar —turismo en espacio rural,
ecoturismo, etc.—) Así pues, la única opción verdaderamente viable para la
mayoría de los territorios parece pasar por una diversificación equilibrada de su
estructura productiva, que no cargue en exclusiva sobre el turismo la respon-
sabilidad de impulsar el desarrollo, puesto que, de lo contrario, se generalizará
la asignación de unas expectativas desmesuradas en la capacidad dinamizadora
del turismo, con el previsible resultado de una notable generación de frustracio-
nes en las poblaciones afectadas.
© Editorial UOC 207 Capítulo III. Casos de estudio

Capítulo III
Casos de estudio

1. Ecoturismo en América Central • Marta Nel·lo Andreu

Introducción

Centroamérica es una región formada por siete países (Guatemala, Belice, El


Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá), una superficie de aproxi-
madamente 533.000 km2 donde residen más de 40 millones de habitantes. Des-
de el punto de vista económico, los escenarios se caracterizan por su fragilidad
y la dependencia económica respecto a los mercados internacionales. Los paí-
ses de la región tienen economías basadas en recursos poco diversificados, los
sectores de fabricación son muy limitados y son altamente dependientes de
un conjunto de productos agrícolas exportables para mantener sus economías,
productos sujetos a unos precios de exportación que vienen determinados por
el mercado internacional. La mayoría requieren un gran volumen de importa-
ciones procedentes de los países industrializados y desarrollados, tienen una
débil infraestructura, sectores de producción no desarrollados, altos niveles de
desempleo y una escasez crónica de capital unida a tasas de crecimiento de la
población elevadas. Estas deficiencias se combinan para proporcionar una base
muy pobre para el desarrollo y la diversificación económica. Con este panora-
ma económico, social y político, la mayoría de los países en vías de desarrollo
han visto en el turismo una forma de progreso.
Hasta hace dos décadas, se afirmaba que la región era eminentemente agrí-
cola. Hoy en día, conjuga su potencial turístico con la actividad agropecuaria
y forestal.
A partir de la década de los noventa, Centroamérica inicia una etapa de
estabilidad política y económica y de fortalecimiento de la democracia que per-
© Editorial UOC 208 A propósito del turismo

mite potenciar el papel del turismo como factor de desarrollo económico en


los países de la región. En tal sentido, el turismo ha ido aumentando su peso
en las economías de los países del área poniendo de manifiesto su capacidad de
generar empleo y divisas e incidiendo en la mejora de la calidad de vida de sus
habitantes (AECI, 2004 ).
La estabilidad política y económica favorece el desarrollo del turismo y el in-
cremento de éste deriva de la propia naturaleza de la oferta y de la riqueza natu-
ral, patrimonial y cultural de la región. Algunos factores han favorecido el incre-
mento de la actividad turística en la región en estos últimos años: el incremento
del número de líneas que operan en Centroamérica, la reducción del coste del
billete de avión, la mejora de los accesos a los sitios de interés turístico, etc.
Las últimas cifras proporcionadas por la OMT, confirman y ponen de mani-
fiesto la espectacular evolución de la actividad turística en la región. Del año
2003 al 2004 hubo un incremento de llegadas de turistas internacionales del
17% y entre el 2004 y el 2005 se ha registrado un incremento del 14,1%. Es la
subregión de las Américas que ha registrado un incremento más notable, por
encima de América del Sur que ha registrado para los mismos años unos incre-
mentos del 17,2% y del 11,6% respectivamente. Al analizar los datos disponi-
bles se puede observar que la región se ha convertido en uno de los lugares con
mayor potencial de crecimiento del continente americano.
Entre 1995 y 2000 se produjo un aumento de llegadas de turistas a la región,
en un promedio de 10,7%. También crecieron los ingresos obtenidos para ese
mismo periodo. Esta tendencia al alza sin embargo registró un descenso duran-
te el año 2001 como consecuencia de los desastres naturales que afectaron a la
región y del atentado del 11-S que afectaron al turismo mundial. Posteriormen-
te y sobre todo a partir del año 2003, de nuevo se recupera la tendencia alcista.
Sólo Belice se ha mantenido con un crecimiento regular durante estos doce
años, con un máximo de 237.000 turistas en el 2005.
Del conjunto de la región Costa Rica es el país que más turismo recibe con
un total de 1.679.000 visitantes, lo que supone el 25% del total de visitantes
que visitan la región, le siguen Guatemala y el Salvador con un 20% y un 18%
respectivamente y Panamá, Honduras y Nicaragua que, entre los tres, tienen
una representación de un 11%, mientras que Belice representa el 4% restante.
En estos últimos quince años la región ha registrado un fuerte crecimiento
de la actividad turística, siendo uno de los atractivos más importantes para los
mercados occidentales la singularidad de los recursos naturales que disponen
© Editorial UOC 209 Capítulo III. Casos de estudio

la mayoría de los países de la región. Sin lugar a dudad América Central ofrece
grandes posibilidades para desarrollar, junto con el turismo tradicional, el turis-
mo ecológico y rural en consonancia con la creciente importancia del turismo
especializado.
El potencial natural centroamericano es enorme, pues contiene aproximada-
mente el 7% de la biodiversidad del planeta y en su conjunto cuenta con más
de 550 áreas protegidas, lo que supone aproximadamente el 25% del territorio
de Centroamérica, aunque la contribución a la conservación de cada país es
diferente. Entre 1969 y 2004 se ha producido un espectacular incremento de
espacios protegidos públicos y privados, fenómeno ligado a diferentes factores
como puede ser la presión conservacionista a nivel mundial y especialmente
el gran interés que despiertan muchos de estos espacios entre los mercados
turísticos occidentales. Guatemala y Honduras, por ejemplo, han duplicado y
triplicado sus áreas protegidas entre 1998 y 2002.

Cuadro 1. Número de Áreas protegidas y superficie protegida de los países de América Central.

País Nº % Organismo competente


AAPP Sup.
País

Guatemala 127 20,90 Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) formado por:
Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAGA)
Instituto Antropología e Historia (IDAEH)
Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT)
Asociación Nacional de Municipalidades (ANAM)
Centro de Estudios Conservacionistas de la Universidad de San
Carlos (CECON)
Belice 61 46,70 Ministerio de Recursos Naturales y Ambiente
Ministerio de Pesca, Agricultura y Cooperativas
Ministerio de Turismo, Cultura y Comunicación

El Salvador 3 0,33 Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (MARN)

Honduras 79 18,9 Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA)


Secretaría de Agricultura y Ganadería
Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (COHDEFOR)
Nicaragua 77 23,2 Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARENA)

Costa Rica 158 25,80 Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) a través del Sistema
Nacional de Áreas de Conservación

Panamá 65 34,30 Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM)


Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de PROARCA, 2004 (p 9).
© Editorial UOC 210 A propósito del turismo

Estos espacios protegidos han permitido articular una oferta turística inno-
vadora a partir de productos basados en los recursos naturales que esconden sus
áreas protegidas y que le ha merecido el posicionamiento competitivo a nivel
mundial como imagen de destino ecoturístico.
Los dos países que encabezan la región como destinos ecoturísticos consoli-
dados son sin lugar a dudas Costa Rica y Belice. Costa Rica es, sin lugar a dudas,
la que más partido ha sacado de su riqueza natural, pionero a nivel de región
y un referente como destino ecoturístico no sólo para sus vecinos, que están
siguiendo sus pasos sino a nivel mundial. Tampoco se ha de dejar de lado a
Belice (aspecto que permite que las dimensiones de su desarrollo turístico sean
menos masivas que en Costa Rica), pues aunque el volumen de visitantes en la
región sea poco representativo, es de sobra conocida su oferta ecoturística, so-
bre todo marina, combinada con los espectaculares recursos culturales. De cerca
está Guatemala y un tercer grupo formado por Panamá, Nicaragua, Honduras
y el Salvador que aún siendo los países con menor flujo de Centroamérica el
turismo, y principalmente el turismo ecológico, está desarrollándose de forma
interesante y mostrando un potencial importante.
El turismo, y concretamente el ecoturismo, se contempla actualmente en to-
das las políticas de desarrollo turístico de los países de la región, identificándose
como estrategia para posicionar a su país turísticamente y como instrumento
para hacer rentables y autosostenibles las áreas protegidas (AAPP), así como
para promover el desarrollo local.
Todos los países de la región cuentan con una Estrategia Nacional de Turis-
mo integrada en el Plan de Desarrollo Nacional o el Plan de Gobierno. El desa-
rrollo sostenible, la valoración de la diversidad cultural y la conservación del
patrimonio natural y cultural, son elementos presentes en la mayoría de estas
estrategias.
Las políticas y estrategias de los países van encaminadas a potenciar y a de-
sarrollar el producto del ecoturismo o turismo especializado. En estos últimos
años han proliferado los Planes Generales de Desarrollo Turístico Sostenible
donde el ecoturismo es un objetivo importante1.

1 Mencionar en el caso de Honduras documentos como Formulación y Armonización de la estra-


tegia metodológica para el desarrollo del ecoturismo en Honduras, el objetivo del cual es convertir el
ecoturismo en la estrella del desarrollo turístico o la Política Nacional de Ecoturismo de Guatemala,
redactada recientemente.
© Editorial UOC 211 Capítulo III. Casos de estudio

En esta misma línea, se están consolidando instituciones como la Cámara


Nacional de Ecoturismo de Costa Rica, la Asociación Ecoturismo de Guatemala
(ha diseñado el Código ético para operadores de turismo, guías y proveedores
de servicios) y se está promoviendo la Asociación Nicaragüense de Ecoturismo.
En el caso de Belice, la Asociación de Ecoturismo de Belice es una de las cuatro
divisiones de la Asociación de la Industria de Turismo de Belice (BTIA).
A nivel regional se ha redactado el Plan Estratégico de Desarrollo turístico Soste-
nible de Centroamérica, aprobado por el Consejo Centroamericano en el 2003. Y
recientemente, en 2005, se ha creado la Alianza Mesoamericana de Ecoturismo.
A excepción de Costa Rica y Belice, no existen datos globales sobre demanda
ecoturística. No hay ningún sistema de estadísticas en cuanto a los ingresos a
nivel nacional, aunque si existen para los parques o áreas arqueológicas o mu-
seos. Sólo algunas ONGs u organizaciones encargadas de la gestión de algún
área protegida llevan recuentos de visitantes pero no se contabiliza de forma
homogénea.
Desde 1990 al 2005 las áreas protegidas de Costa Rica han duplicado el nú-
mero de visitantes totales, recibiendo actualmente en 2005 1.066.00 visitantes,
de los que el 57% fueron extranjeros (véase cuadro 2). Según datos del Sistema
Nacional de Áreas de Conservación de Costa Rica, el 60% del total de los turistas
internacionales que llegan al país visitan sus áreas protegidas (SINAC, 2006). Este
interés creciente por los productos turísticos de naturaleza ha significado duplicar
en cinco años los ingresos por este concepto (Solano, 2003). En Belice, el número
de visitantes totales asciende para el año 2004 a 466.9902, cifra muy por debajo
de la de Costa Rica, cuyo modelo de desarrollo ecoturístico es menos agresivo.
En Guatemala, en el año 2000, las áreas protegidas fueron visitadas por
aproximadamente 1,4 millones de visitantes (55% extranjeros). En el caso de
Honduras se estima que catorce de las áreas protegidas más importantes del
país, recibieron unos 26.000 visitantes. El 29,8% de los turistas que recibe Hon-
duras son turistas vacacionales y recreativos y un 17% de estos disfrutan de
actividades ligadas a naturaleza y aventura. En Nicaragua, uno de los parques
nacionales más conocidos, el Parque Nacional Bombacho, pasó de 19.000 visi-
tantes en 1997 a 26.000 en 2005, y en el caso de El Salvador, los parques fueron
visitados en el año 2000 por 68.000 personas.

2 Datos proporcionados por las diferentes instituciones que gestionan las diferentes APS (Belize
Zoo & Tropical Education Centre ,Forestry Department, and Community Baboon Sanctuary; Belize
Audubon Society; Archaeolgy Department <http://www.belizetourism.org>.
© Editorial UOC 212 A propósito del turismo

Cuadro 2. Visitas a las áreas silvestres protegidas administradas por el SINAC en el período 1990-2005.

Año Visitantes Proporción Visitantes Proporción Total de Tasa de


Residentes no Visitantes Crecimiento
residentes
1990 304.642 59.59 206.591 40.41 511.233 -
1991 226.655 46.04 265.679 53.96 492.334 -370
1992 255.322 44.03 324.495 55.97 579.817 17,77
1993 367.683 47.62 404.342 52.38 772.025 20,7
1994 322.148 45.99 378.286 54.01 700.434 -9,27
1995 362.341 59.00 251.740 41.00 614.081 -12,33
1996 389.883 59.19 268.774 40.81 658.657 7,26
1997 452.680 60.94 290.081 39.06 742.761 12,77
1998 485.950 59.99 324.148 40.01 810.098 9,07
1999 495.829 57.25 370.254 42.75 866.083 6,91
2000 471.528 58.06 340.574 41.94 812.102 -6,23
2001 478.838 55.66 381.373 44.34 860.211 6,04
2002 507.801 55.22 411.831 44.78 919.632 6,78
2003 463.602 46.62 530.777 53.38 994.379 6,58
2004 476.633 44.81 586.959 55.19 1.063.592 6,96
2005 455.487 42.60 611.334 57.4 1.066.821 0,30
Fuente: SINAC, 2006.

El producto denominado como ecoturismo que se está desarrollando en la


región no se limita a únicamente el mercado del ecoturismo especializado, es
decir, de la actividad turística cuya motivación exclusiva es la práctica de acti-
vidades en áreas de elevado valor natural, sino que se incluye en la demanda
o el segmento de mercado generalista, mucho más amplio y según se apunta,
de mayor interés económico, por ejemplo por su tendencia a la frecuentación
más o menos ocasional, larga, o activa, de áreas naturales protegidas. En Costa
Rica, país de referencia en cuanto a ecoturismo, la mayor parte del turismo, un
58% según PLANTA (2004), que elige Costa Rica como destino no responde al
perfil del ecoturista puro o especializado (como aquel que busca la observación
de aves) que también existe, sino al del ecoturista generalista que efectúa un
recorrido por el país, realizando visitas cortas a distintas áreas naturales de inte-
rés escogidas en función de la variedad de su oferta. Este tipo de visitante más
casual combina la visita a los espacios protegidos con otros productos como el
sol y playa o el cultural.
© Editorial UOC 213 Capítulo III. Casos de estudio

El desarrollo del ecoturismo en la región ha tenido y tiene que enfrentarse


a una serie de debilidades derivadas de la falta de planificación que repercuten
negativamente en la actividad y en la calidad de las visitas. El ecoturismo como
modalidad turística es una actividad muy compleja, basada en unos recursos
frágiles, por eso es necesario que su desarrollo se lleve a cabo de la manera
más ordenada posible intentando reducir todos aquellos impactos que puedan
repercutir negativamente en el mismo. Una de las principales estrategias para
desarrollar de forma sostenible el ecoturismo es que las áreas protegidas sobre
las que se apoya la actividad turística tengan una gestión efectiva, respetan-
do una serie de etapas y mecanismos que garanticen la conservación y hagan
compatible el uso turístico con la preservación de los recursos. El turismo en
áreas protegidas depende de que se mantengan unas condiciones ambientales
y culturales de alta calidad. De hecho, los visitantes esperan encontrar insta-
laciones, programas y oportunidades de ocio y servicios de calidad. La gestión
activa (plan de gestión+ presupuesto + personal) sería la situación deseable para
la mayor parte de las áreas protegidas (EUROPARC, 2002: p 97). Pero la realidad
demuestra que esto no ha sucedido así, en el caso de Costa Rica, que fue pio-
nera de esta modalidad en la región, ha padecido estas carencias y actualmente
todavía está corrigiendo la situación.
Según datos recientes, sólo un 18% de las áreas protegidas declaradas en
Centroamérica disponen de plan de gestión. Los países que se encuentran en
una mejor situación son Honduras y Panamá, pues aproximadamente el 30%
de sus áreas cuentan con este tipo de documento. Otros resultados más opti-
mistas se obtienen cuando se recuentan los planes operativos para gestionar
anualmente los espacios protegidos, destacando Costa Rica y Panamá, donde
un 100% y un 70% respectivamente de sus áreas protegidas cuentan con este
tipo de instrumento de planificación. Los problemas que padecen la mayoría
de las áreas protegidas de la región provienen de los pocos recursos económicos
disponibles y asignados por parte del Estado. Aunque la financiación proviene
mayoritariamente de presupuestos nacionales, durante esta última década está
siendo importante y va en aumento la cooperación de organismos internacio-
nales, los acuerdos de coadministración o cogestión con empresas privadas,
ONGs o instituciones.
Hay una cifra muy reveladora difundida por PROARCA que define la situa-
ción actual de la región. Casi el 90% de los presupuestos estatales dirigidos al
mantenimiento de las áreas protegidas se dirigen a pagar salarios (PROARCA,
© Editorial UOC 214 A propósito del turismo

2003: p. 50). En Costa Rica se estima que el déficit es de un 40% tanto en re-
cursos financieros como en personal y equipo necesario. Ligado a la falta de
recursos económicos se encuentra la escasez de infraestructuras y equipamien-
tos. Casi alrededor del 60% de las áreas protegidas de la región no disponen de
ningún tipo de infraestructura, siendo el caso de Guatemala el más grave con
un porcentaje que asciende al 83% de las áreas protegidas y en una situación
menos crítica Costa Rica, con un 40% de áreas sin infraestructura (Nel-lo, 2004:
p 361). Las infraestructuras son una limitación importante pero también es
problemática la falta de mantenimiento de las instalaciones y de los equipos,
así como la falta de recursos humanos.
Cada uno de los sistemas de áreas protegidas nacionales ha sido definido
bajo diferentes marcos y estructuras institucionales y bajo diferentes marcos y
políticas, siendo en muchas ocasiones una estructura administrativa compleja.
Esto ha incidido en su nivel de eficacia, funcionamiento y competencias. No
sólo por la cantidad de entidades involucradas, sino por la escasa definición de
las competencias y la poca coordinación entre la institución encargada de la
gestión de las áreas protegidas y del desarrollo de la actividad turística.
Otro problema derivado de la progresiva implantación del ecoturismo es la
masificación en las áreas protegidas que ya eran destinos tradicionales. En algu-
nos lugares ha supuesto graves impactos negativos sobre los recursos naturales
y culturales como sucede en el caso de Guatemala el Parque Nacional Tikal, el
Parque Nacional Río Dulce o el Parque Nacional Volcán Agua. La importante
inversión extranjera desplaza en ocasiones a las iniciativas locales, que a su vez,
ante las dificultades que tienen para lograr implicarse en la actividad ecoturísti-
ca, se están agrupando en redes regionales o nacionales para así crear sinergias
y diferenciar sus productos. Dichas redes cuentan con el apoyo de ONGs y la
cooperación internacional, como sucede en Costa Rica, donde un gran número
de proyectos locales ecoturísticos han obtenido el apoyo económico del pro-
grama de pequeñas donaciones de las Naciones Unidas. La estacionalidad de la
oferta de los operadores representa otro problema. El pequeño tamaño de los
grupos y la debilidad del mercado, expresada en una escasa frecuencia de las
visitas, supone unos precios elevados de los paquetes y productos ofrecidos por
los operadores. Esto, a su vez, retrae a la demanda, con lo que se genera otro
círculo vicioso. Finalmente hay que tener presentes otros aspectos como que los
operadores cuentan con guías profesionales, capacitados y con conocimientos
ecoturísticos para conducir y manejar a los grupos de turistas, las condiciones
© Editorial UOC 215 Capítulo III. Casos de estudio

de seguridad en las que se ofrecen las actividades, transporte, higiene de la co-


mida, etc., no siempre son las más adecuadas o que hay ONGs administradoras
de áreas protegidas que ofrecen tours en esas áreas a precios más bajos que los
tour operadores.
En contrapartida a estas debilidades y problemas con los que se tienen que en-
frentar los países de la región, la fase emergente en que se encuentran los destinos
hace prever que la tendencia turística de la región es la de seguir creciendo a corto
y medio plazo, sobre todo si se van concretando las acciones contempladas en las
diferentes estrategias y programas a nivel nacional en materia de turismo. Además
el producto ecoturismo y/o turismo especializado, que es hoy por hoy un mercado
con gran potencial y que mueve a miles de personas sobre todo de países occiden-
tales, donde esta riqueza natural ya casi ha desaparecido, puede afianzarse.

2. Turismo de sol y playa en Cuba.


El caso de Varadero • Eduardo Salinas Chávez

Introducción

No se puede realizar ningún estudio del Turismo en Cuba sin analizar la re-
lación existente entre la industria turística y los cambios económicos, sociales y
políticos que se han producido a través de su historia.
El Turismo en Cuba tiene una larga tradición y sus orígenes se remontan a
la primera mitad del siglo XIX, sin embargo en todo ese siglo y en la primera
mitad del siglo pasado, el desarrollo del turismo se caracterizó por la inexis-
tencia de políticas para aumentar o mantener los avances alcanzados durante
determinados periodos (Ayala, H. 2001 y Salinas, 2003).
Diversos especialistas hablan de tres o cuatro etapas del desarrollo turístico
en Cuba (Villalba, 1993, García. A. 1998 y 2005, Mundet, Ll. y Salinas, 2000 y
Salinas, 2003). La primera está asociada al periodo republicano, en el cual Cuba
se convierte en el principal destino del Caribe y donde según los primeros datos
oficiales en la temporada 1924-25, se recibieron 31.566 turistas. En los años
cincuenta del siglo pasado, Cuba se convirtió en el primer destino turístico del
© Editorial UOC 216 A propósito del turismo

Caribe con más de 7.700 habitaciones (en 125 hoteles) en 1958, alcanzando la
cifra máxima de llegadas en el año 1957, con 272.265 visitantes, lo que repre-
sentaba más de 27% del total de visitantes del Caribe y el doble del segundo
destino en importancia de la región, en esos años Jamaica. Como resumen del
desarrollo del turismo en Cuba hasta el triunfo Revolucionario de 1959 se pue-
de señalar «que éste estuvo sujeto a la anarquía y desidia de un sistema capitalista de
subordinación al extranjero lo que se traduce en una falta de previsión en su dirección
y administración, bajos ingresos por turista, estadías cortas y una pobre oferta basada
esencialmente en el juego, el vicio y la prostitución» (Villalva, 1993).
El turismo después de la Revolución está marcado por tres periodos clara-
mente diferenciados.

• El primero, desde 1959 hasta la década de los setenta, donde se produjo una
reducción drástica del turismo internacional (solamente visitaban el país al-
rededor de 2 a 3 mil visitantes anuales) se promueve el turismo nacional
con una oferta centrada esencialmente en las áreas litorales y ciudades con
servicios turísticos regulares e instalaciones de alojamiento de baja categoría
(Ayala, 2001 y Salinas y Estévez, 1996).
• El segundo periodo incluye los años setenta y ochenta y está caracterizado
por una lenta recuperación del turismo internacional proveniente principal-
mente de Europa y Canadá y la realización de los primeros planes directores
para la planificación del desarrollo del turismo en el país a partir del inventa-
rio de los recursos turísticos y la estimación del potencial de habitaciones en
las regiones turísticas propuestas. Se produce también la consolidación del
turismo nacional con más de 650.000 visitantes en más de cien campings
distribuidos por todo el país especialmente en áreas litorales.
• Por último, el tercer periodo que comenzó a fines de los ochenta con la re-
cesión de la agricultura (lo que representó un duro golpe para la economía
cubana y obligó al gobierno cubano a considerar al turismo como la única
alternativa posible para la recuperación y reactivación económica del país)
conllevó un proceso de construcción de nuevas plazas hoteleras, el desarro-
llo de infraestructura turística y la participación cada vez mayor del capital
extranjero en este sector. El papel que ha desempeñado el sector turístico en
la economía cubana en los últimos veinte años (1985-2005) ha sido relevan-
te como puede apreciarse en el comportamiento del número de visitantes
que pasó de 175.576 a 2.319.334 y los ingresos que crecieron significativa-
© Editorial UOC 217 Capítulo III. Casos de estudio

mente de 87.3 millones de $ en el año 1986, a 2.367,4 millones de $ en el


año 2004 (García, A. 1999 y 2005 y Martín, 2006).

Cuadro 1. Principales Indicadores Turísticos de Cuba.

Indicadores/ 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2005
años

Habitaciones 12,9 18,7 23,3 26,9 30,9 35,3 39,5 41,2 47,5
(miles)

Visitantes (miles) 340 461 619 1.004 1.446 1.774 1.686 2.048 2.319

Ingresos 243 550 850 1.333 1.759 1.948 1.769 2.367 2.798
(millones usd)
Fuente: Ministerio de Turismo de Cuba, 2006.

El desarrollo planificado del turismo en nuestro país según diversos estudios


del Instituto de Planificación Física, el Ministerio del Turismo y otras institucio-
nes, contempla la existencia de más de 1.200 atractivos naturales e histórico-
culturales y un potencial de más de 190.000 habitaciones distribuidas en 85 po-
los y 16 regiones turísticas, 8 de ellas consideradas priorizadas para el desarrollo
de la actividad turística en los próximos años y donde se concentra actualmente
el 92 % de todas las habitaciones existentes (IPF, 1994)

Figura 1. Regiones priorizadas para el desarrollo del turismo en Cuba.

Finalmente, sobre el análisis realizado del desarrollo del turismo en Cuba


nos gustaría señalar que el país se ha visto en la necesidad de llevar a cabo este
© Editorial UOC 218 A propósito del turismo

importante y acelerado desarrollo en las últimas dos décadas, en condiciones


muy especiales de país bloqueado y por tanto limitado a su mercado turístico
natural que es el mercado norteamericano, la imposibilidad de desarrollar el
turismo de cruceros y las marinas por las limitaciones impuestas por el gobierno
de los Estados Unidos de Norteamérica a sus ciudadanos para visitar Cuba a sus
empresas para realizar cualquier negocio con Cuba.

El turismo litoral en Cuba

El Caribe, un destino por excelencia de sol y playa, se distingue por tener unas
aguas más cálidas, limpias, tranquilas y exóticas que las del Mediterráneo y se carac-
teriza por la existencia de importantes resorts y destinos vacacionales de sol y playa,
en donde las actividades vinculadas al mar, los deportes náuticos y los cruceros han
tenido preeminencia. Éstas se corresponden esencialmente con la imagen alcanzada
y consolidada después de la Segunda Guerra Mundial que lo ha convertido en la
segunda región de turismo de sol y playa del mundo, después del Mediterráneo.
En este contexto se desarrolla el turismo de sol y playa en Cuba que pode-
mos señalar que antes de 1959 no estaba consolidado pues el principal destino
de esta modalidad era entonces Varadero con 2 hoteles (Internacional y Oasis)
y un total de 400 habitaciones. Cuba se vendía esencialmente como un destino
de juego y prostitución asociado con la vida nocturna en la ciudad de La Ha-
bana más que como un destino de sol y playa, a pesar de la reconocida calidad
y belleza de sus playas, principalmente Varadero, a quien los norteamericanos
promovían como la playa más linda del mundo.
Después de 1959 se promulgan varias leyes que declaran el carácter público de
las playas y costas del país y promueven el incremento del turismo nacional hacia
las áreas litorales con la construcción de nuevas instalaciones en diversos lugares.
Esta dinámica se consolida en los años siguientes con el desarrollo de unos 100 cam-
pings en la década de los años setenta y ochenta especialmente en zonas litorales, lo
que posibilitó incrementar las posibilidades de vacaciones de la familia cubana.
Con el impulso dado por el Estado Cubano al desarrollo del turismo interna-
cional a inicios de la década de los años noventa se produce un crecimiento ex-
plosivo en la construcción de nuevas capacidades hoteleras la llegada de visitantes
y los ingresos por turismo (véase cuadro 1). En 1995, el 58 % de las capacidades
hoteleras en Cuba se localizaban en áreas litorales y en el año 2005, esta cifra al-
© Editorial UOC 219 Capítulo III. Casos de estudio

canzó el 65 % del total de habitaciones hoteleras del país lo que, según algunos
autores, contradice lo expresado por las autoridades del sector en Cuba que seña-
lan la necesidad de diversificar el producto turístico cubano y podría hipotecar el
futuro desarrollo alternativo y diferenciado de nuevas modalidades turísticas que
no tengan en el sol y la playa su principal razón de ser (Salinas y Mundet, 2000).

Cuadro 2. Habitaciones según modalidades turísticas disponibles en Cuba en el 2005 (en miles).

Modalidades 2001 % del total 2005 % del total


Playa 24,9 67 31,1 65
Ciudad 9,5 25 11,4 24
Naturaleza 1 3 2.4 5
Salud 0,6 2 0,9 2
Náutica 0,9 2 1,2 3
Otros 0,3 1 0,5 1
Total 37,2 100 47,5 100
Fuente: Ministerio de Turismo de Cuba, 2006.

En estos últimos años se ha producido un importante crecimiento en hoteles de


cuatro y cinco estrellas, se trabaja en el desarrollo de una oferta extra hotelera de cali-
dad y se ha producido el predominio del sistema de gestión basado en el todo inclui-
do, llegando a acaparar el 75 % de todas las plazas en los destinos de sol y playa.
Se ha planteado como una necesidad ineludible diversificar el producto de
sol y playa incorporando cada vez mas otras modalidades turísticas más activas
asociadas al mar, para las cuales nuestra condición de isla tropical con una ex-
tensa plataforma y excepcionales fondos y arrecifes coralinos ofrece múltiples
ventajas como son, el buceo, el ecoturismo marino, el snorkeling, etc.

El turismo en Varadero

La Península de Hicacos, donde se halla este Polo Turístico, se encuentra


situada entre los 23º 08' de latitud norte y los 81º 16' de longitud oeste, al NNO
de la provincia Matanzas, a 145 km de La Habana, a 32 km de la ciudad de Ma-
tanzas y a 10 km de Cárdenas, ocupando una superficie total de 31.55 km², una
longitud de 22 km y un ancho entre 700 y 1200 m constituyendo el punto más
septentrional del archipiélago cubano.
© Editorial UOC 220 A propósito del turismo

En esta península se encuentra enclavada la playa de Varadero, con unos 20


km de playa lineal de arena muy fina, de color crema y de origen marino bio-
génico con un ancho promedio de 30 m, poca pendiente y aguas de excelente
calidad con abundantes arrecifes coralinos. Solamente en pequeños sectores
aparecen costas abrasivas. El clima es tropical, estacionalmente húmedo, con
una temperatura media anual de 25° C, una estación de lluvia entre Mayo y
Octubre y 8 horas de sol como promedio diario.
Varadero presenta una vegetación y una fauna asociadas a la formación de
costa arenosa, dunas y al matorral xeromorfo costero en su porción norte y oes-
te, y de manglar en su porción este y sur hacia la bahía de Cárdenas.

Figura 2. Situación de la península de Hicacos y la playa de Varadero al norte de la isla de Cuba.

La Península de Hicacos presenta un asentamiento urbanizado, en el


que residen aproximadamente 7.387 habitantes en unas 2.234 viviendas,
fundamentalmente entre Ave. 1ra – Autopista Sur, y calle 13 – Oeste Parque
Josone.
© Editorial UOC 221 Capítulo III. Casos de estudio

Es una región con saldos migratorios positivos y de fuertes movimientos


pendulares hacia ella, por ser la más importante económicamente del territorio
provincial y por la diversidad de recursos existentes. Hacia ella, se dirigen los
mayores volúmenes de inversiones de la provincia, por el desarrollo turístico,
industrial y petrolero de la misma.

Desarrollo histórico

La playa de Varadero, comenzó a ser utilizada por los pobladores de Cárde-


nas desde mediados del siglo XIX y fue fundado como pueblo en 1883 con el
nombre de Poblado para temporadas de baño, en un plano con calles de traza-
do reticular, en el centro- oeste de la Península.
A principios de 1900 se comienza a utilizar Varadero como zona de veraneo
de muy alto nivel con sus regatas anuales (1918) y grandes casas con sus propios
atracaderos. Durante el pasado siglo, Varadero constituyó el destino vacacional
de ricos y famosos, incluyendo a la familia Dupont y muchos otros que se hos-
pedaron en lugares muy prestigiosos, como el Hotel Varadero (1915) y el Hotel
Internacional (1950). El desarrollo en este tiempo se concentró principalmente
hacia el extremo oeste de la península y alrededor del Varadero histórico. El
desarrollo turístico de la península durante el periodo enmarcado entre 1959 y
1990 estuvo dirigido al turismo nacional, por lo que el pueblo y la playa fueron
provistos de instalaciones para los turistas cubanos provenientes de La Habana
así como de las zonas centrales y occidentales de la isla.
A partir de 1990, Varadero experimenta un rápido crecimiento con la apertura
del país al turismo internacional. Con el fin de regular este crecimiento se elaboró
y aprobó un primer Plan Director a principios de los años noventa en el cual se
identificaban siete sectores con características específicas que son: Oasis, Kawa-
ma, Varadero Histórico, Internacional, Las Américas, Los Taínos e Hicacos.
Varadero ha estado a la cabeza del turismo cubano desde el pasado siglo. El
creciente interés por venir a descansar a esta maravillosa playa es lo que ha he-
cho que la ocupación del espacio geográfico y su consiguiente transformación
a través del tiempo haya ido en aumento, proceso que se aceleró en la última
década del siglo pasado.
A su más preciado recurso, la playa, se pueden añadir otros atractivos natu-
rales, como las cuevas, un grupo de pequeñas islas vírgenes de fácil acceso, las
© Editorial UOC 222 A propósito del turismo

riquezas de un paisaje natural característico que se conserva en la porción más


oriental del territorio y otros de carácter cultural, histórico y ambiental estre-
chamente relacionados con las cercanas ciudades de Matanzas y Cárdenas.
Las playas, los fondos marinos y el litoral son los recursos mejor explotados y de
mayor valor que conforman la oferta turística actual de Varadero, fundamentalmente
hacia el turismo convencional, mediante paquetes todo incluido, que representa el 85
% de todas las habitaciones disponibles, opcionales a los turistas y excursio-
nes vendidas en otros destinos. Los programas especializados son aún escasos y
no integran adecuadamente el resto de los valores históricos y culturales y de la
naturaleza, propios y del entorno de Varadero, los cuales serían un complemen-
to favorable para brindar un producto más completo y diversificado.
En la década de los noventa, la actividad turística se incrementó acelerada-
mente con fuertes inversiones tanto en actividad hotelera como extra hotelera
y de apoyo (se invirtieron más de 1000 millones de $) y se produjeron entre
otros: incrementos significativos en la cantidad de instalaciones hoteleras, al-
canzando en el año 2005 las 15.946 habitaciones en explotación; en la calidad
del alojamiento que de una media de 3-4 estrellas pasó a 4-5; en las llegadas,
que se multiplicaron por 20; y en los ingresos que se multiplicaron por 5,4.
La superficie de suelo disponible por habitación en este destino es de 36,3
metros cuadrados y la superficie de baño disponible por habitación es de 51,6
metros cuadrados. En la actualidad cuenta con más de 27.000 trabajadores lo
que representa un índice de 1,6 por habitación.
Los principales mercados que visitan esta región son el canadiense, alemán,
francés y español aunque al ser una de las regiones turísticas más importantes
recibe también de todos los demás (véase figura 3). Existe además una notable
mejora en las infraestructuras y los servicios públicos para el turismo y es la re-
gión turística donde existe el mayor desarrollo extra hotelero del país.
Los principales productos turísticos que se comercializan en este destino
además de sol y playa son:

• Náutica (incluye esquí náutico, surfing, paseo por el litoral, excursiones en


catamarán, veleros y lanchas a las pequeñas islas cercanas.
• Buceo.
• Pesca.
• Turismo de eventos e incentivos.
• Otros como: golf, turismo cultural, paracaidismo deportivo, delfinario, etc.
© Editorial UOC 223 Capítulo III. Casos de estudio

Varadero se puede considerar como el primer destino turístico del país con
indicadores que en el año 2003 representaron el 36,4% de los ingresos totales
recibidos por el turismo en Cuba, el 44,5% de los visitantes y el 37,6% de las
habitaciones en explotación, con una estancia promedio de siete días superior
a la media del país y una carga de usuarios que en días punta puede sobrepa-
sar las 100.000 personas si sumamos los alojados, los visitantes por un día, los
residentes y los trabajadores de este destino. La ocupación media anual de este
destino fue del 80% en el año 2005.

Figura 3. Principales mercados emisores (en turístas físicos) que visitaron varadero durante 2004.

En este momento se encuentra edificado o en proceso de edificación más del


70% de la península, contando además con algunas áreas protegidas (no edifi-
cables) que representan más del 15% del área total de la misma (Arias, 2005), se
prevé continuar el ritmo de crecimiento actual de las habitaciones para alcanzar
las 17.000 habitaciones en explotación en los próximos años cifra aun por de-
bajo de la capacidad potencial estimada en unas 25.000 habitaciones.
© Editorial UOC 224 A propósito del turismo

Este destino tuvo un rápido crecimiento a partir de una base pequeña, según
el modelo de desarrollo de Butler (1980) y está al final de la fase de desarrollo
en una situación donde sería conveniente analizar las mejores opciones para su
consolidación como un destino litoral maduro de éxito.
Se espera que Varadero reciba más de un millón de turistas anuales, lo que
representará el 37% del total del país (cifra significativa teniendo en cuenta el
desarrollo que alcanzarán otras regiones); en turistas-días la cifra esperada será
un 45% de la del país y con respecto al ingreso bruto la expectativa representará
el 20,3% del total que espera el país.
El perfeccionamiento de la comercialización dependerá de la diversificación
y diferenciación del producto turístico de Varadero. Se deberá incrementar el
nivel ocupacional, teniendo en cuenta el comportamiento de la demanda y
profundizar en los estudios de los mercados emisores, realizando acciones con-
cretas en los mismos para incrementar los flujos hacia el destino Varadero com-
binado con otros destinos turísticos del país.

Conclusiones

1. Cuba se ha consolidado en la última década como un destino importante


de sol y playa en el Caribe, con tasas de crecimiento superiores a la media de la
región y un incremento en la calidad de su infraestructura de alojamiento y los
productos que comercializa.
2. El modelo de desarrollo turístico por el que ha apostado el país desde
los inicios de los años noventa ha estado acompañado de una planificación y
gestión del turismo que busca la integración de las actividades turísticas con el
medio natural y la población residente, estableciendo mediante Planes Directo-
res a nivel nacional, para cada región y polo turístico las capacidades de carga y
las regulaciones necesarias para su desarrollo.
3. La política del Estado Cubano es consolidar el turismo de sol y playa en
el país para los mercados ya conocidos, logrando su comercialización como un
destino de alto standing y buscando combinar la explotación de las áreas lito-
rales con otros productos asociados con la excepcional naturaleza de nuestro
archipiélago y la historia y cultura de nuestro pueblo.
4. Varadero, el principal destino de sol y playa de Cuba antes del año 1959
y según muchos, una de las playas más bellas del mundo, se ha desarrollado de
© Editorial UOC 225 Capítulo III. Casos de estudio

forma acelerada en la última década, logrando incrementos significativos de los


principales indicadores turísticos.
5. En estos momentos, según diversos especialistas, Varadero está al final
de la fase de desarrollo como destino, por lo cual su futuro debe ser analizado
cuidadosamente para no repetir los errores cometidos en otros destinos litorales
del mundo y poder consolidarse como un destino maduro de éxito.
6. Finalmente, podemos señalar que en un contexto nacional y regional
cada vez más competitivo, que supone el surgimiento y desarrollo de nuevos
destinos de sol y playa, las posibilidades de Varadero para mantener su posi-
ción de vanguardia están dadas por el desarrollo y consolidación de otros pro-
ductos como son: eventos, pesca, cultura y deportes así como la certificación de
la calidad de sus instalaciones y los servicios que se ofertan y su integración a
productos multidestino no solamente nacionales sino regionales.

3. El agroturismo en la Cataluña interior.


El caso de la Sierra de Castelltallat • Martí Cors Iglesias

Introducción

El agroturismo es una modalidad específica de turismo, casi siempre identi-


ficado con el turismo rural, y que definimos como «aquel conjunto de actividades
turísticas y de ocio propuestas y realizadas por titulares o responsables de explotacio-
nes agrarias, activos o jubilados, que tengan alguna relación con la explotación agra-
ria y que vayan destinadas a un cliente mayoritariamente urbano.»
En el desarrollo del agroturismo intervienen tres actores claves: el agricultor,
el turista y la administración. Todos ellos persiguen unos objetivos concretos:
el agricultor desea conservar su patrimonio rural, obtener unas rentas comple-
mentarias y, en definitiva, mejorar su nivel de vida; el turista busca el contacto
con la naturaleza y el mundo rural, disfrutar de su paisaje y cultura y evadirse
de la realidad cotidiana; y finalmente, la administración pretende mantener las
explotaciones agrarias, el tejido social y los servicios públicos básicos en aque-
llos territorios rurales que son más frágiles. La confluencia de dichos objetivos
© Editorial UOC 226 A propósito del turismo

ha conllevado la consolidación del agroturismo en amplias zonas rurales y de


montaña de Europa, convirtiéndose en una alternativa a aquellas otras modali-
dades turísticas más estandarizadas.
En Cataluña el impulso del turismo rural y el agroturismo se produce a lo
largo de la década de los noventa, coincidiendo con las nuevas preferencias de
la demanda turística y la existencia de una normativa específica que regula un
nuevo tipo de alojamiento turístico. En este sentido, y acorde con las compe-
tencias que tienen las comunidades autónomas españolas en materia de turis-
mo, Cataluña regula a través de varios decretos3 una modalidad especifica de
alojamiento rural, se trata de las denominadas Residències-Cases de pagès (RCP),
establecimientos rurales cuyas características básicas son las de ser edificios an-
teriores al año 1950, con una capacidad máxima de 15 plazas y situados fuera
del núcleo urbano (aislados) o bien en núcleos de población inferiores a los
1.000 habitantes. Existen tres tipologías de alojamientos4 y en dos de ellas los
titulares deben trabajar en el campo. El crecimiento de la oferta agroturística
ha sido imparable desde principios de los años noventa y en tan sólo una déca-
da, se ha triplicado la oferta hasta llegar a los 1.060 establecimientos y 10.235
plazas en el año 2005. La rápida proliferación de nuevos alojamientos rurales
se atribuye al contexto general respecto a las nuevas tendencias en turismo:
diversificación de destinos y de productos, y a las características particulares de
Cataluña: un territorio poco extenso que ofrece una gran diversidad de paisajes
rurales debido a su orografía accidentada y con un importante mercado turísti-
co interno procedente de las principales áreas urbanas del país.

El agroturismo en la Sierra de Castelltallat

El mayor auge del turismo rural se ha dado en aquellos territorios de media y


alta montaña ubicados en la mitad norte de Cataluña, básicamente en los valles
pirenaicos y en las comarcas interiores de las provincias de Girona y Barcelona

3 Decreto 365/1983 de 4 de agosto, Decreto 21471995 de 27 de junio y Ley 13/2002 de 21 de


junio de turismo.
4 El Decreto 214/1995 clasifica los alojamientos rurales (RCP) en tres tipologías: masía, casa de
pueblo y alojamiento rural independiente; y la Ley 13/2002 de turismo distingue entre “casa de payés”
(alojamiento agroturistico en habitaciones) y “alojamiento rural” (alquiler del establecimiento sin
que sea necesariamente agroturístico).
© Editorial UOC 227 Capítulo III. Casos de estudio

caracterizadas por la presencia de la masía5. Es en el marco geográfico de un


espacio rural de interior ordenado durante siglos por la estructura agraria de
la masía que localizamos la Sierra de Castelltallat. Justo en el centro geográfico
de Cataluña se levanta la Sierra de Castelltallat (municipio de Sant Mateu de
Bages), en la comarca del Bages. Se trata de un anticlinal orientado de suroeste
a noreste con una longitud aproximada de unos 25 Km y con altitudes que
oscilan entre los 650 m y los 900 m. Es un territorio donde prácticamente el
100% de su población vive diseminada en masías y con densidades de pobla-
ción que apenas superan los 10 habitantes/km2. Tradicionalmente, la economía
de la zona se ha basado en la explotación forestal y la agricultura de secano,
sectores que agonizaron tras una profunda crisis a mediados de siglo pasado lo
que provocó el abandono de aquellas explotaciones con menos recursos y el
consiguiente despoblamiento de la zona. Fueron las explotaciones de tamaño
medio y grande las que consiguieron sobrevivir gracias a la introducción de la
ganadería, un sector en pleno auge a partir de los años sesenta y que sostuvo a
la mayoría de agricultores de la zona hasta que a finales de los años ochenta,
y tras la incorporación de España en la UE y la aplicación de la PAC, el sector
entró en un nuevo período incierto lo que condujo a una nueva y profunda
crisis. Es en este nuevo contexto donde aparece el turismo, una actividad nueva
y desconocida para los habitantes de la zona, y que empieza a contemplarse
como una alternativa real y viable para asegurar el mantenimiento de las explo-
taciones agrarias y, en definitiva, fijar la población en el territorio. Otro aspecto
adicional que contribuyó a acentuar la crisis del campo en la zona, fueron los
grandes incendios forestales que afectaron a la sierra durante la década de los
noventa. Tras esta catástrofe ecológica y económica, los habitantes del lugar se
han reafirmado en las posibilidades que ofrece el turismo rural y el agroturismo
para asegurar el futuro de sus explotaciones agrarias.
Así pues, se configura un núcleo sólido y singular de desarrollo agroturístico
gracias a la cooperación y coordinación entre distintos actores del territorio y
con el objetivo de impulsar una actividad compatible con el mantenimiento de
las explotaciones agrarias y en base al aprovechamiento de los recursos endó-
genos. Entre los factores que han hecho posible dicho desarrollo cabe citar en

5 La masía o mas es la estructura agraria propia de la Cataluña húmeda y de media montaña, que
se remonta a la Edad Media y configura un hábitat rural disperso. La masía ha ordenado durante
siglos los distintos usos del suelo: la vivienda en el centro de la explotación, las tierras de labor en
las zonas más llanas y cercanas a la vivienda, ocupando el monte el resto del terreno.
© Editorial UOC 228 A propósito del turismo

primer lugar la iniciativa privada de algunos titulares que han llevado a cabo
sus proyectos agroturísticos bajo una lógica empresarial. Son iniciativas pione-
ras en la zona que posteriormente han sido imitadas por otros vecinos del lugar.
Entre las más novedosas está la propuesta de turismo activo de las rutas en ca-
ravana y carruaje por la Sierra de Castelltallat, que junto con los alojamientos
de turismo rural de la zona constituyen los dos pilares básicos del agroturismo.
Al ver la gran demanda existente en este tipo de servicios turísticos algunos
de sus titulares han visto en ello un negocio rentable y se ha traducido en la
presencia de varias unidades turísticas de alojamiento bajo titularidad de una
misma persona y en la diversificación de los servicios prestados. La mujer es, en
la mayoría de los casos, la encargada de gestionar el negocio turístico, general-
mente bajo una óptica de complemento de rentas, ya que la actividad turística
está en función de su tiempo disponible y, por tanto, supeditada a las labores
del campo y del hogar.
Desde que se abrió en 1993 la primera casa de agroturismo y se iniciaron
paralelamente las rutas en caravana y carruaje tirados por caballos se ha con-
solidado una estrategia de desarrollo local caracterizado por la integración de
varios productos6 y actores, agrupados todos ellos bajo la Asociación Sierra de
Castelltallat, un organismo creado a finales de los años noventa y formado por
empresarios agroturísticos de la zona y representantes del municipio. La actua-
ción conjunta y coordinada de los distintos actores implicados en un proyecto
en común es una de las claves del éxito del agroturismo. Se constata pues, que
el agroturismo fomenta la cohesión social como lo demuestra el alto grado de
asociacionismo existente en la zona. Las asociaciones de empresarios de turis-
mo rural y agroturismo han asumido y asumen un papel muy importante en el
sector. Dichas asociaciones tienen como principales objetivos el de ofrecer un
producto turístico de calidad, formar y asesorar al socio de las novedades en
el sector, actuar de interlocutor con la administración y facilitar las tareas de
difusión del producto a partir de acciones concretas de promoción y comercia-
lización. En la zona, existen dos asociaciones y una federación de ámbito supra
comarcal, de las que forman parte la mayoría de los empresarios agroturísticos
de la Sierra de Castelltallat. No en vano, y gracias al papel activo desempeñado
por las asociaciones, el agroturismo de la zona se identifica con un producto

6 1) Red de alojamientos rurales, 2) Rutas en carruaje y caravana (turismo a caballo) y 3) observa-


torio astronómico.
© Editorial UOC 229 Capítulo III. Casos de estudio

de calidad presidido por su autenticidad y que, en cierto modo, contrarresta la


pasividad con la que han actuado algunas de las administraciones locales.
Desde las instituciones públicas, y pese al empeño en potenciar el turismo
rural y el agroturismo, en este sector concreto de Cataluña y a diferencia de sus
comarcas vecinas, las ayudas destinadas al sector del turismo rural han sido es-
casas. Por ejemplo, ni el municipio ni la comarca se han beneficiado de los pro-
gramas de desarrollo rural LEADER o PRODER. Los primeros establecimientos
agroturísticos de zona se pudieron acoger a las ayudas que por aquel entonces
destinaba el Départament de Turisme de la Generalitat de Cataluña para la aper-
tura de nuevos establecimientos de turismo rural, unas ayudas que se derogaron
en 1996. Los créditos a bajo interés subvencionados por el Departamento de
Agricultura de la Generalitat son las únicas ayudas que recibe el sector. En el
caso de aquellas explotaciones agroturísticas que resultaron afectadas por los
incendios forestales se les otorgaron ayudas específicas para paliar los efectos
provocados por el fuego. Dichas ayudas se destinaron a ajardinar el entorno de
las masías con el objetivo de recuperar lo antes posible la zona verde de los alre-
dedores de la casa. A pesar de que en un primer momento los incendios fueron
un duro golpe para el sector turístico, la clientela se recuperó muy rápidamente,
un síntoma claro de que en el agroturismo el factor humano y la complicidad
que se establece entre el titular y el cliente ocupan un lugar muy destacado en-
tre las motivaciones de la demanda.
Respecto a la actuación de la administración, ésta se centra principalmente
en el campo de la promoción turística fruto, en parte, de la tradición existente
en nuestro país en dejar en manos de la administración todos aquellos aspectos
relacionados directamente con la promoción del lugar y el producto. La pro-
moción de los recursos y productos locales es una tarea que han desempeñado
fundamentalmente las diputaciones provinciales. En nuestro caso de estudio es
la Diputación de Barcelona quien a través de su plan estratégico de desarrollo
turístico da apoyo a los municipios y a los distintos productos turísticos de la
provincia. Sus actuaciones se vertebran entorno a dos líneas estratégicas: a) la
creación y consolidación de Consorcios Territoriales de Promoción Turística;
b) el soporte a los grupos de competitividad según el producto. En la zona de
la Sierra de Castelltallat existe un consorcio local de promoción turística7, que
agrupa a varios municipios de la zona y cuyo objetivo principal es la dinami-

7 Consorci de Promoció Turística del Cardener.


© Editorial UOC 230 A propósito del turismo

zación turística del territorio a través de la realización de distintas acciones


conjuntas de promoción y comercialización de sus productos, un elemento que
viene a reforzar los distintos canales de difusión del producto agroturístico.

La demanda

Por lo que a la demanda se refiere, hay que decir en primer lugar que se trata de
un turismo interno, con un predominio casi absoluto del cliente de proximidad (más
del 80% de la clientela procede de la misma región), una característica que la diferen-
cia claramente de las otras demandas turísticas existentes en Cataluña; y en segundo
lugar es un turismo de corta duración, con una estancia media de casi tres días. Otro
hecho diferencial de la clientela agroturística respeto a la demanda de otros produc-
tos turísticos más estandarizados son sus preferencias a la hora de viajar. El cliente
que practica agroturismo busca, por este orden, la tranquilidad, un trato familiar y el
contacto con el mundo rural. Su perfil profesional y económico ya es más variopinto,
predominando el grupo de empleados y funcionarios, generalmente pertenecientes a
un estatus social medio y medio-alto y con un nivel de formación medio-alto y alto.
En relación con el comportamiento durante su estancia cabe diferenciar el turista de
fin de semana y puente festivo, que suele proceder de las áreas urbanas más cercanas
al lugar de destino, y que lo que desea fundamentalmente es descansar y realizar pe-
queñas excursiones por los senderos de los alrededores de la casa; y el turista de vaca-
ciones de verano que, con una estancia mucho más perlongada, procede de lugares
más lejanos (países europeos y otras comunidades autónomas españolas) y practica
actividades muy diversas desplazándose con facilidad por el territorio. A pesar de que
la estacionalidad en el sector del turismo rural y el agroturismo sea menos marcada
que en otros sectores turísticos, existe igualmente una distribución estacional del
flujo turístico concentrado durante los meses de verano, principalmente en agosto, y
en ciertos períodos festivos a lo largo del año, mientras que el invierno suele ser, por
lo general, la estación con el grado de ocupación más bajo.
En el caso concreto de la Sierra de Castelltallat, las características de la demanda
y los porcentajes de ocupación de los establecimientos a lo largo del año no difie-
ren demasiado de lo expuesto anteriormente. En la distribución anual de la clien-
tela se observan dos puntas máximas de afluencia turística, una durante el mes de
agosto y la otra por Semana Santa, con una ocupación que oscila entre el 90% y el
100% de las plazas totales disponibles. Respeto a su lugar de origen, prácticamente
© Editorial UOC 231 Capítulo III. Casos de estudio

¾ partes de los visitantes proceden de Barcelona ciudad y alrededores, lo que con-


firma la importancia del turismo de proximidad para la zona. Durante los meses de
verano y en algunos de los establecimientos hay una presencia notable de turismo
extranjero, el cual suele alquilar los alojamientos rurales a través de agencias espe-
cializadas. Finalmente, apuntar que en todos los casos se trata básicamente de un
turismo familiar en el que predominan los grupos de edades jóvenes y de mediana
edad, y con una presencia aun muy baja del turismo de la tercera edad.

Los impactos del agroturismo

El impacto generado por el agroturismo en el territorio es aparentemente inapre-


ciable si lo medimos en términos de cambios producidos como consecuencia de
dicha actividad a nivel paisajístico y de los usos del suelo. A diferencia de aquellas
modalidades turísticas más masificadas y agresivas con el medio, el agroturismo es
una actividad de bajo impacto medioambiental, pues se trata de un turismo de tipo
difuso que apenas altera las estructuras y redes espaciales y socioeconómicas preexis-
tentes. No obstante, la irrupción del turismo rural ha generado una serie de cambios
que son perceptibles en el ámbito local. El más evidente de todos ellos ha sido la
transformación, en términos de recuperación, del patrimonio rural construido. El
agroturismo no implica la construcción de nuevas edificaciones, un aspecto que se
valora muy positivamente desde la vertiente medioambiental, pero sí su transfor-
mación. Los alojamientos agroturísticos de la Sierra de Castelltallat corresponden
en su gran mayoría a antiguas dependencias agrarias y masías abandonadas que
se encontraban en un estado avanzado de deterioro. Al fin y al cabo, la reconver-
sión de estos espacios en desuso en alojamientos turísticos se convierte en un buen
argumento de peso para aquellos empresarios agrarios que deseen rentabilizar su
patrimonio. Así mismo, los espacios más cercanos a la casa rural también se han
visto modificados con el fin de satisfacer los deseos de los turistas, así pues el jardín
acompañado de césped y la piscina han reemplazado a la antigua era agrícola.

La oferta turística

La oferta turística de la Sierra de Castelltallat está formada por una decena


de Residències-Cases de Pagès, la empresa de turismo activo Paisatge i Aventura,
© Editorial UOC 232 A propósito del turismo

(Paisaje y Aventura) un área de acampada y un observatorio astronómico. El ini-


cio del agroturismo en la zona se remonta a principios de los años noventa con
el proyecto de las rutas a caballo, el cual involucra a varias masías en el diseño
de sus etapas. De forma paralela, surgen los primeros alojamientos agroturísti-
cos vinculados a las rutas a caballo. La tipología de establecimiento agroturísti-
co que predomina en la zona es el alojamiento rural independiente (alquiler de
la casa o apartamento). En sus inicios algunos de los establecimientos ofrecían
servicio de restauración pero la alta disponibilidad de tiempo que requiere la
preparación de comidas hizo desistir a más de un titular. En la actualidad, una
única explotación agroturística ofrece al turista la posibilidad de alojarse en
régimen de media pensión, o pensión completa. La capacidad media de las
unidades turísticas es de 6 plazas. En vistas del volumen de negocio que genera
el alquiler de alojamientos turísticos en el seno de las explotaciones agrarias, se
observa una clara estrategia empresarial en la actuación de algunos de sus acto-
res que implica un incremento de las unidades turísticas por explotación.
Por otra parte, la empresa de turismo activo Paisatge i Aventura (Paisaje y
Aventura) constituye un completo proyecto empresarial que gira en torno a un
producto muy específico: el del turismo a caballo, ofertando una amplia gama
de subproductos y servicios. Dicho proyecto, surgido de la iniciativa de un par-
ticular a raíz de la crisis en el sector agrario, ha conseguido implantarse en el
mercado turístico de la región, convirtiéndose en abanderado del desarrollo
turístico del lugar. Los productos de mayor demanda son las rutas en caravana
de dos y tres días de duración y las excursiones en carruaje de un sólo día.
Por último, en el año 2004, entró en funcionamiento el observatorio astronómi-
co de Castelltallat, otro producto innovador, financiado en parte por la Diputació
de Barcelona y gestionado por la Asociación Sierra de Castelltallat. El observatorio
constituye un nuevo atractivo turístico para aquellas personas que visitan la zona y
contribuye a diversificar la oferta turística del lugar. En definitiva, la firme voluntad
que existe entre los distintos actores en aprovechar las oportunidades que ofrece el
turismo para el desarrollo de la zona explica el éxito de tales iniciativas.

Conclusiones

En conclusión, el agroturismo abre nuevas oportunidades para todos aque-


llos agricultores que desean permanecer en el territorio. A pesar del gran creci-
© Editorial UOC 233 Capítulo III. Casos de estudio

miento experimentado por el sector en los últimos años, en Cataluña predomi-


na todavía una oferta agroturística clásica basada exclusivamente en distintas
modalidades de alojamiento, y que genera rentas complementarias a la activi-
dad principal. En cambio son una minoría las explotaciones que han diversifi-
cado sus productos, en gran parte debido a que el sector se encuentra todavía
en una etapa joven de desarrollo.
Cómo aportaciones más relevantes del agroturismo en el territorio destaca-
ríamos las siguientes: primero, estimula la ocupación de diferentes colectivos de
personas, generalmente del núcleo familiar, constituidos principalmente por mu-
jeres. Como contrapartida, al ser una actividad no regulada desde el punto de
vista profesional dificulta la creación de nuevos puestos de trabajo remunerados.
Y segundo, contribuye a ordenar el patrimonio rural ya que pone en valor la
cultura rural del territorio a través de su arquitectura, gastronomía, productos,
historia y paisaje. En este sentido, la mayoría de empresarios turísticos de la zona
establecen una relación con el territorio de tipo horizontal, pues el agroturismo
es una actividad que se apoya sobre otros recursos y productos de la zona.

4. Aranjuez, un destino maduro de turismo patrimonial


María García Hernández

Introducción

La ciudad de Aranjuez constituye un ejemplo representativo de los destinos


maduros de turismo patrimonial. En este tipo de destinos se están produciendo
una serie de cambios que afectan a la reestructuración del producto turístico
clásico que ejemplifica bien el estudio de caso elegido. Aranjuez, situada a es-
casos 50 km de Madrid, ha sido destino de visita clásico, tanto para los turistas
que pernoctan en la capital, como para los residentes del entorno. Se ha con-
formado, sin embargo, sobre un modelo de visita patrimonial muy focalizado
sobre el Palacio Real y los jardines (dependientes de Patrimonio Nacional) con
escasa permeabilidad de los flujos turísticos hacia el resto del casco urbano y
el territorio circundante. Este tipo de comportamiento turístico en destino pre-
© Editorial UOC 234 A propósito del turismo

senta limitaciones de cara a sostener el desarrollo turístico futuro de la ciudad.


Limitaciones relacionadas con el predominio de flujos de excursionistas que
presentan un escaso nivel de gasto en destino, pero también con el eclipsa-
miento de otros recursos turísticos patrimoniales susceptibles de generar atrac-
tivo turístico. Además se observa un descenso del número de visitantes que
reciben los museos y monumentos de Patrimonio Nacional. De forma paralela,
aumentan las segundas visitas relacionadas con las prácticas de ocio urbano de
los visitantes de proximidad. Aumenta también la competencia de destinos aso-
ciados a esta y otras modalidades turísticas y la ciudad intenta posicionarse en
este nuevo contexto competitivo incentivando el desarrollo de nuevos produc-
tos y segmentos de mercado (eventos, gastronomía, turismo de naturaleza etc.)
y reforzando las estructuras e instrumentos de planificación y gestión turística.

La ciudad de Aranjuez: contexto patrimonial y territorial

La ciudad de Aranjuez se configura históricamente como un Real Sitio vin-


culado al patrimonio de la Corona: una ciudad palatina con un núcleo urbano
anexo, situada en un entorno de alto valor paisajístico (vega y sotos del río
Tajo). Su origen, como lugar de recreo de la corte, está relacionado con las lla-
madas Jornadas Reales, periodos durante los cuales el rey y la corte ocupaban
temporalmente las residencias reales del entorno de Madrid conforme a un
esquema de uso que se mantuvo aproximadamente inalterable entre los siglos
XVII y XIX: el Palacio Real de Aranjuez en primavera, El Palacio y los jardines
de La Granja en verano y el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial en Otoño.
Durante las Jornadas Reales, estos lugares se convertían en centros de poder,
pues albergaban a los miembros de la Casa Real y su corte, algunos de ellos,
procedentes de las familias más destacadas de la época, construyeron además
residencias en los Sitios Reales, como sucedió con las casas de Medinaceli, Oña-
te u Osuna en Aranjuez.
Dentro del contexto del patrimonio histórico español Aranjuez, y los Reales
Sitios en general, presentan una serie de características que les singularizan des-
de el punto de vista histórico, paisajístico y urbanístico. En primer lugar y en
estrecha relación con su génesis histórica, la funcionalidad tradicional del patri-
monio de Aranjuez como Real Sitio constituye un vector clave de diferenciación:
se trata de un patrimonio afecto al uso de la Corona para la alta representati-
© Editorial UOC 235 Capítulo III. Casos de estudio

vidad de las actividades institucionales del Estado (Ley 23/1982 de Patrimonio


Nacional). En segundo lugar, a nivel paisajístico, destacan los valores intrínsecos
del enclave natural en el que se construyó: una fértil vega donde las modifica-
ciones introducidas a lo largo de varios siglos por los jardineros, paisajistas y
agricultores de la Corte han dado lugar a un paisaje humanizado muy singular y
de alto valor cultural e histórico en el que perviven determinados usos del suelo,
el trazado histórico de huertas y sotos, una rica vegetación y los ingenios hidráu-
licos del sistema tradicional de regadío. La singularidad del legado patrimonial a
este nivel ha sido, de hecho, la clave de la inclusión de Aranjuez en la Lista del
Patrimonio Mundial como Paisaje Cultural de la Humanidad.
En última instancia, desde el punto de vista urbanístico, los valores del con-
junto de Aranjuez son también especialmente relevantes, pues las intervencio-
nes de los monarcas configuraron, según los especialistas, la ciudad cortesana
dieciochesca más completa, coherente e interesante del urbanismo español.
Durante esa época, y a pesar de que Aranjuez existía como Real Sitio desde el
siglo XVI, a las residencias reales se les añadió la villa. Su trazado, diseñado
por Bonavía en 1750, superpone a las manzanas en cuadrícula las calles en
abanico que parten del palacio, creando espectaculares efectos escenográficos
típicamente barrocos. Más tarde, la ampliación de Carlos III añadió un racional
programa de equipamientos (hospital, matadero, teatro, convento...) conforme
a la lógica de la Ilustración. El casco urbano resultante, fusión de los gustos del
último barroco internacional con las exigencias de salubridad y racionalidad
de los neoclásicos, es único en el contexto español y se ha conservado en lo
esencial hasta nuestros días.
Actualmente, Aranjuez es una ciudad media que tiene 43.926 habitantes
especialmente volcados desde el punto de vista de la actividad económica en el
sector servicios, a pesar del peso tradicional de la actividad agraria (agricultura
de regadío) y de la relativa pujanza industrial que adquirió la ciudad desde prin-
cipios del siglo pasado. En el último siglo ha visto, además, disminuir su impor-
tancia en la jerarquía urbana de la región pasando de ser uno de los principales
núcleos de población a tener una posición bastante secundaria en el contexto
regional, con el crecimiento de los núcleos dormitorios e industriales de la pri-
mera corona metropolitana: Alcalá de Henares, Alcobendas, Móstoles, Getafe o
Fuenlabrada, localidades todas ellas que superan los 100.000 habitantes. A este
nivel, aunque continúa siendo cabecera comarcal del sureste de la provincia
(Comarca de las Vegas), la amenaza de la pérdida de liderazgo por el crecimien-
© Editorial UOC 236 A propósito del turismo

to urbanístico de los municipios más cercanos de la segunda y tercera coronas


metropolitanas (Valdemoro, Pinto, San Martín de la Vega e incluso Ciempozue-
los), orienta su estrategia urbana hacia el reforzamiento de sus ventajas com-
petitivas: entorno residencial de calidad paisajística y medioambiental, destino
turístico, espacio de tradición y nueva creación cultural, ciudad avanzada de
servicios, ciudad universitaria, etc.

La ciudad como objeto de consumo turístico: afluencia y perfil de


los visitantes

La riqueza patrimonial ha hecho de Aranjuez un lugar de visita turística


desde hace muchos años. El Palacio Real se abrió a la visita pública en los años
treinta del siglo pasado. Actualmente, son muchos los recursos patrimoniales
que sustentan su atractivo: los museos, monumentos y espacios dependientes
de Patrimonio Nacional (el Palacio Real, el Museo de Falúas Reales, la Casita
del Labrador, los Jardines de la Isla, los del Príncipe, los de Isabel II, el Real
Convento de San Pascual), el entorno del río y su paisaje de huertas y sotos y el
conjunto urbano (con piezas relevantes como el Mercado de Abastos, el Teatro,
la Plaza de Toros, el Hospital de San Carlos, las iglesias de San Antonio y Alpa-
jés, los palacios de Osuna, Medinaceli y Oñate, las corralas de vecinos del siglo
XVIII, etc.). Sin embargo, la mirada turística se focaliza desde sus inicios sobre
los museos del Patrimonio Nacional, especialmente el Palacio Real, estandarte
junto con los jardines y la música del Maestro Rodrigo (el Concierto de Aranjuez)
de la imagen turística clásica de la ciudad, una imagen que cuenta además con
proyección internacional.
El Palacio Real recibe unos 250.000 visitantes al año. En 2003, la cifra exacta
se situó en 256.570 visitantes y en 2004 (pese a las obras de restauración que
supusieron el cierre temporal de algunas salas) en 221.000. Por su parte, en La
Casita del Labrador se registran alrededor de 30.000 visitantes al año (31.679 en
2004) y en el Museo de Falúas en torno a 40.000 (46.122 en 2004). Estas cifras se
han venido manteniendo estables, aunque con tendencia a descender durante
los últimos años. Junto a ellos, los datos de otros servicios turísticos utilizados
por los visitantes hablan igualmente de la importancia de la actividad turística
en la ciudad, a pesar de que su nivel de demanda es muy inferior al de la visita
patrimonial. La información disponible muestra unos niveles de uso de alrede-
© Editorial UOC 237 Capítulo III. Casos de estudio

dor de 50.000 pasajeros por año en el Chiquitrén (comercializado por Arantour


S.L.) y de 8.000 en el Tren de la Fresa (comercializado por la Fundación de Fe-
rrocarriles Españoles). El Tren de la Fresa movilizó en el año 2004 un total de
7.427 personas. Este producto es un clásico de la oferta de visitas de Aranjuez.
Sin embargo, en términos absolutos, su importancia ha disminuido significati-
vamente durante los últimos años y ha descendido notablemente el número de
visitantes y de circulaciones, manteniéndose en cambio los niveles medios de
ocupación (en torno al 80%, unos 260 pasajeros por viaje).
Pasando de la escala del recurso a la del destino, conviene señalar que ya a fi-
nales de la década de los años noventa se estimaban en unos 300.000 los visitan-
tes que se acercaban cada año a la ciudad. Esta cifra parece mantenerse, aunque
el aumento de la movilidad turística de los flujos de personas por la aglomeración
metropolitana madrileña y su área de influencia inmediata está propiciando un
crecimiento de los visitantes de proximidad, en detrimento de la presencia de
otros mercados emisores. Los visitantes de proximidad incluyen la visita a Aran-
juez dentro de sus prácticas de ocio urbano más o menos cotidianas, con un au-
mento muy generalizado de las segundas y sucesivas visitas (que alcanzan ya casi
el 25% del total de visitas anuales). Además, los visitantes de Aranjuez son en su
mayoría excursionistas con porcentajes que parecen superar el 90% del total de
visitantes al año. La limitada oferta de alojamiento existente hasta fechas recien-
tes en la ciudad unido al formato clásico de la visita turística (excursión vinculada
al conocimiento de los elementos del Patrimonio Nacional) han estado en la base
de la consolidación de un perfil turístico netamente excursionista.
Por su parte, la distribución temporal de la afluencia de visitantes marca la exis-
tencia de tres épocas bien definidas que se corresponden con la denominación clá-
sica de temporadas turísticas: una temporada alta o periodo de máxima afluencia
de visitantes, con cifras medias de afluencia mensual al Palacio Real que se sitúan
en torno a las 25.000 personas y que se corresponde con los meses de primavera
(abril, mayo y junio) y el verano, especialmente agosto (el mes vacacional por ex-
celencia); una temporada media que se extiende por marzo, julio y el otoño con
medias mensuales de entre 15.000 y 25.000 visitantes en el Palacio Real; y una
temporada baja que se corresponde con los meses de diciembre, enero y febrero,
los de menor afluencia de visitantes con menos de 15.000 personas al mes. Para las
consultas de las OIT, el periodo de máxima afluencia se polariza de forma más acu-
sada hacia el verano debido a que los visitantes en grupo, muy presentes en la visita
al Palacio, no utilizan ese servicio. Esta distribución tipo presenta, no obstante, di-
© Editorial UOC 238 A propósito del turismo

ferencias en función de la forma de organizar el viaje. Los visitantes individuales se


concentran básicamente en verano, con un pico secundario de máxima afluencia
en primavera (cifras máximas de Semana Santa). En cambio, los visitantes en grupo
(turismo social, Tren de la Fresa, agencias y escolares) llegan a Aranjuez básicamen-
te en primavera y, de forma secundaria, en otoño.
Según los datos de afluencia al Palacio Real, los visitantes individuales de
Aranjuez suponían entre el 60 y el 65% del total de visitantes que recibía la ciu-
dad cada año a finales de los años noventa. No obstante, dada la tendencia a la
baja de las visitas en grupo, éstas se estiman en un porcentaje que puede alcanzar
el 70% en la actualidad. El 30% restante son grupos entre los que destaca el colec-
tivo de turismo social, fundamentalmente escolares que se acercan a la ciudad en
primavera. Turismo social (tercera edad, asociaciones culturales de diverso tipo,
etc.) y el Tren de la Fresa constituyen los siguientes colectivos de viaje organizado
en importancia, siendo muy baja la presencia de grupos de turismo organizado
de carácter comercial, que han descendido mucho durante los últimos años.
Finalmente, por procedencia, destaca el colectivo de visitantes nacionales, con
una importante presencia de visitantes de proximidad o madrileños. Según las
consultas de la OIT, del total de solicitudes de información registradas en el año
2003, 78.169 fueron consultas realizadas por visitantes nacionales (78%) y 21.470
(22%) consultas de extranjeros, porcentajes semejantes a los registrados en años
anteriores. Entre los visitantes nacionales, destaca el colectivo de visitantes madri-
leños (37%). Tras ellos se sitúan andaluces (12,14%), valencianos (11,76%) y cata-
lanes (10,86%). En conjunto, los grandes mercados emisores de flujos de turísticos
en España. Por otra parte, entre los visitantes extranjeros destacan los visitantes
europeos, franceses, británicos y alemanes, por ese orden, junto con colectivos
más lejanos, como son los argentinos, mexicanos, japoneses y estadounidenses.

Claves de la situación actual: crisis del modelo tradicional de


visita, creciente competencia y primeros síntomas de diversificación

Como se ha señalado, Aranjuez constituye uno de los destinos turísticos más


antiguos e importantes de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en el momen-
to actual se aprecia toda una serie de problemas que dificultan un mayor desarro-
llo turístico de la ciudad e incluso ciertos indicadores apuntan a que se trata de un
destino turístico maduro, necesitado de una profunda renovación o reestructura-
© Editorial UOC 239 Capítulo III. Casos de estudio

ción. En buena medida, la larga trayectoria turística de la ciudad está en la génesis


de esta situación. Como otros núcleos históricos del entorno madrileño (Toledo,
Segovia, San Lorenzo de El Escorial, etc.), desde hace décadas, Aranjuez y otras
localidades han basado su éxito turístico en la confluencia de dos factores:

• La potencia de su patrimonio monumental, en este caso asociado a la Coro-


na y fundamentado en el Palacio Real y sus Jardines aledaños.
• La proximidad con el área urbana de Madrid, gran centro emisor y reemisor
de visitantes.

De hecho, el modelo de visita tradicional se basaba en una visita centrada en


el Palacio Real y los Jardines. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta asocia-
ción entre núcleo monumental y ciudad se está convirtiendo en un lastre para
un crecimiento turístico del municipio. De una parte, la visita se hace en forma
de excursión, de estancias de unas pocas horas sin pernoctación. De otra, el he-
cho de que la imagen de la ciudad esté asociada al Palacio y los Jardines impone
nuevos límites a un desarrollo turístico futuro. A nivel general, las primeras
visitas están muy asociadas a la entrada en museos y monumentos. En cambio,
cuando el nivel de repetición de visitas aumenta se tienden a realizar en mayor
medida actividades de ocio urbano (básicamente paseos), huyendo de los mo-
numentos ya visitados en anteriores ocasiones. Si continúa la focalización de la
imagen del destino sobre el Palacio Real y sus aledaños, se corre el riesgo de que
no acuda un volumen aceptable de visitantes potenciales porque consideren
que la ciudad ya no tiene más que ofrecerles.
En suma, el modelo turístico actual, que ha cimentado el éxito de la ciudad
durante décadas, presenta síntomas de agotamiento donde se aúnan antiguos y
nuevos problemas (predominio del excursionismo, imagen madura y, en cierto
sentido, carente de nuevos atractivos, etc.) Y todo en un contexto creciente-
mente competitivo, con destinos turísticos tradicionales en un proceso total
de renovación de su producto turístico (por ejemplo, Toledo y su apuesta por
el turismo de congresos), destinos emergentes dentro del panorama turístico
regional (Alcalá de Henares, Chinchón, Manzanares el Real e incluso, Naval-
carnero ó Colmenar de Oreja) y grandes equipamientos de ocio con estrategias
comerciales muy agresivas que captan la atención de potenciales visitantes (Par-
que Warner Madrid, Faunia, Madrid-Xanadú, Centros Ikea de Alcorcón y San
Sebastián de los Reyes, etc.)
© Editorial UOC 240 A propósito del turismo

Frente a la situación de relativa crisis del modelo turístico tradicional, cabe


destacar el desarrollo de toda una nueva serie de productos y modalidades turís-
ticas que implican de hecho una renovación significativa del destino Aranjuez.
En líneas generales, cabe diferenciar tres líneas de producto complementarias:

• Eventos corporativos y turismo de estudios. Durante los últimos años, la ciu-


dad se está convirtiendo en lugar privilegiado donde grandes empresas desa-
rrollan actividades para sus empleados y clientes. De forma paralela, cientos de
personas acuden a participar en eventos de carácter formativo, como los cursos
de verano de la Universidad Rey Juan Carlos o el Campus PhotoEspaña.
• Naturaleza, deportes y turismo rural. Aranjuez está indisociablemente aso-
ciada al río Tajo, soporte de diferentes actividades náuticas. De hecho, la
ciudad formó parte de la candidatura olímpica Madrid 2012 y está prevista
la próxima construcción de un gran canal de remo. A otro nivel, el territorio
rural del municipio acoge diferentes instalaciones de ocio activo y estableci-
mientos de alojamiento rural.
• Gastronomía y eventos sociales. Resulta notable el desarrollo del producto gas-
tronómico, que se aprovecha de los cultivos tradicionales de la vega del Tajo
(fresa, espárrago, etc.), y empieza a ser significativo el turismo enológico, a par-
tir de la denominación de origen “Vinos de Madrid”. No obstante, el producto
más consolidado se corresponde con diferentes eventos sociales —tipo enlaces
matrimoniales— cuyo mercado supera ampliamente el ámbito comarcal.

En la base de este conjunto emergente de actividades se encuentran toda una


serie de establecimientos tradicionales en proceso de renovación y sobre todo
de reciente implantación. Dentro de esta oferta destacan los grandes hoteles
de alta categoría (NH Príncipe de la Paz y Barceló Aranjuez) y el recientemente
inaugurado Gran Casino de Aranjuez, instalaciones que orientan buena parte
de su actividad al desarrollo de eventos corporativos y sociales.

Intervención pública en destino: creciente intensidad con notables


problemas de continuidad

Como ha sucedido con otras ciudades de perfil turístico similar, la ciudad de


Aranjuez no ha contado con una política expresa en materia de turismo hasta
© Editorial UOC 241 Capítulo III. Casos de estudio

fechas muy recientes. El gasto público destinado a este concepto era muy redu-
cido y se limitaba a financiar actuaciones de información en destino (puntos
de información turística, etc.), así como la asistencia a ferias y otros eventos
promocionales. La situación cambia cuando los principales agentes de la ciu-
dad comienzan a percibir los primeros síntomas de madurez en el producto o
destino turístico y, de forma paralela, se empiezan a difundir modelos de inter-
vención pública mucho más potentes en la Comunidad de Madrid como es el
caso de Alcalá de Henares.
Esta nueva forma de intervenir a nivel de destino arranca en Aranjuez con
el Plan de Dinamización Turística 1999-2001. Los 2,7 millones de € de inversión
aportada por la administración del estado, comunidad autónoma y ayunta-
miento se repartieron en tres grandes líneas estratégicas:

• Reestructuración del producto turístico mediante nuevas lecturas del patri-


monio tradicional, creación de productos atractivos en el interior de la ciu-
dad y una intervención de mejora en ésta (mobiliario, señalización, rehabi-
litación, etc.)
• Coordinación con agentes locales y otros agentes de importancia para el
turismo de la ciudad (Renfe, Patrimonio Nacional, etc.) y el diseño de planes
de formación.
• Comunicación de las acciones del Plan, a efectos de generar conciencia turística.

Entre otras actuaciones, destaca la implantación de un sistema de señaliza-


ción, la recuperación de la Plaza de Toros y posterior conversión en museo, la
renovación de todos los soportes de comunicación, así como la elaboración de
diferentes estudios y diagnósticos sobre aspectos específicos (necesidades forma-
tivas, estudio de público, restauración y revitalización del jardín agrícola, etc.)
La falta de estructuras permanentes de gestión propició que el cambio en el
signo político de la corporación local supusiera prácticamente empezar de nuevo,
sin que se pudieran aprovechar las enseñanzas derivadas del diseño e implanta-
ción del Plan de Dinamización 1999-2001. En el nuevo diseño organizativo las
actuaciones en materia de turismo se abordan desde dos ámbitos diferenciados:

• La agencia de desarrollo local, entidad con personalidad jurídica propia,


Aranjuez Desarrollo y Empleo S.A (ADESA), encargada de impulsar aquellos
proyectos que hagan del turismo un vector de desarrollo local.
© Editorial UOC 242 A propósito del turismo

• La delegación de turismo, departamento específico del ayuntamiento encar-


gado de la gestión turística más cotidiana (puntos de información turística,
camping municipal, etc.)

A otro nivel, el Consejo Local de Turismo se configura como un órgano


sectorial de participación con presencia de los principales agentes públicos y
privados de la ciudad (Patrimonio Nacional, Cámara de Comercio, Universidad,
asociaciones del sector, etc.).
Las actuaciones acometidas recientemente por el entramado organizativo
municipal son de muy amplio espectro, unas de perfil muy tradicional (pre-
sencia en FITUR, premios a la proyección turística, etc.) y otras bastante más
novedosas (diseño de la ruta ecoturística de la Encomienda en colaboración con
el ayuntamiento de Villaconejos, globo aerostático, adecuación de los sotos his-
tóricos, etc.) Buena parte de estas actuaciones se financian a partir de la firma de
un convenio específico entre el Ayuntamiento de la localidad y la Dirección Ge-
neral de Turismo sobre la base de un proyecto estratégico elaborado por el Área
de Turismo del CES Felipe II de la Universidad Complutense y el Plan de Impulso
a la Competitividad e Innovación Turística de la Comunidad de Madrid 2004-2007. A
otro nivel, cabe destacar el refuerzo de las iniciativas de promoción turística en
los mercados internacionales gracias a la integración en el Consorcio Turístico
de Madrid, participado mayoritariamente por la administración autonómica.

Reflexiones finales: un destino turístico renovado sobre la base de


un nuevo modelo de intervención

Después de una dilatada trayectoria turística, Aranjuez se encuentra en una


compleja situación. El modelo turístico actual, que ha cimentado el éxito de
la ciudad durante décadas, presenta síntomas de agotamiento donde se aúnan
antiguos y nuevos problemas: predominio del excursionismo, gasto turístico
reducido, imagen madura y, en cierto sentido, carente de nuevos atractivos,
etc. Aunque emergen nuevos productos complementarios (congresos, turismo
náutico, eventos sociales, juego, etc.) su peso todavía es limitado y no han con-
seguido cambiar la imagen turística de la ciudad. Y todo ello en un contexto
crecientemente competitivo, con múltiples recursos, establecimientos y desti-
nos lanzados a estrategias de captación de visitantes muy agresivas.
© Editorial UOC 243 Capítulo III. Casos de estudio

Frente a esta situación, es necesario desarrollar una nueva estrategia turística de


la ciudad, una estrategia que ha de estar apoyada sobre conceptos como desarrollo
local, sostenibilidad, calidad y concertación. En definitiva, una nueva estrategia
turística para que Aranjuez siga siendo un destino turístico reconocido y visitado
en las próximas décadas, una nueva estrategia turística para el Aranjuez del siglo
XXI. Ésta, que ha de formar parte indisociable de la estrategia de ciudad, pasa por
una significativa reestructuración del destino turístico en un doble sentido:

• De una parte, la renovación del producto turístico tradicional —el patrimo-


nio histórico cultural— mediante una actualización permanente del núcleo
monumental de la ciudad (política de eventos, etc.) y una ampliación de
la oferta patrimonial susceptible de interés para los visitantes (adecuación
turística del casco histórico y sus recursos, etc.)
• De otra, la diversificación del destino Aranjuez mediante la potenciación de pro-
ductos específicos en aquellos segmentos en los que el municipio cuenta con
ventajas comparativas. Algunos de estos productos están asociados a un mejor
aprovechamiento turístico del entorno rural y natural, en especial de las huertas
y sotos históricos. Es el caso del turismo náutico, el turismo ecuestre y otras mo-
dalidades de turismo activo. En otras ocasiones se trata de actividades más vincu-
ladas a la dinámica socioeconómica de la ciudad, como sucede con el turismo de
reuniones profesionales, los viajes de estudio y el turismo lingüístico.

Aranjuez cuenta con una baza específica para desarrollar esta estrategia, su
inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO como Paisaje Cul-
tural Patrimonio de la Humanidad en 2001. Esta inclusión supone un reco-
nocimiento a nivel internacional de sus valores paisajísticos, de valores que
derivan de la integración de naturaleza y cultura en un territorio concreto. En
perspectiva turística, el reto consiste en valorar estos aspectos a efectos de una
renovación del destino y el producto turístico Aranjuez. No cabe duda de que
este concepto supone una lectura ampliada del atractivo turístico del muni-
cipio, permitiendo integrar elementos naturales, rurales, urbanos, etc. con el
objetivo de superar la asociación tradicional entre el municipio y el conjunto
formado por Palacio Real y Jardines.
Alcanzar estos objetivos desborda con mucho la capacidad de actuación de los
agentes estrictamente turísticos, públicos y privados. En este sentido, desde hace
tiempo, existe cierto consenso en que una estrategia turística consistente ha de ser
© Editorial UOC 244 A propósito del turismo

parte indisociable de la estrategia de ciudad. En otros términos, la conformación de


cualquier territorio como destino turístico implica el trabajo en paralelo de los entes
competentes en materia de urbanismo, medio ambiente, desarrollo económico, pa-
trimonio, cultura, tráfico, deportes y un largo etcétera. Esta realidad es especialmen-
te patente en Aranjuez en función de la complejidad del municipio como destino
turístico y de la magnitud de las actuaciones a acometer para la necesaria reconver-
sión de la ciudad como destino de visita. Sin embargo, en multitud de ocasiones, las
iniciativas desarrolladas por los múltiples agentes públicos y privados que actúan
en la ciudad (Patrimonio Nacional, RENFE, Confederación Hidrográfica del Tajo,
etc.) no han tenido en cuenta la dimensión turística. Es más, no en pocos casos han
supuesto, de hecho, un deterioro del atractivo turístico del municipio.
En este contexto, la capacidad de acción que deriva de la intervención públi-
ca en materia de turismo ha de resultar necesariamente limitada. Sin embargo,
puede resultar clave en un doble sentido:

• De una parte, puede ayudar a incrementar la dimensión turística de muchas


de las actuaciones que se están acometiendo en el municipio. En este sentido,
no se trata tanto de desarrollar nuevas actuaciones que se solapen con las ya
existentes sino de reforzar —mediante la concertación financiera, el apoyo en
la gestión, las labores de comunicación, etc.— la dimensión turística de éstas,
siempre bajo el prisma de la mejora de Aranjuez como destino turístico.
• De otra parte, ha de reforzar el conocimiento de Aranjuez como Paisaje Cul-
tural Patrimonio de la Humanidad, núcleo de la nueva estrategia turística.
En este sentido, las acciones de comunicación —consideradas en sentido
amplio— resultan cruciales para transmitir la imagen de un destino turístico
renovado que ofrece nuevas oportunidades de visita. Y esta comunicación
no ha de limitarse hacia los visitantes, sino que tiene que tener como desti-
natario secundario a la propia población local (conciencia turística).

No cabe duda de que estas dos líneas de trabajo —reforzar la dimensión


turística de muchas actuaciones en curso y/o a realizar, y potenciar la comu-
nicación del destino turístico Aranjuez en base al concepto de Paisaje Cultural
Patrimonio de la Humanidad— exigen sobre todo un especial esfuerzo de ges-
tión. Para ello es imprescindible dotar a la administración turística municipal
de los recursos humanos que garanticen el desarrollo de una estrategia turística
efectiva, más allá de las declaraciones de principios generales.
© Editorial UOC 245 Capítulo III. Casos de estudio

5. El descenso de aguas bravas en el Gran Cañón del Colorado


(Estados Unidos) • Antonio Lacosta Aragüés

Introducción

El Gran Cañón del Colorado es un espectacular accidente geográfico origina-


do, a lo largo de millones de años, por la acción erosiva del río que le da nombre
y que, a su paso por el norte del estado de Arizona (Estados Unidos), ha excavado
un profunda y escarpada garganta que, en la actualidad, es considerada como
una de las principales maravillas naturales del planeta. Su belleza paisajística y
natural hizo que, ya en 1882, se intentara establecer alguna figura de protección
sobre este espacio. En 1908 el conjunto fue declarado Monumento Nacional y
unos años más tarde, en 1919, este espacio pasó a ser parque nacional (uno de
los primeros en los Estados Unidos y en el mundo). Tal es el valor paisajístico y
ambiental de este conjunto natural que, en 1979, las Naciones Unidas lo decla-
raron Patrimonio de la Humanidad. El Parque Nacional del Gran Cañón (Grand
Canyon National Park) es uno de los grandes destinos de naturaleza de los Estados
Unidos, al mismo nivel que otros parques nacionales tan emblemáticos como
Great Smoky Mountains, Yosemite o Yellowstone, entre otros. El parque recibe
anualmente entre cuatro y cinco millones de visitantes (4,3 millones en 2006).
Dentro de este espacio protegido, los visitantes realizan multitud de activida-
des, entre las que destacan la visita a puntos de vista panorámicos, el senderismo
o las excursiones organizadas. No obstante, el Parque Nacional del Gran Cañón
constituye un destino de referencia para los amantes de los deportes de aventura
y, en particular, para aquellos que practican el rafting o descenso de aguas bravas.
Este espacio fue un lugar pionero en el desarrollo de esta práctica recreativa du-
rante los años sesenta y setenta, y atrae cada año a decenas de miles de personas
que descienden por el fondo del Gran Cañón para realizar largos recorridos, de
varios días de duración, perdidos en medio de un paisaje agreste y espectacular.
La gran demanda existente para realizar este tipo de descensos, así como la ne-
cesaria regulación para garantizar la conservación de los valores naturales y am-
bientales del espacio protegido, han obligado a establecer un complejo sistema
de autorización que limita sustancialmente el número de descensos y convierte
a este espacio singular en uno de los destinos mundiales más destacados para la
práctica de esta actividad.
© Editorial UOC 246 A propósito del turismo

Factores territoriales, socioeconómicos e institucionales

El Parque Nacional del Gran Cañón se extiende sobre una superficie total de
4.950 Km2, en torno al río Colorado. El Gran Cañón tiene una longitud total de
446 Km, desde Lees Ferry, en su extremo oriental, hasta Grand Wash Cliffs, en
el oeste, cerca del Lago Mead. Este tramo del río supone, aproximadamente, la
quinta parte de los 2.333 Km que el río Colorado recorre desde su nacimiento,
en Rocky Mountains (estado de Colorado), hasta su desembocadura en el Golfo
de California.
Desde el punto de vista geográfico y geomorfológico, el Gran Cañón está
enmarcado por dos bordes bien delimitados, el borde norte (North Rim), más
elevado, que alcanza los 2.483 m sobre el nivel del mar, y el borde sur (South
Rim), que sólo llega a los 2.134 m de altitud. Entre estos dos bordes de formas
sinuosas, el río Colorado se ha encajado profundamente en los estratos sedi-
mentarios, formando una escarpada entalladura que, en su punto más bajo,
llega a los 1.470 m de desnivel respecto al South Rim. Su anchura es variable, y
oscila entre los 180 m de Marble Canyon (junto a Lees Ferry, en el arranque del
cañón) y los 28,8 Km de la zona intermedia, si bien su valor promedio se sitúa
en torno a los 16 Km de distancia entre los bordes norte y sur. En cuanto al río
Colorado, se trata de una corriente fluvial muy caudalosa, cuya anchura va de
los 23 a los 90 m, según los tramos, y cuya profundidad media es de 12 m, si
bien alcanza los 25,5 m en algunos puntos.
La formación del Gran Cañón del Colorado está vinculada a la Orogenia
Alpina que hace entre 65 y 30 millones de años, propició la formación de las
Montañas Rocosas y de la Meseta del Colorado. Esta gran meseta, en la que se
encaja el Gran Cañón, presenta una acusada pendiente de norte a sur, que hace
que el Gran Cañón presente un perfil disimétrico, con el borde norte (North
Rim) trescientos metros por encima del borde sur (South Rim). Esta orientación
general del relieve hace que el río Colorado discurra pegado al South Rim, y
que se registre una mayor erosión y un mayor ensanchamiento del cañón y sus
afluentes en la parte norte. La cuenca de drenaje del río Colorado se configuró,
aproximadamente, hace 40 millones de años, si bien la formación del Gran
Cañón es mucho más reciente, y data de entre 6 y 1 millón de años, estando
su origen en los ajustes tectónicos que abrieron el Golfo de California y cam-
biaron el nivel de base del río Colorado. La actividad erosiva continúa en la
actualidad, aunque de forma más moderada. Esta actividad erosiva de millones
© Editorial UOC 247 Capítulo III. Casos de estudio

de años confiere al Gran Cañón uno de sus grandes atractivos, puesto que per-
mite descubrir una de las columnas geológicas más completas y antiguas del
planeta, permitiendo visualizar materiales de hasta 1.800 millones de años de
antigüedad.

Figura 1. Mapa de la zona de estudio

Fuente: Elaboración propia.

Desde el punto de vista climatológico, el Gran Cañón del Colorado está


enclavado en una zona semiárida. El aislamiento interior y la elevada altitud
media de la Meseta del Colorado contribuyen a introducir rasgos de continen-
talidad climática, de tal forma que este carácter semiárido se ve atenuado, en
cierto modo, por las precipitaciones invernales que, en forma de lluvia y nieve,
caen con relativa abundancia. Este aspecto introduce fuertes contrastes entre
ambos bordes, y de éstos respecto al fondo del Gran Cañón.
En este medio natural tan agreste y exigente, las condiciones de vida han
sido siempre complejas y difíciles. Los restos humanos más antiguos datan de
hace 12.000 años. Desde entonces, se ha sucedido la presencia de numerosos
grupos humanos, desde los más antiguos (pueblos arcaicos recolectores, pueblos
ancestrales o Anasazi) hasta los más recientes, que conocieron la llegada de los
europeos (Cohoninas, Pais, Zunis, Hopis o Navajos, entre otros). Estos pueblos
nunca tuvieron una presencia humana numerosa, con una actividad económi-
© Editorial UOC 248 A propósito del turismo

ca basada en la caza y la recolección. En la actualidad, la presencia india toda-


vía es notable en la región. De hecho, la mayor parte del límite meridional del
Parque Nacional del Gran Cañón, en la zona del South Rim, desde Lees Ferry
hasta el Lago Mead, está limitando con las reservas indias de las tribus Navajo,
Havasupai y Hualapai. Ésta última es la que comparte un límite más amplio con
el parque, 174 Km a lo largo de la mitad occidental del South Rim.
La llegada de los primeros europeos al Gran Cañón del Colorado está docu-
mentada en 1540, momento en que una expedición española dirigida por Fran-
cisco Vázquez de Coronado alcanzó el borde sur. Desde ese momento, hasta
1821, este territorio perteneció a la Corona española. Tras la independencia de
las colonias americanas, el actual territorio de Arizona formó parte de México
hasta 1848. Tras la guerra entre México y Estados Unidos, y en virtud del Tra-
tado Guadalupe-Hidalgo, este territorio fue cedido a los Estados Unidos, y pasó
a ser gestionado directamente por el Congreso. En el año 1869 el comandante
John Wesley Powell dirigió la primera expedición científica al Cañón y dejó
constancia, entre otras cosas, de su relevancia geológica. En el año 1912, con la
formación del Estado de Arizona y su integración en la Unión, el Gran Cañón
del Colorado quedaba adscrito a este nuevo estado.
Hasta el primer tercio del siglo pasado, esta zona fue un lugar de paso hacia
el oeste, con una economía basada en una actividad agropecuaria de carácter
extensivo. A partir de la segunda mitad del pasado siglo el entorno del Gran
Cañón se ha ido convirtiendo, progresivamente, en uno de los grandes desti-
nos turísticos nacionales de los Estados Unidos, aspecto al que han contribui-
do tres elementos fundamentales: en primer lugar, la fundación en 1946 de la
ciudad de Las Vegas (estado de Nevada), y su posterior desarrollo como destino
turístico vinculado al juego (recibe más de 35 millones de turistas anuales,
en su mayor parte estadounidenses); en segundo lugar, la actividad turística
y recreativa vinculada a las grandes obras hidráulicas situadas alrededor del
parque nacional (lagos Powell, Mead, Mohave y Havasu); y, en tercer lugar, la
afluencia de visitantes hacia los numerosos espacios protegidos existentes en
la zona (el estado de Arizona cuenta con 21 espacios protegidos, entre los que
destacan el Gand Canyon Nacional Park, el Petrified Forest National Park o el
Saguaro National Monument).
La gestión del Parque Nacional del Gran Cañón depende del Servicio Nacio-
nal de Parques (Departamento de Interior de los Estados Unidos). Éste se encar-
ga de las labores de conservación y gestión ambiental del espacio, así como de
© Editorial UOC 249 Capítulo III. Casos de estudio

regular y organizar la actividad turística y recreativa en el interior del parque.


Por ejemplo, los descensos de aguas bravas en el río Colorado. Esta actividad
está estrictamente regulada por un plan de gestión (Visitor use management plan
for the Colorado River through Grand Canyon Nacional Park), que establece los cri-
terios de gestión, las estrategias de actuación y los programas a desarrollar. Este
plan está pensado para compatibilizar la conservación del Parque Nacional con
la práctica turística y deportiva. En el año 2006 se aprobó un nuevo plan que
vino a sustituir al anterior, que databa de 1989, para un período de aplicación
de, al menos, diez años.

La demanda turística: evolución y características actuales de los


visitantes

La afluencia de visitantes al Parque Nacional del Gran Cañón ha crecido


de forma sostenida desde su creación, en 1919. En aquel año se registraron un
total de 37.745 visitas. Desde entonces, la tendencia ha sido siempre al alza,
con algunos momentos de descenso o ralentización del crecimiento, como du-
rante la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial o la Crisis del Petróleo y
la inestabilidad de los años setenta. En la actualidad, el Parque Nacional del
Gran Cañón recibe, anualmente, más de cuatro millones de visitantes. En el
año 2006 recibió un total de 4.356.147 visitantes, lo que representa el 5,2 % de
los visitantes entrados en los Parques Nacionales estadounidenses durante ese
año y el 41,3 % de los que pasaron por los 21 espacios protegidos que el Sistema
Nacional de Parques gestiona en el estado de Arizona (entre parques nacionales,
monumentos nacionales, áreas nacionales de recreo, sitios históricos y memo-
riales). En cuanto a su procedencia, el 92 % de los visitantes son estadouniden-
ses y el 8 % extranjeros (Littlejohn & Hollenhorst, 2004a y 2004b).
En el año 2006 se realizaron en el interior del Parque un total de 1.206.725
pernoctaciones. El 54,1 % de las estancias se realizaron en establecimientos ges-
tionados por empresas concesionarias del parque, fundamentalmente en ho-
teles (92,6 %). El 41,9 % tuvieron lugar en espacios gestionados directamente
por el Servicio Nacional de Parques, bien en tiendas de campaña instaladas en
camping (27,8 %), en autocaravanas (24 %) o en puntos de acampada inacce-
sibles en coche y acondicionados para senderistas (el 48,2 %). El 4 % restante
combinaron diferentes modalidades de alojamiento.
© Editorial UOC 250 A propósito del turismo

Figura 2. Afluencia del visitantes al Parque Nacional del Gran Cañón (1920-2006).

V i s i ta n te s

5.000.000
4.500.000
4.000.000
3.500.000
3.000.000
2.500.000
2.000.000
1.500.000
1.000.000
500.000
0

Año

Fuente: US National Park Service y elaboración propia.

La actividad turística generada por el parque tiene un impacto notable en la


economía del Estado de Arizona y, particularmente, en el Condado de Coconino,
donde se ubica. En el año 2003, los visitantes del parque realizaron un gasto directo
en la región de 338 millones de $, de los que 137 millones se gastaron en el interior
del parque y los 201 millón restantes en las ciudades que lo rodean (principalmente
en Tusayan, Williams, Flagstaff y Cameron, en el South Rim, y Jacob Lake, Kanab y
Fredonia, en el North Rim). La actividad turística en el parque nacional y las ciuda-
des vecinas daba empleo directo en este año a 5.655 personas (la plantilla del parque
apenas supera los 400 empleados). Considerando los efectos secundarios que esta
actividad turística genera sobre el conjunto de la economía regional, y en función
del efecto multiplicador inducido, los efectos secundarios se valoraron en 131 mi-
llones de $ de gasto directo y 1.800 empleos añadidos. Por todo ello, el impacto del
parque sobre la economía regional ascendió a 429 millones de $ de gasto directo,
7.441 empleos, con un valor añadido de 245 millones de $ (Stynes & Sun, 2003).
La mayor parte de los visitantes que van al parque se dirige al South Rim (91 %),
ya que es la parte más accesible del Gran Cañón. Se encuentra bien comunicada por
carretera y está relativamente cerca de ciudades como Williams (100 Km) o Flagstaff
(130 Km), lo que permite la existencia de transporte público diario, durante todo el
© Editorial UOC 251 Capítulo III. Casos de estudio

año, con el principal punto de recepción de visitantes del South Rim, el Grand Can-
yon Village. Esta afluencia masiva de visitantes se ve potenciada por las buenas co-
municaciones aéreas que los aeropuertos de Phoenix, Flagstaff y Las Vegas tienen con
todos los puntos de los Estados Unidos. El North Rim, por su parte, recibe un menor
número de visitantes (el 9 %), puesto que junto a un relieve más escarpado presenta
un peor acceso. Las instalaciones para turistas se encuentran a 350 km del South Rim
(cinco horas de viaje en coche), las carreteras son de menor calidad y el aeropuerto
más cercano, el de Las Vegas, se encuentra a 426 Km hacia el oeste por carretera.
Estas condiciones de accesibilidad han determinado una diferente intensidad de
uso y una presencia estacional de visitantes muy contrastada. Así, las instalaciones
del South Rim permanecen abiertas durante todo el año, si bien la temporada alta co-
incide con los meses estivales (de junio a finales de agosto) y la temporada media con
los meses de primavera (de marzo a mayo) y otoño (de septiembre a octubre). Entre
noviembre y febrero hay una afluencia de turistas significativa, pero muy inferior al
resto del año, dadas las rigurosas condiciones climáticas que el invierno impone en
la región. Las instalaciones del North Rim sólo están abiertas de mediados de mayo
hasta mitad de octubre, coincidiendo con la época de mayor afluencia. Para entrar al
Parque Nacional del Gran Cañón, como a todos los parques nacionales norteameri-
canos, es preciso pagar una entrada, vigente durante siete días.

Las características del producto y las prácticas turísticas más re-


presentativas

Dado el singular relieve del Gran Cañón del Colorado, la mayor parte de los visi-
tantes que llegan al parque lo hacen con la intención de contemplar este espectacular
paisaje desde alguno de los puntos de vista panorámicos que permiten ver el fondo
del cañón y, por lo tanto, el río Colorado. En el South Rim los más frecuentados por
los visitantes son los miradores de Hopi, Yavapai, Yaki, Lipan Points y Desert View,
mientras que en el North Rim hay que destacar los de Caper Royal y Bright Angel.
En estos puntos muchos visitantes hacen tiempo para ver amanecer o atardecer, lo
que constituye un verdadero espectáculo natural, dado el intenso cromatismo que
proporciona el paisaje. Junto a esta actividad principal, que es la que realiza la mayor
parte de los visitantes, particularmente en el South Rim, hay otras actividades signifi-
cativas, como las excursiones en autocar o coche, los paseos a caballo o en mula, las
excursiones aéreas o el senderismo, que ocupan a un buen número de visitantes.
© Editorial UOC 252 A propósito del turismo

La mayor parte de la actividad turística se desarrolla, tal y como se ha señalado,


en el South Rim. En esta zona hay dos grandes espacios que concentran a la mayor
parte de los visitantes. Se trata de Grand Canyon Village y de Desert View. En el
primero se localiza la entrada principal del Parque, o la Entrada Sur, a la que se
llega por carretera desde Williams y Flagstaff. En el segundo punto, Desert View,
está la Entrada Este, a la que se accede desde la ciudad de Cameron. El Grand Can-
yon Village se encuentra junto al pueblo de Tusayan, en el límite del Parque. En
estos dos puntos están ubicados la mayor parte de los servicios que se ofrecen a
los visitantes del Parque Nacional, como alojamiento hotelero, camping turístico,
restaurantes, tiendas de alimentación y de recuerdos, alquiler de vehículos, ex-
cursiones aéreas y a caballo, cine IMAX, estaciones de servicio, bancos, asistencia
médica y un largo etcétera. Desde Grand Canyon Village se centralizan la mayor
parte de las actividades que los visitantes pueden realizar durante su estancia.

Cuadro 1. Principales actividades que desarrollan los visitantes en el Parque Nacional del Gran Cañón.

Rutas en auto- Ruta del Village: enlaza las zonas de servicios públicos y privados Todo el año
bús por el inte- que se ofrecen a los visitantes en ese punto.
rior del Parque
Ruta Kailab Trail: va hacia el este, y llega hasta Yaki Point, uno Todo el año
Nacional
de los miradores más espectaculares del South Rim sobre el río
Colorado.
Ruta Hermits Rest: se dirige hacia el oeste a lo largo de 13 Km, con De marzo a
paradas en ocho miradores diferentes) noviembre
Excursiones En helicóptero o avioneta. Las empresas locales de excursiones Todo el año
aéreas aéreas operan desde el Aeropuerto del Gran Cañón, al sur del
pueblo de Tusayan. Hay muchas empresas que operan desde
lugares más alejados, principalmente desde Las Vegas. Al año se
realizan unos 90.000 vuelos de este tipo, que transportan alred-
edor de 640.000 personas.
Entrada a Kolb Studio: estudio de los hermanos Kolb, pioneros y fotógrafos Todo el año
museos y que dieron a conocer la belleza del Gran Cañón.
centros de
Canyon View Information Plaza: principal centro de visitantes del Todo el año
visitantes
parque, con información sobre todo el conjunto.
Yavapai Observation Station: Uno de los mejores miradores sobre Todo el año
el Cañón, con interesante información geológica.
Tusayan Museum: museo sobre los pueblos indios de la región. Todo el año
Information Desert View: en la entrada Este, con información gen- Todo el año
eral sobre el parque.
Visitas guia- Con destino a diferentes puntos del parque, donde personal espe- Todo el año
das por cializado explica cuestiones de interés relacionadas con la natura-
guardabosques leza. Existen visitas guiadas específicas para niños (Junior Ranger
Program).
© Editorial UOC 253 Capítulo III. Casos de estudio

Paseos en Mula Las excursiones en mula se realizan por el interior del parque, a la Todo el año
usanza de los primeros pioneros, y descienden desde Grand Canyon
Village hasta el fondo del cañón. En el año 2006 se realizaron 7.954
de estos desplazamientos, de los que el 59,3 % se realizaron en el
día, el 37,9 % implicaron una pernoctación al aire libre y el 2,7 %
dos noches.
Paseos a caballo Se realizan desde el pueblo de Tusayan. Existe una oferta de Todo el año
paseos de duración variable (una, dos o cuatro horas), así como
diversas actividades, como paseos con fogatas al atardecer (al más
puro estilo cowboy) o recorridos en carromato por los bosques
cercanos.
Excursiones en Una excursión habitual consiste en llegar al río en automóvil, en la Todo el año
coche particular zona de Lees Ferry, donde el cañón tiene unos cientos de metros
de profundidad. El desplazamiento desde Grand Canyon Village
tiene una duración de cinco horas (ida y vuelta).
Senderismo Hay gran cantidad de rutas y senderos señalizados, tanto en el Todo el año
borde superior como en el interior del Gran Cañón.
Actividades que se realizan en el North Rim
Excursiones en Excursiones a Point Imperial (el pico más elevado del parque, con De mayo a
coche con guía 2.684 m de altitud, al norte del borde del cañón) octubre
Excursiones a Cape Royal (a 37 Km del centro de visitantes de De mayo a
North Rim, uno de los principales puntos panorámicos de ese octubre
lado del río)
Paseos en Mula Se llevan a cabo por los senderos del borde superior, sin llegar a De mayo a
descender hasta el río ni realizar pernoctaciones. En 2006 se re- octubre
alizaron 5.820 viajes: el 23,3 % de una hora, el 42,4 % de medio
día y el 7,5 % de día completo.
Senderismo Hay gran cantidad de rutas y senderos señalizados, tanto en el De mayo a
borde superior como en el interior del Gran Cañón. octubre
Fuente: US National Park Service y elaboración propia.

En la zona de North Rim, la concentración de actividad es mucho menor,


como ya se ha señalado anteriormente. A él se accede desde la ciudad de Jacob
Lake, atravesando la Entrada Norte. Esta carretera está cortada durante el invier-
no, como consecuencia de las nevadas, por lo que la actividad se extiende desde
mediados de mayo hasta mitad de octubre. El nivel de equipamiento es mucho
más básico que en el otro extremo, pero existe alojamiento hotelero, camping, así
como los servicios básicos indispensables. Existe una menor oferta de actividades,
aunque en líneas generales, se llevan a cabo las mismas que en el otro lado del
Gran Cañón (vistas panorámicas, senderismo, excursiones organizadas, etc.)
De todas las actividades que se realizan en el interior del Parque el senderismo
es, sin duda, una de las más importantes. Hay una gran cantidad de rutas y sende-
ros señalizados, tanto en los bordes superiores como en el interior del Gran Cañón.
© Editorial UOC 254 A propósito del turismo

Dadas las grandes magnitudes del Parque Nacional y su particular trazado lineal,
no existen recorridos circulares para caminatas de un día, por lo que se va y vuelve
por el mismo itinerario. Se trata de una actividad que implica cierto riesgo, por los
fuertes desniveles que se salvan y el intenso calor que hace en la temporada alta. El
descenso senderista hasta el río Colorado constituye un trayecto muy exigente que
no está al alcance de todos los públicos. Dado el fuerte desnivel que hay que salvar
y lo quebrado del terrero, este itinerario supone una caminata de ida y vuelta de
dos días desde el South Rim, tiempo de recorrido que se incrementa notablemente
en el caso del North Rim por la disimetría que presenta el Gran Cañón. Por este
motivo, el senderismo, al igual que el descenso de aguas bravas, está estrechamen-
te relacionado con la acampada en el interior del Gran Cañón. Para este tipo de
pernocta hay que tener un permiso especial, cuya asignación está limitada, para
controlar el número total de personas que hay dentro del Parque. Dada la gran de-
manda existente, la reserva debe hacerse con cuatro meses de antelación. En el año
2006 se realizaron un total de 244.413 pernoctaciones de este tipo.
No obstante, más allá de todas estas actividades, la práctica deportiva, turística y
recreativa que caracteriza al Gran Cañón del Colorado y lo convierte en un destino
único a nivel mundial, es el rafting o descenso de aguas bravas.

El rafting o descenso de aguas bravas en el Gran Cañón del Colorado

Como ya se ha señalado, una de las atracciones estrella del Parque es el descenso


de aguas bravas. Dada la gran demanda que existe para esta actividad, el Plan de
Gestión del Río Colorado establece una capacidad de uso del río, de acuerdo con
un sistema de asignación de permisos para la realización de descensos estableciendo
límites diarios y estacionales según el tipo de viaje. A estos efectos, el Plan diferencia
tres tipos de viajes: descensos recreativos comerciales (organizados por empresas
recreativas y dirigidos por guías especializados), descensos recreativos no comercia-
les (los que son organizados y dirigidos por los propios participantes) y descensos
administrativos (dirigidos a la investigación científica, la educación, la gestión del
recurso o la protección de visitante, entre otras cuestiones). El Plan de Gestión de
2006 establece un número total de 1.101 descensos anuales, a realizar por un máxi-
mo de 24.657 usuarios, que pueden llevar a cabo 228.986 usos diarios (una persona
en el río durante una parte o la totalidad de un día). Estas cifras representan un li-
gero incremento respecto al Plan de Gestión de 1989, que planteaba 893 descensos
© Editorial UOC 255 Capítulo III. Casos de estudio

anuales para un total de 22.461 usuarios. Según el Plan de 2006, el 67,6 % de estos
usuarios deben realizar el descenso en temporada alta (de mayo a agosto), el 24,9 %
en temporada media (de marzo a abril, y de septiembre a octubre) y el 7,5 % restante
en temporada baja (de noviembre a febrero). Atendiendo al tipo de viaje, el 71,4 %
de los usuarios pueden realizar descensos comerciales y el 28,6 % restante descen-
sos no comerciales. Para los descensos de carácter administrativo no hay límites,
aunque se hacen el mínimo imprescindibles. Por ejemplo, en el año 2003, con los
límites correspondientes al plan de 1989, se contabilizaron un total de 18.153 usua-
rios comerciales, 3.460 usuarios no comerciales y 4.002 usuarios vinculados a viajes
administrativos del parque. Por lo que respecta a la asignación de los permisos de
descenso, las personas que deseen realizar viajes comerciales deben contactar con
las empresas con concesión del parque para realizar esta actividad, que tienen un
número limitado de plazas, una gran demanda y largas listas de espera. Para los
viajes no comerciales existe un sistema de adjudicación por sorteo, que ha venido a
sustituir recientemente al sistema de lista de espera. Dadas estas fuertes restricciones
de uso, existen algunas zonas en los alrededores del Gran Cañón que albergan cierta
actividad de descenso de aguas bravas, aunque de menor entidad. Tal es el caso de
los descensos aguas arriba del parque nacional, entre Glen Canyon y Lees Ferry.

Figura 3. Descensos diarios autorizados desde Lees Ferry, por meses (Plan de Gestión, 2006).

Fuente: US National Park Service y elaboración propia.


© Editorial UOC 256 A propósito del turismo

Por lo que respecta al desarrollo de la actividad dentro del río, el Plan de


2006 diferencia cuatro tramos principales en función de sus características te-
rritoriales y ambientales, así como de las posibilidades recreativas de cada uno
de ellos: la Zona 1, desde Lees Ferry (punto oficial de inicio del Gran Cañón)
hasta Diamond Creek; la Zona 2, desde Diamond Creek hasta Quartermaster
Canyon; la Zona 3, desde Quartermaster Canyon hasta el límite del Lago Mead;
y la Zona 4, que comprende espacios del lago Mead, fuera del Parque Nacional
y es el lugar donde terminan muchos descensos de aguas bravas provenientes
del Gran Cañón. El lago Mead, próximo a las Vegas, constituye un gran destino
turístico y recreativo, que recibe más de 2,5 millones de visitantes anuales. De
hecho, constituye un espacio especialmente acondicionado para la actividad
recreativa, catalogado como Área Recreativa Nacional, y cuenta con órganos de
gestión específicos a este respecto. Las zonas 2, 3 y 4 constituyen, en conjunto,
lo que se conoce como Lower Gorge (Garganta Inferior) del río Colorado.
La mayor parte de los descensos que se realizan por el río comienzan en Lees
Ferry, en el límite con el Área Nacional de Recreo de Glen Canyon. A esta zona ese
puede acceder en coche, y existe infraestructura para botar las balsas en el río. El
destino más frecuente de estos descensos es la playa de Diamond Creek, 364 Km
aguas abajo de Lees Ferry, y uno de los pocos lugares intermedios donde las barcas
se pueden transportar en automóvil por las pistas que remontan las escarpadas
paredes del cañón, atravesando la Reserva de los Indios Hualapai.
Aguas abajo de Diamond Creek, hasta la desembocadura del río Colorado en el
lago Mead, hay un tramo muy encajado de 82 Km que recibe el nombre de Lower
Gorge. Este tramo termina en los acantilados denominados Grand Wash Cliffs. Lo
escarpado del terreno obliga a los participantes en los descensos a adentrarse en el
lago Mead, para buscar un punto de atraque. Hasta el año 2001 estos viajes termi-
naban en la playa de Pearce Ferry, tres millas más abajo de Grand Wash Cliffs. En
los últimos años la sequía ha convertido este punto de atraque en impracticable,
por lo que debe realizarse un largo recorrido de 18 millas, entre escarpadas paredes,
hasta una gran ensenada situada en la parte sur del lago Mead.
En la zona de Lower Gorge encontramos una mayor variedad de niveles y acti-
vidades recreativas con respecto a las que se registran entre Lees Ferry y Diamond
Creek, fundamentalmente por la existencia de una mayor demanda potencial (los
turistas del Lago Mead y, en menor medida, de Las Vegas) y por el hecho trascen-
dental de que este último punto resulta fácilmente accesible por tres vías: en auto-
móvil (a través de la Reserva de los Indios Hualapai), en helicóptero y navegando
© Editorial UOC 257 Capítulo III. Casos de estudio

río arriba desde el Lago Mead. En Lower Gorge podemos encontrar descensos que
vienen desde Lees Ferry, aunque lo habitual son los descensos que vienen desde
Diamond Creek. A estas dos modalidades de descenso podemos añadir otras varian-
tes recreativas, como los descensos de un día, los viajes nocturnos o los viajes río
arriba desde el Lago Mead. En esta zona son muy frecuentes los traslados de via-
jeros en helicóptero entre la zona de Quartermaster (422 Km aguas abajo de Lees
Ferry) y Diamond Creek, bien aguas arriba, para agilizar e intensificar los descensos
en balsa por el río desde dicho punto, bien a la inversa, aguas abajo, para facilitar
viajes en barco de recreo por el Lago Mead. Estos traslados aéreos se realizan a tra-
vés del territorio de la Reserva de los Indios Hualapai.
Existe una gran variedad de descensos que se pueden realizar por el Gran Cañón,
en función del tipo del viaje, la técnica, el tiempo de duración, la estación o el tama-
ño del grupo. Desde el punto de vista de la actividad recreativa, los visitantes deben
optar entre los descensos comerciales y los no comerciales. En cuanto a la técnica
de descenso, estos se realizan en lanchas motorizadas o a remo. Las primeras llevan
motores de cuatro tiempos, con una potencia de entre 25 y 40 Cv y con capacidad
para transportar entre 8 y 23 personas (límite máximo). Los viajes a remo incluyen
diferentes modalidades: balsas, kayaks o catarafts, entre otras. También existe la po-
sibilidad de realizar viajes híbridos, en los que los participantes realizan el descenso
en barcas a remo apoyados por una embarcación motorizada que lleva el material.
El tiempo de duración de los descensos oscila según el trayecto y la estación. La du-
ración del viaje depende del trayecto recorrido y de la estación del año. El descenso
completo del Gran Cañón, desde Lees Ferry hasta el Lago Mead, puede tener una
duración máxima de 16 días en verano y hasta 25 días en invierno. No obstante,
pueden realizarse viajes más cortos, entrando y saliendo del Cañón en los diferentes
puntos que lo permiten. En este sentido, lo habitual es la oferta de viajes comerciales
de entre 6 y 9 días de duración. Por lo que respecta al tamaño de los grupos, el Plan
de Gestión establece unos estándares, tanto para los viajes comerciales como para
los no comerciales, que van desde las 8 hasta las 32 personas, guías incluidos, según
el tipo de embarcación y época del año. Dependiendo de todos estos factores, el
coste de los descensos es variable, si bien, en 2007, como término medio, las tarifas
aplicadas por las empresas concesionarias del Parque Nacional para los descensos
de aguas bravas oscilaban entre los 1.200 $ por persona para un viaje de cuatro
días y los 3.500 $ por persona para un viaje de dieciséis días, realizando el descenso
completo del Gran Cañón en verano. Estos precios incluyen un guía especializado,
el equipo de rafting y la manutención, pero no incorporan, por ejemplo, el despla-
© Editorial UOC 258 A propósito del turismo

zamiento hasta el Gran Cañón, que corre por cuenta del usuario. El elevado coste
de esta actividad hace que los practicantes de los descensos de aguas bravas sean los
visitantes del parque que presentan un mayor gasto medio diario. En 2003, este gas-
to se situaba en los 412 $ por persona y día (con una estancia media de 6,7 noches),
muy superior al de los visitantes alojados en hoteles dentro del parque (338 $), los
que realizaban visita de un único día (114 $), los alojados en camping (98 $) o los
senderistas que pernoctan en el interior del parque (43 $).
En cuanto a las actividades dentro del Gran Cañón, durante los descensos, hay
que señalar que dentro de la zona de actuación del Plan de Gestión se encuentran
alrededor de doscientas playas fluviales para el atraque, estancia y pernoctación de
los viajeros que hacen el descenso por el río. Desde estos puntos se puede acceder a
diferentes atracciones, como los cañones laterales (ideales para el excursionismo),
los lugares pintorescos (cuevas, cascadas, senderos) e, incluso, algunos puntos de
interés paleontológico, arqueológico e histórico. En general, el uso más intensivo
se realiza junto a las orillas del río, en el fondo del cañón, donde resulta frecuente
que los viajeros realicen rutas senderistas remontando los cañones laterales. En
todo caso, los puntos del fondo del Gran Cañón que concentran mayor número
de personas son los enclaves de Phantom Ranch (143 Km aguas debajo de Lees
Ferry), Whitmore (301 Km aguas abajo) y Diamond Creek (364 Km).
A la luz de todos estos factores, puede afirmarse que el descenso de aguas
bravas en el Cañón del Colorado es, sin duda, uno de los principales referentes
mundiales en cuanto a la práctica de deportes de aventura en espacios naturales
protegidos y, también, en cuanto al turismo de aventura. En este sentido, su ca-
rácter pionero, en los años sesenta y setenta, le ha permitido situarse por delante
de otros destinos que han comenzado a desarrollar estas actividades mucho más
tarde, caso de Europa (en los años ochenta) o de ciertas zonas de Latinoamérica
y Asia (ya en los años noventa). Esto, unido a unas excepcionales condiciones
naturales (paisajes espectaculares, largos recorridos, gran caudal permanente),
hacen de este lugar un destino paradigmático al alcance de un número relativa-
mente pequeño de afortunados que acceden a esta actividad cada año.

Tendencias y retos de futuro a medio y largo plazo

Por lo que respecta al descenso de aguas bravas, y su compatibilización con la


conservación del medio ambiente, la aprobación del Plan de Gestión en el año 2006
© Editorial UOC 259 Capítulo III. Casos de estudio

establece un horizonte estable de gestión para el río hasta el año 2016 basado en
criterios de sostenibilidad ambiental. En otras vertientes resulta indudable que, pese
a un balance general positivo, hay aspectos que deben ser objeto de seguimiento y
mejora. Por ejemplo, la seguridad de los visitantes del Parque Nacional y, en particu-
lar, de los que practican los descensos de aguas bravas. En el año 2006 se atendieron
1.278 emergencias médicas, se procedió a realizar 249 rescates y se registraron 13
fallecimientos. Teniendo en cuenta que el número de visitantes supera los cuatro
millones, se antojan cifras aceptables, pero que el parque debe intentar mejorar en
la medida de los posible. En cuanto a la relación del Parque Nacional con su entorno
inmediato, resulta evidente que debe potenciarse para generar mayores beneficios
en el espacio circundante. Buena muestra de esta necesidad, y de las discrepancias
existentes entre conservación y desarrollo, es el caso del mirador construido por los
indios Hualapai sobre el Gran Cañón, en territorio de su reserva, fuera del Parque
Nacional, para aprovechar el interés turístico que despierta el Gran Cañón tanto en
EE.UU. como a nivel mundial. Se trata de la primera actuación, de una serie de ini-
ciativas turísticas importantes que se van a desarrollar en el entorno inmediato del
parque durante los próximos años, y que han generado una importante controver-
sia entre los promotores indígenas, por un lado, y sectores científicos y ecologistas,
por otro. Esta iniciativa turística ha consistido en la construcción de un mirador arti-
ficial sobre el Gran Cañón, al que han llamado Skywalk (literalmente, “paseo por el
cielo”), inaugurado en marzo de 2007, y que pende sobre el fondo del Gran Cañón a
una altura de 1.219 m. Este mirador, con forma de herradura y quinientas toneladas
de peso, es un corredor deambulatorio con suelo transparente, de diez centímetros
de grosor, que se adentra veinte metros en el interior del Gran Cañón, permitiendo
una vista cenital verdaderamente espectacular que, hasta ahora, sólo podía disfrutar
el visitante que se costease una excursión aérea. Esta iniciativa ha sido llevada a
cabo por los indios Hualapai, que gestionan la atracción turística, y pretende apro-
vechar el tirón turístico que tienen tanto el Parque Nacional como la ciudad de las
Vegas, y que hasta el momento no se ha dejado sentir en un espacio con un escaso
nivel de desarrollo. La Reserva cuenta con una superficie de más de 4.000 Km2 y
comparte con el Parque un tramo de 174 Km del Gran Cañón, sin que casi se pro-
duzcan beneficios turísticos ya que apenas recibe 300.000 visitantes anuales, que
son su principal fuente de ingresos. Este mirador artificial ha ido acompañado de la
construcción de un centro de atención a los visitantes, y se tiene previsto dotarlo de
nuevos equipamientos, como un gran campo de golf y un teleférico. Así, mientras la
población indígena reclama su derecho a desarrollar esta actividad económica para
© Editorial UOC 260 A propósito del turismo

paliar la situación de crisis que vive la reserva, con una de las rentas per cápita más
bajas de los Estados Unidos (alrededor de 5.000 €) y una tasa de paro muy eleva-
da, amplios sectores científicos y ecologistas han manifestado su oposición a estos
proyectos que, a su juicio, amenazan con incrementar la presión turística sobre el
medio natural que rodea el parque nacional e introducir elementos exógenos que
desvirtúan el entorno paisajístico. Encontrar la forma de conciliar estas dos visiones
contrapuestas entre desarrollo turístico y conservación ambiental constituyen, sin
duda, un reto perentorio para las administraciones públicas y los agentes privados
de un espacio que está experimentando, en las dos últimas décadas, un importante
desarrollo económico y demográfico.

6. Centros y periferias en las ciudades de patrimonio: el caso


de la región turística de Venecia • Antonio Paolo Russo

Introducción

La ciudad de Venecia es la capìtal y el centro administrativo de la Región del


Véneto, en el noreste de Italia, un área con un potente sistema económico basado
en redes flexibles de pequeñas y medianas empresas manufactureras. El municipio
de Venecia tiene una superficie de 189,4 km², con un centro histórico que ocupa
un grupo importante de las islas de la laguna (7,6 km²). El resto del territorio muni-
cipal está formado por una zona marítima (48 k m²,) y otra interior de 134 km², que
incluye una ciudad de tamaño medio, Mestre - 150.000 habitantes - y Marghera,
una ciudad más pequeña pero con una gran área industrial y portuaria.
Venecia es una conocida atracción a nivel internacional, posiblemente la ciu-
dad turística más famosa en el mundo. Sin embargo, se desconoce que el centro
histórico (de ahora en adelante: Centro Histórico de Venecia o CHV) es un área
problemática mientras que en el interior los asentamientos están bien integrados
en el contexto de una economía regional en auge. Así, las parejas jóvenes han sido
expulsadas del centro por los precios inaccesibles de la vivienda y la falta de pues-
tos de trabajo especializados, de manera que la población del CHV se ha reducido
de 170.000 a 70.000 en medio siglo con un promedio anual negativo de tasa de
© Editorial UOC 261 Capítulo III. Casos de estudio

crecimiento del 2%, y con tendencia hacia el -1 % en la última década mientras


que el interior ha visto su población estabilizada en alrededor de 170.000 habitan-
tes en las dos últimas décadas. El litoral mantiene su tamaño de manera casi cons-
tante en unos 50.000 habitantes. La pérdida de población en Venecia alimenta el
crecimiento en el resto de la provincia, tanto en los municipios vecinos como en
los no vecinos. La provincia en su conjunto, por otra parte, crece de forma lenta
en comparación con las ricas provincias adyacentes de Treviso y Vicenza.
En este contexto, el CHV está teniendo problemas para definir su papel en la
región. Problemas ambientales, como el de las inundaciones (“acqua alta”) alejan
a habitantes y empresas y asustan a los inversores. Así, si bien el turismo no puede
ser acusado como único responsable del deterioro de la laguna, que más bien es el
resultado del calentamiento de la atmósfera y de la toma de decisiones de desarrollo
inadecuadas en el pasado, es también cierto que tiende a empeorar las tendencias
dominantes. El limitado número de puntos de entrada a la ciudad histórica cau-
sa problemas estructurales de tráfico en el único enlace fijo con el continente. La
congestión en las zonas turísticas masificadas puede ser preocupante para los ciu-
dadanos, por no mencionar los daños materiales a edificios históricos provocados
por el tráfico intenso en los canales y la contaminación del aire. La concentración
de la ingente demanda turística en un espacio limitado aumenta la presión social
y ambiental sobre los recursos de la ciudad y afecta a las funciones “normales” que
se supone que la ciudad debe ofrecer a sus ciudadanos. Como resultado, muchos de
ellos prefieren trasladarse a barrios residenciales más limpios y silenciosos, un factor
que agrava la situación social y la evolución económica de la ciudad.
Sin tener en cuenta los multiplicadores indirectos, el turismo representa el
30% de los puestos de trabajo y el 24% de las unidades económicas en el centro
histórico. Sin embargo, no es un motor de desarrollo urbano. Venecia ha expe-
rimentado un escaso crecimiento de la economía de servicios en torno a 1% en
el decenio 1981-1991, muy por debajo del aumento del 20% a 40% observado
en las ciudades del entorno (Rullani y Micelli 2000). La tendencia es persistente
y, hoy, uno de los problemas a que se enfrenta el gobierno local es la manera de
convencer a la comunidad en general - y, en particular, a la población que vive
del turismo- que Venecia debería tener algo más para ofrecer. El turismo podría
convertirse en un acicate para la regeneración económica de la ciudad, pero
para ello se requiere una profunda reestructuración. Este cometido no se puede
lograr sólo a través de las normativas, sino que implica un cambio integral en
la orientación económica de la ciudad.
© Editorial UOC 262 A propósito del turismo

El desarrollo del turismo en la región de Venecia

Se puede afirmar que todo lo mejor del arte y la arquitectura europea de los
últimos diez siglos se puede encontrar en el CHV. Lugares, monumentos, atrac-
ciones y eventos son demasiado numerosos para ser visitados de una sola vez, y,
de hecho, la mayoría de los turistas que vienen a Venecia no son atraídos tanto
por las atracciones individuales, sino por las de la ciudad en su conjunto, y por
la atmósfera que la caracteriza.
La mayoría de los turistas visitan los monumentos agrupados alrededor de
la plaza de San Marco, tales como la Catedral, el Palacio Ducal y la torre. Ade-
más, hay numerosos museos de gran importancia, entre los cuales las Academia
Galleries, la Peggy Guggenheim, el Palazzo Grassi, un nuevo centro de arte
contemporáneo que está previsto en el cuartel Salute, así como una plétora de
instituciones menores gestionadas por administraciones públicos y organiza-
ciones privadas. Eventos como el Carnaval, la Biennale de Arte y Arquitectura,
la histórica carrera de barcas y el Festival de Cine, que se celebran en momentos
fijos del año, atraen a multitud de visitantes al centro histórico. Los viajes en
barco a las pequeñas islas vecinas son a menudo vendidos como parte de un
recorrido por Venecia.
Sólo unos pocos visitantes buscan inciativas culturales más allá del CHV en
tanto en cuanto la región que rodea Venecia, presenta una imagen altamente
urbanizada y poco atractiva. Sin embargo, presenta un valioso patrimonio terri-
torialmente difuso relacionado con el papel histórico de Venecia, las Villas de
la antigua aristocracia veneciana, los monasterios y fortalezas, por no hablar de
restos romanos anteriores a la civilización veneciana que han sido escasamente
puestos en valor para el turismo (Scaramuzzi 2000). Además, las ciudades ve-
cinas de Padua y Treviso albergan importantes recursos religiosos y artísticos.
A pesar de los esfuerzos de la provincia de Venecia, que organiza itinerarios y
actividades en el territorio, se confirma la impresión –avalada por los datos dis-
ponibles- los visitantes simplemente pasan a través de este paisaje cultural en
su camino hacia Venecia aunque sin realmente mirarlo.
El desafío para la ciudad es cómo valorizar plenamente su enorme capital
cultural. El turismo cultural tiene el potencial de generar el valor que se nece-
sita tanto para preservar el patrimonio como para promover un nuevo ciclo de
desarrollo, basado en la cultura y en el conocimiento intangible. Sin embargo,
no ocurre en este caso. Por no decir que el potencial ofrecido por la cultura no
© Editorial UOC 263 Capítulo III. Casos de estudio

está debidamente explotado por el turismo de masas sino que, más bien, este
modelo afecta a la propia integridad y durabilidad del patrimonio.
A finales de la década de 1970, los cambios en la estructura de la economía
italiana y un renovado interés en la planificación urbana provocó una amplia
reflexión sobre las opciones para el desarrollo de Venecia. Una cuestión clave
fue la necesidad de cuantificar la tolerancia de la ciudad respecto al turismo,
ya que parecía claro que estaba empezando a afectar a la ciudad y a su tejido
económico y social. Un estudio de Canestrelli y Costa (1991) sugirió que Ve-
necia podría absorber un número total de cerca de 22.500 visitantes, pero sólo
un máximo de 10.700 de estos podían ser excursionistas. Este examen brindó,
por primera vez, un punto claro de referencia para la gestión de visitantes.
Además, puso en evidencia que el sistema turístico, y no sólo el sector hotelero,
no puede ser indiferente a la distinción entre excursionistas y turistas espe-
cialmente teniendo en cuenta sus perfiles y resultados específicos en términos
de externalidades. Por último, fue relevante de inmediato desde la perspectiva
de las políticas a promover. En este sentido, los datos de 1989 proporcionaron
una indicación clara: que la ampliación de la capacidad de alojamiento en el
centro de la ciudad aumentaría los beneficios de la industria sin afectar a otros
subsistemas, mientras que el aumento de la capacidad de transporte público no
tendría ninguna influencia en el sistema.
La capacidad de alojamiento en el CHV es utilizada prácticamente en su to-
talidad. Como consecuencia, la región turística funcional ha superado amplia-
mente la escala provincial, generando un volumen de excursionistas superior
al que sería compatible con la sostenibilidad socioeconómica. En realidad, los
umbrales determinados por Canestrelli y Costa fueron superados durante 156
días en 1987. El número anual de violaciones del umbral ha ido en aumento
desde entonces, a pesar de los intentos de equilibrar esas puntas a través de la
regulación y la planificación.
Si bien la información sobre pernoctaciones está disponible, los datos sobre
los excursionistas se recogen de forma no sistemática, y por diferentes métodos.
Tomando información de la encuesta de 1996-1997 (Manente y Andreatta, 1998)
se observa (véase Cuadro 1) que las excursiones estimadas representan más de
dos tercios del total de las visitas y más de cuatro quintas partes de las visitas
nacionales. Entre los extranjeros, la mayoría son excursionistas falsos y de paso,
y se contabiliza casi un millón de excursionistas indirectos. Los excursionistas
reales son más numerosos entre los turistas nacionales. En conjunto, estas cifras
© Editorial UOC 264 A propósito del turismo

indican que una proporción importante de los visitantes, cuya principal motiva-
ción es pasar un tiempo en la ciudad, en realidad no pernoctan en Venecia.

Cuadro 1 – Tipos de visitantes y orígenes en Venecia, año 1996.

nacional extranjero total


Turistas 634,292 2,653,823 3,288,115
Excursionistas reales. 2,589,083 119,124 2,708,207
Excursionistas indirectos 266,788 921,375 1,188,163
Excursionistas casuales 1,404,057 2,097,478 3,501,535
Total de excursionistas 4,259,928 3,137,977 7,397,905
VISITANTES TOTALES 4,894,220 5,791,800 10,686,020

% nacional extranjero total


Turistas 13.0 45.8 30.8
Excursionistas reales. 60.8 3.8 36.6
Excursionistas indirectos 6.3 29.4 16.1
Falsos excursionistas y visitantes de paso 33.0 66.8 47.3
Total de excursionistas 87.0 54.2 69.2
VISITANTES TOTALES 100.0 100.0 100.0
Fuente: elaboración propia en Manente y Andreatta (1998).

Las pernoctaciones en el municipio han crecido casi constantemente desde 1951


hasta 1998 (cuando la secesión del distrito litoral de Cavallino, provocó que la ciu-
dad perdiera casi la mitad de sus estancias turísticas de la noche a la mañana, y los
visitantes de esta zona empezaron a ser contados como excursionistas). El CHV ha
atraído de manera casi constante una tercera parte de los flujos del conjunto del
municipio, mientras que el resto se aloja otras zonas del municipio. Las estancias
siguen aumentando a una tasa anual del 3%, saturando la oferta de alojamiento en
el CHV durante largos períodos del año. Sin embargo, el crecimiento de los viajes de
un día es aún mayor. Se calcula que en la década 1989-1999 las excursiones a Venecia
aumentaron en un 25%, mientras que la capacidad total de alojamiento de la ciudad
sólo aumentó en un 1%. Rispoli y Van der Borg (1988) vincularon el crecimiento sos-
tenido del viajero de corta estancia con la estructura de precios. Una parte de los visi-
tantes considera que es mejor permanecer en la periferia de la región turística, donde
disfrutan de unos precios más ventajosos y una mejor accesibilidad en coche.
Un experimento interesante es relacionar los flujos turísticos con otras variables
territoriales. Pueden obtenerse indicadores de “presión” y “estrés” si se divide el te-
© Editorial UOC 265 Capítulo III. Casos de estudio

rritorio en zonas de interés y se relacionan con la población residente. El indicador


de presión muestra que los turistas impactan sobre los recursos de la ciudad histó-
rica (espacios públicos, carreteras, instalaciones, etc) en una proporción ocho veces
superior al promedio municipal. Hay indicios de que la industria reacciona frente
a la concentración de flujos turísticos en el centro, - y ante la imposibilidad de
ampliar allí la función turística- con la difusión de la actividad en el conjunto de
la región, y especialmente en los destinos de playa que están dotados de capacidad
de alojamiento no utilizada fuera de los meses de temporada alta. El indicador de
estrés nos dice que los residentes del centro histórico se enfrentan a un número de
turistas por km² que es 33 veces la media del municipio (más de 100 veces cuando
se cuentan los excursionistas). El valor para el área de la costa es de alrededor de
13; fenómeno explicable por la escasa población y especialización turística carac-
terística de los destinos litorales. Un estrés tan elevado en una zona socialmente
débil, crea enormes problemas. De promedio, la ciudad recibe cada día un número
de visitantes que equivale a casi la mitad de la población residente (a la que has
que añadir unos 7.500 estudiantes y casi 10.000 commuters al día). A primera vista,
esto significa que los gastos de gestión de la ciudad a cargo de los residentes y con-
tribuyentes son casi el doble de lo que serían de no haber turismo en la ciudad.

Figura 1. Pernoctaciones en diferentes partes de Venecia, años 1951-1999

12000000

PERNOCTACIONES en alojamiento turístico

10000000 CENTRO HISTÓRICO

INTERIOR

LIDO / ESTUARIO
8000000
TOTAL MUNICIPIO

6000000

4000000

2000000

0
© Editorial UOC 266 A propósito del turismo

Estructura y variaciones funcionales en la “región turística”


de Venecia

La ampliación funcional de la región turística de Venecia impulsada por el


crecimiento del excursionismo como el principal modo de visita a Venecia,
determina una compresión de los presupuestos de tiempo y de la información
disponible para los visitantes en el Centro Histórico de Venecia que es clave
para entender el uso por debajo de lo óptimo y los pobres resultados del sistema
cultural de Venecia. El fenómeno se asocia con la especialización de la función
turística en el conjunto de la región de Venecia.
De hecho, Venecia “compite” como polo de atracción con otras áreas en la
región que están especializadas en productos diferentes. Así, se pueden iden-
tificar al menos tres destinos turísticos principales en la “región turística” de
Venecia. El primero, centrado en Venecia, es posiblemente el más complejo:
incluye una ciudad de patrimonio pero con capacidad limitada y un fuerte
atractivo y una zona de playa con una gran capacidad de alojamiento en un
territorio amplio. El segundo es la zona alpina centrada en la conocida locali-
dad de Cortina y el tercero es el lago de Garda, distrito de vacaciones, asociado
también con una ciudad de patrimonio como es Verona. Los destinos menores
son la zona balnearia al sur de Padua, con alojamiento asociado a la actividad
ferial que atrae turismo de negocios y de congresos en temporada baja y el
distrito de Aciago en el noroeste. Obviamente, estos polos de atracción son
en gran medida complementarios a la hora de atraer flujos de visitantes. Para
nuestro propósito, es de interés delimitar la Región Turística Funcional (RTF)
de Venecia como el ámbito que genera una parte sustancial de los viajes de día
hacia el destino principal. Una forma de conseguir esta delimitación es a través
la estructura de precios. El supuesto es que en la RTF los precios del alojamiento
disminuyen con la distancia desde el centro. Si la principal razón para acomo-
darse en la región es el acceso a Venecia, y ello es cada vez menos fácil según
va aumentando la distancia, debería registrarse un descenso en el precio de las
reservas que hacen los visitantes.
El gráfico de la Figura 2 ilustra la estructura de precios de alojamiento. La for-
ma de “U” de la relación entre los precios y las distancias de Venecia indica que
el “efecto de proximidad” desde el centro de la FTR decae cuando se solapa con
otra FTR , en este caso la de la región de Verona-Lago de Garda. La asociación
© Editorial UOC 267 Capítulo III. Casos de estudio

entre precios y distancias desde Venecia es fuerte (y significativa), a pesar de la


presencia de importantes destinos dentro de la propia FTR, como la playa de
Jesolo y Caorle, que en conjunto representan más de la mitad de la capacidad
de alojamiento de la provincia. Así pues, puede decirse que el peso de Venecia
como atracción turística es tal que impone la pauta de precios de toda la FTR.

Figura 2. Precios de hotel dentro de la Región turística funcional de Venecia. Precios en 1000 LI (1000 LI: 0,5€)
según media ponderada por categoría

300

Venice
Lido

200

Verona

100 Padova

0
0 20 40 60 80 100

Distancias en minutos desde Venecia

La región relevante para los viajes de un día, como se ha explicado anterior-


mente, se encuentra “naturalmente delimitada” por el tiempo de viaje. Sin em-
bargo, otros tipos de excursionistas escapan a esta limitación pasando la noche
lo suficientemente cerca del punto de destino. Es interesante observar cómo el
territorio se especializa en cada una de las tipologías de visitantes. Los excur-
sionistas indirectos parecen alojarse en áreas con servicios no relacionados con
el turismo cultural mientras que los falsos excursionistas se alojan en áreas sin
atracciones propias aunque próximas al destino principal y con una favorable
relación distancia/precio. En la Figura 3 los datos de la encuesta de 1997 se
© Editorial UOC 268 A propósito del turismo

organizan de tal forma que se pone de manifiesto el peso de la proximidad a


Venecia: los colores más oscuros implican una mayor proporción de turistas
que realizan excursiones al centro histórico de Venecia. Como era de esperar la
proporción descienden con la distancia. Esto confirma la existencia de una FTR
para Venecia como destino principal con características complejas.
Las diferencias de precios dentro de la región turística están influidas por la
intensidad de la competencia turística mientras que el comportamiento de los
turistas no sólo depende de la localización sino también de otras distorsiones
del mercado, como las asimetrías en la información y las estrategias de calidad.
Esta conclusión se ve confirmada por la elevada correlación entre los índices
de precios y los índices de capacidad, lo que sugiere que, mientras que no exis-
te ninguna relación significativa entre los niveles de precios y la cantidad de
camas turísticas en la zona, la relación es bastante fuerte cuando se tiene en
cuenta la densidad de camas turísticas. Otro resultado del análisis es que cuanto
mayor es la especialización turística de un territorio, mayores son los precios:
los lugares más visitados tienden a ser más caros, porque resulta más fácil para
los proveedores capturar rentas de proximidad y de información, tal y como
prevé el modelo de Caserta y Russo (2002).

Figura 3. Porcentaje de excursiones a Venecia sobre el total de estancias turísticas. Elaboración a partir
de la encuesta de 1997.
© Editorial UOC 269 Capítulo III. Casos de estudio

El papel de los elementos del patrimonio cultural como gene-


radores de valor

En este apartado se abordan cuestiones acerca de la función de los bienes


culturales y otras atracciones turísticas en la estructura de la región turística y
las diferencias de precios dentro de ella. Esta cuestión es crucial en el ámbito
de aplicación de este análisis, ya que nos permite: evaluar el peso de los bienes
históricos y culturales como un factor de localización de la actividad turística e
identificar áreas con excesiva presión sobre el patrimonio, así como áreas que
tienen gran potencial para atraer más turistas culturales.
Los análisis muestran la primacía del Centro Histórico de Venecia en la
atracción de flujos turísticos tanto en la provincia de Venecia como en la región
del Veneto. El municipio clasificado en segundo lugar, el histórico puerto de
Chioggia, tiene un índice de atracción cultural (bienes registrados por km²), que
es casi 20 veces inferior al del Centro Histórico de Venecia. A escala regional, el
Distrito de Promoción Turística de Venecia
(que incluye áreas como Mestre y Marghera) resulta por lo menos el doble de
atractivo que cualquier otro distrito de la región. El atractivo cultural de los Dis-
tritos de Promoción Turística se correlacionan positivamente con características
específicas del mercado turístico (Cuadro 2, segunda y tercera columnas).
Los bienes culturales aparecen concentrados en zonas densamente pobladas
apuntando a la naturaleza “urbana” del patrimonio. Dentro de la provincia, la
oferta turística se concentra en los municipios más densamente poblados, donde
la actividad turística captura las rentas de proximidad a los principales productos
turísticos. La concentración también genera presión a la estructura del mercado,
cosa que se refleja en unos mayores precios de alojamiento. Cabe señalar que los
bienes culturales se localizan de forma más dispersa al aumentar la distancia que
les separa de Venecia, lo que confirma el vínculo histórico entre el patrimonio y
el poder en una notable civilización “urbana” como la de Venecia.
Cuando la escala espacial de este análisis se amplía (Cuadro 2, cuarta y quinta
columnas), la relación entre la ubicación de los bienes culturales y de las variables
de desarrollo turístico pierde importancia, pero eso es, probablemente, debido a la
imprecisión de las unidades espaciales consideradas. Venecia aparece de nuevo como
el centro focal de una amplia región cultural. Los bienes culturales se dispersan de
nuevo a medida que aumenta la distancia de la capital regional y a pesar de la presen-
© Editorial UOC 270 A propósito del turismo

cia de ciudades de patrimonio como Verona y Vicenza (en la periferia de la región).


La tendencia de los bienes culturales de estar concentrados en las zonas urbanas se
confirma de nuevo. Surge, por otra parte, una nueva relación entre la dotación de
bienes culturales y la calidad del alojamiento: las “regiones culturales”, de promedio,
ofrecen unos mejores niveles de calidad que otros distritos de entretenimiento.

Cuadro 2. Estructura de correlaciones entre los atractivos culturales y las variables turísticas

Municipios dentro de la Distritos de Promoción


provincia de Venecia Turística en la región Veneto
Atractivos Intensidad Atractivos Intensidad
culturales cultural culturales cultural
Distancia desde el Centro
0 –– 0 –
Histórico de Venecia en km
Distancia desde el Centro
0 –– –– –
Histórico de Venecia en minutos
Superficie en km2 0 0 0 0

Habitantes en 1998 (+) (+) (+) 0

Alojamiento / camas 0 0 0 0
Intensidad turística
++ (++) 0 0
(camas por km2)
Indice de función turística
++ (++) 0 0
(camas por km2 por residente)
Categoría media 0 0 0 +
Precio medio ponderado por
++ ++ N.A. N.A.
habitación doble
Pernoctaciones en 1998 0 0 0 ++
Presión turística
0 0 0 0
(pernoctaciones por Km²)
Estrés turístico (pernoctaciones
0 0 0 0
por Km² por residente)
Densidad de población 1998 ++ (++) ++ (+)
Leyenda

i) +/-: Correlación positiva/negativa significativa al nivel 0.05 (dos colas)


ii) ++/--: Correlación positiva/negativa significativa al nivel 0.01 (dos colas)
iii) (+/-): Correlación positiva/negativa significativa pero trivial
iv) 0: Correlación no significativa

El análisis detallado de la relación entre riqueza cultural y pernoctaciones


por Distritos de Promoción Turística permite observar tres zonas: un grupo de
Distritos de Promoción Turística “recreativos” que han desarrollado la actividad
© Editorial UOC 271 Capítulo III. Casos de estudio

a partir de sus importantes atributos naturales y atracciones de entretenimien-


to. Básicamente estos destinos no necesitan atracciones culturales para desa-
rrollarse como lugares turísticos, a pesar de que ciertamente se benefician de la
presencia de los destinos culturales más importantes en su proximidad. Entre
los distritos culturales, Venecia parece ser la única que sabe complementar sus
atractivos culturales con la proximidad a otras importantes áreas de ocio. Por
último, está el grupo de distritos que está claramente subdesarrollados desde el
punto de vista turístico. Entre ellos se encuentran importantes ciudades de arte
como Padua y Verona.

Conclusiones

El caso de Venecia ejemplifica una situación en la que la capacidad de alo-


jamiento de la ciudad es insuficiente para acoger a la masa de visitantes que
desean visitarla -durante casi todas las temporadas del año-. Muchos visitantes
han de recurrir al alojamiento en la periferia tanto en las proximidades de la
ciudad o a mayor distancia. Esta forma de visitar la ciudad, siendo un visitante
pero sin pernoctar en ella, es también popular entre otros tipos de visitantes,
como los mochileros y viajeros de bajo presupuesto, los turistas que han planifi-
cado visitar diversos destinos - por ejemplo Venecia más otra ciudad artística en
la zona nororiental de Italia- o los que tienen necesidades específicas respecto a
la accesibilidad, las características del paisaje o los servicios. Por último, está el
caso típico de los veraneantes en la playa, que se aprovechan de la proximidad
de Venecia para pasar un día en la ciudad.
La heterogeneidad de las experiencias de los visitantes y de su logística se re-
fleja en las múltiples facetas en las que se ha especializado el territorio regional.
Algunas zonas en el área de influencia de la ciudad, que tienen la función de
“zonas de amortiguación” respecto al principal destino, presentan una relación
precio/calidad donde el elemento más apreciado es la cercanía a los lugares de
interés. Otras áreas tienen factores propios para la atracción de visitantes (por
ejemplo el mar, los bienes culturales o los servicios), y, por lo tanto, presentan
una estructura de mercado autónoma dentro del sistema liderado por Venecia.
Entre estos, algunas áreas presentan una industria madura donde la competen-
© Editorial UOC 272 A propósito del turismo

cia se basa en los precios y la accesibilidad (por ejemplo las zonas de playa).
Otros (por ejemplo, la Riviera de Brenta, el municipio de Portogruaro, la orilla
sur de la laguna) tienen elementos de atracción que no han sido explotados
para el desarrollo de una industria de turismo local.
La heterogeneidad disminuye cuando se trata de visitar la ciudad de Venecia.
Debido a la limitación del tiempo y la información, que es inherente a la manera
de visitar las ciudades de los “excursionistas”, los itinerarios de los visitantes están
poco diversificados y son comunes los episodios de masificación de los atractivos
principales y de infrautilización del patrimonio localizado en la periferia. La proxi-
midad a las atracciones turísticas centrales (que normalmente presentan elevados
niveles de calidad) facilita la extracción de rentas por parte de los operadores turís-
ticos. Sin embargo, debido a la enorme masificación de las zonas centrales, apare-
cen otros factores de localización que resultan atractivos (especialmente para los
hoteles y restaurantes) tales como la accesibilidad externa y el “aislamiento”.

La consecuencia global de esta dinámica es la siguiente:

• una fuga del gasto de los turistas desde el centro de la región turística hacia a
la periferia que –por otra parte- va de la mano de una concentración de los
costes;
• un declive de la calidad del sistema turístico;
• una pérdida de la relevancia del sistema de atracciones culturales como “ge-
neradores de ingresos”;
• la polarización de la ciudad y el territorio regional de acuerdo a los principa-
les factores que afectan el mercado turístico, tales como la accesibilidad y la
calidad.

A largo plazo, estos elementos pueden producir una reducción de la capaci-


dad de atracción de la zona de destino, en la medida en que los turistas pueden
reaccionar negativamente a elementos tales como la degradación física de los
monumentos, el declive estético de los espacios urbanos abiertos, la pérdida de
la diversidad de la oferta cultural, y el incremento de los procesos de suburba-
nización de los servicios turísticos y los equipamientos (Russo, 2002). En parti-
cular, estos factores son susceptibles de afectar a los segmentos de visitantes que
tienen una mayor propensión a pagar por una experiencia cultural, pero son
más sensibles a una atmósfera de calidad cultural y ambiental.
© Editorial UOC 273 Capítulo III. Casos de estudio

7. La redefinición de un destino a partir del turismo residen-


cial. El caso de la Costa del Sol • Enrique Navarro Jurado

Introducción

El caso de estudio que se presenta se centra en la Costa del Sol, el espacio


litoral de la provincia de Málaga, una de las zonas más consolidada, madura y
con mayor complejidad en la implantación territorial del turismo es un caso
representativo del modelo de desarrollo que está surgiendo en España y en otros
enclaves de la región mediterránea (Francia, Marruecos, Turquía, Croacia, etc.).
En la Costa del Sol, el desarrollo turístico se basa en el clásico modelo de sol y
playa (recursos de playa y clima, actitud pasiva, importante demanda extranjera,
concentración en verano con rasgos de masificación, etc.) aunque son destacables
dos tendencias esenciales para comprender el desarrollo del denominado turismo
residencial y de segunda residencia: la apuesta por la vivienda como forma de
alojamiento turístico (negocio inmobiliario) y la diversificación del producto con
el incremento de la oferta complementaria (turismo de golf, náutico, de salud, de
congresos y eventos, hípico, etc.) Estas dos estrategias resultaron ser una apuesta
innovadora en los años ochenta, lo que generó la redefinición de este espacio con-
solidado cuando parecía estar en plena crisis de madurez. No obstante, esta revita-
lización ha creado un crecimiento y unas perspectivas de futuro, especialmente en
la oferta de viviendas, que empieza a ser una amenaza para el futuro turístico.

Situación

La dimensión de la Costa del Sol es destacada, tiene 1.383 Km2, una pobla-
ción de 1.045.096 habitantes en el 2004, lo que supone una densidad media de
755 hab/ Km2; y una renta per cápita familiar en 2003 que oscila entre los 9.000
y los 11.500 €. Está integrada por catorce municipios, entre los que destacan
Málaga, la capital de la provincia, y dos iconos turísticos internacionalmente
reconocidos, Torremolinos y Marbella.
Las características turísticas de este modelo son destacadas en el contexto
regional y nacional. La Costa del Sol contaba con 117.115 plazas turísticas re-
gladas (hoteles, pensiones, camping, etc.) en el 2004 y entre 678.411 y 904.548
© Editorial UOC 274 A propósito del turismo

plazas de oferta no reglada, distribuidas en 226.137 viviendas de potencial uso


turístico. Esto supone que el alojamiento privado concentra el 85% de la oferta.
Si al anterior dato se suman las viviendas para uso de la población residente
(327.362 en 2001), la capacidad de alojamiento total está próxima a los dos
millones de plazas (1.937.247).
El crecimiento del alojamiento en el periodo entre 1989 y 2003 es del 45,6%,
lo que supone un incremento elevado si tenemos en cuenta que en el primer
lustro de los noventa la crisis turística estancó la actividad e incluso hubo cier-
to retroceso en el alojamiento, causando el cierre de varios hoteles. Porque se
apuesta por la calidad en términos generales, hay que subrayar que esta evolu-
ción no fue homogénea. Dos ejemplos, los hoteles de cuatro y cinco estrellas
crecieron un 150% entre 1999-2004 y destaca también el incremento de las
urbanizaciones de lujo.
El resultado de este proceso es que está urbanizada la primera línea de playa
en un 75% extendiéndose la ocupación del espacio por las laderas de la cadena
montañosa en una segunda y tercera línea de playa (alejada de la costa de 2 a
5 km, pero con vistas al mar), todo ello con una total ausencia de ordenación
territorial y por tanto, sin acercarse al reto de la sostenibilidad.
En lo que respecta a la demanda, se puede señalar que en el año 2005 se
alcanzó la cifra de 9.021.000 turistas, de más de cincuenta nacionalidades dis-
tintas, aunque predominan los españoles (37%), británicos (34%) y alemanes
(8,5%). Las estrategias de desestacionalización fueron tan exitosas en los no-
venta que se llegó a un grado de ocupación media anual en los hoteles del 72%
y en algunos municipios como Torremolinos del 90%, pero desde 1999 ha ido
descendiendo todos los años y en la actualidad el índice de ocupación anual es
del 55% (78% en agosto y 36% en diciembre (Diputación Provincial de Málaga,
2005). Entre el 50% y el 60% de estos turistas han creado dos segmentos bien
diferenciados: el turismo de segunda residencia, principalmente nacional que
se concentra en verano, vacaciones y fines de semana (para la demanda andalu-
za sobre todo), y el turismo residencial principalmente de extranjeros, aunque
no falta demanda interna, que pasa en la zona entre seis meses y un año, bus-
can la benignidad del clima fuera de la temporada alta y está compuesto por
jubilados, trabajadores muy cualificados y rentistas. Este último mercado está
en alza ya que las promociones urbanísticas recientes se han concentrado en
él, vendiendo las viviendas en sus países de origen, dotando las urbanizaciones
con servicios exclusivos (campos de golf, geriátricos de lujo, servicios médicos
© Editorial UOC 275 Capítulo III. Casos de estudio

a domicilio, etc.) y a precios altos para el nivel de vida malagueño, pero muy
asequibles para las rentas norte europeas. Esta mezcolanza entre turismo y resi-
dencia (no permanente), que surge en los años ochenta, es la nueva apuesta de
los gestores espaciales municipales y los empresarios inmobiliarios, y es lo que
ha ido transformando radicalmente el territorio, expandiéndose hasta ocupar
no sólo la zona litoral, sino exportando el modelo a las comarcas de interior (a
más de 40km de la costa). Este último dato es fundamental para comprender la
dimensión que está adquiriendo el turismo residencial en la Costa del Sol y por
extensión, en todo el mediterráneo español.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?. Para la comprensión de los cambios
sobre el territorio hay que analizar la evolución del destino.

Evolución del destino

Antes del desarrollo del turismo a finales de los años cincuenta, la Costa del
Sol era un espacio con una economía subdesarrollada, basada en la pesca de
subsistencia y una agricultura poco productiva, sólo aprovechada en los estre-
chos y pequeños valles. La población ascendía a 380.873 habitantes en 1950,
con escaso nivel de instrucción (más del 70% eran analfabetos funcionales) y
con estructuras por edad y sexo propias de una sociedad tercermundista. Hoy,
la situación es muy diferente, la población se ha multiplicado casi por tres,
tiene una estructura demográfica con síntomas de envejecimiento propios de
cualquier país desarrollado, el analfabetismo no alcanza el 2,9% y donde el sec-
tor servicios (76% de los empleos) y el subsector secundario de la construcción
(13%) son hegemónicos.
La evolución turística de la Costa del Sol es similar a la de otros destinos tu-
rísticos mediterráneos, con ciertas particularidades (Navarro Jurado, 2003). En
términos generales se pueden distinguir cuatro etapas.

1) Desde finales del siglo XIX el espacio de estudio era sólo un centro-bal-
neario local, pero no fue hasta finales de los cincuenta del pasado siglo, con el
proceso de industrialización de Europa occidental, cuando se implanta el turis-
mo en el espacio de una forma dominante.
2) Desde los años sesenta se genera un auténtico boom caracterizado por la
ocupación de la primera línea de playa, en parcelas discontinuas, lo que obe-
© Editorial UOC 276 A propósito del turismo

dece más al precio del suelo y a las estrategias de los touroperadores que a una
lógica racional de la ordenación del territorio. Los espacios cercanos al aero-
puerto se destinaron a un turismo de masas exclusivamente manejado por los
touroperadores europeos (Torremolinos, Benalmádena), mientras los espacios
más alejados como Marbella, empiezan a ser frecuentados por la aristocracia y
la élite europea, es el inicio de la vivienda como alojamiento turístico y del tu-
rismo residencial. Entre los espacios emisor y receptor se establece una relación
de neocolonialismo económico, ya que algunas leyes alemanas y escandinavas
(Ley Strauss, por ejemplo) animaban a invertir en países en vías de desarrollo,
concediendo reducciones en los impuestos. Esta fuerte expansión contrasta con
la carencia en la zona de infraestructuras de comunicación, abastecimiento de
agua, saneamiento, con una escasa formación y redistribución de riqueza.
3) La crisis del petróleo de los setenta (1973 y 1979) ralentiza el crecimiento
de nuevas instalaciones turísticas, reajusta los costes y acrecienta la poca racio-
nalización del crecimiento. Es entonces cuando empiezan los primeros proble-
mas de saturación de algunos espacios concretos, además del deterioro ambien-
tal, especialmente de la playa. Aunque este periodo de crisis debió conducir a
una disminución del número de visitantes en la Costa del Sol, excepto de 1973 a
1975, la demanda se incrementa notablemente, gracias al abaratamiento de los
paquetes turísticos, a una nueva forma de oferta, el apartamento, y al descenso
de la calidad en los servicios, esta es la clave para entender la etapa posterior.
4) Desde mediados de los ochenta hasta la actualidad, se intensifica la ocu-
pación del espacio, lo que produce un cambio radical del modelo turístico, es
la redefinición del modelo turístico, común en el litoral español (López et al.
2005) y en otros países del entorno (Marruecos, Turquía, Grecia, etc.) a finales
de los noventa. En los primeros años el modelo de implantación se expandió
hacia el interior del propio destino (Mijas, Marbella incluso municipios sin pla-
ya, como Benahavís), por el litoral oriental que aún no había sido explotado
(Nerja, Vélez–Málaga), pero en los años noventa el modelo se exportó a co-
marcas del interior próximas como Serranía de Ronda, Valle del Guadalhorce,
la Axarquía y otras comarcas no tan cercanas, como Antequera, que dista más
de 40 km de la costa. La clave para entender esta expansión y exportación del
modelo hay que buscarla en los campos de golf y la construcción de viviendas
alrededor de dichos campos.
En la evolución mostrada debe destacar el papel que han jugado las infraes-
tructuras de comunicaciones y en especial el aeropuerto. Antes del desarrollo
© Editorial UOC 277 Capítulo III. Casos de estudio

turístico el litoral malagueño era una isla, incomunicada por el norte y oeste
por la barrera montañosa y con insuficientes comunicaciones terrestres hacia
la costa gaditana y granadina. Es a partir de la creación del aeropuerto interna-
cional en 1961 cuando despega el desarrollo turístico. El peso del aeropuerto se
ha ido incrementando con el tiempo hasta situarse en el cuarto aeropuerto de
de España en 2005, tanto por el volumen de pasajeros (12.669.019) como por
las operaciones (123.959), lo que es fundamental para el desarrollo del turismo
residencial, puesto que la Costa del Sol está a una isócrona de tres horas de los
principales mercados emisores de Europa. Esta accesibilidad en tiempo dinami-
za los flujos turísticos y es vital para comprender la llegada de turistas en gene-
ral y de turistas residenciales, con la compra de una vivienda, en particular. A
ello hay que unir la aparición de las compañías de bajo coste y los cambios que
está implantando en el sector turístico, por ello es frecuente la visita de turistas
alemanes y británicos sólo para fines de semana, incluso para un único día con
el objetivo de disfrutar de días de sol o jugar al golf. Un ejemplo sintomático,
el aeropuerto de Málaga es el segundo destino de estas compañías en el 2003
(después de Palma de Mallorca) con una cuota de llegadas del 17,5%. Si la com-
petencia entre compañías aéreas sigue los derroteros actuales, en poco tiempo
los cambios serán espectaculares y afectarán incluso al modelo de implantación
territorial-turística.
De todo lo expuesto se deduce que el destino ha padecido una transfor-
mación radical del territorio, lo que ha generado diversos impactos. Desde un
punto de vista ambiental, hay una mutación del entorno, se ha quebrado la
dinámica de regeneración de las playas, lo que supone que todos los años hay
que invertir millones de euros para que las playas tengan arena (2 millones de
€ en 2005), los ríos están completamente modificados (embalsados, desviados
o canalizados por grandes tuberías), se han sobreexplotado los acuíferos y las
zonas verdes han desaparecido, a excepción de algunas áreas de especial interés.
La sociedad es radicalmente distinta, el turismo en general y el turismo residen-
cial en particular, ha generado una multiculturalidad que se refleja en el fuerte
proceso inmigratorio (son los llamados inmigrantes climáticos), a ello se une el
carácter cosmopolita de los habitantes actuales, donde el 36% ha nacido fuera
de la provincia, de los cuales el 16% son extranjeros (en algunos municipios
como Mijas, los extranjeros llegan al 39% de la población censada, a los que
hay que añadir los turistas residenciales); esto ha creado una nueva sociedad,
más independiente, que vive en lugares segregados por la lógica económica
© Editorial UOC 278 A propósito del turismo

(guetos) e incluso con una delincuencia generalizada (corrupción de cargos


políticos, nuevas mafias, blanqueo de dinero gracias al negocio inmobiliario,
etc.) bendecida por algunos poderes públicos. Por último, encontramos una
economía típica del ocio, donde se combinan los servicios y la construcción,
siendo la zona con mayor productividad de la región andaluza y una de las más
importantes de España, un auténtico atractivo para los trabajadores del entorno
y una fuerte atracción para capitales nacionales y extranjeros.
Por otro lado, es necesario apuntar que la creación de este espacio de ocio se
inició sin planificación, sin estrategias, sin objetivos finalistas, crecía completa-
mente al contrario de lo que planteaba Pearce: «No se puede permitir que el creci-
miento de la industria siga las fuerzas de la demanda por sí sola» (Pearce, 1988: p 99).
La cuestión es que tras cincuenta años a día de hoy no existe una planificación
integral y coherente del territorio, siendo las fuerzas del mercado (demanda-ofer-
ta) las que rigen la creación de la oferta (hoteles, viviendas, campos de golf, etc.)
Es cierto que con la llegada de la democracia en España en 1978, los municipios
empiezan a planificar la distribución de los usos del suelo (PGOU), que en 2006
se ha presentado el único plan exclusivamente turístico (Plan Qualifica), e incluso
existen diversos esquemas de planificación territorial para la zona que pronto se
implantan, el Plan de Ordenación del Territorio de la Costa del Sol Occidental y el Plan
Estratégico de la Costa del Sol Occidental, pero esta superposición de diversos instru-
mentos de planificación territorial y turística genera descoordinación en el sector
público y privado. La conclusión es clara, antes no había ninguna planificación
y ahora hay tanta que muchas de ellas no son efectivas.

La modalidad turística y los retos de futuro

Las condiciones que han hecho posible la aparición del turismo de sol y
playa y otros productos asociados es sin lugar a dudas el clima. La suavidad de
las temperaturas (entre16 ºC en invierno y 25 ºC en verano) y el tener menos
de 70 días con lluvias al año, de lo que resulta un tiempo de insolación abun-
dante (2.921 horas al año), son factores esenciales. A ello unimos la existencia
de un sistema montañoso que se articula paralelo a la costa, lo que posibilita
tres líneas de playa con vistas al mar y evita la llegada de vientos fríos del norte,
además de una biodiversidad abundante, tanto en el litoral como en espacios
próximos a él (una Reserva de la Biosfera y dos Parques Naturales).
© Editorial UOC 279 Capítulo III. Casos de estudio

A esta oferta hay que añadir otros productos, el turismo de golf que cuenta
con cuarenta campos (lo que supone la segunda mayor concentración de cam-
pos de golf de Europa), turismo náutico apoyado en once puertos deportivos
que desempeñan también el papel de centros de ocio; turismo de congresos y
eventos con un recinto ferial, tres palacios de congresos y más de cien salas de
hoteles acondicionadas para reuniones y eventos; tres clínicas privadas y tres
centros hoteleros exclusivos para el turismo de salud y casi todos los hoteles de
cuatro y cinco estrellas acondicionados para atender a este último segmento;
un hipódromo, una escuela ecuestre, y varias empresas para el turismo hípico;
seis parques de atracciones y de ocio; e incluso existe el ecoturismo, al contar
con un interior próximo que ofrece cinco parques naturales. Una diversidad
propia de innovadoras estrategias surgidas en los ochenta para superar la fase
de estancamiento habitual en un destino maduro.
Llegados a este punto, podemos afirmar que la Costa del Sol es un ejemplo
significativo dentro de la modalidad a la que pertenece, al ser un destino pio-
nero y referente en la implantación del turismo residencial, lo que está íntima-
mente ligado a la creación de campos de golf, puertos deportivos, centros de
salud privados, residencias de lujo para la tercera edad, etc.
Estas circunstancias sirven de punto de inflexión para reflexionar sobre el
modelo de turismo residencial de la Costa del Sol y del Mediterráneo español
¿Cuál es modelo futuro por el que debe apostar el litoral español? ¿Qué nos
depara este nuevo cambio turístico? ¿Qué dimensión tienen los postfordistas
territorios residenciales?... El modelo de implantación del turismo residencial
no es la panacea que quieren vender los promotores y algunos gestores políticos
que hablan sólo de beneficios y omiten los gastos tan destacados que generan
y que se pagan con los impuestos de todos los residentes. Algunas investiga-
ciones e informes de consultoras (Exceltur, 2005; Requejo Liberal, 2001) y los
diagnósticos de algunas planificaciones turísticas (Plan Qualifica de la Costa del
Sol Occidental) empiezan a enfrentar con cifras los resultados del modelo turís-
tico clásico basado en hoteles y el modelo residencial. Por ejemplo, según el
Instituto de Estudios Turísticos (Exceltur, 2005: p 32) en España, el gasto turís-
tico diario por persona, de aquellos que se alojan en hoteles, asciende a 87,1 €
diarios, mientras que en la tipología residencial es de 33,7 € diarios; el volumen
económico generado por la afluencia de turistas también varía según la tipolo-
gía de alojamiento, en la costa mediterránea y las islas, la media, en el 2003, es
de 2.559 € por cada plaza, mientras que en la oferta reglada es 9.589€, en las
© Editorial UOC 280 A propósito del turismo

viviendas es de 1.341 €, lo que supone una relación de 7 a 1; En Andalucía, esta


equivalencia es de 8 a 1 (Prats y Fuentes, 2004). El impacto económico de los
efectos multiplicadores del turismo hacia otros sectores económicos también
resulta esclarecedor, siendo el alojamiento reglado 2,6 veces superior al resi-
dencial. En el empleo, no hay duda, de los 549.260 puestos de trabajo directos
que generaba el turismo en 2003, el 70% estaban ligados a la oferta reglada y
sólo el 30% a los residenciales. En este caso hay datos más detallados: sin tener
en cuenta la etapa de construcción, 10.000m2 de edificabilidad generan 249
puestos de trabajo por cada alojamiento reglado frente a los 44 generados en la
vivienda turística (Requejo Liberal, 2001: p 5).
Si bien en la Costa del Sol no se han calculado estos datos, sí existen otros
que ofrecen pistas parciales. El gasto de bolsillo del turista en la zona de estudio
ha experimentado un descenso acumulado en los últimos cuatro años, pasando
de 37,2 € en el año 2000 a los 34,6 € en el 2004. Esto tiene un efecto directo en
la disminución de ingresos de la zona que se cuantifica en 265 millones de €
(Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, 2005: pp 24-25). Si estas cifras las
relacionamos con un estudio sobre capacidad de carga social realizada en 1999
(Navarro Jurado, 2005) parece que hay más de una relación. Un 64% de los
turistas declararon que había una densificación urbanística alta, el 35% aprecia-
ban una clara masificación del destino (52% en temporada alta), un 25% con-
sideraban que abandonaría el destino si llegasen a apreciar la masificación y el
10% declaraba que lo abandonará. Siempre podríamos pensar que ya vendrán
otros turistas, pero precisamente el turista de mayor poder adquisitivo y culto
es el que primero abandona y no es casualidad que este es el segmento que más
interesa a cualquier destino. En 1999, estas cifras parecían sólo un dato más.
Hoy son una realidad.
La preocupación de distintos colectivos ciudadanos, profesionales y cien-
tíficos se centra en el modelo de desarrollo, centrándose en la imparable pro-
yección de las viviendas de promociones urbanísticas e inmobiliarias. A la ca-
pacidad de alojamiento actual (1.937.247plazas) hay que sumar las previsiones
que los gestores municipales plantean en los PGOU, 470.039 nuevas viviendas
distribuidas a lo largo de todo el litoral, incluida la segunda y tercera línea de
playa. Esto supone que si se ejecutara todo el planeamiento vigente la Costa
del Sol podría llegar a tener una capacidad de alojamiento total de 3.582.383
plazas. Por supuesto que nunca se suele ejecutar todo el planeamiento y este es-
candaloso e insostenible escenario no es probable, pero lo que llama la atención
© Editorial UOC 281 Capítulo III. Casos de estudio

es la previsión que los gestores plantean y el modelo de desarrollo que dibujan


para el futuro. Un reciente estudio (Prats y Fuentes, 2004) sobre los escenarios
futuros del modelo territorial y turístico, donde el turismo residencial y de se-
gunda residencia es el gran protagonista, planteaba tres escenarios:

I El Escenario Tendencial: Es de crecimiento imparable hasta que los inversores


cambien de destino o se agote el suelo en la costa, lo que extenderá el mo-
delo por los espacios del interior próximo (a entre 10 y 20 km. del litoral)
y el interior lejano (a entre 20 y 40 km.). Los efectos a medio plazo son la
pérdida progresiva del valor y la rentabilidad, escasa calidad del destino al
masificar la oferta, no solucionar la carencia en infraestructuras elementales
(carreteras, abastecimiento de agua, saneamiento, etc.) y disminución de
calidad de vida de la población local.
II Conurbación litoral: este escenario se interpreta a partir de los Planes de Orde-
nación Territorial puestos en marcha por el gobierno autonómico. El objeti-
vo es ordenar el crecimiento dotando al litoral de las necesarias infraestruc-
turas para una capacidad máxima de cinco millones de personas (residentes
y turistas). Este escenario rebasa lo estrictamente turístico, se plantea una
mega ciudad del conocimiento, a la vez que una ciudad atractiva para jubi-
lados, tele trabajadores y familias extranjeras que viajan los fines de semana
y vacaciones. En teoría, supone una opción razonable pero el interrogante
es si se podría mantener la calidad de vida y la calidad del espacio turístico
con entre un 175% y un 250% de incremento de la capacidad de alojamien-
to en quince años. Además, hay otras cuestiones críticas, como el fortísimo
consumo de recursos naturales en un medio frágil y con problemas para el
abastecimiento de agua, pérdida de calidad en el paisaje, etc.
III Costa del Sol 21: Se acepta un cambio de paradigma hacia la sostenibilidad,
se modera y limita el crecimiento en algunas zonas, se racionaliza el uso y
consumo de los recursos naturales y se buscan estrategias de diferenciación
del producto. El espacio malagueño sería concebido como una red territorial
articulada con roles y tipologías urbanísticas diferenciadas en cuatro zonas:
un área metropolitana como centro cultural, residencial, institucional, de
transporte y universitario; los ejes litorales como espacios turísticos y resi-
denciales, con mayor calidad en el entorno; un interior mejor conectado que
compatibilice desarrollo y preservación, complementando la oferta turística
de la costa. Por supuesto, este escenario es puramente teórico.
© Editorial UOC 282 A propósito del turismo

A modo de conclusión dos reflexiones, la primera para la modalidad turística


y la segunda para el área de análisis: (1) Parece que en el futuro, este modelo tu-
rístico residencial primará sobre otros, a la vista del crecimiento previsto por los
gestores municipales, según el informe de Exceltur para España en los próximos
diez ó quince años, el suelo urbano todavía desocupado y urbanizable aprobado
en los PGOU triplicaría el número de viviendas existentes en 2004. Estas son
las perspectivas. Es paradójico que el traspaís costero aplique la misma fórmula
“desarrollista” que ha endeudado, las haciendas municipales de la costa, pero
esta es la realidad, todavía se aplica la política de hechos consumados: «let’s rich
first and clean up later» (seamos ricos primero y ya limpiaremos más tarde). (2)
Las variadas estrategias para la diversificación de la Costa del Sol han transfor-
mado el modelo turístico incrementando las posibilidades de crecimiento, ex-
tendiendo y exportando el modelo hacia los espacios de interior y haciéndolo
menos dependiente de su principal atractivo, el sol y la playa, pero de seguir
esta tendencia de crecimiento en las viviendas, se pone en peligro el propio
modelo turístico.

8. El Camino de Santiago • Xosé Santos Solla

Introducción

El Camino de Santiago se ha convertido en los últimos 15 años en el autén-


tico icono del desarrollo turístico de Galicia. Lo que inicialmente, en la Edad
Media, surgió como una vía de peregrinación hacia uno de los extremos occi-
dentales de la cristiandad, se ha transformado en la actualidad en un producto
turístico de enorme éxito. En buena medida, es su historia la que explica la
trascendencia que sigue manteniendo adaptada, eso sí, a las características de la
contemporaneidad (Santos, 2006).
Recordemos que las peregrinaciones a Santiago se inician una vez que la
iglesia católica reconoce como auténticos los restos del Apóstol Santiago, descu-
biertos en el año 813. Es a partir del siglo XII y hasta prácticamente el final de la
Edad Media cuando el fenómeno alcanza sus mayores dimensiones, con miles
© Editorial UOC 283 Capítulo III. Casos de estudio

de caminantes llegados desde todo el continente. Los contextos histórico y es-


pacial nos sirven para entender la importancia que adquiere en esos momentos.
Europa está amenaza desde el sur por el Islam, las luchas entre los diferentes
reinos por consolidar hegemonías, o la propia situación de Roma, todavía frágil
como sede de la cristiandad, son algunos de los argumentos que se han dado
para explicar su rápida expansión.
Si el esplendor de Compostela se ligó a las peregrinaciones, a partir del siglo
XV entra en decadencia. Las pestes, que encuentran en el camino vías para su
propagación, o las guerras de religión, inciden directamente en esta crisis que
alcanza su punto álgido con la desaparición del propio cuerpo del Apóstol que
es escondido en 1587 para protegerlo de las incursiones enemigas. No será hasta
1879 cuando se recupera de nuevo, iniciándose así un período expansivo que
coincide con una difusión del fenómeno peregrinatorio en Europa, cuyo máxi-
mo valor lo representa el santuario de Lourdes.
Aunque es cierto que los peregrinos nunca dejaron de frecuentar el camino
de Santiago sí se reconoce que a lo largo de varios siglos hubo una importante
disminución en su número e incluso cierta desconfianza hacia ellos bien por el
temor a que fuesen portadores de enfermedades, bien por su identificación con
gentes de mal vivir. En todo caso, desde finales del siglo XIX se produce un nue-
vo renacimiento de fuerte contenido religioso que luego, en el siglo pasado, se
va también transformando en político en la medida en que la figura del apóstol
se convierte en símbolo del nacionalismo gallego, pero también del español.
El período dominado por la dictadura de Franco representó un momen-
to de creciente puesta en valor del fenómeno jacobeo. Símbolo de la unidad
de España en un régimen de fuerte contenido católico, las peregrinaciones
fueron adquiriendo mayor trascendencia, muchas de ellas estimuladas por el
propio gobierno. Años santos como los de 1954 o 1965, nos dejan testimonios
de multitudinarias concentraciones en la ciudad de Santiago, así como inter-
venciones en equipamientos e infraestructuras. Será a partir de 1971 cuando
definitivamente se recupera la Compostela, documento de origen medieval, y
se regula la figura del peregrino como la de la persona que siguiendo la ruta
tradicional camina al menos 100 ó si recorre 200 km a caballo o en bicicleta;
además, tiene que demostrarlo mediante las certificaciones correspondientes
en cada punto de la vía.
Se inicia, de esta manera, un período de crecimiento acelerado de las pere-
grinaciones a Santiago de Compostela, incorporando de lleno este fenómeno
© Editorial UOC 284 A propósito del turismo

histórico en la actividad turística. Se produce el reconocimiento internacional


con su designación como primer itinerario cultural europeo o como patrimonio
de la humanidad, sumándose así al que ya tenía la propia ciudad compostelana.
Se dicta una ley autonómica de protección de los caminos. Se abren nuevas vías
que evidencian los diferentes trazados. Se inauguran albergues para acoger a los
caminantes. En definitiva, se conforma un producto turístico de gran proyec-
ción internacional.

Contexto: factores territoriales, socioeconómicos e institucionales


y agentes implicados en el desarrollo de la experiencia

El contexto de la expansión reciente del fenómeno jacobeo hay que ponerlo


en relación al menos con dos aspectos. El primero es el de la autonomía política
derivada de la nueva organización del estado español tras el fin de la dictadura.
La asunción por parte de Galicia de las competencias en materia de turismo
llevó a que se buscasen estrategias de diferenciación tratando de marcar distan-
cias con el modelo de sol y playa que había dominado en el discurso turístico
durante bastantes décadas. Además, la llegada a la presidencia de la Comunidad
Autónoma en 1989 de Manuel Fraga Iribarne, con su carácter marcadamente
católico, europeísta, españolista y regionalista, favoreció la apuesta por un pro-
ducto que le habría de dar muy buenos réditos políticos.
En segundo lugar, debemos de mencionar el papel desempeñado por la jerar-
quía religiosa en la búsqueda de un protagonismo que parecía diluirse en una
sociedad cada día más laica. La visita del papa a Santiago en 1989 con motivo
de las jornadas mundiales de la juventud fue la primera de las varias que realizó
a la ciudad. Precisamente el responsable de aquellas jornadas, el arzobispo de
Santiago, Antonio María Rouco Varela, pasaría en 1994 a ocupar la poderosa
sede de Madrid para ser posteriormente, en 1999, nombrado presidente de la
Conferencia episcopal española. Si a esto le sumamos sus magníficas relaciones
tanto con el Papa, un admirador de la figura de Santiago apóstol, como con
Manuel Fraga Iribarne, podremos entender mejor el impulso que recibió la pe-
regrinación a Santiago.
A todos estos elementos de tipo político y religioso le podemos añadir otro
relacionado con la crisis rural que vivía Galicia. El impulso de las peregrinacio-
nes se vio como una buena excusa para favorecer el desarrollo de las comarcas
© Editorial UOC 285 Capítulo III. Casos de estudio

interiores de la Comunidad, muchas de ellas atravesadas por la vía jacobea.


Es más, el interés que despertó no sólo la llegada de turistas sino también de
inversiones públicas generó todo un movimiento para que fuesen reconocidas
otras rutas históricas. Así, al tradicional camino Francés se le fueron uniendo el
del Norte, la vía de la Plata, el portugués y así hasta 8 diferentes que cubren una
parte importante del territorio gallego.
Sin duda el que más beneficios recibió desde el principio fue el francés, el
más frecuentado y cuyo carácter histórico está mejor documentado. A lo largo
de su trazado por territorio gallego, fueron apareciendo numerosas casas de tu-
rismo rural que complementaban la oferta de los albergues públicos. También
se beneficiaron de las primeras iniciativas europeas Leader que, al menos en
estas tierras, incidieron de manera particular en el alojamiento turístico. En
definitiva, se desplegó un importante esfuerzo económico orientado a mejorar
la capacidad de acogida de peregrinos.
Desde el punto de vista institucional, se crea toda una red de organismos
dedicados a gestionar este producto turístico, expresión que, por cierto, no le
gusta a la iglesia para quien el camino es una vía exclusivamente religiosa y cul-
tural. La mencionada red reforzará la Oficina de Acogida de Peregrinos, depen-
diente del obispado compostelano. Por su parte, la Xunta de Galicia pondrá en
funcionamiento la Sociedad Anónima de Gestión del Plan Jacobeo, que va a ser
la encargada no sólo de la promoción sino también de gestionar las diferentes
rutas y programar los eventos vinculados con la actividad jacobea. Finalmente,
en el ámbito más local de la ciudad de Santiago se crea un consorcio partici-
pado por las tres administraciones para dar operatividad al funcionamiento de
un Real Patronato que aunque creado en 1964 se encontraba paralizado. Este
consorcio será el encargado, entre otras cosas, de financiar proyectos de infraes-
tructuras y equipamientos de la capital gallega.

Características de la demanda

La llegada de peregrinos a Santiago no se detuvo ni siquiera en los años más


críticos. Como cabría esperar, no hay datos que nos confirmen tal extremo pero
sí informaciones cualitativas. Es a partir de los inicios del siglo pasado cuando
tenemos algunas cifras, de una fiabilidad cuestionable, a cerca de la afluencia de
visitantes a Santiago en los años santos. Hasta la década de los treinta estaría-
© Editorial UOC 286 A propósito del turismo

mos hablando de unas 100.000 personas, oscilando entre las 140.000 de 1909
y las 90.000 de 1926. A partir de los cuarenta los valores van aumentando de
manera moderada hasta alcanzar los 700.000 visitantes en 1954 y los 2’5 millo-
nes de 1965. Los datos posteriores se fijan en 4 millones o en casi 11 millones
en 1999.
Al margen de esas cifras, que nos parecen más especulativas, habrá que es-
perar hasta 1971 para tener una contabilidad de los peregrinos entendidos en
el sentido que fue expuesto al principio de este texto. En ese año, que inicia las
estadísticas, tenemos un volumen de 471 personas. Los datos de la década de
los cohenta nos van dando unos valores crecientes que se aceleran en 1989 con
motivo de la jornada mundial de la juventud, y a medida que nos acercamos al
año santo de 1993. En concreto tenemos en 1992 casi 10.000 peregrinos, nada
comparable con los 100.000 de 1993. En las secuencias siguientes se observa
que, obviando los años santos, la progresión siempre es positiva, llegando a casi
94.000 peregrinos en 2005 y a 180.000 en el jacobeo de 2004.
Por lo que se refiere al perfil de los peregrinos, aunque hay algunas diferen-
cias según se trate o no de año santo, podemos decir que aproximadamente el
60% son hombres frente al 40% de mujeres. Por edades, el grupo más numero-
so se sitúa entre los 21 y los 50 años. Por la situación profesional, destacan los
estudiantes, seguidos de los empleados por cuenta ajena. Más del 80% realizan
el camino andando, a mucha distancia de la bicicleta y, sobre todo, del caballo.
Otra característica se refiere a la estacionalidad puesto que existe una elevada
concentración en los meses de verano si bien se advierte una tendencia hacia
un mejor reparto anual. De todas maneras, en el período que va de junio a sep-
tiembre, se acumulan más de los dos tercios del total, pudiendo llegar incluso
a cerca del 80%. Sobre el origen de los peregrinos, España acapara en torno al
60%, valor que asciende notablemente en los años santos; de este total, son las
comunidades de Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia las que más peregri-
nos aportan, si bien en términos relativos las que se sitúan en la ruta francesa
adquieren un mayor protagonismo, como es el caso de Castilla y León. Igual-
mente, en los años santos es Galicia el territorio que más peregrinos genera.
Finalmente, en lo referido a extranjeros destacan Italia, Alemania y Francia,
países en los que el catolicismo tiene una gran importancia.
Todos los datos que estamos aportando utilizan como fuente básica las es-
tadísticas que elabora la iglesia en el momento de recoger la Compostela. Se
calcula que sólo un 10% del total de caminantes se quedaría fuera de estos es-
© Editorial UOC 287 Capítulo III. Casos de estudio

tudios al no acudir a por ese certificado. Tal vez el aspecto más discutido sea el
que tiene que ver con la motivación. Según los cálculos del obispado, entre el
70 y el 75% aducen razones de tipo religioso a los que se suma un 20% del tipo
religioso-cultural, quedando apenas entre un 5% y un 10% los de motivación
cultural. Sin embargo, otros estudios realizados al margen de los condicionan-
tes que la iglesia impone en las respuestas, dan otros resultados bien diferentes
en los que la religión se sitúa siempre por debajo del 50% y nunca como mo-
tivación principal. Otro debate que se ha generado es entre los conceptos de
religiosidad y espiritualidad señalándose que es este último como el que mueve
a un mayor número de caminantes. En todo caso, debemos considerar la im-
portancia que tiene el contacto con la naturaleza, el deporte o la posibilidad de
disfrutar de unas vacaciones diferentes y baratas. En relación a esta última idea,
debemos de tener en cuenta que la facilidad de pernoctar en albergues públicos
gratuitos, al menos en el tramo gallego, es una oportunidad para quien tiene
un presupuesto reducido.

Evolución del territorio

No cabe ninguna duda de que el Camino de Santiago ha tenido un fuerte


impacto sobre el turismo en Galicia. Sin embargo, se puede afirmar que la gran
beneficiada ha sido la ciudad de Santiago. En efecto, Santiago de Compostela,
como destino final de las rutas jacobeas, se ha consolidado no sólo en el mer-
cado español, sino también en el internacional, fundamentalmente en el euro-
peo. Resulta interesante observar como partiendo de un producto turístico de
carácter religioso se ha derivado hacia otro de motivación claramente cultural.
Sería injusto cargar toda la responsabilidad del éxito de Santiago como destino
turístico sobre el jacobeo, al menos de manera exclusiva. Es cierto que ha des-
empeñado un papel fundamental, pero que no se entendería sin la compañía
de una gestión adecuada en la escala local, sin la puesta en valor de sus recursos
o sin la continua creación de nuevos productos.
La declaración de Santiago como Patrimonio de la Humanidad, las fuertes
inversiones del gobierno de Galicia en su capital y una acertada política turísti-
ca a nivel local, junto con otra de carácter urbanístico, han sido piezas funda-
mentales para entender la consolidación de la ciudad en el mercado del turis-
mo cultural. Es interesante considerar que en el Plan Estratégico de Marketing
© Editorial UOC 288 A propósito del turismo

Turístico elaborado en el marco del Plan de Excelencia Turística, el turismo de


motivación religiosa así como el de peregrinación, que aparecen separados, no
son considerados como prioritarios. En relación a ellos, la estrategia consiste
en sostener y equilibrar. Es cierto que los peregrinos forman parte del escenario
urbano siendo al mismo tiempo turistas y recurso. Sin embargo, desde el punto
de vista económico y motivacional pasan a un segundo plano. Los datos del
Observatorio Turístico de Santiago nos indican que la motivación principal de
la visita a la ciudad es la más frecuente en tanto que la de tipo religioso no llega
al 3%, representando los peregrinos en el total de la demanda algo menos del
30% de los turistas.
Si bien es cierto que Santiago ha experimentado profundos cambios y se ha
consolidado como un destino de turismo cultural, tampoco debemos de dejar
de considerar que el fenómeno jacobeo ha sido una constante fuerza de trans-
formación urbana. Sin salir del siglo pasado muchos de los grandes equipa-
mientos e infraestructuras han estado vinculadas a los años santos. Con todo,
merece ser destacado el período más reciente en la medida en que se han acele-
rado las mudanzas: llegada de las grandes cadenas hoteleras, creciente interna-
cionalización del aeropuerto o tendencia a la recuperación integral del centro
histórico, son algunos ejemplos significativos.
Fuera de la ciudad de Santiago, el impacto generado por la recuperación de
las peregrinaciones es más cuestionable. Si nos detenemos en la aparición de
establecimientos de turismo rural, la apertura de hoteles o la multiplicación
de pequeños negocios vinculados con servicios a los caminantes, sin duda
tendremos la impresión de ir en la dirección correcta. Sin embargo, la obser-
vación de otros indicadores apenas deja lugar para el optimismo. El más evi-
dente es el que hace referencia a la población. Tomando como representativa
la vía francesa, por ser la más frecuentada y la que atraviesa los territorios más
rurales, observamos que las tendencias demográficas no se han invertido, por
lo que la despoblación y el envejecimiento siguen siendo las características
más significativas.
Este escaso impacto en las zonas rurales es más grave, si cabe, al considerar la
gran cantidad de recursos económicos invertidos y el elevado número de pere-
grinos que cada año atraviesan estas tierras. Por lo tanto, se hace necesaria una
reflexión sobre los fallos existentes a la hora de hacer del camino de Santiago
un eje de desarrollo. Algunos ya se han apuntado en el sentido de una deficien-
te planificación y gestión del mismo.
© Editorial UOC 289 Capítulo III. Casos de estudio

Se puede decir que en relación al camino de Santiago ha habido un excesivo


protagonismo de instituciones como la iglesia y la administración de la comu-
nidad autónoma frente al escaso peso del sector privado. El deseo de preservar
el sentido original de la peregrinación llevó a crear toda una red de albergues
públicos gratuitos en los que pernoctan los caminantes. Esto significa que un
elemento tan central para una oferta turística como es el alojamiento desapare-
ce, lo cual a su vez limita considerablemente el gasto por persona. Además, sólo
existe la posibilidad de dormir una noche, reduciendo de esta manera la prolon-
gación de la estancia y la visita a otros espacios próximos. Tampoco debemos
de olvidar que la circunstancia de hacer el desplazamiento a pie condiciona la
realización de compras de objetos de regalo al mínimo.
Es cierto que un número indeterminado de peregrinos utiliza como aloja-
miento los establecimientos de turismo rural. De todas formas, como diferentes
estudios han puesto de manifiesto, el turismo rural en Galicia apenas ha gene-
rado dinámica alguna, habiendo beneficiado sobre todo a núcleos neo rura-
les o a aquellos grupos tradicionalmente dominantes en el campo gallego. Las
oportunidades de negocio surgidas a partir del paso de peregrinos han venido
mayoritariamente de fuera de Galicia. Empresas que organizan el camino por
etapas durante los fines de semana o los desplazamientos desde países europeos
en avión y autobús siguiendo la ruta francesa, dejan unos beneficios marginales
a la vez que son iniciativas que nacen en los grandes focos emisores ya sean de
España (fundamentalmente Madrid) ya sea de países como Italia o Alemania.

Productos o prácticas turísticas más representativas

Como ya hemos señalado, en su origen, el camino de Santiago tuvo una mo-


tivación religiosa aunque con el paso del tiempo ésta ha ido variando para ha-
cerse cada vez más heterogénea. De hecho, esto ha dado lugar a algunas confu-
siones terminológicas en el sentido de que si para un destino como Santiago el
peregrino aparece definido en función de la forma y modo de desplazamiento,
en otros lugares es la motivación quien le da sentido a esta figura. En cualquier
caso, parece que es más la moda, el contacto con la naturaleza, el deporte o la
espiritualidad lo que genera la frecuentación de las rutas jacobeas.
El hecho de que sean los albergues gratuitos los que sirven de alojamiento
principal, limita bastante la posibilidad de desarrollar actividades diferentes a
© Editorial UOC 290 A propósito del turismo

las de la propia vía. Esto es así porque al poder pernoctar sólo una noche en
cada albergue no se da la opción de realizar recorridos alternativos. Sin embar-
go, es cierto que han surgido productos complementarios. Un ejemplo es el de
los viajes en autobús. Generalmente son extranjeros procedentes sobre todo de
Alemania e Italia que llegan hasta algún aeropuerto del norte de España, como
Bilbao. A partir de ahí, siguen el camino en autobús visitando los principales
monumentos y ciudades, pudiendo llegar incluso a realizar pequeños tramos
de la ruta andando. Su motivación acostumbra a ser religiosa y cultural aunque,
paradójicamente, no alcanzan el título de peregrinos. Su regreso, en avión, se
efectúa bien desde Santiago, bien desde Madrid o bien desde algún aeropuerto
portugués.
En verdad, las formas de realizar el camino se han multiplicado, habiendo
aparecido alternativas variadas. Ya nos hemos referido a las empresas que ofer-
tan el camino en diferentes etapas a lo largo de varios fines de semana. En estos
casos, normalmente, cada grupo va acompañado de un coche de apoyo que
lleva además los equipajes y frecuentemente utilizan alojamiento rural. Otra
opción es recurrir al taxi para llevar la mochila al hotel o casa rural mientras el
caminante se desplaza de manera más cómoda.
Por último, podemos hacer referencia del camino hacia Fisterra, que no está
reconocido por la iglesia debido a su origen pagano, pero que cada vez cuenta
con más adeptos. A pesar de todo no se diferencia en exceso de las otras vías
puesto que los albergues y el carácter itinerante son los que marcan las mismas
líneas que las demás rutas. Tal vez la principal diferencia es que no se recogen
estadísticas, exceptuando las de los usuarios de albergues.

Tendencias de futuro

No cabe duda que el camino de Santiago representa una oferta muy original
en el contexto del turismo contemporáneo. A pesar de que la figura del peregri-
no está sólidamente definida, no se parece en nada a lo que en otros contextos
se denomina con tal vocablo. También conviene recordar que, aunque el des-
plazamiento a pie está en la base de este producto, tampoco tiene demasiado
en común con lo que conocemos como senderismo. De ahí que podamos re-
afirmar la excepcionalidad de esta oferta en la que el carácter histórico tenga
probablemente mucho que ver.
© Editorial UOC 291 Capítulo III. Casos de estudio

El éxito que ha demostrado tener el camino de Santiago ha inducido a imi-


tarlo y a convertirlo en un referente. De todas formas debemos tener cierto
cuidado y no confundir lo que acontece en la ciudad de Santiago con el resto
del itinerario. En la primera, la imagen jacobea ha servido de punto inicial para
el desarrollo de un interesante movimiento turístico que va mucho más allá de
lo que es estrictamente el fenómeno del peregrinaje. Por el contrario, buena
parte de los territorios atravesados por las rutas, incluso los más intensamente
frecuentados, no han podido obtener todos los rendimientos esperados si bien
de manera puntual y localizada podemos hablar de algunos éxitos.
La trascendencia internacional que ha tenido el camino de Santiago ha lle-
vado a intentar imitar el modelo en diferentes partes del mundo. Conocemos
ejemplos en Brasil que se esfuerzan por avanzar en esta dirección. También en
Europa se han querido establecer sinergias con el caso compostelano aunque
casi siempre insistiendo en los argumentos religiosos, precisamente los que han
pasado a ser secundarios en la versión original.
Para el futuro, se abren bastantes interrogantes. Los años santos recientes
han funcionado bien aunque con claros síntomas de agotamiento. El induda-
ble éxito de 1993 se ha ido apagando en 1999 y particularmente, en 2004. El
cambio de imagen de 2006 pretende actualizar un producto que tiene ante sí el
reto de 2010 y luego un prolongado lapso hasta 2021. También es importante
considerar que el creciente número de caminantes y un cierto abandono de las
rutas han ayudado a masificar algunos tramos del camino y a deteriorar la expe-
riencia turística. La tendencia siempre alcista en cuanto a número de peregrinos
es probable que esté tocando techo, momento hasta el que probablemente no
se haga referencia alguna a crisis.
La administración turística gallega se está formulando la posibilidad de co-
brar por el uso de los albergues. Sin duda este hecho podría introducir importan-
tes novedades que afectarían de manera significativa al producto. Al desconocer
en qué condiciones se producirá esto, no es posible argumentar el sentido de
los cambios. Lo que sí sería fundamental es transformar el camino de Santiago
desde una ruta lineal hacia otra de tipo concéntrico que permita el desarrollo
de los territorios rurales que atraviesa. Es cierto que para ello resulta clave la
reorientación de los albergues, pero también la puesta en marcha de políticas
realmente turísticas en las comarcas afectadas. Esto significa no centrarse úni-
camente en restaurar patrimonio o en abrir alojamiento sino también en crear
producto y en formar recursos humanos.
© Editorial UOC 292 A propósito del turismo

9. El turismo de nieve en España. El caso de Baqueira Beret


(Cataluña) • Belén Gómez Martín

Introducción

El turismo de nieve en España constituye una pequeña oferta frente a la europea


o la norteamericana, pero con un importante margen de crecimiento y productos de
gran calidad que le hacen ser altamente competitivo en el contexto internacional. La
estación objeto de estudio, Baqueira Beret, es el complejo esquiable más importante
del estado español. Situada en la Cordillera del Pirineo, en la provincia catalana de
Lleida, la estación sintetiza buena parte de los aspectos positivos y negativos deri-
vados del desarrollo de centros de turismo de invierno en áreas de montaña. En las
siguientes páginas, mostramos los rasgos más destacados de este complejo turístico.

Caracterización del destino

Baqueira Beret, situada entre la comarca del Vall d’Aran y el Pallars Sobirà, en
la provincia catalana de Lleida, es la estación de esquí más importante del estado
español tanto por sus condiciones naturales, como por sus instalaciones y nivel de
organización y gestión empresarial (López Palomeque, 1996). El Vall d’Aran y el ex-
tremo noroccidental del Pallars Sobirà, al estar situados en la vertiente septentrional
del Pirineo, se encuentran sometidos a la influencia oceánica: los flujos húmedos del
NW que acompañan a las depresiones atlánticas ejercen su efecto sobre esta monta-
ñosa zona que presenta un clima de tipo atlántico caracterizado por la presencia de
precipitaciones abundantes que caen regularmente durante todo el año (no existe la
sequía estival) y que, con frecuencia, se dan en forma de nieve en cotas superiores a
los 1.500 metros. De este modo, las áreas más elevadas de este ámbito muestran un
régimen de innivación muy generoso, en intensidad y en regularidad, que hace que
una buena parte de su superficie permanezca cubierta de nieve durante varios meses
al año, convirtiéndose así este elemento climático en uno de los recursos naturales
(junto con la orografía) que ha posibilitado la explotación turística de la zona y que
ha permitido la apertura de la estación que ahora nos ocupa (Gómez Martín, 2002).
El 28 de agosto de 1962 se funda Baqueira Beret con la denominación social
de Telecables del Valle de Arán, S.A (TEVASA). En la temporada 1976/1977, la So-
© Editorial UOC 293 Capítulo III. Casos de estudio

ciedad cambió la denominación social de TEVASA por la actual de Baqueira Beret


S.A. cuya actividad consiste en la explotación de los remontes mecánicos de la
estación de esquí de Baqueira Beret, así como de las actividades complementarias
de hostelería, comercialización e inmobiliaria que son inherentes a la misma.
Baqueira Beret S.A. es sociedad dominante al 100% de las siguientes sociedades:

• Hoteles Valle de Aran, S.A. Se encarga de la explotación del Hotel Montarto


(4 estrellas y 137 habitaciones) y de los restaurantes y cafeterías que son de
su propiedad o bien tiene arrendados en la estación de Baqueira Beret.
• Viajes Baqueira Beret, S.A. Realiza las tareas propias de las agencias de viajes,
que prestan servicios como mayoristas y minoristas. Dichos servicios se con-
cretan en la organización, tramitación y venta de los paquetes combinados
de alojamiento, remontes, cursillos de esquí y actividades. Todo ello relacio-
nado únicamente con la estación de esquí que explota Baqueira Beret, S.A.
• Eurl Voyages Baqueira Beret. Actúa como agencia minorista especializada en
la preparación de paquetes con destino a la estación.
• Sorpe Bonaigua S.A. Se encarga de la adquisición, administración y venta de
toda clase de valores mobiliarios, concesiones, de bienes muebles e inmue-
bles, rústicos y urbanos.
• Aranesa De Ràdio I Televisió S.A. Esta sociedad filial promociona y explo-
ta todo tipo de actividades relacionadas con los medios de comunicación
social, en especial los audiovisuales, bien directamente, bien a través de la
participación en empresas con tal finalidad.
• Hoteles Nevados S.A. Se encarga de la construcción y explotación en cual-
quier forma de hoteles, centros y viviendas turísticas, establecimientos, cam-
ping, villas, tiendas, almacenes y en general, toda clase de edificios y urbani-
zaciones para su venta, explotación directa o arrendamiento, compraventa
de terrenos y toda clase de operaciones anexas complementarias.

En la actualidad, las Sociedades con un porcentaje de participación superior


al 10% en el capital social de la empresa son el grupo asegurador Catalana Oc-
cidente S.A. (49,49%) y los grupos financieros La Caixa d’Estalvis i Pensions de
Barcelona (11,72%) e INOC, S.A. (10,07%).
El modelo turístico desarrollado en Baqueira Beret es el modelo alpino, na-
cido en los Alpes a mediados del siglo XIX, que alterna el turismo de nieve du-
rante el invierno con el turismo verde y deportivo durante el verano. El funcio-
© Editorial UOC 294 A propósito del turismo

namiento y la viabilidad de este modelo turístico se fundamenta en la práctica


de los deportes de invierno y, específicamente, del esquí alpino el cual, por su
carácter masivo, comporta inversiones de capital y crecimiento económico y
permite la generación de economías de escala.
Baqueira Beret surge y se desarrolla principalmente como una estación de terce-
ra generación donde la urbanización se realiza en el borde del dominio esquiable,
generándose una segregación muy marcada entre el hábitat tradicional y el turís-
tico. La urbanización y construcción inmobiliaria son realizadas por un promotor
único (Baqueira Beret S.A.) que, además de la comercialización inmobiliaria, se
ocupa también de la explotación del dominio esquiable y de la gestión técnica,
comercial, de diversión o de alojamiento, por citar tan sólo algunos ejemplos.
A grandes rasgos, se trata de un gran núcleo urbano con grandes edificaciones,
Baqueira 1500, que apenas llega a integrarse ni ambiental ni paisajísticamente en
el territorio de montaña que ocupa, y unos núcleos secundarios de menor enti-
dad. En los últimos años, la saturación en el núcleo principal o las limitaciones
impuestas a la urbanización en los núcleos secundarios ha llevado a la empresa
privada que explota la estación de esquí a buscar otras áreas urbanizables o a am-
pliar las existentes, lo que ha generado numerosos conflictos.
Así, a finales de 1999, Baqueira Beret S.A. presenta un proyecto de ampliación
de la estación de esquí hacia el Vall d’Àrreu (situado en la comarca próxima del
Pallars Sobirà) a desarrollar en un plazo de tres años previa consecución de los per-
tinentes permisos administrativos. Esta propuesta inicial de ampliación genera las
protestas de numerosos colectivos ya que afecta a una zona protegida desde 1992
por el Pla d’Espais d’Interès Natural (PEIN) de la Generalitat de Cataluña y pro-
puesta, en 1996, como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y destinada a formar
parte de la red de espacios protegidos de la Unión Europea, la Red Natura 2000.
La lista de Lugares de Interés Comunitario (LIC) destinados a formar parte
de la Red Natura 2000 sufre varias modificaciones durante el transcurso del año
2000. Junto a la incorporación de nuevos enclaves, se produce un recorte de la
tercera parte del territorio del espacio natural del Alt Àneu, del que forma parte
el citado Vall d’Àrreu. Esta disminución coincide milimétricamente con el pro-
yecto de ampliación de la estación de esquí de Baqueira Beret, proyecto cuya
materialización sería imposible si este lugar llegara formalmente a ser incluido
en la Red Natura 2000. Ante estos acontecimientos, diversas organizaciones en
contra de la ampliación presentan diversos recursos ante la Comisión Europea,
por entender que en este proceso han existido defectos claros en el mecanismo
© Editorial UOC 295 Capítulo III. Casos de estudio

de aplicación de la Directiva de Hábitats, herramienta legal comunitaria para la


conservación de la naturaleza.
Fruto de esta fuerte campaña contra el proyecto y ante la posibilidad de que
la Comisión Europea impida la realización de estas actuaciones, la Generali-
tat de Cataluña emite un informe desfavorable que sugiere la reducción de la
superficie que afecta al valle, así como el número de infraestructuras previstas
inicialmente. Esta medida no goza del beneplácito de ninguna de las partes
interesadas y, en especial, de los grupos opositores que agrupados en la Plata-
forma de Desarrollo Sostenible del Macizo de Beret presentan otras alternativas.
De todos modos, pese a la disconformidad, la empresa adapta el proyecto de
ampliación a la propuesta de la Generalitat de Cataluña, y esta nueva propuesta
se aprueba en 2001. En el año 2002, la Comissió Provincial d’Urbanisme de la
Generalitat en Lleida aprueba el proyecto de ampliación, hecho que dispara de
nuevo el descontento y las manifestaciones de los grupos opositores. En 2005,
la Unión Europea expedienta a la Generalitat por desproteger el Vall d’Àrreu y
violar tres directivas comunitarias sobre evaluación de impacto ambiental, de
aves y de hábitats, para ampliar Baqueira. La Generalitat de Cataluña anuncia
que asumirá esta decisión y paralizará el proyecto de ampliación de Baqueira
Beret hacia el norte del Pallars Sobirà.

La oferta y los equipamientos

Baqueira Beret está formada por tres zonas diferenciadas (Baqueira, Beret y
La Bonaigua) que suman en total 1.922 hectáreas esquiables con un desnivel
de 1.010 metros (cota mínima, 1.500 metros; cota máxima, 2.510 metros). Las
infraestructuras de la estación son notables y modernas (véase cuadro 1) y per-
miten la práctica de las diversas modalidades de deportes de invierno. Toda esta
oferta convierte a Baqueira Beret en la estación más importante del país aun-
que, en este contexto, debemos señalar que la oferta española del turismo de
nieve se considera muy pequeña y todavía en una fase inicial, si se compara con
la oferta de países como los Estados Unidos, Francia, Austria, Japón, Italia y Sui-
za (véase cuadro 3). De todos modos, las 29 estaciones españolas de esquí alpino
(con Baqueira a la cabeza) y las 7 de esquí de fondo pueden competir en calidad
con cualquier estación de esquí del mundo, no sólo en cuanto a la capacidad
de transporte (lógicamente en función de su tamaño), sino también en cuanto
© Editorial UOC 296 A propósito del turismo

a la renovación realizada en remontes, servicios, tratamientos de la nieve, etc.


Las inversiones crecientes realizadas en esta materia evidencian el importante
esfuerzo modernizador efectuado por el sector en los últimos años.

Cuadro 1. Datos técnicos de Baqueira Beret y España en la temporada 2005/2006.

Datos técnicos Baqueira Beret Total España

Km pistas balizadas 104 km 888 km

Nº de pistas 72 pistas 889 pistas


(3 verdes, 38 azules, 25 rojas y
6 negras)
Nº de remontes 30 remontes 343 remontes
(1 telecabina -9 plazas-, 20 (7 telecabinas, 145 telesil-
telesillas -2x6plazas, 6x4, 7x3 y las, 163 telesquíes y 28 cintas
5x2-, 5 telesquíes -3 telesquíes y transportadoras)
1 telesquí biplaza-, 1 telecuerda
y 4 cintas transportadoras)
Capacidad esquiadores/hora 49.262 398.182

Cañones producción de nieve 537 3.886

Km de esquí nórdico 7 km (ampliable a 25 km) -

Escuela de esquí Más de 300 profesores -

Snowpark 1 -

Stadium de Slalom 1 -
Fuente: Nivalia (2005), <http://www.atudem.org> (fecha de consulta: julio de 2006) y <http://www.baqueira.es> (fecha de consulta: julio de 2006).

La estación de Baqueira Beret ha actuado desde su apertura como motor


generador de demanda urbanística. En la actualidad, el Vall d’Aran dispone de
un total de 31.680 plazas de alojamiento: por un lado, 9.680 plazas hoteleras
repartidas entre un total de 60 hoteles (2 de cinco estrellas, 10 de cuatro, 16 de
tres, 26 de dos y 6 de una) y apartamentos, aparthoteles, pensiones, albergues y
casas rurales; por otro, 22.000 plazas residenciales, repartidas entre los distintos
pueblos de la Vall d’Aran o a pie de pistas. El acceso a la estación de Baqueira Be-
ret por el Port de la Bonaigua permite aumentar la oferta hotelera, conectándola
con las Valls d´Àneu, en el Pallars Sobirà, y su red de hoteles, hostales y aparta-
mentos distribuidos por sus pueblos. La capacidad de alojamiento en relación
con la población local indica niveles muy altos de concentración y densidad de
turismo (véase cuadro 2).
© Editorial UOC 297 Capítulo III. Casos de estudio

Cuadro 2. Capacidad de camas* en relación con la población local en el año 2001.

Camas por habitante


Cataluña 0,07
Pirineo Catalán 0,27
Vall d’Aran 1,25
Naut Aran** 1,56
* No se incluye la segunda residencia.
** Naut Aran es el municipio donde mayoritariamente se ubica la estación.

Fuente: Cálculos propios a partir de <http://www.idescat.es> (fecha de consulta: julio de 2006)

Rasgos básicos de la demanda

La cifra de visitantes a las estaciones de esquí en España se ha ido incremen-


tando en las últimas temporadas, frente al estancamiento que están registrando
algunas estaciones de países tradicionales de este tipo de turismo (véase cuadro
3). Concretamente, durante la temporada 2005-2006 se registraron 7.165.109
visitantes en las estaciones de esquí españolas, que representaron un incremen-
to de aproximado del 15% con respecto a la cifra registrada en la temporada
anterior. De todos modos, debemos tener en cuenta que el porcentaje de esquia-
dores en España (3,75%) es bastante inferior al porcentaje de esquiadores que
podemos encontrar en otros países europeos (Suiza 28,57%; Francia 30,17%;
Austria 37,5%). Cataluña, representa una excepción: el número de aficionados
supone algo más del 16% de la población.

Cuadro 3. Número de visitantes en los principales destinos de turismo invernal en el mundo.

Ranking País 2004/2005 1995/1996 2004/2005 %


Nº estaciones Nº visitantes Nº visitantes Variación
1 Estados Unidos 634 54.000.000 57.067.000 6

2 Francia 386 56.000.000 53.800.000 -4

3 Austria 604 43.000.000 50.300.000 17

4 Japón 480 75.000.000 40.000.000 -47

5 Italia 341 37.000.000 37.000.000 0

6 Suiza 287 31.000.000 31.500.000 2

7 Alemania 491 20.000.000 20.000.000 0

8 Canadá 333 22.000.000 18.202.000 -17


© Editorial UOC 298 A propósito del turismo

Ranking País 2004/2005 1995/1996 2004/2005 %


Nº estaciones Nº visitantes Nº visitantes Variación
9 Suecia 418 12.000.000 12.000.000 0

10 China 200 - 10.000.000 n.d.

España 36 4.300.000 6.250.000 45

Resto del mundo 1.646 40.000.000 74.000.000 85


Fuente: Mintel (2006).

En este contexto, Baqueira Beret volvió a ser, un año más, el buque insig-
nia de las estaciones españolas, acogiendo al 15% de los esquiadores del país
(726.464 visitantes). La tendencia de crecimiento en los últimos años, tanto en
lo referente al número de visitantes como al número de abonos, ha sido muy
favorable en la estación, evidenciando las mejoras realizadas en la capacidad
y en la calidad de la oferta. De todos modos, las series temporales señalan pe-
queñas fluctuaciones en la frecuentación interanual (véase cuadro 4) que están
relacionadas con las variaciones en la disponibilidad del recurso nieve a lo largo
de las diferentes temporadas.

Cuadro 4. Evolución del número de visitantes en Baqueira Beret.

Temporada Nº de visitantes % sobre el año Días abierto


anterior
1995/96 554.271 2,1 152
1996/97 462.295 -16,6 128
1997/98 590.363 27,7 136
1998/99 701.287 18,8 128
1999/2000 786.904 12,2 151
2000/01 488.755 -37,9 126
2001/02 756.085 54,7 128
2002/03 716.086 -5,3 149
2003/04 682.608 -4,7 142
2004/05 786.621 15,23 128
2005/06 726.464 -7,6 125
Fuente: Informe Anual Baqueira Beret, S.A. Consolidado. Temporada 2004/2005.

El porcentaje de visitantes que proviene de los paquetes de semana organiza-


dos por la filial Viajes Baqueira Beret S.A. es del 35,2%. La filial en Francia, Eurl
© Editorial UOC 299 Capítulo III. Casos de estudio

Voyages Baqueira Beret, ha aportado en la última temporada el 13,23% de las


ventas totales de las agencias de viajes.
Baqueira Beret se nutre principalmente de los esquiadores de Barcelona y
su área metropolitana, Lleida, Girona y Tarragona y, en menor medida, Ma-
drid, Francia (SW) y Portugal. La clientela pertenece a estratos socioeconómicos
diversos, a excepción de los portugueses que presentan un perfil homogéneo
caracterizado por un elevado poder adquisitivo. La estructura por edades evi-
dencia la importancia creciente del segmento más joven y familiar, en parte
relacionado con la introducción y la aceptación de nuevas modalidades como
el snowboard. También, la nueva generación de equipamiento deportivo, dise-
ñado especialmente para facilitar la iniciación a posibles nuevos practicantes de
deportes de invierno, ha contribuido a ello.

Implicaciones territoriales

Baqueira Beret, sin lugar a dudas, ha sido el principal generador de actividad


económica en el Vall d’Aran y también, aunque más recientemente, del Pallars
Sobirà. La evolución de una economía tradicional hacia una economía turística
ha mejorado la situación de esta zona de montaña y ello se ha traducido, funda-
mentalmente, en la creación de numerosos puestos de trabajo, la mejora de las
infraestructuras y servicios o el rejuvenecimiento de la estructura demográfica.
Las estadísticas también apuntan la mejora de las rentas, aunque cabe destacar
aquí que esta renta es sobre todo patrimonial y no monetaria y, por tanto, refle-
ja el valor de las segundas residencias y equipamientos hoteleros, cuya propie-
dad no es necesariamente local (Vilagrasa y Gili, 2000).
A pesar de todas estas mejoras, esta zona de montaña no ha abandonado
su posición periférica dentro del sistema territorial catalán: la mejora de las in-
fraestructuras de comunicación ha acercado la periferia al centro, pero no ha
cambiado la verdadera naturaleza de ésta (Campillo y Font, 2004). Hace medio
siglo, la economía de estas comarcas de montaña se basaba en un sistema dual:
por un lado, una economía agraria tradicional con una fuerte componente de
subsistencia y, por otra, una economía de exportación basada en la explotación
exógena de los recursos naturales (Campillo y Font, 2004). En la actualidad, la
economía también se basa en la explotación exógena de nuevas materias primas
(nieve, paisaje, naturaleza, cultura) y en el consumo in situ que se realiza de las
© Editorial UOC 300 A propósito del turismo

mismas a través del desarrollo de la actividad turística. La estructura económica


resultante es ahora más rentable al basarse en una actividad más competitiva
que la actividad agropecuaria y forestal tradicional, pero no deja de resultar frá-
gil tanto por su carácter de monocultivo económico que depende de un merca-
do relativamente lejano, como por los impactos derivados del consumo in situ.
La construcción y desarrollo de la estación de Baqueira Beret ha producido un
impacto ambiental notable, aunque localizado (erosión del suelo, destrucción
cubierta vegetal, alteración de la fauna, etc.). En cambio, el desarrollo urbanís-
tico asociado al oro blanco ha tenido consecuencias de mayores dimensiones
(en los últimos 10 años, Baqueira Beret, S.A. ha acumulado más de 20 denun-
cias por infracciones graves contra el medio ambiente: construcciones ilegales
de apartamentos, captaciones ilegales de agua, construcción de presas en ríos,
vertidos contaminantes de carburantes y aguas residuales, roturación de tierras,
obras en espacios protegidos, etc.). Al no ser la explotación del dominio esquia-
ble rentable a corto plazo, el negocio del esquí se ha fundamentado aquí en el
impacto indirecto e inducido de la actividad, fundamentalmente la construc-
ción de segunda residencia y servicios turísticos (alojamiento y restauración) y
comerciales asociados. Esta integración vertical, que ha provocado una expan-
sión urbanística desmesurada y poco respetuosa con el medio y que ha transfor-
mado la estructura económica de la comarca, amenaza la viabilidad futura de
esta zona de montaña. El creciente desequilibrio sectorial, caracterizado por el
peso excesivo del sector terciario, la importancia de la construcción dentro del
sector secundario y la extinción progresiva del sector agrario (véase cuadro 5),
junto con los impactos ambientales y sociales derivados de este tipo de desarro-
llo, puede desembocar en el futuro en una situación de insostenibilidad.

Cuadro 5. Evolución socioeconómica del municipio de Naut Aran* y la comarca del Vall d’Aran, desde
la implantación de la pista de esquí de Baqueira Beret.

Naut Aran*
Año Población Población activa por sectores de actividad
Primario Secundario Terciario
1964 1.111 50% 30% 20%
1970 881 40% 25% 35%
1990 1.153 25% 25% 50%
1997 1.337 5% 20% 75%
2001 1.444 2,74% 16,03% 81,23%
© Editorial UOC 301 Capítulo III. Casos de estudio

Vall d’Aran
Año Población Población activa por sectores de actividad
Primario Secundario Terciario
1965 6.096 - - -
1975 5.170 19,18% 35,82% 45%
1990 6.531 5,31% 27,7% 67%
1996 7.130 2,23% 26,83% 70,94%
2001 7.691 2,27% 21,38% 76,35%
* Naut Aran es el municipio donde mayoritariamente se ubica la estación.
Fuente: <http://www.idescat.es> (fecha de consulta: julio de 2006) y López Palomeque y Majoral (1982).

Tendencias y retos de futuro

El turismo de nieve se debate entre las exigencias del desarrollo económico


y la protección del medio ambiente. Elementos como el mercado, la demanda
y el clima, que determinan las perspectivas del turismo de nieve, son factores
que experimentan considerables modificaciones y suelen estar afectados por
grandes incertidumbres. Así, el reto actual del turismo de nieve en esta zona de
montaña se concreta en la resolución de las disfunciones propias de una activi-
dad muy dinámica y dependiente de un recurso único, la nieve, el cual presenta
una variabilidad interanual elevada y en la planificación futura de su desarrollo
bajo el paradigma de la sostenibilidad.

Cambio climático
En los últimos años, los datos de afluencia a la estación y el incremento en
el número de abonos verifican la consolidación de la demanda y su grado de
fidelidad. De todos modos, cada vez más, el balance en las diferentes tempora-
das está condicionado por la creciente variabilidad e irregularidad atmosférica:
las temporadas caracterizadas por escasez de nieve tienen severas repercusiones
sobre el número de visitantes por día a las pistas y sobre el número de pernoc-
taciones. Esta realidad, sumada a los escenarios futuros derivados del cambio
climático (Ministerio de Medio Ambiente, 2005), proyectan una sombra de in-
certeza sobre el sector. El Centre National de Recherches Meteorologiques y Mé-
téo France (SEATM, 2002) han realizado para el Pirineo una simulación sobre la
duración media del manto de nieve a 1.500 metros de altitud y la han compara-
© Editorial UOC 302 A propósito del turismo

do con un escenario hipotético de aumento de la temperatura en 1,8ºC. Según


este estudio, la nieve en la vertiente leridana del Pirineo, donde se encuentra
ubicada Baqueira Beret, permanece como media unos 78 días al año. La dura-
ción prevista en caso de que se produjese un aumento de la temperatura media
de 1,8ºC es de tan sólo 48 días al año, lo que supone una reducción del 38,5%
respecto a los valores actuales. Esta disminución en la presencia del recurso nie-
ve puede poner en peligro la viabilidad de la estación objeto de estudio.
Baqueira Beret afronta esta amenaza apostando fundamentalmente por los
recursos artificiales, sin pensar que ello puede suponer un incremento creciente
en la inversión tecnológica que haga disminuir la rentabilidad y provocar, a
medio o largo plazo, situaciones de crisis que puedan poner en peligro el cre-
cimiento económico local y regional logrado hasta el momento. Del mismo
modo, esta solución también conlleva una serie de costos medioambientales
como el aumento en el consumo del escaso recurso agua y en el gasto de energía,
hecho este último que a su vez puede provocar un aumento en las emisiones de
gases de efecto invernadero. Quizás, para combatir este reto de futuro, sea más
acertada la estrategia de diversificación de actividades y complementariedad
entre el turismo de nievpuesta en práctica en los últimos años e, desarrollado
principalmente durante el invierno, y el turismo verde y deportivo, desarrolla-
do durante la época estival. La expansión y consolidación de otras actividades
fuera de la temporada tradicional pueden ayudar también a Baqueira Beret a
minimizar el previsible riesgo económico.

Desarrollo sostenible
Las expectativas turísticas de esta zona de montaña crecen a un ritmo ver-
tiginoso, pero su fragilidad ambiental hace que el desarrollo inadecuado de las
diversas infraestructuras y servicios esté causando daños irreparables. Por ello,
aunque el desarrollo económico de estos ámbitos sea prioritario, éste no puede
realizarse a expensas del medio ambiente, haciéndose necesaria la planificación
y gestión del territorio para integrar el turismo y hacerlo compatible con las
condiciones físicas y socioeconómicas del lugar (Gili, 1999 y 2003). Para ello, las
comunidades locales deberían ser las principales protagonistas en la elaboración
de las normas de este equilibrio y de su aplicación práctica, aunque siempre bajo
el amparo de la administración pública (Donaire, 1998). En este último sentido,
la reciente expansión de Baqueira Beret ha puesto de manifiesto la existencia de
déficits atribuibles a la misma. En primer lugar, se ha evidenciado la inexistencia
© Editorial UOC 303 Capítulo III. Casos de estudio

operativa de una política de montaña y de una figura única de planificación que


debería guiar de manera indiscutible la toma de decisiones (pese a la diversidad
de planes e instrumentos existentes). En segundo lugar, en relación a la ges-
tión pública de espacios naturales protegidos, se ha de superar la fase de diseño
formal y dedicar más esfuerzos a la gestión, a la vez que el marco normativo y
reglamentario se tendría que desprender de su carácter de planificación urbanís-
tica (zonificación, asignación de usos, etc.), e incorporar más componentes de
la planificación y procesos de intervención estratégicos. Por último, se ha cons-
tatado la existencia de contradicciones en el comportamiento de la administra-
ción autonómica durante la fase de presentación y solicitud de autorización del
proyecto de ampliación de Baqueira Beret. La superación de estos déficits podría
facilitar la concertación para el modelo de desarrollo sostenible en ésta y otras
zonas de montaña del país (López Palomeque, Cors y Gómez Martín, 2002).

10. Una iniciativa de desarrollo basada en el turismo.


El caso de Chefchaouen (Marruecos) • Josep Gala Micó

Introducción

Este caso muestra la capacidad de las actividades turísticas como herramienta de


desarrollo local y apunta los aspectos más destacados que vinculan estas activida-
des con el territorio donde se están desarrollando y la población beneficiaria local.
El objetivo del programa de desarrollo, que se ha ejecutado entre el 2002 y el,
es la promoción del desarrollo socioeconómico de la población del medio rural de
la provincia marroquí de Chefchaouen, ofreciendo posibilidades de realizar acti-
vidades complementarias a las tradicionales —turismo en el medio rural— en las
poblaciones rurales en la zona noroeste de Marruecos, en las montañas del Rif.
Este programa de desarrollo ha sido diseñado y ejecutado por Asociación Cata-
lana para el tiempo Libre y la Cultura (ACTLC) que trabaja a nivel internacional
en el desarrollo de programas que beneficien a las poblaciones locales; con una
importante aportación financiera de la Agencia Española de Cooperación Interna-
cional (AECI) y la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD).
© Editorial UOC 304 A propósito del turismo

La ejecución del proyecto ha seguido una estrategia en cuya definición han


participado los principales agentes así como actores locales, instituciones y en-
tidades sociales y gubernamentales y la población beneficiaria, en el marco de
una actividad prospectiva desarrollada en 2003 y en la que se realizaron ac-
tividades individuales, grupales y plenarias, con la participación de unos 80
representantes de la hotelería, del transporte turístico y no turístico, adminis-
traciones vinculadas al turismo, representantes de Parques Nacionales, repre-
sentantes de las zonas rurales, entidades no gubernamentales, artesanos, etc. En
estas actividades, se propicia un contexto donde la dialéctica permite exponer
las diferentes posturas, a veces enfrentadas, y buscar un espacio mínimo y un
escenario futuro compartido, a partir del cual una gran mayoría establece unas
estrategias comunes, y unas acciones concretas a desarrollar desde el inicio del
programa de desarrollo. Es importante destacar que no se busca realizar un aná-
lisis de los problemas y las causas, porque entonces aparecen los culpables de
las causas y no se consigue crear un grupo que lidere las estrategias y acciones
compartidas a desarrollar.
La estrategia que se propuso para el desarrollo del turismo rural por parte
de los participantes en la actividad prospectiva se describe en los siguientes
puntos:

1. Servicios de apoyo a los operadores turísticos, principalmente a los ubica-


dos en la zona rural: Grupo gestor, Entidad Receptiva de Turismo.
2. Imagen y catálogo de la oferta turística de Chefchaouen: Folletos, presen-
taciones, Libro de prestigio, guía de recursos existentes, etc.
3. Herramientas y tecnología para la estructuración del producto turismo rural
en Chefchaouen: Intranet, Web, central de diseño y creación de producto, etc.
4. Central de reservas de la oferta de turismo rural en Chefchaouen: Central
de reservas, agencia receptiva, famtryps, participación en work shops, etc.
5. Apoyo en el desarrollo de la infraestructura turística relacionada con el
turismo rural en Chefchaouen: Centro de interpretación, rehabilitación y cons-
trucción de casas rurales, etc.

A partir de esta propuesta de estrategia se pasó a la estructuración de la misma


para su desarrollo sobre el terreno y conseguir la visión de futuro compartida por
los actores, agentes, intervinientes, entidades sociales, administraciones públicas y
población local. El siguiente diagrama muestra la estrategia y las fases de la misma:
© Editorial UOC 305 Capítulo III. Casos de estudio

Cuadro 1.Estrategia de desarrollo del Turismo Rural en la Provincia de Chefchaouen de 2002 a 2007.
© Editorial UOC 306 A propósito del turismo

Contexto

Geográficamente, Marruecos limita al norte con el Mar Mediterráneo y el


Océano Atlántico por el Estrecho de Gibraltar. Al sur, con el Sahara Occiden-
tal, territorio no autónomo en proceso de descolonización y antigua provincia
española. Al este, con Argelia y al Oeste, con el Océano Atlántico. Su relieve es
mayoritariamente montañoso y el promedio de altura sobre el nivel del mar es
de unos 800 m. Dos cadenas montañosas, el Rif y el Atlas, a lo largo de la costa
norte y el centro, dividen Marruecos en dos partes la oriental, y la atlántica más
montañosa. Su extensión territorial es de 458.730 km2.

Figura 1. Mapa de la Provincia de Chefchaouen con la ubicación de Casas Rurales

Fuente: <http:// www.chaouenrural.org>.

El siguiente caso se sitúa en la Provincia de Chefchaouen, 1 de las 45 exis-


tentes desde la ley de descentralización/regionalización de 1997. Pertenece a la
Región de Tanger-Tétouan, 1 de las 16 regiones, que está ubicada en el noroeste
del Reino de Marruecos. Esta provincia fue fundada el 23 de abril de 1975 y tie-
© Editorial UOC 307 Capítulo III. Casos de estudio

ne una superficie de 4.350 km2, equivalente a una tercera parte de la superficie


de la provincia de Lleida.
El total de población de la provincia, originalmente berebere, asciende aproxi-
madamente a 450.000 habitantes. La capital es la ciudad de Chefchaouen, con
una población aproximada de 40.000 habitantes, y el resto de la población es
rural y representa el 90,23% de la población total de la provincia.
En el siguiente cuadro se muestran algunos datos socioeconómicos y polí-
ticos que permiten esbozar una visión de las características de la situación de
Marruecos; estos datos se pueden extrapolar a la Provincia de Chefchaouen.

Cuadro 1. Datos socioeconómicos y políticos básicos.

Población total Marruecos 32 Millones

Población Provincia de Chefchaouen 450.000 hab.

Distribución Población Chefchaouen 410.000 hab rural; 40.000 hab urbano

Población urbana Marruecos > 50%

Población joven (< 20 años) 60%

Población activa 8 Millones

Tasa de paro 23.5%


35% Primario
Sectores económicos 28% Secundario
37% Terciario
Tasa crecimiento económico 90-99 0.8%

PIB per cápita 1.185 $

Salario mínimo (aprox.) 1.500 MAD (139 €)

Salario medio (aprox.) 3.500 MAD (324 €)

Cambio MAD - Euro 10,8 MAD = 1€

Tasa inflación (2000) 1.9%

Grado de Alfabetización 40%

Esperanza de vida 68 años

Religión Musulmana (98%), resto cristianos y judíos.

Organización del Estado Monarquía Constitucional

Jefe del Estado Mohamed VI


Fuente: Elaboración propia a partir de <http://www.mcx.es>.
© Editorial UOC 308 A propósito del turismo

El sector turístico

Marruecos cuenta con un potencial turístico importante que permitiría po-


ner en marcha una oferta diversificada de productos turísticos y es un destino
que ha evolucionado favorablemente a partir de 1996, aunque del sector siem-
pre se espera que dé el gran salto. Dispone de valiosos recursos: grandes playas,
sol durante todo el año, exotismo, ciudades con un gran valor arquitectóni-
co y artístico, y puede aportar una oferta diferente para cada tipo de cliente,
aunque se deben afrontar aspectos importantes del servicio a los turistas y de
formación y capacitación de los recursos humanos. Marruecos recibió en 2002,
4.390.000visitantes, la mitad de ellos por ocio, recreo y vacaciones.
El turismo es uno de los pilares del futuro de Marruecos (es el segundo sector
económico de mayor crecimiento en los últimos años). Están a su favor, el cli-
ma, la diversidad, la geografía y la cultura. Actúan como retardadores, la mala
calidad de los servicios, el transporte, la escasa oferta de alojamiento reglada y
de calidad, y el entorno de pobreza de algunas regiones.
La actividad turística ha crecido hasta suponer el 8% de su PIB, aunque su
desarrollo exige del estado que afronte y resuelva la amenaza del integrismo,
que ve en el turismo una fuente de contaminación moral. Existen polos turísti-
cos de costa, como Agadir y los centros de interés tradicionales, como Marrake-
ch o el Norte y el Atlas. Otro subsector emergente está en los hoteles de ciudad
para negocios, que todavía resultan escasos.
La provincia de Chefchaouen se incluye en la zona turística de la costa me-
diterránea y fue elegida, como polo de desarrollo por ACTLC para su programa
de desarrollo local y por el Ministerio de Turismo, Artesanía y Economía Social
del Reino de Marruecos, para implantar el Plan d’Accueil Touristique de Che-
fchaouen (PAT Chefchaouen) con el propósito de potenciar las actividades de
turismo en el medio rural dando a conocer su potencial turístico basado en
sus parques naturales, playas vírgenes, paisajes frondosos con abundante agua,
tradición y patrimonio cultural rifeño, sus oficios y artesanos, su gastronomía y
su población berebere. Estos recursos convierten a la Provincia de Chefchaouen
en un atractivo destino turístico potencial.
Otro motivo para escoger esta zona para desarrollar el turismo rural y acti-
vidades complementarias es la proximidad al mercado emisor europeo, a una
zona de población urbana marroquí superior al millón de habitantes, y a Tán-
ger, una importante ciudad-frontera de entrada a Marruecos.
© Editorial UOC 309 Capítulo III. Casos de estudio

Tánger dispone de un aeropuerto internacional y un puerto al que lle-


gan los ferrys procedentes de la península y Europa. Tánger y Tetuán, son
ciudades turísticas destacadas que pueden aportar visitantes a la oferta de
actividades turísticas en Chefchaouen y, a la vez, facilitar la creación de
productos turísticos o extensiones para grupos que disfrutan de circuitos
preconfigurados.
La actividad turística en la Provincia de Chefchaouen está asentada en la
capital de la provincia, Chefchaouen, pero no se distribuye ni beneficia al resto
de la provincia, que es esencialmente rural.
Sólo se visita la capital, que es una pequeña y acogedora ciudad con un
ambiente tranquilo y relajado, habituada a viajeros y turistas. El número de
visitantes anuales es relativamente importante, aproximadamente 20.000 turis-
tas, pero no trasciende más allá de la capital, que es básicamente conocida por
sus fachadas de color añil o por las plantaciones de kiff de sus montañas y es
visitada por aquellos que buscan el consumo de hachís.
Conocidas las circunstancias y potencialidades del territorio en cuestión, se
puede justificar la decisión de escogerlo, contextualizando las actividades turís-
ticas en una estrategia de desarrollo socioeconómico de la provincia, y concre-
tamente del medio rural.
Los sectores productivos tradicionales (agricultura, ganadería y artesanía)
no tienen capacidad de generar ingresos o diversificar las actividades econó-
micas de la población rural de Chefchaouen. La economía de la población
rural está estancada y domina la inactividad productiva que provoca que las
necesidades más básicas estén insatisfechas. Existe otra circunstancia en las
áreas rurales, que es la dificultad de integrar a jóvenes y mujeres en los sectores
productivos. Todas estas circunstancias provocan flujos migratorios hacia las
grandes ciudades marroquíes y hacia países europeos en busca de oportunida-
des laborales. A esto debemos añadir las dificultades para organizar y promover
organismos o redes que actúen como canalizadores de la creación y promoción
de actividades económicas en el ámbito rural, y la falta de infraestructuras bá-
sicas de apoyo al desarrollo de actividades económicas alternativas. Este caso
plantea el estudio de la evolución en la implantación de las actividades turísti-
cas en el medio rural como economía complementaria y no sustitutiva, como
herramienta que aporte posibles soluciones a las problemáticas descritas en
el párrafo anterior; desde el año 2002 hasta el 2007 e identificar los retos de
futuro que se plantean.
© Editorial UOC 310 A propósito del turismo

La demanda

Las estadísticas utilizadas para diseñar esta intervención pertenecen al año


2000, año anterior al que se empez la formulación del programa de desarrollo.
Desde esa la fecha hasta 2007 no ha habido variaciones espectaculares en cuan-
to a la cantidad de turistas que han visitado Marruecos y sus diferentes destinos
turísticos. Han existido variaciones provocadas por incidentes terroristas, tanto
en el mundo musulmán como en Marruecos, que han mermado la confianza
de la demanda turística que es muy sensible a acontecimientos de este tipo.
Estas variaciones se han visto corregidas y se han normalizado.
El número de turistas recibidos por Marruecos en el año 2000 est alrededor
de los 4 millones de visitantes.
Por orden cuantitativo, la procedencia de los turistas que visitan Marruecos
es el siguiente (en millones de visitantes): Francia (1,6), Alemania (0,44), Es-
paña (0,36), Italia (0,3), Estados Unidos (0,16), como principales, y el resto de
diferentes países europeos y una parte destacada procedente del propio Magreb
y de países de Oriente Medio.
De este conjunto de turistas, se calcula que un 5% del total es consumidor de
turismo en el medio rural, lo que representa, aproximadamente unas 200.000
personas extranjeras en todos los destinos del país como demanda potencial.
A esta cantidad cabe añadir los marroquíes residentes en el extranjero y los
propios habitantes, que empiezan a disponer de capacidad económica y hacen
viajes interiores, aunque el alojamiento preferido por estos es la casa de amigos
y sólo un 20 % de ellos utilizan alojamientos hoteleros clasificados y no clasifi-
cados; de ah su menor importancia para el caso que nos interesa.
En la Provincia de Chefchaouen, se reciben unos 20.000 turistas y su es-
tancia media es de 1,57 noches, que puede considerarse muy baja teniendo en
cuenta el valor de los recursos existentes en esta provincia y su proximidad a
algunos de los mercados emisores.
El turista europeo, y occidental en general, tiene unas características concre-
tas; viaja con relativa frecuencia, segmenta sus vacaciones, utiliza las tecnologías
para informarse, organiza parcial o totalmente sus propias vacaciones, compra
viajes a través de internet, etc. En cuanto a los potenciales consumidores de
turismo rural, existen unas características concretas: busca un entorno relajado,
donde pueda intercambiar experiencias con la población local, descubrir nue-
vos entornos, interpretar las tradiciones, realizar actividades de turismo activo,
© Editorial UOC 311 Capítulo III. Casos de estudio

etc., pero exige, a su vez, una oferta de alojamiento reglada y en condiciones,


un servicio correcto y ajustado a los precios pagados, un nivel de información
y señalización adecuado, etc.
Existe un desfase entre las exigencias de la demanda real y potencial, y la ca-
pacidad, preparación y calidad de la oferta de productos y servicios de la indus-
tria turística en general. Para solventar este desfase, el Ministerio de Turismo,
Economía Local y Artesanía ha puesto en marcha diversos planes de acción para
ajustarse a esta demanda que debería aumentar el número de turistas hasta los
10 millones en el año 2011, en todo Marruecos.
Respecto al turismo en el medio rural, la demanda de los turistas se pue-
de clasificar según las actividades por las cuales se desplazan y disfrutan
de sus vacaciones o estancias. Estas actividades son, por orden cuantitati-
vo: paseos y excursiones en el medio natural, descubrimiento de paisajes,
relajarse, entretenimiento, hospitalidad y vida social y conocimiento de
lugares interesantes.
En resumen, se puede decir que la ausencia de una oferta adaptada, tanto de
infraestructuras como de productos y servicios, a la demanda, actúa de freno
en el desarrollo del turismo rural, tanto para los turistas extranjeros como los
residentes.

Evolución de la intervención

Durante la implantación del programa de desarrollo del turismo rural en la


Provincia de Chefchaouen, se han ido percibiendo algunos cambios en el terri-
torio, la población, las infraestructuras básicas y complementarias, y la oferta
de productos y servicios.
La demanda turística en la Provincia de Chefchaouen se veía concentrada
en su capital, debido a su capacidad de alojamiento, los servicios complemen-
tarios de hostelería, los informativos de guía turístico, y la acogida agradable de
sus residentes. En contraposición, se conoce que en el medio rural no existía
capacidad alguna de alojamiento, no existía oferta de productos y servicios,
no existían servicios complementarios para los turistas, etc. Hecho que parece
una paradoja, puesto que los principales recursos de la Provincia se encuentran
fuera de la capital, igual que la mayoría de su población, un 90%, que no recibe
beneficio alguno de la actividad turístca.
© Editorial UOC 312 A propósito del turismo

Figura 2. Evolución de las obras de rehabilitación Figura 3. Centro de interpretación e información


en la Casa Rural D’har, especializada en artesanía. turística de Chaouenrural.

En el año 2007, la actividad turística ya se ha diversificado. A parte de


la mejora de los servicios disponibles en la capital, ha aparecido una oferta
de alojamiento rural reglada, una estructuración de la oferta de productos y
servicios, y una coordinación entre los diferentes operadores del medio rural
(guías rurales, transporte turístico, servicios de hostelería, etc.) as como un
nivel de servicio y atención a los turistas aceptable (según las encuesta de
satisfacción de los clientes realizads por la entidad receptiva). Estas mejoras
se consolidan y se sostienen gracias a los programas de mantenimiento de la
calidad de los servicios en el medio rural, la formación continua a los acto-
res que intervienen, la coordinación ante las administraciones públicas, y la
creación de un Grupo Técnico que genera la oferta según la estacionalidad,
la comunica, la comercializa, organiza la logística y realiza las funciones de
receptivo turístico.
Este receptivo turístico est constituido en una Sociedad Anónima de Respon-
sabilidad Limitada. Chaouenrural SARL es propiedad de los dueños de las Casas
Rurales (8 casas operativas), las cooperativas rurales (artesanía, transformación de
productos agroalimentarios, textiles, etc.), los operadores del medio rural (trans-
porte, guiaje, acompañamiento, etc.) y en menor medida, de los miembros del
Grupo Técnico Turístico de Soporte.
La aparición de la actividad turística como fuente de ingreso complemen-
tario ha generado impactos en la población local. La mayoría de los douard
(pueblos rurales) participaron de este proyecto identificando los posibles bene-
ficios, y el impacto generado se aproxima a sus expectativas, aunque también
existen douard y vecindades más reacios a la presencia de turistas en su medio
© Editorial UOC 313 Capítulo III. Casos de estudio

vital por diferentes motivos (religiosos, sociales, etc.). Aunque, en general, la


aparición de turismo ha sido bien recibida ya que aporta, claramente, más be-
neficios que inconvenientes.
La oferta propuesta por Chaouenrural ha sido diseñada teniendo en cuenta
la riqueza de los recursos y atractivos propios de la provincia de Chefchaouen;
de manera que la oferta turística ayude a la comprensión, conservación, preser-
vación y revalorización de las tradiciones locales.
Los productos y servicios que ofrece Chaouenrural muestran el territorio a
través de la historia de la provincia, la cultura y tradiciones de la Provincia, el
patrimonio artístico y arquitectónico, naturaleza (Parques Naturales de Talasse-
mtane y de Bouhachem), la artesanía y oficios, gastronomía y productos de la
tierra para convertir el viaje o estancia en una auténtica experiencia.
Se puede afirmar que la implantación de esta iniciativa ha ayudado a forta-
lecer la actividad turística en la zona norte de Marruecos, donde se incluye la
Provincia de Chefchaouen, y ha diversificado la oferta haciendo que el destino
turístico sea más atractivo. Esta propuesta de actividades turísticas en el medio
rural no va en contra de los operadores ya existentes (hoteleros, restauradores,
transporte, tiendas, otros negocios vinculados a turismo), sino que pretende
complementar la oferta y las actividades para aumentar las pernoctaciones me-
dias en la capital y aportar ingresos, a través del turismo, a las zonas más desfa-
vorecidas de la Provincia.
Se ha apreciado un aumento en las pernoctaciones medias y los operadores
rurales han aparecido en la industria turística con un futuro inmediato promete-
dor. Los productos y servicios han sido acogidos por las empresas de intermedia-
ción con entusiasmo debido a la inexistencia de un operador fiable que creara,
coordinara y garantizara los servicios en este destino de Marruecos y que ya era
demandado por los operadores emisores y a los que no se podía ofrecer respuesta
fiable alguna. Hoy se trabaja con empresas de intermediación en Marruecos y
España y se han iniciado las acciones de comercialización en Francia.
Se puede considerar la intervención como una actuación de referencia y a imi-
tar, no tanto por el desarrollo del turismo rural que tiene una cierta historia y
tradición en algunos destinos de países desarrollados, sino por la estructuración
de una oferta en el medio rural, su coordinación y mantenimiento con ciertos
estándares de calidad, con la participación activa de la población local; que en
definitiva debe responsabilizarse y sostener la intervención en los años venideros,
puesto que ellos serán los beneficiarios. Y también se puede considerar como una
© Editorial UOC 314 A propósito del turismo

experiencia a extrapolar en otras provincias y destinos próximos con caracterís-


ticas similares; como por ejemplo la Provincia de Al Hoceima (Alhucemas), que
limita con la de Chefchaouen por el este y que dispone de un patrimonio natural
muy importante, el Parque Nacional Al Hoceima y una Reserva Marina contigua.

Productos y servicios turísticos

Los servicios que ofrece Chaouenrural, SARL son los clásicos de un receptivo
turístico.

Alojamiento y pensión alimenticia: Hoteles, Casas Rurales, Refugios.


Transporte terrestre: Taxis, vehículos turísticos, 4x4, mulas.
Servicio de Guía: Guías acompañantes, guías especializados.
Visitas: Visitas culturales, recorridos históricos, visitas arquitectónicas, visi-
tas a los mercados populares, visitas artísticas, visitas a cooperativas.
Actividades y talleres: Interpretación de la naturaleza, taller gastronómico,
exposiciones de artistas locales, taller de bisutería, introducción a la lengua y
cultura árabe, taller de apicultura, taller de artesanía y alfarería, senderismo,
taller de la paille de duom.

Estos productos y servicios se concretan en excursiones, estancias y circuitos


especializados que se comercializan en agencias de viaje de los mercados emiso-
res; en una primera fase en las principales ciudades de Marruecos y en España,
y a través de una página web <http://www.chaouenrural.org> que permite rea-
lizar reservas y solicitar información para demandar productos personalizados
para todas las tipologías de clientes: familias, parejas, grupos de jóvenes, grupos
especializados (biólogos, arquitectos, etc.), deportistas, escolares, etc.
Y los productos ofertados son:

Un coup d’œil - Una ojeada, que son excursiones y actividades donde descu-
brir de un vistazo la vida rural chaouní. Su duración es de medio o un día.
Nos racines - Nuestras raíces, que son estancias de entre dos y cuatro días en
las casas rurales de la provincia de Chefchaouen.
Nos trésors - Nuestros tesoros, que son circuitos temáticos y a medida del via-
jero con contenidos técnicos y especializados.
© Editorial UOC 315 Capítulo III. Casos de estudio

Los turistas y viajeros pueden solicitar la organización de sus excursiones,


estancias y circuitos a la carta.
Estos productos y servicios se enmarcan en una imagen global y en un slo-
gan general: Découvrez le monde jebli - Descubre el mundo rural chaouení.

Figura 4 . Web de la Asociación Chaouenrura.

Fuente: <http://www.chaouenrural.org>.

Los buenos resultados que ha ofrecido la intervención descrita, permiten


pensar que es una buena opción de desarrollo de zonas y poblaciones desfavo-
recidas. El reto que se plantea es la sostenibilidad económica de la empresa crea-
da, el mantenimiento del servicio de receptivo con los estándares actuales de
calidad, como mínimo, el mantenimiento y adecuación de las infraestructuras
© Editorial UOC 316 A propósito del turismo

básicas de alojamiento y complementarias de interpretación de recursos y me-


dio natural, y la cohesión e imagen común de la red de alojamientos rurales.
Actualmente, el principal trabajo que se plantea es la tarea de difusión, co-
municación y, sobre todo, comercialización en los mercados emisores debido
a la escasez de recursos económicos disponibles frente a los que precisa una
campaña importante de comercialización. Para afrontar esta situación, se han
firmado convenios con entidades de intermediación sensibles a estos produc-
tos, servicios y destinos que facilitan la labor de comercialización y venta sin
desvirtuar el objetivo de la intervención. Además se cuenta con el apoyo de la
Organización Nacional Marroquí de Turismo (ONMT) para participar en even-
tos y ferias en los mercados emisores.

Reflexiones en torno a los programas de desarrollo

Las intervenciones de este tipo no pueden eternizarse, por la escasez de me-


dios económicos; y no deben perpetuarse porque la población local debe asu-
mir su papel y responsabilidad frente a esta oportunidad, vista como tal por ella
misma.
Esta intervención se ha realizado en 1 de las 45 provincias de Marruecos,
y en una de las diversas provincias que forman el destino norte de Marruecos
y Marruecos Mediterráneo. Chefchaouen es parte de este destino pero no su
totalidad. Las características de las provincias colindantes son muy similares
geográficamente, en cuanto a recursos y en cuanto a proximidad a mercados
emisores, a la provincia de Chefchaouen y esto permite pensar que se podría
extrapolar la experiencia a otras provincias. El momento es adecuado ya que
se han generado una serie de sinergias que pueden facilitar una probable inter-
vención en provincias colindantes, como Alhoceima y Tetuán, para establecer
un sistema de receptivo en todo el norte de Marruecos que permita recibir y
acoger a turistas que ya demandan estos productos y servicios en este destino,
y que sin Chaouenrural SARL deberían optar por organizarse su propio viaje
con algunas inconveniencias, o por realizar visitas cortas e incompletas, o por
posponer su viaje.
Durante el desarrollo e implantación de este programa de desarrollo basado
en el turismo se ha podido comprobar la dificultad para ejecutar el proyecto.
Primeramente hay que ser consciente que el territorio, su población, con su
© Editorial UOC 317 Capítulo III. Casos de estudio

cultura, religión y tradición son ajenas al proyecto en sí, y es imprescindible


realizar una campaña de información y difusión para que los intervinientes
y beneficiarios comprendan que es lo que se pretende, y no abonar el terreno
para la generación de rumores o malentendidos.
En segundo lugar, tal y como exigen los proyectos de cooperación al desa-
rrollo, se debe trabajar con una contraparte local —entidad que puede tener
mayor o menor nivel de intervención para facilitar el buen funcionamiento
del proyecto— esta contraparte debe ser rigurosa, responsable y fiable, puesto
que son la representación del proyecto en la zona a intervenir y debe gestionar
recursos económicos. Las personas que cubren este papel deben comprender
perfectamente los objetivos generales y específicos de la intervención para po-
der comunicar, transmitir, coordinar, ejecutar, representar ante los colectivos
sociales, entidades, instituciones y administraciones asentadas en el territorio.
El nivel de información y comunicación hacia ellos debe ser fluido, constante
y si puede ser participativo. Si se escoge un buen socio local la receptividad e
implicación de los diferentes intervinientes y beneficiarios es muy alta, con lo
que aumentan las posibilidades de éxito.
La realización de las actividades que configuran la estrategia de desarrollo
debe tener un sentido más allá de la realización de la actividad, deben dejar un
poso que beneficie al futuro común compartido y debe dejar clara su utilidad.
En la medida de lo posible, las actividades y acciones deben ser realizadas por
miembros de la comunidad local. El motivo de la participación de miembros
locales es la mayor facilidad de acceso a las comunidades, genera capital huma-
no formado y capacitado, y refuerza la sostenibilidad de las acciones ejecutadas,
dentro de la estrategia definida por la comunidad local.
Otro factor clave para la sostenibilidad de la intervención es la transferencia
de conocimientos, metodologías y tecnologías. Cabe realizar esta transferencia
de un modo planificado y realista, adecuado a las necesidades reales del proyec-
to, del territorio y de la población beneficiaria. Esta transferencia incluye una
estructura organizativa dimensionada, con objetivos claros, acciones planifi-
cadas, recursos necesarios o planificación de obtención de recursos que garan-
ticen la sostenibilidad de la intervención, unos recursos humanos formados y
con la inquietud necesaria de mejora continua.
Muchos países en vías de desarrollo disponen de capital humano con forma-
ción básica, media o superior que no dispone de oportunidades profesionales o
laborales y está desaprovechado. Estas personas pueden tener un perfil profesio-
© Editorial UOC 318 A propósito del turismo

nal no adecuado, a priori, al necesario para participar en la intervención, pero


pueden adaptarse con facilidad a las necesidades descritas en las intervenciones
en estos países gracias a otros factores diferentes al conocimiento como son la
capacidad de aprendizaje, actitud y aptitud, conocimiento del territorio, etc.
Existen otros factores internos y externos que ayudan o afectan al desarro-
llo de este tipo de intervenciones, según el lugar, la dimensión y duración de
la intervención, la temática de la intervención, las condiciones sociopolíticas,
factores geopolíticos, etc. Aunque los factores comentados en los párrafos ante-
riores deben tenerse en cuenta en cualquier tipo de programa de desarrollo para
intentar culminar con éxito.
En definitiva se puede considerar esta intervención como exitosa y se ha
demostrado que existen posibilidades de proponer modelos de desarrollo que
cuenten con la población local y que permiten retener el gasto generado por el
turismo en el mismo destino, ofreciendo ingresos complementarios, capacidad
de decisión y control sobre el modelo turístico en el territorio inmediato.

11. Turismo justo, en beneficio de todos • Joan Miquel Gomis López


y Carles Tudurí Borrás

Introducción

Una primera y sencilla aproximación conceptual nos permite definir al turismo


justo como la aplicación de los principios del comercio justo al ámbito del turismo. De
forma genérica, bajo este epígrafe pueden incluirse aquellos procesos de producción
turística que garantizan, a través de criterios éticos explícitos o implícitos, una distri-
bución equitativa de los beneficios entre los distintos participantes en esta actividad
(Palomo, 2003). Una idea directamente vinculada a conceptos como responsabilidad
social, sostenibilidad, solidaridad, etc. que en los últimos años han empezado a incidir
entre los agentes implicados en los movimientos turísticos y especialmente, entre los
propios turistas, la población local de los destinos y los empresarios del sector.
Se trata de plantear el turismo, efectivamente, como un motor de desarrollo
para buena parte de los países del mundo, pero a partir del establecimiento
© Editorial UOC 319 Capítulo III. Casos de estudio

de criterios medioambientales, sociales y económicos sostenibles que permi-


tan distribuir equitativamente la riqueza generada a través de esta actividad. El
carácter transversal del turismo ha sido presentado a menudo como un factor
determinante para luchar contra la pobreza de aquellos países que se encuen-
tran en vías de desarrollo. La agricultura, la cultura, el comercio, etc. locales,
además de las empresas y organizaciones (y los puestos de trabajo que generan)
propias del sector, pueden beneficiarse del turismo y actuar como un poderoso
instrumento para combatir los desequilibrios sociales.

Una realidad incómoda

Sin embargo, el panorama internacional actual demuestra que esta sencilla


y admirable afirmación no responde, en general, a la realidad. Países conside-
rados turísticos muestran elevados índices de pobreza y claros desequilibrios en
el reparto de la riqueza que no se ven atenuados con la llegada de centenares
de miles de visitantes. A menudo, proyectos teóricamente turísticos responden
a criterios puramente especulativos, obviando los indicadores medioambien-
tales y de sostenibilidad más elementales. Nos encontramos con demasiados
casos en los que los beneficios obtenidos por el turismo no repercuten posi-
tivamente en una parte significativa de la población, rompiendo los criterios
básicos del concepto de turismo justo que asociamos a la idea de que las em-
presas del sector apuesten, con la colaboración de la administración pública,
por modelos de desarrollo integral de un destino más que por la expansión
cuantitativa del mismo.
Desde este punto de vista, el desarrollo justo de una actividad turística de-
bería contemplar la participación activa y directa de la población local en una
relación de intercambio que garantice, a la vez, los niveles calidad exigibles de
los servicios ofrecidos y la distribución equitativa de sus márgenes de beneficio
en un proceso en el que deben involucrarse en la misma línea los canales de
distribución (las agencias de viaje en su función intermediadora). Es este un
aspecto importante desde el momento en el que, al contrario de lo que ocurre
en otros sectores, el consumidor turístico debe desplazarse al centro de produc-
ción de los servicios (el destino) que consumirá. La sostenibilidad del territorio
receptor de esta actividad y los intereses de la población local que la acoge, son
en este sentido aspectos determinantes.
© Editorial UOC 320 A propósito del turismo

Las empresas del sector (nacionales o internacionales) no pueden limitarse


tan sólo a conseguir que su producto (por ejemplo un hotel) cumpla con los
requisitos internacionales de calidad asumidos por el consumidor medio de los
mercados emisores más importantes. Tampoco es suficiente (aunque también
necesario) que se preocupen también por los aspectos medioambientales del
destino. En la era de la globalización, obviamente, los productos y servicios
turísticos deben cumplir con los exigibles niveles de calidad que se implemen-
taron en la década de los ochenta del pasado siglo. De la misma manera, han
de ser respetuosas con el medio ambiente a partir de aquellos criterios que em-
pezaron a expandirse ante la opinión pública en la década de los noventa. Pero,
ineludiblemente y entrado ya el siglo XXI, deben involucrarse en el desarrollo
social de aquellos lugares turísticos que forman parte del producto que comer-
cializan las empresas del sector. Ello requiere que la expansión de la actividad
turística se realice, en todos los casos, teniendo muy en cuenta los intereses de
las comunidades locales, circunstancia que, a menudo, genera conflictos que
hacen percibir el turismo como una amenaza más que como una oportunidad.

Democracia participativa

La mayoría de estos conflictos surgen de las contradicciones existentes entre


las visiones privadas (interés particular) y públicas (interés general) de una mis-
ma iniciativa. Las organizaciones empresariales trabajan con objetivos de renta-
bilidad planteados para períodos de tiempo de corto o medio plazo y para hacer
justificables y atractivas sus inversiones. Una visión puramente mercantilista
que genera una explotación intensiva de la actividad y tiende a la masificación
de los espacios para optimizar beneficios. Los criterios del turismo justo abogan
por la existencia de poderes públicos que respeten la iniciativa privada y hagan
compatibles sus intereses con los del conjunto de la comunidad de acogida de
un determinado destino turístico.
En países con democracias consolidadas, la conciliación de los intereses públi-
cos y privados debería conducir al desarrollo de proyectos empresariales sostenibles
en el tiempo y en el espacio, desde una perspectiva económica, medioambiental
y social. En aquellos territorios en los que los órganos de participación ciudadana
son más limitados o inexistentes, este tipo de proyectos deberían poder fomentar
este espíritu de cooperación colectiva que la actividad turística permite impulsar.
© Editorial UOC 321 Capítulo III. Casos de estudio

Consumidor responsable

Identificamos una creciente demanda internacional, todavía minoritaria pero


en franco crecimiento, muy sensibilizada por estas cuestiones y cada vez más exi-
gente con el comportamiento de las corporaciones y su responsabilidad social.
Una demanda, cada vez más informada y con más propuestas a su alcance en un
escenario cada vez más competitivo. Una demanda que con las oportunidades
que están generando las nuevas tecnologías está adquiriendo un mayor poder y
protagonismo y una creciente capacidad de influencia en la configuración de la
oferta, circunstancia ante la que las organizaciones sectoriales no pueden perma-
necer ajenas. Aunque el precio siga siendo en la actualidad un factor determinante
para la elección de un destino, el valor añadido que aporta la responsabilidad
social está llamado a ser un elemento diferenciador que puede resultar decisivo en
determinados segmentos de mercado cada vez más influyentes.
Una tendencia que crece y que el consumidor acelerará, en el marco de la
globalización, con sus exigencias de comportamientos más responsables. Ya
han ocurrido fenómenos similares en mercados emisores tradicionales como el
alemán, que han presionado para introducir un sistema de calidad o indicado-
res medioambientales en las empresas que comercializan productos y servicios
que consumen en sus vacaciones.
Al margen del turista que viaja condicionado por el factor precio para vivir
unas determinadas emociones, identificamos a un turista que cada vez más se
mueve por sentimientos que van más allá. En los últimos tiempos, el turismo está
viviendo un proceso de estandarización de sus productos y servicios. Se pueden
visitar distintos destinos turísticos muy alejados entre sí (física y culturalmente)
y en cambio vivir exactamente la misma experiencia, puesto que los hoteles re-
producen su estructura y características, por ejemplo, junto a cualquier playa,
amparados por una marca multinacional que garantiza unos estándares de cali-
dad ajustados a las necesidades de los consumidores de los principales mercados
emisores mundiales. Pero junto a esta demanda, hoy dominante, emerge un nue-
vo turista que exige algo más, un punto diferencial, un valor añadido en los pro-
ductos y servicios que consume. En el marco de la globalización y los fenómenos
ligados a ella, como la deslocalización o la intensidad de los flujos de información
al amparo ambos de nuevas plataformas tecnológicas, este nuevo consumidor
toma mayor conciencia de los problemas a escala global y empieza a entender
que en sus decisiones de compra tiene un poder de influencia significativo.
© Editorial UOC 322 A propósito del turismo

http://www.turismojusto.org

En este escenario, han empezado a surgir iniciativas tendentes a dar respues-


tas a los retos planteados en el sector. Una de las más emblemáticas nació el 14
de junio de 2005, como organización no gubernamental, bajo la denominación
de Turismo Justo, una asociación sin ánimo de lucro, con unos objetivos que se
justifican en el entorno que acabamos de describir:

• Fomentar el desarrollo turístico sostenible y justo desde el punto de vista


económico, social y medioambiental con la finalidad de que la actividad
turística beneficie a la población de aquellos destinos en vías de desarrollo
en que se desarrolla.
• Impulsar una actuación ética de las empresas turísticas que invierten en paí-
ses en vías de desarrollo.
• Crear líneas estables de solidaridad y cooperación entre el sector turístico y
aquellas regiones que son susceptibles de experimentar una mejora econó-
mica y social a través de programas de desarrollo turístico

El planteamiento y difusión de estas propuestas permitió que la web <http://


www.turismojusto.org> obtuviera más de 30.000 visitas en su primer año de
existencia, con lo que uno de los principales objetivos de Turismo Justo, la sen-
sibilización, ha recibido un fuerte impulso en su corta existencia.
Las líneas de actuación de esta organización se establecen en tres categorías.
Por un lado, la sensibilización, tanto de los consumidores como de los empre-
sarios y profesionales del sector en los mercados emisores. Se trata, por un lado,
de desarrollar iniciativas tendentes a crear un estado de opinión crítico entre
los turistas con respecto a la actuación de las empresas en los destinos que visi-
ten, de manera que seleccionen como proveedores de sus servicios aquellos que
aplican los criterios del turismo justo de manera más eficiente. En este sentido,
algunos de los proyectos emblemáticos de la organización son la elaboración
de una guía de destinos de turismo justo (que facilita información útil sobre
viajes que se ajustan a estos criterios) y la ejecución de una campaña de sensi-
bilización con la distribución de un cartel que refuerza la filosofía de la organi-
zación y destinada tanto a consumidores como a empresarios y profesionales
del sector. En relación al mundo empresarial, los objetivos de turismo justo se
orientan a reforzar el concepto de responsabilidad social corporativa, haciendo
© Editorial UOC 323 Capítulo III. Casos de estudio

especial hincapié en la necesidad de que estas organizaciones se impliquen no


sólo en la gestión eficiente de los productos y servicios que comercializan, sino
también en la gestión integral de los destinos en los que operan, de manera que
su influencia tenga efectos positivos sobre la población local.
El segundo ámbito de actuación de Turismo Justo se relaciona con lo que se
refiere a la formación e investigación, con el desarrollo de cursos especializados
a distintos niveles sobre estos contenidos y la promoción de trabajos de investi-
gación que permitan profundizar sobre conceptos clave de esta temática. En este
apartado, Turismo Justo colabora con el Campus ONG de la Universitat Oberta
de Cataluña (UOC) que facilita apoyo en infraestructura y asesoramiento a las
organizaciones que impulsan proyectos de formación virtuales o presenciales.
La tercera línea de trabajo se inscribe en el marco de los proyectos específi-
cos, en los que Turismo Justo colabora:

• Proyecto de ayuda al desarrollo con la Unión de Cooperativas Agrícolas Tie-


rra y Agua, de Nicaragua <http:// www.ucatierrayagua.org>. Básicamente, el
proyecto consiste en la realización de un plan de comercialización y comu-
nicación/promoción de esta propuesta de turismo responsable, además de la
implementación de alguna de las estrategias que se deriven del plan. <http://
www.elmundo.es/elmundo/2007/01/15/solidaridad/1168856302.html>.
• Publicación de una guía de viajes responsables, lanzada en mayo, con la
editorial especializada en contenidos turísticos Alhena Media Ediciones
<htpp://www.alhenamedia.info>. El libro incluirá una treintena de propues-
tas responsables, además de varios artículos sobre el turismo responsable,
justo o sostenible.
• Varios cursos de verano, principalmente en la UIB y en la UOC. Este verano
se realizó en la UIB el titulado Turismo y el Tercer Mundo: cooperación y desarro-
llo sostenible. <http://www.uib.es/servei/sac/estiu06/tercer_mon.html>.
• Una campaña de verano en favor del turismo responsable. Realizar una cam-
paña anual para sensibilizar al mercado español sobre la necesidad de un
turismo más sostenible. <http://www.elmundo.es/elmundo/2006/06/30/so-
lidaridad/1151662099.html>.
• Colaboración con la Associació Catalana pel Temps Lliure i la Cultura para
promover el proyecto de desarrollo turístico que esta entidad ha impulsado
en la localidad marroquí de Chefchaouen. <http://www.hosteltur.com/noti-
cias/39564_turismo-justo-alternativa-economia-norte-marruecos.html>.
© Editorial UOC 324 A propósito del turismo

• Elaboración de un manual de responsabilidad social corporativa para empre-


sas turísticas.
• <http://www.consumer.es/web/es/solidaridad/2006/08/04/154462.php>.
• Colaboración con la Fundación Jorge Mendoza para impulsar un proyecto
turístico en Angola basado en dos acciones: formación del personal del ins-
tituto turístico del país, a través de una plataforma de formación online y,
posiblemente, con la colaboración de la UOC, y la elaboración de un plan de
desarrollo de turismo sostenible para el país.

A modo de resumen podemos concluir señalando que entre los objetivos


que se propone Turismo Justo figuran, de forma transversal:

• Desarrollar mecanismos que pongan en contacto a profesionales voluntarios


del sector turístico con personas físicas o jurídicas que necesiten de sus cono-
cimientos en países en desarrollo.
• Apoyar a otras entidades sin ánimo de lucro en sus actuaciones relacionadas
con el desarrollo turístico.
• Impulsar proyectos propios en colaboración con comunidades locales de
destinos desfavorecidos que contribuyan a su desarrollo turístico.
• Apoyar económicamente o a través de voluntarios iniciativas surgidas en
destinos desfavorecidos que contribuyan a su desarrollo turístico.
• Organizar encuentros, foros, debates conferencias e impulsar otras acciones
de comunicación que contribuyan a concienciar al sector de la importancia
de la sostenibilidad dentro del turismo y de los beneficios que se obtienen a
través de una actuación ética dentro de la actividad turística.
© Editorial UOC 325 Conclusiones generales

Conclusiones generales
Francesc González Reverté y Salvador Anton Clavé

La expansión contemporánea del turismo es un elemento característico de


la globalización y la internacionalización de la economía. Esta expansión ha
coincidido en el tiempo con una transformación profunda en la forma de en-
tender el ocio y el turismo. De hecho, tal como se ha planteado en las páginas
precedentes, podemos afirmar a efectos de síntesis que a escala global, aunque
especialmente en los países desarrollados, nos encontramos en la primera déca-
da del 2000 ante dos generaciones turísticas que conviven simultáneamente y
ocasionan la aparición de lugares y prácticas turísticas múltiples y, en ocasiones,
superpuestas. Una primera generación se abre al turismo y acepta con facilidad
formatos, modalidades y espacios turísticos consolidados, paquetizados y estan-
darizados, puesto que individualmente los perciben como una novedad. Una se-
gunda generación más experimentada, con “oficio” y conocimientos adquiridos
y aprendidos sobre esta práctica a lo largo de su vida está predispuesta a consu-
mir singularidad, creando así nichos de mercado y –por lo tanto- oportunidades
de desarrollo segmentados. Ambas generaciones coinciden en el tiempo y, en
ocasiones en el espacio –piénsese por ejemplo en la demanda turística en ciuda-
des tan dispares como Venecia o Nueva York-, por lo que el estudio del turismo
y de los espacios turísticos debe abordarse como un fenómeno heterogéneo y
complejo. No obstante los protagonistas del turismo (los turistas) siguen siendo
grandes desconocidos a nivel sociológico (más allá de conocimientos acerca de
sus pautas de consumo y motivaciones básicas) por lo que se refiere a sus patro-
nes de comportamiento, necesidades y expectativas y –desde el punto de vista de
los destinos- igualmente significativo es el hecho que, a medida que aumentan
en número, son socialmente e ideológicamente percibidos de forma menos fa-
vorable. Ante esta situación hemos juzgado necesario recordar que ni el turismo
como actividad económica ni los lugares turísticos como espacios de desarrollo
social no existirían sin turistas, y que conviene matizar algunas posturas y reba-
tir algunos tópicos acerca de la figura del turista y de los lugares turísticos.
© Editorial UOC 326 A propósito del turismo

En la primera parte del libro se ha sostenido que la visión ideologizada y


extendida del turista como ser colectivamente depredador e invasor esconde las
opciones (mayoritarias) de autorrealización, curiosidad, aprendizaje y alteridad
bajo las que los turistas también guían sus visitas. Desde esta perspectiva, los
turistas no pueden ser considerados solamente como grupo social alienado,
sino también como individuos con necesidades complejas (no sólo materiales)
que pretenden ser alcanzadas mediante las prácticas que realizan. Por tanto las
categorías de turistas como grupo social son conflictivas y discutibles (turista
solidario, turista alternativo, turista de masas, etc.) y no son las modalidades
sino las prácticas concretas las que reflejan la capacidad de producir impactos
positivos y negativos. Desde un punto de partida similar podemos sostener que
cada vez está más cuestionado y aparecen serias objeciones al concepto de au-
tenticidad como objeto de referencia de las experiencias turísticas (Medina &
McLaren, 2006). ¿Las visitas a lugares de culto mayas son más auténticas que las
visitas a Disneyworld? ¿Se trata de diferentes intensidades y profundidades en
la experiencia turística o prejuicios de clase? ¿Deben ser cerradas a los visitantes
foráneos lugares como la zona 0 de Nueva York tras los atentados del 11-S o son
una manera más de entender y enfrentarse al mundo?
La práctica turística implica, de hecho, el consumo de lugares y la adaptación
de éstos a la práctica turística a través de sistemas de intermediación, interpre-
tación, respresentación y transformación. De ahí que a pesar de la ampliación
de la mirada turística a todos los rincones del mundo no todos estén preparados
para adoptar el turismo en sus formas de organización territorial. Los lugares
turísticos son espacios de sociabilidad que deben ser simbólicamente reconoci-
bles y mantener una dialéctica entre lo seguro y lo confortable, y entre lo des-
conocido y lo sorprendente. Por esta razón requieren unas formas y contenidos
apropiados tanto a nivel estrucutural como de imagen. De ahí que en la segunda
parte del libro se analicen la anatomía, apariencia y metabolismo de los espacios
turísticos así como la sensibilidad especial que requieren los lugares turísticos
por parte de sus gestores y/o planificadores. ¿Por qué unos lugares atraen y otros
no, incluso con recursos parecidos? ¿Por qué unas partes de la ciudad son visi-
tadas por todos los visitantes y otras son desconocidas o sólo frecuentadas por
especialistas? Los lugares turísticos de larga tradición (y entre ellos los de turismo
de masas) aparecen, contemplados bajo este prisma, no sólo como espacios con
problemas de identidad y competitividad, sino también como espacios de so-
ciabilidad y alteridad, e incluso como lugares innovadores donde se desarrollan
© Editorial UOC 327 Conclusiones generales

laboratorios sociales y productivos, se ensayan nuevos productos y prácticas de


ocio, y surgen estilos de vida que repercuten en el conjunto de la sociedad.
La experiencia acumulada de los lugares turísticos indica, por otra parte, que
si bien la capacidad de acogida de los territorios turísticos puede resentirse del
aumento del volumen de visitantes (especialmente en determinados contextos
espaciales ambiental y/o culturalmente frágiles), lo más frecuente es que los lu-
gares se adapten al crecimiento y lo aprovechen para catalizar otras actividades
y procesos. Así las cosas, se ha visto que responder a la pregunta ¿cuánto turis-
mo es demasiado turismo? requiere algo más que un pulcro cálculo numérico.
Si se atiende a las expectativas de modelos como el del ciclo de vida parece que
los espacios turísticos tengan tendencia, por naturaleza, a retroceder (o incluso
a desaparecer) conforme avanzan en su andadura. Sin embargo, esta hipótesis
determinista viene a ser desmentida por la realidad de destinos que sobreviven
a diferentes ciclos (como por ejemplo Brighton) u otros (como por ejemplo Las
Vegas) que crecen sin cesar. De hecho, la mayoría de destinos no pasa de las
primeras fases de exploración e implantación sin llegar a desarrollarse como
espacios turísticos ni a trascender su función turística en la organización del
territorio circundante. Teniendo en cuenta que –desde un punto de vista de
organización territorial- es más frecuente no llegar a turistificarse que morir de
éxito, resulta intelectualmente más sugerente explicar que los destinos maduros
y consolidados no reflejan en realidad un fracaso sino un auténtico éxito vin-
culado a su capacidad por perdurar en el tiempo (piénsese que algunos destinos
turísticos europeos se remontan al siglo XIX y todavía continúan en activo).
Este éxito no está exento de impactos negativos (ni positivos evidentemente)
pues el turismo, como toda actividad humana, es un sistema que incluye la pro-
ducción y transformación de los territorios y las mentalidades de las sociedades
donde se inserta. Es tarea de la investigación sobre los espacios del turismo–y así
se ha planteado a través de los diferentes casos expuestos en el capítulo tres del
libro- dimensionar y evaluar la magnitud y el sentido de tales impactos.
Llegados a este punto se abren nuevos interrogantes acerca de los turistas y
los lugares turísticos que la investigación futura deberá contribuir a cerrar con
respuestas certeras o, al menos, debatir en profundidad. En este sentido pueden
ser valiosas –en este apartado de conclusiones- algunas nuevas aportaciones, de
corte cualitativo, sobre la manera como podemos encarar futuras investigacio-
nes (Ateljevic et al, 2007). Así, podemos formular algunas preguntas a modo de
retos para el futuro del turismo y de la investigación sobre el turismo:
© Editorial UOC 328 A propósito del turismo

- ¿Cómo conseguir que los lugares turísticos atraigan la atención de los vi-
sitantes deseados, especialmente cuando los gustos de estos apuestan cada vez
más por productos novedosos con ciclos de vida más cortos?
- Y contrariamente, ¿Qué estrategias deben seguir los nuevos destinos para
no reproducir los estándares de los tradicionales?
- ¿Cómo deben abordar los destinos la cuestión de la identidad ante su
apuesta por el turismo? Es más, ¿deben entender e integrar a los turistas como
parte de su propia identidad?
- ¿Cuál es el comportamiento (motivaciones, satisfacción, códigos de prác-
tica turística y movilidad, etc.) de la demanda en los destinos turísticos?
- ¿Cómo afrontar la sostenibilidad en una actividad que se caracteriza por
la necesidad de poner en contacto los lugares de consumo con los consumido-
res y que se basa, por lo tanto, en la movilidad?
- ¿Cómo integrar en la globalización económica el despliegue de nuevos
lugares turísticos sin generar desigualdades territoriales?
- ¿Cuáles son las nuevas oportunidades que plantea el uso de las TIC y del
travel 2.0 para empresas y destinos?

Parece evidente que a la investigación turística le queda todavía un largo trecho


por recorrer durante las próximas décadas. Se apuntan, a continuación, dos ideas que
pueden complementar tales cuestiones. Primero, que -tal como se ha visto- la identi-
dad de los espacios turísticos es singular debido a la manera de crearse y transformarse
bajo determinadas premisas inexistentes en otros espacios similares (compárese una
ciudad convencional con una estación turística a nivel de forma y estructura u or-
ganización de la movilidad por ejemplo). En definitiva, la identidad de los lugares
turísticos pasa también por el reconocimiento de la actividad turística que en ellos
se produce y por asumir, por lo tanto, que los turistas no son un elemento gratuito
del paisaje sino un elemento integral y estructurante de los lugares. Finalmente, y en
segundo lugar, que la transformación de los lugares en turísticos si bien puede dejar
indiferentes o contrariados a parte de la población, se produce en el marco de una
lógica productiva que implica que a mayor nivel de transformación de un lugar por
el turismo, más atractivo resulta para la mayor parte de los turistas. Contribuye a ex-
plicar este fenómeno el hecho que –aún cuando ideológicamente no se argumente de
esta manera- la realidad demuestra que habitualmente los turistas prefieren el contac-
to con otros turistas, con los que comparten las lógicas interpretativas del espacio y los
códigos de comportamiento, que el contacto con la sociedad local (Knafou, 2006).
© Editorial UOC 329 Apéndice

Apéndice

Los 50 destinos con mayor número de llegadas de turismo internacional, 2005-2006

Llegadas (en millones de % respecto el total


País visitantes) mundial
2005 2006 2005 2006
Francia 75,9 79,1 9,5 9,4
España 55,9 58,5 7,0 6,9
Estados Unidos 49,2 51,1 6,1 6,1
China 46,8 49,6 5,8 5,9
Italia 36,5 41,1 4,6 4,9
Reino Unido 28,0 30,1 3,5 3,6
Alemania 21,5 23,6 2,7 2,8
México 21,9 21,4 2,7 2,5
Austria 20,0 20,3 2,5 2,4
Federación de Rusia 19,9 20,2 2,5 2,4
Turquía 20,3 18,9 2,5 2,2
Canadá 18,8 18,2 2,3 2,2
Ucrania 17,6 s.d 2,2 s.d.
Malasia 16,4 17,5 2,0 2,1
Hong Kong (China) 14,8 15,8 1,8 1,9
Polonia 15,2 15,7 1,9 1,9
Grecia 14,3 s.d 1,8 s.d.
Tailandia 11,6 13,9 1,4 1,7
Portugal 10,6 11,3 1,3 1,3
Países Bajos 9,6 10,7 1,2 1,3
Macao (China) 8,3 10,7 1,0 1,3
Hungría 12,2 9,3 1,5 1,1
Croacia 7,9 8,7 1,0 1,0
Egipto 8,1 9,1 1,0 1,1
Sudáfrica 6,7 8,4 0,8 1,0
Irlanda 7,0 8,0 0,9 1,0
Arabia Saudita 8,6 s.d 1,1 s.d.
Suiza 7,9 0,0 0,9
© Editorial UOC 330 A propósito del turismo

Llegadas (en millones de % respecto el total


País visitantes) mundial
2005 2006 2005 2006
Singapur 6,6 7,6 0,8 0,9
Japón s.d s.d s.d s.d.
Bélgica 6,7 7,0 0,8 0,8
Marruecos 5,5 6,6 0,7 0,8
Túnez 6,0 6,5 0,7 0,8
República Checa 6,1 6,4 0,8 0,8
República de Corea 5,8 6,2 0,7 0,7
Bulgaria 4,6 5,2 0,6 0,6
Brasil 4,8 5,0 0,6 0,6
Australia 4,8 s.d 0,6 s.d.
Indonesia 5,3 4,9 0,7 0,6
Dinamarca 4,4 s.d 0,5 s.d.
Bahrein 3,5 4,5 0,4 0,5
India 3,5 4,4 0,4 0,5
Argentina 3,5 4,2 0,4 0,5
República Dominicana 3,5 4,0 0,4 0,5
Emiratos Árabes Unidos s.d s.d s.d s.d.
Noruega 3,6 3,9 0,4 0,5
Puerto Rico 3,5 3,7 0,4 0,4
Vietnam 2,9 3,6 0,4 0,4
Taiwan (pr. de China) 3,0 3,5 0,4 0,4
Finlandia 2,8 3,4 0,3 0,4
Total 674,0 669,7 84,0 79,5
Mundo 802,0 842,0 100,0 100,0
Fuente: OMT
© Editorial UOC 331 Bibliografía

Bibliografía

Acevedo, P. (1996): Análisis de los paisajes del archipiélago Sabana, Camagüey. Tesis
doctoral. Facultad de Geografía, Universidad de La Habana (inédito).
AECI (2004): Programa de Cooperación regional con Centroamérica. Plan de Acción para la
promoción del turismo sostenible. AECI- Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid. <http://
www.fundacionentorno.org/xtras/pdfs/Plan_turismo_sostenible.pdf>.
Agarwal, S. (2002): ”Restructuring seaside tourism. The resort lifecycle”, Annals of
Tourism Research, núm. 29 (1), págs. 25-55.
Aguiló, E. et al. (2002): La fase de post-estancamiento de un destino turístico maduro,
Madrid, Fitur.
Aguiló, E. y Alegre, J. (2004): “La madurez de los destinos turísticos de sol y playa. El
caso de las Islas Baleares”, Papeles de Economía Española, núm. 102.
Aguiló, E. Alegre, J. y Sard, M. (2005): «The persistence of the sun and sand tourism
model», Tourism Management nº 26, pp 219–231.
Álamo Franco, A.M.; Ballesteros García, M.; Camargo Crespo, O; Isla Torres,
J.A. (2002): Análisis, diagnóstico y propuesta de desarrollo turístico de. Aranjuez – Comarca
“Las Vegas”. Federación de Municipios de Madrid.
Aldrey, J. (1999): Análise da Poboación na Área Urbana de Santiago de Compostela,
Consorcio de Santiago.
Aldrey, J. y Formigo, J. (1999): O Casco Histórico de Santiago de Compostela, Características
Demográficas e Morfolóxicas, IDEGA-Universidade de Santiago, Documento de Geografía nº 7.
Alfino, M. Caputo, J.S. y Wynyard, R. (eds) (1998) McDonaldization revisited. Critical
essays on consumer culture. Westport, Praeger Publishers.
Álvarez, A. (1999): (editor. Homo Peregrinus. Xerais. Vigo.
Anton Clavé, S. (2000): “Actividades y espacios turísticos: hacia la sociedad postindustrial”.
López Palomeque, F. (Coord) Geografía de Europa. Barcelona, Ariel, pgs. 357-377.
Anton Clavé, S. (2004): “De los procesos de diversificación y cualificación a los
productos turísticos emergentes. Cambios y oportunidades en la dinámica reciente del
turismo litoral”, Papeles de Economía Española, núm. 102, págs. 316-333.
Anton Clavé, S. (2005): Parques temáticos. Más allá del ocio, Barcelona, Editorial Ariel.
Anton Clavé, S. (2007): The global theme park industry. Wallingford y Cambridge. CAB
International.
Anton Clavé, S. y González Reverté, F. (Coord.) (2005): Planificación territorial del
turismo, Barcelona, Editorial UOC.
© Editorial UOC 332 A propósito del turismo

Anton Clavé, S. y González Reverté, F. (2003): “Models d’implantació territorial


del turisme”. Anton Clavé, S. (coord) Recursos Territorials Turístics I. Barcelona. Edicions
UOC (edición electrónica).
Archambault, M. Barry, C y Lefebvre, P. (2003): Les retombées économiques de la
Route verte. Montreal, UQAM-Chaire de Tourisme. Versión electrónica disponible en
http://www.routeverte.com/rv/projet/RetEconRV2003.pdf
Archer, B.H. (1982): “The Value of Multipliers and Their Policy Implications”, en
Tourism Management, Vol. 3, Núm. 2, págs. 236-241.
Arias, Y. (2005): Ordenamiento Ambiental y Urbano de un sector de la costa Norte de
Varadero. Matanzas. Tesis doctoral. Universidad de La Habana (inédito).
Ateljevic, I. Pritchard, A. y Morgan, N. (eds) (2007): The critical turn in tourism
studies. Innovative research methodologies. Elsevier, Londres.
Atienza, J.M. (1999): Guía de Aranjuez. El real sitio, la ciudad y el paisaje. Ediciones Doce
Calles. Aranjuez.
Ayala, H. (2001): Medio Siglo de transformaciones del Turismo en Cuba. Centro de Estudios
Turísticos, Universidad de La Habana.
Ayuntamiento de Aranjuez (1991): <http://www.aranjuez.es>. Cartografía histórica
de Aranjuez. Cinco siglos de ordenación del territorio. Doce Calles, colección Estudios sobre
Aranjuez, nº 3. Aranjuez.
Butler, B.W. (1980): «The Concept of a tourist area cycle of evolution: Implications for
management of resources», Canadian Geographers, nº 24, pp 5-12.
Baerenholt, J.O. et al (2004): Performing tourist places. Aldershot, Ashgate.
Baqueira Beret S. A. (editora) (2005): Informe Anual Baqueira Beret, S.A. Consolidado.
Temporada 2004/2005. Barcelona.
Barba, R. y Pié, R. (1995): “Segunda residencia versus productos turísticos”, en AIEST:
Mercado Inmobiliario y Desarrollo Turístico, 45º Congreso de la Asociación Internacional de
Expertos Cientificos de Turismo (AIEST), St. Gall (Suiza), Editions AIEST, págs. 135-147.
Bauman, Z. (2001): Globalització. Les conseqüències humanes. Barcelona, Editorial UOC
Bayón, F. y García, I. (1997): Gestión de Recursos Humanos. Manual para técnicos en
empresas turísticas, Madrid, Editorial Síntesis.
Becken, S. y Patterson, M. (2006): “Measuring national carbon dioxide emissions
from tourism as a key step towards achieving sustainable tourism” Journal of Sustainable
Tourism 14 (4), pp. 323-338.
Blanco, R. y Garrido, S. (coordinadores) (1994): Análise da Procedencia e Características
da Afluencia Turística a Santiago no Xacobeo 92. Xunta de Galicia. Santiago.
Blue Carib (2002): Una visión de futuro de Varadero 2010. La Habana.
© Editorial UOC 333 Bibliografía

Bonham, C.; Edmonds, Ch. y Mak, J. (2006): “The impact f 9/11 and other terrible global
events on tourism in the United States and Hawai” Journal of Travel Research (45), pp. 99-110.
Boniface, B. y Cooper, Ch. (2004): Worldwide destinations casebook. The geography of
travel and tourism. Oxford, Elsevier
Borg, J. van der (1991): Tourism and Urban Development. Thesis Publishers, Amsterdam.
Bote, V. (1994): “Turismo y desarrollo económico en España: del insuficiente reconocimiento
a la revalorización de su función estratégica”, en Papers de Turisme, núm. 14-15.
Briassoulis, H. (1991): “Methodological Issues. Tourism Input-Output Analysis”, en
Annals of Tourism Research, Vol. 18, págs. 485-495.
Brunet, I. y Belzunegui, A. (2003): “Sociología del trabajo turístico”, en Sociología del
turismo, Rubio Gil, A. (Coord.), Barcelona, Editorial Ariel, págs. 159-190.
Bryman, A. (1999): “The Disneyzation of society”. The Sociological Review, pgs. 25-44.
Butler, R. (2004): “The Tourist Area Life Cycle in the Twenty-First Century” En Lew et
al. (eds.) A Companion to Tourism. Oxford, Blackwell pp. 159-169
Campillo, X. y Font, X. (2004): Avaluació de la sostenibilitat del turisme a l’Alt Pirineu i
Aran. Documents de Recerca, nº8, Generalitat de Catalunya. Barcelona.
Canestrelli, E., y Costa, P. (1991): “Tourist Carrying Capacity: a Fuzzy Approach”,
Annals of Tourism Research 18 (2): 295-311.
Callizo, J. (1991): Aproximación a la Geografía del Turismo, Madrid, Síntesis.
Callot, Ph. (2006): “New tourism frontiers or new barriers for global tourism?” Tourism
Review 61(2) pp.17-23.
Caserta, S., y Russo, A.P. (2002): “More Means Worse. Asymmetric Information, Spatial
Displacement and Sustainable Heritage Tourism”, Journal of Cultural Economics 26(4), 245-260.
Cazes, G. (1992): Fondements pour une géographie du tourisme et des loisirs. Rosny, Breal.
Chhabra, D. (2005): “Defining authenticity and its determinants: toward an authenticity
flow model” Journal of Travel Research (44), pp. 64-73
Cienfuegos, O. (1994): Discurso pronunciado durante la inauguración del XII Congreso
de la Federación Española de Agencias de Viajes. La Habana. (Inédito).
Clawson, M y Knestch, J.L. (1974): Economics of outdoor recreation. Maryland. The
John Hopkins Press
Cohen, E. (1988): “Authenticity and commodification in tourism” Annals of Tourism
Research, 15, pp. 371-386.
Consejería de Obras Públicas y Transportes (2005): Plan de Ordenación del Territorio
de la Costa del Sol Occidental. <http://www.juntadeandalucia.es>.
Consejería de Turismo, Comercio y Deporte (2005): Plan de Recualificación Turística
de la Costa del Sol. Documento de debate. <http://www.qualifica.org>.
© Editorial UOC 334 A propósito del turismo

CONSULTUR, STOA e ICN-ARTEA (1999): Plan de Dinamización de Aranjuez.


Diagnóstico y Estrategia.
Consultores para la Difusión de la Información del Medio Ambiente S.L.
(editora) (2001): Gestión del desarrollo sostenible en turismo.
COSES (1979): Il turismo a Venezia. Venezia.
Manente, M., y L. Andreatta (1998): Il fatturato del Turismo nel Centro Storico di
Venezia El. Quaderno n. CISET 19/98, de la Universidad de Venecia, Venecia.
Crang, M. (2004): “Cultural Geographies of Tourism” En Lew et al. (eds.) A Companion
to Tourism. Oxford, Blackwell pp. 74-84
Crompton, J. (1979): “Motivations for pleasure vacations” Annals of Tourism Research
(6) pp. 408-424
Cuadrado, J.R. y Arranz, A. (1996): “Los impactos económicos del turismo desde
la perspectiva del análisis input-output”, en PEDREÑO, A. (coord.), Introducción a la
economía del turismo en España, Madrid, Editorial Civitas, págs. 181-216.
Cuenca, M. (2001): “Fiesta y juego en el desarrollo humano.” Ocio y desarrollo. Potencialidades
del ocio para el desarrollo humano. Bilbao, Universidad de Deusto. Pgs. 55-103.
Cuvelier, P. (2000): “La fin du tourisme fordiste”, Espaces, núm. 177, págs. 32-37.
Chaspoul, C. et al. (1993): Tourisme religieu. Editions Touristiques Européennes. París.
Davis, S.G. (1997): Spectacular Nature. Corporate Culture and the Sea World Experience.
Berkeley, University of California Press.
de la Calle Vaquero, M. (director) (2005): Estudio sobre el desarrollo de nuevos proyectos,
productos y mercados turísticos de Aranjuez. Ayuntamiento de Aranjuez-ADESA.
Del Casino, V.J. y Hanna, S.P. (2000): “Representations and identities in tourism
map spaces”. Progress in Human Geography, 24 (1), 23-46.
Department of Environmental Affairs and Tourism (editor) (2003): Respon-
sible Tourism Handbook. Sudáfrica. Disponible en: <http://www.icrtourism.org/sa/
tourismhandbook.pdf>.
Dewailly, J.M. (1989): Tourisme et aménagement en Europe du Nord. Paris, Masson.
DfT (2003): The Future of Air Transport White Paper. Department for Transport (UK)
Díaz Álvarez, J.R. (1989): Geografía del turismo, Madrid, Síntesis.
Diputación Provincial de Málaga (2004): Informe sobre las líneas de bajo coste en la
Costa del Sol. <http://www.webmalaga.com>.
Diputación Provincial de Málaga (2005): Informe anual del Observatorio Turístico de
la Costa del Sol. <http://www.webmalaga.com>.
Donaire, J.A. (1996): El turismo a los ojos del postmodernismo. Costa Brava, Tunicia y los
malls (Tesis Doctoral), Girona, Universidad de Girona.
© Editorial UOC 335 Bibliografía

Donaire, J.A. (2003): “La dimensió territorial del turisme”. Anton Clavé, S. (coord)
Recursos Territorials Turístics I. Barcelona. Edicions UOC (edición electrónica) .
Donaire, J.A. (1998): «La participació de la societat civil en el turisme sostenible»,
Congreso Internacinal Turismo Sostenible en el Mediterráneo. Sant Feliu de Guixols.
Donaire, J. A., y Mundet, L. (2001): ”Estrategias de reconversión turística de los
municipios litorales catalanes”, Papers de Turisme, núm. 29, págs. 51-65.
Donaire, J.A. González Reverté, F. y Puertas, J. (2005): “Diseño de planes turísticos
del territorio.” Anton, S. y González Reverté, F. (coords) Planificación territorial del turismo.
Barcelona, Edicions UOC. Pgs. 145-191.
Équipe MIT (2002): Tourismes 1. Lieux communs, Paris, Équipe MIT (Mobilités, Itinéraires,
Territoires), Ed. Belin, Collection Mappemonde.
Équipe MIT (2005): Tourismes 2. Moments de lieux, Paris, Équipe MIT (Mobilités,
Itinéraires, Territoires), Ed. Belin, Collection Mappemonde.
Esteve Secall, R. (1983): Turismo, ¿democratización o imperialismo?, Málaga, Colección
Meridiano, Universidad de Málaga.
Esteve, R. (2002): Turismo y religión. Aproximación a la historia del turismo religioso,
Universidad de Málaga. 2002.
ETC Research Group (2005): El turismo urbano y la cultura. La experiencia europea.
Bruselas y Madrid, ETC y OMT.
EUROPARC (2002): Plan de acción para los espacios naturales protegidos del Estado Español.
Fundación Fernando González Bernáldez. Madrid.
Exceltur (2003): Acción social en la empresa turística. Madrid. Disponible en: <http://exceltur.
org/excel01/contenido/portal/files/ACCION_SOCIAL_ SECTOR_TURISTICOWEB.pdf>.
Exceltur (2003): Plan Renove de destinos turísticos españoles. Documento de Bases. Hacia
un nuevo paradigma en el modelo de gestión de los destinos del litoral mediterráneo y las islas:
los Proyectos de Reconversión Industrial de Destinos Turísticos (PRIDET), Madrid, Exceltur,
Alianza para la Excelencia Turística.
Exceltur (2005): Impactos sobre el entorno, la economía y el empleo de los distintos modelos
de desarrollo turístico del litoral mediterráneo español, Baleares y Canarias, Madrid, Exceltur,
Alianza para la Excelencia Turística y Deloitte.
Exceltur (2006): Libro Blanco de los recursos humanos del turismo en España. Competiti-
vidad turística y diferenciación a través de las personas, Madrid, Exceltur, Alianza para la
Excelencia Turística.
Fernández Tabales, A. (2003): “Actividades y espacios turísticos”, en Geografía de
Andalucía, López Ontiveros, A. (Coord.), Barcelona, Colección Ariel Geografía, Editorial
Ariel, págs. 723-749.
© Editorial UOC 336 A propósito del turismo

Fernández Tabales, A. (2005): “Turismo”, En Andalucía. Segundo Informe de Desarrollo


Territorial, Sevilla, Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, Fundación Sevillana
Endesa y Universidad de Sevilla, págs. 205-221.
Figuerola Palomo, M. (1985): Teoría Económica del Turismo, Madrid, Alianza Univer-
sidad Textos.
Figuerola Palomo, M. (1999): “La transformación del turismo en un fenómeno de
masas. La planificación indicativa (1950-1974)”, en Historia de la economía del turismo en
España, Pellejero, C. (Dir.), Madrid, Editorial Cívitas, págs. 77-99.
Fletcher, J.E. (1989): “Input-Output Analysis and Tourism Impact Studies”, en Annals
of Tourism Research, Vol. 16, págs. 514-529.
Fletcher, J.E. y Archer, B.H. (1991): “The Development and Application of Multiplier
Analysis”, en Progress in Tourism, Recreation and Hospitality Management, Cooper, E. (Ed.),
Vol. 3, London, Belhaven Press, págs. 28-47.
Fraguell i Sansbelló, R.M. (1998) (Coord.): Turismo sostenible en el Mediterráneo. Guía
para la gestión local, Fundación EcoMediterrània, Girona, Brau Ediciones.
Frändberg, L. (2006): “International Mobility Biographies: A Means to Capture the
Institutionalisation of Long-distance travel?” , Current Issues in Tourism , pp. pp. 320-334.
Freitag Tilman, G. (1994): “Enclave tourism development. For whom the benefits
roll.” Annals of Tourism Research, 21 (3): 538-554.
Frey, N. (1998): Pilgrims Stories. On and Off the Road to Santiago. University of California
Press. Berkeley.
Fullana S. y Ayuso P. (2002): Turismo Sostenible. Rubes. Barcelona.
Galindo, P. (2002): Historias del turismo español. Los pioneros. Madrid, EPESA.
García A. (1999): «La economía del turismo en Cuba», Estudios y Perspectivas en Turismo,
volumen 8, nº 3-3, pp. 213-231. Buenos Aires,1999.
García, A. (2005): «Turismo y desarrollo económico. Un acercamiento al caso cubano»,
Temas nº 43, Nueva Época , pp 43-55.
García Hernández, M. (2003): «Aranjuez: la interpretación y puesta en valor del patrimonio
urbano como reto de la gestión de los flujos turísticos», Turismo y conjuntos monumentales. Capacidad
de acogida turística y gestión de flujos de visitantes. Fundación Cañada Blanch, pp 359-438. Valencia.
García Hernández, M. y Mínguez García, C. (2005): «Funcionalidad turística de los
Reales Sitios españoles. Problemas y perspectivas», Ería, nº 66, pp 71-84.
García J. et al. (2005): “La iniciativa comunitaria Leader en España”, Boletín de la Asociación
de Geógrafos Españoles, 39, 361-399.
Gigirey, A. (2003): «Turismo cultural en lugares sagrados desde la perspectiva de los residentes.
Un estudio de la Catedral de Santiago de Compostela», Estudios Turísticos, volumen 158.
© Editorial UOC 337 Bibliografía

Gili, M. (1999): «Turisme de neu: l’etern conflicte entre el creixement econòmic i la


conservació del paisatge. El cas de Naut Aran», III Congrés de Ciencia del Paisatge: Paisatge
i Turisme. Monografies de l’EQUIP 7, pp 61-76. Barcelona.
Gili, M. (2003): «L’ampliació de l’estació d’esquí de Baquèira. Espais protegits i model
de desenvolupament a l’Alt Pirineu i l’Aran», Nel-Lo, O. (editor). ¡Aquí no! Els conflictes
territorials a Catalunya. Empúries, pp 227-251. Barcelona.
Gómez Martín, M.B. (2002): «Baqueira Beret», AECIT (editora). La actividad turística
española en 2001, pp. 533-539. Madrid.
Gómez, J. y Atienza, J.M. (1998): «Aranjuez: del Real Sitio a ciudad industrial en declive.
Oportunidades inéditas de un emplazamiento estratégico», Urban, nº 2, pp 107-115.
González Reverté, F. (2002): El Vendrell. De poble a ciutat. Valls, Cossetània.
Gössling, S. et al. (2002): “Ecological footprint analysis as a tool to assess tourism
sustainability” Ecological Economics, 43, pp. 199-211
Gormsen, E. (1981): “The spatio-temporal development of international tourism:
attempt a centre-periphery model”, en La consommation d’espace par le tourisme et sa
preservation, Aix-en-Provence, C.H.E.T., págs. 150-170.
Gormsen, E. (1997): “The impact of tourism on coastal areas“, GeoJournal, núm. 42 (1),
págs. 39-54.
Gottdiener, M. (1997): The theming of America. Dreams, visions and commercial spaces.
Boulder, Westview Press.
Graburn, N. (1989): “Turismo: el viaje sagrado”. SMITH, V.L.. Anfitriones e invitados.
Antropología del Turismo. Endimión, Madrid.
Hall, M. (2005): “Reconsidering the Geography of Tourism and Contemporary Mobility”
Geographical Research, 43 (2) pp. 125-139
Harvey, D. (1990): The condition of postmodernity. Cambridge, Blackwell.
Hernández Martín, R. (2004): “El impacto del turismo sobre las importaciones:
aspectos metodológicos y empíricos”, en Economía del Turismo, Actas de las Primeras
Jornadas de Economía del Turismo, Palma de Mallorca, Asociación Española de
Expertos Científicos en Turismo y Universitat de les Illes Balears, págs. 151-176.
Hollinshead, K. (2004): “Tourism and third space populations: the restless motion
of diaspora peoples” En Coles,T.E. y Timothy, D.J. (eds.) Tourism, diaspora and space.
London, Routledge, pp. 33-49
Horner, S. y Swarbrooke, J. (2004): International cases in tourism management.
Londres, Elsevier.
Huéscar, A. y Huéscar, A. (2005): “Cuenta Satélite del Turismo: instrumento de
medición y análisis”, en Economía Exterior, núm. 33, págs. 37-48.
© Editorial UOC 338 A propósito del turismo

IFEN (2000): Tourisme, environnement, territoires: les indicateurs, Orléans, Institut français
de l’environnement (IFEN).
INE (2005): Uso del tiempo libre. Análisis de la Encuesta de Empleo del Tiempo 2002-2003.
Madrid, INE e IERMB.
Instituto de Planificación Física (1994) (editor): Regionalización Turística de Cuba.
Departamento de Planeamiento Turístico. Publicación interna.
Iso Ahola, S (1980): The social psychology of leisure and recreation. Dubuque, Iowa; Wm
C. Drown Company Publishers
Ivars, J.A. (2003): “Regional development policies: an assessment of their evolution
and effects on the Spanish tourist model”, Tourism Management, 24, 655-663.
Jennings, S. (2004): «Coastal Tourism and Shoreline Management», Annals of Tourism
Research, volumen 31, nº. 4, pp 899–922.
Judd, D.R. y Fainstein, S. (1999): The tourist city. New Haven y Londres, Yale
University Press.
Junta de Andalucía (1993): Plan de Desarrollo Integral del Turismo en Andalucía. Plan
DIA, Sevilla, Dirección General de Turismo de la Junta de Andalucía.
Junta de Andalucía (2000): Avance del Plan de Ordenación del Territorio del Litoral
Occidental de Huelva. Informe específico sobre turismo, Sevilla, Consejería de Obras Públicas
y Transportes de la Junta de Andalucía.
Junta de Andalucía (2007): Plan General de Turismo Sostenible de Andalucía 2007-2010,
Sevilla, Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía (en prensa).
Jurdao, F. (1979): España en venta: compra de suelos por extranjeros y colonización de
campesinos en la Costa del Sol, Madrid, Colección Ciudad y Sociedad, Ayuso.
Jurdao, F. y Sánchez, M. (1990): España, asilo de Europa, Barcelona, Planeta.
Kellner, D. (1999): “Theorizing/Resisting McDonaldization. A multiperspective
approach”. Smart, B. (ed) Resisting McDonaldization. Londres, Sage, pgs. 186-206.
Knafou, R. (2006): “El turismo, factor de cambio territorial: evolución de los lugares,
actores y prácticas a lo largo del tiempo (del siglo XVIII al s. XXI)” En Lacosta, A. (ed.) IX
Coloquio de Geografía del Turismo, Ocio y Recreación. Prensas Universitarias de Zaragoza,
Zaragoza, pp. 19-30
Knowles, T. y Curtis, S. (1999): “The market viability of European mass tourist
destinations, a post-stagnation life-cycle analysis“, International Journal of Tourism
Research, núm. 1, págs. 87-96.
Krippendorf, J. (1982): “Towards new tourism policies. The importance of
environmental and sociocultural factors”, Tourism Management, nº3 (3), 135-148.
Lanquar, R. (1991): La economía del turismo, Barcelona, Oikos Tau.
© Editorial UOC 339 Bibliografía

Lanza, J. (1998): «Aranjuez ciudad planeada. Del plano de Bonavía (1747) al Plan
General de 1996», Urban, nº 2, pp 123-137.
Ley 23/1982, de 16 de junio, Reguladora del Patrimonio Nacional.
Lew, A.; Hall, M. y Williams, A. (2004): A Companion to Tourism. Oxford, Blackwell.
Littlejohn, M. y Hollenhorst, S. (2004): «Grand Canyon National Park South Rim
Visitor Study (Summer, 2003)», Visitor Services Project Report, nº 143-144. National Park
Service y University of Idaho, Cooperative Park Studies Unit. Moscow, Idaho.
Littrell, M.A.; Anderson, L.F. y Brown, P.J. (1993): “What makes a craft souvenir
authentic?” Annals of Tourism Research 20, pp. 197-215
Lois, R (1999): «Revitalización Económica y Desarrollo Urbano Reciente de Santiago de
Compostela. Análisis de un Proceso»”, Campesino, A. (coordinador). Comercio, Turismo
y Cambios Funcionales en las Ciudades Españolas Patrimonio de la Humanidad. Cámara de
Comercio de Cáceres, pp 161-96.
Lois, R. y Santos, X. (1999): «El Camino de Santiago», Bote, V. (editor). La Actividad
Turística Española en 1998. AECIT, pp 597-603. Madrid, 1999.
López Alsina, F. (1994): «La Invención del Sepulcro de Santiago y la Difusión del
Culto Jacobeo», El Camino de Santiago y la Articulación del Espacio Hispánico. Gobierno de
Navarra, pp. 59-83. Pamplona.
López Olivares, D. Anton Clavé, S. Navarro Jurado, E. Perelli del Amo, O y
Sastre Alberti, F (2005): «Cambios y transformaciones en el actual modelo turístico de
España», Annals of Tourism Research en Español, volumen 7, nº 2, pp 423-446.
López Palomeque, F. (1987): “Competencias espaciales entre agricultura y turismo:
la importancia del recurso suelo y del recurso agua. El caso de Torroella de Montgrí
(Gerona)”, Actas IV Coloquio Nacional de Geografía Agraria, La Laguna, AGE-Universidad
de La Laguna, págs. 107-119.
López Palomeque, F. (1996): «Turismo de invierno y estaciones de esquí en el Pirineo
Catalán», Investigaciones Geográficas, nº 15, pp 19-39.
López Palomeque, F. (1999): “Diez hipótesis sobre el turismo en España”, en Homenaje
al profesor Joan Vilà Valentí, Barcelona, Universidad de Barcelona, págs. 1061-1076.
López Palomeque, F. Cors, M. y Gómez Martín, M.B. (2002): «Conflictos y contra-
dicciones en la gestión del patrimonio natural. La promoción de dominios esquiables
en espacios naturales protegidos del Pallars Sobirà (Catalunya)», Blázquez, Cors, M.
González, J.M. y Seguí, M. (Coord.): Geografía y Territorio. El papel del geógrafo en la escala
local. Universitat de les Illes Balears, pp 255-268. Palma.
López Palomeque, F. y Majoral, R. (1982): La Vall d’Aran. Medi Físic i transformació
econòmica. Caixa d’Estalvis de Catalunya, Col.lecció Catalunya Comarcal.
© Editorial UOC 340 A propósito del turismo

Lozato-Giotart, J.P. (1991): Geografía del Turismo, Barcelona, Masson.


Manente, M. y Andreatta, L. (1998): Il fatturato del turismo nel Centro Storico di Venezia.
Quaderno CISET n. 19/98, University of Venice, Venice.
Mansfeld, Y. (1999): “Cycles of war, terror and peace: determinants and management
of crisis and recovery of the israely tourism industry” Journal of Travel Research (38)
pp. 30-36.
Martín, R. (2006): El Comercio Internacional del Turismo en condiciones de oligopolio, el
caso de Cuba. Tesis de doctoral. Universidad de La Habana (inédito).
Ministerio del Turismo de Cuba. Estadísticas de Turismo, 2003, 2004, 2005 y 2006.
Martin, P. y Philips, N. (1997): «Sun, Sand and hard Currency Tourism in Cuba»,
Annals of Tourism Research, volumen 24, nº 4, pp 777–795.
Maslow, A.H. (1954): Motivation and personality. New York, Harper and Row
Matthieson, A. y Wall, G. (1982): Turismo. Repercusiones económicas, físicas y sociales,
México, Trillas.
McCannell, D. (1976): The Tourist. A new theory of the leisure class. New York: Schocken.
McKercher, B. y Lew, A. (2004): “Tourist Flows and the Spatial Distribution of Tourists
”En Lew et al. (eds.) A Companion to Tourism. Oxford, Blackwell pp. 36-48
Medina, D. y McLaren, B. (eds.) (2006): Arquitectura y turismo. Percepción, representación
y lugar. Gustavo Gili, Barcelona.
Merlin, P. (2001): Tourisme et aménagement touristique. Des objectifs inconciliables ? París,
La Documentation Française.
Mínguez, C. (2001): Patrimonio cultural y turismo, cambios en la funcionalidad del Real
Sitio de Aranjuez y sus relaciones con la villa. Trabajo de investigación de doctorado inédito.
Departamento de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid.
Mínguez, C. (2003): «El Real Sitio de Aranjuez: destino de excursionismo de la región
turística de Madrid», AECIT, la actividad turística española en el 2001. Madrid.
Nard, F. (1996): Guía de Aranjuez. Facsímil de la edición de impresa en la Imprenta de la
Viuda de D. R. J. Domínguez, Madrid, 1851. Doce Calles. Aranjuez.
Ministerio de Medio Ambiente (editor) (2005): Evaluación Preliminar de los Impactos
en España por Efecto del Cambio Climático. Madrid.
MINTEL (2006): «Skiing Holidays – International», Travel & Tourism Analyst, nº 3.
Mundet Ll. (1998): L’evolució dels models de Turisme litoral. El Regne Unit, La Costa Brava
i Cuba. Tesis doctoral. Universitat de Girona (inédito).
Mundet, Ll. y Salinas, E. (1999): «La Evolución de los Modelos de Turismo Litoral.
Los casos catalán y cubano», ponencia presentada en el Encuentro Internacional sobre
Planeamiento Territorial del Turismo. Instituto de Planificación Física (inédito). La Habana.
© Editorial UOC 341 Bibliografía

Mullins, P. (1991): “Tourism urbanization.” International Journal of Urban and Regional


Research, 15 (3) 326-342.
Navarro Jurado , E. (2003): ¿Puede seguir creciendo la Costa del Sol? Indicadores de
saturación de un destino turístico. CEDMA. Málaga.
Navarro Jurado, E. (2005): Indicadores para la evaluación de la capacidad de carga
turística. Annals of Tourism Research en Español volumen 7, nº 2, pp 397-422.
Nel-lo, M. (2004): «Evaluación de la infraestructura y servicios turísticos en áreas protegidas.
El caso de México y América Central», Estudios y Perspectivas en Turismo, volumen 13, nº
34, pp 347-363. Centro de Investigación y Estudios Turísticos CIET. Buenos Aires.
Nivalia. (2005): Informe económico. Nivalia. Fira de Barcelona, Departament d’Investigació
i Estratègia de Mercat. Barcelona.
Nolan, M.L. y Nolan, S. (1992): «Religious sites as tourism attractions in Europe»,
Annals of Tourism Research, volumen 19, nº 1.
Novelli, M. (ed) (2005): Niche Tourism. Contemporary issues, trends and cases. Oxford y
Burlington, Elsevier Butterworth Heinemann.
Organización Mundial del Turismo (1997): Tendencias de los Mercados turísticos en
el mundo, 1985-1996. Madrid.
Organización Mundial del Turismo. (1998): Introducción al Turismo, Madrid,
Organización Mundial del Turismo.
Organización Mundial del Turismo. (1999): Sustainable Tourism Development.
Guide for Local Planners. Madrid.
Organización Mundial del Turismo (2000): Sustainable development of tourism. A
compilation of good practices. WTO. Madrid.
Organización Mundial del Turismo (2003): Turismo y atenuación de la pobreza.
Madrid. Disponible en: <http://www.edicionessimbioticas.info/IMG/pdf/turismo_y_
pobreza.pdf>
Organización Mundial del Turismo (2005): Tourism Market Trends. Edition-Annex.
Organización Mundial del Turismo. (2006): Barómetro OMT del Turismo Mundial,
volumen 4, nº 2, pp 4-25.
Palomo, S. (2003): «Turismo justo; cambiar las reglas», Editur, nº 2.278, p 22.
Papatheodorou, A. (2004): «Exploring the Evolution of Tourism Resorts», Annals of
Tourism Research, volumen 31, nº 1, pp. 219–237.
Papatheodorou, A. y Lei, Z. (2006): “Leisure travel in Europe and airline business models: A
study of regional airports in Great Britain” Journal of Air Transport Management 12, pp. 47-52
Patrimonio Nacional. Memorias de gestión. Años de 1991 a 2004.
Pearce, D. (1988): Desarrollo turístico. Su planificación y ubicación geográficas. Trillas. México.
© Editorial UOC 342 A propósito del turismo

Pearce, P.L. (1987): “Psychological studies of tourist behaviour and experience”


Australian Journal of Psychology (39), pp. 173-182
Pedreño, A. (1996): “El turismo en el análisis económico”, en PEDREÑO, A. (coord.),
Introducción a la economía del turismo en España, Madrid, Editorial Civitas, págs. 19-44.
Planta Consultoría y Servicios (2004): Formulación y Armonización de la estrategia
metodológica para el desarrollo del ecoturismo en Honduras. Informe Final, julio de 2004.
Honduras.
Plaza, J.I.. (2005): “Desarrollo y diversificación en las zonas rurales de España: el
programa PRODER”, Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 39, 399-423.
Plog, S.C. (1974): “Why destination areas rise and fall in popularity”, Cornell H.R.A.
Quaterly, págs. 55-58
Plog, S.C. (2001): “Why destination areas rise and fall in popularity. An update of
a Cornell Quarterly classic” Cornell Hotel and Restaurant Administration Quarterly. June
2001 pp. 13-24
Poon, A. (1993): Tourism, technology and competitive strategies Wallingford, CAB International
Porter, M. (1991): La ventaja competitiva de las naciones, Buenos Aires, Vergara, 1025 págs.
Prats Palazuelo y Fuentes García (2004) Documento de reflexión en torno al desarrollo
territorial y turístico/residencial malagueño. SOPDE. Málaga.
PROARCA (2004): Lineamiento de Comanejo de las Áreas Protegidas de Centroamérica.
Serie Comanejo de Áreas Protegidas, volumen 1. Guatemala.
PROARCA, FONACPN (2003): Memoria del Encuentro Centroamericano sobre
Financiamiento de Sistemas Nacionales de Áreas Protegidas, Agosto 2003. Serie Finanzas y
Valoración Económica en Áreas Protegidas, volumen 1. Antigua, Guatemala.
Pujadas, R. y Font, J. (1998): Ordenación y planificación territorial, Madrid, Editorial
Síntesis.
Recio, M.A. (2000): «Funcionalidad de los Sitios Reales: aspectos institucionales, culturales y
turísticos», Turismo patrimonio y recuperación urbana. Ponencia inédita. Cursos de verano de la
Universidad Complutense de Madrid, San Lorenzo de El Escorial, 4-8.
Requejo, J. (2001): La segunda residencia lanza una OPA sobre el litoral andaluz. Una grave
amenaza sobre el modelo de ordenación territorial para el litoral. III Congreso Internacional
de Ordenación del Territorio. Gijón 3-6 de Julio
Requejo, J. (2005): “El tsunami de los climáticos”, Diario El País, 20-12-2005.
Revilla, G. y Dodd, T. (2003): “Authenticity perceptions of Talavera pottery” Journal
of Travel Research (42), pp. 94-99
Rico Amorós, A. (2002): “Insuficiencia de recursos hídricos y competencia de usos en la
Comunidad Valenciana”, Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, núm. 33, págs. 23-50.
© Editorial UOC 343 Bibliografía

Richards, G. (2001): “The experience industry and the creation of attractions.”


Richards, G. (ed) Cultural attractions and european tourism. Wallingford y cambridge, CAB
International. Pgs. 55-69.
Rifkin, J. (2000): La era del acceso. La revolución de la nueva economía. Barcelona, Paidós.
Rispoli, M., y Borg, J. van der (1988): “Più Vicini, Più Cari”, COSES Informazioni
32/33: 57-64.
Riter, G. (1999): Enchanting a disenchanted world. Revolutionizing the means of consumption.
Thousands Oaks, Pine Forge Press.
Ritzer, G. Y Liska, A. (1997): “’McDisneyzation’ and ‘Post-tourism’. Complementary
perspectives on contemporary tourism”. Rojek, C. y Urry, J. (eds) Touring Cultures.
Transformations of Travel and Theory. London, Routledge. Pp.96-109.
Rodríguez, V. et al. (1998): Los inmigrantes europeos jubilados en Andalucía, Madrid,
Instituto de Economía y Geografía.
Rodríguez, V. (1999): “Turismo y migración de jubilados: una relación necesaria”, El
Territorio y su Imagen. Actas del XVI Congreso de Geógrafos Españoles, Málaga, A.G.E. y
Universidad de Málaga, págs. 667-678.
Rubio Gil, A. (Coord.) (2003): Sociología del turismo, Barcelona, Editorial Ariel, 292 págs.
Rullani, E. y Micelli, S. (2000): “Immaterial Production in Venice: Towards a post-
Fordist economy”, in I. Musu (ed.) Sustainable Venice: Suggestions for the Future. Kluwer,
Dordrecht.
Russo, A.P. (2002): “The «Vicious Circle» of Tourism Development in Heritage
Destinations”, Annals of Tourism Research 29 (1): 165-182.
Salinas, E. (1998): «Turismo en Cuba. Desarrollo, retos y perspectivas», Estudios y
Perspectivas en Turismo, volumen 7, nº 2, pp. 151-164. Buenos Aires.
Salinas, E. (2003): Geografía y Turismo. Aspectos territoriales del Manejo y Gestión del
Turismo. Si-Mar SA. La Habana.
Salinas, E. y Estévez, R. (1996): «Aspectos Territoriales de la Actividad Turística en
Cuba», Estudios Geográficos, tomo LVII, nº 223, pp 327-350. Madrid.
Salinas, E. y Mundet, Ll. (2000): ‘El Turismo en Cuba. Un análisis geográfico’, «El
Turismo en Cuba», Geographicallia, pp 53-66. Publicación no seriada. Zaragoza.
San Martín, J.E. (2004): Psicosociología del ocio y el turismo. Málaga, Ediciones Aljibe.
Santos, X. (1999): «“Mitos y Realidades del Xacobeo», Boletín de la AGE, nº 27, pp. 103-17.
Santos, X. (2002): «Pilgrimage and Tourism at Santiago de Compostela», Tourism
Recreation Research, volumen 27, nº 2 , pp 41-50.
Santos, X. (2004): Espiritualidade e Território. Estudo Geográfico de Fátima. Tesis doctoral.
Universidade de Coimbra.
© Editorial UOC 344 A propósito del turismo

Santos, X. (2006): “El camino de Santiago: turistas y peregrinos hacia Compostela”.


Cuadernos de Turismo, nº 18, pp. 135-150.
Sastre A. y Duhamel, P. (1996): “Les résidents étrangers à Majorque”, Méditerranée,
3, págs. 13-16.
Savelli, A. (1998): Sociologia del Turismo, Milano, Centro Italiano di Studi Superiori sul
Turismo.
Scaramuzzi, I. (2000): “The Strange Case of the Heritage City of Brenta”, Russo, A.P.
(ed.), Tourism Management in Heritage Cities. UNESCO Venice Office Technical Report n.
30, Venice.
Secretaría General de Turismo (1992): Plan Marco de Competitividad. Plan Futures 1992-
1995, Madrid, Secretaría General de Turismo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Secretaría General de Turismo (2007): Estudio sobre la oferta y la política turística de
desarrollo y promoción turística en siete destinos competidores de España, Madrid, Secretaría
General de Turismo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Secrétariat d’État et du Tourisme. (2002): Ministère de l’Equipement des Transports et
du Logement (editora). Les chiffres clés du tourisme de montagne en France. 3ème edition. París.
Shaw, S. y Thomas, C. (2006): “Discusión note. Social and Cultural Dimensions of Air
Travel Demand: Hyper-Mobility in the UK?” Journal of Sustainable Tourism 14 (2) pp. 209-215
Shaw, G. y Williams, A. (2004): Tourism and tourism spaces. London, Sage.
Shaw, G. y Williams, A. (2002): Critical issues in tourism. A geographica perspective.
London, Blackwell.
SINAC. Turismo Sostenible. <http://www.sinaccr.net/turismosostenible.php.> (fecha de
consulta: 10 de febrero de 2006).
Sönmez, S.F.; Apostolopoulos, Y. y Tarlow, P. (1999): “Tourism in crisis. Managing
the effects of terrorism” Journal of Travel Research 38, pp. 13-18.
Stock, M. (coord.) (2003): Le tourisme. Acteurs, lieux et enjeux. París, Belin
Stynes, D. J. y Sun, Y. Y. (2005): Economic impacts of Grand Canyon National Park visitor
spending on the local economy 2003. National Park Service y Michigan State University.
Swarbrooke, J. (1999) Sustainable Tourism Management. Wallingford: CABI Publishing.
Todd, G. (2003): WTO Background paper on climate change and tourism. Madrid, OMT, 23pp.
Troitiño, M.A. (2002): «Aranjuez: patrimonio cultural, recuperación urbana y
turismo», Anales de Geografía de la Universidad Complutense, volumen extraordinario,
pp 495-518. Madrid.
Troitiño, M.A. (director), de la Calle Vaquero, M. y García Hernández, M. (2000):
Imágenes, motivaciones y prácticas turísticas: bases para la gestión de los flujos turísticos en
la ciudad de Aranjuez. Plan de Dinamización Turística de Aranjuez. Ayuntamiento de
© Editorial UOC 345 Bibliografía

Aranjuez, Conserjería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid y Ministerio


de Economía y Hacienda. Madrid.
Troitiño, M.A. de la Calle Vaquero, M. y García Hernández, M. (2001): «Los
destinos patrimoniales de la Región Turística madrileña: un enfoque funcional a partir
de los visitantes», La actividad turística española en 2000. AECIT, pp 579-596. Madrid.
Troitiño, M. A. et al. (2005): “Los espacios protegidos en España: significación e
incidencia socioterritorial”. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 39, 227-265.
Turner, L. y Ash, J. (1976): Golden hordes. International tourism and the leisure periphery.
London, Constable.
U.G.T. (2005): Estacionalidad y empleo en el sector turístico de Andalucía. Informe de
resultados, Jaén, Unión General de Trabajadores de Andalucía.
Urry, J. (1990): The Tourist Gaze. Leisure and Travel in Contemporary Societies. London, SAGE.
Valls (1999): “Innovar en turismo y ocio: públicos cambiantes, nuevas satisfacciones,
nuevos productos, nuevos métodos de gestión de las empresas”. VIII Simposio Internacional
de Turismo. Barcelona, ESADE.
Vera, F. (2006): “Agua y modelos de desarrollo turístico: la necesidad de nuevos criterios
para la gestión de los recursos”, en Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, núm.
42, págs. 155-178.
Vera, F. (2006): “El auge de la función residencial en destinos turísticos del litoral mediterráneo:
entre el crecimiento y la renovación”, Papers de Turisme, núm. 37-38, págs. 95-114.
Vera, F. (Coord.); López Palomeque, F.; Marchena, M.; Anton Clavé, S. (1997):
Análisis territorial del turismo, Barcelona, Ed. Ariel.
Vilagrasa, J. y Gili, M. (2000): «Conclusions de l’àrea: Ordenació de l’espai. Gestió
turística i sostenibilitat », El futur del turisme d’interior i de muntanya. Cervera.
Villalba, E. (1993): Cuba y el Turismo. Ciencias Sociales. La Habana.
VV. AA. (1987): Álbum-Guía del Real Sitio de Aranjuez. Facsímil de la edición original de
1902. Doce Calles. Aranjuez.
Wagner, J.E. (1997): “Estimating the Economic Impacts of Tourism”, en Annals of
Tourism Research, Vol. 24, Núm. 3, págs. 592-606.
Wang, N. (1999): “Rethinking authenticity in tourism experience. Annals of Tourism
Research 26 (2), pp. 349-370
Wilder-Smith, A. (2005): “The severe acute respiratory syndrome: impact on travel
and tourism” Travel Medicine and Infectious Disease (4) pp. 53-60
Wilson, D. (1994): Probable as close as you can get to paradise: tourism and the
changing image of Seychelles”. Seaton, A.V. (Ed) Tourism. The state of the Art. Chichester,
John wiley and Sons. Pgs, 765-774.
© Editorial UOC 346 A propósito del turismo

Zhou, D. et al. (1997): “Estimating Economic Impacts from Tourism”, en Annals of


Tourism Research, Vol. 24, Núm. 1, págs. 76-89.
Zoido, F. y Caravaca, I. (Coord.) (2005): Andalucía. Segundo Informe de Desarrollo
Territorial, Sevilla, Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, Fundación Sevillana
Endesa y Universidad de Sevilla.

Potrebbero piacerti anche