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Influencia de los

medios de
comunicación en el
desarrollo cultural.
Algunos apuntes

Jorge Ignacio Medina


Contenido
Contenido ....................................................................................................... 2

Influencia de los productos audiovisuales en la cultura .................................. 3

La concentración y estandarización de la cultura ........................................ 4

¿Qué mensajes transmite una producción audiovisual? ................................. 6

La realidad real y la realidad soñada como incubadora de ideas ................ 9

Modelos a seguir ....................................................................................... 10

¿Es posible la creación de una cultura popular local? .................................. 13

Bibliografía .................................................................................................... 16
Influencia de los productos audiovisuales en la cultura
No se puede tapar el sol con un dedo, es indudable que los medios de
comunicación en las condiciones actuales influyen en los estilos y gustos de
la sociedad y, sin necesidad de dar una visión apocalíptica necesario es
valorar sus efectos en la formación de la cultura contemporánea. Los medios
de comunicación compuestos por radio, televisión, cine, periódicos y las
distintas plataformas de redes sociales en la red virtual inciden más que
nunca en la educación de las masas, afinan (o desafinan) gustos y
tendencias en públicos de todas las edades, definen la agenda de los temas
sobre los que discutimos a diario y hasta han logrado hacer cambios
importantes en las formas de gobernar y hacer política a nivel mundial. La
influencia de los medios de comunicación abarca desde grandes esferas
mundiales hasta nuestra vida hogareña.
Hace un siglo atrás aun la mayoría de la población vivía sin la
influencia directa de la prensa que era el medio de mayor circulación en
aquel entonces donde la comunicación persona a persona era la principal
fuente de información. Para informarnos de algo simplemente participábamos
en la tertulia a la hora de la cena familiar o nos reuníamos con los vecinos
para saber las últimas noticias. Mientras que hoy nos resulta prácticamente
inconcebible un entorno sin televisión, radio, prensa, cine e internet que se
han vuelto poco a poco nuestros compañeros en la mesa de comer. Esto
sucede porque la comunicación masiva tenía menor peso en la formación de
la sociedad que la que tiene actualmente y es en esto donde precisamente
queremos enfocarnos, entonces podemos preguntarnos: ¿esta influencia de
los medios perjudica o más bien beneficia a la formación de la cultura?
De buenas a primeras podemos afirmar que la beneficia en cuanto a la
masificación al acceso a la información factor que se multiplicó
exponencialmente gracias al internet y al creciente acceso a los medios y
artefactos electrónicos con los cuales acceder a la información, aspecto que
no escapa por cierto, al poder monetario. Pero hay un detalle: ¿cuál
información? Porque la democratización del acceso a la cultura entre sus
consecuencias también trajo consigo la democratización de la creación de
contenidos y esto implica de cierta manera la banalización del conocimiento
ya que el campo virtual puede estar sencillamente atestado de información
basura que a diferencia de los libros tiene la gran ventaja de mantener al
consumidor adicto a la pantalla del dispositivo.

La concentración y estandarización de la cultura


Esta democratización de la creación de contenidos no se ha dado
como cuento de hadas, de hecho, el gran triunfo de la industria cultural en el
siglo XX (con todos los aspectos negativos que Adorno le pueda achacar) 1
fue facilitar el acceso a la información y contenidos. Esto era un aspecto
lógico del crecimiento de la industria cultural ya que como empresario
necesito que cada vez mayor cantidad de gente vea mis producciones
culturales con mis contenidos –y no otros-, copie los modos de vida que allí
yo propongo, compre los productos que allí yo le muestro y entienda lo que
yo le explico que es el bien y el mal. Casi sesenta años después de los
textos de Adorno la creación de contenidos sigue funcionando de la misma
manera en el sentido de que los grandes conglomerados de la comunicación
controlan la creación de contenidos aunque la variante es la existencia
creciente de una especie de “guerrilla radio”2 a nivel de distintos medios de
comunicación que se ocupa de crear contenidos distintos a los que se
intentan posicionar desde las grandes corporaciones mediáticas.
La concentración del poder sobre los medios de comunicación en
pocas manos sigue siendo un tema polémico debido a su incesante tarea de
homogeneizar gustos, valores y patrones de conducta en función de
intereses económicos creando una audiencia “transnacionalizada”. Aparte de
la creación de un público poco dado a cuestionar la veracidad o utilidad de

1
(Adorno, 1998) ver capítulo Industria cultural.
2
(Guerrilla radio, 1999)
los contenidos que consume, otro de los peligros de la uniformidad de los
contenidos es la creciente eliminación de identidades culturales. Es
importante mencionar también –aunque aquí no lo tocaremos muy a fondo-
el tema de la brecha digital entre diversos grupos sociales específicamente
entre países centro y periferia.
Aquí llegamos al caso de la industria audiovisual en Latinoamérica
donde es innegable la supremacía comunicacional de los Estados Unidos
sobre el resto del continente. Desde México hasta Argentina el mundo latino
observa las noticias en CNN en español que difunde las noticias desde el ojo
del conglomerado comunicacional neoconservador nacido como parte de la
estrategia de la primera invasión a Irak, el imaginario del cine lo domina la
industria hollywoodense a través de cadenas como HBO y Fox, el contenido
cultural para la juventud lo acapara un MTV que puso de lado su propósito
originario de difundir música para colocar de protagonista a los “reality
shows” y la audiencia infantil se concentra en Nickelodeon y Cartoon
Network”3. Si bien en el continente americano existen conglomerados de la
comunicación de habla no inglesa como lo es el caso de Globo en Brasil,
Clarín en la Argentina, Televisa en México y la Organización Cisneros en
Venezuela, sus contenidos culturales poco varían o más bien simplemente
se subordinan a la visión cultural que se desea imponer desde los Estados
Unidos no sólo en lo que respecta a la repetición y compra de licencias de
producciones televisivas originarias de las cadenas estadounidenses sino
que su propia creación de contenidos repiten los puntos de vista de lo que se
desea posicionar como la cosmovisión del “hombre latino”. Para finales del
año 2020 ya existe en este sentido una perfecta relación entre las novelas de
narcotraficantes escritas y filmadas en Latinoamérica difundidas por
Telemundo de Puerto Rico, Caracol de Colombia y la mexicana Televisa y
las creaciones de Hollywood donde se hace alusión a la cultura latina. Desde

3
(Mercader, 2004)
la –estratégicamente posicionada- famosa Sin tetas no hay paraíso pasando
por Escobar el patrón del mal, El capo, El cartel, Las muñecas de la mafia, El
Bronx, La reina del sur, El señor de los cielos, Alias el mexicano, Tres caínes,
Señora acero, El chema, El chapo, La viuda negra, Perseguidos y hasta
Narcos, las llamadas narco-novelas que ahora han evolucionado a narco-
series4 y se encuentran en perfecta sintonía con lo que la industria de
Hollywood muestra del mundo latino. Las dos últimas películas
protagonizadas por Will Smith muy esperadas tanto en los Estados Unidos
como en Latinoamérica reafirman la visión del latino-narco por naturaleza, es
el caso de Gemini Man5 donde el mencionado actor pelea contra los narcos
colombianos y en las Bad Boys for life6 y Rambo: Last Blood7 los enemigo a
eliminar físicamente son una banda de narcos mexicanos.

¿Qué mensajes transmite una producción audiovisual?


Cualquier material audiovisual tiene la capacidad de influenciar a su
público sobre todo cuando se trata de películas y producciones para
televisión ya que la –aparente- misión inicial de entretener siempre puede
cumplirse con una trama interesante y un elenco bien seleccionados. Sin
embargo pueden existir además una serie de resultados colaterales que
cuando los analizamos detenidamente nos damos cuenta que no son tan
accidentales como parece.
Por ejemplo las producciones audiovisuales pueden efectivamente
influir en el comportamiento de las personas ante diversas situaciones,
modelar el vocabulario y hasta ayudar a seleccionar carreras universitarias y
profesiones a ejercer. En el caso de las producciones culturales
mencionadas anteriormente si bien es obvio que el mensaje es que el

4
Esto debido a que menor cantidad de capítulos que una novela en formato tradicional para
televisión atrae mayor audiencia y permiten su difusión por plataformas como Netflix.
5
(David Benioff, 2019)
6
(Bremner, 2020)
7
(Matthew Cirulnick, 2019)
narcotráfico es una forma de vida extremadamente riesgosa donde hasta los
socios más cercanos pueden traicionar al más poderoso, también es cierto
que se muestra como un negocio altamente lucrativo ya que se exhibe un
modo de vida lleno de lujo y poder. Este mensaje no está exento de ser
percibido por la audiencia sobre todo por una juventud que por diversas
razones se encuentre algo desubicada en cuando a modo de vida a llevar
adelante.8
Pero aparte de las series de narcos existe una variedad –tampoco
muy amplia- de producciones para la pantalla chica que es de interés
analizar. Por ejemplo una serie altamente difundida en los sistemas de
televisión por cable en Latinoamérica es la titulada Ley y el orden Unidad de
víctimas especiales, la cual para el año 2019 esta serie es transmitida en dos
canales por cable: Universal y Fox series. Grosso modo, la serie muestra un
escuadrón de detectives de la policía de Nueva York dedicada a resolver
casos de índole sexual y entre los mensajes se puede ver como la justicia
estadounidense actúa frente a determinado tipo de conflictos. A través de la
trama se enseña a la audiencia cuáles son los procedimientos y resultados
dándole de esta manera a la población un sentimiento de confianza ante el
sistema de justicia local, en este caso, el estadounidense. La serie también
muestra los arquetipos del malhechor y del héroe como de manera
acostumbrada lo ha hecho la televisión y la industria de Hollywood de ese
país. Sin embargo, aquí sucede uno de los choques culturales cuando el
programa es mostrado a una audiencia para la que –al parecer- no estaba
diseñada. Por ejemplo muchas veces los criminales –y esto sucede en
muchas producciones- son latinoamericanos, árabes, rusos o nacionales del
país que en ese momento político haya hecho algo que no le simpatice al
gobierno norteamericano, cosa que contrasta fuertemente con la necesidad
de querer vernos como un pueblo noble y digno y no como criminales de esta

8
Ver al respecto: (Caballero, 2019)
parte sur del continente. Otra cosa que muestra la serie es el consumo
cultural de una sociedad, por ejemplo, vestimenta, nivel de consumo
material, entretenimiento y alimentación.9 También muestra un sentimiento
de lealtad ante una institución (el cuerpo de policía, el cuerpo de bomberos,
el hospital de la ciudad, etc.) Ahora la pregunta es: ¿tiene esto alguna
influencia en la sociedad venezolana?
En primer lugar es importante tener en cuenta que producciones
culturales foráneas no siempre tienen la esperada influencia directa en el
comportamiento de poblaciones distintas a sus países de origen y esto
sucede entre varias razones porque no siempre es posible una eficiente
identificación del público –en este caso venezolano- con los
personajes/modelos de las producciones audiovisuales –en este caso
estadounidenses- por las obvias diferencias de modo de vida. El venezolano
puede ver como uno de los personajes en cuestión fácilmente almuerzan
todos los días en un restaurante cuando por diferencias económicas eso es
actualmente imposible para gran parte de la población local, también se
puede ver como los personajes se separan de sus padres en cierto momento
de su vida cuando por motivos culturales y económicos (adquisición de
vivienda) en otras culturas esto no es viable. En los procedimientos policiales
y judiciales las diferencias radican en que estos funcionan bajo realidades
sociales, políticas y económicas muy distintas (el sistema penitenciario es un
buen ejemplo). Quiere decir entonces que aparte de llenar encuestas de
cuáles programas televisivos o producciones cinematográficas son las más
vistas en esta parte del continente, más allá del entretenimiento, una
audiencia distinta a la que estaba destinada actualmente dicha producción
cultural no necesariamente puede aplicar lo que ve para cambiar o moldear

9
Llama la atención que en los hogares norteamericanos de las producciones audiovisuales no es muy
común ver el servirse o tomar un jugo natural y todo lo que sale de una nevera son bebidas
comercializables muestren o no la marca. Esto está muy lejos de ser mera casualidad.
su entorno, o por lo menos, esto no es un procedimiento automático que se
realice de manera invariable.

La realidad real y la realidad soñada como incubadora de ideas


Algo sí es cierto, una influencia existe aunque sea en pequeña medida
y en cosas aparentemente triviales. Por ejemplo, en la serie mencionada se
muestra el sitio de trabajo, oficina / cuartel donde los detectives protagonistas
interactúan con sus colegas y aquí hay algo que acotar, y es que el sitio de
trabajo no necesariamente es el que en la vida real existe y precisamente por
no tratarse de un trabajo documental los productores y guionistas pueden
darse la licencia de crear o diseñar el sitio según lo que se quiere que sea y
es aquí donde la producción audiovisual hace su verdadero aporte. Es muy
poco probable que el cuartel de policía que se muestra en el set de televisión
sea un cuartel de policía real de la ciudad de Nueva York, por lo tanto el
equipo de producción diseña el que ellos asumen el cuartel que debe ser.
Aquí la producción cultural hace un aporte en el sentido de que nos plantea
un dilema entre el ser y el deber ser, si mostramos un cuartel de policía tal
cual es en la vida real es porque asumimos desde un principio que la
naturaleza de la serie es mostrar el mundo real. Es el dilema en el que
enfrenta un pintor cuando decide si dentro de la figuración hará una pintura
de carácter realista o hará una de carácter más clásica donde se aprecie un
carácter algo más estilizado que esconda un poco la “fealdad” o crudeza de
la realidad. Para entender esto claramente veamos la diferencia entre un
estudio de desnudo femenino de Antonio Herrera Toro y el famoso retrato de
Juana Verrué de Martín Tovar y Tovar, o en el plano internacional la
diferencia existente entre una pintura de Gustave Courbet y una de William
Bouguereau.
Si los creadores muestran el sitio como es en la realidad, esto nos
puede llevar como espectadores a la reflexión (el sitio es adecuado ¿así es
realmente una comisaría de policía? ¿Por qué el sitio tiene esos colores y no
otros?), pero si, por el contrario, nos muestra el deber ser, es decir, el cómo
se imaginan los creadores que debería ser una comisaría entonces en ese
momento se está plantando en el imaginario popular la idea de cómo debe
ser una comisaría de policía cosa que inevitablemente se podría llevar a la
realidad en algún futuro y hasta en sociedades distintas a la que en un
principio era la destinataria de dicho mensaje.
Un ejemplo muy sonado es el de la famosa patineta voladora de la
película estadounidense Volver al futuro, la cual fue construida años más
tarde cuando estuvo disponible la tecnología para ello.10 Otro ejemplo es lo
que actualmente sucede en el campo de la investigación de los viajes
espaciales de grandes distancias, donde uno de los grandes problemas a
resolver es el de cómo someter a un ser humano a un viaje en el espacio que
puede durar varios años. Para esto, ya largometrajes como Alien el octavo
pasajero, Passenger y The Martian han mostrado en el cine propuestas –
sirviéndose de mundos ficticios- acerca de cómo podrían solucionar tal
dilema científico a través del llamado hipersueño.11

Modelos a seguir
Volviendo al mundo terrenal, ahora, hagamos una pregunta para traer
de vuelta el tema de la influencia de las producciones televisivas ¿que
impulsa, qué inspira a un estudiante recién egresado de la secundaria, el
bachillerato a estudiar una carrera? Muy probablemente el negocio familiar
tenga que ver en esto, si papá es ingeniero y contratista probablemente lo
más inteligente sea asegurar el futuro estudiando ingeniería, trabajar en la
empresa del padre y en un futuro gerenciarla o hacer una propia gracias a la
experiencia. Otro factor que también influye son las viejas creencias de que
las carreras tradicionales como arquitectura y medicina puedan asegurar un
próspero futuro, esto nunca se descarta. Otro elemento que pesa en la

10
Ver al respecto: (La patineta voladora de voolver al futuro ya es una realidad, 2014)
11
(Mystery Planet, 2017)
elección es informarse acerca de las carreras con nuevas demandas en la
actualidad y muchos terminan estudiando diseño gráfico u oficios
relacionados con la programación e informática. Pero otro factor surge a
través de los modelos provenientes del consumo cultural de la persona y
aquí entran las ya mencionadas producciones audiovisuales.
De la misma manera que cuando empezamos a jugar béisbol
soñábamos con ser campo corto como Omar Vizquel y cuando estudiábamos
pintura queríamos ser como Michelena, así mismo no sería extraño pensar
que alguna chica egresando del bachillerato y sin aspiraciones muy claras, al
ver la serie La ley y el orden de alguna manera se identifique con la detective
Benson y se plantee ser un profesional de la investigación como ella. En la
cultura popular venezolana no hemos tenido demasiadas opciones, esto
sucede por lo poca cantidad de arquetipos que hemos podido crear frente a
la avasallante y desmedida manera como la cultura popular estadounidense
ha entrado en nuestro mundo. Sin embargo, más de uno de nosotros habrá
soñado con el regreso del hombre de la etiqueta cuando escucha alguna
injusticia social que deba ser vengada de la mano de nuestro Charles
Bronson caraqueño. Los más adultos también -en vez de la indomable
detective Benson- podamos ver como modelo al detective de la película
Cangrejo interpretado por Miguel Ángel Landa resolviendo algunos de los
crímenes más sonados del país.
¿Quiere decir que en sus países de origen es posible que estas
producciones culturales tengan otros propósitos aparte de simplemente
entretener a una audiencia atornillada a un sofá? Indudablemente la
respuesta es un rotundo sí. El ejemplo más frecuente es en la elección de
carreras universitarias en países industrializados o donde por lo menos
tienen estadísticas que permitan verificar estos fenómenos sociales. En Gran
Bretaña por ejemplo, en el año 2008 habían aumentado en un 70% respecto
a diez años atrás la cantidad de alumnos que ingresaban a las carreras de
ciencias forenses en las universidades, esto sucedió en gran parte por el
auge que tuvo en ese momento la difusión por la televisión de series
televisivas norteamericanas como CSI Crime Scene Investigation cuyo
principal atractivo es que muestra los procedimientos forenses de una
escena del crimen lo cual permite a través de la aplicación de esta ciencia
resolver casos criminales altamente complicados. Este fenómeno aparte de
causar este aumento de un sector universitario también trajo como
consecuencia un déficit de 40.000 empleos en áreas relacionadas con la
ingeniería que seguirían vacantes.12 Tanto fue así que algunos proyectos de
ingeniería para la inauguración de los juegos olímpicos que se celebraron en
Londres en el año 2012 corrían el peligro de no ser concluidos debido a esta
sorpresiva falta de profesionales de la ingeniería. Es decir, que al parecer
hay carreras “de moda” y esa supuesta “moda” no es tan espontánea como
se puede llegar a pensar, sino que perfectamente puede ser creada con
ciertos y deliberados fines.
A raíz de esta misma serie se pudieron observar otras consecuencias,
como por ejemplo en el propio sistema de justicia estadounidense los
miembros de los jurados tenían una predisposición a solicitar más pruebas
científicas forenses de un crimen para poder dar su veredicto final ya que es
parte de los procedimientos que comúnmente se observan en este en las
series de televisión que aborda el ámbito policial. Esta situación ha llevado a
que el proceso de escoger a los miembros de un jurado13 sea mucho más
largo para tratar de escoger a personas que no estén tan influenciados por
esta tendencia y en general por todas las cosas muchas veces irreales que
se ven en dichas producciones culturales. En estos países la propia
comunidad de abogados también han utilizado a su favor estos nuevos
“conocimientos populares” ya que pueden como última instancia argumentar
que sin no existe el ADN de su cliente entonces no hay manera de culparlo
siendo este uno de los principales argumentos que se dan lugar en los juicios

12
(Paton, 2008)
13
Proceso que podemos visualizar en la serie de abogados titulada Bull.
de las series de televisión. Hasta los mismos criminales gracias a series
como CSI, The Coroner, Law and Order y Major crimes saben que el cloro
limpia las posibles huellas dactilares que un criminal deja en la escena de un
crimen.14 En ámbitos fuera del crimen, también en la propia Inglaterra series
estadounidenses como The big bang theory provocó en su momento que
muchos recién egresados del bachillerato de ese país se inclinen a carreras
de ciencia pura como física y química lo cual aumentó la matrícula en un
20% de inscritos en cursos preuniversitarios de estas carreras y en un 40%
para los cursos de matemáticas. Esto incluso se dio cuando en dicho país los
aranceles por educación se habían elevado muchísimo.15

¿Es posible la creación de una cultura popular local?


Indudablemente que la creación y emisión de producciones
audiovisuales va de la mano de una situación económica que lo permita, sin
embargo en la historia de la televisión y el cine venezolano a pesar de que
existió una bonanza petrolera que brindó la oportunidad de que surgieran
muchas creaciones que han dejado sus modelos y arquetipos culturales la
realidad es que siempre nos hemos encontrado en fuerte desventaja con las
producciones culturales foráneas.
Arquetipos nacionales tenemos, pero pocos y viejos. Los arquetipos
surgidos de una cultura popular reclaman un nuevo auge, sin embargo,
existe un pequeño detalle que está truncando este proceso: los medios de
comunicación que siempre se habían encargado de generar una cultura
popular (cine, radio y televisión) hoy en día han perdido mucho terreno frente
al internet el cual difunde en su gran mayoría contenidos de otras culturas
que impiden la generación de arquetipos y modelos locales con los que el
venezolano pueda identificarse lo cual se traduce en que la escasa cultura

14
(Kiithc, 2014)
15
(Townsend, 2011)
popular local actualmente se dicta desde otras realidades distintas de la
venezolana.
Es por eso que hoy en día los venezolanos de cuarenta años o más
aun manejamos en nuestro argot popular motes como “la sifrina”, “los
jordan”, o el famoso “hombre de la etiqueta”, mientras que la población más
joven no los comparte pero tampoco los ha podido sustituir por nuevos
arquetipos surgidos de una nueva cultura popular local y en buena parte esto
tiene mucho que ver con la situación económica y política. La sifrina de
Caurimare fue un personaje ficticio creado por la agrupación musical Medio
Evo a principio de los años ochenta del pasado siglo que tuvo un mercadeo
que le permitió anidar y hacerse un puesto en la cultura popular -por lo
menos urbana- del venezolano. La canción fue tan famosa en las emisoras
de radio que sirvió más tarde para una publicidad de helados de la empresa
Tío Rico lo cual terminó de catapultar al personaje al estrellato.
Probablemente por lo alicaído de la economía este recorrido ya no es tan
sencillo hacerlo hoy en día y también porque el internet y los canales de
televisión por cable han suplantado en gran parte a la televisión nacional que
hasta la primera década del 2000 tuvo una gran influencia en el venezolano,
labor que hoy en día cumplen DirectTv, Netflix y Youtube. Para esto el
Estado no puede esperar a que los modelos extranjeros sean los únicos en
el sistema de referencias de un venezolano ya que si pueden ver a la
detective Benson como una profesional capaz y totalmente entregada a su
labor policial (Ley y el orden: unidad de víctimas especiales) al mismo tiempo
se educa observando que los primeros sospechosos de un crimen son los de
nuestra propia raza latina.
Sin embargo a pesar del ambiente amenazante de un fuerte proceso
de estandarización cultural y de los fuertes desequilibrios de producción de
contenidos entre países centro y periferia, ciertamente existen razones para
desconfiar del futuro distópico. Aquí es importante citar al investigador
chileno Martín Openhayn quién sostiene que la misma concentración de la
propiedad sobre los grandes medios de comunicación no necesariamente
implica una total uniformidad en sus contenidos culturales y esto se debe a
que dichas mega-corporaciones, por su misma necesidad de competir, están
obligadas a localizar y adecuar cada vez más los contenidos y los emisores a
efectos de captar diversos segmentos de públicos.16 En esta misma tónica
los emisores también sufren un proceso de segmentación ya que muchos
actores sociales, antes confinados al silencio, ahora pueden ser productores
de opinión gracias a la mayor disponibilidad de bienes comunicacionales “de
ida y vuelta”, esto sucede igualmente con grupos periféricos con mensajes
culturales “de resistencia” (guerrilla radio) que ahora con las redes sociales y
nuevas plataformas del mundo virtual pueden ocupar espacios importantes
en la red comunicacional y asumir protagonismos como suele ocurrir, lo que
permite abrigar expectativas en torno a una mayor democratización del
espacio comunicacional.”17 Finalmente, el auge de las plataformas digitales
implica un relativo abaratamiento de los costos de artefactos como
computadores y teléfonos así como la necesidad de masificación del acceso
a la red lo cual trae como consecuencia mayor cantidad de creadores de
contenidos lo cual hace que actores locales y contra-hegemónicos entren en
la lógica de la comunicación global. Este panorama nos puede dar la
esperanza de que en un futuro no muy lejano la brecha entre quién le dice
qué a quién se cierre a medida que avanza la democratización en lo
referente a la creación de contenidos.

16
(Hopenhayn, 2012)
17
(Mercader, 2004)
Bibliografía
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